• libro el silencio de nuestras palabras - Simona Sparaco

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    Es medianoche y una fina niebla envuelve la ciudad dormida mientras en un edificio se origina un incendio cuyas llamas, lentas e invisibles, comienzan a devorar lo que encuentran. En uno de los pisos Alice se duerme mientras espera que Matthias, su nuevo amor del que todavia no se ha decidido a hablar a su madre, regrese. Bastien, el hijo de otra de las vecinas, lleva meses tratando de revelarle algo que podria romperle el corazon, pero no encuentra el coraje para hacerlo. Otro tipo de coraje es el que le falta a Polina, una antigua bailarina clasica, incapaz de aceptar su cuerpo tras la maternidad.
    Pero tanto para ellos como para el resto de habitantes del edificio ya no queda tiempo: los acontecimientos estan a punto de revolucionar sus perspectivas, obligandolos a tomar decisiones extremas y a descubrir, al fin, que las distancias que nos separan de los demas solo se superan con un amor absoluto: aquel que
    no conoce condiciones.

  • El silencio de nuestras palabras - Simona Sparaco - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-el-silencio-de-nuestras-palabras/308756

    11 feb 2020 — Simona Sparaco (1978) es guionista y novelista. Su novela Nadie sabe de nosotros fue finalista del Premio Strega y sus libros han sido ...

  • El silencio de nuestras palabras: Premio DeA ... - Amazon.es

    https://www.amazon.es/El-silencio-nuestras-palabras-Internacional/dp/8408222694

    El silencio de nuestras palabras: Premio DeA Planeta Italia 2019 (Planeta Internacional) : Sparaco, Simona, González-Gallarza, Isabel: Amazon.es: Libros.

  • El silencio de nuestras palabras: Premio DeA ... - Amazon.es

    https://www.amazon.es/El-silencio-nuestras-palabras-Planeta-ebook/dp/B083XPJCXG

    Simona Sparaco (1978) es guionista y novelista. Su novela Nadie sabe de nosotros fue finalista del Premio Strega y sus libros han sido traducidos a varias ...

  • EL SILENCIO DE NUESTRAS PALABRAS - SIMONA SPARACO

    https://www.agapea.com/Simona-Sparaco/El-silencio-de-nuestras-palabras-9788408222699-i.htm

    11 feb 2020 — Comprar el libro El silencio de nuestras palabras de Simona Sparaco, Editorial Planeta (9788408222699) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en ...

  • "El silencio de nuestras palabras", Simona Sparaco - Onda Cero

    https://www.ondacero.es/noticias/cultura/libros/silencia-nuestras-palabras-simona-sparaco_202002135e4588060cf285e6aac0ab9b.html

    13 feb 2020 — Pero el libro es también un canto a la positividad, a la maternidad, porque explora muy bien la relación que une a los hijos. "Soy madre y ...

  • Libro El Silencio de Nuestras Palabras, Simona Sparaco ...

    https://www.buscalibre.es/libro-el-silencio-de-nuestras-palabras/9789584287250/p/52836489

    Libro El Silencio de Nuestras Palabras, Simona Sparaco, ISBN 9789584287250. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros ...

  • El silencio de nuestras palabras (Simona Sparaco) - Miss ...

    https://misssalander.wordpress.com/2020/06/19/el-silencio-de-nuestras-palabras-simona-sparaco/

    19 jun 2020 — Vi esta obra anunciada en el Instagram de Planeta de Libros, si no me equivoco, y de inmediato me sentí atraída por su argumento, ...

  • El naufragio de las civilizaciones de Amin Maalouf

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    Cuando los espectaculares avances tecnologicos de nuestros dias nos han facilitado el acceso al conocimiento como nunca hasta ahora, que vivamos mas y mejor, que el “tercer mundo” se desarrolle…, cuando por primera vez se podria conducir a la humanidad hacia una era de libertad y progreso, el mundo parece ir en direccion opuesta, hacia la destruccion de todo lo conseguido. ?Como hemos llegado hasta aqui?

  • Patito malo de Lui Jim

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    Patito malo
    Erase una vez un patito malo que olvido a su amor, para vivir una mentira, pero se puede obviar lo que se desea con tanta fuerza.
    David ve que ha perdido lo que mas ama y quiere recuperarlo a cualquier precio, pero porque lo hizo, duele la traicion. Pero se puede vivir una relacion clandestina y prohibida. Se puede compartir lo que se desea para uno solo.
    Elizabeth olvida que lo que mas amaba aparte de David que era bailar, una mentira la arrastra, en una vida que no quiere vivir.
    Amor, traicion, deseo, seduccion, sexo. No te pierdas el final te sorprendera.

