• libro hermano de fuego - Rose Gate

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    Fije la mirada sobre el edificio que tenia enfrente. Era de ladrillo rojo, habia sido una antigua fabrica de ceramica y fue reconvertida en uno de los mejores laboratorios quimicos de la ciudad. Llevaba unos dias estudiando la empresa y merodeando sus alrededores con la esperanza de dar con ella. No tuve suerte. Hasta aqui me habia traido la informacion encriptada que Brau habia logrado descodificar. No era mucho, solo una carta con un membrete perteneciente a estos laboratorios dirigida a Winni, lo que me habia hecho tomar un vuelo de Barcelona a Frankfurt y alquilar un coche para llegar hasta aqui. Tenia un punto de partida o un hilo desde el cual tirar, y que no pensaba romper hasta obtenerlo todo. La carta no decia demasiado, por lo menos a mi, pero Brau sugirio que podia contener un tipo de lenguaje codificado que decia mucho mas que lo que aparentaba. Winni era muy dada a resolver jeroglificos. Lo que si podia intuirse, sin ser un lumbreras, era que tenia un trato estrecho con ellos. No sabia si eran meros intermediarios, o si verdaderamente conocian a la mujer que se ocultaba tras el nombre de Winnifreda Weber Meyer. Rei para mis adentros, ni siquiera sabia su puto nombre, pues ese pertenecia a una berlinesa de sesenta anos estudiante de la Humbolt, que obviamente no era la madre de mis hijos. Winni, o como diablos se llamara, habia usurpado su identidad haciendose pasar por ella, y a mi me la metio doblada y sin vaselina. Aprete el puno izquierdo, no saber con quien compartia mi vida era una de las cosas que mas rabia me daba. Mire de reojo las hojas que llevaba en la mano derecha, se trataba de mi curriculum, uno que les costaria rechazar si eran el tipo de empresa que anunciaban en su web. Los laboratorios Boehrinbayer estaban ubicados en Darmstadt, sede del Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la Agencia Espacial Europea. Es bien sabido que a principios de siglo, la ciudad tuvo un importante desarrollo a nivel industrial, cientifico y educativo. Muchas industrias quimicas como Merck, perteneciente al sector farmaceutico, la escogieron para dotar a esta urbe con nueve mil puestos de trabajo, de los cincuenta y siete mil que tenia la empresa. Tal era su relacion con el mundo de la quimica, que el numero ciento diez de la tabla periodica de los elementos tomo su nombre en honor a la ciudad. Tenia cuatro institutos de investigacion de la Sociedad Fraunhofer y otro centro mas sobre iones pesados (GSI). Darmstadt era una ciudad volcada con la tecnologia y gran productora de poblacion estudiantil. Tal vez Winni hubiera estudiado alli. Los alemanes solian ser de caracter cerrado, bastante cuadriculados y costaba ganarse su confianza. En los procesos de seleccion de personal, hacian entrevistas en las que llegaba a primar mas las experiencias vitales, las que les daban una vision mas global de la persona, que el propio curriculum. Para poder averiguar algo de la que llegue a considerar mi mujer, debia infiltrarme y ver si alguien de alli arrojaba un rayo de luz. Si lograba entrar como biotecnologo, tendria acceso a su sistema informatico, y desde dentro le daria acceso a Brau con un programa espia que debia conectar a uno de sus PC, para abrir un pequeno poro por el que infiltrarse y ver que podiamos descubrir. Le habia sido imposible hackear los niveles de seguridad de la empresa desde su portatil, asi que tenia que insertar ese punetero USB para conseguirlo. Me negaba a pensar que Winni estuviera realmente muerta, algo me decia que no era asi, que habia aparecido en Genetech con un proposito muy firme y yo fui el incauto que pico su anzuelo para que lo alcanzara. Si estaba en lo cierto, queria que me lo dijera ella misma, mirandome a los ojos, necesitaba oir de su propia boca que me habia traicionado, que llego a hacerse pasar por muerta abandonandonos a mi y a mis hijos. Solo de esa manera podria matar el puto sentimiento que estaba devorandome el alma. Tantas noches sin dormir, tantas borracheras, tantas lagrimas vertidas por alguien que habia parido a mis hijos y me resultaba una completa desconocida. ?Que podia llevar a una mujer a fingir su propia muerte, abandonar a su pareja y a sus dos bebes? ?Quien era esa completa desconocida? Me pince el puente de la nariz con los dedos y rememore el dia en que la conoci. Fue el mismo en que comenzaba a trabajar en los laboratorios de mi madre hace ocho anos. Capitulo 1 No es guapa, es lo siguiente… Dylan. Brisbane, ocho anos antes. Saboree el agua del mar. No habia nada mejor que hacer surf bajo los primeros rayos de sol. Agite el pelo cubierto de agua para disfrutar de su frescor deslizandose por mi cuello. Siempre me gusto sentarme sobre la arena, exhausto, despues de cabalgar las olas mas bravas, para recuperar el aliento contemplando la gigantesca obra de arte cambiante que se desplegaba ante mis ojos. Suspire y me deje caer hacia atras con los colores del amanecer tinendome el cuerpo. Mi tranquilidad duro unos instantes, pues un monton de arena salio impulsada a modo de pequena tortura afilada, rebozandome el rostro y, por si fuera poco, envolviendolo en un monton de babas y lenguetazos. --Brownie, !estate quieta! --ordeno una voz que reconoci a la perfeccion, se trataba de Liam, el mejor amigo de mi hermano y, por ende, tambien amigo mio. --Dejala --rei con la lengua de la cachorra limpiandome la arena--. Se nota que es una chica lista y sabe reconocer a quien adorar. --Los animales me encantaban, y aquella recien llegada a la familia de Liam, mas todavia. Era pequena, juguetona, carinosa, justo como me gustaban a mi las chicas. --No dirias lo mismo si supieras que acaba de tragarse su propia mierda. --!Fuck! --Me levante con el desayuno reptando por mi esofago y el cabron de Liam partiendose la caja. --Tranquilo, era broma --aclaro, doblado en dos al ver mi cara de ir a echar hasta la pizza del viernes noche. --Cabron --proteste, lanzandole un punado de arena que le hizo dar un salto atras. La dulce cachorra volvio a por mi y yo frote su expresiva cara. --No veas la nochecita que me ha dado, al final he tenido que meterla en mi cama… Liam se sento a mi lado con unas ojeras que podian hacerlo descender dos pisos en la escala del sueno. --Acabar la noche de un viernes con una perra entre las sabanas no parece un mal plan -- bromee--, y menos si es tan guapa como esta morenaza y con una lengua tan larga, y atenta. --Si, ya, bueno, eso para amantes de la zoofilia; de momento, yo prefiero que me la chupe una de nuestra especie. Ademas, Brownie es menor, no lo olvides. --Pensaba que hoy te veria entre las olas. --Ojala… Van a ser unos dias un poco duros hasta que mi pastelito de chocolate aprenda que mis converse no son su lugar para jinar. --Ugggh, ?las que te compraste hace una semana? --Las mismas. Para tu informacion, ya estan en la basura y he tenido que rescatar las viejas. Hoy voy a tener un dia cojonudo, porque me he despertado y lo primero que he hecho ha sido calzarmelas, sin darme cuenta de que en su interior habia sorpresa. --Arrugue la nariz, disgustado. --Hay ciertos detalles que uno no necesita saber. --Pues te jodes, peor ha sido mi cara al ver el bano de barro en el que habia metido el pie. --Mira la parte positiva, las heces estan muy infravaloradas. ?Sabes que hay trasplantes de heces a traves de enemas y que resulta mucho mas eficaz que tratar las infecciones por C. Difficile que con antibioticos? --Pues, por mi bien, espero no infectarme nunca con esa cosa, senor cientifico. ?Podemos cambiar de tema? Hablar de caca, podria ser un mal augurio para nuestro primer dia laboral. -- Le ofreci una sonrisa. --Esta bien, ?estas preparado para tu gran dia? --Liam reacciono ofreciendome otra y asintiendo. --Tio, esto va a ser un puto sueno. Ese dia empezabamos a trabajar en Genetech, los laboratorios de mi madre, y Liam estaba entusiasmado por dejar su vida de universitario y embarcarse en el apasionante proyecto familiar, del que ahora formaba parte junto a mi y a mi gemelo. Desde que mi padre murio, me volque en la unica persona que a Noah y a mi nos quedaba viva, y se trataba de mi madre. Mi hermano era un punetero cerebrito que se pasaba el dia estudiando con un tutor especializado que colaboraba con nuestra progenitora. Noah era un genio y, por ende, se esperaba mucho de el gracias a sus habilidades en ciencias. Mama y Lucius estaban convencidos de que tenia muchisimo potencial; el no los contradecia y parecia sentirse bien hincando codos como un poseso. Y eso me dejaba mucho tiempo libre, a mi tampoco se me daban mal las ciencias, ni los deportes, las chicas, los amigos o la informatica… En mi caso, tenia tiempo para disfrutar, ademas de pasar tiempo con mi madre. Me di cuenta de que involucrandome en los laboratorios, podiamos estar juntos, y, en esas horas donde ella me explicaba por que le apasionaba tanto lo que hacia, descubri que a mi no me disgustaba, es mas, comenzo a interesarme. De los dieciseis a los dieciocho, dedique parte de algunas tardes a Genetech y descubri mi verdadera vocacion. ?Quien lo iba a decir? Si le hubieras preguntado a Noah, te habria dicho que el apostaba por que fuera surfista profesional, o estudiara algo que tuviera que ver con las relaciones publicas. Mama estaba convencida de que mi hermano seguiria sus pasos, para eso habia estado preparandolo, pero el dia que tocaba echar la matricula en la universidad, nos sorprendio dando un golpe sobre la mesa durante la cena para decir que iba a estudiar economicas. Alego que la ciencia, como tal, no le gustaba, que no pensaba seguir fingiendo, ni dedicarse de por vida a algo que no le interesaba un pimiento. Nunca habia visto a mi madre mas desencajada. Paso del blanco al rojo sin ponerse ambar. Espero a que Noah acabara para amenazarlo y decirle que si no estudiaba una de las carreras que ella le habia propuesto, no pensaba pagarsela. Jamas habria imaginado a mi gemelo plantarse de aquel modo y, en parte, me hizo sentir orgulloso de que fuera capaz de defender su opcion hasta las ultimas consecuencias. Le contesto a mi madre que si ella no le pagaba la carrera, se la pagaria el. El dinero no era un impedimento, pues cuando mi padre murio, nos dejo una pequena fortuna en herencia, sin embargo, yo no hubiera visto justo que a mi me pagara los estudios y a Noah, no, por el simple hecho de no pasar por el aro; asi que decidi dar un paso al frente, total, yo tambien habia hecho mi eleccion y pensaba sorprenderlos a ambos. --Deja que Noah estudie empresariales, es un fuera de serie con los numeros --apostille calmado--. Yo ocupare su lugar en el laboratorio y estudiare bioinformatica para echarte una mano. Creo que es justo lo que necesitas para que el proyecto <> avance. --?Tu? --pregunto mi hermano incredulo. --?Que pasa? ?No me crees capaz? --Pensaba que… --Ya se lo que pensabas, eres mi gemelo, pero resulta que quiza haya partes de mi que desconoces, y una de ellas es que quiero trabajar con nuestra madre en el laboratorio y aportar algo mas que mi apostura a la humanidad. --Gire el rostro hacia mi madre, que estaba analizando la situacion. Lo sabia porque le habia visto la misma expresion, cientos de veces, frente al microscopio--. Mama, no lo pienses tanto. Al fin y al cabo, que yo quisiera estudiar una de las carreras que le habias propuesto a Noah ni se te habia pasado por la cabeza, asi que es un intercambio justo. El te ha dado sus motivos, y, ademas, con su aportacion mejoraremos la empresa a nivel economico y conseguiremos expandirnos. Tu siempre dices que conseguir dinero para financiar los proyectos es algo que cuesta mucho, pues ya esta; Noah se encarga de esa parte y yo de ayudarte en el laboratorio. --La conocia, no le gustaba que los demas tomaran decisiones que, segun ella, le competian, lo que no le quedaba claro era que nosotros empezabamos nuestra vida de adultos, y seria mucho mejor asi que empezar una guerra familiar por los estudios. Mi madre iba a decir algo, y preferi intervenir, cerrar la conversacion y que el temporal pasara--. Ahora que esta todo decidido, tenemos que celebrarlo, esta cena tiene una pinta maravillosa. Gracias, Noah, por esforzarte tanto. Mi hermano fruncio el ceno y lo unico que hizo fue acomodarse la servilleta sobre las piernas para emitir un <> de medio lado. Mama ocupo su silla y yo descorche la botella de vino para brindar por nuestro futuro. Noah conocio a Liam durante la carrera, se hicieron una y carne, lo que propicio que terminara entrando en nuestras vidas. Ahora formaba parte de nuestro binomio y me alegraba, porque era un tio cojonudo.

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  • Hermano de fuego - Rose Gate - Babelio

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  • Hermano de fuego - MegaFilesXL

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    ... libro? Pues que me ha convertido en una yonki de estos dos hermanos, que no ... fuego, mis norteñas, las chicas de los libros, quienes han vivido estas.

  • Hermano de fuego - Goodreads

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    13 ago 2021 — En este segundo libro conocemos a Dylan Miller el es biotecnologo y junto con su hermano Noah y Liam empezará a trabajar en la empresa de ...

  • Hermano de fuego Rose Gate - Tinta Romántica

    https://tintaromantica.blogspot.com/2021/07/hermano-de-fuego-rose-gate.html

    NOVELA ROMÁNTICA❤️Libros, resúmenes VÍDEOS Opiniones "Hermano de fuego" de Rose Gate libro 2 de la Serie "Los hermanos Miller"

  • Hermano de fuego - Audiolibro - Rose Gate - Storytel

    https://www.storytel.com/es/es/books/hermano-de-fuego-1503754

    24 ene 2022 — Quien me conoce dice que tengo el corazón de fuego. ... “Hermano de fuego” es el segundo libro en la popular serie sobre los hermanos Miller ...

  • Navidad. menudo desmadre (Locura 1) de Sarah Rusell

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    ?Que pueden tener en comun siete personas aparentemente diferentes? Un fin de semana en un hotel rural en los Pirineos de Huesca donde disfrutar de la nieve, esquiar, descubrir senderos y pasear por ellos... Pero, a veces, y solo a veces, el destino puede tener otros planes. Empecemos por el principio, y conozcamos a estos siete aventureros. El trio "MAS", tres amigos que decidieron ir a pasar dos agradables dias en aquel rincon de estampa preciosa y nevada, para que dos de ellos limaran asperezas. Marta, una joven descarada de diecinueve anos, bastante borde por lo que dicen quienes mejor la conocen, que, como se suele decir, no tiene ni oficio ni beneficio. En definitiva, que ni estudia, ni trabaja, ni intenciones tiene de ello porque en sus propias palabras "Se vive muy bien en casa de mis padres, que me lo dan todo". Abel, un reconocido influencer de treinta y dos anos, el mejor amigo de Marta y quien mas la soporta porque, en ocasiones, es el unico capaz de callar a esa "localcono" como el la llama. Abel es gay, muy enamoradizo, y busca ese principe de brillante montura. Si, montura, porque el no quiere un hombre que llegue en un precioso corcel blanco, sino en una moto de gran cilindrada, a ser posible negra porque, como el dice: "El negro va con todo". Terminamos este trio tan dispar con Samira, estudiante de enfermeria, veinte anos y prima de Marta. Eso de "se parecen en el blanco de los ojos", desde luego que va con ellas, porque no tiene nada que ver la una con la otra. A pesar de que sus padres son tan pudientes como los de su prima, Samira decidio estudiar, encontrar un trabajo y vivir de ella misma, no de los demas. Entre Marta y Samira no hay feeling, es por este motivo que sus padres decidieron regalarles un fin de semana en ese hotel para que, con la ayuda de Abel, hubiese un acercamiento entre ambas primas. ?Lo conseguira nuestro querido influencer? Seguimos con los huespedes de este particular hotel. Le toca el turno a dos amigos que buscaban desconectar un fin de semana de sus trabajos y pensaron que ningun lugar mejor que aquel donde disfrutar de la nieve. Aitor, un simpatico policia de treinta y cinco anos que, en su circulo de amistades, es quien siempre intenta poner paz en aquellas pequenas disputas que puedan provocarse. Asier, medico por vocacion, cuarenta anos y un hombre de lo mas tranquilo. Procura no meterse demasiado en las discusiones entre sus amigos. Y acabamos con estos siete magnificos huespedes con una pareja que no es tal, al menos de momento, claro esta. Rebeca tiene veintisiete anos, es reponedora en un supermercado y un poco cotilla... Bueno, bastante cotilla. Conocio por Internet a Alan, un escoces de treinta anos que no habla ni papa de espanol, pero con el que congenio a las mil maravillas y decidieron conocerse. Nuestro escoces decidio viajar a Espana para conocerla y pasar juntos un fin de semana como tantas veces imaginaron, riendo, charlando cara a cara y compartiendo esas horas en compania del otro, como tantas y tantas tardes y noches lo hicieron frente a la pantalla del ordenador. Afortunadamente para el, el resto de companeros en su estancia en el hotel hablaban ingles, salvo Marta, que ni siquiera habia intentado aprenderlo. En el hotel se encontraran con Manuel, un hombre bonachon de sonrisa afable que, a sus sesenta anos, lleva toda la vida en ese lugar, pues heredo el negocio de sus propios padres. Le acompanan Pepa, su mujer que deleita a los huespedes con los mejores platos que preparara entre fogones, y su hijo Miguel, un joven de treinta anos que, como hiciera el propio Manuel, seguira los pasos de este, llevando el hotel cuando su padre le pase el testigo. A ese rincon en el que pasar dos dias de ensueno, o eso creen y esperan nuestros huespedes, llegaron aquel viernes de diciembre con ganas de descansar, ademas de desconectar, del ir y venir estresante y agobiante de la ciudad. Entre risas y caidas mientras esquiaban, intentando mantener el equilibrio en el caso de los mas torpes, respirando el aire que les ofrecia la zona de arboles que rodeaba el hotel, tomando cafe y chocolate caliente en el salon junto a la chimenea. Inmortalizando aquel fin de semana con fotos y videos que mirar una y otra vez, solo para recordar el instante en que un pequeno conejo blanco camuflado en la nieve asusto a Samira al salir corriendo, o cuando Abel poso para un video que subir a su red social y un mal traspie hizo que ese momento se convirtiera en el mas visto tras acabar en una caida donde el influencer quedo cubierto por completo de nieve. Y todo ante la atenta mirada de Marta, que no perdia oportunidad para soltar alguna de las suyas. El descanso necesario para un policia un poco estresado y para un medico que, en los ultimos meses, habia tenido demasiadas personas en su mesa de operaciones, salvando vidas y perdiendo alguna otra que se fue demasiado pronto. Dos dias de confesiones entre una pareja que ya se habian contado de todo durante meses, pero que seguian recordando cosas que les habian pasado a lo largo de los anos y compartian con el otro. El domingo tocaba despedirse de aquel rincon, volver a la rutina, al trabajo, a los estudios, regresar al otro lado del mundo donde, a pesar de la distancia, ese agradable escoces seguiria al otro lado de la pantalla de Rebeca. Pero, como el destino a veces tiene otros planes para cada persona, a estas siete les deparaba algo con lo que no contaban. Todos estaban listos para montar en sus coches, los duenos los despedian en la puerta de su hogar, esperando que volvieran a visitarles pronto, hasta que la montana hablo y quiso ser protagonista indiscutible. Una avalancha de nieve empezo a caer ladera abajo, cubriendo por completo la carretera, la unica carretera que los podia sacar de alli y llevarlos de regreso a sus casas, a sus ciudades, a sus vidas y rutinas diarias. Por si la mala suerte que acababan de sufrir fuera poca, la nieve tambien quiso tener su momento estelar, como esa actriz secundaria que en la pelicula hace que la trama de un giro completamente inesperado. Y nevo, por supuesto que nevo. Al calor de la chimenea y con un cafe, mientras veian las noticias de ese fuerte temporal que comenzaba a azotar la zona, Manuel les dijo que las autoridades se habian puesto en contando con el, para saber si tenia localizados a todos sus huespedes, el les indico que si, que seguian todos en el hotel, asi que le informaron que debia hacerse cargo de ellos durante unos dias, que no salieran del hotel, ni siquiera a la zona mas cercana que les rodeaba, ya que debido a las fuertes nevadas y borrascas les seria imposible sacarlos de alli, al menos por el momento. El panico se hizo un poco mas presente, la desesperacion llego a algunos de los huespedes al ser conscientes de que, como decian en las noticias, debido a ese inesperado temporal, no podian enviar helicopteros de rescate a algunos puntos de la zona, como era el caso del suyo. Encerrados, aislados, conviviendo con personas a las que apenas conocian, asi se encontraban desde ese momento. Lo que iban a ser dos dias de relax y tranquilidad se habian convertido en varios dias mas de incertidumbre. Lejos de sus familias y confinados a dos dias de Nochebuena.

  • Los pecados heredados. Ultraje de Jana Westwood

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    Estamos en la segunda mitad del siglo XIX. Caroline Wilkie, duena de un singular temperamento desde nina, posee una destacable inteligencia y un enorme afan por aprender. Hija ilegitima, su misterioso origen es un secreto muy bien guardado por su madre.

  • La mitad de la noche de Mayra Montero

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    Un domingo de agosto de 1926, cuando Magdalena Laparra ha vuelto de Cuba para pasar las vacaciones con su familia, coge a sus dos hijos, uno de cada mano, y se mete al mar en la playa de Biarritz con la intencion de ahogarse. La nina de siete anos, Elsa, advierte algo extrano en la actitud de su madre y consigue escapar tras un forcejeo. El nino pequeno en cambio, de solo dos anos, muere ahogado y Magdalena es internada en un psiquiatrico por el resto de su vida.

