• libro la sombra del pasado - Patricia Hortiguela

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    Cuando me levante esa manana no me imaginaba que iba a ser un dia tan extrano. Ahora me encontraba en un atasco sin saber bien a donde dirigirme. Solo buscaba huir rapidamente. Habia conseguido guardar algunas cosas en una pequena maleta, lo imprescindible. El atasco estaba consiguiendo ponerme muy nerviosa. Cuando estaba quieta, mi cabeza no paraba de dar vueltas y eso no era bueno, ya que podia arrepentirme y regresar. Habia decidido irme y no queria ni debia regresar. Esta ultima vez habia sido la gota que habia colmado el vaso. No iba a permitirle que volviera a tratarme asi, no me lo merecia. Deseaba escapar de ese circulo vicioso y malicioso en el que me encontraba. Los coches de delante no avanzaban debido a algun suceso que desde mi posicion no llegaba a distinguir. El tiempo iba empeorando, habia empezado a nevar con fuerza y si no nos moviamos pronto la carretera iba a estar intransitable. Ademas, los coches no paraban de tocar el claxon y eso me desquiciaba. Busque en la guantera, recordaba tener un mapa de carreteras. Despues de sacar los papeles del coche, un paquete de clinex y unos cedes antiguos encontre el libro de mapas. Hubiera preferido usar el GPS del movil, pero tenia poca bateria y queria mantenerla, por si acaso. Me costo un poco situarme en el mapa, indague hasta encontrar una carretera alternativa. Habia decidido ir hacia el norte porque siempre me habia gustado el mar y me parecia un buen lugar donde empezar de nuevo, ademas de que estaba lejos de mi anterior residencia. Solo queria alejarme de el todo lo que pudiera y lo mas rapidamente posible. Tuve que hacer unas cuantas maniobras y hasta cometer alguna infraccion para conseguir llegar a la carretera que queria. Se trataba de una carretera comarcal poco transitada y mal asfaltada, pero por lo menos me estaba moviendo de nuevo. Continue por ella atravesando pequenos pueblos cada vez mas aislados los unos de los otros. El paisaje era hermoso incluso cubierto por la nieve. No estaba muy acostumbrada a conducir con nieve. En Madrid, de donde era, el clima era muy bueno y pocas veces nevaba. Ojeaba de vez en cuando el mapa para orientarme un poco, pero no estaba muy segura de que fuera por buen camino. Me estaba dejando guiar por la carretera. Conduje por lo que parecia un puerto, tuve que reducir para subir lentamente. El tiempo iba empeorando. La carretera era cada vez mas empinada pero ya no podia hacer otra cosa, no habia sitio para dar la vuelta. Corone y empezo el descenso. El coche se aceleraba por su propio peso y tenia que frenar lentamente para evitar que me derrapara por la nieve cuajandose en el asfalto. Tuve miedo, debia ir con cuidado si no queria salirme y caer por el desfiladero. Iba concentrada en la carretera, en las curvas y en frenar el coche para no embalarme demasiado, cuando el sonido del movil me sobresalto. Por la melodia, sabia de sobra quien me llamaba; era el. Habia regresado a casa y se habia dado cuenta de que no estaba. Un gran miedo me invadio porque estaria furioso. El estomago se me encogio como otras muchas veces me habia sucedido cuando el se enfadaba conmigo. Con el tiempo habia empezado a conocerlo muy bien y cuando se enfurecia se volvia peligroso, irascible y violento. Cualquier cosa, por nimia que fuera, era suficiente para que saltara y empezara una discusion, en las cuales yo siempre salia perdiendo por mas que me disculpara. El movil no paraba de sonar, estaba empezando a dudar si cogerlo o no, pero no debia hacerlo porque el me convenceria para regresar y ya estaba harta de esa relacion tan danina. Subi la musica para asi dejar de escuchar el movil, pero era imposible; en cuanto acaba la melodia, volvia a empezar. Se notaba que estaba desesperado por hablar conmigo. Un sonido de mensaje me indico que habia dejado algo en el buzon de voz. Al rato, otro mensaje mas. Como pude, toque la tecla para oir los mensajes: <>. Otro mensaje: <>. Y luego, mas mensajes, cada uno mas subido de tono: <>. Un escalofrio me sacudio el cuerpo. Si me cogia, me lo haria pagar; de eso estaba segura. Sabia que debia dejar de escuchar esos mensajes del buzon de voz, pero no podia. <>. Empezaron a temblarme las manos solo de imaginarme lo que me haria si volvia o si me encontraba. La sola idea me dejaba sin respiracion. Rompi a llorar de puro miedo. Las lagrimas me brotaban sin control. Me costaba ver bien la carretera entre la nieve y el llanto. Decidi dejar de oir sus mensajes o no conseguiria calmarme. Al dejar el movil, cogi sin querer una llamada suya. En cuanto me di cuenta de lo que habia hecho, empece a temblar, me faltaban las fuerzas. No era capaz de colgarle, por lo que le escuche decir a gritos: --?Por que te has ido? Mas te vale que vuelvas. ?Donde esta mi cena? Te voy a tener que dejar las cosas claras sobre quien manda en esta casa. ?Por que no me hablas, maldita estupida? --Yo... --fue lo unico que consegui que me saliera por la boca. Queria decirle tantas cosas, pero no me salia la voz como en las otras veces me habia sucedido cuando hablaba o intentaba hablar con el. El miedo me paralizaba. --Yo, yo... ?solo sabes decir eso? Si es que eres tan idiota que no vales para nada. Si no fuera por mi, nadie estaria contigo --ataco. Mi voz interior intentaba coger fuerzas y gritarle que no iba a regresar, que no queria volver a verlo y que me estaba yendo muy lejos de su lado, pero no salia nada de mi boca. --Mas te vale que estes viniendo para aca --amenazo. No respondi. --No encontraras a nadie que te soporte y menos que te quiera, asi que deja de hacer el idiota y vuelve a casa --ordeno. --No --consegui decir muy bajito. --?Acaso has dicho algo? Como tenga que ir a buscarte te rompere todos los huesos del cuerpo --amenazo. Su amenaza me hizo estremecer hasta el punto de que movi el volante sin querer y perdi el control del coche. Hice una maniobra un poco brusca al intentar recuperarlo y consegui lo opuesto, perdi la adherencia a la calzada y derrape. Perdi el control. El coche patinaba en la calzada llena de nieve y se embalaba sin poder impedirlo. Frene fuertemente en un intento por detenerlo, pero las ruedas resbalaron y provocaron que el coche se fuera de culo hacia la derecha. Di un volantazo en la otra direccion para evitar que se cruzara en la carretera. Comence a ir de un lado a otro sin conseguir controlarlo, ni parar. Una curva cerrada aparecio delante de mi y supe que no podria tomarla. Seguia deslizandome por la calzada sin adherencia y a bastante velocidad. Cuando llegue a la curva, intente girar dando otro volantazo, pero el coche torcio sin control, girandose y cambiando de sentido, ahora iba de culo descendiendo. Golpee el quitamiedos y despues cai marcha atras por la ladera. No podia ver por donde iba, solo notaba los golpes, los envites y el ruido de ramas chocando con la carroceria. Veia como la carretera por donde me habia caido se alejaba de mi y como los arboles me rodeaban en mi descontrolada caida. Estaba asustadisima, pense que me iba a matar. Que triste final para mi vida, era la unica idea que me surcaba la cabeza. Moriria en esa carretera y nadie me encontraria ni me echaria en falta. Cerre los ojos esperando el triste desenlace. No puedo asegurar cuanto tiempo estuve cayendo puesto que a mi me parecio una eternidad. Un fuerte golpe detuvo el coche, oi ruidos de cristales rotos y la carroceria abollandose. El cinturon me agarro fuertemente al asiento y salto el airbag que me golpeo duramente en la cara y los brazos. La luna del coche se desquebrajo y todo se volvio oscuridad. --Es la ultima vez que se repite esto, no te pueden volver a expulsar -- recrimino Joaquin. --No ha sido culpa mia, estaban pegando a Juan y yo solo lo defendi -- respondio Tomy, su sobrino. --Sabes que no me gusta que te metas en peleas, debias haber intentado ayudarle sin violencia. --Te prometo que para la proxima lo tendre en cuenta--respondio Tomy, sonriendo. --Alguien iba demasiado rapido en la curva --comento Joaquin al llegar a la curva de la carretera. Se veia que el quitamiedos habia sido arrancado. --Se habran llevado un gran susto --opino Tomy. --Parece que las marcas de las ruedas son recientes, voy a parar y asegurarme que no hay nadie herido. Tu quedate en el coche y ten el telefono a mano por si hay que llamar a emergencias --manifesto. --Pero puedo ayudarte --suplico Tomy. --Quedate en el coche y obedece --ordeno Joaquin. --Vale. Joaquin salio del coche y se acerco a la curva, tuvo que inclinarse bastante para ver bien por la linde. Le parecio distinguir un coche entre la maleza y los arboles. Rapidamente busco el mejor sitio por donde descender con cuidado, ya que la pendiente era pronunciada y resbaladiza debido a la nieve. Fue bajando hasta llegar a un abollado Opel Corsa negro. El coche estaba de morros, por lo que habia caido hacia atras. Joaquin penso que eso podia haber salvado a los ocupantes. La luna del coche estaba desquebrajada, asi que se acerco a la puerta del piloto para poder comprobar si habia alguien en el interior. Entonces vio a una chica que parecia estar inconsciente, golpeo el cristal para ver si reaccionaba, pero no hubo respuesta. Joaquin se imagino lo peor. Intento abrir la puerta, pero estaba atascada; por ahi era imposible. Se dirigio a la puerta del copiloto y esta si se abrio, aunque con dificultad. Echo un rapido vistazo al interior y pudo comprobar que dentro del vehiculo solo estaba la chica. Tenia que sacarla de alli. Antes de entrar en el coche, Joaquin comprobo que el vehiculo estaba atascado y que no iba a seguir descendiendo por la ladera porque un gran arbol lo habia detenido. Se acerco a la joven y la llamo suavemente para ver si se despertaba, pero no hubo respuesta. Se sento en el asiento del copiloto y reviso por encima sus heridas. Tenia un golpe en la cabeza por el que sangraba y algunos cortes superficiales, pero no parecia algo grave; seguramente gracias a que llevaba puesto el cinturon de seguridad. Se lo desabrocho y suavemente la saco del asiento colocandosela en su regazo. No pesaba gran cosa, asi que le fue facil moverla. Al tenerla tan cerca, aprovecho para observarla detenidamente. Tenia el cabello castano claro y por los hombros, unos labios carnosos y la tez con un color rosado. Era una joven hermosa, no le cabia duda de ello. Con la mano la limpio unos pequenos trozos de cristal que tenia en la cara y cuando lo estaba haciendo la joven abrio los ojos. Unos ojos verdes impresionantes lo miraron. Al ver a ese hombre tan cerca de mi me asuste, aunque al tiempo su dulce mirada me tranquilizo. No sabia muy bien por que, pero sentia que no iba a hacerme dano. Intente moverme y el dolor me paralizo. Entonces cai en la cuenta de que habia tenido un accidente y que ese hombre me estaba ayudando. --Por favor, no me lleves a un hospital --suplique. Si iba a uno mirarian mis contactos y lo llamarian a el. Entonces sabria donde encontrarme y nada habria valido la pena. --Tendria que ir a que le revisaran --opino el. --No hace falta --lloriquee. Creo que el percibio mi desesperacion y aunque yo sabia que no lo comprendia no insistio mas. --Esta bien, no iremos al hospital --acepto Joaquin. --Gracias --respondi aliviada. --Sera mejor que salgamos del coche --sugirio. La idea de salir del coche me parecio bien, todo dentro de el me recordaba al accidente. Lo unico bueno es que no me encontraba tan mal. Tenia el cuerpo dolorido, pero no tenia nada roto. Ademas, estando en los brazos de ese hombre incluso me sentia a gusto. Su cercania en vez de ponerme nerviosa me provocaba el efecto contrario. La verdad es que si hubiera podido me habria quedado asi un rato largo. Me imaginaba que esa satisfaccion tambien se debia a estar lejos de Mateo y de su asfixiante control; hacia mucho tiempo que no me sentia un poco libre. Joaquin salio con cuidado del coche conmigo en brazos. Una vez fuera, me dejo suavemente. Cuando pose los pies en el suelo perdi un poco el equilibrio, pero el me sujeto para que no me callera. Sus manos agarrandome fuertemente desprendian una seguridad que me hacian sentir muy rara y a la vez tranquila. No me sujetaban de forma posesiva ni intentaban hacerme dano; al contrario, lo hacian para ayudarme. Era tan diferente a la forma como me agarraba Mateo. --?Se encuentra bien? --me pregunto preocupado. Asenti con la cabeza. Vi entontes como estaba el coche o mejor dicho lo que quedaba de el. Estaba destrozado, parecia mentira que hubiera sobrevivido al accidente puesto que estaba irreconocible. La parte de atras estaba hundida y no se distinguian los asientos traseros porque habian desaparecido en un amasijo de hierros. Si en vez de caer hacia atras hubiera caido con el morro por delante, no lo estaria contando. Un horrible escalofrio me sacudio, podia haber muerto. Habia huido para vivir y casi me mato yo sola. La asimilacion de ese hecho me conmociono y explote. No pude aguantar mas toda la tension, el miedo y la adrenalina que tenia. Rompi a llorar como una nina y no podia parar, mi cuerpo se agitaba con cada lloro. Joaquin al verme tan desconsolada creo que hizo lo unico que se le ocurrio para calmarme. Me abrazo. Un abrazo fuerte e intenso hasta que mis lloros empezaron a menguar. Cuando me agarro senti toda su fuerza y su calor. Escuche el latido de su corazon y senti su suave respiracion que me acariciaba la cabeza. Ese dulce abrazo hizo que mi miedo desapareciera y poco a poco consegui calmarme. Una vez que me recompuse, el olor de su fragancia me penetro. Olia a hombre, junto a algo que parecia animal, pero lejos de desagradarme me encanto, era reconfortante y muy varonil. El calor que su cercania desprendia me hizo dejar de temblar, ya no tenia frio ni tampoco miedo, aunque debia tenerlo, no solo por el accidente sino porque era un desconocido el que me abrazaba, pero no lo tenia. Ese hombre me hacia sentir bien incluso despues de un accidente y no sabia como lo conseguia. Habia dejado de llorar y me sentia totalmente recompuesta. --Tio Joaquin, ?llamo a emergencias? --pregunto alguien desde arriba. Levante la mirada hacia donde venia la voz y pude ver lo lejos que se encontraba la carretera y por donde habia caido. Me estremeci solo al recordarlo y entonces el me apreto mas fuertemente para tranquilizarme y sirvio. --No hace falta Tomy, esta bien. Ahora subimos --respondio. Su voz era tan viril, lo mire a la cara. Entonces me di cuenta de lo guapo que era. Tenia el cabello corto y de color castano oscuro. Unos grandes ojos marrones y unas bonitas facciones, su nariz y sus labios tenian el tamano perfecto y eran muy masculinas. Como seguia abrazandome, pude comprobar que su cuerpo estaba musculado y que tenia un porte atletico; ademas, era mas alto que yo. Fui entonces consciente de la cercania de su cuerpo con el mio y empece a acalorarme solo de pensar en ello. No habia estado tan cerca de ningun hombre a excepcion de Mateo y el no me hacia sentir nada de eso. Jamas me habia agarrado con tanto carino. --?Cree que sera capaz de subir por la ladera? --pregunto mientras me separaba de su dulce abrazo. Sali de mi ensimismamiento y mire la cuesta; dije si con la cabeza. --De todas formas, la ayudare --manifesto. Me coloco la mano en la espalda y me empujo suavemente para que iniciara el ascenso. Poco a poco fuimos subiendo por la resbaladiza ladera. Era muy empinada y nos costaba ascender. Mis zapatillas casi sin suela no eran el mejor calzado para esa tarea y provocaban que me resbalara continuamente. Aunque el siempre me ayudaba para que no me cayera, sujetandome por la espalda. Nos agarrabamos a las ramas para ir subiendo. Nos toco un tramo que era muy empinado y complicado. El se adelanto y una vez que estuvo bien sujeto me dijo: --Agarrese a esas ramas e intente llegar hasta mi mano. Asenti y cogi las ramas que me indicaba. Con la otra mano agarre otra rama que estaba mas arriba y, al soltarme para intentar ascender, el pie derecho me resbalo y cai al suelo. Para frenar el golpe puse la mano derecha y me hice dano en la muneca. Ademas, por culpa de la acumulacion de la nieve descendi un buen trozo de ladera. --!Mierda! --blasfemo el. Me levante todo lo rapido que pude y me disculpe por la torpeza: --Lo siento mucho. Joaquin no pudo evitar que la joven se cayera, no pudo agarrarla desde su posicion y solo vio como se resbalaba. Bajo rapidamente hasta ella, que ya estaba levantandose del suelo. --?Esta bien? --pregunto preocupado. --Si, es que soy muy torpe, perdona --me justifique de nuevo. --No tiene por que disculparse, es culpa mia por no haberle ayudado mejor. Soy yo el que lo siente --se disculpo Joaquin. Me sorprendio su respuesta y no supe que contestar. Mateo jamas me habria dicho eso, me habria chillado e insultado por mi torpeza. Ese hombre a todas luces era muy diferente. --Deme la mano y no la soltare --prometio mirandome fijamente a los ojos. Yo lo mire atonita y supe que lo decia de verdad, la honestidad de sus ojos me lo dejaba claro. No lo dude ni un instante, podia fiarme de el. Asi que le di mi mano izquierda y me deje guiar, a sabiendas de que no me soltaria. Ya no hubo mas incidentes y subimos hasta la carretera. Al llegar arriba, vi a un muchacho joven que estaba al lado de un coche. --Dices que esta bien, pero tiene muy mal aspecto --opino al verme. --No seas desagradable, Tomas --contesto enfadado, al tiempo que me soltaba la mano y se dirigia a su coche--. Perdon --se disculpo mirandome. --Seguramente tengas razon y tenga una pinta horrible --dije para quitar miga al asunto. El joven asintio y me sonrio. Era un muchacho guapo tenia el pelo negro y la tez morena. Tendria unos 12 anos mas o menos y una mirada vivaz. Me revisaba de arriba a abajo inspeccionandome. Yo me mire y pude darme cuenta de por que me observaba asi: tenia la ropa manchada y empapada debido a la caida. Solo llevaba puesta una camisa de manga larga y unos vaqueros azules que dificilmente podrian verse con tanta suciedad y barro. Mis manos estaban sucias y me imaginaba que tambien tendria la cara igual. Debia de tener un aspecto espantoso. Me sacudi un poco la suciedad de la ropa y de las manos, pero fue inutil. Empece a sentir frio, habia anochecido y la nieve era ya muy compacta. No estaba segura de cuanto tiempo habia estado en el coche puesto que era de dia cuando estaba conduciendo, pero la verdad es que tampoco me importaba demasiado. --Juraria que llevaba una manta en el maletero --dijo el hombre. --Apuesto lo que quieras a que la usaste con algun animal --indico el muchacho. --!Mierda! Es cierto --respondio. Se quito su cazadora, se acerco a mi situandose delante y me la coloco en los hombros. Se aseguro de que no se me cayera y me dijo: --Asi entrara en calor. Su mirada era tan intensa y a la vez tan tranquila que me embelesaba. --Gracias, pero tu tendras frio --opine. --No se preocupe por mi, usted necesita entrar en calor mas que yo -- contesto. Le sonrei como agradecimiento. Que hombre tan detallista, pense. Mateo jamas hubiera hecho eso por mi. --Habra que llamar a la Guardia Civil -comento mientras buscaba el movil en sus pantalones vaqueros. --Preferiria que no --intervine. Me miro extranado y entrecerro los ojos frunciendo las cejas de una forma encantadora. --Es lo normal en estos casos, se da parte y si pueden sacaran el coche. --No me importa el coche. --Seguramente tampoco te iba a servir de mucho despues del accidente -- intervino el muchacho. El hombre me observada sorprendido por mi negativa de avisar a la Guardia Civil. La verdad es que no queria dar parte alguno, pero por como me miraba intuia que ese hombre no lo iba a dejar pasar. Lo que menos queria era que Mateo se enterara de mi accidente y de donde me encontraba porque me haria regresar. Un escalofrio de miedo me recorrio todo el cuerpo. Me abrigue mas con la cazadora que me habia prestado, intentando entrar en calor y que el miedo desapareciera. No queria volver a ver a Mateo, la sola idea me aterrorizaba. Cerre los ojos para coger fuerzas. Existia la posibilidad de que, como el coche era mio, igual no tendria por que enterarse de nada. Rogaba a Dios que asi fuera porque si el hombre insistia mucho o llamaba a la Guardia Civil, no me quedaria mas remedio que dar parte. --Podemos dejarlo para otro momento, no me veo con ganas --dije intentando que dejara el tema. --Esta bien --acepto. Le sonrei con gratitud. --?Quiere que la llevemos a algun sitio o que llamemos a alguien para que venga a buscarla? --me pregunto. --No, gracias --respondi. --Pero ?que va a hacer? No se puede quedar aqui. Y si no quiere que llamemos a alguien, diganos a donde acercarla -insistio. --Puede tutearme, me sentiria mejor --intente cambiar de tema. --Esta bien --contesto. --?A donde quieres que te llevemos? --volvio a formular la misma pregunta. --No iba a ningun sitio en concreto --respondi sinceramente.

