• libro lo que no pude contarte - Adriana Moragues

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    La cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y la musica envuelve cada pagina.

  • LO QUE NO PUDE CONTARTE | ADRIANA MORAGUES

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    Sinopsis de LO QUE NO PUDE CONTARTE · La cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y ...

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  • Lo que no pude contarte Versión Kindle - Amazon.es

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    Lo que no pude contarte de [Adriana Moragues] ... «La voz de Moragues se alza sobre este libro para hablarnos del amor y poner banda sonora a nuestros ...

  • Lo que no pude contarte | Penguin Libros

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    La cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y la música envuelve cada página.

  • LO QUE NO PUDE CONTARTE - ADRIANA MORAGUES

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  • «Lo que no pude contarte», de Adriana Moragues | Las ...

    https://laslecturasdeguillermo.wordpress.com/2018/11/26/lo-que-no-pude-contarte-de-adriana-moragues/

    26 nov 2018 — “Mis canciones son todas de pena, quería que el libro te dejara un regustillo bueno”. Lo has conseguido Adriana y espero que la Carla de tu ...

  • Lo que no pude contarte - Adriana Moragues -5% en libros

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    18 oct 2018 — Resumen · La cantautora Adriana Moragues debuta en el mundo literario con una historia en la que los sentimientos laten con fuerza y la música ...

  • Lo que no pude contarte - Adriana Moragues - Babelio

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    Críticas (3), citas (3) extractos de Lo que no pude contarte de Adriana Moragues. Me daba miedo empezar este libro, por si me podía llegar a defraudar, ...

  • Lo que no pude contarte - Anika Entre Libros

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    Lo que no pude contarte ; Edición: 1ª Edición: Octubre 2018 ; ISBN: 9788425356742 ; Tapa: Blanda ; Etiquetas: familia amistad amor muerte música novela literatura ...

  • Lo que no pude contarte by Adriana Moragues - Goodreads

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    Una de las cosas que odio de los libros son las casualidades imposibles y este ... Hoy hablaré de la novela Lo que no pude contarte de Adriana Moragues.

  • La vida da muchas vueltas de Laura Martinez

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    ?Que pasa cuando el chico mas popular del instituto te propone un trato?
    Puede pasar cualquier cosa…

  • El pacto Churchill de Hitler – Carlos De Napoli

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    Semanas atras, en agosto de 2007, por orden del gobierno britanico, las obras de Winston Churchill dejaron de ser lectura escolar obligatoria. Fue una medida tardia pero oportuna pues pocas veces se ha tergiversado y sacrificado tanto y tan impunemente el rigor historico como en sus escritos, y ya se sabe la medida de las patas de la mentira. Al tiempo que la posguerra lo transformaba en paradigma de sacrificio y entrega por la democracia, lo cierto es que los hombros de Churchill cargan algunas miserias y decisiones que costaron muchos miles de vidas. La Historia, al menos las versiones oficiales, ha intentado y en buena medida conseguido imponer en la opinion publica la ilusoria contraposicion maniquea de las figuras de Adolf Hitler y Winston Churchill: en una esquina, el criminal tirano fascista; en la opuesta, el pasional y sacrificado defensor de la libertad. Es uno de los propositos de este trabajo desmontar ese paradigma, mostrar al contrario que los acercaban mas cuestiones que las que los diferenciaban, y que esa comunidad de intereses, ademas de perfiles ideologicos similares, permitieron contactos muy cercanos, la posibilidad de una alianza y varios pactos secretos. Winston Leonard Spencer Churchill nacio el 30 de noviembre de 1874 en el palacio de Blenheim. Su madre Jeanette Jerome, joven norteamericana, era hija del propietario y director del New York Times. Paso su primera infancia en Dublin con su abuelo John Churchill, duque de Marlborough y virrey de Irlanda. Winston regresa a Inglaterra para asistir a la escuela preparatoria en la Public School de Harrow. Influido por su padre Randolph, ingresa a la Academia Militar de Sandhurst. Es enviado a Cuba como observador para seguir el levantamiento revolucionario de la colonia espanola, y cubre el evento para el Daily Graphic. Mas tarde lo destinan a la India y posteriormente a Sudan, como miembro del Regimiento de Lanceros del ejercito anglo-egipcio. Escribe Savrola y luego Guerra en el rio, que se agota en el Reino Unido. Sufre en Sudafrica la guerra contra los boers. De regreso a Inglaterra, se casa el 12 de septiembre de 1908 con Clementine Hozier. Su carrera politica comienza como legislador del Partido Liberal, es designado luego subsecretario de las Colonias y mas tarde ministro de Comercio. En 1911, como ministro del Interior, reprimio personalmente una insurreccion en la barriada londinense de Sidnay Street. Que la prensa lo fotografiara no lo molesto en la medida en que lo convertia en un personaje ciertamente discutido pero conocido por todo el mundo. Ese mismo ano es nombrado primer lord del Almirantazgo, es decir, dueno y senor de la todavia poderosa flota britanica. Elige como consejero personal a lord Fisher, retirado poco antes como primer lord de mar. Asesorado por Fisher y despues de intensas discusiones, decide la reconversion de la flota reemplazando el carbon por petroleo, un paso de consecuencias enormes para la flota ya que la hara mas veloz, pesadamente acorazada, mejor armada con canones de gran calibre y, por sobre todas las cosas, cuadruplicara virtualmente su radio de accion. Crea tambien la flota de submarinos y, asunto poco conocido, ordena y dirige la fundacion de British Petroleum, la empresa mas grande del mundo. De todas formas cometio durante la Primera Guerra Mundial el grave error de ordenar un desembarco en Gallipoli, desastre militar que le cuesta el cargo. No obstante, al finalizar la contienda lo designaron ministro de Guerra y Aeronautica. El primer ministro Lloyd George registra en Recuerdos de una conferencia de paz el odio que ya entonces manifestaba Churchill por la Union Sovietica. En tal sentido intentaba impulsar el rearme de la Alemania recien vencida para utilizarla contra los bolcheviques. Una carta que envio al primer ministro en esos dias decia: "Despues del armisticio, mi politica se ha orientado hacia la paz con los alemanes y la lucha contra el despotismo bolchevique. Por propia voluntad o por la fuerza, habeis conseguido una politica diametralmente opuesta. (…) En estos momentos podemos valorar los tremendos resultados que pueden conducirnos a la destruccion general, a la anarquia que senalaria el fin de Europa y de Asia. Rusia se esta desintegrando y lo poco que de ella queda esta en manos de monstruos implacables. Alemania, sin embargo, aun puede ser salvada". Aunque en esa empresa estaba politicamente aislado, propicio operaciones concretas para sostener a la contra revolucionaria, como las 100.000 libras que obtuvo en apoyo de los "Blancos", toda una fortuna para la epoca. Despues de esas acciones siguio interviniendo en la politica exterior del Reino, nuevamente como ministro de Colonias. El desmembramiento del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial habia derivado en conflictos en Medio Oriente, crisis que afectaba directamente los intereses petroleros britanicos. Ignorando cuestiones politicas, sociales y religiosas, de la mano de Churchill se dividio la zona en el reino de Irak, donde coronaron a Feysal, y otro en Transjordania bajo la soberania del emir Abdullah, hermano de Feysal. Esas divisiones trazadas en funcion del control del petroleo encerraban en fronteras arbitrarias a minorias y mayorias religiosas inconciliables, que mas temprano que tarde iban a chocar. Esos acuerdos en favor de la causa arabe y que perjudicaban a la minoria judia asentada en Palestina son el origen del actual polvorin sobre el que se asienta la zona. Pocos anos mas tarde, durante la Segunda Guerra Mundial el control de Medio Oriente se habia vuelto complejo a pesar del supuesto orden britanico, o tal vez a causa de las decisiones britanicas. Aunque la trama urdida para lograr el control del petroleo sera tratada mas adelante por su importancia en este libro, alcance por ahora con decir que las mas que discutibles decisiones de Churchill eran responsables directas de lo que estaba ocurriendo, pero en 1945 el entonces primer ministro --es una constante de su conducta, por eso se la expone-- se considera ajeno y molesto por un conflicto que supuestamente heredaba. Cuando se ocupa de "la cuestion Palestina" en su obra La Segunda Guerra Mundial, Churchill escribe: "Del Primer Ministro al ministro de Colonias y al Comite de Jefes de Estado Mayor. 6 de julio de 1945. "Toda cuestion Palestina ha de arreglarse en la mesa de la paz, aunque quiza pueda mencionarse en la conferencia de Potsdam. No creo que debamos asumir la responsabilidad de manejar esa zona tan compleja mientras los norteamericanos se quedan arrellanados en su sillon y critican. ?No han prestado atencion a la idea de que deberiamos pedirles a ellos que se hagan cargo? Creo que seremos mucho mas fuertes cuanto mas los atraigamos al Mediterraneo. En todo caso, el hecho de que no demostremos deseo de conservar el mandato sera una gran ayuda. No tengo noticia de la menor ventaja que le haya venido nunca a Gran Bretana por esa tarea penosa e ingrata". Churchill era racista. Segun un articulo publicado el 7 de agosto de 2007 por el diario ABC de Espana, con la firma de Marcelo Justo, "el ex primer ministro britanico Winston Churchill propuso bloquear toda inmigracion en la decada del 50 por temor a que la 'poblacion de color' amenazara la estabilidad social del pais. Segun documentos oficiales del Archivo Nacional que se dieron a luz en los primeros anos de la decada de 2000, Churchill estaba convencido de que los negros iban a aprovecharse de las ventajas del sistema de seguridad social y aumentarian drasticamente los indices de criminalidad. "En las minutas de la reunion de gabinete del 3 de febrero de 1954, el primer ministro plantea el problema con crudeza. 'Vamos a tener serias dificultades si mucha gente de color empieza a residir aqui. ?Por que vamos a cargar nosotros con los problemas que trae la gente de color?'. Segun las minutas, el gobierno considero tres opciones para resolver el tema. Churchill favorecia el bloqueo total de la inmigracion, pero admitia que por razones politicas, se podia elegir temporalmente otras dos posibilidades: un sistema de cuotas fijas para la inmigracion y la deportacion de los 'elementos antisociales'. La propuesta es coherente con su colorida carrera politica y un temor que parecia obsesionarlo tanto como sus depresiones: la decadencia nacional por el impacto degradante de un grupo marginal. En 1910, siendo ministro del Interior del Partido Liberal, propuso la esterilizacion de mas de 100 mil personas a quienes acusaba de 'debiles mentales' y 'degenerados morales'. "Se trataba de una amalgama que incluia a locos, delincuentes, desempleados, prostitutas e indigentes y que, en la vision del futuro primer ministro, constituian una amenaza porque se reproducian a mayor velocidad que las clases superiores y con el tiempo podrian destruir el entonces imperio y su mision civilizadora". Considerando tales antecedentes no resulta extrano ni contradictorio que Churchill incluyera a Hitler entre las grandes figuras politicas del siglo. Cuando escribio Grandes contemporaneos en 1935, Churchill estaba perfectamente al tanto de las masacres que los nazis estaban cometiendo contra judios, comunistas, opositores de toda especie y minorias. Escribe en Grandes contemporaneos: "Al lado de los campos de instruccion de los nuevos ejercitos y de los grandes aerodromos, los campos de concentracion manchan, como pustulas, el suelo aleman. En ellos miles de alemanes son reducidos a sumision rebanega por el poder irresistible del Estado totalitario. El odio a los judios lleva, por logica transicion, a un ataque a las bases historicas del Cristianismo". Los campos de concentracion y el racismo podian ser abominables, pero Churchill, quiza pensando en su propia posteridad, sienta a continuacion un peligroso principio que tal vez oculte condenables afinidades: "No es posible formular un juicio justo sobre una figura publica que ha alcanzado las enormes dimensiones de la de Adolf Hitler mientras no tengamos ante nosotros, integra, la obra de toda su vida. Aunque las malas acciones no pueden ser condenadas por posteriores acciones politicas, la Historia esta repleta de ejemplos de hombres que han escalado el poder valiendose de procedimientos feos y crueles, y hasta espantosos, pero que, sin embargo, al apreciar su vida en conjunto, se les considero como grandes figuras cuyas vidas han enriquecido los anales del genero humano. Tal puede suceder con Hitler". Semejantes elogios, ademas de los antecedentes de su trayectoria, explican por que la cupula del nacionalsocialismo clasificara a Churchill como amigo de Alemania, mejor aun, de los nazis. Cuando Grandes contemporaneos era un exito en Europa hacia 1937, esa identificacion se materializo en una reunion trascendente para comprender lo que se pondria en juego en la Segunda Guerra Mundial. Como son palabras de Churchill, tienen inmenso valor documental. Asi afirma en La Segunda Guerra Mundial: "Cierto dia en 1937 me entreviste con Von Ribbentrop, embajador aleman en Gran Bretana. En uno de mis articulos quincenales yo habia hecho notar que se habia tergiversado uno de los discursos que aquel habia pronunciado. Desde luego nos habiamos encontrado en varias reuniones sociales. En esta oportunidad me pidio que fuese a verlo para conversar sobre diversos asuntos. "Me recibio en una amplia habitacion de los pisos superiores de la embajada alemana, y alli sostuvimos una conversacion que duro mas de dos horas. Ribbentrop se mostro extremadamente cortes y recorrimos todo el escenario europeo, tanto en lo relativo al armamento como a la politica. La sustancia de lo que me dijo fue que Alemania buscaba la amistad de Inglaterra (en el continente todavia se nos llama 'Inglaterra'). Me dijo que podria haber sido ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, pero que le habia pedido a Hitler que le permitiera venir a Londres con el objeto de promover la formacion de una entente anglo-alemana, y de ser posible una alianza entre los dos paises.

  • Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra de Jesus Hernandez

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    ?Sabia que hubo una batalla en Europa recien acabada la guerra, que Churchill permitio una terrible hambruna en la India o que hubo judios en la Gestapo? ?O que muchas de las cosas que tiene en su cocina se originaron en aquella contienda? Conozca estas y otras sorprendentes historias, en una vision amena y rigurosa del conflicto de 1939-1945.

  • Los lazos de Argel de Myriam Millan

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    Zahara de los Atunes, 1577.
    Una galera de piratas bereber asalta un tranquilo pueblo pesquero en mitad de la noche.
    Maria, una humilde cabrera y su pequeno hijo Julio, son secuestrados en su propia cama, encadenados y embarcados hacia lejanas tierras musulmanas.
    Nada mas pisar tierras musulmanas y aun sin ser conscientes de sus nuevas vidas, son llevados a un mercado de esclavos, donde Maria presencia como venden a su hijo, delante de sus propios ojos, por un punado de monedas.

  • Amiga…me vuelves loco de Maria Beatobe

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    “Amiga… me vuelves loco” Tres relatos en los que la amistad acaba enamorando.? Quien no ha sentido algo por su mejor amigo? ?Nunca has visto con otros ojos a tu mejor amiga? Pues eso es lo que vais a encontrar en estos tres relatos cortos, amigos/as que luchan contra su corazon para no estropear la amistad y pasar esa delgada linea que se convierte en amor. ?La pasaran?

