• libro fantasmas de luz - Agustin Fernandez Paz

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    Desde hai trinta e cinco anos, Damian traballa como operador de cabina no mellor cine da cidade. Cando recibe a noticia de que a sala vai desaparecer e que todos os empregados seran despedidos, a sua vida experimenta un cambio extraordinario que tamen afecta a Marga, a sua dona. Dun xeito progresivo, os seus corpos comezan a se volver transparentes, invisibles aos ollos das persoas que viven ao seu redor.Empregando recursos da novela fantastica e combinando o suspense cunha delicada melancolia, Fantasmas de luz falanos dun dos grandes dramas contemporaneos: o da exclusion e a invisibilidade a que se ve sometida unha parte da sociedade.Fantasmas de luz tamen quere ser unha homenaxe ao cine, tanto as vellas salas que foron esmorecendo como as grandes peliculas que, sen ser a vida mesma, <>.

  • FANTASMAS DE LUZ | AGUSTIN FERNANDEZ PAZ

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  • Fantasmas de luz - Agustín Fernández Paz

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    Además, en el anexo titulado «Las películas de la novela» se incluyen las fichas de las 52 películas que se citan en el libro, comentadas por el autor.

  • fantasmas de luz. Agustin Fernandez Paz. Elkar.eus

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  • Fantasmas de luz - Libro de Agustín Fernández Paz - Lecturalia

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  • Fantasmas De Luz (galego) - AGUSTIN FERNANDEZ PAZ

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  • Mi mejor medicina de T. Rubio

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    Adam y Alice eran unos ninos cuando se conocieron en la habitacion de un hospital. Alice abandono el hospital y nunca mas recibio noticias de Adam. Diez anos despues, al tener que volver de nuevo al hospital, Alice, descubre algo que la deja impactada. A los pocos dias recibe una misteriosa llamada de alguien que dice ser Adam, sin dar explicaciones de donde ha estado todo este tiempo…

  • Prohibido confiar en Blake Royal de Ella Valentine

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    Venga, chico, coge tus cosas y sube al coche. --La voz imperativa del hombre de servicios sociales, que se habia identificado como Nolan Simmons, hizo que Blake apretara los punos y tensara el menton con fuerza. No pensaba marcharse a ninguna parte. No sin Summer. Miro a la chica menuda que observaba la escena bajo el umbral de la puerta de la habitacion que ambos compartian. Sus ojos azules reflejaban el panico que sentia en aquel momento y Blake intento tranquilizarla con una sonrisa, sonrisa que desaparecio cuando volvio a encararse al tal Nolan, que habia irrumpido en la casa con intencion de llevarselo con el. Tenia quince anos y llevaba mas de diez dentro del sistema de acogida. De esos diez anos, los ultimos cinco los habia pasado con Summer, sufriendo y padeciendo juntos a los distintos padres de acogida que les habia tocado por suerte. De todos los lugares que habian habitado, aquella casa, era de lejos la mejor. Puede que la senora Fisher fuera un poco rara, escondiera la comida bajo llave y bebiera mas de lo recomendable, pero, a pesar de todo eso, era inofensiva. No como los Cole, el matrimonio que los habia acogido anteriormente, que habian usado el cinturon como medida disciplinaria. O los West, que les habia obligado a compartir un sotano lleno de humedades y falto de ventilacion con dos ninos mas. En comparacion con todo lo vivido, aquella casa cochambrosa les parecia el paraiso. --Con todos mis respetos, senor, no pienso marcharme a ningun lado. Nolan chasqueo la lengua con gesto cansado. --No tengo tiempo para sandeces, muchacho. Vas a venir conmigo por las buenas o por las malas. Y, dado tu historial, me lo pensaria dos veces antes de hacer una tonteria. Los hombros de Blake se tensaron. Mierda. Aquel tipo tenia razon. Estaba a una infraccion mas de acabar en un reformatorio. En su defensa tenia que decir que la mayoria de faltas anteriores que le atribuian habian sido en defensa propia. --Voy si ella viene conmigo. --Senalo a Summer con un movimiento de cabeza. Nolan nego con impaciencia. --Ella se queda. --Entonces yo tambien me quedo. --Quizas no me haya explicado bien, pero esto no es una negociacion. --Saco un papel del bolsillo interno de su cazadora y se lo mostro--. Este requerimiento del Estado de Nevada precisa que seas trasladado urgentemente a tu nueva casa. Puedes ponermelo facil, coger tus cosas y subirte al coche por voluntad propia, o puedes ponermelo dificil, negarte y acabar en la parte trasera de un coche patrulla. Tu decides. Blake noto el pulso palpitarle en las sienes. No queria marcharse. Summer y el eran familia. Llevaban cinco anos cuidando el uno del otro y queria hacerlo durante mucho, mucho tiempo mas. Sin embargo, negarse a obedecer no era una opcion viable. Su custodia pertenecia al estado; si este habia decidido destinarlo a otra casa de acogida, poco podia hacer el para cambiar esa decision. Solto la furia que bullia en su interior en forma de bufido. No podia negarse. Joder, !no tenia opcion! --Dame un momento --mascullo. --Cinco minutos, chico. Nos queda un largo camino por delante y no me gusta conducir de noche. Te espero en el coche. Con rabia contenida, Blake cerro la puerta de un portazo y entro en el dormitorio, seguido de Summer. Cogio la mochila de deporte que utilizaba en cada mudanza y empezo a llenarla con sus pertenecias, que no eran muchas. Summer seguia sus movimientos con el panico grabado en su expresion facial. --?Donde te llevan? --pregunto con la voz estrangulada. --No lo se, pero no te preocupes, Summer: todo va a salir bien --aseguro colgandose la mochila del hombro una vez tuvo todas sus cosas dentro. --?Como no voy a preocuparme? Te vas y ni siquiera se donde. Ademas, sin ti, nada va a estar bien. --Su voz se quebro, sus ojos se aguaron y unas lagrimas resbalaron mejilla abajo. El corazon de Blake se resquebrajo ante la imagen de Summer llorando. Sabia lo mucho que ella odiaba llorar, lo vulnerable que se sentia cuando lo hacia. Mordiendose el labio, la abrazo con fuerza. Hundio el rostro entre la mata de pelo rubio y desordenado que caia sobre sus hombros e inspiro su aroma, un aroma que, despues de tantos anos, era sinonimo de hogar. Aun le sorprendia notar curvas alli donde hasta pocos meses antes no habia habido nada. Summer era dos anos menor que el, tenia solo trece anos, pero en los ultimos meses su cuerpo habia cambiado considerablemente. Ya no quedaba nada de la nina de aspecto enclenque que desperto en el, al verla por primera vez, su instinto mas basico de sobreproteccion. Ahora era una mujer hecha y derecha, y despertaba en el otro tipo de cosas, cosas que aun no estaba preparado para afrontar. --Escuchame, Summer --le susurro al oido, sin dejar de abrazarla--, volvere a por ti. Te lo prometo --Pero ?cuando? --En cuanto pueda.

  • Los colores de una vida gris de Pilar Munoz Alamo

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    Cinco amigas. Un juego. Cinco razones ocultas para participar. Y un destino truncado.
    ?O tal vez no?

  • Las intrigas de la fama 1 de Mercedes Franco

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    Carolina Mosquera, es una actriz de 23 anos que incursiona en el mundo de la actuacion televisiva. Ella tendra que demostrar de que esta hecha al entrar en un ambiente lleno de apariencias, hipocresia y falsedad.

