• libro la mujer del enterrador - Amanda Clark

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    El inspector Enzo Barese recibe una inquietante llamada la noche de fin de ano. Han asesinado a una joven en el bosque del pequeno pueblo de Lagarza. Cuando llega a la escena del crimen, enseguida se percata de que no se trata de un asesinato corriente, sino lo que parece la obra de un asesino en serie.

  • La mujer del enterrador : Clark, Amanda, Pasport, E. - Amazon ...

    https://www.amazon.es/mujer-del-enterrador-Amanda-Clark/dp/1077684312

    La mujer del enterrador : Clark, Amanda, Pasport, E.: Amazon.es: Libros.

  • LA MUJER DEL ENTERRADOR - AMANDA CLARK | Alibrate

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  • La mujer del enterrador by Amanda Clark | Goodreads

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    2 jul 2019 — La mujer del enterrador ... No hay nada que me dé más coraje que llegar al final de un libro y ver que dice:"continuará".

  • Libro La Mujer Del Enterrador (spanish Edition), Amanda Clark

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    Libro La Mujer Del Enterrador (spanish Edition), Amanda Clark; E. Pasport, ISBN 9781077684317. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • La mujer del enterrador - Amanda Clark - Debeleer.com

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    PDF • Descargar Libros Gratis ... La mujer del enterrador – Amanda Clark ... Frente a ella se hallaba el cadáver de una mujer joven, que yacía boca arriba ...

  • La mujer del enterrador (PDF) - Amanda Clark - LianKas ...

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  • La Mujer Del Enterrador De Amanda Clark Pdf - Mercado Libre

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    Libro en formato digital PDF, EPUB o Mobi (El numero de paginas puede variar según el formato elegido) - La mujer del enterrador de Amanda Clark

  • Libros relacionados con “La mujer del enterrador ... - Bookmate

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    Los mejores libros relacionados con “La mujer del enterrador”: El secreto del boticario. ... Avisarme cuando se agregue el libro. Opinión.

  • Lagarza, nº 1 - Más que ropa

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    1 may 2020 — Por purita casualidad, al calificar mi último libro de kindle, éste me recomendó "La mujer del enterrador" de Amanda Clark.

  • El secreto del boticario de Amanda Clark

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    Ano 2018. Paola Godoy es una joven periodista que trabaja desenmascarando a farsantes que aseguran tener cualidades paranormales. Cuando le asignan investigar a Lorenzo Santillan, un famoso hipnotista, no imagina que su vida dara un giro de ciento ochenta grados. Unos extranos recuerdos afloraran desde lo mas profundo de su mente.

  • Una semana de siete lunes de Jessica Brody

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    SI TUVIESES LA OPORTUNIDAD DE EMPEZAR DE CERO, ?LA APROVECHARIAS?
    Ellison Sparks descubre que esta reviviendo una y otra vez el mismo lunes de pesadilla. Cualquier otra adolescente hubiese optado por volverse loca, pero Ellison lo ve como una oportunidad. La oportunidad de lograr que sus suenos se hagan realidad y, sobre todo, la oportunidad de recuperar a su novio.
    Pero, a pesar de sus esfuerzos, las cosas nunca salen como ella desea. ?Descubrira Ellie como arreglar este dia? ?O quedara atrapada en un lunes de pesadilla para siempre?

  • Sigilo de Ismael Martinez Biurrun

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    Fede ha sido contratado para vigilar las obras de un rascacielos condenado a demolicion por fallo estructural, cuando alguien se presenta con una oferta insolita: recibira una gran suma de dinero si deja que ciertas personas suban a la azotea la proxima medianoche. La suerte quiza este a punto de cambiar para una familia ensombrecida por la tragedia; en una remota autopista, su hermano Andres agota el ultimo cartucho de desesperacion tratando de extorsionar a un empresario, mientras la madre de ambos busca ayuda para liberarse de los fantasmas que la atormentan. El pasado de los tres regresa encarnado en un hombre llamado Coppel, nucleo oscuro donde confluyen todas las grietas de esta familia.

  • La Reunion de Meghan Hartley

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    !Caliente! !Torrido!

  • Diccionario amoroso del psicoanalisis de Elisabeth Roudinesco

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  • El cielo enjaulado de Christine Leunens

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    Johannes es un nino cuando Austria es anexionada al Tercer Reich y es seducido por la doctrina de Hitler. Sus padres no comulgan con el regimen, pero durante la guerra queda gravemente herido y se ve forzado a quedarse en casa. A las pocas semanas descubre que sus padre esconden a una joven judia, Elsa. Poco
    a poco Johannes acaba enamorandose de ella de un modo tan enfermizo que se convierte en su obsesion, y cuando la joven le confiesa que su amor no es correspondido ambos inician una extrana relacion de mutua dependencia. Al terminar la guerra, Johannes sabe que eso significa que perdera a Elsa, y para que eso no ocurra decide mentirle para retenerla para siempre. Empieza asi una relacion llena de secretos, mentirasy silencios que os acabara llevando a la locura.

  • Guardia de mi corazon (Ritmo cardiaco 2) de Larissa De Silva

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    No creia que el hombre de aspecto perfecto existiera. Sabia que no existia. Sin embargo, levante la vista de mis deberes y alli estaba, fuera de mi ventana, trabajando. No llevaba camisa, y sus abdominales estaban cincelados, y aunque su pelo se le metia en la cara, no queria nada mas que ir alli y besarle. No hice nada de eso. Lo mire, lo salude y espere que me devolviera el saludo. Nos conociamos desde ninos, y el siempre fue amable conmigo. Se habia ido durante el verano, y cuando volvio, se habia hecho alto, su espalda se habia ensanchado, y de repente tenia definicion en sus abdominales. Lo recordaba como el nino malhumorado con cinturones de taches y las camisas de manga larga debajo de las blancas sueltas. Ahora parecia que apenas salia de casa, y cuando lo hacia, siempre llevaba pantalones cortos cargo y poco mas. Parecia que solo salia de casa para hacer trabajo de campo, y aunque fuimos juntos a la escuela, ya no lo vi mas. No habia ninguna valla entre nuestras casas, lo unico que las dividia eran unos robles dispersos entre los limites de la propiedad. Habiamos plantado algunos juntos, cuando apenas eramos mas altos que las rodillas de nuestros padres. Asi era nuestra relacion. Habiamos estado muy unidos. Habiamos crecido juntos, a un tiro de piedra del otro. Cuando eramos mas jovenes, antes del verano, solia acompanarme a la escuela. Pasaba las tardes en mi casa, y hablabamos y jugabamos, y haciamos los deberes juntos. Nunca se sintio de otra manera que como deberia haber sido, asi que cuando dejo de venir, las cosas se sintieron mal. Se sentian mal. Nuestro primer beso habia ocurrido hace unos pocos veranos, tambien, y habia sido tan breve, y tan tonto. Me habia preguntado si queria intentarlo, si queria ver lo que se sentia. No habia sido magico. Habia sido practico, cientifico, divertido. Y luego no lo habiamos vuelto a hacer, y todo habia estado bien. Nunca habiamos hablado de ello. Lo intentamos, y nunca afecto nuestra amistad. Eramos ninos y pasabamos por un momento extrano de nuestra vida juntos. Pero siempre fuimos parte de la vida del otro. Eso era una certeza. Despues del verano, cuando dejo de venir, fue cuando las cosas empezaron a sentirse tan raras. Y en ese momento, ni siquiera me estaba saludando. Me estaba ignorando, dandome la espalda, y yo no podia evitar estar furiosa. Aunque no me hubiera visto, normalmente me saludaba, me buscaba. Sabia que no podria volver a mis deberes antes de aclarar las cosas con el, porque no iba a ser capaz de concentrarme. Necesitaba que me dijera como le habia ofendido, o que diablos habia pasado durante el verano que le habia hecho sentir que era mucho mejor que yo. Me levante, sali por la puerta lateral de mi casa, me salte los dos pasos de la entrada trasera y me acerque a donde estaba el, con los punos a los lados. Se alejo de mi hasta que practicamente tuve que correr para alcanzarle, mis chanclas se movian bajo mis pies. Sus piernas eran mas largas que las mias, y sabia que estaba tratando de conseguir estar lejos de mi. Fingia no oirme y yo no queria gritarle. No queria tener que exigir su atencion. Cuando finalmente llegue a donde estaba, puse una mano en su hombro y el levanto su cuello para mirarme. Sus ojos azul claro, que parecian crecer cada ano, se estrecharon. Se quito los auriculares de los oidos rapidamente, lo suficientemente rapido como para que pareciera que le dolia. “?Que quieres, Cicatriz?” Levante las cejas, tocando mi barbilla, donde estaba mi cicatriz. El tambien habia estado alli para eso, y sabia lo devastada que estaba cuando el corte no parecia desvanecerse. Ya no se me consideraba una chica particularmente guapa, y la cicatriz se sentia como si fuera la sentencia de muerte de cualquier belleza potencial que pudiera poseer mas tarde. “?En serio? ?Cicatriz?” “?Que quieres?” repitio, mirandome de arriba a abajo. “Quiero saber que diablos te pasa”, le dije con los dientes apretados. No queria llorar, pero mis sentimientos estaban heridos. Incline la cabeza hacia atras para que no pudiera ver mis lagrimas y me aclare la garganta para que pudiera mantener la voz. “Por que no puedes ni siquiera saludarme”. Se arrugo la nariz, se rizo el labio superior y revelo un diente. Sus auriculares colgaban alrededor de su cuello. “?Por que necesitas que te salude?” pregunto. “?Que quieres decir?” Pregunte, lloriqueando a pesar de mi. Intentaba mantener la cabeza en alto, pero estaba disgustada, a pesar de mi misma. “?Por que necesitas que te salude?” pregunto de nuevo, esta vez con los dientes apretados. “?Que quieres decir con que necesito que me saludes?” Me escuche a mi mismo preguntando. Las palabras sonaban extranas en mis propios oidos. Habia incredulidad alli. No estaba segura de como se suponia que debia sentirme al respecto, y el odio que salia de su boca, y la forma en que me miraba… todo me desequilibraba. Me estaba haciendo sentir nauseas. Queria preguntar mas, pero no me respondia. No iba a decirme nada. Venir aqui, pedirle una explicacion, no habia sido absolutamente inutil. Habia sido una idea terrible. El no queria tratar conmigo, y yo tenia que estar de acuerdo con eso. Me senti ridicula. No era un buen amigo, no lo habia sido durante un tiempo, y no me debia una explicacion. No me debia nada. Habiamos sido amigos una vez, pero ya no lo eramos. Lo habia dejado muy claro. No importaba lo que yo quisiera, por mucho que quisiera que fueramos amigos. Habiamos sido tan cercanos una vez, y ahora… Debo haberlo mirado demasiado tiempo, porque se burlo de mi, sus ojos azules helados se veian aun mas brillantes y claros a la luz del sol. Con su cara retorcida asi, no se veia tan atractivo como desde mi ventana. “?Por que estas tan necesitada, Cicatriz?” pregunto. Era mi turno de burlarme. No queria llorar; todavia estaba herida y no sabia si iba a ser capaz de detenerme. Sacudi la cabeza, consciente de que era poco probable que obtuviera una respuesta directa de el, y me prepare antes de volver a mi casa. Antes de que pudiera alejarme de el, me agarro la muneca y me impidio seguir caminando. Me eche atras para mirarle, lista para darle un punetazo en la cara. En algun momento, el habia decidido que era demasiado bueno para mi, y fue entonces cuando me dije a mi misma que era hora de dejar de preocuparme oficialmente. Tenia tantas preguntas sobre lo que habia pasado, lo que le habia hecho, sobre nuestra relacion, pero con el insulto, y la forma en que me miraba, no queria tener nada que ver con el. Intente apartar mi mano. “Sueltame”, dije con los dientes apretados. Se ilumino, su cara se acerco a la mia. Podia oler su locion para despues de afeitar, y su pasta de dientes de menta, y podia ver las pecas salpicadas en su nariz. Sus fosas nasales estaban ensanchadas. “Tienes que alejarte de mi”, dijo. “Tienes que mantenerte alejada, Cicatriz. ?Me oyes?” Lo mire con atencion, y luego mi mirada se deslizo entre su mano en mi muneca y su cara. “Te escuche”, dije. “Lo comprendo. Te dejare en paz, dejame ir. ” Me agarro con fuerza. “Necesitas alejarte”, dijo, su voz bajando a un susurro. “Nadie te quiere aqui. Yo no te quiero aqui, tus padres no te quieren aqui. No tienes otros amigos. Deberias huir, Billie. Huye y no vuelvas”. Me torci el brazo para que me dejara ir. “?Que diablos te pasa?” Pregunte, sosteniendo mi mano sobre mi cuerpo. Sabia que se iba a magullar. “Hablo en serio”, escupio. “Entiendo”, respondi, frotando mi muneca, tratando de ignorar las lagrimas que caian por mi cara. Estaba llorando, y no estaba segura, pero senti que el se iba a alegrar por ello. “Hablas en serio. No te preocupes, te escucho alto y claro”. Abrio la boca para hablar, pero no dijo nada. Cerro la boca, se dio la vuelta y empezo a alejarse de mi otra vez. Quise gritar, pero no lo hice. No hice nada, no dije nada. Volvi a mi casa, con el corazon roto, e hice una nota mental para no volver a molestarlo. *** 2020 Me puse el pelo en un mono y me mire en el espejo. Solo podia robar unos minutos aqui y alla entre pacientes, y parecer cansada nunca habia sido un buen refuerzo de confianza para ninguno de ellos. Ya me veia demasiado joven, y los pacientes dudaban mas en escuchar a una mujer joven. Me asegure de tapar las ojeras con un poco de base y crema BB, y me limpie las puntas de los dedos con una toallita para bebes antes de tirarla al cubo de basura junto al fregadero. Abri la puerta del bano y, usando mi tableta, mire al siguiente paciente de mi lista. Su nombre, Eric Brown, no me resultaba familiar y parecia menor de edad. No sabia por que estaba aqui en lugar de en un centro de atencion sin cita previa o incluso en una sala de emergencias, y no sabia por que no estaba viendo a su medico de atencion primaria, el Dr. Milburn. Mire su historia, pero parecia estar perfectamente sano. No habia nada que indicara por que podria estar alli. La enfermera le tomaba los signos vitales y yo no me retrase en absoluto, lo cual era algo milagroso considerando el dia que habia tenido. Llame a la puerta y la abri cuando oi una voz profunda que me decia que entrara. “Hola”, dije mientras miraba a mi paciente, un chico alto que no me miraba. Llevaba una sudadera con capucha, y se desplomo en la silla, con los pies apuntando en direcciones completamente diferentes. Apenas miro hacia arriba, asi que me aclare la garganta otra vez. “Hola, Eric”, le dije, mirando la historia para asegurarme de que tenia su nombre correcto. “?Estan tus padres aqui?” Me miro entonces y dijo algo, pero no lo escuche en absoluto. Sus ojos eran azules, con un toque de verde. Nunca quise pensar en ello, pero por una fraccion de segundo, la cara de Misha aparecio en mi cerebro, y el era todo lo que podia ver. Sus brillantes ojos azules, sus rasgos infantiles, la forma en que la luz del sol ilumino su cabello oscuro. Cerre los ojos, respire profundamente y volvi a mirar a mi paciente.

