• libro en brazos de mi enemigo - Andrea Milano

    https://gigalibros.com/en-brazos-de-mi-enemigo.html

    Con el trasfondo del atentado contra la vida del presidente de la nacion Domingo F. Sarmiento en 1873 y el estallido de una inesperada revolucion en Buenos Aires, una joven de familia acomodada se ve obligada a casarse con un hombre a quien desprecia para, luego, enamorarse enloquecidamente de el.

  • En brazos de mi enemigo: Intriga y pasión durante ... - Amazon

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  • en brazos de mi enemigo (ebook) - Casa del Libro

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  • En brazos de mi enemigo | Penguin Libros

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    Con el trasfondo del atentado contra la vida del presidente de la nación Domingo F. Sarmiento en 1873 y el estallido de una inesperada revolución en Buenos ...

  • EN BRAZOS DE MI ENEMIGO - ANDREA MILANO | Alibrate

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  • RESEÑA: 'En brazos de mi enemigo' - Situación Caprichosa

    https://situacioncaprichosa.wordpress.com/2018/04/21/resena-en-brazos-de-mi-enemigo/

    21 abr 2018 — Hoy les traigo la reseña del nuevo libro de Andrea Milano, una autora que he reseñado en otra oportunidad y que adoro.

  • En brazos de mi enemigo: Intriga y pasión durante la ...

    https://www.goodreads.com/book/show/38318613-en-brazos-de-mi-enemigo

    1 feb 2018 — Cuando leí la sinopsis me gustó y decidí comprarlo. Fue una muy buena opción,porque es un libro que te engancha desde el principio y hay partes ...

  • Libro En brazos de mi enemigo Autor Andrea Milano - La ...

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    En brazos de mi enemigo lo tiene todo: echa luz a un momento de la historia del país muy poco visitado por las novelas de su género, su autora es lúcida y ...

  • En Brazos De Mi Enemigo - Estación Libro

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  • En brazos de mi enemigo de Andrea Milano - Hola Ebook

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  • Alma gitana. El que las hace las paga de Andrea Milano

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    ?Que puede hacer una joven para conquistar el corazon de un hombre enamorado de otra mujer? ?Que le esta vedado?
    Alma gitana es la cronica deliciosa de un amor predestinado. Como solo Andrea Milano lo sabe hacer.

  • Infamia de Ledicia Costas

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    Emma Cruz es abogada y profesora de derecho penal. Se traslada al pequeno pueblo gallego de Merlo para impartir clases en la universidad, sin saber que ese lugar esta marcado por la desgracia.
    Su llegada coincide con el veinticinco aniversario de la desaparicion de las hermanas Giraud, a quien parece que se las haya tragado la tierra. Asi, Emma descubrira que los habitantes de Merlo guardan secretos inconfesables. ?Que fue de las hermanas Giraud? ?Estan muertas? Y si es asi, ?quien fue el responsable
    y por que nunca encontraron sus cuerpos?

  • !Devuelveme mis besos! de Priscila S.

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    No podia explicar con palabras como me sentia, pues me era imposible. El haber terminado con Martin me estaba matando, pero no podia evitar las ganas que tenia de patearle el culo por "cabron". Enganada, si. Cornuda, tambien, pero gilipollas, eso nunca. Me encontraba metida en un autobus, uno que me llevaba de vuelta a donde no queria volver, pero eran tan pocas las ganas de no ver jamas a Martin, que he preferido agachar la cabeza y volver con el rabo entre las piernas. Yo, provenia de una familia un poco estirada, por no decir pijos, pero yo no era asi y me fui de casa con dieciocho anos. Los motivos eran claros, querian planear mi vida, querian que me casara con el hijo de uno de los socios de mi padre. Por eso, siempre crei las palabras de Ruben, porque sabia exactamente lo que el estaba sintiendo. El ser manipulado por tus padres, no era plato de buen gusto para nadie. Y ahora me tocaba volver. El movil no habia parado de sonar. Llamadas, mensajes y todos de la misma persona, el. El hombre que amo, y que amare por el resto de mi vida, pero tambien el que me engano y humillo a su antojo como si yo fuera su muneca. Gracias a ese engano, la boda se fue al traste y con ello todo mi corazon, pues estaba segura de que iba a ser feliz siendo la senora Molina, pero no, eso tampoco era asi. El camino no era tan largo, demasiado corto para mi gusto, pues estaba a punto de llegar a mi perdicion. Lo unico que pense al ver esas fotos, esas malditas fotos que tanto deteste. Era ?Como? No me salia otra cosa. Martin y yo llevabamos juntos bastante tiempo, anos de novios y por eso no podia creer que me enganara asi, con Yolanda. !Joder!, me hubiera encantado ir a cogerla de los pelos y ensenarle que no se buscan los hombres que estas comprometidos, pero hasta para eso era tarde. Ya era tarde para todo, ya lo nuestro termino y no habia marcha atras. Llegue a la estacion de Barcelona, mi ciudad natal, donde naci, creci y fui infeliz. Por eso llegar aqui, no era de las mejores decisiones que habia tomado, pero era la unica y no me quedaba otra que aceptar de una vez que mi vida habia cambiado y que no seria la misma nunca mas. Cogi un taxi, pero en vez de darle la direccion de casa de mis papis, le di la de mi hermano Jorge, el cual, llevaba sin ver nueve anos. Sabia que vivia en esa direccion porque mas de una vez me invito a su casa, junto con Martin para conocerle, pero jamas vinimos y ahora me presentaba compuesta y sin novio. Baje del taxi y entre en el edificio, por consiguiente, en el ascensor. Al llegar a la planta quince, me acerque a la puerta. Me sudaban las manos, no sabia si mi visita, iba a molestar a mi hermano, pues nunca hablabamos por telefono. Suspire como unas cinco veces y di unos toques a la puerta con mis nudillos. Minutos despues, escuche unos pasos acercandose, hasta que la puerta se abrio y aparecio ante mi, mi hermano Jorge. -- !Sorpresa! Mi hermano no se lo podia creer. Al verme tenia la mirada perdida, como si fuera un espejismo, tuve que entrar y darle una bofetada para que despertara. Al pasar a su apartamento, me di cuenta que habia fotos de el, con una mujer muy guapa y en otra de ellas, una nina rubia de ojos verdes que me cautivo. Cogi la foto temblorosa y me puse delante de el. -- ?Tengo, una sobrina? --pregunte confundida y mi hermano asintio con lagrimas en los ojos. ?Que le pasaba? No entendia esa reaccion, pues deberia ser un hombre feliz y no lo era. Me acerque a el, y lo abrace como hacia anos que no lo hacia. Mi hermano lloro en mi hombro, lo acune como si fuera un bebe perdido, ?que habia pasado en mi familia? ?Por que mi hermano no era feliz? Muchas preguntas a la cuales, debia encontrarle las respuestas.

  • Aislados (Extranos 2) de Kimberly Mccreight

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    Aislados es la segunda novela de <>, una serie trepidante de intrigas, traiciones y secretos con el ritmo de La chica del tren y la accion de la <>.

  • Cautiva del Dragon de Annett Furst

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    Nadine habia llamado a su asistente cuando recordo repentinamente que le habia dado el dia libre a la mujer regordeta y sin sentido de la moda. Involuntariamente levanto las comisuras de la boca. Susanne habia trabajado como su mano derecha imprescindible, desde que se habia hecho cargo del bufete de su difunto padre. Ella no se arrepentia de esta decision, aunque cada vez que entraba en la oficina por la manana, un dolor punzante le recorria el cuerpo al ver a su asistente. La aficion de Susanne por las blusas con disenos florales y los colores mas vivos, no encajaba en la antesala de una abogada comercial. Fuera de eso, la madre de tres hijos era increiblemente inteligente y parecia anticiparse a los deseos de Nadine. Sin duda, esta capacidad la cualificaba para contribuir a la exitosa carrera de Nadine, por lo que le perdonaba cada uno de sus errores en materia de moda. Lo que la molestaba un poco eran las detalladas descripciones de Susanne sobre su vida familiar y los progresos de sus hijos. A ella no le interesaba en lo mas minimo, lo que su marido habia arreglado en su casa o como su hijo de siete anos habia brillado en su primera obra teatral escolar. Hoy, Susanne le habia pedido el dia libre porque queria celebrar con su marido el decimo aniversario de boda. Su asistente estaba tan emocionada que no habia podido negarle esta peticion. Nadine puso los ojos en blanco. Ciertamente no se comprometeria con un hombre. Para ello, tendria que comprometerse e involucrarse sentimentalmente con el. Eso, a su vez, la distraeria de su trabajo y desequilibraria su ordenada vida. !Un pensamiento inimaginable! Tecleo unas cuantas instrucciones en su ordenador portatil que, a su vez, Susanne encontraria en su pantalla al dia siguiente, en cuanto encendiera el ordenador. -- Presentar los papeles del caso Schober & Co. en el juzgado, renovar el contrato de alquiler de la oficina, concertar una cita con la peluqueria, pedir una mesa en el restaurante italiano, informar a Simon. Susanne lo arreglaria todo a su gusto en el transcurso de la manana siguiente. Ella se reuniria con la asistente de Simon, que tambien trabajaba como abogado, y juntas fijarian una hora adecuada para la cena. Programaria la cita en la peluqueria para que Nadine pudiera conducir desde alli, bien peinada, hasta su cita. Alli, Nadine tendria una linda conversacion con Simon durante una deliciosa comida acompanada de una musica discreta, y luego se iria un rato con el a su apartamento para un encuentro amoroso. Ella dejaba que la satisficiera, el hacia lo mismo y luego regresaba a su ordenado apartamento. Su asistente ya se habia burlado varias veces de este acuerdo comercial. Ella pensaba que Simon era sofisticado pero, de alguna manera, no era un verdadero hombre. Si realmente estuviese interesado en Nadine, deberia tomarla y besarla apasionadamente en medio de la calle. Nadine sonrio para si misma. Susanne seguia suspirando por su marido con total devocion, incluso, despues de tanto tiempo, una idea que ella misma habia calificado de bastante extrana. Ningun hombre conseguiria provocar una reaccion semejante en ella. Decidio irse a casa a pasar el dia. Sin su asistente, se habia sentido extranamente frustrada. Un bano caliente y un buen vaso de vino, en este momento, le vendrian bien. Nadine tomo su cartera y se habia dirigido al estacionamiento subterraneo, donde la esperaba su BMW gris plateado. Capitulo 1 -- El Clan necesita mujeres -- murmuro Jaryk. -- Voy a escoger a cualquiera, y luego salgamos de aqui. El hecho de que hubiera sido el, entre todos, el elegido a traves de un sorteo para ir a una incursion, lo habia molestado. Al fin y al cabo, el no queria una pareja, pero era esencial que se trajeran nuevas mujeres. ?De que otra forma, podrian los miembros del Clan producir su descendencia, si su pueblo no era capaz de producir ninguna descendencia femenina? Una vez habia participado en una inusual competencia por una pareja, y eso, solamente porque su padre se lo habia aconsejado. Tras un breve periodo de combate, habia fingido agotamiento y se habia rendido, tras reconocer en los ojos de su oponente el ardor con el que deseaba a la mujer en cuestion. Sin embargo, se habria librado completamente si el jefe de su Clan, no hubiera roto el tratado que el gobernante habia negociado con los habitantes del continente vecino. Entonces, cada guerrero de su asentamiento podria buscar una pareja por si mismo. Pero no, en su lugar, el gobernante habia decidido como castigo, que solamente uno podia ir de caza y eso, solo si el lo permitia. Asi que su Clan estaba en un aprieto, porque las mujeres que habian robado a sus vecinos tenian que devolverlas. Debido a eso, muchos guerreros se quedaron, sin una futura pareja y el estado de animo en casa, se hundia mas cada dia que pasaba. En un determinado momento, habia llegado la noticia que se les permitia tomar otra mujer. Para evitar una gran refriega, sobre quien podria viajar a la Tierra, lo habian dejado a la suerte. Jaryk tuvo que participar, lo quiera o no y, por supuesto, habia tenido la gran desgracia de resultar ganador. Ahora, caminaba penosamente por este sotano abovedado, que estaba atestada de los extranos medios de transporte de los terricolas. Estaban hechos de un metal ridiculamente fino y habia observado que echaban humo, ademas hacian ruidos feos cuando se ponian en marcha. Jaryk se habia ido ahi tras su llegada para planificar sus proximos pasos. Ya habia oscurecido cuando aterrizo cautelosamente en la azotea del rascacielos, pero comprobo que las calles seguian bastante animadas. Por lo tanto, las circunstancias no eran favorables. No podia, despues de todo, tomar a una mujer en medio de la multitud, envolverla con sus alas y largarse. La primera regla de caza era no dejarse atrapar. Asi que, se habia arrastrado por las escaleras para esperar hasta que pudiera proceder sin ser visto. De vez en cuando venia gente, se subia a sus vehiculos y se alejaba a toda velocidad. El habia podido esconderse facilmente detras de los enormes pilares y cuando todo ya estaba silencioso. Aburrido, se habia sentado en la parte delantera de un coche gris plateado ya que, era casi del mismo color que su larga trenza. Se habia balanceado un poco hacia arriba y hacia abajo. No le habia importado que el metal cayera al suelo con un chirrido y que algunas partes crujieran. El sonrio, ya que la gente no parecia ser especialmente fuerte, si sus medios de transporte estaban tan mal construidos. -- Dime ?has perdido la cabeza o que? A su lado habia una mujer que parecia estar a punto de sacarle los ojos. -- !Que le has hecho a mi coche, demonio! -- Se paseo a su alrededor, sacudiendo la cabeza mientras examinaba los fragmentos que habia a su alrededor. Levantando el dedo indice, se acerco a el amenazadoramente. -- Me compensaras por los danos. No te muevas !Llamare a seguridad inmediatamente! Mientras ella rebuscaba en su cartera, el habia aprovechado para mirarla mas de cerca. La mujer era alta, tanto que el la superaba por apenas dos cabezas. El era mas alto que la mayoria de sus companeros de Clan y, debido a eso, las mujeres solo le llegaban como mucho por debajo del pecho. Esta era una de las razones por lo que no queria una pareja. Todas parecian tan fragiles y la idea de aplastarlas, tal vez, en una union sexual amortiguaba su deseo. Sus ojos brillaban con el mismo gris que se posaba sobre las montanas de su tierra natal cuando se anunciaba una tormenta de nieve. Bajo la blusa sobresalian unos pechos perfectos, que el podria rodear con una de sus enormes manos. Su cintura, en cambio, era estrecha formando una clara transicion hacia sus caderas bien redondeadas. La ajustada falda se cenia a sus largas y torneadas piernas, en cuyas pantorrillas pudo ver como se contraian los musculos. !Que buen especimen! Los guerreros se pelearian por ella, ya que esta mujer garantizaba una descendencia fuerte que desafiaria los rigores de las montanas con facilidad. Por alguna razon, su virilidad se agito ante este pensamiento. Se apreto con fuerza contra su pantalon y habia sentido una necesidad urgente de montar en ese mismo momento a la mujer. Energicamente, aparto el impulso de agarrarla. Ella no estaba destinada a el, y si la tomaba ahora, estaria traicionando a su futuro companero. O bien, despues de todo, cederia a su lujuria, pero entonces tendria que quedarse con ella, cosa que no se sentia atraido a hacer en absoluto. Mientras tanto, la mujer parloteaba en una caja negra que sostenia junto a su oido. Mientras lo hacia, golpeaba impacientemente el suelo con su asombrosamente pequeno pie que, al igual que el otro, estaba metido en unos zapatos negros y planos que se estrechaban en punta en la parte delantera. -- Si, en el estacionamiento subterraneo, seccion C justo al lado del ascensor. -- Luego lo miro con detenimiento de la cabeza a los pies. -- Traigan cuatro o mejor aun, cinco hombres fuertes. -- Volvio a deslizar el dispositivo en su bolsillo con sus largos dedos, con las unas pintadas de un llamativo rojo. -- Bueno, ahora tu, amigo. -- Ella se encabrito frente a el, pero Jaryk sonrio y siguio apoyandose despreocupadamente en el coche. -- ?Identificacion? -- Exigente, le habia tendido la mano. No sabia que se suponia que era eso, asi que ladeo la cabeza en senal de interrogacion. -- Tu identificacion, la pequena tarjeta cuadrada con tu nombre. -- No le gusto nada su tono cinico. La mujer aun no habia aprendido su lugar. El se puso de pie y, aunque ahora tuvo que estirar el cuello para mirarlo a los ojos, no retrocedio ni un centimetro. -- Me llamo Jaryk -- le espeto bruscamente, a proposito. Sin embargo, no consiguio el efecto deseado, ya que ella seguia sin apartarse de el. -- ? Jaryk que? -- Ante eso, ella enarco una ceja y lo miro como si estuviera hablando con un tonto. Alargo un dedo, lo coloco bajo su barbilla y lo elevo un poco mas. -- Primero dime como te llamas. Ella le aparto la mano de un manotazo y le abronco. -- Bueno, si quieres saberlo, me llamo Nadine Stiehmann. Luego anadio. -- Soy abogada. Echo la cabeza hacia atras triunfalmente, haciendo que su cabello rubio hasta los hombros, que antes habia recogido cuidadosamente detras de las orejas una y otra vez, rebotara alrededor de su cabeza. -- Tus palabras no tienen sentido para mi, mujer. -- Estaba claro que ella habia querido provocar una reaccion en el, como lo demostraba ahora su expresion confusa. Sin embargo, inmediatamente despues, se sonrojo y empujo la barbilla hacia delante con beligerancia. -- !Mujer! No soy una mujer... ?De que pueblo de mala muerte te has escapado? -- Ante esto, dejo que sus ojos se deslizaran con desden por su camisa de cuero hasta sus piernas, que llegaban hasta las rodillas con suaves pieles y envueltas fuertemente con correas de cuero. Levantando la cabeza, su mirada se detuvo en el bulto claramente visible entre sus piernas. De repente, Jaryk se dio cuenta, de que estaba disfrutando de esta rina y de que su cuerpo le estaba jugando una mala pasada, ya que su ereccion no cedia. -- !Increible! -- la oyo quejarse. -- !No solo eres un gamberro, sino un libertino! -- De hecho, en ese momento, estaba caminando hacia atras unos cuantos pasos. -- Ts, ts, ts. -- El la amenazo con su dedo indice. -- !Bastante atrevida!

  • Tormenta inesperada: Ahora que haras? de Miriam Magana Pimientel

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    A muchos de nosotros, nos ha sucedido de pronto vivir una tormenta.
    Este libro es como el abrazo y el consejo de una amiga, que necesitas en estos momentos de dudas.
    Sus lineas dejaran una esperanza en tu corazon.
    La meta es ser feliz, asi que no te arrepientas de nada, cuando estes al final del camino,
    de lo unico que te arrepentiras es de las cosas que no hiciste cuando podias. !A un estas a tiempo!
    Puedes empezar ahora, a formar un nuevo inicio.

  • Bienvenido, gamberro de Melissa Hall

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    El es un chico rebelde, con un turbio pasado que le empujo a vivir al limite de las normas.

  • Susurros en la bruma de Lizzy Bronte

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    Ava Monroe tiene un don, el de ayudar almas atrapadas. Su vida nomade y excentrica le brinda todo lo que necesita, libertad y ausencia de lazos afectivos. No desea echar raices, conoce mejor que nadie el dolor de la perdida.
    Una voz susurrante, un pedido de auxilio en medio de la noche la llevan a las tierras de Durstfall.
    Entre las sombras de la olvidada mansion habitan Luke Skyller y su sobrina Rose. Ambos viven una existencia de exilio; en el caso de la nina, por sus sentidos perdidos, en el caso del conde, por su afan de no volver a sentir. Sortear esos muros emocionales sera un desafio para Ava Monroe, uno que pondra en peligro su tan bien resguardado corazon.
    ?Podra Ava sacarlos de su encierro, o sera ella la que caiga en la trampa de los brazos de Luke?

  • Mientras Dormian de Donna Leon

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    La existencia del comisario Guido Brunetti se ve alterada por la irrupcion en su vida de ciertos elementos religiosos inquietantes. Durante un almuerzo familiar descubre que las clases de religion que recibe su hija, la adolescente Chiara, son impartidas por un sacerdote que da signos de un comportamiento poco menos que inadecuado. Al mismo tiempo, una monja que Brunetti conoce (Vestido para la muerte) llega a la questura de Venecia para exponer sus sospechas sobre las circunstancias de la muerte de unos ancianos en una residencia. En una aventura, la sexta que protagoniza el comisario, impregnada del pesimismo que envuelve a Venecia, Brunetti se enfrenta a poderes que se creen por encima de la ley de los hombres, por el hecho de asentarse sobre un entramado de intereses economicos e ideologicos. La acerada mirada de Donna Leon denuncia en esta ocasion las perversas practicas sexuales que llevan a cabo algunos miembros de la Iglesia Catolica, asi como la corrupcion que afecta a las esferas mas influyentes de la institucion ante el Papa.

  • Mi duquesa espanola de Claire Phillips

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    Desde la muerte de sus padres, para Alejandra la vida giraba en torno a sus dos hermanos, Roberto y Teresa. Lo que no podia imaginar es que el unico hombre en el que jamas pensaria posar sus ojos seria el unico que despertaria sentimientos desconocidos. Ella era ajena a su mundo y no deseaba formar parte de el, pero al mismo tiempo era incapaz de ignorar lo que el despertaba y le hacia desear. Admirado por sus pares y deseado por las mujeres, el duque de Chester era un hombre acostumbrado a conseguir lo que deseaba. Lo que no esperaba era que esa joven con la que tropezaron una manana mientras auxiliaban a un par de pilluelos de los alrededores de la propiedad ducal, fuese a ser su destino, un destino al que no se opondria ni resistiria bien era cierto que tampoco esperaba que la joven que seria su destino resultase una joven terca, demasiado inteligente para su bien y, sobre todo, sin deseo alguno de convertirse en duquesa, en su duquesa.

  • Doble Tentacion de Liah S. Queipo

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    ?La virginidad crece? Es la pregunta que me hago desde que mi vida sexual se ha convertido en poco activa, bueno, mas bien nula. Hasta ahora me conformaba con los suenos (!Que suenos!), eran tan reales que me despertaba besando mi ya conocida almohada. Y justo cuando creia que mi vida sexual se quedaria en la estrecha rela cion que habiamos formado mis babas y yo...me encuentro con un chico guapo (un Dios), simpatico y educado (muy educado) que te promete amor y flores, para despues aparecer en su version cretino (tipico rompebragas ) que te promete sexo de infarto y despues puerta. !Y se queda tan pancho! !Viva la bipolaridad! Firmado : Sara PD. Saludos de mi almohada.

  • La reina del baile (Bajo sospecha 5) de Mary Higgins Clark

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  • La ciudad silenciosa de Jose Luis Caballero

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    ?Que ocurriria si un dia, de forma inexplicable, toda la poblacion del planeta quedara atrapada en edificios y espacios cerrados, incapaz de salir al exterior?

  • No te separes de mi de A.c. Mcallister

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    Cuando Estela pierde su beca para estudiar Bellas Artes en Paris, todo su mundo se viene abajo. De repente la ciudad se hace tan grande y tan inhospita como imposibles de acabar sus lienzos. Por si fuera poco, el enigmatico senor Frost no deja de cruzarse en su vida, haciendo que dude de su propia cordura.