  • La sombra del pasado - Lulu Taylor | PlanetadeLibros

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    13 oct 2021 — Apúntate y descubre cada mes todas las novelas contemporáneas. ¡No podrás parar de leer! Cargando... Otros libros de ...

  • LA SOMBRA DEL PASADO | LULU TAYLOR | Casa del Libro

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  • La sombra del pasado - Vorágine Interna: Blog literario: Reseña

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    21 oct 2021 — No conocía el libro del que tratará la reseña de hoy, La sombra del pasado, hasta que vi su publicación por parte de la editorial Planeta, ...

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  • Como robar el corazon de un marques de Eleanor Rigby

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  • Bajo la luz del norte de Louise Fuller

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    El objetivo de el era conseguir que las relaciones romanticas fuesen faciles.

  • Tu primer cerebro de Xavi Canellas

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    Existen dos grandes relatos acerca del origen de la humanidad. Dos versiones que satisfacen dos vias de sensibilidad y comprension de la vida y del mundo. Por un lado, hay quien dice que la humanidad nacio con el invento y la utilizacion de la herramienta, instrumento que, ademas de facilitar el trabajo, define un campo dividido entre los que la poseen y los que no la poseen. El uso de la tecnologia establece la jerarquia de la dominacion de unos sobre otros. La imagen del ascenso del primer cohete a la Luna ofrecio una percepcion significativa de ello: nos permitio ver quien esta instalado en la nave y quien recibe el fuego destructivo de su propulsion. La pelicula de Kubrick 2001: Una odisea en el espacio ilustra este mito. Por otro lado, esta el relato que dice que la humanidad nace con el intercambio, la accion de compartir viveres y otros elementos vitales. La hipotesis Gaia es la gran representante de este mito. Se encuadran aqui los ritos de compartir como acto de pertenencia a la comunidad. La obligacion de que cada miembro regale a otro la pieza cazada es lo que consolida el vinculo del clan. Este mito prioriza los procesos, el intercambio de energia y la transformacion de sus interacciones. Desde esta perspectiva, la civilizacion humana se funda en la prohibicion del autoconsumo. Ante el claro predominio actual del relato instrumental y tecnologico de la herramienta conviene recobrar practicas basadas en el intercambio. Es preciso compartir relatos, canciones y recetas de cocina. Es necesario intercambiar practicas de pesca, modos de cultivo y de organizacion social ante la adversidad. Contrastar politicas, modos culturales, practicas medicas y educativas. En definitiva, viajar al exterior de nosotros mismos para superar el miedo y la obsesion de que solo hay un modo de hacer las cosas. Quiza el antidoto contra el poder de la herramienta sea someterla a intercambio. Procurarle un uso mas creativo que los actuales sistemas de sometimiento fisico y psiquico entre miembros de distintas culturas o niveles sociales. La obra que tiene en sus manos se encuadra en esta propuesta. En la confianza que tiene Xavi Canellas, su autor, en la fuerza del intercambio. Transaccion, en este caso, de informacion y sabiduria sobre la mejora de nuestra propia salud para que las herramientas esten en manos de quien deben estar. Es decir, al alcance de cada uno de nosotros. Xavi lanza un proyecto entusiasta y vigoroso de confianza en el que defiende que, si tenemos la informacion adecuada, podemos mejorar nuestra salud y, por tanto, la vida de un modo optimo. El autor se mueve con agilidad entre varias de sus facetas. Por un lado, nos muestra su rostro de terapeuta, por otra parte, expone el texto desde su oficio de cientifico y tambien hace una incursion decidida en su faceta de educador. Los tres ambitos buscan con pasion descubrir en el lector su poder para transformar su vida. Esta obra nos hace recobrar la confianza en el hecho de que las personas disponemos de los recursos necesarios para afrontar la vida y las dificultades que ello entrana. Y lo muestra cientificamente. Quiere persuadir al lector de que vivir una vida mejor esta en su mano. En este sentido, el libro emprende una accion decidida para que las personas dispongan de la herramienta que les otorgue el poder para gestionar su propia salud. Xavi Canellas es un autor que escribe porque tiene cosas que decir. Esta formado en fisioterapia, psiconeuroinmunologia, biologia molecular, biomedicina, neurociencia, programacion neurolinguistica, terapia breve, estrategica y psicogenealogia. Su propuesta es ilustrada y meditada. Y, sobre todo, de fusion transversal entre estas disciplinas. Lo que mueve su obra es el afan de explicar el funcionamiento de la vida. El autor propone al lector un compromiso en la mejora haciendo una promesa que cumple en el transcurso del libro: <>. Este libro es novedoso y tiene un punto insurrecto y rebelde, pero va mas alla de oponerse a lo convencional. Busca la restitucion verdadera de los significados. Dice cosas con las que es dificil discrepar, como: <>, en este caso, para referirse al gluten. Xavi nos muestra ejemplos de gran transversalidad del conocimiento. Es fascinante el concepto del protagonismo del intestino en nuestro proceso de toma de decisiones y que, si no se mantiene en parametros aceptables de salud, proveera a la mente de informacion inflamada y, por tanto, inadecuada para la toma de decisiones. Este texto esta comprometido con devolvernos la confianza en que las palabras nombran lo que quieren nombrar. La obra esta escrita a la luz de la deconstruccion intelectual, por lo tanto, carece de palabras y conceptos vacios de contenido. Lleva la vanguardia cientifica a las recomendaciones mas sencillas y cotidianas. Cuando la palabra se convierte en discurso sustituye a la accion y amputa su fuerza. JESUS IBANEZ El libro es un dialogo continuado con el lector en el que el autor va informando de lo que nos interesa saber para optimizar la salud. Parece una conversacion en consulta o un conjunto de varias de ellas en las que extrae lo esencial para acompanarnos en este viaje. Su estilo define un tipo de relacion de complicidad con quien desee leerlo. El autor busca que el lector se apropie de la informacion en lugar de elegir la via alternativa en la que el conocimiento es una informacion sagrada e intocable que no se puede cuestionar. Asi pues, la consulta no es un oraculo infalible que predetermina la realidad, sino una invitacion a la construccion de sentido desde una perspectiva de interlocutor cualificado. Xavi nos propone la autogestion y la implicacion del lector en el pensamiento por encima de la sumision a la ciencia. De ahi que, aunque se define a si mismo como cientifico, aborde la revision critica de la ciencia. Parafraseando sus palabras, la ciencia ha producido un cisma entre la razon y las emociones, ha incurrido en una excesiva especializacion con la consiguiente perdida de matices y abusa a menudo del mecanicismo, de modo que abandona la contemplacion de la incertidumbre. Desde esta perspectiva nos anima a protagonizar el proceso. Aun estamos a tiempo de tomar las riendas de nuestra vida. Y cita a Oscar Wilde cuando afirma: <>. Xavi defiende los procesos naturales de la vida, a los que hay que hacerles un lugar en nuestro analisis, y pone al descubierto algunas practicas que debilitan la existencia humana hasta convertirla en una debil caricatura comparada con lo que podriamos llegar a ser. Es relevante en este sentido su afirmacion del porcentaje tan elevado de personas que se toman cinco o mas medicamentos a la vez: <>. Pese a la firmeza de sus convicciones, el texto muestra que Xavi tampoco esta dispuesto a esperarnos eternamente. Manifiesta un gran respeto a la decision que cada uno tome. Podemos intercambiar informacion y motivarnos lo que haga falta, pero el que no quiera puede quedarse en la estacion de tren que estime mas oportuna. Xavi sabe que hay personas que desean llevar una vida llena de satisfaccion y oportunidades. Pero, por el contrario, tambien hay otras personas que no desean curarse totalmente, que se contentarian con mejorar su salud lo justo para evitar males mayores. Sanar la enfermedad, mejorar lo minimo, tener la salud justa para pasar el dia con una cierta dignidad. El autor respeta lo que cada uno elija, pero tampoco desea que lo entretengan a si mismo demasiado en su proyecto de vida saludable. Lea este libro. Es algo mas que una propuesta puntual. Forma parte de un proyecto global y ambicioso acerca de como puede ser una vida digna de ser vivida. Esta obra es una gota de miel destilada a lo largo de muchas horas de trabajo en consulta con sus pacientes y de formacion con los alumnos que acuden a sus cursos de Regenera, la institucion de la que es cofundador y en la que imparte su formacion de psiconeuroinmunologia clinica. BERNARDO ORTIN PEREZ Doctor en Filosofia y Ciencias de la Educacion La Eliana (Valencia), a 4 de febrero de 2020 Introduccion Estas a punto de iniciar un viaje. Es como si fueras a visitar un castillo, un plato de television o una fabrica de cervezas, para conocer y descubrir que es lo que alli sucede cada dia. Pues este libro es una guia de lo que sucede en tu cuerpo. Vas a conocer a tus bacterias y vas a darte cuenta de que tu relacion con ellas determina tu vida fisica, psicologica y emocional. Este libro es como un portal, cuando lo atraviesas no hay vuelta atras. ?Te acuerdas de la frase de Cesar despues de cruzar el Rubicon? El dijo: -Alea jacta est (la suerte esta echada). En aquel momento, los generales romanos tenian prohibido acercarse a la ciudad con su ejercito y el limite estaba en el rio Rubicon. De alli no podian pasar; solo podian entrar con una guardia de tres o cuatro soldados. Pero Cesar lo cruzo con su ejercito y eso marco un antes y un despues en la historia del Imperio romano. Pues tu ahora mismo estas a punto de cruzar tu Rubicon. Lo que hagas con el sera cosa tuya. Pero tengo que advertirte de algo: la via del conocimiento no es reversible; no puedes fingir que no sabes lo que sabes. Con lo cual, una vez que finalices el libro, sabras exactamente que sucede en tu cuerpo cuando comes determinadas sustancias, cual es la relacion entre tu sistema digestivo y tu cerebro y en que medida tu puedes hacer algo, !o mucho!, por tu salud. Conoceras a unas senoras bacterias, poderosas ellas, de distintas familias, que habitan en ti y aprenderas la importancia de llevarte bien con ellas. Si tuviera que quedarme con una de las conclusiones basicas del libro, creo que seria: no molestes a tus bacterias. No lo hagas, porque son muy delicadas y te van a joder la vida si lo haces. No es por venganza, no es por maldad, pero, si enfadas a tus bacterias, ellas van a producirte inflamacion, y esa no es la mejor forma de vivir. Vas a descubrir un monton de cosas en esta guia paso a paso explicadas de forma amena para que pueda entenderlo cualquier persona que sepa leer. Te daras cuenta de que tu cerebro es egoista, que quizas tu vida este mas escrita de lo que pensabas, que incluso tu energia lleva su contabilidad y que no te permite excesos cuando dice !basta! Vas a descubrir un hotel fabuloso, que es tu sistema neuroendocrino. Y vas a llegar a la conclusion de que, aunque creas que hay cosas que no se pueden cambiar, quedan resquicios de esperanza: hay un monton de cosas que aun puedes hacer. No hace falta un master en nada para poder seguir este libro. Y, ademas, me propuse que el trayecto fuera divertido, y creo que lo he conseguido. Fijate, es un tres en uno: aprendes, te diviertes y mejoras tu salud. Pero, eso si, todo lo que yo te diga, todo lo que descubras, no va a servirte de nada si no modificas tus habitos. Y te voy a contar algo mas. No vamos a tirar de fuerza de voluntad; vamos a tirar de motivacion. Cuando entiendes lo que sucede en tu cuerpo al vivir de determinadas formas y las consecuencias nefastas que eso tiene para ti, te va a resultar mucho mas facil modificar ciertos aspectos. Al final vas a descubrir que la microbiota esta presente como hilo conductor a lo largo de toda tu existencia. Si ingieres porquerias, la estaras afectando, pero, si llevas una vida de desorden y estres, tus bacterias tambien se resienten, y van a inflamarte y a estropear tu salud. Vas a descubrir que la salud es un poligono de muchos lados y que, al incidir en cualquiera de ellos, puedes mejorarla o empeorarla. Lo vamos a ir viendo a lo largo de todo el libro. Si te va la aventura, adentrate en esas paginas. Te deseo una travesia feliz. Calzate las botas que vamos al barro. Tu vida esta a punto de pasar al otro lado. Y te garantizo que no es el lado oscuro, sino todo lo contrario.