  • La Piramide de Fuego de Arthur Machen

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    Muy anterior a la literatura realista, la literatura fantastica es de la ejecucion mas ardua, ya que el lector no debe olvidar que las fabulas narradas son falsas, pero no su veracidad simbolica y esencial. Resignemonos a admitir que la literatura es un juego, ejecutado mediante la combinacion de palabras, que son piezas convencionales, pero no olvidemos que en el caso de sus maestros --Machen es uno de ellos-- esa suerte de algebra o de ajedrez debe corresponder a una emocion. ... Arthur Machen puede, alguna vez, proponernos fabulas increibles, pero sentimos que las ha inspirado una emocion genuina. Casi nunca escribio para el asombro ajeno; lo hizo porque se sabia habitante de un mundo extrano. Jorge Luis Borges

  • La Amante Contratada Del Jeque de Ella Brooke

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    Los ojos de Laine se redujeron a lineas delgadas y se fijaron sobre el trabajador temporal. Sus ojos se abrieron como platos. El reloj hizo tictac. Podia haber pasado una planta rodadora del desierto. Puso su bloc de notas en el escritorio de Laine y contesto el telefono. --Brandt Interiors -- medio canto --Jacob al telefono. ?Como puedo ayudarle? Laine sonrio victoriosa y miro hacia atras a la pantalla de su ordenador. Tenia mucho trabajo que completar en esta cuenta antes de irse a casa. Convencer a los Madison de que necesitaban rehacer su apartamento igual que todos sus banos, y que ella era la unica decoradora en el estado (y sobre todo la unica en Brandt Interiors) que debian incluso tener en cuenta habia retrasado su planificacion unos dias, pero valdria la pena. La comision en esta cuenta iba a ser astronomica. El senor Brandt tenia la tendencia de no hacer caso a su trabajo o dar los trabajos a los empleados mas mayores (y masculinos), pero en cuanto viera lo que habia hecho, convirtiendo una remodelacion de un bano en un proyecto completo de una vivienda, tendria que llamar su atencion. Un aumento y recibir clientes preferentes no podian tardar. Jacob intento darle el telefono, pero ella le corto haciendo un signo de negacion con un dedo. --Es tu hermana. Ella lo miro, tomo aire y volvio a su trabajo. --Ya te llamara --dijo Jacob. Parpadeo despues de recibir el mensaje y despues recupero su bloc de notas antes de volver a sus ocupaciones. Si Laine hubiera tenia un segundo para respirar, se habria sentido culpable por no atender a su hermanita Emma. Pero la ya bulliciosa carrera de actriz de Emma habia despegado el ultimo ano, y rara vez tenia tiempo para Laine y su padre. Sin duda Emma estaba entre tomas o sesiones de fotos o fabulosas comidas con gente hermosa. Tendria que esperar unas horas a que Laine se tomara un descanso. Laine habia sido contratada en Brandt Interiors directamente despues de graduarse en Parsons hacia cuatro anos. Desde entonces, su vida habia sido patrones, muestras y regateos con los proveedores. Era simplemente como le gustaba, aparte de tener que buscar reconocimiento entre asociados menos talentosos. Eso no le dejaba demasiado tiempo para esas raras criaturas conocidas como fines de semana y vacaciones. Laine solo sacaba tiempo para ir a visitar a su padre, que vivia solo al norte del estado. Laine lo llamaba casi todos los dias. Era casi tan bueno en la creacion de lazos sociales como Laine. Emma habia intentado jugar a casamentera para el mientras estaba en secundaria, pero no habia conseguido nada. Greg McConnell habia sido siempre un hombre de una sola mujer. --!Hiii-eee! Emma canto desde la puerta, golpeando sus nudillos hacia arriba y abajo del marco. Laine casi escupe su cafe. --?Em? ?Que estas haciendo aqui? ?No deberias estar en algun plato en algun lugar en Hollywood? --!Si respondieras a mis llamadas, sabrias que estamos filmando alguna escena aqui en Nueva York! Emma se coloco detras de la silla giratoria de Laine y desordeno su cabello cuidadosamente dispuesto. --!Tomate un descanso! ?Con que frecuencia ves a su hermanita? --Tal vez mas a menudo, si vinieras a casa por vacaciones --dijo Laine , girandose hacia su ordenador. --Me alegro de que estes en la ciudad. Acabo de recibir un sofa bastante decente… Emma se echo a reir. --Oh, no. Me quedo en un hotel, amorcito. --Laine resoplo. Emma se apoyo en el respaldo de la silla de Laine. --!Sal conmigo esta noche! Todo el reparto va a ir a esta fiesta increible. !Va a ser una locura! --?Que parte de <> dice Laine McConnell para ti? Laine acabo de escribir un correo electronico a un distribuidor. --Yo me debo estrictamente a los negocios. Si tienes alguna funcion donde puedo tomar vino y cenar con algunos posibles clientes, llamame. Emma sacudio los hombros de Laine y se apoyo en el borde de su escritorio. --!Ten cuidado con esos papeles! --!Tienes que empezar a vivir tu vida, Lainey! Emma lanzo sus manos hacia delante. --Hay mucho mas ahi fuera que tu trabajo. --Me gusta el trabajo --argumento Laine. --No subes si no le echas horas. A ti te gusta tu trabajo. --Soy una actriz. Actuo por dinero. Emma, salto sobre el escritorio y cruzo sus piernas. --En serio. Ven conmigo. Te presentare a mis companeros de reparto atractivos. --Mmm. Deliciosos hombres bobos. ?Que mas podria pedir? Emma bajo bloqueando la pantalla de Laine. --!Dale una oportunidad a esos bobos! O por lo menos, baila con ellos y disfruta de unos de los mejores aperitivos y champan. Laine se sento nuevamente en su silla y miro a su hermosa hermana destellando la sonrisa que la habia hecho ganar tanto dinero desde su primer anuncio nacional vendiendo chicles. Emma podia ser exasperante. Cada movimiento tenia una inyeccion de gracia bien practicada. Laine todavia podia ver a Emma desfilando de nina con los zapatos de tacon de su madre. Laine, por el contrario, no habia ni nacido con gracia ni se habia sentido obligada a practicarla. Su estilo era el de una mujer de negocios elegante, con tacones altos pero con estilo, de los que rara vez se olvidaba en publico. Solo se podia imaginar a ella misma vestida al estilo de Emma entre todas las celebridades en esta fiesta. Se sentiria como una ciguena desfilando por ahi en un vestido de fulana. Sin embargo, era muy duro decirle a su hermanita que no. --?Que tengo que hacer para convencerte de que me dejes terminar mi trabajo? --pregunto. --Prometer dejarme vestirte y llevarte a esta fiesta. Al menos, unas dos horas. --Una hora. Me metes en tu mundo durante una hora, y entonces tienes que venir a casa conmigo y comer comida tailandesa y beber algo mientras diseno un nuevo patron de papel de parez en mi portatil. --Tu vida es un cadaver, Lainey. Emma se echo a reir. Apreto el hombro de Laine. --Te enviare mi numero de habitacion. --No puedo esperar. Laine se centro en su pantalla. Iba a tener que tener listas esos pedidos en la siguiente hora. Paso una mano por su cabello. Emma querria hacer algo ridiculo con eso, tambien. Laine tendria que evitar que le pusiera brillantina o que se lo tinera. Su pelo era castano oscuro, como el de su madre, aparte del mechon blanco que crecia desde el nacimiento de su pelo, habia estado alli desde que tenia doce. Lo dejaba caer sobre su frente, como siempre. Le ayudaba a cubrir la cicatriz. Laine murmuraba mientras corregia los codigos de color para las paletas de bano --He dejado de trabajar por ti por esta fiesta, hermana. Preferiria rellenar formularios de compras… *** Como Laine esperaba, Emma estaba esperandola en su apartamento con una pared llena de vestidos de noche escotados y una vestidora personal para pintarla y peinarla hasta que estuviera tan molesta que a pesar de sus inclinaciones naturales, le dijera a su hermana que la dejara en paz. Pero al final de todo, alli estaba parada Laine, en todo su esplendor con su metro ochenta con tacones de diez centimetros (habia perdido la batalla sobre eso, a pesar de su queja de que a los hombres no les gusta una mujer por encima de ellos), en un vestido suelto azul y purpura que parecia que alguien lo hubiera tejido de una pila de panuelos suaves. El dobladillo estaba un poco alto, y el corte resaltaba cada curva de la que ella podia presumir, pero Laine paso un mal rato quejandose sobre su aspecto. Sin duda nunca habia llevado antes nada tan sensual. --Hicieron este para mi coprotagonista en Magnifique. Emma toco el pelo de Laine con cuidado, para no perjudicar la obra de arte en que se habia convertido transformar su recogido diario. Habian dejado mechones alrededor de su cara junto con su mechon de pelo blanco, con todo el efecto suavizando el aspecto habitual de encargada de Laine. --?Magnifique? Laine se giro para mirar a Emma. --?Tu coprotagonista no era una drag queen? Emma sonrio y tomo el brazo de Laine mientras caminaban hacia el edificio donde se celebraba la fiesta. --Recuerda que es un Nihayat Alhaya --dijo Emma. --?Un que? --Ese es el disenador de tu vestido. La gente preguntara. Laine cerro sus ojos. Era poco probable que algun paparazzi tomara alguna foto de ella. No con Emma llamando su atencion. La fiesta tenia lugar tantas plantas arriba que Laine perdio la cuenta de cuantas habia pasado el ascensor. Era como si fueran para arriba al mismo cielo. Brevemente, se pregunto si llegaban tarde, ya que no habia nadie en el ascensor, aunque Emma parecia despreocupada. Solo saco su neceser y comprobo su maquillaje. Laine respiro profundamente varias veces y trato de ser paciente. Si solo fuera una situacion de negocios. Ella se podria desenvolver alli, en su mejor Ralph Lauren y un bonito panuelo, amaba los panuelos y un cuarto lleno de marcas. Laine nunca se iba de un evento sin conseguir por lo menos dos o tres clientes. --No pienses en todas las personas importantes en esta fiesta --se dijo a si misma. No pienses en todas las personas que quieren ver las estrellas, no a los decoradores de las estrellas. Llegaras a casa a las diez con comida para llevar y una pinta de helado con algun tipo de aderezo. Caramelo, dulce tal vez. Emma lanzo a Laine una sonrisa cuando el ascensor paro y se abrio camino en el vestibulo. La gente estaba parada en grupos dispersos, llevando copas de champan y tomando de vez en cuando algun pequeno bocado de las bandejas que pasaban alrededor de los camareros vestidos de blanco. Laine exploro la multitud y pillo una brocheta de gambas envuelta en bacon mientras el camarero pasaba. --?A donde, al Golden Globe? --pregunto. Emma tiro de Laine a lo largo del atico, que realmente era mas como un hangar de avion que como un apartamento. Solo habia algunos muebles dispersos; en cambio los televisores de pantalla plana montados en las paredes reproducian musica y representaban figuras amorfas bailando. No habia nadie bailando en la fiesta, pero las pantallas reflejaban la idea de movimiento. Parecia un desperdicio para Laine. Sin embargo, suponia que las personas estaban realmente ahi para ser vistas. Mientras Emma iba de persona en persona, Laine levantaba sus ojos de la gente hacia la estructura de techo abovedado y las obras de arte que colgaban de las paredes. Tomaba notas mentalmente. Evaluo las conversaciones a su alrededor de ella para cambiar el tema hacia el diseno, o al menos al arte. Ella miro hacia abajo al suelo de madera (madera dura, pero no de una calidad que perduraria mucho a un pesado desgaste). Una persona normal estaria buscando a sus actores y actrices favoritas entre la multitud, pero Laine no pasaba demasiado tiempo pensando en las peliculas que ponia de fondo mientras trabajaba por la noche. Despues de asomarse a los bordes de conversaciones durante lo que le parecio una eternidad, Laine se desvio de su hermana hacia una escultura extrana y alta de plata. No podia decir si se suponia que era alguien volando o algo mas atrevido. Laine se dio la vuelta de repente, al notar a alguien detras de ella. Sus ojos se encendieron inmediatamente ante una cabeza gruesa, exuberante de pelo negro. El hombre al que pertenecia el pelo se levanto en toda su altura imponente de dos metros, si no mas, y sonrio. Una sonrisa rapida, amplia y facil que se plasmaba en sus mejillas bronceadas banadas por el sol y aspiraba el aire de los pulmones de Laine e hizo que ella sintiera un hormigueo en su piel. --Me estas llevando a mi, creo --dijo el hombre. Capitulo Dos --Yo, ummm, ?que? --Laine se espanto ante el increiblemente apuesto hombre de pie ante ella. --?Su vestido? --anadio. Laine miro hacia abajo y paso sus manos por sus muslos. --Oh, es un Ni… Niya… --Nihayat Alhaya. Soy el propietario de la empresa. Conozco al artista que creo este. Aunque acortaron el dobladillo un poco. El levanto una ceja significativamente. --Bueno, creo que tengo que agradecerle por hacer algo bonito para nosotras las chicas altas. Hizo un gesto con una mano. --Le queda muy bien. Es como si Niha se lo hubiera hecho a medida. --Yo… Gracias. Ahora que ella estaba mirandolo mas de cerca, el era un poco una obra de arte por si mismo. Su mandibula era amplia y cincelada, y estaba alineada con una fina barba perfectamente recortada. Pero sus ojos fueron lo que la atrajo, De un calido, verde avellana, que parecian reirse de su asombro, y estaban enmarcados por dos cejas oscuras. --Perdoname. No me he presentado Soy Aziz bin Mohammad bin Ali al Amirmoez. Hizo una leve reverencia. --Oh. Laine asintio lentamente. --Yo soy Laine McConnell. Las cejas de Aziz se levantaron y sus ojos se ensancharon. El tomo su mano y la beso. --Es un placer. Cuando te he visto aqui con un vestido de Niha, no pude evitar venir a examinar tu belleza. Laine parpadeo. ?Hablaba en serio? --?Estabas examinando esta escultura? Aziz la miro y se puso junto a ella. --?Te gusta? Laine inclino la cabeza. --Para decir la verdad, no lo se. Definitivamente podria venderlo a un cliente como una pieza de la sala de estar, pero no me podria sentir bien acerca de ello. --Es sugerente. El punto mismo del arte. Aziz giro su mirada de la escultura para mirarla a ella una vez mas. --Como una hermosa mujer. Provoca. --Laine se echo a reir. Su voz era calida y cadenciosa, con acento pronunciado pero inteligible. Era reconfortante. Pero ella no podia creer que el creyera lo que estaba diciendo. Tenia la facilidad de un hombre que podia conseguir decenas de mujeres solo levantando el brazo. --Eres tan encantadora… dijo casi en un susurro cerca y levanto su mano hacia el pelo que caia sobre sus ojos. --Eres como una rosa que ha florecido en rojo y blanco. ?Las que llaman tigres? Laine se alejo. --Debo volver con mi hermana. --Deberias pasar la noche conmigo. Laine miro boquiabierta a su sonrisa y balbuceo. --Ah, me he expresado mal. Me refiero a que debes mantener mi compania en esta fiesta. Es un poco aburrida, ?no? Creo que piensas lo mismo, o no estarias observando esta escultura. El se acerco mas, lo que la hizo mirar hacia arriba y tragar saliva. --Dejame hacer que tu noche sea interesante. Dejame que te provoque, Laine. Laine vacilo. Aun podia sentir su presencia. Era como si el calor de su piel dorada se proyectara de el como otro ser que presionara aun mas en el espacio personal de ella. Normalmente, ella querria dar un paso atras de el, para mantener su espacio propio, pero al sentirle, casi se sentia poseida por el. El ya se habia declarado. Todo lo que ella tenia que hacer era aceptar. Pero eso era una tonteria, por supuesto. El era solo un hombre. Un hombre guapo sin paliativos y uno claramente acostumbrado a conseguir lo que se proponia con las mujeres. Daria igual que ella tercamente rechazara dicha peticion. --No se si la fiesta es aburrida, o yo soy demasiado aburrida para apreciar a todas las celebridades que hay aqui. Laine se giro y senalo a su hermana. --Es mi hermana pequena. Es la estrella de la familia. Ha sacado tres peliculas este ano. --Ah. Aziz asintio con la cabeza. --Los miembros de mi familia tambien tienen bastante exito, o la mayoria de ellos. Aziz entonces procedio a regalarle en gran detalle acerca de los logros de todos los miembros de su familia, que eran, por cierto, obscenamente ricos y poderosos. Lo que significa que el, tambien era obscenamente rico y poderoso. Un jeque. Laine intento evitar imaginarselo con un panuelo blanco sobre su cabeza mientras continuaba con las propiedades fisicas y empresariales que estaban bajo su propiedad. --?Que estas haciendo aqui? --pregunto Laine.

