• libro la maga del olvido - Mar Ledea

    https://gigalibros.com/la-maga-del-olvido.html

    Camila Infante, una mujer instruida de mediana edad y amante del Martini azul, ha perdido sus recuerdos producto de una rara enfermedad mental. Dispuesta a recuperarlos, regresa a su pueblo natal, Cabo Azules, donde emprende un viaje a traves del tiempo de la mano de unas viejas fotografias encontradas en una caja de sombreros.

  • La maga del olvido: Novela completa Versión Kindle

    https://www.amazon.es/maga-del-olvido-Novela-completa-ebook/dp/B07QMMV61Y

    La maga del olvido es un libro escrito con mucho talento y amor al pasado que siempre nos acecha y del cual quisieramos conocer todos esos misterios del cual ...

  • La maga del olvido : Ledea, Mar - Libros - Amazon

    https://www.amazon.es/maga-del-olvido-Mar-Ledea/dp/1732914109

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  • La maga del olvido: Novela completa - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/52538563-la-maga-del-olvido

    14 abr 2019 — La maga del olvido book. Read reviews from world's largest community for readers. La historia de una familia poco comúnCamila Infante, ...

  • Opiniones de los primeros lectores - Martini Azul Productions

    https://www.martiniazul.com/opiniones-de-los-primeros-lectores/

    Eso y más (¡mucho más!) es La maga del olvido, una apasionante novela gráfica, ... Finalmente, un libro que nos recuerda esa fragilidad, la de un universo ...

  • 9781732914100: La maga del olvido - IberLibro - Ledea, Mar

    https://www.iberlibro.com/9781732914100/maga-olvido-Ledea-Mar-1732914109/plp

    La maga del olvido de Ledea, Mar en Iberlibro.com - ISBN 10: 1732914109 - ISBN 13: 9781732914100 - Martini Azul Productions - 2019 - Tapa blanda.

  • La maga del olvido | Mar Ledea [Descargar ePub]

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    Un tapiz de historias que llevan por denominador común el de victoria sobre el dolor, el odio y la intolerancia. La maga del olvido es un libro escrito por ...

  • La maga del olvido - Mar Ledea - PDF • Descargar Libros Gratis

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    El caso es que en medio de uno de mis arrebatos un amigo muy querido me recomendó escribir un libro, o mejor dicho, realizar una investigación retrospectiva ...

  • Descargar La Maga Del Olvido - Mar Ledea (2019) - Libros ...

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    La maga del olvido Camila Infante, una mujer instruida de mediana edad y amante del Martini azul, ha perdido sus recuerdos producto de una rara enfermedad ...

  • Cuando el olvido nos alcance – Raul Garcia Reglero de Raul Garcia Reglero

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    En un mundo sin memoria, cuatro personas conviven con el resto de la poblacion en un planeta distribuido por comunidades donde la gente se agrupa en funcion de su capacidad economica. No existen las fronteras. Cualquiera puede residir en cualquier lugar, siempre que se lo pueda permitir.
    La historia de la humanidad ha sido eliminada. La manipulacion mental, ampliamente aceptada, permite borrar los recuerdos mas dolorosos, otorgando a las personas que se someten a ella, una nueva libertad.
    El hacking mental es utilizado por grupos mafiosos sin escrupulos con la intencion de manipular a su antojo a una parte de la poblacion. Solo la Amapola, un movimiento que no se resigna a aceptar este orden, se opone con vehemencia.
    Sin embargo, la intrinseca confusion ligada a esta sociedad, hace que nadie sea lo que aparenta.

  • La venganza no prescribe de Eva Zamora

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    El pasado ni olvida ni perdona

  • El roce de tu piel de Mita Marco

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    Logan MacLean, el hijo del laird de un poderoso clan escoces, recibe el encargo de llevar personalmente una importante misiva a uno de sus aliados. No obstante, por el camino es sorprendido por un grupo de salteadores y acaba malherido e inconsciente en medio del bosque. Entre la bruma del dolor, y sus escasas fuerzas, solo llega a escuchar la risa malvada de una mujer, que le roba mientras no puede defenderse, y de la que jura vengarse en cuanto se recupere, del mismo modo que hara con los demas malhechores.

  • Poesia reunida de Roberto Bolano

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    Toda la poesia publicada por Roberto Bolano por primera vez en un solo volumen y en edicion revisada.

  • Black out de Maria Moreno

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    Novela, memorias, retrato de epoca, microensayo, cronica social, diario intimo, registro cientifico, desnudo, critica, mapa: de la magistral mixtura de generos a las fronteras entre Plaza Miserere y Barrio Norte, o a los parecidos entre Emilio, el mozo que le alcanza la cartera cuando tropieza hacia la vereda, y Georges, el barman del Ritz que ante Hemingway ignora a Scott Fitzgerald.

  • Double Trouble de Sara Halley

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    Lance Evergreen recibe el encargo mas extrano de su carrera como detective privado: un adinerado hombre de negocios desea que investigue quien quiere deshacerse de el. Se trataria de un trabajo mas, de no ser porque su cliente fallece y, despues de muerto, le ofrece continuar la mision a cambio de una importante recompensa economica. Inmediatamente, las sospechas recaen sobre Charlotte Miller, la hija y heredera de la fortuna del magnate asesinado.
    Facil, ?verdad?
    Por supuesto que no.
    Dos generos, romantica y policiaca, mezclados con maestria en una sola novela. Dos protagonistas tan diferentes como la noche y el dia.
    El, un oscuro detective hecho a si mismo que cree saberlo todo hasta que llega la mujer que rompe sus esquemas. Ella, una explosion de luz a quien nunca le ha importado el dinero, alguien que busca justicia y es incapaz de ver el peligro que esto conlleva.
    Nada sera sencillo porque cada problema acabara siendo el doble de lo que esperaban en un principio. Porque nada es lo que parece en esta investigacion que te llevara a lo largo y ancho de la ciudad de Chicago en persecuciones, reyertas, espionaje y una buena dosis de romance.
    Todo para descubrir quien mato a Edward Miller.
    Y, lo mas importante, por que lo mataron.

  • Desgracia impeorable de Peter Handke

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    Publicada en 1972, “Desgracia impeorable” ocupa un lugar destacado dentro de obra de Peter Handke (1942), uno de los escritores actuales mas importantes, polemicos y populares en lengua alemana. En el libro, escrito pocas semanas despues del suicidio de su madre por una sobredosis de narcoticos, la angustia lleva al autor a profundizar en la memoria y encontrar para sus recuerdos formulaciones adecuadas. Y, en esta prosa cristalina, el relato preciso de la existencia de la madre (un mero salir adelante en que cobra fuerza la voluntad por dejar de ser <> para convertirse en <>), construido sobre un recuerdo vivido intensamente, se transforma en un ajuste de cuentas con la realidad, asi como en una lucida reflexion sobre la tarea del escritor.

  • Conversaciones con mi enano de jardin de Jean-paul Didierlaurent

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  • Basta con vivir de Carmen Amoraga

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    Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola, enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto, y para protegerse del dolor no encuentra otra forma que vivir dentro de una coraza que oculta sus verdaderos sentimientos.

  • Gordo de feria de Esther Garcia Llovet

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    Un borracho. Un borracho de Semana Santa. Un borracho de Semana Santa atraviesa la plaza Mayor de la capital de Espana, son las cinco de la tarde, parece que va hablando por el movil pero la verdad es que no tiene movil porque se lo han robado hace horas y no se ha dado ni cuenta. Habla solo. Se llama de usted. -Que cosa mas rara me ha pasado -dice el borracho. El borracho se ha puesto a mirar una obra de canalizacion. En realidad se ha quedado apoyado en la valla amarilla que ponen en las obras para tener algo a lo que agarrarse, porque como se suelte sabe que se va al suelo, derecho a la zanja que hay en cualquier calle, las zanjas, las largas y hondas trincheras de Madrid, en guerra permanente contra todo lo contemporaneo. Ha trabado el pie ahi, ha cruzado los brazos sobre la valla y ha pensado eso en voz alta. -?Como dice? -Me ha pasado algo rarisimo -repite el borracho. El que esta a su lado es un chaval de pueblo de la sierra; ha venido a Madrid a ver si encuentra novia, que no la va a encontrar. El borracho se mete la mano en el bolsillo de atras, lleva bermudas y un polo blanco que le aprieta por todas partes. Saca una cartera que le ensena al chaval, una cartera de cuero, negra, muy usada, deformada de haber sentado el culo encima un millon de veces. -Mira -le dice al chaval-. Anoche un senor me dio esto. El chaval asiente con la cabeza. -Muy bien. Al chaval no le ha dado el sol en los ultimos cincuenta y cinco anos. -Aqui dentro esta mi destino. ?Tu crees en el destino? -Yo lo que creo es que me faltan dos euros para el interurbano. -Pues aqui me parece que te vas a quedar. -Vaya. Silencio. Se quedan mirando las obras otra vez, aunque no hay obras que ver, ni un solo obrero. Solo esta la zanja que deja a la vista una tuberia muy ancha y otra muy estrecha y los estratos cada vez mas profundos, mas negros y humedos y el cielo tan bonito, tan transparente, tan velazqueno, ahi al fondo del todo. No hay nadie trabajando. Es Domingo de Resurreccion. -Aqui ponia yo a trabajar a quinientos ochenta chinos -dice el borracho bien alto. -Yo tambien. El borracho se llama Luis. Se llama Luis pero le llaman Castor. Anoche, a las tantas, a las cinco y cuarto de la madrugada, Castor seguia sentado en la barra interminable del Plus Ultra, viendo en la tele la retransmision de un partido de la liga china, en directo. A veces le parecia que jugaban veintisiete chinos contra otros veintisiete. Mas anuncios. El camarero estaba hablando todo el tiempo, solo, a veces se quedaba afonico, no sabia escuchar, no le interesaba nada de lo que nadie le contara. No parecia un camarero. -Callate ya, joder -le dijo Castor. Pero el camarero no se callo. Habia abierto el bar para poder hablar con quien le diera la gana. Cuando no le dejaban hablar se ponia a hacer preguntas para poder empezar una conversacion cualquiera, asi que le pregunto a Castor que si queria un arroz a la cubana. Castor le dijo que no. -No. -Luego cogio un hueso de aceituna y se lo metio en la boca. Empezo a roerlo despacio, con ganas. Era su metodo habitual de procesar a fondo todo lo que se le iba pasando por la cabeza, su forma de triturar minuciosamente su conciencia con las muelas del juicio hasta que le dolian los oidos. Le hubiera gustado mucho tener un jefe para poder ciscarse en el, pero no tenia jefe. El jefe era el. -A ver, donde esta la prensa del dia -solto. Si no en un jefe, por lo menos le quedaba ciscarse en los politicos y en los ecologistas y en los periodistas. Y en la cultura, siempre tan a mano. El camarero saco un par de periodicos de debajo de la barra, los dejo frente a el y fue a sentarse a una mesa junto a la ventana, a escribir whatsapps que nadie le contestaria jamas. Castor cogio un periodico, no tenia mas que tres paginas, era Semana Santa. Y entonces fue cuando paso lo raro. El tipo entro como una sombra, sin abrir el pico. Y se encaramo al taburete a su lado, codo con codo. El resto de la barra estaba vacia. Castor le echo un vistazo al bies en el espejo ahumado detras de las botellas; era morenito, menudo, chato, con unos rizos como de astracan. Luego Castor bajo la vista y siguio mirando el periodico, sin leerlo en realidad. Achicando los ojos. Estaba pendiente del tipo este, esperando a ver que mierdas queria. Ahi se produjo un silencio de unos tres minutos. -Buenos dias -dijo Castor al fin. No podia mas. El morenito se froto las manos. Era lo que estaba esperando. -Buenos dias los que va a tener usted -dijo. Castor debia de estar muy borracho, porque cuando se volvio hacia el morenito le parecio que tenia el tamano del dedo de una mano y que lo miraba de abajo arriba desde el mismo centro del ruedo amarillo del asiento. -?Eres torero? -Soy la esperanza. -Lo que tu digas. Castor volvio a coger el periodico. -Ay, no le voy a contar mi vida -dijo el morenito. -Claro que no. -Yo antes era como usted -dijo. Castor solto una carcajada-. Si. No me contradiga. Como usted y como toda Espana y los espanoles. Estaba perdido para el mundo, asi le digo, para el sentido y el norte de las cosas, cada dia hacia lo mismo y no me daba cuenta, no me daba ni cuenta, todo me parecia que me pasaba por primera vez y a la vez me sonaba repetido, ya me entiende. Un barranco de aire, eso era yo. Yo he vivido en Pitis toda mi vida, detras de los hospitales. He vivido ahi a rachas, cuando venia una buena me iba y luego volvia, he tenido rachas muy largas eh, aqui donde me ve yo me he paseado por la Ribera de Curtidores de cabo a rabo y ahi no habia nadie que no hubiera puesto yo, pero luego me han venido flacas y hay que ir a alguna parte, y hace unos meses, cuando volvi a Pitis, Pitis ya no existia. No esta. Nada. Hay bloques y gruas. Y aparcamientos. Coches no hay, pero aparcamientos, muchos. Mi casa, mis gallinas y el tinglado del tiro al blanco, de eso no quedaba ni la sombra. Que rapido construyen ahora, no se como lo hacen. Las gallinas me dijeron que se las habia quedado uno que vive por detras de Bravo Murillo, en un patio, se han hecho viejas muy rapido tambien. Alli ademas de las gallinas habia una dominicana con unas gafas de cristales amarillos, gordos como tabiques. La dominicana tenia una gallina en un muslo y un huevo en la mano. Un huevo blanco y una gallina negra. Y una dominicana en medio. Si le aburro me lo dice. Con la otra mano leia la Biblia, la muy sinverguenza, ahora somos todos un poco evangelistas. Se canta mas. La dominicana me dijo que me llevara mis cosas pero que le dejara las gallinas. Cuanto cuesta una gallina, seis euros, eso no lo sabia usted. Mis cosas estaban en una caja de carton de Amazon. Habia alli tambien unas ninas, o bueno, igual no eran tan ninas, colgando ropa en los tendederos del patio siete pisos mas arriba. El patio era muy estrecho, un patio de luces. Sacaban sabanas una detras de otra, era mediodia pero ahi abajo se estaba haciendo cada vez mas oscuro. Las ninas se reian como locas, es lo que pasa con el chocolate, hasta que se callaron de pronto, a la vez. Yo mire para arriba y por encima de ellas el sol te quemaba los ojos. Tenian los pelos largos. Era el 1 de enero. Cuando baje la vista de nuevo, el patio estaba oscuro, estaba negro del todo, el suelo de alquitran. La dominicana se habia largado de ahi, y las gallinas. Se habia ido, la dominicana, con su huevo en la mano. Yo me lleve mi caja, pesaba muy poquito. Pero si no habia casi nada ahi dentro aunque fuera mi vida entera: media docena de moviles, una guia de telefonos y el rosario de la aurora. Y esto. El morenito entonces metio la mano en el bolsillo y saco una cartera de cuero negro que dejo frente a Castor. -Mire que me ha costado dar con usted -le dijo-. La he llevado siempre encima los ultimos tres meses, desde que se la quite, por si acaso, por si lo veia. -?Y esto que es? -Su cartera. Se la devuelvo. -?Me la devuelves? -Yo. A usted. Si. Lo he reconocido y le he visto meterse aqui y me he metido un copazo para darme valor antes de entrar. La cartera tenia un pin bastante gastado que parecia un escudo del Atletico de Madrid. -Bueno. No es verdad -continuo el morenito-. Lo he seguido desde Pontones, anda que no pasea usted, y lo he seguido hasta aqui. Ya esta. La cartera estaba entre los brazos extendidos de Castor, que la miraba como si fuera un plato que no le apetecia nada comerse. -Bueno -dijo el morenito-. Yo me voy. -?No quieres nada? ?Un cafe? ?Donde vives? -Por ahi. -Como que por ahi. -Pero si yo estoy bien en cualquier parte -dijo saltando al suelo. Castor asintio despacio. Luego miro todo alrededor, habia un billar, una pila de sillas, una guirnalda de luces color naranja, una bandera de Andalucia. -Pues yo no estoy bien en ninguna. Cuando llego a casa no encendio las luces. Le gusta encontrarsela a oscuras, asi tiene la sensacion de que entra en una sala de cine. Ademas se deja la tele puesta para que parezca que hay alguien dandole al pico dia y noche. En realidad se deja encendidas varias teles a la vez. Cinco, cada una en un reality diferente y en una habitacion diferente.