  • Diez dias de sabor de Clara Estival

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    --Ese hombre es un desalmado, Paula. !Si diez dias no dan para nada! Valentina tenia razon, era un plazo cortisimo. Solo diez dias hasta el 1 de julio en que, o pagaba el alquiler, o el dueno del local me cerraba el restaurante y me echaba directamente a la calle. --Ay, este sitio esta muy lindo, mija --me dijo Maya, con todo su acento cubano--. La cosa no puede quedarse asi... ?Quien nos va a hacer ahora las empanadas? Mire a mi alrededor y era verdad que el Amigos del Naranco estaba precioso incluso teniendo en cuenta los tres meses que llevaba cerrado. El pequeno restaurante de mi familia era luminoso y abierto, pintado en blancos y verdes llenos de alegria, y en verano poniamos hasta una terracita. Tenia unas diez mesas normalmente, pero podiamos meter hasta quince con la terraza y a veces tambien habia gente comiendo en la barra. Conociamos muy bien a nuestros clientes, sus preocupaciones y sus vidas, porque el nuestro era el unico asturiano en mitad de Houston, en pleno Texas, y casi todos eran espanoles desplazados que echaban de menos su casa. Asi que eramos amigos, casi como familia. Y en aquellos tres meses nuestro lugar especial, ese pequeno trocito de casa en un pais extranjero... simplemente habia desaparecido. Hasta entonces el dueno del local habia tenido paciencia, por lo de mi padre, porque eran amigos pero... despues de tres meses ya se le habia acabado toda. Me tocaba reabrir el negocio o bien cerrarlo definitivamente. Asi que ahora estabamos las tres alli sentadas, Valentina, Maya y yo, en mitad del restaurante por el que mi padre tanto habia luchado, durante mas de diez anos, y que yo estaba a punto de perder en diez dias. --Mija, no pongas esa cara --dijo Maya--. Te sacaste la rifa del guanajo, ok, pero ya... dale... hay que ponerse a trabajar. No vas a dejar que esto te pase por arriba, ?no? !Quien va a hacer los frisuelos, si no! --!Pues no lo se! !Pero a mi no me mires! !Es verdad que ahora soy la duena, pero yo no he cocinado en mi vida! El que sabia cocinar era papa... --Buscaremos a alguien --dijo Valentina--. No te agobies que esto es un problema y los problemas tienen solucion matematica. Entraremos en los portales de empleo, haremos entrevistas... esas cosas. --!Esto no es una formula, Val! ?Quien va a saber de cocina asturiana aqui, en Houston? Ademas, no me vale con lo que ponga en un papel. Tengo que ver como cocina y poder probar las cosas. --Muchacha, si nos quitan el Naranco tenemos que volver a la cantina junto al Johnson y eso si que no --dijo Maya--. Mi madreeee, todos los dias comiendo esos fritos... --Y ese pollo chicloso. --!Ay, mi madre! --Y ese tomate de lata. --!No sigas, nina! !Tu quieres que se me de la vuelta el estomago! --Tan malo no sera... --dije. --?Has visto la comida de los astronautas en los videos de Youtube? Las salsas saliendo de los tubitos y las fresas secas !y ese helado solido que parece una piedra pomez de limarse los callos! Bueno, pues eso es comida gourmet comparado con lo que hay en esa cantina. Sonrei. Valentina llevaba mucho tiempo preparandose para ser astronauta. Estaba segura de que la iban a llamar de un momento a otro. Maya trabajaba en la agencia de noticias y me habia dicho, en secreto, que tenia muchas papeletas de salir durante el proximo mes. !Me iba a reir mucho cuando la viera en la Estacion Espacial, comiendose su helado solido! --En serio, tenemos que salvar tu restaurante. ?Donde vamos a ver Eurovision? ?Y el pactometro de las elecciones? Y... !y la Feria de abril y el Carnaval de Tenerife! --Pero si nunca hemos visto ninguna de esas cosas, Val... --Bueno, pues ahora habra que verlas. El restaurante se queda. No hay mas que hablar. --Hablare con Julio --dijo Maya. Era su novio cubano, que estaba en una escuela de cocina--. Y le pedire que busque a alguien. !Esto se va arreglar si o si! --?Tu crees que en diez dias vamos a encontrar cocinero? --No te preocupes, Paula --dijo Valentina--. Que el Amigos del Naranco se va salvar. Vamos a ir a por todas. Valentina y yo asentimos, decididas, pero Maya parecia no tenerlas todas consigo. --?Y seguro que esto es lo que quieres, mija? Porque llevar un restauran no es nada facil y a tu papa le llevaba la vida entera esto de los fogones... ?Que pasa con tus estudios? --En cuanto tenga a alguien. Yo estaba terminando estudios de empresa, contabilidad y gestion. Los necesitaba para el restaurante, claro, pero tambien podia emprender otros caminos. Ahora lo mas urgente era atender el dia a dia. Hacer lo necesario para salvar el restaurante. Es lo unico que se. Cruzo los dedos. A ver a quien me envia Julio. Sea quien sea tendra que ponerse ya. 2 Dos manos mas Al dia siguiente me esforce por dejar el restaurante impecable. Despues de tres meses cerrado habia que ponerlo a punto. Me recogi el pelo en una coleta y me puse un panuelo en el pelo, una bandana, como en las peliculas. Saque una tonelada de polvo a base de escoba y plumero y refregue bien todas las esquinas y las mamparas. Necesitaba que los candidatos se sintieran comodos y pudieran cocinar tranquilos. Ahora faltaba el hueco que habia dejado mi padre, el alma de la cocina, la parte mas importante y sin la que nada podia funcionar. Le habia dado un infarto cerebral que le habia dejado hecho polvo y llevabamos tres meses horribles de hospitales. Al final se habia tenido que volver a Espana, con mi madre. Suerte que yo seguia en Houston y podia encargarme de todo. Quizas hasta se recuperase y, algun dia, pudiera volver. Yo le habia echado una mano hasta ahora, pero solo de pensar en que en diez dias iba a tener que cerrar... La verdad es que el local estaba precioso. Repase con el trapo cada parte: las barricas gemelas de la sidra en la pared, altas y planas. Las habia traido mi padre directamente de Asturias, en avion, y las habiamos pintado de blanco decapado y adornado con flores. Las sillas tambien eran artesanales, de "madera buena", hechas en Oviedo... Barriendo y fregando se me habian hecho ya las once de la manana, se me estaba revolviendo el estomago del hambre y no habia aparecido nadie. !Si me habia dicho Julio que hasta cinco companeras de su escuela se habian apuntado! Pensaba que seria una buena oportunidad de encontrar trabajo incluso antes de acabar los estudios... pero ni una sola entrevista. Yo seguia sentada con el libro de recetas sobre las piernas, mirando hacia la puerta, entreteniendome con el brillo de las encimeras, las mesas y el aluminio de los hornos despues de frotarlos yo misma de arriba abajo. !Hasta habia puesto flores en los jarroncitos de las mesas para dar buena impresion! Tenia hambre, vaya que si, a mi la gusa me entra justo a las once de la manana. A primera hora tengo el estomago cerrado, no me cabe nada recien levantada, pero luego voy haciendo el hambre y a las once lo que me apetece ya es un pincho o una barrita de pan tumaca. Pero acababa de reabrir el local y no tenia en el restaurante ni para hacer un bocadillo. No sabeis lo extrano de esperar en un sitio que sirve comidas y que no haya nada que echarse a la boca. Paso otra hora de reloj y se hicieron las doce en mi movil. Ya estaba bien. Llevaba una hora perdida y me fui a echar la persiana. Estaba claro que, por una cosa o por otra, nadie iba a aparecer. Al fin y al cabo eran todavia estudiantes, lo mas seguro es que no pudieran compaginarlo. Ademas, ninguna de las amigas de Julio seria espanola y tendrian miedo de meter la pata. Tampoco esperaba demasiada seriedad por parte de unas chavalas, pero... !por lo menos podrian haberme avisado por telefono! Yo ya sabia que no iba a ser facil encontrar a mi cocinera o cocinero espanol. ?Donde? ?Como? ?Y en diez dias?

  • La Asistente De Boda Del Jeque de Jessica Brooke

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    Alana Fiora asimilo la magnitud del palacio arabe, un monumento en piedra tallada y marmol en el pais de Al-Marasae; una maravilla que nunca hubiera pensado que veria en persona. Su madre, que habia crecido en el Libano, le habia contado historias de lo asombroso que habia sido el Palacio Beiteddine cuando se abrio al publico durante el Festival Beiteddine. ?Pero esto? El palacio de la familia real Hassem estaba mas alla de todo lo que podria haber imaginado. No estaba segura de que era lo que esperaba cuando su padre le dijo que trabajaria en el palacio unos pocos meses. Pero su mente habia evocado imagenes del Taj Mahal, con sus blancos chapiteles resplandecientes alcanzando el cielo o las grandes bovedas hinchadas como lagrimas de oro asentadas en torres enormes. Lo que le esperaba aqui era un palacio con exteriores en austera arenisca rosada, con apagados chapiteles, que parecian mas bien torres de un castillo europeo. Si se mirara con detenimiento, se podria ver las bovedas relucientes a traves de las esquinas y la cupula en alto, todo ello disimulando un exuberante arco iris de color increible y la decoracion interior. El salon de entrada le recordaba, extranamente, a las navidades. Los mosaicos geometricos pintados que cubrian sus muros en verdes y rojos brillantes incorporaban caligrafia tallada que danzaba por todo el salon. Alana se dirigio a la biblioteca del palacio (o a una de ellas, en todo caso) donde, se le habia informado, se encontraba el principe primogenito Jeque Dharr Hassem. El jeque Dharr era su mision aqui en Al-Marasae, el futuro novio. Con veintisiete anos y con muchos anos de universidad a sus espaldas, no le habia parecido algo demasiado normal convertirse en experta de organizacion de bodas. No, mejor borrar eso, asistente experta en organizacion de bodas. Su madre, Lena, habia sido quien habia sido contratada por la familia real. Sin embargo, las bodas islamicas eran basicamente un contrato legal y Gabriel Fiora habia decidido que el reluciente nuevo titulo de Derecho de Alana era justo lo que su madre necesitaba llevar con ella a Oriente Medio. El curro, aun asi, venia con un magnifico beneficio para ella: para hacer el trabajo deberia de ser ascendida de asistente juridico a abogada en practicas. Alana nunca habia oido de ningun caso semejante, aunque tampoco habia oido que alguien graduado en Derecho fuera contratado como asistente legal para empezar. Aun con su diploma, era el unico trabajo disponible en el bufete de su padre y el se habia resistido a la idea de que ella trabajara para cualquier otro. El era su padre, despues de todo, asi que en aquel momento cogio el puesto, aunque ahora estaba mucho mas contenta con la promocion. Su padre parecia confiar unicamente en ella para este trabajo, lo cual era gratificante, aunque un tanto extrano. Todo el asunto era un tanto raro, empezando por la manera en que se lo presento. Ella recordaba que la habia llamado desde su oficina una noche hacia las nueve. Alana tambien estaba alli, tratando de sacar algo en claro de todos las caligrafias deficientes y archivos mal nombrados. Gabe dijo que habia perdido una apuesta sobre un recorrido de golf y que se habia quedado mas tarde de lo normal hincando el diente a un trabajo de machaca para uno de los socios de mas arriba en el escalafon corporativo. El queria saber si recordaba los rumores que habian rondado en la bolsa sobre cierto jeque de un pequeno pais de Oriente Medio llamado Al-Marasae, cerca de Arabia Saudi y los Emiratos Arabes Unidos. Alana habia recordado los rumores. Le habian asignado alguna comprobacion de hechos en Hassem Petroleum, Inc., puesto que era a la vez cliente de Singer, Winchester and Cole, asi como una inversion de muchos de sus empleados. Habia oido rumores de que el heredero del jeque reinante habia resultado envuelto en algun tipo de controversia. Alana nunca acabo de identificar exactamente lo ocurrido, pero la corriente del rumor crecio con chismes variables--desde el intento de asesinato por parte del jeque Darr hacia su propio padre, hasta su affair con una princesa italiana. Sea como fuere, debia de haber algo de verdad en los rumores, puesto que se habia comunicado a la junta directiva de Hassem Petroleum que podria haber algun cambio en la linea sucesoria de la familia real hacia agosto de 2015. Se habia fijado cierto tipo de ultimatum para el principe, y ahora Alana sabia lo que era. Se tenia que casar. Ella no sabia que encantamiento habia empleado, pero de alguna manera su padre habia descubierto que el jeque Azhaar Hassem, el dirigente de Al-Marasae, habia dado a su hijo hasta agosto para casarse, o seria descartado en favor de su hermano menor. Alana dudaba aun mas de que fuera una simple coincidencia el hecho de que su madre fuera reclutada como organizadora de bodas para el evento. Su madre tenia en marcha un pequeno imperio bastante simpatico, y habia organizado el "mejor dia de vuestras vidas" para mas de una pareja famosa. A pesar de ello, de alguna manera dudaba que el estatus de Lena Fiora como organizadora de bodas hubiera alcanzado notoriedad internacional. No, su padre se habia servido en cierto modo de ellos para esto, pero no estaba segura de con que objetivo. Pero, oye, ella era una abogada capacitada, y su madre iba a conseguir un cheque bastante gordo, asi que no podia ser tan malo. Fuera lo que fuera en lo que andaba metido, de momento salia rentable. Ahora, solo necesitaba conseguir unos pocos minutos con del jeque Dharr. La puerta de la biblioteca era igualmente impresionante que el resto del palacio. La puerta de tamano doble iba desde el suelo hasta un estilizado arco de punto del techo, dejando sitio solamente para la misma jamba. La libreria tras la puerta no tenia nada que ver con sus expectativas. Estaba acostumbrada a las bibliotecas de la Universidad de Nevada, Las Vegas, incluyendo la Biblioteca de Derecho Weiner-Rogers, asi que la palabra biblioteca normalmente conjuraba imagenes de mesas de madera rodeadas de incomodas sillas de alambre grueso con asientos de plastico e interminables estanterias, con tantas filas de profundidad que te podias perder entre ellas. En cambio, lo que encontro era una planta redonda de la misma arenisca rosa, de una docena de metros de diametro, en lo que conjeturo que era uno de los chapiteles a modo de torreones de la esquina. Mosaicos pintados en azul y rojo intensos rodeaban estanterias que habian sido excavadas en los mismos muros, que se curvaban en espiral con la sinuosa escalera de piedra, que serpenteaba a lo largo del muro hasta al menos otro piso. En el centro, habia una amplia mesa octogonal sin sillas. Cada lado tenia un almohadon afelpado color burdeos, apoyado en pequenos cojines descansando contra el, con borlas doradas colgando de sus esquinas. El aire era seco y fresco con el delicioso aroma que solo pueden desprender los libros. Las suaves estanterias de piedra estaban cargadas de tomos y Alana pasaba las manos por sus lomos, sintiendo las encuadernaciones de piel y las caligrafias labradas. La mayoria de los libros, al menos en esta planta, estaban escritos en arabe, o en todo caso se trataba de traducciones. Los amplios caracteres bajo sus dedos y la atmosfera extranjera hacian que Alana se sintiera como si la hubiesen raptado dentro de uno de aquellos mismos libros. ?Cuantas horas podria perderse en una biblioteca como aquella, hondamente enterrada en uno de aquellos cojines gigantes? Suspiro mientras retiraba la mano de los libros. -- Perdon, chicos, tengo que encontrar a un jeque. Seguro que sabeis donde esta, ?no? --Quizas le convenga echar un vistazo a la segunda planta. Alana quedo boquiabierta durante un momento antes de darse cuenta de que la voz incorporea procedia de algun lugar encima de su cabeza. Hizo girar sus ojos a su alrededor y miro a lo largo de la escalera de espiral, mientras el sol de la manana se desparramaba por las hermosas vidrieras azules y rojas que la delimitaban, pero no podia divisar a nadie. Sus pies tomaron los peldanos. Afortunadamente, habia decidido llevar zapatos bajos. Los tacones no solo habrian sido indecentes, sino que tambien habria sido un horror para sus pantorrillas el subir los peldanos de piedra. Al llegar a lo alto del tramo de escaleras, localizo a una persona sentada en una silla de piel atiborrada y oculta tras un periodico. Creia que su padre era la ultima persona del mundo en leer aun aquellas cosas. El segundo piso parecia mas tradicional, con mesas de cafe de madera cuidadosamente lustrada y cristal. Salpicados por doquier se podian encontrar elegantes sillones orejeros hechos en piel, mezclando el olor de los libros con la piel y el barniz de madera. La escalera acababa alli, pero las estanterias y los libros seguian aun mas alto, al menos dos pisos mas, donde el techo estaba decorado con arabescos en un azul mas claro y blanco, en un patron trenzado, circular, y caleidoscopico. El hombre de la silla doblo su periodico y se levanto para recibirla. Era alto y esbelto, con anchos hombros que se estrechaban descendiendo hasta estrechas caderas. Contaba con una mandibula afilada y pomulos salientes. El hombre, que supuso seria el jeque Dharr, alcanzaria casi el metro noventa de estatura e iba vestido con una holgada camisa blanca de algodon e inesperados jeans occidentales. Sus ojos de color de miel la sopesaron con perspicacia, y su piel, entre cetrina y cobriza, parecia relucir en el halo resplandeciente de la vidriera mientras permanecia de pie con las manos cruzadas detras. --No la conozco --dijo sencillamente. *** Nunca habia visto a una mujer apareciendo en lo alto de las escaleras de la biblioteca. Mediria uno sesenta y ocho en el mejor de los casos, con pelo azabache recogido en una coleta sobre una sencilla americana azul cubriendo una blusa de cachemira crema. Una falda a juego hasta la rodilla cubria unas caderas voluptuosas y las gafas sin marco acentuaban los ojos turquesa mas imponentes que el jeque hubiera visto en su vida. Resaltaban frente a su cutis cetrino y sus suaves labios con silueta de corazon. Las elegantes lineas de su rostro se disolvian en un largo escote que desaparecia entre el tejido de su ropa. El jeque Dharr habia notado inmediatamente la falta de hijab o cualquier otro tocado y dio por supuesto que era una de entre los americanos que habia hecho venir su padre para la boda. Poso a un lado su periodico y se mantuvo en pie, observandola detenidamente segun se acercaba. --No la conozco. --No, nunca nos hemos encontrado. Soy Alana Fiora, ha contratado a mi madre como organizadora de su boda --dijo en una voz que habria rezumado profesionalidad si no fuera por la ligera vacilacion. El sospecho que probablemente se encontraba encogida por el esplendor del palacio, tal y como sucedia normalmente a los pocos visitantes que habian venido. Pero tambien reconocio el sonido de la inexperiencia. Noto que ella no le habia ofrecido su mano como saludo, y encontro inusual que una extranjera supiera que una mujer no deberia tender su mano al saludar. O eso, o simplemente ella estaba siendo descortes. La boda, por supuesto. La condicion de su padre para mantener su lugar como heredero del reino. Su padre sabia que legalmente no podia privarle de su herencia, pero el gobierno si que se lo podria retirar. Tambien sabia que, si perdiera el poder ejecutivo del reino, la posicion de facto como director de Hassem Petroleum iba con el. --De hecho fue mi padre quien la contrato --dijo, volviendo a su asiento--. Sientese, y digame para que me necesita. ?Ya hemos llegado a la degustacion de la tarta? --Muchas gracias, jeque Dharr. No --sonrio--. Estoy colaborando con la organizacion de la boda, pero la razon principal por la que me encuentro aqui es como consejera legal para el Katb elKitab, el contrato de matrimonio. Apuesto a que la degustacion de la tarta seria mucho mas divertido. La sonrisa de Alana era brillante, plena de dientes blancos como perlas. El no podia evitar sonreir a su vez. --Digame, senorita Fiora, ?por que habrian mandado a una mujer a aconsejarme, especialmente a una bisona en las leyes de los Estados Unidos, no digamos ya a los contratos matrimoniales islamicos? Esos ojos turquesa brillaron, pero estaba intrigado por saber si iba a morder el cebo prontamente. --?Que le hace creer que soy novicia? El se encogio de hombros. --Es usted joven. Se deduce de ello. Sencillamente, se retiro las gafas y las doblo en el bolsillo interior de su chaqueta. --Entiendo cuan diferentes son nuestras culturas, mi jeque. Podria inventarme como excusa la ignorancia de mi padre respecto a las costumbres de su cultura. Podria admitir que quizas el nepotismo tuvo algo que ver. Podria tratar de impresionarlo con mis cuantificaciones y resultados en la universidad o con mis estudios previos en legislacion islamica y judaica. Pero, sinceramente, creo que su padre accedio a que viniera con mi madre porque no sentia la necesidad de pagar los elevados honorarios de los abogados mas reconocidos del bufete para algo que se reduce a un mero acuerdo prenupcial. Esta era nueva, pero no tenia miedo en absoluto en sacar un poquito las garras. Esto le gusto. --Asi pues, digame, consejera, que me tiene preparado? --El Katb-el-Kitab esta en su mayor parte en orden. Es mayormente el modelo general de ustedes, regido por el Islam sunita, la jurisprudencia Hanafi que rige en Al-Marasae, etcetera. Usted firmara en su propio nombre y el sultan Jassor bin Adi Puteri firmara en nombre de su hija la princesa Raaniya Binti Jasoor. El unico asunto que me preocupa es algo sepultado en el mahr, lo que los occidentales llamarian la dote. --Si, senorita Fiora, estoy familiarizado con las costumbres matrimoniales de mi propia cultura. --Por supuesto --dijo, y el notaba que ella trataba de mantener la pulla ajena a su voz--. Pero lo que encontre es algo que pense que seria apropiado comunicarselo personalmente. Puede que usted este al tanto de esto, pero no podia evitar tener la sensacion de que estaba encubierto intencionadamente entre la jerga legal. --Prosiga --dijo el, meciendo su mano. --En esencia, el mahr contiene una estipulacion que transfiere el diez por ciento de sus acciones con derecho en RPI a la familia real de Burhinna. Asi que eso era parte de la estratagema de su padre. Habia habido controversia, algunos dicen que infundada, sobre si menguaban las existencias domesticas de crudo en Burhinna. La pequena nacion de Malasia habia dado con un pozo en los primeros anos veinte del siglo pasado que les habia convertido en muy pudientes comparados con su tamano. Si fueran ciertos los rumores sobre el cierre de ese pozo, parecia como si estuvieran tratando de crear algun tipo de colaboracion encubierta con RPI a traves del matrimonio. Tras sus propios intentos fallidos, parecia como si su padre le hubiese comprado una novia con las propias acciones de Dharr. --Es un asunto que no habia previsto. Pero, llegados a este punto, no me parece descabellado -- suspiro casi. --Bueno, esa no era la parte que estaba muy oculta. Como sabra, hay dos partes en un mahr. Hay una que se concede directamente tras el matrimonio, y esta lo que se espera si el matrimonio se disuelve. Lo que encontre es que al parecer en caso de disolucion, por cualquiera de las dos partes, la cantidad se dispara a otro 25% mas, para un total de 35%. Eso es el 35% de sus acciones en RPI que iran a la familia real si se produjera un divorcio --dijo ella, pasandole un archivador lleno de papeles. Habia dos especificamente senalados con marcadores de pegatinas amarillas. El jeque Dharr se sento frente a su silla y tomo el monton de ella. Noto que se lo ofrecia con su mano derecha y no con la izquierda. Aun no sabia si era coincidencia o si quizas ella poseia ciertas nociones de las costumbres de Oriente Medio. El jeque hojeo los papeles, seguro de que tenia que haber mas en las cifras que habia encontrado ella. Tenia que haber algun tipo de proteccion para evitar tanto a el como a la princesa el cortar y salir corriendo tras el matrimonio. El archivador requeria un examen mas detallado que no podia darle al momento, ya que varios asuntos en Hassem Petroleum requerian su atencion esa manana. --Necesito revisar estos mas de cerca, pero enseguida tengo una reunion. Venga conmigo a cenar al restaurante Principes y Paisanos. Tengo una mesa en el salon del piso de arriba. Vistase de modo apropiado. --Por supuesto, mi jeque. Si eso es todo... --y estaba seguro de que ella no quiso darle a sus palabras la leve huella de ponzona que llevaban, pero aquello no le sento mal. No queria otro monigote o pelele a sus pies. Esta mujer ya le habia probado que tenia un ojo agudo y cierta integridad. Ahora el tenia bastante curiosidad en ver hasta donde llegaba su talante. Permanecio en pie, mientras ella retiraba sus gafas de su chaqueta y extendio su brazo hacia las escaleras. --Si, senorita Fiora. Eso sera todo por ahora. La veo esta noche a las siete. --Hasta entonces --contesto Alana. Recogio sus cosas y se retiro haciendo resonar las suelas por toda la biblioteca segun descendia las escaleras. Alana Fiora, su nueva consejera con los cautivadores ojos turquesa le dejo tambien un eco tras su paso. Habia encontrado algo improcedentemente oculto en el contrato con su futura novia, o era que quizas buscaba algo dramatico --?el impetu de una hija excesivamente entusiasta, tratando de ganarse a su propio padre? Lo descubriria esta noche, tras tratar de analizar los documentos personalmente. En cualquiera de los casos, tenia preguntas para su nueva consejera, unas pocas mas alla del archivador que sostenia. Las trataria esta noche.

