• libro factura al corazon - Sophia Ramos

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    Emma Bennett es una talentosa artista, pero su vida no va muy bien. Es sarcastica, un poco torpe, tiene un humor divertidamente oscuro y luego que un patan le rompiera el corazon, esta convencida que no volvera a ser feliz jamas.

  • Factura al Corazón Versión Kindle - Ramos, Sophia ...

    https://www.amazon.es/Factura-al-Coraz%C3%B3n-Sophia-Ramos-ebook/dp/B07Z2927VR

    Factura al Corazón eBook : Ramos, Sophia: Amazon.es: Tienda Kindle. ... Mirar en el interior de este libro. Factura al Corazón de [Sophia Ramos] ...

  • Factura al Corazón by Sophia Tramos - Goodreads

    https://www.goodreads.com/es/book/show/43530664

    Factura al Corazón book. Read 13 reviews from the world's largest community for readers. Emma Bennett sabe que podría ser mejor en la vida. Es sarcástica...

  • Factura al corazón - S. - Wattpad

    https://www.wattpad.com/story/32053187-factura-al-coraz%C3%B3n

    2 feb 2015 — [Comedia romántica] Emma Bennett sabe que podría ser mejor en la vida. Es sarcástica, un poco torpe, tiene un humor divertidamente oscuro y ...

  • Factura al corazón - Megustaescribir

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    Electrizante y profundamente cautivadora, "Factura al Corazón" es una divertida historia sobre el amor, la felicidad y todo aquello que de verdad importa en ...

  • 38 ideas de Factura al Corazón - Pinterest

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    Libros Para Leer Juveniles ... Google+ Facturas, Novelas, Libros, Google ... Electrizante y profundamente cautivadora, "Factura al Corazón" es una divertida ...

  • Factura al corazón | Valor de la felicidad, Novela romantica ...

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    Margareth KingGracioso—Libros—Wattpad. Trouvez l'inspiration pour créer la chambre la plus magique pour votre petite princesse. Circu Magical Furniture.

  • Factura al Corazon - Sophia Ramos - PDF • Descargar ...

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    Eres una artista talentosa que debe salir a la luz y comerse al mundo entero con ferocidad. Obviamente no logré comérmelo de inmediato. Porque no, no todo es ...

  • Descargar Factura Al Corazón - Sophia Ramos (2019)

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  • Factura al corazón - Home | Facebook

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  • Eternas (Bellas 2) de Dhonielle Clayton

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    LA FAVORITA HA CAIDO EN DESGRACIA. Y HAN PUESTO PRECIO A SU CABEZA.

  • Oliver (Australia 3) de Emma Madden

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    -!Vamos, Sean!, corre... Agarro a su sobrino en brazos y corrio con el hasta el final del jardin para marcar un Try. El pequenajo, que solo tenia un ano y medio, no solto el balon hasta llegar a la linea de goal, tal como le habia ensenado, y se tiro con el sobre el cesped muerto de la risa. -!Sean Campbell marca cinco puntos, senores! !Bravo! !Campbell!, !Campbell! -?Que haceis? -Sophie se les acerco entornando los ojos y el nino, al ver a su madre, corrio hacia ella para abrazarse a sus piernas-. ?Que haces con el tio Oliver, carino? -Estamos aprendiendo a jugar al rugby, ?verdad, Sean? El balon que le he traido es perfecto. -Es muy bonito -inspecciono el balon pequeno y blandito que le habian hecho por encargo y luego miro a su hijo-. Que suerte tienes de que el tio te ensene a jugar al rugby, mi vida, pero ahora vamos a entrar a comer, ?quieres? -!No! -Si, si, campeon, para jugar al rugby hay que comer mucho y bien, asi que, a comer con mama, luego seguimos jugando. ?De acuerdo? -Le revolvio el pelo rubio y el asintio-. Genial. -Nosotros comemos en media hora, Oliver ?Te apetece tomar algo mientras tanto? Tengo croquetas, tortilla de patatas, jamon serrano... -Quiero de todo, eres la mejor, Sophie... espera... -se detuvo al sentir vibrar el telefono movil en el bolsillo de los vaqueros y le hizo un gesto para que entrara en la casa-. Tengo que contestar, ahora voy. -Vale... vamos, mi vida, ?tienes hambre? -Hola -Respondio siguiendolos con los ojos y su amiga Tricia, que ademas de amiga era su jefa de prensa y su asistente personal, lo saludo en su tono habitual. -Hola, macho, ?donde te metes? -Estoy en Piper Point, en casa de mi hermano William para comer una paella en familia. -?Casera? -Por supuesto, es una de las especialidades de mi cunada, que es medio espanola, ?recuerdas? -?Estais todos? -Si te refieres a los tres hermanos, si. Sashi esta como nueva y ha venido con el bebe y con Alex, tambien con mi sobrino Jackson, que ha llegado de Escocia para conocer a su hermanito, aunque se vuelve en seguida a Edimburgo. ?Tu que te cuentas? -?Cuando nacio el bebe de Sashi? -Hace un mes, dio a luz en cuatro horas y ahora esta igual que antes. Un milagro de la naturaleza. -Que envidia, dicen que eso es genetico. -Eso dice mi madre, pero no tengo ni idea. En fin, ?que necesitas?, no puedo entretenerme. -Isabella vuelve a Sydney. -... -Guardo silencio y al no recibir respuesta Tricia siguio hablando. -Ha dejado su trabajo en Wellington y pasara unos dias aqui porque se marcha a vivir con su novio a Inglaterra, la buena noticia es que ha suspendido la boda. -Madre mia -Respiro hondo pasandose la mano por la cara, porque llevaba muchas semanas intentando pasar de su ex y de su nuevo novio, y trago saliva. -Se que quieres olvidarla, pero tambien se que te mueres de ganas por tener noticias suyas. Te conozco demasiado bien, Oli. -En serio, no puedo seguir hablando, me estan esperando para comer. -Creo que esto necesitabas saberlo. Adios y portate bien, capullo. Colgo, arrepintiendose de inmediato de haber cogido el telefono a Tricia, que era amiga suya desde el instituto, una tia leal y muy divertida, aunque en lo referente a Bella solia sacarlo bastante de quicio, y penso en ella, en Bella, en Isabella Howard, su novia de siempre, la mujer de su vida, esa que lo habia dejado despues de anos de rupturas, dramas y reconciliaciones, y un agujero en el centro del estomago lo paralizo. Respiro hondo intentando calmarse, levanto la cabeza y se encontro de frente con su hermano Alex, que salia a buscarlo con un botellin de cerveza en la mano. -Tio, dijimos que nada de moviles. -Si, lo siento, pero era importante, ahora lo apago. Gracias -cogio la cerveza y camino hacia la casa tratando de espantar el desconcierto-. ?Que tal el peque? -Durmiendo, gracias a Dios, ha tomado el pecho y se ha quedado frito, pero a saber. Duerme fatal. -Bueno, es lo habitual, ?no?, es un recien nacido. -Hay otros mas tranquilos, a este le gusta la juerga. ?Estas bien? -Lo detuvo antes de entrar en la casa y busco sus ojos. -Si, ?por que? -Hace media hora estabas fenomenal y ahora te has venido abajo. ?Quien te ha llamado?, ?que te ha dicho?, ?hay algun problema? -Isabella vuelve a Sydney. -?Y? -Ha dejado su trabajo y se marcha a vivir con su novio a Inglaterra. -?Te ha llamado ella? -No, me ha llamado Tricia, ya sabes que nos conoce a los dos. -Vale, pero crei que ese tema estaba zanjado y que tu... -Si, hermano, no te preocupes, no pasa nada. Ha sido el shock inicial, pero estoy bien. Vamos a comer, me muero de ganas de probar esa paella. 1 -?Sigues a gusto en los Sydney Roosters, Oliver?, las malas lenguas aseguran que tienes ofertas para marcharte a jugar al Reino Unido. ?Es eso cierto? -Si, siempre hay ofertas, pero no es mi intencion mudarme a vivir al Reino Unido, no soportaria el clima. Bromeo, guinandole un ojo a esa chica tan guapa, la periodista de Men’s Health Australia, que le estaba haciendo una entrevista mientras un fotografo, dos asistentes, un productor, un estilista, una peluquera, una maquilladora, su representante, su jefa de prensa, su madre y dos personas que no tenia ni idea de quienes eran, los observaban atentos, y suspiro. -Me han contado que tienes familia en Escocia, eso podria facilitar las cosas ?no? -Todos los australianos tenemos familia en alguna parte. -Ya, pero igual te apetece estrechar lazos con tu familia paterna. -!Stop! -Solto Tricia muy seria y miro a la periodista desde su metro ochenta de estatura haciendola parpadear asustada-. Nada de temas personales, Lucy, y mucho menos en esa linea, en el contrato habia quedado claro. ?Necesitas que te lo ensene? -?Que tiene de malo hablar de su familia paterna? -No habla de su vida personal. -No le estoy preguntando quien es su novia o si piensa casarse este ano, le estoy preguntando por su familia escocesa, la Wikipedia dice... -Genial, ?documentas las entrevistas en la Wikipedia?, que profesional. -No te pases, Tricia, le estamos haciendo un reportaje fotografico espectacular, hemos hecho todo lo que no habeis pedido, solo necesito que me conteste a temas que vayan mas alla del rugby o de su rutina de ejercicios, ?sabes? -Y yo te repito que no vayas por ese camino o esto se acaba aqui... -Basta -levanto la mano para aplacar a Tricia, que solo estaba defendiendo su filosofia con respecto a la prensa, pero que se estaba pasando cuatro pueblos, y le sonrio-. Esta bien, no pasa nada, le contestare a Lucy un par de cosas personales para que complete su reportaje. -Tu mismo -Bufo ella, se dio la vuelta y desaparecio cabreada. -Gracias. Lucy -miro a la periodista y le sonrio-. Supongo que ya sabes que conozco desde hace poco a mi familia paterna. Es verdad que tengo tios y primos en Edimburgo, y son encantadores, pero no pienso mudarme a jugar a Escocia, ni a ningun otro equipo del Reino Unido o de Europa, me quedo en los Sydney Roosters hasta que me quieran aqui. -?Es cierto que tienes dos hermanos en Australia? -Dos hermanos, dos cunadas y tres sobrinos. Todas personas anonimas a las que quiero, con las que paso mucho tiempo y de las que no voy a dar mas detalles para respetar su intimidad. -?Por que ahora usas el apellido Campbell?, durante anos solo fuiste Oliver Watson, es... -Mi apellido es compuesto, me llamo Watson-Campbell desde siempre, mis padres lo decidieron asi, sin embargo, cuando entre a jugar en la liga profesional me empezaron a llamar solo Watson y ahora, desde hace un tiempo, la prensa usa el apellido completo. No es algo que yo decida o imponga o... -?No es un homenaje a tu padre que salio a la luz tras anos de permanecer en el anonimato? -Acabo de decir que no es algo que yo haya decidido o haya impuesto -Respondio un poco aspero y ella sonrio. -Es muy curioso que muestres tanto celo en lo referente a tu entorno familiar paterno, porque siempre has sido muy abierto con tus fans, con la prensa... -Bueno, hay cosas que son sagradas y me gusta respetarlas. -Acabas de cumplir treinta y dos anos, ?has pensado en sentar la cabeza?, ?casarte y ser padre? -Me encantaria ser padre, no se si llegare a casarme, pero espero, algun dia, formar una gran familia. -?Que buscas en una mujer? -No se, aun no lo tengo claro -Volvio a bromear para quitar hierro a la situacion, y miro a su madre, que observaba la escena con el ceno fruncido. -?Que opinas de ser uno de los hombres mas deseados del pais y el australiano mas deseado del mundo? -?Quien dice eso? -Una encuesta de nuestra revista y de otros medios de comunicacion. -?En serio? -?No te condiciona tu aspecto fisico?, obviamente eres muy atractivo, no puedes negar el efecto que produces en las demas personas. -No se de que me hablas.

  • ?Hay alguien ahi fuera? – Marian Keyes de Marian Keyes

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    Anna Walsh protagoniza esta cuarta novela de la saga de la peculiar y entranable <>.

