• libro el secreto de las hermanas blackwood - Ellen Marie Wiseman

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    L CAPITULO 1 LILLY Julio de 1931 Blackwood Manor Horse Farm Debbin's Comer, Nueva York ILLY BLACKWOOD, DE NUEVE ANOS, SE PLANTO EN LA buhardilla del atico de Blackwood Manor por milesima vez, deseando que la ventana se abriera y poder asi oler el aire fresco. Al dia siguiente seria su cumpleanos y no podia pensar en un regalo mejor que aquel. Seguramente, papa le traeria un vestido nuevo y otro libro cuando volviera de Pensilvania, pero habia estado lloviendo y queria saber si afuera se estaba igual que adentro. Se pregunto si las gotas de lluvia habrian impregnado el ambiente de suavidad y frescura, como le pasaba al agua cuando se daba un bano de esponja. ?O afuera tambien estaria el aire caliente y pegajoso como el de su cuarto? Le habia pedido cientos de veces a mama que cambiara la ventana por otra que pudiera abrir, y quitar aquella reja enroscada para poder ver mejor, pero mama, como de costumbre, nunca la escuchaba. Si mama supiera que papa la dejaba jugar en la otra parte del atico cuando ella se iba a misa, papa estaria en apuros. Mas que cuando la enseno a leer; mas incluso que cuando le regalo una gata en su tercer cumpleanos. Lilly suspiro, saco el telescopio por el alfeizar, y arrimo el ojo. Por lo menos era verano y no tenia que rascar el hielo del cristal. Papa llamaba a aquella hora del dia <>, cuando el paisaje parecia pintado unicamente con dos colores, verde y azul. La hilera de pinos al otro lado del establo, pasando por los prados donde jugaban los caballos, parecia hecha del mismo fieltro que Lilly usaba como mantas para las munecas. Las sombras, cada vez mas oscuras, estaban por todas partes. Fue deslizandose por el borde del bosque buscando al ciervo que habia visto el dia anterior. Ahi estaba el sauce torcido; la roca junto al arbusto que el invierno pasado se puso roja; el tronco quebrado junto a la valla de piedra; y ahi estaba la... Paro y volvio con el telescopio a la valla. Habia algo diferente al otro lado del bosque, cerca de las vias del tren que atravesaban el lejano prado. Aparto el telescopio del ojo, parpadeo, miro nuevamente y jadeo. Le silbo el pecho, como cada vez que se ponia nerviosa. Habia una serie de luces azules, rojas, amarillas y verdes, como las que papa colgaba en su cama en Navidades, colgando sobre una gigantesca casa de tela. Habia otras luces rodeando mas casas con forma de fantasmillas regordetes. Lilly no pudo distinguir las palabras, pero tambien habia senales con letras iluminadas por bombillas de colores. Las banderas ondeaban desde lo alto de sus postes, y una linea de luces amarillas flotaba a lo largo de las vias del ferrocarril. Parecian las ventanas de un tren que estuviera detenido. Uno de los largos. Lilly dejo el telescopio, espero a que sus pulmones dejaran de silbar, fue a la estanteria y cogio su libro ilustrado favorito. Paso las paginas hasta encontrar lo que estaba buscando --un colorido dibujo de una tienda a rayas rodeada de vagones, caballos, elefantes y payasos--. Se apresuro de vuelta a la ventana para comparar la forma de la tienda del libro con la casa brillante del otro lado del bosque. Estaba en lo cierto. Era un circo. Y podia verlo. Normalmente, las unicas cosas que podia ver a traves de su ventana eran caballos y pastizales, y a papa trabajando junto a su ayudante junto a las vallas blancas, o el establo amarillo de los caballos. A veces, mama paseaba cruzando los pastos hasta el establo, con su larga melena rubia arrastrandose tras ella como un velo. Otras veces, los camiones paraban a la entrada del establo y el ayudante de papa subia y bajaba los caballos de los remolques o descargaba sacos y balas de heno. Una vez, dos hombres vestidos con ropas anchas --papa los llamo gandules-- se encaminaron hacia la entrada, donde el ayudante de papa salio a recibirlos con la escopeta. Cuando Lilly tenia suerte, podia ver a los ciervos asomando por el bosque, o a los mapaches corriendo a lo largo de la valla en direccion al cobertizo, o el tren acercandose por las vias. Y si pegaba la oreja a la ventana, el ruido de la maquinaria del tren o el pitido del silbido llegaban hasta ella atravesando el cristal. Pero ahora habia un circo ahi fuera, al otro lado de la ventana. !Un circo de verdad, en ese mismo instante! Por primera vez en su vida, estaba viendo algo diferente y lo estaba viendo en vivo, no en un libro ilustrado. Se puso muy contenta, pero al mismo tiempo, tambien se puso triste. Si no se hubiera pasado la tarde leyendo, habria podido ver como descargaban las cosas del circo en la parada del tren; podria haber visto como traian las tiendas; podria haber visto los elefantes, las cebras y los payasos. Ahora estaba demasiado oscuro para ver nada salvo las luces. Dejo el libro y conto los travesanos de la ventana. A veces contar la hacia sentirse mejor. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Nada. No funcionaba. No podia dejar de pensar en lo que se habia perdido. Apreto la oreja contra el cristal. A lo mejor podia oir los gritos del director o la musica del circo. Pero lo unico que oyo fue el pitido de su pecho y los latidos acelerados del corazon. En el alfeizar de la ventana, su gata, Abby, se desperto y parpadeo con somnolencia. Rodeo con el brazo al atigrado felino anaranjado, atrayendola hacia si, y hundiendo su nariz en el suave pelaje del animal. Abby era su mejor amiga y la gata mas lista del mundo. Podia apoyarse en sus patitas traseras para dar besitos y levantar la zarpita para tocarla y llamar su atencion. Incluso podia saltar a la cama de Lilly o bajarse de ella cuando se lo pedias. --Apuesto a que mama ira al circo --dijo Lilly-- porque la gente no le tiene miedo, asi que ella no tiene por que preocuparse de eso. La gata ronroneo. ?Como sera el hombre elefante?, se pregunto Lilly. ?Que se sentira al tocarle la piel arrugada y quedarte mirando esos ojos marrones y grandotes? ?Y montar en el caballo rosa y blanco de un carrusel? ?Como sera? ?O caminar entre la gente, comer cacahuetes y algodon de azucar? ?Y ver un espectaculo de leones autentico, en vivo y en directo? Habia noches en las que, tras apagar las luces y acurrucarse en la cama, los pensamientos salian de su mente abandonando la habitacion, corriendo escaleras abajo. Habia leido bastantes libros como para saber que la casa tenia mas de una planta, y se imaginaba a si misma escabullendose por el atico, encontrando una escalera, abriendose paso por las plantas inferiores de Blackwood Manor, y saliendo por la puerta principal. Se imagino alli fuera, con los pies sobre la tierra, respirando profundamente, oliendo a algo mas que madera vieja, telaranas y polvo caliente, para variar. Durante las visitas semanales de papa, uno de sus juegos favoritos consistia en adivinar a que olia su ropa. A veces olia a caballos y heno; otras veces a betun o humo, pan horneado o... ?Como se llamaba esa cosa que se suponia que era una mezcla de limones y cedro? ?Colonia? Bueno, fuera lo que fuese, olia bien. Papa le habia hablado mucho del mundo exterior. Tambien sabia como era por lo que habia leido en los libros, pero no tenia ni idea de lo que era sentir la hierba entre los dedos, ni como era el tacto de una corteza. Sabia que las flores eran aromaticas porque su padre le traia un ramillete cada primavera, pero se moria por pasear a traves de un campo de margaritas y dientes de leon y poder sentir la tierra y el rocio en los pies descalzos. Queria oir a los pajaros cantando y escuchar el viento. Queria sentir la brisa y el sol sobre su piel. Habia leido todo lo que se podia leer sobre plantas y animales, podia recitar el nombre de cada uno de ellos si era necesario, pero al margen de Abby y el raton que habia visto correr por el zocalo aquel invierno, jamas habia visto ningun otro animal de cerca. Su otro juego favorito era escoger un lugar en el atlas y leer todo lo que pudiera sobre el para, seguidamente, planear un viaje hasta quedarse dormida, decidiendo que hacer y donde ir cuando estuviera alli. Su lugar favorito era Africa, donde se imaginaba corriendo con los leones, los elefantes y las jirafas. A veces imaginaba que rompia la ventana de la buhardilla, se arrastraba hasta el tejado y se deslizaba hacia abajo por un lateral de la casa, escapando furtivamente hasta el establo para ver los caballos. Y es que por todo lo que habia visto y leido, eran sus animales favoritos, aparte de los gatos, por supuesto. No es solo porque fueran fuertes y hermosos, sino porque podian tirar de remolques, trineos y arados. Dejaban que la gente los montase y podian encontrar el camino de regreso a casa si se perdian. Papa decia que los caballos de Blackwood Manor estaban demasiado alejados de la ventana del atico, asi que Lilly los bautizo con nombres de su propia invencion: Gypsy, Eagle, Cinnamon, Magic, Chester, Samantha, Molly y Candy. Como le habria gustado acercarse a ellos, acariciarles las crines y cabalgar sobre sus lomos por los prados. Si esos estupidos barrotes de la ventana que mama decia que eran por su propio bien no estuvieran ahi... Entonces recordo la advertencia maternal, y sus suenos se convirtieron en pesadillas. --Esos barrotes son para protegerte --le habia dicho su madre en mas de una ocasion--. Si alguien se atreviera a entrar y te viera se asustaria, y trataria de hacerte dano. Cuando Lilly le pregunto por que tendrian que tener miedo de ella, mama le dijo que era porque era un monstruo, una abominacion. Lilly no sabia lo que era una abominacion, pero sonaba mal. Bajo los hombros y suspiro en mitad de la quietud de su habitacion. No habria circo para ella. Ni ahora ni nunca. Jamas podria salir del atico. El unico modo en el que podria ver el mundo seria a traves de los libros. Papa decia que afuera el mundo tampoco es que fuera una maravilla, como ella creia, y que debia estar agradecida y feliz por tener una cama caliente y comida que echarse a la boca. Habia mucha gente que no tenia casa ni trabajo, y tenian que hacer cola para que les dieran un trozo de pan y algo de sopa. Le conto algo sobre bancos y dinero, y no se que crisis financiera, pero ella no entendio ni jota. Y tampoco la hizo sentir mejor, la verdad. Rodeo a Abby entre sus brazos y se sento en la cama de hierro que habia medio escondida debajo de un rincon de papel pintado de un cielo azul redondeado. La lampara de su mesilla de noche proyectaba sombras alargadas sobre el suelo de madera, lo cual significaba que pronto oscureceria y seria hora de apagar la luz. No queria olvidarse de apagarla. De lo contrario, tendria que aguantar las monsergas de mama, siempre con la misma cantinela. Le habia dicho mas de cien veces que si alguien veia luz en su habitacion y la descubria alli se la llevarian lejos y nunca mas volveria a verlos. Pero la semana anterior hubo una noche que se olvido de hacerlo porque habia empezado a leer un libro nuevo y se habia quedado durmiendo. Dejo a la gata en la cama y examino las cicatrices de sus dedos. Papa tenia razon, la locion estaba surtiendo efecto. !Pero hay que ver como quemaba la llama de la lampara de mama! --La letra con sangre entra --habia dicho mama. Lilly estuvo a punto de preguntarle si la Biblia decia algo sobre aquello de la letra con sangre entra, pero al final no se atrevio. Se suponia que debia saber lo que decia la Biblia. --Me pregunto que haria mama si supiera que me paso el dia leyendo los libros de papa en lugar de esa vieja Biblia --le dijo a Abby. La gata restrego el hocico contra el brazo de Lilly. Despues se hizo un ovillo y se volvio a dormir. Cogio la Biblia de la mesilla de noche --no se habria atrevido a ponerla en ningun otro lugar --, movio el punto de lectura hasta situarlo unas cuantas paginas mas adelante, y volvio a dejarla en el mismo sitio. Mama solia revisar cuanto avanzaba la lectura, y si el marcapaginas no se movia, empezaban los problemas. De acuerdo a su madre, la Sagrada Biblia y el crucifijo que habia colgado en la pared sobre su cama eran las dos unicas cosas que necesitaba para ser feliz. El resto de cosas que habia en la habitacion eran cosa de papa: la mesa de mimbre para las fiestas de te, con tapete de encaje, su bandeja de plata y sus tazas de porcelana, la mecedora a juego y el osito de peluche que habia sentado en el taburete acolchado de color azul junto al armario; la casa de munecas con los muebles en miniatura y sus munequitas; la maqueta de la granja de animales asomando desde la balda superior de la biblioteca, con aquellas caras que parecia que se iban a poner a cantar de un momento a otro; tres munecas de porcelana con vestidos de encaje en un cochecito de bebes, de esas que tenian ojos que se abrian y se cerraban. Y, por supuesto, la biblioteca llena de libros. Hubo un tiempo en que parecia que no habia cosa en el mundo que papa no fuera capaz de darle, hasta que leyo Blancanieves y le pidio un espejo. A veces, en mitad de la noche, cuando estaba segura de que todo el mundo estaba durmiendo y no habia mas que una oscura negrura al otro lado de la ventana, encendia la luz y estudiaba su reflejo en el cristal. Lo unico que veia era una mascara fantasmagorica y borrosa devolviendole la mirada, con los barrotes rizados serpenteando sobre su piel. Observaba aquel reflejo blanco detenidamente, se tocaba la frente, la nariz y las mejillas, intentando hallar lo grotesco, o el trozo que faltaba, pero todo parecia encajar a la perfeccion. Cuando le preguntaba a papa que habia de malo en ella, le decia que para el era muy hermosa y eso era lo unico que importaba. Pero ponia ojos comicos cuando lo decia, asi que no creia que dijera la verdad. Pobre de el si mama llegaba a enterarse alguna vez, porque su madre siempre decia que mentir era pecado. Por suerte para el, ella nunca le delataria. Papa le habia ensenado a leer y escribir, a hacer sumas y restas. Fue el quien decoro las paredes de su habitacion con el papel pintado rosa, y era el quien le traia vestidos y zapatos cuando los que tenia se le quedaban pequenos. Traia comida para Abby y dejaba que Lilly fuera a la otra parte del atico para que pudiera estirar las piernas. Una vez, hasta trajo un fonografo para ensenarle a bailar el charleston y el tango, pero ella se ahogo de cansancio y tuvieron que parar. Le encantaba la musica. Le suplico que dejara el fonografo en su habitacion pero tuvo que llevarselo de vuelta abajo, y es que si mama se hubiera llegado a enterar de que lo habia cogido, se habria puesto hecha una furia.

