• libro la noche del rey - Jorge Alcalde

    https://gigalibros.com/la-noche-del-rey.html

    Febrero de 1810. El rey Jose I realiza su primer viaje por Andalucia con la esperanza de ganarse el afecto del pueblo sobre el que debe reinar. En esas mismas fechas, la joven Asuncion suena con viajar a Francia y conocer el esplendor y el glamur de la nueva Europa idealizada por los folletines. Aparentemente, sus destinos no tienen por que cruzarse, pero un crimen forzara el encuentro. Entre ellos se teje una increible red de personajes: un funcionario del rey obsesionado con el arte que utiliza sus contactos para traficar con cuadros en Paris; una espia viuda que ha prestado sus servicios a los franceses en la Isla de Leon y esta a punto de jugarse la vida y cambiar de bando por amor; un miembro del Gobierno patriota, viejo, cojo y atrabiliario, que escapa de Sevilla y pretende iniciar su propia batalla en los dias previos al asedio de Cadiz; un viajero americano que huye de su oscuro pasado y recorre Espana relatando en su diario la crudeza de la guerra de la Independencia…

  • LA NOCHE DEL REY | JORGE ALCALDE | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-noche-del-rey/9788499980355/1879224

    Sinopsis de LA NOCHE DEL REY. Un libro fascinante y curioso sobre los misterios de la vida cotidiana ¿Qué es más importante, saber medir una galaxia o ...

  • La noche del rey (TH Novela) : Alcalde, Jorge - Amazon.es

    https://www.amazon.es/noche-del-rey-Novela-temas/dp/849998035X

    La noche del rey (TH Novela) : Alcalde, Jorge: Amazon.es: Libros.

  • La noche del rey (Fuera de Colección) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/noche-del-rey-Jorge-Alcalde-ebook/dp/B006FLRTJS

    Mirar en el interior de este libro. La noche del rey (Fuera de Colección) de [Jorge Alcalde]. Sigue al ...

  • La noche del rey - Jorge Alcalde | PlanetadeLibros

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    18 oct 2011 — Libros de ciencia. Comprar. Newsletter para los amantes de las novelas. Apúntate y descubre cada mes todas las novelas contemporáneas.

  • La noche del rey - Libro de Jorge Alcalde - Lecturalia

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    Febrero de 1810. El rey José I realiza su primer viaje por Andalucía con la esperanza de ganarse el afecto del pueblo sobre el que debe reinar.

  • LA NOCHE DEL REY - JORGE ALCALDE LAGRANJA - Agapea

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  • LA NOCHE DEL REY. JORGE ALCALDE. Comprar libro

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    LA NOCHE DEL REY (Libro en papel) ; ISBN: 978-84-9998-035-5 ; Páginas: 416 ; Encuadernación: CARTONE ; Colección: TEMAS DE HOY.TH NOVELA ; Idioma: Castellano ...

  • la noche del rey de alcalde - IberLibro.com

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    LA NOCHE DEL REY de Alcalde Lagranja, Jorge y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • Libro La noche del Rey de Jorge Alcalde

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    El libro "La noche del Rey", de Jorge Alcalde es un relato en plena Guerra de la Independencia. Es la historia de un viajero americano que viaja ...

  • LA NOCHE DEL REY – Jorge Alcalde | Hislibris

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    25 nov 2011 — Como punto crítico, señalaría que la publicidad sobre el libro parece poner en pie de igualdad a la «muchacha» y al Rey, cuando no es así, ...

  • El baile de la corrupcion de Jorge Trias Sagnier

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  • Clarent House (Los Huntington 2) de Charlotte Bennet

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    Sintiendose nuevamente enganado y defraudado por su hermano Fred, el duque de Clarent inicia una busqueda para encontrarlo antes de que Fitzwilliams, con el que tiene mas de un desencuentro, lo haga. En dicha busqueda Graig se adentra en los ambientes mas peligrosos y turbios de la ciudad. Ahi se topa con gente de dudosa reputacion, y sin escrupulos, que se atreven a chantajearle ya que poseen informacion comprometida sobre Fred.
    Por otro lado, las constantes ausencias del duque abren un nuevo frente en su relacion con Victoria que, a duras penas, intenta sobrellevar el distanciamiento que existe entre ambos. Para ello cuenta con la comprension de su suegra, Eleanor, y el amor incondicional de su madre, Melisa, a la que perdona finalmente. Sin embargo, un repentino contratiempo hace que Victoria se plantee seriamente su matrimonio con Graig.
    El destino vuelve a poner a prueba la fortaleza de uno de los hombres mas poderosos e influyentes de Inglaterra. Pero ?lograra este encontrar a su hermano? ?Solucionara sus problemas, finalmente?

  • Lucky Jim de Kingsley Amis

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    Jim Dixon se encuentra en una situacion delicada. No sabe si va a poder conservar su puesto de profesor de Historia Medieval en la universidad, ya que para ello tendria que publicar un articulo que le granjeara la admiracion de la academia. Y no solo eso:tambien ha de mantener una buena relacion con el profesor Welch, el jefe de su departamento, un hombre pedante y despistado que probablemente no olvide con facilidad que Jim proviene de una familia de clase media baja y que las altas esferas academicas no son precisamente su fuerte. Y todo esto mientras intenta conquistar a Margaret, una de sus companeras de trabajo que se esta recuperando de un intento de suicidio a causa de la ruptura con su exnovio. ?Le acompanara a Jim la suerte para conseguir sus propositos? Una nueva traduccion de la primera y aclamada novela de Kingsley Amis, que le valio el prestigioso Premio Somerset Maugham. Una satira de la vida universitaria britanica que, aderezada con una deliciosa y mordiente misantropia, constituye una de las obras mas inolvidables de la literatura comica britanica.

  • Mi veneno eres tu (Insaciable 2) de Isabella Marin

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    Todo se magnifica. Amor. Celos. Locura. El puede destruirla a ella. Ella puede destruirle a el…

  • Entre brasas de Juan Manuel Benayas

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    La cocina con brasas, esta mas de moda que nunca, se desarrolla en los mejores restaurantes del mundo y tiene millones de seguidores. Una elaboracion con cierta magia cuyos secretos quedan al descubierto en este libro gracias a los conocimientos, tecnicas, consejos y recetas del maestro Juan Manuel Benayas, hijo y nieto de carboneros, y asesor y maestro de grandes cocineros y restaurantes de todo el pais.

  • El instante preciso en que los destinos se cruzan de Angelique Barberat

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  • Tony Vance (Amores Peligrosos 1) de Natalia Divan

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    Marina descubre a su novio siendole infiel con otra mujer y, para ahogar las penas, decide ir, con su mejor amiga, a la discoteca de moda de la ciudad. Alli conocera al misterioso Tony Vance, dueno del club, con quien surgira una quimica increible desde el primer momento. Pero el no es un hombre normal y corriente: sus ilicitos negocios pondran en mas de una situacion peligrosa a Marina, que temera por su propia vida.

  • Historia oculta de la musica de Luis Antonio Munoz

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    Mozart, Haydn, Carlos Gardel o Louis Armstrong eran masones. Satie compuso musica en su juventud para la Orden Rosacruz. Leonardo da Vinci escribio un tratado sobre musica que se encuentra perdido y diseno extravagantes instrumentos musicales. Hitler concibio su plan de invadir Europa despues de escuchar una opera de Wagner. Schumann frecuentaba sesiones espiritistas al tiempo que Chopin tuvo visiones de espectros en su retiro de Valldemosa.

  • Quien se atreve, gana 2 de Yunnuen Gonzalez

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    Sarah Lloyd es una londinense mas que ha visto lo que el terrorismo ha hecho en su pais y fuera de el. Con el paso de los anos, la indiferencia ha sabido ocultar su miedo que es recordado todos los dias por los noticiarios.
    El destino la pone en el camino de Caleb McGregor, el hombre atractivo que conquisto su corazon desde la primera noche juntos. Vivio con el el gran romance que nunca imagino tener.
    Pero, cuando Caleb desaparece de su vida, empieza a descubrir que es un soldado de fuerzas especiales, cuya vida siempre ha estado rodeada por la muerte.
    El miedo regresa de mano de la tragedia, y es aprovechado por Dylan Jenkins, socio de un pub que se ha enamorado de Sarah, y que hara todo lo posible por conquistarla.
    Sarah sera incitada por Dylan una y otra vez para tomar el mejor camino para su estabilidad emocional.

  • Desapegarse sin anestesia, Walter Riso de Walter Riso

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    Si consideras que algo o alguien es indispensable para tu felicidad, tienes un grave problema: estas a la sombra de un amo. Y no me refiero al aire que respiras, la comida que te alimenta o el sueno que te repone, sino a muchas necesidades de las cuales podrias prescindir sin que tu supervivencia emocional y psicologica se viera afectada de alguna manera. No importa la fuente del apego, llamese fama, poder, belleza, autoridad, aprobacion social, internet, juego, moda o pareja, la adiccion psicologica hara que tu existencia sea cada dia mas insalubre: te arrodillaras ante ella, le rendiras pleitesia y vivira en el filo de la navaja por miedo a perderla. Establecer una relacion dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener placer, seguridad o un dudoso sentido de autorrealizacion.

  • Finge que soy tuyo de Jessa James

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    Hace dos anos Es en la mitad de una noche de llovizna de primavera que la pierdo. “Adios, John”, le digo al hombre mayor que esta doblando las sillas plegables grises con un golpe. Estamos en un sucio sotano de iglesia, pero al menos la iglesia nos deja reunirnos gratis aqui. “Charlie”, dice John. Sus mejillas estan sonrojadas y sus ojos son de un azul profundo. Sus ropas son de varias tallas mas grandes y de un beige plano. El asiente su cabeza canosa hacia mi y luego regresa a doblar el resto de las sillas. Tomo un ultimo trago de mi cafe y hago una mueca al sentir lo dulce que estaba. Le puse demasiada azucar, pero ya no puedo hacer nada. Echo los residuos en mi vaso de papel y la servilleta de papel que tengo empunada con las migas de una galleta simple de la tienda. “Cuidado”, dice alguien y me detengo justo antes de chocarme con un anuncio que cuelga del techo. El techo es tan bajo que solo hay unos centimetros entre ellos y mi cabeza. Supongo que no hay muchos tipos que parezcan vikingos caminando por aqui. Aun asi, aprecio que me hayan avisado. “Gracias”, dije, pero la persona que me advirtio estaba casi afuera de las puertas de metal que van hacia el estacionamiento. Miro alrededor, un poco desanimado. Soy un tipo grande, estuve en el Ejercito y en la CIA. Termine aqui por mis ataques de panico y mis pesadillas. Mi esposa Britta me dijo que era esto o dormir todas las noches en el sofa, porque no habia forma de que ella siguiera permitiendo que la despertara todas las noches. Entre ella estando embarazada de nueve meses en ese entonces y yo que no cabia en el sofa… sabia que necesitaba ayuda. Asi que hice algunas llamadas. Acudi a tres tipos de terapia grupal y aqui estoy. Suspiro, recordando algunas de las ideas presentadas durante la sesion, recorriendolas en mi cabeza. La idea de la vulnerabilidad, de permitirte ser vulnerable alrededor de otra persona era muy mencionada. Al escuchar a algunas personas hablar, me alegre de seguir teniendo a Britta a mi lado. Ella me trajo del abismo cuando regrese de Siria y ahora ella es la que me mantiene cuerdo. Saco mi telefono. Estoy pensando cosas buenas sobre ti, le escribo a Britta. No hubo una respuesta inmediata, pero esta bien. Pongo mi telefono en el bolsillo trasero de mis jeans. Deberia irme. Todavia hay algunas personas hablando en la mesa de refrigerios, pero el resto de mi nuevo grupo de apoyo, Los veteranos de combate hablan, ya se han ido. Mientras me dirijo hacia las puertas dobles de metal, mis ojos recorren el sotano una ultima vez, revisando automaticamente las paredes moldeadas y la alfombra azul barata en busca de… ?Que? Me pregunto yo. ?Enemigos? ?Amenazas? Deje todo eso atras en el paisaje arenoso de Alepo, lugar en el que estuve como operativo de la CIA. Eso fue hace un ano y sin embargo, recien estoy comenzando a recuperarme. Por eso voy a las sesiones grupales de terapia. Bueno, debo dar credito cuando algo lo merece: Britta y nuestra hija recien nacida tambien son una parte integral de mi recuperacion. Observar la panza de Britta crecer y luego sostener a Sarah por primera vez… eso cambio algo en mi a nivel molecular. Ahora no se que haria sin ellas. Son la luz de mi vida, aunque sea tan cursi como Debbie Boone. Abro la puerta y entrecierro mis ojos a la luz del sol. Esta comenzando a llover, pero eso es algo constante aqui en Seattle. Ademas, la lluvia es un descanso refrescante del horrible calor del sotano de la iglesia. Las gotas de lluvia caen en mis brazos y mi cara, son un alivio helado. Me pongo mi rompevientos azul y me dirijo a mi auto. No quedan muchos autos en el estacionamiento de la iglesia; es un sabado por la tarde y es un bonito dia, a pesar de la llovizna. La mayoria de las personas en Seattle seguramente estan en algun brunch o de excursionismo o de compras ahora mismo. Estoy listo para ir a la biblioteca y encontrarme con Britta y Sarah. Las imagino en mi cabeza: Britta con su largo cabello negro y su linda sonrisa. Sarah en su enterizo, del mismo color de mama y con mis ojos verdes. Las imagino en mi cabeza, Britta lleva al bebe en su pequeno arnes frontal mientras Sarah duerme. Sarah solo tiene tres meses, pero Britta dice que nunca es demasiado temprano para presentarle la biblioteca. Nosotros hemos estado conversando sobre que cosas deberiamos leerle a Sarah. Britta dice que no importa, pero deseo comenzar a leerle al bebe las noticias en varios idiomas. Despues de todo, nunca es demasiado temprano para alentar el pensamiento critico, ?cierto? Mi mente esta enfocada en eso cuando me deslizo a mi auto y enciendo el motor. Salgo del estacionamiento y voy a la izquierda, mis manos estan en el volante y mi memoria muscular se encarga. Cometi el error de encender la radio en el auto. No puedo escucharlo sin involucrarme en las historias, desarrollar sentimientos personales sobre ellas y guardar cada historia en mi baul mental con total precision. Estoy a unos tres kilometros de mi casa cuando me doy cuenta de que he avanzado en piloto automatico. La biblioteca esta al otro lado. Miro el reloj en mi auto. Probablemente llegare tarde para encontrarme con Britta. Al voltear me dirijo al noroeste, el mismo camino que recorreria si saliera de mi casa. Algo en la radio me distrae; estoy irritado porque la Casa Blanca esta intentando meter sus narices en lo que sucede en Siria y lo esta haciendo mal. Veo un choque adelante cuando giro en una esquina, pedazos doblados de metal rodeados por varios autos de policia con las luces encendidas. Un policia esta alejando a las personas; otro esta colocando cinta policial alrededor de la escena. Casi giro a la derecha para evitar el trafico que se acumulaba, pero no lo hago por alguna razon. Quizas es porque a todos les gusta ver un accidente de trafico. A todos nos gusta en secreto ver el auto volteado, nos gusta intentar descubrir como sucedio. Comenzamos a pensar y suspirar de alivio que no fuimos nosotros mientras nos alejamos. De cualquier forma, estoy escuchando la radio y dandole golpecitos al volante mientras espero que el policia me deje pasar. Giro mi cabeza para mirar el accidente mientras espero, juzgando la distancia entre los dos autos. Era imposible que alguien volviera a conducir alguno de los dos autos. Demonios, si alguien no murio en un choque tan horrible, deberian agradecerles a sus malditas estrellas de la suerte. El auto A era un Dodge Charger nuevo, negro y brillante y estaba destrozado. El auto B estaba de lado, la parte de abajo daba hacia mi auto y claramente habia rodado varias veces. Parece que el auto A golpeo al auto B y el auto B rodo para frenarse y quedo de esa forma. Intento ver que auto es, pero todo lo que puedo ver es que el auto B es un SUV negro. Un presentimiento me recorrio la columna. Britta conduce un SUV negro, un Nissan Pathfinder negro. Tranquilo, me digo a mi mismo. Ella esta en la biblioteca, probablemente preguntandose donde estas. Avanzo lentamente por la linea. Finalmente es mi turno de avanzar y lo hago lentamente. No puedo evitar mirar el auto A y el auto B y los numerosos policias caminando, tomando notas y fotografias. Ya casi pase el choque, estoy por avanzar cuando algo atrae mi atencion. Uno de los oficiales de policia esta catalogando algunos objetos personales que probablemente vinieron del auto B y esta colocando una manga en una bolsa enorme de evidencia. La manta es familiar para mi. Hecha para un bebe, muestra la escena de dos osos pescando en un rio. La cosa es que, solo he visto ese diseno de manta en un solo lugar: en una manta hecha a mano, hecha para Sarah por la madre de Britta. Presiono el freno mientras mi cerebro comienza a recalentarse y a trabajar al maximo. Quizas la madre de Britta compro la manta y hay muchos tipos en el mundo. O quizas… El auto detras de mi toca su bocina y me sobresalta. Avanzo de nuevo y me estaciono apenas logro superar el accidente. Mi corazon esta palpitando, toda la sangre se me esta yendo a la cabeza y hace dificil que pueda pensar. Me volteo y miro el accidente. La manta ya no es visible. Intento ver el modelo de la SUV, pero es imposible desde este angulo. Comienzo a temblar mientras me saco el cinturon y saco el telefono de mi bolsillo. Britta me saluda mientras sostiene a Sarah; esa es la fotografia en mi pantalla mientras marco su numero con dedos torpes. Suena cuatro veces. Suena la quinta vez y veo por mi espejo retrovisor que la mujer que esta guardando las cosas agarra una de las bolsas. Mi corazon se detiene cuando veo que esta sosteniendo un telefono. No. No, no puede ser. Salgo del auto, consciente del hecho de que los bordes de mi vision estan mareados y poco claros. Esa es la primera senal de un ataque de panico, pero eso era lo ultimo en mi mente ahora. “?Senor?” una mujer joven se me acerco mientras yo comienzo a avanzar. “El accidente”, dije, sin siquiera mirar a la oficial. Estoy demasiado concentrado mirando las cosas que siguen en el suelo, intentando ver si reconozco algo. “?Donde estan las personas que estan heridas?” Ella se estira para detenerme cuando yo intento acercarme. “Senor, necesita…” Agarre su muneca, mi mirada desesperada atrapo la suya. Mi corazon comenzo a latir mas rapido, tan rapido que pense que me iba a desmayar. Mi respiracion estaba agitada, mi vision borrosa y mis manos temblaban. Estoy totalmente fuera de control. “Puede ser mi esposa”, logre decir. Solte su muneca y agarre el cuello de mi camisa. “Mi hija. Necesito saber…” Avance por su lado, ignorando lo que estaba diciendo, “?Senor? !Senor!” Camine determinado hacia el auto B hasta que vi una rosa de seda destenida en el suelo, rodeada de un millon de pedazos de vidrio… y sangre. Todo la sangre de un cuerpo. Mi corazon apretaba y mis piernas estaban tiesas. Veo a mi derecha y hay un oficinal de policia hombre mayor al lado del auto B. El esta hablando en su telefono y haciendo observaciones. Ni siquiera me mira, esta demasiado ocupado examinando el dano a la SUV. “Es una lastima”, dijo el, sacudiendo su cabeza. “Viene un conductor borracho, mata a una mujer, casi mata a su bebe y sin embargo logra salir sin un rasguno. Es una maldita lastima.” No. No puede ser verdad. La primera oficial me alcanza, me agarra por el codo y grita por ayuda. Caigo de rodillas y vuelvo a mirar la rosa de seda. No. Britta no. No es posible. Debe haber algun error. “?Esta bien?” pregunto la oficial que me agarraba del codo. La miro y la oscuridad amenaza con quitarme la claridad. Mis manos intentan agarrar mi pecho. Intento hablar, pero no tengo aliento para decir algo mas que un suspiro. “Mi corazon”, dije. Todo se puso negro.

  • Susurros en la bruma de Lizzy Bronte

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    Ava Monroe tiene un don, el de ayudar almas atrapadas. Su vida nomade y excentrica le brinda todo lo que necesita, libertad y ausencia de lazos afectivos. No desea echar raices, conoce mejor que nadie el dolor de la perdida.
    Una voz susurrante, un pedido de auxilio en medio de la noche la llevan a las tierras de Durstfall.
    Entre las sombras de la olvidada mansion habitan Luke Skyller y su sobrina Rose. Ambos viven una existencia de exilio; en el caso de la nina, por sus sentidos perdidos, en el caso del conde, por su afan de no volver a sentir. Sortear esos muros emocionales sera un desafio para Ava Monroe, uno que pondra en peligro su tan bien resguardado corazon.
    ?Podra Ava sacarlos de su encierro, o sera ella la que caiga en la trampa de los brazos de Luke?