  • Todo por perdido de Jennifer Capdevila

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    Tras el accidente, Arianna no se acuerda de absolutamente nada de su vida pasada. En su mente, ni Aidan, ni Ian, ni Nathan existen. Aidan se siente culpable de lo que le ha pasado a Arianna e intentara por todos los medios posibles volverse a hacer con su corazon, pero ella no se lo pondra facil. Arianna creara un rechazo automatico hacia Aidan, poniendole muy dificil acercarse a ella y volver a conseguir que le quiera. En cambio, Dylan se convertira en su mayor aliado, su tranquilidad y su dulzura haran que Arianna se aproxime mas a el y ponga una barrera imposible de atravesar por Aidan. El mundo idilico que crearon juntos se ha tambaleado y resquebrajado. ?Conseguira Arianna recobrar la memoria antes de que Aidan tire la toalla?

  • Mr. Star (Speed 5) de Rose Gate

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    Cuando el abogado mas prestigioso de Barcelona muere asesinado, las vidas de Andres Estrella y Esmeralda Martinez cambian por completo.
    Esmeralda, una rica influencer, es acusada de parricidio y decide ponerse en manos de Andres, un abogado recien licenciado que odia todo lo que ella representa.
    Si mezclas dos mundos opuestos, dos personas que jamas apostarian el uno por el otro, el resultado no puede ser mas explosivo. Ambos se veran envueltos en una partida al amor que no estan dispuestos a jugar.
    ?Podran los sentimientos ganar la batalla a los prejuicios?
    ?Podran dar con el asesino antes de que acabe con ellos?
    Descubre esta trepidante historia de la mano de Rose Gate donde el humor, la accion, la pasion, el dolor, la amistad y la familia haran que:
    Vivas la ley de la pasion hasta que pierdas el juicio.

  • La calma luchada de Sergio Bero

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    Sinceramente, amigxs, ?quien soy yo para dar consejos de amor? Me tengo que reir y os invito a reiros conmigo. Soy una mujer soltera de 39 anos, exigente, economicamente independiente, feliz con sus elecciones y llena de experiencias sentimentales, unas mejores que otras. Pero ?soy sana en mis relaciones? (Fase de reconocimiento del problema). Os prometo que en algunas entrevistas me miran como un bicho raro cuando cuento mi situacion personal. Me miran como buscando esa parte <> de mi persona que debo tener para no estar ya casada y con tres churumbeles colgados del brazo. A mi, que a los ocho anos ya tenia mi propia muneca, a la que bautice como <> y que se asemejaba tanto a un bebe que, en ocasiones, rineron a mi madre por la calle cuando la sostenia en brazos porque pensaban que estaba maltratando a una nina real. La llevaba siempre a la moda, con gafitas y todo, y si se le rompia el cuerpecito, una rapida operacion quirurgica con mi papa y la dejaba como nueva. Aun tengo guardada a <>, a las dos. Soy la pequena de una familia de tres hermanos y tia de dos preciosas sobrinas que me llenan el corazon y las ganas frustradas de ser mama. Ok, pues, <>. Hubo un tiempo en que llegue a negar que era esa romantica que vivia enamorada del amor. Quise ser una <> y mas bien termine siendo un <>. La eterna enamorada enganandose a si misma. (Fase de negacion). No se cuantas canciones de amor y desamor he podido escribir y cantar mientras las lagrimas me caian por la cara; cuantos poemas de amor dedicados a ese desconocido que mi mente imagino como el ser perfecto que todxs lxs romanticxs empedernidxs sonamos que existe en ese lugar al que aun no hemos ido. La esperanza es lo ultimo que se pierde, ?para que negarlo? Sonar es gratis y, sobre todo, NO DUELE. (Fase de ira o enfado). Vinimos a este mundo a aprender a traves de los demas y de nuestras propias experiencias, tratando de ser cada dia una mejor version de nuestro ayer, de nuestros errores y de nuestros miedos. Pero ?quien dijo que fuera facil? Yo no, y quien diga que si, miente. En esta busqueda de la felicidad de dos, y digo DOS pues hay quien goza del amor en mayor variedad numerica --uf, que tedio, si con uno ya me cuesta, con dos o tres me daria algo--, he acudido a psicologos y coaches para ahondar en la problematica y en la dificultad relacional amorosa del mundo actual. Aunque sigo pensando que <>, no soy de las que busca el amor en las redes, ni de las que envia fotos sexys a ciberpretendientes. Eso no va conmigo, sorry. Mis amigas me suelen decir que estoy chapada a la antigua, pero que le voy a hacer si aun creo en las mariposas en el estomago y en los primeros besos de amor. (Fase de negociacion). Moulin Rouge se convirtio en una pelicula esencial para mi. Y esto es lo mejor, amigxs: los finales en los que uno de los dos moria eran mi descanso emocional ante el pensamiento de tener que manejar una larga vida en comun. Me marcaba un <>: mejor rapido e intenso, que vale por dos. Finalmente, no lo pude negar: ?quien no se ha encontrado perdidx dentro de su propio caos emocional en algun momento de su vida? (Fase de aceptacion). Asi surgio esta guerra interior por alcanzar la calma luchada, tan deseada por nuestro protagonista, una calma que es mia y de todxs nosotrxs. Y me vuelvo a preguntar: ?quien me dio BOLI en este LIBRO cuando mi querido amigo Sergio Bero me propuso escribir este prologo? Si, como diria aquel, <>. Si algo he aprendido en todos estos anos de busqueda introspectiva y de estudio amoroso-social, es que nunca podra haber un amor duradero y una relacion sana sin (redoble de bateria): --Volver al origen, entender quien es unx. --Regresar al perdon y a la sanacion. --Amarse a unx mismx. Nadie se libra de escribir su propia aventura en la que, sin excepcion, y aunque algunxs lo nieguen, todxs buscamos lo mismo: AMAR Y SER AMADXS. Como decian los grandes: <>. Ainhoa Cantalapiedra Abril de 2020 ASALTO 1 SABER(SE) <>. Jose Luis Perales Sin mayor proposito Si hubiera un motivo real por el que siempre se me echa el tiempo encima, podria admitirlo ahora mismo... pero no lo hay. Quiza una siesta mas larga de lo necesario, una maleta sin terminar de cerrar, una inoportuna conversacion de WhatsApp o simplemente la certeza en mi mundo imaginario de que los minutos tienen mas de sesenta segundos que, inevitablemente, nunca coinciden con los reales. Sin proponermelo, y a pesar de que me haya planificado lo mejor posible, llego al aeropuerto con la lengua fuera, pensando que esta vez si, que esta vez me quedo en tierra. Mi mala organizacion para calcular los plazos es multiple porque, aunque parezca incongruente, paradojico y discordante, la realidad es que esta vez dispongo de veinte minutos para disfrutar en la terminal. El espacio temporal discurre en mi mente como el Airbus volando a Nueva York: desafiando los husos horarios. Me bajo del taxi no sin antes comprobar que tengo las llaves y la cartera en el bolsillo: no seria la primera vez que el taxista me vocea advirtiendome de mi olvido. Una vez que esta todo en orden, el control de seguridad es mi siguiente objetivo. Lo que si he aprendido es a ir preparado. <>, que decia mi abuela, y en algo le tenia que hacer caso: nada de calzado complicado por si me lo hacen quitar; siempre un pantalon de felpa y una camiseta. No hay que esperar cola, asi que en cinco minutos paso el control. Ahora si, lo contrario a mi sino: tiempo para mi. Recojo los pocos objetos que deje en la bandeja, levanto la mirada y compruebo mi vuelo en la pantalla de salidas.

  • Extranos (Extranos 1) de Kimberly Mccreight

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    El nuevo fenomeno juvenil, con el ritmo de La chica del tren y la accion de la <>. Una novela trepidante de intrigas, traiciones y secretos en el que una pequena decision va a cambiarlo todo…

  • Sendino se muere de Pablo D’ors

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    ?Puedo comentarte algo? -le dije a J. C. D.; y, antes de que pudiera reaccionar-: Tengo un cancer de mama. >>-!Todavia estara por confirmar! -me respondio el. >>-No -le replique y, sosteniendole la mirada-, ya esta diagnosticado. >>No quiso rendirse a los hechos hasta que le demostre que ya tenia hora para hacerme un estudio de extension. Como tantos de los que mas tarde serian informados, J. C. D. no acepto la dimension de la noticia.>> Asi es como comienza el diario de la doctora Africa Sendino, quien, a la hora de morir, alcanzo un comportamiento que no dudaria en calificar de <>, un adjetivo que, en este caso, no solo considero justo o apropiado, sino exacto. En las notas que siguen, Sendino relata como se vistio tras haberse enterado de aquella terrible noticia, y como salio del laboratorio con aquel nuevo peso que comenzaba a gravitar sobre su vida. Desde aquel momento se inicio para ella un intenso y prolongado dialogo con su Dios: <>. Tuve el honor de conocer y frecuentar a Sendino durante las ultimas semanas de su vida. En el hospital todos la llamaban por su nombre de pila -Africa-; para mi, en cambio, Sendino fue Sendino desde el mismo dia en que, al poco de conocerla, escribi en mi cuaderno de notas: <>. Estas tres palabras parecen el titulo de una novela; pero esto no es una novela ni puede serlo -por mucho que habria podido escribirse una (al estilo, por ejemplo, de La muerte de Ivan Illich, de Tolstoi) con buena parte de las experiencias que tengo la intencion de recoger aqui. Ademas, lo que la propia Sendino quiso que ofreciera en su nombre al mundo fue algo asi como un testimonio, lo mas fidedigno posible, de su vivencia de la enfermedad. Y todos estamos obligados a respetar las ultimas voluntades de nuestros muertos. Este escrito se justifica solo por esta voluntad, y esto conviene dejarlo claro desde el principio: no me guia ninguna otra pretension; escribo porque asi se me pidio. Y me gustaria comenzar haciendolo con esta afirmacion: si es cierto que los ultimos dias y hasta las ultimas horas en la vida de una persona simbolizan bien lo que esa persona ha sido o querido ser, entonces debo pensar que Sendino era lo que en el catolicismo se entiende por santo. Como es logico, esto no significa que todo en ella fuera perfecto o que Sendino careciera de esas fallas o lacras que caracterizan a los mortales y sobre las que cabria atribuirle alguna responsabilidad. Yo acepte a Sendino con estas presuntas deficiencias o imperfecciones, y es asi, en todo caso, con ellas, como me parecio -y ello casi desde el momento en que la conoci- un ser muy especial. Este calificativo, especial, se transformo pronto en admirable; y el admirable, con el tiempo, paso a insigne. Y no lo digo porque su figura haya quedado engrandecida en mi recuerdo tras su muerte, como tan a menudo nos sucede con los difuntos. Resulta facil encontrar virtudes a quienes ya no estan en este mundo. Casi se diria que lo necesitamos para justificar su biografia, tantas veces lamentable o, al menos, triste y mediocre. Lo que a mis ojos hace grande a Sendino, en cambio, no es la muerte sino el morir, el modo de morir. Quiza convenga saber que trabajo como capellan de un hospital desde hace algunos anos y que, como no podia ser menos, en dicha institucion sanitaria he tenido la oportunidad de atender a muchos enfermos y moribundos. Me han requerido en incontables ocasiones para administrar la uncion de los enfermos, por ejemplo, o para escuchar en confesion a quien queria reconciliarse antes de someterse a una importante intervencion quirurgica, o incluso para la llamada recomendacion del alma y despedida del cadaver. Informo sobre todo esto solo para dejar claro que, por mi actual ocupacion, son muchos los enfermos terminales que han pasado ante mis ojos y por mis manos sacerdotales; y que de este modo he podido constatar como suelen morir los hombres: inconscientes, atormentados, tranquilos, angustiados... Ninguno como Sendino. La muerte de Sendino destaca en mi corazon sobre todas las demas. Y no porque fueramos amigos -pues no creo que la relacion que mantuvimos pueda calificarse de este modo-; ni porque tuvieramos una particular afinidad. No, Sendino y yo eramos muy diferentes, y aunque compartiamos la fe cristiana, nuestra forma de vivirla y nuestra sensibilidad religiosa eran muy distintas. La suya, con toda seguridad, incomparablemente mas firme y meritoria que la mia. Remarco esta no afinidad emotiva e intelectual para dar a mi texto, en lo posible, una cierta neutralidad con la que espero que se incremente su valor. Entre por vez primera en la habitacion de Sendino, la 305-D de Oncologia, en el mes de mayo de 2008, si las fechas de mi diario no me enganan. Lo que primeramente me llamo la atencion en ella -pues era lo mas visible- fue su compostura. Sendino estaba acostada con dignidad, casi me atreveria a decir que con elegancia. Y es que hay enfermos a quienes se ve acostados de cualquier manera: con su cuerpo desmadejado e informe, o tenso, o abandonado a su suerte y como preparado para la rendicion final. El cuerpo de Sendino no. Ni siquiera cuando su declive fisico estuvo en su nivel mas alto, llego a perder su porte. En sus movimientos -nunca bruscos- siempre hubo armonia. En la postura que finalmente asumia, aun en medio del dolor, habia esa firmeza y flexibilidad que hacen que un cuerpo humano pueda ser calificado de hermoso. Si, Sendino era hermosa: tenia una mirada franca y limpia, una sonrisa timida y amable -nunca coqueta-, una piel blanca y tersa, unas manos graciles -aunque grandes- y una feminidad totalmente natural, nada impostada o estudiada y, por eso quiza, tan encantadora como desconcertante. Su forma de vestir, por otra parte, aunque fuera con un simple camison y unas zapatillas, era siempre cuidada, nunca afectada. La colcha o sabanas con que se cubria, siendo las comunes del hospital, estaban siempre perfectamente dobladas. Pero -repito-, no con esa rigidez propia del perfeccionista o del maniatico del orden, sino flexiblemente, amablemente. Aunque uno entrara a verla con cierta prisa, habia algo en aquella habitacion (ahora entiendo que era la compostura de la enferma, su aura quiza) que invitaba a tomar asiento frente a ella y a quedarse a su vera al menos unos minutos. Asi pues, el cuerpo de Sendino era femenino pero asexuado, elegante sin afectacion, flexible pero no amorfo, terso, pero no rigido. Lo segundo que mas llamaba la atencion en Sendino era su manera de hablar. Aunque no me dijo que era medico, desde el principio supe que se trataba de una persona culta. No lo digo, como es obvio, por los tecnicismos medicos que, ocasionalmente, salpicaban su discurso, sino por la inusual correccion de su expresion hablada. Sendino no era como la inmensa mayoria de nosotros, que en el lenguaje hablado dejamos buena parte de las frases sin terminar, dando mucho por sobrentendido o montando una idea sobre la otra, con la intencion de no dejar ninguna sin decir. No. Tanto en el lexico, de gran precision, como sobre todo en la sintaxis, rica y hasta compleja, Sendino cautivaba a quienes la escuchabamos. Nunca asisti a ninguna de sus clases de medicina, pero estoy convencido de que tuvo que ser una excelente profesora. Exponia sus ideas, ademas, de forma muy sistematica y concienzuda; quiza demasiado analitica, lo que en algunos casos podia hacerla parecer prolija. Pero ella misma se percataba de su prolijidad, y no eran pocas las ocasiones en que se reprimia. Le vencia el deseo de ser didactica. Supongo que sentia una autentica pasion por la ensenanza. Tambien por aprender (y esto resulta particularmente loable en quien tanto sabia), y ello tanto en el campo sanitario, que fue en el que se formo, como en el mas especificamente cristiano, que fue del que bebio para nutrirse por dentro. De modo que cuando yo entraba en su cuarto sabia que iba a asistir a una especie de leccion magistral. Sendino iba a explicarme su estado de salud con todo detalle, pues a ella no le bastaba un simple <> o un <> (nunca me confeso que se sintiera verdaderamente mal). <> De forma que describia sus sintomas, los derroteros que habia tomado su ultima conversacion con los medicos, las hipotesis mas plausibles que se habian abierto, las terapias mas convenientes que le habian propuesto y sus contrapartidas, el pronostico previsible y, en fin, otras tantas particularidades sobre las que ella se extendia sin recato. No se debia preguntar a Sendino como se encontraba si es que realmente no se deseaba ser informado. Lo tercero que mas llamaba la atencion de esta enferma (y hablo de un tercer lugar por ser lo menos visible de forma inmediata) era su altisimo nivel espiritual. Claro que ya su compostura y lucidez testimoniaban la excelencia de su interioridad, pues no hay cuidado del alma que no termine por redundar en el cuerpo y en la inteligencia. Pero, en el caso de Sendino, a este nivel espiritual solo se accedia tras varias conversaciones. ?Por que? Por discrecion, pues Sendino vivia su fe religiosa con una reserva exquisita, casi diria que con pudor. Esta ha sido una de las virtudes que he valorado mas en ella. Porque no es que escondiera al Cristo que la sostenia; no es que ocultase los signos religiosos que -para quien quisiera verlos- podian distinguirse en su habitacion (un libro de piedad y el rosario en la mesilla de noche, una estampa pegada en la pared...). Era que todos aquellos objetos de culto estaban ahi sin ostentacion ni verguenza, sino con amable naturalidad. Quiza la discrecion fuera uno de los rasgos preponderantes de la espiritualidad que Sendino profesaba, lo ignoro. El caso es que si lo religioso brotaba de sus labios era porque de esos labios no podia brotar, en ese momento, mas que lo religioso.

  • La reina de la casa de Sophie Kinsella

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    <> Emprendedora y eficiente abogada de la City londinense, Samantha no solo adora su trabajo sino que vive para el. Adicta al estres y la presion extrema, ha llegado hasta el punto de enviar y recibir emails durante las sesiones de relajamiento con su terapeuta. La adrenalina es su combustible y convertirse en socia de un prestigioso bufete su objetivo declarado. !Que menos! Y cuando esta a punto de conseguirlo surge la catastrofe en forma de un error, pero no un simple error, sino un error garrafal que cae sobre su persona como un meteorito. !Madre mia, tragame tierra! ?Que hacer? Pues huir, huir lo antes y lo mas lejos posible, y tan lejos que en su ofuscacion acaba ocupando el puesto de ama de llaves en una aristocratica mansion. Ni ella misma se lo cree… ?Como puede haberle ocurrido? ?Ha sido su culpa o tal vez alguien…? Tiempo habra de analizar lo sucedido, puesto que antes hay que salir del infierno domestico en que se ha metido: lavadoras, plancha, infinidad de cacharros y utensilios, y una amplia cocina le reclaman demostrar sus presuntas habilidades. ?Lograra Samantha triunfar en su nuevo e inaudito oficio? ?Llegara algun dia a ser la reina de la casa? Sophie Kinsella autora de No te lo vas a creer y de la popular serie Loca por las compras vuelve a sorprendernos con una historia tan descabellada como desternillante que crea adiccion. Para reirse de principio a fin.

  • Confusion. Cronicas de los Cazalet de Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • Damas Asesinas de Tori Telfer

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    Al hablar sobre los criminales mas letales de la historia, siempre pensamos en Jack el Destripador, Ted Bundy o John Wayne Gacy. De hecho, en 1998, el FBI afirmo que las asesinas en serie <>. Pero ?que hay de la infame condesa Erzsebet Bathory --apodada <>--, de Mary Ann Cotton --virtuosa del <>--, de Darya Nikolayevna Saltykova --<>--, de Nannie Doss --<>--, de Alice Kyteler --<>-- o de Kate Bender --<>--? Ingenioso y provisto de un enfoque que arrincona las explicaciones faciles (<>, <>, <>) y los topicos machistas (<>), este esclarecedor estudio glosa las actividades agresivas y predatorias que las mujeres mas letales nos han legado para la posteridad. Una sugerente compilacion de damas letales, dotada de un vitriolico humor negro, que rescata del olvido a catorce maestras del crimen que hicieron de lo sangriento un arte: horneando deliciosos pasteles con sorpresa, manejando el cuchillo con habilidad mortal o administrando sibilinos venenos a prueba de autopsia.

  • El oscuro juego de Lucifer de Charlotte Bennet

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    ?Que harias si, de repente, el hombre que crees detestar, y que es tu jefe, te propone tener una relacion carnal exenta de ataduras?
    Me llamo Emma Taylor, tengo veinticinco anos y nunca he tenido suerte en el amor. Por eso, a dia de hoy solo pretendia llevar una vida tranquila, exenta de sobresaltos, hasta que el se cruzo en mi camino, y ese no era otro que el enigmatico y arrogante hermano de mi difunto jefe, con el que ya habia tenido mis diferencias en el pasado. El tipo habia regresado a Nueva York para hacerse con el control de la agencia de publicidad para la que trabajo como secretaria, o eso pensaba yo…
    Alexander Crawford, apodado <>, era rico, apuesto, inteligente y estaba acostumbrado a conseguir todo aquello que se proponia, pero... ?hasta donde estaba dispuesta a llegar yo con alguien como el?
    Lo que empezo como un oscuro juego se transformo en algo inesperado y complejo...