  • Tras la calima de Helen Rytkonen

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    La tarde que aterrice en Los Rodeos la lluvia caia como si alguien hubiese abierto un grifo en el cielo. La cortina de agua era tan densa que no me dejo ver el paisaje que me sabia de memoria a pesar de que llevase muchos anos viviendo fuera de la isla. Y al igual que la vez anterior, no experimente la dulce y calida sensacion de volver a casa. No, esta habia sido sustituida por una vibracion extrana, como si de pronto ese no fuese mi lugar, como si no fuese bienvenida, y aquello me hacia sentir una inquietud inesperada. De alguna forma intuia que los dias en la isla no iban a ser una mera visita de cortesia. Que no se iba a tratar solo de quitarme de encima la herencia material de mi madre, algo a priori frio y sin complicaciones. Ahora sonrio al pensar que si hubiera podido entrever que aquel viaje se iba a convertir en una voltereta del destino, de esas que te dejan descolocada, con el cabello revuelto y el corazon latiendo a mil por hora, me habria reido en voz alta. Con incredulidad, incluso con sarcasmo. La mujer que era yo en aquel entonces jamas hubiese vislumbrado que la vida me iba a poner en una encrucijada como la que estaba por venir. Me sobresalte al notar como las ruedas del avion rebotaban dos veces en la pista y finalmente se estabilizaron, permitiendome relajar los dedos de las manos y soltarlos del reposabrazos. Respire hondo y me dije que lo que estaba sintiendo era una tonteria. Que, aunque ahora fuese una ciudadana del mundo, el sitio donde habia crecido y me habia convertido en adulta siempre seria mi hogar, a pesar de que ya no quedase nadie, o casi nadie. Me estremeci con suavidad. El recuerdo de mi anterior visita estaba alli, tenido de esa especie de desazon que siempre me pasaba con cualquier cosa relacionada con mi madre. Sobre todo, con su muerte. Hacia unos meses habia viajado a la isla a enterrarla, o al menos eso era lo que me habia dicho mi tia tras aquella llamada que tuve que coger en medio de una negociacion. Ni siquiera ella supo lo que tenia pensado, mi madre jamas dijo nada ni lo dejo entrever. Resople: era muy tipico de ella obviar que habia decidido donar su cuerpo a la ciencia y que no la enterrariamos en Santa Lastenia, como a toda la familia. Aunque en el fondo era logico: siempre pense que, en vez de Margot, mi madre deberia haberse llamado scientia o cualquier palabreja latina que tuviese que ver con la medicina. El coche de alquiler que me habian adjudicado estaba aparcado al raso, por lo que me moje entera antes de entrar al vehiculo. Puse la calefaccion para combatir el frio humedo que reinaba dentro, y sonrei al pensar lo rapido que me habia olvidado del tiempo que podia hacer en la isla en febrero. Para mi, Tenerife siempre reposaba al sol, refulgiendo el verde de sus montes y el azul profundo del mar. Sin embargo, por lo que estaba viendo, tambien me habia olvidado de los microclimas, porque al rebasar la ciudad de La Laguna la lluvia habia remitido, y la costa de Santa Cruz se veia despejada, con apenas nubes. Conduje sin programar el GPS, con el piloto automatico activado de quien tiene grabados los trayectos de toda la vida en lo mas profundo de su memoria. Baje por la autopista contemplando el mar salpicado de alguna que otra plataforma petrolifera, y, cerca del puerto, el ferry que navegaba desde Gran Canaria iba dejando su estela blanca entre los cruceros atracados en las proximidades de la darsena pesquera. La entrada de las Ramblas me llamo la atencion por su inusual colorido, y me di cuenta de que toda la zona de las piscinas municipales estaba engalanada con pancartas colgadas de las farolas y, sobre una zona cebreada, se alzaba un gigantesco totem. <>, me dije sonriendo. No habia caido en la cuenta de que aquella era la semana en la que empezaba el carnaval, y que la ciudad estaria latiendo fiesta desde ese lunes, que era cuando se decoraban las calles. Menee la cabeza, preguntandome como no me habia acordado de aquel hecho, lo cual supuso una agradable distraccion a mis pensamientos, algo mustios por la tarea que tenia por delante. La suerte hizo que encontrase aparcamiento en la calle, en el barrio del Toscal, y arrastrando mi maleta me di un paseo hasta el hotel, que se encontraba en la zona de la plaza del Principe. A mi paso vi como ya se habian montado algunas casetas de metal de diferentes casas comerciales, las estructuras de los mesones tradicionales mas grandes y algunos coloridos puestos de comida rapida, y me sorprendi con las colas de gente que serpenteaban por fuera de las mercerias y tiendas de chinos. Sonrei con nostalgia. Hacia muchos anos que no asistia al carnaval, y todo aquello tocaba la tecla de mis recuerdos de juventud, esos que siempre parecian mejores de lo que realmente fueron. <>. El pensamiento se deslizo en mi cerebro como la serpiente tentadora con la manzana en la boca. No, negue con la cabeza. Habia venido para cerrar todos los flecos de la muerte de mi madre, y eso era lo que iba a hacer. Despues me iria sin mirar atras. Con carnaval y sin carnaval. Pero algo muy en el fondo, quiza cierto cosquilleo en la boca de mi estomago, me susurro que aquello no iba a ser tan facil. Que llevaba de fabrica el gen del carnaval y que solo bastaria una cancion de Celia Cruz para alborotar mi cuerpo y activar aquella chispeante jiribilla . Me rei por lo bajo y no pude evitar echar un vistazo a las boas de colores y los botes de purpurina que vendia un kiosco ambulante justo enfrente de mi alojamiento. El hotel era un antiguo edificio reformado, moderno y limpio, y aproveche para darme una ducha antes de salir de nuevo a la calle. Esa noche no me habia podido escapar de cenar con mi tia Arminda, la unica hermana viva de las Acosta, aquella triada de morenas amazonas que fueron famosas en su epoca por su belleza y su ferocidad. Cada una habia destacado a su forma: mi madre como la consagrada investigadora medica, mi tia Manuela como reina de la moda y diosa de la farandula local, y Arminda, quien hizo de las artes su amante y relacion mas duradera. Habia expuesto por toda Europa sus vibrantes cuadros, y siempre andaba metida en mil y un proyectos para impulsar la cultura y el arte en las islas. Al llegar a la calle San Jose la divise esperandome, alta y llamativa con su abrigo naranja y melena oscura veteada de anchos mechones de canas. Segun mis calculos ya tenia que haber pasado los setenta, aunque parecia diez anos mas joven. Tenia un carisma irresistible y una calidez abrumadora, como comprobe al hundirme en su abrazo. Siempre olia a especies orientales, y aspire con felicidad su aroma familiar. Me cogio la barbilla con la mano, y note como los ojos negros como el alquitran me escudrinaban como si estuviesen dragando el fondo marino. --Estas guapa, Zoe. Flaca, pero guapa. ?O sera que me gusta verte con tu color de pelo original? Sonrei, encogiendome de hombros. Armi estaba siendo muy benevola conmigo. Los ultimos meses habian sido complicados, entre lo de mi madre y lo que habia ocurrido en Singapur, y no habian contribuido precisamente a tener la mejor cara del mundo. --Mas bien es falta de tinte, Armi. Y que tu me ves con buenos ojos. Sonrio y me dio un beso en la mejilla. Luego me paso la mano por los hombros, estrujandome contra si, y me llevo a una terraza rodeada de plantas frondosas y luces indirectas. La observe dandole instrucciones al camarero y sonrei con disimulo. Armi solo tomaba bebidas de color rosa, asi que con ella me veia abocada al vino o champan de dicho color. Algunas veces la habia visto tomar refresco de fresa, sin embargo ahi no la secundaba: aquel liquido muy popular en las islas me sabia a jarabe de la tos. En cuanto nos hubieron servido una copa de vino, me lanzo la primera pregunta: --Cuentame, ?que plan tienes para estos dias? Porque conociendote habras venido con todo planificado y cuadriculado hasta el ultimo detalle. La mire, divertida, pero luego no pude evitar que la ironia tinese mi voz. --Esta bastante claro, ?no? Gracias a que el papeleo se hizo la otra vez, ahora solo me queda decidir que voy a hacer con las casas de mama. --?Y ya tienes alguna idea? Juguetee con la copa, admirando el liquido que por lo claro que era, parecia blanco. --La casa de Los Cristianos es perfecta para seguirla alquilando. Esta en buena zona y siempre habra gente que necesite quedarse durante un tiempo mas o menos largo. Eso si, se lo dare a la inmobiliaria para que lo gestione. No quiero tener demasiada vinculacion con ella. No, por supuesto que no. Era mejor pensarla como una inversion que como el lugar donde habia pasado mis veranos felices de la infancia. En esa casa se hallaban los jirones de los recuerdos de papa, mi hermana, los amigos en la playa del pueblo... De mama no tanto, pero eso era lo habitual. El que no estuviera, claro. Intente no pensar en mi madre y centrarme en el apartamento. Al dia siguiente tenia planificada una visita para verlo, debia hacerlo para cerciorarme de cual era su estado real. No obstante, malditas las ganas que tenia de enfrentarme al momento de abrir la puerta. Arminda me observo, sofocando un suspiro. De ella tambien conservaba muchos recuerdos alli: siempre se ponia un gigantesco delantal de propaganda para hacernos de comer, y recordaba sus gritos desde el balcon llamandonos para el almuerzo. En ese momento pense que hizo mucho mas de madre que Margot, y que mi padre se apoyaba mucho en ella. De hecho, pasaba gran parte de las vacaciones con nosotros. Su voz suave me saco de mis recuerdos. --?Quieres que vaya contigo? Mis labios se abrieron para declinar su invitacion, pero en el ultimo momento me calle. Dirigi la mirada a mis dedos, largos y cuajados de anillos de plata, la unica concesion que me daba dentro de mi estilo sobrio, y me entretuve con el brillo de una piedra azul. Armi espero, paciente, hasta que me decidi a hablar sin quitar la vista del pequeno zafiro. --?Vendrias? Puso sus manos sobre las mias y las apreto. Sus ojos se volvieron suaves, casi liquidos. --Claro que si. Se que esa casa fue importante para ti, lo fue para todos. No quiero que te enfrentes a ella sola. <>, pense, inmersa en la calidez que Armi creaba solo con su presencia. Yo, que nunca necesitaba a nadie, que era la mujer mas decidida y practica del mundo, tambien anhelaba a veces el calor humano. No tener que ser fuerte y lista, solo dejarme mecer por los bonitos recuerdos que compartia con mi tia. --Gracias --susurre con una sonrisa, y me dio unas palmaditas en la cara. --No te arregostes, que manana por la noche tengo una cita y si vas a ir tambien a la casa de Las Acacias, te las tendras que arreglar tu sola. Hizo un gesto divertido, difuminando la emocion del momento, y me rei. Asi era ella, original y especial hasta decir basta. --No te preocupes, la casa de Las Acacias sera mas facil. No tengo tantos recuerdos aparejados a ella. ?Fuiste por alli cuando... cuando mama vivia? Fruncio la boca en un gesto que no entendi demasiado, pero me distraje con el plato que el camarero depositaba en la mesa. Salive ante la hojaldrada de verduras, bien especiada y banada en salsa, y cogi el tenedor para cortar un trozo. --Tu madre y yo no nos vimos demasiado en este ultimo ano. Lo dijo en un tono de voz aparentemente normal, pero yo era experta en detectar cualquier cambio en el lenguaje corporal de las personas. --?Paso algo? Armi bebio de su copa, quiza buscando tiempo para encontrar una buena respuesta. Nuestros ojos se encontraron, azules contra negros, y no pudo enganarme. --Nada que yo pueda decir que fuese un encontronazo. Solo que... ella se alejo. Siguio trabajando a su ritmo habitual, pero luego me sorprendio al querer mudarse a la casa de mama y papa en Las Acacias. Una vez alli, desaparecio del mapa. Ni siquiera fui a visitarla para ver como estaba. Las pocas veces que hablamos, parecia reacia a ello. --?Pero esa casa era tuya tambien, no? Armi se encogio de hombros. --Llegamos a un acuerdo y compro mi parte. Yo no tenia ninguna intencion de vivir alli ni de hacer nada con ella, asi que me parecio un buen negocio. Y con ese dinero tape unos cuantos agujeritos. A pesar del tema, tuve que sonreir. Armi no era de las que calentaba un duro, sobre todo porque pecaba de demasiado generosa. Y por eso entendia que aquel dinero le habria venido de perlas. --Entonces la notaste diferente --dije, retomando el hilo de la conversacion. No se por que, pero tuve la sensacion de que mi tia no tenia demasiadas ganas de seguir hablando sobre aquello. Pero yo me ganaba la vida negociando, asi que no me fue dificil sonsacarle que en ese ultimo ano mi madre se habia mostrado mas sosegada que nunca, como el que descansa despues de una larga travesia a nado por un mar tormentoso. --Era como si estuviese... iluminada --silabeo Armi con cierta reticencia. Enarque las cejas sin poder creer lo que me estaba sugiriendo. --No me vayas a decir ahora que se metio en alguna religion o creencia que... --No. --Me interrumpio con un gesto abrupto de su mano--. No creo que fuera eso. Al contrario, la sensacion que transmitia era de haber aplacado sus demonios, esos que siempre avivaron su ansia de destacar y de ser la primera. Hizo un mohin travieso, rompiendo la seriedad del momento. --Tambien podria ser que se estuviera viendo con alguien, y que ese alguien la tuviera muy bien servida. <>, pense. No le habia conocido otra pareja desde la muerte de mi padre, asi que podia ser una posibilidad. Recorde a mi madre tal y como estaba la ultima vez que la vi, hacia ya casi un ano: alta y enjuta, con ese rictus en la cara del que siempre tiene prisa y no se puede detener por tonterias, luciendo esa belleza oscura y salvaje que siempre me hizo compararla con una pantera. Tenia cara de mujer dificil de domar, y eso a muchos hombres les parecia retador. --Ojala haya sido cualquiera de las dos opciones. --Que dices, yo hubiese preferido la del maromo.

  • Lo inolvidable de Eduardo Berti

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    Eduardo Berti posee una de las escrituras mas solidas de la literatura argentina actual.

  • Sakura de Matilde Asensi.

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    En 1990, Ryoei Saito, un multimillonario japones, adquirio El retrato del doctor Gachet, de Vincent Van Gogh, en una subasta de Christie’s por la suma mas grande pagada hasta entonces por una pintura: 82,5 millones de dolares. El multimillonario fallecio poco despues y, con el, el cuadro desaparecio para siempre.

  • El amor es una catastrofe natural de Betina Gonzalez

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    ?El odio es mas duradero que el amor? ?Hay alguna relacion familiar que no sea un malentendido? ?Cruzar fronteras requiere perder la inocencia? De un cuento a otro, hay guinos, un cristal facetado que entreteje mundos en estado de precario equilibrio. La chica que abandona su empleo en un pais en plena crisis, la busqueda de un nino que fue abandonado en el bosque, el joven que se comunica con los animales, el hombre que acude a un llamado de emergencia en plena madrugada, la mujer que se gana la vida contando como fue criada por lobos, son protagonistas de relatos extranos, que exploran las infinitas formas del amor, siempre desde los bordes, en territorios ambiguos acechados por el desvario y la supervivencia. Con un lenguaje propio y una mirada aguda e implacable, Betina Gonzalez construye un libro de cuentos excepcional, que roza lo maravilloso para acercarnos mejor a lo real.

