• libro la luisi - Angel Sanchidrian

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    Angel Sanchidrian, autor de Sinopsis de Cine, uno de los mayores exitos literarios de 2014, libro editado por Poe Books que en febrero de 2015 alcanzo su quinta edicion, da el gran paso de todo escritor debutante y nos presenta su primera novela. El estilo de Sanchidrian, directo, sencillo, complice con un lector que nunca llego a pensar que el castellano pudiera expresar tantas cosas con palabras y expresiones de las de siempre, se vuelca ahora en las aventuras de la Luisi. La prejubilada de edad indeterminadamente madura, una mujer que ya es mayor pero que tampoco es vieja, la tipica madre o suegra que todos tenemos, cotilla, insistente, ni paleta ni universitaria, ni gorda ni flaca, y que no tiene problemas en taparse la cabeza con una bolsa del Carrefour cuando llueve, llego a ser trending topic en Twitter cuando sanchidrian compartio con el mundo el relato 50 sombras de Luisi. Solo unos dias despues, mas de tres millones y medio de personas expresaron en las redes sociales las sonoras y necesarias risas que habian experimentado con las andanzas sexuales de Luisi con su Manolo. era el adelanto para lo que viene ahora, La Luisi, una novela costumbrista, con cosas que nos pasan a todos en cualquier tiempo y lugar, pero que narradas por la pluma de Sanchidrian llegan al nivel de las mejores comedias del Hollywood dorado. asi que aprietense la tripa, por los dolores de la risa, y preparense a disfrutar con la nueva heroina espanola…

  • LA LUISI | ANGEL SANCHIDRIAN | Casa del Libro

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    Sinopsis de LA LUISI. Ángel Sanchidrián, autor de “Sinopsis de Cine”, uno de los mayores éxitos literarios de 2014, libro editado por Poe Books que en ...

  • LA LUISI (BOLSILLO) | ANGEL SANCHIDRIAN | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-luisi-bolsillo/9788494554636/3097142

    Ángel Sanchidrián, autor de “Sinopsis de cine”, uno de los mayores éxitos literarios de los últimos tiempos en España, libro editado por Poe Books que en ...

  • La Luisi Tapa dura – 2 junio 2015 - Amazon

    https://www.amazon.es/Luisi-%C3%81ngel-Sanchidri%C3%A1n-Sanz/dp/8494330152

    La Luisi : Sanchidrián Sanz, Ángel, Linares Clemente, Miguel Ángel: Amazon.es: Libros.

  • La Luisi - Libro de Ángel Sanchidrián - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/97716/la-luisi

    Ángel Sanchidrián, autor de Sinopsis de Cine, uno de los mayores éxitos literarios de 2014, libro editado por Poe Books que en febrero de 2015 alcanzó su ...

  • LA LUISI - ANGEL SANCHIDRIAN | Alibrate

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    Encuentra el libro LA LUISI en Alibrate. Descubre reseñas, sinopsis, frases y más de este libro de ANGEL SANCHIDRIAN. Puedes comprar el libro ahora.

  • LA LUISI. SANCHIDRIÁN SANZ,ÁNGEL. Comprar libro

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    Ángel Sanchidrián, autor de "Sinopsis de Cine", uno de los mayores éxitos literarios de 2014, libro editado por Poe Books que en febrero de 2015 alcanzó su ...

  • LA LUISI - Sinopsis del libro, reseñas, criticas, opiniones

    http://quelibroleo.com/la-luisi

    La prejubilada de edad indeterminadamente madura, una mujer que ya es mayor pero que tampoco es vieja, la típica madre o suegra que todos tenemos, cotilla, ...

  • La Luisi | Librería Online TROA. Comprar libro

    https://www.troa.es/libro/la-luisi_828824

    Comprar La Luisi, editorial Poebooks. En la librería online TROA encontrarás a la venta el libro La Luisi de Angel Sanchidrian Sanz publicado por la ...

  • 50 sombras de Luisi - Ángel Sanchidrián | PlanetadeLibros

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  • La Luisi - ÁNGEL SANCHIDRIÁN SANZ - Babelio

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    Ángel Sanchidrián, autor de “Sinopsis de Cine”, uno de los mayores éxitos literarios de 2014, libro editado por Poe Books que en febrero de 2015 alcanzó su ...

  • Tres enanos y pico de Angel Sanchidrian

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    Wifo Medroso es un joven estudiante, cobarde y enclenque, que realizara sus practicas de Enanologia en la ciudad de Villa Trifulcas. Hasta aqui podria parecer una historia anodina y sin ningun interes. ?Pero habria sido escrita si lo fuera?
    Mientras el becario estudia las costumbres de los enanos, el mundo se encamina hacia el desastre.
    Elfos racistas y xenofobos, una banda criminal dirigida por un nino de ocho anos, enanas homicidas, politicos corruptos, trolls, orcos, guerreros errantes, ogros y magos, bosques encantados, reinas, asesinos, peleas, palizas, asedios y batallas, mentiras, secuestros, amenazas, un burro guardaespaldas y, aunque parezca increible, mucho mucho mas.
    ?Que podra hacer Wifo, en medio de este follon, para salvar su propia vida y la de los enanos?

  • La suerte del bufon (El Profeta Blanco 3) de Robin Hobb

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    El desenlace de la trilogia “El profeta blanco”.

  • Todos tus nombres de Fernando Garcia Paneda

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    Javier Castillo, autor de El dia que se perdio la cordura

  • 11,4 suenos luz de Nicholas Avedon

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    “11,4 Suenos luz” es una novela distopica y oscura, donde los personajes sufren y aman, perdonan y olvidan. Todos ellos quieren empezar de nuevo y despojarse de sus secretos. En el Paris del siglo XXIII donde todo esta en venta, las emociones puras son de gran valor para aquellos que no pueden vivirlas. Esta es la historia de Ariel de Santos, uno de los artistas vivos mas reputados de los Estados Europeos del Sur, un hombre atormentado por sus pactos con el diablo y adicto al Trank, la droga universal. A traves de sus ojos, seremos testigos de una huida del pasado en la empresa humana mas ambiciosa de la historia, un viaje sin regreso hacia un destino en las estrellas.

  • El amante de la Patagonia de Isabelle Autissier

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    El amante de la Patagonia, de Isabelle Autissier, es una novela memorable sobre la cultura yamana en los confines del nuevo mundo y la gran novela landscape sobre Argentina. Esta obra de la narrativa extranjera comienza con un viaje de Escocia a Ushuaia (Patagonia), mezcla aventura y amor en una tierra d esconocida y hace un tratamiento epico del territorio argentino y de la comunidad yamana en las costas patagonicas. Se trata del primer titulo landscape de procedencia francofona, firmado por una autora con perfil aventurero que conoce a la perfeccion esta region de Argentina. Para lectores de Sarah Lark, Elizabeth Haran, Isabel Allende e Isak Dinesen. Isabelle Autissier (Paris, 1956) es escritora y aventurera. Es celebre tanto por sus novelas como por ser la primera mujer en haber completado la vuelta al mundo en navegacion en solitario (BOC Challenge 1991). En 1998, en medio de otra travesia en solitario, Autissier naufrago y fue rescatada en el Cabo de Hornos, una experiencia extrema que no hizo mas que aumentar su interes por la Patagonia y su insolito paisaje. Autissier tambien hace expediciones regulares a la Antartida y es, ademas, presidenta de la delegacion francesa de la fundacion encargada de la preservacion del medio ambiente WWF. Ushuaia, 1880. Emily, una joven escocesa huerfana de dieciseis anos, es enviada a la Patagonia como cuidadora de los hijos del reverendo de la region en su tarea de evangelizacion del Nuevo Mundo. Emily desconoce por completo el territorio que le espera, pero rapidamente percibira la belleza salvaje de la naturaleza, el esplendor aspero de los pueblos, con sus aguas y sus bosques inmersos en un sol intenso, frio y luminoso. Emily, bella e inocente, tambien descubrira el amor con Aneki, un nativo yamana. Sera entonces cuando su vida cambie de repente y para siempre: condenada a seguir los codigos y las leyes de la civilizacion blanca, Emily se fugara con el, intentando vivir una pasion libre en medio de la feroz colonizacion de las tierras de la Patagonia. Isabelle Autissier EL AMANTE de la PATAGONIA 1 Soy Cushinjizkipa, del pais de Yeskumaala, cerca, muy cerca del fin del mundo. Soy Cushinjizkipa; keepa porque soy una mujer y cushinjiz porque naci en la bahia de los numerosos patos. Los mios me llaman Cushi, los demas me llamaron Rosy. Este nombre no quiere decir nada, pero debo responder a el. Dice el relato que uno de los padres de mis padres vio a los otros por primera vez. Un dia de cada dia, habia llovido toda la jornada y el cielo huia llevandose a Akainix, el arco iris. Saliendo de la bruma, estaba aquella inmensa ballena, tan extrana, con tres arboles plantados en el lomo. Mi pueblo tiene buena vista, puedo todavia, a mi edad, distinguir la sombra del cormoran, por la noche, en las cavidades de los acantilados. El padre de mis padres grito que veia grandes pajaros azules y rojos encaramados en todas partes. La gente se apretujaba en la playa. El animal se acerco a la ribera y dio a luz un cachorro en el que se posaron algunos pajaros. Cuando tocaron tierra, todo mi pueblo lo vio entonces. No eran pajaros, sino seres parecidos a nosotros. Andaban, tenian dos brazos, dos piernas y una cabeza, pero sus cuerpos eran casi invisibles, cubiertos de esas pieles coloreadas que les habian hecho parecer pajaros. Eran terriblemente feos, algo mas altos que nosotros pero, sobre todo, mas robustos, sin ni un apice de esa finura que forja la belleza de los cuerpos. La piel de su rostro era palida como la de los muertos y estaba devorada por unos largos pelos. Algunos tenian ojos descoloridos, casi transparentes, como los que se atribuyen a Yetaite, el maligno espiritu de la Tierra. Llevaban unos bastones, que brillaban bajo el timido sol. Akainix, el arco iris, no es un espiritu maligno, no castiga, no es signo de desgracia. Entonces, el pueblo de los hombres sintio confianza y permanecio en la playa, por curiosidad, pero tambien porque es de regla acoger a quienes trae el mar. Soy Cushinjizkipa, vivo hoy lejos de mi pais, a mas de una semana de canoa. El barco de los blancos llego antes del alba. Todo estaba tranquilo y limpido, el sol se deslizo hacia el cielo, en el eje del canal. En el bote que los desembarco habia una mujer, una desconocida. Tengo poderes, soy una yekamush, formo parte de aquellos que saben hablar con los espiritus. Entonces, vi. En lo alto de la colina, tan lejos, vi y supe que ella traia la tormenta.

  • Una boda francesa (Los salvajes 1) de Sabri Louatah

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  • Hormigas en la playa de Rafa Moya

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    Hormigas en la playa narra la historia de una obsesion. La obsesion de Eric por Pau, un amigo de juventud. Ambos se reencuentran treinta anos mas tarde de haberse perdido de vista, en una reunion de antiguos alumnos. A partir de ahi, Eric intenta recuperar la relacion que tuvieron en el pasado y para ello emprende una supuesta operacion de acoso basada en una nostalgia quiza mal planificada. Para algunos, una historia de amor, para otros un novela de suspense, quiza una novela urbana, psicologica, oscura, cerrada, emotiva, vital y para todos una novela impactante y dificil de olvidar.

  • Los ascensores dormidos de La Habana de Carlos Diaz Dominguez

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    <>. Esa fue la singular sugerencia que le planteo el presidente de la editorial al exitoso escritor Alberto Rodriguez-Conde. La aceptacion del nuevo proyecto le va a arrastrar a una aventura que cambiara su destino.

  • Solo Para Mi de Bj James

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    Ni mas ni menos que cinco mujeres solteras se presentaron para responder al anuncio que Macon habia puesto para buscar esposa. Y, en opinion de Harper Moody, todas ellas sobraban; de hecho ella ya habia rechazado a escondidas a muchas otras mujeres. Para colmo de males, Macon insistio en que alojara a todas las candidatas hasta que el tomara una decision. Claro que aquella era la oportunidad perfecta para que Harper se deshiciera de todas ellas y consiguiera recuperar el amor de Macon, un amor que queria para ella sola y para siempre…

  • No me vas a pillar de Anna Anudi

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    ?Que paso esa noche? No lo recuerdo.
    ?Por que me acosas?
    ?A que juegas entrando en la Dark Web?

