• libro la poeta y el asesino - Simon Worrall

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    Cuando un poema desconocido de Emily Dickinson aparecio en una subasta de Sotheby’s en 1997, un escalofrio recorrio el mundo del coleccionismo literario. Cuatro meses despues, sin embargo, el poema fue devuelto por tratarse de una falsificacion. La poeta: Emily Dickinson. Una mujer solitaria, que garabateaba versos en todo lo que tuviese a mano, para revisarlos, cada noche, frente a su escritorio. No vio ninguno publicado en vida, pero escribio mas de mil setecientos mientras ayudaba a caminar a su madre por el jardin y cocia pasteles de jengibre. El asesino: Mark Hofmann.

  • La poeta y el asesino - Impedimenta

    https://impedimenta.es/producto/la-poeta-y-el-asesino

    Un poema perdido de Emily Dickinson y un mormón renegado que se convierte en asesino. El trepidante relato real de una de las falsificaciones más famosas de la ...

  • LA POETA Y EL ASESINO | SIMON WORRALL | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-poeta-y-el-asesino/9788495908803/942864

    Sinopsis de LA POETA Y EL ASESINO ... El libro narra los avatares de un supuesto poema manuscrito inédito de Emily Dickinson, que en 1997 apareció en un remate de ...

  • La poeta y el asesino: 199 (IMPEDIMENTA) - Libros - Amazon

    https://www.amazon.es/poeta-asesino-199-Impedimenta/dp/8417553223

    La poeta y el asesino: 199 (IMPEDIMENTA) : Simon Worrall, Simon Worrall: Amazon.es: Libros.

  • La poeta y el asesino (Impedimenta nº 199) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/poeta-asesino-Impedimenta-n%C2%BA-199-ebook/dp/B07S8NR2W1

    El libro narra los avatares de un supuesto poema manuscrito inédito de Emoly Dickinson, que en 1997 apareció en un remate de Sotheby's que luego fue detectado ...

  • RESEÑA: "LA POETA Y EL ASESINO", SIMON WORRALL

    http://lecturasdeundine.blogspot.com/2019/06/resena-la-poeta-y-el-asesino-simon.html

    7 jun 2019 — Evidentemente atendí la recomendación, pero no me quedé ahí, poniéndole también en el compromiso de elegir el título del libro por el cual ...

  • La poeta y el asesino - IberLibro - Worrall, Simon: 8495908808

    https://www.iberlibro.com/9788495908803/poeta-asesino-Worrall-Simon-8495908808/plp

    Simon Worrall explora también el filo que separa arte y artificio, genialidad y locura. El libro narra los avatares de un supuesto poema manuscrito inédito de ...

  • LA POETA Y EL ASESINO. WORRALL, SIMON. Comprar libro

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    LA POETA Y EL ASESINO 21,66€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Cuando un poema desconocido de Emily Dickinson apareció en una subasta de Sotheby's en ...

  • «La poeta y el asesino», novela del periodista británico Simon ...

    https://www.lavozdegalicia.es/noticia/cultura/2019/08/19/poeta-asesino/0003_201908G19P24993.htm

    19 ago 2019 — Simpson o Manhunt: Unabomber, parece muy oportuno el rescate de un libro que relata el caso de Mark Hofmann, un estafador que, en 1997, logró ...

  • Libro: La poeta y el asesino - 9788417553227 - Marcial Pons

    https://www.marcialpons.es/libros/la-poeta-y-el-asesino/9788417553227/

    La poeta y el asesino.[ Worrall, Simon; ]. Un poema perdido de Emily Dickinson y un mormón renegado que se convierte en asesino. El trepidante relato real ...

  • La Poeta Y El Asesino - TROA Librerías

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    Comprar La Poeta Y El Asesino, editorial Impedimenta. En la librería online TROA encontrarás a la venta el libro La Poeta Y El Asesino de Simon Worrall ...

  • Zed esta muerto de Arantxa Rufo

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    Los Angeles, julio de 2018.
    Tessa Britton, una stripper de un club de Los Angeles, esta preocupada porque su amiga Katya ha faltado a clase de baile y tampoco contesta al telefono. Al acudir a su casa, descubre su cadaver, junto con el de un misterioso hombre tatuado.
    Cuando la detective del LAPD Elizabeth Delgado, que lleva de baja casi un ano, llega al escenario del crimen, el agente Michael Poulsen, del FBI, le comunica que la victima es hija de Luka Maksimov, un lider de la mafia rusa que no dudara en enviar a un asesino a la ciudad para vengar su muerte.
    En un caso en el que cada uno convive con sus propios demonios, Tessa parece tener todas las respuestas.
    ?Era Katya el objetivo o la han asesinado para hacer dano a su padre?
    La guerra en Los Angeles no ha hecho mas que comenzar.

  • Con olor a tinta corriente de Magdalena Zapata

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    Con olor a tinta corriente, retrata los abandonos mas profundos, los amores desviados, la forma mas cotidiana en que los seres humanos se dejan llevar por lo primitivo de sus sentimientos. Por los deseos irrefrenables, el olor de la tinta corriente y lo mejor, por una maravillosa piel sin estrenar.

  • Al mas fuerte de Robert Fabbri

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    Babilonia, 323 a. C.

  • Con sabor a muerdago de Raquel Campos

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    Eleanor Raven estaba acostumbrada al esplendor de Londres, se habia criado rodeada de lujos. Las fiestas no empezaban sin ella, pues era la mas popular. Todas las damas querian su compania pero para irritacion de todas ellas, su mejor amiga era Gabrielle Carter, una joven sencilla, sin titulo ni abolengo. Se habian conocido en una residencia para senoritas. Los padres de Gabrielle habian hecho el esfuerzo de llevarla a esa residencia para que se convirtiera en una dama. Era su unica hija y quisieron darle lo mejor. Ella lo habia pasado mal al principio rodeada de tanta joven de alcurnia, pues se habia sentido desplazada. Pero habia conocido a Eleanor y su vida habia cambiado. Habian sido inseparables desde ese instante. Gracias a Gabrielle, el caracter caprichoso de la otra se suavizo, y Eleanor enseno a la otra a tener mas confianza en si misma. Eran jovenes y hermosas, y tenian toda la vida por delante. Los padres de Eleanor la llevaron porque era una residencia con mucho nombre, y se decia que de alli salian autenticas senoritas. No se esperaban esa profunda amistad por parte de su hija, pero pronto tuvieron que aceptarla al darse cuenta de que la joven era muy noble y se hacia de querer enseguida. Gabrielle amaba en silencio a Peter, el hermano mayor de Eleanor. A pesar de que decian que era un libertino y un crapula, ella no podia dejar de adorarlo en silencio. En cambio, Eleanor no habia estado enamorada nunca. Algunos hombres habian empezado a cortejarla, pero no habian logrado nada con ella. La Navidad llegaba y las amigas hablaban entusiasmadas de sus planes. Los padres de Gabrielle le habian dicho que podia ir a la casa de sus tios y pasar alli las fiestas, y podia invitar a Eleanor si queria. Pensaron que seria bueno para ella cambiar el clima de la capital por un ambiente calido y hogareno. A Eleanor le entusiasmo la idea, y mas el hecho de pasar las fiestas con su amiga. Ademas de conocer otro sitio, ya que no habia salido nunca de Londres. -Sera maravilloso pasar las Navidades fuera de casa… -Es muy diferente de aqui, Ellie. Mis tios no tienen criados que les hacen las cosas y… -Sera bueno hacer las tareas por una misma y que te dejen vivir un poco sin tantas normas. -Si, alli no hay tantas normas. Mis tios son muy sencillos, y te aseguro que las Navidades con ellos son entranables. No las olvidaras, siempre las guardaras en tu corazon. -Que bien, Gabi. Ademas, mis padres tienen un concepto equivocado de mi. No soy como ellos creen, lo que sucede es que tengo que comportarme como una dama delante de ellos. -Alli podemos ser libres durante unos dias -las dos jovenes rieron, felices por su pronta y merecida libertad. -Le pedire permiso a mis padres esta misma tarde. No creo que pongan problemas si vamos juntas, y ademas a casa de tus tios. -El unico problema es el camino, es largo y tedioso y mas aun en carruaje. -Seguro que mi padre nos ofrece su carruaje, el cochero es de confianza. Lleva anos trabajando con nosotros. -Seria estupendo. Voy a hablar con mis padres en cuanto vengan, estaran encantados de que vayamos a ir. Las muchachas paseaban por Hyde Park, era una soleada manana invernal y la gente habia aprovechado para salir a la calle despues de unos dias nevando. Adoraban pasear y gracias que habia parado, porque Eleanor estaba aburrida en casa. No tenian problemas de dinero, su casa era una de las mas bonitas de la manzana. Pero no era plenamente feliz, habia ido un dia a visitar a Gabrielle, que estaba enferma y quedo horrorizada al ver que la casa donde vivia era pequenisima. Mas no tenia importancia, porque cuando conocio a los padres de su amiga quedo encantada con ellos. Eran una familia unida, un verdadero hogar. El suyo no se podia llamar asi; su padre casi siempre estaba fuera en sus negocios, su madre siempre estaba en casa de alguna amiga o en el club que habian formado. El unico que vivia su vida libre era su hermano, y sus padres no tenian muy buen concepto de el, ya que habia elegido trabajar fuera del negocio familiar, y nada menos que de periodista. Eleanor lo envidiaba, vivia su vida sin dar explicaciones. Se habia comprado una pequena casita en un bonito barrio lejos del lujo de donde vivian ellos porque decia que se acercaba mas a la realidad de la vida. Su padre habia discutido mucho con el y al final lo habia dejado por imposible. Ahora se veian una vez a la semana, asi no tenian problemas. Y Eleanor disfrutaba de esas visitas como si fueran un balsamo para su corazon. Claro, la gente pensaba que eran una familia modelo y en las fiestas eran los primeros en ser invitados y los ultimos en marcharse. A ella le cansaba esa vida, necesitaba un cambio. Por eso, cuando venia su hermano lo escuchaba embelesada mientras hablaba de la clase obrera, de los problemas que tenian y de las huelgas que organizaban para reivindicar sus derechos. Le habia dicho muchas veces que se fuera a su casa a vivir con el, pero en el fondo queria a sus padres aunque sabia que ellos iban a la suya. Sabia que si se iba con Peter, para ellos seria como un escandalo. Tenian en un alto concepto lo que la gente pudiera opinar sobre ellos. Era como si viera su reaccion, asi que aguantaba y se comportaba como una hija perfecta. No queria tener problemas y disgustarlos. -Te has quedado callada de pronto, ?en quien pensabas? -En mi hermano, va a estar solo estas fiestas y se me hace un nudo en el estomago. Gabrielle observo a su amiga, la conocia tan bien como a si misma y sabia que era verdad. Eleanor queria a su hermano… y ella tambien; pero claro, en silencio. Nadie sabia nada de lo que sentia y nunca se creia los comentarios que se decian de el, para ella era un hombre maravilloso y preocupado por las personas que lo rodeaban. -Vente a mi casa a comer, le daremos la noticia a mis padres. Seguro que les encanta verte. – Gabrielle estaba muy feliz. Eleanor sonrio, siempre era un placer visitar la casa de Gabi. Se sentia tan bien en esa casa que las visitas pasaban en un suspiro. Las jovenes se dirigieron a ese hogar, donde olia a dulces y recibian carinosos abrazos. Sus padres no se preocuparian, a veces no estaban ni a la hora de comer y eso lo convertia en un hogar frio. Los padres de su amiga se alegraron mucho al verla. Las muchachas contaron los planes que tenian y ellos pensaron que el viaje era largo y que tendrian que pernoctar a mitad de camino. No podian ir ellas solas. -Es un contratiempo, pero podeis encontrar a alguien que os acompane. Eleanor, ?no tienes un hermano? -La joven asintio-. Pues lo invitas y ya esta. Yo mando una carta para avisar cuando vais a llegar y arreglado. -No se si mi hermano querra acompanarnos, a lo mejor tiene trabajo y… -Se lo podemos preguntar. Es raro que trabaje en unos dias tan senalados y… Eleanor observo a su amiga, cada vez que su hermano salia a relucir en alguna conversacion, ella no podia evitar ponerse roja. Aquello ya empezaba a mosquearla. -Ya nos contaras, Eleanor, el interes de mi hija en tu hermano si casi no se han visto y… -Mama, no tengo interes… -Hija, aunque te gustara… aunque solo fuera un poco, no pasa nada. Tienes edad suficiente para estar casada, yo lo hice con tu edad. Ademas eres una joven muy bonita y… Eleanor a lo mejor se nos queda encandilada con Derek y… -?Quien es Derek, Gabrielle? -Derek es mi primo, vive con mis tios -Eso no me lo habias contado. -Eleanor abrio los ojos como platos. -Amiga, has rechazado a casi todos los solteros de Londres. ?Por que te iba a interesar mi primo? Eleanor no dijo nada mas, pero se quedo pensando en ese misterioso hombre y en como iban a pasar las fiestas. Cuando acabaron de comer, decidieron que irian las dos a hablar con Peter, tenian que saber si las acompanaria en el viaje. Luego, si no queria pasar alli las fiestas, bien podria volverse de nuevo a la capital. Fueron andando hasta el edificio donde trabajaba Peter, pues se encontraba muy cerca de su barrio. El Daily News era uno de los periodicos con mas tirada de la ciudad. Trabajaban muchos periodistas y demas profesionales de las letras y la comunicacion. Su hermano llevaba trabajando desde hacia ya unos anos, habia estudiado derecho para seguir los pasos de sus padres, pero a ultima hora e influenciado por las cosas que habia vivido alli, decidio hacer algo que le gustaba mucho: contar las cosas que sucedian de manera objetiva. A el no le gustaba enmaranar las noticias para sacarlas mas partido; no, lo que mas le gustaba era esclarecer los hechos de algun suceso. Era algo que sus superiores siempre le habian alabado, eso era lo que siempre le contaba a Eleanor.