  • Y te quedas a mi lado de Judith Priay

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  • Lo que haria por ti de Luz A. Pinzon

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    Esther Rosas es una mujer que ha tenido exito en todo lo que emprende en su vida. Desde el ambito profesional hasta el amoroso; sin embargo, hay un solo aspecto que le produce anoranza: Tener un hijo.
    Lleva casada siete anos con su esposo Ricardo, quien por mucho tiempo ha insistido que los hijos pueden esperar y que ellos aun tienen mucho que hacer, emprender y viajar, mientras intentan mantener a flote su empresa Rosas doradas corp. Lo cual es importante para Esther, pero al mismo tiempo, ella empieza a considerar que sus deseos son menospreciados y puestos a un lado.
    Por consejo de su mejor amiga, Esther emprende una cruzada para convencer a su esposo de tener un bebe; empieza con pequenos detalles, gestos seductores y disposicion completa a el. Sus metodos para endulzar parece que funcionan por un tiempo, llevandola a que se llene de esperanza y anhelos. Por desgracia, dura poco. Esther se entera de los enganos en los que ha estado inmersa y se propone a hacer grandes cambios para conseguir lo que quiere; se deshace de lo que le hace dano y encuentra a alguien que esta dispuesto a recordarle que los deseos son poderosos si se trabajan por ellos con pasion.
    Mucha pasion.

  • Una Historia De Cadiz de Monica Lopez

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    Nunca has sentido que no perteneces al lugar en el que has nacido? Ese mismo lugar lleno de edificios grandes, calles largas, coches y gente. Ese lugar que tiene museos, parques gigantes y en el que, sin embargo, no encuentras tu sitio. Yo habia perdido toda ilusion, todos los suenos que yo habia tenido, los habia perdido en ese lugar. Habia una sola cosa que yo queria hacer, escribir, e incluso eso me lo habia robado esa ciudad. Estaba frustrada por no poder encontrar aquello que queria hacer, y pensaba que estaba logrando perderme a mi misma mientras me tumbaba en ese jardin lleno de tulipanes amarillos, bajo el cielo azul, cielo nublado o cielo estrellado. Aunque, tambien pensaba que podria quedarme a vivir alli para siempre, sabia que no podia quedarme toda la vida viviendo en una burbuja, tenia que atreverme, salir y buscarme. Pasaba mucho tiempo leyendo libros de autorrealizacion y seguridad en uno mismo que tenia mi madre por la casa. No encontre nada al principio, pero despues empece a leer cosas sobre que tenia que salir de mi zona de confort y buscar nuevos objetivos. Si, una absoluta tonteria. <>, me pregunte una noche. Me gustaba escribir, aquello era mi pasion; me gustaba caminar sin rumbo, fijandome en cada pequeno detalle, sabiendo que luego podria describirlo con mil palabras; me gustaba tumbarme con la cabeza apoyada en las piernas de mi madre y que ella acariciara mi pelo con calma. Me gustaba la sensacion que proporcionaba mi hogar, la comodidad, el carino y la confianza. Queria seguir sintiendo eso y no sentir que estaba perdiendolo por completo cada dia que pasaba. Los dedos de mi madre, cada ano mas arrugados, se movieron desde mi oreja hasta el final del pelo. Podia sentir el avance mechon a mechon hasta llegar a las puntas haciendome cerrar los ojos. La television sonaba de fondo con aquella serie antigua que tanto le gustaba, y su risa hacia sacudir su cuerpo transmitiendo el movimiento. Esa mujer me hacia tan feliz de una forma que no podria explicar nunca. --?Que te pasa, nina? --pregunto bajando la voz del televisor. Me acomode boca arriba y mire su cara desde mi posicion. Recordaba la primera vez que la vi. Tenia seis anos y la mujer de los servicios sociales me dijo que habia una persona que queria conocerme. Parecia que estaba conociendo a una princesa Disney, a la mismisima Pocahontas. Su pelo era largo por la cintura y liso, adornado con una cinta de un color amarillo fuerte, era joven y alta. Iba ataviada con una falda azul clara que le cubria las piernas hasta los tobillos y una camiseta blanca con una rosa azul en medio. Sus ojos verdes me atravesaron con fuerza y senti como mi corazon se habia apretado con emocion, como si tuviera el presentimiento de que aquello iba a salir bien. Ahora, su cara estaba surcada por arrugas que parecian dunas sobre su piel morena, su pelo continuaba siendo negro como la noche, y sus ojos seguian teniendo ese brillo de felicidad. --No me pasa nada --menti. Asintio y sonrio mostrando sus perlas blancas. En algun punto de mi vida, cuando me habia dado por la pintura e incluso compre lienzos blancos y tubos llenos de colores, habia querido pintarla llevando sus faldas blancas largas estilo hippie y sus pendientes de bolitas que le habia hecho cuando era pequena, los mismos que llevaba cada dia. --Ultimamente estas muy callada y tu nunca estas callada. --Puedes estar tranquila. El trabajo se esta volviendo mas complicado y estoy cansada, solo eso. --No queria decirle que no queria vivir mas alli y que sintiera que aquello era por ella. Definitivamente ese no era el problema--. Guille quiere meter otra seccion y le he explicado que es una tienda de antiguedades, no un centro comercial. Se mantuvo en silencio durante unos momentos. Segundos eternos en los que senti la necesidad de sentarme y mirar la television para huir de sus ojos acusadores. Ella podia llamar a Guillermo y comprobar que, efectivamente, me habia inventado toda esa historia. --Marta, te conozco desde que tenias la cabeza del tamano de un garbanzo--dijo. Continue sin mirarla porque no me atrevia a hacerlo y derrumbarme--. ?No vas a decirmelo? --Estoy cansada. --Y... Bufe igual que cuando tenia nueve anos y tenia que reconocer que habia hecho algo mal. Ella siempre ponia ese tono que obligaba a continuar las frases, ese tono de regano encubierto. Sin embargo, su expresion se mantenia suave y tranquila, rebosante de amor, una expresion que enganaba. --No puedes obligarme siempre a contarte mis cosas, ?sabes? --Reproche echandole un vistazo. --No le hables asi a una mujer mayor. --Rode los ojos. Dona Maria, como hacia que la llamaran en todos los sitios, se caracterizaba por aborrecer que le llamaran "senora mayor", porque segun ella, era la representacion de la juventud. --Es algo mio, personal, no tengo que contartelo. --?Es por eso de la busqueda de la felicidad? --?Como sabes eso? --pregunte frunciendo el ceno. Puso una sonrisa sabionda y se cruzo de brazos. Entonces, cai en la cuenta--. Has visto los libros. --He visto los libros. Ni recordaba ya la de veces que habia visto la pelicula de 'En Busca de la Felicidad' de Will Smith, eso de que era una historia real me hacia tener esperanzas en que mi vida podia cambiar, porque podia hacerlo, ?no? Eso, junto a los multiples libros que empezaban a ocupar mis estanterias, era todo lo que ocupaba mi tiempo ahora. Todos ellos tenian frases subrayadas, cientos de post-its de colores. Habia una frase que me gustaba especialmente, decia que, <>. Eso es lo que tenia que tratar de hacer. --Estoy frustrada con todo. Siento que tengo que crear algo que me haga feliz y que me haga sentir a gusto conmigo misma y con el entorno y no lo encuentro. --exprese alzando los brazos. Desde pequena, habia sido un tanto exagerada en algunas ocasiones, si alguna cosa se torcia, solia tirarlo todo abajo y me convertia en un ser dramatico y negativo--. !Ni siquiera escribo! --Quieres irte de aqui --frunci el ceno de nuevo y negue con la cabeza mintiendo de nuevo--. No era una pregunta, nina, era una afirmacion. Cuando yo pintaba, necesitaba tener un lugar nuevo cada vez en el que poder inspirarme y crear nuevas cosas. Por desgracia, no siempre tuve la oportunidad, aunque pelee por ello. --No quiero dejarte sola --me lamente sintiendo unas repentinas ganas de llorar. Alzo las cejas y miro a todos lados antes de devolverme la mirada. --?Me ves sola? Soy una mujer independiente y ademas, si necesitara la compania de alguien, Paco ha vuelto a invitarme a cenar. Ese hombre va a terminar con la poca cordura que me queda --Sonrei viendo como trataba de que me sintiera menos culpable, aunque podia ver un rastro de pena en su cara. Tomo mis mejillas entre sus manos y me taladro con aquellos ojos grandes--. Escuchame, tienes que vivir. Mi padre no me dejo cuando yo era joven y lo ultimo que me dijo fue que se alegraba de que hubiera sido tan rebelde y que hubiera hecho lo que queria siempre. Marta, esta vida es un impulso, una vez que naces y saltas, ya solo tienes que disfrutar el camino hasta el agua.--No es tan facil. --No es dificil --rebatio. Se puso de pie y camino hasta su bolso colgado en la puerta, saco el mapa y el cuaderno que habia estado guardando en el cajon de mi mesilla. Incline la cabeza mirandola con un rastro de molestia--. Me tope con esto en tu habitacion. --Te topaste, claro --puse los ojos en blanco y lo cogi cuando me lo ofrecio. --?Que es? --Una tonteria. Ni siquiera sabia por que habia empezado a obsesionarme con aquel lugar. Un lugar mas cerca que el Caribe y mas lejos que la provincia de al lado. Ese lugar tenia todo lo que habia buscado al parecer. Tenia amaneceres templados y atardeceres calientes. Agua que se movia al ritmo que marcaran los vientos y unas murallas que escondian miedos. Habia empezado a entender, sin conocerla, por que le llamaban 'La Cuna de la Libertad'. Pense que, tal vez, aquel era mi lugar porque me estaba identificando con el. Pase horas leyendo historias y escuchando carnavales, siguiendo el ritmo en el mostrador del trabajo con los dedos, marcando la guitarra, la caja y el bombo. Habia sido como descubrir un mundo nuevo, un mundo que parecia hecho a mi medida. Me habia aprendido el mapa descargado de internet de memoria, sabia donde estaba cada calle, cada rincon,... y todo me parecia una locura. --?Quieres irte a Cadiz? --Pregunto. Levante la mirada del cuaderno y la observe. Diciendolo en alto me daba cuenta de que aquello realmente era una locura. Asenti corto y casi invisible--. Me alegro de que por lo menos no sea demasiado lejos de mi. Nunca he estado, ?es un buen sitio? --No he estado tampoco --dije a sabiendas de que ella era consciente de eso. Su sonrisa aparecio, simpatica y suave--. Todo lo que he leido de la ciudad me gusta, encaja con lo que quiero. --Estoy de acuerdo en que te vendria bien cambiar de aires, pero, ?no crees que primero deberias conocer el sitio en persona para saber si quieres vivir alli? Ella tenia razon. Estaba dentro de esa filosofia del "atrevete a vivir", pero habia que tener ciertas cosas en cuenta antes de realizar algun movimiento. No obstante, no habia forma de que yo conociera la ciudad en persona, solo podia hacerlo por Google Maps. Peino su pelo con una de sus manos y me entrego un sobre blanco. Frunci el ceno y la mire extranada. Hizo un gesto con su cabeza instandome a que lo abriera. Dentro habia un billete de avion a Cadiz para dentro de un mes. Alce la vista con los ojos como platos y vi su sonrisa sabionda y sus cejas alzadas. --Pero... --Quiero ayudarte a que busques tu sitio en este mundo, Marta. Eres mi hija, la persona a la que mas quiero en esta vida. Si tu no eres feliz, yo no lo sere. Me lance a sus brazos y le abrace con fuerza con las lagrimas en los ojos. No podia creer que eso estuviera pasando de verdad. --?Tu no vienes conmigo? --Pregunte separandome de ella. --Esto es algo que tienes que hacer por ti misma. Solo prometeme que no lo dejaras a medias, que no te rendiras y que esto te servira para volver a ilusionarte por tu sueno, por escribir. --Lo intentare --dije sin poder parar de sonreir. Dejo un beso en mi frente y se levanto dejandome alli sola. Mire el billete de nuevo y senti un apreton en el estomago. Eran nervios, era emocion, era algo parecido a la felicidad. Por fin, podria pisar la ciudad que me traia de cabeza, podria escuchar su musica, y podria tratar de encontrarme a mi misma. Alli, en Cadiz. T Febrero araree la letra del pasodoble que estaban cantando dos chicas mientras leia algunas de las notas que habia estado recogiendo esos dos dias. Daba gracias constantemente a mi madre porque se hubiera enterado de las fechas en las que se celebraba carnaval en Cadiz antes de coger el billete de avion. Todo habia pasado muy rapido, y estaba decidida a tomarmelo con mas calma los pocos dias que me quedaban alli. Bebi un trago del vaso de naranja y mire alrededor de la plaza repleta de gente con una pequena sonrisa. El sueno estaba haciendose realidad. Comprobe la hora. A pesar de ser solo las nueve de la noche, la gente ya estaba bastante trastocada por el alcohol mientras vociferaban y cantaban a gritos. Yo, por mi parte, me mantuve sentada cerca de las puertas del Gran Teatro Falla, sintiendo la madera en mi espalda y la inmensidad sobre mi cabeza. Fue cuando observaba la plaza que me tope con el. Fue distinto desde el principio, su sonrisa llego incluso antes de que se hubiera acercado, desde lejos con su grupo de amigos. Casi podia notar como las rafagas de levante le empujaban a venir hacia mi trayendo consigo el aroma que contaminaba el aire. Los sonidos se esfumaron y juraba poder oir sus pasos. Senalo la guitarra que sostenia en una de sus manos ganandose una mirada confusa. Ni siquiera podria entender nada de lo que decia aunque lo intentara, esos ojos grises golpeaban con fuerza en mi cabeza. --Soy Cesar. Su voz irrumpio con fuerza llenando la plaza. Los ladrillos del Falla temblaron o tal vez la que temblo fui yo. Su sonrisa aparecio de nuevo y mi parpadeo furioso busco con ansiedad despertar los ojos secos. ?Por que no sabia hablar? ?Por que mis cuerdas vocales parecian haber desaparecido por completo? Mire alrededor buscando alguna via de escape, porque ahora mismo solo sentia que queria huir de alli y esconderme debajo de las sabanas de la cama del hostal. Sin embargo, solo encontre a la unica persona que llevaba cinco minutos frente a mi, esa misma persona que movia uno de los pies al son de otra melodia lejana. El chasquido se hizo en mi cabeza cuando Cesar, como se llamaba el, se sento a mi lado y coloco el instrumento sobre sus piernas hasta que volvio a mirarme. --?Te apetece cantar algo? Siempre es mejor hacerlo si hay musica --su voz llego mas clara, pero yo seguia sin poder responder nada. Las cuerdas de la guitarra chirriaron unas cuantas veces hasta que consiguio dar con el ritmo de un pasodoble que le hizo sonreir. De repente, me entraron ganas de saber que estaba recordando con aquella letra. Cerro los ojos y se dejo llevar mientras la musica salia descuidada y suave. No podia dejar de mirarle mientras el tiempo nos rodeaba, mientras el frio nos calaba los huesos y la gente hablaba alto y bebia mas ruidoso. Llamaba mi atencion como todos ellos cruzaban miradas complices. Todo se habia transformado en un universo diferente lleno de risas, bailes y coreados, de disfraces, purpurina y serpentinas. Veia a la gente en el suelo esperando a que la manana apareciera para regresar a una vida llana y privada de libertad. Libres en un sueno de jovenes frustrados, libres de emociones y presos en instantes que tenian final. --?Por que estas aqui sola? --Pregunto sin dejar de juguetear con la melodia. Le mire y sonrei con alivio, sintiendo que los pulmones volvian a llenarse de aire. --No estoy sola --dije con diversion. Cesar entrecerro los ojos y me miro con una media sonrisa. --Sabes a lo que me refiero. --Si, y a eso respondo. Ahora ya no estoy sola. --Eche un mechon castano tras mi oreja mientras veia su incomodidad--. Soy Marta. De pronto, dejo de tocar y se puso de pie y frunci el ceno siguiendo sus movimientos. No queria que se fuera, no cuando habia sido lo mejor que me habia pasado en la noche. Me sorprendio cuando me observo desde arriba y apoyo el peso en uno de sus pies. --?Quieres dar una vuelta? Todavia hay agrupaciones cantando por las calles --ofrecio. Mire el cuaderno abierto sobre mis piernas cruzadas y rapidamente lo recogi. Quite el boli de detras de mi oreja y lo meti en mi bolsillo. Sin pensarlo, agarre la mano que Cesar habia estirado para mi y me di cuenta de que el estaba disfrazado. Iba vestido de espantapajaros, de uno diferente no era aterrador, parecia sacado de un cuento y no llevaba sombrero dejando que las hebras negras cayeran sobre su frente y se movieran con el aire. Yo no me habia vuelto a disfrazar desde la primera noche que llegue. No veia el sentido a estar disfrazada mientras vagaba sola por las calles. A pesar de que eso pareciese lo mas normal del mundo. --Vamos --acepte sin saber muy bien por que lo estaba haciendo. Nunca habia sido el tipo de persona que se va con desconocidos, pero algo en su cara me decia que el no era malo, que podia estar tranquila. Se alejo por un momento acercandose a su grupo y despues de unos segundos hablando con un chico rubio, le entrego la guitarra y volvio en una carrera corta hasta llegar a mi lado. El silencio mientras caminabamos era comodo. Las pisadas en el suelo lleno de papelillos era lo unico que rompia una escena llena de calma, aunque yo me moria por decir algo. Si nos hubieramos esforzado, podriamos haber oido con claridad el mar chocando con suavidad contra los rompeolas, si me hubiera esforzado... solo un poco, hubiera podido oir mis propios latidos como si fueran truenos. Una marea de sensaciones que gritaban en el silencio. --No eres de aqui, ?no? --pregunto Cesar con las manos aun metidas en sus bolsillos. Negue con la cabeza y aclare la garganta antes de contestar, pero me vi abordada por otra pregunta--. ?Que te ha traido aqui? Aquella pregunta era como una trampa mortal escondida en una interrogacion inocente. La razon por la que estaba alli era algo que ni yo misma podria explicarme aunque lo intentara. Me limite a contestar lo unico que tenia claro. --Es complicado de explicar. --Tenemos toda la noche --sonrio mirandome de reojo. Segundos despues, suspiro al ver que no soltaria prenda tan facil--. Para alguien de fuera, saber donde cantan las mejores agrupaciones, es complicado. --?Por que? --Inquiri alzando una ceja--. Me se cada calle de memoria, he estado embobada viendo el mapa tantas veces que podria indicarte yo misma. --?Eso crees? --reto sin perder la sonrisa. Y de repente, ya no me sentia tan segura de mi afirmacion. Yo no podria saber mas que alguien que era de alli. --Pero esta noche, dejare que me guies --corregi. Asintio sin decir nada. Callejeamos por calles que se alumbraban tenuemente por las farolas que colgaban de las paredes. Calles que estaban silenciosas, hasta que desde otra brotaban las voces y las risas, el sonido de un bombo, el rasgueo de una guitarra. Nos acercamos donde se amontonaban unas pocas personas y encontramos a un grupo de seis personas que iban vestidos de caramelos. Me quede cerca de Cesar y observe la pequena chirigota, que nada tenia que ver con las que salian en el Falla, todo era mas modesto, mas de calle. Tenian un encanto singular, algo diferente. El burbujeo de pequenas risas se extendia en todo el publico. Ni siquiera fui consciente de que habian terminado cuando me encontre a todos ellos aplaudiendo y despidiendose con reverencias graciosas y dando mil agradecimientos. Mire a Cesar y sonrei al verle aplaudir y reir. Era un completo desconocido. No sabia nada mas de el, nada mas que su nombre. Respire hondo cuando sus ojos se fijaron en mi e hizo un gesto para que comenzaramos a andar de nuevo. --?Estas en una agrupacion? --pregunte pasados unos minutos. Fruncio el ceno y asintio. --Si, es una callejera. No llevamos mucho juntos y no somos gran cosa, pero pasamos un buen rato que al final es lo que de verdad importa --relato. Alzo las cejas y saco una de sus manos para senalarme mientras caminaba de lado para poder mirarme por completo--. Ey, tal vez puedas vernos en algun momento esta semana, si todavia estas por aqui. --Claro, no estaria mal. --Antes dijiste que era dificil explicar por que estas aqui --divago. Asenti lentamente apartando la mirada de el. Iba a volver a insistir en ello--. Pensaba que iba a ser como todos porque es carnaval, pero hay mas, ?no? --Mi silencio le hizo chascar la lengua y afirmar con la cabeza varias veces--. No es asunto mio, perdona, a veces me entrometo demasiado. --No te preocupes. --Cadiz es ese lugar al que escapas cuando todo te sobrepasa --apunto con una sonrisa justo cuando salimos al paseo maritimo y la brisa marina golpeo en nuestros rostros. Fue una frase medida, una frase que lleno mis pulmones--. Muchas veces vengo aqui a respirar. ?Quieres que nos sentemos? --?En el borde? Solto una carcajada corta y empezo a andar sin mi, cruzando la carretera sin mirar. Tuve que dar una carrera para poder alcanzarlo, no sin antes comprobar que no viniera ningun coche. Paso una pierna y despues la otra y se sento en el borde mirando al mar. Me observo sobre su hombro. Trague saliva, aquello era una locura. <>, sacudi la cabeza despejando la voz que me la estaba taladrando. --Creo que eso no es muy seguro --dije y rodo los ojos en respuesta. --No te va a pasar nada, te lo prometo. Me acerque despacio y acepte su mano cuando me la ofrecio para ayudarme a sentarme sobre la piedra. El aire suave movia mi pelo y dejaba un sabor salado en mis labios. El mar estaba en calma y las olas chocaban contra el rompeolas en un baile tranquilo. La noche era cerrada con algunas salpicaduras de estrellas ocupando el oscuro cielo. Sonrei y cuando mire a Cesar le vi devolviendome la mirada. --?Por que de espantapajaros? --Vamos disfrazados de El Mago de Oz y me ha tocado --se encogio de hombros. No sabia por que se habia acercado a mi esa noche, pero parecia cosa del destino. Contemple su perfil, esa linea de su mandibula que se marcaba. El pelo rizado enredandose en el inicio de sus orejas. Su nariz fina encajaba perfectamente en esa cara que sin ser perfecta, estaba muy cerca de serlo. --Me gustaria saber quien es Dorothy. --Solo dire que canta muy bien y que ahora es rubio --sonrei y aleje mi mirada de el. Toda esa calma era lo que necesitaba, cero preocupaciones. Estuvimos unos minutos callados hasta que volvio a hablar--. ?Tu cual serias? --?Mm? --pregunte sin entender. --De El Mago de Oz. --Oh --toque mi barbilla pensativa--. Creo que el Leon. Pienso que... que deberia atreverme mas a hacer cosas, tener coraje. --Te has atrevido a venir hasta aqui, has venido conmigo incluso aunque no me conoces de nada --sacudio la cabeza y fruncio sus labios--. No creo que seas cobarde. --?Por que te has acercado a mi esta noche? --pregunte pasados unos minutos. Respiro hondo y aparto sus ojos de mi cara, pero yo queria que respondiera y no perderme nada que dijera la expresion que acompanaria a las palabras. --Desde siempre he tenido debilidad por esas personas que me parecen interesantes. Su movil sono y lo saco de su bolsillo antes de disculparse y cogerlo. Yo me quede pensando en lo que habia dicho. ?Yo le parecia interesante? Me habia considerado siempre una persona que podia ser cualquier cosa menos interesante. No tenia esa aura de misterio, no tenia ningun talento especial, no guardaba secretos inconfesables. Creo que habia sido simple desde pequena. Frunci el ceno ante ese pensamiento. <>, esa palabra no me gustaba. Implicaba que era algo sin importancia. Me puse de pie sobre el muro de piedra y camine sobre el lejos de Cesar, mirando mis pasos para no caerme hasta que estuve segura de que podia mirar al frente sin problemas. Oi su voz pidiendo a la persona al otro lado del telefono que esperara y me gire sobre mi misma para mirarle. La sonrisa seguia dibujada en sus labios. Se despidio y colgo rapido antes de imitarme y ponerse de pie sobre el muro. Ambos caminamos hasta alcanzar al otro a mitad de camino. --Interesante, ?por que?