  • Desafios por amor (Los Irwin 2) de Noa Pascual

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    Los hermanos Irwin eran el orgullo de sus patriarcas, la armonia de tonalidades era pareja a sus caracteres y sus vidas componian el mejor lienzo de la galeria. pero tres de ellos, necesitaban ayuda para afrontar el amor.
    ?Existe en la vida mayor desafio que enamorarse?
    ?Por que amar a una sola mujer, cuando puedo tener a una diferente cada noche? Se preguntaba Victor Irwin.
    ?Parecia Dallas Irwin tan ciego como “Temis”, la Dama de la Justicia, para reconocer a su verdadera dama?
    Neill Irwin, no conocia el fracaso laboral, todo eran exitos y triunfos, excepto su conflicto entre mente y corazon.
    ?Podria Beca reconducir a sus hermanos y demostrarles lo equivocados que estaban respecto al amor?
    TGL

  • Ojos de perro azul de Gabriel Garcia Marquez

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    Estos relatos tempranos de quien posteriormente seria premio Nobel fueron escritos y publicados entre 1947 y 1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no apareceria hasta 1974, cuando ya el escritor habia publicado otros dos libros de relatos y cuatro novelas, de las que la ultima, Cien anos de soledad, le proporcionaria su primer gran exito internacional. En este libro se incluye su primer cuento celebre, el Monologo de Isabel viendo llover en Macondo, escenario de sus obras posteriores. El personaje de Isabel reaparecera en su primera novela, y el tema de la lluvia cayendo interminablemente, en su personal version del diluvio universal, acabaria integrandose suave y flexiblemente en Cien anos de soledad. Este relato, incluido en todas las antologias del cuento latinoamericano de nuestros dias, fue la primera piedra de este gigantesco edificio, tan imaginario como real, que terminaria fundando el espacio literario mas poderoso de las letras universales de nuestro tiempo: Macondo. La edicion que tiene el lector entre sus manos incluye, ademas, tres nuevos cuentos: <>, <> y <>.

  • Mujeres que matan de Alberto Barrera Tyszka

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  • Y no a un metro de distancia de Marta Frances

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    Hoy esta nublado. Ha llovido casi toda la noche y mi balcon esta mojado. Genial. Ni siquiera voy a poder salir, aunque... pensandolo mejor... !Que narices! Que estamos en cuarentena, que vivo solo y que me importa un pepino mojarme los zapatos. Mejor dicho, las zapatillas de estar por casa. Asi que abro y salgo al exterior con la taza de cafe entre las manos. Mi primera reaccion, como en dias anteriores, es cerrar los ojos y aspirar fuerte, dejar que el frio de esta manana impacte en mi rostro y me reconforte. Esto es duro, mas de lo que crei al principio, cuando no me tomaba la situacion del todo en serio. Hoy, quinto dia de confinamiento, agradezco cualquier brisa, rayo de sol o gota de lluvia en mi piel. Como echo de menos salir a la calle, pasear, a mi madre, a mis amigos... mi libertad. Suspiro tan fuerte que creo que alguien me ha oido porque escucho una risita sofocada que viene de algun lugar cercano. Me asomo al balcon, mojandome la sudadera con el agua de la barandilla, y entonces la veo. Esta en el edificio de enfrente, dos pisos mas abajo. Vivo en un cuarto, ella en el segundo, segun confirmo contando las ventanas. No la habia visto nunca, aunque eso no es relevante porque, hasta estos dias, no conocia ni a la mitad de mi vecindario. Esto esta cambiado ahora que nos asomamos a los balcones cada dos por tres a tomar el aire, a aplaudir o a escuchar a algun atrevido cantar o tocar un instrumento. Ya se que a mi lado vive una pareja mayor muy simpatica, que debajo hay una familia con dos ninos pequenos y encima un senor de unos cincuenta anos que es profesor. Los del edificio de enfrente no los tengo tan controlados, me suenan las caras, pero nada mas. En cambio, ella... Si la hubiera visto antes lo recordaria. Tiene el pelo rubio, recogido en un mono despreocupado del que se desprenden algunos mechones. No se de que color son sus ojos, tampoco el tamano de su nariz, pero veo su sonrisa y es tan bonita que ilumina esta languida manana. Va vestida con unas mallas negras y una sudadera holgada de color rojo. Madre mia, ?donde has estado toda mi cuarentena? --Hola. Su voz me despierta del trance en el que me he sumido para darme cuenta de que llevo un rato mirandola sin decir nada, tiempo en el que ella no ha dejado de sonreir y de observarme. Joder, esto del encierro esta afectandome a la cabeza, ya todo lo que tengo delante me parece estar viendolo en Netflix, y no, ahora mismo no estoy viendo la tele, estoy mirandola a ella. Y haciendo el ridiculo. --Hola --respondo lo mas serio que puedo, tratando que no note mi especie de cuelgue de hace unos segundos. --?Como lo llevas? --Tirandillo. ?Y tu? --Ahi vamos. Esto es chungo, ?verdad? --Y que lo digas. ?Vives sola? De repente me doy cuenta de que esa pregunta puede no ser muy apropiada y corro a enmendar mi error. --A ver, que no es por interrogarte ni quiero que te sientas incomoda, no tienes que responder si no te apetece. Solo es que me aburro, estamos encerrados, vivo solo, no se que hacer la mitad del dia, me he visto todas las series que me interesaban en Netflix y... --Su expresion divertida hace que guarde silencio un instante. Me rasco la nuca y sonrio--. Hablo demasiado. Perdona. --No pasa nada, agradezco la charla. --Suelta una risita--. Aunque tengo que dejarte. Mi madre quiere que juguemos una partida de Trivial. --?Tan temprano? --Son las diez. No es temprano. Nota mental: chica madrugadora, tenerlo en cuenta. --Vale, que disfrutes la partida. --Gracias. Que disfrutes... --La cuarentena. Hace una mueca y se encoge de hombros. --Hagamos lo que podamos. Se despide con la mano y desaparece de mi campo de vision. Yo permanezco un rato mas en la misma posicion, mirando su balcon, observando las macetas de flores que lo adornan y, no se, esperando que vuelva a aparecer o algo asi. No lo hace, por supuesto, pero tardo un par de minutos en ser consciente de ello y entrar en casa. El dia pasa lento, para variar. Despues de terminar mi trabajo de hoy (teletrabajo) intento llenar las horas libres con series, una pelicula, haciendo algo de ejercicio, comiendo mas de la cuenta y conversando por WhatsApp con amigos y familiares a los que echo de menos mas de lo que pensaba. Pero cada cierto tiempo (varias veces a lo largo del dia, para ser sincero), salgo al balcon y miro abajo, buscandola, esperando encontrarla ahi, asomada, con esa sonrisa que se ha colado en mis pensamientos sin pedir permiso. Son casi las ocho, uno de los momentos mas esperados del dia. ?Que que hago? Salir al balcon. Innovador, ?verdad? Dada la situacion hay poco mas que poder hacer, y desde que a alguien en Italia se le ocurrio que salir a aplaudir a los sanitarios que estan haciendolo todo por nosotros en esta crisis todos hemos adoptado esa actividad como una mas en nuestro dia a dia. Y ha sido asi como he conocido a mis vecinos, coincidiendo con ellos a esta hora. Saludo a Tomas y Mari, que ya estan en sus puestos, justo a mi derecha. --?Que tal el dia, Marcos? --Uno mas casi pasado, Tomas. ?Que tal vosotros? --Mari ha hecho croquetas, te ha guardado unas pocas. --?En serio? Ella entra al piso y me quedo unos segundos mirando al cielo, sorprendido. --Nuestro hijo vive en Madrid --susurra Tomas--. Mi mujer esta muy preocupada por el. Sara, mi nuera, es enfermera en el Ramon y Cajal. No dice nada mas. No hace falta. Comprendo lo que deben sentir, y eso que yo no tengo a nadie en esa misma situacion. La persona que mas me preocupa es mi abuela, que vive en una residencia de ancianos, aunque esta en el pueblo, y eso, no se por que, me da mayor seguridad. Aqui, en la ciudad, parece que la cosa esta mas complicada que en lugares pequenos. Mari regresa en este momento y se asoma para darme un tuper. Lleva guantes de plastico. Ve que los miro y se encoge de hombros. --Por si acaso. Sonrio y asiento con la cabeza, cojo el tuper y lo dejo sobre la pequena mesa blanca de plastico que ocupa casi todo mi balcon. --Muchas gracias, Mari. No era necesario, pero te lo agradezco. --Tenemos que cuidarnos los unos a los otros. Vuelvo a sonreirle porque tiene razon. Nos asomamos al escuchar la voz que viene de arriba. La cabeza de Leo nos sonrie e intercambiamos varias frases contando que hemos hecho hoy. Llega un momento en que mi mirada vaga por el edificio de enfrente. Hace un buen rato que queria hacerlo, buscarla, volver a verla. Y ahi esta, conversando con la que deduzco es su madre. Lleva la misma ropa que esta manana y esta igual de bonita. Desconecto de la conversacion con mis vecinos y me centro en ella, en como mueve las manos, en como sonrie, en el leve movimiento de los mechones sueltos de su cabello... Me quedo embobado. De repente los aplausos interrumpen mi tonteria. Ya son las ocho en punto y, como cada dia, nos sumamos a esta iniciativa, nos asomamos un poco al exterior y aplaudimos para agradecer a todos los que nos cuidan la labor que desempenan. Yo no solo aplaudo a los sanitarios, dentro de mi agradecimiento tambien hay un hueco enorme para cajeras y dependientes de cualquiera de las tiendas y establecimientos que nos abastecen estos dias. Desvio la mirada hacia abajo para descubrir que me esta mirando. Sus labios se curvan en una sonrisa y deja de aplaudir para saludarme con la mano. Le respondo igual. Ahora mismo me gustaria tenerla delante, frente a mi. Y no a un metro de distancia. Me gustaria estar sentado a su lado en una terraza, sonriendo mientras nos contamos anecdotas, riendo por tonterias y disfrutando de una cerveza fresquita. Me gustaria llevarla a cenar a algun sitio, a bailar despues y, quien sabe, puede que me atreviera a susurrarle algo al oido que la hiciera reir, que acariciara su brazo con delicadeza y despues fuera tan osado como para tocar su boca... Dios mio. El confinamiento esta siendo demasiado para mi. Todo esto por una chica que no conozco. !Ni siquiera se su nombre! --Ey. Me sobresalto y miro hacia abajo. Esta alli, mirandome, sonriendo de nuevo. --Sigues ahi --susurra. Vale, llevo un buen rato plantado en el balcon. Los vecinos ya se han metido en sus casas pero yo no. La verdad es que no se por que, pero siento cierta frustracion que me ha obligado a quedarme tomando el aire un poco mas. ?Que que frustracion? La de querer y no poder. --Necesitaba aire --miento a medias mientras apoyo los brazos en la barandilla--. ?Y tu? ?Cual es tu excusa? Me muestra un cigarrillo. --Joder, me muero por fumarme uno --admito. --?No tienes? --La cosa es que no fumo. Se echa a reir y mi corazon vibra de forma inesperada. Sonrio antes de explicarme. --Lo deje hace anos, pero ahora, con toda esta situacion, me fumaria un cigarro super a gusto. Suspiro y ella desaparece del balcon. ?Que ha pasado? ?Que he dicho? Pasan un par de minutos, me dan ganas de meterme en casa aunque no lo hago. Permanezco aqui, mirando su balcon y deseando muy fuerte que regrese. Vuelve de repente. Parece acalorada, con una determinacion que no comprendo que la hace moverse con seguridad por su balcon. No se que lleva en la mano. La veo dar dos pasos atras y coger carrerilla, lanza algo que choca contra la pared del piso de abajo y cae al vacio. Los dos nos asomamos para verlo en medio de la acera. --?Que haces? --pregunto confuso. --Era una prueba. Ahora va el de verdad. Atento, por si tienes que cogerlo al vuelo.

