• libro la primera vez - Elena Vega

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    Sofia, joven, estudiante, con un devenir que va dejando huella y sentimientos dificiles de borrar. Transita por la vida, tropezando e intentando desenmaranar hacia donde va, que quiere y cual es el sentido de su existencia.
    !Y de repente un principe!
    El sueno romantico de cualquier chica. ?O quizas no?
    Puede que no sea tan maravilloso como parece.
    Una lucha se desata en su interior. La posicion social, el dinero, la religion o el contraste de culturas no deberia ser impedimento para el amor y sin embargo, representan un abismo dificil de franquear.

  • LA PRIMERA VEZ | ESTHER PORTA | Casa del Libro

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    El libro LA PRIMERA VEZ de ESTHER PORTA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • PRIMERA VEZ. SUITEADSLESCENTE - Casa del Libro

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  • La primera vez - Libro de Esther Porta - Lecturalia

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    Me cuentas tu primera vez? Con condones «diabólicos», con llantos o carcajadas incluidas, amenizadas con música escogida para la ocasión o la delirante ...

  • La primera vez que la pegué con la izquierda: 7Ps para brillar...

    https://www.amazon.es/primera-vez-que-pegu%C3%A9-izquierda/dp/8416364028

    La primera vez que la pegué con la izquierda: 7Ps para brillar (Directivos y líderes) : Ibarrondo Garay, Imanol: Amazon.es: Libros.

  • Desde la primera vez : Rangel, Mery - Libros - Amazon

    https://www.amazon.es/Desde-primera-vez-Mery-Rangel/dp/8417740007

    El libro se titula "Desde la primera vez" de la escritura Mery Rangel Escritora. Es un libro que me ha sorprendido mucho, porque asido mejor de lo que pensaba.

  • Cherry. La primera vez - La Galera

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    Inicio · Libros; Cherry. La primera vez. Colección: Luna roja; Edad: a partir de 14 años; Género: Novela ... Cherry. La primera vez. Lindsey Rosin ...

  • Cherry: la primera vez, de Lindsey Rosin - Reseñas de libros ...

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    En este libro conoceremos la historia de cuatro amigas que en su último año de instituto deciden embarcarse en una ventura para perder su virginidad a la vez, ...

  • Libro La primera vez que la pegué con la izquierda - Editorial ...

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    Libro de Imanol Ibarrondo. Descubre todo el potencial que llevas dentro y ayuda a que otros lo descubran.

  • LA PRIMERA VEZ TENÍA SEIS AÑOS - AUBRY ISABELLE

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    “Una nunca se cura del incesto. Pero es posible sobrevivir, y yo soy la prueba.” Isabelle Aubry. Información del libro.

  • LA PRIMERA VEZ. BARGUÑO, LAURA. Comprar libro

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    LA PRIMERA VEZ (Libro en papel) ; Editorial: MONTENA ; Materia: Autoayuda ; ISBN: 978-84-8441-178-9 ; Colección: CLUB ZAPATILLAS ROJAS ; Idioma: Castellano ...

  • Podria decirte la verdad de Elena Vega

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    Tras la buena acogida de la novela “La primera vez” y ante la peticion de algunas lectoras de contar la historia de Namir y Nora, se presenta “Podria decirte la verdad”.Nora es una joven introvertida, emocionalmente cohibida y volcada en su trabajo. Se siente el patito feo y totalmente negada para las relaciones amorosas. Mientras que su hermano Namir, es todo lo contrario, extraordinariamente atractivo, extrovertido, y coleccionista de amantes, incapaz de mantener relaciones duraderas.Dos personalidades distintas, dos maneras de enfrentarse al mundo y una cosa en comun, no creen en el amor.

  • Atados por error de Ruth M. Lerga

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    Las Vegas, hace once anos. --Ahora vengo, salgo a dar una vuelta --dijo Isabel a sus amigas. Recibio por respuesta un si a coro pero ni siquiera la miraron, tan concentradas estaban en la mesa de los dados. Habia bebido mas de lo que acostumbraba y necesitaba salir a tomar el aire. En cuanto cruzo la puerta, el calor la azoto a pesar de que pasaban de las dos de la madrugada. ?Que reencarnacion hortera de Cleopatra decidiria montar una ciudad cuyo lema era la decadencia en medio de un desierto? Intentando que se le pasara un poco la borrachera se aseguro de que podia caminar sin zigzaguear y comenzo un paseo calle abajo. Y lo vio. O iba peor de lo que pensaba y el alcohol le estaba gastando una jugarreta o era el destino quien se reia de ella. ?Que hacia Gabriel Roses alli, esa noche, y enfrente de ella? --!?Gabriel?! --lo llamo por inercia, arrepintiendose al instante. Pero era tarde, la habia oido y se giro para buscar quien lo llamaba con aquella sonrisa que hizo que a Isabel se le volvieran las piernas de mantequilla. Y cuando la vio su cara reflejo tambien genuina sorpresa. Y algo mas que no supo descifrar. Gabriel escucho que lo llamaban en su propio idioma, que alguien pronunciaba su nombre correctamente, y se volvio sonriente. Cuando la vio penso que no era posible. Ella: Isabel Puig. Estaba alli, frente a el. Se le acerco, olvidados sus amigos. --?Isabel? --le costaba creerlo--. ?Eres tu? --Depende --le respondio. Gabriel se dio cuenta de que ella llevaba unas copas de mas. Tambien el, asi que si la conversacion se torcia siempre podria escudarse en el alcohol o rezar para que ella no lo recordara. Se sintio ligero en su presencia por primera vez. --?De que depende? --De para que quieras saberlo --le respondio coqueta. ?Estaba coqueteando con el? Imposible. Isabel era una chica dura y solia ignorarle. ?Tanto habia bebido para creer que si? ?Estaba coqueteando con el?, se pregunto tambien Isabel. Si no era capaz de pronunciar tres palabras seguidas sin tartamudear cuando el estaba cerca. ?Tanto habia bebido para superar sus complejos? Al parecer si. Asi que continuo animada, viendo que el callaba y no solo no se marchaba sino que ademas no le quitaba los ojos de encima. --Si es por simple curiosidad, entonces no, no soy Isabel y tu no me conoces, pues en realidad trabajo para el gobierno y estoy en una mision secreta. --Sonrieron ambos--. Si es porque tienes algun interes, dependera del interes. Gabriel disfrutaba con su ingenio. --?Y si no fuera simple curiosidad? --Su voz sono precisamente a eso: a mucho mas que curiosidad. Y aquel tono apenas ronco, y los cubatas que llevaba en el cuerpo, la volvieron atrevida. --Si tu interes es meramente academico, de acuerdo, si soy Isabel Puig. Pero --bajo la voz--, si tu interes va mas alla, puedo ser quien tu quieras. Y con una sonrisa que pretendia desmentir el tono sensual de su voz para no ser tan obvia, se acerco a el y le paso con descuido la mano por su hombro y su pecho. La miro con hambre y sintio que su mano temblaba sobre su ancho pecho y que se le aceleraba la respiracion. Se miraban como hipnotizados. --Hey, ?vienes o no?

  • La muerte del corazon de Elizabeth Bowen

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    Daily Telegraph

  • La biblia de los Caidos. Tomo 1 del Testamento de Sombra de Fernando Trujillo Sanz

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    Sueltaesecrucifijo,anormal--gruno Julio, lanzando un zarpazo alas manos desu companero. Oscar retrocedio para esquivar el golpe mientras aferraba con mas fuerza la cruz de plata que habia robado en una iglesia poco antes de acudiralli. Era grande, pesada y estabarecargadacon profusion de detalles ornamentales. --Nunca he visto a un vampiro --dijo con un levetembloren la voz--. Tener un crucifijo me daconfianza. Julio carraspeo. El sonido reboto entre las paredes curvadas del anden. Eran las tres de la madrugada y la estacion de metro de San Bernardo estaba desierta. --No eres creyente --se burlo--. No te servira de nada. Pero no temas, los vampiros no beben sangre de idiotas. Tengo entendido que les produce diarrea. Secagan patasabajo. Oscar no se dejo provocar ni desvio la atencion de las manos de su companero. Sabia que esperaba una oportunidad para arrebatarle la cruz. Julio podia ser muy molesto cuando se aburria. En el ultimo trabajo que les encargaron, les toco escoltar a una de las chicas del jefe. Tuvieron que esperar en elcoche cerca de cuatro horas mientras la mujer se probaba toda la ropa de un centro comercial. Julio no paro de incordiarlecon cualquier pretexto. Yahora,en aquelsolitario anden, no habia mucho que hacer. Ademas, elsi tenia miedo. No podiaadmitirlo abiertamente porqueeso no ofrecia una buenaimagen en alguien desu profesion. Sesupone que nada puedeasustara unmaton asueldo, y normalmenteeseeraelcaso, pero no esta vez, no cuando setrataba de un... --!Cerrad el pico de una vez! !Los dos! --Gruno Emilio,eljefe. Los dos guardaespaldas obedecieron. Irguieron sus musculosos cuerpos y aguardaron. En eso invertian la mayor parte del tiempo, en esperar. Emilio era un jefe razonable, quizas demasiado para ser el cabecilla de una red de trafico de drogas que introducia toda clase de sustancias ilegales en Madrid. Hablaba mucho. En opinion de Oscar, Emilio sobreestimaba el poder de la palabra y la conversacion, lo cual dejaba poco lugar para la accion intimidatoria, que era la especialidad de los dos guardaespaldas. Como consecuencia, tenian bastante tiempo libre, que Oscar invertia en el gimnasio. Curiosamente, ahora que daba menos palizas a los morosos, estaba mas fuerte que nunca. Que desperdicio. En cambio, con su anterior jefe, lascosaseranmuy diferentes.Allicuando alguien se pasaba delaraya, Oscar seencargaba desenalarleal insensato su error, de unmodo doloroso, por supuesto, porquesi no, secorriaelriesgo de queel pobreinfeliz no aprendieralaleccion. --No creo que venga --dijo Julio--. En cualquiercaso, sea o no un vampiro,es un impuntual. Emilio consulto elreloj. --Esperaremos --dijo eljefe--. Su reputacion es intachable. Eselmejor, nuncafalla, y siemprecumplesu palabra. Sise hacomprometido a venir, vendra. Oscar se pregunto como el jefe sabia tanto del vampiro. No es que figurara en las paginas amarillas, precisamente, aunque en realidad, ningun asesino asueldo lo hacia. Julio se habia ofrecido para hacerel trabajo elmismo, asegurando queentreel yOscar podrian liquidaral objetivo sin problemas. Oscar se puso bastante nervioso cuando se entero delatrevimiento de su estupido companero, que por supuesto no habia contado con su opinion antes deabrir la bocaza. Por fortuna, Emilio era un hombresensato y desestimo la oferta, lesaseguro que yateniaal hombreindicado paraeltrabajo. Oscar suspiro aliviado. Una cosa era proteger al jefe por la calle, intimidar a algun camello que se pasara de la raya, y dar alguna que otra paliza a quien se retrasara en un pago, pero matar a una persona, asesinarla a sangre fria, era algo muy diferente. Hacen falta algo mas que musculos para lograrlo;es necesario talento, inteligencia, y otrascualidades que seguro que Julio no tenia. Tal vezel bocazas de su companero podria liquidar a un delincuente vulgar, en la calle, a solas y sin un plan complejo. Pero se trataba de matar a un juez y de eso solo puede ocuparse un profesional. Oscarconsiguio mantener la compostura cuando Emilio les dijo que iba a contratara un vampiro. No sonrio nifruncio elceno, ni pregunto si habia oido bien. Porelcontrario, se mantuvo serio y espero a queeljefeexplicara que habiasido una broma. Pero no lo era. Oscar habia oido rumores en las calles sobre vampiros, demonios y otras criaturas. Estupideces. La gente dice cualquier cosa cuando esta drogada o para asustar a los demas. Tambien se hablaba de fantasmas, angeles y toda clase de figuras sobrenaturales muy poco originales. Incluso oyo una vez una leyenda sobre un hombre que no tenia alma. Menuda basura. Oscar se estaba cansando de lidiarcon tanta chusma en su trabajo, a veces incluso a pesar del dinero que ganaba. Estaba ahorrando y calculaba que en un par de anos, o tal veztres, podria salir de aquelasqueroso mundo. Sin embargo, su jefesicreiaen esas historias,almenos,en los vampiros. Cuando lesexplico queteniaa un asesino infalible y quesetrataba delreputado Sombra, Oscar no pudo evitar sorprenderse. Aquel nombrelesonaba, estabaseguro de quelo habia oido antes y enmas de una ocasion. Laincertidumbre de no recordar mas datos lellevo arobarelcrucifijo, por siacaso. Julio le dio una patada a una lata abollada, que fue rodando con un molesto chirrido hasta caer en las vias del metro. Dos ratas salieron corriendo entrelos railes. --?No puedesestarte quieto? --lereprendio eljefe. Julio seencogio de hombros. --Alo mejorelruido asustaalos vampiros. Un periodico que descansaba sobre un banco se elevo en elaire y oscilo en un baile lento y pausado. El panelelectronico que mostraba el nombre delaestacion parpadeo. Dela oscura boca deltunelsurgio humo, tal vez niebla. Elairesusurro. --La verdad es que el ruido no nos asusta. --Se giraron. Habia un hombre justo detras de Julio, con una sonrisa turbia en la cara--. Lo cierto es quelos queasustamos somos nosotros. Julio dio un paso atras, sobresaltado. El recien llegado era un hombre bien parecido, de cabello castano, un poco mas largo de lo que dictabala moda, pero queleconferiacierto airerebelde y atractivo. Calzaba unas llamativas deportivas decolor rojo, vaqueros gastados y una camisa de cuadros por fuera del pantalon, formando un conjunto muy informal. Media metro ochenta, mas o menos, y aunque no estaba ni la mitad defuerte quelos fornidos guardaespaldas de Emilio, seadivinabacierto tono muscular y bien proporcionado. --Tu debes deser Sombra --dijo Emilio. --Elmismo --confirmo elasesino--. Mis disculpas porelretraso. Otro asunto reclamaba miatencion. Se movia con aire despreocupado, despacio, pero sin dejar de pasear. AOscar le llamo la atencion que tuviera la piel bronceada, le habia imaginado tan palido como una hoja de papel. A pesar de que fuera un vampiro y un asesino implacable, su aspecto no le impresiono. No aparentaba mas de treinta anos, pocos para un autentico profesional, a menos, claro, que de verdad fuera inmortal. Lo cierto era que contemplarleestaba disipando sus miedos,empezabaacreer que no setrataba de un vampiro. --Tengo un trabajo parati. --Eljefechasqueo los dedos. Oscar saco un sobrecon documentacion y selo tendio a Sombra, pero laatencion del vampiro se habia dirigido a otra parte. --Bonita cruz --dijo. Alargo la mano y acaricio los bordes plateados con el dedo indice--. Es una cruz presbiteriana. Su diseno esta basado en las cruces celtas medievales de Irlanda y Gran Bretana. Representa una doctrina protestante del siglo XVI , una opcion religiosa interesante. --Yo no... --Oscar se quedo momentaneamentesin palabras--.?No te desagrada? --?Ami? --seextrano el vampiro--. Yo tengo tres, de oro. --?Podemoscentrarnosen los negocios? --dijo Emilio. --Desdeluego. --Sombratomo elsobre y extrajo la documentacion. Larepaso conmucharapidez, un par desegundos por pagina--. Un juez... No es una peticion habitual. --?Ya has leido todo elinforme? --pregunto Oscar un tanto asombrado. --Leo muy deprisa --aseguro Sombra. Oscar no le creyo. Estaba claro que era un fanfarron. Sintio el impulso de preguntarle algun dato concreto para desenmascararle, pero supuso que al jefe no le gustaria la idea. El vampiro retomo sus andares tranquilos, deslizandose entre ellos, silencioso, echando algun vistazo esporadico alas paginas delinforme. --?Algun problema? --quiso sabereljefe. --En absoluto --contesto Sombra--. Entiendo queestecaballero hainterferido en tus negocios y quieres librarte deel. --Tu tareaes matar y los motivos no teinteresan--dijo Emilio--. O almenoseso es lo que dicen deti. Eso y que nuncafallas. El vampiro se detuvo. Quedo deespaldasaellos, mirando las vias delmetro. --Puedesestar seguro de que yo no fallo jamas. La preguntaera por simplecuriosidad profesional. Emilio suspiro. --Es un juez muy testarudo. No quiere aceptar un soborno y eso que le he ofrecido una cantidad mas que razonable... Es una de esas personas conmoral, no las soporto. Ha encarcelado a varios miembros de mi organizacion y se ha convertido en una amenaza para mi red de trafico de drogas. Lo quiero muerto. Sieres tan bueno como se dice, puedes fijarel precio queteconvenga. --Ya veo. Es una gran oferta, sin duda --dijo Sombra aunmirando a la oscuridad del tunel--. Claro que asesinar a un juez no sera facil. Provocara unainvestigacion... --?Yeso que mas te da? --leinterrumpio Oscar--. ?No eres un vampiro? --Lo soy--dijo Sombrasin volverse. --Entonces no tendras problemasenmatarle --siguio Oscar--.Ano ser quete hayas inventado esachorrada paracobrar mas pasta y dar miedo alos demas. Sombrase volvio, le miro directamentealos ojos. --?Te doymiedo? Oscar dejo lacruzen elsuelo y saco su pistola. --No. Yno creo queseas un vampiro --dijo mientras leapuntaba directamenteal pecho--. Mas bien eres un fantoche. --?Queestas haciendo? --pregunto Julio. Su forzudo companero retrocedio un paso. --Guardaelarma --le ordeno eljefe. Oscar no obedecio. --?Por que? Sies un vampiro de verdad, la bala no le hara nada.?No esasi? Sombraempezo aandar haciael,con unasonrisaencogidaen los labios. Seacercaba despacio,zigzagueando. --Cierto, una bala no puede detenerme. --?Te has vuelto loco? --pregunto Julio. --No lo hagas --insistio eljefe. El vampiro seacerco mas, siempre mirando directamentea Oscar. --Quieres apretar el gatillo, ?verdad? Lo veo en tus ojos. --Sombra comenzo a caminar en circulos alrededor de Oscar, que mantenia el canon apuntandole en todo momento--. Tienes dudas, deseas dispararme y averiguar si de verdad soy o no un vampiro. Suponias que el crucifijo te protegeria de mi, pero hascomprobado que no y eso te ha puesto nervioso. Sombraacelero un poco el paso, estrechando un poco elcirculo con cada vuelta. Julio y Emilio le pedian a Oscar que bajaraelarma, pero el guardaespaldas no les haciacaso. --!Retrocede! --grito Oscar. Una gota de sudor resbalo por la mejilla. La pistola empezo a temblar en sus manos--. Disparare, te lo advierto. Elasesino aumento la velocidad. --Veo queeres un hombre muy fuerte ymusculoso. Si no soy un vampiro, no deberias necesitaresa pistola parareducirme. Como puedes ver, estoy desarmado. --Sombra sacudio su camisa de cuadros para hacer patente que no ocultaba nada. Siguio girando. Pasaba delante de Julio yEmilio cada vezmas rapido, siempre bajo laamenaza delcanon de Oscar--. Pero no guardas la pistola. Elmiedo te domina. Oscarestiro un poco el brazo. Ahorala pistolaestabaa menos de un palmo del pecho de Sombra. La mano letemblaba. --!Te he dicho queretrocedas! --?Por queibaa hacerlo? La bala no puedeconmigo. Vamos, dispara y compruebalo. No me pasara nada. --!Bajaelarma, imbecil! --grito Julio. --!Dejad de dar vueltas! --ordeno Emilio. Sin detener su movimiento alrededor de Oscar, Sombra separo los brazos y coloco su pecho a un centimetro escaso del canon de la pistola. --Asi, justo en elcorazon --dijo. El guardaespaldas, que continuaba girando al ritmo de Sombra para mantenerle encanonado, empezo a sentirseconfuso ymareado--. Manten el pulso, no tiembles tanto. Mucho mejorasi... Ahora dispara,acabemoscon esto. --!Tu telo has buscado! --Hazlo --dijo Sombra,con suavidad,casien un susurro--. No seascobarde, vencetumiedo. !Dispara! Sombrasonrio ymostro loscolmillos. Seinclino un poco hacia delante. Oscarapreto el gatillo. Un disparo atronador resono en elanden y quedo ahogado por la punzada de un gemido. Elcorazon de Oscar latia descontrolado. Cuando sumano temblorosaseabrio, la pistola humeantereboto contraelsuelo. --?Que has hecho? --grito Emilio. Oscar aun no lo entendia. Hacia un i