  • Un mandato de reinas de Morgan Rice

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    EL DECRETO DE LAS REINAS es el Libro#13 de la serie de best-sellers EL ANILLO DEL HECHICERO, qu empieza con LA SENDA DE LOS HEROES (Libro#1).

  • Los solitarios de Alvaro Arbina

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    Un thriller deslumbrante que rompe todo los limites del suspense.

  • Jasper (Sin reglas ni principios 2) de Alina Covalschi

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    A fuego lento se derriten los corazones helados. A fuego lento se queman los recuerdos frios. A fuego lento se enciende la pasion.

  • Salvadores Duros de Tatiana Garcia

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    Cavernicola: Romance con el Vecino y Padre Soltero
    Bruno parece el hombre perfecto. Alto, guapo, atletico, padre soltero y un autentico manitas que se gana la vida como carpintero y mecanico. Ademas, es mi nuevo vecino. Bueno, el y su hijo, que dificilmente llegara a los 7 anos.
    De lejos parece el partido perfecto, la clase de hombre que en la universidad hubiera tenido a todas las animadoras detras, muriendose por sus huesos.
    Sin embargo, Bruno es un cretino integral. Un alma atormentada sin modales. No podia soportarlo, y lo queria cuanto mas lejos mejor, hasta que llamaron a mi puerta los problemas de mi ex-novio, el cual, al parecer, debia dinero a los rusos equivocados.
    Estaba muerta de miedo, ante tres gorilas de 2×2 metros en mi puerta. Pero mas al ver a Bruno volver del trabajo y, sin mediar palabra, agarrar a uno de los tipos y tirarlo por las escaleras. Los otros dos no acabaron mucho mejor.
    Hablamos. Hablamos mas, y mas. Me sentia en deuda con el, asi que acepte quedarme con su hijo mientras el trabajaba. Y asi, poco a poco, comence a conocer al pequeno y a Bruno. Seria otro bruto de 2×2, pero parecia importante, y a cada conversacion parecia un poco menos cretino y mas. dulce.
    Aun asi, sabia que no me convenia. Pese a su instinto por protegerme, y lo j*didamente sexy que pudiera parecerme, Bruno equivalia a problemas. Por otro lado. no es como si no tuviera ya problemas, considerando que habia una mafia pidiendome el dinero de mi ex.
    Poco a poco comprendi que Bruno tenia sus propios problemas de los que ocuparse, sus propias razones para comportarse como lo hacia, y asi, poco a poco, fui enamorandome como una tonta sin remedio.

  • Persiguiendo un imposible, Scarlett Butler de Scarlett Butler

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    ?Que hacer cuando has pasado toda tu vida persiguiendo imposibles?

  • El millonario de Silicon Valley de Joshua A. Aguilar

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    Como El millonario de Silicon Valley puede convertirte en una persona mas sabia, rica y feliz.

  • El dia de la duquesa de Sarah Maclean

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    Malcolm Bevingstoke, duque de Haven, ha pasado los tres ultimos anos en una soledad obligada, pagando el precio de un error imposible de arreglar y anorando al amor que ha perdido para siempre.
    Sin embargo, el ducado no espera; el titulo necesita un heredero, lo que significa que debe ponerse a buscar una esposa.
    Solo hay un problema, que ya tiene una.

  • Soy una mama divorciada y alocada de Megan Maxwell

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  • El coleccionista de miedos de Luca Domina

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    En el coleccionista de miedos hallaras; repulsivos visitantes en momentos inoportunos, suicidios extranos, espiritus que no descansan en paz, personas trastornadas, posesiones demoniacas, animales vengativos, leyendas orientales y cajas misteriosas procedentes de la Deep Web. Todo encerrado en ocho historias con una narrativa que te atrapara en sus garras.

  • Todos tus nombres de Fernando Garcia Paneda

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    <>
    Javier Castillo, autor de El dia que se perdio la cordura

  • La Dama y el Maraja de Maria Isabel Salsench Olle

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    Un paseo por el destino
    Helen, Condesa de York, vive un autentico infierno al lado de su esposo. El Conde es un alcoholico, infiel y canalla. Incluso mal trata a sus hijos. En una noche de arrebatadora locura se queda viuda, viendose implicada en el asesinato. Para huir de la justicia, se marcha a la India colonial inglesa junto a sus tios paternos.
    En India, un pais lleno de tradiciones y rico en cultura, ella sera obligada a ejercer como institutriz de los hijos del raja. En el palacio hindu, conocera al verdadero amor de su vida. El hombre que le ensenara a querer y a vivir: un principe oriental, el heredero del trono.
    Khaled es una belleza oriental, agasajado por todas las mujeres que desea y acostumbrado a tener cuanto pide. Desde pequeno ha sido entrenado en todo tipo de artes, incluso las amatorias. Haciendo de el un futuro rey, un hombre poderoso. Como futuro monarca tiene obligaciones, costumbres arraigadas… pero cuando ve a Helen… Su mundo se desestabilizara.
    Viviran una pasion sin limites, escondida, prohibida… Se amaran… ?Pero podran estar juntos? ?Es posible que una viuda contraiga matrimonio con un futuro rey? ?Escapara de la justicia Helen? ?O sera encontrada y castigada por haber asesinado a su esposo? Un paseo por el destino. Una historia original, diferente y con deseos de llegar a los corazones.
    !Acompana a Helen hasta la India!
    Vivamos una pasion prohibida
    Oriente y Occidente

  • La calma luchada de Sergio Bero

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    Sinceramente, amigxs, ?quien soy yo para dar consejos de amor? Me tengo que reir y os invito a reiros conmigo. Soy una mujer soltera de 39 anos, exigente, economicamente independiente, feliz con sus elecciones y llena de experiencias sentimentales, unas mejores que otras. Pero ?soy sana en mis relaciones? (Fase de reconocimiento del problema). Os prometo que en algunas entrevistas me miran como un bicho raro cuando cuento mi situacion personal. Me miran como buscando esa parte <> de mi persona que debo tener para no estar ya casada y con tres churumbeles colgados del brazo. A mi, que a los ocho anos ya tenia mi propia muneca, a la que bautice como <> y que se asemejaba tanto a un bebe que, en ocasiones, rineron a mi madre por la calle cuando la sostenia en brazos porque pensaban que estaba maltratando a una nina real. La llevaba siempre a la moda, con gafitas y todo, y si se le rompia el cuerpecito, una rapida operacion quirurgica con mi papa y la dejaba como nueva. Aun tengo guardada a <>, a las dos. Soy la pequena de una familia de tres hermanos y tia de dos preciosas sobrinas que me llenan el corazon y las ganas frustradas de ser mama. Ok, pues, <>. Hubo un tiempo en que llegue a negar que era esa romantica que vivia enamorada del amor. Quise ser una <> y mas bien termine siendo un <>. La eterna enamorada enganandose a si misma. (Fase de negacion). No se cuantas canciones de amor y desamor he podido escribir y cantar mientras las lagrimas me caian por la cara; cuantos poemas de amor dedicados a ese desconocido que mi mente imagino como el ser perfecto que todxs lxs romanticxs empedernidxs sonamos que existe en ese lugar al que aun no hemos ido. La esperanza es lo ultimo que se pierde, ?para que negarlo? Sonar es gratis y, sobre todo, NO DUELE. (Fase de ira o enfado). Vinimos a este mundo a aprender a traves de los demas y de nuestras propias experiencias, tratando de ser cada dia una mejor version de nuestro ayer, de nuestros errores y de nuestros miedos. Pero ?quien dijo que fuera facil? Yo no, y quien diga que si, miente. En esta busqueda de la felicidad de dos, y digo DOS pues hay quien goza del amor en mayor variedad numerica --uf, que tedio, si con uno ya me cuesta, con dos o tres me daria algo--, he acudido a psicologos y coaches para ahondar en la problematica y en la dificultad relacional amorosa del mundo actual. Aunque sigo pensando que <>, no soy de las que busca el amor en las redes, ni de las que envia fotos sexys a ciberpretendientes. Eso no va conmigo, sorry. Mis amigas me suelen decir que estoy chapada a la antigua, pero que le voy a hacer si aun creo en las mariposas en el estomago y en los primeros besos de amor. (Fase de negociacion). Moulin Rouge se convirtio en una pelicula esencial para mi. Y esto es lo mejor, amigxs: los finales en los que uno de los dos moria eran mi descanso emocional ante el pensamiento de tener que manejar una larga vida en comun. Me marcaba un <>: mejor rapido e intenso, que vale por dos. Finalmente, no lo pude negar: ?quien no se ha encontrado perdidx dentro de su propio caos emocional en algun momento de su vida? (Fase de aceptacion). Asi surgio esta guerra interior por alcanzar la calma luchada, tan deseada por nuestro protagonista, una calma que es mia y de todxs nosotrxs. Y me vuelvo a preguntar: ?quien me dio BOLI en este LIBRO cuando mi querido amigo Sergio Bero me propuso escribir este prologo? Si, como diria aquel, <>. Si algo he aprendido en todos estos anos de busqueda introspectiva y de estudio amoroso-social, es que nunca podra haber un amor duradero y una relacion sana sin (redoble de bateria): --Volver al origen, entender quien es unx. --Regresar al perdon y a la sanacion. --Amarse a unx mismx. Nadie se libra de escribir su propia aventura en la que, sin excepcion, y aunque algunxs lo nieguen, todxs buscamos lo mismo: AMAR Y SER AMADXS. Como decian los grandes: <>. Ainhoa Cantalapiedra Abril de 2020 ASALTO 1 SABER(SE) <>. Jose Luis Perales Sin mayor proposito Si hubiera un motivo real por el que siempre se me echa el tiempo encima, podria admitirlo ahora mismo... pero no lo hay. Quiza una siesta mas larga de lo necesario, una maleta sin terminar de cerrar, una inoportuna conversacion de WhatsApp o simplemente la certeza en mi mundo imaginario de que los minutos tienen mas de sesenta segundos que, inevitablemente, nunca coinciden con los reales. Sin proponermelo, y a pesar de que me haya planificado lo mejor posible, llego al aeropuerto con la lengua fuera, pensando que esta vez si, que esta vez me quedo en tierra. Mi mala organizacion para calcular los plazos es multiple porque, aunque parezca incongruente, paradojico y discordante, la realidad es que esta vez dispongo de veinte minutos para disfrutar en la terminal. El espacio temporal discurre en mi mente como el Airbus volando a Nueva York: desafiando los husos horarios. Me bajo del taxi no sin antes comprobar que tengo las llaves y la cartera en el bolsillo: no seria la primera vez que el taxista me vocea advirtiendome de mi olvido. Una vez que esta todo en orden, el control de seguridad es mi siguiente objetivo. Lo que si he aprendido es a ir preparado. <>, que decia mi abuela, y en algo le tenia que hacer caso: nada de calzado complicado por si me lo hacen quitar; siempre un pantalon de felpa y una camiseta. No hay que esperar cola, asi que en cinco minutos paso el control. Ahora si, lo contrario a mi sino: tiempo para mi. Recojo los pocos objetos que deje en la bandeja, levanto la mirada y compruebo mi vuelo en la pantalla de salidas.

  • Por ti pagaria las consecuencias de Laura Kaestner

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    Dixie Cabbot y Ahmed Tarik se criaron juntos en la campina francesa, cobijados por un parentesco lejano, rodeados de caballos y tradiciones vitivinicolas, y compartieron su primer despertar en el amor, seguros de que estarian juntos para siempre. Sin embargo, el destino les jugo una mala pasada: reclamos familiares, amores escondidos, reproches maritales y un adulterio fueron causantes de su separacion. Veinte anos despues vuelven a encontrarse en las mismas tierras y esta vez el destino les dara la posibilidad de una revancha, de demostrarse que, a pesar del tiempo, todo sigue intacto en el mismo lugar.

  • Fuego irlandes (Corazones irlandeses 1) de Nora Roberts

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    Adelia Cunnane permanecia asomada a la ventanilla, sin ver el magico manto de nubes que se extendian mas abajo. Algunas formaban montanas, otras glaciares, estrechandose y alisandose en lo que semejaba un lago cubierto de hielo. Sin embargo, pese a tratarse de su primer viaje en avion, Adelia no encontraba el panorama nada inspirador. Su mente estaba plagada de dudas e incertidumbres, unidas a una intensa punzada de nostalgia por su pequena granja de Irlanda. No obstante, tanto la granja como Irlanda estaban ya muy lejos, y cada minuto transcurrido acercaba mas a Adelia a America y a personas desconocidas. Penso, con un suspiro de resignacion, que no se hallaba adecuadamente preparada para hacer frente ni a una cosa ni a la otra. Sus padres habian muerto en un accidente de camion, dejandola huerfana a la tierna edad de diez anos. En las semanas siguientes al fallecimiento de sus padres, Adelia habia flotado a la deriva en la niebla de la conmocion, refugiandose en si misma para resistir la agonia de la separacion; para soportar la sensacion, extrana y aterradora, de abandono. Poco a poco, fue erigiendo un muro en torno a su dolor, y se consagro al trabajo de la granja con la dedicacion de un adulto. Lettie Cunnane, su tia paterna, se habia hecho cargo de la nina y de la granja, cuidando de ambas con mano firme. Tenia buen fondo, pero era poco carinosa; por anadidura, carecia de la paciencia o el talante comprensivo necesarios para sobrellevar a una chiquilla imprevisible y, a menudo, tempestuosa. La granja habia sido lo unico que tenian en comun, y la mujer y la nina habian construido su relacion a partir de la fertil tierra y las horas de trabajo que esta requeria. Habian vivido y trabajado juntas durante casi trece anos; posteriormente, Lettie sufrio una paralisis, y Adelia se vio obligada a repartir su tiempo entre las tareas de la granja y el cuidado de una invalida. Adelia habia pasado los dias y las noches librando una decidida batalla para hacer frente a unas responsabilidades cada vez mayores. Sus enemigos habian sido la escasez de tiempo y de dinero. Cuando, al cabo de seis largos meses, volvio a quedarse sola, Adelia bordeaba la desesperacion. Su tia habia muerto y, a pesar de que ella habia trabajado incesantemente, la granja tuvo que ser vendida para sufragar los impuestos. Adelia habia escrito a su unico pariente vivo, Padrick, el hermano mayor de su padre, que habia emigrado a America veinte anos antes, para informarlo de la muerte de su hermana. Su respuesta habia sido inmediata. En una carta afectuosa y llena de carino, habia pedido a Adelia que se fuera a vivir con el. La ultima frase de la misiva era una orden escueta y amable: <>. De modo que Adelia habia empacado sus pertenencias, vendiendo o regalando lo que no podia llevarse consigo, y se habia despedido de Skibbereen y del unico hogar que habia conocido... Un subito movimiento del avion saco a Adelia de sus recuerdos. Se recosto en el respaldo acolchado del asiento, recorriendo con los dedos la pequena cruz de oro que siempre llevaba al cuello. No le quedaba nada en Irlanda, se dijo, combatiendo el hormigueo de su estomago. Todo lo que amaba habia muerto, y Padrick Cunnane era su unico pariente vivo, el unico nexo de union con lo que antano habia tenido. Adelia reprimio una subita oleada de miedo. America, Irlanda... ?que diferencia habia? Movio los hombros con inquietud. Se las arreglaria. ?No lo habia hecho siempre? Estaba decidida a no ser una carga para su tio, aquel hombre impreciso y lejano a quien solo conocia de sus cartas, pues lo habia visto por ultima vez cuando tenia apenas tres anos. En America encontraria trabajo, se dijo, quiza en la granja de caballos que su tio habia mencionado a menudo en su correspondencia. Adelia poseia una habilidad innata para trabajar con animales, y habia asimilado vastos conocimientos de veterinaria en sus anos de experiencia. Su pericia era tal, que a menudo solian requerir su ayuda en partos dificiles o para coser alguna herida. Era fuerte, a pesar de su baja estatura; ademas, recordo cuadrando los hombros inconscientemente, era una Cunnane. Seguramente, se dijo con mas confianza, habria un lugar para ella en Royal Meadows, donde su tio trabajaba como adiestrador de caballos purasangre de carreras. No habria campos que arar ni vacas que ordenar, pero se ganaria el pan aunque fuese fregando suelos. Una vez que el avion hubo tomado tierra, Adelia desembarco y se adentro en la terminal de Dulles, Virginia, donde se quedo boquiabierta ante el caos reinante, fascinada por la escena, confusa por el chapurreo de idiomas extranjeros y la abigarrada mezcla de gente. Se fijo en una familia de indios del Este, ataviados con sus indumentarias nativas. Luego se giro para observar a dos quinceaneros, con vaqueros desgastados, que paseaban de la mano, seguidos de un ejecutivo de mediana edad con un maletin de piel en la mano. Luego, en el vestibulo, miro alrededor con la esperanza de ver alguna cara conocida. Todo el mundo parecia tener prisa, penso. Un cuerpo podia perderse bajo los pies de aquella multitud frenetica y no aparecer nunca mas... --!Dee! !Pequena Dee! --Un hombre se acerco presuroso a ella. Era fornido y compacto, con una rizada mata de cabello gris, y Adelia atisbo brevemente unos ojos azules como los de su padre, antes de verse envuelta en un calido y fuerte abrazo. Se le ocurrio que hacia siglos que nadie la abrazaba asi. --Pequena Dee, te habria reconocido en cualquier parte --el hombre se retiro para mirarle la cara, con los ojos empanados y una sonrisa tierna--. Es como estar viendo de nuevo a Kate. Eres la viva imagen de tu madre. Siguio contemplandola mientras ella trataba de recuperar la voz, su mirada posandose en el lustroso cabello castano rojizo que caia en relucientes ondas sobre sus hombros; en los grandes y profundos ojos verdes de largas pestanas; en la nariz respingona y la boca de labios carnosos que tia Lettie habia descrito como <>. --Eres una autentica belleza --dijo el por fin, con un suspiro de puro placer. --?Tio Padrick? --inquirio Adelia, sintiendo que una multitud de preguntas y de emociones se agolpaban en su interior. --?Y quien voy a ser, si no? --Padrick la miro con ojos llenos de amor y de alegria, y las dudas, los miedos y los interrogantes de ella se desvanecieron en una oleada de jubilo. --Tio Padrick --susurro al tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos. Mientras viajaban por la autopista, tras salir del aeropuerto, Adelia miro en torno con asombro. Nunca habia visto tantos coches, todos ellos corriendo a una velocidad vertiginosa. Todo se movia muy deprisa, y el ruido, se maravillo Adelia en silencio, era suficiente para despertar a los muertos. Moviendo la cabeza, empezo a bombardear a su tio con preguntas. ?Estaba muy lejos el lugar adonde iban? ?Todo el mundo conducia tan deprisa en America? ?Cuantos caballos habia en Royal Meadows? ?Cuando podria verlos? Las preguntas relampagueaban en su mente y a traves de sus labios, y Paddy las respondio pacientemente, antojandosele el sonido de su voz dulce como una brisa estival. --?Y en que voy a trabajar? El aparto los ojos de la carretera un momento para mirarla. --No hara falta que trabajes, Dee. --Pero, tio Paddy, tengo que hacerlo --discrepo Adelia girandose hacia el--. Puedo trabajar con los caballos; se me dan bien los animales. Las cejas espesas de Paddy se unieron, formando un dubitativo ceno. --No te pedi que vinieras para trabajar --antes de que ella pudiera protestar, siguio diciendo --: y no se que pensaria Travis si contrato a mi propia sobrina. --Hare cualquier cosa --Adelia se retiro su cabello castano--. Cepillar los caballos, limpiar los establos, acarrear heno... Lo que sea. Por favor, tio Paddy. Me volveria loca en una semana si no tuviera nada que hacer. Su mirada gano la batalla, y Paddy le apreto la mano. --Bueno, ya veremos. Tan absorta habia estado en la conversacion y en el fascinante flujo del trafico, que perdio la nocion del tiempo. Cuando Paddy tomo un camino particular y detuvo el coche, Adelia contemplo los alrededores con una nueva sensacion de maravilla. --Royal Meadows, Dee --anuncio Paddy con un gesto--. Tu nuevo hogar. La entrada del largo y sinuoso camino estaba flanqueada por dos grandes pilares de piedra, y arbustos tachonados de incipientes flores se extendian a lo largo del sendero, hasta donde Adelia alcanzaba a ver. Un verde manto de hierba alfombraba las suaves colinas, y los caballos pacian perezosamente a lo lejos