  • Autopsia blanca de Luis Miguel Cajal

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    Aquel pueblecito perdido en la Espana mas profunda habia amanecido un poco frio, con un todavia timido sol que luciria con fuerza a lo largo del dia y con una muy ligera brisa. Era jueves. Jose estaba desayunando con unos amigos en el bar de toda la vida. Mientras la television estaba a todo volumen para que los clientes en la barra pudieran escucharla con atencion, algo que pasaba raras veces, el preferia charlar con el companero jornalero que tuviera al lado o enfrascarse en la lectura del periodico si no tenia nada que decir. Le incomodaba profundamente ver el telediario porque en algunas ocasiones, mientras estaba comiendo, aparecian en la pantalla imagenes muy desagradables. Y con sonido. El agricultor preferia por ese motivo leer el periodico tranquilamente y pasar las paginas que no le interesaban. Jose no era desconocedor de que los periodicos tenian un <>, y tampoco podia fiarse mucho de lo que en ellos estaba escrito. En mas de una ocasion comparaba, si podia hacerlo, dos periodicos distintos para contrastar mas las noticias. No le gustaba ser enganado. A Jose no le interesaba mucho la politica. El era un hombre de campo, desde pequeno. Su interes por la mundanal actualidad no era excesivo, le interesaba mucho mas el estado de sus tierras. Lo que hubiera pasado en cualquier otra parte del pais o del mundo no era algo que le quitara el sueno. Simplemente leia el periodico cuando la conversacion con los otros companeros no le resultaba interesante. Cerro el diario, pago su consumicion y despidiendose de sus colegas del campo salio del establecimiento. Se monto en su Cuatro latas y se dirigio a las afueras del pueblo. Conduciendo el viejo Renault, primero por las calles de Mestre y luego por una carretera secundaria que comunicaba dicho pueblo con la partida de Cuerno, llego a su finca; un terreno situado a diez minutos de cualquier atisbo de poblacion. Aminoro la marcha del vehiculo para tomar un camino de tierra con algun que otro bache totalmente salvable para los resistentes amortiguadores del coche. Ese dia penso en podar algunos de los arboles que tenia en su pequena parcela. Posiblemente empezaria con los almendros. Habia escuchado como algunos de los otros jornaleros recomendaban la poda de aquellos arboles a principios de otono o a finales de invierno. Pero Jose preferia guiarse por su intuicion y por el aprendizaje que le daba dia a dia el campo; ademas, aquello no era una ciencia exacta, las estaciones no siempre eran iguales de un ano a otro. Las temperaturas muy frias no venian bien a aquellos arboles, asi que decidio que enero seria una buena fecha para empezar las podas. Echo un vistazo a los cultivos. Era una zona preciosa. El sol ya empezaba a brillar poco a poco y la tierra banada por la luz mostraba unos colores verdosos, amarillentos y cobrizos impresionantes. A pocos metros de donde habia aparcado el coche habia una vieja casa en la que Jose guardaba sus aperos de labranza. Antiguamente esa casa habia estado habitada por un maestro de escuela. Posteriormente, sus padres y el vivieron en ella. Fue entonces cuando su padre se hizo con algunas de las parcelas de alrededor. La casa quedo deshabitada con el fallecimiento de sus progenitores y solo la utilizaba como almacen para sus herramientas, puesto que al casarse decidio vivir en una zona mejor comunicada para que su mujer pudiera hacer la compra de manera mas comoda y no tener que limpiar una casa tan grande, porque por dentro era mas amplia de lo que parecia. Se metio la mano en el bolsillo para buscar las llaves que abririan el candado de la puerta principal. Miro el manojo de llaves que habia en su palma y eligio la indicada. A pocos metros de la entrada fue cuando se percato de ello. El candado no estaba. Jose fruncio el ceno. La puerta estaba entreabierta. --Me cago en todo… --musito Jose. Habia vuelto a pasar. No era la primera vez que forzaban la pequena puerta principal y terminaban destrozandola. Aquella era la tercera ocasion en la que alguien se colaba en el interior de la casucha. La otra puerta que tenia la vivienda, de mayor tamano y de hierro y madera, era, al parecer, impenetrable. Todos los ladrones preferian reventar un candado de acero en lugar de forzar los goznes de la pesada puerta. En una ocasion incluso intentaron abrir un boquete en la vieja estructura, sin conseguirlo. --La pena negra… !Otra vez! --se lamentaba el agricultor. Como todo hombre de campo, llevaba encima una navaja. La abrio para tener algo con lo que protegerse si acaso en el interior se encontraban todavia los ladrones y tenia que defenderse. Jose abrio la puerta y echo un vistazo al interior. La casa tenia una estancia principal con una chimenea, usada como salon hacia muchos anos, una cocina con un amplio fregadero, un bano y tres habitaciones con espacio para dos camas. Jose habia pensado en mas de una ocasion en volver a vivir alli, pero su mujer le habia convencido de no hacerlo: si se mudaban a esa zona dependian del coche para todo, puesto que el pueblo mas cercano estaba a unos nueve o diez kilometros de distancia. El agricultor se asomo a la cocina. Vacia. Avanzo hasta la estancia principal y noto el desorden que alli habia. Sin duda alguien habia entrado en la casa. Habian estado revolviendo todos los pocos enseres que habia dentro y habian tirado al suelo botellas y tazas de porcelana. Algun que otro plato de cristal se habia hecho anicos y habian volcado algunas sillas. --?Que cono andarian buscando? --se pregunto Jose. Decidio mirar en las habitaciones. Quizas habian entrado para robar los colchones y los somieres, ya que otros objetos de valor no habia. En la primera habitacion, a la derecha del salon, la puerta estaba entreabierta. No le hizo falta acercarse mucho para ver, por la estrecha abertura, el extremo de una de las camas. Con alguien tumbado en ella. Tal y como estaba la puerta solo alcanzaba a ver los pies de la persona. Parecia alguien joven por las zapatillas deportivas que llevaba. Jose respiro hondo, agarro con fuerza la navaja y abrio de un empujon la puerta. --!Tu! --grito con enfado--. !Arriba, cojones! Sobre el viejo colchon de la cama se encontraba tumbada una chica. Parecia una adolescente. Jose suspiro aliviado al ver que era una joven y no, por ejemplo, el tipico vagabundo de aspecto amenazante. --!Eh, tu! !Despierta! --dijo Jose dando una patada a la cama--. ?Que haces aqui? La chica seguia tumbada, sin moverse. Ni siquiera abrio los ojos. Jose se acerco mas y meneo con su mano uno de los pies de la intrusa. --!Oye! --dijo Jose acercandose mas a la chica--. ?Estas dormida? En ese momento fue cuando se dio cuenta de que la chica no reaccionaba. Pudo ver con claridad como la cara de la adolescente presentaba un color extrano. Estaba muerta. Jose salio corriendo de la casa. Se monto de nuevo en el Renault 4 y condujo a toda velocidad hacia el cuartel de la Guardia Civil.

  • El ultimo Leonardo de Ben Lewis

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    El ultimo Leonardo cuenta la historia de un fascinante icono con el poder de destruir la reputacion de eruditos, multimillonarios, reyes y jeques. Ben Lewis nos lleva al estudio de Leonardo da Vinci en la Italia del Renacimiento; a la corte de Carlos I y la Guerra Civil inglesa; a Amsterdam, Moscu y Nueva Orleans; a las galerias, a las casas de subastas y al taller de restauracion mientras la pintura emerge lentamente, con esmero, de la oscuridad. En este apasionante recorrido por la historia se trazan las vicisitudes del mercado secreto del arte a lo largo de seis siglos. Un relato imprevisible de genios y oligarcas, de cruces y desapariciones, en la que nunca estamos seguros de que creer.

  • Sin vuelta atras de Jordi Sierra I Fabra

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    Jacinto Quesada, un chico de catorce anos, aparece muerto en el fondo de un acantilado. Todo el pueblo se pregunta la causa de su muerte, pero solo Cecilia y Miguel Angel, sus dos mejores amigos, saben que ha sido una decision voluntaria. El trasfondo del fallecimiento del chico se situa en su instituto, donde era acosado sin piedad por cuatro matones. Una novela en la que se pone de manifiesto la culpabilidad de todo el entorno en la situaciones de acoso escolar.

  • Podrias hacerlo mejor de Sophie Saint Rose

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    Meredith, sentada en el banco del parque, revisaba el periodico buscando algun casting que fuera con ella. Gruno tachando el de payaso de fiesta. Estaba harta de actuar en fiestas infantiles. Empezaba a tener autenticas pesadillas con ninos chillones, que la seguian corriendo con esos globos largos en sus sucias manitas por las golosinas, para acorralarla y golpearla con ellos, hasta que la tiraban al suelo mientras ella pedia ayuda a las madres que sonrien indulgentes, las muy brujas. Siguio leyendo los anuncios, dispuesta a meterse a camarera para pagar el alquiler de su cochambroso piso. Se ajusto el gorro de lana y redondeo un anuncio para un restaurante de cocina rapida del centro. Miro su reloj de pulsera de plastico violeta porque no podia llamar hasta las cinco. Todavia quedaba una hora. Siguio mirando y un anuncio le llamo la atencion. "Se necesita mujer joven, refinada, de conversacion inteligente, estudios superiores y buena presencia para trabajo temporal. Bien pagado. Abstenerse ex presidiarias, personas bajo tratamiento psiquiatrico, embarazadas, casadas o mujeres con hijos." Meredith se echo a reir. Menudo chiflado el que habia puesto ese anuncio. Aunque ella cumplia todos los requisitos. Era joven. Vamos, tenia veintiseis anos, asi que entraba en esa categoria. Y era refinada. Su conversacion era la leche, asi que con ella no se iban a aburrir. Podia hablar por los codos si hacia falta. Ademas, tenia estudios superiores en arte dramatico. Sus cuatro anos le habia costado de hacer de mimo moviendo las manos de un lado a otro, aparentando estar metida en una punetera caja invisible. Tenia buena presencia. Se toco sus rizos pelirrojos bajo el gorro que necesitaban un corte, pero se llevaban las melenas, asi que estaba a la moda. No era ex presidiaria. Salvo una vez que la detuvieron por escandalo publico cuando se levanto la camiseta mostrando los pechos en una manifestacion, su expediente era impecable. Eso no podia considerarse ser ex presidiaria, ?o si? Habia dormido una noche en la carcel, pero la habian soltado cuando su foto salio en la prensa al dia siguiente en primera pagina del Times. No estaba en tratamiento de ningun tipo, salvo las vitaminas que se tomaba todas las mananas. No estaba embarazada, entre otras cosas porque no se acostaba con nadie desde tres anos antes. Se le erizaba el cabello de la nuca solo de pensarlo, recordando a los ninos de sus pesadillas.

  • Inri de Fernando Carrasco

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    En la arida colina del Monte Calvario, al pie de la cruz donde habia expirado Jesus en medio de un gran estruendo en el primer Viernes Santo de la historia, Jose de Arimatea, miembro del sanedrin, dirige las operaciones del descendimiento del cuerpo del Nazareno para su enterramiento, momento en que se lleva consigo un secreto del divino madero, que casi tres siglos despues, sera descubierto en Jerusalen por la emperatriz Flavia Iulia Helena, madre de Constantino I el Grande y luego canonizada como Santa Elena. Tras el hallazgo, la Emperatriz ordena llevar a cabo una mision de busqueda por todo el Imperio: ha de encontrar a los descendientes de Jose de Arimatea. Antonino Quintus, joven legionario, es uno de los encargados de llevarla a cabo. Livia, la fiel sirviente de la emperatriz, enamorada de Antonino huye de Jerusalen en busca de venganza, siguiendo los pasos de su amado. Jerusalen, Roma, Ostia Antica, Massilia, Hispalis e Italica son los escenarios donde se desarrolla esta aventura con tintes epicos, que situa al lector desde la primera pagina en un tiempo en el que el Cristianismo se consolidaba en un Imperio Romano en declive. INRI es una trepidante historia de amor pero sobre todo de fe, la que llevo a quien luego fue canonizada como Santa Elena a instaurar en el Imperio Romano de Oriente y Occidente el Cristianismo como unica religion.

  • El amor esta en las alturas de Eva River

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    Hola, soy Allie y en este preciso momento estoy viendo los ojos cafes mas increibles del planeta.
    Y si los ojos estan bien ya no les digo como esta el dueno…
    Seria una lastima que un hombre asi me hable por primera vez en la vida y yo este a punto de un ataque de panico, vomitar sobre el y confirmar lo que el mundo entero sospecha: que estoy loca.
    Bienvenidos a mi vida.

  • Un Dios a mis Pies de Francisco Correa

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    Alex Gabarda era el hombre perfecto.
    Guapo. Joven. Atractivo. Medico.
    El mejor amigo de mi hermana.
    Y el hombre que salvo a mi padre.

  • Aqui le echamos muchos huevos… a la tortilla, Garcia de Saura de Garcia De Saura

    https://gigalibros.com/aqui-le-echamos-muchos-huevos-8230-a-la-tortilla-garcia-de-saura.html

    Maica, alias Zape, es hija de un camionero, ferviente odiador de los franceses, y, a sus veintiseis anos, finalmente ha conseguido graduarse en Quimica.

  • Madres arrepentidas de Orna Donath

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    Aman a sus hijos, pero se arrepienten de ser madres.

  • Soledad de Carlos Bassas Del Rey

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    El dolor por la muerte de un hijo es innombrable y se manifiesta de modos muy distintos. Tambien lo hacen la soledad, el vacio, el miedo, la culpa y la rabia que traen consigo al saber que esa vida ha sido arrebatada. De la noche a la manana, Soledad se convierte en la madre muerta de una nina muerta. El inspector Romero, encargado de investigar el caso, vivira su propio calvario tratando de descubrir la verdad. La de la muerte de la nina y otra que solo le atane a el.
    Soledad narra esa doble busqueda desde la duplicidad constante de voces. Tambien es un recordatorio de que, en ocasiones, la verdad no libera, sino que lo calcina todo a su alrededor.

