• libro la soberbia juventud - Catherine Brook

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    Necesitaba un hombro. No para llorar, que ella nunca lo hacia, sino para dormir. !Que misa tan aburrida! Harriet Broome parpadeo con rapidez con la esperanza de mantenerse despierta y, sin disimulo, se cubrio la boca con la mano enguantada para tapar un bostezo. El quinto desde que habia comenzado el sermon. !Y solo habian pasado quince minutos! No estaba segura de poder soportar las dos horas restantes. Solo de pensarlo le daban verdaderas ganas de llorar. Entrecerro los ojos para mirar con rabia a la causante de esa tortura, pero esta estaba de espaldas y no pudo recibir todo su odio. Zelda, su hermana, estaba sentada al lado de su prometido, Archibald Cobyn, y no parecia tener intencion de prestar atencion a Harriet, a quien habian obligado a ir al servicio porque se haria la primera amonestacion del compromiso. Harriet penso que al menos podria haber tenido la cortesia de sentarse a su lado para poder utilizar su hombro como almohada. Sin embargo, prefirio ocupar asiento al lado de su prometido, la senora Corbyn y su padre, el senor Broome. Ella habia quedado relegada una fila atras junto a la hermana menor de su proxima familia politica, Bernadette Corbyn, quien no parecia lo suficientemente amable para prestarle su hombro y, a decir verdad, tampoco se veia mas despierta que ella. --Tus bostezos me estan provocando sueno --dijo la joven con voz ahogada, mientras tapaba su boca con una mano. --?Tambien te han obligado a venir? --le pregunto, observandola. No debia tener mas de catorce anos. --Gideon no nos habria perdonado si algun integrante de la familia no hubiera asistido a este emblematico momento --respondio sin sarcasmo. Harriet casi habia olvidado que el hombre que estaba a punto de dormirla por aburrimiento era hermano del novio y, por ende, seria parte de su familia politica. Por suerte, era un parentesco muy lejano, porque Harriet no lo soportaba en ninguna de sus facetas. Como vicario y como persona en general tenia muy buena reputacion, no habia nadie en ese dichoso pueblo que no lo quisiera, pero ella tenia otra perspectiva del reverendo Corbyn. Hacia un tiempo, el intachable vicario habia participado en un engano que Archibald Corbyn habia hecho a su hermana Zelda, y si a eso le sumaba que creia que aspirar a lo mejor era malo, no le causaba ni un poco de simpatia. A decir verdad, a excepcion de la joven a su lado, a quien no conocia lo suficiente para emitir un juicio, los miembros de esa familia no le simpatizaban en absoluto. Nunca dejaria de pensar que, si Zelda iba a abandonar su ferrea decision de no casarse, al menos podria hacerlo con un lord. No importaba que fuera un baron o un vizconde, pero que fuera alguien que pudiera presentarle a ella un noble importante con el que se pudiera casar. Lamentablemente, el corazon no era sensato. Harriet toleraba la situacion solo porque su hermana estaba enamorada. Por eso y porque todavia tenia la esperanza de que los Corbyn tuvieran algun conocido con un titulo nobiliario de renombre. --Si no llego a venir, Gideon me habria dado un sermon mas largo que este --continuo la joven a su lado. Harriet agradecio tener otra cosa en la que fijar su atencion--. Supongo que imaginaras lo catastrofico que eso seria. He venido solo por eso, no porque nadie me pueda obligar. --Por algun motivo, a la joven le parecio importante hacer esa aclaracion--. Esa es mi excusa. ?Cual es la tuya? --Impulso momentaneo de amabilidad que no se volvera a repetir. ?No consideras pecado aburrir de esta manera a la gente? La joven solto una risa disimulada que resono en el lugar porque, justo en ese momento, el reverendo hizo una pausa. Algunas caras se giraron para buscar el origen de la interrupcion, pero solo la del vicario logro localizarlas. Bernadette se hizo la desentendida, pero Harriet no tuvo ningun reparo en responder a la mirada de reproche con una de desden. El suspiro, como si ella fuera un alma perdida, y continuo con el sermon. A Harriet no le importo. Era mejor ser una oveja descarriada que el hijo perdido de Hipnos. --Es probable que de todas maneras nos toque otro sermon en la casa. !Que mala suerte! Harriet estuvo de acuerdo, pero no respondio. Opto por colocar su brazo encima del respaldo del asiento y recostar su cabeza en la mano. Despues de unos minutos, no supo nada mas. *** --!Harriet! Harriet se enderezo y parpadeo con rapidez, no muy segura de quien habia interrumpido su sueno. Pronto descubrio que era su hermana. Zelda no la miraba con reproche ni con molestia, mas bien con resignacion. Despues de todo, no era tampoco una devota cristiana. ?Por que, entonces, habia interrumpido su sueno? --La misa esta a punto de terminar. <>, penso Harriet. Inclino la cabeza en agradecimiento a su hermana por el aviso y se froto los ojos. --Gideon no ha dejado de mirarte en todo el servicio --le informo Bernadette--. Creo que te espera un sermon particular. Pues se lo daria a la brisa, porque ella no pensaba escuchar ni una palabra mas de ese hombre en lo que le quedaba de vida. La misa finalizo con la ratificacion del compromiso de Archibald Corbyn y Grizelda Broome. Entonces, como ya no estaba prohibido hablar, empezaron las murmuraciones. Aunque a Harriet solia gustarle el chisme, no se detuvo a escuchar que decian del compromiso. Le hizo un gesto a Zelda para indicarle que esperaba fuera y salio de la iglesia de tres naves que, a pesar de ser relativamente amplia, la estaba sofocando. Cada vez habia mas gente en ese pueblo, y la misa de los domingos solia quedarse escasa de asientos. Cuando estuvo fuera agradecio la brisa invernal que le calaba los huesos. Se apreto un poco el abrigo y respiro hondo. Esperaba que Zelda no tardara, o se iria sola. --Harriet Broome. ?Has disfrutado de la siesta? --pregunto una voz femenina con humor tras ella. Harriet se giro. Una joven de abundantes cabellos negros, sostenidos de forma precaria pero sin perder la elegancia del peinado, la miraba con diversion y una sonrisa amable. La reconocio de inmediato, pero no le devolvio la sonrisa. No porque le desagradase, pues dificilmente Tess Witherow le caeria mal a alguien, sino porque Harriet reservaba sus sonrisas para los caballeros con titulo. --Ha sido bastante reconfortante --respondio, altiva. No se avergonzaba de nada. La joven se rio. Harriet admitia que tenia una sonrisa bonita. Bien, era bonita en general. Quizas, despues de ella, era la joven mas bonita con la que contaba ese pueblo. Tenia la tez palida, cabellos de ebano y unos ojos verdes muy brillantes. Tambien era muy elegante. Como no, si era la sobrina del duque de Alridge, posiblemente el personaje mas importante que tenia ese pueblo. Habia llegado hacia unos dias de Londres y lady Marjorie se la habia presentado. La joven desprendia simpatia inmediata y parecia imposible que a alguien le desagradara. Exudaba una energia contagiosa. Harriet habia decidido que podia mantener contacto con ella de vez en cuando, por si lo necesitaba. Segun recordaba, su hermano era marques. --Tendrias que haber visto como te miraba el reverendo. Lo siento, pero me ha causado demasiada gracia su expresion. Harriet la observo y evaluo mentalmente cuanta confianza podria depositar en la joven. Estaba claro que ella no era tan recelosa y veia en Harriet a algo mas que una recien conocida. Decidio darle un voto de confianza. Tal vez por fin alguien en ese pueblo pudiera comprenderla. --No tiene ningun derecho a reclamarme nada --espeto con altaneria. Al ver que la joven no mostraba oposicion a su afirmacion, continuo--: Me parece sorprendente que no este acostumbrado, si todos sus sermones son tan aburridos. --Tess, que habia estado sonriendo ante el despotrique de Harriet, dejo de hacerlo de pronto, pero Harriet no lo noto, concentrada en su queja--. Parecen disenados para curar el insomnio. --Harriet… --Lo peor es la forma en que los dice --continuo, sin percatarse de que su companera empezaba a hacer gestos raros con la mano--. Habla como si tuviera la verdad absoluta, como si el fuera perfecto, cuando, en realidad, es solo un mortal que peca mas que nosotros. Y hablo con base. --Harriet… --No tiene ningun derecho a aburrir asi a la gente. Deberia ser pecado. --Tess habia dejado de intentar atraer su atencion. Parecia resignada, esperando con paciencia algo inevitable--. !Y tres horas! ?Como alguien puede hablar tanto? --Eso podria respondermelo usted --replico una voz masculina a sus espaldas, con un deje de humor en su tono. Harriet dio un respingo porque reconocio la voz, pero antes de girarse compuso su semblante para que expresara indiferencia, como si no hubiese estado haciendo nada malo. --?No era pecado escuchar conversaciones ajenas, pater? Gideon contrajo el ceno, como hizo la ultima vez que la escucho llamarlo con el tratamiento que se les daba a los eclesiasticos catolicos. No quiso discutir el tema de momento. Ya sabia el que la joven tenia un caracter y una forma de pensar que no sabia si llegaria a comprender. --No es pecado, es mala educacion. Catalogaria mas como pecado hablar a las espaldas de alguien --respondio con suavidad. En su tono no habia reproche, mas bien cierta consideracion. Los que lo conocian sabian que preferia convencer con el dialogo a utilizar amenazas. Harriet se tomo su tiempo para responder, aunque en ningun momento demostro verguenza o arrepentimiento. Tess, al intuir que nadie le prestaria atencion, fue a buscar con quien hablar. No se molesto en despedirse porque parecian muy concentrados el uno en el otro para notarlo. --?Desde cuando es pecado decir la verdad? Que yo sepa, es una obligacion. ?Acaso han cambiado los mandamientos? --Los mandamientos son los mismos, pero creo que usted le esta dando una interpretacion erronea. --Desde mi punto de vista, es muy valida. ?Como es que dice? <>. --<> --puntualizo el--. Lo que usted ha dicho puede considerarse falso testimonio. --!Claro que no! Su sermon daba sueno. --Usted ha sido la unica que se ha dormido. --Porque los demas no tienen el valor. Se retaron con la mirada. Si la intencion del reverendo era que Harriet se arrepintiera de su accion, estaba perdiendo el tiempo. Ella estaba firme en su posicion y no pensaba ceder ante ese hombre que, desde su perspectiva, no tenia autoridad para reprender. Lo observo de arriba abajo con superioridad, y por primera vez se fijo en los detalles de su apariencia. Tenia los ojos verdes y los cabellos rubios cenizos, mas claros que los de ella, y algunos mechones enmarcaban su rostro porque no estaban bien peinados. A decir verdad, toda su apariencia era algo desalinada. La sotana estaba arrugada, a sus zapatos les faltaba lustre. Estaba claro que nadie se preocupaba por su apariencia, y a el no le importaba. De seguro se vestia a prisa para poder llegar a tiempo y aburrir a sus feligreses. Harriet, que apreciaba mucho la apariencia, no soportaba mirarlo por mucho tiempo. --Harriet, es hora de marcharnos --le dijo Zelda, acercandose. Acababa de despedirse de su prometido con un beso en un rincon oscuro de la iglesia--. Gideon, gracias por la misa. Cumplio las expectativas. --?Cuales eran? ?Dormir a la gente? --intervino Harriet, con tono de burla. Zelda la miro con reproche, pero ella no se inmuto. Gideon asintio ante el cumplido de su futura cunada y miro a Harriet, respondiendola con su silencio. Una de las cosas de el que mas disgustaba a la joven era que nunca parecia alterarse demasiado, ni siquiera mostrar absoluta molestia. Siempre lo trataba todo como un debate. Harriet habia escuchado que no reprendia como solian hacerlo los vicarios, con firmeza y severidad; mas bien hablaba y hablaba con calma hasta dejar clara su postura. Quizas fuera esa una tecnica mas efectiva. Las personas debian de portarse bien solo para no tener que escuchar un sermon similar al de la iglesia. Despues de echarle una ultima mirada, se reunio con su hermana, que ya habia empezado a marcharse. Esperaba volver pronto a Londres y conseguirse su propia familia, porque la posibilidad de quedarse en ese pueblo y tener que convivir con frecuencia con ese hombre le provocaba escalofrios. Dios no quisiera para ella un destino tan cruel. *** Gideon las observo marcharse y se limito a negar con la cabeza ante la actitud de la joven. Con regularidad, no le gustaba juzgar a nadie, y siempre creia que tras una actitud hostil o inmoral habia un antecedente que, si se resolvia, podria devolver a esa persona al buen camino. Por ejemplo, su hermano Archie era muy avaricioso, pero todo se explicaba con que su padre se habia muerto y la carga de una familia en la ruina le supuso un trabajo que no queria volver a pasar bajo ninguna circunstancia. Archie suponia que el no lo sabia, pero para Gideon era obvio. Si bien no aprobaba la actitud tomada por su hermano, si podia comprenderlo, y esperaba que, ahora que se iba a casar, pudiera mejorar esa actitud tan poco cristiana. La joven, en cambio, era un enigma. A Gideon le causaba mucha curiosidad saber que habia detras de tanta soberbia, si es que, por supuesto, habia algo, pues no era tan iluso como para creer que no hubiera personas realmente malas e incorregibles. Analizo lo que conocia de la joven hasta el momento. Una vez habian discutido sobre la novela Elogio a la locura, y dejo clara su postura de que aspirar a lo mejor no era malo. En otro momento, cuando el engano que su hermano Archie le habia hecho a las hermanas salio a la luz, la joven, furiosa, lo acuso de complice y le dio una bofetada que aun escocia si la recordaba. A decir verdad, cualquier otro la hubiera catalogado de alma perdida, pero Gideon se negaba. Al contrario: tenia una necesidad de saber mas de ella y saber si podria ayudarla que se incrementaba en cada encuentro. Si tan solo pudiera hacer que bajase la guardia… --?A que oveja descarriada estas pensando perseguir para que regrese al buen camino? -- pregunto a su lado la voz que reconocio como la de su hermano. --A Harriet Broome --respondio con sinceridad, todavia pensativo. Escucho la carcajada de su hermano y lo miro con severidad--. Estoy hablando en serio. --Lo se. Eso es lo que me hace gracia. No pierdas el tiempo, hermano, esa joven no tiene salvacion. Es una malcriada incorregible. ?Acaso has olvidado la bofetada que te dio? Gideon decidio ignorar ese detalle. --No, pero todos pueden salvarse. Tengo que pensar en como ayudarla. --Te dire en que tienes que pensar --le dijo Archie, colocandole una mano en el hombro en un gesto de camaraderia. Echo un vistazo hacia atras, donde estaban unas senoras hablando, y anadio--: Madre quiere hablar contigo. Yo estoy comprometido. Tu eres el siguiente hermano. ?Sabes lo que eso significa? Gideon miro hacia atras, donde estaba su madre conversando, y trago saliva. Por supuesto que sabia que significaba. Su madre tenia una obsesion por que todos sus hijos se casaran y llevaba bastante tiempo insistiendole a Archie y a el, que eran los que estaban en edad, para que lo hicieran. Si Archie estaba comprometido, todos sus esfuerzos irian a el. --Tengo que preparar el sermon de manana. Dile que pronto pasare a visitarla. Hasta luego. Mientras se apresuraba a rodear la iglesia para entrar por la puerta de atras, escucho la carcajada de Archie y la advertencia de que no podria escapar por mucho tiempo. Gideon no le presto atencion. Sabia que era verdad. Tambien era consciente de que su madre tenia razon, y, como buen reverendo, deberia buscar una esposa, pero hasta el momento no le habia llamado la atencion ninguna joven y Gideon era demasiado honesto para casarse por puros fines sociales. El matrimonio tendria que esperar hasta que apareciera la indicada. Una vez en la sacristia, se sento frente a la pequena mesa donde solia escribir sus sermones e intento elaborar el del dia siguiente, pero no logro concentrarse. Su cabeza se iba una y otra vez a Harriet Broome y a lo mucho que necesitaba esa joven que alguien le hiciera comprender que esa actitud seria su perdicion. Gideon sabia que no podia ser el salvador de todos, ni mucho menos, pero sentia una necesidad insistente con ella. Estaba claro que los sermones no harian mas que aburrirla, y tal vez no funcionase ninguna tecnica en general, pero Gideon tenia que intentarlo. Solo tenia que pensar en como. Si Dios lo queria, ella podria mejorar su actitud. Si no, pues seria una lastima, porque a Gideon le parecia una joven muy bonita, con sus rizos rubios, su perfil delicado y sus ojos azules como el del cielo. La belleza no era una virtud, pero le parecia que la vida le habia dado un regalo y que por dentro tuviera tanta soberbia solo era una forma de desaprovecharlo. Ojala pudiera ayudarla. Ojala que se dejara ayudar. Eso seria, sin duda, el mayor reto, pero el estaba dispuesto a enfrentarlo y rezar por salir victorioso. Capitulo 2 Harriet se miro por ultima vez en el espejo, se sonrio, y, con los hombros rectos, salio de la habitacion con su vestido verde esmeralda cubierto por un abrigo de lana. En la sala que habia antes del vestibulo encontro a su hermana y a su padre. Ambos estaban echados en un sillon en posiciones muy poco elegantes. Se enderezaron en cuanto la vieron entrar. --!Al fin! --exclamo Zelda. Se levanto y se aliso la falda del vestido como si no tuviese mucha importancia que se hubiera arrugado--. Llevamos media hora esperandote. Vamos a llegar tarde. --Hacerse desear es una tecnica infalible para generar interes --respondio Harriet de buen humor. --Vamonos --le dijo Zelda a su padre, sabiendo que era inutil discutir con Harriet. Una vez en el carruaje que los llevaria a la mansion de los Corbyn, donde se celebraria la fiesta de compromiso de su hermana, Harriet decidio tocar el tema que le interesaba. --La tia Helen me ha escrito. Dice que no vendra estas Navidades ni podra estar en la boda de Zelda, pero que estaria encantada de recibirme en su casa para la proxima temporada. Solo seria cuestion de que cubrieras todos mis gastos. Ni siquiera tendrias que ir. La mueca de disgusto del senor Broome no fue muy alentadora. Aunque su padre le habia asegurado que regresarian a Londres para la temporada, cada vez se mostraba mas cercano a ese pueblucho y menos dispuesto a abandonarlo. --No entiendo por que quieres ir a Londres. Si Zelda ha podido conseguir marido aqui, tu tambien puedes. En Londres fuisteis un fracaso y otra temporada podria ser un gasto innecesario. --No fuimos un fracaso. Al menos, yo no lo fui --protesto Harriet, muy ofendida. --No recuerdo tener la casa llena de pretendientes tuyos. --Porque yo no alente a nadie, ya que ninguno era digno de mi --respondio como si fuera obvio--. Ademas, no nos colamos con lo mas exquisito de Londres. La tia Helen me prometio que esta temporada conseguiria invitaciones de las fiestas mas codiciadas, aquellas donde van los lores. Ahi si conseguire un esposo digno. Zelda puso los ojos en blanco, pero Harriet la ignoro, convencida de que su prediccion era cierta. --Aqui la nobleza es escasa. La unica forma de que me case con alguien que haya conocido en este pueblo es que sea un lord que llegue de visita --continuo--. Zelda, ?no conocen los Corbyn a algun lord importante? ?No habran invitado a alguno a la boda? --No lo se y no me importa --respondio su hermana sin mucho interes. Miraba por la ventana, ansiosa por llegar. --Deberia de importarte --mascullo Harriet. Despues se giro hacia su padre--. ?Me pagaras la temporada? --Esta bien, esta bien --dijo el senor Broome, harto de la conversacion. Harriet, contenta, no dijo mas en el corto trayecto. Llegaron a la fiesta de compromiso. Despues de saludar al senor Corbyn y a su madre, Zelda se quedo junto a su prometido, su padre se fue hacia la mesa de los aperitivos y Harriet se quedo haciendo una rapida exploracion del panorama. Miro con aburrimiento de un lado a otro. Estaba el duque de Alridge hablando con otro invitado. A Harriet le parecia una lastima que los pocos lores que habia en ese pueblo fueran tan mayores. Que fueran feos hubiera podido pasarlo, pero la edad ya era un detalle, a su parecer, mas relevante. Siguio buscando. Esperaba encontrar a lady Marjorie, la hermana del conde Royston, que, dicho fuera de paso, era extrano que estuviera en esa fiesta. A pesar de que los Cavendish eran familia de su madre, tenian una fuerte enemistad con los Corbyn por una rencilla pasada que Harriet no conocia. Lady Marjorie debia haber asistido a la fiesta solo por respeto a la invitacion que Zelda le extendio. A Harriet no le importaba. Queria encontrarla porque esta le habia prometido conseguirle un buen partido y tenia la esperanza de que tuviera alguna buena noticia para ella. En el pueblo todos la conocian como la mejor casamentera del lugar. Con algo de suerte, encontraria un caballero digno de Harriet, y asi no tendria que enfrentarse a la competencia en Londres. Mientras intentaba localizar a lady Marjorie, su vista se detuvo en el conde de Bollinger, acompanado de su abuela. Era un caballero joven, el mejor partido de ese pueblo, al que Harriet habia sonreido dos o tres veces sin exito. Ante su evidente desinteres, lo descarto. Si no era lo suficientemente listo para apreciar su gran belleza, no merecia sus esfuerzos. Ademas, decian que estaba interesado en la mayor de las Cavendish, lady Hailey. Harriet no pensaba rebajarse a luchar asi por un conde. Si fuera un marques o un duque, se lo pensaria. --Hola, Harriet. Reconocio la voz, pues ya la encontraba familiar, y esta vez decidio corresponder a su sonrisa. La joven Tess llevaba un vestido blanco perla muy elegante, de seguro confeccionado por la mejor modista de Londres. Harriet tenia que preguntarle cual era. Si iba a participar en una nueva temporada, tendria que asegurarse de que todo confabulara para hacerla mas irresistible de lo que ya era. --Buenas noches, Tess --dijo con amabilidad, observandola con discrecion de arriba abajo. Ya habia notado que siempre iba muy elegante y arreglada. Cada cabello estaba en su lugar, el vestido perfectamente planchado. Verla inspiraba una calma que contrarrestaba con toda la energia de la dama. --?Buscabas a alguien? He notado que hacias un recorrido visual del salon. --A lady Marjorie. ?La has visto? Tess sonrio y sus ojos brillaron de picardia. --La vi cuando llegue, pero no se donde esta ahora. Aunque supongo que muy ocupada. -- Eso ultimo lo dejo caer como quien lanza un panuelo seguro de que el otro lo recogera. Harriet lo recogio. --?Que quieres decir? Tess se inclino hacia ella y miro a ambos lados para anadirle suspenso a la situacion. Despues, susurro: --Estaba con lord Ridgeway. Es un caballero que lleva largo tiempo mostrando interes en lady Marjorie. Un interes correspondido. Segun he oido, esta noche se anunciara oficialmente su compromiso. Ademas, es un conde muy guapo, y dicen que bastante rico. --Se encogio de hombros, como si eso ultimo fuera lo menos importante de toda la historia. Para Harriet era lo mas importante.