  • Entre bromas de amor (Ebrias de amor) de Ana Alvarez

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    Mentiria si dijera que no entre en la habitacion azul que nos habia tocado a Kerem y a mi con la pequena esperanza de que se pareciera a la aldea de los pitufos. Lo que me encontre, sin embargo, fue un dormitorio de aspecto lujoso y muy amplio, con una cama aun mas grande cubierta por una colcha azul capri y cortinas a juego. El resto de la decoracion tenia tintes navidenos, con una guirnalda con acebo por aqui, unas pinas con lacitos dorados por alla y unos elfos de mirada astuta que nos observaban desde la mesilla de noche. Tenian las piernas colgando casi hasta el suelo de una forma antinatural que me resultaba perturbadora, porque todo el mundo sabe que los elfos no tienen extremidades kilometricas cual angeles de Victoria's Secret. --?Quieres que los esconda en el bano cuando nos vayamos a dormir, tatlim? Me gire un poco hacia Kerem, que ya habia dejado las maletas junto a la puerta y tambien tenia la mirada puesta en esos seres inquietantes. --A ti tampoco te van --conclui--. Es por las piernas, ?verdad? Mi dios turco del desenfreno y los encuentros carnales de placer estratosferico companero en el amor y en el trabajo solo me sonrio y se acerco para bajarme la cremallera del abrigo negro que todavia llevaba puesto. Y que seguia siendo negro por completo porque aun no habia tenido tiempo de coserle los parches de <> adquiridos para solventar dicha contingencia. Al abrirse las dos partes del plumas, quedo al descubierto la joya de la corona de mi coleccion de jerseis de invierno: sobre un fondo de lana rojo chillon, hileras de munecos de nieve, galletas de jengibre, bastones de caramelo, cenefas alpinas y abetos de Navidad giraban unos sobre otros en un apabullante horror vacui textil. --?Crees que les gustara a los demas? --Les va a volver locos, tatlim. --De forma literal --me rei--. Sus ojos no van a ser capaces de registrar tantos estimulos. Mi marido me sujeto de la cintura y acerco sus labios a mi oido. --?Te cuento un secreto? A mi me encanta todo sobre tu ropa, Romina. Desnudarte por las noches, ver que eliges y como te vistes por las mananas... y pensar en como deshacerme de todo otra vez al volver juntos a la cama. Su acento suave y los besos que empezo a derramar sobre mi cuello iban a conseguir que mi temperatura corporal se disparase hasta derretir toda la nieve de Gredos me desviase de cierto asuntillo que tenia que llevar a cabo. Y es que, el Jueves Borroso previo a nuestra escapada de fin de semana, cuando ya habiamos cerrado la reserva para entrar el dia 28 de diciembre en la casa rural, se fraguo un plan alocado, euforico y nada meditado en el Lolita's: Ibamos a gastarles una inocentada a nuestros chicos asegurandoles que nos habiamos quedado todas embarazadas a la vez a proposito para repoblar el planeta con una nueva generacion de pequenos retonos de las chicas del JB que crecerian y jugarian juntos. ?Que podria salir mal? --Kerem... --empece, despues de un par de besos profundos y caricias lentas porque tampoco tengo tanto autocontrol no queria que el pobre se sintiera mal con mi rechazo. --?Mmm? --Ya que estamos hablando de ropa... quiero ensenarte algo. --?Ahora? --Si, ahora. Me escurri como pude de entre sus fuertes brazos, con el roce de su barba cosquilleandome todavia sobre la piel, y me agache para abrir mi maleta y sacar unos cuantos pantalones que tire sobre la cama. Cada uno era de un estilo. Vaqueros, de cuero, de pana, pero todos tenian algo en comun. Algo que le iba a ensenar a Kerem en un momento. Cogi uno al azar y me volvi hacia el. <>. --!Tachan! --exclame mientras tiraba de la cinturilla de goma--. He transformado alrededor de un treinta por ciento de mis pantalones y los he convertido en elasticos. --Eso esta muy... ?bien? --replico, dubitativo. No pude evitar contemplarlo un momento. Esa manana habiamos salido con prisas y se habia dejado el pelo largo suelto en lugar de peinarlo en el mono que solia llevar, lo que le daba un aspecto indomable que me aceleraba el pulso. Ademas, habia apoyado el trasero sobre la mesa donde estaba la tele y habia cruzado un tobillo encima del otro en una postura que me hacia pensar en lenguetazos, cristales empanados y otras picardias todavia mas explicitas resaltaba su atractivo. <>. Carraspee un poco y le di vueltas a mi anillo de casada. --Si, esta muy bien. Y no solo por el maximo confort que supone ir sin apreturas para afrontar el reto que nos lanzan los excesos gastronomicos propios de estas fechas, sino porque se adaptan al cuerpo y dan mucho de si. Ya sabes, en caso de que necesiten expandirse. Hasta cierto punto, claro. Kerem habia fruncido las cejas y sus ojos oscuros solo revelaban confusion. La inocentada no estaba resultando tan facil como cuando lo habiamos hablado en un ambiente de camaraderia aderezado con bastante travesura y copas con y sin alcohol en el Lolita's. Se me estaba empezando a secar un poco la boca de los nervios al pensar en como acabaria todo. Menos mal que no se me habia ocurrido sacar del maxibolso del caos la ristra de munecos del Dia de los Inocentes que habia recortado con tanto esmero. La tarde en la que me dedique a esa manualidad clandestina, se me habia pasado por la cabeza darle uno a Kerem y decirle que lo llevase siempre consigo en un lugar visible porque era un amuleto de la buena suerte, una cosa muy tipica en Espana. Hasta lo habia plastificado para que le durase mucho tiempo y no se le doblasen las puntas. Por suerte, alguna fuerza cosmica me habia detenido a tiempo para evitar echar mas lena al fuego. Queria gastarle una broma, no acabar con la relacion. Pense en que mis chicas debian de estar en una situacion parecida y me di animos para continuar. Tal vez deberia probar un enfoque mas simbolico. Puede que asi me saliera mejor. --Vale. --Descarte el pantalon de pana, acampanado a la par que elastico, sobre la cama e inspire hondo, dispuesta a abordar el asunto sin mas dilacion--. ?Puedo formularte unas preguntas? El asintio una vez. --?Crees que si un unicornio y un dinosaurio se encontrasen podrian sentirse atraidos sexualmente el uno por el otro? Y, en caso afirmativo, ?como se llamaria la criatura que concebirian ambos? Noventa y nueve de cada cien seres humanos y animales se habrian sorprendido por las palabras que acababan de abandonar mis labios, pero Kerem era Kerem y estaba casado conmigo, por lo que su reaccion fue distinta. --?Da igual que tipo de dinosaurio sea? --Aja. Descruzo los pies y se impulso hacia delante para acercarse a mi con gesto concentrado. --Dinocornio. ?O puede que unisaurio? Me producia una ternura arrolladora que siempre estuviera dispuesto a seguirme el juego en mis absurdeces deslices mentales. --Claro que... --Se llevo un dedo a la barbilla--. Si el enamorado fuera un diplodocus, seria mas apropiado decir unidocus. Por eso me gustaria que fueras mas especifica. Le saltaban chispitas de los iris. Sabia que yo estaba tramando algo y me estaba tomando el pelo. Aquello no estaba marchando bien, pero yo era una avezada maestra de la improvisacion, un as en reconducir conversaciones y llevarlas hacia donde queria, e iba a demostrarlo. --Olvidate de los puneteros diplodocus. He hecho un pacto... --balbucee. --?Con el demonio?

  • La navidad del multimillonario (Los Sinclair 8) de J. S. Scott

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    Los hechos y/o personajes de este libro son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Titulo original: The Billionaire's Christmas: A Sinclair Novella Publicado originalmente por Montlake Romance, USA, 2014 Edicion en espanol publicada por: Amazon Crossing, Amazon Media EU Sarl 38, avenue John F. Kennedy, L-1855 Luxembourg Diciembre, 2020 Copyright (c) Edicion original 2014 por J. S. Scott Todos los derechos estan reservados. Copyright (c) Edicion en espanol 2020 traducida por Roberto Falco Miramontes Diseno de cubierta por Cristina Giubaldo / studio pym, Milano Imagen de cubierta (c) Dmytro Bochkov (c) KaiMook Studio 99 / Shutterstock; (c) imageBROKER / Alamy Stock Photo Produccion editorial: Wider Words Primera edicion digital 2020 ISBN Edicion tapa blanda: 9782496705188 www.apub.com SOBRE LA AUTORA J.S. Scott, prolifica autora de novelas romanticas eroticas, es una de las escritoras con mas exito del genero y ha ocupado los primeros puestos en las listas de libros mas vendidos de The New York Times y USA Today. Aunque disfruta con la lectura de todo tipo de literatura, a la hora de escribir se inclina por su tematica favorita: historias eroticas de romance, tanto contemporaneas como de ambientacion paranormal. En la mayoria de sus novelas el protagonista es un macho alfa y todas tienen un final feliz, seguramente porque la autora no concibe terminarlas de otra manera. Vive en las hermosas Montanas Rocosas con su esposo y sus dos pastores alemanes muy mimados. Entre sus obras destaca la serie <>, de la que forma parte la presente novela. INDICE SOBRE LA AUTORA PROLOGO CAPITULO 1 CAPITULO 2 CAPITULO 3 CAPITULO 4 CAPITULO 5 CAPITULO 6 CAPITULO 7 CAPITULO 8 EPILOGO PROLOGO Boston, Massachusetts 22 de diciembre de 2000 Grady Sinclair se aparto un mechon de pelo con impaciencia, se recoloco las gafas frunciendo el ceno y se puso a teclear de nuevo a velocidad de vertigo. Estaba muy cerca, casi a punto de solucionar el problema de su proyecto de internet, con el que llevaba varios meses peleandose. Era un presentimiento, y su intuicion siempre tenia la virtud de empujarlo a solucionar el rompecabezas que tuviera entre manos. De hecho, solo se sentia a gusto consigo mismo cuando estaba enfrascado en uno de sus proyectos informaticos, ya que ello le permitia olvidar que era una persona imperfecta que no habia llegado tan lejos como les habria gustado a sus padres. --?No te habia dicho que bajaras a la fiesta de una maldita vez? --le grito una voz masculina desde la puerta de la habitacion, lo que provoco que Grady se estremeciera. Se quedo paralizado al oir el exabrupto de su padre, a pesar de que a esas alturas ya deberia estar acostumbrado a ello. Cuando se trataba de su segundo hijo, Martin Sinclair siempre mostraba una actitud de disgusto que, en ocasiones, rozaba la hostilidad. --Estoy trabajando en algo importante --le dijo a su padre intentando mantener la compostura. Aun asi, sintio el corazon en un puno porque ya sabia cual iba a ser la respuesta. El hombre corpulento y de pelo entrecano se cruzo de brazos ante el, rojo de ira. --Toda la familia debe asistir a la fiesta de Navidad de los Sinclair. Tu hermana y tus hermanos van a hacer lo que se espera de ellos mientras tu estas aqui arriba, escondido como un cobarde. Como siempre, eres la verguenza de nuestro apellido. Mi hijo, el idiota, no ha asistido a nuestra fiesta porque es demasiado estupido para mantener una conversacion normal. Eso es lo que dira la gente. --Martin hizo una pausa para tomar aire antes de anadir--: Vas a bajar ahora mismo e intentaras comportarte como un Sinclair. Grady intento no estremecerse de nuevo y fijo la mirada en los ojos frios y grises de su padre, identicos a los suyos. --No me gustan las fiestas --replico sin mas, plenamente consciente de que el autentico motivo era mucho mas complejo, aunque no estaba dispuesto a entrar en detalles en ese momento. Su padre nunca lo habia comprendido y a esas alturas de la vida no iba a cambiar. --Me importa una mierda lo que te guste y lo que no. No permitire que ningun hijo mio actue como un idiota y un cobarde. Se un hombre y haz lo que se espera de ti --gruno el anciano--. Quiero verte abajo. Dentro de cinco minutos. Y por una vez intenta no comportarte como un necio. Martin Sinclair dio media vuelta y se fue sin decir nada mas. Grady lanzo un gran suspiro. En el fondo se alegraba de que su padre hubiera organizado la fiesta de Navidad anual; al menos asi no habia tenido tanto tiempo para ponerlo de vuelta y media por no estar a la altura de lo que esperaba de todos sus hijos. Martin Sinclair queria que toda su prole fuera como el, pero Grady sabia que el era... distinto. No le gustaba, pero tampoco podia hacer nada por evitarlo, y con solo dieciocho anos sabia que nunca seria como su padre. Se acerco al armario, saco un traje y una corbata, y procedio a quitarse los pantalones y la camiseta que llevaba para vestirse de gala. Traje y corbata era la etiqueta minima exigida para ese tipo de eventos y, si no podia comportarse como un Sinclair, al menos estaba dispuesto a vestirse como uno de ellos. La fiesta de Navidad anual de los Sinclair lo traia siempre por la calle de la amargura. Y aunque solo tenia dieciocho anos, habia asistido a muchas, todas ellas una autentica tortura. Sabia que su hermana y sus hermanos iban a brindarle su apoyo. Su padre haria los comentarios hirientes de rigor, sobre todo a medida que avanzara la noche y Martin Sinclair fuera empinando el codo. Su padre tenia muy mal vino, y cuando bebia solia ponerse de peor humor que estando sobrio, una situacion que, por otra parte, tampoco era muy frecuente en el. Su madre ejerceria su papel de anfitriona perfecta, como de costumbre, y nunca le llevaria la contraria a su marido. Jamas lo hacia. A buen seguro el carcamal le infundia tanto miedo como a sus hijos, pero no lo exteriorizaba. Lucia una sempiterna sonrisa de plastico de oreja a oreja, que parecia a punto de llegarle a la comisura de los ojos. En ocasiones Grady se preguntaba si su madre era feliz de verdad. Algo muy dificil de decir. Los Sinclair eran una familia de rancio abolengo instalada en la cima de la clase mas adinerada. El hermano mayor, Evan, se habia ido a estudiar a Harvard y habia vuelto a casa para pasar las vacaciones de Navidad. Grady lo envidiaba y contaba los dias que faltaban para que el pudiera seguir su camino. A decir verdad, si estuviera en la piel de su hermano quiza no se habria molestado en volver a casa por vacaciones. Siempre hubiera podido inventarse alguna excusa para quedarse en el campus y evitar las humillaciones de las que era siempre objeto en las fiestas de Navidad. Sin embargo, Evan no sentia la misma aversion que Grady hacia aquel tipo de fiestas y reuniones. Es mas, estaba convencido de que su hermano debia de encontrarse ya abajo cautivando a los invitados con su encanto personal. Tal vez no se lo pasaba en grande, pero era capaz de ponerse la coraza Sinclair a voluntad, un rasgo que Grady admiraba, pero que jamas habia llegado a dominar. Todos sus hermanos sabian interpretar a la perfeccion el papel de un Sinclair ejemplar, un talento del que el carecia y por el que estaria dispuesto a dar su testiculo derecho. Que diablos, daria los dos si ello le permitiera salvarse de las criticas implacables de su padre. Grady hizo una mueca, se agarro los genitales y penso en la posibilidad de perder los dos testiculos. Bueno, quiza no seria necesario llegar a semejante extremo. Tenia dieciocho anos y, a esas alturas de la vida, esa parte de su anatomia le parecia de vital importancia. Aun asi, estaria dispuesto a dar casi cualquier cosa con tal de no ser el Sinclair raro de la familia. Si pudiera encajar no tendria que llamar la atencion de nadie.

  • El regalo de Cassidy (Lobos de Cheyenne Ridge 2) de Kelly Dreams

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    Cassidy Felon no ha vuelto a ser el mismo desde el incidente ocurrido un ano atras a una de las hembras del clan felino de Pine River Mountain. Ni siquiera el haber podido cobrar venganza ha conseguido calmar su espiritu, pues en sus suenos sigue apareciendosele una mujer de pelo rubio blanquecino cuyos ojos parecen capaces de ver en su interior. Ella no podia ser real y sin embargo, la humana que encontro en uno de los refugios en su lado del valle si lo era, ante el tenia a la misma hembra por la que habia estado suspirando y a la que ahora se encuentra deseando como si no hubiese otra en el mundo para el.

  • Como un sueno en un sueno de Mina Vera

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    Una nueva vision del mundo de los vampiros que te hara replantearte todas las ideas preconcebidas que tenias sobre una leyenda que podria ser mas real de lo que imaginas.

  • Chispa y humo de Sofia Navarro

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    Pidete una copa, elige tu asiento preferido y espera a que suene el jazz. En el barrio de Chueca, todos usan mascara, pero solo una mujer se disfraza de arana. Tarantula esta sola, terminando su ultimo cigarrillo antes de volver a casa. Deja de mirarla y de intentar adivinar quien es, que si la juzgas demasiado, acabara por saberlo todo de ti.