  • Deja que todo arda de Joana Arteaga

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    Una muerte sin resolver, una historia de amor que son dos y un mensaje claro: NO AL ACOSO

  • Duro como una roca (Los Hermanos Smith 3) de Brenda Ford

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    Freya Brown. Es simplemente perfecta.
    Desde el primer instante en que la vi supe que solo podia ser ella. Pero esta fuera de mi alcance al ser la nueva estrella del pop. Aun asi, algo surge entre nosotros volviendo a poner mi vida en orden.
    Hasta que me doy cuenta que he vuelto a equivocarme, y ahora tengo que ver como se aleja de mi. Pero estoy demasiado obsesionado para dejarla ir y hare todo lo posible para hacerla mia.
    !Aunque, esta chica todavia no lo sabe!
    Descubre la historia de Alex en esta nueva entrega de la serie Los hermanos Smith

  • Los 10 mitos del nacionalismo catalan de Joaquin Leguina

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    En visperas de unas elecciones autonomicas que, en Cataluna, tendran, probablemente, mas relevancia que nunca, Joaquin Leguina reflexiona acerca de errores y mitos unanimemente aceptados que, a lo largo del tiempo, han falseado la realidad. A fuerza de repeticion sistematica, se acaba por aceptar el discurso soberanista sin analizarlo con rigor. El autor plantea en estas paginas una serie de cuestiones merecedoras de una reflexion mas profunda, que deje al margen interpretaciones partidistas: ?Existe un fundamento historico que avale la reivindicacion del estado catalan? ?Cual ha sido el verdadero papel de la lengua catalana a lo largo de los siglos? ?Cabe reconocer una base real al supuesto enfrentamiento secular entre catalanes y castellanos? ?Ha sido siempre la senera el simbolo de todos los que se identifican con el catalanismo o tan solo un elemento del que se apropio el sector mas conservador de la sociedad catalana? Contra la tergiversacion de la historia solo cabe el rigor y la verdad.

  • Eres mi cielo de Yamila Bianqueri

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    Ainara lucho toda la vida contra sus inseguridades. Se acostumbro a convivir con la angustia. Se resigno. Hasta que ese viaje, a la ciudad conocida como el fin del mundo, lo cambio todo.
    El destino ya movio los hilos del telar y las sorpresas estan por llegar.

  • Algunas princesas no buscamos principe azul de Lina Galan

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    Laura, Simon y yo misma. Tres amigos y tres maneras diferentes de vivir el amor, a pesar de estar juntos casi toda nuestra vida, aunque seamos una pina desde que nos catalogaron de frikis en el instituto.

  • Reconstruyeme de Tahereh Mafi

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  • Proximo destino. TU de Sarah Wall

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    Laura Santos es una TCP (azafata de vuelo) de madre americana y padre catalan que trabaja en una importante compania aerea que comunica Europa con Estados Unidos. Esta atrapada en una relacion llena de mentiras y promesas incumplidas de la que quiere huir: Alex, su amante, un hombre casado, piloto de la misma compania, no la dejara marchar facilmente. Tras muchas oportunidades reune las fuerzas para abandonarle y empezar una nueva vida, lo que no le resultara nada facil. De forma precipitada y tras unos duros acontecimientos decidira mudarse una temporada a Nueva York con sus amigos Matt y Andy. Laura necesita un respiro y empezar de cero dejando a Alex y a todo lo ocurrido atras. Conocera a un joven empresario con fama de borde, seco y distante, aunque en realidad usa ese caracter como escudo para olvidar el complicado pasado con el que debe lidiar. Ambos necesitan dejar de mirar atras para volver a sentir pero en ese camino conoceran el sabor del odio y del rencor pues hay alguien que ha decidido destruirles la vida.

  • Las redes de poder en Espana de Andres Villena

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    ?Quien manda en Espana?

  • Un andar solitario entre la gente de Antonio Munoz Molina

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    Un andar solitario entre la gente es la historia de un caminante que escribe siempre a lapiz, recortando y pegando cosas, recogiendo papeles por la calle, en la estela de artistas que han practicado el arte del collage, la basura y el reciclaje --como Diane Arbus o Dubuffet--, asi como la de los grandes caminantes urbanos de la literatura: de Quincey, Baudelaire, Poe, Joyce, Walter Benjamin, Melville, Lorca, Whitman. A la manera de Poeta en Nueva York, de Lorca, la narracion de Un andar solitario entre la gente esta hecha de celebracion y denuncia: la denuncia del ruido extremo del capitalismo, de la conversion de todo en mercancia y basura; y la celebracion de la belleza y la variedad del mundo, de la mirada ecologica y estetica que recicla la basura en fertilidad y arte.

  • Y tenia que ser mi jefe 1 de Norah Carter

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    --Buenos dias -- empezo Peter, mirando a todos al frente --. Todos sabeis quien es. Para quien no lo sepa, su nombre es Alexia. No creo que tenga que dar muchas explicaciones sobre mi vida personal. Todos sabeis, ademas, que nunca lo hago. Hoy hare una excepcion puesto que atane a la empresa al completo. Alexia y yo hemos decidido volver. Nuestra vida privada no le interesa a nadie, repito, pero ella ha solicitado formar parte de la empresa y he creido necesario, para evitar rumores, que mis empleados sepan que, a partir de ahora, mi esposa sera mi mano derecha en la direccion de este departamento. Tras llegar a un acuerdo entre ambos, Alexia comenzara hoy mismo a desempenar su trabajo. Espero el respeto que se merece con su cargo y que todos cooperemos. En ese momento me miro a mi y yo baje la vista para que no viera las lagrimas en mis ojos. Coloque las manos debajo de la mesa, pues no dejaban de temblarme. Me sentia completamente sola y abandonada. -- Eso es todo, que tengais un buen dia. Peter se levanto, espero a su mujer y salieron de la sala. Mis companeros los siguieron y yo me quede alli, sentada, sin poder reaccionar. No me habia gustado nada su forma de mirarme y aquel tono de ceremonia que habia empleado para presentar a la que seria su nueva colaboradora. Alexia... Su mujer... Si, su mujer ahora se convertia en alguien que me vigilaria, que observaria de cerca cada uno de mis movimientos, que me impediria mantener un trato directo con quien creia que habia sido el hombre de mis suenos. ?Por que, demonios, se comportaba asi aquel hombre? ?Por que habia hecho tal cosa? Me sentia enganada. Peter se habia burlado de mi. Se habia aprovechado de mi completamente. Lo peor de todo no es que pensara en que se habia aprovechado de mi cuerpo, de mi manera de entregarme a el. No. No era eso. Lo peor es que me habia enganado con la intencion de herirme profundamente. Me habia hecho creer en unos sentimientos de afecto hacia el que de repente se volatilizaron. --Vamos, Davinia, ya se fueron todos -- dijo Manuel al ver que era incapaz de reaccionar y levantarme. --Ve, ahora voy yo -- respondi sin poder alzar la vista del suelo y con un dolor en el corazon lleno de rabia y decepcion. --Esta bien, pero si me necesitas, solo tienes que avisarme-- respondio sabiendo que algo habia sucedido entre el senor Evans y yo. Me quede un rato sentada en aquella silla hasta que vino la secretaria y me dijo que tenia que abandonar aquella sala. Aquella reunion habia sido una derrota para mi. Me arrastre hasta mi despacho y alli me encontre a mis companeros. Parece que Manuel ya les habia dicho algo a Desiree y a Natalia, pues se mostraron enseguida muy preocupadas cuando entre por la puerta. --?Que ha pasado, Davinia? -- pregunto Naty. --Nada. No me encuentro bien. Nada bien -- dije yo con un tono lastimoso. --No me lo creo. ?Te has visto en el espejo? Parece que vienes de un entierro -- anadio Desiree. --Dejadla tranquila, chicas. No os metais donde nadie os llama -- intervino Manuel intentando evitar que me hundiera alli mismo. --Solamente queremos ayudarte, Davinia. Nos preocupa verte asi. ?Ha habido algo entre vosotros, verdad? -- pregunto Natalia de buena fe, con intencion de que yo me desahogara y explicara todo. --No se por donde empezar -- dije yo acongojada. --Lo importante ahora es que te tranquilices y, si quieres contarnos algo, te escucharemos -- anadio Desiree con voz dulce. --No tengo ganas de hablar, pero la vida a veces es una putada. No se si voy a poder con esta carga -- dije yo titubeando, pues las lagrimas y unas ganas terribles de llorar me impedian expresar con claridad lo que sentia en aquellos momentos. --Entiendo lo que dices, Davinia. No se lo que ha pasado entre el Sr. Evans y tu. Pero mi olfato me dice que la llegada de Alexia te ha dejado K.O., ? me equivoco? -- dijo Natalia acercandose a mi para darme un abrazo. Desiree hizo lo mismo a continuacion y las tres hicimos un breve circulo. Me decian todo tipo de cosas carinosas y yo lloraba con mas fuerza. Necesitaba sacar el dolor que tenia dentro, pero aquel no era el momento. Me acariciaban las mejillas, me secaban las lagrimas y al final, por iniciativa de Natalia, las tres nos fundimos en un abrazo. Manuel seguia delante del ordenador, pero pude observar que sus ojos estaban vidriosos. Se que a mis companeros sinceramente no les gustaba verme en aquel estado. --Todo se solucionara, ?me oyes? -- dijo Desiree. --Nosotras siempre tratamos de facilitar las cosas y, si necesitas estar mas relajada estos proximos dias, Manuel y yo nos haremos cargo de tus informes -- apunto Natalia con una sonrisa amable en el rostro. --Gracias, chicas, os lo agradezco. Pero ahora lo que necesito es volcarme en el trabajo -- dije yo con el corazon encogido. --Respetamos que no nos quieras contar nada -- dijo Desiree con un tono serio. --No puedo ni debo. Siento decirlo. Pero estoy muy confundida y lo que necesito ahora mismo es respirar hondo, relajarme y reflexionar -- dije yo mucho mas calmada. --Pobre ... -- solto Natalia. --Si, sera mejor que volvamos al trabajo. Ya sabes, Davinia, no trates de hacerte la valiente. Si necesitas marcharte, nosotras nos encargamos de todo. Manuel, ademas, es un maquina con la redaccion de informes -- dijo Desiree esbozando una leve sonrisa de complicidad. --Hazle caso a las chicas, Davinia. Podemos hacer tu trabajo hoy y manana vuelves con energias renovadas -- propuso Manuel con aire paternal. --Os lo agradezco, pero soy una profesional. Y el trabajo es el trabajo. No voy a poner en riesgo mi puesto por memeces --anadi yo con un aire resuelto, con menos ansiedad. Se hizo un silencio y todos nos pusimos a trabajar. Pese a ir a un buen ritmo, con la jubilacion de la anterior companera y mi ausencia durante el viaje a Tailandia, algunos presupuestos, cartas e informes se habian retrasado. En mi interior, estaba dolida. Sentia que habia sido humillada en publico, aunque bien es cierto que ni siquiera mis companeros sabian que habia sucedido realmente entre Peter y yo. Se lo podian imaginar como se lo imaginaba aquella secretaria con cara de perro que me pidio que abandonara la sala. Tuvo que ver en mi rostro los sintomas del desamor. Se que, por las oficinas, circulaban toda clase de rumores. En El Heraldo tambien sucedia lo mismo. Alli a veces era mas dificil sobrellevar un problema, pues todos trabajabamos en la misma planta y no habia division por departamentos, ni tabiques, ni pasillos, ni nada por el estilo como aqui, en el Diario Sol. Agradeci que esto me hubiera sucedido en este trabajo porque mis companeros eran pocos y se llevaban muy bien. Lo que encontre en ellos, ademas de una gran profesionalidad, fue cercania y una preocupacion hacia mi que no habria encontrado en El Heraldo, donde alli cada uno iba a lo suyo y a joder al companero cuando era posible. A los veinte minutos de ponernos con las nuevas campanas, Natalia no se resistio a hablar en voz alta. --No me puedo creer que esa tia vaya a mandar sobre nosotros. --?De quien hablas? -- pregunto Manuel. --Hijo, parece que seas tonto a veces y perdona que te lo diga -- contesto Natalia enfadada. --Se refiere a Alexia, a la mujer del jefe -- dijo Desiree. --A mi no me sorprende -- dijo Manuel. --?Por que no te sorprende? Vamos a ver, listillo. Dame una explicacion -- dijo Naty con cara de pocos amigos. --No tengo una respuesta. Pero en otras empresas en las que trabaje, antes de llegar aqui, se movian muchos intereses. Muchos. Elegian y cesaban directivos a decenas. Y aqui sucedera algo parecido --dijo Manuel con voz segura mirando a Naty. --Eso no es una respuesta, Manuel. Eso no es una respuesta -- repitio Natalia sin desprenderse de su tono de enfado. --Tiene que haber una razon poderosa para que ella vuelva a la empresa -- dijo Desiree, creando una atmosfera de intriga. --No preguntas nada, Davinia -- dijo Manuel sonriendo. --No. Prefiero no saber nada. Os lo agradezco. Pero creo que debemos acabar con estas campanas cuanto antes -- repuse yo como la buena chica que era. --Tienes razon, Desiree. Debe haber algun motivo mas que importante para que, despues de lo que paso, el Sr. Evans permita que ella regrese -- dijo Natalia con seriedad, arrugando las cejas. --Si, en efecto. No me gusta el rumbo que van a tomar las cosas. Y te lo digo en serio -- dijo Desiree. --?Que paso? -- interrumpi intrigada, deseosa de tener la maxima informacion posible. --Acabaramos. Ahora despierta nuestra querida Davinia. ?Quieres saber lo que paso? -- dijo Natalia con sorna. --No te pongas borde. La chica lo esta pasando mal -- intervino Manuel. --Lo que no entendemos, Davinia, es el motivo de que esa mujer haya vuelto a la empresa y a la vida del Sr. Evans. Porque esa mujer le puso los cuernos a tu jefe, a nuestro jefe. Aunque parezca mentira, Alexia se permitio el lujo de serle infiel a ese tio bueno, sacado de un anuncio de Hugo Boss --explico Desiree. --Me dejais sin palabras --comente yo. --Los rumores incendiaron todos los despachos y departamentos --anadio Naty con un aire peliculero. --Pero, ?que sucedio en realidad? -- pregunte con intencion de buscar respuestas que me permitieran entender el extrano comportamiento de Peter. --Nunca supimos nada. Se dijo de todo -- intervino Manuel.