  • Confidencias de un Dios de Claudio Hernandez

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    --?Donde esta ese puto maricon? --pregunto la voz rajada; como si las cuerdas vocales vibraran como las de una guitarra electrica de un grupo de rock. Y al final de todo, se podia escuchar una sonrisita jocosa y malvada a la vez. El papa Francisco se separo el telefono del oido y miro el dispositivo como si alli hubiera algo interesante. Desde que habia abierto una jodida cuenta de Twitter, las criticas eran algo muy comun por parte de los ateos y las alabanzas por aquellos fieles seguidores de la religion eclesiastica tambien. Pero lo que acababa de oir le hizo escuchar los latidos de su corazon en las sienes, y sintio como si alguien con un palo le removiera las tripas, y al final, tristeza y una carga moral y de culpabilidad. Se acerco el telefono al oido lenta y oficiosamente. --Hijo mio. Reconozco que ha habido y hay obispos, arzobispos, curas e incluso cardenales que son de una condicion sexual distinta. A eso me refiero que reconozco que dentro de la iglesia catolica existe lo que se le conoce como hombres homosexuales. A eso se le llama Gay y por su parte podria haber resultado muy grosero con ofender a este conjunto de personas que nacieron en cuerpos distintos o quiza, me atreveria a decir, equivocados. Pero lo respeto. No hay nada de malo en ello si existe consentimiento… --Bueno, dejese de chachara. Lo siento. No queria decir eso exactamente. No va conmigo esta actitud. Pido perdon a toda la comunidad Gay. --Aquella voz se quebrantaba con el discurso y en parte el papa Francisco podia advertir cierto arrepentimiento y a la vez, cierta mentira en su tono de voz. --Esta bien. Lo dejamos ahi. El buen respeto no debe faltar nunca -- acucio Francisco. Se miro el enorme anillo rojo de su dedo corazon y anadio --. ?Es usted creyente? --No. --Dios no acoge solo a los creyentes, sino tambien a aquellos que son ateos y bautizan a sus hijos. Entonces Dios, ?olvidara a ese hombre cuando muera? No. Antes entra un ateo que bautiza a sus hijos que un creyente no practicante que… --Que… que… --interrumpio la voz. Ahora sonaba como un timbre metalico. En el fondo de la comunicacion el silencio era atrapado por los chasquidos que no deberian escucharse en pleno siglo XXI. No era un intercomunicador empleado en la segunda guerra mundial. Era un jodido telefono y de los de ultima generacion. El papa respiro profundamente y sintio que algo malo le iba a decir. Lo presentia y por ello no le temblaria el pulso a la hora de contestar. --Soy paciente. Me acaba de interrumpir y creo que se en lo que esta pensando. No es que lo vea en la distancia. Es solo una intuicion. Digamelo y acabemos con esta conversacion. Reino un silencio ominoso. Las palomas aleteaban sobre la basilica y el ruido era creciente despues, rompiendo en dos, el silencio profundo y lejano. --Acaba de soltarme una perorata con los que Dios elige y ahora me dice que cree saber lo que pienso. La verdad, nunca habia conocido un papa asi. No me lo esperaba para nada. Se nota que la iglesia debe adaptarse a los tiempos que corren… --Sueltelo --le atajo Francisco. Sus ojos no brillaban y sus labios parecian estar sellados como una cremallera ajustada. Se llevo el dedo corazon hacia la boca y la piedra del anillo produjo un ruido seco al tocar sus dientes delanteros. --Esta bien. Se lo dire ya. ?Que opina de los abusos sexuales a los menores dentro de la iglesia? Francisco no contesto de inmediato y escucho el jadeo de aquella voz que no reconocia, preguntandose como demonios habia obtenido su numero de telefono. Al papa le gustaba rodearse de escolta y seguridad Sueca. Algo habia fallado, pero lejos estaba el ponerse nervioso. Impasible como siempre, contesto: --Eso es un pecado que no tiene perdon en estos momentos. Los involucrados deben pedir perdon y marcharse de la Santa Sede. He abierto una guerra contra esto y he pedido perdon al mundo por ello. Si hay que entregar a un cura, un obispo, un arzobispo, un cardenal o un viejo nuncio a la policia para que los juzguen. Lo hare sin titubear. Y si son condenados con penas de carcel, eso estara bien. ?Tiene algo mas que preguntar? Se escucho un chasquido como el resuello de una chimenea. --Creo que eso esta bien --dijo la voz aspera--. Eso esta bien, pero moriran dentro de una semana. Y colgo. El papa Francisco se quedo mirando al telefono como si alli resplandecieran los ojos de aquel hombre, pero no vio nada. Estaba sentado en un sillon rojo y con los antebrazos dorados. Se dejo deslizar en el hueco y dejo el telefono sobre la mesa de madera de roble alargando un brazo pesado y lento. Despues de esto, perdio la mirada mientras rumiaba. Algo le decia que iba a estar mal. Y que despues de todo, seria peor que los pedofilos, porque hablaba de muerte y quiza de tortura. No supo por que esta ultima palabra se le vino a la cabeza, pero si sabia que por delante tenia un camino de espinas que recorrer. Y se pregunto por quien se habia interesado en el comienzo de la conversacion. 2 Cada policia o cuerpo de policia, cuidaba de su perro en su pais y Dios tomaba cuentas en todos los estados miembros de la Union Europea. Asi era y es EUROPOL. Chad Chamberlain, cuyo nombre no era para nada europeo, estaba hostigando un cigarrillo entre sus largos dedos. El humo del tabaco se enroscaba en el aire y penetraba en sus fosas nasales como una droga que necesitaba inhalar para estar en forma. Ese dia llovia. Era otono y el chapoteo de sus zapatos le habia acompanado hasta el porche del edificio, bueno, mas alla de la entrada majestuosa que se levantaba como una montana al que le habia segado una cruel guillotina. Cada gota de agua que se estrellaba sobre su corto pelo, era como un pequeno pellizco sin dolor. La gabardina, oscura como un cuervo, lamia el riachuelo que se habia formado al lado de los escalones. Tenia la espalda humeda y parecia tener una plancha helada entre su gabardina y su piel erizada. Chad tenia barba rala y unos ojos grises que conquistaban a cualquier mujer. Su nariz era larga y curvada. Hacia la izquierda, pero era un defecto que no lo notabas si le mirabas de lado. Su piel, aun estando delante del edificio World Forum Convention Center, en La Haya: era oscura. Los paises bajos le habian sentado bien. Tratar de ocultar su descontento en una oficina en los sotanos le habia convertido en un hombre fuerte, sin emociones, y que se pasaba la mayoria del dia con un semblante serio. No gastaba bromas. No le gustaban los chistes. Era frio y calculador y ahora, parecia que iba a volar de su nido, despues de tantos anos. Su destino; Paris. La Catedral de Notre Dame y no, no creia en las profecias de Nostradamus. Aunque los eruditos o zumbados, decian que algo iba a pasar ese ano. Era delgado y tenia una estatura de 1,85. Calzaba un 47 y tenia un Rolex brillando despues de todo, en la muneca derecha. Aun cuando llovia o nevaba. Siempre brillaba. Se llevo el cigarrillo mojado a los labios encharcados de agua y trago una calada. Respiro profundamente y tras escasos segundos, empezo a soltar humo hasta por los oidos, como una maquina de tren de vapor al que se le habia reventado la caldera. La lluvia seguia acariciandole la cara y el cogote cuando miro aquellas feas nubes que parecian grandes piedras chocando entre si. Tan negruzcas como el carbon. Sus parpados se cerraron un instante. Podia sentir el zumbido de la lluvia y oler la humedad de las paredes, asi como del cesped que rodeaba el edificio. Y la tierra. Tambien olia la tierra. Y se pregunto que demonios habia sucedido, para que al fin le dejasen viajar a otra parte de Europa. EUROPOL estaba coordinada con la policia de cada pais, pero tenia la competencia en los 28 estados de la UE. Aunque no llevaban distintivos ni armas reglamentarias. Siempre, bajo coordinacion, podian enviar a sus expertos en cualquier pais miembro. Y Chad no iba a viajar solo. Estaba Mohamed Khun. El humo del tabaco formo un anillo blancuzco que se elevo lentamente en el aire, desafiando las rasgaduras de las gotas de la lluvia. Y ascendio hasta que se hizo tan grande que formo una niebla opaca y despues, traslucida hasta extinguirse como un pequeno Big Bang. 3 Frederic, capitan de policia en Paris, pues ya estaba en desuso llamarle inspector oficial de Policia, era un hombre menudo, sin barba, pero si con un bigote que terminaba en dos extremos puntiagudos. Tan largos que se convertia en la inquietante sonrisa de un payaso. Sin embargo, tenia los labios prietos y apenas respiraba por no hacer ruido. Su mirada de ojos marrones, estaba clavada en la pared falsa que habian descubierto los operarios de obra justo detras del organo de la Catedral de Notre Dame, un destacado instrumento, obra de Aristide Cavaille-Coll antes de 1900, y que ahora estaba recubierto de un plastico negro como si alla abajo se escondiese un moribundo. --?Como dice que descubrieron esto? --pregunto casi en un susurro. Su voz era ronca y tenia las manos cruzadas a su espalda. Su uniforme se movia en el hueco de la pared como una sombra desvaida. El hombre mayor, vestido con un mono de todos los colores menos azul, movio la mano antes de expresarse: --Teniamos que apuntalar aqui unos andamios cuando al golpear la pared nos dimos cuenta de que se escuchaba un sonido como si fuera hueca. Eso indicaba que no era una pared segura y que un clavo ahi se desprenderia a la primera de cambio. Mi companero Jean. --Senalo a un hombre de estatura alta y ataviado, este si, con un mono azul--. Tuvo la certeza de que la pared estaba hueca. Con sus nudillos hizo una serie de pruebas y me conto que el agujero era demasiado grande como para ser una simple ventana tapiada. Como ya sabe, esta Catedral ha tenido muchas reparaciones y no sospechamos nada al principio, hasta que algo mohoso nos invadio las fosas nasales. Yo me eche para atras sabe… --Bueno, esta bien. Ya ha dicho suficiente --le atajo Frederic con los dientes apretados. Su mirada seguia siendo mas inquietante que lo que habia detras de la pared o lo que suponia que habia, pues todavia no lo habia visto. Los hierros y las tablas estaban en todas partes, como hojas laxas en un bosque. El capitan de policia levantaba quejumbrosamente los pies y soltaba bufidos cuando giraba sobre sus talones al pisar uno de aquellos tubos huecos que proyectaban un chirriante ruido al girar sobre el suelo helado. --Esta bien senor, yo solo queria contarle que abrimos el agujero a la altura del pecho y que tras oler algo fetido de un lugar oscuro, decidimos parar y hacer la llamada de urgencia. No se lo que puede haber aqui dentro. Frederic miro al hombre clavandole los ojos en los suyos. Tenia delante de si, a un hombre liviano, tranquilo, pero que ahora parecia algo nervioso por el descubrimiento. Casi podia ver como le temblaban sus manos. La voz se rajaba como una cana y disminuia de volumen paulatinamente. El otro trabajador, los miraba de forma inquietante sin decir una sola palabra. Al rato llegaron dos hombres mas, en realidad, jovenes que no llegaban a los treinta. Todos estaban sucios y llenos de manchas. --Yo creo que ahi dentro hay un nido de ratas muertas --se apresuro a decir uno de los jovenes. Su dedo indice estaba senalando el agujero del tamano de una pelota de futbol. El hombre de la ley lo miro de reojo y tras esto, aun con las manos en la espalda, se inclino para ver a traves del agujero. Lo unico que vio fue la oscuridad total y percibio, eso si, el olor nauseabundo y mohoso a la vez. Un olor extrano que no era fetido ni aspero. Y penso, que quizas tenia razon el chico: alli dentro habria ratas. Los gendarmes estaban pegados en el culo del capitan como si fueran su propia sombra, pero proyectaban tres siluetas en distintos angulos como si alli hubiera mas de un foco encendido. Como en un estadio de futbol. --Esta bien --dijo finalmente, apartando la cara de aquel jodido agujero. Se apoyo en la parte de un lado del organo y las tres sombras desaparecieron para rodearles bajo una nota que sonaba de un instrumento que adquiria de altos honores para tocarlo--. Os autorizo para ampliar el diametro del agujero. Necesito saber que hay ahi detras. Segun mis superiores no tendria que haber ninguna camara secreta aqui, entre el organo de las narices y la pared. Esto es un buen escondite y los tubos como chimeneas de este trasto hacen que uno nunca pueda mirar por detras. Cuando termino la perorata cabeceo dos veces. El sonido de sus voces respondia en cada pared de la Catedral, en cada silleria del coro y en cada claristorio, dejando para mas adelante, la reverberacion que se producia al final del abside. Y mientras los trabajadores cogieron el martillo para picar la pared, en algun lugar de Europa estaban Chad y Mohamed de camino en un tren Thalys (THA) sin saber una mierda de lo que estaba sucediendo. A Chad le aterraban los aviones. No habia suficientes incertidumbres como para empezar una buena aventura y trazar una investigacion puntillosa y peculiar. No. Al contrario. Las tenian todas. Absolutamente todas. Si algo destacaba en un caso nuevo, es que primero debias pisar la mierda. Asi de sencillo. Porque no sabrias por donde empezar a limpiar esa mierda de la suela de tu zapato.

  • No es tiempo para amar de Carlota Manzano

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    No sabia que hacia en ese lugar, ni siquiera que me habia llevado alli, mas que ese arrebato de querer demostrar algo que ni yo misma creia. No me sentia militar, me sentia asalariada y con un trabajo fijo, que me permitia poner mantenerme a flote. Me habia separado de mi batallon. De repente estaba sola en medio de la nada, en esas tierras dominadas por el ansia de captura y si caia prisionera era mujer muerta. Miraba hacia fuera a traves de las ventanas huecas de esa casa destruida para ver si hallaba el modo de llegar al campamento, pero el panorama era desolador cuando mi mirada se encontro con un sargento de mi ejercito. Me miro y me hizo un gesto indicativo de para donde nos ibamos a ir, aunque no representara mi salvacion, me hacia sentir un alivio tremendo no estar sola en tierra hostil y poder aferrarme a ese companero que tambien se habia separado del grupo. Me iba a cubrir, sus dedos avisaban que a la de una, a la de dos y a la de tres... Corri agachada hasta donde me indico, una zona de arbustos y arboles, que logre alcanzar y esconderme. Lo volvi a mirar y me hizo un gesto de que lo cubriera, mire a todos lados y le saque el dedo pulgar para que avanzara hacia mi. --Sargento Chester --le hice el saludo--. Gracias a Dios que no estoy sola --mi voz sonaba agitada--. Soy la soldado Gilca. --Tenemos un problema, la base esta al otro lado de aquel pueblo --senalo hacia atras. --Tendremos que rodear por uno de los dos lados. --Los guerrilleros estan avanzando por el interior de las poblaciones, estan desde alli colocados estrategicamente. --Tambien los tienen rodeados, debemos alejarnos por las montanas lo suficiente para que no nos vean. Soldado Gilca tenemos que irnos ya, ponte a cubierto, yo voy delante de ti, y vamos a avanzar hasta alli, no pierdas la zona de atras. El pulso me temblaba, recordaba aquellas palabras de mis padres de que no iba a ser nada en la vida. Eso si, cabezona como era, me presente a las pruebas del ejercito sin saber que las pasaria y alli estaba en mi primera mision, jugandome la vida por el simple hecho de demostrar al mundo que podia ser alguien. Fuimos avanzando mientras me sentia en el ojo del huracan. Para mi, que debia haber mil guerrilleros apuntandonos. Esa era mi sensacion en cada momento, pero queria demostrar fuerza y dejar esa sensacion a un lado, calibrar el peligro real y controlarlo, en la medida de lo posible. Por fin logramos llegar a ese punto donde nos sentiamos un poco mas seguros para planear el nuevo avance. ?Habria sido solo el buen hacer del sargento o Dios, el universo o lo que quisiera que fuera habian escuchado mis plegarias? Porque ya se sabe, una, creyente no es, pero cuando le ves la cara a la muerte haces un pacto con el mismisimo diablo, si es necesario. El campamento principal estaba alli, en la provincia de Kabul donde se habian levantado dos campamentos de nuestro ejercito. Nuestra mision consistia en minimizar los actos terroristas y para ello los asaltos a edificios, las operaciones nocturnas y las incursiones enemigas formaban parte de nuestro dia a dia. --Vamos a tardar por lo menos doce horas en llegar hasta alli --me miraba con seguridad y eso me hacia sentir que habia probabilidades de llegar. --?Crees que llegaremos de verdad? --No creo, estoy seguro, pero tenemos que estar atentos en todo momento y con la cabeza fria --su mirada era convincente y su media sonrisa de consuelo era lo que me llenaba de esperanzas. --Si me saca de aqui me tiene a sus ordenes para toda la vida --bromee. --No lo dudo, muerta no lo estarias --reimos en voz baja. --Tambien es verdad, mientras este viva y en el ejercito estare a su disposicion --sonrei adoptando un gesto de resignacion. --Tampoco soy tan malo, es mas creo que nunca cruzamos palabra. --Nunca --sonrei. Aunque perteneciamos a la misma base en nuestro pais, yo tenia otro destino cuyo mando no ostentaba el, asi que lo conocia de vista, pero nunca nos habiamos parado a hablar, ni siquiera en aquella mision. Eso si, sabia quien era perfectamente. --La noche va a caer y es bueno para avanzar, ahora tenemos la oportunidad de hacerlo con mas seguridad que si fuera de dia. --Lo que usted diga, me siento un conejo a punto de ser presa de los guerrilleros --mire hacia arriba. --Tranquila, no tenemos otra que llegar hasta alli, asi que pensemos en positivo y a confiar en que lo vamos a lograr, no contemplo ninguna otra opcion. --Mejor, mejor --asentia nerviosa mientras lo miraba. Comenzo a visualizar cuanto estaba al alcance de sus prismaticos y yo lo seguia sin perder la vista a todos lados, sabia que podiamos llevarnos una sorpresa en cualquier momento. Y, si algo tenia claro es que no iba a ser buena. Sentia un frio interior imposible de describir. ?En que diantres pensaba? En ese momento en el que por fin tenia un trabajo, aunque pensara que no valiera para el, voy yo y me meto en ese lio del Monte Pio. Por el amor de Dios, si hasta ya tenia mi propia casa y con ello mi ansiada independencia, esa que tanto me habia costado y que tanta ilusion me hacia, pero no, se ve que pense que en Kabul habia mejores fiestas. Paramos al comprobar que un coche todoterreno salia del pueblo en direccion a la montana, pero lejos, hacia el frente. Nosotros estabamos a un lado, a una distancia considerable. No obstante, no podiamos hacer ningun movimiento extrano. Mi corazon se aceleraba por segundos, no queria que por nada del mundo ese coche cambiara el rumbo ya que iban cinco personas que estarian deseosas de abrir fuego. --Se van, tranquila, se van --no perdia la vista de ellos. --Y que no vuelvan --murmure en voz alta. ?Habria escuchado mi aceleracion? No queria ponerlo mas nervioso, bastante tenia el con ser la cabeza pensante del asunto, pero lo mio era irremediable. Me sonrio y me hizo un gesto con la cabeza para avanzar, yo veia que nuestro destino estaba a anos luz de nosotros, que no tardariamos doce horas sino una eternidad. Me seguia temblando hasta el pelo, no veia avance alguno de aquella manera, pero obvio que lo estabamos haciendo. Sin embargo, mis miedos eran mas grandes que mi sueno de llegar a ese punto, que ya es decir. --Si llegamos a mi me tienen que arrestar --volvi a hablar en voz alta. --?Y eso? --Se giro y levanto la ceja. --Ya se, no lo entiendes, pero eso significa que, si logro mi objetivo y llego, no me muevo hasta que me lleven para Espana. Vamos, que lo tengo claro. No salgo asi me encanonen para obligarme --dije sin pensar que le estaba hablando a un suboficial. De todos modos, en la situacion que estabamos no creia que me lo tomara en cuenta. --?Piensas que despues de esta yo voy a salir del campamento de nuevo? --pregunto confirmando mi broma. --Pense que eras mas valiente --me maldije por volver a hablar en voz alta, pero ya lo habia dicho. --Todos los somos hasta que nos vemos en estas --me sorprendio su respuesta--. En cualquier caso, no es lo mismo estar en grupo que como los dos estamos ahora mismo y menos mal que nos hemos encontrado --seguia andando mientras yo iba detras de el. --La verdad es que es en estos momentos cuando una se plantea la de cosas que haria a cambio de no estar en esta situacion. --Si, es verdad --decia girando su cara para transmitirme su media sonrisa. --Hasta me casaria con un guerrillero si me atrapara y me lo pidiera, todo con tal de no morir aqui --rei nerviosa solo de imaginarlo. --Yo te vendo a cambio de mi libertad --bromeo. --Pues vaya aliciente me acabas de dar --negue incredula. Sinceramente, no lo creia. No sabia por que, pero aquel hombre me transmitia seguridad. Quizas fuera por el simple hecho de que yo iba por alli sola como pollo sin cabeza hasta que me di de bruces con el o porque realmente sabia lo que hacia y eso se notaba. Seguimos avanzando con cuidado extremo y sin hacer apenas ruido. Evitabamos hablar cuando estabamos andando ya que el iba pendiente a cuanto nos rodeaba. ?Y yo? Yo iba pendiente a su culo, a ese que me guiaba hasta la posible salvacion. Hablando de culo, nunca me habia fijado en el y no podia negar que a traves de lo mucho que llevaba de ropa, mochila y demas, se dibujaba respingon, bien curtido. Ya se me pasaba de todo por la cabeza, el miedo mas que alejarme de pensamientos lujuriosos, me acercaba a una mezcla explosiva que evadia mi mente. ?Explosiva tenia que ser el termino? Vaya si era desafortunado, rei internamente.