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    Título: El secreto de las hermanas Blackwood Título Original: (The Life she was Given, 2017) Autor: Ellen Marie Wiseman Editorial: Bóveda

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    Una vez por semana Lilly recibe la visita de su padre, que, a escondidas, le ha enseñado a leer, le lleva libros y hasta le ha regalado un gatito.

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  • La Amante Contratada Del Jeque de Ella Brooke

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    Los ojos de Laine se redujeron a lineas delgadas y se fijaron sobre el trabajador temporal. Sus ojos se abrieron como platos. El reloj hizo tictac. Podia haber pasado una planta rodadora del desierto. Puso su bloc de notas en el escritorio de Laine y contesto el telefono. --Brandt Interiors -- medio canto --Jacob al telefono. ?Como puedo ayudarle? Laine sonrio victoriosa y miro hacia atras a la pantalla de su ordenador. Tenia mucho trabajo que completar en esta cuenta antes de irse a casa. Convencer a los Madison de que necesitaban rehacer su apartamento igual que todos sus banos, y que ella era la unica decoradora en el estado (y sobre todo la unica en Brandt Interiors) que debian incluso tener en cuenta habia retrasado su planificacion unos dias, pero valdria la pena. La comision en esta cuenta iba a ser astronomica. El senor Brandt tenia la tendencia de no hacer caso a su trabajo o dar los trabajos a los empleados mas mayores (y masculinos), pero en cuanto viera lo que habia hecho, convirtiendo una remodelacion de un bano en un proyecto completo de una vivienda, tendria que llamar su atencion. Un aumento y recibir clientes preferentes no podian tardar. Jacob intento darle el telefono, pero ella le corto haciendo un signo de negacion con un dedo. --Es tu hermana. Ella lo miro, tomo aire y volvio a su trabajo. --Ya te llamara --dijo Jacob. Parpadeo despues de recibir el mensaje y despues recupero su bloc de notas antes de volver a sus ocupaciones. Si Laine hubiera tenia un segundo para respirar, se habria sentido culpable por no atender a su hermanita Emma. Pero la ya bulliciosa carrera de actriz de Emma habia despegado el ultimo ano, y rara vez tenia tiempo para Laine y su padre. Sin duda Emma estaba entre tomas o sesiones de fotos o fabulosas comidas con gente hermosa. Tendria que esperar unas horas a que Laine se tomara un descanso. Laine habia sido contratada en Brandt Interiors directamente despues de graduarse en Parsons hacia cuatro anos. Desde entonces, su vida habia sido patrones, muestras y regateos con los proveedores. Era simplemente como le gustaba, aparte de tener que buscar reconocimiento entre asociados menos talentosos. Eso no le dejaba demasiado tiempo para esas raras criaturas conocidas como fines de semana y vacaciones. Laine solo sacaba tiempo para ir a visitar a su padre, que vivia solo al norte del estado. Laine lo llamaba casi todos los dias. Era casi tan bueno en la creacion de lazos sociales como Laine. Emma habia intentado jugar a casamentera para el mientras estaba en secundaria, pero no habia conseguido nada. Greg McConnell habia sido siempre un hombre de una sola mujer. --!Hiii-eee! Emma canto desde la puerta, golpeando sus nudillos hacia arriba y abajo del marco. Laine casi escupe su cafe. --?Em? ?Que estas haciendo aqui? ?No deberias estar en algun plato en algun lugar en Hollywood? --!Si respondieras a mis llamadas, sabrias que estamos filmando alguna escena aqui en Nueva York! Emma se coloco detras de la silla giratoria de Laine y desordeno su cabello cuidadosamente dispuesto. --!Tomate un descanso! ?Con que frecuencia ves a su hermanita? --Tal vez mas a menudo, si vinieras a casa por vacaciones --dijo Laine , girandose hacia su ordenador. --Me alegro de que estes en la ciudad. Acabo de recibir un sofa bastante decente… Emma se echo a reir. --Oh, no. Me quedo en un hotel, amorcito. --Laine resoplo. Emma se apoyo en el respaldo de la silla de Laine. --!Sal conmigo esta noche! Todo el reparto va a ir a esta fiesta increible. !Va a ser una locura! --?Que parte de <> dice Laine McConnell para ti? Laine acabo de escribir un correo electronico a un distribuidor. --Yo me debo estrictamente a los negocios. Si tienes alguna funcion donde puedo tomar vino y cenar con algunos posibles clientes, llamame. Emma sacudio los hombros de Laine y se apoyo en el borde de su escritorio. --!Ten cuidado con esos papeles! --!Tienes que empezar a vivir tu vida, Lainey! Emma lanzo sus manos hacia delante. --Hay mucho mas ahi fuera que tu trabajo. --Me gusta el trabajo --argumento Laine. --No subes si no le echas horas. A ti te gusta tu trabajo. --Soy una actriz. Actuo por dinero. Emma, salto sobre el escritorio y cruzo sus piernas. --En serio. Ven conmigo. Te presentare a mis companeros de reparto atractivos. --Mmm. Deliciosos hombres bobos. ?Que mas podria pedir? Emma bajo bloqueando la pantalla de Laine. --!Dale una oportunidad a esos bobos! O por lo menos, baila con ellos y disfruta de unos de los mejores aperitivos y champan. Laine se sento nuevamente en su silla y miro a su hermosa hermana destellando la sonrisa que la habia hecho ganar tanto dinero desde su primer anuncio nacional vendiendo chicles. Emma podia ser exasperante. Cada movimiento tenia una inyeccion de gracia bien practicada. Laine todavia podia ver a Emma desfilando de nina con los zapatos de tacon de su madre. Laine, por el contrario, no habia ni nacido con gracia ni se habia sentido obligada a practicarla. Su estilo era el de una mujer de negocios elegante, con tacones altos pero con estilo, de los que rara vez se olvidaba en publico. Solo se podia imaginar a ella misma vestida al estilo de Emma entre todas las celebridades en esta fiesta. Se sentiria como una ciguena desfilando por ahi en un vestido de fulana. Sin embargo, era muy duro decirle a su hermanita que no. --?Que tengo que hacer para convencerte de que me dejes terminar mi trabajo? --pregunto. --Prometer dejarme vestirte y llevarte a esta fiesta. Al menos, unas dos horas. --Una hora. Me metes en tu mundo durante una hora, y entonces tienes que venir a casa conmigo y comer comida tailandesa y beber algo mientras diseno un nuevo patron de papel de parez en mi portatil. --Tu vida es un cadaver, Lainey. Emma se echo a reir. Apreto el hombro de Laine. --Te enviare mi numero de habitacion. --No puedo esperar. Laine se centro en su pantalla. Iba a tener que tener listas esos pedidos en la siguiente hora. Paso una mano por su cabello. Emma querria hacer algo ridiculo con eso, tambien. Laine tendria que evitar que le pusiera brillantina o que se lo tinera. Su pelo era castano oscuro, como el de su madre, aparte del mechon blanco que crecia desde el nacimiento de su pelo, habia estado alli desde que tenia doce. Lo dejaba caer sobre su frente, como siempre. Le ayudaba a cubrir la cicatriz. Laine murmuraba mientras corregia los codigos de color para las paletas de bano --He dejado de trabajar por ti por esta fiesta, hermana. Preferiria rellenar formularios de compras… *** Como Laine esperaba, Emma estaba esperandola en su apartamento con una pared llena de vestidos de noche escotados y una vestidora personal para pintarla y peinarla hasta que estuviera tan molesta que a pesar de sus inclinaciones naturales, le dijera a su hermana que la dejara en paz. Pero al final de todo, alli estaba parada Laine, en todo su esplendor con su metro ochenta con tacones de diez centimetros (habia perdido la batalla sobre eso, a pesar de su queja de que a los hombres no les gusta una mujer por encima de ellos), en un vestido suelto azul y purpura que parecia que alguien lo hubiera tejido de una pila de panuelos suaves. El dobladillo estaba un poco alto, y el corte resaltaba cada curva de la que ella podia presumir, pero Laine paso un mal rato quejandose sobre su aspecto. Sin duda nunca habia llevado antes nada tan sensual. --Hicieron este para mi coprotagonista en Magnifique. Emma toco el pelo de Laine con cuidado, para no perjudicar la obra de arte en que se habia convertido transformar su recogido diario. Habian dejado mechones alrededor de su cara junto con su mechon de pelo blanco, con todo el efecto suavizando el aspecto habitual de encargada de Laine. --?Magnifique? Laine se giro para mirar a Emma. --?Tu coprotagonista no era una drag queen? Emma sonrio y tomo el brazo de Laine mientras caminaban hacia el edificio donde se celebraba la fiesta. --Recuerda que es un Nihayat Alhaya --dijo Emma. --?Un que? --Ese es el disenador de tu vestido. La gente preguntara. Laine cerro sus ojos. Era poco probable que algun paparazzi tomara alguna foto de ella. No con Emma llamando su atencion. La fiesta tenia lugar tantas plantas arriba que Laine perdio la cuenta de cuantas habia pasado el ascensor. Era como si fueran para arriba al mismo cielo. Brevemente, se pregunto si llegaban tarde, ya que no habia nadie en el ascensor, aunque Emma parecia despreocupada. Solo saco su neceser y comprobo su maquillaje. Laine respiro profundamente varias veces y trato de ser paciente. Si solo fuera una situacion de negocios. Ella se podria desenvolver alli, en su mejor Ralph Lauren y un bonito panuelo, amaba los panuelos y un cuarto lleno de marcas. Laine nunca se iba de un evento sin conseguir por lo menos dos o tres clientes. --No pienses en todas las personas importantes en esta fiesta --se dijo a si misma. No pienses en todas las personas que quieren ver las estrellas, no a los decoradores de las estrellas. Llegaras a casa a las diez con comida para llevar y una pinta de helado con algun tipo de aderezo. Caramelo, dulce tal vez. Emma lanzo a Laine una sonrisa cuando el ascensor paro y se abrio camino en el vestibulo. La gente estaba parada en grupos dispersos, llevando copas de champan y tomando de vez en cuando algun pequeno bocado de las bandejas que pasaban alrededor de los camareros vestidos de blanco. Laine exploro la multitud y pillo una brocheta de gambas envuelta en bacon mientras el camarero pasaba. --?A donde, al Golden Globe? --pregunto. Emma tiro de Laine a lo largo del atico, que realmente era mas como un hangar de avion que como un apartamento. Solo habia algunos muebles dispersos; en cambio los televisores de pantalla plana montados en las paredes reproducian musica y representaban figuras amorfas bailando. No habia nadie bailando en la fiesta, pero las pantallas reflejaban la idea de movimiento. Parecia un desperdicio para Laine. Sin embargo, suponia que las personas estaban realmente ahi para ser vistas. Mientras Emma iba de persona en persona, Laine levantaba sus ojos de la gente hacia la estructura de techo abovedado y las obras de arte que colgaban de las paredes. Tomaba notas mentalmente. Evaluo las conversaciones a su alrededor de ella para cambiar el tema hacia el diseno, o al menos al arte. Ella miro hacia abajo al suelo de madera (madera dura, pero no de una calidad que perduraria mucho a un pesado desgaste). Una persona normal estaria buscando a sus actores y actrices favoritas entre la multitud, pero Laine no pasaba demasiado tiempo pensando en las peliculas que ponia de fondo mientras trabajaba por la noche. Despues de asomarse a los bordes de conversaciones durante lo que le parecio una eternidad, Laine se desvio de su hermana hacia una escultura extrana y alta de plata. No podia decir si se suponia que era alguien volando o algo mas atrevido. Laine se dio la vuelta de repente, al notar a alguien detras de ella. Sus ojos se encendieron inmediatamente ante una cabeza gruesa, exuberante de pelo negro. El hombre al que pertenecia el pelo se levanto en toda su altura imponente de dos metros, si no mas, y sonrio. Una sonrisa rapida, amplia y facil que se plasmaba en sus mejillas bronceadas banadas por el sol y aspiraba el aire de los pulmones de Laine e hizo que ella sintiera un hormigueo en su piel. --Me estas llevando a mi, creo --dijo el hombre. Capitulo Dos --Yo, ummm, ?que? --Laine se espanto ante el increiblemente apuesto hombre de pie ante ella. --?Su vestido? --anadio. Laine miro hacia abajo y paso sus manos por sus muslos. --Oh, es un Ni… Niya… --Nihayat Alhaya. Soy el propietario de la empresa. Conozco al artista que creo este. Aunque acortaron el dobladillo un poco. El levanto una ceja significativamente. --Bueno, creo que tengo que agradecerle por hacer algo bonito para nosotras las chicas altas. Hizo un gesto con una mano. --Le queda muy bien. Es como si Niha se lo hubiera hecho a medida. --Yo… Gracias. Ahora que ella estaba mirandolo mas de cerca, el era un poco una obra de arte por si mismo. Su mandibula era amplia y cincelada, y estaba alineada con una fina barba perfectamente recortada. Pero sus ojos fueron lo que la atrajo, De un calido, verde avellana, que parecian reirse de su asombro, y estaban enmarcados por dos cejas oscuras. --Perdoname. No me he presentado Soy Aziz bin Mohammad bin Ali al Amirmoez. Hizo una leve reverencia. --Oh. Laine asintio lentamente. --Yo soy Laine McConnell. Las cejas de Aziz se levantaron y sus ojos se ensancharon. El tomo su mano y la beso. --Es un placer. Cuando te he visto aqui con un vestido de Niha, no pude evitar venir a examinar tu belleza. Laine parpadeo. ?Hablaba en serio? --?Estabas examinando esta escultura? Aziz la miro y se puso junto a ella. --?Te gusta? Laine inclino la cabeza. --Para decir la verdad, no lo se. Definitivamente podria venderlo a un cliente como una pieza de la sala de estar, pero no me podria sentir bien acerca de ello. --Es sugerente. El punto mismo del arte. Aziz giro su mirada de la escultura para mirarla a ella una vez mas. --Como una hermosa mujer. Provoca. --Laine se echo a reir. Su voz era calida y cadenciosa, con acento pronunciado pero inteligible. Era reconfortante. Pero ella no podia creer que el creyera lo que estaba diciendo. Tenia la facilidad de un hombre que podia conseguir decenas de mujeres solo levantando el brazo. --Eres tan encantadora… dijo casi en un susurro cerca y levanto su mano hacia el pelo que caia sobre sus ojos. --Eres como una rosa que ha florecido en rojo y blanco. ?Las que llaman tigres? Laine se alejo. --Debo volver con mi hermana. --Deberias pasar la noche conmigo. Laine miro boquiabierta a su sonrisa y balbuceo. --Ah, me he expresado mal. Me refiero a que debes mantener mi compania en esta fiesta. Es un poco aburrida, ?no? Creo que piensas lo mismo, o no estarias observando esta escultura. El se acerco mas, lo que la hizo mirar hacia arriba y tragar saliva. --Dejame hacer que tu noche sea interesante. Dejame que te provoque, Laine. Laine vacilo. Aun podia sentir su presencia. Era como si el calor de su piel dorada se proyectara de el como otro ser que presionara aun mas en el espacio personal de ella. Normalmente, ella querria dar un paso atras de el, para mantener su espacio propio, pero al sentirle, casi se sentia poseida por el. El ya se habia declarado. Todo lo que ella tenia que hacer era aceptar. Pero eso era una tonteria, por supuesto. El era solo un hombre. Un hombre guapo sin paliativos y uno claramente acostumbrado a conseguir lo que se proponia con las mujeres. Daria igual que ella tercamente rechazara dicha peticion. --No se si la fiesta es aburrida, o yo soy demasiado aburrida para apreciar a todas las celebridades que hay aqui. Laine se giro y senalo a su hermana. --Es mi hermana pequena. Es la estrella de la familia. Ha sacado tres peliculas este ano. --Ah. Aziz asintio con la cabeza. --Los miembros de mi familia tambien tienen bastante exito, o la mayoria de ellos. Aziz entonces procedio a regalarle en gran detalle acerca de los logros de todos los miembros de su familia, que eran, por cierto, obscenamente ricos y poderosos. Lo que significa que el, tambien era obscenamente rico y poderoso. Un jeque. Laine intento evitar imaginarselo con un panuelo blanco sobre su cabeza mientras continuaba con las propiedades fisicas y empresariales que estaban bajo su propiedad. --?Que estas haciendo aqui? --pregunto Laine.