  • Mi curvilineo fraude de Carla Tristan

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    Una luz roja parpadeaba odiosamente mientras me ponia los auriculares en la cabeza. El diminuto eco del estudio se silencio por un breve momento, antes de estirar mi brazo, y presionar con mi dedo el boton de la pequena luz. --Hola, llamador --mi propia voz me fue devuelta a traves de los auriculares. Cuando empece ese trabajo, me habia desanimado. Todo el mundo odiaba el sonido de su propia voz. Y anade eso a la ansiedad paralizante que me embargaba antes de salir al aire en vivo, y ahi lo tienes, la receta perfecta para el desastre y torbellinos de palabras epicas. Por suerte para mi, mis productores pensaron que era demasiado encantadora para rendirse conmigo tan facilmente--. Ya sabes como funciona este espacio. Empecemos con tu nombre y la razon por la que llamas, y hare lo que pueda para ayudar a curar tu corazon --las palabras salieron de mi en la misma secuencia de siempre. --?Annie? ?Eres realmente tu? --un largo suspiro femenino lleno mis oidos. --La unica e irrepetible --literalmente. Una y solo una. Un poco de culpa me invadio. No, tal vez no era culpa, pero si algo un poco mas dificil de precisar que eso. Era una nueva sensacion que no habia experimentado antes, pero que en las ultimas semanas, me habia hecho sentir como un fraude. Durante un diligente desplazamiento nocturno por Internet con una copa de vino y una vela de sandalo ambientando mi habitacion, descubri que estaba sufriendo una dolencia profesional muy comun: El Sindrome del Impostor. --Hola. Vaya. No puedo creer que me haya comunicado contigo. Um. Bien. Aqui va --hubo una pausa seguido de un respiro en el otro extremo mientras mi interlocutor organizaba sus pensamientos. Estaba acostumbrada a eso. Los que llamaban no esperaban realmente comunicarse conmigo. Al principio, hace anos... Claro. Pero ahora las lineas se inundaban de llamadas cada noche y ella sabia lo afortunada que era de estar al aire con su servidora. Se aclaro la garganta--. Me llamo Margaret. He estado tratando de comunicarme contigo durante semanas. Otra pausa lleno la linea entre nosotras, y me di cuenta de que era mi turno de hablar. --Dime lo que estas experimentando en tu relacion, Margaret --anadi una suavidad a mi voz que habia estado practicando durante anos y me preguntaba si mis oyentes alguna vez sentian que estaba demasiado ensayado. Definitivamente me sentia asi a veces. Y agregando eso a mi Sindrome del Impostor, sin duda era toda una estafa ambulante y parlanchina. Margaret dejo escapar un suspiro de derrota. --Mi novio no quiere casarse. Tiene fobia al compromiso. Me preguntaba si Margaret querria mi consejo si supiera el sindrome que estaba padeciendo. Yo era un guru del romance ridiculamente popular cuya propia vida romantica era inexistente. Mi vagina no habia sido tocada por otra cosa que no fuera mi vibrador color lila. --Es un mal que muchos sufren --me incline hacia adelante y cruce los brazos sobre el escritorio. Intente ignorar la media docena de luces rojas que parpadeaban constantemente y que eran todos gritos de ayuda de personas desesperadas. Esta misma llamada habia llegado una y otra vez--. ?Cuanto tiempo llevan juntos? --Unos doce anos. ?Doce anos? !Madre mia! --Eso es genial. No, no lo era. ?Doce anos y ninguna promesa de que haya algo mas en el futuro? Vaya. Capte la expresion de perplejidad de Doug a traves del grueso cristal que tenia adelante. Mi manager levanto una ceja, sonrio, y paso sus dedos por su cabello canoso. Habia trabajado con el el tiempo suficiente para saber que estaba pensando exactamente lo mismo que yo: es hora de soltar y marcharse, Margaret. --Supongo --respondio la chica. Habia un claro tono de tristeza en su voz. Claramente tenia anos de practica y habilidades para disfrazar su decepcion, pero como profesional que veia este tipo de cosas todo el tiempo, tenia un oido atento a la tristeza de las relaciones. --Y supongo que le has hablado a tu pareja sobre los beneficios de estar casada --me puse mis gafas de marco negro, al puro estilo de Lisa Loeb. Una calma se apodero de mi al caer completamente en mi personalidad de la radio de Noches con Annie. Los hombros de Doug se movian de arriba a abajo con risas al otro lado del cristal. Me di la vuelta para no verlo mas. Nadie entendia mis rarezas en el estudio. --Si, pero el me ignora cada vez. Siempre hay algo super importante que tiene que hacer cuando surge el tema del matrimonio. Como apretar un fregadero que gotea o ayudar a su amigo que acaba de pinchar un neumatico. Es tan frustrante. Todas mis amigas dicen que estoy perdiendo el tiempo, pero ?como puedo dejar algo en lo que he invertido doce anos? Tenemos una vida juntos. Quiero decir, he criado a medias al tipo. Me moje mis labios. --?Me llamas para que te diga que tus amigas estan equivocadas o que tienen la razon? --No lo se. Se que se preocupan por mi. Se que no estan tratando de arruinar mi relacion. Estan... estan tratando de salvarme de eso. --Entonces parece que tienes buenas amigas. --Lo son. --Margaret, creo que sabes lo que tienes que hacer. Esto es sobre ti. No sobre el. Tienes que ponerte a ti misma primero y decidir que quieres de la vida. ?Seras feliz dentro de cinco anos si estas en el mismo lugar y no estas casada? ?Impactara esto otros aspectos de tu vida, como tener hijos? Margaret se resoplo. --Creo que se acabo. Realmente se acabo hace mucho tiempo. --Yo tambien lo creo. Y creo que sabias lo que querias hacer antes de llamarme. Es hora de pensar en ti, en lo que quieres para tu vida y soltar lo que no te haga crecer. A veces, cuando sabia que una persona estaba lista para oirlo, la verdad podia ser tan aguda como un punetazo en el estomago. Y Margaret ciertamente necesitaba oirla. Mentir todas las noches a mis oyentes se habia vuelto cada vez mas dificil durante las ultimas semanas y meses, pero ayudar a alguien como Margaret lo hacia un poco mas agridulce. Claro, todavia me sentia como una impostora hablando con ella sobre dejar a un hombre que amaba cuando no sabia lo que se sentia, pero alguien tenia que hacer el trabajo sucio. Me decia a mi misma que mi falta de experiencia me hacia la persona perfecta para este papel. No era parcial. No tenia un bagaje que nublara mi juicio. No tenia nada. La chica solto una risa temblorosa para disimular su dolor. --Creo que tienes razon, Annie. Le gusta demasiado su libertad para establecerse en la vida que siempre he querido. Debi haber tirado la toalla en cuanto menciono el tema de la pina. Esa ultima frase fue un pensamiento de ultimo momento, pero me llamo la atencion. --?Cosa de pinas? --me enderece en mi asiento y le sonrei a Doug. Nunca habia un momento aburrido en este trabajo. Sus suspiros se estaban convirtiendo en el prefacio de sus proximas palabras. --En nuestro vecindario... --suspiro y se quedo en silencio. --?Donde esta ubicado tu vecindario? --pregunte para animarla a seguir con la conversacion. Mi Mountain Dew estaba al alcance de la mano y todavia estaba frio. Las rosquillas que siempre me dejaban antes de cada show, con una variedad de glaseado blanco y espolvoreado de arco iris o banadas en chocolate, ya se habian acabado. Mire las migajas en el plato mientras inclinaba la cabeza hacia atras y sorbia mi bebida. --Es un vecindario de ricos. La mayoria de los millonarios retirados viven alli --casi la podia sentir encogiendose de hombros mientras hablaba--. Mi novio gana mucho dinero en la construccion y sabia que yo siempre sone con una vida de comunidad cerrada. --Continua --retorci la tapa de mi refresco para cerrarlo. Al menos Margaret tenia la casa de sus suenos. Yo, sin embargo, tenia fotos tomadas de Pinterest llenas de inspiracion para mi casa ideal, brillante y aireada, con una gran chimenea y un comedor de techo alto. Era una amante del lujo tanto como de las donas. --Bueno, hay un acuerdo en el vecindario donde los miembros del club de intercambio de parejas ponen una pina en su porche o en su patio. Es una especie de tarjeta de visita. --?Son ustedes swingers? --pregunte con una voz monotona. No habia necesidad de hacerla sentir algo que no estaba sintiendo ya. --!No! Cielos, no --dejo escapar una risa temblorosa. Tome un largo trago de mi bebida. --?Tu novio es un swinger? --No... Bueno, si --gimio en una exasperacion dramatica. Le mostre una sonrisa a Doug, que movia la cabeza con alegria. Ambos sabiamos que nuestros oyentes estaban disfrutando de este segmento mientras conducian a casa desde sus turnos de noche o se sentaban en sus mesas de la cocina--. No lo se. Parece como si tratara de decirme que esta interesado en probarlo, y con "eso" me refiero a otras mujeres. Lleva a casa cosas de pina todo el tiempo, siendo tonto al respecto, pero no es gracioso. Es... no lo se. Como que estropea cualquier confianza que me pueda quedar. Lo cual, debo anadir, no es mucho cuando el hombre con el que has estado durante una docena de anos no quiere casarse contigo. Me dolia el corazon por ella. Nadie deberia tener que sufrir ese tipo de incertidumbre en una relacion. El amor deberia mejorar las cosas, no empeorarlas. Tenia que ayudarla, y tenia que hacerlo rapido. Ella estaba luchando alli, y por un breve segundo, estuve agradecida de que no hubiera un hombre en mi vida que me hiciera sentir tan indigna. --Esto es lo que yo haria, Margaret. Acercalo al club de los swingers. Preguntale si esta interesado en involucrarse. Haz que conteste. Es un chico grande. Lo menos que puede hacer es ofrecerte un honesto si o no. Si dice que si y tu estas tan horrorizada como pareces estarlo, entonces pateale el trasero y vete. De lo contrario, deja las llaves en el bol y disfruta. Casi podia sentir el resoplido de Doug desde la otra habitacion. Siendo un seguidor incondicional de las reglas, no entenderia la diversion de un poco de promiscuidad en pareja. --Va a decir que quiere probarlo, estoy casi segura de eso. Y yo no. --Entonces dejalo ir. Es hora de descubrir la verdad, aceptarla y disfrutarla, y seguir adelante. Ambos estan en paginas diferentes. Y es perfectamente normal que dos personas se separen. No hay que avergonzarse por ello. Lo que seria una verguenza es continuar forzando algo que ya no les sirve a ninguno de los dos. Llamame e informame de lo que decidas, ?si? --Bien. Gracias, Annie.

  • Entre el deseo y el amor de Stefania Gil

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    Dejate llevar por esta novela que esta cargada de erotismo, pasion y romance en la epoca mas bonita del ano. Ryan Griffin es un hombre guapo que se conforma con tener a Vanessa a su lado porque no quiere encontrarse solo. Le teme a la soledad y por ello aguanta cualquier manipulacion proveniente de la mujer que todos parecen querer sacarle de encima.Lo que los demas no saben es que Vanessa es su zona de confort. Para Ryan, acercarse a una chica desconocida y dar ese primer paso para conocerla representa un verdadero estres.

  • Una libreria en Berlin, Francoise Frenkel de Francoise Frenkel

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  • El Ajedrecista de Hitler de Persus Nibaes

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    La novela “El Ajedrecista de Hitler”, tiene por finalidad dar a conocer una historia ficcionada, basadaen la historia de vida del ajedrecista chileno-aleman Klaus Junge (Karl Dunken). Es una novela que no pretende ser una biografia documental, sino mas bien una historia ficcion, a su vez de contar la historia de vida del joven genio del ajedrez; Karl Dunken, quien participo en la guerra como teniente de la Wehrmacht.

  • Worlds: Capsulas de Renacimiento de B. L. Ramiz

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    Lori acaba de comenzar la Mision Iluminum a bordo de la Alegria. Pero poco despues de que diera comienzo la mision, la cual duraria casi cinco anos, su planeta, Eurinum, fue destruido por un enemigo desconocido.
    Lori, y toda su tripulacion, continuan con la mision ajenos a aquellos sucesos, pero pronto descubrira que el universo le guarda un destino con el que no contaba, una responsabilidad para la que no se habia preparado, y ella, junto con algunos amigos que ira encontrando por el camino, tendran que lidiar con enemigos muy poderosos para salvar mucho mas que el Universo.
    Pero pronto se rompera la confianza a causa de una traicion procedente desde su circulo mas cercano. Lori tendra que apoyarse en sus nuevos amigos y aprender a confiar de nuevo, pues quien no conoce la desconfianza, cambia totalmente cuando esta llega por primera vez.

  • Temporada de huracanes de Fernanda Melchor

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    Con un ritmo y un lenguaje magistrales, Fernanda Melchor, autora de Falsa liebre explora en esta obra las sinrazones que subyacen a los actos mas desesperados de barbarie pasional.

  • Me separe, aunque le amaba demasiado de Mar Montilla

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    Tomar la decision de separarme no fue agradable. Y sabia que tendria que ser yo la que diera ese paso, porque el jamas lo haria. No resulto sencillo, desde luego, pero fue lo menos complicado de todo lo que tuve que afrontar, en consecuencia. Decir que una ruptura resulta siempre dolorosa y traumatica seria hablar demasiado a la ligera; y anadir que se ha de pasar un periodo aproximado de un ano para elaborar el duelo es caer en un topico. No se puede generalizar, depende de cada circunstancia. En mi caso no fue la falta de amor la que me empujo, sino el instinto de supervivencia. Mi marido habia caido en las garras de una adiccion y despues de anos y anos intentando ayudarle a salir de ese pozo comprendi que lo unico que estaba logrando era hundirme con el. No es facil convivir con un adicto, ya sea alcoholico, drogadicto o ludopata. Te conviertes en su complice y cada paso en falso que el da te salpica a ti, inevitablemente. Todo lo tuyo queda en un segundo plano, te vas anulando, borrando tu propia existencia sin apenas dejar rastro... hasta que el se convierte en el centro unico y exclusivo de tu universo. O mejor dicho: su adiccion y el. Eso me sucedio. Y cuanto mas enganchado estaba el a su droga, mas enganchada estaba yo a el, como si fuese mi propia droga. Tarde en darme cuenta. Y cuando por fin tome conciencia, solte su mano, le deje caer y sali corriendo sin mirar atras, con mi pequeno hijo en los brazos. Paradojicamente, mi ex se recupero en menos que canta un gallo (no de su enfermedad, sino de la separacion) y no derramo ni una sola lagrima. No pidio perdon, no me rogo que volvieramos a intentarlo... !Quedo liberado! Para una servidora, en cambio, fue como un desgarro. Triste forma de descubrir lo efimero de sus sentimientos hacia mi. Habia dejado de quererme mucho tiempo atras. Se habia acomodado, eso si, los humanos somos animales de costumbres. He necesitado varias sesiones de terapia y leer unos cincuenta libros de autoayuda para ser capaz de asimilar tan cruda certeza. Al mes de separarnos ya me habia reemplazado por otra. Romper con tu pareja sin haber dejado de quererla equivale a arrancarte de cuajo el corazon, tirarlo al suelo y pisotearlo, que es lo que yo hice. Y superar eso resulta una tarea ardua que requiere olvidarse de prisas y poner una voluntad ferrea. Pasas por varias etapas. Primero resuelves el papeleo y estas tan ocupada arriba y abajo que no te paras a pensar en que esta pasando. Despues tu ex se echa novia y tu, incapaz de desear a otro hombre que no sea el, te subes por las paredes. Mas adelante te autoconvences de que no te importa en absoluto lo que haga y tu puedes pasartelo tan bien o mejor, ligando mas incluso, pero obviamente no lo consigues, y si lo logras resulta desastroso porque comparas a todos los hombres con tu ex y ninguno esta a su altura. Y de repente caes en picado y te das de narices contra el frio y duro suelo. ?Que es lo que te pasa? No consigues encontrar pareja, todo te incomoda, todo te pone de mal humor, no tienes vida sexual y, para colmo, el te empieza a hablar de divorcio. ?Divorcio? ?Es que piensa volver a casarse? ?Ya...? Han transcurrido varios anos, aunque a ti te parezca que fue ayer. El tiene su vida encauzada y da la impresion de que le va a las mil maravillas sin ti, tan feliz con su nueva companera. Quiere casarse con esa a la que tu odias con toda tu alma y que encima va a ser la madrastra de tu precioso retono y la madre de sus posibles futuros hermanitos. Te quieres morir. ?Que has hecho tu mientras tanto? Te das cuenta, horrorizada, de que has seguido pensando en el... un poquito. Sonandole, anorandole, poniendote guapa cada vez que venia a buscar al nino. Admites, no sin cierta inquietud, que aun estas un pelin enamorada, muy a tu pesar, quizas de una idealizacion, tal vez de un fantasma. Necesitas coquetear para sentirte viva. Y no deseas coquetear con otros, sino con el. Te miras al espejo y no te reconoces. ?Pero que estas haciendo? ?Arrastrandote tras el hombre que te ha amargado la existencia...? Se acabo. Y empiezas a recibirle en pantuflas y sin maquillar. Total, a el que le importa si deambulas por tu casa como una zarrapastrosa. Recoges a tu hijo como si fuera un paquete de SEUR, no intercambias ni una palabra con el que estuviste casada tantos anos que ni te acuerdas, le das con la puerta en las narices y no vuelves a saber mas de el hasta quince dias despues. Entonces, justo entonces, te enfrentas por primera vez a la realidad: estas sola. Mujer, separada, treinta y tantos, con un hijo. Esa eres tu. Se te cae el mundo encima. Sola ante ti misma, frente a frente, te contemplas una vez mas en el espejo. Con calma, sin evasivas... y no te gustas. Parece que ha transcurrido un siglo entero desde que conociste al que fue tu companero y ya no lo es. Presa del panico descubres ante ti un abismo infinito. Ya no tienes que arreglar tu los desaguisados provocados por el; ya no tienes que rescatarle de sus continuas recaidas; ya no tienes que tirar del carro de un matrimonio desastroso; ya no tienes que pelear para separarte; ya no tienes que batallar con cientos de tramites... Eso quedo atras. Y entonces, justo entonces, empiezas a comprender el asunto tal y como es: el hombre al que le hubieras dado la luna si te lo llega a pedir esta rehaciendo su vida con otra mujer que no eres tu. Y a ti no te queda mas remedio que aceptarlo. Tienes cosas por las que luchar y ninguna de ellas es el. Un hijo, una profesion, amigos, familia... Lloras y lloras con desespero. Experimentas un dolor visceral pero por primera vez tuyo, como si acabaras de parir. Es el principio del fin. Lo vas a superar. Tu historia, la tuya propia (y no la que viviste con tu inestable marido, que ahora es tu ex) acaba de empezar. Tienes ante ti un maravilloso libro con todas sus paginas en blanco... !empieza a escribir! Nadie dice que vaya a ser facil o divertido. Aun asi, debes hacerlo por ti misma. Y por tu hijo. Duele, lo se. La herida esta abierta pero se cerrara y, con el paso de tiempo, ira cicatrizando. ?Y...? ?Eso es todo...? ?Tanto sudor y lagrimas para sentir este vacio, sin mas...? Asi es. Tienes dos opciones: seguir corriendo con los parpados cerrados, tropezando cada dos por tres con la misma piedra; o detenerte a analizar que ha pasado y por que, para empezar a caminar con los ojos bien abiertos. Tu decides.

  • La biblioteca en llamas de Susan Orlean

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    La historia de cualquier incendio es la historia de un olvido, por eso casi nadie recuerda lo que ocurrio el 29 de abril de 1986. Aquel dia la Biblioteca Publica de Los Angeles amanecio consumida por el fuego, cuatrocientos mil libros se convirtieron en cenizas y otros setecientos mil quedaron irremediablemente danados. Siete horas ardieron las estanterias y las mesas y los ficheros, pero ningun periodico cubrio la noticia porque al otro lado del mundo, entre los bosques densos de la Union Sovietica, ocurria el mayor accidente nuclear hasta la fecha: Chernobil.

  • Cartas de seduccion de Janelle Denison

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    Despues de anos locamente enamorada de su jefe, la secretaria Melodie Turner habia decidido hacer algo por fin. Quiza el detective privado Cole Sommers fuera capaz de resistirse a su nuevo peinado o a la lenceria sexy, pero pronto se veria afectado por una serie de cartas eroticas…

  • El coleccionista de John Fowles

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    Frederick Clegg es un hombre solitario y anodino que colecciona mariposas. Miranda Grey es una radiante e inteligente nina bien que estudia arte en Londres. Frederick, que admira a Miranda pero es incapaz de abordarla con normalidad, la secuestra y la aloja con todas las comodidades en un sotano en su propiedad, una trampa perfecta acondicionada como una jaula de oro. Fowles recrea un intenso duelo psicologico donde captor y prisionera intercambian papeles con refinamiento y crueldad, cada cual defendiendo sus propios objetivos: Miranda desea recuperar su libertad, Frederick quiere ser aceptado como un igual por el objeto de su obsesion. El resultado es una novela magistral que, haciendo gala de un engranaje tan milimetrico como febril, ha sido leida por cientos de miles de lectores

