• libro la peligrosa amante del jeque - Elizabeth Lennox

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    Shanelle Basara se subio un poco mas el formal vestido, irritada por tener que llevar un atuendo como ese. El hecho de que tuviera que estar alli era ridiculo, sobre todo porque se habia tenido que arreglar tanto para un idiota arrogante y engreido. Habia dejado bastante claro a los poderes facticos que no tenia ningun interes en estar alli ese fin de semana, pero alli estaba. Desgraciadamente, no tenia la opcion de ignorar la citacion sin mas. !Era el jeque! ?Pero que hacia ella alli? Shanelle miro a su alrededor y vio a muchisimas mujeres ansiosas y entusiasmadas, la mayoria de ellas mas bellas y preparadas que ella. Claro que algunas de esas diferencias eran intencionadas. Habia restado importancia a su aspecto a proposito, apenas se maquillo y eligio el vestido menos favorecedor que pudo encontrar. El vestido sin espalda era de un gris plateado que hacia que su piel pareciera palida y amarillenta. El corte del vestido hacia que sus caderas parecieran enormes y sus pechos apenas eran visibles, a diferencia de las elecciones hechas por muchas de las senoritas presentes. El corte del dobladillo probablemente mostraba demasiada pierna, pero era lo mejor que pudo conseguir con tan poco tiempo. Nadie diria que estuviera gorda, pero se negaba a morirse de hambre como muchas otras mujeres. Tenia una cintura pequena, ?pero a quien le importa la linea? Sus piernas eran bonitas, pero no demasiado tonificadas como las de la mujer que tenia a la derecha. Ni eran tan largas y delgadas como las de la mujer a su izquierda. Caminaba al lado de su madre y de su padre sintiendose inepta, cohibida y amargada, deseando ser otra persona y estar en otro lugar. No entendia por que habia tantas mujeres invitadas al gran baile en el palacio. Si los rumores eran ciertos, el jeque buscaba una esposa. Pero el hombre tenia treinta y seis anos y habia estado soltero hasta el momento. ?Por que cederia a la tradicion y se casaria ahora? No tenia ningun sentido. Desde luego, tampoco tenia mucho sentido que ella y sus padres estuvieran alli. Su padre era adinerado y caia en gracia al gobierno, pero no era un funcionario de alto nivel ni el director de una institucion. Su madre no trabajaba, pero ayudaba a su padre con la socializacion, lo que Shanelle sabia que era una parte muy importante de la vida en Canaan. Igual que en muchas carreras politicas gubernamentales, gran parte del trabajo del gobierno se realizaba durante los eventos sociales, durante negociaciones discretas con una copa de vino o bourbon que terminaban con un apreton de manos. Pero aquello no tenia nada que ver con Shanelle, asi que le resultaba muy extrano que la invitaran cuando nunca habia formado parte de esa red social hasta el momento. Asi que los rumores de que el jeque necesitaba encontrar una esposa debian ser ciertos. Puesto que aquella no era una posicion a la que Shanelle aspirara, deseaba darse la vuelta y volver a casa, acurrucarse en su comoda silla y leer un buen libro. Claro que tambien podria dedicar unas cuantas horas mas a estudiar para los examenes de derecho del proximo mes en los que se habia inscrito. Mientras esperaba en la cola a que la anunciaran, miro alrededor intentando averiguar como escabullirse de esa ridicula charada. No queria llamar la atencion, queria pasar desapercibida. Estar en segundo plano. -Papa, necesito ir a refrescarme -dijo ella y solto la mano de su brazo antes de que el pudiera replicarle. Sonrio a su madre para tranquilizarla, pero giro sobre sus tacones y se marcho en direccion opuesta. Detuvo a uno de los sirvientes que llevaban una bandeja con copas de champan, le pregunto donde estaba el servicio y se dirigio hacia alli lo mas rapido posible. Si tuviera mucha suerte, podria quedarse en la zona lujosa hasta que acabaran todos los anuncios. Shanelle tenia un plan. No era un plan muy bueno, pero le permitiria permanecer invisible. Volvio a asomarse al cabo de diez minutos e inspecciono el pasillo. Seguia habiendo una fila de personas que avanzaban hacia el salon de baile, pero al menos sus padres ya estaban dentro. Eso queria decir que ya no era necesario que la anunciaran formalmente a su llegada. !Podia ser anonima! Sonrio, se levanto la falda y recorrio el pasillo por donde los camareros iban de un lado para otro. Ser invisible seria mucho mas facil si pudiera pasar por la entrada de los sirvientes en lugar de la puerta principal. Sospechaba que el jeque y su sequito estaban esperando al pie de la escalera, saludando a cada uno de los invitados a medida que los anunciaban. Con una sonrisa de deleite, oteo el pasillo, entusiasmada por la idea de haber despreciado al jeque de esa manera. Era poca cosa y quiza insignificante, pero no era buena idea despreciar abiertamente a un hombre tan poderoso. Asi que esas pequenas rebeliones eran todo lo que podia ingeniar de forma segura. Se detuvo en la esquina, se giro un poco y miro al salon, intentando descubrir si era seguro entrar por ese pasillo o si debia buscar otro. Malik Badri del Rahal, Jeque de Canaan, vislumbro con el rabillo del ojo el destello de plata en la esquina. Levanto la mano y el ayudante que caminaba a su lado quedo en silencio inmediatamente. Si no hubiera sufrido tantos intentos de asesinato recientemente, jamas habria accedido a la celebracion de ese fin de semana. Pero incluso Malik acepto que la mejor manera de detener los atentados contra su vida era casarse rapidamente y engendrar un heredero. O varios herederos, como le habian aconsejado en muchas ocasiones. Malik se habia resistido a la idea, pues preferia concentrarse en hacer que el pais creciera. La idea de tomarse el tiempo para casarse y engendrar un heredero le parecia un desperdicio ridiculo. Pero tras el cuarto atentado contra su vida, Malik supo que debia hacerse algo drastico. No era que no le gustara la compania de mujeres. No, indudablemente disfrutaba esa parte de la vida. !Incluso con mucho placer! Lo que le fastidiaba era simplemente la idea de estar atado a una mujer. Sus consejeros le habian dicho una y otra vez que estar casado no implicaba que no pudiera disfrutar de la variedad, solo que deberia ser mas discreto al hacerlo. Ese pensamiento le dejo un mal sabor de boca, pero ya se habia hecho a la idea del matrimonio. Y la manera mas apropiada de cumplir la tarea era reunir a tantas mujeres aptas como fuera posible en el palacio y seleccionar una que pudiera cumplir el trabajo. Aquel era el tercer fin de semana y, hasta el momento, ninguna mujer le habia llamado la atencion. En ese momento, Malik deseaba senalar a una de ellas y terminar ya con la decision. Aquello parecia vulgar, pero estaba cansado de aquellos fines de semana llenos de bailes y cenas elaboradas. Tenia cosas que hacer y pasar el tiempo socializando con un grupo de mujeres excesivamente maquilladas, acicaladas y muertas de hambre no parecia una buena forma de pasar el tiempo ni de gastar el dinero. El destello de plata desaparecio por el pasillo de los sirvientes y Malik camino rapidamente en esa direccion con la determinacion de capturar a quien estuviera colandose en el salon. Sabia que no era un sirviente, ya que estos llevaban uniformes dorados y bermellones. Se le paso por la cabeza que, si pudiera capturar el destello de plata, quiza podria conseguir algunas respuestas sobre el plan para librarse de el. Si pudiera descubrir quien intentaba matarle, podria eliminar la amenaza y no tendria la necesidad urgente de casarse y engendrar un heredero. Malik sabia que su ayudante lo seguia, sin saber por que no estaban yendo hacia el salon de baile. El publico ya se estaba reuniendo con ansias por ver al jeque y presentarle a sus hijas para que las examinara. Pero lo que vio cuando giro la esquina era mucho mas fascinante que cualquier intencion criminal. El trasero curvo y exuberante que habia ante el hizo que su cuerpo reaccionara con un interes inesperado. ?Por que alguien enviaria a una mujer para matarlo? Cuando el bonito trasero desaparecio bajo el voluminoso vestido de baile, observo con un interes mayor como una pierna larga y esbelta aparecia por la parte frontal. La mujer tiro del material plateado que tenia sobre esa pierna pero a Malik no le importo, ya que aquello hizo que levantara un poco la mirada. La agradable y seductora vision del pecho de la mujer cautivo su atencion. Solo pudo ver el costado y la mayor parte del pecho estaba cubierta con el fabuloso vestido, pero pudo entrever suficiente para captar su interes. <>, penso con placer. Malik recorrio el pasillo e hizo una senal a sus guardias para que se adelantaran a la mujer por el pasillo paralelo pero sin detenerla. Sus ordenes eran esperar mientras el descubria cuales eran sus intenciones. Mientras observaba, la belleza del vestido plateado caminaba sigilosamente por el pasillo. Por que intentaba ser tan silenciosa era un misterio, pero la forma en que echaba un vistazo a cada pasillo perpendicular era adorable, dandole a el otra vision de su adorable pompis. A medida que ella avanzaba por el pasillo, comenzo a sospechar que esa mujer no era del tipo criminal. Era demasiado obvia y muy poco sigilosa. Ademas, la expresion de su cara tenia algo que no parecia propio de alguien con intenciones de asesinar. Parecia demasiado alegre, demasiado encantada con su travesura. Cuando llego al final del pasillo, se acerco con intencion de verle la cara. Despues de haber observado su cuerpo durante los ultimos minutos, admitio que estaba mas que un poco intrigado. Fascinado seria una expresion mas adecuada. Se acerco mas y observo con interes como ella cruzaba los dedos a su espalda para despues asomarse a la entrada del salon de baile. <>, penso el. De ninguna manera iba a permitir que esa pequena belleza se perdiera entre la multitud, como sospechaba que intentaba hacer. Una asesina no cruzaria los dedos a su espalda. Sacaria una pistola u otra arma. Tampoco llevaria un vestido plateado que atrapara la luz, haciendo que toda su figura brillara. No, una asesina pasaria desapercibida, posiblemente con un vestido negro o incluso marron. Algo que muchas otras mujeres vistieran. O se vestiria como una camarera. Pero aun asi, ella destacaria. Ese cabello negro y reluciente trenzado en la parte trasera de su cabeza resaltaba su delicada estructura osea. <>, penso el mientras la luz del salon de baile iluminaba sus rasgos. Sus ojos eran de un marron chocolate oscuro, su piel tenia un color cremoso con tonos melocoton que el no creia que fuera maquillaje. Tenia unas pestanas largas y gruesas que rodeaban esos ojos almendrados, haciendo que tuviera un aspecto sensual sin usar montones de maquillaje. Incluso el hecho de que llevara menos de la mitad de maquillaje que las demas mujeres habria hecho que destacara. Por no mencionar el entusiasmo de sus adorables y expresivos ojos cuando se mordia su carnoso labio inferior. No, esa mujer no era una asesina. El se apostaba la vida literalmente con ese instinto cuando se acerco mas y se apoyo contra la pared justo detras de ella. En esa posicion, ella estaba demasiado ocupada mirando a la vuelta de la esquina, pero el pudo ver debajo de ese bonito vestido aquellos pechos que sus manos repentinamente ansiaban sostener y examinar. Eran abundantes y exquisitos y el corte del vestido le dio una seductora vision del profundo escote y las interesantes sombras. Sus ojos percibieron el lazo que mantenia el corpino sin espalda en su lugar y deseo con desesperacion estirar de ese provocador cordel para poder ver completamente esos pechos

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  • LA PELIGROSA AMANTE DEL JEQUE - LENNOX ELIZABETH

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    Si a esta historia le hubiera dedicado algo más de tiempo, estoy segura que hubiera logrado una novela muy buena. hace 4 años. 0 0. Información del libro.

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    Puesto que aquella no era una posición a la que Shanelle aspirara, deseaba darse la vuelta y volver a casa, acurrucarse en su cómoda silla y leer un buen libro.

  • La Peligrosa Amante del Jeque - Finalizada - Wattpad

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    Como si de un cuento de hadas se tratara, Shanelle Basara recibe una invitación para asistir a una gala en el palacio. Según los rumores, Malik Badri del Rahal, ...

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  • La peligrosa amante del jeque ( - Elizabeth Lennox - Docer.com

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    3 jul 2019 — Índice Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Extracto de Su amante cautiva, Libro 1 de Los Hermanos Thorpe Títulos de Elizabeth Lennox ...

  • La reticente amante del principe (Atracciones innegables 2) de Elizabeth Lennox

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    Wyndi Carmichael contuvo el aliento cuando el hombre, sorprendentemente alto y escalofriante, entro en el restaurante barato y grasiento del muelle. Se sento a una mesa de la zona donde estaba ella, recogio el menu plastificado y contemplo las opciones. Definitivamente no encajaba entre la clientela habitual que frecuentaba ese restaurante barato y grasiento. Ella lo observo detenidamente, desconfiando al momento y limpiandose las manos con nerviosismo en el sucio delantal que llevaba atado alrededor de la cintura. Ese hombre era alto y elegante, y de el emanaba un poder en cierto modo escalofriante. Sus ojos negros otearon el restaurante como si el fuera el dueno, y tambien al resto de clientes. Su nariz de aguila y su mandibula cuadrada anadian un toque de peligro a su aspecto. No se le podia considerar guapo de ninguna forma, pero era locamente atractivo. Habia un aspecto crudo en el que era… tentador, a muchos niveles, haciendo que fuera el doble de peligroso. Wyndi se acerco a su mesa con precaucion, insegura de que esperar. El vestia ropas demasiado caras para ser de la misma clase socioeconomica que sus clientes habituales y sus ojos estaban inquietos, como si buscara a alguien. ?O quiza esperaba a alguien? No estaba segura. Pero el estaba en su zona, asi que se acerco a la mesa. No pudo mostrar su sonrisa habitual, pero intento mostrar un semblante educado en lugar de su tipica amabilidad publica. Le gustaba relacionarse con otras personas, le parecian fascinantes. Uno de los motivos por los que era tan buena en su trabajo. Las propinas que recibia como camarera estaban por encima de lo normal, pero incluso en las raras ocasiones en que recibia una propina mayor que la media, la cantidad no era excesiva. En ese restaurante de esa parte de la ciudad, los clientes no ganaban montones de dinero como en Wall Street. No vestian a la ultima moda y desde luego que no tomaban vino para comer. Lo normal era una cerveza el dia de la paga, y agua el dia de antes, cuando iban justos de dinero. Asi que, ?por que estaba ese hombre, vestido con un traje que probablemente costaba mas que los sueldos de todos los demas clientes juntos, sentado a una mesa y mirando en direccion a ella con expectacion? Wyndi se acerco a la mesa, fingiendo que no le temblaban los dedos mientras rebuscaba su boligrafo y libreta de comandas en su delantal. -?Que desea tomar hoy? -pregunto, mas alejada de la mesa de lo que estaria normalmente. Acostumbraba a apoyar la cadera o el muslo contra la mesa, conectando en cierta manera con los comensales. Pero aquel hombre era aterrador. Su mirada penetrante le creaba una sensacion de poder amenazante. La observaba con aquellos ojos negros, quiza atravesandola, evaluandola. Tamar levanto la mirada y se sorprendio al ver los delicados rasgos de la encantadora criatura que le devolvia la mirada. Sus ojos azules y sus gruesos rizos rubios eran sorprendentemente bellos. Tenia una boca amplia con unos labios sensuales que se mordia con unos dientes blancos y bonitos. Pero lo que mas le llamo la atencion fueron los asustados ojos azules que le devolvian la mirada. Normalmente no causaba ese efecto en las mujeres. Se amontonaban ante el, invitandole al juego del apareamiento. Por su experiencia, la mayoria de ellas esperaba conseguir un dije caro; la mas ambiciosa buscaba el prestigioso titulo de esposa. Los ojos azules de esa mujer eran precavidos, como si ella pudiera sentir el poder que el tenia y lo temiera. Para el era un misterio por que esa adorable mujer estaba tan nerviosa, pero estaba intrigado. -?Que me recomendarias? -pregunto el, fascinado por el destello de sus iris y su respiracion entrecortada. Su cuerpo respondio del mismo modo mientras pensaba en todas las maneras en que le gustaria morder ese carnoso labio inferior. Entre otras partes exquisitas de su cuerpo. Wyndi vio el fulgor de su nariz, el calor que emanaba de aquellos ojos negros y misteriosos, y quiso huir, esconderse en algun lugar hasta que ese hombre perturbador desapareciera. La asustaba hasta los huesos, y ella no era alguien a quien le gustara burlarse del peligro o provocar a un oso. Aunque, desde luego, ese hombre no podia ser considerado un oso. <>, penso ella cada vez con mas escalofrios de conciencia que se esforzaba por sofocar. No era que creyera que el pudiera saber cual era su mision secreta. Cuando ella lo miro a los ojos, sospecho que podria saber el resto de cosas. Lo cual era mucho, mucho peor. Ella aparto la mirada y se metio las manos en los bolsillos. -Hay una hamburgueseria genial tres locales mas abajo. Tamar se rio levemente de esa <>, sorprendido no solo porque intentara mantener la distancia, sino por que intentara echarlo del restaurante. -He escuchado que la comida aqui es bastante deliciosa -mintio sin remordimientos. El unico motivo por el que se encontraba en ese restaurante era porque sus tecnicos habian rastreado la senal de un hacker hasta esa direccion. Encontrar a ese angel entre los trabajadores del lugar no fue mas que un hecho fortuito. Ella parpadeo extranada por su lenguaje formal, insegura de que pensar de el. Definitivamente no encajaba alli. Aquel era un barrio obrero. Los clientes del lugar eran del tipo brusco que se toman una hamburguesa rapida y varias cervezas tras un duro dia de trabajo en los muelles. El lugar de aquel hombre parecia ser una sala de juntas, no sentado en la cabina de una excavadora. Ella hubiera apostado a que ni siquiera se habia ensuciado las manos nunca. Probablemente tampoco seria muy bueno en una pelea a punetazos, aunque sus hombros parecian bastante anchos y robustos bajo el tejido fino de su traje. Wyndi se encogio de hombros, como si la comida fuera pasable. -No parece usted el tipo de hombre que come hamburguesas y bebe cerveza -contesto, preparada para despacharlo. -Quiza tu y yo podamos cenar esta noche y ver que tipo de hombre soy -ofrecio el, fascinado por la nerviosa criatura. En un instante, supo que esa bella rubia de precavidos ojos azules seria su siguiente amante. Se froto la barbilla mientras calculaba mentalmente cuanto tardaria en tenerla ronroneando, rogandole que la tocara. Wyndi jadeo, sorprendida por lo directo que era el. -No lo creo -replico ella-. ?Va a pedir algo? Si no, hay otras mesas que debo atender. Tamar solto una risita mientras la observaba atentamente. <>, penso. -Traeme la especialidad de la casa -le dijo el devolviendole el menu plastificado y ligeramente grasiento. Wyndi le devolvio la mirada, intentando comprender que pretendia. ?Quien se creia que era? ?La especialidad de la casa? Aquello era un restaurante de un barrio de clase obrera, no el Ritz. No tenian una especialidad de la casa. Pero en lugar de discutir con el, se encogio de hombros, ignoro el menu ya que su sitio estaba en los asperos soportes de madera que habia sobre la mesa, al lado de la ventana, y se dio la vuelta sobre el tacon revestido de sus zapatillas deportivas. ?Queria la especialidad de la casa? <>, penso con una sonrisa de deleite. El no podia verla, por suerte, pero ella escribio algo en su libreta de comandas y despues clavo el papel en la rueda metalica de comandas, girandola para que Billy, el cocinero ese dia, pudiera ver la comanda. Tras hacer eso, fue a las demas mesas, sonriendo y saludando a los clientes. Relleno sus tazas con cafe o sus vasos con agua e ignoro completamente al hombre de la mesa, que ahora hablaba por el movil. Intento escuchar disimuladamente, sin importarle que fuera de mala educacion. Solo queria comprender que hacia el alli. Era muy extrano, pero hablaba en un idioma que ella no podia entender, asi que se alejo con la intencion de dejarle en paz todo lo posible. Cuando Billy grito que la comanda estaba lista, ella volvio a la cocina y sonrio en anticipacion a lo que venia. Llevo el pesado plato a la mesa y lo coloco delante del hombre junto a una gran jarra de agua y un vaso. -!Buen provecho! -dijo ella, intentando ocultar su diversion mientras el observaba el enorme plato. Tamar contemplo el plato de comida con interes, inseguro de que era exactamente, pero pudo ver en la encantadora mirada de ella que creia haberle hecho una jugarreta. Lo que ella no sabia era que el viajaba por todo el mundo en representacion de los intereses de Surisia. Su primo era el jeque y habian crecido juntos desafiandose el uno al otro a probar las comidas mas exoticas que pudieran encontrar. Aquella hamburguesa con multitud de condimentos no iba a poder con el. -?Imagino que el agua es por mi propio bien? -pregunto el. Su deseo de llevarse a esa mujer a la cama, de doblegar su voluntad, era incluso mas intenso ahora que ella le habia desafiado de esa manera. Wyndi se encogio de hombros, mirandolo y sonriendo triunfante. -El chile es bastante picante. Y los jalapenos tampoco se quedan muy cortos -ella se pauso, intentando esconder su sonrisa-, pero si desea otra cosa, solo tiene que decirmelo. Tamar rio, encantado con ella. -Tiene una pinta maravillosa. Gracias por tu ayuda. Le excitaba tanto el travieso destello en la mirada de ella que queria levantarla, sentarla sobre la mesa y besarla hasta que ronroneara bajo sus caricias. No dudo ni un momento mas y agarro la hamburguesa con ambas manos como si fuera un profesional devorando las comidas mas pringosas posibles. Wyndi se aparto, sintiendose derrotada de alguna forma. Se esforzo por ignorarlo, pero mientras atendia el resto de tablas mantenia la mirada sobre ese hombre y su hamburguesa. Cuando dio el primer bocado y no se quejo, ella comenzo a sentirse culpable. !Era una hamburguesa enorme! !Tenia guacamole, un huevo frito, montones de rebanadas de jalapeno, una gran cucharada de chile picantisimo y tambien crema agria! Era una de esas hamburguesas que algunos se comian por la noche, tras un largo y duro dia de trabajo, y normalmente les encantaba. !Pero aquel hombre no era uno de ellos! Era demasiado elegante, demasiado refinado. Ella se dio la vuelta cuando el dio otro bocado, pensando que deberia pasar otra comanda para el. Quiza una buena ensalada o algo ligero. No tardaria en tener el estomago revuelto. !Bueno, lo tendria si seguia comiendose esa maldita cosa! Se sintio tan mal por lo que habia hecho que ni siquiera podia mirar en direccion al hombre. Se quedo mirando fijamente la bandeja de vasos limpios, con el corazon retorciendosele por la sucia jugada que le habia hecho. Ese hombre la habia asustado, ?