  • Imperfecta rara avis, M. C. Gomez de M. C. Gomez

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    Para Daniela, su existencia consiste en trabajar incansablemente, por ello olvida cosas tan importantes en la vida de una persona como la amistad y el amor, hasta que conoce a Carlos Claiser, su nuevo jefe, y poco tiempo despues este le pide que se case con el.
    Pero el destino es incierto y a veces traicionero, Daniela comienza a tener dudas, se siente desbordada y en su afan de escapar de si misma experimenta ausencias que borran periodos de tiempo de su dia a dia. Es entonces cuando sin saber como ha llegado, aparece en un curioso lugar, El Cafe Canalla; local regentado por Jupiter, un hombre carismatico que desde un primer momento causa en Daniela sentimientos contradictorios.
    Desde ese mismo instante la vida de Daniela se transforma radicalmente, los acontecimientos se precipitan y no puede quitarse de la cabeza a Jupiter.
    Todo seria perfecto, como a ella le gusta hacer las cosas, si no fuera por lo que el destino tiene preparado para ella.
    Daniela aprendera a valorar muchos aspectos olvidados en su vida, y las circunstancias pondran en tela de juicio su cordura, ?verdad?, ?mentira?

  • Sin titulo y otros cuentos de Theo Pollak

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    Sin Titulo y otros cuentos, es un conjunto de relatos interconectados con un cierre final que te pone los pelos de punta. Se destacan el conocido cuento : “Explicacion cientifica de como Gregorio Samsa se convirtio en un terrible insecto” como la hilarante “Monografia de Leonardo”, ganador de varios concursos de cuentos. Ademas, podemos ver el relato “Alibaba”, Construccion linguistica intraducible , que podriamos bien hermanar a las iniciativas del grupo Oulipo, del cual sus epigonos Georges Perec y Raymond Queneau, son muy queridos por el autor. Pero tambien se podra revisar el espeluznante relato : “El asesinato de la chica Telcel” que refleja hechos del Mexico del ultimo tiempo. Una realidad amenazadora que marca una reflexion sobre la violencia y los terribles hechos de la vida cotidiana en este pais . Por otro lado, veran un protagonista inmaterial que trasunta cada historia : la ciudad de Berkeley, California. Y si parafraseamos a un personaje del autor : “Y Berkeley que tiene que ver ?”. Todo.

  • La favorita de Kiera Cass

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    Me subi un poco los tirantes del vestido, para cubrirme los hombros. Carter estaba callado; su silencio me provocaba mas escalofrios que la falta de calefaccion en las celdas de palacio. Habia sido horrible oir sus grunidos de dolor mientras los guardias le golpeaban una y otra vez, pero al menos entonces sabia que respiraba. Estremecida, encogi las piernas y acerque las rodillas al pecho. Otra lagrima me cayo por la mejilla, y lo agradeci, aunque solo fuera por la calidez del liquido sobre la piel. Lo sabiamos. Sabiamos que podia acabar asi. Y, aun asi, nos habiamos visto. Era inevitable. Me pregunte como moririamos. ?Ahorcados? ?De un tiro? ?O quizas algo mucho mas elaborado y doloroso? No pude evitar desear que el silencio de Carter significara que ya habia muerto. O, por lo menos, que fuera el quien muriera primero. Antes que permitir que su ultimo recuerdo fuera mi muerte, preferiria que fuera su fallecimiento lo ultimo que recordara yo. En aquel mismo momento, solos, en aquella celda, lo unico que deseaba era que cesara su dolor. Algo se movio en el pasillo, y el corazon se me acelero. ?Habia llegado el momento? ?Era el fin? Cerre los ojos, intentando contener las lagrimas. ?Como habia ocurrido todo? ?Como habia pasado de ser una de las candidatas mas queridas de la Seleccion a la sentencia por traicion, a estar alli encerrada, a la espera de mi castigo? Oh, Carter... Carter, ?que hemos hecho? No me tenia por una persona vanidosa. Aun asi, casi cada dia, despues del desayuno, sentia la necesidad de volver a mi habitacion y retocarme el maquillaje antes de dirigirme a la Sala de las Mujeres. Sabia que era una tonteria: Maxon ni siquiera me veria hasta la noche. Y para entonces, por supuesto, ya me habria maquillado de nuevo y habria cambiado de vestido. Tampoco es que tuviera mucho efecto lo que yo pudiera hacer. Maxon se mostraba educado y agradable, pero no me parecia que hubiera entre nosotros una conexion como la que tenia con otras chicas. ?Que tenia yo de malo? Aunque sin duda me lo estaba pasando muy bien en el palacio, tenia la sensacion de que habia algo mas, algo que las otras chicas entendian --bueno, al menos algunas de ellas-- y yo no. Antes de entrar en la Seleccion, me tenia por una chica divertida, guapa y lista. Pero ahora que me encontraba en medio de un punado de chicas cuya mision diaria era la de impresionar a un solo chico, me sentia poca cosa, aburrida e insignificante. Me daba cuenta de que habria tenido que hacer mas caso a mis amigas de casa, que parecian tener prisa por encontrar marido y formar un hogar. Se habian pasado la vida hablando de vestidos, del maquillaje y de los chicos, mientras yo prestaba mas atencion a lo que me ensenaban mis tutores. Tenia la sensacion de haberme perdido alguna clase importante, y ahora me sentia rezagada. No. Era cuestion de no dejar de intentarlo, nada mas. Habia memorizado hasta el ultimo detalle de la clase de historia que nos habia dado Silvia unos dias antes. Incluso habia puesto por escrito algunos conceptos para tenerlos a mano por si se me olvidaba algo. Queria que Maxon pensara que era una chica lista y completa. Tambien queria que pensara que era guapa, asi que tenia la sensacion de que aquellos viajes a mi habitacion eran absolutamente necesarios. ?Como lo haria la reina Amberly? Ella estaba esplendida en todo momento, sin hacer ningun esfuerzo aparente para conseguirlo. Me detuve un momento en las escaleras para mirarme el zapato. Parecia que uno de los tacones se me habia enganchado en la alfombra. No vi nada, asi que segui adelante, impaciente por llegar a la Sala de las Mujeres. Al llegar a la planta baja me eche el cabello atras por encima del hombro y pense si lo que estaba haciendo no tendria un sentido mas profundo. La verdad es que queria ganar. No habia pasado mucho tiempo con Maxon, pero parecia amable, divertido y... --!Ahhh! --El tacon se me engancho con el borde de un escalon y cai aparatosamente sobre el suelo de marmol--. !Auch! --!Senorita! --Levante la vista y vi a un guardia que se acercaba a la carrera--. ?Se encuentra bien? --Estoy bien. No ha sido nada. Solo el golpe... !Y el ridiculo! --No se como pueden caminar con esos zapatos. Es un milagro que no tengan todas algun tobillo roto. Me ofrecio la mano, y se me escapo una risita. --Gracias --dije, echandome el cabello atras y alisandome el vestido. --A su disposicion. ?Esta segura de que no se ha hecho dano? --dijo, mirandome algo nervioso, por si tenia algun corte o magulladura. --Me duele un poco la cadera por el golpe, pero, por lo demas, estoy perfectamente --dije, y era cierto. --Quiza deberia llevarla a la enfermeria, para asegurarnos. --No, de verdad --insisti--. Estoy bien. El suspiro. --?No le importaria hacerme un favor e ir de todos modos? Si estuviera herida y yo no hubiera hecho nada para ayudar, me sentiria fatal. --Me miro con unos ojos azules que resultaban terriblemente convincentes--. Y apuesto a que el principe querria que fuera. Seguramente en aquello tenia razon. --De acuerdo --accedi--. Ire. El sonrio, torciendo minimamente los labios. --Muy bien --dijo, y me cogio en sus brazos. Me quede sin aliento de la sorpresa. --No creo que esto sea necesario --proteste. --No importa --dijo el, y se puso a caminar, asi que ya no podia bajar. --Corrijame si me equivoco, pero usted es la senorita Marlee, ?verdad? --Asi es. No dejaba de sonreir, y yo no pude evitar sonreirle a el. --He estado estudiando los nombres de todas para no equivocarme. Lo cierto es que no creo que fuera el mejor en la instruccion, y no tengo ni idea de como he acabado destinado en palacio. Pero quiero asegurarme de que no se arrepientan de esa decision, asi que al menos intento aprenderme los nombres. De este modo, si alguien necesita algo, sabre de quien estan hablando. Me gustaba su forma de hablar. Era como si contara una historia, aunque solo estuviera hablandome de si mismo. Tenia la voz ligera y se le animaba el rostro al hablar. --Bueno, ya has cumplido con tu deber holgadamente --dije yo, para animarle--. Y no seas tan duro contigo mismo. Estoy seguro de que harias una instruccion excelente, si te destinaron aqui. Tus jefes debieron de ver un gran potencial en ti. --Es usted demasiado amable. ?Quiere recordarme de donde es? --De Kent. --Oh, yo soy de Allens. --?De verdad? Allens estaba justo al este de Kent, al norte de Carolina. En cierto modo, eramos vecinos. --Si, senorita --dijo, asintiendo sin dejar de caminar--. Esta es la primera vez que salgo de mi provincia. Bueno, la segunda, contando la instruccion. --Igual que yo. Me cuesta un poco acostumbrarme al clima. --!A mi tambien! No veo la hora de que llegue el otono, pero no estoy seguro siquiera de que aqui haya otono. --Ya te entiendo. El verano esta muy bien, pero no si dura eternamente. --Exacto --dijo, convencido--. ?Se imagina lo rara que sera la Navidad? --No puede ser lo mismo, sin nieve --respondi yo, con un suspiro. Y estaba convencida de ello. Sonaba con el invierno todo el ano. Era mi estacion favorita. --Desde luego que no --dijo el. No sabia muy bien por que sonreia tanto. Quiza fuera porque la conversacion me resultaba muy natural. Nunca me habia sido facil hablar con un chico. Lo cierto era que no tenia mucha practica, pero era agradable pensar que quiza no fuera tan dificil como pensaba. Al acercarnos a la entrada del hospital freno el paso. --?Te importaria dejarme en el suelo? --le dije--. No quiero que piensen que me he roto una pierna, o algo asi. --En absoluto --contesto el, sonriendo y chasqueando la lengua. Me dejo en el suelo y me abrio la puerta. En el interior habia una enfermera sentada ante una mesa. El guardia hablo por mi: --Lady Marlee se ha caido en el vestibulo y se ha dado un pequeno golpe. Quiza no sea nada, pero queriamos estar seguros. La enfermera se puso en pie, aparentemente contenta de tener algo que hacer. --Oh, Lady Marlee, espero que no sea gran cosa. --No, solo me duele un poco aqui --dije yo, tocandome la cadera. --Le echare un vistazo enseguida. Muchas gracias, guardia. Ya puede volver a su puesto. El guardia saludo agachando la cabeza y se dispuso a marcharse. Justo antes de que la puerta se cerrara, me guino el ojo y me sonrio, y yo me quede alli, sonriendo como una idiota. Las voces del pasillo aumentaron de volumen y me devolvieron al presente: oi los saludos de los guardias solapandose unos a otros, todos diciendo una unica palabra: <>. Maxon estaba ahi. Me levante corriendo y me asome al ventanuco de mi celda justo a tiempo para ver como abrian la puerta de la celda del otro lado del pasillo --la de Carter-- y Maxon entraba, escoltado por otros guardias. Hice un esfuerzo por oir lo que se decia, pero no pude descifrar ni una palabra. Tambien oi algun debil murmullo de respuesta, y supe que era de Carter. Estaba despierto. Y vivo. Suspire y me estremeci al mismo tiempo, y luego volvi a recolocarme los tirantes de tul sobre los hombros. Al cabo de unos minutos, la puerta de la celda de Carter se abrio de nuevo; vi que Maxon se acercaba a mi celda. Los guardias le dejaron entrar y la puerta se cerro tras el. Me miro y se quedo sin aliento. --!Dios Santo! ?Que te han hecho? --dijo, acercandose y desabrochandose la chaqueta al mismo tiempo. --Maxon, lo siento mucho --dije, entre lagrimas. El se quito la chaqueta y me envolvio con ella. --?Te han roto el vestido los guardias? ?Te han hecho dano? --Yo no queria traicionarte. Nunca quise hacerte ningun dano. El levanto las manos y me cogio las mejillas. --Marlee, escuchame. ?Te han pegado los guardias? Negue con la cabeza. --Uno de ellos me arranco las alas del disfraz al empujarme para que entrara en la celda, pero no me han hecho nada mas. Suspiro, evidentemente aliviado. Que buen hombre que era, aun preocupandose por mi bienestar, incluso despues de haber descubierto lo mio con Carter. --Lo siento muchisimo --susurre otra vez. Las manos de Maxon se posaron en mis hombros. --Ahora empiezo a darme cuenta de lo inutil que es resistirse cuando se esta enamorado. Desde luego no te culpo por ello --dijo. Yo le mire y vi la bondad en sus ojos. --Intentamos parar. Te lo prometo. Pero le amo. Me casaria con el manana mismo... si aun siguieramos con vida. Deje caer la cabeza, sollozando incontroladamente. Habria querido comportarme como una dama, aceptar mi castigo con elegancia. Pero me parecia tan injusto... Era como si me lo quitaran todo antes incluso de tener ocasion de disfrutarlo. Maxon me froto la espalda con suavidad. --No vais a morir. Le mire, incredula. --?Que? --No habeis sido sentenciados a muerte. Suspire con fuerza y lo abrace. --!Gracias, gracias! !Muchisimas gracias! !Es mas de lo que nos merecemos! --!Para, para! --dijo, tirandome de los brazos. Di un paso atras, avergonzada por haber reaccionado de un modo tan inapropiado despues de todo lo que habia pasado. --No habeis sido sentenciados a muerte --repitio--, pero, aun asi, se os va a castigar. --Miro al suelo y meneo la cabeza--. Lo siento, Marlee, pero manana os van a azotar en publico --dijo. Parecia que le costaba mirarme a los ojos; si no supiera que aquello era imposible, habria pensado que entendia nuestro dolor--. Lo siento. He intentado evitarlo, pero mi padre insiste en que hay que mantener las apariencias; y como ya han circulado imagenes vuestras por ahi, no puedo hacer nada para hacerle cambiar de opinion. Me aclare la garganta. --?Cuantas veces? --Quince. Creo que la intencion es ser mucho mas duros con Carter que contigo, pero, en cualquier caso, va a ser increiblemente doloroso. Se que hay gente que incluso pierde el conocimiento. Lo siento muchisimo, Marlee. Parecia decepcionado consigo mismo. Yo, en cambio, no podia pensar en nada mas que en su bondad. Levante la cabeza, intentando mostrarme segura de que podria superarlo. --?Vienes a decirme que me devuelves la vida y la del hombre que quiero, y te disculpas? Maxon, no he estado mas agradecida en mi vida. --Van a convertiros en Ochos --dijo--. Todo el mundo lo vera. --Pero Carter y yo estaremos juntos, ?verdad? Asintio. --Entonces, ?que mas puedo pedir? Soportare los azotes, si ese es el precio. Aceptaria tambien los suyos, si fuera posible. Maxon esbozo una sonrisa triste. --Carter me ha suplicado, literalmente, que le dieran a el los tuyos. --No me sorprende --dije, sonriendo yo tambien, mientras los ojos se me llenaban de nuevo de lagrimas, esta vez de felicidad. Maxon meneo la cabeza de nuevo. --Y yo que pensaba que empezaba a entender lo que es estar enamorado, y de pronto os veo a vosotros dos, que quereis asumir el uno el dolor del otro, y me pregunto si he entendido algo. Me cubri mejor con su chaqueta. --Si que lo has entendido. Se que lo has entendido --dije, mirandole a los ojos--. Ella, por otra parte..., puede que necesite tiempo. Esbozo una sonrisa. --Va a echarte de menos. Solia animarme para que saliera mas a tu encuentro. --Solo una amiga de verdad renunciaria a ser princesa en favor de otra persona. Pero yo no estaba hecha para ti, ni para la corona. Ya he encontrado a la persona ideal para mi. --Una vez me dijo algo que nunca olvidare --recordo el, hablando lentamente--: <>. --Tenia razon --dije yo, pasando la mirada por la celda, y nos quedamos en silencio unos momentos--. Tengo miedo. Me abrazo. --Acabara enseguida. Los momentos previos seran lo peor, pero procura pensar en otra cosa mientras hablan. Y yo intentare conseguirte las mejores medicinas, las que usan conmigo, para que te cures mas rapido. Me eche a llorar, abrumada por el miedo, el agradecimiento y mil sensaciones mas. --De momento, intenta dormir todo lo que puedas. Le he dicho a Carter que descanse tambien todo lo que pueda. Eso os ayudara. Asenti, con la cabeza aun apoyada en su hombro, y el me abrazo con fuerza. --?Que ha dicho? ?Esta bien? --Le han golpeado, pero, de momento, esta bien. Me ha pedido que te diga que te quiere y que hagas lo que yo te diga. Suspire, reconfortada por sus palabras. --Siempre estare en deuda contigo. Maxon no respondio. Simplemente me abrazo, hasta que estuve mas tranquila. Por fin me beso en la frente y se giro para marcharse. --Adios --susurre. El me sonrio y dio dos golpes en la puerta. Un guardia le abrio y le acompano a la salida. Yo volvi a mi lugar junto a la pared y encogi las piernas bajo el vestido, usando la chaqueta de Maxon como manta improvisada. Y me deje llevar de nuevo por mis recuerdos...