  • Desatame 1 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • Perdido en la tormenta (Esencia Irlandesa 2) de Yolanda Revuelta

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    Brianna oteo hacia el mar, como le gustaba hacer cada amanecer desde que habia vuelto a Ballycotton. El viento frio del norte hacia fluctuar el agua formando grandes ondulaciones que embestian con fuerza contra el acantilado y como habian hecho a lo largo de los siglos. El batir constante de las olas aranaba con impetu las gigantescas paredes de roca que se encumbraban hasta querer conquistar tierra firme, y ella, alli de pie, era una mera espectadora de esa fuerza devastadora y del hipnotizador rugido sibilante. Adoraba ese ritual matutino y era quiza lo que mas habia echado de menos durante su estancia en Dublin en la epoca que habia estado estudiando en la universidad. Decenas de gaviotas volaban en circulo por el cielo y con sus extensas alas desplegadas planeaban con elegancia a favor de la corriente de aire. Eran totalmente ajenas a lo que sucedia a su alrededor; no asi a su presencia, ya que sus graznidos se podian escuchar claramente desde tierra cuando se acercaban a ella. Brianna se llevo la mano a la frente y la dispuso a modo de visera, para evitar que los rayos del sol la cegasen. Le gusto ver como las aves surcaban las nubes esponjosas tenidas de un rojo intenso, el mismo que vestia el amanecer. Adoraba la casa que le habian dejado sus abuelos en herencia. Quizas y solo por eso, habia decidido restaurarla y emprender un nuevo futuro junto a sus amigas, Caitlin y Meg. Craig House se alzaba a su espalda como una mole mas de piedra que parecia integrarse perfectamente con el verde intenso del paisaje. Tras varios meses de restauracion, la casa resplandecia con orgullo a pesar de sus doscientos anos como unico testigo de los devastadores acantilados. El soplo de aire helado perforo su abrigo y ella no pudo mas que estremecerse; bajo la mano y se abrazo a si misma con la unica intencion de protegerse de las frias rafagas que la atravesaban de forma incesante. Su larga cabellera era como llamaradas de fuego que ondeaba cual bandera a favor del viento y, por primera vez en mucho tiempo, percibio la sensacion de libertad que tanto habia anhelado en esos ultimos meses. No pudo evitar fijarse en el barco de color rojo que rompia contra las olas y que parecia avanzar sin esfuerzo alguno a traves de las corrientes marinas; parecia una pequena e insignificante mancha rojiza en comparacion al elemento que lo rodeaba. No tuvo que preguntarse quien lo tripulaba, puesto que pudo leer en su casco las inmensas letras que daban nombre a la embarcacion: Green Star. El nombre de Garrett sacudio su mente con fuerza, pero esta vez pudo controlar la sensacion de abandono que la habia acompanado a lo largo de los ultimos meses. Lo amaba, pero eso ya formaba parte del pasado. El le habia dejado muy claro con anterioridad que no podria haber nada entre ellos, y ella, a su pesar, habia llegado a respetar su decision. Era un hombre que no deseaba complicaciones en su vida y asi se lo habia hecho saber hacia muchos anos, antes de partir a Dublin. No habian cruzado mas de dos o tres frases desde su regreso; con eso le dejaba claro que su decision al respecto seguia firme. <>, se dijo a si misma parafraseando a su abuela, <>. Dudaba que asi fuera. Llego a la conclusion de que se aprendia a vivir con el rechazo y el dolor, pero que la sensacion de olvido nunca parecia terminar de cicatrizar. La embarcacion avanzo despacio, como si no tuviera destino alguno por alcanzar. Trato de asimilar ese pensamiento y llego a la conclusion que con esa reflexion tambien habia descrito a Garrett. No tenia sentido seguir alli de pie, lamentandose de si misma. Tenia cosas por hacer, Meg llegaria en breve para organizar la cocina y los posibles menus que se servirian en un futuro muy cercano a los clientes. Con ese pensamiento se giro despacio y dio la espalda al mar, se dirigio con pasos lentos hacia la casa y asumio que la tristeza no tenia cabida ese dia en su corazon. *** Garrett percibio las sacudidas de las olas en el casco de la embarcacion; ese balanceo ya formaba parte de su existencia y tenia muy claro que no podria vivir sin el. Preferia la soledad del mar al bullicio y a las personas en tierra. Exhalo un suspiro de derrota al ver la figura femenina en lo alto del acantilado. No tenia duda de quien se trataba ya que habria podido describir sus rasgos con los ojos cerrados. El viento bailaba caprichosamente con su cabello, como si tratase de apagar el fuego que habitaba en ellos; alli de pie, parecia una figura alada bajada del mismo cielo. La vio subir la mano hasta la frente y observar a las ruidosas gaviotas que eran presencia indiscutible cada vez que divisaban un barco en alta mar, puesto que la seguridad de alimento las hacia ser escoltas de cada una de las embarcaciones que encontraban a su paso. No necesitaba tener a Brianna en su pensamiento. Muchas eran las noches que pasaba en vela por su causa, pero no habia marcha atras. No era un hombre hecho para el matrimonio; le gustaba vivir en libertad, sin tener que dar explicaciones a nadie, ser dueno de si mismo. Al menos, durante unos anos, se habia convencido de ello, pero estos ultimos meses la duda sembraba toda logica y eso le creaba un humor de perros. La vio girarse y encaminarse hacia la casa; parecia inmersa en sus pensamientos y deseo ser el quien borrase esa tristeza de sus ojos, pero parecia que ya era tarde para todo. <>, se dijo. Brianna aun era muy joven y tenia toda la vida por delante; el pronto cumpliria los cuarenta y parte de su juventud se habia evaporado. Solo el hecho de ser patron de un barco daba cierto significado a su existencia. Puso el cebo en las nasas y, a continuacion, las echo al agua. Con un poco de suerte encontraria suficientes cangrejos para que el dia no fuese del todo desaprovechado. --!Jefe! --vocifero uno de los marineros, que trabajaban para el, desde proa. --Dime, Patrick. Patrick y Sean, el otro marinero, senalaron con el indice hacia la bandada de gaviotas que volaban en circulo sobre las aguas profundas. --!Atunes! --gritaron al unisono. Garrett recogio con premura las nasas y las dejo caer precipitadamente a sus pies, mas tarde recogeria el cebo. Despues de todo, no iba a ser tan mal dia. El banco de atunes habia llegado con varias semanas de antelacion y eso se traducia en dos cosas: mas ventas y mas dinero. --Coged las canas y echadlas al agua --ordeno Garrett desde babor, mientras se acercaba con determinacion a proa--. !Vamos, aprisa! Ambos marineros asintieron y obedecieron en el acto. Sin poder evitarlo, oteo de nuevo los acantilados en busca de Brianna, pero ella ya habia desaparecido, dejando un vacio insondable en su interior que no supo interpretar. *** --?Estas segura? --pregunto Meg, mientras abria una enorme caja sobre la encimera de la cocina. Brianna no estaba segura de nada, pero a lo largo de los ultimos meses habia tomado tantas decisiones que, en vez de una complicacion, se habia convertido en un ritual. --Creo que sera lo mejor --comenzo a decir--, si abrimos la ultima semana de mayo, podremos empezar a reservar habitaciones y quiza para mediados de junio la casa ya este en pleno rendimiento. Meg desembalo el robot de cocina que habia pedido a Dublin esa semana. Al quitarle el papel transparente que lo envolvia, no la defraudo en absoluto. Si algo habia aprendido en la escuela de gastronomia esos ultimos meses, era que la tecnologia no debia estar renida con la cocina tradicional. --Es perfecto, ?no crees? --le dijo Meg con una amplia sonrisa en el rostro e ignorando el comentario de Brianna hecho con anterioridad. Brianna no quiso desilusionarla y asintio, pero no muy convencida. No tenia muy claro cual seria la funcionalidad de ese armatoste. Mientras Meg seguia con su chachara, Brianna la observo con detenimiento. Ya no era la muchacha timida y asustadiza que habia ido a Cork a realizar un curso de alta cocina. Meg habia vuelto convertida en toda una mujer, por su forma de hablar y de interactuar, pudo llegar a la conclusion de que estaba ante alguien que sabia lo que queria. Si con anterioridad tuvo algunas dudas de que una mujer tan joven como Meg se pudiera ocupar de la cocina de la casa, en ese instante se disiparon todas. Sus ojos azules estaban muy abiertos, quizas el hecho de tener entre sus manos el robot de cocina era suficiente para iluminar su mirada; su media melena era rubia como el trigo de los campos en verano, en ese momento, una diadema lo despejaba de su rostro y aun asi se movia con soltura sobre sus hombros. Era delgada, de estatura media, pero lo que Brianna no pudo evitar, fue compararla con su hermano mayor: Garrett. Una y otra vez, ese nombre resonaba en su cerebro como una cancion pegadiza y desesperada. --Tierra llamando al planeta Brianna.

  • Lo que quedo de ti de Sarah Everett

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    Adictiva, encantadora y llena de sorpresas. Perfecta para fans de Jandy Nelson y Jenny Han. Una novela inteligente escrita con un gran sentimiento. De la noche a la manana, la vida de Addison Sullivan ha dado un vuelco de lo mas extrano. Mientras viajaba en autocar de vuelta a casa, charlando tranquilamente con un pasajero de su edad, el vehiculo ha patinado en el suelo helado y se ha estrellado. Addie ha salido ilesa del accidente, salvo por los olvidos que sufre de vez en cuando y algo mas. De repente, el desconocido del autobus parece estar en todas partes. En el centro comercial. En el instituto. En la puerta de su casa. Addie ni siquiera sabe su nombre, pero no puede dejar de pensar en el. En su sonrisa. En su desparpajo.

  • Nunca seras agua de Patricia A. Miller

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    La familia, el trabajo y el beisbol son los tres pilares de la vida de Megan Gallagher, la unica bombera de la 52 de Chicago. Es valiente y perseverante; pero una decision erronea puede convertir una vida de esfuerzo y pasion en pesadilla. Una grave lesion llevara a Megan lejos de su felicidad, pero cerca de el, Nicholas Slater.

  • Historias extranas de Japon, Ana Traves de Ana Traves

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    Desde tiempos antiquisimos, los monstruos y seres sobrenaturales han formado parte del folklore y la supersticion de todas las culturas de nuestro planeta. En la mayoria de los casos, estas criaturas se han ido transformando de generacion en generacion, pasando de ser verdaderamente temidas a simplemente leyendas bonitas y curiosas de recordar. La legendaria cultura nipona no iba a ser menos, contando con una gran variedad de criaturas mitologicas. Algunos de estos seres son terrorificos y, ademas de asustar, buscan danar a los humanos. Otros son representados como criaturas encantadoras, amables y guardianes de la naturaleza. Es a estos seres a los que dedico estas historias.

  • Chicas en la luna de Janet Mcnally

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    Todo el mundo en la vida de Phoebe Ferris cuenta una version diferente de la verdad. Su madre, Meg, exestrella de rock y evasora profesional de preguntas, comparte solo el final de la historia: la calma despues de la fama que Phoebe siempre ha conocido. Su hermana, Luna, estrella emergente de rock alternativo, predica una verdad tormentosa de su propia creacion, ignorando selectivamente los hechos que no le placen. Y su padre, Kieran, el cofundador de la venerada banda de Meg, no ha dicho palabra desde que dejo de llamarla hace tres anos. Pero Phoebe, poeta en ciernes en busca de una identidad propia, esta cansada de medias verdades y explicaciones vagas. Cuando viaja a Nueva York a visitar a Luna, decide averiguar como encaja ella en esta familia de contadores de historias, y como lograra ser capaz de escribir la suya.

  • La dama del pozo de Daniel Sanchez Pardos

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    Adentrate en un thriller gotico ambientado en un momento clave de la historia de Barcelona.

  • Las Luces de Septiembre de Carlos Ruiz Zafon

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    Un misterioso fabricante de juguetes vive recluido en una mansion gigantesca poblada de seres mecanicos y sombras del pasado.
    Un enigma en torno a las extranas luces que brillan entre la niebla que rodea el islote del faro. Una criatura de pesadilla que se oculta en la profundidad del bosque. Estos y otros elementos tejen la trama del misterio que unira a Irene e Ismael para siempre durante un magico verano en Bahia Azul.

  • Con la Tierra nos Basta de Isaac Asimov

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    En este volumen, el maestro Asimov muestra en quince lecciones como se escribe el cuento corto de ciencia ficcion: la idea brillante, el desarrollo rapido con economia de medios expresivos, el sorprendente giro final, encerrando tal vez la pequena moraleja que nos hace pasar de risuenos a pensativos.

  • Heridas del corazon de Sheila Danton

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    Cuando empezo a trabajar en el centro de salud local, Rebecca Groom se dio cuenta de lo atractivo que le resultaba el doctor Marc Johnson. Hacia falta ampliar el consultorio; para ello Marc habia elegido una vieja casa que albergaba felices recuerdos para Rebecca y a cuya renovacion ella se oponia.

  • Navegando hacia el amor (Amor es una historia) de Esther Llull

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    En el verano, al alargarse las tardes, la playa se convierte en atomos que se lleva el viento, estrellas que rutilan en los corazones de sus paseantes, mar, nube y cielo reunidos intencionadamente para asociar las partes desperdigadas de una vision. La vision de Claire de esa isla es un hecho de un unico atomo unido. El ruido y el crepitar de las olas no disgustan ni atemorizan a Claire, que queria aceptarlos, como si alimentara su poder y esplendor, viendo tambien como se alimentaba la playa con los tesoros que las olas escondian. Los rayos del sol inciden como flechas sobre un manojo de olas deshechas y son un torbellino que se hunde. Y la playa es dorada. Y la espuma que se desliza sobre la playa es muy blanca. Claire esta tomando fotos en la Isla Azul, una isla natural llena de interesantes plantas, aves marinas y animales invertebrados, es una isla deshabitada cerca de su ciudad, Willow Bay, que esta a solo veinte minutos de distancia. Ella ha venido a la isla, sobre todo, para hacer una excursion y respirar la brisa del mar, y tambien para buscar un ave, un ave centenaria que habitaba las antiguas aguas de la isla, ella dibuja en uno de sus cuadernos la imagen de un pajaro, es profesora de biologia y esta haciendo un curso de enriquecimiento de verano para algunos alumnos de secundaria de ese verano. La isla tiene un ambiente romantico y tranquilo. La superficie del mar se hace despacio transparente, y esta destellante y rizada hasta que oscuras barras de sombras borran el trasfondo y se hacen opacas. Un arco de fuego arde en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar lanza llamas doradas. El sol proyecta luces amarillas y verdes en el cielo. La luz incide en la superficie del agua, y le da transparencia a una ola. Y luego a otra. Una pompa de agua se forma en el orificio de una tabla, y lenta y densa crece y crece. Se ven las burbujas surgiendo del fondo del mar. El sol se alza mas. Olas azules, olas verdes, dibujan rapidos contornos de lineas en la playa, rodeando un hierro vertical clavado en la arena, y dejando aqui y alla, superficies encharcadas sobre los canales de agua. En la playa, los pajaros cantan al amanecer sin orden ni concierto, esporadicamente, en aquel seto o arbusto, ahora cantan a coro en sonido agudo y cortante. Luego, aisladamente. Las rocas quiebran la corriente de la danza, la resquebrajan, la estremecen. Y despues alargandose, en suaves y sinuosos pliegues, la lenta marea mece a Claire y la mece como si se tratase de un cuerpo fluido. Pero su cuerpo esta quieto y esta duro, se para, por un momento, para volverse y mirar una vez mas al mar y tomar alguna foto. En ese momento se acuerda de Christine. Saca el movil del bolsillo trasero de su pantalon porque recibe un mensaje, se trata de Christine: "SOS". Necesita su ayuda. Sus tres mejores amigas en Willow Bay cuando estaban en el instituto se han puesto de acuerdo y todas se van a casar ese verano. Ella es la unica que todavia no ha decidido que hacer con su vida. Ahora coge su pequeno bote motora que tiene anclado en el puerto y se vuelve para la ciudad. En la Isla Azul hay un faro tambien que quiebra la linea azul de la marea. Cuando va llegando al puerto aparca en uno de los muelles. Y sale hacia fuera donde el camino son tablas de madera. Cuando sigue, sale a su paso alguien que viene hacia ella cargado con un cubo de cebo, pero se vuelve para atras para saludar a un pescador, y al volverse no puede verla a ella y ambos se chocan. --Oye. El casi se desequilibra en el borde del muelle y al empujarse hacia dentro pone parte del cubo con los peces pequenos sobre ella. --Buena captura --dice ella. --En serio, sabes un poco de bicarbonato de sodio saca eso de inmediato... En este caso, tal vez mucho bicarbonato de sodio. El recoge algunos peces pequenos que se han quedado prendados en la gabardina de ella. --Disculpa. Ella entonces se coloca su mochila sobre el hombro y sigue su paso. Pero cuando ella se aleja, Tom se da cuenta que hay algo en el suelo, es un cuaderno de notas encuadernado en piel de cuero, y sospecha que se le ha debido caer a ella con el ajetreo. Lo recoge y se pone de pie y trata de mirar si todavia puede llamarla para darselo. En el cuaderno dice "Guia de campo". --Oye, joven, te olvidaste tu cuaderno. Pero ella ya se ha alejado y no puede oirle. Luego Claire se ha citado con Christine para la boda, ella esta planeando como los va a sentar a los invitados y ambas hablan de como hacerlo. --Mama y papa, Karl y Dan, ?donde voy a ponerlos? Ahora entra Claire con dos cafes de carton para llevar. --Estoy aqui. --Oh, gracias a dios, oh, dios mio, me estoy muriendo... --Lo siento, me tuve que cambiar, es una larga historia... Esto es para ti --ella le entrega su cafe. --Oh, gracias, eres un salvavidas. --Bien. Ahora se sientan y se ponen a ver el cuadro que ella ha dibujado en frente de su mesa, donde tiene colocadas las figuras de las mesas y pequenos botones con los nombres de los invitados. --?Que esta mal? --le pregunta Claire. --Bien, sabes como la gente planea sus bodas durante meses y meses hasta el mas ultimo detalle... --Como alguien que va a estar en tres bodas este mes. Y ?que es ahora? --Bien, Mark acaba de decidir invitar a dos de sus companeros de trabajo a la boda. --Oh, no es bueno. --Sigo diciendole que no puede hacer estas decisiones de ultimo minuto con la boda a solo tres semanas de distancia. --Esta bien, dejame ver, se ve bastante bien, um, y ?si lo hicieramos de este modo? --Uh, no, no podemos poner a mi tia Gladys al lado de la tia Bea, han estado en una pelea durante anos. --Todo esta bien. ?Y si nosotros...? --Intente eso, oh, eso podria funcionar, y luego podemos poner a ella aqui, y a ella alli, genial. Ahora solo queda un lugar en la mesa principal para... hmm... --Jason... --dice Claire cuando ve su boton. --Sabes que podemos ponerlo en otro lugar. --No, ?por que? --Claire, no quiero sentar a tu ex novio en tu mesa, me siento lo suficientemente culpable si no te viene bien. --No debes sentirte culpable, es uno de los mejores amigos de Mark, y ademas fue invitado mucho antes de que rompieramos. De todos modos, terminamos las cosas porque tomo un trabajo en otro estado, no porque quisieramos que las cosas terminaran y me pidio que fuera con el... --Sabiendo que tu familia estaba aqui, mas tu trabajo de profesora que te encanta tanto. Jason, de todos modos, deberia haber entendido eso. --Y yo entiendo cuanto significa su trabajo para el, es una lastima que nuestros trabajos no estuvieran en el mismo lugar, en el mismo tiempo... --Bueno ?estas deseando verle? --Ha pasado un ano, sabes que tengo un plan para mi vida y el no puede realmente deshacer gran parte de eso, soy una chica adulta... Por tanto, ella coge el boton y lo pone a el en la mesa sentado junto a ella, en la misma mesa que estaran sus otras dos mejores amigas, que seran las damas de honor, Bridget y Amber, sentadas con sus respectivos novios. --Puedo manejarlo --dice ella convencida y sonrie a su amiga Christine

  • Adolescente Afortunada de Elena Romero

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    Laura tenia 19 anos.
    Victor 40.
    Ella estudiaba en la universidad.
    El era un tiburon de los negocios.

  • EL CIELO SOBRE ORAN (Las aventuras del Capitan Riley), Fernando Gamboa de Fernando Gamboa

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    EL CIELO SOBRE ORAN es una novela breve, una emocionante aventura, acontecida solo unos meses antes de los hechos que se relatan en la novela CAPITAN RILEY, que da nombre a la serie.
    En esta ocasion, Alex Riley y su tripulacion son contratados por el banquero y contrabandista Joan March, para llevar a acabo un misterioso robo en alta mar a cambio de una indecente cantidad de dinero.
    Los tripulantes del Pingarron descubriran, como siempre demasiado tarde, que estan metidos en un lio mucho mayor del que se esperaban, y que las consecuencias de sus actos podrian afectar incluso al resultado de la guerra que asola Europa.
    De ese modo, una vez mas y a riesgo de sus propias vidas, se veran empujados a elegir entre hacer o no lo lo correcto. O al menos, intentarlo.