  • Mi Amor Gitano (Amores Imposibles 1) de Amaya Evans

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    Una casa para senoritas, muy conocida por gente de sociedad, a la que llegan jovenes pertenecientes a las mejores familias del pais cuya reputacion ha sido danada o destruida debido a algun escandalo. Por este motivo, y gracias a la verguenza que le han hecho pasar a sus familias, son enviadas a este centro de rehabilitacion de comportamiento para que cuando esten listas salgan de alli, a hacer una vida digna de su status social.

  • La falsificadora de arte de B.a. Shapiro

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    Claire Roth es una artista de Boston que vive en su propio estudio de alquiler, que trabaja reproduciendo obras de arte para un portal web y que imparte clases de pintura de manera voluntaria en un correccional de menores. Ella lucha por abrirse camino en el mundo del arte, donde la consideran una paria a causa de la turbulenta relacion con Isaac Cullion, tambien artista, y de un escandalo.
    Su gran oportunidad llega cuando Aiden Markel, un reconocidisimo galerista, se presenta en su estudio y, tras declararse admirador de su obra, le ofrece un trabajo de dudosa legalidad a cambio de una suma importante de dinero y de una exposicion en la galeria Markel G. para que exhiba su serie original de cuadros sobre ventanas.

  • Bellini de Anna Casanovas

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    Hacia un ano que Daniel Liveux dirigia la orquesta del Liceo de Barcelona y podia afirmar que profesionalmente habia sido la mejor decision de su vida, en lo personal no estaba tan seguro. Cambiar Paris por Barcelona le habia resultado muy facil, de Francia echaba de menos a sus mejores amigos y las comodidades de su casa, y tambien esa sensacion de tranquilidad que conlleva estar en el lugar donde has nacido y crecido. Pero no echaba de menos la condescendencia de la prensa y los paparazzi que en Paris lo seguian a todas partes. En Espana la maxima <> se llevaba a rajatabla y Daniel, si quisiera, podria salir a la calle medio desnudo sin que ninguno de sus vecinos se inmutase. En Francia seguian hablando de el, pero ahora solo aparecia en la prensa rosa muy de vez en cuando y probablemente lo sacaban para rellenar un hueco. Sin embargo, la prensa musical especializada y los circulos intelectuales que orbitaban alrededor de la Opera de Paris estaban pendientes de todas y cada una de sus apariciones en el Liceo espanol y las aplaudian con entusiasmo. Era como si ahora que ya no estaba alli, en Francia, lo hubiesen descubierto. Daniel sentia que por fin se estaba quitando de encima la etiqueta de nino mimado que le habian colgado esos mismos criticos musicales que ahora tanto lo adoraban cuando fue elegido director de la orquesta de Paris. En los articulos que recortaba y guardaba (aunque nunca lo reconoceria) ya no aparecia la coletilla <> ni mencionaban sus fiestas o sus amantes en medio de una resena de una opera. Por fin era solo Daniel Liveux, musico, compositor, director de orquesta. Para un hombre que con diecinueve anos gano un Cesar por la banda sonora de la pelicula mas taquillera en la historia del cine frances y que a los veintitres tenia ya seis Grammys, el respeto de la prensa de su pais era el santo grial, y por fin lo tenia. Y le importaba una mierda. La manana que leyo en Le Figaro una critica donde calificaban su batuta de magistral y se dio cuenta de que no sentia ninguna emocion, que no le subia por la espalda ningun cosquilleo o que no sonreia orgulloso de si mismo, Daniel se asusto. La apatia le dejo helado, la mano con la que sujetaba el periodico temblo, era la que mas utilizaba para dirigir la orquesta, y flexiono los dedos hasta arrugar las hojas de papel. El no podia no sentir nada. Imposible. El se ganaba la vida dejandose llevar por la pasion, sucumbiendo siempre a los instintos mas basicos, escuchando atentamente cualquier capricho o peticion de sus sentidos. Daniel no podia <> y, sin embargo, eso fue lo que paso esa manana. Daniel no tenia por costumbre dedicarle demasiado tiempo a la introspeccion, asi que se dijo que debia de estar resfriado, se tomo un cafe como a el le gustaba y salio a correr por la playa. El atico que tenia alquilado estaba frente al mar, en un exclusivo edificio de la zona olimpica de Barcelona, y a su alrededor se encontraban algunos de los hoteles mas caros de la ciudad. Siempre que corria por alli atraia el interes de alguna que otra turista. No solia hacerles caso, para Daniel correr era casi tan sagrado como su musica, pero esa manana, si tenia suerte, haria un excepcion. La hizo, ella era guapisima, divertida, atrevida, y aunque el encuentro le dejo exhausto fisicamente en sus entranas no sintio nada. NADA. El no se enamoraba de las mujeres con las que se acostaba, pero siempre sentia algo cuando estaba desnudo con una de ellas. No era una maquina y le gustaba saber que aunque era solo sexo el siempre sentia respeto por la mujer que lo acompanaba y unos instantes de conexion. La chica no se dio cuenta, gracias a Dios, y despues de una ducha y de vestirse con la ropa de deporte (toda de licra y de colores extremadamente llamativos) volvio a su hotel con una sonrisa en los labios y dejandole a Daniel sus datos de contacto. El volvio a ducharse, esta vez solo y dejando que el agua helada cayese con fuerza sobre sus hombros, y se fue al Liceo con la certeza de que no iba a llamarla. Lo mejor seria que no estuviese con nadie hasta que se quitase de encima ese virus que sin duda estaba incubando. Cuando llego a la Rambla y cruzo la puerta del Liceo ya se sentia mejor. Habia ido hasta alli en moto y durante el trayecto no habia pensado en nada. Se habia dejado llevar por la musica que habia sonado a todo volumen dentro del casco. Si los motoristas o los conductores de los coches que se detenian a su lado supieran que escuchaba musica clasica, ese dia Wagner, para ser mas exactos, no se lo creerian. A Daniel le gustaba el rock, el pop, el soul, el jazz, el heavy metal, el folk. Podia disfrutar casi con cualquier composicion siempre que tuviese sentimiento, que fuese de verdad. Pero solo ciertas piezas de musica clasica lograban erizarle la piel y hacerle sentir vivo. --Buenos dias, Daniel --la directora de la fundacion que gestionaba el Liceo lo miro sorprendida--, me habian dicho que hoy no estabas. Pilar Fortuny giro su delicado cuello hacia la derecha para fulminar con la mirada a su secretario. --Y no iba a estar --se apresuro a puntualizar Daniel al ver el rostro aterrorizado del joven--. ?Me necesitas para algo? El ayudante, Ricardo, suspiro aliviado y le entrego una carpeta de piel negra a Pilar cuando esta le tendio la mano. --Si, ?por que no vamos a tu despacho? --En realidad ya estaba caminando hacia el--. Anula la reunion de las diez y encargate de que nadie nos moleste --anadio en voz mas alta para Ricardo. El joven musito un gracias en direccion a Daniel y se fue a cumplir con las ordenes de su jefa. Daniel penso que nadie se merecia tener que soportar a Pilar ocho horas diarias. El tenia que lidiar con ella de vez en cuando y se podia permitir el lujo de torearla porque en ultima instancia ella era sustituible y el no. --Adelante, sientate donde quieras --la invito sarcastico cuando entro en su despacho y vio que Pilar habia apartado una pila de partituras de una silla para ocuparla. --Tienes esto hecho un desastre, le dire a Ricardo... --Deja a Ricardo en paz. Pedi que no entrase nadie a limpiar porque despues no encuentro nada. --Es imposible que puedas trabajar aqui. --No lo es. Ella le aguanto la mirada, el collar de perlas se levanto un poco cuando solto el aire para conceder esa batalla a Daniel. --Esta bien. Daniel sonrio y fue a sentarse. El nunca se sentaba en su escritorio, le gustaba mucho mas leer partituras tumbado en un sofa o en el suelo. La alfombra de ese despacho era magnifica y si se ponia uno o dos cojines bajo la cabeza podia pasarse horas en ella. Algo le dijo que a Pilar no le gustaria saberlo, y mucho menos hablar con el de esa manera, y opto por dejar encima de la mesa los libros que habia amontonado en la silla del escritorio y sentarse en ella. --?En que puedo ayudarte, Pilar? --Entrelazo los dedos y espero.

  • Unicamente tu de Moruena Estringana

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    Owen y Lilliam tienen un secreto que ninguno de sus amigos sabe… ni tan siquiera ellos mismos.
    Hace anos se conocieron estando de vacaciones y pasaron una semana de confidencias que acabo en una larga noche de pasion. Una noche en la que un par de extranos, sin nombres ni nacionalidades, fueron el uno para el otro.
    Han pasado siete anos y, aunque comparten amistades, no se han visto hasta ahora.
    Owen necesita restaurar su pub y para ello contrata a Lisa y a Lilliam. Esta aceptara encantada sin saber que, cuando conozca al dueno del bar, se encontrara cara a cara con el unico hombre que ha conseguido acariciar su piel y su alma al mismo tiempo.
    El deseo y la complicidad que nacio entre ellos aquella noche de placer sigue intacto a pesar del tiempo. Pero existe un problema.
    Hay secretos que se confesaron que tienen mucho peso y marcan la diferencia entre dejarse llevar por lo que sienten o vivir ignorando al hombre que puede ser el amor de su vida.

  • En pos de la verdad de Pedro Prendes

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    Uno de los tantos periodistas que se vio obligado a salir de Cuba en los primeros anos de la revolucion, regresa luego de casi medio siglo. La justificacion de su regreso es la constante busqueda de la verdad. El no penso nunca en volver, mientras las causas por las que tuvo que salir existieran, pero un dia, mientras revisaba un paquete de viejos recortes de periodicos, que con curiosidad y delicadeza su esposa guardara en un cofre, y en los que sus ideas estuvieron involucradas, se encontro con una noticia de aquellos tiempos que lo hizo detener subitamente y cambiar de idea.

  • Blody de Monika Bennett

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    A Blody la vida parece sonreirle. Ha conseguido plaza en la prestigiosa universidad de California y esta ansiosa por empezar su primer ano de psicologia.Todo parece irle bien a Blody, pero la felicidad de esta joven universitaria se vera truncada por un asesino en serie que ha puesto todas sus miras en ella.Un thriller psicologico banado de sangre que hara las delicias de los amantes del genero.Ten cuidado o te atrapara.

  • Un capricho del corazon, Kate Ross de Kate Ross

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  • La Vida en tus Palabras de Andrea Golden

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    Un derrumbe parcial en la nueva carretera que comunicara Tungus con Skardu (Pakistan) descubre una caverna centenaria.
    En su interior encuentran vestigios de un pasado: utensilios de labranza, distintas alforjas repletas de semillas y un decrepito arcon de madera que contiene varios codices en perfecto estado, sorprendentemente, escritos por una mujer.
    Tras ser investigados y ante la dificultad del entendimiento de algunas palabras contenidas en ellos, Marco y Sajan, trabajadores del Canal Historia, deciden pedir ayuda.
    Dana, experta paleografa en un prestigioso museo de Washington, recibe la propuesta de ir hacia ese pais, viaje con el que sono en numerosas ocasiones y que, por distintas circunstancias familiares, nunca hizo.
    Nuestros protagonistas seran sorprendidos por la subyugante historia de Nasila, una joven avanzada a una epoca en la que, con suerte, las mujeres valian un punado de monedas.

  • A solas de Idalia Candelas

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    Abre este libro con sigilo, como si te asomaras a la intimidad de una mujer soltera. Hallaras las escenas de quien goza la dicha de vivir sola y feliz.