  • Siete Llaves de Noel Romero

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    EL hombre del traje oscuro, marco un numero, mientras caminaba de un lado para otro, en el salon de aquel apartamento. --Dime que lo encontraste, -dijo la voz del otro lado. --Negativo, -respondio-. He registrado en todos lados y no he encontrado nada. ?Estas seguro de que es el? --!Absolutamente!, -chillo la voz-. ?Crees que soy tonto? Tiene que ser. Quedate por ahi cerca y cuando aparezca lo coges y ya sabes lo que tienes que hacer con el. Acto seguido, se oyo el caracteristico bip, bip, bip, indicando que, el que hablaba por el otro extremo, habia colgado. El tipo se arreglo el nudo de su corbata, salio al parqueo y se sento a esperar, pacientemente, el regreso de su victima. Al rato, lo vio entrar al edificio. Era un hombre de unos 50 anos, con el pelo bastante canoso, lo cual coincidia con la descripcion que le habian proporcionado. Espero un poco mas, dando tiempo a que subiera y llegara a su apartamento. Alli lo agarraria facilmente y sin llamar la atencion. Comenzo a subir por las escaleras, cuando, de pronto, la estridencia de la alarma de incendios, estremecio todo el edificio. Al llegar al pasillo, habia gente por todas partes. Se dio cuenta, inmediatamente, que el hombre habia sospechado al encontrar su casa desordenada y habia activado la alarma contra incendios para poder escapar aprovechando la confusion. <>, -penso-. Al final del pasillo habia una ventana y su instinto lo impulso a asomarse por ella alcanzando a ver al hombre, que usando la escalera de emergencia, habia llegado abajo y se alejaba corriendo por el callejon. Uno de sus compinches, se dio cuenta y se lanzo tras de el en una feroz caceria. El perseguido entro en otro callejon, se escondio unos instantes en una cabina telefonica. Vio pasar de largo a su perseguidor y penso que podia tener alguna posibilidad. Salio de su estrecho escondite y echo a correr desesperadamente por el callejon. Vio un auto que venia hacia el a toda velocidad. Se volteo hacia el lugar por donde habia entrado y otro auto venia por ahi. Estaba atrapado. No habia escapatoria posible. El hombre del traje oscuro, salio de uno de los autos y fue hacia el. Otro venia por detras. Un golpe en la nuca y sobrevino la oscuridad. Cuando recobro el conocimiento, estaba atado a una silla en medio de una habitacion mal alumbrada, sin ventanas y sin pintar. Frente a el en el otro extremo de la estancia solo una puerta de la cual colgaba, al parecer para dar suerte, una herradura. Miro a su interrogador, pero su cara no le era conocida. No habia una parte del cuerpo que no le doliera. Le habian propinado una paliza tal que sangraba por varios lugares y tenia un ojo y el labio inferior, hinchados. Entonces recordo los golpes, las preguntas. Tambien recordaba haberse despertado en una furgoneta y luego ese olor a cloroformo en la cara. Al parecer habia perdido el conocimiento y vuelto en si, varias veces. Su torturador se desesperaba porque no estaba obteniendo el resultado esperado. Las instrucciones que tenia el hombre del traje oscuro, eran precisas: conseguir las respuestas, al precio que fuera necesario. Asi que busco una pinza y con mucha sangre fria y sin remordimiento alguno, le saco la una del dedo menique de la mano izquierda. El trapo que amordazaba la boca del torturado, sirvio de amortiguador de los gritos de dolor, que sus pulmones lanzaban desesperados. Aun, asi, no hubo respuesta. Una macabra caja con dos cables terminados en pinzas de cocodrilo hizo su aparicion. Era, segun su inventor, el "extractor de la verdad". Le pregunto a su victima por ultima vez, siendo ignorado, una vez mas. Entonces, aprisiono las tetillas del desdichado con las pinzas, conecto la caja a un tomacorriente y le dio al interruptor. Con calma diabolica, dejo pasar varios largos segundos. En medio de terribles convulsiones, aquel pobre hombre atado a la silla, emitio varios gritos ahogados y entro en un estado semiconsciente. La segunda sesion estaba por comenzar, cuando se oyo una voz fuerte. --!Alto! Ya es suficiente, -dijo el recien llegado, en un tono que denotaba un indiscutible liderazgo. --Pero..., tu mismo me dijiste que... --Shhh, -dijo el jefe llevandose el dedo indice a los labios--. Echo un poco de agua en un jarro y se la tiro a la cara al cautivo, provocando que este despertara y lo mirara. --Nunca pensaste que este momento llegaria, ?verdad?, --le dijo, mientras sostenia la mandibula de su prisionero para que sus ojos quedaran frente a frente. --!Tu!, -apenas pudo pronunciar el torturado. Su mirada demostraba asombro. --Pero... ?como? !Entonces fuiste tu, quien mato a...! -No pudo continuar, pues le sobrevino un ataque de tos, que expelia saliva y sangre por todos lados. --No tienes idea de como di contigo, ?eh? Pues, te lo voy a contar, -dijo el recien llegado y acerco una pequena banqueta, en la que se sento quedando frente al hombre secuestrado-, para que veas que las casualidades no estan escritas y que el amor es la tonteria mas grande que se ha inventado. --Todo comenzo antenoche, -comenzo su narracion el captor-, durante una velada intima, en casa, con unos amigos. Una amiga de mi esposa, que se llama Sofia, relato una historia de amor, como esas tontas, que suceden en las novelas y que conmovio a todos los invitados, pero para mi, fue como una bocanada de aire fresco, al salir de un lugar cerrado y falto de oxigeno. --Resulta que esa tal Sofia, -prosiguio-, visita la tumba de su madre con frecuencia y cerca de alli esta enterrada una senora que ella conocio. Entonces, noto que, desde hace poco, un hombre misterioso, le llevaba flores todos los dias, estaba un rato con ella, llorando desconsoladamente y luego se iba. Y asi todos los dias. Una manana, Sofia y el amante anonimo, tropezaron, accidentalmente, en el cementerio y cuando este se agacho para ayudarla a recoger las cosas que se le habian caido, ella noto un tatuaje que el tenia en el brazo con el nombre de la difunta, pero con una pequena falta de ortografia. El se puso nervioso, se bajo, enseguida, las mangas de su chaqueta y se alejo rapidamente, mientras ella le agradecia. La mujer sintio no haber tenido tiempo para preguntarle acerca de su relacion con la senora enterrada alli. --Al enterarme de lo que decia el tatuaje, -siguio el desalmado-, supe, al instante, que te habia encontrado. Con un poco de mana, logre que mi esposa me dijera el lugar donde estaba enterrada la madre de su amiga. Ayer por la manana fui a esa tumba, pretendiendo ser un doliente, para espiar desde una distancia prudencial y no habian pasado ni 15 minutos, cuando apareciste. Yo no podia dar credito a mis ojos, pero alli estabas, "desolado", junto a la tumba de "tu amor", con un ramo de rosas rojas, llorando como un estupido adolescente enamorado. --Sabes, la vida recompensa a los que saben esperar. Solo tuve que seguirte y averiguar donde vivias. Por cierto que eso de que "todo el mundo tiene su precio", es mucha verdad. Lo que pasa es que el tipo de tu edificio, que nos dio el codigo de acceso y el numero de tu apartamento, puso su precio muy alto y ahora no va a poder disfrutarlo. El resto ya lo sabes, – concluyo. El jefe se volvio hacia el hombre del traje oscuro. --No creo que este vaya a hablar. Por lo pronto, vamos a poner vigilancia sobre el apartamento, porque es posible que alguien aparezca por alli. Pero, esta vez, -advirtio-, a quien quiera que entre alli, vamos a dejarlo hacer. Este error no podemos cometerlo mas. No podemos espantar al objetivo, ?entiendes?, asi que vamos a dejar actuar al proximo y asi nos llevara hasta su madriguera. --Es mas, -agrego-, en la medida de nuestras posibilidades, le vamos a facilitar las cosas. Recuerda que no queremos resultados intermedios, nuestro objetivo es el final y hacia alli debemos enfocar todos nuestros esfuerzos. No lo echemos a perder, ?si? --?Que hacemos con esta cosa, -pregunto el hombre del traje oscuro, senalando para el prisionero-. ?Lo liquidamos? --No, no, -contesto el jefe esbozando una macabra sonrisa-, creo que se me acaba de ocurrir una genial idea. Este se va a morir, el solito, no habra necesidad de matarlo. Me va a resultar mas util muerto que vivo, asi que, su mejor manera de ayudarnos, sera... "morir". Al otro lado de la ciudad, en el Asilo La Esperanza, la enfermera Susana Esquivel habia salido de la enfermeria y caminaba por el pasillo recto que llevaba, directamente, hacia el parqueo de las ambulancias. A su derecha se abria un estrecho corredor que daba acceso a otras dependencias de la Institucion como la sala de Rayos X, de Estomatologia y otras. Se disponia a entrar por alli, cuando la conocida sirena de una ambulancia que llegaba, la hizo detenerse. Los paramedicos pasaron de prisa por su lado en direccion a la enfermeria y la chica, por instinto, los siguio. Se acerco a la camilla y vio a un hombre todo magullado. En realidad se veia bastante mal. Entonces ocurrio algo imprevisto. El hombre se aferro al bolsillo de su bata de enfermera, mientras la miraba con unos ojos negros muy intensos y llenos de desesperacion que la pusieron incomoda. Con un poco de trabajo, logro soltar la mano del hombre de su bolsillo y trato de calmarlo, diciendole que todo iba a estar bien. Susana se dispuso a ayudar, pero Lidia, la Jefa de Enfermeras, le dijo que no hacia falta y que podia continuar con sus labores. Susana salio de alli con una extrana sensacion. No sabia por que, pero aquel hombre le transmitia algo familiar. Era como si tuviera que ayudarlo o algo asi. Cuando llego a su casa ese dia, por la tarde, se sintio en el paraiso. Habia sido un dia largo y agitado y se sentia muerta de cansancio. Se quito la bata, entro al comedor y la tiro sobre el espaldar de una silla. Se dirigio al refrigerador y se sirvio un gran vaso de leche fria. Fue a la sala y casi se tiro sobre el sofa. Conecto el televisor mientras se quitaba los zapatos y estiraba los pies adoloridos por estar de aqui para alla todo el dia. Se sonrio, porque los programas de la television parecian los mismos del dia anterior, igual que las noticias. Era viernes y penso que era bueno que le hubieran dado el fin de semana completo para descansar. No estaba segura de querer ir a ver a sus padres, pues ellos nunca habian aprobado su decision de ser enfermera y entonces, simplemente, decidio emanciparse y venir para la ciudad, donde alquilaba este apartamento. Se tomo la leche y llevo el vaso al fregadero. Recogio la bata para llevarla al cesto de la ropa sucia y la reviso. No seria la primera vez que lavaba ropa con cosas en los bolsillos. Entre varias recetas que saco de alli, encontro algo raro. Era una nota arrugada que no sabia de donde habia salido. La extrana nota decia que habia que ir a la terminal de trenes, buscar la taquilla No7 y abrirla con el codigo que incluia. Mas abajo, con una letra atropellada y escrita, al parecer, sobre algo blando y agregada a ultima hora, habia una direccion, un numero y una frase: toca el timbre. Al final se leia: para Alex. Susana reflexiono un instante, tratando de adivinar quien pudo ponerle aquella nota en su bata y entonces recordo aquellos ojos negros intensos y la mano del hombre aferrada a al bolsillo de su bata. <> -penso-. Entonces, volvio aquella sensacion de conexion con esa persona y como no tenia nada que hacer, porque no era muy de salir por ahi y menos sola, decidio ir al dia siguiente al Asilo, a ver como seguia el hombre y de paso, si estaba en condiciones de hablar, preguntarle por la nota. Por la manana, Susana llego a su trabajo como a las nueve y fue, directamente, a la enfermeria. Cuando pregunto, recibio una respuesta que la dejo en shock: el hombre habia muerto. Lidia le dijo que habia salido un momento y cuando regreso lo encontro inmovil, sin signos vitales, asi que llamo al doctor Montes de Oca, quien era la maxima autoridad para estas cosas, y el determino que ese senor habia muerto y se encargo de su traslado a la morgue, para la autopsia. Como el occiso no tenia identificacion, ni nadie lo habia reclamado, pues, se procedio a incinerarlo. A Susana le parecio muy extrano que se hubiera cremado a una persona, sin saber su identidad o por lo menos tratar de averiguarla o esperar a que apareciera un familiar. Salio del Asilo muy afligida y con ganas de llorar. ?Quien era aquel hombre y por que le habia dejado aquella nota? ?Por que, precisamente, a ella? Quizas no tuvo a quien mas darsela. Todas esas interrogantes, se agolpaban en la mente de la chica. Fue a la terminal de trenes y con la combinacion de la nota, abrio la taquilla 7. Alli habia una caja pequena, sellada con cinta adhesiva. Por fuera de la caja habia una direccion y de nuevo: para Alex. 2 Capitulo EL pequeno taller de mecanica de Alexander Martell, en el patio de la casa donde vivia, estaba tan sucio como siempre. Segun los viejos mecanicos, eso era una buena senal. Un cliente entrado en anos, que regularmente hacia aqui los cambios de aceite, siempre decia: "yo vengo a este lugar, porque no confio en los mecanicos bien vestidos y con las manos limpias." Con este taller, Alex, se ganaba la vida, desde que lo abrio a principios de enero. Era un joven atletico, bien parecido, le gustaba el deporte y montar su moto. Se habia graduado de mecanico a mediados del 2013. Justo un mes antes de graduarse, habia perdido a su madre, quien habia sucumbido en una batalla contra el cancer. Sabia que no se iba a hacer rico con este taller, pero lo llenaba profesionalmente y ademas, le alcanzaba para pagar las facturas y mantener en optimas condiciones a la nina de sus ojos: una moto roja y blanca. Le apasionaba la Geologia y tenia en su casa algunas muestras de minerales y rocas recogidos en el campo, durante varias excursiones. Esa manana, estaba trabajando debajo de una camioneta, cuando el sonajero del porton, le aviso de un posible cliente. Una chica de unos 22 anos, bellisima, mas bien delgada, esbelta, de pelo castano, largas piernas y una gracia natural para caer bien, entro preguntando por el. --Aqui abajo, -dijo el chico, asomando la cabeza y agitando una mano negra de grasa. Susana llego hasta la camioneta. Unos ojos vivarachos la miraban desde el suelo. --?Eres Alex?, -le pregunto, teniendo que levantar la voz para poder ser escuchada por encima de la musica altisima que "amenizaba" el taller. --El mismo que viste y calza, -respondio el joven, tambien gritando-. Sus ojos escanearon sin ningun pudor, como buen mecanico, a su interlocutora y llego a la conclusion de que hoy iba a ser su dia de suerte. --Alguien ha dejado esta cajita para ti, -grito la muchacha mientras caminaba hasta el equipo de audio que emitia la estridente cancion y lo ponia en pausa. --?Pudieras colocarla encima de esa mesa?, le pidio Alex, mostrandole sus manos llenas de grasa-. Ella puso la caja sobre una mesa de trabajo, en la que no cabia ni un alfiler y tuvo que hacer espacio para colocarla. --Menos mal que no se demoro tanto esta vez, -dijo el, pero la mirada de la chica le dio a entender que no sabia de lo que estaba hablando-. Entonces, el chico, senalando para la cajita le pregunto: --Esa es la pieza que encargue, ?verdad? Un encogimiento de hombros fue la respuesta.

