• libro el resurgir de la atlantida - Thomas Greanias

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    En la Antartida, un terremoto glacial se traga a un equipo de cientificos y deja al descubierto un misterioso monumento mas antiguo que la propia Tierra. En Peru, el doctor Conrad Yeats, arqueologo, es apresado por las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos para que desentrane la clave final de los origenes de la raza humana. En Roma, el Papa convoca al Vaticano a una activista medioambiental, la doctora Serena Serghetti, con el fin de revelarle la terrorifica vision de un desastre apocaliptico. En el espacio, un satelite de seguimiento climatico informa acerca de cuatro descomunales tormentas que se estan formando alrededor del Polo Sur...

  • EL RESURGIR DE LA ATLANTIDA | THOMAS GREANIAS

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  • El resurgir de la Atlántida - Libro de Thomas Greanias

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    En la Antártida, un terremoto glacial se traga a un equipo de científicos y deja al descubierto un misterioso monumento más antiguo que la propia Tierra.

  • El resurgir de la Atlántida (Bolsillo) Tapa blanda – 7 enero 2008

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  • EL RESURGIR DE LA ATLANTIDA (Libro en papel)

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  • resurgir atlántida de thomas greanias - IberLibro.com

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  • El resurgir de la atlántida - Greanias.Thomas -5% en libros

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  • El resurgir de la Atlántida | Greanias, Thomas - PASAJES ...

    https://www.pasajeslibros.com/libros/el-resurgir-de-la-atlantida/9788498008012/

    Resumen del libro. En la Antártida, un terremoto se traga a un equipo de científicos y deja al descubierto un misterioso monumento más antiguo que la propia ...

  • EL RESURGIR DE LA ATLÁNTIDA - GREANIAS THOMAS

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    Pero si te gustaría pensar que hay una pirámide gigantesca en el polo, y te gusta la temática se puede leer. hace 4 años. 0 0. Información del libro. Género ...

  • el resurgir de la atlántida - Anika Entre Libros

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    Un grupo de científicos viaja a la Antártida para investigar el porqué de una serie de extraños seísmos que han agitado la superficie helada. Una vez allí, el ...

  • Ocho millones de dioses de David B. Gil

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    La novela definitiva de David B. Gil mezcla viajes e investigacion criminal con aventuras de batallas y espadas en el Japon feudal.

  • Ninos en el tiempo de Ricardo Menendez Salmon

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    Y asi como el instante de la concepcion, ese misterioso empuje en el que dos principios colisionan para cambiar el curso del mundo, resulto inaudible, con ambos actores ajenos a lo que nacia dentro de los cuerpos, asi el instante de la desgracia fue tambien silencioso. Solo mas tarde, al entrar en casa desde el jardin de juegos, descubrieron la sangre empapando el pantalon del nino. Ese mismo nino que los miraba con ojos inocentes, sin huella de dolor o de sorpresa, ignorante de que algo se habia quebrado dentro de el fatal y decisivamente. De modo que piernas arriba, con menos temor que asombro, siguieron el dibujo de la macula, aquel flujo que no era rojo, como quiere el lugar comun, sino negro y espeso, como canto el primer poeta, hasta llegar al pequeno y tierno agujero por donde el hijo amado se vaciaba igual que una taza rota. Entonces los conmovio el espanto. II Cuando supo que su hijo estaba desahuciado, Antares se recluyo en el silencio. Lo hizo porque comprendio que solo la palabra crea la verguenza. Y el sintio verguenza: verguenza de sobrevivir al nino, verguenza de tener ganas de defecar, verguenza de su necesidad de sueno. Asi que callo. Callo durante setenta y dos horas, el tiempo transcurrido entre que el oncologo le dijo que su hijo iba a morir y el instante en que el nino se apago sin ruido ni ira, como una vela soplada por un viento dulce y caritativo. Nunca, desde que en la infancia le extirparan las amigdalas, habia permanecido tanto tiempo en silencio. Quiza por eso, cuando tras la hora setenta y dos abrio la boca con intencion de hablar, de su garganta solo broto una especie de grunido, un lamento confusamente humano, mas cercano al sonido de una sierra al morder la madera que al lenguaje articulado. Antares supo entonces que, por mas que se desee, no se puede nombrar lo innombrable. III Las cosas que los muertos dejan tras ellos. Esa vida privada, inmune a la fatalidad, de los objetos, las reliquias, las posesiones. La estupida permanencia de una cuna, un peluche, un sonajero. La inerte materia de la que estan hechos un pijama de bebe, la tetina de un biberon, la pila ya para siempre identica de los panales. Cuando Antares regreso a casa, cuando cruzo aquel umbral que llevaba anos siendo un lugar seguro, las correspondencias cambiaron, el mapa giro en un vertigo loco, se deslizo un idioma desconocido en el lexico familiar. Como seguir llamando habitacion del nino a aquel cenotafio inmundo; como seguir viendo la banera vacia como una promesa de juegos; que disciplina del sueno y de la vigilia aplicar a las noches de pronto sin llantos, hambre ni compasion. La paternidad es una provincia pedagogica; la orfandad es una escuela desolada. El discipulo, aquel que ha aprendido por necesidad y por sentido del deber las obligaciones de ser padre, se convierte en un salvaje a quien los pronombres fallan, los sustantivos hieren, los verbos esquivan. La casa, la ficcion de un hogar estable, se transforma en una jungla donde amenazan animales impios. Se vuelve la mirada con la esperanza de encontrar un gesto reconocible, pero se halla solo una ausencia blanca y absurda, el insoportable ruido de fondo de un mundo hueco. Por eso, cuando el nino murio, su realidad se descompuso. El posesivo su es la clave, porque lo mas doloroso de la experiencia de la muerte es constatar algo que se sabe desde siempre, pero que jamas se acata con resignacion. Que el mundo trascurre ajeno a nuestros anhelos y padecimientos; que precisamente porque el mundo permanece indemne ante cada pequena catastrofe, son mi mundo, su mundo, nuestros personales e innegociables mundos los que se desmoronan. Aquella primera noche. Como olvidarla. Como decirla. Aquella primera noche en que los perros ladraban en la penumbra algo parecido a su desamparo, y dentro de la gran casa vacia, donde ya nunca brillaria la risa, Antares comenzo otra especie de busqueda. IV Esa busqueda que, acaso sin anunciarse, habia empezado al abandonar el hospital y alla dentro, en la colmena de su arquitectura funcional, dejar el cadaver del nino. Los gestos imposibles que hay que llevar a cabo: despedirse del equipo medico, recoger las ropas que ya nadie usara, liquidar cuestiones practicas con los encargados de la funeraria. No es una tarea hecha a medida humana. O si. Es humano, demasiado humano, tener que seguir adelante cuando todo pronostica que la posteridad, el porvenir, el manana, son lanzas clavadas en el costado de la cordura. Sentado junto a la ventana que miraba al jardin lluvioso, mientras el limonero que planto cuando supo que iba a ser padre temblaba bajo el viento, Antares penso en el trayecto de vuelta a casa, en el y en su esposa, la madre desolada y casta, un absurdo de la carne y de la emocion, reunidos en el coche como dentro de un cofre atomico, ideado para hacer frente a un desastre de proporciones universales. Recordo como permanecieron alli, quietos durante un largo, insolito minuto, saboreando su nueva condicion de huerfanos, heridos por la evidencia de que tras ellos, en la parte posterior de la maquina, ya no habia nadie, ya no habia nada. Y recordo tambien como, al girar la llave del contacto, el lector de musica se puso en marcha y arranco al disco que contenia en su interior una cascada de notas alegres, joviales, hirientes por inapropiadas, y un estribillo innoble, que a ambos les procuro lagrimas de rabia y una furia sorda y brutal, que destilo en sus bocas ya no el sabor de la ceniza o de la sangre, sino el de los agravios. V La carne cremada. El horno y sus fauces verdosas, como un gran cepo atrapado en el musgo. El bramido del fuego al alzarse, el chasquido de las mandibulas de hierro. Nadie, nunca, los habia preparado para semejante imagen. De que servian los libros leidos, los paisajes admirados, la interpretacion, la glosa, la sabiduria, la capacidad para la critica y el analisis, el juicio educado y selecto ante aquel rito. Para nada. No servian para nada. Y cuando les mostraron la urna, aquel objeto lacado, de aspecto pulcro, en el que supuestamente reposaban las cenizas de su hijo, ninguno avanzo las manos para tomarla. Ambos se miraron como extranos, viajeros arrojados por el mar a una costa abrupta, llena de peligros, y durante un insoportable lapso de tiempo permanecieron en pie, fracasados, vidas en llamas, esperando que alguien los arrancara del embrujo de la quietud, mientras el hombre de la funeraria, que olia a locion de afeitado y vestia un traje negro, contaba en silencio hasta veinte. --Cojanla, por favor --exigio al fin la voz educada pero firme--. Un dia les hara bien. Y aunque Antares no supo si era la experiencia, la impaciencia o el mas intolerable de los cinismos quien hablo desde aquellos labios, si recuerda que fue el quien extendio los brazos y recogio el tamano de su desdicha.

  • Un grave error de Erina Alcala

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    -?Que pasa mama? -Pregunto Ana. La madre bajo la cabeza. -?Es grave?, papa dime que pasa. La familia Solis, estaba compuesta por el padre, Francisco Solis de 50 anos y su madre Berta de 48 y ella misma, Ana Solis como hija unica. Era una familia acomodada de Marbella, pues el padre trabajaba para la empresa de Floros Michelakis, un armador griego que tenia una de sus bases en Marbella. Vivian en una gran villa, desde que ella tenia uso de razon. Su padre era gerente de la empresa naviera. Llevaba ya trabajando tiempo con Floros, al tanto de los astilleros de Cadiz y de la flota de yates de recreo que se vendian en Marbella. Ahora, Floros se habia jubilado y su hijo Dimitri habia tomado el mando de todas las propiedades que la familia Michelakis tenian en Grecia, en Marbella, en Cadiz y algunos astilleros italianos e Inglaterra tambien. Su padre habia hecho un buen trabajo y Dimitri a sus treinta anos, era el dueno de una inmensa fortuna, un yate de lujo enorme y caro, un jet privado, una casa en la isla de Santorini, lejos del turismo, pero no menos preciosa, rodeada de un terreno de vinedos de los que estaba orgulloso, crecian en esa tierra volcanica que era la isla, y la casa estaba situada en una pequena colina. Abajo, por un sendero de unos trescientos metros, se bajaba a la playa, de arena blanca. Una playa privada de kilometro y medio con un embarcadero al final de la misma. Aunque no toda la isla tenia arena blanca, la otra parte de la isla, era arena negra, tan maravillosa como la blanca. Dimitri, se compro esa casa a seis kilometros de la civilizacion para estar tranquilo, cuando viajaba, era su remanso de paz, de descanso entre viajes. Tenia un balcon con piscina natural, como las casitas turisticas de la isla, una gran casa con una decoracion en tonos azules, gimnasio, piscina cubierta y otra en el jardin desde la que se veia el mar, y todo cuanto podia necesitar. Tres trabajadores se encargaban de la casa, dos mujeres, una de la cocina Cora, mujer de Cosmos que se encargaba de la vigilancia, del jardin y las piscinas, asi como de cerrar por la noche la verja que llevaba a la playa. Su mujer Cora, se encargaba de las compras y la cocina, dormian en una casita de invitados en el jardin, a una cierta distancia de la casa y Delia se encargaba de la limpieza de la casa. A dos kilometros, habia un almacen y una bodega, con todo lo indispensable para criar su propio vino. Un vino seco y de gran acidez debido al terreno volcanico de la isla. Estaba orgulloso de su bodega. Tenia para ello a tres trabajadores. Marco, era el supervisor y el encargado. En Atenas, donde tenia su trabajo, su oficina, habia adquirido un gran apartamento en el centro de la ciudad, y el resto del tiempo, o cuando viajaba lo hacia en el jet privado y el yate lo tenia de recreo para ir al resto de las islas, y se quedaba en hoteles cuando iba a otros paises. No queria mas propiedades, salvo las que su padre le habia dejado, a cambio, su padre recibia anualmente una buena cantidad de dinero para vivir bien con su madre, un yate y una casa en las afueras de Atenas. Su padre le decia que ya era hora de enamorarse y formar una familia, pero el decia que posiblemente lo segundo, lo primero impensable, Dimitri no era de esos, ni queria hijos. Ninguno. No tenia tiempo de atenderlos. No se veia como su padre. Le encantaba su trabajo y viajaba demasiado como para hacerse cargo de una familia al uso. Si queria una mujer, se la llevaba algunos viajes, si eran cortos. Habia salido con Anika, una griega hija de un banquero importante, pero le puso los cuernos con otra persona y no queria saber nada de mujeres. Tampoco es que tuviesen una relacion formal ni seria. Asi que no le dolio lo mas minimo cortar con ella. -Hijo, ?y a quien dejaras todo esto? Al menos nosotros te lo hemos dejado a ti. Tu padre ha creado un imperio y se que tu doblaras ese trabajo. Eres inteligente, pero una mujer buena a tu lado... -Quiza mas adelante te de una sorpresa, mama. tranquila soy joven aun, -Si, piensalo, tu padre me tenia a mi cuando volvia de sus viajes, y hemos sido felices treinta y cinco anos. -Ya veremos. Ahora viajo mucho y trabajo mucho mas. Papa se ha dado a la buena vida y estoy haciendo auditorias en todas las empresas antes de tomar decisiones importantes. -Tu padre ya ha trabajado bastante, viajado y quiere tranquilidad. -Es cierto, yo puedo ocuparme de todo. No os preocupeis. Te quiero, mama. -Y nosotros a ti hijo -Dijo abrazandolo. En Marbella, Ana estaba muy preocupada. -?Bueno, me vais a decir que pasa? -El senor Floros se ha jubilado y ha venido el hijo, que es el que se ha hecho cargo de todas las empresas de su padre. Es un joven duro, no es como su padre. -Bueno ?Y que pasa? -Ha hecho una auditoria en la empresa. Las esta haciendo en todas las empresas que su padre le ha dejado. -Y bien, es normal ?no? -No hija. Tuve que sacar dinero para la casa y la buena vida que llevamos. Iba a reponerlo, pero nunca reunia suficiente. -Pero papa... ?Has robado a la empresa? -Solo lo he cogido, pero no tengo el suficiente para reponerlo todo. Lo perderemos todo, e ire a la carcel. Su hijo es duro. -?Como? -Fue para que tu madre y tu vivierais bien y fueras a la universidad de Harvard a hacer Derecho y Administracion de empresas. -Pero papa, vamos a ver, tengo 23 anos. Acabo de terminar la carrera y por supuesto no ire a hacer ningun master, podia haber estudiado en Malaga, ?cuanto debes? -No puedo decirtelo, eran pequenas cantidades para que no se notara. -?Te ha echado? Por Dios papa, ?que has hecho?... -Me ha dicho que vaya manana a verlo a las 12 de la manana. Eso significara que si y que tendra alli a sus abogados. -Bueno, buscamos un piso pequeno de alquiler en Malaga y le das la casa o la vendes, y le das el dinero, y el dinero que tengas ahorrado tambien, vendes los coches, no necesitas esos dos coches. -No tengo nada hija, y la casa no es suficiente. -?Por Dios papa, ?que has hecho? -No se hija, se me ha ido la mano y ya no pude parar. -?Por que has llevado una vida que no te correspondia? Nos has mentido. Y tu mama ?lo sabias? -y su madre bajo la cabeza. -!Por Dios! Esto es lo mas, aparte de este calor infernal de agosto. -Deja hija, a ver si manana lo puedo convencer de que me siga dando trabajo y le doy la casa a cambio, o la vendo y le doy el dinero. -Si le das la casa ?cuanto le sigues debiendo? -Dos millones de euros. -?Dos millones? ?Estais locos? Eso no lo ganaremos en la vida ni trabajando los tres con un buen sueldo, ?que has hecho? Coches de lujo, ?creias que no te pillarian? -Ha hecho una auditoria en cuanto su padre se ha ido y ha tomado el mando. -Normal. Uff. Me voy a acostar, a ver que te dice manana. Si no, recogemos las cosas y nos vamos a trabajar en lo que sea los tres y le pagamos todos los meses algo hasta pagar la deuda, aunque tengamos que trabajar toda la vida para pagarsela. Y se fue a su cuarto temblando, cabreada con su padre, muy enfadada. Y llorando. Ella nunca les habia pedido nada a sus padres, a pesar de todo, no era una chica mimada, sino trabajadora y estudiosa. Tenia el pelo largo, y era morena y bajita como su madre, de ojos verdes y nariz con pecas respingona, tenia caracter y estudios, pero nada de experiencia. Y mientras pensaba en la cama en todo, se le ocurrio ir a ver a ese tal Dimitri, hijo del ex jefe de su padre, sin cita ni nada y hablar con el del tema de su padre – Si podia llegar a un acuerdo... No sabia como era ese senor, y aunque ella era joven, 23 anos, intentaria por todos los medios que sus padres salieran bien parados. Se iria a las nueve de la manana. Y esperaria lo que hiciera falta. A las ocho y media le pidio a su madre el coche, desayuno cerca del trabajo de su padre e iba con una carpeta y un boligrafo en el bolso, puso el movil en modo avion para que no la molestara nadie. Se habia puesto una falda de verano, una blusa de maga corta, sandalias altas y se habia recogido el pelo en una cola alta. Se maquillo lo justo y entro en el edificio de oficinas del puerto donde estaba ubicado el trabajo de su padre hasta hoy. Iba nerviosa, no sabia si la recibiria, ni con quien iba a encontrarse. Y, sobre todo, como la recibiria En la recepcion pregunto por el. -No esta, -le dijo la recepcionista -ha salido a desayunar. -?Tardara mucho?, le pregunto Ana. -Una media hora, como el resto de los dias, es muy puntual. -Quisiera hablar con el. -?Tiene cita? -No, pero soy hija de Francisco Solis. -!Ah bueno! Intentare que la atienda en cuanto venga. Si quiere espere en la planta quinta. Hay sillas. Al lado de la puerta, a la derecha, frente a la puerta del director. -Gracias. Lo espero arriba. Y espero media hora justa. Ya estaba temblando de los nervios, las piernas hechas un flan y hasta la barbilla le temblaba, cuando sintio unas pisadas seguras y el corazon le latia a mil por hora. Cuando ese hombre gigante, elegante donde los hubiera, de pelo negro y ojos verdes y barba de un par de dias, se paro junto a ella... -?Es usted hija de Francisco Solis? -Si, senor... -Michelakis. -Senor Michelakis, queria hablar con usted -y Dimitri sonrio con una sonrisa lobuna. -?Que edad tienes? -?Es importante? -Si no, no se lo preguntaria. -Veintitres. He terminado la universidad, si quiere saber mas. -Si un buen dinero mio invertido y en Harvard, nada menos -Y se puso roja -Vamos pase -Y la dejo pasar primero. Y a ella le parecio ir al matadero delante de ESE hombre tan grande, y tuvo un muy mal presentimiento. Hablaba muy bien castellano. -Bueno, a ver, saco unos documentos -sientese por favor -Y ella se sento frente a el en un sillon. -Francisco solo tiene una hija, Ana.

  • Serotonina de Michel Houellebecq

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    Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis anos, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: nauseas, desaparicion de la libido e impotencia. Su periplo arranca en Almeria -con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una pelicula romantica, o una pornografica-, sigue por las calles de Paris y despues por Normandia, donde los agricultores estan en pie de guerra. Francia se hunde, la Union Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catastrofe. La cultura -ni siquiera Proust o Thomas Mann- no es una tabla de salvacion. Florent-Claude descubre unos escabrosos videos pornograficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel.

  • Cherry de Susie Harris

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    El poderoso multimillonario Daniel Marshall, vestido de hombres y codiciado por mujeres, tiene su orgullo herido cuando dos amigos y el novio de su insoportable hermana atribuyen su gran exito con las mujeres a tener mucho dinero. Para probar lo contrario, para ellos y para si mismo, Daniel se embarca en una loca aventura: asume la identidad de un simple empleado de alimentos, cuya mision se reduce a conquistar el amor de una mujer interesante.
    La modesta esposa de su nuevo jefe seria el trofeo perfecto para visualizar en el curso de esta trayectoria, despues de que una mujer casada intercambiando un hombre rico por un pobre representara un logro notable, sin embargo, convencerla de mirar a otro hombre, no al esposo, mientras que aprender a lidiar con emociones desconocidas sera tu mayor desafio.

