• libro el mundo hasta ayer - Jared Diamond

    https://gigalibros.com/el-mundo-hasta-ayer.html

    El ganador del premio Pulitzer, autor de los best sellers Colapso y Armas, germenes y acerovuelve al pasado en busca de un futuro mejor.

  • EL MUNDO HASTA AYER | JARED DIAMOND | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-el-mundo-hasta-ayer/9788499923192/2127976

    Te estimular� y te har� reflexionar.� ... �El mundo hasta ayer es un libro ambicioso y erudito, basado en el vasto conocimiento de Diamond sobre antropolog�a, ...

  • El mundo hasta ayer: �Qu� podemos aprender de las ...

    https://www.amazon.es/mundo-hasta-ayer-sociedades-tradicionales-ebook/dp/B00E5NH0JW

    Te estimular� y te har� reflexionar.� ... �El mundo hasta ayer es un libro ambicioso y erudito, basado en el vasto conocimiento de Diamond sobre antropolog�a, ...

  • �Qu� podemos aprender de las sociedades tradicionales ...

    https://www.amazon.es/mundo-hasta-ayer-sociedades-tradicionales/dp/8499923194

    El mundo hasta ayer: �Qu� podemos aprender de las sociedades tradicionales? (Historia) : Diamond, Jared: Amazon.es: Libros.

  • EL MUNDO HASTA AYER - LAIE

    https://www.laie.es/llibre/el-mundo-hasta-ayer/9788499923192/592291

    The Seattle Times �Lee este libro. Te estimular� y te har� reflexionar.� Scientific American � El mundo hasta ayer es otro ensayo revelador, un libro ...

  • El mundo hasta ayer | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/economia-politica-y-actualidad/11555-libro-el-mundo-hasta-ayer-9788499923192

    El ganador del premio Pulitzer, autor de los best sellers Colapso y Armas, g�rmenes y acero vuelve al pasado en busca de un futuro mejor. Un libro ...

  • El Mundo Hasta Ayer - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/El_Mundo_Hasta_Ayer

    El Mundo Hasta Ayer: �Qu� Podemos Aprender de las Sociedades Tradicionales? es un libro de divulgaci�n cient�fica de 2012 escrito por el intelectual ...

  • EL MUNDO HASTA AYER | �QU� PODEMOS APRENDER ...

    https://traficantes.net/libros/el-mundo-hasta-ayer

    El mundo hasta ayer, clasificado en la materia de antropolog�a social y cultural, es el libro m�s personal de Diamond, ya que utiliza sus d�cadas de trabajo ...

  • Libro: El mundo hasta ayer - 9788499923192 - Diamond, Jared

    https://www.marcialpons.es/libros/el-mundo-hasta-ayer/9788499923192/

    Desarrollo social /. Servicio de b�squeda de libros. Este libro est� agotado o descatalogado por la editorial. Si lo desea podemos buscar esta obra en ...

  • El Mundo Hasta Ayer - -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a1097834/El-mundo-hasta-ayer

    El Mundo Hasta Ayer. �Qu� podemos aprender de las sociedades tradicionales? Premio Pulitzer por Armas. Publicado el 19 diciembre 2020. Bolsillo (Libro) en ...

  • Montenegro (Cienfuegos 4) de Alberto Vazquez-figueroa

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    La cuarta entrega de la apasionante saga Cienfuegos.

  • La esposa de un amigo me pide que la ayude de Fernando Neira

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    Mi vida se ve alterada cuando un buen dia Patricia, la esposa de un amigo, acude a mi pidiendo mi ayuda y me cuenta que quiere divorciarse porque Miguel la ha pegado. Viendo las marcas de la paliza en su cara, me crei su version pero al ir a recriminar a su marido su comportamiento, este me confirmo que era cierto pero que si le habia puesto la mano encima habia sido por ser infiel. No sabiendo a que atenerme, la pongo bajo mi proteccion sin tener claro si esa rubia tenia razon y buscaba en mi a un protector o era una mentirosa y su peticion de ayuda era en realidad una forma de encontrar un sustituto de su ex que la mantuviera.

  • Un Hombre Al Que Odiar de Miriam Formenti

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    Amor y aventura en un romance ambientado en la Edad Media.
    El quiere amarla, ella solo quiere odiarlo.
    Estamos en el ano 1158, Federico I de Suabia asedia y conquista Milan. Se toma el control de los feudos milaneses, se asesina o se encarcela a los nobles y las mujeres se consideran mercancia de cambio.
    La noble Regina Celeste Balestrieri, tras la tragica muerte de sus familiares, es solo una presa de guerra y se la ofrecen como regalo a un baron suabo.
    El, Stephan Deinburg de Hezen, el conquistador, no la considero un regalo interesante cuando la vio. La chica es atractiva, si, pero es muy rebelde y orgullosa, demasiado para el que pertenece a un pueblo de vencedores. Sin embargo, es un desafio que no quiere perder y decide que sera su esposa. La quiere en cuerpo y alma, sin saber que ya habia perdido su propio corazon con una sola mirada.

  • Lord John y un asunto privado de Diana Gabaldon

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    Una apacible manana de junio de 1757, lord John Grey, aristocrata y oficial de alta graduacion del ejercito de su majestad, sale de su club londinense sumido en una profunda confusion. Acaba de descubrir un secreto perturbador, que afecta directa y gravemente a su prima Olivia. Con el fin de evitar un escandalo que podria arruinar el buen nombre de su familia, lord John decide tomar cartas en el asunto, pero un deber mas urgente lo obliga a postergar sus planes: la Corona lo reclama para que investigue la muerte de un camarada de armas. Asi pues, enfrentandose a una red de traidores y delatores que se extiende por diversas capas de la sociedad inglesa, desde las casas de mala reputacion hasta las lujosas mansiones de la nobleza, lord John seguira la pista de un escurridizo lacayo y una enigmatica mujer, sinuosos personajes que tal vez puedan proporcionarle las claves de ambos casos.

  • El beso mas apasionado de Bronwyn Jameson

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    Los problemas habian vuelto a la ciudad.

  • Yo no la mate de Fernando Trujillo Sanz

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    Relato corto. Perfecto para leer en transporte publico.

  • Una tienda en Paris de Maxim Huerta

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    ?Alguna vez has pensado empezar de cero en otra ciudad? Fue entonces cuando todo cambio. Justo al acercarme a aquel viejo cartel de madera escrito en frances que vendian en un anticuario improvisado de Madrid. Aux tissus des Vosges, Alice HUMBERT, nouveautes.

  • A tu lado 4 de Helena Sivianes

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    Haley afronta el ultimo ano de instituto con grandes expectativas e ilusion, y la llegada del nuevo curso no la defraudara, pues vendra acompanada de una espiral de emociones, vivencias y aventuras.

  • Si me ladras de Veronica Valenzuela

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    ?Que pasaria si alguien que no esperas, sellara tu destino amoroso? ?Y si ese alguien fuera un perro callejero que escondiera un increible secreto?
    Aitor es un profesor de arte que se queda en paro por los recortes en la Universidad de Madrid donde da clases.
    Con un cuerpo de infarto y una inteligencia por encima de la media, probara suerte en trabajos desastrosos, hasta que encuentra la horma de su zapato en una oferta que no puede rechazar. Solo hay un inconveniente: odia a los sevillanos y a los perros.
    Rio es una veterinaria competente y rebelde, que pertenece a la aristocracia, a la que detesta. Cuando su padre contrata al hombre mas horrible del planeta como restaurador y asesor de su coleccion de arte, con un caracter cabezota de mil demonios y el aspecto de un dios vikingo, los esquemas de la chica se haran mil pedazos.
    Juntos, la quimica y algo mas, saltaran a la palestra. ?Podran hacerle frente?

  • El seductor de Veronica Valenzuela

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    La vida da muchas vueltas, algunas imprevisibles.
    Puede convertir a un hombre sencillo como Roberto, en un gran mentiroso, bajo el disfraz de un caballero enigmatico y muy sexy.
    O transformar la insulsa vida de una periodista como Carla, frustrada por un odioso trabajo en el que no la valoran, en su divertido y carismatico alter ego.
    En el Londres menos conocido y mas intimo, dos personas se encontraran para disfrutar de la aventura mas excitante de sus vidas.
    ?Seran igual de valientes para revelar su verdadero corazon?

  • El Gran Capitan de Jose Calvo Poyato

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    Con su maestria de narrador y sus profundos conocimientos de historiador, Jose Calvo Poyato nos introduce en la vida del soldado espanol mas insigne de todos los tiempos: Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan.

  • El viajero sin corazon de Miguel Angel Fece Allue

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    Mischoll, un joven frances de principios del siglo XIX, descubre que su primer amor le ha robado el corazon y por tanto es incapaz de amar de nuevo. Con una enorme cicatriz en el pecho recorrera el mundo buscando la solucion entre medicos, sabios, personajes surgidos de las novelas y mujeres a las que no tiene nada que entregar.Una novela sobre amor y desamor, viajes, busqueda de uno mismo y encuentros imposibles.

  • Volver a Assam (Aromas de te 3) de Janet Macleod Trotter

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    La India, 1933. Adela Robson es una adolescente que escapa de la escuela, decidida a perseguir su pasion por la interpretacion. En Shimla, la sede veraniega del Gobierno imperial, se entrega a cuantas diversiones ofrece la sociedad india de la epoca a una hermosa debutante. Pero cuando parece a un paso de alcanzar sus ambiciones, la joven llama la atencion de un apuesto principe, un juerguista encantador que dara al traste con sus suenos…

  • Te quiero, pero solo un poco de Olga Salar

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    Estaba de vuelta en su hogar, penso Blair. Lo habia sentido asi en el instante en el que el taxi paso por Lombard Street mientras los llevaba hasta Grove Street, en Alamo Square, el barrio en el que vivian sus padres. Mientras habia estado lejos de casa, habia echado de menos el aire perfumado de San Francisco, mezcla de especias de los diversos restaurantes que poblaban la ciudad, el aire salado del oceano y el dulce de la bahia; el constante ruido del cable car, su clima impredecible, y la familia que habia dejado alli dos anos atras, cuando decidio retomar en Boston la vida que, hasta ese momento, habia dejado en suspenso. Marcharse a la otra punta del pais habia sido necesario por su salud mental, pero no por eso habia sido mas facil hacerlo. Regresar, contra todo lo esperado, estaba siendo igual de complicado. No obstante, a pesar de llevar ya dos horas en la ciudad desde que se bajo del avion en el International Airport of San Francisco, no habia sido hasta ese instante, en el que las viviendas de colores le dieron la bienvenida, que se sintio verdaderamente en casa. --?Necesitas ayuda con las maletas? --pregunto Mike saliendo del taxi junto con el propio conductor, quien silenciosamente se dedico a sacar las pertenecias de Blair del maletero--. Te las dejare en la puerta antes de marcharme. --Ofrecio al tiempo que trataba de adivinar su estado mental mirandola con intensidad. --No es necesario. Pero, espera, ?no vas a entrar conmigo? Su mejor amigo nego con la cabeza. --Tus padres tienen ganas de verte y yo solo seria un estorbo. --Mis padres te quieren como a un hijo. Estaran encantados de verte y alimentarte. El sonrio sabiendo que era cierto. --Saludales de mi parte --y anadio con un suspiro resignado--, yo tambien he de ir a ver a mi madre. El gesto no paso desapercibido para Blair. La madre de Mike, quien, a la muerte de su esposo, habia tratado de sacar a su hijo adelante regentando un pequeno restaurante italiano en Little Italy, habia terminado siendo la duena de una franquicia de exito. Y su dedicacion la habia llevado a estar menos tiempo en casa, a pesar de que habia contado con la ayuda de su mejor amiga, la madre de Blair, quien desde el primer momento se ocupo de Mike como si de su propio hijo se tratara. Summer y Gina habian sido amigas inseparables desde el instante en que esta ultima se mudo a la casa de al lado de la que vivia Summer cuando ambas contaban con seis anos. --!Es cierto! Dile que en cuanto pueda pasare a verla. Mike asintio sonriendo. --!Se lo dire! Estoy seguro de que mi madre estara mas feliz de verte a ti que a mi. --No digas tonterias, Michele --lo regano usando su nombre en italiano tal y como hacia Gina. Mike la miro molesto, pero no protesto. --Recuerda que manana a las nueve pasare a recogerte. Si no desayunas antes podemos pasar por el Spiro y ponernos ciegos de waf les. Blair fruncio el ceno confundida. ?Por que debia de pasar a recogerla tan temprano? Adivinando sus pensamientos, Mike explico: --El agente inmobiliario, ?lo has olvidado? Tenemos una cita con el para encontrar el local que buscamos. Asintio muy seria tratando de disimular su despiste. --Aprovechare para buscar un apartamento. Deberias hacer lo mismo --recomendo sabiendo que por mucho que Mike y su madre se quisieran, era imposible que vivieran juntos sin que aquello terminara en tragedia. De hecho, ella misma habia compartido hogar con el en Boston, mientras los dos terminaban sus estudios, tras dejar Stanford, y, de no ser porque era su mejor amigo, practicamente desde que nacio, habria acabado asesinandolo. Mike era una persona descuidada y desordenada, mientras que ella era meticulosa hasta la obsesion. --!Lo hare! --Mike se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla--. !Hasta manana! Se dio la vuelta y entro en el taxi que lo esperaba. Blair se quedo alli parada con las dos enormes maletas a su lado. No se movio hasta que el vehiculo se perdio por la pendiente. Despues de dejar de verlo, tomo su equipaje y se acerco hasta la casa con la fachada y la puerta pintadas de azul celeste. Una vez alli, se tomo unos segundos para asimilar que estaba de vuelta, con todo lo que ello comportaba. Saco las llaves de su bolso y, sin mas excusas, abrio la puerta y entro, poniendo una voz jovial: --Papa, mama, estoy en casa. Capitulo 1 Cuatro anos despues... --Ezra, necesito que te hagas cargo del caso Walton --pidio George al tiempo que abria la puerta del despacho de su socio sin siquiera anunciarse. Ezra vio a Alice, su secretaria, detras del intruso con la cara descompuesta. Sabia lo mucho que su jefe odiaba que se invadiera su espacio privado de improviso. No obstante, no habia tenido tiempo para detener a George, ya que este habia pasado como una exhalacion por delante de su mesa. Sabiendo lo que le preocupaba, Ezra la miro con una sonrisa serena y agito levemente la cabeza para tranquilizarla. Despues centro su atencion en el culpable de aquel pequeno caos. --Creia que el caso Walton era un divorcio --musito con el ceno fruncido por la confusion. Vio como Alice salia del despacho visiblemente mas relajada, lo que le permitio volver a centrarse en la conversacion--. ?De que se trata? ?Asesinato? ?Malversacion? ?Acoso sexual? Peter Walton era un conocido productor musical que manejaba mucho dinero y se codeaba con grandes estrellas tanto del cine como de la musica. En esos ambientes cualquier cosa era posible. --No, es un divorcio. Ezra arqueo una ceja. --Buscate a otro. Los divorcios no son lo mio --zanjo volviendo a centrar su interes en los documentos que habia estado revisando antes de ser tan descortesmente interrumpido por su socio. --Tienes que hacerlo tu. La esposa de Walton ha conseguido a la mejor abogada de divorcios de todo San Francisco. --?Y que tiene eso que ver conmigo? George lo miro con enfado mal disimulado. --?Aparte de que eres socio principal del bufete, quieres decir? Ezra ni siquiera levanto la mirada de los documentos. --Eres el unico que tiene alguna posibilidad de ganarle. Las infidelidades de Walton son vox populi. Ademas, no hay contrato prematrimonial. Estoy seguro de que su esposa planea usar sus aventuras para sacarle toda la sangre. --Habla con James, es el mejor abogado matrimonialista del bufete. Lo contratamos para eso, ?no?--No, debes de hacerlo tu. Ezra estaba comenzando a molestarse. George podia ser su mejor amigo y la unica persona que se habia atrevido a arriesgarse con el para fundar el bufete, pero eso no restaba que su insistencia comenzara a ser molesta. Desde el instante en que fundaron el bufete, habia dejado claro que aceptaria cualquier caso o cliente, que no haria distinciones por su estatus o necesidades. Lo unico que no estaba dispuesto a representar era a sus clientes en divorcios. Y de algun modo, en el bufete no entro ningun tipo de trabajo de ese tipo hasta que conscientemente, tanto George como el decidieron ampliar horizontes y contrataron a James para que se hiciera cargo de esa parte del trabajo. Por lo que la peticion de George no solo era inesperada, sino que tambien era desconsiderada, sabiendo como sabia que Ezra se negaba a intervenir en nada que oliera remotamente a disolucion matrimonial. --!No! --Este caso es muy importante y... --!No! --repitio cortandole para evitar que siguiera insistiendo. --!Dejame terminar! Consciente de que no se marcharia hasta que hubiera dicho todo lo que tenia previsto decir, se armo de valor y lo miro, mostrandole lo poco interesado que estaba en sus argumentos. --La abogada de la senora Walton se llama Blair Miller. Ezra no dijo nada durante unos segundos eternos. --Es un nombre bastante comun --opino finalmente. --Es ella. --?Estas seguro? George asintio. --?Finalmente termino la carrera? --?De que te sorprendes? Era una estudiante impresionante, su beca en Stanford era buena prueba de ello. --?Desde cuando lo sabes? --?Que se dedica a la abogacia? Ezra asintio. --Hace un tiempo. --?Cuanto? --Un tiempo. No insistio. No era necesario. El que no quisiera ser mas especifico ya era un dato importante. --?Cuando regreso a San Francisco? --!No lo se! --?Entonces que sabes? --Como te he dicho, estoy al tanto de que es la mejor abogada de divorcios de la ciudad -- insistio su amigo. --?Se ha especializado en divorcios? George suspiro. --Eso parece. --?Esta casada? --No lo se. No la he investigado. --?Por que? --?Que por que no la he investigado? Pues no se, seguramente porque no sabia que tuviera que hacerlo. Es una abogada matrimonialista, no era competencia para el bufete. Nosotros raramente nos ocupamos de este tipo de casos. Solo hace un par de meses que contratamos a James. --Tal vez ha llegado el momento de que eso cambie. --?Te refieres a que vas a hacerte cargo del divorcio de los Walton o a que esperas que le pida a Daniel que la investigue? --Las dos cosas. --?Estas seguro? --!Por supuesto! ?Quien mejor para enfrentarse a ella en un divorcio? Despues de todo, ambos tenemos experiencia en el tema.

