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  • LA ULTIMA PALABRA DE JUAN ELÍAS | CLAUDIO CERDAN

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  • LA ULTIMA PALABRA DE JUAN ELÍAS - FREIXAS PAU

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    Información del libro · GéneroNovela negra, intriga, terror · EditorialPLAN B · Año de edición2017 · ISBN9788417001056 · ISBN digital9788490697375 · Idioma Español.

  • Libro La Última Palabra de Juan Elías, Claudio Cerdán Reina ...

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  • La última palabra de Juan Elías - Libros De Mario

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  • La última palabra de Juan Elías, de Claudio Cerdán

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  • la última palabra de juan elías (pau freixas y claudio cerdán)

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    "La última palabra de Juan Elías" contiene una lectura ágil e intensa en cuanto a ritmo argumental y ... La parte negativa recae en el inicio del libro.

  • Ranita busca principe de Luz Maestre

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    Dolores Diana Parto Garcia no era una princesa.
    Si tuviese que ser parte de un cuento de hadas terminaria siendo la rana. Aunque podria pasar por los besos de todos y cada uno de los principes sin concederse el milagro.
    Desde que tuvo uso de razon sufrio las burlas de todo el mundo. A pesar de todo, aprendio a levantarse de cada caida, de manera literal. Sin embargo, nunca perdio la esperanza, porque como siempre dicen: es lo ultimo que se pierde y ella sabia que, en algun momento, su principe azul llegaria. Eso, o acabaria casandose con Dios, los dotes para ser una buena monja los poseia.

  • El Camino a la Realidad de Roger Penrose

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    Un libro definitivo e imprescindible para tener en la mano, en un solo volumen, todo el saber acumulado hasta la actualidad sobre el universo, el espacio, las leyes que lo rigen y los conceptos esenciales.

  • El Palacio de la Medianoche de Carlos Ruiz Zafon

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    Calcuta, 1932: El corazon de las tinieblas. Un tren en llamas atraviesa la ciudad. Un espectro de fuego siembra el terror en las sombras de la noche. Pero eso no es mas que el principio. En la vispera de cumplir 16 anos, Ben, Sheere y sus amigos deberan enfrentarse al mas terrible y mortifero enigma de la historia de la ciudad de los palacios.

  • Miercoles (Atemporal 3) de E. L. Todd

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    Seguir adelante tras mi relacion con Hawke fue lo mas dificil que he tenido que hacer jamas.

  • Fuiste tu de Fabiana Peralta

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    Spencer Vanderbilt tenia una vida que a simple vista parecia genial. Un semental de ojazos azules verdosos al que la palabra guapo no le hacia realmente justicia.

  • Amor de humo y algodon de Natalia Sanchez Diana

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    La vida de Sophie, hija del conde Samuel Hastings, cambia cuando descubre que tiene un hermano y que su tio, dueno de un molino de algodon en Manchester, ha sido asesinado.
    Aprovechando el parecido entre su padre y su tio Byron, este les deja escrito un plan para que suplanten su identidad y averiguen quien le ha matado.
    Para ello, tendran que relacionarse con los seis molineros mas poderosos y descubrir sus intrigas, mientras se ven envueltos en las luchas sindicales del movimiento obrero.
    Sophie no sabra en quien puede confiar, pero su corazon tal vez si.

  • Los hambrientos y los saciados de Timur Vermes

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    Alemania ha restringido el numero de solicitantes de asilo y Europa ha bloqueado su acceso a traves del norte de Africa. Mas alla del Sahara, se estan construyendo enormes campamentos donde millones de refugiados esperan, esperan y esperan.
    Cuando la presentadora estrella Nadeche Hackbusch visita el campamento mas grande, el joven Lionel reconoce que tienen ante si una oportunidad unica: con 150.000 refugiados, la atencion de la audiencia televisiva esta garantizada cuando empiezan a marchar en direccion a Europa. Pero si el publico esta hipnotizado enfrente de sus pantallas y los anunciantes encantados, no pasa lo mismo con la politica alemana que reacciona de manera tibia, intentando ignorar lo que se avecina. Cuanto mas avanzan, mas se requiere una reaccion del ministro del Interior, y se hace aun mas urgente que tanto el como el resto de alemanes se enfrenten a dos preguntas: ?Que se puede hacer? Y sobre todo ?en que tipo de paises queremos vivir?

  • Dejame libre de Isabel Velasquez

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    Atada de pies y manos, en el suelo de una sucia bodega, Melissa descubre que la vida no es tan facil como la habia imaginado. Oscuridad. Un espacio pequeno. Segundos que no avanzan. Incertidumbre. Miedo. Y la incesante pregunta en su cabeza:
    <>

  • El secreto de la highlander (Al tiempo del highlander 2) de Mariah Stone

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    --!C! Marjorie gimio. Debia estar sonando. ?Por que otro motivo oiria el llamado a guerra de su clan? El colchon de paja le rasgunaba la piel. La habitacion estaba en silencio y olia al polvo acumulado en las cortinas del dosel. ?Estaba sola? Intento abrir los parpados, pero le pesaban, y de pronto recordo… Si abria los ojos, podia verlo a el. Y el querria golpearla de nuevo. O tomarla de nuevo. <>. Queria perderse en el olvido oscuro y entumecedor. El olvido le permitia estar lejos del dolor que sentia en todo el cuerpo. Un sonido extrano le lleno los oidos, y se aferro a el como si estuviera al borde de un precipicio. El ruido venia de afuera y de abajo. Gritos de dolor. Varias espadas chocando contra otras. Y, de pronto… --!Cruachan! --En esta ocasion, el grito se oyo mas fuerte y mas cerca. Era el coro de varios hombres. ?Acaso se lo estaba imaginando? ?Estaba tan desesperada y quebrada que estaba sonando con su hogar? El aire olia a humo. Varios pasos resonaban contra el piso de piedra al otro lado de la puerta de la habitacion en la que la tenian prisionera. La puerta se abrio, y el enrejado de hierro solto un chirrido. Luego se cerro. Ese sonido, el de esa puerta, significaba una cosa: <>. Y si el se encontraba alli, seria para causarle dolor. Unos pasos rapidos y pesados se aproximaron. El hombre respiraba agitado y caminaba de un lado al otro de la habitacion. La cota de malla hacia un sonido metalico. Aun no la habia tocado, de modo que quizas no habia venido por ella. <> Afuera, los gritos se intensificaron. Algo pesado arremetio contra la madera. --!Cruachan! <>. La esperanza florecio en el pecho de Marjorie y le dio fuerzas. Abrio un solo ojo, pues el otro estaba hinchado y cerrado, y volvio la cabeza hacia la luz que se colaba por la ventana. Alasdair MacDougall recorrio la dura pared de piedra oscura. Tenia las fosas nasales dilatadas, la mirada perdida y el cabello oscuro despeinado bajo la cota de malla que le cubria la cabeza y los hombros. Tamborileaba la hoja plana de la espada contra la mano. La miro de reojo y se congelo durante un instante, con el rostro inexpresivo. --?Estas despierta, zorrita? --Cruzo la distancia que los separaba con tres zancadas. Aunque no le quedaban fuerzas en el cuerpo, Marjorie se incorporo en la cama para intentar alejarse de el lo mas posible. La manta que la cubria se cayo, y sus muslos desnudos, cubiertos de sangre seca, destellaron en tonos blancos, rojos y amarronados. Se queria cubrir, pero se sentia muy debil. El aroma de el, con el que ya estaba familiarizada, se impregno en el aire; apestaba a sudor y almizcle masculino. Dejo caer la espada, que aterrizo en el suelo con un fuerte ruido metalico. Con una mano, la sujeto del cabello y con la otra, la abofeteo. Una oleada de dolor cegador le atraveso la cabeza. Luego la golpeo del otro lado. Marjorie sintio que los ojos le explotaban dentro del craneo. Sin embargo, no lloro. Alasdair la jalo del cuero cabelludo para acercarla a su rostro, y ella sintio su mal aliento: una mezcla de cerveza, alcohol y carne con cebollas. --?Estas contenta ahora, princesita? Creiste que eras demasiado buena como para aceptar mi propuesta, pero ahora todos veran la zorra que eres en realidad. No vales nada. Ella tomo aire para llenarse los pulmones. --?De que hablas? --se las ingenio para preguntar. --El clan Cambel esta llamando a nuestra puerta. Pero mientras yo te tenga, tengo el poder. Que el dijera que su familia habia venido a buscarla era muy distinto a que ella lo pensara o lo imaginara. Era un hecho real. Habian venido. Marjorie sonrio y se rio abiertamente en su cara. Junto saliva en la boca y le escupio una mezcla de saliva y sangre en el rostro antes de romper a reir mas fuerte. El esfuerzo le causo dolor, pero a la vez le trajo alivio. Marjorie lucharia su batalla en esa habitacion mientras su clan peleaba por ella en el patio. --Se ha acabado, maldito violador --le aseguro. El rostro de Alasdair empalidecio, y ella se siguio riendo, aunque podria acabar muerta en cualquier momento. Alasdair descargo toda la fuerza de su puno contra su rostro, y Marjorie se hundio en una niebla oscura. A traves de la neblina, diviso a dos hombres blandiendo sus espadas. --!Te voy a matar, alimana! --grito alguien. El acero resono y destello contra la luz que se colaba por la ventana. Gritos de dolor le perforaron la mente. Luego oyo un aullido mortal y desesperado, y un sonido estrepitoso de algo pesado que cayo al suelo. Se desperto al oir una voz familiar que la llamaba. Una voz muy querida que habia conocido durante toda su vida. --Marjorie. Alguien le acaricio la cabeza, pero se sintio como si unas cuchillas le estuvieran atravesando la piel. Se esforzo para abrir los ojos y apenas logro levantar un parpado. Era Craig. Su hermano. Ensangrentado y lleno de moretones, se hallaba arrodillado a su lado. Le sonreia, tenia los ojos rojos y el cabello enmaranado. Las lagrimas le nublaron la vista y le hicieron arder los ojos. El estaba alli. Y eso significaba que Alasdair ya no representaba una amenaza para ella. Craig la cuidaria. La llevaria a casa. Una ola de alivio la invadio. El eco de los sentimientos de gratitud y amor le lleno el pecho. A pesar de que tenia los labios partidos y magullados, se las ingenio para sonreir. --Hermano --susurro. La puerta se abrio de par en par, y su primo Ian entro en la habitacion. Sus rizos pelirrojos estaban cubiertos de sudor y tenia el rostro lleno de cortes y moretones, pero estaba vivo. --La encontre --le dijo Craig. --Que bien. Vamonos. El camino esta despejado. Craig asintio. Marjorie supo que le estaba prometiendo que todo estaria bien. Con cuidado, la envolvio con una manta y la levanto. El dolor la atraveso. Mientras Craig se la llevaba de la habitacion, vio el cuerpo sin vida de Alasdair en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor. Le hubiera gustado sonreir y reirse, pero se sentia vacia. Craig bajo hasta el descanso de la escalera de madera, donde los hombres de su clan aguardaban de pie. La luz de las antorchas iluminaba sus rostros serios. Ian bajo las escaleras primero con la espada en alto, para asegurarse de que no hubiera mas peligros en el camino. Sin embargo, mientras Craig descendia los escalones, la lucha se fue deteniendo en el piso de abajo. Su padre se hallaba de pie en el siguiente descanso, con el rostro distorsionado de dolor al ver a su hija a los ojos. Ella intento sonreir para calmarlo y demostrarle que no estaba enfadada con el por no haberla protegido o no haber venido antes. Craig siguio avanzando, y Marjorie vio al tio Neil y sus hijos. Sus miradas reflejaban sentimientos de pena y furia. Al salir de la torre, Marjorie vio a John MacDougall, jefe del clan MacDougall y padre de Alasdair, aprisionado por dos Cambel. Se retorcia en vano, tenia el palido rostro crispado con una rabia silenciosa al comprender que su hijo debia haber muerto si Marjorie se encontraba en los brazos de Craig. MacDougall nunca debio haber permitido que Alasdair la secuestrara y la tratara de ese modo. Debio haber puesto fin a esa locura y haberla enviado a casa. John MacDougall habia consentido todo lo que le habia pasado a Marjorie. Por lo que a ella respectaba, el era tan culpable como su hijo. Craig por fin salio a la luz del dia del patio rodeado de los muros cortina de piedra, y Marjorie cerro los ojos. Muchos hombres habian muerto ese dia para salvarla, y no podia soportar ver la evidencia del hecho. No en ese momento. Craig camino un poco mas y, de pronto, se arrodillo en el suelo. Marjorie abrio los ojos. Su abuelo, sir Colin Cambel, yacia sobre el cesped tenido de rojo. Tenia una herida profunda cerca del corazon, pero ya no manaba sangre. Sus ojos estaban cerrados; su piel, palida. Estaba completamente quieto, excepto por el cabello blanquecino que el viento mecia. Craig tomo la mano de su abuelo y la apreto. Ian se detuvo al lado de ellos y apoyo una mano sobre el hombro de Craig. Craig le susurro algo a su abuelo, y Marjorie sintio que una lagrima se le deslizaba por la mejilla. Entonces, su hermano se puso de pie y camino con ella hacia los caballos y las carretas. --Tenemos una carreta para ti. Esta llena de mantas y pieles. Estaras en casa en breve. --La deposito sobre el lecho improvisado y la cubrio con las mantas. Pronto, el calor comenzo a regresar a ella. Se sintio a salvo. Y libre. Ciertamente, era libre; sin embargo, la humillacion, el dolor y el sentimiento de ser indigna le carcomian el corazon. La mantenian prisionera. Marjorie se doblo en un ovillo y comenzo a llorar. --Oh, Marjorie, tesoro, no llores. --Craig le dio una palmadita en la espalda--. Por favor, carino. Lamento mucho no haber venido antes. Hemos venido ni bien supimos quien te habia secuestrado. Marjorie no podia dejar de sollozar. Craig se sento a su lado en la carreta, la abrazo y la cubrio como una manta pesada y protectora. Cuando por fin dejo de llorar, se quedo quieta e intento acostumbrarse a la sensacion de libertad que le llenaba el pecho y que se sentia tan extrana. ?Como seria volver a estar rodeada de gente? ?Poder andar de una habitacion a otra? ?Salir a la luz del sol? ?Montar a caballo? Tras haber pasado un mes en cautiverio, penso que nunca volveria a experimentar esas cosas. Abrio los ojos y miro a Craig. El la observaba preocupado, con una mezcla de dolor y furia en los ojos. --?Que puedo hacer? --le pregunto. Marjorie nego con la cabeza. --Nada --susurro--. Me has salvado. Me has vengado. Has asesinado a ese bastardo. No hay mas nada que puedas hacer. Craig le apreto la mano y asintio. --Ahora nos enfocaremos en sanarte. Pronto volveras a ser la Marjorie de siempre. Ella tomo una profunda bocanada de aire y cerro los ojos. Por mas que le doliera admitirlo, eso nunca seria cierto. Por dentro, era una piedra: fria y dura. Nunca dejaria que un hombre la tocara. Nunca se casaria. Y nunca dejaria que nadie le volviera a hacer lo que Alasdair le habia hecho.