  • Padre de la mafia (Vegas Clandestina 2) de Renee Rose

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    J CAP I TULO UNO enna LA MUSICA demasiado alta podria ser lo unico que me mantiene de pie en este momento. Reboto y giro en la pista de baile al ritmo de DJ Sunshine, la DJ mujer con mas onda de Ibiza. Es posible que tenga unos cuantos cosmos encima. La habitacion se inclina y gira de forma alarmante cada vez que me detengo. Creo que deberia agradecerle al mafioso Nico Tacone por pagar la cuenta de este estilo de vida fiestera, pero me pase toda la vida odiandolo, asi que ser agradecida seria todo un ajuste. De todas formas, me libero de nuestro contrato de matrimonio y me dio el dinero para escapar hasta que el resolviera las cosas con nuestras familias, asi que no tengo ninguna queja acerca de el. Me doy vuelta y me choco con una pared de exquisito traje italiano. El placer de la conocida esencia masculina me supera, y tiro los brazos alrededor del cuello del hombre antes de que mi cerebro registre lo que significa. Me han encontrado. Atrapada. -!Alex! -respiro. La mano derecha de mi padre. Su soldado, guardaespaldas, protegido; lo que sea que quieran llamarlo. No quise tirarme encima de el, pero el control de mi cuerpo no esta en su mejor momento. Ay, ?a quien engano? Quiero pegarme contra este hombre por completo. Ha sido el objeto de mis enamoramientos de colegiala desde que tenia quince. Fuerte, apuesto, poderoso, sensual. Italiano. Es todo lo que amo en un hombre. Y esta fuera de mi alcance. O en vez de eso, como princesa de la mafia con un contrato de matrimonio con otra familia, yo he estado fuera de su alcance. Lo que significo que sin importar cuanto coqueteara o intentara provocarlo, nunca mostro el menor interes por mi mas alla del ardor del deseo que juro estaba grabado en su mirada. Pero tal vez les echara a todas las chicas esas miradas sofocantes porque estoy bastante segura de que es un gran seductor. Sus brazos de hierro enroscan mi cintura, supuestamente para levantarme, porque no estoy haciendo un buen trabajo por mi misma, pero lo tomo como una invitacion y levanto las piernas para envolver su cintura. -Eso es, bambina. Nunca antes me llamo bebe y el placer que me causa se expande en mi interior mientras el tuerce mi antebrazo bajo mi trasero, se gira y camina rapido hacia la puerta. Para cuando mi cerebro entiende lo que esta sucediendo, ya salimos de la pista de baile y casi estamos fuera de la discoteca. -!Espera! Intento agacharme. Creo que cuando me colgue de el al saludarlo buscaba un baile sensual en la pista. Pero Alex solo piensa en los negocios, y si cree que me arrastrara de vuelta a Chicago para afrontar a mi padre, tendra que una pelea en sus manos. Pateo y me revuelco y de repente Yuri, el ruso gigante y tatuado que se sienta y mira a DJ Lucy todas las noches con cara de bobo, se para en frente de nosotros y bloquea a Alex. -Baja a la chica. Su acento es marcado como sus brazos musculosos. Es imposible no amar a Yuri. Estoy noventa y nueve por ciento segura de que tambien estuvo en la mafia. O bratva, como sea que llamen a la mafiya rusa. Sus tatuajes muestran sus antecedentes y cuando no esta mirando embobado a Lucy, su expresion promete la muerte a quien sea que se meta en su camino o que mire por mucho tiempo a su chica. El cuerpo ya inmovil de Alex se vuelve aun mas rigido. Me baja de a poco hasta los pies, supongo que para tener las manos libres para pelear. Empujo mi cuerpo entre ellos, pero sin mucho esfuerzo Alex me mueve hacia atras de el. -Esta bien, Yuri. -Mierda, estoy arrastrando las palabras un poco. Toco el brazo bien vestido de Alex-. Es mio. Quiero decir, esta conmigo. Estoy con el. Me puede llevar ahora. Yuri se suena los nudillos. -?Conoces a este tipo? No es seguro. Escucho a Alex grunir, en serio, a mi lado. -Es seguro para mi, -digo con rapidez-. No para otra gente. -Definitivamente no para ti. Tomo el brazo de Alex, ansiosa por salir de alli sin que corra sangre-. Dejanos pasar, Yuri. Los parpados de Yuri se entrecierran, pero despues de unos momentos, se hace a un lado. Alex no deja de mirar al tipo de forma amenazante hasta que estamos lejos, luego me vuelve a levantar y me lleva como a una nina pequena sobre su cadera. -Esto es divertido. -Me siento mas alto y pataleo como una nina feliz. Es una posicion ridicula, pero me encanta. -Te tiraria sobre mi maldito hombro, pero temo que me vomites los talones, -grune Alex. Me rio aninada y enredo los dedos en su cabello grueso y oscuro. En alguna parte de mi mente, ya se que manana me avergonzare por mi comportamiento, pero en este momento, es muy placentero estar tan cerca de Alex sin inhibiciones. Parece que me ha estudiado porque camina una cuadra hasta mi hotel y va directo hasta mi suite, donde espera a que busque a tientas dentro del pequeno bolso cruzado hasta encontrar mi llave. Sin querer se me cae y solo entonces me baja. Estoy borracha, asi que es probable que invente cosas, pero me gusta pensar que disfruto llevarme tanto como a mi me encanto montarme en su cintura. Por supuesto, me gustaria montar su cintura de otra forma por completo, pero es probable que eso no suceda. -Por favor dime que mi papa no esta aqui, -digo arrastrando las palabras mientras abre y empuja la puerta hacia mi suite de lujo en la que me he estado quedando. -No, solo yo. -Su voz es tensa. Se quita la chaqueta de traje con un tiron impaciente. -?Por que estas enojado? Levanta una ceja, lo que resulta extremadamente sensual en el. En serio tengo una debilidad por los peces gordos italianos y enojados. Victima por vivir en La Cosa Nostra, creo. Sus ojos se obsesionan conmigo, observan mi falda muy corta y mi pequena camiseta con tirantes. Bueno, estoy mostrando mucha mas piel que cuando estaba en casa, pero estoy en una isla espanola. -Estabas bailando en una discoteca, vestida asi. Borracha. !Te podria haber pasado cualquier cosa, piccolina! Niego con la cabeza, lo que hace que la habitacion gire. -Estaba a salvo, -digo arrastrando las palabras-. Viste como actuo Yuri. Me detiene el hecho de que Alex sujete mi antebrazo, me de vuelta, y empuje mi torso hacia abajo sobre la cama. Me rio aninada cuando su mano me golpea en el trasero, aunque en realidad sea insolente. -No vuelvas a decir ese maldito nombre. -?Que? Yuri. !Oh! !Bueno! Auch. -Bailo hacia la derecha y hacia la izquierda mientras me vuelve a golpear el trasero cinco veces mas-. Por dios, Alex. ?Que? ?Estas celoso? -De nuevo, es algo que no habria dicho sobria. Pero tampoco me ha dado vuelta o dado nalgadas un soldado de papa. Y tengo que admitir, es emocionante, aunque un poco miserable. No me da miedo Alex. Lo que le dije a Yuri fue en serio; es seguro para mi. Su lealtad a mi padre le llega hasta los huesos. Hasta ahora, habria jurado que no me tocaria un pelo de la cabeza, pero las nalgadas no me preocupan. De hecho, las tomo como signo de que quizas de hecho podriamos llegar a algun lado con Alex de una vez por todas. -?Celoso? -Alex respira agitado, lo que no tiene sentido porque esta en muy buena forma. A menos que… este tan excitado como yo. Tira hacia arriba mi falda muy corta. Chillo y la agarro con las dos manos para mantenerla abajo, pero me toma de las munecas y las pone detras de mi espalda. Luego me levanta la falda hasta la cintura y me pega en el trasero. Llevo una tanga, asi que su palma se conecta con mi piel desnuda y hace un chasquido que estoy segura de que la gente de la habitacion de al lado puede escuchar. Mi vagina se tensa con la intimidad del acto. Su mano esta tan cerca de mis hormigueantes partes femeninas. -Si, quizas. -Me vuelve a pegar-. ?Un ruso stronzo intenta impedirme irme contigo? Tiene suerte de que no le deje las bolas en la garganta. -Me esta dando nalgadas fuertes, primero en un cachete, luego en el otro. Me ahogo al respirar. No esperaba que Alex me reclamara. Por supuesto, puede que no signifique nada. Es probable que crea que le pertenezco porque actua como agente de mi padre. Y Dios sabe que mi padre se cree mi dueno. Me sigue dando nalgadas. -Dime que no has pasado todas las noches alli como estas ahora. No respondo porque no le mentire, y la verdad hara que se enoje mas. No estoy segura de poder soportar mas nalgadas, aunque mi vagina esta mojada y mi clitoris late. Toma mi silencio como un si y me golpea mas fuerte; su mano cae en movimientos rapidos y marcados. -Dime… -su voz se vuelve aspera, casi entrecortada-. Dime que no dejaste que esos bastardos se aprovecharan de ti. !Dime! -ruge. Em… ?que bastardos? Deja de darme nalgadas. -?Jenna? Si, su voz suena entrecortada. -No. Nunca. Todavia soy virgen, por ridiculo que suene. Todos estos anos, prometida a Nico Tacone; no lo se, creo que tenia miedo de que me hiciera algo horrible si no era virgen en nuestra noche de bodas. Y ya que me libero hace unos meses, bueno… nadie aqui era Alex. Asi que esa es la verdad. Alex me levanta de forma abrupta y me gira para que lo mire. -?Nunca? -dice casi sin voz. Niego con la cabeza. -Nunca, nunca. Su boca baja hasta la mia en un beso hostil. Estoy extasiada. Todo este tiempo estuve esperando no haber interpretado una atraccion que no era real. Rece porque no me volviera a rechazar. Y ahora, gracias a la virgen Madonna, !me esta besando! Me toca el trasero desnudo con ambas palmas, lo aprieta y presiona con firmeza sobre la carne marcada mientras sus labios se retuercen sobre los mios, su lengua invade. Es un beso perverso. Uno demandante. Empujo la pelvis hacia adelante, me quedo de puntas de pie para frotar mas alto. Su miembro se aprieta contra mi panza con una insistencia dura. Ay, Dios; es ahora. Perdere mi virginidad con el tipo al que siempre sone darsela. Alex DE ALGUNA FORMA me obligo a alejarme de Jenna. Sabe a arandano y vodka y quisiera devorarla, pero no puedo. Es la hija del don. ?Pero a quien engano? Acabo de hacerla arrodillar y darle nalgadas en el trasero como a una nina traviesa. Si eso no es reclamarla, ?que es? Y en serio, si no la reclamo ahora, las nalgadas serian un insulto humillador para ella. Ya no esta atada a Nico Tacone. Eso significa que esta libre. ?No es asi? Capturo la parte de atras de su cabeza y comienzo a besarla de nuevo. Sus labios son suaves y se ofrecen, su cuerpo se amolda al mio. No se por que pero tengo que averiguar mas acerca de los hombres. Soy un maldito celoso de solo saber que hay tipos que la vieron vestida asi. Presiono su espalda contra la cama, caigo sobre ella, todavia haciendoselo a su boca con mi lengua. Le sostengo las munecas por encima de la cabeza y me detengo para respirar. -?Cuantos hombre, Jenna? Solo dime. Ella frunce el ceno, su frente se arruga de forma adorable. -Te lo dije… Ninguno. No puedo respirar bien. -?Ninguno aqui? ?O ninguno… nunca? Se hace mas pequena ante mis ojos y me siento como el stronzo mas grande del planeta por menospreciarla. Por mucho que me inspire instintos dominantes y protectores, me gusta verla en su poder sexual. -Ninguno, nunca, -murmura. Mi pecho se tensa. Cazzo. A pesar de irradiar sexualidad, Jenna Pachino es inocente. La vuelvo a besar, de forma tierna esta vez. Y luego me obligo a salir de encima de ella. Porque me asegurare de hacer que su primera vez sea buena, no una aventura de borrachera de la que podria arrepentirse manana. Coloco mis brazos bajo sus hombros y rodillas para deslizarla sobre la cama y bajo las cobijas. Me sonrie, pero cuando la tapo hasta el menton, frunce el ceno. -?Que estas haciendo? -Te estoy metiendo en la cama, tesoro mio. Se sienta y me busca. -?No vendras? Me corro de su alcance, porque, maldita sea, si la dejo tocarme, me metere en esa cama en medio segundo. -Creeme, bambi, no hay nada que me gustaria mas que golpear entre esas piernas hasta que no puedas caminar derecha manana, pero no lo hare.

  • Combustion (Electrico 4) de E. L. Todd

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    Cuarto libro de la serie Electrico

  • Feliz ano nuevo de

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  • Cataclismo de Aryam Shields

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    Si tuvieras que elegir entre el amor y tus suenos ?Que harias?
    La vulcanologa Charlotte Hunter tenia su futuro planificado, ambiciosa y brillante, sabe que no cometera los mismos errores de sus padres. Ella esta destinada a triunfar.
    Hasta que una noche conoce al corresponsal de prensa Nathaniel Coleman.
    Entre ellos surge una atraccion instantanea que hace tambalear las premisas que Charlotte habia decidido para su vida, antes de que suceda lo inesperado ella decide marcharse sin pensar en nadie mas que en ella.
    Seis anos han pasado desde que Nate vio por ultima vez a Charlotte, la vida le ha sonreido, esta a punto de casarse con una mujer hermosa y ha cumplido todo lo que una vez sono.
    Pero el cubrimiento mediatico a un congreso partira su vida en dos cuando un encuentro inesperado con su amor del pasado, lo lleve a enfrentarse a mentiras ocultas y verdades que siempre han estado alli envolviendolos en un verdadero Cataclismo
    ?Pueden tus ideales lastimar lo verdadero e importante?
    De la autora de las bilogias Ensename y Contrato llega esta intensa y adictiva historia. ?Te atreves a conocerla?

  • Nacion de Marte 3. Hard Science Fiction de Brandon Q. Morris

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    --EMPUJA --DIJO THEO--, !Y TEN CUIDADO! El objeto triangular comenzo a moverse despacio hacia el. Permitio que el borde delantero se deslizara hacia sus manos enguantadas. La estructura, creada a partir de paneles de cristal adheridos a la base, era sorprendentemente pesada. Dio un pequeno paso hacia atras y aseguro su agarre de la base antes de que toda la estructura pudiera deslizarse fuera de la zona de carga del rover. --Vale, para --dijo--. Ahora te necesito aqui. --De acuerdo --oyo responder a Rebecca por la radio del casco. Salto con elegancia desde la zona de carga y llego al otro extremo de la estructura. La base, un grueso panel de plastico de unos tres metros de largo y ancho, podia transportarse con facilidad por dos personas. Sin embargo, encima se encontraban dos paneles rectangulares de grueso cristal, apoyados entre si, que formaban caras opuestas de una estructura con forma de cuna que habia sido cerrada al insertarle dos paneles triangulares de cristal en los laterales. --?Ves la zona de montaje? --pregunto Theo. --Si. Habian nivelado la zona el dia anterior y hoy habian situado el rover cerca. Estaban en la cima de la colina que se cernia sobre su pequeno asentamiento. El prisma de cristal iba a situarse alli como la joya de una corona. --Y, !tira! --ordeno. En perfecta sincronia, lo levantaron del rover y caminaron de lado la corta distancia desde el vehiculo hasta el lugar elegido--. Y abajo --dijo. Se mantuvieron mientras se agachaban para bajar la estructura hacia la superficie. La soltaron como estaba planeado y volvieron a enderezarse. Theo dio un paso atras. Rebecca miro colina abajo y saludo con la mano. Habia visto a alguien que los observaba. La presencia del asentamiento solo era evidente si mirabas dos veces, ya que la mayor parte estaba situada bajo tierra. --Traere el primer contenedor --declaro Theo. Esta era la parte mas debil de su plan. Habian traido contenedores de agua y los habian mantenido dentro del caldeado rover. Iban a llenar la estructura de cristal con el agua... con rapidez, si tenian en cuenta que la temperatura del aire era de cuarenta grados bajo cero. No tenian mucho tiempo antes de que el agua se congelara. --Abrire la valvula de llenado --dijo Rebecca. Esta era la "division del trabajo" que habian planeado. Theo se acerco al rover y saco el primer contenedor de la zona de carga. Volvio deprisa a la cuna de cristal, abrio el sello del contenedor mientras caminaba y vertio el agua dentro de la estructura. --!Funciona! --exclamo Rebecca--. !Felicidades! --Gracias. El contenido del primer contenedor habia cubierto el fondo de la estructura. Recorrio a toda prisa el camino entre la estructura y el rover ocho veces mas. Habia calculado, por supuesto, la cantidad de agua que necesitaria para llenarla. El nivel del agua subia en proporcion a cada vertido porque la estructura se estrechaba desde el fondo hasta la cima. Sin embargo, Theo no fue lo bastante rapido con el ultimo recipiente. El agua se congelo antes de que pudiera verterla y solto un bufido de frustracion. --Deberia estar bien asi --dijo Rebecca--. Mira... solo faltan un par de centimetros en la parte de arriba. --Cierto --respondio mientras le echaba una mirada al sol. Era temprano por la tarde, pero su posicion ya estaba bastante baja--. Volvamos abajo --le insto. Estaba excitado. Nada dependia de esta estructura, ni su supervivencia ni el destino de la humanidad. Y este hecho era precisamente lo que la hacia tan especial. Era un puro lujo. Se subieron al rover de un salto. Como Rebecca llego al vehiculo primero, se sento en el lugar del conductor. Bajaron la colina a toda velocidad. Tenian que dar un largo rodeo porque la pared del crater era demasiado empinada como para tomar una ruta directa. Theo se agarro con fuerza a Rebecca desde atras para evitar ser lanzado fuera del traqueteante rover. Era muy divertido hacer estas salidas con Rebecca. Ella fue tambien la inspiracion tras su idea de construir una cuna de cristal llena de agua. Ella habia estado comentando con nostalgia que probablemente nunca volveria a ver un arcoiris. Esta estructura se encargaria de ello. Llegaron a la base del crater. --Para, por favor --dijo Theo. Rebecca detuvo el rover. Theo se inclino hacia delante y toco la pantalla del mapa junto al panel de control. --Deberia estar por aqui. Rebecca volvio a arrancar el motor. Condujo despacio hasta el lugar que Theo habia marcado en el mapa. --Debe de ser aqui --dijo ella. Theo miro la hora. --Faltan veinte minutos. Se quedaron uno al lado del otro, sus brazos tocandose. Era imposible que pudieran sentir el calor del otro a traves del grueso tejido de sus trajes espaciales, pero a Theo le parecia que si que podia. Observaron el borde de la pared del crater. --AHORA --DIJO THEO. El sol estaba a punto de desaparecer tras la pared del crater. Ese era el momento. Sus rayos alcanzaron la cuna de cristal, la cual, haciendo las veces de un prisma, dividio la luz en sus diversos componentes y aparecio un arcoiris. Era pequeno pero claramente visible. La luz del sol era mucho mas debil que en la Tierra, pero conforme el crepusculo se instalaba a su alrededor, el arcoiris se volvio mas claro. --Es precioso --exclamo Rebecca. --Como tu --respondio Theo con suavidad. --Gracias --dijo ella. Miraba con firmeza los colores generados por el prisma. Theo se situo tras ella y le rodeo la cintura con sus brazos. --Imagina que estamos en una playa del Caribe despues de una tormenta tropical. --Estoy alli contigo ahora. La arena es calida y suave bajo mis pies. El aire huele a mar. Sol 316, Base de la NASA --?LANCE? --?Si, Sarah? --?Cuanto obtienes de multiplicar doscientos sesenta y ocho por veinticuatro, dividido por veinticuatro coma sesenta y seis, mas cincuenta y seis? Miro a su novia, quien estaba sentada frente a el ante un ordenador. <>, penso. Sin embargo, lo que estaba haciendo en ese momento era tan aburrido que no le importo la distraccion. Se suponia que debia estar comparando las cantidades de agua y fertilizante usadas durante las ultimas dos semanas con la cantidad de comida que habian recolectado. En realidad eso era tarea de Sarah, ya que era la biologa de la tripulacion y estaba a cargo del huerto, pero el la estaba ayudando. Lance hizo mentalmente los calculos que ella le planteaba. Como Sarah no habia mencionado ningun parentesis, doscientos sesenta y ocho por veinticuatro dividido por veinticuatro coma sesenta y seis era mas o menos doscientos sesenta, mas cincuenta y seis, el resultado era trescientos dieciseis. <>. Lance se levanto de un salto. Por supuesto, en Sol 56 ellos habian... Rodeo su escritorio y se situo detras de su novia para empezar a frotarle los hombros. --?Ha empezando? --pregunto. --Creo que si. Nunca he pasado por esto, pero si yo fuera medico y otra mujer me dijera que estaba teniendo un dolor como este, mi diagnostico seria obvio. Parece que es super puntual. --Tenemos que decirselo a Mike y a Ewa --dijo Lance--. Deprisa, vamos a llevarte a la enfermeria. Pero Sarah permanecio en su asiento. --No hace falta darse prisa --respondio con calma--. Aun puedo caminar por mi misma. --Entonces ire saliendo yo --dijo Lance--, y avisare a Ewa. Aparte de Sarah, no habia mas medicos en la base y, por eso, Ewa habia recibido entrenamiento para el parto. Como granjera experimentada, sabia como traer terneros al mundo. Sarah se habia reido a carcajadas al oirlo y dijo que sentia que estaba en las mejores manos posibles. Ewa no estaba de turno en ese momento, asi que Lance la busco en su habitacion. Esa parte de la estructura subterranea aun olia a pintura fresca. Las habitaciones alli no habian estado preparadas para entrar a vivir hasta hacia dos semanas. Hasta entonces, Ewa se habia "alojado" mas que "vivido" en un almacen. Llamo a la puerta y ella le invito a entrar. Ewa estaba tumbada sobre una cama improvisada, cuyo somier habia soldado ella misma. Un gran saco plano relleno con hierba seca de su propio huerto hacia las veces de colchon y hacia que su habitacion oliera un poco a heno. --Ha empezado --dijo Lance sin mas preambulo. Ewa se incorporo. --Manten la calma --dijo ella. Le caia sudor por la espalda aunque la habitacion de Ewa estaba a apenas veinte grados. ?De que demonios estaba hablando? Lo que estaba sucediendo ahora era el mayor milagro que el universo podia ofrecer. Y, ?se suponia que debia mantener la calma? --Es mas facil decirlo que hacerlo --confeso mientras se frotaba la barbilla. --Lo superaremos --contesto Ewa--. Todo parece ir muy bien. El bebe se ha desarrollado extremadamente bien. Ewa tenia razon. Ni la baja fuerza gravitatoria ni la alta radiacion parecian haber danado al feto. Las imagenes de la ecografia revelaban a un ninito que estaba bien desarrollado del todo. No obstante, Lance estaba preocupado. Ningun humano habia nacido jamas en otro planeta. Y sus habilidades medicas eran limitadas. La expedicion de la NASA habia estado aprovisionada para una visita a Marte, no para instalarse alli permanentemente. En contraste con los miembros del proyecto espacial Ciudad Marte, que habia recibido fondos privados, y que tambien estaba situado alli en Marte, su hijo no recibiria vacunas ni inyecciones de vitamina K como era costumbre con los recien nacidos tras el parto. Las relaciones entre su base y Ciudad Marte eran tensas en ese momento, ya que se habian negado a jurarle lealtad a su administrador. --?Vas a venir ahora? --pregunto Lance. --Dentro de un momento --dijo Ewa--. Me cambiare de ropa y me lavare. Tu deberias hacer lo mismo si quieres estar presente durante el parto. ?Quieres? El asintio. Por supuesto que queria. Iba a ser la primera persona en darle a su hijo la bienvenida a Marte. EL NACIMIENTO FUE RUIDOSO, ESTRESANTE Y SANGRIENTO. Y HEDIA. LANCE ESTABA EMPAPADO en sudor. Se sento sobre sus talones para apoyar a Sarah en el pedestal mientras ella grunia y empujaba. Le corrian lagrimas por el rostro, pero la unica razon por la que se dio cuenta fue por el sabor salado en su boca. Se sentia responsable por el sufrimiento de Sarah mientras que todo lo que el podia hacer era mirar. Se alegro cuando ella le apreto la mano con tanta fuerza que le dolio, y cuando se le quedaron las piernas dormidas y le empezaron a arder bajo su peso se alegro tambien. Tal vez de ese modo el podria reducir su dolor un poco al menos. Sarah respiraba al ritmo que le marcaba Ewa. Ya era una madre ejemplar en esos primeros instantes de la vida de su hijo. Un grito final y ya habian terminado. Los musculos de Sarah se relajaron y Lance tuvo que sujetarla con firmeza para evitar que se deslizara hasta el suelo. Parecia que su cuerpo se habia quedado sin fuerzas. La abrazo con fuerza. --?Quieres hacerlo? --Ewa le estaba tendiendo un par de tijeras. ?Que se suponia que tenia que hacer con ellas? Nego con la cabeza. --El cordon umbilical --dijo Ewa--. No es dificil. --Le puso las tijeras en la mano derecha y le dijo que hacer--. Ahora. El manipulaba las tijeras con la mano derecha mientras seguia sujetando a Sarah entre su brazo izquierdo y su cuerpo. El cordon umbilical ofrecio poca resistencia. Ahora habia separado a su hijo de su madre. Lance contuvo un sollozo. Era una despedida y una bienvenida. Nunca habria pensado que el parto fuera tan... tan dramatico. --?Puedes ayudarla a subirse al catre?