  • Mientras sorprendan los dias de Sara Manero

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    Pilar, enfermera separada y madre de dos hijos adolescentes, se levanta una nueva manana dispuesta a afrontar los retos de su vida cotidiana, entre los que no es el menor su lucha contra la enfermedad que padece desde hace unos anos. Poco despues suena tambien el despertador para Paco, su exmarido, a quien la separacion y un paro de larga duracion han hecho volver a la casa materna. A la misma hora, dos pisos por encima de Pilar, se despierta Mario, un vecino con quien solo ha intercambiado algun saludo cortes, pese a coincidir casi a diario. El dia se inicia con sus suenos, sus expectativas, sus temores, pero la vida esta dispuesta a sorprender a nuestros personajes de la manera mas inesperada.

  • Una noche loca de Liah Jones

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    Llega la cena anual de empresa y se celebra una gran fiesta, en la ciudad condal. Dos amigas y companeras deciden disfrutar de la noche… ?Lo que pase en Barcelona, se quedara en Barcelona…?
    Una historia de emociones, amistad, complicidad y sexo. No recomendada para menores de dieciocho anos, por contener escenas de sexo explicito.

  • Imposible es nada de Elena Pita

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    Aquella manana le tocaba ir al hospital, probablemente el lugar que mas habia odiado nunca; aquel hospital de paredes sucias y pasillos atestados de enfermos dolientes como animas sin vida, de personal atropellado y a punto de la desidia. Tenia que recoger los resultados del ultimo PET, una de esas tomografias nucleares que evaluan el dano en los tejidos. A Carmen Lopez le habian descubierto un cancer de pulmon, iba a hacer ya dos anos. Dos anos ganados a la vida porque el tumor se habia diagnosticado en fase muy avanzada (estadio IV) y propagado en dos metastasis. Ella no se habia resignado y, blindada de la energia positiva y la fuerza que contagian la responsabilidad y el amor de dos hijos aun pequenos, se sometio con excelentes resultados a tratamientos de radio y quimioterapia que habian logrado disipar aquellas oscuras manchas, ramificadas en la columna vertebral y el esofago, y reducir el tumor principal, que amordazaba la vena cava. Eran resultados excepcionales que los doctores habian presentado en simposios medicos; admirable fortaleza la de Carmen, que durante aquellos largos meses fue capaz de ocultarle la enfermedad al mundo e incluso a su anciana madre: detestaba dar lastima. Y en su intimidad, sus horas de mayor soledad, recordaba la lectura de La sonrisa etrusca, tierna novela en la que Jose Luis Sampedro relata la lucha de un viejo partisano contra el peor enemigo jamas enfrentado en su vida: la Rusca, un cancer de estomago que acabaria robandole a mordiscos hasta el ultimo soplo, y que encima el escritor habia bautizado con el nombre de las perras pastoras de la madre de Carmen, transmitido el nombre de generacion en generacion canina. No tenia por que ser distinta aquella manana de principios de diciembre. El mismo e infecto hospital, el cielo cubierto, las calles mojadas. Llego a la consulta del oncologo con optimismo, esperando escuchar lo que ya se habia convertido en una tonica progresiva: una vez mas el tumor primigenio habria reducido su tamano y actividad, pese a que una nueva sombra les inquietaba desde la ultima radiografia. <>. Las palabras de su admirado oncologo taponaron los oidos de Carmen. Ya no escucharia mas que un zumbido en su cabeza. Eran sus palabras una sentencia de muerte irrevocable y pronta que ella se negaba a aceptar. Aun noqueada por el shock, percibio sin embargo que el doctor estaba dejando una pequena espita abierta, una diminuta posibilidad de vida que su esposo si pudo escuchar con nitidez. Se trataba de un joven cirujano que habia desarrollado una tecnica quirurgica minimamente invasiva que, a traves de una sola incision y valiendose de una camara, operaba proezas y se atrevia con los mas endiablados tumores de torax. <>. <>, le estaba diciendo el doctor Firvida cuando Carmen pudo volver a escuchar: <>. * * * La camilla de Carmen esta siendo introducida en el ascensor de planta camino al quirofano. Han transcurrido apenas dieciocho dias desde su sentencia. Dieciocho dias con sus noches de espanto y panico, abrazada a su marido, ocultando a sus dos hijos y a su madre todo indicio de la grave situacion. Dieciocho dias y sus noches de ferreo control mental para no desesperarse. Carmen padecio siendo aun bebe la poliomielitis, durante la ultima y temida plaga del virus que se propago en Espana en los anos cincuenta. Fue primero intervenida, con solo tres anos, por un doctor aleman que en Madrid le fijo a la tibia el pie que habia quedado suelto y desarmado, y luego con trece se sometio a la tecnica quirurgica experimental del doctor Esteve de Miguel, que, sirviendose de un hierro colocado en forma de zeta, lograba alargar hasta cinco centimetros las tibias de aquellos ninos de la polio. Su padre, urologo, no dudo en confiar en la experimentacion de su colega catalan: fueron ocho operaciones en total para el estiramiento de la tibia, un dolor inenarrable que al primer asalto le haria adelgazar once kilos en veintiocho dias, y cuya sola contemplacion noquearia a su madre en el viejo Hospital Quiron de Barcelona: <>, le rogaba a su esposo. Y el, que las visitaba los fines de semana: <>, a la nina. Una memoria tan atroz que ensenaria a Carmen <>. <>. Asi pues, dieciocho dias de espera con la seguridad de que todo iba a ir mejor: <>. Dieciocho jornadas de carreras recopilando pruebas e historial clinico y siguiendo los pasos de aquel cirujano prodigioso que curiosamente tenia su plaza en la Seguridad Social a tan solo ciento setenta kilometros de distancia de su ciudad, pero que al parecer viajaba por todo el planeta sin descanso ensenando su innovacion. El joven cirujano que, !Dios le bendiga!, despues de recibir las imagenes del tumor habia dicho que si, que el la operaria aunque su equipo lo hubiera descartado o simplemente no se sintiera capaz de abordar el caso: una masa localizada en el hilio pulmonar, esa cavidad central, entre ambas visceras, donde nacen los vasos del corazon, atravesada por las principales arterias toracicas. Media catorce centimetros de diametro, invadia el lobulo superior derecho y estaba literalmente incrustado en la vena cava; ademas, habia sido sometido a una radio y quimioterapias limites durante dos anos, con la consecuente debilitacion de los tejidos. El diagnostico de los cirujanos que le correspondian por la Seguridad Social habia sido tajante y volvio entonces a ser tajante: <>. Pero consiguen hablar con Diego y hacerle llegar todo el historial y las ultimas pruebas, y el esposo de Carmen, el doctor estomatologo Ignacio Romero, jamas podra ya olvidar lo que aquel cirujano ofrecio como respuesta. <>. Expuso con claridad al esposo y cunado de Carmen (medicos ambos) los riesgos de la intervencion, que eran muchos, pero que el asumia como cirujano y ella como paciente: <>. Tampoco les parecio una historia increible, un cuento, casualidad o supercheria que aquel cirujano tuviera su plaza de origen en A Coruna, tan cerca, <>. Se lo comunica al oncologo jefe del equipo, y el doctor Firvida dice que si, que es bueno tener esa segunda opinion. Carmen se dirige entonces con todo su historial al equipo del doctor Josep Baselga, quien acababa de ser nombrado director medico del Memorial Solan Kettering Cancer Center de Nueva York, el mas prestigioso centro oncologico del mundo. El insigne doctor catalan recibe personalmente sus pruebas y la emplaza a una cita con la jefa del programa de cancer de pulmon en su instituto de Barcelona. La doctora Felip (gran conocida de Firvida), tras un sinfin de examenes, descarta la compatibilidad de su tumor con los tratamientos inmunoterapeuticos que estan aplicando, y le aconseja que abandone toda quimioterapia, porque le va a destruir. Algo que la paciente una vez mas no admitira: <>. Y continua con la quimio hasta que, como ya contamos, se revela inoperante. * * * Se celebraban elecciones generales en Espana y, de nuevo, como si la casualidad existiera, el cirujano vendria a votar en un plazo de, eso precisamente, dieciocho dias. Carmen dio gracias incluso a la politica. Ni tiempo hubo de consulta previa, apenas se habia visitado con su equipo medico, que no se sintio capaz pero que no dudo en remitir las pruebas a su colega, que impartia esos dias entre Shanghai y Estados Unidos. Acostumbrado el equipo a que el si asuma retos que para cualquier otro resultarian un imposible: sobradamente conocian aquellos medicos la intolerancia de Diego al termino <>. * * * Estan introduciendo su camilla en el ascensor de la planta para bajar a quirofano y de pronto hace su aparicion decidida un chico jovencisimo enfundado en un plumifero azul, acompanado por su colega (y hoy jefa de servicio) Mercedes de la Torre, tocada de un gorrito de lana. El joven se acerca a la camilla: <>. Le cogio una mano y se la apreto con suma delicadeza y a la vez firme teson.

  • Aqui. No tengas miedo de Alvaro Taboada

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    ?Recuerdas la primera vez que te enfrentaste a la vida?

  • En medio de nada de Loles Lopez

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  • Esto es marketing de Seth Godin

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    El marketing lleva tanto tiempo entre nosotros que lo damos por hecho. Como el pez que no entiende el agua en el que vive, no vemos lo que realmente esta pasando y no nos damos cuenta de como nos esta cambiando. Ha llegado la hora de hacer algo mas. De mejorar las cosas. De provocar el cambio que te gustaria ver en el mundo.

  • La subasta de Carmen Omana

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    ?Que harias si por burla del destino terminas en una subasta de virginidades femeninas y el mejor postor de una prestigiosa agencia de escort esta dispuesto a pagar 1350000 dolares por una sola noche contigo?