  • Paulina, cuerpo y alma (Cuidarte el alma 3), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-Vas a tener que aceptarlo -le dijo mientras su corazon se hacia pedazos y tambien destruia el de el.
    -?Aceptarlo? ?Aceptarlo, Paulina? -grito Nacho agarrandola por los brazos con tanta fuerza que ella hizo una mueca de dolor. No era agresivo; mas bien estaba desesperado. -En la puta vida voy a aceptar que te acuestes con otro. En la puta vida voy a aceptar que lo ames. Y en la puta vida voy a tolerar el perderte. Vos sos mia, cosa hermosa. Sos mia…”

  • Bajo la luna de Siena de Laimie Scott

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    ?No ha llegado el representante de McTavish? --Alessio se quedo de pie con las manos apoyadas en las caderas y el ceno fruncido mientras permanecia atento a la respuesta de Monica, la asesora juridica de Modas Rimbalzi. Alessio esperaba que, si no habia llegado todavia, al menos le informara de que estaba de camino a las oficinas en ese momento. --No --fue la escueta respuesta de ella al tiempo que contemplaba a Alessio y percibia como la sorpresa inicial reflejada en su rostro dejaba paso al enojo. Monica dedujo que su sorpresa se debia a que pasaban algunos minutos de la hora acordada, lo cual lo habia irritado. A ella no le gustaria estar en la piel del representante de McTavish en esos momentos. Alessio permanecio indeciso por unos segundos. Se limito a lanzar una mirada a su reloj e inspiro de manera profunda en un claro sintoma de que se estaba controlando, de que si aquella situacion se prolongaba por mas tiempo, seria capaz de ser el quien rompiera el acuerdo con la casa de modas britanica. Le fastidiaba aquel retraso. Se suponia que ya debia estar en las oficinas de su compania para la reunion programada. ?Que sucedia? ?Se habria echado atras ese viejo zorro de McTavish y ahora decidia darle planton? Que el supiera, no habian recibido ningun comunicado por parte de el o de algun representante de la firma diciendo lo contrario. -- ?Ha habido algun comunicado o llamada en referencia a esta cita? --Que sepamos, no ha habido nada. Nadie ha llamado o enviado un correo electronico para cancelarla --le respondio, con total seguridad, ella mientras cruzaba los brazos bajo su pecho y entornaba su mirada hacia Alessio--. ?Temes que nos den planton? Alessio sacudio la cabeza desechando cualquier conjetura sobre lo que podria haber sucedido para que se produjera ese retraso. Seria mejor no dejarse llevar por banas especulaciones. Esperaba que existiera una explicacion logica para tal situacion. --No. Pero espero que se presenten cuanto antes para acabar con esta incertidumbre --le aseguro con una sonrisa, consciente de que Monica tenia la misma impresion que el. --Yo tambien. La colaboracion con McTavish es necesaria para el futuro de Modas Rimbalzi -- murmuro ella con una mirada de temor por la reaccion que pudiera tener Alessio ante aquella inesperada situacion. Y mientras, Alessio, con las manos en los bolsillos, miraba a Monica con gesto turbado. *** La chica daba vueltas sin sentido por la habitacion del hotel mientras miraba por todas partes, incluso debajo de la cama, como si estuviera buscando algo. --Llegamos tarde, Claire --exclamo alterada por este hecho mientras recogia sus zapatos negros de tacon de casi diez centimetros y dejaba escapar un grito de triunfo. A continuacion, se sento en la cama para ponerselos, con una pierna cruzada sobre la otra. -- ?No me digas? ?Y a quien se debe este retraso? --Habia un toque mordaz en la pregunta de Claire, la representante de McTavish--. Tal vez, si no te hubieras empenado en salir anoche a conocer Siena... --le recordo con sus labios fruncidos en un mohin de desagrado y cogio la chaqueta de su traje para ponersela en el pasillo del hotel en el que se hospedaban. --No fue para tanto. Ademas, debes reconocer que nos lo estabamos pasando bien con aquel par de italianos --le recordo mientras hacia que sus cejas formaran un arco perfecto sobre su frente en clara alusion a ellos y a su atractivo. Claire se limito a poner los ojos en blanco ante este comentario y trato de dejarlo pasar e incluso de olvidarse de ello. --Oh, si, claro, por supuesto. Si tenemos en cuenta que fuiste tu la que les dio cuerda para que no se despegaran de nosotras en toda la noche --comento con una mirada acusadora dirigida hacia su amiga, como si ella fuera la unica responsable de aquello--. Por favor, Shae, no hemos volado hasta Italia en busca de un romance con un par de apuestos italianos. Ni a hacer turismo por la Toscana, sino, mas bien, a cerrar el trato que mi padre dejo a medias y regresar a Londres de inmediato --le recordo, furiosa consigo misma por haber dado pie a aquella situacion. Por haberse permitido aquel pequeno capricho. Lo cierto es que lo estaban pasando bien y que la compania era agradable, pero no era lo que habian ido a hacer a Siena. Claire hubo de mostrarse fria y algo borde entrada la madrugada para quitarselos de encima, ya que las atenciones e intenciones de ellos no iban por el mismo camino que el de ellas. --Venga, subamos a ese taxi. ?Tienes la direccion? --pregunto mientras abria la puerta del coche y se metia dentro, con Shae poco menos que a la carrera. --Si, no te preocupes --le aseguro acomodandose en el taxi a empujones y chapurreando italiano para indicarle la direccion al taxista. *** Alessio y Monica regresaron al interior del despacho donde los aguardaba Fabio, amigo y socio del primero. Fabio permanecia sentado detras de la impresionante e impoluta mesa de madera maciza mientras tecleaba en el portatil. Lanzo una mirada por encima de la pantalla a los recien llegados. Al comprobar el semblante de Alessio, dedujo que no estaba contento con la manera en la que se estaban desarrollando los acontecimientos. --Sospecho por la expresion de tu rostro que el representante de McTavish se retrasa. Y desde que nos conocemos, soy consciente de que odias la impuntualidad en las personas. Sobre todo cuando se trata de reuniones de negocios. ?Me equivoco? --pregunto, arqueando sus cejas en clara senal de escepticismo y expectacion. Alessio emitio una especie de grunido mientras daba vueltas cual fiera enjaulada por el amplio despacho con vistas a la hermosisima Torre del Mangia, en la Piazza del Campo. Con el ceno fruncido, la americana de su traje abierta y las manos en el interior de los bolsillos, su semblante reflejaba una mezcla de preocupacion, crispacion e incluso temor. -- ?Donde cono ha quedado ese dicho que habla de la puntualidad britanica? --estallo con una pregunta cargada de ironia, mirando a Fabio por primera vez desde que regresara al despacho. --Bueno... Ya sabes que las reuniones de negocios siempre cuestan al principio --le comento su colega. Se levanto de la mesa, abrocho su chaqueta y miro a su amigo con escepticismo antes de centrarse en su ayudante Monica. --Esta cabreado por la impuntualidad de McTavish, y en parte no se lo niego. Teme que al final no se presente. --Aquella aclaracion por parte de Monica disparo las alarmas en la mente de Alessio. Este se habia planteado la remota posibilidad de que eso llegara a suceder. Pero no se lo confesaria a su socio y amigo. No cuando necesitaban ese contrato de asociacion para sacar adelante Modas Rimbalzi, su empresa de modas en la Toscana. --No me gusta que me hagan esperar, como bien sabes. Es uno de mis principios en los negocios --le respondio con firmeza--. Aunque se trate del gran magnate de la moda britanica --puntualizo alzando su mano para recalcarlo y empleando un tono jocoso y rimbombante para referirse a el. --Ya, pero debes comprender que en esta operacion McTavish es quien manda --le recordo un Fabio lleno de sarcasmo mientras sonreia divertido e intercambiaba una mirada de complicidad con la ayudante de Alessio. --Dejadme que os te refresque la memoria. Es el quien quiere abrirse camino en Italia, no os confundais --matizo Alessio agitando su mano delante de los dos para dejar clara cual era la situacion real--. Roger McTavish pretende empezar a expandir su firma de moda en Italia. Y para ser mas exactos, aqui, en Siena. Luego es el quien tiene mas interes que nosotros en esta transaccion. ?No creeis? --les pregunto alzando una ceja en clara senal de suspicacia. --Si te soy sincero, Alessio, creo que a ambas firmas nos conviene. No olvides que un acuerdo con McTavish significara un buen impulso a nuestra propia marca de ropa, algo tocada ultimamente en lo referente a las ventas. Formar parte de su gran imperio textil es una oportunidad que muchos cogerian a ojos cerrados --le recordo Monica, frunciendo sus labios en un mohin que no gusto nada a Alessio, quien le lanzo una mirada nada amistosa mientras el emitia una especie de grunido de desaprobacion, aunque en el fondo era consciente de que llevaba toda la razon. Cuando recibieron la propuesta de MacTavish, hacia ya algunos meses, para abrirse camino en Italia, Alessio lo concibio como una gran oportunidad para afianzar su propia firma de trajes para el hombre y la mujer del siglo actual. Una colaboracion que sin duda beneficiaria a ambos. --Pero ello no quita que se este retrasando en su primera reunion despues de haber concretado el acuerdo --matizo Alessio esgrimiendo un dedo frente a su amigo para recalcar aquella informacion. --Dime, ?crees que el viejo oso saldra de su caverna y vendra en persona a supervisar la operacion? --No. No creo que sea el quien venga --respondio Alessio sacudiendo la cabeza muy convencido de ello y restando importancia a este hecho--. Mandara a alguno de sus principales socios. Alguien de plena confianza para cerrar el acuerdo. --Pues no se a quien enviara porque Adrian, su primogenito, renuncio a dirigir la compania, como sabras --le recordo Monica desde la ventana por la que observaba el paso de la gente --Lo se. Vive en Verona con la duena de una trattoria. --Hay que tenerlos cuadrados para enfrentarte al viejo McTavish y renunciar a dirigir su gran imperio de la moda, que tiene distribuido por todo el Reino Unido y una gran parte de Europa. Eso y acabar en un trattoria en Verona sirviendo mesas --senalo Fabio emitiendo un silbido--. Apuesto a que al gran McTavish no le hizo nada de gracia. --Esas son cuestiones familiares que a nosotros no nos atanen. Cada uno es libre de elegir su destino --le comento de pasada, sin demasiado interes en este asunto. Lanzo una nueva mirada a su reloj y sacudio la cabeza.

  • Raoul Wallenberg de Ingrid Carlberg

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    La biografia definitiva del Schindler sueco.

  • La ley del corazon de Amy Harmon

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    Una preciosa historia sobre nuevos comienzos y un amor eterno

  • Reflejos de justicia (El reflejo de la injusticia 2) de Hector Bueno Martin

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    LA ESPERADA SECUELA DE "EL REFLEJO DE LA INJUSTICIA" Tras la aparicion de un secreto familiar oculto, J.C. tratara de buscar justicia por la muerte de sus padres a manos de la organizacion "5 Senadores", un grupo que trabaja a la sombra del gobierno por su propio beneficio. Sin embargo, sus actos solo encenderan la mecha de una ira mas temible: la venganza de Lucio Tanjamino. Marel Marno volvera a enfundarse la mascara de nuevo para reflejar la injusticia que oscurecera sus vidas. El bilbilitano Hector Bueno continua la saga iniciada con "El Reflejo de la Injusticia", una historia de la busqueda utopica de un mundo justo en una sociedad injusta. Su otra novela, "Proyecto Tempus", sigue liderando los primeros puestos de ciencia ficcion en Amazon.

  • Elegida Destronada de Laura Cruz

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    Tayla era la legitima heredera.
    Entrenada para reinar.
    Una luchadora ejemplar.
    Una dirigente nata.

  • Camas y famas de Daniel Samper Pizano

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    Los amores mas inesperados, tragicos y divertidos que cambiaron la historia del mundo y las letras bajo la lupa de Daniel Samper Pizano.

  • Una belleza sin igual de Cheryl St. John

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    El escandalo era lo menos conveniente en sus circunstancias

  • La edad del desconsuelo de Jane Smiley

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    Cuando Dave escucha a su esposa Dana musitar <>, quiza sin haberse dado cuenta siquiera de que lo decia en voz alta, siente que ambos estan a punto de perder todo aquello que una vez desearon: sus anos de apacible matrimonio, tres hijas, la prospera clinica dental que comparten. Ahora Dave esta convencido de que Dana se ha enamorado de otro hombre y, de manera inesperada, decide que la mejor manera de salvar su relacion es evitar que su esposa descubra que el lo sabe.

  • Los crimenes de Mitford de Jessica Fellowes

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    Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable.

  • Segunda oportunidad (El corazon del multimillonario 2) de Sierra Rose

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    Este es el libro 2.