  • Afterburn de Sylvia Day

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    Darme cuenta de que seguia colada por Jax fue un mal trago. Solo habia formado parte de mi vida cinco semanas, hacia dos anos. Pero ahora habia vuelto. Se habia entrometido en un acuerdo de negocios que me habia costado mucho conseguir. Y, Dios mio, estaba guapisimo. Sus ojos eran de un marron tan oscuro que parecian casi negros. Rodeados por densas pestanas, eran de una intensidad implacable. ?De veras me habian parecido alguna vez dulces y tiernos? Jackson Rutledge no tenia nada de tierno. Era un hombre experimentado y cruel, hecho de una pasta muy dura. En ese momento comprendi cuanto deseaba desvelar el misterio de Jax. Tanto que no me importaba lo que fuera a costarme.

  • Marcus (Genesis 3) de Maricela Gutierrez

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    Marcus es un hombre marcado por la tragedia, cuando la maldad llego a su vida arrasando con todo a su paso y llevandose con ella lo que el mas amaba, lo unico que le quedo fueron unas profundas cicatrices y una infinita sed de venganza. Durante siglos no ha sido mas que una sombra que se oculta bajo una apariencia hurana, pero ?que pasara cuando a su vida llegue alguien capaz de ver mas alla de sus heridas?

  • RIVAL (Fall away de Penelope Douglas

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    Madoc y Fallon. Dos adolescentes que no se conocen y que juegan al limite entre el amor y la guerra.
    Ella ha vuelto.
    Durante los dos anos que estuvo en el internado, no supe nada de ella. Cuando volvio, de dia ni me hablaba y de noche dejaba la puerta de su habitacion abierta.
    Entonces era un tontorron, pero ahora estoy listo para pagarle con la misma moneda.
    He vuelto.
    Despues de dos anos, sigue queriendome aunque se comporte como si fuera mejor que yo.
    Pero ya no me asusta. Ni me presiona. Si se tira un farol, se lo devuelvo. Es lo que quiere, ?no? Mientras me mantenga en guardia, no se dara cuenta de lo mucho que me importa.

  • Belleza y venganza (Rosa blanca 2) de Laura A. Lopez

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  • Bajo las estrellas de Jenn Bennett

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    Zorie y Lennon solian ser inseparables, pero desde hace un tiempo se han vuelto expertos en ignorarse. Cuando sus amigos los llevan enganados a acampar, la estratagema sale mal y de pronto los dos se encuentran atrapados en lo salvaje. Solos, lejos y sin hablarse. Sentimientos ocultos, secretos y heridas del pasado saldran a la luz durante el peligroso viaje de regreso a la civilizacion, y los viejos amigos deberan volver a confiar el uno en el otro para salir ilesos y recomponer su corazon.

  • El instante mas oscuro de Anthony Mccarten

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    Este es el relato del tiempo angustioso que vivio Gran Bretana en mayo de 1940, desde el dia 10, en que las tropas de Hitler iniciaron la invasion de Holanda, hasta el 29, cuando los soldados britanicos y franceses derrotados por los alemanes embarcaron en Dunquerque para refugiarse en Inglaterra. Esta es una historia que se suele narrar en tonos de epopeya, pero que aqui se revive en torno a la figura de Winston Churchill, de acuerdo con la verdad de aquellos dias inciertos, reconstruida con una amplia documentacion, que incluye las discusiones del gobierno, y con los testimonios de sus contemporaneos. McCarten nos muestra las dudas de unos dias en que se penso seriamente en negociar con Hitler, aceptando la victoria que habia puesto Europa entera en sus manos, y nos descubre la evolucion que llevo a Winston Churchill a manifestar, el 4 de junio, su voluntad decidida de no rendirse, aunque hubiese que luchar contra los alemanes en las playas, en un discurso que iba a cambiar el rumbo de la historia.

  • El rastro de un susurro (Asesinos e hijos de la luz 1) de M. Markusen

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    Desde las profundidades de un inmenso acantilado espero la venida de mi inevitable destino. El mar infinito se extiende sobre los restos de un ejercito de amantes desesperanzados que, a lo largo de los tiempos, han entregado sus almas al dios del abismo como sacrificio. Como ellos, le regalo mi existencia a una inevitable muerte que me observa acariciando su guadana. Cientos de gotas de lluvia sacian su lujuria sobre mi piel y me refrescan de una forma deliciosa. Me ilusiona pensar que disfruto de un intenso placer entre tanto dolor, pero no puedo estar mas equivocado, ya que una tras otra, titanicas olas se esfuerzan por expulsarme de su territorio. Trago agua, escupo agua. La tormenta crece y el mar se agita con rabia. Mi mano izquierda, aferrada a una roca con toda su fuerza, pierde demasiada sangre. La derecha, bajo la espuma del mar retiene a un par de dedos que no me pertenecen y conecta nuestros latidos con ferocidad. Apoyo mi suela sobre la cabeza del propietario de los dedos y hago fuerza para hundirlo en las profundidades. Puedo sentir como se ahoga lentamente. Su sufrimiento se agrava, luchando por sobrevivir, agita mi pierna con ambas manos. Decenas de burbujas escapan de sus pulmones y suben a la superficie. Mi victima no tiene ninguna posibilidad de escapar. Cuento mentalmente los segundos que han pasado desde el inicio de sus clases de buceo involuntarias. Noventa y uno, noventa y dos, noventa y tres... El desgraciado es bueno, pero no es inmortal. Tomo oxigeno profundamente, lo expulso gradualmente y le digo a mis remordimientos que acepten ser los responsables de despojarle de la vida. Puedo explicar mi falta de empatia hacia el; durante dias he matado a mi enemigo de terribles y grotescas formas entre la soledad de mis pensamientos. ?Como me siento? Con escalofrios emocion y nervios; perdiendo la virginidad. La tormenta se hace mas intensa y levanta olas mas altas. Ciento siete, ciento ocho, ciento nueve... Mi acompanante apenas se mueve. La muerte se esta apoderando del escaso oxigeno que perdura en el interior de sus inundados pulmones. Un poco de tierra humeda se desprende de mi mano como la suela de una zapatilla de imitacion y pierdo el equilibrio. Me golpeo la barbilla accidentalmente contra una piedra afilada. Sangro. Vuelvo a apoyarme en un pequeno saliente y consigo mantenerme a salvo lo mas rapido que puedo. Miro al cielo y contemplo la colosal roca que descansa sobre mi. Es imposible trepar a traves de sus brazos, tengo que hacerme a la idea. Mi invitado deja de moverse al fin, eso me reconforta. Suelto su mano y su cadaver se hunde muy docilmente en la oscuridad, alejandose de mi vista. Sin una segunda oportunidad; sin solucion ni vuelta atras. Suenos y susurros, buscandome noche tras noche... Suenos y susurros... 1 Alan Brody El origen de todas las grandes tragedias ?Por que a mi? No puedo creerlo. ?Esto es real? Mi credulidad descansa apaciblemente sobre un lejano horizonte perdido en otro mundo y aun asi no puedo evitar darme cuenta de la realidad de la situacion. El sufrimiento que aflora de mi interior es inmenso e insoportable. Todo espiritu tiene un limite marcado por una linea y cuando la agonia la sobrepasa, la cordura emprende una muerte lenta y la locura renace como una raiz en el cerebro que crece despacio, controlandolo todo poco a poco. Dios misericordioso, eres incapaz de imaginarte lo mucho que ahora te odio. Calentado por una pequena manta y en mitad de la noche observo bajo la seguridad de la parte trasera de una ambulancia como, en el exterior, el fuego purifica mi casa y la transforma en polvo gris. Un dios arroja incontables lagrimas sobre el mundo que aplauden al tocar el suelo y empapan a los curiosos que se amontonan tras un muro resguardado por policias. Mis padres compraron la hermosa montana de ladrillos que arde meses antes de mi nacimiento. Dos pisos rebosantes de una independencia lo suficientemente solida como para dar refugio a una pequena familia y a su felicidad durante muchos anos. El exterior esta, o quizas deberia rectificar y decir estaba, decorado con un delicado y minusculo jardin donde se podian almacenar un par de matorrales, ni uno mas. Mi madre siempre me solia decir que plantar un punado de flores a lo largo de toda nuestra vida no iba a cambiar el mundo, nuestros actos tenian que ser mas intensos para dejar una huella en los demas; opino que algo es algo, ?no? Decenas de residencias perfectamente simetricas a la mia abrian un largo circulo lunar que llegaba hasta el horizonte. Las paredes eran gruesas e impedian que alguno de mis vecinos se enfadase por escucharme improvisar un estornudo o por ir al bano a altas horas. En las noches mas iluminadas se podia ver al final de la carretera el reflejo de las luces de los edificios altos que estaban en el centro de la ciudad. Mis padres trabajaron muy duro durante muchos largos y pesados anos para conseguir quitarse de encima la asquerosa deuda de la casa. Ambos murieron en un grave accidente de trafico durante un viaje que hicieron por sus bodas de plata y al ser hijo unico no tuve problemas para repartir la herencia entre uno solo. Al principio disfrute de la soledad, pero con el tiempo la casa se hizo cada vez mas grande, hasta que conoci a Judith y la comparti con ella, con el amor de mi vida, el mismo amor que estoy viendo en este instante salir por lo que queda de la entrada principal de mi casa metida dentro de una bolsa de plastico negra para cadaveres. Si, es real. Ahora no tengo con quien dormir ni donde hacerlo; solo una pequena manta sobre mi espalda se ha quedado conmigo. Mi vieja vecina, como es costumbre en ella, me observa desde la seguridad de su solitaria morada de piedra. La anciana nunca aparta sus brillantes ojos de los movimientos de los demas residentes en ningun momento para contarselos a su almohada. Maldita seas un centenar de veces. --Entra en tu cueva y vuelve a quedarte a solas con tus gatos, insolente y nauseabunda vieja arrugada. --susurro. Los bomberos corren de un lado para otro, esforzandose por eliminar los ultimos vestigios del fuego que aun permanece latente. Ya no queda nadie dentro asi que pierden el tiempo. ?Un gato quizas? Imposible, los odio y no recuerdo el motivo, pero los detesto y los temo. Lloro... lloro en soledad. Unifico todos los lamentos de mi vida y los expulso como uno solo, fuerte y uniforme. Segun avanza el tiempo, las sirenas inician el cese de su canto y las voces de los bomberos se silencian, un simbolo indudable de que su trabajo esta llegando al final. He intentado salvarla con todas mis fuerzas, lo juro por dios, pero no han sido las suficientes. Tendria que haber sido mi turno... En mi cabeza veo su cuerpo envuelto entre intensas llamas, retorciendose de un lado para otro; es ciertamente una escena insufrible, una pesadilla perfecta. Un hombre entra en la parte trasera de la ambulancia en mitad de mi lamento. Viste un elegante traje negro y lleva puesta una reluciente corbata gris, todo recien lavado y planchado, un uniforme demasiado refinado para pertenecer a un simple agente, debe tratarse de un oficial. Sus mejillas rebosan cicatrices y su cuerpo desprende un aroma a cerveza repugnante, similar al de un maton barato. En su mano derecha sujeta una carpeta plana y un boligrafo atado con un nudo simple cuelga de esta. Se sienta frente a mi y cierra la puerta del vehiculo con suavidad. Fuera llueve tan intensamente que al quedarnos solos lo unico que escucho es el traqueteo de las gotas rebotando sobre el techo. --Menuda tormenta, ?no le parece? --me pregunta. ?Como le puede hacer esa pregunta a un hombre que acaba de perderlo todo? Me hace pensar que es imbecil y que ha conseguido el puesto de oficial... bueno, ya os imaginais como. --No me habia dado cuenta, estaba mas pendiente del olor a quemado de los restos de mi mujer. --respondo. --Obviamente. Disculpeme, senor Brody. ?Que tal se encuentra?, ?tiene alguna herida? --estoy trastornado y en estado de shock absoluto, lo cual es algo razonable y logico teniendo en cuenta el drama que estoy atravesando, pero guardo silencio; no me veo capaz de contestarle cortesmente --Lo que ha hecho usted ha sido muy valiente, aunque muy arriesgado para su vida. Comprendo su reaccion a la perfeccion, senor Brody, yo habria hecho lo mismo por mi esposa si se hubiera visto envuelta en algo similar, pero tiene que comprender que salvar a una persona retrasa el rescate de otra, ?lo entiende? --?Insinua que ella ha muerto por mi culpa? --le pregunto muy enfadado. El oficial suspira. --No, usted se confunde, nada mas lejos de mi intencion el ofenderle, pero si no hubieramos entrado a sacarle a usted todo se habria agilizado mas y... bueno... ?Comprende lo que le intento decir, senor Brody? Quiero partirle su boca diente por diente y mostrarle el resultado tras una larga sesion fotografica, pero me contengo. Demasiado estres por hoy. --Por supuesto que lo comprendo, --miento --sin embargo, solo me he dejado llevar por el instinto, sin importar las consecuencias en lo mas absoluto. Por mucho que usted me diga que lo entiende, estoy convencido de que no es asi. Medito durante un pequeno instante y mi vigilante respeta mi deseo sin pronunciar palabra alguna. Los ojos de Judith, el amor de mi vida, resaltan entre la oscuridad de mi interior, volando libres a traves de mi dolor. --Lamento mucho lo sucedido, sinceramente. Se que no es el mejor momento para hacer esto, pero tendra que contestarme a unas preguntas. --interrumpe mi meditacion. Mas lagrimas se deslizan a traves de mis mejillas. --Pregunte lo que quiera. Ayudare en lo que pueda, le doy mi palabra. --cedo. Da unos ligeros toques en su libreta con el boligrafo. --?Donde estaba usted cuando se inicio el incendio, senor Brody? --inicia el interrogatorio. Seco mis lamentos con la manta que me han prestado. --Trabajando. --contesto --Soy camarero en un restaurante cercano desde hace dos anos, mas o menos. Justo cuando llegue a casa al terminar mi turno, el fuego estaba muy avivado y los vecinos acababan de llamarles a ustedes. Ninguno de ellos tiene mi telefono y no pudieron comunicarse conmigo. Intentaron evitar que entrara en la casa cuando me vieron correr hacia la puerta con un ataque de panico; no lo consiguieron, ya lo sabe. --?Puede probarlo? --me pregunta. Me doy cuenta del rumbo que estan tomando sus preguntas. --Hay camaras de seguridad en el local, si pide las grabaciones a mi encargada seguro que se las mostrara sin ningun inconveniente. Mis companeros tambien me vieron trabajando, pregunteles a ellos. --le explico. --?Garantiza que todos dirian lo mismo? --Bueno... siempre hay algun gilipollas, como en cualquier parte, ?no? En nuestro trabajo todos tenemos a un insoportable, vago, sucio y prepotente companero capaz de amargarnos el dia y al que es mejor ignorar por completo. Se convierte en una excusa para arrojar el despertador con furia contra la pared al apartar las sabanas para levantarnos. No lo hagas contra el suelo si lo que pisas es parque de calidad, no hace falta ser tan estupido. Inexplicablemente, a el lo ascienden antes que a ti. --Tras revisar las escrituras he comprobado que usted es el unico propietario del inmueble incendiado, ?no es asi?

  • Cuentos completos de Vladimir Nabokov

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    Un hombre que esta escribiendo en su despacho es interrumpido por un duende del bosque, un concertista de piano se dispone a poner fin a su carrera, un barbero afeita al hombre que lo torturo, un sonador timido hace un pacto con el Diablo…
    Los sesenta y ocho relatos de Vladimir Nabokov que se incluyen en esta edicion definitiva de su obra cuentistica, preparada por su hijo Dmitri, permiten disfrutar de su inconmensurable virtuosismo literario: de sus piruetas tematicas y formales, de sus inquietantes ambiguedades, de su elegante manejo del idioma, de la presencia de los temas -como el del doble- que lo fascinaban y de los muchos lugares que dejaron huella en el: la Rusia de su infancia, la Inglaterra de sus anos de estudiante, la Alemania y la Francia del exilio y despues esos Estados Unidos que siempre observo con sagaz y nada complaciente mirada de europeo.
    La incorporacion de este libro al catalogo de Anagrama permite anadir una pieza mas al puzle de la rica produccion literaria de Nabokov, del que hemos publicado el grueso de su obra novelistica. Y, como en las novelas, en estos cuentos brilla la inagotable inventiva de uno de los escritores autenticamente imprescindibles del siglo XX.

  • Buscando un destino de Hilda Rojas Correa

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    Buscar su destino.
    Ese fue el dictado de su corazon.
    Yeison Barrios, detective infiltrado de la policia de investigaciones de Chile durante los ultimos siete anos, decide cambiar el rumbo de su
    existencia en el momento en que despierta herido en un hospital.
    Usando el nombre que le corresponde por derecho, y siendo ahora Jason Holt, reorganiza sus prioridades y empieza una nueva vida abriendo su negocio propio como detective privado, donde un hombre al borde de la quiebra le ofrece resolver un caso que le es imposible rechazar.
    Pero todo cambia cuando conoce a Ana, la hija de quien lo contrato. Y a pesar de que hay una innegable atraccion, Jason sabe que el destino, ese que siempre le ha golpeado con dureza, en cualquier momento se dejara caer de nuevo, recordandole que todo lo que anhela es inalcanzable para el… ?O sera que al fin esta vez el destino se apiadara de el y le otorgara la oportunidad de tomarlo con sus manos y cambiar para siempre su realidad?

  • El Amor de Christina de Maria Serrano

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    Christina era una joven universitaria que sonaba ser una administradora de empresas. Sin embargo el destino tenia preparado varios tropiezos en su vida. Por consecuencia y falta de dinero, forzosamente Christina decide tomar un empleo de acompanante sexual, es en ese momento cuando entra en accion Mark, un joven muy guapo y popular que se enamora de ella. Podran estar juntos? que hara Christina? no nos adelantemos mucho, deseas saber que pasa con esta bella historia de amor?

  • Nerea y las estrellas (Las estrellas 1) de Estrella Correa

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    Nerea tiene una empresa de exito, un marido que la quiere y una vida perfecta.
    Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volvera a
    ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rapido. Nada es como
    ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocia.
    Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.
    ?Y tu? ?Serias capaz de saltar al vacio sin paracaidas y sin red?

  • Las autenticas vikingas no llevan casco de Helen Russell

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    Esta divertida y luminosa novela despertara a la vikinga que llevas dentro: esa fabulosa guerrera capaz de superar las tormentas de la vida y vencer a los enemigos de la felicidad.

  • Mas calor (Serie Castle 8) de Richard Castle

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    El asesinato de una periodista se convierte en algo mas que un asunto profesional para Nikki Heat cuando los responsables anuncian quien sera su proxima victima: su marido, Jameson Rook.

  • La nueva edad oscura de James Bridle

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    Entre tanto dato no contrastado, posverdad y fake news, este libro nos alerta y nos empuja a vislumbrar la verdad en esta nueva edad oscura de la informacion.

  • Prestame tu calor (Prestame 8) de Iris Boo

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    La ambicion de otros le arrebataron todo lo que mas queria, y le enseno que ser el jefe de la mafia irlandesa en Chicago exige un alto precio. El nunca busco ese puesto, la venganza le puso ahi, pero no puede dejarlo porque es el unico que puede mantener ese precario equilibrio que sostiene la paz en la ciudad.

  • Contra el destino de Alfonso Tirado

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    Es la historia de dos vidas que se encuentran en el medio de una tormenta unidas por los caprichos del destino. Llevara al lector por los caminos que van de la aventura y el romance a los espacios complicados de la vida, a los de la muerte y sus significados vistos desde puntos de vista tanto religiosos como esotericos. Creo que como autor, explayo aqui, mis esfuerzos por comprender la vida y enfrentarme al misterio de la muerte.

  • El amante de Jade (Joyas de la nobleza 5) de Catherine Brook

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  • Cuentaselo a otra (Volumen independiente), Isabel Keats de Isabel Keats

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  • El misterio de la creacion artistica de Stefan Zweig

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    De todos los misterios del universo, ninguno mas profundo que el de la creacion. Nuestro espiritu humano es capaz de comprender cualquier desarrollo o transformacion de la materia. Pero cada vez que surge algo que antes no habia existido -cuando nace un nino o, de la noche a la manana, germina una plantita entre grumos de tierra- nos vence la sensacion de que ha acontecido algo sobrenatural, de que ha estado obrando una fuerza sobrehumana, divina.

