libro el llanto de los elefantes
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libro el llanto de los elefantes - Genoveva Casanova
https://gigalibros.com/el-llanto-de-los-elefantes.htmlUn desafortunado dia, la rama de un arbol se vencio ante el peso de los elefantes, haciendoles caer sobre los discipulos de un asceta que se encontraba atendiendo sus lecciones debajo de su sombra. Para evitar seguir haciendo dano a los demas habitantes del mundo, los elefantes decidieron desprenderse de sus alas y bajar a vivir a la tierra. Millones de alas cayeron lentamente del cielo, formando asi los majestuosos Montes Himalaya. Desde entonces, los elefantes caminan entre los hombres y demas seres que pueblan este mundo, siendo venerados como deidades, y al mismo tiempo encadenados y forzados a vivir a merced de los caprichos del hombre. Con sus rostros pintados de colores y sus patas sujetas con enormes grilletes oxidados, los elefantes viven resignados. Y cuando las nubes no vienen en mucho tiempo y ellos se permiten anorar aquellos tiempos en que eran libres y volaban muy alto, muy alto, atravesando el viento azul... los elefantes lloran. PARTE I Cuando el timbre sono eran las 12:37. Lo sabe porque siempre mira el reloj en cada acontecimiento del dia. Tiene esa costumbre desde los dias de agenda apretada en sus viajes por la India. Cada vez que alguien entraba en el piso, o que sonaba el telefono, o que pasaba por la calle el afilador de cuchillos, el miraba su reloj, como para cerciorarse de que efectivamente el tiempo seguia transcurriendo y que el mundo seguia funcionando. Era un dia soleado, de una primavera recien comenzada. Como hacia calor habia decidido ponerse unos pantalones color beis comodos y un polo azul oscuro de manga corta. No llevaba zapatos. Siempre estaba descalzo en casa. Al igual que ella, nunca habia soportado bien tener los pies cubiertos. Desde la ventana se veian las copas de los arboles del parque que estaba cruzando la calle, de un verde traslucido que decoraba el bosque como si a las hojas les hubiesen sido esparcidas millones de espejos minusculos. El balcon principal estaba abierto, y entraba con facilidad el sonido del saxofon que animaba las terrazas de los restaurantes de la calle. En ese momento sonaba la melodia de una de sus canciones de jazz favoritas: A case of you. En la cocina, la mujer de la limpieza recogia los cubos y las fregonas que acababa de utilizar para el suelo de madera antigua que tenia en su piso de Paris. Vestia un sari[1] azul marino, con bordados de hilo dorado en los extremos de la tela. Las mujeres indias encuentran dificil dejar de usar la ropa tradicional cuando se trasladan a vivir a Europa o a America. Ella tambien era asi. Trenzaba su pelo con aceite de almendras mezclandolo con unas gotas de sandalo, y colocando algunas flores de jazmin entrelazadas, como le enseno su madre a hacer cuando era pequena y vivia en Chennai[2]. Aunque en esta ciudad el jazmin solo se conseguia durante algunas temporadas. El se encontraba enfrente del mueble chino de madera que decoraba el recibidor, revisando el correo que acababa de llegar. Guardo las llaves de su casa dentro del cajon de la derecha y se dirigio a la entrada. Abrio la puerta el mismo, cosa que nunca habria hecho si no hubiera estado el tan cerca de la puerta, y la muchacha de servicio tan lejos. Pero siendo esta la situacion, lo considero un detalle. De cualquier manera, en Francia no hacia falta ser tan precavido. --Monsieur Rohan Seth? J'ai un package pour vous. Si vous plait, signe ici...[3] Un senor bajito, delgado y con un bigote entrecano, que traicionaba la edad que intentaba aparentar el intenso tinte de su pelo, se encontraba de pie en el descansillo, con una bolsa gris al hombro y un paquete en la mano derecha. Busco en su bolsa y saco un boligrafo y unos documentos, que son los tipicos tramites para una entrega de paqueteria. Asi que firmo en la parte de abajo del papel, en lo que considero el espacio logico para la firma, pues en todos estos anos, desde aquel primer viaje a Paris, habia aprendido muy pocas palabras en frances, y decididamente no lo suficiente como para leer un documento. --Merci, monsieur. Bon journee[4] --dijo el hombre mientras le entregaba el paquete en la mano y le daba la espalda para presionar el boton del ascensor. Cerro la puerta sin prisa, con cierta pesadumbre que permite la edad, y con el paquete en la mano camino hasta su despacho. Junto a la ventana que daba al parque habia instalado su escritorio, atiborrado de libros y papeles desordenados. Le gustaba contemplar las vistas cuando se sentaba a leer o a revisar el correo. A veces se sentaba ahi solo para contemplar el atardecer y sentirse acompanado por las palabras que encerraban todos aquellos libros. Cada uno era una conversacion larguisima con la vida, un secreto muy suyo. Se acerco a la mesa para coger el abrecartas de plata con la figura de elefante que habia traido con el desde Delhi y que habia pertenecido a su padre. Lo clavo en el papel amarillo acolchado y rasgo con descuido el envoltorio, de la misma manera que habia visto a su padre abrir cientos de cartas durante sus anos en la politica. Con la misma autoridad. Fue entonces cuando se encontro sujetando aquel libro con sus manos rugosas y gastadas. Con todo lo que habian tocado sus manos, parecia que sus dedos estaban a punto de fallarle. De pronto, tenia en ellas un libro cuyas letras de la caratula le dolian en los ojos. Letras doradas impresas a relieve sobre el cuero de color marron que cubria la dura pasta, como viejas cicatrices recien reveladas sobre su piel india. Aquel libro le gritaba y lo amarraba. Parecia arrancarle el aire mientras las agujas de su reloj comenzaban a girar enloquecidamente, retrocediendo hasta el momento en donde empezo todo, con las primeras palabras, en la primera pagina... mucho, mucho tiempo atras. CAPITULO 1 Cuando uno se sienta delante de una hoja en blanco, dispuesto a escribir, como estoy yo ahora, solo surge una pregunta: si tuviera que contar la historia de mi vida, ?como empezaria? ?Por donde? ?Como puedo hacer sentir esto, que es tan mio, a otra persona? ?Como doy mis ojos para que alguien pueda ver a traves de ellos todo lo que he visto yo? Todos los dias, todos los anos, todo el tiempo que ha transcurrido... ?como se da todo eso? Por cada segundo, una imagen y un sentimiento... Demasiado. No estoy al final de mi vida, en mi vejez, sentada en mi casa donde solo quedan fotos viejas y ecos de palabras habladas muchos anos atras. No. Soy bastante joven aun. No tengo tantas canas como tormentas colgando de la cabeza. Pero cuando acabe todo esto, espero poder irme habiendo roto cadenas, habiendo soltado alguna que otra alma de la infinitud del silencio. El silencio... Naci el 28 de octubre de 1970 en el Hospital de Nuestra Senora del Rosario de Madrid. Era una tarde fria y lluviosa de otono. Las enfermeras iban y venian con sus cofias blancas, vestidas con sus uniformes tan femeninos, hablando sin parar cosas de las que mi madre no conseguia entender ni una pizca. Llevaba poco tiempo en Espana, desde que se caso con mi padre un ano atras, pero en realidad nunca tuvo interes en aprender a hablar espanol. Como si su relacion con este pais y su gente fuera meramente circunstancial. Se habia criado en una preciosa finca en el sur de Alemania donde sus hermanas y ella recibian una estricta educacion de acuerdo con lo acostumbrado por las familias nobles de la epoca. Clases de ingles, frances, historia, geografia, matematicas, literatura y piano llenaban sus dias de infancia. Al morir mi abuelo, mi madre heredo el titulo de baronesa. No era uno de los mas importantes que tenia, pero ella era la cuarta de cinco hijas, por lo que era bastante logica esa designacion. Habia visto nacer a su hermana menor, la tia Birgit, en aquel palacete de campo con el enorme reloj de la torre y rodeado de campos de trigo, pero no recordaba tanto alboroto.