  • Rey (Mount 1) de Meghan March

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    Rey es la primera entrega de la <>, la saga best seller de The New York Times, de la autora que ha vendido mas de 2.000.000 de ejemplares de su obra.

  • Sucedio en otono (Las Wallflowers 2) de Lisa Kleypas

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    Cuatro bellas jovenes forman las <>, un grupo unido por un mismo objetivo: conseguir marido.

  • Mi bonito del norte de Valentina Roma

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    Hola, soy Elizabeth Aurora de la Vega Fernandez, si, mis padres dicen que me querian, aunque me pusieran ese nombre... En fin... si ellos lo dicen. Cuando estan a punto de proclamarte miss cuernuda de Barcelona, ?te tienes que preparar un discurso o es algo simbolico? Digo, porque tendria que mirar que me pongo... No, en serio, son preguntas serias que tengo. Yo es que soy mucho de preguntar, por cierto... ?como sobrellevas el despues? ?Quieres vomitarle a todo el mundo como la nina del Exorcista cuando te preguntan "?Y tu novio, donde lo has dejado?" De momento no le he vomitado a nadie, la verdad... todo sea dicho. Aunque tengo muchas dudas, ?volvere a confiar en esos desgraciados? ?Los desterrare para siempre y me comprare un gato? Acompaname junto a mis amigos en esta aventura y prometo que no te arrepentiras. Eso si, ves preparando unas copas de vino y unas croquetas, que tenemos para rato.

  • Muerte en el paraiso de M.j. Fernandez

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  • Tientame – Elena Montagud de Elena Montagud

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    Sara, una sencilla universitaria que ignora a los hombres. Abel, un fotografo de sensual mirada con un oscuro pasado. Un encuentro casual entre ellos. Una incontrolable pasion.

  • La profecia de Aztlan de Mario Escobar

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    La ciudad perdida de los aztecas encierra un laberinto de secretos que puede cambiar el rumbo de la historia. Una trepidante mezcla de ficcion y realidad en un mundo que se mueve al borde del abismo, del autor de los exitos de ventas ‘La Conspiracion Maine’ y ‘El Secreto de los Assassini’ .

  • Prometida por contrato de Sierra Rose

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    La habitacion era un desastre. Habia refresco en las paredes y pizza en el techo. Una botella de vino vacia sobre la cama. Iba a tardar siglos en limpiar una habitacion en ese estado, lo cual dificultaba mantener el horario. !Por no hablar del factor asco! Esa era la vida de una chica de la limpieza… Desde luego no era la profesion con mas glamour del mundo. Bella James estaba hablando otra vez consigo misma. Era mas como un bisbiseo, dejando salir alguna que otra palabra escogida. A veces habia que decir las cosas cuando no habia nadie alrededor. Por ejemplo: -?Como llega un condon al aspa de un ventilador en el techo? ?Es que se pusieron a dar botes, todos entusiasmados cuando terminaron? ?Ella lo lanzo alli con asco o que? Se quejo mientras usaba los guantes desechables para recoger el ofensivo articulo que habia salido volando del aspa cuando encendio la luz. Hacia ano y medio que trabajaba limpiando en el Golden Oaks Motel de la interestatal. El dinero no estaba mal, tomando en cuenta que le pagaban cuarenta horas a la semana sin importar cuantas horas trabajara en realidad. Al principio no le convenia porque echaba cincuenta horas o mas para acabar con todas las habitaciones y de todas formas le pagaban cuarenta, ni una mas. Pero ahora habia menos clientes y eso le dejaba tiempo para dedicarselo a sus clases nocturnas y para hacer un par de turnos de cajera en una tienda de veinticuatro horas, con lo que se podia permitir algunos lujos, como comprar dentifrico y desodorante. Bella ya habia logrado terminar dos semestres en la facultad de empresariales tan solo con las clases nocturnas. No pensaba limpiar habitaciones de hotel para siempre. Era solo una fase, hasta que su vida de verdad empezara. Termino de limpiar la habitacion, echo un poco de ambientador y puso un rollo nuevo de papel en el bano. Acabo de lavar la banera. !Si, senor! No habia nada como una banera reluciente. El trabajo la animaba a ser perfeccionista. Tardaba unos seis minutos en quitar las sabanas sucias, echarlas en el carrito y hacer la cama con sabanas limpias. A ver, el sitio no destacaba por su calidad. Era para camioneros cansados o para rolletes ilicitos. No era un grupo demografico que buscara hoteles de cuatro estrellas. Bella llevaba anotados todos sus metodos y mejoras de eficiencia. Algun dia podria incorporar estrategias similares a una profesion en la que no tuviera que tirar los condones usados de la gente. Esa si que era una aspiracion profesional. Cuando acabo con la habitacion sonrio. Habia convertido un cuarto asqueroso en un precioso paraiso. Habia quedado gloriosamente reluciente. Limpio las tres habitaciones que le quedaban aquel dia y fue a la oficina a pasar la tarjeta de salida. Echaria un vistazo por si habia mas caramelos Dum-Dum en el cuenco de la recepcion. A Bella le encantaban los caramelos Dum-Dum de sandia despues de haberse lavado las manos como Lady Macbeth, unas treinta veces despues del incidente del ventilador en el techo. Ahi estaba el encargado. Bryan solia estar en el videocasino que habia del otro lado del aparcamiento, pero hoy estaba aqui. Lo saludo con un movimiento de cabeza, deseando que alguien lo llamara por telefono para que la dejara en paz. Era el tipico pringado, como suelen ser los encargados de bajo nivel; al menos por la experiencia que ella tenia. En plan, ay, que tu eres una subordinada. Espera que te dejo alucinada con mi colonia de los chinos; me voy a lamer los labios de tal forma que prefieras lanzarte a la maquina de un aserradero antes que permanecer en mi despacho. -Bella, espera -dijo. El muy asqueroso ya se habia restregado contra ella y le habia tocado el culo demasiadas veces como para fiarse de el. Bella se quedo junto al mostrador, con la mano disimuladamente cerca de la campanita de llamada. Asi, si lo necesitaba, podia llamar al sustituto de fin de semana de Mavis, que estaba en la sala de descanso. -Si, senor Donner -dijo. El fruncio el ceno. -Me temo que tengo malas noticias. -?Que pasa? -Mi padre ha vendido el Golden Oaks. Cerramos dentro de una semana. Bella se quedo con la boca abierta. -?Que? -Van a convertir este espacio en un lugar de parada para camioneros, con duchas, cafeteria y entretenimiento para adultos en dos escenarios -dijo con bastante mas entusiasmo del que a ella le habria gustado escuchar. -?Eso significa que nos quedamos todos sin trabajo? -La mayoria, si. ?Yo? He echado una solicitud para ser el encargado de las chicas en el nuevo negocio. -Ah. Pues que tengas suerte. ?Que compensacion nos van a dar? Ya que no nos han avisado ni con dos semanas de antelacion. -Te van a subir el sueldo para los dias que quedan. Luego te desearemos lo mejor para el futuro - dijo, complacido con su propia frase. Se metio las manos en los bolsillos-. Salvo que sepas bailar. Vamos a coger bailarinas de fuera de la ciudad, pero puedes ensenarme lo que sabes hacer; te aseguro que podrias ser la bailarina estrella con ese cuerpo. -No, pero gracias de todas formas -dijo ella sin mas, sabiendo que necesitaba la paga de la proxima semana bastante mas de lo que necesitaba darle una bofetada al muy capullo. -Si cambias de opinion llamame, preciosa. -Claro -dijo ella, saliendo rapidamente por la puerta. !Mierda! !Esto no era nada bueno! ?Que iba a hacer con tan poco tiempo de aviso? Sabia que entrar en panico no le iba a servir. Patearia las calles hasta encontrar otro trabajo. Asi que su principal fuente de ingresos se acababa en unos cinco dias habiles. No habia vacantes en la tienda de veinticuatro horas, salvo para jornada parcial, y necesitaba el dinero de jornada completa para sobrevivir y para pagar la universidad. Se habia prometido a si misma que no abandonaria las clases solo porque anduviera corta de dinero. Bella no podia renunciar a su titulo por nada del mundo. Ser licenciada era su sueno. Pasara lo que pasara no iba a dejar de lado sus aspiraciones. Ni hablar de tirar la toalla. Si acaso, tenia ganas de luchar con mas fuerzas. Porque de una u otra manera iba a conseguir su titulo universitario. Cogeria mas trabajos de tiempo parcial. Donaria plasma por cincuenta pavos. No estaba dispuesta a vivir asi el resto de sus dias, tenia que luchar para encontrar una salida. Con el diploma de bachillerato no se llegaba lejos. Su padre, borracho y con un problema con el juego, no habia sido precisamente ahorrador para darle una formacion universitaria a sus hijas y una mejor vida. Asi que estaba en sus manos y en las de su hermana Madison trabajar duro y buscarse la vida. Se dijo que era algo noble. La obligaba a ser tenaz. De todas formas le habria gustado que algo hubiese sido facil por una vez. Que la vida pudiera funcionar sin tener que pensar en la nobleza y la tenacidad para olvidar los fideos y los perritos calientes de marca blanca. Estaba convencida de que esas salchichas las hacian con unas de cerdo. Aunque los cerdos tenian pezunas, asi que probablemente fueran de pezunas y morros. Hizo una mueca. Podia con ello. Tan solo tenia que buscar trabajo por internet. Central Arkansas no era el paraiso de las oportunidades, asi que si tenia que irse a otro sitio a trabajar no iba a importarle demasiado. Llamo a su hermana Madison. -Me acaban de echar -dijo Bella. -?Que? Al final lo has hecho, ?no? Le has dado una bofetada al pervertido de tu jefe. Chica, !que orgullosa estoy de ti! -Ojala. No, han vendido el hotel. Ahora tengo que buscar otro trabajo. -No te agobies. Siempre caemos de pie. Y toda esta adversidad en nuestras vidas, bueno, nos hace fuertes. La busqueda de nuestros suenos puede llevarnos por caminos inesperados, pero no podemos darnos por vencidas. Las cosas buenas llevan su tiempo. -Lo se. Soy demasiado cabezota para dejar que esto me pare. -Por eso te quiero. Hace falta valor para cada paso que se da hacia adelante. Tu tienes agallas. -Si, pero voy a tardar siglos en acabar la carrera. -Los suenos no tienen fecha de caducidad. -Lo se, hermanita. Gracias por los animos. Te llamo mas tarde, cuando llegue a casa. ?Vale? -Vale. Y recuerda que nada que valga la pena llega facilmente. Asi que no te rindas. -No lo hare. Ni hoy. Ni manana. Ni nunca. -Esa es mi chica. Hasta luego. -Hasta luego. Bella colgo y penso en el problema que tenia entre manos. Pasara lo que pasara, iba a triunfar por encima del caos.

  • Valentine de Eva P. Valencia

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    Basta un instante para que la vida de cualquier persona cambie para siempre>>.

  • El dilema de Elsa de Begona Gambin

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    Si te atreves a conocer la historia de Elsa y Adam experimentaras una amalgama de sentimientos que no te dejaran impasible.

  • Enganada (Trilogia Criminal 3), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Para Emily Thompson no existen las despedidas cuando alguien es parte de su alma. Ahora su alma esta perdida por lo que acaba de descubrir, ha sido enganada de la peor manera. Ha vuelto a leer una y otra vez las cartas que Harry dejo para ella y ahora todo encaja.

  • El caso de las japonesas muerta de Antonio Mercero

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    Un nuevo nombre se ha sumado a la gran novela negra espanola encabezada por Lorenzo Silva y Dolores Redondo.

  • Ilustrisimo canalla de Basilio Trilles

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    “La fascinacion del poder no debe hacer caer al periodista en la complacencia, la indulgencia y la corrupcion”. Jean Daniel.

  • (Im)posible [LGBTI] de Lena Wolf

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    El ultimo ano de instituto puede convertirse en algo insoportable sobre todo cuando: has perdido a tu madre, eres homosexual, has cambiado de colegio, de ciudad y, ademas eres victima del bulling.