  • Ya nada es igual, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    Siempre he dejado que el pasado dicte mi futuro, que cree una imagen falsa de lo que no soy y me arrastre hacia donde no quiero ir.

  • La locura de lo eterno de Tatiana Ballesteros

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    La devastadora II Guerra Mundial cayo sobre la espalda de millones de personas, tambien de Ernest Muller, un joven apuesto y de inteligencia privilegiada, cuyo futuro se trunco inesperadamente. En su mente, como mano salvadora, irrumpio un nino, Libert, parte invisible de una historia de amor y lealtad. La locura de lo eterno es una novela vibrante que junto a Ernest Muller, traspasa la barrera de la logica de la que salir ileso es casi imposible.

  • La Nieve Mas Oscura, Enrique Laso de Enrique Laso

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    !MAS DE MEDIO MILLON DE COPIAS VENDIDAS EN TODO EL MUNDO!
    El agente especial de la Unidad de Analisis de Conducta del FBI Ethan Bush se desplaza hasta la despoblada Montana a finales de otono de 2017. Un asesino en serie ha matado ya a cinco jovenes y la policia de los condados afectados no cuenta con recursos ni humanos ni materiales para hacer frente a una investigacion tan compleja.
    UNA SAGA DE NOVELA NEGRA Y POLICIAL QUE HA CONQUISTADO EL No1 EN 50 PAISES
    Despues del exito fabuloso de las cinco primeras entregas, que han sido traducidas a seis idiomas y que superan ya el medio millon de copias vendidas, Ethan Bush regresa con un caso tan terrible como adictivo. Un personaje que ya se ha convertido en un icono de la novela negra en todos los paises donde se habla el castellano y que ha sido No1 general en frances y en italiano, algo insolito para un autor hispano.
    ENTRA EN EL MUNDO OSCURO DE ETHAN BUSH. QUEDARAS ATRAPADO.
    Enrique Laso es un prolifico autor espanol que ha vendido mas de millon de libros en todo el mundo. Sus titulos han sido traducidos a 14 idiomas y ha conquistado el No1 en mas de 50 paises. Una de sus novelas ha sido adaptada al cine en Espana. Otras dos tienen los derechos comprometidos con un agente de Hollywood. La saga Ethan Bush ha supuesto un cambio radical en su carrera como escritor y ahora se dedica por completo a ella.
    UNA SAGA DE NOVELA NEGRA Y POLICIACA QUE HA CONQUISTADO A LECTORES DE TODO EL PLANETA

  • El heredero de Edenbrooke, Julianne Donaldson de Julianne Donaldson

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    !La precuela de Edenbrooke, de la autora revelacion Julianne Donaldson!
    Philip Wyndham nunca ha envidiado a su hermano mayor por ser el heredero de Edenbrooke. Prefiere ser dueno de su destino y vivir sin las obligaciones que dicha posicion impone. Sin embargo, cuando su hermano fallece de manera inesperada, su vida se pone patas arriba y su deber le obliga a dejar de lado la vida con la que siempre habia sonado. Entre otras cosas, debera casarse y, por tanto, buscar una esposa adecuada. Se convierte asi en el soltero mas codiciado de Londres, un papel que a ratos le aburre a ratos le cansa. Se siente como el zorro al que persiguiera una jauria de jovencitas casaderas que siempre parecen desmayarse en sus brazos. Finalmente, decide huir, y por casualidades del destino, acabara en una posada del camino en la que conocera a la incomparable Marianne Daventry.

  • Ebrias decisiones de Antonio Preciado

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    El reloj del auto marcaba las 18:45 horas. Conducia el Mini convertible por el carril de alta velocidad sobre la avenida Garza Sada dirigiendome a casa de Daniel, el unico de mis amigos al que le emociona la idea de volverse mas viejo cada seis de octubre. Nos reuniriamos en su casa para cenar junto con su familia y celebrar su cumpleanos veintisiete: la excusa perfecta para abrir la botella de vino tinto que me acompanaba en el asiento del copiloto. "Espero que Daniel tenga un sacacorchos en casa", pense al voltear y asegurarme de que el cinturon de seguridad estuviera ajustado sosteniendo la botella. Mas vale prevenir que lamentar. Despues de atravesar la metropolis, llegue a la calle donde se encuentra su casa. Localizar espacio para estacionarse en el estrecho camino parecia imposible por la absurda aglomeracion de autos sobre las banquetas. Aparque en una esquina a cinco casas del portico. Verifique el acomodo del flequillo negro sobre mi frente en el espejo retrovisor. "Perfecto". Sali del auto; mi mano derecha sostenia la botella de vino y con la otra presione el boton de la llave para cerrar el coche. Me quede parado unos segundos frente a la entrada principal, imaginando a la familia de Daniel del otro lado de la puerta. Casi podia verlos sentados en circulo frente a la mesa del comedor repleta de platos con comida y de bebidas. Su madre organizando el viaje a Cancun para asistir a la boda de su sobrino el ano siguiente. Su hermana Gloria contando los meses que faltaban para dar a luz al nuevo integrante de la familia. Yo ya esperaba que sus hermanos me hicieran, en tono burlon, aquella pregunta que se volvia cada dia mas irritante: ?Cuando nos van a llegar las invitaciones de tu boda, Alonso? Pero estan muy acostumbrados a verme sin pareja; han dado por hecho que ese evento nunca lo celebrare en esta vida. Ni en la siguiente. Presione el timbre dos veces y Daniel aparecio del otro lado de la puerta, invitandome a pasar con unas palmadas en la espalda. --!Te haces del rogar! --dijo, apuntando al reloj digital en su muneca--. Habiamos dicho que llegarias hace una hora. El color blanco de la camisa hacia que su piel morena resaltara. Nuestra similar complexion y el metro setenta y cinco de altura han hecho que la gente nos pregunte en mas de una ocasion si somos hermanos. Caminamos por el corto pasillo hacia la cocina. Daniel tomo la botella de vino tinto y la coloco en la mesa del comedor. Conozco la casa a la perfeccion. Suelo venir los domingos cuando Daniel me invita a ver los partidos de Los Rayados de Monterrey. No soy fanatico del equipo y tampoco me interesa el futbol soccer, pero me gusta sentarme frente al televisor a beber una o dos cervezas... o tres. Salude a sus padres y hermanos. Tras la cordial y corta bienvenida, pase al bano. Moje mis manos y el rostro acercando mi cuerpo al lavabo de ceramica. Parado frente al espejo, me quede observando la profundidad de mis ojos cafe oscuro. Me pase los delgados dedos sobre la cara y note que mi aspecto mostraba senales de fatiga. Las ojeras por las trasnochadas de los dias y semanas anteriores comenzaban a notarse cada dia mas; la resequedad en mis labios suplicaba beber algo mas que alcohol. A pesar de eso, no me veia mal en absoluto. El aspecto joven y varonil reflejaba la edad precisa: veintiseis anos. Mantenia mi cuerpo esbelto y en su lugar gracias a las horas semanales de ejercicios cardiovasculares y pesas. La balanza de prioridades estaba muy bien distribuida: trabajo, ejercicio y vida social. Todos importantes, ninguno mas que otro, ?o si? Seque mis manos en los Levi's azul oscuro y sali del bano. Daniel me esperaba con una copa de vino tinto; todo el mundo sabe que es mi favorito. Nos dirigimos hacia el patio trasero donde sus hermanos preparaban cortes de carne sobre el pequeno asador. Habian instalado mesas plegables redondas con sillas alrededor, separamos dos de ellas. Mi mano izquierda sostenia la botella de vino que agarre de la mesa antes de salir al patio, y la derecha resguardaba la copa a medio llenar. --Ahora si, !cuentame! ?Ya decidiste donde quieres continuar la fiesta despues de la cena? -- pregunte justo antes de dar un sorbo a la copa. Me rodo una gota sobre el menton. --No, aun no decido --Daniel dio un sorbo a la botella de agua que saco de la nevera--. Ademas, no seremos muchas personas. Karen viene en camino, podemos discutirlo cuando llegue. Ya sabes que no puedo decidir por ella. Esperar a que llegue la novia de Daniel a cualquier lugar es como esperar una nevada en Monterrey: !absurdo! Karen es la persona mas impuntual que conozco. No me sorprenderia que llegara tarde a la celebracion de su propio funeral. Del bolsillo derecho de mi pantalon saque el celular. No tenia notificaciones de WhatsApp ni comentarios en mis estados recientes de Twitter y Facebook, pero si en mi ultima publicacion de Instagram, que era una foto de una lasana instantanea extendida sobre un plato de loza. La imagen hacia que el valor comercial del platillo aumentara su precio al triple. Junto al plato habia una copa de vino blanco y la botella de Verdeo importada desde Espana. La publicacion era del dia anterior con la descripcion: Cena para uno #Wine. Deslizando mi dedo sobre la pantalla, me dirigi al buscador de Google para escribir Horgans. La pantalla mostro el mapa de Monterrey y la ubicacion del club en el centro de la ciudad. Pase mi dedo sobre la informacion, y al encontrar el numero de telefono, marque. --Buenas noches, quisiera hacer una reservacion para hoy a las once --dije, y escuche a la chica al otro lado apretando un extremo del boligrafo, preparandose para apuntar--. !Claro! La reservacion a mi nombre, Alonso Rodriguez. Termine la llamada, di un trago a la copa y me dirigi a Daniel. --Ahora ya puedes decir a tus invitados hacia donde moveremos la fiesta el dia de hoy --dije guardando el celular sin notificaciones en el bolsillo. --Sabia que no aguantarias las ganas de ir a Horgans --y saco su celular. Escabulli la mirada por encima de su brazo: Daniel mandaba un mensaje a un grupo de WhatsApp llamado Parejitas para dar aviso a los integrantes sobre el nuevo plan de la noche. Yo no estaba incluido en ese grupo, ?por que habria de estarlo? El nombre del grupo era una ofensa a mi eterna solteria por eleccion, ?o seria por obras y planes del destino? No lo sabia y no me importaba… ?o si? --?Tienes pensado invitar a mucha gente? --pregunte--. ?A tus amigos de la oficina, a los del equipo de futbol? --y verti mas vino en la copa medio vacia. --La verdad solo voy a invitar a los de este grupo --Daniel me enseno la pantalla del celular con la conversacion reciente de las "parejitas"--. No le dije a nadie mas. Mis amigos tenian otros compromisos y casi nunca tienen dinero para ir a esos lugares. Ademas, Karen insiste en que convivamos mas con Anna y Ricardo. No entiendo por que, si nos vemos cada semana. En fin, seriamos solo nosotros cinco, incluyendote. El sonido del timbre interrumpio nuestra conversacion. Su hermana Gloria habia llegado en compania de su esposo y una enorme barriga de siete meses. --?Te molesta si te dejo por unos minutos mientras atiendo a mis invitados no alcoholicos? -- pregunto Daniel. --!Por supuesto que no! Tengo la compania que necesito --y levante la copa. Me quede solo y en silencio por un par de minutos mientras terminaba el liquido que restaba en la botella. Los hermanos de Daniel entraban y salian de la casa hasta el patio trasero cargando ingredientes para la cena. Puse mi mano sobre el bolsillo izquierdo del pantalon y note que algo faltaba. Me levante de inmediato de la silla y entre a la casa para buscar a Daniel. --Te vere junto con los demas afuera de Horgans --le grite mientras me aproximaba a la puerta con las llaves del auto en la mano. --?A donde vas? Acabas de llegar --pregunto Daniel acompanandome hasta la puerta--. ?Puedes esperar al menos a que termine la cena? Mi familia se ira despues de eso y no quiero que bebas alcohol con el estomago vacio. ?Recuerdas como te pusiste en nuestro ultimo viaje a Playa del Carmen? Lo recordaba, o al menos algunas cosas; por suerte no tenia memoria para las mas embarazosas. Hice una pausa antes de girar la perilla y me dirigi a Daniel. --Me acabo de dar cuenta de que olvide mi cartera en casa. Pero no te preocupes, te vere afuera de Horgans antes de las once. Dile a Karen que... Justo antes de cruzar la puerta, la cabellera rizada y castana de Karen se interpuso en mi camino hacia la salida. --?Te vas tan pronto? Apenas comienza la noche --dijo Karen entre risas, colocando su mejilla junto a la mia. El saco rojo la cubria desde los hombros hasta las rodillas, dejando al descubierto las medias negras. Los zapatos de tacon aumentaban su corta altura hasta casi emparejarse con la mia. El poco maquillaje en su cara y el labial rojo hacian que su piel blanca se viera mas palida de lo normal. --Olvide algo en casa y tengo que ir a recogerlo, pero no te preocupes, los vere en Horgans mas tarde. --?Quien decidio ir a ese lugar? --pregunto Karen. --Fue Daniel, le dije que debiamos esperar a que llegaras, pero es muy insistente --dije antes de salir por la puerta. Karen comenzo a reir y agito la mano, despidiendose. Daniel la recibio con un beso en los labios y la invito a pasar. La puerta se cerro a mis espaldas. Encendi el motor y me dirigi rumbo a casa. El trafico era denso: las filas de autos transitando entre municipios crecian mientras avanzaba la noche. El tablero marcaba diecinueve grados y las nubes se esparcian por el cielo de la ciudad. El Mini convertible circulo sobre la Carretera Nacional al sur de Monterrey hasta llegar a la caseta de vigilancia de la colonia Sierra Alta. El portero me saludo desde lejos y alzo la barrera metalica que dejo pasar al auto. Varado frente a la casa, esperaba a que el porton electrico se elevara para poder entrar. La camioneta Suburban de mi padre, el ingeniero Rodriguez, estaba estacionada dentro de la cochera. Conozco aquella maquina desde el exterior: podria contar con los dedos las veces que he subido al vehiculo, ya sea en el asiento del copiloto o en los traseros. El ingeniero Rodriguez nunca me ha dejado conducirla; su risa burlona dice que lo arruinaria, como con todo lo que pasa en mi vida. Esa risa no logra ocultar la verdadera intencion de sus palabras: "Nunca la vas a conducir, no tienes las aptitudes". Aparque al lado izquierdo de ese vehiculo medio metro mas alto que yo. El porton se cerro sin prisa detras de mi. Sali del auto y camine hacia la puerta lateral de la cochera para entrar a casa.

  • Crimen en Kensington de Christopher St. John Sprigg

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    Un pequeno hotel residencial en el centro de Londres, un siniestro matrimonio propietario, un conjunto de excentricos huespedes, un concienzudo inspector de Scotland Yard, un periodista de sociedad joven y curioso… y una inquietante desaparicion.

