• libro la cara oculta de fidel castro - Mari Jungstedt

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    EL AVION MODELO Cessna 182 con capacidad para cuatro personas habia comenzado a temblar de forma tan violenta que cualquiera habria creido que iba a estallar por los aires de un momento a otro. El piloto acelero al maximo el motor para alcanzar la velocidad correcta y provoco que la tension se apoderase de todos los que se encontraban en el interior. Aun seguian en la pista esperando la senal de despegue. Mientras tanto, el piloto revisaba las normas de seguridad, controlaba el timon de direccion, el panel de mandos, las valvulas, el nivel de aceite y la temperatura de los cilindros. El ruido ensordecedor imposibilitaba cualquier conversacion y los pasajeros tenian que gritar a pleno pulmon en caso de que necesitaran algo. Habian quitado los asientos para mayor comodidad y tanto Krister como su viejo amigo Peter se habian puesto de rodillas en el suelo. Una paracaidista que Krister no habia visto antes iba sentada al lado del piloto, de espaldas al panel de mandos. Los dos amigos, agazapados en la parte de atras y con sus paracaidas a la espalda, llevaban varios anos sin verse. Peter lo habia llamado la noche anterior para anunciarle que estaba de paso por Estocolmo y habia insistido en que fueran juntos a hacer paracaidismo como antes. Ademas, ya habia reservado en el centro al que iban cuando eran jovenes. Cecilia, la hija de dieciseis anos de Krister, estaba de visita aquel fin de semana y no escondio su decepcion al saber que su padre habia preferido quedar con otra persona en lugar de pasar el sabado con ella. Esa manana no tuvo mas remedio que ir de compras a la ciudad con la nueva novia de su padre. <>, penso Krister. No podia rechazar la invitacion y perder la oportunidad de reencontrarse con su amigo, que vivia en Estados Unidos desde hacia varios anos. Para compensar a su hija, la invitaria a cenar por la noche en un restaurante de Gamla Stan, los dos solos. Los motores rugieron. En el centro de la aeronave, habia otra mujer agachada que no habia dicho ni una sola palabra. Era bastante guapa, bajita y tenia el cabello oscuro. Parecia una de esas personas que no expresan nada. De vez en cuando, miraba fijamente por la ventanilla del avion con cara de pocos amigos. Aquel dia, Krister y Peter iban a saltar juntos a la vez, tal y como solian hacer cuando Peter vivia en Suecia y ambos participaban en las actividades del centro de paracaidismo. Los dos eran paracaidistas experimentados y llevaban practicando ese deporte desde hacia casi veinte anos. Los motores tronaron con mas fuerza y Krister supuso que ya se aproximaban a las tres mil revoluciones que se precisaban para alzar el vuelo. En ese momento, el avion empezo a dar sacudidas y a balancearse de un lado a otro. El piloto se comunico por radio con la torre de control y finalmente obtuvo autorizacion para iniciar el despegue. Acelero aun mas y la aeronave se puso en marcha. Tardaron veinte segundos en alcanzar la distancia inicial de cuatrocientos metros. A partir de ese momento, el avion empezo a dar bandazos cada vez mas fuertes hasta que finalmente se separo de la pista. Se sintieron liberados, pese a que las turbulencias y sacudidas se volvieron mas violentas. Aquel momento era el peor de todos. Parecia que el aeroplano fuera a desmoronarse cada vez que tomaban un poco mas de altura. Alcanzaron los tres mil metros despues de media hora de vuelo. Las piernas se les habian dormido debido a la postura incomoda en la que estaban y, ademas, la temperatura corporal les habia disminuido a causa de la altura. Al avion le faltaba la puerta, que habia sido sustituida por una cortina de tela que tapaba la abertura y que se cerraba con una cinta de velcro. Krister trato de pensar en otra cosa conforme perdia la sensibilidad en las piernas. Ademas, notaba que los dedos se le helaban aun mas a medida que ascendian. De repente, le vinieron a la cabeza los anos de amistad con Peter y todo lo que habian hecho juntos. Justo entonces, a bordo de aquella pequena aeronave en compania de su amigo, se dio cuenta de cuanto lo habia echado de menos. El avion continuo volando en circulos unos minutos sobre la zona de salto hasta que, finalmente, el piloto se dirigio a un area de arboles frondosos. Era importante acertar y calcular el salto correctamente segun la direccion del viento. El piloto les dio la senal y la primera paracaidista que estaba mas cerca de la cortina se coloco en posicion y bajo el pie izquierdo para apoyarse en el soporte externo. Unos segundos despues, salto del avion y desaparecio. Krister se abrio paso y se dirigio al mismo punto. Cruzo la mirada con Peter y justo despues le hizo senas con un brazo para indicarle que era el momento de saltar. Primero estiro el brazo, luego se lo pego al cuerpo y por ultimo volvio a extenderlo; Peter y Krister contaron hasta tres y se tiraron del avion a la vez. En ese momento, empezo la caida libre. Era crucial saltar exactamente al mismo tiempo para descender a la par, pues la minima desviacion de movimiento podia modificar la velocidad del descenso. El salto se realizo con exito y, mientras flotaban en el aire, ambos se encontraron de frente. Cada uno poso una mano en el brazo del otro, se agarraron de la muneca y juntos formaron una sola figura. Sin perder la concentracion, mantuvieron el contacto visual todo el tiempo. El cielo azul de mayo los envolvia y a su alrededor las nubes blancas auguraban el principio del verano. Ante su miraba, la vida humana y el paisaje verde se fundian en la inmensidad del horizonte. Durante la caida libre, que transcurria a doscientos kilometros por hora, la mente se quedaba en blanco. Peter le hizo un gesto con la cabeza a Krister y enseguida ambos doblaron la rodilla derecha y el codo izquierdo para hacer una pirueta simultaneamente. Krister pudo entrever que Peter le sonreia mientras el viento los azotaba con fuerza. Unos segundos despues, se hicieron otra senal y extendieron los brazos y flexionaron las rodillas, esta vez para realizar una voltereta hacia atras mientras continuaban precipitandose a una velocidad de vertigo. Justo despues, intercambiaron otra sonrisa cuando sus miradas se cruzaron de nuevo. Se animaron con una ultima pirueta antes de que llegara el momento de soltar el paracaidas, aunque primero se aseguraron de mantener la distancia apropiada para no acabar chocando. Krister tiro firmemente de la anilla del paracaidas para que se abriera en el aire. Sin resultado. Volvio a tirar una vez mas, pero no sucedio nada. Empezo a sentir que el panico le presionaba ligeramente el pecho. La velocidad de la caida era de doscientos kilometros por hora y sabia que tan solo contaba con unos segundos antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, no era la primera vez que le ocurria, pues a veces el paracaidas tardaba en desplegarse. Era consciente de que siempre podia haber algun fallo, pero no era lo habitual. En cualquier caso, para su alivio, todos los equipos llevaban un paracaidas de emergencia. <>, se dijo. Alzo la cabeza un poco y observo que Peter ya flotaba a una distancia considerable de el, y a lo lejos pudo ver a la otra paracaidista que se habia lanzado al vacio antes que ellos. A ella tambien se le habia abierto el paracaidas sin problema. ?Que le habria pasado al suyo? En ese instante, se acordo de que la noche anterior habia revisado el equipo de vuelo para comprobar que todo estuviera en orden. No lo entendia. Tal vez deberia haberlo revisado una vez mas antes de montarse en el avion tal y como solia hacer. Al fin y al cabo, todos los paracaidistas comprobaban el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad antes de saltar. <> Krister se habia concentrado tanto en la conversacion con Peter que ni siquiera se habia preocupado de revisarlo de nuevo. Tras varios intentos mas, todos fallidos, busco el arnes que tiraba del paracaidas de repuesto e hizo todo lo posible porque se soltara. Pero fue en vano. El paisaje se iba fundiendo delante de sus ojos a medida que caia en picado. Las copas de los arboles, el campo, el bosque y, al fondo, en algun lugar, el centro de paracaidismo. De pronto lo invadio un panico absoluto. El corazon le latia a mil por hora mientras se precipitaba hacia el suelo, y la desesperacion se apodero de el en el instante en que se dio cuenta de que ya era demasiado tarde. Noto una fuerte presion en el pecho y sintio que ya no podia seguir respirando. El paracaidas no se abriria nunca. En ese momento, vio pasar ante sus ojos los rostros de su hija, Cecilia, de su madre, Annika, y de Anki, su novia. En cuestion de segundos, la vida llegaria a su fin. Y tan solo con cuarenta y siete anos. De repente, noto como si algo le estuviera succionando el cuerpo de la cabeza a los pies. A su alrededor solo quedaba el viento, la hierba, la tierra... Y, al final, el suelo se lo trago. EN ALGUN LUGAR de mi ser soy consciente de que he comenzado un viaje, un camino hacia la destruccion y la eterna oscuridad. Las arrugas de mi frente asi lo reflejan, al igual que mis ojos, donde se plasma la inquietud, y los musculos de mi rostro, que siento cada vez mas tensos. Al mismo tiempo, me muevo de manera inconsciente y un tanto mecanica, como si ya no hubiera vuelta atras. Estoy sola, sentada delante de este enorme espejo, despues de que se hayan marchado todos. Se perfectamente que nadie volvera a entrar aqui hasta manana temprano. Hace unos momentos se podia palpar y oir el ajetreo, las voces, las risas y el parloteo de los actores. Mientras algunos mostraban su enfado, a otros se los veia nerviosos y preocupados. Una pareja se abrazaba y alguien le daba un masaje en los hombros a su companero con movimientos lentos e inconscientes mientras ambos se miraban fijamente a los ojos en el espejo. Siempre se respira cierto erotismo en el aire. No lo soporto. La mayoria iba a salir a tomar unas cervezas por la ciudad, pero yo he preferido quedarme con la excusa de que aun tengo trabajo que terminar. Y bueno, en cierto modo, asi es. Cuando todos se van y tan solo quedo yo es cuando me retraigo en una calma y un silencio absolutos. Es algo de lo que me es imposible escapar, no tengo adonde huir. Me viene a la cabeza una estrofa del poeta Birger Sjoberg: <>. No ha dejado de llover en todo el dia. Es una lluvia fresca que anticipa el verano y que lo humedece todo. Me gusta el silencio que deja a su paso. Cuando miro a mi alrededor, me parece que el pasado aun estuviera presente en este lugar. Al fin y al cabo, los enormes muros medievales albergan la historia de cientos de anos y representan la memoria viva de una epoca que ya no existe. No se puede olvidar. Nunca. Jamas. Un destello de color plomizo se cuela por los recovecos de los ventanales. Pronto llegara el verano y con el volvera la luz a pesar de que dentro de mi reine la oscuridad. Como ha pasado el tiempo. Delante de mi tengo todo lo que necesito. Voy a peinarme el pelo hacia atras y lo sujetare con un gorro ajustado de forma que quede completamente pegado a la cabeza, aunque, por si acaso, usare tambien cinta adhesiva. Me encuentro con mi propia mirada en el espejo, serena y decidida a la vez. Entonces alcanzo la brocha de maquillaje y empiezo a aplicarme la base. Poco a poco, la transformacion empieza a cobrar forma. Los ojos me llevan mas tiempo, pues he de ponerme varias capas de sombra oscura en los parpados hasta que quedan totalmente cubiertos. Despues, utilizo un lapiz negro y un buen perfilador para hacerme la raya, incluso me hago unos rabillos a lo Audrey Hepburn. A continuacion me pongo el colorete y me pinto los labios con calma y esmero para no perder la concentracion. Se lo que hay que hacer cuando se trata de lograr una transformacion perfecta. Por ultimo, llega la guinda del pastel. Retiro la peluca de la cabeza del maniqui que hay en la mesa y me la coloco. No lo he podido remediar, he soltado un profundo suspiro en cuanto he visto el resultado final en el espejo. Efectivamente, esa es la mujer que buscaba. Guapa, morena, misteriosa y sexy. Soy el cebo perfecto antes de la muerte, y lo mas importante de todo es que estoy irreconocible. Este es un rostro que nunca habia visto y que no habria imaginado ni en suenos. Es mi otro rostro. Ha llegado la hora de hacer lo que debo. Podria considerarlo una mision, una obligacion, aunque me gusta mas pensar en ello como una llamada de la muerte. El mero hecho de pensarlo hace que se me erice la piel y sienta cosquillas de emocion en el estomago. Llevo toda la vida esperando este preciso momento. Bueno, miento. Quiza no toda la vida. Mas bien lo llevo esperando desde el 4 de mayo de 1998. Ahi fue cuando empezo todo HENRIK DAHLMAN TENIA los ojos clavados en el techo cuando de repente un brote de ansiedad le azoto todo el cuerpo. Ese podria haber sido un domingo cualquiera, pero al final decidio hacer otros planes. Sus dos hijas mayores entraron de golpe en la habitacion con el perro y se subieron de un salto a la cama. De pronto, a Henrik lo rodearon las risas y los lametones efusivos del labrador feliz que se revolcaba sin parar en la cama de matrimonio de sus duenos. Tenia tres hijas. A la menor, Inez, de tan solo dos anos, la habia tenido con su nueva pareja. A las dos mayores, Ebba y Angelica, con su exmujer. Tenian diez y doce anos, y ambas se iban con su madre cada dos semanas. Ademas, tambien tenia una hijastra, Beata, hija de su exmujer, fruto de una relacion sentimental anterior. Beata ya habia cumplido veinte anos, se habia mudado y vivia en Estocolmo. Nunca termino de aceptar el hecho de que su padrastro hubiera tenido otra hija al poco tiempo de echarse una nueva novia, y apenas habian seguido en contacto despues del divorcio. Henrik Dahlman era consciente de lo afortunado que era a pesar de todo, pues era un artista reconocido con galeria propia y con un estudio en el centro, justo al lado de la muralla. Ademas, estaba recien casado y tenia, ni mas ni menos, que una mansion en Visby y una casa de verano en Ljugarn. Las ventanas del dormitorio de la casita de piedra situada junto al jardin botanico ofrecian unas vistas preciosas a la muralla y a un manto verde y frondoso. Se apreciaba como el verano arrancaba con todo su esplendor. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina y la vida era llevadera y sencilla para cualquiera que asi lo deseara. Por desgracia, Henrik Dahlman habia optado por lo contrario y habia preferido complicarsela. Muy a su pesar, ya no habia vuelta atras. Despues de los mimitos y el alboroto matutinos, dejo a las ninas y al perro metidos entre las sabanas y almohadas y se levanto para ir al bano. Amanda ya estaba despierta, la oia trajinar en la cocina mientras tarareaba el estribillo de una cancion que sonaba en la radio.

