• libro la isla de los cien ojos - Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • LA ISLA DE LOS CIEN OJOS - SANTIAGO MIKEL

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    Información del libro. GéneroNovela negra, intriga, terror; EditorialAUTOR-EDITOR; Año de edición2010; ISBN9781458018557; Idioma Español.

  • LA ISLA DE LOS CIEN OJOS, MIKEL SANTIAGO - Sopa de ...

    https://www.sopadelibros.com/libro/isla-cien-ojos-mikel-santiago

    LA ISLA DE LOS CIEN OJOS. Portada del libro LA ISLA DE LOS CIEN OJOS. Autor: MIKEL SANTIAGO; ISBN/ASIN: 0011114029; Género: Terror; Editorial: ITUNES ...

  • LA ISLA DE LOS CIEN OJOS - MIKEL SANTIAGO | Alibrate

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  • La Isla de los Cien Ojos eBook de Mikel Santiago - Rakuten ...

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    Un aristócrata y el doctor del pueblo se deciden a investigar un terrible secreto escrito sobre la madera de sus bancos... Acerca de este libro. 58páginas.

  • La isla de los cien ojos by Mikel Santiago - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/9817990-la-isla-de-los-cien-ojos

    No entiendo por qué este libro tiene tantas faltas de ortografía pero resulta incomodísimo leer cosas así de mal escritas. La historia no está mal aunque se ...

  • La isla de los cien ojos - Libros De Mario

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  • La Isla de los Cien Ojos - Apple Books

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    La Isla de los Cien Ojos. Mikel Santiago. 3,7 • 1,6 mil valoraciones ... Buen libro rapido y entretenido. Genial x ser gratis! Richard GV , 28/12/2011 ...

  • LA ISLA DE LOS CIEN OJOS - BiblioEteca

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    Sinópsis del libro: · Irlanda, principios de siglo. La tormenta ha arrastrado un viejo bote de salvamento hasta las playas del pequeño pueblo de Dowan. Un ...

  • Reseña: La Isla de los Cien Ojos - Mirada Lectora

    http://miradalectora.blogspot.com/2021/07/resena-la-isla-de-los-cien-ojos.html

    20 jul 2021 — ¡Hola! Suena muy interesante el libro y atrae mucho mi atención por las leyendas marítimas. No sé cuándo lo lea, pero me lo llevo apuntado.

  • La Isla de los Cien Ojos (Smashwords) - Recomendaciones ...

    http://www.saberleer.com/2014/02/17/la-isla-de-los-cien-ojos-smashwords/

    17 feb 2014 — La Isla de los Cien Ojos (Smashwords) · Autor del libro: Mikel Santiago · Sinopsis: Una tormenta trae un extraño bote a las playas de un pequeño ...

  • Retaguardia roja de Fernando Del Rey

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    Desde una perspectiva centrada en los ciudadanos de a pie, a los que se les pone rostro y voz, Retaguardia roja indaga en las logicas subyacentes a la violencia que se desplego de forma brutal contra los adversarios politicos en la zona republicana durante la guerra civil espanola (1936-1939). En contraposicion con las modas y los estudios mayoritarios al uso, que han tendido a priorizar la historia de las ciudades y la poblacion urbana pese al perfil abrumadoramente agrario que presentaba la sociedad de entonces, la mirada se ha focalizado aqui en el mundo rural, escenario privilegiado para calibrar el significado y el alcance politico de los conflictos y contradicciones que recorrieron la Espana de los anos treinta.

  • Tu primer cerebro de Xavi Canellas

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    Existen dos grandes relatos acerca del origen de la humanidad. Dos versiones que satisfacen dos vias de sensibilidad y comprension de la vida y del mundo. Por un lado, hay quien dice que la humanidad nacio con el invento y la utilizacion de la herramienta, instrumento que, ademas de facilitar el trabajo, define un campo dividido entre los que la poseen y los que no la poseen. El uso de la tecnologia establece la jerarquia de la dominacion de unos sobre otros. La imagen del ascenso del primer cohete a la Luna ofrecio una percepcion significativa de ello: nos permitio ver quien esta instalado en la nave y quien recibe el fuego destructivo de su propulsion. La pelicula de Kubrick 2001: Una odisea en el espacio ilustra este mito. Por otro lado, esta el relato que dice que la humanidad nace con el intercambio, la accion de compartir viveres y otros elementos vitales. La hipotesis Gaia es la gran representante de este mito. Se encuadran aqui los ritos de compartir como acto de pertenencia a la comunidad. La obligacion de que cada miembro regale a otro la pieza cazada es lo que consolida el vinculo del clan. Este mito prioriza los procesos, el intercambio de energia y la transformacion de sus interacciones. Desde esta perspectiva, la civilizacion humana se funda en la prohibicion del autoconsumo. Ante el claro predominio actual del relato instrumental y tecnologico de la herramienta conviene recobrar practicas basadas en el intercambio. Es preciso compartir relatos, canciones y recetas de cocina. Es necesario intercambiar practicas de pesca, modos de cultivo y de organizacion social ante la adversidad. Contrastar politicas, modos culturales, practicas medicas y educativas. En definitiva, viajar al exterior de nosotros mismos para superar el miedo y la obsesion de que solo hay un modo de hacer las cosas. Quiza el antidoto contra el poder de la herramienta sea someterla a intercambio. Procurarle un uso mas creativo que los actuales sistemas de sometimiento fisico y psiquico entre miembros de distintas culturas o niveles sociales. La obra que tiene en sus manos se encuadra en esta propuesta. En la confianza que tiene Xavi Canellas, su autor, en la fuerza del intercambio. Transaccion, en este caso, de informacion y sabiduria sobre la mejora de nuestra propia salud para que las herramientas esten en manos de quien deben estar. Es decir, al alcance de cada uno de nosotros. Xavi lanza un proyecto entusiasta y vigoroso de confianza en el que defiende que, si tenemos la informacion adecuada, podemos mejorar nuestra salud y, por tanto, la vida de un modo optimo. El autor se mueve con agilidad entre varias de sus facetas. Por un lado, nos muestra su rostro de terapeuta, por otra parte, expone el texto desde su oficio de cientifico y tambien hace una incursion decidida en su faceta de educador. Los tres ambitos buscan con pasion descubrir en el lector su poder para transformar su vida. Esta obra nos hace recobrar la confianza en el hecho de que las personas disponemos de los recursos necesarios para afrontar la vida y las dificultades que ello entrana. Y lo muestra cientificamente. Quiere persuadir al lector de que vivir una vida mejor esta en su mano. En este sentido, el libro emprende una accion decidida para que las personas dispongan de la herramienta que les otorgue el poder para gestionar su propia salud. Xavi Canellas es un autor que escribe porque tiene cosas que decir. Esta formado en fisioterapia, psiconeuroinmunologia, biologia molecular, biomedicina, neurociencia, programacion neurolinguistica, terapia breve, estrategica y psicogenealogia. Su propuesta es ilustrada y meditada. Y, sobre todo, de fusion transversal entre estas disciplinas. Lo que mueve su obra es el afan de explicar el funcionamiento de la vida. El autor propone al lector un compromiso en la mejora haciendo una promesa que cumple en el transcurso del libro: <>. Este libro es novedoso y tiene un punto insurrecto y rebelde, pero va mas alla de oponerse a lo convencional. Busca la restitucion verdadera de los significados. Dice cosas con las que es dificil discrepar, como: <>, en este caso, para referirse al gluten. Xavi nos muestra ejemplos de gran transversalidad del conocimiento. Es fascinante el concepto del protagonismo del intestino en nuestro proceso de toma de decisiones y que, si no se mantiene en parametros aceptables de salud, proveera a la mente de informacion inflamada y, por tanto, inadecuada para la toma de decisiones. Este texto esta comprometido con devolvernos la confianza en que las palabras nombran lo que quieren nombrar. La obra esta escrita a la luz de la deconstruccion intelectual, por lo tanto, carece de palabras y conceptos vacios de contenido. Lleva la vanguardia cientifica a las recomendaciones mas sencillas y cotidianas. Cuando la palabra se convierte en discurso sustituye a la accion y amputa su fuerza. JESUS IBANEZ El libro es un dialogo continuado con el lector en el que el autor va informando de lo que nos interesa saber para optimizar la salud. Parece una conversacion en consulta o un conjunto de varias de ellas en las que extrae lo esencial para acompanarnos en este viaje. Su estilo define un tipo de relacion de complicidad con quien desee leerlo. El autor busca que el lector se apropie de la informacion en lugar de elegir la via alternativa en la que el conocimiento es una informacion sagrada e intocable que no se puede cuestionar. Asi pues, la consulta no es un oraculo infalible que predetermina la realidad, sino una invitacion a la construccion de sentido desde una perspectiva de interlocutor cualificado. Xavi nos propone la autogestion y la implicacion del lector en el pensamiento por encima de la sumision a la ciencia. De ahi que, aunque se define a si mismo como cientifico, aborde la revision critica de la ciencia. Parafraseando sus palabras, la ciencia ha producido un cisma entre la razon y las emociones, ha incurrido en una excesiva especializacion con la consiguiente perdida de matices y abusa a menudo del mecanicismo, de modo que abandona la contemplacion de la incertidumbre. Desde esta perspectiva nos anima a protagonizar el proceso. Aun estamos a tiempo de tomar las riendas de nuestra vida. Y cita a Oscar Wilde cuando afirma: <>. Xavi defiende los procesos naturales de la vida, a los que hay que hacerles un lugar en nuestro analisis, y pone al descubierto algunas practicas que debilitan la existencia humana hasta convertirla en una debil caricatura comparada con lo que podriamos llegar a ser. Es relevante en este sentido su afirmacion del porcentaje tan elevado de personas que se toman cinco o mas medicamentos a la vez: <>. Pese a la firmeza de sus convicciones, el texto muestra que Xavi tampoco esta dispuesto a esperarnos eternamente. Manifiesta un gran respeto a la decision que cada uno tome. Podemos intercambiar informacion y motivarnos lo que haga falta, pero el que no quiera puede quedarse en la estacion de tren que estime mas oportuna. Xavi sabe que hay personas que desean llevar una vida llena de satisfaccion y oportunidades. Pero, por el contrario, tambien hay otras personas que no desean curarse totalmente, que se contentarian con mejorar su salud lo justo para evitar males mayores. Sanar la enfermedad, mejorar lo minimo, tener la salud justa para pasar el dia con una cierta dignidad. El autor respeta lo que cada uno elija, pero tampoco desea que lo entretengan a si mismo demasiado en su proyecto de vida saludable. Lea este libro. Es algo mas que una propuesta puntual. Forma parte de un proyecto global y ambicioso acerca de como puede ser una vida digna de ser vivida. Esta obra es una gota de miel destilada a lo largo de muchas horas de trabajo en consulta con sus pacientes y de formacion con los alumnos que acuden a sus cursos de Regenera, la institucion de la que es cofundador y en la que imparte su formacion de psiconeuroinmunologia clinica. BERNARDO ORTIN PEREZ Doctor en Filosofia y Ciencias de la Educacion La Eliana (Valencia), a 4 de febrero de 2020 Introduccion Estas a punto de iniciar un viaje. Es como si fueras a visitar un castillo, un plato de television o una fabrica de cervezas, para conocer y descubrir que es lo que alli sucede cada dia. Pues este libro es una guia de lo que sucede en tu cuerpo. Vas a conocer a tus bacterias y vas a darte cuenta de que tu relacion con ellas determina tu vida fisica, psicologica y emocional. Este libro es como un portal, cuando lo atraviesas no hay vuelta atras. ?Te acuerdas de la frase de Cesar despues de cruzar el Rubicon? El dijo: -Alea jacta est (la suerte esta echada). En aquel momento, los generales romanos tenian prohibido acercarse a la ciudad con su ejercito y el limite estaba en el rio Rubicon. De alli no podian pasar; solo podian entrar con una guardia de tres o cuatro soldados. Pero Cesar lo cruzo con su ejercito y eso marco un antes y un despues en la historia del Imperio romano. Pues tu ahora mismo estas a punto de cruzar tu Rubicon. Lo que hagas con el sera cosa tuya. Pero tengo que advertirte de algo: la via del conocimiento no es reversible; no puedes fingir que no sabes lo que sabes. Con lo cual, una vez que finalices el libro, sabras exactamente que sucede en tu cuerpo cuando comes determinadas sustancias, cual es la relacion entre tu sistema digestivo y tu cerebro y en que medida tu puedes hacer algo, !o mucho!, por tu salud. Conoceras a unas senoras bacterias, poderosas ellas, de distintas familias, que habitan en ti y aprenderas la importancia de llevarte bien con ellas. Si tuviera que quedarme con una de las conclusiones basicas del libro, creo que seria: no molestes a tus bacterias. No lo hagas, porque son muy delicadas y te van a joder la vida si lo haces. No es por venganza, no es por maldad, pero, si enfadas a tus bacterias, ellas van a producirte inflamacion, y esa no es la mejor forma de vivir. Vas a descubrir un monton de cosas en esta guia paso a paso explicadas de forma amena para que pueda entenderlo cualquier persona que sepa leer. Te daras cuenta de que tu cerebro es egoista, que quizas tu vida este mas escrita de lo que pensabas, que incluso tu energia lleva su contabilidad y que no te permite excesos cuando dice !basta! Vas a descubrir un hotel fabuloso, que es tu sistema neuroendocrino. Y vas a llegar a la conclusion de que, aunque creas que hay cosas que no se pueden cambiar, quedan resquicios de esperanza: hay un monton de cosas que aun puedes hacer. No hace falta un master en nada para poder seguir este libro. Y, ademas, me propuse que el trayecto fuera divertido, y creo que lo he conseguido. Fijate, es un tres en uno: aprendes, te diviertes y mejoras tu salud. Pero, eso si, todo lo que yo te diga, todo lo que descubras, no va a servirte de nada si no modificas tus habitos. Y te voy a contar algo mas. No vamos a tirar de fuerza de voluntad; vamos a tirar de motivacion. Cuando entiendes lo que sucede en tu cuerpo al vivir de determinadas formas y las consecuencias nefastas que eso tiene para ti, te va a resultar mucho mas facil modificar ciertos aspectos. Al final vas a descubrir que la microbiota esta presente como hilo conductor a lo largo de toda tu existencia. Si ingieres porquerias, la estaras afectando, pero, si llevas una vida de desorden y estres, tus bacterias tambien se resienten, y van a inflamarte y a estropear tu salud. Vas a descubrir que la salud es un poligono de muchos lados y que, al incidir en cualquiera de ellos, puedes mejorarla o empeorarla. Lo vamos a ir viendo a lo largo de todo el libro. Si te va la aventura, adentrate en esas paginas. Te deseo una travesia feliz. Calzate las botas que vamos al barro. Tu vida esta a punto de pasar al otro lado. Y te garantizo que no es el lado oscuro, sino todo lo contrario.