  • Operacion espejo de Valeria Caceres B.

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    A Vanesa la conoci en un bar. Y nuestra historia empezo como toda historia de bar. Ella estaba sentada en un taburete mirando su reloj. Y yo estaba mas pendiente de su escote que de sus ojos. En fin, ?a quien iba a enganar? Siempre fui un Don Juan. Le invite una copa. Queria llevarmela a la cama. ?Quien no? Acepto un poco temerosa, pero su sonrisa me dio pie para entablar una conversacion banal. ?Por que estas aqui tan sola? ?Vienes muy seguido? Nunca te habia visto. Resulto que estaba esperando a alguien. Un tipo que se robo la atencion de todas las mujeres que se encontro a su paso y que le dio un sonoro beso en los labios. De forma posesiva. --Llegas tarde --le dijo ella con la vista baja. Deje de mirarlos para fijarme en los tragos ordenados que habia detras del bar. Vodka. Whisky. Pisco. Tequila. Ron. El barman me conocia, asi que no tardo en llenar mi copa del mejor Vodka. Mientras me lo bebia, la pareja desaparecio. Iban a los gritos. Recriminandose cualquier cosa. Otra noche paso lo mismo. Me la encontre alli mirando su reloj. Y me atrevi sin ninguna pretension a hablarle. Hay cosas que se deben hacer con calma, de manera estudiada. Claramente falle. --No se para que te vienes antes si sabes que siempre llega tarde. --Bebi de mi copa atento a su reaccion. Me miro con el ceno fruncido y despues suavizo el gesto cuando se encogio de hombros. --Supongo que porque lo amo. Me rei internamente. Amor. Que absurda era esa palabra. --!Luis! --llame al camarero--. Sirve dos copas de Vodka. --No, gracias. Estoy bien --respondio ella con voz dulce. --Es para que la espera no se te haga tan larga. Se quedo callada, mirandome. Y en su mirada no pude evitar escuchar su grito de auxilio. --Vamonos --le dije levantandome del taburete y tomandole la mano--. Vamonos de aqui antes de que el llegue. No dijo nada. Fue como llevar conmigo a una muneca de trapo que se dejaba guiar por mi. La subi a mi auto y lo puse en marcha hasta un edificio que habia sido casi como un Motel. Rente un departamento y ella siguio aferrada a mi mano. Complementando lo que no sabia que me faltaba. Ella. No preste atencion a aquello, sino mas bien me dedique a desnudarla. Y cerre los ojos. Los cerre porque no queria verla y saber que no estaba haciendo lo correcto. Que ella no estaba alli por sexo sino por algo mas. Necesitaba ser escuchada, pero yo no queria hacerlo. La use. La use como a cualquier mujer. Sabiendo que era fragil. Que estaba vulnerable. Ella se dejo guiar. Y poco a poco el deseo se apodero tambien de ella. Me quito la camisa y le ayude a desprenderse de su sujetador. Estabamos tan jodidamente excitados que no recuerdo muy bien como terminamos gimiendo apoyados en una pared. Y despues en el suelo. Y en la cama. --Vanesa --murmuro sobre mis labios--. Mi nombre es Vanesa. No queria saber mas de lo que ya sabia. Asi que volvi a besarla, inmovilizando su rostro con mis manos y, entre cuatro paredes, le hice… el amor. Dos horas despues estaba dormida sobre mi pecho y en la mesa de noche vibraba sin cesar su telefono. Podia ver el nombre de quien la llamaba: Daniel. Asi se llamaba el cobarde. Descubri tambien, gracias a mi tacto, que en sus brazos tenia marcas de dedos grandes. Y no eran producto de una noche apasionada. No. No queria despertar con ella, asi que le deje sobre la mesa un monton de billetes para que se fuera en taxi a casa y una nota en donde le sugeria que dejara al imbecil de Daniel. Me fui. Me fui con un vacio que jamas habia sentido. Vanesa pudo ser cualquier otra chica de bar; una de las miles que tuve. Pero no. Vanesa tenia unos ojos que jamas podria olvidar. Y, hasta el dia de hoy, me pregunto si Vanesa seguira frecuentando aquel bar con la absurda idea de que espera por amor a que llegue su principe azul. Yo no soy un principe. Y nunca he sido azul. Mas bien soy oscuro. Demasiado oscuro para Vanesa. Mucho mas oscuro que Daniel. II Vanesa Abro los ojos con dificultad. No lograba reconocer donde estaba y, por un instante, creo que quien ha ocupado el otro lado de la cama es Daniel. De pronto una oleada de terror se apodera de mi y no puedo reprimir las ganas de vomitar. ?Que he hecho? Corro al bano para vaciar mi estomago. No estoy borracha ni con resaca. Bebi solo una copa. Pero estoy nerviosa. De pronto las imagenes de la noche anterior me invaden por completo. !?Que hice?! Me repito una y otra vez. Cuando por fin me recupero, me miro al espejo. Esa no soy yo. No puedo ser yo. Descubro el brillo inusual en mis ojos. Hay lujuria. Es como si mi cuerpo hubiese cambiado totalmente durante la noche. Me siento mujer. Y asqueada. Daniel no me lo perdonaria jamas. Y, por solo haberlo hecho esperar, me iba a… Trago el ovillo de nervios que se ha instalado en mi garganta y me largo a llorar. Me siento indefensa. Desprotegida. <>. Esa mano que me condujo hasta aca me hizo sentir protegida. Solo un instante. Despues… Despues todo se descontrolo. Lo habia visto antes. Una vez. Habia intercambiado no mas de diez palabras… !y me fui con el! <>, digo muy bajito mientras salgo del bano y observo la cama deshecha. Mi ropa esta esparcida por todo el piso. Mi celular descansa en la mesa de noche y, junto a el, una nota. La tomo entre mis dedos con un temblor que adjudico a mi perturbacion. <>. Ni lo habia notado. Pero ahi esta. Es mucho. Demasiado. Sigo leyendo. <> ?Como supo el nombre de mi novio? !Mi telefono! Dejo de leer la nota y enciendo la pantalla de mi celular. Cuarenta y cinco llamadas perdidas. Y al menos veinte mensajes de voz. Me siento en la cama con indecision. Y es alli, sentada, que me doy cuenta de que aun sostengo la nota en mi mano. Entonces leo lo ultimo que escribio. <>. ?Quien se cree? Dejo caer la nota y me cubro el rostro con ambas manos. Vuelvo a sentir nauseas. Abro los ojos de pronto. ?Se cuido? Busco por todos lados algun indicio de aquello. Dos envoltorios de preservativos me devuelven un poco el alma. Salgo de alli intentando ocultar mi verguenza y prohibiendome recordar lo vivido la noche anterior. No se ni el nombre de aquel hombre. Podia ser un violador o un asesino. Pero no pense. Aun no comprendia por que me habia dejado llevar por el. <>, me susurra esa voz que, aunque se esta volviendo cada vez mas muda, aun sigue dentro de mi. Daniel… Daniel era el hombre mas guapo con el que habia salido. El me amaba. El queria casarse conmigo. El queria que yo fuera la madre de sus hijos. <>, susurra otra vez aquella voz. Pero me digo que tal vez es mi culpa. Muchas veces lo hago enojar. Y, lo que habia hecho anoche, lo iba a hacer enojar mucho. Muchisimo. De forma automatica me abrazo. Me abrazo porque iba a necesitar un abrazo despues de que me presentara en su puerta. No quise escuchar los mensajes de voz. Se muy bien lo que decian. El primero tendria un tono de voz carinoso y conciliador. <>. Despues vendria su desesperacion. <>. Y, finalmente, vendrian sus amenazas. <>.