  • El cuarto de la criada de Fiona Mitchell

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    Un canto a la libertad y a la dignidad de aquellas mujeres a quienes nadie suele escuchar: las empleadas domesticas.

  • Jaque al lord de Carol S. Brown

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    Gabriel Daventry, sexto marques de Satherton, siente la presion que conlleva su titulo. Y mas cuando The Golden Swan, la cotilla anonima mas famosa de Londres, lo ha mostrado como un gran partido imposible de ignorar. Como cabeza de la famosa y querida familia Daventry, Gabriel sabe que tiene que casarse, pues es su obligacion perpetuar el titulo, pero todavia no ha encontrado a la mujer adecuada, alguien con quien se pueda llevar bien. Hasta ahora.
    Isabelle Walls va por su tercera temporada sin ninguna boda a la vista, para consternacion de su madre. Pero la joven desea, aunque sea una estupidez admitirlo, casarse por amor. No quiere acabar en un matrimonio convenido como el de sus padres.
    Asi que, cuando conoce al apuesto marques de Satherton, no puede evitar desear que el sea el adecuado. Sobre todo desde la primera vez que lo vencio al ajedrez.
    ?Podra Isabelle convencer a Gabriel de que el amor esta por encima de la obligacion? ?Lograra hacer Jaque mate al rey mas tentador de la sociedad londinense?

  • Aunque suene con tu nombre de Natalia Sanchez Diana

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    Unas reliquias, un libro publicado en la epoca victoriana, un hombre misterioso y mucho deseo en esta nueva novela para amantes de las flores y del romance.

  • Sombras en el faro de Carlos Dosel

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    El numero 1 en ventas de KINDLE AMAZON ESPANA, Carlos Dosel, con EL LEGADO DEL MAL, regresa con una nueva novela negra tenebrosa y espeluznante: SOMBRAS EN EL FARO.
    Regresa el gran autor Carlos Dosel con una historia ambientada en la Galicia costera de los anos 50, los dificiles anos de la posguerra espanola… La critica la senala como la mejor novela negra de 2019.
    Un terrible suceso ocurrido en el faro del pueblo costero de Castelourino, en La Coruna, deja consternado a todos los habitantes del lugar. El encargado del faro, Alejandro, asesina a su esposa en un crimen pasional, arrojandose a continuacion a los acantilados de A Costa da Morte.

  • La inesperada verdad sobre los animales de Lucy Cooke

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    Verdades sorprendentes, chocantes y a menudo muy divertidas sobre el reino animal, en un libro delicioso que combina rigor y humor.
    ?Lo sabemos todo sobre los animales? ?Nuestros conocimientos sobre ellos son realmente cientificos? ?O nos dejamos arrastrar por mitos, cliches y falsas verdades?
    Este libro nos desvela como proyectamos sobre los animales nuestras creencias, como les atribuimos actitudes y roles que son traslaciones de nuestra vision del mundo. Y asi, seducidos por las imagenes de un celebre documental sobre pinguinos, los convertimos en un dechado de virtudes familiares, fidelidad y responsabilidad. Entranable. Pero ?realmente son asi? Pues resulta que mas bien no...
    Y, como este, el libro tira por tierra otros muchos mitos falsos: ?de verdad son cobardes las hienas? ?Los murcielagos son aficionados al vampirismo? ?Son los buitres los malos de la pelicula? Y ademas nos ofrece un jugosisimo anecdotario que va de la costumbre de los perezosos de defecar cada ocho dias al uso cosmetico de los testiculos de castor, pasando por la fuga de hipopotamos del zoo de Pablo Escobar en Colombia, la aficion de los supuestamente timidos pandas a los trios, el peculiar ciclo reproductivo de las ranas o el desaforado apetito sexual de los pinguinos. Lucy Cooke ha escrito un delicioso ensayo de ciencias naturales, instructivo y muy divertido, que habla de los animales, de nosotros y de nuestros prejuicios y fantasias.