  • La dama del museo de Pablo Poveda

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    En el interior de un museo, un hombre le entrega un mensaje a Caballero, antes de morir envenenado en sus brazos.

  • Recuerdame de Kathalee Trueba

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    ?Estas despierto? -- pregunto Jason desde el otro lado de la puerta-- Eithan... Abri los ojos. -- Pasa-- dije entre quejidos. La puerta se abrio, y el entro. -- Tu movil tiene horas sonando-- dijo al aventarlo sobre la cama. Lo tome y mire. -- Es Gretel. -- dije al cubrir mi rostro-- No pienso responder. Hizo una mueca. -- ?No vas a ir a trabajar? Me lleve las manos a la cabeza. -- ?Que hora es? -- Van a dar las ocho. -- !No me jodas, es tardisimo! -- me queje -- Ademas, me mata la cabeza. --Claro que te mata la cabeza, si te tomaste mas de media botella. Lo mire. -- Prometo reponerla esta noche. Nego. -- No lo digo por eso, pero, vamos... ?Solo? Me sente. -- Cuando me di cuenta, ya llevaba media botella y estaba cantando. Me miro. -- ?Que cantabas? -- pregunto divertido. Sonrei. -- No pienso decirlo. --No tienes que hacerlo, me lo imagino. -- Como sea, no lo volvere a hacer. Nego. -- Si, Eithan. -- En serio, no vuelvo a tomar asi y menos por... desamor. Me miro fijamente. -- ?Que sucedio con Alena? -- Tuvimos sexo-- dije al ponerme de pie. -- Eso me queda claro. Me referia a que... -- La verdad, preferiria no hablar de ello-- camine hacia el bano-- las cosas siguen igual. Hizo una mueca y me siguio. -- No ire a la boda. Lo mire y me meti el cepillo de dientes a la boca. -- ?Por que no? Se alzo en hombros. -- Creo que prefiero quedarme en casa con mi mejor amigo-- sonrei -- a cantar canciones de Luis Miguel mientras nos bebemos una botella de whisky. Rei. -- Alena es tu amiga, te invito y ... -- Tu eres mi mejor amigo. Hice una mueca y suspire. -- Debo... prepararme para el trabajo, es tarde. Lo que menos queria, era hablar sobre la boda. -- Me prepare de desayunar, ?Quieres algo? -- No, gracias. -- dije al salir del bano -- No tengo estomago para nada. -- Como sea-- dijo al caminar hacia la salida-- deberias dejar la puerta abierta, apesta a borracho aqui. Rei. Jason salio de la habitacion, y el movil comenzo a sonar de nuevo. Una vez que le active el modo silencio, me meti al bano a asearme. -- ?Como te sientes? -- pregunto al verme salir de la habitacion. El corria sobre la cinta. -- Siento que mi alma abandono mi cuerpo. Sonrio. -- Hay un gatorade* en el refrigerador. -- Eres el mejor. -- dije al abrir la puerta-- Te lo compro en la noche que vaya a hacer el super. Sonrio. -- Dejare que te emborraches mas seguido tu solo, al dia siguiente eres muy amable. Rei. Mi movil nuevamente comenzo a sonar. -- ?Sigue siendo Gretel? Asenti. --Si llega a venir, no estoy. ?De acuerdo? -- De acuerdo. Suspire. -- Nos vemos en la noche. -- No comiences a tomar sin mi. Sonrei y me marche. No solo me habia arrepentido de estar con Alena, tambien de haber bebido como si no existiera un manana. La tarde en el departamento fue bastante productiva, mi caso iba lento, pero seguro. Aunque me era complicado adaptarme a gente nueva, las cosas iban bien, el hecho de que mis companeros fueron hombres ayudaba mucho, era mas facil entenderlos a ellos, que tratar de entender a un grupo de mujeres. -- ?Como va todo? -- pregunto Daphne al entrar a la sala de descanso, ya casi cuando era hora de la salida. La mire. -- Bien-- se acerco-- ?Y tu? ?Que tal? -- ?Los ojos rojos son por llorar? Sonrei. --Ayer bebi un poco. -- Resaca -- dijo al mover la cabeza de un lado a otro. Sonrei. -- ?Que decias? -- Tengo una montana de documentos-- dijo con flojera-- me llevare el trabajo a casa. Hice una mueca. -- Un masaje te vendria bien... Sonrio. -- Tal vez manana-- dijo al darme un beso en los labios--hoy debo trabajar. -- El desprecio vale por dos salidas, eh. Sonrio. -- No es desprecio, es un rechazo obligado. -- Me da igual, vale por dos salidas. -- camino hacia la entrada-- Descansa. -- Tu igual. Suspire. La verdad era que, hubiese preferido pasar parte de la noche con ella, con la mente y el cuerpo ocupado, en lugar de pensar en la boda. Mire mi reloj, eran casi las seis, para ese momento Alena estaba a un par de horas de casarse. Aquello dolia, en verdad mataba. Despues de un rato de pensar en ella, tome el movil y comence a buscar en mi agenda, no queria pasar la noche solo, asi que, decidi llamarle a Cassie, y despues de una rapida seduccion, quede de recogerla por la noche. Cuando volvi a casa, me puse a recoger la recamara y me di un bano. Aunque en realidad deseaba con toda mi alma dormir, necesitaba salir, necesitaba pensar en otra cosa. -- Ya me voy-- le dije a Jason. Estaba trabajando sobre la mesa de centro. Me miro. -- ?Ingrid? Negue. -- Cassie. Asintio. -- Asi que me he quedado en casa para acompanar a mi amigo, y el me ha cambiado por una tipa... Sonrei. -- Te has quedado por trabajo, no me culpe. -- Claro que no, yo estaba dispuesto a ponerme ebrio contigo. Sonrei. -- No me esperes despierto, carino-- dije al caminar hacia la entrada. Lo escuche reir. Cuando abri la puerta, mi movil comenzo a sonar. No reconoci el numero y dude en atender, pero al final, tome la llamada. -- Bustamante. -- Soy yo... -- ?Alena? Jason me miro. -- No me case. 2 Mire nuevamente el documento. Solo tenia que firmar sobre aquella linea para, oficialmente, convertirme en la esposa de Christopher, para pasar el resto de mi vida a su lado. Podia sentir la mirada de todos sobre mi espalda, sobre mis manos y la manera en que no dejaba de mover el boligrafo. Estaba nerviosa. -- Es su turno-- repitio el juez al mirame. En ese momento mire a Christopher. <> -- Lo siento -- dije al dejar el boligrafo sobre la mesa-- en verdad lo siento. Christopher me miro confundido. -- ?Que haces? Negue. -- Perdoname, no puedo. Con prisa, me quite el anillo y lo deje sobre la mesa, a un costado del boligrafo. Sin poder mirarle, di la vuelta y sali de ahi ante la mirada de todos y sin importar que mi madre gritara mi nombre una y otra vez. Al salir del lugar, gire hacia la derecha y segui caminando sin direccion alguna, lo unico que queria era alejarme tanto como fuera posible. No podia creer que lo que habia hecho, yo, que habia pasado por aquella humillacion, que sabia como se sentia ser el centro de atencion, el que la gente te mire con lastima. No tenia ni idea de como era que volveria a ver a mis padres a la cara, a mi hermano, sobre todo a Christopher, lo unico que sabia era que ya no sentia que algo oprimia mi pecho. Al estar parada frente al juez, mire a Christopher y no senti mas que miedo, entonces supe que era lo que debia hacer. Cuando la lluvia comenzo a caer, me refugie en una parada de autobus, hasta entonces me di cuenta que habia caminado bastante y que no llevaba ni un peso conmigo. Mire a cada una de las personas ahi. -- Disculpe…-- le dije a una mujer que miraba su movil. Me miro. -- ?Si? Trague saliva. -- No tengo dinero, ni mi movil -- la mujer hizo una mueca--?Me dejaria hacer una llamada para que vengan a recogerme? -- la mujer me miro de pies a cabeza-- Le juro que no tardare nada. Hizo una mueca de desagrado. -- Que sea rapido. Asenti. -- Gracias. Con prisa, tome el movil y marque el numero de Eithan. -- Bustamante-- dijo del otro lado de la linea. -- Soy yo. --?Alena?-- pregunto confundido. Trague saliva. -- No me case. La mujer me miro sorprendida. -- ?Estas hablando en serio? -- ?Podrias venir a recogerme? -- ?En donde estas? Mire a mi alrededor buscando el nombre de la calle. -- La parada numero seis de la linea azul-- dijo la mujer a mi costado. -- ?Escuchaste?-- le pregunte. -- No te muevas, voy para alla. Colgo. -- Gracias-- dije al entregarle el movil a la mujer. Asintio. -- No pude evitar escuchar tu conversacion. Hice una mueca. -- ?Es usted casada? -- Desde hace cinco anos. Asenti. -- ?Cuando se caso no sintio miedo? Nego. -- Tenia nervios, pero, miedo... no. -- Yo si. Me dio panico darme cuenta que pasaria el resto de mi vida con un hombre al que no amo. Me miro. -- ?Entonces por que te comprometiste? Suspire. -- Porque... pense que era una buena idea. Movio la cabeza en forma de rechazo. En ese momento, un autobus se paro frente a nosotros. -- ?Quieres que espere contigo hasta que vengan a recogerte? -- Oh, no-- sonrei-- es muy amable, pero no. Gracias. Sonrio. -- Buena suerte-- dijo al abordar el autobus. Le sonrei como agradecimiento. El agua comenzo a caer cada vez mas fuerte y el viento comenzo a sentirse mas frio. Yo no llevaba con que cubrirme, y claramente las personas me miraban de manera extrana, supuse que era por el vestido. La gente que bajaba de los autobuses se refugiaba a mi lado, fue entonces que una pequena me hizo pensar en Milenka. ?Como le explicaria lo sucedido? ?Como le diria que Christopher no viviria con nosotros? ?Que responderia cuando me preguntara la razon por la que no quise casarme? ?Que demonios habia hecho? Cuando una camioneta negra se detuvo justo frente a nosotros de golpe, todo mundo se mostro nervioso, incluso la madre de la pequena, se paro frente a ella como protegiendola. Eithan bajo de la camioneta, rodeo la misma y se quito la chamarra. -- ?Estas bien? -- me pregunto-- Ponte esto. Asenti y me cubri. Me abrio la puerta del pasajero y me ayudo a subir. La mujer con la pequena me sonrio, y una mujer de mayor edad asintio como aprobando aquella accion. --Te amo-- le dije cuando abordo el auto. Sonrio. -- Yo a ti, pequena-- dijo al poner el auto en marcha-- ?A donde quieres ir? -- A donde sea, mientras sea contigo. Sonrio. Condujo en completo silencio, sin embargo, a pesar de la lluvia jamas solto mi mano. Yo iba observando a toda la gente, algunos corrian, otros se refugiaban en donde podian, pues se trataba de una lluvia atipica. Eithan detuvo el auto justo afuera del edificio de Jason. Bajo del auto y despues de rodearlo, me abrio la puerta. -- Cuidado-- dijo al tomar mi mano y ayudarme a bajar-- esta resbaloso. Asenti. Tomados de la mano, caminamos hasta el elevador y de ahi hasta el cuarto piso. El hecho de que no hablaramos, me ponia nerviosa. Cuando Eithan abrio la puerta, Jason me miro. -- Hola-- le dije. Sonrio. -- ?Que tal la lluvia? -- pregunto. -- Fuerte -- dije sintiendome avergonzada. --?Quieres que te prepare un te? -- me pregunto Eithan. -- No, gracias. Asintio. -- Estaremos en la habitacion -- le dijo a Jason. Este asintio. Una vez que entramos y Eithan cerro la puerta, me miro. -- Yo... -- No digas nada -- dijo al quitarme la chamarra de encima. Me tomo por la cintura y me beso. Si, era el. Solo el podia hacerme sentir tanto con tan solo tocarme, podia hacerme sentir tocar cielo con sus besos. Cuando sus manos bajaron a mi cadera, yo puse las mias en su pecho y comence a desabrochar su camisa boton por boton. Despues me ayudo quitandose la camiseta que usaba debajo. -- Date vuelta -- me dijo. Cuando lo hice, desabrocho el vestido y lo hizo caer el piso. Despues, me cargo y me llevo a la cama. -- ?Ahora si me dejaras tocarte? -- le pregunte cuando se puso sobre mi. Sonrio. -- Dejare que hagas conmigo lo que quieras. La intimidad con Eithan era armoniosa, era increible que aun sin decirle nada, el sabia exactamente que hacer, en donde tocar o besarme para hacerme vibrar. Mi cuerpo se amoldaba perfectamente al suyo. Me encantaba escucharlo gemir cerca de mi oido mientras se hundia en mi. Me gustaba la sensacion de su piel desnuda sobre la mia, ese calor que emanaba de su cuerpo. No habia ninguna duda; el era el hombre a quien amaba, y yo era suya.

