• libro la regata - Manuel Vicent

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    Cerca del mar, en un valle donde florecen los limoneros, hay una casa solariega de gruesas paredes encaladas, porche de cuatro arcos y hondo zaguan, rodeada de varias hectareas de tierras de labranza que ya nadie cultiva a la espera, tal vez, de que se conviertan en un magnifico solar recalificable en la proxima fiesta de la codicia. No existe ninguna otra vivienda en cientos de metros a la redonda, de modo que cualquier disparo de revolver o los gritos de auxilio que se pudieran producir en alguna de sus altas estancias se habrian perdido en el mar por una ventana o por otra en el monte escarpado. Solo el encargado de la finca, el senor Benitez, pasaba alguna vez por alli a echar un vistazo, escopeta al hombro y cartuchos del ocho en las cananas, seguido de un perro perdiguero por si le salia al paso un conejo o alguna perdiz. En esa casa, no lejos de Circea de la Marina, sucedio un misterio de pasion cuyo enigma estremecera de espanto a quien se lo cuente, pero nadie sera capaz de resolver. Es el caso de una pareja de amantes: ella, Dora Mayo, una joven actriz secundaria famosa por su belleza, con el talento aun por demostrar, si bien ya habia empezado a ser manoseada por las revistas del corazon; el, Pepe California, un alto financiero o algo asi, con el que la chica se habia liado pese a que le doblaba la edad, sesenta anos bien llevados, la camisa de seda natural muy apretada a su tripa, pelo blanco con reflejos, saunas y masajes en el spa de La Moraleja, a veces bicicleta estatica en el despacho frente a un televisor de plasma conectado en directo con el mercado continuo de la Bolsa y dentelladas aqui y alla para ejercitar su mandibula de tiburon brunida con colonia Paco Rabanne hasta extraer de ella un tono violeta. La pareja vivia una pasion clandestina, ella con el sexo como arma de ataque, el ayudado en ese combate por unas pastillas azules que le habia recetado el urologo despues de un preceptivo tacto rectal problematico para fortalecerle la autoestima, depositada desde siempre, como es logico, en los genitales. Hasta ese verano se habian citado en hoteles donde tomaban habitaciones contiguas para encontrarse en la cafeteria; habian viajado en vuelos distintos de fin de semana a Paris, a Londres, a islas del Caribe, con cierta regularidad a Montecarlo y una vez, incluso, a matar osos en Rumania. Nunca se les habia visto juntos en fiestas o estrenos, ni siquiera en el palco de honor del estadio del Real Madrid, donde se junta lo mejor y lo peor de cada casa. Pepe California tiraba de tarjeta oro y Dora Mayo se dejaba, lo permitia todo menos que la tomaran por una muneca de carne, la querida de un ricachon. Ella sonaba que algun dia seria la Ofelia de Hamlet o la protagonista de una tragedia griega en el teatro de Merida, de ahi para arriba, y su amante estaba dispuesto a alimentar esos suenos previo pago en efectivo. Habia un proyecto teatral en perspectiva. Fue en el verano de 2016 cuando decidieron pasar un largo fin de semana en esa casa solariega que el tipo habia heredado de sus antepasados, o vete tu a saber. Se habian prometido tomar unas gambas rojas y unas sepias a la plancha a la vista de todo el mundo; poner a punto el velero atracado en el Nautico para participar en la proxima regata y practicar sexo hasta reventar en aquella cama antigua que tenia cuatro columnas de palo santo torneadas, una en cada esquina. Todo cuanto acontecia en ese lecho, alto como un altar, incluidas las refriegas mas inverosimiles, se reflejaba al fondo de la habitacion en la gran luna del armario, que en el silencio de la noche emitia crujidos como si hablara. Si uno ponia atencion, tambien podia oir las termitas que estaban royendo sus nobles maderas, asi como las de la cama. En cuanto a los limoneros en flor, eran la unica licencia poetica que este pez gordo se permitia, sin que se supiera por que, puesto que ninguna flor le importaba nada en absoluto. Tal vez este acontecimiento glorioso de la naturaleza que sucedia en aquel valle de la Marina le habia funcionado como truco en otra ocasion para llevarse a una chica al huerto. Bueno, la verdad es que una vez este tiburon se puso una gardenia en el ojal de la solapa para celebrar con mariscos en La Trainera el haber salido indemne de un juicio por trafico de divisas, eso era todo. Despues de unas horas de viaje desde Madrid, el todoterreno Porsche Cayenne se detuvo ante la herrumbrosa cancela de la finca. El dueno confiaba en que el encargado, el senor Benitez, hubiera dejado la llave tapada con una piedra en una grieta consabida de la pared, como siempre. Alli estaba, en efecto, pero California ignoraba cuanto mejor habria sido que no fuera asi, puesto que esa llave oxidada iba a dar paso a un destino aciago para los amantes. Por un camino de grava flanqueado de adelfas y palmeras llegaron ante el porche umbrio y abrieron la puerta, algo que no se habia hecho desde el verano anterior. El aire estancado aun contenia, pegado a las paredes del zaguan, un profundo olor a algarroba, a cereal, a preteritas cosechas que provenia del granero, ya en desuso, y se unia a la melaza que despedian los muebles y las maderas nobles del artesonado. Era un olor que una vez mas desperto en el una extrana pulsion sexual, debida sin duda al recuerdo inconsciente de aquella criada, Miguelina, que en su adolescencia, bajo este mismo olor, le inicio, como a muchos otros senoritos, en el placer de la carne en el cuarto trastero del desvan. Los amantes pasaron el primer dia muy relajados. Por la manana bajaron a la explanada del puerto y desayunaron en una terraza a la sombra de los platanos, cuyas hojas, al agitarse levemente con la brisa, filtraban un sol muy amable que dibujaba arabescos de luz imprecisa sobre el cafe, los zumos de pomelo, las tostadas con aceite de oliva y alcaparras, el tomate rallado y las aceitunas amargas machacadas. Despues, ella hojeo una revista del corazon mientras el consultaba en la tableta los movimientos de la Bolsa, compartieron el periodico Levante leyendo muy divertidos en voz alta los anuncios de sexo para excitarse, o simplemente miraban pasar a los turistas sin hacer comentarios. Una senora se acerco a preguntarle a la chica si era actriz.

  • LA REGATA | MANUEL VICENT | Casa del Libro

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  • LA REGATA - VICENT MANUEL - Sinopsis del libro, reseñas ...

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    Manuel Vicent regresa en La regata a su territorio más querido. La ciudad de Circea, ya inmortalizada por el autor en Son de Mar, ... Información del libro.

  • La regata - Libro de Manuel Vicent - Lecturalia

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    En este momento de la noche, bajo las estrellas, todo mi horizonte son tus labios.» El amor de Dora Mayo, aspirante a actriz, y el exitoso empresario Pepe.

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    LA REGATA (Libro en papel). MANUEL VICENT. Editorial: ALFAGUARA; Año de edición: 2017; Materia: Prosa; ISBN: 978-84-204-2671-6. Páginas: 240.

  • LA REGATA - MANUEL VICENT - 9788420426716 - Agapea

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  • Leon de ojos verdes de Manuel Vicent

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    Durante el verano de 1953, en la terraza del hotel Voramar se estaba rodando una pelicula ambientada en la epoca de enrreguerras y varios cables conectados al generador, que no cesaba de zumbar, cruzaban la amplia terraza hasta la escalinata guardada por un leon de escayola. En la playa, al pie de la escalinata, se hallaban instalados los focos, las pantallas y las camaras. Por alli se agitaban los tecnicos del equipo rodeados de turistas curiosos en traje de bano y sobre la balaustrada se perfilaban algunos figurantes, senoras con pamelas, corpinos y abanicos, que iban del brazo de caballeros con cuellos de porcelana y sombreros de paja dura, representando a banistas muy felices. La accion de la pelicula transcurria en el ano 1918. Familias burguesas pasaban sus vacaciones en este balneario. Aquellos veraneantes sentados en sillones blancos de mimbre, entre refrescos de granadina, hablaban de novenas de banos, de calculos de rinon, de aguas saludables para la vejiga y a la hora de discutir de politica se dividian todavia en dos bandos: unos habian sido anglofilos y otros germanofilos respecto a la guerra europea recien terminada. Una madre estaba empenada en casar a su hija adolescente con un estudiante de ingenieria de caminos, vastago de una familia muy rica, pero la nina se negaba a crecer y preferia seguir jugando con los chicos de su pandilla. La protagonista, una adolescente bellisima, me tenia obsesionado. Desde la terraza de mi habitacion la veia entrar y salir de escena; seguia todos sus movimientos, trataba de encontrarme con su mirada en los pasillos y algunas noches sonaba con ella. En la pelicula se enamoraba de un muchacho gordito de su misma edad, sin porvenir en la vida, al que ese ano habian suspendido en todas las asignaturas. Habia una escena en que la nina daba lenguetazos morbosos, demorados, llenos de inocente malicia a un cucurucho de helado de chocolate. Pero este delirio por aquella criatura se me esfumo muy pronto. Fuera de la ficcion, entre los huespedes del hotel habia un matrimonio frances con una hija que tenia la cara de perrita lulu, con la naricilla, la cola de caballo y unas grenas en la frente. Llevaba un pantalon corto muy ajustado y sus senos apenas cuajados parecian fluctuar sueltos y libres bajo la camisa de seda. Decia que era artista y que en Francia habia trabajado en varias peliculas. Todos los dias se acercaba al set para ofrecerse a salir gratis en alguna secuencia, pero el director habia ordenado que se mantuviera a raya a aquella turista tan pesada para que dejara de molestar. El ayudante se lo hizo saber a ella y tambien a su madre, tan recalcitrante como su nina; en cambio, el padre parecia hacerse cargo de la situacion y pedia excusas a unos y otros para hacerse perdonar. --Mi hija esta loca por el cine. Me da muchos problemas. No podemos hacer nada --decia. Yo tenia entonces diecisiete anos y me divertia asistir por primera vez al rodaje de una pelicula, pero mi mayor aventura de aquel verano consistia en oir las historias que me contaba el doctor Luis Aymerich en la terraza del hotel Voramar, cuando los cineastas daban por terminada la sesion, apagaban el generador y al volver el silencio a la tarde solo se oian los golpes del oleaje y el arrastre de la resaca sobre los cantos rodados, semejante al sonido que yo hacia al sorber con la paja los posos de hielo del granizado de limon. Con su melena blanca aleonada, este doctor de medicina general se habia erigido en la conciencia viva de las villas de Benicasim, que en esa epoca se hallaban habitadas con todo esplendor por una burguesia provinciana, en algunos casos acrecentada por los nuevos negocios propiciados por la dictadura de Franco. Uno de los peces gordos del regimen, que ademas era aristocrata con titulo papal, solia sentarse a pocos metros de la terraza del hotel, en una silla de lona bajo un sombrajo de brezo montado solo para el en la playa. Llevaba chaqueta de pijama con trabillas de husar y gafas negras de espejo. Permanecia inmovil como un idolo, al que unas doncellas con delantal y guantes blancos, cofia y punos almidonados, cruzando la arena trabajosamente con zapatos de tacon por la pasarela de madera, le traian desde su villa, cuando sonaban las campanadas del angelus en un oratorio cercano, la ofrenda de un martini rojo con olivas sevillanas. A cierta distancia detras de su cogote se paseaba una pareja de la Guardia Civil con todos sus arreos charolados, que soltaban destellos bajo la luz de agosto. El idolo nunca se banaba en el mar. Parecia ajeno al mundo, siempre con el rostro impavido hacia el horizonte, y en sus gafas negras de espejo se reflejaban los ninos que levantaban castillos en la arena, algun balandro, parejas pedaleando en un patinete e incluso el vuelo de las gaviotas. Solo movia la cabeza a derecha e izquierda para seguir con la mirada a aquella linda francesita, aspirante a artista de cine, que pasaba por delante una y otra vez en un banador blanco sin tirantes. El primer dia se habia presentado en la playa con un biquini rojo, un atuendo que en Espana solo se conocia de oidas como una prenda que lucian las artistas en Cannes. A su alrededor comenzo a adensarse un grupo de curiosos, cada vez mas dilatado. Causo tanto escandalo que la Guardia Civil, que protegia al pez gordo, cubriendola con una toalla tuvo que escoltarla hasta el hotel para que se cambiara. El doctor Aymerich habia sido represaliado despues de la guerra por librepensador. A sus sesenta anos tenia la mente lo mas alejada posible del dinero, pero sabia la vida y milagros de los propietarios de las villas. Conocia con todo pormenor de donde procedia cada fortuna, quien habia emparentado con quien, la historia de aquel senorito que habia embarazado a la criada, la cual ahora estaba de prostituta en el barrio chino de Barcelona, e incluso los detalles mas truculentos de un crimen pasional cometido en la comarca que altero el tedio de los veraneantes un par de anos antes. Un marido celoso habia matado a su mujer, una rica propietaria, sorprendida con su amante en la cama. El juicio y la sentencia habian levantado muchos comentarios. El asesino fue condenado solo a un ano de carcel, que apenas habia cumplido, y a seis de destierro. Al parecer esta parte de la pena la satisfacia hospedado ahora a cuerpo de rey en el hotel Voramar y desde alli dirigia sus negocios por telefono. Repantigado en un sillon de mimbre blanco frente al mar, el doctor Aymerich me decia: --Conozco la historia de este hotel desde que se construyo en el ano 1927. Durante la guerra fue hospital de sangre de las Brigadas Internacionales. Entonces le cambiaron el nombre. Se llamaba hotel General Miaja. Aqui vinieron muchos artistas famosos a entretener a los brigadistas heridos en el frente de Madrid. Yo era medico adscrito al Octavo Regimiento y la noche en que canto aqui el negro Paul Robeson me encontraba en esta misma terraza sentado al lado del novelista norteamericano John Dos Passos. --?Conocio usted a John Dos Passos de verdad? --le pregunte con la admiracion del novato. --Asi es --me contesto el doctor sin darle demasiada importancia--. El primer dia, al saber que yo era medico, Dos Passos me hizo una consulta. Me conto que sufria una diarrea muy pertinaz. Yo le dije que comiera algarrobas. --?Algarrobas, como un caballo? --Naturalmente. En la vida pasan estas cosas, muchacho. Dos Passos tenia una colitis como cualquier mortal --decia el doctor Aymerich--. Le di el remedio que descubri por casualidad durante una larga acampada con mi compania del Ejercito en la sierra de Espadan. La mayoria de los soldados estaba pasando por un episodio de gastroenteritis por haber bebido agua de un pozo contaminado. Un dia en que el suministro de intendencia tardaba en llegar al vivac los soldados comenzaron a comer algarrobas cada uno por su cuenta. A la manana siguiente la diarrea habia desaparecido en todos los casos. Con algarrobas molturadas prepare un jarabe que todavia se vende en algunas farmacias. Lo tengo patentado. Tambien lo hay en pastillas. De eso vivo. En realidad son mis unicos ingresos. A John Dos Passos, mientras el negro Robeson cantaba un blues, le dije que comiera algarrobas, ?que te parece? --?Lo hizo?