  • Prohibido contar verdades de Jorge Zuniga Flores

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    No siempre la vida universitaria marca a uno. De hecho, muchas de las personas que conozco o que he conocido, me comentaron alguna vez entre reuniones de trabajo academico, que les encantaba la universidad porque llegaba uno a sentir un grado de independencia, un sitio donde puedes construirte un nuevo tu, un nuevo inicio o una nueva carta de presentacion. A veces me pongo a dudar de las personas que dicen extranar la escuela. En algunos casos, si tu extranaras la escuela, estas diciendo que admites las llamadas de atencion, el jalado de ojeras por parte de la auxiliar de turno, el hecho de reprobar ese curso o materia que no te gusta (que por lo general es fisica o matematica) y demas cosas. Dudo mucho que alguien extrane por un momento ese tipo de vida. La universidad era un nuevo comienzo que toda persona que va a estar en ella debe pasar, debe temer, pero debe vivir. Habia pasado ya 2 anos desde que Juan aprendio a convivir en esa universidad a ejecutar su nueva carta de presentacion. No le fue facil. No por el hecho de no creersela para aprobar los cursos, sino por el hecho de formar vinculos de amistad. Era un tipo timido, pero con ganas de comerse al mundo. Dos anos despues era el mismo, pero pensaba quizas diferente. Habia logrado un cierto nivel de madurez y tenia mas claro lo que queria para su vida. Era la primera semana de la universidad y el comedor principal estaba repleto en su mayoria por becarios en todas sus mesas. Grupos de 4 o 5 estudiantes las ocupaban y habia una cola larga esperando las raciones de la comida diaria, muy basico para cualquier campus. Juan no tenia apetito alguno y se dispuso a ir a la Casa Guzman a sentarse en un comodo sofa y decidio leer Los Miserables. Era un libro que Juan lo habia tratado como meta personal. El profesor de literatura Pancho Navarro (que en paz descanse), senalo alguna vez en su curso de literatura que dicho libro era una de las mas grandes obras de la literatura, que tenia el mismo nivel que Hamlet de Shakespeare, que Ulises de Joyce o que tenia tanta aventura como los cuentos de Verne. Habia dicho alguna vez en su clase: "Si alguno en esta sala quiere dedicarse a la literatura o ser un pinche escritor en secreto, tiene que leer este libro. Si no, abstenganse a escribir", dijo provocando las risas de las cachimbada. Ese era Pancho. Los que han estudiado a partir del 2016 no lo entenderan, pero siempre considere que una manera de ser bautizado en la Ruiz era recibir un coscorron del querido profesor Navarro. Imponia disciplina mediante la comicidad, y eso es muy dificil para el mundo en el que vivimos hoy. Era la clase de profesor que todo estudiante queria tener y creo que fue el perfecto puente de la vida escolar hacia la vida universitaria. No era de gritar ni de llamar la atencion, ni mucho menos de resondrar a todo aquel que no hacia caso. Lo que imponia era una suerte de orden a la ligera. Como buen dotador de artes, entendia, creo yo, la vertiginosa vida juvenil. Por eso, sus coscorrones era una forma de adaptarse a esa vida tan ajetreada, pero a la vez comica y risible. Una vez, trabajabamos uno de los capitulos de Don Quijote de la Mancha. Eran las 11 o 12 por lo menos, y como que a esa hora no sabiamos decir si queriamos salir a tomar un poco de aire o pedir que prendan el aire acondicionado, porque era un marzo caluroso. Pancho, como siempre, llevaba sus lentes grandes y a cada rato se pasaba la mano a su cabello. Todos coincidiamos de que el peinado del profesor era posible gracias a los dotes de la energia electrica, pues siempre parecia muy despeinado el pobre docente. – Tienen que entender muchachos la complejidad que tiene esta obra. Esta pieza fundamental de la literatura universal vio la luz en 1605, en pleno nacimiento del siglo XVII. Dulcinea es un imaginario presente en la vida del quijote y tambien por su puesto para la vida de Sancho. ?No lo crees asi Juan? - dijo acercandose a Juan poniendole una cara de asombro y abriendo bien los ojos. – Pues si, lo creo. - dijo nervioso el pobre. Emilia tuvo que contener la risa. – ?Has leido el capitulo? – ?El que estamos viendo? – ?Cual otro mas Juan? - Muchos empezaron a reir. – No - dijo apenado. – Ven aqui - dijo con voz resignada. Hizo que Juan agache su cabeza y Pancho le dio su merecido coscorron. Ese era el espiritu del profesor Francisco Navarro, quien carinosamente todos llamaban Pancho, de aquel dotador de arte refugiado tiernamente en la fe. Son el tipo de profesores que te dejan un mensaje oculto que agarra significado anos despues cuando te dices a ti mismo que fuiste feliz sin darte cuenta. Ese momento cumplia todos los requisitos para que perdure en el tiempo y dificilmente aquello se podra borrar uno de la memoria. 2 Habiendo pasado media hora, los estudiantes iban y venian en la casa Guzman. Unos minutos despues de que Juan habia logrado cierta concentracion, entro Carlos por el lado izquierdo del lugar. Era uno de los pocos amigos cercanos de la universidad, aunque a veces renegaba de el. Iba exhausto y caminaba de forma indignada. – !Carlos! - dijo Juan ni bien noto su presencia. – Juancito - respondio - Disculpa. No te habia visto. Mas bien, antes que nada. ?Has visto a Liliana? – No. ?Por que? – ?Como que por que? ?No te has enterado? – ?Enterarme de que? Soy el ultimo en enterarme de cualquier cosa. - dijo Juan a reganadientes Carlos no perdio tiempo y le mostro un comunicado redactado por el consejo estudiantil. En el, mostraban su profunda indignacion a la universidad por contratar a Elena Torres como profesora de Teologia e Introduccion al Derecho. Bajo la perspectiva del consejo, el estilo de ensenanzas morales no iba acorde a la universidad, y que era un grave error contratarla como docente. Invocaban a todos los alumnos interesados a una reunion de emergencia para el miercoles 15 a las 2 en punto. Juan habia escuchado aquel nombre antes y se acordo inmediatamente de un par de entrevistas que habia escuchado en la radio cuyo tema era la union civil y de unos cuantos discursos moralistas que sinceramente a nadie le interesaba. A el le encantaba renegar cada vez que la veia o escuchaba en cualquier medio de comunicacion. – ?Cuando publicaron esto? – Lo vi en una publicacion en Facebook y yo me encargue de pasarlo a Word para hacerlo mas notorio. De hecho, iba a pegarlo cerca a la fotocopiadora o en la entrada del comedor. – ?Sabes algo de Francisco? – ?Que tiene que ver el? Si es el mas feliz. - dijo Carlos – Cholo, acaban de declararle la guerra a su vieja. ?No crees que lo minimo que puede pasar es que Francisco le menta la madre a Lili o a alguien del consejo? – ?Para que? – ?Como que para que Carlos? Francisco es el primero que quiere que su madre este ensenando en la Ruiz. Y te puedo apostar que incluso lo quiere mas que el propio rector o quien quiera que haya tenido la idea de traerla - dijo Juan y al terminar se tomo la cara – ?En serio fue idea de la Ruiz? – Ni siquiera una fuerza sobrenatural ha querido desgraciar la tranquilidad aqui. - dijo Carlos - Me niego rotundamente a creer que la idea de traerla haya salido de aqui. Serian unos huevones. Traer a esa mujer es lo equivalente a una santa inquisicion. – Y somos jesuitas, ?verdad? - dijo Juan provocando la risa de su amigo. – Por supuesto estas en contra. ?Verdad? - dijo Carlos – Mira, su nombramiento me va y me resbala. Puede haber otras terroristas de la religion si quieren, pero ella no. Las veces que la veo en programas o en el celular me da pena. Es como una mujer que quiere tener la razon a todo, y yo aborrezco a esa clase de personas. Por lo general, terminan siendo incompetentes. – ?Vas a ir? Creo que hasta cierto punto es importante que tus vayas, para que la reunion este balanceada. – Tu sabes que nunca he sido bienvenido a ese colectivo. Lo comprobe el ano pasado cuando fueron las presidenciales. Ya no veia las horas para que terminaran las elecciones. Si te contara todo el bullying que me hicieron. – Vamos pues Juan. Por esa pavada puedo comprenderlo - dijo Carlos - pero aqui estan en juego intereses de la universidad huevon. Tienes que estar ahi. – ?Tengo? – Bueno, eres de la Ruiz ?No? ?No defendias las causas humanistas? – Lo siento. Anda y representame. No puedo estar en esa reunion. Si quieren botarla, haganlo. Pero me sentiria incomodo estar rodeado de personas con quien no me llevo bien. Juan se paro y no tuvo reparo en despedirse de Carlos de una forma agridulce. En su mente, si quiera ir a batallar o dar pelea verbal. Necesitaba hacer sentir su voz de protesta, en especial a Monica, una estudiante de tendencia izquierdista. Apoyaba cualquier idea de hacerle a Elena Torres una especie de callejon oscuro. Intervenir en esa asamblea era una buena oportunidad. Sin embargo, cuando sus deseos iban en un crescendo rapido, se acordo de los personajes que iban a estar. No era malos, pero por cuestiones meramente politicas y por lo tanto meramente estupidas, habia cierto roce y malestar. Por algo, los politicos en la Ruiz eran llamados fosforitos. Armado el problema, armada la huelga, solian decir algunos. Muchos simpatizantes izquierdistas que iban de huelga en huelga marchaban contra cualquier medida por parte del gobierno de turno que "infrinjan" a los estudiantes. Lamentablemente, la Ruiz no era exclusiva de aquellas marchas. Dicho colectivo se pronunciaba con la esperanza de ganar mas adeptos. Hay estudiantes que de verdad les encanta perder el tiempo en alguna manifestacion que, al final de cuentas, no llevara a nada. La epoca de Hugo Blanco se termino y las marchas de San Marcos tambien, amigos mios. Eso pensaba Juan. 3 Al llegar a la avenida Bolivar, Juan no dudo en ponerse los audifonos, segun decia para aislarse de ese ruido gris llamado Lima. Fue al paradero de siempre y se puso a esperar a que pase la linea 11 o la 32-B, buses que lo dejaban mas cerca de su casa por ese entonces. Mientras venia los carros venir de su lado, volteo y se dio cuenta que, al otro lado de la calzada, una chica le estaba alzando la mano. Parecia gritar, pero Juan no podia oir porque escuchaba a Charly Garcia. Se dio cuenta que era Juliana. Tras cambiar el semaforo en rojo, ella cruzo y fue directo a su amigo a intercambiar palabras. Tras ello, quedaron (y al decir quedaron significa que Juliana obligo a Juan) en subir a la 40, linea de buses que la dejaba a ella en su casa y a el en la Avenida San Luis, un poco lejos para ir a pie, pero no era cosa seria. Tenian suerte porque habia varios asientos desocupados. – ?Vos te enteraste de Lili? - pregunto Juliana – Justo me encontre con Carlos y me conto lo que paso. Quiere que este en la reunion. – Yo voy a ir. A mi me da asco que esa mujer ensene en la Ruiz. Da ganas de irse a la catolica enserio. - dijo ella – ?Y que? ?Quedarte sin plata? – Amigo, vos estas hablando con alguien que tiene plata. Asi que dejate de preocupar, che. - dijo Juliana cruzando las piernas y poniendole la mano en la mejilla. – ?Sabes? Lei un articulo donde senalaba una pregunta interesante. ?Que prefieres? ?Estudiar tu maestria en la catolica o comprarte una casa o un departamento? Porque ambas cosas tienen el mismo precio. No te preocupes, que se que me vas a responder la casa. – Vaya, no lo vi desde esa logica. - dijo ella reflexionando – Pero enserio Juan, conforme pasan los anos la Ruiz se esta volviendo cada dia mas cerrado. – Lo entiendo, pero no es para que digas eso. ?o acaso quieres ir a estudiar mas abajo? Si es asi, tienes suerte de que la 40 llegue hasta la catolica. – Si lo pones como tu dices, no. - dijo Juliana – Si quieres ir manana, anda y ve. - dijo Juan retomando el dialogo anterior – Pero te digo lo que le dije a Carlos. Yo podre estar en contra, pero por cuestiones de ciertas personas que no puedo ver, me abstengo a ir. – ?No vas por Monica? - dijo ella. – No es solamente Monica. Ella me cae bien, pero te apuesto que el miercoles va a hacer un recital absurdo sobre sus ideas politicas y tantas cosas. Para mi resulta un tanto incomodo observar su supuesta indignacion. Es como si Eva Peron y Zuleika Esnal hubieran hecho el amor y de esa transmutacion salio ella. – ?Quien es Zuleika Esnal? – Una argentina progresista que le falta huevo. Parece que nunca se lo dieron porque la chica para amargada cuando habla. – dijo el haciendo reir a Juliana – Bueno, yo manana voy a ir. Si quieres te cuento como fue. – Vale, pero yo estoy preocupado por algo. – ?Que cosa? – dijo ella mientras miraba su celular – Lamentablemente, tu y yo somos amigos de Francisco, y en el comunicado, la firma de Liliana esta en la parte final. Le dije a Carlos que lo minimo que va a hacer el es mentarle la madre. Y si Lili fuese hombre, olvidate le puede dar un punete. – Juan, ?En serio crees que haga eso? - pregunto Juliana – ?Tu no? ?Soy el unico que vela por la integridad de Liliana acaso? Me encontre con Carlos tambien me dio a entender de que no cree que pase cualquier cosa. – Bueno, yo tambien lo creo capaz, pero hay dos posibilidades. Si lo hace, posiblemente lo haga fuera del campus o en los alrededores. De pasar eso, te apuesto que se va a armar un escandalo en el grupo de Facebook de la Ruiz. Si no lo hace, posiblemente quede como el nino que no hizo nada por su madre. – En ambos va a tener rabia. – Relajate, Juan - dijo Juliana – Francisco tiene mierda en el cerebro, pero no tanta. No es como su madre. Lo mas probable es lo primero. Y eso si es que se da, porque ese huevon grita un culo, pero a la hora de la hora se caga de miedo.

  • Cria cuervos de Carmen Galvez

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    Faltaban algunos dias para las fiestas. Madrid lucia nevada al amanecer, como si el tiempo quisiera regalar a sus habitantes una Navidad de postal. Monsalve se desperto al alba despues de una noche larga, repleta de momentos de insomnio que convivieron con otros tantos de pesadillas. En la pared, se reflejaban los primeros rayos de luz ambar que se colaban entre las rendijas de la persiana. Despues de dar algunas vueltas en la cama, logro vencer el sopor. Sin encender la luz, se dirigio a la cocina. La manana comenzaba a invadir de luz la estancia, embadurnando los blancos baldosines que cubrian las paredes y dejando entrever el frio de fuera. Puso en marcha la cafetera y, mientras, miraba su reflejo en el espejo del bano con una mano en la barbilla, moviendo la cabeza de un lado a otro. Aquel reflejo no enganaba. Sus sienes habian sido invadidas por un sinfin de cabellos blancos que proyectaban sin piedad la edad del inspector. Se veia mayor, se sentia mayor. El avisador de la cafetera interrumpio sus pensamientos. Se tomo el cafe en un abrir y cerrar de ojos y se dirigio a la comisaria. Andres Monsalve ocupaba el cargo de inspector de policia en una comisaria madrilena. De aspecto bonachon, gastaba bigote y barba incipiente. Sus pequenas gafas de lectura le daban un aire interesante. De complexion fuerte y altura media, podria pasar inadvertido si no fuera por un fuerte caracter que contrarrestaba con creces su aspecto. Se habia ganado a pulso su buena fama trabajando incansablemente desde unos ya lejanos veinte anos. En la comisaria, Monsalve era admirado y respetado por la implicacion en sus casos. Un inherente sexto sentido lo acompanaba en la resolucion de la mayoria de los desafios que se le presentaban. Sin embargo, los ultimos anos se presentaron algo complicados, hasta el punto de sentirse cansado y deseoso de disfrutar de una jubilacion dorada. No sabia que el dia que comenzaba pondria patas arriba su decision. * Ya en su despacho, miro a traves de la ventana, con la vista perdida entre los arboles cubiertos de blanco. El inspector miraba sin ver, escribiendo palabras sueltas en los cristales empanados por el vaho de su respiracion. Desde que habia tomado la decision de jubilarse, meses atras, no era el mismo. Una tormenta de sentimientos encontrados aparecia sin avisar en su interior dia si y dia tambien. Creia que era lo que necesitaba, mimetizarse en el entorno de un pueblo pequeno de la sierra madrilena. Alli se olvidaria de los criminales, asesinos sin escrupulos y la multitud de victimas traumatizadas dificilmente recuperables. Se dedicaria a escribir sus memorias, pasear y jugar al mus con sus vecinos sin que el reloj interfiriese mas en su vida. Aquel pensamiento le arrancaba una vaga sonrisa en su rostro de facciones endurecidas. Pero esa sensacion mudaba de pronto por otra de panico. Era dura la idea renunciar a todo lo que habia sido su vida, lo que nadie como el sabia hacer, para lo que consideraba que habia nacido. Y la pena de dejar a unos companeros que podian considerarse su familia: Marin, Lopez, Dolores Ramirez, la doctora Martinez... y la ultima incorporacion: Jimena. Con ella mantenia una relacion muy especial. La habia acogido y protegido desde que anos atras tuvo que investigar el asesinato de sus progenitores. Retrocedio a aquel 25 de junio de hacia quince anos. Recreo en su mente la escena del crimen de los padres de Jimena. Ambos se encontraban arropados por un gran charco de sangre, inertes, el uno a poca distancia del otro. No era una escena especial, mas bien una de tantas, pero para Monsalve cambio la perspectiva cuando averiguo que la nina, fruto del matrimonio, habia desaparecido. Apenas tenia ocho anos. A partir de aquello unos fuertes lazos unirian al inspector con la pequena. Jimena se habia convertido en una encantadora joven, sumamente atractiva, de belleza natural, con unos ojos del color del trigo maduro que acompanaban el tono de su pelo. La chica habia revolucionado al equipo con su inteligencia, sencillez y simpatia. La inspectora Jimena era mucho mas que eso, era su mano derecha, quien ocuparia su lugar el dia en que se jubilara. Penso luego en Marin, su leal companero, siempre dispuesto a cumplir sus ordenes. Tenia mas o menos su edad, o quiza algo mas joven, pero su figura rechoncha lo hacia lucir mayor. Marin, por su parte, se definia como un excelente sabueso que sabia tratar con los delincuentes mas indeseables, sacarles informacion y servirse de ellos como confidentes a cambio de pasar por alto algun que otro desliz. Trabajaba sin contar las horas y dedicaba su vida a atrapar malhechores. Tambien, reconocio el inspector, lo echaria de menos. Los pensamientos agolpados de Andres Monsalve se vieron interrumpidos por una llamada a la puerta. --Buenos dias, Jimena-- saludo amablemente el inspector--. ?Algo nuevo? --Me temo que si --respondio con solemnidad--. Un homicidio a escasos diez minutos de aqui... --informo, al tiempo que entregaba a Monsalve un sobre cerrado. --?Que es esto? --pregunto el inspector enarcando las cejas. --!Ah!, no se. Llego en el correo esta manana y han pedido que te lo entreguen cuanto antes en mano. Parece importante. El sobre, apaisado y con un elegante color crema, mostraba un membrete que al inspector le era conocido, no sabia bien donde lo habia visto, pero no era la primera vez que tenia un sobre asi en sus manos. Leyo en voz alta el remite: Miguel Aguirre Donaire. --!No me lo puedo creer! --exclamo, para volverse a sentar con parsimonia en el sillon frente a su escritorio--. !Despues de tanto tiempo ha decidido bajar al mundo de los mortales! Miguel Aguirre habia sido companero de Monsalve en los anos de primaria y de instituto. Le perdio la pista cuando, al terminar la universidad, Aguirre heredo una multinacional con sede en Madrid y factorias en varios puntos de Europa. El nino simpatico y timido que conocio en su etapa de estudiante se habia convertido en una de las fortunas mas elevadas del mundo, segun la revista Forbes. Recordo la ultima vez que se encontro con el, por casualidad, en el aeropuerto de Barajas. Monsalve iba a coger un avion para ir a visitar a sus padres en las islas Canarias y, al reconocer entre una multitud arremolinada de viajeros al que consideraba un buen amigo de la infancia, se le acerco. --!Que alegria verte! --lo saludo de forma entusiasta--. ?Que haces por aqui? ?No iras a Tenerife por casualidad? --No --contesto con frialdad y mirando hacia otro lado--. Espero a mi piloto. Viajo en mi propio avion --le espeto, mientras se alejaba del que fue su companero durante tantos anos. Desde entonces no se habian vuelto a ver. Solo sabia lo que de vez en cuando publicaban las revistas de economia o veia en la television. Ahora, con aquel sobre en las manos y su mas absoluta extraneza, se preguntaba que habia podido hacer que aquel altivo caballero se dirigiera a un detective del monton como el. Con sumo cuidado y ceremonia, libero el contenido del sobre con ayuda de un vetusto abrecartas y leyo: Estimado Andres, Te parecera extrano que te mande esta peticion. Creeme si te digo que a mi tambien. Y despues de como me he portado contigo, no lo habria hecho si no fuera cuestion de vida o muerte. No puedo confiar en nadie mas. Te estaria muy agradecido si me dieras la oportunidad de disculparme y exponerte lo que necesito de ti. Si lo tienes a bien, te espero esta tarde en mi residencia de La Moraleja. Un chofer te recogera en tu despacho a las cuatro y te acompanara de vuelta cuando desees. En espera de que aceptes mi invitacion, Recibe un cordial saludo Miguel Aguirre Despues de leer varias veces aquellos parrafos, Monsalve doblo la cuartilla con esmero, haciendo coincidir cada doblez hasta dejarlo en un rectangulo perfecto. Hecho esto, lo guardo bajo llave en el primer cajon de su escritorio y salio en busca de Marin y Jimena para desplazarse al lugar del homicidio. --?Te pasa algo, Andres? --se preocupo Jimena. --Nada importante --respondio de forma algo automatica--. Pero quiza me ausente unas horas esta tarde. Tendras que ocuparte de todo. Aunque, tanto Marin como Jimena sabian que algo extrano pasaba, ninguno de los dos se atrevio a preguntar al inspector. Cuando llegaron a la escena del crimen, la policia habia precintado el lugar de los hechos, lo que impedia el paso a cualquier persona ajena a la investigacion. Una pareja de agentes mantenia a los curiosos lejos e impedian, en la medida de lo posible, que nadie sacara fotos con sus telefonos moviles. El fallecido se encontraba tumbado boca abajo en el portal de acceso a su vivienda, ubicada un edificio de cuatro plantas de un buen barrio madrileno. En la fachada, pintada de un blanco reluciente, podia leerse el numero 15. Debia de haberse construido a mediados de los anos sesenta, pero se encontraba en un excelente estado. Cubrieron a la victima con una sabana blanca que hubo que retirar para que los inspectores analizaran el cadaver. A primera vista, habia muerto de un unico disparo por la espalda, pero habria que esperar el resultado de la autopsia para corroborarlo. --Todo tuyo, Jimena. ?Que ves? --pregunto Monsalve. Jimena introdujo su larga melena dentro de su gorro de lana para no obstaculizar la inspeccion y evitar contaminar la escena del crimen y, arrodillandose junto al cuerpo, comenzo su examen. --Varon blanco, de entre 25 y 35 anos --canto en voz alta--. Presenta un disparo en la espalda, con orificio de entrada, pero no de salida. No se ha encontrado ningun casquillo en las inmediaciones. Quiza se lo haya llevado la persona que disparo. --?Que nos indica eso? --la interrumpio el inspector. --!Ay, Andres! Me sigues tratando como una nina y llevo contigo varios meses... --Cierto --encajo el detective--. Estas mas que preparada para comenzar tu camino en solitario. --No, eso no. No me hables de irte que sabes que no quiero que nos dejes tan pronto. --Bueno, bueno. A lo que vamos... --De todas formas, una vez extraida la bala, tendremos algo para empezar. --?Algun detalle mas? --Si --apunto Jimena--. Tiene marcas de jeringuillas por todo el cuerpo, brazos, pies, incluso en las rodillas. Sin duda era consumidor de estupefacientes. No lleva documentacion. Nadie sabe quien es. --Sigue observando Jimena --inquirio Monsalve--. ?Algo fuera de lugar? --Yo diria que lo unico que hay fuera de lugar es el fallecido --respondio Jimena. --Asi es. Definitivamente estas mas que preparada. De todas formas, que tomen huellas y recojan muestras. Mientras no tengamos otra escena, esta es la del crimen. !Marin! --llamo Monsalve--. Pregunta entre los curiosos si alguien ha visto u oido algo. --Enseguida, jefe --respondio Marin con diligencia. Marin realizo las preguntas de rigor a los habitantes del inmueble que en aquel momento se encontraban en sus domicilios. Todos coincidian en que la victima no era vecino del lugar. No sabian quien era ni lo habian visto nunca por alli. Todo parecia indicar que, tal y como imaginaban Jimena y el inspector, aquello no era la escena del crimen. Los primeros analisis del cuerpo y los alrededores apuntaban a que le habian disparado en otro lugar y posteriormente habian trasladado el cadaver alli por alguna razon, pero... ?que razon? Monsalve ordeno investigar a todos y cada uno de los habitantes del edificio con objeto de averiguar si alguno de ellos ocultaba algo o tenia alguna relacion con el desconocido. Los hechos esconden siempre una razon de ser, aunque de momento no supieran cual. En la comisaria, el equipo de investigacion de Monsalve se encontraba reunido para comenzar con los primeros tramites y las primeras averiguaciones. Podia respirarse un ambiente mas alborotado del normal. Se encontraban todos enfrascados en sus quehaceres. Lo unico que seguia, como siempre, descansando en una de las mesas, era una caja de donuts, companera en los dias de trabajo. Los agentes no daban respiro a sus respectivos telefonos y los cuadernos de notas se iban completando con frases inconexas que para ojos ajenos carecerian de sentido pero que, finalmente, en unos dias, darian luz sobre el caso del homicidio del desconocido. Mientras tanto, en su despacho, Monsalve releia la nota recibida esa misma manana. Penso en declinar la invitacion y despedir al chofer con una frase de disculpa, pero su curiosidad y los terminos de <> incluidos en la carta le hicieron reconsiderar su decision. Almorzaria algo por ahi y esperaria a ser recogido por el conductor que lo llevaria a casa de Miguel Aguirre.