  • Para regalo de Merche Diolch

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    Seguro que este libro le gustara. La joven que habia detras del mostrador ofrecio un pequeno y colorido cuento al matrimonio mayor que habia entrado en la libreria hacia media hora. Buscaban un regalo, un cuento diferente de los que encontrarian en cualquier gran superficie y que atrajera la atencion de su nieto. Les habian aconsejado que acudieran a Para Regalo, una pequena tienda ubicada en el callejon Sin Retorno que escondia entre sus paredes una biblioteca con libros peculiares. Y, aunque al principio las dudas se habian apoderado de la pareja al observar el deterioro de la fachada exterior del edificio --la pintura verde de la puerta estaba desconchada, la cristalera estaba deslucida y el cartel que daba nombre al establecimiento pendia precariamente de una de sus esquinas, dando una imagen de abandono--, nada mas traspasar la puerta, sus temores desaparecieron. Habian llegado al <>: las paredes estaban cubiertas de estanterias de madera repletas de libros de todos los tamanos que desaparecian en el interior de la tienda, por lo que nadie podria haberla descrito como <>. Unos hilos invisibles cruzaban el establecimiento de lado a lado, de los que colgaban bombillas que proporcionaban la iluminacion necesaria para, junto con la poca luz solar que se filtraba desde la cristalera, ofrecer al espacio un halo de ingravidez. El reflejo de pequenos cristales que se ubicaban en lugares estrategicos formaba en algunas esquinas arcoiris multicolores. Ademas, para contribuir al ambiente de fabula, habia sillones de diferentes tamanos y tonalidades entre los corredores que se creaban a partir de las estanterias, animando a los clientes a que se acomodaran mientras decidian si llevarse uno u otro libro. El lugar era magico, pero al mismo tiempo hogareno. El sonido de una pequena campanilla, colgada en el techo, habia tintineado en la libreria, avisando a la duena de que tenia clientes y, sin mucha demora, ella los habia recibido con una enorme sonrisa. De eso hacia mas de media hora ya, y aunque la indecision de la anciana habia llevado a que encima del mostrador hubiera bastantes cuentos desechados, Marta sospechaba que finalmente habian dado con el elegido. --?Usted cree? --pregunto la mujer mayor mientras hojeaba las paginas del cuento. La duena rodeo la mesa que hacia de mostrador y se acerco hasta ellos. Se recoloco las gafas de pasta roja y la blusa que llevaba, la cual habia perdido el brillo del blanco tras numerosos lavados, y tomo el libro de entre las manos de la mujer. --El gato Sonrisas conseguira enamorar a su nieto. --Paso una a una las hojas, deteniendose de vez en cuando en alguna de las ilustraciones para que observaran los detalles. --Leonor… --el hombre mayor se dirigio a su esposa--, haz caso a la senorita… --Pero… Marta miro a la pareja y tomo una decision. --Hagamos una cosa. --Cerro de golpe el cuento infantil--. Llevenselo. No me paguen nada. --Se recoloco de nuevo las gafas mientras asia una de las bolsas de regalo y metia el libro en su interior--. Si a su nieto le gusta, vienen y me lo abonan y, si no… --les ofrecio el paquete con una sonrisa--, me lo devuelven y buscaremos otra cosa. El matrimonio la observo asombrado. --?No le pagamos? --pregunto incredulo el hombre. --No --confirmo ella--. Tomen --ofrecio de nuevo. La anciana cruzo una mirada con su marido. A continuacion, agarro la bolsa y afirmo: --La fiesta de cumpleanos no es hasta el fin de semana. Marta asintio con la cabeza. --Los espero la semana que viene --senalo. --La semana que viene entonces --ratifico el hombre. La pareja se despidio de ella y se marcho. En cuanto desaparecieron, una dulce carcajada resono entre las estanterias. --Marta, asi nunca saldaras la hipoteca de Para Regalo. Una rubia de casi dos metros con un cuerpo escultural, embutida en un vestido de tubo de color blanco y subida a unas botas negras de gran tacon, se acerco hasta la duena de la libreria. --Volveran --dijo la aludida con sus ojos marrones fijos en la pared de ladrillo que habia enfrente de la tienda. --Pero, si por lo menos lo hubieran pagado, te habrias asegurado un dinero --senalo su amiga al tiempo que se ponia el abrigo negro que habia sobre uno de los sillones proximos al mostrador. --Cris, volveran --insistio ella. La rubia bufo, cogio su bolso y se acerco a la puerta de la calle. --Marta, no puedes seguir asi. Piensa en lo que hemos hablado. --La miro--. Me voy, que tengo una reunion. ?Comemos esta semana? La duena de la libreria se subio las gafas rojas, que se habian escurrido de su pequena nariz, y asintio con la cabeza. --Decide tu el dia. Eres quien tiene la agenda mas complicada. Cristina le guino un ojo. --Te llamo. En cuanto la puerta se cerro tras ella, Marta se acerco para dar la vuelta al pequeno cartel que indicaba que estaria ausente diez minutos. Necesitaba pensar en todo lo que habia sucedido desde que su amiga Cris habia aparecido esa manana. Se adentro en la libreria hasta una escalera que ascendia al piso superior, donde se encontraba su apartamento, de un solo ambiente. La cama presidia todo el espacio, rodeada de montanas de libros que debia sortear cada vez que queria llegar hasta ella. Sobre el lecho destacaba un edredon blanco con una gran estrella en el centro del mismo, siendo el unico abrigo que necesitaba por las noches. La barra americana, que ella misma habia decorado con fragmentos de los libros que mas le gustaban, separaba los espacios de la cocina y el salon-dormitorio, y por una pequena puerta se accedia hasta un minusculo cuarto de bano, del que su duena lamentaba que, en vez de tener un reducido plato de ducha, no hubiera espacio suficiente para una banera de esas de patas de garra que aparecian en algunos de los libros romanticos que tanto leia. Se sento en el poyete de una de las ventanas que daban al otro lado del callejon y dejo que sus ojos se perdieran por la verde arboleda que poblaba el parque. Habia ninos jugando a la pelota, familias completas paseando o parejas de enamorados que caminaban agarrados de la mano, sin ser conscientes de lo que los rodeaba. Marta expulso el aire que retenia y recordo la conversacion que habia mantenido con su amiga, y tambien abogada, momentos antes de que entrara la pareja de ancianos a la libreria: --Cada vez tienes mas deudas, Marta --le indico Cris mientras bebia de la botella de agua que habia cogido de la nevera. --El negocio no marcha bien ultimamente… La risa de su amiga la interrumpio. Se acerco hasta ella, que, sentada en el mismo lugar donde ahora se encontraba, intentaba recogerse el cabello en un mono, utilizando para ello uno de los miles de lapices que habia por la habitacion. Siempre llevaba sujeta su larga melena castana, aunque para ello utilizaba cualquier cosa que tuviera cerca (menos una goma). Cristina atrapo sus manos y la insto a que la mirara. --Marta, la libreria no ha dado beneficios nunca. Ni cuando era propiedad de tu tia ni cuando tu la heredaste. --Pero… Su amiga aparto uno de los mechones marrones de su rostro y le subio las gafas rojas, acariciandole la mejilla en su camino. --Carino, no puedes seguir asi. --Le dio un beso y se sento a su lado--. Vas a tener que cerrar la tienda. Marta ahogo un grito y se levanto de golpe para dejarse caer luego sobre la cama con resignacion. --No puedo. La libreria --abarco con los brazos todo cuanto las rodeaba-- es mi hogar. Cris se aparto un mechon rubio del rostro y se cruzo de brazos. --Lo se, pero… --Dudo--. Marta, estas en la ruina. La libreria soporta una segunda hipoteca que no puedes…, que tus ingresos no pueden afrontar. Tienes que vender y… --!Vender! --grito ella mientras le daba la espalda. Sabia que su situacion no era muy holgada. Sospechaba que debia algunas mensualidades de la hipoteca, pero de ahi a… ?vender? --Marta… --Su amiga se acerco e intento agarrarla por los hombros, pero esta se alejo de nuevo en cuanto intuyo sus intenciones. --?Como? ?Por que? Se sento en uno de los dos taburetes rojos cercanos a la cocina y se recogio la larga falda negra que llevaba para no pisarla, dejando expuestos sus pies desnudos --le gustaba estar descalza, por lo que las sandalias esperaban a su duena al lado de la puerta--, y se deshizo el mono para volver a hacerselo de nuevo. La rubia la miro y dejo que todo su cuerpo cayera sin fuerzas sobre el edredon blanco de la cama. --Cada vez que me llegaba una carta del banco te avisaba, pero tu no querias saber nada. Marta gruno. Era verdad. Escudada en que nunca le habian gustado los numeros y que para ella los recibos estaban escritos en chino --idioma que ella no hablaba--, lo habia dejado todo en manos de Cristina, su abogada. Ella, como buena amiga, habia insistido mas de una vez en que debia buscar una solucion al problema que se le venia encima, pero… la libreria no daba para pagar nada. A duras penas sobrevivia y, aunque habia intentado mas de una vez buscar una solucion --sobre todo cuando recibia alguna visita o llamada <> por parte de Cris--, no la habia hallado. De acuerdo, la culpa era de ella, nadie mas podia tenerla, mas aun cuando solia perderse y alejarse de ese mundo materialista con cualquiera de los miles de libros que inundaban la tienda. Pero… era una realidad: su mundo de suenos se derrumbaba. Hacia diez anos que Para Regalo habia llegado a su vida. Habia sido una herencia de una tia lejana --tan lejana que ni la recordaba--, con la que habia creido que se resolverian todos sus problemas. Tenia un oficio. Tenia un trabajo que adoraba, pero era una profesion con poco futuro. Cada vez mas, los clientes escaseaban. Eran muchos los que preferian sumergirse en el nuevo juego de la ultima consola que habia salido al mercado o <> delante la television. Por no hablar del ebook… En fin…, las ventas se habian reducido y, por consiguiente, las deudas de Para Regalo habian aumentado. Si no encontraba pronto una solucion, Marta perderia todo lo que tenia. De pronto, un grito atrajo su atencion devolviendola al presente. Miro hacia el linde del parque y observo como un perrito cruzaba la calle esquivando los coches que circulaban por la via en ese momento. Fue un milagro que llegara hasta la otra acera sano y salvo. Un hombre rubio, vestido con unos vaqueros y un polo verde, se acerco corriendo hasta el paso de cebra y llamo de nuevo al animal. Marta no supo identificar muy bien lo que gritaba, pero, por los gestos que hacia con las manos, sin saber muy bien que hacer con ellas, supuso que era el dueno del animal y que estaba preocupado. Entonces observo como cruzaba la calle en pos del cachorro y desaparecia de su vista. --Espero que lo encuentre --rezo Marta en voz alta. Capitulo 2 No podria decir que momento, que lugar, que mirada o que palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que si se decirte es que, para cuando me di cuenta, ya estaba metido hasta el cuello. JANE AUSTEN, Orgullo y prejuicio Unos golpes insistentes en la puerta de entrada de la tienda provocaron que Marta descendiera precipitadamente a la planta baja, dejando aparcadas las preocupaciones sobre sus deudas. Atraveso los pasillos de libros, sorteo el enorme sofa azul, ubicado en mitad del establecimiento, y llego casi sin resuello para atender a quien requeria que se le abriera con tanta urgencia. Las prisas la llevaron a tropezar con un par de libros que se encontraban en el suelo, haciendose dano en los dedos del pie (con las prisas, habia olvidado ponerse las sandalias). --!Mierda! --espeto en voz alta--. Cris, como seas tu la de los golpes, te vas a acordar de mi por un tiempo --juro mientras abria la puerta.

  • Esperando su perdon (Tiempos de cambio 3) de Bel Diciembre

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    Michael de Ressy y Florence de Fanthom se amaron desde el mismo instante que se conocieron y pese al compromiso de ella con el mejor amigo de el, acabaron casandose y uniendo sus vidas en la promesa del matrimonio.

  • Tierra de mujeres de Maria Sanchez

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    Hija y nieta de veterinarios, la ultima de varias generaciones vinculadas desde hace anos a la tierra y a los animales, Maria Sanchez (Cordoba, 1989) es la primera mujer en su familia en dedicarse a un oficio desempenado tradicionalmente por hombres. Su dia a dia como veterinaria de campo pasa por recorrer Espana en una furgoneta y esquivar las miradas en un entorno predominantemente masculino como es el mundo rural. En este personalisimo ensayo, la escritora se propone servir de altavoz y dar espacio a todas las mujeres silenciadas en los campos espanoles, a todas aquellas que tuvieron que renunciar a una educacion y a una independencia para trabajar la tierra con las manos y cuidar de sus familias.
    A partir de historias familiares, de reflexiones sobre ciencia y literatura fruto de sus lecturas y de algunos de los conflictos que asolan al medio rural en Espana (la despoblacion y el olvido de los pueblos, la explotacion de los recursos naturales, el incumplimiento de politicas ambientales o las condiciones laborales en el campo), Tierra de mujeres viene a llenar un hueco en el debate sobre feminismo y literatura rural. Busca, ademas, ofrecer una vision de la vida en campo realista, alejada de las postales bucolicas dadas desde las grandes ciudades, y subrayar el peligro de perder para siempre un conocimiento hasta ahora transmitido de generacion en generacion.

  • La ultima exclusiva de Danilo Luna

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    De acuerdo a datos de la organizacion Articulo 19, 130 periodistas han sido asesinados en Mexico en hechos relacionados con su labor de enero del ano 2000 a agosto de 2019; al menos 24 mas permanecen como desaparecidos.

  • La vida secreta de las ciudades de Suketu Mehta

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    ?Cual es la historia de una ciudad? ?Cual es la historia de Mumbai, de Nueva York, de Sao Paulo? Depende de quien la cuente y de quien la escuche. Esta la ciudad estadistica y esta la ciudad impresionista: la percepcion que cada individuo, turista o residente, tiene de una ciudad en particular. Cuando los datos estadisticos contradicen las impresiones del individuo, a menudo resulta chocante. Pero no por ello sus impresiones son menos convincentes. Los turistas que visitan Nueva York la ven como un paraiso multietnico donde las razas se pasean por las avenidas formando un esplendido mosaico. La verdad estadistica, sin embargo, es que se trata de la segunda ciudad mas segregada de Estados Unidos. Toda ciudad tiene dos tipos de narrativa: la historia oficial y la historia oficiosa. La historia oficial se publicita a bombo y platillo; la oficiosa es mas discreta, pero tambien es mas probable que perdure. La oficiosa se transmite mayoritariamente por via oral: se oye en los locutorios de los barrios de inmigrantes de nuestras ciudades, en los videos y cedes que preparan para enviar a la familia, en las baladas y canciones tradicionales de las peliculas de Bollywood y en las telenovelas. Son las noticias sobre la ciudad que los inmigrantes transmiten al pueblo. La mayoria de las veces el resto de la gente no tiene acceso a esas historias, en parte a causa del idioma y, en parte, por lo primitivo de la tecnologia. En Mumbai, por ejemplo, existe una comunidad de escribientes que se sientan a las puertas de la oficina de correos y ayudan a los inmigrantes iletrados a escribir a los parientes del pueblo. Muchos de sus clientes son prostitutas; los amanuenses les ayudan a construir ficciones sobre su vida en la ciudad para enviarlas a sus atribulados padres. Crean personajes de mujeres de la limpieza, secretarias o teleoperadoras. Y los escritores de cartas tambien crean otras ficciones para las prostitutas: les escriben cartas a los clientes, cartas de amor, contandoles cuanto los anoran, lo mucho que necesitan el dinero para el nino, para no acostarse con otros. Los escribientes tambien son narradores. En Ciudad de Mexico me encontre con otro grupo de amanuenses sentados a la sombra de un soportal en el degradado zona centro. Uno de ellos tecleaba en una Selectric IBM algun tipo de correspondencia comercial. Antes habia ocho o nueve escribientes especializados en cartas de amor, pero ya solo queda un par. Viven tiempos dificiles, me conto el escritor de cartas comerciales. ?Por que? ?Internet esta matando el negocio? No, me contesto. <> Esas cartas no constan en los archivos de los historiadores. Pero deberian. Cuando el pueblerino se traslada a la ciudad, lo primero que hace es mandar una carta a casa con dinero; es una historia. Estas historias oficiosas son esenciales para que el emigrante mantenga alguna continuidad. Durante la mayor parte de nuestra historia como especie no hemos sabido adaptarnos al movimiento continuo, radical. Hemos permanecido en un lugar, en nuestros pueblos. Pero en el ultimo cuarto de siglo, la poblacion emigrante del mundo se ha duplicado. Hoy, 750 millones de personas viven en un pais donde no han nacido: uno de cada veintiocho seres humanos. Si todos los emigrantes conformaran una nacion, constituirian el quinto pais mas grande del planeta. Y estamos solo al principio: a medida que la guerra, las desigualdades y el cambio climatico nos empujen mas que nunca al extranjero, el fenomeno que definira a la humanidad del siglo XXI sera la migracion masiva. Mi propia familia ha vivido por todo el planeta, desde la India a Kenia e Inglaterra y Estados Unidos y de vuelta a la India... y sigue mudandose. Uno de mis abuelos cambio el Gujarat rural por Calcuta en los albores del siglo XX; mi otro abuelo, que vivia a medio dia en carro tirado por bueyes del primero, se mudo a Nairobi poco despues. En Calcuta, mi abuelo paterno se unio al negocio de joyeria de su hermano mayor; en Nairobi, mi abuelo materno comenzo su carrera, a los dieciseis anos, barriendo el suelo del despacho de contabilidad de su tio. Asi empezo el viaje de mi familia del pueblo a la ciudad. Fue, ahora me doy cuenta, hace menos de cien anos. Cuando regreso a Mahudha, de donde proviene la familia de mi padre, encuentro una casa con duraderos armarios de teca de Birmania, un pozo junto a un mango en el patio y una sensacion de paz tras altos muros. Pero el pueblo se ha convertido en una ciudad pequena; Mahudha ahora cuenta con unos dieciseis mil residentes, su propia pagina de Facebook y una organizacion que reune a sus oriundos en Nueva Jersey (la mayoria patels, a los que mi familia miraria por encima del hombro). En la pagina de Facebook hay una invitacion: <>. Lugar de encuentro: Parque Roosevelt, arboledas 2A y 2B, Edison, Nueva Jersey. Durante nuestros primeros anos en Estados Unidos la familia solia mandarnos cartas desde la India, finas paginas plegadas en tres, en las que cada centimetro estaba cubierto de escritura, de noticias urgentes, imprescindibles: el hijo de Nirufoi se habia casado, Ashaben tenia problemas cardiacos, el precio de las cebollas se habia disparado a diez rupias el kilo y eran tiempos dificiles. Cuando podiamos permitirnoslo, muy de vez en cuando, telefoneabamos. Mi padre aun levanta la voz en las conferencias desde su casa de Nueva Jersey a la mia de Nueva York. Todavia a finales de la decada de 1990, para llamar al extranjero desde la India, o incluso a otra ciudad india, habia que reservar una llamada al monopolio telefonico estatal. Podias pedir una llamada normal, una llamada <> o una llamada <>, las tarifas se incrementaban segun la urgencia. Te daban un numero de reserva y esperabas todo el dia, y luego sonaba el telefono y la operadora confirmaba tu identidad y la de quien llamara y os conectaba... durante tres minutos. Transcurridos los tres minutos, la operadora interrumpia la discusion amorosa o comercial y preguntaba: <>. <>, bramaba mi padre, y conseguia otros tres minutos. En su busqueda de la felicidad, a veces avariciosa, a veces altruista, mi familia ha viajado por todo el mundo, de pueblos a ciudades. ?Como mantenemos cierto sentido de continuidad? Como todos los emigrantes, nos consolamos de este movimiento incesante contandonos cuentos; el recuerdo, la recopilacion, como antidoto contra el desplazamiento. En Nueva York mis hijos, estadounidenses de nacimiento, se sientan con mi madre a que les cuente historias que les conto su padre sobre viajes por las tierras del Africa oriental vendiendo tejidos y whisky de una empresa escocesa; y se sientan con mi padre a que les hable de como el suyo compraba el patrimonio de los maharajas disolutos de Calcuta para su negocio de joyas. Con estos hilos narrativos tejemos parches para remendar el maltrecho tejido temporal de la familia. Y continuamos. Recibi mi educacion de escritor en un balcon del norte de Calcuta, en el patio de un moderno bloque de viviendas en Bombay y en la cafeteria de una brutal escuela catolica en Jackson Heights. Primero fue la observacion; luego, el flirteo con la experiencia. Provengo de tres generaciones de comerciantes de diamantes. A mi abuelo, mi padre y mi tio, a los tres les gusta contar anecdotas. En el mercado de diamantes importa lo especifico. No puedes juzgar, por ejemplo, si todo un grupo de <>>> es de fiar para los negocios o no. Tienes que hablar de un judio en particular. Conocer las peculiaridades de la personalidad del cliente, en un negocio basado enteramente en la confianza, marca la diferencia entra la bancarrota y la fortuna. Por tanto, los hombres de mi familia eran expertos en analizar personalidades y se transmitian dicho conocimiento por medio de las historias que contaban. El comercio de diamantes no es algo que se aprenda en una escuela de negocios. En Eufemia, la ciudad invisible de Calvino, los mercaderes de siete naciones se reunen cada solsticio y cada equinoccio para comerciar en los bazares; pero, lo que es mas importante, concluida la transaccion, mientras yacen sobre los sacos y toneles vacios, intercambian relatos. Cada palabra que pronuncian --<>, <>, <>-- suscita una historia de los otros. Hoy comenzare mis historias no con una palabra, sino con una estadistica, la estadistica mas importante de nuestra epoca: por primera vez en la historia, viven mas seres humanos en las ciudades que en los pueblos. Nos hemos convertido en una especie urbana. En 1900, el 10 por ciento viviamos en ciudades; en 2010, el 53 por ciento y, para 2050, cuando seamos nueve mil millones de personas en el planeta, el 75 por ciento habitaremos en ciudades. En 1970 el mundo tenia solo dos megaurbes o ciudades de mas de diez millones de habitantes: Nueva York y Tokio. Hoy, son veintitres; en 2025, seran al menos treinta y siete. La mayoria estaran en paises en desarrollo, lo que soliamos llamar el tercer mundo. Toda nuestra historia reciente puede entenderse contemplandola a traves de la lente de la urbanizacion. Las revoluciones de Oriente Proximo se han producido en ciudades, no en pueblos; necesitan una masa critica de gente que se reuna en las plazas publicas. Mohamed Bouazizi, el vendedor ambulante tunecino que se inmolo, se habia educado en un pueblo. Su protesta fue la de un aldeano al que la ciudad exigia obediencia a las leyes de zonificacion urbana. Despues toda la gente de los pueblos y las ciudades de la region salieron a protestar. Bouazizi se prendio fuego, y el fuego encendio miles de chispas que volaron a todas partes, en todas partes. El terremoto y el tsunami de Japon de 2011 fueron mas daninos porque afectaron a un pais densamente poblado y altamente urbanizado, que necesita electricidad y, por tanto, depende de la energia nuclear. Este ano, el ebola ha devenido pandemia debido a la emigracion desde los densos bosques de Africa occidental a los densos barrios de los suburbios. Como ha senalado recientemente Peter Piot, el investigador que descubrio el ebola: <>. La urbanizacion ha tumbado nuestras politicas de seguridad nacional. Resulta significativo que Osama Bin Laden decidiera ocultarse en la agradable ciudad de Abbottabad en lugar de en los barrancos del Hindu Kush. La ciudad concede mayor anonimato que el campo. En las montanas lo habrian reconocido facilmente; en la ciudad, para sus vecinos, su casa era solo otro complejo vallado, donde los ricos llevan vidas privadas, incluso secretas. Como observo Hamid Gul, ex jefe de los servicios secretos paquistanies (ISI): <>. Personas como Bin Laden, que se consideran hombres de Dios, mantienen una relacion dificil con las ciudades; son de ciudad pero persiguen huir de la urbe en las montanas, aunque luego regresan a ella en busca de refugio. Las ciudades son un <> escupido a la cara de la naturaleza. Construimos cosas para empequenecernos. Le decimos a Dios: nosotros tambien podemos erigir montanas, pero con ascensores. Por eso la Ciudad se asocia con tanta frecuencia con el pecado, Sodoma y Gomorra. Cuando estaba escribiendo Ciudad total, conoci a una familia jainista que se habia convertido a la vida monastica. Una de las leyes que debian obedecer era la siguiente: durante varios anos despues de entrar en la orden, tenian prohibido ir a Bombay, que llamaban paap ni bhoomi, <>. Para Mahatma Gandhi el pueblo era el espacio puro, libre de los vicios que corrompen la ciudad. <> Sostenia que los trabajadores de las ciudades <>.