  • Hotel de las Musas de Ann Kidd Taylor

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    Entre palmeras y puestas de sol de postal, una maravillosa y fresca novela sobre un encantador hotel, amor, perdida y segundas oportunidades en la vida y en el mar.

  • Tiempo De Ceniza (Terrestres 1) de Zela Brambille

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    Ano 5067. Hace mas de dos mil anos, los corvus arrasaron con el planeta Tierra y sometieron a los humanos. Desde entonces, estos extraterrestres se han encargado de experimentar con ellos, dotandolos de talentos sobrenaturales con el fin de crear el ejercito mas poderoso del universo.
    Cuando Arella Morpud, una joven con una habilidad muy especial, esta a punto de realizar la Prueba de Poder, un examen que dictara su destino, un antiguo movimiento revolucionario resurge de las tinieblas. Arella debera enfrentarse a si misma para decidir que debe hacer: luchar o morir.

  • Instantaneas de Claudio Magris

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    El lector encontrara aqui textos breves capaces de capturar lo que tiende a escurrirse entre los dedos, de retratar con perspicacia y acidez comportamientos humanos, de observar el mundo con una sofisticada mezcla de humor, melancolia, bondad y sabiduria. El resultado es un ramillete de deliciosas miniaturas en las que asoman temas, personajes y situaciones variopintos: la ciudad de Trieste; un episodio comico vivido en la Galeria Leo Castelli de Nueva York que ilustra las imposturas del arte de vanguardia; el modo ridiculo en que Thomas Mann se entera del inicio de la Segunda Guerra Mundial; los editores que imponen finales felices a los autores a los que publican; el secreto motivo por el que una conferencia muy erudita y potencialmente soporifera se llena a rebosar; los congresos culturales y el sexo; la soledad de las parejas...

  • Texas no suena mal de Christian Martins

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    Violet observo el rebelde mosquito que, a pesar del frio, se movia libremente por la habitacion a sus anchas. Febrero acababa de llegar al calendario y penso que aquel pequeno insecto debia de ser un verdadero superviviente si habia superado las peores nevadas. Carlos estiro el brazo sudoroso y lo dejo caer sobre el vientre de ella. Se sintio pegajosa, sucia y asqueada, pero se contuvo y no dijo nada. Sabia que ese "momento de despues" a el le encantaba y, en su justa medida, habia decidido ser tolerante en esos pequenos aspectos. Violet podia ser complicada, si. Pero con Carlos se mordia la lengua y se lo guardaba dentro, lo que la llevaba a aparentar el aspecto externo de una chica --casi-- normal. ?Y por que se mordia la lengua Violet? ?Por que intentaba ser mas permisiva con el de lo que habia sido con el resto de sus parejas? Porque Carlos era el mejor amante que jamas habia tenido. Quizas se debia a la sangre latina que corria por sus venas, o puede que, simplemente, la buena herencia que tenia entre sus piernas hacia que todo fuera mas sencillo. Violet no lo sabia, aunque tampoco le importaba demasiado. Carlos era genial en la cama y con eso, le bastaba. --?Estas feliz conmigo? Despues de hacer el amor, Violet solia salir escopetada a la ducha. Odiaba sentirse sucia y la repugnaba saber que tenia restos de otra persona en su interior. Si, por Carlos hacia un esfuerzo y se quedaba en la cama, abrazada a el, durante varios minutos. Pero solian hacerlo en silencio, no manteniendo una profunda y absurda conversacion. --Claro que si --respondio, como si la duda resultara ofensiva. Aunque, en el fondo, Violet no tenia muy claro que significaba ser feliz. Nunca habia sabido con exactitud que era lo que queria y esperaba en la vida, lo que conllevaba a que, de vez en cuando, padeciera la desagradable sensacion de "estar perdida en el mundo". --Me alegro --respondio Carlos, justo antes de besarla en el hombro desnudo. Violet se obligo a sonreir. --Me voy a la ducha --dijo, incorporandose, cuando considero que ya se habia mantenido un tiempo prudencial junto a el. --No, no... Quedate aqui conmigo un rato mas --suplico, reteniendola--. Me encanta estar aqui, tumbado, junto a ti --mascullo--. Hueles tan bien... Cogio aire profundamente y se obligo a serenarse. Su obsesion por la limpieza la habia enfrentado en mas de una ocasion con sus parejas, y con Carlos estaba aprendiendo a contenerse. Segun su psicologo, aquellos ultimos meses estaba avanzando a pasos agigantados. --Esta bien, pero... ?Podrias traerme un poco de agua? --pregunto, sin borrar esa sonrisa falsa que habia aprendido tan bien a poner--. Estoy sedienta. Violet habia asimilado que nadie la querria tal y como era en realidad, asi que habia pasado al plan b: aparentar. Su psicologo se empenaba en decir que sufria de "filofobia", pero ella estaba convencida de que, en el fondo, no tenia ningun problema. Solo era diferente a los demas, nada mas. Carlos asintio sin dudar y se levanto de la cama. Ella se quedo alli tiraba, observando sus apretadas y firmes nalgas hasta que desaparecieron por detras de la puerta. En ese instante, calculo que tenia unos dos minutos aproximados para levantarse, correr hasta el bano, asearse, lavarse los dientes y volver a la cama. Salto del colchon y, con rapidez, corrio hasta el bano. Se lavo las axilas con agua y jabon mientras se enjugaba la boca con solucion oral. Escucho a Carlos en el exterior y se apresuro a regresar con rapidez al colchon, corriendo. El entro en la habitacion con un vaso de agua en la mano, le dedico una esplendida sonrisa y senalo a Mila, la perrita de Violet. Violet adoraba a su perra y le tenia muchisimo mas aprecio que a la mayoria de las personas de su vida, pero odiaba con toda su alma que se subiera en la cama. Y Carlos lo sabia. Contuvo el aliento mientras se disponia a llamarle la atencion. --Carlos, por favor... Saca a Mila de la habitacion --le pidio con voz pausada, sin alterarse. Su psicologo solia decirle que, en momentos de estres como ese, debia contar hasta diez tranquilamente y recordarse a si misma que no debia exagerar. Si, Carlos habia dejado entrar a Mila en la habitacion, pero... Ya esta. No pasaba nada. Y eso era lo que Violet debia recordar siempre que se inquietaba por algo que en el fondo no tenia ninguna importancia. Carlos solto una risotada mientras se dejaba caer de nuevo en el colchon, junto a ella, antes de propinar un par de palmaditas a la colcha. Mila salto junto a el con agilidad mientras Violet sentia como las pulsaciones se le aceleraban y el ritmo cardiaco se descompensaba. --!Mila, fuera! --grito, pero el can decidio no obedecer a su duena. En lugar de salir, se tumbo sobre ella a lamerle la cara. Violet sintio como la vena de la frente se le empezaba a hinchar mientras las carcajadas de felicidad de Carlos resonaban de fondo. --!Mila, fuera, para! --grito, enfadada y disgustada al mismo tiempo. La sujeto con fuerza del collar y la obligo a descender. Y en ese preciso instante, sintio un bulto en el cuello del animal que, hasta el momento, habia pasado desapercibido. --Pero... que... --murmuro, agachandose junto a su perrita. Se quedo mirando fijamente la cajita que el animal llevaba atada con un cordel a su collar. Alzo la vista hacia Carlos, preguntandose si aquello era cosa suya. El continuaba sonriendo, feliz. Violet cogio aire, tiro del cordel y desato la cajita. Anhelaba con toda su alma sacar a Mila de la habitacion lo antes posible, pero Carlos la miraba tan fijamente que se vio obligada a sonreir y abrir la cajita antes de continuar poniendo en orden su casa y su vida. Rasgo el envoltorio y entreabrio la tapa. Y en ese preciso momento, cuando vio el anillo de pedida en su interior, sintio como sus aceleradas pulsaciones desaparecian. Se quedo petrificada, helada. El corazon le dejo de latir y su cabeza se quedo totalmente en blanco. Solamente era capaz de repetirse una cosa, una y otra vez, en bucle: "otra vez no, por favor". Carlos se bajo de la cama y se arrodillo frente a la joven, mirandola directamente a los ojos. Parecia estar a punto de echarse a llorar. --Violet Ross... Se que tienes panico al compromiso, que tu vida es muy complicada y que odias pensar en el dia de manana. Pero creo que conmigo el manana sera diferente --dijo, procurando buscar las palabras mas sinceras--. Sera un manana que merecera la pena descubrir. Estos ultimos meses a tu lado han sido... !Uf! --resoplo--. Una verdadera montana rusa de emociones, asi que he decidido lanzarme. --?Lan...zar...te? --repitio, boquiabierta, mientras rezaba internamente porque no formulase la tan odiada y aterradora pregunta. --Violet Ross... ?Quieres hacerme el hombre mas feliz del planeta y casarte conmigo? Sintio como sus pulsaciones se reanudaban de forma descontrolada. Podia escuchar retumbando el bombear del corazon en sus oidos. Sonaba como una locomotora. Temblo de pies a cabeza, sin saber que decir, hasta que observo como la sonrisa de felicidad de Carlos se iba esfumando muy lentamente. Violet odiaba el compromiso con toda su alma. Incluso dudaba que fuera capaz de llegar a enamorarse. Pero si algo odiaba de verdad, mas que cualquier otra cosa, era el tener que enfrentarse a una situacion dificil. Los problemas, por alguna razon incomprensible, debia resolverlos de puertas para adentro, en soledad. --Violet... dime algo, por favor --suplico el con la voz rota mientras comenzaba a sentir como el corazon se le hacia anicos. --Si... --murmuro con un hilillo de voz casi inaudible. Le temblaban las piernas y tenia la sensacion de que en cualquier momento se vendria abajo, pero saco fuerzas de su interior y mantuvo la compostura. --Si, Carlos... si --repitio, procurando sonar mas segura y convencida de sus palabras. Y aunque el gesto de su rostro decia algo muy diferente a sus palabras, Carlos solto una risotada estruendosa y se apresuro a coger a Violet para levantarla al vuelo. Mila solto un par de ladridos por el estallido de felicidad que se palpaba en el ambiente, y cuando por fin Carlos volvio a dejar a la chica en el suelo, lo hizo para colocarle el anillo de pedida. Una hora mas tarde, Carlos se marcho de esa casa pensando dos cosas; que el postre de chocolate que Violet habia comido en la cena y que el habia rechazado estaba malo y que, por esa misma razon, la ultima hora se la habia pasado vomitando en el cuarto de bano. Y que estaba prometido con ella. Si, !Carlos y Violet estaban prometidos!

  • Un Lord Con Wifi (Tecleame te quiero 4) de Isabel Jenner

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    Vuelve la serie <>, de Isabel Jenner, con esta cuarta y esperada entrega.