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  • Un caballero inconveniente de Catherine Brook

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    Inglaterra, 1830 Habian pasado cuatro anos desde que Edwin Allen habia asistido a una fiesta de esas. En general, las semanas campestres de lady Pembroke eran del agrado de toda la sociedad, y bastante anheladas por aquellos jovenes que ya se sentian preparados para entrar en el mundo tragico pero ineludible del matrimonio. El no estaba listo, y dudaba que algun caballero de veinticuatro anos recien salido de la universidad lo estuviese. A menos, claro, que fuese un hombre con un fuerte sentido de la responsabilidad y apego a lo tradicional, virtudes que nadie podria adjudicarle jamas. En realidad, era muy dificil que le adjudicaran alguna virtud. Edwin sonrio ante el pensamiento y tomo un sorbo de la copa, su unica compania en el solitario jardin. Para su gran fortuna, era el baile de inauguracion y todos estaban dentro festejando, por lo que era improbable que lo importunaran. No era que detestase las fiestas o a las personas, solo que el preferia entretenimientos mas interesantes. De preferencia, con mujeres menos recatadas que las alli presentes y caballeros tan bromistas como el. Todavia recordaba la discusion que tuvo con Julian al respecto. --Se que eres un adulto, pero el sentido comun me dicta que no es conveniente dejarte solo en casa --habia dicho su hermano Julian con tono inflexible despues de que Edwin rechazara rotundamente la idea de ir a la semana campestre de lady Pembroke. --Si ese es el unico inconveniente, me quedare en un hotel --habia respondido el, haciendo que en los rasgos de Julian apareciera esa mueca contrariada que tanto le divertia. --No, no es el unico. Estas en edad de empezar a introducirte en sociedad. La aristocracia sabe que te has graduado, les ha resultado toda una sorpresa porque todos juraban que te expulsarian. Han empezado a incluirte en las invitaciones. --Espero que no tengan la absurda idea de que me he reformado, porque de ser asi… --Edwin --habia interrumpido su hermano--, ya no eres un jovenzuelo. --Que haya pasado la etapa de bromas no me hace un caballero respetable. No tengo animos para tratar con gente estirada y damas que parpadean como si los ojos se le fueran a secar solo por no pestanear cada medio segundo. !Por Dios, Julian! Sabes que asistir a esa fiesta en particular es gritar que estas buscando esposa. Soy muy joven para eso. No pienso ir y es mi ultima palabra. Por supuesto, no habia contado con que el conde de Granard, que siempre habia sido mas bien benevolente con el y con su melliza Clarice, se pusiera inflexible en el tema. Habia pocas personas que pudieran obligar al famoso mellizo Allen a hacer algo que no deseaba, y Julian estaba en ese reducido grupo que solo conformaban el y Clarice. El primero porque habia sido lo mas cercano que tuvo a una figura paterna cuando quedaron huerfanos a los siete anos, y la segunda porque era su melliza, su otra mitad, y no habia nada que Edwin no hiciera por ella… aunque moriria antes de confesarselo. Asi pues, valiendose de ese respeto que Edwin le tenia, habia conseguido arrastrarlo hasta alli. Por fortuna, Edwin era el cuarto hijo de un conde y sus posibilidades de heredar un titulo eran casi nulas. De lo contrario, estaria rodeado de jovenes casaderas que lo asfixiarian con sus perfumes de rosas y lo marearian con tanto aleteo de pestanas. No tener una fortuna considerable y ser bastante joven tenia sus ventajas. Cuando todos comprendieran que no se habia regenerado --y el se encargaria de que quedase claro-- todo volveria a la normalidad. La aristocracia dejaria de enviarle invitaciones y darian un paso hacia atras cada vez que lo vieran entrar. Despues de todo, si algo inspiraban los mellizos Allen era cautela, y no era para menos. Todos sabian que fueron los mellizos quienes, a la tierna edad de ocho anos, liberaron a los perros de caza en el almuerzo de lady Milford, y ni que decir de cuando Edwin habia incendiado un salon en Eton --y por eso fue expulsado--. La sociedad estaba siendo demasiado idiota al pensar que un personaje como el se podia reformar. Sabia que algunas matronas estaban desesperadas por casar a sus hijas, pero no era necesario llegar a fantasias absurdas. -- Edwin --susurro una voz suave a sus espaldas. Edwin se tenso y se permitio hacer una mueca de repulsion antes de girarse con una sonrisa algo tensa. --Lady Lydia, que sorpresa. En realidad no lo era en lo absoluto. Sabia que la dama estaba alli: llevaba intentando evitarla toda la noche. Supuso que habia sido demasiado optimista de su parte pensar que podria huir de ella toda la semana. --No sabia que habias regresado. Me alegra mucho volver a verte --dijo con una sonrisa. Edwin admitia que tenia una sonrisa bonita. Lastima que fuera lo unico en su rostro. No habia cambiado en lo absoluto desde la ultima vez que la vio; si acaso se habia vuelto mas fea. Tenia una nariz gruesa, como la de las ilustraciones de las brujas en los cuentos; unos ojos muy grandes y un rostro demasiado redondo. Su cuerpo prometia ser un poco mas tolerable, pero era dificil de descifrar con tantas capas de tela encima. La sociedad no las apodaba a ella y a sus hermanas <> por nada. --Llegue hace poco. Por mas que la cortesia lo exigiera, Edwin no se atrevia a responder con un <>. No solo porque no se alegraba, que ya era una razon muy poderosa puesto que el no solia hacer uso de ese tipo de mentiras, sino porque solo agravaria el problema. Habia pensado que una separacion de cuatro anos lo solucionaria por si solo, pero cuando la joven habia intentado llamar su atencion esa noche supo que habia pecado de ingenuo. --Podrias haberme escrito. Edwin tuvo que contener una mueca. No, definitivamente el problema no se habia resuelto. Habia sido demasiado esperar considerando que era un Allen, un apellido maldito para la sociedad, ya que quienes los portaban vivian entre lios y escandalos. En el caso de los mellizos Allen, y de el en particular, los problemas no los encontraban, sino que ellos mismos, ansiosos de diversion, iban en busca de estos. Sin embargo, en ese caso particular, el problema si lo habia encontrado. !Y vaya problema! Todavia recordaba aquel dia con un escalofrio. Clarice y el estaban haciendo un favor que implicaba el allanamiento de habitaciones privadas durante una fiesta. A punto de ser descubiertos, Edwin habia salvado la situacion haciendose el perdido y pregonando que habia quedado con lord Sheritong para hablar de los terminos del cortejo de su hija. Que diablos iba a imaginar que lord Sheritong se enteraria. Asi fue como termino haciendole la corte a Lydia, que, por mas que el solia mostrarse desagradable, se aferraba a el como su tabla de salvacion. No era de extranar. Ella no tenia mas pretendientes y queria conservar al unico que tenia, asi fuera tolerando sus desplantes. A la larga, a Edwin le habia dado pena la joven y habia dejado de comportarse como un desalmado, pero no habia dudado en aprovechar su regreso a la universidad para poner fin a aquel cortejo tan espantoso. O al menos creyo haberle puesto fin. Aunque las pruebas apuntaran lo contrario, todavia queria creer que la joven se habia acercado a saludarlo solo por amabilidad. Si, eso es algo que ella haria. --Los chismes llegan mas rapido que una carta --apunto Edwin, fingiendo indiferencia--. Y hablando de chismes, no deberias estar aqui fuera mucho tiempo. No es bueno para tu reputacion. Lydia lo miro de una forma extrana, como si no lo comprendiera. --?Te sucede algo, Edwin? Te noto extrano. --Estoy bien. Pero deberiamos regresar… --Hizo ademan de marcharse. Si no se iba ella, tendria que hacerlo el. Una situacion asi era tentar demasiado al apellido Allen. --No entiendo la urgencia. Se que no es correcto, pero ya que nos vamos a casar… Edwin no escucho lo que dijo despues de eso. La insinuacion del matrimonio lo detuvo en seco. ?Casar? ?Se habia vuelto loca? Seguro que si. En cuatro anos podian suceder muchas cosas, y no era por ser cruel, pero el constante rechazo al que Lydia debia haberse visto sometida podia haber afectado sus capacidades mentales. Suponia que era uno de los efectos mas drasticos de saberse una solterona. Algunas se amargaban, otras vivian de ilusiones y unas pocas como lady Lydia mezclaban esas ilusiones con la realidad hasta fusionarla y convertirla en un mundo ideal que solo ella veia, con un caballero solo para ella. Edwin debia dejarle claro que el no podia ser ese caballero. --?Casarnos? Tenia muchas cosas mas que decir, pero la incredulidad lo superaba. La palabra le causaba fobia. Casarse. Asumir responsabilidades. De verdad ella se habia vuelto loca. Tomo un sorbo de licor para tranquilizarse. Lydia lo miro con extraneza. --Antes de marcharte dijiste que cuando regresaras nos casariamos. Edwin casi se atraganta con la bebida. Su piel palidecio dos tonos. El no pudo haber dicho semejante idiotez. Era cierto que mentia con frecuencia para salir de problemas, y tambien recordaba que antes de enfrentar algunos encuentros con ella se tomaba unas cuantas copas para darse valor, pero que lo condenaran si habia prometido semejante cosa. Bajo ninguna circunstancia, ni siquiera borracho, podria haber mencionado algo tan absurdo. Edwin se tomaba muy en serio su libertad. Jamas bromearia con ello. Definitivamente esa joven habia perdido el juicio. --Bueno, esas no fueron tus palabras exactas --continuo ella al ver su expresion de incredulidad. Edwin respiro con alivio. Le alegraba saber que no era el quien estaba perdiendo la cordura--, pero dijiste que necesitabas ir a la universidad para poder ofrecer a la dama con la que te casaras un futuro prometedor. Dijiste que mi padre jamas aceptaria a un don nadie en la familia. Eso si lo recordaba. Si, eso habia sido con exactitud lo que habia dicho, aunque estaba seguro de que la mencion de lord Sheritong habia sido un ejemplo y no una insinuacion. Recordaba haber dicho: <>. Dicho de esa forma si parecia una indirecta, pero !que diantres! Estaba demasiado desesperado por quitarsela de encima.

  • Amar sera suficiente (Ley OSDE 2) de Jennifer Palau

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    En medio de otra rebelion en la que la Organizacion combate el Anexo de la Ley OSDE, que nuevamente siembra el caos en la sociedad, Nina lucha contra su lado oscuro. Al mismo tiempo, Izan debe tomar una decision para protegerla, pues han cometido el error de olvidar que enamorarse podia conllevar ser impulsivos, sobre todo ante el peligroso Hans Blake, dispuesto a mantener su mandato, incluso llevando a cabo unos planes que jamas nadie podia imaginar.
    Para ella, el es un enemigo.
    Para el, ella es un recuerdo.

  • Solo tuyo (La fuerza de amar 1) de Barbara Crespo

    https://gigalibros.com/solo-tuyo-la-fuerza-de-amar-1.html

    Corrigiendo gracias por las observaciones.