  • Sendero de Luna de Patricia Diez Diez

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    Raquel se tropieza con la tabla de madera que sobresale del suelo de su habitacion, en la casa que le han dejado como maestra del pueblo: por suerte, no se ha hecho ningun rasguno con la punta de hierro que con el impacto se ha quedado al descubierto. Los poros de su piel brillan con el sudor y su agitada respiracion apenas le da tregua. Arrastra su gran maleta mal cerrada con un trozo de media negra colgando por fuera: las cuatro ruedas se tambalean al intentar salir a toda prisa atravesando el pasillo hasta el coche, que esta aparcado al lado de la verja de hierro de su jardin, en la plaza del pueblo. --!Raquel! --Una vecina de unos sesenta anos con piernas gruesas y el bolso a cuestas intenta llegar hasta ella--. ?Ya te vas? Raquel no se gira y sigue cruzando la plaza con la maleta a rastras. --!Si solo llevas aqui tres semanas de curso! --insiste la vecina que se ha parado a mitad de camino. --!No! !Que me voy, que me voy ya! --Raquel sigue sin girarse. Busca las llaves en sus bolsillos con la mano que tiene libre, pero cuando las encuentra se le caen. La vecina no deja de observarla negando con la cabeza: --Ni siquiera ha terminado septiembre, ?adonde vas a ir tu? Al agacharse, Raquel aprovecha para mirar hacia la derecha y despues hacia la izquierda, y asi cuatro veces seguidas antes de recogerlas del suelo. --Vamos, vamos --se dice apretandolas e intentando abrir el coche con ellas a pesar de los temblores de su mano. Cuando entra, tira como puede la maleta en el asiento del copiloto, cierra con el seguro las puertas y arranca el motor: entonces respira mejor, aunque le tiritan los dientes. Los giros bruscos que da hacen que el coche se desvie de la calzada y pierda uno de los retrovisores. Diez segundos despues, sale a la carretera principal y lee el cartel de la entrada con el nombre de ese pueblo al que no desea volver: Sendero de Luna. Capitulo 1. DESDE MI HABITACION Estoy agotada, no he pegado ojo en toda la noche. Marrusco, el perro de Esther, mi mejor amiga y companera de piso, ha hecho de las suyas y me ha pegado el culo a la barriga. Apenas me ha dejado hueco en la cama. Estornudo tres veces seguidas. El calor que desprende con ese pelo rizado hace que me destape incluso ahora en octubre, asi que cuando se cuela sigiloso por la noche en mi habitacion, suelo acatarrarme despues. Pero no me importa: a Esther le ha salido un trabajo de secretaria para cubrir una baja por maternidad en su ciudad y tendre que separarme de ellos en dos semanas. Ella no puede vivir sin el y aunque sabe que yo tampoco, el perro es suyo. Marrusco se despereza en cuanto le acaricio el morro y viene a por mi cara. Tiene la lengua humeda y caliente, pero no le huele el aliento, asi que le peino los rizos con un ligero masaje para que no se vaya de la cama. Hace cuatro anos, cuando empece la carrera, ni siquiera sabia que los perros de agua existian y, desde que conozco a Esther, soy la que mas le peina de toda la casa, aunque, aun asi, el sofa del salon en vez de beige parece negro de tantos pelos. Aparto la cara a un lado y me apoyo sobre una de las almohadas que suelo dejar a la izquierda de la cama. Me encanta mi habitacion, tiene las mejores vistas de todo el piso y puedo incluso ver la estatua de Guzman desde aqui. "Si no te gusta Leon, ahi tienes la estacion", mama solia decirmelo cada vez que pasabamos cerca y lo veiamos senalar en direccion a la estacion de autobuses. Y cuando yo miraba hacia el cielo, aprovechaba para hacerme cosquillas. A ella siempre le dolia, asi que solo se lo hacia un poco hasta que se quejaba. ?Y que le voy a hacer? Canta Lucas, mi otro companero de piso, desde la cocina con la musica puesta mas alta de lo que me gustaria. Vuelvo a acordarme de la pesadilla de ayer: llevo cuatro en lo que llevamos de semana y aun estamos a viernes, estoy batiendo el record. --!Yo si que no se que voy a hacer! --le grito tumbada intentando que me oiga. Unos segundos despues, veo que la puerta se abre de par en par y Lucas asoma los segundos rizos mas suaves que he tocado despues de los de Marrusco, no me extrana que su padre siempre le llame para que le ayude en la peluqueria. Despacio va cruzando el espacio de la puerta mientras me mira. --Pero ?que haces? --le digo mientras le veo sacudir los brazos al ritmo de la musica para hacerme reir. --Bailar, Mencia, ?no lo ves? --Mueve tambien la cabeza como si fuera un egipcio y pone los morros hacia afuera--. Venga, !que vea esos mofletines! !Sonrie! No se como lo hace, pero siempre consigue hacerme reir y, cuando se da cuenta, se queda quieto y sonrie satisfecho apoyandose en el marco de mi puerta. Marrusco se despereza bajando de la cama y estirando el cuerpo todo lo que puede. Despues se acerca a Lucas agitando el rabo porque ya sabe lo que le espera. Lucas lo coge entonces en brazos: --!Que morro tienes! !Eh, Marruski! --le dice al tener su cara a menos de diez centimetros de la suya--. !Que ojazos! --Pues son color miel, como los mios --le contesto. --Por eso --responde. Intenta entonces evitar mi mirada nerviosa. Y yo decido cambiar de tema. --?Seguro que no te pesa? Mira que son como quince kilos... --Sabes que no. --Hace un gesto de contener el aire en la boca--. Bueno, que, ?unas tostadas? --Arquea las cejas. Cuando veo a Lucas en el pasillo, no puedo evitar recordar el miedo que me daba de pequena salir por la noche de mi habitacion. Mama siempre me dejaba la puerta medio abierta porque yo tenia miedo a la oscuridad. Oia voces, que creia que eran pesadillas y no me dejaban dormir. Por la manana, me levantaba y ponia el dedo gordo del pie derecho tanteando las baldosas del pasillo y lo quitaba enseguida, para salir. Y asi una segunda vez. Como no pasaba nada, a la tercera salia corriendo al bano a hacer pis despues de aguantarme durante horas. --?Tu no habias quedado hoy con Noe…con la innombrable? --le pregunto sacandole la lengua. --Uff, calla, por favor, te juro que no vuelvo a emparejarme con una persona tan mala... -- niega con la cabeza apretando la mandibula. --Pero ?que ha pasado? --Ahora me siento mal por haber sacado el tema. --?Te parece poco haberme puesto los cuernos incluso despues de haberla perdonado? --No, no, pero eso ya fue hace mucho, ?ahora que quiere? --Por lo visto, tiene todavia cosas mias que me quiere devolver…no se... --responde cabizbajo y enseguida vuelve a hacer una mueca graciosa para cambiar de tema. Suena mi movil y mientras me rio, Lucas cierra la puerta de mi habitacion inclinandose a modo de reverencia y volviendo a bailar. Veo en la pantalla un numero que desconozco. --?Si? --Buenos dias, me gustaria hablar con la senora Torres, por favor. Pestaneo dos veces y saboreo como suena esa frase. Desde que renuncie al apellido de mi padre, apenas nadie me ha llamado asi. --Si, soy yo. Un silencio muy incomodo se aposenta sobre la llamada, hasta que la voz femenina que hay detras arranca de nuevo: --Si, vera, le llamo de la Consejeria de Educacion en relacion con un puesto vacante como docente en Sendero de Luna, esta cerca del Pantano. Por supuesto, seria temporal, mientras sale la plaza de propietaria. --Si --respondo casi de forma mecanica, sin creerme del todo lo que estoy oyendo. --La maestra del pueblo ha tenido que ausentarse por motivos personales durante unos meses y usted es la primera de la lista para el puesto de interina. ?Estaria interesada? --Yo...bueno...eh...sss.... --Tranquila, le envio la documentacion por correo electronico y tiene hasta manana por la manana para pensarselo. En caso de que no tengamos ninguna respuesta por escrito, la vacante pasara automaticamente a disposicion de la siguiente persona de la lista. Confirmo mi email y quedo a la espera de recibirlo cuanto antes. Aun no me lo creo: no se si alegrarme o echarme a llorar. El corazon me palpita sin cesar, fuerte y con un ritmo mas alto de lo normal. Llevo anos esperando esta llamada y, aun asi, no consigo aclarar si es algo bueno o malo. Me levanto y decido que las grandes elecciones siempre se deben tomar con dos tostadas de aceite y miel y un zumo de naranja natural.

  • non_MOD de David Jimenez Cano

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    ?Que pasaria si la humanidad fuera capaz de trascender como especie y evolucionar hasta llegar a interaccionar con Inteligencia Artificial (IA)?

  • No te ahogues en un vaso de agua de Richard Carlson

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    ?Te gustaria aprender a aceptar los problemas en lugar de resistirte a ellos?

  • Vivir al dia de Miguel Delibes

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    En Vivir al dia, Miguel Delibes reune una seleccion de articulos publicados en los principales periodicos nacionales. Como el propio Delibes senala en el prologo, el libro recoge “intentos humoristicos y preocupaciones trascendentes, puntos de vista optimistas y enfoques decididamente sombrios”. De este modo, tras la descripcion de los apuros de un padre de familia numerosa ante un revisor demasiado exigente o la reconstruccion de un entierro a la Federica -con carrozas y aurigas con peluca-, encontramos una lucida reflexion sobre la agonia de los pueblos de Castilla o sobre la educacion. Tambien nos habla de futbol, de la siesta, de cine y de ciclismo, del afan desmedido de los artistas por parecer originales o de la dificil vida del escritor. Con un lenguaje sencillo, casi coloquial, ocurrente y preciso, Vivir al dia nos acerca a la realidad cotidiana, que se revela, una vez mas, como la mas profunda de las experiencias.

  • El verano de los juguetes muertos (Inspector Salgado 1) de Toni Hill

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    En una ciudad donde nadie dice lo que piensa, un policia busca la verdad.
    Primera entrega de la trilogia del inspector Salgado.

  • Vulcano (Elohim 2) de Mariah Evans

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    Neil acude junto a sus companeros a Sicilia en una busqueda a contrarreloj para hallar el casco de Hades, pues Bronte y sus aliados tambien van tras el. Alli, Neil conoce a Adriana, una joven psicologa que trabaja en el Centro de Acogida para Solicitantes de Asilo de Mineo, la cual se vera acosada por la mafia de trata de blancas al intentar defender a las migrantes.
    Siguiendo los indicios que el Arte y la Literatura esconden, emprenderan un viaje para dar con uno de los mayores tesoros de la humanidad. Lo que ellos desconocen es que toda reliquia tiene su historia.

  • La Hija del Hielo de Daniel Cuadrado

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    El mundo atraviesa una era de inseguridad. Viejos poderes ya olvidados estan resurgiendo y un oscuro mal se alza en el este extendiendose como una sombra terrorifica.
    Barbaros y salvajes se agolpan en las fronteras del mundo civilizado y las debiles guarniciones de occidente, apostadas en el Muro de Hiperion, apenas pueden hacer nada para resistir los ataques. Ademas, movidos por la codicia y el poder, reyes y caudillos intrigan y se traicionan en las sombras de un complejo entramado de alianzas y pactos secretos.
    En medio de esa voragine de caos y terror, Alanys, la joven lider de Bastion de Plata, libra una guerra de venganza contra el asesino de su familia, una guerra que ya dura mas de seis anos y que se ha cobrado millares de vidas. Buscando siempre saciar su resentimiento, Alanys ha recorrido medio mundo y luchado en decenas de batallas al frente de sus poderosos ejercitos. Ahora, justo cuando esta a punto de vencer, surgen nuevos interrogantes ?Quien es ella de verdad? ?De donde viene? Sin pretenderlo, Alanys se convierte en la unica esperanza que le queda al mundo para subsistir. Su viaje la llevara a poner a prueba sus propios limites fisicos y mentales y a enfrentarse al mismo mal que asola un reino tras otro haciendo uso de unas fuerzas que todos pensaban que solo existian en las leyendas.

  • El que susurra de Malenka Ramos

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  • Supersticion (Mafia 2) de Raquel Attard

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    En Roma habia una vieja supersticion que decia que matar a tu sangre te auguraba una vida de penalidades. Cosomo no era de mi sangre, pero ya lo queria como si lo fuera. Por eso me dolia tanto estar ahi, apuntando con mi pistola a su cabeza. Dice la supersticion que su fantasma te perseguira hasta el fin de tus dias, instalando en tu vida la mala suerte. No era justo. Era el quien nos habia traicionado. Era el quien debia cargar con la pena, no yo. Note que algo frio se apoyaba en mi cabeza. Me gire y vi a Blake apuntandome. --Dejalo --me ordeno. Contuve el aliento, destrozado porque ella atentara contra mi vida y, a la vez, aliviado porque la muerte de mi amigo ya no estuviera en mis manos. Segundo Prologo BLAKE Baje al salon en busca de mis padres, despues de hablar con Zia y Fiorella. Por suerte, o gracias a mi esfuerzo, habia aprobado el ultimo examen y podria hacer el Doctorado el ano que viene. Sin embargo, no sabia lo que me esperaba al final de la escalera. Ojala no hubiera salido de mi habitacion. Ojala no hubiera bajado ese ultimo escalon. Mi vida no habria cambiado para siempre. Mi madre estaba llorando, desconsolada. Mi tio Agostino andaba concentrado, caminando de un lado a otro sin encontrar un rumbo fijo, hasta que levanto la cabeza y sus pasos lo guiaron hacia mi. --Blake, tu padre... su coche. Corri como si me estuvieran persiguiendo y, en cinco segundos, ya estaba en el garaje. Encontre a mi padre subido en su vehiculo, con una mano en el volante, otra en las marchas y el pie en el embrague. Le temblaba todo el cuerpo. --Papa, ?que pasa? --Hay una bomba, Blake. No se como han llegado hasta aqui, pero me han tendido una trampa. Uno de nuestros hombres de seguridad estaba intentando desactivarla, mientras yo habia estado ajena a todo, riendo con mis amigas por unas notas que ya de poco servian. Mi telefono vibro en el bolsillo y, por inercia, lo cogi. Pense que, si alguien llamaba en ese preciso momento, quiza fuera para ayudarnos. Desee que hubiera una intervencion divina, que algo o alguien impidiera lo que estaba a punto de pasar. --Han puesto una bomba en el coche de mi padre --informe a quien me llamaba. Ni siquiera me fije en quien era la persona al otro lado del telefono. Escuche un ?Que? ahogado y me lo aparte de la oreja. Voy para alla. Dijo esa lejana voz. Mis ojos seguian fijos en los de mi padre. Nunca vi tanto miedo en ellos. Ni tanta resignacion. --Blake, tienes que ser fuerte. Cuida de tu madre y tus abuelos. Hija, tu y solo tu --remarco la palabra--, eres mi legado. --?Que dices? --grite con calma--. ?Que estas diciendo? --volvi a repetir sin sentido--. Saldras de esta, papa. Te jubilaras a tu manera, como tu querias. Queria infundirle fuerza, pero ni siquiera podia tocarlo. No podia arriesgarme a que la bomba detonara. --Escuchame bien, porque no se cuanto tiempo tenemos. Esto no lo ha hecho un clan enemigo, esto es obra de alguien que nos conoce. Encuentralo y venga mi muerte, hija. Eso fue lo ultimo que me dijo mi padre antes de que su cuerpo se convirtiera en cenizas. Lo siguiente que recordaba era a Alex gritando que saltara. El fuego. El miedo. La niebla. Las sombras. Alex desapareciendo como lo habia hecho mi padre minutos antes. Su cuerpo calcinado. Una unica lagrima. Y la oscuridad. La vida nunca volveria a ser igual. Capitulo 1. Nueva York BLAKE Desde el rascacielos mas alto de Nueva York contemplaba mi ciudad. Las calles que me habian visto crecer, la vida que habia disfrutado… todo estaba alli, oculto tras edificios gigantes que empequenecian a las personas. Y muchos de ellos eran nuestros. La cadena de hoteles De Lucchi se erigia mas alla de donde alcanzaba la vista y silenciaba la verdadera realidad que emergia del asfalto. Mientras las personas caminaban de un sitio a otro, perdidas en el curso de sus vidas, yo estaba concentrada en la frontera. La que dividia el bien y el mal, el corazon y la razon, la suerte y el destino. Habia heredado el negocio de la peor forma posible y ahora tenia que ser la cabeza de familia, tenia que enfrentarme a mis peores pesadillas y, me habia preparado para ello, me enseno el mejor. Aunque mi padre nunca habia pretendido que mi corazon se convirtiera en piedra. El queria a mi madre como a nadie, era el amor de su vida. Y me queria a mi, a mis tios, a mis primos y a mis abuelos. Por ello me resultaba tan dificil seguir sus pasos, continuar el camino que el habia preparado tan sabiamente para mi. Porque yo nunca seria como el. Tan dura y bondadosa, tan noble y fuerte. Pero lo intentaria. Desde lo mas profundo de mi ser. Lo ultimo que me pidio antes de morir fue que vengara su muerte. El estaba seguro de que aquello debia haberlo orquestado alguien que nos conocia muy bien, puesto que consiguieron acercarse demasiado. Entraron en nuestra propiedad. En nuestro territorio. Hice la firme promesa de descubrir quien habia sido. Se la hice a el y me la hice a mi misma. Y nada ni nadie me impediria cumplir su ultima voluntad. Haria de ella mi mision personal. Pero eso que me habia pedido mi padre, era lo mismo que me ponia en un aprieto, porque debia desconfiar hasta de mi propia sombra. Debia posicionarme por encima de lo que era ahora, ver las cosas en perspectiva, distanciarme del presente. Tenia que descubrir a la mujer que habia en mi, a la estratega, a la mafiosa. Y no seria una tarea sencilla. Mi abuelo siempre decia que a una persona no la hacia grande quien era, sino quien tenia alrededor. Si te rodeas de tu gente, si esa gente te es leal, es porque tu demuestras que merece la pena que te sigan. ?Como romper con aquello que tenia tan arraigado? Ayudaba que la gente solo viera lo que queria ver. Ayudaba poder ocultarse a plena vista. Volvi a casa, esperando encontrar esa parte de mi humanidad que veia perdida. Y parecia que el destino habia jugado sus cartas, porque mi madre me sorprendio con algo que me encogio el corazon. Una nota llego desde Roma. --Carino, ?quien ha escrito esto? --me pregunto mi madre en cuanto llegue. --No se de que me hablas. Cogi el papel que me tendia, esperando encontrar amenazas o algo peor. Un vestigio del futuro que me aguardaba. --Esta nota. Estaba en la puerta. Se la quite de las manos. En ella rezaba Il mio cuore e per voi 1 , con una caligrafia rapida pero preciosa. ?Como era posible que necesitara algo que no conocia? ?como podia doler algo que ni siquiera teniamos? Esa relacion maravillosa que podiamos haber construido, que latia a nuestro alrededor, recordandonos a cada instante que la vida podia ser mas. Arrugue el escrito y me lo guarde en el bolsillo de la chaqueta. Debia apartar a Alex de mi mente, tenia que olvidarle y pensar en lo que estaba por venir. Necesitaba curarme, y eso unicamente lo conseguiria haciendome de hierro. No habia sitio para nadie mas. Y una cosa si tenia clara: nunca volveria a ser la misma. Pero, para mis adentros, sin que nadie me escuchara, me permiti pronunciar por ultima vez: mi corazon tambien es tuyo, Alex. Capitulo 2. Roma ALEX Estaba sentado en la Fontana di Trevi, pero mi mente estaba a muchos kilometros de alli, en Nueva York. Pese a que Roma era mi casa, queria volver, queria verla, pero por el momento iba a ser imposible. Tenia que acabar con los Leoni. Aqui contaba con la ayuda de mi primo y los hombres que antes estaban a mi cargo y ahora estaban al suyo. Romano volaria a Italia manana. Era algo que teniamos que hacer los tres juntos. La venganza seria epica. Lo unico bueno de estar aqui era que me reencontraria con Julia y ella por fin volveria a reunirse con Sebastian y podria acompanarnos en nuestra nueva vida. Por fin podriamos llevarnosla a Nueva York y estar de nuevo juntos toda la familia. Bass y Julia merecian tener una vida feliz por encima de todo. O una vida. Solo pedia eso. Mi hermano y mi cunada habian pasado por mucho. Llevaban juntos desde el colegio. A veces, no sabia como lo hacian. Como tenian esa complicidad, esa conexion, ese poder el uno sobre el otro. Nunca los habia visto pelear. Seguro que lo habrian hecho, mas veces de las que pudieran contar y, sin embargo, ahi estaban. Separados, pero mas fuertes que nunca. Bass era el mediano de los tres y, por ello, habia heredado la gracia de mi madre y el saber estar de mi padre. No era tan serio como yo, tan distante. No era tan despreocupado como Romano, tan descuidado. Tenia lo mejor de cada uno y yo no podia admirarlo mas. Sabia lo que mi cunada, lo que cualquier persona, veia en el. Sabia lo que valia y lo valoraba por ello. Por eso, estaba seguro de lo intranquilo que se encontro cuando Leo lo informo de que Julia estaba en peligro, y que su actitud anterior era, simplemente, fachada. Mi hermano tenia la peculiar costumbre de impregnar sus palabras con burla e ironia, creyendo que asi tapaba la realidad de lo que ocurria a nuestro alrededor. Por una parte, casi se lo agradecia, porque hacia que todo pareciera mas facil, mas liviano. Aun asi, sabia que estaba en contacto permanente con Leo por si ocurria algo. Y el momento habia llegado. Esta amenaza ya no podiamos ignorarla. Los Leoni se dieron cuenta de que Julia estaba haciendo transacciones para nosotros y la presionaron para que nos delatara. Pero ella nunca lo haria. Mi primo, que la tenia vigilada y la protegia de lo que pudiera pasar, mando un mensaje a Bass y corrimos hacia Roma. Quedaba poco para que se reencontraran. Teniamos que esperar a Julia en la Piazza Cociferi en cinco minutos. Bastian ya estaba alli. Me levante de la Fontana y dirigi mis pasos hacia esa parte de mi ciudad que me resultaba tan conocida, pero lentamente, esperando darles un poco de intimidad. Dios sabia que la necesitaban, pese a que yo tambien estaba deseando verla.