  • Te querre mas todavia de Norma Blanco Maasberg

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    1856. Catherine y Charles abandonan su Francia natal para embarcarse en un viaje solo de ida hacia la exuberante, lejana y exotica region de Veracruz, donde se cultiva una de las mejores vainillas del mundo. Alli se integraran en una cultura ajena, lucharan por sobrevivir a las inclemencias del clima y las enfermedades, lidiaran con las revueltas politicas entre conservadores y liberales y, sobre todo, conoceran el significado de la pasion, la amistad y el odio. Pero Catherine rebasara los limites de lo prohibido al enamorarse perdidamente de un hombre de ojos verdes y piel tostada. Su amor por el cambiara sus vidas para siempre y sera el origen de un secreto que marcara la historia de su familia.

  • Hermanos Landvik. Serie Completa de Laura Sanz

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    Las tres novelas de los hermanos Landvik en un solo volumen. Incluye La historia de Cas, La lucha de Jan y La culpa de Till.
    “Tres hermanos. Tres historias unidas por los acontecimientos, la familia, la pasion y el amor.”

  • No puedo creer que no me quieras de Nunila De Mendoza

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    Ella, la mas bonita, la mas vivaz, la mas intrepida.
    El, el mas guapo, el mas atleta, el mas bacan.
    Dos jovenes destinados a ser novios, amantes y esposos.

  • Acero y gloria de Alvaro Van Den Brule

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    De Italia a Flandes o de Filipinas a Mexico, los tercios espanoles combatieron por la Monarquia Hispanica con gran honor y bravura.

  • La tentacion del amor de Sophie Rose

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  • Paris para uno y otras historias, Jojo Moyes de Jojo Moyes

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    De la autora de Yo antes de ti, una sensacional coleccion de relatos llenos de romanticismo, humor y emocion.

  • G de guardaespaldas de Sue Grafton

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    La misma semana que Kinsey recupera su piso destrozado por una bomba y cumple 33 anos ocurren dos cosas que durante un tiempo van a trastornar su vida: viajando desierto a traves en su Volkswagen en busca de una anciana desaparecida, alguien desde una camioneta le vuela inesperadamente los neumaticos. Solo entonces Kinsey se convence de que un ex convicto, a quien ella habia contribuido a apresar, al salir en libertad ha ofrecido 1.500 miserables dolares por su cabeza. Aun consciente de lo poco que vale su vida, decide no obstante contratar a Robert Dietz, un guardaespaldas, muy duro, algo introvertido y misterioso, quien -vaivenes del oficio- acaba protegiendole algo mas que la cabeza. Entretanto, si fue cosa facil dar con la vieja bruja de Agnes Grey, bastante mas complicado sera descifrar los inconfesables misterios en los que va enredando cada vez mas a Kinsey Millhone. ?Adonde la conducira esta vez su insaciable necesidad de meterse en lios?

  • El otro Manuel de Manuel Bartual

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    Una noche cualquiera, rodeado por las cajas de su reciente mudanza, Manuel hace un pedido de comida a domicilio, pero no recibe lo que ha solicitado. En su lugar le entregan la cena de Alicia, una vecina del barrio que a su vez ha recibido la cena de Manuel y a la que conocera gracias a esta confusion. Lo que parece un hecho sin demasiada importancia sera el detonante de los dias mas extranos en la vida de ambos, hasta el punto de convertirse en los protagonistas de un misterio en el que descubrir la identidad de quien esta detras de todo lo que les esta pasando sera la menor de sus preocupaciones.

  • Los desertores de Joaquin Berges

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    Jota observa los camiones que entran y salen del mercado de frutas y verduras donde ha trabajado hasta su jubilacion cuando, de pronto, sin comunicarselo a nadie, sube a uno de ellos en direccion a la frontera francesa. Va en busca de la tumba de Albert Ingham, un soldado britanico que, con su amigo Alfred, combatio en la batalla del Somme, en 1916. Ambos vivieron juntos los horrores de la guerra y asi es como fueron enterrados, el uno al lado del otro en un pequeno cementerio del norte de Francia; en la tumba de Albert Ingham figuran unas enigmaticas palabras que su padre ordeno inscribir al enterarse de las circunstancias en que habia muerto su hijo.

  • Ahora que ya bailas de Miguel Gane

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    El nuevo poemario del autor de Con tal de verte volar, Miguel Gane.

  • Todos mis ex de Barbara Lorenzo

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    .?Que tienen en comun el empollon de la clase, el quarterback del equipo del instituto, un universitario perteneciente a una fraternidad, un jugador profesional de beisbol, un ejecutivo de una gran multinacional, un psiquiatra y un hacker?
    Aparentemente nada, pero todos han pasado por la vida de Olivia McCain, una famosa bloguera de moda de Los Angeles, que pasara su cuarenta cumpleanos de una forma muy diferente a como ella esperaba de la mano de Matthew, su angel de la guarda.

  • Que la vida te de todo lo que merezcas de Leire Milanesi

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    Toda la escena parece sacada de una mala pelicula americana. David cuelga de su propia corbata atada a la lampara y las zapatillas se le han caido al suelo dejando al descubierto sus pies desnudos. El Gran Hombre se fija en sus dedos que miran hacia arriba. Por ellos gotea la orina del joven muerto que forma un charquito amarillo en el suelo. <>. Aunque le cueste admitirlo, al Gran Hombre le ha sorprendido la profesionalidad de Harry, que ahora esta apostado a su lado, como si fueran dos camaradas. Desde el momento en que lo conocio, penso de el que era un animal, un ser violento que solo servia para intimidar, amenazar o dar palos. Sin embargo, ha eliminado las pocas pruebas que han dejado de una forma tan metodica que el Gran Hombre no ha podido evitar admirarlo. Y ahora Harry, a su lado, mira el resultado de su trabajo con orgullo. Incluso hace un gesto de asentimiento con la cabeza. --Creo que da el pego --dice--. Fijo que esto pasa por un suicidio. El Gran Hombre prefiere no contestar. Ha intentado por cualquier medio posible que David no lo fastidiase todo como lo ha hecho, que las cosas no llegaran hasta donde han llegado. Pero no ha sido posible y ahora la sensacion de fracaso esta tan presente como si cargara una loza sobre sus hombros. --Vamos, hermano, no te hagas mala sangre. El se lo ha buscado. A Harry le gusta llamarlo hermano, pero el Gran Hombre se alegra de que no sea su hermano. Ni siquiera podria ser su amigo, es demasiado imprevisible. Por eso no puede dejar que del siguiente paso se encargue el. --Deja que me ocupe yo de la mujer --dice--. Esto no se puede repetir. --?Que quieres que te diga, hermano? Si me hubiera encargado yo desde el principio, nada de esto habria sucedido. --No te acerques a ella. Lo estropearas todo. Harry se rie, pero no esta contento. Le molesta ese aire de superioridad que emplea siempre con el. --Ya veremos --contesta y se aleja. Cuando se marcha deja tras de si su aliento a tabaco y su olor a perfume barato que se aplica despues de afeitarse. El Gran Hombre lo ve dirigirse hacia la puerta del piso. Los atisbos de admiracion que ha sentido por el se han desvanecido. Ahora vuelve a despreciarlo. Harry representa todo lo que el detesta. El instinto contra la razon, la doctrina contra las ideas... Por eso se arrepiente de lo que ha sucedido esta noche, de haber cedido a sus impulsos, de haberse puesto en sus manos. Al dedicarle la ultima mirada al cadaver de David, antes de irse, siente la necesidad inevitable de disculparse, de pedirle perdon. Pero sabe que ya todo es inutil. CAPITULO I Seis, seis, dos. Son las cartas que estan sobre la mesa. No se puede tener mas suerte. Vuelvo a mirar las mias --un seis de picas y un as de corazones--. He ligado un trio que me puede hacer recuperar en una sola mano los ochocientos euros que llevo perdidos. Un buen jugador de poquer pensara que puedo llevar cualquier cosa, porque ese es precisamente mi problema. Soy una jugadora compulsiva que juega todas las manos. De hecho, la unica razon por la que juego en una de estas timbas ilegales es porque yo misma me he registrado como adicta al juego en todos los casinos de Tenerife y, cuando tengo una crisis, estos son los unicos sitios en los que puedo entrar. Por desgracia, en tugurios como este les importan bastante poco mis problemas. Me toca apostar y empiezo flojo. No quiero asustar a mis rivales. Si se huelen que llevo algo, se retiraran y sacare poco dinero, asi que pongo una ficha negra de cien en el bote. Todos me cubren la apuesta y yo empiezo a frotarme las manos. Todos menos unos que arrastra el solito la totalidad de sus fichas hacia el centro de la mesa. Unos mil y pico euros. Lo miro fijamente y me pregunto que llevara para hacer una apuesta como esa. Los demas jugadores se retiran y solo quedo yo. Esta claro que tengo la mejor mano, asi que no me da miedo. Sacristan es un gorrilla enclenque que se saca una pasta en el aparcamiento del Hospital Universitario. Por la noche, acude a timbas de poquer como esta a jugarse las propinas de los coches que vigila y casi siempre acaba perdiendolo todo. En el argot se le considera un pescado o un fish. Como a mi. Unos pringados que nos dejamos los cuartos para que los buenos jugadores se vayan satisfechos a casa. Tambien se ven por estos antros a algunos profesionales que viven de desplumar pescadillas, pero no muchos. Casi todos son peninsulares que vienen de vacaciones y que aprovechan para ver si los pescados se las pagamos. Casi siempre lo consiguen. --?Cuanto hay? --le pregunto al crupier para saber lo que tengo que apostar. Es un chico joven al que es la primera vez que veo por aqui. Muy profesional y serio se pone a contar las fichas. --Mil cincuenta --dice. Yo tengo unos mil trescientos. Es una pena, porque el imbecil de Sacristan ha espantado a los demas y ahora no sacare tanto como pensaba. --Vale, all in --digo. --Espera --me detiene el gorrilla--. ?Cuanto tienes? --Mil trescientos --respondo. Sacristan se vuelve hacia el tipo que esta sentado en un sofa en un extremo de la habitacion y que no pierde detalle. Todos alli sabemos quien es. Su apellido es Martel y le llaman por el. Nadie tiene ni idea de cual es su nombre de pila. Es el que organiza la timba y el usurero que presta dinero a ludopatas como Sacristan y yo. --?Me cubres, Martel? --pregunta el gorrilla. Martel mira las cartas y luego me mira a mi. --Claro --dice--. Dale mil mas --le ordena al crupier. Este le obedece y le entrega un nuevo monton de fichas. --Vale, veo tus mil tres cientos. --?All in? --me pregunta el crupier por si quiero pedir prestado yo tambien. Me lo pienso. Miro sus cartas, que estan bocabajo. Debe de tener el otro seis. Ha ligado un trio y se cree que me va a desplumar. Con as seis le gano seguro --Yo te cubro, Karo --dice una voz con acento peninsular desde el otro extremo de la sala. Todos los jugadores giramos nuestras cabezas hacia el. Es un tipo con barba y pelo cano peinado a modo de cresta, en plan moderno. Y va vestido con traje azul marino y corbata roja, como si acabase de salir de la oficina hace un momento. Esta sentado en la pequena barra donde se sirven las bebidas y sostiene un whiskey con hielo en la mano. No lo he visto en mi vida. --?Nos conocemos? --le pregunto. --No, pero seguro que tienes la mejor mano. Es un buen negocio. --Bueno --le digo al crupier--, vamos a ver el turn. El chico aparta una carta y pone sobre el tapete la siguiente. Es un as. Las cartas comunitarias son seis, seis, dos, as. Tengo un full house. Mi noche se acaba de volver tan luminosa como si acabara de salir el sol, pero debo disimular para que no se me note. Solo hay una cosa que la puede mejorar y esta a punto de ocurrir. Sacristan toma aire y arrastra el resto de los mil que le ha prestado Martel hasta el centro de la mesa. Tiene un trio de seis, estoy segura. Se va a jugar todo lo que pueda porque cree que le ha tocado la loteria, cuando en realidad el decimo bueno lo tengo yo. Me vuelvo entonces hacia mi prestamista misterioso y le pregunto con la cabeza. El saca una tarjeta de credito de color negro y la pone sobre la mesa. --Adelante --dice. --Los veo --le digo al crupier y este anade las fichas. --?All in? --vuelve a preguntarnos el crupier viendo que cada uno tenemos nuestra propia financiacion. --Cuidado, Karo, este lleva algo --dice otro jugador. Se llama Anselmo, tiene unos sesenta anos y me conoce desde hace tiempo. Casi siempre se muestra condescendiente conmigo porque soy una mujer y se cree en el deber de protegerme. No me molesta demasiado, es de otra generacion. El crupier levanta la ultima carta. Un cinco de corazones. Ya esta todo hecho, solo necesito saber cuanto le voy a sacar al pringado del gorrilla y llevarme mi dinero. --?Ocho mil? --le pregunta Sacristan a Martel. Este asiente y el crupier coloca las fichas --Cuidado, Karo --me advierte Anselmo, pero yo voy lanzada. He ligado un full de seis y ases y ahora pienso en cuanto tengo que subir la apuesta para que el gorrilla no se eche atras. O al menos para que no lo haga Martel, que es el que va a decidir. --?Once mil? --le pregunto al mio, que asiente con el whiskey en la mano--. Once mil, entonces. Sacristan se acaricia el menton con el pulgar intentando ver a traves de mis cartas que es lo que llevo. A mi tambien me gustaria saber con que ha apostado tan fuerte. ?Doble pareja o el trio de seis? En cualquier caso, gano yo. --Subo a quince --dice satisfecho. --No te emociones --responde Martel--, que como sea un farol vas a tener que ampliar ese descampado en el que te aparcan los coches para pagarme. --Venga, Martel, que lo tengo ganado. Cubreme. ?Lo tiene ganado? Muy seguro lo veo. Solo hay una mano que me gane. Solo una entre las decenas que puede tener. --No, esto se acaba aqui --Martel se dirige de nuevo al crupier--. Cubrele la apuesta y que levanten las cartas. El crupier coloca las fichas que faltan hasta los once mil euros y luego me mira para que ensene mi mano. Yo levanto mi as seis. Confirmo mi full y sonrio feliz. Una felicidad que se nubla al instante cuando veo que la boca de hiena de Sacristan suelta una carcajada. Se me eriza el vello de la nuca, como si el mismo silencio que se ha hecho a mi alrededor fuera el de mi funeral. El gorrilla levanta sus cartas y veo dos malditos ases como si fueran dos lapidas con mi nombre. --!Joder! --dice uno de los jugadores. --!Full de ases y seis! --exclama Anselmo--. Mira que te lo dije, Karo, que tuvieras cuidado. Yo lo oigo todo como si fuera la television sonando de fondo. Tengo delante de mis ojos la unica mano que podia ganarme. ?Cuantas veces se pierde con un full house? No tengo ni idea, pero muy pocas. Tan pocas que a todos se les han quitado las ganas de seguir jugando. Empiezan a levantarse y se dirigen a la barra a cambiar sus fichas. --Si es que... Mira que ponerte a jugar con profesionales --me dice el gorrilla con sorna. Su cuerpo enclenque parece haberse inflado y ahora hasta se asemeja a un hombre de verdad. Se cree un tiburon el muy idiota. Me dan ganas de pegarle una hostia. Cuando la sala se ha quedado practicamente vacia, me levanto de la mesa como si estuviera sonambula. Aun me resisto a apartarme de las cartas. Mi as y mi seis siguen frente a mi. Me pregunto que es lo que he hecho mal. Revivo una y otra vez las fases del juego, como si esta vez pudiera ganar la partida. --Tranquila, Karo, estas cosas pasan --dice Martel. --Y tanto que pasan. Sobre todo, a mi. --Tomate un whiskey, estas invitada. No tengo animos ni para darle las gracias, aunque el whiskey lo voy a pagar yo con la comision que le he hecho ganar. Me acerco a la barra y le pido un ron a Juanito, el whiskey me sentaria mal. --Lo siento, Karo --me dice el camarero cuando me pone la copa. Mi prestamista esta a mi lado, mirandome. --Supongo que el trato es el de siempre. Diez por ciento al mes --le digo. Estaba tan confiada en que iba a ganar que he aceptado el dinero sin establecer las condiciones. Vaya una lumbrera. --No te preocupes por la deuda, ya lo resolveremos. Estoy de tu parte. --El prestamista comprensivo --respondo con la vista hundida en mi vaso. El tipo se levanta, recoge su tarjeta y siento su mano sobre mi hombro antes de verlo irse. --Espera --lo detengo. --?Si? --No soy una puta. No voy a prestarme a nada raro para reducir la deuda. No, no soy una puta. Solo una profesora interina de Historia que no sabe que cono hace en un sitio como este. --Es bueno saberlo --responde mientras sale por la puerta. Es vasco, estoy segura. Por su acento. No es muy pronunciado, pero me ha parecido identificarlo. Hace tres dias estaba en una terapia de grupo y todos me felicitaban por llevar dos meses sin jugar y ahora me encuentro arruinada y viendo mi vida pasar ante mis ojos. La sala se ha vaciado sin que me haya dado cuenta y yo solo tengo energias para encender de nuevo mi movil y mirar las llamadas perdidas de David. Dos llamadas la anterior madrugada que tenia que haber contestado. Tal vez asi las cosas habrian sido diferentes. El estaria vivo y yo no me habria jugado mis pocos ahorros mas otros doce mil euros en una partida de cartas. Desde luego no habria recibido el mensaje de mi excunada, hace tres horas y cincuenta y dos minutos. <>. Las manos me tiemblan tanto que me cuesta introducir la llave en el contacto y arrancar. No estoy segura de si es por el frio humedo y nocturno de La Laguna, porque mis problemas economicos se han multiplicado en una sola noche o por la impresion de saber que David esta muerto. Comprendo que Agatha, mi excunada, me haga responsable de lo ocurrido, yo misma me siento como si hubiese apuntado una pistola a su pecho y disparado con ella. Una imagen se me viene a la mente con una claridad que casi parece que la este viviendo en este momento. David esta sentado en el sofa del piso que compartiamos en La Salle. Tiene la mano apoyada en la frente, con la vista fija en el suelo, y mueve la cabeza diciendo que no como si la sola idea de que lo deje le resulte imposible. Yo he metido mis cosas mas urgentes en una bolsa de viaje que ahora esta aparcada junto a la mesa del comedor y me encuentro sentada frente a el sin saber muy bien como actuar.