  • La paloma de Ravensbruck de Carme Marti

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    El amor, la alegria, la barbarie. La vida de Neus Catala, explicada por ella misma y revisada a traves de una ambiciosa novela magistralmente construida por Carme Marti.

  • Urian de Adrian Blake

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    Mi nombre es Urian… aunque no siempre me he llamado asi. Por mi trabajo de fotografo de moda vivo rodeado de mujeres increibles, pero ninguna logra captar mi atencion… porque solo me importa ella. Olivia es la duena de mis pensamientos… aunque lo nuestro sea imposible. Soy un angel caido, condenado a vagar por el mundo sin encontrar el amor por no seguir unas reglas que me parecian ridiculas. Pero ahora algo ha cambiado. hay algo en Olivia que me hace tener esperanzas, y quizas… solo quizas, aun haya salvacion para un alma atormentada como la mia.

  • El tributo de la corte oscura de Holly Black

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    La malta justifica mejor que Milton los caminos de Dios para con los hombres. E. Housman Terence, This Is Stupid Stuff Kaye dio otra calada al cigarrillo, y lo introdujo en la botella de cerveza de su madre. Era una buena forma de comprobar hasta donde llegaba la borrachera de Ellen. Quien sabe, igual esta vez ni se daba cuenta. Ellen, Lloyd y los demas componentes de Stepping Razor seguian en el escenario. La actuacion habia sido desastrosa y, al ver como destrozaban el equipo, Kaye comprendio que ninguno de ellos habia quedado satisfecho. No importaba mucho, la verdad, pues el sistema de sonido estaba demasiado alto, casi chirriaba; ademas, el publico no habia parado de beber, fumar y gritar. Lo mas probable era que al agente de la banda le importase un bledo. Incluso hubo quien bailo al ritmo de la musica. El camarero de la barra miro otra vez a Kaye de forma lasciva, y le ofrecio una bebida “a cuenta de la casa”. --Leche --contesto Kaye con una sonrisa burlona, al tiempo que echaba hacia atras su despeinada y rubia melena. Cuando el camarero se dio la vuelta, Kaye se metio en el bolsillo un par de estuches de cerillas. En ese momento la madre de Kaye se planto junto a ella, dio un largo sorbo de la botella de cerveza y acto seguido escupio sobre la barra. Kaye apenas pudo reprimir la carcajada que escapo de sus labios. Su madre se quedo mirandola con incredulidad. --Ve a cargar el coche -- le ordeno, con voz ronca tras la actuacion. Ellen se aliso con los dedos el cabello empapado y lo retiro de la cara. El carmin casi le habia desaparecido de los labios, pero aun quedaban restos en las comisuras. Parecia cansada. Kaye se bajo de la barra y, de un salto, subio al escenario. Mientras recogia al azar los objetos esparcidos, Lloyd la fulmino con la mirada, por lo que Kaye se limito al reunir las pertenencias de su madre. Los ojos de Lloyd se veian vidriosos. --Oye, nina, ?llevas dinero encima? Ella se encogio de hombros y saco un billete de diez dolares. Tenia mas; acababa de regresar de Chow Fat, y Lloyd debia de saberlo. Servir comida china a domicilio no resultaba muy rentable, pero se ganaba mas que actuando con un grupo musical. Lloyd recogio el billete y se dirigio a la barra, seguramente con la intencion de pedir unas cervezas. Kaye termino de recoger las cosas de Ellen y se fue abriendo camino entre la multitud, que se apartaba para dejarla pasar. Al salir del bar, el aire fresco del otono resultaba un alivio, a pesar del desagradable olor que despedian los tubos de escape y los pasos subterraneos. Kaye siempre tenia la impresion de que la ciudad apestaba a metal. En unos minutos cargo el coche. Entonces, regreso al bar con la intencion de sacar de alli a su madre antes de que alguien rompiese la ventanilla y robase todo lo que habia dentro del vehiculo. En Philly no se podia dejar nada en el interior de los automoviles. La ultima vez que habian abierto el coche de Ellen habia sido para robar un abrigo de segunda mano y una bolsa con toallas. Esta vez, la muchacha que comprobaba los documentos de los clientes a la entrada del bar miro a Kaye con detenimiento, pero la dejo pasar. De todas formas, ya era tarde, casi habia llegado la hora de la ultima ronda. Ellen seguia junto a la barra, fumando y bebiendo, ahora whisky. Lloyd estaba hablando con un tipo de pelo largo y oscuro. Aquel hombre parecia fuera de lugar, demasiado acicalado quiza; pero Lloyd le pasaba el brazo por los hombros. Kaye capto un fugaz destello en los ojos del extrano. Era un resplandor amarillo, como de ojos de gato, que se reflejaba en la barra oscura. Kaye sintio un escalofrio. A veces, veia cosas extranas; pero habia aprendido a ignorarlas. --Ya esta todo en el coche --le dijo a su madre. Ellen asintio con un gesto, sin apenas prestarle atencion. --Dame un cigarrillo, tesoro. Kaye rebusco en su mochila militar de segunda mano y saco dos cigarrillos. Le paso uno a su madre y encendio el otro. Ellen se acerco a Kaye, y esta noto aquel olor a whisky y cerveza que le resultaba tan familiar como a otras personas un determinado perfume. --Beso de cigarrillo --dijo su madre de esa forma tan pueril que resultaba embarazosa y tierna al mismo tiempo, y junto el extremo de su pitillo con el de Kaye; entonces, aspiro con fuerza. A la segunda calada, el cigarrillo se encendio. --?Preparadas para volver a casa? --pregunto Lloyd. Kaye dio un respingo. Sabia que Lloyd estaba alli, pero le asusto el tono de su voz. Sonaba aterciopelada, un tanto sordida. No era la voz habitual de Lloyd. En absoluto. Al parecer, Ellen no advirtio nada raro. Se acabo de un trago el resto de su bebida. --Claro que si. Un instante despues, Lloyd levanto el brazo como si fuera a golpear a Ellen por la espalda. Kaye reacciono sin pensarlo, y le dio un empujon. Solo gracias a que el estaba totalmente borracho Kaye fue capaz de hacerle perder el equilibrio. El cuchillo cayo al suelo con un ruido metalico. El rostro de Lloyd se mostraba totalmente inexpresivo carente de toda emocion. Tenia los ojos abiertos de par en par y las pupilas dilatadas. Frank, el bateria de Stepping Razor, agarro a Lloyd del brazo. Este solo tuvo tiempo de darle un punetazo en la cara antes de que otros clientes lo redujeran y alguien llama a la policia. Para cuando llegaron los agentes, Lloyd no recordaba nada; pero estaba fuera de si y no paraba de gritar e insultar a Ellen. Los policias condujeron a Kaye y a su madre hasta el apartamento de Lloyd y esperaron hasta que la muchacha hubo terminado de meter la ropa y las pertenencias de ambas en bolsas de basura. Ellen hablaba por telefono, intentando encontrar un sitio donde pasar la noche. --Tesoro --dijo, por fin --, no nos queda mas remedio que ir a casa de la abuela. --?La has llamado? --pregunto Kaye, mientras metia sus discos de vinilo de Grace Slick en una caja de naranjas vacia. No habian visitado a su abuela ni siquiera una vez desde que abandonaron New Jersey, seis anos atras. Ellen apenas cruzaba un par de palabras con su madre en las fechas mas senaladas, y enseguida le pasaba el telefono a Kaye. --Si, la he despertado --la voz de Ellen sonaba a oido de Kaye mas cansada que nunca--. Sera por poco tiempo. Podras visitar a esa amiga tuya… --Janet --interrumpio Kaye. Kaye albergo la esperanza de que Ellen se refiriera a Janet. Confiaba en que su madre no empezara otra vez con rollo de las hadas. Si volvia a escuchar otra historia sobre Kaye y sus amigos imaginarios, le iba a dar algo…

  • Alguien como tu (Predestinados 2) de Adrianne Holt

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    El primer amor nunca se olvida y eso le queda muy claro a Irina, quien no ha podido superar la muerte de su primer novio, Joshep.