  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • VIVIDOR de J. S. Scott

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    Nota de la autora: Aunque esta serie esta ligeramente relacionada con la serie La obsesion del multimillonario, se sostiene por si misma y puede empezarse sin leer la serie La obsesion del multimillonario. Sin embargo, habla de un romance torrido con un millonario alfa, asi que salteselo si no le gustan el romance erotico ni el lenguaje explicito.

  • Emma Roulotte, es usted de Norberto Luis Romero

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    El muchacho desciende del coche de linea en medio de un paramo. Esta solo, con su maleta, a la orilla del camino de tierra. El ronquido del motor se aleja a sus espaldas y el corazon se le encoge en un puno ante tanta desolacion. A un par de kilometros, unas debiles luces parecen luciernagas aletargadas. Hace frio. Se sube el cuello del abrigo, escruta la noche y decide dirigirse rumbo a las luciernagas que salpican un cielo sin estrellas ni luna. Apenas ve el camino, pero siente la tierra dura y reseca bajo la suela de sus zapatos. ?Que viene a hacer a este pueblecito abandonado de la mano de Dios, sepultado bajo un cielo inhospito?: debe entregar un paquete, y a la manana siguiente seguir su camino rumbo a otra ciudad. Reflexiona acerca de aquel extrano pedido; casi un capricho, que le retrasara el viaje, y decide tomarselo con calma; tampoco tiene demasiada prisa, pues el motivo de su desplazamiento es vago, impreciso, se diria que desconoce la verdadera razon que lo impulsa a este viaje. Pero en su fuero interno, a pesar de tanta niebla, aguarda una aventura que quiebre la rutina de su vida insipida. Sabe que todo viaje tiene algo de iniciatico y lleva implicito un renacimiento interior: partir es morir un poco, y llegar es nacer en un lugar distante al de partida, donde ni hay vinculos ni memoria. Se detiene a las puertas del pueblo, palpa en sus bolsillos y descubre, con fastidio, que perdio las senas del destinatario del paquete. No puede recordarlas: apenas se habia detenido a mirarlas. Su memoria confusa desgrana apellidos posibles. Recuerda que se trataba de un escritor, pero no retuvo las senas. Vacila un instante, ya en mitad de una calle, con la maleta abandonada a su lado. No tiene a donde dirigirse y un sabor amargo de indefension lo sobrecoge, como a un nino perdido de sus padres. Ve las ventanas cerradas, las casas y las calles sumidas en un silencio casi solemne, algun que otro perro vagabundo husmeando en los contenedores de basura, pero a ningun humano. El sentimiento de indefension se acentua, y acude a su memoria una manana lejana, cuando se separo de sus padres en unos grandes almacenes y se vio rodeado por una multitud de desconocidos, que lo observaban con incredulidad y misericordia; evoca a aquella senora gorda y amable, que se le acerco a secarle las lagrimas, y se le humedecen los ojos. Se averguenza de dejar brotar sus sentimientos, y recapacita: ya no tengo cuatro anos. Decide entonces internarse en las calles adyacentes en busca de alguna cafeteria. Son alrededor de las dos de la madrugada y todo esta cerrado. La angustia crece y con ella resurge el nino. Si al menos apareciese la mujer gorda y maternal, le diria que esta buscando a un escritor; aunque no este seguro de haberlo leido en el anverso del sobre extraviado. Va por el pueblo a lo tonto, sin hallar una mano salvadora, su Deus ex machina. Mira el reloj: lleva mas de una hora recorriendo calles penumbrosas, apenas iluminadas por farolas demasiado debiles y espaciadas, y hay rincones tan oscuros como la boca de un lobo salvaje, que lo llenan de zozobra y temor. Vuelve a evocar a la mujer gorda, y en ese instante, justo cuando esta se inclina hacia el con un panuelo inmaculado, dispuesta a enjugarle las lagrimas, oye ruidos, pero no puede ver nada por la noche tan cerrada. Es entonces cuando el autor se apiada y decide que la noche no este oscura como boca de lobo salvaje, y pone en el cielo una luna redonda y blanca. El rostro se le ilumina con un brillo de esperanza y acelera la marcha, decidido. Por fin ve un coche detenido en una esquina. Es un deportivo rojo. Se acerca y golpea suavemente el cristal de la ventanilla. En el interior, un hombre de unos cuarenta anos, delgado, con evidentes huellas de alcoholismo en sus ojos, baja ligeramente el cristal, y con un gesto mudo y agrio le pregunta que quiere. Desconcertado ante la soberbia del conductor y sin soltar su maleta, el muchacho le pregunta si conoce algun hotel o pension. El hombre se queda mirandolo fijamente y le dice que el no es de alli, que tiene mucha prisa, pues anda en busca de una muchacha llamaba Emma, para pedirle perdon, rogarle que le sugiera un titulo para su libro que, por cierto, quiere dedicarselo. Sin despedirse, aprieta el acelerador a fondo y desaparece envuelto en una nube de polvo. ?Seria este, acaso, el escritor que estaba buscando? Desconcertado, el muchacho sigue deambulando, hasta que se topa con unas vias de tren y las sigue con la certeza de que hallara una estacion en la cual, probablemente, quede algun viajero rezagado. No tarda en divisar las luces del anden a lo lejos, pero cuando llega descubre la sala de espera y las oficinas cerradas. En una pizarra lee que el proximo tren pasara a las nueve de la manana. Abatido, desea fervientemente que se le aparezca aquella mujer solicita, con el panuelo impecable, dispuesta a consolarlo; pero la soledad de la estacion es inmensa, apabullante; y la indiferencia del autor, flagrante. Resignado, se acomoda en un banco lejos de las luces, dispuesto a permanecer alli hasta que el sueno lo venza. Dentro de su desgracia tiene suerte: el frio ha disminuido y el aire se ha templado merced a un subito arranque de bondad del autor. Pone la maleta en su regazo, la abre y saca un paquete, un envoltorio de papel marron, sujeto con una fina cuerda de canamo. Lo observa por todos lados buscando las senas del presunto destinatario, pero no hay un solo trazo. Decide abrirlo (no sin remordimiento y pudor), ilusionado con hallar alguna pista. Es una caja de carton blanco, del tamano aproximado al de una de zapatos. Envuelta con sumo cuidado en fino papel de arroz, halla una segunda caja de madera lacada, con una campina inglesa y una casa humilde al fondo, oculta a medias entre frondosos robles, pintada en la tapa. Levanta el cierre de laton diminuto y la abre. Esta vacia, y en las paredes interiores lacadas de bermellon ve unas ligeras raspaduras que le hacen pensar que contuvo algo rigido y muy ajustado, acaso otra caja. Decepcionado, se apresura a cerrarla, y cuando va a envolverla, cae de entre los papeles una tarjeta de cartulina. La recoge y lee: <>. Una nota sin sentido, que no le vale de nada. Reflexiona que su intencion nunca fue mas alla de entregar el paquete, alojarse esa unica noche en casa del destinatario, y a la manana siguiente salir en el primer coche de linea rumbo a su destino final. Pero el muchacho no habia contado con la injusticia y arbitrariedad del autor: el coche de linea retrasado casi cinco horas por un desperfecto mecanico, la perdida del sobre con las senas, la noche impenetrable, esa caja vacia… Vuelve a meter el paquete en la maleta, echa un vistazo a su alrededor confirmando la desolacion y se dispone a dormir, resignado a su destino cruel, con el unico pensamiento de buscar al presunto escritor al dia siguiente, cuando los habitantes del pueblo hayan salido del sueno y la luz invada las calles. Entregara la caja y seguira su camino. A estas alturas del relato, es el autor quien se pierde en los meandros de la narracion, en su malograda estructura, es el quien se siente traicionado por la imaginacion, y no tiene la menor idea de como proseguir con la historia. Aguarda ante el teclado a que una solucion de continuidad llegue de un momento a otro como un milagro, como un Deus ex machina similar a la senora gorda de los grandes almacenes. Se ve tentado a arrojar el principio a la papelera y comenzar otro: imagina un relato interminable, confeccionado unicamente con principios; pero recuerda que ya lo hizo magistralmente Italo Calvino, deja de lado esta idea y recupera su atencion en el muchacho adormecido, abandonado a su albur sobre las rigidas tablas de madera de un banco, con la maleta bajo su cabeza a modo de almohada, y se compadece una vez mas, victima de esa confusion de sentimientos adversos hacia los personajes imaginarios, cuando estos amenazan con descontrolarse, romper el hilo sutil que los maneja y obrar a su propio albedrio. Duda entre incorporar uno nuevo o hacer que llegue el alba y con su luz brillante despeje las sombras. Tiene que escoger entre estas dos opciones, porque no se le ocurre una tercera mejor, y, sin pensarlo, opta por la primera. Ella esta alli, de pie ante al banco, con una mirada tranquila y limpia, pues parece tener conciencia de su oportuna llegada. El muchacho despierta sobresaltado, se incorpora y ensaya cierta compostura. Confundido ante esta subita presencia, se disculpa torpemente. Ella le muestra una sonrisa comprensiva. El se pone de pie, parpadea para quitarse los restos de sueno y en su mente se perfila, como un destello, la mujer de los grandes almacenes. Pero esta es joven y delgada, viste de azul palido, y lleva la cabeza tocada graciosamente con una pamela de paja. Ella toma la iniciativa, y a la par que extiende una mano timida y menuda, le dice: --Buenas noches…Soy Emma. El le sonrie. Ella advierte su desconcierto y se apresura a aclararle: --Me envia el autor. Se tranquiliza, pero reflexiona y le pregunta: --?Un hombre ojeroso, con un deportivo rojo? Dijo que buscaba a una tal Emma. --No sera a mi --contesta ella, decidida. --En ese caso…encantado de conocerla. Soy… --y se calla, vacila, porque desconoce su propio nombre. --Carlos --le dice ella. Y le tiende una mano diminuta. Carlos se sorprende y a la vez se siente reconfortado cuando conoce su propio nombre, tiene por fin una identidad y deja de ser sencillamente <>. Intenta explicarle su situacion, balbucea. --No es necesario --se anticipa ella--, se por que esta aqui, y hare cuanto este en mis manos: es muy triste ser un personaje perdido en la bruma, en las veleidades de un autor ocioso. En este punto de la narracion, el autor hace oidos sordos al comentario de la muchacha, obvia unas cuantas horas muertas entre los protagonistas y da un salto en el tiempo y el espacio: pasa la accion al dia siguiente, cuando ambos estan frente a frente, tomando un cafe en un bar. Son las seis y cinco de la manana, comienzan a pasar por la calle los primeros madrugadores. Carlos mira el paisaje a traves de los cristales del bar, y ve, por encima del hombro de su companera, que el pueblo es mas extrano de lo que le habia parecido en la oscuridad, y su estrafalaria arquitectura le parece mas una gran escenografia que un pueblo real. Ve, tambien, el sol recostado con indolencia sobre el horizonte, con su cabellera de oro desparramada sobre los campos de encarnadas amapolas, que retienen, en su corola suave, tremulas gotas de llanto nocturno. Y aunque no menciona el magnifico espectaculo que se despliega ante sus ojos, la belleza de la descripcion y la metafora del rocio tan magistralmente elaborada, hacen que Emma no se resista a dejar escapar un suspiro profundo, suspiro que se sustrae a la sagacidad de Carlos, todavia absorto en las amapolas humedas. Ella apenas habla, sabe que su presencia es arbitraria, prefiere guardar silencio y beberse a pequenos sorbos el cafe, junto a este muchacho, a estas horas intempestivas, despues de haber pasado la noche charlando con el en aquel banco incomodo, y evita pensar en lo ocurrido durante la elipsis. Tiene conciencia cabal de su casi nula existencia como personaje, de su escasa relevancia, y se ve a si misma como un simple convencionalismo literario: se identifica con uno de esos tipicos grabados alegoricos de la Salvacion, y se imagina cubierta con una suave tunica blanca, con un candil en una mano en alto, y descansando sobre una filacteria que reza: Salvatio. Al fondo del dibujo, unas almas se mueven como fantasmas sin rumbo en la penumbra, como escritores en busca de la pluma e inspiracion perdidas. <>, piensa. Carlos, en cambio, ha recobrado animos, habla mucho y no deja de agradecer a Emma su compania. Esta le sugiere que deje de buscar al destinatario del paquete, pues tiene la corazonada de que no existe, y el autor no penso en ningun momento en hacerlo figurar en el cuento. Carlos se siente desfallecer. Insiste en su obligacion de seguir buscando, pues no cree que el autor sea capaz de jugarle tan mala pasada arrojandolo, sin ton ni son, al vacio de una pagina en blanco. Emma le explica que las reglas del juego literario, de las cuales el autor es inocente debido a su torpeza narrativa, son insondables. --Seria una injusticia --se lamenta el. Y se queda pensativo, con la mirada fija en los brazos desnudos de Emma. Ella le palmea una mano, consolandolo. Esta dispuesta a ayudarlo a salir airoso. Le promete que hara lo posible por ser un buen personaje y que hablara con el autor para convencerlo de que incluya un final feliz. --Se lo agradezco --le dice el, conmovido--. Pero tengo que cumplir con mi obligacion. Abre la maleta, saca el paquete, lo desenvuelve y le ensena la caja de madera lacada. --Es preciosa. Podria entregarmela a mi, y asunto concluido. --Imposible. Busco a un escritor, y, que yo sepa, usted no lo es. --Podria haberle mentido… --No lo creo. Usted es incapaz de mentir, y no estoy en condiciones de abandonar la empresa, aunque no se como salir del paso. --Yo tampoco lo se… Hasta aqui llega mi conocimiento, el resto es pura intuicion. Solo tengo claro que estoy para ayudarlo. Y ambos se abisman en un silencio fulminante. --Quizas hiciera falta un tercer personaje --argumenta Emma. Pero se equivoca: el autor no tiene intenciones de introducirlo, ni sabe como hacerlo. Vuelven a sumirse en un silencio reflexivo. En sus rostros asoma un halo de impotencia. Estan solos y son las seis y media de la manana, en un bar y un pueblo desconocidos. --?Como que desconocido? --Carlos despierta de sus elucubraciones--. ?Acaso usted no es de aqui? --No. --?No dijo que estaba aqui para ayudarme? --Si, pero no se como hacerlo. Y no soy de este pueblo. --?De donde es, entonces? --No lo se; ese, justamente, es mi problema. De aqui, de alla… Voy con mi caravana de un sitio a otro… Probablemente soy de otro cuento. Pero, de momento, podriamos preguntar a alguien si conoce a algun escritor que viva por aqui. Es una manera de comenzar. --Si, pudiese ser… pero ahora me ha hecho dudar de su verdadera existencia --y hay un toque de amargura en su voz--. De todas formas, nada se pierde con intentarlo --resuelve, poniendose de pie y dejando un billete de cinco rublos sobre la mesa. --?Por que ese billete? --No tengo otra moneda. Lo siento --intenta explicarse Carlos, tambien desconcertado. --Ya me lo figuro --rezonga ella--, el autor ha estado leyendo a Gorki estos dias --y suspira ante semejante extravagancia. Una vez en la calle, acuerdan hacerse pasar por marido y mujer para no instigar rumores malintencionados. --Sera necesario un plan --propone Carlos, buscando un modo practico de hacer las cosas. --No hara falta: tal vez el autor ya tenga uno. Continuan sin rumbo, preguntando, mirando aqui y alla, y perciben que el autor siempre pone pueblos iguales, seguramente parecidos al de su infancia. Carlos, a pesar de la agradable compania, no deja de cavilar sobre la contrariedad del destino, aunque tambien ve en el la oportunidad de una aventura, acaso la primera de su viaje. --?Y si llamasemos a aquella casa? --Emma senala una casita que destaca del resto por su jardin lleno de rosas trepadoras que se enroscan en una pergola y estallan en multicolores capullos, como efimeros fuegos de artificio. --Ya estamos con las rosas --dice Carlos

  • Te amare siempre de Recast Margot

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    Luna llega a Bilbao, enamorada y mas segura de si misma que nunca. En esta nueva etapa, tendra que afrontar muchos cambios en su vida: la universidad, nuevos companeros, las complicaciones de una relacion a distancia con Diego y decisiones importantes que tomar para su futuro. Un dia, al llegar a casa despues de las clases, una extrana nota sobre la cama, la destrozara por completo. Tendra que superar el dolor y para ello se distanciara del pueblo durante casi cuatro anos. Cuando llega el momento de regresar los nervios por algunos reencuentros demasiado importantes, asi como el deseo de no volver a sufrir, se agolpan en el estomago de Luna.

  • Lo que le falta al tiempo de Angela Becerra

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    Ella pensaba que la muerte era obscena, hasta que abrio el armario. Durante quince anos habia estado tentada de tocarla, pero su madre le habia advertido que los muertos no se tocan. Habia llegado el dia. Su madre ya no estaba para impedirselo y ella se sentia mas sola que nunca. ?Seria fria como imaginaba? ?O aquella sensacion de vida que parecia emanar de aquel cuerpo adolescente, encogido por el tiempo dormido, le regalaria algo mas que una presencia sacrilega y muda? Tiro de la palanca y el gran cofre de cristal aristado surgio de la oscuridad. Limpio con delicadeza la capa de polvo incrustado, hasta ver aparecer del fondo aquellas pestanas clausuradas que de pequena tantas veces habia querido abrir con sus propios dedos. ?Por que nunca habia despertado por mas que la llamaba? Una luz cenital cayo de lleno sobre La Santa, marcando como un pincel los claroscuros de su tez sonrosada y serena, interrumpida por las marcas dejadas por las piedras. Si, a pesar de las heridas infligidas con alevosia y de los cientos de anos transcurridos entre esos cuatro cristales, la muerta seguia siendo bella: una bella dormida. Ahora que volvia a verla, sentia que ese cuerpo la inundaba de calidez. ?Los muertos acompanan mas que los vivos? ?Donde habia quedado aprisionado el corazon de esa pequena adolescente? Una paloma blanca sin alas. ?Seguiria latiendo inmovil con sus suenos vacios de esperanzas? La cerradura lloraba oxido y sus manos, empapadas de presagios, vacilaban. Levanto la tapa y cuando estaba a punto de acariciar el rostro de La Santa, una antigua medalla que descansaba sobre el pecho inerte llamo su atencion. ?Era un escudo? Parecia un extrano simbolo, una especie de moneda que, a modo de jeroglifico, entrecruzaba algunas letras latinas creando un circulo cerrado, intrigante y bello. La retiro despacio, procurando no rozar los ropajes deshilachados de la muerta, temiendo despertarla de su eterno letargo. Despues, en un gesto instintivo, miro a lado y lado buscando quien la recriminara. Nadie; solo los ojos amarillos de su gata la observaban ausentes. Un pequeno robo, un regalo para su cuello. Mas tarde, no tuvo el valor de tocar a la muerta por miedo a confirmar sus sospechas. ?Y si estaba fria como su padre y su madre? ?Y si se deshacia como las alas de una mariposa entre sus dedos? Seguiria pensando que era tibia; tan tibia y calida como una hermana. No estaba preparada para perder a otro ser querido. No, por ahora. Empujo de nuevo el arca y el mecanismo volvio a esconder en la penumbra aquel secreto tan celosamente guardado. Salio a la calle con la sensacion de saberse protegida; la medalla que ahora llevaba escondida entre sus senos habia pertenecido a La Santa; era como si estuviera a su lado y a cada paso que daba le dijera <>. Cruzo la rue Saint-Jacques y tomo el camino de siempre, entreteniendo sus ojos en las empezunadas gargolas de la iglesia de Saint-Severin; dragones, aguilas y leones, como aves rapaces, parecian rugirle desde lo alto. Ahora ya no les temia. Despues de abrir el sarcofago y enfrentarse cara a cara con la muerte, le quedaban pocos miedos por resolver. El bullicio de las terrazas acabo por envolverla en alegrias. Su barrio tenia el alma joven y esa manana de junio ella celebraria su veintitres cumpleanos regalandose lo que llevaba ansiando desde hacia mucho: recibir clases del gran pintor y maestro Cadiz. Sus cuadros eran un grito de provocacion distante y a la vez intimidatorio. Parecia deleitarse manoseando la psiquis del observador hasta extraerle los deseos mas escondidos, produciendo un estado de hipnosis sobre su obra de la cual era imposible liberarse. Desde hacia anos seguia su trayectoria. Lo conocia todo de el; su trazo inimitable, su personal colorido, su magistral tecnica pictorica, y lo admiraba con veneracion de principiante, aunque estaba dispuesta a que no se lo notara. Habian hablado por telefono, y a ella le parecio demasiado facil todo. ?Le estaria tomando el pelo? En el trayecto al estudio de aquel gigante de la pintura acabo por decidir que se haria imprescindible; una alumna ejemplar capaz de aportar algo que al pintor le fallaba en sus cuadros: los pies. Aquellos manchones informes no acababan de estar a la altura del resto de su obra y habian acabado convertidos en uno de sus sellos, pero a ella no podia enganarla: era pintora y estaba convencida de que no sabia hacerlos mejor. Una vez cruzo las entranas de Paris, salio del metro en el Boulevard Montparnasse y fue deambulando entre mesas y tiendas. Todavia le quedaban treinta minutos y no iba a llegar ni un segundo antes, ni uno despues. Camino y camino hasta alcanzar la calle que aparecia en el plano. Frente al numero 2 del passage de Dantzig se detuvo. Lo que veia no podia ser cierto. Aquello era una isla donde parecia gemir la naturaleza en su abandono. Decenas de cabezas mutiladas rodaban por los suelos entre madreselvas sin madre y cuerpos sin dueno. Un gato del color de la madera dormia sobre una mesa abandonada, mientras los pajaros hacian de las suyas en ese paraiso perdido en medio del tiempo. Sabia que el taller de Cadiz estaba en pleno corazon del barrio, lo suponia grandioso, pero lo que nunca llego a imaginar es que fuera exactamente La Ruche, el pabellon de las Indias Britanicas construido por Eiffel para la Exposicion Universal de 1900. Parecia a punto de venirse abajo. A la entrada, las cariatides cansadas de anos resistian estoicas el peso de la fachada. Toco el timbre. Una voz grave, de violonchelo ronco, la invito a pasar llamandola por su nombre. ?Como sabia que era ella? ?La estaria observando? De pronto, sus manos le escurrian ansiedades. Se miro en el cristal de la ventana y se gusto. El olor a trementina, pintura y disolventes le dio la bienvenida. Un desorden infernal se respiraba, sofocandola. Cientos de botes esparcidos por el suelo, en medio de diarios extendidos, fotos, monticulos de arena, sacos de cemento, pegamentos, mediums, espatulas y pinturas derramadas, amenazaban con devorarla. No quedaba un solo centimetro limpio. Chorreones de acrilicos, oleos y gomas habian ido formando una especie de suelo lunar con crateres y empinadas colinas de dificil acceso. ?Como podia alguien trabajar en medio de semejante caos? Parecia que durante anos nadie lo hubiese limpiado. A pesar de ello, aquel pabellon circular era una autentica obra de arte de la arquitectura. Por un momento imagino a Chagall, Kandinsky, Soutine, Modigliani, Giacometti, Calder, Picasso, todos sus idolos reunidos en ese espacio unico, y su pensamiento fue interrumpido por los pasos del pintor. Lo vio venir enfundado en su mono de trabajo y todo el le parecio un cuadro viviente. Desde la serpiente de humo que dejaba su pitillo hasta los brochazos amarronados de su ropa llevaban su huella artistica. Se detuvo frente a ella mirandola con ojos estacionarios y despues de un largo silencio en que logro intimidarla, le hablo. --Mazarine, ?se puede saber que buscas?

