• libro la batalla de occidente - Eric Vuillard

    https://gigalibros.com/la-batalla-de-occidente.html

    El conflicto con que Europa inauguro el siglo XX, la Primera Guerra Mundial, fue una masacre sin justificacion alguna y cuyas causas se nos antojan carentes de sentido. Desencadeno la caida de varios imperios, una gran revolucion y una carniceria sin precedentes. Todo eso provocado por unos tiros de revolver… Eric Vuillard, a su personalisima manera historica, politica y polemica, elige puntos de vista ineditos para narrar episodios de esa Gran Guerra que desde 1914 a 1918 desangro a Europa, para poner el foco en el atentado de Sarajevo, en las estrategias alemanas y francesas, en las alianzas inexorables, en las ideas de pensadores <> como Schlieffen, Clausevitz y Carnot, y seguir el trazo de los dolares de la guerra, asi como las huellas de algunos asesinos. Sin olvidar a los muertos, los prisioneros, los deportados y los mutilados una vez acabada la contienda. Quiza hicieron falta mas de diez millones de muertos para que, por primera vez, todas sus tumbas se parezcan.

  • La batalla de Occidente - Éric Vuillard | PlanetadeLibros

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  • LA BATALLA DE OCCIDENTE | ERIC VUILLARD - Casa del ...

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    El libro LA BATALLA DE OCCIDENTE de ERIC VUILLARD en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • La batalla de Occidente (Andanzas) Tapa blanda - Amazon

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    La batalla de Occidente (Andanzas) : Vuillard, Éric, Albiñana, Javier: Amazon.es: Libros.

  • 'La batalla de Occidente': contar la historia con microscopio

    https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20191025/critica-eric-vuillard-la-batalla-de-occidente-7700447

    25 oct 2019 — Hace un par de años, Éric Vuillard ganó el premio Goncourt con un libro extravagante sobre la llegada de Hitler al poder: 'El orden del día' ...

  • la batalla de occidente - Machado Libros.

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    LA BATALLA DE OCCIDENTE, VUILLARD, ÉRIC (1968), 8,95€. El autor de El orden del día nos guía de forma magistral por los entresijos de la Primera Guerra ...

  • La batalla de Occidente - Eric Vuillard -5% en libros | FNAC

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    La batalla de Occidente, libro o eBook de Eric Vuillard. Editorial: Tusquets. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Libro: La Batalla de Occidente - 9788490667422 - Vuillard, Éric

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    La Batalla de Occidente.[ Vuillard, Éric; ]. El conflicto con que Europa inauguró el siglo XX, la Primera Guerra Mundial, fue una masacre sin justificación ...

  • LA BATALLA DE OCCIDENTE · VUILLARD, ÉRIC - Tipos ...

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    La Primera Guerra Mundial, el conflicto con el que Europa inauguró el siglo xx, fue una masacre ... LA BATALLA DE OCCIDENTE ... Comenta y valora este libro.

  • La batalla de Occidente, de Éric Vuillard - Estandarte

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    También en este libro, son anónimos los soldados, sin distinción de bando, los ciudadanos, los campesinos, los muertos, los heridos, los gaseados… No lo son, en ...

  • La batalla de Occidente - Éric Vuillard - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Vuillard-La-batalla-de-Occidente/97031

    El primer libro que leí de Éric Vuillard fue El orden de día, con el que descubrí esa fórmula literaria “marca de la casa” a medio camino entre la novela y ...

  • El orden del dia de Eric Vuillard

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    En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunion secreta, que no estaba en el orden del dia, en la que los industriales alemanes -entre los que se contaban los duenos de Opel, Krupp, Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta- donaron ingentes cantidades a Hitler para conseguir la estabilidad que el prometia. Desde ese ano, Hitler ideo una estrategia de cara a la comunidad internacional para anexionarse Austria <>; para ello, mientras se ganaba la aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra psicologica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasion (un alarde del legendario ejercito aleman, que ocultaba graves problemas tecnicos) fue un hecho.
    Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del dia narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una leccion de literatura, historia y moral politica.

  • Una Propuesta casi Indecente – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    ?Cual seria, la situacion limite por la cual venderias tu alma al diablo?
    ?El amor tiene precio?
    Victoria y Federico entraran en un juego de Caperucita y el Lobo, en el que las reglas y el orden de los factores, no alteraran el producto final.
    Amor, dinero y un acuerdo, son piezas claves en esta novela.

  • Elektrika de Cristina Pujadas

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    Me gustaria decir que mi vida es de lo mas normal. Y de hecho, lo era. Fantasticamente normal, vamos. Nunca me habia quejado al respecto. Trabajaba a jornada parcial y el resto me lo pasaba entre el sofa, mis amigas y mi novio. El que seria mi exnovio en breve, cosas de la vida. Sin mas. Y con la depresion pre-ruptura a mis amigas no se les ocurrio nada mas que llevarme de fiesta.

  • A sus ordenes de Sophie Saint Rose

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    Azahara es teniente del ejercito del aire y lucha por conseguir su sueno. Y esta a punto de alcanzarlo cuando su Coronel se jubila, dando paso a un heroe de guerra con malas pulgas que la tiene entre ceja y ceja. El Coronel Parker le hace saber continuamente que es una desgracia para el ejercito y solo esta en su mano demostrarle que se equivoca y que ella siempre consigue lo que quiere. Y le quiere a el en su cama.

  • La mirada de la ausencia de Ana Iturgaiz

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    Una fascinante novela historica con tintes romanticos ambientada en el Bilbao de finales del siglo XIX.

  • La piel desnuda de Pati Blasco

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    Esta es la historia de Angel Alamo, un escritor que esta atravesando un momento de crisis. Mientras conduce hacia su casa, atropella a Sofia y se da a la fuga. Acuciado por la culpa, decide volver al lugar del homicidio y comprobar si la victima ha fallecido.

  • Algunas princesas no buscamos principe azul de Lina Galan

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    Laura, Simon y yo misma. Tres amigos y tres maneras diferentes de vivir el amor, a pesar de estar juntos casi toda nuestra vida, aunque seamos una pina desde que nos catalogaron de frikis en el instituto.

  • Las Peregrinas de Y. Lorenzo

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    Cecilia es una chica cubana que ha emigrado a Espana. Su futuro se presenta incierto al encontrar trabajos precarios e inestables debido a la situacion actual del pais. Su amiga Laura la convence de que puede ganar mucho dinero si la acompana en un viaje por Europa. Por fin va a poder cumplir algunos de sus suenos, pero le suceden una serie de contratiempos. Cada vez se le hace mas dificil salir del agujero donde se habia metido, no perdiendo nunca su alegria y la ilusion por encontrar el amor. Las amigas se desenvuelven con total naturalidad y seguridad por un mundo que para muchos parece incierto.

  • A Escocia con amor (Quilts&Quilts 1) de Patience Griffin

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    Cait Macleod fruncio el ceno cuando las luces traseras del taxi se precipitaron hacia la noche. Estaba parada en un estacionamiento desierto en la costa noreste de Escocia a mediados de diciembre. Completamente sola. No era algo nuevo, pero igual le fastidiaba. --No te preocupes por mi --le dijo al taxista que ya se habia ido mientras se quitaba la nieve del zapato--. Estare fenomenal. Una furiosa rafaga de viento le revolvio el cabello, haciendolo girar alrededor de su cabeza como un hilo de pesca enredado. El dicho de que <> le dio una bofetada en la cara tan determinadamente como lo hizo el viento. Miro el escaso resplandor de las luces que se alzaban desde el pueblo costero que se veia mas abajo y se pregunto si estaba loca por pensar que podia recuperar la felicidad que habia tenido una vez aqui. En lugar de regresar a casa con su cabeza escocesa en alto, regresaba a casa derrotada. Pero no tuvo tiempo para reflexionar sobre lo que era o lo que podria ser de nuevo porque un frio invernal se apodero de sus pies. Hizo una mueca a sus tacones metalicos de Brian Atwood 1 sumergidos en la nieve. Claramente, no habia pensado lo suficiente en su vestimenta cuando decidio escapar de su mala vida en Chicago. --Esto es un infierno de cumpleanos --dijo al viento. Treinta y un anos hoy. Habia olvidado que Gandiegow era una comunidad cerrada, que no habia coches detras del aparcamiento, solo caminos para caminar. Y aqui estaba ella con cuatro pesadas maletas y solo dos brazos para arrastrarlas hasta el pueblo. Arrojo dos de sus bolsas a un arbol para que esperaran su turno. Hizo rodar las otras dos detras de ella mientras cojeaba torpemente de camino al pueblo, todo esto al mismo tiempo que se quejaba en gaelico. Gandiegow tenia exactamente sesenta y tres casas que se erguian en arco alrededor de la linea costera, con acantilados rocosos que encajonaban al pueblo. La ciudad parecia una extension del oceano por la forma en la que se acurrucaba junto el mar; en lugar de ondulaciones de agua, habia casas. Ella habia nacido en este pueblo. Habia visto a su madre cocinar pan en su estufa de lena. Su padre, cuando se habia preocupado por ser un buen padre, habia ensenado a Cait a pescar a solo unos metros de los escalones de la entrada. Su abuela cascarrabias todavia vivia aqui en una de las pequenas cabanas de piedra. Cait suspiro pesadamente ante su situacion. ?Como habia llegado a esto? Su marido infiel, Tom, estaba muerto. Su carrera periodistica era casi un cadaver. Y su esperanza para revivir su vida estaba jadeando su ultimo aliento. Se detuvo, saco su mapa y comprobo la ubicacion de su bungalo recien comprado. Estaba mas alejado, junto a los faroles; aislado, excepto por otra casa junto a la suya. Habia comprado la cabana a ciegas sobre la base de unas cuantas fotografias en Internet. Era lo mas loco que habia hecho; venderlo todo y huir. Pero --se recordo a si misma--, no estaba huyendo; estaba volviendo a casa. Su padre habia sido el primero en desarraigar a Cait. Cuando tenia trece anos, el la habia arrastrado a ella y a mama muy lejos de alli. --Dios, no me he convertido en mi padre, ?verdad? --dijo al viento. No. Su temeraria mudanza no afecto a nadie mas que a si misma. Fue el engano de Tom, su matrimonio dirigiendose a la corte de divorcio, y luego todo lo sucio que se amontono sobre su tumba es lo que llevo a Cait al punto de ruptura. Tenia que salir de Chicago y regresar a Escocia. Tal vez aqui podria recuperarse y eventualmente revivir su carrera de escritora. Volvio a caminar con dificultad a traves de la llovizna, sin pensar realmente en el frio. La tension que se habia acumulado en los ultimos dias estaba volviendo. Ahora habia aumentado exponencialmente, haciendo que el nudo en la parte posterior de su garganta se sintiera como un puno ardiendo. Deydy. La unica familia que le quedaba a Cait. Su abuela le retorceria el cuello por no decirle que venia. Cait lo habia intentado. Mas o menos. Antes de que el plan comenzara a desarrollarse, Cait habia llamado, pero Deydy no habia respondido y no habia contestador. ?Que tipo de nieta espera hasta el ultimo segundo para que su abuela sepa que viene? ?Una estupida? Pero, !no, senor!, Deydy no era una abuela tipica. Cait la amaba, pero la vieja era complicada, una complicada cascarrabias. Durante su ultima llamada telefonica, su abuela habia dejado perfectamente claro lo que pensaba de Cait: que era igualita al para nada bueno de su padre, de tal palo, tal astilla. Cait sabia que lo iba a pasar muy mal. Nunca le habia dado a Deydy una buena razon por haber permanecido lejos tanto tiempo. ?Pero, que podia haberle dicho? ?Que no podia irse de la ciudad porque su marido se acostaba con cualquiera a la minima oportunidad? ?O, me perdi en el camino e hice todo lo que el infiel bastardo me dijo que hiciera? !Que ridicula se sentia! Especialmente ahora. ?Y si su abuela y los otros de la ciudad la rechazaban? Cait no la habia visitado nunca, ni siquiera cuando era adulta y tenia los medios. En los ojos de Gandiegow su situacion era indefendible, independientemente de Tom. Era como si Cait hubiera golpeado a sus parientes en la cara y seguramente ellos se lo devolverian dandole la espalda. ?Que haria entonces? La grava y el aguanieve dieron paso a una calzada de adoquines. Bajo otras circunstancias, Cait habria encontrado aquello encantador, pero en este momento parecia el camino del diablo. Sus tacones se quedaban atrapados entre las piedras y cada pocos pasos, las ruedas de la maleta se atascaban tambien; de tener que arrastrar el equipaje mucho mas lejos, corria el grave peligro de perder sus brazos. Seis casas y dos giros mas tarde, encontro la cabana trece. Su corazon se detuvo. Tenia que haber un error. Este no podia ser el bungalo de dos dormitorios que habia visto en Internet. Aquello habia sido una casa anticuada de ensueno, de una planta y media, y cubierta de hiedra. Esta era una ruina negra y ahumada. --No puede ser --gruno Cait. Colgando de un poste de hierro forjado colgaba el letrero con un numero trece. A juzgar por el aspecto de la madera carbonizada, un incendio se habia aduenado de cada pedazo de su nuevo hogar. Lo unico que quedaba era la pared de piedra que rodeaba el perimetro de la casa y una chimenea manchada de humo que sobresalia de las cenizas. Su casa estaba muerta. Todo tenia sentido ahora. Las muertes vienen de tres en tres. ?No era ese el viejo refran? Bueno, el arbol de Navidad de Chicago habia sido el primero en morir. Se habia convertido en un esqueleto, arrojando agujas de pino por todo el piso. Tom, su mentira, engano, comadreja de marido, fue despues. Tuvo un ataque al corazon mientras insertaba su salchicha vacacionista en su amante. Y ahora su nuevo hogar tambien estaba muerto. Una maldita pira funebre. Un escalofrio, que no tenia nada que ver con el clima glacial escoces de diciembre, la alcanzo. --Soy una maldita idiota. ?Podria ser peor? Una gota de agua gruesa golpeo su cabeza. Luego otra. Justo ahi, los cielos se abrieron y dejaron caer una lluvia de mierda sobre su cabeza de idiota. Miro hacia arriba. --Gracias. Arrastro sus bolsas a la casa contigua con la intencion de usar el telefono de su vecino. Mientras caminaba hacia el porche, formulo algunas palabras escogidas para el agente de bienes raices de internet --!el gran estafador! Antes de alcanzar la aldaba, Cait decidio quitarse primero una piedra de su zapato. Pero cuando se inclino, la puerta se abrio de repente. Por el rabillo del ojo vio a un hombre que se detuvo. Estaba bastante segura, incluso desde ese angulo de le estaba echando una buena ojeada a su trasero. Tenia toda la intencion de decirle lo que pensaba --no permitia que los hombres se la comieran con los ojos--, pero cuando se levanto y vio quien la miraba...