  • El esplendor de las raices de Robin Benway

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  • El aspecto del diablo de Craig Russell

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    ?Como atrapas a un asesino cuando estas rodeado de locura?

  • El deseo de Jose Antonio Arjonilla

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    ?Acaso las fantasias pueden tener cabida en este mundo brutal de realidades aplastantes, lleno de rutinas y deberes? Una joven rompe las reglas y se aventura a seguir sus deseos...

  • Estrellas Perdidas de Thanya Castro

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    Porque es tan sencillo esconderse bajo la mascara de personajes ficticios sin tener la necesidad de exponer tu propio corazon. Esta es la historia de una chica en alguna pequena ciudad en algun pais. Como tambien puede ser la mia, la tuya y la de todos. Una historia de la vida real, de lo que se queda en las calles de un pequeno suburbio, donde encuentras en lo mas ordinario, una gran mina de belleza, todo a partir de un corazon roto.

  • Colin (Sin reglas ni principios 3) de Alina Covalschi

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    Todas las posibilidades de ser feliz desaparecen para Colin cuando se ve obligado a dejar ir al amor de su vida. Un trato y su mal comportamiento son los culpables de su nueva situacion.
    Pero como el bien sabe, la vida da muchas vueltas. Dos anos despues, alguien le hace saber que la persona que mas quiere necesita su ayuda mas que nunca.
    Un territorio desconocido, una banda de moteros mas que peligrosa, drogas y armas son las cosas que le esperan en su nuevo viaje.
    Esta dispuesto a hacer lo que sea necesario para que Freya vuelva a casa.
    ?Lo conseguira? ?Freya podra perdonarlo? ?Sera suficiente el amor para vencer todos los obstaculos que les tiene preparado el destino?

  • Calor mortal (Serie Castle 5) de Richard Castle

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  • La Prueba de Hierro: Magisterium 1, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • Quienes somos y como hemos llegamos hasta aqui de David Reich

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    La extraccion de ADN de los huesos de nuestros ancestros ha permitido resolver importantes controversias sobre la prehistoria, hasta el punto de cambiar su interpretacion. Hoy en dia puede extraerse y analizarse ADN antiguo y, en buena medida gracias a las aportaciones del propio David Reich, se ha puesto de manifiesto que la genomica es tan relevante como la arqueologia o la linguistica a la hora de estudiar las poblaciones del pasado.