  • Mi pequena guerra de Louis Paul Boon

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    Mi pequena guerra puede ser considerada la novela europea mas importante sobre la Segunda Guerra Mundial, como Viaje al fin de la noche de Celine lo fue sobre la Primera.
    Un clasico europeo que por fin podemos leer en Espana. Traducido a 11 lenguas.
    ?Que pasa cuando un hombre de clase obrera tiene talento para escribir y no quiere ser poeta? Que puede contar aquello que nunca se nos cuenta: la calle.

  • Vacunas sin miedo de Gloria Cabezuelo

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    Un libro con toda la informacion para despejar las dudas acerca de las vacunas y sus consecuencias, escrito por dos pediatras de reconocido prestigio en la materia.

  • Un matrimonio de anuncio, Romina Naranjo de Romina Naranjo

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    Oliver Hamer, afamado publicista y reconocido playboy, se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera profesional cuando un titan mexicano de la industria automovilistica se interesa en el para que dirija la campana publicitaria de su nueva flota de vehiculos.

  • Intrigas de alta sociedad 2 de Ana Allende

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    Elizabeth Salt, hija del prestigioso abogado Marcos Salt, descubre con su muerte que su madre Isabella Salt, la cual siempre anhelo por su repentina partida, no es su madre y su amado, pero sobre protector padre, tampoco lo era, ya que el la ha adoptado en un momento de tragedia familiar; ahora su supuesta madre la ha dejado sin nada, reclamando lo que cree que le corresponde por derecho. Sin mas opcion, Liz decide comenzar un camino de descubrimiento personal, en donde las principales preguntas son ?Quien es?, ?cual es su identidad?, y ?como recobrar lo que le ha sido arrebatado? En compania de nuevas amistades, que consigue a lo largo de ese camino, y a su caballero encantado Liam Johnson, se propone a recoger lo pedazos de su vida, sin darse cuenta de que todavia la vida le tenia preparada una serie de eventos que la sorprenderan y llenaran de aun mas tristeza y confusion. CAPITULO I Me encuentro caminando alrededor de lo que un dia me pertenecio, donde un dia vivi momentos inmemorables, con un padre que ahora descubro que no era el mio: momentos de una vida que no era mia, tal vez por eso siempre senti que no pertenecia a ese mundo en donde todo era singularidad y perfeccion; un monton de recuerdos regresan a mi cabeza como si de una pelicula se tratara, mi padre gritando, mi padre peleando, discutiendo con la servidumbre, el estresado en su despacho. Tengo que hacer un increible esfuerzo para recordar otros momentos, como cuando me daba mis regalos de navidad o cuando se disfrazaba de Santa Claus para hacerme reir, cuando me acompanaba a buscar mis huevos de pascua, momentos que vivi y que ahora no se si en realidad eran mios por amor o por simple responsabilidad. Sin embargo, no puedo negar que mi padre me hizo vivir una ninez envidiable y eso se lo debo agradecer; me siento en una pequena banca en medio de Central Park, por primera vez en mi vida no se que camino seguir, que decisiones tomar, me siento perdida y destruida emocionalmente, miro a las parejas caminar y no puedo evitar pensar en mi caballero de armadura reluciente, Liam, ya falta poco para que sea mi hora de llegada a casa y, de seguro, esta ansioso esperandome pero ?Como le explico todo lo sucedido? ?Como le explico que yo, no soy yo y que esta vida no es mia? Las lagrimas amenazan con invadir mis ojos, asi que sacudo mi cabeza y trato de tomar una decision. Son casi las 6:00 de la tarde y me encuentro en el mismo lugar, no he tenido las fuerzas de hacer algo mas y la sensacion abrumadora no desaparece de mi. Todo esto de mi adopcion y la aparicion de mi "Madre" hubiera sido mas facil de asimilar bajo otras circunstancias. De Isabella podia esperar cualquier cosa, pero lo que nunca espere que sucediera fue que mi "amiga", mi "confidente", me pagara con esta moneda; todavia recuerdo su mirada y el desprecio con que me hablaba, se me eriza la piel, y pensar que en algun momento su amistad fue incondicional. Me hacen ver y pensar las cosas desde otro punto de vista, empezando porque tal amistad nunca existio, sus reclamos el dia de hoy me hicieron darme cuenta de que todo fue por simple interes y cuando por alguna razon se vio desplazada por mi, su interes se convirtio en rencor, un rencor que fue almacenando hasta que exploto. La verdad yo nunca desee hacerle dano, siempre la vi como una chica indefensa de alguna manera y, por lo tanto, siempre busque la forma de cuidarla, pero eso la hizo sentirse sobre-merecedora de cosas que escapan de mis manos; no puedo evitar pensar que tal vez todo esto es mi culpa, miro al horizonte y me percato como pequenas hebras de sol empiezan a ocultarse y se que es momento de tomar la proxima decision, he decidido buscar un lugar, un pequeno hotel a las afueras de Manhattan, necesito tiempo para mi, para pensar, para asimilar tanta informacion. Tomo mi bolso, saco mi celular y en mi buscador favorito de internet busco un hotel modesto y alejado del bullicio de Nueva York, rapidamente lo encuentro, es pequeno y sencillo, tiene todos los aspectos que necesito para facilitar este momento de transicion, aparte de que estoy segura que alla nadie me encontrara porque estoy segura que Matt y Liam me buscaran hasta debajo de las piedras y yo solo necesito estar sola. Rapidamente me levanto de la banca y me dispongo a buscar un taxi que me lleve al lugar que por un par de dias sera mi refugio. Llego al hotel y me asombra su belleza natural, se encuentra en medio de un area boscosa, con muchos arboles a su alrededor e inmediatamente me siento a gusto y relajada con mi decision, paso al lobby y me registro en una habitacion sencilla sin muchos lujos. Al entrar en ella, veo una pequena cama con sabanas un poco descoloridas, que en algun momento fueron azul, dos almohadas y un cojin en el medio, una mesita de noche color marron clara y una lampara blanca sobre ella; de un extremo, una pequena peinadora con un par de gavetas y un hermoso espejo decorado, y justo frente a la cama un pequeno televisor y, por su puesto, un modesto bano; para lo que pienso hacer en esa habitacion es mas que perfecta, no tiene muchas cosas en las que me puedan distraer; luego de tomar un largo bano, miro mi telefono celular y tengo 10 llamadas de Matt y 28 de Liam, !VEINTIOCHO! Me parece una locura, me encantaria poder responderle, poder llamarlo, pero en ese momento no encuentro la fuerza ni las palabras correctas para decirle algo coherente, asi que dejo a un lado mi celular y me concentro en mi misma, es lo que necesito; me lanzo en mi comoda cama, prendo el televisor y rapidamente consigo una pelicula que me engancha, aunque un par de minutos despues caigo en un profundo sueno. Es mi cuarto, dia en el hotel y no lo puedo negar, me he sentido mucho mejor, aunque lo unico que no me deja tener una concentracion perfecta son las 20 llamadas al dia que me hace Liam, del resto, todo me ha servido de bastante ayuda, aunque todavia no logro descifrar cual sera mi siguiente paso en la vida. Tocan la puerta y es Maria, una mucama del hotel que se ha ofrecido para ayudarme en cualquier cosa que necesite, luego de haberme encontrado el dia numero 2 acostada en mi cama llorando desconsoladamente; es una chica muy linda, de mi edad, morena, de cabello largo negro y, aunque un poco llenita, tiene muy linda silueta, aparte de eso tiene un nino de dos anos de edad que es una monada, a veces cuando no consigue quien se lo cuide, lo lleva con ella al trabajo y pasa un par de horas en mi habitacion viendo munequitos. --Hola maria ?Como estas? --Bien senora Elizabeth. --Ya te he dicho que me digas Liz por favor. --Esta bien Liz, pase a entregarle lo que me habia encargado el dia de ayer. Me pasa una bolsa en donde encuentro un par de jeans, una blusa negra y un par de botas de corte alto, sonrio y le doy un abrazo. --Gracias Maria, ya tenia mucho tiempo con la misma ropa y sentia que iba a enloquecer. -- Saco mi lengua en senal de desagrado y ella rie.

  • El Idioma Del Corazon de Sherryl Woods

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    Sacar a Allie Mathews de las ruinas de su casa deberia haber sido una tarea mas en el cumplimiento de su deber, pero los inocentes ojos azules de Allie provocaron en Ricky un irreprimible deseo de protegerla, asi que la invito a que se quedara con el mientras encontraba un lugar donde vivir. Al cabo de poco tiempo, Ricky ya se estaba replanteando su intencion de permanecer soltero, pero ?como podia demostrar su amor a Allie si ni siquiera era capaz de encontrar las palabras adecuadas? Allie se sentia tan vulnerable que queria una vida sin riesgos… hasta que aparecio Ricky para protegerla y sacarla de su aburrido mundo. Vivir con el era un autentico torbellino de emociones, pero ella temia no poder seguir a un hombre que estaba acostumbrado a vivir siempre al limite.