  • La vida oculta de Fidel Castro: El exguardaespaldas del ...

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    Juan Reinaldo Sánchez (La Habana, 1949) fue guardaespaldas personal de Fidel Castro entre 1977 y 1994. Cuando anunció su retirada, lo detuvieron y lo metieron ...

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  • La vida oculta de Fidel Castro, revelada en un libro - El Mundo

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    21 may 2014 — Juan Reinaldo Sánchez asegura que "nunca renunció al confort del capitalismo". Fidel Castro enseña un libro al secretario general de la ONU, Ban ...

  • La Vida Oculta de Fidel Castro - Juan Sánchez - Academia.edu

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    La vida oculta de fidel castro: El exguardaespaldas del líder cubano desvela sus secretos más íntimos (Tapa blanda)

  • La cara oculta de Fidel Castro | La República EC

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    ... que durante 17 años fue guardaespaldas de Fidel Castro y que ahora publica un libro sobre la vida privada del líder de la revolución cubana. […] ...

  • Juan Reinaldo Sánchez, autor de 'La vida oculta de Fidel ...

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    23 oct 2014 — Juan Reinaldo Sánchez, autor de 'La vida oculta de Fidel Castro' -21 ... ➤Enlace a la noticia: https://bit.ly/3pg1VBc ➤Enlace al libro: ...

  • Mar de nubes de Mari Jungstedt

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    En la pequena habitacion reinaba un ligero olor a hierbas y una luz tenue. Por un altavoz situado en el techo sonaba una suave musica oriental. Las paredes estaban barnizadas en tono oscuro y en un rincon habia una planta. Le pidio a la mujer que se desnudara y se tumbara en la camilla. Ella se bajo un poco el vestido y se sintio desprotegida e indefensa. Por una parte deseaba dar media vuelta y marcharse de alli, pero habia algo que la retenia en aquel lugar. Una especie de curiosidad, de expectacion sobre lo que podria pasar a continuacion. Un calido cosquilleo le recorrio la piel. Sintio la boca seca y se humedecio los labios. El le dirigio una mirada rapida, y en ese mismo instante ella fue consciente de como habria de interpretar el su gesto de humedecerse los labios con la lengua. Sonrio insegura, sintio como se ruborizaba. Empezo a toquetearse uno de los tirantes. El se comporto con delicadeza y se dio media vuelta mientras ella se quitaba el vestido. Al colgar la ropa en el gancho de la pared le temblaban las manos. Titubeo, sin saber si debia conservar las bragas puestas. No habia hecho eso nunca antes, no sabia cual era el ritual, que se esperaba de ella. Se acomodo en la camilla tapizada de cuero y se tumbo boca abajo. Intento relajarse. Cerro los ojos mientras inspiraba por la nariz, espiro lentamente por la boca. El joven se dio la vuelta y le coloco una toalla sobre las piernas y nalgas, de tal manera que quedo justo bajo el borde de las bragas. Se movia con seguridad. Cuando la rozo con las yemas de los dedos sintio un escalofrio, a pesar de que en la habitacion hacia calor. Alzo la mirada. El se habia quitado la bata blanca. Le dio tiempo a entrever un atletico cuerpo bronceado y juvenil con prominentes brazos musculados. Abdomen plano y duro. Caderas estrechas. Apenas vello en el pecho y unos pezones pequenos y marrones. Sintio un ligero cosquilleo entre las piernas. El llevaba unos pantalones blancos de algodon. La fina tela le apretaba las caderas y tenia el trasero respingon. No podia dejar de pensar en como seria por debajo. Volvio la cabeza de nuevo, un poco abochornada. Tenia que concentrarse en relajarse, tal y como le habia dicho la persona que le aconsejo ese lugar. Sentir. Dejarse llevar. Concentrarse en el momento. Advirtio que el joven se giraba de nuevo, oyo como extraia aceite de una de las botellas que habia en una mesa y como, al frotarse las manos, el liquido rezumaba entre sus dedos. Ella respiro hondo. El masajista se situo a su lado, pegado a ella. Comenzo a acariciarle la espalda desnuda con movimientos largos y firmes. Sin querer, a ella se le escapo un suave gemido de placer. Sus manos eran fuertes y decididas. Cerro los ojos. Intento seguir con la respiracion el ritmo de los movimientos. Las manos se deslizaban por la espalda, le masajeo el cuello, los hombros, llego al final de la columna, le sujeto las caderas, trabajo con pequenos movimientos circulares. Los pulgares presionaban su piel desnuda. El hizo una pausa, le bajo las bragas y aparto la toalla de forma que el culo quedo al descubierto. Le masajeo las nalgas, que se tornaron suaves y escurridizas. Volvio a gemir. El hombre agarro las bragas a medio bajar y con un suave movimiento tiro de ellas y se las quito. Ahora se encontraba totalmente expuesta. El siguio masajeando los muslos con manos firmes y decididas. La tocaba con cuidado, le separo las piernas para poder llegar con facilidad a la parte interior de los muslos. Se encontraba a escasos milimetros de su sexo. Sintio humedad entre las piernas; respiraba con la boca abierta y apretaba la cara contra la abertura circular de la camilla. El siguio masajeandola, muy cerca, pero sin llegar a tocarle el sexo. Ella se sentia completamente aceitosa y brillante. El agarro la toalla que seguia en las pantorrillas y le pidio que se diera la vuelta. De forma mecanica hizo lo que le pidio, se tumbo boca arriba, y el pecho se balanceo junto a el. Le coloco la toalla encima, de forma que los pezones quedaron tapados, y se coloco detras, junto a la cabeza. Ella cerro los ojos. Intento concentrarse solo en vivir el momento. El se encontraba alli, justo encima de ella. Sentia la suavidad en todo su cuerpo abandonado, ahora anhelante, dispuesta a entregarse a el por completo. Empezo a masajearle la nuca y el cuello, dejo que las manos se deslizaran, ejerciendo pequenas presiones, hacia los hombros, prosiguio por la clavicula. La acaricio con cuidado siguiendo el borde de la toalla, junto al pecho. Ella respiraba pesadamente y al parecer, el tambien. No sabia si era a causa del esfuerzo o si el tambien estaba excitado. Estaba totalmente concentrada en sus manos y en anticipar sus movimientos. Como se deslizaban por su cuerpo. Movimientos decididos, carinosos, que le provocaban pequenas chispas en el sexo. Tenia una sensacion de vertigo y aturdimiento. Sobre su suave piel, las manos resultaban calidas y duras. Al fin, aparto la toalla del todo. Dejo que las manos se le deslizaran sobre los pechos. Y entonces se sintio perdida. 1 Martes 24 de junio Erika Bergman se encontraba frente al espejo de la habitacion, amueblada de forma espartana, y se peinaba minuciosamente la larga melena. Lo hacia con movimientos firmes y ritmicos para dejarla lisa y brillante. En realidad no tenia mucho sentido, pues el solia despeinarla tan pronto como podia. Contemplo satisfecha su cuerpo bien entrenado. Los muchos anos de practica regular de yoga habian servido para algo. Habia elegido con cuidado la ropa interior. Sintio como una ola en el vientre al pensar en lo que le esperaba esa noche. Erika esbozo una sonrisa; no era esa clase de practica con la que habia contado al reservar el viaje de yoga a Gran Canaria. La escuela de yoga se encontraba en un lugar apartado, lejos de los complejos turisticos con discotecas, bares y clubes nocturnos. Miro por la ventana y vio las montanas de mas de mil metros de altura que se perfilaban alrededor, las laderas con las plantaciones de frutas y, a lo lejos, las resplandecientes aguas del Atlantico. Este lugar era inusualmente verde para encontrarse al sur de Gran Canaria. Las plantaciones de platanos, papayas, calabacines, tomates, naranjas y limones se extendian hasta las playas de cantos rodados junto al mar. Apartada, a una buena distancia del vecino mas proximo, se hallaba la escuela de yoga Samsara Soul. La escuela se encontraba practicamente oculta tras un viejo muro que la protegia de miradas y visitas inesperadas. Pasaria alli dos meses, alejada de todo y de todos. Se dedicaria a entrenar, recibir masajes, dar paseos, tomar el sol y banarse. A recuperar el equilibrio para poder proseguir con su vida. Comenzaba a sentir que iba por buen camino. Cuando llego, hacia unas semanas, se sentia destrozada. No habia contado con ningun amorio, esto habia sido una inesperada recompensa. Dejo el cepillo y se pinto levemente los labios de rojo. Saco uno de los pocos vestidos que habia traido y se lo enfundo. Se puso unos zapatos de tacon. Miro el reloj, ya casi era la hora. Percibio un repentino movimiento junto a la ventana. Como si al otro lado pasara una sombra rapida y silenciosa. Tan cerca del cristal que casi lo rozo. Se quedo paralizada. Encontro su rostro en el espejo, reconocio su mirada temerosa. Creia que habia conseguido alejarse de ella, que la habia dejado en Suecia. Pero la habia seguido. Y ahora notaba la paralizante sensacion de que alguien la vigilaba. Tendria que echar un vistazo antes de salir y cerrar la puerta con llave. Ultimamente se asustaba por cualquier cosa. Permanecio inmovil un rato mientras escuchaba posibles sonidos, pero reinaba el silencio. Un silencio casi desagradable. Nadie solia pasar junto a su habitacion, que se hallaba al fondo de la casa, y su ventana daba a un pequeno patio donde solo habia unos arbustos. Entonces, con el rabillo del ojo percibio otro movimiento, apenas una sensacion de algo real. No se lo habia imaginado. Un escalofrio le recorrio la espalda. Se acerco con cuidado a la ventana, echo un vistazo hacia ambos lados. Una lagartija correteaba sobre el terreno reseco y desaparecio bajo unos arbustos. Se quedo ahi un buen rato, mirando por la ventana. Algo se ocultaba entre los arboles, mas alla, junto al muro que rodeaba la escuela. El corazon le latia desbocado. Entonces lo vio. El perro salio de entre los arbustos, husmeando un rastro en el suelo. Era grande, de pelaje marron cubierto de polvo, y parecia abandonado. Erika emitio un suspiro de alivio. Solo era un perro.

  • GOG. Empieza la cuenta atras de J. J. Benitez

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    Gog es el libro que J. J. Benitez nunca hubiera deseado escribir. Esas son sus palabras. Pero escrito esta. Segun el autor navarro, lo mas importante de esta supuesta novela < que se lee>>.
    Si, Gog es una pequena joya (envenenada). Se trata del libro mas breve, y dramatico, del autor de Caballo de Troya.

  • Estas salvada (Camila 3) de Alma Fernandez

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    Solo pude echar mano a mi ropa y tratar de taparme antes de que aquello se convirtiera en una autentica pelea de leonas. Ignoraba por completo de que pasta estaba hecha Kalyna, pero era incuestionable que el plato que alli se encontro no seria de su gusto. --Kalyna, lo siento, yo...--murmuro Rene, mientras trataba tambien de vestirse. --?A que tanta prisa? ?Os he dicho yo algo? --nos pregunto y ahi si que me dejo totalmente petrificada. No me tengo por una matona de tres al cuarto ni nada parecido, pero siempre he pensado que, pese a mi caracter pacifico, si alguna vez me hubiera encontrado con una escena de ese estilo quienes la hubieran protagonizado habrian tenido que esconderse debajo de una piedra. Y con ello me refiero a ambos, sin distinciones, a quien fuera mi pareja y a quien no. --Yo lo siento tambien...ya me voy--dije por lo bajini mientras apenas acertaba a ponerme los botones de la camisa. Afortunadamente, en cuanto a la falda solo tuve que bajarmela, dado que la tenia enrollada en la cintura. --Y yo siento que no me escucheis, os estoy diciendo que no me como a nadie, al menos a nadie que no me apetezca comerme--Volvio ella a la carga con ese acento suyo, que competia en frialdad con su rostro. --No, no, yo no tengo interes en eso--le asegure mientras pasaba por su lado, avergonzada. En contra de cualquier cosa que pudiera haber imaginado, ella me dedico una mirada libidinosa e incluso me hizo una sensual caricia en el cachete, que me dejo ya totalmente muerta de la impresion. Menuda papeleta, no solo nos habia pillado con el carrito de los helados, sino que de su boca no salio una queja, como si a la tipa le fueran las fiestecitas de varios...incluso cuando, como en aquella ocasion, comprobara que no habia sido invitada. Llegue hasta la puerta y me gire un instante para mirar la cara de Rene, que no podia estar mas apurado. El tampoco daba pie con bola y giro que daba en su vida, giro con el que la cagaba. Cerre la puerta y los deje a los dos alli. Eso si, como no habia nadie en el pasillo que pudiera reprocharme mi actitud, puse el oido para comprobar hasta que punto todo habia sido un papel por parte de Kalyna para no darme la satisfaccion de verla loca de celos. No, no salio ni un grito de sus labios… con lo mucho que se dedicaba a chillar a otros. No lo hizo sin embargo con Rene, a quien comenzo a hablarle en un tono normal. A traves de la puerta no pude distinguir sus palabras y no sabria decir nada de lo que charlaron, pero si que lo hicieron en un tono pacifico y diria que hasta cordial. Me fui volando a buscar a las chicas, que ya estaban en casa e incluso asustadas. --?Donde te metes, Camila? Joder, que susto--Rebeca estaba que cazaba moscas. --Chica, es que estabamos ya por llamar a la policia. Ni una noticia de ti a la salida ni apareces por casa... Nos vas a matar un dia de un susto, no sabiamos que vivir contigo era como ir en una montana rusa--Alba sucumbio sus palabras. --Perdonad, se que he sido muy desconsiderada, pero es que me he entretenido mas de la cuenta en el despacho de Rene--les conte mirando hacia el suelo. --?En el despacho de Rene? No nos vayas a decir que alli habia nada que limpiar, porque esa parte del hotel no nos corresponde a nosotras--repuso Alba. --El sable, tenia que limpiarle el sable a Rene, ?no es asi? --intervino Rebeca. --Menos cona que la hemos liado parda, pero parda. --?Y eso? ?No me digas que lo habeis hecho sin condon y que en cualquier momento podemos ver a un Renecito corriendo por los pasillos del hotel? --En serio, menos cona... Que nos ha pillado Kalyna, todavia no nos habia dado casi tiempo a nada cuando... --?Os ha pillado haciendo "guarreridas espanolas"? --Alba imitaba muy bien a Chiquito de la Calzada y, pese a lo chungo de la situacion, me saco la risa. --Si, chicas... --?En pleno acto? Se le tiene que haber quedado como la de un nino de tres anos, no habra tenido problema para salir, vaya--Se rio Rebeca. --Si no estaba dentro, a ver si me explico. --Si, hija, explicate porque un libro abierto precisamente no eres, esto parece un enigma. --Jolines, pues que yo estaba encima de la mesa y el se estaba tomando el postre, ?me explico? --?Que estaba en pleno cunnilingus? --A Rebeca se le abrieron los ojos como platos. --!Mi cunnilingus, quiero mi cunnilingus! --En ese momento paso Alba a imitar a Estela Reynolds, que tampoco se le daba mal. --Madre mia, que verguenza... --No, mujer, verguenza si se enterara el director, pero me da a mi que en este caso es el principal interesado en que todo esto quede en la mas estricta de las intimidades--Se echo a reir Rebeca como una loca y Alba con ella. --Desde luego que sois pura sensibilidad, vaya dos, ?os parece bonito? No, si encima va a resultar que todavia la culpa es mia, ya lo vereis... --Hombre, amenazadita no subirias al despacho, que tia, las mata callando...--Se partian es que se partian. --Pues si os estais riendo con eso excuso deciros cuando os cuente la reaccion de Kalyna. --?De la reina de hielo? La de las Cronicas de Narnia, porque por mi madre de mi alma que es lo que parece esa mujer. Llevaba tiempo intentando descifrar a quien se me parecia y me acorde anoche. Ahora, que como aparezca por aqui para pedirte explicaciones le pido un buen punado de delicias turcas--Se carcajeo Alba. --Que va, si no le importan las explicaciones, la tia se ha quedado como es, totalmente impasible, y yo alucinada, porque no habria imaginado una reaccion asi en mi vida. --?Impasible? ?Sin querer aranarte como un gato ni nada? --Ni nada de nada y encima resulta que, si la dejamos, se mete en el ajo. --?Un trio? ?Se hubiera animado a hacer un trio? --Fiate de las impresiones y parece que la tia esta muerta. Hablar de aquello en clave de humor con mis amigas me ayudo, porque lo cierto era que habria sido imposible tratar el tema de otro modo sin venirme abajo. En ellas siempre encontraba el apoyo que necesitaba, incluso en surrealistas momentos como aquellos en los que no tenia ni pajolera idea de hacia donde iba mi vida