  • Siempre fuiste mi secreto de Shelly Kengar

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    Ayleen Macleod es una mujer independiente entregada a su trabajo, pero tiene un secreto.... Adrien Legrand, atractivo, autoritario, recto, alguien oscuro que esconde una falsa moral. El ha luchado contra la atraccion que siente por la mejor amiga de su hermana pequena. Ella es alguien prohibido para el, siempre la ha deseado en las sombras, ha luchado contra la lujuria y las ganas de tocarla. Pero una noche todo cambio en la oscuridad, Adrien Legrand le arrebato algo importante a Ayleen. Han pasado seis anos y vuelven a encontrarse frente a frente. Ambos lucharan con esa atraccion intensa que les incita a tocarse. ?Ganara la resistencia o el deseo? Una celebracion, una boda y muchos secretos que saldran a flote en el transcurso de esta historia que te envolvera en sus tentaculos. Mentiras, atraccion, gente que no es lo que parece y un secreto que amenaza con salir a la luz de un momento a otro...... Prologo --Lo tienes que hacer please, por favor Ayleen --. Los ojos suplicantes de Marinet siempre lograban convencerme de acompanarla en cualquier locura. --Caray, no entiendes que si tu hermano me pilla querra mi cabeza servida en bandeja de plata --. adverti con el ceno fruncido. Pero claro, mi amiga no se amilano ante esa advertencia, posiblemente porque no es a ella la que tiene la posibilidad de ser pillada infraganti sino yo. --Ayleen si mi hermano llega a ver ese video, es capaz de matarme, que digo, quemarme en la hoguera viva --. exclamo dramatizando. Si alguna vez mi amiga se cansaba de estudiar administracion y direccion de empresas, creo que tendria un lugar asegurado en el elenco de actores internacionales. El dramatismo fluye por sus venas de forma espontanea. --Okay esta bien, necesitare la contrasena del movil, para poder desbloquearlo y eliminar el video --. solicite. Caminar en mitad de la oscuridad, descalza y en pijama no era lo que yo tenia pensado para mis vacaciones en el castillo de Cheverny. Pero como venia siendo habitual, me veia envuelta en la situacion de sacarle las castanas del fuego a mi amiga, Marinet Legrand. Por esa razon alli estaba andando, movil en mano, como unica ayuda para guiar mis pasos en mitad de la tenebrosidad de la noche. Los angostos pasillos del castillo de dia eran un espectaculo maravilloso, pero de noche, era otra escena totalmente diferente. El silencio sepulcral y la densa negrura, lo dotaban de un aspecto tetrico que coronaban los cuadros de los ancestros, de la familia Legrand, que cubrian sus paredes. Un escalofrio recorrio mi nuca erizando los pelos de la misma, tanta quietud no me ayudaba a no sentir miedo. Odiaba la oscuridad, desde bien pequena ese miedo me habia perseguido y creo que, aun en la actualidad, no lo tenia superado. Estaba acostumbrada a los castillos, yo misma habia vivido en uno desde que naci, por lo que ese no era el problema. Aunque El Castillo de Cheverny era mucho mas grande que Eilean Donan, mi hogar. --Me debes una, no mil --. susurre en mitad del silencio de la noche. Marinet y yo nos conocimos en un internado de Paris, donde ambas estudiabamos. Nos habiamos convertido en amigas inseparables por lo que incluso pasabamos las vacaciones juntas. Cada ano en casa de una, ese verano me habia tocado desplazarme a la residencia estival de los Legrand en Orleans. Como siempre Marinet se habia metido en lios, era unica a la hora de liarla parda, que se dice... Marinet y Mateo, su hermano es de la misma edad porque ellos son mellizos. Se quedaron sin padres cuando eran pequenos asumiendo su tutoria su hermano diez anos mayor, pero este era demasiado estricto con ellos. Sin embargo mis amigos siempre se las ingeniaban para saltarse las normas de Adrien Legrand. Tan solo escuchar su nombre me producia grima, habiamos coincidido en tres ocasiones a lo largo de los anos, pero el siempre me habia mirado como si fuese una polilla. A pesar de que queria mucho a Marinet, no se bien como mi amiga se lo hacia que, siempre acababa metida en lios, de los cuales yo tenia que sacarla. Su caracter extrovertido e impulsivo lograba que fuera la reina de cualquier fiesta, pero tambien le ocasionaba danos colaterales. Teniendo en cuenta que su tutor y querido hermano mayor era un estirado con la rectitud de un coronel del ejercito, por los tanto Marinet como Mateo debian estar siempre borrando sus malas conductas y excesos. Pues nada alli estaba en mitad de la noche para colarme en la habitacion de Adrien Legrand, coger su movil y borrar un video enviado por un ex novio enfadado de Marinet, mostrando a mi querida amiga en actitud perjudicada. Un temblor recorrio mi cuerpo al acercarme a la puerta de la habitacion, gracias a dios, segun Marinet el aun estaba en la terraza tomando el aire de verano por lo tanto mi mision en principio no tenia mucho riesgo. Entrar a su habitacion coger el telefono borrar el video y salir sin ser vista. Dicho asi era una hazana de lo mas sencilla. Gire con cuidado la maneta haciendo presion sobre la puerta para que no chirriara, las puertas viejas lo hacian por esa razon opte por evitarlo. Un ruido ensordecedor de las resecas bisagras podria alertar a cualquiera. Con pasos suaves entre en la habitacion sin encender ninguna luz, a oscuras con la simple claridad que me otorgaba la linterna de mi movil, y el resplandor de la luna llena que entraba por la ventana. Mis pies notaban la mullida moqueta que cubria el suelo de la estancia, lo cual agradeci en silencio. Otee la habitacion para localizar la mesita junto a la cama que era donde, Marinet me habia informado que su hermano solia dejar el movil. Localice el aparato junto a la cama de estilo renacentista con dosel incluido. << !Dios! que agobio dormir ahi>> pense mientras avanzaba. Agarre el movil entre mis manos y coloque el patron que Marinet me habia indicado, retuve el aire en mis pulmones a la espera de que se desbloqueara el telefono. --Bien --. susurre al ver que el movil mostraba la pantalla de inicio. Y sin dudar me apresure a buscar la aplicacion de WhatsApp, localizando el video comprometido con rapidez. --!Bingo! --. exclame con voz queda. Sin pensar presione el boton de papelera. En el preciso momento en el que se ilumino la habitacion supe que estaba en problemas y de los gordos. La sorpresa inicial provoco que mis manos temblaran dejando caer el movil de entre mis dedos, para acabar estrellado contra el suelo enmoquetado. Cerre los ojos ante el sonido de la pantalla resquebrajandose. Con prisa corri hacia la puerta para poder salir escopeteada. <> pense. Cuando mis ojos se cruzaron con la mirada turquesa del imponente Adrien Legrand, mis rodillas comenzaron a temblar y mi mente se quedo en blanco. --Espero que tengas una buena excusa para estar en mi habitacion, Macleod. Su voz ronca imperterrita ocasiono que no solo mis rodillas temblaran sino que mi estomago diera un vuelco intenso. Alli parado en el vano de la puerta con porte intimidante, atravesandome con su mirada critica. Tan cerca, Adrien imponia mas que en las pocas ocasiones que lo habia visto de soslayo. Una figura imponente con su altura de casi dos metros junto con un cuerpo delgado, pero fibrado que se vislumbraba a traves de la camiseta de algodon que llevaba, y un pantalon largo de tergal que descansaba sobre sus caderas. En definitiva en las distancias cortas Adrien Legrand provocaba miles de calambres en mi cuerpo abrumandome de forma extensa. Lentamente recorri con mis ojos su figura hasta llegar a su rostro, ese que cualquier modelo desearia tener, anguloso, pero firme, con una nariz recta y sobria. A conjunto con esos ojos rasgados engalanados con unas pestanas rubias que hacian mas intenso el color azul de sus pupilas. Mirar con fijacion ese azul te transportaba a los mares del pacifico. Senti otro escalofrio atravesando mi columna vertebral. Estatica asi estaba sin ser capaz de mover un solo musculo de mi cuerpo, embobada y embelesada con su imponente presencia. --?Estas sorda? Aquella pregunta me saco de mi estado de transicion, pestaneando sorprendida. --Lo siento me equivoque de habitacion, todavia no me acostumbro a este castillo --. Me excuse acelerando mis pies para salir rapido de alli. Pero cuando pase por su lado en un movimiento rapido el aferro uno de mis brazos y sin ni siquiera darme cuenta me acorralo entre su cuerpo y la puerta de la estancia. Sus manos sujetaban mis brazos con presion, note como la piel bajo sus dedos se calentaba y picaba. Mis ojos se clavaron perplejos en los suyos. Sabia que deberia estar aterrada, pero por alguna extrana razon no es lo que sentia. Por el contrario miles de hormigas subian por mis piernas juntandose con cientos de mariposas que aleteaban en mi estomago. --Macleod, mas te vale explicarme algo mas convincente --. siseo con los dientes apretados, sin apartar sus pupilas de las mias. Esa forma ruda en la que pronunciaba mi apellido, lograba arrancar mi enfado, pero a la vez se mezclaba con una suave excitacion desconocida hasta el momento. Ahora ya no parecia tener el pacifico en sus ojos. mas bien se han vuelto un pelin mas grises que azules, como si una tormenta se estuviera fraguando en ellos. --Macleod, estoy esperando --. insistio frunciendo el ceno. Una punzada de rabia se encendio den mi interior, al escuchar de nuevo como se dirigia a mi por mi apellido. Sabe perfectamente mi nombre, pero no lo pronuncia. Esa afirmacion se cuela en mi cabeza avivado mi enfado. --Ya te he dicho que tengo mal sentido de la orientacion --. conteste. Esta vez mi voz no sono temblorosa animada por la ira de sentir su desprecio al hablarme. --No me fio de ti, con esa cara angelical, como si realmente fueses una nina buena. Ese papel que representas ante el mundo yo no lo compro. Se que en tu interior se esconde algo que no dejas ver y demasiado peligroso --. expreso mas para si mismo que para mi, pero sin quitar su atencion de mi rostro. Note la sensacion como si me faltase el aire, una gran fuerza intangible oprimia mi pecho. De repente mi garganta se habia secado. Humedeci mis labios de forma involuntaria sin apartar mis ojos de el. Algo cambio en su rostro al segundo, como si un rayo lo hubiese atravesado, abriendo los ojos de par en par. El aire desaparecio de entre nuestros cuerpos. Los pectorales de Adrien estaban pegados a mi pecho oprimiendo. Un calor extremo se habia instalado en la habitacion y en mi. Taladrada y excitada esos sentimientos me atravesaron sin medida al tiempo que podia sentir el cambio de ritmo en la respiracion de Adrien. No es que contara con mucha experiencia en hombres, aparte de varios besos subiditos de tono, a pesar de tener a mi amiga Marinet dandome la tabarra para que al fin pasar al club de las adultas, dando el paso final con alguno de los chicos que siempre me rondaban Aun asi yo siempre me habia resistido porque en realidad esos chicos no despertaban en mi mas que unas cuantas ganas de besos. Ahora lo comprendia, esa revelacion cruzo mi cerebro en ese preciso momento, mientras estaba pegada al cuerpo de Adrian consumiendome de excitacion bajo su escrutinio. Mi barriga se tensa y noto cierta humedad en mis bragas. Toda yo sentia como si estuviera en una gran batidora de emociones. Tentacion, sus carnosos labios, excitacion, el roce de su pecho y anticipacion, esta ultima la podia ver bailando en sus pupilas. Sin pensar mucho abri mi boca para rebatir su comentario, pero al minuto fui consciente de mi error. La boca de Adrien se abalanzo sobre mis labios con ferocidad, presionando con fuerza, abriendole paso a su irracional lengua para devorar el interior de mi boca de manera hambrienta. Sabia que, deberia sentirme saqueada e incomoda, pero mi sorpresa mi cuerpo reacciono con la misma intensidad que el, facilitando su entrada para profundizar aquel beso que me excitaba de forma exagerada. Un beso salvaje que humedecio mi sexo en cero coma a segundos. Mis manos volaron a su nuca y sin preambulos lo aprieto para pegarlo mas si cabia a mi boca. Relegados al subsuelo quedaron los besos que hasta la fecha habia experimentado. Nada era comparable a la destreza con la que Adrien Legrand devoraba mi boca. Cada fibra sensible de mi cuerpo se encendio ante ese beso abrasador, las manos de Adrien apretaron con fuerza mis nalgas pegando mi centro a su dura ereccion. Sin despegar sus labios de mi boca ni detener el ardiente escrutinio de su lengua. La prisa y el apremio guiaba nuestros cuerpos, en ese momento no habia lugar para ningun pensamiento coherente. Por esa misma razon acabe desnuda sobre el mullido colchon coronada por aquel horrible dosel. Fue el unico momento en el que Adrien se permitio detenerse y repasar con su mirada cada centimetro de mi cuerpo. Y yo me derreti ante sus pupilas de turquesa liquida. Pero el repaso no duro mucho mas, se abalanzo sobre mi cuerpo con ansia y tremendamente excitado. Mi cuerpo respondia a sus caricias con intensidad entregandose sin barreras. Sus dedos acariciaron mis labios inferiores lubricandolos y yo me retorcia de placer con ese simple gesto, nada que ver, cuando yo misma me habia tocado en la soledad de mi habitacion. Con suma destreza Adrien se deshizo tambien de sus prendas mostrandome su cuerpo arrebatador, sin un apice de grasa, definido y fuerte, coronado por su verga alzada y lista para ensartarme. El miedo y el deseo se entremezclaron en mi interior, pero el se encargo de borrarlos. Se coloco entre mis piernas las cuales le facilitaron complacientes el acceso. Sin dejar de calentarme con su profunda mirada. Coloco su ereccion en la entrada de mi vagina y presiono con suavidad arrancandome un gemido, sus dedos acompanaron a su falo en mi canal estrecho acariciando mi boton para facilitar el acceso. Consumida por el deseo como estaba apenas note una punzada de dolor cuando mi membrana de virginidad se rasgo a ante la embestida de Adrien. Cerre los ojos y el se detuvo durante unos breves segundos que a mi cuerpo se le antojaron eternos. --Hote. Esa maldicion en frances retumbo en toda la estancia y la desilusion comenzo a hacer mella en mi corazon. Aunque pronto fue reemplazada por los espasmos de placer que subian por mi cuerpo ante la continuacion de las embestidas ritmicas de Adrien. Nunca crei que fuese posible experimentar un placer tan desbordante, pero alli estaba envuelta en mis gemidos a ritmo de los empujes de Adrien que con velocidad me estaban acercando a tocar el cielo. Y como si de una supernova se tratase ambos culminamos en el sumun del orgasmo. Con la respiracion descompasada todavia y el cuerpo sudoroso, Adrien se aparto de mi lado dejandose caer sobre el colchon. Por el rabillo del ojo observe como pasaba sus manos por su rostro y entonces lo supe. Adrien Legrand me iba a romper... --Macleod, esto no deberia haber sucedido. Te pido por favor que me disculpes. Y me rompio... Con aquella simple frase impersonal y fria partio mi corazon. No consiguio mirarme a la cara, se mantuvo tumbado con la mirada en el techo. Pero si algo caracterizaba mi caracter era la dignidad y a pesar de mis dieciocho anos y mi ingenuidad, no iba a dejar que el capullo de Adrien Legrand supiese el dolor que me estaba causando. --Tranquilo, en definitiva te estare eternamente agradecida por librarme de mi virginidad. Hasta el momento no confiaba mucho en los chicos de mi edad para realizar esa hazana. Al menos con alguien maduro como tu has sido suave --. informe de espaldas a el, en tanto recogia mis prendas y me las ponia dispuesta a salir lo antes posible de aquella maldita habitacion. Ni siquiera me atrevi a mirarlo y sali con gracia, con la espalda recta y la cabeza alta como una reina. Porte que perdi cuando cerre la puerta tras de mi. Solte todo el aire que habia retenido en mis pulmones y una solitaria lagrima cayo por mi mejilla. En ese preciso momento Adrien Legrand junto con lo sucedido esa noche pasaron a ser mi secreto mejor guardado.