  • Companeros y amantes de Tara Taylor Quinn

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    Desde que su madre los habia dejado, Kelsey Shepherd vivia con su padre, Mark, que ademas era el director de su colegio. Kelsey queria a su padre y echaba mucho de menos a su madre, pero no le gustaba el secreto que su madre le habia pedido que guardara.

  • El caso Hartung de Soren Sveistrup

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  • El asesino de Noxpoint de Janeth G. S.

    https://gigalibros.com/el-asesino-de-noxpoint.html

    Rachel Hill aparece muerta en su habitacion, estrangulada. En Noxpoint, un pueblecito de menos de quinientos habitantes, todos se conocen. Nadie sabe que el culpable es Max Russell, un muchacho de dieciocho anos con tendencias psicopatas que sigue matando, para horror de los indefensos habitantes de la poblacion. Pero de repente, cuando se descubre la tercera victima de Max, aparece una cuarta, y el sabe que no es el asesino... y que este le esta vigilando. De cazador a presa, Max tendra que averiguar quien es el otro asesino de Noxpoint para que su propio secreto no salga a la luz.

  • Guerras mescalero en Rio Grande de Alber Vazquez

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    Esta gran novela de aventuras narra una historia que nadie conoce: la de los espanoles que, en el siglo xviii, vivieron entre las riberas de los rios Grande y Pecos. Colonizaron aquellas tierras y fueron los primeros en enfrentarse a un enemigo fiero e imprevisible: los apaches.

  • Un escoces despistado para la chica de al lado (Adonis tours 4) de Sandra Bree

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    Vengo de Inverness, en Escocia. Bueno, mas bien de un sitio muy cercano que ni siquiera aparece en los mapas. De hecho, el senor Google, cuando le pregunto mi direccion --porque si, lo he hecho en alguna ocasion, me gusta charlar con Google y a veces hasta discutimos-- me dice que no existe. Me llamo Sean McArthur, y en otro tiempo mi clan fue muy poderoso. <>. En cambio, ahora estamos todos muy desperdigados. Tanto que no se ni donde viven mas de la mitad de mis parientes. !Pero para el caso que nos hacemos...! Tenemos un grupo de WhatsApp --?que familia no lo tiene?-- y ahi cada uno ve los mensajes cuando le sale de la gaita. Y hablando de gaitas, ahora que he sacado el tema, soy fan, muy fan de tocarla. Si hay algo que tengo muy claro en esta vida, es que la mujer que me quiera a mi debe de querer a mi gaita. ?Por que digo esto? Pues porque a la ultima que le dije --me habia enamorado de verdad-- que la amaba tanto como a mi gaita, se enfado y no volvio a hablarme nunca mas. Supongo que se puso celosa y por eso no quiso saber nada mas de mi. Reconozco que lo pase muy muy muy mal cuando se marcho. Fueron un par de horas bastantes jodidas. Pero, como dice mi abuelo, el laird de los McArthur --titulo que le otorgamos los nietos para hacerle ver que es un dictador--, <>. No es que sea una frase de grandes y poderosos sabios, pero hay que admitir que tiene su verdad. Tras mi desengano amoroso, decidi que tenia que salir de mi fortaleza --que quede claro que no exagero. Vivo en un castillo que necesita mas reparaciones que la ciudad de Nueva York despues de ser atacada por los alienigenas de la pelicula de Independence Day--. Mi abuelo y mis padres estan empenados en restaurarlo para convertirlo en algo parecido a un museo. De momento han permitido que rodasen alli algunas escenas de peliculas. Por casualidad cayo en mis manos una oferta de trabajo en Espana. Cumplia con los dos requisitos mas importantes: hablar perfectamente el castellano y medir mas de 1,80. Mido 1,93 y el idioma lo domino fenomenal. Siempre me ha llamado mucho la atencion ese pais, que encima presumia de sus mujeres morenas de ojos oscuros y cuerpos de guitarra. Unas verdaderas bellezas. La agencia Adonis Tours me acepto y, aunque no sabia muy bien de que iba aquel trabajo, con mi maleta en una mano y mi gaita colgada del hombro, sali de Escocia. El viaje no se me hizo muy largo. Fue vuelo directo a Madrid. Sin embargo, reunirme con mi jefe, Anthony --un tio que, sin exagerar, su cabeza me llegaba por el torso-- y con los otros Adonis que, como yo, llegaban en diferentes vuelos, fue una completa odisea. Todo gracias a mi gran facilidad para perderme, porque hay dos cosas que me definen muy bien: mi sentido de orientacion funciona como el culo, y tengo panico a todas las cosas que sean paranormales. Si alguien quisiera torturarme, no tendria mas que hacerme ver una pelicula de terror con espiritus o regalarme una guija. Durante un buen rato estuve deambulando por la terminal, hasta que escuche por los altavoces que me llamaban y me daban un punto de encuentro. Sin embargo, yo no encontre ni punto de encuentro ni nada. De hecho, casi estuve a punto de embarcarme otra vez --por error. Se me ocurrio que, si me escuchaban tocar la gaita, ellos me encontrarian a mi. Y no solo me encontraron, sino que la gente, muy amable, me regalo dinero por haberlos deleitado con tan bonitas canciones regionales. Ese dia conoci a los Adonis. Eramos un grupo de lo mas variopinto y, por que no decirlo, de lo mas sorprendente. La gente nos miraba con curiosidad, y no era para menos. Los cinco teniamos una altura considerable. De los que no necesitamos subir a una escalera para cambiar una bombilla. Aunque obvio, en mi fortaleza usabamos andamios para hacerlo, por eso dejabamos que se fundiesen unas cuantas antes de reponerlas. De los cinco Adonis, se encontraba Dase, un etiope tan negro como el ebano y, aunque este mal admitirlo por eso de ser tio y esas cosas, tengo que reconocer que era un joven muy atractivo, de boca ancha y expresivos ojos negros. Vestia de manera muy elegante y costosa. Despues estaba Erik, el noruego, un tipo que me recordaba a algun dios nordico, todo rubio de melena larga y que llevaba ropas de lenadores --en las peliculas suelen vestir asi--: camisa de franela de cuadros y jeans con botas altas, de esas que tienen un doblez superior y se ven forradas de lana de cordero. Y luego Tane, el surfero maori, una mole de tio que media al menos dos metros, con un cuerpo capaz de ocupar tres plazas en un autobus. Por ultimo estaba Stefano, el italiano. Era de Verona. Al principio pense de el que era un hombre con mala memoria. Apuntaba en una libreta todo cuanto ocurria a nuestro alrededor, sin embargo, luego supe que era escritor de novela romantica, conocido en el gremio por Steve Norton, su seudonimo. Desde el aeropuerto, nos trasladamos todos juntos en la furgoneta de la empresa hacia nuestra residencia, situada en el barrio de La Latina. Durante el viaje me habia hecho a la idea -- supongo que al igual que mis companeros-- de que se trataria de un sitio chulo y luminoso, con ventanales enormes en el dormitorio y bano tipo spa. Con piscina y solarium, eso venia escrito en el contrato ?O era en el mismo folleto? El caso es que, cuando llegamos, todo fue muy diferente. El lujo y el glamour que habia esperado eran inexistentes. De hecho, la piscina era de esas desmontables situada en la terraza, y antes de entrar en ella debiamos ducharnos con una manguera verde, que tambien servia para regar las macetas. Luego estaba el tema de la lavanderia. Ahora me atrevo a entrar con un poco mas de seguridad, pero los primeros meses era capaz de dar dinero para que me hicieran la colada. Es mas, alguna vez se la habia dado a Dase para que la llevase a la lavanderia a la que el solia acudir. Y es que Dase era un poco especial con la ropa --ya lo he dicho antes--, siempre va que parece un maniqui de escaparate. O como se dice aqui en Espana, como un pincel. La lavanderia o, para no andarme por las ramas, el lugar donde se encuentra la lavadora, es un sotano lugubre y humedo que me recordaba a un deposito de cadaveres. La luz del techo parpadeaba cada vez que la encendiamos, y la lavadora, cuando centrifugaba, se desplazaba unos metros hacia cualquier lado. Por si eso fuera poco, el ascensor subia y bajaba cuando le daba la gana. Mi dormitorio estaba en frente del de Tane --en realidad su nombre es Tangaroa Evaristo Waititi Lopez. Desde luego, sus padres se vengaron de el al nacer--. Ambos eramos los unicos que teniamos balcones al exterior. A mi porque me toco, en cambio, Tane lo pidio porque es un poco... curioso. Se siente mas cerca de la gente asomado a la calle con los brazos cruzados sobre la balaustrada. Y es que le encanta estar al aire libre y, como no, oler el aroma a queso que ascendia del local que habia abajo. Una tienda donde se podia encontrar cualquier clase de queso, desde un cabrales, pasando por la burrata, hasta un buen roquefort. Y Tane perdia el sentido por este alimento y por la duena de la boutique, por supuesto. Su novia Olivia. Stefano, por eso de que necesitaba escribir en silencio, se habia quedado con la alcoba que estaba mas cerca de la escalera y cuya ventana daba a un cochambroso patio interior. Dase y Erik se habian pillado los que quedaban en medio. A pesar de que la residencia no era lo esperado, muy pronto los cinco nos adaptamos a ella. Y de ser simples companeros de trabajo, nos convertimos en grandes amigos --ahora no me refiero a nuestra altura. Me daba cosilla pensar que era lo que iba a pasar una vez que se nos acabara el contrato, aunque aun quedaba tiempo, y quiza, solo quiza, algunos querriamos prorrogar. Capitulo 1 Finales de octubre Siempre me despertaba antes de que sonase el despertador. Me gustaba levantarme temprano y ser uno de los primeros en meterme debajo de la ducha, aunque la goma que la sostenia soltaba mas chorros que la propia alcachofa. Tambien me levantaba pronto porque, al dormir en una habitacion exterior, escuchaba todas las mananas como subian los cierres de los negocios y los saludos exagerados de los porteros que limpiaban sus portales. Eran tan escandalosos como los Celtic de Glasgow cuando el equipo ganaba. Ahora ya estaba acostumbrado a estas cosas pero, al principio, me daba la sensacion de que subian hasta mi dormitorio para dar voces. Por otro lado, es que yo tengo un oido muy fino. El laird decia que yo dormia con un ojo cerrado y otro abierto como los conejos, y debia de ser verdad, porque gracias a ese oido portentoso habia ayudado a descubrir que, en la residencia, entre nosotros, habia un okupa. Y cuando digo okupa, ni me equivoco ni exagero. En varias ocasiones he tenido que sacarlo de mi cama cuando alguna noche he llegado algo tarde. Se trata de un antiguo Adonis llamado Arnold que, en mas de una ocasion, nos robo la comida. Aunque eso habia sido lo de menos, lo importante es que me tenia acojonado. Habia pensado que una presencia extrana y sobrenatural convivia entre nosotros; abria y cerraba grifos, el ascensor se movia solo, se zampaba nuestra comida, dejaba fria el agua de la ducha, movia cosas de un lado a otro... Fruto de esa obsesion habia llegado a colgar una ristra de ajos junto a la puerta. Stefano decia que los ajos eran para ahuyentar a los vampiros pero, por si acaso, no pensaba quitarlos. El caso es que ahuyentaran a algo. De todas maneras, ya le habia advertido al tipo en cuestion que, como volviese a coger algo sin permiso, le iba a arrancar la piel a tiras. De momento no habia vuelto a meter sus zarpas en mis natillas de chocolate. Ni sus pudorosas partes en mi cama. Abri la persiana y me asome al balcon. Estuve a punto de tragarme a un sujeto que estaba enganchando las luces de Navidad en la fachada del edificio. El hombre tuvo la suerte de reaccionar con rapidez, cual Spiderman, y de la impresion se aferro a la barandilla de hierro. Se quedo colgando en el vacio, con los pies en el aire. Observe que llevaba unos guantes de lana, de esos que si coges nieve --que no habia todavia-- se empapan, o si se agarran a una barandilla de hierro, resbalan. --Buenos dias --le dije, amable. El alzo la vista hasta la mia. Era la misma mirada que la de mi primo cuando necesitaba pasar al bano e iba diciendo que tenia la tortuguita fuera del caparazon--. ?Necesita ayuda? El sacudio la cabeza. Bueno, en realidad sacudio todo su cuerpo. !Era increible la fuerza que hacia el hombre para sostenerse sin caer en el abismo! --?Y que? ?Estan poniendo las luces de Navidad? --pregunte para entablar conversacion. Uno no se encontraba todos los dias a alguien dentro de su casa. --?Que pasa? Buenos dias. --La voz de Tane llego desde su balcon. Con seguridad habia escuchado ruidos tambien y habia salido a ver que estaba ocurriendo--. ?Has visto que tienes a un tio colgando de la barandilla? --Si, estan adornando las calles. Espero que estas luces no vengan acompanadas de esa musiquilla que entonan villancicos a todas horas. --Le ensene el brazo--. Mira, tengo los pelos como escarpias. Estoy emocionado, van a ser mis primeras Navidades en Espana. --Oye --Tane senalo al operario--, creo que te esta diciendo algo. Era verdad, el tipo me miraba fijo y susurraba. Agitaba las piernas y el tronco de un modo convulso. --No le escucho bien --le dije acercandome un poco mas e inclinandome hacia el. Lei en sus labios que formaba la palabra <>. --!Por todos los demonios del infierno! !Se esta electrocutando! --mire a Tane--. ?Que hago? ?Lo suelto para que caiga abajo? --!No! !Si lo tocas a ti tambien te dara un tabardillo! --me grito haciendome dar un ligero brinco. No sabia que era un tabardillo, pero me sonaba a mosquito gigante. Me puse nervioso. El hombre era capaz de morirse delante de mis narices. ?Y si lo empujaba con el pie? Era probable que se rompiese las piernas, las costillas, los brazos... pero quiza le salvaba la vida. Por suerte para ese pobre hombre, se fue de repente la luz de todo el distrito. Por suerte para el y para mi, que ya habia llevado el pie hasta los dedos de su mano. Esa situacion era menos graciosa que estornudar con cagalera. En ese momento, Tane llego corriendo para ayudarme a subirlo y meterlo en mi dormitorio. Lo tumbamos sobre mi cama. Yo di un paso atras cuando vi que el operario tenia todo el pelo revolucionado y, aunque me parecia increible --porque crei que solo pasaba en los dibujos animados--, su cara estaba manchada de negro como si le hubiese explotado una bombilla en la cara. --?Estas viendo eso, Tane? --Creo que voy a llamar a una ambulancia --dijo sacando su movil. Mientras el llamaba a emergencias, yo palmee el rostro del hombre. Tenia los ojos abiertos y me miraba como si yo hubiese tenido la culpa de aquello. --Me quiero marchar de aqui --dijo con voz ronca. --Tranquilo, no pasa nada --lo veia tan asustado que me hice el gracioso--, nadie te obliga a estar aqui conmigo. Si te quieres ir, ahi tienes la puerta, rompe el candado, saca las cadenas, cruza la fosa con cocodrilos, salta la reja electrica y... --!Sean! --Tane fruncio el ceno--. Electrica no, macho. El hombre gimio. De repente, mi dormitorio se empezo a llenar de gente. Entraron los companeros de luces del afectado; Marisa, encargada de la oficina de los Adonis; Duscha, una rusa que se dedicaba a la limpieza y el mantenimiento de la residencia; Dase, que miraba a todos con una toalla colocada en sus hombros, y por fin, los del Suma. --?Que ha pasado? --pregunto Dase. Tane se encogio de hombros. --Que se ha ido la luz. --Pero ?usted lleva mucho tiempo trabajando en esto? --le pregunto uno del Suma al paciente. --Unos meses --susurro con voz temblorosa. --Ay, ya lo dice el laird --solte sin pensar--: <>. --Salgan de la habitacion todos --ordeno un enfermero. Todos le hicieron caso y yo me senti muy aliviado, con tanta gente en mi espacio vital empezaba agobiarme. --Usted tambien --me senalo con el dedo. Sacudi la cabeza. Soy escoces, pero no gilipollas. --Este es mi dormitorio y aqui estan todas mis cosas, no les voy a dejar solos. --Para demostrarles que hablaba en serio, me cruce de brazos con las piernas ligeramente abiertas, a ver si tenian lo que debian tener para sacarme de alli. Era como el juego aquel del rey de la montana, en el que, si me querian desterrar, debia ser empujandome a la fuerza. Ellos se lo pensaron mejor y dijeron: --De acuerdo, puede quedarse, pero guarde silencio. --No van a saber que estoy aqui. Vi que colocaban al operario una via en el brazo, mientras otro le tomaba la tension. Rece para que no le pasase nada, sobre todo para que no muriese en mi dormitorio. Habia oido decir que las almas se adherian al lugar donde el individuo fallecia, y no estaba dispuesto a compartir cama con un fantasma. *** Carolina cruzo los brazos sobre el pecho. Suspiro con disimulo, cansada de escuchar a sus amigas que no dejaban de hablar de hombres de ciencia ficcion. Tal vez ellas no se daban cuenta, pero segun los describian, parecia que se trataba de superhombres con poderes. Que si. Que Carolina comprendia que les pudiesen gustar las novelas romanticas y, sobre todo, eso que ellas decian, los highlanders. Al principio tardo en descubrir que esos hombres eran escoceses. El nombre highlander le sonaba a marca de robot de cocina. Pero, obviando ese hecho, los escoceses que ella habia visto en television eran tipos normales y corrientes, puede que mas blanquitos de piel de lo acostumbrado y que abundasen sus cabelleras color zanahoria --aqui, en Espana, los hombres tenian fama de morenos, bajitos y regordetes--. Y luego los cuerpos, pues eso, habia de todas clases: altos, bajos, gordos y delgados. Pero highlander como tal, como ellas los describian, eran todos musculados, duros, altos, atractivos, fuertes, de piel bronceada que daba ganas de lamer, chupar, morder y succionar. !Vamos, que no! Que Carolina no tenia ningun interes en ver a un tipo con falda por muy buenas piernas que tuviese. De hecho, nunca se habia fijado en las piernas de un tio. Preferia un buen torso y un culo firme. Marta la observo frunciendo el ceno. --?Te estamos aburriendo, Carol? --Mas que ver una carrera de berberechos. --Sacudio la cabeza arrepentida--. Quiero decir, no, repasaba en mi cabeza la lista de la compra. Beatriz sonrio, divertida --Yo creo que, para que nos entiendas, deberias leerte un libro de highlanders. Vas a fliparlo. Los labios de Carolina compusieron un gesto hastiado. Leer no era uno de sus hobbies favoritos. --O puedes ver una pelicula --anadio Marta. --Ya vi una hace tiempo. Braveheart, y lo que mas recuerdo de todo es que los hombres se ponen a ensenar culos, ademas, que Mel Gibson puede que fuese un galan en su epoca, pero a mi... --Carolina chasqueo la lengua-- no me va mucho. --Intenta leerte un libro --le suplico Beatriz buscando algo dentro de su bolso. Carolina tenia que haber imaginado que aquellas dos forofas de la lectura llevaban siempre libros consigo--. Ten. Es Tierra audaz. Si esta novela no te engancha, no lo hara ninguna otra. Carolina cogio el libro y le echo un vistazo por encima. --!?Trescientas treinta y ocho paginas?! --Se leen en nada --insistio Beatriz--. Lo intentas, y si ves que no puedes, me lo devuelves. Carolina se rindio. --De acuerdo. Beatriz saco una libreta pequena, busco el boligrafo y, a medida que anotaba, iba diciendolo en alto. --Dejo la novela de Jude Deveraux, serie de Los Audaces, a Carol. --?Por que hace eso? --le pregunto Carolina a Marta. --Yo tambien lo hago. La gente tiende a devolver cualquier cosa que pide, excepto libros. No se por que, pero a mi me han desaparecido unos cuantos, y me duelen no por el gasto que conlleva, sino por lo hermosa que es la historia. --?No me digas que te lees los libros mas de una vez? --!Hombre, claro que si! Carolina deslizo los ojos sobre la portada de la novela. Un hombre rubio sobre un caballo blanco estaba inclinado para besar a una mujer de larga capa roja que parecia que le agarraba la pierna con desesperacion. Leyo: <>. Volvio a suspirar, esta vez de forma audible.