  • No llores de Mary Kubica

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  • El ladron del siglo de Luis Mario Vitette

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    “Las cosas buenas que dicen de mi no son tantas y las malas no son tan pocas”.

  • La sombra de la Ruta de la Seda de Colin Thubron

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    El viajero experimentado emprende la ruta. Cuarenta anos atras visito algunos de los lugares, asi que ciertos tramos del camino los conoce ya. Si, le resultan familiares pero a la vez distintos, pues los tiempos ahora son otros, otros los regimenes que los gobiernan, otros los terrores. El tambien era una persona diferente.

  • Cuestion de Piel de Mariela Villegas R

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    Una intrigante e intensa historia donde el amor no juega ningun papel y la fuerza de voluntad lo es todo para sobrevivir.
    En la vida de Miranda solo hay una persona: ella misma. Su existencia ha transcurrido de una forma tan facil como increible, y por todas las razones erroneas. No es una mujer de alma noble ni conoce el amor. Por tanto, decide comenzar a asistir a terapia con una psiquiatra de renombre para que la ayude a “sentir algo” por alguien mas, ya que se acepta ignorante al respecto y no desea terminar sus dias sola. Pero en esta historia las cosas no son lo que parecen. El amor no tiene cabida y ella se dara cuenta de esto cuando conozca al diablo en persona: Damian, un hombre tan irreverente y encantador como manipulador. Aunque, en algun punto de sus alocados dias, no sabran quien manipula en realidad a quien. Todo puede suceder cuando ellos estan juntos, y aquel que se cruce en sus caminos corre un riesgo enorme de caer en una voragine de deseo y pura y vil corrupcion. ?Quien dijo que la pasion y la lujuria eran las emociones mas avasalladoras que el ser humano pudiera experimentar? Aqui todo siempre es mas, mucho mas. Un thriller erotico y psicologico que te robara el sentido. ?Podras sobrevivir en su retorcido y seductor mundo? ?De que se trata la verdadera esencia de la locura? No te quedes con las ganas de saberlo, pero cuida tu mente en el camino.

  • Un geo para mi body de Sandra Bree

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  • Preguntame si me importas 2 de Alejandra Beneyto

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    Ha pasado un ano.
    Un ano para Olivia, que se ha puesto a prueba en todos los sentidos posibles hasta acabar reinventandose.
    Un ano para Will, que ha permanecido inmerso en una vida en la que no se encuentra a si mismo.
    Han pasado doce meses en los que el mundo ha seguido girando y, ahora, el destino ha decidido colocarlos de nuevo en la casilla de salida.
    O eso parecia.
    Nada sera facil. El tiempo ha dejado huella en ellos y ambos son diferentes. ?Realmente lo que tuvieron fue tan fuerte como para que la distancia no lo haya borrado?
    Acompana a Will y a Olivia mientras aprenden que, a veces, lo unico que te separa de tus suenos es el miedo a verlos convertidos en realidad.

  • La recepcionista que sabia holandes de Cristina Perez Feito

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    Maria, recepcionista florero de un elegante edificio de oficinas en La Castellana, ve como todo su mundo se viene abajo en un solo dia: pierde su trabajo, su pareja y la casa donde vive en apenas unas horas. “Un cambio de aires no es forzosamente malo”, piensa para consolarse. Pero eso solo es cierto si no te persigue un policia corrupto y la prensa del corazon, si no guardas documentacion de alto secreto en tu zapato y si evitas enamorarte de la unica persona que te esta ayudando en todo ese caos: un tranquilo funcionario del INEM de profundos ojos verdes.

  • Operacion Caronte de Maria Arenas

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    “Soy Dolores Suarez de Tejada. Naci y me crie en Madrid, en una familia acomodada; rica, vaya. Tuve todo lo que quise. No habia visto nunca morir a nadie y no sabia disparar un arma.
    Desde hace pocos anos, soy agente de la seccion de secuestros de la Organizacion Internacional de Intervencion, una unidad secreta creada por Naciones Unidas.
    Cuando conoci a Ian quise recuperar mi vida, dejar la OII, pero ya era demasiado tarde.
    Arrastro mi pasado como una losa. A ratos, puedo apartarlo, dejarlo al margen, pero forma parte de lo que soy.
    Sientate. Te invito a un tequila y te lo cuento… “.
    Una historia de secretos truculentos, verdades a medias y conspiraciones internacionales, que reune las grandes cuestiones de la frontera norte mexicana: narcotrafico, migracion e intereses opacos por ambos lados.
    Cuando Lola decide tomar las riendas de su vida y abandonar la OII, su jefe le encarga una ultima mision que la lleva de regreso a Mexico para interrogar al jefe de un cartel del narcotrafico.
    Cruzara el pais hasta Sinaloa en busca de un secreto y encontrara un dosier, una carpeta marron con fotografias y documentos de blanqueo de dinero. Un ejercito de sicarios aterroriza la frontera y bloquea el transito de emigrantes y mercancias. Y se vera envuelta en una conspiracion, perseguida por brutales sicarios y acorralada en el desierto.
    Pero solo cuando atacan lo mas importante de su vida, sabra cual es el camino a seguir.

  • Wonder. El juego de Christopher de R.j. Palacio

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    Tierna, intimista, inteligente, Wonder. El juego de Christopher nos lleva al principio de todo, al momento en el que todo comenzo…

  • Lagrimas de la Revolucion de Graciela Ramos

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    Un gran amor entre un italiano y una espanola en los albores de la revolucion.

  • Cosas que decidir mientras se hace la cena de Maite Nunez

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    Una joven prepara una cena intima. Un padre le explica a su hijo adolescente que se va a vivir a Londres. Una ejecutiva busca ninera para su hijo. Una pareja espia a sus vecinos a traves de la ventana. La escritura de Maite Nunez, a veces contenida, a veces ironica, esboza un repertorio de figuras humanas, seres paralizados a los que les cuesta tomar consciencia de su propia realidad. El apocamiento, la incertidumbre, la indolencia, el conformismo y la duda constituyen la sustancia de estos hombres y mujeres incapaces de tomar decisiones. Los personajes de Cosas que decidir mientras se hace la cena libran sus batallas en dormitorios y cocinas, esas junglas domesticas en las que no puede aspirarse a otra cosa que seguir respirando. En boca del narrador del relato que cierra el libro, <>. El presente volumen de cuentos reune relatos que han sido premiados en certamenes con una larga tradicion en las letras espanolas como el Certamen de Relato corto Hucha de Oro o el Certamen de Relatos Luis del Val.

  • Contactos peligrosos (Las cronicas de Krinar 1) de Anna Zaires

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    De la autora de Secuestrada, la novela superventas en las listas del New York Times, llega ahora la adictiva y emocionante historia de un amor oscuro situado despues de la invasion de la Tierra…

  • El Oceano de tus Ojos de Beatriz Gefer

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    Carlos conoce a Mel, justo cuando Lola y Hector estan celebrando el fin de su pesadilla en VOLVER A SER.

  • Conclave de Robert Harris

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    Un thriller con un ritmo y un suspense perfectamente ensamblados, sobre la celebracion del conclave en el que se elegira al proximo Sumo Pontifice de la Iglesia Catolica.

  • Yo curare tus heridas (Corazone heridos 1) de Towanda Richardson

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    Jamie Parks lo tenia todo. Apenas habia cumplido los veinte cuando todos sus suenos se cumplieron. Era el hombre mas feliz del mundo. Hasta que un maldito accidente en una pista de esqui se lo llevo todo por delante. Su profesion, sus ilusiones y sus ganas de vivir.

  • Alli donde se construyen los suenos de Eric Marchal

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    La pluma experta y magistral de Eric Marchal rinde tributo a la explosion cientifica, cultural y artistica de finales del s. XIX con una ambiciosa saga familiar marcada por el amor, el idealismo y la amistad.

  • Indomables de Mercedes Santos

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    Intrigas, enganos y desencuentros en tiempos de guerra.

  • El ultimo secreto de Frida K de Gregorio Leon

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    En Ciudad de Mexico roban un cuadro atribuido a Frida Kahlo. Cuando la detective Daniela Ackerman viaja desde Espana para encontrarlo se tropieza con algo sorprendente: el lienzo oculta el ultimo mensaje cifrado de la pintora mexicana referente a su intenso romance con Leon Trotsky, el hombre que hizo triunfar una revolucion. Mientras Daniela Ackerman sigue el rastro del cuadro, en una antigua refineria de las afueras aparecen los cuerpos mutilados de varias bailarinas con la imagen de la Santa Muerte tatuada en el pecho izquierdo. Al mismo tiempo son atacados los altares de esa secta religiosa rival del Vaticano. El autor de los ataques simplemente deja una nota: ” en nombre de Dios ”

  • Entre nosotros de Tierra Salvaje

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    Judith y Marc se gustan y odian a partes iguales. Sus encuentros se hacen mas asiduos y empiezan a descubrir cosas que, en lugar de separarlos, los acerca mas. Los dos esconden secretos. Los dos viven distintas realidades. Son la misma cara de la moneda…

  • El Amor del CEO de Sara Lapierre

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    Ronald Cox es un famoso y exitoso CEO de una compania de telecomunicaciones y padre soltero de la pequena Alessandra. Ronald siempre habia sido un hombre reservado y dedico su vida a su hija y al trabajo.

  • Ojos sabor a menta de Rocio Ramirez Castillo

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    “Me llamo Veronica pero todos me dicen Vera, para no confundirme con mi mama, que se llama igual que yo. Pero soy diferente a las demas. Cuando veo colores, siento sabores. Cuando escucho musica, veo colores. Tengo los sentidos intercambiados, o sinestesia. En la escuela me dicen “la rara” o “la come-colores”. No tengo amigos, pero si hay dos chicos en mi vida. Mario, el chico que me gusta, porque cuando toca su guitarra veo colores en su musica, y Raul, el chico que mas odio, es un arrogante, un presumido, pero… tambien me gusta, porque tiene ojos sabor a menta”.