  • Secretos de sangre de Myrian Gonzalez Britos

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    <>La bella y timida pastora judia Giovanna Bianco paseaba todas las mananas por los valles de su pueblo con sus ovejas y su fiel perro. Ser hija de una judia nunca fue un problema para ella, hasta que se desato la guerra.Paul Bachmann era un atractivo e inconmovible capitan nazi, cuya mision en Italia era clara hasta que conocio a la inocente pastora y todo cambio. Un sentimiento desconocido nacio en su duro pecho y cambio su destino para siempre.Les unia el amor y tambien un secreto. ?Podran vencer los obstaculos impuestos por la guerra?Una novela que desatara una dura batalla en tu corazon.

  • Alicia en el pais sin wifi de Nina Minina

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    Alicia Trevi vive su particular vida de GLAMUR en Madrid. Pronto estrenara pelicula, esta mas delgada que nunca, goza de una privilegiada tarifa de datos que satisface su NOMOFOBIA y, ademas, se esta tirando al GUAPAZO nacional del momento.
    ?Que mas podria desear? Lo tiene todo.

  • La pintora de hielo de Kristin Marja Baldursdottir

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    Una maravillosa epopeya sobre el talento, el amor y la busqueda de la libertad de una mujer en la Islandia de principios del siglo XX.

  • Donde mejor canta un pajaro de Alejandro Jodorowsky

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    Basandose en una sugerente frase de Jean Cocteau, <>, Jodorowsky nos sumerge en un amenisimo relato, tan comico y sorprendente como heroico y legendario, sobre la vida de sus antepasados, desde sus bisabuelos hasta sus padres. Esta reconstruccion narrativa de su arbol genealogico le sirve para bucear en el sentido de su propio ser y su propia vida, a traves de una inmensa geografia: Ucrania, paris, Venecia, Chile o Argentina.

  • Prometo no enamorarme de Mile Bluett

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    Un amor inesperado y nada tradicional sorprendera a Marcela y le hara vivir unos dias maravillosos y llenos de pasion. Pero esto no durara para siempre…

  • La clave secreta del universo – Lucy y Stephen Hawking de

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    Con La clave secreta del Universo el genial Stephen Hawking y su hija Lucy han conseguido acercar a los pequenos -y no tan pequenos- las maravillas y los secretos del Universo, y demostrarnos que la ciencia tambien puede ser divertida y apasionante.

  • La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates

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    La epopeya de una mujer que debe reinventarse a si misma. Una odisea erotica y turbulenta, intensamente provocadora y emotiva.

  • Circulo diabolico de Javier Nunez

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    El camino por el que avanzaba era polvoriento y estaba alejado de la civilizacion. No era la primera vez que lo pisaba. A diferencia de los cuatro desconocidos con los que iba a reunirse en el claro que habia un poco mas adelante, Jorge sabia que aquello no seria ningun inocente juego esoterico. Guzco era real. Tan real como las historias que se contaban sobre el y su irrefrenable atraccion por el miedo.