  • La Indiana de Maria Teresa Alvarez

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    Maria Teresa Alvarez referente en la novela historica en Espana

    Una oscura noche de 1877, en el pueblo de Candas, Asturias, los ninos Marina y Silverio pierden a sus respectivos padres en la mar. El se pondra a faenar como pescador para mantener a su madre y sus hermanos. Ella, inteligente y despierta, continuara en la escuela y ayudara a su amigo a seguir educandose. Pero Marina tambien tendra que abandonar pronto los libros, su gran pasion, para trabajar en una fabrica de conservas.

  • Abandono de M. W. Craven

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    Los animales no mueren de viejos. Bueno, algunos si, claro. Puede que alguna tortuga de Galapagos llegue hasta el final. O una de esas medusas eternas. Tal vez alguna mascota adorada. Pero esos no son muchos. No lo son si piensas en todos los animales que no son tortugas, medusas o mascotas adoradas. Para la mayoria de ellos, la vejez es una existencia hambrienta y aterradora. Los depredadores se mueren de hambre. Los animales de presa son devorados. Las vacas de carne son sacrificadas. El ganado lechero deja de producir y se convierte en un lastre economico. Las mascotas ancianas y con problemas de incontinencia se vuelven un problema. Pero a veces, y solo a veces, ocurre algo mucho peor. Mas brutal que la vejez. Indiscriminado. Implacable. Devastador. Y, de manera indirecta, a veces mata a seres humanos. El sargento Washington Poe no estaba pensando en una existencia hambrienta y aterradora aquella manana: pensaba en que bonito dia hacia. El y su amiga y companera Tilly Bradshaw desayunaban fuera. Se estaba planteando tomar otra tostada antes de ir a la Oficina de Turismo de Sellafield. El no queria ir a la Oficina de Turismo de Sellafield. Como le habia dicho a Bradshaw, antes preferiria prenderse fuego a los dientes. Pero ella habia insistido, aduciendo que deberia ver el edificio antes de que lo demoliesen. Bradshaw lo habia visitado tres veces, y ella vivia en New Hampshire, le dijo. Poe nunca habia ido y apenas estaba a media hora de su casa. Poe contesto que con eso se podia hacer una idea de su interes por el combustible nuclear. Al final, habian llegado a un acuerdo. Es decir, el cedio. Como siempre. En realidad, tampoco le importaba. Tenian una semana entera libre y disfrutaba de la compania de Bradshaw. Ademas, habia un pub encantador cerca de la oficina. Hacian pastel de carne y rinones con pure de patatas y mantequilla. Y salsa de verdad. Si no se demoraban mucho en el parque cientifico, como lo llamaba Poe, podrian ir al pub antes de que cerrasen la cocina. --Va a ser genial, Poe --dijo ella--. Tienen uno de esos juegos interactivos en los que te puedes disfrazar de isotopo. El se quedo mirandola. --No me hagas cambiar de idea --contesto. Antes de ponerse en marcha, Poe tenia que sortear la conversacion sobre su alimentacion. Esta iba de pan integral, concretamente de la negativa de Poe a comerlo. --La vida es demasiado corta como para no comer pan blanco, Tilly. Cogio la ultima tostada. La unto con una generosa capa de mantequilla salada y le dio un mordisco. --No paras de decir eso, Poe --contesto ella--. Pero lo unico que haces es acumular problemas para el dia de manana. Levanto el pan. --Solo es una tostada. --<> es solo una tostada, Poe. Pero tambien lo eran las otras siete que te has comido. --Crei que te gustaria --dijo el--. Siempre dices que como demasiada carne. --Es que es verdad, pero ocho tostadas son demasiadas tostadas. Poe suspiro e intento devolver la tostada al plato, pero solo consiguio que cayera al suelo. Afortunadamente, Edgar, su springer spaniel ingles, estaba en alguna otra parte persiguiendo zarapitos, por lo que Poe consiguio recuperarla a tiempo. Coger comida del suelo solia ser la manera mas rapida de que te mordiera la mano. --Tipico --gruno. La tostada habia caido por el lado de la mantequilla y se habia cubierto de hierba seca y polvo. Probablemente, caca de oveja. Y aunque Poe era un defensor entusiasta de la ley de los cinco segundos, todo tenia un limite. La dejo en su plato, desilusionado. Ahora ya no podria pensar en otra cosa. Volvio a cogerla. Se planteaba rasparle un poco la mugre. --?Que es tipico, Poe? --?Eh? --Has dicho que algo era tipico... --Mi tostada, que siempre cae por el lado de la mantequilla. Es tipico de mi mala suerte, supongo. Ella le lanzo una mirada que conocia bien. --Es matematica, Poe, no suerte --dijo sin rastro de ironia--. La tostada suele caer desde la mesa y, cuando lo hace, casi siempre tiene la parte untada hacia arriba. A no ser que haya factores externos involucrados, la velocidad de rotacion no suele ser lo suficientemente rapida como para que complete una vuelta entera antes de alcanzar el suelo. Si las mesas midieran tres metros de alto, entonces diriamos que la tostada siempre parece caer con el lado de la mantequilla hacia arriba. Poe no dijo nada. --De hecho, yo no diria que la tostada siempre parece caer con la mantequilla hacia arriba, pero la gente que no sabe de constantes fisicas fundamentales si lo haria. Si quieres, te lo explico con numeros. --Prefiero vestirme de isotopo. Bradshaw no contesto. --?Que pasa? --dijo Poe. --Viene alguien. Poe no solia recibir visitas informales. Su aislada cabana de pastor se encontraba en Shap Fell, una montana azotada por el viento y atestada de ovejas. La carretera mas cercana estaba a algo mas de tres kilometros y solo se podia acceder a pie o con un quad. La mayoria de la gente no lograba encontrarla, aunque les diera indicaciones. Sin embargo, Bradshaw tenia razon: alguien venia. Era un hombre. Observaron como se acercaba. Estaba claro que era un policia: el pelo corto y el traje practico y apto para lavadoras lo decian todo. Esperanzado, Poe penso que su semana libre tal vez estaba a punto de perder un dia. --Hola --dijo Bradshaw. --Hola --contesto el hombre--. Disculpen, he interrumpido su desayuno. --Que va, me gusta sostener tostadas --dijo Poe--. ?Quien es usted y que quiere? --Soy el agente Mike Penhaligon. Me han pedido que venga a buscarle. --?Por que? --Tenemos un problema. --?Que problema? --Me han dicho que sus primeras impresiones son especialmente intuitivas, de modo que tengo ordenes de decir solo una cosa: hemos encontrado dos cadaveres. --Ya no trabajo para la policia de Cumbria. Tilly y yo trabajamos para la Seccion de Analisis de Delitos Graves de la Agencia Nacional del Crimen. --Lo sabemos, sargento Poe, pero la comisaria Nightingale esta a cargo de la investigacion y le ha solicitado personalmente a usted. Eso era extrano. Nightingale era una gran policia, gran comisaria y tenia un solido equipo a su alrededor. --?Por que? --pregunto Poe--. Jo sabe lo que hace. --Las circunstancias son... poco habituales. Creyo que tal vez usted podria aportar algo mas. --Vamos --dijo Poe. Condujo Penhaligon. Hasta Carlisle y luego a la izquierda. Hacia un dia caluroso. Poe y Bradshaw llevaban la ventanilla bajada. El aire empezo a cobrar un desagradable olor dulzon. Cuando Penhaligon giro hacia el aerodromo de Great Orton, Poe empezo a atar cabos. Subio la ventanilla y aconsejo a Bradshaw que hiciera lo mismo. --?Vamos adonde creo que vamos? --le pregunto a Penhaligon. --Si. --?Que ha pasado? --Sera mejor que lo vea usted mismo. El brote de fiebre aftosa de 2001 destrozo a Cumbria. Fue la epidemia animal mas grave de la era moderna y convirtio un condado normalmente tranquilo en un lugar de confusion, matanza y desesperacion. Mas de una cuarta parte del ganado de Cumbria, la mayoria sano, tuvo que ser sacrificado. Programas de cria que se habian ido acumulando con las generaciones anteriores cayeron aniquilados por la pistola del matarife. Y sus legados, borrados. Poe recordaba aun los miles de pediluvios quimicos, los carteles que decian <>, las senales de <>, y de <> en parques, bosques y hasta en zonas infantiles. Recordaba lo inquietantes que se veian las montanas sin ovejas. Los pubs y los pueblos vacios. La fiebre aftosa habia diezmado la industria turistica. Prohibida la entrada a los lagos y las montanas, Cumbria tenia poco mas que ofrecer. Con sus casi tres kilometros y medio de fosas comunes, el aerodromo abandonado de la Royal Air Force en Great Orton se convirtio en el cementerio de la fiebre aftosa en Cumbria. Localmente conocido como el <>, es el lugar de enterramiento masivo mas grande del mundo. Medio millon de animales estan sepultados en sus veintiseis fosas. El ganado muerto, sacrificado en las granjas, era transportado hasta alli dentro de contenedores a prueba de fugas en camiones articulados. Los animales sanos llegaban vivos, eran colocados en fila y sacrificados por matarifes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacion. Luego los echaban a fosas de veinte en veinte. Los animales siguen alli. Pudriendose. Descomponiendose. Goteando... Penhaligon aparco al final de una larga fila de vehiculos. La mayoria de ellos eran de policia, pero tambien habia furgonetas de la Agencia del Medio Ambiente. Poe podia distinguir siluetas informes vestidas con grandes trajes de proteccion biologica trabajando dentro un cordon montado apresuradamente alrededor de una fosa recien abierta. Algunos estaban dentro del agujero, otros se movian por los bordes. No sabia si eran de Medio Ambiente o de la policia cientifica. Probablemente, ambos, penso. Un monton de policias esperaban junto al cordon exterior, todos ellos con mascarilla. --La jefa le esta esperando ahi dentro, sargento --dijo Penhaligon. Les entrego una mascarilla a cada uno--. Sera mejor que se las pongan. No anulan del todo el olor, pero al menos no se les metera nada flotando por la boca. --Pongame seis, por favor --dijo Bradshaw. Poe se acerco al grupo de policias junto al cordon. A cada paso que daba, el apestoso olor a animal se tornaba mas intenso. Cuando llego al cordon, el hedor denso y empalagoso a tejidos en descomposicion, el fango de cuerpos pudriendose, penetraba ya la barrera permeable de su mascarilla. Le recordaba a un caso anterior, en el que quemaban a hombres vivos en los muchos circulos de piedra de Cumbria. Uno de los policias que participaban en aquella investigacion describio el olor como miasmatico. Poe tuvo que buscarlo en el diccionario. Significaba vapores nocivos procedentes de materia organica en descomposicion. No podia haber una palabra mas adecuada para aquel dia. El olor le llego a la garganta produciendole una arcada. --?Sabias que la nariz es el unico organo que puede ver el pasado, Poe? --pregunto Bradshaw--. El olor es retrospectivo. Ya ha ocurrido. Poe agradecia su intento de distraerle: creia que a ella le servia tanto como a el. Y habria funcionado si no hubiese empezado a oir un zumbido. Miro hacia el foso. Los cuerpos parecia que se movian. Sabia que solo se trataba de una ilusion. Eran moscas. Millones de rechonchos moscardones dandose un banquete con su rancio botin. Poniendo huevos. Al cabo de pocos dias, el foso estaria lleno de gusanos. --Puedes quedarte en el coche si quieres, Tilly. Bradshaw nego con la cabeza y endurecio la expresion. Parecia decidida. Ella habia venido para quedarse. Una mujer alta se separo del grupo. Tenia el pelo corto y oscuro, y los ojos mas verdes que Poe habia visto jamas. Se llamaba Jo Nightingale y ya habian colaborado en varios casos. Esa mujer era uno de los pocos policias que respetaba. --Cuanto tiempo, Poe --dijo--. ?Que hay, Tilly? --Hola, comisaria Nightingale. --?Sigues intentando que Poe deje de comer como un adolescente? --?Que ha pasado, jefa? --pregunto Poe, queriendo evitar otra conversacion sobre pan blanco. Ella senalo el hoyo. --Esta es la fosa numero catorce. Estaban haciendo un control rutinario de la tierra en la zanja interceptora, una especie de foso alrededor de la fosa, para monitorizar la bioseguridad y la calidad del agua, y detectaron una rotura. --Y eso significa... --Que la fosa tiene una fuga. --?No estaban selladas? --Si. --Pero tiene fugas... Creia que estas cosas eran impenetrables. Nightingale se encogio de hombros. --Se supone que lo son. DEFRA utilizo revestimientos de arcilla geosintetica en ellas. De medio metro de grosor. La fosa tiene sumideros y zanjas de desague. Pozos de perforacion para comprobar el nivel freatico. --Pero ?ha fallado?

  • Libertad emocional de Ferran Salmurri

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    Durante cientos de anos el progreso y el crecimiento, desde este punto de vista, han sido lentos y han estado llenos de obstaculos. Sin duda, uno de los principales ha sido el sometimiento a nuestros sentimientos y emociones. El odio, la envidia y, principalmente, el miedo, entre otros, han sido los guias de nuestro comportamiento, mucho mas que la racionalidad. El inmovilismo, la esclavitud emocional y la ignorancia de las propias posibilidades nos convierte en seres mas faciles de someter y dominar. Pero ?como liberarnos de las prisiones y las tiranias en que a veces se convierten nuestros sentimientos y emociones? Actualmente disponemos del conocimiento necesario para mejorar nuestra libertad emocional. El objetivo de este libro es, precisamente, poner sobre la mesa una porcion de este conocimiento y, con ello, servir de motivacion y guia para mejorar nuestra salud psicologica. En otras palabras, disponer de las estrategias necesarias para un control mas adecuado del estres y disfrutar de un mejor indice de felicidad y bienestar.

  • Desde donde se domine la llanura (Las guerreras Maxwell 2) de Megan Maxwell

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    Gillian es conocida entre los miembros de su clan como la Retadora por su caracter indomable, que siendo su mayor atractivo es tambien su gran maldicion. Enamorada de Niall desde la infancia, juntos vivieron una bonita historia de amor que se rompio cuando este partio a luchar junto al rey de Escocia sin despedirse de ella. Gillian se juro entonces que jamas lo perdonaria. Niall, por su parte, es tan testarudo y orgulloso como su amada. Ahora que ha regresado y vuelven a encontrarse, ninguno de los dos esta dispuesto a dar su brazo a torcer. Cada uno ha sufrido a su manera la ausencia del otro. Pero la vida es caprichosa, y la pasion que sintieron en el pasado comienza a apoderarse de ellos de nuevo. Seran capaces de resisitirse? Esencia ficha a una de las autores nacionales de novela romantica mas queridas por las lectoras de este genero.

  • Feminismo de Deborah Cameron

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    En “Feminismo” Deborah Cameron realiza un recorrido completo y muy aclarador por la historia, desarrollo y actuales debates (sin rehuir algunos de los mas controvertidos, como el de las “madres de alquiler” o el de los atuendos de las mujeres musulmanas) de este movimiento social. Partiendo de una doble definicion de feminismo como movimiento contra la discriminacion de la mujer y movimiento que se funda en la creencia de que las diferencias que historicamente se han creado en torno a hombres y mujeres pueden y deben ser eliminadas, la autora habla de las distintas “olas” del mismo (actualmente estariamos en la cuarta) y va desgranando debates, autores, situaciones, etc., a lo largo de una acertada seleccion de temas. Asi, Cameron examina la relacion y problematica del movimiento en los ambitos del trabajo, del sexo, de la dominacion y de la cultura, entre otros, para considerar finalmente sus desarrollos futuros y la creciente amenaza que suponen partidos y lideres emergentes que pretenden criminalizarlo.

  • Diccionario de las cosas que no supe explicarte de Risto Mejide

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  • El beso de la Bestia de Johana Connor

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    Cada noche Isabel despierta sobresaltada por culpa de unos ojos llameantes y demoniacos que la persiguen a traves de una selva muerta. Un espiritu aterrador, que poco a poco va irrumpiendo en su realidad apareciendo en los rostros de las personas que la rodean.
    Cree que es producto del estres, pero cuando un atractivo hombre se topa con ella, seduciendola con el magnetismo de su mirada y con la ferocidad de sus besos, sus suenos adquieren vida propia. Descubre que la selva existe y la bestia de ojos llameantes tambien, y en sus pesadillas estan las claves para detenerla.
    Eso la deja en una encrucijada, no sabe si seguir dejandose arrastrar por el fuego de la pasion que el le despierta o alejarse para siempre del peligroso secreto ancestral que ese hombre oculta bajo su piel, y la arrastra a enfrentar sus miedos.
    La profecia comienza a cumplirse. El cambio esta cerca.

  • El legado de Ava, Elena Fuentes Moreno de Elena Fuentes Moreno

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    Esta es una historia de amor poco corriente, fraguada mucho antes de que sus protagonistas existieran.
    Ava no es una mujer comun, tampoco una buena persona, pero si le das la mano, te conducira hacia el interior de una historia fascinante: su vida. Su existencia comenzo cuando sus padres dejaron atras una humilde realidad, en busca de oportunidades y promesas de un futuro mejor. No podian imaginar que tras las fronteras de Espana, les esperaba una vida completamente diferente en escenarios con los que jamas osaron ni sonar y sobre los que se asentara un legado que perdura hasta nuestros dias.

  • Flor de sangre (Resistencia 1) de Louise Boije Af Gennas

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    La primera entrega de la <> es un impactante thriller que pone al descubierto las zonas mas oscuras de un poder capaz de manipular la realidad y para el que la verdad es la peor de las amenazas.