  • En el oscuro bosque de Sandara de Yaiza Castro

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    Los habitantes del remoto valle de Sandara sufren, desde hace decadas, extranos ataques de un ser al que ellos llaman la Bestia. La llegada de un joven detective ingles, Alan Wood, al valle para investigar dichos actos, despierta los recelos entre sus habitantes, habituados a esconder secretos demasiado oscuros. Las agresiones, sumadas a la desaparicion de una joven, hacen que el detective se involucre por completo en un misterio que tiene mas aristas de lo que parece en un principio. Los pactos de silencio y los mas terribles secretos hasta ahora escondidos con celo empezaran a desvelarse, asi como la imponente presencia de una chica a la que todas recuerdan pero nadie nombra, por miedo, o… para protegerla.

  • Que nadie toque nada de Blas Ruiz Grau

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    El mundo de la ficcion se ha encargado de vendernos una imagen que quiza dista demasiado de lo real cuando hablamos de la investigacion de un crimen. Series de television que muestran a criminalistas trajeados en un escenario no ayudan a que esa veracidad se muestre.

  • La roca de tanios de Amin Maalouf

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    Ambientada en el siglo XIX, en un Libano dividido por el enfrentamiento
    entre Egipto y el Imperio Otomano, LA ROCA DE TANIOS hecho real< gira en torno a la muerte violenta de un patriarca, cuyo
    asesino, refugiado en Chipre, es devuelto con enganos a su tierra para ser
    castigado. La reconstruccion de la historia va dibujando la figura de
    Tanios, convertido por obra del destino en heroe legendario y liberador de
    su pueblo. El amor, la venganza y la muerte sirven a Amin Maalouf para tejer
    la trama de este relato lleno de peripecias que es, a la vez, una deliciosa
    cronica de la vida cotidiana en un pueblo en el cual la tolerancia se ve
    amenazada por unos acontecimientos que presagian un futuro de violento
    antagonismo.

  • El gran mar de David Abulafia

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    Este es el mas ambicioso de los libros dedicados hasta hoy al pasado de ese <>. Abulafia nos lleva desde la Antiguedad hasta los albores del siglo xxi a traves de un recorrido fascinante en el transcurso del cual conocemos las ciudades que sirvieron de escenario a esta historia y a los hombres que la protagonizaron.

  • Sindone: Las guerras de la Sabana Santa de Juan Carlos Boiza Lopez

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    Hace 2000 anos un hombre murio crucificado dejando tras de si un testimonio vivo de su pasion; la Sabana Santa. Ahora,Gabriel King, un joven periodista especializado en historia antigua, se vera incriminado en el asesinato de un famoso criminologo forense, Friederich Ramalla, que acababa de presentar un libro sobre la famosa reliquia. Acompanado de Nichole, la hija del hombre asesinado,Gabriel tendra que iniciar una investigacion en busca de los verdaderos asesinos.
    Poco a poco, iran descubriendo una complicada trama de enfrentamientos y traiciones que se remonta a dos mil anos en el pasado, y cuya conclusion puede cambiar el mundo para siempre..

  • No puedo evitar enamorarme de ti de Anabel Botella

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  • Conquistada (Hermanos Falcon 4) de Kelly Dreams

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    Jeremy Falcon tenia una cosa clara en la vida, no queria comprometerse. La solteria le gustaba demasiado, disfrutaba de su trabajo, de sus esporadicas companeras de cama y estaba dispuesto a que siguiese siendo asi. Pero entonces, la dulce y timida Lizzie se cruzo en su camino y, lo que prometia ser solo una conquista mas, se convirtio en algo mas peligroso.

  • Lo que encontre bajo el sofa de Eloy Moreno

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    ?Que ocurre al mover un sofa? ?Y al mover una vida?Quizas encuentres objetos -o personas- que ya habias olvidado, un calcetin que se quedo sin pareja o una pareja a la espera, esquirlas de otra vida… o uno de esos secretos que te obliga a pronunciar la frase que lo cambia todo: “tenemos que hablar” ?Y si movemos una sociedad?Entonces uno se da cuenta de que vive en un lugar con demasiados gusanos para tan poca manzana. Pero tambien un lugar donde, al observarnos, descubrimos que somos los primeros en hacer aquello que tanto criticamos.Cuando en 2011 Espasa publico El boligrafo de gel verde , los lectores se encontraron con un libro que ya empezaba a triunfar en las redes sociales pero cuyo contenido era un misterio. Dos anos despues, Eloy Moreno publica su segunda y esperadisima novela. De nuevo, el “de que trata” es lo de menos, porque hay historias que no pueden resumirse en unas lineas.

  • Corvette rojo. Salvando a Paco de Brian Stewart

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    Mucha gente viene a los Estados Unidos para escapar del gobierno totalitario y encontrar una nueva forma de vida. La mayoria de los que lo hacen oir se mezclan rapidamente y se vuelven muy exitosos. La vida no fue tan buena para Paco cuando su empleador Big Pete fue asesinado y Paco fue culpado por su muerte y luchando por su vida.

  • Perfil asesino (Andanzas 3) de John Connolly

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    El hallazgo fortuito de una fosa comun, a orillas de un lago en el norte de Maine, pone al descubierto un espeluznante asesinato en masa cometido hace mas de treinta anos. Todos los miembros de una comunidad religiosa, los Baptistas de Aroostook, desaparecieron sin dejar rastro en 1964, y, ahora que sus cadaveres han vuelto al presente como una muda acusacion, alguien parece muy interesado en que el misterio quede sin resolver. Pero el pasado regresa con inusitada brutalidad. La primera victima es Grace Peltier, una estudiante que, al investigar sobre el fanatismo religioso en el estado de Maine, ha ahondado en la vida y el enigmatico final de la comunidad de Aroostook. En apariencia, Grace se ha suicidado, pero hay indicios de asesinato mas que suficientes para que la familia solicite la intervencion del detective Charlie Parker, <>.

  • La madre de los carabineros de Alessio Puleo

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    Alessio Puleo decidio en el ano 2001 prestar servicio en la quinta del Arma de Carabineros[1]. Algunos dias despues de su traslado desde Benevento a Palermo fue asignado al servicio de vigilancia de la casa de Paolo Borsellino. Y fue alli donde tuvo lugar el primer encuentro con la senora Lupo, la <>. La senora vivia sola en un antiguo edificio situado justo enfrente de la casa del juez. Alessio, dentro del XII Batallon de los Carabineros de Sicilia, habia oido hablar a menudo de ella, pero cuando por primera vez se encontro delante de aquella <> mujer con el sombrero del Arma en la cabeza y los galones cosidos en la chaqueta, entendio que se trataba de una persona muy especial. Mama Mimma lo escruto de pies a cabeza para asegurarse de que el uniforme estuviera en orden, que los zapatos estuvieran relucientes, el nudo de la corbata perfecto... !y la cara bien afeitada! Se comportaba como un verdadero oficial y todos (desde los mas bajos cargos a los oficiales) la querian y respetaban. Transcurria todo el dia en compania de aquellos jovenes carabineros que, alejados del carino de sus familias, encontraban en ella el amor de una verdadera madre. Les daba consejo y compraba todo tipo de cosas: bocadillos, croissants, te, cafe... Y muchisimo mas. Todos la habian rebautizado como <>. Alessio cogio un afecto especial a aquella mujer y, pasando muchas de las horas de servicio en su compania, intento entender que la llevaba a hacer lo que hacia. Asi, dia tras dia, reconstruyo su vida, descubriendo un pasado lleno de emociones hermosas y horribles en las que residia el porque de todas aquellas buenas acciones con los carabineros. No, aquella historia no podia, un dia, desvanecerse en la nada junto a mama Mimma, asi que decidio transcribir toda la informacion acumulada y, recopilando tambien informacion del Museo Historico del Arma, reconstruyo el contexto social de aquel periodo. Despues de casi cuatro anos de trabajo, consiguio escribir su guion cinematografico. El proyecto atrajo la atencion de una productora, pero el excesivo coste hizo que lo dejaran a un lado. Alessio, convencido del interes que la historia podria suscitar, decidio darle forma editorial. Asi, en el ano 2006, transformo el guion en novela y nacio La madre de los carabineros. 1 Domenica Lupo, <>, vive desde hace muchos anos en una pequena casa, un chalet estilo modernista de principios del siglo XX. Vive sola, rodeada de vecinos carinosos. Frecuenta la casa de los Borsellino desde hace mucho tiempo y, tras la muerte del juez, su amistad con la viuda del difunto magistrado se ha vuelto incluso mas intima, tanto que para la senora Borsellino es casi <>, una anciana tia a la que pedir consejos. La casa de tia Mimma esta enfrente de la vivienda de los Borsellino, y por eso lo primero que ella ve por la manana al abrir las ventanas es a los carabineros que, desde la muerte del magistrado, montan guardia para proteger a su familia. Pero volvamos con tia Mimma. Es una calurosa manana de julio. Son las diez y la canicula ya oprime, molesta, causada por el siroco que azota Sicilia desde hace dos dias. Palermo sucumbe bajo el ardiente sol, pero la vida en la ciudad continua. Tia Mimma abre la pequena verja peatonal. Viste sencilla, pero tambien con cierta elegancia: un vestido de tela ligera color beige moteado con pequenos lunares de tono tierra de Siena, tono sobre tono; un sencillo cinturon le cine la cintura. Es una mujer menuda, con una silueta todavia juvenil... !para sus casi noventa anos! Cierra de nuevo la verja, comprueba el bolso para asegurarse de que estan las llaves, el portamonedas, la pequena corona del rosario y el panuelito bordado. Perfecto, !no falta nada! Ahora puede irse. El mercado esta a pocos cientos de metros, !caminar un poco siempre va bien! Echa un vistazo a los dos carabineros de la calle con una media sonrisa digna de la Gioconda y se va. Son las diez y veinte. El mercado del barrio es todo un vocerio, un coro de reclamos, una alabanza a las propias mercancias. El puesto de la pescaderia parece una paleta de pintor con tonos plateados, el de las hortalizas, un centelleo de verde y rojo por la verdura fresca y los tomates maduros. Tia Mimma hoy esta ahi por la fruta; pide en el mostrador un kilo de jugosos melocotones amarillos y uno de cerezas rojo rubi. Un chico a su lado mira la mercaderia y vacila: no parece convencido. Tia Mimma lo observa durante unos segundos: cuerpo atletico, tejanos y polo blanco, una extrana bolsa de piel con lineas en la mano, un poco como aquellas de los pieles rojas que recuerda haber visto en las peliculas western de la television. Mientras paga, nota que el chico tambien compra melocotones al mozo; tia Mimma abandona el puesto y se va. El calor es sofocante. Despues de pocos pasos se apoya en un poste de la luz, con la cabeza dandole vueltas vertiginosamente, y resbala lentamente hasta el borde de la acera mientras escucha al frutero que le pregunta: <>. Es una mujer dura, con una voluntad de hierro, asi que se apoya sobre sus delgadas piernas. <>, responde levantandose fatigosamente y retomando el camino a casa. Unos pocos pasos mas y esta vez le falta el aire, la cabeza le vuelve a dar vueltas y acaba tendida en el asfalto. Abre los ojos y, tras algunos segundos, ve el rostro del chico del polo blanco. Una senora da al joven un vaso de agua y este se lo acerca a los labios a tia Mimma tras acomodarla en una silla. Pasan los minutos, el chico aleja a los curiosos con educada firmeza, quedandose con tia Mimma y la senora que ha traido la silla y el agua. Tia Mimma lo observa ahora atentamente: sobre los treinta, metro setenta y cinco, en muy buena forma, constitucion media, ochenta kilos mas o menos, rostro afeitado, cabello corto, cara de buen muchacho. !Que extrano, habla un italiano perfecto, no tiene el acento o la cadencia siciliana!, piensa. Tia Mimma presumia siempre de saber <> a una persona a primera vista. ?Y este que <> puede tener?, se pregunta. Despues se oyen las cuestiones de rigor: <>, <>, y asi... El joven se ofrece a acompanarla a casa. Coge el bolso y se lo devuelve. <>, se dice. Empiezan a caminar despacio. El joven abre la verja del pequeno jardin. Querria seguir ayudando a tia Mimma, pero esta se retira asegurandole que todo ha pasado ya y se lo agradece de corazon. Ya que estamos aqui, podria ofrecerle un cafe, piensa. Pero no esta convencida. ?Quien es este?... ?Y si fuera un maniaco que asesina a las viejecitas? Pero, mirandole bien, y recordando la buena accion que ha realizado, desecha el mal pensamiento y lo invita a casa a tomar algo. El joven se mantiene educadamente en el exterior de la cancela, rechaza la oferta sintiendose un poco incomodo y, empujado por la curiosidad, pregunta a la pequena anciana si vive sola. Si tiene marido o hijos. La respuesta es extrana, muy extrana, y su curiosidad crece aun mas: <>. ?Que habra querido decir? ?Por que una respuesta tan vaga?, piensa el chico. Se quedaria encantado para escuchar lo que tiene que decir aquella anciana mujer que, con pocas palabras, ha despertado su interes, pero no puede. Asi que, por el momento, rechaza la invitacion por obligaciones laborales que le esperan, le promete volver y se va. Tia Mimma entra en casa, corre hacia la ventana y sigue con la mirada al joven, que se dirige hacia los carabineros que aparcan como cada dia delante de la casa de los Borsellino.