  • Goodbye Days. Un mensaje. Tres despedidas de Jeff Zentner

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  • Atrapada en el boton de tu vaquero de Mayeda Laurens

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    Laura es divertida y menos dura de lo que pretende aparentar.

  • Se trata de ti de Daniel Diaz

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    Una existencial historia de amor. “Si sabes algo, dilo… porque lo mas dificil es no saber”. El protagonista Jo sufre un incidente digno de una hospitalizacion y Marcela, es la mujer en cuestion.

  • Multimillonario Inesperado. Jax de J. S. Scott

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    Hace varios meses... --!No voy a dejarte aqui sola, Taylor! --le dije a mi becaria con toda la fuerza que pude reunir. Por desgracia, tenia la boca tan seca que mi voz apenas era poco mas que un susurro airado. Tras nueve dias prisioneras en un pais extranjero sin comida y con muy poca agua, Taylor y yo estabamos hambrientas y gravemente deshidratadas. Basicamente habiamos quemado todas las reservas de energia que teniamos hacia mucho tiempo. Solo intentar hablar durante unos instantes suponia un enorme esfuerzo. Fulmine con la mirada al rebelde laniano que habia intentado levantarme de un tiron despues de cortar las apretadas ataduras de mis piernas. Me negue rotundamente a levantarme cuando me ordeno que lo hiciera. --Llevatela a ella --exigi gesticulando con la cabeza hacia Taylor--. Me quedare yo. No conocia mas que unas pocas palabras de laniano, pero nuestro captor chapurreaba suficiente ingles para que yo entendiera que se habia pagado mi rescate y que estaban planeando dejarme marchar. Tambien estaba totalmente claro que mi becaria, Taylor, no estaba incluida en el plan de liberacion y, sin duda, aquello no iba a funcionar para mi. --No --gruno el guerrillero agitando su rifle automatico en mi cara--. Solo tu. Yo sacudi la cabeza. <>, pense. Aquella era mi exploracion geologica. Ya me faltaba un miembro de aquel pequeno equipo de tres. Taylor y yo no habiamos oido nada de Mark, el tercer miembro de nuestro grupo. Era el ingeniero de minas cuya llegada se esperaba en la isla nacion hacia diez dias para reunirse conmigo y con Taylor. Yo habia pasado cada uno de esos nueve dias histerica por lo que le habria sucedido. Mark no solo era un miembro del equipo, sino tambien un hombre que me importaba mucho. <>, me dije. ?Habia escapado Mark a la captura de alguna manera? ?Habia sido secuestrado tambien, pero ya lo habian liberado? ?O estaba aguantando a duras penas como Taylor y yo ahora mismo? No conocer su suerte me corroia las entranas desde el dia en que Taylor y yo fuimos secuestradas a punta de pistola unos instantes tras nuestra llegada a Lania. --Tu vienes --insistio el rebelde en tono enfadado mientras me golpeaba la cabeza con el canon de su rifle de asalto. Volvi a sacudir la cabeza. Tal vez deberia estar aterrada, pero se me habia agotado la adrenalina necesaria para sentir aquella emocion mediante la privacion y la intimidacion emocional. Lo unico que me quedaba era resignarme. Encontraria a Mark. No dejaria que mi becaria muriera alli, sola. Ya no me quedaba energia para temer. No queria morir, pero si ese cabron terminaba disparandome, no le quedaria mas alternativa que dejar marchar a Taylor si tenia que liberar a un rehen. El hombre dejo escapar un rugido salvaje y salio como un vendaval por la puerta de nuestra pequena prision. Yo hice una mueca al oir el chirriante sonido del metal contra el metal cuando el aseguro las barreras en la puerta. Era un sonido premonitorio que siempre me recordaba lo precaria que era nuestra situacion en ese momento y el poco tiempo que nos quedaba a Taylor y a mi. La diminuta habitacion volvio a quedarse a oscuras en cuanto se cerro la puerta y el alivio momentaneo que recibimos del calor sofocante mientras la puerta estaba abierta termino bruscamente. Casi no habia ventilacion en la estructura de una habitacion donde nos retenian y entraba muy poca luz a traves de las minusculas ventanas cerca del techo. ?De verdad podian llamarse ventanas esos agujeros? Taylor y yo apenas logramos sacar una mano por ellos y proporcionaban muy poca ventilacion para neutralizar el calor agobiante de Lania en verano. --Tienes que ir, Harlow --dijo Taylor con voz aspera y apenas audible--. Sabes que debes hacerlo. Si no lo haces, Mark y yo probablemente moriremos antes de ser rescatados. Solte un debil gemido al bajar el tronco al suelo de tierra, junto a Taylor, sintiendome completamente agotada tras el esfuerzo de permanecer incorporada durante unos minutos. <>, pense. Me odiaba a mi misma por haber metido a Taylor en aquella situacion. Mark y yo eramos ambos empleados de Montgomery Mining y lo habiamos sido durante anos. Cierto, ahora yo era geocientifica investigadora, asi que ya no hacia mucho trabajo de campo, pero no era como si Mark y yo no tuvieramos experiencia en exploraciones. Taylor Delaney era una simple becaria de verano que trabajaba bajo mi tutela en el laboratorio de Montgomery Mining en San Diego. Sinceramente, ella ni siquiera estaria en Lania si yo no hubiera tomado la fatidica decision de dejar que viniera con nosotros a la expedicion. Taylor acababa de terminar su master en Stanford y yo pense que sus estudios en geologia ambiental serian utiles. <>, reconoci para mis adentros. Tambien queria que viniera para que viviera su primera experiencia con un trabajo de campo internacional. Se suponia que yo era su mentora, asi que queria proporcionarle durante sus practicas todas las oportunidades posibles que la ayudaran en su futura carrera. Sin embargo, si se me hubiera ocurrido ni por un segundo que traerme a Taylor fuera a poner su vida en peligro, nunca habria puesto un pie en ese maldito pais. No solo era mi becaria. Taylor y yo tambien eramos amigas. <>, pense desesperada. Nada de aquel viaje rutinario deberia haber sido peligroso. Se suponia que ya no habia agitacion politica en Lania y estar alli conmigo deberia haber sido perfectamente seguro para ella. --?Como voy a hacer eso, Taylor? --pregunte con voz ronca--. ?Como voy a marcharme y dejaros aqui a ti y a Mark? --?Como no vas a hacerlo? --me contradijo debilmente--. Si no vas e intentas hacer que nos rescaten, ninguno de nosotros aguantaremos mucho mas. --No digas eso --suplique, aunque sabia que tenia razon. Taylor y yo estabamos extremadamente debilitadas. No habiamos comido en nueve dias y la pequena cantidad de agua de lluvia que habiamos recogido por las ventanas diminutas estaba evaporandose. Aqui, las temporadas de lluvia eran cortas y esporadicas. Habiamos llegado al punto en que pasabamos largos ratos en silencio porque simplemente no nos quedaban energias para hablar. Cada vez con mas frecuencia, teniamos periodos en que ya no eramos completamente coherentes. Tarde o tempranos, nuestros cuerpos renunciarian a la lucha. Nos quedariamos dormidas y ya no despertariamos. --Somos realistas, Harlow --respondio Taylor en voz baja--. Ambas sabemos que llevamos dias muriendo lentamente de deshidratacion. No estoy segura de como estara Mark en este momento, pero tengo la certeza de que el tiempo tambien es crucial para el. El rebelde volvera. Deja que te saque de aqui para poder sacarnos de aqui tambien a Mark y a mi. Una vez que estes de vuelta en Estados Unidos, puedes contarles a los negociadores lo que esta pasando aqui realmente. Se que moveras cielo y tierra hasta que alguien venga por nosotros. --Quiero que te lleven a ti --susurre--. No quiero dejarte aqui. Prefiero ser yo quien se quede. --Sabes que te quiero por eso, pero es imposible --respondio Taylor--. Estare bien, Harlow. Si se que vas camino de casa, tendre un poco de esperanza. Algo por lo que vivir al saber que la ayuda esta en camino. Mi corazon se rebelo ante la idea de partir de Lania sin Taylor y Mark, pero mi cabeza sabia que tenia razon. --No entiendo por que no te liberan conmigo. Si realmente han pagado mi rescate, ha tenido que ser Montgomery Mining quien lo pago. La unica a la que podria importarle lo suficiente para soltar dinero por mi es mi madre y no tiene tanto efectivo. --?Y crees que Montgomery tambien habria pagado por la liberacion de una simple becaria? --murmuro Taylor. --Si. Se que lo habrian hecho. Los hermanos Montgomery son multimillonarios, pero siempre se han asegurado de dirigir un negocio justo y etico, aunque sea la corporacion minera mas grande del mundo. He trabajado para ellos el tiempo suficiente para saber que se preocupan por sus empleados, incluso los becarios de verano. --Una vez yo fui una de esas pasantes, asi que sabia que eran bondadosos con todos los empleados y no solo con la alta direccion de la empresa. --Entonces, tal vez los rebeldes solo accedieran a liberarte a ti primero para conseguir mas dinero --sugirio Taylor--. Sin duda, no hay nadie ahi fuera dispuesto a entregar el dinero que probablemente exigen si no lo hace Montgomery. Nadie sabra siquiera que he desaparecido. --Estoy segura de que tiene algo que ver con el dinero --convine--. Y tus amigos sabrian que has desaparecido. --Eres la unica amiga que tengo en San Diego y la unica persona que sabe que estoy aqui -- susurro. Como Taylor se habia mudado recientemente a San Diego para hacer sus practicas de verano, no podia discutirle aquella afirmacion. Sus amigos de la universidad de Stanford probablemente estaban repartidos por todo el pais a estas alturas, y Taylor no tenia familia. Queria desesperadamente tenderle una mano a Taylor para reconfortarla, pero no podia. Teniamos las manos atadas demasiado fuerte como para envolverla en un abrazo. El hecho de ser incapaz de hacer absolutamente nada para ayudar a Taylor me habia destrozado lentamente. Su seguridad era mi responsabilidad y le habia fallado por completo. --Superaremos esto, Taylor. Mientras pronunciaba aquellas palabras de consuelo, no habia verdadera conviccion en mi voz. Sin comida. sin mas agua y sin un respiro del calor sofocante de aquella diminuta celda que nos retenia, Taylor y yo probablemente estariamos muertas en un dia o dos. Contuve un quejido al sentir que la circulacion volvia levemente a mis piernas. Ya casi estaba acostumbrada al dolor de tener las extremidades atadas tan fuertemente que todos los musculos suplicaban alivio. Ahora que finalmente estaban libres, me percate de que la circulacion cortada con anterioridad probablemente habia atenuado parte del dolor del maltrato. --?Taylor? --pregunte en voz baja--. ?Sigues conmigo? <>. Era triste necesitar confirmacion de que aun respiraba. --Estoy aqui --dijo con la garganta seca--. Por favor, no te preocupes por mi, Harlow. Ve a conseguir ayuda. Yo seguire aqui, sonando con una gran jarra de agua con hielo hasta que tambien me rescaten. --Y un enorme chuleton jugoso con una patata asada rellena --respondi yo automaticamente. Taylor y yo habiamos convertido en un juego hablar de las primeras cosas que queriamos comer y beber cuando escaparamos de aquel antro. Yo sabia que esa comida en particular era la primera en su lista. --Se lo duro que es esto para ti, Harlow --musito Taylor--. Yo tampoco querria dejarte atras. Pero es nuestra unica oportunidad. Nadie en casa sabe que no estamos recibiendo comida ni agua para mantenernos con vida durante mucho tiempo. Quizas crean que tomarse este rescate con calma y llevarlo sobre seguro es la mejor manera de manejarlo. --Ire --le asegure. Aunque sabia que era mi unica opcion, la decision me estaba partiendo el alma--. Tienes razon. Quienquiera que este negociando nuestra liberacion tiene que comprender que se le acaba el tiempo. --Han vuelto --farfullo Taylor cuando el molesto sonido estridente de la puerta al abrirla hizo que sintiera un escalofrio de pavor en la columna. --Me voy --dije sin aliento--. Te sacare de aqui lo mas rapido que pueda. No te rindas, Taylor. Por favor, no te rindas. Solo aguanta un poco mas. --Hare todo lo que pueda para no morir sobre tu conciencia, Harlow --me prometio--. Hemos aguantado todo este tiempo. Creo que puedo sobrevivir unos cuantos dias mas. La luz del sol inundo la habitacion cuando los rebeldes abrieron la puerta de un empujon. Yo estaba tan desacostumbrada al resplandor tras nueve dias de penumbra casi constante o de total oscuridad que cerre los ojos y parpadee con fuerza hasta que mi vision se ajusto. El guerrillero habia traido refuerzos y, esta vez, no pude resistirme cuando tres de ellos me pusieron en pie de un tiron. --!Mierda! --maldije, haciendo todo lo posible por mantenerme erguida cuando el dolor me atraveso la rodilla izquierda. Sabia que la lesion era mas que los musculos atrofiados y tensos de pasar tanto tiempo atada. Me habia torcido la rodilla cuando los rebeldes nos secuestraron y nos arrojaron al suelo a Taylor y a mi. Si, dolia, pero en realidad, una lesion de rodilla era la ultima de mis preocupaciones. <>, me dije. Necesitaba la maldita pierna para salir de alli. Me dolio en el alma al echar un vistazo atras hacia Taylor y ver lo fragil que parecia mi amiga pelirroja, normalmente feliz. Si no supiera que se trataba de Taylor, podria no haberla reconocido. --Tu, vete --dijo uno de los rebeldes mientras me empujaba hacia la puerta. Tropece y perdi de vista a mi amiga. <>, me recorde. Solte un sollozo de angustia mientras salia por la puerta cojeando con paso vacilante. Quizas necesitara una especie de desahogo temporal, pero no pensaba desmoronarme completamente. Tenia un unico proposito en mente, un objetivo, y lo unico que podria impedirme lograrlo seria la muerte. Como no parecia que aquel fuera mi dia para morir, resolvi que Taylor y Mark no pasarian ni un segundo mas de lo absolutamente necesario en aquella pocilga. Harlow En el presente… --No necesito un consejero de Last Hope, Marshall --le dije al hombre maduro que estaba sentado frente a mi en la mesa de mi cocina--. Especialmente, no uno como Jaxton Montgomery, por Dios. Sabes lo que quiero. Tengo unas ganas desesperadas de formar parte de Last Hope en lugar de ser tratada como uno de sus rescates. Marshall dio un sorbo de su taza de cafe y arqueo una ceja. Era una mirada que pretendia intimidar a la mayoria de la gente y, vaya, tenia que reconocer que el excomandante Marshall tenia una presencia tremenda que impedia discutirle nada. Sin embargo, esas expresiones que pretendian alarmar a cualquiera que las viera ya no funcionaban conmigo. Tal vez hubiera sido el lider supremo de todo hombre que hubiera servido a sus ordenes en su equipo SEAL de la marina estadounidense. Tampoco me cabia duda de que merecia ese culto al heroe. Pero Marshall era mucho mas que su antigua carrera militar. Durante los ultimos meses, habia visto una faceta diferente suya que estaba convencida de que el no queria que nadie viera en realidad. No es que se hubiera convertido en un osito de peluche ni nada parecido a ser calido o afectuoso, pero tampoco era el perfecto hombre duro que queria que todos creyeran que era. --Ya conoces las normas --dijo el con brusquedad--. Cualquiera implicado en Last Hope es antiguo miembro de las fuerzas especiales. No te ofendas, Harlow, pero no estas en condiciones de hacer frente al secuestro de otra persona ahora mismo. No cuando ni siquiera has lidiado con las secuelas de haber sido prisionera tu misma. Por eso he convertido a Jax Montgomery en tu consejero. Tienes trabajo que hacer con esos problemas, senorita, y te ayudaria tener a alguien con quien hablar que realmente pueda ayudarte a superarlos. ?Acaso te has molestado en responder a las llamadas de Jax? Yo puse los ojos en blanco. Lo detestaba cuando me hablaba como si fuera mi padre. --Jax se ha dejado caer por aqui antes --reconoci. --Deja que lo adivine. Le diste con la puerta en las narices --dijo Marshall acertadamente. Yo me encogi de hombros. --Le dije que si conseguia pasar dos semanas sin ser fotografiado con una de sus citas de una noche, accederia a dejar que sea mi consejero. Era la manera mas facil que se me ocurrio de librarme de el y no tener que volver a verlo nunca. Dudo que aguante un solo dia sin ser fotografiado con otra mujer. Ha sido un casanova durante anos. Eso es lo ultimo que necesito ahora mismo. --Tambien es uno de los dos hombres que arriesgaron su vida para rescatar a Taylor --me recordo. Suspire. Tenia razon. Jax y Hudson Montgomery no habian dudado en hacer volar uno de sus aviones privados en cuanto se enteraron de que Taylor estaba mal. De hecho, para cuando los encontre en sus despachos corporativos tras mi liberacion, Marshall, Jax y Hudson ya estaban planeando ejecutar un rescate para Mark y Taylor. Una cosa de la que no me percate cuando sali de Lania eran las probabilidades casi nulas de que Taylor fuera liberada pagando un rescate. Por lo visto, los rebeldes lanianos eran conocidos por aceptar el dinero del rescate por la liberacion de ultimos rehenes para despues matarlos a todos. Una tentativa de rescate era la unica opcion para ella. Tenia que reconocer que me quede conmocionada al descubrir que los tres hermanos Montgomery eran miembros de una operacion secreta de rescate voluntario llamada Last Hope. Marshall la puso en marcha despues de retirarse de la marina estadounidense debido a una lesion. Jax, Hudson y Cooper Montgomery se habian subido al carro hacia anos, despues de abandonar cada uno sus unidades en las fuerzas especiales. No solo eran miembros activos de Last Hope, sino que yo sospechaba que tambien estaban financiando la operacion. Por lo que habia visto, Last Hope era demasiado sofisticado para ser un grupo de voluntarios con un presupuesto limitado. --Lo se --confese con voz temblorosa--. Y nadie estara nunca mas agradecido que yo de que encontraran a Taylor a tiempo. No es como si Jax y Hudson tuvieran que llevar a cabo el rescate ellos mismos, pero gracias a que lo hicieron, le salvaron la vida a Taylor. Dios, ni en mis suenos mas descabellados podria haber imaginado que los poderosos multimillonarios duenos de la compania para la que yo trabajaba formaban parte de una organizacion civil secreta como Last Hope. Si Jax y Hudson no hubieran formado parte del grupo ni estuvieran altamente cualificados para llevar a cabo su propio rescate de inmediato, Taylor no habria sobrevivido. Si hubieran perdido tiempo reuniendo otro equipo, yo estaba casi segura de que habrian repatriado a Taylor a Estados Unidos en una bolsa. Ni Taylor ni Marshall me habian contado exactamente como estaba cuando la encontraron. Pero yo no era completamente idiota. Sabia que no se habia levantado ni salido de alli por su propio pie. Desesperada, Taylor habia hecho un pobre intento de escapar una vez que yo deje el recinto, y la golpearon severamente por sus acciones.