  • Fantasmas de hielo de Paul Watson

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    En 1845, una expedicion formada por 129 hombres, capitaneados por el intrepido sir John Franklin, que habia partido de Inglaterra a bordo de dos buques, el Erebus y el Terror, con el objetivo de descubrir el legendario paso del Noroeste -la ruta maritima que permitiria conectar el oceano Atlantico con el Pacifico a traves del Artico-, desaparecio sin dejar rastro.

  • Cuando abras el paracaidas de Jose A. Gomez Iglesias

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    Llego ese punto donde tenias que decidir entre huir y quedarte para siempre y sabias perfectamente que hacer, pero hiciste lo contrario. Y es que algunas veces todo depende de ese “Quedate” que se nos queda atascado en la garganta. La felicidad esta en saber que nadie es de nadie, pero hay que disfrutar cada segundo con quien te hace sonreir. A ti te lo escribiria todo, pero me dejaste sin palabras.

  • Ano uno (Cronicas de la Elegida 1) de Nora Roberts

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    El mundo se enfrenta a una pandemia. Entre el caos y la destruccion, un grupo de personas aparentemente inmunes busca un refugio para la humanidad.

  • Tiergarten, Berlin 1945 de Vasili Grossman

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    A finales de abril de 1945, mientras las tropas del Ejercito Rojo se acercan a Berlin para librar la batalla final contra la Alemania nazi, los animales del Tiergarten, el zoologico de la ciudad, perciben en el aire la tragedia. Hombres y animales comparten un mundo librado al caos y la angustia en el que ni unos ni otros parecen tener ningun derecho. La referencia al mundo de los animales, en el que incluso los depredadores muestran una inocencia primordial que desconoce la maldad, permite a Grosmann superar el enfrentamiento politico para situarse en la perspectiva etica fundamental, la que concierne a la vida de cada ser individual. La figura del animal abandonado y perdido en una guerra que no comprende, refleja nuestra condicion, la de seres obligados a obedecer las leyes impersonales de la historia, en un mundo donde ya no es posible ejercer la libertad. Tiergarten, incluido en el volumen de narraciones de Grossman Eterno reposo y otras narraciones, forma parte de las obras de madurez de Vasili Grossman y esta escrito justo antes de su obra maestra, Vida y destino.

  • En la sombra de la sospecha de Norah Carter

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    Cuando la desesperacion por la desaparicion de Hannah Madison se aduena de un pueblo de Suiza, la inspectora Kendall es llamada para encargarse del caso, donde la falta de pruebas e informacion hace que la policia local no encuentre respuesta a esta inexplicable ausencia.
    A medida que Melissa Kendall se adentre en los secretos que guardan los habitantes del lugar, se ira sembrando la sombra de la sospecha.
    Todos pueden ser sospechosos. ?Quien sera el culpable?
    Por otro lado, Josh Heller, dueno de la taberna del pueblo, quedara prendado de la recien llegada inspectora. Los sentimientos los abordaran a ambos sucumbiendo a la inevitable pasion. Amor y trabajo son compatibles, o quizas no…

  • En el fondo me tienes de Anny Peterson

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    Emma viajara a Australia siguiendo una pista hasta la Escuela de buceo Blue Days, alli conocera a Jon y a Dani, dos instructores con manias muy variopintas y divertidas. Iker es un fugitivo de su vida, como Emma, con el que pronto traba amistad porque comparten albergue y secretos a pie de playa muy cerca del centro de buceo. Ambos se daran cuenta de que, si quieren cambiar sus vidas, lo mejor es saltar juntos con Jon y Dani para descubrir lo que les depara la vida y el mar.

  • Mi Mejor Droga de Laura Lago

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    Estas frente a una coleccion que incluye 10 libros escritos por Laura Lago.

  • Lord Desesperado (Lores Malditos 1) de Sydney Jane Baily

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    Simon contemplo la oscuridad y sintio una oleada de satisfaccion. No habia ni una pizca de luz. Asi era como le gustaba. El dia o la noche no suponian ninguna diferencia para el. Ni tendria por que. A la agonia que invadia su mente no le importaban cosas como la salida o la puesta del sol. Solo la entrada de sus sirvientes con una bandeja llena de comida o, mejor aun, con brandy frances, perturbaba su rutina. Un rayo de claridad atravesaba la infinita negrura cuando estos abrian la puerta con suavidad y depositaban su ofrenda casi sin hacer ruido sobre la mesa. De vez en cuando llegaba el medico infernal, si es que en realidad lo era, con sus tonterias sobre el aire fresco, los paseos y la toma de gotas de laudano para calmar su estado de animo. De manera exasperante, el hombre dejaba la puerta abierta de par en par para poder ver mejor a su <>, como llamaba a Simon, quien no se sentia nada enfermo. El ultimo tratamiento novedoso aconsejado por el curandero fue la hipnosis, sugerencia que fue recibida por parte del falso enfermo con un grito de rabia echandolo de la casa. El hombre salio huyendo, y con razon. Tal vez, seria inteligente y no volveria nunca. Por suerte, alguien cerro la puerta tras el, y el mundo de Simon se sumio de nuevo en una absoluta oscuridad. De vez en cuando, si no podia concentrarse en el juego de ver a traves de las sobras, sus pensamientos se desviaban hacia Toby. El querido primo Tobias. Lo habian descuartizado y dado de comer a los pajaros ante los ojos de Simon. No fue una forma de tortura. No, Toby ya estaba muerto cuando empezaron a cortarlo en trozos, se habia desangrado en la celda antes de que arrastraran su cuerpo al sucio patio y lo hicieran pedazos, pero no fue un castigo, sino una advertencia a Simon y a los otros dos desventurados reclusos del terrible destino que les esperaba si se salian de la linea, como habia hecho Toby. Este habia pedido otro sorbo de agua, segun recordaba Simon. El guardia se ofendio y lo atraveso con su sable. Aquello sacudio a Simon hasta la medula. El y su primo habian pasado por muchas cosas juntos. Habian crecido tan unidos como si fueran hermanos y, por eso, cuando Toby anuncio su intencion de luchar por la reina y la patria, Simon sintio que tambien era su deber hacerlo, aunque pensara que la causa del conflicto birmano era el comercio de la madera de teca y el beneficio que reportaba, y no un ideal patriotico. Sin embargo, era imprescindible vencer a los franceses para evitar que realizasen alguna incursion en las posesiones imperiales de la reina Victoria. Despues de haber librado docenas de batallas, ambos al mando de tropas indias, acabaron como prisioneros en la misma celda birmana olvidada de Dios. Se habian cubierto las espaldas el uno al otro durante tanto tiempo, que a Simon le resultaba ahora imposible que aquel hombre, que siempre habia estado en su vida, inteligente, amable y feroz como el infierno cuando era necesario, ya no volveria a formar parte de esta. Ya nada tenia sentido. Su vida no tenia sentido, y tampoco preocuparse por ningun motivo. No encontraba ninguna razon para que algo le importase lo mas minimo, excepto esperar a la muerte, que era lo que Simon habia hecho hasta que un dia, por un milagro, o quiza por desgracia, la puerta de su celda se abrio de repente. !Rescate, libertad, condenacion eterna! ?Como iba a volver a esa vida de lujo y comodidades? ?Como iba a beber te y sentarse a la mesa con gente civilizada, cuando sabia que el ser humano podia alcanzar ese nivel de crueldad? ?Como podria olvidar los ojos vidriosos de Toby? ?Como podria cerrar los parpados y dormir? Simon no podia hacerlo, al menos, no de forma voluntaria. Luchaba contra el sueno cada noche, y a veces perdia la batalla. Se sentaba en la oscuridad y no dejaba que su cuerpo o su mente supieran si era la hora de la vigilia o del sueno. Sin embargo, cuando este lo dominaba durante unos minutos, incapaz de mantenerse despierto, se desataba el infierno. Las batallas, el salvajismo y los ojos de Toby eran sus pesadillas. Y la celda infestada de ratas. Siempre la celda. ?Aun estaba en ese pequeno espacio, en el que no podia ni ponerse de pie, sonando con esta casa en Sheffield, con esta habitacion en el hogar de su familia? ?O solo estaba imaginando esta vida, que le parecia completamente irreal, y en la que sabia que ya nunca podria participar? Simon Devere, septimo conde de Lindsey, lo ignoraba. Pero mientras permaneciese con los ojos abiertos en medio de la oscuridad para no poder fijarse demasiado en los detalles de la habitacion, entonces estaria aqui, en Inglaterra, en Belton Manor. Capitulo 1 --No creo que pueda trabajar un dia mas para ese hombre. --El inesperado comentario provino de una joven en edad casadera, con el pelo color caramelo, y que lucia una expresion de desdicha en su encantador rostro. Maggie habia vuelto a casa. Jenny se percato de la llegada de su hermana por el portazo de la puerta principal y, por lo tanto, estaba preparada para verla entrar en la habitacion, arrojar sus guantes sobre el escritorio y sentarse al otro lado del mismo. Jenny intento evitar la exasperacion en su voz. --No trabajas para ningun hombre, que yo sepa --le dijo--. Asi que, ?de que demonios estas hablando? Maggie fruncio el ceno, recogio unos papeles que tenia delante, los miro como si estuvieran escritos en un idioma extranjero, en lugar de ser los pagos de su pequena casa de campo y sus tierras, y luego los volvio a dejar sobre la brunida superficie de nogal. --Ya sabes a quien me refiero. A lord Desesperado. Jenny suspiro. --Eso suena poco amable. Ademas, tu no estas a su servicio, sino que ayudas a esa pobre mujer, que esta casi loca de dolor por la muerte de su marido. Muestra algo de compasion, Mags. Maggie se envaro. --Oh, lo hago, lo hago. Me siento con esos chicos a diario mientras intentan conjugar los verbos franceses y hablar con tanta fluidez como su madre. Si lady Devere entra en la habitacion, con su rostro palido y sus ojos enrojecidos, siempre le pregunto como se siente. Sin embargo, han pasado casi dos meses desde que lord Desesperado llego a casa y trajo la noticia del fallecimiento de su primo y esposo de lady Devere, ?no es asi? Por no mencionar que, en realidad, lleva muerto unos dos anos. Aun asi, la senora llora como si lo hubiera colocado hoy mismo en el feretro y acabara de darle la ultima despedida. --Tobias Devere era un buen hombre, segun tengo entendido --ofrecio Jenny. Maggie asintio. --Los ninos tambien lloran a veces, aunque dudo que lo recuerden. Aunque si se han dado cuenta de que su padre no va a volver. Nunca. Jenny oyo que la voz de Maggie se entrecortaba y supo que su hermana no era ajena a la tragedia de la familia Devere, pues le traia a la memoria su propia perdida, la de su querido, pero irresponsable padre, lord Blackwood. --No tengo nada que hacer alli --insistio Maggie--. No quiero estar en medio de su dolor. Tengo que lidiar con el mio --anadio--. Es mas, no quiero ser tutora de frances. ?Por que tengo que serlo? ?Por que no puedo quedarme en casa y ayudarte con esas cifras que estas sumando todo el dia? --Senalo los libros de contabilidad y los papeles sobre el escritorio. Jenny se encogio de hombros. --Todos hacemos lo que podemos para ayudar a mama. Ya lo sabes. Y tu eres tan poco apta para la aritmetica como yo para el frances. --?Y Eleanor? Jenny sonrio ante la idea de que su hermana menor pudiera desempenar un trabajo remunerado. --Si puedo encontrar una retribucion economica a sonar despierta y dibujar rosas de vez en cuando, entonces tendre el empleo perfecto para ella. Jenny extendio la mano por encima de la mesa y la puso sobre la de su hermana. --Por favor, sigue con ello. Se que tu salario es una miseria comparado con lo que vales, pero por ser la hija de un baron, te pagan mas de lo que pagarian a un verdadero tutor o a una institutriz. Las fosas nasales de Maggie se dilataron. --!Que debamos discutir sobre salarios, como… comerciantes! --Maggie se puso en pie, se dirigio al aparador y comenzo a juguetear con la jarra de brandy vacia. A los dieciocho anos, Maggie, la hermana mediana de Jenny, atrapada en el campo y sin ningun pretendiente a la vista, era muy consciente de su precaria situacion. Sobre todo, por la falta de dote y porque, lamentablemente, su unica temporada habia sido truncada con la prematura muerte de su padre a principios de ano. Entonces, los acreedores comenzaron a llamar a la puerta. Las perspectivas matrimoniales de Jenny tambien se esfumaron de inmediato cuando lord Adler, un vizconde aparentemente honrado que la habia cortejado y conquistado durante su segunda temporada, retiro su oferta de manera abrupta. Si su padre hubiera estado vivo, habria impugnado la ruptura del contrato verbal. Por supuesto, de haberlo estado, el vizconde no lo habria roto, en primer lugar. Jenny se habria casado, como era su deber, y tendria que haberse sentido agradecida por tener la oportunidad de ayudar a dirigir la hacienda de lord Alder y criar a los hijos con los que ella y el vizconde hubieran sido bendecidos. Sin embargo, Jenny solo habia sentido un leve interes por aquel hombre y por la idea de convertirse en su esposa. A la muerte del baron Lucien Blackwood, su madre no estaba preparada para hacer nada mas que reunir a su familia, incluidas sus tres hijas y todos los sirvientes que pudiera seguir empleando, y dirigirse a la casa de campo de la familia en Sheffield. Alli tenian muchos buenos recuerdos rodeadas de veranos calurosos y otonos frescos, al contrario que en Londres. Y durante muchos anos, cuando Jenny era mas joven, los Blackwood iban a Sheffield a pasar las vacaciones de invierno. Si los Deveres estaban en la residencia campestre, celebraban una de sus legendarias fiestas de Navidad. Jenny recordaba haber ido a Belton Park y haber conocido tanto a los Deveres con titulo que vivian en la gran casa solariega como a sus parientes menores de Jonling Hall. De los cuales, sir Tobias Devere, solia ser el feliz senor. La guerra de Birmania habia acabado con todo eso. Tobias se habia marchado hacia tres anos para cumplir su deber con su primo Simon, el vizconde y heredero del condado. Para cuando Jenny y su familia habian llegado de Londres, ya se temia que ambos estuvieran muertos, yl a familia de Tobias Devere se habia trasladado a Belton Manor. Jenny esperaba que el motivo de su mudanza fuera poner a la viuda y a sus hijos bajo la proteccion del conde. Sin embargo, temia que se debiera a la presion financiera que afectaba a muchas de las grandes familias, ya que mantener las tierras y pagar a los sirvientes no era tarea facil. --Incluso cuando estamos pasando una tarde agradable --se lamento Maggie--, de repente, oimos a lord Desesperado… --Por favor --interrumpio Jenny--, deja de llamarlo asi. Mas o menos al mismo tiempo que su familia se establecia en Sheffield, Simon Devere habia regresado en un estado mental terrible, o eso decian los rumores, que se extendieron con rapidez entre los habitantes del pueblo. Es mas, habia confirmado lo peor respecto a lady Devere, la esposa del primo de este, nacida en Francia. Sir Tobias habia muerto, y Simon, cuyo padre habia fallecido mientras el estaba en Birmania, ya no era vizconde, sino el nuevo conde. Un conde al que nadie habia visto salir de Belton Manor desde su regreso. --Es lord Devere, y el noble de mayor rango de este condado --le recordo a su hermana. Jenny guardaba una vaga memoria de las pocas veces que su familia habia ido a la mansion para una fiesta de Navidad o de finales de verano. El conde tenia ojos amables y era bastante llamativo. Era mayor que ella, quiza siete u ocho anos, por lo que nunca habia compartido con el mas que un breve saludo. Sin embargo, se habia quedado con la impresion de que era cortes. --En realidad, supongo que ahora que su padre ha fallecido, lord Devere se ha convertido en lord Lindsey. --Bien --cedio Maggie--. El caso es que, mientras les leo un cuento los ninos y les pido que presten atencion al vocabulario, tenemos que escuchar a lord Lindsey gritar o dar golpes en su habitacion como un jabali herido. El abatimiento que cae sobre ellos y la pobre lady Devere es casi palpable. Habria sido mejor que se quedaran en Londres. --Tal vez no tenian otra opcion. Maggie lo considero en silencio, y luego senalo los papeles sobre el escritorio. --?Como ha ido? ?Estamos en mejor situacion que el mes pasado? Jenny miro los numeros que tenia delante. --Tu salario ayuda enormemente. --Eso era exagerar, pero cada pequena cantidad contaba. Maggie asintio en senal de acuerdo. --Tu contribucion es mucho mayor, estoy segura. Jenny se sonrojo. Si, sus habilidades contables habian aportado una buena suma, y esperaba que eso continuara, siempre y cuando los duenos de aquellos libros no supieran que era ella, una simple solterona de veinte anos quien se ocupaba de su contabilidad. Se volverian locos si conocieran su identidad, una mujer sin experiencia en los negocios. A traves de Henry, el criado de su padre, al que su madre se habia negado a despedir tras la muerte de lord Blackwood, Jenny habia conseguido ganarse la confianza de unos cuantos clientes. Llevaba las cuentas de los comerciantes locales, asi como de algunos nobles. Henry era el encargado de llevarle los libros de cuentas, y ella era el misterioso genio que determinaba la cantidad que un subdito leal debia a la corona o tenia derecho a guardar en sus propias arcas. Si tan solo hubiera sabido las terribles circunstancias de su padre… Gracias a su creciente clientela y al modo de vida frugal, evitaba que su madre, sus hermanas y su hogar cayeran en la indigencia. Aunque Maggie no aportaba gran cosa, la idea de que todo no recaia sobre sus espaldas reconfortaba mucho a Jenny, y asi podia afrontar la considerable carga de la manutencion de su familia. Ademas, aunque no se lo habia mencionado a Maggie ni a Eleanor, todavia les quedaba algo de dinero de la venta de su casa en la ciudad. Con esto y la bendicion de su madre, Jenny estaba decidida a darles a sus hermanas la oportunidad de tener su temporada en Londres, aunque esta fuera muy corta. Sin embargo, seria imposible reunir una dote. Las dos jovenes eran encantadoras, Jenny lo sabia, y si tan solo pudieran dejarse ver en algunos salones de baile, tendrian ocasion de conseguir un buen partido. En cuanto a ella misma, Jenny descubrio que no le importaba el drastico cambio de estilo de vida, como habia temido. Ser una solterona en Londres habria sido insoportable; habria sido despreciada y sus compromisos sociales se habrian visto severamente limitados a medida que envejecia. En el campo, tenia libertad. Ya dirigia una casa y supervisaba a sus hermanas como si fuera un hombre. Montaba a caballo cuando queria y leia lo que le apetecia, y aqui nadie la obligaba a tocar el temido pianoforte, a cantar o a bordar. De hecho, Jenny odiaba beneficiarse de la miseria de los demas, y menos aun de la su madre y hermanas, pero su vida habia mejorado. Y no habia tenido que asumir el papel de esposa de un vizconde, sobre todo, como resulto evidente, el de una esposa que no era en realidad deseada. La unica nube negra era la ingrata posibilidad de no casarse nunca, de no experimentar los misterios del lecho matrimonial ni de tener hijos propios. --De todos modos, no puedo volver manana. --La voz de Maggie la saco de sus pensamientos. Jenny se puso en pie. --?Que estas diciendo? ?Por que no? --Mama me ha pedido que lleve a Eleanor a la ciudad para comprarle un sombrero nuevo, ya que los ha perdido todos, y unos guantes, pues ha roto su ultimo par. Un sombrero y unos guantes. Jenny queria gritar ante la frivolidad de aquello. --No puedes abandonar a tus pupilos por un asunto asi. No cuando se supone que estas trabajando. Maggie levanto la mano.