  • El secreto de Amara de Susana Aguilera Sanchez

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    Amara es una adolescente que siempre se sitio diferente, mas del otro mundo que de este. Quizas es por culpa de su nombre que significa “Eternidad”. La maldita Eternidad que la persigue en cada rincon, en cada dia, en cada momento en que percibe cosas que no deberia, que no son de este mundo y no tendria que saber. Por eso Amara es distinta y todos en casa la rechazan.
    Este verano su padre el ultimo Marques de Aguilas se ha empenado en que pasen el verano en su antiguo Mayorazgo, un olvidado castillo en el valle del Tietar; el lugar mas recondito y alejado de la civilizacion. !Y encima sin cobertura ni wifi! Menos mal que hay un jardinero muy interesante…

  • Las manos de la madre de Massimo Recalcati

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    Benditas, escribe Rilke, sean las manos de la madre. Bendito el sosten que ofrecen al <> y a los <> de la vida. Bendita la <> de la madre y su memoria. Presentando publicamente en las mas dispares ocasiones (tanto en universidades como en festivales culturales, tanto en escuelas de psicoanalisis como en jornadas de formacion de los partidos politicos, en teatros y plazas, en centros comunitarios y en centros religiosos) mis recientes obras sobre la figura paterna, sobre su declive y sobre la necesidad de su replanteamiento radical <>,1 ocurre siempre, sin excepcion, que en determinado momento del debate se levante una mano -de mujer por lo general- para hacerme la misma pregunta: <> Este libro toma muy en serio esa pregunta y aspira a proporcionar una primera respuesta articulada. En las paginas que siguen me concentro en la experiencia de la maternidad, en su herencia y en sus fantasmas, en sus luces y en sus sombras. Trato de interrogarme sobre el misterio de la maternidad y, mas en concreto, sobre lo que queda de la madre en esta epoca de declive de su representacion patriarcal. En los ultimos anos me he dedicado a la figura del padre, a su evaporacion y, sobre todo, a lo que queda de sus funciones en una epoca que ha dejado atras la figura tristemente opresiva del padre-amo. Sin nostalgia de su autoridad disciplinaria, de su mirada severa ni de su atronadora voz. Contra quienes me han acusado de querer exhumar esta figura de la paternidad, siempre he aclamado y dado la bienvenida a esta epoca que ha visto su disolucion. No siento anoranza alguna respecto a la fascinacion oscura por la Ley inhumana del padre-amo. Al elevar al padre a una especie de ideal disciplinario represivo, la cultura patriarcal nos lego y al mismo tiempo nos impuso una version de la madre igualmente incomoda. Me refiero a la madre del sacrificio y de la abnegacion, a la madre como destino ineluctable de la condicion de mujer. La ideologia patriarcal que hoy esta exhalando sus ultimos y, en ocasiones, desesperados suspiros pretendia reducir el ser de la mujer al de la madre. Solo la figura de la madre podia sancionar una version socialmente aceptable, benefica, positiva, saludable, generativa de la feminidad. En cambio, la mujer divorciada de la funcion materna aparecia como la encarnacion de los fantasmas mas malignos: maldad, pecado, lujuria, falta de fiabilidad, brujeria, crueldad. Mientras que la mujer que se realizaba en la maternidad enmendaba los aspectos mas inquietantes de la feminidad, la mujer que se negaba a limitarse unicamente a la maternidad, renunciando a su libertad, acarreaba el estigma de una anarquia peligrosa y antisocial que habia de ser redimida con las herramientas de la moral pedagogica, la psiquiatria o la marginacion social. En definitiva, segun la perspectiva de la ideologia patriarcal, solo el acceso a la maternidad podia conferir una forma de realizacion benefica y publicamente aceptable a la mujer. Se trata de una version esquizoide y maniquea de la feminidad (madre=bien, mujer=mal), que constituye la espina dorsal de la representacion patriarcal de la maternidad y que con toda razon ha sido criticada y superada. La libertad social y sexual adquirida por las mujeres en las ultimas decadas ha subvertido, de hecho, tal representacion. Hoy en dia las mujeres trabajan, estan socialmente comprometidas y, al igual que los hombres, tienen poco tiempo para dedicar a sus hijos. La organizacion social de nuestra vida no facilita, en efecto, la integracion fructifera entre la mujer y la madre, sino, al contrario, favorece su divorcio. A causa de ello, han brotado nuevos fantasmas que introducen ineditas versiones patologicas de la maternidad; no ya la tradicional de la madre que devora su propio fruto, que no deja marcharse a su propia criatura, sino la hipermoderna de la madre que vive los hijos como un obstaculo para su afirmacion social. En nuestro tiempo, la maternidad no depende ya de la capacidad generativa ni del sexo de los progenitores. Algunas evidencias que regulaban el proceso de filiacion -la generacion proviene del coito, la sexualidad es la primera condicion de la generacion, la funcion paterna y materna estan sostenidas, respectivamente, por una madre (mujer) y un padre (varon)- estan saltando irreversiblemente por los aires. La ciencia y el derecho facilitan la posibilidad de tener un hijo sin pasar por la generacion sexual de los cuerpos y prescinden del deseo de maternidad como evento que nace de un vinculo amoroso. Se ha consolidado una nueva industria -la de la reproduccion asistida medicamente- que ha hecho que el deseo de maternidad se vuelva autonomo respecto al deseo amoroso hacia el otro sexo. Se trata del trasfondo hipermoderno de este libro, que nos impone una serie inedita de preguntas: en un epoca en la que el coito ya no resulta necesario para la fecundacion y los sexos de los padres no tienen por que corresponder necesariamente con la heterosexualidad anatomica, en una epoca en la que el sexo se ha desprendido de las leyes de la naturaleza y ha sido colonizado por la ciencia, en una epoca en la que la nocion neutra de progenitor (1 y 2) parece querer reemplazar a la de padre y madre, ?sigue teniendo sentido plantearse el problema de la diferenciacion simbolica entre funcion paterna y funcion materna? En una epoca en la que el deseo de maternidad se ha emancipado por completo de la referencia inmediata a la madre como progenitora, como la que trae a la luz del mundo a un hijo, ?que es lo que queda de la madre? ?Que queda cuando convertirse en madre deja de ser el destino natural de la mujer para pasar a ser una eleccion en libertad que decide sus tiempos gracias al apoyo de la ciencia y el derecho? ?Cuando sexualidad y procreacion no forman ya un binomio indisoluble? Un hilo conductor recorre mi trabajo de los ultimos anos: el tema de la herencia. Este tema plantea con fuerza el problema de la humanizacion de la vida. Lo que esta en juego son las modalidades mediante las que el deseo se transmite de una generacion a otra. Es el gran tema de la filiacion simbolica que nuestro tiempo nos obliga a replantearnos desde el momento en que se aprecia, con mayor evidencia cada vez, que el proceso de filiacion no depende de la dimension naturalista de la familia. Pero por mas que no sea ya la familia la base natural de la filiacion, este dato no elimina en absoluto la centralidad de la filiacion simbolica, es mas, acentua ulteriormente, si eso fuera posible, su importancia. Dos prejuicios especulares han condicionado la lectura psicoanalitica de la funcion materna. Por un lado, estan aquellos que han identificado a la madre como la prision en la que se halla detenido el nino y al padre como su liberador necesario. En esta identificacion, la generatividad materna queda aplastada por una cultura que asimila a la madre con el caos original, con un lugar informe, prelinguistico, indiferenciado, que solo la intervencion del padre tiene el poder de ordenar y reglamentar.2 Por otro lado, estan aquellos que atribuyen a la madre una funcion tan exclusiva en el cuidado de los hijos que corren el riesgo de acabar cayendo en un proceso retorico de idealizacion que no tenga debidamente en cuenta la necesidad de que el hijo sea siempre el resultado de Dos y nunca de Uno solo. Contra el primer prejuicio, este libro quiere demostrar la centralidad activa de la funcion materna en el proceso de filiacion y de humanizacion de la vida. Contra el segundo, quiere demostrar que la madre no excluye nunca la ambivalencia y su division interna, que la idealizacion de la madre <> acaba unicamente por alimentar esteriles fantasmas de omnipotencia. La madre que suprime a la mujer -como sucedia en la version patriarcal de la maternidad- o la mujer que niega a la madre -como sucede en esta epoca hipermoderna- no son dos representaciones de la madre, sino dos declinaciones igualmente patologicas. Este libro se detendra en todo ello, pero sin ninguna intencion de reducir la maternidad a su patologia. Las ensenanzas de Lacan nos demuestran que la existencia del deseo de la mujer como no totalmente absorbido en el de la madre es la condicion esencial para que el deseo de la madre pueda ser generativo. Solo si la mirada de la madre no se concentra en sentido unico en la existencia del hijo puede la maternidad realizar plenamente su funcion. Es lo que nos ensena cotidianamente el psicoanalisis: solo si la madre es <> puede atesorar el nino experiencia de esa ausencia que hace posible su acceso al mundo de los simbolos y de la cultura. La contradiccion entre la entrega al cuidado y el impulso hacia la propia (y legitima) afirmacion personal parece hacer hoy en dia casi imposible el oficio de madre: la atencion materna entra en conflicto directo con la aceleracion maniatica del tiempo, totalmente carente de atencion, que es ensena de nuestra epoca dominada por el discurso del capitalista.3 Los cuidados maternos, al contrario de lo que sucede en todas las esferas de nuestra vida individual y colectiva, nunca son anonimos, genericos, protocolarios, estandares; nunca se insistira lo suficiente acerca de la importancia de la atencion materna que nunca es cuidado de la vida en general, sino siempre y unicamente cuidado de una vida en particular. Estos cuidados no se miden por el numero de horas dedicadas a los hijos. El psicoanalisis nos ensena que la presencia sin palabra y sin deseo puede ser bastante mas danina que una ausencia que sabe regalar sin embargo unas (pocas) palabras adecuadas. Lo que sigue siendo insustituible en la madre es el testimonio de que aun puede existir, en nuestro tiempo, una atencion que no sea anonima, una atencion que ame el detalle mas particular del sujeto, una atencion capaz de recibir el <> que llega con la luz del dia. No existe, en efecto, amor por la vida, al igual que no existe el amor por lo universal. Solo existe el amor por el uno por uno, el amor por el nombre propio, como diria Lacan. Y es precisamente ese amor el que la maternidad -a despecho de todas las transformaciones hipermodernas que han modificado su fenomenologia- tiene el cometido de custodiar. Su leccion mas profunda es la de oponer la atencion hacia lo particular como una resistencia irreductible ante la voragine vertiginosa que impulsa la negligencia absoluta del discurso del capitalista. Milan, febrero de 2015 Deseo dar las gracias a Matthias de Bernardis y a Donatella Berasi de la editorial Feltrinelli por su valioso trabajo, y a Ludwig Monti, de la Comunidad de Bose, por su generosa amistad

  • La aventura de tu cerebro de Maria Jose Mas Salguero

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    Ya conoces el final de esta historia: el final eres tu. Un resultado unico e irrepetible entre los millones de variantes posibles, una casualidad extraordinaria. Desde aquella celula inicial formada por los gametos de tus padres, son muchos los acontecimientos biologicos y biograficos que te han convertido en el adulto que eres ahora. Este largo proceso se
    conoce como “neurodesarrollo”, y en este libro se desgranan sus claves.
    Dirigido a todos los publicos, se explican los conocimientos actuales de esta ciencia, ilustrados con historias reales que nos permiten entender los procesos por los que pasa el cerebro desde que se forma durante la gestacion hasta que adquiere su plena madurez.
    Descubriremos como crece y se capacita para regular el movimiento corporal, dominar el lenguaje, aprender su entorno, y concretar con su progreso la identidad personal de cada uno de nosotros. Un libro que nos ayuda a conocer mejor el desarrollo del nino, y facilita a los padres, docentes y profesionales dela salud su acompanamiento a traves de este maravilloso recorrido que lo convertira en un adulto independiente.