  • Hasta que salga el sol de Megan Maxwell

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    En casa de los Sanchez sonaba la radio cuando Agata, madre de dos ninas, mujer trabajadora y esposa de Mario, tarareaba alegremente mientras cocinaba. --Mama --protesto Sofia, su hija menor--. Esther me ha echado de su habitacion y dice que esta noche no puedo estar en su fiesta de pijamas. --Carino, ya lo hemos hablado. --Joooo, mamaaaaaaaa… Agata sonrio. Sus hijas se adoraban, pero en ocasiones se llevaban peor que el perro y el gato. --Carino… --respondio--. Es la noche de Esther y sus amigos. Tu hermana ha acabado la carrera de Administracion y quiere celebrarlo. --Pero yo quiero estar…, quiero entrar. --!Ni lo suenes! --sentencio Esther, que en ese instante entraba en la cocina. Al oir a su hermana, Sofia comenzo a gimotear. Si algo se le daba bien a aquella cria era llorar, y Esther, al verla, se mofo: --Desde luego, vas para actriz…, !que dramatismo! Agata tuvo ganas de reir por el comentario de su hija mayor, pero la miro e indico: --Haz el favor de no echar mas lena al fuego --y luego, dirigiendose a su hija pequena, le recrimino--: Y tu deja de quejarte. Por Dios, Sofia, !no puedes estar todo el dia enfadada! Esther, que tenia el mismo caracter placido de su madre, sonrio y cuchicheo, acercandose a ella: --Mamuchi, esta acabara ganando un Goya o un Oscar. Esta vez Agata rio y, mirando a Sofia, que lloraba para llamar su atencion, repitio: --Basta ya, corazon. --Pero, !mamaaaaaaaaaaa…! --<> --la imito Esther, haciendola rabiar aun mas. Como era la pequena de la casa, Sofia estaba acostumbrada a salirse con la suya la mayoria de las veces. Sin embargo Esther, ignorando las miradas de su madre, insistio: --Me da igual tu berrinche. Esta noche es mi noche y tu no vas a estar. De nuevo, Sofia solto un grito lastimero. --Carino, por el amor de Dios --se quejo su madre--, no seas tan caprichosa y entiende que tu hermana quiere estar con sus amigos. --Pero, mamaaaaaaaaaaaaaaaa… Al ver el huracan que se estaba formando, Agata suspiro. Sofia podia ser insoportable. Estaba intentando calmarla cuando sono el timbre de la puerta. Era Marga, su vecina, una mujer sordomuda de nacimiento que, haciendole unas senas con las manos, le comunico que necesitaba unas zanahorias. Anos atras, al conocer a su vecina, Agata se habia empenado en aprender la lengua de signos, o, como lo llamaban ellos, el alfabeto dactilologico. Asi pues, asintio rapidamente y le indico que pasara. Al entrar en la cocina, Esther, que, como su madre, habia aprendido la lengua de signos, saludo a Marga. Esta ultima sonrio al ver a Sofia llorando. --!Es una llorona! --exclamo Esther, moviendo las manos. Marga solto una carcajada. Agata la miro y, de nuevo con las manos, dijo al ver a su hija pequena marcharse hacia la habitacion hecha una furia: --Mejor no preguntes… Toma, Marga, te compre los botones que necesitabas para la bata de German. La mujer rio. Agata era la mejor vecina que nadie pudiera imaginar y, tras darle un abrazo, movio las manos para decir: --Te quiero. No se de donde sacas tiempo para hacer tantas cosas, trabajando como trabajas. Ella le devolvio la sonrisa, pero no respondio. Agradar a los demas era lo que mas le gustaba. Una vez que se hubo marchado Marga, Esther murmuro mirando el horno: --!Eres la cana! !Pizza de la tuya! La sonrisa de su madre se agrando al oirla. --Se que a ti y a tus amigos os gusta mucho. --!Gracias, mama! Nada en el mundo le gustaba mas a Agata que ver a sus seres queridos felices. De nuevo sono el timbre de la puerta, y Esther corrio a abrir. Frente a ella estaban Delia, Hugo y Vega, sus amigos de toda la vida. Se habian conocido en el colegio, en primaria, y desde entonces no se habian separado. --Tengo el ultimo de Rihanna --cuchicheo Delia ensenandole un CD. --Y yo el de Amy Winehouse --afirmo Vega. Encantada, Esther se los quito de las manos, y su madre, que habia salido a ver quien habia llegado, afirmo divertida: --Vaya…, vaya…, conozco a unos que lo van a pasar muy bien. Entre risas, entraron todos en la cocina, y Hugo indico: --Madre mia, Agata, !que bien huele! --!Tu pizza…, que rica! --exclamo Vega mirando el horno. Agata asintio; sabia cuanto les gustaba la pizza que ella preparaba. --?Por que? --murmuro Delia abrazandola--. ?Por que no eres tu mi madre? La mujer la miro con carino. La relacion de Delia con su familia era pesima. Cuando iba a responder, Sofia, su hija pequena, entro de nuevo en la cocina y pregunto: --?Para mi tambien hay pizza? Esther suspiro al ver a su hermana. --No, bonita --replico--. La pizza es para nosotros. --!Mamaaaaaaaaaa…! No solo no me deja entrar en su fiesta de pijamas, sino que tampoco quiere que coma pizza. Al ver discutir a sus hijas de nuevo, Agata intento mediar. Se acerco a la pequena y murmuro: --Vamos a ver, carino. Cuando vienen tus amigas, Esther no se mete con vosotras en la habitacion y… --Sera porque ella no quiere. Su hermana sonrio al oirla, y su madre continuo: --Sofia, carino, tienes catorce anos y tu hermana, veinticuatro. Debes entender que… Pero ella volvio a marcharse enfadada y se encerro de un portazo en su habitacion. Los demas se miraron entre si. --Esta nina es de armas tomar --murmuro Vega. Todos asintieron. Sin duda, Sofia tenia un caracter dificil. Agata abrio entonces un cajon y dijo, atrayendo las miradas de los cuatro muchachos: --!Mirad lo que os he comprado! Esta manana, cuando he ido al mercadillo, he visto estas bolsas azules y, al leer su mensaje, no he podido resistirme y os he comprado una a cada uno. Los cuatro miraron lo que sostenia en las manos y soltaron una carcajada. En la bolsa de playa ponia HASTA QUE SALGA EL SOL, una frase muy suya que ahora utilizaban todos. --Gracias, Agata --murmuro Vega contenta--. Es preciosa. --!Me encanta! --admitio Hugo. --Que chulada, !gracias! --Delia sonrio. --Mama… --susurro Esther--. !Me encanta! !Y con tu frase! Los chicos se abrazaron a Agata en senal de agradecimiento, y de pronto aparecio Mario, el padre, que pregunto divertido: --?Puedo unirme al abrazo? Los abrazo entre risas y, cuando se separaron, Sofia, que estaba de nuevo en la puerta de la cocina, iba a decir algo, pero su madre se le adelanto y le tendio una bolsa como las de los demas. --Toma, carino --dijo--. Esta es para ti. La nina la cogio, pero su gesto era serio, muy serio, por lo que, al verla, Mario pregunto: --?Que le ocurre a mi princesa? --Lo de siempre, papa --se apresuro a responder Esther--: que o le das todos los caprichos o se enfada. Dicho esto, se encamino con sus amigos hacia su habitacion mientras exclamaba: --!Vamos a liarla leoparda! Los esperaba una buena noche por delante. Dichosa por la felicidad de su hija Esther, Agata se miro el reloj y pregunto, dirigiendose a su marido: --?Que haces aqui tan pronto? Mario suspiro. Sus horarios de trabajo eran complicados. --Ha llamado Jesus --explico mirandola--. Esta con fiebre y vomitos y no puede trabajar esta noche…, asi que me toca. --Vaya por Dios… --se quejo ella. Mario, que observaba la puerta por donde habian desaparecido su hija y sus amigos, dijo entonces: --Ese chico…, Hugo, ?va a pasar la noche aqui con ellas? Agata sonrio. Se fiaba al cien por cien del muchacho, por lo que afirmo: --Hugo es un buen chico. --Me cago en la leche, Agata --protesto el--. Sera un buen chico, pero !es un hombre! Ella lo miro divertida. --Tranquilo, grunon, que tu nina esta a salvo. Mario sacudio la cabeza. Aun le costaba ver a su hija como a la adulta que era.

  • Aqui se quisieron Carla y Nico de A. M. Irun

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    Porfi, porfi, porfi… --rogaba Tere con insistencia. Carla suspiraba mientras daba saltitos de impaciencia sentada en la silla. --Ay, Tere, es que no se. --El plan es perfecto. Un finde en la playa, buena compania, tres noches durmiendo con tu churri… ?Que mas se puede pedir? --Pues que no tenga que hacerme pasar por la novia de nadie, por ejemplo. --A ver, que no te estoy pidiendo que te acuestes con Marcos, solo que le ayudes un poco. Creo que el intercambio es mas que justo. Tere y Carla estaban tomandose algo en una cafeteria de Malasana. Todas las mesas y sillas eran diferentes unas a otras, y parecian sacadas de la casa de las abuelas de los duenos del bar. Si hubieran puesto unos tapetes de ganchillo en las mesas no habrian desentonado en absoluto. Las chicas habian quedado ahi porque Tere tenia una propuesta para Carla. --Es que me parece muy raro. No se si quiero participar en eso --se justifico Carla. --No es nada raro. Es muy sencillo. Marcos quiere pasar el puente de agosto con su novio Fer, pero no puede decirle a sus padres que se va por ahi con un chico porque ya estan con la mosca detras de la oreja y no son nada abiertos. Ademas, en Gandia esta medio Madrid. No seria raro que coincidieran con algun conocido. Por eso, nos pidio a Rai y a mi que les acompanaramos. Pero Marcos seguia pensando que irnos de vacaciones tres chicos y una chica chirriaba tambien... --Y es ahi donde entramos nosotras --concluyo Carla. --Exacto. La familia de Fer tiene un apartamento en Gandia. Nos invita a todos con tal de estar con su novio. --Muy generoso por su parte. --Quiere mucho a Marcos --apunto Tere. Carla se reclino sobre la silla de enea y el mimbre crujio bajo sus posaderas. --?Y por que ir mas alla haciendonos pasar por sus novias? Que le diga a sus padres que vamos un punado de gente y ya esta, ?no? Tere aspiro con los labios formando una u. --Ya… --Tere se inclino sobre la mesa y poso sus generosos pechos en ella--. Por las fotos --dijo por fin como si estuviera revelando un secreto de la CIA. --?Que fotos? --Las que os tendreis que hacer para subirlas a las redes sociales. A Carla se le cayo la cabeza y miro a su amiga por debajo de las cejas. --?Perdona? --Porfi, porfi, porfi --dijo Tere con las manos unidas por las palmas. Al llevarse las manos a los labios, los brazos se cerraron sobre el pecho empujandolo hacia arriba y distrayendo a Carla. --Fotos… ?para que? --pregunto Carla haciendo verdaderos esfuerzos para no fijarse en las tetas de su amiga. --Solo un par. Ya sabes como va esto del postureo. Ya hay muchos companeros del equipo de rugby de Marcos y Rai que preguntan donde van, con quien… ?Sabes? Pues nos hacemos unas fotos de grupo y que la gente de por hecho que sois sus novias. Ya esta. No os pedimos nada mas. Carla se rasco la frente. --No se, Tere… --Salis ganando. Apartamento gratis. Y tres noches de amor. Los ojos de Carla se perdieron bajo su ceno fruncido. --Nico trabaja, no se si podra ir. --La iremos a buscar a la salida del curro y nos iremos desde alli a Gandia. --Igual no quiere participar en este teatrillo. --Por lo poco que conozco a Nico, hara lo que sea con tal de pasar mas tiempo contigo. --A ver, yo la conozco mejor, ?no? --salto Carla ofendida. La espalda de Tere se tenso. --Perdona, no queria insinuar eso. Solo que seguro que estara deseando pasar alguna noche contigo. --Eso es lo que mas me preocupa --Cuando Carla se dio cuenta de que habia dicho aquello en voz alta quiso que se le tragara la tierra. Tere se irguio de sopeton. --?Va todo bien entre vosotras? Carla suspiro con pesadez. --No tenia ni idea de que estuvierais mal, Carla --dijo Tere alargando la mano para coger la de su amiga--. Se os ve tan enamoradas… --No, no es eso. Tere respiro aliviada. --?Que ocurre entonces? Carla evito la mirada de su amiga. --Carla… Puedes contar conmigo. Tere acariciaba la mano de Carla con delicadeza. Carla se quedo ensimismaba en el tacto de los dedos de su amiga sobre su piel. --No nos hemos acostado todavia --dijo Carla. Su amiga asintio. --No es gran cosa. ?Cuanto llevais? ?Dos meses? --Si, un poco menos. --Es normal, Carla. No pienses nada raro. Le gustas. Mucho. Se ve a la legua. Pero es dificil encontrar el momento y, sobretodo, el lugar --dijo. Seguido, levanto la mano y dio una palmada--. Por eso este trato os viene de perlas. Asi podreis hacer el amor tranquilas. --!Pero es que yo no quiero! --confeso Carla por fin. Tere ladeo la cabeza enfocando con la oreja hacia la boca de su amiga para que le llegara algun eco que le corroborara lo que acababa de oir. --?Por que? --pregunto incredula. Carla enmudecio. Agarro su taza de cafe y le dio un par de vueltas. --?Pero tu has visto a Nico? --insistio Tere--. Esta guapisima, es un cielo, y le gustas un monton. --Pero yo no --dijo Carla en un susurro. --?Tu no que? Carla miro de frente a su amiga. --Yo no me gusto. --?Y ahora eso por que? --quiso saber Tere--. Precisamente ahora que tienes pelo, que tienes color en las mejillas, que tienes musculo en las piernas… --!Que ya! --le freno Carla. --Que ya nada. A mi no me vengas con complejos. Lo que hubiera dado yo por tener tu cuerpo. --?Cicatriz incluida? --le dijo Carla con mirada desafiante. Tere freno en seco y se agarro a la mesa. --Es por eso. --Si, es por eso. Las dos quedaron en silencio unos momentos. --Es solo una cicatriz, Carla. No le des mas importancia de la que tiene. --Es enorme. Ademas, no le puede dar el sol. Otro motivo mas para no ir a la playa. --Puedes ponerte un banador. Creo que se ponen de moda otra vez. --Con lo palo que soy tengo que estar preciosa en banador -- dijo Carla con ironia. Tere levanto el culo de su silla y la acerco hasta Carla. Le agarro la cabeza y la apoyo en su pecho. --Vendreis. No hay excusas. Las dos sabian que el argumento de la cabeza de Carla en los pechos de Tere era irrefutable. La cama de Carla estaba llena de ropa desordenada que iba lanzando desde el interior del armario. Eligio una camiseta, la desplego y la puso delante de sus narices. --!Que horror! --dijo, y la lanzo a la montana de camisas y camisetas que habia sobre su cama. Volvio a meter la cabeza en el armario en busca de algo que ponerse. Tan enfrascada estaba en la tarea que no escucho el timbre de la puerta. Unos segundos despues, su madre entro en su habitacion y Carla se sobresalto al oir su nombre. Del susto golpeo con la cabeza en el estante superior del armario. --Joder, mama, !que susto! --Lo siento, carino, pero es que Nico ya esta aqui. Carla miro incredula su reloj de muneca. --?Ya? Su madre permanecia bajo el umbral de la puerta esperando indicaciones.

  • Cazadores en la nieve de Jose Luis Munoz

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    Eth Hiru es una pequena poblacion del valle de Aran proxima a Francia. Marcos, un forastero, aterriza en el cuando ETA declara su alto el fuego unilateral e irreversible. Un dia, en el bar del pueblo, que es su centro social, Marcos coincide con el teniente de la Guardia Civil Antonio Muniz, jefe del puesto, y cree reconocer su voz, lo que le llevara a revivir su pasado. La estancia del recien llegado a esa pequena localidad rural coincide con una escalada de tension entre sus pobladores, en la que afloran rencillas que dan paso al deseo de venganza y a la violencia.

  • El optimismo de la voluntad de Jorge Herralde

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    Durante cuarenta anos nos dice Juan Villoro en el prologo Herralde ha dirigido su editorial, Anagrama, con el intrepido placer de quien organiza una fiesta en una pais con toque de queda. Y sobre los preparativos y los invitados de este convite nos habla su organizador en El optimismo de la voluntad: un collage de homenajes a autores y editores “Sergio Pitol, Carlos Monsivais, Ricardo Piglia, Roberto Bolano, Mario Muchnik, Arnaldo Orfila, entre otros”, ademas de notas sobre la experiencia de editar en el contexto latinoamericano. Como recuento historico la obra es imprescindible y como lectura es uno de los libros mas memorables que se hayan escrito sobre el tema.

  • El caso Lamber de Felipe Ojeda Redondo

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    INQUIETANTE HASTA LA ULTIMA PAGINA, MUCHO MAS QUE UN THRILLER.

  • Tres besos de Katherine Pancol

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    Si te gustaron Los ojos amarillos de los cocodrilos, El vals lento de las tortugas, Las ardillas de Central Park estan tristes los lunes o Muchachas, no te puedes perder Tres besos.

  • ?Aun quieres saber que me hace reir? de M.c. Sark

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    ?Alguna vez os ha venido a la memoria un primer beso? ?La sonrisa de ese joven al que conocisteis una noche y no volvisteis a saber de el? ?Pensais con frecuencia en lo que pudo haber sido y no fue?
    Malditos recuerdos. Unas veces vuelven para endulzarte la vida, otras para amargarte la existencia.