  • Mi gran sueno londinense 1 de Laura Lopez

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    Primera Parte

  • Deliciosa amnesia de Emilia V

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    Voy en camino --dije, tenia ambas manos en el volante y la pieza del Bluetooth en mi oido. --Date prisa, por favor --contesto mi padre en voz baja--. Algo no esta bien, Evan. Hay una mala... --Se interrumpio--. Y no se... --Papa se quedo completamente callado, quite las manos del volante y me estire en el asiento. --?Papa? ?Papa, hola? ?Puedes oirme? Pero ya no estaba. Y yo, me encontraba atrapado en un ferry camino a Nantucket sin nada mas que preocupacion por esa llamada. Eso no era propio de el. Mi padre era una roca. Mentira, ni siquiera era una roca, era acero. El hombre me habia criado, por el amor de Dios. En toda mi vida nunca me habia pedido ayuda, y ahora, el dia que me pide ir a conocer a mi nueva madrastra y hermanastra, me hacia esa llamada ?Sonaba asustado? ?Donde estaba su rudeza habitual? Saque el auricular de mi oreja, lo que hizo que me picara instantaneamente. --Ahhhhh --grite frustrado, y lo arroje al asiento del pasajero de mi Audi. Abri la puerta y sali del auto para buscar a alguien que me explicara que diablos estaba pasando. Un tipo con un uniforme de marinero cursi se paseaba entre los demas vehiculos, observando y anotando las matriculas en un portapapeles y sonriendo a la gente sentada dentro de ellos. --!Hey, tu! --grite. Varias cabezas se voltearon hacia mi. El marinero tambien levanto la vista --. Si, tu, ?cuanto falta para que esto termine? --Quedan quince minutos de viaje, senor. --Quince minutos --Saque mi billetera y se la menee como si fuera una delicia--. Que sean cinco y te dare mil dolares. El hombre volteo los ojos de tal manera que solo se veia lo blanco de ellos. --?Senor? ?Tartamudee? --No, senor, pero me temo que no puedo cambiar el rumbo ni la velocidad del ferry. Esta en nuestra pagina web, senor. El viaje dura dos horas y quince minutos, en total. --Dos mil dolares --le conteste igualmente, y saque algunos billetes para probar que hablaba en serio. La suave brisa, el olor del oceano, la hermosa vista del dia en este verano, todo se me escapaba. --Senor, no puedo hacer que el ferry vaya mas rapido. Tendra que esperar --dijo el hombre. Bueno, esa era la primera vez que me rechazaban una oferta asi. Habia sido rico la mayor parte de mi vida, y alcance a serlo mucho mas trabajando en tecnologia y bienes raices, despues de dejar la casa de mi papa. Segun mi experiencia, el dinero lo compraba todo, incluyendo viajes mas cortos a traves del oceano. Me sente de nuevo en mi auto, refunfunando en voz baja. A pesar de todo, alcance mi movil nuevamente y llame al telefono de mi padre. No contesto. Probe llamar al telefono fijo despues, apretando los dientes a traves del incesante zumbido. --Vamos --murmure--. Contesta, papa. La culpa me envolvio. Habia estado lejos de el ultimamente. Lo habia dejado esperando muchas veces. Incluso venir a conocer a su nueva esposa e hija esta semana habia sido una tarea casi imposible para mi, y ahora esto estaba sucediendo. Finalmente, el ferry atraco, y me dirigi hacia la larga calle que se unia con Cliff Road y terminaba en direccion a North Shore. O al menos, la parte de North Shore donde estaba ubicada su mansion. Sentia la tension acumularse y recorrer mi columna vertebral. Esto no era normal. Estaba en peligro. Tranquilo, imbecil. El esta bien. Mi padre no tenia ningun enemigo. No era como yo, en ese aspecto. No habia ninguna razon para que estuviera en peligro. Mis manos sudaban al volante, mi pie presionaba impaciente el acelerador. Me gustaba tener el control todo y no esperaba a que nadie mas hiciera algo. Estaba en mis manos, y asi era como me manejaba. Me acerque al camino de entrada de la mansion, y me incline hacia adelante. Mi mirada viajo desde el camino hacia el cielo, una y otra vez. Senti un vacio en mi estomago al ver la columna de humo negro que se elevaba en la distancia. No. No puede ser. !Carajo! Hundi el pie en el acelerador, resbalando en el camino que conducia a la casa. Luces parpadeantes aparecieron en mi espejo retrovisor y un camion de bomberos se acercaba detras de mi. Acelere mucho mas y atravese con el Audi las rejas de entrada a la propiedad. La mansion estaba al final de un largo camino de grava. El fuego vivo serpenteaba desde las ventanas abiertas en el ultimo piso. La casa de la piscina a la izquierda ya estaba envuelta en llamas. La puerta principal estaba abierta a lo alto de los enormes escalones de piedra, pero no habia nadie de pie fuera de ella. No veia a mi padre en ninguna parte, no estaba afuera con su nueva esposa a su lado. Apenas habia frenado cuando mi mano ya habia soltado el cinturon de seguridad y con la otra abri la puerta. Salte y corri hacia la entrada principal. Detras de mi podia escuchar el chirrido de las llantas del camion de bomberos y los gritos. El humo que salia del pasillo, me asfixio. Me arranque la camisa. Me la ate alrededor de la nariz y la boca, y luego entre. --!Papa! Papa, ?donde estas? Mis ojos ardian, no podia ver. Me arrodille y me arrastre hacia la habitacion mas cercana, tosiendo, balbuceando y llamando a mi padre. Una figura aparecio en la alfombra grisacea delante de mi. Una mano delicada con los dedos enroscados contra la palma, unas pintadas de rosa palido. La imagen me llamo la atencion. Era una mujer. ?Quien era? ?Que hacia ella aqui? Mi hermanastra. Me arrastre hasta ella, con la garganta seca, tosiendo y agarre uno de sus brazos levantandola con cuidado. Tenia que sacarla de ahi. No podia seguir con el plan de arrastrarme y buscar a mi padre. Si pude encontrarla a ella, los bomberos encontrarian a mi padre y a mi nueva madrastra tambien. Una gran grieta resono sobre mi. !Muevete! Antes de que todo el techo se derrumbe sobre tu cabeza. Ella era ligera en mis brazos a pesar de su cojera. Corri a traves del humo hacia el vestibulo de entrada y un estruendoso choque, seguido de una ola de calor, me persiguio, pero no me detuve a mirar atras, no me atrevi. Alcance los escalones de piedra de la entrada, agarrando a la mujer en mis brazos. Tosi bajando cada uno de ellos y me detuve en el camino de grava junto a mi auto. Los bomberos pasaron corriendo frente a mi y entraron en la mansion. Sonaban gritos. Desenrollaron una gruesa manguera del camion y una ambulancia se apresuro a subir por el camino. La mujer aun estaba inconsciente. Me agache y la puse sobre la grava tan suavemente como pude, y luego me arranque la camiseta de la cara. Mi vision era borrosa, salian lagrimas involuntarias de mis ojos. Tosi, parpadee, me limpie la cara. Finalmente, me aclare un poco, y mi mirada se poso sobre ella. Mi corazon se detuvo por un instante. El mundo que me rodeaba se ralentizo, casi desaparecio por completo, y durante un milisegundo no habia fuego, ni peligro, no pense en mi padre, ni escuchaba las sirenas ni los hombres gritando. Solo estaba ella. Era perfecta. Coloque sus brazos suavemente a los costados, su pecho subia y bajaba lentamente. Era curvilinea, perfectamente proporcionada, con una expresion en su rostro que era verdaderamente pacifica, incluso a traves de las manchas de hollin. Una sensacion extrana se apodero de mi pecho, tenia la creciente necesidad de protegerla de las llamas, del humo, de cualquier peligro. Me puse un puno en el pecho, tratando de deshacerme de ese sentimiento. ?Quien eres? --!Hey! --El grito rompio el hechizo. Levante la vista y un bombero venia hacia mi, despejando el humo con sus manos. --Oye, ?estas bien? ?En que diablos estabas pensando? No puedes entrar a... --Se detuvo cuando vio a la mujer. Me dolia muchisimo la garganta, pero la aclare para hablar, al menos lo intente. --Mi padre --dije con voz ronca--. Mi padre y su esposa estan en el edificio. Tienen que sacarlos. --Nos encargaremos de ello --dijo el tipo de uniforme, y luego miro hacia atras por encima del hombro--. Aqui vienen los medicos. Quedate aqui mismo y no la muevas. --No me digas --le conteste, tosiendo en mi puno. No podia moverme, mucho menos a ella. Dios, habia inhalado tanto humo y gastado toda mi energia, pero queria volver corriendo a esa mansion y buscar a mi padre. ?Como diablos paso esto? Mire a la mujer aun inconsciente. ?Como se llamaba? Mi padre me lo habia dicho, pero yo era pesimo a la hora de recordar fechas y nombres. Addy, Audrey o algo asi. Me sono una alarma en el cerebro cuando la mire fijamente. Ella sabia lo que habia pasado. Tenia que saberlo. Un par de medicos corrieron hacia nosotros, con una camilla. La bajaron y se pusieron a trabajar en ella, revisandole el pulso, levantandola, atandola. Otro corrio hacia mi y se agacho, agarrando una pequena linterna con la mano. --Senor, ?puede oirme? --No, el humo ha tapado mis oidos. La confusion se apodero de la expresion del paramedico. --Por supuesto, puedo oirte. ?Adonde la llevas? --pregunte, poniendome de pie. --Al hospital.

  • Inutil ilusion traicionera de Noe Casado

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    Despues de tres anos de dura investigacion, el juez Fabio Castel asiste al entierro de Ezequiel Zahner, un escurridizo mafioso al que estaba a punto de incriminar. Durante el sepelio aparece una misteriosa y atractiva mujer con zapatos rojos que se despide del difunto.

  • Como ser un estoico de Massimo Pigliucci

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    Pese a lo que se suele pensar, el estoicismo no consiste en suprimir u ocultar nuestras emociones, sino en reconocerlas, reflexionar sobre lo que las causa y reconducirlas para nuestro propio bien. Lo que lo convierte claramente en una filosofia practica.

  • El fruto del honor de Elif Shafak

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    La historia de una familia kurdo-turca que se traslada a Londres en los anos 70 sirve de motor narrativo para contar el dificil encaje de tradiciones distintas.