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El llanto de los elefantes - Genoveva Casanova - Planeta de ...
https://www.planetadelibros.com/libro-el-llanto-de-los-elefantes/19594314 abr 2015 — Sinopsis de El llanto de los elefantes: ... La emocionante historia de un viaje que te cambiará la vida. La primera novela de Genoveva Casanova.
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EL LLANTO DE LOS ELEFANTES | GENOVEVA CASANOVA
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EL LLANTO DE LOS ELEFANTES - CASANOVA GENOVEVA
http://quelibroleo.com/el-llanto-de-los-elefantesInformación del libro. GéneroNarrativa; EditorialESPASA; Año de edición2015; ISBN9788467044614; ISBN digital9788467044775; Idioma Español.
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El llanto de los elefantes - Libro de Genoveva Casanova
https://www.lecturalia.com/libro/93458/el-llanto-de-los-elefantesLa muerte de la inocencia y el desmoronamiento de los sueños son el momento más crucial en la vida de una persona. Cuando resulta que todo lo que sostiene ...
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Reseña de "El llanto de los elefantes", de Genoveva Casanova
http://abracalibro.blogspot.com/2015/06/resena-de-el-llanto-de-los-elefantes-de.html12 jun 2015 — No me siento separada de este mundo, sino trágica e irremediablemente unida a todo." El libro. Título: El llanto de los elefantes.
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Los suicidios de Princeton (Rebeca Olsen 5) de Raul Garbantes
https://gigalibros.com/los-suicidios-de-princeton-rebeca-olsen-5.htmlJASMINE SE ENCONTRABA en la azotea de la torre de Nassau Hall, en el edificio mas emblematico de Princeton. Habia tenido un buen dia. Era viernes por la noche y habia decidido ir en soledad a aquel lugar. Le gustaba mirar el campus desde alli. Cuando dio la vuelta para irse a casa, escucho un ruido y la vio. Una chica parecia decidida a lanzarse desde lo alto de la torre. Caminaba con determinacion, como si nada pudiese detenerla, pero Jasmine se movio con rapidez y corrio hacia ella antes de que pudiese subirse a la cornisa. --Detente. ?Por que quieres hacer esto? --le pregunto al mismo tiempo que con sus manos le sostenia los brazos. --!Dejame! ?Quien crees que eres para meterte asi en mi vida? Esto no es tu problema -- respondio la chica. --No vale la pena. Por lo que sea que hayas decidido acabar con todo, no vale la pena. Puedo mostrarte las cicatrices que tengo en mi cuerpo. Yo tambien he estado en tu lugar. Mi vida ha sido un desastre casi siempre y tambien pense que no habia remedio. Entonces la chica relajo los musculos de los brazos y Jasmine comprendio que al menos contaba con unos minutos para hablarle. --?Cual es tu nombre? --quiso saber. --Me llamo Jasmine. ?Y tu? Ella sonrio un segundo, con ironia. Mas bien fue una mueca. --Soy Lynette. --Te parece que nos sentemos aqui un momento. No pienso llamar a nadie ni evitar que te lances si despues de que hablemos continuas con esa idea. Solo te pido unos minutos. Te prometo que, si desistes, no avisare a nadie lo que ibas a hacer. Lynette decidio hacer lo que Jasmine proponia. Las dos se sentaron en el piso, junto a la cornisa. --No voy a poder soportar la verguenza, la humillacion... --dijo rompiendo en llanto. --?Cual humillacion? --Tiene las fotos, mis fotos de la preparatoria. Por eso no uso redes sociales. Cometi un error hace unos anos. Me gustaba un chico que no era buena persona. Me tome unas fotos para el y las difundio en las redes. Pero no todas. Despues hubo un escandalo, aunque pequeno; logramos minimizarlo. Me refiero a mi familia y a la escuela. No volvio a publicar nada mas. Ahora ellos las tienen, y unas peores, ni siquiera las recordaba, o, mejor dicho, queria olvidarlas. Aunque me he mantenido con el temor oculto de que eso volviera a salir a la luz. Diras que eso no es tan grave, pero si te pasara a ti, seria distinto. El desprestigio en este lugar no esta permitido. Esto me convierte en una impresentable. Esto me va a arruinar, porque seria solo el comienzo. Estan dispuestos a todo. A mi y a las otras. Y lo peor es que ahora se algo espantoso; algo que dana a otras personas... --Entiendo. ?Y no puedes convencerlos de que no te desprestigien? ?Que los mueve para hacer eso? --pregunto Jasmine. --Es mejor que no sepas mas --le respondio al mismo tiempo que secaba unas lagrimas de sus ojos--. De todas formas, ya hoy he perdido el valor. Hoy no lo hare --dijo y se levanto. Luego echo a andar hacia la puerta de la azotea. Caminaba despacio. Jasmine tuvo la intencion de acompanarla, pero no lo hizo. Sin embargo, averiguo lo que pudo sobre ella despues de aquella noche. Y cumplio su promesa; no le dijo a nadie lo que habia pasado. 2 ERAN las once de la manana del 25 de enero e iba a encontrarme con Rose en el Central Park. De la estacion de trenes de Nueva York al parque se me hizo el camino interminable. La ciudad estaba cubierta de nieve y la gente se resguardaba en las cafeterias. Repare en una de ellas que quedaba de camino y estaba abarrotada de gente. En la entrada vi a un mendigo sentado en el suelo. Se trataba de un hombre mayor con la cara reseca y manchada que soplaba las palmas de sus manos y luego las frotaba. Yo estaba tan emocionada y satisfecha conmigo misma por la resolucion del caso en Westchester, y en contraste con mi situacion estaba aquel sujeto pasandolo tan mal, que senti mucha pena. Pensaba que el frio era una maldicion para los desfavorecidos, asi que saque de mi morral lo mas rapido que pude varias monedas y se las ofreci. Abrio sus labios rotos y me dio las gracias con una sonrisa infantil que mostro los pocos dientes que tenia. Continue mi camino casi corriendo, mientras sentia el vaiven del abrigo que me golpeaba las piernas y tambien el viento helado chocando contra mi cara. En ese momento comenzo a nevar. La emocion de encontrarme a mi hermana despues de tanto tiempo y hacerlo con el sabor de la victoria a cuestas por lo de mi descubrimiento del asesino de Sleepy Hollow era de las mejores cosas que me habian