  • Los asesinatos de Coleraine de Georgina Perez

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    Aquella manana desperto muy temprano. Apenas habia dormido y estaba nervioso. No podia dejar de pensar en la locura en que se habia embarcado: sacar a una asesina, juzgada y condenada, de la carcel, y hacerla recordar lo sucedido la fatidica noche de los hechos. Queria encontrar los cadaveres que un ano despues seguian sin aparecer o exculparla. Con ello ponia en juego su carrera y su reputacion, el respeto de un pueblo ganado a base de un gran esfuerzo. Nadie estaba de acuerdo con su decision de tratar de desvelar el misterio. Ya tenian una cabeza de turco y, si no conseguia nada, estaria acabado profesionalmente. Tenia treinta y dos anos, el cabello cobrizo y los ojos azules, tan claros y profundos como el mar que veia todos los dias desde la ventana de su despacho en la universidad. Tenia el pelo mas o menos corto y los mechones mas rebeldes le caian por la frente, dandole un aire juvenil. Iba bien afeitado y vestia segun exigia su posicion de Doctor en Psiquiatria y profesor universitario. Al observarlo, se rememoraba el tiempo en que los hombres eran educados y anteponian el honor a la vida. Poseia una fisonomia jovial y aninada, con facciones redondeadas, y un toque femenino que lo hacia muy atractivo. Su vida no habia sido facil; recien cumplida la mayoria de edad, perdio a sus padres en un accidente de trafico. Tras la muerte de sus progenitores, tuvo que encargarse de sus dos hermanos pequenos: Tom y Jacque, de quince y diez anos. Se convirtio en madre y padre de los chavales y, para sacarlos adelante, busco un trabajo de camarero por las noches (ya que la herencia familiar no bastaba para los gastos diarios), al que acudia tras dejarlos cenados y acostados, y por el dia estudiaba la carrera y el doctorado que lo convertiria en lo que era: el doctor Cillian Jackson, famoso y reputado psiquiatra del ala norte del pais. Un personaje ilustre del pequeno pueblo costero de Coleraine. Se preparo el desayuno, que consistia en cafe y un par de magdalenas industriales, mientras su hermano Tom se despedia sin cordialidad desde la puerta de la cocina para ir a trabajar. A diferencia de el, Tom era un hombre muy masculino, con facciones severas, angulosas y autoritarias. Lo unico que tenian en comun era el color de los ojos. Tom no habia estudiado, al contrario que sus hermanos; tuvo una adolescencia muy dificil y prefirio buscarse la vida y divertirse en discotecas a pasar el tiempo entre libros. La muerte de sus padres le causo un trauma muy profundo del que nunca se habia recuperado y su sentimiento de inferioridad con respecto al doctor y a Jacque se habia convertido en la amargura que reflejaba su humor diario. No le gustaba la decision de su hermano de defender a la asesina mas famosa del pais; vivia en un pueblo de poco mas de mil habitantes donde todos se conocian al dedillo. No le atraia el protagonismo ni la fama, y menos si se conseguia de esa manera. ?Por que el doctor lo torturaba asi? Era un buen albanil, se habia forjado a si mismo a base de pico y maza, y queria centrarse en su trabajo sin que lo molestaran. Con aquella imposicion, tanto si al final las cosas salian bien como si no, quedarian marcados para siempre. La gente ya comenzaba a senalarlo con el dedo y a hablar de el a sus espaldas. Su relacion con el doctor nunca habia sido buena. No necesitaba una ninera, pero el psiquiatra se empenaba en serlo y, tras los ultimos acontecimientos, el trato habia ido a peor. Cogio su mochila y su abrigo del perchero, cerro la puerta de la calle de un portazo y se dirigio a su trabajo en una obra a las afueras del pueblo. Estaban construyendo un bloque de apartamentos cerca del nuevo centro comercial. En la obra se sentia comodo: nadie se fijaba en el y solo necesitaba su fuerza bruta para trabajar. Para acompanar el desayuno, el doctor encendio la television de la cocina y, entonces, oyo su nombre en la cadena regional. Decian que se habia comprometido a ayudar a la malvada asesina, que habia matado a tres vecinos de Coleraine. Iba a sacarla de la carcel para descubrir la verdad. Las victimas habian sido dos chicas y un chico que aquella fatidica noche, hacia ahora casi un ano, acudian a una celebracion a la que nunca llegaron: el encendido navideno en Diamond Square, la plaza mas importante del pueblo. Los periodistas abordaban el tema exponiendo un video sensiblero con fotos de los fallecidos y la historia de sus vidas, exagerando para conseguir la lagrima facil del espectador; aquel sensacionalismo barato le resultaba patetico. No se sabia nada de los cuerpos, ni que habia ocurrido aquella noche, ni podia asegurarse que estuvieran muertos. Lo unico cierto era que la presunta asesina, de veintiseis anos, fue avistada por un grupo de chicos que hacia botellon en un coche junto a la playa cuando se precipitaba al vacio desde el acantilado conocido como Grey Wind, por el color de la piedra y el sonido del viento al chocar contra ella. Cuando la policia llego a la cima del acantilado, la intensa lluvia nocturna habia borrado cualquier prueba que pudiera salvar o condenar a la imputada. En su contra se presentaron pruebas circunstanciales y el cuchillo que llevaba en la mano en el momento de saltar. De las victimas no habia ni rastro. El pequeno pueblo costero de Coleraine estaba formado por unos altos acantilados que rodeaban una cala de arena blanca y un gigantesco bosque de pinos que bordeaba la zona donde no habia mar. Se situaba en la esquina superior de Irlanda del Norte, a unos cien kilometros de Belfast, y la mayoria de sus habitantes eran de firme conviccion catolica. Entre sus intereses turisticos se encontraba el mayor numero de coniferas de toda la costa irlandesa, lo que convertia sus famosos acantilados en un paraje frondoso, mas verde todavia en su cima. En las afueras, cerca del siguiente pueblo, se encontraban la carcel y el cementerio, dos lugares que, por su triste funcion, se ocultaban tras la marabunta de arboles. Nunca habia pasado nada extraordinario en el pueblo, nada fuera de lo normal, hasta la noche en que todo el pais quedo consternado y el miedo y la sed de venganza se apoderaron de los habitantes de Coleraine y envolvieron, todavia mas, sus aguas de oscuridad. Cuando los chicos de la playa sacaron del agua el cuerpo de la homicida vieron que tenia clavado en el muslo un cuchillo de cocina, con el que habia saltado al mar, y un trozo de tela del vestido de su amiga enredado entre los dedos. Desperto de un coma inducido tras pasar varios meses debatiendose entre la vida y la muerte y, cuando le preguntaron sobre lo sucedido, se sorprendieron de que no recordara nada de su vida anterior. Habia sufrido graves fracturas en la cabeza debido a la caida y su supervivencia se debio mas a un acto milagroso que clinico. Los psicologos forenses atribuian la falta de memoria al trauma sufrido tanto antes como despues de precipitarse al vacio. Durante su convalecencia en el hospital, las enfermeras le contaron la historia una y otra vez con la esperanza de que eso le hiciera recordar, pero no sirvio de nada: le explicaron que habia salido con tres de sus amigos hacia la celebracion mas importante del ano en Coleraine, el lugar donde vivia: el encendido del arbol navideno y las luces festivas en la plaza del ayuntamiento, donde tambien se encontraba la iglesia de San Patricio. Tras el encendido, se deleitaba a los habitantes con un gran concierto navideno a cargo de la escuela de musica de la localidad. En una fecha tan senalada, los vecinos llevaban sus mejores platos a la plaza (pavo asado, ponche, pure de patata con guisantes, etc.) para compartirlos con los vecinos durante la velada y disfrutaban de las amenas charlas y de las anecdotas en paz y armonia. Mientras comian, reian y bebian, el resto del pueblo quedaba desierto, en la mas absoluta oscuridad, para que las luces de colores se vieran mas bonitas y resaltaran en la noche. Nadie habria podido ver u oir el lamento de las victimas. Nadie, salvo ella. Buscaron los cuerpos varios dias, hasta que, dada la falta de pruebas y la necesidad de calmar el clamor popular que exigia un culpable, se concluyo que habian sido asesinados y sus cuerpos, ocultados, y que la superviviente, movida por la culpa, se habia lanzado al vacio. Como la imputada nunca confeso ni dijo nada al respecto, ni a favor de su inocencia ni en contra, se dio por buena la sentencia y fue condenada, para tranquilidad y satisfaccion de todos, a cadena perpetua. Si se diese el caso de que aparecieran los cuerpos, su condena se revisaria teniendo en cuenta los nuevos acontecimientos. La desmemoriada y culpable senorita se llamaba Gina Sven. Era una chica bajita, rubia y simpatica, o al menos lo habia sido en otro tiempo. No era excesivamente guapa, pero sabia ganarse el carino y el aprecio de la gente, tanto si eran conocidos como si no. Con la excentricidad como bandera, era amiga practicamente de todo el pueblo y sus vecinos veian con diversion cualquier locura que cometia. Le encantaban los objetos brillantes y los complementos extravagantes; elaboraba enormes y llamativos tocados para el pelo con materiales de lo mas variopintos: lentejuelas, carton, plumas o anillas arrancadas de las latas de refresco. Su color preferido era el rojo, color que se asocia con la vitalidad, la valentia y el optimismo, y de rojo se pintaba los labios y las unas con el fin de demostrar que era una mujer de accion. No tenia muchas amigas porque las mujeres la malinterpretaban y envidiaban a partes iguales, y aunque nunca habia comprendido la razon de ese odio, estaba acostumbrada. Shelly habia sido su fiel amiga desde la ninez, y tambien una de las victimas de los sucesos de aquella fatidica noche. A nadie le extrano ese fin de la desdichada muchacha que repartia sonrisas y alegria por donde pasaba. No importaban los favores que les habia hecho o las veces que les habia apoyado; su ansia por ser el centro de atencion la habia llevado a cometer una locura. Habia cruzado la linea. Con esta mezcla de envidia y sed de venganza, se convirtio en el chivo expiatorio de un pueblo que necesitaba un asesino para poder salir con tranquilidad a la calle sin sentir la sospecha de los vecinos. A pesar de las pruebas presentadas, el doctor Jackson nunca habia aceptado esa hipotesis. ?Como podia una chica de metro y medio asesinar a tres personas, una de ellas un chico que pesaba el doble que ella? O habia contado con ayuda o no habia sido ella. Movido por la sensacion de injusticia y la obligacion, como miembro de peso de la comunidad, se habia decidido a colaborar en su caso. Pidio al juez un permiso de dos semanas para sacarla de la carcel y ayudarla a recordar, o, al menos, a confesar si recordaba algo, en un ambiente familiar. Tras meses de papeleos y citas judiciales, le concedieron el permiso y se sintio tremendamente orgulloso y feliz de poder demostrar al pueblo todo su potencial. Gina habia pasado los ultimos nueve meses de su nueva vida en la carcel. Los restantes los habia pasado en el hospital debatiendose entre la vida y la muerte, pero a nadie le importaba. Nadie la visito en el hospital ni en la prision, ni siquiera su madre.

  • Te odio, pero besame, Isabel Keats de Isabel Keats

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    Lucas y Candela se conocen desde ninos. Segun Candela, lo suyo fue odio a primera vista, pero da la casualidad de que India es la mejor amiga de ambos y estan condenados a verse a menudo. Eso si, cada vez que se juntan vuelan los cuchillos. Todo indica que las cosas seguiran asi eternamente, hasta que Candela decide que ha llegado la hora de sentar la cabeza. A pesar de que odia los imprevistos y las sorpresas, esta dispuesta a embarcarse en una expedicion, nada menos que a Kamchatka, para asegurarse de que Victor, su novio, es el hombre de su vida. Sin embargo, no ha contado con Lucas quien, al parecer, tiene mucho que decir en el asunto y no esta dispuesto a que su pelirroja favorita se lance a semejante aventura con otro que no sea el. Pero hay cosas que son imposibles, al fin y al cabo, ellos se odian desde siempre… ?o no? Si te gusto ‘Te quiero, baby’ (Premio Dama Mejor Novela Romantica Contemporanea 2015) no te puedes perder esta nueva novela de Isabel Keats.

  • La Historia de Zahira (Hermanas Sfeir 3) de Bella Hayes

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    Descarada, rencorosa y vengativa, esa es Zahira Sfeir. Prometida a Galal Al-Husayni cuando era una chica de trece anos, aun recuerda el rechazo de su futuro marido al verla y, siete anos despues, decide seducirlo. Galal, recuerda a su prometida como una chica fea, gorda y con acne, asi que le es imposible reconocerla en la sirena que lo sedujo. Ahora debera casarse con ella. El espera la tipica esposa islamica: dulce, sumisa y amorosa. Sorprendentemente, se encuentra con una prometida que suelta tacos cual marinero cuando se encabrona, es una fiera en la cama, y tiene como deporte ponerlo en su lugar. ?Como podra llegar a amarla?

  • Reinos de Sangre de Oscar Eimil

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    Idus de noviembre del ano del Senor de 1065. Una gran nevada cae sobre el campamento. Fernando, rey de Galicia, de Leon y de Castilla, moribundo, viejo y decrepito, viaja de regreso a casa con sus mesnadas tras su ultima batalla. Torturado por su conciencia, se pregunta por que, habiendo podido dejar a su primogenito un unico reino que, fuerte, extendiera su poder por toda la Hispania cristiana, decidio repartir en vida Castilla, Leon y Navarra entre sus tres hijos varones que, a esta hora, preparan sus huestes y afilan sus espadas para la guerra fratricida que se avecina para despues de su muerte.
    Supremacia y poder, intriga y ambicion, lealtad, traicion, guerra, amor y muerte. Ocurrio hace mil anos, cuando judios, moros y cristianos campaban a sus anchas por estos pagos. Una historia verdadera por cuyas paginas entran y salen reyes y nobles, caballeros y prelados, mancebas y juglares, guerreros, monjes y abades, y que discurre fiel a los terribles acontecimientos historicos que sucedieron poco despues del final del primer milenio en lo que, cuatro siglos mas tarde, seria Espana.

  • Viaje de Omar de Adrian Savino

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    --Ana Levstein--

  • Kant y el vestido rojo de Lamia Berrada-berca

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    Una novela irrepetible, de una poesia intransigente, dura como una piedra de afilar, furiosa como un pequeno vestido rojo, que nos ensena como adquirir el coraje suficiente para querer preguntar, querer responder y querer comprender.