  • Mirame, el juego de Marina (Mirame 1) de Marissa Cazpri

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    Repite conmigo --dice con determinacion Veronica--, necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien. --Eres una pesada... --!Repite! !Vamos! --Agarra con fuerza mis hombros. --Necesito estas vacaciones y voy a pasarmelo bien --digo con desgana y poniendo los ojos en blanco. --Venga, Marina --murmura cansada--. Han pasado ya seis meses y tienes que empezar una nueva vida. No puedes limitarte a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. --Tambien quedo contigo. --La miro de reojo para que no me regane mas. --Si, para tomar un cafe y ya esta... tienes que empezar a hacer vida social, eres muy joven todavia, carino. --Vale, vale. --Levanto las manos desesperada por terminar esta conversacion--. Por una vez te voy a hacer caso, tengo una semana por delante y lo voy a intentar. !Que remedio!, ella ya se habia encargado de todo. Mi mejor amiga me ha reservado una semana de vacaciones para mi sola en un hotel en las Islas Canarias. Llevaba un mes dandome la tabarra para que fuese sola y asi poder desconectar de mi aburrida vida y hacer amigos nuevos y, con amigos, se refiere a ligues. Y yo, con tal de no aguantarla mas, le hice caso. Creo que me estoy arrepintiendo ya de haberlo hecho. --!Bien! --Aplaude dando saltitos mi loca amiga. Hace seis meses que mi marido y yo nos divorciamos. Lo pille en nuestra cama con una chica que no tendria mas de veintidos anos. Y el muy gilipollas, me dijo que eso habia ocurrido porque yo ya no le ponia en la cama, que habia engordado un poco y que eso, sumado a la rutina, lo habia empujado a hacerlo. El muy... queria hacerme sentir culpable de que el no pudiese tener su bragueta quietecita. Juan y yo nos conocimos en el instituto y fue un flechazo a primera vista. Fue mi primer amor, mi primer novio... mi primero en todo. A las pocas semanas de pillarlo en su infidelidad, me entere de que para el no fui la primera en nada; en eso tambien me mintio. ?Como pude estar tan ciega? Pues si que se puede, yo lo estuve quince anos. Y aqui estoy, con casi treinta anos, divorciada y sin experiencia con los hombres. Por eso siento panico cada vez que mi mejor amiga me invita a salir a ligar por ahi, pareceria una nina asustada y seguramente se reirian de mi. Veronica siempre me ha dicho que pienso demasiado las cosas, que tengo que desinhibirme un poco y dejarme llevar. <<--Ademas, eres guapisima y, a pesar de lo que te dijo el gilipollas de tu ex, tienes unas curvas de vertigo y eso a los hombres les gusta>>. Es muy facil decir eso desde el pedestal de la belleza pura. Ella siempre arrasa por donde va, rubia natural, ojos verdes, alta, esbelta y un glamour que mas quisieran muchas de las que salen en las revistas del corazon. Hija de padres bien situados y acostumbrada a estar siempre a la ultima, en su armario nunca le falta un modelito distinto para estrenar en cada ocasion. En cambio, yo soy todo lo contrario, morena, con unos kilitos de mas, no tan alta y sin sentido de la moda. Bueno, mis ojos si que me gustan. Aunque no sean claros, me encantan. --!Te voy a echar de menos, guapi! --grita y me abraza fuerte. Todo el mundo nos esta mirando y yo me sonrojo. Estamos en la cafeteria de la empresa terminando el desayuno. Manana, uno de agosto, comienza nuestro mes de vacaciones. Siempre se las apana para coincidir en nuestras vacaciones, dice que se aburre sin mi en la oficina. Desde que nos conocimos hace cinco anos, somos una y carne. Yo tenia una entrevista en cuanto me mude a Madrid. Era en la multinacional Tolson, una compania de renombre y conocida internacionalmente, dedicada al alquiler de vehiculos. El puesto al que optaba era de secretaria de direccion, trabajaria para la directora de la delegacion de Madrid, Carmen Salas. Veronica, es secretaria del gerente de recursos humanos y fue la que me atendio para la entrevista. Congeniamos muy bien desde el principio y, estoy completamente segura, que ella tuvo mucho que ver con mi ingreso en la empresa. Siempre lo ha negado pero yo se que me ayudo un poco. Se lo agradecere eternamente a pesar de que no soporto muchas veces a mi jefa. Es una cuarentona atractiva y engreida que se cree por encima de todo el mundo. --?Has hecho la maleta? --pregunta emocionada Veronica cuando nos dirigimos de vuelta a la oficina, que se encuentra en la decima planta del edificio. --A medias, esta noche la terminare. --Habras incluido el par de conjuntitos que te regale, ?verdad? --dice con una sonrisa picara. --Si. --Pongo otra vez los ojos en blanco. Me regalo un par de conjuntos de lenceria sexy por si ligo en vacaciones. No quiero quitarle la ilusion pero, seguramente, vendran de vuelta con la etiqueta puesta. De vuelta en mi mesa, me encuentro con una nota de la bruja del Oeste, asi apoda Veronica a mi jefa, por la nariz que tiene. En ella, me indica que antes de irme de vacaciones, tengo que fotocopiar todos los contratos del mes de julio. !Creia que de eso se encargaban en administracion! Miro mi reloj, las nueve y media de la manana, eso me va a llevar todo el dia ocupada en el archivo. Seguramente quiere librarse de mi y no sabe como. Cuando viene una visita importante, siempre intenta que yo no este por aqui. Parece que se averguenza de mi o algo parecido. Resignada, rebusco en mi bolso el mp3, no se trabajar sin musica, y me encamino hacia el archivo. Se encuentra en el sotano del edificio, junto al departamento de informatica en el que me encuentro con un concentrado Ricardo, jugando a un juego de rol online. --!Hola Ricardo! ?Como va tu mago? --le pregunto amablemente, mientras miro por encima de su hombro la pantalla del ordenador y veo a un munequito vestido con una tunica morada y un baston que reluce, dentro de una especie de casa y moviendose como un poseso. --!Marina! Bien, bien, le estoy subiendo las habilidades. --Me sonrie con la ilusion de un nino pequeno con su juego de rol online. En cambio, Ricardo tiene unos treinta y cinco anos, casi no tiene pelo, delgado y vestido con vaqueros gastados y camisetas de algodon de manga corta con dibujos de super heroes o algun comic-. Por cierto, ?como va tu bicho? --Se refiere a mi portatil. --!Estupendo! Gracias de nuevo por arreglarmelo --respondo con una amplia sonrisa. Me salvo la vida cuando se ofrecio a echarle un vistazo a mi ordenador cuando pense que habia muerto. --Por mi chica, lo que sea. --Me guina un ojo. Yo me ruborizo, desde que se entero que estoy libre, ha intentado varias veces invitarme a cenar. Para ser informatico es muy extrovertido. Sigo adelante por un pasillo y, al fondo, esta la puerta de acceso al archivo. Al entrar, me encuentro con Rita, una mujer de unos sesenta anos muy amable que se encarga de todo el recinto. Esta sentada en su mesa escaneando documentos. --Buenos dias, querida. --Me saluda al levantar la vista--, ?en que puedo ayudarte? --pregunta en su peculiar tono de voz dulce. --Buenos dias, Rita. Necesito que me indiques donde se archivan los contratos de julio, Carmen me ha mandado fotocopiarlos. Rita me mira compasiva, conoce a mi jefa desde hace muchos anos y sabe que me tiene un poco explotada. Busca en su ordenador la ubicacion del mes de julio y me indica en que pasillo y seccion esta. Cojo un carrito para cargar las cajas y me adentro por el laberinto que conforman las estanterias que contienen cajas apiladas, llenas de documentos y que llegan hasta el techo. Doblo dos veces a la derecha y una a la izquierda y, finalmente, encuentro el mes de julio. Al verlas casi me da un patatus, esto me llevara mas tiempo del que crei. Parece que mi jefa no quiere que salga a mi hora hoy. Cargo todas las cajas en el carrito y lo llevo todo junto a las fotocopiadoras. --?Como va la digitalizacion de los archivos? --le pregunto esperanzada a Rita. --Por el mes de mayo, querida --responde en tono de disculpa--, desde que me han quitado a los chicos de practicas, voy muy atrasada. --Todos los estudiantes en practicas protestaban cada vez que les mandaban con Rita porque lo unico que hacian eran fotocopias, escaneos y archivar. Yo los entiendo pero ella me da mucha pena. Es el ultimo eslabon de la empresa y apenas si nadie se acuerda de que esta aqui. --No te preocupes, no pasa nada. --Le sonrio triste--. ?Te importa que escuche musica mientras fotocopio? --le pregunto ensenandole mi mp3. --No, claro que no. Me pongo los auriculares, enciendo mi mp3 y empiezan las notas de una cancion que esta siendo un exito ahora en la radio, Feel So Close de Calvin Harris y empiezo a moverme al ritmo de la cancion. Cuando llevo diez minutos, miro hacia las cajas y resoplo, parece que no he hecho nada. Entonces noto que me tocan suavemente en el hombro. --Si quieres, te ayudo a fotocopiar --dice Rita con una sonrisa. --No quiero meterte en un lio... --digo mientras me quito los auriculares. --!Tonterias! --Hace un gesto con la mano para quitarle importancia y se agacha para coger una caja--. Nadie se va a enterar y asi me entretengo un ratito. Nos ponemos manos a la obra las dos, contandonos anecdotas y riendo. Eso hace que pase el tiempo rapido y comprobamos, ante nuestro propio asombro, que terminamos en unas tres horas, a falta de treinta minutos para la hora de la comida. Me daria tiempo a subirlos, darselos a mi jefa y comer con mi mejor amiga en la cafeteria puesto que ya no la voy a ver hasta mi vuelta de las vacaciones; esta tarde quiero descansar bien, mi avion sale temprano manana. --Muchas gracias Rita, me has librado de quedarme hasta muy tarde hoy. --Aprieto su mano en senal de agradecimiento. --Ha sido un placer y me lo he pasado genial contigo, como siempre. --Se despide con esa sonrisa tan especial que tiene la mujer--. Que disfrutes de tus vacaciones. Le doy las gracias. Cojo prestado otro carrito mas pequeno para poder llevar todos los papeles hasta mi planta y, cuando voy de camino hacia el ascensor, escucho unos gemidos. Aqui abajo no hay nunca un ruido, asi que se esta mas alerta si se escucha algo anormal. Identifico la direccion de donde provienen: el cuarto de mantenimiento. Paso junto a el, no puedo evitar la curiosidad y pego la oreja a la puerta. !!Son gemidos de mujer!! --!Oh! Si... siiii... --Me tapo la boca con la mano por la sorpresa, !es Veronica! Pero, ?con quien esta? Sigo escuchando y oigo los gemidos varoniles de su acompanante pero no consigo distinguir quien es. Examino la puerta por si hay alguna rendija o algo y, contenta de mi, encuentro un pequeno agujero junto al pomo de la puerta. Miro a mi alrededor para que nadie me pille espiando y me agacho hasta ponerme a la altura del agujero. La imagen que veo hace que empiece subirme la temperatura. Mi amiga, subida a una pequena mesita, con la falda recogida en la cintura, con la camisa desabrochada dejando al descubierto sus pechos y abierta totalmente de piernas. !Madre mia! Me escandalizo y dejo de mirar pero mi curiosidad me puede y vuelvo a poner el ojo en el agujero. Entre sus piernas, veo una cabeza de pelo moreno, que se separa un poco, sonrie y la mira. Es nada mas y nada menos que el chico de practicas que tiene a su cargo. A mi se me cae la mandibula por la sorpresa. Le esta haciendo una buena faena porque ella tiene los ojos en blanco debido al placer y le agarra con fuerza el cabello. Se me acelera la respiracion al verlos ahi retozando. De pronto, el chico, que no tendra mas de veintiun anos, se incorpora, se saca un preservativo del bolsillo del pantalon y se lo pone en su miembro erecto. !Vaya con el yogurin1! Puede estar contento con dar la talla. Me abanico con la mano, estoy empezando a tener mucho calor. Se besan con pasion y Veronica enrolla sus largas piernas en la cintura del joven para atraerlo hacia ella con una sonrisa lasciva. Entonces el, sin previo aviso, la ensarta de un golpe, con el consiguiente gemido de sorpresa de mi amiga. A continuacion, el chico comienza a mover sus caderas lentamente, eso hace que ella empiece a suspirar y a moverse siguiendo su compas. Siguen besandose con violencia, Veronica gime cada vez mas alto y eso vuelve loco al de practicas que acelera las embestidas a la vez que baja la cabeza y le muerde los pezones. !Por Dios! A ella no parece dolerle, al reves, eso hace que se excite mas. Lo agarra del trasero y lo aprieta mas contra ella. Hasta que juntos llegan al climax, ella casi gritando y el grunendo. En ese momento, yo gimo de placer tambien. No me he dado cuenta pero he bajado mi mano hasta mi entrepierna y me estaba tocando. !Que hago! !Joder, Marina! !Que es tu amiga! Avergonzada por lo que acabo de hacer, me incorporo y salgo corriendo hacia el ascensor. Por el camino, intento calmarme. Me he excitado con mi mejor amiga, !que verguenza! Si no soy capaz ni de ver una pelicula porno... Por suerte, cuando llego a mi departamento, ya no queda un alma en la oficina, se han ido todos a comer. Asi nadie podra verme tan acalorada.

  • Escribir ficcion de Edith Wharton

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    Wharton, la primera mujer en recibir el prestigioso Premio Pulitzer y, seguramente, la novelista norteamericana mas importante de su generacion, publico en la revista Scribner’s a mediados de los anos veinte una serie de ensayos dedicados a la tecnica, la practica y el oficio de la creacion literaria. Escribir ficcion es una brillante aproximacion a las claves de la ficcion moderna, en el que, con sencillez y rigor, desgrana tecnicas y recursos para desarrollar el estilo y la estructura narrativa, contar un cuento o desarrollar los personajes, entre otros aspectos y mecanismos.

  • El principe que salio del cuento de Mabel Diaz

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    Aitana esta enamorada desde nina de Marc, pero para el, ella no existe. Hasta que una conversacion escuchada a hurtadillas y un apasionado beso hacen que el mundo de Marc se tambalee.
    Despues de ese encuentro con Aitana ya nada volvera a ser igual. Comenzara a perseguirla sin descanso, pero ella se resistira a ser convertida en una conquista facil y desechable.
    Para hacerse valer, Aitana dara rienda suelta a su imaginacion, inventandose una identidad capaz de competir en seduccion con el Don Juan que es Marc.

  • Te regalare pensamientos de Tessa C. Martin

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    Cuando la pequena Maddison Foster recibe la visita de los barones Dacre en su casa de Oxfordshire, no intuye que la intencion de su padre es pactar su matrimonio con Cameron, el unico hijo de los Relish, un muchacho insufrible que encuentra un placer especial en avergonzarla y hacerle la vida imposible.

  • Perseguida por su pasado de Cassie Miles

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  • Contigo aprendi de Aryam Shields

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    Valentina Harfush creyo tenerlo todo: un matrimonio maravilloso, una carrera de exito y la vida casi resuelta. Pero al descubrir que su esposo la engana, su mundo tiembla y todo lo que ella consideraba perfecto empieza a derrumbarse. Intentando huir del dolor causado por la traicion, encuentra un lugar donde reparar las heridas y encontrarse a si misma. Un lugar donde tambien lo encuentra a el. El padre D Rodriguez vive para servir. Servir a Dios y a su comunidad. No obstante, al encontrarse con ella su vida dara un giro de 180 grados. Valentina es la tentacion y sabe perfectamente que ella hace parte de una vida a la que ha renunciado por completo. Coincidir trae consigo una incipiente atraccion que los tomara por sorpresa y en medio de esos encuentros nace esta historia que transita por los senderos del alma, enfrentando los principios y la vocacion con un sentimiento mas fuerte que cualquier otro. ?Al final podra el hombre imponerse sobre el sacerdote? ?Se consigue volver a amar, cuando se tiene el corazon roto? El amor tendra la ultima palabra y sera el que ponga cada detalle en su lugar.

  • Asesinos multiples de Vicente Garrido

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    La atractiva fascinacion del mal.

  • Lady Amelia de Lydia C. Ramirez

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    En el Londres del siglo XIX, lady Amelia Phillips sufre por el amor no correspondido del duque de Pendleton, ademas de tener que lidiar con su insoportable madre, se enfrenta al repudio social por culpa de su hermano mayor. Entonces ante ella se abre la oportunidad de salir de ese infierno de la mano del joven heredero Robert Bradford. ?Podra Amelia conseguir al fin el amor de William? ?O debera rendirse?

  • Preguntaselo al gato de Melinda Metz

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    Jamie no queria volver a enamorarse… pero su gato MacGyver tenia otros planes para ella. !Como iba a quedarse quieto un gato con ese nombre! Jamie Snyder tiene treinta y cuatro anos y esta soltera. Sin embargo, no es que tenga muchas ganas de iniciar una nueva relacion… Tras sufrir durante todo un ano a un tipo enamorado de si mismo y a otro… que habia olvidado decirle que estaba casado, ha decidido celebrar el ano de ella con ella misma y MacGyver. MacGyver no es otro que un gato encantador que tiene el habito, no tan encantador, de escabullirse por la noche y robar cosas a los vecinos. Si, es cierto: MacGyver es un gato ladron, pero sigue siendo el unico ser del genero masculino en el que Jamie confia… y la unica compania que necesita, ?no?