  • La lista de los nombres olvidados de Kristin Harmel

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    Paris, 1942. Rose Picard y Jacob Levy, dos jovenes judios, se enamoran apasionadamente en los dias previos a la ocupacion de la ciudad por los nazis.

  • Amor Complicado (Angeles de la Guarda 1) de Maryah Well

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    ?Que harias si amenazaran a tu familia? ?Buscarias la ayuda divina o la ayuda humana? ?Y si pudieras encontrar las dos?
    Gaspar Merino, un acaudalado hombre de negocios, lo tiene muy claro. Ante la amenaza a su familia decide contratar a la agencia “Angeles de la Guarda S.L.”, una agencia en la que solo trabajan mujeres en todas sus areas, para que se ocupen de la seguridad de los miembros de la familia. Sin embargo, el hombre no quiere que sus hijos se enteren del peligro que corren.
    Los guardaespaldas contratados se hacen pasar por el chofer, la administrativa y una auxiliar de vuelo para que puedan cuidar de ellos sin que ninguno sospeche.
    Aunque eso no es lo complicado para las chicas, al fin y al cabo, es el trabajo de su dia a dia, pero lo que no podran evitar sera sentirse atraidas por sus respectivos protegidos como las polillas a la luz.

  • El mensajero del Mas Alla de Becka M. Frey

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    UNA NOVELA TREPIDANTE DE SUSPENSE Y FENOMENOS PARANORMALES.

  • Destinada al Oeste (Destino de reyes 2) de Eilana Osorio Paez

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    Soy la reina del Este. Destinada a un hombre que no conozco y amando a otro. Soy la heredera de un reino por el cual debo luchar, en una batalla de la que espero salir victoriosa. No se trata de poder, se trata de igualdad.

    Una promesa realizada hace milenios, una deuda que se debe pagar con sangre y dolor, un amor empanado por la mentira, el egoismo y el egocentrismo masculino. No se si pueda enfrentarme a lo que se avecina. confio en la esperanza depositada en mi . Porque no es defender un amor, es hacer lo correcto. Soy la Reina. una sola voz ha depositado su confianza en mi.

    – Debes estar dos pasos detras de mi, es la tradicion Yelena -se dio la vuelta y volvio dirigirse a su pueblo-. Deben comprenderla, es de otro mundo y sus costumbres son diferentes -volvio a mirarme, no me habia movido, ergui mi postura, desprendi toda mi energia-. ?Que haces Yelena?
    - ?Acaso no te das cuenta? -su desconcierto me confirmo que esto es lo que debo hacer, por mas que duela-. Tu energia es igual a la mia, estare a tu lado no atras.
    - Aqui es diferente -sonrei.
    - Ya no.

    Hay amores que se cruzan en el camino de tu vida, que no puedes olvidar, por mas que la sabiduria diga que el tiempo lo cura todo. En mi caso esa regla no se ha cumplido, al contrario, el sentimiento se afinca en mi alma al punto de no saber quien es el que domina mi ser. Pero por mas amor que se le tiene a un ser, hay actitudes que no se pueden pasar por alto. Aunque duela, el debera aprender. volvi para ensenarle. Ensenarle a amarme.

  • Mas alla de los volcanes de Yolanda Fidalgo

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    NOVELA GANADORA DEL IV PREMIO INTERNACIONAL DE NARRATIVA MARTA DE MONT MARCAL.

  • El caballero que cayo al mar de H.c. Lewis

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    Desde Robinson Crusoe hasta el naufrago de Garcia Marquez, la literatura esta poblada de personajes que deben sobreponerse a la zozobra de un barco. Pero es probable que no haya otro como Henry Preston Standish -el inolvidable caballero de esta novela-, quien cae al agua por obra y gracia de un paso desafortunado. Mientras el Arabella se pierde en el horizonte, y sin balsa ni isla a la vista, este hombre tiene que afrontar una situacion inesperada: esta solo contra el mar. Con magistral sencillez, Herbert Clyde Lewis lleva el relato a una dimension filosofica: ?que salvar de una vida? El caballero que cayo al mar es una obra maestra que el exceso de oferta del mundo editorial (no el exceso de obras maestras) mantuvo hasta hoy en el olvido. Con esta primera traduccion al castellano, celebramos su rescate.

  • La sonambula de Miquel Molina

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  • Un cowboy bajo el muerdago de Tess Curtis

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    Habia sido un buen mes de ventas, cada uno de los comerciales de la oficina habia vendido al menos un par de casas, incluida ella, algo que hacia que se sintiera satisfecha, ya que hacia solo unos pocos meses que trabajaba para Johnson’s Real Estate, despues de unos anos en los que no se habia sentido preparada para asumir aquel tipo de empleo sin que los recuerdos la sobresaltasen. Una vida que ahora parecia muy lejana, en la que habia tenido su propia inmobiliaria conjuntamente con su exmarido, Tyler. Sonrio al pensar en Tyler, a pesar de que las cosas entre ellos no habian funcionado como pareja, guardaba un grato recuerdo de el. Esperaba que le fuese bien. --?En que o quien estas pensando? --pregunto Naomi, su companera de escritorio y amiga desde que habia llegado a la oficina. --Me pregunto como le ira a mi exmarido --respondio Jane distraida, ordenando algunos documentos que tenia sobre la mesa. --Nunca he visto a nadie sonreir pensando en un ex --opino Naomi, cenuda. --Es una buena persona. --?Sigues enamorada de el? --No, pero eramos buenos amigos y haciamos un buen equipo --se sincero ella, sabiendo que en ese momento estaban a solas en la oficina, el resto de comerciales o estaban ensenando casas o almorzando con clientes. --Asi que sientes cierta... nostalgia --dijo Naomi. --Podria decirse asi --respondio ella encogiendose de hombros. --Mira, Jane, creo que necesitas salir con alguien de forma urgente. No es normal sonreir recordando a tu ex. Tal vez podria presentarte a mi primo James, el se acaba de separar, ha vuelto a la ciudad... --?Tiene hijos? --Le corto Jane. --Si, pero no son bebes y... --Entonces no me interesa --volvio a interrumpirla zanjando el tema. --Hay pocos hombres de tu edad que no tengan hijos o que no los quieran tener --aseguro Naomi. --No quiero ninos --respondio ella tragando saliva y desviando la mirada hacia una montana de papeles que tenia en el lado contrario de su mesa. --?Por que? !Por el amor de Dios! No lo entiendo --pregunto Naomi, desconcertada. Su amiga se negaba en rotundo a aquello, pero no parecia el tipo de persona que odiaba a los ninos. Jane abrio la boca para contarle a su amiga de una vez por todas el motivo por el cual no queria tener ninos en su vida de ninguna de las maneras. En ese momento ambas oyeron como sonaba la campanita de la puerta de la oficina, que se abria en ese instante, era un nuevo cliente. Un hombre alto y fuerte de pelo castano y ojos aun mas oscuros las miro a ambas por turnos sin saber bien a quien dirigirse. --Naomi Philips. ?En que puedo ayudarle? --pregunto su companera levantandose de su silla para tenderle la mano, que el cliente estrecho. --Mason --respondio el con una sonrisa que a ella se le antojo brillante. --Perfecto. Es usted mi proxima visita --le dijo Naomi--. Solo necesito un momento para coger unas cosas y ahora mismo nos vamos. --Tomate tu tiempo --respondio mientras ella desaparecia tras la puerta de otra oficina. Se fijo ahora en la mujer del otro escritorio, le resultaba vagamente familiar, pero no sabia de que. Quiza habian estudiado juntos en otro tiempo o habian sido vecinos de pequenos, hacia demasiados anos que habia dejado Rexburg. --?Puedo ofrecerle un cafe mientras espera a Naomi? --pregunto Jane, al sentirse observada por aquel hombre tan atractivo. --No, gracias. Estoy bien --respondio el, mostrando de nuevo su perfecta sonrisa, pero sin dejar de mirarla intensamente. --?Puedo ayudarle de alguna otra forma? --pregunto ella de nuevo. --Perdona --era consciente del tono de esa pregunta, sabia que la habia intimidado mirandola de aquella forma--. Es que me resultas familiar y trato de recordar donde nos hemos visto antes. --Yo, sin embargo, no lo recuerdo en absoluto a usted --respondio ella con una sonrisa neutra. --Me crie en esta ciudad, pero puede que solo me recuerdes a otra persona. --Puede ser --manifesto ella con una nueva sonrisa amable, antes de dirigir de nuevo su atencion a unos documentos que estaba revisando sobre una casa que ensenaria al dia siguiente. --?Nos vamos? --pregunto Naomi saliendo de otro despacho, con el maletin en la mano y el abrigo puesto. --Despues de usted --respondio Mason. --Una cosa mas --dijo Naomi girandose hacia su companera--. Parker ha llamado. Encargate de cerrar, por favor. --Descuida --sonrio Jane hacia su amiga. --Cuando lo desee podemos ensenarle la casa a su esposa --dijo Naomi una vez terminaron el tour por la misma, tras el cual, Mason Stewart parecia haber quedado satisfecho, lo que la aproximaba a una posible venta y una suculenta comision. --Yo... --Mason se tenso al escuchar la mencion a su esposa--. No tengo esposa. --Hijos, madre... --se apresuro a decir Naomi sintiendo que habia metido la pata. Seguramente era un hombre divorciado. --No, solo la vere yo --zanjo el. --Esta casa es un sueno --cambio de tema Naomi, suscitando interes por la vivienda. --Lo es. Me gusta --respondio el tratando de olvidar el comentario anterior. Aun no le habia contado a demasiadas personas que pretendia mudarse a Rexburg con Sadie, su hija de seis anos. --A Jane le gusto en cuanto pusimos fuera el cartel de venta. Si nadie se da prisa en comprarla, seguro que ella lo hara. --?Jane? --pregunto el, subiendo una ceja. --Jane, mi companera, la de la oficina --aclaro ella. De repente, los recuerdos unidos a aquel nombre y su rostro acudieron a su mente. !Con razon le era tan familiar! !Sus ojos y su voz! !Era Jane, Jane Norris! Ahora estaba seguro de ello. --Me temo que la senorita Norris tendra que buscar otra vivienda. Manana mismo hare una oferta, me la quedo --dijo convencido de la compra de su futuro hogar. Naomi le tendio la mano y esbozo una gran sonrisa. --?La senorita Norris? --quiso saber ella. --Jane, Jane Norris --dijo el. --Creo que se ha confundido, yo hablo de Jane Davis. --!Oh, claro! Debe ser su apellido de casada. Debi suponerlo --dijo algo abatido con aquella informacion. Estaba completamente seguro de que era Jane Norris... o ahora Davis. --?Entonces la conoce? --indago Naomi con subito interes en aquel asunto. --Si, hace muchos anos, cuando aun eramos unos crios. --?Ah, si? --Naomi queria tirar de aquel hilo, el tal Mason Stewart no estaba nada mal, no estaba casado, por la casa que iba a comprar todo hacia indicar que su credito era alto, no habia mencionado que tuviera hijos y, ademas, tambien parecia conocerla. --Si, aunque yo me fui hace demasiado tiempo de Rexburg, perdimos el contacto y... --se detuvo, siendo consciente de que a su agente inmobiliario aquello no le interesaba en absoluto. --Es curioso, ella tambien ha regresado hace poco a la ciudad. El destino a veces separa a las personas para volver a unirlas en un mismo sitio, ?no cree? --Si, claro --respondio Mason pensativo. Tenia que darle la razon, era de lo mas curioso. Lastima que Jane estuviera casada. Aunque de todas formas, sentia curiosidad por saber que habia sido de su vida. --Bien, manana tendre listos los documentos para lanzar nuestra oferta y se la presentaremos a los duenos actuales --dijo Naomi para finalizar la visita tras mirar su reloj y ser consciente de que habia quedado con otro cliente. Ambos se dirigieron a la entrada de la propiedad y salieron de la misma. Mason aun se detuvo a observar la fachada de la vivienda desde fuera. !Era perfecta! Y a Sadie le iba a encantar. --Nos vemos pronto, senor Stewart --dijo ella teniendole la mano y el se la estrecho. --Gracias por todo, senora Phillips. Naomi le dedico una sonrisa y se dirigio hacia su coche, para pero se detuvo y se giro hacia el de nuevo. Probablemente Jane se enfadaria si se enteraba de lo que pensaba decirle al tal Mason, pero bien valia la pena intentarlo. --Una ultima cosa, senor Stewart --dijo ella. --Mason --la corrigio el, no le gustaba tanta formalidad. --Mason --sonrio de nuevo--, Jane no esta casada. Solo sigue usando el apellido de su exmarido. Mason sonrio.