  • Un Instante en la noche de Erina Alcala

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    Marina y Azucena eran las mejores amigas desde que entraron en la empresa. Eran azafatas de vuelo de la empresa Norweigan, de Noruega, que se habia implantado en Espana. Ellas eran sevillanas y habian estudiado para ser azafatas. La vida de Azucena era viajar, ya desde pequena queria serlo cuando sus padres le regalaron una muneca azafata con un avion. Le encantaba viajar y ademas como siempre si los vuelos eran largos, tenian unos dias, visitaban la ciudad, salian, a veces se acostaban con chicos... Azucena, era morena de 1,70, de estatura, morena con el pelo largo y unas piernas preciosas, unos ojos color miel y nariz pequena. Marina, su amiga, era solo un poco mas bajita, con los ojos marrones y era muy atractiva. Tenia el pelo rubio con mechas por media espalda. Ambas eran de pueblos diferentes, mientras Azucena era de Camas, un pueblo al lado de Sevilla, Marina era de Santiponce, a tres kilometros de Camas y al lado tambien de Sevilla. Por eso el dia que hicieron el examen para entrar como azafatas en la compania aerea, como eran de pueblos cercanos, empezaron a hablar y se dieron los telefonos y asi se hicieron amigas. Luego tuvieron la suerte de volar en el mismo avion, ya que iban dos azafatas y dos auxiliares por vuelo. No podian ser mas felices. Llevaban ya un ano trabajando y estaban contentas. Tenian 25 anos y muchas formas en comun, sobre la vida y los chicos, incluso sobre politica coincidian. Era fantastico, tenian pensado alquilar un piso para vivir solas en el centro de Sevilla e independizarse y en cuanto tuvieran vacaciones o algunos dias libres, iban a mirar pisos. La compania Norwegian, era una de las flotas mas nuevas y respetuosas con el medio ambiente del mundo. La flota de Norwegian estaba compuesta por mas de 140 aviones, entre los que se incluian Boeing 737-800 que operaban en los vuelos de corta distancia y Boeing 787 Dreamliner, que operaban en los de larga distancia, que es donde ellas viajaban. Con una flota que tenia una edad media de 3,8 anos, Norwegian contaba con una de las flotas mas jovenes y ecologicas del mundo. Los aviones nuevos eran una apuesta segura para el confort de los pasajeros, su bolsillo, el ambiente y los costos de la empresa. Aviones eficientes en el uso de combustible y utilizan menos tiempo de viaje. Sus viajes, se hacian por toda Europa, Tailandia, Oriente medio, Norte de Africa, Estados unidos, Argentina, Brasil, por supuesto en Europa en Noruega, de donde era originaria la compania. Estaban contentas. Ganaban un buen sueldo, unos 3000 euros mensuales, mas dietas y hoteles si se quedaban. Los auxiliares menos y los pilotos mas. El que mas ganaba era el comandante. Sus viajes generalmente eran Noruega-Sevilla. Y sus uniformes eran preciosos: Falda azul, chaqueta azul con una franja en los bolsillos de arriba y abajo, blanca, y un gorrito azul con una franja roja como los guantes. Eran elegantes y si algun mes las cambiaban de ruta, no les importaba. Les habian dado alguna vez Tailandia y otra Estados Unidos. Pero generalmente era a Noruega y alli se quedaban algunas noches. Al menos una. O ninguna, si habia vuelos. Una de esas noches, salieron por Oslo, era verano y hacia fresco. Se habian quedado en un hotel, porque se quedarian el viernes por la noche y el sabado y el domingo al mediodia volaban de vuelta a Sevilla. Habian ido y vuelto, tres viajes el mismo dia, por eso tenian esas noches de descanso. Cuando eso ocurria les daban un hotel con habitacion individual a cada una. Llegaron muertas y casi se hacia de noche. -?Vamos a cenar?- dijo Marina. -Si, aprovecharemos, que casi nunca nos quedamos en Oslo de dia. Manana podemos ver algo. -Vamos a salir, nos duchamos y preguntamos por alguna discoteca y un restaurante. O sitio barato donde podamos comer. -Guarda las facturas. Y en una hora salian con los datos que el chico del hotel les habia dado, en ingles, estaba terminando de estudiar noruego, lo necesitaban. Sabian ingles, castellano, aleman, frances y noruego aprendiendo, y algo de italiano por si acaso. Siempre tenian algun idioma por aprender. Les gustaba mucho. Y en vacaciones tenian un billete gratis ida y vuelta donde quisieran, dentro de donde la compania viajaba. Y otro en Semana Santa, pero no iban porque la Semana Santa de Sevilla era para quedarse. Y aprovechaban para irse unos dias. Estuvieron comiendo en una cafeteria, preciosa, !como no!, salmon, como unas tapas, una especie de salmon noruego batido y bacalao rebozado. Y pidieron un postre de chocolate parecido al Brownie. Luego pagaron, se lavaron los dientes y se pintaron, un retoque. Tomaron un taxi y le dieron la direccion al taxista de la discoteca a la que querian ir. Habia gente en la puerta y tuvieron que hacer cola. Aquello era inmenso y habia como cinco salas distintas, de distinto tipo de musica. -Marina, no muy ruidosa, por favor. -Le dijo Azucena. -Hay salsa, !No me lo puedo creer! Les gusta la musica latina. -Pues vamos a esa. Y estuvieron bailando, tomaron una copa. -?No vamos a ligar, Azucena? un fiordo grande, mujer. Y Azucena se reia. -Mira esos, son dos, y estan solos, ?Te gusta el rubio?-Le dijo Marina. -Son los dos rubios. -Te dejo el mas alto para ti. -?Por que? -Porque tiene los ojos azules y a ti te gustan con ojos azules y es guapo. -!Que cara tienes! Es porque te gusta el otro de ojos verdes. -Anda si, dejamelo. -Bueno... -Echamos un polvo si cae. -?Por que no?, yo hace ya mas de dos meses que no tengo nada. -Esta sera nuestra noche, nuestra gran noche, -Decia Marina. Azucena pensaba que su amiga estaba loca, pero era tan atrevida, que fue y se sento con los chicos chapurreando ingles y noruego, y la senalo a ella. Y la llamo y ella se sento al lado del mas alto, la verdad que el tio era un tipazo, al menos media un metro noventa. Era atractivo, pero mas serio. Le pregunto como se llamaba. -Me llamo Olav-dijo en un perfecto ingles. -Yo Azucena. -Encantado Azucena, -y le dio la mano. Una mano suave, y olia tan bien... -?Que edad tienes? -25 anos ?Y tu? -29 anos. -Pero no sois de aqui. -No, somos azafatas de vuelo, pero hacemos la ruta Espana-Oslo, en realidad Sevilla-Oslo, otras Sevilla-Las islas canarias-Sevilla-Oslo. -?Soy espanolas? -De Sevilla -y Olav saco su movil y miro. -Ahi es. -El sur. -Si, exacto. Y tu, ?a que te dedicas? -Tengo con Kell, mi companero una empresa de videojuegos. -?Si??De vikingos? Y se rio. -Tambien. -?Por que estais en la sala de salsa? -Me gusta la musica latina. -No me digas que sabes bailar... -Me defiendo. -Pues venga hombre, vamos a bailar -y estuvieron bailando y a pesar de ser tan alto bailaba muy bien y cuando miro a su amiga se estaba besando la tia con el otro noruego. Olav tambien se dio cuenta. -?Damos un paseo fuera?

  • Saltare las olas de Elena Castillo Castro

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    *Una novela con el sello caracteristico de la autora, sencilla, bien escrita y tan bonita, que desearas que no se acabe.
    *El estilo sencillo, dulce y efectivo de Elena Castillo vuelve a seducirnos con una historia de personajes heridos que desean volver a enamorarse.
    *Con una ambientacion exquisita, Irlanda se convierte en un personaje mas de la novela. Los paisajes enmarcan escenas romanticas y el alma melancolica del pais acaba impregnandolo todo. Imogen necesita alejarse de la persona que ha roto su corazon y de una familia que piensa que no es capaz de cuidarse por si sola, desea comenzar de cero. El problema es que no sabe como hacerlo porque se ha dado cuenta de que en verdad no se conoce a si misma.Por ello, su mejor amiga lo organizara todo para llevarla consigo hasta Irlanda, donde le espera su primer puesto de trabajo en una residencia clinica como enfermera y una habitacion de alquiler en una preciosa cottage a los pies de los acantilados de Howth, que compartira con un joven pescador.Nadie en el pueblo esperaba que Liam regresara despues de tanto tiempo, pero el tambien se sorprende cuando al llegar se encuentra con que su familia ha metido a una inquilina en su casa.Mientras Imogen ira descubriendose poco a poco con su "lista de nuevas experiencias", su misterioso companero de casa se volcara en ayudarla a conseguir todos sus retos, terminando por poner a prueba los sentimientos de su corazon.Tres pacientes con mucho que aportar, un club de lectura con algo de magia y una amistad inquebrantable, ensenaran a Imogen que en la vida solo hay que saltar las olas."La mejor forma de curar un corazon es rescatar a otro"

  • Virgenes y verdugos de Tomas Barbulo

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    La trepidante aventura narrada en La Asamblea de los Muertos -primera entrega de esta original serie de Tomas Barbulo- supuso el nacimiento literario de Haibala Ahmed Yadali el Saharaui, un personaje llamado a dejar huella entre los miles de lectores que disfrutaron de la novela. En esta ocasion, el enigmatico y esquivo presunto ladron de joyas se encuentra en Raqa, Siria, detras de las fronteras virtuales del Estado Islamico, recaudando fondos para la yihad en un nuevo ejercicio de espionaje ideado para recabar informacion y pasarsela a Rusia con el objetivo de localizar a Abu Mohamed el Jordano, uno de los principales cabecillas de la organizacion fundamentalista.