  • La ayudante de Cupido de Lighling Tucker

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    -No ha quedado tan mal. -sonrio Destino mirando una nueva faena hecha. Gracias a el y Cupido habian unido a una pareja que ya habia perdido la esperanza en el amor. Verlos pasear de la mano como si de dos mozuelos se tratara lo conmovio. Era bonito ver el amor abrazar dos personas de setenta anos. Chasco los dedos y el libro donde miraba el mundo humano se cerro. Era un nuevo caso cerrado con efectividad y rapidez y sabia quien habia redactado el informe. -Setenta anos ?eh? -dijo tratando de llamar la atencion de su socio Cupido, el cual andaba mirando los peces de colores que tenia en su despacho. -Un caso muy complicado ?no crees? -Uhm. -asintio su socio complacido viendo nadar los pequenos animales de un lado al otro. Pero Destino no iba a dejar el tema. -?Me pregunto quien habra redactado el informe? Y, al fin, su socio comprendio lo que el estaba tratando de hacer. Dejo de estar encorvado mirando sus mascotas para ponerse recto y encararlo de frente. Su rostro lucia interrogativo, ademas, hizo una mueca de desagrado antes de tomar la palabra. -Sabes de sobra que ha sido Paige. ?Por que? -Esa chica trabaja demasiado. Cupido nego con la cabeza, ese tema lo habian tratado tantas veces que sabia lo que estaba pasando por la cabeza de su amigo. Estaba a punto de estrangularlo, no habia dia que no le sacara el tema de su ayudante y el comenzaba a ceder terreno. -Tienes que enviarla a la Tierra Cupido, su tiempo a expirado. -dijo como si las cosas fueran tan sencillas. En realidad no lo eran, pero Destino tenia que convencerle que la entregara antes de que todo fuera demasiado tarde. -No... -titubeo Cupido. -No puedo hacerlo. -confeso. Y esa era una realidad devastadora, el no podia hacerla partir a la Tierra pero era de vital importancia que dejara libre a Paige. -No puede quedarse mas tiempo aqui. Lo observo caminar hasta el asiento tras su escritorio y dejarse caer pesadamente. Era mas que evidente que le costaba deshacerse de la pequena humana. -Solo un poco mas. -suplico como si de un nino se tratase. No, era el momento. -Eso lo dijiste hace cuatro anos. -tomo aire y continuo:-Esto ha durado demasiado tiempo, debe volver a la Tierra. Hazlo como veas pero tienes una semana para que retorne a su lugar o lo hare yo. Y era una promesa solemne. Cupido, finalmente, se dio por rendido. En realidad, era lo mejor. -Esta bien. Lo hare. -Buena decision. Capitulo 1 -!?Vacaciones?! -bramo llevandose las manos a la cabeza. "Esta bien, que no cunda el panico." -penso antes de lanzarse a la yugular de su jefe. Aquello debia de tratarse de una broma, de lo contrario comenzaba a no tener gracia alguna. -Paige. -la voz profunda de su jefe entro en su mente y lo alboroto todo. No, aquel tono de voz no era de estar tomandole el pelo. -Cupido, no puedes obligarme. El se tomo aquella frase lanzada al aire como un reto, se tomo el menton con la mano derecha y sonrio directo a ella. Si, aquella mujer le provocaba ternura y mas ahora que suplicaba seguir trabajando. Por otra parte, no podia seguir haciendolo, era el momento que aquellos anos a su servicio fiel y total le regalaran un merecido descanso. -A ver... -penso bien sus palabras antes de que Paige las tomara en su contra. -No es un castigo, necesitas descansar. Y la pobre lo miro con la cara desencajada, era mas que evidente que le desagradaba la orden. Su rostro era pura desolacion, todos sus rasgos se habian marchitado en una profunda pena. Era dificil ver a semejante belleza tan triste. Si, Paige Moon era una mujer completamente hermosa. -?He hecho algo mal? -pregunto arrugando entre sus manos, aun mas, su vestido blanco. ?Era algo malo trabajar mas de doce horas diarias? ?Dedicarse en cuerpo y alma a que los humanos encuentren el amor verdadero? ?Saciarles de felicidad para sentirse bien? En el caso de Paige si, ya que llevaba demasiado tiempo sin vivir su propia vida. -Te repito que no es un castigo. Necesitas desconectar de todo esto. Se sentia miserable haciendo pasar aquella alma pura un rato tan amargo pero ella debia de comprender que el reposo era obligatorio. Cupido apoyo el trasero en la mesa de su despacho, mirando sin perder detalle a su ayudante. No recordaba haberla visto tan aterrada en todo el tiempo que llevaba trabajando para el. Tomo un par de respiraciones y penso en que no debia volverse blando, era una decision tomada. -Hoy, en cuanto acabes te iras de vacaciones. Las siguientes palabras de ella fueron tan inconexas que no pudo comprenderlas. Rio y espero a que sus ideas se aclararan. Su indignacion era maxima. ?Como se atrevia su jefe a obligarla a que se tomara un descanso? ?Como habia sido capaz? Ademas de anadir el hecho de que se sentia como si la estuviera castigando por todo el tiempo que habia trabajado duramente con el. *** -No tienes que hacerme un drama por ello. Solo seran unos dias, luego volveras aqui y seguiras trabajando tan duro como de costumbre. Sonrio pensando en lo siguiente que tenia que decirle pero, al mismo tiempo, esperaba que la pobre chica entendiera que aquella era una decision tomada; no iban a convencerle todos los argumentos que podia inventarse. Sabia de buena tinta que aquel trabajo podia llegar a ser duramente adictivo pero, al mismo tiempo, sabia las consecuencias de volcarse demasiado. El habia perdido su vida encauzando las de las demas y no iba a p 8iermitir que su inocente ayudante viviera el calvario en el que el cayo. -Jefe, tengo demasiados casos abiertos, no puedo simplemente dejarlos y desaparecer. -su nerviosismo era palpable en su tono de voz. -Dejalo, Audriel lo hara por ti. Una mueca de desagrado cruzo el rostro de Paige, sabia que no se llevaba bien con su companero pero no se imaginaba que, la sola mencion de su nombre, desencadenara una respuesta fisica tan fuerte. Conto hasta diez para no reirse, no queria enfadarla mas de lo que estaba. Oteo el ambiente, si, ella sentia como si descansar fuera un castigo, si, era el momento justo de poner en marcha su plan. Antes de que te marches me gustaria que pasaras a despedirte por mi despacho. *** Paige, simplemente asintio y comenzo a recoger. El aire agridulce que acaricio su nariz le mostro lo enfadada que estaba. Pobre mujer, no esperaba que se tomara aquello tan a pecho. -Eres la primera persona que veo que se enfada por que le den vacaciones.- la voz de su companera-amiga Andrea le hizo soltar un bufido. ?Por que nadie comprendia que queria seguir trabajando? Nadie le habia preguntado si queria parar, unicamente se habia basado en pura estadistica y habia ido a por ella a decirle que debia descansar. ?Paige descansar? De locos, aquello era para llevar una camisa de fuerza. -No quiero dejar mis casos. -gruno cogiendo un monton de carpetas. Todos aquellos archivos eran personas que merecian encontrar el amor de verdad y ella se queria hacer cargo de encontrar a la persona adecuada. Luego, solo hacia falta pasarle el informe definitivo a Cupido y que el los uniera. -La idea no es solo de Cupido y lo sabes. Si los jefazos quieren que descanses, vete a casa y disfruta. Sabia que su amiga unicamente buscaba animarla pero, en aquellos momentos, ella estaba reprimiendo el impulso de gritarle que dejara los animos para otra persona que quisiera escucharlos. -Si, se que Destino ha tenido algo que ver. E, intuyo, que ha sido por que hace una semana me vio casi dormida en la mesa. Y no lo culpaba por haberse preocupada, la semana anterior Paige se estaba recuperando de la madre de todas las gripes y apenas habia tenido fuerzas para mantener los ojos abiertos. Su jefe la habia descubierto cuando habia decidido que cerraria los ojos un par de minutos para descansar. -?Cuanto hace que no sales, Paige? -Sali hace una semana. -contesto ella recordando el momento. -No a dar un paseo, si no a divertirte. Ligar, reir, beber, follar, algo que requiera que tu cuerpo sienta sentimientos de verdad. -!Claro que tengo sentimientos! Andrea nego con la cabeza y la abrazo. -Lo se. -Y continuo-Pero hace demasiado tiempo que no te dedicas un dia para ti. Si, tenia razon, comenzo a pensar la ultima vez que habia tenido un dia libre y no pudo recordarlo. Llevaba demasiado tiempo trabajando en aquel lugar. Al inicio comenzo haciendo horas extras, luego alargo de ocho a diez horas su jornada laboral y, al final, trabajo de lunes a domingo sin parar. Ya no sabia cuando habian sido sus ultimas vacaciones. Pero los humanos la necesitaban, aquellas personas necesitaban amor, llenar sus vidas con ese sentimiento calido y acogedor. No podia descansar hasta ver la sonrisa en los seres que ayudaba. Era su medio de vida y le pagaban con amor. Algo que jamas habia sentido, no habia tenido tiempo. Paige miro su despacho, de paredes de cristal donde los secretos eran facilmente encontrados, toda aquella planta estaba dirigida a los ayudantes y trabajadores de Cupido. Trabajaba en Loves Forever S.L., una empresa fundada por Cupido y Destino, socios capitalistas de aquel lugar. El edificio contaba con tres plantas y Paige trabajaba en la segunda planta, donde estaban todos los ayudantes de cupidos. Ellos se encargaban de seleccionar perfiles de personas y emparejarlas con otras. ?En que se basaban? Estadisticas, numeros, tablas y mucha intuicion. Elaboraban un informe que Cupido leia concienzudamente y si el lo creia valido unia, gracias a Destino, a esos humanos que tenian marcado conocerse. La planta superior estaba destinada para contabilidad y la primera para Destino y sus ayudantes. ?Que hacian alli? Era un misterio, nadie era mas hermetico que Destino, un hombre que le producia escalofrios solo de pensarlo. ?Y que decir de su jefe? Lejos quedaba la imagen del bebe en panales, con mini alas decorando su espalda y un arco y flechas para unir amores. No, su jefe era caliente, fuerte, peligroso y sexy. Era como comerse un bombon de chocolate relleno de almendra, el summun de los bombones. Largas piernas curtidas en batallas alzaban a un hombre alto, cerca de los dos metros de puro musculo. Era muy ancho de espaldas y los trajes que solia vestir le hacian parecer mucho mas grande. Recordo su olor a lluvia y los largos cabellos negros ondeando al aire, era un hombre que calentaria hasta a la mas frigida de las mujeres. Y su rostro era angelical, rasgos suaves, esculpidos concienzudamente en una nariz pequena, unos labios gruesos y unos enormes ojos verdes esmeralda. Si, ese era su jefe, el bombon que no le permitia su dieta. -Vamos, ya es hora de acabar la jornada. -le susurro Andrea con carino. Cargando sus carpetas salio de su despacho y caminaron el largo pasillo hasta el de Audriel. El susodicho tecleaba algo en su ordenador y ni se molesto en levantar la vista de la pantalla donde trabajaba. -Dejalos encima la mesa, el jefe ya me aviso. Y con esa frialdad Paige sintio que el corazon se le encogia, aquellos humanos eran sus ninos y no podia dejarlo en manos de alguien a quien no les importaba, que unicamente los veia como numeros para llenar un cupo. La mano de Andrea toco su antebrazo derecho, la miro y ella la sonreia cordialmente. Tenia que hacerlo y eso le rompia el alma. -Vamos carino. -la alento su amiga. Esbozo una sonrisa amarga en respuesta y dejo su trabajo sobre el escritorio de aquel hombre tan indeseable. Ahi estaba el trabajo de meses. -Cuidalos. -suplico en un susurro. -Claro, claro y ahora iros que tengo faena. -contesto su companero haciendo aspavientos con la mano indicandoles la salida. Aquel hombre la enervaba y estuvo a escasos segundos de coger la grapadora y ponerle los parpados fijos a la frente. Freno sus instintos sanguinarios y, con toda la dignidad que pudo reunir, salio de aquel despacho. Oficialmente estaba de vacaciones. Capitulo 2 Iam esperaba tranquilamente el autobus, bufo mientras comprobaba que el transporte publico llegaba veinte minutos tarde. No era algo de extranar en Manhattan, seguramente alguna pobre alma se habia tirado a la via del tren y ese era el causante de todo el atraso. Miro, nuevamente el reloj, si se retrasaba mas no iba a poder llegar al juicio a tiempo. En toda su carrera jamas habia llegado tarde al trabajo. Era abogado criminalista y su fama le predecia, era voraz y letal en la sala pero llegar tarde le haria una enorme mancha en su impecable curriculum. Su coche estaba en el taller y el tren no venia, parecia que el mundo se habia confabulado para hacerle un mal dia. Bufo sonoramente y trato de mantener la calma. Su bolsillo vibro y espero que fueran buenas noticias. La pantalla le revelo que se trataba de su secretaria, descolgo y saludo: -Buenos dias, Rose. ?Todo bien? -Si, todo perfecto. Me preguntaba si ya estabas en el tren... Iam sonrio. -No y no parece que vaya a venir en la proxima media hora. Estoy perdido. -Bien, voy a buscarte y te llevo al juicio. -Gracias. Y unas pocas palabras cordiales despues ya habian colgado, estaba claro que aquella mujer cuidaba mejor de el que su propia madre. Estaba atenta a todo y habia escuchado por la radio que habia un gran paron de trenes en su zona. Vivia demasiado lejos del juzgado, debia llegar al Tribunal penal de Nueva York, que estaba a una hora en coche de su casa. Miro nuevamente el reloj, el juicio se iba a celebrar en dos horas y media, unicamente esperaba no dejar a su cliente solo. *** -Sube. -sonrio Rose abriendo la puerta del copiloto desde dentro. Rapidamente se lanzo al asiento y cerro, antes

  • Molobo de Vidal Fernandez Solano

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    Jim, un exitoso corredor de bolsa espanol afincado en Estados Unidos, se traslada de Nueva York a Hazard, un pequeno pueblo de Nebraska, por motivos de salud. Tras una vida azarosa y agitada en el mundo de los altos negocios, el medico le recomienda la estabilidad y el sosiego del campo tras un amago de infarto. A medida que va conociendo a los habitantes del pueblo,Jimse da cuenta poco a poco de la existencia de macabros secretos. Un rastro de violentas muertes ocultas tras el temor y la supersticion locales va apareciendo ante sus ojos. Sorprendido, descubre que no es la primera vez que esto ocurre. Una extrana presencia, jamas revelada a los ojos del mundo, habita en los bosques que rodean el pueblo.Seres salidos de una pesadilla que vuelven de forma periodica reclamando un tributo. en sangre.

  • El final del comienzo de Nisa Arce

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    Mientras abria la puerta con la tarjeta llave que le habian dado en recepcion, Mateo no pudo evitar esbozar una sonrisa. Se quedo de pie en el marco, maleta en mano, observando aquella estancia: las lineas clasicas y elegantes aunque frias de la decoracion, los cortinajes que tapaban las ventanas, la amplia cama en la que habia pasado la que recordaba como una de las peores noches de su vida, si no la que mas. Se sento en el lecho, y mientras deslizaba lentamente la mano sobre la colcha para recrearse en el tacto, se dijo que aquella si que era una buena manera de cobrarse su pequena venganza personal. Y es que Alejo, eficiente y cumplidor como de costumbre, habia hecho realidad sus peticiones en cuanto se hizo publico que estaba nominado nuevamente al Balon de Oro por sus logros la temporada pasada. Lo que le habia pedido era sencillo, aunque lleno de significado: queria alojarse en el mismo hotel de Zurich que la anterior vez. En concreto, en la misma habitacion. Y alli estaba cinco anos despues, mas empoderado y seguro de si mismo, con muchas mas cargas y preocupaciones sobre los hombros, pero tambien con la tranquilidad de tener la conciencia totalmente limpia, a apenas unas horas de saber si el mundo del futbol profesional, ese mismo que habia tratado de aislarle formando un vacio a su alrededor, claudicaba por carecer de motivos que justificasen que no se tuvieran en cuenta sus logros meramente deportivos. Una parte de si mismo estaba deseando comprobarlo, pero la otra, dominante en aquellos momentos, ya celebraba el poder seguir ejerciendo su vendetta. Que importaban los premios, las alabanzas de los medios o el reconocimiento de los cientos de companeros del sector que habian hecho constar su voto para la categoria a la que estaba nominado. Todo ello quedo en un segundo plano en cuanto escucho que la puerta volvia a abrirse. Sentado en la amplia cama, vistiendo, al igual que aquella noche funesta, un traje a medias tras haberse despojado de la chaqueta y los zapatos, Mateo dejo que Dani volviera a convertirse en el epicentro de su universo, solo que en lugar de tenerlo al otro lado de una linea telefonica se encontraba a pocos metros de el, recien llegado del aeropuerto tras haber tomado un vuelo en Madrid. Ese momento, tenerle ahi con el justo donde la historia de ambos se habia resquebrajado cuando no sabian cual iba a ser el curso de los acontecimientos, se le antojo perfecto. --Joder, menos mal que apenas habia trafico para venir hasta aqui. Creia que no iba a llegar nunca --protesto Dani tras dejar su maleta en el suelo. En lugar de responderle, Mateo le sujeto de las munecas y tiro hasta conseguir que el defensa se metiera con el en la cama. Tras quedar recostado sobre su torso, Dani procedio, esta vez si, a saludarle como era debido: --?En serio han pasado solo dos semanas? --Le beso--. Se me ha hecho eterno. --Dos semanas y tres dias --puntualizo el delantero argentino, que llevaba a pies juntillas la cuenta del tiempo transcurrido desde la ultima vez que se habian visto. Dani se lo quedo mirando, haciendo un esfuerzo tremendo por centrarse, tal y como llevaban haciendo desde que retomasen su relacion, en disfrutar del presente, pero saber que tendrian que volver a separarse a primera hora de la manana era un dato dificil de obviar. --?Nervioso? --le pregunto. --?Yo? Pero boludo, si quedare finalista --replico con guasa, como si diera por hecho que no iba a llevarse el galardon. El gesto del capitan del Juventud se torno serio. --Mateo, vas a ganar --afirmo--. Si no lo haces, somos muchos los que dejaremos de creer en las federaciones y todo lo que representan. El, pasandole las manos por detras de la cintura, volvio a restarle importancia: --No hay que menospreciar los meritos de los demas. --Por una vez, creetelo --pidio Dani, visiblemente enervado--. Lo digo en serio: te lo mereces. Mateo tomo aire y volvio a sonreir. Haciendole caso, repaso mentalmente lo que habian sido sus registros la anterior temporada: de nuevo maximo goleador tanto en liga como en copa; los titulos ganados con el Westhound; y, sobre todo, la segunda Copa del Mundo, consecutiva ademas. Su imagen vistiendo la albiceleste con la banda de capitan en el brazo y la medalla al cuello, levantando el iconico trofeo mientras se apoyaba en una muleta tras haberse lesionado al marcar el gol que habia decantado la balanza a favor de Argentina, habia dado la vuelta al planeta. --Y si gano, ?que? --se cuestiono mas bien a si mismo. --Pues elegantemente les dices a todos los que trataron de enterrarte antes de tiempo que se pueden ir a tomar por culo. El delantero rio. --En verdad, algo por el estilo preparamos Alejo y yo para el discurso por si lo tuviera que leer... Che, cuanto te extrane. --Cada vez se hace mas cuesta arriba sobrellevar la distancia, ?verdad...? --musito Dani contra sus labios. Mateo asintio mientras volvia a besarle. No disponian de demasiado margen antes de tener que poner rumbo al Kongresshaus, el recinto en donde tendria lugar la ceremonia, por lo que aunque nada le hubiera gustado mas que poder aislarse del mundo con el lo que quedaba de jornada, opto por ir al grano: --?Vos estas preparado para salir? --Tengo que cambiarme, pero lo hago en un momento. ?Por? --Este..., es que antes de que Alejo nos venga a buscar quiero hablar con vos de un asunto. Dani fruncio el ceno. --?Va todo bien?

  • Encantada por el Conde de Amanda Mariel

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    ?Podran Rose y Hunter superar sus diferencias y aceptar el amor verdadero?

  • Encuentrame de Constanza Sartory

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    Encuentrame, Constanza Sartory
    Lorena Alcorta logra sobrevivir a un terrible accidente gracias a la intervencion de un misterioso sujeto. A partir de ese momento, su vida no puede volver a la normalidad porque un extrano personaje comienza a acechar sus suenos y tambien en su vigilia. ?Quien es el? ?Es real o es solo un producto de su imaginacion? Y lo mas importante, ?que es lo que quiere?
    Si deseas conocer las respuestas, te invito a sumergirte en la lectura de una novela en la que el mundo real y el mundo onirico se entrelazan para formar un escenario en el que la razon tiene los ojos vendados y todo, absolutamente todo, puede suceder.

  • La humana es mia de Iris Montes Meseguer

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    LA HUMANA ES MIA

  • Los lios de Almudena de Cristin Ferro

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    Alvaro, el jefe serio y mandon, es un hombre guapo, sexy y seguro de si mismo que intentara cambiar por hacer feliz a la mujer que tiene a su lado. Empezara dejando atras su caracter hurano y se descubrira a si mismo sonriendo cada vez mas.
    Almudena es una mujer de fuerte caracter y personalidad muy definida, es la unica duena de su vida y de sus decisiones. Debido a su pesima situacion familiar, luchara por mantener siempre el control, le pese a quien le pese. Esa es la razon por la que en sus planes nunca entro acabar con un hombre que la controle, que la domine y le de ordenes.
    Alguien empezara a amenazar la tranquila vida de la pareja. Al principio de forma anonima y sin importancia, para derivar en un acoso sin precedentes. Almudena no se dejara acobardar y eso desembocara en una tension irrespirable entre la pareja. Situacion que acabara provocando encontronazos continuos y miles de peleas que, poco a poco, iran desgastando la relacion.