  • Cuando te vuelva a ver de Andrea Valenzuela Araya

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    Paralizada en el umbral de aquella habitacion, no cesa de observar a quien se halla frente a sus ojos conectada a una infinidad de maquinas, respirando levemente mientras lucha, segundo a segundo, por no perder lo que le queda de vida. Asimismo, no puede creer que esto este sucediendo, menos despues de que ambas estan alli, en el mismo sitio y a la misma hora, como si todo esto fuera una maldita jugarreta del destino. Si, de un incierto, mezquino, demoledor y horrible destino que le oprime el pecho con sus gelidas manos quitandole las pocas fuerzas que le quedan y consiguiendo, ademas, que desvarie y piense que nada de esto esta ocurriendo cuando todo parece ser tan desequilibrado, agobiante y a la vez, demasiado real. Sin entender el por que, da un par de pasos acercandose con muchisimo recelo hacia quien yace recostada en una cama de hospital con leves signos vitales en su cuerpo, notando el ritmo erratico y debil de su corazon que, a todas luces, le brinda una angustiosa sensacion de panico que no logra disimular, al igual que el llanto que la invade y que brota de si con mas y mas desesperanza. --Despierta --le pide con la voz temblorosa mientras que, con suma delicadeza, coge una de sus manos para entrelazarla a una de las suyas--. Despierta --vuelve a repetirle cuando las lagrimas empiezan a nublar su vision--. No es hora de jugar --le reclama, endureciendo su cadencia--. ?Me estas oyendo? Se que lo haces... Oi tu llamado, por eso estoy aqui --suspira, manteniendo en pie toda su entereza--. Asi que pelea... --le exige, desafiante--. Pelea como una guerrera por lo que mas quieres y lucha por tu... --se detiene, cerciorandose que lo que dira es una grandisima imbecilidad cuando, evidentemente, sabe que ambas son la misma persona--... por nuestra vida --se estremece ante la frialdad que emana de su propia piel--. Vamos, Josefina, !despierta! !Tienes mucho por que vivir! !No es hora de jugar a las escondidas! --Se aferra a su fragil extremidad con todo su corazon puesto en ello--. !Oyeme, por favor! !Oyeme y no te dejes vencer cuando sabes de sobra que estoy aqui contigo! --Algo mas que un par de lagrimas corren raudas por sus mejillas--. !No te rindas! !No decaigas y lucha por lo que suenas, por lo que anhelas y por...! --No logra pronunciar siquiera la totalidad de esa frase cuando las fuerzas parecen abandonarla--. !Por favor! --Cierra los ojos y vuelve a suplicarle con esas dos unicas palabras que forman parte de su ferviente letania--. !Por favor, Jo! --Reitera, rasgandose la garganta sin dejar de repetirlo, tenazmente. Quiere gritar, pero no consigue hacerlo porque por mas que lo intenta el sonido de su voz se apaga rapidamente en intensidad--. !No nos abandones! !No es hora de partir! --Se lanza sobre su menudo cuerpo para remecerla cuando el pitido del monitor cardiaco se acelera al grado de hacerle comprender que sus segundos estan siendo contados--. !Despierta, maldita sea! !Tienes que vivir! --Vocifera enloquecida perdiendo el aliento y la compostura--. !Tienes que quedarte! ?Me oyes? !Tienes que salir de esta por ti, por el y por nosotros! --Desconsolada, llora sobre su lecho cuando sus piernas no consiguen sostenerla--. !Estoy aqui, Jo! !Estoy aqui, contigo, y no voy a abandonarte nunca, pero tu no renuncies ahora! --Le demanda en un grito ahogado--. !No renuncies ahora! --. Pero ya es tarde, y bien lo sabe al ver entrar en la habitacion al equipo medico preparandose para el peor de los casos--. !Josefina! --Grita con impetu, cayendo al piso de rodillas--. !No es justo! !No ahora por amor de Dios! --La pierde por completo de vista mientras a su alrededor todo sucede tan de prisa--. !No permitas que se quede solo! !Lucha! !No nos dejes asi! --Se arrastra por el suelo hacia un costado de la cama, pero de un momento a otro, levanta la cabeza al oir la pujante voz del medico exigiendo que se desarrolle el procedimiento de resucitacion, que a los pocos segundos se hace efectivo descargandose en ella con furia, con dolor, quemandole la piel, explotandole el pecho mientras balbucea un "!Ayudame, Jo!, que silenciosamente emiten sus labios cuando consigue alzar una de sus manos en su direccion--. !Hazlo por Simon! --exclama fuerte y claro al escuchar un grito ensordecedor que lo invade todo y que parece ser el suyo, sin que nadie mas que ella logre reconocerlo, para luego ya no oir nada mas en aquel cuarto que, de pronto, y como por arte de magia, se ha sumido en el mas completo, aterrador y absoluto de los silencios. 1 Cuarenta y ocho horas antes. Algunos timidos rayos de sol se cuelan por entremedio de las cortinas semi abiertas de ese dormitorio. Aquel cuarto que, vagamente iluminado cobija, noche tras noche, el amor, la pasion, la lujuria, el desenfreno y el sublime deseo de esos dos amantes que, ante un nuevo dia, renacen desnudos, sonolientos y envueltos entre sus propias extremidades que, con fuerza y terquedad, se niegan a desprenderse, menos a abandonarse del todo. Cuando el abre los ojos e inspira profundamente el dulce aroma que expele la piel de su companera, esta se aferra aun mas a su cuerpo como si temiera perderlo. ?Y el? Rapidamente, reacciona de la misma manera, percibiendo aquella increible sensacion de pertenencia y bienestar que solo ella logra otorgarle al compenetrarse, junto con el, en una perfecta armonia y sincronizacion que todavia consigue enmudecerlo, ademas de asustarlo. Porque a tan solo tres meses de relacion, Simon no puede concebir, menos creer que se haya enamorado tanto. Pero, ?de quien? Nada menos que de Josefina, la hermosa mujer de mirada ingenua y castana que yace entre sus brazos y se mueve quedamente mientras emite un debil, pero audible susurro de autentica fascinacion y entusiasmo. --?Ya son las seis con treinta? --pregunta sin admirarlo a la profundidad de sus ojos claros--. !Dime que aun no lo son! --exclama, pero mas bien como si fuera una suplica al mismo tiempo que la alarma programada de su movil se lo certifica, dejandoselo mas que claro. --?Eso responde a tu pregunta? --contesta Simon, acariciandole con delicadeza el puente de su nariz con la suya. --Si --admite de mala manera, abriendo al fin sus ojos para perderse en su apacible mirada--. Y eso tambien me dice que debo levantarme para ir a trabajar. --Ya. ?Y como pretendes hacerlo sin apartarte de mi? --Con su grave cadencia se lo murmura, consiguiendo con ello erizarle hasta el mas fino vello de la piel, tal y como logro hacerlo la primera vez cuando la sorprendio cantando la letra de la melodia de Keane y "Somewhere only we know" que tan afanosamente bailaba mientras trabajaba al interior de la libreria en la cual ambos se encontraron, sin advertir como el la admiraba hipnotizado desde el umbral de la puerta. --Cada vez es mas dificil --afirma coqueta. --Si, cada vez es mas dificil dejarte ir --le corrobora, atrayendola mas hacia si hasta que logra montarla sobre su desnudo cuerpo--, cuando solo ansio que te quedes aqui conmigo. Josefina sonrie encantada porque adora cuando Simon, a traves de sus tan sinceras palabras, le declara su amor. Ese amor que tambien siente por el, pero que no se atreve a demostrarselo asi, tan facilmente

  • El demonio en el Hogar de Ramon Somoza

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    La pequena Tanit logro regresar con su madre, despues de haber ido mas lejos que ningun ser humano. Ahora vive feliz en el planeta que su padre descubrio y bautizo como Thuis, el Hogar.
    Pero negros nubarrones surgen en el horizonte: La Tierra esta preocupada por el descubrimiento de alienigenas en Thuis y ha enviado a un gobernador militar para estudiar el caso. Pronto Tanit descubrira que dicho gobernador tiene una siniestra reputacion, y que su familia extraterrestre va a estar en su punto de mira… y tambien ella misma.
    ?Podra ella imponerse a alguien que dispone de un ejercito y puede invocar todo el poderio de la Tierra? Aunque sea una nina, a Tanit nunca le han dado miedo los desafios.

  • Insensible corazon (Biologia angel 1), Olga Diaz de Olga Diaz

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    Mi nombre es Enzo Gutierrez, ahora tengo un apellido, pero no siempre fue asi, tengo un pasado oscuro, un pasado que ha sido determinante para ser lo que hoy soy. Soy un friki de la tecnologia, que por lo unico que tengo sentimiento es por mi empresa ENZOTEC, la que he levantado de la nada cuando ella se fue dejandome en la sombra mas oscura, , por eso soy un hombre frio, sin sentimientos que usa a las mujeres para suplir una necesidad biologica, luego se convierten en una mas, sin rostro, sin nombre, sin pasado.
    Y cuando creia que lo tenia todo controlado llega ella como un vendaval azotandolo todo a su paso, con un rostro de angel, un nombre precioso y un pasado que no se si quiero conocer.