  • Nuestras riquezas de Kaouther Adimi

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    En 1935, Edmond Charlot, un joven de veinte anos, regresa a Argel desde Paris con la idea de fundar una libreria y una editorial. Su minuscula libreria, que bautiza como Las Verdaderas Riquezas, se convierte en lugar de encuentro de aspirantes a escritores y de figuras como Antoine de Saint-Exupery y Andre Gide. Alli publica tambien el primer texto de un autor desconocido: Albert Camus. Pero Charlot ignora que dedicar la vida a los libros no le eximira de verse zarandeado por los infortunios de la historia: en visperas de la segunda guerra mundial, una revuelta esta a punto de estallar en Argelia.

  • Stripteacher de Lisa Aidan

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    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • El pequeno libro de Bob de James Bowen

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    <>.

  • El asesino indeleble de Marcos Nieto

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    Las luces de mi Mustang iluminaban la noche y el inicio de esos bosques que, a nuestro avance, semejaban horadarse. Penetraba en la oscuridad guiado por la linea de alquitran que el hombre habia posado alli, entre los troncos. Between Forests no era mas que un pueblucho de mala muerte, un cumulo de almas insertado en las entranas de una marea de pinos. La mina de carbon mas importante del condado se encontraba en aquel enclave dejado de la mano de Dios. Sin el oscuro mineral, Between Forests no era nada. --No lo entiendo --murmuro mi companero encendiendose un cigarro a la vez que se acomodaba en el asiento--. Han encontrado al muchacho alli mismo, empapado en su sangre. !Para que mierda nos quieren! --No lo se --admiti frotandome las sienes--. La llamada me ha pillado con diez latas de cerveza de compania, vacias... Ni el agua helada ha conseguido centrarme. --Mi voz carecia de fuerza alguna--. Supongo que habran detectado algo extrano. --Esto me da mala espina. --?Por que? --Por nada en especial. Un simple presentimiento. --Hay que tener cuidado con ellos... --divague en voz alta sufriendo la incesante fuerza que el sueno proferia en mis parpados. Solo el dolor de mi testa evitaba su descenso--. Si se interpretan bien, pueden contener indicios del porvenir. Si miras con recelo al futuro, quiza este te revele alguno de sus misterios. <>. --Debes dejar de leer tantos libros sobre parapsicologia y esos rollos, en serio. --Si... --suspire sonriendo, sintiendome muy cansado. Necesitaba un cafe, y pronto. --?Te duele? --pregunto Dan tocandose con el dedo indice la sien izquierda. --Sabes que si. Aparque en una de las pocas gasolineras que se encontraban en el trayecto. El coche no requeria repostar; yo si. --Dos cafes dobles, por favor --pedi al dependiente: un hombre obeso de barba prominente--. Y por favor, dejeme echarle un poco de ese licor que guarda usted por ahi... Le guine el ojo. El calor atestaba la atmosfera, la condensaba haciendola densa, pesada, desagradable de habitar. Una mosca zumbo posandose en la frente humeda del dependiente; la ahuyento con un rapido gesto de su mano. --?Me has oido? <>. --Aqui no servimos bebidas alcoholicas --apunto aparentando estar azotado por una somnolencia persistente. --Yo creo que si... El gran hombre desplazo levemente su brazo, muy despacio. --Muevete un milimetro mas y te vuelo la cabeza. --Desabroche la chaqueta de mi traje negro de Armani dejando entrever mi placa al costado de una Beretta 92. Quedo petrificado ante mi. Su cuerpo aguanto inclinado unos segundos, aparentando un mimo muy poco profesional. --Vamos a ser buenos... o vamos a ser malos, ?eh? Echale whisky al cafe y deja de mirar el arma que guardas bajo el mostrador. Mi companero Dan, de pie, observaba la escena bajo la camara de seguridad que habia revestido con un panuelo. El dependiente senalo una taquilla a su espalda. --?Puedo? --Claro. Pero no hagas tonterias. Giro su cuerpo pausado, y extrajo una botella de Jack Daniel's del armario metalico. --Asi me gusta... --asenti mientras el whisky rebosaba los dos vasos de papel. Tire sobre el mostrador un billete de cincuenta--. Quedate con el cambio --dije mirando fijamente a los ojos del dependiente, sorbiendo el aderezado cafe. Me dirigi hacia la salida, y justo cuando a punto estaba de alcanzarla, gire mi cuerpo dirigiendome de nuevo al gran hombre barbudo. Clave mis ojos en los suyos, entregandome estos el desapruebo y la decepcion. Estaba cansado de las pupilas que no aprobaban mis metodos, que pensaban que un agente de la ley debia ser justo, un angel guerrero, un salvador. Y eso era justamente lo que yo era; aunque muchos no quisieran verlo. El arcangel contra el mal, el batallador de demonios de carne y hueso: Jeff Sanders. Tenia derecho a tomarme las licencias que creyera oportunas, las concesiones necesarias para alcanzar mi meta, pues no luchaba contra un enemigo cualquiera. Si batallas limpio contra un tramposo, si peleas cinendote a las normas contra alguien que no las sigue... La ley estaba podrida, maniatada por los intereses y el poder. La justicia no deberia excluir a nadie, pues entonces, no es justicia..., y yo habia visto muchas injusticias. No luchare en desventaja contra el mas temido de los contrincantes: el mal. <>. --?Sabes a que me dedico? --pregunte en la distancia. Nego con la cabeza. --?Tienes hijos? ?Esposa? --Mujer y dos hijas --contesto con voz entrecortada. --Pues si algun dia encuentran a alguna de ellas tirada en un escapado, asesinada, violada o mutilada..., si ese dia estas de suerte, si ese dia has sido bendecido por lo divino, sere yo quien busque al hijo de puta que te ha arruinado la vida. Asi que quiza volvamos a vernos, y ese dia, miraras mis ojos con unos bien distintos a los que miran ahora. --A veces eres un poco egocentrico --dijo Dan sonriendo, una vez los dos, de nuevo, dirigiamos nuestros cuerpos a la escena de ese crimen que a la postre, seria el mas complejo de nuestras vidas. --El mundo deberia besar el suelo por el que andamos --dije sorbiendo el cafe--. Lo que vamos a ver hoy no puede remunerarse con nada. --Ser tu companero es vivir en una completa atmosfera festiva --expuso Dan esgrimiendo un gesto de placer, mofandose de mi--. Voy a explotar de tanta armonia. Dan me conocia bien, sabia que no era recomendable tocarme los huevos cuando tenia el dia torcido, que era casi siempre. El era el unico al que le permitia esas licencias… Pero tambien sabia que en mi no existia maldad alguna: solo el tormento de una vida injusta. --Ese gordo sudoroso vive en un mundo muy distinto al nuestro. No puedes odiarle por ser feliz --profirio dandome un par de palmadas en el hombro--. No puedes estar cabreado con el mundo eternamente. <>. <>. --Por aqui, por aqui... a la derecha. El dedo de mi companero senalo un pequeno indicador que brillo al girar nuestro vehiculo. Nos adentramos en un camino terroso, estrecho, constrenido por troncos, velado por una oscuridad cerrada. Avanzamos apenas medio kilometro cuando los ojos de mi Mustang revelaron los vehiculos que suelen preceder la escena de un crimen. --Aqui, para --demando Dan. --No veo los vehiculos del equipo forense. Creo que hemos llegado en el momento justo. Espero que el Sheriff sea un tipo competente. ?Recuerdas a aquel idiota? --dije chasqueando los dedos-- Si, joder... ese inutil de mierda... Ahora no recuerdo su nombre. --?El sheriff Robson? --!Eso, Robson! Limpio el cadaver porque decia que la chica le daba pena. --Exhale una carcajada que mas bien fue un lamento quejumbroso--. Por su incompetencia, un caso sencillo estuvo a punto de no resolverse. --Como iba a olvidarme de ese retardado... ?Cuanto hace de aquello? --Al menos cinco anos. Fue nuestro tercer caso juntos, creo. --!Y te he aguantado tanto tiempo! --Dan se echo las manos a la cabeza--. Deberian condecorarme por eso. No entiendo como he soportado tu compania. --Pues es muy sencillo: soy adorable. --Gracias por recordarmelo. No se como cojones ha podido olvidarseme ese importante dato... Aparque mientras Dan cogia la radio y sintonizaba la frecuencia del Sheriff. --?Sheriff Collins? --dijo pegando la boca al altavoz--. Detectives Dan Patterson y Jeff Sanders al habla. --Aqui Collins. La radio distorsiono. --Nos acercamos. --Bien, prosigan. Tengan cuidado, el lugar es de acceso complicado. --De acuerdo. Salimos del vehiculo y nos dirigimos a su parte trasera, sacando un par de linternas del maletero. --?Competente o incompetente? --pregunte a la vez que Dan apagaba y encendia la suya comprobando su correcto funcionamiento--. Las cervezas de esta noche a que esta acojonado.

  • Te vere esta noche de Susana Rodriguez Lezaun

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    Una desaparicion. Una persecucion. En la guerra todos pierden.

  • Amor entre cenizas de Reyes Ramirez

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    Una historia de amor que te sorprendera. El debate entre el corazon y la razon. Una joven judia y un oficial nazi. La Segunda Guerra Mundial. ?Podra el amor sobreponerse al drama de un campo de concentracion? Amor, erotismo, deseo, aventura, sentimientos, …

  • Sur de Antonio Soler

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    En el amanecer de un dia torrido de agosto de 2016, en uno de los descampados de la ciudad de Malaga, aparece el cuerpo de un hombre moribundo cubierto de hormigas. Este hecho marginal de la cronica de sucesos da origen a la narracion del dia de una ciudad y su abigarrada realidad: policias y delincuentes, adolescentes y jubilados, sacerdotes y musicos ambulantes, medicos y reporteros, escritores y asesinos, drogadictos y chamarileros, misticos y supervivientes, camareros y constructores, vivos y muertos. En la gran tradicion de las novelas que ocurren en un solo dia, como Ulises, de James Joyce, Mrs. Dalloway, de Virginia Woolf o Bajo el volcan, de Malcolm Lowry; y de las novelas que se centran en el desarrollo de la vida de una ciudad, como Manhattan Transfer de John Dos Passos, Berlin Alexanderplatz de Alfred Doblin o Petersburgo de Andrey Biely, esta nueva novela de Antonio Soler es sin duda su obra mas ambiciosa que solo un novelista con su experiencia podia acometer. La variedad de personajes, de situaciones, de registros linguisticos, de tecnicas narrativas, hacen de Sur una novela deslumbrante y fascinantemente rica en la que estan todas las historias que hierven en una ciudad, oscilando cada dia entre el infierno, la salvacion o la insignificancia.

  • Reino de fieras de Gin Phillips

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  • Mi madre sonaba en frances de Luis Hernan Castaneda

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    “Conocer lo mas proximo, lo que se ha despreciado por evidente, solo me seria dado si me alejaba de mi lengua. Asi llego el relato de mi madre, un mensaje intimo disfrazado de extranjero.”

  • Servicio incompleto de Nina Minina

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    Podriamos resumir en unas pocas lineas con mas o menos gracia de que va esta historia, el problema es que aun no lo tenemos demasiado claro.

  • Los hundidos de Daniel Mendelsohn

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    Este libro empieza con la historia de un muchacho que crecio en una familia golpeada por la tragedia: seis de sus miembros desaparecieron en Europa durante la segunda guerra mundial. Era un asunto del que no se podia hablar y que fue aduenandose paulatinamente de la imaginacion del joven Daniel Mendelsohn. Muchos anos mas tarde, a partir del descubrimiento de unas cartas que su abuelo recibio en 1939, el silencio se convirtio en una pregunta que lo interpelaba y decidio seguir la pista de los parientes perdidos durante el exterminio nazi.

  • El poder de las hormonas de Randi Hutter Epstein

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    Un recorrido a lo largo de la historia las hormonas lleno de personajes y escenas tan cinematograficos como la Novia Gorda de un circo, un sotano lleno de cerebros metidos en tarros y una pareja enamorada que fue pionera en el tratamiento de las personas intersexuales, pero tambien audaces investigadores y medicos. Seremos testigos tanto de los grandes triunfos cientificos como de las grandes tragedias humanas en esta es historia que ilustra nuestro afan por comprender como nos controlan las hormonas y nuestro insaciable impulso de controlarlas a ellas (y quizas controlarnos tambien a nosotros mismos). La historia de las hormonas es la historia de nuestra relacion con ellas, una historia de nuestra sexualidad, nuestros deseos y nuestros cambios de humor: la historia de todo aquello que hace que nosotros seamos nosotros.

  • Yo tambien tengo mi Amor de Sophie Rose

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    PREPARATE PORQUE NUNCA SABES A DONDE NOS LLEVA EL DESTINO Y EL JUEGO DEL AMOR

  • Joel (Black Butterfly 3) de Adrian Blake

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    Mi nombre es Joel, y soy el portero del Black Butterfly, un pub donde puedes hacer todas tus fantasias realidad. La mia es muy simple: follarme a la mejor amiga de la hermana de mi jefe, Monica. Esta noche estara en el bar celebrando la despedida de soltera de Erin y me tocara a mi vigilarlas…

  • Si Buscas Enamorarte de Raico Calamonte

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    Puede que tengas emociones que al principio no sabias que podias sentir. Quiza te has acostumbrado a iniciar cada nueva etapa de tu vida con la mente limpia y cero expectativas. O tal vez, nunca hayas tenido una conversacion con una persona que, apenas verte, ya te conoce casi a la perfeccion.
    "Que genial es hablar con alguien que me entiende, que me reta, que me ensena, que me impulsa a querer sentir mas de su compania, que me envuelve con la fortaleza que brinda un abrazo, que me causa el anhelo de poder clavarme en sus ojos. Unos ojos que me dan el calor de una tierna mirada, y me transmiten una sensacion de ternura, alegria y amor".
    Ahora ya lo sabes: descubriras un sentimiento que enternece, y a la vez, te intrigara a querer saber mas, a desear sentir mas, a poder ver mas.

  • Dejame ser tu chico malo de Silvia Garcia Ruiz

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    Roan Miller es un nino estirado y altivo al que sus padres intentan moldear para que se convierta en el digno sucesor de su abuelo, un rico empresario. Falto de carino y sintiendo su casa como una prision, no puede evitar enamorarse de su traviesa vecina, quien lo reta siempre a seguir sus juegos y a convertirse en su chico malo.