  • Venganza o pasion (Deseo Deseos Prohibidos) de Maxine Sullivan

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    Gemma Watkins se detuvo en seco mientras salia de la sala de espera del hospital. Un hombre alto avanzaba a grandes zancadas por el pasillo. Sus anchos hombros, su andar decidido le recordaban a... <>. En ese instante, el la vio. Dudo un instante y luego apreto el paso hasta que llego junto a ella. -Gemma... La voz de Tate se le deslizo por la piel provocandole un temblor de aprension. Aquel hombre habia sido su amante. El hombre del que habia estado enamorada. El hombre que le habia roto el corazon hacia casi dos anos. No se podia creer que fuera el. Tate Chandler era un empresario australiano que habia llevado el negocio familiar de relojes de lujo a un nivel nunca conocido hasta entonces y le habia dado un gran prestigio internacional. Era un hombre con una presencia imponente fuera cual fuera el lugar en el que se encontraba, tanto si se trataba de su despacho en una de las calles mas prestigiosas de Melbourne, su atico de lujo en uno de las zonas mas ricas de la ciudad o en los pasillos de aquel hospital. Era un multimillonario cuya poderosa apariencia iba mas alla de su increible atractivo. Todo lo que tocaba se convertia en oro y sus caricias tambien lo eran. Gemma lo sabia de primera mano. Trago el panico que se le formo en la garganta. -Hola, Tate. Los ojos azules de el recorrieron la larga melena rubia que cubria delicadamente los hombros de Gemma. Observo el rubor que tenia las mejillas y, entonces, entorno la mirada. -Espero que el hecho de que estes aqui sea una mera coincidencia. -No se a que te refieres. -Mi familia ha inaugurado hoy el nuevo pabellon de pediatria en memoria de mi abuelo. ?No te habias enterado? Ha salido en todos los medios de comunicacion. -No, no me habia enterado -replico ella. Habia estado demasiado ocupada trabajando y tratando de mantener la cabeza fuera del agua-. ?Significa eso que tu abuelo ha... muerto? -Hace tres meses. -Lo siento mucho. Bueno, tengo... -?Que es lo que estas haciendo aqui? -Estoy con... una persona. -?Se trata de un hombre? -Mmm... si. -Por supuesto que se trata de un hombre -se mofo el-. Nada ha cambiado en ese aspecto, ?verdad? -Esto no tiene nada que ver contigo, Tate. Adios. Hizo ademan de pasar al lado de el, pero Tate le agarro el brazo y la obligo a detenerse. -?Sabe ese pobre infeliz que es tan solo uno de muchos? -Yo... -?Tu que? ?Que no te importa? Creeme si te digo que se eso mejor que nadie. Aquellas palabras escocieron a Gemma. Se habia entregado de buen grado a Tate el dia en el que lo conocio en una fiesta celebrada por el arquitecto para el que ella trabajaba. Se habia enamorado instantaneamente de Tate. Despues de lo ocurrido con el, solo podia dar gracias a Dios por no haberle dicho lo que sentia. Por alguna razon, se habia reservado aquel secreto y habia conseguido mantener su orgullo intacto en parte cuando el le dio la espalda despues de llevar un mes de relacion. Durante las breves semanas que pasaron juntos, apenas salieron del atico de Tate. El mejor amigo de Tate era el unico que conocia su relacion. El recuerdo de todo lo ocurrido le hizo echarse a temblar. Aquel inesperado encuentro resultaba muy injusto, pero, a pesar de todo, no podia decirle a Tate la verdad. No podia. Podria ser que el decidiera... -Ah, ahi estas, Gemma -dijo una voz femenina a pocos metros de distancia. Gemma contuvo el aliento y se volvio a mirar a la enfermera que salia de la sala de reanimacion-. Esta bien, cielo -anadio, Deirdre, la enfermera, antes de que ella pudiera preguntar-. Y ya se ha despertado. -!Gracias a Dios! -exclamo. Gemma se olvido de Tate cuando un intenso alivio se apodero de ella. Era una operacion sin importancia, pero, como toda cirugia, no estaba exenta de riesgos. Deirdre observo a Tate y vio que el tenia agarrada a Gemma por el brazo. Entonces, fruncio el ceno. Gemma comprendio que tenia que actuar con rapidez. Se sobrepuso a lo que se sentia y esbozo una sonrisa tranquilizadora. No queria tener que dar explicaciones de nada. Por eso, cuanto antes se alejara de Tate, mejor. -Ya voy, Deirdre. Muchas gracias. La enfermera permanecio inmovil un instante antes de que pareciera que aceptaba que no habia ningun problema. -En ese caso, voy a decirle a Nathan que mama va a ir a verlo enseguida. Con eso, la enfermera regreso a la sala de reanimacion. -?Tienes un hijo? -Si -respondio. No podia negarlo. De repente, la expresion de Tate reflejo una cierta dosis de sospecha. -?Y se llama Nathan? Gemma asintio. -El nombre de mi abuelo era Nathaniel. -Es un nombre bastante comun -repuso ella mientras se maldecia en silencio por haberse permitido aquella unica debilidad. De repente, el lanzo una maldicion. Entonces, solto el brazo de Gemma y se le adelanto. Ella, como una fiera, se coloco delante de Tate y se interpuso entre la puerta y el. -Solo tiene diez meses, Tate -mintio. -?Es de Drake? -!No! Tate nunca la habia considerado inocente en lo que se referia a lo ocurrido con su amigo. Drake Fulton siempre la habia puesto nerviosa dado que se mostraba demasiado amistoso cuando Tate los dejaba a solas juntos, dejando bien claro que la deseaba. Al final, no la habia conseguido, pero se habia asegurado de que Tate tampoco se quedara con ella. -Por lo tanto, tu hijo es de otro hombre. -Si. De el. Rezo para que Tate se diera la vuelta y se marchara. Por el contrario, el la sorprendio y siguio avanzando. Ella lo alcanzo rapidamente. Estaba muy preocupada. -?A... adonde vas? Tate siguio andando en direccion a la sala de reanimacion. -Bueno, me has mentido antes. -No te menti. Yo... Gemma tuvo que esquivar a una joven pareja que andaba por medio del pasillo y luego volvio a alcanzar a Tate. El la ignoro y apreto el boton que habia en el exterior de la sala de reanimacion para abrir las puertas. Gemma entro con el. Deirdre estaba atendiendo a uno de los pacientes. Ella vio como examinaba la sala y como su mirada reparaba en una cuna que estaba mas alla del puesto de enfermeras, apartada del resto de las camas. En ese momento, practicamente con un movimiento sincronizado, los dos echaron a andar. Se detuvieron cuando llegaron junto a la cuna, en la que un nino muy pequeno de cabello rubio jugaba con un osito de peluche. Nathan levanto la mirada y Gemma contuvo el aliento. Tate no podia saberlo. Simplemente no podia... Entonces, Tate se volvio para mirarla. Tenia el rostro muy palido, pero parecia querer asesinarla con la mirada. Ella iba a pagar muy caro por lo que habia hecho. *** Tate sintio que la respiracion se le cortaba en el momento en el que el nino levanto la mirada y le atrapo el corazon para siempre. Durante un instante, Tate estuvo a punto de desear que el nino no fuera suyo, que pudiera darse la vuelta, salir huyendo y no tener que ver a Gemma nunca mas. No queria que ella volviera a formar parte de su vida. Sin embargo, con una mirada habia sido suficiente. Aquel nino era su hijo. El no iba a irse a ninguna parte. Justo en aquel momento, el nino vio a su madre. Dejo el osito y le ofrecio los brazos mientras empezaba a llorar. Gemma empezo a sollozar y echo a correr hacia la cuna para tomarlo en brazos. -Calla, carino. Mama esta aqui -murmuro mientras lo abrazaba carinosamente para tranquilizarlo. -?Que es lo que le ocurre? -pregunto Tate. -Han tenido que ponerle una especie de drenaje en los oidos. Tenia una otitis detras de otra y los antibioticos ya no funcionaban. Sin el drenaje, podria sufrir perdida de audicion y eso podria afectarle al lenguaje y al desarrollo en general. A pesar de que parecia ser algo muy serio, Tate sintio que la tension desaparecia. Dio gracias a Dios porque no fuera nada grave. Entonces, recordo las mentiras de Gemma y la tension volvio a aduenarse de el. -?No se te ocurrio decirmelo? -le espeto en voz baja, consciente del resto de personas que habia en la sala. -?Y por que iba a hacerlo? -Porque este nino es mio, maldita sea. Gemma abrazo con fuerza a su hijo. -No. No es tuyo. -No me mientas, Gemma. Tiene mis ojos. El miedo se apodero de ella. -No. Tiene el cabello rubio como yo. Se parece a mi. No se parece a ti en absoluto. Y, ademas, solo tiene diez meses. Efectivamente, Nathan se parecia a ella... a excepcion de los ojos. -Es mio. Y tiene un ano. Yo lo se y tu tambien. -Tate, por favor... -susurro ella-. No creo que este sea el lugar o el momento apropiado para hablar de esto. -Gemma... -insistio el. Tenia que saberlo. Tenia que estar seguro. Ella se echo a temblar. Entonces, suspiro profundamente. -Esta bien. Si, es tuyo. Al oir aquellas palabras en voz alta, Tate se sintio como si estuviera siendo engullido por una ola. Durante un instante, no pudo respirar. Entonces, miro a su hijo. Queria tomarlo en brazos y sentir el momento, pero, por mucho que lo deseara, se imagino que habia que tomarse con calma la situacion. Gemma parecia estar aterrorizada. -?Que... que es lo que vas a hacer ahora? -En primer lugar, haremos una prueba de paternidad. Ella lo miro asombrada. -?Pero no estabas tan seguro de que es hijo tuyo? -Lo estoy, pero quiero que no quede duda alguna al respecto. Ademas, no seria la primera vez que me has enganado, ?verdad?

  • A la orilla del rio de Robyn Carr

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    Los habitantes del tranquilo pueblo de Grace Valley eran como una gran familia… y a todos les encantaba meterse en los asuntos ajenos.

  • No te merezco de Sophie Saint Rose

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    Michelle deseaba lo que habia conseguido su prima. Un marido que la amara y que protegiera todo lo que habia conseguido en la vida. Para eso inicia un largo viaje donde conoce a un hombre malhumorado, grosero y que no la aprecia en absoluto. Fue una sorpresa para ambos que fueran parientes lejanos, pero Michelle con su objetivo en mente no se dejaria deprimir por lo que Edward opinaba de su busqueda de marido. Ese estirado no la conocia en absoluto.

  • Amores pasados (Quedate conmigo 1) de Nari Springfield

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    La vida de Mimi nunca ha sido apasionante, pero todo cambia cuando decide mudarse de Nueva York a Los Angeles para estar al lado de su hermano. Tras conseguir un empleo en la prestigiosa y conocidisima multinacional Laksmi, Mimi se reencontrara con su pasado, con las tardes en Central Park mirando el cielo, las risas hablando sobre ovnis y los timidos besos adolescentes. Pero Mimi ya no tiene quince anos, y hace media vida que perdio contacto con la unica persona con la que habia conseguido conectar a todos los niveles.

  • La prometida y el duque de Kate L. Morgan

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    Charles Evans Beaufort, sexto duque de Goldfinch, es uno de los hombres mas ricos y poderosos de Inglaterra. Tambien es el hombre que ha perdido a su hermano menor por culpa del marques de Tilney, lo que le ha convertido en un hombre severo y vengativo que nada quiere saber de la sociedad, y mucho menos de un matrimonio. Sin embargo, su padrino y la Corona se han confabulado contra el y han decidido que debe casarse con lady Elizabeth Mortimer, la hija del hombre que ha jurado destruir.

  • Corazon de perro de Mijail Bulgakov

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    Situada en el Moscu de 1924, Corazon de perro relata la transformacion de un bondadoso perro callejero en un hombre insufrible, brutal y soez que acaba militando en el Partido Comunista. El talento de Bulgakov para la satira queda patente una vez mas en esta narracion en la que critica los intentos comunistas para crear el Nuevo Hombre Sovietico, fiel a la patria como un perro a su amo, y transformar radicalmente la humanidad. Su publicacion fue prohibida en la Union Sovietica y solo pudo ser publicada en 1987, mas de sesenta anos despues de haber sido escrita.

  • 3 te odio y un te quiero de Mabel Diaz

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    La vida de Natalia es idilica. Tiene una relacion con el hombre que ama, un trabajo que le apasiona y se acaba de mudar a la casa de sus suenos. Todo es perfecto. hasta que conoce a su vecino Ruben, un perroflauta que odia a las Barbies como ella.
    Desde el primer momento en que sus caminos se cruzan, se declaran la guerra, llegando a convertirse en expertos en sacarse de quicio. Sin embargo, cuantas mas ganas de pelea tienen, mayor es su atraccion y su deseo. Dicen que del odio al amor solo hay un paso y ellos son enemigos declarados. ?O no?