  • Ama de Jose Ignacio Carnero

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    Ama. Madre en euskera, o quiza la tercera persona del presente del verbo amar. Pero tambien las memorias de un joven abogado que descubre que la literatura ni siquiera puede embellecer las miserias de la vida -la precariedad, el desamor, o el duelo-.

  • Vamos a contar mentiras de B. S. Gairald

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    Una tormenta de nieve deja incomunicadas a cuatro amigas en una casa rural. Blanca y Concha son pareja, Helena y Sofia. no. Encerradas sin luz y sin cobertura, deciden contar historias para matar el tiempo: Blondie es una gata muy especial para su duena; en una zona rural, una cartera reparte algo mas que cartas; Dorian conoce a Malak; Leonor huye de su pasado; Almu y Mari son solo buenas amigas. por ahora; una sincronia sucede en Granada; un misterioso crimen sacude el bosque y dos investigadoras lo intentan aclarar; la abuela Juana tiene un secreto; Cati escribe los amores que quisiera para su vida. Las horas pasan y las cuatro amigas beben demasiado. Ademas, ellas tambien tienen su propia historia, asi que pronto afloran rencillas latentes y sentimientos soterrados. Esa convivencia forzada supondra un punto de inflexion en sus vidas. La primera obra de B. S. Gairald es un conjunto de relatos que tocan temas tan dispares como lo son las cuatro protagonistas que los narran: amores secretos o desinhibidos, soledad, esperanza, muerte, humor, destino. La autora combina mensajes <> y humor, dosis de cruda realidad y momentos de cierta magia.

  • Licantropa Urbana de Daniel Santos

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    Lucinda Fenrira
    La orgullosa hija del Alfa
    La Princesa de Licanes
    En Londres, al menos.

  • El invernadero de los tres elfos de Sabrina Blanco

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    Madame Yuvenia no quiere envejecer.
    Duena de la firma de cosmeticos “Belleza del Jardin” elaborados en sus laboratorios que iluminan la ciudad de Mildred Oscura, mientras ofrecen los remedios mas milagrosos para sus clientes, desde tener el rostro perfecto hasta la cura de las depresiones, su vida de riquezas estara a punto de cambiar cuando su perfido cientifico el Doctor Maquiavelli le informe de que ya no crecen las rosas de oro y plata elficas, fuente del poder de sus productos. Acompanada de su cocodrilo, Dena, Yuvenia recurrira a cualquier medio para no perder su poder, conjurando los mas terribles planes y traiciones .

  • LA ELEGIDA. EL NUEVO MUNDO de Eva Olarra Diez

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    Cuando en la tierra ya nada es lo que era y todo lo que conocimos ya no existe, se establece un nuevo orden con nuevas criaturas que hacen que la supervivencia sea un milagro. En la actualidad esta poblada por brujos, guerreros oscuros y otras criaturas sin alma.
    En todo este caos Veronica, la elegida y Jayden, un guerrero oscuro tendran que descubrir la verdad y enfrentarse a su propio destino.

  • Cuatro decadas y un amor de Maria Veronica Cochetti

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    Y finalmente llego el dia en que Paula se canso de tener amantes ocasionales; esos objetos sexuales buscados solo para pasar el rato. Hizo un breve repaso de como estaba su vida en esta etapa y se sintio sola. Arribo a la conclusion de que esas historias vacias de afecto no la estaban llevando a ningun lado. Respiro profundo y decidio que queria volver a ser feliz, compartiendo su vida con un companero que la abrace todas las noches y que la haga sentir valiosa y amada todos los dias. Se convencio en silencio y hasta con un gesto de resignacion, que era el momento de volver a querer y dejarse querer, aun corriendo el riesgo de volver a fallar. Esta sensacion de soledad, coincidio exactamente con un dia en que sus amigas la llamaron para saber porque estaba tan desaparecida. Era un viernes por la tarde de un caluroso verano en la ciudad de Rosario, cuando su voz al telefono denoto algo de melancolia. Su desanimo no paso desapercibido y fue por esa razon que la presionaron insistentemente para salir de copas, a reirse juntas y hacer catarsis grupal. Paula intento eludir la invitacion, pero no encontro una buena excusa que resultara creible. No le quedo otra opcion que aceptar salir con esas locas, que no aceptaban un no como respuesta, cuando de noche y diversion se trataba. Bueno... asi fue que se preparo desde temprano, se arreglo y pinto prolijamente las unas, aliso su cabello rubio y a pesar de creer que sus piernas siempre fueron demasiado largas, eligio unos zapatos con unos tacones de quince centimetros de altura para la ocasion. Se vistio pausadamente, mientras reflexionaba que deseaba que le depare el destino esa noche. Eligio una musculosa blanca con brillitos que contrastaba con su perfecto bronceado y una pollera floreada entallada, delicada y colorida. Se dio un toque de maquillaje muy natural realzando sus pestanas y salio determinada a encontrar al hombre de su vida. Aunque ella no se lo creyera, estaba hermosa e irradiaba frescura esa noche. La cita fue en Rock & Feller's, el bar ubicado sobre el boulevard Orono. Ese lugar de encuentro era frecuentemente el elegido por el grupo. Les gustaba la ambientacion tematica de rock, los tragos, los platos y la buena musica; pero tambien por ser lugar de encuentro de solos y solas. Lo consideraban un sitio muy jugoso para divertirse, aunque sea histeriqueando con la fauna del lugar. Sus amigas no sospechaban de sus intenciones de volver a enamorarse y esa noche (como todas las veces que salian juntas) la llevaron por el camino de la risa facil y las copas de mas. Pero el destino ya habia decidido por ella. Entre copa y copa sintio una mirada. Sintio una mirada de esas que se sienten en el corazon, de esas que cosquillean el alma y dejan huella. Apabullada por las risas de sus amigas intento ignorarla, pero ni las resonantes carcajadas de Daniela pudieron persuadirla de esa sensacion que le calaba hasta los huesos y se apoderaba de su cuerpo. De repente le parecio que el tiempo se congelo, observo a sus amigas que hablaban y reian, pero ella las percibia en camara lenta y con el sonido en off. Se sintio extranada con esa sensacion rara. Quiso negarla restandole importancia; intento seguir hablando como si nada pasara, pero esta persistia indefinible en su cuerpo. A partir de ese instante su vida cambiaria para siempre, aunque aun no lo supiera. La noche siguio su transcurso habitual, mientras ella ignorandolo todo, seguia siendo observada. Cuando ya no quedaron mas temas de conversacion y se saciaron de comer, reirse y tomar; sus amigas decidieron que era hora de retirarse. En el momento que estaban abandonando el local, una de ellas se adelanto y comenzo a conversar con un amigo que estaba en una mesa cercana a la salida, la otra fue directo al toilette y la tercera estaba en la barra pagando la cuenta. Paula quedo rezagada, sola y apurada por alcanzarlas. EL. El era un tipo solitario, un poco raro (dirian los que no conocen su pasado). Esa noche se acosto como solia hacerlo todas las noches: temprano y solo. Pero el calor y el recuerdo de lo vivido no le dejaban conciliar el sueno. Una y otra vez volvian a su mente las imagenes grabadas en su retina. No podia sacarse de la cabeza el feroz ataque de palometas acontecido esa tarde de calor en el balneario de la Florida. Uno a uno revivia los puntos de sutura que habia dado a cada una de las victimas. Recordo el ultimo cuerpo roido por las feroces bestias, que el sano con manos temblorosas y decidio que seria mejor salir a tomar un trago. Quiza un poco de alcohol ayudaria. Asi fue como coincidio con ella, en Rock & Feller's, aquella noche. Llego silencioso y triste. El silencio podia deberse a su cansancio, mas su tristeza lo acompanaba desde hacia un tiempo largo. Se sento en un rinconcito de la barra y ordeno al barman un whisky doble on the rocks. Giro los hielos con el dedo indice de su mano izquierda, mirando el vaso muy fijamente. Luego comenzo a beberlo lentamente, como dejandose anestesiar por el alcohol. Cuando sin querer la vio. Y no pudo dejar de mirarla... La vio riendo y en ese instante sin saberlo, pero sobre todo sin quererlo, se enamoro. La melancolia se le notaba en sus movimientos pausados, pero sobre todo en su mirada. Tenia los ojos mas tristes que la luna. Esa noche esos ojos tristes no pudieron despegarse ni un segundo de esa mujer. La admiro a la distancia y esbozo una mueca parecida a una sonrisa viendola interactuar animadamente con sus amigas, sin saber que estaba siendo observada. Le parecio tan linda y femenina que no podia creer que fuera real. Hacia mucho tiempo que no se sentia tan atraido por una mujer con solo verla. Esta situacion lo hizo parecerse un poco tonto, pero por primera vez en anos no se juzgo y acepto naturalmente sentir asi. Perdido en sus pensamientos, el no percibio que ella sintio esa mirada como un escalofrio que le recorrio el cuerpo, como una sensacion nueva en su ser

  • Dulce y picante… como tu de Marisa Sicilia

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    Divertirse es solo cuestion de encontrar la compania adecuada.

  • Emilia Pardo Bazan de Isabel Burdiel

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    Isabel Burdiel restituye la figura de la novelista espanola por excelencia, personalidad clave del siglo XIX.

  • Esa locura llamada amor de Nuria Rivera

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    Esa locura llamada amor es la historia de un beso, de una pasion y de como a veces el amor se convierte en locura.

  • La nina del bosque, Brian McGilloway de Brian Mcgilloway

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    Una nina perdida en el bosque, una policia con problemas, un secuestro sin aclarar. Una novela que permanecera contigo cuando hayas apagado las luces.

  • Los secretos de la cocina del cava de

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    Este libro ofrece un gran numero de recetas elaboradas con cava o bien que maridan especialmente bien con cava, propuestas por grandes chefs espanoles de renombre internacional como Albert Adria, Andoni Luis Aduriz, Juan Mari Arzak, Martin Berasategui, Jordi Cruz, Joan Roca, Carme Ruscalleda, los hermanos Torres u Oscar Velasco, asi como de conocidos bartenders que han elaborado cocktails especialmente con cava, como Javier de las Muelas, Damia Mula o Carlos Penaranda. Ademas muestra aspectos como los origenes y el metodo tradicional mas autentico, las categorias, los tipos, su conservacion o servicio, a cargo de Guillermo Cruz, Mejor sumiller de cava de Espana, o su vertiente nutricional, que esta siendo cada vez mas valorada por la Fundacion Espanola de Nutricion.