  • Casi imposible de Nicole Williams

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    Todo era posible. Al menos eso pensabamos.

  • Noches furtivas, Mina Vera de Mina Vera

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    Londres, 1872
    Tres anos despues de volver a Espana por dictado de su padre, Ursula Olivan regresa a Londres, donde habian quedado aparcados todos sus suenos: estudiar en la universidad, convertirse en una gran perfumista. y compartir su vida con Edward Green, el unico hombre al que ha llegado a amar. Un encuentro fortuito entre ambos propicia que sus sentimientos renazcan con solo mirarse. Sin embargo, una vez mas Ricardo Olivan impondra su voluntad, prometiendo a su hija en matrimonio con lord Nathan Miller.
    Viendo que negarse a esa union es imposible si no quiere arruinar la reputacion de su padre, Ursula se vera obligada a conseguir que el propio Nathan se retracte de su proposicion. Desinteresarlo sera una ardua tarea, sobre todo porque su afecto por el crece dia a dia, si bien de noche continua viendose con Edward y disfrutando de furtivos y ardientes momentos de pasion.
    No obstante, Ursula no es la unica que guarda secretos. Tanto Nathan como Edward comparten un oscuro pasado que ninguno revelara a Ursula pero que lo cambiara todo cuando la verdad salga a la luz.

  • Fascinacion (La Profesional 2) de Kris Buendia

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  • Angie; Envolviendome En Tus Brazos de Valeria Wolff

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    Desde tiempo siempre he anhelado por publicar historias basadas en el erotismo del ser humano. Es un tema que siempre me ha atraido, no solo por el hecho de sentir el sexo en su maxima expresion al momento de estar en el acto, en esas dos fusiones de cuerpo que experimentan dos personas al unirse sus cuerpos, donde no solo se palpa el calor, sino tambien aromas, perfumes, sudor, miradas, agitacion; sino tambien que por el hecho que en muchos casos (por no decir la mayoria) esas relaciones ''prohibidas'' o ''no permitidas'' que a veces nos toca pasar, siempre nos dejan un profundo mensaje de reflexion. Se dice que mientras mas prohibida es la relacion, mayor es el deseo. Casi parecido como tocar el cielo, mientras se esta pecando. Al contrario que cuando tenemos sexo ''permitido'' la sensacion de goce reduce y se convierte en algo mas calmado, pasivo. Dice el dicho que la diferencia de tener sexo y hacer el amor esta distanciado por miles de kilometros. Y ahi es donde viene la diferencia entre amar y querer. Como canta e interpreta el celebre artista mexicano Jose Jose: ''El amar es el cielo y la luz/ el amar es total plenitud/es el mar que no tiene final, es la gloria y la paz/El querer es la carne y la flor/ es buscar el oscuro rincon/es morder, aranar y besar es deseo fugaz/ Es que todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Y es precisamente esta diferencia la que me ha llevado a visitar mundos, envueltas en grandes historias contadas por personas que en su mayoria quedan en el anonimato. No hace mucho, me impacto una historia que lei en un portal. No solamente por la trama, sino tambien como el deseo que llevamos dentro nos hace realizar cosas quizas de forma ?inconsciente? Es la historia que entre dos personas, protagonizada por una mujer que ha vivido deseando a su jefe, pero que sin embargo dentro de la vida del protagonista una pareja del pasado no acepta verlo con otra. (Este caso tambien sucede por parte de cientos de hombres celosos que no soporta ver a su ex re haciendo su vida con otra persona) Esa historia me gusto enormemente, tanto que decidi adaptarla y fusionarla con una historia real. Le he puesto como titulo ''Angie'' Adicionalmente expongo dos historias mas a manera de narracion breve. ''Anorandote'' e ''Incertidumbre'' Estoy pensando escribir otra version de estas tres historias, ahora con la escena de, ?que hubiera pasado si las protagonistas se hubieran detenido? (Interesante pregunta) Pero hasta mientras les comparto estas tres historias. Muchas gracias por leerme. ANORANDOTE (Relato corto) El deseo, la magia y la energia siguen alli, nada ha cambiado de esos deseos que, aunque pase el tiempo ahi estan, ahi siguen, inerte, pero mas vacios que nunca. No te hablo, no te escribo, no te llamo, pero te pienso, y de una o de otra forma alli estas, siempre presente, el deseo esta vivo y nuestra presencia siempre cuando al recordar, el cuerpo late por si solo, y es que son unas ganas tan eroticas y a su vez tan sucias, tan perversas, unas ganas que hacen querer tenerte cerca, sintiendo el calor de tu cuerpo, la suavidad de tu piel, tu rico olor, la fuerza y energia imaginando, te cojo y me coges, y es tan real que comienzo a sentir como un nudo en el pecho, sabiendo claramente que soy tuya y eso tu muy bien lo sabes. Estas ganas de cada vez querer pedir y sentir mas... Estas ganas de querer comerte toda....toda tu polla, de nadie mas, solo la tuya. Esa manera tan perversa y tan rica que tienes de hacermelo... Esa manera en que con solo leer tus ojos inyectados de lujuria me mojo toda. Como dicen por ahi ''los gemidos enganan, pero la humedad, no. La humedad la decide el cuerpo y si ocurre es por algo...Esas ganas que a mi me dan de besarte y seguirte besando. Esas ganas tan ricas que me dan ponerme de cuclillas para empezar a comerme toda tu polla y mirarte mordiendome los labios, como una nina perversa y juguetona, esas ganas que me la empujes hasta el fondo de mi garganta, esas ganas que me agarres y me cojas a tu antojo, como quieras, donde quieras, cuando quieras, no me importa. Esas ganas de olvidarme de la mujer que soy y hacerme toda una ninfomana al estar contigo y solo contigo. Y es que de solo cerrar los ojos te imagino agarrandome, pero esta vez mas a lo salvaje. Que nos quitemos la ropa, asi con ganas mas ganas y de forma violenta, que me beses casi que mordiendome, que me pidas que te abra el pantalon con desespero de comerme ese rico tesoro, que me tomes del cabello y me agache para disfrutarlo todo, para ver tu cara como se llena de placer y la mia envuelta de lujuria, que me lo empujes dentro de mi guiandome con un delicioso movimiento para levantarme, y me vuelvas a besar mientras agarras mi cintura y me acuestas en la cama, para que me sigas disfrutando con tu lengua mientras te digo entre susurros que lo estas haciendo bien rico, mientras me besas de nuevo para compartir nuestros sabores al mismo tiempo que te pido que me aduenes de nuevo hasta hacerme estremecer los mas reconditos rincones sediento de placer de mi cuerpo, porque me encanta sentirte, sentirte dentro de mi, que me incline hacia atras y me hagas estremecer mas y mas, porque quiero sentirme llena, viva, sentirme mujer... Encima de ti, me muevo, de arriba hacia abajo, sintiendote, tomando tus manos y mirandote, mirandonos en el espejo que cuelga sobre la pared y me veo tan bien encorvada llenandome de placer de ti, diciendote que quiero que me acabes y me hagas estallar. Y asi te sigo anorando, mientras te pienso, mas lo hago, mas lo quiero, donde quieras, cuando quieras, decirte que siempre estoy aqui....esperandote y deseandote... ANGIE SINOPSIS: Taylor Marques siempre se considero un hombre que no dependia de ninguna mujer para ser feliz, sin embargo, despues de haber tenido una torrida aventura con una mujer que ahora formaba parte de su pasado, aparece frente a el Angie Rusher una mujer apacible a simple vista pero que ha guardado por mucho tiempo dentro de si misma, deseos incontenibles hacia su jefe. (Taylor) Angie sabe que es hora de actuar y dejar relucir sus encantos, con una tactica de seduccion indescriptible, haciendolo comprender a Taylor lo ciego que estado en no observar la hermosura escondida de Angie cubierta siempre bajo su uniforme de trabajo, aflorando sus pensamientos lujuriosos, con un desenlace inesperado en una historia llena de erotismo, donde nos refleja, que a veces los deseos contenidos y amores prohibidos conllevan un alto precio por pagar. Primera parte -?Que significa esto? --Taylor Marques agarro el brazo de Angie Rusher antes de que pudiera esconderse en su apartamento. Exhalo un gemido ahogado mientras se volvia hacia el y Taylor, agitaba la carta de renuncia frente a ella, queria una explicacion de por que le habia arrojado esa basura en su escritorio y se fue sin decir ni una palabra del trabajo. Entonces vio su rostro. Un enrojecimiento bordeaba sus inflamados ojos color cafe, mientras las lagrimas caian por sus mejillas, rodando hasta sus labios, que estaban apretados en una sombria linea. Su enojo se evaporo y se puso mas cerca de ella. -Angie, ?te encuentras bien? Ella se aparto. Su cabello claro parecia una nube alrededor de los hombros mientras dejaba caer sus llaves. -Estoy bien. En cuanto a la carta de renuncia, mi decision es irrevocable. Eso es todo lo que necesitas saber. -?Que dices? -Legalmente, no tenia derecho a saber mas, ?pero en lo personal? Angie, ?que paso? ?Alguien te hizo dano? -No de la manera que imaginas. Cerro los ojos, negandose a mirarlo -Simplemente... vete.- sentencio-. Su jefe solo habia visto llorar a Angie una vez en los tres anos que habian trabajado juntos, el dia en que habia perdido a sus padres luego de un fatal accidente

  • En deuda con el jeque de Annie West

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    Cuatro anos despues de heredar, y liberar, a Lina, el poderoso emir Sayid se quedo perplejo al comprobar la transformacion de la que habia sido su concubina. Lina ya no era timida e ingenua, sino una mujer irresistible y llena de energia. Sayid nunca habia deseado tanto a nadie. Sin embargo, se debia a su pais y solo podia ofrecerle una breve aventura. ?Aceptaria Lina la escandalosa propuesta de pasar una semana en la cama de Sayid?