pasado en la vida. Cuando andaba por el frente de la Torre Trump y llegaba a la esquina del parque, mi celular vibro. Lo llevaba dentro del bolsillo del abrigo. Lo tome y mire el mensaje con expectacion porque me temia lo peor, que Rose cancelara y me dijera que tampoco podria verla ahora... En efecto, era ella, para decirme que a ultima hora no le habia resultado seguro acudir a la cita. Que luego me explicaria, pero que no podriamos vernos. Tambien decia que en unos minutos Anita Lansbury me llamaria para encomendarme un caso. Tuve que aceptar sus palabras porque sabia que nuestro trabajo era peligroso y que debiamos adaptarnos a los imprevistos. Le escribi un simple okey y continue. Camine por el sendero este del Central Park. Me adentre en aquel espacio solitario y lleno de nieve y vegetacion. Anduve menos de diez minutos y despues me sente en un banco. Fue en ese momento cuando recibi la llamada de Anita. --Es urgente que te dirijas a Nueva Jersey, cerca del campus de la Universidad de Princeton. Algo terrible podria estar pasando que ya ha afectado a tres de <
>. No sabemos que es, pero sospechamos una estrategia criminal que podria conducir a ciertas jovenes a cometer suicidio. Buscaras a Jasmine Morris. Ella te lo contara todo. Te esperara en el numero 8 de la avenida Patton. Estoy por enviarte un archivo a tu correo con informacion. Uno de los nuestros te conducira en auto hasta alla. Te aguarda en la esquina del suroeste del parque donde ahora estas. ?Que diablos eran < >? ?Quien seria Jasmine Morris? 3 EN SEGUIDA me acorde de que ese era el nombre que se le daba antes a las ocho universidades privadas mas prestigiosas del pais. Hace unos anos, hice un trabajo sobre el escandalo de los sobornos para los ingresos de los hijos de algunos politicos que habia conducido alguien llamado Bunderson. ?Tendria que ver con eso lo que decia la profesora Anita? Pense que era mejor no llenarme de ideas antes de hablar con Jasmine Morris. Tendria que buscarla donde Anita me habia dicho, y eso quedaba a mas de una hora de camino. Imaginaba que era una profesora que pertenecia a la Passkey. Camine hasta la esquina que habia descrito Anita y encontre en ella a un hombre. Casi no podia ver sus facciones porque llevaba la cara bastante cubierta. Tenia puesto un gorro y una bufanda negra, lentes oscuros y una chaqueta gris The North Face. --?Rebeca Marie Olsen? Soy Philip Culp. Debe venir conmigo de inmediato. --Hola. Asi es --le respondi y espere a que el tomara la delantera. Pense que iriamos a un estacionamiento, pero no fue asi. Un auto que se encontraba pasando en ese momento se detuvo con brusquedad y se bajo de el un hombre que dejo la puerta abierta y el motor encendido. Tambien abrio la puerta de atras del auto de ese mismo lado y luego, sin mediar palabra, paso corriendo junto a nosotros y desaparecio. Philip Culp --con rapidez --se subio en el asiento del conductor y yo iba a hacerlo en la parte de atras, pero recorde que me mareaba en los asientos posteriores, asi que cerre la puerta que el hombre habia dejado abierta y me apure en subirme de copiloto. El auto era un BMW negro. Entre y cerre con premura porque ya Culp habia puesto la marcha. Puse mi morral en el asiento trasero, pero antes saque de el el celular. En pocos minutos, estuvimos cruzando Manhattan por la via I-95 a gran velocidad. --?Sabes quien es Jasmine? --me pregunto de repente. --No --le dije. --Una joven que hemos rescatado de las garras de la Black Key. Ellos no saben su identidad actual. La conocieron con otro nombre. La sacamos de uno de los programas que recluta huerfanos para convertirlos en criminales, en asesinos. Ahora vive en Princeton y estudia el primer ano en la universidad. Robert esta muy orgulloso de su rescate. El personalmente se encargo. Recorde a Robert Smith Patterson, el tio del fallecido novio de mi hermana. El mismo que la habia formado a ella. Era la mayor institucion en la Passkey; entonces comprendi que Jasmine debia ser alguien con un pasado oscuro y muy bien entrenada, como una especie de arma letal. 4 DURANTE EL VIAJE estuve mirando la informacion que Anita me habia dado. Lynette Macy era una joven que se habia suicidado en su habitacion en los edificios Proyect del campus universitario de Princeton. Estudiaba Ingenieria Quimica e hizo las pasantias en Nueva York en Sory Company, una de las firmas de cosmeticos mas grandes del mundo, despues de que sus duenos adquirieran una empresa francesa llamada Verove. Todo el mundo decia que era una muchacha alegre, que irradiaba optimismo y vitalidad. De pronto comenzo a cambiar de conducta; se le veia preocupada, luego deprimida, se intento suicidar una vez, y al final se colgo en su habitacion sin carta de despedida para sus padres ni su hermana, con quien al parecer era muy cercana. El suceso habia acontecido hacia dos dias. Asi, sin mas, nadie se explicaba lo que habia pasado en la vida de Lynette Macy. -
Moscas de Agustin Pery
https://gigalibros.com/moscas.html?A que huelen las nubes de esta novela? Las nubes de esta novela huelen a podredumbre. El asesinato de un periodista de investigacion en la isla de Mallorca y la torpe serie de acciones y reacciones que desencadena sirven como hilo conductor a esta trepidante narracion. Un magnifico thriller que retrata -con un estilo conciso y directo, y con gran conocimiento de causa- las relaciones que tejen y anudan la corrupcion en Espana. Es esta una narracion dura -violenta en muchos aspectos- como no podia ser de otra manera, pues la voz del narrador se acerca a la del protagonista principal, un policia nacional curtido en las alcantarillas de la lucha antiterrorista y sobrado de testosterona
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Cien canciones para Amelia de Maruja Moyano