  • La Bella Y El Baron de Larissa De Silva

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    Sabia que iba a pasar. Lo sabia. Lo senti, pero no queria sentirlo. No sabia si era porque vivia en la negacion, o solo porque la idea de que volviera a suceder me asustaba. Pero senti calambres, y luego, tal vez tres minutos despues, habia comenzado. Otro periodo. Otro fracaso. Sabia que Roger tenia que ser la primera persona en saberlo. El estaba involucrado en esto, tal vez incluso mas que yo. Habiamos tenido suerte. No habia sido necesario. No habiamos tenido ninguna perdida todavia. Habiamos empezado a ir a un especialista, pero el proceso de Fertilizacion In Vitro todavia estaba lejos. La Dra. Zaphyr habia dicho que teniamos suerte de no haber concebido todavia. Ella recomendaba un terapeuta a todos aquellos cuyo embarazo habia terminado en un aborto. Despues de que nos dijo eso, se quedo mirando. Como si quisiera que le pidiera que le recomendara un terapeuta. Pero aun no estabamos alli. Lo estabamos intentando, y eso era todo lo que podiamos hacer. Fui al bano, me arregle el maquillaje con manchas de lagrimas y me limpie la nariz antes de volver a la sala de estar. Roger estaba viendo la television, golf creo, y apenas me miro mientras yo sacudia lentamente la cabeza. No dijo nada. --Roger --dije, tratando de evitar que mi voz temblara. Entonces levanto la vista, y nuestras miradas se encontraron por un largo segundo. --?Que? --Lo siento --dije, aunque me habia dicho antes que no iba a disculparme por esto otra vez. --Tengo mi periodo. Miro a la television nuevamente. Murmuro algo, pero no pude oirlo. --?Que fue eso? Me miro otra vez. --Nada --dijo, y luego se enderezo un poco. --No es una maldita sorpresa, ?verdad? Conociendote. Pestanee. --?Crees que yo hice que esto sucediera? Tardo mucho en responder. Cuando oi su voz, ya no estaba en la sala de estar. *** El divorcio, me aseguro mi abogado, iba bien. No tenia ningun punto de comparacion, nada con lo que relacionarlo, y no estaba particularmente interesado en profundizar en el proceso. Mientras me quedara con lo que era mio, el podia protestar todo lo que quisiera. Todos mis amigos me dijeron que deberia ser capaz de ver lo que habia pasado entre nosotros como una bendicion disfrazada -no querias realmente un nino con ese tipo, ?verdad?- pero no se sentia como una bendicion. Se sentia como una bofetada en la cara, como si no hubiera logrado escapar de nuestra relacion con dignidad. El habia sido el que presiono por el nino, y yo siempre quise complacerlo, pero me habia dado cuenta de que yo tambien queria desesperadamente un bebe. Resulto que el divorcio fue un proceso largo e interminable, y aunque una parte de mi se decia a si misma que era arcaico preocuparme por haber pasado mi mejor momento antes de quedarme embarazada, no podia permitirme ir por ello sola. Y la idea de encontrar un hombre… no era solo desagradable. Era tan absurda como la luna hecha de queso. Sabia lo que tenia que hacer. Tenia que mantener la cabeza baja, seguir haciendo mi trabajo, y preocuparme por eso, y solo eso. Eso era lo que mi terapeuta me habia recomendado. Era gracioso, habia terminado pidiendole a la Dra. Zaphyr una recomendacion despues de todo. Por eso segui yendo al trabajo, aunque cada vez que interactuaba con un nino, sentia una tristeza muy particular e insidiosa. Sabia que no iba a desaparecer, pero si no era capaz de traer a mi propio hijo a este mundo, lo menos que podia hacer era asegurarme de que los ninos que me rodeaban fueran tan felices y saludables como pudieran serlo. --?Quien es el siguiente en llegar? --Le pregunte a mi asistente, que estaba obedientemente a mi lado. --Se llama Tatiana Wilde-Garcia. Tiene tres anos y medio. --?Tres y medio? ?Para un nino sano? --Le pregunte. --La familia se acaba de mudar a la zona --respondio Kelly. --Son un poco… --Espera, ?entonces esta es su primera visita? --No para nuestra practica --dijo Kelly--. Solicitaron otro medico despues de ver al Dr. Dayleview por primera vez. Parpadee un poco. --?Dijeron por que? --Querian a alguien un poco mas… minucioso. No pude evitar reirme de eso. --Bien, de acuerdo --dije--. Supongo que tendre que hacer un gran espectaculo de esto. --Si. El padre esta un poco… parece un poco ansioso por la salud --dijo Kelly, su forma educada de decir que este padre iba a ser una pesadilla fuera de lo comun. --Lo entiendo --respondi--. No te molestes en entrar y tomar la historia antes que yo, entonces. Yo me encargare de eso. Sus ojos se abrieron de par en par. --?Esta segura, Dra. West? --Absolutamente --dije--. No quiero que tenga que seguir repitiendo lo mismo, y se hara a la idea de que soy mas atento que el Dr. Dayleview, lo cual todos sabemos que no es cierto en absoluto. Solo quedate conmigo, Kelly, y toma notas detalladas. Podria ser una de esas personas cuya ansiedad se alivia con el conocimiento. --?Lo crees? Le sonrei antes de llamar a la puerta de la habitacion cinco. --Quiero decir, honestamente, solo puedo esperar --respondi en voz baja antes de proyectar mi voz en la habitacion--. !Vamos a entrar! Abri la puerta sin mucho aviso. La nina estaba caminando, mirando el techo, que estaba pintado de colores, y el padre estaba sentado en una silla de plastico, mirandola. No pude verlo tan bien, porque su cara estaba alejada de mi, y estaba encorvado. Pude ver que era alto, porque sus piernas eran tan largas que casi me tropece con el. Tardo un poco en reposicionarse, mirandome despues de lo que parecia una eternidad. Lo primero que note en el, aparte de lo alto que era, fue lo cansado que parecia. Habia bolsas oscuras bajo sus ojos claros, y aunque parecia que habia intentado hacer un esfuerzo con su pelo, estaba claro que habia estado a medio camino, en el mejor de los casos. Sus ropas estaban limpias, pero cuando me arrastre hasta sus pies, note que sus calcetines no hacian juego. --Dra. West --dijo mientras se ponia de pie. Extendio su mano hacia mi--. La han recomendado mucho. Le sonrei mientras estrechaba su mano. Note lo suave que era su palma, pero las puntas de sus dedos tenian callos y sus unas eran un poco largas. El apreton de manos fue un poco incomodo antes de que se alejara de mi. Empece a hablar. --Asi que esta es tu… --Si, mi hija --dijo--. Es mi hija, y esta enferma, y quiero saber que le pasa. La observe un poco. Era una nina tranquila, de tamano normal para su edad, con grandes ojos y una pequena sonrisa en su rostro. No decia nada, lo que me sorprendio un poco, pero cuando obtuvo mi atencion, sonrio y me saludo. Sonrei y le hice senas para que se acercara y me arrodille. --Hola --dije--. Me llamo Dra. West. ?Como te llamas? --Tati --dijo en voz baja. --Hola, Tati --dije--. Tu papa me dice que te sientes un poco mal. ?Puedes senalar donde te duele? Sacudio la cabeza y note que su nariz estaba un poco tapada. --Bien --dije--. Hazme un favor, ?vale? Tu papa te va a ayudar a subirte a esta mesa por mi, y luego solo necesito que te quedes quieta para que pueda ayudarte a sentirte mejor pronto. ?Puedes hacer eso por mi? Ella asintio de nuevo. Su padre entro, la levanto y ella sonrio. Antes estaba bien, pero definitivamente parecia estar mejor en sus brazos. El le devolvio la sonrisa, pero habia algo en la forma en que la sostenia. --Mi asistente va a necesitar que extiendas tu brazo --dije mientras indicaba a Kelly. --Y la maquina va a apretar tu brazo un poco. Solo quedate quieta para que no tengamos que hacerlo de nuevo, ?de acuerdo?” --?Oiste eso, Tati? --dijo el padre. Ella asintio con la cabeza. --Es timida --dijo mientras Kelly se ponia a trabajar. Me gire para mirarlo. --Tiene un pequeno resfriado, pero parece estar bien. ?Ha tenido fiebre? --No --respondio--. No hay fiebre. --?Alguna tos seca o estornudo? Sacudio la cabeza. --?Que hay de perdida del apetito? --No lo se --respondio, encogiendose de hombros. --Es dificil alimentar a un nino pequeno. --Absolutamente --dije--. Lo entiendo. ?Esta mas malhumorada que de costumbre? Sacudio la cabeza. --No, honestamente, siempre ha sido una bebe muy facil de llevar --dijo --. Desde entonces… durante los ultimos meses, ha estado mas tranquila de lo normal. --Bien --dije--. ?Asi que te preocupa que su cambio de actitud este relacionado con su salud? --Oh, no. Su actitud cambio hace un tiempo --dijo, mirandome y levantando las cejas cuando no dije nada. --Su madre murio. Estamos adaptandonos. Pase saliva. --Siento mucho su perdida --dije. --Gracias --respondio. --Entonces, ?ha estado mas callada desde entonces? --No lo se --dijo--. Ocurrio de repente, y creo que, desde entonces, las cosas no han sido exactamente iguales. Estoy preocupada. Se que tiene poco sentido, pero parece que de alguna manera ella es mas vulnerable a enfermarse. Volvi a asentir con la cabeza. Tendria que preguntar mas sobre la historia familiar, y sabia que probablemente tendria que remitirlo a terapia familiar, pero no podia simplemente dejarlo asi. -- ?Le molesta si le pregunto que paso? --Cancer --dijo--. Pancreatico. Etapa cuatro en el momento en que fue descubierto. Nuevamente pase saliva. --Lo siento mucho. Es horrible. --Yo tambien --dijo--. Solo tenia treinta y seis anos. Nunca espere que criara a mi hija yo solo. Espere a que dijera algo mas, sobre todo porque no sabia que mas decir. Me sonrio, un poco triste. --Lo siento --dijo--. No quise hacerte sentir incomoda. --No lo hiciste --respondi--. ?Cuando ocurrio? --Justo antes de Navidad --dijo. Asenti con la cabeza y mire la tabla en mi mano, aunque no necesitaba leer nada. --Bueno, es un gran cambio --dije--. Dudo que le afecte fisicamente, pero puede que note algunos cambios de personalidad. El duelo es extremadamente dificil para los adultos, y los ninos pequenos no pueden decirnos como se sienten al respecto. Asintio con la cabeza, mirando entre Kelly y su hija. --Bueno --dijo--. Estoy haciendo terapia de duelo, y ella esta haciendo terapia de juego. No se si esta ayudando. Volvi a asentir con la cabeza. --Lo entiendo completamente --dije--. Es un proceso. --Gracias --dijo, su expresion se suavizo un poco. Luego cruzo los brazos sobre el pecho. Se lamio los labios antes de empezar a hablar de nuevo. --Creo que el Dr. Dayleview penso que estaba siendo paranoico, pero solo quiero que ella este bien. --Entiendo --respondi--. Bueno, dejeme examinarla, pero parece una nina feliz y saludable. Sonrio, pero aun asi parecia devastado. Me incline antes de que pudiera pensar en ello. --Escucha --dije--. Normalmente no hago esto, pero entiendo que sus circunstancias son un poco diferentes a las normales. Levanto las cejas. --Te voy a dar mi numero de telefono personal --le dije--. Enviarme un mensaje de texto es mas facil si tienes alguna pregunta, ?de acuerdo? Normalmente estoy un poco ocupado para responder. Pero si crees que ayudara… --Gracias, Doctora --dijo, sonriendome, y esta vez, se veia un poco mejor--. Se lo agradezco mucho. --?Tienes tu telefono? --Si --dijo. Lo saco de su bolsillo y estaba a punto de darme un telefono tan grande que apenas cabia en mis manos. Lo abrio primero, antes de darmelo. --Gracias de nuevo. Ha sido tan dificil, tuvimos que mudarnos justo despues de que muriera, y ha… ha sido un gran cambio. --Apuesto que si --dije mientras veia a Kelly echarme un vistazo--. Bien. Voy a examinar a su hija ahora, de acuerdo, Sr… --Wilde --dijo--. Pero puedes llamarme Oscar. Lo mire, parpadeando. --Esta bien --dijo--. Te dejare hacer una broma sobre ello, ya que eres la medica de mi hija y todo eso. Me rei. --Me abstendre. Aunque es curioso. --Una medica muy recomendada, y muy educada --dijo--. No se que mas podria haber pedido. --Soy muy competente, Sr. Wilde --le dije, sonriendole. --En serio --respondio--. Oscar esta bien. CAPITULO DOS Oscar --Lo estas haciendo muy bien --le dije a mi pequena. Ella me miro con esos enormes ojos marrones y fruncio el ceno--. La doctora dijo que estas bien y saludable. Siento que tu nariz haya estado congestionada ultimamente. No dijo nada. --Bueno, supongo que eres muy pequena para preocuparte mucho por tu estado de salud --dije mientras caminaba con ella hacia mi coche--. Pero te has portado muy bien, y eso merece una recompensa. ?Que te gustaria? Continuo mirandome fijamente. --Bien, supongo que estas cansado de la doctora --le dije mientras la ponia en su silla en el asiento trasero. Siempre habia sido una nina pequena, y me parecio aun mas pequena desde que Camila murio. Habia crecido tan rapido cuando llego al mundo, pero senti que la muerte de su madre habia proyectado una sombra tan grande sobre nosotros que su pequeno cuerpo no podia seguir creciendo. Sabia que no estaba siendo razonable, sabia que era solo una extrana conexion que mi mente habia hecho, otra cosa sobre la que pensaba que podria tener poder. Otra cosa para discutir con mi terapeuta, supuse, mientras abrochaba el cinturon a Tati. --Vamos entonces, monito --le dije--. Vamos a llevarte a casa y luego podemos ver a Moana juntos. ?Que te parece? --!Si, papa! --respondio, agitando los brazos con entusiasmo. Le devolvi la sonrisa, le bese la cabeza y me subi al coche. No estaba lejos, pero nuestro apartamento estaba en el centro, y habia mucho trafico en el camino. Sali del garaje y segui esperando en el trafico. El trafico era una de mis formas menos favoritas de pasar el tiempo, pero estaba decidida a pasar todo el tiempo que pudiera con mi hija. Me habia llevado demasiado tiempo darme cuenta de que el tiempo que habia pasado con mi difunta esposa habia sido muy poco, muy valioso. No queria parpadear y perderme nada que pudiera ser importante, no con mi bebe. Solia tener choferes para hacer este tipo de cosas, para ir por ahi y hacer mis recados, pero ya no. No desde que perdimos a Camila. Habia sido duro. Me di cuenta de que todavia habia mucha gente que hacia mis tareas por mi, pero eso estaba bien, porque eran las tareas que habrian cortado el tiempo que pasaba con mi hija. Me costo mucho, pero me di cuenta, cuando mi esposa murio, que el tiempo es el bien mas valioso. No importa cuanto dinero tengas… deberia saberlo… porque el tiempo es un regalo. Cada momento, cada segundo. Incluso cuando no se siente asi. Eso es lo que me dije a mi mismo mientras miraba a mi pequena en la parte de atras del coche. Ella estaba durmiendo entonces, muy cansada de su dura cita con la pediatra. Yo tambien tenia ganas de dormir una siesta, pero tenia que llevarnos a casa antes de poder hacerlo. Tosio un poco, dando vueltas en su sillita. Mi corazon se hundio hasta el estomago. La doctora puede que no haya encontrado algo, pero eso no significo nada. Todo lo que podria haber significado es que ella no estaba alli en el momento adecuado, o que la doctora no vio algo obvio. Eso fue lo que paso con Camila, asi que no vi por que no podia pasar con Tatiana. Habia una parte de mi que queria volver y que la revisaran de nuevo. Me dije a mi mismo que no fuera paranoico. Esto no era algo que yo pudiera controlar, y no habia necesidad de que me volviera loco. Todavia no. No hasta que la llevara a otro especialista, porque claramente, esta se habia quedado corta. Fue una pena, porque me habia gustado. Parecia inteligente, competente, y como si fuera buena con los ninos. Ciertamente era muy buena con Tati. Bueno, habia sido buena manejandola, pero no pense que fuera necesariamente buena en su trabajo. Tati tosio de nuevo y senti un escalofrio en mi columna vertebral. El trafico se habia sentido mal antes, pero tan pronto como empezo a toser, parecio reducirse a un goteo. Me pase todos los semaforos en rojo, un auto al azar me corto el paso varias veces, y habia una larga fila antes de que pudiera entrar al estacionamiento cubierto que estaba paralelo a nuestro edificio. Para cuando la desabroche, me senti listo para vomitar. La sostuve cerca, y ella se movio y sonrio. --Hola, papa --dijo. La abrace fuerte. Se rio, pero se retorcio en mis brazos. --Estas apretando demasiado fuerte. Afloje mi control sobre ella. --?Estas bien, monito? --Estoy bien --dijo--. ?Moana? --Bien. Vamos --dije. Le bese la parte superior de la cabeza, mas que nada para ver si estaba caliente, pero no lo estaba. No volvio a toser, y senti que mi ansiedad disminuyo un poco. No mucho, solo lo suficiente para llevarla al ascensor y subir las escaleras. No dijo nada. Parecia estar bien, ni siquiera inquieta o de mal humor. No estaba caliente, no se quejaba, y ya no tosia. Me dije a mi mismo que habia estado paranoico. Aun asi, saque mi telefono del bolsillo y mire el numero de telefono y la tarjeta de contacto de la Dra. West. Me pregunte si su oferta habia sido sincera. No queria tener que llamarla, pero no sabia si iba a tener muchas opciones. --?Papa? --Tati dijo, mirandome. --?Si, carino? --Pareces triste --dijo. Me mordi el labio inferior, e intente evitar que llorara. Cada vez que se daba cuenta de lo triste que me veia, hacia todo mucho mas dificil. --Estoy bien --dije--. Solo estoy cansado. Yo tambien tuve un gran dia. Me dio un abrazo y mis ojos se llenaron de lagrimas. --Veremos la pelicula juntos --dijo, repitiendo como un loro algo que le habia dicho un millon de veces. --No ayudara para siempre, pero ayudara un poco, y eso es todo lo que necesitamos.