  • Una Historia Crepuscular de Stefan Zweig

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    ?Ha sido el viento lo que ha traido de nuevo la lluvia a la ciudad haciendo que nuestra habitacion se oscurezca de pronto? No. La atmosfera esta tranquila y tiene una claridad argentada, como raras veces ocurre en estos dias de verano, pero se ha hecho tarde y no nos hemos dado cuenta. Solo los tragaluces de enfrente sonrien todavia con un debil resplandor y por encima de los tejados el cielo se cubre ya de una bruma dorada. En una hora sera de noche. Una hora maravillosa, pues nada es mas bello que ese color que poco a poco se marchita y se ensombrece, y luego la oscuridad, que brotara del suelo, invadira la estancia, hasta que sus negras olas se replieguen en silencio sobre las paredes y nos arrastren a las tinieblas. Entonces, cuando en este momento nos sentemos uno frente al otro y nos miremos sin hablar, nos parecera que el rostro familiar que entra en las sombras se ha vuelto mas viejo, extrano y lejano, como si nunca lo hubieramos conocido y lo contemplaramos a distancia y a traves de muchos anos. Pero ahora quieres que hablemos, porque en el silencio oyes acongojado como el reloj rompe el tiempo en cien pequenas astillas y la respiracion se vuelve ruidosa como la de un enfermo. Quieres que te cuente algo. Con mucho gusto. Aunque no de mi, pues nuestra vida en estas ciudades inmensas es pobre en acontecimientos o asi nos lo parece, porque todavia no sabemos lo que en realidad nos pertenece. Pero voy a contarte una historia adecuada para esta hora que, a decir verdad, solo ama al silencio, y quisiera que tuviese un poco de esa luz crepuscular, calida, dulce y profusa que se extiende como un velo ante nuestras ventanas. No se cual es el origen de esta historia. Simplemente recuerdo que, desde primera hora de la tarde, he estado aqui sentado mucho rato, leyendo un libro, despues lo he dejado y me he sumido en una especie de ensueno letargico, tal vez incluso en un sueno ligero. De pronto he visto unas figuras que se deslizaban a lo largo de la pared, y podia oir sus voces y penetrar en sus vidas. Pero cuando he querido seguir con la mirada esas formas fugitivas, me he encontrado de nuevo despierto y solo. El libro habia caido a mis pies. Lo he recogido y le he preguntado acerca de las figuras: ya no he encontrado la historia en el, como si hubiera caido de sus paginas a mis manos o como si nunca hubiera estado alli. Quiza la habia sonado o la habia leido en una de aquellas nubes de colores que hoy habian llegado de tierras lejanas a nuestra ciudad transportando la lluvia que durante tanto tiempo nos ha importunado. Quiza la habia oido en una vieja e ingenua cancion que un organillo habia tocado entre melancolicos gemidos bajo mi ventana, o alguien me la habia contado anos atras... No lo se. A menudo me llega este tipo de historias, y me divierte dejar fluir entre mis dedos las cosas que cuentan, sin retenerlas, al igual que uno acaricia espigas y flores de tallo largo sin cogerlas. Solo las sueno a partir de una imagen repentina y coloreada que termina por difuminarse, pero no las retengo. Sin embargo, hoy quieres una historia, y te la voy a contar en esta hora del crepusculo en la que nos invade el deseo de ver algo multicolor agitandose y brillando ante nuestros ojos que los tonos grises entristecen. ?Como empezar? Tengo la sensacion de que debo hacer salir por un momento de las sombras una imagen y una figura, pues asi comienzan tambien en mi esos extranos suenos. Ya me acuerdo. Veo a un esbelto muchacho que desciende por los anchos peldanos de la escalera de un castillo. Es de noche, una noche con solo un palido claro de luna, pero, como si tuviera un poderoso faro, abarco el perfil entero de su cuerpo agil, distingo perfectamente sus rasgos. Son extraordinariamente bellos. Sus cabellos negros peinados a la moda infantil caen sobre su frente un poco demasiado ancha, y las manos, que el extiende hacia delante en la oscuridad para palpar el calor del aire caldeado por el sol, son muy finas y nobles. Su paso vacila. Desciende absorto hacia el gran jardin que murmura con sus numerosos arboles redondeados y entre los cuales reluce como un sendero blanco una unica y amplia avenida. No se cuando sucedio, si ayer o hace cincuenta anos, ni tampoco se donde, pero creo que debio de ser en Inglaterra o en Escocia, pues solo alli conozco castillos de piedra tallada tan altos y grandes que de lejos parecen fortalezas altivas y amenazadoras y que solo para el ojo familiarizado se inclinan sobre sus jardines luminosos y floridos. Si, ahora lo se seguro, esta alla arriba en Escocia, pues solo alli las noches de verano son tan luminosas que el cielo tiene el brillo lacteo del opalo y los campos nunca estan oscuros, todo parece tenuemente iluminado desde el interior y solo las sombras, semejantes a gigantescos pajaros negros, caen sobre esas capas de luz. Es Escocia, oh si, ahora lo se con seguridad y, si me esforzara, encontraria el nombre de aquel castillo condal y tambien el del muchacho, pues ahora la oscura corteza de mi sueno se desprende rapidamente y lo percibo todo con tanta claridad como si no fuera un recuerdo, sino una vivencia. Durante el verano, el muchacho se aloja en casa de su hermana casada y, siguiendo la afable costumbre de las familias inglesas distinguidas, no es el unico invitado; la cena reune a todo un grupo de cazadores y sus mujeres, asi como a algunas muchachas: personas bien parecidas y de categoria cuya juventud e hilaridad, sin ser ruidosas, juegan con el eco de los viejos muros. De dia los caballos galopan por doquier, acompanados de una jauria de perros; al otro lado, en el rio, centellean dos o tres barcas: una actividad sosegada confiere al dia un agradable ritmo rapido. Terminada la cena, se levanta la sobremesa. Los caballeros han ido al salon, fuman y juegan; hasta medianoche las ventanas proyectan en el parque conos de luz blanca y vibrante en los bordes, a veces tambien una risa franca y jovial. La mayoria de las damas se ha retirado a las habitaciones, tal vez dos o tres conversan todavia en el vestibulo. Asi que el muchacho esta solo. No tiene permiso para ir con los hombres, o solo por unos instantes, y se siente cohibido en presencia de las damas, porque a menudo, cuando abre la puerta, ellas bajan la voz, y comprende que hablan de cosas que el no debe oir. Por otra parte, no le gusta su compania, pues le interrogan como a un nino y no prestan demasiada atencion a sus respuestas; simplemente lo utilizan para mil pequenos favores y luego le dan las gracias como a un chico bueno y obediente. Asi que ha decidido irse a la cama y ya ha subido la escalera de caracol; pero la habitacion esta demasiado caldeada, con una atmosfera cargada y sofocante. Se han olvidado de cerrar las ventanas de dia y el sol ha campado por sus respetos: ha abrasado la mesa y la cama, se ha encarnizado con las paredes y los rincones, y las cortinas despiden todavia su halito ardiente e irritado. Y, despues de todo, es demasiado pronto, y fuera la noche estival resplandece como una vela blanca, tan tranquila, tan en calma, tan deliciosamente en calma. De modo que el muchacho baja de nuevo la gran escalinata del castillo hasta el jardin, sobre cuyo oscuro contorno circular el cielo derrama su luz mortecina como un nimbo y adonde lo atrae el aroma tremulo de mil flores invisibles. Tiene una extrana sensacion. En la confusion de sentimientos propia de sus quince anos, no sabe explicarlo, pero sus labios tiemblan como si tuviera que hablar a la noche, levantar las manos o cerrar los ojos mucho rato, como si hubiera algo misterioso y familiar entre el y aquella encalmada noche de verano que pide una palabra o un gesto de cortesia. El muchacho sale poco a poco de la amplia y despejada avenida para adentrarse en uno de los estrechos senderos laterales, donde los arboles parecen abrazarse en lo alto con sus copas iluminadas por destellos argentados, mientras que abajo impera la oscuridad prenada de noche. Todo esta absolutamente tranquilo. El paseante, perdido en una dulce y vaga melancolia, solo percibe el indescriptible ruido del silencio en el jardin, el vibrante zumbido como de una lluvia fina que cae en la hierba o de susurrantes briznas frotandose ligeramente unas a otras. A veces roza con un arbol o se detiene para escuchar ese ruido fugitivo: el sombrero le cae sobre la frente y se lo quita para sentir sobre sus sienes desnudas, donde golpea la sangre, la mano del viento aletargado. Y entonces, de golpe, a medida que se adentra en la oscuridad, ocurre algo inaudito. La grava cruje levemente detras de el. Cuando se vuelve, asustado, ve el brillo como de fuego fatuo de una gran figura blanca que avanza hacia el, ya esta cerca y siente con un escalofrio el abrazo fuerte, aunque sin violencia, de una mujer. Un cuerpo calido y suave se estrecha febrilmente contra el suyo, una mano le acaricia rapida y temblorosa el pelo y le inclina la cabeza hacia atras: tambaleante, el siente en la boca un fruto abierto, desconocido, unos labios estremecidos que sorben los suyos. Tan cerca esta este rostro del suyo que el no puede verle los rasgos. Y no se atreve a mirarlos, porque un doloroso escalofrio recorre su cuerpo y le obliga a cerrar los ojos y abandonarse sin resistencia como botin a esos labios ardientes; vacilante, inseguro como una pregunta, sus brazos acogen entonces a la desconocida figura y, ebrio de repente, estrecha el cuerpo extrano contra si. Sus manos se deslizan avidas a lo largo de las delicadas formas, se detienen y se retiran temblorosas, luego se vuelven mas febriles y atrevidas. Cada vez mas apremiante e inclinada, la feliz carga descansa ahora todo su peso sobre el complaciente pecho del muchacho. De alguna manera se siente engullido, arrastrado por este abrazo jadeante, y se le doblan las rodillas. No piensa en nada, no se pregunta por que aquella mujer ha acudido a el ni como se llama, se limita a sorber hasta embriagarse de la voluptuosidad de sus labios desconocidos, humedos y perfumados, sin voluntad, sin comprender lo que le impulsa a ese apasionamiento inaudito. Le parece como si de repente hubieran caido estrellas, tan intenso es el centelleo delante de sus ojos, y todo lo que toca chispea y quema. Y no sabe cuanto tiempo transcurre, si horas, tan blandas son las cadenas que lo atan, o si segundos: siente que todo se inflama y es arrastrado en el arrebato de una lucha voluptuosa, en un torbellino maravillosamente vertiginoso. Y bruscamente, de golpe, la ardiente cadena se rompe. De repente, casi con ira, el abrazo libera su pecho apresado; la figura desconocida se incorpora, una cinta de luz blanca se desliza veloz a lo largo de los arboles, ha desaparecido antes de que el pueda levantar las manos para retenerla. ?Quien habra sido? ?Y cuanto tiempo habra durado? Angustiado, aturdido, se levanta apoyandose en un arbol. Poco a poco el frio raciocinio vuelve a su cerebro calenturiento: le parece de repente que su vida ha avanzado mil horas. ?Acaso todos sus suenos confusos acerca de las mujeres y la pasion se han vuelto de pronto realidad? ?O todo ha sido un sueno en definitiva? Se palpa, se toca el pelo. Si, sus sienes palpitantes estan humedas, humedas y frescas del rocio de la hierba sobre la que se han revolcado. Ante sus ojos se repite la escena con la velocidad del rayo, siente de nuevo el ardor de los labios, aspira el perfume de voluptuosidad, extrano y penetrante, que desprendia la ropa de la mujer, y trata de recordar cada una de sus palabras. Pero no le viene ninguna a la memoria. Y entonces, subitamente, recuerda alarmado que ella no ha dicho nada, ni siquiera lo ha llamado por su nombre, que de ella no conoce sino los suspiros que rebosaban de su pecho como una amenaza, los sollozos de placer convulsivamente ahogados, el perfume de su pelo enmaranado, la calida presion de sus pechos, el esmalte pulido de su piel; sabe que su cuerpo, su respiracion, todos sus sentimientos le han pertenecido y, sin embargo, no sospecha quien es la mujer que lo ha sorprendido con su amor en la noche. Sabe que solo puede balbucear un nombre para designar su sorpresa, su felicidad. Y ahora esta experiencia fugaz e inaudita que acaba de vivir con una mujer le parece pobre, banal y completamente baladi al lado del fulgurante misterio de los ojos cautivadores que lo acechaban desde la oscuridad. ?Quien era esa mujer? Al vuelo estudia todas las posibilidades, pasa revista mentalmente a todas las mujeres que viven en el castillo; evoca todos los momentos singulares y todas las conversaciones que ha mantenido con ellas, las sonrisas de cinco o seis de ellas, las unicas que podrian estar envueltas en este enigma. ?Quiza la joven condesa E., que suele tratar con aspereza a su marido ya mayor, o la joven esposa de su tio, que tiene ojos de una dulzura extrana y, sin embargo, tan irisados, o bien--se estremecio al recordarla--una de las tres hermanas, primas suyas, que tanto se parecen en su porte altivo, orgulloso y estirado? No, porque todas ellas son personas frias y discretas. En los ultimos anos a menudo se habia considerado un desheredado, un enfermo, desde que secretos ardores agitaban su espiritu y se mezclaban flameantes en sus suenos. !Como habia envidiado a todos los que eran o parecian tan serenos, tan equilibrados y desprovistos de cualquier deseo! El habia tenido miedo de su pasion naciente como de una enfermedad. ?Y ahora...? Pero ?quien, cual de ellas era capaz de semejante engano? Poco a poco esta pregunta obsesiva disipa la embriaguez que enturbia sus sentidos. Se ha hecho tarde, las luces del comedor se han apagado, solo el esta despierto en el castillo, el... y quiza aquella otra. La desconocida. La fatiga empieza a hacer mella en el. ?Para que seguir dandole vueltas? Seguro que manana una mirada, una llama entre los parpados, un apreton de manos a hurtadillas, se lo revelara todo. Sube entre suenos las escaleras, tal como las habia bajado, pero ahora sus suenos son infinitamente diferentes. Tiene la sangre todavia un poco agitada, y la habitacion caldeada ahora le parece mas clara y fresca. Cuando al dia siguiente se despierta, los caballos ya piafan y escarban en el patio, oye pronunciar su nombre en medio de risas. Se levanta de un salto--ha pasado la hora del desayuno --, se viste con una rapidez febril y se precipita abajo, donde los demas lo reciben con alborozo. <>, le espeta la condesa E. riendo, y la risa brilla en sus ojos claros. El escruta su rostro con ansiosa curiosidad; no, no puede ser ella, su risa es demasiado despreocupada. <>, se burla la joven, pero a el su cuerpo delicado le parece demasiado delgado. La pregunta del muchacho vuela de un rostro a otro, pero en ninguno descubre el reflejo de una sonrisa. Da comienzo la excursion a caballo por el campo. El escucha todas las voces, con la mirada espia cada linea del cuerpo de las mujeres, las ondulaciones del pelo que el ritmo del trote les impone, observa los movimientos de sus espaldas al doblarse y el modo como levantan los brazos. Durante el almuerzo se inclina sobre ellas para percibir el perfume de sus labios o la tibieza de sus cabellos, pero nada, nada le proporciona el menor indicio, una fugaz pista que su imaginacion inflamada pueda seguir. El dia se alarga inacabable hasta el atardecer. Ahora que quiere leer un libro, las lineas saltan fuera de los margenes y lo conducen hasta el jardin, y vuelve a ser de noche, una noche extrana, y se siente de nuevo rodeado por los brazos de la desconocida. Deja caer el libro de sus manos temblorosas, quiere ir al estanque y, de repente, asustado, se encuentra en el camino de grava, en el mismo lugar. Durante la cena sus manos estan nerviosas, palpan sin descanso a diestro y siniestro, como perseguidas, sus ojos se esconden timidos bajo los parpados. Por fin, oh, por fin, cuando los demas retiran sus sillas, el se siente feliz, sale corriendo de la sala y se adentra en el parque, cien veces, mil, camina arriba y abajo de la blanca avenida, que bajo sus pies parece centellear como una niebla lactea. ?Estan ya encendidas las luces del salon? Si, por fin llamean, y por fin brillan tambien algunas ventanas del primer piso. Las damas se han retirado. Si ella va a venir, ya no puede tardar mas de unos minutos, pero cada minuto se hincha de rubea impaciencia hasta estallar. Y continua arriba y abajo con pasos convulsos, como tirado por hilos invisibles. Y entonces, de repente, la figura blanca se desliza escaleras abajo, rapida, demasiado rapida para poderla reconocer. Parece un rayo de luna o un velo perdido flotando entre los arboles que un viento impetuoso empuja hacia el, y ahora, ahora, esta en sus brazos, que se estrechan como garras avidas alrededor del cuerpo indomito, ardiente y palpitante, acalorado por la carrera. Como ayer, de nuevo es un unico instante en el que la calida oleada se rompe de improviso contra su pecho, con tanta fuerza que el cree desfallecer por el dulce golpe, y su unico deseo es dejarse llevar, arrastrado a un sombrio abismo de placer. Pero luego su embriaguez se extingue de golpe, y el reprime su ardor. !No, no se perdera en esta maravillosa voluptuosidad, no se abandonara a estos labios voraginosos antes de saber el nombre de este cuerpo que se aprieta tan estrechamente contra el que es como si un corazon extrano latiera fuerte en su propio pecho! Echa hacia atras la cabeza ante sus besos para verle la cara: pero caen unas sombras y, en la luz incierta, se confunden con los cabellos oscuros de la mujer. El follaje de los arboles es demasiado espeso y demasiado palido el claro de luna velado por las nubes. Solo ve los ojos de ella, que brillan fosforescentes como rubies encastados en marmol blanco. Entonces el quiere oir una palabra, solo una astilla arrancada a su voz:

  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • La casa de las voces de Donato Carrisi

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    Una caricia en suenos. En el nebuloso confin con la vigilia, un instante antes de caer en el abismo del olvido, el suave toque de unos dedos frios y finos en la frente, acompanado de un triste y dulce susurro. Su nombre. Al oir la llamada, la nina abrio los ojos de par en par. Y en ese mismo instante, sintio miedo. Alguien habia venido a visitarla mientras se iba quedando dormida. Podia ser alguno de los antiguos habitantes de la casa; a veces charlaba con ellos o los oia moverse como ratones, rozando las paredes. Pero los fantasmas hablaban en su interior, no fuera de ella. Tambien Ado --<>-- iba a visitarla. Sin embargo, a diferencia de todos los demas espiritus, Ado no hablaba nunca. Por eso ahora un pensamiento mas concreto la turbaba. Aparte de mama y papa, nadie sabia su nombre en el mundo de los vivos. Era la <>. La idea de haber violado una de las cinco recomendaciones de sus padres la aterraba. Siempre habian confiado en ella; no queria decepcionarlos. Y menos ahora que papa le habia prometido ensenarle a cazar con el arco y que mama habia estado de acuerdo. Pero entonces reflexiono: ?como iba a ser culpa suya? <>. No habia dicho su nuevo nombre a extranos, y tampoco era posible que alguno de ellos se hubiese enterado accidentalmente. Ademas, hacia al menos un par de meses que no veian a nadie merodeando por los alrededores de la casa de campo. Estaban aislados en medio de la nada; la ciudad mas cercana se encontraba a dos dias de camino. Estaban a salvo. Solo ellos tres. <>. Entonces, ?como era posible? Quien la habia llamado era la casa; no encontraba otra explicacion. A veces, las vigas producian siniestros crujidos o gemidos musicales. Papa decia que la casa se asentaba en sus cimientos como una senora entrada en anos sentada en un sillon y que, de tanto en tanto, necesita acomodarse mejor. En el duermevela, uno de esos ruidos le habia parecido el sonido de su nombre. Eso era todo. La inquietud en su alma se aplaco. Volvio a cerrar los ojos. El sueno, con su silencioso reclamo, la invitaba a seguirlo a ese lugar acogedor y calido donde todo se disuelve. Cuando ya iba a abandonarse, alguien volvio a llamarla. Esta vez la nina levanto la cabeza de la almohada, se incorporo y, sin bajar de la cama, sondeo la oscuridad de la habitacion. En el pasillo, la estufa hacia horas que se habia apagado. Al otro lado de las mantas, el frio sitiaba su lecho. Ahora estaba completamente despierta. Quienquiera que la habia invocado no estaba en casa; se hallaba fuera, en la oscura noche de invierno. Habia hablado con la voz de las corrientes de aire que se insinuan por debajo de las puertas o entre las persianas cerradas. Pero el silencio era demasiado profundo, y ella, con el corazon latiendo con impetu en los oidos como un pez dentro de un vaso, no lograba distinguir ningun otro sonido. <>, le habria gustado preguntar a las tinieblas. Pero temia la respuesta. O tal vez ya la conocia. <>. Se levanto de la cama. Pero, antes de moverse, busco a tientas la muneca de trapo con un solo ojo que dormia a su lado y la agarro para llevarla consigo. Sin encender la luz de la mesilla, se aventuro a ciegas por la habitacion. Sus pequenos pasos descalzos resonaban en el suelo de madera. Debia avisar a mama y a papa. Salio al pasillo. El olor del fuego que se consumia lentamente en la chimenea subia por la escalera que conducia a la planta de abajo. Se imagino la mesa de olivo de la cocina, todavia con los restos de la pequena fiesta de la noche anterior. La tarta de pan y azucar que habia preparado mama en el horno de lena y a la que le faltaban tres raciones exactas. Las diez velas que habia apagado de un solo soplido, sentada sobre las rodillas de papa. Mientras se acercaba al dormitorio de sus padres, los pensamientos felices se evaporaron y dejaron paso a oscuros presagios. <>. Lo habia visto con sus propios ojos: los extranos cogian a la gente, se la llevaban lejos de sus seres queridos. Nadie sabia donde iban a parar ni que era de ellos. O tal vez todavia era demasiado pequena, todavia no estaba preparada, de modo que nadie se lo habia querido contar nunca. Lo unico de lo que estaba segura era de que esas personas ya no regresaban jamas. Nunca mas. --Papa, mama... Hay alguien fuera de la casa --susurro, pero con la determinacion de quien no quiere que sigan tratandola solo como a una nina. Papa se desperto el primero y, un instante despues, lo hizo mama. La nina obtuvo inmediatamente toda su atencion. --?Que has oido? --pregunto la madre, mientras el padre cogia la linterna que siempre tenia a mano junto a la cama. --Mi nombre --contesto la nina, titubeando, temiendo una reganina por haber violado una de las cinco reglas. Pero ninguno de los dos le dijo nada. Papa encendio la linterna y cubrio el foco con la mano para iluminar apenas la oscuridad de la habitacion y que los intrusos no supieran que estaban despiertos. Sus padres no le preguntaron nada mas. No sabian si creerla o no. Pero no porque sospecharan que hubiera mentido, sabian que nunca mentiria sobre algo asi. Solo debian determinar si lo que habia contado era real o no. A la nina le habria gustado que simplemente se tratase de su imaginacion. Mama y papa estaban alerta. Pero no se movieron. Permanecieron en silencio, con la cabeza ligeramente erguida, escrutando la oscuridad, como los radiotelescopios de su libro de astronomia, que escrutan lo ignoto que se esconde en el cielo, esperando y a la vez temiendo captar una senal. Porque, como le habia explicado su padre, descubrir que no estamos solos en el universo no seria necesariamente una buena noticia: <>. Discurrian interminables segundos de silencio absoluto. Los unicos ruidos eran el viento que agitaba las copas de los arboles secos, el llanto quejumbroso de la veleta de hierro oxidado en lo alto de la chimenea y los grunidos del viejo granero, como una ballena durmiendo en el fondo del oceano. Un sonido metalico. Un cubo cayo al suelo. El cubo del pozo, mas concretamente. Papa lo habia atado entre dos cipreses. Era una de las trampas sonoras que colocaba cada noche alrededor de la casa. El cubo estaba situado cerca del gallinero. Ella estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, su madre le puso una mano en la boca. Queria sugerir que tal vez se tratara de un animal nocturno --una comadreja o un zorro--, no necesariamente de un extrano. --Los perros --susurro el padre. No se le habia ocurrido hasta entonces. Papa tenia razon. Si hubiese sido un zorro o una comadreja, despues del ruido del cubo al caer, sus perros guardianes sin duda habrian empezado a ladrar para senalar su presencia. Como no lo habian hecho, solo habia una explicacion. Alguien los habia hecho callar. Ante la idea de que les pudiera haber ocurrido algo malo a sus amigos peludos, unas calidas lagrimas le hirvieron en los ojos. Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar; su disgusto se mezclo con un repentino ataque de terror. Sus padres intercambiaron una mirada. Fue suficiente para saber exactamente lo que debian hacer. Papa fue el primero en bajar de la cama. Se vistio rapidamente, pero sin ponerse los zapatos. Mama lo imito, pero ademas hizo algo que dejo a la nina atonita durante un instante: le parecio que su madre esperaba el momento en que el padre no se diera cuenta, y a continuacion vio como metia una mano debajo del colchon, cogia un pequeno objeto y se lo introducia rapidamente en el bolsillo. La nina no tuvo tiempo de ver que era. Le extrano. Mama y papa no tenian secretos. Antes de que ella pudiera preguntarle nada, la madre le dio una segunda linterna y se arrodillo delante poniendole una manta sobre los hombros. --?Recuerdas lo que debemos hacer ahora? --pregunto, mirandola fijamente a los ojos. La nina asintio. La mirada decidida de la madre le infundio valor. Desde que empezaron a vivir en la casa abandonada, hacia alrededor de un ano, habian ensayado decenas de veces el procedimiento: asi lo llamaba papa. Hasta entonces nunca hubo la necesidad de llevarlo a la practica. --Agarra fuerte a tu muneca --le recomendo su madre. A continuacion, cogio su pequena mano con la suya, calida y fuerte, y se la llevo. Mientras bajaban la escalera, la nina se volvio un instante y vio que el padre habia cogido uno de los bidones del trastero y ahora esparcia el contenido por las paredes de la planta de arriba. El liquido se filtraba a traves de las vigas del suelo y tenia un olor penetrante. Cuando llegaron a la planta inferior, mama la arrastro consigo hacia las habitaciones traseras

  • Lord John y la Hermandad de la espada de Diana Gabaldon

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    Corre el ano 1758. En plena guerra de los Siete Anos, Gran Bretana lucha junto a sus aliados en las tierras del Rin. Para lord John Grey y su hermano Hal, el campo de batalla supone una agradable tregua en la complicada situacion que vive la familia y que amenaza con arruinar su honor. Diecisiete anos atras, el padre de lord John, el duque de Pardloe, fue hallado muerto con una pistola en la mano. Tras ese supuesto suicidio, corrieron rumores que lo acusaban de ser un traidor jacobita. Ahora, los fantasmas del pasado acosan a los Grey de una forma muy misteriosa: Hal ha recibido una pagina de uno de los diarios de su difunto padre, pero el muchacho, que tiene sus propios secretos, se niega a seguir indagando y le ruega a su hermano que haga lo mismo. Frustrado, lord John se embarca en una complicada investigacion y pide ayuda al hombre que ha sido su prisionero y confidente: el escoces jacobita James Fraser, que revelara la pieza que falta de este asombroso rompecabezas… Atrapado entre su deber y su conciencia, lord John tendra que decidir si vale la pena arriesgar la vida a cambio del honor de su familia.

  • Checkpoint de Elsa Drucaroff

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    Los cuentos de Elsa Drucaroff invitan a no cerrar los ojos ante lo terrible y al mismo tiempo a no callar lo que esta pasando.

