• libro lejos de aqui - Eduardo Fuembuena

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    Ano 1978. JOSE MANZANO, un chaval de la UVA de Vallecas, sumiso y fantasioso, se ofrece a la salida de unos billares del centro de Madrid. Lo recoge ELOY DE LA IGLESIA, rara avis, vasco, homosexual, comunista y el cineasta mas comercial del momento. Eloy queda fascinado con Jose, se lo lleva a vivir a su apartamento y lo elige como protagonista de “Navajeros”, exponente del nuevo cine coyuntural sobre la situacion de la juventud espanola en una apenas estrenada Espana constitucional. Eloy modela a la medida de sus deseos a Jose Luis Manzano, el actor, imagen del lumpen, del quinqui y del delincuente juvenil. Para los chicos de barrio el es el Jaro, su heroe, un rebelde con causa. Manzano se convierte en un icono de esa Espana que De la Iglesia codifica, presentando sus claroscuros, en cinco peliculas, las mas valientes de su tiempo. Sin embargo, Jose resulta un chico contradictorio e infeliz, que sobrevive entre las apariencias reales y ficticias, en busca de un lugar en el que poder ser lo mejor que intuye de si mismo.

  • Lejos de aquí | UNO editorial

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    Lejos de aquí, el libro sobre la generación perdida de los años ochenta —el lado oscuro de la Movida madrileña— y sus conexiones con el cine, ofrece la ...

  • Lejos de aquí Tapa blanda – 24 marzo 2017 - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Lejos-aqu%C3%AD-Eduardo-Fuembuena/dp/8417055118

    Eduardo Fuembuena escribe un libro único, un trabajo al que le ha dedicado años y, por lo que le he escuchado en varias entrevistas, va a estar reescribiendo ...

  • Lejos de aquí › Opiniones de clientes - Amazon.es

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    El libro definitivo para los fans del cine español mal llamado "kinki" y para cualquiera interesado en esa época de nuestro país. Lo compré pensado que era ...

  • Lejos De Aquí de Fuembuena Loscertales, Eduardo 978-84 ...

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    15 mar 2021 — 2021 - TODOS TUS LIBROS. Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos ...

  • Lejos de aquí. La verdadera historia de Eloy de la Iglesia y ...

    https://www.academiadecine.com/libros/lejos-de-aqui-la-verdadera-historia-de-eloy-de-la-iglesia-y-jose-manzano/

    Título: Lejos de aquí. La verdadera historia de Eloy de la Iglesia y Jose Manzano; Autor: Eduardo Fuembuena; Páginas: 868; Año: 2021; Materia: Actores •Cine ...

  • LEJOS DE AQUÍ. FUEMBUENA, EDUARDO. Comprar libro

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  • Eduardo Fuembuena: «Eloy de la Iglesia fue la ... - Insertos Cine

    https://insertoscine.com/2021/04/21/eduardo-fuembuena-eloy-de-la-iglesia-fue-la-personificacion-de-la-libertad-de-expresion-completa/

    21 abr 2021 — El libro se titula Lejos de aquí, y la frase que lleva por subtítulo deja claro su contenido: La verdadera historia de Eloy de la Iglesia y ...

  • Eduardo Fuembuena narra la vida de Eloy de la Iglesia

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    3 may 2021 — Su historia la ha narrado Eduardo Fuembuena en 'Lejos de aquí', el libro que el mercado editorial no ha querido publicar, pero está generando ...

  • Lejos de aquí by Eduardo Fuembuena - Goodreads

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    Este es, con sus vicios y sus virtudes, mi libro del 2020 (por ahora). Detallada y cuidada biografía sobre Eloy De la Iglesia, José Luis Manzano y cómo estas ...

  • lejos de aquí - fuembuena, eduardo - Librería Cámara

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    LEJOS DE AQUÍ, FUEMBUENA, EDUARDO, 24,99€. ... ... EL GATO QUE AMABA LOS LIBROS -6%. EL GATO QUE AMABA LOS LIBROS: NATSUKAWA, SOSUKE: Un homenaje a las ...

  • Tres rosas robadas (Corazones desahuciados 2) de Ascen Nunez

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  • El lenguaje de las ciudades de Deyan Sudjic

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  • Cita con el jefe de Brenna Day

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    Bufo intentando recogerme en un mono los largos rizos rebeldes que se niegan a permanecer en su sitio a la vez que sostengo el tubo del telefono con el hombro contra mi oreja cuando la voz al otro lado de la linea vuelve a chillar con estridencia. –!Prometo no meterte en problemas si me pones con Zadir! –aprieto el boli entre mis dientes y pongo los ojos en blanco suspirando porque mi nuevo puesto de secretaria rapidamente se esta volviendo el trabajo mas estresante del mundo–. !Te lo suplico por lo que mas quieras! Solo dejame hablar un momento con el… –Lo siento, alteza –respondo tratando de adoptar una voz distante y profesional–. Pero ya hemos hablado acerca de esto. Doy unos golpecitos nerviosos con el boli y miro las luces de la centralita. Estoy tentada de cortar la comunicacion, pero es mi trabajo atender cada una de las llamadas. He perdido la cuenta ya de cuantas princesas han llamado en lo que va del dia suplicando para que las ponga con el jeque. Y la verdad es que la paciencia se me empieza a agotar. Echo un vistazo a mi alrededor. La sala esta repleta de administrativos, todos ellos con las narices metidas en sus ordenadores, ajenos a los malabares que debo hacer para aplacar a estas mujeres… Vaya dia he tenido, hoy si que esto se me ha hecho eterno. Por fortuna no falta tanto para que acabe mi turno y llegue mi reemplazo. Que ganas de salir de aqui, encerrarme en mi cuarto, tumbarme en el sofa con un libro en las manos y leer hasta quedarme dormida. –Debes hacer una excepcion conmigo–insiste la princesa. Suspiro largamente. –Conoces las reglas, sabes que no puedo poner en contacto a su majestad con ninguna princesa. –!Pero yo no soy cualquier princesa, soy la prima de Zadir! Cierro los ojos porque no se que mas decirle. Cuando acepte el puesto de secretaria mi idea acerca de lo que involucraria era muy distinta. Pero las cosas han cambiado en el reino desde que el principe Zadir se ha convertido en jeque y ha anunciado que pronto tomara esposa. Si quiero permanecer aqui y no volver a mi pais, esto es lo que toca. –Lo siento, pero el jeque lo ha dejado claro. No quiere ver a ninguna princesa, ni siquiera a su prima –digo con voz cortante pero al instante me arrepiento de haber sido tan directa. Me muerdo el labio inferior cuando oigo su gemido de pena y cuando empieza a sorberse la nariz a punto de romper en llanto, me apresuro a anadir–. Oye, se lo dificil que debe ser para ti esta situacion, pero creeme que no puedo hacer nada. –?Crees que lo sabes? !Pues dejame decirte que tu no tienes ni punetera idea! Y te puedes considerar afortunada por ello, porque ser una princesa no es tan guay como parece. Si tan solo supieras lo estresante que puede llegar a ser… Suspiro para mis adentros pensando si tan solo supieras quien soy en realidad… pero no puedo decirselo a ella ni a nadie porque estoy aqui de incognito. Y si, estoy de acuerdo en que ser una princesa en estas tierras puede ser una condena. Como heredera del reino de Nueva Macedonia estoy destinada a casarme mediante un matrimonio arreglado, igual que lo han hecho mis hermanas. Pero me resisto a ello. Soy un espiritu libre y el dia que me case quiero estar enamorada de un hombre que me quiera por lo que soy, y no por razones de estrategia politica. Por eso en cuanto vi la oportunidad de salir de mi casa paterna no la desperdicie. Cumplidos mis veintiun anos pedi permiso a mis padres para tomar un empleo fuera del reino. Naturalmente se opusieron rotundamente, no esta bien visto que la hija de un rey renuncie a sus privilegios. Por otra parte siempre he amado el arte y mis padres me han animado desde nina a que desarrolle mis talentos artisticos. Asi que decidi aplicar a la escuela de Bellas Artes de Lederland, la mas prestigiosa de la region. En cuanto mi aplicacion fue aceptada, a mis padres no les quedo mas remedio que dejarme marchar. !Tenia un ano para vivir mi vida a mi aire, sin condicionamientos ni ataduras! Sin decirle nada a mis padres, en el ultimo momento cancele mi matricula en la escuela y en cambio decidi arriesgarme a venir a una entrevista de trabajo a Nueva Abisinia para un puesto de secretaria que, para mi sorpresa, finalmente obtuve. Ser secretaria de un jeque sonaba exotico y excitante, lo opuesto de mi vida en casa. Pero aqui estoy, !haciendo de celestina entre el jeque y sus pretendientes! Vaya ironia. Al parecer no puedo huir de los dramas amorosos. Miro el telefono con un suspiro. Me pregunto que cara pondria Nadia si le dijera que soy una de las suyas… –Comprendo, alteza, pero ordenes son ordenes –digo en cambio, y del otro lado de la linea puedo oir el gemido de frustracion de la princesa. –?De verdad el no te ha hablado de mi? Me quedo en silencio sorprendida por su pregunta. Carraspeo antes de responder en el mismo tono impersonal de antes. –Lo siento, pero las secretarias no tenemos permiso para hablar con su majestad. O al menos eso creo, pues yo nunca lo he hecho. En lo que llevo trabajando aqui apenas le he visto una vez, y eso porque era la ceremonia de su asuncion al trono. Recuerdo que yo estaba en la ultima fila, mas atras imposible, pues era el sitio que se nos habia indicado a los administrativos. Pero el problema es que soy tan bajita que ni siquiera en puntillas alcanzaba a distinguir lo que sucedia alli delante. Al ver mi frustracion, Dumar, el jefe de guardias, se apiado de mi e hizo que le siguiera hasta uno de los palcos reservados para los visitantes extranjeros. Y al llegar alli alucine, pues el palco estaba justo arriba del escenario y el principe estaba tan pero tan cerca que me parecia que si alargaba el brazo podria tocarle. Estaba sentado en un trono antiguo rodeado de su guardia real y se veia tan grande y musculoso que, aun sentado, su figura conseguia empequenecer a todos los demas hombres que estaban a su lado. El joven principe se habia ganado su reputacion luchando codo con codo con los guerreros mas feroces del reino, y podia entender su fama, porque en verdad su sola presencia imponia y transmitia una fuerza descomunal. Sus amplias espaldas y su pecho macizo hacian que la seda de su tunica negra se tensara hasta con su movimiento mas leve. Era una pared de musculos y cuando se levanto para recibir la corona de manos de su madre, senti que las rodillas se me aflojaban y el pulso se me disparo de tal forma que me vi obligada a aspirar el aire por la nariz para no desmayarme. Cada uno de sus pasos resonaban como truenos en la inmensidad del salon silencioso. El publico parecia hipnotizado a la espera de sus palabras. Y cuando por fin hablo, su voz grave y profunda vibro estremeciendo mis entranas. Madre mia, no era asi como yo me imaginaba a los reyes en mi infancia, cuando mi nana me contaba las historias de principes andantes de modales suaves y refinados. Este hombre no tenia nada de refinado, !y mucho menos de suave! Todo lo contrario, se rumoreaba que el principe era un cavernicola sin escrupulos, un bruto que cuando queria algo lo reclamaba para si arrebatandolo sin miramientos. !Y ademas tenia la boca mas sucia que una letrina! Eso lo sabia yo porque una vez le oi discutir con alguien cuando una de las lineas telefonicas quedo abierta por accidente. !Jamas habia escuchado a alguien usar semejantes palabrotas! Madre mia, estaba tan avergonzada que tuve que darme aire con ambas manos para que la cara dejara de arderme. A pesar de todo lo que se decia acerca del nuevo jeque, desde aquel dia quede tan impactada por su aura de poder que no pude evitar empezar a tener fantasias con el. Por las noches cuando no puedo dormir me siento en la cama, abro mi portatil y me paso horas mirando fotos del principe. En ellas siempre sale serio, con expresion reconcentrada, como si sonreir fuera un delito. Entonces amplio las imagenes para tratar de descubrir lo que ocultan esos ojos color cafe. !Hay tanto misterio en ellos! Un enigma por el que siento mucha curiosidad y algo de temor. A veces siento que el corazon se me encoge al pensar que el jamas me dedicara una sola de sus miradas misteriosas. Mejor asi, me digo, porque como lo hiciera estoy segura que me impondria tanto que probablemente me quedaria mirandole balbuceando como una tonta. El sonido de la voz de Nadia al otro lado de la linea vuelve a sacarme de mis ensuenos. –Oye, tendrias que hablar con mi primo algun dia. Es muy majo y estoy segura que le caerias bien. ?Majo? ?El gran Zadir? ?De veras estamos hablando de la misma persona? Yo no usaria esa palabra para describirle. Quizas mandon, bruto, arrogante, cabezota, controlador o excentrico. ?Pero majo? Definitivamente no. Impaciente echo un vistazo a mi reloj. –Alteza, debo cortar la comunicacion, hay otras prince… eh. quiero decir otras personas en linea, y casi se me ha hecho la hora de… –!Espera un momento! –desesperada grita a pleno pulmon y del susto que me he pegado casi me caigo de la silla–. !No me cuelgues, por favor! Hay algo que debes saber. No pensaba decirtelo, pero me has demostrado que puedo confiar en ti –entrecierro los ojos porque cuando una princesa empieza a hacerme la pelota es senal de que nada bueno se trae entre manos–. Es algo para el jeque –continua–. Tengo que darselo cuanto antes porque lo necesitara si quiere casarse. Hago una mueca apretando el telefono en la mano. Vaya, esto es nuevo… ?un objeto que necesitara para casarse? !Estas princesas si que tienen imaginacion! Es increible los disparates que estan dispuestas a decir con tal de obtener una cita con el jeque. –Ya, me imagino… –respondo ironica con el dedo indice suspendido sobre el boton rojo lista para cortar la llamada. –No comprendes. No es ningun pretexto. Tampoco es un juego. !Es un asunto de estado! Si no me haces caso, Zadir jamas podra tomar esposa. Y como el gabinete se entere de que tu lo has permitido… Enderezo mi espalda frunciendo el entrecejo. –?Me estas amenazando? –Solo te estoy advirtiendo de manera amistosa. Oye, Luana, se que estas atareada y que hablar todo el dia con chaladas como yo no debe ser nada facil –sonrio ante sus palabras suavizando mi expresion tensa–, pero te prometo que no seran mas que unos minutos. Hago una mueca mirando el tubo del telefono con perplejidad. ?Un asunto de estado? ?Que el jeque no podra tomar esposa? Esto si que se sale de lo habitual. Suspiro con resignacion. –Vale, tienes treinta segundos para explicarte. La princesa toma aire y empieza a hablar a toda velocidad. –Mira, hace anos me he quedado con algo que es de Zadir. El probablemente se haya olvidado que alguna vez me lo dio. Pero ahora que se que le urge tomar esposa me gustaria devolverselo. Es un objeto muy significativo para el. Comprenderas que no puedo decirte que es por motivos de confidencialidad, pero te aseguro que le estaras haciendo un gran favor. –Aun asi no puedes ver al jeque… –No, pero podrias recibirlo tu. Confio en ti y estoy dispuesta a dejarlo en tus manos. ?Que dices? A decir verdad no suena tan mal, y hasta donde yo se recibir paquetes a nombre del jeque forma parte de mis obligaciones. Resoplo mirando el reloj. Igual puedo hacerlo. Me gustaria ayudar a la princesa, ella ha sido la unica que me ha tratado con respeto y amabilidad… Ademas, no estare haciendo nada en contra del reglamento. Mordisqueo la punta del boli debatiendome. –Por favor, di que si –suplica la princesa–. !Te prometo que despues de esto te dejare en paz! No sabes lo doloroso que es tener esto aqui conmigo, sabiendo que el no me quiere… Oigo que su voz se quiebra en un sollozo. Pronto el llanto es incontenible, y alejo el tubo del telefono de mi oido haciendo una mueca. Incomoda me revuelvo en mi asiento forzando una sonrisa al darme cuenta que mis companeras se me han quedado mirando. Seguro que me han visto gesticular como una trastornada y creeran que soy demasiado blandengue para cumplir con mi trabajo. !Dios mio, odio que la situacion se me vaya de las manos! Debo tomar una decision de inmediato. Me aclaro la garganta y anado en un susurro para que nadie mas que la princesa pueda oirme. –De acuerdo, lo hare. Pero tiene que ser en una hora o asi porque debo esperar a que cambie el turno. –!Estupendo, en una hora estoy alli! –Antes debo pedir autorizacion para que nos dejen entrar la encomienda al palacio. ?Es muy grande el paquete? –!No, que va, si es una cosita de nada! Pero preferiria que esto quede entre tu y yo. Puedo confiar en ti, ?verdad? –Esto… –miro a mi alrededor y bajo la voz hasta que practicamente no se me oye–. Vale, esperame al final de la avenida de entrada, !y no te acerques demasiado al palacio, hay guardias por todos lados! –!Sabia que podia contar contigo! Al colgar el telefono me dejo caer agotada sobre el respaldo de la silla. Esto no es vida. Cierro los ojos pensando que estoy a punto de meter la pata hasta el fondo. Eres una inconsciente, me digo mordiendome el labio inferior.