  • Adios, tristeza: 18 pasos para recuperar la alegria de Cristina Soria

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    La vida, a veces, nos provoca sufrimiento, y son esos momentos de sufrimiento los que nos pueden hacer mas fuertes o adentrarnos en la mas absoluta tristeza. Este libro quiere ayudarnos a salir de ese circulo negro.

  • Un mal negocio de Paula Daly

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    Una historia vertiginosa e inolvidable en la que el sexo, el chantaje y el asesinato suceden en el espacio mas cotidiano. Paula Daly vuelve a desplegar la maestria que ya mostro en ?Y tu, que clase de madre eres?

  • Las chicas malas besan mejor de Elie Grimes

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  • El alma de la espada. La sombra del zorro 2 de Julie Kagawa

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    Hace mil anos, el gran dios Dragon fue invocado para conceder un deseo terrible, y la tierra de Iwagoto se sumio en una era de oscuridad y caos. Ahora se concedera un nuevo deseo a aquel que sea el poseedor del Pergamino de las Mil Oraciones.

  • La Ultima Mentira de Mary Kubica

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    El mundo de Clara Solberg estalla en mil pedazos cuando su marido y su hija de cuatro anos tienen un accidente de trafico. Nick muere, pero Maisie sale extranamente ilesa. El suceso se cataloga como accidente… hasta que dias mas tarde, Maisie empieza a tener terrores nocturnos que hacen que Clara se cuestione que sucedio realmente esa fatidica tarde.

  • A mis pies de Candis Benitez

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    Celine Walton, una mujer de caracter fuerte, exitosa a la par de hermosa, tuvo que cambiar radicalmente su forma de ser, encerrando su corazon en una fortaleza donde no pudieran destrozarlo nuevamente, negandose la oportunidad de amar.Tiene a todo el mundo a sus pies, haciendo solo su voluntad, y no ha permitido que ningun hombre la haga perder la cabeza al punto de pensar en un futuro juntos.Zacharias Raimond -Zac-, llega a su vida como un huracan que arrasa con todo a su paso.

  • Tu eres mi lugar favorito en el mundo de Pilar Pinero

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    Eso es lo que piensa Lucia la primera vez que ve a Gaby. Ella vive por y para su hija, y trata, ademas, de mantener a flote un matrimonio que la asfixia y la anula.

  • Lluvia (HQN), Yolanda Quiralte de Yolanda Quiralte

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  • Esclava en tu cama de Megan Galan

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    Desesperada por conservar su casa, Victoria decide trabajar como chica de compania en una casa de citas de lujo, pero ella no espera encontrarse con Norman, un hombre guapo, torturado por su pasado que parece tener unos gustos peculiares en la cama…

  • Siete esqueletos de Lydia Pyne

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    DURANTE EL SIGLO XX, la busqueda de nuestros ancestros abarco cuatro continentes y dio como resultado el descubrimiento de cientos de fosiles. La mayoria de estos descubrimientos viven placidamente en colecciones de museos, pero algunos se han convertido en celebridades, abrazados por amplias audiencias y considerados puntos de referencia para entender nuestros origenes. En este libro, la divulgadora cientifica Lydia Pyne explora la forma en que siete esqueletos alcanzaron la fama.

  • Todos Los Dias Es Sabado de J. A. H. Carrera

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    Sabado, El telefono sono como de costumbre al cuarto para la diez y luego de dos timbrazos colgarian indicandome que yo era de nuevo victima de una mala broma. Odio el sabado. Es un dia muy aburrido ya que Abraham y yo no salimos a ningun lado, eso queria decir que tenia que sacudir, limpiar el piso, lavar el piso y los banos. Odio limpiar banos. En realidad llevo una vida de rutina. Mis jefes los senores Pastor, me pagan para que cuide de Abraham, su hijo de apenas un ano de edad, ellos nunca estan y yo me siento muy sola en esa casona del centro del pueblo de Shushupan. Mi nombre es Rosa Elena, pero todos me conocen como Rosy. Naci en este lugar y cuando yo tenia 15 anos quede huerfana por un incendio que hubo en el pueblo. Los senores Pastor me dieron casa y comida, a medida que fui creciendo se dieron cuenta de mi responsabilidad y comenzaron a encargarme cosas de la casa. Luego Abraham nacio y en cuanto se aseguraron de que yo sabia todo lo necesario para cuidar bebes me lo dejaron encargado. Ahora han pasado casi 5 anos desde el incendio. Todavia recuerdo el olor de la locion de mi Papa o los clasicos postres que mi Mama preparaba cada jueves. Los extrano mucho. Oculto mi dolor distrayendome con las diversas ocupaciones que implica cuidar un bebe, y cuando duerme me la paso haciendo el quehacer de la casa. No tengo muchos amigos, platico con Juan el panadero cuando voy por el pan, Miguel el administrador de los bienes de los senores Pastor cuando tengo que recoger el dinero para la casa y mi pago mensual, y hasta en ocasiones con Jorge el florista, si es que me lo encuentro camino de regreso a la casa cuando salgo a hacer las compras. Suena el timbre, puedo adivinar que Tino esta haciendo de las suyas otra vez. Tino es mi vecino. Su nombre es Valentino y tiene 22 anos y es creo el unico verdadero amigo que tengo. --!Hola Rosy! --Hola Tino, ?que me cuentas de nuevo? --Mi perro Juancho esta enfermo, no se que le habra dado, puede ser que se mojo ayer toda la noche durante la lluvia. --No creo que por solo mojarse se enferme. Seguramente no le has dado bien de comer. --Pues no quiere salir a dar la vuelta, ni molestar al gato de la Senora de al lado, ni siquiera ladrar. En verdad me preocupa. Tino siempre se preocupa por todo, lo que hace que tenga mucho estres y yo por mis ocupaciones no tengo tiempo para escuchar sus problemas. Eso si, no ha habido dia en que no vaya a visitarme. Creo que se siente solo. La mayor parte del tiempo se queda viendo como cuido al nino. --Llevalo al veterinario, ahi lo curan porque lo curan. Mientras terminaba de decir la frase escuche los llantos de Abraham porque ya era la hora de comer. Subi las escaleras hasta su cuarto y lo lleve a la cocina donde Tino ya se encontraba curioseando como de costumbre. --?Como sobrevives comiendo solamente fruta? --pregunto mientras yo colocaba al nino en su silla. --Mis alimentos incluyen muchas cosas ademas de fruta. Ademas Abraham tiene que comer sano. Sus papas me mandan que solo coma alimentos naturales, a mi en lo personal no me encanta, prefiero el pollo asado. --?Y donde esta el pollo? --dijo mientras se asomaba en el refrigerador. Empece a desesperarme y a desear que Tino se fuera a su casa porque no dejaba concentrarme. --Siempre como pollo recien comprado. No he tenido tiempo de ir al mercado hoy. --?Entonces no has comido? --No Tino, no he comido. --!Que barbaridad, debes estar muerta de hambre! --No Tino, los sabados desayuno tarde. --Aun asi, dejame ir a comprarte algo de comer antes de que sientas hambre. --No gracias. Estoy bien. --?Y que haras cuando sientas hambre? --Me preocupare por eso cuando la tenga. Tino se dio cuenta de mi respuesta tan cortante e inteligentemente guardo silencio. Afortunadamente Abraham comio todo sin chistar y pude tener unos momentos de paz. Pronto tuve hambre y me di cuenta de lo grosera que habia sido con Tino, tal vez era porque sabia que el tenia razon y yo no quise aceptarlo. Pero no me importaba mucho, Tino de seguro comprenderia que yo tengo muchas ocupaciones y que por eso puedo ser un poco desesperada en ocasiones. Sin hacer caso de los comentarios de Tino decidi comer fruta ese dia ya que no tenia ganas de ir hasta el mercado solo por un pollo y ademas no podia dejar solo al nino y menos con Tino en la casa. Hasta donde se no esta acostumbrado a cuidar bebes. El telefono volvio a sonar. Esta vez conteste y era el Senor Pastor haciendo su clasica llamada de cada mes para saber si todo estaba bien. Siempre he pensado que solo llama para hacerse el preocupado por su hijo. Tiene mas de un ano de que se fueron y nunca han parado por aqui para ver a Abraham. Estaba pensando todo esto cuando escuche un fuerte ruido, como si miles de platos se rompieran. Me pude imaginar a Tino curioseando de nuevo por la cocina. El no puede estar tranquilo, siempre anda viendo cosas nuevas y eso ha sido siempre un dolor de cabeza para mi. Nunca faltaba el tiempo donde lo que tocaba lo destruia, y claro, yo tenia que pagarlo. Jarrones, ventanas, copas y hasta una vez y sin explicarme como lo hizo rompio una silla. Pronto no quedaria nada de la casa que le faltara romper. El bebe rompio a llorar y la desesperacion me entro de repente. Me puse a pensar que hacer y me fui corriendo hasta donde el ruido habia salido. Calcule cuantos platos tuvo que haber roto para que se escuchara asi. Ahi se iba mi dinero de la semana otra vez. Ya me imaginaba el desastre que yo iba a tener que limpiar. Nada mas queria atraparlo para que ahora si me escuchara. Y fue cuando llegue a la cocina. *** CAPITULO II Un charco de sangre cubria el piso. Tino estaba tirado boca abajo inconsciente. Se habia estrellado contra el vidrio de la puerta del patio. Me asuste mucho, el bebe lloraba; por primera vez en mi vida no estaba segura de que hacer. Tome el telefono y llame a una ambulancia. Tino desperto y en vez de entender que habia chocado contra la puerta se puso de pie y me dijo que sentia la cara muy caliente. Yo no supe que decir y luego se acordo de como habia estado el accidente: Estaba jugando con Chester, nuestro perro y al correr hacia la casa no se fijo en que la puerta estaba cerrada y entonces fue a dar contra el vidrio rompiendolo completamente. No tardo en darse cuenta de que toda la sangre era de el. La ambulancia llego a tiempo y le comentaron que era necesario llevarselo al hospital. --?No quieres venir conmigo? --me pregunto en tono preocupado, sus padres no estaban en casa y tendria que hacer el recorrido solo hacia el hospital. --No Tino, no puedo dejar solo al bebe. Solo es cuestion que te revisen para descartar que hayas cortado alguna arteria importante. Prometo estar pendiente de ti.- Me empezo a doler la cabeza, el bebe lloraba por la falta de atencion acostumbrada de mi parte. Sin decir mas observe como la ambulancia se alejaba con su circo de luces encendido. En cuanto tranquilice al bebe me fui a la cama. No pude dormir por el gran trauma que tuve al ver la sangre. Al dia siguiente fui a visitarlo al hospital. Al final la sensacion de culpa por no haberlo acompanado me hizo pensar que podia hacer una visita rapida con el bebe. --!Buenos dias!, busco el cuarto de Valentino Rosas. --Cuarto 202. Una enfermera malhumorada me indico el camino mientras no dejaba de mirar su revista. --No puede entrar con un bebe al hospital. Regrese mas tarde antes de terminar el horario de visita. --Solo vengo 5 minutos, ?hay algun problema? --Son las reglas del hospital querida --dijo en actitud prepotente. Frunciendo el ceno di media vuelta y comence a caminar hacia la salida. No podia creer que no podia entrar con Abraham. ?Realmente habria problema de entrar con el bebe por solo cinco minutos? De pronto las puertas de un elevador de carga se abrieron y un trabajador salio empujando un contenedor con sabanas sucias. Decidi escabullirme y buscando el piso dos presione el boton y se cerraron las puertas. No habia vuelta atras. El pequeno Abraham sonrio con una pequena mueca. Normalmente yo era de las personas que siguen las reglas, pero un poco de adrenalina en la vida no hace dano. Antes de lo esperado las puertas se abrieron frente al cuarto 201. Con una pequena zancada abri la puerta del cuarto de Tino y cerre con delicadeza. Al llegar el se encontraba dormitando. Observe el pequeno cuarto de hospital con paredes y sabanas blancas. El sol entraba fuertemente por la ventana del bano la cual yacia entreabierta. Una estela de vapor continuaba saliendo de ahi indicando que alguien habia tomado una ducha recientemente. En ese momento dimensione la situacion: Por la proximidad de la sutura conclui que tuvo suerte de no haberse cortado la yugular o podria haber muerto. Su chistecito le habia costado 20 puntos de sutura en la cabeza y parte del cuello. --?Como te sientes muchacho? --Bien Rosy, muchas gracias por la visita. --?Te duele mucho? --Ya no. Debiste ver como me atendieron, casi me ignoraban y el doctor no quiso platicar conmigo mientras me suturaba. Aparte el cuarto es muy pequeno y no tengo television. La cama esta floja y se ladea bastante cuando intento acomodarme. No tengo una linda vista, ni siquiera pega el sol en este lado del cuarto y la comida es horrible. Tu sabes que soy muy sensible del estomago. Lo peor para mi es ir al bano, dependo de la enfermera para que me ayude a pararme. Yo no quiero que me ayuden y me amenazan con ponerme un panal si no me dejo ayudar para la proxima vez. --Lo interesante es que ni aun asi dejas de hablar como perico, como si nada te hubiera pasado. --le dije mientras Tino terminaba de contarme todas sus penas. En eso la enfermera entro al cuarto con una bandeja variada de comida. --?De donde viene usted y que hace aqui con un bebe? --me pregunto en tono reprobante al mismo tiempo que dirigia la mirada hacia el pequeno Abraham. --Visitando a mi amigo, le dije con una sonrisa timida. Abraham, que estaba acostado boca abajo en la cama comenzo a gatear hacia Tino. Parecia que queria probar un poco de la gelatina verde y rara que le habian servido. Yo estaba de acuerdo en que el estaba harto de comer fruta pero no era para que su comida fuera esa gelatina que ni yo misma me atrevia a probar. Lo quite de la cama y lo puse en un sillon junto a Tino. --Bueno Tino me voy. Que bueno saber que estas bien. --Espera ?ya te vas?, mira que no tardan en darme de alta. Es cuestion de unos minutos, si me esperas puedo acompanarte a casa. --Me tengo que ir, tengo cosas que hacer y al parecer no dejan que el bebe este aqui. --No te vayas por favor. Me sentire mas tranquilo si te quedas. --Gracias Tino pero de verdad no puedo. Que estes bien. Me sali de su cuarto y comence a caminar al lado de la enfermera reganona. Algo tienen los hospitales que la mayoria de las veces todos los que trabajaban ahi parecian enojados. Era eso o era mi culpa por haber metido a un bebe dentro de las instalaciones cuando no estaba permitido. Me sentia tan enojada que ni siquiera recuerdo haber comprado todo lo necesario. Pan, leche, huevos...es todo lo que necesito. Cuando se empezo a disipar mi enojo pense en que se me hizo muy raro el comportamiento de Tino y que tuviera tanta insistencia en que me quedara. Por un momento senti feo pero la verdad no me la pasaba bien con una persona tan monotona. Tino era un poco aburrido en ocasiones. Lo unico interesante era cuando hacia una de sus locuras. Aunque esta vez si se habia pasado de la raya con eso de estrellarse contra el vidrio. Llegue a la casa rapido. El vidrio que Tino habia roto daba directo a la calle principal. Lo bueno es que en este pueblo todos son bastante honrados, no me preocupo mucho dejar la casa sola con el gran agujero en la puerta. Tome el telefono y llame al Senor Pastor para pedirle dinero extra para el vidrio. Estaba pensando una buena excusa cuando me di cuenta de que faltaba algo... !Abraham!