  • No mas secretos de Sophie Saint Rose

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    Patricia se levanto de la cama muy emocionada. Ese dia iba a cambiar su vida. Repleta de energia fue hasta el bano bailando porque hoy al fin iba a cobrar su herencia. La herencia que al fin la liberaria del trabajo de mierda que tenia en la fotocopiadora. Se miro al espejo y sus ojos verdes brillaban mas intensamente y su cabello rubio parecia que tenia el color mas rubio y brillante. Hasta sus ondas estaban mas marcadas. --Leche. Que bien te sienta ser rica --dijo alucinada acercandose mas al espejo. El primer dia que viviera su ano numero veintiseis. El dia anterior habia cumplido veinticinco, asi que ese era el primer dia de su ano veintiseis. Sonrio al espejo y abrio el grifo del agua lavandose las manos para ir a preparar el enorme desayuno que pensaba pegarse. Entrecerro los ojos al ver que sus manos se tenian de azul, pero al ver el agua que caia en el lavabo, la vio trasparente. Se extrano y aparto las manos para poner el tapon pensando que habria algun problema con la caneria, pero el agua era cristalina. Pero sus manos estaban de un azulado algo raro. Que cosa mas rara. ?Seria algun producto quimico que habian echado en el agua? En Nueva York cualquier cosa podia pasar. Cogio la toalla y fue hasta la cocina secandose las manos. Abrio el grifo del fregadero y el agua salia bien. Se miro las manos y jadeo al ver que la toalla blanca estaba impecable y que sus manos volvian a su color natural. -- Madre mia. !Con lo bien que iba el dia, no me puede salir una alergia! Nerviosa pidio cita con el medico para despues de su encuentro con los abogados. Olvidandose de las manos, le guino el ojo al abuelo, que le sonreia desde la foto que tenia sobre la chimenea sentado en su sillon con su espesa barba rubia. Habia muerto hacia cuatro anos y para su sorpresa en su testamento habia especificado que no podia heredar hasta despues de cumplir veinticinco anos. Fueron unos anos dificiles porque los albaceas de su abuelo solo le pagaban los gastos del piso que tenia en la Quinta Avenida. De su mantenimiento debia encargarse ella y trabajando en la fotocopiadora no es que ganara demasiado, asi que esos anos no habia podido permitirse ningun lujo. Pero al fin todo habia terminado y era rica. Estaba forradisima y despues de pensarlo cuatro anos, tenia decidido viajar por todo el mundo. Iba a tirar la casa por la ventana. Comio mas que normalmente, que ya era decir. Y fue a ducharse despues de sacar del armario unos pantalones negros y un jersey de cachemira azul intenso. Era la unica ropa que tenia de calidad y no queria desentonar en el despacho de abogados. Abrio el agua de la ducha mirandola con desconfianza, pero despues de quitarse el pijama se metio dentro cuando el vaho invadio el cuarto de bano. Cerro los ojos debajo de la alcachofa de la ducha y extendio las manos hasta el dispensador de champu que tenia delante. Se enjabono con calma. No tenia ninguna prisa y disfruto de su primera ducha sin tener que ir corriendo al trabajo. Se dio la vuelta y enjabonandose cantando a pleno pulmon "My way" de Frank Sinatra y se le metio algo de jabon en los ojos. Cerrandolos gimio porque dolia. Alargo la mano para coger la toalla mientras que con la otra cerraba el grifo. Salio de la ducha pasandose la toalla por la cara y cuando abrio los ojos se miro al espejo pasando la mano por el para quitar el vaho. Grito trastrabillando hacia atras chocandose con la pared cubierta de marmol. Pero ni se inmuto por el dolor en la espalda mirandose al espejo con los ojos como platos. !Estaba verde! !Y no un verde clarito, no! !Parecia un lagarto! Asombrada se miro las manos y gimio al ver que sus unas parecian doradas. Dios, todavia no se habia despertado. Era eso. Se arreo un tortazo y se miro al espejo. Aquello habia dolido asi que no estaba dormida. Observando su cabello que tenia unos rizos increiblemente dorados y sus ojos rasgados rodeados de pestanas azules siseo --Me cago en la leche--. Miro hacia abajo para encontrarse que tenia el pelo del sexo del mismo color. Se dio la vuelta en el espejo y casi se muere del susto al ver encima de su nalga derecha algo trasparente. Temblando llevo la mano hasta alli y se lo toco. Parecia plastico y tenia una forma curvada. Tiro de ella. --!Auchh! -- chillo cuando se la quito como si hubiera salido de su piel. Alucinada lo puso ante su cara sintiendo su corazon a mil por hora. Tenia el tamano de la palma de su mano y era un semicirculo algo curvado. No era trasparente del todo. Al ponerlo a la luz del cuarto de bano, tenia un color ligeramente verdoso en su transparencia y estaba duro. Se le puso el pelo de punta dejandolo sobre el lavabo con el corazon a mil. A toda prisa salio del bano y se sento sobre la cama mirando hacia alli. El vaho salia del bano y se volvio a mirar las manos. Cuando antes del desayuno se habia secado se le habia ido el color. Histerica cogio las sabanas y empezo a secarse con fuerza hasta hacerse dano. Cinco minutos despues el color empezo a desvanecerse lentamente y suspiro de alivio al ver que el color de pelo se desvanecia hasta volver a su color. Iba a tener una conversacion muy larga con el medico en su cita de esa tarde. !Algo le estaba sentando fatal! Se lavaria con agua mineral hasta que descubrieran lo que tenia el agua. Mas tranquila por haber encontrado una solucion se vistio mirando de reojo el bano. Se sento en el tocador y se cepillo el cabello haciendose una cola de caballo. Ya no tenia animos de alisarselo, no fuera a ser que con el calor se le pusiera rojo o algo asi. Cogio su abrigo negro y el bolso antes de ir hacia la puerta de su habitacion, pero nerviosa volvio a mirarse al espejo, suspirando de alivio cuando vio su color. Todo iba bien. Una hora despues llego al despacho de los abogados. Se habia mirado en casi todos los escaparates de camino hacia alli y empezaba a estar algo paranoica. Se acerco a la recepcion del lujoso despacho de abogados y espero impaciente a que la recepcionista la atendiera. Sonrio agradablemente pulsando un boton del teclado. --Buenas tardes, senorita Walters. Llega pronto a su cita. --Es que tengo algo de prisa --susurro mirandose al espejo que tenia la recepcionista tras ella. --No pasa nada. Si espera en la sala, avisare al senor Williams. --Si, claro. --Se volvio apretando su bolso. Menuda mierda. El dia que debia ser la persona mas feliz del mundo, estaba totalmente acojonada. Se sento buscando un sitio donde mirarse y suspiro de alivio al ver la mesa de cristal que tenia al lado. Al mirarse entrecerro los ojos al ver el color de su retina. Se acerco a la mesa de cristal y la recepcionista entrecerro los ojos al verla jurar por lo bajo acercandose tanto que casi podia pegar la nariz a la mesa. --Senorita Walters. ?Se encuentra bien? Se sobresalto incorporandose y dejando caer el bolso. --!Si! !Claro que estoy bien! --Forzo una sonrisa y se levanto de golpe. --Voy al bano, tengo algo en la lentilla. La chica sonrio de alivio. --Por supuesto. --Senalo el pasillo. --Al fondo a la derecha. Casi corrio hacia alli y al cerrar la puerta gimio cerrando los ojos. --Por favor, sere buena. Asustada giro la cabeza hacia el espejo y abrio los parpados lentamente. De la fuerza con la que los habia cerrado ahora veia chiribitas. Se acerco al lavabo encastrado en una encimera de marmol y se miro al espejo. !Su puntito negro estaba dorado! !Dorado! ?Madre mia y como se secaba el ojo? !Unas gafas de sol! A toda prisa abrio el bolso y las busco, pero no las encontraba. Dios, no podia tener tan mala suerte. Entonces escucho el pitido y asustada miro hacia arriba pensando que era la alarma de incendios. Como saltaran los aspersores aquello iba a ser un espectaculo. Al ver que no saltaban escucho atentamente y era un pitido extrano, parecia mas bien una melodia aguda. ?De donde saldria? Encogiendose de hombros volvio a buscar en el bolso y casi chilla de la alegria al abrir una cremallera y encontrar el estuche de las gafas. Vacio. Estaba vacio. Casi estrella el bolso contra la pared. Se volvio a mirar al espejo. --Llevas lentillas de colores. Y son la leche. Se van a quedar de piedra porque pareces una extraterrestre. Aparentando que no le daba importancia, salio del bano pasandose la mano por el vientre y se dio cuenta que de los nervios ni se habia quitado el abrigo. Volvio a la recepcion y se sento dando golpecitos con el pie sobre la moqueta. La chica la miro algo molesta por el ruido que hacia, pero estaba tan nerviosa que no se dio ni cuenta. Miraba de un lado a otro como si fuera una fugitiva que huyera de algo y la de recepcion carraspeo. --?Quiere que le traiga un cafe? --?Un cafe? --Forzo una sonrisa. --No, gracias. --?Agua? --!No! --exclamo horrorizada como si hubiera dicho un sacrilegio. Se sonrojo al ver su expresion--. Quiero decir... vengo bebida de casa. --Ahora lo entiendo --siseo la chica volviendo a su trabajo. Patricia gruno por lo bajo y nerviosa movio su pierna mas rapidamente. -- ?Van a tardar mucho? La chica suspiro levantando la mirada. --Enseguida la llaman. ?Por que no lee una revista? --!Si! Una revista. --Entonces volvio a escuchar ese ruido. ?Se le habria cambiado la melodia del movil? Lo miro, pero no era el suyo. Miro a la recepcionista con el ceno fruncido. --?No piensa cogerlo? --?El que? --El telefono. ?Esta sorda? La chica movio los ojos de un lado a otro y forzo una sonrisa empezando a acojonarse. --?Que telefono? Patricia se levanto. --?No lo oyes? --pregunto mirandola con los ojos como platos--. La chica levanto el telefono lentamente. --?Ves como sonaba? ?Que pasa? ?Te estas quedando conmigo? --Ni se me ocurriria, senorita Walters. ?Senor Crown? Tenemos un problema. Su cita de las doce ya esta aqui. --Y susurro --Y parece drogada. --?Pero que dices chiflada? ?Tengo pinta de drogata? --Bueno, aquello era el colmo. Tapo el auricular y sonrio. --Es para que se de prisa. --Atonita vio que se ponia el telefono al oido de nuevo. --Si, la pasare a la sala de juntas. Cinco minutos. --Colgo el telefono. --Venga conmigo senorita Walters. El senor Crown la atendera en cinco minutos.

  • Deseo de ser punk de Belen Gopegui

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    Belen Gopegui, autora de La escala de los mapas, nos adentra en el mundo de Martina, una adolescente indeleblemente marcada por las estelas rebeldes del rock.

  • Las Perlas de las Reinas de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Somos realmente duenos de nuestras decisiones?
    Alix Mesniel, conservadora de Patrimonio Nacional, vive entregada a su trabajo y no se plantea mantener una relacion estable con ningun hombre. Esta preparando el traslado de varias obras de arte al nuevo Museo de las Colecciones Reales de Madrid cuando, de forma sorpresiva, aparece enterrado en una finca de Medina Sidonia (Cadiz) un cofre del siglo XVIII con la primera prueba creible del paradero de una joya legendaria de la Corona Espanola que desaparecio sin dejar rastro: Las Perlas de las Reinas. Durante la investigacion, Alix conoce a Beltran Gonzalez. El es experto en Historia, aventurero por naturaleza y el hombre que hara anicos su soledad. ?Existe logica ante lo inexplicable? Inician una relacion a pesar de sus diferencias y esclareceran turbios asuntos de la realeza mientras se acercan al destino final de la joya, pero un suceso inesperado dara un vuelco a la investigacion y provocara una debacle en sus emociones.

  • Helter Skelter de Vincent Bugliosi

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    LA VERDADERA HISTORIA DE LOS CRIMENES DE LA FAMILIA MANSON *** 7 MILLONES DE EJEMPLARES *** (El libro de true crime mas vendido de todos los tiempos) Prologo de Kiko Amat El sabado 9 de agosto de 1969, tras una alerta de posible homicidio, tres agentes de policia acuden a la vivienda de la actriz Sharon Tate --la mujer del director de cine Roman Polanski, embarazada de ocho meses-- situada en el 10050 de Cielo Drive, en el opulento barrio angelino de Bel Air. En la mansion, descubren los cuerpos salvajemente asesinados de la actriz y otras cuatro personas en lo que parece un crimen ritual. Al dia siguiente, no muy lejos, en el barrio de Los Feliz, encuentran los cadaveres acuchillados del matrimonio Leno y Rosemary LaBianca. En el cuerpo de la mujer se identifican posteriormente cuarenta y una heridas de arma blanca. En tres puntos del domicilio, alguien ha dejado escrito, con la sangre de una de las victimas, unas extranas proclamas. La erratica investigacion que siguio a estos bestiales asesinatos --que al principio no se relacionaron entre si, a pesar de las coincidencias-- basculo entre la estupefaccion y la impotencia. ?Quien habia cometido aquellas atrocidades? Y ?por que? Mientras los titulares de la prensa de toda Norteamerica alimentaban la conmocion y el estupor, y las especulaciones sobre los sospechosos y los moviles se sucedian, la investigacion iria apuntando a un grupo de jovenes que se habia establecido en el arido entorno del rancho Spahn --un antiguo escenario natural de westerns al norte de Los Angeles reconvertido en comuna hippy-- liderados por Charles Manson --alias Jesucristo--, cuyo poder e influencia sobre el grupo --la Familia-- llegarian al punto de lograr que mataran siguiendo sus oscuros designios. El autor de este clasico de la literatura criminal, el fiscal Vincent Bugliosi, tomo las riendas de uno de los casos mas extensos e intrincados de la historia judicial norteamericana, y, ademas de relatar con una precision y rigor deslumbrantes los pormenores de los crimenes y del proceso judicial que generaron, compuso un retrato portentoso y aterrador de la <> y de su lider, uno de los iconos mas terribles y perdurables de la cultura popular. Tras cincuenta anos de los infames asesinatos, presentamos la edicion mas completa del libro, que incluye un posfacio del propio Bugliosi de 1994 y una profusa seleccion de imagenes.

  • Una comida en invierno de Hubert Mingarelli

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    Al amanecer, en uno de los desolados inviernos de la Segunda Guerra Mundial, tres soldados alemanes se arrastran por los helados campos de Polonia. Tienen ordenes de rastrear la zona y volver con <>. Tras atrapar a un joven judio escondido en el bosque, el grupo hace un alto en una cabana abandonada antes de regresar al campamento con su presa. Mientras con sus escasos recursos intentan encender fuego y preparan la cena, se suma al cuarteto un cazador polaco cuyo virulento antisemitismo eleva la tension de una atmosfera ya de por si a punto de estallar. A medida que avanza la velada y las implicaciones ultimas de su mision van perfilandose con mayor claridad, las lealtades y vinculos de unos hombres hambrientos, agotados e inmersos en un conflicto cuyas dimensiones y consecuencias estan muy lejos de poder calibrar, se veran puestas en entredicho.

  • Acompanando a Simone de Beauvoir de Sami Nair

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    No se nace mujer, se llega a serlo”: esta afirmacion surge como una flecha de El segundo sexo, obra maestra de Simone de Beauvoir, que provoco un verdadero choque cultural en 1949. Mas alla de la “fabricacion” de la mujer, hoy vivimos la toma de conciencia de la forja de los seres humanos, de las identidades aceptadas o impuestas, del rol, en definitiva, apremiante del entorno y de la educacion sobre el individuo. Fundadora del pensamiento feminista moderno, filosofa, escritora, ensayista, militante comprometida, libre e independiente, ha marcado como nadie su tiempo e influye decisivamente sobre el nuestro.

  • Una noche olvidada de Charlene Sands

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  • Cada corazon, un umbral de Seanan Mcguire

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    Deslizandose entre las sombras bajo la cama, o a traves de un armario, o por madrigueras de conejos… los ninos siempre han sabido acceder a mundos magicos. Pero ?que ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos ninos que quieren volver a su mundo de fantasia. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendran que enfrentarse a una tragedia por si mismos.

  • El dulce sabor de la verdad (Mentiras con amor 2) de Chris Razo

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    Despues de Infidelidad, primera entrega de la trilogia <> vuelven Sofia y Marcos para darse una segunda oportunidad.

  • Love is in the air de Mariah Evans

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    Abby Mitchell es una joven y soltera auxiliar de cabina que trabaja en Alpha Airlines. Su amiga y companera de trabajo Dana esta empenada en buscarle pareja y no para de organizarle citas a ciegas cada dos por tres. En la misma compania trabaja Chase Hudson, uno de los comandantes de vuelo mas atractivos y gran amigo de Abby. Entre ellos existe una gran confianza y Chase no duda en compartir confidencias con ella o hablarle de sus conquistas amorosas. En uno de los destacamentos a Las Vegas se veran obligados a permanecer tres dias en tierra. Durante su estancia alli viviran una experiencia singular que los unira (en lo bueno y en lo malo) y que les obligara a vivir una gran mentira.?Te atreves a embarcar en esta divertida comedia romantica de altos vuelos?

  • La chica que oia canciones de Kurt Cobain de Miguel Aguerralde

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    Comedia romantica ambientada decada de los 90.