  • Contigo amor de Ester Davo

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    TU HERMANA VOLVERA a la ciudad esta noche. Esperaba que pudieras quedarte por aqui hasta entonces, al menos hasta que llegue, seria lo ideal. --No se si puedo. El trabajo ha estado agitado y necesito volver a la ciudad. Mi mama me miro como si no me creyera o no pensara que era lo suficientemente importante como para dejar de lado lo que ella estaba pidiendo. No era el trabajo lo que me iba a retrasar. Era el hecho de que tenia otras cosas que hacer. No era el trabajo de 9 a 5 lo que me mantuvo ocupado, sino lo que hacia en mi tiempo libre y que ella no conocia, lo que me causo tanto dolor. Lo que se suponia que no debia saber, pero siempre sospecho algo cuando su regalo costaba demasiado durante las fiestas. Todavia estaba tratando de mantenerla en la oscuridad sobre el trabajo, asi que nunca fue una buena idea tratar de usarlo como mi excusa. --Vas a tener que hacer tiempo para Karla. No la he visto en todo el ano y seria bueno tener a mis dos hijos de vuelta en el mismo lugar. Sabes que nunca se queda mucho tiempo. ?No extranas a tu hermana? Aqui viene la culpa y sabia que iba a perderme en ella si no encontraba rapidamente una razon por la que no pudiera quedarme. --La echo de menos, pero creo que va a regresar por un tiempo. ?No se va a demorar un tiempo en volver a irse? Se suponia que me encontraria con Mario mas tarde. --Bueno, dile que venga. Yo tampoco lo he visto en mucho tiempo. Nunca te veo desde que te mudaste a la ciudad. Espero que Karla no haga lo mismo. Ustedes se van a la universidad y no regresan. Se supone que debes volver a casa despues de graduarte. --Tuve que ir donde estaba el dinero. Nadie de por aqui quiere pagar nada, asi que a menos que quieras que extraiga gasolina en la estacion, no hay nada para mi aqui. Se mecia de un lado a otro en su mecedora de madera, con un te en la mano. El porche ofrecia una buena vista y mama estaba disfrutando de la brisa. Lo que no entendia era por que todo se reducia a esto. ?Por que ella no podia ver que era miserable en este pequeno pueblo para alguien menor de cincuenta anos? No habia trabajos, ni gente a la que realmente quisiera ver por ahi. Hartford siempre habia sido el tipo de lugar que querias dejar. No importaba como llegabas alli, no era un lugar para quedarse. Era un lugar para saltar y no queria volver a la vida lenta que tenia aqui. Preferia la vida acelerada que habia hecho para mi en la ciudad. --Lo se hijo. Ojala estuvieras mas cerca y no tan ocupado… --Intentare venir mas. El viaje no es tan malo. Ella se sonrio a si misma y ambos sabiamos que habia ganado. Mama conseguia lo que queria con sus suaves sugerencias porque Karla y yo sabiamos que era su manera de manipularnos para que hicieramos lo que ella queria. Aunque lo sabiamos, no cambio la eficacia de sus tacticas despues de todos estos anos. --Bueno, me gustaria verlos mas y por una vez me gustaria que ambos estuvieran en casa al mismo tiempo y cenaramos juntos, echo de menos eso. Si ustedes empezaran a tener sus propios hijos, yo tendria nietos para mantenerme ocupada. --Vale, tu ganas. Me quedare hasta que vuelva Karla, pero no hablemos de nietos. Ni siquiera tengo una novia estable ahora mismo, asi que eso va a tener que esperar. --?Que hay de Andrea? Parecia una buena chica. Me rei para mi mismo y movi la cabeza. Andrea fue una chica con la que tuve un buen sexo y lo hacia como si su vida dependiera de ello, pero ella no era realmente el tipo de mujer con la que me gustaria casarme, si es que existiera tal cosa. Era algo pasajero y solo la habia mencionado antes para evitar una conversacion similar sobre mi vida amorosa. Nunca fue lo que queria conversar con mi madre. --Simplemente no funciono. Solo tengo veinticuatro anos. Nadie que yo conozca esta casado todavia. Es mejor encontrar la correcta, ?no? --Supongo, pero no esperes demasiado. Me estoy haciendo vieja y tu padre tiene cinco anos mas que yo. Me gustaria ver a mis nietos antes de dejar este mundo. Le sonrei y volvi a mover la cabeza. Era dificil que me irritara con ella y en este momento no podia hacerlo. Se salio con la suya, siempre lo hizo y no pude hacer nada al respecto. Los que nos conocian a los dos me decian que obtuve ese rasgo especifico de ella. Ni siquiera el diablo podria rechazarme. Bueno, ella era la unica persona a la que no podia convencer. --Bien, entonces tengo un par de llamadas que hacer y luego voy a recoger a Mario. --Vuelve para la cena. Voy a hacer tu plato favorito. Ahora me estaba sobornando con comida. Monica usaria cualquier cosa que estuviera en su poder y como siempre habia sido una gran cocinera lo utilizaba para chantajearme. No podia decirle que no a su lasana y ella lo sabia. --Estare aqui a las seis. Papa estara en casa para entonces, ?verdad? Monica asintio con la cabeza. --Como un reloj. Me gustaria que tuvieras algo como para que yo sepa donde estas y cuando esperarte. --Vale mama, tengo que irme. Volvere en un momento. Sali del porche antes de que me arrastrara a otra cosa. Realmente necesitaba volver a la ciudad de inmediato, pero iba a tener que esperar y ver como me iba. No habia forma de salir de la cena y luego ver a Karla. Karla era hostigosa como mi madre. Ella me obligaba a hacer las cosas. Eso es lo que habia hecho antes de cruzar el pais para ir a la universidad. Dudaba de que algo hubiera cambiado. La unica diferencia que vi en el verano cuando ella regreso fue que era mas molesta de lo normal. Al subirme a mi pequeno coche rojo, sali de la entrada, pero no lo suficiente, podia mirar a la mujer mayor en el porche. Me lo diria si pensara que estoy siendo demasiado torpe. Mire hacia atras en mi espejo retrovisor y juro que pude ver el ceno fruncido en su cara. Suspirando para mi mismo, pense en no volver. Sabia que la proxima vez que la viera habria consecuencias. Solo seria una cena, ?verdad? Entraria y saldria en un abrir y cerrar de ojos. Mario y yo tendriamos que conducir cuando todo terminara. Tenia asuntos de los que habia que ocuparse esta noche, de una forma u otra. Si no, tendria que resolverlo todo cuando volviera. Odiaba dejar el club desatendido por mucho tiempo, especialmente un sabado por la noche. Era como buscar problemas. CAPITULO 2 MARIO --?COMO demonios sabia que te encontraria aqui, Mario, con una mujer sexy en tus brazos? -- Mire a Camilo y movi la cabeza. --Porque vienes en el peor momento como siempre y solo hay un bar en toda la ciudad. ?Donde diablo iba a estar si no aqui tratando de probar la comida local? Ha pasado un tiempo desde que encontre una tan dulce. La mujer a mi lado se puso a reir, le gusto la atencion y me dio a entender que ella era el tipo de chica que estaba buscando. --Cierto. ?Y a quien tenemos aqui? Estaba mirando a la rubia sexy que acababa de conocer con el nombre de Lucy. Estaba seguro de que no era su nombre real, pero no importaba. La mujer era dulce y me apetecia un poco de azucar. Lucy lo haria muy bien. Ademas, queria ser bailarina y ser famosa en Chicago, asi que, ?quien era yo para matar sus suenos? Eramos duenos de un club en Chicago y siempre estabamos buscando chicas nuevas. Todas las chicas tenian otras aspiraciones, esperando esa unica oportunidad. Lucy queria ser actriz algun dia. Por ahora le iria bien desnudandose en el escenario. --Quiere venir con nosotros al club. Ella es Lucy y quiere bailar para nosotros, Camilo. Le dije que tiene lo que hace falta, ?no crees que si? Bonito cuerpo y una cara bonita. Creo que los chicos pagaran bien por verla desnuda. ?No lo harias? El la miro de arriba a abajo y yo pude ver un ligero brillo en sus ojos. --Si, ya lo veo, pero no es un buen momento para traer mas chicas. Tenemos que volver a cenar a mi casa antes de irnos. Monica no nos dejara ir sin compartir la cena y esperar a que llegue Karla. Dijo que tu tambien debes venir, asi que estoy aqui para recogerte. No quiero entrometerme en tu diversion que sin duda estas a punto de tener con esta encantadora jovencita. No iba a discutir con la madre de Camilo, especialmente si estaba cocinando. Desde que Camilo y yo eramos amigos desde hacia anos, siempre me habia encantado su cocina. Pero tenia razon sobre para que estaba alli. Queria deslizarme en esta mujer inmediatamente. No queria esperar, pero lo haria. Mi mama se habia ido hace mucho tiempo y ni siquiera la recordaba, asi que la mama de Camilo siempre me habia invitado a pasar las fiestas. Monica me hizo sentir bienvenido y no podia rechazarla. --Bueno, ella consigue lo que quiere. --Si que lo hace. ?Quizas puedas recoger a tu amiguita mas tarde cuando salgamos? Siempre podemos usar otra cara hermosa en el club. Lucy y si, tienes lo que hace falta. Estoy seguro de que muchos hombres van a perder mucho dinero tratando de estar de tu lado. Ella se rio y parecio tomarse un minuto para seguir la conversacion, pero no reacciono muy pronto. Era guapa, pero seguro que no era tan lista. Se trataba de como me gustaban. Menos pensamientos siempre es bueno para menos dolores de cabeza. Cuando le deje claro que estaba a punto de salir, le di mi numero y le dije que preparara algunas cosas para el viaje. Tambien le prometi que iba a hacerla gritar esta noche cuando todo estuviera dicho y hecho. --Tenemos algunos departamentos en la ciudad y puedes compartir con una de las otras chicas. Creo que esto va a ser un buen cambio para ti, Lucy. Chicago es una ciudad hermosa con todo tipo de oportunidades para mujeres atractivas como tu. Ella me miro fijamente y luego me beso en los labios antes de salir a hacer lo que le pedi. No me gustaba demasiado, pero era exactamente lo que los chicos buscaban en casa y yo siempre me apresuro a probar a las chicas nuevas. Tenia un anhelo por la rubia y me lo sacaria muy pronto. Era una situacion en la que todos saldriamos ganando.

  • El espiritu creativo de Daniel Goleman

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    Daniel Goleman nos invita, con la colaboracion de Paul Kaufman y Michael Ray, a comprender el proceso creativo, librarnos de los pensamientos que nos bloquean y desatar nuestra imaginacion.

  • Besos de cafe y cerveza de Ivonne Vivier

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    Sabrina es una timida y sensible mujer de treinta anos que decide volver a su pais despues pasar tres anos viviendo en Roma. Tiene una vida demasiado monotona y con pocas, aunque demasiado recordadas, experiencias amorosas, las que no le hicieron ningun favor a su personalidad tan retraida.