  • Jamas nadie como tu de Lorena Doncel

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    ?Os imaginais como sobrevive una chica humilde, cajera de un supermercado para ayudar a que su familia coma lentejas tres veces por semana, a la que llaman <>, instalada en una enorme casa y rodeada de criados? ?No? Yo tampoco.

  • Yo por dentro de Sam Shepard

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    De madrugada, echado en la cama, debatiendose entre el sueno y la vigilia, un hombre solitario medita, evoca escenas y ajusta cuentas con el pasado. Por su cabeza merodean recuerdos, en ocasiones fugaces, de su juventud, de su carrera como actor, de la relacion compleja con su padre y del papel de las mujeres en su vida.

  • Cristina en las Highlands (Las Highlands 3) de Jana Westwood

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    El silencio. El atronador silencio. Abrio los ojos lentamente mientras el dolor lo acompanaba en su regreso al mundo de los vivos. Trato de levantar la cabeza para vislumbrar el manto de cadaveres que se extendian a su alrededor, pero el dolor que le produjo ese sencillo gesto le resulto insoportable y se desmayo. Cuando volvio a abrir los ojos su cerebro reacciono con mayor rapidez y los recuerdos de la batalla regresaron en forma de gritos, ruidos metalicos y olor a polvora. La ultima imagen antes de caer habia sido la de su padre desplomandose con la sangre saliendo a borbotones de la herida de su cuello. Trato de incorporarse, pero la cabeza le daba vueltas. Rodo hasta colocarse bocabajo. Quiza asi pudiera tener una vision clara del campo de batalla y le seria mas sencillo llegar hasta su padre. Volvio a levantar la cabeza, pero todo a su alrededor habia cambiado. Ya no habia cadaveres y estaba entre arboles. Se apreto las sienes con las manos, convencido de que veia visiones. --Agachate --dijo una voz a su izquierda. --?Patrick? El otro le hizo un gesto para que callase y le senalo con el dedo hacia su espalda. Cuando se giro vio el color rojo del uniforme ingles y comprendio que esas alimanas estaban recorriendo el campo de batalla en busca de supervivientes para acabar el trabajo. Patrick le hizo otro gesto con el dedo, como si se cortase el cuello para advertirle de que eso era exactamente lo que estaban haciendo los dragones de su majestad. Miro a su amigo y sin emitir sonido vocalizo ampliamente para preguntarle por su padre. El otro le confirmo que habia muerto. Los dolores que lo atacaban por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, resultaron nimios frente al sentimiento que se abrio paso en su pecho al saber que Joseph Done, el hombre mas admirable de la tierra, estaba muerto. A su mente llegaron los primeros momentos de la batalla cuando la furia y la hombria se abrian paso frente al raciocinio, empujandolos contra el enemigo. Las primeras filas de highlanders habian levantado sus espadas con determinacion. Morir matando, esa era la consigna. Las demas tropas salieron de los flancos y se unieron a ellos con un ritmo desigual. Por el rabillo del ojo pudo ver que algunos de los soldados habian dudado y mantuvieron su posicion demasiado tiempo. Entre esos hombres estaban los MacDonald. Su abuelo los maldeciria un millon de veces por la actitud que habian tenido. Por las venas del viejo corria sangre MacDonald, aunque para su padre siempre fue tan solo un bastardo. Se toco la cara y desprendio parte de la capa de sangre y barro que la cubria. No recordaba el primer golpe, tan solo el ultimo. La imagen de su padre desplomandose con aquella mirada sorprendida despues de que el maldito ingles le cercenara el cuello. Jamas olvidaria esa mirada. Si los que portaban enormes espadas habian caido, no queria pensar en todos aquellos pobres diablos que iban pertrechados con hojas de guadana, azadas, palos y arpones. Campesinos cuyo odio habia convertido sus herramientas de labranza en armas con las que destripar a su enemigo. Los ingleses tenian mejores armas y soldados entrenados. Ellos solo contaban con el conocimiento de su propia tierra y un exaltado fervor por defender su modo de vida y a su rey. Y el fervor no fue suficiente. Patrick le indico que lo siguiera y se arrastro por el suelo utilizando los codos. El lo imito en silencio con un insoportable dolor en el brazo y en la pierna. Hasta ese momento no se habia dado cuenta de que no podia moverla. Detras de ellos les perseguian los gritos de los heridos a los que los dragones estaban rematando. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos como para poder ponerse de pie, Patrick se paso el brazo bueno de su amigo por el cuello y lo sujeto de la cintura para ayudarlo a caminar. La suerte volvio a sonreirles en aquel aciago dia y se toparon con uno de los caballos extraviados de la contienda. Montaron en el, no sin muchas dificultades a causa del herido, y se alejaron silenciosamente. Ninguno de los tres queria regresar a aquel infierno. Tan solo querian alejarse lo mas posible. Detuvo el caballo en lo alto de la colina, desde alli se divisaba el castillo de Robert Done. Giro la cabeza lo suficiente para asegurarse de que su amigo estaba consciente. Habia perdido mucha sangre y estaba muy debil, por lo que habia tenido que recogerlo del suelo dos veces. --No nos acogera --dijo casi sin fuerzas--, nos echara a patadas o nos entregara a los ingleses. --Te moriras si no te curan esas heridas --sentencio Patrick mientras apretaba las piernas contra el caballo para que se pusiera en marcha, sujetando las riendas con firmeza y evitando que se moviera demasiado. --Entonces dejame frente a la casa y tu, marchate --dijo el otro inclinandose peligrosamente hacia un lado. --Aguanta un poco mas. Capitulo 1 Cristina se dejo caer contra el respaldo de la silla todavia en shock. Las imagenes que habia estado revisando en el ordenador de Deacon seguian pasando frente a sus ojos sin que pudiera darles credito. ?Que pretendia hacer con ellas? Les habia puesto incluso fecha a futuro, como si tuviera pensado publicarlas. Pero el no le haria eso. No podia ser. Fuese por el motivo que fuese, las habia grabado sin su consentimiento y no habia ninguna razon para que ella deseara que aquellos videos existieran. De modo que los borro, asegurandose de que no quedaban almacenados en la papelera. Tambien borro los otros, los de Kalinda, aunque fuera una puta era una mujer y no se merecia eso. Porque estaba segura de que ella tampoco sabia que la habia estado grabando, de haberlo sabido jamas habria dejado que se le viese la celulitis. Se puso a buscar por toda la casa hasta encontrar todas las tarjetas de memoria de Deacon. Borro todo lo que habia en ellas, no le apetecia ver mas porno y no se iba a arriesgar. Sonrio, taimada, iba a tener que grabar mucho para tener material para sus videos. Se sentia amenazada, como si una sombra oscura estuviese acechandola para saltar sobre ella en cualquier momento. No habia peligro, sabia que tenia tiempo de sobra, habia salido a surfear con sus amigos y nunca regresaba antes de las cinco de la tarde, pero igualmente sentia aquella urgencia, aquel temor a ser <> antes de haber terminado con todo. Tuvo tanto miedo de que pudieran recuperarse aquellos videos que se guardo las tarjetas para destruirlas cuando estuviese en su casa. Se sento frente al ordenador y lo miro con odio. ?Como habia podido Deacon hacerle eso? Lo de que la estuviese enganando con Kalinda ya era una putada, pero que estuviese guardandose videos de ellos dos haciendolo era una violacion en toda regla. No era una mojigata, le gustaba el sexo, por supuesto, pero practicarlo. ?Quien le impedia compartir los videos? Estaba claro que iba a cortar con ella, ?para que los guardaba? Y ?por que tenian fechas a futuro? Subio los pies a la silla y se abrazo a sus rodillas. No pudo contener los sollozos y todo su cuerpo se agito como las olas sobre las que Deacon surfeaba en ese mismo momento. ?A quien trataba de enganar? Lo de Kalinda le habia hecho dano. Las cosas entre Deacon y ella no iban bien, pero todas las parejas tienen problemas. La imagen de la youtubera del momento, que estaba causando sensacion con sus videos de maquillaje, se fue haciendo mas y mas nitida en su cerebro. De pronto un monton de senales luminosas se encendieron en sus recuerdos. La ultima, en la fiesta del sabado en casa de Clara, cuando entro en la cocina y vio a Deacon delante de Kalinda, que estaba sentada en la encimera de marmol. El actuo con tanta naturalidad que creyo lo que dijo, aunque ahora solo recordaba la mirada de Kalinda, su sonrisa inocente y el abrazo con el que la obsequio... Luego estaban los comentarios con sus amigotes sobre lo buena que estaba la youtubera y el exito que le esperaba. A su mente llego tambien su conversacion con Marta. --No me gustan nada estas fiestas --dijo Marta. --Lo se --habia respondido Cris. Marta se habia escabullido hasta el patio delantero y Cris la encontro sentada en el suelo, recostada contra la pared con una cerveza en la mano. Se habia quitado los zapatos de tacon que, aunque no tenian mas que siete centimetros, para ella eran una tortura. Todo el mundo estaba en la parte de detras de la casa, en la zona de la piscina, bebiendo cocteles. --No se por que he venido. Cris se sento a su lado poniendo cuidado en que la piedra del suelo no le hiciese una rozadura en su terso y desprotegido trasero. Aun tenia el pelo mojado del chapuzon que acababa de darse en la piscina y solo llevaba puesto un bikini de lo mas cuco. --?Por que no te gustan? --pregunto cogiendo la botella de cerveza que le ofrecia. Marta la habia mirado de un modo extrano y, al recordar ahora aquella mirada y sus palabras, todo cobraba sentido. --Porque siempre veo cosas que no quiero ver. En ese momento Cris penso que se referia al suceso con Wichi, que se habia tirado a la piscina como su madre lo trajo al mundo. --Creo que no voy a volver a aceptar estas invitaciones --dijo Marta--. Ya se que es bueno para el canal tener contactos, pero siempre me ha ido bien por mi cuenta. --Todo el mundo te quiere --habia dicho Cris. Y era cierto. Su canal de belleza era de los mas respetados y todo era gracias a su sinceridad y buen trabajo. --Yo me tomo esto en serio. Y no se que narices hago en una fiesta con gente como Wichi, Sanders o Deacon, que lo unico que hacen es ponerse a parir todo el tiempo y luego los ves planificando a escondidas su proxima bronca mediatica. --Tienen millones de seguidores --siguio Cris. Marta giro la cabeza y la miro con tristeza. --Tu tambien deberias alejarte de todo esto, Cris. --Se puso de pie con los zapatos en la mano--. En serio, acepta mi consejo: alejate de toda esta gente. En ese momento comprendia muy bien a que se referia con <>. Estaba claro que ella tambien sabia lo de Deacon con Kalinda. Para ser honesta debia reconocer que ella tambien habia fallado. ?Cuanto hacia del ultimo polvo? Era cierto que a ella ya no le apetecia casi nunca, pero el tampoco es que insistiera mucho. Solto el aire que se le habia acumulado en los pulmones y se limpio las lagrimas. No, de ningun modo iba a permitir que le hiciese lo que le hizo a Mayte, su antigua novia. Se levanto de la silla, cogio el ordenador y salio con el por la puerta que daba al jardin, recorrio el trecho que habia hasta la piscina y sin un apice de duda lo lanzo al agua y lo observo mientras se hundia. --Que te jodan, imbecil. --?Que ha hecho que? --Maria la miraba con los ojos como platos--. Deacon es gilipollas, pero eso es demasiado incluso para el. Cristina asintio hecha un mar de lagrimas. --?Como puede haberme grabado sin mi permiso? Estoy segura de que eso es ilegal. --Eso esta claro. --!Dios! --sollozo con la nariz tan roja que parecia iluminada. --Vamos a tranquilizarnos --dijo Maria acercandole el paquete de panuelos--. Deja de llorar que no se lo merece. ?Estas segura de haber borrado todos los videos? ?Tambien los de la camara? Cristina se limpio la cara al tiempo que asentia. --Todos. --Esperemos que no tuviera ninguna copia en el movil. Nego con la cabeza.