  • Ebola de David Quammen

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    Durante la primavera y el verano de 2014, el mundo vio con preocupacion, horrorosa fascinacion, compasion y no poco temor el brote de la enfermedad del virus del ebola (EVD, por sus siglas en ingles) que poco a poco se extendio hacia el oeste de Africa, especificamente entre los problematicos paises de Guinea, Liberia y Sierra Leona, y que despues dio un salto desconcertante, por avion, hacia Nigeria. El virus se mantuvo latente por meses; sus victimas mortales se contaban por docenas, hasta que finalmente exploto sin control en el mes de agosto de ese ano y empezo a contarse semana tras semana en cientos el numero de los muertos. Se convirtio en el peor brote en la historia de esta peculiar y desconcertante enfermedad. La historia del brote de 2014 fue tan impresionantemente horrible que competia por los encabezados periodisticos con los eventos en Siria, Ucrania y la Franja de Gaza. Sin embargo, las implicaciones de un virus como el del ebola son muy distintas a las de los mas terribles eventos politicos y belicos, al punto de resultar inexplicables, espeluznantes. Para empezar, el virus del ebola es invisible, excepto, claro, cuando se mira a traves de un microscopio electronico, o por sus fascinantes efectos patogenos. Es impersonal. Es apolitico. Pareciera tener la misma fuerza destructiva de la decima plaga de Egipto de la que nos habla el Exodo: la infligida por el angel de la muerte. Esta ultima impresion puede ser enganosa. El virus del ebola no es el angel de la muerte. A pesar del desconcierto que provoca, no es un evento sobrenatural: es solo un virus; uno que, sin llamar la atencion y en cualquier lugar, se vuelve infernalmente destructivo cuando infecta el cuerpo humano. Cada nuevo brote de una enfermedad infecciosa, incluido el ebola, comienza con una historia misteriosa. Los misterios son varios: ?cual es la causa de esa explosion repentina de miseria y muerte? Si es un virus, ?de que tipo? ?Alguna vez la ciencia ha visto algo similar? ?De donde viene? Si cada virus debe permanecer en un ser vivo para sobrevivir y reproducirse con el tiempo, ?de que creatura hablamos? ?Como es que ese virus se transmite a los seres humanos? ?Puede este nuevo virus ser controlado? ?Puede ser combatido con tratamientos farmaceuticos o vacunas? ?Puede ser detenido? ?O este brote se convertira en The Next Big One, 1 una pandemia de dimensiones catastroficas, destinada a barrer y matar a un numero considerable de la poblacion mundial, como la peste negra en el siglo XIV o la epidemia de influenza de 1918? Poca gente sabe que tanto los cientificos especializados en enfermedades como los funcionarios de salud son investigadores intrepidos, al estilo de los detectives ficticios Sam Spades, Philip Marlows y la superintendente de policia Jane Tennison, quienes mostraron su valor para encarar estas incognitas. En el caso del virus del ebola, ellos han podido responder algunas preguntas pero no todas. Este libro se basa en otro mio, publicado en 2012: Spillover, 2 mismo que es adaptado con algunas reflexiones y material nuevo; es un intento para entender el brote del virus del ebola acaecido en el oeste de Africa en 2014, asi como el que posteriormente estallo en la Republica Democratica del Congo, en un contexto general que haga sentido de estos misterios y sea una alternativa a las, hasta ahora, respuestas parciales. Mi aportacion es meramente una perspectiva mas a la historia y la ciencia del ebola, y en cierto modo personal, pues es fruto de los viajes que he podido auspiciar con mis modestos recursos por el habitat del ebola, asi como de la casualidad de haberme encontrado en la selva con dos hombres que habian visto lo peor del virus: como mataba a sus amigos y a sus seres queridos (para ser claro: yo nunca he pasado por una experiencia tan desgarradora como esa, ni he viajado al oeste de Africa en el momento de un brote con la intencion de observar o informarme sobre el mismo). Tambien incluyo algunas reflexiones sobre el virus de Marburgo, por dos razones: porque el tema esta estrechamente vinculado con el virus del ebola, pues dicho virus pertenece a la misma familia de los filovirus, y porque algunas cuestiones importantes que permanecen sin respuesta acerca del virus han sido resueltas, como se vera, por lo que se conoce de Marburgo, a traves de valiosas (aunque precavidas) conclusiones utiles para entender esta terrible enfermedad. El virus del ebola ha sido sobre todo una calamidad africana (hasta cierto punto), y aunque es un fenomeno unico, no es una anomalia, mas bien representa un episodio especialmente dramatico de un fenomeno global. Todo viene de alguna parte, y las nuevas como extranas enfermedades infecciosas que emergen abruptamente entre los seres humanos provienen principalmente de animales no humanos. La enfermedad puede ser causada por un virus, una bacteria, un protozoario o algun bicho peligroso. Ese bicho puede vivir, sin llamar la atencion, oculto en un tipo de roedor, murcielago, ave, mono o simio. Si pasara por algun accidente del animal que le sirve de escondite a su primera victima humana, podria encontrar las condiciones propicias; podria reproducirse agresiva y abundantemente; podria causar alguna enfermedad, incluso la muerte, y, mientras tanto, podria pasar de su primera victima humana a otras. Hay una palabra elegante para este fenomeno, utilizada por cientificos estudiosos de las enfermedades infecciosas desde una perspectiva ecologica: zoonosis. Si bien la zoonosis es un termino ligeramente tecnico, extrano para la mayoria de las personas, ayuda a esclarecer la complejidad biologica de la gripe porcina, la gripe aviar, el sindrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en ingles), el virus del Nilo occidental, entre otras enfermedades emergentes; enfermedades que tienen en comun pertenecer a la familia de las zoonosis y que amenazan con ser una pandemia global. Este enfoque ayuda a comprender por que la ciencia medica y las campanas publicas de salud han podido combatir algunas de las enfermedades mas aterradoras, como la viruela y la polio, pero son incapaces para contrarrestar otras, como el dengue o la fiebre amarilla. La zoonosis es la palabra del futuro, destinada a un uso intenso en el siglo XXI; se refiere a la infeccion animal transmisible a los seres humanos. Tanto la peste bubonica como las distintas cepas de la influenza son zoonosis. Tambien la viruela de los monos, la tuberculosis bovina, la enfermedad de Lyme, el virus de Marburgo, la rabia, el sindrome pulmonar por hantavirus (HPS, por sus siglas en ingles), la extrana afeccion de nombre Nipah, que ha matado a cerdos y a granjeros en Malasia, y ademas a algunas personas en Bangladesh que bebian de la savia caduca de una palmera (contaminada con este virus por las heces de ciertos murcielagos). Cada una de estas enfermedades refleja la accion de un patogeno que puede cruzar de otras especies a las personas. Esta forma de salto entre especies es comun, no rara; asi, actualmente se sabe que cerca de 60 por ciento de estas enfermedades infecciosas de igual manera pasan rutinariamente o han pasado recientemente entre animales no humanos y humanos. Algunas de ellas --principalmente la rabia-- son conocidas, se han esparcido y siguen siendo letales, al grado de que han matado a miles de personas a pesar de los cientos de esfuerzos concertados internacionalmente para erradicarlas o controlarlas, y del conocimiento preclaro de la ciencia sobre como actuan. Otras enfermedades de este tipo son inexplicablemente esporadicas; estas son responsables de varias muertes o de algunos cientos de muertes en aquel lugar o en otro, para luego desaparecer por anos. La viruela, para tomar un contraejemplo, no pertenece al grupo de las zoonosis; es causada por el virus variola, que bajo condiciones naturales infecta solo a seres humanos. Esto ayuda a explicar por que la campana global promovida en 1980 por la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) para combatir la viruela fue exitosa. Esta enfermedad puede ser erradicada porque ese virus no tiene la capacidad para sobrevivir y reproducirse en cualquier lugar, excepto en el cuerpo humano o en un espacio controlado como un laboratorio, donde no se puede esconder. En cambio, los patogenos zoonoticos si lo hacen. Esa propiedad de esconderse los vuelve al mismo tiempo tan interesantes, complicados y problematicos. Estos patogenos, por supuesto, no se esconden conscientemente. Encuentran las condiciones propicias para vivir y propagarse como lo hacen solo porque en el pasado, y por casualidad, hallaron esas condiciones dada su flexibilidad para habituarse al ambiente idoneo para sobrevivir y reproducirse. Como en la mas fria logica darwiniana de la seleccion natural, la evolucion convierte a la casualidad en estrategia. La estrategia menos evidente de estos patogenos es acechar desde lo que se conoce como huesped reservorio, es decir, la especie portadora del patogeno, que lo alberga cronicamente mientras lo padece, aunque puede sufrir poco o no la enfermedad. Cuando una enfermedad parece desaparecer entre sus brotes, el agente que la causo debe irse a algun lugar, ?no es asi? Tal vez se esfuma por completo de la Tierra, aunque es poco probable que asi sea. Quiza se extinga por completo de una region y reaparezca cuando los vientos y el destino la traigan de nuevo de vuelta en algun otro lugar. O tal vez permanece cerca, por todas partes, escondido dentro de algun huesped reservorio. ?Un roedor? ?Un ave? ?Una mariposa? ?Un murcielago? Para que el virus pase inadvertido dentro de un huesped reservorio es probablemente mas facil que lo haga en cualquier sitio donde la diversidad biologica sea alta y el ecosistema sea relativamente tranquilo. Lo contrario tambien es cierto: un ecosistema perturbado es un buen caldo de cultivo para que las enfermedades aparezcan. Sacude un arbol y muchas cosas caeran. Caza un murcielago para comer, y podrias atrapar algo mas. Mata un chimpance para alimentar a tu familia y a tu aldea, y quien sabe que horripilantes sorpresas podrian aparecer. Existe un termino para designar al acontecimiento de transmision, cuando un patogeno pasa de una especie de huesped a otro: lo llamamos derrame. 3 Ahora que estamos familiarizados con los conceptos basicos, este es el punto de partida que seguiremos a lo largo de la obra: el ebola es una zoonosis. 1 El autor hace un simil con el hipotetico temblor (The Next Big One) de ocho grados de magnitud que se supone ocurrira en la Falla de San Andres. [Nota del T.] 2 David Quammen, Spillover: Animal Infections and the Next Human Pandemic, W. W. Norton, 2012 3 Del ingles spillover. [Nota del T.] 1 A lo largo del curso superior del rio Ivindo, al noreste de Gabon, cerca de la frontera con la Republica del Congo, yace una pequena aldea llamada Mayibout 2. Se trata de una especie de asentamiento satelite ubicado a 1. 6 kilometros rio arriba de su homonima: la aldea Mayibout. En febrero de 1996 esta comunidad fue azotada por una cadena de eventos terribles y desconcertantes: 18 personas enfermaron repentinamente luego de que participaron en el sacrificio de un chimpance.

  • Aventuras en Londres (La diversion de Martina 1) de Martina D'antiochia

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    !No te pierdas esta nueva aventura de #LaDiversionDeMartina!

  • Ganga bruta; El imperio del crimen, Alfredo De Braganza de Alfredo De Braganza

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    Abu Salem, el ganster mas despiadado de Bombay durante los anos noventa del siglo XX, y su novia, la actriz de Bollywood Monica Bedi, acaban de ser detenidos en Lisboa.

  • Casanova de Katy Evans

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    El chico del que no deberias enamorarte Tahoe Roth es un seductor. Un chico malo. Nunca pasa dos noches con la misma mujer y, aun asi, no puedo evitar sentir algo por el. Pero Tahoe no quiere nada conmigo. Solo somos amigos. Sin embargo, cuanto mas tiempo pasamos juntos, mas me confunde. Y estoy segura de que acabara por romperme el corazon.

  • Mientras te miraba (Seleccion RNR), Isabella Marin de Isabella Marin

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  • El arte de ordenar para ninos de Nagisa Tatsumi

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    COMO CONSEGUIR QUE LOS NINOS ORDENEN Y DISFRUTEN CON ELLO UN MANUAL PARA EDUCAR EN EL ORDEN A LOS NINOS <> Nagisa Tatsumi

  • Una vida entre te y galletas (Bakerville’s stories 1) de Daniela Villa

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    Un verano de escaramuzas de amor y baile en sociedad para la joven condesa de Hastings

  • El mundo que nos dejais de Lucas Barrero

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    Durante anos, cuando se hablaba del terrible impacto que tendria el cambio climatico, se solia mencionar a las generaciones futuras. Pues bien, estas ya estan aqui y han nacido en un planeta al borde del colapso. Por eso, cada vez mas estudiantes de todo el mundo toman conciencia del problema y se suman a la huelga del movimiento Fridays for Future.

  • El corazon de los hombres de Nickolas Butler

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    Verano de 1962. Nelson, un chico de trece anos, es el corneta de un campamento de boy scouts. Sus medallas, su habilidad para encender el fuego y el celo con el que desempena sus tareas no son la mejor manera de ganarse amigos. Solo Jonathan, el chico mas popular del campamento, le presta un poco de atencion: es el unico que se acuerda de su cumpleanos y que lo defiende de los abusones. Jonathan y Nelson todavia no lo saben, pero durante su infancia forjaran una amistad que resistira el paso del tiempo y que les ayudara a soportar los golpes que la vida les tiene reservados. La novela narra la historia de tres generaciones de hombres que se enfrentan a sus flaquezas en ese territorio, no siempre claro, que separa el heroismo de la cobardia, el bien del mal, la fidelidad de la traicion. Tras el exito de Canciones de amor a quemarropa, Butler vuelve con un libro en el que su talento para la construccion de grandes personajes y la descripcion sentimental de un paisaje y de una epoca --la de finales del siglo XX y principios del XXI-- se hace mas palpable que nunca. El corazon de los hombres es una maravillosa historia sobre las dificultades y las recompensas de las grandes amistades.

  • Una historia de policias de Esteban Navarro

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    *Una historia de policias habla del origen de una mafia en la Policia Nacional.
    *Una historia real como la vida misma.
    *Lee el prologo antes.

  • Deseo (Mount 3) de Meghan March

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  • Amor a toda velocidad de Tina Isabel Leung

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    “?Quieres un trago?” rompe el silencio. Su voz es aterciopelada y al mismo tiempo me indica que el fuma. “Recuerdo tu rostro.”
    “Yo tambien recuerdo el tuyo,” respondo.
    “Quizas el alcohol pueda refrescar nuestra memoria,” comenta y le hace una senal al mesero. Unos segundos despues, colocan en frente de nosotros una bandeja de metal con shots de vodka que irradian colores rosados y morados. Empezamos a beber y trato de ponerlo en diferentes periodos de mi vida. No era facil, ya que estoy bastante ebrio y todo esta revuelto en mi mente.
    “?Cual es tu nombre?” me pregunta finalmente.
    Y aqui estamos, presentandonos entre nosotros como si fueramos dos extranos sin relacion alguna. De alguna forma extrana duele como si ya lo hubiera perdido antes y ahora lo estoy volviendo a conocer. Solo para perderlo de nuevo, para olvidarlo.
    “Soy Lance,” digo.
    Sus iris brillaron instantaneamente con familiaridad. Al mismo tiempo, como si estuvieramos conectados por una corriente electrica, yo tambien lo recuerdo.

  • El buque del diablo de Ildefonso Arenas

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    El Imperio otomano se alio con Alemania y Austria-Hungria en la Primera Guerra Mundial. Eso dio lugar, entre otras consecuencias catastroficas, a que la guerra durase dos anos mas de lo que habria debido, a las dos revoluciones rusas de 1917 y a la dictadura bolchevique, al genocidio del pueblo armenio, a quince millones de muertos y a la desmembracion del Imperio otomano, con el nacimiento en Oriente Medio de una miriada de nuevos estados cuya inestabilidad social, economica y politica sigue sin resolverse un siglo despues. Si en los albores de la I Guerra Mundial el crucero de batalla aleman SMS Goeben, aislado en medio del Mediterraneo, no hubiera esquivado a fuerza de audacia y astucia a las armadas francesa y britanica, para buscar refugio mas alla de los Dardanelos, nada de todo eso habria ocurrido. Esta es la historia no solo del Goeben, sino tambien del hombre que lo comandaba, la historia de un hombre que, actuando por su cuenta, bajo su propio criterio, cambio el destino del mundo.

  • Tu camino, mi destino (Destino 1) de Marcos Olmos Gonzalez

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    Todas las personas seguimos un camino. En ocasiones, es el elegido por nosotros, sin embargo, a veces, es el camino el que nos elige, quizas por circunstancias de la vida o por algun suceso imprevisto. Marta y Helio son dos personas con caminos muy diferentes. En el plano laboral, el pinta cuadros de chicas desnudas, ella trabaja en el departamento de marketing de una empresa de renombre. En el plano sexual, el disfruta del sexo sin tabues, ella lleva vida monastica a consecuencia de una relacion anterior fallida. El vive en Madrid, ella en Granada. Sin embargo, sus caminos se cruzan y justo en ese momento se produce un caos de acontecimientos regidos por el destino. o por el libre albedrio. tu que piensas ?crees en el destino?Amor, humor, intriga y sexo se unen para dar a luz un libro que te enganchara desde el principio y que te dejara con ganas de mas. bienvenido/a a la saga Destino.

  • Por que el tiempo vuela de Alan Burdick

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    En esta exploracion ingeniosa, elegante e intima, Alan Burdick, autor galardonado y redactor de la revista The New Yorker, embarca a los lectores en una busqueda personal para comprender los relojes que hacen tictac dentro de todos nosotros. Durante casi una decada, Burdick se dedico a visitar a cientificos que estudian las cuestiones mas espinosas acerca de nuestras percepciones del tiempo.

  • Una flor del mal de Miquel Molina

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    Gustave Flaubert, acaso sin proponerselo, dejo una pregunta sin respuesta cuando escribio que su Emma Bovary se parecia a <>.
    ?A quien se referia? ?A un personaje real? ?A un dicho popular? ?A la modelo de un cuadro? ?Existio realmente una Bovary de Barcelona? El azar quiere que sea un profesor barcelones de secundaria quien intente resolver el enigma, siglo y medio despues de que Flaubert describiera asi a su heroina. El catedratico de literatura Guillermo Jimenez busca la respuesta entre Filadelfia, Lyon y Barcelona. Sera precisamente en esta ultima ciudad donde la aparicion en una misteriosa casa modernista de un cuadro expoliado por los nazis instigara su busqueda. Gustave Courbet, Baudelaire, damas francesas del xix adictas al opio, Hermann Goring y una perturbadora mujer de nuestros dias dan cuerpo a una investigacion sobre el deseo y la obsesion, la historia y el arte, la verdad y la ficcion.

  • La habitacion de las maravillas de Julien Sandrel

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    Thelma es una madre soltera de unos cuarenta anos, cuya atareada vida profesional le deja poco espacio para la esfera privada. Cuando su hijo de doce anos, Louis, es atropellado por un camion y queda en coma, los medicos no le dan muchas esperanzas: si no se despierta en las proximas cuatro semanas, quiza nunca llegue a hacerlo. En casa, Thelma encuentra en la habitacion de Louis un cuaderno con una lista de deseos que contiene todas las cosas que Louis quiere realizar en su vida. Thelma se aferrara a esta lista para salvar la vida de Louis e ira cumpliendo cada uno de ellos, en una aventura tierna, alocada y esperanzadora en la que se cruzara con variopintos personajes que transformaran su manera de ver la vida.

  • Noche de Fin de Ano de Nina Klein

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    Laura esta dispuesta a terminar el ano acampada delante de la television, en pijama, tragandose pateticos especiales de Nochevieja. Sus companeros de piso, Mike y Sharon, no son capaces de convencerla para que les acompane a la fiesta de ano nuevo a la que iban a ir juntos y terminan yendose sin ella.
    Hasta que le llega una notificacion de Instagram, la abre y ve una foto de su exnovio con su nuevo amor.
    En la misma fiesta a la que ella iba a ir aquella noche.
    Asi que decide vestirse a toda prisa para presentarse en la fiesta de improviso, justo antes de que den las doce, teniendo solo una cosa en mente: venganza.
    Sin embargo, la noche no terminara exactamente como esperaba.

  • Travesuras de la nina mala de Mario Vargas Llosa

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    Creando una admirable tension entre lo comico y lo tragico, el Premio Nobel de Literatura y Principe de Asturias de las Letras, Mario Vargas Llosa, libera en esta novela una historia en la que el amor se nos muestra indefinible, dueno de mil caras, como la nina mala.

  • Tiramisu al ron de Milly Johnson

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    Ven, Roz, Olive y Frankie se conocen desde el colegio. Sonaban con un futuro glorioso, lleno de riquezas, romance y trabajos fabulosos. !El mundo seria suyo! Veinticinco anos mas tarde, Olive limpia casas para mantener a un marido en paro y a una suegra impedida. Roz es incapaz de demostrarle amor a su companero Manus porque su mujeriego exmarido ha destrozado su capacidad para confiar en los hombres. Y parece que nadie sabe nada de Frankie… Pero Ven esta decidida a reunir a sus amigas y a convertir el sueno que tenian desde ninas en realidad.