  • La Trinidad de Rafaela Asuncion

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    Una historia de amores y de batallas de dos mujeres que aman al mismo hombre. Tres historias que se juntan no para formar un trio entre sabanas sino para mostrar tres formas de amar. Una trinidad del amor que todo lo puede y que quien lo lucha lo merece.

  • Una Larga Espera de Joan Elliott Pickart

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    Habia dejado su corazon en aquel lugar. y ahora regresaba para entregarselo a el.

  • A la cuenta de tres, Felix Villacis de Felix Villacis

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    Leo y su mejor amigo Gus parecen estar viviendo otro dia habitual en la escuela hasta que, de repente, lo impensado sucede. Estalla una guerra que nadie vio venir, mucho menos ellos.
    Para sobrevivir, deben llegar a un refugio que se encuentra en la frontera y recorrer la mitad de la provincia sin sus familias y con la sombra de los enemigos sobre ellos. ?Sobreviviran al recorrido? ?Cual es el precio de la vida en situaciones como esta?

  • Prefiero que mi principe sea verde de Mireya Jimena Ruiz

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    La vida de Clara esta en orden. Salvo porque…
    No soporta a su jefa.
    Su mejor amigo esta fuera de la ciudad.
    No tiene pareja.
    La relacion con su familia es algo especial.
    Y… en realidad nada parece encajar.
    No sabe que una sola llamada puede provocar que todo su mundo se ponga patas arriba. Hace tiempo dejo de creer en los cuentos de principes azules con finales felices… ?Estara preparada para los cambios que se avecinan? ?Sera capaz de conseguir salir airosa de ellos? !Estas a punto de descubrirlo!

  • EL AMARGO DON DEL OLVIDO: Nada es lo que parece, ni nadie es quien dice ser, A.V. San Martin de A. V. San Martin

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    Aqui es donde deberia dejar impresas esas pequenas pinceladas que resuman la historia de este libro. Pero la verdad es que poco importa que describa como es Ines, su protagonista; que narre de forma atrayente su pasado o deje constancia del incendio que todo lo trunca porque todo lo que diga puede ser cierto, o no, o tal vez cambiar antes de que termines de leer esta sinopsis.

  • Cuando Sonries de Erica Vera

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    Buenos Aires. 2016. —Uh. Me olvide de contarte. Hoy te llamo tu madrina —dijo Jimena mientras terminaba de secar el plato que le alcanzaba Damaris—. Atendi porque no dejaba de sonar y pense que era importante, perdon. —Esta bien. Vi la llamada. Me escribio tambien. —?Y? —Nada. No le he dicho nada. —!?Por que?! Deberian saber lo que paso. —No. Y no me vas a convencer. —Creo que deberias contarles, Dami. —Le acaricio la mano en el intercambio de vajilla y le sonrio con dulzura. Aun pese a los dias que habian pasado y los antiinflamatorios que habia tomado, seguia llevando la marca de la mano de su marido en el rostro. —No creo que sea buena idea. Podria llegar a provocar una tragedia. No. —No estas sola, amiga. —Lo se. !Gracias! —Entonces… —Entonces… cuando me recupere, analizare que hacer. Yo no quiero volver y ser una carga para nadie, Jimena. No quiero que se compadezcan de mi. Ya tu sabes. —Si… pero alla esta tu mama, tu familia. Creo que… —Lo se. No creas que no pienso en ellos. —?Y entonces? —Entonces, nada. Por ahora no pienso volver y es decision tomada. —Te vas a arrepentir y lo sabes. Jimena y Damaris se acostaron a dormir sin hablar demasiado. La noche caia sobre el departamento que compartian en la capital portena desde hacia unas semanas. Sin embargo, una de las dos no podia conciliar el sueno. Como cada vez que hablaban sobre su tierra, todo volvia a comenzar. Los recuerdos regresaban como disparos que dolian como el primer dia. Todo lo que habia vivido en Republica Dominicana afectaba sus dias en el presente y estaba segura de que afectarian su futuro para siempre. Se acaricio la cicatriz del labio que, de a poco, iba sanando y se rebullo en la cama. Al cabo de unos minutos de pestanear en la negrura de la habitacion, se sento y tomo el celular para releer el mensaje de su madrina Margarita: Margarita: Mi nina, la casa no es la misma sin usted. Su madre la extrana, la necesita… igual o mas que yo. Vengase, aunque sea de visita. ?Estaba bien lo que hacia? ?Era correcto condenar a toda su familia por culpa de los recuerdos? ?Debia alejarse de sus seres queridos para olvidar? Cerro los mensajes y googleo el precio de los pasajes. Conocia de memoria los montos exactos y cada tanto controlaba si habia habido alguna variacion. Sabia, tambien, cuando y en que fecha serian mas economicos. Enseguida ingreso un dia cualquiera de agosto y encontro lo que ya sospechaba. Caro, muy caro. Aunque quisiera volver, no podria. Jimena desayunaba sobre la pequena mesita de la cocina: dos tostadas y un cafe con leche. Damaris se levanto cuando escucho la puerta cerrarse. No deseaba cruzarse con la mirada punzante de su amiga; sabia que podia ser insistente cuando queria. Desde que ella habia llegado con las marcas de su marido en el rostro, Jimena intentaba convencerla de que se marchara a su tierra, aunque mas no fuese de vacaciones. Insistia en que debia alejarse de Tom, de sus malos tratos y del infierno en que se habia convertido su matrimonio. Con las pantuflas puestas y la bata suelta en el cuerpo, camino hasta la cocina y puso la pava. Sonrio. Jimena, siendo argentina, no tomaba mate. Ella, dominicana, amaba con pasion aquel <> del que se enamoro apenas llego. Coloco la yerba en el recipiente, lo giro dejando la boca sobre su palma, y lo batio unos segundos. Le agrego un poco de azucar e inserto la bombilla tal y como habia aprendido a hacer. Se sento con los pies estirados y contemplo el edificio que le tapaba el sol. Odiaba vivir rodeada de cemento y ruido. Si algo extranaba de su pueblo era el silencio y la naturaleza. Ultimamente, los dias se hacian cada vez mas pesados porque las imagenes de su casa, del mar y de su familia la sorprendian a cada momento. Jimena tenia razon. Debia volver. Debia llenarse el alma de carino, de abrazos y sobre todo de amor… del bueno, del sano. La tarde la encontro en la misma posicion y la sorprendio el horario. Debia alistarse para ir a trabajar. Habia aprendido a viajar en subte y a hacer las combinaciones necesarias para ahorrarse dinero y tiempo. Al principio le habia costado; todo era nuevo para ella. Sin embargo, su curiosidad y, mas que nada, la necesidad la instaron a moverse por la ciudad como si fuera una portena mas. —Hola, ?Como estan? —saludo con una sonrisa enorme; la misma que siempre llevaba clavada en el rostro. A nadie se le ocurriria pensar que sufria, que su alma dolia y mucho. Eran pocos los que sabian la verdad y la razon sobre su labio partido y el moreton que su nariz aun cargaba. —!Damaris! !Por fin! —Walter se acerco y la abrazo con fuerza—. No se te ocurra dejarme otra vez con estas bichas. ?Que te paso en la boca? —Nada… Estoy bien. —Pero mira como tenes… —No es nada, Walter. Dejalo. Cuentame… ?Que te han hecho? —Lo abrazo para alejarlo del escrutinio y asi entraron a la cocina del restaurante donde trabajaban. —?Que hiciste? ?Donde fuiste? —A ningun lado, carino. Descanse mucho. —Damaris habia tenido que pedir unos dias obligada. No queria presentarse a trabajar en el estado en que la habia dejado Tom despues de la ultima pelea. Una semana para curarse las heridas de la piel. Las del alma… llevarian mucho mas, si es que algun dia sanaban—. Salimos con Jime a comer y a tomar algun trago por ahi, pero nada mas. —Una semana de vacaciones y… ?vos te quedas durmiendo en tu casa? —Creeme que lo necesitaba. —!Que bien mentia! !Cuanto habia aprendido de el! Walter y Damaris saludaron a los cocineros y al resto del staf de Pentos, el famosisimo restaurante de Puerto Madero. Gisela y Pia sonrieron con picardia cuando la vieron llegar. —Pero miren quien volvio… —comento Gisela cruzandose en el camino de Damaris. —No empecemos, Gisela. —Se interpuso Walter. —Si, mejor. No vale la pena. ?Vamos, Pia? Las dos se alejaron del pasillo, dejando una estela de veneno en el aire. —No les hagas caso. —Es que no las entiendo. ?Cual es su problema? —No les des bola. Vamos. Victoria ya debe haber llegado. Victoria era prima de Jimena. Asi fue que Damaris habia conseguido aquel puesto de trabajo aun siendo indocumentada. Aquel era un gran favor que le debia a su amiga y a Victoria tambien. Porque arriesgarse a perder el restaurante era una gran posibilidad. Los controles en Capital Federal eran exhaustivos, y cada vez que alguien con traje y corbata entraba preguntando por la duena, Damaris temblaba. —Ay, pero !que bonita! —Victoria la abrazo y, de a poco, recupero la calma que Pia y Gisela le habian arrebatado con sus gestos. Su jefa, al igual que Jimena, si sabia que habia ocurrido. Habia tenido que contarle para poder pedirle los dias necesarios. —Gracias. ?Como estas tu? ?Como ha estado todo por aqui? —le pregunto. —Igual. Ninguna novedad. Con Walter te extranamos mucho, Dami. —Pues veran, yo no puedo decir lo mismo —bromeo—. Disfrute mucho mis dias en casa. —Me alegro —respondio Victoria con la voz apagada, sabiendo que aquello era todo un montaje—. ?Estan listos para abrir? —!Claro! La noche estuvo bastante tranquila. El frio del invierno amedrentaba a la gente y, aunque el lugar estaba casi lleno, la jornada paso sin grandes sobresaltos. Pia y Gisela no tuvieron tiempo de molestar a Damaris porque su sector fue el mas concurrido. Ella, en cambio, agradecio volver al trabajo en una noche como aquella. —Dami, anda a comer. Pia se queda en tu lugar. Despues cambian. —Que la cubra Walter que tiene dos mesas —protesto la joven. —Vas vos, nena —le dijo Victoria con la peor cara. —Anda, corazon —animo a Damaris que se habia quedado dura en la puerta de la cocina. —Puedo comer mas tarde, no hay problema. —No. Vas a ir ahora que no hay muchos clientes. Devoro el plato de ravioles que Justino, el cocinero, habia preparado para ella y salio apresurada para volver a su puesto. Le sonrio a Walter mientras avanzaba hacia su sector y, cuando giro por el costado de la barra, se detuvo en seco. Sentado en una mesa un hombre de cabello corto, con una sonrisa igual a la de… !No! No diria su nombre. No lo habia pronunciado desde la ultima vez que se vieron. Pestaneo. Pestaneo. Pestaneo. !A Dios gracias! Era muy parecido, si, pero no era el. Capitulo 2 Un pasado que se fue Hay un delicado equilibrio entre honrar el pasado y perderse en el. Eckhart Tolle Jimena, como siempre, roncaba. Damaris abrio con mucho cuidado la puerta de su cuarto y la cerro lentamente para que el ruido de las bisagras no despertase a su amiga. Se quito la ropa, se puso el pijama y se sento en la cama con el espejito y las toallitas desmaquillantes entre las piernas. Habia utilizado bastante base para enmascarar el moreton que le habia quedado en la nariz. Mientras la pintura desaparecia de su rostro, sus ojos vagaban por los rasgos que aun conservaba de aquella nina que se habia criado en una tierra completamente diferente a la que pisaba en este momento. Damaris. Damaris Juarez Penaloza. Su madre, al igual que muchas otras, habia bautizado a su primera hija de aquella manera porque era comun unir los nombres de sus padres para formar el de los hijos. Su padre se llamaba Dalmiro y ella Marisa. Habia nacido en Abreu, un pueblito remoto en la provincia de Maria Trinidad Sanchez, al noreste de la Republica Dominicana, donde el verde enarbola la ciudad y el azul del mar son parte del paisaje cotidiano; donde las casas se banan en flores y la paz anida en el corazon de sus habitantes. Suspiro y cerro los ojos. Se echo hacia atras, dejandose envolver por las imagenes de su vida, de su pasado. La casa de Damaris esta —porque aun sigue ahi— ubicada a un paso de la carretera que une Rio San Juan (Norte) con Cabrera-Nagua (Sur) en el corazon de Abreu, dentro de un extenso solar[1] repleto de arboles de aguacate[2], chinola[3] y guandules[4]. En el centro, una vivienda de concreto con los pisos pulidos de rojo carmesi no la diferencian del resto que tienen las mismas caracteristicas. Comoda. Con tres habitaciones amplias, frescas y una galeria ancha desde donde se puede observar el pueblo en todo su esplendor. Detras de la propiedad se extiende un manto verde que finaliza con una caida libre de rocas afiladas y puntiagudas, donde el mar arremete sin descanso los dias tormentosos. Desde muy pequena fue servicial, amable, pero con mucho caracter. Se acostumbro a ayudar a su familia en cualquier tipo de quehacer domestico y nunca, jamas, tuvo una objecion sobre el destino que le toco en suerte. Ademas, cargaba con la gran responsabilidad de cuidar de sus tres hermanos mas pequenos desde que tuvo memoria. El espejo le devolvia una imagen triste que nada tenia que ver con esa muchachita que reia feliz los dias de sol, que corria por el campo con las manos repletas de limoncillos[5]. Se acaricio el rostro y sus dedos siguieron hasta la cabeza. Su cabello siempre perfecto parecia ser lo unico que no habia cambiado a lo largo de los anos. Su pelo negro seguia lacio, suave, sedoso, y aun caia sobre sus hombros, como una lluvia azabache. Al enredar los dedos entre los mechones, el cuero cabelludo se quejo; en Buenos Aires jamas se soltaba el pelo. La cola que, apretada, llevaba siempre como un estandarte, guardaba dentro recuerdos de su pasado. Tener el cabello atado significaba mantener su historia atada tambien; firme, contenida. Por la noche, cuando era el momento de liberar su pelo, se dejaba llevar por todo lo que su imagen le devolvia y liberaba tambien la melancolia, el miedo, la tristeza que cargaba con ella. No se dejo ganar por la angustia que le provocaba sentir los recuerdos y continuo con la inspeccion del rostro que le devolvia el espejo. Su cuerpo, el que habia comenzado a florecer con apenas once anos, tampoco era el mismo. Y sus ojos… Sus ojos verdes, que siempre llamaban la atencion de quien la mirase, habian perdido tiempo atras su brillo esmeralda. Ya no arrancaban los mas intensos suspiros y, en cambio, solo inspiraban lastima. Lastima y preocupacion. Esa noche, como nunca antes le habia pasado, deseo encontrarse en los brazos de su mama y llorar para sacar fuera todo el dolor que cargaba dentro. Las lagrimas se fueron formando con lentitud en su garganta. Porque la angustia suele nacer alli; justo entre las cuerdas vocales y el plexo solar. Luego, se propaga hacia arriba y llega con fuerza a los ojos que ya no tienen manera de aguantar el dolor que quema en el pecho. Como cada vez que pensaba en su madre, las penurias vividas a su lado y los problemas atravesados cobraban fuerza, y las cicatrices de lo vivido picaban, ardian, molestaban. Y no solo las que cargaba su cuerpo, sino tambien su alma. Marisa, su madre, habia aceptado trabajar en el Hotel de La Catalina, poco despues de que su esposo Dalmiro abandonara la casa. El altercado habia sucedido cuando Damaris era apenas una nina y su hermano Miguel acababa de nacer. Una madrugada lluviosa, el hombre habia regresado a dormir pasado de copas. Irreconocible y enojado ante la indiferencia de su esposa, le confeso que se habia acostado con Joanne, una extranjera para la cual trabajaba haciendo jardineria en una de las villas de Orchid Bay. Loco y aturdido por el ron, le grito a su mujer que no volveria porque se mudaria con su amante al dia siguiente. Y cuando todos pensaron que Marisa se tenderia a llorar y lo perdonaria, ella tomo las cosas de Dalmiro y las arrojo, una a una, fuera de la casa. No le importo su estado ni el que diran. El griterio se esparcio como la polvora y alerto a los vecinos que no se perderian otro espectaculo, igual o mejor, al que estaban acostumbrados. De a poco, fueron apareciendo detras de las ventanas, para disfrutar del show de los Penaloza. —!Se me larga de aqui! ?oyo? —le grito desencajada desde la puerta. —Pero claro que me largo, cono. !Vieja loca! —respondio el, balanceandose de aca para alla con las pocas cosas que sus manos pudieron juntar. Despues de anos y anos de infamias, golpes y sobre todo verguenzas, Marisa por fin habia logrado defenderse y poner punto final. La mujer, con casi treinta y seis anos y en la flor de su vida, comenzo a trabajar en el hotel por recomendacion de dona Margarita, su mejor amiga y madrina de Damaris. A partir de aquel momento, su mente se expandio hacia otros horizontes. Su actitud cambio completamente; era otra persona. Entendio que su independencia economica y la ayuda de su hija mayor era todo lo que necesitaba para salir adelante. No paso mucho tiempo hasta que Dalmiro se arrepintiera y regresara pidiendo disculpas. Luego de rogar, en vano, el perdon de Marisa, se mudo a Gaspar Hernandez con su familia y jamas nadie volvio a saber de el. Los anos pasaron. La vida y la rutina se acomodo: Damaris, cuidando a sus hermanos y yendo del liceo[6] a la casa. Las vacaciones con los amigos y los primos en El Breton. Las risas, las tardes largas y los bailes bajo la lluvia. Hasta que una manana soleada, uno de sus hermanos amanecio volando de fiebre y ella, luego de dejar a los dos mas chicos en lo de dona Margarita, se monto a una guagua[7] y se dirigio al hospital de Cabrera. Braulin estuvo internado mas de un mes sin que ningun medico supiese que lo afectaba. El dia en que el doctor Suarez Alcequiez les informo que estaba casi seguro de que el nino sufria de malaria y que, segun sus calculos, el cuadro estaba demasiado avanzado, las mujeres creyeron morir. Les dijo que, la unica y ultima esperanza, era que el nino fuese trasladado al hospital General de Nagua donde contaban con mas recursos. Y asi, los planes cambiaron y ya nada fue igual. —?Que haremos ahora? —sollozaban madre e hija, mientras aguardaban los partes medicos sentadas en un banco de madera de la sala de espera. El doctor aclaro que, a pesar de sus esfuerzos, traer la medicina que Braulin necesitaba se estaba complicando cada vez mas. No solo por razones economicas, sino tambien burocraticas; demasiados papeles y dinero. No habia otra manera: Braulin seria traslado inmediatamente a Nagua. Al cuadro complicado se le sumo una deshidratacion importante y una insuficiencia renal. Marisa no tuvo mas opcion que pedir permiso en el hotel para ausentarse y acompanar a su hijo. Hasta el momento Damaris, en complicidad con las enfermeras y doctores, cuidaba a su hermano desde muy temprano para luego cambiar el turno con su madre, quien se quedaba por las noches. Era mas que obvio que en Nagua no tendria los mismos privilegios y que dicho viaje requeriria de la presencia de Marisa constantemente. El gerente general del hotel le dejo bien en claro cual era la situacion. No habia mucho que pensar; no trabajaba, no cobraba. Fue asi que Marisa, lejos de abandonar a su hijo, partio hacia Nagua esperando y rogandole a Dios que al regresar contara con aquel puesto laboral. Damaris quedaba a cargo de Juan y Miguel, abandonaba el liceo y comenzaba a trabajar algunas horas en un salon de belleza en La Catalina. Se dedicaba a su casa y a sus hermanos mientras que su mama acompanaba a Braulin. Pero… la vida volvio a poner a prueba a la familia. Un mediodia caluroso, pesado y fatigoso, el tio Rosario Penaloza se apeo rapidamente de la pasola[8] y le trajo la noticia mas triste. Braulin no habia sobrevivido. Su madre acababa de llamarlo por telefono y le habia pedido que Damaris hablara con el pastor Lucero para acordar los detalles de su velatorio. La muchacha dejo a los pequenos solos en la casa, corrio en busca del religioso y se ocupo del sepelio de su hermano. ?Estaba preparada para aquello? Por supuesto que no. Damaris poco recordaba de su padre. Tenia presente algunos momentos que habian pasado juntos, pero no mucho mas. Ni siquiera habian quedado las fotos. Ningun recuerdo de el y de su paso por sus vidas quedaba en la casa de la familia. Sonrio avergonzada mientras se quitaba el labial de la boca. Casualmente, o no, habia encontrado un companero igual o peor que su padre. Quizas, como dicen, la manzana no se cae muy lejos del arbol. Sin embargo, con el pequeno Braulin era diferente. De el si tenia muchos recuerdos, fotos, sonidos, aromas. Braulin era dos anos mas chico que ella y con quien habia compartido no solo la habitacion, sino muchisimas aventuras durante los primeros anos de infancia. Si cerraba los ojos y volaba hacia la playa, podia verlo saltar las olas del mar con una sonrisa gigante en el rostro. Con los ojos iguales a los de su hermana; de un verde esmeralda magico y particular iluminando sus gestos.