  • El lado falso de Sally Green

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    Llevamos cinco dias en Estados Unidos. Llegamos hace dos dias al condado de Manatee, Florida, y ayer papa nos encontro una casa para alquilar en las afueras de Bradenton. La casa es coqueta, a su manera, pequena y vieja y maltratada, cosa que esta bien porque significa que es una casa que esta dentro de nuestro presupuesto... bueno, para ser sincera, tengo la fuerte sospecha de que aun asi, esta por encima de nuestro presupuesto. Pero me gusta. Lo pequena o vieja o maltratada que este no me molesta si es nuestra por mas tiempo de las tipicas pocas semanas. Solo nos hemos quedado en hoteles y moteles baratos (y malolientes y humedos) durante casi diez meses, y no hemos parado en el mismo lugar mas de una semana o dos. Papa piensa que ya podemos dejar de movernos, cree que es seguro, que nadie nos esta persiguiendo. Aun asi, me preguntaba si papa cambiaria de parecer y volveria a agarrar nuestras maletas y partiria diez minutos despues de que nos dieran la llave, pero entro a la casa, abrio una botella de vino tinto que saco de quien sabe donde, se sento en el escalon de atras, se la bebio entera y se quedo dormido. Todavia estaba dormido esta manana cuando Gab y yo fuimos a echar una mirada por la ciudad. Es un lugar agradable, y mucho mas bonito de lo que me esperaba. Hay una comunidad artistica, cosa que le habria encantado a mama. Era una gran pintora, aunque debo admitir que papa es incluso mejor. Paseamos toda la tarde pero una tienda nos llamo la atencion por su vitrina completamente rosa: globos rosas, lamparas rosas, tazas rosas, floreros rosas, y habia un cuaderno con muchos lazos rosas en la portada. Le dije a Gab que me parecia ridiculo y cursi, y me burle de el. Luego, al caer la tarde, que habria de encontrar en mi cama si no este cuaderno con la portada de lazos rosas; en todo momento supo que me gustaba. 12 de enero de 2013 Gab y yo volvimos a ir al pueblo esta manana. Gab dijo que me invitaria a almorzar (no estoy segura de donde saco el dinero... nunca estoy segura de donde saca el dinero). Nos asomamos por las ventanas de un horrendo cafe (?comedor? con comida de microondas) y por las de un cafe muy a la moda (con comida vegetariana) y por las de un cafe naturista para artistas (que solo atendia a los artistas naturistas). Hasta probamos un bar pero debias tener mas de veintiun anos y una identificacion para entrar (Gab ya tiene una identificacion falsa: ?como la ha conseguido?). Entro, salio de inmediato otra vez, y dijo, "Non". Al final compramos unas cuantas cosas en un pequeno supermercado y volvimos a casa caminando. Era agradable simplemente estar con Gab, sin papa, aunque terminamos hablando de el, mientras yo senalaba lo absolutamente inutil que es. Gab dijo: --Esta haciendolo lo mejor posible, Michele. --Pues lo mejor posible no es muy bueno que digamos, ?no? --Yo creo que todavia sigue conmocionado. Estoy segura de que Gab tiene razon y supongo que todos estamos tratando de asimilar lo que ocurrio. Y yo no quiero pensar cosas malas de mi padre, pero necesito que sea bueno y fuerte y el jefe de la familia. Sin embargo, Gab es el fuerte. Papa parece un nino perdido. No estoy segura de que es lo que soy yo. A veces tambien una nina perdida. Echo de menos a mama. 13 de enero de 2013 Gab y yo conducimos a Tampa, que es mas grande de lo que esperaba, y tiene todos los sonidos de Estados Unidos (voces fuertes, motores y musica). Gab queria cafe y librerias, y yo por supuesto queria ropa y musica, asi que logre convencerlo de que no me pasaria nada si me quedaba sola una tarde. Encontre un centro comercial, pero era horrendo y deprimente, asi que me fui. Gab dijo que nos veriamos en una tranquila cafeteria llamada El grano de cafe, y me fui ahi temprano y me puse a hablar con el camarero, Sam (llevaba puesta una etiqueta con su nombre, asi es Estados Unidos). Sam me regalo una galleta con pepitas de chocolate y cuando me queje del centro comercial me dijo donde habia algunas tiendas mejores. 15 de enero de 2013 Acababa de pillar a Gab tirando a la basura botellas de vino vacias del "estudio" de papa (el cuarto de atras que tiene todas las ventanas). Dije: --Pensaba que iba a pintar, pero lo unico que hace es beber. --Esta haciendo las dos cosas, Michele. --?Crees que esta bien? Gab nego con la cabeza, luego pregunte: --?Y tu? --No lo se. La echo de menos. Quisiera que estuviera aqui. Gab me abrazo y se le cayo una botella que se hizo anicos contra el suelo. Me encogi y mire la puerta del estudio, esperando que papa saliera gritando, pero no lo hizo. Gab dijo: --Esta dormido ahi adentro. (Donde "dormido" = "inconsciente"). Pensaba que extranaria menos a mama con el tiempo, pero a veces siento que empeora. Y estoy segura de que para papa es igual. Podria ayudarle si de verdad hablara o formara parte de la familia, pero esta en su propio mundo. Gab dice que no lo deberia de culpar, dice que no es fallo de papa que mama este muerta, pero yo si culpo a papa. Gab me acaba de devolver este diario, diciendo que lo encontro en la mesa de la cocina. Sospecho que lo ha estado leyendo. Si es asi: !!!PROHIBIDO LEERLO!!! y !!!TE QUIERO!!! pero sobre todo, ESTO ES PRIVADO. !!!PROHIBIDO LEERLO!!! Querida Michele: Si es un diario privado entonces no lo deberias de dejar abierto en un lugar donde lo pueda ver. Gabriel P. D. ?Puedes llamarme Gabriel, por favor? Sabes que detesto que me digan Gab. Querido Gab: Esto es un DIARIO PRIVADO, este abierto o no. M 27 de enero de 2013 Mi buen proposito de Ano Nuevo para este ano fue ser amable con papa, pero cada vez que lo veo todo se vuelve horrible. De todas formas, casi nunca lo veo, porque casi siempre esta en su estudio. Gab tiene razon al decir que papa esta pintando (tiene pintura en las manos y en la ropa) y tambien bebiendo (arrastra las palabras y tiene un aliento del demonio). Esta manana fue un clasico ejemplo de como nos llevamos papa y yo. El estaba de pie en el escalon de atras, inspeccionando el patio trasero (un cuadrado de cesped descuidado), fumandose un cigarro como desayuno. Yo estaba sentada a la mesa de la cocina, comiendome mis Cheerios (para que sean mas saludables les agrego platano, !aqui es imposible conseguir muesli!). No hablamos. En mi cabeza yo le estaba haciendo las siguientes preguntas: "?Que estas haciendo?", "?Me vas a ayudar a llevar las sabanas a la lavanderia?", "?Tenemos suficiente dinero para la lavanderia?", "?Cuanto cuestan tus cigarros?". Dejo caer la colilla de su cigarro y la apago con su pie descalzo, luego paso por la cocina para ir a su estudio y yo espete: --?De donde has sacado el dinero para las pinturas y los lienzos? (Debe ser Gab quien los consiguio, ya que papa nunca sale de casa). Papa se detuvo y dijo: --Vendere los cuadros. Y quiza lo haga --es un gran artista-- pero mientras tanto ha convertido a su hijo en un ladron. Debo agregar tambien que le hable en ingles y me contesto en frances, que es exactamente la manera en que se comunicaban (o no) el y mama en sus peores momentos. Pero por lo menos yo no lo maldije ni le dije groserias, para eso sirve este diario. Aqui puedo llamarle como yo quiera: artista bebedor fumador mujeriego asesino todo lo anterior El tipico Brujo Negro. 14 de febrero de 2013 Ya ha pasado un ano desde que murio mama. Papa esta en su estudio. Ha estado bebiendo y ahora esta dormido (desmayado) alla dentro sobre un colchon. Gab y yo hemos pasado el dia juntos. Esta manana, mientras papa todavia estaba sobrio, nos dio una lata llena de cartas a cada uno. A mi me tocaron las cartas que mama le mando a papa, y a Gab le tocaron las que papa le mando a mama. Las leimos todas, desde la mas antigua hasta la mas reciente. Son cartas de amor y los dos sonreimos pero al final tambien lloramos. Las de mama son buenas, pero las de papas son verdaderamente hermosas y especiales. ?Quien pensaria que un pobre diablo borracho como el pudiera ser tan poetico? Pero pensandolo bien, quizas asi sean los poetas y artistas. Le dije a Gab: --La amaba tanto y todavia la ama, y ella lo amaba a el. Deberia de haber sido perfecto. ?Como pudo haber salido todo tan mal? --Tu sabes como. Y claro que lo se. Mama escapo de Inglaterra. Ella y Nana, la abuela, fueron de las primeras en salir cuando las cosas se pusieron muy mal, cuando Marcus estaba en la cresta de su ola de asesinatos por alla. Mama y papa se conocieron en una reunion cuando tenian apenas veinte anos. Se vieron a traves de un cuarto repleto de gente, y listo. Amor.

  • Renacer de las cenizas de Azahara Vega

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    Kelder O'Brien, es el alpha de los DarkForest, un guerrero con un pasado que le marco en lo profundo de su alma, destrozandole el corazon. Por este motivo, vive por y para la manada, rechazando la sola idea de volver a encontrar el amor.

  • Memorias de un primate de Robert Sapolsky

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    En la tradicion de Jane Goodall y Dian Fossey, Robert Sapolsky, uno de los divulgadores cientificos mas reconocidos en la actualidad, cuenta la fascinante historia de como dejo las comodidades de la universidad para compartir durante mas de dos decadas su trabajo de campo con una tropa de traviesos babuinos en la sabana africana. Solo un joven idealista podia aterrizar en el corazon de Kenia esperando encontrar ahi una version animada de lo que habia visto y estudiado hasta entonces en el Museo de Ciencias Naturales de Nueva York.

  • Sylvia de Leonard Michaels

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    En Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como <>: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no <>, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras <>-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los <> anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. <>: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). <>, rememora el narrador, <>. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura.

  • Shokunin de David B. Gil

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    Shokunin es un spin-off de El guerrero a la sombra del cerezo, la novela de ficcion historica mejor valorada en las librerias on-line.

  • De sirvienta a tu duena (Las hilanderas 2) de A. R. Cid

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    En aquel baile Susanne era alguien, era el reflejo de una dama por un dia, lo ultimo que necesitaba era cruzarse con el. Derian era ese fruto prohibido y peligroso, un hombre que conocia el poder de su nombre y al cual no le temblaba el pulso al arrebatar una vida. Susanne se sintio condenada desde el mismo instante en que los ojos azules de Derian se posaron en ella.

  • La muerte lenta de Luciana B de Guillermo Martinez

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  • Las brujas del este de Jorge Sevillano Gonzalez

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    Elisabeth Martin, Lisa, se despierta con la noticia de la muerte de su amiga Nastya. Su cuerpo ha aparecido en el Parque del Ebro, en la ciudad de Logrono, sobre una cama de ramas junto a gran cantidad de dinero.
    Los inspectores Daniel Garrido y Manuel Tomas llevan la investigacion de un caso que el Departamento de Policia y los politicos locales quieren cerrar cuanto antes a falta de pocos dias para las elecciones.
    Un joven con problemas mentales y la tenacidad de Lisa haran que sea ella quien inicie una investigacion paralela en busca de la verdad sobre el asesinato de su amiga. Pronto, los investigadores sufriran presiones para dejar el caso, costandole incluso el trabajo a Garrido.
    La amistad y el deber se unen para que Lisa y Garrido no desistan en su busqueda del verdadero asesino que se esconde en Logrono.

  • Perdiendo el miedo (Los hermanos Fuller 1) de Kate Dawson

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    Olivia lleva diez anos completamente entregada a sus hijas y a su marido. Se sienta en el mismo banco del parque en el que las mellizas juegan y se dice que eso es la felicidad. Vive en una bonita casa situada en un bonito barrio de un apacible pueblo del Estado de Nueva York. Y de repente, un dia cualquiera, su mundo salta en pedazos.
    Lo primero que tiene que hacer, en sus nuevas circunstancias, es buscar trabajo y para ello contacta con el editor de la revista en la que era correctora. Acto seguido se apuntara al gimnasio, aunque no tardara en darse cuenta de que eso no es para ella y que necesita otro modo de ponerse en forma.

  • Redes de Raquel Antunez

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    Mertixell y Ariadna, dos amigas y periodistas de un importante periodico, se ven envueltas en la investigacion policial del asesino en serie mas buscado de los ultimos tiempos.
    San Antonio y Santa Catalina son dos ciudades unidas por una serie de sucesos que haran temblar a todo el pais, donde ambas companeras -tan diferentes entre si- trabajaran en equipo con la policia y seran claves para armar las piezas de un macabro puzle que deparara en una conclusion inesperada.
    Y si, ademas de la tension que viven en esos momentos, le sumamos que la vida privada de ambas se ve completamente patas arriba y que tienen que lidiar con sentimientos encontrados, nuevos, inapropiados, explosivos. -lo cual no es suficiente para frenar sus impulsos-, la cosa se complica un poco mas.
    ?Conseguiran atrapar al Asesino del Mordisco?
    Un sorprendente thriller erotico escrito a dos voces, una mezcla perfecta entre suspense y erotismo.