  • Multimillonario en otro cuerpo de April Z. Monroe

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    70 anos contaba Maximiliano Garcia cuando contrajo matrimonio con la senorita Claudia, para entonces 45 anos menor que el. Maximiliano, de alta clase social, personalidad serena, pensativa, enigmatica e interesante, se enamoro de Claudia una tarde de invierno, en la que ella paseaba junto al que, para entonces, era su esposo: el senor Rodolfo Agustin, uno de los jovenes mas asalariados de la epoca. Sin embargo, la fortuna de Rodolfo jamas se compararia con la de Maximiliano, que dedico su vida a multiplicar su dinero forjando grandes empresas de renombre, en el sector petrolero, siderurgico y agropecuario. Esa tarde Maximiliano y Claudia estrecharon sus manos por primera vez, y pareciera que con su mirada hicieron un pacto. Yo estaba presente, cinco anos trabajando para el senor Maximiliano y era mi deber hacer sus paseos. Teniamos extensas charlas inolvidables, eran gratos momentos. Un mes despues de conocer a Claudia, recibimos una fatidica noticia, el senor Rodolfo habria muerto por cusas naturales. Para nosotros esa noticia genero gran impacto, considerando que era un joven de apenas 30 anos y que contaba con una excelente condicion fisica. El dia del velatorio Claudia lloraba desconsolada en una esquina, ella solo queria "morir con su amor", exclamaba mientras limpiaba sus lagrimas con sus manos. En un gesto de autentica caballerosidad --como era de acostumbrarse--, El senor Garcia extendio su mano ofreciendo un panuelo blanco, para que la triste viuda secara sus lagrimas. Ella gradecio con una sonrisa, algo forzada, al no poder contener el llanto. Maximiliano expreso sus condolencias y tomando una de las delicadas manos de Claudia, susurro: --Mi mas sentido y sincero pesame --ella le miro fijamente y asintio. Maximiliano y yo caminamos por el velatorio, hicimos acto de presencia y luego nos marchamos. A el no le agradaban los ambientes funebres. --Mi querida Estela --me decia--, el tiempo es mas valioso que el oro, y a mi ya se me esta acabando. Lo que me queda por vivir quiero hacerlo en lugares llenos de vida, no en espacios llenos de tristeza y dolor. --Entiendo perfectamente, Maximiliano, vamos a casa. La mansion Garcia era de increibles dimensiones, tanto que podias llegar a sentirte solo, aunque en ella habitaramos mas de treinta personas, entre cuidadores, cocineros, agricultores, domesticas, entre otros empleados, y por supuesto, yo, su enfermera. Los familiares de Maximiliano pasaban por la mansion a vacacionar, siempre habia alguien de paso hospedandose en la mansion Garcia. Uno de los pocos residentes permanentes era su hijo Enrique, de diez anos, concebido por el senor Garcia y la senora Clara tras un embarazo de alto riesgo en el que ella, no sobrevivio. A Maximiliano le gustaba la soledad, sin embargo, no queria morir rodeado de ella, queria sentir el amor de una mujer a su lado, algo que me expreso en reiteradas ocasiones, cuando me decia que el tiempo valia mas que oro, y que queria estar rodeado de vida. Pero, cuando se referia a "vida", jamas me imagine que se tratara de una mujer tan joven. Cuatro meses despues de la muerte de Rodolfo, su viuda y heredera de la mitad de su fortuna, Claudia, hizo una visita pasajera por el lugar, queria despejarse de todo y expreso que nada mejor que la compania de un caballero como Maximiliano Garcia. Con el pasar del tiempo, las visitas de la senorita Claudia a la mansion fueron constantes, hasta que, despues de ocho meses --al cumplir un ano de viuda--, llego a la mansion con sus maletas. Todos nos sentimos muy extranados, pero la atendimos como si fuese su hogar. Esa tarde, al final del dia, Maximiliano nos reunio a todos, trabajadores y familiares, para dar la noticia: --A partir de hoy Claudia vivira con nosotros, y pronto he de llamarla mi esposa. Para mi fue una noticia de gran impacto, pero, ?que hacer? El patron estaba dispuesto a vivir su vejez de la mejor manera. ?Y que mejor manera que con Claudia? Mujer pretenciosa, de modales y muy refinada. Su viudez no logro quitarle su rozagante semblante, su cabello negro largo y liso, su hermosa figura, sus ojos azules y su tez, blanca como la leche. Definitivamente, cualquier hombre caeria en los brazos de tan bella y voluptuosa mujer. Y Maximiliano, en su condicion de hombre, no fue la excepcion. Durante los primeros la senorita se mostraba muy cortes con todos, incluso con Gabriel, el hijo del senor Maximiliano, con quien era especialmente adorable. 2 Pronto Maximiliano se convencion de querer la mano de tan perfecta mujer, asi que la pidio en matrimonio. Ella, indudablemente, dijo que si, mientras dos grandes lagrimas de felicidad brotaban por sus ojos. La vida de ambos habia cambiado considerablemente, el paso de ser un viudo solitario a convertirse en un senor lleno de vida y el esposo de una de las mujeres mas codiciadas del lugar. Ella, paso de ser la viuda de un joven acaudalado, a convertirse en la esposa de uno de los hombres mas pudientes, figurando en varias revistas como uno de los mas millonarios de america. Todo era perfecto para los dos, o mejor dicho, para los tres, porque la vida del pequeno Gabriel tambien cambiaria por completo, al tener en su vida a una figura materna. Yo siempre lo acompane en todo, trate de brindarle no solo mis servicios sino tambien mi amistad. Pero, ahora con la senora, era indispensable que ella ocupara el rol de madre y amiga, por lo que muchos de los trabajadores de la mansion Garcia tuvimos que distanciarnos un poco del muchacho. La boda fue opulenta, aunque el senor Garcia queria una boda en su isla privada a unas horas de la mansion --el era amante de la playa-- Claudia insistio en hacerlo en una iglesia gotica, en Europa. Esto implico que la mayoria de las personas cercanas al senor Garcia no pudimos asistir, de hecho, por orden de ella, ninguno de nosotros, sus mas fieles trabajadores y amigos, fuimos invitados. Pero, el sabia que lo entenderiamos y que lo primero que deseabamos era su felicidad. Seis meses pasaron, los esposos disfrutaron de una maravillosa boda y luna de miel, de la cual pudimos apreciar fotos que Gabriel nos enviaba constantemente --al menos del dia de la boda--, fue emocionante observar como, despues de la perdida de su senora, se encontraba rehaciendo su vida y casandose en un lugar majestuoso de Europa. Finalizada la luna de miel, pudimos encontrar a un senor Garcia mas euforico y contento, pero, por el lado de la senorita Claudia fue un poco mas distinto, nos encontramos frente a una mujer un poco mas arrogante e imponente. "Ser la esposa de uno de los hombres mas ricos del mundo no es tan facil como parece", afirmaba Florencia, una de las mas antiguas trabajadoras del senor Maximiliano, y si ella lo decia, debia ser verdad. Nadie mas que ella conoce la historia de esta casa. Pasaron los meses y nos acostumbramos a la nueva realidad, nos adaptamos a recibir ordenes de Claudia, principalmente, en todo lo relacionado con temas de hogar. 3 Cuatro meses pasaron y el senor Maximiliano empezo a sentirse descompensado, fue preocupante para todos, ya que tenia padecimientos cardiacos con los que debiamos tener especial cuidado. Maximiliano era celoso con sus pastillas para la tension, yo las compraba, y el se encargaba de tomarlas de forma puntual y cumplida. Podia olvidarse de cualquier cosa, menos de ello, !y mucho menos ahora que debia disfrutar de la presencia de su maravillosa esposa! Pero, las cosas se fueron poniendo cada vez mas delicadas. El doctor insisitio en la puntualidad de las pastillas "es importante que no falte su dosis diaria", afirmaba. Nosotros asentiamos, sabiamos que nuestro trabajo estaba cumplido. Atribuyo sus dolores al estres, asi que se dedico unos dias a descansar en casa junto a su amada esposa Claudia. Pero, para asombro de todos, un dia de descanso, bajo el cuidado de todos sus empleados, Maximiliano sufrio un paro cardiaco fulminante que acabo con su vida.

  • Tu en la sombra de Marisa Sicilia

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    Jorge es un abogado brillante. Saca adelante su bufete, trabaja sin descanso en los casos mas complicados, es extremadamente responsable y, cuando acaba el dia, se pone al limite en el gimnasio, entrenando y golpeando el saco de boxeo hasta agotar todas sus fuerzas. Algunas veces el entrenamiento funciona. Otras, nada ni nadie puede apartarlo de esa pulsion que lo lleva a lo mas oscuro: su adiccion al sexo rapido con desconocidas.

  • El enano de Fernando Ampuero

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    Erase una vez un enano que aparecia en la television y que se creia el dueno de la verdad. Erase una vez un petimetre cuya religion era la insidia y el devaneo revanchista. Con tal individuo suelto en Lima, las rencillas y los resquemores estaban, por lo comun, a la orden del dia.

  • Esta no es una cancion de amor de Alessandro Robecchi

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    Volcado en exhibir los disparates e indignidades que la gente normal es capaz de hacer por amor, Carlo Monterossi, alma del reality televisivo <>, se ha propuesto desvincularse del programa pese al dinero y la fama que le reporta. Una noche, al hilo de su decision, recibe la visita de un sicario en su domicilio milanes, encuentro del que sale vivo de milagro, habida cuenta de que otras dos personas no han tenido la misma suerte y han acabado con una bala del calibre 22 en la frente.

  • Sal, Tequila y Limon (Las mujeres Gonzalez 2) de Katy Molina

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    Han pasado seis anos desde de que Pandora, la pequena de las mujeres Gonzalez, diera a luz a su hija Macarena. A pesar de no saber quien es el padre pues se quedo embarazada en una orgia, tira adelante contra viento y marea, sin desmerecer la ayuda constante que recibe de su familia.

  • Todo lo que hay que saber sobre poesia de Elena Medel

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    ?Sabias que el soneto en castellano nace durante una conversacion entre dos embajadores? ?Que los franceses inventaron la poesia moderna europea en bares y hostales de mala muerte? ?Que una mujer excentrica, empenada en vestir de blanco durante los ultimos anos de su vida, cambio la poesia estadounidense sin apenas salir de su habitacion? Este libro nos acerca de forma entretenida y didactica todo lo que hay que saber sobre la poesia, explicandonos los secretos de los versos, la metrica o las formas, y tambien su historia, trufada de anecdotas curiosas que nos acercaran a un genero literario lleno --en todos los sentidos-- de vida.

  • SALVAJE (Alastir 1) de Miguel A. Fuentes

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    El primer libro de la saga Alastir nos narra las aventuras de Lerno, un adolescente que vive la tierra de los Na’rin. Una raza de seres que le detestan por provenir del mundo de los salvajes. Tratara de ganarse su lugar entre las gentes del gran arbol en un mundo repleto de misterios y seres sobrenaturales y una trama que nace de un amor prohibido.

  • Purgatorio (Cronicas Apocalipticas 1) de Tea Cedeno

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    Antes del manto, lo tenia todo, pero su imparable y mortal aparicion me lo arrebato.Soporto mi propio purgatorio habitando un mundo al que no deseo pertenecer y preservando una vida que no quiero vivir.Mi mayor aspiracion es acabar con el sufrimiento, pero el tipo que se ha comprado una parcela en mi cerebro siempre me lo impide.Sabe que si muero, el lo hara conmigo.Me llamo Brad Harris, y esta es mi historia.Y la mia, cretino.

  • Un asesino en tu sombra de Ana Lena Rivera

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    Gracia San Sebastian, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparicion de Imelda, una joven psicologa a la que encuentran muerta pocos dias despues en las vias del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policia de Oviedo, Gracia empezara una investigacion que la llevara a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relacion con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputacion como investigadora esta en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis multiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad mas extrema del triatlon, el Ironman.

  • ?Seras un error, Pablo? de Veronica Mengual

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    ?Quien no se ha sentido nunca atraido por su profesor?
    Y es que los amores prohibidos siempre son los mas intensos…

  • Theodor Chindler de Bernard Von Brentano

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    Alemania, 1914. Los Chindler son una clasica familia burguesa alemana. En su casa se toca el piano y los domingos se va a misa. Theodor Chindler es diputado en el Reichstag por el Partido Catolico de Centro. Elisabeth, su mujer, es tambien muy conservadora y su principal preocupacion es que su familia ascienda social y economicamente. Ambos piensan que nada pondra en duda su autoridad, ni el orden ni la paz que reina en la familia. Pero ha estallado la guerra y, mientras sus hijos Ernst y Karl se dirigen al frente, en casa se empieza a discutir acaloradamente sobre el emperador, la miseria en los hospitales de campana, la guerra naval… Las fisuras familiares se terminaran de ahondar cuando la hija, Maggie, se va a vivir con su novio socialista y se une a las luchas del movimiento obrero en contra de la voluntad de su padre; mientras Leopold, el hijo mas pequeno, se enamora de un companero de estudios; y a Ernst y a Karl la vida y la muerte en las trincheras les va a cambiar en distintos sentidos. Ya nada sera igual ni en Alemania ni en la familia Chindler, por mucho que Elisabeth quiera seguir viviendo como si la guerra no existiese, como si nada hubiera pasado. Brentano escribio ” Theodor Chindler ” en 1936, desde su exilio suizo. Un retrato del fin de una epoca, y un anticipo de lo que iba a venir despues, a traves de los miembros de una familia burguesa alemana. La novela, que recuerda en parte a ” Los Buddenbrook ” de Thomas Mann, fue comparada con ” El subdito ” y ” El profesor Unrat ” de Heinrich Mann. Conto, entre otros, con los entusiastas elogios de Thomas Mann y de Bertolt Brecht, que se la recomendo a Walter Benjamin.