  • La chica de las botas tejanas de Amanda Seibiel

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    Otro dia mas de calor espeso. No habia ganas ni de trabajar. Y solo de pensar en el baboso de James intentando meterme mano a la primera de cambio… uf, la moral se me venia abajo. Estaba tumbada boca abajo sobre la cama, en bragas, con mi perra ladrando y sacudiendo la cola con insistencia. Pretendia que la sacara a la calle… --Ya voy, pesada. Me levante y le abri la puerta a Manchas, mi perrita, mi unica amiga verdadera. La encontre hacia ya dos anos, abandonada en mitad de la desertica carretera donde trabajaba. Cuando la rescate del hijo de puta que la habia abandonado, el pobre animal estaba aterrorizado, delgado, temblando. Parecia un amasijo de pelo blanco con manchas negras. Me enamore de ella nada mas verla y ya nunca separamos. --Vamos, meona --dije, dando un par de palmadas--, que se te va a prender fuego el culo con este calor. Manchas volvio a entrar en la pequena y destartalada casa de madera donde viviamos. Lo unico bueno que tenia era el aire acondicionado. Estabamos en pleno desierto de Mojave y ahi las temperaturas podian superar perfectamente los cincuenta grados. El pueblo no tenia mas de doscientos habitantes y yo trabajaba en una solitaria carretera, en el unico restaurante de comida rapida que habia en muchos kilometros a la redonda. Tambien estaba la gasolinera de Kerry. Si no fuera por esos dos negocios, el pueblo ni siquiera apareceria en los mapas. Bueno, por esos dos negocios y porque, supuestamente, viviamos en una zona muy comun de avistamientos ovni. Yo llevaba toda la puta vida alli y el unico extraterrestre que habia visto era el manos largas de mi jefe James. De haber podido, me hubiera ido de aquel lugar en un santiamen, pero la temprana muerte de mi madre y un padre alcoholico que jamas supero lo de mi madre no me pusieron las cosas faciles. Aprendi a convivir entre borrachos, pirados en busca de E.T. y las fulanas que se traia mi padre cuando se dejaba caer por casa algunos viernes. Sonaba con irme a Las Vegas algun dia, pero, de momento, tenia que seguir en aquel pueblo polvoriento. Me vesti con unos vaqueros, una camisa blanca y mis botas tejanas. Teniamos que ir vestidas asi. Cosas de James. Subi al viejo Ford Mustang rojo, la unica herencia que recibi de mi madre, y me dirigi hacia otro dia mas de mi aburrida vida. --!Joder! --grite, una vez baje del coche. Se habia levantado viento y tenia arena en la boca. Apresure el paso y entre en el restaurante; bueno, en el cuchitril de James, mejor dicho. Dora y Lena ya estaban sirviendo cafe por las mesas y, de reojo, vi a algunos clientes sentados, todos ataviados con la tipica diadema con antenas para captar mejor las ondas espaciales. Dora me guino un ojo y escondio la sonrisa maliciosa ante aquella gente peculiar. Suspire, resignada, pensando que eso era lo que me tocaba, que no me quedaba otra. Entre en el cuartito donde teniamos las taquillas para ponerme el ridiculo delantal y coger la libreta para anotar los pedidos. Al entrar en la cocina, un cachetazo en el culo me hizo ver las estrellas. --?Como esta mi camarera favorita hoy? Fulmine a James con la mirada. Tenia unos treinta anos, era muy alto, rubio y llevaba el pelo largo sujeto en una coleta. Las otras camareras iban locas detras de el, pero yo le tenia un asco que no podia con mi alma. --James, si vuelves a tocarme el culo, te estampo la cafetera en la cabeza. No te lo vuelvo a repetir. Sali encendida de la cocina, con el trasero dolorido. --Como has venido hoy, Hope. ?Estas con la regla o que? --le oi decir a mis espaldas, pero no le hice ni punetero caso. Me tenia harta y, como me siguiera buscando, al final me iba a encontrar. Pase todo el dia sirviendo hamburguesas, perritos y tarta de manzana. Me dolian los pies por culpa de las puneteras botas tejanas. Cuando ya oscurecia y apenas quedaba gente en el restaurante, empezamos a limpiar los sofas de color verde y rojo y aquel suelo negro y blanco que parecia un ajedrez. --?Habeis visto al motorista de esta tarde? --dijo Lena en voz baja, sonrojandose. Lena era rubia y de ojos azules. Era una chica un poco suelta y, en cuanto veia a alguien que le gustaba, se lo tiraba. Bien por ella. Lo cierto era que no habia nada mas interesante que hacer en aquel pueblo perdido de la mano de Dios. A mis 24 anos, habia estado con dos tios y lo mejor era ni acordarse de ellos. --?El calvo grandote? ?El de los tatuajes? --pregunto Dora. Yo no me habia percatado de nada. Dora estaba colada por James y este pasaba de ella, cosa que no entendia porque era una morenaza espectacular. Tenia unos ojos verdes y un cuerpazo que quitaban la respiracion. --Si, ese --respondio Lena--. Estaba de paso, pero va a venir a buscarme. Esta noche me lo tiro. ?Habeis visto lo grande que es? Seguro que lo tiene todo asi. --?No te da miedo ir con un desconocido? --dije--. La gente esta muy pirada. --Hope, no seas aguafiestas --me contesto Lena--. Tu puedes tener al hombre que quieras, pero con esa mala leche que tienes los espantas a todos. --Yo no tengo mala leche… --dije--. Solo soy selectiva. Lena y Dora empezaron a reirse de mi en mi propia cara. --Venga ya, pero si te cortaste el pelo a lo chico para que los tios te dejaran en paz. No se como lo has hecho, pero eso les da mas morbo todavia. Seguian descojonandose a mi costa y ya me estaban poniendo de mala leche. --Eso no es cierto --dije--. Me corte el pelo por el puto calor que hace siempre aqui. Vieron que me estaba alterando y dejaron de reir. Me pase la mano por mi pelo corto y fui a por mis cosas para marcharme. ?Tan mala opinion tenian de mi? Sali del bar con direccion a mi coche. Aparcaba siempre en la parte trasera del edificio, pues habia que dejar libre para los clientes el aparcamiento delantero. Eso era lo que nos decia siempre el capullo de James. Al lado del mio habia un coche negro con todos los cristales tintados. Me llamo la atencion porque tenia oscurecidos tambien los cristales delanteros. No sabia si habia alguien dentro, no veia nada, asi que me puse nerviosa. Busque las llaves en mi bolso y no las encontraba. Alli afuera ya no quedaba nadie y aquel coche negro imponia un huevo. --Hope --me llamo James. Nunca pense que me alegraria tanto de verlo. --?Que pasa? Continue buscando las llaves mientras el seguia hablando. --Se me olvido comentarte que manana tambien doblas turno. Lo siento. Lo mire con cara de odio, de asco, de todo lo peor que podia salir de dentro de mi. --Llevo mas de doce horas aqui metida --le respondi--. Me duelen los pies, el cuerpo entero. Hoy ya he doblado turno; ?y pretendes que manana vuelva a hacerlo? Se acerco y me acaricio el hombro. Un siniestro escalofrio me recorrio el cuerpo. --Si no fueras tan borde y te portaras mejor conmigo, tu situacion cambiaria ligeramente. Me aparte de el con brusquedad. Por fin habia encontrado las llaves. --Vete ligeramente a la mierda, James --le espete. No se tomo muy bien mi rechazo y me agarro fuerte de la muneca, tirando de mi hacia el. Me cogio totalmente desprevenida, no esperaba esa reaccion. No era mas que un pesado, pero inofensivo. --Sueltame, imbecil. ?Que te has creido? --?Por que no me deseas? Me he follado a todas tus companeras y tu no vas a ser una excepcion. Me sujeto la cabeza con fuerza e intento besarme. Le di un mordisco en el labio y le golpee en el pecho. Solto un grunido de dolor, pero ni con esas me solto. Empece a tener un poco de miedo. James era fuerte y yo muy menuda. Grite y grite, profiriendole todos los insultas que se me venian a la cabeza. Mientras tanto, James sonreia con cara de depravado. --Grita todo lo que quieras. Aqui nadie va a venir a socorrerte. --Estas loco, dejame. Segui gritando, luchando contra un James descontrolado. Su mano me apreto un pecho con fuerza, lo que me hizo un dano horroroso. Yo intentaba librarme de aquel pulpo, pero tenia la fuerza de un toro. Volvi a golpearlo y levanto la mano para devolvermela. Extasiada, cerre los ojos para recibir el impacto.

  • Hazmelo! de Senora S.

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    Comencemos por el principio, que hay que entender antes de pasar a lo que todos nos interesa... En fin... Naci en un pueblito no muy lejos de un lugar remoto del que nadie me quiere oir hablar. Fui una nina feliz y sana, rodeada de personas que me querian. Que por cierto, aqui es bueno aclarar algo: mi deseo de tener sexo, no proviene de algun abuso sexual del que haya sido victima cuando era una nina, no, para nada. Dicho lo anterior, prosigo. ?Donde me quede? A si, mi ninez. Fui criada en ensenanzas morales adecuadas a la epoca de los 80' y 90', cosas normales, diria yo. Mis padres no tenian lo que se conoce como "fe catolica", pero asistian de vez en cuando a la iglesia, ya sea por presion moral, por deseo, o vaya a saber por que lo hacian. El caso es que no era una de esas ninas que pasaban mucho tiempo en la iglesia, lo que tampoco es una excusa para mi "tan acusable comportamiento". Cuando llegue a la adolescencia comence a notar que algo no iba bien conmigo. No, no era mi cuerpo el que estaba cambiando, definitivamente no; de hecho, ahora que lo analizo a la corta edad de doce anos, yo no habia cambiado en nada, estaba plana como una tabla de planchar ropa; plana y escualida. Sin embargo, mi mente comenzaba a cambiar en muchos sentidos: comence primero por notar mas mi cuerpo, un cuerpo que en realidad sufria un atraso, atraso en el sentido que no desarrollaba nada, mis pezones poco o nada se miraba, podia no usar nada debajo de mi camiseta y aun asi no los notarias; no tenia ni siquiera vello pubico, en sumas, no habia ni rastro de desarrollo corporal en mi. A pesar de ello, al principio ni yo lo notaba, por mucho que mis companeras cambiaran y comenzaran a tener pechos y cuerpos geniales, yo no lo note, y si alguien mas lo noto... nadie le puso atencion. Por otro lado, yo comence a experimentar curiosidad, me tocaba de vez en cuando y sentia como mis nervios se agudizaban. No me detuve a pesar porque no tenia pechos o porque no tenia nada de cintura, solo me dedicaba a explorar cada una de mis partes. La primera vez, lo recuerdo todo, paso justo despues de cumplir los trece. Me encontraba sola en la casa, como pocas veces sucedia, tenia un calor...

  • La sabiduria de la inseguridad de Alan Watts

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    Este libro significa una inversion radical del pensamiento ordinario sobre la busqueda de la seguridad. El autor plantea la pregunta: ?como vivir en un mundo de inseguridad? ?en un mundo privado del consuelo de las tradicionales creencias religiosas? Y la respuesta la encuentra en la ley de la retrocesion: los seres humanos sufren y perecen debido a los esfuerzos mismos que hacen por no sufrir y por no perecer. Ya lo expuso Lao-tze, el viejo maestro del pensamiento paradojico. <>. <>. <>. No es una filosofia del nihilismo sino al contrario: es una llamada a vivir el presente sin la ansiedad generada por el espejismo del tiempo y de la historia. Es una filosofia, evidentemente taoista, que ensena que la salvacion comienza cuando uno asume no hay “salvacion”, y que la seguridad surge cuando uno asume su mas radical inseguridad. Escrito en estilo lucido y ameno, este libro de Alan Watts posee inagotable acutalidad en nuestra epoca de incertidumbre y crisis.

  • La enamorada muerte de Orlando Diedrich

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    “.y murio de parasitos, porque el agua no era potable.”
    Me disculpo; estaba ultimando un negocio tardio. Me presento; soy la enamorada muerte.

  • Sexo Duro y Salvaje de Sara Toledano

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    Nina Mala: Sumisa Adiestrada por el Dominante Millonario

  • Mil mensajes a mi dama de Isabel Jenner

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    Una nueva y apasionante entrega de la serie <> llena de amor, romance, historia y tecnologia, llega para hacer las delicias de todos los lectores de Isabel Jenner.

  • Mujeres en pie de guerra de Susana Koska

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  • Memoria de la nieve de Julio Llamazares

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    <>.

  • En ruta al destino, Lee Vincent de Lee Vincent

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    Cuando Lara Mackenzie dijo con voz firme frente al altar del pueblo de Walden: "No, no acepto", jamas imagino que esa frase le diera a su vida un giro inesperado que la colocaria frente a un enigmatico y apuesto hombre.

  • Juegos prohibidos 6, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • El ideal mas fuerte de Pedro Pablo Diaz Martin

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    Edu es un joven de un barrio olvidado por los privilegios de la capital. Rodeado de podredumbre y problemas, se siente un triunfador en esas calles y su euforia le convierte en un simbolo popular. Podria gozar de una juventud sana, pero hace tiempo que ha elegido el camino mas radical, marcado por la violencia, la intolerancia y el profundo fanatismo por una ideas que provocan dano a quienes se cruzan por su camino.

  • Selene, flor de cristal de Luna Villa

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    Patrick trabajaba en una importante empresa minera, hasta que es despedido. El amor por su madre, y el de esta por las piedras preciosas, le llevo a estudiar Geologia. Tras su inminente despido, decide viajar en busca de nuevas perspectivas y posibilidades. En ese viaje, encuentra una extrana cueva. Lo que Patrick no sabe es que no se trata de una simple cueva, sino de un portal hacia otro tiempo. Alli le espera Selene, una hermosa mujer encargada de mostrarle su mundo; un lugar lleno de increibles criaturas gigantes y diminutos seres magicos… Sin embargo, no todo es luz. Las tinieblas quieren establecer su dominio y separar lo que el destino y el amor han unido en un mundo tan bello como fragil.

  • Vuelves loco mi corazon de Sophie Saint Rose

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    Es una broma? --Robert Callaghan Tercero miraba a su socio con sus ojos grises refulgiendo de furia. --?Desde cuando soy una ninera? --No lo veas de esa manera, Rob. Es muy simple. Queremos ese contrato y Cristian Tanner necesita un favor. ?Que hay de malo en ello? --?Me estas diciendo que para que Tanner nos conceda ese contrato, tenemos que dar trabajo a su hija en nuestra empresa? ?Desde cuando las ninas ricas trabajan de secretarias? --Le miro con desconfianza. --!Ese quiere endilgarmela! Larry se echo a reir. --Que no. Que por lo visto les ensena a sus hijos como ser independientes y autosuficientes. Como el empezo desde abajo... Y no quiere hacerlo en su empresa, porque considerarian que los favorece. --!Es que los favorece, joder! !La esta enchufando en nuestra empresa! --No la esta enchufando. Consideralo parte del contrato. Como una clausula mas. --?Y por que tiene que trabajar para mi? --Una rubia, que estaba buenisima, paso a su lado y perdio el hilo de la conversacion, girandose para mirarle el trasero, que era digno de ver con aquel vestido negro ajustado. Su amigo chasqueo los dedos ante sus ojos y divertido se giro en el taburete para mirarle. Bebio de su cerveza. --?Que? Que tu estes fuera del mercado, no significa que el resto seamos eunucos. --Centrate. Hablo en serio. Necesitamos a Tanner. Rob levanto el brazo para llamar al camarero, que recorrio la barra a toda prisa. --Dos cervezas. --Que sea la ultima. Clare me espera. Miro a su amigo, que hacia tres meses que se habia casado, y decidio no meterse con el por tener que llegar a casa a su hora como si fuera un corderito. --Vamos a ver, no pienso despedir a Terry, porque una nina rica quiera jugar a ser responsable. !Es una secretaria estupenda y tiene casi sesenta anos! --No pensaba despedir a Terry. !Y tu tambien eres un nino rico! --No es cierto. !Mi padre tiene el dinero, pero nosotros hemos levantado la empresa de la nada y sin su ayuda! --siseo furioso con ese tema. Larry se echo a reir al ver que se pasaba una mano por su cabello rubio, porque le exasperaba ese tema. --Eres muy sensible respecto a tu padre. --Sera porque me pone de los nervios. El Segundo todavia me ha llamado hoy para que fuera a una reunion de accionistas. Como si hubiera ido a alguna. --No le piensas perdonar que no te pagara la carrera. --?Me ves a mi de abogado? Cuando le dije que queria estudiar ingenieria, puso el grito en el cielo y me echo de casa. Se puede meter sus acciones por donde le quepan --dijo antes de beber media cerveza. Larry decidio cambiar de tema. --Sobre el contrato... --Trabajara para ti. Yo tengo demasiado que hacer para... --Ni hablar. Yo he llevado las conversaciones con su padre. Te toca a ti cargar con este marron. --?Durante cuanto tiempo? --Cuando compruebe los buenos que son nuestros motores, me importara un pepino que la eches a la calle. Pero mientras tanto, tienes una nueva ayudante. --?Ayudante? --Como es nueva y no tiene ni idea de que va nuestra empresa, creo que el mejor puesto para ella. Rob le miro con malicia. -- Una ayudante. Puedo ordenarle lo que me de la gana, ?verdad? Larry se echo a reir. --Lo que quieras. De eso se trata. ?A que ahora no ves tan mal tener una esclava para ti solo? --Eres un amigo. --Pero no te distraigas, que quiero que trabajes en la nueva propulsion. --Tranquilo. Eso esta casi listo. --Miro de reojo a la del vestido negro. --?Y esta buena? --Ah, no. Por ahi no vayas, que como acabemos mal con Tanner, nos dara mala fama. --!Solo he preguntado si esta buena! --!Como si es la mismisima Elizabeth Taylor! Te lo advierto, no la cagues --dijo fulminandolo con sus ojos castanos--. Hablo en serio. Esto son negocios. Rob asintio. --Tranquilo. Puteare a la princesita, pero no me la tirare.