  • El diablo tiene nombre de mujer de Una Fingal

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    Fergus Wellan irrumpio en el aula como solia, despistado y ajeno a las gradas, abarrotadas por sus alumnos --mucho mejor si puntualizamos: alumnas-- de Escritura Creativa en el Grado de Lengua y Literatura Inglesa de la Universidad de Columbia. Dejo algunas notas sobre la mesa, se atuso el pelo, demasiado largo y despeinado, y coloco unas gafas de montura redonda delante de sus ojos, miopes y ligeramente achinados. Sobrepasaba a los demas en altura una cabeza, y su cabello y su barba claros, junto a su piel atezada, le conferian un aire muy distinguido. De origen irlandes, ademas de ser profesor, dirigia el Departamento de Ingles y Literatura Comparada. A sus treinta y cinco anos habia publicado mas de veinte exitosas novelas de misterio y gozaba del respeto y reconocimiento del publico y de la comunidad docente. La clase iba a dar comienzo en breves instantes. Los alumnos aun intercambiaban saludos o bromeaban entre si, aunque algunas toses de sus companeros llamandoles la atencion para que se callaran indicaban el animo expectante de otros. El se mantenia imperterrito, serio y distante. No era antipatia, sino timidez. La sesion transcurrio de forma agradable, en algun momento interrumpida por las tristes gracias de alumnas extramotivadas, a las que el respondia con una templada pausa y una mirada imprecisa por encima de los anteojos, mostrando asi sus ojos verdes como un olivar. La ultima, dirigida al fondo, le devolvio la presencia de su amigo Murdock Macallan, realizador de peliculas de genero negro, a quien nada unia con los fabricantes del mitico whisky, salvo las botellas vacias almacenadas en su despacho desde tiempos inveterados, como el mismo se encargaba de mencionar una y otra vez cuando tenia oportunidad. Macallan, locuaz, mordaz, ingenioso e infatigable, no perdia jamas la ocasion de agasajar a sus interlocutores con una ocurrencia inesperada que los dejara descolocados, y tan solo Fergus era capaz de combatirlo. Ambos gozaban de una indecorosa amistad desde hacia tantos anos como ellos mismos, como solian jactarse. Por separado, eran animales dociles y mansos, casi de redil, pero juntos se convertian en una fiera monstruosa y temible. --Se acabo esta mierda, chavales --celebro un muchacho, sentado delante de Murdock, cuando la clase termino. --Si, porque la mierda se va --salto Murdock, acompanando visualmente la salida del joven. Este lo oyo y le dedico una mirada mitad desconcertada, mitad ofendida, pero el le dedico un desfallecido ademan con el brazo. Luego bajo para encontrarse con su companero de fatigas. --?Que ocurre, Murdock? --Quiero que supervises mi nuevo guion... Recorrian con paso apresurado los pasillos de la facultad mientras sostenian un cafe entre las manos; Murdock los habia sacado a la carrera de la maquina dispensadora. --De acuerdo --accedio Fergus, como era habitual--. Dame un par de meses y lo hare; ahora estoy muy liado con... --!?Un par de meses?! !No tengo ni una semana! --farfullo su amigo. --!?Como es eso, tio?! --El productor se ha vuelto loco; lo ha adelantado todo, y ni siquiera tengo a la actriz principal. Los castings ya me irritan tanto que me levanto en cuanto aparece la aspirante; son todas un plomo y, encima, iguales, clones... ?De donde las sacan? --Pobres chicas, ?tan malas son? --No, que va. No es que sean malas, y no puedo negar que le ponen empeno, pero no destacan; en conjunto son como una linea plana, grises, sin matices. --?Y si optas por alguna de las grandes? --Simplemente, no puedo trabajar con ellas. Es una cuestion de encaje, no responden al perfil que busco. Prefiero a alguien virgen... aunque no sepa interpretar, pero con alma, con ese brillo penetrante en la mirada. Ya la moldearemos. Ademas, fisicamente quiero que se parezca a Brigitte Bardot, pero mas alta, mas delgada, mas... --Estas como una cabra, Murdock. --Lo se, pero es que tiene que ser asi. --?Y de donde piensas sacarla? --No lo se, por eso tienes que ayudarme... Quiza alguna de tus alumnas. --Olvidalo, no voy a hacer eso. El profesor Wellan tomo la delantera, decidido a no inmiscuirse en ese asunto. Murdock lo seguia a pocos pasos. --?Y si...? --insistio. --No --respondio, tajante. --Seria de lo mas ventajoso para ambos --volvio a la carga el cineasta. --!No! --repitio, impenetrable, Fergus. --Pero, si lo pensases con detenimiento, podriamos... --Macallan tenia trabajo para seguirle el paso. Wellan se detuvo en seco y se volvio hacia el. --?Entiendes el significado de ene seguida de o? --replico mientras le encasquetaba el vaso de cafe y seguia adelante sin esperarlo--. Eso si, enviame ese guion y vere que puedo hacer para revisarlo cuanto antes --anadio, y Murdock lo perdio de vista, pues desaparecio entre el enjambre de alumnos que transitaban el corredor. * * * Pocos dias despues volvian a encontrarse, esa vez en una gran libreria de la Quinta Avenida donde tenia lugar la presentacion de la ultima novela de Fergus Wellan, Juego de llaves. Como solia ocurrir en cada uno de esos acontecimientos, estaba atestada, mayoritariamente por un publico femenino. --Si te dedicases a la actuacion, no te iria mejor --le murmuro Murdock, satisfecho--. Tal vez solo para ligar..., ligarias mas, eso si. --Tanto como tu, ?no es cierto? --replico el aludido, alzando los labios a medias en una caracteristica mueca. --Puto irlandes --rezongo su amigo. Murdock Macallan --de la misma edad que Fergus y tan pelirrojo y fornido como un McDougall de las Highlands, de donde provenia, con su barba esculpida y unos ojos intensamente azules bajo sus densas cejas-- permanecia en el mismo y activo estado de solteria que su hermano de hazanas. Elsa Thomson, la agente literaria de Fergus, dio inicio al acto y los presentes se mostraron animados, participativos y vibrantes, por lo que el acabo con el rostro arrebolado y casi sudoroso, a pesar de mantener su inalterable conducta, formal y distante en exceso. Lo cierto es que fue semiarrastrado por la ardorosa corriente, y sus mejillas encendidas dieron buena cuenta de ello. Ademas, cuando la pragmatica Elsa dio fin a la presentacion, aun le aguardaba otro momento caliente: el de la firma de ejemplares. Cuando vieron la interminable cola de lectores, con los libros aferrados como un tesoro sobre sus pechos palpitantes, Fergus y Murdock intercambiaron una alentadora mirada. --A saltar la trinchera con valor, hermano --lo animo su amigo. El solto aire de modo discreto. --Puedo hacerlo, ?verdad? --respondio, intentando divisar el lejano final de la infinita fila. El escoces esbozo la mejor de sus sonrisas mientras su circunspecto colega se dispuso a afrontar la mision con un destello de firmeza en sus ojos verdes. Asi se internaron en el corazon de la carga ligera de fans que los devoro en cuestion de segundos. Cuando todo acabo por fin, lograron adentrarse en Central Park, no sin antes librar la ultima batalla con los aspirantes a novelista, guionista, e incluso a actores y actrices, pisandoles los talones mientras les lanzaban preguntas ininteligibles. --Aqui, ven. Macallan tiro de su amigo y lo introdujo en un bar frente al lago. Ya a salvo de miradas y persecuciones, resoplaron a la vez que tomaban asiento en la barra. --Que barbaridad, nunca lograre acostumbrarme a eso --farfullo Murdock. --Pero si te encanta, por eso jamas fallas a ninguna de mis presentaciones --le atizo Fergus. --Ahora mismo te mataria, pero, bueno, si, es verdad... ?Has visto a la rubia que casi me arranca la camisa...? Cambiando de tema, ?que hay de mi guion? --?Empezamos con cerveza? --Fergus le hizo una sena al camarero para que les sirviera dos jarras de presion. --?Empezamos? --Murdock rio--. Esto promete. Pero contestame: ?que hay de mi guion? El camarero poso las bebidas ante ellos. Fergus casi se bebio la mitad de su jarra de un trago. --Tio, si que estas seco. --Lo estoy, mucho. --Pongamos remedio a eso, entonces. --Dicho esto, y tras acabar su cerveza en dos unicos sorbos, con un gesto, pidio otra ronda. >>Mi guion... --volvio a la carga el cineasta. --Joder, Murdock. Toma, acabado. Fergus le tendio un pendrive sin mirarlo siquiera y se centro en su cerveza. --Por las barbas del primer Macallan, esto es serio... ?Que ocurre? --se preocupo. Conocia demasiado a su colega como para saber que, si no lo provocaba o lo enviaba a la mierda, era porque alguna razon de peso lo tenia abrumado. --Estoy en dique seco, tio. Hace un ano que solo empiezo historias y mas historias, pero sin lograr superar el segundo capitulo. No paso de las doce paginas. Doce putas y exactas paginas, siempre, y carpetazo. Me da pereza la documentacion, abandono con rapidez cualquier proyecto... No me apetece sentarme ante el ordenador, incluso le gruno cuando me mira mal... Un asco todo... --se sincero Fergus, haciendo al final un chasquido con la lengua y fijando los ojos en el borde de la barra. --?Que le grunes al ordenador...? --planteo su amigo, pasmado. El escritor asintio con la cabeza. Murdock reflexiono un breve instante y, tras palmearle un hombro, proclamo: --?Quien dice que es necesario escribir sin parar? Sabes que la tierra debe ser dejada en barbecho cada siete anos, para que recupere su fertilidad, ?no es asi? Pues, con la materia gris, pasa lo mismo, tio. Fergus lo contemplo con una ceja arqueada, en silencio, para acabar de nuevo con la mirada en el interior de la jarra.

  • Su salvador oscuro de Renata Garcia

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    Cuando la mejor amiga de Marisa, Angelica, desaparece de repente despues de una cita a ciegas, Marisa se encarga de buscar a su amiga hasta encontrarla. Despues de meses de busqueda, Marisa finalmente descubre que Angelica fue secuestrada por una criatura con la intencion de mantenerla con ellos por toda la eternidad.