  • La llave de la buena vida de Joan Garriga

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    El mayor regalo que le hacemos a un hijo es, sin duda, entregarle su propia vida. A lo largo de ella, disfrutara de muchos momentos de crecimiento, expansion y felicidad, pero tambien sufrira otros de perdida, recogimiento y dolor. En el relato que abre este libro, unos padres deciden regalarle a su hijo, al cumplir los dieciocho anos, una llave de tres
    dientes para ayudarle a abrir las distintas puertas que se iran mostrando ante si.
    A partir del relato, Joan Garriga toma posicion y habla desde su amplia experiencia como terapeuta en un texto que nos ilumina en el intento de vivir plenamente en un mundo cada vez mas complejo. Los tres dientes de la llave son los tres recursos a los que debemos
    acudir siempre, sea cual sea la situacion, y son la verdad, la valentia y la conciencia. Es decir, el ser uno mismo, el coraje para perseverar ante los contratiempos y el mantenerse despierto a la propia existencia y lo que nos rodea. Si usamos esta llave, alcanzaremos la buena vida,
    que no es otra cosa que ser capaces de tomar y soltar con alegria aquello que la vida tiene reservado para nosotros, o, lo que es lo mismo, <>.

  • Por la C de Carol – Mary Shepherd de Mary Shepherd

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    Carol es algo. bueno, algo no, es pija. Es rubia de <> y lleva lentillas de colores. Jura por la D de Dior, suelta !jopelines! cada dos por tres, viste ropa de los disenadores mas famosos y lleva zapatos de marca. Es socia de una boutique y vive con sus dos <>, Bubble y Muffin.
    Un corte de agua hace que salga, toda enfurrunada, a la busqueda y captura del <> de la sospechosa desaparicion del preciado liquido y entonces lo encuentre a el. ?Y quien es el? El es Lolo, tia, osea, Lo-lo, albanil, guapete el, pero rustico, rural y tiene el descaro de llamarla <> y a partir de ese momento. mmm, eso, eso es <>.

  • Nunca pense llegar amarte… y ya estamos a miercoles de A. R. Cid

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    … Contenido …?Que harias si entraras a la consulta de tu ginecologo con toda la pelambrera esperando ver al viejo de siempre y descubrieras a todo un bombon?

  • Conquistada (Soul Circus 1) de Nisha Scail

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    Sacada a la fuerza de su casa y depositada sobre la acera de su edificio con nada mas que lo puesto, Helena supo lo que era vivir una pesadilla. El hombre con el que llevaba viviendo desde hacia mas de un ano, se habia esfumado llevandose todo lo que tenia y la habia dejado en la calle con una desorbitada cantidad de deudas.

  • Batiendo a Wall Street de Peter Lynch

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    El legendario gestor de fondos Peter Lynch explica en este libro sus estrategias de inversion y sus claves sobre como seleccionar acciones y fondos para conseguir la mejor cartera de inversiones posible.

  • Cruzare la eternidad de Donna Kenci

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    Alejandria, ano 30 a. C. --Date prisa, muchacho. No hay tiempo que perder --me dijo en voz baja, tras descubrirme bajo las capas de mi atuendo. --?Es aqui? --interrogue a mi viejo amigo. --Si. --Se detuvo mirando hacia un lado y hacia el otro, para cerciorarse de que nadie me habia seguido--. ?Que ha pasado? ?Hemos caido otra vez? --inquirio. --Nos han vuelto a derrotar --le confirme. Echo un ultimo vistazo hacia la oscuridad de la noche, antes de dejarme paso. --?Cleopatra esta...? --Esta bien, hemos escapado --le asegure--. Vive, pero no por mucho tiempo. Esta decidida a quitarse la vida, antes de dejarse atrapar por ellos. No me hizo falta anadir nada mas, su silencio fue acompanado de un gesto de nerviosismo. Una vez en el interior, aparte de mi cabello la gruesa tela con la que me habia cubierto para no ser reconocido. Al instante, el viciado aire de la camara inundo mis fosas nasales. Olia a muerte y no pude evitar sentir una profunda desolacion. Otee la sala con dificultad, hasta que mis ojos se habituaron a la tenue luz que provenia de la abertura, justo al otro extremo de la entrada. --?Donde esta Neith? --pregunte al anciano, sin dejar de atisbar a mi alrededor. --En esa habitacion --me contesto, indicando el lugar con su mano. Al volver a mirarme, su rostro se mostro compungido--. Te dejare con ella a solas, pero no debemos esperar mucho mas o no funcionara. Asenti con la cabeza, incapaz de articular palabra. Mi cuerpo temblaba y un nudo en mi garganta me impedia tragar saliva, pero hube de armarme de valor para enfrentar a lo que me esperaba en aquel lugar. Avance despacio, con pasos titubeantes hasta llegar al umbral, entonces la vi. Yacia sobre una superficie de piedra, apenas cubierta por un fino tejido de lino. Estaba inmovil. Me aproxime para taparla mejor, sin ser consciente realmente de lo que ocurria. No podia ser cierto. No lo era. Me incline sobre su cuerpo con lentitud. Tenia los bellos ojos cerrados, rodeados por sus largas pestanas y coronados por sus perfectas cejas. No debi hacerlo, pero sin lograr reprimirme, la toque. Di un respingo al sentir la frialdad de su piel y me lleve la mano a la frente tratando de contener un lamento, aunque resulto inutil. Mis lagrimas comenzaron a brotar sin remedio, resbalando por mis mejillas. --?Por que lo has hecho? --le susurre con una mezcla de rabia y dolor--. Mi dulce y preciosa Neith. Grite para soltar toda la afliccion que me consumia por dentro, a la vez que estampaba mi puno contra la pared. --?Por que me has dejado? --Me enjugue el reguero salado que corria por mi cara--. Tan solo un dia mas y habriamos sido libres. --Solloce, mientras acariciaba su mano. Recorde su risa, su voz, su intensa mirada. Contemple sus hermosas facciones, esperando que abriera los ojos y me sonriera como tantas veces habia hecho al despertar entre mis brazos. Sin embargo, no ocurrio. ?Que le habia impulsado a quitarse la vida? Tras el anuncio de su padre que acababa de prometerla para contraer matrimonio con el tio de Cleopatra, Neith le confeso que aun seguiamos viendonos, le amenazo con escaparnos si no cejaba en su intento por casarla con aquel hombre. Pero no pudo impedir que su padre se saliera con la suya en contra de su voluntad, asi que Neith y yo decidimos fugarnos en cuanto regresara de la mision que se me habia encomendado. Una suave palmada en la espalda me saco de mis pensamientos. Me gire para encontrarme con la expresion preocupada del sacerdote sem. --Mi joven Sekani, comprendo tu dolor, pero sabes que no surtira efecto si nos demoramos mas. Esa era mi unica esperanza, asi que intente recobrar fuerzas para concentrarme en lo que tendria lugar a continuacion. Asenti con conviccion. --Adelante, comienza cuando quieras --le confirme. Sus arrugadas manos levantaron mi brazo derecho, palpando mi muneca, no sin antes observarme con gesto interrogante. --?Estas seguro, muchacho? --Sus ojos mostraban lastima--. No habra vuelta atras. Tienes que entender que no es posible saber cuantas veces regresaras de la muerte hasta encontrarla. A lo mejor tienes suerte y en tu primera reencarnacion hallas a Neith, pero ten en cuenta que si la fortuna no esta de tu lado, podrian transcurrir mas de mil anos sin que se cruce en tu camino. Suspire, totalmente convencido de lo que iba a hacer. No me importaba vivir una y otra vez durante cientos de anos, si con eso conseguia permanecer un solo dia mas junto a ella. La idea de perderla para siempre no era una opcion. --No puedo vivir sin ella --conteste. El sabio anciano supo que no cambiaria de opinion, que estaba decidido a llevar a cabo aquella locura, costara lo que costase. Meneo la cabeza con un gesto de desaprobacion, mientras repetia el movimiento que acababa de realizar conmigo. Sujeto el brazo de Neith para girar su palma hacia arriba; a continuacion extrajo de su tunica un objeto punzante, que no logre identificar y comenzo a grabar algo en su muneca, a la vez que susurraba una oracion ininteligible. Me mantuve en silencio, presenciando el extrano ritual que tenia lugar frente a mi, siguiendo cada movimiento con atencion, hasta que me di cuenta de que habia dibujado un ankh en la piel de Neith. --Ella no te reconocera --solto de improviso el sacerdote, sin levantar la vista--. Al estar muerta durante la ceremonia, una de las partes de su alma ya ha comenzado a olvidar, aunque aun no es demasiado tarde--. Se interrumpio para sondear mi expresion--. Tu si lo recordaras todo y tendras la mision de hacer que rememore su primera vida. Neith sentira el vinculo que os une, pero eso la confundira. Debes ser paciente para ganarte su confianza e impulsarla a recuperar sus recuerdos. --Lo hare --le dije con solemnidad. --Es importante que nunca le reveles su pasado --me advirtio--. Si lo haces, Neith no recobrara su memoria jamas. Tendra que hacerlo por ella misma. --Puedo ayudarla, pero no desvelarle nuestro secreto --resumi. --Asi es. El sacerdote sem se dirigio al otro extremo de la sala para limpiar los utensilios en un recipiente con agua. Acto seguido me hizo extender mi brazo para proceder a esculpir otro ankh en mi piel, repitiendo la misma invocacion entre murmullos. El simbolo de la vida eterna quedo marcado en la parte interna de mi muneca. Con cuidado, intente limpiar los restos de sangre, pero no me dio tiempo, senti un tiron en el brazo y vi como el anciano unia mi mano con la del cuerpo sin vida de Neith, quedando las dos palmas pegadas, frente a frente, al tiempo que pronunciaba unas palabras dirigidas a la diosa Isis. --Isis es la unica que puede hacerlo posible, aunque esto va en contra de nuestras creencias, pero ella nunca me ha fallado con este ritual. Funcionara --me explico. Cuando finalizo, avanzo unos pasos hasta detenerse frente a la pared y presiono un pequeno bloque de piedra que sobresalia. La sorpresa me invadio al descubrir como se abria un resquicio, revelando la entrada a una camara secreta. --?Eso es lo que creo? --pregunte con intriga. --Si, es la estancia donde han depositado todas sus pertenencias de valor --me confirmo, mientras se introducia en la oscuridad del habitaculo. Al momento regreso con un objeto en las manos--. Toma. Poseer objetos de su antigua existencia acelerara la recuperacion de sus recuerdos. --Extendio su brazo hasta dejar caer en mis manos un colgante--. Guardalo en un lugar donde nadie pueda acceder a el, para que puedas rescatarlo en el instante en que os reencontreis y se lo entregues. Mi corazon dio un vuelco al fijarme con atencion en la joya. Se trataba del amuleto que yo mismo le habia regalado, una preciosa piedra de lapislazuli, engarzada en un borde grueso de oro. Sin dudar, lo colgue de mi cuello y lo escondi bajo mi atuendo. --Asi sera --le prometi. Me palmeo el brazo para infundirme animo. --?Que pasara con Egipto ahora que hemos sido derrotados? --Cambio bruscamente la conversacion. --No lo se. El destino de Egipto esta en manos de Roma --le explique, abatido. Se llevo las manos a la boca, mientras su mirada se entristecia. Resoplo, pero se recompuso con rapidez, aclarando su garganta antes de hablar

  • Clickbait de Sonia Martinez Martin

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    Katherine tiene una vida perfecta: sale con el capitan del equipo de futbol, trabaja en una revista de moda y estudia la carrera que le gusta.
    Pero un dia todo su mundo se pondra patas arriba y perdera todo lo que le importa.
    Acabara trabajando en el peor antro de la ciudad y compartiendo un piso enano con una ninfomana y un ninato insufrible.
    Y lo que va mal, siempre puede ir peor.

  • Te espero en Arborea [LGBTI] de Antonio Sanz Oliva

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    La desaparicion de Paolo hace que Andres, su pareja, decida buscarlo hasta el final aunque por el camino descubra secretos y detalles ocultos de su relacion.
    Relacion gay, misterio, intriga y un desenlace inesperado.
    Andres Tomas, despues de su ruptura con Paolo, un apuesto carabinero al que conoce durante un congreso de cartografia en Florencia y con el que inicia una intensa relacion, recibe una nota suya citandole en su pueblo natal, Arborea, una pequena poblacion de la Cerdena profunda.
    Cuando llega a Arborea, intentando solucionar su crisis de pareja, se da cuenta de que Paolo no ha acudido a su cita y comienza a buscarlo desesperadamente. Asi conoce a Angelo Mani, el diacono de la poblacion, que, casualmente, tambien habia mantenido una relacion con Paolo durante su juventud. Este le desvelara detalles de la personalidad de su amado que habian permanecido ocultos.
    Despues de establecer una breve pero profunda amistad con Angelo, Andres recibe la impactante noticia de su muerte en extranas circunstancias. La noticia hara que se tambalee todo su mundo, en el que se mezcla la imperiosa necesidad de encontrar a Paolo y el deseo de esclarecer la muerte de Angelo.
    Pistas falsas, extranos accidentes y la angustia de encontrar a Paolo, se van sucediendo mientras la policia parece pisarle los talones. Andres decide llegar hasta el final en busca de respuestas, provocando un desenlace de inesperadas consecuencias que cambiara para siempre el rumbo de sus vidas.

  • Regalame un sueno de Maria Beatobe

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  • Castillos en el aire de Ana Castellar

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    Una apasionante novela de amor, pasion y reencuentros.