  • Zapatos Rojos Para Saltar en los Charcos de Nacho Montes

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    Esta novela es una historia de mujeres en guerra con la vida, de amistades complices, de almas comunes. Hay noches de confidencias con los amigos que hacen que el mundo parezca mas amable y la vida menos dificil. Los secretos de la amistad siempre forman hilos dificiles de romper. Hay secretos que nos encadenan a personas que nunca imaginamos. Lugares que guardan para siempre el alma de quienes los habitaron. Esta novela es una caja de secretos. Secretos de muerte, secretos de amor, secretos que acabaran uniendo a sus protagonistas en torno a un arbol que solo florece en julio. Hay pequenas cajas en la vida que guardan para siempre grandes historias. Y hay zapatos rojos que nos hacen saltar en los charcos disipando todas las tormentas.

  • Un amor contra el viento de Susanna Kearsley

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    Una historia de amor plagada de aventuras entre una viajera en el tiempo y un contrabandista del siglo XVIII.

  • La diosa de agua de Juan Carlos Mendez Guedez

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    Desde lo mas recondito de nuestra memoria, el ser humano mantiene un vinculo con lo ancestral y lo trascendental. Las leyendas y los mitos que se extienden de la Amazonia al Caribe tratan de buscar un sentido a la existencia. En ellos la naturaleza explota, el agua discurre y desborda, los animales y las fieras, los hombres y mujeres, forman parte de la misma metamorfosis. Es entonces cuando el folclore y la oralidad son el germen de las grandes creencias, cosmologias e incluso religiones. En tiempos en que nuestro habitat sufre nuestra embestida, su vitalidad nos devuelve la fuerza y la belleza que nunca debe perder.

  • El arte de no desesperar cuando no estas esperando de Belle Boggs

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    En El arte de no desesperar cuando no estas esperando, Boggs desmenuza con destreza su tiempo de espera en una extensa contemplacion de la fertilidad, las elecciones y los multiples caminos que puedes tomar para construir tu vida y formar una familia. Y narra, con gran empatia, historias complicadas de parejas que deciden adoptar, o consideraron la reproduccion asistida o los vientres de alquiler, frente a otras historias de hombres y mujeres que escogen tener una vida sin hijos.
    Esta brillante y personal exploracion narra de forma elocuente las diferentes facetas de la fertilidad a traves de ejemplos de ambitos muy diversos, como el reino animal, la literatura, el cine, la medicina, la ciencia o la cultura popular. Belle Boggs ha recibido el elogio de la critica (<>, The New York Times) con este ensayo cuyo origen fue un articulo de la autora en la revista Orion que tuvo una increible repercusion y se publico en otros medios como Harper’s Bazaar.

  • Pan de limon con semillas de amapola, Cristina Campos de

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    Durante el invierno de 2010, en un pequeno pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina, dos hermanas que fueron separadas en su juventud, se reencuentran para vender una panaderia que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no conocer.

  • La tormenta infinita de Laura Perez Caballero

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    Veo, veo. ?Que ves? Una cosita. ?Y que cosita es? Veo la cama de Eva Simon Marquez. Veo la cama de una estudiante de enfermeria de veinte anos que comparte piso en Oviedo con dos companeras mas. La cama esta deshecha. Faltan las sabanas y el colchon esta cubierto de sangre. Falta algo mas. Falta un cuerpo. El cuerpo a quien pertenece la sangre. Cuerpo que no es dificil imaginar envuelto en las sabanas ausentes de esa cama. Las camas sin vestir dan sensacion de mudanza, de dia de colada o de casa abandonada. No puedo evitar pensar en alguna de esas situaciones cuando veo una cama sin sabanas. En este caso, ademas, la sangre indica una agresion, una pelea, puede que un crimen. Veo a los de la cientifica afanandose en su trabajo, zumbando como moscas a mi alrededor, con ese aspecto aseptico que los rodea y que los vuelve impenetrables, ajenos a todo lo que no les parezca que pueda ser una prueba. Ajetreados en obtener todo aquello que pueda ser util, antes de que la escena se contamine, como se contamina todo aquello que toca la mano humana. Mis ojos se desplazan por el cuarto tomando nota. Persiana levantada, cortinas cerradas. Algo de sangre salpica la pared a la que esta pegada la cama, pero en general se concentra toda en el colchon. En el suelo una huella borrosa de un zapato, dibujada con el rojo de la sangre de la victima. --Supongo que alguien habra fotografiado eso --digo. Aunque lo hago en un susurro, mas para mi misma que para el resto, uno de la cientifica se apresura a responder que si. Su tono es neutro. No hay reproche por la intrusion en su trabajo. Las dos companeras de piso de Eva permanecen en el salon del pequeno piso alquilado. Esta en El Cristo, muy cerca del Campus, es facil saber porque lo han elegido. Es una tercera planta, en un edificio viejo en el que recientemente han instalado un ascensor que baja hasta los estacionamientos del sotano. En seguida hablare con ellas, pero primero quiero ver con detalle la escena del crimen. ?El crimen? Por la cantidad de sangre que empapa el colchon yo diria que si, que la pobre chica no puede seguir viva despues de haber perdido tanta. ?La chica? Estoy haciendo conjeturas demasiado rapido. No hay cadaver, la sangre podria ser de otra persona y la inquilina de la habitacion ser su asesina. ?Asesina? Todavia no se nada. Dejo hacer su trabajo a los de la cientifica y observo. Observo una mesita junto a la cama. Sobre ella una lamparilla de noche antigua, con una de esas tulipas que se llevaban tanto en los anos ochenta, un paquete de panuelos de papel, la funda de unas gafas, una botella de agua mineral y un libro. El libro se titula Tiempo de silencio. Esta escrito por Luis Martin Santos. Yo no leo demasiado. En la portada hay un par de ratas blancas, de esas de laboratorio. Giro el libro y leo la sinopsis. Va de un estudiante de medicina. Muy adecuado para alguien que estudia enfermeria, aunque tiempo es lo que alguien ya no tiene. Y silencio, bueno, no es silencio exactamente lo que se escucha ahora mismo en este piso, pero son gajes del oficio, el alboroto es basico en el inicio de una investigacion. El alboroto y el caos que se forma cuando cuatro personas nos movemos con premura en una habitacion de apenas ocho metros cuadrados. Uno de los agentes sale de un pequeno bano con lo que parece una servilleta de cafeteria. --Estaba dentro de la taza del vater, tiene algo escrito pero no es legible --dice dirigiendose a mi. La guarda con cuidado en una de las bolsitas plasticas que usan. Imagino a alguien extrayendola del servilletero de un bar, rojo (no se por que, pero lo imagino de ese color con la publicidad de una marca de cerveza serigrafiado en el) y garabateando algo en ella. Que se anota en una servilleta. Un numero de telefono, una direccion, un poema, o se hace un dibujo de forma distraida mientras se toma algo en un bar. Estas en la barra, sentada en uno de esos taburetes altos, tomandote un vino o una cervecita, mientras picoteas del coctel de frutos secos que te han puesto en un platillo y de pronto te llaman por telefono. El interlocutor te dicta un numero o una direccion y ?que haces? Sacas una de esas servilletas que no absorben absolutamente ningun liquido y le pides un boligrafo al camarero para apuntar en ella lo que te estan dictando. Veo una comoda un poco mas alla, apoyada contra la pared pintada de color azul cielo. A primera vista se distingue un cepillo de cabello, del que seguramente alguno de la cientifica habra recogido algun pelo, un foulard muy bien doblado, una caja que parece un joyero, un frasco de perfume. Y pienso que ni volcando todo el contenido del perfume podriamos dejar de respirar ese olor metalico tan caracteristico de la sangre. Ese olor se mete por la nariz y tarda mucho en abandonarte, se instala en la pituitaria y se repite una y otra vez a lo largo del dia, con mucha mas intensidad al tragar saliva. Veo una foto. Es la foto de una nina sentada frente a una tarta de cumpleanos con una vela de numero. El numero es un seis. Una mujer la abraza desde la espalda y su cabello, largo, claro y brillante, cae sobre los hombros de la nina, mezclandose con el suyo. Supongo que son Eva y su madre. Estan al aire libre, parece que es el patio de una casa. Hacia un dia esplendido, se puede apreciar por la luz en la fotografia, el sol estaba alto, asi que debia ser primera hora de la tarde cuando se la sacaron. Pienso en su madre, en que tendre que llamarla para darle la noticia de la desaparicion de su hija. No sera la primera vez, tampoco la ultima, pero todas son igual de incomodas, dolorosas. --Nosotros hemos terminado aqui --dice el jefe de la cientifica. El resto de sus hombres ya han salido de la habitacion. Es un hombre enorme, debe medir cerca de dos metros y tiene algo de sobrepeso, pero su voz es suave y amable -- ?Como esta tu madre, Lujan? --Sigue igual. Eres el unico del que recuerda su nombre --miento. Les digo lo mismo a todas las personas que tienen la delicadeza de preocuparse por ella, aunque sea con una simple pregunta. Puede que ni siquiera les importe, pero se agradece el que la recuerden ya que ella no puede hacer lo mismo. Sonrie y me aprieta el hombro con una de sus manazas antes de dejarme sola en el cuarto. Sola con los fantasmas. La habitacion se vacia y el silencio se vuelve, ?como se dice?, si el silencio se vuelve atronador. Vuelvo la vista de nuevo hacia la foto y despues observo la imagen que me devuelve el espejo que tengo enfrente. Veo una mujer de cincuenta y seis anos. Una piel lechosa, con pecas que, de nina, fueron el deleite de los abusones del colegio. Veo un cabello que llega a la altura de los hombros, cobrizo, con canas brillando en las sienes, intrusas peleando por destacar entre el tinte. Un rostro que se ha ido rellenando con carne y arrugas. Veo ojeras y bolsas bajo los ojos. Si, esa soy yo. Veo a Lujan Garcia Prieto, inspectora en el cuerpo de policia de Oviedo. Veo, en resumen, que otro caso mas me esta esperando. 2. ALEJANDRA Menuda noche, vaya manera de echar agua, hacia anos que no caia una tormenta asi. Lo se porque siempre me ha gustado ver los rayos mientras me siento a salvo, como ahora tras la ventana. Cuando era una nina, mi abuelo siempre nos contaba a los nietos como le habia caido un rayo a un vecino del pueblo mientras araban la tierra. Los ojos se le enrojecian y la voz salia temblorosa de su boca, acompanada de aliento con olor a vino y queso. Decia que el rayo le habia destrozado la ropa, que el vecino habia quedado tendido en el suelo, con el cuerpo abrasado y la ropa desperdigada a su alrededor. Los nietos le escuchabamos en silencio, sobrepasados por la historia y sobre todo por las lagrimas de mi abuelo. En nuestras cabezas se dibujaba la imagen de un hombre desnudo y chamuscado. Durante la infancia tuve miedo a las tormentas. Era un miedo que al mismo tiempo me atraia. Como el vertigo que se siente al montar en una montana rusa, o el cosquilleo mientras ves una pelicula de terror. Hace anos que lo supere para disfrutar del espectaculo natural que suponen los hilos de luz que caen sin piedad sobre la tierra, como si la castigara por haber cometido algun pecado. Eva me llamaba pesada porque yo contaba aquella historia, la de mi abuelo, siempre que habia tormenta. --Pero que pesada que eres, de verdad. Superalo ya --me decia usando aquellas expresiones de adolescentes que escuchaba en la escuela o leia por las redes. Sin embargo, el haz de luz que atraveso los cristales de mi habitacion no era el de un relampago. Era sin duda la luz que proyectan los focos de un coche. Instintivamente dirigi la mirada hacia el reloj despertador que tenia sobre la mesita para, entrecerrando los ojos, comprobar que era mas de la una de la madrugada. Luca, la perra pastor que le habiamos regalado a Eva cuando cumplio ocho anos, ladro en el salon, donde tenia su cama para dormir. El viento habia cambiado de direccion y las gotas de lluvia ya no golpeaban contra los cristales de la ventana. Contuve la tentacion de abrir las hojas para inspirar el olor a tierra mojada y observe sorprendida que se encendia el farolillo de entrada de la casa del jardin. La casa que mi marido habia construido para Eva cuando ella apenas tenia dieciseis anos y reclamaba intimidad. --Yo te construyo la casa, pero tu prometes ser responsable. Su padre siempre la habia mimado y consentido. --Es una cria --habia protestado yo. --Asi aprendere a dejar de serlo --replico ella. --Asi ?como? --Asumiendo responsabilidades, como dice papa --dijo mientras se colgaba del cuello de su padre. Sabia que habia ganado la batalla, que tenia a su padre vencido. Y eso bastaba. --A ver, a ver a ver. Cierra los ojos y desealo con fuerza, con mucha fuerza, con toda tu alma. Sabes que lo que se desea con toda el alma se acaba cumpliendo --reia Benjamin, encantado con los arrumacos de su hija. --Papa --protestaba Eva--, que ya no soy una nina pequena para creer en esas milongas. Y ya se habia salido con la suya. Eva siempre se salia con la suya. Su padre, arquitecto, dibujo los planos y se ocupo de construir una pequena casa de una sola planta con una cocina que hacia las veces de sala, una habitacion y un bano minusculo. Yo la observaba entrar y salir acompanada de Nestor. Me averguenza reconocer que algunas veces llegue a asomarme a traves de los cristales para tratar de ver lo que hacian dentro, deseando descubrir algo que me diera la razon en mi postura de que aun era una cria irresponsable, pero con el paso de los meses acabe por acostumbrarme y Eva se instalo a vivir en la casita de a hecho. Luca se quedo con nosotros en la casa grande. Eva habia rogado por tener un perro, pero se habia cansado de la perrita en muy pocas semanas. Benjamin era quien se ocupaba de sus cuidados, comprarle la comida, cambiarle el agua, sacarla a pasear por el monte. Luca le adoraba. La cortina de lluvia me impedia ver quien era la persona que abria la puerta y accionaba la luz del recibidor, pero si distinguia la figura de una mujer. Regrese a la mesita de noche y tome el telefono mientras buscaba su numero entre los contactos. Al tercer pitido su voz me llego como desde otro mundo. --?Mama? ?Te he despertado? --Eva ?eres tu? ?Estas en la casa del jardin? --Si, soy yo, mama. --?Que ocurre? ?Como has venido a estas horas? Y ademas con la que esta cayendo. --No pasa nada, mama, acuestate. --Voy a verte. --No, mama, acuestate. Estoy bien, de verdad, pero estoy muy cansada y no quiero que vengas con este diluvio. Manana con calma hablamos, necesito dormir un rato. Las madres sabemos cuando nuestros hijos no estan bien, pero ademas yo tenia una ventaja, o dos: la hora que era y el tiempo que hacia. Nadie se aventuraria desde Oviedo hasta Valmilar por gusto bajo aquella lluvia torrencial, pero como buena madre tambien sabia cuando era mejor ceder. --Esta bien, carino. Manana me paso a verte. Tuve que ir hasta el salon a tranquilizar a Luca que no dejaba de ladrar. Me miraba con esos ojos grandes y cansados, su pelaje se habia poblado de canas y cada vez aspiraba mas de sus pelos de los suelos y los sofas, ya tenia doce anos y comenzo a lloriquear cuando le dije con voz firme que se callase. --Tonta, tonta, ?que pasa? Es Eva. ?Por que te asustas asi? Eres una cagona, menuda perra guardiana estas hecha. La perra se dejaba mimar, mi mano pasaba una y otra vez sobre su cabeza, entre las orejas, arrastrado pelos entre mis dedos. En cuanto daba un paso para alejarme comenzaba a aullar desesperada. Al final me la lleve al cuarto y le permiti echarse sobre la alfombra, a mi lado, como si fuese una nina pequena asustada que quisiera dormir con su madre. Algo que Eva nunca habia hecho. A Luca no se lo habia permitido mientras Benjamin estaba vivo, sin embargo, al morir el fue como si Luca se volviera mas asustadiza. Benjamin habia sido el faro que guiaba su vida, ahora tenia que acostumbrarse a su ausencia y a mis cuidados, sustituir las rutinas que mantenia con mi marido a las que yo misma mantenia. Me parecio que su vida ya se habia vuelto lo suficientemente dura como para negarle algun capricho de vez en cuando, como el dormir en la habitacion conmigo cuando se mostraba mas estresada, como ahora. Lo ultimo que vi antes de meterme en la cama y quedarme dormida, hasta que me desperto la llamada al movil, fue un rayo caer en el terreno, cerca de la casa del jardin. O quien sabe, quiza solo hubiese sido parte de un sueno, el inicio de un sueno del que seria dificil despertar.