  • Metales rojos de Rodrigo Diaz Cortez

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    Los personajes que dan forma a “Metales rojos” cautivan por su arrojo y por el modo de hacer frente a las situaciones. Un violochenlista que toca en las escaleras del metro vive un idilio con una muchacha que huele a gasolina, dos adolescentes roban a un viejo que se dedica a la compraventa de motocicletas de la Segunda Guerra Mundial, dos amigas con ganas de diversion salen escarmentadas de una fiesta, un payaso que en su ultima actuacion tiene que defender a una mujer atracada en una calle oscura..., personajes en su mayoria con una vocacion artistica contenida. El mundo solo les ofrece fragilidad y desesperanza. Rodrigo Diaz Cortez da cuenta en estos doce relatos de su contrastada intensidad narrativa, pegada al aliento de los sucesos.

  • Orfancia de Athos Zontini

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    Un nino demasiado delgado dentro de un mundo demasiado insipido. Un padre y una madre obsesionados con la comida: una lucha en familia que solo puede acabar en tragedia. O en comedia, en una comedia muy negra.
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    El protagonista de Orfancia se siente perseguido por sus padres, una pareja de Napoles que quiere verlo rollizo y feliz. El esta convencido de que, llegado el momento, todos los adultos devoran a los ninos y no tiene claro que quiera acabar asi. Pero la vida tiene un sabor imposible de resistir…

  • La Novia de Michelle Frances

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    Una joven encuentra al chico de sus suenos, el que la sacara de la pobreza. El unico problema es la madre de el, que desconfia de la chica. Entre ambas comienza un duelo de ingenio y perversion que alcanzara cotas insospechadas y traera consecuencias terribles.

  • Tiempos fugaces de Sandra Jaramillo Botero

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    Todos tenemos un destino por cumplir y es por ello que en ocasiones terminamos envueltos en situaciones incomprensibles de las cuales no podemos escapar. Debido a su destino Luna llego a Jepira, una misteriosa isla a la que incluso llegar a ella es todo un secreto. En aquella isla la vida de Luna se entrecruza con la de Samuel y desde su primer encuentro ambos intuyen que estan unidos a un pasado que no logran entender.
    No solamente Samuel marcara la vida de Luna para siempre, tambien lo hara Balar, un enigmatico ser cuya esencia es una mezcla de hombre, sabio y angel. Las extensas conversaciones con el y los extranos acontecimientos que ocurren en ese lugar, llevan a Luna a pensar que se ha transportado a otra dimension de la cual no quisiera marcharse jamas.
    Sin embargo con el paso de los dias Luna se da cuenta que todos los habitantes de Jepira esconden un secreto y ella esta dispuesta a descubrir de que se trata y que es realmente ese sitio.

  • Una mirada azul en un anden de Yaiza Castro

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    ?Es el destino, o el azar el que elige nuestro camino? Si tomamos el camino equivocado, ?Es el destino, o la casualidad quien endereza nuestra vida? Estas dos cuestiones son las que se plantea Carla, la protagonista de esta historia de amor donde pasado, presente y futuro se entrelazan, y su corazon se divide entre dos amores surgidos de dos encuentros fortuitos en un anden. A partir de ese instante, las mas ingeniosas y divertidas situaciones se sucederan a lo largo de una historia en la que acompanaras a la protagonista en cada cita con Hans, el atractivo austriaco con un misterioso pasado, y a Gael, su amor de infancia, que ha vuelto a su vida de la forma mas inesperada.

  • Libertad emocional de Ferran Salmurri

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    Durante cientos de anos el progreso y el crecimiento, desde este punto de vista, han sido lentos y han estado llenos de obstaculos. Sin duda, uno de los principales ha sido el sometimiento a nuestros sentimientos y emociones. El odio, la envidia y, principalmente, el miedo, entre otros, han sido los guias de nuestro comportamiento, mucho mas que la racionalidad. El inmovilismo, la esclavitud emocional y la ignorancia de las propias posibilidades nos convierte en seres mas faciles de someter y dominar. Pero ?como liberarnos de las prisiones y las tiranias en que a veces se convierten nuestros sentimientos y emociones? Actualmente disponemos del conocimiento necesario para mejorar nuestra libertad emocional. El objetivo de este libro es, precisamente, poner sobre la mesa una porcion de este conocimiento y, con ello, servir de motivacion y guia para mejorar nuestra salud psicologica. En otras palabras, disponer de las estrategias necesarias para un control mas adecuado del estres y disfrutar de un mejor indice de felicidad y bienestar.

  • Algunas desayunan con diamantes, yo prefiero unos churritos de Lara Smirnov

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    Cuando el jefe de Roberto lo invita a una fiesta en su cigarral de Toledo, el joven abogado acepta por compromiso. Sin embargo, lo que prometia ser una velada aburrida se convierte en una noche loca cuando conoce a las hijas de su jefe, dos mujeres tan opuestas que cuesta creer que sean hermanas.
    Cristina, la mayor, es una preciosidad tan aficionada al lujo y al glamur que se hace llamar Cristal. Le gusta tanto el brillo que se burla de su hermana pequena por llevar el nombre de una piedra semipreciosa.
    Agata ha aprendido a fingir indiferencia cuando algo le interesa, porque sabe que, si Cristal se entera, no para hasta arrebatarselo; pero cuando ve a Roberto siente una atraccion tan grande que se olvida de todo, incluso de disimular.
    Una boda, un truco de magia, tesoros reales y diamantes legendarios en una comedia viajera que nos recuerda que lo mas valioso no se mide en quilates.

  • Curar con la fuerza de la naturaleza de Andreas Michalsen

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    La medicina sera integrativa o no sera. Despues de decadas de hegemonia de la medicina convencional y de la industria farmaceutica, llega por fin una medicina que no renuncia a la tecnologia, pero que abraza por igual la tradicion occidental y la oriental. En una sociedad postcrisis en la que triunfan fenomenos que beben del budismo como Marie Kondo, en la que practicas como el pilates, el yoga, la meditacion y la alimentacion consciente estan incorporadas en nuestra cotidianidad, empieza a despuntar una nueva vision de la medicina. Cansados de los estragos que ha causado el abuso de antibioticos, de consultas medicas deshumanizadas y de problemas de salud del primer mundo que se vuelven cronicos, son muchos los que buscan alternativas.
    El doctor Andreas Michalsen, que auna lo mejor de las dos tradiciones medicas, nos propone la naturopatia, tecnica que contempla al paciente como un todo y que, a traves de la hidroterapia, la terapia nutricional, el ejercicio fisico, la fitoterapia y el trabajo espiritual nos hara reencontrar nuestro equilibrio fisico y animico.

  • Las ansias carnivoras de la nada de Alejandro Jodorowsky

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    <> Alejandro Jodorowsky

  • Recuerdos del futuro de Siri Hustvedt

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    Una escritora consagrada que trabaja en sus memorias redescubre los viejos diarios de su primer ano en Nueva York, a finales de la decada de 1970. Recien salida de un pueblo de Minnesota, sin apenas dinero y con hambre de nuevas experiencias, se deslumbra por todo lo que le ofrece la ciudad: su primer amor, los esbozos de su primera novela, la escena literaria que se abre ante ella, y, sobre todo, la obsesion por su vecina, una mujer joven que cada noche entona extranos monologos en su apartamento y que la protagonista anota febrilmente en sus cuadernos. Conforme estas confesiones
    se vuelven mas perturbadoras, su interes por descubrir la verdad detras de la puerta de al lado tambien se intensifica.
    Cuarenta anos despues de aquello, esas notas y diarios sirven a la escritora para reflexionar sobre temas como el paso del tiempo, el deseo o el papel de la mujer en la sociedad, y para constatar que son los recuerdos del pasado los que en gran medida conforman quienes seremos en el futuro.
    Entre la metaliteratura y el feminismo, entre el thriller psicologico y el bildungsroman, Siri Hustvedt vuelve a cuestionar nuestras relaciones con la realidad, la capacidad del arte para cambiar nuestra
    percepcion del mundo, los limites de la ficcion y los enigmas de la personalidad y la memoria.

  • Aguilas Y Cuervos, Pauline Gedge de Pauline Gedge

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    Tras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albion ven como la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor.
    Los britanos, pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combaten igual que los hombres y el honor representa el maximo valor, comprenden que solo la unidad les permitira oponerse a la todopoderosa aguila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduria secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasion de los individuos inciden, una vez mas, en el curso de la Historia.
    La lucha de Caradoc se perpetuara en la persona de Boudica, reina de los icenos, que se enfrentara al brillante general romano Suetonio Paulino.
    En esta saga, que abarca tres generaciones, la escritora canadiense Pauline Gedge, autora, entre otras, de La dama del Nilo, ha plasmado con su habitual rigor una pagina apasionante de la historia de la dominacion romana.

  • Quien mato a mi padre de Edouard Louis

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    Consolidado como el nuevo enfant terrible de las letras francesas gracias al impacto de obras tan singulares como Para acabar con Eddy Bellegueule e Historia de la violencia, dos libros de tintes marcadamente autobiograficos que anticipaban la irrupcion de la ultraderecha en Francia y sus nefastas consecuencias, Edouard Louis vuelve a la carga con un j'accuse tan breve como demoledor acerca de las desigualdades sociales del pais, que es, a la vez y sobre todo, un ejercicio de reconciliacion muy emotivo con su padre moribundo.

  • Heredera de plata de Julia De La Fuente

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    La ambicion desmedida de un monarca desata la guerra en la hasta entonces pacifica region de Adrastea.
    En este mundo de venganzas, traiciones y dolor, protegida tras los muros de su castillo, una joven princesa con alma aventurera y nobles ideales suena con ser caballero.
    Heredera al trono mas poderoso de los nueve reinos, la sospechosa muerte de su padre la situara en el centro de una complicada trama de intrigas.

  • Mi Soberano de Elena Romero

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    Mi Soberano, una historia marcada por el dolor de un pais en crisis, pero aun mas por el dolor de amar cuando ya no es posible elegir, con una trama llena pasion, tristeza, sexo, osadia, y drama. Relata la historia de amor entre un diputado (Hanzel) y una joven estudiante universitaria (Normandia) a los cuales la vida les ensena que para el amor no hay reglas ni impedimentos y el cual puede prevalecer en tiempos violentos, mas alla de cualquier sacrificio.

  • La cruz del Nilo (Las hijas de las tormentas 2) de Jordi Sierra I Fabra

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    Joa continua buscando a sus padres, negandose a aceptar el silencio. Por fin una llamada del arqueologo Gonzalo Nieto, viejo amigo de su padre, la pone sobre una nueva pista que la traslada a Egipto. Pero no llegaran a encontrarse, porque es asesinado unas horas antes. Joa tendra que sumergirse en la resolucion de una sucesion de enigmas partiendo de un viejo jeroglifico egipcio, e intentar huir de la secta que esta dispuesta a todo por guardar el secreto que protegen.

  • Todas mis estrellas de Diana Boswell

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    Cuando Aden y Darya cruzaron sus miradas, ninguno de los dos pudo imaginar que un lazo invisible uniria sus corazones para siempre en una historia de amor inolvidable.
    Aden es un hombre hecho a si mismo, atormentado por todos los secretos que guarda. Ha sacrificado tanto de si mismo que esta convencido que sonar con un futuro que escoja es sonar un imposible.
    Darya es una muchacha que puede ver el interior del alma de las personas, y la de Aden esta marcada por las cicatrices. Su unico impulso es entenderle, arreglarlo. Sobrepasar sus barreras para ayudarle. Para salvarlo.
    Asi es como le demuestra que si tiene un futuro, una luz: ella.