  • La chica de un solo ojo de Cesar Garcia Munoz

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    Nota: La chica de un solo ojo es un relato de 7 capitulos.

  • El dolor de la princesa Alice de Dylan Martins

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    Dolia tanto ese momento que, parecia que me estaban rajando con la hoja de un cuchillo bien afilado mientras miraba por la ventana y comprobaba como el jardin del palacio se vestia de gala para nuestro enlace y los invitados se dejaban ver mientras tomaban su primera copa de cava. Me casaba con Fernan Russ, el principe de Arsolla, lo hacia por el pacto que se habia llevado a cabo entre nuestras familias desde que yo era bien pequena. Hacia unos dias que habia cumplido los veinticinco anos, catorce anos menor que el, asi que me habia preparado toda mi vida para esa boda mientras el iba de flor en flor. Muchas veces fue pillado saliendo en los medios internacionales hasta que anunciaron nuestro compromiso, ese dia que yo tanto temia. Y ahora, despues de muchos dias de dolor contenido, rabia y decepcion, me iba a casar con el, sin amarlo, sin tan siquiera sentir lo mas minimo por aquel principe con el que a partir de ahora compartiria mi vida. No habiamos compartido ni un beso, ni una mirada de complicidad, ni nada que nos hiciera sentir ese dia como algo verdadero. Fernan buscaba dar a la sociedad lo que esperaban de el y yo cumplia con lo que mis padres habian decidido por mi, lo que a ellos les hacia feliz sin importar lo que yo sintiera o quisiera. Habia pasado mi primera noche antes del enlace en el palacio de Kilenia, ese que se convertiria en mi hogar a partir de hoy y donde pasaria a convertirme en la Princesa de Arsolla, adquiriendo ese nuevo titulo que tan poco deseaba. Mi padre aparecio por la habitacion con cara de orgullo por haber conseguido a traves de su hija, lo que tanto el como mi madre deseaban, yo sonrei con tristeza pues no me salia de otra forma. --Estas preciosa, hija mia. --Gracias, padre --me agarre de su brazo y bajamos hacia la capilla de palacio donde se iba a oficiar la ceremonia. Los asistentes me miraban sonrientes, Fernan se metio en su papel y me sonrio con un gesto de felicidad que no se lo creia ni el, pero como todo lo que hacia tenia que ser fingido, hasta lo que se suponia que iba a ser el dia mas importante de nuestras vidas. Yo iba a esa boda, como se solia decir, como si me llevaran directa al matadero, o al patibulo, que para el caso... Ahi estaba la madre de Fernan, la Reina Amelia de Arsolla. No era una mala mujer, conmigo siempre se porto muy bien, era carinosa y amable asi que al menos con ella podria tener una buena relacion. Lorenzo, padre por horas y rey a tiempo completo como solia decir mi madre, estaba sentado en primera fila, esperando que mi padre me entregara a su hijo y le acompanara en ese privilegiado lugar, junto a su esposa y mi madre. Mi madre, Eleanora, quien a pesar de mis peticiones de no acceder a que me casara con un hombre al que no conocia y que no habia tenido trato alguno, hizo oidos sordos. --Ya llegamos, hija --susurro mi padre sin perder esa sonrisa de hombre orgulloso al ver a su unica heredera acercase al altar donde la esperaba el principe de cuento que todas, alguna vez, hemos sonado con tener. Leandro, ese era mi padre, el que me llevaba obligada caminando por esa alfombra sin tener en cuenta mis suplicas. Otro como mi madre. Cientos de veces me plantee si me querian realmente, porque no creo que se le pueda obligar a un hijo a casarse con una persona a la que no ama ni desea. ?Lo unico que me gustaba de este maldito dia? El vestido de novia que llevaba. Al menos eso si me habian dejado escogerlo a mi. Entallado hasta los muslos donde la falda empezaba a ser mas suelta, con una cola de un tamano medio y con volantes, encaje que cubria todo el vestido, espalda al aire, escote en V y el borde del mismo, asi como los tirantes que acababan en la parte central de la espalda, donde tenia la cremallera, era de encaje gris. Me habian recogido el cabello en un mono bastante bonito y, como no podia ser de otra manera, me pusieron la tiara a modo de discreta corona con la que se caso la que desde ese dia seria mi suegra. --Mi princesa --dijo Fernan, bien alto para que todo el que estuviera lo suficientemente cerca le escuchara. Seguia sonriendo el muy canalla, fingiendo que todo era maravilloso, y yo igual, que me habia tenido que poner la sonrisa en los labios y dar a entender que estaba enamorada hasta la medula del hombre que tenia delante. Mi padre me miro feliz y me dejo alli, ante el altar, delante del cura que nos casaria, y fue a unirse con mi madre y sus consuegros. De verdad, si la gente supiera que esto no era mas que una farsa... Ganas me daban de hablar cuando el cura preguntara aquello de "Si alguien tiene algo que objetar, que hable ahora o calle para siempre", porque seria yo quien diria que me obligaban a casarme. Bueno, eso realmente seria muy capaz de soltarlo cuando nos preguntara a nosotros, como parte interesada en este enlace, si veniamos libremente. !JA! Libremente, las narices. Que no me habian traido arrastras por la alfombra, porque no seria bonito de ver, ni digno de una mujer de mi posicion social. Ya no digamos de la futura Princesa de Arsolla, vamos. En fin, que yo queria salir de alli por piernas y no podia. Llego el momento, ese tan esperado por todos, en el que el cura pregunta... --?Venis libremente a contraer matrimonio? ?Os podeis creer que Fernan, que me tenia la mano agarrada con la suya desde que me uni a el, me dio un apreton para que no dijera nada que no debiera? !Hombre, por favor! Pero, !que valor el suyo! ?Que se habria pensado que iba a hacer? ?Decir que no? Si me hubieran permitido hacer eso, no estaria ahora mismo contestando... --Si, venimos libremente. Ya estaba la mitad de mi aceptacion a este matrimonio, y grabado que habia quedado porque estaba viendonos casarnos medio mundo, si no el mundo entero, pues de todos es sabido que las bodas de principes y futuros reyes eran de lo mas televisadas. Mirara donde mirara, me encontraba una camara de television grabando. ?Sabeis lo que pense hacer? Escribir una nota pequena con el siguiente mensaje: "S.O.S. Vengo obligada a casarme, por favor !!!Salveme quien pueda!!!" Pero no lo hice, como es evidente, porque eso habria provocado infartos en masa, y cuando digo en masa es que los primeros en caer habrian sido mi suegro y mi padre, tenian altas posibilidades por sus edades y por ser hombres, y despues mi suegra y mi madre. --Por el poder que la Santa Madre Iglesia me otorga, yo os declaro marido y mujer. !Ole! !Viva los novios! Si, me quede con las ganas de gritar eso pues para algo era mi boda, pero no podia. Mi ya esposo, me dio un casto beso en la frente ante las camaras y los invitados que nos acompanaban en ese, nuestro gran dia. Colgada de su brazo camine sonriente y saludando con la mano hasta que llegamos a la salida de la iglesia, donde nos esperaban para lanzarnos arroz. Seguiamos los dos sonriendo, fingiendo que eramos la pareja de enamorados mas felices del mundo y que por fin afianzabamos nuestra relacion ante Dios, nuestro senor, aunque por dentro estaba llorando como una nina pequena porque no queria este matrimonio. Una pareja debe casarse enamorada, tienen que quererse, conocerse, ser complices el uno del otro, saber lo que es bueno para ambos y que el otro sepa en todo momento lo que puede necesitar la otra parte. Que tengan tal complicidad que se adelante en algun momento a lo que la otra parte de la pareja va a hacer o decir, que se conozcan de ese modo tan intimo. La mia habia sido la boda mas falsa de toda la historia, vamos, imagino que, a lo largo de los anos, o mas bien siglos, que llevaba existiendo lo de los matrimonios concertados entre la realeza, alguno habria sido como el mio, pero ahora que yo lo vivia en mis propias carnes, me sentia la mujer mas desgraciada. --Pues ya esta, ya somos matrimonio --susurro Fernan, cuando ibamos hacia la zona de palacio donde tendria lugar el banquete. Y si, comimos y bebimos, bailamos y los dos seguiamos aparentando que era el dia mas esperado por ambos, el mas feliz, debiamos fingir que estabamos de lo mas enamorados y las muestras de carino del uno hacia el otro fueron constantes cuando estabamos juntos para alguna foto o para charlar con los invitados, si mi querido marido no se quedaba junto a la barra donde servian las bebidas. No es que fuera completamente borracho, pero tenia suficiente alcohol en el cuerpo como para que se le notara contentillo.

  • Mienteme esta noche de Patricia Geller

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    Cuando Abie Olsen termina la carrera de Interiorismo, decide aceptar la propuesta de su hermano y alejarse temporalmente de Londres para meditar sobre su futuro. Sin embargo, tras un accidentado encuentro con Nicholas Thompson, el propietario del hotel en el que se hospedara, sus planes se veran truncados desde el principio.

  • La reina sin reino de Jose Maria Perez Peridis

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    Con Esperando al rey, su primera novela, Peridis alcanzo un mas que notable exito de critica y publico. Las claves de su logro fueron contar, de una manera cercana y personal, un episodio fascinante de la historia medieval. Esa tambien es la formula de La maldicion de la reina Leonor y de La reina sin reino, con la que cierra su trilogia sobre la Reconquista, que pueden leerse de forma totalmente independiente.

  • Breve tratado del corazon de Ana V. Clavel

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  • Los Caballeros de la Ciencia: El secreto mejor guardado de la Iglesia, Juan Soto Miranda de Juan Soto Miranda

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    La aparicion de tres cadaveres reproduciendo la escena de la crucifixion de Cristo, con referencias a versiculos de la Biblia perfectamente talladas en la madera, da comienzo a un caso sin precedentes. El protagonista de la escena es Jesus Lopez, un famoso misionero benedictino criado al amparo de una todopoderosa familia, con el cardenal Gabriel Harrington a la cabeza, sin ninguna relacion aparente con los otros dos crucificados.
    La investigacion llevara a la sargento Maria Ballesteros al misterioso diario del misionero, cuyas extranas anotaciones constituyen un nuevo enigma que pondra en el punto de mira a Los Caballeros de la Ciencia, un desconocido grupo al que el manuscrito hace referencia, y al cardenal Gabriel Harrington, que esta siendo amenazado en relacion a un antiguo y controvertido proyecto empresarial, y cuyas condicionadas respuestas no dejaran satisfecho a nadie.
    El padre Daniel, mentor del misionero, y el hermano Federico, su mejor amigo, colaboraran con las autoridades en una trepidante historia en la que la conjuncion de religion y ciencia, intereses economicos y espiritualidad, asesinatos, misterio… les llevara en un viaje hasta los mas altos estamentos eclesiasticos en el Vaticano, donde se desarrollara la partida final que revelara los motivos de una renuncia papal y el secreto mejor guardado de la Iglesia.

  • Mi debilidad. Tu de Jose Rodriguez

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    El reloj corre, y mi cabeza esta llena. Odio esta clase. Recuperacion, Falle Algebra el ano pasado, asi que ahora estoy atrapado aqui. Lo que hace que las cosas sean aun mejores, tambien tengo otra clase de matematicas. Las cosas han ido simplemente mal. La razon unica por la que mis calificaciones han ido bajando fue porque mis padres murieron en un incendio el ano pasado. Aparentemente, mi mama habia estado cocinando y mi papa habia estado discutiendo con ella. Se habian olvidado por completo de la comida que mi madre estaba cocinado en la casa, y luego todo se encendio, y mis padres no lograron salir a tiempo. Serenity, mi hermana pequena y yo estabamos en la escuela en ese momento. Podrias imaginarte, o no, como habia sido volver a tu casa y ver todo quemado lo que habia en ella. Incluyendo a tus padres. Desde entonces, he vivido con mi tia Josey. Esa mujer nunca sale de su habitacion, asi que solo somos Serenity y yo. Ella sale de vez en cuando para conseguir comida, ducharse. Me estremezco mentalmente al pensar en esa mujer. Ha sido duro el ano pasado. Me resulta mas facil si me excluyo de la mayoria de las personas. Nunca fui muy sociable. De vuelta a mi dilema actual. Estoy sentado aqui, tomando este estupido examen que definitivamente olvide estudiar. Mi mandibula esta apretada y mi cuerpo esta tenso. Apenas puedo concentrarme. Todo lo que escucho es el suave golpeteo de lapices y boligrafos sobre papel. Al diablo esta prueba. Solo escribire cualquier cosa. Sono la campana, senalando mi libertad. Lentamente me levante de mi asiento. Me costo mucho no dar esa prueba en la cara del Sr. Roberts. Es un tipo viejo y espeluznante. A sus espaldas, la mayoria de la gente lo llama Mr.Rogers. Cuando me voy, mi cuerpo, algo musculoso, choca con una chica baja. Su cabello es oscuro con puntas rubias y cae sobre sus omoplatos. Cuando levanta la cabeza, su flequillo cae en sus ojos color avellana, que contienen molestia y posiblemente… ?diversion? Trey, en serio, ?puedes concentrarte en tus pies en el lugar de tus pensamientos? Lo juro, todos los dias te topas conmigo. Su voz era un poco ronca, pero ligera. Era mi amiga Diana. Aunque realmente no me gusta la gente, ella esta … bien. Ella ha sido mi amiga desde octavo grado. Ella es muy guapa y se viste genial e intimidante. Honestamente, no se como ‘hicimos clic’. Esta vez, pense que estaba enamorado de ella. Cuando le confese todo, ella me dio un punetazo en la nariz. Llore ese dia. Resulta que Diana es como una hermana mayor para mi. Ella tiene dieciocho anos y yo diecisiete. Sin embargo, todavia no entiendo por que me rompio la nariz. Volviendo de mis pensamientos, veo a mi amiga chasquear los dedos como si estuviera en una fiesta, y su atasco se encendio. Ella debe haber notado que me separe. ?Que estas escuchando? Pregunte No habia auriculares en sus oidos. Tenia una cosa mental pasando. ?Por que es la unica amiga que tengo tan rara? El sonido de mi pie pateandote el culo por no fijarte por donde caminas. Chasqueo los dedos con mas agresividad y me asusto mas. Esto no era normal. No quiero escucharlo. Diana coloco sus manos en sus caderas y me miro dudosamente. Mis cejas oscuras se alzaron. Ella comenzo a reirse y se levanto del piso donde habia caido, nos dimos vuelta y nos dirigimos por los pasillos. Si tan solo el resto del ano podria ser asi. Pero por mala suerte no es asi, y nunca ha estado de mi lado. Capitulo 2 !Siiiii! Serenity grita de alegria. Ella sale corriendo del edificio en el que acababa de practicar ballet. Se ha cambiado su atuendo de ballet, y lleva una camisa blanca lisa y pantalones cortos. Su cabello tan oscuro como el mio. Serenity y yo nos parecemos mucho. El cabello completamente negro, los ojos de color onix y la complexion palida. Compartimos la sonrisa de nuestra madre, aunque sus rasgos son mas vivos. Siempre me veo grunon y enojado. Ella abraza a Diana en un calido abrazo. Sus ojos estan iluminados, y sus mejillas estan sonrojadas por el correr. !Hicimos mucho en el ballet hoy! Serenity exclama. Puedo hacer las divisiones mucho mejor ahora. Practique. Eso es genial. Me alegro de que hayas divertido. Diana responde, las comisuras de sus labios se alzan en una pequena sonrisa. ?Quieres almorzar con Trey y conmigo? !Si por favor! Serenity me mira y su expresion vacila un poco. Serenity y yo tenemos una relacion incomoda. Despues de la muerte de mis padres, comence a excluir a la gente. Incluyendola. Me di cuenta de lo malo que era, y trate de tener una conversacion con ella, cualquier cosa para evitar sentir como estamos ahora. No ha funcionado. Lamento haber alejado a mi propia hermana de mi. Vamonos. Murmuro No miro a ninguna de ellas mientras me dirijo hacia el camion que habia sido mi padre, que ahora era mio. Llegamos a nuestro lugar favorito. Susies Cafe . No hay realmente ningun recuerdo que tenga aqui que sea realmente especifico que lo haga mi favorito, pero en una ocasion que entramos a la tienda el piso estaba mojado, y Diana ignoro el letrero de Precaucion humeda. Ella resbalo y cayo. Me rei mucho por horas ese dia. No recuerdo la ultima vez que me rei asi desde que mis padres estaban vivos. Se hace mas facil pensar en ellos. Sin embargo, los recuerdos son la parte mas dificil para mi. Su sonrisa, sus voces. Fue sofocante, y he querido arrancarme el corazon en varias ocasiones. Horrible, lo se. Entro con ellos, ignorando cualquier conversacion que tengan Serenity y Diana. Estoy demasiado concentrado en el aroma del cafe recien hecho, la dulzura de los postres horneados y otros alimentos con los que estoy familiarizado. Entonces, tal vez me gustan algunas cosas, pero todo lo demas puede ser una mierda, sinceramente. En serio. Entonces, Diana le cuenta a Serenity como un amigo de ella puede hacer dos vueltas. Serenity dice emocion y asombro. !Dos! ella repite y sonrie. ?Escuchaste eso, Trey? Diana me patea con sus botas de combate debajo de la mesa. Duele como el infierno, y ella sabe que odio eso. Cuando la miro, sus ojos color avellana se entrecerraron. Ella sabe que no he estado escuchando. Uh, si. !No uno, sino dos!