  • Lo que le falta al tiempo de Angela Becerra

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    Ella pensaba que la muerte era obscena, hasta que abrio el armario. Durante quince anos habia estado tentada de tocarla, pero su madre le habia advertido que los muertos no se tocan. Habia llegado el dia. Su madre ya no estaba para impedirselo y ella se sentia mas sola que nunca. ?Seria fria como imaginaba? ?O aquella sensacion de vida que parecia emanar de aquel cuerpo adolescente, encogido por el tiempo dormido, le regalaria algo mas que una presencia sacrilega y muda? Tiro de la palanca y el gran cofre de cristal aristado surgio de la oscuridad. Limpio con delicadeza la capa de polvo incrustado, hasta ver aparecer del fondo aquellas pestanas clausuradas que de pequena tantas veces habia querido abrir con sus propios dedos. ?Por que nunca habia despertado por mas que la llamaba? Una luz cenital cayo de lleno sobre La Santa, marcando como un pincel los claroscuros de su tez sonrosada y serena, interrumpida por las marcas dejadas por las piedras. Si, a pesar de las heridas infligidas con alevosia y de los cientos de anos transcurridos entre esos cuatro cristales, la muerta seguia siendo bella: una bella dormida. Ahora que volvia a verla, sentia que ese cuerpo la inundaba de calidez. ?Los muertos acompanan mas que los vivos? ?Donde habia quedado aprisionado el corazon de esa pequena adolescente? Una paloma blanca sin alas. ?Seguiria latiendo inmovil con sus suenos vacios de esperanzas? La cerradura lloraba oxido y sus manos, empapadas de presagios, vacilaban. Levanto la tapa y cuando estaba a punto de acariciar el rostro de La Santa, una antigua medalla que descansaba sobre el pecho inerte llamo su atencion. ?Era un escudo? Parecia un extrano simbolo, una especie de moneda que, a modo de jeroglifico, entrecruzaba algunas letras latinas creando un circulo cerrado, intrigante y bello. La retiro despacio, procurando no rozar los ropajes deshilachados de la muerta, temiendo despertarla de su eterno letargo. Despues, en un gesto instintivo, miro a lado y lado buscando quien la recriminara. Nadie; solo los ojos amarillos de su gata la observaban ausentes. Un pequeno robo, un regalo para su cuello. Mas tarde, no tuvo el valor de tocar a la muerta por miedo a confirmar sus sospechas. ?Y si estaba fria como su padre y su madre? ?Y si se deshacia como las alas de una mariposa entre sus dedos? Seguiria pensando que era tibia; tan tibia y calida como una hermana. No estaba preparada para perder a otro ser querido. No, por ahora. Empujo de nuevo el arca y el mecanismo volvio a esconder en la penumbra aquel secreto tan celosamente guardado. Salio a la calle con la sensacion de saberse protegida; la medalla que ahora llevaba escondida entre sus senos habia pertenecido a La Santa; era como si estuviera a su lado y a cada paso que daba le dijera <>. Cruzo la rue Saint-Jacques y tomo el camino de siempre, entreteniendo sus ojos en las empezunadas gargolas de la iglesia de Saint-Severin; dragones, aguilas y leones, como aves rapaces, parecian rugirle desde lo alto. Ahora ya no les temia. Despues de abrir el sarcofago y enfrentarse cara a cara con la muerte, le quedaban pocos miedos por resolver. El bullicio de las terrazas acabo por envolverla en alegrias. Su barrio tenia el alma joven y esa manana de junio ella celebraria su veintitres cumpleanos regalandose lo que llevaba ansiando desde hacia mucho: recibir clases del gran pintor y maestro Cadiz. Sus cuadros eran un grito de provocacion distante y a la vez intimidatorio. Parecia deleitarse manoseando la psiquis del observador hasta extraerle los deseos mas escondidos, produciendo un estado de hipnosis sobre su obra de la cual era imposible liberarse. Desde hacia anos seguia su trayectoria. Lo conocia todo de el; su trazo inimitable, su personal colorido, su magistral tecnica pictorica, y lo admiraba con veneracion de principiante, aunque estaba dispuesta a que no se lo notara. Habian hablado por telefono, y a ella le parecio demasiado facil todo. ?Le estaria tomando el pelo? En el trayecto al estudio de aquel gigante de la pintura acabo por decidir que se haria imprescindible; una alumna ejemplar capaz de aportar algo que al pintor le fallaba en sus cuadros: los pies. Aquellos manchones informes no acababan de estar a la altura del resto de su obra y habian acabado convertidos en uno de sus sellos, pero a ella no podia enganarla: era pintora y estaba convencida de que no sabia hacerlos mejor. Una vez cruzo las entranas de Paris, salio del metro en el Boulevard Montparnasse y fue deambulando entre mesas y tiendas. Todavia le quedaban treinta minutos y no iba a llegar ni un segundo antes, ni uno despues. Camino y camino hasta alcanzar la calle que aparecia en el plano. Frente al numero 2 del passage de Dantzig se detuvo. Lo que veia no podia ser cierto. Aquello era una isla donde parecia gemir la naturaleza en su abandono. Decenas de cabezas mutiladas rodaban por los suelos entre madreselvas sin madre y cuerpos sin dueno. Un gato del color de la madera dormia sobre una mesa abandonada, mientras los pajaros hacian de las suyas en ese paraiso perdido en medio del tiempo. Sabia que el taller de Cadiz estaba en pleno corazon del barrio, lo suponia grandioso, pero lo que nunca llego a imaginar es que fuera exactamente La Ruche, el pabellon de las Indias Britanicas construido por Eiffel para la Exposicion Universal de 1900. Parecia a punto de venirse abajo. A la entrada, las cariatides cansadas de anos resistian estoicas el peso de la fachada. Toco el timbre. Una voz grave, de violonchelo ronco, la invito a pasar llamandola por su nombre. ?Como sabia que era ella? ?La estaria observando? De pronto, sus manos le escurrian ansiedades. Se miro en el cristal de la ventana y se gusto. El olor a trementina, pintura y disolventes le dio la bienvenida. Un desorden infernal se respiraba, sofocandola. Cientos de botes esparcidos por el suelo, en medio de diarios extendidos, fotos, monticulos de arena, sacos de cemento, pegamentos, mediums, espatulas y pinturas derramadas, amenazaban con devorarla. No quedaba un solo centimetro limpio. Chorreones de acrilicos, oleos y gomas habian ido formando una especie de suelo lunar con crateres y empinadas colinas de dificil acceso. ?Como podia alguien trabajar en medio de semejante caos? Parecia que durante anos nadie lo hubiese limpiado. A pesar de ello, aquel pabellon circular era una autentica obra de arte de la arquitectura. Por un momento imagino a Chagall, Kandinsky, Soutine, Modigliani, Giacometti, Calder, Picasso, todos sus idolos reunidos en ese espacio unico, y su pensamiento fue interrumpido por los pasos del pintor. Lo vio venir enfundado en su mono de trabajo y todo el le parecio un cuadro viviente. Desde la serpiente de humo que dejaba su pitillo hasta los brochazos amarronados de su ropa llevaban su huella artistica. Se detuvo frente a ella mirandola con ojos estacionarios y despues de un largo silencio en que logro intimidarla, le hablo. --Mazarine, ?se puede saber que buscas?

  • La vida que no elegi de Lorena Franco

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    LA VIDA QUE NO ELEGI, una novela de ficcion que ya ha cautivado a cientos de lectores por su MAGIA, HECHIZOS y el intrigante tema de la existencia de MUNDOS PARALELOS. Las decisiones que tomamos, por muy pequenas que sean, marcan el rumbo de nuestras vidas. Cuando Nora Clayton, una imponente vicepresidenta ejecutiva de una importante compania farmaceutica de Nueva York, debe despedir a diez mil trabajadores que seran sustituidos por sofisticadas maquinas, desata la furia de Bonnie Larson. Bonnie es una mujer invisible que proviene de una larga estirpe de maleficas brujas y decide, despues de un largo tiempo sin practicar su magia, maldecir a Nora, que vera como su vida, inesperadamente, da un giro de 180 grados. Las personas con las que comparte su comoda existencia no la reconocen, su lujoso apartamento de Upper East Side no le pertenece y la unica opcion que le queda es volver a Kutztown (Pennsylvania), el pueblo donde nacio, retomar la relacion inexistente con su madre y empezar a vivir la vida que no eligio.

  • No fue pecado de Vanesa Serna Martinez

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    Lynn no es ni la sombra de lo que solia ser cuando tenia quince anos. Su semblante es frio, duro, y poco cree en las personas, inclusive su padre le ha dicho tener un corazon de piedra, algo que definitivamente la preocupa. No obstante, tiene un motivo para seguir adelante y dar lo mejor de si misma, para demostrar que, a pesar de tener el corazon roto, si es posible volver a creer, a sentir, pero, sobre todo, a amar.Dan es preso de los secretos y negocios familiares. Lo unico que desea es tener una vida normal, una donde pueda liberarse de aquella penumbra que tanto dolor le ha causado, para disfrutar de los placeres ocultos y necesarios que tanto tiempo se privo por culpa del plomo.Estas dos almas cruzan caminos en una fiesta donde la seduccion y atraccion gobierna entre ambos. Sin embargo, tienen miedo de meter la pata y equivocarse como tantas veces lo han hecho, pero eso no sera un obstaculo para que el deseo, la pasion y la necesidad de sentir sus cuerpos unidos cese.Dos desconocidos. Un lugar. Unos besos curativos que sanaran hasta la mas profunda herida.

  • Fascinacion (La Profesional 2) de Kris Buendia

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  • El secreto de Toledo de Jaime Garcia Simon

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    Jaime Garcia Simon nos introduce, con este thriller de misterio, en la apasionante busqueda de un secreto fraguado en el pasado, que tambien atane al presente.

  • Mala Coincidencia de Miki Russo

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    Termine de redactar el mensaje, adjunte el archivo con el presupuesto y le di enviar al correo electronico. Acto seguido cerre mi laptop y cogi el abrigo tan rapido como pude; el reloj marcaba las seis y treinta de la tarde y la reunion de padres era a las siete en punto. Corri al metro y, de pura buena suerte, llegue a la escuela cuando los apoderados ingresaban al salon. Me apresure porque no queria ser la ultima en entrar, pero accidentalmente choque contra un hombre de traje gris que iba hablando por celular. --Perdon --me disculpe. --Fijese por donde camina, senora --me gruno. Me dio una mirada de desprecio, se sacudio el saco donde lo habia tocado y continuo hablando. Era extrano: jamas lo habia visto en las reuniones anteriores, en los cuatro anos de secundaria, y eso que Melisa, mi hija, habia estado siempre con los mismos companeros. Tome asiento y puse atencion porque en el ultimo ano habia muchas cosas de las que hablar; la graduacion, el viaje final, los test vocacionales que ayudarian a los chicos a decidir que hacer con su futuro y un monton de asuntos mas. Al terminar la sesion, Franco, el profesor, alzo la voz. --Necesito que se quede un momento, senor FitzGerald --anuncio. El hombre del traje gris, aquel desagradable sujeto con quien me tropece en la entrada, puso una expresion de ira y se detuvo. Bingo, el era el padre cuyo hijo seguramente seria un problema y por eso debia quedarse tras la junta. Cuando pase junto al maestro no dudo en alabar a mi pequena. --Maya, digale a Melisa que le fue muy bien en el examen de geometria --sonrio. --Claro que se lo dire --le devolvi la sonrisa. Me despedi de las demas madres y sali triunfante, porque Melisa era una de las mejores estudiantes y tenia una conducta intachable, asi que jamas recibia quejas por ella, solo felicitaciones. 2 Llegue a casa cerca de las nueve de la noche. Me encontre a Melisa sentada en el sofa frente al televisor; apenas me vio entrar se levanto y corrio a la cocina a encender el microondas. Dos minutos mas tarde me servia un suculento trozo de pizza napolitana, mi favorita. --?Como estuvo todo, mama? --pregunto, bajandole un poco el volumen al televisor. --De maravillas --respondi, tragando mi pizza. --?El profesor Franco se quejo de mi? --Muchisimo --bromee, arqueando una ceja--. Dijo que tu examen de geometria esta excelente. --Y eso que casi no estudie --alardeo. --Engreida --resople, dandole un pellizco en la mejilla. Charlamos un rato, mientras limpiabamos la casa, y a eso de las diez Melisa me dio un beso en la mejilla y se fue a su cuarto. Le gusta leer un rato antes de dormir, asi que cogio su Kindle que se cargaba sobre la mesita lateral y se la llevo a su cuarto. Melisa y yo somos solamente las dos, ella es mi razon de vivir y por eso me gaste un dineral en comprarle el Kindle, una buena laptop y su movil, cosas que jamas me pidio pero que yo crei que de sobra merecia. Es una excelente hija, carinosa y atenta, ademas de una estudiante de primera ?Que mas puede pedir una madre? Ella es perfecta para mi. La que ha cometido los errores he sido yo. A los quince anos me enamore de un chico y el dijo sentir lo mismo por mi. A los dieciseis nos hicimos novios y a los dieciocho, poco antes de graduarme, supe que estaba embarazada. Mi novio fue aceptado en una universidad al otro lado del pais, a donde se marcho con sus padres. Me prometio que me ayudaria, que estariamos juntos para siempre y que se pondria en contacto conmigo apenas se instalara en su nuevo hogar, pero... no volvi a saber de el. Al principio puse mis esfuerzos en buscarlo, pero al cuarto mes mis padres supieron de mi estado y se volvieron locos de ira. Me echaron de la casa, unicamente con un bolso con ropa y un par de libros bajo el brazo. Habia arruinado mi vida, dijeron, ya no podria ser una profesional ni viajar por el mundo como era mi sueno. Mis notas en la escuela eran excelentes, pero no pudieron ayudarme cuando me vi sola en el mundo. A duras penas llegue donde mi abuela paterna, que vivia a cien kilometros de mi antigua casa. La veiamos poco porque no se llevaba bien con mi madre, pero apenas estuve de pie en su puerta, asustada y con una criatura creciendo en mi interior, me sonrio y me hizo pasar. Claro, una vez que mis padres supieron que ella me recibio dejaron de hablarle y no volvieron a hacerlo nunca mas. Yo era la verguenza de la familia y ella la traidora que le tendia la mano. Trabaje limpiando casas en un condominio hasta que estuve muy gorda para continuar, entonces tuvimos que vivir de mis escasos ahorros, de la pension de mi abuela y de la venta de algunos muebles y electrodomesticos, que ambas fingiamos no necesitar. Cada noche lloraba pensado en mi novio, que seguia sin volver, hasta que una madrugada en medio del llanto comenzaron las contracciones. Mi abuela pidio ayuda a algunos vecinos y me llevaron hasta el hospital, donde una manana de primavera nacio mi pequena Melisa, una preciosa criatura de piel clara y ojos verdes, quien me devolvio la alegria y, de paso, me ayudo a resignarme y asumir que su padre no regresaria jamas. Durante los primeros dos anos de Mel continue trabajando aseando casas, hasta que mi abuela aparecio un dia con una inscripcion para el examen de seleccion universitaria. --Ya has perdido mucho tiempo --suspiro--. Tienes que estudiar una carrera. --Pero Abue, no podemos pagar una universidad --dije triste. --Lo solucionaremos --sonrio. --Pero Melisa esta muy bebe y... --!Basta de peros, Maya! --exclamo--. Yo cuidare a la nina, tu preocupate de estudiar para el examen. Y lo hice; en cada rato libre que tuve, por las noches y temprano antes de ir a trabajar, estudie duro para el examen, y al publicarse los resultados supe que habia quedado aceptada en la universidad nacional, tenia una beca de gratuidad de carrera y, como si fuera poco, me daban un trabajo en el campus, en labores administrativas. El sueldo era escualido pero en mi caso era una ayuda celestial. Despues de ocho semestres de sacrificio, donde estaba todo el dia en la universidad mientras mi abuela cuidaba a mi hija, obtuve mi titulo de disenadora de interiores y ambientes. En aquella epoca Melisa ya tenia casi siete anos y mi abuela rondaba los ochenta, pero seguia manteniendo intacta su energia, esa que le permitia cargar a su bisnieta a caballo sin mayores inconvenientes, a pesar de mi oposicion ante esos juegos para los que claramente ya no estaba en condiciones. Consegui empleo en una oficina de decoracion de departamentos y, por primera vez, comence a recibir un sueldo digno, lo que nos permitio darnos pequenos lujos, como reponer los muebles que habiamos vendido en aquellos dificiles anos. La vida comenzo a sonreirnos, ya que por fin tenia un trabajo fijo. Tambien por primera vez pude celebrarle un cumpleanos a mi hija, el numero nueve: invito a sus amiguitos del colegio, comimos pasteles y dulces y recibio muchos regalos. Incluso contrate un servicio de juegos inflables y un malabarista. Fue el cumpleanos perfecto, el que ella siempre recordaria. Por la noche, al marcharse los invitados, mi abuela me pidio que terminara de ordenar sola, porque se encontraba cansada. Me parecio rarisimo, pues jamas antes se quejo de cansancio. Dos dias despues, un frio lunes, el autobus recogio a Melisa para llevarsela a la escuela y yo fui al cuarto de mi abuela. Ahi estaba ella, metida en la cama, demacrada. De inmediato tuve un mal presentimiento y llame a la oficina avisando que no podria ir. Volvi a su habitacion, me sonrio y me pidio que me acostara a su lado. --Abue, deberiamos ir al doctor... --sugeri. --No, Maya, no estoy enferma --contesto--. Simplemente llego mi hora. Nos cogimos de la mano y durante horas charlamos, recordamos esos anos de vida en comun, nos reimos de algunas anecdotas y llore cuando note que comenzaba a despedirse de mi. --No llores, May, la muerte es parte de la vida --me consolo. --No quiero que te mueras... --Estaran bien --tosio--. Ahora abre el armario y trae la caja que esta al fondo. Obedeci; del closet cogi una caja de carton roida por la humedad y la puse en la cama. A una sena suya la abri y vi que su interior estaba lleno de fotos: de ella, de otros familiares, mias y de Melisa. --Tu y Mel le han dado luz a la existencia de esta pobre vieja, asi que esta es tu herencia -- hablo firme--. No son solo las fotos. Busca abajo. Debajo de las fotografias habia una carpeta verde y en su interior estaba su testamento, donde me nombraba unica heredera y, por tanto, duena de la casa. --Vende la casa y mudate a un barrio mejor. No te daran mucho dinero, pero de algo te servira. No estuvo muchos minutos mas conmigo. Ya nos habiamos dicho todo lo que necesitabamos, nos habiamos despedido de la forma mas tranquila y carinosa posible. No queria que Melisa la viera muriendose, por eso dejo de respirar antes de que la nina volviera de la escuela. La agitacion de los dias siguientes a la muerte de mi abuela fue enorme. Tanto el velorio como el funeral fueron muy concurridos, por vecinos y otras personas que apreciaban a mi Abue, pero ningun familiar asistio. Sus hijos la habian abandonado por completo, sus hermanos estaban muertos y su unica familia eramos mi hija y yo. Durante algunas semanas pense en sus palabras sobre vender la casa, lo que me causaba una pena enorme; esa no era solamente una casa, habia sido nuestro hogar en aquellos anos que fueron los mejores y los peores de mi vida. Pero ella, siempre tan sabia, tenia razon, el barrio ya no era el mismo de antano y lentamente se habia contaminado con delincuencia y drogas. No era el mejor lugar para una madre soltera y su hija pequena. Puse un anuncio y rapidamente logre vender la casa de mi abuela. Fue triste, pero eran sus deseos. Con la mayor parte del dinero pague el pie para una casa mas bonita y moderna, en un vecindario seguro, cuyo dividendo, pactado a treinta anos, pagaba mes a mes sagradamente. No era lujosa, pero si muy acogedora. En la oficina donde trabajaba conoci a Claudia, una chica casi de mi misma edad y de la misma profesion y nos hicimos buenas amigas. Durante mucho tiempo hicimos planes, medio en broma medio en serio, de abrir nuestra propia agencia de decoracion de ambientes... hasta que lo hicimos. Nos lanzamos a la piscina, pedimos un credito de emprendedores en el banco y nos asociamos. No nos podemos quejar, porque las cosas resultaron bastante bien, aunque en base a muchisimo esfuerzo. Con treinta y seis anos habia conseguido vivir en completa paz junto a mi hija, que gracias al cielo era una buena chica. Y, sobre el estante junto a la escalera, nos observa la fotografia de la mujer que lo hizo posible... mi amada Abuela.