  • Body Art de Don Delillo

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    El tiempo parece transcurrir. El mundo sucede, se desdobla en instantes sucesivos, y uno se detiene a contemplar a una arana aplastada contra su tela. Se advierte una inmediatez en la luz y un sentido de cosas delimitadas con precision y de fugaces destellos que relucen en la bahia. Sabemos mejor quienes somos en esos dias brillantes y poderosos en que, tras la tormenta, hasta las mas pequenas hojas secas caen imbuidas de identidad propia. El viento susurra entre los pinos y el mundo nace, irreversible, y la arana cabalga sobre su tela oscilante bajo la brisa. Ocurrio esta ultima manana. Coincidieron en la cocina, esquivandose el uno al otro mientras sacaban cosas de las alacenas y los cajones y luego esperandose mutuamente junto a la pila o el refrigerador, aun algo humedos de sueno derretido. Ella dejo correr el agua del grifo sobre los arandanos que portaba en el hueco de la mano y cerro los ojos para disfrutar del aroma que ascendia. El, sentado frente al periodico, removia el cafe. Se trataba de su cafe, de su taza. Compartian el periodico, pero el periodico, en realidad, le pertenecia tacitamente a ella. --Quiero decir algo, pero que. Ella dejo correr el agua del grifo y parecio notarlo. Era la primera vez que lo hacia ante algo asi. --Es sobre la casa. Eso es lo que es --dijo el--. Algo que queria contarte. Ella observo como el agua del grifo se tornaba opaca en cuestion de segundos. Brotaba transparente y cristalina y luego, en cuestion de segundos, se tornaba opaca. Que curioso le parecia que durante todos aquellos meses, y al cabo de tantas veces como habia abierto el grifo de la cocina, nunca hubiera reparado en como el agua brotaba transparente al principio para luego volverse quiza no exactamente lobrega sino mas bien opaca, o es que tal vez no habia sucedido antes, o acaso lo habia advertido para luego olvidarlo. Se dirigio a la alacena con los arandanos aun humedos en una mano, alargo la otra para coger el paquete de cereales y llevo la caja hasta la encimera, la caja de tonos mayoritariamente marrones y blancos, y entonces el cacharro de tostar salto y ella volvio a conectarlo porque tenias que esperar a que saltara dos veces para que el pan se dorara, y el asintio distraidamente porque eran sus tostadas y su mantequilla, y a continuacion conecto la radio y sintonizo la prevision meteorologica. Los gorriones se apelotonaban en el comedero, aleteando y luchando por un espacio en sus perchas curvadas. Ella abrio la alacena mas proxima para coger un cuenco, sacudio un punado de cereales en su interior y, finalmente, esparcio los arandanos por encima. Se seco la mano en los vaqueros, experimentando en alguna parte la incierta sensacion de un color azul desvaido y acuoso. Como se dice, la palanca. Oprimio la palanca para que se terminaran de hacer sus tostadas. Las tostadas eran de el; el boletin meteorologico, de ella. Escuchaba los boletines, llamaba con frecuencia al numero de informacion del tiempo y a veces se asomaba a la puerta principal y escrutaba el firmamento costero, saboreando la brisa en busca de implicaciones latentes. --Si, exacto. Ya se lo que es --dijo el. Ella se dirigio a la nevera, abrio la puerta y se detuvo, intentando recordar algo. Dijo ella: --?Que? --queriendo decir que has dicho, no que era lo que querias decirme. Recordo las semillas de soja. Cruzo la cocina en direccion a la alacena y cogio la caja y luego atrapo la puerta del refrigerador antes de que se cerrara. Alargo la mano para coger la leche, y al hacerlo recordo las palabras que no le habia oido pronunciar a el ocho segundos atras. Cada vez que tenia que inclinarse para rebuscar en las remotas zonas inferiores de la nevera dejaba escapar un gemido --aunque tampoco siempre-- que era mas parecido a un lamento vital. Era demasiado elegante y flexible como para acusar el esfuerzo, y no hacia con ello sino remedar a Rey inequivocamente, gimiendo su gemido, pero de un modo tan ininterrumpido, tan profundo, que tambien expresaba su propio malestar. El, ahora que ya habia recordado lo que tenia que decirle, parecio perder interes. No le hizo falta ver su rostro para saberlo. Se percibia en el aire. Se percibia en la pausa que arrastraba su observacion de ocho, diez, doce segundos atras. Algo insignificante. Algo tan trivial que si se refiriera a ello el lo consideraria como una especie de autodesprecio. Se aproximo a la encimera y vertio soja sobre los cereales y las frutas. La palanca salto o resalto y el se levanto y se llevo la tostada a la mesa y luego fue en busca de la mantequilla y ella, sin soltar el carton de leche que sostenia en el aire, tuvo que apartarse ligeramente de la encimera cuando le vio acercarse para que el pudiera abrir el cajon y coger un cuchillo para la mantequilla. La radio emitia voces como en hindi, o asi sonaban. Ella vertio leche en el cuenco y el se sento y se levanto. Se dirigio a la nevera y cogio el zumo de naranja y se detuvo en medio de la estancia agitando el envase para reflotar la pulpa y espesar el zumo. Nunca se acordaba del zumo hasta que las tostadas estaban listas. Agito el envase, y luego escancio el zumo y observo la burbujeante cinta de espuma que se depositaba a lo largo del borde del vaso. Ella se quito un pelo que llevaba pegado a los labios y se detuvo junto a la encimera, contemplandolo, un pequeno cabello de tono palido que ni era suyo ni era de el. El seguia agitando el envase. Lo agitaba mas de lo necesario porque no estaba prestandole atencion, penso ella, y porque en cierto modo absurdo e inofensivo le resultaba gratificante, por lo infantil del acto, por la sacudida y el chapoteo y aroma a naranja acartonada. Dijo el: --?Quieres un poco de esto? Ella seguia examinando el cabello. --Dimelo porque no estoy seguro. ?Bebes zumo, tu? --dijo el sin dejar de agitar el condenado trasto, pinzando el pico con dos dedos. Ella se raspo la lengua con los dientes superiores para liberar a su organismo del complicado recuerdo sensorial de aquel cabello ajeno. Dijo: --?Que? Nunca bebo de eso. Lo sabes. ?Cuanto tiempo llevamos viviendo juntos? --No mucho --dijo el. Cogio un vaso, vertio el zumo y observo la presencia de la espuma. A continuacion, se acomodo algo dolorosamente en su asiento. --No lo bastante como para reparar en esos detalles --dijo. --Siempre pienso que estas cosas no deberian pasar aqui. En cualquier sitio menos aqui, pienso. Dijo el: --?Que? --Un pelo en la boca. De la cabeza de otra persona. El se unto la tostada de mantequilla. --?Acaso piensas que solo pasa en grandes ciudades con gran diversidad de poblacion? --En cualquier sitio menos aqui. --Sostuvo el cabello entre el indice y el pulgar, contemplandolo con fingida repugnancia, o con autentica repugnancia forzada hasta limites artisticos, con los labios torcidos, paralizados--. Eso pienso. --Igual llevas con el desde que eras nina. --Regreso a su periodico--. ?Tenias perro? --Eh. ?Ahora te despiertas? --dijo. El periodico era de ella. El telefono era de el, excepto cuando ella llamaba para enterarse del tiempo. El ordenador lo utilizaban los dos, pero espiritualmente era de ella. Siguio alli, junto a la encimera, observando el cabello hasta que, por fin, lo dejo caer al suelo. Se volvio hacia la pila, se lavo la mano con agua caliente y a continuacion llevo el cuenco de cereales hasta la mesa. Su paso junto a la ventana hizo desperdigarse a los pajaros. --Te he visto beber litros de zumo, algo tremendo, no se como decirte --dijo el. Ella aun conservaba el rictus resultante de la experiencia de haber compartido la existencia desconocida de algun manipulador de alimentos o de haberse enfrentado a una realidad mucho mas desusada y serpenteante, el intimo transito del cabello de persona a persona y, de algun modo, de boca a boca a traves de anos y de ciudades y de enfermedades y alimentos contaminados y numerosos fluidos corporales de indole perniciosa. --?Como? Lo dudo mucho --dijo ella. De acuerdo, deposito el cuenco sobre la mesa. Se encamino al fogon, recogio la tetera y la lleno de agua del grifo. El cambio la emisora de la radio y dijo algo que no alcanzo a entender. Devolvio la tetera al fuego porque asi es como uno vive la vida incluso si no lo sabe y a continuacion volvio a rasparse la lengua con los dientes, insistiendo, mientras observaba el azulado chorro de la llama que brotaba del quemador. Casi tuvo que dar un brinco para separarse de la encimera cuando el se acerco en busca del cuchillo de la mantequilla. Se desplazo en direccion a la mesa y los pajaros huyeron una vez mas del comedero. Dejaron atras la sombra de los aleros y volaron hacia el sol y el silencio, en una accion que ella diviso tan solo en parte, elusiva y mudamente hermosa, las aves tan refulgentes bajo la luz que se veian consumidas por ella, incorporeas, transformadas en algo puro y fugaz y dispersamente brillante. Se sento y hojeo diversas secciones del periodico y advirtio que no tenia cuchara. No tenia cuchara. Le miro y vio que llevaba una tirita a un lado de la mandibula. Habia optado por la vieja tetera abollada en lugar de la nueva que acababa de comprar porque… ignoraba por que. Vivian en una vieja casa de madera con numerosas habitaciones y chimeneas utilizables y animales en las paredes y moho por todas partes, un lugar que habian alquilado sin verlo antes, una reliquia de los anos gloriosos de las madereras y las navieras, exageradamente grande, y tenia tarimas que crujian y diversos utensilios deformados desde Dios sabe cuando. Se dejo medio caer de la silla en un gesto de autodesprecio y se dirigio a la encimera en busca de una cuchara. Aprovecho para devolver tambien a la mesa las semillas de soja. La soja poseia un olor que no parecia corresponderse con la arenosa sustancia contenida en la caja. Era un leve tufo a trigo mezclado con pies. Lo olia cada vez que utilizaba la soja. Lo olisqueo dos o tres veces.--Te has cortado otra vez. --?Que? --Se llevo la mano a la mandibula, hundida aun la cabeza en el diario--. Solo es un rasguno. Ella comenzo a leer un articulo de la parte que tenia del periodico. Era un periodico viejo, del domingo, comprado en el centro porque hasta alli no llegaban las entregas a domicilio. --Te pasa ultimamente, no se, quiza no deberias afeitarte enseguida. Espera a despertarte. ?Y para que afeitarte? Vuelve a dejarte el bigote. Dejate barba. --?Para que afeitarme? Debe de existir un motivo --dijo el--. Quiero que Dios pueda verme la cara. Alzo la mirada del periodico y dejo escapar una de esas carcajadas vacuas que tanto le disgustaban a ella, se llevo a la boca una cucharada de cereales y comenzo a leer otro articulo. Ultimamente tendia a situarse, a insertarse en ciertos relatos de los periodicos. Era como una especie de ensonacion divagadora. Lo hacia y luego advertia que estaba haciendolo y a veces volvia a hacerlo pocos minutos despues con esa misma historia u otra diferente y luego volvia a darse cuenta. Alargo la mano hacia el paquete de soja sin alzar la mirada del papel y escancio unas cuantas semillas en el cuenco mientras en la radio se oian el trafico y las tertulias. Al parecer, la idea era que tendria que agotar la capacidad de uso de la vieja tetera, usarla y volver a usarla hasta que le salieran burbujas de oxido, y entonces y solo entonces podria sustituirla tranquilamente por la que acababa de comprar. --?Tienes necesariamente que escuchar la radio? --No --dijo ella, y siguio leyendo el periodico--. ?Que? --Que mierda tan increible. Su modo de acentuar la m de mierda, dignificando la palabra. --Yo no encendi la radio. Tu encendiste la radio --dijo ella. El se encamino a la nevera y luego regreso con un higo oscuro y enorme y apago la radio. --Dame un poco de eso --dijo ella, leyendo el periodico. --No estaba echando culpas. Quien la encendio, quien la apago. Andamos un poco susceptibles esta manana. Que digo, yo soy el que deberia estar a la defensiva. No la jovencita que se dedica a comer y a dormir y a vivir sin hacer otra cosa. --?Como? Anda, Rey, callate. El arranco el tallo de un mordisco y lo arrojo en direccion a la pila. Luego, abrio el higo con las unas y le arrebato la cuchara de entre los dedos y la lamio para limpiarla y la utilizo para extraer una porcion de pulpa rosada del pellejo abierto del fruto. La deposito sobre su tostada -- la masa, la papilla, la pulpa-- y a continuacion la extendio con el dorso de la cuchara, formando untuosos remolinos sanguinolentos rebosantes de semillas. --Yo soy el que tiene que estar susceptible por las mananas. El que tiene que quejarse. El terror de otro dia cualquiera… --dijo maliciosamente--. Tu aun no sabes lo que es eso. --Dejanos en paz un ratito --le dijo ella. Se inclino, y el le alargo el pan. En los arboles proximos a la casa, los cuervos entonaban su estridente reclamo. Ella asesto un nuevo bocado y cerro los ojos para poder pensar en el sabor. El le devolvio la cuchara. Luego, encendio la radio y recordo que acababa de apagarla y volvio a apagarla de nuevo. Ella vertio unas semillas en el cuenco. El olor de la soja era algo a caballo entre el olor corporal, si, de las extremidades inferiores y cierta vida germinativa y real de la tierra, una vida sembrada y profunda. Pero eso no lograba describirlo. Leyo en el periodico un articulo sobre un nino que habian abandonado quien sabe donde. Nada lo describia. Era olor en estado puro. Era lo que es el olor, independientemente de sus fuentes. Era como, y a punto estuvo de decir algo en este sentido, porque a el tal vez le habria divertido, pero lo dejo pasar, era como si un, tal vez un escolastico medieval hubiera intentado clasificar todos los olores conocidos y hubiera descubierto algo que no encajaba con su sistema y lo hubiera llamado soja, lo que facilmente podia formar parte de algun sublime termino latino, pero no, era imposible, y siguio alli, pensando en algo, no estaba segura de en que, con la cuchara a unos centimetros de la boca. Dijo el:

  • Jefe y ex !Vaya lio! de Carlota Manzano

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    En shock. Asi se queda Abril cuando llega por sorpresa a su nidito de amor y se encuentra a Pablo montandoselo con otra. Ella le habia entregado su corazon y el...El se lo habia devuelto hecho pedazos.