https://gigalibros.com/cien-canciones-para-amelia.htmlEl dia que Amelia desaparecio parecia un dia normal, como cualquier otro. El otono hacia semanas que arrancaba hojas de los arboles plantados a la entrada de aquel pequeno patio de vecinos y el viento las arremolinaba obcecadamente junto al pozo situado a la derecha de la entrada de mi casa, justo enfrente de la de Amelia Apenas habia comenzado la tarde y corri, como cada jornada, con mi pedazo de pan con chocolate, a pasar unas horas con ella, a contarle los pormenores de mi manana escolar y, mientras me rehacia las coletas con aquellas manos finas y habiles, escucharla cantar las canciones de aquella epoca en la que las heridas de la contienda continuaban sangrando y el Madrid de principios de los anos sesenta se llenaba de gentes de otras partes de Espana, que escapaban de la miseria de sus pueblos y se encontraban de bruces con mas miseria. La puerta estaba cerrada, extranamente cerrada, porque en aquel tiempo las puertas se cerraban solo de noche y la casa de mi vecina siempre estaba abierta y mas a aquella hora en la que yo solia visitarla. Aplique la oreja a la madera despues de llamarla varias veces sin obtener respuesta, y volvi sobre mis pasos mordisqueando con desgana el chocolate, defraudada por el inesperado planton de mi vecina. Nadie habia echado en falta a Amelia aquella manana. Los hombres partian muy temprano hacia el trabajo, aquellos que lo tenian, los demas salian tambien temprano a buscarlo por las obras y los talleres. Habia que caminar un cuarto de hora hasta llegar a una parada de autobus que comunicaba aquel barrio marginal y apartado con el centro de la capital y otros barrios colindantes y mas afortunados. Excepto Pedro, un joven al que una bomba en el ano 44, siendo un nino pequeno, le habia amputado una pierna y le habia dejado privado de la vision de un ojo cuando jugaba con otro nino en el campo. El vivia con su madre, ya anciana, que recogia chatarra y la revendia para abastecerse de lo mas basico; los ninos y ninas, que en aquella epoca abundabamos, acudiamos a la escuela muy pronto, aliviando la carga de trabajo de nuestras madres durante unas horas; las mujeres trabajaban sin descanso desde el amanecer: despues de preparar el almuerzo de sus maridos y el bocadillo que los hijos que ya iban a la escuela comerian en el recreo, calentaban la leche para todos --en el caso de que tuvieran--, despues salian con los orinales repletos de porqueria a volcarlos en el descampado anexo a aquel conjunto de casitas en las que habitabamos, y que crecia con el paso de los meses sin permiso ni control. Aquel era un barrio colonizado por la miseria, sin agua corriente ni alcantarillado, con luz electrica enganchada quien sabe como, rodeada de campo con escasos arboles y un buen monton de basura. Sus habitantes, en su mayoria inmigrantes andaluces, luchaban a diario por sacar la cabeza de los barrizales de los dias de lluvia y las colas de leche en polvo para sus hijos, como resultado de una parte del acuerdo del regimen franquista con EEUU, a cambio de la instalacion de bases militares en territorio espanol. Pero como decia, nadie echo en falta a Amelia. Yo insistia en preguntarle a mi madre donde estaba Amelia, y ella, molesta y un poco celosa por mi interes, me daba razones vagas que no acababan de convencerme: <
>, < >, < >. Nadie atendia a mi preocupacion, ni mi madre ni las vecinas del patio. Nadie. En realidad, nunca se hace mucho caso a los ninos, y en aquellos anos menos aun. Nadie parecia percatarse de que mi angustia, la angustia de una nina de cinco anos, era algo lo suficientemente importante como para pararse un momento y escuchar. Fue la senora Josefa la que dio la voz de alarma avanzada la tarde, cuando al sacar agua del pozo encontro las gafas de Amelia con un cristal roto enganchadas en el cubo. Recuerdo que, a pesar de mi escasa edad y de que no entendia muy bien la situacion, el hecho de que todas las vecinas acudieran curiosas y alertadas a contemplar aquella pesca fortuita, evidencia de que algo andaba mal en el vecindario, me produjo cierto alivio. !Por fin se habian dado cuenta de que Amelia habia desaparecido! Padecia una miopia lo suficientemente importante como para impedirle marchar sin sus gafas. Entonces comenzaron los golpes en la puerta, los gritos de llamada, los corrillos y los comentarios morbosos sospechando que ella, mi querida Amelia, pudiera estar en el fondo del pozo de cuyas aguas bebiamos los habitantes de aquel patio; o tal vez un ataque repentino la hubiera dejado muerta o postrada, incapaz de moverse y abrir la puerta. Unas vecinas jaleaban para tirar la puerta abajo, otras, mas prudentes, preferian llamar a las autoridades y que se hicieran cargo de una posible desgracia. Tardaron mucho en decidir que hacer, hasta que dos vecinos en moto marcharon hacia el puesto de policia mas cercano --y bastante lejano-- para alertar del incidente. Era ya de noche y me encontraba acostada en mi cama, a punto de sumergirme de lleno en el sueno, cuando los vecinos volvieron acompanados de varios policias. Escuche las voces de los adultos y el ruido del motor del coche patrulla. Me asome a la ventana: todo el mundo estaba reunido en el patio frente a la casa de Amelia. Sonaron varios golpes en su puerta y la llamada potente de una voz masculina que achaque con acierto a los uniformados. Por fin, el estruendoso golpe de una patada en la puerta de Amelia resono en la noche en medio del sepulcral silencio de los vecinos expectantes. La casa de Amelia estaba vacia. Digo vacia porque ella no estaba; en cambio, su humilde pero primorosamente decorado hogar se presentaba ante los circunstanciales invasores pulcro y acogedor. Yo lo conocia bien, no era necesario entrar para visualizar cada detalle de aquella casa. Empece a llorar al pensar en que aquellos hombres revolverian sus delicadas pertenencias, aquellas que yo no volveria a tocar jamas. Supe, porque me lo decia el corazon desde un lugar no identificado dentro de mi, que no volveria a ver a Amelia, que los dias de dicha en los que me cantaba sus canciones mientras trenzaba mi pelo; que me ensenaba fotos de los anos en que actuaba en los teatros; que me permitia disfrazarme con sus zapatos y sus complementos de coloridas plumas… aquellos dias en los que con dulzura me llamaba < > habian desaparecido para siempre con ella. Al dia