  • Redencion (Placeres prohibidos 4) de Adrian Blake

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    Conoci a Gabrielle en una noche de lluvia, y desde entonces he sido incapaz de dejarla marchar. He tenido que luchar con mis demonios para ser el hombre que ella merece. Ahora quiero dar un paso mas… ?Me acompanas en el tramo final?

  • Entre letras y amor de Mary Kate Williams

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    Ser escritora es transitar por un camino de constante esfuerzo y dedicacion. Lograr un espacio en la industria no es algo facil.
    Al llegar a esta prometedora entrevista estaba preparada para cualquier cosa menos para encontrarme con mi viejo amor de secundaria. Alto, guapo y millonario hubiera sido suficiente para caer a sus pies, pero mi antiguo amor de juventud fue quien me dejo mi corazon sin animos de volver a amar.

  • La luz negra de Maria Gainza

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    Esta es una novela sobre falsificadores y falsarios, con personajes reales que parecen de ficcion. La narradora, una critica de arte que trabajo para una tasadora por cuyas manos pasaban obras falsificadas, relata una historia singular, aunque advierte: <>
    En el centro de la trama hay un personaje llamado la Negra, que falsifica lienzos de la pintora Mariette Lydis, retratista de la alta sociedad bonaerense, y tirando de ese hilo aparece otro artista del fraude, Federico Manuel Vogelius, falsificador de obras de Pedro Figari. Aparecen tambien un lugar llamado Hotel Melancolico en el que viven varios artistas, y una pelicula de culto sobre beatniks bonaerenses en la que asoma la Negra, figura escurridiza donde las haya…
    Esta es una novela sobre el arte y la vida, sobre el engano y la manipulacion, sobre la realidad y la ficcion, sobre lo vivido y lo contado; una narracion sinuosa, enigmatica y envolvente que seduce y atrapa. Tras deslumbrar a la critica con El nervio optico, Maria Gainza vuelve a tomar el mundo de la pintura como punto de partida y despliega de nuevo su inusitado talento en una obra magnetica.

  • La casa de hojas de Mark Z. Danielewski

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    Will Navidson, un famoso fotoperiodista premiado con el Pulitzer, se traslada con su familia a una casa en el entorno rural de Virginia en un intento de salvar su matrimonio, seriamente perjudicado por sus viajes continuos y su adiccion al trabajo. Ademas de Navidson, la familia esta compuesta por la hermosa ex-modelo Karen Green y los dos hijos pequenos de ambos. Muy pronto, Will descubre que la casa presenta una anomalia arquitectonica singular: su espacio interior es ligeramente mas grande que el que deberia ocupar segun sus dimensiones exteriores. Este es el arranque de El expediente Navidson, un fascinante documento que narra los sucesos acaecidos en la casa de Ash Tree Lane, es decir La casa de hojas. Will Navidson tratara de averiguar que secreto esconde La casa de hojas, al mismo tiempo que procurara poner a salvo a su familia. Un viaje para el que recabara la ayuda de todos los medios a su alcance, incluida la de su hermano gemelo Tom, un profesor universitario y hasta toda una expedicion de espeleologos. Mientras Will y sus seres queridos se enfrentan a los peligros de esa casa encantada, un joven tatuador de Los Angeles, el carismatico y tierno Johnny Truant, malvive y quema las noches a una velocidad vertiginosa de la mano de su inseparable escudero, Lude. Las historias de Truant y Navidson se entrelazaran gracias a un hallazgo que cambiara la vida de todos los personajes inolvidables que atraviesan esta monumental novela.

  • Gordo de feria de Esther Garcia Llovet

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    Un borracho. Un borracho de Semana Santa. Un borracho de Semana Santa atraviesa la plaza Mayor de la capital de Espana, son las cinco de la tarde, parece que va hablando por el movil pero la verdad es que no tiene movil porque se lo han robado hace horas y no se ha dado ni cuenta. Habla solo. Se llama de usted. -Que cosa mas rara me ha pasado -dice el borracho. El borracho se ha puesto a mirar una obra de canalizacion. En realidad se ha quedado apoyado en la valla amarilla que ponen en las obras para tener algo a lo que agarrarse, porque como se suelte sabe que se va al suelo, derecho a la zanja que hay en cualquier calle, las zanjas, las largas y hondas trincheras de Madrid, en guerra permanente contra todo lo contemporaneo. Ha trabado el pie ahi, ha cruzado los brazos sobre la valla y ha pensado eso en voz alta. -?Como dice? -Me ha pasado algo rarisimo -repite el borracho. El que esta a su lado es un chaval de pueblo de la sierra; ha venido a Madrid a ver si encuentra novia, que no la va a encontrar. El borracho se mete la mano en el bolsillo de atras, lleva bermudas y un polo blanco que le aprieta por todas partes. Saca una cartera que le ensena al chaval, una cartera de cuero, negra, muy usada, deformada de haber sentado el culo encima un millon de veces. -Mira -le dice al chaval-. Anoche un senor me dio esto. El chaval asiente con la cabeza. -Muy bien. Al chaval no le ha dado el sol en los ultimos cincuenta y cinco anos. -Aqui dentro esta mi destino. ?Tu crees en el destino? -Yo lo que creo es que me faltan dos euros para el interurbano. -Pues aqui me parece que te vas a quedar. -Vaya. Silencio. Se quedan mirando las obras otra vez, aunque no hay obras que ver, ni un solo obrero. Solo esta la zanja que deja a la vista una tuberia muy ancha y otra muy estrecha y los estratos cada vez mas profundos, mas negros y humedos y el cielo tan bonito, tan transparente, tan velazqueno, ahi al fondo del todo. No hay nadie trabajando. Es Domingo de Resurreccion. -Aqui ponia yo a trabajar a quinientos ochenta chinos -dice el borracho bien alto. -Yo tambien. El borracho se llama Luis. Se llama Luis pero le llaman Castor. Anoche, a las tantas, a las cinco y cuarto de la madrugada, Castor seguia sentado en la barra interminable del Plus Ultra, viendo en la tele la retransmision de un partido de la liga china, en directo. A veces le parecia que jugaban veintisiete chinos contra otros veintisiete. Mas anuncios. El camarero estaba hablando todo el tiempo, solo, a veces se quedaba afonico, no sabia escuchar, no le interesaba nada de lo que nadie le contara. No parecia un camarero. -Callate ya, joder -le dijo Castor. Pero el camarero no se callo. Habia abierto el bar para poder hablar con quien le diera la gana. Cuando no le dejaban hablar se ponia a hacer preguntas para poder empezar una conversacion cualquiera, asi que le pregunto a Castor que si queria un arroz a la cubana. Castor le dijo que no. -No. -Luego cogio un hueso de aceituna y se lo metio en la boca. Empezo a roerlo despacio, con ganas. Era su metodo habitual de procesar a fondo todo lo que se le iba pasando por la cabeza, su forma de triturar minuciosamente su conciencia con las muelas del juicio hasta que le dolian los oidos. Le hubiera gustado mucho tener un jefe para poder ciscarse en el, pero no tenia jefe. El jefe era el. -A ver, donde esta la prensa del dia -solto. Si no en un jefe, por lo menos le quedaba ciscarse en los politicos y en los ecologistas y en los periodistas. Y en la cultura, siempre tan a mano. El camarero saco un par de periodicos de debajo de la barra, los dejo frente a el y fue a sentarse a una mesa junto a la ventana, a escribir whatsapps que nadie le contestaria jamas. Castor cogio un periodico, no tenia mas que tres paginas, era Semana Santa. Y entonces fue cuando paso lo raro. El tipo entro como una sombra, sin abrir el pico. Y se encaramo al taburete a su lado, codo con codo. El resto de la barra estaba vacia. Castor le echo un vistazo al bies en el espejo ahumado detras de las botellas; era morenito, menudo, chato, con unos rizos como de astracan. Luego Castor bajo la vista y siguio mirando el periodico, sin leerlo en realidad. Achicando los ojos. Estaba pendiente del tipo este, esperando a ver que mierdas queria. Ahi se produjo un silencio de unos tres minutos. -Buenos dias -dijo Castor al fin. No podia mas. El morenito se froto las manos. Era lo que estaba esperando. -Buenos dias los que va a tener usted -dijo. Castor debia de estar muy borracho, porque cuando se volvio hacia el morenito le parecio que tenia el tamano del dedo de una mano y que lo miraba de abajo arriba desde el mismo centro del ruedo amarillo del asiento. -?Eres torero? -Soy la esperanza. -Lo que tu digas. Castor volvio a coger el periodico. -Ay, no le voy a contar mi vida -dijo el morenito. -Claro que no. -Yo antes era como usted -dijo. Castor solto una carcajada-. Si. No me contradiga. Como usted y como toda Espana y los espanoles. Estaba perdido para el mundo, asi le digo, para el sentido y el norte de las cosas, cada dia hacia lo mismo y no me daba cuenta, no me daba ni cuenta, todo me parecia que me pasaba por primera vez y a la vez me sonaba repetido, ya me entiende. Un barranco de aire, eso era yo. Yo he vivido en Pitis toda mi vida, detras de los hospitales. He vivido ahi a rachas, cuando venia una buena me iba y luego volvia, he tenido rachas muy largas eh, aqui donde me ve yo me he paseado por la Ribera de Curtidores de cabo a rabo y ahi no habia nadie que no hubiera puesto yo, pero luego me han venido flacas y hay que ir a alguna parte, y hace unos meses, cuando volvi a Pitis, Pitis ya no existia. No esta. Nada. Hay bloques y gruas. Y aparcamientos. Coches no hay, pero aparcamientos, muchos. Mi casa, mis gallinas y el tinglado del tiro al blanco, de eso no quedaba ni la sombra. Que rapido construyen ahora, no se como lo hacen. Las gallinas me dijeron que se las habia quedado uno que vive por detras de Bravo Murillo, en un patio, se han hecho viejas muy rapido tambien. Alli ademas de las gallinas habia una dominicana con unas gafas de cristales amarillos, gordos como tabiques. La dominicana tenia una gallina en un muslo y un huevo en la mano. Un huevo blanco y una gallina negra. Y una dominicana en medio. Si le aburro me lo dice. Con la otra mano leia la Biblia, la muy sinverguenza, ahora somos todos un poco evangelistas. Se canta mas. La dominicana me dijo que me llevara mis cosas pero que le dejara las gallinas. Cuanto cuesta una gallina, seis euros, eso no lo sabia usted. Mis cosas estaban en una caja de carton de Amazon. Habia alli tambien unas ninas, o bueno, igual no eran tan ninas, colgando ropa en los tendederos del patio siete pisos mas arriba. El patio era muy estrecho, un patio de luces. Sacaban sabanas una detras de otra, era mediodia pero ahi abajo se estaba haciendo cada vez mas oscuro. Las ninas se reian como locas, es lo que pasa con el chocolate, hasta que se callaron de pronto, a la vez. Yo mire para arriba y por encima de ellas el sol te quemaba los ojos. Tenian los pelos largos. Era el 1 de enero. Cuando baje la vista de nuevo, el patio estaba oscuro, estaba negro del todo, el suelo de alquitran. La dominicana se habia largado de ahi, y las gallinas. Se habia ido, la dominicana, con su huevo en la mano. Yo me lleve mi caja, pesaba muy poquito. Pero si no habia casi nada ahi dentro aunque fuera mi vida entera: media docena de moviles, una guia de telefonos y el rosario de la aurora. Y esto. El morenito entonces metio la mano en el bolsillo y saco una cartera de cuero negro que dejo frente a Castor. -Mire que me ha costado dar con usted -le dijo-. La he llevado siempre encima los ultimos tres meses, desde que se la quite, por si acaso, por si lo veia. -?Y esto que es? -Su cartera. Se la devuelvo. -?Me la devuelves? -Yo. A usted. Si. Lo he reconocido y le he visto meterse aqui y me he metido un copazo para darme valor antes de entrar. La cartera tenia un pin bastante gastado que parecia un escudo del Atletico de Madrid. -Bueno. No es verdad -continuo el morenito-. Lo he seguido desde Pontones, anda que no pasea usted, y lo he seguido hasta aqui. Ya esta. La cartera estaba entre los brazos extendidos de Castor, que la miraba como si fuera un plato que no le apetecia nada comerse. -Bueno -dijo el morenito-. Yo me voy. -?No quieres nada? ?Un cafe? ?Donde vives? -Por ahi. -Como que por ahi. -Pero si yo estoy bien en cualquier parte -dijo saltando al suelo. Castor asintio despacio. Luego miro todo alrededor, habia un billar, una pila de sillas, una guirnalda de luces color naranja, una bandera de Andalucia. -Pues yo no estoy bien en ninguna. Cuando llego a casa no encendio las luces. Le gusta encontrarsela a oscuras, asi tiene la sensacion de que entra en una sala de cine. Ademas se deja la tele puesta para que parezca que hay alguien dandole al pico dia y noche. En realidad se deja encendidas varias teles a la vez. Cinco, cada una en un reality diferente y en una habitacion diferente.