  • Sin Rostro ni Rastro de Juliana Corrales

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    Doce del mediodia y el calor agobiante caracteristico de Ciudad Bolivar se hace inclemente para los habitantes de aquella pintoresca ciudad, capital del Estado Bolivar ubicado al sureste de Venezuela, localizada en la ribera sur del Rio Orinoco, se puede ver el agite de sus pobladores, presurosos por llegar a sus casas para luego regresar a sus labores. Los semaforos cambian constantemente y ni a si el trafico cesa, se pueden ver tambien los malabaristas que de momentos entretienen a mas de uno de los que en la cola aguardan esperando que el semaforo cambie a luz verde y asi seguir a sus destinos, desde malabares con aros y pelotas hasta cuchillos, piruetas con llamas, los mas osados. Por su parte las paradas de los transportes colectivos estan abarrotadas. Se escuchan los gritos de los vendedores ambulantes y en las aceras mas de un mendigo esperando la caridad de quien amablemente les de algo de comer. Sumergidos en este panorama se encuentran los indigenas provenientes de vecinos estados del oriente venezolano, entre guaraos del Delta, descendiente de los chaimas del Estado Monagas, de igual modo los pemones del mismo Estado Bolivar; llegados de la Gran Sabana, los piaroas de Amazonas y por ultimo los karinas de Anzoategui. Todos ellos caracterizados por aquella inocencia, tranquilidad y habilidades para todo tipo de artesania, migraron con la finalidad de conocer otro estilo de vida, dejaron sus culturas para vivir en el calor de la ciudad, viviendo en plazas, terminales de pasajeros, algun terreno baldio de la ciudad o donde los agarre la noche y mientras no llega esta, se dedican a las ventas callejeras de artesania y flores traidas de sus tierras, es lo que a simple vista se puede visualizar en aquel estado venezolano. Santo tomas de Guayana o Angostura del Orinoco, como era conocida antes de 1846, la actual Ciudad Bolivar, que se caracteriza por ser una ciudad universitaria, muchos de sus pobladores son jovenes estudiantes que migraron de distintas partes del pais desde el occidente hasta el oriente, reconocida por formarse alli profesionales de diversas carreras desde ingenieros hasta profesionales de la salud. En esta ciudad se encuentra una de las escuelas de medicina, mas reconocidas del pais, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oriente Nucleo Bolivar. Es una nueva semana de clases en la mencionada escuela, los estudiantes regresan luego de un fin de semana, unicos dias que son duenos de su tiempo, por asi decirlo, debido a las exigencias academicas de esa reconocida universidad; por aquel porton azul entrada principal, se ven venir a mas de un estudiante, todos presurosos por entrar a las aulas y laboratorios de las distintas asignaturas, esperando reunirse cada quien con su grupo de amistades para contarse anecdotas del fin de semana y planificar las actividades universitarias. La escuela tiene un pasillo algo oscuro, y al final de este los laboratorios de anatomia, los estudiantes que cursan la materia aguardan en la entrada, una vez vista la teoria para proceder a las practicas. !Permiso por favor! Abrire el laboratorio. Se escucha la voz de Medina, -uno de los obreros encargados de realizar esta tarea, "den un permiso que el senor necesita abrir" continua diciendo unas de las estudiantes. Dando paso todos se hacen a un lado, se empujan y gritan unos con otros! Sudorosos y con deseos de entrar, hasta que por fin el encargado logra abrir el laboratorio, pasan todos de forma desorganizada y se ubican a cada lado de los mesones; cuya caracteristica principal es su hechura en granito, en el centro de los planchones se podia ver un drenaje central para que el formol que destilaban los cadaveres que alli reposaban corriera por el mismo, estos cadaveres se encontraban cubiertos con sabanas blancas, las cuales hacian juegos con las paredes pulcras del laboratorio y con las batas que lucian orgullosamente todos los estudiantes que en el laboratorio se encontraban presentes, tambien se podian visualizar amplios ventanales que en cada practica era obligatorio abrir debido a la carencia de extractores para que los vapores emanados por el formaldehido del que estan impregnados los cadaveres puedan salir, dejando que la brisa desahogue un poco el ambiente. Entusiasmados los estudiantes por aprender de la interesante asignatura que mostraba a detalle cada una de las partes del cuerpo humano de forma macroscopica permanecen atentos. Lo unico que hacia desagradable la estadia en el lugar era la congestion que mas de uno sentia en las mucosas nasales, pero en especial la conjuntiva ocular producida por el asfixiante vapor de aquel quimico irritante, lagrimeaban por lo fuerte que era aquel producto empleado para la preservacion de los cuerpos sin vida. Ocho estudiantes por meson era la distribucion para la practica, pero en mas de uno de ellos se encontraban un numero superior a ocho, debido a la poca capacidad que este laboratorio tenia y la sobrepoblacion. Todo los estudiantes dispuestos a aprender y a acatar las indicaciones que el profesor instructor les suministraba paseandose por todo el laboratorio con su bata blanca puesta dando ejemplo de la disciplina que debian tener, pide que retiren las sabanas blancas que cubrian los cadaveres que posteriormente serian diseccionados por capas empezando por la piel seguido por el plano subcutaneo, muscular y oseo para lograr la apertura de las cavidades toracicas y abdominales, dejando expuestos todos los organos de aquellos cuerpos frios sin vida y donados por el servicio de anatomia patologica, o de medicina forense del hospital de la ciudad. Al fondo del laboratorio un grupo de ocho estudiantes retiran la sabana y se deja ver el cadaver de una joven mujer con rasgos indigenas, con facciones unicas, cabello largo, negro y lacio de labios gruesos piel triguena, quien aun estando en aquel meson conservaba un rostro angelical y en su pelvis resaltaba la presencia del utero en estado de gestacion. Parecia dormir placenteramente, la muerte no logro quitarle su belleza nativa sin igual de las mujeres de su tierra, cada uno de los estudiantes compartia acerca de sus experiencias gustos ajenos a la medicina el cual tenian todos en comun, aquella confianza entre todos crecio tanto a tal punto que llegaron a conocerse tan bien que sin ser iguales en personalidad formaban grupos de amigos y las practicas en los laboratorios se hacian amenas. Todos los lunes el laboratorio era un sitio de encuentros, donde planeaban sus reuniones para estudiar en las residencias de cada uno de ellos o simplemente para salir a bailar, comer helado y asi cualquier actividad que les fuese de agrado. Uno de estos tantos lunes reunidos en las practicas. Juan Camilo un joven estudiante invita a todos los que en ese grupo se encontraban y al cual el pertenecia al cumpleanos de una amiga que vivia en el edificio donde el residia, la reunion tendria lugar el dia viernes por la noche, pero parecia ser que a Mariano y Ana Elisa la idea de asistir no les resultaba atractiva. Mariano no compartia ese tipo de reunion, era de conocimiento por todos que frecuentaba mas los lugares donde hacian presencia bandas de rock, se hablaba de grupos musicales reconocidos en este genero; Mariano era apasionado por la lectura y mas si estaba relacionada a los acontecimientos de la segunda guerra mundial y en especial al personaje Adolfo Hitler, por el hecho de que los bisabuelos del joven, llegaron a Venezuela huyendo de una muerte segura por ser estos judios, resultaba ser sus gustos diferentes a las ciencias medicas; por su lado la joven Ana Elisa dedicaba sus dias a solo estudiar, siempre apatica a la hora de salir a otro sitio distinto a la universidad; un poco acomplejada por unos cuantos kilos de mas, obsesionada por cualquier tipo de dieta de la que le hablaran, pero nunca lograba verse como ella deseaba y era de saber por ella que su desespero por lograr rapido los resultados la hacian decepcionarse de cuanta dieta hiciera, su unico refugio para desligarse un poco de su problema de peso era la carrera universitaria y obtener el mejor promedio.

  • Cuervo Judio de Katy Molina

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    En mitad de la inmensa llanura se levantaba imponente una cortina de humo espeso. En ella se reflejaban las caras de horror y los gritos agonicos de millones de judios que se despedian de la vida sin mas remedio.

  • Quiero amarte de Tina Casado

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    Una Escocia moderna y romantica son el escenario perfecto para demostrar valores como la pasion, el amor, la ternura. La lealtad tambien habra que demostrarla. Pero no todo es bueno, lo negativo tambien hara acto de presencia. El odio puede ser fuerte, pero ?lo sera mas del amor que existe entre ellos?

  • Encontrada por la tentacion de Helena Sivianes

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    La desesperacion, las dudas, el dolor y la desconfianza hacen a Daniela sin destino alguno. Un viaje que le hara conocer a una persona que le abrira los ojos sobre sus sentimientos y lo que es capaz de hacer por ellos.