  • Haz que ocurra – Tamara Marin de Tamara Marin

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    Lucia es una profesora de treinta anos. Siempre ha sido extrovertida y ha tenido un fuerte caracter, por eso se dice a ella misma que, si ha sido capaz de superar encontrarse a su marido, en su propia cama, con otra, ese tal Lucas no podra con ella.
    ?Pero como se van a hacer pasar por pareja si no se tragan??Quien ganara la apuesta??Que sucede con Sergio? Y, lo que es mas importante, ?sera Lucia capaz de dejarse llevar y hacer que ocurra?

  • La polilla en la casa del humo de Guillem Lopez

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    Bienvenidos al pozo, una caverna insondable con mil galerias y tuneles, fortalezas petreas cerca de la superficie y barrios profundos de nichos cavados en la roca. Este es el escenario, brutal y despiadado, en el que habita Veintiuno, un joven que pasa las horas envuelto en una nube de bok en la casa del humo, desde donde interpreta sus posibles destinos: entregar su cuerpo al dios de la mecanica y ser util en una excavacion sin fin, convertirse en un paria o, finalmente, ascender a traves de los bajos fondos, pero debera pagar un alto precio por medrar.

  • Vuelves loco mi corazon de Sophie Saint Rose

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    Es una broma? --Robert Callaghan Tercero miraba a su socio con sus ojos grises refulgiendo de furia. --?Desde cuando soy una ninera? --No lo veas de esa manera, Rob. Es muy simple. Queremos ese contrato y Cristian Tanner necesita un favor. ?Que hay de malo en ello? --?Me estas diciendo que para que Tanner nos conceda ese contrato, tenemos que dar trabajo a su hija en nuestra empresa? ?Desde cuando las ninas ricas trabajan de secretarias? --Le miro con desconfianza. --!Ese quiere endilgarmela! Larry se echo a reir. --Que no. Que por lo visto les ensena a sus hijos como ser independientes y autosuficientes. Como el empezo desde abajo... Y no quiere hacerlo en su empresa, porque considerarian que los favorece. --!Es que los favorece, joder! !La esta enchufando en nuestra empresa! --No la esta enchufando. Consideralo parte del contrato. Como una clausula mas. --?Y por que tiene que trabajar para mi? --Una rubia, que estaba buenisima, paso a su lado y perdio el hilo de la conversacion, girandose para mirarle el trasero, que era digno de ver con aquel vestido negro ajustado. Su amigo chasqueo los dedos ante sus ojos y divertido se giro en el taburete para mirarle. Bebio de su cerveza. --?Que? Que tu estes fuera del mercado, no significa que el resto seamos eunucos. --Centrate. Hablo en serio. Necesitamos a Tanner. Rob levanto el brazo para llamar al camarero, que recorrio la barra a toda prisa. --Dos cervezas. --Que sea la ultima. Clare me espera. Miro a su amigo, que hacia tres meses que se habia casado, y decidio no meterse con el por tener que llegar a casa a su hora como si fuera un corderito. --Vamos a ver, no pienso despedir a Terry, porque una nina rica quiera jugar a ser responsable. !Es una secretaria estupenda y tiene casi sesenta anos! --No pensaba despedir a Terry. !Y tu tambien eres un nino rico! --No es cierto. !Mi padre tiene el dinero, pero nosotros hemos levantado la empresa de la nada y sin su ayuda! --siseo furioso con ese tema. Larry se echo a reir al ver que se pasaba una mano por su cabello rubio, porque le exasperaba ese tema. --Eres muy sensible respecto a tu padre. --Sera porque me pone de los nervios. El Segundo todavia me ha llamado hoy para que fuera a una reunion de accionistas. Como si hubiera ido a alguna. --No le piensas perdonar que no te pagara la carrera. --?Me ves a mi de abogado? Cuando le dije que queria estudiar ingenieria, puso el grito en el cielo y me echo de casa. Se puede meter sus acciones por donde le quepan --dijo antes de beber media cerveza. Larry decidio cambiar de tema. --Sobre el contrato... --Trabajara para ti. Yo tengo demasiado que hacer para... --Ni hablar. Yo he llevado las conversaciones con su padre. Te toca a ti cargar con este marron. --?Durante cuanto tiempo? --Cuando compruebe los buenos que son nuestros motores, me importara un pepino que la eches a la calle. Pero mientras tanto, tienes una nueva ayudante. --?Ayudante? --Como es nueva y no tiene ni idea de que va nuestra empresa, creo que el mejor puesto para ella. Rob le miro con malicia. -- Una ayudante. Puedo ordenarle lo que me de la gana, ?verdad? Larry se echo a reir. --Lo que quieras. De eso se trata. ?A que ahora no ves tan mal tener una esclava para ti solo? --Eres un amigo. --Pero no te distraigas, que quiero que trabajes en la nueva propulsion. --Tranquilo. Eso esta casi listo. --Miro de reojo a la del vestido negro. --?Y esta buena? --Ah, no. Por ahi no vayas, que como acabemos mal con Tanner, nos dara mala fama. --!Solo he preguntado si esta buena! --!Como si es la mismisima Elizabeth Taylor! Te lo advierto, no la cagues --dijo fulminandolo con sus ojos castanos--. Hablo en serio. Esto son negocios. Rob asintio. --Tranquilo. Puteare a la princesita, pero no me la tirare.

  • El Sueno de Nerea de Manuel Iglesias Hernandez

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    Nerea, una anciana vasca afincada en Abina (Vizcaya), cuenta la historia de su vida a su nieto. Le habla de como su amistad con Nicolasa, esposa del fundador del PNV, le permitio conocer y convertirse en fiel seguidora de este lider y, con ello, ser persona defensora de las creencias religiosas de sus antepasados, de las antiguas leyes nacidas siglos atras. Una convencida de que el pueblo vasco siempre fue un pueblo elegido por Dios, creencia de la que presumia. Mas, conforme paso el tiempo, dejo de ser seguidora del nacionalismo carlista que proclamaba el lema "Dios y Ley Vieja", tal como hiciera su maestro, en defensa de un "Dios-Nacion", transmutacion que haria del independentismo una nueva religion.

  • La primera vez de Elena Vega

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    Sofia, joven, estudiante, con un devenir que va dejando huella y sentimientos dificiles de borrar. Transita por la vida, tropezando e intentando desenmaranar hacia donde va, que quiere y cual es el sentido de su existencia.
    !Y de repente un principe!
    El sueno romantico de cualquier chica. ?O quizas no?
    Puede que no sea tan maravilloso como parece.
    Una lucha se desata en su interior. La posicion social, el dinero, la religion o el contraste de culturas no deberia ser impedimento para el amor y sin embargo, representan un abismo dificil de franquear.

  • El eterno legado (La hija de la Sacerdotisa 1) de Elisabet Castany

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    ?Que pensarias si todo lo que creias saber sobre tu familia no es mas que una compleja y escabrosa mentira? Amy, una joven profesora de arte en una escuela de Barcelona, descubre tras la muerte de su padre unas misteriosas cartas relacionadas con la desconocida familia de su madre. La necesidad de saber y un peligro inminente que la acecha la llevan a Llo, un pequeno pueblo situado en las montanas del Pirineo frances. Pronto se vera inmersa en una espiral de mentiras y traicion donde conocera de primera mano la verdad sobre sus origenes. Luchar contra la amenaza que pesa sobre su persona no sera tarea facil, tampoco lo sera enfrentarse a lo que le tiene preparado su propio destino. El misterio, la historia, el amor y un gran secreto ancestral se entremezclan para dar vida a esta poderosa historia que te cautivara por completo. ?Te atreves a empezar?

  • Solo un dia 1 de Gayle Forman

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  • La Ley Antigua de Alexander Rhode

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    La vida de Guillermo, un nino de diez anos, cambia por completo cuando presencia como una vecina suya de toda la vida se quita la vida en un lugar publico.
    Todo se agrava cuando, apenas unos dias despues, muere otra persona en circunstancias similares.

  • Sonar con la superficie de Louise O'neill

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  • Paradise Ranch de Pilar Parralejo

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    Tras la muerte de su tio, Senay hereda un rancho a las afueras de la ciudad. Un rancho enorme y precioso, al lado del mar, y con miles de metros cuadrados. Un lugar que se asemeja mas a un pequeno paraiso que a un lugar de la tierra. Pero hay un pequeno problema: para poder quedarse con el, necesita pagar cierta cantidad que su tio percibio como fianza por la venta de esa finca.

  • Manderley en venta y otros cuentos de Patricia Esteban Erles

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    Patricia Esteban Erles es la primera dama de una obra tan oscura como apasionante, construida a lo largo de los anos y los titulos. Su mirada unica y su voz magistral le han convertido en referente del universo fantastico en espanol. Los cuentos de Manderley en venta abren la puerta a obsesiones con el espacio domestico, el extranamiento de la rutina, el juego gotico, fantasmal y negro de lo insolito, la inquietud de la normalidad.

  • La flor mas oscura de P.m. Freestone

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    EN EL IMPERIO DE ARAMTESH EL PERFUME ES PODEROSO.
    Un mundo en el que el perfume es magico y los secretos son mortales.
    Una novela embriagadora que despertara todos tus sentidos.

  • Surcando el cielo de Maria Canizares

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    Chloe es la unica chica que ha conseguido entrar en Silver Wings en mucho tiempo, el programa mas exigente en la mas prestigiosa academia de pilotos del ejercito.
    Decidida a ser la numero uno de su promocion, no dejara que nada ni nadie se interponga en su camino… ni siquiera en atractivo y arrogante capitan Black.
    William Black, capitan a pesar de su juventud, posee una hoja de servicio envidiable y anos de experiencia en combate.
    Todos conocen su leyenda en la academia Silver Wings, y nadie se atreve a retarlo. Hasta que aparece Chloe.
    Secretos y mentiras del pasado volveran tejiendo una oscura sombra sobre ambos y lo que, sin poder evitar, comienzan a sentir el uno por el otro.

  • Quien Mueve Los Hilos de Lorena Franco

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    CUANDO BUSCAS LA VERDAD CORRES EL RIESGO DE ENCONTRARLA Una mujer rica y de exito muere en el mismo momento en el que el hombre al que amaba aparece en la lista de pasajeros del fatidico vuelo de Germanwings estrellado en los Alpes franceses el 24 de marzo de 2015. Sara Mendieta, propietaria del edificio de la zona alta de Barcelona donde aparece el cadaver, sera el objetivo de la investigacion y la obsesion de los investigadores Joel Sanz e Isabel Morgado. Sexo, violencia, riqueza, asesinatos, en definitiva lo mas oscuro del alma humana. Todo ello orquestado por dos mujeres, fragiles y letales a la vez, que descubriran quien maneja los hilos.

  • Un grito de honor de Morgan Rice

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    En UN GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) – [Libro #4 de El Anillo del Hechicero – (The Sorcerer’s Ring), Thor ha regresado de Los Cien como un guerrero endurecido, y ahora debe aprender lo que significa la batalla por su patria, combatir por la vida y la muerte. Los McCloud han invadido el territorio de los MacGil – mas adentro que nunca en la historia del Anillo – y mientras Thor cabalga hacia una emboscada, caera sobre su cabeza repeler el ataque y salvar la Corte del Rey.

  • Raquel (Y llegaste tu 1) de Merche Diolch

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    Raquel es una joven timida e introvertida que comparte piso con su prima Monica. Su vida se desarrolla entre sus clases y la biblioteca donde trabaja como becaria para ganar algo de dinero y puede hacer lo que mas le gusta en la vida: estar rodeada de libros.