  • Epigenetica de Joel De Rosnay

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    Un libro que muestra como el modo de vivir influye en nuestros genes.

  • La traviesa alumna del Maestro (Blackish Masters 1) de Nisha Scail

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    Luna Coulter no era la mujer que parecia… su fuerza encerraba una fragilidad que lo atraia como un iman, que hacia que desease doblegarla, reclamarla… y ensenarle que ocultaba en lo mas profundo de su ser. Ella negaba ser sumisa, ni siquiera estaba segura de que hacia en la clase de iniciacion, parecia tan fuera de lugar en sus dominios que no podia evitar querer liberarla de sus propias dudas.

  • Recuerdos prohibidos (eLit) de Julie Miller

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  • 33 anos sin llorar de F.g. Labandal

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  • Una visita al pasado (eLit 1) de Joan Elliot Pickart

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    Habian pasado los anos, pero no habia podido olvidar a David Westport. Su habilidad en el campo y sus dotes de estrella eran legendarias. Sin embargo, su corazon pertenecia a una chica llamada Sandra. Fue una lastima que hubieran dejado el instituto antes de graduarse para ser padres, aunque parecian tener una buena vida. ?Lamentaria David las decisiones que habia tomado? A juzgar por las ojeras de Sandra, parecia que si, aunque David deberia darse cuenta de todo lo que tenia.

  • Celos y envidia de Liah Jones

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    Paula y Miguel adolecen de varios pecados, uno de ellos capital. Los dos sufriran en su piel ser victimas y verdugos del mismo sentimiento.

  • Dulce desvelo 2 de Megan Marsell

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    Tanto Beth como Maddox tienen un pasado oscuro y traumatico, un pasado marcado que les causa horribles pesadillas, obligandolos a permanecer despiertos.
    Cuando Maddox y Beth se conocen, establecen una conexion que los unira cada vez mas en las largas horas de desvelo.

  • #Sexy, #Yogi, #Sandwich (Terciopelo), Coco Duval de Coco Duval

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  • Antologia de relatos romanticos. San Valentin 2020 de Varios Autores

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    Este febrero dejate enamorar con la nueva Antologia de relatos romanticos de Selecta.

  • Segundas oportunidades (VICTORIA 3) de Mia Ferrer

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    SEGUNDAS OPORTUNIDADES es un libro en que los sentimientos, la pasion y la lujuria, le daran mas de una oportunidad a sus personajes para sentir todas aquellas intensas emociones necesarias para volver a creer en el amor.
    ?Se puede volver a amar despues de fuertes decepciones?