  • Por orgullo de Sophie Saint Rose

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    Xana trabajaba en una discoteca y conocer a Philip fue un autentico regalo que no se esperaba. Un gran amigo para toda la vida. Asi que cuando fue a visitarle a Inglaterra, se llevo una sorpresa al conocer a su hermano que era totalmente opuesto a el e impresionantemente sexy. Era una pena que no la tragara.

  • Salvame de los espiritus de Isai Flores

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    !NO TE DEJARAN EN PAZ!
    La novela debut del escritor mexicano Isai Flores, ahora bajo el sello de Editorial Endira, disponible en librerias de Mexico.

  • Mi obstinado protector de Mia Ford

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    En el momento en que mis ojos se encontraron con los de ella, no habia nada que me impidiera entregarselo todo.
    He vivido toda mi vida en mi club, rodeado de motos y con mi familia de acogida, pero ahora ella lo es todo.
    Es devastadoramente hermosa, obstinada e independiente y quiero protegerla de su abusivo ex novio, aunque no quiera. Esta sola y desprotegida y aunque piense lo contrario, soy lo unico que tiene.
    Ella es la unica mujer que he amado y por la que lo daria todo. Por eso hare cualquier cosa por volver con ella y ponerla a salvo. Incluso si ello significa seguirla a todas partes.
    Le daria todo lo que tengo.
    Y la quiero a ella.
    No te pierdas esta historia de amor con toques eroticos y una obsesion que te cautivara el corazon.

  • Un escape casi perfecto de Pamela Palma Mendoza

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    No era la primera vez que una novia dejaba al novio en el altar antes de decir: "Si, acepto." Tal vez ya habia ocurrido ?Antes? !Quien sabe! Pero era seguro que Hannah Monroe no habia sido la unica, ni la primera en hacerlo. Se dice que la historia de la primera novia que abandono a su novio toma lugar en la epoca medieval, donde una bella muchacha de una familia noble habia sido obligaba a contraer matrimonio con el fin de unir el reino de su familia con el de su prometido. La joven no estaba enamorada de el, sino del hermano de este, pero no podia hacer nada al respecto, puesto que sus padres ya habian arreglado el matrimonio con el hermano mayor y heredero del trono, el cual no se trataba de su amado. Cuando el dia de la boda llego, ella estaba vestida de blanco, se sentia resignada a cumplir con su obligacion, todo lo contrario a su amado, quien no estaba dispuesto a dejarla ir y menos con su hermano. En un acto de valentia, el joven llego a la ceremonia montado a caballo, la joven al verlo fue tras el, dejando a su futuro marido atras. Ambos habian huido y tenian el sueno de vivir su amor lejos de todos y del lugar donde se encontraban, pero desafortunadamente ese sueno no se cumplio, ya que su hermano habia ordenado que los capturaran y los llevaran a el. ?Pero con que fin? Como todo caballero al que le habian robado, merecia justicia y esa era la muerte del ladron. Su hermano menor moriria, pero ?Que ocurriria con la mujer que lo habia traicionado? Ella tambien moriria por haberlo hecho, unos dias despues que los encontraron, los dos jovenes enamorados fueron ejecutados y fue asi como la vida de ambos terminaron. De regreso al presente ?Que demonios le ocurriria a Hannah? Si ella tambien habia dejado a su prometido en el altar ?Tambien la matarian como aquella joven de la leyenda? -- No, eso no podia ser posible -- Todo aquello era tan medieval. La ingenua Hannah Monroe creyo que Michael se comeria su orgullo y todo quedaria alli, pero realmente estaba equivocada, Michael tenia otra cosa en mente y no necesariamente algo bueno para ella y su amante. Un escape casi perfecto Me gustan las historias de fantasia con un poco de drama y romance en ellas. Sin embargo, no siempre lo que se me ocurre y escribo es parte de la ficcion. Es cuestion de tiempo para que lo descubran. Capitulo uno 2015 Sabado 4 de la tarde, dia de la boda. Hannah no dejaba de caminar en circulos dentro de la habitacion, se preguntaba por que habia aceptado casarse si no lo deseaba. Un destello le dio la respuesta: Su familia tenia muchas deudas, debido a la irresponsabilidad de su hermano mayor y a la sobreproteccion de su padre hacia el. Terrance Monroe siempre habia sido el mejor hijo para sus padres, desde que nacio siempre lo mimaron al extremo que nunca lo reprendieron cuando acabo con el buen nombre de la familia y con todo el dinero de esta. Si el habia terminado una carrera, era gracias a la presion de su abuelo materno que siempre lo amenazaba con que no le heredaria nada si no iba a la universidad ?Pero que habia conseguido con estudiar 4 anos en la universidad? -- Nada, simplemente nada -- Despues de terminar la universidad, se dedico a gastar todo el dinero que tenia hasta acabar con todo, incluso con el dinero que el abuelo de ambos le habia dejado a Hannah. Sin dinero, con deudas por pagar y un supuesto fraude que el habia cometido en la empresa de Michael Dikoudis, el prometido de Hannah, ella se vio forzada a aceptar el trato que su padre hizo con el “Convertirse en la Senora Dikoudis” solo asi le perdonaria el fraude y pagaria sus deudas. Estaba mas que claro que su propio padre la habia vendido por dinero. -- ?Como salir de aqui sin que me noten? -- susurro Hannah. Ella estaba intranquila y tenia muchas razones para estarlo --. Podria ocultarme en el cuarto de servicio y despues salir por la parte trasera de la casa, ?no lo crees? -- Se dirigio a Whitney, su mejor amiga. Esta la miro y creyo que se trataba era broma. -- Debes estar muy nerviosa para querer huir, es natural. He escuchado que muchas novias tienen una crisis nerviosa el mismo dia de su boda, pero tranquila que ya se te pasara. -- intento tranquilizarla, pero nada en realidad funcionaria en Hannah. -- ?Y has escuchado de las que huyen y dejan al novio el mismo dia de la boda? -- menciono Hannah. -- ?Por que lo dices, Hannah? -- cuestiono la amiga, quien estaba muy extranada por el comentario y comportamiento de Hannah -- ?Has pensado en hacerlo? -- le pregunto alarmada por el comentario que habia hecho. -- Whitney, por supuesto que… -- Hannah carino, dentro de diez minutos tienes que bajar. Todos los invitados estan en el jardin esperando por ti. -- dijo su madre --. Whitney, dejemos a la novia sola, asi evitaremos que se ponga mas nerviosa. -- comento sonriente. -- Claro. -- respondio Whitney. -- No lo olvides, Hannah, en diez minutos. -- salio la madre de la habitacion, sin dejar de mencionar antes lo hermosa que estaba su hija. << Diez minutos, solo diez minutos para huir >> Penso Hannah. Si ella queria salir de esta situacion debia actuar rapido, porque despues lo lamentaria mucho y seria muy tarde. Hannah bajo a la primera planta de la casa y en el vestibulo estaba su padre que la esperaba y como es de costumbre en casi todas las bodas, el la tomo del brazo y la llevo hasta el altar que se encontraba en el jardin de su casa, donde Michael habia estado esperando a la hermosa novia. El dia, la hora y la boda habian llegado, pero parecia que Hannah tenia otros planes en mente y los cuales no incluian a Michael, ni a nadie de su familia, despues de todo, ellos siempre habian pensado en ellos mismos antes que en ella, asi que no tendria nada de malo que ella hiciera lo propio. Pensar solo en ella misma por una sola vez. No estaba siendo egoista, ya que se trataba de su vida. Ademas, no pensaba condenarse a anos de infelicidad tan solo por el bienestar de Terrance y la avaricia de sus padres. -- El dia de hoy estamos aqui, para celebrar el dia mas importante de la vida de estos dos jovenes: Michael y Hannah, quienes uniran sus vidas en sagrado matrimonio. -- empezo a recitar el sacerdote. Michael no dejaba de ver a Hannah, por un momento sus miradas se cruzaron, el le regalo una sonrisa amplia acompanada de un susurro que en realidad era un “Al fin te convertiras en mi esposa”, el cual hizo que ella dejara de debatir con su mente y saliera huyendo del lugar gritando que no podia casarse con el.

  • Todo o nada de Marcela Balluri

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    La vida de Nora se estaba cayendo a pedazos. Su exito estaba a punto de venirse abajo y en su casa tenia a un punado de periodistas dispuestos a sepultar su carrera.
    Necesitaba huir, pensar y, sobre todo, tomar la decision mas dificil de su vida.
    Y entonces alli estaba Chris Maddock, dispuesto a ocultarla y sacarla de la ciudad.
    Solo habia un problema. El era un enemigo declarado, el periodista mas rapaz de todos y quien se habia encargado de destrozar su imagen, ademas de ser el hombre que anos atras la habia vuelto loca y un maldito saco de masculinidad que gritaba pecado por todas partes.
    ?Confiar en ese charlatan? !Ja!

  • La biblia de los Caidos. Tomo 1 del Testamento de Sombra de Fernando Trujillo Sanz