  • Gritar que sigo viva de Blanca Fernandez Soriano

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    Descubre la poesia de Blanca Fernandez. Esa mirada al mundo esperando una respuesta en cada uno de sus pasos y al propio tiempo se pregunta poeticamente si su ausencia es responsable. Y no hicimos nada frente a la destruccion de lo que supuso un aislamiento de la palabra, de la naturaleza, los cuerpos... con una madurez, ya integrada en su juventud. Pero hay algo profundo en esa integracion del otro…Tu y yo somos lo mismo. Mas no olvida como componentes de su creacion: la tradicion, el cuento, la mirada hacia los que aun perdidos han sido habitados...y aunque metafora, son espejo. Hay un sentir que es habitar poeticamente, pese a que la cronologia – costumbre- semeje matar el tiempo... un tiempo que vivimos y quizas ya no posee el aroma de antano. Mas como diria Pavese, “hasta el dolor puede ser creador”. Hay un latir y el corazon que es el centro de toda poesia. La continua exclamacion ante la perdida de lo amado- pues vas, amor exanime, al unico lugar adonde no puedo seguirte- no excluye el amor pese a que creamos lo contrario: “No es el amor quien muere, somos nosotros mismos”, que diria Luis Cernuda. Pero hay un retorno a las estaciones del tiempo, a los objetos cotidianos que semejan ser contemplados ex novo, las sensaciones del cuerpo, los colores, los animales... En resumen, una mirada que no capta sino que parece querer concebir Nuevos aires...y respiro. La poesia semeja devenir himno en ese Partire que quizas recoja lo vivido y lo ofrece en solidaridad con los otros y esa afirmacion del amor y al mundo, escuchando su voz interior y plasmandola en palabras cuando llegan o esperando cuando se ocultan -Verso libre- y con la mirada atenta a las sorpresas del exterior, salvadoras -gente leyendo poesia en el autobus-. Y buscar los centros de reposo, sorprendidos en lo cotidiano -quietude de l’hiver- ternura en los recuerdos – requiem. Tambien hay rebeldia ante la mentira, y un descubrir el poder de la palabra o ese amor que corporeiza en los gestos amorosos en la piel y la mirada...el silencio...el respiro... el universalizar al otro y lo otro y fundirlos en los elementos... y la cancion propia que es poesia y la del otro que se entrana nuestro acontecer, y el ritmico canto a la naturaleza... Yo escribo. Y mientras el sol cae, cae, cae sobre nosotros. Eres poeta, sigue escuchando los balbuceos, los ritmos...Contempla los gestos de las gentes y las sonoridades del universo. Joaquin Verdu de Gregorio Indice Autobiografia a la manera de Gloria Fuertes Destruccion Oda al mundo Lengua y literatura En la estacion Yahoos Bifurcacion No puedo perdonar al invierno. El silencio del abandono Una mota de polvo Suplentes 2:30 AM Ansiedad Zapatos borgona Cuentos Resiliencia Adelante Soy un pato Bailar bajo la lluvia Yo voy de rojo, ellos de naranja. No lo hago a proposito, pero no puedo evitarlo La lucha Me sale escribir. Que retumbe Saltar sobre un lecho de piedras, Corazon en emigrante “Abrigada” Verso libre Pero a veces. Y entonces fuego. La douce quietude de l'hiver Cosas trascendentales Guia para la supervivencia en casos extremos Requiem Fortaleza Puedes escribir los versos mas tristes esta noche o llamar a mi puerta y preguntar que tal. Parecia que todo estaba perdido. Frente unido Mis palabras Besarte al final del mundo Quedate con quien te siga abrazando cuando te quedes dormido Merida Respirar El puto condicional Bisiesto Guerra y paz Sinceramente Despertar Capturada en el silencio Atardecer en Debob En un cajon Caminos de ida Autobiografia a la manera de Gloria Fuertes Galardonado en el XIX premio de poesia de Aspe 2018 convocado por la Concejalia de Cultura del Ayuntamiento de Aspe Naci no muy lejos del mar piel rosa y olor a sal, con fuerza de tormentas en mi garganta. Desde entonces me cantaron, me leyeron a Gloria y se inventaron mil historias al momento, y asi creci, mecida entre realidad y ficcion. Llevada en brazos empece a viajar, aun no he parado. A los seis meses ya saludaba por la calle, y al ano la recorria de arriba a abajo. Rei la mayor parte del tiempo y, en cuanto supe, pase el resto escribiendo. Ame desde entonces las palabras, aunque no siempre era correspondido: pase muchos meses muda. Quise ser mas alta, mas guapa y mas rapida, mas graciosa. Sobre todo, mas valiente. Tarde mucho en quererme, tuve mucho miedo. Pase los doce encerrada en banos y a los trece rompi con todo. No sabia contestar a ninguna pregunta, apenas puedo aun. Dude todo el tiempo, me quiero por ello. Adopte por entonces mi primer perrito, era mayor, aun en ocasiones llora en suenos. Mas tarde vino el primer felino, asi el segundo y luego el tercero, que practicamente se colo en casa. Me cambiaron la vida, yo lucho por cambiar la suya. A los quince conoci la amistad -por ellas ahora vivo, vivir, pero de verdady a los diecisiete conoci el amor, el del bueno, el que merecia, -me costo reconocerme eso-. Lo escribi todo en servilletas, mesas y pantallas que nunca sabran de que hablaba. Por todo lo que se me ha olvidado, sigo escribiendo. Por todo lo que me debo, sigo viviendo. Destruccion Oda al mundo Nos separaron con grandes muros, palabras de gigantes y mucho miedo. Tu y yo, que es lo mismo. Y no hicimos nada. Bebieron el agua de cada rio, cada oceano. Quemaron cada arbol, cada esbozo de vida. Una Madre muriendo a manos de sus hijos. Y no hicimos nada. Vendieron nuestros cuerpos como suyos. Nos humillaron, nos utilizaron. Nos mataron. Y no hicimos nada. Acabaron con todo lo que fue alguna vez valioso. Crecimos en mentiras, unas prioridades cambiadas. Y no hicimos nada Preferimos huir, escondernos. Los pocos valientes perdieron la batalla. Una esperanza perdida en miradas. Y ni siquiera entonces hicimos nada. Lengua y literatura Despues de todo este tiempo, no puedo evitar echar de menos el futuro. Mirar la luna, a tu lado, y pensar que nos observa. Caernos, juntos, en un pozo infinito de irrealidad. Porque pretendi ser Alicia y olvide que, hasta ella, tuvo que despertar. Y tu quisiste ser el Principe Azul fuera cual fuera el cuento que yo habitase, pero te quedaste en sapo. Fue un desastre. Asi que acabamos tirados con otros restos de cuentos superficiales. Y, en ese momento, (ya no se ahora) no te parecio suficiente. Cogiste tu corona de papel albal y, literalmente, corriste como rana que lleva el diablo. Y, mirame, ahi me quede. Esta nada de mi que se pregunta sobre una conjugacion diferente una que me permita, no se, quizas olvidar. Y, ahora, miras a la luna y la confundes con mis ojos. Y no puedo evitar, despues de todo este tiempo, desear que morir de amor solo hubiese sido

  • Ultima noche en el Guapa de Saleem Haddad

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    Cuando la parte de arriba del Guapa echa el cierre y la mayoria de los clientes se han ido, en el sotano del bar se enciende una luz roja que da paso al espectaculo…

  • Nadie se muere de esto, Fatima Casaseca de Fatima Casaseca

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    La certeza de que su novio le es infiel conduce a Elena a una crisis que le hara replantearse su vida por completo, y descubrir asi una nueva necesidad: la de encontrarse a si misma.

  • La decision de Alba (Mas que amigos 3) de Cristin Ferro

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    Llega un momento en la vida de toda mujer en que las decisiones a tomar marcaran un antes y un despues. Ese momento en el que pasado y presente se enfrentan, debaten e incluso llegan a pelearse, por ver cual de los dos sera quien de forma al futuro.
    Alba se encuentra en una encrucijada, pasado y presente la obligan a tomar una decision. David, su pasado, el amor de su juventud y el dueno de su corazon por anos. Lucas, su presente, el que la ayudo y la cuido en los momentos que ella mas lo necesitaba.
    El futbolista y el veterinario se enfrentaran en una guerra sin cuartel, reglas, ni limites por quedarse con la pequena Alba.
    Si te encontraras en su piel, si tu fueses Alba y tuvieses que elegir entre:
    1. El hombre que has amado toda tu vida y que te ha roto el corazon.
    2. El hombre que te ha tratado como a una reina y te ha devuelto la sonrisa.
    ?Con cual te quedarias?

  • Cuentame una noctalia de Monica Gutierrez

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    Esta noche las estrellas se han borrado del cielo y el silencio es mas denso que de costumbre. Hemos terminado de cenar y mientras mi padre cabecea frente al televisor el reloj de la repisa de la chimenea me mira burlon. El arbol de Navidad sigue con sus luces de colores encendidas y en la chimenea algunos troncos gruesos arden despacio. Mi abuelo lee a Homero con sus gafillas de concha, moviendo laboriosamente los labios silenciosos y secos. Lena aprieta entre sus manos blanquisimas un libro sobre embarazadas. La ilustracion de la portada muestra a unas mujeres que parecen muy furiosas. Mi abuela me llama a la cocina. --El aire es espeso esta noche --dice sin mirarme. Y es cierto. La quietud se ha instalado en los umbrales de piedra de Mic-Napoca. Al otro lado de la ventana, un susurro inquieta a los gatos de Natasha. Me pregunto si Nicolai ya se habra ido a dormir, si tendra un peluche preferido al que abrazarse por las noches. --Tu tambien vas a preguntarme por que he vuelto, ?verdad, buna? Mi abuela no contesta pero la veo sonreir levemente en el reflejo de la ventana. --A veces pienso que he vuelto solo para fastidiarlos, para no tener que darles la razon a todos los que murmuraron <> cuando me fui. --Pero esa no es la razon de tu regreso. --Seria idiota si esa fuera la razon y todos sabemos que Traian Bratianu no tiene idiotas en su familia. Los hubiese mandado fusilar. Mi abuela se rie despacito. Esta muy guapa con su pelo blanco destacando a contraluz, como si fuese el aura de un hada muy vieja. --Habras dejado en Londres amigos y companeros de trabajo --adivina. --Les llamare despues de Navidades, para despedirme de ellos como se merecen. De momento, tengo apagado el movil y solo mis jefes del hospital saben que no voy a volver. --?Te dejaron marchar? --Claro que no --sonrio orgullosa y avergonzada al mismo tiempo--. Se lo han querido tomar como un ano sabatico. Ya veremos. --?Salias con alguien? ?Como se llamaba aquel chico? --Don. Me gustaba mucho, muchisimo, lo suficiente para pensar que... Estuve a punto de invitarle a pasar unas vacaciones aqui el ultimo verano que vine. --?Y que paso? --No lo se, buna ?Cuanto es suficiente? ?Cuanto no lo es? Me gusta el sonido de los platos entrechocando bajo el agua caliente, el movimiento circular de las manos habiles de mi abuela. Carraspea un poquito, duda, y finalmente me mira con sus ojos acuosos de hada sabia. --?Sabes lo que es una noctalia? Niego despacito, interesada en la historia, en cualquier historia que me ligue para siempre a la piedra bucurestina de esta casa, a las raices solidas y legendarias de los Bratianu, las que se hunden en los tiempos inmemorables cuando los turcos amenazaban nuestras murallas y Vlad el Empalador suspiraba por una princesa de mirada oscura y alma rebelde. --Las noctalia son los cuentos que se explican desde siempre alrededor de un buen fuego. Para que sea una verdadera noctalia, deben darse tres condiciones indispensables: que sea de noche, que haga frio y que todos los que esten sentados escuchando esten cansados. Solo asi la noctalia da consuelo, porque siempre encierra un mensaje de esperanza. Como un faro, una luz calida, para los que estan perdidos y exhaustos, en busca del camino. La abuela aparta su mirada de mis ojos malditos y mira por la ventana, aunque no pueda ver nada mas alla de las luces del patio, del merodeo de los gatos. La oscuridad se espesa todavia mas y me sorprende caer en la cuenta de que hoy no se oye el aullido de los lobos. ?Por que estaran tan callados esta noche? Mi abuela me lee el pensamiento, mi padre se duerme delante del televisor y mi abuelo sigue moviendo sus labios resecos deletreando a Homero. Lena pasa las paginas de su libro de embarazadas furiosas. Y entonces los vasos empiezan a tintinear en las estanterias de la cocina, tan ligeramente que al principio creo que me lo estoy imaginando. El temblor crece precediendo un ruido lejano, casi como de tormenta. Pero ninguna tormenta hace vibrar los cristales de la ventana de esa manera. La abuela me mira asustada y se apresura a hacer la senal de la cruz mientras murmura algo sobre unos santos. Afuera el susurro crece como la marea en el Mar Negro, inunda con firmeza la oscuridad espesa y por fin entra en la casa. Cuando llego hasta el comedor mi padre esta en pie, algo desconcertado, y toda la casa vibra con el fragor de lo desconocido. Lena ha cerrado el libro y se lleva una mano protectora a su abultado vientre. El abuelo no aparta los ojos de Homero pese a que debe llegarle el ruido desaforado de nuestro ritmo cardiaco. Al fin se apiada de nuestra ignorancia y grune en voz alta. --Son helicopteros. Pero no son rumanos ni rusos --se rasca una oreja y pasa una pagina del libro viejisimo--. Suenan como si estuviesen aterrizando en el campo de heno de detras de la fabrica. Y eso es todo. El abuelo hace muchos anos que ha perdido su capacidad para sorprenderse. Murmura alguna cosa sobre que ninguna guerra merece mas atencion que las proezas de Ulises o la espera de Penelope y hace un gesto a su mujer de que le molesta con sus aspavientos de catolica. Asi que papa y yo salimos solos a la noche ensordecedora. La tierra tiembla y el pulso se nos acelera en las sienes. Mic-Napoca se despierta asustada, se encienden luces por toda la plaza de la Biserica y algunos vecinos salen desconcertados por el ruido. Todos hipnotizados por el rugido de la oscuridad, por la reverberacion del aire y de la tierra. Los primeros gritos nos sacan de nuestro estupor, papa y yo corremos a casa en busca de un maletin de primeros auxilios y sacamos el coche de la plaza en direccion al campo de heno en la parte mas suroriental del pueblo. Podriamos ir a pie, pero asi tardaremos menos y podremos tener transporte en caso de que haya heridos. El lugar es una locura de reflectores y helicopteros, de soldados armados y cercas de madera, de gritos y ruidos, todo envuelto en una tormenta de heno volador por culpa de los rotores gigantescos. De la panza de los monstruos aspados saltan a tierra algunos hombres pintados de verde y negro. Emil Cordenu tironea de la manga de mi chaqueta. Lleva un buen rato llamandome pero es imposible oirle con tanto estruendo. Me senala dos cuerpos tirados en el suelo rodeados de algunos soldados. Mi padre ha desaparecido. De repente el mundo se ha vuelto del reves, la locura ha encontrado a Mic-Napoca pese a que no sale en todos los mapas y los oidos me empiezan a doler tanto como el estomago. Las dos figuras tiradas en el suelo son Cesare con su brazo en cabestrillo y su nueva mula. Cesare no esta mas herido de lo que se encontraba esta misma manana cuando le cambie los vendajes, excepto por una pequena brecha sangrante por encima de su ceja izquierda, pero su mula se queja espantosamente. Los soldados gritan a Cesare y a la mula pero ninguno de los dos parece entenderlos. Gritan en ingles. Son americanos. --Necesitan ayuda --les digo en voz tan alta como me permiten los helicopteros--. Estan heridos. Soy medico --les enseno el absurdo maletin--. No les entienden, no hablan su idioma. --Senora... --Uno de ellos se me acerca y me grita en el oido, pero yo ya estoy arrodillada junto a Cesare--. Senora, tiene que salir de aqui, mantengase fuera de la zona acordonada. Pero Cesare no quiere saber nada de marcharse sin su mula herida, pese a la coz del miercoles, pese a su brecha sangrante. Supongo que los une la corriente de simpatia que un tozudo puede tener por otro. Conozco a Cesare desde que era pequena y se que no me queda mas remedio que examinar la pata herida de su mula mientras un Apocalipsis americano ruge por encima de nuestras cabezas. --Senora, por favor --el soldado me coge del brazo con la intencion de arrancarme de alli. --Dejeme atender al animal. Si conseguimos que se ponga en pie saldremos enseguida de su zona acordonada --se lo prometo en el mejor ingles londinense, sin el mas leve rastro de acento de Mic-Napoca. Uno de los reflectores pasa sobre nosotros. Los cabellos rojos de Cesare me recuerdan a Ulises, pero es demasiado tarde para envidiar la calma proverbial de mi abuelo asi que me apresuro a tirar de la pata dislocada de la mula hasta ponerla de nuevo en su sitio. Y de pronto, la constancia de que puedo oir mis pensamientos me trae un terror mucho mas definido. Los helicopteros se van de vacio, tras haber sembrado el campo de heno de soldados y artefactos militares. El ruido ensordecedor de sus motores se aleja por el oeste y por un momento parece que de nuevo vaya a ser posible el silencio. Apenas a unos metros veo a nuestro primar junto a toda la representacion de nuestra polizei, cuatro hombres en total en medio de la debacle de luces y gritos. Son cuatro hombres desarmados y en bicicleta, palidos, delante de un despliegue que jamas habrian imaginado tener que presenciar. El jefe de nuestra brillante polizei sostiene con desgana su porra en la mano derecha. Me reiria si no estuviese tan asustada. La mula de Cesare sobrevivira. Los soldados ayudan a retirarla de alli y nosotros les seguimos fuera del hormiguero en el que se ha convertido el campo. No se cuanto tiempo he estado arrodillada junto a los heridos pero, cuando me levanto y doy por concluida la cura de primeros auxilios, estoy un poco mareada y tengo manchas de sangre y yodo en las manos, en la cara y en el vestido. Y estoy a punto de decirle alguna cosa amable al sargento cuando una mano invisible borra todas las estrellas del cielo y espanta el aire de la noche. Un estruendo recorre el espinazo de la tierra y la hace temblar. El aire vuelve convertido en el rugido de una bestia de otro mundo. El cielo se ha partido en dos. Es lo unico que puedo entender. El rugido inhumano nos llega mucho antes de que podamos siquiera vislumbrar su silueta. Me reverbera en el pecho y me desordena los latidos. Cuando era pequena mi abuela solia leernos a Lena y a mi fragmentos de la Biblia por si todavia podia salvarnos del agnosticismo cientifico de nuestro padre, por eso siempre asocio la idea del terror a las trompetas que anunciarian el fin del mundo. Pero esta noche comprendo que un avion de combate rompiendo la barrera del sonido en la oscuridad espesa sobre el campo de heno de Cesare, en Mic-Napoca, es mucho mas terrorifico. El ruido nos ensordece a todos mientras el impresionante avion de guerra nos sobrevuela a baja altura. Los soldados que me rodean por todas partes lo siguen con la vista. Se han olvidado de mi presencia. En realidad se deben haber olvidado de todo, incluso del sentido comun, porque no entiendo que intereses pueden haberles llevado a invadir un campo de heno de un pueblecito transilvano que no siempre ha salido en los mapas. El caza vuelve a sobrevolarnos. Me tiemblan las rodillas y no logro encajar del todo mi mandibula en donde deberia estar. El unico pensamiento coherente que me acompana entre tanto ruido es el de que esta vez ni siquiera toda la piedra de Vladimir Drakul, el Empalador, sera suficiente para protegernos. El cielo se ha roto y desborda nuestras murallas. Debo llevar mas tiempo del que creo que ha transcurrido en medio de una tormenta de heno, olvidada de todos, paralizada en medio de una noche sin lobos. Porque los cazas por fin se han marchado y, desde el unico helicoptero que ha quedado en tierra, una figura se acerca. Quiero pensar que si mi sangre tuviera unos niveles mas bajos de adrenalina y mi corazon latiese mas despacio, no me impresionaria tanto la escena de una sombra desconocida perfilandose desde la lejania. Quiero pensar que todo es culpa de mi estado de shock y de mi confusion. Pero esta noche sin luna no me hace concesiones.