  • Circe de Madeline Miller

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  • La tentacion de tus besos de Dina Reed

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    Cuando apenas quedaban unos segundos para que sonara la campana que anunciaba la entrada a las aulas, Elsa cruzo el umbral del porton del colegio ya casi sin aliento y tuvo la mala fortuna de chocarse con el. No podia ser con otro. No. Justo con el. La Bestia Byrne y el tio que mas detestaba en el mundo... --El primer dia de clase y ya llegas tarde. Bonita forma de empezar el curso. No esperaba menos de ti, senorita Taylor --mascullo con el ceno fruncido, y con esa chica pegada a su pecho. Elsa se aparto de el, dando dos pasos hacia atras, le miro con desden, se retiro un mechon de pelo a un lado y replico: --Llego a tiempo. Aun faltan unos segundos para... Y justo en ese instante sono la campana que anunciaba que todo el mundo debia estar en clase. --Estas agotando mi paciencia --le dijo el senor Byrne apretando fuerte las mandibulas. --Suelo llegar siempre la primera, hoy el trafico estaba imposible y, aun asi, he llegado a tiempo. --No, perdona, a tiempo han llegado tus alumnos que deben estar esperandote en el aula. Elsa sonrio y, retandole con la mirada, le informo para que hablara con conocimiento de causa: --Mi primera clase es a las once de la manana. Asi que no te preocupes por eso, senor Byrne. --Me preocupo porque deseo que mi hijo aprenda los mejores valores y principios. Y obviamente la impuntualidad no esta entre ellos. No nos podemos permitir tener a un profesorado que de tan mal ejemplo como tu. !Es la ultima vez que llegas a estas horas y con la lengua fuera! ?Estamos? Aunque el senor Byrne era el principal benefactor del colegio y aportaba cada ano indecentes cantidades de dinero, Elsa considero que no era justo que le hablara de esa manera. Porque no tenia razon... Asi que, sin amedrentarse lo mas minimo por el caracter insoportable de ese hombre, replico: --Te repito que es la primera vez que me sucede esto, que suelo ser siempre la primera en llegar y la ultima en irme. Y ahora, si no te importa, me voy a trabajar. !Que tengas un buen dia, senor Byrne! Y le sonrio de oreja a oreja, de una forma que Liam encontro tan irritante que habria preferido que esa chica le hubiera propinado una buena patada en sus partes. Por lo que replico, mirandola desafiante... --Mi dia empezara a ser bueno en el momento en que te pierda de vista. A Elsa le hizo tanta gracia el comentario que no pudo evitar soltar una carcajada: --Jajajajaja. !Lo mismo digo, senor Byrne! Liam la miro con una cara de malas pulgas tremendas y le recordo, porque Elsa tambien impartia clases particulares de piano a su hijo: --Y no te olvides de la clase de esta tarde con Killiam. A las seis en punto. Y cuando digo en punto: es en punto. --Alli estare --replico Elsa con una sonrisa enorme. --!Y nada de perder el tiempo con cancioncitas modernas! El viernes vendran amigos a cenar a casa y quiero que borde Los nocturnos de Chopin. Elsa se cruzo de brazos y, sin perder la sonrisa enorme, repuso aun a sabiendas de que iba a cabrearle mas todavia. Pero es que ella era asi, no podia callarse ni debajo del agua: --Si necesitas un pianista para tu fiesta, mejor contrata a uno. ?No te parece, senor Byrne Liam resoplo, se dio la vuelta y decidio regresar a su coche porque lo suyo con la senorita Taylor definitivamente no tenia remedio. Pero no podia hacer nada para evitarlo... Killiam la adoraba, se pasaba el dia hablando de su maravillosa profesora de musica, con la que cada dia tenia un vinculo mas estrecho, porque ademas le daba clases particulares de piano en casa. Y mira que habia intentado contratar a otros profesores, pero Killiam se habia empecinado en que tenia que ser ella y solo ella. Y no le habia quedado otra opcion que ceder, pues Killiam era su debilidad y su vida entera. Por el era capaz de todo, incluso hasta de soportar a la senorita Taylor, que como siempre, parecia disfrutar mucho con su perfecto papel de mosca cojonera. Uf. !Que ganas tenia de mandarla bien lejos! Pero Killiam no iba a perdonarselo en la vida... Asi que, no quedaba otra que apretar los dientes y soportar los dardos de esa chica que esa manana estaba mas guapa que nunca. Lo reconocia. Era una tocapelotas de primera, pero tenia una sonrisa preciosa, unos ojos enormes y azules como un mar bravo, la nariz recta, la boca carnosa, una bonita melena de color miel y un cuerpo con las curvas justas como para que cualquier hombre perdiera el sentido por ellas. Pero el desde luego que no iba a hacerlo... Aunque desde que habia bailado con ella en la boda de su amigo Harry, esa chica se estaba colando en sus suenos mas torridos de una manera recurrente. Hasta entonces, Elsa Taylor, solo habia sido un incordio en su vida, pero desde ese baile, no habia dejado de sonar cosas bien sucias con ella. Pero que mas daba... Porque en la vida real es que ni por asomo se atreveria a tener nada con esa chica que le sacaba completamente de sus casillas. Es que parecia que lo hacia aposta. Puesto que siempre estaba ahi, para desquiciarle y hacerle la vida un poco mas desagradable. Como esa manana en que, tras ese encontronazo con ella, se metio en el coche, dispuesto a olvidarse de ella y afrontar un duro dia de trabajo. O al menos esa fue su intencion, pues conecto la radio y para su mas absoluta sorpresa sono la cancion que, el dia de la boda de Harry, bailo con la insufrible de Elsa Taylor. Y se le removio absolutamente todo... Porque esa cancion, Night and day, de Cole Porter, que ademas era su cancion favorita, le hizo recordar ese dia en que por unos minutos tuvo a esa chica entre sus brazos, con el pico cerrado, y dejandose llevar, sin mas. Y fue tan dulce, tan perfecto, tan magico y tan inesperado que de solo recordarlo sintio una cosa absurda en el estomago y se puso duro como una roca. Y le dio tanta rabia, que cambio la emisora a otra de informacion economica y decidio poner ahi toda su atencion. Porque aquello no podia ser... ?Que diablos hacia recordando ese baile que no iba a volver a repetirse jamas? El detestaba a la senorita Taylor y asi iba a ser para los restos... Y mientras el senor Byrne luchaba a brazo partido por librarse de esos jodidos recuerdos, Elsa estaba en la sala de profesores pensando en el. En ese hombre al que odiaba con todas sus fuerzas, pero que esa manana estaba mas atractivo que nunca. De hecho, cuando se habia dado la vuelta, no habia podido evitar fijarse en su espalda ancha, en su figura imponente y en esa aura de senor importante que dejaba sin aliento. Ademas, era moreno, alto, de ojos verdes profundos, nariz recta, menton cuadrado, sonrisa perfecta, cuando sonreia, y un cuerpo duro y fuerte con el que Elsa llevaba sonando desde que habia bailado con el en la boda de su hermana. Cosa que le daba una rabia tremenda... Porque ?que hacia sonando con ese tio si le aborrecia? ?Tanto le habia marcado ese maldito baile? Vale, que reconocia que no habia estado nada mal, que bailar su cancion favorita con ese tio habia sido una experiencia sorprendente y especial, pero de ahi a sonar esas cosas tan sucias con el... !iba un trecho! Si bien no podia evitarlo, ese tio se colaba en sus suenos y le hacia unas cosas que jamas le habia hecho nadie. De todas formas, aunque aquello le habia agobiado bastante al principio, ahora habia decidido no darle ninguna importancia, pues realmente no la tenia. Eran suenos y nada mas que suenos... Y de ahi no iban a pasar, porque tenia clarisimo que jamas iba a tener nada con el senor Byrne. Asi que no habia nada de lo que preocuparse... Y en esas estaba cuando de repente entro en la sala de profesores, Thomas, el profesor de gimnasia y un chico que no podia ser mas guapo, ni mas sexy, ni mas divertido. Thomas tenia 28 anos, era rubio, alto, fuerte, de bonitos ojos azules y sonrisa espectacular. Pero sobre todo era un tio estupendo, buen amigo, leal, sincero y simpatico, con el que habia hecho buenas migas desde el principio. El llevaba dos anos trabajando en el colegio, cuando Elsa llego, y se encargo de ponerselo todo muy facil para que aquello fuera como la seda. Como asi fue... Trabajar junto a el era un autentico placer y ahora se habia convertido ademas de en un companero, en un gran amigo... Por eso, Thomas no tuvo mas que entrar en la sala de profesores para darse cuenta de que algo le pasaba: --?Y esa cara, chica guapa? Thomas le dio un beso en la mejilla a su amiga, ella le sonrio y le conto: --!Me ha dado de bruces con la Bestia, justo el unico dia de mi vida que llego segundos antes de que suene la campana! !Que mala suerte, de verdad! --Jajajajajajajaja. Pues si que lo es, si... --Me odia. Si vieras como me miraba... !Que ganas tiene de echarme! Thomas agarro la cafetera, sirvio un par de cafes, le paso el suyo a Elsa y le recordo algo que era obvio: --Pero tu sabes que no lo va a hacer. Killiam no lo permitira jamas... Elsa dio un sorbo al cafe humeante y delicioso, porque Thomas los preparaba como nadie, y confeso: --Killiam es un amor. Si no fuera por el, la Bestia me habria puesto de patitas en la calle. Y a mi me habria dado una pena tremenda, porque no quiero perder a Killiam, ese chico es muy especial. --Killiam es muy especial, te necesita y todos nosotros tambien. Tu sitio esta aqui, Elsa, pasa de ese tio. No es nadie. No permitas que te amargue. No dejes que tenga ese poder sobre ti. --Te recuerdo que ese tio es el principal benefactor del colegio y que si cobramos a fin de mes es entre otras cosas porque aporta cantidades ingentes de dinero. --!Olvidalo! Hoy es el primer dia de clase, yo estoy feliz de encontrarme otra vez contigo y se que este curso nos lo vamos a pasar genial. Ya lo veras. ?Brindamos por ello? --?Con cafe? --replico Elsa, muerta de risa, y agradeciendo que Thomas estuviera en su vida para arrancarle siempre una sonrisa. Thomas levanto su taza, la choco con la de su amiga y exclamo: --!Por todo lo bueno que nos espera! Elsa brindo con su amigo, dio un sorbo a su cafe y repuso convencida: --Asi sera, Thomas. !A la mierda con ese tio! --!Asi se habla! --aseguro Thomas, levantando el pulgar. --Jajajajajajaja. Thomas se quedo mirando a Elsa, a la que habia echado muchisimo de menos durante el verano, y confirmo una vez mas algo que cada dia era mas fuerte. Lo que sentia por ella, a esas alturas, era ya mucho mas que amistad... Y ahora que lo tenia mas claro que nunca, iba a darlo todo para que Elsa Taylor fuera suya. Capitulo 2 Horas despues, a las ocho de la tarde, despues de trabajar todo el dia en el colegio y de impartirle a Killiam las dos horas de piano, Elsa estaba recogiendo sus cosas para marcharse a casa, cuando la Bestia irrumpio en el salon de su maravilloso apartamento en el Upper East Side. --!Papa! !Ya estas en casa! !Que bueno! Tengo tanto que contarte... Killiam, de once anos, moreno, pelo revuelto, de ojos verdes como su padre, sonrisa siempre en los labios, vivaracho y tremendamente divertido, levanto la mano para que su padre la chocara y luego le estampo un beso sonoro y ensalivado en la mejilla. --!Que manera de besar, hijo! !Ni que fueras Dingo! Dingo era el labrador de la familia, que en cuanto escucho su nombre salio pitando del salon contiguo en el que estaba tirado y salto tambien a los brazos de su dueno. --Jajajajajajaja. !El si que te va a chupetear bien la cara! !Dale Dingo! !Besa mucho a papa que hoy ha sido bueno y ha venido pronto a casa! --exclamo el nino, mientras el perro no paraba de lamerle la cara a su dueno. --!Calla, mocoso! !No le des ideas! --le exigio el senor Byrne a su hijo, y despues se zafo como pudo de su perro, mientras Elsa se partia de risa. --Conmigo puedes estar tranquilo que yo no voy a rechupetearte --dijo Elsa, encogiendose de hombros. Liam la miro ofuscado y, con Dingo ya tirado a sus pies, replico a la senorita Taylor: --Te lo agradezco, es todo un detalle por tu parte. Y ahora me gustaria comentarte algo... Elsa se puso a la defensiva, porque de repente se temio lo peor y repuso: --Me parece fatal que nos espies, pero antes de que me eches la bronca tienes que saber que esas canciones de Queen que hemos estado tocando son de una dificultad, si se ejecutan bien, a la altura de... --?Como que canciones de Queen? --pregunto perplejo. Killiam se mordio los labios, miro a su profesora y comento en un tono muy gracioso para echarle un capote: --Grieg, ha dicho Grieg...

  • Un amor de emergencia de Aitor Ferrer

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    Cuando conoces a esa persona de la que te enamoras, te hace sentir completo, que todo lo tienes, que sereis felices para siempre, que, como dicen en los cuentos, comereis perdices, y llegado el momento de afianzar la relacion lo haces. Te lanzas a la piscina, compras el anillo mas bonito que has visto en tu vida, te arrodillas despues de una cena en plan sorpresa y haces la pregunta que cambiara tu vida y la de esa persona, para siempre. --Celia. ?Quieres casarte conmigo? Esa, esa fue la pregunta que, cuando tenia treinta y un anos, cambio mi vida. Celia y yo nos casamos un ano despues, con la ilusion de sabernos enamorados el uno del otro, con el amor flotando en el aire y las ganas de formar una familia. Eso, al menos, es lo que yo pensaba. Siempre nos habia ido bien, desde que nos conocimos ya no pudimos volver a separarnos, en palabras de nuestros amigos, eramos la pareja mas envidiada del grupo. La boda fue preciosa, la luna de miel donde ella siempre habia sonado, Holanda, la casa que compramos, la de sus suenos... Todo era idilico, aquello que imagine cuando me decidi, despues de algun tiempo juntos, era lo que queria. Y a ella, a Celia la amaba como nunca antes habia hecho y, si soy sincero, como nunca hare. Si, la amaba, porque, cuando supe lo que me ocultaba, el golpe que recibi fue tan grande que deje de hacerlo. Vale, nadie deja de amar a otra persona de la noche a la manana, por mucho que lo intentes, pero con el paso de los dias, ese amor quedo en el rincon en el que ella lo dejo mucho antes, puesto que yo la quise hasta el ultimo momento que estuvimos juntos. Llevo anos ejerciendo como medico de urgencias y aquella noche sali de mi turno antes de tiempo. Cuando llegaba a nuestra casa, no me podia creer lo que veia. Mi mujer, mi Celia, una calle antes, besandose con otro, apoyados en un coche. Ni que decir tiene que no llegue a casa, no en ese momento. Me fui al piso de un companero que, por aquel entonces, vivia cerca de donde trabajabamos, tenia copia de sus llaves porque solia quedarme alli cuando acababamos un turno y habia que hacer otro de seguido. Esa noche necesitaba estar solo y pensar que era lo que podria haber pasado entre mi mujer y yo, para que estuviera con otro. A dia de hoy, esa pregunta me la sigo haciendo. Seis anos de casados a la basura y otros tantos de novios, porque decidio dejarme por ese hombre, que resulto ser un companero del banco donde trabajaba. Creia que ella era el gran amor de mi vida, la mujer con la que formaria una familia y llegariamos a ser un par de ancianos rodeados de nietos. Que ilusa puede llegar a ser la gente por amor. Cuando nos divorciamos me compre una casa, fue en ese momento y no antes, cuando comence a asimilarlo todo y empezar a sobrellevarlo. Me gusto la casa en cuanto la vi, era adosada y con un pequeno jardin donde podria disfrutar de una de mis pasiones, los libros, y garaje. Pero no me vine solo, mi hermana Judith, una psicologa diez anos menor que yo, se compro la casa de al lado, pasando a ser mi vecina, asi que vivimos puerta con puerta. Cuando le ensene la casa que iba a comprar, ella se enamoro y dijo que queria otra, asi que nos lanzamos a la aventura los dos, de ese modo no me sentiria tan solo, siendo realista. Y es que, Judith, ademas de mi hermana, siempre ha sido mi mejor amiga, a pesar de la diferencia de edad. Podriamos haber seguido viviendo con Lidia, nuestra madre, puesto que ella estaba sola desde que murio nuestro padre cuando nosotros eramos pequenos, pero tanto Judith como yo, queriamos esa independencia y no darle disgustos ni quebraderos de cabeza, no mas de los necesarios. Ademas, mi madre tiene su vida, sus amistades y esos viajes que planean y visitan lo que quieren. Con la pension que le quedo de nuestro padre, que era juez, se mantiene y vive bien, eso si, desde que nos compramos la casa, solemos cenar todos juntos alguna noche en casa de mi hermana o en la mia, y ella se queda en la que toque a dormir, nos echa de menos y es normal, siempre seremos sus polluelos. Hacia dos anos de aquello, de la separacion de mi mujer, esa a la que tanto quise y por la que di siempre mi vida. Con ella lo tenia todo, lo queria todo y sabia que me costaria volver a sentir una conexion tan fuerte como la que tuve con ella. Mi hermana solia preguntarme si me dolia pensar en mi ex mujer. Claro que dolia. Habian sido muchos anos juntos, anos en los que lo ultimo que sentia al acostarme eran sus labios sobre los mios con ese beso de buenas noches que, durante semanas, tal vez meses, tanto extrane. Dolia, porque nunca habia concebido una sola manana sin ella a mi lado, sin nuestros desayunos entre risas, quedar para comer cuando yo no tenia turno, pasar un sabado en el centro comercial de tiendas, en el cine o cenando en nuestro restaurante favorito, ese en el que le pedi matrimonio y al que no volvi a ir tras el divorcio. Y, dolia, porque cuando supe que aquello era real, que la habia perdido sin saber por que, decidi que era hora de dejar todo atras, todo lo que me recordara a ella, y hasta cambie mis cuentas a otro banco. El simple hecho de ir por alli y verla a ella, o a los dos, era insoportable. Habian pasado dos anos de mi divorcio, dos anos en los que mi madre y mi hermana fueron mis pilares, esos que me sostenian cuando ni yo mismo me soportaba. Fueron ellas las que me levantaban el animo y me obligaban a salir, las que dejaban todo por mi, sus noches de cenas con amigas, sus viajes, sus dias libres. Todo. Dos anos, quien lo diria cuando a mi me parecia que apenas hubieran pasado unos meses. Pero estaba superado, de eso no me cabia la menor duda, el dolor de la perdida se acabo, igual que para ella se acabo aquel amor que una vez sintio por mi. En este tiempo habia conseguido recomponerme y me dedicaba en cuerpo y alma a mi trabajo, a hacer aquello que siempre quise, ser medico. Tal vez haya quien pueda decir que soy un sensiblero, que no es de hombres llorar. Pero, ?acaso no tenemos los hombres tambien un corazon que bombea y late? Por supuesto que si, y es ese, el corazon de toda persona, el que mas sufre el dolor de saber que se ha amado a alguien con toda la fuerza de uno, y mil latidos, y descubre que, para la otra parte, ese sentimiento se acabo, en el tiempo exacto que dura el aleteo de una mariposa. Como he dicho, una de mis pasiones son los libros, la otra es el cine, y en lo que respecta al amor, esta es una de las mayores verdades que he leido nunca: <> Capitulo 1 --Mujer, treinta y cuatro anos, accidente de coche, no responde a los estimulos, pero tiene las constantes vitales estables. --Vamos para quirofano --dije, mientras pedia a otro companero que avisara a mi equipo. Traumatismo craneoencefalico, un brazo roto, pero lo peor era el golpe en la cabeza que la mantenia inconsciente. Una vez que se le trato todo, se la llevaron para cuidados intensivos, asi que mande a que localizaran a su familia, tenian sus datos, se llamaba Ruth. La manana se me paso volando y cuando me di cuenta ya era la hora de irme, era lo que tenia trabajar en urgencias, que no parabas, ademas, yo era el jefe con lo cual era hacer de todo, menos estar cruzado de brazos. Sali de alli y me dirigi a ver a mi vecina, o sea, a mi hermana, habia salido temprano de trabajar y me dijo que estaba preparando un buen pescado al horno, asi que no me pude resistir. --Hermano, te juro que hoy por poco me da un soponcio. --?Que te paso? --Me vino a la consulta Pedro. --?Tu ex? --Ese mismo... --Volteo los ojos. --?Y que queria? --Una sesion --solto una carcajada. --?No me digas? --Asi mismo, total que le di una cita para la semana que viene en la que me contara sus penas, por lo visto su novia lo dejo, asi que me toca hacer de hombro donde llorar. --Madre mia, para lo que hemos quedado. --Yo, ni que tu lo tuvieras que atender --reia. --Tambien es verdad. --?Y tu dia que tal? --Pues mira, lo mismo de siempre, accidentes, colicos y demas. --!Viva la monotonia! --exclamo y me saco una risa. Descorche una de las botellas de vino blanco que tenia mi hermana, en una especie de bodega en el cuarto de la despensa de la cocina, yo tenia otra y tampoco me faltaban, en eso habiamos salido iguales. Tras una comida y una sobremesa en la que no falto nuestras charlas literarias, me fui para mi casa a descansar un rato, estaba agotado, necesitaba mi horita de sofa y desconexion del mundo. Y eso era vida... La tarde tambien se me paso en un abrir y cerrar de ojos, entre la siesta, salir a correr, ducha, cena y leer, cuando me di cuenta ya estaba roncando. Como cada manana me tome un cafe antes de salir para urgencias, mi turno era de ocho a tres de lunes a viernes, por lo que los fines de semana eran mios, aquellos en los que la tranquilidad volvia a mi vida. Llegue y pase consulta a los de cuidados intensivos. --Tenemos un problema con esa chica --me hizo un gesto, senalando a Ruth, la chica del accidente. --?Que pasa? --Desperto a media madrugada y dice que se quiere ir, pero no se acuerda ni de su nombre y a los familiares no se los ha localizado. --Dejamela a mi. Me despedi del companero del otro turno y me dirigi hacia ella.