  • Seduciendo al duque de Olivia Kiss

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    Serie Seduciendo #2

  • Confidencias de un Dios de Claudio Hernandez

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    --?Donde esta ese puto maricon? --pregunto la voz rajada; como si las cuerdas vocales vibraran como las de una guitarra electrica de un grupo de rock. Y al final de todo, se podia escuchar una sonrisita jocosa y malvada a la vez. El papa Francisco se separo el telefono del oido y miro el dispositivo como si alli hubiera algo interesante. Desde que habia abierto una jodida cuenta de Twitter, las criticas eran algo muy comun por parte de los ateos y las alabanzas por aquellos fieles seguidores de la religion eclesiastica tambien. Pero lo que acababa de oir le hizo escuchar los latidos de su corazon en las sienes, y sintio como si alguien con un palo le removiera las tripas, y al final, tristeza y una carga moral y de culpabilidad. Se acerco el telefono al oido lenta y oficiosamente. --Hijo mio. Reconozco que ha habido y hay obispos, arzobispos, curas e incluso cardenales que son de una condicion sexual distinta. A eso me refiero que reconozco que dentro de la iglesia catolica existe lo que se le conoce como hombres homosexuales. A eso se le llama Gay y por su parte podria haber resultado muy grosero con ofender a este conjunto de personas que nacieron en cuerpos distintos o quiza, me atreveria a decir, equivocados. Pero lo respeto. No hay nada de malo en ello si existe consentimiento… --Bueno, dejese de chachara. Lo siento. No queria decir eso exactamente. No va conmigo esta actitud. Pido perdon a toda la comunidad Gay. --Aquella voz se quebrantaba con el discurso y en parte el papa Francisco podia advertir cierto arrepentimiento y a la vez, cierta mentira en su tono de voz. --Esta bien. Lo dejamos ahi. El buen respeto no debe faltar nunca -- acucio Francisco. Se miro el enorme anillo rojo de su dedo corazon y anadio --. ?Es usted creyente? --No. --Dios no acoge solo a los creyentes, sino tambien a aquellos que son ateos y bautizan a sus hijos. Entonces Dios, ?olvidara a ese hombre cuando muera? No. Antes entra un ateo que bautiza a sus hijos que un creyente no practicante que… --Que… que… --interrumpio la voz. Ahora sonaba como un timbre metalico. En el fondo de la comunicacion el silencio era atrapado por los chasquidos que no deberian escucharse en pleno siglo XXI. No era un intercomunicador empleado en la segunda guerra mundial. Era un jodido telefono y de los de ultima generacion. El papa respiro profundamente y sintio que algo malo le iba a decir. Lo presentia y por ello no le temblaria el pulso a la hora de contestar. --Soy paciente. Me acaba de interrumpir y creo que se en lo que esta pensando. No es que lo vea en la distancia. Es solo una intuicion. Digamelo y acabemos con esta conversacion. Reino un silencio ominoso. Las palomas aleteaban sobre la basilica y el ruido era creciente despues, rompiendo en dos, el silencio profundo y lejano. --Acaba de soltarme una perorata con los que Dios elige y ahora me dice que cree saber lo que pienso. La verdad, nunca habia conocido un papa asi. No me lo esperaba para nada. Se nota que la iglesia debe adaptarse a los tiempos que corren… --Sueltelo --le atajo Francisco. Sus ojos no brillaban y sus labios parecian estar sellados como una cremallera ajustada. Se llevo el dedo corazon hacia la boca y la piedra del anillo produjo un ruido seco al tocar sus dientes delanteros. --Esta bien. Se lo dire ya. ?Que opina de los abusos sexuales a los menores dentro de la iglesia? Francisco no contesto de inmediato y escucho el jadeo de aquella voz que no reconocia, preguntandose como demonios habia obtenido su numero de telefono. Al papa le gustaba rodearse de escolta y seguridad Sueca. Algo habia fallado, pero lejos estaba el ponerse nervioso. Impasible como siempre, contesto: --Eso es un pecado que no tiene perdon en estos momentos. Los involucrados deben pedir perdon y marcharse de la Santa Sede. He abierto una guerra contra esto y he pedido perdon al mundo por ello. Si hay que entregar a un cura, un obispo, un arzobispo, un cardenal o un viejo nuncio a la policia para que los juzguen. Lo hare sin titubear. Y si son condenados con penas de carcel, eso estara bien. ?Tiene algo mas que preguntar? Se escucho un chasquido como el resuello de una chimenea. --Creo que eso esta bien --dijo la voz aspera--. Eso esta bien, pero moriran dentro de una semana. Y colgo. El papa Francisco se quedo mirando al telefono como si alli resplandecieran los ojos de aquel hombre, pero no vio nada. Estaba sentado en un sillon rojo y con los antebrazos dorados. Se dejo deslizar en el hueco y dejo el telefono sobre la mesa de madera de roble alargando un brazo pesado y lento. Despues de esto, perdio la mirada mientras rumiaba. Algo le decia que iba a estar mal. Y que despues de todo, seria peor que los pedofilos, porque hablaba de muerte y quiza de tortura. No supo por que esta ultima palabra se le vino a la cabeza, pero si sabia que por delante tenia un camino de espinas que recorrer. Y se pregunto por quien se habia interesado en el comienzo de la conversacion. 2 Cada policia o cuerpo de policia, cuidaba de su perro en su pais y Dios tomaba cuentas en todos los estados miembros de la Union Europea. Asi era y es EUROPOL. Chad Chamberlain, cuyo nombre no era para nada europeo, estaba hostigando un cigarrillo entre sus largos dedos. El humo del tabaco se enroscaba en el aire y penetraba en sus fosas nasales como una droga que necesitaba inhalar para estar en forma. Ese dia llovia. Era otono y el chapoteo de sus zapatos le habia acompanado hasta el porche del edificio, bueno, mas alla de la entrada majestuosa que se levantaba como una montana al que le habia segado una cruel guillotina. Cada gota de agua que se estrellaba sobre su corto pelo, era como un pequeno pellizco sin dolor. La gabardina, oscura como un cuervo, lamia el riachuelo que se habia formado al lado de los escalones. Tenia la espalda humeda y parecia tener una plancha helada entre su gabardina y su piel erizada. Chad tenia barba rala y unos ojos grises que conquistaban a cualquier mujer. Su nariz era larga y curvada. Hacia la izquierda, pero era un defecto que no lo notabas si le mirabas de lado. Su piel, aun estando delante del edificio World Forum Convention Center, en La Haya: era oscura. Los paises bajos le habian sentado bien. Tratar de ocultar su descontento en una oficina en los sotanos le habia convertido en un hombre fuerte, sin emociones, y que se pasaba la mayoria del dia con un semblante serio. No gastaba bromas. No le gustaban los chistes. Era frio y calculador y ahora, parecia que iba a volar de su nido, despues de tantos anos. Su destino; Paris. La Catedral de Notre Dame y no, no creia en las profecias de Nostradamus. Aunque los eruditos o zumbados, decian que algo iba a pasar ese ano. Era delgado y tenia una estatura de 1,85. Calzaba un 47 y tenia un Rolex brillando despues de todo, en la muneca derecha. Aun cuando llovia o nevaba. Siempre brillaba. Se llevo el cigarrillo mojado a los labios encharcados de agua y trago una calada. Respiro profundamente y tras escasos segundos, empezo a soltar humo hasta por los oidos, como una maquina de tren de vapor al que se le habia reventado la caldera. La lluvia seguia acariciandole la cara y el cogote cuando miro aquellas feas nubes que parecian grandes piedras chocando entre si. Tan negruzcas como el carbon. Sus parpados se cerraron un instante. Podia sentir el zumbido de la lluvia y oler la humedad de las paredes, asi como del cesped que rodeaba el edificio. Y la tierra. Tambien olia la tierra. Y se pregunto que demonios habia sucedido, para que al fin le dejasen viajar a otra parte de Europa. EUROPOL estaba coordinada con la policia de cada pais, pero tenia la competencia en los 28 estados de la UE. Aunque no llevaban distintivos ni armas reglamentarias. Siempre, bajo coordinacion, podian enviar a sus expertos en cualquier pais miembro. Y Chad no iba a viajar solo. Estaba Mohamed Khun. El humo del tabaco formo un anillo blancuzco que se elevo lentamente en el aire, desafiando las rasgaduras de las gotas de la lluvia. Y ascendio hasta que se hizo tan grande que formo una niebla opaca y despues, traslucida hasta extinguirse como un pequeno Big Bang. 3 Frederic, capitan de policia en Paris, pues ya estaba en desuso llamarle inspector oficial de Policia, era un hombre menudo, sin barba, pero si con un bigote que terminaba en dos extremos puntiagudos. Tan largos que se convertia en la inquietante sonrisa de un payaso. Sin embargo, tenia los labios prietos y apenas respiraba por no hacer ruido. Su mirada de ojos marrones, estaba clavada en la pared falsa que habian descubierto los operarios de obra justo detras del organo de la Catedral de Notre Dame, un destacado instrumento, obra de Aristide Cavaille-Coll antes de 1900, y que ahora estaba recubierto de un plastico negro como si alla abajo se escondiese un moribundo. --?Como dice que descubrieron esto? --pregunto casi en un susurro. Su voz era ronca y tenia las manos cruzadas a su espalda. Su uniforme se movia en el hueco de la pared como una sombra desvaida. El hombre mayor, vestido con un mono de todos los colores menos azul, movio la mano antes de expresarse: --Teniamos que apuntalar aqui unos andamios cuando al golpear la pared nos dimos cuenta de que se escuchaba un sonido como si fuera hueca. Eso indicaba que no era una pared segura y que un clavo ahi se desprenderia a la primera de cambio. Mi companero Jean. --Senalo a un hombre de estatura alta y ataviado, este si, con un mono azul--. Tuvo la certeza de que la pared estaba hueca. Con sus nudillos hizo una serie de pruebas y me conto que el agujero era demasiado grande como para ser una simple ventana tapiada. Como ya sabe, esta Catedral ha tenido muchas reparaciones y no sospechamos nada al principio, hasta que algo mohoso nos invadio las fosas nasales. Yo me eche para atras sabe… --Bueno, esta bien. Ya ha dicho suficiente --le atajo Frederic con los dientes apretados. Su mirada seguia siendo mas inquietante que lo que habia detras de la pared o lo que suponia que habia, pues todavia no lo habia visto. Los hierros y las tablas estaban en todas partes, como hojas laxas en un bosque. El capitan de policia levantaba quejumbrosamente los pies y soltaba bufidos cuando giraba sobre sus talones al pisar uno de aquellos tubos huecos que proyectaban un chirriante ruido al girar sobre el suelo helado. --Esta bien senor, yo solo queria contarle que abrimos el agujero a la altura del pecho y que tras oler algo fetido de un lugar oscuro, decidimos parar y hacer la llamada de urgencia. No se lo que puede haber aqui dentro. Frederic miro al hombre clavandole los ojos en los suyos. Tenia delante de si, a un hombre liviano, tranquilo, pero que ahora parecia algo nervioso por el descubrimiento. Casi podia ver como le temblaban sus manos. La voz se rajaba como una cana y disminuia de volumen paulatinamente. El otro trabajador, los miraba de forma inquietante sin decir una sola palabra. Al rato llegaron dos hombres mas, en realidad, jovenes que no llegaban a los treinta. Todos estaban sucios y llenos de manchas. --Yo creo que ahi dentro hay un nido de ratas muertas --se apresuro a decir uno de los jovenes. Su dedo indice estaba senalando el agujero del tamano de una pelota de futbol. El hombre de la ley lo miro de reojo y tras esto, aun con las manos en la espalda, se inclino para ver a traves del agujero. Lo unico que vio fue la oscuridad total y percibio, eso si, el olor nauseabundo y mohoso a la vez. Un olor extrano que no era fetido ni aspero. Y penso, que quizas tenia razon el chico: alli dentro habria ratas. Los gendarmes estaban pegados en el culo del capitan como si fueran su propia sombra, pero proyectaban tres siluetas en distintos angulos como si alli hubiera mas de un foco encendido. Como en un estadio de futbol. --Esta bien --dijo finalmente, apartando la cara de aquel jodido agujero. Se apoyo en la parte de un lado del organo y las tres sombras desaparecieron para rodearles bajo una nota que sonaba de un instrumento que adquiria de altos honores para tocarlo--. Os autorizo para ampliar el diametro del agujero. Necesito saber que hay ahi detras. Segun mis superiores no tendria que haber ninguna camara secreta aqui, entre el organo de las narices y la pared. Esto es un buen escondite y los tubos como chimeneas de este trasto hacen que uno nunca pueda mirar por detras. Cuando termino la perorata cabeceo dos veces. El sonido de sus voces respondia en cada pared de la Catedral, en cada silleria del coro y en cada claristorio, dejando para mas adelante, la reverberacion que se producia al final del abside. Y mientras los trabajadores cogieron el martillo para picar la pared, en algun lugar de Europa estaban Chad y Mohamed de camino en un tren Thalys (THA) sin saber una mierda de lo que estaba sucediendo. A Chad le aterraban los aviones. No habia suficientes incertidumbres como para empezar una buena aventura y trazar una investigacion puntillosa y peculiar. No. Al contrario. Las tenian todas. Absolutamente todas. Si algo destacaba en un caso nuevo, es que primero debias pisar la mierda. Asi de sencillo. Porque no sabrias por donde empezar a limpiar esa mierda de la suela de tu zapato.