  • Entre damas anda el juego de Ester Gonzalez Escobar

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    Diana, detective privada, debe investigar a Christine, una supuesta cazafortunas que quiere casarse con Angel por su dinero, mientras lidia con sus problemas de pareja.
    Ayudaran a Diana en su cruzada para desenmascarar a Christine sus amigas: Alex, una madre y esposa trabajadora con una vida aparentemente perfecta que, sin embargo, no es del todo feliz, y Noa, una eficiente y malhablada abogada de empresas, que no es tan eficiente escogiendo a los hombres con los que sale.
    Pero sera Christine quien las descubra a ellas y comenzara una guerra para hacerles la vida imposible, poniendo en peligro lo que mas quieren y convirtiendose en un verdadero grano en... bueno, ya sabeis donde.
    ?Lograran las tres amigas desenmascarar a Christine, sin perder aquello que mas aman por el camino?

  • Operacion espejo de Valeria Caceres B.

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    A Vanesa la conoci en un bar. Y nuestra historia empezo como toda historia de bar. Ella estaba sentada en un taburete mirando su reloj. Y yo estaba mas pendiente de su escote que de sus ojos. En fin, ?a quien iba a enganar? Siempre fui un Don Juan. Le invite una copa. Queria llevarmela a la cama. ?Quien no? Acepto un poco temerosa, pero su sonrisa me dio pie para entablar una conversacion banal. ?Por que estas aqui tan sola? ?Vienes muy seguido? Nunca te habia visto. Resulto que estaba esperando a alguien. Un tipo que se robo la atencion de todas las mujeres que se encontro a su paso y que le dio un sonoro beso en los labios. De forma posesiva. --Llegas tarde --le dijo ella con la vista baja. Deje de mirarlos para fijarme en los tragos ordenados que habia detras del bar. Vodka. Whisky. Pisco. Tequila. Ron. El barman me conocia, asi que no tardo en llenar mi copa del mejor Vodka. Mientras me lo bebia, la pareja desaparecio. Iban a los gritos. Recriminandose cualquier cosa. Otra noche paso lo mismo. Me la encontre alli mirando su reloj. Y me atrevi sin ninguna pretension a hablarle. Hay cosas que se deben hacer con calma, de manera estudiada. Claramente falle. --No se para que te vienes antes si sabes que siempre llega tarde. --Bebi de mi copa atento a su reaccion. Me miro con el ceno fruncido y despues suavizo el gesto cuando se encogio de hombros. --Supongo que porque lo amo. Me rei internamente. Amor. Que absurda era esa palabra. --!Luis! --llame al camarero--. Sirve dos copas de Vodka. --No, gracias. Estoy bien --respondio ella con voz dulce. --Es para que la espera no se te haga tan larga. Se quedo callada, mirandome. Y en su mirada no pude evitar escuchar su grito de auxilio. --Vamonos --le dije levantandome del taburete y tomandole la mano--. Vamonos de aqui antes de que el llegue. No dijo nada. Fue como llevar conmigo a una muneca de trapo que se dejaba guiar por mi. La subi a mi auto y lo puse en marcha hasta un edificio que habia sido casi como un Motel. Rente un departamento y ella siguio aferrada a mi mano. Complementando lo que no sabia que me faltaba. Ella. No preste atencion a aquello, sino mas bien me dedique a desnudarla. Y cerre los ojos. Los cerre porque no queria verla y saber que no estaba haciendo lo correcto. Que ella no estaba alli por sexo sino por algo mas. Necesitaba ser escuchada, pero yo no queria hacerlo. La use. La use como a cualquier mujer. Sabiendo que era fragil. Que estaba vulnerable. Ella se dejo guiar. Y poco a poco el deseo se apodero tambien de ella. Me quito la camisa y le ayude a desprenderse de su sujetador. Estabamos tan jodidamente excitados que no recuerdo muy bien como terminamos gimiendo apoyados en una pared. Y despues en el suelo. Y en la cama. --Vanesa --murmuro sobre mis labios--. Mi nombre es Vanesa. No queria saber mas de lo que ya sabia. Asi que volvi a besarla, inmovilizando su rostro con mis manos y, entre cuatro paredes, le hice… el amor. Dos horas despues estaba dormida sobre mi pecho y en la mesa de noche vibraba sin cesar su telefono. Podia ver el nombre de quien la llamaba: Daniel. Asi se llamaba el cobarde. Descubri tambien, gracias a mi tacto, que en sus brazos tenia marcas de dedos grandes. Y no eran producto de una noche apasionada. No. No queria despertar con ella, asi que le deje sobre la mesa un monton de billetes para que se fuera en taxi a casa y una nota en donde le sugeria que dejara al imbecil de Daniel. Me fui. Me fui con un vacio que jamas habia sentido. Vanesa pudo ser cualquier otra chica de bar; una de las miles que tuve. Pero no. Vanesa tenia unos ojos que jamas podria olvidar. Y, hasta el dia de hoy, me pregunto si Vanesa seguira frecuentando aquel bar con la absurda idea de que espera por amor a que llegue su principe azul. Yo no soy un principe. Y nunca he sido azul. Mas bien soy oscuro. Demasiado oscuro para Vanesa. Mucho mas oscuro que Daniel. II Vanesa Abro los ojos con dificultad. No lograba reconocer donde estaba y, por un instante, creo que quien ha ocupado el otro lado de la cama es Daniel. De pronto una oleada de terror se apodera de mi y no puedo reprimir las ganas de vomitar. ?Que he hecho? Corro al bano para vaciar mi estomago. No estoy borracha ni con resaca. Bebi solo una copa. Pero estoy nerviosa. De pronto las imagenes de la noche anterior me invaden por completo. !?Que hice?! Me repito una y otra vez. Cuando por fin me recupero, me miro al espejo. Esa no soy yo. No puedo ser yo. Descubro el brillo inusual en mis ojos. Hay lujuria. Es como si mi cuerpo hubiese cambiado totalmente durante la noche. Me siento mujer. Y asqueada. Daniel no me lo perdonaria jamas. Y, por solo haberlo hecho esperar, me iba a… Trago el ovillo de nervios que se ha instalado en mi garganta y me largo a llorar. Me siento indefensa. Desprotegida. <>. Esa mano que me condujo hasta aca me hizo sentir protegida. Solo un instante. Despues… Despues todo se descontrolo. Lo habia visto antes. Una vez. Habia intercambiado no mas de diez palabras… !y me fui con el! <>, digo muy bajito mientras salgo del bano y observo la cama deshecha. Mi ropa esta esparcida por todo el piso. Mi celular descansa en la mesa de noche y, junto a el, una nota. La tomo entre mis dedos con un temblor que adjudico a mi perturbacion. <>. Ni lo habia notado. Pero ahi esta. Es mucho. Demasiado. Sigo leyendo. <> ?Como supo el nombre de mi novio? !Mi telefono! Dejo de leer la nota y enciendo la pantalla de mi celular. Cuarenta y cinco llamadas perdidas. Y al menos veinte mensajes de voz. Me siento en la cama con indecision. Y es alli, sentada, que me doy cuenta de que aun sostengo la nota en mi mano. Entonces leo lo ultimo que escribio. <>. ?Quien se cree? Dejo caer la nota y me cubro el rostro con ambas manos. Vuelvo a sentir nauseas. Abro los ojos de pronto. ?Se cuido? Busco por todos lados algun indicio de aquello. Dos envoltorios de preservativos me devuelven un poco el alma. Salgo de alli intentando ocultar mi verguenza y prohibiendome recordar lo vivido la noche anterior. No se ni el nombre de aquel hombre. Podia ser un violador o un asesino. Pero no pense. Aun no comprendia por que me habia dejado llevar por el. <>, me susurra esa voz que, aunque se esta volviendo cada vez mas muda, aun sigue dentro de mi. Daniel… Daniel era el hombre mas guapo con el que habia salido. El me amaba. El queria casarse conmigo. El queria que yo fuera la madre de sus hijos. <>, susurra otra vez aquella voz. Pero me digo que tal vez es mi culpa. Muchas veces lo hago enojar. Y, lo que habia hecho anoche, lo iba a hacer enojar mucho. Muchisimo. De forma automatica me abrazo. Me abrazo porque iba a necesitar un abrazo despues de que me presentara en su puerta. No quise escuchar los mensajes de voz. Se muy bien lo que decian. El primero tendria un tono de voz carinoso y conciliador. <>. Despues vendria su desesperacion. <>. Y, finalmente, vendrian sus amenazas. <>.

  • Lecciones privadas de Linda Howard

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    El pequeno pueblo de Ruth, Wyoming, esta a punto de recibir una leccion de manos de una profesora recien llegada dispuesta a ganarse el corazon de un hombre que creia no tener ya nada que ofrecer. Mary Elizabeth Potter es una solterona por eleccion que no se hace ilusiones respecto al amor. Pero es tambien una buena profesora… y quiere que el hijo de Wolf Mackenzie vuelva al colegio. Para conseguirlo, se enfrentara al padre del chico y a partir de ese instante padre e hijo entraran en su vida, cambiandola para siempre. Sobre Wolf Mackenkie pesa todavia el estigma de un crimen que no cometio, pero para la pudorosa Mary Elizabeth Potter no es ese salvaje medio indio al que todo el mundo mira con recelo. Para ella, es un hombre bueno y decente. Un hombre capaz de amar. Wolf, sin embargo, no esta seguro de que el pueblo o el mismo esten preparados para aceptarlo. Necesitaba una mujer. Urgentemente. Wolf Mackenzie no podia dormir. La luna, llena y brillante, lanzaba su luz plateada sobre la almohada vacia, junto a el. Su cuerpo palpitaba dolorosamente de deseo, el deseo sexual de un hombre en la flor de la vida, y el paso de las horas solo intensificaba su frustracion. Por fin se levanto y se acerco desnudo a la ventana; su cuerpo, fornido y poderoso, se movia con fluidez. Notaba el suelo de madera helado bajo los pies descalzos, pero agradecia aquella leve molestia, que enfriaba su sangre enardecida por un ansia sin cauce. La luz incolora de la luna labraba las lineas y angulos de su cara, testimonio vivo de su legado ancestral. Su cara, mas aun que la densa cabellera negra que tocaba sus hombros o que los ojos negros de pesados parpados, delataba su origen indio, visible en sus pomulos altos y salientes y en su frente despejada, en sus labios finos y en su nariz aguilena. Menos evidente pero igual de intensa era la herencia celta que habia recibido de su padre, al que tan solo una generacion separaba de las Tierras Altas de Escocia. El legado paterno habia suavizado los rasgos indios heredados de su madre, dotando a Wolf de un rostro afilado como una espada, tan depurado y cortante como recio. Por sus venas corria la sangre de dos de los pueblos mas belicosos de la historia: los comanches y los celtas. Era un guerrero nato, y en el ejercito se dieron cuenta de ello nada mas alistarse. Pero era tambien un hombre sensual. Conocia bien su naturaleza y a pesar de que la dominaba, habia veces en que necesitaba una mujer. Cuando eso sucedia, solia hacerle una visita a Julie Oakes. Julie era una divorciada, varios anos mayor que el, que vivia en un pueblecito a treinta kilometros de alli. Sus relaciones duraban ya cinco anos; ninguno de los dos queria casarse, pero tenian necesidades, y se gustaban. Wolf procuraba espaciar sus visitas a Julie, y tenia cuidado de que nadie lo viera entrar en su casa. Aceptaba desapasionadamente el hecho de que los vecinos se escandalizarian si descubrian que Julie se acostaba con un indio. Y no con un indio cualquiera. Una condena por violacion marcaba a un hombre de por vida. Al dia siguiente era sabado. Lo esperaban sus tareas cotidianas, y tenia que ir a recoger un cargamento de tablones para el cercado a Ruth, el pueblecito situado al pie de su montana. Pero las noches de los sabados habian sido siempre para desmadrarse. El no se desmadraria, pero iria a hacerle una visita a Julie y se desfogaria en su cama. La noche se iba haciendo cada vez mas fria, y unas nubes densas y bajas se acercaban. Wolf se quedo mirandolas hasta que taparon la luna. Sabia que anunciaban otra nevada. No queria regresar a su cama vacia. Su rostro permanecia impasible, pero su sexo palpitaba dolorosamente. Necesitaba una mujer. Mary Elizabeth Potter tenia un sinfin de pequenas tareas de las que ocuparse aquella manana de sabado, pero su conciencia no le permitiria descansar hasta que hablara con Joe Mackenzie. El chico habia dejado la escuela hacia dos meses, uno antes de que ella llegara a ocupar el puesto de una profesora que se habia marchado inesperadamente. Nadie le habia hablado del chico, pero Mary se habia tropezado con su expediente y lo habia leido por curiosidad. En el pueblecito de Ruth, Wyoming, no habia muchos alumnos, y Mary creia conocerlos a todos. Habia, en realidad, menos de sesenta estudiantes, pero el indice de los que llegaban a graduarse era casi del cien por cien, de modo que cualquier desercion resultaba extrana. Al leer el expediente de Joe Mackenzie, se habia quedado de piedra. Aquel chico era el mejor de su clase. Sacaba sobresalientes en todas las materias. Los alumnos que iban mal se desanimaban y dejaban los estudios, pero la vocacion docente de Mary se rebelaba ante la idea de que un alumno tan excepcional abandonara el colegio asi como asi. Tenia que hablar con el, hacerle comprender lo importante que era para su futuro que siguiera estudiando. Dieciseis anos eran muy pocos para cometer un error que lo perseguiria de por vida. Ella no podria pegar ojo hasta que hubiera hecho cuanto estuviera en su mano para convencer a aquel chico de que volviera a la escuela. Por la noche habia vuelto a nevar y hacia un frio que pelaba. El gato maullaba lastimosamente mientras olfateaba alrededor de los tobillos de Mary, como si tambien el se quejara del tiempo. --Lo se, Woodrow --consolo al animal--. El suelo tiene que estar frio para tus patitas. No le costaba trabajo ponerse en el lugar del gato. Le parecia que no habia tenido los pies calientes desde que habia llegado a Wyoming. Se habia prometido que, antes de que llegara el siguiente invierno, se compraria un par de botas fuertes y calientes, forradas de piel y resistentes al agua, y andaria por la nieve como si llevara haciendolo todo la vida, como una lugarena. Las botas le hacian falta ya, en realidad, pero los gastos de la mudanza habian agotado sus magros ahorros, y las ensenanzas que le habia inculcado su ahorrativa tia Ardith le impedian comprarlas a credito. Woodrow maullo otra vez cuando se puso los zapatos mas calentitos y juiciosos que tenia, los que ella llamaba sus <>. Se detuvo para acariciar a Woodrow detras de las orejas, y el gato se arqueo, extasiado. Mary habia heredado a Woodrow junto con la casa que le habia proporcionado la junta educativa. El gato, igual que la casa, no era gran cosa. Mary ignoraba cuantos anos tenia, pero tanto el como la casa parecian un poco avejentados. Ella siempre se habia resistido a comprarse un gato (aquello le parecia el colmo de la vida de una solterona), pero finalmente su sino le habia pasado factura. Era una solterona. Ahora tenia un gato. Y llevaba serios zapatos de solterona. El cuadro estaba completo. --El agua busca sola su nivel --le dijo al gato, que la contemplaba con su impavida mirada-- Pero ?a ti que mas te da? A ti no te importa que mi nivel parezca detenerse en gatos y zapatos serios. Suspiro al mirarse en el espejo para asegurarse de que estaba bien peinada. Su estilo eran los zapatos serios y los gatos, y el ser palida, flacucha e insignificante. <> era un buen termino para describirla. Mary Elizabeth Potter habia nacido para solterona. Iba todo lo abrigada que podia ir, a no ser que se pusiera calcetines con aquellos zapatos tan serios, pero hasta ahi no llegaba. Ponerse unos lindos calcetines blancos de los que llegaban justo por encima de los tobillos con una falda larga de vuelo era una cosa, y ponerse calcetines hasta la rodilla con un vestido de punto, otra bien distinta. Estaba dispuesta a prescindir de la elegancia con tal de ir abrigada; pero no estaba dispuesta a ir hecha un adefesio. En fin, no tenia sentido posponerlo; de todos modos, el tiempo no mejoraria hasta la primavera. Se preparo para aguantar la embestida del aire frio contra su cuerpo, todavia acostumbrado al calor de Savannah. Habia dejado su pulcro nidito de Georgia por el desafio de una pulcra escuela en Wyoming, por la ilusion de una forma distinta de vida; incluso reconocia en si misma una leve ansia de aventura, un ansia que, naturalmente, jamas permitia que aflorara. Pero, por alguna razon, no habia tenido en cuenta la cuestion del clima. Habia dado por supuesta la nieve, pero no las asperas temperaturas. No era de extranar que hubiera tan pocos alumnos, penso al abrir la puerta, y dejo escapar un gemido cuando el viento le lanzo un latigazo. Hacia tanto frio que los adultos no podian desvestirse para engendrar ninos.