  • Un Vecino Encantador de Lupita Palma

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    Las personas siempre han pensado que yo no era una ‘persona sociable’, no estoy muy segura del porque de eso. Bueno, la verdad es que yo creo que era una persona agradable con el resto de las personas. Habia muchas cosas que me gustaba de tratar con la gente. Me gustaba ver como le pasaban cosas un poco desafortunadas a quienes se lo merecian. Me gustaba incomodar a la gente con mis frases directas. Solo porque sentarme a conversar en un campo de hierba con mi mejor amigo y una canasta de picnic en la mano no era mi idea del paraiso, no me convertia en un harisco. Pero el hecho de que probablemente elegiria salvar la vida de un gato antes que la vida de una persona… Bueno, eso podria llevarme un poco mas lejos hacia el extremo psicopata del espectro, pero nadie es perfecto. Todos tenian que encontrar sus alegrias en la vida. Placeres culpables. Mis alegrias solo se referian a la desgracia de los demas. Aunque tal vez haya una forma menos perturbadora de decir que… No me gusta la mayoria de la gente, y me gusta verlos sufrir. Basicamente, asumi que todo el mundo tenia un mal karma en camino, y si yo tenia la suerte de verlo, era una bonificacion. El tipo que acaba de derramar cafe en su corbata mientras se dirigia al trabajo probablemente paso al lado de su inocente Golden Retriever, que solo queria un masaje en la barriga hace unas horas. Karma. La mujer que tenia un trozo de papel higienico en el talon despues de la hora del almuerzo probablemente le hizo pasar un mal rato a una trabajadora de servicio al cliente por su cupon que no funciono. Peor aun, la razon por la que el cupon no funciono fue probablemente porque no se molesto en leer la fecha de vencimiento en la parte de atras. Boom. El Karma ataca de nuevo. Pero hay algo que disfruto aun mas que los actos casuales del gran espectaculo de equilibrio del universo. No me emociono facilmente, y no tengo el habito de sonreir, pero disfruto especialmente esperando que el karma golpee a alguien cuando me ha cabreado. Y asi es como empezo todo. Vivia al otro lado del pasillo del Sr. Perfecto. No sabia su nombre, a pesar de que habia vivido frente a mi durante unas semanas, y tampoco pensaba saberlo. Probablemente era algun nombre tonto como “Marc”, “Ben”. Tipos como el siempre tenian nombres como ese, como si acabaran de salir de un yate usando un sueter envuelto alrededor de sus hombros, si, asi como lo imaginas. El Sr. Perfecto no se vestia asi, pero se veia muy bien. Algo sobre el pelo o la forma en que tenia ese tipo de rostros odiosos que probablemente se verian bien hasta calvos. O que al mirarlo no podia evitar pensar en la larga e ininterrumpida linea de personas absolutamente hermosas que tuvieron que dormir juntas a lo largo de los siglos para producir un hombre con una genetica tan perfecta. O tal vez era la forma estupida en que se mantenia en tan buena forma – quiero decir, vamos, ?quien necesita que su cuerpo luzca como si se estuviera tratando de salir de la ropa para mostrar cada uno de sus musculos perfectamente moldeados? Habia decidido, en un momento muy extrano, darle una oportunidad el primer dia que se mudo. Es importante notar que mi decision no tuvo casi nada que ver con lo bien que se veia o con cualquier fantasia extrana que pudiera haber tenido sobre el. No fue nada de eso. Solo pense que seria un buen vecino. En lugar de mi mirada habitual, simplemente mire hacia su lado y espere a que se presentara. Incluso le hice uno de esos sutiles asentimientos de cabeza que veo que los chicos se hacen el uno al otro. Habia visto tanto la inclinacion de la barbilla hacia arriba como la variacion de la inclinacion de la barbilla hacia abajo, asi que elegi una. No esperaba mucho a cambio. Tal vez una respuesta igual de regreso. Tal vez una sonrisa. Tal vez que me arrastrara a su habitacion porque nunca habia visto una belleza tan salvaje como yo. Pero me ignoro por completo. Ni siquiera contacto visual. Nada. Asi que, el karma estaba en marcha. ?Queria ser perfecto? Tal vez queria llevar un cartel alrededor de su cuello que dijera ‘mi vida es mejor que la tuya’. Bien. Podia hacerlo. Pero si me esfuerzo por mirarte fijamente cuando te veo, mas vale a que al menos me des una inclinacion de cabeza. Ese fue el error numero uno. Su siguiente error fue seguir pareciendo como si tuviera un alijo de la suerte del universo de Harry Potter escondido en su apartamento, como si cada dia de su vida fuera una serie interminable de coincidencias perfectamente afortunadas. Se le veia en los ojos. Pero los detalles no son lo que importa. Lo que importaba era que me irritaba. Asi que habia estado esperando agresivamente a que el universo se diera cuenta de que le debia unos treinta anos de mala suerte, todo en un solo momento. No queria que le pasara nada grave, pero me habria alegrado el dia si lo hubiera visto caer de bruces una vez. Incluso me conformaria con una lesion osea. Tal vez su inodoro podria inundar su apartamento de mierda. Lo que sea, de verdad. Me habia sentido como una sombra bajo el glorioso rayo de luz que era su vida desde el dia en que se mudo, y ya habia tenido suficiente. Era martes, lo que significaba que probablemente me encontraria con el antes de llegar a mi apartamento. Puede que haya tenido una vaga idea de la hora en que regresaba al complejo de apartamentos despues del trabajo, pero no es como si yo fuera una acosadora. El hombre seguia su vida como un reloj. Sali de mi apartamento alrededor de las cinco, no porque quisiera encontrarme con el, sino porque era cuando tenia que salir para llegar a tiempo a mi destino. Tarde unos dos minutos en llegar desde las escaleras hasta el buzon, asi que el estaba entrando justo cuando yo estaba saliendo de la escalera. No se vestia ostentosamente. Gafas de sol baratas, camiseta azul descolorida y vaqueros. Por supuesto, hacia que todo pareciera de un millon de dolares, lo que me hizo querer hacerle tropezar. Si el karma no iba a hacer el trabajo, me encantaria ayudar a que las cosas tomen su rumbo. Los buzones para los residentes se ubicaban en la pared y estaban disenados para gigantes. Yo media 1,65 metros, pero tenia que pararme de puntillas para girar la llave de mi buzon y meter la mano dentro. El buzon del Sr. Perfecto estaba justo al lado del mio. El no tenia problemas para alcanzar el suyo mientras yo trataba de mantener algo de dignidad en mis puntas de los pies y con mi cara aplastada contra la pared. Saque un paquete sorprendentemente grande de mi buzon. Ambos salimos de nuestras casillas con paquetes en las manos: el mio era una caja beige discreto, y la suya era una caja rosa muy femenina con una cinta blanca y sedosa para mantenerla cerrada. “Bonito paquete”, dije. Me sorprendio un poco oir mi propia voz. Pense que mi cerebro y mi cuerpo habian acordado una tactica pasivo-agresiva estricta, pero tampoco estaba dispuesta a disculparme por lanzar un pequeno sarcasmo en su camino. Se volvio para mirarme con una ceja levantada. Dios. El tipo era guapo. Fue casi repugnante, como si no estuviera satisfecho con el buen aspecto de estrella de cine que tenia. No, tuvo que seguir subiendo en la lista hasta ser perfecto. Ni siquiera se le podia llamar excesivamente perfecto al punto de ser aburrido, porque parte de su perfeccion era precisamente la imperfeccion en los puntos correctos, como sus cejas que eran demasiado oscuras o demasiado gruesas, pero que de alguna manera armonizaban en su cara. Luego estaba su nariz. Nunca habia pasado mucho tiempo estudiando la nariz de un hombre, pero era una nariz bonita. Dignificada. Noble, incluso. Era una nariz que me hizo preguntarme si de alguna manera me habia convertido de repente en una ‘especialista en narices’. ?Eso existe? “El tuyo es mas grande”, dijo, asintiendo hacia el paquete que tenia en mis manos. Habia una nota juguetona en su voz que me hacia luchar para suprimir una sonrisa. Normalmente no tenia que luchar para no sonreir. Todo eso de no ser muy simpatica era algo natural. Tampoco me ponia nerviosa con los chicos, asi que la sensacion extrana e incomoda en mi estomago debe haber sido lo que intensamente odiaba a este ser. “Si, bueno, el consolador que pedi era extra grande.” Le di a la caja un poco de inclinacion y lo mire con ira. Se rio. Era un sonido profundo y rico. “?Debo enviar a los paramedicos al otro lado del pasillo si no sales de tu apartamento para manana?” “No”, dije. “Envia un plomero”. Volvio a reir, y me vi a mi misma casi sonriendo mientras lo miraba a el y a sus dientes blancos y bien arreglados. “No te distraere. Grandes planes. Lo entiendo”. “Si, planes extra grandes”, murmure antes de girarme y subir las escaleras. Que imbecil. Podia fingir todo lo que quisiera ser encantador y agradable, pero nunca se habia presentado ante mi. ?Solo enciende el encanto cuando hablo de consoladores enormes? Probablemente es un pervertido…. En realidad, habia ordenado un consolador, pero era uno de tamano normal, y el no necesitaba saber nada de eso. Tampoco suscribi la idea de que poseer un respetable arsenal de juguetes sexuales tuviera implicaciones sobre tu vida sexual o la falta de ella. Podrias hacer el trabajo a mano, tener buenas herramientas, o llamar a alguien para que lo haga por ti. ?Yo? Prefiero estar preparada con un buen equipo. Una vez que volvi a mi apartamento, pase unos minutos mas maltratando el paquete porque era demasiado perezosa y terca para caminar cinco pasos hasta la cocina por las tijeras. Esperaba encontrar mi cita de pulgadas de largo y dos de ancho para esta noche. En vez de eso, solo habia un sobre. Lo tome y lo voltee. Un par de tarjetas de plastico se cayeron, pero el paquete de papeles de adentro se atasco. Si esta era una nueva tactica de correo no deseado, estaba funcionando, porque mi curiosidad estaba en su apogeo. Roosevelt, mi gato, tambien estaba interesado. Era una raza de munchkin, que era basicamente el corgi del mundo de los gatos: piernas muy cortas en un cuerpo de tamano normal. Se podria argumentar que era un poco confuso criar un gato con patas cortas y rechonchas. Si alguna vez salieran a la naturaleza, probablemente perderian las peleas callejeras con otros gatos porque no tendrian el mismo alcance, o lo que sea. Pero tambien se podria argumentar que era completamente increible. Tome una de las cartas que se habian caido y entrecerre los ojos ante la foto. Era la licencia de conducir de mi vecino. ?Ted Smith? Supongo que me equivoque en el juego de nombres, pero Ted era casi peor. Imbecil. Tire la tarjeta de vuelta a la caja y pense largo y tendido. Abrir el correo de alguien por error era bastante perdonable, pense. Asi que, hasta este punto, no me sentia demasiado culpable. Por otro lado, si me meto en los papeles del sobre, puede que tenga que empezar a sentirme mal. Gruni enojada y cerre las solapas de la caja. Cualesquiera que fueran los secretos que Ted Smith tenia, no me importaba lo suficiente como para someterme a la pequena dosis de culpa que sentiria al escarbar en su correo a proposito. Alguien golpeo fuerte en mi puerta. Le rasgune la barbilla a Roosevelt y luego fui a ver quien era. Arregle cuidadosamente mi cara antes de abrir. Reflejaba algo como ‘has interrumpido algo extremadamente importante’, pero tan pronto como vi a mi vecino en la puerta, mi expresion se quedo en blanco. Estaba sosteniendo un consolador, mi consolador purpura que tenia unas venas muy bonitas y prominentes trabajadas en el molde. Normalmente, me habria tomado un momento para apreciar y disfrutar de la artesania. Molde solido. Buen acabado en la silicona, y una gran base con capacidad de succion. Todo lo que una chica puede sonar. Profundo. Probablemente me debi sentir avergonzada, pero hace mucho tiempo aprendi que era mejor ser duena de tu verguenza que esconderse de ella. “Oh bien. Encontraste mi cita”, le dije, cogiendo el consolador de su mano. Enfatice mi punto al golpear la ventosa en la parte posterior de las bolas contra el marco de la puerta donde se atasco y luego comenzo a tambalearse amenazadoramente entre nuestros ojos. Me miro con una leve distraccion. “Tu cita encontro el camino a mi buzon. Me preguntaba si tambien recibiste mi paquete”. “Creo que sabria si tuviera tu paquete”. El no parecia pensar que mi juego de palabras era divertido. Tenia los brazos cruzados de tal manera que sus biceps y pecho se veian lamibles, aunque pense que preferiria morderlos. Tipos como el tenian suficiente placer en sus vidas, despues de todo. “?Estas segura?”, pregunto. Habia tension en su voz. Por alguna razon, su tono me hizo querer mentir sobre mi descubrimiento. Tal vez el universo finalmente habia encontrado una manera de lanzarle al Sr. Perfecto una muy merecida bola curva. A menos que tener a sus padres llamandolo “Ted Smith” fuera su unico intento de equilibrio. Tal vez vio dentro de mi oscuro y retorcido corazoncito y supo que yo era la complice perfecta. Cruce mis brazos hacia el y le hice un encogimiento de hombros digno de un premio de la Academia. “Si. Bastante segura. Acabo de comprar comida para gatos. Tal vez no tenian suficiente espacio para poner los dos paquetes en mi buzon, asi que metieron mi consolador en tu agujero”. Sus fosas nasales se abrieron un poco. Eran bonitas fosas nasales si eso era posible, y ver un poco de ira en su cara solo parecia hacerle parecer mas intocable, como un dios. Tenia el pelo oscuro y ojos gris claro. Su piel estaba un poco palida, pero eso me gusto. Significaba que al menos no se pavoneaba afuera, flexionando sus musculos, o peor aun, engrasandose y deslizandose dentro de una de esas camaras de radiacion que ellos llaman camas de bronceado. Despues de una larga y tensa pausa, suspiro. “Si aparece, ya sabes donde encontrarme”. “Claro”. Golpee el consolador, lo vi tambalearse, y luego lo arranque del marco de la puerta con un agarre a dos manos. Hizo un vulgar ruido de schlup mientras lo liberaba. “Gracias por traer a mi cita de vuelta, por cierto”. Volvio a suspirar y cerro la puerta. Mi puerta. ?Que clase de persona cierra la puerta de otra persona para terminar una conversacion? Mire al consolador con el ceno fruncido, como si tuviera las respuestas para mi. Lo lance aun mas enojada hacia el sofa, lo que desafortunadamente puso a Roosevelt en su camino directo. Solto un pequeno grito de guerra asustado mientras se apartaba del camino. Tome el grueso sobre que habia dentro de la caja una vez mas, dude, y luego volvi a meter los papeles sin mirar. Lo siento, universo. No quiero ser arrastrada a esto. CAPITULO 2 CARL Comprobe dos veces el correo electronico de mi telefono. El paquete habia sido entregado esta tarde. O la chica del otro lado del pasillo estaba mintiendo, o se habia metido en el buzon de otra persona. No habia manera de comprobarlo a menos que quisiera perder la tarde sentado en el vestibulo mientras miraba a cada persona revisar su correo. Incluso eso no tenia sentido porque no sabia de que tamano o tipo de caja era, o si habia sido retirada mas temprano en el dia. Nada de eso importaba. Sabia en mis entranas que la vecina lo tenia. No podia imaginarme cual era su problema. Desde que me mude, ella no ha hecho nada mas que quedarse mirandome fijamente. Era como si ella lo supiera, como si de alguna manera viera a traves de mi y las mentiras endebles en las que me habia envuelto en las ultimas semanas. No era inconcebible, despues de todo. La mezquindad de mi hermanastra tenia muy pocos limites, y no descartaria que sobornara a gente al azar en toda la ciudad para que estuviera atenta a alguien que coincidiera con mi descripcion. La vecina podria estar mandando un mensaje a Tanya sobre el paquete ahora mismo. Me hundi en el borde de mi cama y rastrille mis manos a traves de mi cabello. Todavia estaba esperando que alguien me dijera que los ultimos meses habian sido un mal chiste. Mi hermanastra siempre habia estado loca, pero sus recientes payasadas opacaban todo lo que habiamos vivido en el pasado. No queria pensar en ello. Nada de esto. Si sigo escondiendome y pasando inadvertido, se calmara. Defenderse o hacer un gran escandalo solo prolongaria la frustracion. Si no le daba municiones nuevas, se aburriria como siempre, y podria volver a mi vida normal. No mas de estas ridiculas distracciones o juegos a los que me habia forzado a jugar. Me sentiria libre para concentrarme en mi compania de nuevo, aunque incluso esa idea se sintiera vacia en este momento. La compania habia sido mi unica preocupacion durante anos, y tener que retirarme de ella, aunque fuera temporalmente, me estaba haciendo cuestionar por que estaba dejando de lado toda mi vida por mi trabajo. Hice todo el dinero que podia necesitar. Habia logrado los objetivos que me habia propuesto. Era muy bueno en lo que hacia, y no habia ningun imperativo para mi de seguir esforzandome por ser mejor, pero me sentia obligado a volver a la oficina, al trabajo y a la competencia. Ninguna relacion habia sido capaz de ganar contra esa compulsion, pero cada dia que pasaba escondiendome me hacia cuestionar aun mas mi dedicacion. Tal vez era hora de relajarse, de soltar el peso y liberarse un poco. Alguien llamo a mi puerta. Me apresure en ira ver de quien se trataba y cuando abri la puerta, encontre a la chica del otro lado del pasillo que estaba alli de pie, viendome con la mirada perdida por sus ojos cubiertos de lapiz de ojos. “Aqui esta tu estupido paquete. Resulta que tu nombre estaba en el. Whoops.” Como era de esperar, no parecia ni remotamente arrepentida. Su voz tenia una cualidad de inexpresiva que no coincidia con la mirada que tenia en los ojos, como un desafio constante, un reto de algun tipo, pero cualquiera que fuera el desafio, no podia ni siquiera empezar a adivinarlo. Mi corazon se hundio cuando vi que el paquete estaba abierto. No me atrevi a preguntarle si habia leido el contenido del sobre, asi que intente mirarla fijamente. La mayoria de la gente no se sentia comoda con el silencio, especialmente cuando se combinaba con el contacto visual. Era la manera mas rapida de juzgar la fuerza del caracter de alguien, en mi opinion. Asi que cuando pasaron diez segundos y luego veinte, sin que ella siquiera se apartara de mi mirada, decidi que su apariencia dura no podia haber sido una actuacion despues de todo. “Gracias”. Dijo de una manera tan seca y desinteresada despues de medio minuto. “Eso es lo que dices cuando alguien hace algo bueno por ti”. Le dio a la caja un fuerte empujon hacia mi y se dirigio hacia su puerta. “Espera. ?No miraste dentro?”, le pregunte. “Lo creas o no, no me importa saber que clase de cosas raras te envian por correo”, dijo. Saque el sobre y vi que el sello estaba roto en la solapa. “?Entonces por que abriste esto?” Esos ojos marrones profundos de ella se alejaron de los mios y luego volvieron de nuevo. Era la primera senal de debilidad que habia mostrado, y me ayudo a saber que era humana bajo el muro de desinteres que estaba mostrando. “?Por que abriste mi caja de consoladores?”, respondio ella. “Pense que era mia”, dije con los dientes apretados, aunque sabia que me estaba preparando para lo que estaba por venir. “Boom”, dijo, enfatizando la palabra con un movimiento perezoso de sus cejas. “Tambien pense que tu estupida caja era mia. ?Alguna otra pregunta cientifica?” Entrecerre los ojos. “No te creo. Y no me importa”, dije. Cruce los brazos y espere. “?Que?”, pregunto ell