  • El canto de las montanas de Nguyen Phan Que Mai

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    Mi abuela me decia que, cuando mueren, nuestros antepasados no desaparecen, sino que siguen protegiendonos. Y ahora siento que ella me protege mientras enciendo una cerilla y prendo una varilla de incienso. En el altar de los antepasados, detras de la campana de madera y de las bandejas de comida humeante, los ojos de mi abuela brillan cuando la llama de color azul anaranjado prende el incienso. Agito la varilla para apagarla y, al tiempo que se consume sin llama, las espirales de humo y el aroma ascienden hacia el Cielo, llamando al espiritu de los muertos para que regresen. --Ba oi --susurro, alzando el incienso por encima de la cabeza. Entre la niebla que difumina la frontera entre nuestros dos mundos, la abuela me sonrie. --Te echo de menos, abuela. Una rafaga de viento entra por la ventana y me acaricia el rostro, tal como hacia mi abuela. --Huong, querida nieta. --Los arboles que crecen junto a la ventana susurran sus palabras--. Estoy aqui contigo, siempre estoy contigo. Coloco la varilla en el tazon situado delante del retrato de mi abuela. Sus suaves rasgos brillan con el perfume del incienso. Contemplo las cicatrices de su cuello. --?Te acuerdas de lo que te dije, querida? --murmura su voz entre las ramas incansables--. Los retos que los vietnamitas han tenido que afrontar a lo largo de su historia son tan altos como las mas altas montanas. Si nos detenemos demasiado cerca, no podemos ver las cumbres. Si nos alejamos de las corrientes de la vida, podremos tener una vision completa... Rojo sobre blanco Hanoi, 1972-1973 La abuela me da la mano mientras caminamos en direccion al colegio. El sol es como una gran yema de huevo que se asoma entre una hilera de casas con tejado de hojalata. El cielo es tan azul como la falda favorita de mi madre. Me pregunto donde estara. ?Habra encontrado a mi padre? Me sujeto el cuello de la chaqueta mientras el viento se abre paso y arremolina una nube de polvo. La abuela se inclina y me pone un panuelo sobre la nariz. Mi mochila del colegio le cuelga del brazo y se tapa la cara con la palma de la mano. Volvemos a ponernos en marcha en cuanto se disipa el polvo. Por mucho que me esfuerce, no oigo cantar a los pajaros. Busco, pero no encuentro ni una sola flor a lo largo del camino. No hay hierba a nuestro alrededor, solo montones de ladrillos rotos y metal retorcido. --Guayaba, ten cuidado. --La abuela tira de mi para alejarme del crater de una bomba. Me llama por mi apodo, Guayaba, para protegerme de los malos espiritus que, segun ella cree, rondan la tierra en busca de ninos hermosos para secuestrarlos. Dice que mi nombre verdadero, Huong, que significa 'fragancia', los atraeria. --Cuando vuelvas a casa tendras tu comida favorita, Guayaba --me dice la abuela. --?Sopa pho con fideos? --La felicidad hace que me salte un escalon. --Si... Los ataques aereos no me han dejado cocinar, pero ahora esta todo en calma, asi que vamos a celebrarlo. Antes de que pueda contestar, una sirena rompe nuestro momento de paz. Una voz femenina grita desde un altavoz atado a un arbol. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan los bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --!Oi troi dat oi! --La abuela invoca al Cielo y a la Tierra. Corre tirando de mi. Rios de gente salen de las viviendas como si fueran hormigas huyendo de un hormiguero destrozado. A lo lejos, desde lo alto de la opera de Hanoi, aullan las sirenas. --Por aqui. --La abuela corre hacia un refugio antiaereo excavado al borde del camino. Tira de la pesada tapa de hormigon. --!No hay sitio! --grita una voz desde abajo. En el interior del agujero redondo, en el que solo cabe una persona, hay un hombre medio arrodillado. El agua fangosa le llega hasta el pecho. La abuela se apresura a cerrar la tapa. Tira de mi hacia otro refugio. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se aproximan a Hanoi. Estan a sesenta kilometros de distancia. Las fuerzas armadas se disponen a rechazarlos. --La voz femenina parece mas imperiosa. Las sirenas son ensordecedoras. Vamos refugio tras refugio, pero estan todos llenos. Delante de nosotras, la gente se precipita de un lado a otro como pajaros con las alas rotas, abandonando bicicletas, carros, bolsos. Una nina pequena, sola, llama a gritos a sus padres. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se acercan a Hanoi. Estan a treinta kilometros de distancia. Aturdida por el miedo, tropiezo y me caigo. La abuela me levanta. Tira mi mochila del colegio a un lado de la calle y se agacha para que me suba a su espalda. Me sujeta las piernas con las manos y echa a correr. Un ruido ensordecedor se aproxima; se oyen explosiones lejanas. Me agarro a los hombros de la abuela con manos sudorosas, aplasto la cara contra su cuerpo. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan mas bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --Corred al colegio, no van a bombardearlo --grita la abuela a un grupo de mujeres que cargan con ninos en brazos o a la espalda. A los cincuenta y dos anos, la abuela es fuerte. Pasa corriendo junto a las mujeres y se pone a la altura de las que van delante. Entre sacudidas presiono la cara contra su largo cabello negro, que huele como el de mi madre. Mientras pueda olerlo estare a salvo. --Huong, corre conmigo. --La abuela se acuclilla delante de mi colegio, jadeando. Tira de mi hacia el patio y se mete en un refugio vacio situado junto a un aula. Me deslizo a su lado y el agua me llega hasta la cintura; me agarra con manos heladas. Hace un frio horrible. Estamos a principios del invierno. La abuela se incorpora para cerrar la tapa. Me abraza y el latido de su corazon palpita en mi sangre. Agradezco a Buda que nos haya dado este refugio en el que cabemos las dos. Tengo miedo por mis padres, que estan en el frente. ?Cuando volveran? ?Habran visto al tio Dat, al tio Thuan, al tio Sang? Las explosiones se acercan. El suelo se mece como si fuera una hamaca. Me tapo los oidos con las palmas de las manos. El agua sube de golpe, me moja la cara y el pelo, me nubla la vista. El polvo y las piedras se cuelan por una pequena hendidura y me caen en la cabeza. Se oye el fuego antiaereo. Hanoi devuelve el ataque. Mas explosiones. Sirenas. Gritos. Intenso olor a quemado. La abuela se lleva las manos al pecho. --A Di Da Phat, Nam Mo Quan The Am Bo Tat. --De sus labios sale un torrente de plegarias a Buda. Cierro los ojos y la imito. Las bombas siguen rugiendo. Sobreviene un minuto de silencio. Un ruido estridente. Me encojo de miedo. Una tremenda explosion nos impulsa hacia la tapa del refugio. El dolor me oscurece los ojos. Aterrizo con los pies sobre la barriga de la abuela. Tiene los ojos cerrados, las manos parecen una flor de loto en su pecho. Reza mientras el ruido atronador desaparece y se elevan los gritos de la gente. --Abuela, tengo miedo. Tiene los labios azules, tiembla de frio. --Ya lo se, Guayaba... Yo tambien tengo miedo. --Abuela, si bombardean el colegio, ?se... se hundira este refugio? Se agita en el reducido espacio y me atrae hacia sus brazos. --No lo se, carino. --?Si se cae moriremos, abuela? Me abraza con fuerza. --Guayaba, si bombardean el colegio, quiza el refugio se nos caiga encima, pero solo moriremos si Buda lo consiente. No morimos aquel dia de noviembre de 1972. Despues de que las sirenas anunciaran el final del bombardeo, la abuela y yo salimos, temblando como hojas, y avanzamos tambaleantes por la calle. Se habian derrumbado varios edificios, los escombros cubrian el camino. Reptamos tosiendo por montones de cascotes. Los ojos me ardian con las espirales de humo y polvo. Agarre con fuerza la mano de la abuela mientras contemplaba a las mujeres que se arrodillaban y aullaban junto a los muertos cuyos rostros habian cubierto con ajadas alfombrillas de paja. Las piernas de los cadaveres nos apuntaban. Piernas mutiladas, cubiertas de sangre. De una piernecita colgaba un zapato rosa. La nina muerta tendria mi edad. Empapada, cubierta de barro, la abuela tiro de mi, cada vez mas deprisa, y pasamos junto a trozos humanos dispersos, casas derruidas. Sin embargo, al lado de la sombra del bang, nuestra casa se alzaba bajo un sol glorioso e incoherente. Habia escapado de milagro. Solte la mano de la abuela y corri hacia la puerta de entrada. La abuela me ayudo a cambiarme a toda prisa y me metio en la cama. --Quedate en casa, Guayaba. Baja si vuelven los aviones --dijo, senalando el refugio antiaereo que mi padre habia excavado en el suelo, junto a la entrada del dormitorio. El refugio era lo bastante grande para las dos y estaba seco. Preferia refugiarme ahi, bajo la atenta mirada de mis antepasados, cuya presencia irradiaba el altar familiar situado en lo alto de la estanteria. --Pero... ?adonde vas, abuela? --pregunte. --A mi colegio, a ver si mis alumnos necesitan ayuda. --Me arropo con nuestra fina manta. --Abuela, es peligroso... --Esta a dos manzanas, Guayaba. Volvere corriendo en cuanto oiga la sirena. ?Me prometes que te quedaras aqui? Asenti. La abuela se dirigio a la puerta de la casa, pero volvio a mi cama. Me calento el rostro con la mano. --?Me prometes que no saldras a curiosear? --Chau hua --conteste con una sonrisa para tranquilizarla. Nunca me dejaba ir sola a ningun sitio, ni siquiera durante los meses sin bombardeos. Siempre habia temido que me perdiera. Me preguntaba si mi tia y mis tios tendrian razon cuando afirmaban que la abuela me sobreprotegia porque sus hijos habian sufrido cosas terribles. Cuando la puerta se cerro a su espalda, me levante y cogi un cuaderno. Moje la plumilla en el tintero. <>, escribi, empezando una nueva carta para mis padres sin dejar de preguntarme si les llegaria alguna vez. Se desplazaban con las tropas y no tenian direccion fija. Estaba leyendo otra vez Bach Tuyet va bay chu lun, inmersa en el mundo magico de Blancanieves y sus amigos, los siete enanitos, cuando la abuela volvio a casa con mi mochila del colegio colgada del brazo. Le sangraban las manos, heridas al haber intentado rescatar a las personas enterradas bajo los cascotes. Me atrajo hacia su pecho y me abrazo con fuerza. Esa noche, me deslice bajo nuestra manta mientras escuchaba las oraciones de la abuela y el ritmico sonido de la campana de madera. Rezaba para que Buda y el Cielo terminaran con la guerra. Rezaba para que mis padres y tios regresaran sanos y salvos. Cerre los ojos y me sume a sus oraciones. ?Estaban vivos mis padres? ?Me echaban tanto de menos como yo a ellos? Queriamos quedarnos en casa, pero una notificacion urgente de las autoridades ordeno a los ciudadanos que evacuaramos Hanoi. La abuela tenia que guiar a sus alumnos y a sus familias a un lugar remoto en las montanas, donde seguiria impartiendo clases. --Abuela, ?adonde vamos? --pregunte. --A un pueblo que se llama Hoa Binh. Alli no podran encontrarnos las bombas, Guayaba. Me pregunte quien habria elegido un nombre tan bonito para un pueblo. Hoa Binh eran las palabras que llevaban en las alas las palomas pintadas en las paredes de mi colegio. Hoa Binh en mis suenos era de color azul, el color del regreso a casa de mis padres. Hoa Binh significaba algo sencillo, intangible y valiosisimo: 'paz'. --?Esta muy lejos ese pueblo, abuela? ?Como vamos a ir? --Andando. Esta solo a cuarenta y un kilometros. Si vamos juntas, podremos hacerlo, ?no crees? --?Y la comida? ?Que comeremos? --No te preocupes. Los campesinos nos daran comida. En momentos de crisis la gente es buena --contesto con una sonrisa--. ?Me ayudas a hacer el equipaje? Mientras nos preparabamos para el viaje, la voz de la abuela se elevo en una cancion. Tenia una voz preciosa, igual que mi madre. Se divertian inventando canciones tontas, cantando y riendo. Cuanto echaba de menos aquellos momentos tan felices. Cuando la abuela cantaba, los grandes campos de arroz abrian sus brazos verdes para recibirme, las ciguenas me llevaban en sus alas, los rios me arrastraban con la corriente. La abuela extendio un panuelo. Apilo nuestra ropa en el centro y anadio mi libreta, la pluma, el tintero y el material que ella empleaba para dar clase. Puso encima de todo la campana de rezos y luego ato las esquinas opuestas para hacer un hatillo que pudiera echarse al hombro durante el viaje. Del otro se colgo un largo tubo hecho con una cana de bambu, lleno de arroz crudo. Habia preparado ya mi mochila del colegio con agua y comida para el camino. --?Cuanto tiempo estaremos fuera, abuela? --No lo se, quiza un par de semanas. Me plante delante de la estanteria y pase las manos por el lomo de los libros. Cuentos de hadas vietnamitas. Cuentos rusos. La bija del vendedor de pajaros, de Nguyen Kien, La isla del tesoro, de un autor extranjero cuyo nombre no se pronunciar.

  • El tercer pais de Karina Sainz Borgo

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    Llegue a Mezquite buscando a Visitacion Salazar, la mujer que sepulto a mis hijos y me enseno a enterrar a los de otros. Camine hasta el fin del mundo, o donde yo crei que el mio habia acabado. La encontre una manana de mayo junto a una torre de nichos. Vestia mallas rojas, botas de trabajo y un panuelo de colores atado a la cabeza. Una corona de avispas revoloteaba a su alrededor. Tenia el aspecto de una Virgen morena extraviada en un basurero. En aquel solar reseco, Visitacion Salazar era lo unico vivo. Su boca de labios oscuros escondia unos dientes blancos y cuadrados. Era una negra guapa, bien dispuesta y empulpada. De sus brazos, gruesos de tanto frisar tumbas, colgaban bolsas de piel a las que el sol sacaba brillo. En lugar de carne y hueso, parecia hecha de aceite y azabache. La arena tiznaba la luz y el viento taladraba los oidos; un quejido que brotaba de las grietas abiertas sobre la tierra que pisabamos. Mas que brisa, ese aire era una advertencia, una tolvanera densa y ajena como la locura o el dolor. Asi era el fin del mundo: aquel monton de polvo hecho de los huesos que nos dejabamos en el camino. En la entrada colgaba un cartel pintado a brochazos: EL TERCER PAIS, un cementerio sin ley al que iban a parar los muertos que Visitacion Salazar enterraba a cambio de la voluntad, y a veces ni eso. Casi todos los que ahi reposaban nacieron y murieron en la misma fecha. Sus tumbas pobres estaban inscritas con garabatos sobre cemento fresco: la letra accidentada de los que nunca descansaran en paz. Visitacion ni siquiera se volvio para mirarnos. Hablaba por telefono. Con la mano izquierda sostenia el aparato; con la otra, unas flores plasticas que hundio en la argamasa recien batida. --!Si, mi reina, te oigo! --Angustias, ?estas segura de que esta mujer nos va a recibir? --pregunto Salveiro. Asenti. --!Te escucho, mamita! --continuo ella, a su aire--. !Te digo que hay carencia de bovedas! !Ayyyyy! !La senal se pierdeeeee…! --insistio, tragicomica. --Esta mujer no para de hablar… --rezongo el. --!Callate, Salveiro! --!Digale a ese hombre que espere! --grito la mujer, dirigiendose, al fin, hacia nosotros--. !Los muertos son pacientes! !Los muertos no tienen prisa! Otra rafaga de viento abraso nuestra piel. La tierra de Mezquite era una paila cubierta de cardos y llanto, un lugar en el que no era necesario ponerse de rodillas para hacer penitencia. La que nos habia llevado hasta alli ya era suficiente. Asi era El Tercer Pais, una frontera dentro de otra donde se juntaban la sierra oriental y la occidental, el bien y el mal, la leyenda y la realidad, los vivos y los muertos. La peste y la lluvia llegaron juntas, como los malos presagios. Las chicharras dejaron de cantar y un tumor de polvo se formo en el cielo hasta descargar gotas de agua marron. A diferencia de los males que alguna vez sufrimos, este despedazo nuestros recuerdos y deseos. La peste atacaba la memoria, confundiendola primero y picoteandola despues. Se contagiaba a gran velocidad y cuanta mas edad tuviese el enfermo, peor era el efecto. Los ancianos caian como moscas. Sus cuerpos no resistian el taladro de las primeras fiebres. Al comienzo dijeron que la transmitia el agua, luego los pajaros, pero nadie era capaz de explicar nada sobre la epidemia de desmemoria que transformo a todos en fantasmas y lleno el cielo de zamuros. Nos hizo ineptos hasta cubrirnos de miedo y olvido. Caminabamos sin rumbo, perdidos en un mundo de hielo y fiebre. Los hombres salian a la calle a esperar. ?Que? No lo supe jamas. Las mujeres haciamos cosas con las que espantar la desesperacion: recogiamos comida, abriamos y cerrabamos ventanas, trepabamos a los tejados y barriamos los patios. Pariamos pujando y gritando como locas a las que nadie ofrecia ni agua. La vida se concentro en nosotras, en aquello que hasta entonces fuimos capaces de retener o expulsar. Mi marido tambien contrajo el mal, pero tarde en darme cuenta. Su caracter se confundio con los primeros sintomas. Salveiro hablaba poco, era reservado y no sentia curiosidad alguna mas alla de sus propios asuntos. Cuando lo conoci, trabajaba en la cauchera de su familia aflojando tuercas con una llave de cruz o tendido junto a un gato hidraulico para arreglar alguna averia en las tripas de un camion destartalado. A diario yo pasaba frente al local renegrido sin prestar atencion a lo que ocurria en su interior. Si entre fue porque necesitaba grasa de motor para aflojar las cerraduras de la casa: un bote de Tres en Uno, cualquier cosa que sirviera para lubricar las aldabas, pero Salveiro se ofrecio a mirarlas. --No son los cerrojos. Es la madera. Esta comida por las termitas, por eso las puertas no cierran, ?ves? --Me enseno un polvillo de virutas y aserrin. Regreso esa misma semana para revisar el techo y el resto de la casa. La recorrio entera. Que si esta viga tiene jejen, que si las patas de la mesa estaban mal cortadas o esta silla mal serrada. Iba de un lado a otro con una zapa. Lijaba aqui y martillaba alla. Todo cuanto tocaba dejaba de crujir o rechinar, como si recompusiera las cosas con solo mirarlas. --Angustias, ?y este quien es? --El hijo del cauchero, papa. Ha venido para arreglar las traviesas y las armaduras de las ventanas.

  • La Locura de Nayade ( Trilogia Locura 1), Chloe Magne de Chloe Magne

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  • Bajo tu hechizo de Sofia Arias

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    Una historia de amor entre el jefe mas temido de las provincias barbaras y una poderosa hechicera que hara las delicias de los lectores.

  • Una visita inesperada de Juani Hernandez

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    Con el final de Cada vez que te beso, pudimos disfrutar de la emocionante declaracion de Raul a Diana en aquella entrega de premios en la que fue galardonado, y meses despues, asistimos a la preciosa ceremonia en la que no solo contrajo matrimonio la pareja, sino que tambien se casaron Angel y Sofia, un sueno hecho realidad tras tantos anos separados. Pero ?que ocurrio en el transcurso de esos meses? Vamos a echar un vistazo a un dia cualquiera de sus vidas --o no tan cualquiera, al fin y al cabo-- y veamos como les va a nuestros chicos de Extrarradio. ?Seguiran siendo la banda de rock exitosa tal y como todos esperaban? ?Como lidiaran las chicas con la fama de sus parejas sin trastocar su dia a dia? ?Habra quedado su pasado definitivamente atras? Descubrelo en Una visita inesperada, una serie de relatos que todos los fans de XTRD, sin duda, disfrutaran.

  • Cuando vuelva a encontrarte de Mar Carrion

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    Para la adinerada familia de Alice Mathews lo mas importante es el exito profesional, el dinero y las apariencias, por eso, para Wayne Mathews, el tirano de su padre, el unico futuro posible para su hija
    es que se convierta en la abogada de la empresa que el dirige en Chicago. Recien licenciada, Alice se traslada a Nueva York para realizar las practicas en el bufete de un amigo de su padre. Sin embargo, ahora que esta tan lejos de casa y del control del patriarca, encontrara una oportunidad maravillosa de ver realizados sus propios suenos.

  • Hija de la noche de Mika Lobo

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    Soy una Erinia, una Furia, una hija de la noche. No importa como me quieran llamar. Soy venganza..."
    Noa tiene un pasado terrible y oscuro que ocultar. No quiere sentir, no desea vivir ni recordar. Por eso cuando una de las tres Furias que habitan el Tartaro le ofrece otro tipo de "existencia" bajo su tutela, no puede negarse.
    Su sexto sentido para captar a las personas, sus temores, su dolor, sus esperanzas, se ha convertido en su poder mas letal. Y es ahora, cuando lleva mas de un siglo ejecutando su cometido, cuando se le presenta la mision mas dificil, la que va a sacudir los cimientos de su extrano mundo. Tendra que aprender a ser humana de nuevo, a dejarse tocar sin su coraza. ?Pero va a poder resistir todos los sentimientos que se le vienen encima?, ?todos los recuerdos? ?las sensaciones?
    Eric es un ser inadaptado que se pega a ella en contra de su voluntad. La sigue a cambio de nada; solo la ayuda. Su historia se va a entrelazar con la de Noa irremediablemente, convirtiendose a lo largo de la historia en uno de los determinantes para la mision, y sin saberlo, para su existencia.
    Va a tener que enfrentarse a lo que mas miedo le provoca: su propia humanidad.