  • Sendino se muere de Pablo D’ors

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    ?Puedo comentarte algo? -le dije a J. C. D.; y, antes de que pudiera reaccionar-: Tengo un cancer de mama. >>-!Todavia estara por confirmar! -me respondio el. >>-No -le replique y, sosteniendole la mirada-, ya esta diagnosticado. >>No quiso rendirse a los hechos hasta que le demostre que ya tenia hora para hacerme un estudio de extension. Como tantos de los que mas tarde serian informados, J. C. D. no acepto la dimension de la noticia.>> Asi es como comienza el diario de la doctora Africa Sendino, quien, a la hora de morir, alcanzo un comportamiento que no dudaria en calificar de <>, un adjetivo que, en este caso, no solo considero justo o apropiado, sino exacto. En las notas que siguen, Sendino relata como se vistio tras haberse enterado de aquella terrible noticia, y como salio del laboratorio con aquel nuevo peso que comenzaba a gravitar sobre su vida. Desde aquel momento se inicio para ella un intenso y prolongado dialogo con su Dios: <>. Tuve el honor de conocer y frecuentar a Sendino durante las ultimas semanas de su vida. En el hospital todos la llamaban por su nombre de pila -Africa-; para mi, en cambio, Sendino fue Sendino desde el mismo dia en que, al poco de conocerla, escribi en mi cuaderno de notas: <>. Estas tres palabras parecen el titulo de una novela; pero esto no es una novela ni puede serlo -por mucho que habria podido escribirse una (al estilo, por ejemplo, de La muerte de Ivan Illich, de Tolstoi) con buena parte de las experiencias que tengo la intencion de recoger aqui. Ademas, lo que la propia Sendino quiso que ofreciera en su nombre al mundo fue algo asi como un testimonio, lo mas fidedigno posible, de su vivencia de la enfermedad. Y todos estamos obligados a respetar las ultimas voluntades de nuestros muertos. Este escrito se justifica solo por esta voluntad, y esto conviene dejarlo claro desde el principio: no me guia ninguna otra pretension; escribo porque asi se me pidio. Y me gustaria comenzar haciendolo con esta afirmacion: si es cierto que los ultimos dias y hasta las ultimas horas en la vida de una persona simbolizan bien lo que esa persona ha sido o querido ser, entonces debo pensar que Sendino era lo que en el catolicismo se entiende por santo. Como es logico, esto no significa que todo en ella fuera perfecto o que Sendino careciera de esas fallas o lacras que caracterizan a los mortales y sobre las que cabria atribuirle alguna responsabilidad. Yo acepte a Sendino con estas presuntas deficiencias o imperfecciones, y es asi, en todo caso, con ellas, como me parecio -y ello casi desde el momento en que la conoci- un ser muy especial. Este calificativo, especial, se transformo pronto en admirable; y el admirable, con el tiempo, paso a insigne. Y no lo digo porque su figura haya quedado engrandecida en mi recuerdo tras su muerte, como tan a menudo nos sucede con los difuntos. Resulta facil encontrar virtudes a quienes ya no estan en este mundo. Casi se diria que lo necesitamos para justificar su biografia, tantas veces lamentable o, al menos, triste y mediocre. Lo que a mis ojos hace grande a Sendino, en cambio, no es la muerte sino el morir, el modo de morir. Quiza convenga saber que trabajo como capellan de un hospital desde hace algunos anos y que, como no podia ser menos, en dicha institucion sanitaria he tenido la oportunidad de atender a muchos enfermos y moribundos. Me han requerido en incontables ocasiones para administrar la uncion de los enfermos, por ejemplo, o para escuchar en confesion a quien queria reconciliarse antes de someterse a una importante intervencion quirurgica, o incluso para la llamada recomendacion del alma y despedida del cadaver. Informo sobre todo esto solo para dejar claro que, por mi actual ocupacion, son muchos los enfermos terminales que han pasado ante mis ojos y por mis manos sacerdotales; y que de este modo he podido constatar como suelen morir los hombres: inconscientes, atormentados, tranquilos, angustiados... Ninguno como Sendino. La muerte de Sendino destaca en mi corazon sobre todas las demas. Y no porque fueramos amigos -pues no creo que la relacion que mantuvimos pueda calificarse de este modo-; ni porque tuvieramos una particular afinidad. No, Sendino y yo eramos muy diferentes, y aunque compartiamos la fe cristiana, nuestra forma de vivirla y nuestra sensibilidad religiosa eran muy distintas. La suya, con toda seguridad, incomparablemente mas firme y meritoria que la mia. Remarco esta no afinidad emotiva e intelectual para dar a mi texto, en lo posible, una cierta neutralidad con la que espero que se incremente su valor. Entre por vez primera en la habitacion de Sendino, la 305-D de Oncologia, en el mes de mayo de 2008, si las fechas de mi diario no me enganan. Lo que primeramente me llamo la atencion en ella -pues era lo mas visible- fue su compostura. Sendino estaba acostada con dignidad, casi me atreveria a decir que con elegancia. Y es que hay enfermos a quienes se ve acostados de cualquier manera: con su cuerpo desmadejado e informe, o tenso, o abandonado a su suerte y como preparado para la rendicion final. El cuerpo de Sendino no. Ni siquiera cuando su declive fisico estuvo en su nivel mas alto, llego a perder su porte. En sus movimientos -nunca bruscos- siempre hubo armonia. En la postura que finalmente asumia, aun en medio del dolor, habia esa firmeza y flexibilidad que hacen que un cuerpo humano pueda ser calificado de hermoso. Si, Sendino era hermosa: tenia una mirada franca y limpia, una sonrisa timida y amable -nunca coqueta-, una piel blanca y tersa, unas manos graciles -aunque grandes- y una feminidad totalmente natural, nada impostada o estudiada y, por eso quiza, tan encantadora como desconcertante. Su forma de vestir, por otra parte, aunque fuera con un simple camison y unas zapatillas, era siempre cuidada, nunca afectada. La colcha o sabanas con que se cubria, siendo las comunes del hospital, estaban siempre perfectamente dobladas. Pero -repito-, no con esa rigidez propia del perfeccionista o del maniatico del orden, sino flexiblemente, amablemente. Aunque uno entrara a verla con cierta prisa, habia algo en aquella habitacion (ahora entiendo que era la compostura de la enferma, su aura quiza) que invitaba a tomar asiento frente a ella y a quedarse a su vera al menos unos minutos. Asi pues, el cuerpo de Sendino era femenino pero asexuado, elegante sin afectacion, flexible pero no amorfo, terso, pero no rigido. Lo segundo que mas llamaba la atencion en Sendino era su manera de hablar. Aunque no me dijo que era medico, desde el principio supe que se trataba de una persona culta. No lo digo, como es obvio, por los tecnicismos medicos que, ocasionalmente, salpicaban su discurso, sino por la inusual correccion de su expresion hablada. Sendino no era como la inmensa mayoria de nosotros, que en el lenguaje hablado dejamos buena parte de las frases sin terminar, dando mucho por sobrentendido o montando una idea sobre la otra, con la intencion de no dejar ninguna sin decir. No. Tanto en el lexico, de gran precision, como sobre todo en la sintaxis, rica y hasta compleja, Sendino cautivaba a quienes la escuchabamos. Nunca asisti a ninguna de sus clases de medicina, pero estoy convencido de que tuvo que ser una excelente profesora. Exponia sus ideas, ademas, de forma muy sistematica y concienzuda; quiza demasiado analitica, lo que en algunos casos podia hacerla parecer prolija. Pero ella misma se percataba de su prolijidad, y no eran pocas las ocasiones en que se reprimia. Le vencia el deseo de ser didactica. Supongo que sentia una autentica pasion por la ensenanza. Tambien por aprender (y esto resulta particularmente loable en quien tanto sabia), y ello tanto en el campo sanitario, que fue en el que se formo, como en el mas especificamente cristiano, que fue del que bebio para nutrirse por dentro. De modo que cuando yo entraba en su cuarto sabia que iba a asistir a una especie de leccion magistral. Sendino iba a explicarme su estado de salud con todo detalle, pues a ella no le bastaba un simple <> o un <> (nunca me confeso que se sintiera verdaderamente mal). <> De forma que describia sus sintomas, los derroteros que habia tomado su ultima conversacion con los medicos, las hipotesis mas plausibles que se habian abierto, las terapias mas convenientes que le habian propuesto y sus contrapartidas, el pronostico previsible y, en fin, otras tantas particularidades sobre las que ella se extendia sin recato. No se debia preguntar a Sendino como se encontraba si es que realmente no se deseaba ser informado. Lo tercero que mas llamaba la atencion de esta enferma (y hablo de un tercer lugar por ser lo menos visible de forma inmediata) era su altisimo nivel espiritual. Claro que ya su compostura y lucidez testimoniaban la excelencia de su interioridad, pues no hay cuidado del alma que no termine por redundar en el cuerpo y en la inteligencia. Pero, en el caso de Sendino, a este nivel espiritual solo se accedia tras varias conversaciones. ?Por que? Por discrecion, pues Sendino vivia su fe religiosa con una reserva exquisita, casi diria que con pudor. Esta ha sido una de las virtudes que he valorado mas en ella. Porque no es que escondiera al Cristo que la sostenia; no es que ocultase los signos religiosos que -para quien quisiera verlos- podian distinguirse en su habitacion (un libro de piedad y el rosario en la mesilla de noche, una estampa pegada en la pared...). Era que todos aquellos objetos de culto estaban ahi sin ostentacion ni verguenza, sino con amable naturalidad. Quiza la discrecion fuera uno de los rasgos preponderantes de la espiritualidad que Sendino profesaba, lo ignoro. El caso es que si lo religioso brotaba de sus labios era porque de esos labios no podia brotar, en ese momento, mas que lo religioso.

  • Un cerezo en Nueva York de Alba Biznaga

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  • El tercer deseo de Jessica Khoury

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  • Tiempo de odio de Andrzej Sapkowski

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    La catastrofe se abate sobre el mundo de Geralt de Rivia. Decir que la conoci seria una exageracion. Pienso que, excepto el brujo y la hechicera, nadie la conocio de verdad jamas. Cuando la vi por vez primera no me causo especial impresion, incluso pese a las extraordinarias circunstancias que lo acompanaron. Se de algunos que han afirmado que al instante, a primera vista, percibieron el halito de la muerte que seguia a esta muchacha. A mi sin embargo me parecio completamente normal, y ya por entonces sabia yo que no era normal, por eso me esforce en mirar, descubrir, percibir lo extraordinario en ella. Pero nada vi y nada percibi. Nada que pudiera haber sido senal, presentimiento ni profecia de los tragicos acontecimientos posteriores. Aquellos de los que fue causa. Y aquellos que ella misma provoco.

  • El engano de la princesa de Kiersten White

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    LA PRINCESA GINEBRA HA LLEGADO A CAMELOT PARA CASARSE CON UN EXTRANO: EL CARISMATICO REY ARTURO.

  • Dulce enemiga de Vanessa Lorrenz

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    Londres 1838 Las ruedas del carruaje parecia que se saldrian de su eje en cualquier momento, la velocidad con la que se dirigian no era la normal. Los duques de Brentwood no sabian lo que estaba ocurriendo, habian intentado llamar al cochero, pero nunca recibieron respuesta. Venian rogando por no encontrarse con algun asaltante de caminos, pero parecia que la suerte no les habia sonreido. La duquesa sabia que ese viaje desde que habia comenzado fue una completa locura, pero ahora que estaban en camino de regreso a su casa, no esperaba que los fueran a atracar. Se lamentaba haber sido tan imprudente. --Edward, ?que esta sucediendo? --la voz de alarma de la duquesa no paso desapercibida para el duque, sobre todo teniendo en cuenta que entre sus brazos llevaba a su pequena hija que tenia una semana de nacida, una nina hermosa que habia heredado el mismo color de cabello que su esposo, los ojos redondos del mismo color de la miel lucian en ese instante cerrados, mientras dormia ajena a la preocupacion de sus padres. Se sobresaltaron al sentir que el carruaje giraba de manera desenfrenada, provocando que casi se voltearan, las ruedas aumentaron la velocidad, aunque eso parecia imposible, mientras el duque golpeaba de nuevo la ventanilla de comunicacion sin obtener respuesta alguna. No se escuchaban mas que el ruido de los cascos de los caballos galopando a una velocidad fuera de lo normal. Su esposa volvio a llamar su atencion preguntando que sucedia, pero en ese instante no tenia la menor idea, mucho se temia que nada bueno estaba pasando. No sabian que era mejor; si detenerse y enfrentar a los asaltantes, terminar en medio de un lago, o en el mejor de los casos volteados en medio del camino. --Pase lo que pase, Charlotte, necesito que mantengas la calma --dijo el duque tratando de parecer sereno, cuando no lo estaba en absoluto. Sus vidas estaban en peligro y si algo le pasaba a su esposa o a su hija jamas se lo podria perdonar. --Me estas asustando, Edward --le contesto la duquesa, mientras aferraba a su hija contra su pecho en un gesto de proteccion. --Cielo, no debe de ser nada, solo te lo digo para que estes prevenida por si nos llegamos a topar con forajidos. Un jadeo escapo de los labios de la duquesa por el temor que la recorrio, eran bien conocidas las historias sobre los asaltantes; solian ser despiadados sino conseguian hacerse con el botin, de manera inconsciente se llevo la mano al collar que habia pertenecido a su familia, su valor sentimental era incuantificable, pero ella daria todo lo que poseia porque los tres lograran salir de ese peligro sin un solo rasguno. Cerro los ojos rogando para que todo se tratara de una simple equivocacion. Bajo la mirada al regordete rostro de su hija y lo acaricio con ternura mientras veia el brillo destellante del camafeo que llevaba ese dia colgado en su pequeno pecho; el carruaje fue perdiendo velocidad y en cuestion de minutos se detenia poniendolos mas nerviosos. El duque busco el arma que estaba siempre guardada debajo del asiento; en un compartimiento secreto, pero no la encontro. Ambos se sobresaltaron al escuchar el estruendo con el que se abrio la puerta dejando ver a un hombre corpulento con la cara cubierta, apuntandolos directamente con un arma. No les dio tiempo de decir una sola palabra, dos disparos se escucharon en aquel camino desolado, mientras el llanto de un bebe se alejaba al igual que los pasos de los forajidos. CAPITULO 1 Londres 1855 El agua cristalina del lago reflejaba los intensos rayos del sol. Marian sonrio cubriendose los ojos para contar hasta diez mientras Olivia corria a esconderse. Solo tenian una hora de juego dentro del convento que, hacia la funcion de orfanato, ya que despues tenian que regresar para hacer sus labores. Asi que trataban de disfrutar al maximo de esos momentos. --!!Diez, listos o no, alla voy!! --Encontrar a Olivia no fue dificil, ya que nunca lograba estarse quieta en un solo lugar, aunque Marian trato de fingir que no la veia caminando alrededor del campo, buscando por todas partes, aunque el tenue sonido de su cantarina risa la delato, asi fue como la encontro de manera rapida detras de un arbol frondoso de manzanas, su mejor amiga estaba en cuclillas tratando de sofocar una carcajada--. !!Te atrape!! Ahora tenemos que regresar antes de que nos den unos azotes por no ayudar en la cocina. Ese era el pan de cada dia, acababan de cumplir diecisiete anos, y habian llegado al convento cuando tenian unos dias de nacidas, con la unica diferencia que Marian llego unas horas antes que Olivia; de ahi que todas dijeran que eran hermanas. Nadie sabia el paradero de sus padres, ni siquiera si tenian algun familiar lejano. Las hermanas del convento las recogieron dandoles la bienvenida a las dos pequenas que se sumarian a los mas de cincuenta que ya atendian. Como Marian fue la primera en llegar decidieron llamarla con el nombre de la madre superiora y, a la otra pequena la nombraron Olivia, ya que era el nombre que traia el santoral. --Apresurate, Olivia, tenemos que llegar a tiempo. --Su amiga resoplo, mientras ella se sacudia una mancha de tierra que se habia adherido a su vestido color gris, odiaba esa vestimenta, pero no tenian mas ropa que esa, y la verdad es que deberian estar muy agradecidas con las hermanas que las adoptaron pues les debian todo, les habian dado lo mas parecido a un hogar. Camino lo mas rapido que pudo, pero sus botines de cuero que eran un numero mas grande se le atoraron en una piedra provocando que trastabillara. Por suerte, su amiga la sostuvo del brazo evitando que cayera. --!?Por que siempre sois tan torpe, Marian?! --dijo su amiga con el ceno fruncido como si estuviera enojada--, deberian de ponerte un cartel de peligro. --Lo siento, es culpa de estos zapatos, me quedan grandes --dijo tratando de acomodarse el botin que se habia salido de su pie. --?Sabes?, cuando salga de este lugar, voy a buscar a un duque que me lleve a vivir a su castillo. --Los duques no viven en castillos --dijo sonriendo, porque su amiga siempre decia lo mismo, repetia mil veces que estaba harta de vivir en ese lugar y que algun dia saldria de ahi para conquistar a un caballero de armadura dorada que la rescatara de la pobreza donde estaban sumergidas. --Pues conquistare a un principe, no importa, lo unico que quiero es no tener que utilizar estos vestidos tan horrendos. --Marian miro a su amiga con enfado, no le gustaba la manera en la que se expresaba de lo que les daban en ese lugar, pero las hermanas no podian hacer gran cosa por ellas, ya que vivian de la caridad de la buena sociedad londinense. --Sabes que la madre superiora hace todo lo posible por darnos ropa y calzado, debemos estar agradecidas --dijo Marian reprendiendola. --Marian, pero ?es que no has visto cuando la duquesa ha venido a dejar los viveres de este mes? --dijo Olivia refiriendose a la duquesa de Brentwood, que cada mes se dedicaba a llevar en persona todos los apoyos del comite de beneficencia. Esa era una de las funciones de las damas de sociedad, bueno, tal vez solo de las damas mas respetadas, porque habia tambien las que se dedicaban unicamente a asistir a los bailes hasta caer el amanecer y dormir hasta que el atardecer les despertaba para asistir de nuevo a otra velada. --Debes dejar de sonar con esas ideas, aunque encontraras a un duque dispuesto a enamorarse de ti, solo te utilizara y te dejara por no tener sangre noble. --Tal vez si muestro el camafeo que me regalaste, pueda aspirar a tener un buen marido. Me niego a ser una criada en casa de esos ricos. --Doncella, Olivia --la reprendio porque su amiga siempre hablaba con desprecio de las personas que servian en la casa grande--. La duquesa aun no ha mencionado a quien se llevara a su casa para que se integre al servicio, pero seria un honor que nos eligiera, nuestra vida cambiaria por completo. ?No te ilusiona?, estariamos todo el dia trabajando, siendo parte del mundo que los rodea. --Pues espero que no me elija a mi, yo naci para bailar a la luz de las velas, entre los brazos de un apuesto caballero --dijo Olivia, simulando que tomaba entre sus manos la tela de un vestido de fiesta y daba vueltas por el patio trasero del convento. --Estas mas loca que una cabra --dijo, mientras sonreia y comenzaba a caminar mas deprisa. En cuanto pusieron un pie dentro del convento la actividad no ceso hasta que todas las huerfanas estuvieran en sus camas.