  • Miel de verano de Sara Paborn

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    Es un remitente inusual en ese tipo de revista semanal. Estoy sentada en la salita de espera, pasando las paginas. La columna que ha logrado captar mi atencion lleva por nombre <> y el tema es: <>. La carta esta firmada por <>. Solemne y seria, entre recetas de galletas y consejos para que los jacintos aguanten el invierno y sobre como limpiar manchas de grasa en tejidos de seda. Empiezo a leer con creciente interes. La carta dice asi: Estimada Monica: Te escribo porque en los ultimos meses he empezado a pensar cada vez con mas intensidad en un joven con el que mantuve una relacion en mi juventud. Tuvimos una breve pero intensa historia de amor el verano de 1955. El era estudiante de arte y se hospedo durante un par de semanas en la pension que regentaba mi madre, en la peninsula de Bjare. Nos separamos en circunstancias un tanto dramaticas y desde entonces no he vuelto a saber de el. La cuestion es que mi marido murio hace poco mas de cuatro anos. Estuvimos casados seis decadas y tuvimos una vida hermosa y gratificante juntos, aunque no llegamos a tener hijos. A lo largo de todos estos anos, casi nunca he pensado en el otro, pero ultimamente su recuerdo me viene cada vez mas a menudo, e incluso sueno con el por las noches. ?Que significa eso? ?Esta intentando comunicarse conmigo o no es mas que una fantasia que me he montado yo sola? ?Que debo hacer? Tengo setenta y nueve anos. Te agradezco una pronta respuesta. UNA QUE SUENA Y luego la contestacion, cuando menos sorprendente, por parte de la medium, que aparece en una foto: una mujer regordeta con mejillas brillantes y una especie de tiara en la cabeza. Estimada Una que suena: !Tu viejo amor esta vivo! Me llega una clara imagen de un hombre muy elegante, ahora cano. Lleva una camisa azul celeste y saluda alegre con la mano. A veces, personas que han estado muy unidas en el plano fisico pueden seguir en contacto en el plano espiritual, incluso despues de muchos anos. No es infrecuente que alguien presienta que otra persona ha sufrido algun tipo de accidente y necesita su ayuda. Tambien puede ser que haya emociones no trabajadas por tu parte. ?Cual fue el motivo de vuestra ruptura? Dices en tu carta que os separasteis en circunstancias dramaticas. A lo mejor es en estas en las que tienes que ahondar para conseguir la paz que buscas. ?Sabes donde esta ahora el amor de tu juventud? Si es que no, ?has probado a hacer algo tan sencillo como buscarlo en internet? !Te deseo mucha suerte! Un calido abrazo, MONICA Primero, no oigo al terapeuta cuando me llama por mi nombre. Estoy conmovida. Han pasado sesenta anos. Y luego esta la pregunta que la autora de la carta le hace a una persona a la que no conoce de nada ni ha visto nunca. ?Y si la medium hubiese contestado: <>? Dejo la revista en la mesa a reganadientes y le estrecho la mano a Joar. No nos hemos visto demasiadas veces, pero ya lo considero un viejo conocido. A lo mejor de algun festival de musica de mi juventud. La combinacion de pelo crespo de color castano, la postura un tanto alicaida, los tejanos negros ajustados y los ojos mas afables del mundo me resulta familiar y reconfortante. Me sujeta la puerta de su consulta, donde nos reciben dos butacas y un gran escritorio. La luz del sol bana la mesita de contrachapado con los panuelos de papel de rigor. Joar saca una carpeta que ha ido engordando hasta adquirir proporciones preocupantes y toma asiento. El llavero que lleva colgado de la cintura del pantalon tintinea. --Bueno, ?como has estado? --Me mira con carino. --Jodida --digo yo. Joar sonrie. --?Has hecho los ejercicios de relajacion que acordamos? --Si, pero me cuesta concentrarme. Y tampoco noto ninguna diferencia. Me parece todo bastante imposible. Cambio de postura en la butaca. --Las cosas no tienen por que ser imposibles solo porque asi nos lo parezcan --me recuerda Joar--. El efecto de los ejercicios no suele notarse hasta pasadas varias semanas. Es importante que les des una oportunidad. Si no, nunca sabremos si te sirven o no. Lo miro con cierta suspicacia. Joar es joven, puede que ronde los treinta, pero su presencia es solida. En las paredes hay algunos posteres de arte. En el escritorio reina un orden impecable. En la pizarra blanca ha pintado unos triangulos bajo el titulo <>. --?Existe siquiera el ruido este? --pregunto--. ?O soy yo la que se lo ha inventado? --Tu lo oyes, por tanto, existe. ?No es asi? --Joar me mira con atencion--. Hay personas a las que les molesta muchisimo un volumen aparentemente bajo y otras que pueden estar oyendo un tono estridente sin que les afecte demasiado. Todo depende de las vivencias de cada cual. Empieza a ojear la carpeta que tiene en el regazo. Acudo a Joar por tantas razones que cada area requiere de su propia pestana. Quiza los acufenos sean el menor de mis problemas. Tambien esta la culpa por haber dejado a Tom y darle a Oskar unos padres divorciados. El enamoramiento con Erik y la ruptura. La humillacion publica que vino luego. La perdida del ya mencionado Erik. La depresion de baja frecuencia. Y, como guinda, la preocupacion por los encargos laborales, o por la falta de estos. Los acufenos son mas bien un glaseado que lo recubre todo. --Desde la ultima vez que viniste, he estado investigando un poco acerca de los acufenos -- dice Joar, y asiente con la cabeza--. Muchos lo consideran un problema moderno que se debe a agresiones auditivas, pero el fenomeno parece existir desde el comienzo de la humanidad. He encontrado algunas cosas interesantes. Entre otras, un texto sobre el tratamiento medico en la epoca de los faraones del Antiguo Egipto. Entonces vertian un aceite especial en el oido de la persona afectada. Se creia que el oido estaba embrujado. Joar saca una hoja del monton de papeles. --Y la teoria de Aristoteles era que, en realidad, los acufenos son un viento que se ha quedado atrapado en el oido y no puede salir. La persona puede adquirir capacidades sobrenaturales: presentir sucesos, viajar en el tiempo y cosas por el estilo. En otras palabras, tenia su punto. Pero el tratamiento no era demasiado efectivo: consistia en abrir un orificio en el craneo para dejar salir el viento que estaba atrapado. Obviamente, el paciente moria durante la operacion. Asi que hemos dejado de hacerlo. Perforar craneos. Joar sonrie, dejando al descubierto un hueco entre sus incisivos. --Por cierto, ?quieres un poco de agua? Me llena el vaso con una jarra. Joar esta prometido, lleva un anillo liso de oro en el dedo. En otono sera padre. Creo que es feliz, es la impresion que da. Me gusta pensar que el y su novia se cuidan mucho el uno al otro. Que se escuchan. El tipo de pareja que nunca alza la voz por vicio, que consiguen infundirse seguridad mutua. Me pregunto si Joar tiene algun viejo amor que acecha entre bastidores. No, no lo creo. Si lo tuviera, seguro que a estas alturas ya habria roto con ella. Joar prefiere el presente, no es una persona que se preocupe ni les de vueltas a las cosas. Es alguien que cree en la toma de decisiones. En nuestras sesiones hago anotaciones que luego tiendo a esconder en sitios seguros. La idea es que me entren ganas de sacarlas y empezar a aplicar los consejos en lugar de pasearme por casa sin nada que hacer. Pero lo cierto es que no lo he conseguido. Me olvido de donde he metido las notas, igual que me pasa con casi todo lo demas. Por otro lado, algunas me las se de memoria. Genera calma y paz. Espera que pase la tormenta, buscar un puerto seguro. No actues cuando estes en el climax emocional. !Miralo todo desde fuera! Deja pasar el tiempo. Los consejos son pequenos ventiladores de esperanza que, por lo menos durante un breve instante, pueden hacerme creer que vendran tiempos mejores. Desgraciadamente, a menudo el efecto va desapareciendo a medida que me alejo de la consulta. Llevo mal lo de aplicar los consejos en mi propia vida. El terreno entre la mente y el corazon se me antoja escarpado. Y los caminos que me recorren por dentro estan tan transitados que cada intento de voladura para abrir uno nuevo en la roca me supera por completo. Aun asi, aqui, en la pequena consulta de Joar, puedo tener la sensacion de que el cambio es posible. Se estira para coger un folleto de su escritorio. --Me acaba de llegar esto de imprenta. Cogelo, a lo mejor encuentras algo que te sirva. Me entrega el folleto: <>. Cuando el siguiente paciente ha entrado en la consulta y la salita de espera vuelve a quedar vacia, me acerco de puntillas a la mesa, arranco discretamente la hoja de la revista con la carta al director y me la guardo en el bolsillo. Luego salgo, cojo el ascensor, bajo al oscuro vestibulo y me lanzo al apremiante sol que brilla en la acera. Te crees que te vas a acordar de lo que se siente al estar sola. Te crees que te vas a acordar de lo que se siente al ser querida. Tanto lo uno como lo otro son un error. Son muy pocas las cosas que acabas recordando, ni siquiera aquellas que te prometiste que no olvidarias nunca. Puedo recordar momentos puntuales en los que pense: <>. Como cuando estaba de pie en un paso de peatones bajo una lluvia torrencial el otono que acababa de conocer a Erik. <> Luego lo olvide. Ahora me paso la mayor parte del tiempo metida en el piso de una sola habitacion que compramos en las afueras, un autentico horno, tratando de hallar algo a lo que aferrarme: un futuro, un plan, una forma de vivir el resto de mi vida. Menudencias asi. Hace veinte anos estaba convencida de mi indefectible capacidad de ver cual era el camino correcto para mi. Ahora me veo en una cuneta llena de hierbas y matojos sin poder siquiera distinguir por donde transcurre el camino. Me parece oir que mas adelante esta pasando algo, me llega el bullicio, pero hay demasiadas cosas tapandome la vista. Ademas, el ruido bien puede provenir de mi propio oido. Estoy desorientada y atormentada, no es ninguna exageracion. De camino a casa paro en una pasteleria. Me pido un cafe y un pastel y me siento en una mesa de la terraza, ubicada en el chaflan, justo donde el sol de principios de verano arroja sus elegantes rayos. Era uno de los placeres de domingo que compartiamos Erik y yo: ir a diferentes pastelerias y fingir que eramos del barrio. El siempre se pedia alguno de los pasteles mas empalagosos, con mazapan verde o gelatina temblorosa. Yo solia pedirme un rollito o tartaleta de mazapan. Ambos leiamos el periodico y nos ibamos turnando las secciones. Ambos bebiamos cantidades ingentes de cafe. Ambos gustabamos de quedarnos en ese espacio, de visitar un domingo el barrio de otra gente. Coger el autobus y el metro hasta Estocolmo me parece viajar atras en el tiempo, cuando aun conservaba mi empleo de presentadora de programa de radio y jamas tenia tiempo para sentarme en una cafeteria en pleno dia. Un viaje a un yo mas joven y despreocupado. Quiza por eso vengo a este barrio, aqui sigo teniendo a mi dentista y ahora tengo a Joar. En realidad no tengo dinero ni para la terapia cognitivo conductual ni para los pastelitos de una de las cafeterias mas caras de la ciudad. Pero elijo, pese a todo, interpretar este papel, sentarme en una terraza y hacer como que esta pausa para el cafe forma parte de mi rutina diaria, como un leve deseo de vivir. Treinta y dos coronas por un dulce de mazapan. Treinta y ocho por un cafe solo. Menos mal que te dejan rellenar la taza. Y coger algunas servilletitas cuadradas con el nombre Tosse impreso en azul regio. Me meto unas cuantas en el bolsillo de la chaqueta junto con un sobre de azucar. Nunca se sabe cuando lo vas a necesitar. Por el rabillo del ojo veo a un hombre de pelo plateado y bien peinado, sentado unas pocas mesas mas alla, que me mira con suspicacia. Diez anos atras quiza se habria inclinado un poco, con cierta timidez, y me hubiese dicho: <>. Y yo habria respondido cortesmente: <>. Y luego habria vuelto a acomodarme como una lagartija bajo el sol. Pero ahora las cosas son como son. Ya nadie me reconoce. En las fotografias de estudio que aparecen en la contraportada de mis libros de autoayuda no hay ningun rastro que conduzca hasta mi actual cara palida y mas angulosa. Nunca os vayais a dormir peleados, Ama a diario y Lo mejor de <> son todos mis titulos. Superventas. Al menos en esta nacion. Desgraciadamente, el libro que me arrepiento de haber escrito, teniendo en cuenta todo lo que paso despues, Divorciate feliz, se comento mas de lo que se vendio. Siempre habia algun consejo sabio del que burlarse en relacion con mi propia y sucia separacion. Todos esos libros fueron escritos en mi vida anterior, cuando creia que casi todo podia remediarse con buena voluntad y obstinacion. No hay nada que la gente quiera oir mas que eso. Que las cosas saldran bien siempre y cuando lo desees lo suficiente. Que puedes influir en todo. Que te puedes convertir en lo que tu quieras. Decidir tu destino. Simplemente, no es cierto. Si hay alguien que lo sabe, soy yo. Tambien hay algo impredecible, un pequeno rio de la vida que corre hacia mares que no conocemos y de cuya existencia no estabamos enterados. Despues de rellenarme la taza de cafe, saco del bolsillo la carta al editor, la despliego sobre la mesa y la vuelvo a leer. Me pregunto que aspecto tendra la mujer que la ha escrito. ?Como se llamara? ?Donde estara? ?Vive en una casa o en un piso, o quiza en un geriatrico? ?Todavia se les llama geriatricos? Me pregunto si tiene alguna intencion de buscar a su amor de juventud. ?Que le dices despues de sesenta anos? ?Te he echado de menos? ?Donde has estado? La autora ha perdido a su marido al mismo tiempo que yo. El suyo ha muerto. El mio solo me ha dejado. Pero mientras yo apenas tengo fuerzas para mirarme al espejo, ella ha empezado a fantasear con su amor de juventud. Una que suena. Suena con que su viejo amor todavia piensa en ella y trata de ponerse en contacto con ella despues de todo el tiempo que ha pasado. Hace unos anos, yo habria ventilado rapido el asunto tildandolo de sandeces. No se si es la edad o la crisis o una repentina transformacion en mi naturaleza, pero ya no puedo despachar a los demas con la misma facilidad con la que lo hacia antes. Era tan agradable tener claro quien era listo y quien era estupido…, estar convencida de mi buen juicio y de que controlaba la situacion… Incluso sentia cierta alegria cuando veia a otros cometer errores. Me jode que la vida me haya quitado hasta esa pequena satisfaccion. Ahora, en el mejor de los casos, me rio con los demas. Si me rio de alguien es por panico, porque la linea que separa su desgracia de la mia es demasiado fina. Nunca me he mostrado especialmente solidaria con la gente mas vulnerable. He salido asi, punto. Una que suena quiere ver el destello de viejas ondas en el agua. Una que suena se pregunta como puede sentirse en paz. No es la unica. Sea como sea, no deja de parecerme conmovedor que haya gente que es capaz de poner su vida en manos de una persona completamente desconocida cuando el asunto que les concierne les viene demasiado grande. Durante muchos anos estuve trabajando de reportera en un popular programa de radio al que la gente podia llamar y hablar de amor y relaciones. Cumpli tan bien con mi papel que al final consegui mi propio programa, Laboratorio de amor, con un plantel de expertos. Intentabamos ayudar al soltero o a la soltera de la semana a encontrar una pareja adecuada, bromeabamos con los fallos de la primera cita y dabamos consejos para la relacion de pareja. Cuando una editorial me llamo para pedirme que escribiera un libro, me lo tome como una consecuencia natural. A ese primer libro le siguio otro. Los dos tuvieron mucho exito. Di por sentado que asi serian las cosas de ahi en adelante. Presentaciones en auditorios llenos. Propuestas infinitas para colaboraciones en esto y lo otro. Mi marido, Tom, y yo eramos la viva prueba de que se podia conservar el amor de juventud. Nos habiamos conocido con poco mas de veinte anos y eramos una pareja duradera y luchadora. Yo lo usaba a menudo de ejemplo en mis libros y compartia anecdotas graciosas y moralejas sacadas de nuestra propia vida. Preferiblemente, de pequenos desacuerdos que terminaban con final feliz. No podiamos estar mas de acuerdo en que nos completabamos el uno al otro. Yo era espontanea, el era reflexivo. El hacia planes a largo plazo, yo pensaba mas a corto. Su personalidad era azul. La mia era roja. Los dos nos aburriamos. Ahora lo unico que tengo es una cronica en una revista mensual, aunque el redactor ha expresado cierta preocupacion por que mis textos actuales mas bien hacen que el publico quiera terminar con su vida, no vivirla. Los contratiempos solo tienen atractivo comercial cuando ocurren en la vida de personas exitosas, cuando el lector puede sentirse reconfortado por la certeza de que son pasajeros. La miseria pura y dura vende mal. Para llenar un poco la caja, este ultimo ano he hecho un curso online de creacion de crucigramas y me invento algunos rebuscados para distintos periodicos, en los que me gusta meter palabras como <>, <> y <>. Asi, algunas personas se ven obligadas a pensar en esas cosas aunque no quieran. Me tomo la tercera taza y reemprendo a reganadientes mi marcha en direccion al metro. No tengo nada a lo que volver, pero en algun momento hay que hacerlo. En cuanto me siento en el vagon, abro el folleto de Joar sobre los acufenos. Tinnitus, o acufeno, viene del latin tinere, <>. Puede describirse como un pitido o un zumbido, un chirrido, un siseo o un timbre constante. Algunos de los remedios que se han empleado a lo largo de los anos para el tinnitus han sido la prescripcion de grasa de zorro, bilis de buey, pulgon, savia de cedro, aceite de rosa, miel, vinagre y vino blanco. Al vino blanco me apunto. Miro por la ventana sucia del metro. Justo estamos pasando por la parada cerca de la que Erik vive con su nuevo amor. El vagon traquetea. Llevo varios meses sin hablar con el. Puede que ahora este sentado en alguna parte por encima de mi cabeza, a la mesa de la cocina, con ella; o quiza ella este tumbada en el futon donde solia acostarme yo mientras el pega la oreja a su barriga para oir los ruiditos que hace el bebe. En cualquier caso, yo estoy debajo de el. Muy por debajo, en el subsuelo, en un tunel de roca. Intento que no parezca algo cargado de simbolismo. Un fugaz recuerdo me viene a la mente: los dos tumbados en su cama y el diciendo: <>. Las ruedas chirrian cuando el tren frena. Cierro los ojos y noto la corriente de aire en el anden. He empezado a dormir hasta tarde por las mananas ahora que no tengo trabajo fijo. Cuanto mas duermes, mas parte del dia te saltas. Tambien es bueno para la piel. Cuando los demas terminan de comer, yo empiezo a pensar en levantarme de la cama. Pero justo hoy me despierta el telefono, que ayer me olvide de apagar. Echo un vistazo al reloj. Las nueve y media. Plena noche, vaya. Es Anna, la redactora de la revista para la que escribo. --Hola, Ebba, ?como lo llevas? --Su voz suena dispersa, ausente. --Bien --digo yo somnolienta--. O todo lo bien que puedo. --Ya. Oye, hemos estado hablando un poco, aqui en la redaccion. --Hace una pausa. Oigo ruido y voces de fondo, los sonidos normales de gente que tiene un trabajo al que ir--. Hemos llegado a la conclusion de que ha llegado el momento de hacer un cambio en materia de cronicas. --?Que significa eso? --Me incorporo lentamente en la cama. --Necesitariamos fichar a una redactora nueva, alguien que no venga de los medios de antes. --Anna se aclara la garganta--. Se que tu columna es muy apreciada y todo eso, pero hace bastante tiempo que la tienes y este ultimo medio ano la sensacion ha sido…, bueno, como si estuvieras yendo un poco al ralenti. A lo mejor tampoco es bueno para ti eso de volcar tus problemas personales en la revista, ?no crees? Si te digo la verdad, estoy un poco preocupada por ti. Me quedo callada. La mano que esta sujetando el movil se ha quedado helada. --Ademas, nos lo exigen desde arriba. Tenemos que reconfigurar. --Es mi unica fuente de ingresos estable --digo. La voz de Anna suena forzada. --Entiendo que te pueda resultar duro, pero la situacion es la que es. Tenemos que hacer cambios. --?Que significa eso? ?Que me tome un descanso? --Significa que ahora mismo no hay ninguna posibilidad de continuar con la colaboracion. Al menos no con la actual, pero pueden aparecer otros encargos. Trabajos puntuales. --Pero mi siguiente cronica ya esta terminada --protesto con voz estridente--. La que habla de la fatiga mental y la inseguridad personal. --Esa saldra segun lo planificado, pero despues… pensamos coger a otra persona. No se me ocurre nada mas que decir. Me quedo mirando por la ventana. El pino de fuera ha perdido las agujas. --Ebba, ?estas ahi? --La voz de Anna suena intranquila. --Estoy aqui --miento. --Podemos seguir hablando de esto mientras tomamos un cafe despues de las vacaciones, pero ahora mismo tenemos la agenda apretadisima. --Tapa el microfono e intercambia unas palabras con alguien de fondo. Cuando vuelve conmigo, su voz suena apresurada--. Tengo una reunion. Ya hablamos. Cuidate. Me cuelga.

  • Abrazame otra vez de Valentin Alvarez Tremino

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    Barcelona dos anos despues... Mirala, ahi esta Cristina con su sonrisa, puedo estar el resto de mi vida contemplandola, y es lo unico que tengo en mi agenda para el resto de mi vida. Lleva puestos los auriculares de su iPod, seguro que esta escuchando alguna cancion de Cristian Castro, el cantante que mas nos gusta a ambos, hasta en eso coincidimos. Esta sentada en el suelo utilizando el viejo roble de respaldo, junto a ella el pequeno Alex medio dormido en sus brazos, nos tiene ocupados las veinticuatro horas del dia, pero si hubieran veinticinco seguira valiendo la pena. Sabes a veces me sigo preguntando si todo esto es real o tan solo estoy sumergido en un sueno eterno, y me digo a mi mismo " si estas sonando no te despiertes...", aun tengo fijado en mi memoria aquel dia en el karaoke como si fuera ayer, la sigo viendo darse la vuelta en el escenario y mi corazon ponerse a latir tan fuerte que creia que se saldria de mi pecho. Pero entonces la abrazo y toda las dudas se disipan como una nube de humo arrastrada por una corriente de aire llamada amor. Es real, Cristina y yo estamos juntos, hemos podido con todo a pesar de que el tiempo quiso borrar de nuestra memoria aquel amor de juventud, o mas bien de ninez porque cuando nos conocimos ni siquiera eramos todavia adolescentes sino tan solo unos ninos de doce anos, y no sabiamos que era eso llamado amor. Sin querer un recuerdo emerge de mi memoria, llevandome al dia que hable con ella por primera vez, bueno hablar lo que se dice hablar no se puede llamar, quiza mas bien que asenti mientras ella hablaba y sus ojos me embrujaban. Estamos en clase de manuales de sexto de E. G. B. y la profesora Maria Jose ha mandado a toda la clase hacer un collage, para ello utilizaremos recortes de viejas revistas que nos habia mandado traer el dia anterior. Y como de costumbre no nos ponemos de acuerdo para hacer las parejas para realizarlo asi que se enfada y coge la lista de clase, poniendose a emparejarnos a su voluntad. Va nombrado a companeros, hasta que dice "Alex con Cristina", en ese momento se me para el corazon, tan solo es un segundo pero para mi parece una eternidad, entonces la veo levantarse y venir hacia mi para sentarse a mi lado, yo me pongo colorado y agacho la cabeza al tiempo que alargo mi brazo para coger la barra de pegamento y justo ella hace lo mismo por lo que nuestras manos chocan, soltando un chispazo que hace que los dos la retiremos enseguida. --Perdon Alex cogela, tu estabas primero --me dice Cristina, con esa sonrisa suya tan maravillosa que veo por primera vez. --No, empieza tu por favor --consigo atisbar a decir medio tartamudeando. --Vale, gracias compi --me contesta guinando un ojo. Si, creo que justo ahi, tras ese calambrazo de nuestras manos empezo todo, nuestras almas quedaron unidas. De repente la voz de Cristina me trae de vuelta al presente. --!Alex! --Dime carino, ?que ocurre? --Esta empezando a refrescar, sera mejor que regresemos a casa, no quiero que el peque coja frio. --Tienes razon, voy a ir poniendo el coche en marcha. Llevamos unos kilometros recorridos con el coche, el peque se ha quedado frito en el asiento de detras de nuestro Chevrolet Aveo, no falla un buen paseo por el campo y suelta toda la adrenalina de hiperactividad, para pasar a ser un angelito adorable. Nosotros tambien nos estamos relajando escuchando la melodia “para Elisa” de Beethoven durante el trayecto. Sin embargo algo me dice que Cristina no lo esta haciendo como es habitual en ella, la veo fija centrada mirando la pantalla de su smartphone, y tecleando en una conversacion con alguien. Normalmente no le prestaria atencion a esto pero la conozco demasiado como para saber que ese ceno fruncido al tiempo que mordisquea sus unas, mientras habla con alguien por WhatsApp significa que se esta enterando de algo que no le hace mucha gracia, mas bien ninguna . --?Que es lo que te esta preocupando y cuando piensas contarmelo? --le digo al tiempo que toco su hombro para hacerla desconectar un segundo de la pantalla de su smartphone. --?Que? No, nada en absoluto --responde aturullada, ya que no creia que estaba fijandome en lo que hacia. --Venga ?en serio? ?Vas a hacerme que te haga mi super interrogatorio ultra tres mil ? --No, de verdad es solo un cotilleo, a ti estas cosas te aburren --contesta intentando dar por zanjado el tema. --Vale lo que usted quiera senorita, yo ya le adverti --le digo con una sonrisa picarona . Disminuyo la velocidad de nuestro coche y consigo dejarlo estacionado en un arcen de la carretera. Me desabrocho el cinturon de seguridad e inicio mi super interrogatorio...que no es otro que hacerle cosquillas en su barriga, no ha fallado nunca, tiene una probabilidad de exito del cien por cien con ella. --Jajaja...!!No!!!!Para por favor!! Que cabroncete que eres, sabes que eso es mi kryptonita --dice sacandome la lengua de forma burlona. --Vale pero ya sabes dime lo que esta rondando por esa cabecita o seguire con mi interrogatorio exhaustivo --le digo al tiempo que le guino mi ojo derecho. --Veras me han contado algo que me ha dejado un poco trastocada… --Pero… ?Es bueno o es malo? --pregunto intrigado. --Digamos que no se puede catalogar ni como bueno ni malo… simplemente es algo que ha ocurrido con un sitio especial para nosotros, pero que no supone nada malo para ti o para mi… Su respuesta enigmatica me deja todavia mas interesado en saber que ha ocurrido. --Ahora por favor, sin andarte mas por las ramas dime de que te has enterado --le digo mientras comienzo de nuevo a proceder con las cosquillas. --Jajaja… no, no sigas que ya no me hago la interesante, te lo cuento… veras me estaba mensajeando con Susana y me conto algo que no tenia ni idea de que estaba pasando. Resulta que nuestro cole al que fuimos juntos, “La academia Altabix ” por diversos motivos pero va a cerrar definitivamente sus puertas… --en ese preciso momento la interrumpo sin dejarla acabar de explicarse . --!?Como que cierra?! Eso no puede ser… --Me temo que si… --Pero con tantos anos de clases a sus espaldas ?por que ahora? ?Que ocurrio? --No me lo supo explicar muy bien pero algo de que “alguien” se quedo con los dineros de los cheque comedor, vamos cosas de estafas o algo asi. --!?Que?! No me lo puedo creer… --Pues me temo que debemos hacernos a la idea de que el lugar donde nos conocimos dejara de existir como tal muy pronto… sin embargo hay una segunda parte de la noticia. --?Hay mas? No se si quiero escucharlo --digo algo apesadumbrado. --Esta es la parte buena te gustara seguro --me contesta con una sonrisa. --A ver sueltalo ya de golpe sin tapujos, no quiero ni pensar que mas puede ser… --De acuerdo no lo dilatare mas… pues resulta que como ya no habra mas cursos escolares y que este sera el ultimo, van a organizar una fiesta de despedida del colegio, en la cual quieren que este todo el que haya estudiado alli e incluido todos los profesores que impartieron clase tambien. Me quedo unos instantes procesando esa informacion tan…tan estupenda que leches, eso es maravilloso, pero intento que no se me note euforico. --Oh vaya, no esta mal la idea… --Venga no me enganas con esa cara insipida que intentas poner para ocultar lo que de verdad sientes ?a que si??Tengo o no tengo razon pillin? Durante unos segundos intento disimular pero al final la sonrisa me vence. --Jajaja… como me conoces nina, pues si, es una idea que me encanta porque eso significa que podremos volver a ver a los compis de nuestro cole… ?Por que supongo que iremos verdad? --Bueno invitados estamos, de hecho lo esta todo el mundo que estudio alli. Dios ?cuanto tiempo hace que no nos reunimos? --Supongo que esa pregunta debe ser una broma o bien que intentas pillarme ?Verdad? Porque hace exactamente cinco anos de la ultima reunion, lo se porque justamente fue hace cinco anos en esa reunion que tu organizaste, que me “devolviste” a la vida, cinco anos que te di nuestro primer beso bajo las estrellas de esa vieja casa del arbol que construyo mi abuelo, cinco anos que tu y yo nos amamos por primera vez… Ella se me queda mirando con ojos vidriosos y solo me dice una cosa … --Besame tonto, o tengo que hacerlo yo. Y nos quedamos, aparcados en ese arcen de la carretera besandonos como si dos adolescentes tuvieran su primera cita en un viejo Chevrolet.