  • En que pensamos cuando pensamos en Futbol de Simon Critchley

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    El futbol hunde sus raices en el sentimiento de pertenencia a un lugar y a una comunidad, y en su momento fue parte importante de la cultura obrera: era un deporte de equipo, de asociacion, donde el conjunto esta siempre por encima de las individualidades por importantes que estas puedan ser. Los jugadores vienen y van, mientras que los aficionados son el archivo, la memoria del equipo, quienes lo anclan en la historia. Son parte activa del futbol como experiencia y coleccion de momentos. Aunando pasion y rigor, analisis y devocion Critchley se acerca a este fenomeno planetario desde perspectivas de clase, de genero, tambien de estetica, y nos ofrece un libro que es tanto un inspirado e inspirador ensayo, como un sentido homenaje al futbol.

  • Un caso desesperado de Laia Sinclair

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    Sam es un hombre formal, serio y distante. Esta centrado en su trabajo como jefe de una agencia de detectives y en su hija
    Lily, cuya crianza tras la muerte de su esposa se le hace cada vez mas dificil. Con el corazon cerrado a nuevos amores y aferrado al recuerdo de su esposa, Sam no quiere ni oir hablar de citas cuando su hija le tiende una trampa y le concierta una en el restaurante de citas a ciegas mas famoso de Nueva Orleans.

  • La Bolivia de Marian Izaguirre

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    Querido Richard: Te extranara saber que estoy de nuevo en La Bolivia, el lugar en el que vivio mi familia durante tantos anos y del que luego fuimos alejandonos, hasta que todo quedo reducido a un simple recuerdo enterrado entre montanas de polvo. Tendrias que ver el estado en el que se encuentran la Casa Grande, el cenador de las glicinias, las laderas del mirador… Algunas cosas se conservan milagrosamente. Otras han perdido todo sentido y parecen decorados de una obra que nadie se molestara en representar jamas. La casa y el resto de las dependencias estan enmohecidas. El enfoscado se ha caido en la fachada principal y una de las habitaciones de la segunda planta tiene el tejado hundido. Los pajaros anidan dentro, al amparo de las vigas, y el divan esta enterrado entre un centenar de tejas y cascotes. Desde el centro de la habitacion se puede ver el cielo. Es un efecto extrano, desconcertante, porque se oye un rumor continuo de seres vivos, el olor del campo invade la estancia y tienes la sensacion de que hay alguien escondido entre las sombras. Por las noches me gusta asomarme a ese pequeno hueco a traves del cual puedo contemplar las estrellas y, en cierto modo, la cara oculta del pasado. Mi padre hacia eso mismo. Intentar desentranar los secretos dormidos en la alacena de la historia. En esa habitacion de la que te hablo estaba su santuario. Alli pasaba horas y horas con sus papeles y sus extranas caligrafias sin sentido. !Que par de locos nuestros padres! ?Recuerdas el gimnasio? Esta totalmente destruido. Alguien se ha llevado los aparatos en los que esos dos krausistas chiflados se retorcian cada dia. Solo queda la escala que hizo tu padre y el viejo plinto de madera, que ahora tiene las tripas de gomaespuma al aire. Me apena ver todo este abandono, pero al mismo tiempo siento un nudo de emocion en el pecho, como si estuviera a punto de descifrar el ultimo parrafo de un manuscrito inacabable. El abandono es una idea terrible, una amenaza que va cosida a las personas como si se tratara de su sombra. La parte humana de La Bolivia, las edificaciones, los muebles, todo aquello que hicieron los hombres, sufre su ausencia y decae hasta su pronta desaparicion. Pero el resto de la finca, su lado salvaje, ha mejorado considerablemente. Solo la naturaleza es capaz de regenerarse a nuestras espaldas, solo los arboles, las plantas, el campo, sobreviven a esta brutal ausencia de seres humanos. El yelamo parece mas verde y frondoso que nunca y los alcornoques, ahora que la Compania Corchera ha dejado de explotarlos, surgen por todo el monte. Los caminos que se abrieron para las recuas de mulas han desaparecido y ahora todo el sobral es un bosque salvaje en el que los arboles crecen deformes, pegados los unos a los otros. A veces las copas se entretejen y oprimen hasta formar un techo verde que apenas deja entrar unos cuantos rayos de sol. Me temo que este es uno de esos lugares que sobreviven a su propia historia. Antes de que perteneciera a mi familia, habia sido una de las muchas fincas de recreo que los duques de Alcoy tenian en Andalucia. La Casa Grande eran las antiguas caballerizas y la explanada que tu y yo conocimos como El Mirador, ese hermoso alto rodeado de castanos y especies exoticas que tanto admiraba tu padre, era el lugar en el que estuvo la primitiva residencia. Por lo visto, la duquesa era aficionada a la botanica y lleno los alrededores de arboles y toda clase de pajaros que hacia traer de America. ?Recuerdas las cotorras, herrerillos y torcaces que cruzaban de copa en copa, entre ginkgos y catalpas? ?Recuerdas el arbol de las trompetas, o aquel otro fresno de flores blancas que tu padre llamaba <>? La duquesa veia todo ese vergel desde sus ventanas. Debio de ser un lugar hermoso. Cuando mi abuelo compro La Bolivia, la casa de los duques ya no existia. Se habia quemado totalmente. En el incendio murio uno de los hijos y, segun he oido, esa fue la causa de que la vendieran.

  • El ultimo proceso de Kafka de Benjamin Balint

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    ?A quien pertenece Kafka?
    La historia del verdadero proceso sobre su obra.

  • Malditas palabras de amor de Monica Maier

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    Eva necesita distancia. De Marco. De ella. De los lugares comunes que le recuerdan lo que ya no son. Por todo ello, decide dejar su ciudad y refugiarse en un pequeno pueblo cerca de la Costa Brava donde busca la calma que le permita dar un nuevo rumbo a su vida. Un lugar sin sobresaltos, hasta que Eva tropieza con un huracan de ojos azules que arrasara con todo lo que creia saber y la empujara a enfrentarse a lo que mas teme: ella misma.
    Una historia intensa y emotiva que nos habla de las conversaciones, a viva voz o silenciosas; las decisiones, cobardes o valientes; y las mentiras y verdades a medias, que condicionan nuestra vida y felicidad.

  • Seduciendo su Corazon (Manhattan Dinner Club 2) de Jean Joachim

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    El timbre de aviso del ascensor sorprendio a Bess Cooper. Se abrieron las puertas revelando un hombre y una garganta. El hombre atractivo levanto un parpado y giro la cabeza levemente. Solto un poco la mujer a la que habia estado besando y miro con ironia a Bess. --?Quien demonios es usted? Si ha venido para ver el apartamento, ya esta vendido--, dijo mientras se enderezaba. --Yo vivo aqui. ?Quien demonios es usted?-- Bess descanso los punos en las caderas. --Yo tambien vivo aqui--. El hombre se aflojo la corbata y desabrocho el boton del cuello de su camisa. --?Asi que usted es el nuevo dueno del quince B?-- Alto, delgado, pelo negro precioso. Y esos ojos. Vaya. Esta cara me suena. --Me contaron que una ancianita vivia en el quince A--. Se saco un panuelo del bolsillo y se limpio la boca. --?Los de la inmobiliaria?-- El afirmo con la cabeza. --Gran sorpresa. Un agente inmobiliario que miente--, hizo un mohin cambiando de postura. --?Es usted mi nuevo vecino?-- --Culpable. Y, ?usted es la viejecita?-- Su mirada pausada la recorrio de arriba abajo en un latido. Una lenta sonrisa aparecio en sus labios perfectos. --Muy bien conservada --. Bess solto una risita sin querer, cubriendose la boca con la mano. --Oye, Whit...-- La morena en el ascensor tiro de la solapa de su chaqueta. --?Whit? Ahora me acuerdo de donde le he visto. Usted es Whitfield Bass. Usted es el hombre de las noticias, ?verdad?-- El sonrio y se inclino. --Nuevamente culpable--. Coloco la palma de la mano en el trasero de la mujer con el y los dos salieron del ascensor. --Ella es Candy Wayne y, ?usted es?-- Al oir su nombre, la mujer delgadisima de pelo negro corto rodeo con un brazo la cintura de Whit y se apreto contra el. --Bess Cooper.-- Ella extendio una mano. Whit la sacudio brevemente, pero Candy permanecio adherida a su lado, mirando a Bess con frialdad. --Encantada de conoceros--, dijo Bess. --Yo te he visto antes--. Whit se acaricio la barbilla sin afeitar. --Yo soy modelo. ?A que te dedicas tu?-- pregunto Candy. --Yo cocino--, contesto Bess. --Oh, eres una criada--. La morena miro con desprecio a Bess. --!Ya se!-- Whit chasqueo los dedos. --No es una criada, es una cocinera. En la tele. Cocinando Con Bess, ?verdad?-- Se le ilumino la cara. Bess se sonrojo. --Culpable--. --?No eres un poco gordita para estar en la tele?-- Candy alzo pestanas negras densas y falsas con una mirada reprobatoria a las caderas de Bess. --No segun mi productor--. Bess entro en el ascensor y pulso el boton para bajar. --A mi no me pareces gordita--, comento Whit, descansando la mirada en el escote de ella. --Peso exacto--, dijo el mientras se cerraban las puertas. Bess rio levemente mientras bajaba el ascensor. Cuando llego abajo, su portero favorito, Crash, estaba al frente del mostrador de entrada. --Buenos dias, senorita--. Ladeo su gorra. --Un nuevo vecino. ?Que te parece a ti, Crash?--. Se acerco al hombre de uniforme. "No muy amigable. Se cita con modelos de moda. Solo es un famoso mas--. --?Es de los que tiene parejas intercambiables?-- --Si. Este tipo es de los que las repone rapido--. Crash se sonrojo al decir esto. Bess enarco una ceja. --No me sorprende. Comentarista famoso de los noticieros. Tipo atractivo--. --Ahora, no vaya usted perdiendo la cabeza por el, Senorita Bess. Es un ligon. Usted es una chica decente. No me gustaria verla ser lastimada por este tipo--. Ella le dio unas palmadas en el brazo. --Gracias, Crash, eso es un buen consejo. Estoy inmunizada. Ademas, tengo a Terry y no soy una ligona--. El rio un poco. --No senora. Usted siga con un solo tipo. Por lo menos, uno por uno --. Ahora era el turno de Bess el ponerse roja. --Lo intento, Crash--. --Este tipo. El poli. Es una buena persona. Me cae bien--. --Me alegro de que te parezca bien. Me marcho a hacer la compra. Hasta luego--. Crash sonrio y se llevo la mano a la gorra otra vez. Bess salio al aire matutino agradable de mediados de septiembre. Fruncio las cejas mientras consideraba como iba a ser compartir el pasillo con un hombre con chicas calientes entrando y saliendo todo el tiempo. Y seguramente a todas horas, tambien. Aunque la vision de su mandibula recta, ojos claros que parecian desnudarla con la mirada y su cuerpo atractivo daban vueltas en su cerebro, sono una alarma. Es un ligon. Manten las distancias. Enderezo los hombros mientras subia caminando por Central Park a la calle West 81 st , luego se dirigio hacia el oeste hasta la tienda de Zabar. Tengo a Terry. No le le necesito a el. Whitfield Bass, puedes seguir con tus maneras ligonas. No mancilles el umbral de mi puerta. Una vez dentro de la tienda de productos gourmet, se dirigio a la seccion de cafes. Despues de comprar pequenas cantidades de varias marcas, eligio una variedad de tipos de te. Para cuando habia terminado, ya tenia dos bolsas de la compra llenas de cosas. Bess las alzo, sorprendida de ver lo poco que pesaban. El te no pesa nada. Siguio camino abajo pensando en que iba a preparar para cada bebida. Crash abrio la puerta del Wellington y Bess le saludo con la cabeza mientras seguia caminando hacia las escaleras. Pensando en lo que iba a cocinar, no vio a Candy Wayne avanzar hacia ella hasta que ella y la modelo chocaron. La joven mujer delgadita choco contra Bess haciendola soltar sus bolsas con su contenido tirado por el suelo. --Se me ha roto un tacon--, dijo Candy mostrando la mitad de un zapato de tacon muy alto antes de bambolearse dentro del ascensor. Cuando Bess dijo un taco para sus adentros, su perra doguillo, Albondiga, empezo a ladrar. Estaba sin arreglar, la parte de arriba de su vestimenta medio metida en la falda que estaba ladeada. --Lo siento. Lo siento--, murmuro la modelo a medida que se cerraron las puertas. El ascensor siguio su camino. Bess escucho aranazos en su puerta al tiempo que la puerta en la otra punta del pasillo se abrio. Whit, vistiendo un albornoz de color blanco como unica prenda, saco la cabeza. --?Que demonios es ese jaleo?-- --Mi perra. Cuando me oye, ladra--. Bess estaba de rodillas recogiendo cajitas de te y bolsitas de cafe. --?Que tienes alli dentro? ?Un Rottewiler? ?Un pastor aleman?-- Bess rio. --Una doguillo, ella cree que es una Rottweiler--. --?Una doguillo?-- Rio un poco. --?Te echo una mano?-- --Todo bien--. --?Ha sido Candy la que ha hecho eso?-- Bess cerro los labios en una linea firme y delgada y siguio recogiendo su compra. Albondiga siguio ladrando. Whit salio descalzo de su apartamento y se agacho al lado de Bess. Recogio varias cosas y leyo las etiquetas. --Te Chai, cafe Kona, mermelada Loganberry...--. Bess tomo cada articulo de las manos de el uno por uno y los metio rapidamente en la bolsa. --Estoy haciendo un poco de investigacion sobre el cafe y el te--. --Que interesante. Mi investigacion consiste en revisar articulo aburrido tras articulo aburrido en internet--. --Esa es la razon por la cual hace lo que hace y yo hago lo que hago--. Al ponerse en pie, el le entrego un paquete de regaliz negro. --Me apuesto que somos las dos ultimas personas en la ciudad a quienes nos gusta esto--, dijo el. --Lo dudo--. Si se cree que me va a adular para acostarme con el. Que lo vaya olvidando. Pero, a medida que el se inclino, su albornoz se abrio un poco y ella pudo ver su pecho. Era totalmente tocable, firme pero no duro tipo gimnasio. Vello negro en moderacion le hizo sentir picores en las puntas de los dedos al pensar en deslizarlos sobre sus pectorales. Con un gran esfuerzo, dejo de mirar el cuerpo de el y dirigio la mirada hacia los paquetes de comida todavia en el suelo. --Gracias--, dijo ella, con desgana de deberle nada, aunque solo fuese por el gesto de el de recoger un articulo. --No podia hacer menos despues de que Candy chocara contra usted--. Bess hizo un breve gesto con la cabeza y se encamino hacia su puerta. Al abrir la puerta, la pequena doguillo salio corriendo. Se fue directamente hacia Whit, ladrando una y otra vez. El se rio pero se retiro hacia atras. Es una bestia pequena pero feroz. --Odio los cliches, pero ?no va a llamar a su perro?-- dijo el con la espalda contra la pared. --!Albondiga! Albondiga, ven aqui, pequena--. Llamo Bess. La doguillo cerro la boca y se volvio hacia su ama. Despues de una mirada suspicaz hacia Whit, la perra se retiro, jadeando y obedeciendo. --Ella no le haria dano--. --?En serio? ?Esta usted segura de que ella lo sabe?-- La arruga en su frente se borro un poco. Se arremetio su albornoz y tiro de la banda que cerraba su albornoz apretandola. --Tu novia necesita una leccion de buenos modales--, dijo Bess, recogiendo una bolsa en cada mano. Albondiga miraba a Whit pero se quedo al lado de Bess. --Oh, no es mi novia--. --?Oh?-- Bess subio las cejas. --Pues a mi me podria haber enganado eso--. --De hecho, esa solo era nuestra segunda cita. Una cita larga quizas, pero solo la segunda. Yo tengo bastantes amigas--. El la miro otra vez con una mirada que le hizo sentirse desvestida por el. Instintivamente se tapo el pecho con el brazo. --Pues que bien. Ten cuidado con las enfermedades de transmision sexual, pueden ser bastante desagradables--, dijo ella. --?Hablando por experiencia propia?-- El enarco una ceja mirandola. El ardor subio por sus mejillas al tiempo que perdio la compostura. Solto ambas bolsas lo cual hizo que Albondiga volviese a ladrar. --Tiene mucho descaro--. --Tu eres la que lo menciono. No yo. Yo soy un gran defensor del sexo seguro. ?Lo eres tu?-- --Eso no te incumbe--. Dijo Bess recogiendo sus cosas y silbando hacia Albondiga que se callo inmediatamente y siguio a su ama. --?Tendre que usar un desinfectante cada vez que pase por delante de tu puerta?-- dijo el haciendo una mueca burlona. --!Muy gracioso! No entiendo por que no te has dedicado a la comedia en vez de las noticias. Vamos a ver... ?quizas porque no eres gracioso?-- Ella entro en su apartamento y cerro la puerta de golpe. La carcajada de el era alta y sonora. Que desagradable. Puede acostarse con todas las mujeres de Nueva York, pero a mi nunca me va a pillar. Odio a los hombres ligones. Cargo con su compra hasta la cocina con Albondiga trotando tras ella. La perrita se arrecosto en su pequena camita y ya roncaba antes de que Bess hubiese guardadado todas las compras. Se prepare un cafe y se sento con un cuaderno y un boligrafo. El telefonillo de la puerta la saco de sus pensamientos. Descolgo y le dijo a Crash que el visitante podia subir. Su ayudante, Ned Lester, entro directamente. Ella nunca cerraba la puerta con llave, pensaba que con unos porteros tan vigilantes, no tendria necesidad de hacerlo. --?Donde has estado? He dejado diez mensajes. ?Te hacia falta que recogiera algo de camino?-- --Lo compre todo yo misma. Estaba en el pasillo. Maldito vecino nuevo. Su novia repelente choco contra mi. Luego, el salio para ayudar a recoger las cosas que se habian caido--. Los ojos de Ned brillaron. --?Era mono?-- --?No tienes a alguien?-- --No has contestado mi pregunta. No para mi. Para ti--. --Supongo que se podria decir que es bastante atractivo para ese tipo de cosa--. --?Que tipo de cosa?-- Ned se sento en un taburete al lado del mostrador, su libreta lista, boligrafo en mano y los ojos azules mirando a Bess. --Quiero decir, pelo negro, ojos grises, buen fisico--. --Vaya. ?Mejor que Serge?-- --Era irritante--. Bess volvio a la cafetera y le sirvio una taza a Ned. --Ahora se que estas mintiendo. Siempre adivino. Se te ve un temblorcillo bajo el ojo izquierdo. Solo un instante, pero se ve--. --Vale. Es guapisimo pero es un ligon. Ademas, tengo a Terry--. --?Lo tienes de verdad? ?No es solo una vez a la semana y nunca se queda a dormir? -- --?Y?-- Bess bebio sorbitos de su cafe. --A mi me parece que estais algo atascados--. --Me gusta. Es un poli. Me hace sentirme segura. Estoy contenta con las cosas tal como estan--. --?De verdad?-- Ned miro fijamente, pero Bess evito mirar sus ojos. --Vamos a ponernos a trabajar. ?Como enmarcar esto? Mejores postres para cafe y mejores para el te?-- --De esa manera, a lo mejor podemos conseguir dos programas de esta idea en vez de uno solo--, dijo el apuntando en su cuaderno. --Bien pensado. Hmm, ?que va mejor con el cafe? Cualquier cosa de chocolate--. --Oh, dios. Chocolate. Aqui voy. Y de paso, a mi no me enganas. Te estoy dejando cambiar de tema... de momento--. Dijo Ned sonriendo. Bajo, con pelo marron y ojos azules, Ned era atractivo pero estaba fuera del alcance de Bess ya que era gay. Se cuidaba mucho el fisico, vestia impecablemente y la cuidaba a ella muy bien. Si yo tuviese un hermano pequeno, me gustaria que fuese exactamente igual que Ned. Bueno, quizas no tan meticon. El guardaba sus secretos y compartia su amor por la comida. Ned era mas familia para ella que su familia de verdad. Listo para convertirse en su cocinero segundo, Ned habria sido la eleccion perfecta, pero a Bess le disgustaba la idea de tener que ensenarle las cosas a un nuevo ayudante. Aunque estaba deseando que le dieran la promocion a el, tambien temia ese momento. Ella dependia de su apoyo y el jamas ponia en duda el juicio de ella. Eran el tandem perfecto. Ned repaso los cien libros de cocina que ella tenia en sus estanterias, buscando aquellos que se especializaban en postres. En media hora, ella estaba totalmente inmersa en el tema, comentando y seleccionando recetas con el. El episodio estaba empezando a tomar forma y ella habia olvidado al devastadoramente atractivo Whit Bass y su desfile de mujeres deseosas. Hicieron una lista de la compra. Ned se fue a la tienda mientras Bess se tomo un descanso. Se acerco a la ventana con su taza de cafe. Albondiga se estiro y se acerco a ella. Sus elecciones de posibles postres eran lo suficientemente numerosas para que pudiera estar segura de que habria unas cuantas opciones muy destacables para el programa. Su mente volvio al nuevo vecino. ?Por que estoy pensando en el? Es un problema para cualquier mujer soltera. Yo quiero tener hijos algun dia. No podria hacer eso con un tipo como Whitfield Bass. ?Y Terry? Ni siquiera le tengo dos veces a la semana. Se mordisqueo una una y luego se detuvo, horrorizada. --?Cuantas veces te he tenido que decir que dejes esa costumbre asquerosa?-- Ned entro, cargando dos bolsas. --Lo se, lo se. Lo siento. No estaba pensando--. --Tus manos y unas se ven. No puedes estar destrozandolas con los dientes--. Suavemente le dio una palmada en la mano y luego la elevo para besarla. --Tienes razon. Se me olvida. Preocuparme por mi aspecto ante la camara es la peor parte de este trabajo. ?Cuando podre morderme las unas y que no le importe a nadie?--. --Cuando te quedes sin trabajo. Y como ese dia no ha llegado aun, deja de hacer eso --. Recupero un paquete que se habia caido en la entrada de la puerta y lo llevo a la cocina. Mientras sacaba cosas de la compra y las guardaba, iba charlando. --?Que te tenia tan ensimismada cuando entre?--