  • Imperio (Las Guerras Del Loto 2) de Jay Kristoff

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    Tras la muerte del Shogun, en el Imperio de Shima se desata una terrible lucha entre los clanes para hacerse con el poder. Con el fin de evitar la guerra civil, el Gremio del Loto conspira para restaurar la dinastia Kazumitsu. El proximo Shogun es alguien que conoce muy bien a Yukiko. Alguien que no descansara hasta verla muerta. Mientras las habilidades de Yukiko aumentan mas alla de su control, se acentuan tambien las pesadillas de Kin, el rebelde del Gremio del Loto que ayudo al tigre del trueno. Muestran visiones de un futuro perturbador e inconcebible. Ni siquiera el miedo a la muerte frenaran a Kin cuando trate de evitar que esas pesadillas premonitorias se hagan realidad. Los rebeldes planean asaltar el palacio del Shogun antes de que pueda dar inicio la nueva dinastia, pero, desde lejos, un inesperado enemigo aprovechara la debilidad del Imperio para asestarle un golpe mortal a el y a todos sus habitantes. Yukiko y Buruu deberan volar a traves de los oceanos tempestuosos, hasta las islas del cristal negro, donde aguardan rivales que no temen a las garras del tigre del trueno y que no caeran ante ninguna katana.

  • Multimillonario en otro cuerpo de April Z. Monroe

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    70 anos contaba Maximiliano Garcia cuando contrajo matrimonio con la senorita Claudia, para entonces 45 anos menor que el. Maximiliano, de alta clase social, personalidad serena, pensativa, enigmatica e interesante, se enamoro de Claudia una tarde de invierno, en la que ella paseaba junto al que, para entonces, era su esposo: el senor Rodolfo Agustin, uno de los jovenes mas asalariados de la epoca. Sin embargo, la fortuna de Rodolfo jamas se compararia con la de Maximiliano, que dedico su vida a multiplicar su dinero forjando grandes empresas de renombre, en el sector petrolero, siderurgico y agropecuario. Esa tarde Maximiliano y Claudia estrecharon sus manos por primera vez, y pareciera que con su mirada hicieron un pacto. Yo estaba presente, cinco anos trabajando para el senor Maximiliano y era mi deber hacer sus paseos. Teniamos extensas charlas inolvidables, eran gratos momentos. Un mes despues de conocer a Claudia, recibimos una fatidica noticia, el senor Rodolfo habria muerto por cusas naturales. Para nosotros esa noticia genero gran impacto, considerando que era un joven de apenas 30 anos y que contaba con una excelente condicion fisica. El dia del velatorio Claudia lloraba desconsolada en una esquina, ella solo queria "morir con su amor", exclamaba mientras limpiaba sus lagrimas con sus manos. En un gesto de autentica caballerosidad --como era de acostumbrarse--, El senor Garcia extendio su mano ofreciendo un panuelo blanco, para que la triste viuda secara sus lagrimas. Ella gradecio con una sonrisa, algo forzada, al no poder contener el llanto. Maximiliano expreso sus condolencias y tomando una de las delicadas manos de Claudia, susurro: --Mi mas sentido y sincero pesame --ella le miro fijamente y asintio. Maximiliano y yo caminamos por el velatorio, hicimos acto de presencia y luego nos marchamos. A el no le agradaban los ambientes funebres. --Mi querida Estela --me decia--, el tiempo es mas valioso que el oro, y a mi ya se me esta acabando. Lo que me queda por vivir quiero hacerlo en lugares llenos de vida, no en espacios llenos de tristeza y dolor. --Entiendo perfectamente, Maximiliano, vamos a casa. La mansion Garcia era de increibles dimensiones, tanto que podias llegar a sentirte solo, aunque en ella habitaramos mas de treinta personas, entre cuidadores, cocineros, agricultores, domesticas, entre otros empleados, y por supuesto, yo, su enfermera. Los familiares de Maximiliano pasaban por la mansion a vacacionar, siempre habia alguien de paso hospedandose en la mansion Garcia. Uno de los pocos residentes permanentes era su hijo Enrique, de diez anos, concebido por el senor Garcia y la senora Clara tras un embarazo de alto riesgo en el que ella, no sobrevivio. A Maximiliano le gustaba la soledad, sin embargo, no queria morir rodeado de ella, queria sentir el amor de una mujer a su lado, algo que me expreso en reiteradas ocasiones, cuando me decia que el tiempo valia mas que oro, y que queria estar rodeado de vida. Pero, cuando se referia a "vida", jamas me imagine que se tratara de una mujer tan joven. Cuatro meses despues de la muerte de Rodolfo, su viuda y heredera de la mitad de su fortuna, Claudia, hizo una visita pasajera por el lugar, queria despejarse de todo y expreso que nada mejor que la compania de un caballero como Maximiliano Garcia. Con el pasar del tiempo, las visitas de la senorita Claudia a la mansion fueron constantes, hasta que, despues de ocho meses --al cumplir un ano de viuda--, llego a la mansion con sus maletas. Todos nos sentimos muy extranados, pero la atendimos como si fuese su hogar. Esa tarde, al final del dia, Maximiliano nos reunio a todos, trabajadores y familiares, para dar la noticia: --A partir de hoy Claudia vivira con nosotros, y pronto he de llamarla mi esposa. Para mi fue una noticia de gran impacto, pero, ?que hacer? El patron estaba dispuesto a vivir su vejez de la mejor manera. ?Y que mejor manera que con Claudia? Mujer pretenciosa, de modales y muy refinada. Su viudez no logro quitarle su rozagante semblante, su cabello negro largo y liso, su hermosa figura, sus ojos azules y su tez, blanca como la leche. Definitivamente, cualquier hombre caeria en los brazos de tan bella y voluptuosa mujer. Y Maximiliano, en su condicion de hombre, no fue la excepcion. Durante los primeros la senorita se mostraba muy cortes con todos, incluso con Gabriel, el hijo del senor Maximiliano, con quien era especialmente adorable. 2 Pronto Maximiliano se convencion de querer la mano de tan perfecta mujer, asi que la pidio en matrimonio. Ella, indudablemente, dijo que si, mientras dos grandes lagrimas de felicidad brotaban por sus ojos. La vida de ambos habia cambiado considerablemente, el paso de ser un viudo solitario a convertirse en un senor lleno de vida y el esposo de una de las mujeres mas codiciadas del lugar. Ella, paso de ser la viuda de un joven acaudalado, a convertirse en la esposa de uno de los hombres mas pudientes, figurando en varias revistas como uno de los mas millonarios de america. Todo era perfecto para los dos, o mejor dicho, para los tres, porque la vida del pequeno Gabriel tambien cambiaria por completo, al tener en su vida a una figura materna. Yo siempre lo acompane en todo, trate de brindarle no solo mis servicios sino tambien mi amistad. Pero, ahora con la senora, era indispensable que ella ocupara el rol de madre y amiga, por lo que muchos de los trabajadores de la mansion Garcia tuvimos que distanciarnos un poco del muchacho. La boda fue opulenta, aunque el senor Garcia queria una boda en su isla privada a unas horas de la mansion --el era amante de la playa-- Claudia insistio en hacerlo en una iglesia gotica, en Europa. Esto implico que la mayoria de las personas cercanas al senor Garcia no pudimos asistir, de hecho, por orden de ella, ninguno de nosotros, sus mas fieles trabajadores y amigos, fuimos invitados. Pero, el sabia que lo entenderiamos y que lo primero que deseabamos era su felicidad. Seis meses pasaron, los esposos disfrutaron de una maravillosa boda y luna de miel, de la cual pudimos apreciar fotos que Gabriel nos enviaba constantemente --al menos del dia de la boda--, fue emocionante observar como, despues de la perdida de su senora, se encontraba rehaciendo su vida y casandose en un lugar majestuoso de Europa. Finalizada la luna de miel, pudimos encontrar a un senor Garcia mas euforico y contento, pero, por el lado de la senorita Claudia fue un poco mas distinto, nos encontramos frente a una mujer un poco mas arrogante e imponente. "Ser la esposa de uno de los hombres mas ricos del mundo no es tan facil como parece", afirmaba Florencia, una de las mas antiguas trabajadoras del senor Maximiliano, y si ella lo decia, debia ser verdad. Nadie mas que ella conoce la historia de esta casa. Pasaron los meses y nos acostumbramos a la nueva realidad, nos adaptamos a recibir ordenes de Claudia, principalmente, en todo lo relacionado con temas de hogar. 3 Cuatro meses pasaron y el senor Maximiliano empezo a sentirse descompensado, fue preocupante para todos, ya que tenia padecimientos cardiacos con los que debiamos tener especial cuidado. Maximiliano era celoso con sus pastillas para la tension, yo las compraba, y el se encargaba de tomarlas de forma puntual y cumplida. Podia olvidarse de cualquier cosa, menos de ello, !y mucho menos ahora que debia disfrutar de la presencia de su maravillosa esposa! Pero, las cosas se fueron poniendo cada vez mas delicadas. El doctor insisitio en la puntualidad de las pastillas "es importante que no falte su dosis diaria", afirmaba. Nosotros asentiamos, sabiamos que nuestro trabajo estaba cumplido. Atribuyo sus dolores al estres, asi que se dedico unos dias a descansar en casa junto a su amada esposa Claudia. Pero, para asombro de todos, un dia de descanso, bajo el cuidado de todos sus empleados, Maximiliano sufrio un paro cardiaco fulminante que acabo con su vida.

  • El Novio de mi Hermana de Nahomy Rodriguez

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    Anne Salvyn se ha graduado de abogada, poniendo en pausa su sueno de ser fotografa para continuar con el legado familiar. Y viendose envuelta en la desmedida manipulacion de su familia, encontrara apoyo y comprension en quien menos lo espera, Nataniel Rousse, el novio de su hermana.
    Ese apuesto hombre que suele mirarla en secreto y en silencio cuando nadie los ve. El que, asqueado de ser tan correcto, y cansado de vivir en una mentira, despertara en ella la chispa de una indebida pasion contra la que no podran batallar.
    Una apasionada historia de amor, que rompera las barreras de lo debido y se colara en tu corazon para enfrentar el miedo a ser feliz.

  • Los besos que quiero darte de Priscila S

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    Lara, Belen y Luisa. Tres amigas inseparables, de esas que se apoyan en los peores momentos de la vida.
    Diferentes y a cual mas loca, pero ?que pasa cuando en sus caminos se cruzan tres hombres igual o mas locos que ellas?
    Tres uniformados que las sacaran de sus casillas.
    Secretos, mentiras, deseo, pasion y amor son los ingredientes para esta trilogia.
    No te pierdas la historia de cada una de ellas.