  • Dias de ira, noches de pasion (Un romance en Londres 3) de Nieves Hidalgo

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    El quiere desenmascarar a la que creia una timadora.
    Ella se resiste a contarle su secreto.

  • Nostalgia por lo particular de Iris Murdoch

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    Las primeras etapas del pensamiento filosofico de Iris Murdoch, una escritora excepcional en el panorama intelectual del siglo XX.

  • Un oceano entre tu y yo de Alexandra Roma

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    Adriana parpadeo un par de veces tumbada sobre la hierba fresca. Aspiro profundamente, para llenarse los pulmones de ese olor a mar entremezclado en su justa medida con el de la naturaleza que la rodeaba. Los expertos habian dicho que esa noche habria una lluvia de estrellas como no se habia visto antes. Caerian entre cien y cuatrocientos meteoros por hora, un hermoso espectaculo que podia rivalizar con el de las famosas perseidas. Era consciente de que a lo largo y ancho del mundo, miles de personas se encontraban como ella, exactamente en su misma postura, esperando a que el infinito universo los maravillara como solo el sabia hacer, con su grandeza eterna. Sin embargo, Adriana era una afortunada. Tenia una de las mejores panoramicas del acontecimiento, desde la cumbre montanosa que custodiaba su ciudad en las Rias Baixas, Vilagarcia de Arousa. Casi podia competir con la del mirador de Lobeira. El manto oscuro cubria hasta donde alcanzaba la vista y, como banda sonora, poseia el silencio de la intimidad, adornado con el balanceo de las ramas de los arboles y los roedores, animales y aves que, conscientes de que ese territorio les pertenecia, se movian en el con total libertad. Las luces de las diferentes viviendas de las colinas parecian luciernagas que pintaban un cuadro gallego imposible de olvidar. Los arboles, salvajes e independientes como sus habitantes, crecian sin control, tratando de rozar con su copa esas nubes que alli estaban mas cerca de la tierra que en ningun otro sitio. De pequena, Lidia, su madre, siempre le decia que la linea que separaba lo terrenal de lo divino era mas tenue en Galicia. <>, repetia sin cesar. Pero su criterio era poco objetivo y, por si alguna vez tenia alguna duda, solo era necesario que sacara a relucir las viejas leyendas de las meigas. Distinguio el primer astro que caia, transformandose en un rastro que trazaba un difuminado camino blanquecino que se perdia en el firmamento, entre las constelaciones. Lo senalo, pese a que estaba sola, e imagino la cantidad de deseos que se estarian formulando en ese mismo instante. Ella no pidio ninguno. No estaba acostumbrada a dejar su vida en manos del azar ni de antiguas supersticiones. Si algo tenia que pasar, ocurriria sin que una estrella tuviera que interceder. No le gustaba sonar con fantasias futuras, sino modificar su realidad para vivir el presente deseado. Permanecio en la misma postura, hasta que esa imagen de postal se enturbio con la aparicion de un halo de luz blanca que provenia directamente de entre las nubes, enfocando un punto en el mar. No, no estaba presenciando una especie de acontecimiento paranormal. Se trataba de un helicoptero de la Policia Nacional, que acababa de localizar una lancha que trataba de introducir droga, no sabia si cocaina o heroina, que era con lo que mas se traficaba alli, en el interior de las rias. El barco comenzo a moverse entre las olas, serpenteando bajo la atenta mirada del piloto, que perseguia a los narcotraficantes sin tregua. Estos, en lugar de tirar los fardos o entregarse, trataban de huir. A saber cuanto dinero costaba la mercancia que transportaban y las consecuencias de no llegar al punto fijo que habian pactado con los cabecillas de la organizacion. Tal vez en esos momentos los delincuentes no temian entrar en la carcel, sino el dia que tuvieran que salir de ella y enfrentarse a otro tipo de justicia mas irracional. Con la sangre comenzandole a hervir, Adriana fue consciente de que debia regresar a casa si no queria que notasen su ausencia. Desde que tenia uso de razon, su padre, Edelmiro, siempre habia sido un poco exagerado en cuanto a la seguridad se referia. Pero su paranoia se habia incrementado notablemente desde que, en las ultimas semanas, habian recibido un par de cartas en las que, con letras recortadas de periodicos y revistas, amenazaban a su familia. Pese a la alarma que eso habia generado en casa de los Sierra, Adriana no estaba preocupada. Era normal que en el hogar de un politico, concretamente el alcalde de Vilagarcia de Arousa, los detractores de sus medidas les dirigiesen mensajes poco amables, repletos de insultos y alguna que otra advertencia para intimidarlos. El problema, segun su opinion, era que se les daba demasiado credito a palabras viscerales, surgidas de manera irracional, que en realidad no eran mas que una forma de expresar la frustracion de muchos. Se lo habia intentado explicar a Edelmiro en innumerables ocasiones mientras este caminaba arriba y abajo de su despacho, pero su padre siempre contraatacaba con lo mismo. El pertenecia a la generacion de los anos setenta, esa que el llamaba generacion perdida, y, segun su experto e inalterable punto de vista, se empezaban a repetir los mismos sucesos. Le hablaba de la historia negra de la costa gallega, donde el dinero, la droga y el poder se juntaron, fulminando de golpe a toda una poblacion de jovenes que se entregaban al polvo blanco, la farina, como comunmente la llamaban en su tierra, sin prever las consecuencias. La convivencia con el narcotrafico provoco que el consumo se viera con total normalidad. Hombres como su abuelo, que, crecidos en familias salidas de la miseria, tras enriquecerse con el negocio invertian en caprichos con los que nunca antes habian sonado y se permitian pazos, vinedos de albarino, joyas y coches de lujo. Pero a ninguno de los capos, la mayoria de ellos rondando la carcel, se les ocurria probar la mercancia de sus clientes, a los que, por otra parte, despreciaban. Adriana sabia que ese habia sido el escenario en el que Edelmiro se habia criado, viendo como su padre incrementaba la fortuna gracias a actos delictivos. Y por ese mismo motivo, por su experiencia, habia dedicado su vida a eliminar ese lastre impuesto, demostrandose a si mismo y a los demas que la delincuencia no era hereditaria. El era un hijo de mafioso transformado en politico, que dedicaba su tiempo a borrar la huella familiar con las medidas mas restrictivas que se recordaban en la ria de Arousa. Pese a su esfuerzo, Edelmiro aseguraba en las largas comidas en su churrasqueria preferida, A Ria de Carril, frente a al Parque Nacional Islas Atlanticas de Galicia, que la ciudad estaba revolucionada. El dinero facil siempre era atractivo y tentador, pero a diferencia de los anos setenta, los nuevos cabecillas no lo usaban para sacar adelante a sus familias, sino para quemarlo con sus vicios, dejando parte de la mercancia en casa para consumo propio. Y era consciente de que si se mezclaba el negocio y el vicio, el resultado eran ajustes de cuentas, venta y consumo. En mitad de esa lucha encarnizada contra la droga, estaba su familia. Lo unico con lo que podian atacar a Edelmiro y volverlo vulnerable. Y a eso se debia la <> de Adriana. Avisar de todos sus movimientos y no poder salir de casa una vez llegada la noche, eran las consecuencias que pagaba. Aunque ella no hacia caso en absoluto de las normas impuestas entre los muros de su hogar, con veintisiete anos, le parecia absurdo tener que escaparse a hurtadillas para ver una lluvia de estrellas. Y si ese dia habia operativo, el ambiente estaria caldeado en casa de los Sierra. No queria ni imaginar como se pondria Edelmiro si se percataba de que esa noche su hija mediana habia desobedecido sus normas. Pese a saber que se debia dar prisa, la curiosidad le pudo y se quedo hasta que vio como un policia se lanzaba desde el Condor hasta la lancha. Desde donde estaba no podia distinguir los detalles, pero al ver que el pequeno barco blanco habia frenado en seco, supuso que el agente habia amedrentado a los delincuentes con su arma y no habian tenido mas remedio que abortar la mision que los narcos les habian encomendado. Meditando sobre cual seria el castigo para la persona que pilotaba el navio, y no se referia a la carcel, sino a la ley de la calle, Adriana deshizo el camino hasta llegar a la valla que limitaba el pazo de los Sierra. Una antigua construccion de piedra rodeada por ostentosos jardines y la fragante presencia de cientos de eucaliptos. La luz de la segunda planta estaba encendida, lo que significaba que su madre y sus hermanas estarian viendo algun concurso de cocina, cuyas recetas la primera pondria en practica, posiblemente al dia siguiente. Tambien vio encendida la del despacho y eso la preocupo un poco mas. Rodeo la casa hasta llegar a la parte trasera. Exactamente a la parte donde la valla poseia menor altura y estaba en un punto muerto de las camaras de seguridad. Por ahi escapaba Adriana dia tras dia, volviendo a sentirse con la adrenalina de una adolescente que evita a sus padres para ocultarles que se ha pasado con la bebida. Paso un pie por encima y noto como la piedra se le clavaba en los muslos desnudos. Se tendria que haber puesto algo mas de tela que sus shorts vaqueros. Una vez arriba, sonrio satisfecha por su hazana y salto.