  • La mujer geometrica de Vicente Marco

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    Leer un mensaje ajeno puede cambiar tu vida… Sara, una mujer de mediana edad, descubre en el movil de su hijo un mensaje que la aturde. De su lectura se desprende que Mario, de tan solo diecisiete anos, mantiene una relacion sentimental (?o unicamente sexual?) con una mujer mucho mayor que el. Ese descubrimiento hace que Sara, contra la opinion de Humberto, su marido, intente contactar con esa desconocida para disuadirla de continuar con Mario. Lo que Sara ignora es que sus pesquisas la sumergiran en una inquietante espiral que hara saltar por los aires las convenciones de una vida marcada por la rutina y la ausencia de alicientes, para adentrarla en un sendero tan excitante como turbio y peligroso.

  • Dulce desvelo 2 de Megan Marsell

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    Tanto Beth como Maddox tienen un pasado oscuro y traumatico, un pasado marcado que les causa horribles pesadillas, obligandolos a permanecer despiertos.
    Cuando Maddox y Beth se conocen, establecen una conexion que los unira cada vez mas en las largas horas de desvelo.

  • Retrato de un asesino de Anne Meredith

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    <>: asi comienza Retrato de un asesino (1934), una de las primeras muestras de novela policiaca <>, donde la identidad del asesino es conocida desde la primera pagina y el suspense se elabora a partir de sus coartadas y de la incognita de si sera descubierto o conseguira escapar. Al mismo tiempo, la novela pertenece a la noble tradicion inglesa de los crimenes en Navidad, punto de partida, por lo general, para un siniestro retrato de familia. Anne Meredith no desaprovecha ninguno de estos elementos y se adentra en la psicologia criminal creando un gran personaje de asesino artista que entronca con otra conocida tradicion britanica, el esteticismo decadentista.

  • La primavera ausente (El Trastorno de Elaranne 1) de Ruben H. Ernand

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    Hace siete anos una devastadora epidemia, conocida como la Plaga, asolo los cinco reinos de Balaeron. Kirius, superviviente de la terrible enfermedad, vive en una prospera ciudad del reino de Merethia junto a su abuelo, bibliotecario de la ciudad. El joven arrastra unas extranas secuelas que perturban su mente y lo apartan de los demas. Un ser imaginario, al que el llama el Ausente, le habla haciendo que su cordura este siempre en peligro. Kirius intenta combatir su propia oscuridad interior confiando en que los suenos de seguir los pasos de su padre, a quien nunca conocio, se conviertan en realidad.

  • Juramentos de sangre de Brianna Callum

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    Corre el ano 1720 en Escocia. En un tiempo donde rigen la espada, los senores de las tierras, el honor y la traicion, dos parejas se encontraran para no perderse jamas, o quizas si.
    Dos historias de amor y aventuras que se entrecruzan y que se tejen a traves de los siglos, en diferentes epocas y ciudades, y que ponen a prueba el Tiempo. Cuatro almas signadas por una promesa de amor eterno y por un juramento de honor, que deberan enfrentar peligros, odio, envidia y persecuciones. incluso desafiar a la misma muerte para estar juntos.

  • Diez dias de junio de Jordi Sierra I Fabra

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    Novena entrega de la serie del Inspector Mascarell, Diez dias de junio nos devuelve a un pasado no muy lejano, a la cruel realidad de los internados franquistas, con el hambre y las humillaciones de los hijos e hijas de los derrotados, apartados de sus padres <> y convertidos, en muchos casos, en carne de canon de la peor de las barbaries.

  • A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3), Maya Blair de Maya Blair

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  • Frontera alterada de Julio Gude

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    El inexpugnable muro de Trump, finalmente levantado en la totalidad de la frontera entre Estados Unidos y Mexico, ha arrancado la esperanza para cualquier ciudadano latinoamericano de encontrar una vida mejor emigrando hacia el norte. Ahora un hecho sobrecogedor provocara que la sociedad estadounidense busque huir hacia tierras meridionales, pero ?que pasa cuando tu propio medio de defensa se convierte en una trampa mortal?

  • La Revolucion rusa contada para escepticos, Juan Eslava Galan de Juan Eslava Galan

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    El triunfo de la Revolucion rusa transformo el mundo y fue trascendental para la historia de la politica contemporanea. Este libro, riguroso y ameno, nos ayudara a entender los motivos que provocaron el derrocamiento de los Romanov y el triunfo de la Revolucion.

  • Guapo, pero maldito de Anisa Gjikdhima

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    LA HISTORIA QUE HA ENLOQUECIDO A MILES DE FANS EN WATTPAD

  • El umbral de la eternidad de Ken Follett

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  • En el corazon del bosque de John Boyne

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    Una manana muy temprano, mientras sus padres aun duermen, Noah Barleywater se escapa de casa. En ayunas y sin dinero, se adentra en el bosque y no se detiene hasta llegar a un pueblo donde se encuentra con la tienda de juguetes mas especial que cabe imaginarse: no solo las hermosas marionetas de madera que pueblan los estantes se comportan como si estuvieran vivas, sino que tambien hay animales, vehiculos y todo tipo de objetos inesperados. Un amable anciano, que fabrica los juguetes, lo invita a comer e intenta averiguar el motivo de su huida, y ante el silencio del nino, le cuenta la historia de su vida. Noah, perplejo, escucha atentamente el relato, lleno de aventuras increibles, de orgullo por las proezas logradas, pero sobre todo de remordimiento por las promesas no cumplidas. Las palabras del misterioso anciano llevaran al nino a tomar una decision que cambiara su vida. Con la sensibilidad y la inteligencia narrativa que lo caracterizan, John Boyne hace un guino al cuento de Pinocho para crear una fabula sobre la infancia, el dolor y las decisiones que debemos tomar desde que somos ninos.

  • 30 dias para ser la mujer correcta de Marcela Balluri

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    Solo hay una cosa a la que Kris nunca renuncia… !una apuesta!
    No importa que sea una chica del monton, que odie los vestidos, que no sepa como seducir y que tenga el cabello hecho un desastre; le va a demostrar a su mejor amigo que es capaz de conseguir una propuesta de matrimonio en tan solo 30 dias.
    Y, de paso, ganarle por primera vez en la vida.

  • Te elegi eternamente (Por amor 10) de Maria Beatobe

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    A Naira y Gael se les ha complicado el fin de semana, debido a la inesperada noticia que reciben a su vuelta. Y es que, para Naira, las cosas perfectas siempre acababan estropeandose por algun motivo.

  • Mil luciernagas en el jardin de Mar Vaquerizo

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    Nora lleva cinco anos sumida en una profunda depresion. Las fechas senaladas son las peores, y con la llegada de la Navidad, su vida vuelve a ser un infierno. Los recuerdos la atormentan y solo desea encerrarse en si misma.

  • Difunto de Annemarie Nikolaus

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    Al final: la muerte. ?Pero por que?

  • He dicho de Miguel Delibes

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    Estructurado en seis capitulos -‘La tierra y sus pobladores’, ‘Mundos de papel’, ‘El cine cumple un siglo’, ‘Adios a los amigos’, ‘Las cosas de la vida’, ‘Una vida vivida’- He dicho pasa revista a temas tan diferentes como la situacion de los agricultores espanoles en el seno de la Union Europea, las manipulaciones de los periodistas, o cuestiones relacionadas con la ecologia y la naturaleza. Asimismo evoca recuerdos -su viaje a la Croacia prebelica- y el retrato de amigos indelebles, algunos desaparecidos, como Felix Rodriguez de la Fuente, a la vez que alterna opiniones literarias o cinematograficas con sus inigualables cronicas cinegeticas. Decir que He dicho es una recopilacion de textos de Miguel Delibes no es suficiente. Ciertamente, el libro aglutina una miscelanea de articulos, notas y publicaciones e incluso el discurso que pronuncio el escritor con motivo de la concesion del Premio Cervantes. Pero al enhebrar sus preocupaciones recurrentes, al presentar algunos recuerdos u homenajes, Miguel Delibes nos ofrece, con la serena energia de su voz, una semblanza autobiografica de una lucidez poco comun.

  • Reinos de Sangre de Oscar Eimil

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    Idus de noviembre del ano del Senor de 1065. Una gran nevada cae sobre el campamento. Fernando, rey de Galicia, de Leon y de Castilla, moribundo, viejo y decrepito, viaja de regreso a casa con sus mesnadas tras su ultima batalla. Torturado por su conciencia, se pregunta por que, habiendo podido dejar a su primogenito un unico reino que, fuerte, extendiera su poder por toda la Hispania cristiana, decidio repartir en vida Castilla, Leon y Navarra entre sus tres hijos varones que, a esta hora, preparan sus huestes y afilan sus espadas para la guerra fratricida que se avecina para despues de su muerte.
    Supremacia y poder, intriga y ambicion, lealtad, traicion, guerra, amor y muerte. Ocurrio hace mil anos, cuando judios, moros y cristianos campaban a sus anchas por estos pagos. Una historia verdadera por cuyas paginas entran y salen reyes y nobles, caballeros y prelados, mancebas y juglares, guerreros, monjes y abades, y que discurre fiel a los terribles acontecimientos historicos que sucedieron poco despues del final del primer milenio en lo que, cuatro siglos mas tarde, seria Espana.

  • La alegria del orden en la cocina de Roberta Schira

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    <La magia del orden haber cambiado su vida; y entre ellas estoy yo. Sin embargo, me di cuenta de que en su libro faltaba casi siempre un espacio: la cocina, la estancia en la que exprimo mi pasion por todo aquello que rodea a la comida: convivir, compartir, cuidar de nosotros a traves del cuidado a los demas.>>
    Roberta Schira

  • Hasta que llegaste a mi vida de Beatriz Manrique

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    La historia de dos corazones empujados por el orgullo a separar sus caminos.

  • Curar con la fuerza de la naturaleza de Andreas Michalsen

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    La medicina sera integrativa o no sera. Despues de decadas de hegemonia de la medicina convencional y de la industria farmaceutica, llega por fin una medicina que no renuncia a la tecnologia, pero que abraza por igual la tradicion occidental y la oriental. En una sociedad postcrisis en la que triunfan fenomenos que beben del budismo como Marie Kondo, en la que practicas como el pilates, el yoga, la meditacion y la alimentacion consciente estan incorporadas en nuestra cotidianidad, empieza a despuntar una nueva vision de la medicina. Cansados de los estragos que ha causado el abuso de antibioticos, de consultas medicas deshumanizadas y de problemas de salud del primer mundo que se vuelven cronicos, son muchos los que buscan alternativas.
    El doctor Andreas Michalsen, que auna lo mejor de las dos tradiciones medicas, nos propone la naturopatia, tecnica que contempla al paciente como un todo y que, a traves de la hidroterapia, la terapia nutricional, el ejercicio fisico, la fitoterapia y el trabajo espiritual nos hara reencontrar nuestro equilibrio fisico y animico.