  • Abraza mi oscuridad, Isabel Keats de Isabel Keats

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  • La Herencia del Bebe de Mckenna James

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    ?RECHAZADA? --Si, senora. Lo intente dos veces. ?Tiene otra...? La voz del asistente se apaga mientras lo fulmino con la mirada. Ignoro el bufido apenas audible que se escapa de los labios de mi amiga Penelope. Ella esta parada directamente detras de mi, sin duda porque no quiere perderse el momento de presenciar el rechazo de mi tarjeta. Debe pensar que todos sus regalos de navidad han llegado improvisadamente al spa de dia. De hecho, me sorprende que se este controlando a si misma tan bien siendo como es ella. --Claro, dame un segundo--, murmuro, hurgando en mi bolso. Le lanzo una tarjeta de diamantes y lo despacho, asegurandome de que sepa lo molesta que estoy con todo esto. El no me devuelve la mirada mientras murmura un agradecimiento, antes de salir de mi vista. Respirando hondo, sonrio como si no me importara, antes de volver a mirar a mis amigos. --Lo siento--, le digo con un suspiro perezoso. --Estoy segura de que es solo una confusion con el banco-- Me apacigua Holly, apartandose el pelo largo y oscuro de los ojos. Sonrio cuando ella se acerca y me da un apreton tranquilizador en la mano. Estoy segura de que tiene razon, porque se con certeza que hay mucho efectivo en la primera tarjeta, no se llama tarjeta infinita por nada. --Seguro--. Penelope tambien me sonrie, pero a diferencia de Holly, no hay nada comprensivo o genuino en su sonrisa. --Aunque no puedo decir que alguna vez me haya pasado algo como esto--, dice con un fuerte acento sureno, sus labios entreabiertos en una amplia sonrisa. --?Quizas los bancos estan un poco mas atentos a sus clientes mas notables? Abro la boca para devolver una respuesta, pero estoy distraida al ver al asistente caminando. Incluso antes de que hable, se que no es bueno. Busco otra tarjeta en mi bolso en preparacion a lo que va a decir, aunque solo sea para evitar la verguenza de tener que mirarlo cuando me diga que la segunda tarjeta tambien fue rechazada. --Lo siento --Aqui tiene--, ladro, cortandolo mientras empujo otra tarjeta en su mano. --Prueba esa Estoy haciendo todo lo posible para no mostrarlo, pero realmente estoy empezando a entrar en panico. Claro, un rechazo puede explicarse como una confusion en el banco, pero ?dos bancos diferentes tienen problemas al mismo tiempo? No es probable. Aun asi, me aferro a la esperanza de que sea algo tonto, porque pensar en la alternativa es demasiado horrible. --?Puedo pagar con la mia si eso ayuda?-- dice Holly, dando un paso adelante. --Sabes lo mucho que odio cuando tratas de cubrirme de todos modos. Miro hacia otro lado, porque la lastima en sus ojos es aun peor que la expresion de emocion en los de Pen. Asi debe ser como se siente cada vez que trato de pagar por ella, ya que es la unica en nuestro grupo que no es de una familia adinerada. Antes de hoy, nunca habia pensado mucho en como eso podria afectarla. --Esta bien. Pagare--. Pen lanza un suspiro exagerado, antes de dar un paso adelante para ir al rescate y entregarle su tarjeta al asistente. El gran problema es que al hacer esto me hace aun menos feliz que dejar que me cubra, pero no tengo otra opcion. --Espero que no la rechacen--, dice entre risas mientras me mira. --Simplemente moriria de verguenza. Deja de ser una desgraciada y solo paga la maldita factura. Trago mis palabras, porque me niego a darle la reaccion que se que quiere. En cambio, retrocedo con Holly y espero mientras Pen arregla la cuenta. Evito encontrar la mirada de Holly, fingiendo escribir un texto. Lo que realmente estoy haciendo es intentar iniciar sesion en mi banco, pero sigue dandome un error no autorizado. Salto cuando Holly apoya su mano en mi espalda. La miro y deslizo el telefono en mi bolsillo. --Estoy seguro de que todo esta bien, V. Asiento y fuerzo una sonrisa de vuelta. --De acuerdo, chicas, estamos todas listas--, declara Penelope con un gesto dramatico de su mano. Sus ojos oscuros se fijan en los mios. --No necesitaras pasar el resto del dia lavando toallas sucias y malolientes--, dice por encima del hombro con una risita. --Aunque hubiera sido divertido verlo. Pongo los ojos en blanco a su espalda. Si lo refriega con mas fuerza, se rompera una una. No importa que le haya pagado los ultimos cincuenta viajes aqui; ella ordenara esto tanto como pueda. Mientras lucho contra las lagrimas, salimos. Respiro profundamente, el aire frio me quema los pulmones. Lo ultimo que quiero es que me vean llorar. --Oh, carino, relajate. Solo juego contigo-- Pen se rie y me abraza. --No seas tan sensible. Ni siquiera tienes que devolverme el dinero. --?Cuarenta y nueve viajes mas y estamos a mano?-- Respondo con una sonrisa falsa. --No sabia que llevabas la cuenta--, murmura, lanzandole una mirada a Holly. --De todos modos, me encantaria pasar el rato y conversar, pero tengo una cita y debo prepararme. Abrazo a las dos y luego camino hacia mi auto, un Fiat Spider rojo de dos asientos que papa me compro cuando me gradue de SCAD. Ir a la universidad era algo en lo que mi abuela habia insistido, aunque no estoy segura de por que, no es como si fuera a necesitar darle uso. Abrochandome el cinturon me dirijo a casa. Intento llamar a papa por el camino, pero no responde. Frunzo el ceno e intento de nuevo, pero todavia no hay respuesta. Esto es raro. Papa siempre responde, incluso si es solo para ladrar en la linea que el esta ocupado con algo mas importante que yo. En realidad, asi es como van las conversaciones. Si no va a contestar el telefono, entonces tendre que ir alli. Treinta minutos despues, al entrar en el largo y extenso camino de entrada que conduce a la mansion de mi padre, se que algo no esta bien. Probablemente sean los diez coches de policia que me estan dando esa impresion. Tampoco son coches de policia ordinarios, estas son furgonetas negras brillantes, del tipo que asocias con persecuciones de alto perfil o grandes operaciones: palabras pronunciadas por alguien que obviamente ha visto demasiado Criminal Minds. Aparco junto a una de las furgonetas y salgo. Mi corazon se acelera mientras avanzo por el camino, tan rapido como mis tacones Christian Louboutin de 4000 dolares me llevan. Los hombres con trajes pululan a mi alrededor, con lo que normalmente estaria muy feliz, pero no hoy, no cuando se que algo esta muy mal. Abriendome paso por la puerta principal, miro a mi alrededor en estado de shock. Hay gente por todos lados. Entran y salen, llevando todo, desde computadoras, a pilas de archivos, hasta una cuadernos y carpetas que reconozco como mias desde mi ultimo ano de secundaria. --Hola--, le digo, entrando en el camino de uno de esos hombres. Se detiene en seco y me mira impaciente. --?Que estas haciendo? --, pregunto. --Seguir ordenes--, replica, frunciendo el ceno. --?Y usted es? --Valentina Rossi--, anuncio, enderezandome al anunciar mi nombre tal como me ensenaron los anos de encanto de la escuela. --Ah-- El mira por encima del hombro y llama a alguien. Una mujer levanta la vista y asiente al verme. Ella camina hacia nosotros y me lleva fuera de la habitacion, hacia la sala formal. --?Senorita Rossi, supongo? Asiento, con la garganta seca. --?Donde esta mi padre? --Ha sido detenido bajo sospecha de fraude. Estamos aqui recolectando cualquier cosa que pueda contener evidencia --, explica. La miro y me rio. No puede hablar en serio, ?verdad? --?Sabes quien es mi padre?-- Pregunto, levantando una ceja. La mujer me mira directamente a los ojos. --Sabemos exactamente quien es el, y es por eso que nos estamos tomando esto tan en serio-- --Entonces, ?te lo llevas todo?--, cuestiono, aun incredula. --?Y sus cuentas?, ?Han sido congeladas tambien? Me sonrojo al darme cuenta de lo superficial que debo sonar. Probablemente piense que soy otro bebe malcriado del fondo fiduciario, que vive del dinero de papa. Bien, entonces ella tendria razon, pero no es mi culpa. Soy un producto de mi educacion. --Sus cuentas no estan congeladas, senorita Rossi. Estan vacias. --?Que quieres decir con vacias?-- gruno --Mis cuentas nunca han estado vacias en mi vida. Tengo un fondo fiduciario… --Tenias un fondo fiduciario--, Corrigio ella. --Tu padre movio todo a un lugar desconocido, y estamos haciendo todo lo posible para tratar de encontrarlo. ?Vacio mi fondo fiduciario? Mi corazon late en mi pecho. El no me haria eso … ?o si? No, tiene que haber algun tipo de explicacion. Probablemente este tratando de protegerme moviendo mi dinero a un lugar seguro. Estoy convencida que hablar con el aclarara todo. --Quiero verlo--, Demando. --?Donde esta el? Ella sacude su cabeza. --Lo siento, no puedes. No hasta que hayamos terminado de recopilar nuestra evidencia-- Se mete la mano en el bolsillo y saca una tarjeta. La tomo y miro, sintiendome entumecida. --Llamame manana. Arreglare que lo veas tan pronto como sea posible. Mientras tanto, lo siento, pero no puedes quedarte aqui. Puedo ayudarte a encontrar un alojamiento alternativo... --Tengo un apartamento--, interrumpo, metiendo la tarjeta en mi bolsillo. --Solo estaba aqui porque …-- Me detuve, dandole una sonrisa tensa. Al menos ahora se por que rechazaron mis tarjetas. --Gracias por tu ayuda. Camino hacia mi auto y entro. Me siento alli por un rato, mirandolos entrar y salir de la casa como abejas obreras. ?Fraude? Sacudo la cabeza. No tiene ningun sentido. Mi padre es muchas cosas, pero no esto. ?O tal vez no conozco a mi padre tan bien como pensaba? Salgo del ascensor de Sorrel Towers hacia el atico que llame hogar durante el ultimo ano. Todo lo que quiero hacer es acurrucarme como una pequena bola en mi cama, pero justo cuando llego a la puerta principal, escucho a alguien toser detras de mi. Me giro y encuentro al administrador del edificio, que sonrie torpemente mientras se pone de pie. --Valentina--, murmura, una gota de sudor cae por su frente. --Lo siento, pero el gerente de contabilidad llamo y me pidio que hable con usted. Parece que su ultimo cheque de alquiler reboto … --?Oh?-- Digo y frunzo el ceno, como si no tuviera idea de por que pudo haber sucedido. -- Bueno. Ire al banco y lo resolvere lo antes posible. El alivio inunda su rostro. --Gracias-- Respira y luego duda, como si estuviera sopesando decir que mas tiene en mente. Levanto las cejas, expectante. --Es solo que… ?esta todo bien? Vi a tu padre en las noticias, y luego, cuando el cheque no paso… --Se interrumpe nuevamente, luciendo avergonzado. Lo miro friamente, inclinando ligeramente la cabeza. --En el ano que he estado viviendo aqui, ?alguna vez he dejado de pagar, Andreas?-- pregunto. Sacude la cabeza, sus mejillas sonrojadas. --Exactamente. Y no tengo la intencion de empezar ahora-- Agrego, y le doy una mirada severa. --Por supuesto. No quise ofenderte --, musita. --Es solo que… estaba preocupado… -- Se rie con inquietud mientras se frota la nuca. Casi siento pena al notar su estado; pareciera que va a desmayarse en cualquier momento. --Si te preocupa como puedo pagar este lugar, deberias calmarte--, le aseguro --Tengo un fondo fiduciario que podria comprar comodamente este edificio y sus inquilinos tambien-- Lo que es mucho teniendo en cuenta que Sorrel Towers alberga a algunas de las elites mas ricas de toda Savannah. Me detengo el tiempo suficiente para deslizar mi llave en la cerradura, luego miro hacia atras y arqueo la frente. --?Hay algo mas?-- Agrego, esperando haber dejado en claro que nuestra conversacion ha terminado. --No, lamento haberle molestado con esto. Que tenga buenas noches, senorita Rossi-- El asiente con la cabeza hacia mi, luego corre a la vuelta de la esquina en direccion a los ascensores. Entro y recuesto mi espalda contra la puerta hasta que se cierra de golpe, luego me deslizo hacia el suelo, abrazando mis piernas contra mi. Esta manana me desperte y fue como cualquier otro dia. ?Como cambio todo tanto en el espacio de unas pocas horas? Mas importante aun, ?como diablos voy a llegar con el dinero del alquiler? No hay forma de que pueda encontrar ese monto de efectivo. Mi estomago se revuelve ante la idea de mudarme, porque amo mi departamento. Ubicado en el corazon del distrito historico, es la definicion de la opulencia y el lujo. Desde la vista de un millon de dolares hasta la banera de hidromasaje en el balcon, es la casa que siempre sone. El precio no fue un factor y mi padre estaba mas que feliz de conseguirlo, como todo lo que le pedia. Supongo que anos de descuidar emocionalmente a tu hija te hacen sentir culpa. Respiro lentamente, tratando de detener el ataque de panico que se que se avecina. Todo estara bien. Solo necesito sobrevivir hasta que mi padre resuelva esto. Me rio de lo ingenua que soy. ?Como puede estar bien? El unico dinero que tengo esta en ese fondo fiduciario, que aparentemente ahora esta vacio. Cuando quitas eso de la ecuacion, mi valor total asciende a la friolera de diez dolares. Conseguir un trabajo no tiene sentido, porque ni siquiera cubriria mi renta, y mucho menos mis otros gastos. Demonios, incluso diez trabajos no estarian cerca de sacarme de este lio. ?Que diablos voy a hacer?