  • Breviario de historia de Espana de Laura Lara , Maria Lara

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    En los ultimos 20 anos no se ha publicado una Historia de Espana en un solo volumen que sirva de lectura para el publico en general y, a la vez, como manual para los estudiantes que deseen obtener una vision completa y proporcionada desde el Antecessor a la crisis de la globalizacion. Con ese fin, el afan de buscar la verdad y la intencion de generar amistad con nuestra propia Historia, aparece esta obra en la que las autoras reflexionan en clave actual sobre todos los eventos que Espana ha protagonizado. ?Sabia que el Neanderthal ya era detallista cuando ensayo destrezas de joyero? ?El joven Balbo, gaditano y millonario, mostro dotes publicitarias al organizarle la campana a Julio Cesar? ?Que a Alvar Nunez Cabeza de Vaca no lo echaron al caldero gracias a que los nativos lo tomaron por curandero, o que en la Espana de los Austrias el personaje que mas pavor causaba, en ninos y adultos, era el corsario ingles Francis Drake? ?Que nuestro horario es producto de que, en 1942, Franco decidio retrasar 60 minutos los relojes para alinear el tic tac espanol con el huso de Centroeuropa durante la Segunda Guerra Mundial? Todos estos misterios, y mucho mas, se resuelven con un estilo ameno y desde una perspectiva sumamente didactica para que los lectores disfruten descubriendo como ha discurrido la vida en el mayor imperio sonado.

  • Casa Cacao de Ignacio Medina , Jordi Roca

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    Jordi Roca comenzo trabajando con chocolates de distintos origenes y preparados de formas muy diferentes en sus elaboraciones. Hasta que decidio dar un paso mas y empezar un nuevo proceso creativo a partir del redescubrimiento del cacao. La experimentacion le llevo a afrontar un recorrido a traves de la historia del chocolate, que le ha transportado al lugar de origen del cacao, en la selva amazonica.

  • La huida de Bella de Elsa Tablac

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    DUNCAN Estaba convencido de que ese no era su nombre real, pero yo ya no podria llamarla de otra forma. Bella. Observe como se deslizaba alrededor de la barra, sobre el escenario, vestida solo con un bikini minimo y brillante. Nuestras miradas se cruzaron y creo que en ese instante baje los ojos. Era complicado asimilar tanta belleza y ponerla en el contexto en el que me hallaba. El sitio no era otro que el club de striptease de Roscoe. Era la tercera vez en menos de diez dias que acudia alli para tomar una copa con mi socio y amigo Justin. Esa era la version que el tenia. Una excusa debil que dudaba que pudiese sostener durante mucho mas tiempo. En realidad solo queria volver una y otra vez para verla a ella. A Bella. Todas las noches que hiciesen falta. Pero ya habia decidido que la proxima vez acudiria solo. --No te creas que no me he dado cuenta, Dun --me dijo Justin. Empezaba a arrastrar un poco algunas silabas. Aquella noche conducia yo de regreso al motel donde nos alojabamos, y el ya iba por su tercera copa. Desvie la mirada. En ese momento el local de Roscoe estaba en uno de sus momentos algidos de la semana. Eran las doce de la noche del jueves y el bullicio era casi atronador. --?Que es lo que no se te ha escapado esta vez? --le pregunte. Justin senalo a la stripper con el dedo. A mi Bella. --He visto como la miras. --?Acaso hay alguien en este antro que no la este mirando? --No. No no no. Ya sabes a lo que me refiero. Jamas has querido acompanarme a un club de striptease, Duncan. Nunca te ha dado la gana. Y esta noche estamos aqui por tu propia iniciativa. Por tercera vez. ?Y piensas que voy a creerme que solo te apetecia tomar una copa? Si ni siquiera quieres beberte una cerveza. Sonrei. Era muy dificil enganar a aquel cabron. Demasiados anos juntos. --Eh, amigo. Que yo no te estoy juzgando --continuo--. Pero si te interesa esa chica deberias… no se, acercarte a ella. Intentar hablarle. No siempre va a estar subida ahi arriba. O al menos ponerle uno de estos entre ese par de tetas. Justin me extendio un billete de veinte dolares sobre la barra. La sola idea de plantarme delante de Bella y ofrecerle dinero a cambio de unos segundos de su atencion me resultaba casi ofensiva. Le devolvi el billete. --Nah. Veinte dolares no llega para pagar ni uno de sus pestaneos. Justin solto una carcajada. --?Una stripper, Duncan? ?Estas seguro? Podrias tener a la mujer que quisieras y te encaprichas de una de las chicas de Roscoe. Me encogi de hombros. Tampoco me apetecia seguir negando la evidencia. Mi socio saco la cartera del bolsillo. Una de las razones por las que estaba tan euforico ese dia era que habia ganado una mano importante de poker justo antes de nuestro viaje. --?Que haces? --le pregunte. --Tengo una idea mejor --dijo, sacando un fajo de billetes--. Un lap dance. Te vas con ella a uno de esos apartados. Y que te haga un striptease privado detras de la cortina. Y cuando termine le dices que te encantaria llevarla a cenar y al cine, y regalarle joyas. --Tu ves demasiadas peliculas --respondi, riendome--. Guarda eso, anda. Justin levanto el dedo para llamar la atencion de Mindy, la camarera. Una veterana del Roscoe que no habia dejado de mascar chicle desde que habiamos entrado y a la que ya nada podia sorprender. --Dime, guapo. --?Cuanto dirias que cuesta un show privado de aquella senorita? --le pregunto. Le propine una patada por debajo de la barra, pero no se dio por aludido. --?Quien? ?Bella? --Si, aquella. La rubia flexible con cara de buena chica. Mindy se rio abriendo mucho la boca y exhibiendo varias caries. --Sigue sonando, guapo. Bella no hace privados. No los necesita. Es la chica de Roscoe que mas dinero gana. La numero uno. Con diferencia. --Todos tenemos un precio --dijo Justin. Mindy se encogio de hombros. --Todos excepto Bella. Yo puedo hacerte ese show privado, si quieres --contesto la camarera. No habia podido evitar echar un goloso vistazo al fajo de billetes que Justin habia sacado de paseo por encima de la barra hacia unos segundos. Me acerque a su oido y le susurre que parase de una vez. A veces era un ordinario y un fanfarron. Justin disfrutaba dejandome en evidencia solo para satisfacer su morbo personal. Mientras el se ponia a charlar con Mindy, le di la espalda y la contemple de nuevo. La idea de que Bella supiese que se habia insertado a fuego en mi pensamiento me provocaba vertigo. Era ridiculo. No estabamos en el instituto. Soy un tipo con exito y tengo mi propio negocio. Y ella es una stripper. Como minimo. Quien sabe si va mas alla. La cancion que sonaba en ese instante era Poison, de Alice Cooper. Bella se contorsionaba alrededor de la barra como si esta fuese una extension de su cuerpo, una mas de sus perfectas extremidades. Cada uno de sus movimientos se amoldaba a la musica y a todas y cada una de mis expectativas. Observe el coro de babosos que tenia alrededor y que lanzaban billetes a sus pies. Ella les sonreia como si fuese de otro planeta. Era una autentica diosa y no podia dejar de pensar en ella desde hacia casi diez dias, los mas extranos de mi vida. Una stripper, Duncan Murphy. Nada menos. Diez dias tratando de asimilar la realidad. Que me habia colgado de una mujer que bailaba mientras se quitaba la ropa y de la que no sabia absolutamente nada. Ni siquiera su nombre real. Un nombre que ni ella misma me diria. Y sin embargo, tal vez yo no era muy diferente de los tipos que la jaleaban a sus pies. Simplemente la observaba desde la distancia, desde la seguridad de la barra del bar. No me atrevia a acercarme, y si Justin se enteraba de todo lo que pasaba por mi cabeza se reiria de mi hasta el dia del juicio final. Mi proceso mental durante aquellos dias habia sido…curioso. Al principio, negue la evidencia. Trate de olvidarla, aniquilar mi obsesion todo lo rapido posible. Llame a Julia, una antigua amiga con la que tenia citas esporadicas. Conduje hasta la ciudad; la invite a cenar y me sorprendi a mi mismo pensando en Bella mientras esperabamos el postre. Despues, la lleve a su casa y esa misma noche trate de buscar algo de informacion sobre ella en internet. Menudo idiota. Como si estas chicas dejasen algun tipo de rastro en la red. Bella era menuda, atletica y tenia una melena rubia y sedosa que le caia sobre los hombros. Los labios en forma de corazon, y las curvas mas mareantes que recuerdo. Me gustaba fijarme en su mirada, en ver hacia donde dirigia aquellos enormes ojos claros, y debo reconocer que me estremeci cada una de las ocasiones en las que crei que me estaba observando desde su pequeno escenario. Me gire y vi que Justin seguia con la distendida conversacion con Mindy. --Vuelvo enseguida --murmure, aunque mi amigo no me prestaba ninguna atencion. Me dirigi al bano del Roscoe y al salir me quede plantado en medio de la sala. Bella seguia moviendose por el escenario, y justo en aquel momento se desprendia de su sujetador. Inmediatamente cubria sus grandes pechos, rosados y perfectos, con su antebrazo. Era magnetica. No podia apartar la mirada de ella, a pesar de que habia otras chicas haciendo cosas muy parecidas en aquella sala. Me encamine hacia el borde de su escenario. En aquel momento no pensaba, solo respondia a mis impulsos. A pesar de la contundencia de sus curvas yo no podia apartar la mirada de sus ojos, convertidos en un ancla que ya nos habia unido.

  • La ultima secuencia de Enrique Vasalo

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    La libertad es nuestro bien mas preciado, pero no eres consciente de ello hasta que intentan arrebatartela. Corri todo lo que pude hasta la siguiente bocacalle. Torci a la izquierda y segui corriendo. Mire hacia atras. No se veia a nadie. Aposte por la derecha en la siguiente manzana. Entre en un hipermercado y, durante casi una hora, estuve recorriendo las estanterias del fondo simulando que hacia la compra. Finalmente, y como tenia algo de dinero en el bolsillo, compre una gorra, unas gafas de sol y una camiseta tecnica de esas que usan los deportistas. La unica de mi talla era naranja; el color no podia ser mas llamativo. Camine por las aceras mas transitadas intentando pasar desapercibido hasta la primera cabina telefonica que encontre. No sabia que hacer. ?Llamo o no llamo? Solo habia pasado una hora desde mi huida. ?Les habria dado tiempo a pinchar el telefono? Decidi no arriesgarme y segui caminando. Al doblar la siguiente esquina, me tope con dos policias que se dedicaban a observar a todo el que pasaba por la acera. Me hundi la gorra lo que pude e intente parecer tranquilo. Note, con el rabillo del ojo, como me clavaban la mirada al pasar por su lado. No los habia dejado atras ni dos metros cuando les oi decir: --!Eh!, usted. Espere un momento. Me pare en seco. Mis piernas se volvieron flacidas y mi corazon parecia que iba a saltar del pecho. Me gire hacia los agentes tratando de esbozar una media sonrisa. Pero no me miraban a mi, sino a un hombre trajeado que estaba a mi lado y caminaba en mi misma direccion. --Senor, su cartera esta a punto de caerle del bolsillo. El tipo se metio la cartera hacia adentro y les dio las gracias. --No hay de que. Buenos dias, caballero. Segui recorriendo las calles sin pararme demasiado para no llamar la atencion. Todavia no podia creerlo. Hace unos dias estaba tocando fondo, derrotado sobre la maquina de escribir. Tan solo era un escritor fracasado mas al que nadie conocia. Y ahora mi foto salia en todos los noticiarios como la del hombre mas buscado. El enemigo publico numero uno. ?Que como pudo sucederme esto? Os lo contare empezando por el principio. 1. Sin inspiracion Despues de haber permanecido una media hora frente al folio en blanco, me levante del escritorio y empece a pasear por la habitacion. Luego recorri todos los cuartos y pasillos de la casa, desde la planta baja a la de arriba. Me recoste unos minutos en el sofa. Me lave la cara. Incluso subi a la terraza y me tumbe mirando al cielo. Pero nada. Por mucho que rebusque entre aquellas hermosas nubes esponjosas, que banadas por el sol parecian helados de vainilla, de alli tampoco se escurrio ni una gota de inspiracion. Empece a teclear en mi vieja Olivetti sin mas. Escribia todo aquello que me pasaba por la cabeza, por banal o absurdo que resultase. Sin importarme que las palabras no guardasen relacion entre ellas. No tarde en llenar algo mas de media hoja. Pare de escribir y empece a leer aquel galimatias. Tenia la esperanza de que alguna palabra, frase o secuencia resultase ser el germen de una gran historia: la chispa que diese la vida al monstruo, pero no, no hubo suerte. Arranque el folio de la maquina. Lo estruje hasta convertirlo en una bola y lo lance a la papelera. Choco contra la montana de los anteriores abortos que sobresalian en el cementerio de ideas y se estrello contra el suelo, pasando a engrosar el numero de planetas que gravitaban alrededor del agujero negro que se habia formado por culpa de mi vacio interior. Dios, me estaba volviendo loco. Estaba forzando el acto creativo. Pero es que no queria afrontar el hecho de que estaba seco, falto de ideas y de motivacion. Y lo que es peor, me estaba autodestruyendo. Tal vez la vela de mi creatividad se habia consumido ya. Debia de ser una vela corta. Hace dos anos vendi un guion, el primero que escribi, a una productora cinematografica. Aunque no me pagaron mucho por el, interprete el hecho como una senal: el principio de mi gran carrera como escritor. Abandone mi empleo (profesor en un instituto de secundaria) y me centre en la escritura. Desde entonces habia engendrado cinco guiones mas pero no habia conseguido venderlos, aunque todavia no habia perdido la esperanza y seguia probando suerte enviandolos a productoras cinematograficas. El dinero ganado con mi primer guion mas los ahorros de mi epoca de profesor habian estado financiando mi aventura como escritor, pero ese pozo estaba a punto de secarse. Pronto tendria que empezar a buscarme un empleo. Entretanto mis pensamientos seguian torturandome: tal vez me habia equivocado y ser escritor no era lo mio; yo no era capaz de tan dificil empresa; ?Quien me habia creido que era? Por lo visto en mi primer guion debia de haberme acompanado la suerte del principiante. Acto seguido, la borrachera de aquel primer "exito" alimento mi vanidad y en menos que canta un gallo mis pies dejaron de tocar el suelo. Me lo crei. Y mira como habia acabado. Espachurrado contra el suelo despues de haber caido desde las grandes alturas de mi ego. No se al resto de escritores, pero a mi no me basta escribir para crear buenas obras. Necesito creer en la historia. Tiene que cautivarme y llenarme por completo. En el mundo solo puede haber dos cosas: la historia y yo. El problema era que eso solo me habia ocurrido una vez: cuando escribi mi primer guion. ?Y que habia hecho desde entonces? Convertir mi maquina de escribir en una maquina de hacer churros que fabricaba historias en serie y sin alma. No sabia si volveria a encontrar una historia que me enamorara, ni tampoco una mujer. Escuche como el cartero deslizaba el correo por debajo de la puerta. Mientras me acercaba a recogerlo, pude reconocer dos de los tres sobres que habia en el suelo: el de la compania telefonica y el de la compania hidroelectrica. Pequenos pagos que empezaban a agobiarme al recordarme el poco dinero que me quedaba y que pronto se convertirian en un serio problema. El tercer sobre, debajo de los otros, apenas se veia. Le di la vuelta para ver quien era el remitente: "PRODUCCIONES CINEMATOGRAFICAS DELTA. Asunto: guion Un golpe maestro". No pude evitar empezar a sentirme nervioso y excitado. Hace unos meses telefonee a la productora DELTA para ofrecerles mi ultimo guion. Me dijeron que se lo enviara y que ya me contestarian cuando pudiesen para decirme si les interesaba comprarlo. Habian pasado mas de cuatro meses desde que les mande la copia y, ahora, por fin, iba a saber si lo querian o no. Un golpe maestro narra, en clave tragicomica, como un grupo de parados, angustiados por su situacion economica, se meten a ladrones profesionales y planean el atraco a un banco. Llegue a la conclusion, teniendo en cuenta la de pelis que hay sobre robos a bancos, de que era un genero por siempre demandado y que podria venderse con relativa facilidad. Me esmere al maximo en todos los aspectos: creando unos personajes principales creibles y bien motivados; disenando un golpe ingenioso que exigiera minuciosidad (ahi estaba la comedia, concretamente en la parte en la que se dedicaban a ensayar y cronometrar el plan: solian cometer numerosos errores que movian a la risa, o al menos esa era la intencion); y creando una tension creciente durante todo el tiempo que duraba el atraco. Esto era la capa superficial de la historia que, de alguna manera, apelaba al inconsciente de muchos espectadores, los cuales podrian admirar a unos personajes que, al contrario que ellos, si se atrevian a desatar sus instintos mas reprimidos. Con un arma en la mano y descerrajando tiros contra la autoridad, el cine ayudaba a proyectar una fantasia reprimida: la rebelion contra el sistema y el triunfo de la libertad individual. Pero, en esencia, no aspiraba a ser una pelicula freudiana, ni tampoco revolucionaria. Nada de eso. Solo pretendia denunciar las injusticias sociales. Esa era mi principal intencion. Denunciar los comportamientos aberrantes que genera el sistema. Abri el sobre despacio. Cargado con el mismo temor con que me habia enfrentado a las anteriores contestaciones de otras productoras, todas negativas. No pude evitar pensar que el hecho de haber recibido la carta disminuia las posibilidades de que el guion hubiese gustado: ?Por que iba un productor interesado a enviar una carta pudiendo llamar por telefono? ?Iba a perder el tiempo esperando varios dias a que una carta llegase a su destinatario? ?Para que? ?Para dar tiempo a que la competencia se le adelantase? Pero contra este pesimista razonamiento, luchaban las pocas esperanzas que aun albergaba en mi interior: tal vez el guion le habia encantado al productor, pero habia optado por enviar la carta para no parecer demasiado interesado. (Una estrategia para conseguir negociar el precio a la baja. Posiblemente el viejo zorro estaria frotandose las manos mientras se fumaba un puro habano y esperaba a que yo picara.) Con el pulgar y el indice, fui sacando la carta del sobre muy lentamente, como uno de esos jugadores de poquer que acostumbra a descubrir la suerte de su juego con lentitud. Estimado Sr. Bonet: Hemos leido detenidamente su guion. Nos ha parecido muy interesante. No obstante, no encaja con el tipo de peliculas que estamos produciendo en estos momentos. Le animamos a que en el futuro vuelva a remitirnos nuevas propuestas. Atentamente, PRODUCCIONES DELTA Puta mierda. Otro punetazo mas directo al estomago. Todo mi planteamiento de vida de los ultimos dos anos volvio a tambalearse. Estaba a punto de desmoronarse por completo. Y la verdad es que ya no me importaba, estaba cansado. Necesitaba un cambio. Airear mi vida. Me mire en el espejo del recibidor. Por un instante tuve la sensacion de que no conocia al que estaba enfrente. ?Quien era aquel tipo de casi cuarenta anos con algunas canas? Alguien que me taladraba con la mirada, alguien que habia dado conmigo despues de haberme buscado durante mucho tiempo y que ahora me pedia cuentas: ?Donde has estado todo este tiempo? ?Que has estado haciendo? ?A que has estado jugando? Note como una oleada de realidad barria toda la parafernalia que rodeaba mi vida y las armaduras de proteccion se desensamblaban y caian al suelo hechas anicos. Mira donde estas, inutil. Acabas de desperdiciar dos anos de tu vida. No tienes un duro. No tienes chica. Ni sexo: no habia tenido sexo con una mujer desde hacia mas de siete meses; cuando Susi, mi ultima amiga, decidio dejar de visitar mi alcoba los domingos por la noche harta de una relacion que no iba a ninguna parte, me dijo. Nada nuevo bajo el sol. Lo mismo dijeron las anteriores. A pesar de que nunca prometi nada, no pude evitar sentirme culpable. El ring del telefono me sobresalto. Tire del cable hasta hacer salir el aparato de entre un barullo de papeles. --Diga. --?Alberto? --Si, soy yo. ?Quien es? --pregunte. --Soy Javier. ?Como estas? Tarde unos instantes, pero reconoci la voz. --Ah. Hombre. Cuanto tiempo --dije con tono de feliz reencuentro (Javier era un amiguete de mi juventud al que hacia tiempo que no veia)--. ?Como va…? --Escucha. No me queda mucha bateria. Voy al grano. --Ok. Dime. --Estoy remodelando un viejo caseron en el campo (Javier trabajaba como aparejador en la constructora de su familia) y ayer encontre algo en el sotano de lo mas insolito. --?Ah si? ?Que es? --Material cinematografico antiguo. No se que es exactamente pero enseguida pense en ti. Di la orden de que nadie tocase nada hasta que hablase contigo. Quiza sea valioso, pense. --Puede ser --dije ocultando mi escepticismo y mostrandome educado e interesado en lo que me contaba. --?Podrias acercarte a verlo? Tu sabras si esto tiene algun valor o si por el contrario su destino es mas bien el camion del escombro. --Si, por que no. Me gustaria. --El caseron esta donde el Senor perdio la sandalia. Es imposible encontrarlo si no te acompana alguien que conozca el camino. Yo tengo que ir dentro de un rato. Si te viene bien... --Si, sin problema

  • Mil campanas de Isabel Keats

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    Encontrarte con tu primer amor despues de un monton de anos parece una jugarreta poco elegante del destino; sobre todo, cuando ese <> te hizo sufrir tantisimo. Sin embargo, Lili no es una mujer rencorosa y acepta seguir viaje con el por California. Eso si, si algo tiene muy claro en esta vida es que no esta dispuesta a convertirse en una de esas pateticas mujeres que tropiezan dos veces con la misma piedra.