  • La Amante Robada Del Jeque de Jessica Brooke

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    Amy Monroe sonrio al mirar la postal enviada por su hermana, Alexis. Aproximadamente dos anos atras, su hermana habia sido secuestrada por el jeque Farzad Yassin y ahora era su jequesa. En la foto que le habia enviado, estaban ella y su hijo, Farid, jugando en los vastos jardines de su palacio. Era una imagen adorable y aunque al principio Amy no se habia sentido emocionada con el nuevo rumbo que habia tomado la vida de su hermana, ahora estaba contenta. Este tipo de felicidad no se puede fingir y, ademas, Farid era realmente el nino mas mono que nunca hubiera conocido. Una parte de ella estaba muy celosa de su hermana, que habia encontrado a alguien, aunque hubiera sido practicamente de la forma menos convencional posible. Y si, una parte de Amy tambien se preocupaba porque Alexis practicamente habia arruinado su carrera de abogada por un romance, pero en todo el tiempo que habian vivido juntas, nunca habia visto a su hermana sonreir tanto. Suspirando, dejo la postal y las fotos que la acompanaban y se dirigio a su armario. Buscando torpemente en su interior, se puso el omnipresente conjunto de pantalones negros y camiseta y se paso los dedos por su cabello negro, que llevaba corto y despuntado. No ere su color natural y, en los ultimos tiempos, se habia sentido tentada de hacerse mechas de color azul medianoche o moradas. Trabajaba en una cafeteria proxima al campus de la Universidad de Boston. Probablemente, esto le hacia sentirse mas cerca de formar parte de la contracultura del campus. Poniendose una diadema para sujetar su pelo corto hacia atras, Amy cogio su bolso y corrio hacia la puerta. Iba a ser una larga noche, puesto que tenia el ultimo turno y la cafeteria se cerraba a la una de la madrugada. Siendo un pequeno negocio familiar, se habia hecho todo lo posible que Lem's pudiera obtener el permiso para vender alcohol. Puesto que podian convertir un cafe en cafe irlandes y tenia una lista habitual de bandas de garaje locales y bandas universitarias que tocaban alli, siempre abrian hasta tarde por la noche. Aun asi, Amy lo preferia. Era horrible levantarse antes de que amaneciera, especialmente en los interminables inviernos de Boston. Teoricamente, despues de graduarse, habia ido alli a intentar estudiar un Master en Bellas Artes, en Escritura Creativa. Lo dejo poco despues y se dio cuenta de que, a pesar de que tenia mucha ambicion, ahora mismo lo unico que parecia encajar con su actitud general y su hastio, era servir cafe con muf ins. No era exactamente donde habia pensado que estaria a los veintitres. Cono, fuera de bromas, teniendo en cuenta que dos amigas de su circulo mas intimo eran literalmente reinas de sus propios paises, realmente parecia una vaga. No es que lo fuera exactamente, pero se sentia como si hubiera metido la pata, ya que no tenia ni idea de que se suponia que iba a hacer con su vida o, incluso, que era lo que queria hacer. Claramente, servir cafe mezclado con licor a companeros de estudios borrachos no era lo que queria, pero era lo mejor que podia hacer por el momento. Se acercaba el final de su turno. Era jueves, lo que significaba que no habia bandas tocando (eran los especiales de las noches de los viernes y los sabados) y estaban al inicio del semestre. La gente no estaba lo bastante desesperada todavia para estar tecleando energicamente sus trabajos trimestrales con su sexta taza de cafe. Lo estarian. Coger un buen sitio cerca de una salida en Lem's, en epoca de finales podia convertirse en una competicion sangrienta. Sin embargo era una noche tranquila y, excepto dos clientes habituales sentados en la parte de atras leyendo novelas rusas del tamano de un maldito sujeta-puertas, estaba sola por lo que se puso fregar, restregando el fregadero y la maquina de capuchinos. Al menos, habia estado sola. Veinte minutos antes de la hora de cerrar, el hombre mas guapo que nunca habia visto entro en la cafeteria. Era alto, media mas de un metro ochenta, de hombros anchos y tez morena, olivacea. Sus ojos eran un sorprendente y profundo tono verde jade y llevaba la barba muy recortada. El unico de sus rasgos que podia "estropearle" era una cicatriz cerca de su ceja izquierda, pero, en realidad, estaba segura de que podria hacer volverse a cualquier chica entusiasta. Cuentale la historia de la "herida de guerra" y acabara siendo incluso mas encantador que al principio. Cono, si solo sus ojos eran suficiente para que Amy se perdiera en ellos. "?Como puedo ayudarle?" pregunto ella. "Dvar," dijo el, sonriendo y leyendo despues su identificacion. "Y tu eres Amy." "Asi que, ya sabemos que sabes leer, genial. Entonces, puedes elegir lo que necesites." "?Y que pasa si lo que necesito eres tu?" Ella se sonrojo y se le pusieron los ojos en blanco. No habia tenido una cita desde hacia mucho tiempo. No era que no fuera atractiva. Francamente, desde que habia sido patinadora artistica (no muy buena, pero bueno) cuando era jovencita, siempre habia estado pendiente de conservar su estilizada figura. Estaba delgada, pero tambien era bajita. Media escasamente un metro cincuenta y cinco, si midiera cinco centimetros mas, y era delgada y esbelta. Nunca habia sido el tipo de mujer que dejaba a la gente con la boca abierta cuando entraba en una habitacion. No tenia ese tipo de exito. Sin embargo, la manera en que Dvar la estaba observando, bueno, parecia un hombre que se hubiera arrastrado por el desierto y hubiera encontrado un oasis. Era abrumador, pero le gustaba, admitio para si mientras se ponia el flequillo detras de la oreja. "Eso no esta en el menu, pero tenemos un cafe moka explosivo y quedan unos pocos brownies. La gente adora nuestros bagels de brotes germinados." Dvar solto una risita. "?En serio?" "Cualquiera que sea un estudiante universitario tratando de ser vegano, macrobiotico o lo que sea, lo que no es tan raro." "Creo que prefiero tomar algo con un poco mas de sustancia", dijo, con su voz como un profundo ronroneo. ?Que tienes para mi?" "Tenemos un magnifico capuchino mezclado con Bailey's. Te lo preparare ahora mismo", dijo ella, ya hirviendo la leche. Amy no pudo evitar sonrojarse bajo la mirada fija del hombre. En serio, habia visto modelos de fotografia menos atractivos. ?Seria ese su trabajo? Quiza era un modelo de Nueva York, que, vaya usted a saber por que motivo, habia decidido que era el momento de visitar Boston - porque., ?a quien no le encantan las pilas y pilas de nieve y basura que nunca pueden recogerse? Dios mio, no es que lo use mucho, pero si tiene que volver a sacar su coche de la nieve una sola vez mas, se volveria loca. Dvar le sonrio cuando termino de preparar su bebida. Despues, se agacho a cogerla de su mano y fue obvio que se estaba tomando su tiempo deliberadamente, que no lo habia hecho por error cuando sus dedos se cerraron sobre los de ella al coger la taza. "Ha sido todo un placer que me sirviera una belleza como tu." Amy se sonrojo de nuevo y se retiro el flequillo despuntado de los ojos. Dios mio, ahora desearia haber mantenido su pelo en su color castano dorado natural y con algo que recordaba a los bucles. Cono, hacia mucho tiempo que no tenia a un hombre - y menos aun a uno tan abrasadoramente sexy - prestandole atencion. No era como si siempre tuviera la sensacion de tener el mejor cebo. "Entonces, demuestremelo con una buena propina. Una chica tiene que ganarse la vida." El sonrio y fue una sonrisa de un megavatio como nunca habia visto antes. De repente, parecia como si su teoria de que el trabajaba como modelo no fuera tan disparatada. Dvar saco un billete de veinte del bolsillo de su chaqueta con su mano libre y lo dejo en el bote de las propinas. "Yo no me preocuparia por eso, Amy." "Gracias, pero por muy amable que seas, veinte dolares no van a alejar a los lobos de mi puerta durante mucho tiempo." El asintio con la cabeza y retrocedio, y ella quiso gimotear un poco por la perdida de contacto y de proximidad fisica. "Entonces, ten cuidado con esos lobos. Nunca sabes cuando vas a encontrarte con ellos." Con eso, el senor Alto, Oscuro y Delicioso habia vuelto a salir por la puerta, dejando a Amy con su anodina vida. Suspirando, termino de limpiar la cocina de atras y cogio tambien el cubo de la fregona. Tenia mucho que fregar todavia. *** En Boston hacia un frio terrible. Obviamente, eso no era noticia. Estaban en mitad de la mayor y mas potente ola de frio que la ciudad nunca hubiera conocido. Cada fin de semana parecia haber una nueva tormenta de nieve y todo el mundo hablaba del record de nevadas y como, pronto, seria literalmente el invierno con mas nieve registrado. Al notar que sus dientes castaneteaban al volver hacia su apartamento, Amy se cino mas el abrigo al cuerpo. Se habia dejado las condenadas orejeras en la cafeteria y lamentaba haber cometido un error tan estupido. Ya las sentia como dos cubitos de hielo y aun tenia que caminar, al menos, cuatro manzanas mas. De todas formas, no es exactamente que lo estuviera pasando bien. Los montones de nieve le llegaban a las pantorrillas y se sentia como si se estuviera hundiendo, sin importar como de ligera y agil tratara de ser con sus botas. Puf, necesitaba vacaciones. Bueno, su hermana se habia ofrecido a organizar su visita y el sol del desierto tenia que ser mejor que la interminable aguanieve. Sacudiendo la cabeza, saco el movil y empezo a marcar el largo codigo internacional que le permitiria hablar con Alexis. No habia llegado muy lejos antes de oir unos pies que se arrastraban tras ella. Amy se volvio a mirar y fruncio el ceno. Habia unos cuatro tipos detras de ella y todos ellos eran de tez morena. Algunos tenian barbas pobladas y frondosas, negras o incluso canosas, un poco parecidos a los hombres que habia visto en la ceremonia de la boda de su hermana. Parecian estar un poco fuera de lugar. Fruncio el ceno, arrepentida y se movio hacia el lateral de la ocupada acera. "Lo siento. Estaba ocupando todo el espacio de la calle. No ha sido muy amable por mi parte. ?Saben que? Continuen y ya me preocupare de llamar por telefono mas tarde. " Los hombres no se movieron, solo la miraban fijamente como si fuera un filete gratis en un buffet. Metiendo su telefono en el bolsillo, Amy trato de tomarselo con calma. Asintio y volvio al centro de la acera. "Bien, entonces yo me movere primero. De nuevo, siento haber ocupado todo el espacio, fue sin querer," termino, comenzando a caminar a un ritmo que era mas rapido que antes, pero no era una realmente correr. Tenia miedo de que empezaran a perseguirla si se ponia a correr. Asi fue, en cuanto ella comenzo a andar, ellos comenzaron a caminar detras de ella, los pasos de los hombres sonaban regulares y comedidos detras de los suyos propios. Cuando paso por delante de una peluqueria con los cristales muy tintados, Amy temblaba por razones que nada tenian que ver con el frio. Los cuatro hombres estaban apenas a quince centimetros de ella y caminaban siguiendo sus pasos. Sujetando su bolso con mas fuerza, decidio que tratar de ignorarlos no iba a ayudar. Claramente, querian algo de ella, ella estaba aterrorizada de pensar lo que eso podria significar exactamente. Podia adivinarlo y sin embargo, pensar en ello le revolvia el estomago. Solo quedaban dos manzanas (muy nevadas) hasta su apartamento. Respirando profundamente y deseando lo mejor, comenzo a correr. Le quemaban los pulmones y deseo que no fueran casi la una y media de la madrugada. Dios mio, como deseaba poder ser mas rapida, no sentir que se resbalaba un poco mas a cada paso que daba. En la primera manzana, los hombres siguieron pesadamente sus pasos, tan cerca que uno tiro de la correa de su bolso y le empujo, dejando que se rompiera, dejando que se llevara todo. Ya reemplazaria las condenadas tarjetas de credito mas tarde, siempre y cuando no se convirtiera en una victima mas en las estadisticas. La segunda manzana no fue tan facil. Estaba cerca de su bloque de apartamentos cuando se resbalo en una gran placa de hielo. Amy se estrello duramente, vio las estrellas y el mareo ya llegaba a ella desde que su cabeza se golpeo contra el cemento. Habia cuatro pares de manos sobre ella y se retorcia en su agarre, golpeando y gritando a cada intento de tocarla. No fue suficiente. El mas alto de los hombres, de casi metro noventa y cinco, con una gran barba canosa, finalmente consiguio sujetarle los brazos a la espalda. "!Dejenme ir!" grito. Arqueando el cuello, miro alrededor, pero la calle estaba vacia. "Dejenme ir y no se lo dire a nadie, se lo juro." El mas alto sacudio la cabeza y le paso algo oscuro, una especie de pasamontanas, por la cabeza y no pudo ver nada excepto el tejido negro. "No, senorita Monroe, eso no va a funcionar. Despues de todo, necesitamos llevarle ante nuestro jefe a la nueva jequesa. " Eso fue todo lo que supo porque despues de palabras de tan mal aguero, algo afilado mordio su cabeza detras de la oreja y todo fue oscuridad. Capitulo Dos El jeque Dvar Yassin de Jardania seguramente tenia cosas mas importantes que hacer. Lo cual, en realidad, no era mentira. Sus primos, Farzad y Munir, ambos de naciones vecinas, estaban interesados en conseguir un frente organizado frente a los mercenarios y el ejercito de Lebano [1] , para, finalmente y de una vez por todas, conseguir pararles a ellos y al populacho al que provocaban. Dvar no podia objetar nada a este plan. Despues de todo, el pais beligerante habia creado en Jardania mas problemas de los que le correspondian, especialmente tras su agresion a la frontera oriental. Estaban corrompiendo a los grupos insurrectos dentro de las propias fronteras de Jardania y estaban ocurriendo cosas horribles, atrocidades que nunca hubieran pensado que pudieran suceder en su reino. Habia estado con sus primos en una larga cumbre, de tres dias de duracion la semana pasada. Parecia como si, en este punto, la guerra total fuera inevitable. Dvar solo esperaba que Estados Unidos se alineara con ellos. Despues de todo, Emma, la esposa de su primo Munir, tambien era hija de un poderoso senador. Nada podia ayudar porque los problemas estaban llegando a todas las tierras que gobernaba la dinastia Yassin y solo podia ponerse peor. Pero no podia pasarse la vida encerrado en la sala de guerra, y confiaba en que sus primos fueran capaces de manejar todo el asunto durante una semana o mas, el tiempo que necesitara para consolidar los asuntos que necesitaba poner en marcha. Era posible... bueno no era posible, era seguro, Dvar estaba rabiosamente celoso de sus primos. Ambos habian encontrado novias increibles y seductoras al raptar mujeres americanas. Farzad parecia particularmente encantado con Alexis Monroe y, francamente, tras haber espiado a su bonita y menuda hermana en la celebracion de la boda unos meses antes, Dvar podia ver por que. La familia entera era mas que notable. Se habia enamorado totalmente de la hermana pequena, Amy, desde lejos. Este era el motivo por el que se encontraba sentado a una mesa, en medio del patio principal de la Universidad de Boston, vigilando a la chica. Queria hacerse una idea de como era antes de llevarla con el a Jardania. Hasta el momento, podia decir que sobre todo se cuidaba a si misma. Aunque habia dejado la escuela de graduados, era muy probable que estuviera en el campus, sentada en el patio, viendo pasar a la gente, o no pocas veces encerrado en lo mas profundo de la biblioteca. Era una intelectual. Al recordar su tinte y sus piercings - una verdadera jequesa no los llevaria - se sorprendio un poco. Era bastante reganona, cosa que el habia podido oir por si mismo en la boda. Amy no habia medido sus palabras hablando con Farzad, especialmente respecto a los metodos de seduccion de su primo. Sin embargo, su lado mas tranquilo y amable habia sorprendido y encantado a Dvar. Habia algo en las personas observadoras que podia ser educado, que podia ser controlado y alentado para que llegara a ser el tipo de equilibrio y pensamiento cuidadoso por el que destaca una verdadera jequesa. Ella se movio un poco y miro por encima de su hombro, y el levanto el periodico hasta su cara. Desde que empezo a vigilarla, algunas veces casi le habia sorprendido haciendolo, al casi verle mirarla fijamente. Amy era avispada ademas de estar pendiente de su entorno. Por supuesto, Dvar habia servido y conducido su propio ejercito durante varios anos. Tampoco era facil de sorprender. "Maravilloso," se dijo a si mismo. "Lo hara esplendidamente." *** Hakim, su sirviente de mas confianza, entro en la parte privada de su jet. El hombre mayor llevaba sujeto el paquete pequeno, colorido y blasfemante que Dvar habia estado esperando. "Mi jeque, hemos puesto a salvo a la senorita Monroe, como pidio. Estamos ya en el aire y estaremos en Jardania en las proximas diez horas." El sonrio y asintio en direccion a la chica. "Esta bien, ahora dejanos" "Es un poco problematica, mi senor." Se rio, realmente conmovido de que Hakim estuviera preocupado por el. Aunque si la fierecilla estuviera diciendo palabrotas sin parar y, francamente, tratando de golpear cualquier cosa que estuviera cerca de ella, apenas media un metro cincuenta y probablemente pesaria unos cuarenta kilos chorreando agua. "Creo que podre manejarla." "Fue capaz de magullar a Asaad, senor." "Entonces, puede que ella disfrute con diferentes juegos," dijo, asintiendo hacia Hakim. "Ahora, por favor, vete." Hakim titubeo un momento mas antes de hacer una reverencia y volver a la parte principal del avion. El pasamontanas todavia cubria la cabeza de la chica y sus manos estaban atadas a su espalda con bridas. Dvar se aprovecho de la situacion y cerro la puerta, asegurando la cerradura. "Ahora," dijo el, rodeandola y rozando su clavicula con la mano. Le habian quitado el abrigo antes de atarla. Por eso, lo que vio fue la misma camiseta negra que se cenia incitante a sus bonitos pechos. Podia incluso sentir su piel, tambien, suave y cremosa. "Esta a mas de veinte mil pies de altitud. No puede escapar si quiere hacerlo y no le aconsejo que salga de esta habitacion. Yo juego sucio, senorita Monroe." Ella jadeo y el pudo ver como se encogia incluso bajo la oscura capucha negra que llevaba. "?Por que me esta haciendo esto?" El se encogio de hombros y retiro la negra capucha que cubria su cara. Sus ojos, agudos, inteligentes y tan azules como el cristal tallado, se fijaron en el. Amy parpadeo algunas veces mas, como si estuviera tratando de orientarse. "Te conozco, ?verdad? En cualquier caso, no solo de la cafeteria." El asintio. "Estabas muy enfadada con mi primo, Farzad, y con como habia tratado a tu hermana, segun tu percepcion." Se volvio hacia el, y pudo ver el fuego que quemaba en aquellos inolvidables y profundos zafiros. "?Que tu que? ?Es que me estas gastando alguna broma rara? Yo no estoy metida en esa mierda de la princesa arabe. !Quiero irme a casa!" Se abalanzo contra el y trato de golpearle. Dvar tenia que reconocerle el merito, la chica era rapida. LA esquivo, justo por los pelos y giro para ponerse detras de ella. Empujandola hacia la cama, la giro para que quedara de frente a el, sujetandola entre su cuerpo y el colchon. "Bueno, esto no ha sido muy agradable, fierecilla." Ella se retorcio debajo de el, pero el tenia unos cuarenta y cinco kilos de musculo encima de ella y no tenia ninguna esperanza de poder moverle. "!Joder, quitate de encima!" El sonrio y beso su garganta dejando que su lengua se demorara, lamiendo el punto en el que se sentian los latidos de su corazon. "No, eso vendra despues, mi jequesa. Aunque eso no quiere decir que no podamos divertirnos un poco aqui. ?Nunca has querido unirte al Club de la Milla de Altura?" Se quedo tan quieta como una estatua debajo de el. "Quiero irme a casa. No quiero ser reina como mi hermana y sin duda, no he firmado para esto." "No, no creo que lo hicieras," dijo el. "Ahora, voy a levantarme y tu no te vas a mover de esta cama. Si lo haces, no van a gustarte las consecuencias." Ella asintio desde debajo de el. "No vas a hacerme dano, ?verdad?" "Hay algunos juegos que me gustan, fierecilla, pero nada de eso es relevante aqui o ahora. No te arrojare de nuevo a una cama si tu no huyes o intentas pegarme otra vez. ?Te parece un acuerdo justo? Sere civilizado mientras tu tambien lo seas." "!No se que significa civilizado para ti en ese retrogrado y diabolico agujero del desierto del que vienes, pero para mi significa que no se secuestran mujeres que van del trabajo a casa y se les atan las manos!" dijo ella. El se puso de pie y le devolvio una sonrisa de suficiencia, mientras ella se ponia boca arriba. "Bueno, fierecilla, cada familia tiene sus costumbres. Los hombres Yassin saben lo que quieren. Vemos lo que deseamos y lo cogemos para nosotros. Definitivamente, tu eres algo que, sin mas, deseaba tener desde el momento en el que puse mis ojos en ti." "Bueno, no puedo decir que el sentimiento sea mutuo, imbecil." El se encogio de hombros. "Necesitamos encontrar cosas mejores que hacer con esa boca tuya, Amy." "Creo que tengo millones de cosas que puedo decirte. ?Te he dicho que te vayas al infierno?" El se rio entre dientes. No le extranaba que su primo estuviera embelesado por su hermana Alexis. Tenia mucho caracter, era muy intensa. Suponia un desafio mayor que ninguno planteado por cualquiera de las mujeres de su harem. Definitivamente, era una distraccion que merecia la pena frente a las preocupaciones de la guerra y el caos. Dvar se rio profundamente otra vez y se inclino sobre ella. No se dejo caer de nuevo en la cama o la aprisiono con su peso, simplemente se inclino sobre ella para besarla en los labios. Amy cerro fuertemente los labios y no se movio bajo el. Eso no podia quedarse asi, no si el tenia algo que decir al respecto. Finalmente, estiro una mano y amaso su pecho. Lo noto suave y blando a su contacto, de forma natural. Era pequena y delgada, pero el adoraba la sensacion de tener su delicado pecho en la mano. Ya podia sentir como se endurecia el pezon a traves del fino tejido de la camiseta y el sujetador. Dvar paso su pulgar sobre su pecho y ella se estremecio, el pezon se endurecio instantaneamente debido a sus atenciones. Puso la boca en la oreja de ella. "No te plantees siquiera intentar morderme." "No lo hacia," dijo ella, pero su tono era debil y titubeante. Habia pensado en ello. Una vez mas, probaba que era una luchadora, una excelente cualidad par una jequesa, para una futura madre de la dinastia Yassin. "No me gusta esto." "Tu pezon se ha endurecido con mi contacto" dijo el, enfatizando sus palabras con un movimiento circular alrededor del pezon, disfrutando de como se sentia bajo sus esfuerzos. "Tu respiracion se ha convertido en jadeos irregulares. Joder, hasta se te estan dilatando las pupilas. Estas mas excitada de lo que tu quisieras." Enfatizo sus palabras besandola en los labios, dejando que sus dientes mordisquearan la suave carne. No la hizo sangrar, nada tan dramatico como eso, pero disfrutaba la sensacion de tener su labio, tan suave y vulnerable, entre los dientes. Amy tomo aire bruscamente y se estremecio debajo de el. Sus parpados temblaban y ella lo evaluo, con los ojos entrecerrados y expresion hambrienta a pesar de su enfado. El sonrio de nuevo y la beso, bajando por su garganta y yendo hacia su clavicula. Le rozo el hombro con los dientes, disfrutando la forma en la que se estremecia al tocarla. Su mano todavia masajeaba su pecho y el no podia esperar para sentir su calor rodeando toda su longitud, sentirse en casa al hundir su carne dentro de ella. Pero para eso aun queda mucho tiempo, deja que te lo diga. Nada es divertido si lo coges todo desde el principio. Despues de todo, ?la paciencia no es una virtud? Aun asi, quiza disfrutar un poco mas de diversion no estaria mal. Beso sus labios una ultima vez e incluso permitio que su lengua invadiera la boca femenina, enroscandose con la de ella y luchando por dominar el beso. Incluso entonces, ella se retorcia y luchaba debajo de el, como si ni siquiera un beso fuera algo que Amy rindiera gratuitamente. Dios, ella estaba tan motivada y era tan testaruda como el. Esto se iba a convertir en un duelo de voluntades que el no podia esperar a ganar. Al besarla, hundio su firme dureza en sus caderas, prometiendole mucho mas cuando llegaran a casa, a Jardania. Se puso de pie, sonriendole. "Hasta pronto, fierecilla... ?cuando te volvere a ver?" "?Me dejaras ir, gilipollas egocentrico?" exigio ella, "No, tenemos que jugar, de verdad."

  • Alguien tiene que hacerlo de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    Dominic, April y Wanda forman una familia casi perfecta: se conocen desde la universidad, llevan compartiendo piso ocho anos y tienen una amistad a prueba de bombas.
    Sin embargo, durante la fiesta de celebracion de su treinta cumpleanos, Dominic sufre una especie de crisis y cree que su vida es un desastre: los ascensos son para otros mas agraciados y las chicas no parecen percatarse de su existencia. Y aqui es cuando sus dos mejores amigas deciden tomar cartas en el asunto. ?Que tal un cambio de imagen radical y unas clasecitas sobre como ligar para no parecer tan aburrido?
    Aunque no todo es tan sencillo como parece: Wanda no esta en condiciones de ayudar mucho a nadie en temas amorosos porque su propio novio acaba de plantarla y no puede dejar de llorar, y April… April esta a punto de descubrir que buscar novia a su mejor amigo quiza no le parezca tan divertido como ella esperaba.

  • Diez (Maeva Young) de Gretchen Mcneil

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    Una lectura llena de suspense, mezcla de terror, venganza y romance.

  • Nosotros morimos solos de David Howarth

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    Nosotros morimos solos relata una de las historias de huida mas emocionantes que surgieron de los desafios y las miserias de la Segunda Guerra Mundial. En marzo de 1943, un equipo de comandos noruegos expatriados navego desde el norte de Reino Unido hacia la Noruega artica ocupada por los nazis para organizar y suministrar la resistencia noruega. Pero fueron traicionados y los nazis les tendieron una emboscada. De todos los miembros del equipo, solo sobrevivio uno: Jan Baalsrud, que se vio inmerso en una de las aventuras mas terribles que se hayan registrado sobre los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial.

  • Victimas de fantasia oscura de Gema Perez

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    La Elegida del Vampiro: Romance y Fantasia con el Inmortal y la Campesina
    Adam tiene toda la eternidad por delante.
    Dalila, a sus 20 anos, solo unas decadas.
    Adam ya no siente ilusion por nada.
    Dalila aun esta descubriendo el mundo.

  • La Vendedora de Deseos de Andrew Hesber

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    Existe un lugar distante, uno en donde las estrellas son solo el brillo de enormes faros coronando islas. Las ciudades terrenos flotantes como barcos a la deriva. Y el cielo, un mar multicolor e infinito. Alli, en medio de ese sin fin, viven nuestras dos protagonistas: Isbel y Arlette.Isbel siempre ha sonado con dejar atras su vida en los suburbios de La Ciudadela y comenzar una nueva en el nivel superior, donde la contaminacion jamas podria alcanzarla. Cuando un misterioso noble se cruce en su camino y le ofrezca su fortuna a cambio de participar en un peligroso plan, se embarcara en un viaje lleno de peligros y traiciones que podria cambiarlo todo para siempre. Arlette, sin embargo, es la peligrosa Dama Sanguinaria, una temida Pirata del Firmamento, que esta segura de que la leyenda de la Vendedora de Deseos es real. Empujada por sus demonios internos y rota por el recuerdo de un amor perdido, surcara el Cielo Infinito y se enfrentara al propio destino con tal de ver cumplido su unico deseo: revivir al amor de su vida.