siguiente sondearon el pozo, cuyas aguas abastecian a un buen numero de familias, y comprobaron que no albergaba cadaver alguno, calmando asi los peores temores de los vecinos preocupados por su salud. Yo tambien me alegre, pero no porque temiera contaminarme con los fluidos de un cuerpo muerto, sino porque al menos estaba segura de que Amelia no se habia ahogado en aquel oscuro y profundo hueco al que a los ninos y ninas del patio se nos tenia prohibido asomarnos. Una vez lo hice bien agarrada al cuello de mi padre y me dio pavor mirar hacia aquellas profundidades negras como el mismisimo infierno; al menos eso es lo que me sugirio aquel abismo interminable y oscuro, y tambien fue esa la intencion de mi padre: provocarme un sentimiento de miedo hacia el pozo y mantenerme alejada de el. No recuerdo con claridad que paso despues. Las idas y venidas de gente a aquella casa, posiblemente la policia y algunos familiares que fueron localizados, se mantuvieron durante algunas semanas. Lo que si recuerdo es un profundo sentimiento de tristeza, un vacio que permanecio dentro de mi durante mucho tiempo. Llore la ausencia de Amelia como si hubiera sido la de mi propia madre. Creo que escuche la palabra < > por primera vez durante los dias que siguieron a la desaparicion de Amelia. Aquella palabra me produjo una sensacion de desazon inexplicable. No sabia muy bien que pasaba con la gente que moria. Decian los mayores que tras la muerte las personas subian al cielo si habian sido buenas, o caian a las llamas de un infierno aterrador si habian sido malas. Amelia debia estar sin duda en el cielo, no podia imaginarmela en ningun otro lugar si no estaba a mi lado, asi que dirigia mis ojos hacia lo alto, escudrinaba con los ojos semicerrados entre las nubes; trataba de mirar directamente al sol con mis manos por visera; buscaba verla, una senal, un saludo, sus rasgos dibujados en el aire… cualquier cosa que me indicara que no la habia perdido para siempre. No era posible que se hubiera marchado, ni siquiera al cielo, sin despedirse de mi, eso no era propio de ella. A veces escuchaba hablar a mi madre con otras vecinas, y al acercarme curiosa callaban o decian bajando la voz: < >. Y aunque era muy pequena, me producia enfado, me sentia absolutamente sola ante una pena que no me permitian compartir con nadie. Eran mi pena y mi soledad mucho mas grandes que el pecho que las albergaba. Ni siquiera mi madre conseguia calmar los llantos nocturnos que ella atribuia a pesadillas y terrores infantiles. En realidad, cada noche creia que al despertar todo seria como antes, pero nunca fue asi, la verdad se me mostraba implacable cada amanecer. * * * Tan solo hacia tres anos que Amelia ocupaba aquella casita con patio. Tres anos desde el milagro, o eso decia mi madre al recordar lo que pudo haber sido un drama en mi casa y que, gracias a la vecina recien llegada, no llego a pasar. Unas pocas semanas desde que aquella mujer joven, sola y peculiar se instalo en su casa frente a la mia, ocurrio algo inesperado. Era invierno y anochecia pronto, mi madre planchaba y mi padre aun no habia vuelto del trabajo. Yo era muy pequena y lloriqueaba aburrida y sonolienta despues de tomarme un vaso de leche con galletas. No habia mucho mas. Mama decidio acostarme, mas que nada por quitarme de en medio para que la dejara trabajar tranquila en sus quehaceres. Al poco de acostarme, deje de lloriquear y mama continuo con su plancha creyendome dormida. El viento silbaba frio en el exterior. Ella acabo pronto con la plancha y entro en el pequeno cuarto para asegurarse de que estaba bien arropada en mi mantita, pero lo que encontro le hizo gritar de horror: yo estaba boca arriba, fria y con los ojos abiertos, inmovil y segregando una espesa espuma blanca por la boca. Abrio la puerta de la calle gritando desesperada y pidiendo ayuda; los vecinos abrieron sus puertas. Tambien Amelia. Ella fue la primera en entrar, me cogio en brazos y me tumbo en el suelo de la cocina mientras todo el mundo se arremolinaba impotente a nuestro alrededor. Con su propio panuelo limpio mi boca por dentro y por fuera y comenzo a presionar ritmicamente mi pecho, soplando aire en mis pulmones de tanto en tanto. Aquel masaje cardiaco duro unos minutos que a todos les parecieron interminables; eso es lo que me contaron anos despues. De pronto comence a llorar con todas mis fuerzas, despertandome de no se sabe que triste sueno. Mi corazon latia y mis pulmones se llenaban de aire y lo exhalaban de nuevo. -
Ciudad negra de Fernando Gamboa
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25 noches de insomnio de Marcelo Di Marco
https://gigalibros.com/25-noches-de-insomnio.htmlEl terror psicologico, el humor negro, el horror sobrenatural y la apocaliptica sensacion de vacio existencial de la posverdad son los motores que ponen en marcha a estas oscuras narraciones. Muchas de ellas se inspiran en hechos reales a los que el autor sobrevivio para contarlos: el secreto del exito de Marcelo di Marco es sacar a pasear a sus monstruos bajo la tenebrosa y digna luz de un plenilunio comun a todos los que se atreven a sumergirse en las profundidades del alma.
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El dia que se perdio el amor de Javier Castillo
https://gigalibros.com/el-dia-que-se-perdio-el-amor.htmlAdictiva, trepidante y absorbente, Javier Castillo, autor del exitoso thriller El dia que se perdio la cordura, nos introduce de nuevo en una historia frenetica cargada suspense y amor a partes iguales.
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Las brujas de hoy no necesitan escoba para volar de Elisa Mayo
https://gigalibros.com/las-brujas-de-hoy-no-necesitan-escoba-para-volar.htmlEstrella es una mujer que pasa de los cuarenta, divorciada y madre de dos mellizos adolescentes que la traen de cabeza. Trabaja en un hotel de playa organizando eventos para los clientes.
Un cambio en la direccion del hotel hace que conozca a Javier, el nuevo director general, por el que pronto siente una conexion mas intensa de lo que ella misma esta dispuesta a admitir.