  • Ambar de Sofia Mila

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    ?Que estarias dispuesta a hacer, por salvar la vida de tu padre?
    “Venderia mi alma al diablo por ti”, decia ella, sin percatarse de que el diablo adora escuchar conversaciones ajenas.
    Ambar Williams, toma una decision. Todo por la vida de su padre.
    Alexander Benjamin Balzaretti, es un gran empresario que necesita una “esposa de mentira” para complacer a sus amorosos padres, y asi, mantenerse bajo el reflector.
    Todo estaba claro.
    Un contrato, un matrimonio por conveniencia, un millon de dolares y una vida en juego.
    Facil. SOlo habia que fingir amarse por un ano. Simple. Claro, mientras no te enamores.
    “Quien juega con hielo tambien se quema” -penso viendo a su Satanas.
    Estaba jodida. El hielo tambien quema. Ella lo sabia.
    Secretos, mentiras y pasados tormentosos que amenazan con arruinarlo todo.
    ?Que esconde la chica de ojos y nombre Ambar? ?Que esconde Satanas Balzaretti?
    Humor y diversion en esta relacion amor/odio. Porque nadie dijo que seria facil.
    El sarcasmo de ella, y el caracter de el. Una peligrosa combinacion.

  • La analfabeta que era un genio de los numeros de Jonas Jonasson

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    Despues del exito mundial de El abuelo que salto por la ventana y se largo, Jonas Jonasson vuelve a deleitarnos con una novela tan desenfadada como llena de sorpresas. Con su fecunda imaginacion y su sentido del humor surrealista e irreverente, que no deja titere con cabeza, Jonasson ha ideado una historia trepidante que arremete contra la hipocresia de la clase politica al tiempo que ilumina la cara oculta de la historia oficial.

  • Diez de S. B. R.

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  • Manana. Capuchinos, bikinis #love de Agnes Ruiz

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    Cassie Gauthier y su mejor amiga se van a las Baleares. En sus maletas hay todo lo necesario para unas vacaciones de ensueno. Bikinis, proteccion solar, gafas de sol… ?Encontraran el amor bajo las palmeras? ?Quiza delante de un capuchino? Pero no hay que fiarse de las apariencias…

  • La Madame atrapa a su Duque de Christina Mcknight

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    HAY UNA DELGADA LINEA ENTRE EL AMOR Y EL ODIO

  • Nada que no sepas de Maria Tena

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    Mi padre dijo que ese dia no iriamos al colegio. Bajo a mi cuarto, se sento en mi cama, llamo a Tomas y nos conto que al dia siguiente teniamos que volver a Espana. Fue justo antes de aquel primer tiron de pelo. Porque yo de pequena habia tenido trenzas. Siempre estaban demasiado apretadas, tanto que al cambiar de gesto a veces me dolia la cabeza. Entonces, con trece anos, tenia el sindrome del miembro fantasma. Llevaba el pelo suelto pero las trenzas seguian haciendome dano. Cuando me ponia nerviosa no apretaba los dientes, ni movia las piernas, ni siquiera me mordia las unas. Pero la raiz del pelo empezaba a dolerme. Ese dia, cuando Papa volvio al piso de arriba, note algo. Un tiron digno del peine de Felisa. Y ella tambien se dio cuenta, porque, cuando entramos en la cocina, habia olvidado la leche hirviendo sobre el fuego, tiro mi taza sobre el mantel, y a cada paso parecia que iba a ponerse a llorar. Fue la primera vez que la vi distinta, rara, como si de repente se hubiera hecho vieja. Volvi a la epoca en la que era ella la que me peinaba. Aquella raya por detras, aquel flequillo estricto, la tirantez de las trenzas. En ese momento la cabeza me dolia sin que nada ni nadie la hubiera tocado. Por la manana no habiamos visto a Mama, pero no nos preocupo. Ya nos habia advertido que se iba de excursion. Tambien Papa habia pasado el dia anterior fuera de casa. Su vida, la de los dos, era un sinvivir de entradas y salidas. Juntos o separados, vestidos o de trapillo, contentos o mustios, todo servia de excusa para largarse a ver mundo. Y su mundo era grande en ese pais pequeno. Los amigos, con el tiempo, eran casi familia, mas que familia. Cuando por fin Papa bajo a la cocina, me percate de que tampoco el iria a la empresa. No llevaba corbata y la camisa se le salia del pantalon. Los pelos de la nuca mostraban que no se habia peinado. O que le habian despertado de repente. Debio de suceder unas horas antes, y mientras lo digo me doy cuenta de que nunca he sabido bien el dia exacto del aniversario de mi madre. Pero recuerdo con nitidez la cara de el, aquella confusion mientras sacaba nuestras maletas del altillo. Ese viaje inesperado, tan sin planear. Felisa intentando obedecerle mientras el pobre no daba pie con bola. Y enseguida, aquella sorpresa. Su irrupcion, la tia Blanca, que llego a las doce de la manana desde Madrid. Tambien despeinada, con vaqueros, una camiseta vieja y una bolsa de viaje diminuta. Empece a preocuparme cuando dijo: --Justo a tiempo para el proximo avion. Y luego ese abrazarnos tan fuerte cuando llego, y ese no abrazar a Papa. Aquella noche durmio en mi cuarto, pero ni siquiera deshizo el equipaje. Su boca quebrada, sus suspiros entrecortados cuando creyo que me habia dormido. El primer indicio de lo de Mama…, un accidente, un infarto, supimos luego. Pero eso fue mucho tiempo despues. Recuerdo que esa noche, unas horas antes, cuando el telefono empezo a sonar, era como si no se diesen cuenta de que mi hermano y yo estabamos delante. Cenabamos en la cocina, y los adultos, Papa y la tia Blanca, estaban sentados a nuestra mesa con un cafe, hablaban en voz baja, con largos silencios. Felisa no se acababa de sentar aunque Papa le insistia. Iba a ser una noche larga. Cada vez que sonaba el telefono los dos se estremecian. Entonces Papa corria hacia el principio de la escalera, donde habia un receptor, una pequena mesa y un sillon. Su tono, el que en ese momento intentaba usar, era el de un dia normal en que alguno de los amigos de siempre llamaba para salir. Como si en un rato fueran a venir a tomar un whisky y la tortilla de patata o las croquetas que en nuestra casa se improvisaban siempre con tanta facilidad. Como una noche mas. Luego volvia a la cocina, decia el nombre del que habia llamado y se quedaba quieto restregandose los ojos. Pero sin volver a decir una palabra. Porque a nosotros no acababan de contarnoslo. Era como si quisieran seguir creyendo que todavia nada irremediable habia sucedido, que podia retrasarse ese disgusto que estaban a punto de darnos y que nos cambiaria la vida. --No, no quiero verla --fue lo unico que entendi de lo que le dijo la tia Blanca a mi padre antes de sacarnos de alli. No lo vi entonces. Y vuelve de nuevo el tiron de pelo. Tampoco Tomas y yo volvimos a ver a Mama. Su ultima imagen, la que recuerdo o la que me he inventado, es la de la manana anterior, a la hora del desayuno. Ese dia tenia un examen de matematicas, que mal se me daban. Asi que, mientras tomaba la taza de leche, apenas levante la mirada del libro. Cuando oi el claxon del autobus sali corriendo, ni la mire. --!Eh! ?Adonde vais? --dijo, y nos dio a Tomas y a mi un par de besos apretujados con una sonrisa que brillo como cuando se abre una ventana. Eran las ocho y cuarto, justo la hora a la que siempre saliamos a la esquina para ir al colegio. --Es que… --Que te salga bien. --Y mientras me daba la vuelta anadio--: Papa se va dentro de un rato a Buenos Aires, y yo a Punta con Ulla. Manana nos vemos. Entonces, cuando ya corriamos hacia la puerta, se levanto de nuevo, se acerco y nos dio otro beso. Pero esta vez estaba casi seria. Me asombra recordarlo ahora, pero fue asi. Ese segundo abrazo produjo un leve cambio en su sonrisa. Fue lo ultimo que supe de ella. Al dia siguiente salimos hacia el aeropuerto a toda prisa, como si la casa ardiese. Fue al ver nuestras bicis cuando Tomas y yo nos pusimos a llorar. Pero tambien nos volvimos a mirar el sauce, el aguacate…, y vimos la cara de Felisa. Ya sabiamos lo de Mama. En casa el telefono no habia dejado de sonar toda la noche. Nadie nos lo conto, pero cada vez que llamaban, Tomas y yo nos ibamos concienciando de que no volveriamos a verla. Aunque no preguntaramos nada. --Vamos justos de tiempo --dijo Papa mientras encendia el motor--. En unos dias nos vemos. --Y, al anticipar la despedida, se emociono. Pero no miro a la tia Blanca. Tuve en ese momento el primer atisbo de que toda mi vida iba a cambiar. Nunca he acabado de entender por que mi padre no se dio cuenta de que no era el momento para enviarnos tan lejos ni dejarnos tan solos. No se lo perdone nunca, aunque el estuviese destrozado. Mire hacia atras, y volvi a ver el aguacate. Por primera vez