  • Lady Smartphone (Tecleame te quiero 3) de Isabel Jenner

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    Llega la tercera entrega de la serie <>.

  • MARIPOSA CAPOEIRISTA 2 de Lily Perozo

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    Tras un tragico evento, que amenaza la seguridad de la familia Garnett, deberan poner punto final a sus sonadas vacaciones y regresar a Nueva York. Sin embargo, Elizabeth dejo en Brasil muchos pendientes, ademas de un poderoso sentimiento que apenas descubria, el cual se volvera mas intenso a pesar de la distancia.
    Mientras tanto, en Rio de Janeiro, Alexandre debera enfrentar una situacion de vida o muerte, que lo alejara de la mujer que durante anos creyo una fantasia, pero que llego a su vida en el momento menos esperado, convirtiendose en la mas increible realidad; por la que luchara hasta vencer sus miedos y tenerla de regreso.
    Un inesperado suceso que sacudira a Brasil tambien trastocara la vida de Alexandre y Elizabeth, abriendo una puerta al tan esperado reencuentro, pero nuevos secretos seran revelados, poniendo en la cuerda floja su prematura relacion. Elizabeth debera decidir entre seguir su corazon y confiar en Alexandre o ser sensata y continuar con su vida al lado de Luck.
    Cualquier decision que tome terminara lastimando inevitablemente a alguno de los dos hombres que mas ama en su vida, algo que debera afrontar, si desea su felicidad.
    Lee el segundo libro de Mariposa Capoeirista y descubre que le depara el destino a Elizabeth Garnett.

  • Esperanza de Candis Benitez

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    En ocasiones, las personas tomamos las peores decisiones en nuestras vidas, las cuales muchas veces pueden ser irremediables, en caso de no enmendarnos a tiempo.
    William Carrington lo sabe bien, pues en su juventud -buscando escapar de las presiones familiares y ser libre-, eligio la puerta equivocada. Vivio una epoca de desenfreno total, y estuvo al borde de perderlo todo, incluso lo mas preciado que posee cada ser humano, dandose cuenta con ello de su manera errada de proceder, antes de caer en un abismo sin retorno.

  • La pasion de Jeanette Winterson

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  • A la orilla del rio de Robyn Carr

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    Los habitantes del tranquilo pueblo de Grace Valley eran como una gran familia… y a todos les encantaba meterse en los asuntos ajenos.

  • Mi rompecabezas de Rosa Cortes

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    Clara seguia buscando el verdadero amor, su peor pesadilla era quedarse soltera y por eso tiene una relacion que no le aporta lo que ella necesita. Su marido es un maltratador.
    Pablo es su mejor amigo y quien la ayuda a seguir adelante, secretamente esta enamorado de ella. La relacion con el prospera como el desea, pero entre las sombras. Todo tiene que ser asi hasta que Clara decida que hacer con su vida y con su matrimonio.

  • Maverick (Siempre tu 2) de Merche Diolch

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    Habian conseguido un vuelo directo de casi siete horas desde Nueva York a Dublin. Buffy se habia quedado dormida casi en el mismo instante en el que habian despegado y, salvo un par de minutos en los que intervino en la conversacion que mantenian Zoe y Dulce, durante el resto del tiempo apenas se inmuto. Estaba agotada. Su jefe la habia tenido trabajando mas horas de las estipuladas en su contrato, preocupado de que, con su marcha, no llegaran a tiempo para la entrega del videojuego. Ella le habia prometido que regresaria con dias suficientes para terminarlo, pero este, desconfiado, le rogo que doblara turno en el trabajo y asi podrian adelantar faena. Por supuesto no habia concluido el trabajo. Era un imposible en tres dias, desde que le aviso de que se tomaba vacaciones, el mismo sabado despues de hablar con Izan. Pero parecio que se quedaba mas contento. Buffy, por supuesto, habia sufrido el exceso y estaba agotada. Zoe lo tuvo mas facil. Habia terminado los examenes, por lo que, tras exponerle a su tutora que necesitaba unas vacaciones, esta casi la echo del departamento. A la profesora le parecio una maravillosa idea que se tomara unos dias, ya que asi descansaria y desconectaria de los estudios. Dulce era la que mas complicado lo iba a tener. Esa semana tenia la prueba final del curso y debia presentarse si queria terminarlo. Solo se le ocurrio una cosa y, aunque se salia de lo ortodoxo, decidio que, si queria ir a Irlanda, para descubrir que le sucedia a Maverick, debia atreverse con cualquier locura. El sabado se levanto con una idea fija: debia adelantar el examen y, para ello, se presento en el restaurante donde trabajaba su profesor. Le explico lo que le sucedia. No queria mentirle y le rogo que le dejara presentarle su tarta de angel alli mismo. --!?Aqui?! --le pregunto incredulo. Dulce todavia recordaba la cara de espanto que mostro. --Si me lo permite, chef... La hare sin molestarlo, sin que su equipo note que estoy cocinando --le rogo--. Solo necesito que me de esa posibilidad. Necesito que vea lo que se hacer... --Pero ?tan importante es ese chico para usted? La joven sonrio sin darse cuenta. --No lo se --confeso--, pero tengo que averiguarlo. El hombre debio de ver algo en sus ojos, ya que, aunque su peticion no era nada convencional, cedio. --Pero con una condicion --le indico cuando ella se felicitaba por la suerte que habia tenido. --Si, si... Por supuesto. La que sea --solto con rapidez. El chef sonrio divertido por su espontaneidad. --Sabra la nota el mismo dia que los demas. Ella asintio enseguida. --Claro. No esperaba menos. --Y, senorita... --?Si? --Deberia pensar en mi propuesta --le recordo. Dulce asintio de nuevo. --Si, senor. Lo hago todos los dias --comento--. Trabajar con usted, en esta cocina..., seria todo un privilegio... --Espero su respuesta --le indico y dio una palmada al aire--. Ahora, senorita, pongase en marcha. El tiempo corre... --Senalo el reloj que colgaba de una de las paredes, y Dulce se puso en movimiento. --Vamos a aterrizar --aviso Zoe provocando que Dulce regresara al presente para ver como hacia un gesto con la cabeza hacia la luz que indicaba que debian ponerse los cinturones. Esta asintio y desperto con cuidado a Buffy. --Eh... ?Si? --Se desperezo, sin saber donde se encontraba. --Vamos a aterrizar --le informo con una sonrisa. La pelirroja bostezo y se puso el cinturon, al mismo tiempo que el piloto les comunicaba por los altavoces la temperatura que hacia en Dublin y que no tardarian en tomar tierra. En cuanto las ruedas tocaron el asfalto, los pasajeros aplaudieron como locos. Estaban en Irlanda, la tierra de las praderas verdes, de los castillos y las leyendas que pasan de padres a hijos. --Se me ha hecho corto el vuelo --afirmo Buffy, levantandose de su asiento. Las dos chicas la miraron sorprendidas y no pudieron evitar reirse de ella. --Normal, te has pasado todo el viaje durmiendo --indico Zoe, yendo hacia la puerta de salida. --Exagerada --la acuso. Dulce atrapo su brazo y comento: --De exagerada, nada. Hasta has roncado. La pelirroja las miro con los ojos bien abiertos. --Mentira... --Zoe y Dulce intercambiaron miradas y estallaron en sendas carcajadas--. Sereis malas... --A ver si tenemos suerte y nuestras maletas salen de las primeras --deseo Zoe en voz alta, una vez terminaron de reirse. --Estamos en el pais de la suerte --afirmo Buffy, senalando el broche que llevaba prendido en su abrigo y que simulaba un trebol de cuatro hojas. --Ahi estan --senalo Dulce nada mas llegar a las cintas de equipaje--. Son las primeras. --?Lo veis? --afirmo con prepotencia Buffy. Zoe le tiro de uno de sus rizos y le saco la lengua. --Esperemos que tambien hagas magia y nos consigas deprisa un coche. La pelirroja se recoloco el abrigo con aire de superioridad y cogio su maleta sin mirar; estuvo a punto de caerse al suelo, ya que no se acordaba de su peso. Dulce la sujeto y Zoe atrapo su maleta. Las tres se miraron y estallaron en carcajadas. --Esta bien, esta bien... No os riais mas --les pidio, pero era complicado que le hicieran caso, si ella era la primera que seguia riendose a mandibula batiente. --Os prometo que, aunque no encontremos a Maverick, este va a ser un viaje increible --indico Dulce con seguridad. --Ya lo esta siendo, amiga --dijo Zoe y se puso en marcha hacia la puerta de salida del aeropuerto, donde una fila de taxis esperaba a los pasajeros que acababan de aterrizar. --?Y quien dice que no lo vamos a encontrar? --pregunto con tono ironico Buffy mostrando un papel en su mano--. Aqui esta la direccion que nos dio Izan, por lo que vamos hasta alli y... --?Y que? --dudo Dulce de pronto, parada delante del primer taxi que habia libre.