  • Cristina en las Highlands (Las Highlands 3) de Jana Westwood

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    El silencio. El atronador silencio. Abrio los ojos lentamente mientras el dolor lo acompanaba en su regreso al mundo de los vivos. Trato de levantar la cabeza para vislumbrar el manto de cadaveres que se extendian a su alrededor, pero el dolor que le produjo ese sencillo gesto le resulto insoportable y se desmayo. Cuando volvio a abrir los ojos su cerebro reacciono con mayor rapidez y los recuerdos de la batalla regresaron en forma de gritos, ruidos metalicos y olor a polvora. La ultima imagen antes de caer habia sido la de su padre desplomandose con la sangre saliendo a borbotones de la herida de su cuello. Trato de incorporarse, pero la cabeza le daba vueltas. Rodo hasta colocarse bocabajo. Quiza asi pudiera tener una vision clara del campo de batalla y le seria mas sencillo llegar hasta su padre. Volvio a levantar la cabeza, pero todo a su alrededor habia cambiado. Ya no habia cadaveres y estaba entre arboles. Se apreto las sienes con las manos, convencido de que veia visiones. --Agachate --dijo una voz a su izquierda. --?Patrick? El otro le hizo un gesto para que callase y le senalo con el dedo hacia su espalda. Cuando se giro vio el color rojo del uniforme ingles y comprendio que esas alimanas estaban recorriendo el campo de batalla en busca de supervivientes para acabar el trabajo. Patrick le hizo otro gesto con el dedo, como si se cortase el cuello para advertirle de que eso era exactamente lo que estaban haciendo los dragones de su majestad. Miro a su amigo y sin emitir sonido vocalizo ampliamente para preguntarle por su padre. El otro le confirmo que habia muerto. Los dolores que lo atacaban por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, resultaron nimios frente al sentimiento que se abrio paso en su pecho al saber que Joseph Done, el hombre mas admirable de la tierra, estaba muerto. A su mente llegaron los primeros momentos de la batalla cuando la furia y la hombria se abrian paso frente al raciocinio, empujandolos contra el enemigo. Las primeras filas de highlanders habian levantado sus espadas con determinacion. Morir matando, esa era la consigna. Las demas tropas salieron de los flancos y se unieron a ellos con un ritmo desigual. Por el rabillo del ojo pudo ver que algunos de los soldados habian dudado y mantuvieron su posicion demasiado tiempo. Entre esos hombres estaban los MacDonald. Su abuelo los maldeciria un millon de veces por la actitud que habian tenido. Por las venas del viejo corria sangre MacDonald, aunque para su padre siempre fue tan solo un bastardo. Se toco la cara y desprendio parte de la capa de sangre y barro que la cubria. No recordaba el primer golpe, tan solo el ultimo. La imagen de su padre desplomandose con aquella mirada sorprendida despues de que el maldito ingles le cercenara el cuello. Jamas olvidaria esa mirada. Si los que portaban enormes espadas habian caido, no queria pensar en todos aquellos pobres diablos que iban pertrechados con hojas de guadana, azadas, palos y arpones. Campesinos cuyo odio habia convertido sus herramientas de labranza en armas con las que destripar a su enemigo. Los ingleses tenian mejores armas y soldados entrenados. Ellos solo contaban con el conocimiento de su propia tierra y un exaltado fervor por defender su modo de vida y a su rey. Y el fervor no fue suficiente. Patrick le indico que lo siguiera y se arrastro por el suelo utilizando los codos. El lo imito en silencio con un insoportable dolor en el brazo y en la pierna. Hasta ese momento no se habia dado cuenta de que no podia moverla. Detras de ellos les perseguian los gritos de los heridos a los que los dragones estaban rematando. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos como para poder ponerse de pie, Patrick se paso el brazo bueno de su amigo por el cuello y lo sujeto de la cintura para ayudarlo a caminar. La suerte volvio a sonreirles en aquel aciago dia y se toparon con uno de los caballos extraviados de la contienda. Montaron en el, no sin muchas dificultades a causa del herido, y se alejaron silenciosamente. Ninguno de los tres queria regresar a aquel infierno. Tan solo querian alejarse lo mas posible. Detuvo el caballo en lo alto de la colina, desde alli se divisaba el castillo de Robert Done. Giro la cabeza lo suficiente para asegurarse de que su amigo estaba consciente. Habia perdido mucha sangre y estaba muy debil, por lo que habia tenido que recogerlo del suelo dos veces. --No nos acogera --dijo casi sin fuerzas--, nos echara a patadas o nos entregara a los ingleses. --Te moriras si no te curan esas heridas --sentencio Patrick mientras apretaba las piernas contra el caballo para que se pusiera en marcha, sujetando las riendas con firmeza y evitando que se moviera demasiado. --Entonces dejame frente a la casa y tu, marchate --dijo el otro inclinandose peligrosamente hacia un lado. --Aguanta un poco mas. Capitulo 1 Cristina se dejo caer contra el respaldo de la silla todavia en shock. Las imagenes que habia estado revisando en el ordenador de Deacon seguian pasando frente a sus ojos sin que pudiera darles credito. ?Que pretendia hacer con ellas? Les habia puesto incluso fecha a futuro, como si tuviera pensado publicarlas. Pero el no le haria eso. No podia ser. Fuese por el motivo que fuese, las habia grabado sin su consentimiento y no habia ninguna razon para que ella deseara que aquellos videos existieran. De modo que los borro, asegurandose de que no quedaban almacenados en la papelera. Tambien borro los otros, los de Kalinda, aunque fuera una puta era una mujer y no se merecia eso. Porque estaba segura de que ella tampoco sabia que la habia estado grabando, de haberlo sabido jamas habria dejado que se le viese la celulitis. Se puso a buscar por toda la casa hasta encontrar todas las tarjetas de memoria de Deacon. Borro todo lo que habia en ellas, no le apetecia ver mas porno y no se iba a arriesgar. Sonrio, taimada, iba a tener que grabar mucho para tener material para sus videos. Se sentia amenazada, como si una sombra oscura estuviese acechandola para saltar sobre ella en cualquier momento. No habia peligro, sabia que tenia tiempo de sobra, habia salido a surfear con sus amigos y nunca regresaba antes de las cinco de la tarde, pero igualmente sentia aquella urgencia, aquel temor a ser <> antes de haber terminado con todo. Tuvo tanto miedo de que pudieran recuperarse aquellos videos que se guardo las tarjetas para destruirlas cuando estuviese en su casa. Se sento frente al ordenador y lo miro con odio. ?Como habia podido Deacon hacerle eso? Lo de que la estuviese enganando con Kalinda ya era una putada, pero que estuviese guardandose videos de ellos dos haciendolo era una violacion en toda regla. No era una mojigata, le gustaba el sexo, por supuesto, pero practicarlo. ?Quien le impedia compartir los videos? Estaba claro que iba a cortar con ella, ?para que los guardaba? Y ?por que tenian fechas a futuro? Subio los pies a la silla y se abrazo a sus rodillas. No pudo contener los sollozos y todo su cuerpo se agito como las olas sobre las que Deacon surfeaba en ese mismo momento. ?A quien trataba de enganar? Lo de Kalinda le habia hecho dano. Las cosas entre Deacon y ella no iban bien, pero todas las parejas tienen problemas. La imagen de la youtubera del momento, que estaba causando sensacion con sus videos de maquillaje, se fue haciendo mas y mas nitida en su cerebro. De pronto un monton de senales luminosas se encendieron en sus recuerdos. La ultima, en la fiesta del sabado en casa de Clara, cuando entro en la cocina y vio a Deacon delante de Kalinda, que estaba sentada en la encimera de marmol. El actuo con tanta naturalidad que creyo lo que dijo, aunque ahora solo recordaba la mirada de Kalinda, su sonrisa inocente y el abrazo con el que la obsequio... Luego estaban los comentarios con sus amigotes sobre lo buena que estaba la youtubera y el exito que le esperaba. A su mente llego tambien su conversacion con Marta. --No me gustan nada estas fiestas --dijo Marta. --Lo se --habia respondido Cris. Marta se habia escabullido hasta el patio delantero y Cris la encontro sentada en el suelo, recostada contra la pared con una cerveza en la mano. Se habia quitado los zapatos de tacon que, aunque no tenian mas que siete centimetros, para ella eran una tortura. Todo el mundo estaba en la parte de detras de la casa, en la zona de la piscina, bebiendo cocteles. --No se por que he venido. Cris se sento a su lado poniendo cuidado en que la piedra del suelo no le hiciese una rozadura en su terso y desprotegido trasero. Aun tenia el pelo mojado del chapuzon que acababa de darse en la piscina y solo llevaba puesto un bikini de lo mas cuco. --?Por que no te gustan? --pregunto cogiendo la botella de cerveza que le ofrecia. Marta la habia mirado de un modo extrano y, al recordar ahora aquella mirada y sus palabras, todo cobraba sentido. --Porque siempre veo cosas que no quiero ver. En ese momento Cris penso que se referia al suceso con Wichi, que se habia tirado a la piscina como su madre lo trajo al mundo. --Creo que no voy a volver a aceptar estas invitaciones --dijo Marta--. Ya se que es bueno para el canal tener contactos, pero siempre me ha ido bien por mi cuenta. --Todo el mundo te quiere --habia dicho Cris. Y era cierto. Su canal de belleza era de los mas respetados y todo era gracias a su sinceridad y buen trabajo. --Yo me tomo esto en serio. Y no se que narices hago en una fiesta con gente como Wichi, Sanders o Deacon, que lo unico que hacen es ponerse a parir todo el tiempo y luego los ves planificando a escondidas su proxima bronca mediatica. --Tienen millones de seguidores --siguio Cris. Marta giro la cabeza y la miro con tristeza. --Tu tambien deberias alejarte de todo esto, Cris. --Se puso de pie con los zapatos en la mano--. En serio, acepta mi consejo: alejate de toda esta gente. En ese momento comprendia muy bien a que se referia con <>. Estaba claro que ella tambien sabia lo de Deacon con Kalinda. Para ser honesta debia reconocer que ella tambien habia fallado. ?Cuanto hacia del ultimo polvo? Era cierto que a ella ya no le apetecia casi nunca, pero el tampoco es que insistiera mucho. Solto el aire que se le habia acumulado en los pulmones y se limpio las lagrimas. No, de ningun modo iba a permitir que le hiciese lo que le hizo a Mayte, su antigua novia. Se levanto de la silla, cogio el ordenador y salio con el por la puerta que daba al jardin, recorrio el trecho que habia hasta la piscina y sin un apice de duda lo lanzo al agua y lo observo mientras se hundia. --Que te jodan, imbecil. --?Que ha hecho que? --Maria la miraba con los ojos como platos--. Deacon es gilipollas, pero eso es demasiado incluso para el. Cristina asintio hecha un mar de lagrimas. --?Como puede haberme grabado sin mi permiso? Estoy segura de que eso es ilegal. --Eso esta claro. --!Dios! --sollozo con la nariz tan roja que parecia iluminada. --Vamos a tranquilizarnos --dijo Maria acercandole el paquete de panuelos--. Deja de llorar que no se lo merece. ?Estas segura de haber borrado todos los videos? ?Tambien los de la camara? Cristina se limpio la cara al tiempo que asentia. --Todos. --Esperemos que no tuviera ninguna copia en el movil. Nego con la cabeza.

  • Todo de mi (Hermanos Montgomery 3) de Moruena Estringana

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  • Salvajes de Ruben Gozalo

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    UNA NOVELA DE ACCION, SUSPENSE Y VIOLENCIA

    Nada ocurre por casualidad. Nuestros hechos nos definen. Todo el mundo esconde algo. Un asesino que tatua un enigmatico numero a sus victimas. Un hombre que despierta en un sotano. Un sicario que traslada un cadaver. Nadie es inocente. La violencia como forma de vida.

  • La enfermedad del amor, Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • Cautivos del destino de Mary Jo Putney

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    En la oscura y mistica Edad Media nace un amor sujeto a los vaivenes del destino y a las promesas incumplidas…

  • La ilusion de los mamiferos de Julian Lopez

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    Una pareja de varones se encuentra cada domingo. La familia, los hijos, la complejidad del amor desde la perspectiva de uno de los amantes.

  • Supersticion (Mafia 2) de Raquel Attard

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    En Roma habia una vieja supersticion que decia que matar a tu sangre te auguraba una vida de penalidades. Cosomo no era de mi sangre, pero ya lo queria como si lo fuera. Por eso me dolia tanto estar ahi, apuntando con mi pistola a su cabeza. Dice la supersticion que su fantasma te perseguira hasta el fin de tus dias, instalando en tu vida la mala suerte. No era justo. Era el quien nos habia traicionado. Era el quien debia cargar con la pena, no yo. Note que algo frio se apoyaba en mi cabeza. Me gire y vi a Blake apuntandome. --Dejalo --me ordeno. Contuve el aliento, destrozado porque ella atentara contra mi vida y, a la vez, aliviado porque la muerte de mi amigo ya no estuviera en mis manos. Segundo Prologo BLAKE Baje al salon en busca de mis padres, despues de hablar con Zia y Fiorella. Por suerte, o gracias a mi esfuerzo, habia aprobado el ultimo examen y podria hacer el Doctorado el ano que viene. Sin embargo, no sabia lo que me esperaba al final de la escalera. Ojala no hubiera salido de mi habitacion. Ojala no hubiera bajado ese ultimo escalon. Mi vida no habria cambiado para siempre. Mi madre estaba llorando, desconsolada. Mi tio Agostino andaba concentrado, caminando de un lado a otro sin encontrar un rumbo fijo, hasta que levanto la cabeza y sus pasos lo guiaron hacia mi. --Blake, tu padre... su coche. Corri como si me estuvieran persiguiendo y, en cinco segundos, ya estaba en el garaje. Encontre a mi padre subido en su vehiculo, con una mano en el volante, otra en las marchas y el pie en el embrague. Le temblaba todo el cuerpo. --Papa, ?que pasa? --Hay una bomba, Blake. No se como han llegado hasta aqui, pero me han tendido una trampa. Uno de nuestros hombres de seguridad estaba intentando desactivarla, mientras yo habia estado ajena a todo, riendo con mis amigas por unas notas que ya de poco servian. Mi telefono vibro en el bolsillo y, por inercia, lo cogi. Pense que, si alguien llamaba en ese preciso momento, quiza fuera para ayudarnos. Desee que hubiera una intervencion divina, que algo o alguien impidiera lo que estaba a punto de pasar. --Han puesto una bomba en el coche de mi padre --informe a quien me llamaba. Ni siquiera me fije en quien era la persona al otro lado del telefono. Escuche un ?Que? ahogado y me lo aparte de la oreja. Voy para alla. Dijo esa lejana voz. Mis ojos seguian fijos en los de mi padre. Nunca vi tanto miedo en ellos. Ni tanta resignacion. --Blake, tienes que ser fuerte. Cuida de tu madre y tus abuelos. Hija, tu y solo tu --remarco la palabra--, eres mi legado. --?Que dices? --grite con calma--. ?Que estas diciendo? --volvi a repetir sin sentido--. Saldras de esta, papa. Te jubilaras a tu manera, como tu querias. Queria infundirle fuerza, pero ni siquiera podia tocarlo. No podia arriesgarme a que la bomba detonara. --Escuchame bien, porque no se cuanto tiempo tenemos. Esto no lo ha hecho un clan enemigo, esto es obra de alguien que nos conoce. Encuentralo y venga mi muerte, hija. Eso fue lo ultimo que me dijo mi padre antes de que su cuerpo se convirtiera en cenizas. Lo siguiente que recordaba era a Alex gritando que saltara. El fuego. El miedo. La niebla. Las sombras. Alex desapareciendo como lo habia hecho mi padre minutos antes. Su cuerpo calcinado. Una unica lagrima. Y la oscuridad. La vida nunca volveria a ser igual. Capitulo 1. Nueva York BLAKE Desde el rascacielos mas alto de Nueva York contemplaba mi ciudad. Las calles que me habian visto crecer, la vida que habia disfrutado… todo estaba alli, oculto tras edificios gigantes que empequenecian a las personas. Y muchos de ellos eran nuestros. La cadena de hoteles De Lucchi se erigia mas alla de donde alcanzaba la vista y silenciaba la verdadera realidad que emergia del asfalto. Mientras las personas caminaban de un sitio a otro, perdidas en el curso de sus vidas, yo estaba concentrada en la frontera. La que dividia el bien y el mal, el corazon y la razon, la suerte y el destino. Habia heredado el negocio de la peor forma posible y ahora tenia que ser la cabeza de familia, tenia que enfrentarme a mis peores pesadillas y, me habia preparado para ello, me enseno el mejor. Aunque mi padre nunca habia pretendido que mi corazon se convirtiera en piedra. El queria a mi madre como a nadie, era el amor de su vida. Y me queria a mi, a mis tios, a mis primos y a mis abuelos. Por ello me resultaba tan dificil seguir sus pasos, continuar el camino que el habia preparado tan sabiamente para mi. Porque yo nunca seria como el. Tan dura y bondadosa, tan noble y fuerte. Pero lo intentaria. Desde lo mas profundo de mi ser. Lo ultimo que me pidio antes de morir fue que vengara su muerte. El estaba seguro de que aquello debia haberlo orquestado alguien que nos conocia muy bien, puesto que consiguieron acercarse demasiado. Entraron en nuestra propiedad. En nuestro territorio. Hice la firme promesa de descubrir quien habia sido. Se la hice a el y me la hice a mi misma. Y nada ni nadie me impediria cumplir su ultima voluntad. Haria de ella mi mision personal. Pero eso que me habia pedido mi padre, era lo mismo que me ponia en un aprieto, porque debia desconfiar hasta de mi propia sombra. Debia posicionarme por encima de lo que era ahora, ver las cosas en perspectiva, distanciarme del presente. Tenia que descubrir a la mujer que habia en mi, a la estratega, a la mafiosa. Y no seria una tarea sencilla. Mi abuelo siempre decia que a una persona no la hacia grande quien era, sino quien tenia alrededor. Si te rodeas de tu gente, si esa gente te es leal, es porque tu demuestras que merece la pena que te sigan. ?Como romper con aquello que tenia tan arraigado? Ayudaba que la gente solo viera lo que queria ver. Ayudaba poder ocultarse a plena vista. Volvi a casa, esperando encontrar esa parte de mi humanidad que veia perdida. Y parecia que el destino habia jugado sus cartas, porque mi madre me sorprendio con algo que me encogio el corazon. Una nota llego desde Roma. --Carino, ?quien ha escrito esto? --me pregunto mi madre en cuanto llegue. --No se de que me hablas. Cogi el papel que me tendia, esperando encontrar amenazas o algo peor. Un vestigio del futuro que me aguardaba. --Esta nota. Estaba en la puerta. Se la quite de las manos. En ella rezaba Il mio cuore e per voi 1 , con una caligrafia rapida pero preciosa. ?Como era posible que necesitara algo que no conocia? ?como podia doler algo que ni siquiera teniamos? Esa relacion maravillosa que podiamos haber construido, que latia a nuestro alrededor, recordandonos a cada instante que la vida podia ser mas. Arrugue el escrito y me lo guarde en el bolsillo de la chaqueta. Debia apartar a Alex de mi mente, tenia que olvidarle y pensar en lo que estaba por venir. Necesitaba curarme, y eso unicamente lo conseguiria haciendome de hierro. No habia sitio para nadie mas. Y una cosa si tenia clara: nunca volveria a ser la misma. Pero, para mis adentros, sin que nadie me escuchara, me permiti pronunciar por ultima vez: mi corazon tambien es tuyo, Alex. Capitulo 2. Roma ALEX Estaba sentado en la Fontana di Trevi, pero mi mente estaba a muchos kilometros de alli, en Nueva York. Pese a que Roma era mi casa, queria volver, queria verla, pero por el momento iba a ser imposible. Tenia que acabar con los Leoni. Aqui contaba con la ayuda de mi primo y los hombres que antes estaban a mi cargo y ahora estaban al suyo. Romano volaria a Italia manana. Era algo que teniamos que hacer los tres juntos. La venganza seria epica. Lo unico bueno de estar aqui era que me reencontraria con Julia y ella por fin volveria a reunirse con Sebastian y podria acompanarnos en nuestra nueva vida. Por fin podriamos llevarnosla a Nueva York y estar de nuevo juntos toda la familia. Bass y Julia merecian tener una vida feliz por encima de todo. O una vida. Solo pedia eso. Mi hermano y mi cunada habian pasado por mucho. Llevaban juntos desde el colegio. A veces, no sabia como lo hacian. Como tenian esa complicidad, esa conexion, ese poder el uno sobre el otro. Nunca los habia visto pelear. Seguro que lo habrian hecho, mas veces de las que pudieran contar y, sin embargo, ahi estaban. Separados, pero mas fuertes que nunca. Bass era el mediano de los tres y, por ello, habia heredado la gracia de mi madre y el saber estar de mi padre. No era tan serio como yo, tan distante. No era tan despreocupado como Romano, tan descuidado. Tenia lo mejor de cada uno y yo no podia admirarlo mas. Sabia lo que mi cunada, lo que cualquier persona, veia en el. Sabia lo que valia y lo valoraba por ello. Por eso, estaba seguro de lo intranquilo que se encontro cuando Leo lo informo de que Julia estaba en peligro, y que su actitud anterior era, simplemente, fachada. Mi hermano tenia la peculiar costumbre de impregnar sus palabras con burla e ironia, creyendo que asi tapaba la realidad de lo que ocurria a nuestro alrededor. Por una parte, casi se lo agradecia, porque hacia que todo pareciera mas facil, mas liviano. Aun asi, sabia que estaba en contacto permanente con Leo por si ocurria algo. Y el momento habia llegado. Esta amenaza ya no podiamos ignorarla. Los Leoni se dieron cuenta de que Julia estaba haciendo transacciones para nosotros y la presionaron para que nos delatara. Pero ella nunca lo haria. Mi primo, que la tenia vigilada y la protegia de lo que pudiera pasar, mando un mensaje a Bass y corrimos hacia Roma. Quedaba poco para que se reencontraran. Teniamos que esperar a Julia en la Piazza Cociferi en cinco minutos. Bastian ya estaba alli. Me levante de la Fontana y dirigi mis pasos hacia esa parte de mi ciudad que me resultaba tan conocida, pero lentamente, esperando darles un poco de intimidad. Dios sabia que la necesitaban, pese a que yo tambien estaba deseando verla.