  • El secreto de Amber de Josi S. Kilpack

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    ?Por que habria de casarse por algo tan pasajero como el amor? La vida da muchas vueltas…
    Amber Marie Sterlington, la sensacion de la temporada en Londres, ya ha elegido a unos cuantos hombres, y sabe que es lo que mas le importa en un marido: que tenga un titulo y fortuna. ?Por que habria de casarse por algo tan pasajero como el amor? ?Y por que habria de mirar mas de dos veces a Thomas Richards, el tercer hijo de un hacendado rural?
    Sin embargo, cuando su estatus social se ve amenazado por un secreto que la agobia, el caracter de quien sea su futuro esposo se convierte en algo mucho mas importante que su posicion. Tras sufrir una humillacion publica, se ve desterrada a Yorkshire. Sola, con la unica compania de su doncella, Amber tendra que enfrentarse a un futuro y una vida que esta muy por debajo de lo que ella siempre ha conocido. Humillada y abandonada por todos, empezara a plantearse si esa soledad sera lo mejor. Despues de todo, ?quien podria quererla ahora?

  • Bilogia Suenos rotos y oscuros de Claudio Hernandez

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    En este libro encontraras las dos novelas que relatan las vidas tortuosas y atormentadas de Mary Shelley y Edgar Allan Poe. Fascinantes y perturbadoras.

  • Cuando ya te habias ido – Rafael Alcolea Harold de Rafael Alcolea Harold

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    ?Que ocurriria si descubrieses que todo lo que sabes de tu vida fuese una gran mentira…?
    A los 18 anos Sara debe renunciara a su felicidad al lado de su primer amor, Javier, para tratar de salvar a su familia de la ruina. Es empujada a casarse con un hombre mayor que ella, rico, a quien no conoce, e irse a vivir a Inglaterra, lejos de todo lo que conoce.
    Resignada a vivir como una marioneta, el caprichoso destino hara que ese amor de juventud reaparezca en su vida para remover los secretos e intrigas que la rodean.
    Un historia repleta de intriga, romance, secretos y emocion hasta el final.

  • Nerea y las estrellas (Las estrellas 1) de Estrella Correa

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    Nerea tiene una empresa de exito, un marido que la quiere y una vida perfecta.
    Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volvera a
    ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rapido. Nada es como
    ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocia.
    Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.
    ?Y tu? ?Serias capaz de saltar al vacio sin paracaidas y sin red?

  • El Highlander y el demonio espanol de Gema Gil Gutierrez

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    Escocia, 1330. Dos espiritus indomables pertenecientes a diferentes epocas se encuentran por mediacion de un anillo que alberga un secreto extraordinario. Paula, una policia espanola del siglo XXI, decepcionada con su trabajo y con el mundo que la rodea, irrumpe en la vida de Patrick, el jefe del clan mas poderoso de las Highlands.
    El caracter, intrepidez, valentia y belleza de la joven no dejaran indiferente al magnifico guerrero.
    ?Podran los sentimientos que surgen entre ambos y su tozudez superar las barreras del tiempo y del corazon?

  • El ultimo manuscrito de Maria Correa Luna

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    A Capitulo I Viernes NA Beltran tenia el puno apretado, tan apretado que los nudillos se le habian puesto blancos. Sostenia un reloj pulsera que, en el apuro, no habia logrado ponerse en la muneca. Lo sujetaba tan fuerte que no lo noto hasta que el auto en el que la trasladaban llego a destino y debio estirar la mano para abrir la puerta y bajar. Entonces miro el reloj. Eran las tres de la manana. Tampoco se percato de que llevaba jeans y botas pero que habia olvidado sacarse la camisa del pijama, de que no llevaba sueter y la campera que la abrigaba no era de ella. Se acomodo la correa de cuero del reloj en la muneca y miro el cielo. No habia luna, tampoco estrellas. Era una noche cerrada. Apenas distinguia los contornos de los recintos a su alrededor. Como si esa oscuridad infinita anticipara la escena con la que debia enfrentarse. Criminologa de profesion, Ana estaba acostumbrada a recibir llamados de la Policia Forense en horarios poco convencionales, por eso no le sorprendio que su celular sonara en la madrugada. Sin embargo, que el llamado fuera de Marcos Gutierrez, director de la Editorial Centauro --propiedad de la familia Beltran--, y que lo estuviera haciendo desde la puerta de su casa, significaba que era algo grave. Gutierrez, a quien Ana conocia como la mano derecha de su padre desde que tenia memoria y a quien consideraba un satrapa desde aquel verano nefasto, entro en el departamento y le dio la noticia sin preambulos. A partir de ese momento, los sucesos transcurridos entre que salio de su casa, frente al Botanico, y llego al lugar de los hechos eran parte de una nebulosa. No sabia cuanto tiempo habia pasado entre que escucho de la boca del periodista que habian encontrado a Emerio Beltran ahorcado en la biblioteca del Zoologico de Buenos Aires y el momento en que llego al lugar. Solo queria tratar de recordar cuando habia visitado el zoologico por ultima vez; incluso frente a la gravedad del asunto, solo podia pensar que seguramente ya no venderian mas los copos de algodon dulce y de color rosa que tanto le gustaban. Toda la situacion le resultaba ajena, como si sufriera un proceso de extranamiento en el que ella era una observadora mas, como en cada caso en el que trabajaba. Ana Beltran estaba acostumbrada a ver los crimenes mas macabros, pero no estaba preparada para ver a su padre colgado. Un escalofrio le recorrio el cuerpo. No queria pensar. Se acomodo la campera sobre el pecho y dejo que Marcos Gutierrez la guiara en silencio. Trataba de concentrarse en su respiracion, en el frio que sentia en la punta de los dedos, en los pies entumecidos por la helada de la madrugada, en lo insolito de estar caminando por las callecitas internas del zoologico, en medio de una oscuridad inmensa y acompanada por dos agentes de seguridad nacional. Su mente se desviaba a los copos de algodon y sus pensamientos erraticos se perdian entre el rumor del viento que disimulaba las voces de sus escoltas cuyas linternas no iluminaban lo suficiente como para ver por donde pisaban. Ella caminaba como un automata, escuchando su propia respiracion mezclada con el murmullo nocturno del parque. Volvio a arroparse con la campera, se froto las manos contra los jeans y trato de calentarlas. Continuo firme detras de Gutierrez y de los dos oficiales que se abrian paso rumbo a la biblioteca. Marcos Gutierrez aminoro el paso y se acerco a ella. Se arrimo lentamente y le apoyo la mano izquierda sobre el hombro. Ana levanto la mirada del suelo y agradecio con un leve movimiento de cabeza el gesto. De alguna manera, Gutierrez queria aliviar la situacion. Aunque fuera imposible, al menos queria que ella supiera que contaba con el. Era consciente de que no habian quedado en buenos terminos, y que la criminologa no olvidaba lo sucedido entre ambos. Sin embargo, en ese momento queria dejar los rencores a un lado. Ana tambien lo comprendio asi. Respiro profundo y tomo su mano. En la oscuridad, la biblioteca, que era una replica del Templo de Vesta --construccion en honor a la diosa romana del fuego y el hogar--, se mostraba tenebrosa. De estructura circular y erigida sobre dieciseis columnas adornadas por frisos de bronce, no invitaba a entrar. Sobre la inmensa puerta principal, se podia observar una leyenda en latin: Divae Matri Matutae. <>, susurro Ana antes de dar el primer paso y seguir al oficial que los esperaba en el acceso al recinto. Al tomar conciencia del calor de la mano de Gutierrez, la solto y avanzo hacia la entrada. Ana Beltran no estaba preparada para lo que iba a ver esa noche. Maximo Zaldivar tomo el telefono y marco esperando escuchar una voz conocida del otro lado. Para su sorpresa, atendio el contestador. Dejo un mensaje, corto y sostuvo con firmeza el celular. Ya era muy tarde, no habia posibilidad de escape. Trato de serenarse, volvio a mirar la imagen que habia recibido en su Blackberry y sintio ganas de vomitar.

  • 1793 de Niklas Natt Och Dag

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    El fenomeno de ventas que ha revolucionado el thriller historico

  • Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom

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    Un libro sencillo e intenso que encierra profundas verdades. Conversaciones entre Mitch y su antiguo profesor de la universidad todos los martes. Una historia real para un libro de culto. El libro que ha cambiado la vida a millones de personas.

  • Hormigas en la playa de Rafa Moya

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    Hormigas en la playa narra la historia de una obsesion. La obsesion de Eric por Pau, un amigo de juventud. Ambos se reencuentran treinta anos mas tarde de haberse perdido de vista, en una reunion de antiguos alumnos. A partir de ahi, Eric intenta recuperar la relacion que tuvieron en el pasado y para ello emprende una supuesta operacion de acoso basada en una nostalgia quiza mal planificada. Para algunos, una historia de amor, para otros un novela de suspense, quiza una novela urbana, psicologica, oscura, cerrada, emotiva, vital y para todos una novela impactante y dificil de olvidar.

  • Medico del Corazon de Eva Nieto

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    Marta era todo lo que un tipo como yo podia desear.
    Joven. Atractiva. Mi alumna. Intelectual con gafas. Virgen.
    Nos acaban de pillar f*llando en el vestuario, y solo hay una solucion.

  • Deje su mensaje despues de la senal de Arantza Portabales

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  • Blanca Navidad en las Highlands de Alma Fernandez

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    Y la afortunada ganadora del premio a la excelencia que ha resultado seleccionada para el programa de intercambio en la ciudad de Glasgow es Valentina de la Renta. Si, de la Renta, esa soy yo. Y no porque fuera sobrina del afamado disenador, sino porque ese era el apellido de mi padre, Gonzalo, un portento de los negocios, dueno del concesionario de lujo mas importante de nuestra ciudad. Como no podia ser de otra manera dada su trayectoria y posicion, su unico retono, es decir, yo, acudia a la universidad mas prestigiosa que jamas hubo por aquellos lares. "Los Nogales" se llamaba, un lugar donde los cachorros de lo mas granado a nivel social competiamos entre nosotros para ver quien podia llevarse el gato al agua, logrando un curriculum cum laude del que poder alardear. ?Me convertia todo esto en una pija redomada? Pues mas bien no. Mi corazon se identificaba mas con el de una chica sencilla a la que la vida habia situado en un lugar asi de selecto. --Valentina, hija, no te creas mas que los demas solo por la posicion que ostenta tu padre, que torres mas altas han caido. Mi madre solia decirme eso dia si y dia tambien. Lucrecia era su nombre y habia llegado en su momento a Espana con una mano delante y otra detras, procedente de Mexico. Eso si, lo que traia bajo el brazo era un titulo en Economia que avalaba su brillantez. A mi padre no le paso desapercibida una chica asi, culta, luchadora y guapa, arrolladoramente guapa. Todos decian que yo me parecia a ella y asi lo esperaba. Aunque fuera en el blanco de los ojos me fascinaba pensar en mis similitudes con la mujer que tuvo a bien traerme a este mundo de locos que se habia convertido en una jauria en la que la gente se mataba por llegar mas alto que el resto. Con los meses mi padre fue quedandose prendado de aquella mujer. Bueno, y ella se quedo prendada igualmente, y no solo prendada sino tambien prenada. No, no penseis mal, mi madre no era ninguna trepa y el hecho de quedarse embarazada no fue fruto de ninguna artimana por su parte, sino de la pasion que ambos rezumaban por la punta de las orejas. La noticia, sin embargo, si cayo como un jarro de agua fria a mis abuelos paternos, Vicente y Aurora. El fue quien puso en marcha el negocio que anos despues heredaria su padre y consideraron que mi madre era una enredadora de mucho cuidado que se habia valido de sus armas de mujer para meterse a mi padre en el bolsillo. Por no decir en otro lado... Y como el rosario de la aurora precisamente fue como salieron todos, por lo que mi padre y mi madre se distanciaron por completo de aquellos dos seres despotas y elitistas para iniciar una vida en comun en la que la felicidad fue la nota dominante. Eso de que detras de un gran hombre hay una gran mujer debio decirse al hilo de la existencia de mis progenitores; pues si mi padre heredo un negocio prospero, la vision empresarial de mi madre hizo que en pocos anos estuvieran quintuplicando beneficios. Con todo y con eso a mi madre no se le caian los anillos y a menudo, incluso en las reuniones sociales mas esnob y exclusivas, la buena de ella hablaba con orgullo de sus origenes humildes y de la importancia de hacerse a uno mismo. En momentos asi, teniamos que ir volando por un babero, pues a mi padre se le caia la baba ante una mujer que habia dado sobradas muestras de como podian escalarse peldanos en la vida sin necesidad de pisar a nadie. A la hora de educarme, yo siempre valore las dos caras de la moneda. Pese a acudir desde el minuto uno a la escuela mas prestigiosa y trilingue de la zona, tambien supe lo que era acudir de la mano de mi madre a los comedores sociales para dar de comer a aquellos a los que la vida no habia favorecido como a nosotros. --Tienes que saber que no todos los ninos tienen la misma suerte que tu, Valentina. --Esa era una de las frases que mi madre se encargo de que quedara grabada a fuego en mi memoria desde mi mas tierna infancia. --Pero si yo nunca te gano jugando al parchis...--me quejaba yo a mis cinco o seis anitos cuando no sabia interpretar todavia la magnitud de sus palabras. --No estoy hablando de juegos, sino de la vida, mi nina. Tienes mucho que aprender todavia... --Pues yo lo que quiero aprender es como ganarte al parchis--insistia. No obstante, no habia ensenanza por parte de aquella gran mujer que yo no terminara absorbiendo como si de una esponjita se tratase. Y eso incluia su increible sentido del humor, porque mi madre si no corria, volaba. Era una mujer unica. De hecho, uno de mis mejores recuerdos de la ninez lo constituyen aquellos cientos de ocasiones en los que el sonido de la risa de mi padre envolvia todas las estancias de nuestra lujosa casa, merced a las indudables gracias que tenia mi madre y que no dudaba en poner en marcha en cualquier momento. No he comentado todavia que mi nacimiento fue un poco complicado y que, tras el, mis padres recibieron el varapalo de que no podrian tener mas hijos. Enamorados como estaban y con ganas de formar una familia numerosa, lo asumieron con entereza, pese a la tristeza que la noticia les causo. Tal hecho propicio que ambos se volcaran al cien por cien con la que estaba llamada a convertirse en su unica hija, servidora, que ademas heredaria en su dia el negocio familiar. No, no es que la idea de vender cochazos de lujo me fascinara, pero tampoco iba a tirar por la borda la labor de mi padre durante tantos anos. Cuando llego la hora de elegir carrera universitaria yo no tuve ningun genero de duda; queria ser economista, como mi madre. A ella, que ya lo venia sospechando, la noticia le toco la fibra sensible y fueron no pocas las ensenanzas que recibi de primera mano de una mujer que donde ponia el ojo ponia la bala. Estudiaria en "Los Nogales" una universidad que aunaba un amplio ramillete de carreras y que me proporcionaria una vision moderna y global de los estudios, desde un prisma eminentemente practico. En ella tuve la suerte de compartir aquellos intensos anos universitarios, que dicen que son los mejores de la vida, con Alexander, un chico al que conoci al segundo dia de estar alli y que me acompano hasta el comienzo de ese ultimo curso que yo hacia ese ano. Fueron tres bonitos anos de relacion en los que yo crei conocer el amor en mayusculas y que se fueron al traste el dia en que mi novio, entre lagrimas, me vino a decir poco mas o menos que no era yo, que era el... Y que hasta ahi habiamos llegado. En el anterior curso Alexander habia cambiado de amistades, algo que me preocupo porque vi que las elegidas no eran trigo limpio. Asi se lo hice notar desde el principio, pero el se dedico a hacer oidos sordos o a decirme que siempre estaba con la misma cantinela y que le rayaba. --Esto no va a acabar bien, mi vida, te lo digo yo, que las mujeres tenemos mucho ojo para estas cosas. --Claro y los hombres estamos ciegos, lo mismo es de hacernos... bueno tu ya sabes, de darle a la zambomba, como decian antes. El dia que Alexander me dio aquella contestacion tome conciencia de que nuestra relacion habia dado un giro de ciento ochenta grados. Por favor, pero si el habia sido hasta entonces la correccion personificada, ?como demonios era posible aquello? De ahi para delante, como los de Alicante, llego un momento en el que conclui que no lo conocia. Alexander parecia necesitar un exorcista, de las burradas que comenzo a decir al lado de unos amigos de lo mas radicales que le metieron un punado de ideas en la cabeza incompatibles con la vida en comun. Una de esas ideas versaba sobre que las chicas eramos unas controladoras que habiamos nacido, poco mas o menos, que para joderles la vida. E, imbuido de aquel pensamiento, mi novio empezo a cuestionarse nuestra relacion hasta el punto de que senti que, de ser amantes, amigos y todo aquello que pueda sonarse en una pareja, pasamos a ser poco mas que follamigos. El dia que por fin lo vomito todo yo lo estaba esperando con la escopeta cargada (no literalmente, aunque ganas no me faltaban). Si no llega a dejarme el, lo hubiera hecho yo, pues ya estaba hasta el mismisimo mono de sus soplapolleces y de las de los memos de sus amigos. --Menudo marron te has quitado de encima--me comento Alba cuando, un rato despues, cai sobre sus hombros llorando.