  • Travis y Emily_ El pasado imper de Abril Camino

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    Cuando las ruedas del avion tocaron con suavidad el asfalto de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional JFK de Nueva York, Travis sintio la vieja tension de la expectativa. Las mismas sensaciones que solian embargarlo en los minutos previos a saltar al campo antes de un partido. Ilusion y nervios. Emocion y ansiedad. El habitual crujido de su rodilla derecha le recordo que el futbol era ya historia para el. Como casi todo lo que le habia parecido divertido cuando era joven. Cuando era joven. Hacia dos anos que habia dejado Nueva York para volver a Arizona, y tenia la sensacion de haberse hecho viejo desde entonces. Habia trabajado de sol a sol, al ritmo que su padre habia marcado, y ni siquiera habia buscado un lugar decente donde vivir. Pocas semanas antes de que el se instalara en Phoenix, su hermano Mark se habia mudado al rancho que la familia poseia en las afueras de la ciudad, y Travis se limito a ocupar su antiguo apartamento sobre el garaje. En el fondo de su alma, incluso sin ser consciente de ello, siempre habia sabido que regresaria a Nueva York. Sentado en el autobus que lo llevaba al sur de Manhattan, se sentia como un turista novato. Buscaba la silueta de los rascacielos sobre el East River, el sol dibujando el crepusculo de aquella tarde de final de verano sobre las azoteas de Brooklyn, el ritmo frenetico de la ciudad. Pero el no era un turista. El habia vivido cuatro anos en Nueva York y no habia vuelto a sentirse en casa en ningun otro lugar. Aquella ciudad aparentemente fria y despiadada era su lugar favorito en el mundo. Pese a los dos anos de ausencia, tardo segundos en trazar en su cabeza el recorrido que debia hacer en metro hasta el pequeno estudio que habia alquilado en el SoHo[1], a pocas manzanas de Little Italy[2]. Su hermano Preston lo habia elegido para el, teniendo en cuenta el exiguo presupuesto con el que contaba para los primeros meses. Su padre se habia tomado su desercion con deportividad y le habia ofrecido una asignacion similar a la que aun le pasaba al mas pequeno de los cuatro hermanos, Parker, pero el la habia rechazado. Queria comprobar si, viviendo como cualquier persona de su edad que empezaba en su primer empleo, conseguia sentir, al fin, que tenia veinticuatro anos. Encontro la llave sobre el marco de la puerta de entrada, donde Preston se la habia dejado, lanzo sus bolsas de viaje a una esquina del salon-cocinacomedor-dormitorio, y se rio con ganas al ver la nota que le habia escrito su hermano gemelo. Ademas de hacerle unas cuantas propuestas para las siguientes cuatro mil noches de sabado, lo informaba de que le habia comprado dos packs de Budweiser y se los habia metido en el frigorifico. A eso debia de referirse la leyenda urbana de que los gemelos se comunicaban de forma telepatica. Una cerveza, en ese preciso instante, sentado en el sofacama de su nuevo apartamento, era la perfeccion. Por desgracia, a Preston tambien se le habia ocurrido concertar una reunion fraternal, segun sus propias palabras, aprovechando que las fiestas de San Gennaro se celebraban en esos dias en su barrio. Tras cinco horas de vuelo y con la perspectiva de tener que ubicar todas sus cosas en un apartamento que cabria en la parte de atras de la camioneta que solia utilizar en Arizona, sus ganas de pasar la tarde bebiendo chianti[3] y comiendo cannoli[4] eran mas bien escasas. La propuesta incluia tambien a Parker y a su novia Amy. Travis habia conocido a Amy ese verano en el rancho familiar, donde habian coincidido todos durante una semana de vacaciones. Entre sus padres y la propia Amy habian conseguido convencer a Parker de que casarse ese mismo verano era una locura incluso para su nivel de impulsividad habitual. Pero Parker seguia siendo Parker, asi que solo lograron retrasar el enlace un ano. Ahora, tenian nueve meses por delante para organizar una boda. Un motivo mas para alegrarse de haberse ido de Phoenix y mantenerse alejado de la locura de preparativos en la que ya habia entrado su madre. Travis podia estar agotado por el viaje desde Arizona y deseando echarse a dormir, pero no enganaria a nadie si dijera que no le apetecia ver a sus hermanos. Le encantaban los dias, cada vez mas escasos, en que se reunian todos. Mark seguia en el rancho, de donde parecia que nadie podria sacarlo jamas, pero los otros tres Sullivan iban a compartir vida en Nueva York. Quiza Preston tuviera razon, y la ocasion mereciera celebrarse. Habia echado de menos a Preston los dos ultimos anos. Jamas lo diria en alto y, por supuesto, preferiria cortarse la lengua que reconocerlo delante de el. Adoraba a Mark y a Parker, pero la relacion con su gemelo siempre habia sido especial. Habian compartido amigos, deportes, locuras y tambien alguna novia. Al acabar la universidad, Preston habia aceptado la oferta de un viejo amigo de su padre para trabajar con el durante dos anos en Londres. Travis, en cambio, habia sido mas conservador y habia regresado a Arizona. Habia viajado a Londres cuatro veces en los dos ultimos anos para visitar a su hermano, y lo habia visto muy integrado en aquella ciudad loca en que los coches circulaban por el lado contrario, se bebia te en lugar de cafe, y los reyes vivian en palacios. Pero Travis lo conocia lo suficiente como para saber que el tampoco podia vivir lejos de Nueva York. Los dos llevaban dos anos sintiendo que se habian dejado un trozo de su alma en la Gran Manzana. En cuanto le surgio la oportunidad, a traves de un viejo conocido de Beta Theta Pi, de disfrutar de una beca como profesor adjunto en la misma escuela de Leyes de Columbia en la que todos los hermanos habian estudiado, Preston no dudo en cruzar de nuevo el Atlantico e instalarse en la ciudad. Durante una enajenacion mental transitoria, llegaron a pensar en compartir apartamento, pero llevaban demasiado tiempo luchando por diferenciarse el uno del otro como para caer ahora en ese error. Ademas, Preston se habia convertido en una especie de moderno al estilo europeo y se habia instalado en Brooklyn. A Travis, en cambio, no lo moverian de Manhattan ni los desorbitados precios de la vivienda, ni la incomodidad de convivir a diario con los turistas ni las mas que probables plagas de ratas a las que se enfrentaria en su viejo edificio. Cuando oyo el timbre de su portero automatico, tiro al fregadero la bolsa de hielo que se habia colocado un rato antes en la rodilla, y bajo las escaleras de tres en tres antes de recordar dos cosas: que la rodilla lo estaba matando y que un par de horas antes creia que no le apetecia demasiado ver a sus hermanos. || --Pero, ?que demonios te ha pasado, Preston? --Travis se rio con ganas de su hermano gemelo, que ya no lo parecia, con su pelo casi tan largo como el de Parker, su barba cuidadosamente desalinada y unas gafas de montura de pasta negras. --!Tu tambien no, por Dios! ?Crees que no he tenido suficiente con Parker? --Es que me esta costando mucho decidir si me horroriza mas el hermano pijo puro o el hermano pijo reconvertido en hipster --se burlo el menor de ellos. --Al menos nosotros no nos dedicamos a tatuarnos hasta los dientes. -- Travis entorno los ojos en direccion a su gemelo, con una interrogacion llena de sospecha--. ?No, Preston? --No, joder. Eso si que no. --Preston miro a su hermano pequeno y senalo el vendaje plastico que lucia en la parte interior de su antebrazo izquierdo--. ?Otro? Parker le respondio con una media sonrisa y un encogimiento de hombros, justo antes de protestar por que lo trataran como si aun tuviera doce anos delante de su prometida. --Perdona, Amy. Creo que ya intuiste este verano que no es agradable convivir con los hermanos Sullivan. --Podria llegar a acostumbrarme a vosotros. Al fin y al cabo, me toca lidiar con el mas rebelde, ?no? --Oh, si, todo un dechado de rebeldia el pequeno Park. Creo que esa imagen quedo atras cuando decidio casarse a los veintidos, por muchos tatuajes que se haga para disimularlo. --Que os jodan a los dos --respondio Parker, aunque su sonrisa contradecia sus palabras--. ?Cuando empiezas en el trabajo? --La semana que viene. Tengo tres dias para acabar de instalarme, buscar gimnasio para la rehabilitacion y emborracharme un par de veces como minimo. --?Rehabilitacion? ?Sigues con problemas en la rodilla? --le pregunto Amy, ignorando los planes de los otros dos hermanos sobre esas prometidas borracheras. --En teoria, ha mejorado con la operacion. Pero llevo dos semanas sin ir al gimnasio, y ha empezado a dolerme de nuevo. --En el gimnasio de Columbia hay descuentos para antiguos alumnos. Si quieres, me entero de como funciona y te paso la informacion --se ofrecio Preston. --Perfecto. Me queda mas o menos cerca de la oficina. --Si tu oficina esta cerca de Columbia, lo que no entiendo es por que has decidido vivir en el extremo opuesto de la ciudad. --He rechazado el dinero de papa. Asi que no me puedo pagar nada mas arriba del SoHo. --Yo pago en Harlem por un piso de dos habitaciones la mitad que tu por ese zulo --se burlo Parker. --No voy a vivir en Harlem. No te ofendas, Amy. --Su futura cunada le sonrio, quitandole importancia al comentario con un gesto de su mano--. Y, antes de que digas nada, Preston, mucho menos voy a vivir en Brooklyn. || Brooklyn, Harlem o hasta el mismisimo Phoenix ya no le parecian tan mala opcion a Travis cuando asumio que ni la cuarta parte de su impecable ropa de marca cabria en aquel piso. Iba barajando la opcion de guardar algun par de zapatos en el horno, mientras cubria caminando el breve trayecto entre su despacho y el gimnasio del campus en el que Preston le habia conseguido plaza. Se habia pasado la noche del sabado bebiendo con su gemelo y bailando en un rooftop de la Quinta Avenida, en un plan del que Parker se descolgo a ultima hora para ir a ver el musical Wicked con Amy y su hija. !Cielo santo, el mundo estaba loco! El domingo habia pagado las consecuencias de la noche anterior. Primero, tratando de echar de su apartamento, con la mayor elegancia que fue capaz de reunir, a la rubia siliconada bajo la cual habia visto amanecer; y, despues, aliviando con hielo e ibuprofeno el persistente dolor de su rodilla. La decision de retomar los ejercicios de rehabilitacion, habia asumido al fin, respondia mas a una necesidad que a un capricho. Cuando llevaba menos de media hora en el banco de cuadriceps, ya sudaba como si acabara de dar veinte vueltas a las pistas de atletismo de su instituto. De hecho, pocos anos antes, daba las vueltas que hicieran falta sin sudar como un pollo escaldado. Fue a echar mano de la botella de agua que, inteligentemente, habia comprado en una de las maquinas de los vestuarios, cuando reparo en la chica que ocupaba el banco a la derecha del suyo. Daba igual cuantos asaltos le hubiera proporcionado la rubia del sabado o cuanta intencion tuviera Travis de portarse bien en esas primeras semanas de trabajo. Tendrian que haberle arrancado los ojos para no fijarse en aquella mujer. Vestida con unas mallas largas de licra negras, una simple camiseta blanca de tejido tecnico y unas zapatillas de running, estaba tan concentrada en sus ejercicios que Travis se podia permitir el lujo de mirar sin disimulo. Pese al esfuerzo que se reflejaba en su ceno fruncido, la dulzura de su cara no podia pasar desapercibida a nadie que la mirara. Llevaba el pelo rubio -y que Travis apostaria a que era natural, para variar- recogido en un mono alto, y unos enormes ojos marrones no apartaban la vista de la punta de sus zapatillas. Cuando Travis acabo de beber, volvio a su rutina y decidio que trabajaria mas suave solo para prolongar su estancia en el gimnasio y esperar a que ella se levantara. No pensaba desaprovechar la oportunidad de disfrutar de ese culo enfundado en unas mallas brillantes como chocolate fundido. Igual de rico. Una hora despues, Travis habia perdido toda la esperanza y casi toda la dignidad, forzando unos ejercicios que estaban a punto de costarle un ataque cardiaco. Se levanto exhausto, preguntandose de donde sacaba aquella chica la resistencia. Seguro que habia entrado en Columbia con alguna beca de deporte. --Los primeros dias siempre son mas dificiles --le comento la chica del culo perfecto (ya habia decidido que no seria necesario verlo para juzgarlo), con voz dulce y sin atisbo de burla, cuando el paso por su lado camino de los vestuarios--. Pronto cogeras la forma. Travis se limito a asentir. Maldita sea. Habia quedado como un debilucho delante de una chica que no debia de tener ni siquiera edad legal para beber.

  • Mienteme esta noche de Patricia Geller

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    Cuando Abie Olsen termina la carrera de Interiorismo, decide aceptar la propuesta de su hermano y alejarse temporalmente de Londres para meditar sobre su futuro. Sin embargo, tras un accidentado encuentro con Nicholas Thompson, el propietario del hotel en el que se hospedara, sus planes se veran truncados desde el principio.