  • Un amor por derecho de Carlota Manzano

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    Dicen que el mundo es un panuelo, y que verdad es. Y en mi caso, de no ser asi, no se que seria de mi vida a estas alturas. Supongo que el resultado hubiese sido el mismo, es decir, mi relacion con Luis hubiese terminado igualmente, solo que quizas mas tarde. O tal vez jamas, pero eso ya no lo sabre nunca. Ni me importa. Aunque han pasado ya unos cuantos anos, recuerdo al detalle la noche en que le conoci. Fue precisamente en mi fiesta de graduacion, mejor dicho, en la cena posterior. Despues de mucho hincar los codos, habia terminado mi carrera de Derecho, ademas, con un expediente academico brillante, aunque suene arrogante por mi parte. El esfuerzo habia merecido la pena y las felicitaciones me llovian. Mis padres, que gozaban de muy buena posicion economica, me habian prometido regalarme un coche al acabarla, el que yo eligiese. Lo tuve claro desde el principio; queria un Toyota Rav 4. Tan claro como que mis estudios no terminarian con mi licenciatura, puesto que no pensaba conformarme con ser abogada. Esta que esta aqui pensaba opositar para el cuerpo de jueces y fiscales, pero antes de meterse en ese fregado se tomaria un merecido respiro. Habian sido cuatro duros anos de muchas noches en vela con el flexo encendido alumbrando los libros, aunque he de reconocer que mi carrera no es de las mas complicadas. A mi entender, las hay peores, como Medicina, por ejemplo. Asignaturas como la quimica me han parecido siempre cosa de chinos. Eso por no hablar del descomunal esfuerzo final que tienen que hacer estos estudiantes para prepararse para el Mir, despues de seis largos anos acudiendo diariamente a clase. Y ahi si que lo tienen crudo; o lo aprueban, o no hay tutia. Me acuerdo de mi prima Reyes, que hoy dia es ginecologa, y de nuestras conversaciones por aquellos anos en que ambas estabamos estudiando nuestras respectivas carreras. Ella tiene tres mas que yo. --Esto es para darse un chocazo, Leire --me decia--, pero tengo la sensacion de que Guille no lo entiende. --Guillermo era el noviete que tenia por entonces. --O no lo quiere entender. --Le digo que sea paciente, que ya solo me quedan unos meses en la academia, pero que ahora no estoy para nadie, que no tengo tiempo ni de rascarme los sobacos. Cuando me examine en junio ya sere otra persona, pero lo que toca ahora... !que desgraciada soy, cono! --Chica, pues que quieres que te diga. De desgraciada, nada. Tu estas luchando por tu sueno. !Desgraciado el! Pero mira, ?sabes que te digo?, que si no te apoya ahora y te deja tirada como un mojon, que le den mucho por ahi. Con eso ya te esta demostrando que tipo de persona es. Anda y que se vaya a "jaser" punetas, como dices tu. Reyes se partia con mis expresiones, aunque, para salada, ella. Siempre hemos estado muy unidas. Ella tampoco quiso perderse mi fiesta de graduacion. Por cierto, acudio sola, porque el jartible de su novio, efectivamente, termino dejandola cuatro meses antes de sus examenes del Mir. Despues del acto, celebrabamos una cena por todo lo alto en uno de los restaurantes de mas prestigio de la ciudad. Para la ocasion, yo habia elegido un espectacular vestido entallado de corte flamenco; negro, con flores bordadas y rematado por abajo con un volante mas largo por la parte de atras. Bueno, tengo que decir que en la eleccion tuvo mucho que ver mi madre, que tiene un gusto exquisito para la ropa. --Estas preciosa, nena. Como te vea Sebas se le van a derretir los cataplines --me dijo al verme Marian, una companera de clase con la que siempre me habia llevado a partir un pinon. Sebas era un profesor nuestro que parecia tener fijacion por mi. El baboso, le llamabamos. Era un tipo casado, y bastante entrado en anos, que no desaprovechaba ocasion para acercarse a servidora con cualquier mala excusa cada vez que nos cruzabamos por los pasillos. --Que asco de el, tia. Es que se le van los ojos detras de tu culillo. Tenia razon Marian. Ella tampoco le podia ni ver. No obstante, yo me las tragaba y procuraba no darle nunca ninguna mala contestacion ni nada por el estilo a aquel degenerado (como se merecia) por miedo a que me cogiese mania y eso pudiese influir en mis notas. Cosas mas raras se han visto, pero yo no queria ningun problema en ese sentido. Mis padres, como es logico, estuvieron presentes en el salon de actos de la facultad de Derecho para la entrega de diplomas, pero a la cena no vinieron. Hubieran podido hacerlo porque lo acordado era un par de personas por cada estudiante. De hecho, muchos de ellos cenaron en compania de sus padres, pero los mios prefirieron quedarse en casa aquella noche. --No seas boba, carino --me comento dias antes mi madre--. Ya lo celebraremos cualquier otro dia con tu hermano Pablo cenando los cuatro por ahi. Ve con Reyes, que ella lo esta deseando. Seguro que lo pasareis en grande. Ellos eran asi. Y era cierto tambien que mi prima estaba loca por venir. A esa le ha gustado siempre un sarao mas que a un tonto un lapiz. No es que sea una cabecilla loca, tampoco es eso. --Guauuu, pinta bien la noche, prima--Reyes, viendo el percal, se frotaba las manos mientras una aparcaba el Toyota en los aparcamientos techados frente a los jardines del restaurante, donde nos daban un coctel de bienvenida. --Anda, no seas bruja, que te conozco. --Ni tu tan... en fin, tu ya me entiendes. Por mi madre de mi alma que esta noche te emborracho, a ver si te desmelenas un poco, hija, que no veas... --?Emborracharme a mi? Lo llevas tu crudo, seria la primera vez. Era verdad. Nunca me ha entrado el alcohol. De hecho, no entiendo que le ve la gente a la cerveza para que le guste tanto. A mi me sabe a rayos con ese sabor tan amargo. Del vino ya ni hablamos, pero ese es otro tema. A lo que estabamos. Me acuerdo de que ibamos haciendo el paseillo desde el aparcamiento hasta la entrada de aquel recinto como dos divas; mi prima, toda emperifollada ella, meneando con mucho arte el abanico (hacia un calor de espanto aquella noche), y yo, haciendo equilibrio sobre mis altisimas sandalias de tacon de aguja. La estrechez del traje tampoco es que me permitiese andar muy bien que digamos. Tenia esta sirenita todas las papeletas para pasarle lo que le paso. --Saca dientes, nena. Como la Pantoja--. !Y venga esas caderas! Que se note que llegan dos buenas leonas marcando territorio. --No tienes tu guasa ni na, hermosa --le conteste. --Y toda la que tu quieras, pero mira el cacho de bombon ese que esta ahi de perfil. La joia por culo, todavia no habiamos entrado y ya le estaba echando el ojo a un gacho. Conociendola, no le hice mucho caso porque Reyes era mas de boquilla que de cualquier otra cosa. Mucho lirili y poco lerele, que diria mi hermano, pero no pude evitar mirar hacia donde me indico disimuladamente con un gesto de cabeza. --Ese, ese, el de la camisa blanca arremangada. Alli estaba el, senoras y senores. Era un chaval alto y bien formado que se estaba tomando una copa junto a otros dos chicos en una de aquellas mesas de barril de la entrada del restaurante. Aparte del cuerpazo, no se que le veria Reyes ya a distancia para referirse a el como "cacho de bombon". Lo que si puedo asegurar es que una no vio aquel inoportuno charco que lo desencadeno todo. Se conoce que, antes de nuestra llegada, debian haber regado los suelos a manguerazos vivos para refrescarlos un poco. Mirando precisamente en aquella direccion... alla que fui, como la que esta patinando sobre una pista de hielo. Pegue tal resbalon que, del culetazo, salio volando hasta el bolso de cartera que llevaba en la mano. Y no fue ya el culetazo, que por poco me rompo la rabadilla, como dice mi madre. Es que encima me puse el traje perdido. Parecia que me habia meado. Me moria de la verguenza. Con el espectaculo, los chavales, que estarian a unos cinco o seis metros, volvieron la cabeza y aquel "cacho bombon" solto la copa para venir en mi auxilio. --Ea, ?ves? No hay mal que por bien no venga --solto la muy cachonda de mi prima al ver la jugada. Se partia de la risa. Yo tambien, pero por no llorar. --?Estas bien, chica? Me habia recogido el bolso del suelo mientras yo, muy digna, me estiraba aquel vestido cuya humedad ya me calaba las nalgas. Fue entonces, teniendole frente a frente delante de mi cuando pude comprobar que aquel era, efectivamente, un pedazo de bombon. Pero no un bombon cualquiera de esos que venden a granel en el Carrefour por Navidades, no, sino un autentico Ferrero Rocher de los que pasaba en bandeja la Preysler en aquel anuncio. Con esos ojos verdes como faros y una sonrisa increible de dientes bien alineados y blancos como la cal, se me represento como un verdadero galan de cine. !A la mierda el Tom Cruise, o ese Paul Newman al que tanto admiraba mi madre! --Si, tranquilo. Gracias. --Eso fue todo lo que le conteste. --Deja, que a esta la meto yo ahora mismo en el bano y la saco nueva de alli. --intervino mi prima. --Perfecto. ?Habeis venido solas? --La una con la otra. ?Te parece poco? Reyes era de las que no se cortaban ni un pelo, a diferencia de mi. Yo siempre he sido mas cortada con los desconocidos.

  • El ultimo suspiro de Cristina Coca Gonzalez

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    Inglaterra, 1942. Elisabeth Connor recibe la carta de un fantasma de su pasado que hara que se embarque en un viaje a la Alemania nazi en plena Segunda Guerra Mundial. Alli, no solo tendra que lidiar con el problema de ser inglesa en un pais enemigo, sino tambien con el inesperado vinculo que la va a unir a un soldado aleman que conoce todos sus secretos y a un nino judio por el que estara dispuesta a luchar cueste lo que cueste.

  • Sueno de cristal (Suenos 1) de Marta Sebastian Perez

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    Antia se mira en el espejo y no se reconoce. Su rostro sigue marcado por la paliza que le ha dado su novio.
    Antia se mira en el espejo y ya no sabe quien es. Aun no se cree que su madre haya estado toda su vida enganandole sobre su padre.
    Es hora de cortar con todo, de dejar su Galicia natal, de viajar a Madrid en busca de su padre y, quizas, por el camino, encontrarse a si misma y conseguir volver a confiar en las personas y en el amor.

  • Corazon y coraza de Tania Rodriguez

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    Corazon y Coraza se centra en las vivencias de una joven londinense llamada Sanah, cuya existencia dara un giro abrupto, tras conocer a un afamado artista de quien se enamorara profundamente. Con el poema de Mario Benedetti como eje, los enamorados daran rienda suelta a un amor jamas experimentado. Proveniente de una familia conservadora, la timida y obediente Sanah debera sacar a relucir su fortaleza interior para defender sus deseos y vivir su historia de amor a pleno y despojada de la coraza que la oprime.

  • Envejece un perro tras los cristales de Horacio Castellanos Moya

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    El libro mas personal de Castellanos Moya: breves apuntes y reflexiones que nos permiten conocer la intimidad de un escritor asolado por las dudas sobre si mismo.

  • Parker y Amy (Hermanos Sullivan 1) de Abril Camino

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    Amy Morgan tenia tres propositos al entrar en la universidad: ser puntual, pasar desapercibida y mantenerse alejada de los chicos. El primer dia de clase incumplio los dos primeros. Y conocio a Parker. Parker Sullivan tiene tres aficiones: el whisky, los tatuajes y las mujeres. Y no piensa renunciar a ellas para complacer a su nueva companera de clase. Amy y Parker solo tienen una cosa en comun: necesitan huir el uno del otro para evitar que sus pasados los alcancen.

  • El secreto de Marrowbone de Sergio G. Sanchez

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  • No se tu nombre de Anairam Mirez

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    Alba siente que no encaja. Ni en su familia, ni en su trabajo, ni en su vida. Atascada en una relacion desgastada con Dani, su novio, siente que no avanza. Su abuela, mujer fuerte y autoritaria, enferma y el aparente equilibrio de su familia se desmorona, arrastrandola tambien a ella, que buscara respuestas, buceando en el hermetismo familiar. En el intento de ayudar a su abuela, Alba se enfrentara a un pasado y un presente plagado de medias verdades y secretos, enfrentandola a los demas. Jaime irrumpe en su vida, desbaratando su monotonia, abriendole un camino nuevo y la posibilidad de encontrar respuestas, y algo mas… Esperanza es una joven cuyos suenos se veran truncados por la realidad que le toca vivir: la guerra civil. Dos mujeres perdidas, dos epocas, dos historias paralelas que en algun momento llegan a encontrarse.

  • Todo oscuro, sin estrellas – Stephen King de Stephen King

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    Cuatro venganzas. Cuatro castigos. Cuatro novelas cortas sumamente sorprendentes y enormemente impactantes. No las podras olvidar.

  • La mujer que tu quieras de Carrie Blake

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    Una historia de amor intensa y adictiva.

  • En Tus Brazos 1, Noe Casado de Noe Casado

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    Nicole lleva una vida que desean muchas mujeres de su edad: tiene una familia perfecta, un novio ideal y una carrera exitosa como abogada. Suele caer bien a la gente y nunca se desvia del camino correcto.
    Pero tras ese mundo modelico se esconde la verdadera Nicole: una mujer infeliz que anhela por encima de todas las cosas una noche de pasion y desenfreno que la haga temblar de placer.

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Desaparecida en Siboney de Rosario Raro

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    En 1875, Mauricio Sargal, un millonario antillano retornado a Espana, libertino y bon vivant, se ve obligado a regresar a Cuba cuando le comunican que su hermana Dulce ha desaparecido de su hacienda en Siboney. Para saber de ella tendra que enfrentarse a su cunado, Bartolome Gormaz, quien fuera profugo de la justicia y que, con el olvido de cualquier escrupulo, ha conseguido reunir una de las mayores fortunas de todos los territorios espanoles, peninsulares y de ultramar. En su busqueda, Mauricio encontrara tambien el amor en la enigmatica Deva, por la que sentira una atraccion irresistible.

  • Mi ultima noche en Londres de Maria Gomez

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    El dia que concluyeron mis vacaciones en Londres, llegue tarde al aeropuerto, me dejo el avion y no tengo suficiente dinero extra para comprar otro boleto.

  • Mientras te miraba (Seleccion RNR), Isabella Marin de Isabella Marin

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  • La Ciudad de los Hombres Santos (Los buscadores 3), Luis Montero Manglano de Luis Montero Manglano

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  • El operativo (David Ribas 1) de Alfredo De Braganza

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    David Ribas es un operativo de la inteligencia espanola a quien encargan la mision de estudiar el sistema de seguridad del lujoso y emblematico hotel Taj Mahal Palace, en Bombay, antes de la visita de los reyes de Espana a la India. Su mujer decide acompanarle para disfrutar del viaje de novios que no pudieron tener en su dia, sin sospechar el terrible peligro que se acerca por mar.

  • La furia y los colores de El Gran Wyoming

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    El joven Jose Miguel ya ha terminado la universidad y empieza su etapa como medico en practicas. Espana vivia en una dictadura; ir a la universidad franquista era toda una aventura. Hijo de una familia numerosa de clase media, tenia prisa por salir y vivir lo que en este pais de tonos grises estaba vedado. El extranjero, como metafora de libertad, y la farandula, como alternativa de una existencia en tecnicolor, se convierten en opciones al alcance de su mano. A traves de ellas, Wyoming descubrira otro camino que cambiara su destino para siempre. El resultado es un libro de Wyoming memorialistico, pero con un gran componente reivindicativo y mitinero, como ya tuvo en su obra No estamos locos, gran exito en librerias. En sus paginas hay un interesante retrato de la Transicion, de las contradicciones entre la Espana heredera de la reciente dictadura y la que despertaba a la modernidad de los 80. Las drogas, el sexo, la musica. se mezclan con la politica y la lucha por encontrar un lugar profesional propio. Una breve historia de la Espana de la Transicion contada desde los personajes cotidianos. Un libro peculiar que mezcla vida, cronica y politica.

  • Tatuaje de Manuel Vazquez Montalban

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    Pepe Carvalho ha dejado la CIA tras 9 prometedores anos y cuando iba a ser ascendido. Ahora es detective privado. Dejo la CIA sin haber ahorrado ni un duro y ahora quiere ser su propio patron, vivir tranquilo y ahorrar para la vejez, pues ya tiene 40 anos y hay que ir pensando en ello. El cadaver de un banista con el rostro descompuesto e irreconocible aparece en la playa y el dueno de una peluqueria de barrio contrata a Carvalho para que averigue el nombre del cadaver. No quiere mas que eso y esta dispuesto a pagar bien. Demasiado bien. No quiere ir a la policia y prefiere pagar a Carvalho para que lo averigue sin tener que implicarse el mismo. El asunto es un poco raro, pero un esceptico Carvalho no pregunta nada mas y acepta el encargo. Carvalho tampoco quiere ir a la policia y prefiere investigar utilizando sus propios recursos. Estos le llevaran de Barcelona a Holanda y vuelta a Barcelona. El nombre del muerto lo averigua con relativa rapidez, pero la manera que tiene de ir enredandose el caso cada vez mas, hace que quiera investigar por su cuenta. Incluso cuando vuelve a Barcelona con la informacion solicitada por su cliente, nuestro detective sigue investigand. Vazquez Montalban nos presenta en esta primera novela de Carvalho como investigador privado, no solo a su protagonista, sino tambien a los personajes secundarios que apareceran en otras historias de este detective.