  • Como llegue a conocer a los peces de Ota Pavel

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    Lo mejor para cualquier pescador es empezar con los peces siendo aun crio. Que lo inicie en los misterios de la pesca su padre, su tio o un balsero. En nuestro caso fue el balsero Karel Prosek, de la aldea de Luh, en la municipalidad de Branov, que con el tiempo se convirtio en nuestro tio. Fue el quien enseno a pescar no solo a mis hermanos Hugo y Jirka y a mi, sino tambien a nuestro astuto padre. El tio Prosek seguramente nacio en el rio Berounka como genio de las aguas y llego a Luh con una crecida. Tenia un hermoso mostacho, como el de un dragon, una voz sonora y una buena planta. Era capaz de cualquier cosa: arar y sembrar, ordenar las vacas, cocinar patatas revueltas, encontrar setas fuera de temporada, barquear durante una crecida, trenzar cestos, cazar corzos, rescatar a gente y a animales transidos de frio, romperle los morros a los idiotas, reir. Durante las crecidas barqueo un par de veces a la comadrona Flybertova con su indispensable maletin. Y tambien sabia de peces. Los ensartaba desde la barca en las noches de luna con un tridente llamado <>, interponia nasas en su camino, echaba el palangre y, en publico, los pescaba con cana, como un senorito. Todo esto sucedia aun en tiempos del Imperio Austrohungaro, cuando en el castillo de Krivoklat todavia senoreaba el principe Max Egon Furstenberg, comiendo gulash al estilo del cazador y sorbiendo cerveza de Rakovnik. A Prosek, puesto que era el mejor pescador de la region, le estaba permitido capturar presas con cualquiera de las artes posibles a lo largo de todo el rio. Tan solo debia llevar a palacio las anguilas, con su carne semejante a las flores de loto. Disponia para ellas de un morral que su esposa Karolina le habia tejido de canamazo. Las transportaba vivas por la orilla del Berounka hasta el castillo. Sus puertas se abrian solas ante el, como ante un paladin. Vertia las anguilas en una tina de madera embreada llena de agua y de cuando en cuando recibia una pieza de oro con la imagen del emperador. La pieza entera se asemejaba al sol. Despues de que el principe se marchara en carruaje tras cuatro colinas lejanas y tras cuatro rios lejanos, prohibieron a Prosek capturar presas con cualquiera de las artes posibles, asegurandole que le bastaba con una sola, a saber: la cana. Prosek tenia una cana de bambu larga, ambarina. Un rebenque sin carrete. Avanzaba a contracorriente para que los peces no lo advirtieran, chasqueando de cuando en cuando el rebenque y sus bigotes de dragon, razon por la que a esa arte se la denominaba <>. [1] Por aquella epoca llegamos nosotros en nuestro vehiculo: nuestro padre Leo, nuestra madre Herma, mis hermanos Hugo y Jiri y yo. Esta era toda nuestra familia. Atisbamos a Prosek desde los chopos de la orilla opuesta del rio. Se movia por las resbaladizas rocas como una nutria pescadora. La veleta de la cana volaba con precision hasta los lugares senalados. ?Y los peces? Era como si saltaran fuera del agua por si mismos. Plateados bagres con el rojo timon de la aleta en el trasero y elegantes comizas con bigote. Panzudos cachuelos de los remansos y leuciscos de los torrentes. Se deslizaban hacia el interior de la red: se acabo la libertad, habia llegado su amo y senor, el rey de los furtivos. Mi padre exclamo entusiasta: --!Herma! !Menudo concierto! !Como Kubelik! [2] Y, de golpe, crecieron como setas en mi cabeza, a lo largo de toda la orilla, filas de butacas en las que se aposentaban caballeros con bombachos ingleses a cuadros y damas vestidas con crinolinas rosas, suspirando y aplaudiendo con cada pez: --Messieurs, mesdames, esto es autentico arte. Prosek apreso en su red al ultimo de los peces, encendio un pitillo e hizo una reverencia. La platea desaparecio y el vadeo el rio, poco profundo, hasta mi padre. Se cayeron en gracia al instante, porque papa era tambien una buena pieza. Sabia partirle los morros a los idiotas igual de bien que Prosek. Y todo lo que no sabia se lo enseno Prosek. A papa le caia bien el patan de Prosek, ya que de toda la vida habia asegurado que los finolis no valian una mierda. Acordo con Prosek que iriamos con el de veraneo a la cabana del balsero, a ninguna otra parte. El lucio negro Tendria yo unos seis anos. Mis hermanos no me admitian demasiado en su compania. No era digno de ellos. Observaba sus diversiones desde la distancia. La mayor parte del tiempo lo unico que hacia era chuparme el dedo a orillas del rio Berounka. Lo que mas les gustaba a Hugo y Jirka era ir hasta un islote a atrapar con las manos peces ocultos entre las algas verdes. Hugo era apuesto y delicado. Jirka era un forzudo y un bribon dispuesto a medirse con quien se le pusiera delante. En el islote crecian unas largas algas verdes, fascinantes, parecidas a los cabellos del genio de las aguas del rio, Oskar. Los cabellos ondeaban en la corriente, como si yaciera ahogado en la arena dorada. De vez en cuando en las algas crecian florecillas, ya no recuerdo de que color, quiza de un blanco rosado, como las de las novias. Habia poca profundidad y en las algas pastaban, como en un prado, los copepodos y las cochinillas. Las comizas y el resto de los peces solian acudir a chapotear en busca de bichos, mascando como gorrinos. Era entonces cuando mis hermanos se metian en calzoncillos para, hundiendo las manos entre las algas, palpar a tientas hasta echar mano al frio cuerpo de un pez. El pez se quedaba pasmado, despues salia pitando, mi hermano reaccionaba y saltaba en su busca, erraba el blanco, salpicaba el agua, mi hermano chillaba. Como un rodeo. En una ocasion se toparon entre las algas con un pez gigantesco; al principio pensaron que era un tronco flotante. Se trataba, en cambio, de un lucio negro: se habia adentrado hasta alli tras los pececillos y no podia salir. Cuando arranco como un torpedo, el agua volo en todas direcciones. Hugo vociferaba: --!No te quedes ahi mirando y ven a ayudarnos! De golpe les parecia bueno. Pero no tenia ni la mas minima gana de meterme alli. Avance despacio entre las algas. El lucio giro, se dirigio hacia mi y se detuvo. Vi como boqueaba mientras me observaba con ojos despiadados, las fauces entreabiertas, llenas de dientes. Queria devorarme. Empece a alargar los brazos. Se puso en marcha. Salto. Salvo sin esfuerzo el tablazo y desaparecio en las profundidades. Jirka me dijo: --!Idiota! !Lo tenias al alcance de la mano! !No tenias mas que estrujarlo por el pescuezo! En realidad todos suspiramos aliviados de que se hubiera largado. Mis hermanos tampoco habrian intentado agarrarlo. Y esta anecdota fue una especie de predestinacion, como si aquel enorme lucio fuera nuestra parca. ?Pescaria alguno de nosotros alguna vez en su vida un pez grande de verdad? Tal vez no nos hubiera sido concedido, al no haber sido valientes entonces. Mi primer pez Prosek regresaba de la taberna Anamo algo achispado y canturreando cancioncillas castrenses. Conocia una infinidad de ellas, ya que durante la guerra habia librado mil batallas en Serbia. En el costado le quedo de recuerdo metralla sin extraer que, sin embargo, dejaba de fastidiarlo tan pronto como se echaba para el coleto un par de copazos. Al llegar a casa en la barca, le dio un beso en el hocico a nuestro pastor alsaciano, Holan, y se sento al pie de una fragante acacia. Yo estaba entonces en la balsadera: mis hermanos, de nuevo, me habian dejado atras; preferian llevar consigo a Dasa, la hija de Beda Peroutka, que pasaba de mi olimpicamente. Tio Prosek me miro con sus ojos verdes: --!Ven aca, mequetrefe! Arrastre de mala gana los pies hasta el; no es que me tuviera en gran estima. Al que mas queria era a Jirka, que era un granuja muy de su gusto. Yo era el menor, el nino de mama. Prosek, escudrinandome inquisitivo, se saco del bolsillo, mugriento, un pepinillo: --Toma. Sustitui el dedo de la boca por el pepinillo. Prosek me seguia observando. Despues saco una botella plana y me ordeno: --Pega un lingotazo. No quedaba ni gota en su interior, pero fingi la mayor de las felicidades. El inexistente alcohol nos amisto. Se puso en pie y me hizo senas para que lo siguiera hasta el granero. Saco una larga vara de avellano y dijo: --Te tallare una cana. La tengo preparada para ti hace ya tiempo. Saco del bolsillo un cuchillo afilado e hizo tris por aqui y tras por alla. Yo contemplaba sus manos callosas, a las que les faltaba un dedo que el mismo se habia sajado al cortar mimbre para los cestos. Contemplaba su rostro, crispado en una mueca por el dolor: de nuevo lo mortificaba la metralla en el costado, pero el alcohol para aliviarlo se le habia acabado. Termino la cana. Entonces yo aun no sabia que aquella seria mi mas preciada cana. Hoy lo se. Era la cana de mi infancia, a la que no se podrian equiparar productos posteriores de fabricacion americana o japonesa. Amarro a ella el sedal, del que prendio un canon de ganso y un anzuelo. Despues anadio: --Junto a la isla suele haber percas solitarias. Ve alli, mequetrefe, y despeinales las grenas. Yo te espero aqui. Se acocho en un ovillo y Holan le puso la cabeza en el regazo. Alcance la isla por la vereda. Era algo antes del mediodia, el sol arreciaba. Enganche una lombriz y eche la cana. No picaba nada, tan solo las azuladas libelulas se posaban en los nenufares y en algun lugar remoto del recodo se daban un banquete, mascando, los bagres. El canon blanquecino flotaba sobre la superficie, inmovil como un barco blanco en calma chicha. Para mis adentros, le ice las velas y ordene al capitan que navegara, que lo remolcara por la superficie un pez multicolor. Pero el canon ni se inmuto, a mi se me cerraban los ojos y, solamente de vez en cuando, entreabria uno de ellos para comprobar si mi barquichuela blanca ya habia zarpado. De repente la veleta se sacudio, generandose a su alrededor un circulo. Una y otra vez, como si fueran senales procedentes de las insondables profundidades de las aguas. Alguien jugueteaba y hacia travesuras con el barquito, como si arrancaran el motor tirando de la correa. De modo que no era un velero, sino una lancha motora blanca. Entonces la veleta comenzo a encabritarse, haciendo el pino, patas arriba, como un ganso medio zambullido en el agua. Para entonces ya me habia aferrado a la cana con las manos crispadas. Seguro que era una de esas percas con melena que habitaban aquellos andurriales en soledad. Entretanto la veleta hizo !chof! y se esfumo. Sin embargo, se podia ver, bajo la superficie, que habia tomado rumbo a los nenufares. Frene. La cana se arqueo y yo senti por primera vez en mi vida el delicioso tironeo del pez. Tras un tira y afloja por ambas partes, emergio una hirsuta bocaza: se trataba de una perca, grande como un gorro rojo a cuadros pero de color aceitunado y con franjas transversales oscuras. Alzaba sus aletas rojizas como estandartes en la batalla y, por su joroba, se parecia a un toro. En vez de ojos tenia monedas doradas y sobre su dorso se erguia una lanza erizada. Aquello no era un pez, era un dragon, un paladin armado hasta los dientes con plumaje rojo en el casco. La arrastre hasta la hierba y me tendi sobre ella para que no huyera. Ambos eramos dos chavales peleones. Luego, victorioso, lo lleve hasta la balsadera. Me habia pinchado con su lanza, por lo que del dedo me manaba un reguerillo de sangre. Se me ocurrio que a partir de aquel dia el tio Prosek me querria tanto como a Jirka. Prosek, sentado en una banqueta, bebia vermut de cabra, leche, para depurar el alcohol. Me elogio: --Eres un hacha. Desollo la perca y clavo la cabeza en el porton del granero. Para que todos vieran que en Luh junto a Branov habia nacido otro pescador. Cogi un taburete para ordenar y me sente bajo el trofeo durante dias. Cuando pasaba alguien por la balsadera, yo carraspeaba y moqueaba para que se fijaran en la perca. Coseche una buena dosis de gloria. Vino hasta Dasa, la hija de Beda Peroutka. Me dio un beso en la mejilla y declaro: --Eres un verdadero machote. Una noche, sin embargo, mi trofeo desaparecio sin saber como. Es posible que se lo zampara la gata Andelka. Pero es mas probable que lo quitara del porton mi amado tio Prosek, quien, hasta el gorro de mi pavoneo, volvia a aborrecerme.

  • Confesiones de Laura Barcali

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    Lorena es una mujer que huye hasta Zamora para esconderse de un marido posesivo y abusador. Pedira ayuda a su padre, bedel de un colegio catolico, y empezara una nueva vida desde cero escondida en el centro religioso.

  • Pasado perdido de Anna Crenwood

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    Las olas la golpeaban violentamente. La gente a su alrededor gritaba y manoteaba en un intento desesperado por agarrarse de algo que pudiera salvarles la vida. Un poco mas lejos, el barco desaparecia en las profundidades oscuras, dejando a la deriva a cientos de almas que probablemente no lograrian sobrepasar aquella noche.
    Juliana luchaba con todas sus fuerzas para conservar la vida que aun le quedaba por delante. No era justo, pensaba para si misma; tener tan solo diecinueve anos y tener que terminar de aquella forma. No era para nada justo. Ella, que una semana atras estaba disfrutando de los lujos, de la diversion, que tenia tanto por recorrer, tanto por vivir; no podia tan solo desaparecer en el fondo del mar sin que nadie pudiera hacer nada para ayudarla.

  • La chica nueva de Daniel Silva

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    LO QUE ESTA HECHO NO PUEDE DESHACERSE...
    En un exclusivo colegio privado suizo, el misterio envuelve la identidad de una nina de cabello negro que llega cada manana acompanada por una escolta digna de un jefe de estado. Dicen que es hija de un empresario muy rico.
    En realidad su padre es el todopoderoso Jalid bin Mohamed, el ahora denostado principe heredero de Arabia Saudi y otrora aclamado por la comunidad internacional por su promesa de emprender reformas religiosas y sociales. Jalid es ahora objeto de duras criticas por parte de todos los gobiernos debido a su implicacion en el asesinato de un periodista disidente. Y cuando su unica hija es secuestrada, recurre al unico hombre capaz de encontrarla antes de que sea demasiado tarde.
    Gabriel Allon, el legendario jefe del servicio de inteligencia israeli, ha pasado gran parte de su vida persiguiendo a terroristas. Entre ellos, a numerosos yihadistas financiados por Arabia Saudi. El principe Jalid se ha comprometido a romper al fin el estrecho vinculo que une a su reino con el Islam radical. Solo por ese motivo, Gabriel le considera un colaborador valioso, pese a que no se fie de el. Juntos forjaran una alianza precaria en una guerra secreta por el control de Oriente Proximo. La vida de una nina y el trono de Arabia Saudi estan en juego. Tanto Allon como Jalid se han creado numerosos enemigos.
    Y tienen mucho que perder.

  • Cosas que nunca dijimos de Nick Alexander

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    Todo el amor que ella le dio, todos los secretos que no le conto

  • Fast Games de Mag Maury

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    La sorpresa mas sexy… !y la mas insoportable!

  • El secreto del faro de Jean E. Pendziwol

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    Cuando vives en una isla, nada puede ser secreto.

  • La cancion de la llanura de Kent Haruf

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    La novela mas celebre del autor de Nosotros en la noche.

  • Las Juventudes Hitlerianas de Michael H. Kater

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    Eric Hobsbawn

  • Amor sinfonico de Carmen Ruiz

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  • Cruce de Destinos de Megan Galan

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    Lucia no cree en el amor. Dedicando la mayor parte de su tiempo a su trabajo como camarera, no deja tiempo para encuentros de ningun tipo, por eso cuando su hermana le llama para pedirle que sea la madrina de su boda, siente una completa repulsion por la ceremonia pero acepta ir, algo que se complica cuando descubre que el padrino sera Aidan, el hermano del novio de su hermana y a quien odia profundamente.
    Aidan detesta a esa mujer, Lucia, no solo no es guapa, sino que sus modales son toscos y ademas es una simple camarera, pero esta convencido que podra soportarla unas horas por el bien de su hermano.
    Lo que ninguno de los dos sabe es que el destino puede cruzarse y golpearles en cualquier lado.

  • El valle de las lagrimas de Sonia Marmen

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    Harta del acoso constante que sufre por parte de Lord Dunning, Caitlin se escapa del castillo. En su desesperada huida, la joven conoce al contrabandista Liam McDonald, un hombre apuesto y con el alma herida que le ofrece refugio en su casa de las Highlands. En medio de paisajes de ensueno y de un torbellino de aventuras, nacera el amor entre Caitlin y Liam.

  • Mientras Mi Cielo Se Derrumba de Matias Zitterkopf

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    Primera entrega de la trilogia <> de Matias Zitterkopf.

  • Alguien como tu de Myrian Gonzalez Britos

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  • La chica que sonaba con respirar bajo el agua de Joana Arteaga

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    Jorie Sue ha huido de su casa para escapar de una vida miserable, un marido abusivo y un futuro sin ilusiones. Es joven, bonita y lista, pero esta rota por dentro.
    En su huida, encuentra refugio en la plantacion de un adusto hombre que tiene muchos problemas con los que lidiar, incluida una mocosa de nueve anos que le cae del cielo y que llega en el peor momento posible. Jorie Sue es justo lo que precisa para que todo a su alrededor no se desmorone.
    Pero, ?que pasa cuando colisionan las vidas de dos personas opuestas que se necesitan hasta para respirar?

  • Las hijas de Alfonso XII de Almudena Martinez-fornes

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    Maria de las Mercedes y Maria Teresa eran dos ninas de tan solo cinco y tres anos cuando su padre Alfonso XII murio en 1885 de forma tragica e inesperada en plena juventud. El rey dejaba dos ninas huerfanas, una viuda desolada y un trono vacio en un pais convulso. Rapidamente se quiso proclamar reina a la nina mayor, pero en ese momento su madre Maria Cristina anuncio que estaba embarazada y todo quedo a la espera del nacimiento del ansiado varon, que llego al mundo cuatro meses despues.

  • El Principe de la Niebla de Carlos Ruiz Zafon

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    El nuevo hogar de los Carver esta rodeado de misterio. En el aun se respira el espiritu de Jacob, el hijo de los antiguos propietarios, que murio ahogado. Las extranas circunstancias de esa muerte solo se empiezan a aclarar con la aparicion de un diabolico personaje: el Principe de la Niebla, capaz de conceder cualquier deseo a una persona a un alto precio…