  • Confesiones en la despensa de Juvenal Alvarez Uzcategui

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    Al entrar a la casa de Cien Victorias, un arbusto de ajies dulces enredado en un rosal que sostenia un universo de telaranas nos impidio el paso al portoncito de la entrada. Dicen que los arboles de ajies duran poco, pero tia Candela juro haber sembrado ese hacia cuarenta anos atras, junto con Eloisa. <>, decia tia, recordandola. Por todos lados habia arbustos y planticas de condimentos y de hierbas, de todas cuantas se conocian, y de las que los viajeros llevaban por saber que Eloisa les buscaria algun buen uso. <>, recordaba tia Candela, de una tarde en que llego un arriero de mulas a Cien Victorias tratando de ganar un almuerzo. <>, se burlaba Eloisa del regalo de su aspirante. El portoncito de atras de la casa fue imposible atravesarlo: con una enredadera de alambre de puas alguien habia sellado aquella otra entrada, y entre aquel huerto de ajies olvidados era trabajoso el intento. Tia Candela mando a romper la puerta principal de la casona con un peon que algun dia pidio al abuelo Manuel morir en aquella casa, y el nonito lo dejo como un traste mas de aquella finca olvidada, que para entonces ya no valia nada. --Aquel era mi cuarto y el de tu mama --senalaba hacia un altillo tia Candelaria--. Por aquella baranda nos bajabamos a escondidas cuando tu abuelo nos castigaba por no querer probar un horrendo jugo de rabanos que el aseguraba que impedia para siempre el catarro. Eloisa nos tapaba bajo su falda y nos cambiaba aquel menjurje por una aguita dulce que papa jamas sospecho. Eloisa era capaz de invertirlo todo en la cocina, conocia cualquier nuevo sabor que podria cambiar otro y tambien enganar los ojos de cualquiera, haciendo ver lo que no habia. Papa, entre alborotos de hombre necio, jamas sospecho que lo que nos tomabamos era un agua de cayena y lima que en olor y color semejaba el terrible rabano, pero en sabor era el agua mas dulce y fresca que Eloisa habia inventado para nosotras. Al caer la enorme puerta de la casona, una oleada de palomas salieron despavoridas de todos los rincones de Cien Victorias. Aquella puerta gigante de madera hizo un ruido aterrador que rompio las baldosas enlutadas por la corrosion del terrible gallinazo. Aun se lograba ver, entre la invasion de la hiedra que lo envolvia todo, la forma dormida de un sinfin de trastes y objetos olvidados por la vida y el afan que hubo en algun tiempo. <>, repetia insistentemente tia Candela, envejecida, ya sentada en un anden, como rendida por su memoria. Tia Candelaria y mama habian huido durante cuarenta anos del recuerdo de Cien Victorias y ahora tenian que enfrentarse a ella y a cada presencia que con el lugar viniera. <>, me mostraba Tia, aun llamandome como si fuera un nino. <>, y me contaba, asi, que habia estado tan contento que vendio trecientas reces para el casorio. <>. --Justo ahi habia un chifonier con dos puertitas pintadas a mano; las habia pintado mama, un manojito de flores en cada puerta --continuaba tia Candelaria--. Dentro de el solia esconderme de tu abuelo: yo siempre de penosa con papa, me daba un aire de verguenza el temerle. No se si era por ser tan perfecto, tan alto y tan callado que preferia a veces no verlo; tu mama, en cambio, era una regalada, lo esperaba en el balconcito de nuestro cuarto y cuando escuchaba el galope del caballo, se venia corriendo a recibirlo, sentada aqui en el salon; se le guindaba atras como un animalito del monte, mientras papa siempre le decia <>; entonces el sacaba algunas piedras con formas raras que habia encontrado en el rio, o un trozo de palo que, segun le decia a Nina, se lo habia regalado especialmente para ella algun duende en el camino. Nina se impresionaba, luego se dormia en las piernas de papa hasta que llegaba Eloisa y se la llevaba para nuestro cuarto. Y yo, siempre desaparecida, me quedaba dormida dentro del chifonier, escondida; luego llegaba Eloisa, me encontraba, y me llevaba a dormir, tarareandome unas lindas canciones inventadas al instante. Eloisa fue un regalo de los cielos. Papa mando a buscar en Las Virtudes a quien fuera, para que se hiciera cargo de tu mama y de mi cuando murio tu abuelita. Llego aqui para ensenarnos cosas buenas, como decia papa. Nina dejo de hablar por mucho tiempo luego de la muerte de tu abuela. Quedamos tan tristes y solas las dos, que papa, desesperado al vernos tan vacias, y con la plena conciencia de su incapacidad para criarnos solo, mando a buscar a alguna buena muchacha con buenas costumbres que nos ensenara a leer y al menos a terminar la labor inconclusa de mama en la crianza de nuestros primeros anos. Hablo con Jacinta, una vieja cocinera que habia trabajado aqui desde la fundacion de Cien Victorias, y asi fue como llego Eloisa, nuestra amada Eloisa, traida por la vieja Jacinta, por ser parientes de algun modo. Recuerdo algo de cuando llego: era tan jovencita, tan decente, cargada de folletines y manuales para ensenarnos tantas cosas a nosotras, que ya comenzabamos a ser salvajes en esta casa envuelta en cafetales; pero este sitio le transformo su labor de maestra y, sin que ella se diera cuenta, termino siendo tambien cocinera, eso si, la mejor de Cien Victorias. Nos ensenaba a contar seleccionando los granos de las sopas, y a leer con un fantastico librito de cocina, mientras terminaba algun guisado. Al morir Jacinta, Eloisa no solo quedo a cargo de nosotras, termino dirigiendo la casa entera, la comida de papa, el orden de la casa, la comida de los peones, las fiestas y reuniones. Ella, en medio de su escondite, termino siendo la casa misma, lo sabia todo, lo ordenaba todo. Nina decia siempre que cuando creciera no tendria esposo, sino que se casaria con Eloisa para estar siempre con ella... tu mama y sus desvarios. Tia Candela no paraba de contar algo de cada rincon de la casa; todo volvia a ella de una manera tan precisa y lucida como nunca la habia visto antes: animosa en el habla, con una rapidez inusual y una clarividencia que llegaba a asustarme en instantes. --Este era el cuarto de papa; asomate por esa ventana, veras entera toda Cien Victorias. Aqui se paraba el cada manana y planificaba sus jornadas, la recolecta del cafe, el arreglo de alguna tostadora, o aquellos viajes que Nina y yo tanto detestabamos y temiamos. Papa se iba de vez en cuando y tardaba semanas en volver. Cuando los pagos demoraban en llegar del puerto, el mismo iba y los cobraba, mientras tu mama y yo nos quedabamos solas con Eloisa, y aunque en la luz del dia no parabamos de corretear por la casa, se que en las noches las tres nos sentiamos desprotegidas por la ausencia de papa. El premio de aquellas largas noches era el retorno de tu abuelo, pues nos premiaba con un sinfin de regalos que nos hacian olvidar las penas de los monstruos de nuestras noches.

  • Los asquerosos de Santiago Lorenzo

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    Manuel acuchilla a un policia antidisturbios que queria pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequena compra en el Lidl que le envia su tio. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estatico, una version de Robinson Crusoe ambientada en la Espana vacia, una redefinicion del concepto <>. Una historia que nos hace plantearnos si los unicos sanos son los que saben que esta sociedad esta enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela mas rabiosamente politica, lirica y hermosa.

  • Una promesa de gloria de Morgan Rice

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    En UNA PROMESA DE GLORIA (Libro #5 de El Anillo del Hechicero), Thor se embarca con sus amigos de La Legion en una busqueda epica en la vasta selva del Imperio para intentar encontrar la antigua Espada del Destino y salvar al Anillo. Las amistades de Thor se profundizan mientras viajan a nuevos lugares, enfrentan monstruos inesperados y luchan en una batalla inimaginable. Encuentran tierras exoticas, criaturas y personas mas alla de lo que podrian haber imaginado, a cada paso de su viaje aumenta el peligro. Tendran que convocar todas sus habilidades si quieren sobrevivir, mientras siguen el rastro de los ladrones, mas y mas profundamente en el Imperio. Su busqueda les llevara hacia el corazon del Inframundo, uno de los siete reinos del infierno, donde los No Muertos gobiernan, y los campos se alinean con los huesos. Mientras Thor debe invocar sus poderes, mas que nunca, se esfuerza por comprender su naturaleza.

  • Pagando el precio de Larissa De Silva

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    Me sentia… tranquila. Pense. ?Es eso lo que era estar agradablemente borracha? Siempre habia sido tan abstemia. Casi nunca bebia, tal vez en caso de emergencia, me decia a mi misma, pero realmente, no me gustaba la idea de vomitar, y siempre habia sido poco bebedora. Golpee la barra y el barman se me acerco de nuevo. Era un joven de veintitantos anos con un mono en su cabeza hecho completamente de rastas. Podria haber seguido mirandolo durante anos, especialmente porque ahora parecia haber dos de el. --Un destornillador --dije--. Que sea doble, por favor. --Por supuesto, carino --dijo, guinandome el ojo. Mi corazon se agito. No crei que estuviera coqueteando conmigo, exactamente, pero al menos estaba siendo amable conmigo. Senti como si hubiera pasado tanto tiempo desde que un hombre habia sido amable conmigo. Desde que alguien habia sido amable conmigo, de verdad. Estella se habia ido a casar o algo asi en lo que se suponia que era la celebracion de mi divorcio. Scott y yo nos habiamos separado oficialmente y todo estaba en marcha para que yo recuperara mi vida. Si, claro. Eso me decia a mi misma que al inclinar el vaso hacia atras y sentir el hielo cubriendome la lengua. Estaba borracha. Nunca hubiera hecho algo asi si hubiera estado sobria, me dije a mi misma. Al menos no estaba haciendo el ridiculo delante de nadie conocido. En el hospital me mantuve firme, incluso cuando senti que queria saltar sobre Scott y arrancarle los ojos. No podia creer que, despues de lo que me habia hecho, todo el mundo fingiera que las cosas eran normales. Comprendi que habia cosas mas importantes. Nuestros pacientes eran mas importantes que nuestro drama personal. Pero no podiamos operar juntos, y el hecho de no poder trabajar juntos habia obstaculizado al hospital. Por supuesto, Scott me habia echado toda la culpa a mi. No queria contarle a nadie lo que Scott habia hecho. No queria contarles las noches en que llegaba a casa apestando a alcohol y con marcas de lapiz labial en el cuello. No queria contarles sobre los mensajes de texto que encontre en su telefono, de mujeres que fueron salvadas bajo nombres de contacto como Dr. Panama y Dr. Corea del Sur. Estaba claro que no eran medicos, que eran trabajadoras sexuales que habia conocido en una de sus muchas escapadas nocturnas, y como no podia recordar sus nombres, las guardaba en su telefono como su nacionalidad. Era insultante. Probablemente un poco racista. Si le hubiera dicho a alguien lo que Scott estaba haciendo, entonces podrian perderle el respeto en el hospital. No queria que eso sucediera. A pesar de todos sus defectos personales, sus defectos como marido y su incapacidad para ser fiel, era un cirujano maravilloso y dedicado, con una tasa de exito mejor que la mayoria de los cirujanos de nuestro estado. Diablos, en nuestro hospital. No queria que nuestro personal lo respetara menos, y sabia que el personal de la oficina se aferraria inmediatamente a cualquier chisme sobre el Dr. Noble y la Dra. Baker. Los Ken y Barbie de nuestro hospital, la gente pensaba en nosotros como si fueramos un rey y una reina en su regreso a casa. Fue terrible. Lo odie. Era un ideal que ninguno de los dos podia cumplir y yo ni siquiera queria intentarlo. Pero habia caido en el, de forma bastante inesperada, porque Scott era popular y yo era su esposa, y no podia escapar de su influencia. Parecia el tipo de hombre que deberia interpretar a un cirujano en la television, mas que a un cirujano de verdad. Demonios, probablemente lo habria hecho, si no hubiera sido por la influencia dominante de su madre. Y siempre me habia gustado mirarlo. Al menos, eventualmente. Pero tambien me habia gustado lo respetado que era, y el respeto y su capacidad para ser un buen medico, estaban, por lo que pude ver, unidos el uno al otro. Asi que mantuve la boca cerrada incluso cuando el lo anuncio -sin decirmelo de antemano- que nos estabamos separando. Cuando la gente le preguntaba por que, me pintaba como irracional y celosa, y aunque apretaba los dientes, sentia ganas de estrangularle cada vez. Me dije que los pacientes eran lo primero, incluso cuando vi el brillo de sus ojos. Tal vez se veia a si mismo como una victima, pense, sintiendome un poco mal del estomago. Me volvi a mi lado, tratando de mantenerme erguida en la barra, y vi a un hombre guapo sentado a mi izquierda. Tropece con el taburete cuando intente mantener el equilibrio y el extendio su brazo y me agarro antes de que pudiera caer de cara al suelo. Se rio, un sonido profundo que removio mariposas en mi estomago. Tal vez fue la bebida. --Oye --dijo--. ?Estas bien? Asenti, me lami los labios y trate de sentar mi trasero en el taburete de nuevo. --Si --dije--. Solo estoy teniendo… woo. Problemas de equilibrio. --?No eres gimnasta, entonces? Me rei. --Nada tan glamoroso. Me miro de arriba a abajo. Sus ojos eran oscuros, o tal vez fue solo la falta de luz en el bar, pero maldicion, era intenso. No dejaba de mirarme. --?Puedo adivinar? --Por favor, no --dije--. Si adivinas algo sobre mi vida, y tienes razon, me odiare para siempre. Se rio de nuevo. Sonaba tan sincero. Podria haber seguido escuchandolo para siempre. Habia algo familiar en el, tambien, como si lo hubiera escuchado antes, como si acabara de llegar a casa y estuviera alli, sentado en el sofa de mi sala, tomando una taza de te con mi madre. Mierda. Estaba tan borracha. --Solo iba a adivinar algo bueno. --?Como que? --No lo se --dijo--. ?Estas en la moda? Me rei de nuevo. --Eres un comediante --dije--. ?Verdad? --En el entretenimiento --dijo--. Pero no como comediante. --Lo suficientemente cerca --dije, tomando un sorbo de mi destornillador. Era tan fuerte. --?Puedo invitarte a otro trago? --Absolutamente no --dije--. ?Intentas matarme? --Kieran --dijo, extendiendo su mano mientras se reia. --Becca --respondi. Me apreto la mano, que estaba sorprendentemente sudada. No muy atractivo, pense. Pero de nuevo, probablemente me veia como un desastre, en general. Intente sentarme mas derecha -ridicula, cuando ni siquiera podia ver bien- y me pase los dedos por el pelo. --?Que estas haciendo en este bar? --Kieran pregunto. --Nunca te he visto aqui antes. --Yo… --dije--. Se supone que tengo una fiesta de divorcio. --No es una gran fiesta. Me rei. --Mi amiga se fue y se fugo --dije, tomando otro sorbo de mi bebida. --Amiga. Solo queria venir a Las Vegas para poder casarse con este tipo, supongo. ?Que mejor excusa que mi divorcio? --Tu ex es un idiota --dijo. --Salud --le respondi, sosteniendo mi bebida en el aire. Fue suficiente para llamar la atencion del camarero, lo que me hizo reir. --Creo que podrian echarme. --Se enfrentan a cosas peores cada dia --dijo--. Confia en mi. --Lo hago --dije. --Eso no fue muy amable de tu amiga --dijo--. ?Como terminaste aqui? --Queria un bar barato que no estuviera al lado de un casino --dije--. Y sabes, este parecia el lugar perfecto para que una solitaria divorciada no fuera conquistada. --?No te van a conquistar? --pregunto. Incluso en la oscuridad, pude ver que sus ojos estaban parpadeando. Hacia tanto tiempo que no estaba con un hombre, y las ultimas veces que me acoste con Scott, apenas parecia interesado en mi. Estaba haciendo los tramites antes de que nuestro matrimonio muriera. Me di cuenta de que ya no estaba interesado en mi. Este extrano, este hombre alto y guapo con ojos traviesos, iba a estar interesado en mi. Y yo estaba lo suficientemente borracha como para arriesgarme. --?Que estas diciendo? --Pregunte despues de tomar otro sorbo de mi bebida fuerte. --Estoy diciendo… ?tienes una habitacion de hotel por aqui? CAPITULO DOS KIERAN Se alojaba en un hotel a pocos pasos del bar. Lo sabia. Era uno de esos bares a los que solo iban las mujeres que podian permitirse bebidas demasiado caras, y aunque tenia la apariencia de ser sucio, fue una cuidadosa decision de marketing tomada por genios del marketing de Las Vegas. Era el lugar perfecto para trabajar, por lo menos. Las ultimas semanas habian sido sorprendentemente malas, probablemente debido al clima. Solo habia habido un par de clientes y eran personas que pagaban tarifas de cliente frecuente. Nada como lo que yo cobraria a uno nuevo. Tal vez seria divertido, me dije a mi mismo. Esta clienta… era hermosa. Pequena, con pelo marron que le llegaba a los hombros en suaves olas, y enormes ojos marrones que hacian que su cara se iluminara cada vez que me miraba. Habia algo familiar en ella, pero no podia poner mi dedo en la llaga. No importaba. Iba a llevarla al hotel, ibamos a pasar un buen rato, y tendria suficiente para pagar mis cuentas del mes. Pude ver que tenia dinero por las joyas que llevaba puestas, la ropa que usaba. Incluso en jeans y una blusa, podia ver las suelas rojas de sus zapatos. El collar y los brazaletes que llevaba eran de oro blanco o plata, con preciosos diamantes de imitacion incrustados en ellos. Me tomo la mano cuando se bajo del taburete y la sostuve, cuando se tambaleo, para que no se cayera al suelo. Estaba borracha, pero esperaba que no demasiado. Siempre fue una linea extrana para moverme y me asegure de obtener una confirmacion verbal, pero, aun asi. Solo estaba alicorada, porque hacer mi trabajo era si estaba sobria. Salimos del bar a la abrumadora calle iluminada. Habia charcos en el suelo que trate de evitar, pero Becca no lo estaba pasando tan bien. Ella tropezo hacia adelante y la atrape, poniendo mi brazo alrededor de su cintura, y acercandola a mi. Se rio. Olia a alcohol, pero tambien a champu, a coco y agave, y habia algo en su perfume. Era sutil, floral, y podria haberla sostenido para siempre, solo con su agradable aroma. Se alejo de mi y la segui hacia su hotel, un lugar imponente con una plaza enorme y una fuente en el exterior. Sabia que era un lugar que costaba al menos 300 dolares por noche, lo que no era nada despreciable cuando estaba claro que no estaba cerca de la franja y que no venian tantos turistas. --Asi que --dijo, sus palabras se entendieron un poco mal. --Mi amiga esta con su nuevo marido, Dios sabe donde. Este era el hotel mas cercano que encontre que no parecia estar lleno de cucarachas. Asenti con la cabeza, mirando el edificio de treinta pisos. --Se ve muy bonito --dije. Se burlo. --Es muy bonito --dijo--. Precioso. Planeaba pagarlo con nuestra tarjeta compartida, pero desde el divorcio, no se supone que nuestras finanzas sean compartidas. --Lo siento --dije. Ella se rio. --No lo sientas --dijo--. En general, ha sido mucho mejor para mi. Excepto por, ya sabes, mis pequenas fantasias de venganza. Me rei. Para alguien que parecia tan borracha como ella, era elocuente. --Bueno, ya no tienes que preocuparte por el --dije mientras llegabamos a las puertas dobles automaticas, que se abrieron para nosotros. La recepcionista nos saludo y yo le sonrei, saludandola. Ella me conocia, y si queria, podia hacerme la vida dificil. Esa noche no le importo lo suficiente y volvio a trabajar en algo en su computadora, lo que me permitio dar un suspiro de alivio mientras Becca me llevaba a su habitacion. Llegamos al pasillo con todos los ascensores, cuatro a cada lado, y ella se apoyo en mi. No sabia si era porque estaba borracha o porque trataba de mantener el equilibrio, pero cualesquiera que fueran sus razones, era una buena senal. Las puertas del ascensor sonaron y ella se inclino hacia adelante, casi cayendo de cara. El nivel de intoxicacion en el que estaba me hacia sentir un poco incomodo. Incluso cuando se rio y me metio en el ascensor, reboto en la pared trasera, que era basicamente una ventana al exterior. La fuerza con la que la golpeo me puso un poco nervioso, especialmente por la forma en que se rio cuando reboto en la pared. Coloque un brazo alrededor de su cintura y la mantuve cerca mientras inclinaba la cabeza hacia arriba, mirandome directamente a los ojos. --Oye --dijo, sus ojos se estrecharon. --Siento como si te hubiera conocido antes. --Muchas mujeres se sienten asi --dije. Ella se rio. --Sabes exactamente como hacer que una chica se sienta especial. Me rei con ella. Cuando apreto sus labios contra los mios, no me sorprendio. A pesar de lo borracha que estaba, besaba muy bien, y podia sentir que me dejaba llevar cuando mis labios encontraban los suyos una y otra vez. El ascensor sono y pronto estabamos en su piso.