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • Antes de Amarte (Solteronas 2) de Amaya Evans

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    Adalind caminaba hacia la propiedad de su vecino y como siempre que iba a encontrarse con el, su corazon latia desbocado. Se sentia nerviosa porque no queria echarlo todo a perder por sus palabras de hacia unas semanas. Todavia se decia "estupida" una y mil veces. Ella se imagino que el estaria de acuerdo, cuando le dijo que harian una pareja perfecta, no solo porque eran dos signos afines, pues ella siendo Libra, era muy tranquila y optimista, ademas de que no le gustaban los enfrentamientos y el siendo Leo, tenia un caracter fuerte, asi que podian ir bien. Sin embargo, habia otras cosas que le gustaban de el, como lo generoso que era, aunque no le gustaba que los demas lo supieran y bueno...decian que los de su signo eran apasionados, y eso no le hacia dano a nadie. Sintio que un sonrojo se extendia por todo su rostro con solo pensarlo. Pero Damien en lugar de aceptar su practica idea, se puso livido, y la miro con ojos asesinos. Le dijo que ya sabia que esa amistad entre ellos, era demasiado buena para ser verdad. Le grito que no era mas que una mentirosa como todas las mujeres pero que le aplaudia su astucia porque se habia hecho pasar por una amiga para luego dar el zarpazo. Ella no entendio una palabra de lo que dijo, pero le suplico que no terminara su amistad por una imprudencia de ella, que se le habia salido ese comentario porque penso que el no lo veria mal. Damien se fue en su caballo y la dejo alli sola, teniendo que aguantarse la lluvia torrencial que cayo todo el camino de regreso a su casa. Aunque eso fue terrible, ella no se habia cansado de ir dia tras dia a su casa para convencerlo de que no habia sido su intencion molestarlo, pero el no queria saber de ella. Cuando llego a casa de Damien, quien la recibio fue su mayordomo. --Buenas tardes, Huxley. --Buenas tardes, lady Adalind. -- ?Podria ver a lord Gilmor? --Me temo que no esta en condiciones de atenderla--el hombre miraba para todos lados, menos hacia ella. -- ?Es eso o tampoco quiere verme hoy? El hombre tuvo la decencia de parecer avergonzado. --Ya entiendo...dijo ella carilarga. --digale que estuve de nuevo aqui, y que no dejare de venir hasta que me de la cara y hable conmigo. Digale tambien que por si no se ha dado cuenta ya no es un nino para hacer esos berrinches infantiles, que si tiene algo que decirme lo haga como un hombre adulto que es. El mayordomo la miro con ojos muy abiertos--milady, no creo que pueda usar esas mismas palabras, pero me asegurare de darle el mensaje con palabras mas... --No Huxley, digaselo asi. --Milady, si no quiere que me corra en ese mismo instante en que se lo diga, lo mejor sera que suavice el recado. --Bien, bien, haga lo que quiera--le dijo molesta--buenas tardes. --Buenas tardes, lady Adalind, que tenga un excelente dia--el hombre cerro la puerta y se limpio nerviosamente, las gotas de sudor con el panuelo, antes de subir las escaleras para dirigirse al dormitorio de su senor. Damien miraba desde su ventana mientras la veia irse. No cabia duda de que lady Adalind Payton, era una mujer terca y persistente. La vio salir con su forma de caminar peculiar cuando estaba molesta. Sonrio pensando que la habia llegado a conocer bastante bien en ese poco tiempo que llevaban siendo amigos. Sabia cuando estaba feliz, cuando estaba pensativa, y tambien cuando estaba triste. Pero cuando estaba molesta era una fuerza a tomar en cuenta, se portaba impulsiva y decia lo que se le viniera a la cabeza. Suerte que era mas bien de temperamento calmado. Con ansias la habia esperado cada tarde para salir a cabalgar y escucharla hablar de sus adorados astros, de la luna mas indicada para los cultivos y de sus signos del zodiaco. Ella tambien escuchaba sus ideas de mejorar la propiedad y las condiciones de sus arrendatarios. Asi como sus historias de tiempos mejores. No supo como ni cuando, pero ella se fue metiendo en sus corazon, y se encontro echandola de menos cuando no la veia. Todavia recordaba aquella vez que a el se le ocurrio salir a dar un paseo solo, y la encontro cerca a sus terrenos, segun ella recogiendo hongos para una receta con pollo muy especial que queria hacerle a su tia. Fue alli cuando supo que era sobrina de lady Helen Payton, una mujer bastante peculiar y muy independiente. La gente e incluso el, solian decir que era una mujer adelantada a su tiempo. No le gustaba la compania de los hombres y definitivamente no le gustaba tenerlos en cuenta para nada en su vida. Vivia diciendo que hacian falta mujeres medicos, contadoras, enfermeras y hasta abogadas. Que, si las cosas fueran asi, no tendria que emplear al genero masculino para nada en su vida. Por Dios Santo !mujeres abogadas!, sintio escalofrios de solo pensar en mujeres haciendo leyes. Con lo temperamentales que eran, mandarian el mundo al diablo en cuestion de meses. Pero a el le caia bien Adalind, con su manera de pensar independiente. El dia que la encontro recogiendo sus hongos, le metio un susto de muerte, le grito y hasta le apunto con su arma, diciendole que estaba en propiedad privada. A lo que ella descaradamente respondio--Lo se, pero nuestras propiedades estan juntas, y me imagine que no veria nada malo en regalarme unos cuantos honguitos. Ademas, es de buenos vecinos colaborarles a otros vecinos--le dio una tremenda sonrisa. El estaba totalmente desconcertado al ver que aquella mujer atrevida, no gritaba o se desmayaba al ver su rostro. Por lo general era costumbre que el genero femenino huyera despavorido al verlo o hiciera una mueva de asco por sus cicatrices en el rostro. Ella lo observaba, pero era mas con curiosidad. De manera que poco a poco se las arreglo para estar presente cada dia cuando el pasaba por esa parte de la propiedad y siempre tenia algo que decir. Al principio el solo le respondia con monosilabos, pero despues no supo como paso, empezaron a hablar mas y un dia el le dijo que trajera su caballo y podrian cabalgar. Ese fue el comienzo de aquella extrana amistad. Todo marchaba bien, hasta que a ella se le dio por decirle un dia que, en lugar de encontrarse cada dia, deberian vivir juntos. El se imagino que ella le insinuaba que se convirtieran en amantes. Al final de cuentas, el habia escuchado que ella y sus hermanas eran solteronas, y que no pensaban casarse porque pensaban igual que su tia, pero se dio cuenta de que se habia equivocado, cuando ella le dijo que seria mas practico casarse. Damien penso que estaba loca, pero ella pensaba que su idea, era mas que logica. El no quiso saber nada mas del asunto, pero ahora Adalind lo buscaba todo el tiempo y ya se estaba cansando de aquel asunto. El jamas se casaria. Todavia tenia en su mente el recuerdo de aquella mujer que se burlo terriblemente de el. Esa que le hizo pensar que lo amaba y mientras el la visitaba en su casa para cortejarla, ella se reunia despues en el te de las cinco con sus amigas para chismear sobre el asco que le daba que Damien la tocara y que un dia cuando le habia robado un beso casi vomita. Eso le dijo la prima de un buen amigo con la cual ellas habian estado una tarde, sin saber que conocia a Damien. Cuando ella se lo dijo a su primo y este se lo comento a el, casi muere de la verguenza y del dolor. Esa maldita mujer habia reido cruelmente y les habia jurado a sus amigas, que cuando fuera marquesa y tuviera acceso a la fortuna de el, le diria todo el tiempo que tenia jaqueca para que no se le acercara, y se iria por temporadas a alguna de las casas de campo de su propiedad con un amante nuevo, cada vez. Damien no fue el mismo desde aquel dia. El no habia creido su suerte cuando conocio a Daphne. Era una mujer hermosa, delicada, educada, hija de un baron con mucho dinero, y su union seria perfecta, ante toda la sociedad de Londres, e indiscutiblemente beneficiosa para ambas familias, pero cuando vio su verdadero rostro, a el le parecio que era incluso mas horrendo que el suyo cuando se miraba al espejo. Para el era dificil confiar a partir de ese dia y por eso se juro jamas volver a caer en el juego de ninguna mujer.