  • Si, Viviana Rivero de Viviana Rivero

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  • Amor Juvenil de Marta Escudero

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    Libre: Romance Juvenil con el Escritor Rebelde
    A mis 23 anos vivo encerrada en la pequena prision de mi “hogar”. A punto de terminar estudios de veterinaria, y aun asi sintiendome una prisionera en mi propia casa. “Mientras vivas bajo mi techo, haras lo que yo diga”, es la frase que repiten constantemente mis padres ante cualquier intento de tener un poco de libertad.
    Es asfixiante cuanto menos. Pero todo cambia cuando un joven de 22 anos, solo, se muda a la casa de enfrente. Terminando estudios de derecho para convertirse en abogado, actualmente se gana la vida escribiendo novelas de romance juvenil.
    Es dificil no sentirse atraida por el. “Libre”, ya no solo de las cadenas de una familia, sino de la sociedad en si misma. Con una moto asomando en el garaje, una sonrisa torcida cada vez que saluda, y el sentimiento de que hace “lo que le da la gana, cuando le da la gana”, es realmente dificil no derretirse por el.
    Asi que cuando un dia me invita a tomar un cafe no puedo evitar teniendo sexo con el entre sus sabanas. Y de ahi, la cosa solo pudo complicarse mas.

  • No contar todo de Emiliano Monge

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  • Si me dejas quererte (Quiereme 2) de Victoria Vilchez

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    Tiempo. Eso es lo que Tessa necesita ahora que lo suyo con Alex ha dejado de ser una cuenta pendiente. O al menos eso cree, porque mientras ella se esfuerza por superar el fin de su relacion, el destino, una vez mas, cruzara sus caminos y le hara enfrentarse a todos sus miedos. Y por si fuera poco, tambien tendra que luchar para recuperar la complicidad que la unia a su mejor amigo, Zac. Sin embargo, cuando te han roto el corazon en cientos de pedazos y no sabes quien eres, es dificil saber hacia donde quieres ir.
    Antes que nada, Tessa debera poner en orden sus sentimientos, recomponer lo que queda de ella y plantearse por que cada vez parece mas complicado que su vida vuelva a ser como era antes. ?Sera lo suficientemente fuerte para resistirse a su primer amor? ?Terminara alguna vez esa historia sin fin?
    <>

  • La Reunion de Meghan Hartley

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    !Caliente! !Torrido!

  • Endurance. La prision blanca de Alfred Lansing

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    En diciembre de 1914, sir Ernest Shackleton y una tripulacion de veintisiete hombres zarpo de Georgia del Sur a bordo del Endurance rumbo al Polo Sur, con el objetivo de cruzar la Antartida, el ultimo continente inexplorado, por tierra.

  • Confidencias de un ser apagado de Miare

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    Miare abre las puertas de su corazon a traves de poemas escritos directamente para ti.

  • Desafiando al destino de Susana Oro

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    Anastasia Jones a los veinte anos lo tenia todo: Un vestidor lleno de prendas y muchos zapatos. Montones de amigos. El novio que quisiera. Su vida giraba en torno a sus compras y sus salidas. No queria estudiar, y no necesitaba trabajar. Con solo chasquear los dedos sus deseos se hacian realidad.
    Hasta que un dia lo perdio todo.

  • Cambiaste mi vida de Vega Manhattan

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    Emma gimio y, lentamente, abrio los ojos. Volvio a cerrarlos con fuerza. Tras resoplar, se removio un poco, notando que se encontraba en la cama. Un segundo intento y consiguio abrirlos. Suspiro. Le dolia la cabeza. Como si se hubiese golpeado con algo. Y es que conocia muy bien la sensacion, no seria la primera vez. Porque si algo definia a Emma, era su torpeza. Eso y que solia vivir en las nubes. Los moratones que siempre lucia eran una clara evidencia de ello. Lo raro era que siguiese con vida y con todos los miembros de su cuerpo en su sitio. Bien... Ella haria un inciso aqui si leyese esto. Porque en su sitio, donde se dice en su sitio... No era eso lo que ella pensaba cuando se miraba al espejo y se ponia a calcular cuanto tendria que ahorrar para operarse los pechos y levantarlos, para hacer lo mismo con el trasero, a ver si de una vez lucia con mas volumen que una maldita tabla de planchar. Y podriamos seguir hasta el infinito, pero no es eso lo que nos interesa conocer. Al menos no ahora. Asi que volviendo a su extrano despertar... --Mierda --refunfuno mientras se incorporaba un poco, apoyandose sobre sus codos. Tras otro suspiro y sin hacer movimientos bruscos, logro sentarse en la cama. Miro alrededor y... --?Donde demonios estoy? --casi exclamo, asustada cuando se dio cuenta de que aquella no era su habitacion. Ni siquiera era su casa. Joder, !que no conocia ese lugar! !?Y ella estaba en una cama?! Porque estaba en una cama, ?verdad? Palpo el objeto donde estaba sentada. Si, era una cama. !?La cama de quien?! Por Dios, Emma, !piensa! Con los ojos moviendose a la velocidad del rayo, observo la estancia de esquina a esquina. Habia algo que le resultaba familiar, pero la verdad era que, en ese momento, no tenia ni idea de donde se encontraba, no recordaba nada. Y su mente parecia no despertar aun para ayudarla a ubicarse. A ver, relajate, ?que es lo ultimo que recuerdas?, se pregunto a si misma. El sonido de una respiracion a su espalda le puso el vello de punta. Su primer instinto fue gritar y pegar un salto, sobre todo cuando al sentir el aire en su espalda, se dio cuenta de que estaba desnuda. En una cama que no era la suya. Iba a entrar en panico. Y con razon. !Porque no se acordaba de nada! Sin saber como se controlo en ese momento, giro la cabeza muy lentamente mientras su cuerpo temblaba. No sabia que pensaba que iba a ver. O a quien. Pero, desde luego, no esperaba "eso". Emma abrio los ojos como platos, dejo caer la mandibula y se tapo la boca con la mano. No podia ser. Aunque claro, ya entendia por que le resultaba familiar ese lugar. Sabia donde estaba, pero !no podia ser! !No precisamente ahi! !No en esas circunstancias! Un ronquido de "eso" y, entre la incredulidad y el susto, fue entonces cuando Emma boto, levantandose como un resorte, con tan mala pata (y nunca mejor dicho) que, al hacerlo, se doblo el tobillo y acabo en el suelo. No se abrio la cabeza de milagro. --!Oh, joder! --exclamo al caer. --Oh, si, nena. A Emma se le corto la respiracion al escuchar a "eso" hablar. Y ni caso hizo al tono ronco de su voz. !Que va! Miro rapidamente hacia la cama mientras, con las manos, intentaba tapar sus zonas intimas y espero unos agonicos segundos, en los que ni respiraba, para verlo aparecer. Porque si habia hablado era porque estaba despierto, ?no? Joder, !y la iba a ver! ?Y que iba a pensar? Pues lo mismo que ella, !no iba a poderse creer que...! --!Ay, Dios mio! --sollozo en un susurro, martirizada. Los recuerdos comenzaban a volver a su mente y era evidente que habia bebido mas de la cuenta. Lo raro era que no hubiese terminado padeciendo un coma etilico porque para terminar con "aquello" en la cama tenia que estar mas que borracha. !Completamente loca! Ni una cosa ni la otra, la verdad. Un poco achispada, pero bien consciente de lo que hacia. Viendo que "eso" no se manifestaba, espero un poco mas, pero nada. "Eso" estaba dormido. Debia hablar en suenos. Por una parte aliviada y por otra maldiciendo mentalmente a los dioses, a la vida, al universo, al karma y a todo lo que podia tener la culpa de aquella locura, comenzo a levantarse. No, sin antes, recoger su ropa. Esa que estaba tirada por el suelo. Como su bolso. ?Y sus bragas? Ah, si, ahi... ?Donde, por el amor de Dios, estaban sus zapatos? Porque no los veia. A la mierda, descalza que me voy, penso. No le paso desapercibido mientras se vestia a toda prisa (bendita la hora en la que eligio un vestido) que "eso" se habia dado la vuelta. Ya no le podia ver la cara, lo cual, en parte, era un alivio. Pero claro, al girarse, la sabana que cubria sus verguenzas delanteras dejo de cumplir su funcion y no cubrian las traseras. Emma gimio. Mas que nada porque... Joder, ?ese culo es real? Oh, si, el recuerdo de haberlo palpado le llego bien nitido. Puso los ojos en blanco por ese desacertado pensamiento y mas por el recuerdo. Sin poder creerse su atontamiento, se termino de colocar el vestido y metio las bragas en el bolso. No pensaba ponerselas de nuevo. !No pienso ponerme otras hasta que me lave con jabon Lagarto!, penso, volviendo a la realidad. Su abuela lo usaba para todo tipo de "emergencias" y aquella lo era, seguro que valia para sus zonas intimas tambien. Porque si aun tenia alguna duda de que ellos dos... Porque no podian... Pero no la tenia porque se estaba acordando de todo... Pues claro que fue que si, el escozor que sentia ahi abajo era un claro indicio de que ellos dos si. Y de que o fueron muchas veces si o debia de tener algo tan perfecto como su culo que escocia la habia dejado. En realidad fueron las dos cosas... Reganandose, de nuevo, a si misma por semejantes pensamientos y empezando a ponerse morada por no respirar en condiciones por el miedo a que "eso" se despertase, se girase y la viese... comenzo a moverse. Camino de espaldas, sin perder de vista a "aquello", quien yacia placidamente y le ensenaba un culo que ya quisiera ella para si. --Bonito lunar... --suspiro, sin poder evitarlo. Mierda, Emma, espabila, se rino a si misma mentalmente cuando su voz la saco de su ensonacion y se dio cuenta de que se habia quedado embobada, otra vez, mirando ese perfecto trasero. Comenzo, otra vez tambien, a moverse. Sin mucha prisa. Cualquiera pensaria que, en un momento asi, lo mejor seria salir corriendo como alma que lleva el diablo. Eso seria lo mas logico y normal para cualquier persona. Que no para Emma. Porque ella se conocia bastante bien y por eso mismo no se dejaba llevar por el panico. Y no era porque no lo sintiese. Lo sentia y muchas mas veces de la que le gustaria ya que su cuerpo solia correr peligro con tanto golpe y con tanta caida. Y por eso mismo tambien sabia que actuar de una manera tan impulsiva la llevaria a nuevos golpes que terminarian por despertar a "eso". Era la explicacion logica y nada tenian que ver esas mas que divinas nalgas. !Claro que no! Por suerte y despues de casi haberse matado al tropezarse con sus tacones y caer de espalda, llego hasta la puerta de la habitacion. Levanto la mano que tenia libre y agarro el picaporte que estaba a su espalda. Ejercio un poco de presion y... --Quiero que te corras. --Dios, no --gimoteo Emma, espantada. No sabia por que exactamente. Si por el miedo a que despertase y la viese alli o por la excitacion que inexplicablemente le producia esa voz ronca, adormilada, sexy... Y tremendamente insoportable. Pero bien que consiguio su objetivo... !No es el tema! Centrate, Emma, !por Dios!, exclamo una voz en su cabeza. A ver si, por una vez, le hacia caso. --Dios no, nena. Yo. Yo hare que te corras. Mas bien que corra..., penso Emma. Que corra tanto que ni Forrest Gump. Y si no fuera por la situacion y por todo lo que se le pasaba por la cabeza, Emma habria puesto, inevitablemente, los ojos en blanco al escuchar algo asi. Sobre todo viniendo de quien venia. Gilipollas. Y ella... No existia un calificativo que la describiese para haber acabado en la cama, desnuda, con "eso". Centrandose de nuevo en marcharse de alli y en terminar con esa pesadilla, consiguio abrir la puerta, salir, cerrarla, girarse y largarse de alli como alma que lleva el diablo. No sin antes caerse por el camino. Si es que no se rompia la crisma porque tenia un angel de la guarda, que si no... Capitulo 2 Horas antes... --?Y que es lo que quieres que haga? Ian hizo un gesto con el dedo a su amigo cuando abrio la puerta de la casa y lo vio para que entrase tras el. Lucas lo siguio tras cerrar la puerta. --?Con un poco te refieres a que firme esa mierda que me pusiste por delante? --continuo Ian, sin cortarse en absoluto. Y es que asi era el. Un hombre sin pelos en la lengua y al que no le gustaba perder el tiempo. Cansado y frustrado, se dejo caer en el sofa donde apenas llevaba cinco minutos antes de que su amigo llegase, coloco los pies, aun con los zapatos puestos encima de la mesa y suspiro--. No, Pedro, no voy a firmar nada. --?Una copa? --pregunto Lucas. Ian asintio con la cabeza. Una para empezar. --?Que por que no? !Porque no me interesa! --exclamo, levantandose del sofa y cogiendo la copa de whisky que le ofrecia Lucas. A la mierda el relax-- Vamos a ver si lo entiendes. He sobrevivido sin tu cliente y seguire haciendolo. Las condiciones de mi empresa son claras y no negociables. Si quiere trabajar conmigo, perfecto. Si no... Tiene a toda la competencia para elegir --bebio un trago y suspiro--. Pues no me querra demasiado cuando no deja de poner trabas, ?no te parece? Joder, que me conoces. Ni siquiera deberias de estar intentado convencerme de algo que sabes que sera imposible --suspiro--. Que no y punto, ya quieras vendermelo como quieras, la respuesta es "No firmo si no es con mis condiciones". En fin --se apreto el puente de la nariz --, es tarde y tengo visita. No, no voy a cambiar de idea. Habla con tu cliente y explicale bien las cosas. Hazle saber con quien trata. Dile que si quiere trabajar con mi empresa, que firme el contrato que se le dio. Si no, que no me haga perder mas el tiempo. Corto la llamada y tiro el movil encima del sofa. --?Un dia dificil? --Nada a lo que no este acostumbrado --le dio otro trago al whisky--. ?Que haces por aqui? ?Va todo bien? --?No habiamos quedado aqui? --?Quedado? --Ian enarco las cejas y se quedo mirando al chico castano que tenia enfrente. Le dio vueltas a la cabeza, ?que se le olvidaba?-- Hostias, !felicidades! Se acerco a su amigo y le dio un fuerte abrazo. --Gracias. Y menos mal que te acordaste --rio. --Lo siento, tio, es que tuve un dia larguisimo. --?Problemas con el negocio? --En realidad no, solo este cliente que me esta tocando la moral. Las condiciones son las que son. Si no te gustan, contrata a otros. Pero nada, el tipo sigue intentando ver hasta donde aguanto. Ian se dedicaba a la importacion y exportacion por via naval y con lo estrictas que eran las leyes, el no se la jugaba. Su empresa se habia consolidado como la mejor por algo. --Bueno, olvida ya el tema. Y duchate rapido que nos estan esperando. --?Esperando? --Joder, tio, ?en serio no padeces de Alzheimer o algo asi? --rio Lucas-- Lara y Emma deben de estar ya en el restaurante. Ian gimio. Todos los anos igual, ?como podia olvidarse? --?Y por que no las dejas alli? Total, ya las tienes muy vistas a las dos. Podemos irnos por nuestra cuenta. --Mmm... --Lucas hizo que se lo pensaba-- Pues porque si hago eso, duermo en el sofa y no me apetece en absoluto. Tengo una cama bastante comoda y el pecho de mi mujer es mejor aun. --Joder, no tienes que ser tan explicito --resoplo Ian y camino hasta su dormitorio. --Entonces deja de decir gilipolleces. ?Habra alguna vez donde asistas a la celebracion de mi cumpleanos sin poner alguna traba? --pregunto, siguiendolo. Ian abrio el ropero y saco un vaquero y una camisa. Informal. Estaba hasta donde del traje de chaqueta. --No --dijo simple y llanamente, respondiendo a la pregunta de Lucas. --Ya lo imaginaba --suspiro este, divertido. Conocia bien a Ian desde hacia anos y poco lo iba a espantar su caracter a esas alturas. --Viene sola. Ian entro en el bano, abrio el grifo de la ducha y se desnudo, ignorando a Lucas. Lo habia escuchado, pero se haria el tonto. Como siempre que se hablaba de Emma. Porque esa mujer era jodidamente insoportable. Y a el no le quedaba mas remedio que aguantarla por su hermano. A ella y a cada novio que traia, porque siempre estaba cambiando. Mira que se veian poco, un par de veces al ano, pero joder, siempre lo sorprendia con un ligue nuevo. Le duraban poco. Normal, si no habia quien la soportase. Con las manos apoyadas en los azulejos, miro hacia abajo. ?Se puede saber en que momento te has puesto asi?, le pregunto a su pene. Y no, no es que soliera hablar con el, no estaba tan zumbado. Pero esa cosa tampoco estaba normal si se endurecia con el simple hecho de escuchar hablar de ella. Siempre le pasaba, nunca lo entendia y, por eso mismo, siempre se ponia de mal humor. De muy mala hostia ya, se dio un rapido enjuague y salio de la ducha cuando eso volvio a ablandarse. Ya tenia el humor jodido para toda la noche. Siempre era culpa de la misma persona. --?Me escuchaste? --Lucas estaba tumbado en la cama, apoyado en el cabecero. Ian salia con la toalla bien enrollada en su cintura. --No. Lucas puso los ojos en blanco. Eso era mentira. Esa cara no la tenia asi, de repente, por nada. Solo Emma era capaz de cabrearlo por el simple hecho de respirar. El sabia que se llevaban a matar, aunque no tenia ni idea de por que. Y tampoco es que le importara. Porque eran su hermana y su mejor amigo, casi hermano, asi que... Que se jodieran, tendrian que soportarse toda la vida. --Entonces te lo repito. --No hace falta. Tengamos la fiesta en paz. Lucas solto una carcajada. --?Sereis capaces alguna vez de eso? No, quiso decir, pero suspiro. Ya eran mayorcitos para seguir soltandose puyas, pero, al menos el, no lo podia evitar. Era verla y le entraban las mil cosas por el cuerpo. Los demonios se apoderaban de el. Sabia que su actitud incomodaba, muchas veces, a Lucas, pero era superior a sus fuerzas. Dejo caer la toalla al suelo y comenzo a vestirse. Iba a ser una noche muy larga. *********************** --Vaya, estas preciosa --Ian abrazo a Lara, hacia dias que no la veia, habia estado hasta arriba de trabajo y ni tiempo habia tenido para molestar a sus amigos y disfrutar de una de sus barbacoas. Lara sonrio, su dulce rostro haciendola lucir mas hermosa aun cuando sonreia. Era una mujer alta, casi de la misma altura que Lucas, su marido. Delgada, guapa. Una mujer natural, nada artificial. Lo que le hacia ganar muchos puntos para Ian. Sobre todo por su caracter y su sentido del humor. Lucia dulce, como si nunca hubiese matado una mosca. Pero nada que ver con la realidad. --Tu hecho un adonis, como siempre --sonrio ella--. ?Todo bien, casanova? Ian rio. Lo de adonis no era para tanto. Y la fama de casanova aun menos, pero era la que le acompanaba y parecia que nunca podria deshacerse de ella. Ian tenia rollos pasajeros, nada mas de un par de noches, tres a lo sumo. A partir de ahi empezaban a dar problemas y el no estaba dispuesto a eso. Habia tenido bastante para toda su vida. Y por si no fuera suficiente, tenia muchas gilipolleces que aguantar mientras sacaba adelante su empresa.