  • Grace y el duque (Los Bastardos Bareknuckle 3) de Sarah Maclean

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    Burghsey House, sede del ducado de Marwick, en el pasado. No existia nada en el mundo como la risa de el. No importaba que ella no estuviera cualificada para hablar del vasto mundo, porque nunca se habia alejado de aquella enorme casa solariega situada en la tranquila campina de Essex, a dos dias en carruaje desde Londres, donde las onduladas y verdes colinas se convertian en trigo a medida que el otono ganaba terreno. No importaba que no conociera los sonidos de la ciudad o el olor del mar. Ni que nunca hubiera oido hablar en otra lengua que no fuera el ingles, ni hubiera visto una obra de teatro, ni hubiera escuchado una orquesta. No importaba que su mundo se limitara a los tres mil acres de tierra fertil cubiertos de mullidas ovejas blancas y enormes fardos de heno, y a una comunidad de personas con las que no tenia permitido hablar, para las que era practicamente invisible; porque ella era un secreto que debia guardarse a toda costa. Era la nina que habian bautizado como el heredero del ducado de Marwick. La que habian envuelto en el arrullo de encaje reservado para una larga estirpe de duques, la que habian ungido con aceites esenciales destinados exclusivamente para los residentes de Burghsey House mas privilegiados. A la que habian otorgado nombre y titulo de varon ante Dios. El duque --un hombre que no era su padre-- habia pagado a sirvientes y a sacerdotes para que guardaran silencio, habia falsificado documentos y habia trazado planes para sustituir a la hija bastarda de su esposa por uno de sus propios hijos bastardos --nacido el mismo dia que ella, de mujeres que no eran la duquesa--; de esa manera, ofrecia a uno de sus hijos el unico camino hacia el legado ducal..., un legado robado. Con esta estratagema estaba abocando a esa nina inutil, el bebe que lloraba en los brazos de la enfermera, a una vida a medias, llena de una dolorosa soledad que emanaba de un mundo tan grande y, al mismo tiempo, tan pequeno. Y entonces habia llegado el, hacia ya un ano. Tenia doce anos y estaba lleno de fuego, poseia toda la fuerza del mundo que habia ahi afuera. Era alto y delgado, y tan inteligente como astuto. Le parecia el ser mas hermoso que jamas hubiera visto, con un flequillo rubio tan largo que caia sobre unos brillantes ojos de color ambar, unos ojos que guardaban mil secretos. Tenia una risa queda, apenas un susurro, tan poco frecuente que, cuando aparecia, era como un regalo. No, no habia nada en el vasto mundo como la risa de el. Ella lo sabia, aunque el vasto mundo estuviera tan lejos de su alcance que ni siquiera fuera capaz de imaginar donde empezaba. El si. Y le encantaba contarle cosas sobre ese mundo. Eso fue lo que hizo aquella tarde, en uno de los preciosos momentos robados a las maquinaciones y manipulaciones del duque, justo el dia antes de la noche en la que el hombre que manejaba su futuro regreso para deleitarse atormentando a sus tres hijos varones. Pero, en esos momentos, en aquella tranquila tarde, mientras el duque estaba fuera, en Londres, haciendo lo que fuera que hicieran los duques, los cuatro ninos aprovechaban la felicidad alla donde podian encontrarla: al aire libre, en el salvaje y serpenteante terreno de la finca. El lugar favorito de ella estaba en el limite occidental del terreno, lo suficientemente alejado de la casa solariega como para perderla de vista. Alli habia un magnifico bosquecillo de arboles que se elevaba hacia el cielo, bordeado por un pequeno y burbujeante riachuelo, o mas bien un arroyo, para ser precisos, pero que le habia proporcionado horas, dias y semanas de parlanchina compania cuando era mas nina y la conversacion con el agua era lo unico que cabia esperar. Pero alli, en aquel momento, no estaba sola. Reposo entre los arboles, donde los rayos de sol moteados inundaban el suelo en el que yacia de espaldas, exhausta despues de haber recorrido los campos, y aspirando grandes bocanadas de aire cargado del aroma del tomillo silvestre. --?Por que siempre venimos aqui? --El se sento a su lado, cadera con cadera, mientras su propio pecho subia y bajaba por la respiracion agitada mientras la miraba a la cara, con sus piernas, cada vez mas largas, estiradas mas alla de la cabeza de la chica. --Me gusta estar aqui --dijo ella con sencillez, y volvio la cara hacia la luz del sol, y el son de los latidos de su corazon se calmo al mirar a traves del dosel de ramas que jugaban al escondite en el cielo--. Y a ti tambien te gustaria si no estuvieras siempre tan serio. El aire tranquilo del lugar se transformo, se volvio mas pesado ante la certeza de que no eran ninos de trece anos corrientes y sin preocupaciones. Protegerse formaba parte de su supervivencia. La seriedad formaba parte de su supervivencia. Ella preferia no pensar en ello mientras las ultimas mariposas del verano danzaban bajo los rayos de luz, por encima de sus cabezas, llenando aquel lugar con una magia que mantenia a raya lo peor. Asi pues, cambio de tema. --Cuentame cosas del mundo. --?Otra vez? --Pero en realidad, el no estaba pidiendole explicaciones. No las necesitaba. Se giro, y ella movio las faldas para que el se tumbara a su lado, como habia hecho docenas de veces antes. Cientos. En cuanto se acomodo de espaldas, con las manos apoyadas en la nuca, el empezo a hablar al cielo--. Nunca hay tranquilidad. --Por el golpeteo de las ruedas de los carros contra los adoquines. --Las ruedas de madera hacen ruido, pero es mas que eso. --Ella asintio--. Son los gritos de las tabernas y de los vendedores ambulantes de la plaza del mercado. Los ladridos de los perros de los almacenes. Las peleas de las calles. Yo solia subir al tejado del lugar donde vivia y apostaba en las peleas. --Por eso eres tan buen luchador. --Siempre pense que seria la mejor manera de ayudar a mi madre. Hasta que... --Se encogio levemente de hombros. Interrumpio sus palabras, pero ella sabia el resto. <>. Se volvio para mirarlo; tenia una expresion tensa, la vista clavada en el cielo, los dientes apretados. --Hablame de los improperios --lo incito. --Hay mucho lenguaje soez. Eso te gusta, ?eh? --El solto una risilla de sorpresa. --Ni siquiera sabia que existian las palabrotas antes de conoceros a vosotros tres. --Los chicos que habian llegado a su vida eran puro alboroto: rudos, malhablados y maravillosos. --Antes de conocer a Diablo, querras decir. --Diablo, bautizado como Devon, era uno de sus otros dos hermanastros; habia sido criado en un orfanato para ninos abandonados, y para demostrarlo se expresaba con un lenguaje malsonante--. El te ha transmitido sus amplios conocimientos. Si. Los improperios. En especial los de los muelles. Nadie maldice como un marinero. --Dime cual es el mejor improperio que has oido. --No. --El le lanzo una mirada socarrona. --Hablame de la lluvia. --Le preguntaria a Diablo mas tarde. --Es Londres. Nunca para de llover. --Cuentame algo bueno. --Le dio un codazo en el hombro. --La lluvia hace que las piedras de la calle esten resbaladizas y brillantes. --Sonrio, y ella hizo lo mismo. Adoraba la forma en que le seguia la corriente. --Y, por la noche, las luces de las tabernas las vuelven doradas --termino ella. --No solo las de las tabernas, tambien las de los teatros de Drury Lane. Y las lamparas que cuelgan delante de las casas de alterne. --Las casas de mala muerte donde su madre habia aterrizado despues de que el duque se negara a mantenerla cuando eligio tener a su hijo. Donde habia nacido aquel hijo. --Para mantener la oscuridad a raya --susurro ella. --La oscuridad no es tan mala --adujo el--. Lo que ocurre es que la gente que vive en ella no tiene mas remedio que luchar por lo que necesita. --?Y consiguen lo que necesitan? --No. No tienen lo que necesitan, y tampoco lo que merecen. --Hizo una pausa y luego susurro al dosel de ramas, como si realmente fuera magico--. Pero vamos a cambiar todo eso. No le paso desapercibido que habia usado el plural. No solo ellos dos, sino todos. Aquel cuarteto que hizo un pacto para iniciar aquella loca competicion: quien ganara protegeria al resto. Y luego escaparian de aquel lugar en el que los habian forzado a luchar en una batalla de ingenio y armas que le daria a su padre lo que queria: un heredero digno de un ducado. --En cuanto seas duque... --empezo ella, en voz baja. --En cuanto uno de nosotros sea duque. --Se volvio para mirarla. Ella nego con la cabeza y busco su brillante mirada ambarina, tan parecida a la de sus hermanos. Tan parecida a la de su padre. --Vas a ganar tu. --?Como lo sabes? --dijo el, despues de observarla durante un buen rato. --Lo se, y punto. --Apreto los labios. Las maquinaciones del viejo duque se volvian mas desafiantes cada dia. Diablo era como su nombre, demasiado fuego y furia. Y Whit era demasiado pequeno y demasiado amable. --?Y si no quiero? --Por supuesto que quieres. --Cualquier otra cosa era una idea absurda. --El ducado deberia ser tuyo. --Las chicas no pueden ser duques. --Ella no pudo reprimir una risita exagerada. --Y, sin embargo, aqui estas: eres la heredera. Pero no lo era. No de verdad. Ella era el producto de una aventura extramatrimonial de su madre, una apuesta ideada para darle un heredero bastardo a un marido monstruoso, y manchar asi para siempre su preciado linaje, que era lo unico que realmente le importaba al duque. Pero, en lugar de un nino, la duquesa habia dado a luz a una nina, por lo que no podia heredar. Era la sustituta. Una simple nota al pie en el ancestral ejemplar del Libro de la nobleza de Gran Bretana e Irlanda. Y los cuatro lo sabian. --No importa --aseguro, ignorando sus palabras. Y no importaba. Ewan ganaria. Se convertiria en duque. Y lo cambiaria todo. El la observo en silencio durante un rato. --Cuando sea duque... --fantaseo en un susurro, como si las palabras fueran a convertirse en realidad al pronunciarlas en voz alta--. Cuando sea duque, yo cuidare de todos. De nosotros y de todo el Garden. Manejare su dinero. Su poder. Su nombre. Y me alejare de aqui y nunca mirare atras. --Las palabras volaron alrededor de ellos, reverberando en los troncos de los arboles antes de que el se corrigiera--. Su nombre no --susurro--. El tuyo. Robert Matthew Carrick, conde de Sumner, heredero del ducado de Marwick. Ignoro el ramalazo de emocion que la recorrio y suavizo el tono. --Te quedara bien ese nombre. Es nuevo. Yo nunca lo he usado. --Habia sido bautizada como el heredero, pero no podia hacer uso de su nombre. A lo largo de los anos, siempre se habian dirigido a ella como <>, <> o <>. Un dia, cuando tenia ocho anos, hubo una criada que la llamo <>, y eso le gusto mucho. Pero la criada se habia marchado al cabo de unos meses, y ella habia vuelto a ser invisible. Hasta que mas tarde llegaron tres chicos que si la veian, y el que estaba con ella no solo parecia verla, sino tambien entenderla. Y la llamaron de mil maneras: <>, por la forma en que atravesaba los campos a la carrera, <>, por las llamas de su cabello pelirrojo y <>, por la manera en que se enfadaba con su padre. Y ella respondia a todos aquellos apodos, sabiendo que ninguno era su nombre, sin importarle demasiado, porque ellos estaban alli. Porque tal vez estar con ellos fuera suficiente. Porque para ellos era alguien importante. --Lo siento --susurro el. Y lo decia en serio. Para el, ella si era alguien importante. Permanecieron asi durante unos instantes, con las miradas entrelazadas mientras la verdad pesaba a su alrededor, hasta que el carraspeo y aparto los ojos, rompiendo asi aquella conexion. Lo observo cuando giro su tronco para volver a prestar atencion a las copas de los arboles. --De todos modos, mi madre decia que le encantaba la lluvia, porque era el unico momento en que veia joyas en el barrio de Covent Garden. --Prometeme que me llevaras contigo cuando te vayas --susurro ella para romper el silencio. Los labios de Ewan se convirtieron en una linea firme, la promesa quedo escrita en las arrugas de su cara, mas vieja de lo que deberia ser. Mas joven de lo que iba a necesitar que fuera. --Y tendras muchas joyas. --Asintio con seguridad. Ella se giro, y sus faldas se desplegaron sobre la hierba. --Por supuesto --bromeo ella--. Y vestidos confeccionados con hilo de oro. --Viviras entre bobinas de hilo oro. --Si, por favor --dijo ella--, y una doncella que sepa hacerme preciosos peinados. --Para ser una chica de campo, eres muy exigente --se burlo. --He tenido toda la vida para elaborar una lista con mis necesidades. --Le dirigio una sonrisa. --?Crees que estas preparada para Londres, chica de campo? --Creo que se me dara bien, chico de ciudad. --La sonrisa se transformo en un ceno fruncido. El se rio, y el preciado (por infrecuente) sonido de su risa lleno el espacio que los rodeaba, reconfortandola. En ese momento, sucedio algo. Algo extrano e inquietante, maravilloso e inaudito. Ese sonido, que no se parecia a ningun otro del vasto mundo, la libero. De repente, lo sintio. No solo el calor de el a su lado, donde se tocaban de hombro a cadera. No solo el lugar donde su codo descansaba junto a su oreja. No solo el contacto de sus manos en los rizos cuando el extrajo una hoja de ellos. Sino en todas partes. En el ascenso y descenso uniforme de su respiracion. En su segura quietud. Y esa risa..., en su risa. --Pase lo que pase, prometeme que no me olvidaras --le pidio en voz baja. --No podre. Estaremos juntos. --La gente se va. --Yo no. No me ire. --Fruncio el ceno y nego con fuerza. --A veces no se elige. A veces, la gente, simplemente... --Asintio--. Pero aun asi... Su mirada se suavizo al comprender que se referia a su madre. Rodo hacia ella y quedaron frente a frente, con las mejillas apoyadas en las palmas de las manos, lo suficientemente cerca como para contarse mil secretos. --Ella se habria quedado de haber podido --dijo el con firmeza. --No lo sabes --susurro, y cuanto detesto el picor que le provocaban aquellas palabras en los ojos--. Naci y ella murio, y me dejo con un hombre que no era mi padre, que me dio un nombre que no es el mio, y nunca sabre que habria pasado si ella hubiera vivido. Nunca sabre si... --El espero. Siempre paciente, como si fuera a aguardar toda la vida--. Nunca sabre si me habria querido. --Claro que si. --La respuesta fue inmediata. --Ni siquiera me puso un nombre. --Sacudio la cabeza y cerro los ojos. Queria creerle. --Lo habria hecho. Te habria puesto un nombre, y habria sido precioso. La certeza de sus palabras hizo que ella buscara su mirada, segura e inflexible. --Entonces, ?no me llamo Robert? --Ella te habria puesto un nombre digno de ti. El nombre que te mereces. Te habria dado el titulo. --No sonrio. No se rio. La comprendia y, luego, anadio--: Como voy a hacer yo. Todo se detuvo: el susurro de las hojas en el dosel de ramas; los gritos de sus hermanos en el arroyo, un poco mas alla; el lento transcurrir de la tarde; y ella supo, en ese momento, que el estaba a punto de hacerle un regalo que nunca habia imaginado recibir. --Dime... --Le sonrio, con el corazon palpitando en el pecho. Queria ese regalo en los labios y en la voz de el, en los oidos de ella. Queria que se lo diera y sabia que le resultaria imposible olvidarlo, incluso despues de que se marchara y la dejara atras. Y el se lo dio. --Grace --la llamo.

  • Una mujer de mundo de Nina Klein

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    Final de la trilogia “La Fiesta de San Valentin”.

  • Lord John y el prisionero escoces de Diana Gabaldon

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    Ano 1760. La <> existencia de Jamie Fraser -jacobita escoces- esta a punto de desmoronarse debido a la aparicion de Tobias Quinn, un antiguo camarada del Levantamiento.

  • Tu y yo despues del invierno (Latidos) de Laia Soler

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    Que facil seria la vida si el amor fuera luminoso y eterno, como prometen los cuentos de hadas. Pero algunos amores aparecen poblados de abismos e incluso tienen fecha de caducidad. Y entonces no hay mas remedio que saltar. o salir huyendo.
    Desde que regreso a Valira, la ciudad de montana que la vio crecer, Erin lleva una existencia tranquila y predecible junto a su novio Bruno, un chico ideal, y a sus amigos de toda la vida. En ese mundo que tan bien conoce, Erin consigue mantener a raya la oscuridad que desde la infancia acecha su alma. En Valira, cuenta con un arma secreta: el haya magica de su jardin, que desde siempre ha guiado todas sus decisiones. Las primeras nieves, sin embargo, traen consigo nuevas caras y encuentros a la pequena ciudad de esqui. El invierno lo cubre todo de blanco y de frio. todo, salvo el corazon de Erin, cuyos hielos empiezan a derretirse. Puede refugiarse en la magia del arbol una vez mas. o explorar las sombras de su corazon, un territorio incierto y extrano, que nadie salvo ella misma puede conquistar.Laia Soler, la autora que nos hizo vibrar con Nosotros despues de las doce, nos transporta de nuevo a los infinitos paisajes de Valira en un relato turbador pero tambien resplandeciente sobre el miedo, el riesgo y la magia del presente.

  • Cataclismo de Aryam Shields

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    Si tuvieras que elegir entre el amor y tus suenos ?Que harias?
    La vulcanologa Charlotte Hunter tenia su futuro planificado, ambiciosa y brillante, sabe que no cometera los mismos errores de sus padres. Ella esta destinada a triunfar.
    Hasta que una noche conoce al corresponsal de prensa Nathaniel Coleman.
    Entre ellos surge una atraccion instantanea que hace tambalear las premisas que Charlotte habia decidido para su vida, antes de que suceda lo inesperado ella decide marcharse sin pensar en nadie mas que en ella.
    Seis anos han pasado desde que Nate vio por ultima vez a Charlotte, la vida le ha sonreido, esta a punto de casarse con una mujer hermosa y ha cumplido todo lo que una vez sono.
    Pero el cubrimiento mediatico a un congreso partira su vida en dos cuando un encuentro inesperado con su amor del pasado, lo lleve a enfrentarse a mentiras ocultas y verdades que siempre han estado alli envolviendolos en un verdadero Cataclismo
    ?Pueden tus ideales lastimar lo verdadero e importante?
    De la autora de las bilogias Ensename y Contrato llega esta intensa y adictiva historia. ?Te atreves a conocerla?

  • Las manos de los maestros de J. M. Coetzee

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    Primer volumen de una magistral recopilacion de los ensayos mas brillantes del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, algunos de ellos ineditos, en torno a los escritores esenciales de la literatura universal.