  • No te vayas, QUEDATE CONMIGO de Monica Hoff , Norah Carter

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    Sofia, una escritora de novela romantica no interesada en el amor y que vivia una solitaria vida enfrascada en su mundo, decide ayudar un dia a un triste vagabundo que pide para poder comer. Aunque un poco reticente, no puede evitar tenderle la mano para ayudarlo a salir de la miseria. Cuando Cristian acepta su ayuda, se convierte en parte indispensable en la vida de la escritora, tanto que acabaran mas unidos de lo que pensaron, haciendo que el extrano llegue a ganarse su corazon. Pero uno de los dos sera la voz de la razon, intentando evitar que sus sentimientos vayan a mas. ?Podra Sofia dejarse llevar cuando el corazon sea el que mande? ?Sera Cristian, el vagabundo, quien le haga ver cuanto lo necesita ella en su aislada vida? Una intensa historia de amor que te ensenara que si el corazon es el que elige, los prejuicios no tienen cabida.

  • Noche a media luz de Jacquie D'alessandro

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    Mallory sabia que estaba dolida por como habia acabado su ultima relacion, pero aquello no duraria mas que una noche. Una noche que tendria que bastarle.

  • El principe sin corazon de Tara Pammi

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    !Habia encontrado a la esposa a la que habia perdido hacia anos!

  • El obrador de los prodigios de Christian Escriba , Silvia Tarrago

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    Alba decidio convertirse en pastelera cuando se entero de que su madre no supo que estaba embarazada de ella hasta no probar unos pastelillos de Tortosa hechos en el obrador de Mateu Serra. Pero el camino no le resultara facil. Alba hace de la cocina su universo, un laboratorio de dulces donde trabaja incansablemente.

  • Cuidare de ti de R. M. De Loera

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    Mientras levantaba la mano, para despedirme de mi jefe, el gato de la senora Jones, una de las asistentes asiduas a la biblioteca, se froto contra mis piernas. El le ofrecia a su duena apoyo emocional. --Adios, senora Jones. --Bye, Emily. Le hablo como bebe al animal, lo tomo en brazos y se marcho. El reloj marcaba las cinco en punto, mi hora de salida. No regresaria al trabajo hasta dentro de dos semanas pues la ciudad decreto un toque de queda durante ese tiempo. Enfrentabamos una pandemia y, a pesar de las medidas previsoras en los dias previos, los casos continuaban en aumento. Baje los escalones de dos en dos, en tanto, pinchaba mis mejillas y alisaba la falda del traje sastre. Al llegar a la acera me detuve un instante y distraida jugue con el colgante, del arbol de la vida, que fue de mama. Alli estaba el, apoyado en el cofre de su vehiculo con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza baja. Una sonrisa tonta se adueno de mis labios al percatarme de las briznas de harina en su cabello negro. William era el dueno de la pequena cafeteria que se encontraba a dos cuadras y donde preparaban el mejor cafe de la zona. Nos conocimos durante la inauguracion hacia seis meses. Desde entonces entablamos una amistad y fue como descubri que amasaba pan cuando se sentia estresado. Me obligue a salir de mi ensonacion y me acerque con paso ligero. En ese mismo instante el levanto la cabeza y una sonrisa radiante curvo sus labios. --Gracias por llevarme a casa. Nego con la cabeza a la par que se giraba para abrir la puerta de pasajeros. --Ni en suenos te permitiria tomar el metro. Incapaz de contener una sonrisa subi y coloque el bolso sobre las piernas. Me guino un ojo, cerro la puerta y rodeo el vehiculo. En pocos minutos lo puso en marcha. Inhale profundo al percibir el tenue aroma del azucar mezclado con especies y cafe que lo caracterizaba. Nos incorporamos al trafico que ese dia era intenso. El presidente ofrecio una conferencia de prensa alrededor de las doce del mediodia con las directrices que debiamos seguir. Todos debiamos permanecer en casa, evitar el contacto con las superficies y estar a mas de metro y medio de distancia de los demas. Mordi mis labios al escucharlo pues el transporte publico quedo descartado. Me tardaria mas de una hora en caminar hasta la casa y el toque de queda comenzaba a las seis. La primera llamada que recibi fue la de mama quien insistia en que saliera despavorida a comprar mascarillas, guantes y papel higienico. Logre colgar con el pretexto de una reunion de ultimo minuto. Pocos minutos despues mi telefono vibro con un mensaje de William ofreciendome transportacion. --Este dia ha sido de locos. --Una gran cantidad de personas se acerco a la biblioteca y en lo unico que pensaba era en que a nadie se le escapara un estornudo. Me preocupaba que corrieran despavoridos y tumbaran los anaqueles. --Eso seria un desastre. --Dos semanas no alcanzarian para clasificarlos. Por un segundo desvio la mirada de la carretera y me observo. Diminutas patas de gallo se extendieron por sus ojos, como el cafe mas puro, senal inequivoca de que mis palabras le divertian. Regreso su atencion al trafico cuando el semaforo cambio a verde. Metio primera y llevo la mano a la garganta y la froto con el ceno fruncido. Contuve el aliento, mas, me distraje cuando pego un bocinazo por un inconsciente que cambio de carril y por poco nos choca. Cerca de cuarenta y cinco minutos despues se detuvo frente a mi casa. Desabroche el cinturon y me colgue el bolso en el hombro. --Gracias. Abri la puerta y un unico pensamiento me asalto de repente: No lo veria en todo ese tiempo. Un vacio se apodero de mi estomago a la vez que un estremecimiento me recorrio la piel. --Espera. Giro sobre su asiento y tomo una caja, la cual me extendio. Habia un par de botellas de desinfectantes y alcohol. Bajo, abrio la cajuela y saco una caja de agua y una con el logo de la cafeteria.--Se que estos te gustan. Asenti con una sonrisa. Entramos a la casa y llegamos a la cocina. Coloque los bollos en un plato y la greca sobre la hornilla. En lo que el agua se calentaba tome los desinfectantes para guardarlos debajo del fregadero. Escuche a William carraspear. Gire con los ojos muy abiertos, solo nos separaban unos centimetros pues el acomodaba el agua en la alacena. Entonces... estornudo. Mis dedos se movieron autonomos. Una nube de antiseptico lo cubrio y su olor caracteristico inundo el lugar mientras un gritito escapaba de mi garganta. Su camisa termino empapada. Sus manos en alto como si con eso lo hubiera podido evitar. --?Tienes gato? --Para ese momento los ojos le lagrimeaban. Negaria con firmeza cuando recorde al gato de la senora Jones. --No. --Mis labios en una mueca. Se comporto con frialdad a pesar de mis disculpas. Lo acompane hasta la puerta y, tras una bocanada de aire, se inclino para dejar un beso en mi mejilla. Con la respiracion contenida intente dominar el cosquilleo en mi garganta, cerre los punos, mas, el estornudo encontro la forma de escapar. El se alejo de inmediato con los hombros tensos. La verguenza no me permitio decir nada mas. A la manana siguiente camine hasta la puerta cuando el timbre sono. Apenas pude dormir en la noche, amaneci mocosa y con ojos llorosos. Al abrir cubri mis labios mientras un colibri revoloteaba en mi interior. William estaba frente a mi con un termo caliente y una caja de bollos. El calor se concentro en mis mejillas cuando me dedico una sonrisa timida. Mi aspecto daba mucho que desear y el estaba impoluto. --?Que haces aqui? --Mi voz nasal. Levanto la mano para acomodar un mechon de mi cabello. --Cuidare de ti. 2 Mis ojos se desmesuraron al escuchar lo que pretendia y di un paso atras. El presidente fue muy enfatico en que si se presentaban sintomas debiamos permanecer aislados. No estaba segura de cual podria ser mi diagnostico. Hacia dos semanas tuvimos un dia de ninos y algunos sufrian de un resfriado comun, pero la senora Jones regreso de un crucero en esas mismas fechas y desconocia los paises que visito. Ademas, ?acaso creia que lo expondria de esa forma? Debia pensar en su familia. Yo solo era la mujer que conocio unos meses atras. --No quiero exponerte. No pudo evitar la risita que retumbo en su pecho, acaricio la sien con la mano y ladeo la cabeza. --Estoy seguro de que quede inmunizado con el bano de desinfectante. Volvio a reir. Quede prendada de la jovialidad que su risa impregno en su rostro, sabia que debia estar cerca de los cincuenta, aunque su edad era un tema que no me afectaba. Baje la cabeza para inspeccionar mi indumentaria como si hubiera cambiado en los ultimos dos minutos. Pero seguia llevando la pijama de ositos que tanto me reconfortaba. Levante la vista para cerciorarme de que mi cabello continuaba amarrado en el mono desalinado que me hice en la madrugada. Un suspiro de resignacion se quedo atascado en mi garganta cuando al mismo tiempo escapo un estornudo. Por suerte alcance a levantar el panuelo que llevaba entre las manos a tiempo. Una mueca desfiguro su rostro por unos segundos, quizas ya comenzaba a entrar en razon sobre el ofrecimiento. Con lo que fuera que tuviera en su interior el termo caliente y los bollos yo era feliz.--Este clima no es bueno para ti. Acabamos de entrar en la primavera, pero los vientos aun son muy fuertes y frios. Asenti. --Sera mejor que me resguarde. --En eso estoy de acuerdo, Emily. Dio un paso hacia la puerta y lo bloquee como armador de futbol, aunque, pensandolo mejor esos eran los que agarraban el balon a distancia para lograr la puntuacion. Resople, mi cabeza comenzaba a desvariar. Me sentia cansada y estar de pie esos minutos comenzo a transformarse en un esfuerzo titanico. --Mi deber como ciudadana no me permite darte el paso. Mi casa es una incubadora de germenes y vaya a saber que mas. Bufo... ?Bufo? --Estoy seguro de que eres una ciudadana responsable, Emily. Apuesto a que jamas has entregado un libro tarde a la biblioteca. --No, jamas. Los cargos por la demora son astronomicos, pero el condado esta considerando eliminarlos. Algo asi como que las personas se sentirian menos culpables. Volvio a reir mientras acariciaba la sien con la mano. Mordi el interior de una mejilla. <> Extendi la mano hasta el barandal al sentir como si la brisa suave fuera capaz de tirarme. Lo ojee con disimulo pues tenia que sonarme la nariz y no lo haria frente a el. !Me faltaban solo unos meses para cumplir cuarenta y uno! --Emily... --Estare bien, William. Extendi la mano para agarrar el termo, mi cuerpo agradeceria el calor externo y no esa tibieza tan extrana que proporcionaba la enfermedad. Sin embargo, lo alejo y nego con la cabeza. Suspire con resignacion. ?Acaso se lo llevaria si no le permitia entrar? --Ya me contagiaste, Emily. Ayer estuvimos encerrados en mi automovil por alrededor de una hora. Desvie la boca a un lado, en eso tenia razon, aunque, si inhalo el desinfectante puede que cualquier virus o bacteria en su garganta muriera. Baje la cabeza y estruje mi rostro, jamas podria olvidar lo que hice. --?Y si lo que tengo es ese virus tan peligroso? Quizas aun estes a tiempo de dar la vuelta y mantenerte sano. --Solo perdemos el tiempo. Desde hace varios minutos que puedes estar acostada en la cama con un plato de mi sopa de tomate entre los dedos. Si no tuviera la certeza de que un ser humano no se derrite podria jurar que eso fue lo que hice. Su sopa de tomate era deliciosa y no era quien unico lo pensaba, cuando la preparaba se agotaba de inmediato. Tenia suerte de que el me guardaba una porcion cuando no podia salir a tiempo a la hora de la comida. --?Sopa de tomate? Asintio con una seriedad impenetrable. --Y bollos recien hechos. Suspire. Ese pedazo de pan tan esponjoso y suave con el sabor caracteristico de la levadura. Y que, cuando estaban recien horneados, se les derretia la mantequilla al instante. Intente inhalar profundo para ver si captaba su delicioso aroma, pero al parecer un tapon decidio instalarse en mi nariz. Y uno no muy efectivo pues goteaba profuso. --Me duele la cabeza. --Levante la mano para sostenerla. El viento continuaba su juego con mi balance. Dio los pasos que lo acercarian a mi y con el brazo me rodeo. Mi cabeza se apoyo en su pecho duro y estable. No podia ser diferente pues amasar pan requeria de un gran esfuerzo fisico. Coloque la mano muy cerca de su corazon, en mis dedos el golpeteo acelerado de sus latidos. Cerre los ojos por ese refugio seguro en el que me encontre al instante. La suavidad de la camisa blanca almidonada. --Creo que hoy es la premier de la nueva temporada de Outlander. Asenti mientras me sentia impulsada con delicadeza a un lugar tibio y lejos de la brisa fria. --

  • Ojala de Xavi Guimera

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    La vida me sonrie. Soy feliz. Tengo todo lo que un adolescente puede desear. La consola ultimo modelo de Stopsation con mogollon de juegos en mi cuenta para jugar online, colecciones de comics completas (lo mio me costo, anos y anos de patearme librerias especializadas, convenciones frikis y foros de internet...) y varias pagas mensuales para poder salir con los colegas al cine (a ver principalmente films de accion como "Lento a todo correr 8", "Encarcelado 3") y de botellon. Para tener dieciseis anos no me lo monto nada mal, ya me he enrollado con tres tias (Maria, Isabel y Carla) eran del monton, ni muy guapas ni muy feas, pero a las tres les iba la marcha y se dejaron tocar. !Ay!, la boca de Maria, el culo respingon de Isabel y (suene como suene) las tetas de Carla. Lastima que sigan buscandome por los pasillos del "insti" porque ya no me interesan. Ahora todo mi cuerpo (e imagino que mi alma tambien) pertenece a Noemi, aunque ella aun no lo sabe. Es un pibon sacado de las pelis de accion (delgada, rubia con la melena larga y con cada una de sus curvas marcadas a la perfeccion). Ufff solo pensar en ella voy a romper el pantalon. Bueno total me voy a dar un homenaje. Pero de hoy no pasa que le pido salir, una tia como ella tiene que ser mia. --Raul, el desayuno esta listo. Sal de tu cuarto, desenchufate de la tecnologia y baja al mundo terrenal --dijo mi madre desde la planta de abajo interrumpiendo lo que tan alegremente llevaba entre manos. --!Voooy! --le respondi malhumorado subiendome el tejano. Me ha roto el rollo. Tendria que seguir sonado con Noemi en otro momento. Menos mal que pronto la vere. La mesa ya estaba puesta. Una cosa menos de las que no me gustan. Le ha tocado otra vez a mi hermanita pequena. Papa ya se ha ido a currar y Mama ha puesto de todo. Cojo un trozo de bizcocho y me salgo por la puerta mientras grito: --!Hasta luegooooo! No quiero llegar tarde, me espera la chica de mis suenos. Me encuentro con Tomas, Julio y Adrian por el pasillo, esperandome para entrar juntos al aula. Y alli esta ella. Sonriendo con pasmosa elegancia, con ese halo de magia que la envuelve. Derrochando belleza con cada sencillo movimiento que hace. Su cuerpo emanaba deseo por todos los poros. Seguro que es una diosa del sexo. Que ganas tengo de comprobarlo por mi mismo. Pero tendre que esperar tres interminables horas. "La Conazo" ya se ha plantado delante de la pizarra a darnos la brasa con la peor asignatura que existe: las matematicas. Dos horas nada mas y nada menos. No hay forma de que se entere que yo soy de letras y siempre me acaba sacando (delante de todos) a resolver las jodidas operaciones. Y luego (como si no fuera bastante suplicio ya) viene el unico y genuino, el inigualable Dr. Alegre. El hombre que le encantaba la fisica cuantica cuando era joven, pero ano tras ano, su estado animico es mas deprimente, arrastra los pies, anda cabizbajo y nunca, nunca (aunque estemos gritando como animales en el matadero) alza la voz. O sea que sus clases son soporiferas. La alegria de la huerta vamos. Ojala se pusiera enfermo y no tuviera que aguantarlo. Pero al menos me queda el consuelo de que cuando deje de sufrir, igual que Jesucristo en la cruz, me sentire realizado como ser humano al besar apasionadamente a mi novia (y si puedo le metere la lengua hasta la yugular). Entonces la tortura habra merecido la pena. Una vez mas (pese a que deseaba librarme del hecho en cuestion) me toco salir a la pizarra a pelear con los numeros para recibir (de nuevo) una soberana paliza. Ya solo falta la fisica y podre tener a mi amada. Cual ha sido mi sorpresa al ver entrar en el aula a "La Pija", la de ingles. Es pija pero esta buenorra. --Buenos dias, chicos, el profesor de fisica ha contraido el virus de la gripe, asi que durante unos dias yo os impartire esta asignatura. Eureka. Puesto a aguantar un rollo mejor con "La Pija" que con el "Alegre". Lo que le faltaba al tio, ponerse enfermo. Con lo deprimido que esta, esta gripe le durara meses. Y asi paso la hora mas larga de mi vida. Miraba constantemente las manecillas del reloj que parecian haberse detenido adrede. !! RIIIIINNNNNGGGGGG !! El timbre. Salvados por la campana. Voy raudo y directo a por Noemi. --Hola preciosa. Quiero que sepas que me gustas y pienso que hacemos muy buena pareja los dos juntos --le dije a bocajarro acompanando las palabras con la mejor de mis sonrisas. --Esto, hola Raul. A mi me pareces muy mono. Pero... no estoy preparada para una relacion. Lo siento --me respondio como una metralleta y se metio ipso facto en el bano de las chicas, dejandome con cara de tonto en medio del pasillo. Tarde un rato en asimilar lo ocurrido. Rechazado. Me habia rechazado. A mi. !Sera zorra, estupida! !Ojala se le volviera el pelo blanco! No me lo explico. Si soy el mejor partido de los de la clase. Mierda. Me cago en la puta madre que pario a todas las tias. Joder, joder. Lo peor de todo es que me sigue gustando. No, no y mil veces no. No lo acepto. Ella tiene que ser mia. Hoy iba a ser el mejor dia de mi vida y nadie va a impedirmelo, mucho menos una ninata como esta. !Joder, joder! Estoy seguro que es porque no estoy lo suficientemente delgado. Toda esta sarta de mentiras que me han contado una y otra vez mis padres sobre que es nuestra constitucion, que somos bajitos, que solo estamos un poco fondones etc... no es mas que eso. Mentiras unas tras otras. Pero no pienso conformarme. Desde ahora me voy a poner a hacer deporte a saco y cuando Noemi vea mi nuevo aspecto caera rendida a mis pies. !A tomar por el culo todo! Me salto las clases y me voy a correr. veinte kilometros para empezar no estara mal. Y luego abdominales. Estoy hecho un machote. Se va a cagar. Cuando dentro de poco se me acerque babeando por mis musculos y mi "tableta" lo sabre. Sabre lo que se siente cuando la tia que me ha rechazado, de golpe se hipnotiza, se queda como alelada dandose de ostias en la cara preguntandose una y otra vez ?por que lo deje escapar? Y entonces, solo entonces cuando la tenga ahi, dispuesta a entregarse a mi, sin dudas ni titubeos, antes de poseerla, le hare sufrir para que experimente que se siente al no ser correspondido. Sera mia. Lo se. Estoy seguro. No podra resistirse. Sera mia. Lo se. Estoy seguro. No podra resistirse. Sera mia. Lo se. Estoy seguro. No podra resistirse. Esas fueron las frases que mi mente repitio constantemente durante todo el tiempo que estuve corriendo, hasta que llegue a casa, me meti en la ducha, me frote energicamente y el desague se llevo mi ira, mi frustracion y mi tristeza cuando (imaginandome a Noemi) alcance el orgasmo. 2 Mierda el punetero despertador de nuevo. Que asco tener que levantarse, con lo poco que he dormido. Parte de la noche enganchado a los yutubers frikis del fitness para saber que comer y que beber para perder peso y quemar grasas. Bueno manos a la obra. Lo primero, Raul, veinte flexiones, a vestirse y jopar para abajo. Pili, mi madre, aun con el pijama puesto y con tropecientas leganas pegadas en los parpados, se rascaba la cabeza reflexionando a cerca de los extranos hechos por los que hoy (la primera vez en dieciseis anos) no habia tenido que llamar veinte veces a su hijo para que bajara a desayunar. Y si con esto no hubiera tenido motivos suficientes para poner su cerebro a trabajar a toda pastilla (consiguiendo unicamente quemar cientos de neuronas sin llegar a comprender el quid de la cuestion) ha flipado en colores cuando me he hecho un zumo de limon con agua caliente para desayunar. Es de lo mejor para quemar grasas. Toni, mi padre, que se ha manchado la corbata untandola en el bol de leche con cereales y Gema, mi hermanita, que se ha quedado con la boca abierta sin articular palabra (cosa que solo ocurre cuando duerme, puesto que habla por los codos) me miraban alucinados cuando al poco (en lugar de mi clasico bocata de jamon serrano) he cogido un punado de nueces y dos barritas energeticas antes de marchar al instituto. --Adios familia. Que tengais una buena manana --les he dicho a todos antes de salir por la puerta, dejandoles aun en un estado semicatatonico. Me he puesto chandal y voy a ir al instituto corriendo y para volver lo mismo. Menos mal que he "pillado" el desodorante porque una cosa es que me ponga fibrado y la otra es que con mi olor ahuyente a toda hembra cercana en un radio de diez kilometros a la redonda. Me ha costado llegar, las agujetas que me generaron los veinte kilometros de ayer, mas los diez de hoy, empiezan a pasar factura. Pero no pienso rendirme. Noemi sera mia. Lo se. No podra resistirse. Nadie va a impedirmelo. --No jodas que ahora te ha dado por el deporte --me dijo Adrian nada mas verme, puesto que siempre voy con vaqueros. --Me voy a poner macizorro "pa" las titis --le respondi yo cogiendole por los hombros en plan colegas. --Pues seguro que triunfas --afirmo Adrian con una sonrisa. Y de nuevo, alli estaba ella, preciosa para variar. Se habia tenido el pelo de pelirrojo y habia sido todo un acierto, le quedaba estupendo. ?Como lo haran las tias que estan tan buenas para saber combinar con excelente gusto las ropas, los colores el maquillaje y los complementos adecuados?