  • Di mi nombre (Samsari 1) de Mia Martin

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  • Tal para Cual (Amores a flor de piel 3) de A.m. Silva

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    NOTA: CAMBIO DE PORTADA.
    Raquel es una exitosa disenadora de interiores que sabe lo que quiere y no tiene ningun reparo a la hora de imponer su voluntad. Pero nada es permanente y, de un dia para otro, su perfecta vida da un giro de ciento y ochenta grados. Completamente arruinada acepta el reto que se le presenta y se marcha a Londres para poder ejercer su profesion. Sin embargo, nada mas llegar descubre que las cosas no van a ser como ella imaginaba.
    Bastian Drake es un arquitecto de renombre internacional. Es un obseso del control y esta acostumbrado a que su palabra sea ley. Vive por y para su empresa hasta que la mujer que le hizo perder la cabeza un ano atras vuelve a irrumpir en su ordenada vida para ponerla del reves. Eso... si el lo permite.
    Raquel tiene que hacer frente al mal genio de su jefe dia tras dia si quiere sobrevivir. ?O sera el quien tendra que hacerlo? Porque ella es una mujer de armas tomar que lo unico que quiere es otra oportunidad para seguir adelante.
    Ninguno da su brazo a torcer. ?Derrotara el amor al orgullo?

  • La primera vez de Elena Vega

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    Sofia, joven, estudiante, con un devenir que va dejando huella y sentimientos dificiles de borrar. Transita por la vida, tropezando e intentando desenmaranar hacia donde va, que quiere y cual es el sentido de su existencia.
    !Y de repente un principe!
    El sueno romantico de cualquier chica. ?O quizas no?
    Puede que no sea tan maravilloso como parece.
    Una lucha se desata en su interior. La posicion social, el dinero, la religion o el contraste de culturas no deberia ser impedimento para el amor y sin embargo, representan un abismo dificil de franquear.

  • Solo hace falta esperar de Alma Sandher , Josefina Fernandez

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    Alma y Laura deciden hacer un viaje especial con destino, Varadero. Con entusiasmo y ganas de disfrutar cada momento, emprenden su aventura, con vivencias que jamas podrian haber imaginado. Regresan con las maletas cargadas de recuerdos inolvidables, y una nueva vida. Aunque a veces las cosas no son lo que parecen, y entre sorpresas, encuentros, verdades y mentiras, las dos amigas se subiran a una montana rusa de emociones con un destino inesperado. Una historia donde la amistad y el amor dan sentido a todo. La vida les regalara un gran aprendizaje, solo hace falta esperar, para que te suceda todo lo que mereces, ser feliz.

  • La guerra mas larga de la Historia de Lola Venegas

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    La violencia contra la mujer, la intromision violenta del Estado y de los hombres para controlar el cuerpo de las mujeres, esta documentada desde hace casi 4000 anos.

  • Hasta que llegaste a mi vida de Beatriz Manrique

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    La historia de dos corazones empujados por el orgullo a separar sus caminos.

  • My Hell de Dama Beltran

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  • El otro proceso de Elias Canetti

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    El otro proceso. Las cartas de Kafka a Felice es uno de los ensayos mas lucidos de Elias Canetti. Nadie mejor que Canetti, premio Nobel de Literatura, para comentar las Cartas a Felice de Franz Kafka. Canetti, quien, como Kafka, ha descrito magistralmente las funciones del poder, nos ofrece en este lucido ensayo un detallado analisis del sufrimiento del escritor durante los cinco anos de su correspondencia con Felice Bauer.

  • La reticente amante del principe (Atracciones innegables 2) de Elizabeth Lennox

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    Wyndi Carmichael contuvo el aliento cuando el hombre, sorprendentemente alto y escalofriante, entro en el restaurante barato y grasiento del muelle. Se sento a una mesa de la zona donde estaba ella, recogio el menu plastificado y contemplo las opciones. Definitivamente no encajaba entre la clientela habitual que frecuentaba ese restaurante barato y grasiento. Ella lo observo detenidamente, desconfiando al momento y limpiandose las manos con nerviosismo en el sucio delantal que llevaba atado alrededor de la cintura. Ese hombre era alto y elegante, y de el emanaba un poder en cierto modo escalofriante. Sus ojos negros otearon el restaurante como si el fuera el dueno, y tambien al resto de clientes. Su nariz de aguila y su mandibula cuadrada anadian un toque de peligro a su aspecto. No se le podia considerar guapo de ninguna forma, pero era locamente atractivo. Habia un aspecto crudo en el que era… tentador, a muchos niveles, haciendo que fuera el doble de peligroso. Wyndi se acerco a su mesa con precaucion, insegura de que esperar. El vestia ropas demasiado caras para ser de la misma clase socioeconomica que sus clientes habituales y sus ojos estaban inquietos, como si buscara a alguien. ?O quiza esperaba a alguien? No estaba segura. Pero el estaba en su zona, asi que se acerco a la mesa. No pudo mostrar su sonrisa habitual, pero intento mostrar un semblante educado en lugar de su tipica amabilidad publica. Le gustaba relacionarse con otras personas, le parecian fascinantes. Uno de los motivos por los que era tan buena en su trabajo. Las propinas que recibia como camarera estaban por encima de lo normal, pero incluso en las raras ocasiones en que recibia una propina mayor que la media, la cantidad no era excesiva. En ese restaurante de esa parte de la ciudad, los clientes no ganaban montones de dinero como en Wall Street. No vestian a la ultima moda y desde luego que no tomaban vino para comer. Lo normal era una cerveza el dia de la paga, y agua el dia de antes, cuando iban justos de dinero. Asi que, ?por que estaba ese hombre, vestido con un traje que probablemente costaba mas que los sueldos de todos los demas clientes juntos, sentado a una mesa y mirando en direccion a ella con expectacion? Wyndi se acerco a la mesa, fingiendo que no le temblaban los dedos mientras rebuscaba su boligrafo y libreta de comandas en su delantal. -?Que desea tomar hoy? -pregunto, mas alejada de la mesa de lo que estaria normalmente. Acostumbraba a apoyar la cadera o el muslo contra la mesa, conectando en cierta manera con los comensales. Pero aquel hombre era aterrador. Su mirada penetrante le creaba una sensacion de poder amenazante. La observaba con aquellos ojos negros, quiza atravesandola, evaluandola. Tamar levanto la mirada y se sorprendio al ver los delicados rasgos de la encantadora criatura que le devolvia la mirada. Sus ojos azules y sus gruesos rizos rubios eran sorprendentemente bellos. Tenia una boca amplia con unos labios sensuales que se mordia con unos dientes blancos y bonitos. Pero lo que mas le llamo la atencion fueron los asustados ojos azules que le devolvian la mirada. Normalmente no causaba ese efecto en las mujeres. Se amontonaban ante el, invitandole al juego del apareamiento. Por su experiencia, la mayoria de ellas esperaba conseguir un dije caro; la mas ambiciosa buscaba el prestigioso titulo de esposa. Los ojos azules de esa mujer eran precavidos, como si ella pudiera sentir el poder que el tenia y lo temiera. Para el era un misterio por que esa adorable mujer estaba tan nerviosa, pero estaba intrigado. -?Que me recomendarias? -pregunto el, fascinado por el destello de sus iris y su respiracion entrecortada. Su cuerpo respondio del mismo modo mientras pensaba en todas las maneras en que le gustaria morder ese carnoso labio inferior. Entre otras partes exquisitas de su cuerpo. Wyndi vio el fulgor de su nariz, el calor que emanaba de aquellos ojos negros y misteriosos, y quiso huir, esconderse en algun lugar hasta que ese hombre perturbador desapareciera. La asustaba hasta los huesos, y ella no era alguien a quien le gustara burlarse del peligro o provocar a un oso. Aunque, desde luego, ese hombre no podia ser considerado un oso. <>, penso ella cada vez con mas escalofrios de conciencia que se esforzaba por sofocar. No era que creyera que el pudiera saber cual era su mision secreta. Cuando ella lo miro a los ojos, sospecho que podria saber el resto de cosas. Lo cual era mucho, mucho peor. Ella aparto la mirada y se metio las manos en los bolsillos. -Hay una hamburgueseria genial tres locales mas abajo. Tamar se rio levemente de esa <>, sorprendido no solo porque intentara mantener la distancia, sino por que intentara echarlo del restaurante. -He escuchado que la comida aqui es bastante deliciosa -mintio sin remordimientos. El unico motivo por el que se encontraba en ese restaurante era porque sus tecnicos habian rastreado la senal de un hacker hasta esa direccion. Encontrar a ese angel entre los trabajadores del lugar no fue mas que un hecho fortuito. Ella parpadeo extranada por su lenguaje formal, insegura de que pensar de el. Definitivamente no encajaba alli. Aquel era un barrio obrero. Los clientes del lugar eran del tipo brusco que se toman una hamburguesa rapida y varias cervezas tras un duro dia de trabajo en los muelles. El lugar de aquel hombre parecia ser una sala de juntas, no sentado en la cabina de una excavadora. Ella hubiera apostado a que ni siquiera se habia ensuciado las manos nunca. Probablemente tampoco seria muy bueno en una pelea a punetazos, aunque sus hombros parecian bastante anchos y robustos bajo el tejido fino de su traje. Wyndi se encogio de hombros, como si la comida fuera pasable. -No parece usted el tipo de hombre que come hamburguesas y bebe cerveza -contesto, preparada para despacharlo. -Quiza tu y yo podamos cenar esta noche y ver que tipo de hombre soy -ofrecio el, fascinado por la nerviosa criatura. En un instante, supo que esa bella rubia de precavidos ojos azules seria su siguiente amante. Se froto la barbilla mientras calculaba mentalmente cuanto tardaria en tenerla ronroneando, rogandole que la tocara. Wyndi jadeo, sorprendida por lo directo que era el. -No lo creo -replico ella-. ?Va a pedir algo? Si no, hay otras mesas que debo atender. Tamar solto una risita mientras la observaba atentamente. <>, penso. -Traeme la especialidad de la casa -le dijo el devolviendole el menu plastificado y ligeramente grasiento. Wyndi le devolvio la mirada, intentando comprender que pretendia. ?Quien se creia que era? ?La especialidad de la casa? Aquello era un restaurante de un barrio de clase obrera, no el Ritz. No tenian una especialidad de la casa. Pero en lugar de discutir con el, se encogio de hombros, ignoro el menu ya que su sitio estaba en los asperos soportes de madera que habia sobre la mesa, al lado de la ventana, y se dio la vuelta sobre el tacon revestido de sus zapatillas deportivas. ?Queria la especialidad de la casa? <>, penso con una sonrisa de deleite. El no podia verla, por suerte, pero ella escribio algo en su libreta de comandas y despues clavo el papel en la rueda metalica de comandas, girandola para que Billy, el cocinero ese dia, pudiera ver la comanda. Tras hacer eso, fue a las demas mesas, sonriendo y saludando a los clientes. Relleno sus tazas con cafe o sus vasos con agua e ignoro completamente al hombre de la mesa, que ahora hablaba por el movil. Intento escuchar disimuladamente, sin importarle que fuera de mala educacion. Solo queria comprender que hacia el alli. Era muy extrano, pero hablaba en un idioma que ella no podia entender, asi que se alejo con la intencion de dejarle en paz todo lo posible. Cuando Billy grito que la comanda estaba lista, ella volvio a la cocina y sonrio en anticipacion a lo que venia. Llevo el pesado plato a la mesa y lo coloco delante del hombre junto a una gran jarra de agua y un vaso. -!Buen provecho! -dijo ella, intentando ocultar su diversion mientras el observaba el enorme plato. Tamar contemplo el plato de comida con interes, inseguro de que era exactamente, pero pudo ver en la encantadora mirada de ella que creia haberle hecho una jugarreta. Lo que ella no sabia era que el viajaba por todo el mundo en representacion de los intereses de Surisia. Su primo era el jeque y habian crecido juntos desafiandose el uno al otro a probar las comidas mas exoticas que pudieran encontrar. Aquella hamburguesa con multitud de condimentos no iba a poder con el. -?Imagino que el agua es por mi propio bien? -pregunto el. Su deseo de llevarse a esa mujer a la cama, de doblegar su voluntad, era incluso mas intenso ahora que ella le habia desafiado de esa manera. Wyndi se encogio de hombros, mirandolo y sonriendo triunfante. -El chile es bastante picante. Y los jalapenos tampoco se quedan muy cortos -ella se pauso, intentando esconder su sonrisa-, pero si desea otra cosa, solo tiene que decirmelo. Tamar rio, encantado con ella. -Tiene una pinta maravillosa. Gracias por tu ayuda. Le excitaba tanto el travieso destello en la mirada de ella que queria levantarla, sentarla sobre la mesa y besarla hasta que ronroneara bajo sus caricias. No dudo ni un momento mas y agarro la hamburguesa con ambas manos como si fuera un profesional devorando las comidas mas pringosas posibles. Wyndi se aparto, sintiendose derrotada de alguna forma. Se esforzo por ignorarlo, pero mientras atendia el resto de tablas mantenia la mirada sobre ese hombre y su hamburguesa. Cuando dio el primer bocado y no se quejo, ella comenzo a sentirse culpable. !Era una hamburguesa enorme! !Tenia guacamole, un huevo frito, montones de rebanadas de jalapeno, una gran cucharada de chile picantisimo y tambien crema agria! Era una de esas hamburguesas que algunos se comian por la noche, tras un largo y duro dia de trabajo, y normalmente les encantaba. !Pero aquel hombre no era uno de ellos! Era demasiado elegante, demasiado refinado. Ella se dio la vuelta cuando el dio otro bocado, pensando que deberia pasar otra comanda para el. Quiza una buena ensalada o algo ligero. No tardaria en tener el estomago revuelto. !Bueno, lo tendria si seguia comiendose esa maldita cosa! Se sintio tan mal por lo que habia hecho que ni siquiera podia mirar en direccion al hombre. Se quedo mirando fijamente la bandeja de vasos limpios, con el corazon retorciendosele por la sucia jugada que le habia hecho. Ese hombre la habia asustado, ?