  • Asesinato Cronologico de Ainhoa Aragones Vazquez

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    !Tok, tok! --Pase. --Senor, quisiera que viera estos informes. En ellos revelan con seguridad, de que se trata de un asesino en serie. --Pero bueno, ?es posible que siga con esa tonteria? Ya le he dicho, que son casos aislados y no tienen relacion unos con otros. Ocupese de casos reales y no pierda el tiempo con esto. --No lo hago, ya que lo investigo en mi tiempo libre. --Pues que vida mas insulsa tiene si la dedica a tonterias. --Podria dedicarle a mi vida privada mas tiempo, si aqui hariamos las cosas como se tienen que hacer. --A usted lo que le molesta, es que no le dieran mi puesto. --Esta muy equivocado, ya que me lo ofrecieron hace dos anos antes que a usted y lo rechace. --Pues ahora a apechugar con lo que hay. Las ordenes, las doy yo. --Se esta cargando la comisaria. No se da cuenta de nada. Es un majadero. --Queda suspendido, hasta que me de la gana. --De eso nada. Dimito. Y dando un portazo, se dirigio a su mesa y comenzo a recoger sus cosas. Los companeros al verle le preguntaron que sucedia. --Estoy harto de que nos de ordenes un incompetente. Nosotros resolvemos los casos siguiendo nuestro instinto, ya que el carece de ello. !Encima, se lleva el merito! --Pero, ?a donde vas? No puedes irte. El ano pasado se fue Anderson. ?Y ahora que? ?Te vas tu? No vamos a quedar nadie. --Pues a ver si de este modo, los de altos cargos se dan cuenta de la equivocacion que cometieron al nombrarle jefe. --!Eh, Amanda! ?Has colocado las camisas en la estanteria y has hecho el inventario de los fulares? --Si y si. Mandona. ?Algo mas desea su Majestad? --Nada mas subordinada, puedes seguir con tus quehaceres. --Muchas gracias. Ja, ja, ja !Oye! ?Que tal van los estudios de tu hija? ?Aprobo con la nota que necesitaba para entrar? --Si. Con un nueve y medio. Se exige demasiado a si misma. --Bueno, en su justa medida esta bien. --Tu lo has dicho, en su justa medida, pero ella quiere ser la mejor para llegar a conseguir sus objetivos. --!Madre mia! ?Ha querido ser siempre criminologa? Va a tener que estudiar mucho. --Siempre lo ha tenido muy claro, desde pequena. --Pues nada, a ver que tal resulta. Dale recuerdos de mi parte. Hara como un ano que no la he visto. --Se lo dire. --En fin, voy a atender a ese cliente, a ver que necesita !Disculpe caballero! ?Puedo ayudarle en algo? El hombre se dio media vuelta, se miraron fijamente unos segundos y dijo: --Te necesito. Y se fue sin mediar ninguna palabra mas. --?Que queria? --Nada. Se habia equivocado de seccion. Oye, me voy a merendar. --Vale ve, que te lo has merecido. --Eres muy graciosilla. Hasta luego. Amanda se dirigio a la oficina de la Jefa de Personal. Llamo y entro. --Disculpe, pero tengo que coger una excedencia por motivos personales. --?Es muy grave? --No se hasta que grado lo es. Pero, no tiene buena pinta. En cuanto salio de la oficina, se cambio de ropa, se recogio el pelo con una coleta e hizo una llamada telefonica. --Hola, buenos dias. ?Podria ponerme con el Capitan Peterson, por favor? --Lo siento, pero ya no trabaja aqui. Se jubilo hace dos anos. Puede hablar con el que le sustituye... el Capitan Carter. --No gracias. No es importante. Adios. --<>. Y dando un volantazo se dirigio hacia su casa. Recogio algo de ropa y se fue al aeropuerto. Varias horas despues, cuando llego, se monto en un taxi. Al llegar a su destino, toco a la puerta y salio un senor con aspecto cansado, aparentaba ser mas mayor de lo que ya era. --!Amanda! ?Que haces aqui? --Bill, ?que demonios esta pasando? ?No dijiste que nunca dejarias el trabajo? --Las cosas han cambiado y mucho. Practicamente me obligaron a jubilarme. Ahora, todo se rige por politica. Pero, pasa por favor. ?Quieres tomar algo? --No gracias. Algo esta pasando, Florian vino a verme al trabajo. --Pues si ha ido a verte despues de dos anos sin veros, algo muy gordo tiene que haber pasado. ?Sigues con tus anos sabaticos? ?Que es de tu vida? --Pues trabajo en una boutique. !No pongas esa cara! Queria cambiar radicalmente de trabajo y de ciudad. Y asi lo hice. --Lo puedes jurar. ?Cual va a ser tu siguiente paso? --Pues investigar. Ire a la comisaria y me incorporare. --Tenme al corriente. --Como siempre, Capitan. Dicho y hecho. Lo primero que hizo fue ir a un hotel para registrarse y despues, se dirigio hacia la comisaria. Mientras iba de camino, le venia a la memoria los anos atras cuando estuvo alli. Fueron buenos tiempos. Al llegar, echo un vistazo a la estancia y estaba todo igual como lo recordaba, incluso el olor a cafe recien hecho pero, percibio que las cosas habian cambiado. Le dejaron entrar para poder hablar con el Capitan Carter, que la esperaba despues de que ella pasara por la oficina de contratacion y darse de alta. --?Mandi? ?Eres tu? --Si Alfred, tampoco he cambiado mucho. Un par de kilos me acompanan pero no es para tanto. --?Que par de kilos ni que nada? Estas estupenda. Ven y dame un par de besos. --?Que tal estais? --Lo llevamos. !Que alegria me das! ?Que miras? No busques que no encontraras a tu companero. Dimitio. --?Que hizo que? Me lo cargo. ?Tim y Teresa? --Tim pidio el traslado hace un ano, y Teresa, seis meses despues de irte tu. Ademas, tenemos un Capitan... --Si, ya he oido hablar de el. ?Por que dimitio? --Incompatibilidades. En unos dias me entenderas perfectamente. De repente, alguien le dio una palmadita en el trasero. Se volvio sin dar credito a lo sucedido. --Mira tio, conservas la mano porque no se me ha ocurrido pensar que hubiera alguien tan estupido para hacer lo que tu has hecho. Espero que hayas disfrutado, ya que no habra una segunda vez. --?Me desafias? --Es una advertencia. En ese momento el Capitan la llamo. Entro y a los diez minutos, salio. --?Que tal Mandi? --Pues ya ves. Me ha dado la bienvenida y todos estos informes pendientes. Pero no me importa, me gusta hacerlo, ya lo sabes. Tengo mucha paciencia. --Te va a hacer falta. Pasados unos dias... --Siento que este con tanto papeleo, mientras sus companeros entran en accion dia tras dia. --!Uy! No se preocupe Capitan. Tengo el titulo de administrativa y estoy como pez en el agua. Ademas, asi puedo observar como funciona esta nueva comisaria que desconozco. --Pues si hubiera sabido que le gusta el papeleo, desde el primer dia le habria puesto entonces a investigar. --?Disculpe? --Para empezar, esta noche voy a enviarle a una mision. --?De que se trata? --Se van a reunir con unos tipos a los que tienen que convencer de que los contrate a usted y a su acompanante, para hacer un trabajo. Tienen que venderse bien, decirles por ejemplo, que son los mejores para hacerlo. Ellos les diran que hacer. --?Con quien voy? ?Cual es mi papel? --Ira con el agente Rodolfo. Es bueno. Dejelo hablar a el. No tiene que hacer nada, solo aparentar ser su pareja. !Ah!, y vaya sexy. En dos horas aqui. --?Sexy? ?Rodolfo el pulpo? Vamos hombre, no me fastidie. ?Sabe usted que estamos en el S. XXI? Creo que es algo misogino. --?Misog... que? --Busquelo en el diccionario. !Ah perdon!, que no sabra hacerlo... busquelo en el Google. A las dos horas... --?En serio? ?No podrias haberte puesto algo mas sexy? --?No crees que esta sexy? A ver, que lleva unos vaqueros cenidos, una cazadora negra, camiseta blanca, botas negras, el pelo suelto y ondulado... !Uauuu! --Gracias Alfred, eres un cielo. Lo que sucede, es que a Rodolfo le hubiera gustado una mini falda con medias de rejilla, ?verdad? Aprovecho para decirte que no te pases. Las manos quietecitas, el culo esta prohibido, mano a la cintura solamente... --Hare lo que me plazca. --Pues atente a las consecuencias. --Ala venga, que nos esperan. Se fueron a un poligono a las afueras de la ciudad. Salieron del coche y se dirigieron hacia una farola que desprendia una luz tenue. --Chsss esa manita tuya que no se vaya mas hacia abajo. Se pararon y Rodolfo se puso detras de ella. La cogio de la cintura y comenzo a lamerle el cuello mientras ella intentaba que hubiera algo de espacio entre los dos. --?Interrumpimos? Aparecieron dos sombras de la nada. --No, no, es que mi chica y yo queremos... pero bueno... ?Que tenemos que hacer? Los negocios antes que el placer. --?Quieres estarte quieto? --Creo que ya estaremos en otra ocasion, no sois como esperabamos. Queremos especialistas y no un sobon con su...querida. --!Esperen! No soy su querida. Yo soy la que buscan. --?Que dices carino? --le dijo mientras intentaba retorcerle el brazo hacia atras. Le dio un pisoton, el se inclino hacia delante, le solto el brazo y con el otro le propino un golpe en la nariz que le empezo a salir sangre a borbotones. --?Que significa esto? --dijeron los desconocidos. --Esto significa, que este tio es un "supuesto actor" muy malo. No me sirves. Lo contrate para que se hiciera pasar por mi pareja y socio, pero como han visto, es solo un sobon. --?Y por que hizo eso? --Porque mi pareja tiene un negocio y esto lo hacemos por hobby. Se suponia que era venir aqui, aceptar por si nos interesaba e irnos y asi, no hacia falta que viniera. Contrate a... este para que se hiciera pasar por el pero no ha sido capaz de hacerlo. Dejenlo que se vaya. --!No! Vamos a ir los cuatro a ver a su amigo. Entraron en el coche. Ella de copiloto y su "companero" atras con el otro individuo. Les dirigio a una discoteca muy concurrida llamada "Infierno". --No nos van a dejar pasar. Solo dejan a personas selectivas. Se dice del dueno que es un tipo extrano. ?Esta dentro su pareja? --Eso espero. Es el dueno de la discoteca. El de seguridad les dejo entrar al verla a ella. El recinto era muy amplio. En cuanto entrabas, hallabas una pista grande para bailar, varias barras para consumir bebidas y los banos. Subiendo las escaleras de caracol, habia otra pista algo mas pequena, otras dos barras y varias mesas para poder conversar. Todo estaba oscuro, solo se iluminaba por varias luces de colores intermitentes. El unico sitio en el que las luces eran estaticas, era al fondo de las pistas. Alli habia un sillon en forma de media luna en el que se podria sentar al menos diez personas y solo se hallaba un hombre, que a cada lado de el habia una chica. Amanda se dirigio con paso firme y decidido hacia donde el estaba. Se le planto delante y este la miro fijamente. Chasqueo los dedos y las chicas se fueron yendo. El se levanto sin dejar de mirarla. Ella le susurro: --Besame, por favor. Estoy infiltrada. El le cogio del cuello con las dos manos y la beso. Fue profundo y tierno. --No tienes porque pedirmelo. Ella se sento con el a su lado. --?Quienes son ustedes? --Pues estos hombres querian contratarnos. No quise molestarte y pacte con este individuo para que se hiciera pasar por ti, pero ha suspendido.