  • Deslumbran (Diamante 1) de Elizabeth Hayley

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    Ella es una necesitada artista, el un galan multimillonario. Siobhan llego a Nueva York con un proposito: quiere convertirse en una artista de exito. Para pagar sus cuentas, mientras tanto, trabaja como anfitriona en The Stone Room, un bar para atractivos millonarios. Ella esta sola y a gusto, hasta que Derick, un multimillonario experto en tecnologia, le roba el aliento.

  • Odiame manana de Sophie Saint Rose

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  • Cuando ya no este de Victor Baldovi

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    Estamos en 1918. Tras cuatro largos anos la guerra por fin ha acabado. La razon se ha impuesto a las armas y la Paz ha llegado al corazon de los Hombres. Somos muchos los que deseamos que tras los horrores que se han presenciado en el campo de batalla la Humanidad nunca mas se alce en armas contra si misma. Ojala que el sufrimiento por el que hemos pasado, y que muchos reviviran toda su vida al mirarse al espejo, haya servido para terminar con la guerra, como decia la maxima tantas veces escuchada en boca de los politicos. Cuando aun se podia escuchar el eco de los canones una sombra empezo a planear sobre las naciones de todo el planeta. Una mortal enfermedad, conocida como “gripe espanola”, “dama espanola” o “muerte purpura”, esta diezmando los estratos de la poblacion mundial. Se transmite facilmente de persona a persona y nadie parece estar a salvo de sus garras invisibles. En medio del caos el gobierno aprueba leyes y publica consejos higienicos que pretenden ser una importante linea de defensa ante el rapido avance de la enfermedad, pero nunca un enemigo habia sido tan resistente y mortifero. ?Como se transmite esta enfermedad? ?Como reconocerla? ?Como cuidar a los pacientes? ?Como fabricar una mascarilla casera? Este libro, escrito con sangre, esfuerzo y lagrimas, intentara responder estas preguntas y muchas otras para que cualquier persona, con o sin conocimientos medicos, sepa como combatir una enfermedad que ha cambiado nuestro mundo para siempre. II ?QUE ES ESTA ENFERMEDAD? A pesar de que ha corrido el rumor de que un medico y cinco enfermeras habian sido ejecutadas en secreto por inocular el germen de la influenza a sus pacientes, esta historia no es cierta. Tampoco lo es la que asegura que Alemania habia logrado introducir en el mercado aspirinas infectadas. La verdad es que esta enfermedad apodada como “gripe espanola” es simplemente una especie de influenza o gripe. Una vez infectados, algunos pacientes empeoran desarrollando neumonia u otras afecciones y los casos mas complicados fallecen. A diferencia de los brotes de resfriados comunes, que generalmente tienen lugar en los meses frios, las epidemias de gripe se pueden producir en cualquier estacion del ano. El germen de la influenza es un viejo conocido del Hombre y todos los anos viene a visitarnos pero durante una epidemia resulta extremadamente contagioso. Es lo mismo que me dijo Emily el primer dia. Dios, parece que hayan pasado anos. ?Que dia era? No salir de casa hace que todos los dias parezcan iguales. Era... Martes. Cinco de noviembre de mil novecientos dieciocho. --No es la primera epidemia de gripe que ve el mundo --me dijo Emily con su marcado acento britanico, frente a una cocina de hierro en el comedor donde estaba preparando la comida--. Y te aseguro que no es el azote mas grande que ha sufrido la Humanidad. Cojee hasta la mesa llevando dos platos, dos cubiertos y dos vasos de cristal que habia sacado de un armario. Creia en la igualdad y que tanto el hombre como la mujer debian colaborar con las tareas de la casa. El mantel ya estaba puesto y lo deje todo en un lado de la mesa. --?Y cual fue, senorita escritora? ?La peste negra? ?El colera? Sin esperar a que respondiera, mientras distribuia los platos y los vasos por la mesa segui hablando con un falso tono de profesor sabelotodo: --Si me permite responder yo apostaria por la peste del siglo catorce. Bacterium pestis. Me volvi hacia Emily y vi que me miraba desde la cocina. Tenia una expresion de diversion y curiosidad, como si hubiera visto a un simio hacer una complicada operacion matematica. Sonreia, se formaban unas arruguitas en la comisura de su boca y a traves de sus labios se podian ver unos grandes dientes frontales que me recordaban a los de un conejo. Para algunos aquellos dientes eran un defecto pero a mis ojos eran un rasgo que anadia atractivo a su rostro junto con sus ojos verdes, su pequena nariz y sus labios carnosos. Emily volvio a centrarse en la cocina de hierro y volco el contenido de la sarten, una tortilla de patatas, en un plato grande. --Muy bien senor --dijo Emily en espanol y camino hacia la parte del comedor donde estaba la mesa llevando en una de las manos un plato con una tortilla de patatas. Su brazo izquierdo era ortopedico y lo llevaba pegado al cuerpo--. ?Y la segunda mas grave? Emily dejo el plato sobre la mesa. Por mi cara supo que no tenia ni idea y siguio hablando: --Viruela. En 1520. Cincuenta y seis millones de muertos. Y por cierto, ya no se llama bacterium pestis. Aproveche que se llevaba la mano humana a la espalda para desabrocharse el delantal para sujetar su muneca y estrecharla entre mis brazos. --?Y como se llama ahora? Emily coloco su brazo mecanico frente a ella a modo de escudo. Sonrio, tomo aire para responder pero giro la cabeza para toser. Lo hizo de una forma tan delicada que apenas me preocupo. --Picor de garganta --me susurro. --Pues no tiene un nombre muy terrible. --No tonto. Se llama... Iba a robarle un beso pero Emily aparto la cabeza. Me miro seriamente y como si fuera un secreto me susurro: --Si es gripe no quiero contagiarte. --?Por una tos? ?Por que vas a tenerla? --dije sonriendo pero ella no se reia. Emily se zafo de mis brazos y se quito el delantal caminando hacia la pared donde estaba la cocina. Suspire y empece a maniobrar para doblar mi pierna ortopedica y sentarme a la mesa. Emily trajo una botella de agua y se sento junto a mi. --Y digame, scriptrix pestis, ?como llaman ahora al bicho ese? --dije mientras cortaba la tortilla en cuatro partes mas o menos iguales. Emily sonrio. Durante el resto de la comida Emily me hablo sobre las diferentes epidemias que habian tenido lugar en la Historia, haciendo especial hincapie en las de gripe. No era el mejor tema de conversacion durante una comida pero me gustaba el brillo que aparecia en sus ojos cuando hablaba de algo que le interesaba. La escuche como un aplicado alumno sin interrumpirla y de vez en cuando hice alguna pregunta para demostrar que la estaba escuchando. --?Sabias que la epidemia de gripe de 1775 tambien afecto a los caballos y a los perros? --me dijo. Iba a responder pero Emily volvio a toser, mucho mas intensamente que antes y su cara se torno roja por el esfuerzo. Cuando dejo de toser se llevo la mano al pecho y empezo a respirar profundamente. Las lagrimas corrian por sus mejillas. Se las limpio, bebio agua y se quedo inmovil respirando profundamente, cada vez mas relajadamente. --Estoy bien... A veces me pasa... Es una sensacion rara, como que se me cierra la garganta y que necesito toser para volver a respirar... No es nada carino, estoy bien... Pero yo no lo estaba. Le cogi su mano de carne y hueso y se la estreche con ternura. --Sea lo que sea puedes contarmelo. ?Que ocurre? Golpeo la mesa con el puno cerrado. Junto a la maquina de escribir tengo varias pilas con cuadernos, documentos y hojas escritas a maquina que tiemblan por el golpe. Estoy tan enfadado que tengo ganas de tirarlo todo por el suelo. Emily me conto que dos dias atras, cuando volvia de casa de sus padres en Londres tras pasar las celebraciones de todos los santos con ellos, entro en su compartimento un joven soldado que tosia de forma intermitente. --?Por que no saliste o te pusiste un panuelo? --!Lo hice! !Me levante y sali del vagon! !Estuve en el pasillo hasta que decidio bajar! Emily cogio los cubiertos, los lanzo enfadada al suelo y se llevo las manos al rostro. La dama empieza a reirse. Parece que lo haga sin ganas y su intento de carcajada me hiela la sangre. Me levante de la silla, me acerque a Emily, hice que se levantara y nos quedamos abrazados en mitad del comedor. --Vamos, todo saldra bien... Seguro que no estas contagiada. Solo fue un momento. La dama se rie cada vez con mas fuerza. --!Basta! --le grito pero es inutil, apenas puedo oir mi propia voz. Miro la maquina de escribir y golpeo sus teclas con el puno. Durante un segundo el estruendo que provoco acalla la risa de la dama. Devuelvo las palancas de tipos que se habian enredado a su posicion original y empiezo a teclear letras que forman una palabra y luego una frase. Cada vez que presiono una tecla dejo de escuchar la risa de la dama. Tecleo un punto, presiono la barra espaciadora y luego la tecla de las mayusculas, golpeo una letra, vuelvo a presionar la tecla de las mayusculas para desactivarlas y continuo escribiendo. III Dia 2. Miercoles, 6 de noviembre 1918 --!No pienso venderte nada y menos si no llevas puesta una mascarilla! --dijo la dependienta de la panaderia. Llevaba un gran panuelo que le tapaba la boca y la nariz. Estaba apartada del mostrador de cristal, pegada a la pared. --?Por que? !Yo no tengo la enfermedad! --!Ya te he dicho que me da igual, no quiero arriesgarme! Hay otras panaderias a las que no les importa vender a toda clase de personas, vete a comprar en ellas. Los duenos de la panaderia Keller siempre habian sido muy amables conmigo y con mi mujer. Habiamos hablado de mis origenes espanoles, de las diferencias entre paises, de cine, de teatro e incluso de politica y del curso de la guerra. Pero tras la aparicion de la “gripe espanola” me habia convertido en un probable foco de infeccion. ?DE DONDE PROCEDE? A pesar de que muchos periodicos llaman a esta enfermedad “gripe espanola” no hay razon para creer que se originara en Espana. Si se la llama asi es porque el avance de la enfermedad fue ampliamente documentado por la prensa espanola. En la calle la cola de gente que esperaba entrar llegaba a la esquina. Muchas tiendas habian reducido su aforo para que no coincidieran muchas personas en un mismo espacio y evitar la propagacion de la gripe y en la panaderia Keller solo se podia entrar de uno en uno. Algunas personas que esperaban gritaban que me largara de una vez, otras que me sirvieran pero todas tenian prisa por entrar. El panadero salio de la trastienda armado con una escoba. La sujetaba frente a el como si fuera una lanza. Llevaba una mascarilla, manchada de harina. --?Que es lo que pasa aqui? --ladro el panadero. Emily entro en la panaderia con el ceno fruncido. --!No! !Solo una persona a la vez! --le grito la dependienta. Cuando vio que era mi mujer, y que tampoco llevaba mascarilla se alejo aun mas del mostrador de cristal. --!Esa bruja no quiere que compremos aqui! --grito Emily-- !Se cree que mi marido por ser espanol ya tiene el germen de la influenza! --!Eso no es verdad backfisch! !Si llevara mascarilla y guantes no habria problema! --?Por que debo llevarla si no estoy enfermo? --Si quiere se lo sirvo yo --dijo una joven con delantal, la cobradora de la tienda. Se habia levantado de su sitio junto a la puerta para ayudar a la dependienta. --De eso nada, que se vayan a otra parte. --Despues de todas las veces que hemos venido a comprar aqui --dijo Emily con tristeza. --!Aqui no queremos germenes espanoles! --dijo el panadero empujandome con la escob.

  • IMPOSSIBLE LOVE de Priscila Serrano

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    El rumbo de la vida de Alexa cambio justo el dia en el que su madre decidio casarse con otro hombre. Nunca penso que aquel suceso, iba a afectarle como lo hizo y con tanta intensidad. Tanto como para no volver a ser la misma. Entonces llego el, un chico se cruzo en su camino en el momento mas oportuno, para salvarla.
    Cameron nunca creyo que pasar por su lado, siendo el el que no creia en el amor, caeria irremediablemente enamorado de ella en cuanto la vio. Que ella le haria sentir demasiado en tan poco tiempo.
    ?Que pasara cuando se den cuenta de que tienen en comun mucho mas de lo que creen?
    Lo que no se espera ninguno de los dos es que su pasado, esta ligado a sus vidas.

  • Sucedio un diciembre de Betzacosta

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  • Cosas peores de Margarita Garcia Robayo

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    < detuviera y se derramara furiosa sobre el. Hasta arrasarlo, hasta que no
    quedara nada>>.

  • Y si… no fuera el de Manoli Madrono Gomez

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    Me miro una y otra vez en el espejo. Cuento las marcas en mi cara; arrugas que a mis treinta anos empiezan a saludarme, marcas del frio y del calor que se han quedado comodas en mi joven, o ya no tan joven, rostro. Cojo del mueble del aseo unas pinzas y uno a uno voy deshaciendome de los pelos sobrantes de mis cejas. !Listo! Quedan tal y como me gustan, con su cabeza gruesa y su cuerpo fino. Me vuelvo a mirar de nuevo al dichoso espejo y poco a poco me acerco. Otro dia mas con ojeras, pienso para mi misma, pero esta vez son mas oscuras, moradas y con los lagrimales rojizos, que cualquiera que me observe bien se creera que estoy enferma. Me maquillo lo mejor que puedo, para que nadie note esa pena, esa miseria que llevo por dentro. Me dirijo a mi habitacion y me deleito otra vez en el espejo, pero esta vez en el de mayor altura para ver si algo no encaja en mi. Observo mi metro sesenta, cubierto por unos vaqueros grises ajustados a mis perfectas piernas, una blusa negra dejando ensenar un pequeno escote y mis botines marrones favoritos que me hacencrecer diez centimetros mas. Mi larga melena pelirroja cae en cascada por mi delgada espalda. Sonrio y me veo estupenda. Cojo mi chaqueta americana marron y mi bolso a juego, me cercioro de que tengo las llaves y las demas cosas dentro de mi peludo bolso y cierro de un portazo. Estaciono mi Seat Ibiza anaranjado en los aparcamientos subterraneos de la empresa. Me bajo de el y cierro las puertas. Me monto en el ascensor despues de saludar a Sam, ya entrado en anos y vigilante de la planta subterranea; si algo malo pasara, solamente el seria el culpable. Subo desganada, apenas duermo y ultimamente las musas me han olvidado, cosa que no me ayuda para escribir mi columna en el periodico. Respiro hondo y relajo mi cuerpo con tranquilidad, me espera un gran dia. Las puertas se abren, dejandome paso a la decima planta... Capitulo 1 Gire a mano derecha y sali como alma que lleva el diablo del ascensor. Odiaba los sitios cerrados, estrechos y, sobretodo, apelotonarme entre las personas, con los virus que pueden transmitir. !Vale, si! No lo voy a negar, soy demasiado escrupulosa. En su lugar estaba Hannah, mi leal secretaria, ya entrada en edad, pero fiel como un perrito. Era decir cualquier palabra y la tenia a mis pies. --Buenos dias, senorita Gel --me saluda tan amablemente. --Buenos dias, Hannah, un cafe cuando puedas, ?si? --casi le suplique. Tendria que saber despues de tantos anos al ver mi rostro que el cafe deberia de ser en vena y no en vaso. --?Un mal fin de semana? --me pregunto, sabiendo la respuesta. --Quizas peor que mal. --Me deje caer en mi silla y encendi el ordenador. --Vuelvo enseguida --dijo Hannah yendo a por mi cafe. Observe por encima los papeles que me habia dejado mi secretaria, y ni siquiera sabia por donde empezar. <>, me pregunte sin hallar la respuesta. Di una vista atras a mi pasado. Entre en la revista por mi padre. Me consiguio el mismo el puesto, justo despues de terminar la carrera de periodismo. Sabia que mi gran sueno era ser columnista y no estar en las calles buscando el ultimo informativo. Y por ello hablo con uno de sus mejores companeros del "mus", como el solia decir. Despues de hacer la entrevista, el senor Muester quedo encantado conmigo y decidio darme la columna que yo eligiera de las vacantes que existian en ese instante. Con apenas veintidos anos elegi la columna de "Los deseos". Quizas era mi vena romantica o los deseos encerrados en mi ser los que me llamaban a ocupar ese puesto. El comienzo fue duro, pero poco a poco me hice con la revista y sobre todo con el corazon de Muester, que me animo a darle un giro a mi propia columna. Decidi que los lectores tambien se volcaran en ella y no solo fueran historias que salieran de mi cabeza. La idea era que mujeres y hombres me relataran cual era su mayor deseo y yo poderles ayudar a cumplirlos. Asi, cada dia me llegaban emails de personas desconocidas con un pequeno seudonimo para que nadie al leer las preguntas los conociera, solo sabrian ellos mismossu identidad. Poco a poco me hice hueco y la revista subio un escalon a la fama, y todo gracias a mi, por lo que la empresa me estaria eternamente agradecida. Pero ultimamente mi vida era un caos. ?Como ayudar a los demas si ni yo misma podia ayudarme? Esa era mi pregunta diaria. Y lo peor era que en el unico sitio que me encontraba a gusto era en mi oficina, que todo habia que decirlo, aparte de la del senor Muster, era una de las mejores; con su azul cielo cubriendo tres de las cuatro paredes, ya que una de ellas era acristalada y me dejaba ver lo mejor de la ciudad, el mobiliario color gris carretera, y en el suelo una preciosa moqueta gris claro. Definitivamente me encantaba. Era un lujo trabajar en ella y me lo habia ganado honradamente. Seguia inmersa en mis pensamientos hasta que escuche un pequeno golpe en la puerta. --Pasa --le anuncie a Hannah con una de mis mejores sonrisas. La verdad es que la apreciaba muchisimo y no veia mi vida sin ella. --Senorita Bel, queria comentarle algo --me expuso, seria, mientras dejaba mi taza de cafe sobre el escritorio. --Hannah, te he dicho mil veces que me llames Julia. --Le senale la silla que se encontraba delante de mi para que se sentara. --Vera, sabe que... manana cumplo sesenta anos, ?verdad? --termino de decir. --!Si, lo se! --exclame entusiasmada.La semana anterior le habia ido a comprar un detalle que seguro que le encantaria. --Senorita, vera... --Empezo a inquietarse. ?Que le pasaba? --?Estas enferma, Hannah? Te encuentro algo palida --le pregunte, preocupada. --No, no es eso. --Se acerco un poco mas al escritorio. --?Entonces? Dime, me estas poniendo nerviosa. --le suplique. --Manana es mi ultimo dia de trabajo --solto. Y en ese momento senti como si me hubieran echado un cubo de agua encima. Me agarre a los brazos de la silla giratoria, porque crei tambalearme y caer. Respire hondo, lo mas que pude, y poco a poco me levante. Intentaba estar calmada, tarde o temprano esto iba a suceder. Pero yo... Ella… No podia estar pasandome esto a mi. !No! Y menos en esos momentos. --?Se encuentra bien? --observo Hannah alarmada. Ya no pude callar mas. --?Que si estoy bien? ?En serio me preguntas si estoy bien? --Eche el asiento hacia atras y vi miedo en los ojos de Hannah. --Senorita, yo... Lo siento. --Miro hacia sus pies. --!Que lo sientes! ?En serio? --Ella afirmo--. Mira, Hannah, te aprecio como si fueras mi madre. Me has visto crecer en mi puesto de trabajo y flaquear en el personal. Pero !No! Ahora no me puedes dejar. !Me niego! Deambule por el despacho, de una esquina a otra, asomandome por mi preciosa pared de cristal y observando a todos los transeuntes que parecian pulgas a mi merced. Senti caer una de mis lagrimas queriendo provocar un mar de lagrimas y desembocar en mis labios. Pero rapidamente me la limpie, impidiendo que esto no me derrumbara mas de lo que ya estaba. Me di la vuelta hacia Hannah, que estaba cabizbaja y llorando. Pero !Por Dios! ?Que culpa tenia ella? Me acerque y me agache a su altura. Hice que me mirara a los ojos y senti, por primera vez en los ocho anos desde que era mi mano derecha, pena, tristeza y desilusion. --Perdoname. No me he comportado bien. Sabes que no paso por una buena situacion en mi matrimonio y ahora me tengo que despedir de una de las personas mas importante en mi vida --le manifeste. --Pero, ya sabia que esto pasaria. Meses atras lo hablamos. Ademas, ya le tengo la persona perfecta para reemplazarme. Manana vendra conmigo para ensenarle todo y que usted de el visto bueno --anadio en un hilo de voz. --Seguro que sera tan perfecta como tu. Secate esas lagrimas y perdoname --le pedi mientras le daba un tierno abrazo--. Ademas, siempre podremos quedar para tomar un cafe, ?verdad? --Le sonrei. --Claro, senorita. --Se enjuago las lagrimas y me sonrio--. Vuelvo a mi puesto de trabajo, debo adelantar algunos papeles para manana. --Vale, ve. --Le deje via libre y se fue. La observe desde mi puerta. Me fascino nada mas conocerla. Y ya cuando me relato su historia la idolatre. Era una madre coraje y recorde entre lagrimas cuando se abrio a mi y me conto su vida. Madre de cinco hijos y viuda a los veintiseis...Una lastima, pense en ese momento. Perdio a su marido y mejor amigo en un accidente de coche. Por lo visto, el hombre regresaba a casa despues de dos semanas de trabajo sin parar, y un camion se le echo encima, haciendo que su Seat quinientos saliera por la cuneta y perdiera la vida en el acto. Era vendedor ambulante y ganaba lo justo para sobrevivir, aunque sin vicios, pero lo suficiente para que sus hijos y mujer comieran. Me conto que, al no estar asegurado ni tener un seguro de coche en condiciones, ella se vio con una mano adelante y otra atras. Su casero la ayudo porque siempre fueron fieles pagadores y nunca tuvo ningun problema con ellos, y al menos algunos meses podria estar sin pagar el alquiler. Se busco un trabajo en una casa un par de horas y limpiando portales. Despues de un tiempo, vio que esos trabajos no le daban para todo el mes, por lo que decidio terminar sus estudios. Por la tarde cursaba las asignaturas pertinentes para poder obtener el graduado escolar. Y poco a poco se saco su titulo de auxiliar administrativo. Despues de llamar a mas de una empresa en busca de un trabajo, a sus treinta y dos anos consiguio entrar por una baja maternal a su actual trabajo, y Muester quedo prendando de ella y le hizo un contrato fijo, y a la chica que trabajaba en ese puesto la derivo a otra columna de la revista.