  • El Cardenal Napellus de Gustav Meyrink

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    A diferencia de su contemporaneo, el joven Wells, que busco en la ciencia la posibilidad de lo fantastico, Gustav Meyrink la busco en la magia y en la superacion de todo artificio mecanico. "Nada podemos hacer que no sea magico", nos dice en "El cardenal Napellus"; sentencia que hubiera aprobado Novalis. (...) Albert Soergel ha conjeturado que Meyrink empezo por sentir que el mundo es absurdo y que por consiguiente irreal. Estos conceptos se manifestaron primeramente en libros satiricos; luego, en libros fantasticos y atroces. Los tres relatos reunidos aqui prefiguran su obra capital, El Golem... Jorge Luis Borges

  • Compartiendo La Misma Cama de Penelope Dunn

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    Estoy totalmente impresionada. "?Como dices?", pregunto. "Es absurdo", manifiesta con sorpresa mi hermana menor. El abogado de mi padre, Alexis, intenta mostrarse relajado y peina su cabello suavemente. No tengo motivos para desconfiar de el. De hecho, confio totalmente en cada una de sus palabras y acciones. Ha laborado tantos anos para nosotros que se considera un integrante mas de nuestra familia. "Se que papa no seria capaz de atreverse a hacer eso. Supongo que todo es una equivocacion. Es realmente insolito", digo en voz baja, pero el niega con su cara. "Quiero ver su testamento, por favor, porque pienso lo mismo", dice Natalia. Le cede los documentos a mi hermana. "Ana, Natalia, era su voluntad, se los aseguro", dice viendonos fijamente. "Yo mismo escribi su testamento, luego su padre lo leyo, estuvo de acuerdo y firmo los papeles necesarios. Era su voluntad, se los aseguro". Hablamos sobre ese tema con mama unos dias antes de la partida definitiva de nuestro padre. Por eso, Natalia esta tan asombrada como yo. Entiendo lo que esta pensando, pues el mismo pensamiento atraviesa mi mente. En ese momento, nos acercamos a la cama de nuestra madre. Sabiamos que solo podiamos brindarle calidad de vida, porque su enfermedad la habia deteriorado tanto que ya no era posible sanarla. Esperabamos que se sintiera bien en sus ultimos dias de vida. "Quisiera pedirte algo", revelo mama en voz baja. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa que me pidiera. "Seguro, mama", le dije, con toda la seriedad del mundo. "Quiero pedirte que hagas todo lo necesario para conservar nuestra casa. "Siento que este hogar es parte de nuestras vidas. En estos muros estan las historias de mis padres y mis abuelos. Hay vida aqui, lo se. Esta ha sido mi casa desde que naci. Lo mismo paso con mis padres, y con ustedes. No quiero que nadie, salvo tu, se haga cargo de ella. Como eres la hija mayor, debes prometermelo. Quedara en tus manos, asi como mi madre la dejo en las mias al partir para siempre. Debes cuidarla hasta que tengas un hijo y puedas darselo como herencia familiar tambien. Debemos... conservarla", dijo, tomando mi mano con la poca fuerza que le quedaba. "Te lo prometo, mama", dije con fuerza. La idea de que otra persona comprara nuestro hogar no habia pasado por mi mente hasta ese momento. Esperaba tener hijos y que crecieran en ese espacio, al igual que mis sobrinos, si Natalia finalmente decidia tener hijos. Era nuestra casa, y mi deseo era que siguiera siendolo mientras estuvieramos vivos. No podia estar en otras manos que no fuesen las mias, porque era parte de nuestra identidad y nuestras vidas, como decia mama. Esperaba honrar ese compromiso, y no me importaba si eso implicaba cualquier sacrificio. Sin embargo, las cosas estaban cambiando. Al parecer, alguien me lo quitaria. Nos lo quitaria. Esa persona era Cristina. Nos quitaria nuestro hogar, ese que mi madre adoraba con toda su alma. Cristina estaba sentada en silencio, y su atuendo negro de pies a cabeza le ayudaba a simular que de verdad lamentaba la perdida de papa. "!Papa no le habria heredado La Estancia a esa... mujer!", dijo Natalia con fuerza. "Ella no simpatizaba con este lugar, o, mejor dicho, lo detestaba, y el era consciente de ello. Dijo que era una montana de excremento. !Lo dijo en las narices de papa!", dijo, senalando con su mano a nuestra madrastra. "Entiendo, Natalia, y no sabes cuanto lo lamento. Realmente tengo las manos atadas. La Estancia, el area circundante y todas las hectareas de bosque cercanas pasan a manos de Cristina por decision de su padre", dice nuestro abogado, y nos ve con una expresion de melancolia. Papa habia dicho que dejaria la casa en mis manos. Entendia lo especial que era el lugar para nosotras, en especial para mi. Mama le habia pedido como ultimo deseo que me la dejara como herencia. Y la habia puesto a mi nombre, pero solo por un tiempo, con la unica finalidad de evadir impuestos. Habia sido idea de su contador. Luego le habia asegurado a mi madre que, al fallecer, la pondria permanentemente a mi nombre. Fui testigo presencial de ese hecho. Incluso habia llorado al momento de decirselo. Entonces me siento en el borde de la cama. Aun no creo lo que esta sucediendo. No entiendo como es posible. Ahora soy yo quien cree que va a llorar. No puedo creer que nuestro padre haya faltado a su palabra y nos haya dejado a nuestra suerte. ?Por que lo haria? No lo entiendo. Lo acompane hasta el dia de su muerte. "Ana, hija adorada, te amo", susurro. "Eres mi hija mayor. Has sido mi favorita desde que naciste. Organice todo para que nadie ajeno a nuestra familia te perjudique ni te quite la casa", dijo. Sostuve su mano durante su ultimo aliento y me vio fijamente. !Hizo todo lo contrario a lo que dijo que haria! "De todos modos, su padre preparo todo para que ambas puedan vivir en el apartamento que dejo en El Rosal, si Cristina acepta. Pueden estar tranquilas. No van a quedarse en la calle", dice Alexis, tocando el hombro de Natalia. "Creo que no es necesario oir nada mas sobre casas", responde Cristina. "?Eduardo me lego algo mas?", dice. Se nota su molestia. "Desafortunadamente, no. Solo ese apartamento y una pension de por vida que podras disfrutar hasta que mueras", revela con crudeza Alexis. "?Nada mas?", pregunta con fuerza. "?Ese viejo tacano no me dejo nada, nada mas?". "No", responde Alexis. Su cara muestra su creciente molestia. "?Pero y la empresa? Las prendas antiguas de oro, la casa en Canada y la de Malta...", pregunta. Alexis respira con fuerza. "Lo repartio entre toda la familia. De todos modos, la suma mensual que recibiras es alta. Creo que tienes suerte". "?Alta? No quiero pensar como seria si fuese baja", le dice con altivez. "Merezco mucho mas, por todo lo que me esforce por nuestro padre. Ese viejo avaro y vil no me dejo nada mas, a pesar de que tuve que limpiar su tras…". Me levanto con furia. Aunque no se como lo hago, me pongo de pie y camino hacia Cristina. Le doy una bofetada en su mejilla izquierda, y el sonido que produce mi movimiento es tan fuerte que retumba en las paredes. Cuando puede voltear, noto la expresion de odio genuino en la cara de Cristina. No obstante, entiende que sus acciones me han hecho perder la compostura y olvidar mi educacion, asi que frena sus deseos de levantarse y golpearme. Natalia sonrie ante mi osadia. Es la primera vez que lo hace durante la reunion. "Vete. No mereces estar en este hermoso hogar. Solo eres una puta malvada que se caso con mi padre por dinero. No entiendo que vio mi padre en ti. Quiero apretar su garganta, pero no lo hago. "Sera mejor que salgas de aqui", le grito en cambio, con fuerza. "Yo si lo se. No es ningun misterio. Se como cabalgar un pene. Soy mas talentosa que muchas otras mujeres. Tal vez pueda ensenarte a hacerlo. Creo que te hace mucha falta aprender de ese tema", dice, y empieza a reir abruptamente. "!Me das asco!", lanza Natalia. "Sal, o te sacare a patadas", le exijo, con mis manos apretadas. Cruza sus brazos antes de salir. "Lo hare, pero antes de hacerlo les dire que voy a vender esta mierda. Quiero que antes del lunes desocupen este espacio. Si no lo hacen, lo lamentaran", informa, sonriendo maliciosamente mientras nos mira. CAPITULO 2 ANA Creo que voy a tener un infarto. Mi corazon acelerado hace que piense en ello. No puedo decir ni una palabra. Tampoco se que pensar. "Ana, ya puedes estar tranquila. Esa loca se fue", dice Natalia, y pone su mano en mi muneca. Se me ocurre una idea y empiezo a hablar con mi voz quebrada. "Usare mi asignacion mensual para comprar esta casa de una vez", digo. Subo mi mano y sujeto con fuerza la de Natalia. Giro para ver a Alexis. Pero el niega con su cara. "Eso no va a pasar", dice. Lo veo con asombro. "Por otra razon desagradable, supongo", dice Natalia. "Lo que sucede es que puedes disponer de ese dinero solo cuando cumplas veintiuno". "?Como? ?Que llevaria a nuestro padre a decidir algo asi?", digo. La noticia me sorprende aun mas y crea mas incertidumbre. "Algunas personas mayores toman ese tipo de decisiones cuando sus hijos son adolescentes o llevan una vida... un poco intranquila. Tambien lo hacen porque consideran que quienes rodean a sus hijos podrian enganarlos o hacerlos caer en trampas terribles", dice Alexis, y luego grune ligeramente y levanta sus manos. "Ya tengo veinte. La gente que me rodea tiene buenas intenciones, y llevo mi vida con tranquilidad. Papa era consciente de ello". Alexis encoge sus hombros y se queda en silencio. Suspiro y caigo en un sofa cercano. Entiendo que ese divan esta alli porque papa queria que sus clientes se sintieran comodos al visitarlos, pero ahora siento que es parte de una historia. La historia de terror que estoy viviendo por sus decisiones. Mis manos estan atadas mientras el espacio que ha sido el hogar de nuestra familia por cinco siglos es vendido como un pedazo de madera. Quedara en manos de gente ajena a la casa. Se que podrian remodelarlo por completo. Incluso tirar todo. Tal vez usen el espacio en el que esta enterrada mi abuela y mi madre para construir algo mas. No puedo dejar que lo hagan. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que no hubiera imaginado, por muy pesimista que fuese, que viviria todas esas cosas tan terribles durante la lectura del testamento de papa. Natalia camina hacia mi, se arrodilla y toca mis manos. "Tiene que haber algo que podamos hacer. Quiero conservar La Estancia. Fue el juramento que le hice a mama. Le asegure que siempre seria parte de nuestra familia, como ha sido hasta ahora", digo, y subo mi cara para ver a Natalia. "?Si hay algo que podamos hacer?", le pregunto mientras me levanto con prisa. El frunce su ceno y luego sonrie ligeramente, aunque su expresion no indica nada mas. Se quita sus gafas para limpiarlas y yo tomo aire en espera de su respuesta. Natalia tambien esta expectante. "Puedes hacer algo, aunque tal vez no quieras hacerlo", responde, revisando los documentos frente a el. "Cuentanos". Aclara su garganta y me ve fijamente. "Como habras notado, ustedes tienen el cuarenta y ocho por ciento de las acciones de la compania de su papa". Natalia no entiende nada. Yo tambien siento que me habla en otro idioma. "No lo habia notado. Y es cierto. No sabia nada sobre el asunto. Solo habia escuchado que ya no seriamos duenas de La Estancia. Continua, por favor". "Antonio Jose Velez es el dueno del cincuenta y dos por ciento restante", dice. Natalia abre su boca de par en par. Antonio Jose Velez. Es un hombre con cabellera negra perfectamente cortada, una piel dorada por el sol, perforaciones en algunas partes de su cuerpo, una expresion desafiante en sus ojos y una anatomia trabajada durante anos en un gimnasio. Su cara es provocativa, pero por lo que habia dicho papa, no debia dejarme llevar por esa apariencia seductora. Es un tipo diabolico para los negocios. Negocios que se tratan casi siempre de comprar empresas. Empresas que se mostraban debiles o con resultados negativos inesperados. Hacia ofertas hostiles a los accionistas para comprarlas e insistia hasta que lo lograba. Aunque me siento cada vez mas confundida y perdida, la imagen de Antonio Velez llega paulatinamente a mi mente. "?Antonio Jose Velez tiene la mayoria de las acciones de la empresa?", pregunto, con mi voz expresando mi incredulidad. "!Dime que es mentira!", pide Natalia. Alexis niega con su cara. "Es verdad. Adquirio esa mayoria accionaria hace dos o tres anos". Dos o tres anos, pero yo no sabia nada de nada. Recorde que papa siempre me contaba lo que sucedia en la compania. Lo habia hecho desde que yo tenia diez anos, para despertar el interes de mi hermana y el mio en la compania. Tomo aire y levanto mi cara para intentar pensar con claridad. ?Por que papa lo habria hecho? Solo una razon llega a mi mente: la empresa estaba tan mal que la unica solucion que habia visto mi padre era cederle la mayoria a Antonio. Papa habia vendido parte de la compania a ese sujeto sin decirnos nada. Se habia desprendido de la mayor parte de su empresa, la que habia fundado y planeaba dejarnos como herencia, supuestamente, a un cazador de empresas en aprietos que seguramente la desguazaria para venderla otra vez y ganar mas dinero. "?Por que? ?La empresa tenia dificultades?", le pregunto. "Hasta donde recuerdo, siempre tuvo buenos resultados", dice Natalia. "Los tuvo. La empresa era exitosa. Me parece que la participacion de Antonio la hizo mas exitosa de lo que ya era. Creo que vender las acciones fue el mejor negocio que pudo hacer su papa". "?De que modo se relaciona ese senor con La Estancia?", pregunto. Otras interrogantes aparecen en mi mente. "De ningun modo. Sin embargo, en el testamento queda claro que, si una persona tiene el setenta por ciento o mas de las acciones de la compania, tendra la potestad de parar la venta o alquiler de la casa o el terreno alrededor. Queda claro que ustedes no llegan a esa cifra, pero en caso de que... de que... te convirtieras en la esposa de Antonio Velez… Cristina no podria vender la casa, y la comprarias cuando cumplas veintiuno, con tu herencia". Natalia abre sus ojos de par en par. "Es un chiste, ?verdad?", pregunto. Mis ojos tambien estan muy abiertos. "No. Solo haciendo eso podras quedarte con La Estancia". ?Entonces debere casarme con Antonio Velez para conservar la casa?