  • La corrupcion de un presidente sin tacha de Francisco Perez De Anton

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    <>.

  • Aunque suene con tu nombre de Natalia Sanchez Diana

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    Unas reliquias, un libro publicado en la epoca victoriana, un hombre misterioso y mucho deseo en esta nueva novela para amantes de las flores y del romance.

  • El amor es ciego de William Boyd

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    Una historia de amor entre el riguroso siglo XIX y el cosmopolita y acelerado siglo XX.

  • La peligrosa amante del jeque de Elizabeth Lennox

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    Shanelle Basara se subio un poco mas el formal vestido, irritada por tener que llevar un atuendo como ese. El hecho de que tuviera que estar alli era ridiculo, sobre todo porque se habia tenido que arreglar tanto para un idiota arrogante y engreido. Habia dejado bastante claro a los poderes facticos que no tenia ningun interes en estar alli ese fin de semana, pero alli estaba. Desgraciadamente, no tenia la opcion de ignorar la citacion sin mas. !Era el jeque! ?Pero que hacia ella alli? Shanelle miro a su alrededor y vio a muchisimas mujeres ansiosas y entusiasmadas, la mayoria de ellas mas bellas y preparadas que ella. Claro que algunas de esas diferencias eran intencionadas. Habia restado importancia a su aspecto a proposito, apenas se maquillo y eligio el vestido menos favorecedor que pudo encontrar. El vestido sin espalda era de un gris plateado que hacia que su piel pareciera palida y amarillenta. El corte del vestido hacia que sus caderas parecieran enormes y sus pechos apenas eran visibles, a diferencia de las elecciones hechas por muchas de las senoritas presentes. El corte del dobladillo probablemente mostraba demasiada pierna, pero era lo mejor que pudo conseguir con tan poco tiempo. Nadie diria que estuviera gorda, pero se negaba a morirse de hambre como muchas otras mujeres. Tenia una cintura pequena, ?pero a quien le importa la linea? Sus piernas eran bonitas, pero no demasiado tonificadas como las de la mujer que tenia a la derecha. Ni eran tan largas y delgadas como las de la mujer a su izquierda. Caminaba al lado de su madre y de su padre sintiendose inepta, cohibida y amargada, deseando ser otra persona y estar en otro lugar. No entendia por que habia tantas mujeres invitadas al gran baile en el palacio. Si los rumores eran ciertos, el jeque buscaba una esposa. Pero el hombre tenia treinta y seis anos y habia estado soltero hasta el momento. ?Por que cederia a la tradicion y se casaria ahora? No tenia ningun sentido. Desde luego, tampoco tenia mucho sentido que ella y sus padres estuvieran alli. Su padre era adinerado y caia en gracia al gobierno, pero no era un funcionario de alto nivel ni el director de una institucion. Su madre no trabajaba, pero ayudaba a su padre con la socializacion, lo que Shanelle sabia que era una parte muy importante de la vida en Canaan. Igual que en muchas carreras politicas gubernamentales, gran parte del trabajo del gobierno se realizaba durante los eventos sociales, durante negociaciones discretas con una copa de vino o bourbon que terminaban con un apreton de manos. Pero aquello no tenia nada que ver con Shanelle, asi que le resultaba muy extrano que la invitaran cuando nunca habia formado parte de esa red social hasta el momento. Asi que los rumores de que el jeque necesitaba encontrar una esposa debian ser ciertos. Puesto que aquella no era una posicion a la que Shanelle aspirara, deseaba darse la vuelta y volver a casa, acurrucarse en su comoda silla y leer un buen libro. Claro que tambien podria dedicar unas cuantas horas mas a estudiar para los examenes de derecho del proximo mes en los que se habia inscrito. Mientras esperaba en la cola a que la anunciaran, miro alrededor intentando averiguar como escabullirse de esa ridicula charada. No queria llamar la atencion, queria pasar desapercibida. Estar en segundo plano. -Papa, necesito ir a refrescarme -dijo ella y solto la mano de su brazo antes de que el pudiera replicarle. Sonrio a su madre para tranquilizarla, pero giro sobre sus tacones y se marcho en direccion opuesta. Detuvo a uno de los sirvientes que llevaban una bandeja con copas de champan, le pregunto donde estaba el servicio y se dirigio hacia alli lo mas rapido posible. Si tuviera mucha suerte, podria quedarse en la zona lujosa hasta que acabaran todos los anuncios. Shanelle tenia un plan. No era un plan muy bueno, pero le permitiria permanecer invisible. Volvio a asomarse al cabo de diez minutos e inspecciono el pasillo. Seguia habiendo una fila de personas que avanzaban hacia el salon de baile, pero al menos sus padres ya estaban dentro. Eso queria decir que ya no era necesario que la anunciaran formalmente a su llegada. !Podia ser anonima! Sonrio, se levanto la falda y recorrio el pasillo por donde los camareros iban de un lado para otro. Ser invisible seria mucho mas facil si pudiera pasar por la entrada de los sirvientes en lugar de la puerta principal. Sospechaba que el jeque y su sequito estaban esperando al pie de la escalera, saludando a cada uno de los invitados a medida que los anunciaban. Con una sonrisa de deleite, oteo el pasillo, entusiasmada por la idea de haber despreciado al jeque de esa manera. Era poca cosa y quiza insignificante, pero no era buena idea despreciar abiertamente a un hombre tan poderoso. Asi que esas pequenas rebeliones eran todo lo que podia ingeniar de forma segura. Se detuvo en la esquina, se giro un poco y miro al salon, intentando descubrir si era seguro entrar por ese pasillo o si debia buscar otro. Malik Badri del Rahal, Jeque de Canaan, vislumbro con el rabillo del ojo el destello de plata en la esquina. Levanto la mano y el ayudante que caminaba a su lado quedo en silencio inmediatamente. Si no hubiera sufrido tantos intentos de asesinato recientemente, jamas habria accedido a la celebracion de ese fin de semana. Pero incluso Malik acepto que la mejor manera de detener los atentados contra su vida era casarse rapidamente y engendrar un heredero. O varios herederos, como le habian aconsejado en muchas ocasiones. Malik se habia resistido a la idea, pues preferia concentrarse en hacer que el pais creciera. La idea de tomarse el tiempo para casarse y engendrar un heredero le parecia un desperdicio ridiculo. Pero tras el cuarto atentado contra su vida, Malik supo que debia hacerse algo drastico. No era que no le gustara la compania de mujeres. No, indudablemente disfrutaba esa parte de la vida. !Incluso con mucho placer! Lo que le fastidiaba era simplemente la idea de estar atado a una mujer. Sus consejeros le habian dicho una y otra vez que estar casado no implicaba que no pudiera disfrutar de la variedad, solo que deberia ser mas discreto al hacerlo. Ese pensamiento le dejo un mal sabor de boca, pero ya se habia hecho a la idea del matrimonio. Y la manera mas apropiada de cumplir la tarea era reunir a tantas mujeres aptas como fuera posible en el palacio y seleccionar una que pudiera cumplir el trabajo. Aquel era el tercer fin de semana y, hasta el momento, ninguna mujer le habia llamado la atencion. En ese momento, Malik deseaba senalar a una de ellas y terminar ya con la decision. Aquello parecia vulgar, pero estaba cansado de aquellos fines de semana llenos de bailes y cenas elaboradas. Tenia cosas que hacer y pasar el tiempo socializando con un grupo de mujeres excesivamente maquilladas, acicaladas y muertas de hambre no parecia una buena forma de pasar el tiempo ni de gastar el dinero. El destello de plata desaparecio por el pasillo de los sirvientes y Malik camino rapidamente en esa direccion con la determinacion de capturar a quien estuviera colandose en el salon. Sabia que no era un sirviente, ya que estos llevaban uniformes dorados y bermellones. Se le paso por la cabeza que, si pudiera capturar el destello de plata, quiza podria conseguir algunas respuestas sobre el plan para librarse de el. Si pudiera descubrir quien intentaba matarle, podria eliminar la amenaza y no tendria la necesidad urgente de casarse y engendrar un heredero. Malik sabia que su ayudante lo seguia, sin saber por que no estaban yendo hacia el salon de baile. El publico ya se estaba reuniendo con ansias por ver al jeque y presentarle a sus hijas para que las examinara. Pero lo que vio cuando giro la esquina era mucho mas fascinante que cualquier intencion criminal. El trasero curvo y exuberante que habia ante el hizo que su cuerpo reaccionara con un interes inesperado. ?Por que alguien enviaria a una mujer para matarlo? Cuando el bonito trasero desaparecio bajo el voluminoso vestido de baile, observo con un interes mayor como una pierna larga y esbelta aparecia por la parte frontal. La mujer tiro del material plateado que tenia sobre esa pierna pero a Malik no le importo, ya que aquello hizo que levantara un poco la mirada. La agradable y seductora vision del pecho de la mujer cautivo su atencion. Solo pudo ver el costado y la mayor parte del pecho estaba cubierta con el fabuloso vestido, pero pudo entrever suficiente para captar su interes. <>, penso con placer. Malik recorrio el pasillo e hizo una senal a sus guardias para que se adelantaran a la mujer por el pasillo paralelo pero sin detenerla. Sus ordenes eran esperar mientras el descubria cuales eran sus intenciones. Mientras observaba, la belleza del vestido plateado caminaba sigilosamente por el pasillo. Por que intentaba ser tan silenciosa era un misterio, pero la forma en que echaba un vistazo a cada pasillo perpendicular era adorable, dandole a el otra vision de su adorable pompis. A medida que ella avanzaba por el pasillo, comenzo a sospechar que esa mujer no era del tipo criminal. Era demasiado obvia y muy poco sigilosa. Ademas, la expresion de su cara tenia algo que no parecia propio de alguien con intenciones de asesinar. Parecia demasiado alegre, demasiado encantada con su travesura. Cuando llego al final del pasillo, se acerco con intencion de verle la cara. Despues de haber observado su cuerpo durante los ultimos minutos, admitio que estaba mas que un poco intrigado. Fascinado seria una expresion mas adecuada. Se acerco mas y observo con interes como ella cruzaba los dedos a su espalda para despues asomarse a la entrada del salon de baile. <>, penso el. De ninguna manera iba a permitir que esa pequena belleza se perdiera entre la multitud, como sospechaba que intentaba hacer. Una asesina no cruzaria los dedos a su espalda. Sacaria una pistola u otra arma. Tampoco llevaria un vestido plateado que atrapara la luz, haciendo que toda su figura brillara. No, una asesina pasaria desapercibida, posiblemente con un vestido negro o incluso marron. Algo que muchas otras mujeres vistieran. O se vestiria como una camarera. Pero aun asi, ella destacaria. Ese cabello negro y reluciente trenzado en la parte trasera de su cabeza resaltaba su delicada estructura osea. <>, penso el mientras la luz del salon de baile iluminaba sus rasgos. Sus ojos eran de un marron chocolate oscuro, su piel tenia un color cremoso con tonos melocoton que el no creia que fuera maquillaje. Tenia unas pestanas largas y gruesas que rodeaban esos ojos almendrados, haciendo que tuviera un aspecto sensual sin usar montones de maquillaje. Incluso el hecho de que llevara menos de la mitad de maquillaje que las demas mujeres habria hecho que destacara. Por no mencionar el entusiasmo de sus adorables y expresivos ojos cuando se mordia su carnoso labio inferior. No, esa mujer no era una asesina. El se apostaba la vida literalmente con ese instinto cuando se acerco mas y se apoyo contra la pared justo detras de ella. En esa posicion, ella estaba demasiado ocupada mirando a la vuelta de la esquina, pero el pudo ver debajo de ese bonito vestido aquellos pechos que sus manos repentinamente ansiaban sostener y examinar. Eran abundantes y exquisitos y el corte del vestido le dio una seductora vision del profundo escote y las interesantes sombras. Sus ojos percibieron el lazo que mantenia el corpino sin espalda en su lugar y deseo con desesperacion estirar de ese provocador cordel para poder ver completamente esos pechos

  • Niebla y acero (Las cenizas de Hispania 2) de Jose Zoilo Hernandez

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  • Mi dulce hindu (Amor entre culturas 2), Chris M. Navarro de Chris M. Navarro

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  • Amor para Dummies de Eneida Wolf

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    Barbara no cree en el amor pero quiere enamorarse. Tomas se ha enamorado, le han roto el corazon y ha decidido que eso del amor no va con el. Parece que los dos necesitan un buen manual de amor para dummies a ver si no vuelven a meter la pata.

  • Montaneros, una dama en las cumbres de Jose De La Rosa

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    La familia se ha dulcificado despues de las incorporaciones de Julie, Elizabeth y Karen, pero los hombres Mountain siguen siendo unos salvajes que tienen sus propias normas y nadie en el tranquilo pueblo de Great Peak puede olvidarlo. Sobre todo porque tio Rhett persiste en su empeno de abrir la mina, lo que cambiaria para siempre la apacible vida de las montanas.
    Cuando la hermana de Julie, Hortense, anuncia que llegara al pueblo para llevarsela de aquel lugar inmundo, ella comprende que tiene que hacer algo, y para eso necesita la ayuda de todos.
    Su objetivo esta claro: que su hermana perciba que la vida en las montanas puede ser tan sofisticada y atractiva como lo es en la ciudad. Algo que esta muy lejos de lo cierto. Por lo que tendra que usar la imaginacion y el talento para la mentira de los chicos Mountain.
    Chaz, por su parte, siente aversion por Hortense en cuanto la ve. Es exactamente el tipo de mujer que nunca, jamas, le atraeria. Y su retorcido caracter... uf. A ella le sucede lo mismo. En el solo ve a un mastodonte sin modales que no conoce lo mas elemental de la educacion. Por eso, cuando empiezan a encontrar puntos en comun se sorprenden, y la sorpresa es el principio de muchas cosas.