  • Una deuda por amor de Erina Alcala

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    Papa --le dijo su hija mayor Isabel, que tenia 25 anos y acababa de llegar de la asesoria en la que trabajaba de secretaria en Ubeda, un pueblo de la provincia de Jaen. --?Que pasa Isabel? --Tienes una carta certificada de un bufete de abogados de Jaen. --?De un bufete de abogados de Jaen? ?y eso? --?Te la abro? --le dijo Isabel ya que su padre se encontraba bastante enfermo del corazon. --No. ?Ha llegado tu hermana? --Esta acabando el master. Hoy no venia a comer. --Vale. La casa en la que vivian en Ubeda desde que el se caso, no era suya y lo sabia, pero habian pasado ya 28 anos de aquello. Era una casa enorme, de las mejores del pueblo. Una casona senorial que el habia ido reformando con el tiempo. Aunque hacia tiempo que estaba igual. Y los olivos tampoco eran suyos. Y se imaginaba de que iba la carta del bufete y se echo a temblar, porque sus hijas no sabian que ninguna posesion era suya, y hacia diez anos que no le enviaba el dinero de los olivos a su amigo y dueno de todo. Su amigo de la infancia y vecino, Jesus Fuentes Eugenio Martin y Jesus Fuentes, eran amigos de la infancia y cuando hubo una desbandada de gente para irse a Australia en la que se dijo habia mucho trabajo, Jesus se fue a Nueva Zelanda. A la isla sur, en concreto al este, a Little River. Un pueblo maravilloso que con el tiempo se convirtio en turistico hasta tal punto en el que el y su hijastro, Hunter, tenian un pequeno hostal con 25 habitaciones, con rutas turisticas, tenian una pequena granja de alpacas para el turismo, y hacian bajadas sobre todo en rafting por el rio, senderismo, ofrecian comidas y actividades a los turistas. Jesus, habia comprado una buena casa y con el dinero que le iba enviando su amigo de la cosecha anual de la aceituna, hizo en los anos siguientes el hostal y su casa, preciosos, en lo alto de una colina, una gran explanada con vistas maravillosas. Era lo mas bonito que habia visto en su vida y alli se quedo. Se caso con una turista, Eva, que tenia un hijo de cinco anos, Hunter Wilson. Y no tuvo mas hijos, asi que Hunter era tan hijo suyo como si fuera propio, y Hunter, no conocio a otro padre. Y Fuentes le cambio el apellido por el suyo. Hunter se habia hecho un hombre, con 29 anos, al terminar la carrera de Derecho, se hizo cargo de las rutas, era un aventurero nato, y entre el y un chico Jacob, contratado, llevaban todo el turismo del hostal. Ademas, Hunter llevaba la contabilidad, porque su padre, ya no era sino relaciones publicas. La madre de Hunter murio cuando el tenia doce anos y se quedaron solos. Ahora tenia un trabajador para la granja, otro para tener a punto el almacen de las canoas y lo que hiciese falta. Una senora para la limpieza, cocinero y ayudante y dos camareros para el salon comedor. A veces contrataban una orquesta o el mismo chico del almacen de las canoas, divertia a los pequenos y a los mayores con juegos. Eran una pequena familia que fue aumentando con el tiempo. Pero Jesus estaba preocupado. Hacia diez anos que su amigo Eugenio no le contestaba y supo que estaba vivo y tenia dos hijas, pero se habia quedado con todo su dinero y propiedades y no le mandaba ni un dolar. Estaba irritado, y no tuvo mas remedio que llevarlo a juicio. No queria que su hijo Hunter supiera nada, ni siquiera sabia la cantidad de terreno que tenia y la casa. Porque Hunter tenia caracter y hubiera ido personalmente a sacarle los ojos por robar a su padre. Eugenio leyo la carta y supo todo el dinero que debia devolver e irse de la casa en 10 dias, asi como devolver las tierras a una agencia que las llevaria a partir de ese momento. Pero el no tenia dinero para pagarle lo que se le exigia y sus hijas no sabian nada. Y no tuvo mas remedio que llamarlo. --!Hola Jesus! --?Si? ?quien es? --Eugenio, Eugenio Martin. --Hombre, ya te he mandado que debes hacer, llevas 10 anos sin enviarme el dinero. He consultado con la fabrica de aceite y me debes cinco millones de euros, y mi casa. --Veras Jesus, hombre, no tengo ese dinero. --?Ah no? ?y en que te lo has gastado? --le dijo mas enfadado de lo normal. --He jugado, lo siento mis hijas ni lo saben. Desde que Rosa murio... --!Tienes hijas! --Dos, si. Una tiene novio, la mayor, Isabel, de 25 anos. --?Y la pequena? --23. --?Y debes dinero? --No, gracias a Dios no debo, pero no tengo, hare lo que quieras, pero estoy enfermo. --?De que? --Del corazon? --?Y juegas mi dinero? ?no estas enfermo? --Por Dios Jesus, perdoname. Hare lo que quieras. --?Tu hija menor como es? --Preciosa, ha estudiado turismo y acaba el master en un mes. --Muy bien, una asesoria me va a vender las tierras y me enviara el dinero. --Pero Jesus, ?de que voy a vivir? --De tu hija, tiene novio ?no? --Si y trabajan los dos. --Pues ya esta, --?Y la casa? --La casa te la dejare diez anos mas, si muero yo, se vendera, si mueres tu lo mismo. Ya tengo eso encargado. --Gracias, al menos... --!Ah! y quiero a tu hija menor. --?Como? --Que tengo un hostal turistico y la quiero. --Pero no puedes quitarme a mi hija. --?Ah no?, ?quieres vivir en la calle y pagarme los cinco millones que me debes? --No puedo, pero mi Raquel... --Bonito nombre, estara bien aqui, quiza tenga mas suerte y le guste a mi hijo. --!No puedes hacer eso! --Piensalo. En un mes todo lo tengo vendido. Te llamare y contesta. Te mandare el pasaje y algo de dinero para tu hija. Asi que ya sabes. Y le colgo. Y Eugenio se echo a llorar. --Papa, papa, ?Que te pasa? --le dijo Isabel. Y su padre le conto todo. --No se lo digas a Raquel. --Pero papa, ?como has gastado ese dinero? --Jugando. --Papa son cinco millones de euros, demasiado benevolo es ese hombre. Era tu amigo y confio en ti. Y hemos vivido muy bien gracias a el. Ya puedes despedirte de las tierras. --Si, estan en venta ya, si no estan vendidas ya. --Al menos yo gano algo y podemos quedarnos Luis y yo contigo. Tengo un sueldo y Luis y tu tienes la paga. Nos apanaremos. Pero el se viene a casa. --Hasta que nos la quiten. --Diez anos. --No voy a vivir diez anos hija. --Bueno, si Luis y yo podemos ahorrar para un piso, o alquilar uno, luego hablare con el en la asesoria. Luis trabajaba en la asesoria llevando comunidades de vecinos, y se habian enamorado. Pensaban vivir juntos en poco tiempo. --El problema es como se lo decimos a Raquel, pobre mi nina, no la veremos. --?Como puede pedirte a una hija? --Me la quiere quitar por la deuda. Mi hija vale mas de cinco millones y la casa. --Miralo por el lado bueno, ha hecho turismo, quiza si le decimos que tu amigo le ha propuesto irse a trabajar alli. Ella es aventurera. --?Y si no la tratan bien? --Cuando te llame el mes que viene, se lo dejas claro, que, si no la trata bien, nos vamos, lo malo es que en cuanto venga tu hermana y le digamos lo de mi amigo se pondra a hacer las maletas loca de contenta. --No tengo nada que darle, ni para el viaje. --Le pagan el pasaje, pero necesitare algo para que se lleve. --Yo le dare algo que tengo ahorrado. --Hija... --llorando. --Papa, lo has hecho muy mal, ese amigo tuyo confio en ti. Podiamos vivir bien y darle su parte y ?que has hecho?... no me lo puedo creer. Pero su padre se puso tan mal que lo tuvo que llevar al hospital. Habia tenido un infarto y llamo a su hermana y al trabajo para no ir. Por la noche le repitio el infarto y murio. --Dios mio --dijo Isabel--, ahora ?que hacemos? A los tres dias estaban en casa por la noche. Habian enterrado a su padre e Isabel cogio el papel de su amigo. --?Senor Fuentes? --Si digame. --Soy Isabel la hija de Eugenio Martin, mi padre ha muerto. En un mes intentaremos salir de su casa y cumplir lo acordado. Hablare con mi hermana. --Lo siento por tu padre, no lo esperaba. --No se preocupe, estaba ya muy enfermo. --Le mandare a tu hermana un sobre, con los pasajes y algo de dinero. --No hace falta, tengo algo ahorrado. --Se lo mandare. Utilizalo para alquilarte un piso. --Como quiera, tengo que hablar con ella y buscar un piso. Cuando lo tenga todo listo pueden vender su casa. --Lo siento hija. --Lo siento yo, por condonarnos la deuda de mi padre. Pero por favor trate bien a mi hermana. --No te preocupes, aqui estara bien. Bueno, ahora ya no tiene importancia. --Por la noche --Isabel le dijo a Raquel: --Sientate. --?Que pasa? Y le conto todo lo que habia pasado. --?Las tierras y la casa no eran nuestras? --Nada, no tenemos nada, cinco millones de euros de deuda. --Cinco millones, ni que trabajaramos las dos toda la vida podriamos pagar eso. --Lo se, por eso Luis y yo buscaremos un piso, el senor Fuentes quiere vender su casa. --?Y yo?, me quedaban dos semanas para acabar el master. --Te vas con el. --?Con quien? ?con el senor Fuentes? --A Nueva Zelanda, sola. --Si, es lo que papa le prometio. --Pero Isabel... --Tiene un hostal turistico te vendra bien, querias salir de Espana. Te va a mandar los pasajes hasta llegar a ese pueblo y dinero. --?Y los cinco millones? --Por los cinco millones, debes irte. --Por Dios, Dios mio y estuvo llorando un buen rato. ?Que hizo nuestro padre? --Lo que nunca debio hacer. El senor Fuentes confio en el le dejo una gran casa y un monton de terreno y podiamos ser ricos y se ha gastado todo y no ha mandado durante diez anos lo que le debia. --?Pero por que yo? --Ahora ya no sufrira papa. Es una buena oportunidad para ti, Raquel. --?Tu crees? --He estado viendo el pueblo, los paisajes y el hostal, toma mira... --Es maravilloso. --Si, el rio, los bajos, senderismo... --Pero tan lejos de ti... --Estoy con Luis, hermana.

  • La alegria de cocinar de Karlos Arguinano

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    Karlos Arguinano se ha propuesto meter en la cocina a quienes nunca la pisan, a divulgar el placer no ya de comer un buen plato, sino de elaborarlo. Cocinar como forma de divertirse, compartir, probar y experimentar. Un espacio que nos aleja del estres de la vida cotidiana y que nos permite gozar con nuestras propias creaciones. Aprende a pochar, sofreir, reducir, escaldar, macerar; elaborar una buena salsa, preparar una masa, marinar una carne; combinar ingredientes, gestionar tiempos de coccion, potenciar sabores.

  • Mona de Pola Oloixarac

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    Novela de ideas y suspenso, un thriller literario donde la clave del crimen esta escondida en el cuerpo de una escritora que compite por un premio.

  • La muerte de Ulises (Detective Kostas Jaritos 1) de Petros Markaris

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    La noticia llego mientras saboreabamos el cafe de la manana, ritual que Guikas habia inaugurado recientemente. Como se ha pasado media vida entrando y saliendo de los despachos ministeriales de todo tipo de partidos y autoridades politicas, en algun momento se entero de que los primeros ministros empiezan siempre su jornada laboral con un cafe y se apresuro a emular la costumbre. Para ser sincero, no tengo la menor idea de lo que hablan los jefes politicos con sus ayudantes mientras toman el famoso cafetito, pero nosotros hablamos de gilipolleces. De cara a la galeria, se supone que aprovechamos la coyuntura para dar un repaso a los asuntos y documentos de la vispera y trazar nuestros planes de accion para el dia en curso, pero la mayor parte de las veces perdemos el tiempo escuchando los recuerdos archivados en la cabeza de Guikas. Asi que, cuando sono el telefono y Guikas descolgo el auricular y me dijo: <>, tuve un presentimiento, que Vlasopulos me confirmo en el acto. --Se ha producido un asesinato, senor comisario. --?Se conoce la identidad de la victima? --Por supuesto. Es el escritor Lambros Spajis. La mujer de la limpieza ha encontrado su cadaver esta manana en su despacho. --?Y tu sabias que ese tal Spajis era un escritor famoso? -- pregunto extranado, porque a mi el nombre no me dice nada. --Yo tampoco lo sabia, pero he buscado en la Wikipedia y he encontrado su biografia. <>, me digo para mis adentros. <> --?Donde vivia la victima? --En la calle Romano el Meloda, que parte de la circunvalacion de Licabetos. --Bajo enseguida. Vlasopulos esta esperandome en el coche patrulla delante de la entrada de Jefatura. --He avisado a los de la Cientifica y al forense. Tambien he enviado un coche patrulla para que vigile la casa. La victima vivia sola. La casa de Spajis, una vivienda de tres plantas, debio de construirse mas o menos en los anos treinta. A la izquierda, segun se entra, hay una sala de estar llena de muebles antiguos y recuerdos de familia, sobre todo viejas fotografias. En un amplio sillon con apoyabrazos de madera torneada esta sentada una cincuentona de cabello negro y nariz aguilena, que permanece inmovil y con la cara hundida en las palmas de las manos. Enseguida veo que es extranjera, aunque no acierto a adivinar su nacionalidad. El agente joven encargado de custodiarla esta de pie junto a la ventana, fumando y admirando el paisaje. La cocina se encuentra justo enfrente de la sala de estar. A su lado, una escalera de madera conduce a las plantas superiores. Primero echo un rapido vistazo a la cocina. Los armarios estan cerrados y en el fregadero hay una pila de platos amontonados de cualquier manera. La nevera esta llena de frutas y verduras. En la segunda planta me esperan dos dormitorios. Entre uno y otro, un pasillo estrecho conduce al cuarto de bano. La victima debia de dormir en la habitacion de la izquierda, ya que alli los armarios estan llenos de trajes y ropa interior masculina. En la mesilla de noche hay un libro junto a un par de gafas. El segundo dormitorio, en cambio, da la impresion de que no lo utilizaban. Seguramente hacia las veces de habitacion de invitados. En el unico balcon de la casa malviven unas plantas canijas que, sin lugar a dudas, provocarian escalofrios a mi mujer. La tercera y ultima planta esta ocupada en su totalidad por un enorme despacho lleno de estanterias que cubren las paredes hasta el techo. Seguro que a Guikas le daria envidia, no por la gran cantidad de libros sino por las vistas, ya que a traves de las dos amplias ventanas se divisan Atenas y la Acropolis como servidas en bandeja. La luz que inunda el despacho presta un aspecto acogedor a todo lo que hay en el, salvo al cadaver, que esta tendido de bruces delante de la ventana izquierda con el craneo destrozado. La sangre ha creado un charco alrededor de la herida y ya aparece seca en las orejas de la victima y en el cuello de su camisa. No hay senales de lucha en la habitacion, cosa que significa que la victima conocia al asesino, que era persona de su confianza: por eso este ultimo pudo pillarlo por sorpresa y golpearle la cabeza mientras miraba por la ventana. No veo que mas puedo hacer en el despacho de Spajis, asi que decido bajar para interrogar a la mujer de la limpieza y dejo las demas tareas en manos de la Cientifica y el forense. En mitad de la escalera me topo con Stavropulos, el medico forense. --?Que tenemos? --me pregunta. --Un muerto con el craneo hecho pedazos. A la victima la golpearon por la espalda mientras miraba por la ventana. No he visto senales de lucha en ninguna parte, asi que el asesino debe de ser alguien conocido, teniendo en cuenta, ademas, que Spajis lo recibio en su despacho y no en la sala de estar. Quien lo mato no entro para robar. Vino para hacerle una visita. Stavropulos se ahorra todo comentario y sigue subiendo la escalera mientras yo me acerco a la mujer de la limpieza, que permanece en una posicion similar a como la deje hace un rato. Ahora apoya la cabeza en una mano mientras en la otra aprieta un panuelo de papel. --?De donde eres? --pregunto. Los funcionarios tienen que acreditar sus bienes, los inmigrantes tienen que acreditar su procedencia. --De Armenia. --?Llevas muchos anos al servicio del senor Spajis? --Nueve anos. Pobre senora Urania aun vivir. --?A que hora has llegado esta manana? --A las nueve, como siempre. --?Vienes todos los dias? --No. Dia si, dia no. Voy primero cocina. No espero encontrar platos sin fregar. Senor Lambros fregarlos siempre, porque el monte Licabeto estar cerca y haber hormigas. Despues me sorprendo mas. --?Por que? --Porque subir habitacion y ver cama hecha. --?El no se hacia la cama? --No, hacerla yo cada dos dias. Empezar a llamar su nombre: <>. Nada. Luego subir despacho y... !verlo! Se echa a llorar de nuevo y se seca las lagrimas con el panuelo de papel. --Muy bien, ahora vete a casa a descansar --le digo--. Manana pasa por Jefatura, en la avenida Alexandras, para prestar declaracion oficial. --Senor Lambros muy buena persona --dice ella mientras se pone de pie con esfuerzo--. Lastima morir asi. Mucha lastima. La dejo y subo a la tercera planta para ver que ha averiguado Stavropulos. Entretanto, los de la Cientifica han puesto manos a la obra. Stavropulos ha terminado el examen del cadaver y ya esta recogiendo sus instrumentos. --No puedo decirte gran cosa --explica--. La muerte debio de ocurrir entre las diez de la noche y la una de la madrugada. El craneo muestra senales de golpes reiterados con un objeto pesado. Probablemente, alguna bandeja o recipiente metalico, ya que encima del escritorio estan desparramados alfileres, sujetapapeles y gomas elasticas que Spajis debia de guardar en su interior. En cualquier caso, el asesino se llevo el arma del crimen. No la hemos encontrado en ninguna parte. --Registrad el escritorio y el ordenador --digo a Sfakianakis, de la Cientifica. El me mira sorprendido, porque acabo de mandarle hacer lo que es evidente. Vlasopulos sube jadeando la escalera. --Tiene una sobrina por parte de su mujer, que vive en Patras. No tenia mas familia. Era un hombre tranquilo. Parece que se mostraba abierto y amigable con todo el mundo. --?Algun testigo ha visto al asesino entrar en casa? --No. Claro que el hecho de tratarse de una vivienda unifamiliar complica las cosas, porque no hay vecinos inmediatos. --Muy bien. Avisad a Patras para que nos manden a la sobrina en un coche patrulla. Vamonos ya. De momento, aqui no podemos hacer nada mas. Y dudo mucho de que se encuentre nada que nos sea util.