  • Solo Basto Un Beso de Rosse Bonnani

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    Me habia involucrado en el cuidado de unos ninos que eran victimas de la guerra despiadada de sus padres. Una pareja que, ademas, estaba divorciandose. Ya cada nino sabia adonde queria ir, pero por sus cortas edades no tenian la posibilidad de elegir. Solo acatar las ordenes que les daban. Entendi que la informacion que me habian proporcionado no habia estado completa. Yo supuestamente iba a ser la ninera. Hasta ahi todo iba bien. Pero no me habian dicho toda la verdad. Entendi que el trabajo me habia caido como anillo al dedo. Como no tenia donde quedarme porque mi cuarto estaba en medio de un problema burocratico, contar con ese empleo me ayudaba a pasar las noches en un lugar agradable. El papa de los ninos, un hombre de unos treinta y tantos anos, guapo como ningun tipo que hubiera visto en mi vida, me habia contactado para que empezara a trabajar y me habia contratado posteriormente. La oferta habia sido buena, pues me daria un excelente sueldo y me permitiria continuar mis estudios universitarios, que estaban justo en la mitad del camino. Capitulo 1: Franco Pensar en cogerme a la chica que cuidaba a tus hijos me parecia una locura, pero... carajo. Sus tetas saltaban tanto y sus pantalones estaban tan apretados que queria azotar ese culo sin parar. Trate de mirar para otro lado mientras me arrepentia de haber buscado a esa mujer. Eso fue lo que pense inicialmente. Solo al principio, pues despues de ese pensamiento hemos tenido relaciones unas treinta veces. Ahora, con solo mirarme, siento que me invitara a hacer el amor y me lanzo sobre ella sin pensar en que es la ninera. Nunca habia sentido eso. No experimente esta necesidad ni siquiera cuando estuve casado. Siento que estar con ella me hace mucha falta. Y no solo por lo sexual. Es un hambre que me supera. Quizas el divorcio me afecta o estoy envejeciendo demasiado rapido y me hace falta compania. Me excita tanto que todo mi cuerpo se tensa al verla. No entiendo las razones, pero si entiendo perfectamente que nunca me habia deleitado tanto con la vagina de alguna mujer. Por primera vez desde que comence a tener relaciones, siento que estoy realmente atraido por una chica y que las ganas de cogerla son insaciables. Las fuertes emociones que me produce esta chica cuando estamos juntos me demuestran que esto va mas alla del amor. Si bien ame siempre a mi exesposa, ahora todo es distinto. Con la ninera intuyo que en algun momento enloquecere con su presencia o sere aun mas feliz de lo que soy ahora. ?Que sucede con mi cuerpo que no puedo controlarme? ?Que ocurrio para que llegaramos a este punto? Desde que la conoci, trato de dilucidar lo que me pasa. Hicimos el amor por primera vez y jamas imagine que estaria tan excitado, y ahora... es inevitable. Cuando ella empieza a frotar su cuerpo sobre el mio, toda mi piel reacciona erizandose instantaneamente. Y cuando despierto, mi primer pensamiento es sobre ella. Me emociono tanto que la halo hacia mi para poseerla mientras me olvido del mundo. En ese momento no me importa lo que piensen los demas. Pero nunca habiamos hablado sobre que pasaria con nosotros, aunque sabia que nos pasaba algo y debiamos pensar en ello. Si queriamos tener una relacion, algun compromiso. Solo habiamos hecho el amor salvajemente y nada mas. Y en este momento, no sabia si iniciar esa conversacion con ella. No sabia por que, pero tenia muchas ganas de hacerlo. Entonces me concentre y tome aire. Me acerque a ella y supe que ya estaba despierta. Ya lo estaba desde hacia al menos quince minutos, con su respiracion tranquila, contrastando con mi nerviosismo. Me daba miedo que me respondiera con algun rechazo si me atrevia a tocarle el tema. Tampoco se si se siente completamente bien conmigo. O si yo mismo me siento bien. Pero sabia que tendria que hablarle al respecto. “!Carino, buenos dias!”. La abrace fuertemente y acaricie su cabello. Beso mi pecho y tambien me abrazo. “Buenos dias...”, dijo con su voz suave. Me veia con su picardia juvenil. Esa mirada, si no recuerdo mal, fue lo primero que me cautivo de ella. “Debo prepararme, en solo una hora tengo mi primera clase de la manana”, dijo mientras golpeaba juguetonamente mi abdomen. Cuando conoci a la ninera supe que no habria forma de evitar zambullirme en su cuerpo, aunque no queria involucrarme con ninguna chica despues de estar en guerra permanente con mi exesposa durante los ultimos siete meses. El olor agradable que emanaba, su linda cara, su delicioso trasero. Todo en absoluto. Era como si su cuerpo me llamara y yo respondiera. Apenas pude terminar de hacerle la entrevista porque mi pene por poco rompe mis pantalones con su gran ereccion. Aunque antes de contraer matrimonio si fui un gran conquistador, debo dejar claro algo: no quiero acostarme con todas las chicas que conozco. Al menos no fue asi mientras estuve casado durante siete anos. Ni siquiera pensaba en mirar a otra mujer. En el tiempo que estuve casado fui fiel a mi esposa. Lo consideraba un error muy grave. Ahora soy soltero nuevamente, y quiero volver a vivir esos gloriosos tiempos, con muchos culos a mi alrededor. Vanessa y yo solo teniamos tres anos de diferencia y las chicas con las que me acoste antes de conocerla casi siempre tenian mi edad o eran un poco mayores. Pero con la ninera pasa algo que no me habia sucedido. Es mas joven que yo. Mucho mas joven. Es nueve anos menor. Reconozco que me gustan las mujeres experimentadas. Pero Monica es distinta. Es mas joven que yo, pero siempre descubro algo de ella que me hechiza. Es como si no me importara cuanta experiencia tiene, porque su presencia vale por diez mujeres o mas. Ella es una persona totalmente opuesta a Vanessa, con quien yo debia intentar usar telepatia para descubrir lo que queria. Es una jovencita muy sincera y desenfrenada. Esta muy clara en cuanto a sus deseos y los dice sin tapujos. Son tan diferentes que parecen venidas de dos planetas diferentes. A pesar de eso, no considero que Vanessa fuese una mujer desagradable o alguien indeseable. Ella tenia algunas metas y yo queria otras. Quizas el tiempo y la rutina nos alteraron y dejamos de ser felices. Ya no estabamos bien juntos. Vanessa quiere pasar su vida entre desfiles de modas y clubes de equitacion, pero yo prefiero montar bicicleta, escalar e ir a eventos de tatuajes. Aunque fuimos honestos antes de casarnos, imagino que eso no la detuvo pues queria explorar esa faceta sin ataduras de su vida. Hasta que se canso de lo que vio. Han pasado siete anos, ahora tenemos dos hijos, y nacio dentro de ella un espiritu de libertad. La entiendo. Lo que no entiendo es por que quiere poner a nuestros hijos en hogares diferentes. Vanessa repentinamente quiere sentirse libre, pero pretende meterlos en esa espiral de libertinaje y comenzar de nuevo. Ellos solo han vivido en un hogar. Ha sido un lugar estable, hasta ahora. Que se vaya a la mierda. Mi suegro tiene mucho dinero. Y nunca fui de su agrado. Planearon joderme la vida y quedarse con todo. Pero yo haria todo lo que fuese necesario por mis pequenos. no se detuvieron a pensar en mis planes. Ellos no se merecen sufrir solo por la conducta repentina de su madre ni el dinero de su abuelo. Estaba dispuesto a ensuciarme las manos por mis ninos. Sabia que en la guerra vale todo. Estaba tan decidido a quedarme con ellos y obtener la custodia, aunque eso significara usar estrategias no muy eticas. Y en el interin quise matar a los bastardos que querian impedirme estar con mis pequenos. Pero su madre tenia algo en mente. Queria obtener la custodia completa de los ninos, mientras que ellos querian quedarse conmigo. Era lo mismo que queria yo. Queria hacer todo lo que estuviera en mis manos para que mis hijos fuesen felices. Todo. Y que ellos obtuvieran lo que querian. Entonces saque todos mis ahorros del banco para pagar los honorarios del abogado mas inteligente y experto que pudiera encontrar en la ciudad. Asi, podria hacerle frente a la abogada del costoso bufete Rivas y Asociados que ellos buscaron. Habia llegado la hora de pelear por mis amados hijos. No cederia un apice. Me decidi a luchar con todas mis fuerzas. Por ellos. Despues de la descarnada lucha en las audiencias, el juez emitio su veredicto final. Teniamos que estar con nuestros hijos la mitad del tiempo. Es decir, ella estaria con mis pequenos dos semanas al mes y yo estaria con ellos el mismo periodo. No me gustaba la idea, pero debia respetar las ordenes del juez. Pero mis hijos no eran muy partidarios de la idea. Quizas la terrible relacion de mis hijos con sus abuelos maternos habia sido la razon por la que Vanessa habia solicitado el divorcio. Ahora comparten una casa con ellos, con los que no simpatizan mucho. Mis suegros notaron que sus nietos no querian pasar mucho tiempo con ellos. Hablaron con Vanessa varias veces y la convencieron de dejarme. Al final lo decidio. Puede irse al carajo. Lo unico que lamento es que mis inocentes pequenos sufren cuando les digo que deben prepararse para ir a casa de sus abuelos. Me lastima verlos sufrir de esa manera, pero tengo que acatar la orden judicial. Mi hijo menor, que solo tiene seis anos, llora y afirma que quiere ser mayor de edad para quedarse conmigo todo el tiempo. Siento que mi alma se destroza cada vez que pasamos por eso. Mi hija, la otra duena de mi corazon, no llega al punto de llorar para demostrarme su dolor. Con solo ver su expresion se que le duele partir a casa de sus abuelos. Vanessa siempre quiso vivir atada a sus padres, como si aun fuese una nina consentida, y esa falta de independencia nos llevo irremediablemente al divorcio. No me parece una mala persona ni una mala madre. Nunca lo fue durante siete anos. Pero no quiere soltar a sus papas. Pero ellos no lograran atar a mis hijos como hicieron con ella. Tengo un plan muy bien trazado para combatirlos y defender a mis hijos, para que ofrezcan como personas maduras e independientes. No me importa lo que ellos piensen o si se interponen en mi camino. Cuando intenten hacer el mas minimo movimiento para controlar a mis hijos, van a llevarse varios golpes. Que se preparen, porque voy a darles pelea. Se me hizo inevitable contratar los servicios de una ninera. Me costo vivir en medio de este vendaval de cosas. Tenia que dirigir mi empresa, estar libre durante las tardes para buscar a los ninos al salir de la guarderia y luego del preescolar. Decidi contactar a Monica. La encontre hace unas seis semanas. Diez dias despues de conocerla la cogi. Y no supe como pude soportar tanto tiempo sin hacerle el amor. Afortunadamente para mi en ese momento, y despues, ella tambien sentia ganas de estar conmigo, lo que me facilito el trabajo. Aunque no fue planeado por ninguno, a ambos nos encanto hacerlo: me percate de que Monica tambien posaba sus ojos sobre mi cuerpo, especialmente sobre mis nalgas. Era lo mismo que yo hacia. Cada vez que los ninos se quedan con sus abuelos, su cuerpo se desenfrena. Ya no podemos pasar una noche juntos sin hacer el amor como animales. Asi habia sido la noche anterior. Habian pasado varios dias desde la ultima vez que habiamos estado juntos y mi pene reclamaba que vagina lo apretara. Solo con varios orgasmos logramos calmar nuestros cuerpos necesitados. Por primera vez en toda mi vida le hago el amor a alguien con tanto frenesi y por tanto tiempo. Y aunque se lo haga varias veces, siempre quiero volver a probar su cuerpo una y otra vez. La penetro salvajemente, y luego vuelvo a querer estar sobre ella. Siento un deseo inagotable de estar con ella, a toda hora, en todo lugar. Y ella siempre goza igual que yo, aunque la penetre con fuerza. Disfruta cada orgasmo como si fuese el primero. Aunque vaya lo mas profundo de su ser, le encanta que se lo haga. Hemos hecho el amor en cuatro ocasiones durante la noche, o mas, y ella siempre esta dispuesta. Esta manana me toco maliciosamente mi abdomen. Entendi que queria que la cogiera antes de salir a sus clases. Incluso estoy dispuesto a llevarla en mi auto y hacerle el amor en el camino a su universidad. La he complacido mas que a todas las mujeres con las que he estado. Yo nunca me negaria a darle duro. “!Hazlo!”, me dijo. Entonces complaci su peticion. Gire mi cuerpo con rapidez y la penetre. Su vagina me recibio con mucha excitacion. Estaba empapada aun, con los rastros de mi semen derramado cuatro horas antes, cuando tuvimos nuestro ultimo encuentro sexual. Si, su vagina seguia apretada y humeda. Sabia que la habia cogido muy bien. La ninera me rodeo con sus piernas. Las dejo sobre mis nalgas para recibir mi ereccion con comodidad. Sabe como hacer el amor y disfrutar cada segundo, a pesar de su corta edad y el hecho de que yo he sido su unica pareja real, pues tuvo un novio antes de conocerme, pero solo hicieron el amor algunas veces. Nada parecido a esto. Mi pene se irguio monstruosamente para deslizarse dentro de ella. Asi era cada vez que la cogia. Cuando la tuve por primera vez, temi que muriera sofocada por el tamano de mi pene. Pense que sus gritos se interrumpirian por el eco de la ambulancia que vendria a buscarla. Esos alaridos solo salieron de su garganta una vez. Ahora solo gime de infinito placer y sabe como tomar mi pene. Y siempre quiere mas y mas. Ya no quiere separarse de mi. No obstante, siempre evitamos hacerlo cuando estan mis pequenos. Respetamos inmensamente sus presencias. Sin embargo, ellos solo regresaran en dos semanas. Asi que hay tiempo para hacer el amor muchas veces. Se que es una mujer adulta, que sabe lo que hace y estamos al tanto de lo que sentimos, aunque cuando empezaron nuestras sesiones sexuales, me senti un poco reprimido al saber que ella era la ninera y que yo le brindaba la oportunidad de dormir en un lugar seguro mientras arreglaba los problemas con su anterior departamento. Ya no siento nada de eso. Cuando hicimos el amor por primera vez, renuncie a esos pensamientos. Yo sabia lo que queria. Y lo mas importante, ella tambien lo sabia. Y como me habia dejado claro, no tenia ningun temor de expresarmelo. Capitulo 2: Franco Haciamos el amor a cada rato, y nos encantaba, pero despues de pasar estas semanas juntos, empece a tener esa desagradable sospecha de que las cosas entre la ninera y yo no estaban del todo bien. Seguramente ella querria tener algo solido y duradero, como querria cualquier mujer. O incluso un hombre. Un hombre como yo. Y si bien seguimos haciendolo y nadie sabe que estamos juntos, como novios o esposos, el tiempo pasa y las cosas entre nosotros nos hacen sentir mas unidos, como si realmente fuesemos una pareja. Casi todo el tiempo que estoy con ella lo invierto en cogerla. En todas las posiciones posibles. Y aunque trato de buscar unos momentos para hacer otras cosas interesantes, unos minutos despues me descubro de nuevo dentro de ella mientras jadea y me pide darle mas y mas de mi semen. Sale de la casa a sus clases universitarias, sus sesiones de estudios adicionales y todo lo demas que tiene que hacer en su universidad, y yo me quedo como un pendejo pensando que hacer mientras la espero o con quien estara. Hasta que regresa. Me siento terriblemente celoso en su ausencia. He intentado mantener todo oculto, aunque ya hay algunos chismosos interesados en vernos y buscar algun indicio de lo nuestro. Tambien mis vecinos andan en lo mismo. No quiero que mis hijos se enteren todavia, y menos cuando apenas cabo de separarme de su madre. Lo reconozco. Todo esto es nuevo para mi. No me gusta verme involucrado en rumores disparatados. Tampoco quiero meterla a ella en esos desastrosos comentarios. Aunque recientemente mis esfuerzos por esconder lo nuestro ya no son tan grandes. No se como proceder. De hecho, creo que Vanessa comienza a creer que algo pasa. Pero su vida ya no me importa, asi que no se por que quiere saber sobre mi. Al fin y al cabo, no me interesa si tira con alguien o no. Solo me importa que la ninera no este con otro hombre ni lastime a mis hijos. Y creo que empiezan a importarme otras cosas tambien. Vanessa no queria seguir conmigo, pero le molestaba la idea de que yo fuese feliz con otra persona, fuese quien fuese. Que mierda. Se atrevio a preguntarme por ella cuando fui a su nueva casa, la casa de mis suegros, a dejar a los ninos alli. Me limite a ver sus caderas en vez de mirar sus ojos y sali sin decir nada. Ya se que sospecha de Monica. Lo se porque he notado su expresion de molestia cuando la ve al llegar a casa para dejar a mis hijos. Lo que me interesa es que mis hijos esten bien. Desde que me separe de ella, se que responder y en que momentos. No pierdo tiempo ni malgasto mi esfuerzo en decirle a ella que debo hacer o con quien paso mi tiempo. Vi a Monica y me concentre en ella. Su cara de placer cuando hacemos el amor es espectacular. Sus gemidos placenteros, sus ojos cerrados y su boca abierta hacen que mis ganas de cogerla se incrementen mas y mas, demostrarle cuanto la deseo. “Carajo, Franco, ?tan pronto vas a venirte?”. Su vagina se tenso con intensidad sobre mi ereccion. “!Mierda!”. Balanceo sus caderas sobre mi ereccion y lanzo otros gemidos de excitacion. A Vanessa le gustaba mucho hacer el amor, pero siempre se mostraba timida al momento de hacerlo. Adoro estar con esta ninera. Lo amo. Hace cosas tan atrevidas que me excitan muchisimo. Es como una chica llegada desde el infierno de la lujuria. Para Vanessa, todo debia ser a escondidas. Siempre evitaba gemir o decir alguna frase sucia cuando estabamos juntos. Como si se avergonzara de hacer algo tan placentero. Eso nunca sucede con mi ninera favorita. Se movia tan rico y gritaba tanto que ya yo habia olvidado su inexperiencia. Ademas, le gusta hacerlo a cada rato. Vanessa, en cambio. Cuando yo no podia evitar decir algo o gritar, ella se molestaba. Se excita cuando la toco en ciertos lugares de su cuerpo. En realidad, en muchos. He descubierto todas esas zonas. Si la toco en otra, se desnuda para mi. Si la toco en alguna parte, logro bajar su cara para que me haga sexo oral. Y asi sucesivamente. Llegamos a un acuerdo sobre nuestro presente: no podemos tener otras parejas mientras estemos juntos. No se nada de su pasado ni de su exnovio. Cada vez que quiero, hacemos el amor. Y punto. Aunque me ha costado entender que, siendo tan joven y estando tan buena, haya honrado ese compromiso. De todas formas, su fidelidad me alegra. Es un acuerdo beneficioso para ambos. Tuve tantas obligaciones durante tanto tiempo mientras estuve casado que estar con Monica es como recibir una bocanada de aire fresco. Me siento feliz de hacer el amor con una chica. Una chica que esta bien rica y no quiere compromisos, al menos hasta ahora. Sin embargo, ya no siento lo mismo. Parece que las cosas estan cambiando. Quiero tenerla solo para mi. Tengo tanto deseo de ser su unico dueno, el propietario exclusivo de su vida y sus nalgas, que ya no se quien soy ni cuando me converti en esto. Monica gimio y luego bajo su cuerpo levemente. Queria sacar todo lo que habia guardado en mis bolas para ella. Sus gemidos eran una sinfonia para mis oidos. Se movio como una yegua salvaje, empujando su vagina por toda mi ereccion. Afortunadamente, mis hijos no estan. Me veria obligado a poner una almohada en su boca para callar sus gemidos o tapar sus labios con mi mano. Pero como ellos estan con sus abuelos, ella pude darle rienda suelta a sus gritos y su imaginacion. Comi su deliciosa vagina en la manana, antes de que saliera a su universidad y yo me fuese a mi negocio. Despues de que regreso y ceno, volvi a disfrutar su vagina como si fuese el postre. Esa necesidad quizas era la razon de mi preocupacion. Cuando estaba a punto de acabar dentro de su cavidad mis pelotas apretaban fuerte, muy fuerte. El resto de mi cuerpo estaba rigido. Y mi mente estaba preocupada. La ninera esta controlandose. Toma la pildora anticonceptiva. Eso me hace sentir satisfecho. No quiero tener mas hijos. Al menos no por ahora. Soy enemigo declarado de los condones. Los use cuando era mas joven y me juntaba con desconocidas para hacer el amor.