  • El deseo prohibido de Doug de Darlis Stefany

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    Algo que Doug siempre supo es que la hermana Jefferson era intocable, perfecta y definitivamente no destinada para el. ?Pero algo que tambien supo? Que por mas que lo intentara no podria huir de ella, no cuando esos ojos azules verdosos y sonrisa angelical estaban destinados a perseguirlo en suenos, duchas e incluso en el escenario, ?y por que no decirlo? Tambien lo perseguian mientras escribia una cancion.

  • !No se de cual enamorarme! de Leen Io

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    Lily Scott era una nortena que, al cumplir los veintiuno, no tolero mas el frio y soledad que padecia en su pueblo. Se mudo a una ciudad del Sur donde empezo a conocer todo tipo de personas. Incluyendo cuatro pretendientes que, por primera vez, le hicieron sentir que sonar era valioso y enamorarse valdria la pena.
    Su corazon le asigno la complicada tarea de escoger a un unico e irreemplazable huesped.

  • Las cenizas del cielo de Mariano Gambin

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    Siempre se ha pensado que el incendio de la iglesia de San Agustin en La Laguna se debio a un cortocircuito. Nada hacia pensar que el origen del fuego fuera otro. Hasta hoy.
    Una extrana muerte en la catedral pone al inspector Galan y a sus hombres en la senda de un asesino que busca un objeto muy determinado, de valor incalculable, tras cuya pista se encuentra toda la policia europea.
    Marta Herrero se dispone a enfrentar los trabajos arqueologicos previos a la rehabilitacion de la iglesia. Una labor facil y rutinaria, a priori. No sabe lo que se va a encontrar desde que desentierre la primera losa sepulcral.
    Sandra Clavijo y Luis Ariosto investigan la desaparicion de dos personas hace mas de cincuenta anos. Sus pesquisas se estrellaran con oscuros secretos que tal vez nunca deban ser revelados.

  • Escrito en el agua de Pilar Lepe

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    Dicen que en algun lugar del mundo todos tenemos un gemelo identico.
    El matrimonio con Jack, estaba desgastado y ella tuvo la idea de una segunda luna de miel, en los frios parajes de Noruega, pero un fatal accidente la sumergio hasta al fondo del fiordo, de donde es rescatada por Rolf.
    En realidad Brenda no queria ser revivida, pero unas manos atrevidas la empujaron nuevamente al mundo de los vivos.
    Al conocer a Rolf, penso que por fin alcanzaba la tan esquiva felicidad, pero las cosas nunca son tan faciles, y menos aun si no son lo que parecen…
    Desgraciadamente para Brenda, su dicha depende de los caprichos que oculta el agua.
    ?Que harias tu, si tu sombra se cruza en tu camino?