  • Mas alla de la frontera de Luis Bauset Martorell

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    Mario perdio su empleo, hizo las maletas y emigro. Dejo atras todo aquello que amaba, incluida Sara, quien se uniria a el tiempo despues. En el nuevo pais conocera a Carmela, una emigrante gallega ya establecida, y a Braulio y Sebastian, dos jovenes recien llegados al nuevo pais. Juntos, viviran una experiencia que pondra de manifiesto la capacidad de superacion del ser humano y descubriran que emigrar, en contra de sus prejuicios, no era como ellos habian pensado.

  • La princesa de marmol y cristal de Malenka Ramos

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    Samuel Ross es un escritor y psiquiatra conocido por sus estudios sobre la conducta criminal. Tras una noche de borrachera es testigo de la muerte de Arturo Coelho, socio del empresario Markus Pastrana, investigado por trafico de armas, malversacion de fondos y la desaparicion de varias mujeres jovenes. Todo aquello lo recuerda como un sueno, retazos en su cerebro sin orden alguno hasta que una semana despues recibe una carta. Salome, la joven que acabo con la vida de aquel hombre, le recuerda en sus letras cada minuto de aquella noche atroz y le pide un favor; su ayuda. Esa misma noche Salome aparece en casa de Samuel. Necesita contarle su historia, confesar las razones que le llevan a toda esa locura.
    Una historia sobre el amor, sobre dolor, sobre la crueldad mas inhumana por la que una joven puede pasar. Una historia que se anuncia tragica y que cambiara la vida de su protagonista para siempre. Porque en esta historia... Nada es lo que parece.

  • Camino Hacia el Pasado de Mary Higgins Clark

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    Emily Graham es una joven abogada criminalista que intenta reconstruir su vida tras la amarga ruptura de su matrimonio una complicada situacion personal que se ve agravada en el terreno profesional por su implicacion en la investigacion de dos asesinatos relacionados entre si pero distanciados en el tiempo por ciento diez anos.

  • Todo por el jefe de Cynthia Walter

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    Hay momentos en la vida en los que sabes que has metido la pata hasta el fondo. Este, es uno de esos momentos. Estoy en la puerta de un restaurante lujoso esperando a que llegue una modelo de fama internacional con la que he quedado para pasar una agradable velada, pero, mi prometida Sofia Jones esta en este momento delante de mi preguntandome que hago en este lugar cuando se suponia que habia quedado con un inversionista. -Estoy esperandolo, ?no es evidente? -Improviso. -?Por que siempre tienes que desconfiar de mi? -Algo que he aprendido, con el paso de los anos es que la mejor defensa es un buen ataque. -Pues lo esperaremos juntos. -afirma colgandose de mi brazo para marcar el territorio. No es justo que todo el mundo vaya a pensar de mi que soy un mal tipo si ven la escena porque yo jamas le prometi a Sofia un futuro juntos como el que ahora ella me exige, se suponia que ambos teniamos claro que era una especie de acuerdo comercial, pero hace varios anos que parece haberlo olvidado. -Buenas noches, senor Wilson. -Un chico que no se de donde ha salido me saluda. ?Quien es? Va vestido de traje formal y hace que Sofia se sorprenda, aunque el mayor sorprendido soy yo. -Siento el retraso, es una mala zona para aparcar. -dice mientras estrecho su mano. -?Su prometida? -pregunta mirando hacia Sofia. -?De que va todo esto? Me quedo callado porque aunque sea una locura, me beneficia. -Esta usted muy guapa esta noche. ?Se queda a cenar con nosotros? -cuestiona. -No. -Los ojos de Sofia me recorren de arriba abajo avergonzados. -Perdon. -susurra en mi oido antes de irse. -No debi desconfiar. -La veo alejarse sin darme si quiera la vuelta para comprobar que el chico sigue ahi. Miro al cielo, algo ahi arriba debe estar muy de mi parte para haberme salvado de esta. -?Quien eres? -pregunto cuando estoy seguro de que esta suficiente lejos, de hecho, la veo montarse en su coche con chofer. -?Yo? Un mandado. Las senoritas le esperan. -Senala hacia la puerta del restaurante. ?Que senoritas? Entro porque no se si tengo otra opcion. Me indica con un dedo una mesa intima donde me esta esperando Suhan, la modelo. Esta realmente guapa. Voy a caminar hacia alli pero me retiene con una mano. -Le aconsejo pasar primero por aquella otra mesa. -Sigo su dedo hasta ver una cascada de pelo negro cayendo de forma lisa sobre una espalda demasiado recta. Hago lo que me ha dicho por simple y llana curiosidad. ?De que va todo esto? -Buenas noches, senor Wilson. -La chica que me saluda y me ofrece asiento no debe tener mas edad que yo. Sus ojos son verdes y grandes, tanto que casi, en una sitacion como esta, intimidan. -He visto lo que iba a pasar y le he salvado de una masacre. Le dije a la bonita senorita que esperase dentro que tenia unos negocios de ultima hora. Le pedi a un amigo que se hiciese pasar por un hombre de negocios para que su prometida no sospechase. Esta bien eso de llevar la vida que uno quiere, pero deberia ser mas cuidadoso. Si no llego a estar yo aqui... -Lleva una copa hasta sus labios con lo que me parece vino espumoso. -Gracias. -contesto sin mucha conviccion. Nunca me he visto en algo asi y no entiendo exactamente que es lo que busca. -?Puedo devolverle el favor de alguna manera? -?Quiere dinero? Ami me sobra y la gran jugada desde luego lo vale. -Si, +1. -Sonrie y sigue bebiendo. -?+1? No entiendo que quiere decir. -Se muerde el labio y me siento como un animalillo acorralado. -Ya lo entendera y, en ese momento, espero que me devuelva el favor. -Se levanta. Parece una chica corriente vestida de manera demasiado informal para este lugar. ?De donde diablos habra salido? -Que pase una noche agradable. -Al irse su fragancia a vainilla me golpea. ?Quien es esa chica? Aunque tendria que averiguarlo e irme a casa, no estoy dispuesto a renunciar a la gran noche que tenia planeada. Quiza todo el mundo tenga razon y soy demasiado inconsciente para llevar la empresa que llevo. Todo el mundo me conoce y, aun asi, no soy capaz de estarme quieto. ?Que tiene que ver una vida de mujeriego con no saber llevar bien las finanzas de una compania de inversiones? Nada, pero todo el mundo lo mezcla. -Amor, crei que no venias. -Suhan pasa sus largas y delicadas manos por mi pecho alentandome a creer que tendre una noche increible. Con todo lo que ha pasado, lo minimo es que lo sea. !Las nueve! Me despierto en la cama del hotel con dolor de cabeza y esa preciosidad diciendome que no me vaya aun. ?Como no me voy a ir si deberia haber llegado a la oficina hace media hora? Me ducho todo lo rapido que puedo mientras llamo a Andy, mi amigo y companero, para que le diga a todo el mundo, en especial a mi padre y a mi prometida, que estoy en un atasco. La corbata no me queda tan bien como deberia ya que necesito aflojarla para no tener sensacion de ahogo con la resaca del dia anterior. Me he vuelto a pasar de rosca. ?Por que no puedo parar? Porque cuando estoy en mitad de la noche loca la empresa y mi familia me importan bien poco. Son demasiado despotas y cansinos: Hago bien mi trabajo, no tengo por que ser ejemplar. El audi responde a la perfeccion cuando le piso para llegar a las oficinas centricas donde tenemos el consejo de administracion. El aparcacoches no se sorprende ni un poquito de que le lance las llaves. Yo llegando sin tiempo es un habitual. Andy me recibe con cara de situacion y un cafe en la mano. -Se empiezan a impacientar. -Se refiere a mi familia. No entiendo que necesidad hay de que se reuna toda la familia para encontrar una buena secretaria para mi. -Pues que se metan en sus asuntos. -Mi padre y mi prometida quieren que elija a alguien exclusivamente por su curriculum y con la que, ademas, a sus ojos, sea imposible una infidelidad. Como si yo fuese tan idiota de ir a hacerlo justo con alguien que entre en la empresa y me pueda traer quebraderos de cabeza. -Por fin, mi amor, estaba preocupada. -dice Sofia besandome mas de lo que es necesario en la oficina. -Pues ya estoy aqui. -afirmo quitandome de su lado. -?Dejo que empiecen a pasar las candidatas? -Ruth es desde siempre la secretaria de mi padre, pero como el ya apenas pasa tiempo en la empresa, se ha quedado tambien como recursos humanos. Hago un movimiento con la mano indicando que si mientras nos sentamos en la gran mesa horizontal. Parece que las chicas van a pasar por todo un tribunal. -Lo haremos como siempre. Un sistema de puntos. Por cada cosa destacable pondremos un +1. -explica mi padre. ?Un +1? Esa frase me recuerda a anoche y siento que mi pulso se acelera. En cuanto se abren las puertas y veo a las cinco chicas llamadas, confirmo mi sospecha. La chica del restaurante, la que me salvo de que Sofia me pillara, esta aqui. ?Un +1? ?Eso queria decir? ?Ycon que maldita excusa le pongo un +1 sin que todo el mundo me mire raro? Bueno, al menos no me ha pedido que la contrate directamente, solo es un punto mas. Me aflojo aun mas la corbata y solo puedo mirar al techo y rezar porque, al menos, tenga un buen curriculum. Capitulo 2 Maire Tengo los nervios a flor de piel. ?Me quedaria corta al decir +1? Estoy frente a una mesa llena de gente y no se que porcentaje de votos tendra cada uno, ya que, para ser asistente del jefe directivo, no me esperaba este despliegue de efectivos. Confio en mi curriculum, mis estudios y mi juventud, pero las otras candidatas para tambien suficientemente preparadas, de hecho, si no fuera asi no habrian pasado la preseleccion. -Empecemos. -Ruth le dice a la primera de nosotras que se siente y a las demas que nos salgamos para esperar fuera. La chica que ha entrado es rubia, alta y delgada. Desde luego, si ser despampanante va a contar en algo, todas menos yo pueden ir contando con esa puntacion. No es que yo sea fea, es decir, soy una chica normal y corriente. Repaso la ropa que he elegido reafirmando mis motivos. Un pantalon de vestir negro liso y una camisa de botones blanca. Los zapatos de tacon no excesivos, solo para que se vea que soy formal. El pelo lo llevo suelto recien lavado y planchado. He decidido que no necesito maquillaje, no es sinonimo de eficiencia y disposicion inmediata. Yo estoy aqui para trabajar en todo caso no para ligar u otra cosas. uesto -Buenos dias. -Oliver me observa con curiosidad mientras su padre me saluda. -La primera pregunta que tengo para ti es una cosa que me llama mucho la atencion. ?Como es que una chica con tu curriculum busca el puesto de asistente y no uno de direccion? -Bien. Si le contestase lo que pienso me mandarian a volar porque, la verdad es que, los puestos mas altos estan reservados para los enchufes que, normalmente son amigotes y amantes. Estupendo. -He estado como asistente de los empresarios mas importantes del pais porque creo que el camino del aprendizaje es lo que marcara mi futuro. -Si me dejasen tener un futuro porque, en cuanto ven que es insostenible dado mi trabajo tenerme como secretaria, me despiden en vez de ascenderme que seria lo suyo. Tambien es verdad que si fuese rubia, alta y con piernas infinitas no tendria tantos problemas. -A mi me parece ideal. -Sofia, la prometida de Oliver, esta apuntando algo en su cuaderno. Al menos se que su puntuacion sera positiva ya que no imagina a su queridisimo enganandole con una asistente como yo. -?Tiene disponibilidad completa? -Si. -contesto escuetamente. -Tengo que hablar con mi hijo, si me disculpais. Puede esperar fuera con las demas. -dice el padre. Salgo algo nerviosa y me siento a esperar. No ha salido como habia planeado exactamente. Repiqueteo con el pie en el suelo. No me van a dar el maldito puesto. Lo se por la cara que pone al salir despues de hablar con su padre. ?Que hago? ?Montar el pollo me servira de algo? No creo. Entra, precisamente ahora, la modelo de ayer noche en escena. Viene con una chaqueta en la mano y desfila hacia el jefe con las caderas contoneandose. !Que huevos le echa la tia!