  • Mujeres en pie de guerra de Susana Koska

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  • Lo que calla la noche de Daniela Sanguinetti

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    LO QUE CALLA LA NOCHE
    Un asesinato sin resolver, oscuros secretos y perversas intenciones se tejen y se enredan en torno a una mente enferma... Ulises, un joven de veintitres anos, proveniente de una familia tipo de clase media, timido e introvertido, que en apariencia lleva una vida normal, comienza a experimentar alucinaciones, demasiado reales, en las que se ve a si mismo matando brutalmente a mujeres jovenes que se cruzan en su camino. La recurrencia y la realidad abrumadora de esas ensonaciones, sumadas al extremo deseo de llevarlas a cabo, empujan a Ulises a poner sus deseos en accion. Pero, tras el ataque fallido a una joven, sera transferido a una clinica psiquiatrica. Alli conocera a la psicologa Mariana Etcheverry, con la que desarrollara una relacion que excedera, peligrosamente, los limites entre medico y paciente. ?Podra, Mariana, ayudarlo a escapar de su propio infierno? ?Sera capaz de descubrir el oscuro origen de la obsesion criminal de su paciente o se perdera en el? "Lo que calla la Noche" es un thriller que promete envolver al lector de principio a fin.

  • La borde y dulce Lai de Monica Benitez

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    Ni siquiera habia terminado de acomodarme en mi nuevo apartamento y ya estaban llamando a la puerta, si despues de seis dias viviendo alli, los vecinos ya se tomaban la libertad de molestarme tal vez deberia optar por no acabar mi mudanza y elegir otro lugar. Mire el reloj, las nueve de la manana. <> El timbre volvio a sonar, esta vez dos veces, lo odiaba, no soportaba a la gente impaciente. Salte de la cama y me asegure de que llevaba unos minimos de ropa, esa noche me habia aliviado un par de veces y no era plan de abrir en pelotas. Tras observar que mis bragas seguian en su sitio, introduje mi mano en la montana de ropa que habia acumulado encima del sillon durante esos dias y me puse una camiseta de manga corta. El timbre volvio a sonar. --!Ya voy!--grite. De camino a la puerta me tropece con una de las pocas cajas que habia en el comedor, no era que no hubiese tenido tiempo de acabar la mudanza, simplemente no me habia molestado en hacerla, abria las cajas conforme iba necesitando las cosas. Tuve que saltar por encima para evitar caerme. <> Por fin llegue a la puerta y cometi el error de no mirar por la mirilla primero, si lo hubiera hecho no hubiera abierto, pero ahora ya era tarde. --Hola Lai--dijo con una expresion de remordimiento dibujada en su rostro. --?Que quieres Vero?--conteste con el corazon encogido. --Te he traido algunos libros... --Te dije que pasaria a buscar mis cosas cuando no estuvieras, no quiero que me traigas nada. --Te he visto leer estos libros unas cuantas veces, he pensado que te gustaria tenerlos...--insistio. --?Como has sabido donde vivo?--pregunte enfadada conmigo misma por haber abierto la puerta. --Soy poli, tengo recursos--sonrio alzando las cejas. Ella era poli y yo gilipollas. Cogi la caja de sus brazos y la deje en el suelo, Vero aprovecho ese movimiento para colarse en mi apartamento y cerrar la puerta. Su exquisito olor al moverse impregno mis sentidos. --!No quiero que estes aqui Vero, largate ahora mismo!--dije con el corazon latiendome en la garganta y los ojos banados en lagrimas. --Lo siento mucho Lai, yo no queria que pasara esto--dijo colocando su mano en mi torax. ?Ella no queria? ?Insinuaba que era cosa mia? Llevabamos seis anos viviendo juntas cuando me demostro que yo no era suficiente. ?Y ahora tenia la puta jeta de decirme que ella no queria? --No me toques Vero--le suplique con la voz ahogada. La odiaba por lo que me habia hecho, estaba dolida, decepcionada, cabreada, asqueada y con un dolor insoportable, pero lo que mas me jodia era que la seguia queriendo, la deseaba, en cuanto puso su mano encima de mi, desee que me follara como lo habia hecho cada dia en los ultimos seis anos. Teniamos una vida sexual muy activa, daba igual la hora del dia, el rincon de nuestro apartamento, el coche, banos publicos, ascensores, playas...Lo habiamos hecho en tantos lugares que era incapaz de recordarlos todos. --Te echo de menos--me susurro mientras su mano se colaba por debajo de mis bragas. Una parte de mi queria gritarle que parara, que cogiera su puta mano y fuera a hacerle una paja a su nuevo novio, pero la otra queria que siguiera, sus dedos ya estaban bailando entre mis piernas y mis labios esperaban haciendo palmas lo que sabian que estaba por venir. Me hizo recular hasta el sofa y me empujo hasta que cai de espaldas y ella se me tumbo encima. Subio mi camiseta y empezo a lamer mis pechos vorazmente mientras me quitaba las bragas. Yo ardia, hacia tres semanas que me habia ido de su casa y desde entonces solo me habia pajeado, siempre llegaba al orgasmo pero no era lo mismo, no era lo mismo que correrme en su boca, que sentir su lengua serpenteando por mi sexo, que sentir su sexo encajado con el mio, que besarla hasta quedarme sin aire, follarla hasta quedarme sin fuerza y abrazarla hasta quedarme dormida. Yo tambien la echaba de menos cada puto segundo del dia que pasaba, pero no pensaba decirselo. Intento besarme mientras dos de sus dedos se introducian por mi humeda vagina, eso no se lo permiti, eso pude negarselo y me senti orgullosa de poder arrebatarle algo que sabia que ella deseaba, a Vero le encantaba que la besara, decia que tenia un don para usar la lengua dentro de su boca, yo no sabia si era cierto o no, pero hacia tres semanas que ella habia perdido el derecho a beneficiarse de ese don. Introdujo un tercer dedo y yo gemi profundamente cuando note su pulgar en mi clitoris, ella sabia todo lo que me gustaba, seis anos de sexo diario nos habian servido a las dos para conocer nuestros cuerpos a la perfeccion, para saber que nos gustaba y que nos gustaba todavia mas. Vero sabia que me gustaba que me follara fuerte cuando estaba cabreada y eso era lo que estaba haciendo, sus tres dedos entraban y salian de mi vagina con fuerza y velocidad mientras intentaba coordinar su pulgar con esos movimientos para estimular mi clitoris al maximo, ya estaba a punto y por su puesto ella lo sabia, mis cada vez mas frecuentes gemidos asi se lo indicaban, asi que saco sus dedos de mi vagina y se centro en hacer circulos en mi clitoris hasta que me corri en su mano. Alli estaba yo, tirada en el sofa, con una camiseta subida por encima de las tetas y las piernas abiertas mientras Vero secaba las lagrimas que se me habian resbalado tras el orgasmo. Aparte la cara, habia dejado que me follara pero no queria que me mirara con esa cara compasiva, sabia que ella me seguia queriendo, podia leerlo en sus ojos, me habia querido demasiado como para dejar de hacerlo en tres semanas, pero estaba claro que queria a alguien mas y que poco a poco sus sentimientos por mi iban a desaparecer. Tan solo esperaba que los mios por ella hicieran lo mismo cuanto antes. --Quiero que te vayas--susurre sin mirarla. --?No quieres que lo hablemos mi vida? No me dejaste darte explicaciones... --!Ni se te ocurra llamarme asi Vero, ya no!--dije enfurecida. --Perdona, es la costumbre...--contesto cabizbaja. Me gire hacia ella furiosa, me baje la camiseta para recuperar algo de dignidad y me sente. --No hay nada que explicar Vero, me quedo muy claro en cuanto llegue. Quiero que te largues y que no vuelvas mas, no quiero que me traigas nada ni que me llames por telefono. Largate de una puta vez por favor--le rogue. --Nunca quise que pasara Lai, y jamas pretendi hacerte dano de esta manera-- dijo con sus preciosos ojos azules banados en lagrimas--solo queria que lo supieras. Levanto su esbelta figura del sofa, se llevo un par de mechones de su larga melena rubia detras de las orejas y se fue. Volvi a llorar desconsoladamente, igual que lo hice durante las dos semanas que pase viviendo en casa de Lorena tras presentarme aquella noche con una pequena mochila y contarle que habia encontrado a mi novia follandose a un tio en el hueco de la escalera de nuestro portal. No me hubiera enterado si no hubiese sido por los gemidos. Habia subido ya un par de escalones cuando oi gemir a una mujer y reconoci aquellos gritos de placer de inmediato, yo habia estado provocandolos a diario durante anos. Las piernas me temblaron y me quede paralizada, debatiendome entre mirar y asegurarme de que era ella o simplemente subir a recoger mis cosas de su apartamento mientras acababa de follar con su amante. Opte por la primera, necesitaba corroborar con mis ojos lo que mis oidos me decian, que era muy simple: aquella mujer de la que estaba locamente enamorada, aquella en la que confiaba ciegamente desde el primer dia me habia traicionado, me estaba traicionando en ese preciso momento. Casi por inercia baje los escalones que habia subido y me asome al hueco de la escalera. La imagen no pudo ser mas dolorosa, en efecto era ella, era mi chica a la que aquel cabron estaba empalando contra la pared con su polla una y otra vez mientras ella le comia la boca y acariciaba su cabeza. Solo fueron unos segundos el tiempo que permaneci ahi, pero en esos segundos ella abrio los ojos y me vio, se solto de inmediato dejando a su amante empalmado, se bajo la falda y camino hacia mi suplicandome perdon. Yo me sentia doblemente enganada en aquel momento, uno por motivos obvios y dos porque jamas me hablo de su bisexualidad, todas sus parejas anteriores habian sido mujeres, jamas se me ocurrio que seria una polla la que me arruinaria la vida. --Lai lo siento mi vida--la oia decir. Pero yo no podia pensar, no podia respirar, los oidos me zumbaban y millones de imagenes acumuladas durante aquellos anos con mi novia volaban por mi mente haciendo que me dolieran los ojos. Tenia un nudo en la garganta, ella pedia perdon mientras aquel se la cascaba detras de ella. --No subas hasta que yo no me vaya--eso fue lo unico que me salio por la boca. Arranque a correr escaleras arriba, entre en el apartamento y llene una mochila con lo justo para sobrevivir unos dias. Me dirigi a la puerta y de camino hice un alto, en el mueble del recibidor habia una fotografia nuestra, del dia que nos conocimos, le arree un guantazo tan fuerte que salio despedida contra la pared. Sali por la puerta y baje tan rapido como pude, ella seguia en el portal, al menos me habia respetado en lo de no subir, lloraba desconsoladamente pidiendo que no me fuera pero yo no podia ni mirarla. *** Yo era escolta privada, asi es como conoci a Vero cuando tenia veintitres anos, ella tenia dos mas que yo. El presidente de no se que pais africano venia al consulado espanol, me asignaron la proteccion de su hija menor y Vero formaba parte de la escolta policial que nuestro querido gobierno les habia brindado. Mientras ese presidente estaba de reuniones y la nina jugaba en una pequena sala bajo mi atenta supervision Vero se acerco a mi. Podia decirse que yo acababa de salir del armario en aquel entonces, no porque me diera miedo sino porque no fue hasta esa edad cuando por fin me di cuenta de que lo unico que no habia encajado nunca en mi vida eran las pollas. Habia tenido un par de rollitos antes, pero ella fue mi primera novia