  • Secretos 3 de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el "si, quiero", Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision de disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este. En pleno Caribe, conocera a Elias Castro, un poderoso empresario que tiene todo lo que quiere en el momento en el que lo pide. Ambos comenzaran un apasionante romance rodeados de los mas exquisitos lujos. Julia no tardara demasiado en enamorarse del irresistible Elias, pero tambien descubrira que no todo es lo que parece. Las mentiras y los secretos comenzaran a estar presentes en el dia a dia de la pareja hasta que Julia, hastiada de mantenerse al margen y de desconocer la verdadera vida de su pareja, decidira marcharse y abandonarle para regresar a Madrid, su ciudad. Pero Elias ha encontrado al amor de su vida y no piensa dejarlo escapar tan facilmente. Regresara en busca de Julia y encontrara en Madrid un sinfin de peligros de los que no podra protegerse. Fuera de Mexico, no tiene poder ni contactos para mantener a Julia bajo proteccion, asi que no les quedara mas remedio que regresar. Julia, guiada por el amor ciego que siente por Elias, decide obviar todos los riesgos que ha sufrido y regresar a Mexico bajo la promesa de que, nada mas llegar, la hara participe de los secretos que han rodeado su relacion. ?Podra soportar la verdad? ?Le contara Elias todo lo que tanto ha luchado por mantener oculto? ?Se acabaran las mentiras entre ellos? Y..., lo mas importante, ?estaran por fin a salvo de los sicarios que les persiguen? 1 Habian detenido a Elias. Aquello era lo unico que su confusa mente era capaz de procesar. El control habia saltado, activando sus alarmas, y los agentes que se encontraban presentes le habian pedido que se retirase a una de las esquinas. Julia miro hacia su alrededor, buscando ayuda. ?Pero quien iba a ayudarla? Se habian metido en un tiroteo, unos psicopatas querian asesinarlos y Elias llevaba una pistola encima en un control del aeropuerto. !Por Dios! ?!Como no se habian deshecho de la pistola antes de entrar!? Se movio unos metros hacia la izquierda para evitar perder al hombre que amaba de su campo de vision. Estaba llorando, le temblaban las piernas y sentia que de un momento a otro su pecho estallaria de la presion. Escuchaba los latidos de su corazon resonar con fuerza dentro de ella y la tension acumularse en cada articulacion. Sabia que varias personas la miraban con curiosidad, pero le daba igual; tenia demasiado por lo que preocuparse. ?Y si le perdia? ?Que iba a hacer sin el? !Y si terminaba en la carcel! Atisbo como los policias elevaban los brazos de Elias y comenzaban el cacheo. Desde aquel lugar, no podia ver muy bien a Elias, tan solo la espalda y la silueta del policia que le realizaba el registro. Penso que, quizas, podia armar un escandalo alli mismo. Gritar, llorar o incluso amenazar a alguien para distraer la atencion de los agentes que tenian retenido a Elias pero... ?De que le serviria a el? No podia huir a ninguna parte. Estaba rodeado. Vio como el policia terminaba el registro y se hacia a un lado para dejar paso a Elias. No podia ver muy bien que era lo que ocurria, pero parecia que regresaban a la zona del control. Volvio a colocarse en el mismo lugar de antes para recuperar visibilidad y observar mejor el panorama. Elias, junto a la salida de la cinta de las maletas, se quitaba el cinturon con parsimonia y se lo entregaba a uno de los policias que le habia cacheado. Julia le vio cruzar el control, esperar unos segundos y regresar al otro lado en busca de su cinturon con una sonrisa de oreja a oreja en el semblante. No lograba escuchar ni distinguir que era lo que ambos se decian, pero parecia un saludo cordial y una disculpa por parte del agente. Elias recogio sus pertenencias y se marcho, caminando a paso ligero. Necesito varios segundos para procesar que era lo que habia ocurrido y que los dos se encontraban sanos y salvos. Cuando logro tranquilizarse, se coloco en la cola del control mientras ejercitaba su respiracion para no parecer fuera de lugar; habia llamado la atencion de varios operarios que no le quitaban los ojos de encima y queria pasar desapercibida, aunque esa mision parecia imposible de cumplir. Elias estaba bien. Elias estaba bien. No dejaba de repetirselo a si misma, pero parecia demasiado bonito para ser verdad. El hombre que tenia delante cruzo el control y el guardia le hizo un gesto para animarla a continuar. Julia se quito los zapatos, los coloco en la cinta y, aun con el corazon latiendole desbocadamente, cruzo al otro lado. Sonrio -- con la mejor sonrisa que fue capaz de emitir -- al operario de la cinta y recogio sus zapatos. Decidio caminar al frente y alejarse antes de calzarse porque no podia soportar un segundo mas continuar en el centro de atencion de los presentes. --! Ey, senorita! -- dijo un agente, colocando la mano sobre su hombro. Julia se dio la vuelta de un salto, aturdida. Habia vivido tanto en tan pocas horas que cualquier cosa parecia capaz de crearla ansiedad. -- ?Si? -- pregunto en voz baja. El hombre sonrio. -- ?Se encuentra bien? -- inquirio, con una sonrisa conciliadora en el semblante. Julia supuso que la habria visto llorar minutos atras. O quizas, simplemente, sus ojos enrojecidos habian captado su atencion. Asintio sigilosamente con un movimiento de cabeza y sonrio a modo de despedida. Sin decir nada mas, aun descalza y con los zapatos sujetos en una mano, echo a caminar al frente. -- !Que tenga un buen viaje! -- exclamo el agente, pero ella no se giro hacia detras. 2 Elias la estaba aguardando en la primera sala de espera que encontro. Nada mas verlo, Julia se lanzo a sus brazos, respirando hondo el aroma de su perfume. -- Ya esta, bella... Ya estamos a salvo -- murmuro con calma, mientras la aprisionaba entre sus musculos de manera carinosa. Ella alzo la cabeza, aun con los ojos acuosos y la tension acumulada en su cuerpo. -- ?Y la pistola? -- susurro en voz baja para que nadie pudiera escucharla. Elias sonrio al pensar en lo mucho que aquella chica habia cambiado. Recordo a la mujer que tiempo atras habia conocido y fue incapaz de imaginarsela preguntando por una pistola o desenvolviendose en una huida. Julia habia demostrado una valentia que el jamas hubiera imaginado que albergaba en su interior cuando la conocio. -- ?De verdad te creias que me iba a meter en un aeropuerto con una Glock en la cintura? -- respondio, sonriente. Julia no pudo evitar soltar una risita de alivio. En realidad, no tenia gracia en absoluto; pero estaban a salvo y tenia que liberar la tirantez de alguna manera. -- ?Donde esta? El la libero del abrazo y echo a caminar al frente. Tenian poco tiempo y el embarque habia sido anunciado. -- Me deshice de ella nada mas salir del hotel. Llegaron justo a tiempo para la ultima llamada de embarque. Cuando Julia atraveso el control de subida al avion, con el pasaporte en mano, volvio a notar la sensacion de angustia oprimir su pecho. Pero, por suerte, nada les retuvo en tierra y veinte minutos despues de mostrar ambos pasaportes se encontraban surcando los cielos rumbo a Mexico. Elias habia realizado una llamada desde una de las cabinas del aeropuerto y todo estaba organizado para su llegada. Un coche blindado les estaria esperando para recogerles y, ademas, habia ordenado que se doblase -- o triplicase -- la seguridad de la mansion. Escucho la respiracion agitada de Julia, que se habia quedado dormida sobre su regazo, y se pregunto si estaria teniendo una pesadilla. Rezo porque no fuera asi y decidio no despertarla. En los ultimos dias, habian vivido situaciones demasiado intensas y sabia que el estres acumulado podia llegar a ser peligroso. Ademas, hacia muchisimo que Julia no descansaba como era debido y le daba pena despertarla...

  • Como nos Venden la Moto de Noam Chomsky , Ignacio Ramonet

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    La propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario. Chomsky nos muestra, tomando casos concretos, que son las tecnicas de persuasion, como y quien las aplica, con que intenciones y como actuan sobre nosotros. Ramonet da un paso mas. Examina, e ilustra con hechos, como los medios de control y vigilancia se han multiplicado con la fantastica capacidad de las nuevas herramientas. ?Quien tiene la propiedad de estos medios? La presente obra se compone de dos escritos, cada uno correspondiente a un autor, que giran alrededor de la manipulacion informativa como medio para obtener, conservar y aumentar el poder de un grupo social o empresarial. Ambos autores, por tanto, se interesan por la evolucion del papel ejercido por los medios de comunicacion en el control y la limitacion de la libertad individual, y actuan como vigias de una situacion preocupante y de incierta resolucion.

  • Besos robados de Noelia Amarillo

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    Ha pasado un lustro desde que Raul Garrido, el director mimado del cine espanol, rodo su ultima pelicula. Cinco anos desde que toco fondo y todas las puertas se le cerraron. Cinco anos desde que su vida fue comentada, diseccionada y juzgada por la prensa amarilla.

  • Rachel se va de viaje (Familia Walsh 2) de Marian Keyes

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  • 1000 recetas de oro de Karlos Arguinano

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    Tras siete decadas de vida y medio siglo cocinando, Karlos Arguinano nos brinda un amplio recetario que configura el mejor testimonio de su experiencia y amor por la gastronomia.
    Mil recetas que son un homenaje a todos los elementos que le han llevado a convertirse en el cocinero de referencia de millones de hogares. Un cuidado y amor unicos por la materia prima, elaboraciones sencillas aptas para todo tipo de cocineros, consejos que dan al plato el toque especial y una propuesta amplia para todo tipo de paladares y ocasiones.
    Arroz caldoso con tempura de borraja, canutillos de pastel de pescado, bloody mary con berberechos o crema de calabaza con cigalita y beicon… Recetas de elaboracion propia, para disfrutar en familia o con amigos, y de las que emana esa alegria contagiosa que tan bien define su cocina.

  • El ultimo Leonardo de Ben Lewis

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    El ultimo Leonardo cuenta la historia de un fascinante icono con el poder de destruir la reputacion de eruditos, multimillonarios, reyes y jeques. Ben Lewis nos lleva al estudio de Leonardo da Vinci en la Italia del Renacimiento; a la corte de Carlos I y la Guerra Civil inglesa; a Amsterdam, Moscu y Nueva Orleans; a las galerias, a las casas de subastas y al taller de restauracion mientras la pintura emerge lentamente, con esmero, de la oscuridad. En este apasionante recorrido por la historia se trazan las vicisitudes del mercado secreto del arte a lo largo de seis siglos. Un relato imprevisible de genios y oligarcas, de cruces y desapariciones, en la que nunca estamos seguros de que creer.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • El hechizo del lobo de Conti Constanzo

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    Cuando surge en cualquier conversacion el nombre de Nessie, rapidamente nuestras mentes se imaginan al monstruo del lago Ness, la gran leyenda, ?pero que pasaria si ahora no imaginamos al monstruo y la vemos como la mujer con los ojos mas verdes de Escocia? Esos ojos que fueron capaces de hechizar al guerrero mas fiero, al mas temido, al que es conocido como “El Lobo”. Ella, la bruja del demonio, nos hara sacar a la guerrera que llevamos dentro para dar una batalla personal, una que solo el corazon es nuestro contendor, y el, bueno, el nos hara pensar que hasta el mas temido animal tiene un corazon. “El hechizo del Lobo” es una novela romantica que te hara reir, llorar y odiar, pero sobre todo, enamorarte del amor. Dejate hechizar por el Lobo y transportate a la Escocia de los castillos y leyendas

  • Romina Rossi de Angella Aryes

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    Romina Rossi, en la recta final de su carrera tiene tantos suenos: ejercer su carrera y realizarse como profesionista, clasificar para las Olimpiadas, establecerse en la empresa familiar; sin embargo, un golpe del destino la pone frente a frente de Leonardo Bianchensi, un hombre 11 anos mayor que ella, dando un giro a su mundo de 180 grados. Leonardo Bianchensi, considerado “El Midas del siglo XXI”. Controlador, perfeccionista, su mundo se pone de cabeza al saber que la nina a quien conocio y aprendio a querer a traves de las platicas de su mejor amigo y hermano de Romina, Rafael, ha secuestrado su corazon como una atractiva mujer y sin que el se diera cuenta.
    ?Que hara Romina cuando su mundo estable y siempre bajo la proteccion de su familia, se tambalea ante la nueva perspectiva que se vislumbra para ella?
    ?Que hara Leonardo para manejar la necesidad de proteger y control a Romina? Ambos tendran que, Aprender a amar.

  • Secretos de cama – Yvonne Lindsay de Yvonne Lindsay

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    La princesa Mila estaba prometida con el principe Thierry, y aunque apenas se conocian pues solo se habian visto una vez anos atras, se habia resignado a casarse con el para asegurar la continuidad de la paz en su reino.

  • Renacer de las cenizas de Azahara Vega

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    Kelder O'Brien, es el alpha de los DarkForest, un guerrero con un pasado que le marco en lo profundo de su alma, destrozandole el corazon. Por este motivo, vive por y para la manada, rechazando la sola idea de volver a encontrar el amor.