  • Querido plan B de Becca Devereux

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    Una alocada comedia romantica sobre dos personas que estaban destinadas a encontrarse. ?Y si el principe azul no fuera como te lo han contado?

  • Salvando el Para Siempre 3 de Lexy Timms

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    Charity Thompson esta encontrando su camino en la vida. El Dr. Elijah Bennet esta demostrando ser la tentacion consumidora que ella no quiere perder. Charity todavia esta tratando de demostrarle a su obstinado padre que tiene exito, que no tenia derecho a estar decepcionado de ella por haber abandonado la facultad de medicina.

  • Las chicas que sonaban con el mar de Katia Bernardi

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  • Guerrera Oscura de Laura Cruz

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    Las sombras habian comenzado a cobrar fuerza en el mundo, su presencia, abarcaba casi cada uno de todos los rincones de cualquier espacio. Aquellos que habian podido escapar de esta amenaza, aun permanecian temblorosos ante el impacto que habia generado la presencia de todo este mal en algun momento de sus vidas. Aunque el bien habia hecho lo posible por combatir a estas legiones de la oscuridad, parecia que con cada batalla que se llevaba a cabo, estas cobraban mas fuerza. Liderados por el propio demonio, estos habian conseguido un dominio absoluto del planeta, volando en pedazos cada campamento, cada asentamiento, cada pueblo, sembrando el terror y dominando a las personas, logrando la manipulacion absoluta que los llevaria a colaborar con ellos. El reclutamiento era masivo, aquellos que se resistian, eran asesinados, y muchos, simplemente habian tratado de salvar sus vidas al enganar a estos militantes del mal, los cuales, habian generado tantas muertes y asesinatos. Habia quedado absolutamente claro que no estaban en medio de ningun juego. Cada una de las pruebas que habian tenido que afrontar los miembros de esta leccion, eran determinantes, y en muchas, la muerte era caracteristica de ellas. Si no podian cumplir con su objetivo, debia morir, ya que, la conviccion de que el mundo necesitaba una raza mejor, estaba siempre latente presionando a los debiles a ser mucho mejores. Muchos habian nacido en medio de todo este desastre, no habian conocido un mundo normal y libre, lo unico que habian hecho era huir durante toda su vida, y entre ellos se encontraba Rayne, una joven humana que habia entendido que la unica forma de poder sobrevivir era codeandose con los demonios. La historia de Rayne no era demasiado interesante, al menos, no hasta ahora, habia tenido una vida llena de miedos y temores, ya que, habia nacido en un asentamiento que habia sido tomado por los demonios de la legion de la oscuridad. Su madre apenas estaba embarazada cuando habia sido atacada por estos sujetos. Con la intencion de salvar a su bebe y su propia vida, habia intentado escapar, pero habia sido atrapada. Las ordenes de los tenientes de estas hordas oscuras, era asesinara absolutamente todo lo que se resistieran, pero la piedad se habia aduenado de aquellos soldados, los cuales no habian tenido el corazon para asesinar a una mujer embarazada. Habia sido tomada y llevada a un campamento, el cual, se habia convertido en el hogar de esta mujer, la cual habia sido separada definitivamente de su entorno y su familia. Nunca mas habia vuelto a ver a su esposo, sus padres, se habian quedado dentro de una cabana que habia sido incendiada en medio del ataque. Aquel sufrimiento, habia hecho que finalmente aquella mujer colapsara, rompiendo fuente en el momento menos indicado. Su parto fue asistido, y aunque trato de hacer lo posible por mantenerse consciente, Lucila habia fallecido tras dar a luz a su hija. Necesitaba verla a los ojos, y cuando pudo ver a aquella pequena nina llorando con una fuerza increible, supo que finalmente habia llegado al mundo su razon de felicidad mas grande. Todo lo que habia hecho estaba destinado a salvarle la vida a esta pequena bebe, la cual, habia sido tomada en brazos por uno de los soldados de aquel lugar, mientras este, veia con ojos frios y distantes como aquella mujer se despedia de la vida. Lucila ni siquiera habia llegado a tener en brazos a su hija, ya que, cuando le fue acercada, esta simplemente sonrio, cerro sus ojos y se desvanecio. Su corazon dejo de latir unos pocos segundos despues, pero al menos, se habia marchado del mundo Consciente de que su hija habia nacido sana y salva. Esto, habia dejado en manos del mal a una pequena nina que no habia conocido otra forma de ver el mundo. Entre demonios y humanos, Rayne habia crecido en un campamento en el cual, preparaban a los mas aguerridos para ser parte de la legion oscura. Esto, no era una tarea facil, ya que, se requeria de una preparacion muy fuerte y atravesar pruebas que ponian en el fuego la verdadera conviccion y compromiso que tenian con la oscuridad. Se le habia negado el derecho de tener una vida normal, no habia conocido a sus verdaderos padres y mucho menos habia tenido la oportunidad de conocer los buenos sentimientos de los seres humanos. Aunque los demonios simplemente estaban listos para seducir y destruir la vida de los seres humanos, esta especie podia ser neutralizada si se alimentaban los buenos sentimientos de la humanidad. La guerra, estaba basada precisamente en desaparecer por completo la posibilidad de que las personas amaran, se enamoraran, o llevaron a cabo acciones totalmente genuinas y de corazon, algo que dejaba sin ningun tipo de opcion a los demonios. Mientras estos pudiesen tener el control de la parte mas negativa de las personas, estos estarian obligados ante sus ordenes. El principal objetivo de Mephisto, era erradicar por completo esos grupos rebeldes que se habian generado en diferentes partes del planeta, los cuales trataban de sugestionar a las personas para que plantaran una posicion solida en contra del lider del mal. Estos, eran perseguidos y acosados constantemente por los demonios, los cuales, no habian podido radicar la totalidad de los focos de amenaza. Este grupo de personas, constantemente se trasladaban de un punto a otro, yendo de la posibilidad de ser atacados y asesinados, pero cada vez el grupo se hacia mucho mas grande. Rayne habia vivido durante 20 anos en aquel asentamiento, no habia conocido absolutamente nada mas del mundo, no habia podido compartir los lugares hermosos que la naturaleza habia proporcionado al planeta, lo unico que conocia eran las paredes que habian sido levantadas. Grandes muros de contencion que permanecian imponentes ante los ojos de aquellos que no podian salir de alli hasta que estuviesen listos. Rayne simplemente era una aprendiz, una amante de las artes oscuras, peleadora de una manera indescriptible, y bajo la tutela de uno de los tenientes mas temidos de ese asentamiento. Este, habia logrado ver el gran potencial que tenia Rayne en su sangre, y aunque era una humana, una simple y corriente chica de la raza mas debil, esta parecia tener un corazon indomable, dispuesto a enfrentar a cualquiera para demostrar quien era realmente. Mientras estuviese encerrada en este lugar, Rayne experimentaba una desesperacion tremenda ya que imaginaba que habia un mundo mucho mas atractivo esperando por ella, alli, afuera mas alla de los muros. Pero la unica autorizacion que necesitaba para esto era la de Mephisto, un demonio totalmente devastador que pocos habian visto en persona. Mephisto era tan alabado y respetado, que solo unos pocos humanos habian tenido la posibilidad de verlo directamente a los ojos. Los rumores decian que su forma humana era realmente imponente, era fuerte, sofisticado, intenso y muy atractivo, y esto, habia despertado enormemente la curiosidad de Rayne. Durante los ultimos dias, se habia corrido el rumor del surgimiento de una fuerza enemiga muy intensa, la cual, debia ser erradicada por las legiones de la oscuridad. Esta, habia escuchado muy constante mente que se estaba preparando un nuevo ejercito para contraatacar la rebelion, ante lo que, Rayne habia destacado tremendamente en los ultimos entrenamientos, pues consideraba que estaba lista para ser parte de estas nuevas guerras. -- Parece que te estas esforzando mucho mas. Eso me agrada. -- Dijo Adriel, el teniente que lideraba las tropas de entrenamiento donde participaba Rayne. Esta chica, evadia algunos obstaculos, corria con la fuerza del viento, era ligera, agil, y podia evadir los ataques de aquellos que habian sido dispuestos para ser obstaculos para los aprendices. Esta chica parecia proyectar una energia que era totalmente incomparable e indetenible. Tenia un potencial de pelea brutal, y esto, hacia que se dibujara una sonrisa tremenda en los ojos de los demonios que la visualizaban. Lo mas importante para estos seres de oscuridad era poder reclutar a soldados valiosos como Rayne, y aunque era joven y aparentemente fragil, habia comenzado a demostrar que su potencial iba mas alla de una simple chica con aspecto delicado. La belleza de Rayne habia hecho que cautivara enormemente a muchos de estos demonios, los cuales, tenian completamente prohibido involucrarse con humanos. La raza debia evolucionar, asi que, mezclarse con humanos que era completamente absurdo. Necesitaban hacer que las razas fueran mucho mas poderosas e intimidantes, y un demonio que se mezclara con una humana simplemente estaria degradando su potencial de poder. Durante las ultimas sesiones de entrenamiento, Adriel habia visualizado con mucho detalle la manera en que Rayne se habia esforzado. Mientras otros simplemente se detenian a vomitar por el agotamiento, la chica seguia adelante como si tuviese una fuerza de energia inagotable que la movia con todo el impetu. En sus brazos, habia una potencia tremenda, esquivaba los ataques y detenia algunas de las embestidas de los soldados, los cuales, no tenia ninguna piedad con ella, a pesar de que era una simple chica. Rayne no estaba dispuesta a mostrar un poco de fragilidad o debilidad, ella debia ser parte de las tropas de las legiones, asi que, su limite estaba en el cielo. El principal incentivo que habia llevado a la chica a comportarse de una manera tan aguerrida y fuerte era salir de aquel reino, ya que, estaba cansada de vivir encerrada y poder ver el mundo exterior simplemente trepando se a los arboles. Era la unica manera en que podia ver mas alla de los muros. En dos oportunidades habia intentado escapar, y habia recibido fuertes castigos por parte de los tenientes, los cuales, la habian azotado tremendamente, dejando marcas en su espalda que, hasta el dia de hoy, permanecian para recordarle cuales serian las consecuencias de los traidores. Si Rayne no habia muerto en esos intentos de escape era porque de alguna u otra forma contaba con una proteccion energetica su alrededor. Por menos de eso, otros habian sido asesinados de inmediato atravesados con lanzas, decapitados o ahorcados. Los demonios no tenian ningun tipo de piedad, ese sentimiento no corria por sus corazones. De hecho, se dudaba tremendamente de la existencia de un corazon en el interior de estos seres. El obstaculo mas dificil era escalar por un muro donde solo tenia una cuerda a su disposicion la cual estaba cubierta de espinas. Aquellos que fuesen capaces de subir por aquella cuerda destruyendo por completo sus manos, simplemente confiando en su fortaleza y en su equilibrio, serian capaces de entrar directamente a las legiones y abandonar por completo el calificativo de "aprendiz". Rayne habia hablado con Adriel aquella tarde, y habia asegurado que estaba lista para trepar la muralla de los lamentos. -- No creo que seas capaz de hacerlo, Rayne. Pero si quieres intentarlo, debes estar consciente de que puedes morir al caer desde esa altura. -- No caere... Me he preparado mucho en los ultimos anos para enfrentar ese muro. Dame la oportunidad de demostrarte que estoy lista para entrar a las legiones. -- Esta tarde, al terminar los entrenamientos, citare a todos para que contemplen tu intento. Recuerda, deberas enfrentar una posible muerte, la verguenza o el escarnio. La conviccion que se veia en los ojos de Rayne, era impresionante, ella creia en si misma, y era la unica manera de mantenerse en pie, ya que, en un contexto como este, la confianza no era algo que estuviese presente siempre. Si queria salir adelante, debia demostrar por sus propios medios que podia lograr cualquier cosa, asi que, simplemente era cuestion de creer. El sueno de Rayne siempre habia sido empunar una de las espadas negras del reino, ya que, estas solamente podian ser poseidas por aquellos guerreros de alto estandar. Podia ver como muchos de estos demonios eran acompanados de humanos que cabalgaban esas bestias negras que lucian totalmente aterradoras. Estos, eran los vehiculos utilizados para poder desplazar todo el mal por el planeta. Su poder, alcance y devastacion, se habia hecho completamente inevitable, y cuando los ejercitos se movilizaban, ya no habia marcha atras. Era su oportunidad para ser parte de una de estas embestidas en contra de los rebeldes, los cuales, trataban de hacer que el bien surgiera de forma absoluta y el mal cayera para siempre. Era posible que el aspecto de Rayne enganara, ya que, era una mujer delgada, delicada, un poco silenciosa y sublime, pero sabia que podia empunar una de estas espadas oscuras, y luchar por los ideales de Mephisto. Habia escuchado hablar tantas veces sobre este demonio, que habia comenzado a tener suenos y fantasias en las cuales lo veia por primera vez. Pero estos suenos tenian una caracteristica bastante particular, ya que, siempre estaban llenos de lujuria y mucho sexo. Esto resultaba bastante curioso para Rayne, ya que, esta era una chica virgen que nunca habia estado involucrada en actos sexuales. No sabia como eran estas orgias de las cuales habia escuchado hablar. Mucho menos estaba dispuesto a entregarle su cuerpo a alguien de aquel lugar donde la maldad, el dolor y la tortura siempre eran caracteristicas del dia a dia. Pero, aunque estos suenos resultaban bastante curiosos, disfrutaba de ellos, le gustaba tener en su mente durante el despertar en las mananas, esas imagenes vividas que habia experimentado durante la noche, algo que resultaba bastante extrano, pero agradable. Con esta conviccion de poder convertirse en una de estos soldados, Rayne finalmente se encontraba a punto de enfrentarse a que el muro de los lamentos. Cuando Adriel dio la indicacion, esta corrio tan rapido como pudo hacia este, sus manos sujetaron la cuerda llena de espinas, y rapidamente se incrustaban en su carne, haciendo que esta sangrara desde el primer segundo. Rayne desconecta su mente de su cuerpo, trata de canalizar el dolor desde otra perspectiva y lo disfruta, mientras sus pies se posan firmemente sobre la muralla, comenzando a ascender a un ritmo intimidante. Era una de las primeras mujeres que se habia enfrentado a este muro, y aunque Adriel sabe que la chica tiene un poder increible, aun no confia plenamente en sus habilidades. Lagrimas corren por los ojos de Rayne, mientras las gotas de sangre comienzan a caer hacia el vacio, ya que, mientras mas rapido se mueve, mayor es la altura que comienza alcanzar. El panico la invade, pero no puede permitirse que este sentimiento la inmovilice. Bajo sus ojos el vacio la amenaza, mientras sus manos imploran que pare. Solo faltan algunos metros, pero parece que fuesen kilometros. Su necesidad de demostrar que puede hacer cualquier cosa la motivan, y los ojos de Adriel se muestran impresionados ante tal nivel de decision. Cuando sus pies llegaron al final de la muralla, la sensacion fue indescriptible algo que no pidio explicar con palabras, pero sus lagrimas pasaron a ser de dolor a felicidad. Habia conquistado ese muro imponente, y esto solo podia significar su entrada a las legiones, aunque fuese como aprendiz, pero tenia un lugar seguro.