Esta incorporacion no solo altera el estado de Estrella. Junto a ella, Deva y Lourdes, sus companeras y mejores amigas, se ven envueltas en una voragine de circunstancias que les van a dar la oportunidad de demostrar de lo que son capaces cuando se les presentan varios conflictos que resolver. Entre ellos, la historia personal que Javier trae consigo y por la que Estrella se engancha mas a el. -
Soy todo un personaje de Sylvia Marx
https://gigalibros.com/soy-todo-un-personaje.html?Soy un tipo diferente? No se, no creo, y no es porque lo diga yo, te lo aseguro. Al final de esta novela me lo vas a decir tu, o eso espero, al menos. Podria darte mil razones para convencerte, que las tengo. Podria decirte que odio el futbol, que nunca me dejo la tapa del vater levantada, que no soporto las peliculas de Stallone..., !yo que se! ?Que jamas me vuelvo a mirar el culo de una tia?… Bueno, eso es algo mas complicado, pero estoy en ello. Te imagino leyendo esto con una mueca, ?podria ser una sonrisa?… De paso, dejame decirte que la tienes preciosa. Me gustaria hacerte sonreir durante toda esta historia, pero seguro que te veras con emociones encontradas. Quiero conquistarte, mejor dicho: tengo que conquistarte, si me dejas, a traves de mis palabras. Y, si sueles leer bestsellers de novela romantica, te sorprendera que te diga que ya lo consegui una vez. ?Por que? Bueno, eso es lo que voy a ir contandote poco a poco. Se que no eres una mujer facil, pero eso precisamente me lo pone mucho mas interesante. Me gustan los retos y, ademas, no me ha quedado mas remedio que aceptar este. Soy un tipo diferente, ni mejor ni peor que todos los que has conocido hasta ahora, pero si tienes curiosidad por saber como soy realmente, entonces tendras que leer esta historia: la nuestra. No, no soy escritor ni nada por el estilo; de hecho, es la primera vez que me enfrento a esto, y te aseguro que no me resulta facil. En realidad, la escritora es Ella, era Ella, la que entonces era mi chica. Como comprenderas, no puedo darte muchos datos ni desvelar su identidad, al menos, por el momento, pero a estas alturas no es ningun misterio. Solo puedes saber que Ella era/es escritora de uno de los generos que tu sueles leer: romantica/erotica. Y creo que bastante buena, por cierto. Te preguntaras entonces a que leches me dedico yo y quien soy. Digamos que estoy acostumbrado a trabajar con mujeres en el ambito deportivo. Si, soy un personaje <
>. Dejemoslo ahi, si te parece, aunque hay algo mas. Puede que estes desorientada pensando de que va todo esto... No, no es lo que estas imaginando, dejame que te lo explique, ?vale? No se tu nombre, asi que, si te parece, te llamare tu, por simplificar, hasta que cojamos confianza. A Ella, mi pareja entonces, la llamare Ella o Milady, para mantener su anonimato. Entiendo tu gesto de sorpresa al pensar que no puede ser que una novela empiece asi. Pero, espera..., !no me des planton ya! No me juzgues todavia, aun estamos conociendonos, ?no? Te pido una oportunidad, tienes estas paginas para decidir. Esperare tu veredicto pacientemente, sea cual sea, y lo asumire. En fin, gracias por dejarme traspasar esa puerta para convencerte... ?Ves como soy un tipo diferente?… ?O no? COMENZAMOS Verano de 2014 Todo empezo a mediados de julio, uno de esos dias tan calurosos como para freir un par de huevos en el asfalto. Sin saber como ni por que, Ella habia ido trasladando sus cosas a mi piso de soltero poco a poco. Habiamos dado el paso, asi es como lo definio mi chica, y ya eramos lo mas parecido a una pareja de hecho. Pareciamos felices, pero yo todavia estaba en ese doloroso proceso de asimilacion. Una tarde cualquiera, yo habia llegado del trabajo y me fui directo a la ducha para refrescarme. Como de costumbre, tarde unos siete minutos escasos. Cuando cerre el grifo, la puerta del bano se abrio lentamente, con premeditacion y alevosia. Empapado de pies a cabeza, me asome por el lateral de la mampara de paves (lo recuerdo porque acababa de pagar la factura de la reforma del bano) mientras me anudaba la toalla a la cintura y me encontre que alli estaba mi chica, sexy, sugerente... !y semidesnuda! Di un silbido prolongado y sonrei con picardia. Uno no es de piedra, mas cuando se te pone delante un pibon como Ella, aunque sea tu chica (es cona). Te juro que se me lanzo al cuello de repente y me empezo a comer la boca de un modo casi salvaje que me cogio del todo por sorpresa, pero ante determinados estimulos reacciono rapido, e instintivamente la agarre con fuerza por la cintura y la aprete contra mi cuerpo mojado. Mi chica era (o es, imagino) puro fuego, todo hay que decirlo, y yo, con mis treinta y un anos, un autentico volcan en erupcion. Mis manos fueron descendiendo hasta abarcar ese precioso trasero redondo, terso, grande (aqui he de decir que el tamano si importa, al menos, a mi: donde este un culo generoso...). Ella metio su mano dentro de la toalla y fue directa a comprobar mi ereccion, diciendo algo muy vulgar pero muy nuestro. Pensaba que querria hacerlo alli conmigo, en la ducha, pero, en cambio, me tiro del brazo hasta arrastrarme a la habitacion. De esto hace ya un par de anos, pero ya sabes lo que dicen de los tios, ?no? Eso de que para lo que queremos tenemos una memoria de elefante, bueno..., la memoria... y, algunos bien dotados, otras cosas. (Es cona.) El caso es que, muy impulsiva, mi chica me empujo sobre la cama, y no era yo quien iba a oponer resistencia, aun teniendo en cuenta que le saco dos cabezas de altura. Por lo visto, a ella se le antojaba llevar la voz cantante, y a mi eso me ponia mucho. ?Hay algo mas erotico que una tia dominante en la cama? Solo se me ocurre una cosa: dos tias dominantes en la cama. (Es cona, guino si eres < >.) --Carino, preparate, porque te voy a comer enterito. Mi sexy canibal cumplio con creces mis expectativas. Estuve tentado de abrir la boca varias veces para preguntarle que se habia tomado o que peli porno habia alquilado sin yo enterarme, pero lo deje correr para no desconcentrarla, porque me lo estaba haciendo de lujo. Cerraba los ojos a ratos, alguna vez, para disfrutar un poco mas del placer de su boca justo ahi, subiendo y bajando, pero me encantaba ser tambien ese voyeur que todos llevamos dentro cuando nos lo hacen. Ahi descubri que a ella tambien la ponia mucho que la mirase, le tocase el pelo, o reprimiese un grunido, mordiendome el labio. Asi fue como empezo una de las tantas noches afrodisiacas que tuvimos en esa epoca dulce, hasta que me entere de lo que estaba haciendo conmigo. Pero no quiero adelantar acontecimientos. Te lo contare paso a paso; lo suyo es que tengas una vision mas general de nosotros y de lo que paso. El caso es que yo, sin saberlo, estaba siendo protagonista de sus fantasias, o sea, para mi, de lujo que dia si, dia tambien tuvieramos sexo, que se atreviera a probar cosas nuevas, que incluso me ensenase a mi otras que ni se me pasaban por la cabeza. Y mira que los tios tenemos imaginacion cuando se trata de sexo. Pero como, cuando todo va bien, jamas te preguntas el porque, yo di por hecho que lo mas que tenia que hacer era disfrutar del momento. Aquella tarde/noche se alargo durante mas de cuatro horas, en las que bati mi propio record, que, todo hay que decirlo, tampoco es que fuese para el libro Guinness, porque estaba en un discreto <<3>>, pero, eso si..., siempre he sido de los pocos que controlan hasta el final, tu ya me entiendes. Me encantaba verla disfrutar, y domino bastante el autocontrol para no dejar a una mujer insatisfecha. Bien, como te digo, no habia problemas en el horizonte. Los dos cogiamos en agosto las vacaciones y teniamos planeado marcharnos unos dias. -