  • Medio Principe, Rocio M Bescos de Rocio M. Bescos

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  • Una vida entre te y galletas (Bakerville’s stories 1) de Daniela Villa

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    Un verano de escaramuzas de amor y baile en sociedad para la joven condesa de Hastings

  • Intimando con el diablo de J. M. Guilengo

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    Un poderoso demonio expulsado del infierno al mundo de los humanos y convertido en mortal, una dulce y devota joven a la que la vida no ha hecho mas que torturar, y un veterano y arisco detective sumergido en el ultimo y mas oscuro caso de toda su carrera. Los caminos de tan distintos personajes se cruzaran en la ciudad de Barcelona y cambiaran el curso de la historia. Intriga, amor, fantasia y traiciones de la mano de "Intimando con el Diablo".

  • No me importa tu nombre de Erika Fiorucci

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  • La princesa del bosque de Miriam Formenti

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    NOVELA DIECIOCHESCA
    1784
    El marques Tristan de Latour, rebelde americano y heredero de una noble familia francesa, ha combatido por la independencia de su pais, y por ese ideal ha visto morir a su padre y arder su casa.
    Al tomar posesion de su herencia podria ser feliz, pues tiene todo lo que un hombre puede desear, pero Francia no es la tierra en la que ha nacido y su prometida no es la compania que le gustaria.
    Durante una tarde de lluvia socorre a una joven mujer, unica superviviente de la emboscada de unos bandoleros. Esta gravemente herida, pero antes de perder la conciencia dice que es una princesa y que se llama Malpighi. Tristan no tiene motivos para dudar de ello, ya que las credenciales que se encontraban en la carroza saqueada la probaban en parte. Sin embargo, la princesa no recuerda nada de lo acontecido y en la mente solo tiene imagenes fragmentadas de una vida que no es capaz de reconocer como suya.
    ?Es de verdad la princesa Malpighi?
    Nada es tan simple como parece, y entre intrigas, rencores y mentiras nacera un amor pasional. Un amor que, al final, tendra un solo nombre.