  • El asco de Horacio Castellanos Moya

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    El libro mas emblematico y controvertido de Castellanos Moya.

  • Legion y El Alma del Emperador de Brandon Sanderson

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    LEGION Stephen Leeds tiene una mente tan poderosa que roza lo sobrehumano y le permite repartirse entre una multitud de personalidades, entes imaginarias que solo el ve, que despliegan una diversidad de habilidades especializadas. Cuando contratan sus servicios para recuperar un objeto robado, Leeds se lanza a la busqueda del inventor, desaparecido en condiciones sospechosas. El artefacto codiciado es una camara fotografica capaz de captar imagenes del pasado, cuyas propiedades podrian cambiar nuestra forma de entender la historia de la humanidad. La investigacion sumira a Leeds en un conflicto que lo llevara desde Estados Unidos hasta la antigua ciudad de Jerusalen. Esta intensa aventura detectivesca aborda temas como la naturaleza del tiempo, los usos potenciales de la tecnologia y la complicada relacion entre la politica y la fe. EL ALMA DEL EMPERADOR Shai, una maga Falsificadora, ha sido condenada a muerte; pero el consejo le ofrece su libertad a cambio de la mayor falsificacion que pueda emprenderse: la del alma del emperador, en estado catatonico tras un atentado. Al adivinar las motivaciones de sus captores, Shai deduce que no sobrevivira ni siquiera si logra cumplir el cometido. Asi pues, trama formas de escapar del palacio a la vez que que se esfuerza en comprender hasta el limite de lo posible los entresijos de la personalidad del emperador. Aunque asume la necesidad de huir, a Shai le atrae poderosamente la idea de crear la falsificacion mas extraordinaria del mundo... ?Es posible crear una copia de un alma tan convincente que supere al original?

  • La libreria de los corazones solitarios de Robert Hillman

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    La novela perfecta para quien haya tenido el corazon roto, para quien haya conseguido recomponerlo y para quien se lo haya dejado alguna vez en una libreria.

  • Deseos desordenados. #Need de Barb Capisce

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    Volver no siempre es facil, el origen a veces significa enfrentar recuerdos que creias olvidados, develar secretos que por mucho tiempo se callaron, abrir cajas que debieron permanecer cerradas. Vince debio haberlo sabido.

  • Seis meses de Paloma Carnero

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    Angela, una animadora que trabaja en un hotel de la Costa del Sol, recibe en la noche de Halloween de 2020 un regalo. A la manana siguiente, despierta en Santo Domingo (Republica Dominicana) !pero en 1783! Todos la tratan como la senora de la hacienda, y cual es su sorpresa al ver que su supuesto marido es sospechosamente parecido a un antiguo amor de adolescencia. ?Que demonios estaba pasando?
    Cuando la santera yoruba, Yeji, le explica que es la responsable de todo lo que le ha ocurrido, le propone hacerse pasar por la esposa de Jaime, el dueno de aquellas tierras, porque la vida de todos los que viven de esa hacienda depende de ello.
    Aventuras, amor, magia, un acuerdo matrimonial, y un enemigo al acecho, todo bajo un telon historico real de fondo en la paradisiaca isla espanola de finales del siglo XVIII.

  • 30 dias para casarme de Elisa Castro

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    ?Que decirles? Estaba borracha.

  • Mi Vida en la Maleza de los Fantasmas de Amos Tutuola

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    <>, basada en narraciones tradicionales de la mitologia africana, es la aventura de un nino que se adentra en un territorio poblado de seres que han fallecido a deshora y que esperan que llegue su momento para trasladarse definitivamente a la tierra de los muertos; seres que conviven con los vivos (a veces con el unico objeto de molestarlos), hablan y poseen poderes magicos. Seguir a Tutuola en ese viaje iniciatico a traves de la maleza es dar un paso adelante en el conocimiento de aquello que conforma el imaginario de millones de africanos en la actualidad. Pocas veces el lector occidental se enfrenta de forma tan descarnada e imaginativa a la esencia del miedo: el pavor del hombre solo en la naturaleza, del hombre postrado ante los dioses, convertido a su vez en dios y siempre dispuesto a impregnar su alma de nuevas creencias. Amos Tutuola, cuya lengua materna es el yoruba, escribe en ingles para reflejar mejor el sincretismo que se produce en las ideas y en la vida de un pueblo que, apegado a sus tradiciones, ha visto cambiar el mundo a su alrededor.

  • Por esos recuerdos de Vanesa Serna Martinez

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    ?Existe algo peor que despertar en la manana y darse cuenta lo ingenuo que fuiste al dejar ir la unica persona capaz de amarte con todas tus virtudes y defectos? ?Aquella que generaba dragoncitos en tu interior?Nathaniel, Joshua y Katherine, son tres ex amigos que les fue arrebatada la oportunidad de amar por sus malas decisiones, por no saber aprovechar lo que tuvieron al frente. Noche tras noche evocaban el pasado, recuerdos que ninguno de los tres ha sido capaz de enjaular, pues cuando ellos te entregaban felicidad plena, olvidar es lo ultimo que podian hacer.Los anos transcurrieron frente a sus ojos y ninguno se ha vuelto a dirigir la palabra. No obstante, sus caminos vuelven a cruzarse en la reunion de la preparatoria, una que desatara miles de sensaciones, de experiencias. Es ahi donde se daran cuenta lo mucho que perdieron por sus constantes estupideces.

  • ?En tu mesa o en la mia? de Rachel Rp

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    Olivia acaba de ser despedida porque han descubierto que sus acreditaciones son falsas. Todo por culpa de la secretaria de su jefe al cual no ha tenido ni tiempo de conocer. Pero no va a dejar las cosas asi, y menos despues de una noche de alcohol. Lo que tiene claro es que piensa vengarse de ella.
    Kenneth Crown, dueno de TransOcean, acaba de salir del hospital tras ser atendido por sobre carga de trabajo. A sus treinta anos ha conseguido lo que el resto a los cincuenta.

  • Amor a fuego lento, Carolina Ortigosa de Carolina Ortigosa

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  • Jamas me olvidaras de Sophie Saint Rose

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    Lidia esta loquita por su nuevo jefe. Y no es para menos porque esta para comerselo, es inteligente y le altera los chakras. Pero su ayudante personal la odia, literalmente. Y que no pueda ni verla es un problema porque no deja ni que se le acerque. Todo pasa por el, asi que tenia unas ganas de que le atropellara un autobus... Solo necesitaba un golpe de suerte. Y llegaria, ella tenia mucha paciencia y era muy positiva. Era el amor de su vida y esperaria lo que hiciera falta.
    ?Mereceria la pena?

  • La hora muerta. Tomo 1 de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion.

  • No es lo que parece. Inspector Salazar de M.j. Fernandez

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    Un politico muere en forma repentina durante un mitin en Haro, La Rioja. El inspector Nestor Salazar y su nueva companera, la subinspectora Sofia Garay, son los llamados a determinar si se trato de un homicidio, pero la situacion se hace mas compleja cuando la investigacion comienza a revelar que las apariencias resultan muy alejadas de la realidad. Nuevas muertes complican el caso, mientras la subinspectora comprende que el propio inspector tampoco es lo que parece.
    Un comisario que ha pedido traslado desde Tenerife lleva a cabo una investigacion paralela sobre una tragedia ocurrida en su familia veinte anos atras, algo que no dejara indiferente al inspector.