  • Padre a la carrera de Noni Garcia

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    P 1 aola nunca penso que la vida pudiera cambiar tanto de un dia para otro. Alli estaba, embarazada de seis meses y completamente sola. Tenia a su familia y amigos, pero el no estaba. Tan solo le dejo una nota diciendo que estaba enamorado de otra, que lo olvidara y que no queria volver a saber nada de ella ni de la hija que estaba por llegar. Cayo en tal estado de depresion que penso que su embarazo no saldria adelante, pero fue precisamente la vida que crecia en ella la que le dio la fuerza necesaria para hacerlo. Eso y saber que no habia sido la primera vez que lo habia hecho. Tres meses despues de aquel fatidico dia, sabia que su hija tenia dos hermanos mas. Y alli estaban Lorena y ella, sentadas en la terraza de un bar, tomandose un refresco despues de haber comprado la pintura para el dormitorio de Lucia. Tres meses atras, su vida era perfecta... O al menos eso creia, pero tambien lo era en aquel momento. El nunca habria sido un buen padre ni un buen companero de vida. Ni para ella ni para ninguna mujer que se cruzara en su camino. --!Paola, Paola! ?Donde tienes la cabeza? --Lorena la saco de sus pensamientos. --Perdona, Lorena. Estaba en mi mundo. --?Otra vez pensando en Ivan? --Si, pensaba en el, pero no de la forma que Lorena creia. En ese momento de su vida, Ivan habia pasado a ser una mala pesadilla que le habia regalado un gran sueno. --No como tu crees. Pensaba en lo mucho que me ha cambiado la vida en los ultimos tres meses. --Pues si, carino, pero piensa que ha sido para mejor. !Tremendo tunante te has quitado de encima! --Oye, aquel chico que viene por alli... --!Anda! Mi primo Andres. --Hace tanto que no lo veo que ni lo habia reconocido a primera vista. --Yo no lo veo desde que se separo de Gabriela hace unos meses. --No tenia ni idea de que se habia separado. ?Por que no me lo has contado? --Porque no estabas en tu mejor momento cuando solto la bomba. Andres era siete anos mayor que ellas y siempre las trato como si fuera su hermano mayor. Los recuerdos eran muchos, pero el que siempre le arrancaba una gran sonrisa era el del dia de su boda. Lorena y ella cogieron su primera borrachera y Andres estuvo casi dos meses sin hablarle a ninguna de las dos. Con el paso del tiempo lo recordaban entre risas, pero aquel dia solo le falto echarlas del salon de celebraciones. Cuanto mas cerca estaba, mas guapo lo veia; era ese tipo de hombres al que los anos le sentaban bien. Nada tenia que ver con aquel adolescente que las tiraba a la piscina, las hacia rabiar y les hacia cosquillas hasta perder la respiracion, pero tambien las cuidaba y protegia de todo lo que les pudiera hacer dano. Se habia convertido en un hombre de treinta y cinco anos alto, fuerte, guapo y muy atractivo. <>. Fue el pensamiento que lleno su cabeza al darse cuenta de las cosas que estaba pensando de el. Ese no era el sentimiento que siempre habia sentido hacia Andres. Llevaba un par de anos sin saber nada de su vida. Ivan nunca quiso que mantuvieran el contacto porque pensaba que Andres no la miraba con ojos de hermano. En los ultimos tres meses se habia arrepentido de acatar muchas de las decisiones que tuvo que tomar estando a su lado. --Siempre ha habido ricos y pobres. --Andres se giro al escuchar la voz de su prima Lorena y la alegria se dibujo en su rostro. Hacia mas de dos meses que no la veia, ya que sus vidas habian cambiado mucho en los ultimos tiempos. --!Lorena! ?Como estas, primita? --Se acerco a ella y la saludo como siempre habia hecho. --Muy bien, ?y tu? --Pues bien, mejor de lo que esperaba. --Desvio la mirada y sonrio al darse cuenta de quien estaba junto a Lorena--. ?Paola? !No me lo puedo creer! --Paola se levanto para saludarle, el la tomo en brazos y giro con ella varias veces como cuando eran ninos. --!Andres, para! Que voy a echar a la nina por la boca, loco. --?Estas embarazada? No lo sabia. Lorena no me he dicho nada. --De seis meses y siento que voy a explotar. --Pues todavia te queda lo peor. --Lo se y estoy temiendo. --Vamos a hacer una cosa. --Andres saco su cartera del bolsillo trasero del pantalon vaquero y, de ella, una tarjeta que le entrego a Paola--. Te espero el miercoles en mi consulta para ver como va esa pequena y te invito a comer... Si no va a suponer un problema para ti. --Sabia perfectamente que sus palabras hacian referencia a Ivan, la ultima vez que se vieron estuvieron a punto de llegar a las manos. --No hay problema. Tengo dos semanas de vacaciones y... Lucia y yo estamos solas en esto. --?Solas? No entiendo... --!Ay, primo! Eres un poquito lento pillando las cosas. Vamos, que no las cazas al vuelo. --El no tiene por que saberlo al igual que yo no sabia que se habia separado de Gabriela. Hace mucho tiempo que no nos vemos. --Desvio la mirada y vio en Andres esa cara que siempre ponia cuando Lorena y ella hablaban en clave--. Ivan me dejo cuando estaba embarazada de tres meses. --!Sera cabron! Por lo menos se preocupara de como va el embarazo y de su hija, ?no? --Penso que aquellas cosas estaban a la orden del dia, pero saber que le habia pasado a Paola, hizo que sintiera una rabia que no alcanzaba a comprender. --Pues no y, la verdad, es que lo prefiero. Para Lucia, yo soy su madre y su padre. --Sabes que no estas sola, ?verdad? --Acaricio su rostro con el carino que siempre le habia tenido y le arranco una sonrisa--. Ahora os tengo que dejar porque he quedado para comer con unos amigos. --Le dio un beso en la frente a cada una como cuando eran ninos--. A ti te veo el miercoles, y a ti el sabado de la semana que viene en la boda de tu hermano. --?A que hora quieres que vaya? --Vente sobre la una y despues salimos a comer. Andres se marcho dedicandoles una sonrisa y pensando en que la pequena Paola estaba preciosa con aquella barriga de seis meses, con aquel brillo especial que solo tienen las embarazadas; bien lo sabia el por su trabajo. Volvio a girar la cabeza para mirarlas cuando ya estaba a la suficiente distancia para que ellas no se dieran cuenta de que lo estaba haciendo y en su mente solo habia un pensamiento: <>. Por su parte, Paola se sorprendio a si misma al darse cuenta de que no podia apartar la vista de ese culito prieto que casi no se movia al andar. Se sintio una pervertida y una oleada de verguenza la inundo al darse cuenta de que Andres se habia convertido en su ginecologo. --?Que te pasa, Paola? --Nada, ?por que? --Intento disimular el cumulo de cosas que estaban rondando por su cabeza, pero Lorena la conocia demasiado bien. --Yo conozco esa cara, a ti te gusta Andres. --!No! ?Como puedes decir eso? Andres es como un hermano para nosotras. Es solo que... que me da verguenza que me mire... que me mire el chocho. --!Ay, Madre! No habia caido en eso. --No voy a ir, Lorena. --El hecho de pensar que estaria toqueteandola subida en el burro, hizo que un extrano calor se concentrara en su cara, y en otras partes mas bajas del cuerpo, hasta el punto de abanicarse con la carta del bar. --Pero piensa que no podeis estar en mejores manos. Andres es uno de los ginecologos mas importantes de Andalucia, su lista de espera es de mas de dos meses y te va a ver el miercoles en su tiempo libre. --Si, tienes razon. El miercoles ire, pero… !joder, que es Andres! --No lo pienses mas y ahora vamos a comprar ropita para mi ahijada. --?Mas? Eran las nueve de la noche cuando Paola cruzo la puerta de su casa despues de un largo dia de compras. Tenia previsto pintar la habitacion de Lucia al dia siguiente, pero penso que lo mejor seria dejarlo para un poco mas adelante. Los domingos se hicieron para descansar, y la habian invitado a comer los padres de Lorena, en su casa, para celebrar sus veinte anos de matrimonio. Todavia tenia por delante dos semanas de vacaciones en las que podria hacer muchas cosas. No tenia mucha hambre, por el agotamiento, y decidio que un par de mandarinas y un platano serian suficiente comida para una cena. Se tumbo en la cama. Tenia los pies hinchados de estar todo el dia de un lado para otro sin descanso alguno. Se le empezaron a cerrar los ojos y no tardo mas de quince minutos en caer en un profundo sueno que esperaba durara hasta la manana siguiente. A 2 ndres estaba cansado de andar con mujeres que no le hacian sentir nada. Si, cada noche podia tener a la que quisiera en su cama, y cuando la separacion fue un hecho un ano atras, le sirvio para pasar buenos ratos, pero pronto se canso. Hacia tres meses que se habia divorciado de Gabriela y se podian contar con los dedos de una mano las veces que habia salido de fiesta con los pocos amigos solteros que le quedaban. En ese momento, en el que ya no tenia que esconderse de nadie y podia vivir su vida de solteria completamente tranquilo, sin miedo al que diran, eso era lo que menos le apetecia. Con treinta y cinco anos, lo que menos le preocupaba en ese momento era si tenia relaciones sexuales con frecuencia o no. Lo unico que deseaba era encontrar a esa mujer que le hiciera sentir vivo de nuevo, que llenara su vida de ilusion y a quien pudiera dar todo ese amor que tenia dentro. Gabriela no dejo de ser una ilusion de adolescentes, un deslumbramiento, un acomodarse a lo que tenia, pero cuando todo se fue al garete, se dio cuenta de que no le dolia. No le dolia porque realmente nunca estuvo enamorado de ella. Muchas veces se reprocho el haberse casado tan joven con una mujer que conocia demasiado bien, exactamente desde que estaban juntos en la catequesis para la comunion. Eso debio servir para darse cuenta de que ella nunca cambiaria y de que aquella relacion estaba abocada al mas absoluto de los fracasos. Habia pasado un buen rato comiendo con sus amigos, pero tras una estupenda tarde de risas, cafe y gin-tonics, lo unico que le apetecia era llegar a casa, cenar algo ligero, sentarse tranquilo en el sofa, ver la tele o leer un libro. Se excuso alegando que al dia siguiente tenia compromisos familiares, aunque realmente no seria hasta las dos de la tarde cuando fuera a comer a casa de sus tios. Lo cierto es que no pensaba ir a ningun sitio al dia siguiente, pero despues de haber visto a Lorena, le apetecio pasar un rato con esa familia que nunca le habia dado la espalda, con la que se sentia tan comodo como si fuera la suya propia. Aunque cualquiera seria mejor que la de el. Una infancia marcada por unos padres que vivian en una eterna discusion, y casi lo ignoraban, hacia que su madre siempre lo mandara a pasar mas tiempo con ellos que en su propia casa. Su tia le habia invitado a esa comida en mas de una ocasion en las ultimas dos semanas y, sin entender muy bien por que, en ese momento sentia la necesidad de pasar con ellos aquel domingo, de celebrar la felicidad matrimonial que el nunca tuvo. Al recordar el encuentro con Lorena, no pudo evitar pensar en Paola. Estaba mas bonita que nunca con aquella perfecta curva que ya tenia un considerable tamano en su vientre. Los buenos momentos que los tres habian pasado juntos hicieron acto de presencia en sus pensamientos. A pesar de que Tomas tenia la misma edad que el, nunca tuvo la conexion que tenia con Lorena y con Paola... Aunque a Paola siempre la habia visto de una forma muy distinta a los ojos con los que miraba a Lorena. Siempre habia despertado en el un carino de hermanos, como mucho el de una amistad, pero nada mas.

  • Los cuadernos del chico frances de Soledad Enrique Gaitan

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    Apasionante novela que narra la historia de Denis, un chico de principios del siglo XX, a traves de Laura, una adolescente que encontrara un verdadero tesoro familiar en su casa de verano: unos antiguos cuadernos.

  • Te ayudare siempre de Corin Tellado

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    Te ayudare siempre:
    “-Estamos arruinadas -dijo Romy subitamente, con gran firmeza.
    Yo me estremeci, pero aun no me atrevia a mirar a Romy. Oia su voz diferente, firme, escueta, casi ronca.
    No preguntaba. De repente se diria que un presentimiento la asaltaba y no queria huir de el.
    -Si, Romy. Asi es. Hace mucho tiempo que veniamos tu madre y yo haciendo muchos equilibrios para ocultaros la situacion economica. Cuando hace anos fallecio tu padre, yo le sugeri a tu madre, que en paz descanse, la formula para evitar el terrible desenlace. Vender la gran casona aneja, llena de gratos e intimos recuerdos y esplendores pasados. Alguna tierra, para hacer frente a la situacion critica. Tu madre se nego.”

  • Seamos tan inteligentes como la naturaleza de Gunter Pauli

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    Este libro presenta doce tendencias relativas al sistema economico, pero ante todo estan dirigidas a la agricultura y a la industria alimentaria, que, ademas de condenarnos a comer con frecuencia alimentos insulsos o malsanos, contribuyen directamente al calentamiento global y al despilfarro de recursos fundamentales, como el suelo o el agua. Es precisamente con el sistema de produccion de alimentos como puede iniciarse la transformacion hacia una economia 3D que sea capaz de generar valor para las comunidades y crear dignidad para todos sus miembros, reducir las desigualdades y disminuir los efectos mas peligrosos del cambio climatico y la degradacion medioambiental.

  • Mater familias de Lindsey Davis

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    Celebrar una subasta en julio es un craso error. ?Quien queda en Roma entonces? Los que pueden escapar han huido ya a sus retiros campestres en regiones mas frescas de Italia. Los demas yacen en su lecho de muerte o se han quedado aqui para esquivar a sus parientes. Es inutil intentarlo. A todo el mundo se le pega la tunica al cuerpo; el sudor resbala por los cuellos grasientos. A los mozos de cuerda se les caen las cosas y se marchan resoplando con fastidio. Los vendedores vacilan y los compradores no cumplen. Los rotulos se pierden. Los pagos, idem. Los perros pululan y ahuyentan a los compradores. Mas tarde, alguien senala que no se llego a colgar ningun anuncio de la subasta en el Foro. Los subastadores de la competencia no se molestan en regodearse por tus pobres ingresos: hace demasiado calor. Mi padre posee una casa de subastas y en plena canicula se refugia en su villa junto al mar. Sus empleados mantienen el negocio familiar renqueando. Siempre es una epoca tranquila. No cambio nada en el ano de los consules Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino, salvo que antes de una venta en julio, nuestros empleados hallaron un cadaver. * * * Me encontraba en Roma. Habia estado en la costa, obligada por mi madre, <>, decia ella, durante una enfermedad que estuvo a punto de matarme. Ella me llevo a la finca familiar, al sur de Ostia. Despues de tres semanas de agobiantes cuidados, estaba impaciente por regresar. Un amigo me habia encontrado medio muerta en mi vivienda de Roma y amablemente me habia salvado la vida, de modo que queria agradecerselo, y me parecio que ya me hallaba lo bastante recuperada para la vida urbana. A lo mejor estas pensando que ese amigo y yo eramos amantes. Pues te equivocas. Habia un dia de viaje hasta Roma por la Via Ostiense. Lo hice en un carro destartalado y fue agotador. Entre en mi silenciosa y sofocante vivienda del Aventino sintiendome demasiado debil. Guarde cama dos dias, alimentandome de una cesta de exquisiteces enviada por mi madre. Sola y triste, comia con deleite recostada en los cojines, convaleciente. No tenia apetito, pero en otro tiempo habia vivido en la calle pasando hambre. Detestaba desaprovechar comida. En poco tiempo habia lamido hasta el ultimo plato de ensalada de aspic. Tendria que valerme por mi misma, o volver con mis padres arrastrandome ignominiosamente. Ni hablar. Aun asi, los quiero. Me adoptaron cuando era una adolescente desesperada e infestada de piojos, una adolescente dificil a la que trataron con lealtad y afecto, cuando otros no quisieron saber nada de mi. Habian convertido un alma perdida de la lejana Britania en una hija romana bastante normalita. Ahora era una viuda independiente de veintinueve anos, pero aun asi habia tenido que lloriquear y protestar para que me dejaran regresar a Roma, montando una pataleta igual que mis hermanas pequenas cuando querian sandalias nuevas. <>, habian exclamado mis padres burlonamente. Asi que ahora tenia que atenerme a mi afirmacion de que ya estaba bien. Consegui ponerme una tunica con esfuerzo. Baje lentamente por un tramo de escalera exterior hasta una galeria. Esta estructura medio podrida, que llaman escalera de incendios, era inaccesible para la mayoria de inquilinos. Discurria alrededor del vacio patio interior, una vieja lavanderia ahora abandonada. Vivia en el edificio del Aguila, en la plaza de la Fuente: una de las numerosas casas de viviendas oscuras, desvencijadas y apestosas donde los romanos pobres y miserables, la mayoria, soportamos lo que pasa por ser vida. El edificio estaba dividido en un monton de viviendas deficientes y era proclive a despedir olores nauseabundos. Lamento decir que pertenecia a mi padre, lo que no anadia lustre a su reputacion, que ya era bastante mala por su trabajo de investigador privado. A la gente le asombraba que tuviera suficiente dinero para poseer un edificio, pero parecian entenderlo cuando se enteraban de que tambien era subastador, profesion que se relaciona con la riqueza. Yo tambien era investigadora. La opinion publica era aun mas dura conmigo, porque una mujer respetable debe quedarse en su casa todo el dia. Deberia estar tejiendo en mi telar en un refinado atrio, o pegando a mi joven esclava o fornicando con un porteador de literas en lugar de mi marido. Que tonteria. <> era una palabra obscena para mi madre, mis hermanas y yo. Tampoco poseia ninguna joven esclava, y hacia diez anos que mi marido habia muerto. Yo trabajaba, aunque no lo pareciera en ese momento. * * * Descendi por la empinada escalera, deteniendome cada poco. Siempre era conveniente andarse con cuidado en aquel edificio por si una parte se derrumbaba. ?Quien quiere una espalda rota y el pelo estropeado? Me estaba probando a mi misma. Si me sentia debil, tenia una habitacion junto a la galeria del primer piso, donde podia tumbarme en un viejo divan para recobrar fuerzas. Tambien podia gritar hasta quedarme ronca, lo que quizas haria aparecer a Rodan, el portero del edificio. Si le daba instrucciones claras y algo de calderilla, iria en busca de ayuda. No fue necesario. Logre llegar a la galeria. Me sentia mejor de lo que esperaba. La gelatinosa ensalada de aspic tiene muchas bondades. Por muy molesta que estuviera Helena Justina por mi marcha, sabia como dejarme claro que seguia necesitando una madre. Yo era la mas alocada de sus cuatro testarudos hijos, pero no iba a permitir que me esfumara. Me apoye en lo que pasaba por barandilla, descargando el peso con cautela. Un liquen especialmente desagradable indicaba las zonas podridas. Si se tocaba, la mano se manchaba de un limo gris verduzco. Su textura era aun peor que los excrementos de paloma, de los que tambien habia en abundancia. Por una vez, Rodan estaba a la vista. Era un antiguo gladiador, pero sus cicatrices se debian a cobrar alquileres entre pobres violentos mas que a sus luchas en la arena. El viejo, una bola de grasa, estaba en el porche discutiendo, su reaccion habitual a cualquier peticion. Su interlocutor era un recadero al que reconoci de la casa de subastas de mi padre. Los observe. Los mensajeros en Roma estan acostumbrados a las discusiones, pero Ciro, permanecia en silencio, dejando que la inutil agresividad de Rodan le resbalara. Si Ciro habia venido de la Saepta Julia, donde estaba la oficina, la caminata habia sido larga y coronada por una empinada ascension al Aventino. Se estaba tomando un respiro por si tenia que dar media vuelta y regresar sin cumplir con su mision. La pulcritud del mensajero contrastaba con la fea cabeza afeitada de Rodan y las manchas de sudor de su andrajosa tunica. Ciro tenia cuarenta y tantos anos, el pelo corto, calzaba sandalias con cordones y vestia una tunica blanca, floja por el calor pero no sucia. Era delgado, pero no por pasar hambre. Mi padre aun recordaba lo que significaba la pobreza, asi que era un patron justo. Tampoco machacaba a sus empleados con palizas asiduas, al contrario que muchos otros en nuestra ciudad supuestamente civilizada. Rodan tambien era un empleado de mi padre, pero era un caso perdido. Llame a Ciro. Al verme, Rodan se metio en su apestoso cubiculo. Ciro cruzo el patio y alzo la mirada hacia el primer piso, donde estaba yo. Mareada aun, intentaba no tambalearme. --!Flavia Albia! Nos habian dicho que estabas en casa. --Parecia aliviado de haberme encontrado--. ?Sabes si tu padre vendra pronto a la ciudad? --Lo siento, Ciro, estamos en julio. Falco sale en un bote cada dia, con una mano pegada a una cana de pescar y la otra a una calabaza llena de vino. --?Pican los peces? --No; simplemente esta alli con un absurdo sombrero, sumido en ensonaciones. Pero de vez en cuando desembarca con una estatua muy hermosa que asegura haber encontrado flotando en la corriente... Esta emulando a su propio padre. --A menudo mi abuelo volvia a casa remando despues de pasar el dia en el agua, con un pequeno esquife a remolque lleno de esplendidas obras de arte griegas <>. Que estupenda forma de evitar los aranceles de importacion para un subastador. Con los ojos muy abiertos y absoluta desfachatez, Gemino podia hacer que la historia sonara casi creible. El personal de la casa de subastas sabia que mi padre me otorgaba la autoridad para actuar en su nombre, de modo que le ofreci mi colaboracion. --Ciro, tendras que conformarte conmigo. ?En que puedo ayudarte? El se encogio de hombros. --Oh, nada que no podamos solucionar nosotros, pero el capataz de los mozos ha pensado que debiamos decirselo al patron. Resulta que estan preparando la venta de los Calixto. Uno de los muchachos levanto la tapa de un cofre grande..., y se encontro con un cadaver acurrucado en su interior. Eso me revivio. Le dije que llamara a una silla de manos y que lo acompanaria. II La mejor manera de soportar un trayecto en silla de manos es cerrar los ojos, aferrarse a una parte que no este demasiado astillada y meditar sobre el significado de la vida. Por lo general evito la filosofia, pero necesitaba apartar mis pensamientos de los porteadores que me llevaban dando tumbos. Corrian cuesta abajo por el escarpado Aventino, que tiene malas calzadas y la pendiente de una hipotenusa, haciendome temer lo peor. ?Que es esto? ?Una mujer que habla de hipotenusas? Bueno, cuando Falco y Helena me adoptaron, me dieron una educacion de lo mas generosa, que yo absorbi como si fuera un nuevo manjar. La devore hasta que supe mas que la mayoria de mujeres y tambien muchos hombres. Consulto textos como si tal cosa y escribo mis propias notas; cuando quiero alardear, las escribo en griego. A veces incluso con los acentos correspondientes. Otra cuestion es que Apolonio, el camarero jefe del Astrologo, nuestra pesima fonda local, habia ensenado geometria. Desde que le habian obligado a abandonar la ensenanza anos atras, habia servido grandes cantidades de adulterado vino de Falerno en la taberna de mi tia, esperando a que mejoraran las circunstancias para poder abrir una nueva escuela a pie de calle. Bajo el reinado del actual emperador, Domiciano, eso no iba a ocurrir. La gente no malgasta dinero en educacion para sus hijos cuando un tirano puede hacerlos ejecutar en cuanto se hagan mayores. Intenta disertar sobre Euclides con el carcelero en una celda para condenados a muerte: el muy estupido te azotara hasta que apenas puedas ir tambaleandote hasta los leones. De modo que, gracias a mis padres y a un camarero, llegue colina abajo y hasta el Campo de Marte meditando sobre triangulos. Por lo demas, rogue que no aparecieran perros callejeros y los porteadores me dejaran caer. O echaran a correr. Eso seria peor. Como sea, me transportaron sana y salva hasta la Saepta Julia, una elegante casa de cambio de dos plantas con galerias, en la que mi padre, como su padre antes que el, tenian alquilado un almacen para sus antiguedades mas valiosas. Arriba tambien tenian una oficina donde amontonaban toda la basura que no podian vender, un lote de cosas horrorosas a las que estupidamente les habian tomado carino. Era uno de esos edificios grandiosos tan propios de Roma. Nuevo aun, combinaba su coste desorbitado con la belleza y la funcionalidad, si es que alguien recordaba su funcion original. Habia sido un centro de votacion, pero los emperadores no podian arriesgarse a aceptar la democracia, asi que ya no se celebraban autenticas elecciones. En lugar de votar, ahora los hombres acudian alli para dejarse ver, y tambien a comprar joyas para sus amantes a fin de que estas se pavonearan. Aunque ya no era necesaria para fines politicos, Domiciano habia costeado una lujosa reconstruccion de la Saepta despues de que un gran incendio arrasara la zona durante el reinado de su hermano Tito. Tito apenas habia durado un par de anos. Algunos creian que era cosa de Domiciano. En mi familia no deciamos nada porque insultar a Domiciano equivalia a un suicidio. El decia que era un dios, asi que todos nos habiamos vuelto profundamente religiosos. Con suerte, los autenticos dioses o algun humano furioso se encargarian del monstruo que nos gobernaba. Los adivinos charlatanes que profetizaban cuando moriria Domiciano proliferaban tanto como los vendedores de ajos. En ocasiones, el adivino era lo bastante bueno como para verlas venir, y se las piraba. Pero en general Domiciano acababa enviandolos a la muerte... junto con muchas otras personas, un par de las cuales probablemente habian conspirado para asesinarlo. Alguien acabaria por realizar la hazana. En el aire se olia a complot. * * * Ciro me condujo a la oficina, donde me deje caer en un trono de piedra que llevaba tantos anos en la casa de subastas que nadie queria venderlo, ni siquiera cuando algun idiota con infulas monarquicas ofrecia dinero en efectivo y su propio transporte. El trono era uno de los muchos articulos que habia rescatado del fuego mi primo Gayo, quien, al iniciarse el incendio, primero habia sacado todas las existencias y solo despues habia regresado a la Saepta para salvar vidas. Habia perdido la suya al derrumbarse el amplio tejado de madera de cedro. Yo apreciaba a Gayo. Despues de su heroico deceso, lo cierto era que ya no me gustaba ir alli. Ese dia mi intranquilidad duro poco. En cuanto me sente, el capataz de los mozos, Gornia, me informo de que el cadaver estaba, en realidad, en el portico de Pompeyo. Alli era donde se iba a celebrar la subasta de Calixto. Yo habia pasado por delante de camino a la Saepta. Los romanos se distinguen tambien por hacerte perder el tiempo. No es mi estilo. Yo soy agil y organizada. Ahorro energia. Por los dioses, sobre todo cuando aun estoy recuperandome de una virulenta disenteria. Sin embargo, se que no debo mostrarme impaciente, porque con esta gente irritante solo se consigue empeorar las cosas. Mi silla de manos se habia ido, asi que les pedi que me consiguieran otra. El portico quedaba a la vuelta de la esquina, caminando un corto trecho, motivo por el que la familia Didio lo preferia para las subastas, pero yo me sentia molida. Los empleados sabian que habia estado muy enferma, hecho que habia provocado una tormenta familiar. Asi pues, Gornia, que esos dias tenia tambien el aspecto apergaminado de un espectro del inframundo, dijo que llamaria a nuestro carretero Felix y su mula Coces; ellos me llevarian al monumento de Pompeyo en su carreta de reparto. Acepte. A Felix nunca le habia caido bien, pero era un buen carretero. Y Coces era un primor. En Roma, la mayor parte del transporte rodado esta prohibido durante el dia. Felix llevaba siempre un tablon y unos cubos sucios en la carreta para parecer un albanil, pues estos tienen permiso. * * * Felix sabia que yo tenia prisa, asi que callejeo tranquilamente como un guia turistico. En lugar de doblar la esquina y recorrer el corto trecho, dio un amplio rodeo por el Panteon y las Termas de Agripa. El gentio que suele pulular por alli nos entorpecia una y otra vez, obligandonos a ir a paso de tortuga. Por fin llegamos al teatro de Pompeyo, que se encuentra en el extremo opuesto del enorme y bullicioso complejo, y luego avanzamos despacio pegados a uno de los laterales hasta que al final me dejo frente a una entrada, practicamente en el mismo sitio del que habiamos partido. !Gracias, Felix! El monumento a Pompeyo tambien lo habia reconstruido Domiciano tras el incendio. Todo nuevo gobernante debe meterle mano a la ciudad segun su gusto y poner su nombre en grandes inscripciones. Si quiere parecer aun mas benevolente, gasta su propio dinero en nuevos proyectos, o afirma hacerlo. Imagino que en el erario publico hay funcionarios que conocen la verdad. El portico tenia su esplendido anfiteatro de piedra en un extremo, bajo el alto templo dedicado a Venus Victoriosa; detras se extendia un vasto jardin rodeado por un peristilo, por donde paseaba la gente a la sombra de los platanos, y, como todo el mundo sabe, unas grandes letrinas publicas en el lugar mancillado por el asesinato de Julio Cesar cuando se dirigia a una sesion del Senado. Para la mentalidad romana (bueno, la mentalidad cerril del emperador Augusto), el lugar del crimen era demasiado horrible para que pudiera usarse de nuevo como curia. Se conmemoraba asi a Bruto y Casio, hasta donde era legal recordarlos, con unas buenas letrinas. Mi padre, republicano hasta la medula, mascullaba a veces que la gente deberia recordar que no solo habian sido Bruto y Casio quienes habian apunalado valientemente a Cesar, sino tambien otros sesenta senadores opuestos a la dictadura, a los que, sin embargo, se habia olvidado. Teniamos que hacerlo callar. Cualquier espia podia denunciarlo a Domiciano por hablar de dagas. Los usuarios de las letrinas podian contemplar el amplio jardin rodeado de bonitas columnas. En un extremo habia una galeria de estatuas griegas tras esplendidas cortinas de brocado de oro. Se trataba de uno de los pocos lugares donde las mujeres podian pasearse en publico solas. Y asi, los hombres podian echar una relajante meada y luego observar a las mujeres que contemplaban las desnudas estatuas griegas y sacaban ideas. No era extrano que el portico de Pompeyo fuera tan popular. A los romanos les encantaba acudir alli y pasear por el peristilo. Ademas de la galeria de arte, habia tiendas para explorar. Las zonas abiertas se utilizaban para reuniones publicas, incluyendo subastas. Mi abuelo preferia el portico para sus ventas: segun el, no tenia nada que ver con el hecho de que fuera un legendario mujeriego. Mi padre, hombre felizmente casado, perpetuo la practica porque el portico se encontraba a una comoda distancia de la Saepta Julia. Que yo supiera, jamas habia aparecido un cadaver mientras se preparaba un catalogo de articulos. Me alegre al ver que el cofre se encontraba al aire libre. Era grande, rectangular y reforzado, del tipo que tienen los ricos en casa para guardar sus enseres de valor. Los mas presuntuosos lo colocan en el atrio, a fin de impresionar a las visitas en cuanto entran en la casa. Nuestros empleados holgazaneaban a la sombra entre arbustos ornamentales, algunos comiendo panecillos rellenos. No son faciles de intimidar, pero me fije en que todos se mantenian alejados del cofre. Lo habian cubierto con una gruesa tela que se parecia sospechosamente a las esplendidas cortinas doradas de la galeria de arte. Lo habian hecho para mitigar el efecto del sol sobre el cuerpo en descomposicion, pero en cuanto me vieron llegar apartaron la tela. Era una pieza con imponentes herrajes que se sostenia sobre cuatro recias patas. Los cierres parecian muy resistentes. Me pregunte por que querria alguien venderlo, a menos que estuviera en la ruina, y no era eso lo que habia oido sobre los Calixto, hombres de negocios muy conocidos. Entonces observe que las partes de madera mostraban huellas de haber sido danadas por el fuego. El personal me ofrecio mostrarme el cadaver. Aunque yo no habia expresado queja alguna por haberlos encontrado comiendo en horario de trabajo, repare en que guardaban sus viandas y adivine lo que ocurria. Lo que aguardaba en el cofre era repugnante; habian apostado a que vomitaria. Bueno, eso me sirvio de aviso. Con una sena indique que levantaran la tapa, al tiempo que me armaba de valor. Mire el interior, vi todo lo que necesitaba ver, oli el espantoso hedor y luego hice gestos perentorios. El mozo cerro la tapa de un golpe y retrocedio rapidamente entre arcadas. Yo reprimi un grito, logrando a duras penas conservar una postura digna. Un ataque agudo de disenteria constituye un buen entrenamiento para el autodominio.