  • Humeda de Francisco Correa

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    La distancia es el olvido, o por lo menos eso es lo que dicen, y esa es la esperanza que tiene Alicia, al emprender un crucero solo para solteros, valga destacar. Lo ha hecho por la insistencia de sus amigas, que no dejan de alentarla para que se olvide de las terribles circunstancias que le han sucedido durante los ultimos anos. Mientras se dirige en taxi al aeropuerto para tomar un vuelo, que la llevara de Madrid a Bari en Italia, donde se encuentra el puerto para abordar el crucero, no puede evitar recordar todo lo que sufrio por culpa de un supuesto amor. Uno que, en vez de sumar, le resto, le rompio el corazon y la autoestima en mil pedazos, y que ella no supo terminar a tiempo, de no ser por la intervencion de sus grandes amigas Lucia y Rocio. Le parecia increible que, lo que habia comenzado como una bonita relacion llena de amor y detalles, se habia convertido en un infierno. Alicia conocio a Sergio hace mas o menos tres anos, cuando ella comenzo en un nuevo trabajo en una compania de publicidad, y el tambien trabajaba alli hacia ya dos anos. Era un hombre muy guapo, alto, rubio, con muy buen cuerpo, unos ojos color avellana muy grandes y unos labios delgados, pero con una sonrisa que a cualquier mujer hacia temblar. Siempre se mostraba considerado, la ayudo a ponerse al dia con los clientes y sus requerimientos. Una maravilla, o por lo menos eso parecia. Empezaron a compartir almuerzos, y salir de copas los viernes con companeros del trabajo. Se enfrascaban en largas conversaciones de las series de moda, peliculas de estreno, musica y libros. Tenian tambien en comun, ser hijos de padres divorciados y tener dos hermanos cada uno. Al paso de los meses, comenzaron a quedar para recorrer los sitios turisticos de Madrid, porque el era de Barcelona, y con el trabajo apenas la habia quedado tiempo en dos anos para conocer mejor la ciudad. Recorrian juntos El Retiro, pasando las tardes de domingo juntos, o salian de copas el sabado por la noche. Nunca surgian insinuaciones romanticas de ningun tipo, solo disfrutaban el tiempo juntos. Habia mucha complicidad entre ellos y eso se notaba. Ella continuaba saliendo en citas con algunos chicos, pero nada pasaba a mayores, en realidad tenia bastante tiempo sin tener una relacion, ni siquiera de sexo ocasional. El salia con chicas muy guapas, rubias con piernas interminables, con porte de modelo, ese era el tipo de mujeres que le gustaban a Sergio. Nada que ver con ella, que era guapa, no porque ella lo sintiera asi, si no, porque la gente solia decirselo. Alicia es de piel morena clara, con cabello castano abundante y con unas ondas naturales muy bonitas, ojos verdes con unos toques amarillos, labios carnosos, no muy alta y con curvas. Pero el problema no era la percepcion de los demas, el problema era su propia percepcion. No tenia muy alta autoestima, siempre se sintio la chica fea. Ella preferia pasar el tiempo leyendo, sacando buenas calificaciones y destacar en el ambito laboral, que dedicarse horas y horas como lo hacian sus amigas para arreglarse, ya que, segun ella, no tenia "arreglo". Con el paso de los anos comprendio que era guapa, porque los chicos siempre querian salir con ella, y aparentemente supero todos los complejos que habia tenido en la adolescencia. Pero luego se dio cuenta que no habia sido asi, nunca los supero del todo. Un dia despues de una semana dificil en la oficina, Sergio invito a Alicia a las acostumbradas copas de los viernes. Pero esa semana todos estaban complicados con otros compromisos, y fueron solo ellos dos. Alicia que no solia tomar mucho alcohol, se tomo tres gin-tonic, y se sentia un poco achispada. Despues de tantos meses de sequia sexual, nunca habia sido una mujer con un apetito sexual muy grande, pero, ya mas de seis meses era mucho. Y para que negarlo, Sergio estaba muy bien. El por su parte, siempre habia visto guapa a su amiga y companera de trabajo. Pero no queria estropear la relacion que tenian, por un simple revolcon de una noche. Pero esa noche habia algo que fluia entre los dos, una energia que no se podia describir con palabras. Algo de lo que mas adelante, ambos se arrepentirian. En el lugar donde se encontraban pusieron una cancion que le encantaba a Alicia, ella lo invito a bailar, y el la tomo por la cintura, ella paso sus brazos por el cuello de el, quedando bastante cerca. Podian oler la fragancia uno del otro. El le paso los labios por el lobulo de la oreja, buscando proximidad, ella giro el rostro y le dio un beso suave, primero, sin abrir la boca. Luego se besaron con ganas. Se marcharon juntos al piso de el. Nada mas al entrar, se quitaron la ropa y tuvieron por primera vez un encuentro apasionado que los dejo sin aliento. Ambos se sentian muy bien, ella se quedo a dormir y a la manana siguiente repitieron. Se dieron cuenta que no habia sido un polvo de una noche, querian mas. Las cosas fueron fluyendo, convirtieron su vida en una rutina. Asistian al trabajo, compartian almuerzo y luego salian en el coche de el. Iban al piso de ella, pedian algo para cenar, veian alguna pelicula, hacian el amor y luego el, se marchaba a su piso. Trataban de que en el trabajo no se enteraran de la relacion que tenian, no querian que se prestara para rumores o malas interpretaciones, por lo menos hasta que no estuvieran seguros, que querian algo mas serio. Llevaban casi seis meses con la relacion, cuando Sergio decidio lanzarse y pedirle a Alicia que se mudara a su piso, ya que, segun el, era mas grande y mas cerca de la oficina. Alicia acepto sin pensarlo mucho. Se mudo al piso de Sergio con mucha ilusion y muchos planes, en ese momento ella ya estaba enamorada hasta la medula de el. La vida en comun comenzo siendo un lecho de rosas, compartian gastos porque ella habia insistido, el no se lo tomo muy bien, porque decia que, "el hombre debe ocuparse de todo lo de su mujer". Esta era la primera senal de alerta. En la oficina, ya todos estaban al tanto que estaban juntos, y eso no suponia ningun problema. No habia reglamento que se los impidiera, ambos cumplian con sus trabajos de manera eficiente. Al llegar a casa se amaban, y en la cama se complementaban muy bien, Sergio era buen amante y ella hacia lo posible por complacerlo. Aunque algunas cosas no terminaban de gustarle, ella aceptaba. Como el hecho de que siempre el tenia que tener el control, habia momentos en que el la azotaba y eso no la ponia muy caliente. Le encantaba ver porno, eso si lo veia solo, parecia obsesionado, hubiese preferido que la dejara a ella poner en practica todas las fantasias que tenia. Cada vez, que esta se lo mencionaba, le decia que una mujer decente no hacia esas cosas. Segunda senal de alerta. Pero lo que desencadeno el desastre, ocurrio al ano de estar viviendo juntos. En la oficina quedo vacante el puesto de gerente de cuentas, por el que se encargaba de supervisar a todos los publicistas del departamento, y se tomarian en cuenta a algunos de los chicos y chicas, que ya contaban con experiencia en la compania. Era de suponer que tomarian en cuenta el tiempo que estuviesen trabajando, los estudios, es decir, varios factores. Sergio contaba con mas experiencia en el area, en la empresa y estudios de postgrado en negocios, que lo hacian el candidato por excelencia para el puesto. Por su parte Alicia, tambien era especialista en marketing digital y hablaba ingles, frances e italiano. Habia hecho un master en negocios y lo mas importante, era muy accesible a las personas. Caso contrario de Sergio, que tenia un caracter un tanto dificil. Los directivos de la empresa se decidieron por Alicia, cosa que aparentemente no molesto a Sergio, que se mostro feliz por el nombramiento de su chica. Para Alicia, como era logico, le aumentaron el sueldo, le dieron un despacho para ella sola y le asignaron una secretaria, un cambio total en las condiciones de trabajo, y bien merecidas. Pero lo mas importante que cambio en la vida de Alicia, fue su relacion de pareja. A los pocos dias de estar en el cargo, la agencia gano un cliente muy importante que significaria miles de euros. Ella tenia que asignarle la cuenta al creativo con mas experiencia, y se decidio por Sergio. Alicia se reunio con el cliente y con Sergio, para definir la estrategia promocional de un nuevo producto. Durante la reunion, Sergio se mostro prepotente, llevandole la contraria a ella en todo lo que mencionaba. A lo que reacciono dejandole en claro y de manera muy profesional, que la que tomaba las decisiones finales en cuanto a la campana, eran ella y el cliente. Eso lo tomo de muy mala manera. Esa tarde ella se marcho sola a casa, porque el desaparecio de la oficina. Aparecio a eso de las dos de la madrugada, muy tomado y la desperto. -- Sergio, ?Que ha ocurrido? ?Por que vienes borracho? -- Le pregunta Alicia. -- ?A ti que te importa? ?O tambien tu decides cuando puedo beber o no? -- Le responde Sergio con altaneria. -- No carino, no quise decir eso. Solo que me extrana, porque tu no sueles beber. ?Vamos a dormir vale?, que manana tenemos que madrugar. -- Cierto, si no mi jefa me puede correr del trabajo. -- Dice de nuevo con sarcasmo. -- Sergio, dejalo ya, ?si? -- ?Y si no lo dejo que? -- Le grito con violencia, tomandola del cabello. -- Ya carino, esta bien… Esta bien. -- Dice Alicia llorando y tratando de zafarse del agarre. Sergio parecio reaccionar y la solto, se dio cuenta de lo que habia hecho y le pidio disculpas. Se fue al bano y se dio una ducha, al regresar se acosto a dormir como si nada habia pasado. Tercera senal de alerta. Alicia se volteo dandole la espalda y lloro todo lo que restaba de noche, sin poder pegar un ojo. A la manana siguiente, el le pidio disculpas de nuevo, diciendole que no sabia que le habia pasado, que no volveria a ocurrir. Que era un imbecil y que la amaba muchisimo. Ella, como una tonta lo perdono, y pasaron unos cuantos dias de relativa tranquilidad. No digamos felicidad, porque despues del episodio de la borrachera, algo como que se comenzo a resquebrajar entre ellos. Alicia hacia lo posible por pedirle las cosas en el trabajo, de una forma que el no se sintiera disminuido. Tampoco es que ella tratara mal a nadie, pero es que a la menor diferencia en el plano laboral, el se ponia como un monstruo. Cosa que estaba haciendo que la gente comenzara a hablar, porque eso le estaba quitando seriedad y credibilidad a Alicia. Por otro lado, a la menor discusion que tenian, Sergio desaparecia y llegaba al dia siguiente a cambiarse la ropa para ir al trabajo. Siempre venia con una historia nueva, "que se habia quedado con algun amigo, porque estaba molesto y queria evitar encontronazos con ella". Las cosas se pusieron peores un dia que ella se esmero unas cuantas horas, en preparar una cena especial. Puso velas y musica, como solian hacer cuando comenzaron a estar juntos. El llego a casa y la saludo con un beso. Alicia le pidio que destapara una botella de vino que tenian guardada. Se sentaron a la mesa a disfrutar de la comida. Comenzaron a hablar de muchas cosas, con un ambiente tranquilo, saboreando el filete de ternera con vegetales que estaba delicioso. Hasta que tocaron el tema de trabajo. -- Sergio, se que estas semanas hemos estado un poco agobiados. Pero te recuerdo que para el martes a primera hora necesito la propuesta del cliente para el lanzamiento. Hubo un silencio previo, como acumulando una potente respuesta. -- !Joder, Alicia! Yo se lo que tengo que hacer, no tienes por que repetirlo todo el tiempo. -- Le dice alzando la voz. -- No tienes por que molestarte, es un simple comentario. Ademas, yo soy la que tiene que dar la cara ante los directivos de la empresa, y ante el cliente. -- Le responde Alicia, levantando tambien la voz. -- Si, eres la jefa, y no se porque. Aunque ya me lo imagino. -- ?Que quieres decir con eso? -- Que supongo que debes haberte follado a medio mundo, para que te pusieran por encima de mi, que tengo mas experiencia que tu para ese cargo. -- Le grito. Se quedo estupefacta, no parecia una respuesta de alguien a quien "amaba". -- Si seras imbecil, ?como te atreves? Ella se pone de pie para irse a su habitacion. El la tomo con fuerza del brazo, haciendole dano. -- !Sueltame! -- Le grita Alicia. Ella trata de soltarse, a lo que el reacciona agarrandola con mas fuerza aun.

  • Definitivamente no el chico bueno de Niam Jam

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    ?Que ocurre cuando un sueno se convierte en una pesadilla?
    Musica, fama, los mejores escenarios alrededor del mundo e incontables admiradoras eran parte de la vida de James Wolf. Pero vivir bajo los reflectores no es tan sencillo ni tan glorioso como parece. Cuando tantas personas creen tener el derecho a opinar e incluso intervenir en tu vida las cosas pueden salirse de control. Y eso James lo sabe mejor que nadie.
    En algun momento la fama se convirtio en su maldicion, y la soledad, en su refugio. Las malas experiencias le hicieron levantar barreras a su alrededor y ahora no tiene intencion de permitir que nadie las traspase, pues sabe de antemano lo mal que podrian resultar las cosas si eso sucediera.
    Lo que James ignora es que evitar eso no siempre esta en sus manos. Incluso aunque trate de hacerlo con todas sus fuerzas.

  • Un dia de playa de Nina Klein

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    L U N O a brisa del mar me acaricio la piel, cerre los ojos y respire hondo. Estaba mucho mejor en la playa que en la oficina, donde iba a parar. Habia decidido que ese dia --un miercoles por la manana-- era el dia perfecto para ir a la playa. Llegue a esa conclusion despues de ver el dia que se habia presentado en mi ventana nada mas levantarme: soleado y agobiante. La ola de calor duraba ya mas de una semana, y se me estaban agotando las fuerzas. Podia sentir mis neuronas derritiendose ya desde primera hora. Me habia vestido para trabajar, pero la blusa beige y el traje de chaqueta, las medias y los zapatos de tacon de tres centimetros que me habia puesto para ir la oficina se me pegaban al cuerpo. Y solo eran las siete y media de la manana. Asi que hice lo que nunca habia hecho: llame al trabajo diciendo que estaba enferma. No era la primera persona que lo hacia en la oficina aquella semana, pero si era la primera vez que yo lo hacia. Llevaba cinco anos en aquel trabajo y no me habia cogido ni un dia por enfermedad, tambien era verdad que habia tenido suerte y no habia estado enferma, pero tampoco me habia cogido ningun dia para ir al dentista, o de asuntos propios, ni nada por el estilo. Era, y siempre habia sido, la persona mas responsable del mundo. Sin embargo, de repente la sola idea de pasar un dia como aquel metida en la oficina, a pesar del aire acondicionado, se me hacia insoportable. Asi que no tuve ningun problema cuando llame, incluso la secretaria se mostro comprensiva, mejorate, me dijo, mientras yo fingia una tos y tiraba de topicos para hacerlo todo mas creible: el aire acondicionado, ya sabes. Los cambios de temperatura. Sonrei un poco mientras me extendia el protector solar de coco por el brazo derecho, luego el izquierdo. Factor 50. No habia mucha diferencia entre el color de la crema y el de mi piel. No solia ponerme morena, pero siendo abril, estaba casi fosforescente. Aunque tampoco destacaba mucho entre los otros cuerpos diseminados por la arena. Pocos, muy pocos, apenas una docena de personas repartidas por toda la playa: era un miercoles laborable de abril, y eran las diez de la manana, por mucha ola de calor que hubiese. Todos los cuerpos tenian un tono similar al mio, iban desde blanco puro hasta alguna tonalidad de rosa, exceptuando los de los chicos jugando al voleibol a unos metros de donde me encontraba tumbada en la toalla. Suficientemente lejos como para que no me diesen un pelotazo sin querer, suficientemente cerca como para poder deleitarme con el espectaculo. Volvi a mirar en su direccion al oir sus bromas y risas. Universitarios, o al menos esa era la edad y el aspecto que tenian, saltandose las clases. Aunque a juzgar por la piel morena, no era el primer dia que se las saltaban, tampoco. Amparada por las gafas de sol, admire los cuerpos bronceados, ligeramente brillantes de sudor, los musculos de los brazos al golpear la pelota. Eran tres, dos a un lado de la malla, uno al otro lado, al que le estaban pegando una paliza mientras reian. Uno de los chicos del equipo de dos se retiro un poco y saco una botella de agua de una pequena nevera que tenian junto a sus toallas. Habian ido mas preparados que yo, que estaba muriendome de sed, el agua que habia metido en la bolsa de playa se habia recalentado casi antes de salir de casa. Le observe mientras bebia, me fije en su garganta, en su cuello. Le hacia falta un corte de pelo. Se le rizaba un poco en la nuca y le caia sobre la frente. Al terminar de beber me parecio que miraba en mi direccion --el chico tambien tenia gafas de sol-- y sonreia ligeramente. Pero no estaba segura, estaba demasiado lejos para saberlo. Quizas habia visto a alguien detras de mi. Algunas chicas tambien universitarias, quizas, rubias, bronceadas y en forma, que venian a jugar con ellos. Gire la cabeza y mire por encima de mi hombro. No habia nadie, mas que un hombre de unos sesenta anos tirandole un frisbee a un perro. No habia nada de malo en mirar, me dije. Era mi dia de hacer cosas que normalmente no haria. A esa hora --mire mi reloj de pulsera, ya eran casi las once-- estaria en alguna reunion aburrida y horrible, rodeada no de cuerpos jovenes y hermosos, sino de mis companeros de oficina, hombres de mediana edad que habian perdido el pelo --solo el de la cabeza, lamentablemente-- hacia mas de una decada y si su forma de peinarse no me enganaba, todavia no se habian resignado. Con sus barrigas sobresaliendo por encima del cinturon del traje, enganando a sus mujeres habitualmente. No conmigo: ademas de no dejar que me tocasen ni con un palo, y de no creer en las relaciones en el trabajo, increiblemente, con treinta y cinco anos, era demasiado vieja para aquellos tipos de cuarenta y pico y cincuenta, que sonaban con liarse con jovencitas de veinte. Vivir para ver. Asi que decidi seguir alegrandome la vista. No solia ir por ahi acosando a hombres con la mirada, mucho menos a jovenes a los que sacaba probablemente diez anos, quizas algo menos, pero no hacia dano a nadie, recogia material para mis fantasias y, repito, era el dia en el que estaba haciendo cosas que no solia hacer nunca. Asi que le devolvi la sonrisa al chico del voleibol. Vi como volvia a inclinarse sobre la nevera, cogia otro botellin de agua y empezaba a andar hacia mi. Resisti la tentacion de volver a mirar por encima de mi hombro, en caso de que no se estuviese dirigiendo a mi, sino a alguien detras de mi. El joven atractivo se acerco. Abdominales marcados, musculos en los brazos y en las piernas. Se dio la vuelta para lanzar la pelota que tenia en la mano hacia donde estaban sus amigos, y pude admirar la espalda musculada y los biceps flexionandose. Los amigos siguieron jugando mientras el joven se acercaba. Llevaba un banador negro, no uno de esos ajustados --menos mal-- sino uno suelto que le llegaba a la mitad de los muslos musculados y morenos. Mejor no mirar muy fijamente. Volvi a alegrarme, por enesima vez, de tener las gafas de sol puestas. --Hola --dijo, con una voz grave y profunda. --Hola --sonrei. Me tendio el botellin de agua helada.