  • Intrigas de alta sociedad 1 de Ana Allende

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    Elizabeth Salt, es la unica hija del acaudalado abogado Marcos Salt y de una madre que solo conocio por fotografias. Al caer su padre gravemente enfermo, ella se encarga de su prestigiosa firma de abogados sin pensarlo y sin miedo, a fin de cuenta, habia sido criada para ese dia. --De la mano de su mejor amiga y secretaria, pasan sus dias sin salir de su rutina normal, sin embargo, acontecimientos inciertos empiezan a acumularse alrededor de su dia a dia, los cuales entorpecen su concentracion y hacen volatiles sus estados de animo. Una noche, al surgir un encuentro casual con un viejo amigo, se abren las posibilidades para que un amor improbable y aventurero llegue a su vida, causando estragos en su forma de pensar y demostrandole que aun en lo complicado, existen momentos de plena felicidad. Aunque todo esto podria verse opacado por traiciones inesperadas, mentiras descubiertas y fantasmas del pasado que quieren reaparecer para convertir su vida en un caos total. CAPITULO I Es una tipica manana de lunes en Manhattan, Elizabeth abria sus ojos a un nuevo dia que no prometia grandes cosas; pero si debia cumplir con grandes responsabilidades que su padre habia colocado en ella. Marcos Salt, padre de Elizabeth, era un hombre de aproximadamente 75 anos de edad, con una tez blanca, aunque no tanta, unos ojos grises y cabello totalmente blanco; su contextura era un poco robusta, pero para ella siempre fue muy buen mozo. Aparte de ser su padre, era un reconocido abogado de Nueva York, dueno de un bufete de abogados muy prestigioso llamado Salt, Lenon & Associates y, aunque habia logrado tener en sus haberes un monton de metas realizadas tanto personales como profesionales, sin esperarlo cayo gravemente enfermo hace unos meses atras, no quedandole mas opciones, tuvo que utilizar a su unica hija y vicepresidenta del mencionado Bufete como representante de sus intereses. De su madre Elizabeth nunca tuvo mucho conocimiento, solo poseia de ella una pequena foto tamano carnet en donde se veia sonriente y jovial; era de piel blanca, cabello castano claro, unos ojos color cafe y de contextura delgada, no puede negarlo, era preciosa y tampoco puede evitar encontrar una minima similitud con ella misma y la fotografia, por lo menos fisica; de pequena siempre le preguntaba a su padre ?Donde esta mami, papi? Y su padre siempre le daba la misma respuesta: "tu madre se fue un dia porque se canso de cuidarte hija, pero pase lo que pase yo nunca te abandonare, tu siempre seras mi rabbith, mi conejita de la suerte". Durante 22 anos esas palabras retumbaban en su cabeza de vez en cuando, sobre todo en los dias nublados o lluviosos; siempre le habian causado cierta nostalgia ese tipo de clima y hoy era uno de esos dias; ella nunca pudo entender como una madre se podria cansar de cuidar y atender a una nina que solo tenia dos anos cuando ella se marcho. A pesar de que ella misma todavia no habia vivido esa etapa, siempre se lamento el hecho de que tal vez, si se hubiera criado con su madre, hubiera podido ser una mujer un poco diferente a la que era ahora. Elizabeth Salt era una mujer sencilla, pese a todas las virtudes economicas de la cual su padre la habia podido colmar, era carismatica y muy inteligente, estudio Derecho igual que su padre, pero no por vocacion, sino por obligacion, su sueno de nina siempre fue bailar, pero su padre nunca lo considero una profesion; para el era menos que un hobby, sin embargo, en el transcurso de su educacion se dio cuenta de que su carrera no era tan mala como lo habia pensado y se graduo con honores de la universidad. A los pocos meses su padre la convirtio en la vicepresidenta de su importante compania; como hija unica, cualquiera pudiera pensar que era su obligacion. Su herencia genetica la habia colmado de una belleza incomparable; era blanca como el papel, de piel totalmente inmaculada, poseia unos grandes ojos grises rodeados de unas largas pestanas, su mirada era intensa, tanto que podian convencer al mismisimo Papa que el cielo era rosado y no azul si ella asi lo disponia; su cabellera era larga, con pequenas ondas y de un precioso color castano claro y, aunque no era del todo delgada, poseia unas largas piernas torneadas y una pequena cintura; mejor dicho, era todo un encanto de mujer, pero debajo de todas esas caracteristicas que a la vista de los demas la hacian parecer perfecta, solo era una mujer de 24 anos, molesta con un padre que fue sumamente sobreprotector y triste por el hecho de que ni su propia madre la quiso. ?Quien me podra querer si ni mi propia madre lo hizo? Siempre fue la pregunta que rondaba en su cabeza; con ese mantra que repetia varias veces al dia, era casi imposible tener cualquier relacion amorosa, la misma solo consistia en un par de noche al mes, al llamar a una agencia de acompanantes y asi desahogar el calor que su cuerpo emanaba. Pero sacudiendose todas esas malas sensaciones con las cuales habia despertado esa lluviosa manana, se levanto de la cama y se encamino al bano, era hora de tomarse una ducha con agua bien fria para despojarse de todos esos malos recuerdos con los cuales se habia levantado; odiaba despertar asi, su dia solia ser patetico cuando eso ocurria. Abrio la ducha, el agua estaba un poco mas fria de lo normal, pero no le importaba; mientras mas fria mejor. Se quito su pijama y entro en ella; las primeras gotas de agua que cayeron sobre su cuerpo le supieron a gloria, era como si de alguna manera le dieran frescura a su vida y borraran de su mente todos esos tristes acontecimientos por los cuales ella habia tenido que pasar, aun siendo tan joven. Aquella agua helada que sentia sobre su piel, le devolvia poco a poco cada sensibilidad en su cuerpo entumecido, no sabia si de dolor o de pena, pero el hecho era que el agua fria la hacian sentir muy bien. Despues de unos 15 minutos en la ducha, salio de ella y se encamino a su habitacion para vestirse, queria colocarse algo fresco, hoy no estaba de humor para algo muy formal, a lo que abrio su elaborado closet de madera color caoba, el cual hacia juego con su cama, su peinadora y sus dos pequenas mesitas de noche. Encontro el vestido perfecto, era de color morado con un hermoso estampado de flores negras, no era tan largo, un poco mas abajo de las rodillas, con una falda acampanada y un escote alto hasta el cuello, sin nada de mangas, era simple y precioso, tal como a ella le gustaban las cosas; cuando se disponia a colocarselo con toda la calma, ya que todavia era muy temprano para llegar a la oficina, su celular sono, inmediatamente se puso de mal humor. Samanta Brice, su secretaria, sabia cuanto le molestaba que la llamaran tan temprano, aparte de su relacion laboral, era la unica amiga que todavia le quedaba, y por la cual colocaria las manos en el fuego, ha sido incondicional y eso se agradece y se valora, pese a todo; de mala gana tomo el telefono de la mesita de noche y contesto: --Disculpa Liz, solo queria informarte que aqui esta esperandote la Sra. Loise Green, la viejita que a estas alturas se quiere divorciar.-- dice en voz chillona, segun ella disimulada, mis ojos giran como si ella pudiera verme, es inevitable, su torpeza e indiscrecion me exasperan la gran mayoria de las veces. --Samanta. -- Le digo casi con la misma voz chillona de ella a ver si entiende su indiscrecion, pero no, nada, esta muchacha es como un baul cerrado. --Yo no entiendo como estas viejecitas pueden siquiera pensar en retomar una vida, ya las senoras de su edad son para que hagan tortas y cuiden a sus nietos, mas nada, es ridiculo lo de este senora. Pongo mi dedo pulgar e indice en mi frente y aprieto esa pequena arruguita que se me forma entre las cejas cuando estoy molesta, por no decir furiosa. --Samanta, por el amor de dios ?cuando vas aprender a ser un poco mas discreta? Eres la secretaria de la vicepresidenta de la compania, comportate como tal. --Dile a la Sra. Green que en aproximadamente 30 minutos estoy en la oficina. Del otro lado del telefono solo escucho la respiracion entrecortada de una Samanta apenada; por un momento siento pena, pero debe de aprender, mi padre siempre dijo que en este mundo todos tenemos un papel muy importante que debemos saber interpretar y ella debe de aprender el suyo, no se puede valer siempre de nuestra amistad para actuar de manera poco profesional. Corto la llamada antes de arrepentirme y pedirle disculpas casi de rodillas; no lo puedo evitar, es mi amiga y la adoro, a pesar de que somos dos polos opuestos, nos complementamos de una manera increible, yo soy la chica estructurada y ella es una morena de ojos cafe oscuro y de un cabello negro corto, mas despreocupada que yo y de un alma salvaje e indomable; respiro hondo y prosigo mi rutina, me coloco mi ropa interior, paso mi hermoso vestido por encima de mi cabeza y hago medias acrobacias, casi contorsionismo para poderme subir el cierre, pero despues de un momento lo logro, tomo mi cabello y lo ato en una cola alta, escojo unos bellos zapatos negros de punta con un tacon no muy alto y me coloco unos pequenos aretes plateados en forma de luna, son mis favoritos y ya por ultimo, hecho un poco de polvo y rubor sobre mi rostro, un claro color en mis labios y estoy lista. Al bajar las escaleras de mi casa, una hermosa propiedad ubicada en el barrio Upper East Side

  • Un Rostro en la Multitud de Stephen King & Stewart O’nan

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    Desde la muerte de su mujer, Dean Evers se pasa las tardes apoltronado en el sofa viendo partidos de beisbol. Durante una de estas tardes solitarias, mientras mira un partido de los Devil Rays contra los Mariners, la vision de una figura entre las gradas lo saca de su letargo. Dos filas detras de la multitud, en el asiento asignado a un invitado especial, alguien le mira fijamente desde el otro lado del televisor. Es el rostro de una persona de su pasado, de hace decadas, de alguien que no deberia estar en un partido de beisbol ni tampoco en ningun lugar de este planeta. Y asi empiezan a desfilar por la pantalla personas de su pasado. Hasta que un dia aparece la mas terrorifica de todas...

  • Persona normal de Benito Taibo

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    Desde que el tio Paco se hizo cargo de el, Sebastian ha vivido aventuras increibles: tuvo un encuentro inesperado con un enorme felino, consiguio un mapa estelar para un pobre extraterrestre perdido en la Tierra, sobrevivio el embate de un enorme monstruo marino, peleo al lado de los sioux para defender su territorio de los colonizadores... ?Que pasa con Sebastian? ?Acaso no es una <>?

  • El ala izquierda de Mircea Cartarescu

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    <> es el volumen que abre <>, la monumental trilogia en forma de mariposa considerada unanimemente la obra maestra de Mircea Cartarescu. Visceral ejercicio de autoexploracion literaria sobre la naturaleza femenina y la madre, <> se ha convertido en uno de los exitos mas solidos de la literatura europea actual, y en un best seller literario desde el mismo momento de su publicacion. Circos errantes, agentes de la Securitate, una oscura secta, la de los Conocedores, que controlan todo lo visible y lo invisible, un ejercito de muertos vivientes y una hueste de angeles bizantinos. Un exodo mistico a la infancia del autor y a la prehistoria de su familia. Un mundo caleidoscopico del que emergemos como si regresaramos de un peregrinaje, conmovidos y transformados.

  • El hijo del italiano de Rafel Nadal

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    Mateu crece en una familia rota que no siente como suya. Desde pequeno lucha por dejar atras los gritos y la miseria de la Mina, la casa mas pobre de Caldes de Malavella. Pronto descubre que sus origenes estan relacionados con la estancia del millar de marineros italianos que se refugiaron en el pueblo.
    Eran los supervivientes del acorazado Roma, bombardeado por los alemanes el 9 de septiembre de 1943 como venganza por el armisticio entre Italia y los aliados.
    Sesenta anos despues, a la muerte de su madre, Mateu comienza a hacerse preguntas y decide buscar a su padre: ?quien era ese italiano que silbaba canciones napolitanas y llevaba a lavar la ropa a su madre?
    El hijo del italiano narra la historia de un amor secreto y un viaje en busca de la propia identidad.

  • El lazo invisible de Claudia Barzana

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    Cuatro mujeres unidas con la sutileza de un zurcido que hilvana lo que cada una percibe, lo que cada una anhela. Cuatro mujeres entrelazadas por la fuerza de eso que las vincula, que las hace amigas, que las hermana. Cuando el mundo vea por primera vez una guerra fuera de toda escala, el tejido que las une comenzara a rasgarse. Emma y Rose son amigas desde la infancia. Deciden instalar una casa de modas en Buenos Aires. Rose dibuja los modelos, disena, cose. Cada pieza es tambien una historia para contar, un universo en si mismo. Emma es quien se ocupa de seducir a las clientas, de invitarlas. Martina es hermana de Emma y una de las pocas mujeres cirujanas de la epoca. Acaba de recibir una invitacion para hacer una residencia en Paris, algo que, emocionada, quiere compartir con Sofia. Sofia es pianista, toca con las orquestas de tango en lugares de mala muerte en los que se siente feliz de que la escuchen sin que nadie la vea de verdad. Compone canciones en secreto para el hombre que la desvela.
    Cada una tiene un anhelo, cada una esta ligada a la otra por un lazo que amenaza con romperse cuando la Primera Guerra Mundial estalle. Emma y Rose deberan lidiar con revueltas sindicales, con un amor que va mas alla de las traiciones de la sangre. Martina elegira quedarse en un hospital de guerra a ayudar a los heridos y vivir el amor como si no hubiera un manana. Sofia buscara su pasado irlandes y a su amor, aunque eso la deposite en el ojo de la tormenta.
    Cuatro mujeres en tiempos de una guerra que iba a cambiarlo todo, cuatro amigas que se resisten a la distancia que se les impone. Claudia Barzana ha escrito una novela que es muchas a la vez, coral, intensa, que enhebra una trama sin fisuras.

  • Tuya por una noche 1 de April Russel

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    Megan MacMillan es una joven violinista que suena con algun dia ser reconocida por sus melodias, pero los problemas economicos la persiguen por lo que se ve obligada a buscar un segundo trabajo. Sin muchas esperanzas, presenta a una entrevista de trabajo en biofarmaceutica rusa como recepcionista. Al conseguir el trabajo cree haber solucionado sus problemas economicos, trabaja de dia, es violinista de noche.
    Pero su vida da un giro de ciento ochenta grados cuando su jefe y dueno de la biofarmaceutica le exige una noche de sexo a cambio de conservar su empleo.
    ?Aceptara Megan los chantajes de su jefe para conservar su trabajo y poder lograr sus suenos?
    Solo se necesita una noche para que del odio y el chantaje surjan pasiones desenfrenadas.

  • Su nombre es mia de Frederick Saul G. Sanchez

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    Estefan siempre ha sido un hombre exitoso, es uno de los mejores publicistas de la ciudad de Nueva York, trabaja para la mejor compania de publicidad de la gran manzana; siempre ha luchado por ser el mejor, mantiene una relacion de amigos con beneficios nada mas ni nada menos que con Cassandra Egos quien es una alta ejecutiva de su empresa; asi como tambien lleva una vida de placeres con cualquier mujer que se le cruza en el camino, ya que es un mujeriego empedernido.
    La vida de Estefan un dia da un giro muy grande cuando un gran problema de trabajo se le presenta y para rematar mas su mal dia al regresar a casa se encuentra con una bella joven quien sera el detonante de que toda su vida cambie radicalmente, ya que una promesa del pasado lo unira de una manera totalmente diferente a lo que esta acostumbrado a la hermosa Micaela, quien le ensenara a Estefan a darse una oportunidad y gracias a ella conocera el verdadero amor.
    La ciudad de Nueva York junto a la hermosa ciudad de Sevilla pasando por Minnesota seran los escenarios para que esta historia de amor se desarrolle; Micaela y Estefan estan destinados a estar juntos aunque el mismo Estefan no lo crea asi; os invito a que conozcan el romance de estos dos y disfruten con sus ironicas asi como comicas ocurrencias.
    Aqui os presento a Micaela Olsen y Estefan Andrews en esta historia de amor cuyo titulo es: “SU NOMBRE ES MIA”.