  • Autorretrato de familia con perro de Alvaro Uribe

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    Hay otra fotografia, en blanco y negro, en la que tu y yo, muy ninos aun, nos dejamos abrazar por un Santaclos de alquiler: el menor de nosotros, asustado sobre las rodillas del hombre; el mayor, de pie e intentando sonreir; ambos, con la mirada fija en un punto de escorzo en donde verosimilmente se encuentran nuestros padres. En esta, de colores desleidos, tomada unos quince anos despues, ya somos un par de adolescentes grenudos, los dos enfundados en el saco obligatorio en las cenas navidenas, aunque el mayor trae un sueter con cuello de tortuga, por no ser o para no parecer convencional, y el menor, ajeno a esos dilemas, usa corbata. A la izquierda de nosotros, derecha de la fotografia, se ve a nuestra abuela materna, que viene a colacion porque en esa foto de hace cuarenta y tantos anos debe de tener poco mas o menos los sesenta y pico que ahora nos desfiguraban a ti y a mi. Con sus habiles manos de modista, como ella queria que llamaramos a las costureras, abre el envoltorio de una serpentina que lanzara hacia su lado de la mesa, en donde se sientan los adultos. Tambien nosotros, sentados en el voluntario limbo donde la adolescencia se aisla tanto de la infancia como de la madurez, nos distraemos con una serpentina. El menor de los dos habla mientras libera la espiral de papel de su envoltorio de celofan. El mayor sonrie mientras observa lo que el otro se trae entre manos. Hoy que la rememoro sin nostalgia, o nostalgico solo a causa de mi extinta juventud, me doy cuenta de que en esa escena baladi ya estamos enteros tu y yo. Los hermanos. Quien sabe cual de nosotros finge mas, finge mejor. Si el mayor de los dos, que simula interesarse en el plan de ataque desplegado ante sus ojos por el otro, o el menor, que se afana aparatosamente en granjearse ese simulado interes. Que dificil, para el primero de los hermanos, no ser el unico. Que dificil, para el segundo, ser siempre el segundo. Y, pese a todo, ninguno de los dos cambiaria su suerte por la del otro hermano. Atras de nosotros, un mesero titubea con un plato de sopa en su diestra. Tiene instrucciones de empezar ya a servir la cena, pero no se atreve a entorpecer nuestra hermanable conversacion. Si se percatara de ese titubeo, el mayor de los dos no dudaria en interrumpir al hermano en mitad de una frase, con tal de ejercer u ostentar su atencion a los predicamentos de un empleado. El menor, en cambio, seguiria hablando, quien sabe si por indiferencia hacia el mesero o por la inercia de su propia simulacion. Llegado el momento se hara, por supuesto, lo que decida el mayor de nosotros. Se hara una y otra vez, a pesar de los deseos del menor. Como se ha hecho desde siempre. Por las buenas o por las malas. Porque el mayor suele tener o pensar que tiene la razon. Porque el menor, que en el fondo piensa igual, sabe o alega saber que con su hermano es inutil y fastidioso discutir. Hasta el dia, muy distante de la Nochebuena coagulada en la foto, en que a la fuerza se oponga mas fuerza. Mas violencia amedrente a la violencia. Mas terquedad derrote a la terquedad. Y entonces los papeles se inviertan. Y ya no sea el menor de nosotros quien tema enfrentarse a su hermano. Y el mayor, sin admitir lo mucho que ha cambiado entre ambos, se repliegue en un silencio obstinado o en un cortes laconismo con los que, de ahi en adelante, disimulara a medias su temor. ?O me equivoco? ?Y eres tu, contra la costumbre, quien tiene razon, por lo menos su razon? Que lastima conocernos tanto. Mejor dicho: que lastima creer que nos conocemos tanto. Porque desde tiempo antes o despues de esa Nochebuena, confiados en lo mucho que creemos conocernos, ninguno de los dos hace grandes esfuerzos por conocer al otro mas. Al mayor de nosotros le dio por la literatura y creo con su esposa un mundo deliberadamente inexpugnable adonde, hay que reconocerlo, no ha dejado asomarse a su hermano. El menor se dedica sin gloria a la historiografia y tiene una familia a la que supedita todo lo demas. ?A cual de los dos hermanos le toco la mejor parte? ?Quien, despues de cuarenta y tantas Navidades, se puede proclamar mas feliz? El mayor no se plantea a menudo tales preguntas, aunque en no pocos momentos de su vida, sin excluir el presente, ha creido conocer la felicidad. El menor, salvo en lo que concierne a sus hijas, la busca no del todo inconscientemente, y en ocasiones la encuentra, en el infortunio del projimo. ?Cual de nosotros sale ganando? Ya no recuerdo si te dije alguna vez, cuando aun tenia algo que decirte, que la ventaja de ser narrador, en caso de que este oficio resulte ventajoso, esta en que al final te quedas siempre con la ultima palabra. Supongo que no. Te habrias reido tirandome a loco. O quiza preguntado con sorna que a quien le importan las palabras no sustentadas en hechos. ?Que piensas de eso ahora que tu, al reves de la foto, eres el que calla? ?Que sientes ahora que, al reves de la foto, el que habla en esta pagina soy yo, el mayor de los dos? Primera parte La Dona De veras que da pena ajena. Ya ni se donde meterme a la hora del paseo. Y si dicen por ahi que una no gana pa'sustos, 'ton's yo digo que menos pa'verguenzas. Pero vamos por partes. El paseo en realidad son dos. El de la manana y el de la tarde. Y la paseada, o mas bien el paseado, no soy yo. El que pasea es el Canuto. Y tampoco es que se pasee solo, nomas faltaba, sino que lo sacan a pasear. Pu's quien iba a ser. La mera mera. La Dona. Claro que se como se llama, pero yo le digo asi. La Dona. Y cosas peores cuando me hace enojar. Como a l'hora del paseo. Sobre todo el de la tarde. Porque el de la manana es mas ?como se dice? Descarado. Y es que la Dona ni siquiera se toma la molestia de disimular. La muy manosa nomas se va un poco lejos, hasta donde la gente no la conoce. Camina dos cuadras por Michoacan y una mas por avenida Mazatlan y ahi, en pleno camellon y como si nada, deja que el Canuto haga de las suyas. Y cuanto hace el condenado, viera uste. Ni quien se lo imagine en una criaturita asi de chica. O mas bien de chaparra. Sera que los salchichas tienen la panza tan larga como el cuerpo y por eso les cabe tanta caca. Y dos veces al dia, p'acabarla de amolar. Porque en la tarde el tragon de Canuto esta de vuelta lleno hasta'l tope y vuelve a vaciarse que da gusto. Es un decir. A nadie le gusta la caca ajena. Y menos que nadie a la Dona, que se lleva al paseo de la tarde una d'esas como pinzas. Como manos. Como garras al final de un brazo de plastico que con sus palancas y sus resortes sirve pa'recoger la caca sin agacharse. Pero ella nunca l'usa. Se lo juro. Nunca. Y de tanto no usarlo, el aparato esta descompuesto. Roto. Y asi, todo amolado, la Dona lo bambolea de aca p'alla. Como si fuera un machete. Y ademas se lleva al paseo una bolsa d'esas que le dan a una en el super. Dizque pa'guardar ahi la caca que dizque recoge con la garra de plastico. Y tambien ondea la bolsa de un lado pa'l otro. Haga uste de cuenta un panuelo al viento, como dice la cancion. Pa'que todos los vecinos la vean. Pa'que todos piensen que la Dona es muy acomedida. Que s'encarga de las inmundicias de su perro. Que se desvive con tal de no fregar a nadie. Mendiga vieja. Ni que la gente fuera tan bruta. O tan dejada. Lo que pasa es que la ven ya muy mayor. O media loca, que pa'l caso es lo mismo. Y todos los vecinos de la manzana se hacen de la vista gorda. Todos, salvo la senora Leticia. La de la casota esa en la esquina de Francisco Marquez y Pachuca. Andele. La que tiene enfrente una jacaranda preciosa. Mucho mas alta que los postes de la luz. Porque alli, mero al pie de la jacaranda, es donde al Canuto le gusta hacer sus necesidades. Y no hay poder humano que lo convenza d'irse a otra parte. El perrito resulto mas terco que una mula. Es un decir. Y su duena, o sea: la Dona, es peor todavia. Necia como ella sola. Taimada. Mustia. Y nada le hace que la senora Leticia proteste. Que mande a su muchacha a decirme que yo le diga a mi patrona. Que la espere ella misma alla frente a su casa y se l'encare a la Dona y l'amenace con envenenar al Canuto, qu'el pobre que culpa tiene. Porque la Dona no admite ni de relajo qu'esas cacas que un dia si y otro tambien aparecen al pie de la jacaranda son de su perro. Si la viera uste. La muy cinica zarandea la garra de plastico y la bolsa del super y alega qu'ella recoge todas las cochinadas de su perro. Y cuando la senora Leticia ya muerta de rabia l'acusa de ser mentirosa, la Dona s'hincha dizque d'indignacion y me pone a mi de testiga. Pu's que quiere que haga. Claro que le doy la razon a mi patrona. Pongase uste nomas en mi lugar. Y claro que luego me siento de la patada. Como tlaconete rociado de sal. Pero lo que mas me apena no es mentirle a otras personas. Creame uste. Y tampoco me molesta regresar a escondidas yo sola a recoger las cacas del Canuto, pa'que la senora Leticia nos deje en paz. Lo que de veras m'encabrona, perdon por la palabra, es ?como decirle?, l'obligacion, y pobre de mi si no la cumplo, de ser hipocrita conmigo. De enganar no a los demas sino a mi misma. De seguirle la corriente a la Dona, que nunca es culpable de nada. Haga uste de cuenta qu'ella fuera l'ofendida. L'insultada. La victima. Y que la senora Leticia, o cualquier otra vecina que se atreva a quejarse de las cacas del Canuto, fuera una vieja malcriada. Una tergiversadora. Y que todo el tiempo l'estuvieran levantando falsos a la Dona nomas porque si. Por pura envidia. Porque fue la primera en llegar a esta parte de la Condesa. O eso dice. Y su familia es la mas decente de todas. O eso dice. Y de chica la criaron unas monjas en Estados Unidos. O eso dice. Y no se cuantas otras cosas que l'hacen sentirse mejor. Por encima de quien sea. Valgame Dios. Ni que fuera la reina de la calle de Tula. Y aunque se me antoja decirle que no es pa'tanto, como ella dice, que a poco no es cierto qu'el Canuto va y hace caca donde no debiera, no se que me pasa cuando estoy sola con la Dona. O igual si se. Como si la mentira fuera contagiosa. Como si contar un cuento muchas veces y muy convencida lo fuera volviendo verda. Y yo siempre acabo, o pa'serle franca: empiezo, por darle a mi patrona por su lado. Y tambien m'indigno cuando ella s'indigna por las acusaciones dizque falsas de la senora Leticia o de cualquier otra vecina. Y tambien me creo qu'el Canuto es el perro mejor portado del mundo. Y que la Dona es la mejor patrona. Y hasta que yo soy la mejor sirvienta. Se lo juro. Pero cuando ya me siento bien unida a la Dona, como si fueramos compinches, casi como si fueramos amigas, ella lo echa todo a perder. Pu's nomas ve que le agarro confianza y le da por sonreirse con una sonrisa muy suya. Una sonrisa media coqueta y juguetona. Una sonrisa como de nina traviesa, que no le queda a una mujer de su edad. Una sonrisa que odio y que me da miedo. Que m'espanta y me acongoja porque se qu'en ese momento la Dona va a hacer como si no me conociera. Como si no'stuvieramos platicando de lo mas a gusto. Y de repente me dice con su voz engreida de patrona que soy una metiche. Una floja. Y qu'en vez de perder el tiempo en chismes de vecindario deberia ponerme a trabajar.

  • La caida del Muro de Berlin de Ricardo Martin De La Guardia

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    30o aniversario de la caida del Muro de Berlin. 1989-2019 El 9 de noviembre de 1989 acontecio en Berlin uno de los hechos historicos mas importantes de la historia contemporanea, la caida del Muro. Desde 1961, este habia dividido la capital alemana en dos partes y, de forma simbolica, el mundo. Consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial y de la division del mundo en dos bloques hegemonicos, encabezados por Estados Unidos y la Union Sovietica, Berlin se convirtio en el simbolo de una Europa dividida y exponente de las heridas latentes de uno de los periodos mas violentos e inciertos de la historia reciente.

  • El prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafon

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    Aquel ano a la Navidad le dio por amanecer todos los dias de plomo y escarcha. Una penumbra azulada tenia la ciudad, y la gente pasaba de largo abrigada hasta las orejas y dibujando con el aliento trazos de vapor en el frio. Eran pocos los que en aquellos dias se detenian a contemplar el escaparate de Sempere e Hijos y menos todavia quienes se aventuraban a entrar y preguntar por aquel libro perdido que les habia estado esperando toda la vida y cuya venta, poesias al margen, hubiera contribuido a remendar las precarias finanzas de la libreria. --Yo creo que hoy sera el dia. Hoy cambiara nuestra suerte --proclame en alas del primer cafe del dia, puro optimismo en estado liquido. Mi padre, que llevaba desde las ocho de aquella manana batallando con el libro de contabilidad y haciendo malabarismos con lapiz y goma, alzo la vista del mostrador y observo el desfile de clientes escurridizos perderse calle abajo. --El cielo te oiga, Daniel, porque a este paso, si perdemos la campana de Navidad, en enero no vamos a tener ni para pagar el recibo de la luz. Algo vamos a tener que hacer. --Ayer Fermin tuvo una idea --ofreci--. Segun el es un plan magistral para salvar la libreria de la bancarrota inminente. --Dios nos coja confesados. Cite textualmente: --A lo mejor si me pusiera yo a decorar el escaparate en calzoncillos conseguiriamos que alguna femina avida de literatura y emociones fuertes entrase a hacer gasto, porque dicen los entendidos que el futuro de la literatura depende de las mujeres, y vive Dios que esta por nacer famula capaz de resistirse al tiron agreste de este cuerpo serrano --enuncie. Oi a mi espalda como el lapiz de mi padre caia al suelo y me volvi. --Fermin dixit --anadi. Habia pensado que mi padre iba a sonreir ante la ocurrencia de Fermin, pero al comprobar que no parecia despertar de su silencio le mire de reojo. Sempere senior no solo no parecia encontrarle gracia alguna a semejante disparate sino que habia adoptado un semblante meditabundo, como si se planteara tomarselo en serio. --Pues mira por donde, a lo mejor Fermin ha dado en el clavo --murmuro. Le observe con incredulidad. Tal vez la sequia comercial que nos habia azotado en las ultimas semanas habia terminado por afectar el sano juicio de mi progenitor. --No me digas que le vas a permitir pasearse en gayumbos por la libreria. --No, no es eso. Es lo del escaparate. Ahora que lo has dicho, me has dado una idea... Quiza aun estemos a tiempo de salvar la Navidad. Le vi desaparecer en la trastienda y al poco regreso pertrechado de su uniforme oficial de invierno: el mismo abrigo, bufanda y sombrero que le recordaba desde nino. Bea solia decir que sospechaba que mi padre no se habia comprado ropa desde 1942 y todos los indicios apuntaban a que mi mujer estaba en lo cierto. Mientras se enfundaba los guantes, mi padre sonreia vagamente y en sus ojos se percibia aquel brillo casi infantil que solo conseguian arrancarle las grandes empresas. --Te dejo solo un rato --anuncio--. Voy a salir a hacer un recado. --?Puedo preguntar adonde vas? Mi padre me guino el ojo. --Es una sorpresa. Ya veras. Lo segui hasta la puerta y lo vi partir rumbo a la Puerta del Angel a paso firme, una figura mas en la marea gris de caminantes navegando por otro largo invierno de sombra y ceniza. 2 Aprovechando que me habia quedado solo decidi encender la radio para saborear algo de musica mientras reordenaba a mi gusto las colecciones de los estantes. Mi padre creia que tener la radio puesta en la libreria cuando habia clientes era de poco tono, y si la encendia en presencia de Fermin, este se lanzaba a canturrear saetas a lomos de cualquier melodia --o, peor aun, a bailar lo que el denominaba << ritmos sensuales del Caribe>> --, y a los pocos minutos me ponia los nervios de punta. Habida cuenta de aquellas dificultades practicas, habia llegado a la conclusion de que debia limitar mi goce de las ondas a aquellos raros momentos en que, aparte de mi y de varias decenas de miles de libros, no habia nadie mas en la tienda. Radio Barcelona emitia aquella manana una grabacion clandestina que un coleccionista habia hecho del magnifico concierto que el trompetista Louis Armstrong y su banda habian dado en el hotel Windsor Palace de la Diagonal tres Navidades atras. En las pausas publicitarias, el locutor se afanaba en etiquetar aquel sonido como llass y advertia que algunas de sus sincopas procaces podian no ser apropiadas para el consumo del oy ente nacional forjado en la tonadilla, el bolero y el incipiente movimiento ye-ye que dominaban las ondas del momento. Fermin solia decir que si don Isaac Albeniz hubiera nacido negro, el jazz se habria inventado en Camprodon, como las galletas en lata, y que, junto con aquellos sujetadores en punta que lucia su adorada Kim Novak en algunas de las peliculas que veiamos en el cine Femina en sesion matinal, aquel sonido era uno de los escasos logros de la humanidad en lo que llevabamos de siglo XX. No se lo iba a discutir. Deje pasar el resto de la manana entre la magia de aquella musica y el perfume de los libros, saboreando la serenidad y la satisfaccion que transmite el trabajo simple hecho a conciencia. Fermin se habia tomado la manana libre para, segun el, ultimar los preparativos de su boda con la Bernarda, prevista para principios de febrero. La primera vez que habia planteado el tema apenas dos semanas atras todos le habiamos dicho que se estaba precipitando y que con prisas no se llegaba a ninguna parte. Mi padre trato de convencerle para posponer el enlace por lo menos dos o tres meses argumentando que las bodas eran para el verano y el buen tiempo, pero Fermin habia insistido en mantener la fecha alegando que el, especimen curtido en el recio clima seco de las colinas extremenas, transpiraba profusamente llegado el estio de la costa mediterranea, a su juicio semitropical, y no veia de recibo celebrar sus nupcias con lamparones del tamano de torrijas en el sobaco. Yo empezaba a pensar que algo extrano tenia que estar sucediendo para que Fermin Romero de Torres, estandarte vivo de la resistencia civil contra la Santa Madre Iglesia, la banca y las buenas costumbres en aquella Espana de misa y NO-DO de los anos cincuenta, manifestase semejante urgencia en pasar por la vicaria. En su celo prematrimonial, habia llegado al extremo de hacer amistad con el nuevo parroco de la iglesia de Santa Ana, don Jacobo, un sacerdote burgales de ideario relajado y maneras de boxeador retirado al que habia contagiado su desmedida aficion por el domino. Fermin se batia con el en timbas historicas en el bar Almirall los domingos despues de misa, y el sacerdote reia de buena gana cuando mi amigo le preguntaba, entre copa y copa de aromas de Montserrat, si sabia a ciencia cierta si las monjas tenian muslos y si de tenerlos eran tan mollares y mordisqueables como venia el sospechando desde la adolescencia. --Va a conseguir usted que lo excomulguen --le reprendia mi padre--. Las monjas ni se miran ni se tocan. --Pero si el mosen es casi mas golfo que yo --protestaba Fermin--. Si no fuese por el uniforme... Andaba y o recordando aquella discusion y tarareando al son de la trompeta del maestro Armstrong cuando oi que la campanilla que habia sobre la puerta de la libreria emitia su tibio tintineo y levante la vista esperando encontrar a mi padre, que regresaba y a de su mision secreta, o a Fermin listo para incorporarse al turno de tarde. --Buenos dias --llego una voz, grave y quebrada, desde el umbral de la puerta. 3 Al contraluz de la calle, su silueta semejaba un tronco azotado por el viento. El visitante vestia un traje oscuro de corte anticuado y dibujaba una figura torva apoy ada en un baston. Dio un paso al frente, cojeando visiblemente. La claridad de la lamparilla que reposaba sobre el mostrador desvelo un rostro agrietado por el tiempo. El visitante me observo unos instantes, calibrandome sin prisa. Su mirada tenia algo de ave rapaz, paciente y calculadora. --?Es usted el senor Sempere? --Yo soy Daniel. El senor Sempere es mi padre, pero no esta en estos momentos. ?Puedo ayudarle en algo? El visitante ignoro mi pregunta y empezo a deambular por la libreria examinandolo todo palmo a palmo con un interes ray ano en la codicia. La cojera que le afligia hacia pensar que las lesiones que se ocultaban bajo aquellas ropas eran palabras may ores. --Recuerdos de la guerra --dijo el extrano, como si me hubiese leido el pensamiento. Lo segui con la mirada en la inspeccion de la libreria, sospechando donde iba a soltar anclas. Tal y como habia supuesto, el extrano se detuvo frente a la vitrina de ebano y cristal, reliquia fundacional de la libreria en su primera encarnacion alla por el ano 1888, cuando el tatarabuelo Sempere, entonces un joven que acababa de regresar de sus aventuras como indiano por tierras del Caribe, habia tomado prestado dinero para adquirir una antigua tienda de guantes y transformarla en una libreria. Aquella vitrina, plaza de honor de la tienda, era donde tradicionalmente guardabamos los ejemplares mas valiosos. El visitante se aproximo lo suficiente a ella como para que su aliento se dibujase en el cristal. Extrajo unos lentes que se llevo a los ojos y procedio a estudiar el contenido de la vitrina. Su ademan me recordo a una comadreja escudrinando los huevos recien puestos en un gallinero. --Bonita pieza --murmuro--. Debe de valer lo suy o. --Es una antiguedad familiar. May ormente tiene un valor sentimental -- repuse, incomodado por las apreciaciones y valoraciones de aquel peculiar cliente que parecia tasar con la mirada hasta el aire que respirabamos. Al rato guardo los lentes y hablo con un tono pausado. --Tengo entendido que trabaja con ustedes un caballero de reconocido ingenio. Como no respondi inmediatamente, se volvio y me dedico una de esas miradas que envejecen a quien las recibe. --Como ve, estoy solo. Quiza si el caballero me dice que titulo desea, con muchisimo gusto se lo buscare. El extrano esgrimio una sonrisa que parecia cualquier cosa menos amigable y asintio. --Veo que tienen ustedes un ejemplar de El conde de Montecristo en esa vitrina. No era el primer cliente que reparaba en aquella pieza. Le endose el discurso oficial que teniamos para tales ocasiones. --El caballero tiene muy buen ojo. Se trata de una edicion magnifica, numerada y con laminas de ilustraciones de Arthur Rackham, proveniente de la biblioteca personal de un gran coleccionista de Madrid. Es una pieza unica y catalogada. El visitante escucho con desinteres, centrando su atencion en la consistencia de los paneles de ebano de la estanteria y mostrando claramente que mis palabras le aburrian. --A mi todos los libros me parecen iguales, pero me gusta el azul de esa portada --replico con tono despreciativo--. Me lo quedare. En otras circunstancias hubiese dado un salto de alegria al poder colocar el que probablemente era el ejemplar mas caro que habia en toda la libreria, pero habia algo en la idea de que aquella edicion fuese a parar a manos de aquel personaje que me revolvia el estomago. Algo me decia que si aquel tomo abandonaba la libreria, nunca nadie iba a leer ni el primer parrafo. --Es una edicion muy costosa. Si el caballero lo desea le puedo mostrar otras ediciones de la misma obra en perfecto estado y a precios mas asequibles. Las gentes con el alma pequena siempre tratan de empequenecer a los demas y el extrano, que intui que hubiera podido ocultar la suya en la punta de un alfiler, me dedico su mas esforzada mirada de desden. --Y que tambien tienen la portada azul --anadi. Ignoro la impertinencia de mi ironia. --No, gracias. El que quiero es ese. El precio no me importa. Asenti a reganadientes y me dirigi hacia la vitrina. Extraje la llave y abri la puerta acristalada. Podia sentir los ojos del extrano clavados en mi espalda. --Todo lo bueno siempre esta bajo llave --comento por lo bajo. Tome el libro y suspire. --?Es coleccionista el caballero? --Podria decirse que si. Aunque no de libros. Me volvi con el ejemplar en la mano. --?Y que colecciona el senor? De nuevo, el extrano ignoro mi pregunta y extendio el brazo para que le entregase el libro. Tuve que resistir el impulso de regresar el libro a la vitrina y echar la llave. Mi padre no me habria perdonado que hubiese dejado pasar una venta asi con los tiempos que corrian. --El precio es de treinta y cinco pesetas --anuncie antes de tenderle el libro con la esperanza de que la cifra le hiciera cambiar de opinion. Asintio sin pestanear y extrajo un billete de cien pesetas del bolsillo de aquel traje que no debia de valer ni un duro. Me pregunte si no seria un billete falso. --Me temo que no tengo cambio para un billete tan grande, caballero. Le hubiese invitado a esperar un momento mientras corria al banco mas proximo a buscar cambio y, tambien, a asegurarme de que el billete era autentico, pero no queria dejarlo solo en la libreria. --No se preocupe. Es genuino. ?Sabe como puede asegurarse? El extrano alzo el billete al trasluz. --Observe la marca de agua. Y estas lineas. La textura... --?El caballero es un experto en falsificaciones? --Todo es falso en este mundo, joven. Todo menos el dinero. Me puso el billete en la mano y me cerro el puno sobre el, palmeandome los nudillos. --El cambio se lo dejo a cuenta para mi proxima visita --dijo. --Es mucho dinero, senor. Sesenta y cinco pesetas... --Calderilla. --En todo caso le hare un recibo. --Me fio de usted. El extrano examino el libro con un aire indiferente. --Se trata de un obsequio. Le voy a pedir que hagan ustedes la entrega en persona. Dude un instante. --En principio nosotros no hacemos envios, pero en este caso con mucho gusto realizaremos personalmente la entrega sin cargo alguno. ?Puedo preguntarle si es en la misma ciudad de Barcelona o...? --Es aqui mismo --dijo. La frialdad de su mirada parecia delatar anos de rabia y rencor. --?Desea el caballero incluir alguna dedicatoria o alguna nota personal antes de que lo envuelva? El visitante abrio el libro por la pagina del titulo con dificultad. Adverti entonces que su mano izquierda era postiza, una pieza de porcelana pintada. Extrajo una pluma estilografica y anoto unas palabras. Me devolvio el libro y se dio media vuelta. Lo observe mientras cojeaba hacia la puerta. --?Seria tan amable de indicarme el nombre y la direccion donde desea que hagamos la entrega? --pregunte. --Esta todo ahi --dijo, sin volver la vista atras. Abri el libro y busque la pagina con la inscripcion que el extrano habia dejado de su puno y letra: Oi entonces la campanilla de la entrada y, cuando mire, el extrano se habia marchado. Me apresure hasta la puerta y me asome a la calle. El visitante se alejaba cojeando, confundiendose entre las siluetas que atravesaban el velo de bruma azul que barria la calle Santa Ana. Iba a llamarlo, pero me mordi la lengua. Lo mas facil hubiera sido dejarlo marchar sin mas, pero el instinto y mi tradicional falta de prudencia y de sentido practico pudieron conmigo.