  • La corrupcion de un presidente sin tacha de Francisco Perez De Anton

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  • Sin rodeos de Jana Aston

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    Hacerte pasar por tu hermana gemela puede ser divertido. y peligroso En tan solo una semana, Violet ha perdido a su novio, su trabajo y su casa. Asi que su hermana gemela, Daisy, le ofrece alojamiento, pero, a cambio, le pide que se haga pasar por ella en su trabajo. La noche antes de su primer dia, Violet conoce a Jennings, un britanico muy atractivo con el que tendra una aventura. Pero ambos se llevaran una gran sorpresa al descubrir que ninguno de los dos era quien afirmaba ser.

  • El pacto. Quedate a mi lado de Martina Bell

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    La historia de Paul y Alba nunca fue facil y la vida vuelve a ponerles trabas para que demuestren si su amor es, realmente, tan fuerte como creen. ?Lograran superarlas y ganara finalmente el amor?

  • La diosa ciega de Anne Holt

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    La diosa ciega es la primera novela de la serie protagonizada por la detective Hanne Wilhelmsen.

  • Reciclando el amor de Krista E. Mollet

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    No tenia suerte en el amor, al menos eso es lo que creia ella capaz de soportar cualquier cosa con tal de no estar sola… pero algunas veces el pasado puede llamar a la puerta.

  • Leon, Lorena Guerra Mendez de Lorena Guerra Mendez

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    Dafne por fin regresa a casa, lleva anos deseandolo. Necesita a su familia y amigos cerca, los chicos no parecen tener cabida en su dia a dia. No parece que vaya a ser una chica afortunada en el amor. Compromiso? Eso que es? Hugo no sabe mirar mas alla de si mismo, la vida lo ha hecho egoista, pero el es feliz asi, con lo que tiene es suficiente. Quien necesita mas? El no, lo tiene claro. Sexo y punto, los sentimientos quedan fuera. Hugo y Dafne, dos jovenes que no buscan el amor porque no es para ellos, lo que no saben, es que uno nunca decide, sino que tu corazon es quien lo hace por ti.

  • Mi Nada Sincero Jefe de Anna Crenwood

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    Melisa estaba conforme con su vida tal cual era, una vida perfecta creia ella. Un trabajo de asistente en una de las mas prestigiosas agencias de publicidad, pero sobre todo estar siempre al lado del ser amado. Bryan era su amor desde sus anos de estudiante y ella tenia la idea que al ser su incondicional el veria la hermosa mujer que llevaba dentro y le corresponderia.
    Cuando la vida le puso un ultimatum estaba asustada, no es facil aceptar los cambios, pero la vida es sabia y no perdona, asi que o cambiaba y daba la oportunidad a su verdadero yo de surgir y en ese largo camino descubrir el verdadero amor o se quedaria hundida para siempre en la mediocridad y auto-compasion, en un empleo sin futuro y atada al amor de un hombre que pertenecia a otra”.
    ?Lograria el Amor de Antoni vencer las barreras del tiempo?

  • Tu y yo. Nivel avanzado (Tu y yo 2) de S.j. Hooks

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    Senor profesor, quitese la pajarita. Llego la hora de la leccion.

  • Multimillonario Descubierto de J. S. Scott

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    ?QUE SUCEDE CUANDO EL HOMBRE AL QUE SIEMPRE HAS ODIADO RESULTA SER QUIEN TE SALVA, ARRIESGANDO SU PROPIA VIDA PARA RESCATARTE DE UNA MUERTE SEGURA?
    Todo esta borroso. Lo que siempre creiste cierto resulta no estar tan claro ahora.

  • Inteligencia intuitiva de Malcolm Gladwell

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    ?Por que algunas personas son brillantes tomando decisiones y otras son torpes una y otra vez? ?Por que algunos siguen su instinto y triunfan, mientras que otros acaban siempre dando un paso en falso?

  • Amor Encubierto de Rose Marie

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    El amor puede existir bajo cualquier circunstancia: tiempo, lugar, lo que sea … puede suceder. Puede cambiar toda una vida con su presencia, con su luz. Aqui hay una historia que sucedio en mi vida y me convencio de la verdad de que el amor es mas poderoso que cualquier otra cosa … y de todos modos puede existir. Cuando nos acercamos al lugar donde nos habian enviado, alguien grito “emboscada”. y tuvimos que extendernos y correr. Las balas comenzaron a llover sobre nosotros desde un lugar que nadie podia ver. Me tire al suelo, cubriendome los ojos, como si eso pudiera haberme protegido de las balas. Despues de un rato, el sonido se detuvo. Mire hacia arriba: todo el grupo se habia dispersado en el campo que estaba intercalado con empinadas trincheras y valles. Me levante y camine sin rumbo unos pasos, cuando una mina de campo exploto a mi lado, arrojandome al borde de un pozo y cubriendome con un monton de tierra polvorienta. Casi me caigo en la gran trinchera de abajo. Era el borde de una grieta en el suelo, hecha por un terremoto o explosiones previas. Me puse de pie, tratando de alejarme del suelo resbaladizo bajo mis pies y esparci la tierra de mi cabeza. ajustando el casco de metal. De repente, escuche una voz desde abajo: “Oye, ?quien esta alli?” Mirando hacia abajo, me di cuenta de una nina. Un soldado tambien. No fue una sorpresa que la guerra tambien reclutara chicas, pero fue sorprendente verla alli, en la zanja. Su largo cabello le caia sobre los hombros, debajo del casco. Sus ojos verdosos me miraban extranamente y brillantemente. “Me cubriste de polvo”, dijo en tono de broma y sonrio, esparciendola de su uniforme. “?Como llegaste alli?” Le pregunte con curiosidad. “Probablemente de la misma manera que casi lo hiciste”, respondio ella y siguio sonriendo. Eso me parecio divertido y me rei. Ella tambien se rio y luego dijo: “?Me ayudaras a salir?” “Claro”, dije y extendi una mano. Sus largos dedos, del color de la palida luz de la luna me llamaron la atencion. Cuando se paro a mi lado, me di cuenta de que probablemente tenia la misma altura y edad que yo. Los dos teniamos apenas dieciocho anos, no estabamos listos para la guerra y no estabamos listos para exponernos a un peligro inminente, pero nos reiamos de eso con ese desafio inconsciente que tienen los jovenes, con una certeza inexplicable de que de alguna manera eramos invencibles y no nos afectaba lo que sucediera a su alrededor. nos. “!Gracias!” Se sento y comenzo a rascarse el barro de sus botas. Queria salir de la trinchera, pero una bala chisporroteo en mi oido, asi que me agache en la zanja. Me sente a su lado, mientras ella limpiaba sus botas con un palo. “?De que unidad eres?” Yo le pregunte a ella. “Veinte. ?Que pasa contigo?” “Veintiuno.” Ella me miro atentamente. Sus ojos tan llenos de luz me asombraron. “Podriamos tener que arrastrarnos para salir de aqui”, dije. “Hmm … no importa, los dos hemos terminado”, respondio un poco disgustada. “!Vamonos!” Saltamos de la zanja al mismo tiempo, arrastrandonos y rodando rapidamente bajo las balas voladoras hasta llegar al bosque. Luego corrimos para encontrar a nuestros camaradas entre los arboles. La vi desaparecer y lamente un poco no haberle preguntado su nombre. “De todos modos, podriamos no volver a vernos, asi que …” Pense para mi mismo. Mis camaradas ya estaban reunidos en la fila. El oficial al mando me vio integrarme entre ellos y me pregunto severamente: “!Tu! ?Donde has estado?” “Hubo una explosion cerca y me cai en una zanja y …” !Saca las manos de los bolsillos y no vuelvas a alejarte del grupo! ?Entendido?” “Si.” Irritado por no haber dicho “Si senor”, el oficial me dio la espalda y nos ordeno que subieramos a la cima del bosque profundo. Por la noche llegamos a los barracones que representaban nuestros cuartos en esa montana. Habia sido un camino largo y agotador, asi que cuando llegamos alli, tenia hambre y sueno, asi que me meti en la cama de inmediato. Temprano en la manana la sirena ensordecedora me desperto. Fui al bano y encontre solo agua helada en los grifos, asi que me lave la cara y sali al patio. Todos ya estaban en linea otra vez. El comandante me fruncio el ceno. La luz de la manana fue repentinamente aguda y cegadora. !Siempre estas separado del grupo, soldado! ?No escuchaste la sirena? “Yo hice.” “Entonces, ?por que no te moviste mas rapido y llegaste a tiempo para la salida de la manana?” “Fui al bano.” Las lineas comenzaron a reir, sus voces se alzaron en el aire despejado de la manana. “!Silencio!” rugio el oficial. “Ve a tu casa ahora y no hagas que esto vuelva a pasar, ?me oyes?” “Si.” “?Si que?” “!Si senor!” “Cuando un oficial superior te esta hablando, debes pararte derecho. ?No lo sabias? “Si senor, lo sabia”. “Entonces, ?por que no lo hiciste?” “No podia recordarlo”. “?Que quieres decir con que no te acuerdas?” “Si me esta gritando, no puedo recordar todo lo que debo, senor”. El comandante me miro, tratando de ver si me estaba burlando de la situacion o si realmente queria decir lo que dije. No podia decidir, asi que nos grito que fueramos a desayunar: !Al comedor, soldados! !Moverse!” La cantimplora se lleno repentinamente de ruido, charla y tintinear platos. Comi en silencio, solo en mi mesa. No conocia a nadie lo suficiente: no habia habido tiempo para ello. Nos habiamos reunido y subido a toda prisa la montana para fortalecer los puestos defensivos, incluso antes de que pudieramos mirarnos. Entonces oi mas ruido en las puertas de la cantina: un nuevo grupo entraba a desayunar. “Unidad veinte”, dijo alguien a mi lado y levante la vista con curiosidad. Eran en su mayoria chicas. Los muchachos de la cantina silbaron alegremente, dando la bienvenida a los hermosos soldados que parecian esperar eso y no prestaron mucha atencion a la atmosfera. Tenian hambre y solo les importaba la comida en ese momento, que rapidamente colocaron en sus bandejas. El comandante anuncio que la nueva unidad se mezclaria con la nuestra, por lo que tuvimos que dejarles espacio en los barracones. Acababa de terminar el desayuno y me quede mirando a las chicas desempacar en el patio. De repente, vi al que habia conocido un dia antes, en la zanja. Ella estaba luchando con una mochila. Me acerque a ella. “Hola. ?Como estas? ?Puedo ayudarte?” Ella me miro y no parecio sorprendida. Ella me permitio ayudar, aceptando algo cansado: “Si quieres, puedes llevar esta mochila; es un poco pesado “. Yo lo levante. “?Cuales son los barracones donde nos quedamos?” Pregunto, mirando a su alrededor aburrida y desprendida, como si hubiera visto suficiente y ya habia tenido suficiente. “Aqui. Esos son los cuartos de los oficiales. Nos quedaremos en este otro lado. ?Por que llegaste tan tarde? Llegamos ayer. ?No se suponia que estabas aqui al mismo tiempo? Mis preguntas le hicieron responder simplemente: “No lo se. Nuestro guia probablemente se desvio. Fue un largo camino por el bosque. En realidad, fue una pista bastante miserable “, dijo con disgusto. Abri la puerta del barracon. “Puedes elegir tu lugar, hay suficientes disponibles. Tenemos camas bunker. “?Donde te estas quedadando?” ella me pregunto de alguna manera desorientada e indecisa. “Estoy aqui, la cima. El de abajo es gratis. “Perfecto. Prefiero el de abajo. Me quedare aqui, si no te importa. Parecia sentirse segura a mi lado, asi que coloco su mochila en la cama y se sento en el borde, mirando desolada. Entonces, de repente, recordo algo y levanto la vista alegremente: “Vamos a presentarnos el uno al otro. Nos hemos conocido, pero no se tu nombre. “Es Ky”. Me miro atentamente y sus ojos brillaron con una luz profunda. “Ky”, sonrio mientras decia mi nombre. “Te conviene. Me llamo Seloren. Le estreche la mano otra vez, la misma mano palida a la luz de la luna con dedos delgados. “Encantado de conocerte, Seloren”. Su nombre era tan delicado y refinado como sus manos. Me sorprendio la chica inusual que de alguna manera habia aterrizado en el mismo bosque, en la misma montana, en el mismo barracon que yo. Parecia cansada y se quito las botas, estirandose sobre la manta aspera. El cuartel de madera estaba vacio. Todos seguian en la cantina. “No comiste mucho” me di cuenta. “?No quieres el desayuno? Podria traerlo para ti. “Eso es bueno, pero no me gusta la comida que nos dan. Debo tener cuidado con lo que como. Tengo unos bocadillos en esta mochila. “Te dejare descansar ahora”. Sali, mientras los soldados se reunian para recibir las instrucciones en el patio. Tuvimos que hacer un horario para patrullar el bosque y no queria terminar en el turno de noche, aunque de alguna manera sucedio. Mientras cruzaba el patio, el comandante me vio. “!Tu! ?Estas perdiendo el tiempo deambulando? ?No tienes nada mejor que hacer, soldado? “Iba a revisar el horario”. “Simplificare el horario para ti: !ve a la cantina y ayuda a lavar los platos! ?Ya llegaste? !Moverse!” Tenia que ir a la cocina, asi que el horario se decidio en mi ausencia … y tuve el turno de noche, por supuesto. Por la noche, el bosque estaba lleno de sombras al acecho, ramas quebradizas, buhos chirriantes, movimientos inesperados de hojas y nos asustaba el mas minimo sonido. Nos pusimos nuestras gafas de vision nocturna, por lo que al menos pensamos que de alguna manera estabamos mas seguros, aunque todavia era desconcertante, mirar hacia la oscuridad y caminar sobre nuestros pies. Cerca del amanecer regrese y me meti en la cama. Todos estaban dormidos. Seloren tambien estaba dormido.