  • Cadena de favores de Marisa Grey

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    Estado de Kansas, 1879 Si alguien necesitaba cualquier cosa, un retal para un vestido, un saco de harina o una pala, solo tenia que acercarse al almacen de Gertrud y Pete Schmidt. No habia nada que ellos no consiguieran en el condado de Ellsworth. Tal vez por eso el establecimiento era el corazon de aquella pequena poblacion de poco mas de cien habitantes, con calles polvorientas en verano y nevadas en invierno, que se convertian en un lodazal con las lluvias de primavera u otono. No habia otro almacen en cincuenta kilometros a la redonda, lo que obligaba a los rancheros y granjeros del condado a recurrir a la pareja para cualquier necesidad que se les presentara. Por esa misma razon no era de extranar que Gertrud llevara su negocio como una reina que impartiera justicia divina. Ni el mas audaz de la zona se atrevia a romper las normas de esa mujer de rostro enjuto. Su mirada de halcon era bien conocida, nada se le escapaba en su reino atestado de cachivaches y era capaz de averiguar si faltaba algo con una simple ojeada. Llevaba el cabello siempre tan tirante que muchos aseguraban que no tenia arrugas por ese sempiterno mono negro salpicado de canas. Sus ojos oscuros, pequenos y vivaces, se agitaban de un lado a otro sin perder de vista su mercancia, y cuando algo la molestaba, fruncia la boca de labios finos. Menuda y flaca hasta parecer un junco y pese a su escaso metro cincuenta de estatura Gertrud era capaz de hacer temblar al mas temido. Esa mujer rezumaba autoridad y no dudaba en usar su lengua viperina cuando alguien no acataba sus normas. Como era de esperar, alli estaba cuando Emily entro en el almacen acompanada de su hijo Cody. La recien llegada habria preferido con mucho encontrarse con Pete Schmidt, un hombre afable de rostro rubicundo y siempre sonriente. Inhalo lentamente para darse animos, porque ya sabia lo que estaba a punto de suceder: tendria que humillarse para conseguir los articulos de primera necesidad de la lista arrugada que aguardaba en su bolsillo. Echo un vistazo a la calle, donde la lluvia se cebaba engrosando los charcos que amenazaban con tragarse las ruedas de las carretas. La suya esperaba a pocos metros y Emily se compadecio de Sanson, su viejo caballo, un animal tranquilo que aguantaba con resignacion el tamborileo de la lluvia con los cascos hundidos en el barro. Era absurdo esperar a que Pete regresara de donde estuviera; si ella y Cody salian, se calarian hasta los huesos en un abrir y cerrar de ojos, y lo unico que conseguirian seria un buen catarro. Su orgullo tendria que sufrir las consecuencias del arisco caracter de Gertrud. Oteo el local desde la puerta y descubrio que en ese momento no habia mas clientes; al menos en eso tendria suerte: nadie seria testigo de su verguenza. --!Cierre la puerta! La voz de Gertrud restallo como un latigazo en el ambiente tranquilo del almacen. ?Como habia notado su presencia si no habia hecho ruido con la puerta, y Gertrud no habia levantado la mirada de su libro de cuentas? La mujer la estudio desde detras de sus gafas pequenas y redondas esbozando una sonrisa que provoco un escalofrio en Emily. --Senora Coleman, justo estaba pensando en usted hace un momento. De haber provenido de cualquier otra persona, esa frase habria sido una bienvenida. Viniendo de Gertrud, en cambio, era una clara alusion a lo que Emily le debia. El dedo indice de la mujer golpeaba ritmicamente el libro de cuentas, atrayendo la mirada de la recien llegada. Esta trago el nudo que llevaba anidado en la garganta desde que habia salido del rancho. No supo que contestar, de manera que avanzo hacia el mostrador y sus pasos resonaron sobre el suelo de madera, al ritmo de los fuertes latidos de su corazon. Estrecho la mano de Cody para infundirse valor y el nino le devolvio el apreton, consciente del mal trago que les esperaba. Llego al mostrador de madera con una vitrina de un extremo a otro dividida en compartimentos, donde se exponian articulos tan dispares como fruslerias de encaje y municiones de rifle. Emily se dispuso a hablar cuando Gertrud alzo una mano para atajarla. --Espere aqui, tengo que sacar una cosa al mostrador. Emily asintio agradecida por esos minutos de gracia. Madre e hijo intercambiaron una mirada. Cody le dedico una sonrisa vacilante ensenando el hueco que un incisivo de leche habia dejado la noche anterior al caerse mientras cenaba. Aquel gesto tan sincero e inocente le llego a Emily al alma, hasta el punto de que se agacho para besarle la coronilla al pequeno con toda la ternura de una madre. Atras oyo un ruido, pero no se dio la vuelta, porque en ese momento Gertrud regresaba con una bandeja de manzanas recubiertas de reluciente caramelo. Desprendian un olor dulzon que arranco a Cody un suspiro de deseo. Instintivamente el pequeno se puso de puntillas agarrando el filo del mostrador para ver de cerca esas delicias brillantes y sabrosas. Le encantaban, de hecho habria dado cualquier cosa por un bocado, pero en casa el azucar era un lujo que no se podian permitir, y mucho menos para un despilfarro como manzanas caramelizadas. Se paso la punta de la lengua por el labio inferior con los ojos fijos en la tentacion. --Aparta, nino --le ordeno Gertrud, y agito una mano delante de las narices de Cody, como si su simple presencia pudiera contaminar las manzanas--. Ya sabes que no puedes permitirte una. Emily apreto los labios, sintiendo el impulso de alargar la mano y agarrar uno de los palitos de madera clavados en las manzanas para darselo a su hijo. Reprimio el gesto, consciente de no poder pagar semejante capricho. Carraspeo tragandose la congoja y se saco la lista del bolsillo de su abrigo humedo. --Buenos dias, senora Schmidt. Necesitaria estos arti... La interrumpio el chasqueo de lengua de Gertrud, que la miraba con una condescendencia insultante. --Todavia nos debe los ultimos tres encargos, senora Coleman. Emily arrugo la lista en el puno. Gertrud ya le habia advertido anteriormente de que no le fiaria mas. Aun asi necesitaba aquellas cosas tan sencillas. --La ultima vez le dije que a finales de mes llevaremos el rebano a Dodge City. Cuando nos paguen, saldare mi deuda con ustedes. El senor Schmidt estuvo de acuerdo. --?Sigue con esa absurda idea? ?Llevara un rebano con un cojo, un gandul y un indio? --Yo tambien ire y ayudare --intervino Cody--. Tengo casi nueve anos y se montar a caballo y manejar el lazo. Gertrud ni siquiera se molesto en mirarlo, sino que clavo los ojos en la lista que Emily habia dejado sobre el mostrador. --Es una insensatez. Deberia ser mas responsable y vender la propiedad junto con el rebano a Cliff Crawford. Sabe que esta interesado en esas tierras desde que se establecio en el condado. Es una locura que una mujer lleve un rancho ella sola. --Mi marido volvera... --aseguro en voz baja Emily. Un nuevo chasqueo de lengua la interrumpio. --?Cuanto tiempo hace que el cabeza hueca de su marido se marcho a Oregon en busca de oro, senora Coleman? --Seis meses --murmuro, consciente de que Gertrud lo sabia a la perfeccion. --?Y cree que volvera? Su mirada inquisitiva encogio a Emily. Todos sabian que Gregory se habia marchado seis meses antes en busca de oro, dejando a su familia sola en un rancho aislado con tres personas para ayudar a su mujer. Pero nadie sabia cuando regresaria, ni siquiera su esposa. --Volvera --insistio Emily--. Y llevaremos el rebano a Dodge City --reafirmo, devolviendo la mirada a la mujer--. Por favor, necesitamos esos articulos. Gertrud apreto los labios y los surcos que iban de las aletas de la nariz a las comisuras de los labios se acentuaron. Leyo en silencio la lista. --Esto es pan para hoy y hambre para manana. ?Es consciente de los peligros a los que tendra que enfrentarse para llegar a Dodge City? Ademas, una vez alli ningun hombre querra hacer negocios con una mujer. --Gregory ya habia apalabrado la venta del ganado, el comprador nos espera a finales de mes. --Esta sera la ultima vez --sentencio Gertrud--. Tiene que pagarnos lo que nos debe, y si a final de mes no lo hace, hablare con el sheriff. Emily asintio, sintiendose como una nina a la que estuvieran dando una reprimenda. Se obligo a tragarse las palabras que pugnaban por escapar de sus labios, como que todos sabian que las basculas del almacen de Gertrud estaban manipuladas a favor de los Schmidt; lo que pesaba una libra para Gertrud, era algo menos en cualquier otra balanza. --Por supuesto --convino Emily a desgana--. A final de mes tendra el dinero que le debemos. Gertrud estudio la lista y arqueo las cejas. --?Huevos? ?Acaso sus gallinas ya no ponen? --Se murieron --informo Emily con una nueva oleada de verguenza. --Insensata --musito la otra. Gertrud la examino unos segundos en silencio hasta que algo capto su atencion justo detras de Emily. Entorno los ojos antes de volver a posar su mirada en Cody y su madre.

  • Lo que esconde tu nombre, Clara Sanchez de Clara Sanchez

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  • La cocinera irlandesa de Mary Beth Keane

    https://gigalibros.com/la-cocinera-irlandesa.html

    Mary la Tifoidea: ?un monstruo egoista o una inocente perseguida?

  • Chispas de amor en el aire de India Alvarez

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    Tres entretenidos y emotivos relatos de amor con un nexo comun.
    Una fecha magica, rodeada de chispas, de suenos y deseos, que parecen solo posibles en esa epoca del ano, la Navidad.
    Hay casualidades que, en ocasiones, nos empujan en una direccion y un camino en la vida que, aunque no siempre parezca el mejor, si sera aquel que nos lleve al amor y la felicidad.
    Estas historias romanticas podrian pasarte a ti, pero…., en este caso, los protagonistas son Mar y Carlos, Sonia y Manu, y Maya y Alex.
    Las chispas de amor que cambiaron sus vidas.

  • Kalte de Lili Cross

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    Sangre, venganza, ira, muerte. Todas causan una sed insaciable

  • Las cuatro estaciones del amor de Gregoire Delacourt

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    Cuatro parejas, cuatro etapas distintas de la vida. La misma cancion de amor.

  • #Malos. ?De que lado estas?, Luis Avila de Luis Avila

    https://gigalibros.com/malos-de-que-lado-estas-luis-avila.html

  • Me llamo Fina y estoy gorda de Antonio Sanchez

    https://gigalibros.com/me-llamo-fina-y-estoy-gorda.html

    Historia de superacion de una mujer que se encuentra a si misma en el lugar mas insospechado y a la que le sucederan acontecimientos que nunca se esperaria.

  • Un contrato tentador (Escandalos de temporada 3) de Eneida Wolf

    https://gigalibros.com/un-contrato-tentador-escandalos-de-temporada-3.html

    Llega la ultima entrega de la trilogia ambientada en la epoca de la regencia <> de Eneida Wolf.

  • El corazon va por libre de Lorraine Murray

    https://gigalibros.com/el-corazon-va-por-libre.html

    Dos personas que recelan de las historias de verano y que se han prometido asi mismas no adentrarse en una. Pero que desconocen lo caprichoso que puede llegar a ser el destino que los ha situado el uno frente al otro. ?Quien dara ese pequeno empujon que puede cambiar sus vidas?
    Mar se ha marchado a Ibiza a ganar dinero para sus estudios en Glasgow. Alex es el dueno del apartamento donde ella se aloja. Se han visto en varias ocasiones pero ninguna ha tenido nada que ver con aquella manana en la que Alex abre la puerta de su propio apartamento para encontrarse a Mar envuelta en una toalla de bano.
    ?Que pasa por la cabeza de ambos para que de manera casual comiencen algo que se le puede ir de las manos? Y es que por mucho que se digan que los sentimientos no entraran en juego… ?Que haran cuando termine el verano ambos tengan que regresar a sus respectivas vidas en dos paises diferentes? Sin embargo, alguien tiene otros planes de los que los dos son ajenos. Porque por mucho que ambos se empenen en asegurar que lo suyo ha sido un buen recuerdo del verano en Ibiza, en su interior ambos saben la verdad.

  • Herida de Muerte de Robert F. Beers

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    Atraer la atencion de un tirano nunca es bueno. Y menos aun para una colegiala timida en una familia adoptiva. Asi lo comprueba Ariana Cortes al verse asediada de pronto por el poderoso Joaquin Tinoco, el comandante supremo del Ejercito en la atribulada Costa Rica de 1919: hombre opulento, galante, mujeriego… y despiadado. Ahora cualquier paso en falso de Ariana puede tener consecuencias letales para sus seres amados. O ser quizas el acicate para atestar a la feroz dictadura de los Tinoco un golpe definitivo que devuelva a su pueblo la libertad.

  • Extranos (Extranos 1) de Kimberly Mccreight

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    El nuevo fenomeno juvenil, con el ritmo de La chica del tren y la accion de la <>. Una novela trepidante de intrigas, traiciones y secretos en el que una pequena decision va a cambiarlo todo…

  • La Amante Encubierta del Coyote de T. S. Ryder

    https://gigalibros.com/la-amante-encubierta-del-coyote.html

    ?Que se supone que debe hacer una detective cuando el atractivo sospechoso que esta investigando comienza a besarla. y mas?

  • Por que. Que nos hace ser curiosos de Mario Livio

    https://gigalibros.com/por-que-que-nos-hace-ser-curiosos.html

    Un recorrido accesible para entender nuestro deseo innato de preguntarnos <> y de que forma la curiosidad ha sido el motor del progreso y la naturaleza humana.

  • Abre tu mente a los numeros de Barbara Oakley

    https://gigalibros.com/abre-tu-mente-a-los-numeros.html

    Estamos acostumbrados a enfrentarnos a las matematicas o a las ciencias de forma limitada. Y hay muchos metodos y tecnicas diferentes para aprender a enfocar los problemas y resolverlos. Muchos mas de los que crees. Tanto si eres estudiante, como profesor o madre de hijos en edad escolar, este libro te proporcionara herramientas para potenciar todas las capacidades de tu cerebro y te desvelara todos los secretos para conseguir un aprendizaje efectivo en matematicas o en cualquier otra disciplina.