  • Su Protegida de Christian Martins

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    El amor puede superarlo todo. Todo. Aunque Harry Hunter y Bailey Kim han conseguido escapar de sus persecutores, aun no han logrado la paz que tanto anhelaban. Tienen que continuar moviendose para evitar ser capturados, y eso no es nada facil. Harry esta dispuesto a mantenerla a salvo a cualquier precio, pero una misteriosa llamada corrompe sus planes de futuro. ?Como abandonar a la mujer que ama despues de haber jurado que la protegeria hasta el fin de sus dias? ?Como dejarla cuando por fin se siente completo a su lado? "Todo hubiese sido mas sencillo si jamas le habria conocido, si jamas hubiese conocido el verdadero significado de amar..." "Necesito verle, tocarle. Aunque sea, necesito despedirme..." "Y por fin abro los ojos y esta frente a mi, con su pelo cobrizo alborotado y su mirada repleta de preocupacion. No se si estoy sonando, pero quiero quedarme aqui, junto a el, para siempre..." Si leiste "Mi protector" y te quedaste con ganas de mas, y mas, y mas... Adentrate en "Su protegida". Trepidante. Apasionada. Romantica. Repleta de suspense. No podras dejar de leer.

  • Monteperdido, Agustin Martinez de Agustin Martinez

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    Y tu, ?seguro que quieres conocer toda la verdad sobre lo que sucedio en Monteperdido?

  • Miles de emociones con nuestro nombre de Ana Forner

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    Dicen que Nueva York es la ciudad de los rascacielos, de las grandes avenidas y el escenario de miles de peliculas. Yo anadiria que tambien es la ciudad de los suenos, esos que todos esperamos cumplir algun dia, incluso yo misma, aunque a veces lo olvide cuando otro sueno, uno mas poderoso y que lleva su nombre, llega para ensombrecer a este.

  • La otra Iliada de Ethel Krauze

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    Ehtel Krauze en este libro le canta a la epoca. Da cuenta del presente historico para reconocerlo, criticarlo, evidenciarlo. Su poetica sutil entrega a las lectoras, principalmente, un retrato que de comun hemos dejado de ver hasta invisibilizarlo. La mujer contemporanea yuxtapuesta. Un espacio reducido, su propia rutina, como imagen profunda de un Estado que no esta. No leeremos a la mujer empresaria, sino a la mujer de casa, esa mujer que objetizada y estereotipada, se funde con su espacio. ?Donde empieza la heroicidad del vivir? ?Que batallas son las que han de pelearse?
    En La Otra Iliada se construye y deconstruye la otredad del ser mujer en el Mexico actual. Es entrar al abismo de la renuncia, pero tambien del reclamo. Un grito de lucha, sin duda, para quien desee escuchar.

  • Multimillonario Descubierto de J. S. Scott

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    ?QUE SUCEDE CUANDO EL HOMBRE AL QUE SIEMPRE HAS ODIADO RESULTA SER QUIEN TE SALVA, ARRIESGANDO SU PROPIA VIDA PARA RESCATARTE DE UNA MUERTE SEGURA?
    Todo esta borroso. Lo que siempre creiste cierto resulta no estar tan claro ahora.

  • Nunca te fies de una Mosquita Muerta de Lara Blanc

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    Aqui estoy, sentada en una sala de espera para realizar una entrevista. Unos meses atras, mi vida ha vuelto a encauzarse. No puedo estar mas feliz. Tengo un proyecto de negocio, al que he ido dedicando muchos ratos fuera del horario laboral y que comienza a despegar. Tambien tengo pareja, por fin tengo una relacion sana y equilibrada llena de planes. Estoy tranquila, confio en mi y creo que he llegado a un punto de mi vida en el que me veo capaz de hacer cualquier cosa, sin miedo y sin inseguridades. No he pensado mucho en lo que ponerme. Llevo unos vaqueros claros y un jersey rojo, pero he querido pintarme los labios con el carmin de Oli, que solo uso para las ocasiones especiales, porque esta, en cierta manera, lo es. Aunque no tengo un discurso preparado y no se lo que voy a decir. Lo que me salga, sin filtro... Pero espero decirlo bien. --Puedes pasar --me dice una chica jovencita, con un vestido bien cenido y unos tacones altos. Sonrio y pienso que hay cosas que nunca cambian. Entro a la sala que conozco bien. Una mesa redonda blanca con varias sillas del mismo color y un ventanal que no deja pasar mucha luz, quiza sea por la malla metalica que la cubre. Esta sentada a la mesa una chica joven, diez anos menor que yo, calculo a ojo. Es delgada, morena, con ojos oscuros y muy bonita. Vuelvo a sonreir, el casting de belleza aqui es importante. --Me llamo Monica y esta es la primera entrevista que realizo de este tipo --me dice con una sonrisa timida. --Yo soy Eva, pero eso ya lo sabes, y tambien es mi primera vez --contesto mientras me siento. Se mueve inquieta en la silla y se retira un mechon de pelo tras la oreja. Observa los papeles que tiene delante y coge aire. --Creo que la pregunta mas obvia es por que quieres dejar la empresa --me dice algo nerviosa, se ha debido de saltar el protocolo. Es el momento de hablar o callar para siempre. Por un momento, me acuerdo del Calvo Cabron y una carcajada se me escapa. --Esta empresa es un desastre --le digo en un tono relajado--. Es caotica. Un dia dicen una cosa y manana dicen otra. Lo que hoy esta bien, manana no... Han conseguido que este hasta las mismas tetas de trabajar aqui. --Noto como sus ojos se agrandan, no se esperaba que fuera a decirle algo asi, pero me divierte su reaccion--. Quiero irme porque llevo cinco anos comiendo mierda, con unos jefes que no han sabido valorarme y que, en muchas ocasiones, me han tratado fatal. --No veo en tu expediente ninguna queja por tu parte --me interrumpe. --?Cuanto tiempo llevas trabajando aqui? --Dos meses y medio. --Monica, todas las personas que se han quejado a Recursos Humanos estos ultimos anos han sido despedidas, por eso no tienes ninguna queja en mi expediente. En esta compania, como en muchas otras, los Recursos Humanos tienen de <> solo el nombre. --Ella carraspea y se aleja de la mesa, creo que estoy dandole una mala impresion, pero se que, si se queda el tiempo suficiente aqui, se acordara de mis palabras--. Lo que si veras en mi expediente son varias faltas. --Ella asiente--. ?Sabes de que son? --Incumplimiento de horario --dice ella casi en un susurro. Si, la tengo acojonada. Pobre. --Por llegar quince minutos tarde. Lo que no se si tendras ahi son mis correos al respecto. Los dias anteriores a cada una de esas faltas habia salido de aqui, como pronto, a las nueve de la noche. --Ella me mira incredula y yo saco los papeles de mi bolso--. Estos son los fichajes. Observa mis papeles y, despues, los suyos. Me vuelve a mirar y se que empieza a creer lo que le estoy contando. --Esto no esta bien --musita. --Esta no es una empresa para quedarse, Monica, es un sitio del que huir lo antes posible. Yo me he quedado demasiado tiempo aqui, pero me voy porque merezco mas cosas... Merezco que me traten bien, que me valoren, que me paguen un buen salario... Y se que, si hubiera sido un hombre, no habria tenido ninguno de estos problemas. --Parece que lo tienes muy claro. --Asi es. --Sonrio para que vea que no soy una loca, solo una mujer harta--. No se si te estoy poniendo en un compromiso por decirte todo esto. ?Tienes que transcribirlo? --Ella asiente de nuevo--. Bueno, si esto te causa problemas, tal vez te haga ver el tipo de empresa en la que trabajas. No le ha hecho mucha gracia mi comentario. Quiere terminar cuanto antes y saca el papel de baja voluntaria para que lo firme. Lo firmo y me dan ganas de escribir debajo <>, pero no lo hago. Creo que es suficiente con haberselo dicho a la cara a mi ultimo jefe. Me levanto, me despido y me voy, abandonando el edificio del mal… Por fin. Pero, mientras me dirijo al coche, me empapa un mar de recuerdos. La risa de Oli, los refranes de Carmen, las tonterias de Julio, Martina y sus venganzas, los vaivenes con Hugo... No todo ha sido malo, tambien se quedan aqui muchos momentos buenos, aunque es hora de dejarlo atras y cerrar una etapa. Al fin y al cabo, todos ellos ya se han ido, me toca a mi dar el paso. Me meto en el coche con un nudo en la garganta. Parece que fue ayer cuando Hugo y yo nos escondiamos en los banos. !Cuantas vueltas dimos y que estupidos...! Por no hablar, por no ser lo suficientemente valientes como para decir lo que pensabamos. Suspiro y pienso que de todo se aprende, aunque sea a hostias. Llamo a Martina antes de arrancar, se que esta esperando que lo haga y no me perdonara si no es la primera en saberlo. --Soy libre --digo tras un largo suspiro. --!Siii! --grita ella, consiguiendo que despegue el movil del oido--. !Ya era hora! !Que les jodan! --Emite ruidos indescifrables mientras yo sonrio--. !Tenemos que celebrarlo! ?Como te sientes? --Bien... Rara... --Hago una pausa porque no se como explicarlo--. Me he acordado de muchas cosas, ?sabes? --Ya... Son muchos recuerdos. Las dos nos quedamos en silencio, pero se que esta al otro lado del telefono sonriendo como lo estoy haciendo yo. --Estas pensando en [email protected] [email protected] La Rubia responde con una carcajada. --Efectivamente. 2. Empecemos por el Principio Junio 2012 Un mes. Habia pasado un maldito mes desde el ultimo mensaje de Hugo: <>. ?Cuanto tiempo mas podia necesitar? Treinta dias. Setecientas veinte horas. Cuarenta y tres mil doscientos minutos. Toda una punetera eternidad… El habia dejado de comer con nosotras, ya no se apuntaba a las cervezas poligoneras y evitaba todo contacto, pero, por alguna extrana razon, yo seguia pensando que todo podia solucionarse. Estaba convencida de que el dia de la <> estaba cada vez mas cerca. Yo podria explicarle todas mis dudas, el malentendido del polvo inexistente con Martina, mis miedos... Y el lo entenderia, volveriamos a estar juntos y le pondriamos un nombre a lo nuestro. !Ingenua! Suspire mientras visualizaba los arrumacos de la reconciliacion y Martina me dio una patada por debajo de la mesa. Nos habian convocado a todos los compradores en la sala de juntas y llevabamos diez largos minutos de espera sentados alrededor de aquella mesa gigantesca. El silencio era incomodo, las sonrisas forzadas y el jefe de Recursos Humanos, el Imberbe, nos observaba a todos desde su posicion presidencial. Era logico que se me fuera la pinza en tales circunstancias. Era la segunda vez que estaba alli, pero seguia impresionandome el espacio. Me hacia sentir incomoda, pequena. El gran ventanal, la mesa de cristal rectangular, las sillas blancas mullidas de ejecutivo, los cuadros con frases motivadoras... Roberto abrio la puerta de sopeton. Tras la salida de Daniel, el jefe de Diseno se habia hecho cargo del departamento de Compras de forma temporal. Aunque lo de hacerse cargo era realmente una forma de hablar, no le veiamos el pelo y este jefe si que tenia cabellera, no como el Calvo Cabron. Aun no le habia puesto mote y eso me incordiaba. Habia intentado llamarle el monologuista porque hablaba el solo sin parar, pero no podia decirlo muchas veces seguidas sin que se me trabara la lengua. El monologuista, el monologuista, el monologuista... Es dificil. Me sentia optimista, pensaba que la peor etapa en la empresa habia pasado, era imposible que hubiera algo peor que trabajar con el Calvo Cabron. Sin embargo, todavia me quedaba mucho por ver de la locura de Shoes and Bags. No puedo decir que no tuviera datos suficientes para hacerme una idea general de donde estaba. Habia comprobado que el trabajo y el salario no tenian una correspondencia real, no habia mujeres en puestos de direccion y el plan de crecimiento que nos habian presentado era puro humo. Deberian haber sido senales suficientes como para llegar a la conclusion de que no era una empresa ejemplar, pero yo estaba a otras cosas: sacar la faena, mantener el trabajo, la guerra con el Calvo, descubrir que le ocurria a Martina, Hugo... --Ya estamos todos --dijo el Imberbe con su voz de adolescente. A veces, venia al trabajo con una mochila al hombro y juro que parecia que se acababa de bajar del autobus escolar. Me parecia algo espectacular que aquel senor con una pinta tan juvenil fuera el jefe de Recursos Humanos de una compania como aquella--. Como sabeis, la empresa esta modificando su estructura. --Nos miro a todos como un orador acostumbrado a hablar en publico, dedicando unos segundos a cada uno de nosotros para hacernos sentir importantes--. El departamento de Diseno ha sido el pionero en realizar los cambios necesarios para acometer nuestro plan de crecimiento y, como Roberto ya tiene experiencia en dicha gestion, Compras sera el siguiente departamento en amoldarse a las nuevas necesidades de la empresa. <> No podia evitarlo. Cuando empezaban con aquellas charlas, mi cabeza volaba a otros temas. Daban muchas vueltas. Observe a la Oscura, sentada frente a nosotras. Sonreia con su cara de belleza infantil al jefe de Recursos Humanos, le faltaba ponerse a darle palmas. Llevabamos semanas haciendo apuestas acerca de si seguia viendose con el Calvo Cabron o habia pasado de el en cuanto dejo de ser su jefe. <>. --Sera algo progresivo, pero no queremos que se alargue demasiado en el tiempo. --Echo un breve vistazo a Roberto, apoyado junto a la puerta, que asintio en silencio--. Os dividiremos en cuatro equipos, acordes con las cuatro lineas de coleccion de la empresa. Intente concentrarme en lo que decia el Imberbe, pero, en cambio, me quede mirando la camiseta que llevaba. Era graciosa, tenia un dibujo de E.T con su dedo hacia arriba y era lo que le faltaba para parecer aun mas crio. <> --Diseno, Compras y Comercial comenzaran a trabajar juntos en pocas semanas bajo la misma area. De esta forma, Roberto dejara de ser vuestro jefe directo y lo seran los nuevos responsables de las lineas. Al oir hablar del departamento Comercial, fue inevitable volver a pensar en Hugo. Le echaba muchisimo de menos. Putos miedos. Me habian jugado una mala pasada. Queria dejar de ser la cobardica, aunque aun me quedaba batalla y lo sabia... Todos miraron a Roberto y yo les imite sin saber por que lo hacian. Llevaba unas pintas muy raras. La camiseta gris tenia bolitas del uso, los pantalones le iban pequenos y el pelo siempre lo tenia alborotado. <>. --Dentro de un par de semanas abandonare la empresa --dijo nuestro jefe--. Me embarco en un nuevo proyecto, pero quiero dejarlo todo lo mejor organizado posible. <>. Olivia nos habia adelantado esta parte. Segun sus fuentes, que parecia que no las iba a revelar jamas, a Roberto le habian invitado a irse. No debian de estar contentos con su trabajo, aunque era bastante absurdo despedirlo despues de darle mas responsabilidad. --... junto con Eva llevaran la linea vestida y casual. <>. Mire a Martina con disimulo y levante las cejas preguntandole <>. Ella cerro los ojos unas milesimas de segundo, enviandome el mensaje mental de <>. <>. --... y Clara llevara la linea infantil. ?Teneis alguna pregunta? <>. Todos dijimos que no, pero me apuesto un dedo de la mano a que no fui la unica que no presto la suficiente atencion. Cuando salimos de la sala de juntas, mire suplicante a Martina para que me contara que habia pasado alli dentro. --Nos dividen en grupos, pero tu y yo estamos juntas --dijo ella soltando una carcajada. --?Y que mas? --pregunte mientras caminabamos de vuelta al departamento. --Nos van a mover. --Traspasamos la puerta de la seccion en ese mismo instante--. No han dicho donde nos llevan, pero estaremos con el equipo comercial y con Diseno. Todos juntos. <> --?Y con quien nos toca? --En Diseno con el equipo de Lucas y Alexandra. Y en Comercial, creo que con Charly. --La mire preguntando por el sin decir su nombre mientras mi corazon saltaba en el pecho, alentado por la esperanza--. Vamos a trabajar con Hugo -- respondio ella en voz baja como si leyera mi mente. Todos mis huesitos se rieron a la vez y note como se formaba una gran sonrisa en mi cara. <>. <>. <>. 3. No Estaba Muerto, Estaba de Parranda Martina queria sacarle el jugo a lo de estar soltera, Julio disfrutaba como si estuviera de vacaciones y a Oli le faltaba tiempo para apuntarse a todos los planes que inventaban estos dos. Yo les odiaba en secreto por toda la pasta que se evaporaba de mi cuenta, aunque la verdad es que me venia bien para entretenerme y no martirizarme con el tema de Hugo. Ese sabado nos ibamos de cena y quedamos en el centro para tomar una cerveza. Las primeras en llegar fuimos Oli, Martina y yo, despues aparecieron Marco y Julio y, finalmente, llego Carmen. Olivia habia adoptado a Carmen desde el mismo momento en el que se incorporo a la empresa. Empezo a comer con nosotras, despues se unio a las cervezas y aquel dia fue el primero que salio con nuestro grupo. Llego la ultima, pero con energia. Llevaba puesto un top azul de corte desigual, con un solo hombro al aire, una falda vaquera y unas sandalias rojas de tacon. Carmen siempre llevaba tacon y sus andares eran los mismos. Tenia una forma de caminar curiosa porque lo hacia rapido, como si llegara tarde a todas partes. Bajita, voluptuosa, con grandes pechos, que entonces trataba de tapar, y unas piernas impresionantes. Solia cambiar con frecuencia el color de su pelo, que entonces llevaba a lo garcon con el flequillo a un lado, y, cuando la conocimos, era castano con reflejos rojizos. Sus ojos verdes, de tonalidad oscura, desaparecian en una linea horizontal cuando sonreia y Carmen sonreia mucho, siempre de verdad porque no sabia mentir. --Ya estoy aqui --nos dijo a modo de saludo, plantandose delante de nuestra mesa. Lo que no sabiamos entonces era que Carmen habia llegado para quedarse, que iba a ser una mas en nuestro grupo y que anos despues nos costaria identificar las anecdotas en las que ella aun no estaba. La mente tiene esas cosas, cuando una persona es importante en tu vida parece que te haya acompanado en cada uno de tus momentos importantes. Justo antes de aparecer, el Cesar estaba contandonos que tal le habia ido en su ultima entrevista de trabajo. Julio, tras ser despedido por hacer una mamada a su novio en plena empresa, llevaba un par de meses en el paro. Despues de los besos de rigor, el continuo su historia como si no hubiera habido ninguna interrupcion. --No me gusto nada la propuesta. El salario seria entero a comision, sin un sueldo base. Quieren que me haga autonomo y eso no lo veo. Seria, basicamente, trabajar por mi cuenta. --Si trabajas por tu cuenta, nunca te saldran las cuentas --respondio Carmen con un guino. --Eso he pensado yo, pero sin la rima. --Julio sonrio burlon--. Por cierto, me gusta tu pelo. Pero no te lo digo para ligar contigo, soy gay y este es mi novio. --Uuuh... !Miralo!--canto Olivia--. Ya se presenta como gay y deja claro que tiene novio. Asi, en una frase. <> --Le encanta decir que tiene novio --Puse los ojos en blanco--. No te ofendas, Marco, pero esta muy cansino con eso de que tiene pareja. El Decolorado hizo un gesto, quitandole importancia. <>. --Lo dice todo el tiempo y le odiamos por ello. --Martina hizo una mueca y se recogio su pelo rubio tras la oreja --. Ahora todas sus amigas estan solteras y el esta con un hombre al que no podemos criticar porque es muy mono. --La Rubia lanzo un beso al aire a Marco y este se lo devolvio. Tenia razon, como casi siempre. Odiabamos a Julio por tener pareja. Era un amor-odio, no un odio de verdad, pero es que el Cesar era un plasta. Remarcaba esa palabra recreandose en ella en cualquier frase. <>, <>, <>, <>... Daban ganas de ahogarlo. No nos entretuvimos demasiado alli, teniamos una reserva en un restaurante italiano que le habian recomendado a Olivia y no queriamos perder la mesa. El sitio era coqueto, las paredes blancas estaban repletas de carteles de peliculas italianas de los anos sesenta, las mesas eran redondas con manteles a cuadros y el toque romantico lo ponian las velas y todas las parejitas que teniamos a nuestro alrededor prometiendose amor eterno. Ideal para ir creando ambiente en una salida de fiesta. Al menos, las pizzas estaban ricas y el vino fresquito... Pero, con el alcohol, la lengua empezo a soltarse… --Entonces, ?las tres estais solteras? --pregunto Carmen.