  • Otono sobre la arena de Erina Alcala

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    Reme y Lucas habian tenido un secreto en el pasado. Un pasado de cuando estuvieron juntos en la escuela. Un secreto que dejo su huella.
    Al pasar de los anos, la vida de cada uno, tomo un rumbo diferente, pero su secreto estaba alli a pesar de los anos y de la distancia, hasta que una casualidad hizo que se encontraran de nuevo y... ?perdonaran el pasado?
    ?Podria su amistad de la adolescencia convertirse en un verdadero amor? ?Podrian amarse a pesar de su oscuro secreto?

  • Reino de ladrones de Leigh Bardugo

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    Kaz Brekker y su equipo han dado un golpe tan temerario que ni siquiera ellos pensaban sobrevivir. Pero en lugar de conseguir una buena recompensa, a su regreso de la Corte de Hielo tienen que seguir luchando por sus vidas. Traicionado y debilitado, el equipo esta corto de recursos, aliados y esperanza. Mientras poderosas fuerzas de todo el mundo llegan a Ketterdam para desentranar el secreto de la peligrosa droga conocida como jurda parem, viejos rivales y nuevos enemigos emergen para desafiar el ingenio de Kaz y poner a prueba las fragiles lealtades del equipo. Una guerra se aduenara de las oscuras y tortuosas calles de la ciudad, una batalla por la venganza y la redencion que decidira el destino del mundo Grisha.

  • Romance Extremo, Alvaro Ganuza de Alvaro Ganuza

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  • ATEMPORAL; Escandinavia de Alana Yitani

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    Tira su escudo a la arena y corre hacia mi, sin ningun miedo de enfrentarse a un hombre. Desenfundo mi espada y todos mis musculos se preparan para matar. Veo por un segundo como desfilan imagenes rapidas, por mi mente, acerca de mis anos como guerrero irlandes. Estoy seguro de que podre atravesarla, pero me aborda con una fuerza descomunal, una voracidad imprevista y, desde un angulo lateral, patea mi rodilla con tal fuerza que logra desajustarla. La hoguera de sus ojos y su temor a nada logran bloquear mi estocada, y mi espada vuela a tres metros, sin lograr alcanzarla. Al no poder controlar mi cuerpo, me desplomo de espaldas sobre mis manos. La salvaje me va a asesinar. Quiero correr, pero su hacha me rodea, sus ojos me acorralan. Presiento que si muevo un solo dedo, acabare con una hoja de hierro filoso, en la mitad del craneo. La fiera esta parada frente a mi, con sus brazos y piernas abiertas en posicion de ataque. Sus fuertes extremidades seguro me destrozarian, en menos de un pestanear. Le pregunto: -?que es lo que quiere? ?Quien es usted? ?De donde viene?- Vocifera un idioma desconocido para mi; grita y grita, sin parar; no me entiende; esta enojada. Puedo ver como pelea consigo misma, le grita al cielo y a mi, se golpea la cabeza, y decido callarme. ?Que espera para aniquilarme? El retumbo en mi cabeza no dura mucho tiempo, e intento probar otra pericia. Me golpeo el pecho, con mi mano empunada, para promover su ataque y, asi, tener la oportunidad de tumbarla a la arena. De esa manera, podre acabar la pelea. Es mi honor el que necesita hacerse entender. Respirando como un toro, frunce el ceno. Sigo sin comprender y se me han acabado las alternativas. Debo sacrificarla yo primero. Examino la situacion rapidamente y trato de hallar una alternativa que me permita llegar hasta la espada, sin que la empune la barbara primero. Decido hacer una movida arriesgada: ruedo aceleradamente hacia mi arma. La salvaje lanza el hacha, pero sorprendentemente cae lejos de mi, como si no tuviera la menor intencion de acertar. Tomo presurosamente mi espada y se que debo embestir. La fiera se arropa con su escudo, y ahora soy yo quien tiene el poder, pero inexplicablemente me siento incapaz de hacerle dano. Ella me mira aturdida. No se si es por su posicion ahora vulnerable o porque, tal vez, le pasa lo mismo que a mi: una asombrosa imposibilidad de herirnos. Pasan unos pocos segundos de inmovilidad y confusion, cuando aparecen dos de su grupo. Lo se por sus vestiduras y las figuras que tienen marcadas en sus cuerpos. Portan chaleco de piel cosido, cota de malla de metal, gruesos pantalones de lana y capa tambien de lana sujeta a un costado. Las pesadas espadas eran sostenidas por robustas correas de cuero, y tenian dibujadas, en las caras, gruesas lineas negras que aterraban a los enemigos. Mi ser animal despierta de nuevo, con mas ofuscacion. Ahora, el peligro acecha con mas intensidad: dos hombres y una mujer salvajes me van a mutilar hasta la saciedad. Al llegar, ellos discuten con ella, de modo tosco. Por el tono del debate y los gestos, asumo que no se ponen de acuerdo. Yo, mientras tanto, pienso como escapar, pero las probabilidades son pocas, al correr con una rodilla enferma y con tres endemoniados tras de mi. No tengo mas alternativa que enfrentarlos hasta el ultimo aliento. Se produce otro suceso extrano y los barbaros se retiran molestos, alegando algo incomprensible. Quedamos solos de nuevo, ella y yo. Me mira detenidamente, intentando descifrar algo. Tal vez queria, igual que yo, entender el enigma del momento y comprender porque no pudimos terminar una situacion tan natural: ?por que diablos no nos pudimos matar? Sigilosamente, logra recuperar su hacha, cuidandose de mi, pero yo estaba un poco lejos de su sombrio artefacto. Traicioneramente, se abalanza de nuevo y, con mas fuerza que la primera vez, me desencaja la otra rodilla. Quedo tendida a sus pies, bramando de dolor. Me quita la espada y la tira al mar. Luego, toma una cuerda que tenia enlazada a su cintura y me ata las manos. Me arrastra por la arena, tranquilamente, como si un caballo caminara tras ella, tras su soga. Solo podia ver el azul de Dios y le rogaba a El que acabara lo mas pronto posible con mi vida, antes de someterme a los vejamenes de esos brutales y crueles salvajes. Al frenar, giro la cabeza y logro ver a unas veinte personas, hombres y mujeres, todos atroces, celebrando la obtencion de los tesoros de nuestra iglesia. Imagino, con tristeza, los rios de sangre que han de estar corriendo por mi pueblo. Ella se situa a mi costado y me empuja. Mira a los de su clan y se agacha discretamente. Introduce unas hierbas en mi boca; me la tapa, junto con la nariz, para que me las trague. No tengo mas remedio que hacerlo. Dadas las condiciones, morir envenenado era un final vulgar, en mi posicion. Luego, se incorpora y vuelve a empujarme, para que me levante. Me paro y me hala hasta su barco, en donde mi cuerpo se siente mucho mejor. Supongo que debido a las hojas, pero mi alma hierve de confusion y, junto a otros, ahora esclavos, nos embarcan directo al mas infame de los destinos.

  • Angeles en llamas, Tawni O’Dell de Tawni O'dell

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    Library Journal

  • Sin miedo a nada de Anna Casanovas

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    Alejandro Cruz es el guitarrista del popular grupo de rock espanol Malditos Bastardos. Es un hombre misterioso, acostumbrado a conseguir cualquier cosa que se le antoje. Las drogas y el sexo han sido sus fieles companeros durante anos, hasta que sufre un accidente de coche y tiene que someterse a un tratamiento de rehabilitacion.

  • 3 te odio y un te quiero de Mabel Diaz

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    La vida de Natalia es idilica. Tiene una relacion con el hombre que ama, un trabajo que le apasiona y se acaba de mudar a la casa de sus suenos. Todo es perfecto. hasta que conoce a su vecino Ruben, un perroflauta que odia a las Barbies como ella.
    Desde el primer momento en que sus caminos se cruzan, se declaran la guerra, llegando a convertirse en expertos en sacarse de quicio. Sin embargo, cuantas mas ganas de pelea tienen, mayor es su atraccion y su deseo. Dicen que del odio al amor solo hay un paso y ellos son enemigos declarados. ?O no?

  • Sushi para dos de Patty Love

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    Mei Dube tiene un restaurante de sushi en
    Montreal, un amigo gay demasiado entrometido
    y una manipuladora madre con el firme proposito
    de hacer cumplir una tradicion familiar. Mei,
    en cambio, no las tiene todas consigo. Esa tradicion
    es arcaica y no esta dentro de sus planes a corto
    plazo pasar por el aro. Sin embargo, las cosas se
    complican un poco cuando su madre se presenta
    en su puerta con un enigmatico hombre,
    y lo haran todavia un poco mas cuando conozca
    a un simpatico camarero, que hace que su corazon
    se dispare, la respiracion se le acelere y la sangre
    le hierva en las venas.

  • Lo que el cielo une de Graciela Nicolas

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    Siglo XIX, Lucero de Olazabal y Valiente Vallejos se sienten atraidos uno por el otro apenas se conocen en el Paseo de la Alameda.

  • El frio de la muerte de John Connolly

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    El detective privado Jaycob Eklund ha desaparecido, y Charlie Parker recibe el encargo de localizar su paradero. Quien le pide eso a Parker es Edgar Ross, agente especial del FBI, que tiene sus motivos --inconfesados-- para encontrar a Eklund. Pero Eklund no es un investigador comun y corriente. Esta obsesionado con seguir el rastro de desapariciones y homicidios poco comunes. Y ahora Parker, acompanado por los inseparables Louis y Angel, debe internarse en el mundo por el que ha transitado ya Eklund, un lugar regentado por una Madre monstruosa que dirige un vasto imperio criminal al margen de la ley.
    Para solucionar este caso, Parker tambien tendra que llegar alli donde el frio de la muerte, desde hace mas de un siglo, alcanza a los inocentes, sin que estos nunca lleguen a saber por que.

  • El sabor del ultimo verano de Emma J. Care

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    La emocionante precuela de la novela El fino hilo de la mentira.

  • TRES ONLINE de Mariel Ruggieri

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    Clara Ines Mesi es argentina. Tiene treinta y cuatro anos, un jefe despota y un novio aburrido. Tambien tiene un pasado triste, un mono en panales y una serie de manias en torno al orden, que la ayudan a organizar su caos interior. No sonaba con encontrarse con algo que hara que su estructurada vida cambie para siempre.
    A los cuarenta y dos anos, la mexicana Vivian Alvarado se siente vacia. Una tia agonizante la lleva a Barcelona pero cuando esta fallece, le oculta el hecho a su familia para quedarse un poco mas. La oportunidad de torcer el rumbo llega de la mano de quien menos lo esperaba. ?la tomara?
    El es guapo, despreocupado y temerario. Con solo veinticuatro anos, Jayr ha encontrado su lugar en el mundo en la capital catalana. Seguir un impulso lo conduce a una aventura sin retorno. Si hubiese sabido lo que pasaria despues, tal vez hubiese intentado contenerse. O tal vez no.
    Tres amigos que se conocen a traves de las redes sociales.
    Tres personas que los impulsan a hacer lo que no se atreven.
    Tres vidas que cambiaran para siempre.

  • La madre de Frankenstein de Almudena Grandes

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    En 1954, el joven psiquiatra German Velazquez vuelve a Espana para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince anos en Suiza, acogido por la familia del doctor Goldstein. En Ciempozuelos, German se reencuentra con Aurora Rodriguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentisima, que le fascino a los trece anos, y conoce a una auxiliar de enfermeria, Maria Castejon, a la que dona Aurora enseno a leer y a escribir cuando era una nina. German, atraido por Maria, no entiende el rechazo de esta, y sospecha que su vida esconde muchos secretos. El lector descubrira su origen modesto como nieta del jardinero del manicomio, sus anos de criada en Madrid, su desdichada historia de amor, a la par que los motivos por los que German ha regresado a Espana. Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos pasados, German y Maria quieren darse una oportunidad, pero viven en un pais humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.