  • Identidades de Diego Maenza

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    Chuang Tzu sono que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que habia sonado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba sonando que era Tzu. Se desperto. La noche cubrio el cuerpo del joven que tiritaba palido y no era debido al frio. La pesadilla habia sido espantosa. Como ocurre en la mayoria de las ensonaciones los escenarios cambiaron con frecuencia, los personajes no fueron estables y los dialogos se presentaron difusos e incomprensibles. Un semicapro de facciones desfiguradas lo perseguia por una callejuela. Erguido en sus patas traseras y con pisadas sonoras, lo seguia sin descanso. Sus muslos fornidos, tonificados por las carnes de los pectorales de sus victimas (y sobre todo por el corazon, que era su alimento predilecto) se mecian tremulos durante la marcha, al tiempo que sus brazos se agitaban con tal lentitud que remarcaban su desproporcion. Con el cuerpo plagado de vellos oscuros, sus cuernos de macho cabrio y sus dientes babeantes, aquel especimen solo podia ser el producto de una ilusion onirica. El joven doblo una esquina casi interminable para percatarse de que en esta nueva ocasion se encontraba en una llanura, un paramo en el cual el sol era un punto lejano e inmovil, que empezo a carcomerle la dermis con su intensidad de carbon encendido. La arena candente le tornaba mas lenta la huida. El monstruo lo acosaba con las fauces despernancadas y con su extrana fisonomia semihumana. Agotado, el joven se desplomo en la arena y por un instante creyo estar siendo devorado por el anomalo ser, hibrido y contranatural. Esta imagen terrible atormento su mente por un intervalo de tiempo corto, hasta que al fin se atrevio a abrir los ojos amodorrados por el temor y observo con satisfaccion que estaba de bruces sobre una banqueta de un parque del cual, por mas que lo intento, no le llegaron recuerdos. Abrio las vistas con asombro, atento a cualquier esperanza de escondite. Intento refugiarse tras un monumento: una escultura que delataba marcas, roida quiza por garras desquiciadas y colmillos poderosos. La antigua efigie era una especie de minotauro, pero a diferencia de las descripciones clasicas, el cuerpo se presentaba revestido de grandes plumas similares a las que usualmente observamos en las representaciones de Quetzalcoatl en el codice borbonico azteca. En la parte inferior logro divisar una escritura que en principio reconocio como extrana. Con vacilacion, aunque tambien con un poco de aterrador deleite, logro descifrar aquel lenguaje ajeno envuelto en la insolita facultad de interpretacion que se apodero de el. La leyenda narraba la lucha que enfrento el primero de los valerosos minotauros en un laberinto construido por encargo de los dioses. El endriago habia sido encerrado con el proposito de que llevara una vida tranquila, para resguardo de su propia seguridad, para que no se contaminara con la maldad de la raza humana. Pero las personas empezaron a fustigarlo con el latigo de su Chuang Tzu sono que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que habia sonado Se desperto. La noche cubrio el cuerpo del joven que tiritaba palido y no era debido al frio. La pesadilla habia sido espantosa. Como ocurre en la mayoria de las ensonaciones los escenarios cambiaron con frecuencia, los personajes no fueron estables y los dialogos se presentaron difusos Un semicapro de facciones desfiguradas lo perseguia por una callejuela. Erguido en sus patas traseras y con pisadas sonoras, lo seguia sin descanso. Sus muslos fornidos, tonificados por las carnes de los pectorales de sus victimas (y sobre todo por el corazon, que era su alimento predilecto) se mecian tremulos durante la marcha, al tiempo que sus brazos se agitaban con tal lentitud que remarcaban su desproporcion. Con el cuerpo plagado de vellos oscuros, sus cuernos de macho cabrio y sus dientes babeantes, aquel especimen solo podia ser el producto de una El joven doblo una esquina casi interminable para percatarse de que en esta nueva ocasion se encontraba en una llanura, un paramo en el cual el sol era un punto lejano e inmovil, que empezo a carcomerle la dermis con su intensidad de carbon encendido. La arena candente le tornaba mas lenta la huida. El monstruo lo acosaba con las fauces despernancadas y con su extrana fisonomia semihumana. Agotado, el joven se desplomo en la arena y por un instante creyo estar siendo devorado por el anomalo ser, hibrido y contranatural. Esta imagen terrible atormento su mente por un intervalo de tiempo corto, hasta que al fin se atrevio a abrir los ojos amodorrados por el temor y observo con satisfaccion que estaba de bruces sobre una banqueta de un parque del cual, por mas que lo intento, no le llegaron recuerdos. Abrio las vistas con asombro, atento a cualquier esperanza de escondite. Intento refugiarse tras un monumento: una escultura que delataba marcas, roida quiza por garras desquiciadas y colmillos poderosos. La antigua efigie era una especie de minotauro, pero a diferencia de las descripciones clasicas, el cuerpo se presentaba revestido de grandes plumas similares a las que usualmente observamos en las representaciones de Quetzalcoatl en el codice borbonico azteca. En la parte inferior logro divisar una escritura que en principio reconocio como extrana. Con vacilacion, aunque tambien con un poco de aterrador deleite, logro descifrar aquel lenguaje ajeno envuelto en la insolita facultad de interpretacion que La leyenda narraba la lucha que enfrento el primero de los valerosos minotauros en un laberinto construido por encargo de los dioses. El endriago habia sido encerrado con el proposito de que llevara una vida tranquila, para resguardo de su propia seguridad, para que no se contaminara con la maldad de la raza humana. Pero las personas empezaron a fustigarlo con el latigo de su intromision. Ingresaban con candelabros e incendiaban, con el liquido combustible que encontraban a mano, las paredes de murales lugubres de las que estaba compuesta la laberintica ciudad. En otras ocasiones introducian insectos venenosos, serpientes y toda clase de alimanas. Los humanos empezaron a ingresar a las profundidades, atravesando caminos de ramificaciones en apariencia interminables con la intencion de lastimar al apacible engendro. Para aquella intrincada labor, concibieron una idea peculiar: desde la entrada comenzaban a desenredar una madeja de un hilo muy resistente que como es de imaginar (ya tenemos rasgos de esta audacia en las leyendas clasicas) les brindaba seguridad. En su itinerario de verdugos hambrientos de muerte, los caballeros, con cobardia, iban armados de lanzas cuyos extremos de cuchillas de hierro puntiagudo habian plagado con el mas letal veneno, una emulsion de sustancias toxicas provenientes de hongos, plantas y animales, y no en pocos casos tambien de aquellos minerales que solo los mas intrepidos osaban buscar. En mas de una ocasion habian herido a la bestia con exito, pero la fortaleza del minotauro soportaba las toxinas, no sin pasar algunos dias en estado de postracion. El joven se salto un par de lineas, al comprender que carecian de relevancia, y su mirada se hundio en el parrafo conclusivo. Aquel dia habian acudido trece hombres a la caceria semanal, y se habian adentrado con el ovillo del hilo fortisimo. Pero el heroe de apariencia semihumana ya habia previsto, con la agudeza que otorga la experiencia, que aquella tarde seria decisiva y de sangre. El astuto engendro, que conocia a la perfeccion los recovecos de la compleja madriguera, se desplazo por pasadizos reconditos, logrando de esta forma apoderarse de la bobina que yacia en la entrada del laberinto. Lo condujo por caminos escabrosos, con la evidente intencion de obligar a elegir pasajes erraticos a quien pretendiera buscar la salida. De esta manera el minotauro logro, en medio del caos producido por la desesperacion de los desorientados, ir devorando a uno por dia y acabar de esta forma con las molestas intrusiones en su vida apacible. En este punto culminaba la historia. El joven incorporo la vista y se fijo nuevamente en el horrendo monumento, el cual ya no conservaba la cualidad de estatua inmovil, sino que empezo a resquebrajarse, como si de el estuviera emergiendo un ser metamorfoseado y como si la imagen quiescente percatada hace pocos segundos no hubiese sido mas que una placentera crisalida. El semicabron no habia dejado nunca de perseguirlo, por el contrario, habia aguardado con paciencia el descuido del joven y ahora se encontraba a un cuarto de metro de probar sus carnes. La reaccion natural del joven (desde luego, comprendiendo la expresion natural desde una acepcion no onirica) hubiese sido del estupor mas paralizante, no obstante, la carrera ya habia sido emprendida. Escapaba por un boscaje de arboles sedientos que incitaban a formular la imagen de un lugar de soledad. En la escapatoria no se habia apercibido del acecho del perseguidor, y lo habia perdido de vista. Caminaba con cautela, asentando con mesura las plantas lascadas de sus zapatos. Quizas estes sonando, retumbo una voz en los ecos lejanos, y el joven atribuyo el sonido a sus pensamientos. Quizas estes sonando, volvieron a manifestarse las palabras profeticas antes de presenciar un intervalo de silencio que fue interrumpido por el canto atronador de un pajaro colorido y enorme que se poso frente al camino del joven. Quizas estes sonando, dijo con claridad la mayuscula ave que tenia la deformidad de una golondrina agrandada y la boreal luminiscencia de un pavo real. No puede ser un sueno, pues lo siento real, le replico el joven, temeroso y atontando por la presencia del animal estrambotico. Los suenos son asi, mi querido amigo, quiza yo aun me encuentro en mi nido, sonando que converso con un humano del tamano de una cucaracha, pues se que te sorprende verme tan grande, del mismo modo que a mi me intromision. Ingresaban con candelabros e incendiaban, con el liquido combustible que encontraban a mano, las paredes de murales lugubres de las que estaba compuesta la laberintica ciudad. En otras ocasiones introducian insectos venenosos, serpientes y toda clase de alimanas. Los humanos empezaron a ingresar a las profundidades, atravesando caminos de ramificaciones en apariencia interminables con la intencion de lastimar al apacible engendro. Para aquella intrincada labor, concibieron una idea peculiar: desde la entrada comenzaban a desenredar una madeja de un hilo muy resistente que como es de imaginar (ya tenemos rasgos de esta audacia en las leyendas clasicas) les brindaba seguridad. En su itinerario de verdugos hambrientos de muerte, los caballeros, con cobardia, iban armados de lanzas cuyos extremos de cuchillas de hierro puntiagudo habian plagado con el mas letal veneno, una emulsion de sustancias toxicas provenientes de hongos, plantas y animales, y no en pocos casos tambien de aquellos minerales que solo los mas intrepidos osaban buscar. En mas de una ocasion habian herido a la bestia con exito, pero la fortaleza del minotauro soportaba las toxinas, no sin pasar algunos dias en estado de El joven se salto un par de lineas, al comprender que carecian de relevancia, y su mirada se hundio en el parrafo conclusivo. Aquel dia habian acudido trece hombres a la caceria semanal, y se habian adentrado con el ovillo del hilo fortisimo. Pero el heroe de apariencia semihumana ya habia previsto, con la agudeza que otorga la experiencia, que aquella tarde seria decisiva y de sangre. El astuto engendro, que conocia a la perfeccion los recovecos de la compleja madriguera, se desplazo por pasadizos reconditos, logrando de esta forma apoderarse de la bobina que yacia en la entrada del laberinto. Lo condujo por caminos escabrosos, con la evidente intencion de obligar a elegir pasajes erraticos a quien pretendiera buscar la salida. De esta manera el minotauro logro, en medio del caos producido por la desesperacion de los desorientados, ir En este punto culminaba la historia. El joven incorporo la vista y se fijo nuevamente en el horrendo monumento, el cual ya no conservaba la cualidad de estatua inmovil, sino que empezo a resquebrajarse, como si de el estuviera emergiendo un ser metamorfoseado y como si la imagen quiescente percatada hace pocos segundos no hubiese sido mas que una placentera crisalida. El semicabron no habia dejado nunca de perseguirlo, por el contrario, habia aguardado con paciencia el descuido del joven y ahora se encontraba a un cuarto de metro de probar sus carnes. La desde una acepcion no onirica) hubiese sido del estupor mas paralizante, no obstante, la carrera ya habia sido emprendida. Escapaba por un boscaje de arboles sedientos que incitaban a formular la imagen de un lugar de soledad. En la escapatoria no se habia apercibido del acecho del perseguidor, y lo habia perdido de vista. Caminaba con cautela, asentando con mesura las plantas lascadas de sus , retumbo una voz en los ecos lejanos, y el joven atribuyo el sonido , volvieron a manifestarse las palabras profeticas antes de presenciar un intervalo de silencio que fue interrumpido por el canto atronador de un pajaro dijo con claridad la mayuscula ave que tenia la deformidad de una golondrina agrandada y la boreal le replico el joven, Los suenos son asi, mi querido amigo, quiza yo aun me encuentro en mi nido, sonando que converso con un humano del tamano de una cucaracha, pues se que te sorprende verme tan grande, del mismo modo que a mi me sorprende verte tan pequeno. El joven no reparo en la logica de la frase y tampoco se percato de que los arboles inmensos que se levantaban ante sus ojos, bien hubiesen podido ser pequenos arbustos tal como llevaba a pensar la argumentacion del que a su vista era un pajaro gigante. Su mente estaba extraviada en pensamientos mas neuralgicos, al presentir que de las entranas de la enorme ave surgiria la silueta macabra de un macho cabrio con la complexion de un ser humano embadurnado por las viscosidades de las visceras y banado en un torrente de sangre. En estas cavilaciones se encontraba cuando sus facultades lograron asimilar lo que habia acontecido: el amigo animalesco se habia esfumado junto con el boscaje de arboles sedientos y ahora se encontraba parado en medio de un escenario muy diferente y mucho mas reconocible que aquellos lugares insolitos. Las ventanas abiertas permitian que irrumpiera el aire que ventilaba el ambiente; los sillones comodos, forrados de cuero, otorgaban a la sala un aspecto de recepcion; los cuadros de tematicas coloridas motivaban a contemplarlos con fascinacion. La escalera entorchada llevaba a las dos habitaciones que el joven conocia con minuciosidad: era su propia casa. Volvio a examinar uno de los cuadros, y se paro frente al simulacro de arte con desmesurada contemplacion. Lo escruto con meticulosidad: desde las imponentes montanas hasta los indiferentes animalillos que asomaban por los alrededores de las praderas. Casi en el centro se podia observar un camino que se perdia entre las montanas. Por lo demas el cuadro reflejaba una palida intencion artistica, a excepcion de algo inaudito que le otorgo la magia que necesitaba. Desde lo lejano del camino sinuoso empezo a dibujarse la silueta de una persona. La figura, con el transcurso de una aceleracion pausada y frontal, similar a una caminata, se empezo a agrandar. Poco fue el trayecto que tuvo que recorrer para que el joven comprendiera que se trataba de una mujer. La extrana peregrina, al estar al limite del cuadro, manifesto su descontento. Que cansada estoy. El joven no se inmuto. Recordo las palabras del pajaro de arcoiris y empezo a deliberar, con mayor seriedad, la posibilidad de estar dentro de un sueno. Quizas este sonado, se jacto de su raciocinio, pero perdio la nocion de estar en sus cabales cuando capto nuevamente una voz, esta vez de entonacion delicada y que pertenecia a aquella hermosa dama que estaba dentro de la pintura. Si, quizas estes sonando, o tal vez estes sonando que suenas. El joven no comprendio la envergadura de la sentencia, pero rememoro lo sucedido con el pajaro y creyo necesario estar atento a cada palabra de la damisela. No te entiendo, explicate, imploro el joven. Ella lo miro una vez mas y dijo: Sucede a veces: que sonamos que sonamos. El joven hablo de nuevo: ?Me estas queriendo decir que este es un sueno pero que si despierto aun estare sonando? La damisela elevo un rictus de complacencia: Noto que ya lo estas entendiendo. Pasa muy a menudo con personas que acuden a esta dimension en sus intentos desesperados por escapar de sus temores. Aqui se pueden escudar. Ningun temor ha sido lo suficientemente solido para penetrar esta fortaleza. Hizo una pausa. El joven aprovecho para lanzar una nueva interrogacion: Puedo suponer que estoy a salvo. ?Y dices que a muchas personas les ocurre lo mismo? La mujer miro hacia sus pies, acomodando un desperfecto en su calzado mientras estregaba ambos zapatos. Miro de manera fija al muchacho: Si, muchisimas. Suenan que suenan. Suenan que no suenan. Suenan que suenan que no suenan. Suenan que suenan que suenan, tres suenos a escala. Suenan que no suenan que suenan. Suenan que suenan con el sueno de otro. Suenan que otro suena y ese sueno es el propio, es decir que suenan lo mismo que otro esta sonando. Suenan que no suenan con el sueno de otro sino con dos. Suenan que suenan un sueno ajeno mezclado con el propio. Algunas son personas lucidas que les encanta sonar; otras, enfermas que les encanta sonar que suenan. El muchacho se sintio seguro: El joven no reparo en la logica de la frase y tampoco se percato de que los arboles inmensos que se levantaban ante sus ojos, bien hubiesen podido ser pequenos arbustos tal como llevaba a pensar la argumentacion del que a su vista era un pajaro gigante. Su mente estaba extraviada en pensamientos mas neuralgicos, al presentir que de las entranas de la enorme ave surgiria la silueta macabra de un macho cabrio con la complexion de un ser humano En estas cavilaciones se encontraba cuando sus facultades lograron asimilar lo que habia acontecido: el amigo animalesco se habia esfumado junto con el boscaje de arboles sedientos y ahora se encontraba parado en medio de un escenario muy diferente y mucho mas reconocible que Las ventanas abiertas permitian que irrumpiera el aire que ventilaba el ambiente; los sillones comodos, forrados de cuero, otorgaban a la sala un aspecto de recepcion; los cuadros de tematicas coloridas motivaban a contemplarlos con fascinacion. La escalera entorchada llevaba a las dos habitaciones que el joven conocia con minuciosidad: era su propia casa. Volvio a examinar uno de los cuadros, y se paro frente al simulacro de arte con desmesurada contemplacion. Lo escruto con meticulosidad: desde las imponentes montanas hasta los indiferentes animalillos que asomaban por los alrededores de las praderas. Casi en el centro se podia observar un camino que se perdia entre las montanas. Por lo demas el cuadro reflejaba una palida intencion artistica, a excepcion de algo inaudito que le otorgo la magia que necesitaba. Desde lo lejano del camino sinuoso empezo a dibujarse la silueta de una persona. La figura, con el transcurso de una aceleracion pausada y frontal, similar a una caminata, se empezo a agrandar. Poco fue el trayecto que tuvo que recorrer para que el joven comprendiera que se trataba de una mujer. La extrana peregrina, al estar al El joven no se inmuto. Recordo las palabras del pajaro de arcoiris y empezo a deliberar, con mayor seriedad, la posibilidad de se jacto de su raciocinio, pero perdio la nocion de estar en sus cabales cuando capto nuevamente una voz, esta vez de entonacion delicada y que Si, quizas estes sonando, o tal El joven no comprendio la envergadura de la sentencia, pero rememoro lo sucedido con el pajaro y creyo necesario estar atento a cada palabra de la damisela. Sucede a veces: que Me estas queriendo decir que este es un sueno Noto que ya lo estas entendiendo. Pasa muy a menudo con personas que acuden a esta dimension en sus intentos desesperados por escapar de sus temores. Aqui se pueden escudar. Ningun temor ha Hizo una pausa. El joven aprovecho Puedo suponer que estoy a salvo. ?Y dices que a muchas La mujer miro hacia sus pies, acomodando un desperfecto en su Si, muchisimas. Suenan que suenan. Suenan que no suenan. Suenan que suenan que no suenan. Suenan que suenan que suenan, tres suenos a escala. Suenan que no suenan que suenan. Suenan que suenan con el sueno de otro. Suenan que otro suena y ese sueno es el propio, es decir que suenan lo mismo que otro esta sonando. Suenan que no suenan con el sueno de otro sino con dos. Suenan que suenan un sueno ajeno mezclado con el propio. Algunas son personas lucidas que les El muchacho se sintio seguro: Aqui aguardare a que culmine mi sueno... o hasta que culmine el sueno de mi sueno. Casi no avanzo a sentenciar su deseo, cuando vio con horror que la mujer de deleitable beldad, mucho mas hermosa que las montanas o que las praderas verdes, estaba tendida en el camino y era devorada por la monstruosidad que lo venia acechando desde hace tiempo. El muchacho, como es de esperar, corrio despavorido, con la idea de que el semicapro ya habia emergido del cuadro y que en ese momento se encontraba cerca de el. Eligio como refugio sus habitaciones. Intento ascender por la escalera y freno con violencia: el anomalo ser bajaba a toda velocidad. El horror se reflejaba en su rostro blanqueado. Logro abrir la puerta de salida y continuo corriendo hasta que su cuerpo pudo soportarse. Cayo de rodillas y con las manos en el piso, agotado por el delirio de la persecucion. Volteo la mirada y la casa ya no estaba. Creyo que la huida la habia realizado con tanta desesperacion que se habia alejado excesivamente de aquel edificio que estuvo a punto de ser su mausoleo. Miro a su alrededor, con timidez, queriendo comprender en que lugar se encontraba. Era una calle ancha y oscura, cuyo horizonte parecia no tener fin. Por ambos lados habitaba la penumbra y solo se alcanzaba a divisar la larga franja del suelo grisaceo de duro asfalto, como si en aquella tiniebla la luna fuese una anorexica linea orbital que envolviese el planeta y que los afortunados en tener su delgada luz fueran el y la dichosa carretera. Camino con letargo, inspeccionando, como si hubiese podido hacerlo, cada rasgo de oscuridad. Se encontraba temeroso al imaginar que de aquellas sombras pudiera emerger la figura de la bestia de la que tanto habia huido. Pero el silencio era su unica compania. Se escucharon murmullos en un idioma incomprensible. Llamar lenguaje a aquel galimatias podria ser un error, pues el joven ni siquiera pudo tener indicios de que aquellos seres, al proferir las incomprensibles cacofonias, hubiesen exteriorizados senales de entendimiento. Las manifestaciones fisicas son imprescindibles en ciertos casos y ya esta siendo demostrado que el lenguaje mimico es tan importante como el lenguaje oral y el escrito.