Bellini de Anna Casanovas
https://gigalibros.com/bellini.htmlHacia un ano que Daniel Liveux dirigia la orquesta del Liceo de Barcelona y podia afirmar que profesionalmente habia sido la mejor decision de su vida, en lo personal no estaba tan seguro. Cambiar Paris por Barcelona le habia resultado muy facil, de Francia echaba de menos a sus mejores amigos y las comodidades de su casa, y tambien esa sensacion de tranquilidad que conlleva estar en el lugar donde has nacido y crecido. Pero no echaba de menos la condescendencia de la prensa y los paparazzi que en Paris lo seguian a todas partes. En Espana la maxima <
> se llevaba a rajatabla y Daniel, si quisiera, podria salir a la calle medio desnudo sin que ninguno de sus vecinos se inmutase. En Francia seguian hablando de el, pero ahora solo aparecia en la prensa rosa muy de vez en cuando y probablemente lo sacaban para rellenar un hueco. Sin embargo, la prensa musical especializada y los circulos intelectuales que orbitaban alrededor de la Opera de Paris estaban pendientes de todas y cada una de sus apariciones en el Liceo espanol y las aplaudian con entusiasmo. Era como si ahora que ya no estaba alli, en Francia, lo hubiesen descubierto. Daniel sentia que por fin se estaba quitando de encima la etiqueta de nino mimado que le habian colgado esos mismos criticos musicales que ahora tanto lo adoraban cuando fue elegido director de la orquesta de Paris. En los articulos que recortaba y guardaba (aunque nunca lo reconoceria) ya no aparecia la coletilla < > ni mencionaban sus fiestas o sus amantes en medio de una resena de una opera. Por fin era solo Daniel Liveux, musico, compositor, director de orquesta. Para un hombre que con diecinueve anos gano un Cesar por la banda sonora de la pelicula mas taquillera en la historia del cine frances y que a los veintitres tenia ya seis Grammys, el respeto de la prensa de su pais era el santo grial, y por fin lo tenia. Y le importaba una mierda. La manana que leyo en Le Figaro una critica donde calificaban su batuta de magistral y se dio cuenta de que no sentia ninguna emocion, que no le subia por la espalda ningun cosquilleo o que no sonreia orgulloso de si mismo, Daniel se asusto. La apatia le dejo helado, la mano con la que sujetaba el periodico temblo, era la que mas utilizaba para dirigir la orquesta, y flexiono los dedos hasta arrugar las hojas de papel. El no podia no sentir nada. Imposible. El se ganaba la vida dejandose llevar por la pasion, sucumbiendo siempre a los instintos mas basicos, escuchando atentamente cualquier capricho o peticion de sus sentidos. Daniel no podia < > y, sin embargo, eso fue lo que paso esa manana. Daniel no tenia por costumbre dedicarle demasiado tiempo a la introspeccion, asi que se dijo que debia de estar resfriado, se tomo un cafe como a el le gustaba y salio a correr por la playa. El atico que tenia alquilado estaba frente al mar, en un exclusivo edificio de la zona olimpica de Barcelona, y a su alrededor se encontraban algunos de los hoteles mas caros de la ciudad. Siempre que corria por alli atraia el interes de alguna que otra turista. No solia hacerles caso, para Daniel correr era casi tan sagrado como su musica, pero esa manana, si tenia suerte, haria un excepcion. La hizo, ella era guapisima, divertida, atrevida, y aunque el encuentro le dejo exhausto fisicamente en sus entranas no sintio nada. NADA. El no se enamoraba de las mujeres con las que se acostaba, pero siempre sentia algo cuando estaba desnudo con una de ellas. No era una maquina y le gustaba saber que aunque era solo sexo el siempre sentia respeto por la mujer que lo acompanaba y unos instantes de conexion. La chica no se dio cuenta, gracias a Dios, y despues de una ducha y de vestirse con la ropa de deporte (toda de licra y de colores extremadamente llamativos) volvio a su hotel con una sonrisa en los labios y dejandole a Daniel sus datos de contacto. El volvio a ducharse, esta vez solo y dejando que el agua helada cayese con fuerza sobre sus hombros, y se fue al Liceo con la certeza de que no iba a llamarla. Lo mejor seria que no estuviese con nadie hasta que se quitase de encima ese virus que sin duda estaba incubando. Cuando llego a la Rambla y cruzo la puerta del Liceo ya se sentia mejor. Habia ido hasta alli en moto y durante el trayecto no habia pensado en nada. Se habia dejado llevar por la musica que habia sonado a todo volumen dentro del casco. Si los motoristas o los conductores de los coches que se detenian a su lado supieran que escuchaba musica clasica, ese dia Wagner, para ser mas exactos, no se lo creerian. A Daniel le gustaba el rock, el pop, el soul, el jazz, el heavy metal, el folk. Podia disfrutar casi con cualquier composicion siempre que tuviese sentimiento, que fuese de verdad. Pero solo ciertas piezas de musica clasica lograban erizarle la piel y hacerle sentir vivo. --Buenos dias, Daniel --la directora de la fundacion que gestionaba el Liceo lo miro sorprendida--, me habian dicho que hoy no estabas. Pilar Fortuny giro su delicado cuello hacia la derecha para fulminar con la mirada a su secretario. --Y no iba a estar --se apresuro a puntualizar Daniel al ver el rostro aterrorizado del joven--. ?Me necesitas para algo? El ayudante, Ricardo, suspiro aliviado y le entrego una carpeta de piel negra a Pilar cuando esta le tendio la mano. --Si, ?por que no vamos a tu despacho? --En realidad ya estaba caminando hacia el--. Anula la reunion de las diez y encargate de que nadie nos moleste --anadio en voz mas alta para Ricardo. El joven musito un gracias en direccion a Daniel y se fue a cumplir con las ordenes de su jefa. Daniel penso que nadie se merecia tener que soportar a Pilar ocho horas diarias. El tenia que lidiar con ella de vez en cuando y se podia permitir el lujo de torearla porque en ultima instancia ella era sustituible y el no. --Adelante, sientate donde quieras --la invito sarcastico cuando entro en su despacho y vio que Pilar habia apartado una pila de partituras de una silla para ocuparla. --Tienes esto hecho un desastre, le dire a Ricardo... --Deja a Ricardo en paz. Pedi que no entrase nadie a limpiar porque despues no encuentro nada. --Es imposible que puedas trabajar aqui. --No lo es. Ella le aguanto la mirada, el collar de perlas se levanto un poco cuando solto el aire para conceder esa batalla a Daniel. --Esta bien. Daniel sonrio y fue a sentarse. El nunca se sentaba en su escritorio, le gustaba mucho mas leer partituras tumbado en un sofa o en el suelo. La alfombra de ese despacho era magnifica y si se ponia uno o dos cojines bajo la cabeza podia pasarse horas en ella. Algo le dijo que a Pilar no le gustaria saberlo, y mucho menos hablar con el de esa manera, y opto por dejar encima de la mesa los libros que habia amontonado en la silla del escritorio y sentarse en ella. --?En que puedo ayudarte, Pilar? --Entrelazo los dedos y espero. -
Un Angel Enamorado de Daniel Santos
https://gigalibros.com/un-angel-enamorado.htmlSara no sabe quien es en realidad.