  • Amor y vino de Erina Alcala

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    Papa -le dijo Gino a su padre en su casona de la Toscana. -?Que pasa hijo? -He conseguido una importante venta a Estados Unidos, una red de restaurantes nuevos, en todo el pais, sobre todo en Nueva York. -Eso es estupendo, hijo, este ano nos viene mejor que nunca Gino. Tenemos excedente de cosecha que no vamos a poder vender. -Tu lo has dicho, pero hay un problema. -?Que problema si has encontrado donde introducir nuestros excedentes? -Lo seria si no nos faltara produccion. -Ahora te introduces en el mercado americano y vas a vender, no solo lo que nos sobra, sino lo que nos falta, que no tenemos y a ver de donde lo sacamos. Pero ?Por que has hecho eso? Eres demasiado impulsivo y competitivo, tenias que vender lo que nos sobra. Nada mas. -Me han pedido mas y no he querido decir no, porque perderiamos todo. ?Y si se echan para atras? -Pero hijo, si este ano ha sido muy buena la cosecha, -decia el padre sentado en la puerta, debajo de una gran parra que daba frescor al porche de piedra de la gran casona. Te has metido en un buen lio, a ver como salimos de el y donde encontramos unos vinos como los nuestros. El padre de Gino, Gaspare Santoro, habia sufrido una ciatica en la pierna y no podia moverse. Los dolores eran insoportables y ademas habia tenido una caida y el medico le recomendo reposo absoluto, pero Gaspare Santoro, no queria estar acostado, y lo tenian en su mecedora con la pierna en alto en el porche de la gran casona de piedra. Alli estaba bien. Y al frescor de la tarde. Cuando su hijo salio a hablar con el desde el despacho, se lo dijo. Y ambos estaban preocupados. El despacho lo tenia en pleno ventanal, desde donde veia todo el vinedo que tenian en la Toscana, un lugar maravilloso a las afueras de Grosseto, una ciudad antigua de mas de 81.000 habitantes, con un rio precioso, el Ombrone, a pocos kilometros de la costa del mar Tirreno. Gino se habia comprado una casa fabulosa cerca del rio, un barco pequeno y un jet no demasiado grande, pero iba todos los dias a los vinedos de su padre, donde trabajaba. A veces, se quedaba a dormir con sus padres y la abuela que aun vivia, en la gran casona que dominaba los vinedos interminables. Las bodegas, estaban situadas a la derecha de la casona, a un kilometro de ella. Desde que Gino salio de la universidad y antes, le habia encantado el campo, la bodega, los vinedos... Comprarse la casa, fue un lujo para llevar a chicas y tener algo propio en la ciudad. Era joven y queria algo suyo, y tenia mas que cualquier chico de su edad, claro que eran ricos. Eran uno de los bodegueros mas famosos de la Toscana, tambien los mas ricos. Y de la mitad de Italia. Tenian coches, para el campo, para salir... Gino tenia un BMV y hasta un pequeno avion privado que usaba cuando tenia que ir a ver clientes fuera del pais, donde exportaban mayoritariamente o dentro del pais, pero lejos. Y ahora acababa de introducirse en el mercado americano, con un problemilla por resolver. -?Y que piensas hacer Gino? Hijo eres impulsivo. No puedes ofrecer lo que no tienes, aunque te lo pidan. Le repetia el padre machaconamente. -Buscar un vino parecido al nuestro, este ano ha sido un ano de produccion para todo el mundo. -Pero ninguno es como el nuestro, lo sabes y no pues mandarle un vino diferente al que les has ofrecido, a ver donde vas a buscarlo hijo. ?Te has comprometido? -Si, lo he hecho porque si no, no sacamos nuestro excedente y el mercado americano es el que mas paga. -Pero Gino, yo jamas he hecho eso en mi vida. -Voy a solucionarlo, no te preocupes, tengo un mes para eso, mes y medio para enviarles los vinos aparte de a nuestros clientes habituales. Eso ya lo estan embotellando y metiendo en cajas en la bodega y enviandose. Mateo esta en ello con los trabajadores. Y yo tengo que ir a Espana. -A Espana, si, me voy esta noche en el jet. -Pero a Espana ?Por que? -Hay una ciudad en el sur, bueno, un pueblo grande, Jerez de la Frontera y espero no equivocarme. Un pueblo bodeguero por excelencia. Alli hay un vinedo, sus vinos son iguales a los nuestros. Y se que tienen excedentes suficientes, los que nos faltan y no tienen donde venderlos. -?Estas seguro? -Lo estoy, nuestro sumiller los ha probado, toma... -Y le puso dos copas delante.-El padre los probo. -No bebas demasiado con las medicinas. Solo probarlos. -Son iguales Gino. Bueno, un poco... -Son practicamente iguales. -Si, iguales del todo. Eso no es normal. ?Y conoces la bodega? -He estado estudiandola. Se llama Casa de la Marquesa. La lleva un tal Juan Luis Perez con sus hijas Soledad y Elvira. Perez, es viudo, Elvira se encarga de los vinedos y Soledad de la bodega, y las ventas y supongo que todo lo relacionado con el despacho. Con ella es con la que tengo que tratar. Estos son-y le enseno las fotos de padre y de sus hijas en la bodega. -!Que guapas son! Son chiquitas como me gustan. ?No te gusta alguna Gino? -!Papa!... Estamos en otra cosa. -Eres un soso. No te gustan sino esas con las que sales. Guapas, si pero no son mujeres para el campo. Y Gino no queria iniciar una y otra vez a misma conversacion con su padre. Vivia bien, mejor que queria, tenia todo en la vida y el trabajo que le encantaba. Le gustaba vestir bien cuando volvia de los vinedos e ir a sitios exclusivos. Para ellos trabajaba como un mono durante la semana y habia hecho de los vinedos lo que eran y su padre estaba muy orgulloso de el, pero en ese aspecto... -Ademas -continuaba Gino-puedo dejar el jet en el pueblo, tiene un pequeno aeropuerto. Ya hemos hablado con el aeropuerto. -Pero Gino, ?Sabes si tiene produccion para venderte? ?Has hablado con ellos? -No, ire directamente. -?Y si lo tiene vendido a otras personas? -De momento no, por eso nos vamos esta noche. -Bueno tu veras, pero ir sin llamar ni avisar me parece el factor sorpresa. -A ver si te vas a llevar tu la sorpresa y tienen vendidos los vinos... -Lo se de buena tinta. Les va a sobrar, y sera nuestra, se la compraremos. Han tenido demasiada produccion para los vinos jovenes como los nuestros. No tienen suficientes clientes. No es una gran bodega como la nuestra a gran escala. Asi que le haremos una oferta que no podran rechazar. -A ver si no vamos a ganar nada. -Vamos a ganar, ?Cuando has visto que tu hijo pierda algo? -Nunca, la verdad. Deberia retirarme en cuanto tenga bien la pierna. Tu madre me lo dice. -No digas tonterias papa, tienes 60 anos, y las bodegas te necesitan si no quieres ir al campo, solo echas un vistazo y a la bodega. -Bueno, ?Llevas dinero? -Claro. -?Cuanto piensas comprarles? -Todo lo que les sobre. Lo necesitamos. -Bueno, espero que tengas suerte. ?Cuando sales? -A las seis, tardaremos unas tres horas. Nos quedaremos en un hotel y manana por la manana les hago una visita, alquilo un coche. -Me llamas. -Claro que si papa. Dame un abrazo, me despido de mama, me tengo que ir, me llevo a Marco, viene conmigo, y Mauro el piloto. Y Virginia. -Tened cuidado. -Lo tendremos. El tiempo es bueno. -Suerte. Ya me cuentas. Y Gaspare Santoro, penso que le hubiese gustado tener el arranque de su hijo, pero su hijo habia comprado tierras aqui y alla y habia conformado uno de los vinedos mas grandes de lo que el jamas habia sonado. Era un buen hijo y estaba orgulloso de lo que habia conseguido en esos siete anos. En la bodega La Marquesa De Jerez, Soledad hablaba con su padre en el cortijo que tenian en el vinedo, la decima parte o mucho menos que el vinedo de Gino. Solo exportaban vino dentro de Espana, tenian sus clientes principalmente en Andalucia, el sur, pero ese ano la produccion era excesiva y Soledad, su hermana Elvira y su padre, estaban preocupados por ver a quienes vendian su excedente. Soledad buscaba a diario, pero nada, no habia manera. -Papa, ha habido demasiada produccion y no puedo sacarla toda. Vamos a tener un excedente sin poder sacarlo-le decia Soledad. -No te preocupes, -le dijo el padre -sigue llamando a clientes y les ofreces mas, busca clientes, restaurantes en el norte. -?Crees que no lo he hecho? llevo una semana y me temo que vamos a perder un buen dinero si no encuentro quien nos compre la cosecha. -Bueno, deja ya eso, es de noche, -su hermana Elvira-vamos a cenar y manana ya veremos con mas claridad, Soledad. Soledad, era la menor de las hermanas. Se llevaba 3 anos con su hermana, se preocupaba mucho por la Hacienda, llevaba todo, excepto los vinedos que esos eran de Elvira y habia trabajado bien ese ano, tanto que tenian vino de sobra. Soledad, echaba una ojeada a la bodega y llevaba las cuentas y ventas. Su padre era mas del campo. Pero ella habia estudiado en la universidad y habia hecho un curso de sumiller que le sirvio de mucho para su bodega. Tenian un vino tinto y otro dulce, pero su fuerte, era el vino blanco. La super produccion le preocupaba porque no tenia donde ubicarlo. Era una pena que tuviera una buena cosecha y se desperdiciara. Soledad era pequena, le pelo largo, unos ojos verdes grandes, de largas pestanas y un cuerpo bien proporcionado, con una trenza o una cola alta siempre para el trabajo, unas botas, vaqueros y camisetas, era lo que mas utilizaba. Su hermana Elvira era un poco mas alta que ella, pero eran guapas ambas, los ojos marrones como su madre, que les falto cuando Elvira tenia 10 anos y Soledad de 7, de un cancer. Si salian, se vestian como jovenes que eran con 24 anos Soledad y 27 Elvira. Trabajaban tanto que no salian apenas. Desde que su madre murio hacia unos anos, estuvieron cuidando de su padre y Soledad, terminaba la carrera y el curso, e iba todos los fines de semana a casa desde Sevilla donde estudiaba Administracion de Empresas. Y en ese tiempo fue Elvira la que con su padre se encargaba de todo, hasta que Soledad volvio y le descargo trabajo a su hermana. No tenian tiempo de nada, entre la enfermedad de su madre, su muerte, cuidar a su padre, no tenian tiempo para chicos ni para salir, ademas sus amigas estaban en Sevilla, las de las dos que habian estudiado alli. Sin embargo, ya estaba empezando a salir porque Elvira decia que eran jovenes y debian salir los fines de semana, que tenian hombres que se encargaban del campo y de la bodega y Maria que cuidaba la casa, le podia echar un ojo a su padre, porque ultimamente se desorientaba mucho. Estaba como en su mundo. Fue progresivo desde que murio su madre, pero le habian aumentado las ausencias. Lo bueno es que vivian en el cortijo que estaba a cinco kilometros de Jerez. A la manana siguiente, llego al cortijo y coche negro impresionante, como de ejecutivos. Pero ella sabia que era un coche alquilado del aeropuerto, los conocia, por otros clientes que iban al cortijo. Estaba saliendo de la bodega y se acerco a la casa donde paro el coche. Su padre estaba en el campo con Elvira y Maria, que se encargaba de la casa, salio a recibir a esos dos hombres impresionantes y elegantes. Y Soledad vio como Maria la senalaba. Cuando se acerco, los saludo. -!Hola! Soy Soledad Perez, duena de esta bodega, bueno mi padre es el dueno y ustedes son... dandoles la mano, primero al que parecia llevar la batuta en la conversacion y que era un modelo de tio bueno y moreno con unos ojos verdes de muerte. -!Hola! Senorita Perez. -Y le apreto la mano como hacen los ejecutivos, ni lacia ni demasiado fuerte, con entusiasmo. -Soledad por favor. -Entonces me llama Gino, Gino Santoro y el es mi secretario Marco. -?Son italianos? -Somos italianos, si senorita. De la Toscana. -?Y que hacen en mi bodega y en mi casa desde tan lejos? -Negocios.- Contesto Gino con firmeza y esa voz preciosa y susurrante que tenia como si te hiciera el amor, mirandola de arriba abajo. -?Nos sentamos, por favor? ?Quieren cafe, limonada, cerveza... Si no han desayunado Maria puede prepararles algo. -Gracias, cafe solo. Hemos desayunado. Se lo agradecemos. Y Soledad, le dijo a Maria que trajera cafe y leche y unas pastas. Les senalo el sitio en la gran mesa que a Gino le recordo a la que tenian en sus vinedos. Y se sentaron uno a cada lado de Soledad. -Habla bien espanol. -Si, gracias. -Hablo unos cuantos idiomas, ?y usted? -Ingles, italiano y Castellano simplemente. No me exigian mas en la carrera y no he tenido tiempo. Llevo esto casi sola. Pero, llamame, Soledad y te llamare Gino, eres joven -dijo ella alegremente. Era alegre y simpatica, una buena anfitriona. -Gracias, mejor asi, Soledad. Al menos nos entendemos, si no en castellano, en italiano. -Bueno, mi padre esta dando una vuelta al campo, aunque yo tomo las decisiones, pero puedes decirme mientras viene, que te trae desde tan lejos. Asi que usted dira, Gino Santoro. -Y Gino le sonrio.

  • Inmersos en el deseo de Linda Turner

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  • Deseos desordenados. #Need de Barb Capisce

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    Volver no siempre es facil, el origen a veces significa enfrentar recuerdos que creias olvidados, develar secretos que por mucho tiempo se callaron, abrir cajas que debieron permanecer cerradas. Vince debio haberlo sabido.

  • Hopeless. Tocando el cielo de Colleen Hoover

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    En ocasiones, conocer la verdad resulta mas doloroso que creer las mentiras.

  • El hijo del jefe 1 de Sierra Rose

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    Britt Collier estaba, peligrosamente, a punto de volverse loca. Ella era la unica contable contratada actualmente, y aunque no le importaba contestar preguntas relevantes, no necesitaba a su adulador jefe apoyado sobre su escritorio. Obviamente estaba estirando el cuello para conseguir ver algo debajo de la blusa. Como esta tactica le era familiar, ella llevaba la blusa abrochada hasta arriba y un chaleco de punto sobre ella, para que incluso en caso de un catastrofico accidente con los botones, ella estuviera aun protegida de sus ojos fisgones. Si la pequena empresa tuviera un departamento de Recursos Humanos, habria presentado una queja por acoso sexual. Tal y como estaba, la gerente de contratacion era tambien la asistente del COO, asi que tampoco seria novedad para ella. El COO, tambien llamado director general de operaciones, es un puesto en lo mas alto del ranquin de puestos ejecutivos en una organizacion. Quiza algun dia ella tambien alcanzaria lo mas alto de la escalera corporativa. Una chica siempre puede alcanzar el cielo, ?no? De hecho, Britt estaba bastante convencida de que la asistente habia conseguido ese doble titulo gracias a una entrevista horizontal con el Senor Freeman en persona. A Britt le habria gustado imaginarse a si misma como una mujer sensata, una feminista que no era prisionera de nadie. Sin embargo, se desplomo sobre su escritorio sin decir nada mientras el senor Freeman se acercaba a ella senalando a su monitor. El no podia dejar de mirarle el pecho. Ella se aparto del escritorio deslizandose con su silla de oficina con ruedas. -Es suficiente -dijo. - ?Disculpe, senorita Collier? -dijo el alzando las cejas. -Explique todo esto en mi correo electronico. Asi que si no le importa, tengo cuentas de gastos que actualizar. -Por supuesto. Se lo ocupada que esta. -Si me disculpa. El sonrio. Ella salio de su pequeno cubiculo y fue al bano de chicas, simplemente para estar lejos de el. Desearia poder haberle dicho algo mas astuto e inteligente, algo que humillara sus intentos de rozarse con sus pechos igual que eso la humillaba a ella. Para sentirse mejor, miro la fecha en su telefono. Seis dias mas, se dijo a si misma asintiendo. Britt consiguio acabar la ultima hora de trabajo rapidamente comprobando hojas de calculos y tachando tareas de su lista de cosas por hacer. Acabo todo diez minutos antes de las cinco, con tiempo suficiente para ordenar su escritorio y hacer su lista de tareas para el dia de trabajo de manana. En cuanto la manecilla de los minutos llego al doce, se levanto, bolso en mano. Bajo en el ascensor desde el undecimo piso, donde se encontraba la Consultoria Creativa, y llego al vestibulo justo cuando Marjorie, su mejor amiga, salia de las escaleras. Marj estaba entrenando para una media maraton y opinaba que los ascensores la debilitarian. Se dirigieron por acuerdo mutuo hacia Joe's Java la cafeteria a la vuelta de la esquina de la oficina. Tuvieron su habitual quedada de los jueves para el cafe de despues del trabajo. Sentadas en un reservado al lado de la ventana, Britt dio un sorbo a su cafe con caramelo y suspiro aliviada. Se estaba tranquilo alli, pero no el tipo de tranquilidad que tenia ella en la oficina, con ese molesto zumbido de las luces fluorescentes sobre su cabeza y ese expectante silencio como el de un tiburon en el agua mientras ella se esforzaba por escuchar si Freeman se acercaba. En realidad, no era un tiburon, razono ella, era mas bien como un pulpo con todos esos brazos y manos. Marjorie se pidio algo con soja y proteina en polvo que tenia un aspecto verdoso. -Eso parece pintura. Pintura fea. Como la de la sala de espera del medico. -Gracias. Pero esta bueno. Agua de coco y repollo con polvo de proteina… -Suena como al paraiso -gimio Britt. -No, el paraiso seria tres semanas en Bali con Ryan Gosling. - ?Aun con Ryan Gosling? ?Podemos pasar pagina, por favor? -Jamas. Yo soy muy fiel. - ?Con cuantos chicos has quedado este mes, senorita Fiel? - dijo Britt de broma. -Eso es quedar. Ryan Gosling y yo, eso es amor verdadero. - ?Sabe el algo de todo esto? -No, es mejor asi. No quiero quitarle la ilusion. -Oh, que generoso por tu parte. Freeman estuvo en mi oficina esta tarde senalando a mi monitor. -Uh. ?Tiro algun boli para asi echarle un vistazo a tu falda? -Llevo pantalones por algo. -Asi que se fue directamente a por las tetas. Te escucho… -dijo Marj con arrepentimiento. -En una semana estara jubilado y haciendose un hueco entre jugadores de bingo sin suerte en la residencia de ancianos. - ?Tiene pinta de que le guste el bingo? -No, tiene pinta de que pasara el rato en clubs de strippers e insistira en cambiar los tangas. -Eh, si. Pero bueno, al menos no le tendremos respirando detras de nuestros cuellos. -Querras decir respirando profundamente detras de nuestros cuellos. Es tan pervertido. -Creeme que no pienso echar una sola lagrima cuando se vaya, pero, ?y si el que viene es incluso mas mamon? - ?Pero eso es posible? Quiero decir, Hitler esta muerto, ?no? -Si, pero hay un monton de cerdos machistas en el mundo en puestos de altos directivos. Les gustan los puestos de autoridad cuando no estan tomando el sol en una comoda roca. -Cierto. Bueno, dejame ver las casas. -Apartamentos. He encontrado propiedades de entre las que elegir. Estoy deseando ensenarselos a Kevin esta noche. -Seis meses es mucho tiempo. ?Donde lo vais a celebrar? -Acaban de reabrir Tamarind despues de remodelarlo. Nos morimos de ganas de probarlo. -Britt dijo emocionada -Me he comprado un vestido y todo. - ?Has ido de compras? Debes de estar emocionadisima. -Bueno, nos mudamos juntos despues de todos estos meses. Estoy deseandolo. Ya no vere mas capitulos de Esta Casa es una Ruina porque estoy sola y aburrida. Estaremos juntos y realmente empezaremos nuestra vida. Yo queria coger algun sitio que pudieramos arreglar juntos, hacerlo nuestro, pero a Kevin no le va mucho lo de hacerlo nosotros mismos. - ?Hacerlo vosotros mismos? A ti eso tampoco te va. -Seamos justos, no, no tengo muchas habilidades para arreglar cosas en casa, pero me gustaria aprender. He visto algun tutorial de como lijar y pintar un banco del mercadillo y me gustaria probar. - ?Ves videos de bancos? Cielo, necesitas hacer algo mejor. - ?Que me sugieres que haga? -Encuentra algun video chulo en el que salga Ryan Gosling. -Estas imposible -dijo Britt moviendo la cabeza mientras se acababa el cafe. -Me gusta este primero. -A mi tambien pero creo que la cocina es demasiado pequena. ?Y si tengo que preparar una lasana o algo? No hay espacio suficiente en la encimera.