  • Jeannesville de Antonio Cesar Moreno Cantano

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    Era un miercoles cualquiera en el pequeno y tedioso pueblo de Jeannesville, en lo mas profundo del estado de Washington. El deteriorado cine del centro -por darle algun nombre-, vestigio de epocas mas gloriosas, era practicamente la unica diversion para los jovenes que aun no se habian atrevido a emigrar hacia las grandes ciudades en busca de una oportunidad en el futuro. Johny Bonesvegas era uno de los que se resistia a marchar. Era el prototipo de adolescente antisocial, enfrentado con el mundo y hastiado de todo, en especial de su familia. Tanto le daba Jeannesville o cualquier otro lado para desplomarse en la cama y pasarse las horas sin saber que hacer. Esa tarde, de un miercoles cualquiera, proyectaban una cinta sobre el ya manido tema de un virus que se propagaba entre la humanidad y convertia a la poblacion en zombies hambrientos que acababan con todo ser viviente sobre la faz de la Tierra. Johny aprovecho los trailers previos para hace una rapida, y necesaria, escapada a los aseos antes del inicio de la pelicula. Mientras se aproximaba a la puerta iba pensando que seria <> que sus vecinos de Jeannesville se transformasen en muertos vivientes y acabasen con sus <> (era una manera carinosa de referirse a ellos) companeros de instituto. Aunque nada de ello ocurrio, por supuesto, le llamo la atencion coincidir en el interior de los banos con cuatro hombres que no habia visto jamas -lo que era dificil en Jeannesville- y que discutian acaloradamente sobre un asunto que no fue capaz de discernir. Pese a todo, no le dio mas importancia al asunto y regreso a la sala. Estaba de nuevo sentado en su butaca cuando de repente oyo una voz en su cabeza que decia: -Si escuchas la palabra AMATISTA eres una persona excepcional, levantate y acude a la salida-. Al instante, Bonesvegas observo como la gente que se congregaba esa tarde en el cine -unas quince- se levantaban de manera automata y se dirigian rapidamente al destino senalado. No era un heroe ni pretendia serlo, pero no pudo reprimir gritarles con todas sus fuerzas que se parasen. La presencia en los banos de esos desconocidos y lo que estaba ocurriendo no era muy normal, incluso para alguien tan <> como Bonesvegas. Salio corriendo tras sus paisanos y, tras pisar la calle, comprendio que su destino y el de Jeannesville nunca volveria a ser el mismo…. Un dia antes en el Instituto Hoover El profesor Shellman, responsable esa semana de la sala de castigo, miraba con desprecio al grupo de alumnos que estaban alli <>. Para no variar, los pupitres eran ocupados por los tres mosqueteros del Hoover. El <> de Bonesvegas, la <> Peggy Rowling y el <> Roland Sox. Como en anteriores ocasiones, la trasgresion de las normas basicas de convivencia en el Aula de Laboratorio les habia llevado alli. Su ultima ocurrencia habia sido soltar una musarana en pleno examen. La idea habia sido del ingenioso Johny, que los dias que no estaba encerrado en su cuarto escuchando a plena potencia Pearl Jam o Nirvana, los pasaba explorando el bosque que rodeaba su destartalada casa. Otra cosa no, pero a la hora de capturar bichos raros nadie lo ganaba. En su ultima excursion, cerca del rio Willows, le habian acompanado las dos unicas personas que le producian cierta simpatia, la siempre colocada Peggy y el cerebrito del instituto, Roland. Aprovechando la salida del aula del profesor Shellman, los tres se miraron y pudieron intercambiar unas breves palabras. Tios -dijo Peggy en voz baja-, mi madre vio ayer una furgoneta flipante cerca de la Iglesia. Dice que, por fin, han mandado desde Seattle a los jefazos de la Mineria para cerrar el acuerdo. Bonesvegas se rio y nego con la cabeza. Seguidamente respondio con una frase que en el futuro se rebelaria demoledora: -?Y tu crees que alguien vendria a Jeannesville aunque fuese para eso?. Joder Peggy, cada dia se te va mas la cabeza con esa mierda que te fumas de tu padre-. Roland asintio con la cabeza y parco en palabras, como siempre, concluyo la conversacion: -Ni los muertos se quedan en Jeannesville, van a venir los vivos-. Se hizo de nuevo el silencio cuando oyeron los pasos del profesor Shellman que regresaba. Matisse El chirrido de la rueda oxidada de la silla en la que se encontraba postrada Matisse era el primer recuerdo que tenia de su infancia. Nacida con una deformidad en las piernas nunca habia conocido lo que era correr en libertad o poder realizar las mas simples de las acciones sin ayuda de nadie. Algunos familiares achacaban su minusvalia a las constantes intoxicaciones que su padre, el Sr. Keris, habia sufrido durante anos en la mina de cuarzo del condado. Esta adversidad habia forjado en Matisse un caracter luchador y duro, incapaz de doblegarse ante ningun obstaculo. Su vitalidad y energia contrastaban con la actitud melancolica y depresiva de su madre, sumida en la mas profunda de las tristezas desde el fallecimiento en extranas circunstancias de su marido en el sector n.o 21 de la mina Coldwood. Desde ese dia habia litigado con la empresa <> por lograr una pension digna con la que alimentar a su hija y asegurarle un futuro esperanzador. Dicen que los polos contrarios se atraen y la extrana relacion que desde muy temprana edad mantenian Matisse y Johny Bonesvegas eran un claro ejemplo de ello. No eran pareja, ni mucho menos, eran algo mas profundo, mas trascendental, compartian una amistad que estaba por encima de todo y de todos. Por esa razon, cuando recibio un mensaje de movil de Johny proponiendole una cita a solas, en plan intimo, para ir al cine del centro se quedo muy sorprendida. Ahora una duda rondaba su cabeza de manera incesante, ?seria correcto acudir a ese encuentro? Un miercoles cualquiera a la salida del cine Johny Bonesvegas nunca pudo imaginar que ese miercoles de abril iba a finalizar tal y como habia comenzado, totalmente vacio, en el mas completo sentido de la palabra. Matisse habia declinado su invitacion de acompanarlo al cine y ahora se encontraba con un panorama totalmente surrealista e incomprensible. Apenas veinte segundos despues de que el Sr. Ferrowson abandonase la sala, Johny llego a la calle Madison y lo que alli vio le sorprendio -lo que era dificil para alguien como el, adicto a la literatura y cine de ciencia-ficcion y terror -enormemente. Lo que una vez habia sido una via concurrida -si como tal se consideraba a juntar al mismo tiempo a mas de cinco personas- se encontraba totalmente desierta, como si nunca hubiese estado habitada. Rompia esta monotonia de soledad una furgoneta negra metalizada que se divisaba junto a la esquina del Parque Rogerson, donde una vez estuvo instalada la pequena tienda de deportes del equipo de baseball del pueblo. Sus ojos eran incapaces de abarcar un espacio tan enorme sin nada en lo que concentrar su atencion, pero un detalle le obligo a abrirlos aun mas. ?Que hacia la silla de Matisse tirada en medio de la calzada? Y aun mas importante, ?donde se habia metido la gente que minutos antes estaba con el en el cine? El comunicado. Quince anos antes un miercoles cualquiera <>. Stanley Keris leyo el comunicado y se puso mas nervioso de lo que ya estaba. Costaba imaginar que esas malditas rocas, de las que tanto polvo inhalaba cada dia en las entranas del suelo, pudiesen provocarle tantos problemas. A la denuncia del encargado -el cabron de Morrispor haber sustraido mas de 20 kg de Amatista en el ultimo mes, habia que anadirle las extranas manchas que le habia salido alrededor de la cintura. Tan solo pretendia conseguir unos ingresos extras para hacer frente a los constantes cuidados que requeria su pequena Matisse… La cita que nunca fue Tras meditarlo un largo rato, Matisse lo tuvo claro. No podia aceptar la invitacion de Johny. Eso supondria que el fuerte lazo que anudaba sus vidas se rompiese por un imposible, como era la pretension de dar un paso mas en su amistad. Intento contestarle de una manera diplomatica: – Johny, no podre ir, no te enfades. Aun estoy un poco flipada con lo que me dijiste. A la salida de la peli hablamos y lo aclaramos en la Cafeteria de Sally, ok?-. Pasaron las horas pero no recibio contestacion. Bonesvegas leyo el mensaje y arrojo el movil al suelo en un gesto de rabia. ?A que tantas precauciones? -Asco de tias-, penso. Cogio su chupa de cuero gastada y salio de casa cabreado camino al centro. Matisse no podia aguantar mas la espera y -contra su parecer- se decidio a llamarlo. Nada. No hubo manera de que cogiese el telefono. En ese caso tomaria otro camino. Cogio el periodico del pueblo que habia sobre su escritorio y miro el horario de la pelicula. Para bien o para mal daria con el, lo pillaria a la salida. El camino hasta el parque Rogerson se hizo especialmente largo ese dia. Se notaba mas fatigada de lo normal. Al principio no se percato, pero tras atravesar las calles Rider y Scott cayo en la cuenta de que habia un gran silencio. Los jardines, los parques, las tiendas, la carretera... estaban vacios. A medida que se aproximaba a su destino su mente parecio bloquearse y a sonar dentro de ella, una y otra vez, la palabra AMATISTA, AMATISTA. Se dirigia de manera irrefrenable hacia lo que parecia el foco de esa voz en off. Decenas y decenas de furgonetas negras, con un extrano aparato sobre el capo, se iban llenado con hileras de vecinos de Jeannesville. Al igual que ella, parecian estar en trance, con la mirada perdida, formando disciplinadas hileras que rapidamente ocupaban dichos vehiculos. Lo ultimo que fue capaz de divisar antes de que el automovil cerrase sus relucientes puertas fue otra cola de gente que procedia del cine y su silla de ruedas tirada al borde de la acera... El director de Amatiste Corporation El Sr. Michael Oldman miraba distraido desde el asiento de su despacho los continuos movimientos de los camiones de carga. Habia sido un camino muy largo, pero todos los esfuerzos (sin matices de ningun tipo) realizados compensaban con creces su nuevo puesto en la empresa: Director Ejecutivo de Amatiste Corporation. Sin embargo, la paz de su cargo se habia interrumpido en las ultimas semanas con la enfermedad de decenas de mineros. Pese a las investigaciones y pruebas realizadas por su Departamento de Sanidad no se sabia la causa de tal mal. Algunos apuntaban, como el "tocapelotas" del doctor Monsbill, que la infeccion se habia originado en el sector n.o 21. Tal vez fuese asi, medito para sus adentros Oldman, pero por nada del mundo renunciaria a los beneficios que aportaba a la empresa, y por ende a su propio bolsillo, un cuarzo tan especial, de un color y pureza extraordinaria. Sus aplicaciones en el mercado mundial eran enormes, mas aun cuando desde el Instituto de Psicologia Avanzada de la Universidad de Yale lo utilizaban como "catalizador" de un novedoso artefacto para la manipulacion mental. Lo que desconocian desde Amatiste Corporation era que detras de esa institucion se encontraba una Seccion Reservada de Investigacion del Ejercito de EE. UU., sumamente interesada en las posibles aplicaciones militares de un mecanismo de tal naturaleza. Los pensamientos de Oldman se interrumpieron de manera brusca cuando sono el telefono. En cuanto se acerco el auricular supo de quien se trataba. Era la dulce y venenosa voz de la Srta. Rene Rosenberg, del Laboratorio de Yale. -Dime preciosa, ?que quieres?-, pregunto Michael. – Guardate los cumplidos viejo verde, ya sabes por que te llamo- le replico Rene. -?Por que habeis disminuido el envio de cuarzo rosa, precisamente ahora que estamos en la fase final del proyecto? – prosiguio. -Lo se, lo se. Pero tenemos complicaciones. El Sindicato me esta tocando los cojones. Algunos de los trabajadores estan cayendo como moscas por culpa de (con un tono muy pausado) "vuestro querido cuarzo"-, le contesto Michael. -No me vengas con historias. Las clausulas de nuestro acuerdo eran claras: un millon de dolares por entrega. Y si cumples con las plazos establecidos el "regalito" que tu ya sabes-, replico Rene. -De acuerdo, de acuerdo, ya me las arreglare. Sabes que siempre lo hago. Te llamare en breve. Cuidate guapa-, finalizo Oldman. Al momento descolgo de nuevo el telefono y llamo a su secretaria, Lonnie Rogers: -Necesito que cites para manana a primera hora a los empleados enfermos. Comentales que les hare una oferta que no podran rechazar....- Recuerdos imborrables ?Os imaginais poder recordar todos los detalles de vuestra vida, hasta la mas intrascendente de vuestras experiencias? La gran mayoria pensaria que es un don extraordinario, propio de mentes privilegiadas. Es lo que opinaban los companeros de Johny Bonesvegas cuando tocaba escribir alguna redaccion en el colegio sobre la infancia o las vacaciones de verano. La exactitud de sus descripciones dejaba maravillados a todo el profesorado. Lo que no podian sospechar era que las humillaciones que recibia su madre de un marido depresivo; los lamentos de dolor de una abuela postrada en una cama o la tristeza de una casa que apenas tenia que llevarse a la boca... se repetian una y otra vez en su cabeza, torturandole sin descanso. Por suerte, o desgracia para opinion de otros, la hipertimesia -como habian diagnosticado los especialistas a esta extrana "habilidad"- desaparecio de manera espontanea cuando tenia 13 anos. Ocurrio una gelida manana del mes de diciembre, cuando Johny prefirio adentrarse en lo mas profundo del bosque y saltarse nuevamente las clases. Ese dia la niebla era mas intensa que de costumbre y pese a las bajas temperaturas sentia el deseo irrefrenable de caminar sin descanso. Cuando sus pies no pudieron mas y paro, se dio cuenta de que se encontraba cerca de las vallas que rodeaban las enormes instalaciones de la empresa minera del pueblo. Nunca antes habia estado alli y sentia una gran curiosidad por ver como serian esos oscuros y largos tuneles de los que todo el mundo hablaba. Sin embargo, y por mucho que le apeteciese, tendria que intentar bajar en otro momento. El continuo trasiego de trabajadores y maquinas impedia cualquier aproximacion. Resignado dio media vuelta y reemprendio la larga marcha a su "animado" hogar. Despistado y asqueado de su tediosa vida se adentro por un sendero poco transitado, como se deducia de la intensa maleza que lo poblaba. Casi una hora despues de seguir lo que parecia ser un pequeno camino se encontro de golpe con la entrada a una pequena cueva de la que resplandecia una potente luz rosada. Al acercarse mas ella se quedo atonito ante lo que vio. Sus ojos estaban abiertos como platos... hasta que se cerraron bruscamente y todo se tino de negro. Cuando los abrio de nuevo se encontraba en la cama del Hospital Jefferson y el dolor de su sien era tan intenso que creia que iba a estallarle. Por primera vez en su vida no era capaz de recordar lo que habia sucedido.

  • El codigo de la obesidad de Jason Fung

    https://gigalibros.com/el-codigo-de-la-obesidad.html

    En este libro ameno y provocativo, el doctor Jason Fung establece una teoria novedosa y solida sobre la obesidad. Ademas de numerosos habitos para mejorar tu salud y controlar tus niveles de insulina, con El codigo de la obesidad aprenderas a usar el ayuno intermitente para romper el ciclo de la resistencia a la insulina y alcanzar un peso saludable. El doctor Jason Fung es nefrologo y fundador del Programa de Gestion Intensiva de la Dieta, que aplica un tratamiento unico para la diabetes tipo 2 y la obesidad.

  • POR FIN EN MARSHINGTON ABBEY (Hawthorne House 1) de Kristi Ann Hunter

    https://gigalibros.com/por-fin-en-marshington-abbey-hawthorne-house-1.html

    Una mujer entre dos hombres, unas cartas y un misterio a la mejor primera novela por resolver.
    Lady Miranda Hawthorne es una dama en todo lo que hace, aunque preferiria no tener que estar siempre pendiente de los convencionalismos. Se desahoga desde nina vertiendo sus sentimientos mas profundos en una serie de cartas dirigidas a un viejo amigo de su hermano, el duque de Marshington, aunque nunca ha pensado enviarlas.
    Cuando Marlow -el extrano y nuevo ayuda de camara de su hermano- descubre por casualidad una de las cartas y la envia a su destinatario, Miranda se siente morir. Y lo ultimo que espera es que el duque conteste a su misiva con otra en la que inicia un cortejo por correspondencia, lo que la lleva a descubrir que siente algo por dos hombres: uno al que nunca ha visto pero cuyas palabras resuenan profundamente en su corazon y otro, Marlow, cuyo comportamiento se hace cada vez mas y mas sospechoso y parece estar involucrado en una trama de espionaje. ?Acertara Miranda en su eleccion?

  • Verdad, engano… O quimera (Los Wadlow 3) de Marisa Maverick

    https://gigalibros.com/verdad-engano-8230-o-quimera-los-wadlow-3.html

    “?VERDAD, ENGANO. O QUIMERA?”
    Con este tercer volumen, en el que sabremos de la vida de Diane y Peter, se cierra la Saga Los Wadlow. Conoce en las dos entregas anteriores como se inicio la sorprendente relacion del matrimonio Lindgren.Y descubre, ademas, tanto el presente como el futuro del resto de la familia Wadlow. Deja que aniden por siempre en tu corazon. ?Me acompanas?
    La vida de Diane no tuvo un buen principio, pues ya desde el vientre materno su futuro estaba sentenciado: ser abandonada a las pocas semanas de su nacimiento. A pesar de tan tragica circunstancia, nunca le preocupo no saber quienes eran sus progenitores ni el porque de su abyecto proceder.
    Peter, su marido, es un hombre de caracter tranquilo, ecuanime en sus juicios y de modales elegantes. Pero hoy, con temor e impotencia, ve que tanto ese aplomo como la estabilidad de su matrimonio son puestos a prueba por hechos nunca imaginados y por. ella.
    Esa mujer que vuelve a lanzar al aire la moneda de la necedad y la sensatez con la que apuesta, y juega, como en el pasado; salvo que ahora con mayor motivacion.

  • Diez dias de junio de Jordi Sierra I Fabra

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    Novena entrega de la serie del Inspector Mascarell, Diez dias de junio nos devuelve a un pasado no muy lejano, a la cruel realidad de los internados franquistas, con el hambre y las humillaciones de los hijos e hijas de los derrotados, apartados de sus padres <> y convertidos, en muchos casos, en carne de canon de la peor de las barbaries.

  • La reina del baile (Bajo sospecha 5) de Mary Higgins Clark

    https://gigalibros.com/la-reina-del-baile-bajo-sospecha-5.html

  • Pasajera , Alexandra Bracken de Alexandra Bracken

    https://gigalibros.com/pasajera-alexandra-bracken.html

    Una novela que se adelanta a la tendencia mas actual: los viajes en el tiempo. Una cuidada ambientacion historica y exoticos parajes de todo el mundo. Mentes poderosas, la trilogia anterior de Alexandra Bracken, se publico en 13 territorios con gran exito y, en estos momentos, se esta preparando su adaptacion al cine. Una historia de amor mas alla del tiempo y del espacio. Totalmente apasionante.