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    Sueltaesecrucifijo,anormal--gruno Julio, lanzando un zarpazo alas manos desu companero. Oscar retrocedio para esquivar el golpe mientras aferraba con mas fuerza la cruz de plata que habia robado en una iglesia poco antes de acudiralli. Era grande, pesada y estabarecargadacon profusion de detalles ornamentales. --Nunca he visto a un vampiro --dijo con un levetembloren la voz--. Tener un crucifijo me daconfianza. Julio carraspeo. El sonido reboto entre las paredes curvadas del anden. Eran las tres de la madrugada y la estacion de metro de San Bernardo estaba desierta. --No eres creyente --se burlo--. No te servira de nada. Pero no temas, los vampiros no beben sangre de idiotas. Tengo entendido que les produce diarrea. Secagan patasabajo. Oscar no se dejo provocar ni desvio la atencion de las manos de su companero. Sabia que esperaba una oportunidad para arrebatarle la cruz. Julio podia ser muy molesto cuando se aburria. En el ultimo trabajo que les encargaron, les toco escoltar a una de las chicas del jefe. Tuvieron que esperar en elcoche cerca de cuatro horas mientras la mujer se probaba toda la ropa de un centro comercial. Julio no paro de incordiarlecon cualquier pretexto. Yahora,en aquelsolitario anden, no habia mucho que hacer. Ademas, elsi tenia miedo. No podiaadmitirlo abiertamente porqueeso no ofrecia una buenaimagen en alguien desu profesion. Sesupone que nada puedeasustara unmaton asueldo, y normalmenteeseeraelcaso, pero no esta vez, no cuando setrataba de un... --!Cerrad el pico de una vez! !Los dos! --Gruno Emilio,eljefe. Los dos guardaespaldas obedecieron. Irguieron sus musculosos cuerpos y aguardaron. En eso invertian la mayor parte del tiempo, en esperar. Emilio era un jefe razonable, quizas demasiado para ser el cabecilla de una red de trafico de drogas que introducia toda clase de sustancias ilegales en Madrid. Hablaba mucho. En opinion de Oscar, Emilio sobreestimaba el poder de la palabra y la conversacion, lo cual dejaba poco lugar para la accion intimidatoria, que era la especialidad de los dos guardaespaldas. Como consecuencia, tenian bastante tiempo libre, que Oscar invertia en el gimnasio. Curiosamente, ahora que daba menos palizas a los morosos, estaba mas fuerte que nunca. Que desperdicio. En cambio, con su anterior jefe, lascosaseranmuy diferentes.Allicuando alguien se pasaba delaraya, Oscar seencargaba desenalarleal insensato su error, de unmodo doloroso, por supuesto, porquesi no, secorriaelriesgo de queel pobreinfeliz no aprendieralaleccion. --No creo que venga --dijo Julio--. En cualquiercaso, sea o no un vampiro,es un impuntual. Emilio consulto elreloj. --Esperaremos --dijo eljefe--. Su reputacion es intachable. Eselmejor, nuncafalla, y siemprecumplesu palabra. Sise hacomprometido a venir, vendra. Oscar se pregunto como el jefe sabia tanto del vampiro. No es que figurara en las paginas amarillas, precisamente, aunque en realidad, ningun asesino asueldo lo hacia. Julio se habia ofrecido para hacerel trabajo elmismo, asegurando queentreel yOscar podrian liquidaral objetivo sin problemas. Oscar se puso bastante nervioso cuando se entero delatrevimiento de su estupido companero, que por supuesto no habia contado con su opinion antes deabrir la bocaza. Por fortuna, Emilio era un hombresensato y desestimo la oferta, lesaseguro que yateniaal hombreindicado paraeltrabajo. Oscar suspiro aliviado. Una cosa era proteger al jefe por la calle, intimidar a algun camello que se pasara de la raya, y dar alguna que otra paliza a quien se retrasara en un pago, pero matar a una persona, asesinarla a sangre fria, era algo muy diferente. Hacen falta algo mas que musculos para lograrlo;es necesario talento, inteligencia, y otrascualidades que seguro que Julio no tenia. Tal vezel bocazas de su companero podria liquidar a un delincuente vulgar, en la calle, a solas y sin un plan complejo. Pero se trataba de matar a un juez y de eso solo puede ocuparse un profesional. Oscarconsiguio mantener la compostura cuando Emilio les dijo que iba a contratara un vampiro. No sonrio nifruncio elceno, ni pregunto si habia oido bien. Porelcontrario, se mantuvo serio y espero a queeljefeexplicara que habiasido una broma. Pero no lo era. Oscar habia oido rumores en las calles sobre vampiros, demonios y otras criaturas. Estupideces. La gente dice cualquier cosa cuando esta drogada o para asustar a los demas. Tambien se hablaba de fantasmas, angeles y toda clase de figuras sobrenaturales muy poco originales. Incluso oyo una vez una leyenda sobre un hombre que no tenia alma. Menuda basura. Oscar se estaba cansando de lidiarcon tanta chusma en su trabajo, a veces incluso a pesar del dinero que ganaba. Estaba ahorrando y calculaba que en un par de anos, o tal veztres, podria salir de aquelasqueroso mundo. Sin embargo, su jefesicreiaen esas historias,almenos,en los vampiros. Cuando lesexplico queteniaa un asesino infalible y quesetrataba delreputado Sombra, Oscar no pudo evitar sorprenderse. Aquel nombrelesonaba, estabaseguro de quelo habia oido antes y enmas de una ocasion. Laincertidumbre de no recordar mas datos lellevo arobarelcrucifijo, por siacaso. Julio le dio una patada a una lata abollada, que fue rodando con un molesto chirrido hasta caer en las vias del metro. Dos ratas salieron corriendo entrelos railes. --?No puedesestarte quieto? --lereprendio eljefe. Julio seencogio de hombros. --Alo mejorelruido asustaalos vampiros. Un periodico que descansaba sobre un banco se elevo en elaire y oscilo en un baile lento y pausado. El panelelectronico que mostraba el nombre delaestacion parpadeo. Dela oscura boca deltunelsurgio humo, tal vez niebla. Elairesusurro. --La verdad es que el ruido no nos asusta. --Se giraron. Habia un hombre justo detras de Julio, con una sonrisa turbia en la cara--. Lo cierto es quelos queasustamos somos nosotros. Julio dio un paso atras, sobresaltado. El recien llegado era un hombre bien parecido, de cabello castano, un poco mas largo de lo que dictabala moda, pero queleconferiacierto airerebelde y atractivo. Calzaba unas llamativas deportivas decolor rojo, vaqueros gastados y una camisa de cuadros por fuera del pantalon, formando un conjunto muy informal. Media metro ochenta, mas o menos, y aunque no estaba ni la mitad defuerte quelos fornidos guardaespaldas de Emilio, seadivinabacierto tono muscular y bien proporcionado. --Tu debes deser Sombra --dijo Emilio. --Elmismo --confirmo elasesino--. Mis disculpas porelretraso. Otro asunto reclamaba miatencion. Se movia con aire despreocupado, despacio, pero sin dejar de pasear. AOscar le llamo la atencion que tuviera la piel bronceada, le habia imaginado tan palido como una hoja de papel. A pesar de que fuera un vampiro y un asesino implacable, su aspecto no le impresiono. No aparentaba mas de treinta anos, pocos para un autentico profesional, a menos, claro, que de verdad fuera inmortal. Lo cierto era que contemplarleestaba disipando sus miedos,empezabaacreer que no setrataba de un vampiro. --Tengo un trabajo parati. --Eljefechasqueo los dedos. Oscar saco un sobrecon documentacion y selo tendio a Sombra, pero laatencion del vampiro se habia dirigido a otra parte. --Bonita cruz --dijo. Alargo la mano y acaricio los bordes plateados con el dedo indice--. Es una cruz presbiteriana. Su diseno esta basado en las cruces celtas medievales de Irlanda y Gran Bretana. Representa una doctrina protestante del siglo XVI , una opcion religiosa interesante. --Yo no... --Oscar se quedo momentaneamentesin palabras--.?No te desagrada? --?Ami? --seextrano el vampiro--. Yo tengo tres, de oro. --?Podemoscentrarnosen los negocios? --dijo Emilio. --Desdeluego. --Sombratomo elsobre y extrajo la documentacion. Larepaso conmucharapidez, un par desegundos por pagina--. Un juez... No es una peticion habitual. --?Ya has leido todo elinforme? --pregunto Oscar un tanto asombrado. --Leo muy deprisa --aseguro Sombra. Oscar no le creyo. Estaba claro que era un fanfarron. Sintio el impulso de preguntarle algun dato concreto para desenmascararle, pero supuso que al jefe no le gustaria la idea. El vampiro retomo sus andares tranquilos, deslizandose entre ellos, silencioso, echando algun vistazo esporadico alas paginas delinforme. --?Algun problema? --quiso sabereljefe. --En absoluto --contesto Sombra--. Entiendo queestecaballero hainterferido en tus negocios y quieres librarte deel. --Tu tareaes matar y los motivos no teinteresan--dijo Emilio--. O almenoseso es lo que dicen deti. Eso y que nuncafallas. El vampiro se detuvo. Quedo deespaldasaellos, mirando las vias delmetro. --Puedesestar seguro de que yo no fallo jamas. La preguntaera por simplecuriosidad profesional. Emilio suspiro. --Es un juez muy testarudo. No quiere aceptar un soborno y eso que le he ofrecido una cantidad mas que razonable... Es una de esas personas conmoral, no las soporto. Ha encarcelado a varios miembros de mi organizacion y se ha convertido en una amenaza para mi red de trafico de drogas. Lo quiero muerto. Sieres tan bueno como se dice, puedes fijarel precio queteconvenga. --Ya veo. Es una gran oferta, sin duda --dijo Sombra aunmirando a la oscuridad del tunel--. Claro que asesinar a un juez no sera facil. Provocara unainvestigacion... --?Yeso que mas te da? --leinterrumpio Oscar--. ?No eres un vampiro? --Lo soy--dijo Sombrasin volverse. --Entonces no tendras problemasenmatarle --siguio Oscar--.Ano ser quete hayas inventado esachorrada paracobrar mas pasta y dar miedo alos demas. Sombrase volvio, le miro directamentealos ojos. --?Te doymiedo? Oscar dejo lacruzen elsuelo y saco su pistola. --No. Yno creo queseas un vampiro --dijo mientras leapuntaba directamenteal pecho--. Mas bien eres un fantoche. --?Queestas haciendo? --pregunto Julio. Su forzudo companero retrocedio un paso. --Guardaelarma --le ordeno eljefe. Oscar no obedecio. --?Por que? Sies un vampiro de verdad, la bala no le hara nada.?No esasi? Sombraempezo aandar haciael,con unasonrisaencogidaen los labios. Seacercaba despacio,zigzagueando. --Cierto, una bala no puede detenerme. --?Te has vuelto loco? --pregunto Julio. --No lo hagas --insistio eljefe. El vampiro seacerco mas, siempre mirando directamentea Oscar. --Quieres apretar el gatillo, ?verdad? Lo veo en tus ojos. --Sombra comenzo a caminar en circulos alrededor de Oscar, que mantenia el canon apuntandole en todo momento--. Tienes dudas, deseas dispararme y averiguar si de verdad soy o no un vampiro. Suponias que el crucifijo te protegeria de mi, pero hascomprobado que no y eso te ha puesto nervioso. Sombraacelero un poco el paso, estrechando un poco elcirculo con cada vuelta. Julio y Emilio le pedian a Oscar que bajaraelarma, pero el guardaespaldas no les haciacaso. --!Retrocede! --grito Oscar. Una gota de sudor resbalo por la mejilla. La pistola empezo a temblar en sus manos--. Disparare, te lo advierto. Elasesino aumento la velocidad. --Veo queeres un hombre muy fuerte ymusculoso. Si no soy un vampiro, no deberias necesitaresa pistola parareducirme. Como puedes ver, estoy desarmado. --Sombra sacudio su camisa de cuadros para hacer patente que no ocultaba nada. Siguio girando. Pasaba delante de Julio yEmilio cada vezmas rapido, siempre bajo laamenaza delcanon de Oscar--. Pero no guardas la pistola. Elmiedo te domina. Oscarestiro un poco el brazo. Ahorala pistolaestabaa menos de un palmo del pecho de Sombra. La mano letemblaba. --!Te he dicho queretrocedas! --?Por queibaa hacerlo? La bala no puedeconmigo. Vamos, dispara y compruebalo. No me pasara nada. --!Bajaelarma, imbecil! --grito Julio. --!Dejad de dar vueltas! --ordeno Emilio. Sin detener su movimiento alrededor de Oscar, Sombra separo los brazos y coloco su pecho a un centimetro escaso del canon de la pistola. --Asi, justo en elcorazon --dijo. El guardaespaldas, que continuaba girando al ritmo de Sombra para mantenerle encanonado, empezo a sentirseconfuso ymareado--. Manten el pulso, no tiembles tanto. Mucho mejorasi... Ahora dispara,acabemoscon esto. --!Tu telo has buscado! --Hazlo --dijo Sombra,con suavidad,casien un susurro--. No seascobarde, vencetumiedo. !Dispara! Sombrasonrio ymostro loscolmillos. Seinclino un poco hacia delante. Oscarapreto el gatillo. Un disparo atronador resono en elanden y quedo ahogado por la punzada de un gemido. Elcorazon de Oscar latia descontrolado. Cuando sumano temblorosaseabrio, la pistola humeantereboto contraelsuelo. --?Que has hecho? --grito Emilio. Oscar aun no lo entendia. Hacia un i

  • Olvidate de la loteria y deja que te toque yo de Patty Mcmahou

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    Cuando Daniela vuelve a casa tras su primera visita a la clinica de inseminacion artificial y encuentra a su marido en la cama con la cajera del supermercado, su mundo se derrumba y decide poner punto y final a su matrimonio.

  • La Educacion Sentimental de la Senorita Sonia de Susana Constante

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    La senorita Sonia se entusiasma en la semioscuridad del compartimento de un tren de larga distancia con el esplendido capitan de husares que la conduce (?la conduce?) a los placeres del dialogo filosofico y de la perversion. Como en otras novelas escritas por mujeres, el eco de Sherezade esta siempre presente y quien narra la historia tiene el lugar decisivo: ajena a las precauciones restrictivas de la literatura moderna, la narradora analiza las pasiones, sabe todo sobre todos y se desplaza con malicia por la superficie del relato.

  • El estilo Virgin de Richard Branson

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    Con el estilo descomplicado, directo y fresco que lo caracteriza, Richard Branson comparte los secretos que lo convirtieron en uno de los empresarios de mayor reconocimiento y en un icono para los emprendedores. Para el, autonomia, libertad, apoyo y flexibilidad son claves para lograr que cada una de las personas en su organizacion, sin importar el cargo, ponga todo su empeno en lograr metas extraordinarias al tiempo que gozan cada minuto de sus actividades. Su filosofia de vida ha sido divertirse mientras persigue sus retos (asi parezcan disparates para los demas), no rendirse si fracasa ni dormirse en los laureles: un espiritu que ha contagiado a los cerca de 50 000 colaboradores de Virgin en todo el mundo y que lo ha convertido en un lider unico y admirado.

  • Aquella playa desierta de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Puede el encuentro de dos personas ser como un destello de luz?

  • La hija de Joyce de Annabel Abbs

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    Zurich, 1934. Lucia Joyce, de 27 anos, cuenta lo que ha sido su vida al Doctor Carl Jung, el mas reputado psicoanalista de su tiempo, al que ha recurrido el padre de Lucia, James Joyce, para encontrar remedio al devastado estado psiquico de su unica hija. En las tensas sesiones, Lucia recuerda su pasion por la danza, el publico que la aclamaba en los mas reputados teatros de Paris. Pero tambien la imposibilidad de seguir su carrera atrapada en el amor destructivo de su padre, que la tenia por su musa, y en la fatal atraccion por uno de los protegidos del padre, Samuel Beckett, y por su profesor de dibujo, Alexander Calder. Asi se conforma el retrato de una mujer joven cuya pasion por la vida, y la desesperacion en la que se hunde cuando no puede seguir el camino que le marca su talento, quedan poderosamente expresados en esta novela, que es a la vez el retrato intimo de la familia Joyce y del Paris de los anos veinte y treinta, uno de los mayores momentos creativos de la historia contemporanea

  • Tu sueno hecho realidad de Chris Guillebeau

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    Al igual que los heroes de antano se lanzaban a realizar sus suenos y a lomos de un caballo se adentraban en bosques encantados, muchos hombres y mujeres siguen recorriendo un camino para <> a si mismos. Como descubrio don Quijote hace muchos anos, una mision no siempre resulta ser como se habia planeado. Los viajeros sufren contratiempos inesperados o se pierden porque alguien les ha orientado mal, y algunas situaciones que han de afrontar son un autentico reto. Sin embargo, por extrano que parezca, las desventuras (y a veces hasta los desastres) generan confianza. Este libro trata sobre esta oportunidad de aprender. Vas a estar en compania de hombres y mujeres que iniciaron grandes aventuras y dieron un proposito a sus vidas trabajando en pos de algo que para ellos tenia un profundo sentido. Encontraras aqui sus relatos y las lecciones que aprendieron. Sabras lo que les sucedio por el camino, pero, sobre todo, sabras por que ocurrio y por que importa. Fabuloso… Bien escrito, entretenido e inspirador. HUFFINGTON POST. Las increibles aventuras a las que Chris Guillebeau nos remite en Tu sueno hecho realidad, incluida la suya propia de viajar a todos los paises del mundo, me dejaron exhausto.

  • Premio Gordo de Jose Perea Del Pino

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    Con mas de veinte anos de experiencia en el cuerpo de policia, el inspector Espinosa esta tan decepcionado de su trabajo que ha dejado a un lado la profesionalidad. Utiliza las ventajas que le proporciona una placa de policia para sus beneficios personales. Pero un desliz provoca que su vida, hasta ese momento un descontrol de drogas y prostitutas, comience a tomar el camino correcto: la aparicion de una chica, Luciana. Lo peor de todo fue que el inspector nunca entendio el significado del amor; mientras mas se enamoraba, ella mas lo odiaba. Durante unas navidades, un giro radical del destino cambio la vida de ambos de la forma mas violenta posible. Cuando la felicidad era lo mas facil de sentir, intervino el odio y la venganza.

  • Quiereme siempre de Nuria Gago

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    A Lu, que lleva dos anos en Paris, le han roto el corazon por tercera vez y decide volver a Barcelona para aclarar sus ideas.
    Su madre le busca un trabajo de cuidadora sin consultarle y cuando la recoge en el aeropuerto, la lleva directamente a casa de Marina: ochenta y seis anos, viuda y pendiente siempre de su hermana Maria, enferma de alzheimer. Lo que empieza siendo una convivencia forzosa se convierte para las dos en un pequeno oasis en el que recuperaran la alegria y el control de sus vidas.
    Quiereme siempre habla sobre la importancia de ayudarnos los unos a los otros, sobre la soledad de nuestros mayores, sobre como la musica puede abrir puertas que ya nadie encuentra y, sobre todo, de como el humor, el amor y la valentia de mirar hacia adentro pueden salvarnos.

  • Alacran de Salva Alemany

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    Novela policiaca que cabalga entre el genero negro de accion y el thriller psicologico. Santos es un hombre duro, tanto como el entorno en el que vive, una localidad en la frontera mexicana. Lugar de paso de narcos e ilegales. El gringo Santos tiene dos amores: su esposa Lupe, la mejicanita, y su taller de motos. Pero las motos no dan lo suficiente para comer y Santos hace trabajos para el todopoderoso Don Dimas, quien controla desde su a talaya todo su entramado de negocios criminales. Decidido a cambiar de vida, Santos acepta un ultimo encargo que le permita empezar de cero. Sin embargo, el pasado vuelve a visitarlo para recordarle que no basta la mera voluntad para desterrar sus fantasmas. Salva Alemany (Valencia, 1968) a pesar de haber publicado un libro juridico tecnico, despega su carrera literaria con su primera obra de ficcion, La suerte no existe, finalista del II Premio de Creacion Literaria Bubok. Su segunda novela, Eire, que destapa una trama de abusos en el seno de la Diocesis Irlandesa de Ferns, resulto finalista del Premio La Trama de Ediciones B. Alacran es su tercera novela.

  • Emociones expresadas, emociones superadas de Ciara Molina

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    En Emociones expresadas, emociones superadas encontraras una fantastica guia con la que aprenderas a navegar en el mar de las emociones. En ella Ciara Molina expone, de manera amena y sencilla, como pensamiento, emocion y conducta son eslabones de la misma cadena. A traves de relatos, tecnicas y ejercicios practicos descubriremos como todo lo que uno necesita para ser feliz se encuentra en uno mismo. Conceptos como aceptacion, asertividad, actitud y respeto seran la clave que nos conducira hacia tan ansiado equilibrio. ?Empezamos el viaje?

  • Somos naturaleza de Katia Hueso

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    La tecnologia, el turismo de masas, la urbanizacion, los trajines del dia a dia y las exigencias de la vida moderna parecen habernos hecho victimas de lo que Richard Louv --reconocido escritor y periodista-- llamo “sindrome de deficit de naturaleza”.

  • Por Siempre Mia (Beaumont 1) de Heidi Mclaughlin

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    Nunca supuse que seria una estrella de rock. Tenia toda una vida planeada para mi. Jugar futbol en la Universidad. Ir a la NFL. Casarme con mi novia del colegio y vivir felices para siempre.