  • Y Julia reto a los dioses de Santiago Posteguillo

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    Mantenerse en lo alto es mucho mas dificil que llegar. Julia esta en la cuspide de su poder, pero la traicion y la division familiar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el medico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que el, en griego, llama karkinos, y que los romanos, en latin, denominan cancer. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastia de Julia al colapso. En medio del dolor fisico y moral que padece la augusta, cualquiera se hubiera rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor mas fuerte que la muerte, una pasion capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada esta perdido. La partida por el control del imperio continua.

  • Intervenciones de Noam Chomsky

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    DESDE 2002, Noam Chomsky ha escrito una columna para el servicio de noticias The New York Times, en la que de una manera critica y contundente analiza los temas mas candentes del mundo de hoy. Estos articulos han sido publicados en todo el mundo y han contribuido a que las opiniones de Chomsky sean conocidas a nivel global. En est impactante coleccion de agudos ensayos, Chomsky analiza la invasion y la ocupacion de Irak, la presidencia de Bush, la invasion de Israel al Libano y otros temas clave de nuestros dias. Una oportuna, asequible y excelente contribucion de uno de los intelectuales y disidentes politicos mas destacados del mundo.

  • El dominio mundial de Pedro Banos Bajo

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    Si en su primer libro, Asi se domina el mundo, Pedro Banos exponia como, para que y con cuales estrategias los poderosos intentaban, en dura pugna entre ellos, controlar a paises y personas, en esta nueva obra da un paso mas hacia la plena democratizacion de la geoestrategia y detalla cuales son los instrumentos que se emplean para lograr ese predominio planetario.

  • El color de la maldad de Armando Rodera

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    A pesar de sus diferencias, el inspector Bermejo y el sargento Roncero se embarcan juntos en la investigacion de un caso relacionado con el secuestro de una joven pareja. Sin embargo, no tardaran en descubrir que se enfrentan a algo aun mas inquietante: sus pesquisas los ponen tras los pasos de un frio y meticuloso asesino en serie. De pronto empiezan a sucederse homicidios, uno tras otro, y el unico hilo del que pueden tirar son las macabras pistas que el psicopata les deja en los cadaveres que abandona en los escenarios de sus crimenes. Unidos por el deseo de acabar con el salvaje ritual de muerte y destruccion, los agentes intentaran atrapar al monstruo antes de que culmine su malefica serie de asesinatos.

  • Eras mi destino de Winter Lee

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    ?Que pasaria si un accidente te lleva a un siglo que no es el tuyo?
    La estudiante de criminologia Ailsa, esta a punto de terminar sus estudios, ella y su mejor amiga deciden hacer un viaje de fin de curso a Londres, pero por obra del destino terminan en un lugar que nunca se imagino visitar. Decididas a divertirse, un encuentro y un accidente las llevara directa al castillo de sus suenos.
    Adolorida y confundida Ailsa, no sabe donde se encuentra, hasta que son atacadas y se topa con un grupo de hombres altos, fornidos y... en faldas. Ella no cree lo que sus ojos ven, hasta que aparece el jefe, un hombre altamente hermoso, intimidante y de una mirada tormentosa.
    Ella esta en serios problemas.
    Ronan Mackenzie, lleva anos en guerra, cuando es rescatado y por fin recupera el castillo que una vez le pertenecio, solo piensa en la manera de vengarse del clan Campbell. El clan que lo traiciono y lo entrego para que torturaran. En uno de sus viajes de regreso a su hogar, sus hombres encuentran a unas mujeres en medio de la noche metidas en problemas y Ronan lo que menos imagina es encontrarse con ella.
    Sin memoria y en medio de una guerra que esta lejos de terminar, en contra de su sentido comun Ronan decide protegerla. Los sentimientos surgen, pero existen secretos, cuando las mentiras son descubiertas y las lealtades puestas en duda, esto pone en peligro a todos.
    Deseo, celos, mentiras, intrigas, obsesion, traicion... ?y amor?
    Ailsa no creia en el destino. Eso esta a punto de cambiar.

  • Nefando de Monica Ojeda

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    ‘Nefando, Viaje a las entranas de una habitacion’ fue un videojuego en linea poco conocido y pronto eliminado de la red a causa de su polemico contenido sensible. Las experiencias de sus jugadores son, ahora, el centro de los debates gamers en los foros mas profundos de la deep web, pero sus usuarios no parecen ponerse de acuerdo: ?era un juego de horror para frikis, una puesta en escena inmoral o un ejercicio poetico? ?Son tan hondas y retorcidas como parecen las entranas de esa habitacion?

  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • Seducida por la tentacion Trilogia Tentacion de Helena Sivianes

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    Tres anos, eso es lo que he perdido de mi vida, tres anos que le regale para que me tratara como el quisiera, cuando todo me parecia maravilloso y los dias de color de rosa. Pero he sufrido, he llorado luchando por una relacion que no llegaba a ningun lado. Por fin veo la luz. Las lagrimas son solo eso, lagrimas. He derramado demasiadas durante dos meses. Cuando empezaba a encontrarme bien, a salir del agujero, el aparecia otra vez en mi vida para hundirme mas en la miseria, hacerme sentir debil y totalmente dependiente de el. Fue muy doloroso como ocurrio todo, de la noche a la manana. Como fui tan idiota para no darme cuenta antes. Senales habia, pero yo estaba enamorada, o eso creia. Ahora, tras todo este tiempo alejados el uno del otro, me he dado cuenta de que no es asi. Llamemosle rutina, eso es lo que era mi vida, comoda, sencilla y sin complicaciones, y ahora era el quien necesitaba de mi, quien me lo iba a decir. --!He dicho que te olvides de mi! --le grite a Pedro tras la puerta de mi apartamento--. !No quiero volver a verte! !Tu lo jodiste todo y yo no quiero ni necesito arreglarlo, haz que te entre en esa cabeza tan dura que tienes! --Venga, Dani, no seas cria, los vecinos te estan escuchando, dejame entrar y lo hablaremos --intentaba calmarme con su voz seductora, como tantas otras veces lo habia hecho, con exito. --No gritare mas, pero hazme el favor de irte --consegui decir, mas calmada--. Por favor, vete, no me hagas mas dano --dije mientras deslizaba la espalda por la puerta de entrada de mi apartamento. Estuve asi varios minutos, en esa posicion, sin decir nada, aguantando las lagrimas para poder escuchar el sonido de sus pasos alejarse de la puerta, y sin darme cuenta me quede dormida abrazada a mis piernas. Los encuentros con el siempre me dejaban agotada emocionalmente. Desde hacia dos semanas venia un dia si y otro tambien en mi busqueda. Le habia dado la opcion de explicarse cuando todo ocurrio, pero despues de dos meses perdio su oportunidad, yo habia pasado pagina y no queria seguir sabiendo de el. Hice caso a mis amigas, Tere y Merche. El siempre supo que decir y como decirlo, aunque a mi me cabreara, pero gracias a ellas ahora me sentia bastante mejor. --Lavate la cara, peinate y quitate ese maldito pijama --me decia Merche los primeros dias tras dejarlo con Pedro--, aqui no se acaba el mundo, asi que arriba y vamonos, no me seas idiota. Y asi fue, me sacaron de casa, me obligaron a arreglarme, me ayudaron a concentrarme en mi trabajo y aqui estoy, dos meses despues. Pensaba que todo estaria mejor, no sabia que el volveria a las andadas, no les quise decir nada, pero... Sono el timbre de casa y me desperte sobresaltada. Aun estaba sentada en el suelo, apoyada en la puerta. Me levante despacio y atisbe a traves de la mirilla de la puerta. Ahi estaban mis dos amigas y traian cara de pocos amigos. Joder con la vecina cotilla, maldito sea el dia en que le di el numero de estas dos para casos de emergencia. --No te hagas la tonta y abrenos la puerta, que te estamos escuchando respirar detras. --Tere y su impaciencia. Descorri la cadena que habia echado hacia un rato, cuando aparecio Pedro, y abri la puerta. Sabia que mi cara no era la mejor para recibirlas; seguro que parecia un oso panda, con el rimel y la sombra de ojos por toda la cara, y encima me acababa de despertar, asi que las ojeras no beneficiarian mi look y denotarian mi estado de animo. --Antes de que digais nada --las senale con el dedo--, me lo dijisteis y soy una completa idiota, asi que ayudadme a recoger esto un poco, me ducho, me visto y nos vamos, no quiero pasar ni un solo minuto mas aqui hasta el momento de tirarme a dormir la mona en mi cama. Y dicho y hecho; no abrieron la boca y, como si estuvieran en su casa --a veces pienso que si, porque estan mas aqui que en las suyas--, se fueron a la cocina, sirvieron tres copas de lambrusco y se dedicaron a recoger un poco el estropicio que tenia por mi salon. Siempre me decian que no entendian como podia trabajar en medio de aquel caos, pero ese caos era mi paraiso. --De verdad, Daniela Garcia, no se como consigues trabajar aqui --me gritaba Merche, la responsable del grupo. Buenos consejos y un punto de humor algo seco, pero aun asi la queria con toda mi alma. Si no fuera de ese modo, seguro que no seria mi amiga. Merche es alta, con un cuerpo de infarto, pelo largo y negro, unos impresionantes ojos azules y todo curvas y elegancia. Si tuviera que decir a quien me recuerda, sin duda seria a la actriz Megan Fox, aunque desde luego Merche es mucho mas guapa. --Y date prisa en arreglarte si no quieres que entre en la ducha y te corte el agua caliente. --No seas borde, Merche --la critico Tere--, entra y hazlo del tiron, ?no ves que le hace falta agua helada para aclararse las ideas? --Y esta es mi terremoto, mi rubia, aunque de tonta no tiene un pelo, alocada, extrovertida, sin pelos en la lengua y otro bellezon donde los haya, algo mas baja que Merche y con curvas mas redondeadas. La jodida estaba buena a reventar; y es que con esas curvas, el pelo tan rubio, los ojos verdes, los labios carnosos y la gracia natural para hablar tenias que quererla si o si. Aquella bruja era mi bruja particular y, como si lo viera venir, sali corriendo de la ducha y la vi entrar, tambien corriendo, con un vaso lleno de hielos que me tiro por la cabeza. --!Seras gilipollas! --le grite mientras intentaba aguantar la risa--. Anda, vete para el salon que en diez minutos estoy lista. Cuando sali de mi habitacion las dos se quedaron mirandome. Sabia que aprobaban lo que veian. Les dije que no queria estar alli, que necesitaba a toda costa salir de fiesta; ese idiota no me amargaria una noche mas y estaba decidida a dejarlo claro. --Pero, chica, que guapa estas --me regalo Merche--. ?Ese vestido es nuevo? Me habia decidido por uno rojo de tirantes finos y corte a medio muslo que resaltaba las formas de mi cuerpo. Cuando me di la vuelta, vieron que la parte trasera dejaba poco a la imaginacion, pues el vestido muestra mi espalda casi hasta donde empieza a perder su nombre. --Joder, chica, estas para que te echen un polvo de los de multiorgasmos --primera de la noche--, y si no lo hacen avisame que le pateo el culo. Esta noche las chicas estaban de acuerdo en darme una tregua y no hablaron nada de lo que habia pasado poco antes de que llegaran a mi casa. Era viernes y me veian animada para una noche de fiesta en Sevilla que con nuestros veintiocho anos no podiamos desperdiciar. Fuimos a cenar y acabamos en la terraza Bilindo. Despues se quedarian en casa; las necesitaba cerca de mi. Al dia siguiente no trabajaban y yo tenia que terminar el papeleo de la fiesta que estaba organizando para un congreso en un hotel y cerrar el catering. La noche estaba siendo increible. Bebimos lo justo porque tenia que estar despejada y no levantarme muy tarde, asi que a eso de las cuatro de la manana decidimos regresar. En mi casa tenian disponible la habitacion de las visitas, aunque en el armario habia mas ropa que la que una visita esporadica podria usar. Y asi fue como mi tarde espantosa se convirtio en una noche de chicas, risas y diversion

  • La sirena y la senora Hancock de Imogen Hermes Gowar

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    CORTESANAS, SIRENAS, AMBICIONES, NAUFRAGIOS… LA MEJOR NOVELA SOBRE EL SIGLO XVIII DESDE EL SIGLO XVIII.