  • Uno como los demas de Pintina Cuneo

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    Se busca chica guapa para casarse con hombre feo. Interesadas enviar correo a: [email protected] --Lara, mira esto. --Eloisa le acerco el periodico a su companera de piso. Era domingo, uno mas dentro de otro fin de semana, parecido a todos los anteriores que Eloisa llevaba viviendo desde hacia meses, una rutina continua que para ella no se diferenciaba apenas del resto de dias. Hacia tan solo cinco minutos que el reloj de la iglesia proxima a su edificio habia anunciado las diez con su lento taner de campanas. Las dos amigas desayunaban perezosas y sin prisas en el soleado salon. --?Que es? --pregunto su amiga, colocandose las gafas que habia dejado sobre la mesa. La alegre risa de Lara resono por todo el espacio al acabar de leer el sorprendente anuncio que Eloisa habia rodeado con rotulador rojo, destacandose, de ese modo, de entre el resto de la seccion. --Si es que hay gente para todo --dijo con desidia volviendo a leer aquellas escuetas frases. --?No te parece raro? --inquirio Eloisa con el ceno fruncido. --Me parece inquietante, mas que raro, y estoy convencida de que habra unas cuantas locas que contesten. --Lara se paso la mano por su corto y rubio flequillo con gesto despreocupado. Eloisa permanecio durante unos segundos mirando fijamente hacia el periodico cerrado que Lara acababa de lanzar, con gran desden, hasta el otro extremo de la mesa. --?En que estas pensando? --le pregunto su companera con evidente gesto de preocupacion en el rostro. --En el anuncio --contesto Eloisa, saliendo de su ensimismamiento. --?En serio? --Si --aseguro convencida. --?En que parte en concreto? --Lara se cruzo de brazos, intrigada a la vez que sorprendida. --No se, me parece muy extrano y confuso. --Lo que me parece a mi es que alguien quiere aprovecharse de otras personas --sentencio, segura de sus palabras--. A saber las memas que contestaran. --?Quien? ?Quien crees que va a contestar si ya te avisa de que es feo? --!Eloisa, no me gusta nada la cara que estas poniendo! --le recrimino senalandola con el dedo indice como si la estuviera amonestando--. ?No estaras pensando...? --Si --le corto por toda respuesta. --!!?Que?!! --chillo asustada. --Que voy a contestar --respondio Eloisa tranquilamente. --Tu estas loca, !como ese tio o mas! --se exaspero Lara volviendo de nuevo a toquetear su flequillo. --Solamente quiero ver que hay detras de un anuncio asi. --?Un pervertido? ?Un sadico?... --!Que exagerada! --?Igual algun asunto turbio para captar tontas como tu? --pregunto Lara en tono dramatico. --No me digas que no sientes curiosidad por saber si realmente tan solo es lo que dice. --?Curiosidad, dices? !!Verguenza es lo que siento!! A ver, recapitulemos: el es feo, pero busca una chica guapa, que vamos, no esta mal, muy respetable. Pero simplemente podria decir <>, a secas, si es que en realidad es un alma solitaria que necesita amor y compania... !Pero no! El tio matiza, especifica como debe ser. Lara se incorporo para recoger el periodico y buscar la pagina donde estaba el motivo de la discusion --!Ufff! --bufo, claramente agobiada, peleando con las hojas del ya maltrecho diario sin encontrar lo que buscaba--. Me parece tan ridiculo mantener siquiera esta conversacion… -- Volvio a lanzar el periodico lejos de ella y se encamino hacia el bano, abandonando sobre la mesa los restos de su cafe ya frio. Sin inmutarse por el malhumor de su amiga, Eloisa cruzo el estrecho pasillo hasta su habitacion. Con la mirada busco el portatil y en cuanto lo hubo localizado sobre el escritorio, lo abrio para ir a sentarse con el en la cama. Despues se conecto a internet y finalmente entro en su correo. --!!Eloisa!! --grito su companera tras ella dandole un susto tremendo. --!Joder, Lara! --dijo llevandose una mano al pecho como si quisiera constatar que no se le iba a salir el corazon de un momento a otro. --Pero ?vas en serio con esta locura? --Solo voy a enviar un mensaje y pedir detalles, ?que hay de malo? --Claro, tu se los vas a pedir y el te los va a dar. Anda, !buscate un trabajo! Y haz algo con tu vida. --Eso hago... !y mira como me va! --rezongo con tristeza. Lara se arrepintio al instante de su brusquedad al hablarle. Sabia que para Eloisa las cosas no estaban resultando faciles desde que la habian despedido de la empresa donde llevaba diez anos trabajando; la unica que conocia, puesto que incluso antes de acabar sus estudios de Marketing y Publicidad ya estaba realizando trabajos como becaria para ellos. Pero su virtud fue la honestidad, y es que, harta de ver los chanchullos a los que el director recurria para hacerse con las mejores marcas y las campanas que las administraciones lanzaban, decidio decirle al incompetente de su jefe que pensaba de el, de forma clara y abierta. Y ya metidos en faena de ser sinceros, le recordo el hecho de que la hiciese trabajar muchas mas horas de las que su contrato estipulaba sin llegar a protestar ni una sola vez. ?Y como le habia le pagado el su esfuerzo y dedicacion? Echandole en cara, no en una sino en varias ocasiones y ante quien le viniese en gana, que era una vaga, una holgazana y que su implicacion era cero con el negocio. Y no acababan ahi sus quejas: solia recriminarle que su unica motivacion en esa empresa era el acudir a diario para cobrar un sueldo, haciendo que Eloisa solo sintiese estupor y mucha rabia cada vez que se cebaba con ella, ya que, por todos era sabido que su creatividad les habia reportado varios premios dentro del campo de la publicidad. Eloisa creia firmemente que la explosiva reaccion de su jefe, tras acabar de ponerlo en su sitio, fue escuchada no solo en la empresa, tambien en unos cinco kilometros a la redonda. Levantando las enormes posaderas de su sillon, se encaro con ella al tiempo que la piel de todo su rostro se iba tinendo del rojo mas intenso. Sus palabras eran catapultadas de su boca junto a algo mas: alguna que otra gota de saliva que su viperina lengua proyectaba con inquina banandola una y otra vez. Saliva que ella limpio de su cara sin disimulo alguno y mostrando el asco mas profundo. Al escucharle, hubiera querido gritar con mas ganas y mas alto de lo que el lo estaba haciendo, pero aguanto toda aquella inundacion procedente de su boca. Tambien escucho improperios que no la definian y frases que no mostraban a la persona trabajadora y eficaz que ella era. Su despido fue fulminante, pero nada que Eloisa no esperase dada su forma de conducirse. Ahora pesaba sobre ella una acusacion por injurias y calumnias, por lo que un juez deberia dirimir si su despido era improcedente o no. Sabia que no ganaria ese juicio y lo que mas temia era que probablemente iba a tener que pagar las costas de este, aunque no sabia con que dinero iba a hacerlo. Su jefe, segundos despues, pasado el tsunami de mala leche y ya impasible desde su sillon -- aquella atalaya giratoria de diseno exclusivo, tapizada de piel negra desde la que miraba el mundo con altivez y desprecio-- habia dictado sentencia para ella antes de que lo hiciera un juez: <>. Y no cabia duda de que de eso se habia asegurado muy bien, puesto que desde que se habia quedado sin empleo ninguna empresa del gremio la habia querido contratar. Tenia la terrible intuicion de que su jefe se habia puesto en contacto con las empresas del sector para echar su nombre por tierra. En todas las empresas que no habia recibido un no de inmediato lo recibia al cabo de unos dias, cuando todo parecia ir sobre ruedas tras la entrevista. En otras ocasiones bastaba con pedir referencias, de ese modo estaba todo decidido para ella sin que contase para nada su brillante curriculum y todos sus anos de experiencia. Y por descontado, si no era bueno indicar el nombre de la empresa en la que habia trabajado, no indicar experiencia alguna para ahorrarse el mal trago de que le pidiesen referencias significaba dar a entender que no habia hecho nada de los veinticinco a los treinta y cinco anos que tenia en esos momentos. Y ese era un dato que no buscaban en el perfil de ninguna empresa. Eloisa sabia que ya era hora de enfrentarse a la realidad: iba a tener que trabajar en todo aquello que no le gustaba y de lo que no tenia ni idea, puesto que se habia formado en algo en concreto y nunca habia trabajado en nada mas. Llevaba unos meses viviendo de lo que ingresaba por la prestacion por desempleo y esa ayuda no iba a durar mucho tiempo mas. Nunca habia sido de ahorrar mucho, era una autentica manirrota, sabia que esa era una buena definicion para ella. El <> no era algo que tuviese muy asimilado, ya que casi todo el sueldo se lo gastaba en viajar y en los mas variados caprichos; como ese carisimo coche de alta gama del que habia tenido que deshacerse al quedarse en paro, malvendiendolo porque no podia afrontar las elevadas cuotas mensuales. La ropa de las mejores marcas tambien figuraba en ese derroche del que hacia gala casi a diario; habia tenido un buen sueldo, un trabajo fijo y nunca habia pensado en otra situacion economica distinta de la que habia gozado durante diez anos. Sin futuro claro a la vista se desesperaba sin saber que hacer. Habia conseguido algunas clases particulares con los hijos de los vecinos del cuarto que no daban para practicamente nada; como no fuese para acabar con fuertes dolores de cabeza, los que aquellas dos fieras sin domar le provocaban ante el caso omiso que hacian a cualquier cosa que ella dijese. Para Eloisa, aguantar a esos gemelos no estaba pagado con nada. El odio que sentian el uno hacia el otro era mas que evidente: si uno hablaba el otro chillaba, si uno se equivocaba el otro se burlaba, si uno tosia el otro estornudaba, uno respiraba y al otro le molestaba... El caso era estar como fuese siempre uno por encima del otro. Eran como una reminiscencia de lo que habia sucedido en el utero materno, donde uno habia robado espacio al otro, sintiendose, desde el mismo momento de su concepcion, como si ya fuesen sabedores de que siempre deberian luchar por el afecto y la aprobacion de sus progenitores. No eran hermanos, eran rivales: luchadores sin tregua, revestidos de un odio como ella nunca antes habia percibido en nadie. Habia concluido que aquellos ninos no necesitaban un profesor de apoyo, lo que necesitaban era una orden de alejamiento para llegar a ser felices. O al menos unas personas capacitadas para ver mas alla de ese espejo en el que irremediablemente se debian mirar a diario desde que amanecia hasta que al fin cerraban los ojos por la noche. El que su madre, pese a la edad de los chicos, once anos ya, se empenase en peinarlos y vestirlos como si de dos gotas de agua se tratase, no facilitaba las cosas. A la espera de que alguna empresa de publicidad quisiera apostar por ella, tan solo habia conseguido dos empleos: como camarera y como dependienta en una conocida cadena de ropa. Aunque servir cafes e infusiones en aquella gran teteria, solo habia servido para incluir, de manera hipotetica, su nombre en la lista de persona non grata en el mundo de la hosteleria. ?Y como olvidar que no habia durado ni una semana como dependienta? Asumio muy rapido que no estaba hecha para ordenar y doblar ropa de manera mecanica y en un tiempo record. Reconocia, avergonzada, eso si, que ni tan siquiera servia para contener esas miradas con las que fulminaba a las clientas de la tienda cuando las veia remover en las estanterias que acababa de ordenar de manera meticulosa. La voz de Lara le llego llamandola. --Eloisa, mirame. --Su amiga le sujeto firmemente las manos para hacerla reaccionar despues de verla tan sumida en sus pensamientos--. !Por favor! Dime en que estas pensando porque ya me estoy empezando a asustar. --Si este hombre ofreciese una vida sin preocupaciones a cambio de casarse con el... ?Tu lo harias? --Eloisa pregunto con la mirada perdida, como si no estuviese haciendo esa pregunta y solo fuese uno mas de sus pensamientos. --Claro que no, no lo conozco de nada, ?quien en su sano juicio iba a querer embarcarse en algo asi con un hombre del que no sabe nada? --Yo --sentencio, dejando atonita a su companera. --Eloisa... --gimoteo Lara--. No hablas en serio. --?Que crees que pierdo? --le dijo con el desencanto pintado en la voz--. Nada, no me queda nada que perder ya. --La dignidad, ?acaso eso no cuenta para ti? --Con eso no se come ni se paga el alquiler, te recuerdo que te mudas dentro de nada y me quedo yo sola haciendo frente a la mensualidad completa y no puedo pedir ayuda a mi familia, porque no estan en su mejor momento y ya tendre que recurrir a ellos para pagar las costas del juicio. La realidad es que tengo que encontrar una solucion a mis problemas, !ya mismo! --Pero no asi, casandote con un extrano. --Deja que envie este correo, vamos a ver que tiene que ofrecer y luego lo discutimos. No se... Tengo un palpito y quiza esto no es tan raro como parece. Lara se quedo en silencio y Eloisa aprovecho para redactar el mensaje: <>. --?Piensas quedarte ahi toda la manana hasta que ese tipo conteste? --inquirio Lara una vez que observaba, resignada, como su companera le daba a <>. --No tengo nada que hacer y quiza soy la primera en contestar. No habia transcurrido ni un minuto cuando el telefono de Eloisa emitio un suave sonido, indicativo de que habia recibido un nuevo mensaje en su correo. Incredula, miro hacia la pantalla del ordenador y confirmo aquel aviso sonoro. --!Vaya con el feo! Le corre prisa --refunfuno Lara. Abrio el mensaje dispuesta a leerlo, mientras su companera tomaba asiento junto a ella para hacer lo propio. <>. --!!Joder con el tio!! Sabes que pierde el tiempo, la busca guapa e inteligente. --Lo que cualquiera desearia, ?no crees? --?Y el que ofrece? Ya sabes que es feo, ahora solo falta que apenas tenga estudios y sea un ignorante con el que no se pueda mantener una minima conversacion. Eloisa no escuchaba sus quejas, unicamente se concentraba en buscar en la galeria de fotos una en la que a ella se la apreciase bien. --?Que haces? --Voy a enviarle una foto y asi zanjamos el tema fisico, que me vea a ver que le parezco. Eligio una del pasado verano, una de las muchas que conservaba de la ultima comida de empresa. Se la veia de cuerpo entero, embutida en un escotado vestido negro de seda salvaje, ajustado de cuerpo y falda amplia que realzaba su figura haciendola casi perfecta, dibujada, por no parecer humana. La adjunto de forma rapida y tecleo un comentario. <>.

  • Tempestades del destino de Pilar Lepe

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    En solo dos dias la vida de lady Violet Orchmond se vio trastocada por la fatalidad: su esposo fue acusado injustamente de traicion a la corona, y posteriormente ejecutado. Ahora, viuda y sin bienes decide huir de Inglaterra, para que la mala fortuna que llevo a lord Orchmond a la horca no los alcance tambien a ellos.
    Asi comienza un largo periplo para esta mujer y sus dos hijos, que tiene como finalidad llegar a Australia. Con mas temple que razonamiento, conseguira embarcarse entre personajes peculiares, o en otros casos indeseados. Sin saber si lograra cumplir su objetivo, pero un hombre que no monta un corcel blanco sino las olas del mar, se encargara de convertirse en su guardian.

  • Incienso (Reyes Magos 2) de Judith Romero Baeza

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    Gaia Kinov no sabe si ha hecho lo correcto al saltar por la ventana del colegio de magos, dejandolo todo atras. Pero ahora que se ha encontrado con un brujo sexual de lo mas apetecible que esta en deuda con ella, y que su amiga Dragius se ha comprometido a ayudarla, su unico objetivo es encontrar a sus hermanas, Juno y Alethea, y liberarlas al fin.
    Baltasar deberia estar ayudando a restablecer el equilibrio del Pacto Sagrado, que Alexander rompio, para que todos los deseos de la humanidad se sigan cumpliendo. Tendria que cesar en la busqueda inutil de su bruja. Pero los increibles ojos bicolores de Gaia no dejan de colarse en sus suenos… y no son suenos agradables. Necesita encontrarla para saber que ocurre y no dudara en utilizar todos los medios que esten a su alcance.

  • La guerra mas larga de la Historia de Lola Venegas

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    La violencia contra la mujer, la intromision violenta del Estado y de los hombres para controlar el cuerpo de las mujeres, esta documentada desde hace casi 4000 anos.