  • En el piso de abajo de Margaret Powell

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    Naci en Hove en 1907. Yo era la segunda de siete hermanos. Lo primero que recuerdo es que habia ninos que parecian andar mejor de dinero de lo que andabamos en mi familia. No obstante, nuestros padres se preocupaban muchisimo por nosotros. Hay algo que recuerdo especialmente, y es que todos los domingos por la manana mi padre nos traia una revista de historietas y una bolsa de golosinas. Las revistas de historietas valian medio penique cuando eran en blanco y negro, y un penique cuando estaban coloreadas. Cuando lo recuerdo ahora, me pregunto como se las arreglaria para comprarlas cuando estaba sin trabajo y en casa no entraba nada de dinero. Mi padre era pintor y decorador, una especie de manitas. Todo se le daba bien: arreglar tejados, enlucir... pero su fuerte era pintar y poner papel pintado. Sin embargo, en nuestro barrio habia poco trabajo en invierno. A la gente no le gustaba que se hicieran arreglos en su casa por esas fechas. No se podia pintar por fuera, y nadie queria tampoco las complicaciones de pintar dentro. De modo que los inviernos eran tiempos dificiles. Mi madre limpiaba casas desde las ocho de la manana hasta las seis de la tarde por dos chelines al dia. A veces volvia a casa con algun tesoro, como un cuenco de grasa de carne asada, media hogaza de pan, un poquito de mantequilla o un tazon de sopa. Mi madre odiaba aceptar cosas. Odiaba la caridad. Pero a nosotros nos gustaba tanto que trajera cosas que, cuando veiamos que traia algo, saliamos corriendo para ver que era. Supongo que hoy puede parecer curioso que mi madre odiara tanto la caridad, pero cuando mis padres nos criaron no habia dinero para los desempleados. Si recibias algo, era por caridad. Me acuerdo de que mi madre, una vez en que solo teniamos un par de zapatos para cada uno y todos necesitaban remiendos, se acerco al ayuntamiento para ver si le daban alguna ayuda. Tuvo que contestar montones de preguntas y le hicieron sentirse avergonzada por no tener suficiente dinero para mantenerse. Encontrar un lugar donde vivir era por aquel entonces muy distinto a como es ahora. Bastaba con salir a la calle y andar un poco para ver carteles de <>. Cuando las cosas se ponian muy cuesta arriba, nosotros solo podiamos tener una o dos habitaciones, y siempre en casa ajena. Sin embargo, cuando papa tenia trabajo, podiamos alquilar media casa. Nunca tuvimos casa propia. Por aquel entonces poca gente podia permitirse tener una casa entera para su familia. En lo que se refiere a comprar una casa, !santo cielo!, era algo que ni se nos pasaba por la cabeza. Me acuerdo de que yo me preguntaba a menudo como era posible que, estando las cosas tan mal como estaban, mama no dejara de tener ninos, y tambien me acuerdo de lo mucho que se enfadaba porque una pareja de solteronas para las que trabajaba le decia sin parar que no tuviera mas hijos porque no podia permitirselo. Una vez le pregunte a mi madre: <>. Y ella me respondio: <>. Ya ven cual era el unico placer que podia permitirse la gente pobre. Era algo que no costaba nada, al menos no mientras se estaba haciendo el nino. Tener ninos era de lo mas facil. A todo el mundo le daban igual los medicos y, ademas, traer a la partera suponia poco gasto. En cuanto al hecho de que despues si que fuera a suponer un gasto, bueno, por aquel entonces la clase trabajadora nunca pensaba mucho en el futuro. No se atrevia a hacerlo; bastante tenia con vivir al dia. Ademas, la gente no pensaba en el control de la natalidad. Solo se pensaba en tener familia. Tal vez fuera un legado de la epoca victoriana porque, en cierto modo, cuantos mas hijos tenias mas se te veia como a alguien que cumplia con su deber de ciudadano cristiano. Aunque la verdad es que la Iglesia no tenia mucho peso en la vida de mi padre o de mi madre. No creo que tuvieran mucho tiempo para eso. Aunque seguramente seria mas exacto decir que si tenian tiempo, pero no disposicion. A algunos de nosotros ni siquiera nos habian llevado a cristianar. Yo, por ejemplo, no lo estaba, y nunca lo he estado. Sin embargo, todos teniamos que ir a la escuela dominical. No porque mis padres fueran religiosos, sino porque asi se nos quitaban de en medio. Los domingos por la tarde se dedicaban a hacer el amor, porque en las casas de la clase trabajadora no se podia tener mucha intimidad. Cuando vivias en dos o tres cuartos, alguno de los ninos siempre dormia contigo. Si tenias sentido de la decencia --y mis padres lo tenian porque en toda mi infancia nunca llegue a enterarme de si hacian el amor-- te esperabas hasta que se durmieran o no anduvieran por medio. La verdad es que nunca los vi siquiera darse un beso, porque mi padre era tirando a seco, al menos en apariencia, y me asombre mucho cuando, no hace tanto, mi madre me dijo que en realidad era un hombre muy ardiente. Asi que, como ven, solo podian dejarse llevar cuando los ninos no andaban por medio. Total, que los domingos por la tarde, despues de una buena comida (todo el mundo procuraba hacer una buena comida los domingos) era el momento de pasarse un rato en la cama, haciendo el amor y echandose una siestecita. Porque, como me dijo mi madre tiempo despues, puestos a hacer el amor, mejor hacerlo con comodidad. Cuando llegas a la mediana edad, hacerlo en rincones raros ya no te hace tanta gracia. Por eso la escuela dominical tenia tanto exito. No se como sera ahora. Mi hermano y yo empezamos a ir juntos al colegio. Por aquel entonces te dejaban empezar con cuatro anos. Mi madre me envio a la escuela con el porque ya tenia a otro nino danzando por ahi, y penso que seria mejor quitarse a dos de encima. Teniamos que volver a casa para el almuerzo. En el colegio no se daba de comer, ni leche, ni nada parecido. Te llevabas una rebanada de pan con mantequilla envuelta en un trozo de papel y se la dabas a la maestra para que te la guardara, porque muchos de nosotros, de ninos, teniamos tanta hambre que nos la comiamos a mordisquitos durante las clases de la manana, en lugar de estar haciendo lo que tuvieramos que hacer. A las once en punto nos las repartian. Guardo pocos recuerdos de mis primeros dias en el colegio; es como si, hasta los siete anos, no hubiera tenido necesidad de ocupar un lugar en la existencia. Lo que paso es que, como mi madre se marchaba temprano por la manana para ir a servir y yo era la nina mayor, me tenia que ocupar de poner el desayuno a mis hermanos. Piensen que para darles el desayuno no habia que cocinar, ni nada parecido. Nunca tuvimos huevos, ni tocino, y de los cereales ni siquiera habiamos oido hablar. En invierno tomabamos avena cocida, y en verano unicamente pan con margarina y una capa fina de mermelada, cuando mama traia. Solo teniamos permiso para tomar tres rebanadas. Siempre me gusto ir a la panaderia y comprar esos panes redondos que por encima tienen un dibujo que hace cuatro picos (creo que se llamaban panes de Coburgo). Siempre nos peleabamos para quedarnos con los picos, porque contaban como un trozo de pan pero llenaban mas que una rebanada. Despues preparaba el te --un te muy flojo al que se llamaba escoria, de lo barato que era--, recogia, fregaba y me preparaba para ir al colegio. Llevaba a la guarderia a los dos pequenos. Valia seis peniques diarios por nino. Por ese dinero, tambien almorzaban. Los dejaba alli justo antes de entrar al colegio y los recogia por la tarde, al salir. A mediodia me iba a casa corriendo, sacaba las patatas y las verduras, ponia en marcha el almuerzo y hacia todo cuanto podia para que mi madre, al volver corriendo del trabajo, no tuviera mas que servirlo. Por lo general comiamos estofados, porque es lo que mas llena. A veces madre nos preparaba un pudin de carne. Cuando pienso ahora en aquel pudin de carne, me hace gracia. Me acercaba hasta la carniceria y pedia seis peniques de <>. La higiene no tenia nada que ver con lo que es ahora, y los carniceros colocaban unas grandes tablas de madera fuera de la tienda para exponer toda la carne, a la gente y a las moscas. A medida que cortaban siempre quedaban restos de carne, que iban esparciendo alrededor. A esos recortes se les llamaba <>. Por lo general, yo compraba seis peniques de recortes y un penique de sebo. Con eso mi madre preparaba un pudin de carne fantastico. Sabia muchisimo mejor que el que yo hago ahora, cuando pago cinco o seis chelines por la carne. En cuanto acababa de comer, mi madre se volvia al trabajo a todo correr, porque solo le daban media hora de descanso. Total, que a mi me tocaba fregar antes de volverme al colegio. Despues, en cuanto salia por la tarde, recogia a los dos pequenos de la guarderia, los llevaba a casa, ordenaba y hacia las camas. Nunca tuve la sensacion de estar sufriendo, ni tampoco de que me maltrataran. Las cosas eran asi, nada mas. Cuando eras la hija mayor en una familia de clase trabajadora, eso era lo que se esperaba de ti. Por las tardes era mama quien se encargaba de todo, claro. Volvia a casa a eso de las seis y nos daba de merendar lo mismo que en el desayuno: pan con margarina. De pequena nunca sali de noche a la calle, y mis padres eran muy estrictos en este sentido. En cambio, leia mucho. Por entonces ya teniamos una biblioteca gratuita. Tambien nos las apanabamos para entretenernos solos. Mi hermano mayor nos montaba a menudo espectaculos de magia. Se le daba de maravilla. Alguien nos regalo una linterna magica con transparencias. No se movian, desde luego, pero mi hermano se las arreglaba para inventarse historias sobre ellas. No hubo una sola tarde en que nos aburrieramos. Siempre habia algo que hacer. A diferencia de mucha gente que he conocido, en mis anos de escuela yo no hice amigos que perdurasen. Supongo que es facil verlo desde hoy y afirmar que mi madre y mi padre eran poco sociables porque no nos daban permiso para traer amigos a casa. Mama ya tenia bastantes ninos. Nunca tuve fiestas de cumpleanos, por supuesto; esas cosas eran inimaginables. En el colegio habia dos ninas con las que me llevaba bien, pero ya se sabe lo que pasa cuando hay tres, que son multitud y a una le dan de lado, y esa siempre era yo. Creo que aquellas dos ninas procedian de casas donde se hablaban las cosas, como por ejemplo de sexo, porque entre ellas habia una especie de codigo, del que yo nunca entendi ni una palabra, que hacia que anduvieran todo el rato con risitas. Una vez, cuando yo estaba a punto de cumplir los trece, una de ellas --se llamaba Bertha-- no queria salir a jugar. Yo le pregunte: <>. Y ella me respondio: <>. Y las dos empezaron con sus risitas. Pero la verdad es que, teniendo como tenia a mi familia, todo eso me daba igual y, ademas, teniamos toda la ciudad a nuestra disposicion.

  • Hermosa Locura (Una amor para siempre 1) de Isabel Acuna

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    Julia Lowell y Nick de la Cruz, jovenes y exitosos estudiantes de dos de las principales universidades de California, tenian un mundo de suenos por cumplir. Cuando el amor llega a sus vidas los sumerge en un apasionado romance. Un terrible malentendido se les cruza en el camino y los llevara por rumbos distintos. Siete anos despues, vuelven a encontrarse. Julia se desempena como jefe de recursos humanos de una importante empresa y Nick es un incipiente empresario en el mundo de la hoteleria. A pesar del tiempo transcurrido, la atraccion flota entre ellos una vez mas. Las cosas no son como antes, ella esta comprometida para casarse. Nick, hombre apasionado y acostumbrado a salirse con la suya, esta dispuesto a recuperar a Julia a cualquier precio. Forzados a compartir tiempo por asuntos laborales, tendran que enfrentar el pasado y el presente. A pesar de que ninguno de los dos ha olvidado su historia de amor, las dudas y el resentimiento no les haran las cosas faciles. ?Les brindara el amor una nueva oportunidad? De la autora de De vuelta a tu amor y Entre el valle y las sombras, llega esta nueva historia de pasiones, contradicciones, erotismo y mucho amor.

  • Expiacion (Aristocratas y pecadores 2) de Isabel Keats

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    Surrey, 1807 Al oir abrirse la puerta del salon, John William Cavendish, octavo conde de Sherrington, se giro y vio que uno de los lacayos daba paso a la senorita Lovegrace. <>, apreto los labios, <>. Despues de una casi imperceptible inclinacion de cabeza, volvio su atencion al decantador y a las copas de cristal labrado que su amigo Gurney tenia siempre a mano para los invitados. --?Desea una copa de clarete, senorita Lovegrace? O quiza, un vasito de ratafia. --Nada, milord, muchas gracias. De nuevo se hizo el silencio. Otra de las cosas que a Sherry --como le llamaban sus amigos -- le molestaba de la senorita Lovegrace era que nunca hacia el menor esfuerzo por mantener una conversacion yendo y viniendo, como si despreciara la necesidad de rellenar el silencio con trivialidades. En fin, se dijo resignado al tiempo que daba un trago de vino, el que esa mujer no tuviera ni idea de conducirse en sociedad no queria decir que el tuviera que ponerse a su altura. Con la copa en la mano, se acerco a la chimenea, apoyo uno de los brazos en la repisa y miro a la senorita Lovegrace que se habia sentado en uno de los sillones frente al fuego. --?Tiene frio? --Eran los ultimos dias de septiembre y, pese a que ese verano el tiempo habia sido extraordinariamente calido para los estandares de Inglaterra, empezaba a refrescar por las noches. --En absoluto. No le sorprendia. El vestido que llevaba, aunque elegante y a la moda, era de lineas muy sencillas y, al contrario que el resto de las jovenes damas del grupo, la senorita Lovegrace no parecia muy amiga de los escotes pronunciados. Sherry fruncio el ceno, molesto por lo laconico de la respuesta; estaba tentado de no decir una sola palabra mas hasta que alguno de los otros invitados se reuniera con ellos, pero de nuevo, su buena educacion vino al rescate y eligio otro topico irreprochable para conservar, al menos, una semblanza de urbanidad entre ambos. --Me ha dicho nuestra anfitriona que el abuelo de usted, el general Lovegrace, y su marido son amigos desde hace muchos anos. --El conde de Burlington tambien estuvo en el ejercito antes de heredar el titulo. Mi abuelo y el lucharon en la batalla de Vila Velha --respondio en ese tono sensato y poco inclinado a las tonterias que, invariablemente, lo ponia a la defensiva. Los extraordinarios ojos oscuros, uno de sus rasgos mas atractivos --si no el unico en su opinion--, que hasta ese momento habian estado contemplando las llamas, se clavaron en el--. Tengo entendido que usted tambien estuvo en el ejercito. Lady Burlington comento que resulto herido en Austerlitz. Sherry se encogio de hombros y dijo en tono ligero: --Un par de rasgunos sin importancia. Se que es terrible no poder presumir de hazanas gloriosas, pero confieso que mi paso por el ejercito transcurrio en su mayor parte sin pena ni gloria. --Vacio la copa de un trago y fue a servirse otra--. ?Seguro que no quiere tomar nada? --Seguro. Y creo que usted tampoco deberia beber mas. Semejante impertinencia lo hizo volverse a mirarla con incredulidad, pero se libro de tener que contestarle como se merecia porque, justo en ese momento, la puerta del salon se abrio de nuevo y dio paso a las senoritas Sandford. En esta ocasion, el recibimiento fue muy distinto. Sherry dejo la copa vacia en el mueble con un golpe seco y se apresuro a reunirse con ellas. Con gesto galante, las cogio a ambas de la mano y se inclino a besarles el dorso, primero a una y luego a la otra, al tiempo que les hacia un extravagante cumplido que las hizo soltar una risita y lanzarle una mirada coqueta por debajo de las pestanas. Poco despues, ya estaban todos los invitados reunidos en el salon y, a instancias del mayordomo, pasaron al comedor. Como de costumbre, su anfitriona se habia mostrado benevolente y lo habia sentado entre dos de las mujeres mas hermosas de la reunion: a un lado tenia a la senorita Lavinia Sandford, una belleza rubia --algo insulsa en opinion de Sherry, pero suficiente para distraerse coqueteando con ella unos cuantos dias-- y al otro a Isabella, con un aspecto mas sensual y felino que nunca. Gurney, que estaba sentado enfrente, devoraba a esta ultima con la mirada, sin apartar los ojos del pronunciado escote que dejaba a la vista buena parte del pecho generoso. Sherry esbozo una sonrisa de diversion; saltaba a la vista que a la madre de su amigo no le habia sentado nada bien que su hijo invitara a la notoria duquesa de Whitworth y hacia todo lo que estaba en su mano para poner la mayor distancia posible entre los dos. Lo cierto era que la reputacion de Isabella dejaba bastante que desear; en los ultimos tiempos el anciano duque, su marido, casi nunca la acompanaba a ningun sitio, lo que ella aprovechaba para campar a sus anchas. Un poco mas alla, diviso a la senorita Lovegrace. Como solia ocurrir, le habia tocado sentarse entre dos de los miembros menos atractivos de la reunion. A un lado, la senora Perris, cuyo marido habia sido un alto cargo en la Compania Britanica de las Indias Orientales y quien, ademas de ser sorda como una tapia, consideraba que la considerable fortuna que habia acumulado su difunto esposo le daba carta blanca para decir lo primero que se le pasara por la cabeza; al otro, el reverendo Lewis, un hombre soltero de mediana edad quien, cada vez que abria la boca, hacia que la de Sherry se abriese tambien en un enorme bostezo. A pesar de todo, la senorita Lovegrace parecia manejar la situacion con soltura. En ese momento, las miradas de ambos se cruzaron. Sherry cogio la copa de clarete y la vacio de un trago, desafiante. La senorita Lovegrace se limito a clavar en el esos extraordinarios ojos oscuros y, como de costumbre, fue Sherry el primero en apartar la vista. Molesto consigo mismo, se volvio hacia Isabella y empezo a coquetear con ella. En realidad, pese a su innegable belleza y el atractivo sensual del que hacia alarde sin pudor, la duquesa de Whitworth --el amor de juventud de uno de sus mejores amigos, el marques de Ravensworth-- no le atraia lo mas minimo. Debajo de sus innumerables encantos, Sherry siempre habia sido consciente de una desagradable avidez, mas propia de la prostituta consumada que era en el fondo. --?Sabes algo de Benedict? Me ha dicho un pajarito que esta pasando el verano en Ravensworth Park. Asi que por ahi iban los tiros, se dijo con desagrado. Le habia extranado mucho que Isabella aceptara la invitacion de Gurney, pero claro, al fin y al cabo Grafton House quedaba a poco mas de doce millas de Ravensworth Park. Desde que habia sabido que ella formaria parte del grupo de conocidos que Gurney habia invitado pasar unos dias en su casa, la pequena campana que en el campo de batalla le avisaba de que las cosas se estaban poniendo feas no habia dejado de tocar a rebato en su cabeza. La sofisticada duquesa de Whitworth no pegaba en absoluto en esa humilde reunion campestre; segun Sherry tenia entendido, ella detestaba el campo y no solia salir de Londres si podia evitarlo. Isabella debia de haber averiguado que Grafton House no quedaba lejos de Ravensworth Park y, conociendo de sobra como funcionaba la vida social en las zonas rurales, seguramente habria pensado que los caminos del marques Ravensworth y el suyo estaban destinados a encontrarse antes o despues. Por fortuna, eso aun no habia ocurrido. --Si, esta con su esposa y su hijo. Los labios de Isabella se fruncieron en una mueca que, en opinion de su interlocutor, le restaba mucha de esa belleza por la que era tan admirada. --!Su esposa! --chasqueo la lengua con desprecio--. Seguro que ya esta aburrido hasta las lagrimas. --Lo dudo mucho. --Sherry dio un sorbo de vino y, con parsimonia, se seco los labios con la servilleta--. Ademas de bellisima, Lillian es una mujer encantadora. Conozco bien a mi amigo, jamas se quedaria tanto tiempo en un sitio en el que no estuviera muy, pero que muy, a gusto. Isabella recibio el dardo envenenado con un resoplido furioso y se volvio a hablar con el joven Besford, que estaba sentado a su izquierda. Sherry sintio un pinchazo de lastima por la senorita Lucy Sandford, quien les dirigio a ambos una mirada de disgusto; su prometido no podia disimular la atraccion que sentia por la diosa pelirroja. Sherry se termino la copa de clarete y, de inmediato, uno de los lacayos se apresuro a rellenarsela. En ese momento noto de nuevo la mirada desaprobadora de los ojos oscuros y con un gesto imperceptible para el resto de los presentes, levanto la copa en un brindis desafiante y dio un buen trago. <>, se pregunto con resentimiento, antes de volverse a hablar con la rubia Lavinia del vestido que la madre de esta habia encargado a una renombrada modista para su presentacion ante la reina con fingido entusiasmo. Sherry, que tenia cuatro hermanas mayores, hizo todos los comentarios pertinentes y solto las exclamaciones oportunas cuando venian al caso, pese a que tenia la cabeza ocupada en otros asuntos. Habia aceptado la invitacion de Gurney para escapar de sus dos hermanas mayores y de su madre, que se habian instalado en Rutlands ese verano y llevaban semanas recordandole que, con veintiocho anos mas que cumplidos, ya iba siendo hora de que buscara una esposa adecuada. Sin embargo, el no tenia la menor intencion de casarse; al menos en un futuro cercano. No entendia la urgencia. Todas sus hermanas estaban casadas y era el orgulloso tio de un monton de sobrinos --cada ano alguna de ellas presentaba al orgulloso esposo de turno una nueva criatura, cuando no un par-- que podrian heredar el titulo; pero cuando lo decia en voz alta su madre y sus hermanas ponian el grito en el cielo. Sherry no era partidario del enfrentamiento directo, al menos con las mujeres de la familia, asi que habia hecho lo que solia cuando las cosas se ponian dificiles: salir huyendo. Penso que le vendria bien cambiar de aires unos dias para relajarse, pero desde que su anfitriona le habia presentado a la senorita Lovegrace el mismo dia que llego a Grafton House, su paz interior se habia esfumado y no tenia ni idea de cual era el motivo.

  • Misterio en Lasalle de Phoebe Willows

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    Cuando el guapo y misterioso marques de lasalle le propone matrimonio, Chloe una joven pobre y huerfana siente que vive un cuento de hadas. No puede creer lo afortunada que es.
    Hasta que de repente descubre que su marido no es ese principe del que se ha enamorado sino un hombre loco y atormentado y lleno de secretos.
    Cuando descubra el horrible misterio que esconde su marido querra escapar pero descubrira que es demasiado tarde para hacerlo…

  • La solucion autoinmune de Amy Myers

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    En La solucion autoinmune la doctora Amy Myers, prestigiosa y senera figura de la medicina funcional, expone su enfoque, clinicamente probado, destinado a prevenir e invertir la evolucion de una amplia gama de sintomas y enfermedades asociados a la inflamacion, tales como alergias, obesidad, asma, enfermedad cardiovascular, fibromialgia, lupus, sindrome del intestino irritable o cefaleas cronicas.