  • Amor y vino de Erina Alcala

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    Papa -le dijo Gino a su padre en su casona de la Toscana. -?Que pasa hijo? -He conseguido una importante venta a Estados Unidos, una red de restaurantes nuevos, en todo el pais, sobre todo en Nueva York. -Eso es estupendo, hijo, este ano nos viene mejor que nunca Gino. Tenemos excedente de cosecha que no vamos a poder vender. -Tu lo has dicho, pero hay un problema. -?Que problema si has encontrado donde introducir nuestros excedentes? -Lo seria si no nos faltara produccion. -Ahora te introduces en el mercado americano y vas a vender, no solo lo que nos sobra, sino lo que nos falta, que no tenemos y a ver de donde lo sacamos. Pero ?Por que has hecho eso? Eres demasiado impulsivo y competitivo, tenias que vender lo que nos sobra. Nada mas. -Me han pedido mas y no he querido decir no, porque perderiamos todo. ?Y si se echan para atras? -Pero hijo, si este ano ha sido muy buena la cosecha, -decia el padre sentado en la puerta, debajo de una gran parra que daba frescor al porche de piedra de la gran casona. Te has metido en un buen lio, a ver como salimos de el y donde encontramos unos vinos como los nuestros. El padre de Gino, Gaspare Santoro, habia sufrido una ciatica en la pierna y no podia moverse. Los dolores eran insoportables y ademas habia tenido una caida y el medico le recomendo reposo absoluto, pero Gaspare Santoro, no queria estar acostado, y lo tenian en su mecedora con la pierna en alto en el porche de la gran casona de piedra. Alli estaba bien. Y al frescor de la tarde. Cuando su hijo salio a hablar con el desde el despacho, se lo dijo. Y ambos estaban preocupados. El despacho lo tenia en pleno ventanal, desde donde veia todo el vinedo que tenian en la Toscana, un lugar maravilloso a las afueras de Grosseto, una ciudad antigua de mas de 81.000 habitantes, con un rio precioso, el Ombrone, a pocos kilometros de la costa del mar Tirreno. Gino se habia comprado una casa fabulosa cerca del rio, un barco pequeno y un jet no demasiado grande, pero iba todos los dias a los vinedos de su padre, donde trabajaba. A veces, se quedaba a dormir con sus padres y la abuela que aun vivia, en la gran casona que dominaba los vinedos interminables. Las bodegas, estaban situadas a la derecha de la casona, a un kilometro de ella. Desde que Gino salio de la universidad y antes, le habia encantado el campo, la bodega, los vinedos... Comprarse la casa, fue un lujo para llevar a chicas y tener algo propio en la ciudad. Era joven y queria algo suyo, y tenia mas que cualquier chico de su edad, claro que eran ricos. Eran uno de los bodegueros mas famosos de la Toscana, tambien los mas ricos. Y de la mitad de Italia. Tenian coches, para el campo, para salir... Gino tenia un BMV y hasta un pequeno avion privado que usaba cuando tenia que ir a ver clientes fuera del pais, donde exportaban mayoritariamente o dentro del pais, pero lejos. Y ahora acababa de introducirse en el mercado americano, con un problemilla por resolver. -?Y que piensas hacer Gino? Hijo eres impulsivo. No puedes ofrecer lo que no tienes, aunque te lo pidan. Le repetia el padre machaconamente. -Buscar un vino parecido al nuestro, este ano ha sido un ano de produccion para todo el mundo. -Pero ninguno es como el nuestro, lo sabes y no pues mandarle un vino diferente al que les has ofrecido, a ver donde vas a buscarlo hijo. ?Te has comprometido? -Si, lo he hecho porque si no, no sacamos nuestro excedente y el mercado americano es el que mas paga. -Pero Gino, yo jamas he hecho eso en mi vida. -Voy a solucionarlo, no te preocupes, tengo un mes para eso, mes y medio para enviarles los vinos aparte de a nuestros clientes habituales. Eso ya lo estan embotellando y metiendo en cajas en la bodega y enviandose. Mateo esta en ello con los trabajadores. Y yo tengo que ir a Espana. -A Espana, si, me voy esta noche en el jet. -Pero a Espana ?Por que? -Hay una ciudad en el sur, bueno, un pueblo grande, Jerez de la Frontera y espero no equivocarme. Un pueblo bodeguero por excelencia. Alli hay un vinedo, sus vinos son iguales a los nuestros. Y se que tienen excedentes suficientes, los que nos faltan y no tienen donde venderlos. -?Estas seguro? -Lo estoy, nuestro sumiller los ha probado, toma... -Y le puso dos copas delante.-El padre los probo. -No bebas demasiado con las medicinas. Solo probarlos. -Son iguales Gino. Bueno, un poco... -Son practicamente iguales. -Si, iguales del todo. Eso no es normal. ?Y conoces la bodega? -He estado estudiandola. Se llama Casa de la Marquesa. La lleva un tal Juan Luis Perez con sus hijas Soledad y Elvira. Perez, es viudo, Elvira se encarga de los vinedos y Soledad de la bodega, y las ventas y supongo que todo lo relacionado con el despacho. Con ella es con la que tengo que tratar. Estos son-y le enseno las fotos de padre y de sus hijas en la bodega. -!Que guapas son! Son chiquitas como me gustan. ?No te gusta alguna Gino? -!Papa!... Estamos en otra cosa. -Eres un soso. No te gustan sino esas con las que sales. Guapas, si pero no son mujeres para el campo. Y Gino no queria iniciar una y otra vez a misma conversacion con su padre. Vivia bien, mejor que queria, tenia todo en la vida y el trabajo que le encantaba. Le gustaba vestir bien cuando volvia de los vinedos e ir a sitios exclusivos. Para ellos trabajaba como un mono durante la semana y habia hecho de los vinedos lo que eran y su padre estaba muy orgulloso de el, pero en ese aspecto... -Ademas -continuaba Gino-puedo dejar el jet en el pueblo, tiene un pequeno aeropuerto. Ya hemos hablado con el aeropuerto. -Pero Gino, ?Sabes si tiene produccion para venderte? ?Has hablado con ellos? -No, ire directamente. -?Y si lo tiene vendido a otras personas? -De momento no, por eso nos vamos esta noche. -Bueno tu veras, pero ir sin llamar ni avisar me parece el factor sorpresa. -A ver si te vas a llevar tu la sorpresa y tienen vendidos los vinos... -Lo se de buena tinta. Les va a sobrar, y sera nuestra, se la compraremos. Han tenido demasiada produccion para los vinos jovenes como los nuestros. No tienen suficientes clientes. No es una gran bodega como la nuestra a gran escala. Asi que le haremos una oferta que no podran rechazar. -A ver si no vamos a ganar nada. -Vamos a ganar, ?Cuando has visto que tu hijo pierda algo? -Nunca, la verdad. Deberia retirarme en cuanto tenga bien la pierna. Tu madre me lo dice. -No digas tonterias papa, tienes 60 anos, y las bodegas te necesitan si no quieres ir al campo, solo echas un vistazo y a la bodega. -Bueno, ?Llevas dinero? -Claro. -?Cuanto piensas comprarles? -Todo lo que les sobre. Lo necesitamos. -Bueno, espero que tengas suerte. ?Cuando sales? -A las seis, tardaremos unas tres horas. Nos quedaremos en un hotel y manana por la manana les hago una visita, alquilo un coche. -Me llamas. -Claro que si papa. Dame un abrazo, me despido de mama, me tengo que ir, me llevo a Marco, viene conmigo, y Mauro el piloto. Y Virginia. -Tened cuidado. -Lo tendremos. El tiempo es bueno. -Suerte. Ya me cuentas. Y Gaspare Santoro, penso que le hubiese gustado tener el arranque de su hijo, pero su hijo habia comprado tierras aqui y alla y habia conformado uno de los vinedos mas grandes de lo que el jamas habia sonado. Era un buen hijo y estaba orgulloso de lo que habia conseguido en esos siete anos. En la bodega La Marquesa De Jerez, Soledad hablaba con su padre en el cortijo que tenian en el vinedo, la decima parte o mucho menos que el vinedo de Gino. Solo exportaban vino dentro de Espana, tenian sus clientes principalmente en Andalucia, el sur, pero ese ano la produccion era excesiva y Soledad, su hermana Elvira y su padre, estaban preocupados por ver a quienes vendian su excedente. Soledad buscaba a diario, pero nada, no habia manera. -Papa, ha habido demasiada produccion y no puedo sacarla toda. Vamos a tener un excedente sin poder sacarlo-le decia Soledad. -No te preocupes, -le dijo el padre -sigue llamando a clientes y les ofreces mas, busca clientes, restaurantes en el norte. -?Crees que no lo he hecho? llevo una semana y me temo que vamos a perder un buen dinero si no encuentro quien nos compre la cosecha. -Bueno, deja ya eso, es de noche, -su hermana Elvira-vamos a cenar y manana ya veremos con mas claridad, Soledad. Soledad, era la menor de las hermanas. Se llevaba 3 anos con su hermana, se preocupaba mucho por la Hacienda, llevaba todo, excepto los vinedos que esos eran de Elvira y habia trabajado bien ese ano, tanto que tenian vino de sobra. Soledad, echaba una ojeada a la bodega y llevaba las cuentas y ventas. Su padre era mas del campo. Pero ella habia estudiado en la universidad y habia hecho un curso de sumiller que le sirvio de mucho para su bodega. Tenian un vino tinto y otro dulce, pero su fuerte, era el vino blanco. La super produccion le preocupaba porque no tenia donde ubicarlo. Era una pena que tuviera una buena cosecha y se desperdiciara. Soledad era pequena, le pelo largo, unos ojos verdes grandes, de largas pestanas y un cuerpo bien proporcionado, con una trenza o una cola alta siempre para el trabajo, unas botas, vaqueros y camisetas, era lo que mas utilizaba. Su hermana Elvira era un poco mas alta que ella, pero eran guapas ambas, los ojos marrones como su madre, que les falto cuando Elvira tenia 10 anos y Soledad de 7, de un cancer. Si salian, se vestian como jovenes que eran con 24 anos Soledad y 27 Elvira. Trabajaban tanto que no salian apenas. Desde que su madre murio hacia unos anos, estuvieron cuidando de su padre y Soledad, terminaba la carrera y el curso, e iba todos los fines de semana a casa desde Sevilla donde estudiaba Administracion de Empresas. Y en ese tiempo fue Elvira la que con su padre se encargaba de todo, hasta que Soledad volvio y le descargo trabajo a su hermana. No tenian tiempo de nada, entre la enfermedad de su madre, su muerte, cuidar a su padre, no tenian tiempo para chicos ni para salir, ademas sus amigas estaban en Sevilla, las de las dos que habian estudiado alli. Sin embargo, ya estaba empezando a salir porque Elvira decia que eran jovenes y debian salir los fines de semana, que tenian hombres que se encargaban del campo y de la bodega y Maria que cuidaba la casa, le podia echar un ojo a su padre, porque ultimamente se desorientaba mucho. Estaba como en su mundo. Fue progresivo desde que murio su madre, pero le habian aumentado las ausencias. Lo bueno es que vivian en el cortijo que estaba a cinco kilometros de Jerez. A la manana siguiente, llego al cortijo y coche negro impresionante, como de ejecutivos. Pero ella sabia que era un coche alquilado del aeropuerto, los conocia, por otros clientes que iban al cortijo. Estaba saliendo de la bodega y se acerco a la casa donde paro el coche. Su padre estaba en el campo con Elvira y Maria, que se encargaba de la casa, salio a recibir a esos dos hombres impresionantes y elegantes. Y Soledad vio como Maria la senalaba. Cuando se acerco, los saludo. -!Hola! Soy Soledad Perez, duena de esta bodega, bueno mi padre es el dueno y ustedes son... dandoles la mano, primero al que parecia llevar la batuta en la conversacion y que era un modelo de tio bueno y moreno con unos ojos verdes de muerte. -!Hola! Senorita Perez. -Y le apreto la mano como hacen los ejecutivos, ni lacia ni demasiado fuerte, con entusiasmo. -Soledad por favor. -Entonces me llama Gino, Gino Santoro y el es mi secretario Marco. -?Son italianos? -Somos italianos, si senorita. De la Toscana. -?Y que hacen en mi bodega y en mi casa desde tan lejos? -Negocios.- Contesto Gino con firmeza y esa voz preciosa y susurrante que tenia como si te hiciera el amor, mirandola de arriba abajo. -?Nos sentamos, por favor? ?Quieren cafe, limonada, cerveza... Si no han desayunado Maria puede prepararles algo. -Gracias, cafe solo. Hemos desayunado. Se lo agradecemos. Y Soledad, le dijo a Maria que trajera cafe y leche y unas pastas. Les senalo el sitio en la gran mesa que a Gino le recordo a la que tenian en sus vinedos. Y se sentaron uno a cada lado de Soledad. -Habla bien espanol. -Si, gracias. -Hablo unos cuantos idiomas, ?y usted? -Ingles, italiano y Castellano simplemente. No me exigian mas en la carrera y no he tenido tiempo. Llevo esto casi sola. Pero, llamame, Soledad y te llamare Gino, eres joven -dijo ella alegremente. Era alegre y simpatica, una buena anfitriona. -Gracias, mejor asi, Soledad. Al menos nos entendemos, si no en castellano, en italiano. -Bueno, mi padre esta dando una vuelta al campo, aunque yo tomo las decisiones, pero puedes decirme mientras viene, que te trae desde tan lejos. Asi que usted dira, Gino Santoro. -Y Gino le sonrio.

  • Parker y Amy (Hermanos Sullivan 1) de Abril Camino

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    Amy Morgan tenia tres propositos al entrar en la universidad: ser puntual, pasar desapercibida y mantenerse alejada de los chicos. El primer dia de clase incumplio los dos primeros. Y conocio a Parker. Parker Sullivan tiene tres aficiones: el whisky, los tatuajes y las mujeres. Y no piensa renunciar a ellas para complacer a su nueva companera de clase. Amy y Parker solo tienen una cosa en comun: necesitan huir el uno del otro para evitar que sus pasados los alcancen.

  • Cuando tu y yo rompimos de Shirin Klaus

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    Ya he vuelto --anuncio Carlos al entrar en la suite. Cerro la puerta tras el y avanzo hacia la zona del salon--. Ha estado genial, !he pescado un atun! !Menuda pieza! Me han echado una foto y me la van a mandar al movil. Vas a alucinar cuando la veas. Al llegar al salon, lo encontro vacio y fruncio el ceno. --?Marisol? No hubo respuesta, pero aun asi siguio hablando mientras caminaba hacia la habitacion. --?Sigues en la cama? Pense que ya estarias mejor. En el dormitorio, no obstante, tampoco habia ni rastro de ella. La cama estaba tan bien hecha que quedaba claro que la habian hecho las limpiadoras a primera hora de la manana. Pero eso no era posible, ?no? Habia colgado el cartel de <> porque Marisol ese dia se encontraba mal y se habia quedado en la cama en lugar de ir a la excursion con el. Una bombillita del color de la traicion se encendio en su cabeza. --Ya veras, ya... yo me trague ese espectaculo de baile tradicional --murmuro mientras se dirigia hacia la ducha. No cabia duda: lo de sentirse mal tan solo habia sido una excusa para no ir de pesca con el. Podia entender que no le entusiasmase mucho la idea de pasarse seis horas en un barco, pero sabia que era importante para el, porque desde pequeno su padre le habia inculcado el amor por aquel deporte. !Ademas, era una actividad muy extendida entre los turistas! !El no era el unico raro! Le habria encantado que compartieran aquello... <> !Que cabrita! Ya se la devolveria, ya... Al terminar de ducharse, se seco y se puso comodo. --?Marisol? --llamo al salir del bano, pero siguio sin recibir respuesta. ?Donde estaria? Busco su movil por la habitacion para ver si le habia enviado algun mensaje, pero no lo encontro. Que extrano, juraria que lo habia dejado cargando en la mesita, pero alli no estaba. Trago saliva al pensar que quiza Marisol lo habia estado usando. ?Y si hallaba aquellos mensajes de la noche anterior? No le habia dado tiempo a borrarlos... No, Marisol no iba a encontrar nada porque su movil estaba protegido con contrasena precisamente para eso. Tenia que estar por ahi, en algun lugar de la suite. ?Tal vez en el salon? Iba a salir del dormitorio cuando algo en el escritorio llamo su atencion. Alli estaba su portatil, que si seguia donde el lo habia dejado esa manana, pero sobre este habia una nota manuscrita y un pendrive. Retrocedio y cogio la nota, donde podia leerse <>. Supuso que era la letra de Marisol, aunque, como no llevaba firma, no estaba seguro. Con las nuevas tecnologias, nunca habia visto su letra. Bueno, no era del todo verdad; tenia que reconocer que Marisol todavia usaba notas escritas a mano para posits, agendas y listas de la compra, pero, como no iban dirigidas a el, nunca se habia parado a mirarlas con detenimiento y, menos todavia, a estudiar su letra. Pero tenia que ser su letra, ?de quien, si no? Dudaba de que algun trabajador del hotel hubiera entrado en la habitacion para dejarle un pendrive y una nota que decia <>. Salvo que hubiese algun acosador rondando por los pasillos del establecimiento, aquello era idea de Marisol. Encendio su ordenador y, mientras este arrancaba, fue hasta el salon y lo registro para ver si daba con el movil, pero nada. De hecho, estaba todo ordenadisimo e impoluto, casi como si la suite estuviera por estrenar. Regreso al dormitorio y se sento delante del portatil con la esperanza de que aquella dichosa memoria USB le diera alguna pista sobre donde estaba Marisol. Tras meter la contrasena, inserto el pincho y se le abrio una carpeta en el ordenador. Contenia un unico archivo, un ejecutable. Lo clico, la pantalla se puso en negro un segundo y despues reaparecio el escritorio y se abrio un reproductor de video que ocupo toda la superficie. --Hola, Carlos. Era ella, hablandole desde la pantalla del portatil. No reconocio el fondo, pero debia de haberlo grabado antes del viaje, pues no estaba tan morena como tras aquellos dias de descanso en la playa. --Si estas viendo esto es porque estoy muerta. ?!!!Como!!!? ?!!!Que!!!? ?!!!Cuando!!!? --Que no, hombre, que es broma. Sigo vivita y coleando. Solto todo el aire que habia retenido en los pulmones sin darse cuenta y le lanzo una mirada furibunda a la Marisol de la pantalla. Ojala las miradas mataran a las versiones ciberneticas de las novias. --Lo siento si te he asustado, era para suavizar un poco el ambiente, porque lo que voy a contarte ahora es un poco... en fin... complicado. Marisol bajo la vista y miro algo que quedaba fuera del encuadre. Carlos se fijo entonces en que estaba sentada en una silla de oficina, ?estaba mirando algo que tenia sobre la mesa? Tal vez un guion, unos apuntes o... Era una cajita de terciopelo y la reconocio en cuanto Marisol la levanto. No necesitaba que la girase para saber que dentro habia un anillo de pedida, pero aun asi los fotogramas mostraron como su novia le daba la vuelta a la caja y le mostraba el contenido. --He encontrado esto. !Madre mia, que pedrusco! --Se rio, nerviosa--. Asi que vas a pedirme que me case contigo... !guau! No se que decir. Bueno, si lo se, pero tendras que esperar para saberlo. Volvio a girar la caja y se quedo mirando el anillo durante varios segundos de silencio. Entonces la dejo sobre la mesa y, segun pudo intuir por los movimientos de sus hombros, la hizo a un lado. --Antes de... antes de dar este paso, tenemos que hablar. No te va a gustar, pero no hay mas remedio. Carlos se devano los sesos pensando en que podria contarle. ?Que seria tan gordo como para decir la temida frase de <>? Quiza si que habia conseguido saltarse la seguridad de su movil y sabia lo de Ana, o tal vez lo habia oido hablar con su socio Luis aquella vez en la que... Un torrente de posibilidades cruzo por su mente en tan solo unos segundos, pero, cuando finalmente Marisol hablo, lo hizo sobre un tema totalmente diferente a los que barajaba. --Bueno, he dicho hablar, pero lo cierto es que lo que quiero hacer es confesarme y he pensado que esta es la mejor forma. Llamame cobarde, pero... es que no puedo hacerlo a la cara. Carlos fruncio el ceno, intrigado. ?Aquello no iba sobre el, sino sobre ella? Entonces podia respirar tranquilo, porque, mientras no fueran sus trapos sucios los que fueran a airearse, el seguia controlando la situacion. --No he sido del todo sincera contigo. ?Recuerdas cuando tu y yo rompimos, cuando pasamos todo un verano separados? Pues no te he dicho la verdad sobre lo que hice. ?Como?, ?iba a hablarle sobre lo que hizo los meses que estuvieron separados? Que mas daba, era historia. --Tu me has contado todo lo que hiciste, que estuviste con... esa. <> debia de ser Ana, pues era la unica de la que Marisol tenia conocimiento (al menos que el supiera), aunque la verdad era que aquel verano habia estado con dos: Ana y una mujer que se le habia puesto en bandeja durante su viaje a Londres. --Yo te explique que no habia estado con nadie, pero no es cierto. Y necesito contartelo porque ahora, sabiendo que vamos a casarnos, me siento tan culpable... Prometimos ser sinceros cuando nos dimos una segunda oportunidad y yo no lo fui. Y ahora me da miedo guardarme este secreto, que nos casemos y que despues salga todo a la luz y no puedas aguantarlo... ?Que se suponia que habia hecho? Si se habia acostado con un tio, era sexo y punto, ?que mas daba? Podia perdonarselo; a fin de cuentas, no le habia sido infiel porque no estaban juntos en aquel momento. Por sus palabras, no obstante, Marisol parecia creer que habia hecho algo terrible, como si hubiera matado a alguien. Marisol tomo aire en la pantalla y despues dijo: --No se si habras intentado darle al <> para detener el video, pero, si no lo has hecho, te informo de que no puedes hacerlo. Tu ordenador estara bloqueado hasta que se termine de reproducir esta grabacion. Lo siento, carino, pero de verdad que necesito que visiones esto hasta el final. No podre darte el <> con la conciencia tranquila hasta que lo veas, hasta que lo sepas todo. Si despues de esto deseas que rompamos, lo entendere, pero mejor ahora que dentro de unos anos. Carlos probo a pausar la reproduccion, pero, tal como Marisol habia afirmado, el ordenador no reaccionaba y el video seguia reproduciendose. Ni tan siquiera podia minimizar la pantalla. Pero ?que narices...? --Cuando rompiste conmigo, me cabree mucho contigo, y mas cuando supe que lo hacias porque tenias a otra. Pense en un millon de cosas que podia hacer para que me lo pagaras, pero no me atrevi a nada. Fue entonces cuando me entere de que no solo tenias ya a otra, sino que, ademas, la habias estado teniendo desde hacia meses. !Meses! Me enfade como nunca en mi vida y quise devolvertela. Queria recuperar todos esos meses perdidos en los que yo solo estaba contigo mientras tu te tirabas a otra. >>Use tu tarjeta de credito para reservar un viaje a Ibiza. Segun habia oido, era el lugar perfecto para perder la cabeza y !madre mia si lo es! Nada mas registrarme en el hotel, la recepcionista me informo de un servicio exclusivo que ofrecia el establecimiento: una aplicacion para ligar. Como Tinder, Meeting y otras aplicaciones parecidas, solo que con los clientes del hotel. Como vio que me hospedaba sola, supuso que era la clienta perfecta. Bastaba con meter una foto, intereses, gustos y cosas asi, y podias ver a otros huespedes que tambien estaban solteros y buscaban... ?una relacion? Eso suena demasiado serio. Lo cierto es que lo que buscabamos todos los que nos inscribiamos era sexo. Basicamente. Con unas copas antes, un baile en la pool party para amenizar la tarde... pero, al acabar la cita, lo importante era follar. >>Fui una promiscua, Carlos. Perdi totalmente la cabeza. Y necesito que me perdones, a u n q u e , p a r a e s o , a n t e s t e n g o q u e c o n t a r t e m i s p e c a d o s.