tenia fruto. Como si las paltas, todavia pequenas y duras, hubieran crecido por la noche. Aquella larga noche en la que no dormimos. Que bien que Mama se quede aun unos dias, pense, con lo que le gustan. Me negaba a creer lo que habia pasado. Cuando ya en el aeropuerto, justo antes de subir al avion, volvimos la mirada por ultima vez, nuestro padre, con lo alto que era, parecia pequeno. Una silueta negra contra el blanco brillante detras de las enormes cristaleras. Me quede con la imagen de aquella sala enorme forrada de marmol que, ahora me doy cuenta, parecia mas un tanatorio que la zona de salidas del aeropuerto. Todavia me duele. Todo aquello sucedio hace mas de cuarenta anos. Mama era muy joven. Llevabamos casi cuatro anos en Montevideo. Nunca supimos bien como sucedio todo. Pero a los pequenos nos quitaron de en medio, y nos la robaron. La recuerdo dulce, a veces triste. Esos dias que se metia en la cama al mediodia y ya no la volviamos a ver. Las persianas eran la senal. Cuando no las subia muy temprano, la casa se quedaba en silencio. Como si se apagase todo lo demas. Como si la oscuridad la acompanase. --Esta leyendo --decia Papa. Pero no siempre fue asi. Recuerdo un dia, era un mes despues de la llegada al Uruguay, cuando empezamos a abrir las cajas de la mudanza. Su alegria al recuperar sus cosas. Como si las estrenara. La ilusion de colgar las cortinas de aquella casa tan grande. Con que energia se subia a la escalera. Las risas al llenar los armarios. La ropa que nos habia comprado antes de emprender el viaje. Los zapatos de cordones, que enseguida se me quedaron pequenos y me apretaban y, como eran nuevos, preferi no contarselo. Me los quitaba en cuanto volvia del colegio. Siempre andaba descalza por aquella casa. Felisa iba detras y ayudaba sin decir una palabra. Habia empezado a trabajar en casa cuando nacio mi hermano y no dudo en venirse con nosotros a Montevideo. --Quiero ver mundo --creo que dijo el dia que Mama le conto que nos ibamos al Uruguay. Era de un pequeno pueblo de Rioja. Siempre fue muy callada, aunque cuando mis padres salian y nos quedabamos a solas con ella, se ponia a hablar sin freno de su tierra. Nos contaba historias de la posguerra, los odios entre los hermanos, las denuncias que, en su pueblo, eran mas por envidia que por ideas politicas. La vez que el amo de los campos quemo la bodega de un vecino y como las llamas estuvieron a punto de acabar con la aldea. Todo seguia vivo en su memoria a pesar del paso de los anos. Y no dejaba de hablarnos de la suerte que teniamos nosotros comparada con el hambre que paso ella antes de venirse a Madrid, y el frio; en su casa no habia agua caliente. Aunque a veces no se notara, Felisa siempre estaba alli. Mi madre, esos primeros meses, parecia duena de la situacion. Recuerdo, tambien de aquel dia, su risa cuando abrimos la caja inmensa que rebosaba de papel de seda y que traia la vajilla de la abuela. Intacta. La luz de las ventanas de la casa de Carrasco sobre aquella porcelana blanca. Esa noche hasta los ninos comimos en el comedor y con mantel de hilo. Parecia Navidad. Ella salio con Felisa a comprar un pescado enorme y limones, esparragos, paltas, almendras, lechuga… Cuando llego Papa encendio las velas y empezamos a comer en esa vajilla impecable, aunque todavia no era noche cerrada. Que raro recordar esa felicidad, y con tantos detalles. Fue su pena de despues lo que la hizo diferente, porque ahora me doy cuenta de que Mama murio joven. No la vi envejecer. Pero en cambio aquella manana ultima, en el desayuno, su sonrisa cantaba de nuevo. En los anos que siguieron nunca regrese a Montevideo. Debi de preferir cerrar esa parte de mi vida, no volver a tocarla. La felicidad y el dolor de aquel tiempo se mezclan en mis recuerdos, es dificil ahora distinguir los extremos. Hoy he recibido un email. Los Brandi son los unicos uruguayos de aquella epoca que vienen a menudo a Espana y que, nada mas llegar, me llaman para que nos veamos. Son ricos y les encanta Madrid, les gustan los toros, los museos, las tiendas del barrio de Salamanca. Desde que volvimos a encontrarnos, cada vez que aparecen me invitan a cenar al Ritz. Pero tiene que ser a solas. Que nadie nos interrumpa. Lo de que yo tenga un marido les importa un bledo. Recuperan su juventud hablandome de aquellos tiempos. Pero jamas la mencionan. Es mi padre antes, durante y despues de Montevideo. Son sus aventuras lo que les llena la boca. Los escucho con gusto porque siempre anaden algun ladrillo de luz al edificio de lo que no recuerdo. Tambien yo he vivido fascinada por ese padre alto y risueno, carinoso, tan distinto de Mama. Hoy me da pereza volver a la terraza del Ritz. Aunque apenas se estrene el mes de junio, haga mucho calor y sea domingo. Preferiria quedarme en casa. Desde que tengo este trabajo agobiante en la agencia, me he vuelto solitaria y rara. Y a Alvaro le molesta que salga sola por las noches. No son celos, es que no le apetece cambiar su rutina. --Siempre he pensado en volver, pero nunca me he decidido. Me gustaria, si. Tal vez este julio o agosto… --les digo cuando empezamos a tomar el gazpacho. --En invierno no. Espera a la primavera --dice Clara. --Pero si alli nunca hace frio. --Hace viento, es inhospito. El rio trae esa humedad que te lame los huesos. --Me da igual, si me decidiera no seria para ir de veraneo. --Tu madre decia que duraba solo un mes, pero que ese viento humedo y frio la dejaba sola ante el mundo. No podia soportarlo. A Roberto se le ha escapado. Por fin la nombra. Nunca habiamos hablado de ella desde que vinieron a Madrid y me llamaron aquella primera vez. --Y murio en invierno. Que casualidad. --Tu pobre madre. Que lastima --anade Clara. --No pude despedirme de nadie. Ni siquiera de ella. Nunca habiamos sacado el tema, pero hoy les cuento como llego mi tia. Que aquel dia, tan lejano ya, nos despertamos con el tiempo justo y que mi padre fumaba un pitillo tras otro. Que sus amigas Ulla, Claudia e Isabel llamaron temprano porque querian ir al aeropuerto. Luego supe que el, la noche anterior, les habia prohibido aparecer por casa. Asi que debio de ser una excusa. Mas para verlo que para despedirse de nosotros. Ana, Ines, mis dos amigas intimas, no vinieron, pero nada mas llegar a Madrid les escribi. Aquel dia Felisa no conseguia cerrar las maletas por mucho que se sentase encima y saltase sobre ellas. Ni siquiera nos lavamos la cara. Mi padre conto anos despues que ibamos confundidos, la ropa sin abrochar, sin habernos peinado y muy serios. Incluso recuerdo que pense: <>. Tan perfeccionista como era y nosotros con toda la ropa arrugada, revuelta. Me habia puesto unos vaqueros de Tomas que se me caian. El se habia equivocado de sandalias. Pero no nos dejaron verla, ni despedirnos. Ni siquiera pudimos ir a su funeral. --?Ustedes la vieron? --les pregunto. --Tu padre estaba destrozado --dice Clara, sin contestarme--. Nunca lo habia visto asi. --Pero eso no provoca un infarto. Mientras lo digo soy consciente de que tendria que haberme callado. --Es igual, el se sentia culpable. --Mientras lo dice a Roberto se le cambia el gesto, y las manos se le van a la copa de vino. --?Culpable de que? --digo, y levanto la voz sin darme cuenta. Alrededor de las mesas cubiertas de manteles blancos del comedor noto cierta tension. Los hombres de corbata y sus mujeres enjoyadas y con un punto excesivo de maquillaje me miran molestos. Como si mi voz, tan alta, hubiera interrumpido una cena intima o esa conversacion importante que siempre les sucede a los demas. --De estar contento, parecia feliz. Yo que se… --dice Roberto, y por primera vez rehuye mis ojos. Y mientras lo escucho, veo la sonrisa de Papa. Esa impresion que daba de que le gustaba la vida. Su mirada siempre curiosa, divertida. Sus abrazos enormes. Pero no, no es esa manera de escaparse los dos de mis preguntas. Es la mirada siguiente, esa que intercambia con Clara. Un gesto que concentra la duda, el miedo, la sensacion de haber metido la pata. O quiza, pienso, es solo una muestra mas de esos comportamientos sutiles de los matrimonios que han pasado muchos anos juntos y que los demas sienten como un agravio. Intercambios que duran un segundo, pero que te dejan fuera de juego sin remedio. Pienso entonces que mi matrimonio todavia no ha durado lo suficiente. Ella reacciona enseguida. Aunque se quita el anillo y la servilleta se le cae al suelo, dice: --Che, ?y si te venis a Punta? Seguimos teniendo la casita en Pinares, ahora esta rodeada de casas enormes, hay millonarios de todas partes del mundo. Pero el jardin, la piscina, los pinos siguen ahi. Y todos los amigos. Cuando es verano aqui, alla te congelas.