oficial, la que me lo enseno todo, la que me dejo experimentar timidamente con mis manos y mi boca en su sexo, la que me hizo cosas que hasta entonces yo no sabia que existian, la que estaba a mi lado en los momentos buenos y en los malos, la que me hizo saber lo que era sentirse amada y lo maravilloso que podia ser amar a alguien. Ahora podia anadir una nueva leccion a la lista: Vero tambien me habia ensenado lo que era el dolor mas insoportable que habia experimentado hasta entonces. Lorena era mi entrenadora, bueno no solo mia, trabajabamos para la misma empresa de seguridad privada. Ser escolta en aquella empresa no consistia solo en proteger a quien te asignaran, recibiamos entrenamiento diario para asegurar que siempre estabamos en forma y atentos, y Lorena era la que se encargaba de eso. Era una tia fuerte, tambien rubia para recordarme a mi ex en todo momento, estaba increiblemente fibrada, cualquier curva de su cuerpo era puro musculo y se movia como una gata por el tatami. Empezo como ayudante del antiguo entrenador y al final se quedo con su puesto cuando el se jubilo. Aunque era casi nueve anos mayor que yo, conecte con ella desde el primer dia, en seguida nos hicimos amigas, ella se acababa de divorciar de su segundo marido cuando nos conocimos y yo fui su apoyo durante el tiempo que necesito para recuperarse, que fue bastante. Ahora ella era el mio. Casi me obligo a quedarme en su casa durante las dos primeras semanas y fue la que me acompano a ver mas de diez apartamentos hasta que por fin alquile aquel. *** Las visitas de Vero empezaron a ser frecuentes, ella venia, yo me cabreaba, despues me follaba, nos quedabamos un rato abrazadas sin articular palabra alguna y ella se marchaba. Ese ciclo empezo a repetirse al menos una vez por semana. Me decia a mi misma que era bueno para mi, la echaba tanto de menos que pense que haciendo aquello me seria mas facil acostumbrarme a su ausencia, si tenia una pequena dosis de vez en cuando podria soportar el puto mono de Vero que tenia. Yo no la tocaba nunca, no podia, no podia tocar o lamer aquello que otro tambien tocaba o lamia, en cambio si que dejaba que me tocara y me lamiera con las mismas herramientas que utilizaba con el, era contradictorio, era una mierda...Vero no se quejaba, creo que sentia que me debia esos polvos y yo decidi aprovecharme de eso, regalarme orgasmos era lo minimo que podia hacer despues de lo que me habia hecho. Lorena no estaba de acuerdo, decia que jamas lo superaria si no cortaba aquello de forma radical, yo sabia que tenia razon, pero no me sentia preparada para no volver a ver a Vero, la sola idea hacia que no solo se me hiciera un nudo en el pecho, ademas me dolia, era como si alguien estuviera sujetando mi delicado corazon con sus manos y decidiera estrujarlo. Me follaba por la tarde y yo lloraba por la noche, habia entrado un espiral autodestructivo del que parecia que no iba a poder salir, o eso pensaba yo antes de acabar con la paciencia de Lorena. Solia acudir a sus entrenamientos a ultima hora, cuando los demas ya se habian ido, asi aprovechabamos para hablar de lo que fuera y ?porque no?, yo me beneficiaba de clases particulares. Lorena se dedicaba a profundizar en los movimientos que mas me costaban y yo quemaba energia hasta que mi cuerpo no podia mas. Aunque sabia que mi amiga no aprobaba mis encuentros con mi ex, yo se lo contaba siempre (no los detalles, pero si que habia estado con ella), pero aquella tarde parecia que Lorena no estaba dispuesta a permitir que aquello continuara. Nos pusimos los guantes y empezo a atacarme, al principio no me costaba defenderme pero despues empezo a anadir ataques verbales a sus punetazos y aquello empezo a ponerme nerviosa y a volverme erratica. --?Hasta cuando vas a dejar que Vero te folle Lai?--dijo acompanandolo de pequenos y rapidos golpes en mi cara y mis costados--?Seras su juguetito lesbico hasta que se canse?--seguia pegandome...?Cuanto crees que tardara en cansarse de ti?--no podia defenderme, me atacaba cada vez mas rapido, me buscaba, queria cabrearme y hacia un rato que lo estaba consiguiendo--?Sabes lo que hace despues de follar contigo no?--yo le lance un derechazo con toda mi rabia, pero me esquivo sin despeinarse--exacto Lai, despues de follar contigo se va a su casa y se lo folla a el. Arremeti sin control contra Lorena, mis brazos iban solos en busca de su cara, de su abdomen, de cualquier hueco, queria pegarle con rabia pero no conseguia traspasar sus coberturas, estaba agotada, casi no podia respirar pero no dejaba de pegarle como una quinceanera cabreada hasta que Lorena se harto y me asesto un hostion en toda la cara, cai plana encima del tatami, por un momento me senti desorientada, el corazon me latia en el ojo, en el pomulo, en la frente, y joder, como me dolia. Ella estaba de pie delante de mi, una pobre chica de veintinueve anos que no era capaz de superar que su novia la hubiera enganado, estaba espatarrada en el tatami, mirando a aquella cabrona que acababa de derribarme con un solo movimiento cuando de pronto senti como su pie me aplastaba el cono. No me lo podia creer ?en serio? ?El pedazo de hostia que acababa de darme no era suficiente? ?Tenia que humillarme de esa manera? ?Es que acaso intentaba inutilizar la mas preciada de las partes de mi cuerpo? ?Aquella capaz de proporcionarme tantisimo placer? Eso si que no podia permitirlo. --!Joder Lore!--dije agarrando su pie por el tobillo. Ella apreto mas y yo gemi, de dolor claro. Notaba como me miraba cabreada, pero desde aquella humillante posicion me costaba identificar hasta que punto estaba enfadada, me dolia demasiado el ojo como para intentar enfocar. --No la necesitas Lai, Vero no es la unica capacitada para hacer que te corras-- dijo apretando mas--!hay muchas chicas por ahi que estarian encantadas de perderse entre tus piernas gilipollas! --?Vas a follarme con el pie?--atine a decir. No se porque lo dije, Lore era hetero, pero me salio asi. Lorena por fin retiro su pie de mi zona sagrada, se agacho, me agarro por la pechera y me levanto como a una maleante. Lo cierto es que me movio tan rapido que me maree un poco, pero a ella no parecio importarle, me empotro contra la pared y me alzo, de forma que mis pies solo rozaban el tatami con la punta de los dedos mientras mis manos se agarraban a sus munecas, ahora que la tenia mas cerca alcance a ver lo mucho que la habia cabreado... --!Tu estas por encima de eso joder! No la necesitas a ella ni a nadie, tienes que cortar esas visitas o te acabaras hundiendo en la mierda Lai--entonces me sacudio como si fuera un trapo lleno de polvo y me solto. Me deje escurrir por la pared hasta sentarme en el suelo, entonces paso, me entro la risa, no podia dejar de reirme, por primera vez en los tres meses que hacia desde que Vero me la pego, habia dejado de sentir dolor, no era que el dolor hubiera desaparecido sino que ahora estaba ocupado por otro, el del hostion que Lorena me habia pegado. La cara me dolia a rabiar, pero me gustaba, en ese momento fui consciente de que podia sentir algo mas alla de Vero. Lorena empezo a reirse conmigo, como si estuviese leyendo mi pensamiento, se acerco a la nevera y trajo una de las bolsas de hielo, se agacho frente a mi y me la aplasto en la cara sin mucho miramiento, ella era asi de bestia. --Aaau--me queje riendo. --No seas llorica--dijo retirando la bolsa un momento para ver el alcance de su puno. Yo volvi a quejarme cuando presiono mi pomulo con sus dedos, ahora ya no me reia, joder como me dolia. --Perdona, creo que me he pasado un poco--dijo volviendo a colocar la bolsa en mi cara--?Porque no hablas con Toni? Preguntale si sigue en pie la oferta que te hizo, te vendra bien--sugirio. Lorena se colo entre mi y la pared, se sento y me rodeo con sus brazos, yo me gire un poco y repose mi lado bueno de la cara contra su pecho casi plano. Me sentia bien, me sentia segura con ella. Toni era nuestro jefe, no el jefazo, pero si aquel ante quien yo respondia. Unos dias antes del peor dia de mi vida, Toni me ofrecio una especie de ascenso por asi decirlo, queria que me dedicara a clientes de largo plazo, asi llamabamos nosotros a aquellos a los que habia que acompanar durante semanas, ya fuera en viajes de negocios, de placer o la simple rutina diaria. Yo lo rechace porque eso implicaba estar mucho tiempo separada de Vero, pero ahora ella ya no estaba y tal vez fuera una buena idea para mi. --Quiza lo haga--dije cerrando los ojos un rato. --Buena chica--contesto besandome la cabeza--esta noche duermes conmigo, me siento responsable de tu estado de torpeza. Yo estaba demasiado cansada para negarme y al fin y al cabo en su apartamento todavia me quedaba algo de ropa. Lorena solo tenia una cama, dormi con ella durante aquellas dos semanas y todas las noches me repetia lo mismo que acababa de decirme. --Nada de meterme mano ?eh? Yo sonrei y deje caer mi cabeza en su hombro hasta que me dormi. 2 Adios Vero Esa manana me levante euforica, tanto que se me olvido donde estaba, me tropece con las zapatillas de Lorena y me estampe todo lo larga que era contra el suelo. --!Joder!--grite con mi lado malo pegado a la baldosa. Yo tenia grandes planes para ese dia y lo estaba empezando besando el suelo. Lorena no dejaba de reirse mientras me ayudaba a levantarme. --Desde luego mira que llegas a ser torpe cuando te lo propones--dijo echando un vistazo a mi cara y haciendo una mueca extrana. --?Que?--pregunte dirigiendome directamente al bano para mirarme en el espejo. --!Joder Lore! ?Tenias una puta piedra metida en el guante? Tenia el pomulo y el ojo ligeramente hinchados, pero eso no era lo preocupante, desde el pomulo hasta la frente mi cara era surtido variopinto de colores, que iba del azul al rojo, pasando por el morado y el verde. Lore disimulo aquel desastre con maquillaje, aun asi era evidente que me habian partido la cara. --?A donde vas con tanta prisa?--dijo sin una pizca de remordimiento cuando me bebi el cafe de un trago y cogi una deliciosa tostada entre los dientes mientras me ponia la chaqueta. Si habia una cosa que Lore sabia hacer bien sin duda era cocinar, bueno, ahora podia anadir otra a la lista, hostiarme, eso tambien lo habia hecho de maravilla. --A ver a Vero, voy a decirle que no quiero mas visitas. Despues hablare con Toni --dije saliendo de su apartamento. --!No te la folles!--grito mientras yo sonreia al oirlo.

  • Pura pasion de Annie Ernaux

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    <>; asi empieza la historia sobre la pasion de una mujer culta, inteligente, economicamente independiente, divorciada y con hijos ya mayores, que pierde la cabeza por un diplomatico de un pais del Este <> y siente especial debilidad por la buena ropa y los coches aparatosos. Si el tema que da lugar a esta novela es aparentemente trivial, no lo es en absoluto la vida que lo alienta. Muy pocas veces antes se habia hablado con tan descarnado descaro, por ejemplo, del sexo masculino o del deseo que idiotiza, que trastoca. La escritura aseptica y desnuda de Annie Ernaux consigue introducirnos, con la precision de un entomologo que observa un insecto, en el febril, extasiado y devastador desvario que cualquier mujer -?y cualquier hombre?-, en cualquier lugar del mundo, ha experimentado sin duda al menos una vez en su vida.