  • Chicas De Tormentas Y De Sombra de Natasha Ngan

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    En lo profundo del corazon oscuro del palacio real, el rey se ocultaba. Habia estado alli durante semanas, negandose a recibir a todos los visitantes excepto a los hechiceros que trataban sus heridas y sus dos confidentes mas cercanos, que cuidaban de los danos de su cuerpo y su ego. Por supuesto, nunca admitiria que eso era lo que hacia. Y si alguien se atreviera siquiera a sugerir que estaba pasando por un momento dificil, los ejecutaria de inmediato. Nada de eso era doloroso. Nada era demasiado para manejar para el gran Rey Demonio de Ikhara. Sin embargo, al igual que la mayoria de las mentiras que las personas se dicen a si mismas, se derrumbo entre la sombra y la quietud de la noche. El rey, por mucho que expresara lo contrario, estaba perturbado. Sus heridas habian penetrado mas profundo que su carne y hueso. Habian atravesado, maliciosamente, cada vena, celula y poro, hasta que sintio el eco del miedo en cada latido de su corazon. Y ese miedo tomo forma. Y nombre. Lei-zhi. Se negaba a pronunciarlo en voz alta, pero su cuerpo lo traiciono. Susurraba su nombre al ritmo de su pulso. Le mostraba el rostro de la chica cuando el dormia: piel de porcelana con salpicaduras de sangre; labios levantados; ojos salvajes, aquellos brillantes ojos dorados llenos de tanta furia atravesaban su alma, los lugares exactos en su interior que el creia que habia arrancado de raiz hacia tiempo. Cuando fue demasiado, cuando el rostro y el nombre de la chica se burlaba de el hasta que no podia respirar y los muros de su cuarto se cerraban sobre el, el rey llamaba a una chica. Ninguna de esas chicas, claro. Aun tenian que ocuparse adecuadamente de esas chicas. Aunque lo haria. Sino que llamaba a otra chica. Tal vez una bonita de la casta de acero con aspecto de lince de las Casas de Noche, o una joven esclava de papel recien traida de un asedio. No le importaba. Le entregarian una chica y el la destrozaria, solo para demostrar que podia hacerlo. Para sentir de nuevo que era todopoderoso. Una chica humana no lo venceria: incluso el ardor y el dolor constante de sus heridas le recordaban lo cerca que habia estado la chica de lograrlo. Cada dia, los hechiceros reales iban a curar las heridas en la garganta y el rostro del rey. Naja habia hecho un buen trabajo. Los hechiceros habian llegado justo a tiempo despues del ataque de la chica para salvar la mayor parte de sus cuerdas vocales, aunque le dolia hablar y su voz era mas ronca que antes: un grunido aspero y gutural. Sin embargo, su ojo derecho fue imposible de salvar. La cuenca estaba arruinada, tenia varios nervios danados y carne pulposa, estaba demasiado danada para permitir siquiera la colocacion de un ojo de cristal. En las semanas que habian pasado desde el ataque, la herida del ojo se habia vuelto un poco menos aterradora gracias a la magia de los hechiceros. Si bien pasarian muchos meses mas hasta que el resto de su rostro volviera a la normalidad, ni siquiera los hechiceros podian traer a la vida a los muertos, y su ojo derecho perdido seria un recordatorio eterno de aquella noche. El rey recordo las palabras de uno de sus generales, tambien con forma de toro, que una vez habia ido a verlo para pedirle usar la magia de los hechiceros reales para quitar un corte horrible que atravesaba la mitad de su rostro. <>, le habia dicho al soldado. <>. Lleva tus cicatrices con orgullo. Que gran tonteria. El siempre lo habia sabido, claro, pero una parte de el habia creido en aquel sentimiento alguna vez. Ya no. El rey ahora sabia exactamente que eran las cicatrices: recordatorios de tus propios fracasos. Al igual que de aquellos que las habian infligido. La chica aun estaba alli afuera. Pero el rey tenia fe. Naja aun no le habia fallado. Ella la encontraria, como habia prometido, junto a la hija del traidor Ketai Hanno, y las llevaria a ambas al palacio ante el. Porque el rey tambien habia aprendido otra cosa sobre las cicatrices: eran una caldera ardiente de odio. Y si una furia como esa podia darle a una debil chica humana el poder de atacarlo a el... bueno. Ya verian lo que podria hacerle a un Rey Demonio con un hambre voraz de venganza. 1 Desde la noche en que escapamos del palacio, lo que al principio era una suave llovizna de copos se ha convertido en una tormenta de nieve. En menos de veinticuatro horas la primera capa se asienta. En solo un dia se convierte en una manta gruesa y blanca resplandeciente. En un dia mas la nieve lo ha cubierto todo, una alfombra de polvo amortiguado que arde en los ojos a la luz del dia y proyecta formas extranas de noche entre las sombras. Despues de dos semanas, es como si hubieramos vivido en ese mundo congelado desde siempre. Camino con dificultad a traves de los monticulos profundos mas alla del templo, mis botas rompen la nieve con crujidos pesados. El frio ha entumecido todo mi cuerpo. Flexiono la punta rigida de mis dedos bajo los guantes. Las gotas de hielo se derriten y ruedan sobre mis botas de cuero prestadas sin importar cuanto las apriete. Pero al menos mis manos y mis pies tienen alguna clase de proteccion contra el clima. Mi rostro lucha directamente contra los elementos... es una guerra y la esta perdiendo. El viento arde sobre mis mejillas descubiertas mientras miro entre los copos de nieve danzarines, intentando ver donde han ido los demonios leopardo. Ya llevamos rastreando las montanas casi una hora. Las empinadas colinas boscosas estan tapadas de nieve, cada arbol sin hojas esta cubierto de hielo. La tarde es espeluznantemente silenciosa: solo se oyen los cristales de nieve, las pisadas de las botas y mi propia respiracion acelerada. --?Como va todo ahi atras, princesita? Suspiro. Ni por asomo es tan silencioso. --Mi nombre --grito a modo de respuesta--, como te he dicho millones de veces, Bo, es Lei. En cuanto las palabras salen de mi boca, el viento me las arrebata. Los copos de nieve bailan sobre mi nariz y depositan besos frios y humedos en mis mejillas expuestas. --?Princesa? Escucho de nuevo la voz de Bo, esta vez con mayor claridad. Los hermanos deben de estar a pocos metros de distancia delante de mi. Mi respiracion dibuja nubes a mi alrededor mientras apresuro el paso para alcanzarlos. Sus siluetas altas se materializan a traves del viento lleno de nieve, con extremidades largas y desgarbadas como los troncos de los arboles que los rodean y practicamente de apariencia humana. Cuando me acerco mas, sus detalles demoniacos aparecen: orejas puntiagudas de leopardo, patas atleticas, colas largas que se mueven de lado a lado, cubiertas de la misma piel beige con manchas negras que recubre el resto de sus cuerpos. Unos ojos verdes resplandecen debajo de los parpados con borde negro. Sus rostros redondos son tan similares que es dificil diferenciarlos a primera vista. Uno de los dos pares de ojos es suave y amable. Nitta. El otro par, los ojos de Bo, baila entretenido. Nitta corre hacia mi con un grito de alivio y aparta los mechones humedos de cabello negro de mi sien. --!Gracias a Samsi! Por un momento, temiamos haberte perdido. Lo siento, Lei, avanzamos demasiado rapido. Intentamos ir mas lento, pero... --Si fueramos mas lento, estariamos viajando en el tiempo hacia el pasado --protesta Bo --. Papeles --anade con un cloqueo impaciente, rascandose el lateral del menton mientras me mira por encima de su nariz chata y felina. Nitta frunce el ceno y lo mira. --Bo. --?Que? Solo digo que cualquiera que no haya nacido con proteccion contra el clima se pierde la diversion. --Tal vez deberiamos regresar. --Los copos de nieve cubren la piel manchada de Nitta y ella desliza una mano sobre su sien sin pensar; parece preocupada--. Aun no hemos encontrado nada y Lei parece a punto de morir congelada. Merrin tenia razon. Esto ha sido una mala idea. Bo coloca una mano sobre su cadera huesuda. --?Ahora vas a confiar en Plumas? Vamos, hermana, ?que sabe ese cerebro de pajaro? --Tu desafiarias las ordenes de Merrin solo para molestarlo --replica Nitta. --?Por que otro motivo crees que accedi a permitir que Lei nos acompanara en nuestro viajecito de caza? --El chico leopardo sonrie--. Sin ofender, pequenita --me dice--, pero no has venido aqui precisamente por tu habilidad innata para el rastreo. --Como si tu habilidad para el rastreo nos sirviera de algo --respondo--. ?Acaso has encontrado algo aun? ?Mmm? Mientras Bo inclina la cabeza a un lado, entretenido, yo estiro la espalda, enderezando los hombros. Aun a pesar de que tengo la mitad de la altura de los hermanos leopardo, de todos modos mi postura me hace sentir mas fuerte. --Os pedi que me permitierais venir hoy porque estoy harta de esconderme en ese templo. Ya han pasado mas de dos semanas. Si tengo que pasar un dia mas escuchando los cantos eternos de Hiro y al resto de vosotros entrenando o debatiendo tacticas de guerra mientras me prohiben hacer cualquier cosa, mi cerebro estallara. --Me coloco bien la bufanda y aprieto mis punos enguantados--. Ahora, ?podemos por favor atrapar algo bueno para comer? Estoy cansada del taro asado en todas las comidas. Nitta vacila, pero Bo alza las manos en el aire. --?Sabes que? La princesa tiene razon. Si tengo que comer un trozo mas de taro, me convertire en un taro. --Con un bufido teatral, se desploma de espaldas. Los copos de nieve llueven sobre el--. Mirad --grune con horror fingido, parpadeando mientras nos mira desde el agujero con forma de Bo en la nieve--. Ya ha empezado a pasar. Soy uno con el taro. Y es... insoportaroble. --Se pone de pie de un salto, con su abrigo cubierto de hielo, y dibuja una sonrisa amplia de dientes filosos--. ?Lo pillais? ?Insoportaroble? --Ay, hermanito --suspira Nitta--. Tus chistes son tan espantarosos. Los tres nos reimos, el sonido quiebra la quietud espeluznante del bosque cubierto de nieve, hasta que un crujido fuerte a nuestra izquierda nos interrumpe. Nos giramos con rapidez, mi corazon se aloja en la garganta, solo para ver un monticulo de nieve, que habia estado haciendo equilibrio sobre las ramas torcidas de un arbol, caer al suelo con un gran ruido. Nitta y Bo enderezan la espalda de las posturas defensivas que habian adoptado por instinto. Bo resopla y deja el cuchillo en su cinturon. --?Te asusta la nieve, hermana mayor? ?Temes que moje y arruine tu bonito cabello? Nitta mueve los ojos en direccion a su hermano. --No creas que no he visto tu reaccion. --Pero hay cierta cautela cuando se gira y alza la nariz para olfatear el aire. Mueve las orejas, escuchando. Luego, avanza--. Vamos --dice --. Sin duda hay algo ahi afuera. Y, Lei, esta vez quedate cerca. Continuamos caminando por el remolino blanco. Es lo unico que puedo hacer para seguirles el ritmo a los hermanos, sus cuerpos agiles de la casta de la Luna avanzan con facilidad entre las columnas de arboles congelados. Mientras Nitta y Bo apartan las capas de nieve con destreza con cada movimiento elegante de sus atleticas patas de leopardo, yo me arrastro con torpeza a traves de los monticulos gruesos. El colchon de nieve me llega hasta las rodillas. Las raices ocultas de los arboles se enredan con mis botas. Cada rafaga de aire frigido me corta la garganta, pero a pesar del frio, aparecen gotas de sudor dentro de mi abrigo y debajo de la bufanda de piel que rodea mi cuello y mi barbilla. Los demonios no reducen el paso. Nos detenemos solo para beber un poco de agua de la cantimplora que Nitta lleva atada a la cintura o para buscar rastros del animal que ella y Bo rastrean; los hermanos juntan las cabezas para debatir las huellas de su presa en voz baja. Despues de una hora de rastreo sin distracciones, Bo rompe el silencio. --Nos estamos acercando --anuncia, semioculto por la nevisca blanca que hay donde esta caminando a pocos pasos delante de nosotras. Nitta levanta mas la nariz. --Tienes razon. Yo tambien capto algo. Intenso, a almizcle... ?Que crees que es? --?Tu delicioso aroma natural? --sugiere su hermano. Nitta pone los ojos en blanco. --?Ves eso? --pregunta ella, senalando un arbol cercano. Bo y yo nos acercamos mas. Hay dos muescas profundas grabadas en la corteza, debajo de la altura de mi cabeza. Parecen recientes: solo las cubre una capa delgada de nieve. Bo desliza los dedos sobre las marcas. --Puede ser una cabra de montana grande. --Espera --digo, mientras retrocedo para inspeccionar las ramas bajas y retorcidas del arbol--. Es un arbol de mango. Un arbol de mango --repito, sorprendida--. ?Suele nevar aqui? No podemos estar tan alto en las montanas si hay higueras y arboles frutales. Ninguno de los dos comparte mi sorpresa. --La Enfermedad ha causado toda clase de cambios climaticos extranos --dice Nitta encogiendose de hombros; luego se gira hacia su hermano, frunciendo el ceno--. Seria una cabra demasiado grande. Creo que es mas bien algo similar a un buey. --Puaj, espero que no. La carne de buey es asquerosa. --?Quieres cenar taro otra vez? --Es mejor que culo de buey. Nitta mira hacia adelante en medio de las rafagas brillantes, sus orejas redondeadas se sacuden. Al igual que su hermano, tiene las orejas cubiertas de joyas y aros en una variedad de plata descolorida y oro y la luz invernal resplandece en ellos cuando la chica mira de izquierda a derecha. --Por aqui --dice ella, ya en movimiento. Bo me guina un ojo. --?Lista para cumplir con tu rol en la caceria, princesa? --?Que rol es ese? --La carnada --responde con una sonrisa burlona. Lo fulmino con la mirada mientras se aleja. Tardo unos instantes en pensar una respuesta. Avanzo furiosa por la nieve, lista para decirsela... cuando un movimiento captura mi atencion. Me paralizo. Mi corazon late con fuerza en el silencio del bosque cubierto de hielo. El bosque quieto y vacio. Bajo mi bufanda, mi piel se eriza. --?Estais... estais seguros de que solo hay un animal cerca? --pregunto. Nitta y Bo se giran y me silencian con la misma mirada fulminante de ojos verdes. --Tenemos que estar callados... --comienza a decir Nitta. Oimos el crujir de la nieve mas adelante. Ella se gira con rapidez e inclina el cuerpo para adoptar una postura defensiva. Bo senala hacia las rafagas de nieve. Con agilidad, toma su cuchillo mientras Nitta prepara el arco que carga sobre el hombro. Lo alza frente a ella con su mano izquierda, y con la derecha toma una flecha del carcaj amarrado a su espalda. Con un movimiento habil, coloca la flecha con cola de pluma en su lugar y hace retroceder su brazo derecho para extender el arco mientras apoya la punta de la flecha sobre sus nudillos izquierdos. Flexiona los musculos definidos debajo de su camisa de algodon mientras apunta hacia el aire gelido, pero Nitta no dispara la flecha. Aun no. Con las orejas en alerta y el rostro concentrado, se desliza entre los arboles. Bo se agazapa levemente mientras avanza detras de ella, con los dedos cerrados sobre su cuchillo, listo para lanzarlo. Busco con manos enguantadas y torpes mi propia daga en mi cintura. Es un cuchillo de hoja corta y simple: uno que les sobraba a los demas. Lo sujeto con fuerza y sigo a los hermanos, haciendo un gran esfuerzo por seguir el sendero que han creado con sus pasos precisos. Mi piel cosquillea de incomodidad. Algunas veces creo ver movimiento: no delante donde Nitta y Bo avanzan en medio del paisaje invernal, sino en la periferia de mi vision. La silueta sombria de algo grande y... no humano. Pero cuando miro, no hay nada. Solo rafagas grandes de copos de nieve brillantes. Viento frio, nubes de aliento y silencio profundo, ahogado por la tormenta de nieve. Nitta y Bo ahora avanzan mas rapido. Aunque me esfuerzo al maximo por seguirlos, la distancia entre nosotros comienza a crecer. Por delante, Nitta se gira abruptamente y nos guia sobre una colina escarpada; veo el resplandor de una cascada congelada a nuestra derecha. Mi aliento dibuja nubes gruesas mientras intento seguirlos... y luego mis pies se topan con un saliente rocoso debajo de las rafagas de nieve. Con un grito, caigo de cara a la nieve. Acumulaciones de hielo me muerden la piel, las gotas derretidas caen por los laterales de mi bufanda. Con una mueca de dolor, me pongo de rodillas y comienzo a quitarme la nieve del rostro y el pelo cuando percibo movimiento detras de mi. Una voz, liviana como una pluma, pero tan profunda como los huesos de los dioses y los terremotos, aparece en el viento. Te he encontrado. Algo frio que nada tiene que ver con la nieve rueda sobre mi columna. En un instante, su rostro aparece en mi mente. Cuernos marcados, decorados con oro, puntas afiladas como cuchillos. Un rostro delgado y apuesto, facciones bovinas mezcladas inmaculadamente con la forma humana. Una sonrisa arrogante y satisfecha. Y esos ojos... sus iris de ese azul artico limpio y transparente que recuerdo sentir como me atravesaban incluso ahora. Mas de dos semanas desde aquella noche, desde el instante en que hundi una daga en lo profundo de su garganta y le quite la vida. El Rey Demonio. Te he encontrado. Agazapada en la nieve, me giro con mi cuchillo en alto entre mis dedos temblorosos, mi corazon late con fuerza contra mis costillas. Pero el bosque esta vacio. Los arboles se yerguen altos, como centinelas silenciosos en medio de la escarcha. La sangre me sube a los oidos. Miro de nuevo en todas direcciones, los escalofrios aun recorren mis brazos y mi nuca a causa de esa voz. Habia parecido tan real. Tan cercana. Cuando me pongo de pie para continuar siguiendo a Nitta y a Bo, no hay rastro de ellos. Estoy sola. Luego, contengo el aliento. Porque, tal vez, no lo estoy. Aunque es imposible que haya oido las palabras del rey, el movimiento que he percibido y la sensacion de que alguien nos observa pueden deberse a que nos estan siguiendo. No es el fantasma del rey muerto, sino uno de sus soldados o guardias de elite. Por ese motivo Wren y los otros me han prohibido salir del templo todo este tiempo. Sabemos que es solo cuestion de tiempo hasta que nos encuentren, si es que aun no lo han hecho. Han pasado mas de dos semanas desde el ataque en el palacio la noche del Baile de la Luna. Mas que tiempo suficiente para que ellos nos hayan rastreado, incluso hasta nuestra ubicacion remota aqui, en las montanas del norte. Mas que tiempo suficiente para esperar fuera del templo, donde nos hemos escondido con magia protectora. Para esperar hasta que partamos a nuestro proximo destino, o hasta que yo me vuelva estupida y lo bastante imprudente para desobedecer la orden de permanecer oculta. Exactamente lo que he hecho hoy. Una alarma cobra vida en mi cabeza y en el mismo momento mas movimiento (real esta vez, junto a jadeos y el crujir de la nieve rota) aparece delante, en lo alto de la colina. --!Lei! --El grito de Nitta atraviesa la tormenta de nieve, agudo por el panico--. !Corre! Justo en el momento en el que una silueta descomunal salta en mi camino y emite un rugido que me hiela la sangre.

  • Rosa del Mar de Amylynn Bright

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    Cuando el barco de Rosalia se hunde durante una horrible tormenta, ella esta completamente segura de que jamas vera de nuevo a su prometido.

  • Antologia de relatos romanticos. Navidad 2019 de Varios Autores

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    Querida lectora: De nuevo ponemos en tus manos una coleccion de relatos de Navidad creada por autoras y autores de Selecta. Cada uno de ellos narra un romance acontecido en esta magica y entranable epoca del ano y lo protagoniza un personaje secundario de alguna de las novelas que puedes encontrar en nuestro catalogo. Es posible tambien que alguno de nuestros autores haya querido regalarte una escena navidena de los protagonistas de su libro para que vuelvas a saber de ellos. Esta Antologia de relatos navidenos es un obsequio a las miles de lectoras de Selecta que cada mes se entusiasman con nuestros titulos. Me consta la ilusion, el empeno y el infinito carino que han puesto todas las personas que han participado en la creacion de cada historia, pues ademas de escribirla con la dedicacion y el amor con que lo hacen siempre, han puesto su corazon al preparar este regalo en exclusiva para ti. Ojala que con este aperitivo te apetezca leer las novelas de los autores a los que, con la presentacion de su narrativa que es el relato que aqui encontraras, aun no conocias. Espero que disfrutes y que te emociones con cada pagina de esta recopilacion. Escritoras, escritores y quienes formamos parte de Selecta te deseamos una muy feliz y romantica Navidad 2019. Lola Gude Editora de Selecta Erase una vez… Ana Alvarez Despues del reencuentro en la facultad de derecho en Sevilla, Maika habia vuelto a retomar el contacto con sus antiguos companeros. Crearon un grupo de WhatsApp al que llamaron <> y raro era el dia en que no intercambiaban algun mensaje. Por eso se sorprendio cuando aquella tarde recibio una llamada de Carlos. Habia pasado mas de un mes desde el encuentro y penso que la propuesta para tomar un cafe o una copa se quedaria en un proposito, de esos que siempre se dicen y nunca se cumplen. --Hola, Carlos --saludo. --Hola. ?Como estas? --Bien. ?Y tu? --Podria responderte lo mismo, pero eso haria esta conversacion convencional e intrascendente. --?No estas bien? --Digamos que no estoy mal, pero podria estar mejor. --?Que te ocurre? Espero que no sea algo grave. --No. Solo he tenido que salir del pais por motivos de trabajo durante varias semanas. Eso me ha impedido llamarte antes. --Ah. De repente no supo que responder. ?Carlos trataba de decirle que no estaba bien porque no habia podido llamarla? --Seguro que creias que habia olvidado la invitacion a tomar un cafe que te hice en Sevilla. --No he pensado mucho en ello, la verdad. Son cosas que se suelen decir y lo vas posponiendo, hasta que ya parece ridiculo realizar la llamada. --No es mi caso. Estoy muy decidido a retomar el contacto contigo. Me ha contrariado mucho este viaje urgente que ha pospuesto mis intenciones. --Bien, ya estas de vuelta. --Asi es. Y para compensarte por la tardanza, ?que tal si en vez de a cafe te invito a cenar? Una sonrisa afloro a su boca. --Me parece bien. ?Cuando? --?Esta noche? --?Hoy? Si que tienes prisa. --Quiero recuperar el tiempo perdido. --Un mes no es tanto tiempo --rio divertida. --Depende de como se mire. --De acuerdo, esta noche. ?Donde? --?Conoces Ginkgo, en Plaza de Espana? --He oido hablar de el. --Pues, si te parece, nos vemos alli a las nueve. ?O prefieres que te pase a recoger en algun sitio? --No, me reunire contigo en la puerta. --Hasta luego entonces. *** Pasaban unos minutos de la hora cuando Maika bajo de un taxi en Plaza de Espana, profusamente iluminada con la decoracion navidena. Un leve vistazo a su alrededor le basto para verlo, de pie en la puerta. Una radiante sonrisa le iluminaba el rostro cuando se acerco hasta ella y la beso con efusividad en ambas mejillas. --Has sido puntual --dijo el. --Hace frio, no hubiera estado bien hacerte esperar. --Se esperar cuando hace falta --afirmo con una sonrisa--. ?Subimos? --Si. Le poso una mano en la cintura, guiandola hacia el ascensor. Maika sintio el leve contacto a traves del abrigo, como si el calor de la piel traspasara la tela. Miro la cara sonriente de su antiguo companero de estudios y no vio al estudiante desalinado de entonces, sino a un hombre maduro y muy atractivo. La edad habia mejorado su aspecto en vez de pasarle factura. Llegaron a una mesa ya reservada, desde la que se divisaba una vista espectacular de Madrid. El restaurante rebosaba clase y elegancia, y no tuvo dudas de que era un sitio fuera de lo comun. --Intuyo que hoy no cenaremos hamburguesas con sabor a carton. --Puedes apostar a que no. Esta es una ocasion especial, y se merece una comida y un escenario acorde a la importancia del momento. --?Por que especial? --Porque es la primera vez que salimos solos tu y yo --dijo Carlos clavando en ella una mirada cargada de intenciones--. Y espero que no sea la ultima. --?Nunca salimos juntos en el pasado? --No. Puedo afirmarlo. --?Como estas tan seguro? --Porque me acordaria. Nunca hubiera olvidado una cita contigo. Los ojos marrones se oscurecieron mas, y ella sintio una corriente calida recorrerla entera. <>, se dijo mientras tomaba un sorbo de vino. Pero no lo era. Era un hombre que le estaba haciendo sentir mariposas en el estomago con solo mirarla. --Entonces --alzo la copa en un brindis, a pesar de que ya habia bebido unos sorbos--, por nuestra primera cita. --Por nosotros --anadio el. Les sirvieron la comida, pero le costaba disfrutarla del todo. Unas sensaciones largo tiempo olvidadas se estaban apoderando de ella, porque Carlos no se molestaba en disimular que aquella cita no era precisamente amistosa, y tanto con sus palabras como con su actitud le dejaba muy claras sus intenciones. Y ella no tenia ganas de salir corriendo, como habia hecho otras veces cuando un hombre se le insinuaba. Durante anos, su fracaso matrimonial la habia impelido a huir de las relaciones, a disfrutar de su libertad y de su independencia, pero algo en la insondable mirada del hombre que se sentaba enfrente la atraia como un iman, y supo que se dejaria arrastrar a donde la llevara. Carlos la observo titubear durante un momento y posar la copa sobre la mesa. --?Te sientes incomoda por mis palabras? --pregunto. --Estoy un poco sorprendida, eso es todo. Esto… --ella senalo a su alrededor--, no es una cena entre amigos, ?verdad? --Maika --dijo con firmeza, agarrandole una mano sobre la mesa--, esto es lo que tu quieras. Ya no somos crios y, al menos yo, se muy bien lo que deseo. Estuve enamorado de ti durante toda la carrera, pero tu comenzaste a salir con Javi, y ni siquiera te insinue mis sentimientos. Ahora te he vuelto a encontrar y eres libre; los dos lo somos, y mi corazon ha vuelto a latir mas fuerte al verte. La chica reivindicativa, feminista y atrevida que me enamoro se ha convertido en una mujer preciosa, y no tengo dudas de que igual de reivindicativa, feminista y fuerte. Se que ha pasado mucho tiempo y no somos los mismos de entonces, aunque me volveria a enamorar de la mujer que eres ahora sin ningun esfuerzo; pero, insisto, si tu solo quieres amistad, es lo que tendremos. Eso si, no dejare que perdamos el contacto de nuevo. La vio afrontar su mirada con valentia. --Debo confesar que yo no reconozco en ti al joven de antano. Pero aquel chico no me atraia y no puedo decir lo mismo del Carlos de ahora. No se si estoy preparada para una relacion, no me he planteado volver a estar con nadie en serio despues de mi divorcio, y te mentiria si te dijera que la idea no me asusta. Pero ahora, mirandote a los ojos, se que quiero correr el riesgo. Dejo aflorar una sonrisa y apreto la mano aun mas. Los dedos femeninos se aferraron a los suyos por encima del mantel, transmitiendo sensaciones por todo su cuerpo. Si, se enamoraria de ella de nuevo, estaba seguro. Si es que alguna vez habia dejado de estarlo. --No te presionare. Seguiremos viendonos y que sea lo que tenga que ser. ?Te parece? --Si. Terminaron de cenar envueltos en un halo de euforia, A traves de las amplias cristaleras vislumbraban las luces navidenas que decoraban la plaza y las calles aledanas. Despues de los postres, Carlos propuso tomar una copa, pero era tarde y Maika sentia una especia de vertigo en su interior, como si se estuviera precipitando por un tobogan muy alto que ignoraba donde la llevaria. --No quiero beber mas, con el vino ha sido suficiente para mi. Manana tengo una reunion importante y necesito la mente despejada. Mejor damos un paseo hasta una parada de taxis. --De acuerdo. Tras pagar la cuenta, que Carlos insistio en abonar a pesar de las protestas de su invitada, salieron a la fria calle. Echaron a andar uno junto al otro, como habian hecho muchos anos atras. De nuevo acompasaron el paso, adaptandose uno al otro, como si el tiempo no hubiera transcurrido. --?Que planes tienes para Navidad? --pregunto el. --Nochebuena la pasare con mi familia. Para Nochevieja no tengo planes. Tal vez vaya a casa de unos companeros de trabajo, pero aun no lo he decidido. ?Y tu? --Una de las dos celebraciones la pasare en Francia con mi hija Nicole, pero la otra estoy disponible. Puedo ir en Nochebuena y volver para Nochevieja, si te apetece que hagamos algo juntos. Por un momento el corazon de Maika se paro. --?Algo como que? --Por su mente giraron infinitas posibilidades para comenzar el ano. --Pues, tomar las uvas en la Puerta del Sol, como muchos madrilenos, y despues… improvisamos. --Me gusta eso de improvisar. De acuerdo, si a tu hija no le importa, reservame la Nochevieja. Habian llegado a la parada de taxis, pero ninguno tenia ganas de irse. Continuaron parados en medio de la acera de Gran Via charlando de trivialidades durante mas de quince minutos. Al fin, la gelida temperatura reinante les hizo moverse. Antes de acercarse al primer vehiculo de la fila, Maika se volvio y clavo en el unos ojos traviesos. --?Vas a dejarme ir asi? --?Asi como? --Sin intentar besarme. --?Quieres que lo haga? --pregunto esperanzado. --En realidad, no. Prefiero besarte yo. Se acerco despacio y, alzandose un poco sobre los altos tacones, rozo con mucha suavidad los labios masculinos. Los brazos de Carlos se cineron a su cintura y profundizo el beso. De pronto todo desaparecio a su alrededor: la calle, los viandantes y el frio. Solo el resplandor de las luces se filtraba a traves de los ojos cerrados. Despues de una eternidad, se separaron y se miraron a los ojos. --Tengo que irme. El asintio. --Nos vemos en Nochevieja. --Que sepas que entonces te besare yo. --Me parece bien. --Esbozo una sonrisa y entro en el taxi. Carlos permanecio de pie en la acera viendo como se alejaba, y sintiendo aun en sus labios el sabor de esa boca tanto tiempo deseada. Los personajes pertenecen a la novela ?Solo amigos? https://www.megustaleer.com/autor/ana-lvarez/0000104205/ La despedida Ana Castellar Era la ultima tarde que pasaba en aquel trabajo. Era limpiacristales en un gran edificio de oficinas. Aquella tarde estaba vacio, la proximidad de la Nochebuena habia hecho que la gente saliese muy pronto ese dia. En es momento, despues de muchos malos trabajos, habia conseguido otro en una ciudad diferente, donde iba a ser fijo, con un mejor salario y con el mismo horario todos los dias, ya no tendria que estar de un turno a otro sin un sueldo cada mes. Esa tarde la volvio a ver cuando el pasaba a recoger su material de trabajo. Ella, tan bella como siempre, sentada en su silla, trabajando en su ordenador. No lo habia saludado, estaba concentrada en la pantalla del computador y el no quiso molestarla. Salio a la calle y fue a una cafeteria cercana a la que solia ir despues del trabajo. Hacia frio, y se dio cuenta de que era ese momento o nunca para invitarla con algo caliente. Cogio dos cafes y dos magdalenas, que la gente llamaba cupcakes o muf ins, y volvio al edificio, recorrio otra vez el largo pasillo que lo llevaba hasta el rincon donde ella tenia su mesa. --Hola --susurro nervioso. --Hola --le contesto ella, sonriente. --Te invito a merendar, me fije que hoy no tenias tu termo encima de la mesa, y hace mucho frio. --?Es para mi? --pregunto sorprendida. --Para los dos, si me dejas sentarme aqui contigo. --Si, claro, a estas horas no hay nadie, podemos estar tranquilos, pero no quiero retrasarte en tu trabajo. --Ni yo en el tuyo, sera rapido. --No, tranquilo, el mio ya esta hecho, solo estaba esperando que diera la hora para irme. Ella cogio el cafe y lo destapo, no le gustaba beber con la tapa de plastico, ya se habia manchado alguna vez. El le acerco la magdalena, y ella sonrio con la inocencia de una nina. --Me has alegrado el dia --le dijo el deseando decirle que le habia alegrado todos los viernes de los ultimos dos anos. --Que dices, tu eres el que me lo ha alegrado a mi, creo que eres uno de los pocos que me ve en este sitio. --Lo mismo digo. --Y levanto su cafe para brindar. Los dos sonrieron, llevaban viendose todos los viernes a la misma hora. El pasaba y la saludaba con un timido <> que ella recibia alegre, y poco mas. Habian intercambiado algo sobre el tiempo, si se iba de vacaciones, que bien que habia vuelto. --Me voy --le dijo el. --Pero si no has acabado. --Me voy de esta empresa, me ha salido un trabajo fijo en otra ciudad y ya no estare aqui el proximo viernes, por eso me he atrevido a esto, si no, no me hubiese atrevido nunca… --Pasarian los viernes, las semanas y los dos seguiriamos con nuestras rutinas. Los dos se miraron. --Me alegra mucho que lo hayas hecho, yo alguna vez tambien he pensado en invitarte algo, decirte algo, pero me daba verguenza. No sabia como empezar. El se rio. --!!Vaya dos!! --exclamo, y ella se rio con el. Estuvieron hablando unas horas hasta que sono su alarma, era el momento de irse y salir del trabajo. --Ya es la hora, ?nos vamos juntos? --le pregunto ella. El acepto, fue a recoger su material para dejarlo ordenado para su sustituto mientras ella entraba en el bano antes de marchar. En la puerta de aquel edificio, los dos se despidieron. Ella le dijo que deseaba que todo le fuera bien, y los dos se quedaron quietos sin atreverse a acercarse. Ella empezo a caminar y el se quedo viendo como se alejaba perdiendose entre la gente. El volvio el lunes a primera hora antes de partir a su nuevo destino, queria volver a verla, le habia comprado un pequeno detalle por Navidad. Camino hasta su mesa, pero no la encontro, su ordenador estaba apagado, quizas llegaba tarde. Miro su movil, ella estaba en linea, pero no se atrevia a mandarle un WhatsApp. Como le explicaria que habia guardado su telefono de una vez que habia escuchado como se lo decia a una companera. Ella pensaria que era un psicopata. Espero un rato, decidio acercarse a la mesa de unas companeras que estaban en otro recoveco y les pregunto por ella. Las dos se miraron. --Ella ha fallecido --le dijeron. El no se lo podia creer. --?Cuando? ?Como? --pregunto. --El jueves al salir del trabajo, un coche la atropello mientras ella esperaba para cruzar en verde, dicen que fue muy rapido, no sufrio, ni se entero. Todavia no nos lo creemos, es como si estuvieramos esperando a que llegue en cualquier momento. --No puede ser, yo estuve con ella aqui el viernes. No puede ser, esto es una broma de mal gusto, si no quiere saber de mi, ya esta, pero esto… --Tranquilizate, no es una broma, no ibamos a bromear con algo asi, ?por quien nos tomas?, y ella era una buena chica. Habras confundido el dia que la viste. El busco su movil y se los enseno. --Mira, tiene la foto de la magdalena que le compre el viernes, la puso en el WhatsApp y pone lo mejor del dia con muchos emoticonos, sonriendo. --Si, lo subio por su cumple, se lo compramos nosotras, nos enteramos por casualidad y quisimos tener un detalle con ella, y le encanto. --No puede ser. --El se acordo de cuando ella habia entrado al bano. <>, recordo el, esas luces se encendian con el movimiento. No se habia fijado hasta ese momento. --Si quieres, te doy el numero de sus padres y puedes hablar con ellos. --La chica apunto lo en un post-it y se lo dio--. Lo siento, no sabia que erais tan amigos. El se fue dandole vueltas a lo que le acababa de suceder, tenia el telefono de sus padres, pero no sabia si llamar. Una mano le toco la espalda. --Perdona. --Si. --No se como decir esto sin estar loca. Esta manana, cuando venia hacia aqui, yo…, venia hacia aqui y… me parecio verla de lejos, sonriente, con su bufanda blanca que la hacia mas bajita de tantas vueltas que le daba, y, cuando me sente en mi mesa, vi un CD con un lacito y una nota: <>. Me habia hablado de ese cantante y sabia que hoy es mi cumpleanos. Ese CD no estaba el viernes por la manana cuando me fui, estoy segura de ello. No se que ha pasado, esto es muy raro. Los dos se quedaron en silencio. El salio del edificio sin decir nada, no entendia nada de lo que habia pasado. <>, se pregunto. Estaba muy confundido. Decidio seguir con sus planes, empezar su nueva vida en una nueva ciudad. Termino de hacer las maletas y cargar su furgoneta con ellas. Se sento en el asiento del conductor y se quedo unos minutos alli. Estaba muy nervioso con todos los cambios que se le avecinaban. Arranco el coche y puso rumbo a su nueva vida, no sin antes volver a pasar por el lugar donde ella trabajaba. Todavia era muy pronto y la ciudad apenas estaba amaneciendo. Y alli la vio subiendo por el parque camino a su trabajo. Paro el coche, bajo y corrio para alcanzarla. El grito y ella se giro, le sonrio y se despidio con un gesto con la mano. El se quedo alli parado, mirandola quieta y sonriente. Un coche toco el claxon y el se giro, habia dejado la furgoneta en medio de la carretera. Se volvio a dar vuelta rapidamente, buscandola, pero ella ya no estaba. El sonrio, ya se habian despedido, ya nada lo retenia en esa ciudad.