  • Princesa La Hija Prometida de de Alena Garcia

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    Los pasos de Eva sobre la nieve hacian a esta crujir como si fueran cristales aplastados. Una vez, un amigo de su padre, un ruso de origen cosaco, del Don, le dijo que aprenderia a conocer la intensidad del frio en cuanto diese dos pasos por la nieve. Y asi era. Cuando la nieve cruje mucho, es que el frio se acerca o pasa de los veinte grados bajo cero. Hacia veintiseis grados bajo cero aquella tarde de febrero en Moscu. Eva caminaba ensimismada, hipnotizada por el sonido de cada uno de sus pasos sobre la durisima y crujiente nieve. Tras una caminata de mas de veinte minutos, entro en un cafe para calentarse un poco y descansar. La cafeteria era pequena, coqueta y acogedora. Habia entrado alli sin saber muy bien por que; algo atrajo su atencion. Se sento en una mesa de la esquina, la mas alejada de la puerta. De inmediato aparecio un camarero para preguntarle que deseaba. El chico era alto, rubio, de grandes ojos verdes un tanto rasgados, con salientes pomulos casi mongoles. El tremendo atractivo fisico del muchacho no pudo pasar desapercibido a Eva, a la que le subio un leve rubor a las mejillas. Una cara como aquella era mas apropiada para el teatro o para el cine que para estar en aquel diminuto cafe de Barvija, a las afueras de Moscu. El joven le entrego a Eva la carta, pero ella la rechazo con un gesto de la mano. --No hace falta, gracias. Solo quiero te, te negro. Que este ardiendo, por favor. He entrado solo para calentar un poco el estomago y la garganta -- dijo ella elevando imperceptiblemente las comisuras de sus labios en un intento, vano, de sonreir. --Ahora mismo se lo traigo, senorita -- dijo el amable camarero con una franca y preciosa sonrisa que dejo ver las dos filas de dientes perfectos y blancos. Eva se sentia a gusto en ese lugar, como no se habia sentido desde hacia anos. No queria irse. Pidio otro te y un trozo de pastel casero que le recomendo el guapisimo camarero. Algun ingrediente no identificable por su paladar la traslado a su infancia. Recordo las fiestas en su casa de Marbella, en el sur de Espana, en la luminosa y sin par Andalucia, su amada tierra de adopcion. Su padre le preparaba unas fiestas de cumpleanos que eran la envidia de todos los ninos ricos de la zona de San Pedro de Alcantara, casi todos ellos hijos de extranjeros de todas las partes del mundo afincados en ese paraiso natural que es la Costa del Sol. Tantos recuerdos provocaron que Eva perdiera la nocion del tiempo. Se quedo alli sentada, como un barco anclado en alta mar, con el tenedor en la mano derecha y el ultimo trozo de pastel pinchado, pero sin terminar de llevarselo a la boca. El camarero noto que algo le ocurria a aquella extrana chica. No pudo dejar de percibir que era millonaria. El abrigo de pieles y el anillo de diamantes que lucia bastaban. --Senorita, ?se encuentra usted bien? ?Necesita que le llame un taxi? --Si, si, estoy bien, gracias -- contesto ella saliendo del letargico bucle de recuerdos que se habia apoderado de su mente. --Es que tengo que cerrar. Hace tiempo que dieron las once. No queria interrumpirla, lo siento, pero he de cerrar y marcharme a casa, es tarde. Son casi las doce. --Oh, perdoneme. ?Por que no me dijo nada? Estoy tan bien aqui, tan a gusto… Se me ha pasado el tiempo volando. Eva se levanto de la silla con apresuramiento. Rebusco en su bolso, saco la cartera y dejo un billete de cinco mil rublos sobre la mesa. La cuenta de los dos tes y el pastel no pasaban de los setecientos rublos, por lo que el camarero se apresuro a ir a la caja para darle el cambio. Cuando volvio a la mesa, Eva ya salia, diciendole buenas noches y dejandole alli con una propina de mas de cuatro mil rublos. Sasha salio a la calle. --Senorita, oiga, el cambio, se deja el cambio -- grito el. Eva estaba a punto de entrar en un Mercedes negro, de lunas tintadas, con un hombre de mas de dos metros que le abria la puerta. Ella se giro y le dijo, con una sonrisa: --Por las molestias. Sasha se quedo mirando, con la boca abierta, como desaparecia la berlina de lujo a toda velocidad, pero sin hacer un solo ruido. Se habia quedado con las ganas de decirle algo mas. Eva le parecio la mujer mas bonita que habia visto nunca. Y tambien la mas triste. * * * * --Me habeis seguido, ?verdad? – inquirio Eva tanto al chofer que conducia como al copiloto. --Esta zona, de noche y con esta helada, no es apropiada para una mujer joven -- contesto severo y frio Andrei, el copiloto. --Solo he salido a estirar un poco las piernas, a pasear. Os lo he dicho. Que salia a pasear. Me habria gustado volver andando a casa. --Tenemos ordenes, Eva Valerievna -- respondio Andrei con el tratamiento formal de nombre mas patronimico. --Si, lo se, lo se. Soy su esclava. No hace falta que me lo recordeis a cada paso. Yo misma renuncie a mi libertad -- le corto Eva, apretando los labios mientras intentaba contener una lagrima que pugnaba por precipitarse por la mejilla. * * * * El Mercedes llego al palacio de Viktor Sokolov, tras pasar tres controles de seguridad donde, en cada uno de ellos, salieron dos hombres con chalecos antibala y armados con fusiles de ultima generacion. Eva salio del vehiculo, entro en la casa y se dirigio a su habitacion, subiendo por las escaleras de madera. Una voz la interrumpio en su ascension. --!Eva! --Si, Viktor, dime… --?Por que has vuelto tan tarde? Hace mucho frio, te puedes resfriar. No estas acostumbrada a estos inviernos. --Solo he salido a estirar un poco las piernas. Queria andar. Finalmente he entrado en un pequeno cafe que hay a veinte minutos de aqui, en la carretera. Alli he perdido la nocion del tiempo. No me diras ahora que estabas preocupado por mi. Viktor subio unos pocos escalones y se quedo a dos metros por debajo de ella. La miro a los ojos, con intensidad, con una mirada que Eva aun no era capaz de descifrar. No sabia si la mataria algun dia o la forzaria como un salvaje cualquiera, amparado en su poder y su "trato". Pero Eva no bajo su mirada y se la sostuvo con firmeza. Finalmente, Viktor dijo: --Esta bien, haz lo que quieras. Despues, bajo las escaleras y se introdujo en su despacho, un cuarto al que Eva tenia prohibido el acceso. Ella entro en su dormitorio, una estancia de casi cien metros cuadrados, con bano propio y muebles italianos de lujo. La habitacion estaba demasiado recargada para su gusto. No se podia decir que fuera hortera, como sucedia en muchas casas de nuevos rusos (nuevos ricos), pero con menos de la mitad, se decia Eva, habria quedado mas elegante y espaciosa. Se tumbo en la cama sin quitarse la ropa y cogio el libro que estaba leyendo desde hacia unos dias. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. La pasion por los libros de Eva le venia de su madre, Natalia, poetisa y critica de arte, especialista en el Siglo de Plata de la literatura rusa, con varios ensayos publicados sobre el tema. Pero Natalia se caso con Valeri Novikov, un inteligente hombre de negocios que acabo metido en asuntos sucios de mafias. Se trasladaron a vivir a Espana y alli nacieron sus dos hijas: Yevguenia y Eva. Natalia dejo de escribir ensayos, mas nunca abandono la lectura, un habito que lego a la menor de sus hijas: Eva. Eva leia y leia. La lectura de los clasicos rusos suponia su unico consuelo y un eficaz antidoto contra la depresion y la amargura que amenazaban con instaurarse para siempre en su alma. Pensaba en el camarero que habia conocido esa tarde, y en el acogedor cafe donde se sintio libre por unas horas. Manana volveria a ir, se dijo, mientras recorria con la mirada las peripecias que les sucedian a Yuri y a Larisa. Al dia siguiente, hacia las cinco de la tarde, se disponia a salir de la mansion para tomar te en la pequena cafeteria que habia descubierto. Cuando cogia del perchero su abrigo de vison blanco, Viktor salio de su despacho para interesarse por su repentina salida. --?Adonde vas ahora? – inquirio groseramente. --A dar un paseo y a tomar un te. Llevo aqui todo el dia sin estirar las piernas, me duele la cabeza y necesito aire -- contesto Eva. Esta tarde vienen unos amigos a cenar y quiero que estes en casa. La cena es a las ocho en punto. No vengas mas tarde de las siete y media. --Podrias haberme avisado -- senalo ella. --Si, podria haberlo hecho. Pero ya ves que no ha sido asi -- zanjo el entrando en su despacho. Eva agarro el abrigo con rabia y salio al frio exterior donde la helada le golpeo en la cara nada mas abrir la puerta. Seguia haciendo veintiseis grados bajo cero, y ademas habia una leve brisa que metia el frio por el cuerpo a traves de los ojos. A Eva, de todas formas, le gustaba respirar la helada, sintiendo como el aire descendia hasta sus pulmones, siendo por vez primera consciente de tener esos organos

  • La humanidad dividida de John Scalzi

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    El teniente Harry Wilson tiene una mision imposible: ayudar a proteger la union de las colonias humanas ante una terrible revelacion. Conseguir la supervivencia de la Union Colonial requerira toda la astucia politica y sutileza que sus diplomaticos sean capaces de reunir. En paralelo, Harry y sus chicos formaran un <> encargado de enfrentarse a lo inesperado.

  • La flor de la verdad (Amores callados 1) de V. E. Dickinson

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    Londres 1850
    Lady Soledad Winston es una joven dama de la alta sociedad, que, de la noche a la manana, se ve perdida en un mundo de mentiras, asesinatos y chantajes, que llevan a sus padres al cadalso. Victima inocente de cuanto su familia ha ideado para llegar a lo mas alto y de una amistad de doble filo. Sin embargo, informado sobre lo que sucedia, lord James Jones, le ofrece el hombro en el cual se pueda apoyar, disfrutando de agradables salidas con lady Thompson, de placidos paseos por Hyde Park y de bailes donde dejan claro que se llevan mas que bien, aunque desconocen que ambas vidas tienen mucho en comun.
    Pero lord James tambien tiene sus propios problemas, entre ellos, poder localizar y ayudar a un medio hermano que termina trabajando en las minas a la edad de 9 anos, pero a medida que va solucionando sus conflictos, se le va presentando la oportunidad de hacer feliz a la joven de la cual se ha enamorado nada mas verla, pero la vida no le da la ocasion para vivir ese amor junto a su amada, hasta que ella, una vez informada de ese amor, comprende que tambien le ama. Sin embargo, no puede ir con el.
    Pero ?de verdad no le importa a el su pobreza? ?De verdad a el no le importa que ella sea hija de quien es? ?Como van a vivir si tambien el ha perdido su fortuna? ?Tendran que vivir la vida en los barrios bajos?