  • La revolucion cultural nazi de Johann Chapoutot

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    La <> era en un principio para el nacional socialismo la simple transcripcion de la naturaleza: reverenciar a los arboles y a los rios, reproducirse, alimentarse, pelear como los demas animales, defender unicamente la propia horda… La desnaturalizacion se produjo cuando los semitas se instalaron en Grecia, cuando la evangelizacion introdujo el judeocristianismo y cuando finalmente la Revolucion francesa termino de instaurar construcciones ideologicas absurdas (igualdad, compasion, abstraccion del derecho…). Para salvar la raza nordico-germanica habia que operar una <>, volver a encontrar el modo de ser de los antepasados y hacer que de nuevo coincidieran cultura y naturaleza. Recreando asi el derecho y la moral fue como el hombre germanico creyo poder actuar de conformidad con lo que exigia su supervivencia. Gracias a la reescritura del derecho y de la moral, golpear y matar se convertian en legal y moral. A traves de aspectos como la lectura del estoicismo y de Platon durante el III Reich, el uso de Kant y de su imperativo categorico o la recepcion del derecho romano en Alemania, Johann Chapoutot pone de manifiesto como se opero la reescritura de la historia de Occidente y por que canales llegaron tales ideas a los actores de los crimenes nazis.

  • El Reino de los Malditos de Mario Garrido

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    En un Reino habitado por todo tipo de gente violenta, un ladron de poca monta, a causa de su torpeza y lujuria, desencadena una serie de acontecimientos terribles que lo cambiaran todo. Asi, asistiremos a la practica de juegos y costumbres barbaras, al acoso de animales feroces en bosques donde nadie penetra, al peligro de adentrarnos por las calles de una ciudad llena de maleantes, a travesias en compania de piratas y asesinos, a las costumbres irracionales de un convento implacable, a la aventura de llegar por primera vez a unas islas ig-notas y a la materializacion de leyendas terrorificas. Porque en el Reino de Gurracam, todos sus habitantes son malditos.

  • La promesa de una dama de Trixie George

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    La piedra era alta y lisa y proyectaba su sombra sobre la hierba, convirtiendo aquel rincon apacible en un lugar sombrio donde ni siquiera se oia el canto de los pajaros. Aquel era el punto mas alejado del jardin, casi en el limite del bosque, y ni siquiera el jardinero se aventuraba por alli tal y como demostraban las malas hierbas que crecian en libertad. Era el lugar ideal para evitar miradas y preguntas indiscretas. Jocelyn se sento sobre la hierba sin prestar atencion a la humedad que brotaba del suelo y empapaba sus faldas hasta llegar a su piel. Sus ojos recorrieron la piedra con avidez, a pesar de que con el paso de los meses habia llegado a saberse de memoria cada irregularidad en la roca, cada diminuta mancha. No habia ningun tipo de inscripcion. Ella lo preferia asi y, de todos modos, las palabras de duelo estaban grabadas a fuego en su corazon, tan hondas como hechas con un cuchillo afilado. Sintio que los ojos le escocian y se los froto con rabia, dejando un rastro de lagrimas sobre sus mejillas. Era tan injusto. Sus dedos no tendrian que estar acariciando aquella fria piedra sino a el, sus manos deberian estar recorriendo su mandibula cuadrada y su ancha espalda. Y deberia estar escuchando su voz, esa voz profunda y refinada que la habia encandilado, en lugar de estar hablando a solas ante una lapida bajo la cual no habia nada mas que tierra, pues su cuerpo yacia en algun lugar en el fondo del oceano, irrecuperable para siempre. Daniel. Daniel Redfern. Su primer y unico amor. El hombre que habia amado con todas sus fuerzas y al que le habia hecho una promesa: que le esperaria pasase lo que pasase. Una promesa que no habia sido capaz de cumplir. Penso con tristeza en los acontecimientos de los ultimos meses. El dia que habia despedido a Daniel antes de su viaje habia sido el ultimo dia feliz de su vida. Despues, los dias y las noches se habian vuelto grises, llenos de anoranza, hasta que la peor de las noticias habia llegado para agitar la placida vida de los nobles londinenses: el Marie Therese, el barco de la Corona Britanica en el que viajaba Daniel, habia sido atacado por piratas frente a las costas de Tortuga. Toda la tripulacion habia sido pasada a cuchillo. Nadie habia sobrevivido. Esa noticia habia supuesto para Jocelyn el fin de su alegria. Durante las semanas siguientes habia vivido en una especie de neblina en la que el llanto y la tristeza habian sido los protagonistas. Puesto que habia mantenido en secreto su relacion con Daniel casi en secreto, no podia desahogarse con nadie y su palidez, su desanimo y las enormes ojeras que lucio durante semanas fueron achacados por todos a un virus estomacal. Lo cierto es que Jocelyn se sentia fisicamente enferma, con nauseas y cansancio, y si bien al principio ella misma atribuyo estos sintomas a su infinita tristeza, pronto la verdad se impuso: una nueva vida habia comenzado a formarse en su interior: su hijo, el hijo de Daniel. Un hijo que ya jamas podria conocer a su padre. Un bebe que, en cuanto naciese, condenaria a Jocelyn al desarraigo social, puesto que los miembros de la aristocracia londinense jamas aceptarian un hijo fuera del matrimonio y se apresurarian a condenarla al ostracismo. A partir de ahi, todo habia ido de mal en peor. Desesperada, habia tomado una de las peores decisiones de su vida: aceptar la proposicion de matrimonio de Edward Balfour, un hombre vil que le prometio que se haria pasar por el padre de la criatura a cambio de adquirir el control sobre su dote. Los pocos meses que duro su matrimonio con Balfour habian sido un infierno para Jocelyn. El era un hombre cruel y sin escrupulos que no dudaba en humillarla y despreciarla a cada instante, recordandole el vergonzoso secreto que llevaba en sus entranas. Cuando Jocelyn desperto una manana en una cama empapada de sangre comprendio que todo habia terminado: la naturaleza habia seguido su curso y el hijo de Daniel Redfern jamas llegaria a nacer. Durante meses, se arrastro por los pasillos de su mansion como un alma en pena, sintiendose anclada a una vida sin sentido. Su esposo murio poco despues en una pelea y aunque su muerte la libero de sus insultos y maltratos, Jocelyn ni siquiera sintio alivio. Regreso a la casa de sus padres convertida en una viuda joven y triste que ya solo deseaba vivir el resto de sus dias a solas y en paz. El silencio del jardin se vio alterado de repente por un lejano tanido de campanas. Jocelyn se estremecio. Era un sonido hondo, triste y no anunciaba una boda o un bautizo sino algo mucho mas tenebroso: una ejecucion. No era un dia cualquiera: Jack el Rojo, el pirata cuya tripulacion habia atacado el Marie Therese, habia sido apresado al fin frente a las costas de Francia e iba a ser ajusticiado publicamente junto con todos sus hombres. Ese era el motivo por el que Jocelyn habia acudido tan temprano a ese rincon del jardin: deseaba hallarse en ese lugar exacto cuando la horca se cinese por fin en torno al cuello de aquel que le habia robado la alegria. La ejecucion de esos criminales era para ella un recordatorio de que no habia vuelta atras, de que el destino de Daniel hacia tiempo que habia sido sellado. Jocelyn saco de entre los pliegues de su falda una cajita de nacar que contenia un diminuto jubon hecho a mano, con una hilera de minusculos botones de perlas. Lo habia tejido ella misma cuando se entero de su embarazo y era la primera y unica ropita que jamas tendria aquel bebe que nunca llego a nacer. Tragandose las lagrimas, coloco la caja al pie de la lapida, tapandola con varios punados de musgo para que nadie la encontrase. Alli estaban, para siempre juntos, los dos recuerdos de los dos amores que habia tenido y perdido y la habian dejado hueca y vacia. Ahogando un gemido, se puso en pie y comenzo a caminar hacia la casa con la cabeza gacha. CAPITULO 1 Londres, un ano antes Gregory Redfern, cuarto vizconde de Dunnam, miro a su hijo Daniel con los ojos entornados y exhalo un suspiro de frustracion. Llevaban horas discutiendo y ambos estaban agotados y se habian quedado sin voz ni argumentos. --?Estas decidido a hacerlo? --Lo estoy. No pienso cambiar de idea. El viejo vizconde sirvio un vaso de brandy para cada uno y meneo la cabeza con pesar. Daniel era terco y obstinado, por sus venas corria la ferrea determinacion de los Redfern. Eso era algo que los dos tenian en comun. --?Acaso no tienes aqui en Londres todo cuanto puedas desear? Muchos matarian por estar en tu posicion. Tienes un titulo, fortuna, buenos amigos. Las puertas de los mejores clubs de la ciudad se abren de par en par para ti. ?Por que ese empeno en viajar de un lado a otro como un vagabundo? Si tu hermano estuviera aqui... --Pero el ya no esta aqui --interrumpio Daniel con expresion de dolor--. John jamas volvera y los dos lo sabemos. Padre e hijo volvieron a sumirse en un silencio triste, contemplando las llamas que crepitaban en la chimenea. Daniel sintio que el corazon se le hacia pesado en el pecho ante el recuerdo de John, su hermano mayor, que habia muerto el ano anterior victima de unas fiebres. John era el heredero, habia nacido para ostentar el titulo de vizconde y se movia con desenvoltura entre las cadenas de favores e intrigas politicas de la vida cortesana. Daniel era muy diferente. Odiaba el concepto de superioridad innata de la nobleza y los anejos titulos que pasaban de familia en familia, cargados de pompa y obligaciones, le repelian. La muerte de John, ademas de sumirlo en una honda tristeza, lo habia situado a el como nuevo heredero y lo habia condenado a una vida de apariencias y tedio. El no queria ser vizconde. Odiaba Londres, la politica de salon le abrumaba y los bailes y partidas de caza le resultaban asfixiantes. El sonaba con espacios abiertos, con un mar infinito extendiendose ante el y con tierras exoticas e inexploradas. Envidiaba a hombres como Thomas Cook o Daniel Solander, cartografos y exploradores de la Corona que tenian libertad para viajar a las Indias Orientales o al Nuevo Mundo, lugares lejanos y vibrantes, tan diferentes de la gris Inglaterra. En lugar de asistir a los clubs privados de caballeros, el preferia frecuentar las conferencias y reuniones que los exploradores y naturalistas celebraban para los curiosos en la Royal Society. Sentando entre el publico, bebia sus palabras como un sediento hartandose del agua mas pura. Hubiera dado la mitad de su fortuna por estar en su lugar. Durante una de esas reuniones habia conocido a Adam Montgomery, un empleado de la Compania Britanica de las Islas Orientales que habia hecho fortuna llevando a Inglaterra cargamentos de canela de Ceilan, nuez moscada y todo tipo de especias exoticas. Sentados los dos ante una botella de brandy, con el humo de los cigarros humeando entre ellos y la lluvia inglesa arreciando tras las ventanas, Daniel habia escuchado con atencion sus historias sobre los atiborrados mercados de Calcuta y Goa y los barcos que surcaban los mares desde la India llevando cargamentos de corteza de casia. Era una vida dura, plagada de libertad; una vida que Daniel hubiera querido vivir el mismo. Tras sus aventuras en las Islas Orientales, Montgomery estaba ahora decidido a explorar nuevas rutas de comercio. El Caribe se habia convertido en un emplazamiento prospero para la Corona Britanica y las plantaciones de azucar o tabaco en islas como Tortuga, Nueva Providencia o Barbados eran fuente de grandes riquezas para los hombres que sabian aprovechar su potencial. --Los ingenios azucareros son el futuro --decia Montgomery con gran excitacion--. Asi les llaman a esas grandes extensiones de tierra que son ideales para extraer melaza. Las destilerias de ron pagan muy bien por ella. !Cualquier hombre puede hacerse rico si sabe como! Contagiado por su entusiasmo, Daniel habia aprovechado sus contactos como hijo de un vizconde para ayudarle a obtener la concesion real necesaria y Montgomery, en agradecimiento, le habia ofrecido una participacion en las acciones de la plantacion, ademas de un pasaje en el Marie Therese, uno de los barcos de su compania naviera. Sin consultarlo con nadie, Daniel tomo una decision: partiria en ese viaje. Seria como el canto del cisne; su ultimo coqueteo con la libertad y la aventura antes de asentarse en Londres y hacerse cargo de las obligaciones de su titulo. Y ahi estaba ahora, enfrentandose al mal trago de comunicarle sus intenciones a su padre. El viejo vizconde era un hombre discreto que durante toda su vida habia tenido que callar mucho y sonreir todavia mas para hacerse un hueco en la corte del rey Jorge [1], llena de alimanas y mentiras. La muerte de su primogenito lo habia sumido en la melancolia y su unica esperanza era que Daniel hiciese honor a su apellido y caminase por la senda que John no habia podido recorrer. --Se que no aprueba mi decision, padre --repitio Daniel--. Se que lo considera una locura. El anciano lo miro entornando los ojos. --!Cualquiera con un minimo de seso convendria conmigo en que te has vuelto loco! Ademas, ?que hay de esa muchacha, la hija de Berkeley? Se que te has fijado en ella. ?Le has dicho ya que te marchas? Daniel dio un respingo tan violento que los hielos de su vaso tintinearon. Le asombraba la astucia de su padre. El vizconde habia tocado deliberadamente su fibra mas sensible, ya que dejar atras a Jocelyn, la joven que le habia robado el corazon y poblaba todos sus suenos, era la unica mancha negra en su decision. Si existian unas manos capaces de atarlo a tierra firme, esas eran las de Jocelyn Berkeley. --Ella lo comprendera --dijo rechinando los dientes. --?Estas seguro? Las mujeres tienen su corazon puesto en un unico objetivo: casarse y tener hijos. La muchacha estara deseando que pidas su mano formalmente y en lugar de eso pretendes anunciarle tu partida. ?Y si no te espera? ?Y si en tu ausencia se compromete con otro? Daniel apreto tanto los punos que estuvo a punto de hacer estallar el vaso. Imaginarse a Jocelyn en brazos de otro hombre le hacia hervir la sangre. Ella era suya, tan suya como la piel que recubria sus huesos. Amaba a Jocelyn Berkeley con todas sus fuerzas, a pesar de que antes de conocerla estaba convencido de que las mujeres, en especial las insulsas debutantes educadas por y para el matrimonio, eran molestos estorbos que uno debia evitar a toda costa si queria conservar su libertad. Ella le habia hecho cambiar de opinion. La imagen de su rostro palido y cremoso inundo su mente y experimento una mezcla extrana de frio y calor, de alegria y miedo. Su padre tenia razon. ?Como reaccionaria Jocelyn al enterarse? --Tengo que irme. --dijo poniendose en pie bruscamente--. Padre, intente comprender que mis suenos no son peores que los suyos, aunque sean distintos. Y si no puede comprenderme, al menos intente perdonarme. El anciano no contesto. Se giro hacia la chimenea encendida con la cabeza gacha, evitando la mirada de su hijo. Intentando no fijarse en la curva derrotada de sus hombros, Daniel llamo a un criado y le ordeno que preparase un carruaje. --A la mansion de los Berkeley. Deprisa --ordeno en cuanto el cochero estuvo instalado en el pescante.

  • En suenos fue de Una Fingal

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  • Nostalgia de la sangre de Dario Correnti

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  • Sin rodeos de Jana Aston

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    Hacerte pasar por tu hermana gemela puede ser divertido. y peligroso En tan solo una semana, Violet ha perdido a su novio, su trabajo y su casa. Asi que su hermana gemela, Daisy, le ofrece alojamiento, pero, a cambio, le pide que se haga pasar por ella en su trabajo. La noche antes de su primer dia, Violet conoce a Jennings, un britanico muy atractivo con el que tendra una aventura. Pero ambos se llevaran una gran sorpresa al descubrir que ninguno de los dos era quien afirmaba ser.

  • Encuentro de almas 1. Por Clara de Sonia R. Salvante

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    El Pilar, un pueblo en el que todos se conocen, es el lugar que vera crecer un amor.
    O dos.
    Clara habria sido feliz si hubiese nacido uno o dos siglos atras. Romantica, dulce y timida, su familia lo es todo para ella. Quiza por eso su mayor sueno sea crear una propia.
    Y con el.
    Chema es una persona sencilla que solo aspira a una vida normal. Seguro de si mismo, sabe lo que quiere y va a por ello. Claro que siempre ha tenido una vida relativamente facil, en la que nunca ha conocido el amor ni la desesperacion.
    Hasta que se fijo en ella.
    Y luego esta Laura. Divertida, directa e impulsiva... Su caracter explosivo esconde un enorme corazon y unas ideas inamovibles. Ser independiente, vivir en una gran ciudad y dedicarse a su gran pasion: la decoracion.
    Tres jovenes con suenos, tres almas entrelazadas y un destino que los atropellara.
    Amor, risas, respeto, fidelidad, deseo, pasion y dolor. Y, entre todo ello, la busqueda del perdon. A uno mismo, tal vez el mas dificil.
    Porque la lealtad y el corazon no siempre siguen las mismas normas. Porque uno no elige a quien amar, a quien desear, a quien perder. Porque, a veces, simplemente, algo superior decide por nosotros.