  • Voz de acero de Vega Fountain

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    !Adios, mama! --Adios, carino que pases un buen fin de semana. No hagas enfadar a los abuelos --sugirio a Alberto por ser el mayor, y por todo lo que eso conllevaba. --Ya lo se, no me lo vuelvas a repetir --le contesto el chiquillo. --Adios, mami --dijo Alba. --Adios, cielo, pasalo bien --repuso, dandole un beso a su hija menor mientras le colocaba la camiseta. --Y tu tambien, mami --le deseo Alba. Claro que lo haria o por lo menos lo intentaria. Esa misma noche saldria de caza. Habia sido una semana muy dura, necesitaba quitarse todo el estres de encima y la mejor forma que conocia era mediante el sexo. Eran muchas las veces que habia pensado en hacerlo de forma <>, ir a un bar convencional, pero no le apetecia nada entablar conversacion con alguien para luego llegar al mismo punto. Asi que, como venia siendo habitual, decidio ir donde siempre, al club de intercambio de parejas donde tantas veces habia estado con su marido. Cuando el fallecio penso en dejar de pagar la cuota y desvincularse del lugar en el que tanto habia disfrutado con la persona que amaba, pero despues de un tiempo decidio que, ?por que? Nunca seria lo mismo, eso estaba claro, pero alli podia desinhibirse de todo, olvidarse durante algunas horas de todo lo que la rodeaba y simplemente evadirse y disfrutar. No se habia sentido culpable por disfrutar, era una cosa que tenia bien clara, ahora y antes, con su marido, pero mucho mas ahora que el no estaba. No porque no disfrutara antes, ahora simplemente era distinto, no tenia esa complicidad y confianza que habia tenido con el con nadie mas. A veces, algunas situaciones le recordaban a momentos vividos con Alberto, pero los borraba lo mas rapido posible de su mente y vivia el momento. El lo hubiera querido asi. Durante una temporada tambien penso en hacer lo que hace todo el mundo, ir a un bar, buscar a alguien, entablar conversacion y si la cosa cuadraba y se daba bien pues, darse un revolcon con algun hombre. Esta ultima opcion la habia desechado hacia tiempo, aunque a veces se lo volvia a plantear. Lo que no queria era implicaciones, ni supuestas confianzas, por eso la mejor opcion era ir al <<(S)experience>>. Era una mujer adulta, desinhibida, sin tiempo que perder en dar explicaciones ni que se las dieran. Eso no entraba en sus planes, el amor se habia acabado, ya lo habia tenido una vez, no necesitaba mas, le duro poco, si, pero cada momento vivido con Alberto habia sido emocionante y muy apasionado. Hacia dos anos que el se habia ido, un terrible accidente se lo arrebato. Durante mucho tiempo estuvo enfadada con el, por abandonarla con los ninos, no podia explicarse por que un hombre tan joven, tan lleno de vida podia morir dejando una familia y un monton de proyectos personales y profesionales sin terminar, pero ya no. Ya lo habia perdonado. Aunque no llegaba a entenderlo del todo, se habia dado cuenta de que el era el que mas habia perdido y que, en realidad, ninguno de los implicados tenia culpa de nada. Asi lo habia decidido, vivir la vida que le habia tocado de la mejor manera posible. Sus hijos eran lo mejor de su vida. Por ellos daria lo que fuera, todo giraba en torno a esos dos pequenos a los que adoraba. Alberto era el mayor, tenia casi siete anos, era un nino muy risueno y algo timido cuando no tenia confianza, fisicamente se parecia mucho a ella, era moreno con el pelo algo rizado y los ojos marrones, en cambio Alba era igual fisicamente a su padre, era mas rubia, con rizos mas marcados que se ensortijaban unos con otros, tenia carita de muneca, a sus cinco anos era muy extrovertida y alegre. Dedicaba todo su tiempo libre a ellos, se volcaba en su educacion y tambien en su tiempo de ocio, hacia cosas con sus hijos, manualidades, juegos, iba a la piscina, leian cuentos juntos, los ayudaba en sus deberes, todas las cosas que hacen los padres con sus hijos, con la unica diferencia de que estaba ella sola, no tenia el apoyo y la ayuda de un papa que la aliviara un poco de su carga, pero no le importaba, era feliz asi. Contaba con una familia politica que la queria y la apoyaba en lo que ella necesitara, eran su unica familia. Adoraba su trabajo aunque casi siempre era demasiado absorbente, por ello cada quince dias se dedicaba un tiempo a ella y esa era una de esas noches; iba a salir de caza, sus hijos se iban a pasar el fin de semana con los abuelos paternos y hasta el domingo por la tarde no volveria a verlos. Asi se decidio cuando murio Alberto y asi seguia siendo. Les servia a todos de valvula de escape, a ella la primera, asi podia disfrutar de sus escapadas. Nunca habia surgido el llevar a un hombre a casa, cosa que no queria por nada del mundo, y en el caso de que ocurriera no estarian los pequenos alli, no tenia fuerzas para dar explicaciones sobre todo a sus hijos. Alberto y Alba disfrutaban de lo lindo con sus abuelos y primos, y los abuelos encantados de la vida por poder disfrutar de alguna manera de un trocito de su hijo. Se habia vestido de forma provocativa, pero no ordinaria. Llevaba un vestido negro recto y sencillo de tirante ancho y escote cuadrado que insinuaba sus pechos, su ropa interior era tambien negra y lo acompanaba todo de unos zapatos negros de tacon, adoraba esos zapatos. Era alta aunque no delgada, tenia formas y su pecho era prominente, su cabello moreno y rizado a media altura la daba a veces un aspecto de devoradora de hombres, pero nada mas lejos de la realidad. Su forma de caminar, segura de si misma la hacia sentirse orgullosa con su cuerpo. No llevaba nada de maquillaje, pero eso era por simple practicidad, en las sesiones de sexo el maquillaje solia estropearse y despues o se volvia a retocar o tenia que desmaquillarse, todo eso unido a que a diario tenia que ir muy arreglada a trabajar hacia que desestimara la idea de hacerlo en sus salidas nocturnas, solamente se echaba perfume. Llego al (S)experience, un local de intercambio de parejas, situado a las afueras de la ciudad, estaba localizado en una finca aislada y escondida de miradas indiscretas. Era una gran casa que fue en su dia un chalet de lujo de una familia acomodada, que despues se adecuo a las necesidades de los socios. Se llevo a cabo una reforma muy grande para poder dotar al lugar de todo lo necesario para disfrutar del sexo, el morbo y la lujuria. En la parte baja habia una zona comun muy amplia donde se podia charlar y tomar una copa en un ambiente distendido, contaba con sillones y butacones amplios repartidos por toda la estancia ademas de varias barras donde los camareros servian cualquier bebida que se solicitara con profesionalidad y discrecion. La decoracion era muy provocativa, sobre todo porque habia imagenes religiosas y esculturas que representan angelotes y alguna virgen, el contraste entre esas imagenes y lo que alli se vivia era cuanto menos chocante. Los tonos de las paredes eran ocres, vainilla y beige y algun detalle en dorado, sobre todo en las lamparas de arana que combinaban el dorado con el cristal. En la parte superior a la que se accedia por unas escaleras de marmol color rosa y una barandilla de madera policromada en tonos dorados, se hallaban las habitaciones, todas con amplios banos y una cama redonda, ademas de alguna butaca. La zona de jacuzzi tenia dos baneras separadas por un pequeno murete. A parte de las habitaciones normales, habia habitaciones tematicas, como la de los espejos, la negra y otras con todo lo necesario para quien quisiera practicar sexo mas fuerte, sado o cosas asi. Contaban, por tanto, con una habitacion con un potro, distintos tipos de cuerdas y correas, ademas de fustas y latigos. Todos los socios sabian lo que alli habia, nadie se escandalizaba, era un club como otro cualquiera en el que sus socios pagaban una cuota anual elevada que les permitia disfrutar de su sexualidad de manera libre. Anos atras Patricia y Alberto habian sido invitados por un amigo a visitar las instalaciones y desde entonces habian decidido hacerse socios. Lo que alli habian vivido fue toda una experiencia como su propio nombre indicaba. La cuota era muy alta y los socios se elegian con mimo, nada de antecedentes y con una situacion economica holgada. Ademas tenian la opcion de invitar a amigos cuando lo creyeran oportuno, de este modo se garantizaba que hubiera caras nuevas casi constantemente. La regla primordial habia sido y era la discrecion, si esta no se respetaba automaticamente se expulsaba al socio. El anonimato era primordial. Charly, el relaciones publicas del local, era un tipo maduro y educado, iba vestido impecablemente y tenia modales de autentico gentleman. Ademas poseia un atractivo fisico y personal que encandilaba tanto a hombres como a mujeres, era alto, delgado con pelo canoso que le daba un toque interesantisimo y una sonrisa encantadora que hacia que se le formaran unos hoyuelos muy atractivos en su rostro. Todo el mundo lo conocia, era muy respetado, hacia que la gente se encuentrara a gusto. Nunca jamas hablaba con palabras malsonantes ni en un tono alto, era un hombre tranquilo. El trato con los clientes era exquisito. El se encargaba de solventar cualquier problema que pudiera surgir de la mejor manera posible y de ensenarles el local a los que acudian por primera vez alli, tambien se encargaba de organizar fiestas tematicas refinadas y muy divertidas. Patricia aparco su coche y, al entrar en el local, no se detuvo en la zona social donde habia algunas personas charlando y esperando a ver que les deparaba la noche. Se dirigio directamente a una de las salas, a la sala comun donde habia pantallas colocadas estrategicamente para que todo el que quisiera pudiera ver que era lo que se solicitaba en cada habitacion si es que no le habia surgido el plan antes en la gran sala. Ella vio que se solicitaba una mujer y sin pensarselo subio por las escaleras hasta el lugar indicado. Al principio le costo un poco ver debido a la penumbra que reinaba alli, entorno los ojos hasta que se acostumbraron a la poca luz. Se sentia expectante y excitada, siempre le pasaba cuando iba a tener un encuentro, nunca sabia lo que le iba a deparar la noche y esa incertidumbre hacia que creciera su deseo. Cuando entro vio a una pareja sobre la cama, estaban desnudos y se acariciaban mutuamente, se estaban besando apasionadamente y los ruidos que emitian hacian saber a cualquiera que los escuchara que estaban muy excitados. Al verla llegar la saludaron. --Hola --dijo Patricia. --Hola --contesto la mujer separandose del hombre y recibiendo a su invitada con una sonrisa en la cara--, soy Elena y el es Marcos --continuo, presentando a su acompanante. --Yo soy Patricia --dijo devolviendoles la sonrisa. --Quitate la ropa --ordeno Elena en un tono dulce pero autoritario. Estaba claro que era ella la que llevaba la voz cantante en aquella pareja. Era pequena y con ojos muy vivos de color miel, igual que su pelo. El era mas alto, moreno y con ojos oscuros, su cuerpo estaba bien definido, se notaba que pasaba horas en el gimnasio. Patricia acato las ordenes, dejo el bolso sobre la butaca y se quito su vestido, los zapatos y se quedo con la ropa interior. Cuando se volvio, Elena le hizo un gesto para que tambien se desprendiera del resto, no hablaban, nada mas la miraban con deseo. Patricia lo sabia, sentirse observada por dos personas anonimas que la deseaban, que deseaban su cuerpo la excitaba, se sentia poderosa ante esa situacion. --Tumbate --continuo. Patricia obedecio sin decir nada--. Te vamos a dar placer porque eso nos lo proporciona a nosotros tambien --prosiguio. --De acuerdo --respondio Patricia excitada, era lo que necesitaba en ese momento. Se tumbo y rapidamente el hombre se dirigio a sus pechos, los lamia, succionaba y le daba pequenos mordisquitos que excitaron a Patricia al maximo

  • Mi pequeno milagro, Africa Huertas de Africa Huertas

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    ?Como algo tan pequeno e indefenso puede cambiarte la vida? La mia cambio, de la noche a la manana, sin previo aviso. Un dia era Jordan Brown, un tipo problematico que intentaba sobrevivir, y al otro era esto. El Jordan cambia panales. Una vida muy distinta a la que yo tenia.

  • El chico que nunca llamo de Rosie Walsh

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  • La maldicion del mar de Shea Ernshaw

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    Tres jovenes hermosas e incomprendidas llegaron al pueblo de Sparrow, en 1822.
    Tres jovenes hermosas e incomprendidas fueron ejecutadas por brujeria un ano mas tarde.
    La vida de las tres jovenes se la llevo el mar.
    Entonces cayo una maldicion sobre Sparrow y, en el aniversario de la muerte de las hermanas Swan, la historia se repite.
    Ellas han vuelto. con sed de venganza.
    ?Quien podra escapar de la cancion del mar?

  • Juicio a un alma atormentada de Ana Escudero

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    Lucas despierta en un lugar desconocido para el. Descubre que esta muerto y que su alma sera llevada a juicio para saber a donde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones estan tan compensadas que debera llevar a cabo una mision en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ?quien es esa chica que le resulta tan familiar? ?Conseguira Lucas salvar la felicidad de la joven o estara
    condenada a sufrir mientras viva?

  • Despegando por amor (Los alemanes 2) de Noni Garcia

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    En la vida de Carmela no hay tiempo ni espacio para volver a enamorarse. Ser madre soltera de un nino, casa y familia, que siempre han sido lo primero para ella, ocupan toda su vida. No se niega a tener algun que otro escarceo, aunque no entra en sus planes tener algo mas.

  • Nunca digas siempre (Latidos), Jennifer Armentrout de Jennifer L. Armentrout

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  • Muerte helada, Ian Rankin de Ian Rankin

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    Pocos inviernos en Edimburgo han sido tan largos y frios como este. Pero la temperatura no es lo unico que deja helado al inspector John Rebus. De la nada, surgen una serie de extranas incognitas para las que Rebus no encuentra respuesta y todas ellas conducen a las altas esferas politicas de la ciudad y del pais.
    Esta vez, el pesimismo tenido de sarcasmo del inspector Rebus puede estar mas justificado que nunca. Esta vez, los culpables pueden encontrarse fuera del alcance de la justicia.

  • Mas alla de los 50 de Lola Masmola

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    Una novela de ficcion contemporanea que te atrapara entre sus paginas.
    Cumplir 50 anos, dejarlo todo atras (familia, casa, amigos…) y comenzar una nueva vida, es el sueno de algunas mujeres. El de Maria tambien. Acompanala en este apasionante viaje lleno de amor, amistad y pasion por la vida.
    Una novela repleta de personajes entranables de los que te costara despedirte. Un canto a la vida, a la ilusion por vivir.