  • Equipaje de mano de Santiago Gil

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    Son las tristezas del alma las que oscurecen la tarde. Las nubes siempre terminan pasando. *** No vale irse de casa cuando ya este en ruinas. Lo heroico es partir a la busca cuando se puede perder todo en el intento. *** Habia algo familiar y cercano en sus ojos. Los dos se miraban disimuladamente y cada cual pensaba para si en esa sensacion de cercania y de complicidad que habia entre ambos. Ella se bajo en la estacion de Nuevos Ministerios y desaparecio para siempre de su vista. El iba camino del aeropuerto para tomar el avion de regreso a Nueva York. Los dos estaban casados y casualmente tenian cuatro hijos cada uno, justo los mismos que habian tenido hacia mas de cien anos cuando se amaron y vivieron juntos durante seis lustros en Viena. En los ojos del otro cada uno reconocio vagamente el brillo nostalgico y cristalino del Danubio. *** Uno nunca deja de estar presente en aquellos lugares en los que fue realmente feliz. *** Ese aire calido que acaricia tus sienes cuando sales a la calle te recuerda el aliento de todos los que te amaron cuando eras joven y bella y los hombres todavia te hacian promesas de amor. *** No estes triste; tambien las amapolas mueren despues del esplendor rojo de cada primavera, y como tu con tus recuerdos luego se drogan con ellas los proscritos y los poetas. *** Lloraba todas las tardes viendo entrenar a los nadadores en la piscina olimpica de la Ciudad Deportiva. Su mujer habia muerto hacia tres meses y antes de morir le habia dicho que queria ser incinerada. El la quemo, pero luego no supo que hacer con las cenizas. Ella tambien le dijo que le encantaria descansar eternamente en el agua, pero que le daban miedo los fondos marinos llenos de grandes calamares, de tiburones, de morenas y de mantas. La tuvo varias semanas en su casa hasta que se decidio una noche y salto la verja de la piscina olimpica. Las cenizas fueron rapidamente absorbidas por los sumideros, pero algo quedo de ella entre las corcheas y el olor a cloro. Ahora viene todas las tardes, se sienta en las gradas y llora mansamente mientras los nadadores entrenan con denuedo pendientes del crono. *** Morir es desaparecer para siempre o aparecer en cualquier otra parte sin la conciencia de haber desaparecido. *** No dejamos mas que unos cuantos pares de zapatos desgastados a lo largo de los anos. *** Tu y tu deportivo habeis envejecido por igual. Por mas que te maquilles y te operes con los mejores cirujanos la carroceria del coche te delata. *** Fue el domingo, sobre las dos de la tarde. Los dos debian de tener mas de ochenta anos y parecian recien salidos de misa. No les pegaba nada llevar aquella caja caliente con la pizza acabada de salir del horno y un par de refrescos de cola. Iban tristes, caminando despacio, sabiendo que la vida no les habia convidado a sus grandes festines. La pension no les daba para mas y era el unico lujo que podian permitirse en toda la semana. Cuando comian sacaban la vajilla de porcelana y los cubiertos de plata que les regalaron el dia de la boda. Partian los trozos duros y resecos de la pizza barata y se miraban tiernamente sabiendo que cualquiera de esas comidas podia ser la ultima. Los dos habian trabajado de sol a sol durante toda su existencia. No era eso lo que les habian prometido para cuando se jubilaran. *** La vida se reinventa cada dia ante los ojos atonitos de unos espectadores que de vez en cuando son llamados a escena para interpretar el papel del protagonista que nace o que muere sin saber por que diablos tiene que actuar en papeles tan cortos y tan olvidadizos. *** A mi ya solo me reconocen los ninos que quedaron peloteando en las mismas plazas en las que yo jugaba de pequeno, y los perros famelicos de las calles que a fuerza de palos han aprendido a oler el miedo y la tristeza a muchos metros de distancia. *** Cosas tan sencillas como haber leido un reportaje sobre las mujeres que amo Neruda o estar ansioso por el concierto que esta noche daran Serrat y la Filarmonica de Gran Canaria en el Auditorio Alfredo Kraus le sirven a uno para armarse de alegrias e ilusiones con las que hacer frente a la cada vez mas ramplona y prosaica realidad que estamos viviendo ultimamente. *** El triunfo de Grecia en la Eurocopa de Portugal dice mucho de Europa y de los tiempos que estamos viviendo. El juego gris, ramplon, aburrido, defensivo y cohesionado ha ido matando toda la fantasia que ha encontrado por el camino. Teniendo tan cerca a Homero, a Euripides o a Cavafis han optado por un modelo de fabrica alemana de mediados de los cincuenta y de esa forma han ganado y han conquistado el titulo mas importante del futbol europeo. Cualquiera les dice algo ahora a los pragmaticos y a los mercantilistas. *** La orfandad de las tardes de domingo, cuando vuelvo a estar solo y no espero que venga nadie a regalarme su presencia, es la misma que sentia en las dominicales visperas escolares, o en los dias en que acababan las vacaciones y me tenia que ver de nuevo entre decimales y formulas de fisica. La misma angustia golpeando el pecho y el estomago, el mismo miedo y casi la misma intemperie que cuando tenia doce o trece anos y me expulsaban violentamente del paraiso. *** Cada tarde la veo sentada en un banco de la plaza. A veces le echa de comer a las palomas. Me dijeron que es una catedratica de griego jubilada que se ha vuelto loca y que vive con mas de veinte perros y otros tantos gatos en una casa ruinosa y mugrienta que jamas visitan sus hijos ni sus nietos. Cuando no esta taciturna y aliquebrada, y como sin ganas de vivir, le gusta hablar en griego a las palomas. Su vida es triste, y da mucha pena verla llegar cada tarde envuelta en harapos y oliendo tan mal. Quien la vio reinar en las aulas y vio a sus hijos correr tras ella por los pasillos de su casa nunca se podria llegar a creer que se trata de la misma mujer que se sienta cada tarde en el mismo banco de la plaza. Su marido murio hace diez anos y dicen que desde entonces no levanta cabeza. Nadie pudo imaginar nunca que podria acabar asi. A mi me da mucha pena escucharla declinar en griego cuando los ninos le tiran piedras o bolsas de agua con esa maldad sadica de la infancia que siempre acaba maltratando a los mas debiles. A pesar de su aspecto descuidado todavia se nota que en su dia tuvo que ser una mujer muy guapa. Su marido y ella eran inseparables. *** Las polillas que ahora matas despreocupadamente y sin esfuerzo seran las que acaben devorando la madera de todos tus suenos. *** Tus ojos me persiguen en un acorde que perdura incluso en el tiempo de los olvidos.

  • Cosplay, Daniela S. K de Daniela S. K

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  • En realidad la amiga soy yo de Helena Apalategui

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    (VICTORIA y ARTURO ensayan una escena de baile. El la recoge del suelo y ella, suspendida en el aire, rodeada por sus brazos, se encuentra cara a cara con el. Se rozan los labios. Despues, despacio, el la deja en el suelo. Ella le mira mientras el permanece con los ojos cerrados.) ARTURO. (Se distancia dos pasos.) Muy bien, ha quedado bien. Sobre todo, la ultima parte. VICTORIA. Si. La proxima vez nos liamos. Ha faltado poco. ARTURO. (Saliendo de la sala, como si no la hubiera oido. ) Me voy a cambiar. VICTORIA. Si. Yo tambien. (VICTORIA se queda sola en la sala de ensayo. Recoge una toalla del suelo y se seca el sudor de la nuca. Observa el suelo con la mirada perdida.) INTERIOR/TARDE; VESTUARIO (ARTURO y tres mujeres se cambian en el vestuario. ARTURO, sin camiseta y con una toalla alrededor de la cintura, mete su neceser en la taquilla. VICTORIA se acerca a ARTURO y le acaricia la espalda con un dedo indice hasta la cintura mientras avanza hacia la suya. ) VICTORIA. !Vaya David de Miguel Angel! (Con media sonrisa y dirigiendole la mirada ya desde su taquilla.) Es que no se puede estar mas bueno. No te falta un musculo por marcar. (ARTURO la observa serio y continua cambiandose. Las mujeres que se estaban vistiendo salen del vestuario despidiendose.) MUJER 1a. !Adios! MUJER 2a. Hasta el viernes. MUJER 3a. !Adios, chicos! VICTORIA. Adios. ARTURO. (Sin mirar a VICTORIA.) No soy gay. (VICTORIA de espaldas a ARTURO, se gira sorprendida y mira a ARTURO, que continua hablando.) ARTURO. No se si te das cuenta, solo te diriges a mi cuando no estamos ensayando, para hablarme de mi culo o de mi cuerpo. (Levanta la cabeza y la mira fijamente.) No soy gay. ?Lo sabes?, ?no? VICTORIA. (Todavia vestida, le mira perpleja y balbucea nerviosa.) ?Que? ARTURO. No soy gay, no me gustan los tios. Me gustan las mujeres. (Avanzando lentamente hacia ella.) Esas son las tipicas cosas que le dices a tu amigo gay, o a un stripper al que estas pagando. Lo digo porque me tratas como a un trozo de carne, me tocas como si no me importara, (a medio metro de VICTORIA) y te has tomado unas confianzas conmigo que no creo que te haya dado. Y solo conmigo, ademas. (Carraspea. ) Con el resto eres muy respetuosa. (ARTURO y VICTORIA se miran unos segundos en silencio.) ARTURO. ?Y? VICTORIA. Es que no se..., no se me... ARTURO. ?Te gusto? VICTORIA. (Agachando la cabeza y fijando la mirada al suelo.) ?Que dices? ARTURO. ?Te estabas insinuando? ?O eres una descarada? (VICTORIA levanta la mirada con una sonrisa nerviosa, establece contacto visual unos segundos y vuelve a apartar la mirada.) ARTURO. Si te gusto, en vez de tocarme el culo en el gimnasio, me podrias haber invitado a una cerveza... Dime. VICTORIA. (Mirandole a la cara.) Si. ARTURO. (Bajando la mirada.) Hay un bar a diez minutos de aqui, que han abierto hace poco. Hay musica en directo. (Alza de nuevo la mirada.) Si estas libre el viernes despues del ensayo, vamos. (ARTURO se gira y se aleja unos pasos.) Si te apetece, claro. VICTORIA. (Mirandole.) Vale. ARTURO. (Mirandola de perfil.) Bien. (ARTURO agarra un jabon de la taquilla, sale del vestuario y se mete en la ducha. VICTORIA resopla y comienza a desnudarse. ) INTERIOR/TARDE; CAFETERIA (ANA, sentada en una mesa, bebe una copa de vino y mira el reloj; a los pocos segundos entra ALICIA y la saluda, muy expresiva, desde la puerta. Se acerca a ANA y la abraza. Desplaza una de las sillas de la mesa, cuelga el bolso del asa y el abrigo en la silla, se sienta y hace una senal a un camarero. Este se acerca.) CAMARERO. Hola, ?como estas? ALICIA. Muy bien, ?y tu? CAMARERO. (Mirando a las dos.) Muy bien. ALICIA. ?Los ninos? CAMARERO. Muy guapos; e insoportables. ALICIA. Lo normal a esa edad. CAMARERO. Estoy por quedarme solo con uno de ellos. Como son iguales, al otro no lo echare de menos. (Riendose.) ?Que te pongo? ALICIA. A mi una copa de vino. (Con un gesto de la mano le pide al camarero que se acerque y le susurra algo al oido.) CAMARERO. (Sonriendo y mirando a ANA.) Oido. Enseguida. (El camarero se retira.) ANA. ?No habras pedido que traigan una tarta? ALICIA. !Ay! Que pesada. Es vuestro cumpleanos. (Efusiva.) !Felicidades! No te he dado ni un beso. (ALICIA se acerca a ANA la besa, abraza y se vuelve a sentar.) ANA. ?Y que tienes? ?Treinta y ocho velas en el bolso? Que !por cierto! Julia es una pesada. Me dijo que llegaria puntual. ?Ni en su cumpleanos? ALICIA. Mirala. (Senalando a JULIA que entra a la cafeteria.) Ahi viene la otra melliza de Santa Clara. (JULIA se acerca a la barra antes de saludar y habla con el camarero, despues abraza a ALICIA y le tira de la oreja a

  • Amos y Mazmorras I de Lena Valenti

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    Amos y mazmorras 1

  • Yo se un secreto 1 de Viki Tapada

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    “Yo se un secreto”, no solo es una historia de terror. Va mas alla de lo que se enconde tras cada puerta. Donde en la poblacion helada y rural de Inceground un juego inocente, una melodia infantil abrira un pasadizo hacia el mal y la locura. Tu reflejo jamas volvera a ser el mismo…