  • A tu lado de Adrianne Holt

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    Nina bajo del auto de Tyler y entro corriendo al West Inn, evadio a un grupo de turistas que salian en ese momento del hotel y se abrio paso hasta llegar al elevador. Cuando las puertas se abrieron y ella se dispuso a entrar, tropezo con William, quien en ese momento iba saliendo. --?Nina? --!Will, que sorpresa! --observo sus maletas--. Crei que te irias manana. --No, es decir si pero cambie de opinion, nada tengo que hacer aqui. --Ya veo --respondio indiferente y apreto el boton del elevador al ver que las puertas se cerraban. --?Y Alex? --pregunto al ver su nerviosismo-- ?Sucede algo malo? --!No! --se apresuro a contestar--. No pasa nada, el y yo… el… --no pudo disimular su tristeza y los ojos se le llenaron de lagrimas. --?Me diras que paso? --Lo siento no puedo hablar ahora, tengo algo de prisa --dijo entrando al ascensor. --!Nina, espera! --lanzo un suspiro, metio el pie e impidio que las puertas se cerraran--. Alexander tiene un caracter dificil, lo conozco desde hace muchos anos y se que si se alejo sin decir nada es porque no quiere lastimarte --dijo pensativo recordando la actitud de Eve--, supongo que les viene de familia, si de verdad lo quieres tendras que hacerte a la idea. --?Que quieres decir? --Bueno que hasta no hablar con el no debes llenarte la cabeza con pensamientos absurdos. --?Lo dices por Eve? --Eve esta molesta conmigo por alguna razon que desconozco. Es realmente frustrante no saber que paso --dijo angustiado-- la amo, no he podido dejar de pensar en ella desde que terminamos, jamas me dio ninguna explicacion. Creeme que su silencio me esta matando, de verdad ya no puedo mas con esto, es por eso que te digo que les viene de familia comportarse de ese modo tan inmaduro, huir en vez de afrontar sus problemas. Nina guardo silencio, penso en decirle donde podia encontrarla pero quiza Eve se molestaria con ella. --Siento no poder ayudarte --dijo lamentandose. --!Nina! --la miro a los ojos haciendo que se sonrojara-- ?Tu sabes donde esta? ?Cierto? --Will no se si es buena idea decirtelo. --!Necesito hablar con ella, estrecharla entre mis brazos, pedirle perdon de rodillas si es necesario! --la tomo de la mano suplicando. --Eso quiere decir que conoces las causas de su enojo. --Quiere decir que la amo y ya no puedo vivir sin ella. --Supongo que no estaria del todo mal si se reconcilian --se mordio el labio ansiosa--. ?Tienes Waze? William saco su celular y se lo dio a Nina, ella marco en el mapa una direccion y la agrego a favoritos, le entrego su celular y se despidio de el. Al llegar a su suite, se apresuro a sacar todas sus cosas. Habia demorado demasiado, corrio a la puerta y al abrir encontro a Tyler a punto de tocar. --!Nina! Comenzaba a preocuparme, ?por que demoraste tanto? ?Sucede algo? --Nada, ya iba a salir. --Dame tu maleta --dijo arrebatandosela y tomandola del cuello-- todo estara bien. Caminaron hasta salir del hotel rumbo al lugar en donde el habia dejado su auto. --No Ty, no lo estara, no despues de lo que hice esta noche. --?Ir a buscarlo? No creo que eso le moleste. --No lo digo por eso --respondio y lo miro esbozando una tierna sonrisa. --Estoy seguro que cuando se le baje el berrinche te buscara. Tyler abrio la puerta del coche y ella subio de inmediato, fijo su mirada en un punto sobre la ventana y se perdio en medio de sus pensamientos. --!Llegamos! El se estaciono afuera de la casa que sus padres rentaban en Praga. --?Por que me traes aqui? Crei que me llevarias al aeropuerto --reprocho. --Recibi un mensaje de Mauleen mientras te esperaba. Esta aqui, no conoce Praga y es el unico lugar al que sabe llegar --dijo y apago el auto--. ?Sabes? No hay nadie aqui --volteo a verla esperanzado--, ?por que no te quedas? Al menos hasta manana, es muy probable que no encuentres un vuelo de ultima hora y no dejare que duermas en el aeropuerto. --Supongo que tienes razon. --Siempre la tengo. Puedes quedarte en el cuarto de huespedes, le dire a la senora Doubek que lo prepare --dijo y la tomo de la mano--. Sera mejor que entremos, Mauleen debe estar esperandonos. Evangeline estaba preparando la cena cuando escucho el timbre, se quito el mandil y abrio sin asomarse al visillo. --Hola --susurro. --!Will! ?Que haces aqui? ?Como me encontraste? --pregunto nerviosa. --Creo que tu y yo necesitamos hablar. --Crei haber sido lo bastante clara contigo. --!Eve! --suplico tomandola de la mano-- te extrano, no puedo vivir asi, aun te amo, no he podido superarte, ?no crees que merezco al menos una explicacion? --Ahora no puedo hablar, mi madre vendra a cenar y Alex esta arriba. --?Arriba? --Si, el vive en el ultimo piso, puede venir en cualquier momento, pense que el te habia dicho donde estaba --respondio dudosa. --Crei que solo estaba de paso por Praga. --?No te lo dijo? --guardo silencio y prosiguio-- !Ok! Ese no es el punto, el no sabe nada de lo que paso entre nosotros y preferiria que no lo supiera. --?Por que, tan mal partido me consideras? --No es eso, eres uno de sus mejores amigos y ya sabes como es el, nunca le dijimos que tu y yo teniamos una relacion por miedo a su reaccion, eres dos anos menor que yo, ?como crees que lo hubiera tomado? --!Eso no tiene nada que ver! --respondio burlon-- !La edad es solo un numero, yo no jugue contigo, te amaba, aun lo hago! --!Baja la voz! --!Eres increible! --se paso la mano por el cabello y sonrio ironico conteniendo su frustracion -- Te acabo de decir lo que siento y tu solo te preocupas por que nadie me escuche --tomo una profunda bocanada de aire y bajo la mirada-- !Ya entendi! descuida, no te volvere a buscar ni a ocasionarte problemas --dijo y se dio la vuelta. --!Will! Evangeline grito su nombre desesperada, el timbre de su voz desperto a Carly quien inoportunamente comenzo a llorar haciendo que ella se diera la vuelta de inmediato dejando la puerta abierta. El entro sin que ella lo invitara, la siguio hasta la sala y la vio cargando a su bebe. --Que rapido te olvidaste de mi, ?quien es el padre? --?Para eso querias verme? Para reprochar mis decisiones. --No, pero admito que me ha tomado por sorpresa --dijo refiriendose a la nina-- ?Quien es el padre? ?Esperaste al menos que me fuera para irte con el o es que ese fue el motivo por el cual me dejaste sin una explicacion? Evangeline lo miro con los ojos llenos de lagrimas y se aferro a Carly. --?De verdad me crees capaz de algo asi? --!Eve por favor! Me fui a Amsterdam a dar un concierto y cuando volvi ya no estabas en el departamento, no dejaste ni una nota, no sabia donde buscarte. Crei que habias regresado a L.A. --Si tan preocupado estabas por mi, ?por que no me buscaste en casa de mis padres? --Lo hice pero tu padre dio la instruccion de no dar informes a nadie respecto a donde te encontrabas. --!Pasaron dos anos Will! --!Si de acuerdo! Admito que fue muy estupido de mi parte ofuscarme y no buscar otros medios, pero localizar a Alexander tambien me fue imposible, la tierra se lo trago, despues me entere que habia terminado con Nola y fue lo ultimo que supe de el. --!Claro! --susurro incredula. --!No te miento! Casualmente me encontre con el en el lobby del hotel y crei que estaba de viaje por aqui, ni siquiera me dijo que vivia aqui. --Sera mejor que te vayas. --Tienes una hija --musito lleno de dolor--, no sabes cuanto me arrepiento de mi estupidez --se acerco a ella mientras abrazaba a Carly-- yo pude haber sido su padre --se lamento. --Carly --susurro. --?Perdon? --Se llama Carly. --?Le pusiste el nombre de mi madre? --dijo sorprendido. Evangeline se giro, lo miro llena de angustia mientras intentaba calmar a su hija. --?No te imaginas por que? El palidecio, se sento en el sillon intentando entender lo que ella le estaba diciendo entre lineas, se sintio mareado, no podia creerlo.

  • Leon de ojos verdes de Manuel Vicent

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    Durante el verano de 1953, en la terraza del hotel Voramar se estaba rodando una pelicula ambientada en la epoca de enrreguerras y varios cables conectados al generador, que no cesaba de zumbar, cruzaban la amplia terraza hasta la escalinata guardada por un leon de escayola. En la playa, al pie de la escalinata, se hallaban instalados los focos, las pantallas y las camaras. Por alli se agitaban los tecnicos del equipo rodeados de turistas curiosos en traje de bano y sobre la balaustrada se perfilaban algunos figurantes, senoras con pamelas, corpinos y abanicos, que iban del brazo de caballeros con cuellos de porcelana y sombreros de paja dura, representando a banistas muy felices. La accion de la pelicula transcurria en el ano 1918. Familias burguesas pasaban sus vacaciones en este balneario. Aquellos veraneantes sentados en sillones blancos de mimbre, entre refrescos de granadina, hablaban de novenas de banos, de calculos de rinon, de aguas saludables para la vejiga y a la hora de discutir de politica se dividian todavia en dos bandos: unos habian sido anglofilos y otros germanofilos respecto a la guerra europea recien terminada. Una madre estaba empenada en casar a su hija adolescente con un estudiante de ingenieria de caminos, vastago de una familia muy rica, pero la nina se negaba a crecer y preferia seguir jugando con los chicos de su pandilla. La protagonista, una adolescente bellisima, me tenia obsesionado. Desde la terraza de mi habitacion la veia entrar y salir de escena; seguia todos sus movimientos, trataba de encontrarme con su mirada en los pasillos y algunas noches sonaba con ella. En la pelicula se enamoraba de un muchacho gordito de su misma edad, sin porvenir en la vida, al que ese ano habian suspendido en todas las asignaturas. Habia una escena en que la nina daba lenguetazos morbosos, demorados, llenos de inocente malicia a un cucurucho de helado de chocolate. Pero este delirio por aquella criatura se me esfumo muy pronto. Fuera de la ficcion, entre los huespedes del hotel habia un matrimonio frances con una hija que tenia la cara de perrita lulu, con la naricilla, la cola de caballo y unas grenas en la frente. Llevaba un pantalon corto muy ajustado y sus senos apenas cuajados parecian fluctuar sueltos y libres bajo la camisa de seda. Decia que era artista y que en Francia habia trabajado en varias peliculas. Todos los dias se acercaba al set para ofrecerse a salir gratis en alguna secuencia, pero el director habia ordenado que se mantuviera a raya a aquella turista tan pesada para que dejara de molestar. El ayudante se lo hizo saber a ella y tambien a su madre, tan recalcitrante como su nina; en cambio, el padre parecia hacerse cargo de la situacion y pedia excusas a unos y otros para hacerse perdonar. --Mi hija esta loca por el cine. Me da muchos problemas. No podemos hacer nada --decia. Yo tenia entonces diecisiete anos y me divertia asistir por primera vez al rodaje de una pelicula, pero mi mayor aventura de aquel verano consistia en oir las historias que me contaba el doctor Luis Aymerich en la terraza del hotel Voramar, cuando los cineastas daban por terminada la sesion, apagaban el generador y al volver el silencio a la tarde solo se oian los golpes del oleaje y el arrastre de la resaca sobre los cantos rodados, semejante al sonido que yo hacia al sorber con la paja los posos de hielo del granizado de limon. Con su melena blanca aleonada, este doctor de medicina general se habia erigido en la conciencia viva de las villas de Benicasim, que en esa epoca se hallaban habitadas con todo esplendor por una burguesia provinciana, en algunos casos acrecentada por los nuevos negocios propiciados por la dictadura de Franco. Uno de los peces gordos del regimen, que ademas era aristocrata con titulo papal, solia sentarse a pocos metros de la terraza del hotel, en una silla de lona bajo un sombrajo de brezo montado solo para el en la playa. Llevaba chaqueta de pijama con trabillas de husar y gafas negras de espejo. Permanecia inmovil como un idolo, al que unas doncellas con delantal y guantes blancos, cofia y punos almidonados, cruzando la arena trabajosamente con zapatos de tacon por la pasarela de madera, le traian desde su villa, cuando sonaban las campanadas del angelus en un oratorio cercano, la ofrenda de un martini rojo con olivas sevillanas. A cierta distancia detras de su cogote se paseaba una pareja de la Guardia Civil con todos sus arreos charolados, que soltaban destellos bajo la luz de agosto. El idolo nunca se banaba en el mar. Parecia ajeno al mundo, siempre con el rostro impavido hacia el horizonte, y en sus gafas negras de espejo se reflejaban los ninos que levantaban castillos en la arena, algun balandro, parejas pedaleando en un patinete e incluso el vuelo de las gaviotas. Solo movia la cabeza a derecha e izquierda para seguir con la mirada a aquella linda francesita, aspirante a artista de cine, que pasaba por delante una y otra vez en un banador blanco sin tirantes. El primer dia se habia presentado en la playa con un biquini rojo, un atuendo que en Espana solo se conocia de oidas como una prenda que lucian las artistas en Cannes. A su alrededor comenzo a adensarse un grupo de curiosos, cada vez mas dilatado. Causo tanto escandalo que la Guardia Civil, que protegia al pez gordo, cubriendola con una toalla tuvo que escoltarla hasta el hotel para que se cambiara. El doctor Aymerich habia sido represaliado despues de la guerra por librepensador. A sus sesenta anos tenia la mente lo mas alejada posible del dinero, pero sabia la vida y milagros de los propietarios de las villas. Conocia con todo pormenor de donde procedia cada fortuna, quien habia emparentado con quien, la historia de aquel senorito que habia embarazado a la criada, la cual ahora estaba de prostituta en el barrio chino de Barcelona, e incluso los detalles mas truculentos de un crimen pasional cometido en la comarca que altero el tedio de los veraneantes un par de anos antes. Un marido celoso habia matado a su mujer, una rica propietaria, sorprendida con su amante en la cama. El juicio y la sentencia habian levantado muchos comentarios. El asesino fue condenado solo a un ano de carcel, que apenas habia cumplido, y a seis de destierro. Al parecer esta parte de la pena la satisfacia hospedado ahora a cuerpo de rey en el hotel Voramar y desde alli dirigia sus negocios por telefono. Repantigado en un sillon de mimbre blanco frente al mar, el doctor Aymerich me decia: --Conozco la historia de este hotel desde que se construyo en el ano 1927. Durante la guerra fue hospital de sangre de las Brigadas Internacionales. Entonces le cambiaron el nombre. Se llamaba hotel General Miaja. Aqui vinieron muchos artistas famosos a entretener a los brigadistas heridos en el frente de Madrid. Yo era medico adscrito al Octavo Regimiento y la noche en que canto aqui el negro Paul Robeson me encontraba en esta misma terraza sentado al lado del novelista norteamericano John Dos Passos. --?Conocio usted a John Dos Passos de verdad? --le pregunte con la admiracion del novato. --Asi es --me contesto el doctor sin darle demasiada importancia--. El primer dia, al saber que yo era medico, Dos Passos me hizo una consulta. Me conto que sufria una diarrea muy pertinaz. Yo le dije que comiera algarrobas. --?Algarrobas, como un caballo? --Naturalmente. En la vida pasan estas cosas, muchacho. Dos Passos tenia una colitis como cualquier mortal --decia el doctor Aymerich--. Le di el remedio que descubri por casualidad durante una larga acampada con mi compania del Ejercito en la sierra de Espadan. La mayoria de los soldados estaba pasando por un episodio de gastroenteritis por haber bebido agua de un pozo contaminado. Un dia en que el suministro de intendencia tardaba en llegar al vivac los soldados comenzaron a comer algarrobas cada uno por su cuenta. A la manana siguiente la diarrea habia desaparecido en todos los casos. Con algarrobas molturadas prepare un jarabe que todavia se vende en algunas farmacias. Lo tengo patentado. Tambien lo hay en pastillas. De eso vivo. En realidad son mis unicos ingresos. A John Dos Passos, mientras el negro Robeson cantaba un blues, le dije que comiera algarrobas, ?que te parece? --?Lo hizo?