  • Ciudad de mujeres de Elizabeth Gilbert

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    La autora de Come, reza, ama regresa con una deliciosa novela llena de glamur, humor y pasion por la vida.

  • El Rostro De La Inocencia (Amores Imposibles 2) de Amaya Evans

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    Bienvenido a Heaven Manor
    Una casa para senoritas, muy conocida por gente de sociedad, a la que llegan jovenes pertenecientes a las mejores familias del pais cuya reputacion ha sido danada o destruida debido a algun escandalo. Por este motivo, y gracias a la verguenza que le han hecho pasar a sus familias, son enviadas a este centro de rehabilitacion de comportamiento para que cuando esten listas salgan de alli, a hacer una vida digna de su status social.

  • El placer de Tuya de Noelia Garcia-munoz

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    "Que el cordero haga uso de su juego a traves de sus carnes"

  • ?Tu? de Christian Martins

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    Abey es feliz en Nueva York, lejos de su poblacion natal. Pero cuando comprende que su pareja le esta siendo infiel despues de diez anos de relacion, decide regresar al frio de Alaska para refugiarse en su hogar de la infancia.
    Lo que no esperaba era que el chico con el que ha matado sus penas en el aeropuerto, fuera a resultar ser el mejor amigo del prometido de su hermana pequena...
    ?Sobrevivira una semana durmiendo bajo el mismo techo que el?

  • Secretos a voces de Alice Munro

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    Un libro que reune ocho relatos de la Premio Nobel de Literatura 2013 Alice Munro.

  • La madreselva de Tierra Salvaje

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    La protagonista, una chica de familia adinerada con problemas de adiccion, es internada en un centro de mujeres para tratar su problema. Alli le daran un trato muy distinto al que acostumbraba en su vida diaria y encontrara respuesta a lo que lleva preguntandose mucho tiempo sobre su preferencia sexual.

  • Tigres de cristal de Toni Hill

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    Una absorbente historia de suspense psicologico que explora los limites entre la culpa y la expiacion.

  • Donaji de Keila Ochoa Harris

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    ?Como puede un hombre enfrentar la historia y cambiar su destino?
    Cuandose topan en Oaxaca un pintor criollo frustrado y una industriosa mujerde ascendencia indigena, su encuentro desencadena una relacion queencierra mas de quinientos anos de historia. La politica inestable ylas corrientes de mitologia indigena y religion contemporaneaentrelazan el trasfondo desde el cual los protagonistas tienen quedecidir si ceder o forjar su propio destino.

  • El italiano de Florencia Palacios

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    Irina sabe que algo muy malo le ha pasado a su hermano y esta decidida a encontrarle. Pero para saber la verdad debera confiar en ese misterioso italiano que promete ayudarla, solo que su ayuda no es tan desinteresada como cree…

  • La invasion del Tearling (La Reina del Tearling 2), Erika Johansen de Erika Johansen

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    Mas aventuras, intriga y emocion en la fascinante secuela de La Reina del Tearling. La segunda entrega de una adictiva trilogia que ha seducido a los productores y a la protagonista de las peliculas de Harry Potter, asi como a legiones de lectores en todo el mundo.

  • Los sorrentinos de Virginia Higa

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    Hace poco mas de un siglo, una familia partio de Sorrento y se instalo en Mar del Plata para abrir un hotel y luego una trattoria cerca de la playa. Podria tratarse de una familia cualquiera de las tantas que inmigraron por esos anos, pero esta tuvo una participacion especial en la cultura argentina: invento los sorrentinos, una pasta que hoy se come en todo el pais.

  • Rio Fugitivo de Edmundo Paz Soldan

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    En la ciudad boliviana de Cochabamba una clase de muchachos inicia su ultimo curso en el Don Bosco, un colegio privado y catolico al que asisten sobre todo hijos de familias acomodadas. Las borracheras, los primeros escarceos con las drogas y el sexo, las fanfarronadas, y las continuas faltas de disciplina son algunos de los ritos de paso con que los alumnos intentan, sin saberlo, afirmar su individualidad y liquidar su adolescencia.

  • Ha llegado el momento de volver a encender las estrellas de Virginie Grimaldi

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    Anna tiene treinta y ocho anos, esta separada y se le acumulan las facturas a pagar. Apenas tiene tiempo para sus hijas, Chloe y Lilly, con las que solo se cruza a la hora del desayuno.

  • El espia ingles de Daniel Silva

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    Tumbada sin la parte de arriba del bikini en la cubierta de proa, con una copa en la mano, su piel impecable tostandose al sol, estaba la mujer mas famosa del mundo. Y una cubierta mas abajo, preparando un aperitivo de tartar de atun, pina y pepino, estaba el hombre que iba a matarla.

  • Dime que te quedaras (Terciopelo) de Corinne Michaels

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    POR LA ACLAMADA AUTORA CORINNE MICHAELS, BEST SELLER EN EE. UU., LLEGA UNA NOVELA SOBRE LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES.

  • La venganza del profesor de matamaticas de Jordi Sierra I Fabra

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    El temido profesor de matematicas esta a punto de jubilarse, aunque sigue en su empeno de que sus alumnos comprendan la importancia de su asignatura. Cuando es victima inesperada de una broma preparada para otra persona, decide dar una leccion a tres de sus alumnos que no podran olvidar. Deberan ir a su casa y pasar una serie de pruebas para poder aprobar la asignatura.

  • Un caballero de East End de Ana De Lievana

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    Lo habia perdido todo… y entonces la encontro a ella.

  • El unico recuerdo de Flora Banks de Emily Barr

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    Todos recordamos nuestro primer beso.
    A Flora Banks es el unico recuerdo que le queda.

  • Bandido de Itamar Orlev

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    Corre el ano 1988 y hace veinte que Tadek vive en Israel, donde llego de nino con su madre, obligada a huir de Polonia a causa de un marido carismatico, alcoholico y violento que suscitaba entre sus hijos una esquizofrenica mezcla de admiracion y terror. Ahora, la mujer de Tadek lo ha abandonado llevandose al hijo que tienen en comun y la fatidica repeticion del destino de su padre, condenado a la soledad, lo sume en una profunda crisis. Siguiendo un impulso, Tadek vuelve a su Polonia natal para reencontrarse con su progenitor, quiza por ultima vez, y observarlo con los ojos de un adulto. Decidido a dejar atras para siempre todo lo que representa su padre, Tadek emprende un inesperado viaje con el--ya fragil y decrepito, pero no menos abusivo--en busca de una incierta reconciliacion que los obligara a afrontar juntos los fantasmas del pasado.

  • El cuenco de la alegria congenita de Esther Llull

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    Aida y Ana se conocen en El Escorial, en una de las escuelas de bailes de salon y danza que organiza la residencia de estudiantes. Alli, Aida, que es la joven adolescente, empieza a despertar su inocencia y sus primeras sensaciones ante el amor y los sentimientos. Su amiga Ana, joven mas experta, la instruye y la anima a que se defiendan juntas de las intenciones de algunos chicos. Lo cierto es que Aida despierta un sentido comun mucho mas resguardado por su inocencia y por su gran fuerza e idealismo, al conservar la pureza de sus sentimientos. Mientras que Ana, que es una gran seductora, se divierte mas con las contradicciones que despierta ante el deseo de los hombres y, al mismo tiempo, ella es presa de sus propios deseos y contradicciones. Ella no inhibe sus inclinaciones naturales, pero es presa de la misma moral que ella critica.”Epilogo de la inocencia perdida: A Ana lo bello no le parece bueno o malo, ella trata de recuperar la inocencia perdida, tal vez, y la encuentra en su amiga Aida. Pero Aida, al mismo tiempo, desarrolla otro vinculo de amistad mas solido y que le da mas apoyo. La moralidad juega con cierta inhibicion de los instintos, pero se desvela en ella otra cosa, que es que la falta de moralidad nos hace perder la inocencia. Tampoco podemos soportar por mucho tiempo un orden de razon superior, porque desarrollamos muchos mecanismos defensivos que nos enganan. Contra la indiferencia de los demas, cuando uno se enamora, se atreve completamente en todos los sentidos, es lo que nos ensena Aida. Ella sentia curiosidad por el mundo, y era como amarlo: es lo mismo. Esa inocencia radical es el amor, esa curiosidad, que luego le ensenan a perder. Porque a medida que ella crecia en su ser, su inocencia florecia por si sola. Solo un dia encontraria asi en su corazon el amor que lo aceptaba todo. Pero Ana piensa de forma diferente, uno siempre es inocente de aquello de lo que se enamora, pero una cosa es la inocencia y otra es la simpleza. Ella pone muros, fabrica defensas emocionales, fisicas e intelectuales y luego como Penelope las desteje a su antojo. Pero puede perder en este juego de la vida y ella lo sabe.Pero Aida, protegida por una inocencia interior, cree que el amor es como una sensacion fisica especial de lo infinito, que a ella le parece muy hermosa. Ella no focaliza ese amor en un punto, en una persona, en una circunstancia, sino que agrandaba su vision y veia todo como un gran paisaje y eso, la persona amada, estaba en ese paisaje. Aida creia que el amor estaba muy relacionado con esto, con una especie de busqueda hacia el inconsciente, hacia el infinito, y se necesitaba mucha inocencia y mucha pasion, de nuevo, ante la resistencia al cambio y a la incomprension de los otros.