  • Las manos de mi madre de Karmele Jaio Eiguren

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    Veo una nina en la orilla de la playa. Levanta un muro de arena mojada, lo moldea con sus manos hasta construir la proa de un barco, y se sienta dentro, de cara a las blancas olas, con los pies al frente. Tiene los pies arrugados, como sus manos. El agua se le acerca, y una ola ataca la parte izquierda de la proa, pero la nina vuelve a levantar el muro y se queda de rodillas, con el tirante del banador caido del hombro, preparada para hacer frente al siguiente ataque. Sabe que el mar acabara ganando la batalla y que las olas arrastraran su barco de arena como la lengua se lleva un helado, pero, aun asi, defiende con unas y dientes su pequeno reino. Con las mandibulas bien prietas. Huele a verano. Recuerdo el olor de la crema de sol mientras la mano de mi madre resbalaba por mi espalda. Mi padre paseando por la orilla y mi madre tumbada en una hamaca. Hoy, treinta anos despues de haberse tomado esta fotografia, mi madre tambien esta tumbada, aunque no en una hamaca de playa, sino en la cama de un hospital. Y el calor se ha hecho frio, el ocre de la imagen se ha vuelto blanco. Es un blanco casi violento, como el de la silla en la que estoy sentada y desde la que miro las manos de mi madre, mientras guardo en el bolso la vieja fotografia en la que una nina se atreve a retar al mar. Estan posadas sobre las sabanas, sin mover un dedo, parecen manos de piedra, como si la sangre de sus venas se hubiera convertido en agua estancada. Esconde con sus manos el nombre del hospital estampado en el embozo, como si quisiera ocultar donde se encuentra. Como si, incluso dormida, hiciera todo lo posible para no preocupar a nadie. Esconde con sus manos la palabra Ospitalea estampada en las sabanas, igual que ha ocultado durante anos tantos suspiros y lagrimas, secandolas en el delantal de cocina. Pero entre los dedos ha dejado al descubierto parte de la palabra: ...tale. Y me hace gracia, porque la palabra tale significa "cuento" en la lengua de mi marido, y desde que la ingresaron, mi madre tambien vive en una especie de cuento. Cuando me acerco a ella, me parece ver en sus ojos siluetas de ninas jugando en el patio de un colegio, e incluso me parece oir sus gritos y sus risas. Cuando abre los ojos, nos sonrie a Xabier y a mi, pero no nos reconoce, aunque seamos sus hijos, aunque un dia nos diera la vida en este mismo hospital, antes de que lo reformaran. Aun asi nos sonrie, y su sonrisa aligera la carga que sentimos sobre los hombros desde que la ingresaron. En parte, al menos. Mi madre lleva ya mas de una semana rodeada de sabanas blancas y azules, y si las cosas no cambian mucho, nos van a dar las Navidades aqui, sin salir del hospital. Estamos solas en la habitacion, y ella duerme. Duerme casi todo el dia, como los bebes. La cama de al lado de la ventana esta vacia y solo las toses de otras habitaciones rompen este silencio incomodo. Escucho mi respiracion, tambien la de mi madre, y no consigo concentrarme en nada mas que en mirar sus manos. Soy incapaz de leer dos lineas seguidas de una revista, o seguir contemplando con tranquilidad las fotografias que he traido para ensenarle, para hacerle recordar, tal y como nos pidio el doctor. Las venas de sus manos parecen carreteras llenas de curvas. Son las mismas manos que alzan la barbilla de una nina en una foto en blanco y negro. "Levanta esa cabeza, Nerea". Recuerdo las manos de mi madre en mi barbilla, animandome para que mirara a la camara. Miro a la cama vacia que hay junto a la ventana e imagino a una nina y un nino saltando sobre el colchon. Se lanzan cojines y rien, rien sin descanso. La habitacion se llena de risas infantiles, y tras ellas, oigo al fondo la voz de mi madre, "no hagais tanto ruido que subiran los vecinos", pero la nina y el nino siguen saltando, y riendo, como si estuvieran en el patio del colegio. Y me veo riendo, saltando sobre la cama. Mi hermano desaparece, tambien la voz lejana de mi madre. Salto con fuerza sobre el colchon, y me quedo en el aire, colgada del cielo, como si me hubiesen crecido alas en la espalda, y un fuerte viento me arrastrara de repente por la ventana. Sobrevuelo la ciudad buscando algo, como una gaviota sobre el mar. Paso por encima de tejados rojos y chimeneas humeantes, hasta llegar a la ventana entreabierta de una casa. Me cuelo y aparezco en una sala de estar. Hay un televisor de la marca Telefunken enfrente y sobre el una foto, en un marco. Ahi estan. Nada mas verlas descubro que es lo que buscaba. Son las manos de mi madre. Manos en blanco y negro que alzan la barbilla de una nina que apenas se atreve a mirar a la camara. Y de repente todo se vuelve blanco y negro y escucho una voz lejana, "Nerea ?quieres hacer el favor de levantar la cabeza?". La voz me pide que mire al fotografo, por favor, y cojo aire y aspiro el olor a lejia y jabon de Marsella de las manos de mi madre que me sujetan la barbilla. Una melodia proviene de la cocina. Mi madre escucha alli la radio, mientras remienda los calcetines de futbol de mi hermano con las gafas en la punta de la nariz. Cierro y abro los ojos y la veo apuntando en un cuaderno los gastos de la compra, "tomates cinco pesetas, huevos siete pesetas", dejando casi sin punta el lapiz afilado con cuchillo. La veo en una habitacion, sentada al borde de la cama de una nina, acariciando con su mano su frente y susurrandole una cancion. No callara hasta que la nina se duerma. La melodia me sobresalta. Miro a mi madre, tumbada en la cama del hospital, y compruebo que no es ella la que canta. No ha abierto la boca. Sigue quieta como el muro de una iglesia centenaria. Pero yo sigo oyendo la voz que susurra una cancion de cuna. No callara hasta que la nina duerma. Y por un momento, siento las manos de mi madre acariciando mi frente, a pesar de que estan quietas sobre la sabana. A pesar de que parecen de piedra. Y mis ojos siguen sin apartarse de sus manos. Las miro con tanta atencion que hasta llego a creer que sus dedos van a echar a hablar en cualquier momento, que voy a encontrar en las manos de mi madre la respuesta a todas las preguntas que nunca le hice, que voy a poder escuchar los pensamientos que ha guardado durante anos. Todo eso simplemente mirando con atencion sus manos. Mirando esas mismas manos que ocultan ahora la palabra hospital estampada en la sabana. Entre sus dedos se puede leer la palabra tale, "cuento" en la lengua de mi marido, y no puedo evitar sonreir, porque desde que la ingresaron, mi madre tambien parece vivir en un cuento. Con la sonrisa congelada, alzo la vista y miro hacia la cama vacia junto a la ventana. Las sabanas estan revueltas, como si alguien hubiese estado saltando sobre ellas.

  • La guerra perdida de Jordi Soler

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    Este volumen reune tres novelas donde Jordi Soler indaga en hechos historicos y en la forma en que estos inciden en la vida de una familia de exiliados, la suya, que trata de sobrevivir en el corazon de la selva.