  • En un cafe de Mary Lavin

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    Pocos han oido hablar de Mary Lavin, pues no contabamos con traducciones de su obra en nuestra lengua; sin embargo, a partir de ahora, estamos convencidos de que estos magnificos relatos formaran parte del imaginario de muchos lectores. Si, un descubrimiento, uno de esos libros miticos que llamamos clasico contemporaneo. ?Los escenarios? La Irlanda verde, campestre y tan atractiva como dura, y la Irlanda de las ciudades oscuras y grises --en ocasiones recreada, revivida, desde Estados Unidos--, la de la memoria y el deseo de tantos jovenes expatriados, de tantas viudas. Un libro a la altura del <> de Joyce en muchos momentos. En la senda de Chejov unas veces, de Katherine Mansfield otras --y anticipando la obra de Edna O'Brien--, los relatos de Lavin sorprenderan y cautivaran a los lectores en espanol, y les mostraran tambien el poder que encierra un <> cuento, lo formidable y evocador que puede llegar a ser ese <> antiquisimo e inigualable... Una de las certezas que tenemos al leer esta reunion de historias es que, todas juntas, forman casi una cosmogonia, la novela de una vida, de una familia, de un pais. Y pese a estar muy arraigadas en la sociedad irlandesa de su tiempo, trascienden la epoca y el lugar, pues se ocupan de temas centrales, y desde perspectivas por las que no pasa el tiempo: el amor, el desamor, la familia, la maternidad, la emigracion, los tabus...

  • Everless. La hechicera y el Alquimista de Sara Holland

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    -Best seller del New York Times

  • Hermanastra de Jennifer Donnelly

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    Isabelle no es la preciosa muchacha que ha enamorado al principe tras perder un zapato de cristal, sino la hermanastra fea que se ha cortado los dedos de los pies para lograr meterlos en el zapato de Cenicienta. Y ese zapato. se esta llenando de sangre.
    Cuando el principe descubre el engano, la rechaza y condena a su familia al desprecio del pueblo. Pero ella cree que se lo tiene merecido: queria ser como Cenicienta y solo ha conseguido ser mala y celosa. Ahora tiene la oportunidad de cambiar su destino y demostrar lo que las hermanastras feas siempre han sabido: ni siquiera un corazon roto basta para someter a una chica.
    NO TE CONFORMES CON ROMPER EL CUENTO DE HADAS. HAZLO ANICOS.

  • Para el tiempo que reste de Cesar Antonio Molina

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    Paisaje glauco del oceano. Los cielos, las montanas, los bosques, se comen el horizonte. Y el panorama desde los acantilados con su fondo rojizo del atardecer parece salir de una fragua incandescente. La naturaleza se apropia de nosotros y nos impregna lentamente y se dilata en nuestro ser que se desconoce. Si, la paz, el silencio y no tener prisa mientras contemplamos los aviones a reaccion. Pero el ruido de las babeles, una confusion de sonidos vagos, el castigo del tumulto informe. De la abundancia del corazon habla la boca. ?A quien Dios toco con un carbon encendido? Desdichada melancolia de lo inaccesible. Todo escritor es un sonambulo. Y esta belleza que enferma gravemente a quien la posee y no puede deshacerse de ella. TEMPLOS DE MAIZ Los campos de maiz, templos como aquellos otros de Paestum, los recorria de infante en medio de las pobladas mazorcas. ?Que quedara de nuestros recuerdos del pasado? ?Que materia los conformara? ?Para que me trajeron aqui? ?Para que se cumplio un deseo que no pedi? Aun permanezco inquieto en este mundo fugitivo y sin sentido. Por las playas, por las ensenadas, por las dunas, entre la lluvia, los vientos y los sauces latigantes, avanza el otono de nuestra desesperanza. Y a lo lejos, como una senal en el camino, los pomos de las puertas de las casas en llamas.

  • Algo tan magico como tu de Nina Minina

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    Detras de una gran historia de amor siempre hay secundarios inolvidables. Descubre lo que paso con todos ellos despues de “Algo tan (estupido) estupendo como el amor” en su spin-off: “Alto tan magico como tu”, y suspira de nuevo.

  • Por los aires de Stephen King

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    Stephen King odia volar. Para saber por que, solo tienes que abrir este libro.

  • Te juro que no lo he hecho a proposito de Erina Alcala

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    Karen vivia en un pequeno pueblo de Montana, llamado Bell. Habia cuidado a sus abuelos, los unicos familiares vivos que tenia y que habian cuidado de ella desde el accidente en que murieron sus padres cuando apenas era nina. Perdio por el camino su adolescencia, su juventud y a ellos, junto con el dinero que tenian. Y ahora necesitaba un trabajo desesperadamente, irse a Helena, la capital y trabajar y estudiar en la universidad a distancia. Realizar su sueno de ser Profesora de Literatura.
    A Belle llego, Mat, un hombre rico con una cadena de restaurantes repartidos por todo el pais. Sus padres tenian una cabana en Bell y alli se quedo Mat, curandose las heridas de un accidente de trafico que sufrio al ir a ver a sus padres que vivian en Helena.
    karen lo cuido mas de tres meses, y antes de irse Mat a Nuerva York y Karen a Helena, tuvieron un encuentro sexual a modo de despedida.
    Anos despues el destino habia cambiado para Karen y alli estaba ahora en Nueva York, dandole las gracias a Mat.
    Pero Mat, ahora la queria en su vida y en su cama. Y ella nunca lo olvido. Estaba enamorada de ese hombre sexy y guapo desde la primera vez que lo vio.
    Un obstaculo se cruzaba en sus caminos, ?Podrian superarlo?

  • Persigueme de Tessa Bailey

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    Bailey nos muestra una heroina apasionada e independiente que nos hara vibrar y emocionar a partes iguales. Una historia que nos sorprende por su dosis de humor y sus escenas ardientes. Emociones honestas y verdadera pasion.- Publishers Weekly. Roxy Cumberland se traslada a Nueva York con la intencion de lograr su sueno de ser actriz, pero nada es tan facil como parece Para colmo su cuenta bancaria disminuye dia a dia y ya no consigue ni llegar a fin de mes. Asi que ante su desesperacion por conseguir algo de dinero, decide apuntarse a un trabajo que consiste en cantar telegramas -la gente envia telegramas originales a alguien a modo de actuacion-. Su primer cliente es Louis McNally, un joven abogado al que su ligue de una noche le envia un telegrama cantado para reirse de su masculinidad. Por si el tema de la cancion no fuera suficientemente humillante, Roxy tiene que ir vestida de conejita, ?de verdad le esta pasando esto a ella? A pesar de una situacion tan comica, bromean y la tension sexual y la complicidad entre ellos es evidente Louis queda impresionado del audaz ingenio y la sensual voz de Roxy, y mas cuando ella toma la iniciativa para besarlo y dejarlo sin aliento. Desde ese momento, Louis estara perdido, y hara todo lo posible por saber mas de Roxy, simplemente la desea Pero Roxy es una mujer independiente, no esta dispuesta a tener una relacion con un hombre acostumbrado a conseguir todo lo que quiere ?Sera Roxy la excepcion? ?O podria ser Louis el hombre que necesita en su vida?