  • El insolito final del senor Monroe de Dan Mooney

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    Joel vive en la Residencia de Ancianos Hilltop y la odia con toda su alma. Solo hay otra cosa que odie con mas fuerza, y es que le digan lo que tiene que hacer y cuando debe hacerlo. Cuando tiene que comer, cuando es hora de irse a la cama, cuando debe tomarse las pastillas Junto a su nuevo companero de habitacion, Frank, un actor de culebrones retirado, emprendera la mas singular de las aventuras: la de poner fin a su vida de una manera digna. En el transcurso de esta mision suicida, Joel y Frank descubriran que quiza nunca es demasiado tarde para experimentar la magia de los primeros momentos, y es que cuando piensas que todo ha pasado, la vida te regala una ultima y gran aventura.

  • Cartas Quemadas de Angel Paudo Veloso

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    Mi abuelo hace mucho que nos dejo, tanto, que yo apenas recuerdo que alguna vez haya estado aqui. En mis escasos recuerdos, el siempre estaba triste, callado, ausente. Por eso, el dia que fallecio, todos lo vimos como un paso mas, no como la interrupcion de algo. Mi abuelo pasaba la mayor parte del dia en su despacho, siempre sentado en aquel mueble de caoba tan senorial. Cuando enfermo, la llave giro sobre la cerradura y aquel despacho quedo cerrado durante muchos anos sumido en la mas profunda oscuridad. Ahora que mi familia se planteaba vender la vieja casa, habia que abrir aquella habitacion y vaciarla, dando salida a todos los fantasmas tristes, callados y ausentes que alli debian habitar. Cuando la puerta se abrio, nadie queria entrar alli, ni siquiera mi abuela. Todos miraban hacia aquella oscuridad como si hubiese algo que ellos veian, pero que yo no podia imaginar. El polvo ocupaba cualquier minusculo espacio de aquella oscuridad infinita. Al final, fue mi abuela la primera que se decidio a entrar y cuando levanto las persianas, incluso a la luz le costaba introducirse en aquel espacio, buscando huecos entre las manchas de los cristales para iluminar la estancia. Mi abuela atraveso la puerta despacio, con cautela, como si tuviera miedo de pisar algun recuerdo que hubiese quedado olvidado en el suelo. Yo la observaba desde fuera sin atreverme a cruzar el umbral, era como un viaje al pasado, a un pasado demasiado oscuro, tras ella la puerta se cerro de nuevo. No tardo mucho en abandonar el despacho, apenas quince minutos. Cuando salio, lo hizo con una vieja caja de zapatos atada con un lazo raido, intente hablar con ella, curiosear que era aquello, pero estaba como ausente, mis palabras no llegaban a sus oidos, camino por el pasillo despacio, con la mirada perdida y, finalmente, entro en su habitacion y cerro la puerta suavemente, luego echo la llave. Mi abuela habia reaccionado de un modo extrano, encerrandose en su habitacion. Ella no era como mi abuelo, a ella le gustaban los cuartos abiertos, nunca antes habia echado la llave de su habitacion. Yo, preocupado, desde la ventana la observaba en silencio, agazapado, con la curiosidad del que ve, que las cosas cambian demasiado rapido e intenta asimilarlas a una velocidad normal, antes de que estas perdieran su sentido, mientras mi familia se desmoronaba rapidamente. A traves de la ventana, podia ver a mi abuela leyendo una montana de cartas que se amontonaban junto a un raido lazo rojo. Mi abuela leia y leia sin apartar la vista, de manera casi enfermiza, como quien ha entrado en un sitio del que ya no puede salir. Mientras ella leia, en la penumbra yo podia ver el reflejo de sus lagrimas descendiendo por sus mejillas. Cuando por fin termino de leer, con los ojos enrojecidos de tanto llorar, amontono las cartas en una papelera, se seco las lagrimas, encendio una cerrilla y les prendio fuego. Mi padre siempre decia que todos queremos dejar algo a nuestro paso por la tierra, pero no por cuestion de ego, en realidad es una necesidad o, mas bien, una obligacion que todo ser humano sentia a lo largo de su vida; y mi abuela le acababa de robar a mi abuelo todo eso en un instante, porque aquellas cartas eran su legado, lo unico que aquel hombre triste y callado habia dejado de su paso por este mundo. Eso y un colgante, con un extrano trozo de metal retorcido que siempre llevaba al cuello como su reliquia mas preciada. Tras las llamas vino el silencio, mi abuela se nego a responder a ninguna de nuestras preguntas sobre lo que alli ponia, sobre aquellas palabras que habian removido tanto en su interior como para hacerla reaccionar de una manera tan encendida. Por la noche me acerque a la papelera y entre los restos negros de papel carbonizado, apenas pude rescatar parte de la direccion de un remite, como unica prueba de que alli antes existieron letras, que formaron palabras, que formaron frases y que juntas cobraron tanto sentido que hicieron llorar a mi abuela desconsoladamente durante un dia entero. Yo, por mi parte, intente que me contase que ponia en aquellas cartas, que se abriera y se sincerase, necesitaba que compartiera conmigo aquello, lo unico interesante que habia aparecido en medio de todo el silencio que envolvia la vida de mi abuelo. Pero, de repente, no tenia nada que decir, parecia que habitaba ahora en el extrano lugar donde antes lo hacia mi abuelo. Era ella ahora la que no hablaba, la que observaba la vida pasar en silencio, ausente, con una mirada perdida. Todo esto provocaba aun mayor necesidad en mi de saber que era lo que habia ocurrido, que era lo que ponia en aquellas cartas y que extrano secreto habia dejado dos vidas en suspension de aquella manera. Mis abuelos siempre habian mantenido una relacion cordial, se querian, se respetaban, pero nunca vi ese algo especial que si observaba en la relacion de mis padres, practicamente, hasta que mi padre fallecio. En pocos anos, los cambios habian sido tantos y afectado a generaciones tan diferentes entre si, que quien podia calificar el comportamiento o las costumbres de una generacion que nada tenia que ver con la nuestra. En cualquier caso, mis abuelos siempre estuvieron juntos, se hacian compania y no se dejaban ni a sol ni a sombra, yo solo eche de menos entre ellos esa pasion que en mis padres desbordaba por todas partes. Yo habia perdido a mi padre por una enfermedad larga y agonica que fue acabando con el poco a poco y, realmente, tengo pocos recuerdos suyos fuera de la cama o alejado de su enfermedad. Ademas, su padre murio en la guerra. Esa era una de las razones por las que la guerra civil era un tema tabu para el, como si, por no hablar de las cosas, estas desaparecieran. La familia para nosotros era un gran conjunto de fantasmas sin ningun recuerdo ni ninguna historia a la que aferrarse. La abuela decia que el abuelo se rompio en la guerra y que no siempre fue un hombre triste y melancolico, el hombre que vino con ella a Alicante fue transformandose a lo largo del trayecto, de manera que el hombre que llego a Alicante nada tenia que ver con el hombre que salio del pueblo. Era como si con cada paso, con cada trecho recorrido, sus recuerdos y lo que el habia sido, se iban quedando alli en el barro, en cada pisada. Pero que hubo un tiempo, antes de que la gente empezase a dispararse unos a otros, en que cuando mi abuelo entraba a un sitio, ese sitio resplandecia, se iluminaba. Despues de lo de las cartas, le di muchas vueltas a todo, yo estaba pasando un extrano momento, una epoca mala, una epoca mala que duraba ya demasiado tiempo. Me habia dejado llevar y estaba completamente perdido, apatico y sin ganas de hacer nada, sin ilusion, sin ninguna meta, asi que me propuse averiguar lo que pudiera de aquellas cartas, a lo mejor asi, averiguaba algo de aquella familia de la que no sabia absolutamente nada. La mia. El domingo, unos dias despues de lo de las cartas, cogi una mochila, guarde en una bolsa de plastico el pequeno trozo del remite, algo de dinero y me subi sin pensarmelo demasiado en un autobus con direccion a Madrid a visitar a una amiga y a buscar un pedazo de la historia. La historia de mi familia, que al igual que la historia del pais durante aquellos anos, se escondia entre las sombras a buen recaudo, enterrada en una montana de remordimientos, rencores y pena, mucha pena. Antes de marcharme, busque entre las cosas de mi abuela y cogi uno de los pocos recuerdos que en la casa quedaban, quiza el unico. Sin contar aquel extrano colgante con un trozo de hierro retorcido, que, desde hacia ya tiempo, era mi posesion mas preciada. Aquel extrano colgante que mi abuelo antes de morir me colgo un dia al cuello, dedicandome una sonrisa, la unica que yo recuerdo haberle visto, pero sin explicarme nada. Asi de raro era mi abuelo. Como digo, cogi ese recuerdo, una foto de aquella epoca en blanco y negro castigada por el tiempo, por si me era de ayuda en mi busqueda. En la foto estaban mi abuelo, mi abuela y un grupo de personas desconocidas para mi, conectadas por sus cuerpos, buscando un lugar en el encuadre, compartiendo el espacio fotografiado con una sonrisa como del que no sabe lo que se le avecina. Estas fotos de antes y del periodo de entreguerras me producian miedo y nostalgia, parecen de una epoca tan lejana, en la que siempre intuyo una extrana felicidad y una mirada con un brillo especial, del que nada tiene y nada espera. Creo que hemos perdido algo necesario y muy importante en este tiempo, pero no se bien que es, solo se que, cuando veo fotos de aquella epoca, los rostros tienen un brillo especial que ahora soy incapaz de encontrar. Es como si, con el paso del tiempo, hubiesemos perdido nuestra razon de ser y ahora no supiesemos muy bien lo que queremos o lo que buscamos. Llegue a Madrid al atardecer, la sensacion al llegar a la ciudad en la que creci era siempre especial y dificil de explicar, una mezcla de nostalgia y de falso arrepentimiento de haberla cambiado por otra ciudad. Pero, sobre todo, me sentia importante, siempre paseaba altivo sintiendome alguien especial por sus calles, aunque era como si se pudiese oler que ya no pertenecia a ella, pero andaba por sus calles con la seguridad de alguien que sabe por donde pisa. Al mismo tiempo, mientras caminaba me sentia insignificante, dejaba de ser alguien, ese alguien que en las ciudades pequenas tenia nombre y apellido y era reconocido por todos, para integrarme en esa masa sin forma con multitud de individuos que vagaba de un sitio a otro sin fijar su mirada en nada ni en nadie. Esa masa donde la singularidad perdia todo su sentido, una autentica contradiccion, como todo lo que esta ciudad me hacia sentir. La casa de Eva estaba en pleno barrio de Malasana, uno de los barrios mas antiguos y autenticos de Madrid. Tenia el encanto de las viejas construcciones de principio de siglo, una corrala donde el cuarto de bano estaba fuera de la casa, aunque varios de los estudios que se habian creado en las antiguas viviendas ya reformadas, disponian de cuarto de bano en su interior. Pero esto te recordaba como habian cambiado las cosas en poco tiempo y esos patios exteriores ahora vacios, te hacian pensar en la vida que antes debian tener en su interior, donde todos sus vecinos se conocian y no se esquivaban unos a otros como hacen hoy en dia y era facil imaginar a toda aquella gente relacionandose y hablando en esa zona donde ahora no habia vida ninguna y donde reinaba el silencio mas absoluto. Eva tardo bien poco en encontrar una direccion y el nombre del pueblo en aquel pequeno trozo de papel casi vacio, con apenas unas letras. Le resulto muy facil, tan solo tuvo que hacer un filtrado en internet y unas cuantas busquedas en Google Maps. Apenas tardo una hora en conseguir algo que yo podia haber tardado toda una vida en averiguar. "Masegoso del Tajuna" en Guadalajara era el sitio elegido, el pueblo al que debia ir a buscar las raices sobre las que descansaba el futuro incierto de mi familia, a punto de ser talado por los rapidos golpes certeros del destino. Es curioso como un pueblo completamente desconocido para mi, con un nombre que me sonaba tan extrano, habia marcado el principio y el final de mi familia. Un pueblo donde descubriria con el tiempo que mi apellido era compartido por gran parte de los aldeanos. Que mis ancestros habian corrido por aquellas callejas y vivido durante decadas en un sitio que para mi era completamente desconocido. Aquel sitio, que no significaba nada para mi, era el sitio donde descansaba toda la historia de mi familia, una clara muestra de que todo lo importante en la vida, queda sepultado por el tiempo. El ?De donde venimos? y el ?A donde vamos? ahora cobraba un nuevo sentido y una de las dos preguntas al final quedaba respondida y quien sabe si quiza la segunda a raiz de este viaje tambien quedase respondida. Porque a veces las respuestas como las desgracias vienen todas de golpe sin saber si quiera si estamos preparados para ellas. Sin mas dilacion, le dije a Eva que al dia siguiente por la manana saldria para Masegoso. Yo no era una persona paciente y una vez sabido el nombre del pueblo no tenia sentido que siguiera en aquella casa, no debia perder mas tiempo en Madrid. Ademas, la situacion con Eva se habia convertido en algo un poco raro e incomodo. Es increible como se puede querer y compartir tanto con una persona y, con solo estar un par de anos separados, ser ahora los dos tan distintos, como dos extranos que buscan a la otra mitad que dejaron, siempre en el sitio equivocado y que echan mano a recuerdos de un pasado tan cercano como lejana esta ahora la quimica que antes habia. Era como, si desde el momento de nuestra separacion, cada uno hubiera tomado el camino mas alejado del que habiamos compartido hasta entonces, pero en direcciones opuestas y nos hubieramos convertido en dos personas tan distintas, que ni siquiera nuestros recuerdos de los mismos hechos coincidian ahora, por no hablar de esos silencios incomodos que estaban cubiertos de reproches. De camino a la estacion volvi a caer en la cuenta de que Madrid sigue siendo una ciudad especial para mi y que siempre lo sera por mucho tiempo que pase y que cada rincon de la ciudad me traia algun extrano recuerdo. Recuerdos olvidados que venian a la cabeza al pasar por aquellas calles. Ahora que me marchaba, en la estacion tuve claro que amaba tanto a Madrid por la capacidad que tenia para ponerme triste. Ademas de encontrarme la direccion del pueblo, Eva me dijo algo en lo que yo no habia pensado. Y es que, practicamente, todo en esta vida tiene su reverso y en este caso, no simplemente era importante la direccion, sino que habia algo mucho mas importante. Todas las cartas que vinieron tuvieron respuesta en otras que fueron y que, aunque mi abuela quemo unas, las cartas de mi abuelo, si es que las hubo, no pudo quemarlas y habia una posibilidad de que tambien descansaran en la oscuridad de algun armario o de alguna caja de zapatos y estuvieran alli esperandome, quiza en Masegoso, aquel pueblo que me esperaba en la provincia de Guadalajara, una provincia que era una autentica desconocida para mi.

  • Amigos, sin mas (Serie Amigos 4) de Ana Alvarez

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    Una emocionante historia de amor oculta en el pasado.