  • El Palacio de la Medianoche de Carlos Ruiz Zafon

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    Calcuta, 1932: El corazon de las tinieblas. Un tren en llamas atraviesa la ciudad. Un espectro de fuego siembra el terror en las sombras de la noche. Pero eso no es mas que el principio. En la vispera de cumplir 16 anos, Ben, Sheere y sus amigos deberan enfrentarse al mas terrible y mortifero enigma de la historia de la ciudad de los palacios.

  • Si tan solo me dejaran de Francisco Oro

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    Desde nino quise que cambiar al mundo, que todos fueran unidos que nadie tuviera hambre, y sobre todo todos puedan disfrutar la luz y sus beneficios; sabia que no seria un camino para nada facil ,de todas maneras nunca me rendi, pero cuando al fin logre cumplir mis metas, las coas no son tan faciles, la gente te aplastara hasta que estes en el fondo.

  • Mala gente que camina de Benjamin Prado

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  • El dia y la noche de Agatha Allen

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  • ?Tu? de Christian Martins

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    Abey es feliz en Nueva York, lejos de su poblacion natal. Pero cuando comprende que su pareja le esta siendo infiel despues de diez anos de relacion, decide regresar al frio de Alaska para refugiarse en su hogar de la infancia.
    Lo que no esperaba era que el chico con el que ha matado sus penas en el aeropuerto, fuera a resultar ser el mejor amigo del prometido de su hermana pequena...
    ?Sobrevivira una semana durmiendo bajo el mismo techo que el?

  • Mariposas en tu estomago 9 de Natalie Convers

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    Voy a joderlo todo y, aun asi, decido seguir adelante... Acabo de despedir con un par de billetes de los grandes al tipo delgaducho con gafas que ha traido la ropa de cambio de Beca. Cierro la puerta con suavidad y me guardo despreocupadamente la cartera, mucho mas vacia, en uno de los bolsillos traseros del pantalon. Abstraido, echo un vistazo alrededor a medida que me dirijo de nuevo a la cama cargado con todo. La ultima vez que estuve aqui, las paredes eran de un blanco brillante, pero ahora son de un gris opaco. No obstante, la habitacion del hotel sigue conservando toda esa clase de detalles escrupulosamente ubicados, que te hacen pensar que en cualquier momento saldra un solicito Sebastian Michaelis detras de ti, para atender todas tus necesidades. No se oyen ruidos del exterior, y todo parece limpio y tranquilo, justo lo que precisamos en estos momentos. Gruno satisfecho. Beca sigue sentada sobre el negro edredon nordico, en el que la he dejado hace tan solo unos minutos. --Pedi que te lo trajeran. Manana te hara falta si quieres ir a buscar a tus hermanos --explico despues de dejar toda la ropa a su lado en la cama. Ella asiente de manera casi imperceptible. La estudio con curiosidad unos instantes. La enorme toalla de bano la envuelve como una crisalida blanca. El cabello, todavia humedo, se le ha rizado en ondas oscuras por encima de las orejas y por el cuello al igual que una planta enredadera en primavera. Ignoro mi pulso acelerado, y lo preciosa que esta incluso con aquella expresion de honda tristeza. --Hay algo mas... --continuo despacio con la voz ligeramente ronca. Hurgo en el bolsillo trasero de mi pantalon y extiendo la carta que yo mismo tome de su casa anoche, cuando ella fue a recibir a Marta y yo me entretuve en poner un poco de orden en el salon. Los ojos de Beca se agrandan y lanzan destellos de curiosidad recuperando parte de su brillo habitual, pero no hace ningun movimiento por tomarla. Implacable, empujo la carta en su direccion por segunda vez, contra sus manos menudas hasta que la acepta. Antes de abrirla, Beca analiza el sobre de forma minuciosa y el semblante se le ensombrece. Mientras la observo, el corazon me oprime en el pecho y las entranas se me enroscan hasta formar una montana rusa, pero no permito que ningun sentimiento se refleje en mi cara. Contemplo como sus dedos largos y delgados acarician la solapa con las yemas, y me parece distinguir un leve temblor de emocion en ellos previo a extraer el documento que hay dentro. Poco a poco, la inquietud y el dolor se apodera de su rostro mientras lee cada vez mas rapido. Surcos de piel se le dibujan sobre la frente y las comisuras de la boca tensa, y el oro fundido que corea sus pupilas se intensifica, mas dorado en el derecho bajo la luz led de la habitacion. Beca retuerce los bordes de los papeles entre los dedos. Parpadea lento varias veces. De repente, suelta los documentos como si no pudiera tenerlos cerca de ella, pero no aparta la mirada de ellos hasta que la ultima hoja ha tocado el suelo. Entonces, alza la cabeza.

  • Mi tirano favorito de Olga Hermon

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    Llega una nueva historia de amor de Olga Hermon.

  • A Quemarropa de Richard Stark

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    Parker era un profesional. Cada uno de sus trabajos era garantia de exito. No importaba cuan dificil o peligroso pudiera ser: si conseguia reunir un buen equipo y los beneficios eran razonablemente elevados, no habia banco o caja fuerte que se le resistiera. Incluso bajo las condiciones mas desfavorables, su sangre fria y su falta de escrupulos pasaban por encima de cualquier obstaculo que se interpusiera en su camino. Por ello, cuando su mujer y sus socios creyeron que seria una buena idea traicionarle y huir con su ultimo botin, cometieron sin saberlo el mayor error de sus vidas. Peor aun: cuando le dispararon a quemarropa para acabar con su vida, deberian haberse cerciorado de que, efectivamente, Parker jamas seria capaz de levantarse de nuevo para cumplir la mas sangrienta y cruel de las venganzas. A quemarropa, publicada por primera vez en 1962, no solo es una de las obras cumbre de Richard Stark (seudonimo de Donald E. Westlake), sino que ha acabado convirtiendose en un titulo imprescindible de la literatura criminal norteamericana.

  • Las tres de la manana de Gianrico Carofiglio

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    Los dos dias y sus noches a los que hace referencia Antonio, el narrador de esta historia, son los que, recien cumplidos los dieciocho anos, paso con su padre en Marsella. Su infancia habia estado marcada por la epilepsia y su familia decidio llevarlo a ver a un medico de esa ciudad que proponia una posible cura con una nueva medicacion. Tres anos despues de iniciado el tratamiento, Antonio tiene que regresar a la ciudad para comprobar si, en efecto, ha superado la enfermedad. Esta vez solo lo acompana su padre -ya separado de la madre- y, para valorar la curacion, el chico debera someterse a una prueba de esfuerzo y, con ayuda de unas pastillas, permanecer dos dias sin dormir.

  • La ultima bala de plata de Arwen Grey

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    En Fort Worth solo hay dos tipos de personas: los Kavanagh y los que osan enfrentarse a ellos.
    A Gereon Meier le robaron su vida, su rancho y su futuro, ahora volvera para descubrir lo que ocurrio hace cinco anos y vengarse de los que se lo arrebataron todo.
    Arabella DuPont solo quiere una nueva vida, sin importarle quien se interponga en su camino.
    Cuando las barreras entre enemigos y amigos son tan difusas como la niebla, solo puedes fiarte de tu instinto.
    La libertad y la verdad solo estan a cinco balas de plata de distancia.

  • El pacto. Quedate a mi lado de Martina Bell

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    La historia de Paul y Alba nunca fue facil y la vida vuelve a ponerles trabas para que demuestren si su amor es, realmente, tan fuerte como creen. ?Lograran superarlas y ganara finalmente el amor?

  • El arte de perder el control de Jules Evans

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    Hay otro lado de la existencia que, por mas que intentemos, no podemos ignorar.

  • Espana en el corazon de Adam Hochschild

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    ?Que motiva a alguien para luchar por un pais que no es el suyo? Desde los primeros compases de la Guerra Civil espanola, esta se convirtio en una cuestion internacional. Hitler y Mussolini enviaron aviones y tropas a los generales golpistas. Millones de personas en todo el mundo sintieron que el fascismo que asolaba Europa debia ser detenido en Espana. Mas de 35.000 voluntarios de decenas de paises ayudaron a defender la republica espanola. Hochschild, el aclamado autor de “El fantasma del rey Leopoldo”, evoca este periodo tumultuoso a traves de las vidas de los estadounidenses involucrados en la guerra, entre los que se encontraban intelectuales de la talla de Hemingway.

  • Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Muller

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    Rumania, finales de la II Guerra Mundial. Basandose en la historia profundamente individual de un hombre joven, consigue narrar un capitulo todavia casi desconocido de la historia europea y visualizarlo en imagenes inolvidables. Logra plasmar la persecucion sufrida por los alemanes rumanos en tiempos de Stalin.

  • Te odiare toda la vida de Sophie Saint Rose

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    Kaileen, acusada de asesinato se encontro de repente totalmente sola, repudiada por su familia y amigos. Pero lo que nunca imaginaria es que Jack Mallory le diera la espalda, provocandole un dolor indescriptible del que solo brotaria el odio.

  • Sangre entre la hierba de Maribel Medina

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    Thomas Connors y Laura Terraux vuelven con un nuevo caso relacionado con el mundo de la trata de mujeres.

  • Mi hijo, mi maestro de Isabel Gemio

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  • La luz que perdimos de Jill Santopolo

    https://gigalibros.com/la-luz-que-perdimos.html

    Una historia de amor para el siglo XXI.

  • Somos tu y yo de Claudia Velasco

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    Un amor inmenso e inquebrantable que desafiara las reglas y convenciones sociales.