  • Una Atraccion Enmascarada (Romance En Londres 2) de Emily Jo Cooper

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    --!Clarissa! --grito espantada lady Honoria Bladesdton, como sucedia a menudo, cuando vio ingresar al salon a su pequena hija. La rubia nina la ignoro por completo y se dirigio decidida hacia donde su padre leia el periodico. Cuando escucho el alarido de su esposa, el duque miro a su hija y sus ojos se abrieron por sorpresa. Ella se paro frente a el, acomodando la cola del vestido de novia que la duquesa habia usado cuando se caso con el duque y, embutida en metros de tela, lo contemplo muy seria. --Padre, ?puedes concederme un minuto, por favor? --le dijo con su dulce voz y sus enormes ojos azules expectantes. --Claro, princesa, dime lo que esta tramando esa preciosa cabecita -- respondio su padre, luego de una pausa en la que intento reprimir la risa. --?Recuerdas que me dijiste que cuando me casara yo podria escoger a quien seria mi esposo? -- Siguio la pequena mirandolo fijamente, sin inmutarse ante la exclamacion de su madre. --Mmm si, por supuesto --asintio el duque, ocultando una sonrisa tras su taza de te. --Bien, vengo a informarle de que ya lo he decidido --anuncio Clarisa, repasando a sus padres con la mirada. --?Que has decidido? No te entiendo, hija --inquirio perplejo. --Quiero decir que ya elegi a quien sera mi esposo --aclaro ella con voz impaciente. --Ah, ?si?, pero ?no crees que aun eres muy pequena para pensar en casarte? --pregunto el duque muy divertido ante las ocurrencias de su hija. --Noo, no lo creo. Ayer celebre mi sexto cumpleanos. Ya soy grande, padre --contesto ella negando con su cabeza repetidamente. --Clarisa, hija, por favor, de don... --comenzo a decir su madre, pero se interrumpio al ver la sena imperceptible que le hacia su esposo. --?Por eso estas vestida asi, hija? Aunque tu lo decidas, todavia debes contar con mi permiso y mi bendicion. Puedes decirme quien es el nino --dijo el hombre con los ojos que brillaban de hilaridad. --Clayton..., no le sigas el juego en todas sus ocurrencias --le advirtio Honoria afligida, aunque se veia que trataba de no mostrar su diversion. --No es un juego, madre. Me he enamorado. Y tampoco es un nino, sino un caballero. Hoy mismo me casare; si quieren, pueden asistir a mi boda --los corto la nina. --Asi que un caballero. Pues no puedo prometer que ire, si antes no me aseguro de que es el hombre adecuado para ti --replico Clayton fingiendo meditarlo. La nina los miro sonadora, y con voz solemne anuncio: --!Ohh, es mas que el adecuado! El hombre que escogi es un conde: me casare con lord Steven Hamilton. Capitulo 1 Recuerda que la atraccion no siempre ocurre a primera vista... Capitulo uno del libro Consejos para un romance exitoso Los celos, a menudo, son el comienzo de la atraccion… Capitulo dos del libro Consejos para un romance exitoso Londres, Inglaterra, 1815 Sentada en la ventana de su sala favorita de la casa, Clarissa Bladeston miraba, con melancolica expresion, la profusion de rosas que decoraba el hermoso jardin de su madre. La primavera estaba en su esplendor; mayo llegaba con aire de romance y amor, contagiando a todo aquel que pululaba por la bella Londres. La temporada social estaba a pleno en esos momentos: cada noche se celebraban multiples fiestas, por lo que las anfitrionas debian competir para tratar de atraer a la multitud noble a su evento, y asi garantizar el exito del mismo. Para cualquier persona, ser la hija de un duque y pertenecer a la clase noble y privilegiada, estar en su primera temporada, asistir cada noche a un baile distinto, pasar sus tardes paseando por Hyde Park o en meriendas campestres y tener como pasatiempo ir de compras por Bow Street seria el paraiso absoluto, un sueno cumplido. Para cualquiera menos para ella. Poniendose de pie, salio de la sala de estar para subir a su cuarto. Una vez alli, se sento en su tocador y observo su reflejo en el espejo. Su imagen era la de siempre: su cabello rubio claro seguia impecablemente peinado, sus ojos azules y sus largas pestanas la miraban con fastidio, y una mueca de enojo se percibia en sus labios con forma de corazon. No era que su apariencia le molestara, o que no estuviera agradecida por ser considerada hermosa; lo que le fastidiaba era que su imagen era la de una joven candida e inocente, la de una fragil flor. Por supuesto que su aspecto fisico coincidia con su edad, ya que no hace mucho habia cumplido sus dieciocho anos, pero no por eso le molestaba menos parecer tan nina y poco mujer. A pesar de ser considerada una beldad y un exito en su temporada, y de tener a una joven corte masculina suspirando por ella, nada de eso la satisfacia o hacia feliz. Porque cambiaria todo eso, sin dudarlo, por una sola mirada de ese hombre, el caballero al que le pertenecian sus pensamientos, sus suspiros y su amor, y al que no podia olvidar ni quitarse de la cabeza. Lo habia intentado cientos de veces a lo largo de los anos, pero su corazon se negaba a resignarse. No podia aceptar que su amor por el fuera un completo imposible, por lo que se dedicaba a anorarlo, desearlo y quererlo en silencio. Ese era su secreto: amaba como una loca a un hombre que no la veria nunca como ella queria, aunque por lo menos tenia su amistad, su cercania y su carino, y con eso debia conformarse, porque era a lo maximo que podria aspirar. Para el solo era una agradable jovencita, alguien a quien cuidar, proteger y querer. Tal y como a una de ellas, el la veia como a una de sus tres hermanas. La miraba como a una nina y ella odiaba eso. <>, penso Clarissa mas fastidiada aun. Un golpe en la puerta interrumpio sus tortuosos pensamientos. --Adelante --dijo, girandose en la banqueta para recibir al visitante. --Hija, ?que haces vestida asi todavia? Anda, debes cambiarte o llegaremos tarde al baile de lady Asthon --dijo su madre, con su acostumbrado tono quejoso, cuando la vio. Clarissa la observo unos segundos. A pesar de ya no ser una jovencita, Honoria era realmente bella: conservaba su rubio cabello con apenas unas canas y su gracil y esbelta figura estaba intacta. Ella, como su hija, era su vivo retrato. Eran practicamente iguales, con la diferencia de que su madre no tenia ojos azules, sino que eran de un raro color gris verdoso. --Madre, ?no puedo quedarme en casa hoy? --le pregunto, sabiendo lo que responderia. --Clarissa, no lo repetire. Ya bastante tiempo perdimos yendo a visitar a Bath a mi hermana, y luego con todo lo que sucedio con Nicholas. Esta es tu primera temporada; casi se arruina y caemos en desgracia. Y ya que por un milagro todo se soluciono, debemos aprovechar para conseguirte un buen marido, ?esta claro, hija? --Termino su madre, lanzando una de sus miradas intimidantes. --Si, madre. Estare preparada --respondio, reprimiendo un bufido exasperado. --Bien, llamare a tu doncella. Ponte el vestido lavanda --le ordeno Honoria y luego salio. Suspirando frustrada, Clarissa observo su retirada. Por mas que lo intentase, ella no podia imponerse a su madre. Honoria tenia un caracter dominante e intimidante a partes iguales. Era una madre dedicada y presente, pero tenia la tendencia al drama y a la exageracion. Rara vez sonreia, porque habia sido criada con las reglas inflexibles de la etiqueta y el decoro de la mas exigente alcurnia inglesa. Sin embargo, hacia gala de un gran sentido del humor cuando queria, y Clarissa pensaba que secretamente disfrutaba de la irreverente actitud que siempre tenian Nick y ella. Su familia estaba compuesta por su hermano mayor y actual duque de Stanton, Nicholas; su segundo hermano Andrew, vizconde de Bradford; y su madre, duquesa viuda de Stanton desde que su padre hubo fallecido, hacia ocho anos. Su hermano mayor se habia casado dos dias atras, luego de haber protagonizado el escandalo mas rutilante de los ultimos anos, cuando huyo con una mujer comprometida, lo que hizo que, por poco toda la familia cayese en la ruina social. Si no fuera porque finalmente se casaron dando relativa respetabilidad a esa relacion, y porque a un duque pocas cosas no se le perdonaban, la historia seria otra: estarian sufriendo total ostracismo y ningun apellido o dote alcanzaria para lograr que un caballero pidiese su mano, o siquiera se le acerque, para el caso. Pero como eso no paso, era hora de volver a los salones de baile y hacer de tripas corazon para intentar conseguir un esposo, mientras veia al dueno de su corazon reir, bailar, admirar y, tal vez, seducir a otras mujeres. Y pensar que su reciente amiga y recien estrenada cunada, Elizabeth, habia conseguido el corazon de su duque en un mes, y ella en dieciocho anos no habia logrado ni un beso de su conde. <>. De vuelta en Londres, Steven Hamilton, sexto conde de Baltimore, debia volver a la rutina diaria: divertirse y gozar de los placeres que Londres ofrecia. Su vida si que era buena, de verdad no podia quejarse. Se le habian concedido todas las virtudes: linaje, dinero, apostura y simpatia. Eso no debia sonar muy humilde, pero era cierto. Y no era que el se habia endilgado a si mismo aquellas caracteristicas, sino la propia sociedad inglesa. No seria el quien se lo discutiera; no cuando se habia beneficiado veintiocho anos de ello. Por supuesto, no era tan frivolo para no ver que lo que lo hacia de verdad afortunado era su familia y sus amigos. Luego de la repentina y tragica muerte de sus padres, producida diez anos atras, debio hacerse cargo de sus hermanitas. Se sentia realmente orgulloso de sus tres hermanas pequenas, quienes ya no eran tan ninas, aunque le enfermara admitirlo. Las gemelas Rose y Violet habian cumplido sus dieciseis anos; por esto decidieron retrasar un ano la presentacion de Daisy, la hermana del medio, la cual ya habia cumplido la mayoria de edad, y asi entrar en sociedad juntas. <>, penso Steve atribulado. Asi que, por lo menos, le quedaba un ano para disfrutar de su vida de soltero irresponsable y pensaba aprovecharlo; no como su mejor amigo Nicholas, que ya se habia echado la soga a su cuello ducal. No, el compromiso no era para el conde. El no podia imaginar su vida atada a una sola mujer. Definitivamente no; el tenia un corazon generoso y grande, amaba a todas las mujeres y ellas, a el. El amor y el matrimonio eran demasiado complicados para Steve. ?Para que arruinar su perfecta existencia?: tendria que ser necio para hacerlo. <>, le susurro ese molesto tipo que vivia en su interior. --!Tu, callate! --refunfuno en voz alta justo cuando su carruaje se detenia. --?Milord? --pregunto su lacayo, parado junto a las puertas del coche, intentando ocultar su perplejidad. --Olvidalo, Tim. Te vere mas tarde --respondio Steven, bajandose del vehiculo y dirigiendose a las escalinatas de la gran mansion. El baile de lady Asthon estaba en su auge cuando Steven hizo su entrada. Las parejas se esforzaban girando en la pista y las conversaciones se volvian estridentes, intentando hacerse oir. Con Nick en Edimburgo quien disfrutaba de su luna de miel, se veia obligado a buscar distraccion por su cuenta. Tomo una copa que un lacayo le habia ofrecido, y decidio ir a la sala de juegos, ya que los carnet de baile de las mayoria de las damas estarian llenos a esa altura de la velada. Saludando a sus amistades, que lo detenian a cada paso, comenzo a sentirse sofocado por el agobiante calor que reinaba en la estancia. Asi que, valiendose de su gran estatura, ubico los ventanales que, seguramente, daban paso al jardin de la casa. Cuando se abria paso hacia las puertas ventanas, vio salir a una pareja, ambos altos y rubios, por ellas. De inmediato le llamo la atencion la mujer; sabia de quien se trataba, pues no eran muchas las damas que hacian gala de esa altura. Dejando a un colega con la palabra en la boca, apresuro el paso hasta salir al exterior. La pareja bajaba las escaleras de la terraza, y pronto se perdieron por los altos setos del jardin. <>, penso molesto y frustrado, acelerando la marcha tras de ellos. Luego de un momento de infructuosa busqueda, dio con ellos y lo que vio lo dejo petrificado y furioso. Ellos no habian notado su presencia, asi que camino hasta posicionarse bajo la luz nocturna que la luna les proporcionaba. --Si no apartas tus manos de ella en este instante, puedes darte por muerto, Gauss. --Su voz resono con tono mordaz y amenazante, lo cual logro intimidar mas que su mirada letal y su postura tensa. Capitulo 2 Aveces, intentar desviar la atencion del objeto de su deseo puede resultar una buena estrategia para despertar la atraccion... Capitulo tres de libro Consejos para un romance exitoso En ocasiones, el antagonismo que surge entre dos personas solo es un intento de camuflar la mutua atraccion... Capitulo cuatro del libro Consejos para un romance exitoso Luego de bailar su cuarta cuadrilla, Clarissa se sentia acalorada y un poco mareada; su companero de baile la llevo hasta su madre y se alejo con una reverencia. <>. --Si sigue arrugando asi su linda cara, le quedara una marca --dijo una voz muy grave y masculina justo en su oido, que la hizo sobresaltar. --!Lord Gauss!, !que placer volver a verlo! --Lo saludo cuando giro y vio a Sebastien Albrigth, conde de Gauss, el hermano mayor de su reciente cunada Elizabeth. El se inclino sobre su mano enguantada y deposito un beso un poco mas largo que el permitido por el protocolo. Clarissa de inmediato se ruborizo. El conde era muy apuesto y extremadamente masculino; tenia el pelo muy rubio, como el de ella, pero lo mas fascinante de su apariencia eran sus increibles ojos purpuras, enmarcados por unas largas pestanas muy claras. Gauss se enderezo, dejando ver su gran altura; su contextura era poderosa, con una espalda muy ancha. El la miraba con un brillo travieso en sus ojos y una sonrisa indolente aparecio en su rostro de mandibula cuadrada. --El placer es mio, lady Bladeston, estaba buscandola --comento con voz ronca. !Ohh, Dios!, esa sonrisa era fascinante, pero no le quitaba el aliento ni la hacia sonreir como tonta. ?Por que?, !Por que no podia sentir ni de cerca lo que Steven le provocaba! --?En que puedo servirle, milord? --Se apresuro a responder, antes de que pensara que era lenta o tonta. --Queria saber si ha tenido noticias de mi hermana; desde que la deje en su casa, no he sabido mas de ella --dijo el, luego de saludar a la duquesa viuda, que se habia vuelto hacia ellos para marchar a la sala de bebidas, y dejarla asi con el conde. --Si, milord. Despues de que usted partiera, Lizzy paso la noche en casa. Y al dia siguiente decidio partir con mi hermano hacia Escocia --contesto ella, intentando sonar tranquila. No sabia como reaccionaria el conde si se enteraba de que su hermano habia raptado a la suya. --?Escocia dijo? --respondio perplejo, mostrandose serio de repente. --Mmm... Milord, vera, como le explico... --Empezo a tartamudear incomoda. <>. --No se inquiete, lady Clarissa. ?Le parece que salgamos al jardin para poder hablar mas tranquilos? --La interrumpio el conde al ver su apuro; cuando ella asintio le ofrecio su brazo e iniciaron la marcha. El aire fresco les dio la bienvenida cuando salieron por las puertaventanas, llevandose su sofoco y acaloramiento, pero no su nerviosismo. --Milady, no debe sentirse nerviosa. Puedo asegurarle que no me enfadare con usted por las acciones de su hermano --aseguro el, interrumpiendo el silencio. --Esta bien, milord --asintio Clarissa, mirando su perfil--. Nicholas y Elizabeth decidieron viajar a Gretna Green, hace dos dias se casaron y ahora estan pasando su viaje de novios en Edimburgo. --Termino rapidamente antes de arrepentirse. --Bien, creo que, dada la situacion, es mejor que este alli que en Londres --cavilo el mientras bajaban las escalinatas del hermoso jardin. --Si, ?como esta su padre? --pregunto ella, observando como su expresion se ensombrecia. Dias atras, el padre de su cunada, el marques de Arden, habia sido detenido por la Corona bajo graves acusaciones de espionaje y traicion. --Mi padre esta como cabria de esperarse de un hombre al que lo han injuriado poniendo en duda su honorabilidad. Pero ya ha sido liberado, aunque no puede abandonar Londres hasta que su nombre y su inocencia sean probados --respondio el conde con tono y mirada indescifrables. Clarissa no sabia si Gauss seguia enojado con su hermano y con Steven por haber participado en la investigacion que habia terminado en la detencion del marques. --Lo siento, milord --se disculpo, afligida por aquella situacion, en la que se sentia involuntariamente involucrada. --Aceptare tu ofrenda de paz si me explicas por que Hamilton nos esta siguiendo con un ceno feroz en su rostro --propuso Gauss, volteando a mirarla con una sonrisa divertida. Clarissa tropezo al oirlo y, ayudada por el, retomo el equilibrio, devolviendo su mirada con los ojos abiertos como platos y con las mejillas sonrojadas furiosamente. Incredula, intento girar su cabeza hacia atras para comprobar si su comentario habia sido real. --No lo hagas, o nos delataras --le advirtio el noble, impidiendole mirar y haciendola doblar a su derecha por el camino de setos verdes, perfectamente recortados. --Milord, creo que es mejor que regresemos. No quiero que tenga problemas con lord Baltimore --respondio con repentina inquietud y con la voz temblorosa, tratando de calmar el loco retumbar de su corazon. --No se preocupe; aunque sea evidente que no les agrade a su hermano, el duque, y a su amigo conde, no por eso debo cortar con esta incipiente amistad que esta naciendo entre nosotros, ?no cree? --inquirio Gauss con tono intimo, poniendo una mano sobre la suya, lo cual logro que su sonrojo llegara hasta la raiz de su cabello. --Mmm... si, usted me agrada y, despues de todo, ahora somos familia -- acepto Clarissa tras reflexionar sobre sus palabras. --Que bueno que coincide conmigo. Entonces, ?me dira por que Steven Hamilton nos esta siguiendo? --repitio el conde hilarante. --No lo se, milord. Seguramente se lo pidio mi hermano, siempre actuan asi. Si Nicholas no puede cuidarme, lo hace Steven. No entienden que ya no es necesario: creci y ya no soy una nina --respondio, sin poder ocultar su enojo. El conde la guio hacia un banco de piedra que estaba ubicado junto a una hermosa fuente. Clarissa miro hacia el camino y no vio a Steven, por lo que respiro tranquila, aunque seguia molesta. Estaba harta de ser tratada como una nina. Negandose a admitir que tal vez se estaba comportando como una al esconderse de Steven y permitir que Gauss, quien era conocido por ser un libertino seductor, la alejara de la vista de los demas invitados. Se concentro en su acompanante, que la miraba con una sonrisa indolente y algo perturbadora. --Me parece que es justo, porque lo entendieron, que la protegen tanto, milady --vaticino el, deteniendo sus pensamientos. --?Que quiere decir, milord? --pregunto ella, sin llegar a comprender el sentido de sus palabras. --No, llameme Sebastien, por favor --solicito el, negando con la cabeza y tomando su mano con delicadeza. Sin poder evitarlo, Clarissa se sentia hipnotizada por esos ojos violetas; no era que lo queria, pero no podia negar que se sentia atraida.

  • Homo Lubitz de Ricardo Menendez Salmon

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    Richard O’Hara aguarda en un hotel de Shanghai la firma de un contrato entre el Gobierno de China y las farmaceuticas occidentales que lo convertira en un hombre rico. Tras su estancia en Asia, recibe un extrano encargo: hallar el paisaje que aparece en una vieja fotografia. Obsesionado por esa imagen, emprendera entonces un viaje alrededor del planeta en compania de una mujer llamada Amanda. En este thriller vertiginoso, en el que los accidentes juegan un papel decisivo, los vampiros son coleccionistas de arte y el cineasta David Cronenberg explica cual es el verdadero espiritu del siglo xxi, Ricardo Menendez Salmon muestra su confianza en la ficcion literaria como instrumento para interpretar nuestro mundo.

  • Un angel vestido de escarlata de Paulina Maggi

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    Un angel vestido de escarlata narra la historia de superacion de una mujer que se creia una cascara vacia.

  • Bajo el cielo de Madrid y el mundo de Aitana de Jenny Del

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    Jorge y Aitana parecian vivir un sueno cuando, en su mejor momento profesional, el destino cruzo sus caminos. Un amor a primera vista, que les convirtio en inseparables y por el que ambos no dudaron ni un solo segundo en apostar.
    Presos de un deseo sexual irrefrenable, su felicidad era completa en el momento que, coincidiendo con un viaje de Aitana, Jorge fue inesperadamente detenido por la policia. Desesperado y, sin entender ni una palabra de lo sucedido, maldecia su suerte y se negaba a creer que otra vez le estuviera ocurriendo a el...
    Por su parte Aitana, a miles de kilometros de su amado e, ignorando el pasado de este, se sintio traicionada hasta el punto de pensar que la dicha experimentada juntos no habia sido mas que un cruel engano...
    ?Estaria en lo cierto o todo quedaria en una pesadilla? ?Podrian aquellos que sabian la verdad hacerla valer? ?Triunfaria el amor o sus existencias se verian abocadas a seguir sendas distintas?
    Una historia apasionante con un final conmovedor...

  • Una fantasia y trece deseos de Mary Ann Geeby

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    Un engano de manos de la persona en quien mas confia, hace que Elsa “se pierda” por algunos pueblos de Asturias y Cantabria con un solo pensamiento: “No me vuelvo a enamorar”
    Con mis TRECE DESEOS, disfruta de relatos breves que describen situaciones que no todos se atreverian a cumplir. Suena pasion, erotismo y a veces, amor.