  • Los viejos amigos de Silvia Soler

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    Que interesante seria poder recordar la primera impresion que nos causo una persona al cabo de los anos, cuando ya la hemos conocido, cuando la queremos. Aquel dia, el primer dia en la Facultad de Bellas Artes, Mateu se fijo en Ada, la chica de los ojos extraordinarios. Esos ojos eran, de entrada, un reclamo: grandes y claros, de un color indefinido entre el gris y el azul. Sus miradas se cruzaron apenas unos segundos, pero los ojos de Ada le parecieron frios como peces de escamas grises Aun asi, siguio observandola durante un rato desde el otro lado del aula porque, de esa chica, aparte de los ojos, le gustaba todo. La miro descaradamente, con una insistencia que buscaba una reaccion --ya fuera de rechazo o de correspondencia--, pero ella lo ignoro. Fingio que el calor de su mirada, que le lamia los brazos desnudos y la sinuosa linea del cuello hasta la clavicula, ni siquiera le rozaba la piel. La verdad --Mateu lo supo en ese mismo instante-- era que la abrasaba. Pero no se lo podia permitir, no podia hacerle caso. Aquella chica habia vivido dieciocho anos, nueve meses y tres dias esperando ese momento: su entrada al mundo universitario, al mundo de los adultos. Habia preparado a conciencia, casi como si fuera una epifania, ese primer dia, el momento en que una deslumbrante criatura se daria a conocer y encontraria su lugar. No veia el momento de dejar atras a la adolescente vulgar y de familia humilde sumergida en la viscosa mediocridad. Se la quitaria de encima como la serpiente cuando muda la piel, como el gusano de seda que se convierte en mariposa. Con ese objetivo busco, al acabar el colegio, el modo de sofisticar su nombre, y pidio a su familia y a sus mejores amigas que se acostumbraran a llamarla Ada. Nada de Imma. No, Imma nunca mas. Las chicas accedieron a su peticion con entusiasmo y con cierto grado de excitacion (en el fondo, siempre habian sabido que ella era distinta, y estaban convencidas de que conseguiria crearse un personaje nuevo con el que dejaria atras el colegio de monjas, el barrio de Sant Andreu e incluso a ellas), pero a sus padres les costo mucho. Durante todo el verano, la casa se lleno de <> y <>. Su hermana gemela estaba harta y, a veces, para vengarse de tanta tonteria, la hacia rabiar: <>. Aquel primer dia de facultad --ese momento fundacional--, la nueva Ada no podia permitirse un intercambio de miradas complices con el tipo mas desalinado del grupo, el de las grenas oscuras que le tapaban media cara, el que arrastraba unas alpargatas ronosas, el que compartia conversacion y cigarrillo con una especie de Sinead O'Connor rapada y desmirriada, la peor calana entre los aprendices de artista. Buscando aligerar la presion de aquella mirada lasciva, Ada inicio una banal conversacion con la chica junto a la que se habia sentado. Se habia acercado a ella porque parecia de buena familia: llevaba unos vaqueros de marca con camisa blanca de corte impecable, el pelo rubio oscuro recogido en una cola de caballo, mocasines de piel y unos discretos pendientes de oro. La chica --que, efectivamente, vivia por encima de la Diagonal-- alargo la mano, con un gesto insolito que probablemente no habria hecho ningun otro alumno de Bellas Artes, y dijo su nombre: Gloria Ponsirenes. Satisfecha, Ada hizo lo propio: Ada Garcia-Torralba. Lo dijo como si fuera un solo apellido, y se lo imagino escrito con un guion. Le parecio que sonaba bien. Sonrio, incapaz de disimular su satisfaccion: adios a la aburrida Imma Garcia. Hola, Ada Garcia-Torralba. Habia nacido una estrella. Y, a Dios gracias, ella tenia el fisico adecuado para la nueva Ada: era esbelta, con el cuello largo, los pomulos marcados y unos ojos enormes y separados. Tambien tenia --y de eso estaba convencida-- una aptitud que la diferenciaria de la masa. En la carrera, Ada adquiriria, ademas, eso que se conoce como savoir faire; aprenderia a relacionarse socialmente, acumularia conocimientos y potenciaria su talento natural. Se imaginaba, a punto de cumplir los cincuenta --elegante, con el pelo gris y vestida de Armani--, inaugurando una gran retrospectiva sobre su obra en una galeria chic del Eixample. Durante el primer trimestre, practicamente no hubo ninguna relacion entre Mateu y Ada. Las avidas miradas del chico fueron perdiendo intensidad hasta desaparecer del todo. No tenia ninguna necesidad de mendigar la atencion de aquellos ojos cenicientos. En primero de Bellas Artes habia chicas de ojos azules como piscinas, chicas de ojos sonambulos, chicas de ojos encendidos. Y el, Mateu, gracias a aquel aire insolente y a aquella barba larga y oscura, era objeto de torrentes de miradas. La amiga que intentaba parecerse a Sinead O'Connor y que lo seguia por todas partes como un perrito faldero decia que Mateu se daba un aire a Gustav Klimt. No era cierto, pero sabia que a el le gustaba oirlo. Y, por una sonrisa de Mateu, aquella chica habria sido capaz de decirle que podia pasar por el hermano gemelo del mismisimo Leonardo. Mateu no se parecia a Klimt, pero sin duda tenia la mirada inteligente, viva y penetrante de Klimt, y de Picasso, de Renoir, de Frida Kahlo o de Modigliani. Tambien la de Leonardo. Y tenia una voz grave y aterciopelada que hilaba argumentos apasionadamente, sobre todo cuando se trataba de hablar de arte. Los profesores lo escuchaban, los companeros lo respetaban. No necesitaba reinventarse ni tampoco crearse un personaje. Precisamente por eso no despertaba en Ada ninguna simpatia. Cualquiera habria podido pensar que lo envidiaba, que envidiaba aquel liderazgo suyo ejercido con naturalidad, aunque tampoco estaba muy claro. Admiraba la vitalidad de su mirada, pero detestaba su aspecto desalinado. Eran dos alumnos brillantes, que intervenian a menudo en clase y se disputaban la atencion de los profesores. Esa competitividad se hacia especialmente patente en las clases del doctor Vegara, el eminente antropologo que les habia descubierto la capacidad humana para representar la realidad a traves del arte y les abria ventanas a mundos exoticos y a culturas que no habian sido mancilladas por la llamada civilizacion; un mundo misterioso y deslumbrante de chamanes y danzas rituales que los inspiraba y los excitaba. Las clases de Vegara podian limitarse a su exposicion magistral --que los alumnos escuchaban con autentica devocion-- o transformarse, en cualquier momento, en un encendido debate sobre, por ejemplo, si el arte hace o debe hacer compatibles el conocimiento cientifico y el pensamiento magico. Mateu, que ya entonces era un lector voraz que digeria y sacaba provecho de todo lo que leia, levantaba su poderoso brazo y pedia la palabra para citar a Levi-Strauss: todo el mundo sabe que el artista tiene a la vez un poco de sabio y un poco de artesano. Vegara asentia, y Mateu, con una sonrisa de satisfaccion en los labios, volvia a sentarse y echaba una mirada a la zona oeste del aula, donde habia visto de reojo que estaba sentada la estirada de los ojos grises. Ada acusaba de pedante a Mateu, y no dudaba a la hora de sembrar dudas insidiosas sobre la solidez real de sus conocimientos en el ambito del arte. Insinuaba que, en el fondo, era todo una gran mise en scene (y lo decia asi, con ese acento frances del barrio de Sant Andreu aplicadamente adquirido en las clases de sor Angela): la barba descuidada y mas larga de lo habitual, los panuelos al cuello de colores vivos --morados, verdes, rojos--, el tabaco de picadura, la mochila siempre medio abierta para que asomara la cabeza algun libraco sobre teoria del arte, iconologia o estetica. Los dos reclamaban atencion, deseosos de recibir los halagos del profesor y de responder rapidamente y con inteligencia a sus interpelaciones. Por eso, aquella manana de diciembre, cuando el doctor Vegara entro en clase con su paso decidido y, sin tan siquiera dar los buenos dias, pregunto: <>, los mecanismos internos de Ada y de Mateu se activaron y los dos levantaron la mano a la vez. --La chica del jersey de cuello alto… ?Ada, verdad? Vegara se acordaba de su nombre. Ada paseo brevemente la mirada por el aula saboreando ese primer triunfo. --Postimpresionista frances. Su pintura evoluciono hacia el sintetismo y el simbolismo, especialmente durante su etapa en la Polinesia. Su concepcion estetica ejercio una poderosa influencia en los movimientos expresionista y fovista. Pausa. Ada cogio aire y clavo sus ojos acerados en el profesor, que la miraba imperterrito. Decidio continuar. --Algunas de sus obras mas famosas son El cristo amarillo, Tahitianas en la playa o Van Gogh pintando girasoles. Su relacion con Van Gogh… --Gracias, Ada. Escuchemos tambien al senor Alert. Ada se sento con la espalda muy recta, como le habian ensenado a hacerlo las monjas. Le habria gustado poder lucirse mas. Se mordio el labio mientras veia las miradas de sus companeros puestas en Mateu, que se habia levantado sin prisa, como si le diera pereza. Penso que no le iria mal una buena ducha.

  • LA PAREJA PERFECTA (Blue Heron 2), Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • El fantasma enmascarado de Raul Garbantes

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    Illinois, 1960. Nathan Jericho es un hombre anticuado y el detective perfecto para clientes que necesitan resolver casos imposibles. Son especialmente las mujeres en apuros quienes tienen una afinidad especial con el detective caradura y hallan en el un protector reservado que no cejara en su empeno por hallar la verdad, sin importar los riesgos. En esta oportunidad una viuda desequilibrada solicita sus servicios para que la salve de ser asesinada por su esposo, el cual ha muerto hace muchos anos y ahora se le aparece usando la misma mascara que llevaba el dia que la conocio en un baile de disfraces. ?Como es esto posible? ?Testimonio de locura o experiencia paranormal? Jericho no cree en historias de fantasmas y debera resolver este misterio antes de que sea demasiado tarde.

  • Trece fantasias (STEEL 2) de Rose Gate

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    Laura esta viviendo una pasion arrolladora junto a Marco, poco a poco todas sus fantasias se van haciendo realidad. Pero un nuevo sentimiento esta comenzando a nacer en Laura, la pasion que siente por el Genio de sus deseos se esta convirtiendo en algo nuevo y diferente para ella ?sentira Marco lo mismo? Marco ha descubierto una mujer llena de pasion que ha desequilibrado su mundo, le ha hecho revivir experiencias que le marcaron en el pasado pero de un modo totalmente diferente. Un sentimiento de posesion y algo mas inunda su pecho cada vez que esta con ella. ?Podra acabar Laura con los fantasmas del pasado de Marco? ?Sera Laura una catarsis para curar su alma? ?Se le puede llamar amor cuando siempre ha sido sexo?

  • Cuerpos Malditos de Lucia Baskaran

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    ?Viste tu vida pasar por delante de tus ojos antes de morir? ?Era yo la protagonista de alguna de esas imagenes? ?Cual fue tu ultimo pensamiento? ?Llegaste a quererme alguna vez? ?Para quien eran esas flores?

  • El estilita de Uri Costak

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    La historia tiene lugar en el pequeno pueblo frances Gyors de la Montagne, y podria suceder ayer, hoy o manana. Todo se centra en una pequena plaza mayor, sobre todo, en lo alto de una columna.
    La columna sustenta la estatua ecuestre del Conde Italo Rodari, un prohombre de la zona y reclamo turistico del pueblo. Despues de que durante una tormenta un rayo parta la estatua en mil pedazos, el pueblo ya se preparaba para enfrentarse a una involuntaria travesia por el desierto, despojados de su mayor fuente de ingresos.

  • Otra vez tu, Julie Fisher de Isabella Marin

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    Para James, Julie Fisher es un incordio. Aparece cuando menos se lo espera, le roba el corazon y. !ni siquiera tiene la decencia de disculparse por ello!
    Para Julie, James es la promesa de la mayor aventura de toda su vida.
    De acuerdo, ese rufian la besuquea en un bosque, la saca de quicio constantemente y la arrastra a una granja llena de cerdos (que, !Cielo Santo!, !pretende que Julie alimente con sus delicadas y aristocraticas manitas!), pero. ?que seria de ella sin el?
    !Se aburriria terriblemente!
    Una divertida comedia sobre bandidos, piratas, la importancia de pescar un buen marido y el rifirrafe de una pareja que se quiere (!matar!) durante casi toda la novela.

  • ENTRE VINEDOS (Blue Heron 1), Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • Tu y yo. Nivel avanzado (Tu y yo 2) de S.j. Hooks

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    Senor profesor, quitese la pajarita. Llego la hora de la leccion.