  • Cuenta atras de Lory Talbot

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    Soy Daniel Harris, bombero en la ciudad de Nueva York. Adoro mi trabajo. Tambien mi moto, el rock y a mi madre, aunque sea una tocacojones de manual. Su afan de que la haga abuela roza la obsesion. Quizas tendria que buscar un novio para ella. Tal vez asi supere la muerte de mi padre y me deje tranquilo con el tema.
    En una salida del trabajo la conoci. A ella. Mi angel. Sky. Sus ojos tan azules como un cielo despejado de verano me engancharon al instante. Esta mujer esta convirtiendome en un monas, jamas habria dicho esto antes de estar juntos.
    Pero en nuestra relacion no todo es tan bonito como sus ojos. Sky esta empenada en que lo llevemos en secreto. Jura que no esta casada pero yo creo que me esconde algo.
    ?Que es eso tan grave que no me cuenta?
    La cuenta atras para encontrar respuestas ha empezado. El cronometro se ha puesto en marcha.

  • Raven de Akara Wind

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    "Tres veces burlaras a la muerte para despertar el poder de la luna y la luz de su interior devorara las sombras para guiar el destino de la humanidad"

  • Medianoche en Lisboa 5 de Pablo Poveda

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    Caballero esta a punto de morir. Sabe algo que no logra recordar. Un secreto que debe permanecer oculto.

  • Los naufragios del corazon de Benoite Groult

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    La joven George siempre ha veraneado en el pueblo de la costa bretona donde vive Gauvain. Ambos se conocen desde que eran ninos. Con el tiempo, el se ha convertido en un tosco marinero que, en teoria, no deberia interesar lo mas minimo a alguien como ella, parisina, universitaria y de buena familia. Sin embargo, una noche, los dos se dejaran llevar por una atraccion tan poderosa que ignorara cualquier convencion social y que, inevitablemente, los unira en secreto para toda la vida.

  • El italiano de Florencia Palacios

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    Irina sabe que algo muy malo le ha pasado a su hermano y esta decidida a encontrarle. Pero para saber la verdad debera confiar en ese misterioso italiano que promete ayudarla, solo que su ayuda no es tan desinteresada como cree…

  • La caida de Aquilae de Claudio Hernandez

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    Las huellas siempre quedan. El sol estaba radiante --como de costumbre-- en mi pueblo natal, bello y lleno de historia. Tengo el pulso debil y, fijate tu, he decidido escribir a mis ochenta anos. Pero creo que merece la pena. He indagado en la profundidad del corazon de mi ciudad y me he encontrado con tantos secretos que ni yo misma puedo ocultar. Ahora veo una montana a lo lejos, desde el cristal de mi ventana, y a veces, en la siniestra nube que parece un fuego elevandose hacia el cielo, me muestra algun que otro edificio. Los puneteros no han construido la Residencia mirando al sur, a la playa, al pico de la Aguilica. Hacia el castillo San Juan de las Aguilas, que sigue resistiendo siglos, imponente, desde lo alto de una pequena montana que se come el mar embravecido. Desde el reinado de los romanos, los piratas y los arabes. Siempre estuvo alli. Y la historia siempre ha existido. Pero las personas se van. Y yo. Yo quiero contaros la caida del Imperio romano de Aquilae y una bella historia de amor. Imposible, si. Pero cierta. Algo que supuso un punto y aparte en la Historia. Giro como una peonza y rompio muchos estatutos y normas. Pero al fin y al cabo era el amor imposible del capitan romano Inisio y la pobre esclava Sisha. Asi que voy a escribir como pueda, con estas gafas tan grandes y estos boligrafos tan pequenos. Esta es la historia. 2 Despues de todo, en el siglo III d. C. comenzo a florecer la cultura romana en Aguilas. Mientras que la legion --capitaneada por el cruel y despiadado Inisio, cual gladiador--nunca existio mas que para hacer reir a la gente de Roma, este hombre, de fortaleza descomunal y barba espesa, solo conocia la sangre en el filo de su espada: tan pesada como las posaderas de su caballo Romin. Un hombre que hacia sacar de quicio --en una burla-- al propio emperador de Roma, quien se habia acomodado en una cama de lustro, cubierta de sedas, al igual que Neron dos siglos atras, o Vitelio --cuyos nombres se habian lapidado en piedra caliza-- tras crear <>, con al menos cuatro bestias como valor para identificar su simbolo de poder. Eso era una legion, e Inisio estaba en otra. Pero mucho, mucho despues, envuelto en una gran nube de polvo y arena que los caballos, al galopar, lanzaban por detras, como las ruedas de los coches de formula 1 --algo nada comparable en esa epoca--, o quiza como un tornado en medio de una tierra seca, despues de su gloria, tras la caida de la Cartagena punica, tenia que cumplir su ultima locura. Porque todas su decisiones en el reinado de Aquilae eran puro terror. Conquistar Aguilas y matar a cuantos se resistieran. El anciano aguileno tenia la mano como visera sobre sus pobladas cejas, y, resoplando, dijo: --Se acercan. Y muy rapido. El anciano, con rostro oscuro y piel curtida por el sol, se dio media vuelta con el corazon fuera del pecho y camino cojeando hacia la multitud. El jolgorio era tal que podia confundirse con el galopante ruido de todo un batallon con siluetas, que crecia de forma amorfa. Podian verse los dientes de los caballos y de los romanos. Tan blancos y apretados como dos piedras una encima de la otra. El sol lucia en un cielo celeste; y, abajo, en la Tierra, todo era luz sobre la aridez de la arena. Pero pronto habria sangre. Tanta que Aguilas se teniria de rojo. El mar estaba zozobrando ante la llegada de aquellos monstruos y las algas quisieron escapar de las orillas hacia adentro para no degustar el sabor empalagoso de la sangre. El castillo seguia ahi. Imponente, y mirando con su ojo bizco. Habia sido reconstruido varias veces y en cada una de ellas le crecia un apendice. El ala este estaba ajena a todo el ajetreo, debido a que miraba hacia el otro lado del mar. Mucho mas lejos, y donde las olas no existian mas que cuando llovia una o dos veces al ano. El perturbador ruido crecia sin cesar, y en los oidos de aquellos pobres desgraciados se escuchaban los gritos de los soldados y los llantos de los ninos. Pero, sin duda alguna, eso no iba a ser el fin. 3 --?Esta usted escribiendo una poesia? --pregunto Ana, una de las auxiliares de geriatria. Yo la llamaba asi, porque dentro de este orden comunal habia tantos titulos y distinciones que me perdia, y al final acababa llamandolas por ese nombre, o por el de "mi medico". Alce la vista y la mire fijamente. --No es una poesia --respondi. Recuerdo que le mostre una leve sonrisa, pero albergando a la vez, dentro de ella, algo sordido y doloroso como la soledad y los recuerdos que se evaporaban como el humo de la lena en el fuego. Ella agacho la cabeza para mirar mi libreta. --Elena. Esto es una historia cualquiera --me dijo, al tiempo que se apartaba el cabello que la envolvia sus ojos. --No, claro que no. Es una novela historica --le explique, en un dia que tenia mal humor. <>, pense. Es por ello que querer recordar es despertar el alma adormecida y eso duele. Mucho. Agache la cabeza y pose literalmente mis ojos sobre aquellas letras irregulares --. ?Crees en el amor? --Si, claro --acucio ella. Se habia despertado la sonrisa tonta. Sin mirarla, me di cuenta de que mostraba todos sus dientes blancos. --No me refiero a follar --le dije, con total vehemencia. Desde luego que ese dia no estaba yo de muy buen humor, porque sabia que… Eso tenia una explicacion. Ella, alarmada y con los brazos en jarra mientras movia la cabeza como si la tuviera atada a un muelle, dijo: --Esas palabrotas no se dicen. --A mi me vas a ensenar --conteste, y por sorpresa sonrei un poco, pero lo cierto es que aquello me parecio mas un rictus malevolo. Si, era eso. --Claro, porque tenga cierta edad no significa que… --No significa que cuando usted haya venido, ?yo haya ido tres veces? Esta vez si la mire. Tenia unos ojos preciosos y sus labios estaban arrugados ahora, como dos morcillas de esas rojas, pisoteadas. --Bueno. Viendolo asi… --No se preocupe --le corte alzando mi mano izquierda. A traves de la luz del sol me di cuenta de que mis hematomas eran cada vez mas oscuros--. Le contare un secreto --menti. Ella se arrodillo ante mi como si quisiera pedirme la mano y, toda atenta, observandome con aquellos ojos celestes que nunca olvidare ni despues de mi muerte, me pregunto: --Y, ?se puede saber cual es el secreto? --Me case tres veces y yo mismo los envie a la tumba. Ella se llevo la mano a la boca. Sus unas estaban negras, o mejor dicho, se las habia pintado con esmalte negro. <>, pense. --Oh, lo siento. Sin duda alguna, estaba desconcertada la pobre. --Pero todo acabo bien --anadi con cierto sarcasmo, montado a lomos del tono de mi voz. Ella meneo la cabeza en sentido de nones. --Oh, vaya.