  • No mas secretos de Sophie Saint Rose

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    Patricia se levanto de la cama muy emocionada. Ese dia iba a cambiar su vida. Repleta de energia fue hasta el bano bailando porque hoy al fin iba a cobrar su herencia. La herencia que al fin la liberaria del trabajo de mierda que tenia en la fotocopiadora. Se miro al espejo y sus ojos verdes brillaban mas intensamente y su cabello rubio parecia que tenia el color mas rubio y brillante. Hasta sus ondas estaban mas marcadas. --Leche. Que bien te sienta ser rica --dijo alucinada acercandose mas al espejo. El primer dia que viviera su ano numero veintiseis. El dia anterior habia cumplido veinticinco, asi que ese era el primer dia de su ano veintiseis. Sonrio al espejo y abrio el grifo del agua lavandose las manos para ir a preparar el enorme desayuno que pensaba pegarse. Entrecerro los ojos al ver que sus manos se tenian de azul, pero al ver el agua que caia en el lavabo, la vio trasparente. Se extrano y aparto las manos para poner el tapon pensando que habria algun problema con la caneria, pero el agua era cristalina. Pero sus manos estaban de un azulado algo raro. Que cosa mas rara. ?Seria algun producto quimico que habian echado en el agua? En Nueva York cualquier cosa podia pasar. Cogio la toalla y fue hasta la cocina secandose las manos. Abrio el grifo del fregadero y el agua salia bien. Se miro las manos y jadeo al ver que la toalla blanca estaba impecable y que sus manos volvian a su color natural. -- Madre mia. !Con lo bien que iba el dia, no me puede salir una alergia! Nerviosa pidio cita con el medico para despues de su encuentro con los abogados. Olvidandose de las manos, le guino el ojo al abuelo, que le sonreia desde la foto que tenia sobre la chimenea sentado en su sillon con su espesa barba rubia. Habia muerto hacia cuatro anos y para su sorpresa en su testamento habia especificado que no podia heredar hasta despues de cumplir veinticinco anos. Fueron unos anos dificiles porque los albaceas de su abuelo solo le pagaban los gastos del piso que tenia en la Quinta Avenida. De su mantenimiento debia encargarse ella y trabajando en la fotocopiadora no es que ganara demasiado, asi que esos anos no habia podido permitirse ningun lujo. Pero al fin todo habia terminado y era rica. Estaba forradisima y despues de pensarlo cuatro anos, tenia decidido viajar por todo el mundo. Iba a tirar la casa por la ventana. Comio mas que normalmente, que ya era decir. Y fue a ducharse despues de sacar del armario unos pantalones negros y un jersey de cachemira azul intenso. Era la unica ropa que tenia de calidad y no queria desentonar en el despacho de abogados. Abrio el agua de la ducha mirandola con desconfianza, pero despues de quitarse el pijama se metio dentro cuando el vaho invadio el cuarto de bano. Cerro los ojos debajo de la alcachofa de la ducha y extendio las manos hasta el dispensador de champu que tenia delante. Se enjabono con calma. No tenia ninguna prisa y disfruto de su primera ducha sin tener que ir corriendo al trabajo. Se dio la vuelta y enjabonandose cantando a pleno pulmon "My way" de Frank Sinatra y se le metio algo de jabon en los ojos. Cerrandolos gimio porque dolia. Alargo la mano para coger la toalla mientras que con la otra cerraba el grifo. Salio de la ducha pasandose la toalla por la cara y cuando abrio los ojos se miro al espejo pasando la mano por el para quitar el vaho. Grito trastrabillando hacia atras chocandose con la pared cubierta de marmol. Pero ni se inmuto por el dolor en la espalda mirandose al espejo con los ojos como platos. !Estaba verde! !Y no un verde clarito, no! !Parecia un lagarto! Asombrada se miro las manos y gimio al ver que sus unas parecian doradas. Dios, todavia no se habia despertado. Era eso. Se arreo un tortazo y se miro al espejo. Aquello habia dolido asi que no estaba dormida. Observando su cabello que tenia unos rizos increiblemente dorados y sus ojos rasgados rodeados de pestanas azules siseo --Me cago en la leche--. Miro hacia abajo para encontrarse que tenia el pelo del sexo del mismo color. Se dio la vuelta en el espejo y casi se muere del susto al ver encima de su nalga derecha algo trasparente. Temblando llevo la mano hasta alli y se lo toco. Parecia plastico y tenia una forma curvada. Tiro de ella. --!Auchh! -- chillo cuando se la quito como si hubiera salido de su piel. Alucinada lo puso ante su cara sintiendo su corazon a mil por hora. Tenia el tamano de la palma de su mano y era un semicirculo algo curvado. No era trasparente del todo. Al ponerlo a la luz del cuarto de bano, tenia un color ligeramente verdoso en su transparencia y estaba duro. Se le puso el pelo de punta dejandolo sobre el lavabo con el corazon a mil. A toda prisa salio del bano y se sento sobre la cama mirando hacia alli. El vaho salia del bano y se volvio a mirar las manos. Cuando antes del desayuno se habia secado se le habia ido el color. Histerica cogio las sabanas y empezo a secarse con fuerza hasta hacerse dano. Cinco minutos despues el color empezo a desvanecerse lentamente y suspiro de alivio al ver que el color de pelo se desvanecia hasta volver a su color. Iba a tener una conversacion muy larga con el medico en su cita de esa tarde. !Algo le estaba sentando fatal! Se lavaria con agua mineral hasta que descubrieran lo que tenia el agua. Mas tranquila por haber encontrado una solucion se vistio mirando de reojo el bano. Se sento en el tocador y se cepillo el cabello haciendose una cola de caballo. Ya no tenia animos de alisarselo, no fuera a ser que con el calor se le pusiera rojo o algo asi. Cogio su abrigo negro y el bolso antes de ir hacia la puerta de su habitacion, pero nerviosa volvio a mirarse al espejo, suspirando de alivio cuando vio su color. Todo iba bien. Una hora despues llego al despacho de los abogados. Se habia mirado en casi todos los escaparates de camino hacia alli y empezaba a estar algo paranoica. Se acerco a la recepcion del lujoso despacho de abogados y espero impaciente a que la recepcionista la atendiera. Sonrio agradablemente pulsando un boton del teclado. --Buenas tardes, senorita Walters. Llega pronto a su cita. --Es que tengo algo de prisa --susurro mirandose al espejo que tenia la recepcionista tras ella. --No pasa nada. Si espera en la sala, avisare al senor Williams. --Si, claro. --Se volvio apretando su bolso. Menuda mierda. El dia que debia ser la persona mas feliz del mundo, estaba totalmente acojonada. Se sento buscando un sitio donde mirarse y suspiro de alivio al ver la mesa de cristal que tenia al lado. Al mirarse entrecerro los ojos al ver el color de su retina. Se acerco a la mesa de cristal y la recepcionista entrecerro los ojos al verla jurar por lo bajo acercandose tanto que casi podia pegar la nariz a la mesa. --Senorita Walters. ?Se encuentra bien? Se sobresalto incorporandose y dejando caer el bolso. --!Si! !Claro que estoy bien! --Forzo una sonrisa y se levanto de golpe. --Voy al bano, tengo algo en la lentilla. La chica sonrio de alivio. --Por supuesto. --Senalo el pasillo. --Al fondo a la derecha. Casi corrio hacia alli y al cerrar la puerta gimio cerrando los ojos. --Por favor, sere buena. Asustada giro la cabeza hacia el espejo y abrio los parpados lentamente. De la fuerza con la que los habia cerrado ahora veia chiribitas. Se acerco al lavabo encastrado en una encimera de marmol y se miro al espejo. !Su puntito negro estaba dorado! !Dorado! ?Madre mia y como se secaba el ojo? !Unas gafas de sol! A toda prisa abrio el bolso y las busco, pero no las encontraba. Dios, no podia tener tan mala suerte. Entonces escucho el pitido y asustada miro hacia arriba pensando que era la alarma de incendios. Como saltaran los aspersores aquello iba a ser un espectaculo. Al ver que no saltaban escucho atentamente y era un pitido extrano, parecia mas bien una melodia aguda. ?De donde saldria? Encogiendose de hombros volvio a buscar en el bolso y casi chilla de la alegria al abrir una cremallera y encontrar el estuche de las gafas. Vacio. Estaba vacio. Casi estrella el bolso contra la pared. Se volvio a mirar al espejo. --Llevas lentillas de colores. Y son la leche. Se van a quedar de piedra porque pareces una extraterrestre. Aparentando que no le daba importancia, salio del bano pasandose la mano por el vientre y se dio cuenta que de los nervios ni se habia quitado el abrigo. Volvio a la recepcion y se sento dando golpecitos con el pie sobre la moqueta. La chica la miro algo molesta por el ruido que hacia, pero estaba tan nerviosa que no se dio ni cuenta. Miraba de un lado a otro como si fuera una fugitiva que huyera de algo y la de recepcion carraspeo. --?Quiere que le traiga un cafe? --?Un cafe? --Forzo una sonrisa. --No, gracias. --?Agua? --!No! --exclamo horrorizada como si hubiera dicho un sacrilegio. Se sonrojo al ver su expresion--. Quiero decir... vengo bebida de casa. --Ahora lo entiendo --siseo la chica volviendo a su trabajo. Patricia gruno por lo bajo y nerviosa movio su pierna mas rapidamente. -- ?Van a tardar mucho? La chica suspiro levantando la mirada. --Enseguida la llaman. ?Por que no lee una revista? --!Si! Una revista. --Entonces volvio a escuchar ese ruido. ?Se le habria cambiado la melodia del movil? Lo miro, pero no era el suyo. Miro a la recepcionista con el ceno fruncido. --?No piensa cogerlo? --?El que? --El telefono. ?Esta sorda? La chica movio los ojos de un lado a otro y forzo una sonrisa empezando a acojonarse. --?Que telefono? Patricia se levanto. --?No lo oyes? --pregunto mirandola con los ojos como platos--. La chica levanto el telefono lentamente. --?Ves como sonaba? ?Que pasa? ?Te estas quedando conmigo? --Ni se me ocurriria, senorita Walters. ?Senor Crown? Tenemos un problema. Su cita de las doce ya esta aqui. --Y susurro --Y parece drogada. --?Pero que dices chiflada? ?Tengo pinta de drogata? --Bueno, aquello era el colmo. Tapo el auricular y sonrio. --Es para que se de prisa. --Atonita vio que se ponia el telefono al oido de nuevo. --Si, la pasare a la sala de juntas. Cinco minutos. --Colgo el telefono. --Venga conmigo senorita Walters. El senor Crown la atendera en cinco minutos.

  • Jefe y ex !Vaya lio! de Carlota Manzano

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    En shock. Asi se queda Abril cuando llega por sorpresa a su nidito de amor y se encuentra a Pablo montandoselo con otra. Ella le habia entregado su corazon y el...El se lo habia devuelto hecho pedazos.

  • Solo tu me besas (Amor en Nueva York 3) de Lola Cooper

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    A Hannah no le gustan los gatos. Ni su casero. Ni los ruidos de las obras del piso de arriba. Tampoco le gusta ese tipo, Steve, el encargado de la obra que no hace mas que interrumpirla a todas horas, aunque no tiene mas remedio que reconocer que es guapisimo.
    Steve es un hombre sencillo con una vida normal. Entonces, ?por que le gusta tanto esa extrana pelirroja, enganchada a los videojuegos, a la comida basura, adicta a hackear paginas web y a meterse en los ordenadores y las vidas ajenas?

  • La decision de Elaine de Mar Fernandez

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    La vida de Elaine no es facil tras la truculenta guerra que le ha robado a su esposo y dejado huerfana a Faith, una nina de apenas seis anos que no ha conocido a su padre. Mantener la esperanza o la ilusion era todo un reto. El rancho que posee esta al borde de ruina y apenas puede hacerse cargo del lugar.

  • Retrato del vizconde en invierno de Alvaro Pombo

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  • La elite de Kiera Cass

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    No soplaba el aire en Angeles, y me quede un rato alli tendida, inmovil, escuchando el sonido de la respiracion de Maxon. Cada vez era mas dificil pasar con el un momento realmente tranquilo y placido. Intentaba aprovechar al maximo esos ratos, y me alegraba comprobar que cuando el parecia estar mas a gusto era cuando nos encontrabamos a solas. Desde que el numero de chicas de la Seleccion se habia reducido a seis, se mostraba mas ansioso que al principio, cuando eramos treinta y cinco. Me imagine que pensaria que tendria mas tiempo para hacer su eleccion. Y aunque me sentia culpable al pensarlo, sabia que yo era el motivo por el que deseaba ese tiempo de mas. Al principe Maxon, heredero al trono de Illea, le gustaba. Una semana atras me habia confesado que, si yo admitia que sentia lo mismo, sin reservas, acabaria con el concurso. Y a veces yo acariciaba la idea, preguntandome como seria estar con Maxon, sin nadie mas, solo nosotros dos. Sin embargo, el caso era que no era solo mio. Habia otras cinco chicas alli, chicas con las que salia y a las que susurraba al oido, y yo no sabia como tomarme aquello. Y ademas estaba el hecho de que aceptar al principe implicaba asumir tambien una corona, idea que solia pasar por alto, aunque solo fuera porque no estaba segura de que podia significar para mi. Y luego, por supuesto, estaba Aspen. Tecnicamente ya no era mi novio --habia roto conmigo antes incluso de que escogieran mi nombre para la Seleccion--, pero cuando se presento en el palacio como soldado de la guardia, todos los sentimientos que habia intentado borrar invadieron de nuevo mi corazon. Aspen habia sido mi primer amor; cuando le miraba... era suya. Maxon no sabia que Aspen estaba en el palacio, pero si sabia que habia dejado atras una historia con alguien, algo que intentaba superar, y habia accedido a darme tiempo para pasar pagina mientras el intentaba encontrar a otra persona con quien pudiera ser feliz, si es que yo no me decidia. Mientras movia la cabeza, tomando aire justo por encima de mi cabello, me lo plantee: ?como seria querer a Maxon, sin mas? --?Sabes cuanto tiempo hace que no miraba las estrellas? --pregunto. Me acerque un poco mas sobre la manta para protegerme del frio: la noche era fresca. --Ni idea. --Hace unos anos un tutor me hizo estudiar astronomia. Si te fijas, veras que las estrellas, en realidad, tienen colores diferentes. --Espera. ?Quieres decir que la ultima vez que miraste las estrellas fue para estudiarlas? ?Y por diversion? Chasqueo la lengua. --Por diversion... Tendre que hacerle un hueco a eso entre las consultas presupuestarias y las reuniones del Comite de Infraestructuras. Oh, y las de estrategia para la guerra, que, por cierto, se me da fatal. --?Que mas se te da fatal? --pregunte, pasandole la mano por la camisa almidonada. Animado por el contacto, Maxon trazo circulos sobre mi hombro con la mano con la que me rodeaba la espalda. --?Por que quieres saber eso? --respondio, fingiendose importunado. --Porque aun se poquisimo de ti. Y da la impresion de que eres perfecto en todo. Resulta agradable comprobar que no es asi. El se apoyo en un codo y se quedo mirandome. --Tu sabes que no lo soy. --Te acercas bastante --replique. Sentia los pequenos puntos de contacto entre nosotros. Rodillas, brazos, dedos. El sacudio la cabeza y esbozo una sonrisa. --De acuerdo. No se planear guerras. Se me da fatal. Y supongo que seria un cocinero terrible. Nunca he intentado cocinar, asi que... --?Nunca? --Quizas hayas observado el monton de gente que te atiborra de pastelillos a diario, ?no? Pues resulta que a mi tambien me dan de comer. Se me escapo una risita tonta. En mi casa yo ayudaba a preparar casi todas las comidas. --Mas --exigi--. ?Que mas se te da mal? El me agarro y se coloco muy cerca, con un brillo en sus ojos marrones que indicaba que escondian un secreto. --Hace poco he descubierto otra cosa... --Cuentame. --Resulta que se me da terriblemente mal estar lejos de ti. Es un problema muy grave. Sonrei. --?Lo has intentado? El fingio que se lo pensaba. --Bueno..., no. Y no esperes que empiece a hacerlo ahora. Nos reimos sin levantar la voz, agarrados el uno al otro. En aquellos momentos, me resultaba facilisimo imaginarme que el resto de mi vida podia ser asi. El ruido de pisadas sobre la hierba y las hojas secas anunciaba que alguien se acercaba. Aunque nuestra cita era algo completamente aceptable, me senti algo violenta, y ergui la espalda de inmediato, para quedarme sentada sobre la manta. Maxon tambien lo hizo. Un guardia se acercaba a nosotros rodeando el seto. --Alteza --dijo, con una reverencia--. Siento importunarle, senor, pero no es conveniente permanecer aqui fuera tanto tiempo. Los rebeldes podrian... --Comprendido --replico Maxon, con un suspiro--. Entraremos ahora mismo. El guardia nos dejo solos. Maxon se volvio hacia mi: --Otra cosa que se me da mal: estoy perdiendo la paciencia con los rebeldes. Estoy cansado de enfrentarme a ellos. Se puso en pie y me tendio la mano. Se la cogi y observe la frustracion en sus ojos. Los rebeldes nos habian atacado dos veces desde el inicio de la Seleccion: una vez los nortenos (simples perturbadores), y otra vez los surenos (cuyos ataques eran mas letales). Y no tenia mucha experiencia al respecto, pero entendia muy bien que estuviera agotado. Maxon estaba recogiendo la manta y sacudiendola, descontento por que nos hubieran interrumpido de aquel modo. --Eh --dije, llamando su atencion--. Ha sido divertido. El asintio. --No, de verdad --insisti, dando un paso adelante. El cogio la manta con una mano para tener el otro brazo libre y rodearme con el--. Deberiamos repetirlo algun otro dia. Puedes contarme de que color es cada estrella, porque la verdad es que yo no lo veo. --Ojala las cosas fueran mas faciles, mas normales --repuso el, con una sonrisa triste. Me acerque para poder rodearlo con los brazos. Maxon dejo caer la manta para abrazarme. --Siento ser yo quien desvele el secreto, alteza, pero, incluso sin guardias, no tiene usted nada de normal. Relajo algo el gesto, pero seguia serio. --Te gustaria mas si lo fuera. --Se que te resultara dificil de creer, pero a mi me gustas tal como eres. Lo unico que necesito es mas... --Tiempo. Ya se. Y estoy dispuesto a dartelo. Lo que me gustaria saber es si al final querras quedarte conmigo, cuando pase ese tiempo. Aparte la mirada. Eso no podia prometerselo. Habia sopesado lo que significaban Maxon y Aspen para mi, de corazon, una y otra vez, pero no estaba segura... Salvo, quiza, cuando estaba a solas con uno de los dos. En ese momento, estaba tentada de prometerle a Maxon que seguiria a su lado para siempre. Pero no podia. --Maxon --susurre, viendo lo desanimado que parecia al no obtener una respuesta--. Aun no te puedo decir eso. Pero lo que si puedo decirte es que quiero estar aqui. Quiero saber si tenemos... --dije, y me quede cortada, sin saber como plantearlo. --?Posibilidades? Sonrei, contenta al ver lo bien que me entendia. --Si. Quiero saber si tenemos posibilidades de que lo nuestro funcione. El me aparto un mechon de pelo y me lo puso detras del hombro. --Creo que si, que hay muchas posibilidades --contesto, con toda naturalidad. --Estoy de acuerdo, pero, solo... dame tiempo, ?vale? Asintio. Parecia mas contento. Asi era como yo queria que acabara nuestra noche juntos, con cierta esperanza. Bueno, y quizas algo mas. Me mordi el labio y me acerque a Maxon, diciendolo todo con la mirada. Sin dudarlo un segundo, se inclino y me beso. Fue un beso calido y suave. Hizo que me sintiera deseada. De hecho, quise mas. Podria haberme quedado alli horas, pidiendo mas. Sin embargo, Maxon enseguida se echo atras. --Vamonos --dijo, sonriente, tirando de mi en direccion al palacio--. Mas vale que entremos antes de que lleguen los guardias a caballo, con las lanzas en ristre. Cuando me dejo en las escaleras, senti el cansancio de golpe, como si me cayera un muro encima. Practicamente me arrastre hasta la segunda planta, pero, al rodear la esquina para llegar a mi habitacion, de pronto me desperte de nuevo. --!Oh! --exclamo Aspen, sorprendido el tambien al verme--. Debo de ser el peor guardia del mundo; todo este rato he supuesto que estarias dentro de tu habitacion.

  • Mentiras consentidas (Bergman 6) de Hans Rosenfeldt , Michael Hjorth

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    Los dias de Sebastian Bergman en la Unidad de Homicidios han terminado y ahora dedica su tiempo a impartir conferencias y a escribir libros. Tras los acontecimientos vividos en Castigos justificados, lleva meses sin noticias de Vanja y la unica persona del equipo con quien tiene contacto esporadico es Ursula.

  • Cuando regrese, Esmeralda Laderas de Esmeralda Laderas

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    Para Forrester regresa a Eford, un pequeno pueblo del Sur de Estados Unidos, diez anos despues de verse involucrada en la muerte de Jason Graham, miembro de una familia cuyo apellido que en ese lugar lo simboliza todo.
    La intencion de limpiar su nombre despierta viejos odios, rencillas y dramas familiares, e incluso a un asesino que vive oculto entre sus habitantes.
    Pero tambien el amor en el corazon de un hombre al que deberia odiar.