  • Corazon Partido (Corazones de Combate 1.5) de Tarina Deaton

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    Denise Reynolds esta acostumbrada a tener una buena coraza para mostrarse al mundo como una mujer fuerte y capaz, pero mantiene muchas cosas enterradas en lo profundo de su ser.

  • Corazon congelado (Corazones en Manhattan 5) de Camilla Mora

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  • Chantaje de Selva Palacios

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    El repiqueteo de sus tacones altos contra el pulido suelo de marmol dejaba claro que se trataba de una mujer muy segura de si misma. Si se hubiese inclinado, habria podido contemplar su hermoso rostro reflejado a sus pies. Varios hombres giraron sus cabezas para seguir observandola mientras se alejaba con parsimonia de ellos. Sus andares eran insinuantes, casi hipnoticos. Sus largas piernas quedaban ocultas a la altura de la rodilla bajo un ajustado vestido azul que hacia destacar sus bien proporcionadas curvas. Se detuvo frente al ascensor y con el dedo indice pulso el boton de llamada. Sus unas estaban cubiertas por un par de capas de laca color rojo brillante. Estiro la mano y comprobo que su manicura seguia intacta, como si ninguna otra preocupacion nublara su mente. Dejo el puno reposando sobre su diminuta cintura y descanso su peso sobre una sola pierna. Al hacerlo, la curva de su trasero se acentuo, haciendolo parecer mas voluminoso. Un pitido advirtio de que las puertas del ascensor se abririan. Se introdujo en la cabina y se echo un pulso frente al espejo. Sus ojos eran grandes, verdes, ribeteados por un halo avellana en el limite de su iris. Su cabello color castano se deslizaba en suaves ondas sobre sus hombros. Le llegaba hasta mitad de la espalda. Sus labios eran carnosos, cargados de voluptuosidad. Los llevaba pintados de rojo e hizo un breve sonido al apretarlos entre si. Sonrio y alzo una ceja, senal de que le gustaba lo que veia. Justo entonces, las puertas del ascensor se volvieron a abrir, diez pisos mas arriba. Unos pasos mas y estaria en su despacho. Ayudandose de una llave electronica, abrio la puerta. Al lado de esta, un letrero. En blanco sobre negro, podia leerse: "Estefania Madariaga. CFO". Por supuesto, CFO eran siglas en ingles, idioma que dominaba a la perfeccion. Chief Financial Officer. Aquel era el cargo que ocupaba desde hacia tres meses. Habia sido un ascenso fugaz en su meteorica carrera. Lo habia sudado, habia peleado como una condenada jabata, dejandose la piel, trabajando mas de diez horas diarias durante los ultimos seis anos. El esfuerzo habia dado sus frutos y, habiendo demostrado que estaba mas que cualificada para ese puesto, se gano una promocion sin duda merecida. La noticia habia levantado unas cuantas ampollas entre companeros mas veteranos, haciendo ruido como un enjambre encolerizado de abejas asesinas durante semanas por los pasillos de la oficina. Sin embargo, aquel no era su problema. Ella estaba muy por encima de todo eso. Estefania era la mas joven en ocupar un cargo directivo en toda la compania, y la primera mujer CFO en la historia de la empresa. Un hito que nadie habia podido replicar en ninguna de las treinta delegaciones que se repartian por todo el mundo. Se atuso el pelo antes de poner sus preciosas posaderas en su silla ergonomica de diseno. Era la directora financiera de aquella corporacion. El titulo de su cargo en castellano tenia mucho menos glamour. Y, si habia algo que le sobraba a Estefania, eso era precisamente glamour. --?Tienes un minuto? Mas bien tenia un suspiro, y se lo dedico por entero a la persona que demandaba su atencion. El semblante de Estefania cambio como por arte de magia. Una sonrisa estudiada aparecio en su cara, mostrando unos dientes perfectamente alineados y muy blancos. --Claro. Su voz era algo mas grave de lo que uno se esperaria en una mujer tan femenina como ella. Sin embargo, le sentaba bien. En las reuniones dificiles, cuando debia imponerse ante hombres que le sacaban veinte anos, sabia modularla, explotar su partido. Como al resto de las armas que reunia. Lo importante era salirse con la suya, y con frecuencia lo lograba. Le gustaba ganar. Su secretaria traspaso el umbral de la puerta cargando unos folios y empezo a vomitar una retahila de informacion inconexa a la que Estefania no presto excesiva atencion. Se perdio en sus propias ensonaciones, todavia tratando de asimilar que era ella la que ocupaba ese cargo. Sus anhelos, sus metas, se habian materializado en aquella realidad que aun le resultaba inexplicablemente ajena. Y es que Estefania era una mujer que se habia hecho a si misma... o casi. Licenciada en una de las mejores universidades, beca Erasmus incluida, habia realizado un master y un MBA en prestigiosas escuelas de negocios de Londres y Nueva York respectivamente. Desde nina ya tenia claro que queria llegar alto, ser la mejor. Tenia a quien parecerse. Apreto los dientes, contrariada. Aunque le doliera admitirlo, jamas habria podido costearse ella sola la matricula ni los gastos derivados de su exclusiva formacion academica. Todo eso se lo debia a el. Estaria agradecida de por vida con aquel hombre por haberle permitido desarrollar su potencial. Sin embargo, su radio de influencia era todavia mas amplio. En el fondo de su alma, Estefania sabia que el habia tenido mucho que ver con el hecho de que ella ocupase esa confortable silla. --Entonces, ?te parece bien que adelantemos la reunion al martes? Estefania parpadeo varias veces seguidas. Tres capas de rimel alargaban sus pestanas hasta hacerlas kilometricas. Enmarcaban su mirada gatuna de un modo que pocos hombres podian resistirlo. --No --respondio, sin alterarse un apice--. Aprovechemos que esta aqui el senor Cortes hoy para atajar el asunto de una vez por todas. Comprueba cuando quedan libres para convocarlos a todos a continuacion. Con un gesto algo altivo, le hizo entender a su secretaria que podia retirarse. Ella asi lo hizo, cerrando la puerta al salir. Estefania echo una ojeada a la pantalla de su portatil ultimo modelo. En su bandeja de entrada habia por lo menos medio centenar de correos por leer. Ya lo haria mas tarde. Se levanto de la silla y paseo por el despacho. El frufru de sus muslos al caminar en contacto con el tejido de su falda se hizo tremendamente audible en el silencio reinante. Dejo que sus rojas unas se deslizasen lentamente por la blanca pared. Aquello era suyo. Sus dominios. Se dio media vuelta y contemplo el paisaje que se extendia ante sus pies. Las oficinas de su empresa se situaban en el decimo piso de una de las torres acristaladas mas llamativas de la ciudad financiera de la capital. Desde tan arriba, los coches parecian de juguete, las personas, insignificantes peones viviendo anodinas existencias. Estefania casi sintio lastima por todas ellas. Sin embargo, una punzada le atraveso el corazon al acordarse de su hermano, Diego. Cerro los ojos para tratar de borrar el recuerdo de su marchito cuerpo en la cama de aquella fria clinica. Era muy injusto que el destino se cebara de aquel modo con el. Lo peor de todo, sin duda, residia en que su mente estaba lucida todo el tiempo, haciendo a Diego plenamente consciente de que su carne se consumia. La enfermedad, ese monstruo impio, era degenerativa; lenta pero inexorablemente la luz de Diego se apagaba. Estefania apreto los punos. El tratamiento que conferia cierta calidad de vida a su hermano era mas que caro, prohibitivo. La mitad de su generoso suelo iba destinado a pagar las facturas que mes a mes volvian a estar ahi, como una pesadilla recurrente, recordandole la suerte que su hermano habia corrido. --Estefania, ya esta hecho. En hora y media, sala doscientos tres. Lo tienes en tu agenda. Ella dio media vuelta, dejando las espectaculares vistas de la ciudad detras para que la ciudad disfrutara de unas magnificas vistas de su trasero. Sonrio sin mostrar los dientes, contrariada por el hecho de que su secretaria la hubiese pillado con la guardia baja. Al volver a quedarse sola, paseo su mirada por el despacho, maravillandose otra vez por lo espacioso que era, por lo pulcramente que estaba decorado. Todo era blanco: el suelo, su gigantesco escritorio, sus archivadores, el sofa de dos plazas situado al lado de la puerta, su silla de diseno, incluso el enorme cuadro que colgaba de las niveas paredes derrochaba pulcritud. Un vago esbozo llamado arte moderno: tres tristes circulos marrones en un oceano de lienzo sin tocar. Habia costado miles de euros a la empresa, pero era lo que ella deseaba, y sus deseos eran ordenes. Contemplo el reloj que adornaba su minuscula muneca. Tomo su telefono movil y encargo una ensalada a su restaurante favorito a traves de una aplicacion. En menos de quince minutos ya la habia terminado, y pudo centrarse en preparar la reunion, que se avecinaba larga. Estefania no se equivoco: la reunion fue larga, justo como imaginaba que la tendria el senor Cortes. Lo contemplo sin reservas a traves de sus largas pestanas, sabiendo que la atencion estaba puesta en la persona que exponia las conclusiones de un reporte trimestral ante una selecta audiencia de la que ella tenia el deber de formar parte. Leonardo Cortes era un habitual en las juntas. A pesar de que llevaban viendose seis anos en reuniones, eventos y conferencias, Estefania se dio cuenta de que apenas sabia nada sobre el. --?Podriamos ir al grano? No tengo todo el dia... Su voz era grave, autoritaria, no dejaba espacio a la replica. Leonardo ni siquiera estaba mirando al aludido, sino a su carisimo reloj. Suspiro tenuemente y manipulo uno de los gemelos de oro y zafiro que adornaban el puno de su camisa. Entonces, alzo la vista y la miro. Bueno, no la miro. Para ser exactos, clavo sus ojos azules sobre Estefania y le sostuvo la mirada como si estuviese de caza. Ella trago saliva, pero no se amilano. Leonardo entreabrio sus labios, una boca fina pero apetitosa por la que Estefania se sintio tentada, pero se abstuvo de contemplarla. No pensaba perder aquel absurdo juego. Ella nunca perdia. Leonardo curvo las comisuras de sus labios hacia arriba. Se paso la mano por la mandibula, como si estuviese repasando su afeitado y se inclino lentamente hacia delante, hasta que su espalda dejo de tocar el respaldo de la silla. Estefania pudo sentir que su respiracion se agitaba, muy a su pesar. Comenzo a respirar por la boca, y la sintio seca. Una voz la llamo por su nombre por tercera vez. Con ello se rompio el juego de miradas que se traian los dos. Estefania pestaneo varias veces y sonrio a los presentes. Recupero la compostura en un visto y no visto. Se levanto de la silla, estiro la tela del vestido hacia abajo y camino con seguridad hasta situarse al lado del proyector. Comenzo a exponer su parte hablando de cifras, porcentajes, indicadores. Sus bonitos ojos verdes hicieron un barrido por toda la sala. Tenia la atencion de todos aquellos hombres. Sin embargo, no transcurrio mucho tiempo hasta que enfoco sus pensamientos unicamente en el senor Cortes, que habia girado su silla en un angulo de noventa grados y se habia cruzado de brazos para escucharla. Su semblante era inexpresivo al tiempo que repasaba sin perder detalle el cuerpo de Estefania embutido en aquel vestido azul. Bueno, no solo eso: ella descubrio en sus ojos algo que ya habia detectado en los de otros hombres: deseo. Si, eso era. La estaba desnudando con la mirada. Trago saliva y se quedo en blanco. Apenas fueron unos segundos, pero eso basto para que el senor Cortes sonriera satisfecho, mostrando una hilera de dientes perfectos, dignos de anuncio televisivo. Ella se paso una mano por el pelo. Para poder terminar su exposicion y salir impune, tuvo que esforzarse. Regreso a su sitio y mantuvo su atencion en el proyector. Sabia que Leonardo seguia mirandola: por el rabillo del ojo se hacia eco de su escrutinio. Estefania se pregunto que mosca le habria picado a aquel hombre. Le hacia sentir incomoda, incluso... insegura. Apreto los dientes y se encontro deseando que terminara aquella reunion cuanto antes. Sin embargo, aun faltaba para eso. Leonardo se levanto de la silla y, en lugar de estar de pie, quieto, se dispuso a caminar por toda la sala, atrayendo, irremediablemente, la atencion de Estefania por enesima vez. El senor Cortes exponia su discurso con una seguridad y un aplomo que ella, en secreto, admiro. Haciendo uso de pocas palabras, esbozaba ordenes, deseos, de manera extraordinariamente directa. Leonardo era socio minoritario de la compania, pero ella sabia que aspiraba a mas. Siempre queria mas. Desde que lo conocia, Estefania habia seguido de cerca sus movimientos, siendo testigo indirecto de sus progresos, de sus avances. Sabia que, de seguir por aquel camino, pronto se haria fuerte entre los miembros del consejo de administracion, lo que potencialmente convertiria al senor Cortes en su jefe. La mera idea estallando en su cabeza fue suficiente como para que un escalofrio le recorriera la espalda.

  • La ayudante perfecta de Sophie Saint Rose

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    Sienna esta acostumbrada a su jefe y no le sorprendia su mal humor en absoluto. Era algo tan habitual en el que no le afectaba. Lo que si la afectaba esa era atraccion que Matthew parecia sentir por ella recientemente y la tension de una demanda contra la empresa no ayudaba en absoluto…

  • Breves respuestas a las grandes preguntas de Stephen Hawking

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    Stephen Hawking fue reconocido como una de las mentes mas brillantes de nuestro tiempo y una figura de inspiracion despues de desafiar su diagnostico de ELA a la edad de veintiun anos. Es conocido tanto por sus avances en fisica teorica como por su capacidad para hacer accesibles para todos conceptos complejos y destaco por su travieso sentido del humor.

  • Rivales y amantes de Cara Summers

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    Desde que la seductora Lily McNeil habia aparecido en su hotel, la vida de Tony Romano ya habia corrido peligro en dos ocasiones.

  • Silencioso destino de B. E. Raya

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    Cuenta una leyenda que las personas destinadas a conocerse estan conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia. Hikaru Kiyomizu proviene de una familia japonesa encargada de cuidar el templo del Dios Musubi, ademas de que se les han asignado ciertos dones y poderes para poder resguardar y ayudar a aquellos que desean encontrar a su alma gemela, esos poderes para Hikaru son una maldicion, no desea saber nada del hilo rojo, ni de parejas predestinadas y mucho menos encontrar a su alma gemela.

  • El Alcalde y la Activista: Todo vale en la politica y en el amor de Laura Benet

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    Cristina es una joven idealista y romantica, que cree en la vida sana y en la defensa del medio ambiente. Esta dispuesta a todo con tal de defender aquello que le importa. Hasta de enfrentarse al alcalde y a quien haga falta, sin medir las consecuencias. Aunque ese alcalde tan guapo y atractivo no quiera escucharla.

  • La monarquia del miedo de Martha C. Nussbaum

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    La globalizacion ha producido sensaciones de impotencia en millones de personas en Occidente. Ese sentimiento de indefension genera resentimiento y un afan por buscar culpables. Se culpa a los inmigrantes. Se culpa a los musulmanes. Se culpa a otras razas. Se culpa a la elite cultural.