  • Harry Wolf de Laura Sanz

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    “A veces, solo el amor no es suficiente”
    Alemania, anos ochenta. Despues de que una horrible tragedia envolviese su vida en sombras, el hasta entonces reputado arquitecto, Harry Wolf, decidio romper cualquier contacto con el mundo exterior, aislandose por completo entre los muros de su propiedad. Los anos han transcurrido inexorablemente y el no ha sido capaz de superar lo que ocurrio. Solo y entumecido por el dolor y la culpa, ha perdido cualquier esperanza y se limita a sobrevivir, anhelando, de algun modo, que todo termine.
    Pero desde hace semanas, todas las noches, una chica con un abrigo rojo atraviesa su jardin en medio de la oscuridad, amenazando con sacarle de su autoimpuesto retiro…
    ?Quien es ella? ?Adonde va? ?Es real o solo un producto de su enfermiza imaginacion?

  • Inmemorian de Ismael Santiago Rubio

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    Ano 2093. Fisher Dantakis, presidente de Inmemorian, anuncia mediante una rueda de prensa a nivel mundial, que abarata los servicios de grabado y contacto con las consciencias de los que ya no estan. La vida de Marc cambia por completo cuando decide cargar la consciencia de su tio Sebastian en la domotica de su apartamento, y esta le confiesa que no fallecio de muerte natural, sino que fue asesinado.Con la ayuda de Ron Blake, un detective anclado en el pasado, investigaran el caso en una epoca donde la realidad virtual y la inteligencia artificial nos permiten viajar mas alla de la muerte.

  • Renacer (Medianoche 4) de Claudia Gray

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    Un amor eterno, un destino oscuro…
    ?Amarse mas alla de la vida y la muerte, sera suficiente para superar todos los obstaculos?

  • Un demonio disfrazado de angel, Sasha Miles de Sasha Miles

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  • La isla de los cien ojos de Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • Lo que esconde tu nombre, Clara Sanchez de Clara Sanchez

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  • La vida al fin y al cabo, Fernando Garcia Lobo de Fernando Garcia Lobo

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  • Intuicion de Elisabeth Noreback

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    Stella y Daniel eran adolescentes cuando tuvieron a Alice. Un ano mas tarde, durante las vacaciones de verano, Alice desaparece y, tras una intensiva y larga busqueda, el caso queda cerrado y la familia destrozada para siempre. Anos mas tarde, Stella ha rehecho su vida: trabaja como psicoterapeuta, se ha casado y tiene un hijo adolescente. Todo cambia cuando aparece en su consulta una joven que se parece mucho a Alice. ?Es posible que su hija desaparecida este viva?

  • Los Hermanos Siniestros de Ibeyise Pacheco

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    Los ultimos anos en Venezuela han inspirado este libro, en el que eventos y personajes existen, aun cuando algunos han sido modificados y presentados en circunstancias distintas. Por eso es relevante precisar que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Los hermanos siniestros es el retrato del estiercol, el viaje al infierno. Ese rostro dantesco que no habiamos imaginado como parte de nuestro ecosistema. Torturadores, dictadores, violadores, pillos, canallas. Bestias insensibles y amorales que con su maldad han activado el rostro oscuro de los venezolanos. Este libro lo escribi porque soy de las convencidas de que a esa inmundicia hay que mantenerla en el registro de los capitulos de lo aborrecible que nunca mas se deberia repetir. Agradezco a mis amigos que me han apoyado con nobleza. Destaco la confianza y valentia de incontables e inimaginables informantes. Sin su ayuda este libro no habria sido posible. Cuando regrese la libertad a mi pais, el mundo podra conocer sus nombres, si asi lo desean. En Los hermanos siniestros sobresale la portada, obra de Rayma Suprani, amiga genial, valiente, sensible, generosa. Sin ella este libro estaria incompleto. Gracias, Rayma. Quisiera tambien rendir homenaje a la honestidad y el coraje de muchos que han entregado su vida en esta lucha que lleva veintiun anos. Cada victima muerta o que ha sobrevivido, permanece en mis pensamientos. Espero que las proximas generaciones se encarguen con exito de que los culpables de tanto dolor paguen ante la justicia y jamas regresen al poder. Ibeyise Pacheco Miami, 2020. A Celina Rivas y Guimar Parra, angeles por Miami PRIMERA PARTE I Llevaba la prisa de la muerte. Su mente habia considerado el tiempo para cada detalle. Con malestar de jet lag, por su regreso a Caracas de Lisboa, programo recuperar su pistola, que habia dejado enterrada en el cerro Avila hacia mas de un ano, tres dias despues del derrumbamiento de las Torres Gemelas. Cuatro curvas a la derecha, una a la izquierda, la pequena quebrada, el arbol que a sus pies tiene una piedra en forma de gnomo... El arma la obtuvo a cambio de droga con unos clientes del bar donde trabajaba en Chacaito. Demasiado loco hay en la calle. Todo legal, registro EEK499. Bonita pistola, una Glock punto 40, de esas que lanzan cuatro tiros por segundo. !Pam, pam, pam, pam! Retumbo su cerebro. Regreso al edificio Tejar de Parque Central, directo a la tienda de municiones. Compro dos cajas de balas tipo hollow-point. Su bolso koala negro amarrado a la cintura, alojaba el peso del arma. Entro a la peluqueria Formula II. Le gustaba ese nombre. Destacaba un asiento en forma de carro destinado a ninos que le habria encantado ocupar. Con rudeza que las peluqueras atribuyeron a cierta verguenza para ocultar su coqueteria, solicito que le tineran el cabello de rojo y le aclararan las cejas. Se dejo llevar por las manos expertas. Fue el unico cliente. Despues, aun de dia, entro a un cine de peliculas pornograficas. En la quinta escena se quedo dormido; no le gustaba masturbarse en publico. Lo arrullaron los gemidos en la sala. Al despertar se sintio un poco confundido. La luz suele sorprender al sexo pagado. En la calle pregunto la hora. 6:42 pm en tiempo para cumplir su mision. Fernanda lo noto enseguida. El pelirrojo con rizos desordenados sacudia cabeza y manos conversando con la nada. Fernanda administraba desde hacia doce anos el kiosco de periodicos en la plaza Francia. Tenia un lugar privilegiado para observar centenares de transeuntes diariamente. El sol sale siempre, era su saludo hasta en dias de lluvia, el cual acompanaba con gel desinfectante que frotaba confianzuda en las manos de los clientes. Mucho microbio en el ambiente. A los ninos solia regalar algun caramelo. Fernanda dice que los ojos del hombre dispararon primero. Cuando lo avisto cruzando desde el otro lado de la calle, no le gusto. Sintio la cercania del demonio. El sujeto con camisa gris y pantalon verde esquivo temerario carros y motos en la avenida Francisco de Miranda. Al llegar a la plaza se freno. Entonces se levanto sobre uno de los bancos donde ancianos cansados suelen brindar a sus extremidades una pausa en la vida. Hizo un paneo sobre la masa. Con las piernas fijas como una tijera abierta clavada, introdujo la mano derecha en su bolso. Su cuerpo giro en direccion al Avila, tomo aire, miro el cielo y luego apunto. El primer disparo fue certero. A la cabeza de una joven victima. Fernanda venia trabajando horas extras hacia algo mas de un mes. Las ventas habian mejorado desde que alli los militares lanzaban, en las noches, discursos contra Chavez. En la plaza abundaban tarantines improvisados bajo paraguas de colores con la oferta de banderas, pitos, gorras, estampitas de santos, constituciones, rosarios convertidos en pulseras y collares. Habia cierta organizacion dentro del caos. Una tarima se crecia con el escenario que se apoyaba en el Obelisco, de cuya punta descendian tres largas telas con los colores de la bandera de Venezuela que se crecian con el verde del cerro Avila. Los fotografos hacian de las suyas. A la caida de la noche el ambiente se iba animando. Llegaba a ser un buen plan para un viernes. La plaza estaba cerca de la salida del Metro y en sus esquinas convergian varias paradas de transporte publico. El lugar habia sido bautizado como la Plaza de la Libertad luego de que mas de una docena de oficiales de la Fuerza Armada reto al gobierno de Hugo Chavez a partir del alzamiento que ocho meses atras habia fracasado. La conspiracion muto en un paro petrolero que presionaba para su salida del poder. En una accion poco convencional, los militares tomaron la plaza donde arengaban a los venezolanos. Contaban con las simpatias de los transeuntes y de buena parte del pais. Los medios de comunicacion desplegaron sus equipos para cobertura constante. El facil acceso al lugar y la posibilidad de servicios habia pesado en la decision estrategica de seleccionar ese punto como centro de concentracion que, ademas, estaba en Chacao, un municipio opositor. Los oficiales alzados se alojaban en el hotel Four Seasons. Solo tenian que cruzar la avenida. El general Enrique Medina Gomez, quien habia sido el agregado militar en la embajada en Washington, funcionaba como el jefe de la operacion. En la plaza se habian instalado banos portatiles y carpas de asistencia de salud y seguridad. Unas gradas estaban colocadas mirando hacia la tarima que se prolongaba en un aparatoso equipo de sonido. El espacio, usualmente destinado al esparcimiento entre bancos de cemento y jardines con flores moradas, rojas y amarillas, cedio el turno a la militancia politica. Ese 6 de diciembre de 2002, recibio unas trescientas personas. Las balas estallaban. El hombre esperaba que su victima lo mirara. Una madre nunca veria a su nina crecer. La pareja joven sentia que iba a morir abrazada. El anciano --ya nada tengo que perder-- arrojo su cuerpo para proteger al nieto. Despues de los primeros disparos, el pelirrojo apunto a Fernanda que, congelada, era una de las pocas que habia quedado de pie. Enfoco para no fallar. Ella no grito, no respiro, no pestaneo, no rezo. Un senor corrio hacia el atacante. Valiente, vacio de miedo y de armas, choco su hombro derecho contra el brazo del pistolero y suspendio la matanza. Cayeron los dos al piso, pero el pelirrojo, con agilidad, se repuso del ataque. Aprovecho el impulso para cambiar el peine de la Glock y continuar la masacre. A pesar de los disparos, de los gritos y la sangre, a muchos les costaba entender que un lugar familiar fuese el centro de ese espanto. Hasta ese viernes, las noches en la plaza convidaban a encendidos --y a veces aburridos -- discursos politicos que se fusionaban con los ninos y sus globos que explotaban junto a su risa. Eso no fue lo que estallo.

  • Sin igual, Alyson Noel de Alyson Noel

    https://gigalibros.com/sin-igual-alyson-noel.html

    Todo el mundo aspiraba a ser alguien.