  • El chico perfecto no sabe bailar el twist de Bea Magana

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    Segovia, ano 96. Tres anos despues de haber terminado el instituto, Carla y Caterina se niegan a dejar morir su amistad, a pesar de que parece que ya no tienen nada en comun.
    Carla se ha convertido en toda una mujer, estudia Derecho en el colegio universitario, sale con un chico maravilloso y se siente feliz por haber recuperado a su mejor amiga. Caterina trabaja en el taller mecanico de su tio, sale los fines de semana con un grupo de chicos entre los que se cuenta como uno mas y afirma no necesitar un novio para sentirse feliz.

  • Despues de Gretna (Los Dybron 3) de Nadia Petru

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    Conoce a Matt, tercer miembro de la familia Dybron.

  • El dia que suenes con flores salvajes de Paola Calasanz

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    Una novela inolvidable que te ayudara a reconectar con la naturaleza salvaje, escrita por la directora de arte, youtuber e instagramer Dulcinea.

  • Las palabras heridas de Jordi Sierra I Fabra

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    La nieve era blanca. Parecia lo mas normal. Pero ?cuanto llevaba sin ver nieve blanca? Era como si ya cayese sucia del cielo. Sucia por las pisadas de las botas, por el silencio, el miedo y la desolacion. Sucia porque era como si los propios pensamientos de unos y otros, soldados y prisioneros, la contaminaran. Sucia porque en el aire flotaba la misma niebla, gris y opaca, que se les metia en el cuerpo y les anulara los sentimientos. Sentimientos, alli. Li Huan se detuvo frente al barracon. Si, la nieve que lo rodeaba era blanca. Impoluta. Una extrana sensacion. Como si aquello fuese una isla. Estaba cansado, habia sido un viaje largo. Cuanto antes terminara con los prolegomenos y la burocracia, mejor. Aun asi, permanecio quieto unos segundos, con la puerta a menos de cinco pasos. La puerta tras la cual se adivinaba un cierto calor, porque de la chimenea salia una columna de humo oscuro que se elevaba directa hacia el cielo. No habia viento. Nada. Solo el silencio. Li Huan enderezo la espalda, estiro su maltrecho uniforme, se calo bien la gorra. En el cuartel del que procedia, un simple boton mal abrochado representaba gritos, un castigo, una cruz en el expediente militar. Claro que alli, tan lejos de ninguna parte, en un campo de prisioneros politicos, tal vez las cosas fueran distintas. Se miro las botas embarradas. Imposibles de limpiar. Pese a ello, hizo lo que pudo con la mano izquierda. Cinco pasos. Dio el primero, y con el ultimo abrio la puerta de madera. Al otro lado, un soldado, como el, levanto la cabeza. Estaba sentado detras de una mesa llena de papeles y parecia muy concentrado en ellos. Su cara no cambio de expresion. Siguio siendo hieratica. Tendria tres o cuatro anos mas y debia llevar mucho tiempo haciendo lo mismo. La piel era tan blanca como la nieve que rodeaba el barracon. Li Huan penso que, probablemente, el sol nunca iluminara aquel rincon sombrio de la tierra. --Cierra la puerta --le espeto el soldado al ver que se detenia mas de la cuenta en el umbral. Le obedecio. El frio quedo en el exterior. --?Eres el nuevo? --volvio a hablar el soldado. --Si. --Papeles. --Oh, claro. Los saco del bolsillo derecho del uniforme y se los entrego. El examen fue rapido. Tampoco le tocaba a el darle la bienvenida. Eso le correspondia al oficial al mando. El soldado acabo poniendose en pie. --Espera. --Si --asintio. La siguiente puerta estaba a espaldas de su anfitrion. Le vio desaparecer tras ella y se quedo solo. Li Huan miro a su alrededor. Nada. Pragmatismo puro. Algunos estantes, un mapa de la zona, ningun libro. La chimenea debia de estar en el despacho del oficial. La sensacion de desaliento acabo impregnandole mas y mas, como consumacion de su largo viaje. Que lejos estaba la capital. Su mundo. Su casa. Por su cabeza revolotearon las voces. --Cuanto mas lejos llegues, mas mundo conoceras --le habia dicho su padre. --Cumpliras una mision sagrada. Hay muchas formas de servir a la patria -- le habia dicho su madre. --Haz bien tu trabajo y volveras --le habian dicho los amigos. --!Que suerte tienes! --le habia dicho su hermano pequeno--. !No haras sino vigilar a unos desgraciados, lejos de cualquier problema! ?Suerte? ?Alli? !Suerte la de el, que por ser el segundo se quedaba a cuidar de sus padres, escapando de la obligacion del servicio militar que le correspondia al hijo mayor! Tardaria no menos de tres anos en regresar a casa. Para entonces quiza Shi Lin estaria ya prometida o casada con otro. Li Huan volvio a sentir aquel dolor. Aquella frustracion. Recupero el semblante serio al volver a abrirse la puerta. Si alguien interpretaba sus pensamientos, veia un resquicio o leia en sus ojos, acabaria alli mismo, pero preso. Cualquier duda equivalia a una sentencia. No podia cundir el desanimo ni el desaliento entre la tropa. Servian al lider. Servian al Partido. Servian a una idea. Defendian su libertad frente a la opresion caduca y ruin del decadente Occidente. Esa era su fuerza. --Te recibira ahora mismo --le dijo el soldado. --Bien. El otro no se sento. Dio un par de pasos, se apoyo en la mesa y cruzo los brazos sobre el pecho. --?Que tal va todo por ahi fuera? --pregunto de manera mas amigable. --Como siempre. --Li Huan se encogio de hombros. --?Como siempre? --Si. --Repitio el gesto--. Todo esta muy tranquilo. --Aqui no llegan muchas noticias, ?sabes? --Lo imagino. --Ya te acostumbraras. --Supongo. La voz del superior llego hasta ellos con fuerza. El soldado se aparto de la mesa y le dejo paso. --Le gusta controlarlo todo personalmente --dijo. --Gracias. Li Huan cruzo el segundo umbral. --Entra --ordeno el oficial al mando. No levanto la cabeza para mirarle. Siguio escribiendo algo en un cuaderno. Li Huan cubrio la breve distancia, tres pasos, y se cuadro. El oficial llevaba galones de capitan, asi que alli la maxima autoridad tenia un rango inferior a comandante. Una prueba mas de lo lejos que estaban de todo. El fuego rugia en la estufa. Unos troncos de madera se apilaban junto a ella. Por detras del hombre, presidiendo la estancia y sus vidas, un enorme retrato del lider, el Gran Padre, con su mirada seria y penetrante. La leyenda decia que algunos incluso habian muerto al estar en su presencia o al mirarle directamente a los ojos. Nadie se atrevia a negarlo. Para algo eran leyendas. Cuando acabo de escribir, el oficial levanto por fin la cabeza y hundio en el sus acerados ojos. Los papeles que acababa de entregarle al soldado de la entrada estaban alli, a un lado. No hizo falta que los leyera de nuevo. --Li Huan. --Si, mi capitan. --Dieciocho anos. --Si, mi capitan. --Sabes leer y escribir mucho mas alla de la evaluacion media. --Si, mi capitan. El oficial se reclino en su silla. Unio las dos manos frente a si mismo y las apoyo en la mesa. Seguia muy serio. --Deja de llamarme capitan, ?quieres? --Su tono rezumaba fastidio--. Tengo dolor de cabeza. --Hizo una pausa--. Llamame camarada, o mejor solo asiente. Li Huan hizo esto ultimo. --Ahi dice que eres listo. --Senalo el expediente--. Y que eras un buen estudiante. --Si, camarada. --?Que pretendias con eso? --Queria ser escritor. --Fue sincero, porque mentir significaba una traicion al Sistema--. No era mas que un nino, claro. Fue antes de la Revolucion. Por suerte tuve buenos maestros y me di cuenta de mi temeridad. Eso me hizo reflexionar. Se sirve con la fe ciega, no con las ideas o las palabras. El capitan fue ahora el que asintio con la cabeza. --Nos vendras bien aqui --dijo--. Son nuevos tiempos, nuevas directrices, y se necesitan nuevos empujes para llevarlas a cabo. Por eso te han mandado a este campo. --Si, cap… camarada. --?Sabes que clase de prisioneros tenemos aqui? --Politicos. --No. --Chasqueo la lengua--. Es algo mas que eso. Mucho peor. --Volvio a aproximarse a la mesa y se acodo en ella, sin apartar los ojos del recien llegado--. Aqui tenemos a la escoria, al cancer de nuestra sociedad. Los disidentes politicos son los peores, Li Huan. Un traidor es un traidor, un enemigo. Pero un disidente, un intelectual, que dice amar a la patria pero niega el orden, el Sistema, el Estado popular, las directrices del Partido y de nuestro Gran Padre… --Arrastraba las palabras con asco--. Este no es un campo de prisioneros normal. Tenemos a lo peor de nosotros mismos, de nuestro pueblo. Podriamos matarlos, y eso seria lo mas sencillo. Muerto el perro, muerta la rabia. Sin embargo, no somos bestias. Esa es la magnanimidad de nuestro lider. Aqui intentamos que juzguen su mal por si mismos, con la esperanza de una reeducacion ejemplar. A la mayoria les bastaria una palabra, pero no la pronuncian. Prefieren morir. Son obstinados. Nuestra mision, pues, no es facil. Pero el Gran Padre confia en nosotros. Por cada uno que se salva, ganamos todos. ?Entiendes lo que estoy diciendote, Li Huan? --Si, camarada. El capitan le apunto con un dedo. --No hables con ellos. Eso lo hacen los reeducadores. Ten mucho cuidado: te envenenan con las palabras y te confunden con las ideas. Va a haber cambios, de los que te informare oportunamente. De momento haz tu trabajo y sirve a tu patria. Es un honor del que pocos pueden presumir. Li Huan asintio. El oficial tambien lo hizo. Fin del primer encuentro. --Presentate al sargento de guardia. El te dara instrucciones. --Gracias, capitan. --Se cuadro de nuevo--. Servire con lealtad al maximo de mis capacidades. Su superior correspondio al saludo. Un minuto despues, caminando sobre la nieve, Li Huan penso que todo habia ido mejor de lo esperado. A fin de cuentas, aunque <>, no era mas que un soldado. ?O no? 2 El sargento de guardia estaba en el barracon central. Recogio su petate de la entrada, donde ya se lo habian inspeccionado y controlado, y se dirigio a el. No tuvo que preguntar. Lo primero que escucho fueron sus gritos, su vozarron grueso, de tono marcadamente grave, como si no hubiera hecho otra cosa en la vida que gritar y gritar. Cuando se cuadro ante el hombre, se sintio empequenecido por su envergadura, el doble de la normal. Se pregunto si era sargento mayor a causa de ello o si por su tamano lo habian colocado en aquel escalafon militar. --?Tu eres el nuevo? --le aullo en la cara. --Si, mi sargento mayor. --?Como te llamas? --Li Huan, mi sargento mayor. --?Vas a repetir siempre eso? --?El que, mi sargento mayor? Tenia la cara a un palmo de la suya. Pero seguia gritandole. Mirada afilada. Aliento podrido. --!Wu! --Sono como si quisiera asustarle--. !Mi nombre es Wu! --Si, sargento Wu. --?Que edad tienes? --Dieciocho. No le gusto. Lo demostro con su cara de desprecio, sin cortarse. --?Ahora nos mandan ninos? Li Huan no se atrevio a contestarle. --Algo traman --rezongo Wu--. Pero aqui no nos dicen mucho. ?Has visto ya al capitan Qun Ming? --Si, mi sargento. --?Y? --Ha ordenado que me presente, camarada. El corpachon vacilo un par de segundos. Debia gustarle que le llamaran camarada. --Descansa. --Dejo de hablarle tan cerca de la cara--. Pareces un palo tieso. Li Huan adopto una posicion mas relajada. Sin bajar la guardia. --?De donde vienes? --Del Centro Asistencial 9. --Esta vez se ahorro el tratamiento. No paso nada. --?Y te mandan aqui? --Wu movio la cabeza de lado a lado--. Si, algo traman. En lugar de arrasar este lugar nos envian a chicos como tu. De la capital, nada menos. --Miro por la ventana, hacia la oscuridad exterior--. Yo nunca he estado en la capital, ?sabes? No era una pregunta. Solo un comentario en voz alta. Tal vez una queja. Transcurrieron cinco, seis segundos. Hasta que el sargento mayor recupero su tono mas agresivo. Se volvio hacia el. --Escucha, soldado. --Senalo al otro lado de la ventana--. Estamos aqui para cuidar de unas bestias. Si por mi fuera, ya estarian todas bajo tierra. Pero yo no soy nadie. Si nuestros lideres se empenan en no rendirse, demostrando su valor y buen juicio, ?quien soy yo para obstinarme en lo contrario? Si ellos creen que recuperarles sirve a un bien comun y es una victoria para el Sistema, !haremos lo posible para que asi sea! ?Estas de acuerdo? --Si, sargento Wu. --Pero eso no significa que debamos bajar la cabeza, ni ser debiles, ni respetar a quien no nos respeta. !Si para reeducarles hay que emplear el latigo, se emplea! !Si para hacerles ver la verdad hemos de hacerles sangrar, les hacemos sangrar! !Y si ellos prefieren morir, van a morir, pero no a su manera, sino a la nuestra! --Volvio a aproximar su rostro al de Li Huan--. !Esos intelectuales nos miran con superioridad aun estando aqui! !Se creen superiores! !Viven en un mundo falso creado por sus mentes fanaticas! No podemos mostrar la menor debilidad, soldado. !Jamas! Si ellos creen que tenemos dudas, a su modo van a ganar. !Y eso no podemos consentirselo! !Si para que uno entienda hay que matar a diez, mataremos a diez, y finalmente a ese uno si, a pesar de todo, sigue sin cambiar de actitud! !Ese es el desafio, soldado Li Huan! !Ese y no otro! ?Lo has entendido? --Si, sargento Wu. Volvio a apartarse de el y, tras los gritos, acompaso la respiracion. Wu era calvo, pero mantenia un fino bigotito que iba de un lado a otro de su labio superior. Tenia las manos grandes. Manos capaces de aplastar a una persona con solo un golpe. --Quiero el maximo de disciplina. --Si, camarada. --Me contaras a mi personalmente todo lo que veas, todo lo que oigas, todo lo que intuyas, todo lo que pienses. No al capitan: a mi. Soy yo el que debe informarle a el. --?Y si es el quien me pregunta? --?Me tomas por tonto? !Entonces le respondes, naturalmente! --Perdone, sargento Wu. --Se estremecio de manera instintiva. --?Tienes frio? --Si, camarada. --Ve a que te den ropa de abrigo. Luego te llevaran a tu alojamiento. Descansa esta noche. Manana, a las seis en punto, en pie. Que tu companero de habitacion te cuente las normas del campo. ?Alguna pregunta? Tenia muchas, pero no quiso hacerlas. No al sargento Wu. El barracon de intendencia estaba justo al lado. No habia mucho donde escoger. Tenian media docena de uniformes, de abrigos, de botas y de casi todo lo demas. El soldado que lo examino de pies a cabeza lo evaluo sin hacerle preguntas y le entrego un abrigo y un gorro. Luego le puso un papel sobre el mostrador. --Pon aqui tu nombre. --?He de firmar conforme recibo esto? --?Tu que crees? --El soldado le miro con sorna--. Abrigo numero 57 y gorro numero 35. Pobre de ti si cuando te vayas no los devuelves. --?Y si se rompen? --Se cosen y en paz. --?Y si pierdo algo? No hizo falta que le contestara. Basto con la nueva mirada de <>. Recogio las dos cosas y salio sin ponerselas. Las distancias en la zona exterior no eran grandes. De hecho, el campo tampoco lo era. La <> residia en el hecho de que estaban muy lejos de cualquier pueblo, ciudad o lugar habitado. Fugarse era una locura. Le habian dicho que alli permanecian encerrados menos de doscientos hombres. Pocos salian

  • Jude, mi hermanastro de Anne K. Austen

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    Jude es impredecible, complicado, intenso y lleva la palabra problemas marcada a fuego en las innumerables capas con las que se protege.
    Brooke cree que le odia, o eso dice, porque era el hijo de deslumbrante intelecto que sus padres anhelaban cuando lo adoptaron, pero el se largo en cuanto cumplio la mayoria de edad sin explicaciones ni justificacion, dilapidando un brillante futuro.
    Ahora, ella ha obtenido una beca en la prestigiosa Escuela de Enfermeria del Hospital Johns Hopkins en Baltimore, y sus padres le piden que mantenga un ojo sobre Jude.
    Sin embargo, Jude duele a Brooke de maneras que ni siquiera ella puede entender.

  • Refugiados de Sami Nair

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    Lo que pasa en las fronteras de Europa desde hace varios anos, y en especial desde el verano 2015, era previsible y anuncia una nueva epoca en materia de gestion de los flujos migratorios. La leccion principal es que, desde la huida de millones de personas de Siria, Irak y Afganistan, tanto como de Eritrea, Somalia, Nigeria, Libia, la distincion tradicional entre inmigrantes economicos y peticionarios de asilo se esta difuminando. La UE, principal objetivo de la demanda migratoria por ser el continente mas rico del planeta, sera cada vez mas asediada por millones de personas buscando la mejora de sus condiciones de vida.

  • Lo mejor de nuestras vidas de Lucia Galan Bertrand

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    < Un verdadero aprendizaje de vida, un descubrimiento profundo de mis emociones, de las de mis hijos y de las de cientos de familias que pasan por mi consulta.
    ?Que siente mi hijo? ?Que siento yo como madre? ?O tu como padre? Una lectura para no desperdiciar ni un solo minuto de la vida de nuestros hijos, instantes que ya no volveran. ?Que te gustaria que recordaran tus hijos de ti y de su infancia cuando sean mayores? !Atrevete a descubrirlo!>>

  • La paloma de Ravensbruck de Carme Marti

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    El amor, la alegria, la barbarie. La vida de Neus Catala, explicada por ella misma y revisada a traves de una ambiciosa novela magistralmente construida por Carme Marti.