  • Mi chica golosa de Ruben C. O

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    Mi pequeno mini Cooper del 2010 se veia realmente pequeno en la entrada de la casa de los Johnson's. Deteniendome por completo, exhale un suspiro de alivio. Lo habia logrado. Mi auto no se habia descompuesto (y eso si que era un logro). Mi auto era mi orgullo, junte dinero y cuando me gradue, mis padres me aportaron el resto, para mi pequeno auto usado, sin embargo, ya llevo tres anos con el y a estas alturas ya no me acompana como en un principio, y no es su culpa, simplemente ya esta viejo. Estaba juntando dinero para otro auto y esperaba poder salir a tiempo de la universidad para comenzar a ganar dinero en grande, bueno al menos para una vida tranquila con un auto decente. Aun asi, le daba las gracias a mi autito por haber resistido hasta aca, ya habia llegado a mi cita de trabajo y estaba justo a tiempo. Hace casi un ano que no era ninera en la casa de los Johnson's, y el dinero definitivamente seria util, ya en mi tercer ano de universidad costear los materiales y utiles se hacia un poco pesado para mi familia, y me hacia bien ahorrar para costear mis propias cosas. Pero mientras tomaba mi cartera del asiento de atras y me acomodaba para salir del auto, se me escapo otro suspiro porque probablemente el camino de entrada no era la palabra adecuada para describir el camino de ripio que debia seguir para llegar a la puerta principal. El sitio de los Johnson era hermoso y grande, tenian una gran rotonda circular, del tipo que se podria imaginar, un ejercito de caballos y carruajes tirando hacia arriba, con un mayordomo que responde a la puerta, con los labios rigidos y una bandeja de bebidas. Y ademas de la enorme mansion de piedra, habia un vasto jardin, ademas de una piscina infinita que se podia ver a la vuelta de la esquina, el agua tranquila y suave en la luz de invierno todo eso, antes de la puerta de la casa. Asi que si, los Johnson's vivian como reyes. Y a pesar de que tecnicamente eramos vecinos de la misma comunidad privada, mis padres estaban en la parte mas modesta, con casas medianas y patios pequenos, mientras que mis empleadores vivian en la colina en la extravagante seccion de millonarios. Pero eso no me importaba realmente, mi vida la estaba forjando recien, nada de lo que mis padres lograron es lo que marcaria mi futuro, sino que yo misma debia encontrar mi propio camino, asi que estaba aqui, por dos razones, por un trabajo que me diera dinero y tambien por la pequena Vania que era la cosa mas linda, una bola de entusiasmo con piernitas. Habia cuidado a Vania desde que era una recien nacida, sentia un carino especial por ella, este ultimo ano en la universidad me habia demandado mucho tiempo, y los Johnson's no habian solicitado mis servicios cuando yo estaba disponible, asi que ahora no podia esperar a verla otra vez, no podia imaginar cuanto habia crecido, y cuanta belleza habia ganado, ella era solo una bebita pero era encantadora, esos rizos color lino y sus redondos ojos azules de bebe que podrian derretir el corazon de cualquiera. Incluso cuando estaba en sus momentos de rabieta, la pequena rubia todavia era adorable, un pequeno torbellino de energia que podia hacer sonreir a cualquier adulto y suspirar con exasperacion a la vez. Asi que, apague el motor, arregle mis cosas por ultima vez y sali de mi automovil maltratado antes de subir con cuidado los infinitos escalones para tocar la puerta grande de entrada. Hace solo unos anos atras, habria subido los escalones de prisa, atletica y delgada como un latigo. Pero he cambiado en este ultimo tiempo, creo que mi desarrollo fue muy tardio, habia crecido en altura, pero mis senos y caderas eran casi inexistentes, sin embargo, despues de los dieciseis anos mi cuerpo comenzo una etapa distinta y donde solia ser larguirucha y delgada, fui formando curvas, mis senos y caderas tenian mas carne y ahora que soy una mujer adulta, el peso que he ganado me hace sentir mas pesada cuando se trata de ejercicios como este. No tenia como quejarme, no era gorda, solo era mas robusta de lo que estaba acostumbra a manejar, quizas muchas chicas deseaban un cuerpo delgado, pero ahora tenia lo mio, y me sentia a gusto con mi nueva version. Aunque cuando se trataba de escaleras habia demasiado rebote y carne que controlar, demasiado peso blando al que no estaba del todo acostumbrada. Asi que camine como una dama, moviendo las caderas, tratando de mantener las cosas en su lugar. Cuando por fin estuve arriba el silencio total me saludo despues de tocar el timbre. Raro, comunmente habia gente en la casa, personal de aseo, jardinero, o la senora Johnson ponia musica para pasearse por la casa. Despues de otro minuto, volvi a llamar al timbre. ?Tal vez estaban todos arriba y no podian oir? De pronto sonaron algunos ruidos, algunos baches, y finalmente se abrio la puerta, revelando al Sr. Johnson. Sonrei timidamente, tratando de no mostrar mi nerviosismo porque el Sr. Johnson siempre habia sido magnifico y esta vez no era una excepcion. El hombre no era viejo, pero era mayor que yo obviamente, era corpulento y misterioso, llenando la entrada, haciendome sentir positivamente pequena, del tamano de una taza de te. Por supuesto que siempre lo habia notado, pero verlo de nuevo solo confirmaba su esplendor, era realmente candente. Cabello color carbon y ojos azules tan intensos que me encendian con su mirada. Ademas, tenia un cuerpo para morirse, nada de cosas flacidas de papa cervecero. Los hombros anchos se estrechaban en una cintura fina, con piernas largas y poderosas vestidas con pantalones de tela. "Oh, hola Mai", retumbo. "Lo siento, estabamos un poco… !Vania, detente!" Grito hacia atras al oir un ruido. Y mientras estabamos alli, un estruendo sono en el piso de arriba como cuando cae algo al suelo, era un plastico, por el sonido podia imaginar a Vania sacando algo del mueble de los juguetes y sin querer boto algo mas, y el senor Johnson hizo una mueca con sus labios y cerro los ojos. "Entra, entra", dijo, exasperado, respiro profundamente y continuo "Ha sido un largo dia". Y a pesar de que mi corazon latia en su cercania, me obligue a sonreir y entre al vestibulo. Esto, definitivamente lo recordaba. El espacio era enorme, todos los pisos de marmol con una lampara de arana gigante colgando sobre nuestras cabezas. "?Donde esta Vania?", Le pregunte tentativamente, tratando de parecer indiferente. El Sr. Johnson suspiro profundamente. Ahora que lo podia ver con mas detencion, estaba mas viejo en sus facciones, habia corchetes alrededor de sus profundos ojos azules que no habian estado alli antes y sus lineas de risa eran un poco mas prominentes. Debe ser cansancio por su trabajo, sabia que trabajaba en algo relacionado con las finanzas, y muchas veces debia abordar aviones y hacer viajes tarde, y volver al siguiente dia para continuar con las cosas aqui. "Vania", grito de nuevo, con una mano en la barandilla. "Baja, por favor, tu persona favorita esta aqui". Y el sonido de unos pequenos pasos sono antes de que un pequeno bulto rubio se precipitara por las escaleras hacia mis brazos. "Mai, Mai", grito la nina de cinco anos. "!Estas aqui!" La nina era muy carinosa. A pesar de ser un dia regular y no un dia de fiesta, lucia un vestido de bailarina purpura, completo con un tutu rigido y una corona reluciente en la cabeza. Tan linda como siempre, y mas grande como lo pense. "Hola carino", dije alegremente. "Me gusta tu ropa. ?Estabas jugando a la princesa arriba?" Vania se echo hacia atras por un momento y vi que su cara regordeta estaba surcada de lagrimas y los ojos rojos por el llanto. "?Estas bien carino?", Le pregunte, esta vez con mas suavidad. "?Vino la malvada bruja?", asumi que por alguna razon habia estado llorando, verla hizo que se me apretara el estomago, no me gustaba ver llorar a los ninos. Ella asintio en silencio, sus ojos azules mirandome con ligeras manchas de chocolate alrededor de su boca. Pero eso estaba bien, los ninos se ensucian muy facilmente y podria arreglarse con un pano tibio, no habia problema. Pero habia algo diferente en el aspecto de Vania, que no era mi imaginacion. Al igual que su padre, parecia agotada, lo cual no estaba bien para una nina de cinco anos. Los ninos se cansan, claro, pero se duermen de inmediato y se despiertan completamente renovados, cada dia es un nuevo dia para ellos. Asi que me preocupe, aunque intente no mostrarlo. Murmurando de manera tranquila, dije, "Vania, te preparare la cena, te limpiare y luego nos prepararemos para ir a la cama ?de acuerdo?" Pero la pequena nina grito entonces, pateando y sacudiendo violentamente sus piernas contra mi. "Oof!" El aliento salio de mi estomago, sus zapatos de charol golpeando dolorosamente contra mis caderas. "!Ay!" Entonces, el Sr. Johnson intervino, sacando a su hija de mi cuerpo y apretandola contra su gran figura. "Lo siento, hemos estado teniendo problemas recientemente, ya sabes, con Romina mudandose y todo". Me detuve en seco antes de recuperarme e intentar parecer normal. ?La senora Johnson se habia mudado? ?Que? ?Cuando? ?Por que mis padres no me lo habian dicho? Y el Sr. Johnson asintio de nuevo, notando mi expresion de incertidumbre. "Romina se mudo hace un par de meses", dijo con voz ronca, "y ha sido duro para Vania. Ella no ha estado durmiendo bien, ha hecho berrinches por cualquier cosa, todo el dia. Entonces, si puedes manejarla esta noche, seria un milagro". Sonrei tentativamente. "Estoy segura de que estaremos bien", le dije de manera tranquilizadora mientras mi mente giraba en miles de pensamientos. "Quedese tranquilo Sr. Johnson, manejare de la mejor forma todo aqui. Y... lamento mucho lo que me comenta", Intente no ser grosera, ni inoportuna, pero en realidad sentia un pesar por lo que me dijo. Dios mio, la pobre pequena. Su madre se habia ido y ahora estaba respondiendo al cambio. Diablos, cualquier nino haria lo mismo, incluso si Romina Johnson apenas habia estado presente en la vida de su hija. La mayoria de los dias, por lo que pude ver cuando estuve aqui, la mujer no se levantaba antes del mediodia y habia dejado la mayor parte del cuidado de Vania a una ninera que hacia todo, la alimentaba, banaba y jugaba.

  • El caza recompensas de Joanna Trum

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    le gustaba la vida de vagabundo. Duro e independiente,
    iba de un lado a otro del pais trabajando como cazador de recompensas. Pero
    aquel hombre justiciero tenia que vengarse de un hombre peligroso. De modo que,
    cuando se entero de que habian dejado libre a aquel canalla, lo dejo todo.
    Su rastro lo condujo directamente a Dallas.
    Tenia la corazonada de que Dallas iba a ser la proxima victima, y penso en materializar la
    venganza a traves de ella. Pero, ?por que el, que era un solitario empedernido, de repente deseaba ser algo mas que el guardaespaldas de Dallas?

  • Apegos feroces de Vivian Gornick

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    … Contenido ….

  • Nadie duerme de Barbijaputa

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    La activista feminista que reside bajo el alias de Barbijaputa vuelve a la ficcion con una novela impactante desde el primer parrafo, una distopia feminista en la que las mujeres son el verdugo, ?o no?

  • La Reina del aire y las Tinieblas de T. H. White

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    En este segundo libro, que en su primera publicacion el autor titulo La bruja en el bosque, aparece ya el nino Verruga convertido en el rey Arturo. Hijo del rey Uther Pendragon, Arturo ocupa el trono despues de arrancar de la piedra la espada Excalibur e inicia sus primeras batallas contra los que se resisten a admitir su poderio. Al mismo tiempo, se cuenta la historia de la reina Morgause de Lothian, hermanastra de Arturo, y de los hijos de aquella, personajes que tendran un papel importante en el resto de los libros. Con su estilo pleno de humor y fantasia, el autor nos describe los diversos episodios que forman la vieja leyenda sobre las aventuras y desventuras del rey Arturo.

  • Mas que un verano de Victoria Vilchez

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    La manana siguiente de la llegada a Lostlake siempre resultaba para Aria una especie de tregua al caos del dia anterior: los preparativos, las carreras cargando el equipaje, la partida, el viaje y la emocion de ese instante en el que vislumbraba por fin el caseron entre los arboles del camino. La familia Donaldson llevaba muchos anos disfrutando del verano en aquel idilico y aislado paraje. Como su nombre indicaba, era un pequeno pueblo perdido en mitad de la nada. Sin embargo, a Aria le encantaba los meses que pasaba alli. Ese ano seria especial para ella. Acababa de terminar el instituto y al concluir el verano se marcharia a la universidad. No se trataba de que los anteriores cursos escolares hubieran resultado una tortura, tal vez si los ultimos meses, pero nunca habia logrado encajar del todo. No era una marginada pero tampoco pertenecia al selecto grupo de los populares. No era nadie, en realidad, una mas de la masa de estudiantes que pasaban por aquellas aulas. Si bien habia tenido su pequena dosis de gloria al formar parte del equipo de natacion y ser una de las mejores atletas con las que contaba, nunca aprovecho dicha circunstancia. Pero los meses anteriores todo habia cambiado y ni siquiera era ella la que lo habia provocado. De repente, se encontro en medio de una guerra de burlas, cotilleos y miradas acusadoras que nada tenian que ver con su persona. No obstante, aquello ya no tenia importancia. El aroma a cafe recien hecho inundo la cocina y se mezclo con el olor tan caracteristico que impregnaba las paredes del caseron, una combinacion de madera, bosque y la humedad propia debida a la cercania del lago. Aria echo un vistazo por la ventana mientras disfrutaba del silencio que reinaba en la casa y del sabor de la bebida contra su paladar. Tanto sus padres como sus dos hermanos seguian en la cama aun. A pocos pasos, entre los arboles, podia ver una edificacion casi identica a la que en ella se encontraba: la residencia de sus tios. Por la ausencia de luces y de movimiento tras los cristales, supuso que tampoco ellos se habian despertado todavia. Aclaro la taza en el fregadero y salio por la puerta trasera. Iba descalza y no llevaba puesto mas que el banador. Su melena rubia, que normalmente ondulaba sobre su espalda, se hallaba recogida en una apretada coleta para evitar que el pelo le molestara mientras nadaba. Para ella resultaba casi una tradicion lanzarse al agua antes incluso de que el sol hubiera asomado por el este, al menos ese primer dia de vacaciones; ya tendria tiempo de remolonear en la cama hasta tarde durante las siguientes semanas. Tomo el sendero cubierto de tablones de madera que llevaba hasta el lago, el mismo que su padre habia construido con sus propias manos, y no tardo en adentrarse en el agua. Durante varios minutos, dejo que esta la meciera, limitandose a flotar boca arriba. Era su momento favorito. La inminente salida del sol tenia el cielo de los mas variados tonos: naranjas, rosas, amarillos... Era el comienzo de un nuevo dia, un nuevo verano, aquel que la convertiria, a su fin, en universitaria. En cuanto el sol se despego del todo del horizonte, Aria empezo a bracear, alejandose de la orilla por una ruta mil veces trazada. Nado sin descanso, exigiendose tanto como si se tratase de una competicion. A mitad de camino levanto la cabeza y vislumbro su destino: una pequena ensenada de arena en la parte derecha del lago. Continuo nadando, controlando su respiracion mientras se esforzaba por aumentar la velocidad. Puede que fuera debido a su autoexigencia o al cansancio acumulado durante el viaje del dia anterior, o tal vez solo una casualidad, puro azar. La cuestion fue que percibio el instante preciso en el que su gemelo derecho se tenso y un doloroso calambre se fue extendiendo por su pierna. El contratiempo no consiguio desatar su panico. Llevaba demasiados anos nadando y se sentia casi mejor en el agua que fuera de ella. Enfilo hacia una zona rocosa que quedaba mas proxima que la cala a la que inicialmente se dirigia, maldiciendo cada vez que los musculos de sus piernas se contraian y el dolor se agudizaba. No obstante, aguanto y consiguio llegar hasta alli. Tanteo la roca con las manos y se agarro a ella para luego apoyar los pies sobre su superficie, sin otra idea que descansar durante un rato y volver al agua en cuanto consiguiera que su gemelo se relajase. Se veia capaz de soportar las molestias que le provocaria. Al incorporarse, resbalo sobre la roca y trastabillo hacia delante, obligandose a mover los pies sin siquiera ser consciente de donde los colocaba. El movimiento le valio un buen corte en la planta del pie. --!Joder! --exclamo en voz alta. Se ayudo nuevamente de las manos para sentarse y comprobar la herida. Le dolia horrores y sangraba de forma copiosa. Levanto la vista para observar, a lo lejos, la silueta difusa de su casa. Miro la herida una vez mas y se le escapo un suspiro acompanado de otra maldicion. El sendero que bordeaba el lago en esa zona era el resultado de muchos anos de transito de los habitantes del pueblo. La mayoria de las casas estaban en la orilla contraria a la de la residencia de los Donaldson, pero habia innumerables lugares entremedias que eran muy atractivos para el bano y los lugarenos usaban con frecuencia. Ademas existia tambien una pista de tierra habilitada para los vehiculos. Desde el borde de dicha carretera, Aria miro en ambas direcciones. Era demasiado temprano para que hubiera nadie por los alrededores, pero tenia la esperanza de que no fuera ella la unica en madrugar en todo Lostlake. El tiron de su pierna no terminaba de desaparecer y el feo corte que se habia hecho no cesaba de sangrar. Su unica opcion consistia en empezar a andar, o a cojear mas bien, de vuelta a casa. Con suerte, alguien pasaria en coche y podria acercarla. Sus expectativas no tardaron en verse cumplidas, solo que en modo alguno pensaba subirse a la jodida ranchera del mismisimo Max Evans. --Pierdete, Max --le solto, en el momento en que el vehiculo se detuvo a su altura. Apenas lo miro el tiempo suficiente para ver la expresion de fastidio en su rostro. En el instituto todos le conocian por Evans, su apellido, pero Aria habia empleado su nombre a sabiendas de que le molestaria. No era una gran victoria ni suponia demasiado consuelo. No obstante, habia sido incapaz de resistirse. Max Evans era el prototipo de chico americano, un topico con patas. Rubio, alto, de espaldas anchas y sonrisa encantadora, ademas de ojos de un azul cristalino que llamaban la atencion de toda la poblacion femenina del instituto. Como no, tambien era el quarterback estrella del equipo de futbol y, no menos importante, un autentico gilipollas. Aquello ni siquiera le hubiera importado a Aria, nunca se habia preocupado en exceso por esa division de clases inherente a la etapa del instituto. Lo que no soportaba era que aquel chico en concreto fuera el exnovio de su prima, ese que habia hundido a Lea en la miseria social, arrastrandola a ella en el camino solo por ofrecerle su apoyo. El vehiculo avanzo hasta alcanzarla.

  • In crescendo de Beatriz Berrocal

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    Roman Salgado llega para ocupar el nuevo cargo de director bancario. Quiere instaurar una nueva forma de trabajo, mas actualizada y cooperativa, algo por lo que no sera bien recibido. A esto se le suma el ser homosexual, un hecho que parece no encajar con la moral estricta y encorsetada de las viejas glorias del banco.

  • Desde los bosques nevados de Juan Eduardo Zuniga

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    La memoria vuelve a los libros rusos y recupera narraciones portentosas descubiertas en largas horas de lectura. Siempre enriquecio al lector el tesoro de la literatura en lengua rusa con acontecimientos y personajes sorprendentes y con figuras de escritores cuyas vidas parecen fruto de la fantasia.- Bellas palabras de Juan Eduardo Zuniga que consiguen contagiar al lector su amor por Pushkin, Chejov, Dostoyevski, Lermontov, Turgueniev… todos escritores que destacaron por su vocacion de transformar su experiencia en belleza y verdad, por la fuerza de sus historias y la solidez de sus personajes.

  • No soy un experimento de Melania Virues Morilla

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    Nos encontramos en un futuro no muy lejano en el que la ciencia crece dia a dia a pasos agigantados. Africa acaba de cumplir 19 anos y es un experimento. El doctor Flynn, es un cientifico que consiguio clonar a Alba; y Africa, es el resultado de aquello, de su experimento. Africa esta cansada de estar encerrada, cansada de ser una ‘rata de laboratorio’, por lo que decide escapar.?Que sera de Africa cuando consiga escapar sin una identidad ni sitio a donde ir? ?Y si ella no es el unico clon?