  • La voluntad del rey de Eleanor Rigby

    https://gigalibros.com/la-voluntad-del-rey.html

    La exitosa novelista erotica Kathleen Priest lleva tres anos perdida en el
    mapa… y nadie sabe por que. Lo que antes era un derroche de inspiracion,
    se ha convertido en las cenizas de una fama ahora desconocida; todo a raiz
    de un incidente que le impidio volver a teclear una sola palabra, asi como
    renegar de las relaciones y el amor. Su objetivo de pasar desapercibida
    trabajando como camarera en un club exclusivo habria sido cosa hecha si
    el prepotente, ambicioso y rico King Sawyer no hubiera puesto sus ojos en
    ella.
    El es ese desagradable toque de atencion que necesitaba para despertar
    del letargo, y lo peor es que lo sabe y pretende convertirse en el
    protagonista de sus fantasias. Pero Kathleen no va a ceder tan facilmente a
    los caprichos de la clase de hombre del que huye. Asi comienza un
    delirante tira y afloja en el que todo juego sucio estara permitido… Incluido
    el prohibido, el mas peligroso de todos: aquel que podria convertir hasta a
    un rey en el esclavo de sus deseos.

  • El doble secreto de la familia Lessage de Sandrine Destombes

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    El sueno y la muerte son hermanos mellizos.

  • La leyenda del lipizano de M. F. Masvil

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    De las cenizas de la guerra nacera una leyenda…

    La lipizana, una de las mas bellas y finas razas de caballos que existe en el mundo… Sus ejemplares son los favoritos de las principales escuelas ecuestres del planeta.
    Son animales muy agiles, dotados de movimientos graciles, mucha inteligencia y agudos sentidos.
    Desarrollan, con sus jinetes, fuertes lazos que solo pueden equipararse con el de los hermanos entre si…
    Estos caballos tienen, ademas, una particularidad que los hace unicos: nacen con su pelaje de color negro o muy oscuro y al crecer, se les vuelve blanco, el por que ocurre este cambio es todo un misterio.
    Toda raza tiene una historia y las mejores merecen su leyenda…
    He aqui un relato que se remonta a antes del principio y cuenta cual fue el origen de todo lo que hace a estos caballos tan especiales.
    Una historia de amor y sacrificio, donde el valor y la mas pura lealtad daran origen a una magica y conmovedora leyenda que sera, simplemente… inolvidable.

  • El sentido de la vida de Carla Pi (Los libros de Nico y Carla 2), A. M. Irun de A. M. Irun

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  • El hermano del famoso Jack de Barbara Trapido

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    Como no tengo otro, escojo de prefacio el que escribio Jacob, y que lei a escondidas hace quince anos, cuando lo encontre sobre la mesa de desayuno de los Goldman, junto a los cereales: <>. Era un matrimonio que se caracterizaba, entre otras cosas, por el cambiante animo de Jacob, alternativamente enfurecido o encantado con Jane en el papel de tenaz esposa rural. No cabe duda de que eso influyo en los caminos que decidi recorrer yo. Conoci a Jacob Goldman cuando me entrevisto para una plaza universitaria en Londres, durante mi ultimo ano en un elegante colegio privado del norte de la ciudad al que mi madre me habia mandado. Mi madre, viuda de un verdulero local modestamente acomodado, lo habia hecho con cierto sacrificio y con la esperanza de que yo adquiriese el acento apropiado y estuviese en condiciones de participar en los circulos apropiados. Y dado que los padres estan destinados a que sus hijos les decepcionen, creo que a ella le decepciono que la consecuencia de su decision fuera, en cambio, que yo sacara siempre buenas notas y que Jacob se convirtiera en mi profesor. Jacob (un impresionante y corpulento filosofo de izquierdas procedente del East End) nos hablaba con maravillosa y convincente fluidez sobre la dialectica trascendental, en un tono de voz formidable y barriobajero plagado de oclusiones gloticas, como de ayudante de fontanero. Era el catedratico de filosofia en aquel laberintico edificio victoriano y enseguida se convirtio en mi figura paterna y mi referente cultural. Yo habia leido las alusiones de lord David Cecil a sus <> de Oxford, pero Jacob no me entrevisto en ningun lugar que pudiese dignificarse con esa palabra. Me entrevisto en lo que parecia ser apenas un recoveco ventilado. --Te sere sincero --dijo--. Te he hecho venir hasta aqui porque el informe del director de tu colegio es tan negativo que me induce a sospechar que quiza seas mas lista que el. Puede que no seas, claro, mas que una rebelde testaruda. ?Que crees tu que eres? Me traspaso desde debajo de unas cejas de negra crin con una mirada de indisimulada antipatia. Eso fue, claro esta, mucho antes del dia en que le vi mandar pasar a su cocina a un grupo de testigos de Jehova empapados por la lluvia y ofrecerles tazas de te, porque era la persona mas buena del mundo. Como si del relleno de un cojin se tratara, del cuello de su camisa abierta salia pelo a juego con las cejas. Yo debi de encogerme de hombros con algo de desden. ?Como podia transmitirle mi situacion? ?Hasta que punto estaba impulsada timoratamente por un deseo de complacer y en cambio me sentia obstinadamente incapaz de hacerlo obedeciendo a valores que no fuesen los mios? Dado que mis valores no eran compartidos por quienes me rodeaban, estaba destinada al fracaso. Creo que la falta de reconocimiento me hacia mostrarme presuntuosa, en un intento de forzar el interes de aquellos que ejercian sobre mi su autoridad. --A veces presumo --conteste. --Yo tambien --dijo Jacob. En el colegio era rebelde a un nivel modesto, siempre correcta, culpable de poco mas que de leer a James Joyce por debajo de la mesa en las clases de religion, de faltar a todos los acontecimientos deportivos y de no llevar el uniforme del colegio con la delicadeza con que otras lo hacian. De rechazar, en suma, aquellos aspectos del colegio que me parecian perifericos respecto al proceso educativo. La educacion, de acuerdo con lo que siempre habia esperado de ella, es lo que recibi de Jacob. Jacob tenia cierta afinidad con los mas inconformistas, entre otras cosas porque, segun supe mas tarde, en su rebelde juventud hubo de verselas con un bondadoso juez conservador. Y creo que el conservadurismo del juez le habia ensenado a Jacob (respecto al conservadurismo y a otras formas de villania) a odiar el pecado y no al pecador. Algo que se le daba muy bien. --Dices que te gusta leer. Encendio uno de sus repugnantes cigarrillos proletarios con una cerilla de cocina que saco de una caja enorme y me cedio la palabra. Recuerdo retrospectivamente con cierto rubor que le conte, entre otras cosas, que pensaba que Wordsworth tenia <>, que creia que Jesucristo habia sido un socialista utopico y que no me gustaba el sexo en D. H. Lawrence. Es una costumbre que tengo, ahora bajo control, la de compensar mi timidez natural con estrafalarios fogonazos de prepotencia. --A mi mujer tampoco le gusta --dijo el, lo que me sorprendio en gran medida--. Ella considera que mas que sexo es exhibicion impudica indecente. Pero ?no hay, y perdona, porque no es mi huerto de coles, no hay en eso algo del entusiasmo propio del pionero? ?No hay una cierta ingratitud en lo de trepar hasta los hombros del pasado y burlarse? --No lo se. Pero no me gusta tener que estar agradecida por algo. Jacob se tomo eso con una alentadora sonrisa contenida. --Por supuesto, a mi nunca han llegado a golpearme con jade chino --dijo--. Me han tirado a la cabeza una lata de rabo de buey Heinz y no han acertado, pero eso no tiene ni por asomo el mismo poder simbolico. Despues pase a complicarme la vida hablando del unico libro de filosofia que habia llegado a leer, una edicion de bolsillo de un libro de Bertrand Russell publicado por la Home University Library que habia comprado en el mercado de Camden Town, sospecho que para fastidiar a mi madre, que creia que me estaba convirtiendo en una marisabidilla que ahuyentaba a pretendientes estupendos. La que huia de los hombres era yo, claro, pero el asunto operaba en ambas direcciones. Como dice Robert Frost: <>. Luego le conte a Jacob que mi novela preferida era Emma. El comento con ironia que al menos en ella no habia nada de sexo. Yo aun lo ignoraba, pero el sexo era uno de los temas favoritos de Jacob. Me ruborice y dije con pasion para defenderme: <>. Jacob lanzo una sonora carcajada rabelesiana y propuso ir a tomar un cafe, que compramos en una maquina expendedora que habia al final del pasillo. --Mira, preciosa --me dijo cuando ya me marchaba--, la gente que viene aqui lo hace a costa del contribuyente britanico. Y yo lo que exijo es que esa gente se esfuerce. Si no se esfuerzan hago todo lo que esta en mi mano para que los echen. Durante las vacaciones de verano recibi la notificacion (el ultimo cumplido que me dirigiria Jacob) de que el departamento me admitiria sin importarles mis notas finales.

  • Las hijas perdidas de Simone St. James

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    Un lugar oscuro donde las chicas problematicas, las hijas de madres solteras o las que han cometido un desliz… desaparecen. ?Lograra Fiona Sheridan descubrir el misterio que envuelve Idlewild Hall?

  • Cinco dias que estremecieron al mundo de Nicholas Best

    https://gigalibros.com/cinco-dias-que-estremecieron-al-mundo.html

    Pocos episodios han conmocionado mas al mundo que los cinco dias que, a finales de abril de 1945, se iniciaron con el asesinato de Mussolini y terminaron con la noticia de que Hitler se habia suicidado en su bunker de Berlin. Toda clase de personas, algunas famosas en aquel momento, otras, en un futuro, han recordado exactamente donde estaban y que hacian esos dias: el futuro papa Benedicto habia desertado de la Wehrmacht, Audrey Hepburn estaba en Holanda, feliz por haber escapado a su encierro en un burdel de la Wehrmacht, Roman Polanski vivia practicamente como un nino salvaje por las calles de Cracovia,

  • Sus nombres son leyenda de Juan Antonio Garrido Ardila

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    La longeva historia de Espana se ha fraguado en buena medida gracias a las acciones y proezas de individuos excepcionales, cuyos altos empenos la conformaron como ente cultural, social y politico. A esa categoria de hombres y mujeres, protagonistas de sus epocas y artifices del progreso, los antiguos denominaron <>.

  • Pistolar de Ivan Soto Camba

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    Pistolar es un caleidoscopio, una indagacion fragmentaria en el mosaico del yo: basta un ligero movimiento de muneca y de repente todo cobra sentido.

  • La chica del semaforo y el hombre del coche de David Orange S

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    Jack Miller es un genio de los numeros cuya especialidad es el estudio de la probabilidad, concretamente de los fenomenos aleatorios. Despues de anos trabajando en un misterioso proyecto que esta a punto de ver sus frutos, decide ponerlo todo en riesgo por algo que nunca ha tenido, una mujer…

  • Despedida (Medianoche 3) de Claudia Gray

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    Ni siquiera el amor puede cambiar tu destino…

  • Solo de Alvaro Vizcaino

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    Una novela inspiradora y llena de mensajes de superacion, escrita a partir de una increible historia real de supervivencia.

  • Los secretos de los ministros de Economia de Liliana Franco

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    Las mejores anecdotas que desde el regreso de la democracia esconden las paredes y pasillos del Palacio de Hacienda.

  • Almas Guerreras, Raquel Campos de Raquel Campo

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