  • Un juego muy peligroso 2 de Norah Carter

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    Queria morir. Cuando sali del avion, parecia que el mar me hubiese escupido a la playa como un fardo o un trozo de madera. Estaba indefensa y sentia que la impotencia iba a ser una de mis aliadas de por vida. Me esperaba Alejandra. Las amigas nunca fallan. Amigas como ella son las que hacen que la vida merezca la pena. Al verme, ella tambien rompio a llorar. Sabia que mi apariencia era la de una mujer destruida. Quiza esa expresion se queda corta para definir lo que sentia en aquel momento. No era yo. Sentia que yo era otra persona a la que habian machacado lentamente. Como una idiota, habia creido que Ethan apreciaba mi generosidad, mi entrega, mi forma de hacerle sentir un placer intimo e indescriptible. Como una idiota, habia creido que el juez podia llegar a quererme algun dia. A veces, en las peliculas suceden cosas asi, pero lo que yo habia vivido no tenia nada de pelicula. No voy a negarlo. Estaba pillada por aquel cabron y aquel cabron habia renunciado a mi, me habia forzado a sentirme sucia, a desear que no existiera otra cosa en el mundo que la perversion. Ethan habia sido perverso y manipulador y yo, al firmar aquel contrato, le habia dado licencia para que lo fuera, para que finalmente me demostrase que no era ese hombre encantador y sensible que yo habia conocido. ?De que servia enganarme? Habia sido una mujer codiciosa, habia sido una imbecil, una mujer que pensaba que la vida, mi vida, mi futuro, se basaria en una vivencia sostenida por el placer mas exquisito. Y yo era una triste dependienta, maleducada, que solo daba voces. Durante el vuelo me dio tiempo a pensar en muchas cosas. ?Habia firmado aquel contrato porque lo amaba? ?Habia firmado aquel contrato porque estaba harta de la rutina? No lo sabia con certeza, pero habia cometido un error, el error mas grave que podia haber cometido alguien como yo. Y ese error no era otro que la pereza. La pereza a no querer superarme, la pereza a no saber quien era Ethan mas alla de un cuerpo de infarto. Habia sido perezosa hasta para dudar, pues creia que todo iba a ser tan facil como firmar un cheque en blanco y ser la acompanante de un juez que se iba a tomar dos anos sabaticos para viajar por el mundo y uno de ellos queria que estuviese a su lado. Me cago en Pretty Woman y en todas las comedias de amor que me habian llenado la cabeza de pajaros. Estaba desatada, estaba deseosa de triunfar en mi propia mediocridad y, bravo por mi, eso es lo que habia conseguido. Ser una fracasada, una mediocre, una perezosa, una mujer insultada por un hombre que preferia callar antes que confesarme que no era el hombre maravilloso que decia ser. Alejandra me beso en los labios y luego en mis mejillas humedas por las lagrimas. Nos fundimos en un abrazo mientras la luz del amanecer nos barria, mientras nos perdiamos en una corriente de viajeros que se movian sin cesar de un extremo a otro de la terminal. No nos dijimos nada. Me cogio de la cintura y nos sentamos a tomar un cafe. --Necesito algo caliente, Alejandra. --Lo se. No te preocupes. Necesitas un cafe y yo tambien. --No se por donde empezar. No se... --temblaba al hablar. --No hables ahora, por favor. Nos sentamos una frente a la otra. Los ojos vidriosos de Alejandra me estremecieron. Paso un rato largo antes de que una de nosotras se decidiera a decir algo. --?Puedo confesarte una cosa? -- pregunto ella con timidez. --Si, claro. No me voy a asustar a estas alturas. --Nunca te he visto asi antes, Maika. ?Que demonios te ha pasado? Calle durante unos minutos. Mi mirada se perdia en el vacio. No la miraba a ella. No queria mirarla a los ojos. Estaba avergonzada. Me sentia ridicula. --No se que he hecho. --No has hecho nada malo. Has vuelto a casa y ya esta. --No puedo creer que haya sido capaz de cometer un error tan grave. --No seas idiota. Podia haber sido peor Y yo te anime. Yo te dije que, en tu lugar, habria hecho lo mismo. Fui una idiota. --La unica idiota que hay aqui soy yo. No sabes el miedo que he pasado hasta llegar hasta aqui. --Claro que no lo puedo imaginar. Pero ya estas en casa. --No estoy en ninguna parte. Me dan ganas de quitarme de en medio -- exclame con ira. --No digas eso ni en broma. No se que haria sin ti, Maika. Entiendo que estes jodida. Pero podia haber sido mucho peor. --?A que te refieres? -- pregunte mirandola a los ojos. --Imagina que ese tio formara parte de una red de prostitucion. Hay toda una mafia alrededor de eso. ?No lo pensaste? --Es un juez. ?Como iba a pensar eso? Sus palabras eran totalmente creibles. Firme el contrato convencida de lo que estaba haciendo. --Aunque sea un juez, el tio es un manipulador y te ha tratado como una mierda. Hay jueces y policias metidos en asuntos muy sucios. --No lo habia mirado desde ese punto de vista. Ethan parecia tan encantador... --Encantador de serpientes, Maika -- me interrumpio con tono energico. -- Todos los dias amanecemos con noticias terribles de trata de blancas. --Mierda de Pretty Woman -- dije con desagrado y conteniendo de nuevo el llanto. --Mierda de todo -- protesto mi amiga cogiendome la mano. --No estamos llamadas a ser princesas, ?verdad? -- pregunte con aire infantil. Cuando dije eso, Alejandra se limito a sonreir mientras una balada triste sonaba de fondo en aquella cafeteria. --Somos unas princesas especiales, Maika. --?Que quieres decir con eso? -- pregunte esbozando una sonrisa. --Que somos princesas a nuestra manera, con nuestros vestidos de tubo y nuestros tacones de aguja, con nuestro gin-tonics en un parking de discoteca mientras unos chicos que no valen nada nos devoran con los ojos. Somos princesas de extrarradio, condenadas a ganar mil euros al mes porque no nos salio del cono estudiar, condenadas a que nuestro futuro marido engorde lentamente y se quede calvo, y a que nosotras echemos un culo de hipopotamo despues de dar a luz a cuatro hijos. Nosotras somos esa clase de princesas, Maika. Desenganate. --Joder, que negro lo pintas. --Es el destino de la mayoria de chicas como nosotras. Nos levantamos un dia y creemos que nos vamos a comer el mundo. Pero el tiempo pasa y el mundo nos come a nosotras y nos damos cuenta, como lo has hecho tu en este momento, que Pretty Woman es una mierda de pelicula y que una puta jamas puede ser una mujer feliz -- sus duras palabras sonaban a verdad. Alejandra sorbio del cafe. Apoyo la mano en su barbilla y giro la cabeza. Movia nerviosa una de sus piernas como si pisara un pedal invisible. --?Que voy a hacer con mi vida, Alejandra? --?Que vas a hacer? ?Que vas a hacer? -- canturreo sonriendo. --Si, ?Que voy a hacer? --Lo de siempre. Volver a la tienda. Ser feliz y pobre. Buscarnos problemas en las discotecas los sabados por la noche. Ligar con jugadores de futbol de Tercera Division, hacer fotos a nuestras heces, mandarnos emoticonos antes de dormir y pelear por un sueldo de mierda todas las mananas. No nos queda otra. --Tienes razon. No esperaba que fueras tan sensata. Es un momento muy jodido para mi. --No fui sensata cuando te dije que habias hecho bien en firmar. Yo la he cagado tambien en este asunto --repuso con tono de arrepentimiento. --Aqui solo hay una culpable y soy yo -- dije con actitud de martir. --Debes olvidarlo todo. --No va a ser facil, Alejandra. Estaba muy pillada por ese tio, pero acabo portandose como un cerdo. --?Como has podido ser tan valiente, Maika? --No he sido valiente. He sido una temeraria. La policia ha estado a punto de detenerme. Podia haberla cagado aun mas. --Vienes sin maleta y sin nada. No quiero verte asi. Nos vamos para casa ahora mismo. ?Como has cometido esta locura? --Me asfixiaba, Alejandra. Me asfixiaba -- repeti con el corazon encogido. No soltaba la mano de mi amiga. Su mano era el unico asidero que yo tenia para no volverme loca del todo. --Vi cosas muy raras en Ethan y su actitud me empezo a parecer repulsiva. Entramos en un juego muy peligroso donde temi que me hiciera dano, que ese contrato, donde yo era una acompanante, se convirtiera en un pretexto para abusar de mi cuando a el le pareciera. Y no me refiero al sexo, sino a su forma de tratarme, de callar, de mirarme con odio, de silenciarme, de obligarme a permanecer encerrada para que no le causase problemas. -- ?Temiste por tu vida? --pregunto ella con expectacion, mordiendose el labio inferior. --Por esa razon, hui. No queria ser un mero objeto. No queria ser su puta. Y empezo a darme miedo, mucho miedo. No era el hombre que habia conocido aqui. --Maika, fuiste su puta al firmar ese contrato. --Yo no lo vi entonces asi. Lo vi como un juego, como una fantasia sexual hecha realidad, como una forma de conquistarme. Todo eran ventajas, Alejandra -- argumente como una ilusa. --Te equivocaste. A mi tambien me parecio muy atractivo, pero no. Ahora veo que no. --Somos princesas especiales -- dije con ironia. --Lo somos, te guste o no te guste. Vayamonos de aqui. --Tengo que pasar por su casa, Alejandra. --?Estas loca? ?Como vas a pasar por la casa de ese loco? La mirada de mi amiga era la mirada de alguien que teme, de alguien que espera que, mas pronto que tarde, le suceda algo malo. --Tiemblo solo en pensarlo. --Alejandra, tengo mi coche en su casa y todas mis cosas, joder. --Pero, ?y si esta el alli? -- pregunto mi amiga con un hilo de voz. --No le ha dado tiempo. Estoy segura. Por un lado, era cierto que lo que iba a hacer junto a mi amiga era una verdadera locura. Habia huido de Ethan para ahora meterme en la boca del lobo, para aparecer en su casa como si tal cosa. Por otro lado, necesitaba demostrarme a mi misma que era capaz de no amilanarme, de ser lo suficientemente valiente para enfrentarme a el, como lo habia sido al desobedecerle escapando de Costa Rica. --Por favor, no me hagas esto, Maika. --Te prometo que no pasara nada. Solamente te pido que me lleves hasta alli y te vas. --?Como te voy a dejar sola? Estare a tu lado -- dijo con un tono de confianza amable y fraternal que me conmovio. Me cogio de la cintura y avanzamos hasta el parking del aeropuerto. Montamos en su coche y nos marchamos en direccion a Sotogrande. Durante el trayecto, intentamos hablar de temas que nada tenian que ver con Ethan, salvo una vez que paramos a repostar y a comer algo en una de esas gasolineras que no aparecen ni en los mapas. --?Has leido 50 sombras de Grey? --No. Sabes que no leo casi nada, Alejandra. He visto la pelicula. Y ya se por donde vas. --?No te ha pasado algo parecido? --No. Al principio todo parecia de ensueno, pero pronto se convirtio en una maldita pesadilla. --No se por que he nombrado las 50 sombras. Perdoname. --No pasa nada. Pero, al final, aquello no tuvo nada de romantico y la sumision no va conmigo. Hubo un momento en que la sumision dejo de ser un juego pactado entre los dos -- sentencie. --No me puedo poner en tu lugar, Maika. Ha debido ser horrible. Tan lejos y tan sola. --No me entra nada. No puedo masticar, Alejandra. Tengo hambre, pero no puedo tragar. Despues de pagar, Alejandra me beso en la frente y, como si se tratase de una madre, envolvio mi bocadillo y se lo llevo, pensando que mas tarde me lo podria comer. Solo me apetecia beber agua. Nada mas. Eche una cabezada en el interior del vehiculo. Y no sone con Ethan ni con esa personalidad distante y dominadora que encarnaba. Tampoco se puede decir que fuese un sueno reparador. Al despertar, Alejandra me dijo algo que me hizo llorar. --Maika, ?sabes una cosa? --?Que? -- respondi despues de un bostezo --Sabes que te quiero -- pronuncio con aire risueno. --Y yo a ti. Le acaricie el pelo

  • Uno siempre es inocente de lo que se enamora de Esther Llull

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    Greta ayuda a una chica siria refugiada, Lissi, a integrarse en su pais. Le facilita los estudios e incluso le proporciona un trabajo domestico. La cuestion se enreda cuando la sensibilidad, juventud y extraordinaria imaginacion de Greta se ponen en marcha y quiere tambien buscarle un novio. Tiene un amigo, profesor de sociologia, que la convence de que no debe sacarla de su ambiente cultural pues podria hacerle mas dano que bien. Aun asi ella no cree estar influenciandola negativamente a pesar de que se producen constantes malentendidos en las relaciones romanticas que ella imagina. Por el bien de su amiga debera ser mas prudente y humilde pero aun asi se ve inocentemente turbada cuando ella misma cae presa del enamoramiento de alguien.

  • El eco de la esperanza de Brianne Miller

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    Alex es un hombre al que lo unico que le preocupa es sacar adelante a su hijo, hasta que Elena se cruza en su camino. A partir de ese momento sus preocupaciones crecen, ya que tiene que mantenerla a salvo de su oscuro mundo mientras lucha contra la atraccion que surge entre ellos. ?Sera capaz de salvarla para descubrir lo que pueden tener juntos o su esperanza se convertira en un eco de sus deseos?

  • El primer paso a la verdad de Jessica L. Pliego Herrera

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    Este proyecto fue escrito con un lenguaje sencillo y calido, de manera que la persona que tenga en sus manos mi obra, pueda identificarse con los personajes de la novela y reflejarse a si mismo con los planteamientos/dilemas de la narracion, para hacer una analogia con su propia vida real; y mas importante aun, que descubra las herramientas que puede desarrollar para atravesar su propias dificultades mediante la propia resolucion de los personajes.

  • Las lagrimas de Isis de Antonio Cabanas

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    Descubre a la reina mas fascinante del Antiguo Egipto. Por el autor de los best sellers El ladron de tumbas y La conjura del faraon.

  • La culpa es tuya de Sophie Saint Rose

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    Sybil se giro al espejo de cuerpo entero mientras se ponia los zapatos de tacon rosa. Se miro satisfecha, porque el vestido de flores estilo anos cincuenta con la falda de vuelo le quedaba perfecto para el te al que debia asistir esa tarde. Su pelo rubio que normalmente llevaba suelto estaba recogido en un mono frances que no le quedaba nada mal. Suspiro cogiendo el bolso de mano rosa. No le gustaban nada esas reuniones pero su padre siempre le decia que ahora que su madre no estaba, ella debia representar a la familia en las reuniones sociales. Tambien eran importantes para la empresa. Los contactos eran esenciales. Salia al salon revisando el contenido de su bolso cuando casi se choca con M eli.- Oh perdona, no te habia visto- dijo con una encantadora sonrisa. -Carino, ?donde vas?- pregunto su ama de llaves mirandola de arriba abajo- ?No vas a la oficina? -Esta tarde tengo un te- dijo arrugando su naricilla. M eli se echo a reir- Es lo que tiene ser de la alta sociedad neoyorkina, bonita. Yo tengo una barbacoa el sabado. -Seras mala.-gimio -Con lo bien que hace Joss las costillas. -M i marido es un cocinero de primera- dijo la mujer que llevaba trabajando para ellos veinte anos. Para ella era como una segunda madre.- Bueno, de todas maneras pasalo bien. !Y busca novio! Sybil puso los ojos en blanco yendo hacia la puerta- Nadie me quiere, ?te lo puedes creer? -Si, es increible. !Asi que espabila! Se echo a reir mientras salia del atico de Central Park West y entraba en el ascensor. No habia dia en que no le dijera que se buscara novio. Solo tenia veintisiete anos. No iba a jubilarse manana. Tenia tiempo de sobra. Iba a llamar un taxi cuando le sono el movil. Entrecerro los ojos al ver que era su padre. Se suponia que tenia una reunion muy importante esa tarde con un inversor. Descolgo rapidamente- ?Que ocurre? -Tienes que venir a la oficina, hija. -Tengo el te con las mujeres de la asociacion. -No podras ir. Llama para disculparte y ven enseguida. Sybil fruncio el ceno mirando hacia la calzada. En ese momento pasaba un taxi y levanto el brazo- Estoy ahi en veinte minutos. -Bien. Entro en el taxi que se detuvo ante ella y dio la direccion de la oficina en el Distrito Financiero. Se mordio el labio inferior preocupada porque la voz de su padre no indicaba nada bueno. Nunca le hablaba de una manera tan seca y eso indicaba que estaba preocupado. Busco en la agenda del movil el numero de Kristy, la presidenta de la asociacion. Estuvo dandole un sermon durante todo el camino hasta la oficina sobre el compromiso para conseguir fondos para la nueva planta del hospital al que estaban ayudando. -Lo siento mucho, de verdad. Pero ha surgido un problema en la oficina y no podre asistir. Kristy, tengo que dejarte. -Esta bien pero me debes una. Sabia que algo tenia que conseguir a cambio. Era experta en sacar fondos a los bolsillos llenos y no iba a dejar de pasar la oportunidad- El cheque sera mayor este ano. Kristy se echo a reir- Tu si que tienes clase, cielo. -Gracias.- colgo el telefono y al ver que habia demasiado trafico suspiro. Cuando llegaron al edificio de su padre entro saludando al portero- Hola, Stuart. -Senorita Richardson.- se llevo una mano a la gorra saludandola mientras iba hacia los ascensores. Un hombre entro con ella -Sybil, debo decir que hoy estas radiante. -Phill, tu siempre tan lisonjero. No se que diria tu esposa de tanto piropo.-dijo mirando al mejor amigo de su padre. -Seguramente que tengo buen gusto. Sybil se echo a reir y le estaba dando un beso en la mejilla cuando se abrieron las puertas del ultimo piso. -Te veo luego, guapa. -dijo saliendo con ella y dirigiendose a su despacho de vicepresidencia. Ella fue hasta el de su padre y despues de abrir la puerta vio a su secretaria que parecia nerviosa- Rose, ?ocurre algo? -No, senorita- dijo colocando unos papeles. Le temblaban las manos y Sybil fue hasta la puerta de su padre. -?Esta solo? La mujer nego con la cabeza y ella solto el pomo- Pero la estan esperando. -Animate, Rose. ?Por que no vas a tomar un cafe? -Si, sera lo mejor- susurro mientras ella abria la puerta. Al entrar en el despacho vio un hombre sentado ante su padre vestido de traje- Querida... ya has llegado.- dijo su padre levantandose de su sillon de cuero. -Si.-Sybil miro la espalda del hombre que no se habia movido de su silla, extranada por su groseria y se acerco a su padre dandole un beso en la mejilla- M e dijiste que viniera y aqui estoy-se volvio para saludar al hombre cuando se quedo con la boca abierta. -Hola, Sybil.- el unico hombre que no esperaba volver a ver en su vida, se levanto de la silla y metio las manos en los bolsillos de su pantalon sonriendole ironicamente. Estaba todavia mas guapo que diez anos antes cuando se conocieron. Sus ojos verdes la miraron de arriba abajo evaluandola mientras ella no perdia detalle, viendo que su pelo negro antes estaba mas largo. Era mas fuerte, pero era logico pues la ultima vez que lo habia visto tenia veinticuatro anos. Sybil temblo interiormente mirando su impecable traje hecho a medida y su reloj de oro de cincuenta mil dolares. Estaba claro que ya no era limpia piscinas.- ?Que haces aqui, Roy? -Te dije que lo pagarias y aqui estoy para cobrar tu deuda, pequena. Esas palabras le pusieron los pelos de punta a Sybil y miro a su padre asustada negando con la cabeza imperceptiblemente.- ?Que ocurre aqui?- pregunto palida como la nieve. Sus ojos azules parecian grises y su padre la cogio del brazo. -?Por que no te sientas? -sugirio Roy divertido.-Esta conversacion te va a interesar mucho. -?Papa? -Sientate, hija- tambien estaba palido y ella asintio. Rodeo el escritorio sintiendo que le temblaban las piernas y se sento en la silla que le ofrecio Roy, sabiendo que todo aquello no le iba a gustar nada. -Ahora que ya has montado tu drama- dijo ella con odio- ?A que viene esto? Roy sonrio apoyando la cadera en el escritorio de su padre- Eso depende de ti. Sybil miro a su padre que se paso las manos por la cara. Estaba muy nervioso y ella temio por su salud- Papa, ?estas bien? -Hija- cuando aparto las manos tenia los ojos llenos de lagrimas y Sybil que solo le habia visto llorar en dos ocasiones se tenso mirando con odio a Roy. -?Que has hecho? -Tranquilizate- la miro de arriba abajo deteniendose en sus contorneadas piernas.-Tu padre te lo explicara en cuanto recupere el aliento. -Lo he perdido todo, Sybil- ella lo miro sorprendida.- La empresa, la casa, las acciones en electricas... todo. -?Como ha podido pasar eso?- pregunto asombrada. -Necesitaba liquidez para no cerrar tiendas pues no podiamos malvender los locales, asi que pedi un prestamo. Ella miro a Roy que levanto una ceja- ?Se lo diste tu? -Siempre has sido muy lista. -Imagino que no has podido devolverlo y el se ha quedado con todo.-Aunque le intrigaba saber como habia conseguido esa cantidad de dinero no pensaba preguntarlo- Bien -se levanto y miro a su padre-No te preocupes, papa. Todavia tengo la herencia de mama. Saldremos adelante. Su padre se echo a llorar y Sybil sintio que el mundo se le caia encimaTodavia tengo los cinco millones, ?verdad? -Fue lo primero que gaste, Sybil. Asombrada se tuvo que volver a sentar y miro a Roy que se habia quedado con todo lo suyo, pero ella no fue capaz ni de decir que era un cerdo. No tenia palabras por el error que habia cometido su padre dejandolos en la ruina. -Asi que no tenemos nada. -M e moria por ver esa cara- dijo Roy con satisfaccion.-Pero cuando tu padre te cuente lo siguiente voy a ser el hombre mas feliz del mundo. Sybil miro a su padre sintiendo que estaba al borde del desmayo.-Hija, me enviara a la carcel sino consientes en... -?Carcel?- Sybil sintio que le faltaba el aliento y Roy la cogio por la barbilla mirandola furioso.

  • Silencio, Thomas Raab de Thomas Raab

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  • Gente Toxica de Bernardo Stamateas

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  • Poker de ases I. El azar de Taylor de Jessica A. Gomez

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    Broker de profesion, Taylor Carter solo tiene un objetivo en la vida: ser afortunado y tener una gran fortuna. Para lograrlo hace lo que mejor sabe: jugar con el dinero. Sin embargo, sus juegos van mas alla de Wall Street.
    El poker es su pasion. Demostrar que es una gran jugador y un ganador nato es lo que mas lo enorgullece. Arriesgando en mesas de juego, entre vicios y sexo, se siente un hombre completo. Su ambicion no tiene limite. Su vanidad, menos. Taylor ama el dinero y el juego, por encima de todo. Pero controlar los pasos que da para alcanzar su sueno lo empuja a obviar lo unico que no se puede controlar: las emociones. Sus sentimientos.
    En el momento en el que Mei Ling se cruza por su camino, una poderosa mujer de negocios, ella se convierte en su fetiche. La admira. La desea. Mei se convierte en su nuevo capricho a satisfacer. Por ella, Taylor esta dispuesto a todo. Y caer en su mayor tentacion sera lo mas facil para el. No obstante, las consecuencias que conlleva actuar por impulso lo empujaran a enfrentarse incluso a si mismo. Lo arriesgara todo, con tal de conseguir su proposito. Y hacerlo provocara danos colaterales, que afectaran directamente a sus hermanos. A partir de ese momento, la encrucijada en la que Taylor se encuentra sera el punto de partida para un reencuentro, sin duda, inesperado.

  • Iron flowers de Tracy Banghart

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    En un mundo de hombres en el que las mujeres no tienen ningun derecho, cada provincia del reino debe presentar a sus jovenes mas hermosas para que el principe heredero pueda elegir a su pareja. Asi es como dos hermanas, Nomi y Serina, terminan confinadas en dos habitats contrapuestos: la hermosa, fragil y debil en la inhospita prision de Mont Ruin y la chica resuelta, practica y luchadora entre las sedas y fiestas de palacio. Dos historias de superacion, supervivencia y amor entre hermanas… Porque, cuando la solucion no llega, solo queda cambiar las reglas: !Que empiece la revolucion!