  • Leo sobre Aries (Signos de amor 1. 5) de Anyta Sunday

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    Tu cabezoneria te va a complicar la semana, Leo, y hasta que no cedas, no podras descansar. Centrate en hacer concesiones y pon tu terquedad a dormir porque, si no lo haces, te esperan muchas noches en vela. ?E daba cada vez mas en el clavo? Theo cerro el mail que su madre le habia mandado y tiro el telefono sobre el edredon gris con el que habia cubierto su cuerpo desnudo. Se apoyo en el frio cabecero y observo la habitacion en la que Jamie habia crecido: esa alfombra que estaba deseando que le raspara manos y rodillas; el armario contra el que Theo se habia imaginado empujando a Jamie mientras se arrodillaba frente a el; los posteres enmarcados de LA COMA y EL APOSTROFE que Theo queria hacer vibrar contra la pared... Metio la mano bajo las mantas y acaricio su ereccion. Llevaba tres dias sin tener sexo con Jamie y estaba al borde del colapso. ?Por que se le ocurrio apostar que un Leo podia con un Aries? Y, entonces, ese Aries entro en la habitacion recien salido de la ducha, con una toalla sobre la parte baja de sus caderas. No se habia molestado en secarse, asi que gotas de agua se deslizaban desde su pelo rubio hasta su pecho. Jamie se estiro haciendo que los musculos de su estomago se contrajeran y su mano fue deslizandose hacia abajo a la vez que sus dedos jugueteaban con la fina linea de vello que se perdia bajo la toalla, muy cerca del pubis. Ahi Theo dejo de respirar. Jamie hablo en voz baja y controlada: --?Seguro que puedes con esto, Theo? Theo, al que se le estaba cayendo la baba, cerro la boca de golpe y levanto la vista reparando en la expresion divertida de Jamie. Fingiendo una sonrisa aburrida, se encogio de hombros y dijo: --Sera usted quien se rinda antes, Sr. Jamie Cooper. --Ya veremos --contesto Jamie como si nada mientras se quitaba la toalla de la cintura y empezaba a secarse el pelo y el pecho con ella. Su endurecida polla apuntando en direccion a Theo. La ereccion de Theo iba a atravesar el edredon, pero, haciendo un gran esfuerzo, la ignoro y enlazo los dedos tras la cabeza. --Si me reconoces que yo gano, te dejo que me folles como te de la gana. El calor en la mirada de Jamie envio escalofrios por su pecho, poniendole los pezones de punta y obligandole a enlazar los dedos mas fuerte para evitar pellizcarselos. Tirando la toalla al suelo, Jamie se subio a la cama y se puso sobre el, cubriendole con su peso dulce y calido. Acercandose, rozo su nariz con la de Theo y esa picara mirada gris logro que todo su cuerpo se estremeciera. Con un leve movimiento de caderas Theo hizo que sus erecciones se presionaran juntas. Se estarian tocando si no fuera por el maldito edredon. Theo reprimio un gemido y le sonrio. Jamie curvo sus labios e hizo amago de besarle. --Tentador, Leo, pero pocas cosas me apetecen mas que ver como sales de esta. Jamie se quito de encima y se tumbo en su lado de la cama, dejando a Theo ardiendo, molesto y cachondisimo. ?Poner su terquedad a dormir? ?Con Jamie provocandole tan abiertamente? Nunca. Theo dio un punetazo a la almohada, apago la lampara de su mesilla y se movio inquieto bajo las sabanas. No llevaba ni cinco minutos con la mirada perdida en la oscuridad, cuando empezo a notar leves movimientos bajo la manta. El colchon temblo y escucho como la respiracion de Jamie salia estrangulada. Joder. Este hombre iba a acabar con el. Theo se acerco mas a el, presionando la nariz contra su nuca y respirando ese olor a madera y decadente vainilla. --?Necesitas que te eche una mano? Jamie gimio y el colchon se estremecio con mas fuerza. Se puso bocarriba, acariciandose largo y lento primero y con toques cortos y rapidos despues. Theo sintio su polla palpitar. --Con mi mano me va bien, gracias. Pero tocame si quieres, si no puedes resistirte. --Si que puedo resistirme --fue la respuesta de Theo. Apenas. --Lo que veas. Jamie acelero el ritmo, gimiendo al descargar sobre la parte baja de su vientre. Se quedo ahi inmovil durante unos segundos tratando de recobrar la respiracion. Despues guino un ojo a Theo y se fue al bano. Casi inmediatamente Theo metio la mano bajo la manta y se agarro la polla. Jamie volvio con una sonrisilla de <> en la cara, se tumbo a su lado y le dio un beso en el brazo que Theo tenia bajo la manta. Eso hizo que dejara de acariciarse. --No pares, esta claro que necesitas aliviarte. Theo solto su increiblemente dura polla y volvio a poner las manos detras de la cabeza. --Que va, estoy bien. Nooooooooooooo. Jamie nego con la cabeza, a punto de reirse. --Si cambias de opinion, ya sabes. --Puedo con ello. Que alguien le disparara ya. Pues parecia que este Leo cabezota tenia una larga noche en vela por delante.

  • Tu camino, mi destino (Destino 1) de Marcos Olmos Gonzalez

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    Todas las personas seguimos un camino. En ocasiones, es el elegido por nosotros, sin embargo, a veces, es el camino el que nos elige, quizas por circunstancias de la vida o por algun suceso imprevisto. Marta y Helio son dos personas con caminos muy diferentes. En el plano laboral, el pinta cuadros de chicas desnudas, ella trabaja en el departamento de marketing de una empresa de renombre. En el plano sexual, el disfruta del sexo sin tabues, ella lleva vida monastica a consecuencia de una relacion anterior fallida. El vive en Madrid, ella en Granada. Sin embargo, sus caminos se cruzan y justo en ese momento se produce un caos de acontecimientos regidos por el destino. o por el libre albedrio. tu que piensas ?crees en el destino?Amor, humor, intriga y sexo se unen para dar a luz un libro que te enganchara desde el principio y que te dejara con ganas de mas. bienvenido/a a la saga Destino.

  • Alacran de Salva Alemany

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    Novela policiaca que cabalga entre el genero negro de accion y el thriller psicologico. Santos es un hombre duro, tanto como el entorno en el que vive, una localidad en la frontera mexicana. Lugar de paso de narcos e ilegales. El gringo Santos tiene dos amores: su esposa Lupe, la mejicanita, y su taller de motos. Pero las motos no dan lo suficiente para comer y Santos hace trabajos para el todopoderoso Don Dimas, quien controla desde su a talaya todo su entramado de negocios criminales. Decidido a cambiar de vida, Santos acepta un ultimo encargo que le permita empezar de cero. Sin embargo, el pasado vuelve a visitarlo para recordarle que no basta la mera voluntad para desterrar sus fantasmas. Salva Alemany (Valencia, 1968) a pesar de haber publicado un libro juridico tecnico, despega su carrera literaria con su primera obra de ficcion, La suerte no existe, finalista del II Premio de Creacion Literaria Bubok. Su segunda novela, Eire, que destapa una trama de abusos en el seno de la Diocesis Irlandesa de Ferns, resulto finalista del Premio La Trama de Ediciones B. Alacran es su tercera novela.

  • La tierra desnuda de Rafael Navarro De Castro

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    Manuel Vilas Decia Luis Bunuel que en su pueblo, en la provincia de Teruel, la Edad Media habia durado hasta bien entrado el siglo xx. Algo asi sucede en el escenario de esta novela, un lugar que puede ser casi cualquiera en la Espana interior. Alli nace, al mismo tiempo que la Segunda Republica, un nino llamado Blas. Y en el mismo lugar muere, ochenta anos despues, sin ser consciente de que se lleva a la tumba una forma de vida milenaria. El es el ultimo.

  • Demandame, si puedes de Sophie Saint Rose

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    Jocelyn esta teniendo un dia horrible. Por la manana la despiden del trabajo de cajera de supermercado y por la tarde decide ir a una entrevista, donde el hombre mas guapo que ha visto nunca… !amenaza con demandarla!

  • Predestinada para el duque de Christina Mcknight

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    Cuando el amor se mezcla con magia, todo puede ocurrir.

  • Los secretos del conde de Vanny Ferrufino

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    Marcus Woodgate, conde de Hamilton, requiere de una esposa con urgencia; y no de una cualquiera, sino de una dama con una exquisita dote que le permita pagar las deudas que adquirio junto al condado de su difunto tio.

  • Bajo las dunas rojas (Los Colores 1) de Mayra Estevez Garcia

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    BAJO las DUNAS ROJAS" es un viaje inolvidable a Africa que se vive en propia piel. Junto a Clara, una ginecologa madrilena, con la vida totalmente solventada, llegareis a Namibia. El inicio es un recorrido romantico por el pais, descubriendo parajes exoticos: esa parte de Africa boyante y europea inventada para el disfrute del turismo. Si bien, pronto todo se tuerce, y la protagonista es secuestrada, empezando la accion, la intriga, el misterio y un enganche que os atrapara. Sera imposible dejar de leer los impactantes sucesos que tendra que soportar, y ver como sacara sus instintos mas primitivos y animales para conseguir sobrevivir. Entrareis en la historia y os convertireis en un personaje mas de la misma, viendola, sintiendola, tocandola. Visitareis primero paisajes africanos, y despues, un infierno que os ira enganchando, asombrando y conquistando, creciendo la tension con el paso de cada pagina, experimentando todo tipo de sensaciones.
    Ante la dificultad de entrar en el mundo editorial, decidi realizar yo misma todo el proceso de creacion de esta novela, promocionandola por mis propios medios, llegando en la actualidad a la decima edicion.

  • Nuevos hombres buenos de Ritxar Bacete

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    El feminismo ha revolucionado y redefinido, en el ultimo siglo, el papel de las mujeres en la sociedad, en un proceso que ha supuesto, inevitablemente, cuestionar y transformar el rol de lo masculino. Y pese a que cada vez mas hombres apoyan -al menos desde la teoria- ese proceso de acercamiento a la igualdad, una de sus consecuencias es que ha dejado a la mitad de la humanidad huerfana de un modelo de referencia: el viejo ya no sirve para la convivencia equitativa con las mujeres en una sociedad democratica y el nuevo esta aun en construccion.

  • Las fuentes del silencio de Ruta Sepetys

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    Desenterrar fragmentos del pasado puede ser doloroso, pero conocer nuestra historia nos ayudara a sanar las cicatrices.

  • La nueva formula del trabajo de Laszlo Bock

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    El vicepresidente senior de gestion de personas de Google revela por primera vez una formula de trabajo que se ha convertido en leyenda global.

  • Luro de Luciana Sousa

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    La protagonista de Luro es una joven embarazada que trabaja en una estacion de servicio, en un pequeno pueblo de la pampa argentina. Atiende el bar y limpia. Los dias son todos iguales, sumergidos en la lentitud que provoca el calor infernal del verano. Pero esa quietud se altera cuando la joven encuentra a un inmigrante escondido en el bano, temeroso y hambriento, y rapidamente le avisa a Julio, el dueno del bar.

  • Eres mi tiempo de Sandra Lugo

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    Mi nombre es Sofia, soy una joven cooperante de la ONU. He vivido entre monjas toda mi vida, y aunque se supondria que podria complacer los deseo de mi familia de ser una de ellas, eso nunca pasara despues de la llegada de Daniel a mi aldea. Loco de remate y con muchos problemas, pero ha cambiado mi realidad al encantarme con todo su cuerpo, asi que me enamore del loco del pueblo, el hombre mas hermoso que haya visto jamas, alguien que ha cambiado mi reducido y extrano mundo para siempre.