  • Victoria de Begona Blasco Laffon

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    Mi abuela siempre tenia a mano un refran. Mas vale callar lo que se sabe, que decir lo que no se sabe. Me pregunto que hubiera sido de mi familia si hubiera hecho caso de este. Por fin han salido a la luz los secretos que guardo tantos anos, y el desastre que origino por decir lo que no sabia. En el salon en el que pase mi infancia, observo a Victoria dormida en el capazo. No estoy segura de cual hubiera elegido la abuela para este momento, pero si de lo orgullosa que se hubiera sentido al saber que su nombre se perpetuaba en la familia. Oigo en mi cabeza su voz dulce: "?ves?, todo llega". Han pasado casi cincuenta anos de su muerte, y me pregunto como es posible que aun recuerde con tanta claridad la ternura con la que me hablaba. Mi madre, en cambio, parecia que solo se hubiera aprendido un refran, y lo repetia cada vez que se le presentaba alguna oportunidad de cambio: mas vale malo conocido que bueno por conocer. Con que ganas le diria lo confundida que estaba. Todavia me invade la tristeza si pienso en las veces que la culpe de no quererme lo suficiente. Ahora que se lo que paso, me asombra que fuera capaz de sacarme adelante. !Que mejor manera de demostrarme su amor y que poco supe apreciarlo! Me acerco a la cuna y acaricio la mano de mi nieta. Desde que viaje a Munich cuando nacio, hace cuatro meses, solo la habia visto en las fotos y videos que mi hija me envia a menudo. Llevan un par de dias instaladas en casa, pero hoy es la primera vez que me quedo a solas con ella. --Madre, te he dejado el biberon en la nevera --ha dicho, como si no hubieramos estado juntas en la cocina mientras lo preparaba--. No creo que lo necesite, normalmente duerme seis o siete horas seguidas. De verdad, en cuanto tomemos las uvas nos volvemos. Sabine, harta de las instrucciones que Paula no paraba de darme por el pasillo, con la excusa !llegaremos tarde!, ha conseguido cerrar la puerta. La pequena hace un puchero y me apresuro a mecerla, al tiempo que con el mando apago la tele. Siempre me ha gustado ver los programas que resumen lo ocurrido durante el ano, pero, hoy, mirar a mi nieta me parece mucho mas interesante. !Una nueva Victoria en la familia! No tengo claro si me gusta que hayan elegido nuestro nombre. Me alegro de que, por lo menos, no comparta tambien nuestra fecha de nacimiento. Aunque recuerdo con carino los cumpleanos compartidos con la abuela, es mejor que Victoria tenga su propia fiesta. Deseo que empiece una nueva saga de mujeres en la familia que sabran mirar al futuro sin el lastre del pasado. Sin prejuicios, sin secretos. Victoria se ha dormido de nuevo. Me acerco al balcon y observo a traves de los cristales el ir y venir de la gente. Las luces de los escaparates y las estrellas que decoran los arboles de la plaza me parecen mas brillantes que las del ultimo ano. Aunque he insistido en que estare dormida antes de que den las doce, Paula me ha comprado esta manana una lata con las doce uvas, ya peladas, y las ha puesto en un cuenco que ha dejado en la mesita, al lado de la lampara. Sin piel, se amontonan en el fondo, languidas, casi translucidas. Me ha hecho prometer que me las comere aunque este sola. Pero no estoy sola. Si entorno los ojos puedo ver a la abuela, que sentada en su butaca frente a la tele, me pide que le pele las suyas; y a mi madre, enfadada porque creia firmemente en la necesidad de cumplir el ritual sin trampas, para que la suerte nos acompanara durante todo el ano. Conocer los secretos de la abuela ha servido para que comprenda por que mi madre se sintio, hasta su muerte, una nina abandonada. Ya no tengo nada que recriminarle, lo unico que lamento es que se fuera sin poder decirselo. Me alejo de la ventana. Con cuidado acerco el capazo al sillon. Me acurruco en el sin perder de vista a Victoria que, dormida, esboza sonrisas que se desvanecen casi al mismo tiempo de aparecer. Siento como si tuviera todo el tiempo del mundo, y protegerla fuera mi unica tarea. Me sorprende ese sentimiento porque ni siquiera con mis hijos he tenido una conexion tan profunda. Recuerdo con pena su nacimiento. Mi instinto maternal quedo oculto tras el parto por un velo de tristeza que no me permitio, hasta mucho mas tarde, disfrutar de ellos. Esta noche dormire de nuevo en el que fue mi cuarto, pero las obras han conseguido, por fin, que el piso deje de pertenecer al pasado. El corcho con las fotos y recortes que mi madre mantuvo durante tantos anos ya solo esta en mi memoria. Sin embargo, solo ha pasado un ano desde aquella manana en la que tuve la sensacion de que el dormitorio me miraba con extraneza, como si se preguntara el motivo por el que, despues de tantos anos, habia vuelto. No supe contestarle. Quiza la llamada de Juan el dia anterior, para decirme que hiciera algo con el piso de mi madre, provoco en mi la absurda pretension de que, si amanecia en mi cama de nina, la pesadilla terminaria, mi familia permaneceria intacta, y la abuela vendria a darme los buenos dias con un beso, como cada manana. El deseo de leer sus cartas y escritos me lleva a levantarme sin pereza del sillon. Hace unos meses que encuaderne todo ello. Me acerco a la estanteria. Se me ha ocurrido la tonta idea de hablarle a mi nieta mientras duerme. Quiero que Victoria conozca sus origenes. Quiza tengan razon los que dicen que de pequenos somos capaces de guardar informacion de cosas que vivimos, aunque despues nuestra mente consciente no pueda recordarlas. Con un poco de verguenza al principio, empiezo a hablar. Mi voz es apenas un susurro en la habitacion hasta ahora silenciosa. --Tienes que imaginar a mi abuela Victoria joven y enamorada. Me quedo pensativa un momento. Si pretendo contarle lo ocurrido estos ultimos meses no puedo irme tan atras en el tiempo. Comienzo de nuevo, mi voz mas firme. --Mejor empezare hace justo un ano, el 31 de diciembre de 2013. Asi sabras como me entere de los sucesos que nuestras antecesoras me ocultaron durante tanto tiempo. 1 Me encogi bajo las sabanas sin ganas de levantarme. La habitacion seguia helada. Por la hora que era, el portero acabaria de encender la calefaccion y aun los radiadores estarian templados. Saque la mano y tantee en el suelo en busca de la manta que recordaba haberme puesto la noche anterior. Sin molestarme en estirar las sabanas revueltas, la eche por encima en un intento de entrar en calor. Sabia que no me iba a resultar facil, el frio habia pasado a formar parte de mi vida desde hacia un tiempo. La conversacion que habia mantenido con mi marido, lejos de haberse borrado tras la noche, continuaba grabada en mi mente. Su habilidad para convertir cualquier intento de dialogo en un monologo cargado de reproches me habia dejado agotada. Quedo claro que lo unico que queria de mi era que desapareciera de su vida, y cuanto antes, mejor. !Como olvidar sus palabras!: Joder, Mavi, siempre llegamos al mismo punto, vendamos nuestro piso de una puta vez, repartimos y se acabo el problema. Ahora que el de tu madre esta vacio ya no tienes excusa. Ya han pasado mas de dos meses, y seguimos igual. Asi que haz algo. Tengo planes y no voy a esperar mucho mas, dijo antes de colgar sin ni siquiera despedirse. Que tenia planes... !Que cabron! ?Y nuestros planes? Cuando Diego se fue a estudiar su master a Vancouver, nos parecio buena idea hacer un viaje para revivir las veces en las que dejabamos a los chicos con mi madre y nos escapabamos un fin de semana en el viejo coche. Su enfermedad hizo que fueramos posponiendo nuestros planes, pero, ahora, tenia claro que la unica ilusionada habia sido yo. Me sobrecogio la forma en la que Juan hablaba de ella. Ni siquiera me habia preguntado que tal estaba. No mejoraba tanto como nos habiamos imaginado, pero eso no significaba que su muerte fuera inminente. Solo pensar lo que costaba la residencia me hacia temblar. ?Cuanto duraria el dinero de su cuenta? Cada mes que pasaba subia la factura, tantas cosas que no estaban incluidas, pero que al parecer eran indispensables para su cuidado. Lo ultimo que me faltaba era Juan con sus prisas y sus maravillosos planes. La rabia que senti al recordar la forma tan ruin en la que me dijo que se iba, me quito el frio de golpe. Hacia una semana que habiamos ingresado a mi madre. Necesitaba volver a la rutina con la que pasabamos tantos fines de semana, yo, leyendo un libro en la butaca, y Juan, tumbado en el sofa, mientras cambiaba una y otra vez de canal sin intencion mas que de dejar pasar el rato hasta la hora de acostarse. Dos meses ya, y todavia me parecia que fue ayer. Acababa de terminar el telediario. La casualidad hizo que le mirara justo en el momento en el que apago la tele. Dejo el mando encima de la mesa, se sento en el sillon y levanto la vista hacia mi. --Quiero decirte algo. He esperado porque sabes que aprecio mucho a Ana Maria y no queria que sufriera todavia mas. --?Algo de mi madre? --pregunte. Volvio a coger el mando de encima de la mesa, por lo que por un momento pense que iba a encender la tele, pero se limito a pasarselo de una mano a otra. Cuando ya estaba a punto de decirle algo, por romper ese silencio que empezaba a asustarme, comenzo a hablar: --Sera mejor que te lo diga sin rodeos. Me marcho. --?Que te marchas? Juan viajaba con frecuencia por su trabajo, no entendia por que me lo anunciaba, esta vez, de una manera tan rara. --Si, he decidido que me voy. --?Adonde? Se levanto del sillon y se quedo en pie, frente a mi. --Lo que intento decirte es que me voy de casa. Quiero a Carla y hemos decidido empezar una nueva vida juntos. --?Carla? Mi mente hacia verdaderos esfuerzos por intentar poner cara a un nombre que me sonaba familiar. --?Tu secretaria? --Bueno, ahora no es secretaria. Hace tiempo que ejerce tambien de abogada en el bufete -- intento justificar Juan, y antes de que pudiera decir nada, continuo: --Si no lo he hecho antes es porque no queria que tu madre tuviera que pasar por esto, pero ahora no veo razon para aplazarlo mas tiempo. ?Entiendes? Incapaz de hablar o moverme, escuche sus explicaciones, sin asimilar todo lo que me decia. --... seamos razonables. A los chicos les parece bien. Oir que hablaba de nuestros hijos me hizo reaccionar. --?Me estas diciendo que sabian que estabas con otra tia? --Bueno, no desde hace mucho. Se lo conte a Paula la ultima vez que vino, y ella me dijo que se lo diria a su hermano. --!Eres un cabron de mierda! Me parecio que se acobardaba ante mi rabia, pero enseguida se envalentono de nuevo. --Solo quieren que seamos felices. --?Felices?, ?!Felices!? Mi grito no consiguio nada mas que una mirada tensa por su parte. --Espero que lo entiendas. Estoy decidido. Me ire manana. --!Como que manana! --conteste hecha una furia, y sin pensarmelo dije--. Si quieres irte, vete, !pero vete ya! --Si es asi como lo quieres... Aun no me habia movido del sillon cuando Juan salio de nuestra habitacion arrastrando dos maletas. Al pasar por mi lado me dijo: --Adios Mavi, hablaremos cuando estes mas calmada. Me gire en la cama incapaz de encontrar una postura comoda. Mi chuleria me habia salido rana. Por lo poco que tardo, tenia que haber preparado las maletas aquella tarde. Las habia visto en la habitacion, pero no imagine que ya estuvieran llenas. !Como habia podido ser tan tonta! El dia que ingresamos a mi madre en la residencia se habia mostrado muy carinoso. Llevabamos tanto tiempo fingiendo una convivencia que no existia, que tendria que haberme dado cuenta de lo que tramaba. Con la pena que tenia, si llego a saber lo que me esperaba, se hubiera acostado aquella noche con el su puta madre. Seguia sin ganas de levantarme. Tenia todo el dia por delante sin nada que hacer mas que esperar a que dieran las doce y tomar las uvas, sola en casa. Mis recuerdos seguian aferrados a aquel fin de semana de hacia dos meses, en el que me resistia a creer que Juan se hubiera marchado y que mis hijos le apoyaran. Me sentia traicionada en lo mas profundo. Aquella noche, cuando consegui reaccionar, cogi el movil y marque el numero de Paula. El timbre continuo sonando hasta que se corto la llamada. Al intentarlo de nuevo me fije en la hora, !eran las dos de la manana! Tendria que esperar hasta el dia siguiente para que me explicara por que no me habia dicho nada. Paula se limito a mandarme un par de wasaps. Alegaba que tenia un trabajo pendiente que entregar y que hablariamos cuando viniera en Navidad. Diego, en vez de darme la razon, habia intentado calmarme, lo que me enfurecio todavia mas. Despues de colgar, sin pensarmelo dos veces meti en bolsas de basura toda la ropa de Juan. Habia esperado a que anocheciera, no queria que los vecinos se enteraran de lo que pasaba, y las tire, con mas rabia aun que la que habia usado mientras vaciaba hasta el ultimo cajon, en el contenedor de la esquina. Ya no hacia falta que volviera, que Carla le comprara lo que le diera la gana. Me habia sentido como Malefica cuando, al final de la pelicula, lucha contra su amado. Aunque yo no pensaba ser tan tonta como ella, que casi muere por creer que el muy traidor se arrepentia. Si Juan queria volver tendria que hacer algo mas para convencerme. Que ilusa. No habian pasado ni veinticuatro horas cuando, un poco borracha, despues de beberme unos buenos tragos del guisqui que Juan reservaba para las grandes ocasiones, me arme de valor y le llame. ?Si?, una voz femenina hizo que mi corazon se acelerara al compas de la ira que empezo a subir desde mi estomago. !Asi que ella si podia usar su movil! !Cabron! Colgue sin contestar. Tire el mio con tanta fuerza que reboto en el respaldo de la butaca y termino en el suelo. Mire el movil, en la mesita de noche, a mi lado. La raja que se habia hecho en el cristal aquel domingo aumentaba cada dia. Decidi que el jueves, en cuanto abrieran las tiendas, iria a por uno nuevo. Ya que no esperaba regalos en Reyes, me compraria el mas caro que encontrara. Que diferencia con las navidades de los ultimos anos, en las que todavia jugabamos a ser una familia normal. Recoger a Paula y a Diego, contagiada de la felicidad que se respiraba en el aeropuerto en esas fechas; los regalos comprados a ultima hora en los que se incluia siempre un tique para facilitar su devolucion, las sobremesas en las que dejabamos a Juan extenderse sobre las ventajas laborales que encontrarian los chicos al terminar sus estudios en el extranjero, sin querer ver que su vuelta a casa estaba cada dia mas lejana. Todo me habia parecido artificial y forzado. Ese dia, en cambio, hubiera dado cualquier cosa por recuperar el dos mil trece, aun con todos sus sinsabores. Ni siquiera habia llamado a mis amigos para decirles que no pensaba acudir al restaurante en el que, en los ultimos anos, nos reuniamos para cenar y tomar las uvas. Lo ultimo que me apetecia era ver las miradas de compasion de las mujeres del grupo al acabar de besar a sus maridos cuando dieran las doce. Recogeria un poco y volveria por la tarde a mi casa en la que me esperaba una lasana congelada. Debia de llevar siglos en el congelador. Cenaria sola, delante de la tele, sin saber siquiera si mis hijos se acordarian de mi. Me entretuve un rato con la mirada fija en las figuras que la luz que atravesaba la persiana entreabierta dibujaba en la pared. No recordaba haberme fijado nunca en ellas, aunque mi cama no se habia movido desde que me instale en esa habitacion unos meses despues de morir la abuela. Se oia ya el bullicio de la gente en la calle. Echaba de menos poder ir de tiendas o tomar algo en un bar sin tener que coger el coche. Juan, sin embargo, siempre habia preferido la tranquilidad del extrarradio de Madrid. La urbanizacion cerrada contaba con vigilancia las veinticuatro horas. Creo que se sentia importante cuando el vigilante le saludaba con respeto al abrirle la verja metalica. A mi me convencio con el argumento de que los ninos podrian jugar libremente en los jardines o banarse en la piscina comunitaria, sin tener que depender de que tuvieramos tiempo para llevarles a un parque o un polideportivo. Sin embargo, tiempo fue lo unico que me sobro en esos anos, hasta que harta de estar en casa, me arme de valor y, aun en contra de su opinion, me acerque al colegio en el que habia trabajado un tiempo antes de casarme. Se apiadaron de mi, y lo que empezo como una sustitucion, se habia convertido en un contrato indefinido. No tenia un gran sueldo, pero eso mejor que nada. Intente pensar en otra cosa, pero solo consegui volver a las palabras de Juan: !haz algo con el piso de tu madre! No me sentia con fuerzas para quitar sus cosas. ?Y si ocurria un milagro y mi madre al volver a casa se la encontraba distinta a como ella la dejo? Pero reconoci que mi resistencia tenia mucho que ver conmigo. A este piso volvio mi madre al quedarse viuda, todavia embarazada, y los recuerdos de mi ninez y juventud estaban asociados a aquellas estancias en las que habian convivido en una armonia un tanto peculiar los mas variados estilos, herencia de la costumbre familiar de no tirar nada. Ahora me iba a tocar a mi hacer lo que mi madre no pudo. La huella dejada por la abuela Victoria, mimamita, habia sido tan profunda que desistio desde el primer momento de la pretension de hacerla suya, nuestra. Para enfrentarme al piso necesitaba alejar los fantasmas de los que habiamos vivido alli, y probablemente la unica manera era tirar todas nuestras pertenencias. Una lucecita roja en el movil, que indicaba que la bateria estaba a punto de acabar, hizo que me levantara de la cama. Abri la persiana para disolver en la luz del mediodia los recuerdos que se resistian a abandonarme, y me vesti rapido, necesitaba un cafe bien cargado. Entre en la cocina y mi ninez cobro vida: encaramada en la banqueta mientras cortaba verduras bajo la atenta mirada de la abuela, el aroma a azafran de sus guisos, el ultimo cumpleanos que celebramos juntas. La nina que fui volvio con fuerza corriendo inocente de la cocina, donde mimamita me llamaba para que le ayudara a decorar la tarta, al salon, en el que mi madre intentaba colgar los globos de colores que habiamos inflado entre todas. Despues de morir la abuela, mi madre no supo encontrar las fuerzas para continuar con las celebraciones en casa, y fue una de mis tias la que tomo el relevo en las ocasiones en que nos reuniamos toda la familia. La cocina estaba aun mas fria que el resto de la casa. El ventanuco del cuarto de la plancha, utilizado tambien como despensa, se habia quedado abierto toda la noche. Mi madre me habia contado que cuando ella era nina, la criada de la abuela, Carmela, dormia alli. Era dificil imaginar una cama en ese espacio tan reducido. Me lleve el cafe al salon y, de pie, pegada a uno de los radiadores, observe el espacio que todavia llamabamos el gabinete de la abuela. Tras su muerte, mi madre decidio comunicar la estancia con el salon. Aun recuerdo lo mucho que me dolio que no respetara esa habitacion en la que tantas y tantas veces mimamita y yo nos encerrabamos. Era nuestro rincon. Me sentaba a su lado a hacer los deberes mientras ella escribia con una pluma de capuchon plateado. Alguna vez me dejaba usarla, y me dedicaba a decorar los margenes con estrellitas de colores o soles sonrientes. Deje la taza en la cocina y el resto de la manana me dedique a clasificar el contenido de las estanterias del gabinete de la abuela. Monte una caja de carton y escribi en su parte superior "guardar" con un rotulador rojo. Me entretuve un buen rato en sacar las fotos de los marcos que no pensaba conservar, regalos de compromiso que siempre me habian parecido horrorosos. La de la boda de mis padres, sin embargo, estaba en un marco de plata que mi madre limpiaba cada cierto tiempo con un liquido que olia muy mal y lo dejaba muy oscuro. Era yo despues la encargada de sacarle brillo. La foto, en blanco y negro, se habia tomado al terminar la ceremonia y los novios y padrinos posaban con el altar al fondo. La primera vez que le pregunte por mi otra abuela, mi madre me explico que no, que la madrina en su boda habia sido una tia de mi padre, ya que mi abuela habia muerto antes de que ellos se casaran.

  • Hormigas en la playa de Rafa Moya

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    Hormigas en la playa narra la historia de una obsesion. La obsesion de Eric por Pau, un amigo de juventud. Ambos se reencuentran treinta anos mas tarde de haberse perdido de vista, en una reunion de antiguos alumnos. A partir de ahi, Eric intenta recuperar la relacion que tuvieron en el pasado y para ello emprende una supuesta operacion de acoso basada en una nostalgia quiza mal planificada. Para algunos, una historia de amor, para otros un novela de suspense, quiza una novela urbana, psicologica, oscura, cerrada, emotiva, vital y para todos una novela impactante y dificil de olvidar.

  • Asesino de brujas. La bruja blanca de Shelby Mahurin

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    Unidos como uno para amarse, para honrarse o para arder.
    Dos anos atras, Louise le Blanc huyo de su aquelarre y se refugio en la ciudad de Cesarine, donde renuncio a la magia para vivir de lo que pudiera robar. Alli, cazan a brujas como Lou. Les temen. Y las queman.
    Como cazador de la Iglesia, Reid Diggory ha vivido su vida bajo una regla: <>. Pero cuando Lou realiza una gran artimana, tanto ella como Reid se ven obligados a aceptar una situacion impensada: el matrimonio.
    Lou, incapaz de ignorar sus sentimientos que son cada vez mas fuertes, pero sin poder cambiar quien es, Lou debe elegir.
    Asesino de brujas: la bruja blanca se desarrolla en un mundo de mujeres empoderadas, magia oscura y donde los romances son fuera de serie. Cuando lo termines de leer, querras mas.

  • Bajo la Luz de la Luna de Aryam Shields

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    Para Andersson Scott, la luna era todo lo que tenia, era su confidente, lo unico constante en su vida, la que entendia su naturaleza, el la amaba como se ama a una amante que siempre lo consuela, lo conoce y lo acaricia.
    La luna, la noche y el… El, un hombre solitario que fue marcado a fuego por el destino, recluido en su casa donde nadie entraba o salia, la razon no era, precisamente, que se avergonzara de la cicatriz en su rostro, ni del terrible humor del hombre hurano en el que se habia convertido con los anos.
    La verdadera razon residia, en que cada noche, en cuanto el reloj marcaba las doce campanadas, Anderson, se transformaba, su rostro se desfiguraba y su cuerpo se retorcia hasta adquirir otra forma, era cuando el monstruo cobraba vida, ese que en su ser dormia durante el dia.