  • El Secreto De Gibola de Ane Odriozola Cia

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    Nerea Fabbi Isasmendi era una joven donostiarra de veintisiete anos a la que la vida habia tratado bien, o esa sensacion tenia al menos ella. Era alegre, inteligente, tenia don de gentes y unos bonitos ojos negros que resaltaban junto a su larga melena de color chocolate. La mayor desgracia que habia sufrido en su vida, por llamarlo de alguna manera, era la separacion de sus padres, algo que no le habia supuesto ningun trauma, ya que sucedio cuando apenas contaba cuatro anos. Desde que tenia uso de razon, sus padres habian vivido cada uno por su lado, por lo que no sentia ninguna anoranza por los tiempos en los que los tres formaban una misma familia. Simplemente, no recordaba aquella epoca. Era cierto que le hubiera gustado no ser hija unica, pero era algo que tambien tenia sus ventajas, asi que tampoco se lamentaba por ello. De padre italiano y madre euskaldun, Nerea siempre supo que al terminar sus estudios se emplearia en la empresa inmobiliaria familiar que fundara su abuelo muchos anos atras y en la que su madre trabajaba. Desde bien pequenita habia pasado infinidad de tardes en la oficina, observando como su madre conversaba con los clientes, y era un trabajo que le gustaba. Su abuelo Bittor, al que ella siempre habia admirado, habia luchado durante toda su vida por sacar adelante la empresa y lo habia hecho realmente bien. Habia conseguido que su inmobiliaria fuera una de las mas importantes y con mayor volumen de compraventa tanto de Donostia como de alrededores. Sus servicios incluso traspasaban la muga, llegando hasta Hendaya, Biarritz o Baiona. Su abuelo, que ya tenia noventa y cinco anos, habia sido el tipico hombre incapaz de alejarse del trabajo y disfrutar de su jubilacion. Todo el que lo conocia sabia que no era hombre de paseos por la playa de la Concha, tardes jugando al mus o txikiteo por la parte Vieja. El era un hombre de negocios, y asi era como disfrutaba, haciendo negocios. Habia gozado durante largo tiempo de una salud de hierro, y siguio participando en muchas de las compraventas que se gestionaban a traves de su inmobiliaria hasta que cumplio los noventa anos. Se consideraba a si mismo una persona trabajadora y perseverante; quizas algo intransigente en segun que cosas, y siempre habia sido consciente de cual era su mayor debilidad: su nieta Nerea. Sentia predileccion por aquella joven carinosa, despierta, resuelta y con ganas de aprender. Se habia encargado personalmente de su formacion y la consideraba su relevo para el futuro de la empresa, por lo que en cuanto cumplio los dieciseis anos, decidio llevarla con el a todas las reuniones con clientes a las que ella pudiera acudir sin que faltara a ninguna clase, por supuesto. Daba lo mismo si la reunion era con un cliente que queria vender un piso, comprar un garaje o incluso asesoramiento para el alquiler de una nave industrial. Ella lo acompanaba siempre que podia y, tras la reunion, acudian a tomar un chocolate caliente en invierno o un helado en verano para <>, como su abuelo solia decir. --Aitona, ?como le has podido decir que habia otros dos compradores interesados y que tenia diez minutos para decidirse o perderia la compra? ?No me habias dicho que era el unico interesado en el piso? --le pregunto la joven a su abuelo. Bittor cogio un churro, lo mojo en su chocolate y le dio un mordisco. --Y asi es. No se ha interesado nadie mas por ese piso en los ultimos cinco meses. --Entonces, ?que ha sido eso, un ordago? --Exactamente --dijo el y continuo con la explicacion antes de que su nieta pudiera decir nada mas--. Si te has fijado en la expresion del hombre en la visita a la casa, habras notado que le ha gustado. El sabe que no es un piso en Miraconcha, pero que es de lo mejorcito que se puede permitir. El problema de este tipo de clientes es que su propio criterio no es suficiente para ellos. Dudan de si estaran haciendo bien en comprar o no, y necesitan saber que hay mas personas interesadas. Les parece que, si lo quieren tambien otros, sera porque es una buena compra, y es entonces cuando deciden ir a por ello. Al final, quedan satisfechos pensando que han sido mas rapidos e inteligentes que los demas. --Pues no se con los otros, pero con este, !has acertado de pleno! De los diez minutos que le has dado, !no ha tardado ni cinco en querer cerrar el trato! --Ahora ya lo sabes. Cuando encuentres a un cliente asi, !le lanzas un ordago! --le contesto el guinandole un ojo. --Pues ya puedes decirme donde has aprendido a interpretar asi, !porque hasta yo me lo he creido! Bittor rio con ganas ante la ocurrencia de su nieta, pero no pudo evitar que los recuerdos vinieran a el. Hubiera querido contestarle que habia sido la vida misma la que le habia obligado a interpretar; hablarle de los secretos que nunca le habia confesado y de los remordimientos que sentia cuando echaba la vista atras. Pero, en lugar de eso, decidio coger el ultimo churro que quedaba en el plato e introducirlo en el poco chocolate caliente que quedaba en su taza. Habia pasado mucho tiempo de todo aquello y preferia no recordar. El telefono sono mientras ella se estaba duchando. Se aclaro el pelo lo mas rapido que pudo y salio a toda prisa, pero para entonces habia dejado de sonar. Decidio meterse nuevamente en la ducha cuando en su movil empezo a sonar una cancion de Chayanne a todo volumen. <>, penso. Contesto la llamada; era su madre la que llamaba con tanta insistencia. --Nere, ?donde estas? Te he telefoneado a casa, pero no contestas --le dijo Lourdes a su hija. --Estoy en casa, ama, pero es que estaba en la ducha. !Tienes el don de la oportunidad! --contesto ella. --!Vaya por Dios! Te llamaba para decirte que hoy no puedo subir a ver al abuelo. Me sabe mal porque no lo he visto en toda la semana, pero me reuno con el presidente de una comunidad que quiere que llevemos la administracion del edificio y hemos quedado esta tarde. ?Iras tu a verlo, por favor? Ademas, la ultima vez me comento que queria hablar contigo de algo importante. --Claro, no hay problema. No hace mucho que lo visite, pero ire hoy nuevamente. Esta tarde a ultima hora, Jon y yo nos marchamos a pasar el fin de semana a los Pirineos, pero para entonces ya habre bajado de la residencia. --Cogio una toalla y escurrio su pelo--. A ver que tal lo veo hoy. En mi anterior visita estaba bastante apagado, como sin muchas ganas de nada. --?Y que quieres? !Son noventa y cinco anos! Su cuerpo esta cansado, su cabeza esta cansada... Mentalizate de que no va a ir a mejor --dijo Lourdes, intentando preparar a su hija para lo que era inevitable. Tras pasar por la oficina y cerrar un par de temas que tenia pendientes, Nerea cogio su moto y recorrio la distancia que habia entre la oficina y la residencia de ancianos en la que vivia su abuelo, en el barrio de Aiete. Habian estrenado el verano y el tiempo era calido, lo que hizo que disfrutara especialmente del paseo. Paso cerca del parque de Aiete, situado en una de las colinas que rodean la ciudad. Su majestuoso palacio habia sido escogido como residencia veraniega por distintos aristocratas, como la reina Isabel II, la reina Maria Cristina o Alfonso XIII, y desde que su abuelo vivia en una residencia cercana, se habia convertido en el lugar preferido para sus tardes de paseo. Aparco cerca de la puerta principal y llamo al timbre. Realmente aquel edificio no daba la sensacion de ser un hogar para ancianos. De hecho, en la puerta principal se podia leer sobre un cartel dorado y con una caligrafia senorial: <>. Siempre le habia dado la impresion de que mas bien parecia un hotel. El trato del personal habia sido siempre excepcional, las instalaciones estaban muy cuidadas, las habitaciones eran individuales y, lo mas importante, su abuelo estaba contento alli. Saludo a la recepcionista, que le indico que el anciano se encontraba en su habitacion. Subio las escaleras de dos en dos, llamo a la puerta y entro. Bittor Isasmendi habia sido un hombre activo, con iniciativa y energia para llevar a cabo multitud de proyectos. Las veinticuatro horas del dia no eran suficientes para todas las ideas que tenia en mente, pero, a esas alturas de su vida, se encontraba muy cansado, tanto fisica como mentalmente. Ni siquiera habia sido consciente de los anos que tenia a sus espaldas hasta que cumplio los noventa. Y no fue el hecho de ser nonagenario lo que le provoco tal debilitamiento, sino la muerte de su esposa, su adorada Leonor. Con nombre de reina y doce anos menos que el, ella habia sido la pieza fundamental e imprescindible de su vida. Era una mujer dulce, atenta, leal y poseedora de una paciencia infinita gracias a la cual el pudo dedicar gran parte de su tiempo a sus proyectos empresariales. Ella sabia como calmarlo, como animarlo o como consolarlo, segun la ocasion, y, aunque siempre habia permanecido a la sombra de su marido, el le atribuia a ella gran parte de su exito. Hasta que un dia cualquiera, de pronto, ella fallecio, sin previo aviso. Se encontraba en la terraza de su casa regando las plantas cuando cayo al suelo repentinamente. Un derrame cerebral le arrebato a la mujer de su vida en cuestion de segundos, el tiempo que el tardo en ser consciente de que el declive de su vida tambien era inminente. Su hija y su nieta hicieron todo lo posible para que Bittor se repusiera de aquel duro golpe. Lo visitaban a diario y contrataron a una persona para que lo atendiera y acompanara de forma permanente. Pero no funciono. No podia soportar ver a otra mujer trabajando en la cocina de su esposa, ni regando sus plantas, ni sentada en el sillon donde ella solia leer las revistas de papel cuche que tanto le gustaban. Empezo a sentirse un extrano en su propia casa, ya no estaba comodo alli y por eso, decidio visitar varias residencias de ancianos. Cuando se decanto por una de ellas dio la noticia a su familia. A partir de aquel dia, podian visitarlo en su nuevo hogar. --Aitona, ?que tal estas? --lo saludo Nerea desde la puerta. Se acerco hasta el, le dio un beso en la mejilla y un abrazo con cuidado de no moverle la sonda que llevaba para el oxigeno. Hacia unos meses que el medico se lo habia recomendado y el notaba sus beneficios. --!Kaixo maittia! Me alegro de verte. Pensaba que hoy vendria tu madre. --El tambien le dio un beso. --Queria venir, pero tiene trabajo, asi que he venido yo. --Me parece perfecto. Me gusta que venga ella, pero me gusta mas que vengas tu --dijo sonriendo a su nieta. --?Cuanto tiempo te queda enchufado a esta maquina? ?Le digo a la enfermera que te la quite y nos vamos a pasear al parque? Hoy hace un dia precioso para uno de nuestros paseos --dijo Nerea con ganas de animar a su abuelo. --No, hoy estoy bastante fatigado. Perdoname, pero no estoy para paseos. Ademas, quiero hablar contigo de algo importante. Tengo algo que pedirte, algo que quiero que hagas. Si no te importa, hoy nos quedamos aqui. --Claro aitona, como prefieras --contesto Nerea--. ?Y que es eso que quiere que haga por usted, caballero? --Nerea hizo una reverencia extendiendo el brazo hacia su abuelo, un gesto totalmente exagerado que hizo que los dos rieran. El anciano continuo: --Pues veras... Ya se que no te gusta que te hable de lo que sucedera cuando yo fallezca, pero, antes de que me cortes, escuchame un momento. --Parecia estar muy decidido a seguir la conversacion, asi que esta vez su nieta no le detuvo con frases como <> o <>. El anciano no se anduvo con rodeos--. He pensado mucho sobre esto y quiero que te quedes con mi casa. Yo no la voy a necesitar porque pienso terminar mis dias aqui, por lo que no veo el motivo para que no te mudes cuando quieras. Tu piso es muy bonito, pero no me puedes negar que se te ha quedado pequeno. Mi casa tiene mas de cien metros cuadrados, garaje para dos coches y esta en pleno Boulevard. Con lo que te he ensenado en todos estos anos, !espero que no me rechaces un caramelito asi! --Bittor guino uno de sus cansados ojos a su nieta. --Aitona, tu casa es tuya y mudandome alli me pareceria que estoy invadiendo tu espacio, aunque no tengas intencion de volver. De momento, Jon y yo nos arreglamos, asi que puedes estar tranquilo --contesto ella. --!Terca como una mula! Sabia que dirias eso. Vamos a ver, no pretendo que te mudes a mi casa sin mas, lo que deseo es que mi casa pase a ser tuya, escriturarla a tu nombre, sin tener que esperar a que la heredes cuando yo muera. Me gustaria ver como la reformas y la pones a tu gusto. Pronto formaras una familia y tendras ninos, y dificilmente podreis estar comodos en un piso tan pequeno. --?No estas corriendo demasiado? --dijo ella riendo--. !Todavia no tengo intencion de quedarme embarazada! Ademas, ?has hablado sobre esto con mi madre? --pregunto. --Si. Ella sabe que mi casa la heredaras tu, igual que sabe que el negocio pasara a sus manos. En su dia tuvimos nuestros mas y nuestros menos, pero no puedo negar que su trabajo en la inmobiliaria ha sido impecable durante todos estos anos. Por eso creo que es justo que la agencia la herede ella. Con el tiempo terminara en tus manos, pero, de momento, pienso que tiene que ser asi. --No se, aitona, me sabe mal quedarme con tu casa. Es como si te estuviera quitando algo que es tuyo --protesto. --Yo ya no la necesito, y me haria muy feliz que fuese para ti. Prometeme que hoy mismo llamaras a mi gestor y te pondras en marcha con este tema. La joven no tuvo mas remedio que aceptar. Cuando su abuelo se empecinaba en algo, no habia replica posible. Continuaron conversando sobre temas triviales hasta que la maquina de oxigeno se detuvo. Entonces, Bittor se sento en una silla de ruedas de la que solia echar mano los dias en los que mas agotado se sentia y, empujado por Nerea, dieron una vuelta por la residencia. Salieron al jardin, merendaron, charlaron y tras disfrutar un ratito mas de la buena temperatura de aquella maravillosa tarde de verano, Nerea lo llevo de vuelta a su dormitorio. Le dio un beso en la frente, un abrazo y se despidio de su abuelo. --Acuerdate de lo que hemos hablado. Habla con mi gestor. Agur, maittia. --?Senorita Fabbi? Puede pasar, adelante. --La secretaria del gestor de su abuelo le indico cual era el despacho en el que la estaban esperando. Al salir de la residencia, viendo que todavia tenia un par de horas hasta reunirse con Jon, habia hecho la llamada que le habia pedido su abuelo. El gestor le pidio que pasara por la oficina, alegando que aquellos no eran temas para tratar por telefono. En quince minutos habia aparcado su moto y estaba frente a la gestoria. --Supongo que esta al tanto del deseo de su abuelo de hacerle una donacion en vida y que por eso me ha llamado. ?No es asi? --le dijo el con una actitud muy profesional. --Asi es. Vengo de visitarlo y me ha insistido en que debia hablar con usted. Se que quiere poner su piso a mi nombre. --Esta en lo cierto. De hecho, los papeles estan preparados; el siguiente paso es acudir al notario para tramitar los documentos de transmision. --Bien, pero hay algo que quiero preguntarle antes de firmar documento alguno. --Nerea no estaba del todo convencida de lo que su abuelo se proponia--. ?Esta usted seguro de que el tiene claro el asunto de la donacion? A mi me ha insistido en el tema, pero ya esta muy mayor y no quisiera hacer nada que le pudiera perjudicar. --Puede usted estar tranquila por eso. Hace anos que su abuelo me hizo participe de su intencion. Cuando tomo la decision de ingresar en la residencia, tambien decidio el destino que le daria a su hogar. El quiere que pase a sus manos y yo lo tengo todo preparado. Nerea conocia la gran amistad que habia entre su abuelo y aquel hombre. Bittor habia realizado un sinfin de gestiones a lo largo de muchos anos con el padre del hombre que se encontraba frente a ella. Siempre que hablaba de el decia que era <>. Una vez jubilado, la gestoria habia pasado a manos del hijo y, a pesar del cambio, su abuelo habia depositado toda su confianza tambien en el, tal y como lo habia hecho con su padre. --Si no tiene inconveniente, necesito una fotocopia de su carne de identidad para gestionar la cita con el notario. Ella saco su cartera del bolso y le dio el documento. El gestor salio de la oficina dejandola sola. En la mesa habia sendas carpetas con un sinfin de documentos en su interior; en la portada de una de ellas se podia leer: <>. Deseo abrirla para ver que era lo que habia dentro, pero no se atrevio. El gestor tenia que llegar de un momento a otro con la fotocopia de su DNI. La puerta se abrio, el hombre se asomo y con cara de disculpa dijo: --Lo siento mucho, pero la fotocopiadora no funciona. Vamos a cambiar el toner, a ver si asi solucionamos el problema. Enseguida estoy de vuelta con usted. No cerro del todo la puerta, pero casi. Ella no lo dudo. Curiosa por naturaleza, le dio la vuelta a la carpeta que llevaba el nombre de su abuelo y la abrio. Dentro se encontro con infinidad de documentos, entre los que habia copias de escrituras, documentos bancarios... Pero lo que mas le llamo la atencion fue un papel que contenia lo que parecia un listado. El titulo que presentaba el encabezado del documento era: <> y le seguian una lista de propiedades, como el piso que queria donarle, la agencia inmobiliaria, acciones bancarias... y, por ultimo, un apunte que a Nerea le parecio muy extrano: <>. Justo en aquel momento el gestor entro en la habitacion con la fotocopia en la mano. Al ver lo que Nerea estaba haciendo, se abalanzo sobre la mesa y cerro el expediente rapidamente. --!Estos documentos son confidenciales! El hombre se mostro enfadado con ella y tambien consigo mismo por haber cometido el error de marcharse dejando los documentos a su alcance. En realidad, no habia nada que la nieta de Bittor Isasmendi no pudiera ver, pero en todos aquellos anos habia aprendido que la confidencialidad hacia sus clientes era algo inquebrantable. Nerea se sintio como si le acabaran de pillar copiando en un examen. Con las mejillas coloradas por la verguenza, pidio disculpas y continuaron la reunion. El quedo en llamarla cuando tuvieran cita con el notario, y, sin mas dilacion, dieron por finalizado el encuentro. Antes de salir del despacho, ella se giro y dijo: --Se que no deberia de haber mirado sus papeles y de nuevo le pido disculpas, pero hay algo que me ha llamado la atencion. Entre los bienes de mi abuelo figura un caserio del que nunca habia oido hablar. ?Que sabe usted de eso? --Pues no mucho, la verdad. Debe de ser el caserio de algun familiar de su abuelo. El ultimo propietario fallecio y parece ser que el es el pariente mas cercano, por lo que ahora le pertenece, pero los papeles estan sin regularizar. Su abuelo no esta muy interesado en el --le explico el gestor. Nerea saco el movil de su bolsillo nada mas salir de la gestoria y le mando un mensaje a su novio: <>. A Jon no le extrano que su novia de pronto le hubiera cambiado todos los planes; era muy aficionada a hacerlo. En el ultimo momento se le ocurria que seria buena idea cambiar de rumbo, y dicho y hecho. Penso en rebatirle el cambio, pero sabia que ella le esperaria con un discurso lleno de argumentos para justificar ese fantastico plan de ultima hora, por lo que penso que le seria mas rentable aceptarlo directamente. Escribio en su movil: <>, y le dio a enviar. Sonrio al pensar la cara que pondria ella al leer el mensaje. Era una broma de pareja. El le llamaba churri y ella fingia que se enfadaba por utilizar con ella un apelativo tan barriobajero. Nerea vio llegar la furgoneta y le hizo una sena a Jon para que el viera donde lo estaba esperando. Jon se bajo del coche, beso a su novia y subio los trastos al maletero. Estaban obstaculizando la calzada y no habia tiempo para mas. Se subieron los dos al vehiculo, se ataron los cinturones de seguridad y se pusieron en marcha. --A ver, senorita. ?Que es ese cambio de planes? !Si lo tenemos todo preparado para ir a los Pirineos! --Tranquilo, la siguiente vez que vayamos seguiran ahi, en el mismo sitio. Te propongo un plan alternativo, mucho mas cerquita. Nos vamos a pasar el fin de semana a Legazpi. Quiero echar un vistazo a la zona y si hay suerte, encontraremos lo que estoy buscando. Hay algunas cosas que he hablado con mi aitona y con su gestor esta tarde que tengo que contarte. Le relato a su novio con todo tipo de detalle la conversacion que habia tenido con su abuelo y la visita a la gestoria. Jon la escucho en silencio, y cuando termino, dijo: --Vamos a ver. Asi que tu aitona te regala uno de los mejores pisos que te puedas imaginar en pleno Boulevard donostiarra y tu te preocupas por un caserio del que puede que tu aitona solo sepa el nombre. A lo mejor esta en ruinas o simplemente ya no queda nada de el, pero, aun asi, has decidido que es el plan perfecto para pasar el fin de semana: !a la caza del caserio perdido! --Jon intento sonar sarcastico, pero no lo consiguio. --!Venga, Jon! Esta cerca y puede que encontremos lo que busco o puede que no, pero sin irnos muy lejos seguro que veremos lugares que merecen la pena. --Vale, vale, me rindo. Eres capaz de pasarte todo el camino justificando el viaje. Al final voy a terminar preguntandome: ?como no se nos habria ocurrido antes? --Jon sonrio. Cogieron la A1 y dejaron a un lado localidades como Lasarte, Tolosa, Ordizia, Beasain... En menos de una hora estaban en Zumarraga, cogiendo el desvio hacia Legazpi. Pasaron por delante del parque de bomberos y llegaron a lo que parecia la entrada del pueblo, una recta con diversas fabricas a ambos lados. Una vez en el centro, aparcaron en el parking subterraneo que habia junto al ayuntamiento. Salieron del aparcamiento por las escaleras centrales y lo primero que hicieron fue buscar a alguien a quien preguntar por el caserio en cuestion. Un matrimonio mayor se encontraba sentado en uno de los bancos situados en los porticos de la iglesia, mirando hacia un parque lleno de ninos que corrian de un lado a otro. El hombre debia tener dificultades de movilidad porque tenia dos bastones apoyados en el banco, uno a cada lado. A su derecha se encontraba la que creian seria su mujer, una senora de pelo blanco que sin duda en su juventud habria sido muy guapa y elegante, puesto que todavia lo seguia siendo. Se acercaron y Nerea les pregunto si conocian el caserio Gibola. --Gibola... --El hombre dudo un momento--. Ninguno de los dos hemos nacido aqui. Yo soy de Ordizia y mi mujer es gallega, pero llevamos muchos anos viviendo en Legazpi, y yo juraria que el caserio Gibola esta en Brinkola, un barrio que esta a unos diez minutos en coche de aqui. Deberiais preguntar a alguien de alli. Tras dar un pequeno paseo por el centro del pueblo, volvieron al parking y programaron el GPS direccion Brinkola. En aproximadamente diez minutos y despues de atravesar otro barrio llamado Telleriarte, pasaron por debajo de un puente de siete arcos realmente alto donde el GPS les indico que habian llegado a su destino. Enfrente de un estanque lleno de patos, gansos, ocas y hasta un pavo real, vieron a un hombre vestido con pantalones de mahon, una camisa de cuadros y calcetines de artilla con albarcas de goma en los pies, el calzado tipico de los caseros. Detras del hombre habia un cartel que indicaba el nombre del caserio y la venta de pan casero: <>. Pararon la furgoneta y se acercaron a el. --Arratsalde on, ?Vendes pan? --le pregunto Jon al hombre antes de que Nerea tuviera tiempo de decir nada. --Berdin --contesto el casero--. Si, tengo pan casero, leche, huevos... productos de caserio. Me dedico a ello. --Pues un pan casero y un par de litros de leche ya nos llevariamos --contesto Jon. Le encantaba la leche de caserio. No tenia nada que ver con la leche que se compraba en el supermercado, tenia muchisimo mas sabor. Y con el pan le pasaba lo mismo--. ?Podria ser? --Si, claro. Leche tengo toda la que querais y el pan es de hoy mismo. Los viernes hay mercado en el pueblo y suelo hacer mas cantidad. Si me acompanais os lo doy enseguida. Aparcaron a un lado la furgoneta y lo acompanaron unos metros hasta la entrada del caserio. El casero se hizo con la leche y el pan, y mientras lo ponia todo en una bolsa, Nerea aprovecho para preguntarle por el caserio Gibola. --Estamos buscando un caserio y nos han dicho que esta por aqui. Su nombre es Gibola. ?Lo conoces? El casero puso cara de sorpresa. Nerea y Jon no supieron como interpretar aquella expresion. --Si que lo conozco. No queda lejos de aqui, pero no encontrareis a nadie alli. Esta deshabitado. ?Por que lo buscais?

  • Oli busca el mar de Edurne Cadelo

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    Oli es joven y algo timida, nunca ha tenido una vida facil y siempre intenta complacer a los demas.
    Ella odia lamerse las heridas y siempre prefiere mirar hacia adelante.
    Hace tiempo que la encontro el amor.
    Alberto es un guapo actor que odia la fama, pero que disfruta de su trabajo.
    El ha tenido una infancia dificil y sigue arrastrando sus propios fantasmas, siempre prefiere regodearse en el pasado en vez de mirar al futuro.
    Hace tiempo que dejo de creer en el amor.
    Unas vacaciones, un encuentro, una conexion, la playa y el mar.
    Dos almas oscuras dispuestas a encontrar la luz.
    Si la busqueda de los mares es la metafora de la busqueda de la felicidad, ?seran capaces Oli y Alberto de encontrar su mar?.

  • Yo tambien tengo mi orgullo de Sophie Saint Rose

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    Leda tiene un trabajo que le encanta, ayudante del sheriff, aunque algunos vecinos podian ser especialmente pesados. En particular Lester, que la visitaba a menudo. Fue una verdadera sorpresa que por una vez denunciara algo interesante y si tenia que ver con Rexton Markley mucho mejor. Lo que se encontro podia hacer temblar a medio pueblo, sobre todo a Rexton, pero por muy atraida que se sintiera por el, iba a llegar al final.

  • La apuesta final (Rambha 2) de Anabel Garcia

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    Ares. Dios de la guerra.
    Hunter. Cazador.
    Ares Hunter. Hombre irresistiblemente atractivo. Poseedor de unos penetrantes ojos azules y un cuerpo felino escultural. Versado en seduccion y engano. Es el lider alla donde va. Sus amantes permanecen extremadamente enganchadas a el. Vencedor absoluto en todas las batallas, excepto en una.
    <>. Ares.
    Keira. Caracter fuera de lo comun, sinonimo de grandeza y superacion.
    Amor. Sentimiento de intensa atraccion emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en comun. a veces.
    Keira Amor. Mujer increiblemente hermosa. Fuerte y decidida. Va perdiendo la guerra contra sus sentimientos, sin poder evitar que estos sean cada vez mas fuertes. Una cruenta batalla se cierne sobre su mundo. Sabe que ese hombre no le conviene porque solo le hara sufrir, sin embargo, junto a el se siente mas viva que nunca.
    <>. Keira.
    Rambha es un mundo que le repugna, pero que a su vez, necesita para llevar a cabo la venganza que tanto anhela. Toda su vida se ha convertido en una continua paradoja de la que no sabe como salir airosa.
    En este esperado desenlace sucederan un sinfin de cosas insospechadas que nos dejaran petrificados.
    ?Por que la presa se enamora del cazador, incluso cuando el mismo le ha advertido del sufrimiento que le aguarda si lo hace?
    Si quieres saber la respuesta. No te pierdas Rambha: la apuesta final.

  • Un caso desesperado de Laia Sinclair

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    Sam es un hombre formal, serio y distante. Esta centrado en su trabajo como jefe de una agencia de detectives y en su hija
    Lily, cuya crianza tras la muerte de su esposa se le hace cada vez mas dificil. Con el corazon cerrado a nuevos amores y aferrado al recuerdo de su esposa, Sam no quiere ni oir hablar de citas cuando su hija le tiende una trampa y le concierta una en el restaurante de citas a ciegas mas famoso de Nueva Orleans.