  • Encontrada por la tentacion de Helena Sivianes

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    La desesperacion, las dudas, el dolor y la desconfianza hacen a Daniela sin destino alguno. Un viaje que le hara conocer a una persona que le abrira los ojos sobre sus sentimientos y lo que es capaz de hacer por ellos.

  • Un revolver y siete rosas (Elizabethtown 1) de Brenna Watson

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    Le dolian tanto los pies que apenas podia continuar avanzando. Desde que habian abandonado Cold Harbor, donde la Union habia sufrido una de sus mayores derrotas, se habian dirigido a Petersburg para unirse al asedio de la ciudad. Alli pretendian hacerse con el control de aquel punto estrategico y cortar las comunicaciones ferroviarias que abastecian al ejercito del general Lee. Gabriel Sinclair no recordaba cuantas horas llevaba caminando y, cuando al fin alcanzaron su destino y obtuvieron permiso para descansar, lo primero que hizo fue quitarse aquellas malditas botas. Contemplo, con una mueca de dolor, sus pies ensangrentados y los dedos casi agarrotados y deformes a fuerza de llevar un calzado dos numeros menor al que le correspondia. Al menos, penso, no iba descalzo. No hacia muchos dias que habia contemplado el cadaver de uno de aquellos confederados, que habia cubierto sus pies con pedazos de carton pintados de negro. A su lado se tendio su primo Russell. El y Mitchell Chapman, Mitch, parecian los unicos conformes con su indumentaria, el ultimo a causa de unas relucientes botas que le habia hecho llegar su padre desde Saint Louis, aunque al parecer seguia echando de menos sus zapatos Oxford. <>, se dijo, aunque sin atisbo de acritud. Mitch era un buen chico, y generoso ademas. Compartia con sus companeros casi todo lo que le hacian llegar desde casa, desde dulces a camisas nuevas. De hecho, le habia sugerido a Gabriel intercambiar con el las botas de vez en cuando, solo para que pudiera descansar los pies, pero se habia negado a aceptar. Ya era suficiente con que sufriera uno de los dos, aunque en ocasiones, como esa en concreto, se arrepentia de no haber accedido. David Cassane se sento cerca de ellos, apoyo la espalda contra un arbol y, como era su costumbre, abrio aquel cuaderno de tapas negras que siempre llevaba con el para ponerse a escribir. Gabriel admiraba su capacidad de concentracion. Era capaz de abstraerse hasta en las condiciones mas adversas. --?Que crees que escribira ahora? --pregunto Brett McFarlane con su habitual sonrisa. Se dejo caer junto a Russell, que protesto cuando lo empujo sin querer--. Si no hemos hecho otra cosa que caminar durante dias. --Seguro que esta escribiendo sobre ti --bufo Russell. --Entonces necesitara un cuaderno mas grande --bromeo Brett. Mitch habia encendido un pequeno fuego y colocado una cafetera encima. Por suerte, en ese momento disponian de agua en abundancia, aunque nunca se sabia cuanto iba a durar la buena fortuna. Gabriel aun recordaba la ultima vez que habia recogido el agua de lluvia con sus botas y habia tenido que beber de ellas antes de llenar su cantimplora. David finalizo su escritura antes de lo acostumbrado, guardo el cuaderno en el bolsillo superior de su chaqueta, y la pluma, con sus iniciales grabadas, en el macuto. --?Que creeis que hacemos aqui? --les pregunto a bocajarro. --Impedir que los confederados entren o salgan de Petersburg --respondio Mitch, que siempre parecia el mejor informado de todos. --Es decir, que esto puede alargarse durante dias. --Si, supongo. Cuando la cafetera comenzo a silbar, Mitch la retiro del fuego y sirvio cafe para todos. Gabriel nunca habia sido muy aficionado a aquella bebida tan amarga, pero era una de las pocas cosas que el ejercito distribuia con profusion. Mientras disfrutaban de aquellos minutos de descanso, observo a los hombres que lo rodeaban uno a uno. Se habian conocido en Pennsylvania, al poco de alistarse en el ejercito, y en los tres anos infernales que llevaban juntos se habian vuelto inseparables. Juntos tambien padecieron hambre y sed, un calor abrasador y un frio que a punto estuvo de llevarselos al otro lado. Se habian curado mutuamente las heridas y compartido las provisiones y, en las noches mas oscuras, se habian consolado compartiendo lagrimas y suenos. Eran los mejores amigos que un hombre podia tener, estaba convencido. Gabriel Sinclair aun no podia saber lo que les aguardaba, ni sospechar siquiera que muy pronto iban a perder a uno de ellos en la que seria conocida como una de las acciones mas sangrientas de toda la guerra: la batalla del Crater. Capitulo 1 Elizabethtown, Kansas. Octubre de 1870 El sol aun estaba alto cuando Eleanor Montgomery se bajo del tren en Elizabethtown. La estacion no era mas que un conjunto de tablas desbastadas y una pequena oficina, con los cristales tan cubiertos de polvo que era imposible apreciar si habia alguien en su interior. Un hombrecillo emergio del edificio para ocuparse de que su equipaje fuese colocado en el anden. Cuando el tren se puso en marcha de nuevo, le dedico una leve inclinacion de cabeza y regreso a su cubiculo. Eleanor recorrio con la mirada el modesto apeadero para cerciorarse de que su marido, James Montgomery, no habia acudido a recibirla. Tras casi una semana de viaje desde Richmond, Virginia, llegaba por fin a su destino, al Salvaje Oeste del que tanto habia oido hablar. Se pregunto una vez mas si habia tomado la decision acertada. Un ano antes, tras el fallecimiento de su madre, le sugirio a su esposo la idea de reunirse con el en el Oeste, pero James alego multitud de buenas razones para que no lo hiciera, y ella se plego a sus deseos. La guerra le habia arrebatado a Eleanor cuanto poseia, empezando por su padre y sus dos hermanos, y luego su plantacion de tabaco, que vio arder hasta los cimientos a manos de los yanquis. Su madre y ella se vieron obligadas a aceptar la generosidad de los Cathaway, viejos amigos de la familia, para poder sobrevivir. James Montgomery III habia sido amigo de su padre toda la vida, a pesar de ser algo mas joven, y habia aceptado la propuesta de desposar a su hija como un favor personal. Su fortuna habia sucumbido bajo el ejercito del general Ulysses S. Grant, al igual que la de Eleanor y su familia, y los habitantes del viejo Sur habian tratado de estrechar aun mas los lazos que los unian. Con veinticuatro anos ya cumplidos, Eleanor seguia soltera, y las posibilidades de encontrar un esposo apropiado se habian desvanecido con la guerra. Su padre, que se recuperaba de una herida por aquel entonces que acabaria con el meses despues, habia propuesto un matrimonio de conveniencia que fue aceptado por ambas partes. Eleanor recordo, no sin cierto rubor, su noche de bodas. James era veinte anos mayor que ella, un viudo bien parecido que resulto ser un hombre considerado y atento, en el lecho y fuera de el. Hacia anos que Eleanor habia abandonado sus suenos romanticos de juventud, y vio el matrimonio con James como la ultima oportunidad de no convertirse en una solterona. Solo un mes despues del matrimonio, el se habia mudado al Oeste en busca de fortuna, con la esperanza de regresar con dinero suficiente como para empezar de nuevo. Cinco anos llevaba Eleanor aguardando reunirse con ese hombre que era practicamente un desconocido, y se habia cansado de esperar y de aceptar todas las excusas con las que el habia argumentado esa separacion. Nada la ataba ya a su Virginia natal y su deber era estar junto a su esposo, para labrar juntos su incierto futuro. Habia empaquetado sus cosas y, el dia antes de partir, le habia enviado una carta anunciando su llegada, sin otorgarle tiempo suficiente para una replica en la que intentaria hacerle cambiar de idea. Algo habia fallado en su plan, porque James no se encontraba alli. Sintio que el jefe de estacion la observaba desde el otro lado del sucio cristal de su ventanilla. Se imagino que no debia de ser muy corriente ver a una mujer ataviada con un vestido de muselina sentada sobre un desvencijado banco, rodeada por media docena de baules y otros tantos bultos de distintos tamanos. Esa manana, en el tren, se habia esmerado en acicalarse para causar buena impresion a un marido al que apenas recordaba. La estrategia no surtiria efecto si no aparecia pronto; el aspecto saludable y lozano que pretendia aparentar se iria al traste. Decidio concederle otros veinte minutos, tiempo mas que suficiente para que el hubiese oido el silbato del tren desde cualquier punto del pueblo en el que se hallase y acudiese en su busca. Transcurrio ese tiempo, y algo mas. La espera comenzaba a ser insoportable. Tal vez James no estaba ese dia en Elizabethtown, quizas habia viajado hasta Abilene, a cuarenta y cinco millas de distancia, y habia olvidado dejar instrucciones para que alguien acudiese a recogerla. O, peor aun, tal vez su carta aun no habia llegado. Ese pensamiento le helo momentaneamente la sangre. Se aproximo a la ventanilla, dispuesta a remediar el estado de incertidumbre en el que se hallaba. --?Necesita ayuda? --le pregunto el hombrecillo desde el otro lado del cristal. --Si, por favor --le respondio, ofreciendole su mejor sonrisa--. ?Podria guardar mi equipaje en la estacion mientras voy en busca de mi esposo? --Por supuesto --contesto solicito--. Ahora mismo me ocupo de ello. Eleanor permanecio erguida, retorciendose las manos con nerviosismo mientras el hombre salia de detras del mostrador, cruzaba la puerta y se aproximaba a sus baules. Su aspecto le resultaba simpatico, un hombre pequeno y energico, que caminaba dando saltitos y cuyos ojos, de un azul desvaido, se movian al mismo ritmo bajo la montura de sus lentes. --?Se le ofrece algo mas? --le pregunto, al ver que ella no se movia del sitio. --Le agradeceria mucho si pudiera orientarme. Acabo de llegar y aun no conozco el pueblo. --Me he dado cuenta de ello. --Le sonrio con amabilidad--. Permitame que me presente. Soy Matt Perkins, el jefe de estacion --le dijo, e inclino ligeramente la cabeza al tiempo que sus pulgares se enganchaban de los tirantes que sostenian sus pantalones--. Este es un lugar pequeno, y aqui nos conocemos todos. ?Que necesita saber? --?Podria indicarme como llegar al negocio de James Montgomery? --Le dedico su mejor sonrisa. --Crei que habia dicho que iba en busca de su esposo --contesto el hombre mientras la miraba con cierta suspicacia. --El senor Montgomery es mi marido --aclaro ella, irguiendose ante lo que parecia una inexplicable mirada de reproche. --!Que me aspen! ?Habla usted en serio? --Perkins la observo de arriba abajo, con las cejas ligeramente alzadas y la boca formando una extrana mueca que no supo interpretar. --Desde luego que si --contesto de forma rotunda, atonita ante la falta de modales de su interlocutor--. ?Como se atreve a dudarlo? --Disculpeme, senora, no era mi intencion ofenderla --le respondio con un tono mucho mas suave--. Es solo que no sabia que tuviera esposa… --Le escribi diciendole que venia, pero, como puede ver, no ha acudido a recibirme. Tal vez mi carta no llegara a tiempo --dijo con una voz apenas audible, mientras se recriminaba el proporcionar tanta informacion a un desconocido. De repente, el hombre parecio a punto de sufrir una apoplejia. Se saco un arrugado panuelo del bolsillo y se seco la frente, sin dejar de observarla durante todo el proceso. Luego se coloco las manos sobre los rinones, como si se estuviese preparando para pronunciar un discurso. Cuando volvio a meterlas en los bolsillos y a hundir los hombros, la que estaba a punto de sufrir la apoplejia era Eleanor. --Creo que sera mejor que se siente --le dijo al fin, indicandole el mismo banco que acababa de abandonar. --!Pero si acabo de levantarme! --Lo se, lo se, pero sera lo mejor --le aseguro con un expresivo gesto de las manos en direccion al descascarillado asiento. --?Que ocurre? !Me esta usted incomodando! --Oh, creame que lo lamento, de verdad que si. ?Quiere usted tomar un vaso de agua? --?Un vaso de agua? --Eleanor no salia de su asombro. --Si, claro, que estupidez --contesto Perkins sin mirarla, como si hablara consigo mismo--. Mejor un whisky, ?no? --?Un whisky? ?Pero se puede saber que ocurre? ?Donde esta mi marido? --Las sospechas se acumulaban en el aire como un remolino de polvo--. ?Le ha sucedido algo? La pausa fue tan elocuente que Eleanor cayo desmadejada sobre el banco. --Es eso, ?verdad? --pregunto con un hilo de voz, lamentando no haber aceptado ese vaso de agua. --Me temo que si, senora --balbuceo el hombrecillo--. Creame que siento ser yo quien le comunique la noticia, pero su marido… bueno, su marido ya no esta entre nosotros. --?Mi marido ha… muerto? --Eleanor sentia como si el mundo se hubiese puesto a dar vueltas a su alrededor. --Eso es, senora, exactamente --respondio Perkins, visiblemente aliviado. --?Como? ?Cuando? --balbuceo ella al cabo de una larga pausa. --Sufrio un ataque el domingo, y el medico no pudo hacer nada por el. Dijo que le habia fallado el corazon, asi, de repente. Fue enterrado hace dos dias. Lo siento mucho. Muerto. James habia muerto. Eleanor aguardo a experimentar el aguijonazo de dolor que ya le resultaba familiar, pero, para su sorpresa, no se produjo. Un latido sordo en el interior del pecho, producto mas del asombro que de la angustia, fue la unica senal que se dejo sentir. No era una reaccion inapropiada, se dijo a si misma, teniendo en cuenta que apenas se conocian. Pero era una desgracia. Aun era un hombre joven y era su marido. ?Como habia podido suceder algo tan terrible? ?Que iba a ser de ella ahora? Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, no era consciente de que el jefe de estacion observaba consternado los dos lagrimones que se deslizaban por sus mejillas. --?Quiere que vaya a buscar a alguien? --le pregunto transcurridos unos minutos. Eleanor emergio de su catarsis y observo al hombre, al que le parecia ver por primera vez. Su rostro angosto y veteado de arrugas, enmarcando esos ojillos vivaces de un azul traslucido que ahora parecian ligeramente empanados, las cejas tupidas y aun oscuras, el escaso cabello que ya empezaba a clarear… Su cara ahora amable la contemplaba con cierta preocupacion, que le parecio normal dadas las circunstancias. --No, gracias. No conozco a nadie en el pueblo --contesto mientras intentaba recuperar la compostura. --Podria avisar al reverendo Spencer. O al medico. ?Necesita usted sus sales? --?Mis sales? --inquirio con cierta perplejidad. --Si, ?no las necesitara? ?Y si se desmaya? ?No es eso lo que se utiliza cuando una mujer pierde el conocimiento? --No se inquiete. Estoy practicamente segura de que no voy a desmayarme --respondio, no del todo segura de sus palabras. El cansancio de los ultimos dias parecio abatirse sobre ella. Perkins asintio, aunque no parecio muy convencido con la respuesta. La vio fruncir el ceno y morderse el labio inferior, como si anduviera perdida en profundas cavilaciones, lo que no era de extranar. --?Podria usted indicarme ahora como llegar a la casa de mi marido? --pregunto al fin, clavando en el unos ojos de color miel que de repente parecian demasiado grandes para aquel rostro tan delicado--. Creo que sera lo mas apropiado. --Oh, bueno, vera… yo creo que estara mejor donde la viuda Dupre. Tiene una casa de huespedes y seguro que la acogera con mucho gusto, hasta que se sienta con fuerzas. --Es muy amable, pero creo que sera mas conveniente que me aloje en mi propia vivienda. --Si, por supuesto, pero… en fin… no se como… --Perkins se miraba los pies mientras trataba de encontrar las palabras apropiadas, para mayor consternacion de Eleanor--. Su marido no tenia una casa propiamente dicha. --?Donde vivia entonces? --inquirio, preguntandose que mas desagradables sorpresas la aguardaban--. ?En un hotel, quizas? --Oh, no, no, senora. James Montgomery tenia una buena propiedad --aclaro. --Senor Perkins, ?donde vivia mi marido? --Encima de su local, senora, en una especie de apartamento que se hizo construir a su gusto. Eleanor asintio, aprobando la idea de James de aprovechar el negocio tambien como vivienda, un modo de ahorrar un dinero que pensaba invertir en Virginia a su regreso. --?Y sabe usted donde esta? --pregunto con suavidad. --Por supuesto que si, senora --respondio con desparpajo, como si le ofendiera la idea de no saber donde se encontraba el lugar--. En la calle principal, justo pasada la barberia de Cooper, gire a la izquierda y se dara de bruces con el. --Muchas gracias, senor Perkins. --Le sonrio con dulzura mientras se incorporaba--. ?Me guardara el equipaje hasta que pueda hacer que alguien venga a buscarlo? --No pensara ir alli ahora, ?verdad? --Me temo que no tengo otra opcion. No puedo quedarme aqui indefinidamente, ?no le parece? --No, claro. Pero ya le he dicho que la viuda Dupre estara encantada de acogerla. Es una mujer muy amable, y su cocina es estupenda. --Gracias, lo tendre en cuenta. Ha sido usted muy considerado, senor Perkins, y se lo agradezco mucho. Espero que volvamos a vernos pronto. Eleanor se sacudio el vestido, irguio la espalda y, tras despedirse con un leve y estudiado gesto, cruzo la estacion y salio por el lado que daba al pueblo, que se arracimaba a escasa distancia. Elizabethtown habia crecido alrededor de una calle principal y se habia extendido hacia ambos lados mediante una serie de calles mas estrechas, formando una cuadricula. Eleanor sabia por las cartas de James que el ganado procedente de las propiedades situadas al sur bordeaba el pueblo una vez al ano, con destino a los corrales situados al otro lado de las vias, para ser posteriormente subido a los vagones y transportado hasta las fabricas del Este. Mientras recorria la arteria principal, apenas era consciente de las miradas curiosas de las personas con las que se cruzaba. Las visitas femeninas no eran muy frecuentes en un pueblo que vivia casi exclusivamente del ganado de los ranchos vecinos y de algunas manadas que llegaban desde Texas. Y menos visitas tan elegantemente ataviadas como aquella mujer, cuyo vestido de muselina amarillo palido destacaba como una flor en un prado. La gracia con la que caminaba, sosteniendo con elegancia su sombrilla y balanceando suavemente su ridiculo, atrajo mas de una mirada. Eleanor paso frente a varios negocios y viviendas sin fijarse en nada, buscando con la mirada la columna bicolor que anunciara la barberia del pueblo. Su mente solo registro que el pueblo no parecia demasiado grande, que las construcciones eran solidas y que hacia mucho calor. Los tacones de sus botines resonaban sobre el entarimado de madera con una cadencia ritmica, mientras iba inclinando la cabeza de forma mecanica ante todo aquel que se cruzaba en su camino. Se sentia tan aturdida y cansada que temia detenerse antes de llegar a su destino y echarse a llorar en mitad de la calle, algo que una senorita no debia hacer jamas. Su educacion y sus modales eran lo unico que poseia en esos momentos, y trataba de aferrarse a ellos como a una tabla de salvacion en medio de un naufragio. Se permitiria derrumbarse y llorar solo cuando se encontrase en el interior de su nuevo hogar, sin testigos.

  • Querida Rosaura de Lujan Fraix

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    Rosaura Waner fue una persona que no supo entender la vida. Se entrego a los demas en un ir y venir de situaciones divididas. Amo a su madre Magdalena quien cerceno, desde nina, sus deseos mas queridos; la obligo a ser una mujer y a llevar sobre si las cargas de un adulto. No disfruto de los momentos por hallarse inmersa en un pasado que le dejo secuelas hondas: la muerte temprana de Magdalena y la de su hermano Juan Jose de treinta y cinco anos.
    Rosaura vivio para el dolor, para llorar de la manana a la noche a sus muertos, para velar por su hermano menor, Ruben, hasta el ultimo dia. A Maria, su hija, la cuido como un tesoro que le costo mucho concebir. Sintio terror por su salud porque conocia de memoria el sabor de las ausencias; ahogo su juventud con reclamos absurdos y extendio la doctrina de su madre hasta el final de su historia.
    Segun sus propias palabras amo a un Dios que le arrebato la vida.

  • El increible viaje de las plantas de Stefano Mancuso

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    Desde la publicacion de Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal, Stefano Mancuso se ha convertido en un referente ineludible en el conocimiento de la fascinante realidad de las plantas. Suponen el 99,7% de la vida del planeta y sobrevivirian sin los animales mientras que nosotros desapareceriamos inmediatamente en un mundo sin ellas. Si en sus libros anteriores Stefano Mancuso nos descubria que las plantas son sensibles, se comunican e intercambian informacion, duermen, tienen memoria, cuidan de sus hijos, toman decisiones, resuelven problemas y nos mostraba lo que las plantas nos ensenan para resolver los multiples desafios del futuro, en este su nuevo libro se centra en algo que la evidencia parece negar: que las plantas se mueven y viajan.

  • Sol y Sombras de Lourdes Tello

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    Cuando la vida te da una oportunidad.
    Julia es consciente de su vida rutinaria. Su marido y sus hijos son maravillosos, pero ya no puede mas. Sus amigas son las unicas que la alientan a continuar con sus ilusiones. Quiere vivir, desea algo diferente y necesita dedicarse a algo que la llene.
    Un dia conoce de forma casual a Emmanuel, director de una ONG, hombre comprometido con los mas desfavorecidos. El cielo se abre para Julia cuando Emmanuel le propone un puesto en su organizacion. Los suenos y las ilusiones parecen alentar otra vez la vida de Julia, pero sus deseos tambien van a tocar su corazon, llevandola a los reconditos paisajes de Africa, donde revivira una pasion que hacia anos que no sentia. Desde ese momento, Julia no volvera a ser la misma y debera preguntarse si el nuevo camino que ha decidido recorrer no sera un viaje sin retorno.