  • La bruja Leopoldina y otras historias reales de Miguel Delibes

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    Este libro reune los relatos incluidos en Mi vida al aire libre y Tres pajaros de cuenta, y un cuento inedito hasta la fecha, un relato escrito y dibujado de la mano del mismo Miguel Delibes en su epoca de juventud que habia permanecido guardado en los fondos de la Fundacion que lleva su nombre.
    Con motivo de este inesperado hallazgo editorial, editamos bajo un mismo volumen todos sus relatos autobiograficos, en los que descubrimos la esencia de uno de los autores mas leidos de las letras espanolas todavia a dia de hoy. El autor de obras tan conocidas como El camino, Los santos inocentes o Cinco horas con Mario fue un gran amante de la naturaleza, de los deportes, de la vida al aire libre en general. En estos relatos descubriremos de la mano de Delibes la belleza del mundo natural, y el placer de disfrutar de ella a traves de la observacion, el paseo y el deporte, que permiten que el ser humano conecte con la tierra.
    Un libro imprescindible para todos los delibianos y para todos aquellos que no conociendo suficientemente la obra de este gran escritor quieran acercarse al mundo que lego a sus lectores. Un mundo cercano a la tierra, conectado a ella a traves de sus palabras, y que ha inspirado y sigue haciendolo a tantos escritores y lectores.

  • Conquistada (Soul Circus 1) de Nisha Scail

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    Sacada a la fuerza de su casa y depositada sobre la acera de su edificio con nada mas que lo puesto, Helena supo lo que era vivir una pesadilla. El hombre con el que llevaba viviendo desde hacia mas de un ano, se habia esfumado llevandose todo lo que tenia y la habia dejado en la calle con una desorbitada cantidad de deudas.

  • Un corazon en Nolita (American Girls 4) de Estrella Correa

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    Adoro Nueva York. Me gusta mi vida y no deseo cambiarla. Vivo en un piso compartido con dos amigas que son mis almas gemelas. Nos conocimos en la universidad y desde entonces no nos hemos separado, incluso hemos pasado algun dia de Accion de Gracias juntas. La casa no es gran cosa, pero la propietaria nos cobra un alquiler muy bajo para estar situada en Nolita, un barrio de Manhattan. Los muebles los hemos comprado nosotras. Y me refiero a que los recogemos de la calle (la mayoria), les hacemos unos arreglos y los pintamos. Quedan como nuevos y nos salen bastante baratos. Mi cuenta bancaria no esta dotada con muchos ceros y trato de sobrevivir trabajando como fotografa en eventos que me van saliendo mientras termino un master de Comunicacion Audiovisual en la Universidad de Nueva York. --Ava, ?has terminado? --Escucho a Sophia aporrear la puerta del bano. --!Cinco minutos! --grito buscando una toalla y tratando de no resbalar por el suelo mojado. Soy muy propensa a los accidentes--. !Hay otro bano! --informo. --!Y otra pesada como tu que tarda una hora en ducharse! --chilla. Me cubro el cuerpo y limpio el cristal lleno de vaho con la mano. Tengo las mejillas sonrosadas y la piel al completo demasiado roja. Me gusta el agua caliente. Mia dice que un dia de estos salgo del bano con quemaduras de tercer grado. Cojo el cepillo y peino mi cabello castano claro. <>, pienso, cuando veo que casi me llega por la cintura. --Cuanto estres, chica --reprocho a Sophia que me mira con cara de pocos amigos y un cafe en la mano cuando por fin abro la puerta. --No puedo llegar tarde otra vez al trabajo. Estan a esto --hace una senal con los dedos-- de prescindir de mi buen hacer y sabiduria. --Querras decir que te van a poner de patitas en la calle porque no has querido acostarte con el jefe. --Me da el cafe que me ha preparado. --No me lo recuerdes. Deberia haberlo hecho. Ahora no estaria pensando que quizas no tenga para pagar el alquiler el proximo mes. --Fuerza una sonrisa y me da con la puerta del aseo en las narices. Me encuentro con Mia en el salon tras vestirme. Nota: ella prefiere muebles caros porque puede permitirselo, pero nos respeta y nos deja vivir como hijas de obreros. Tiene un movil en cada mano y escribe en los dos a la vez. Ella es asi. Y su trabajo requiere todo su tiempo y su vida. Es broker. La mujer broker mas joven de Nueva York. Y la mas guapa. Y la mas rubia. Y la mas alta. Y la mas delgada. Y la mas envidiada. --No se como consigues hacer eso --indico mientras me pongo una chaqueta de cuero camel.--Con mucha practica. --Ni me mira y sigue tecleando, concentrada en sabe Dios que. Yo sumo dos mas dos y me explota el cerebro. --?Te vienes? --Tengo reunion. Viene un coche a buscarme. --Que nivel, chica. Quiero un jefe como el tuyo. --Mi jefe es un estirado. Y un gilipollas --apunta. --Pero envia limusinas a recogerte. --La observo detenerse frente a nuestra ventana. Hace un chasquido con la lengua y se queja. --Me la suda la limusina. --Mia es la mas rubia y la mas guapa del distrito financiero, pero tambien la peor hablada--. Tengo que irme. --Me da un pequeno abrazo y sale corriendo. --?Que planes tienes hoy? --Sophia se cuelga el bolso, tambien lista para ir al trabajo. --Me paso por la universidad y despues tengo una sesion de fotos en Central Park. --?Quedamos para comer entonces? --Ella trabaja como secretaria de direccion en la Quinta Avenida. --No se si me dara tiempo. Te llamo y hablamos. --Ava, tienes que comer. Estas muy flaca. --Soy de constitucion delgada --me quejo. Siempre estan con la misma cantinela. Mi familia es asi, mi madre y mi abuela tambien soy muy delgadas. Me ahorro el discurso porque ya lo sabe y no voy a repetirme. Por cierto, tengo que ir a visitarlas este fin de semana, es el cumple de mi abuelo y, aunque fallecio hace mas de diez anos, nosotros le seguimos celebrando el cumpleanos. Una tradicion familiar un poco macabra. Cosas de familia descerebrada. --!Auu! --Me doy un golpe en la cabeza con una puerta del mueble abierta cuando voy a guardar las galletas. --El primero de hoy. A ver si superas tu record. --Mi amiga y companera se refiere a mi aficion por los accidentes, grandes y pequenos, y el listado de ellos es interminable y diario. Como si fueran un iman para mi. Mis padres cuentan que de pequena un perro me mordio el dedo. Hasta ahi la historia parece normal, no obstante, cambia al relatar que tropece y mi mano cayo dentro de la boca del canino, que se asusto y me mordio. Pues como esto, casi todo en mi vida. Me paso por la universidad y hablo con mi tutor de master sobre las practicas de este que empezaran dentro de un mes. El senor Patynson goza de una paciencia conmigo que temo que termine algun dia. Se parece un poco a mi padre, con facciones duras y barba canosa. --Estoy deseando empezarlas, senor Patynson. Me he esforzado mucho para que mis notas no bajen de matricula de honor. --Senorita Jones, se que no va a defraudarme. --Me da dos palmaditas en el hombro antes de marcharme y correr hasta la boca de metro. Voy demasiado tarde y los nervios comienzan a apoderarse de mi. Trato de relajarme escuchando un poco de musica con la ayuda de mis iPod porque, total, el metro no va a ir mas deprisa porque yo me ponga a llorar ahora. Y estoy a punto, ojo. No puedo perder este trabajo. Con lo que van a pagarme puedo cubrir mi parte del alquiler durante cuatro meses y eso incluye diciembre y los regalos de Papa Noel. Tengo un sobrino putativo (soy hija unica) de tres anos que no entenderia que el "Abuelo Rojo", como lo llama el, no deje un presente en mi casa, por muy pobre que sea. Tarareo la cancion mirando la hora en mi iPhone cada cinco segundos: With or without you de U2. Veo la piedra fija en tus ojos. Veo la espina torcerse. Te espero. Hechizado y con la suerte torcida. En una cama de clavos ella me hace esperar. Y espero sin ti. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. A traves de la tormenta alcanzamos la orilla. Tu lo das todo pero yo quiero mas. Y te estoy esperando. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. No puedo vivir. Contigo o sin ti. El set de rodaje esta listo. Grabaran algunas imagenes para el anuncio y yo me encargare de la fotografia antes y despues de la filmacion. Desde lejos compruebo el jaleo que se ha montado alrededor del equipo y, como voy concentrada en no tropezar (que es lo que normalmente ocurre) no me percato de que el brazo fornido y peludo de un miembro de la seguridad privada me detiene en seco poniendo su mano (de dimensiones descomunales) entre mi pecho y mi cuello. --?Adonde cree que va? --Disculpe, senor. Vengo a trabajar. --Contesto tras unos segundos de desorientacion. Pero ?quien se cree este hombre montana para tocarme y casi ahogarme? --Identificacion. --?Que? --No le veo la identificacion. <>. --Se me ha olvidado. --Pues me temo que no puedo dejarla pasar. --Escuche, llego ya --miro mi reloj rojo de muneca-- tres minutos tarde y no puedo permitirme perder este trabajo. --Sigo con la cantinela, ahora en voz alta. --Ese no es mi problema --contesta categorico. ?Queeee? --Ni el mio que usted viva amargado. ?Ha visitado el bano hoy? No sabria explicar mi respuesta, lo que si puedo describir la suya y basicamente se le salen los ojos de las orbitas; parecen dos globos a punto de estallar. Desde luego no se esperaba que la chica delgadita le contestara de esta manera. <>, pienso, hasta que contesta y corta mis pensamientos, que anotaban retirar el sofa y limpiar con ahinco debajo en cuanto pudiera. --Mire, senora, o se va de aqui o... ?Me ha llamado senora? Por favor, que tengo veinticinco anos. --?O que? --!Me ha llamado senora! --O la saco a la fuerza. Cruzo los brazos, clavo los pies al suelo y arrugo el entrecejo al que acompano de una cara desafiante. Esta a punto de cogerme en brazos y echarme de alli cuando uno de mis companeros me reconoce y llega para salvarme del monstruo peludo y ojos de pez globo. Y no es que necesite que un hombre me salve; es que Robert es el que me contrato. Tiene muchos contactos y me encuentra muchos trabajos. Merece que se lo agradezca. --!Ava, Ava! --grita en mi direccion. El osado y estrenido seguridad lo mira y se detiene. --Robert, por favor, ?puedes decirle que tengo permiso para entrar aqui? --?Y tu identificacion? Pongo los ojos en blanco. <>. --La olvide. Me agarra de la mano y tira de mi hacia el set. Yo miro hacia atras con fingida sonrisa y le hago la senal del pajarito a mi no amigo. Por supuesto, Robert no se percata del asunto. --Llegas tarde --me sermonea. --Solo dos minutos y ha sido por culpa de ese hombre. --Un hombre que solo hace su trabajo. Y han sido siete. Caminamos hasta donde el catering sirve el desayuno, uno muy completo. --?Eres mi jefe? --Ava, cuento contigo siempre, no puedes fallarme. --Llevas razon... --reculo. --Y el jefe ya te hubiera echado. Sirvete un cafe, yo vuelvo en unos minutos. --Tanta prisa, tanta prisa... --me quejo en susurros cuando un chico guapisimo se sirve un te junto a mi. 2 Tengo un iman para los problemas, para tropezar delante de todos o sola, darme golpes por todo el cuerpo (soy torpe y lo acepte hace mucho) y para que los chicos guapos se acerquen a mi sin intenciones ocultas; quiero decir que tengo amigos muy guapos, sin embargo ninguna de mis parejas han sido de revista. Sophia y Mia argumentan que mi gusto se caracteriza por ser muy peculiar en todos los sentidos y... bueno, no se si llevan razon, pero no se equivocaron con mi ultima pareja; me tenia absorbida. --Buenos dias --me saluda con educacion. --Buenos dias. --?Un bagels? --No me gustan, gracias. Pone cara de asombro y yo encojo los hombros. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustaran los bagels. --Estan demasiado dulces. --Los hay salados. --Estan demasiado salados. Sonrie y le da un sorbo a su te de color rojo. --?Eres la fotografa? Dirige la mirada hasta mi bolsa que he dejado en el suelo junto a mi. --?Eres el modelo? --?Tanto se me nota? --Nadie se levanta con esa ropa y ese peinado. --No va vestido con nada del otro mundo y el pelo, aunque demasiado brillante, es muy normal. Es obvio que no quiero decirle que es tan guapo que parece de mentira. Estoy a nada de pellizcarle y comprobar si no es una aparicion estelar--. Supongo que ya has pasado por chapa y pintura. --?Perdona? --Casi escupe el te que retira de su boca con rapidez. --Que peluqueria y vestuario ya ha realizado su trabajo. --Llevo aqui desde las cinco de la manana. --Me da la impresion de que se queja. Y con razon, son mas de las nueve. --Pues deberias tomarte un cafe. --No me gusta el cafe. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustara el cafe. --Lo parafraseo. --Esta demasiado acido. --Siempre puedes echarle azucar. --Da otro sorbo y no contesta--. No me digas. No tomas azucar. Niega con la cabeza. --No se como puedes vivir sin azucar. --Soy propenso a engordar. ?Engordar? Lo miro de arriba abajo y tengo que disimular lo que realmente quiero decirle, que es: !pero si estas mas bueno que el pan! --No siempre he sido asi. --Me lee la mente y se explica. No me lo imagino de otra manera. Mi telefono suena dentro del bolsillo de mi pantalon vaquero.