Pero siempre supo que era distinta.
Y hoy ha llegado su momento.
La hora de ser un angel. -
En busca de la redencion (Conquista 2) de
https://gigalibros.com/en-busca-de-la-redencion-conquista-2.htmlManuel es un hombre atormentado por sus fantasmas. En el pasado, viajo al Nuevo Mundo y alli cometio un terrible crimen movido por los celos y por su caracter misogino y carente de honor. Con sus fechorias les ha fallado a su mejor amigo, a la que fue su prometida y, sobre todo, al mejor hombre que ha conocido nunca, su padre.
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Al rojo vivo (Trilogia Deseo 3) – J. Kenner de J. Kenner
https://gigalibros.com/al-rojo-vivo-trilogia-deseo-3-8211-j-kenner.htmlEn Al rojo vivo, la tercera novela de la trilogia <
>, J. Kenner nos abre la puerta al erotismo mas refinado y a las emociones mas intensas con la sensibilidad que solo poseen las maestras indiscutibles del genero. -
La nina perdida de Ramon Somoza Garcia
https://gigalibros.com/la-nina-perdida.htmlUna extraordinaria saga de ciencia ficcion en espanol con una protagonista muy especial
A sus diez anos, Tanit es un genio. Es la astrobiologa mas joven de la historia, y es por ello que se le ha autorizado a viajar a la recien fundada colonia de Thuis, a cincuenta anos-luz de la Tierra. Tanit al fin volvera a ver a su madre, que se fue a la colonia dos anos atras. Lo que ni ella ni su padre saben es que algo horrible va a suceder, algo que hara que Tanit tenga que cuidarse sola en un universo hostil.
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Contigo hasta el final (#KissMe 4), Elle Kennedy de Elle Kennedy
https://gigalibros.com/contigo-hasta-el-final-kissme-4-elle-kennedy.html -
Arrowood de Mick Finlay
https://gigalibros.com/arrowood.html -
El espejo agrietado de Katherine Anne Porter
https://gigalibros.com/el-espejo-agrietado.html<
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AMAL, lola chinchilla de Lola Chinchilla
https://gigalibros.com/amal-lola-chinchilla.html -
Diez rupias de Saadat Hasan Manto
https://gigalibros.com/diez-rupias.htmlDiez rupias. Historias de la India recoge dieciocho relatos del mas importante escritor de la India moderna, como reconoce Salman Rushdie. Manto, que fue capaz de observar con imparcialidad el mundo convulso y violento que le rodeaba, y que se mantuvo al margen de corrientes y juicios morales, continua invitandonos a desenmascarar la hipocresia y a contemplar la vida en su totalidad y cara a cara, sin mascaras ni adornos. En estos relatos nos encontramos temas diversos: muchos de ellos son de denuncia social, en otros la politica, la independencia de Reino Unido o los conflictos religiosos son el tema centra. Los relatos de Saadat Hasan Manto, ademas de excelentes piezas literarias, son una cronica de los sucesos mas dolorosos de la historia india de la primera mitad del siglo xx.
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Aviso de muerte (Anne Capestan 2), Sophie Henaff de Sophie Henaff
https://gigalibros.com/aviso-de-muerte-anne-capestan-2-sophie-henaff.htmlLa nueva voz de la novela negra francesa, sucesora de Fred Vargas y ganadora de los premios Polar en Series, Arsene Lupin de Literatura Policiaca y de los Lectores de Livre de Poche, regresa con una nueva e hilarante aventura de la brigada mas peculiar.
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Si manana muero de Eugenio Fuentes
https://gigalibros.com/si-manana-muero.htmlRuben es un joven pintor ilusionado porque en 1936 logra su primera exposicion en Madrid y, ademas, vender de inmediato su mejor cuadro. Pero no se espera la afrenta del comprador, un tal Jeronimo de las Hoces, que acaba quemando la obra en su presencia. El estallido de la guerra lo precipita todo. Destinado al Servicio de Propaganda, Ruben conoce a Marta Medina, una violista que estudia en el conservatorio, y a su companero Marcelo. Junto con otros milicianos, los tres acabaran destinados al frente de Extremadura, a Breda, una poblacion importante y de valor estrategico, porque podria detener el avance de los militaresgolpistas, que pretenden unir la zona sur de la Peninsula con la bolsa del norte. Pero en Breda tambien reside un extrano terrateniente aficionado al arte que, enfermo de melancolia, ha construido un tumulo misterioso, un monumental mausoleo en memoria de su esposa fallecida.Entretanto, las historias de algunos de los habitantes de Breda, de sus humillaciones y traiciones, se entrecruzan con las vidas de los militares que llegan de Madrid, y con el destino de los falangistas joseantonianos dispuestos a hacer meritos.
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Besos que dejan cicatrices de Alissa Bronte
https://gigalibros.com/besos-que-dejan-cicatrices.html -
El reglamento de Tony Peake
https://gigalibros.com/el-reglamento.htmlDurante una intensa semana de octubre de 1962, la crisis de los misiles en Cuba trajo consigo un aumento de la tension politica mundial. En la otra cara del planeta, en un prestigioso internado de Pretoria, los colegiales escrutaban el horizonte en busca de signos de que el mundo se acababa. Tambien entre ellos hay tension, luchas y crueldades, un reflejo de la Sudafrica profundamente dividida, sobre todo en visperas de que se inicie el juicio contra Nelson Mandela. Uno de los alumnos, Paul Harvey, sensible, solitario y ansioso por integrarse en el internado, hara lo que sea para complacer al lider de la clase y poder entrar en el club que este capitanea y cuyo reglamento tendra que aceptar. Una experiencia simultanea a su despertar sexual.
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A favor del viento de Jim Lynch
https://gigalibros.com/a-favor-del-viento.htmlJoshua Johannssen ha pasado toda su vida entre veleros. Su abuelo los disenaba, su padre los construia y competia en ellos; su madre, obsesionada con Einstein, sabe por que y como funcionan (o no). Josh y sus dos hermanos llevan la vela en la sangre, y su patio de juegos fue el estrecho de Puget, en el estado de Washington. Pero tanto su hermana como su hermano huyeron hace muchos anos: Ruby a Africa, entre otros lugares, para hacer buenas obras en tierra, y Bernard a quien sabe donde en el mar, como fugitivo y pirata.
Con la sensacion de haber llegado a los treinta y uno de repente, Josh (que repara barcos de todo tipo en un puerto deportivo al sur de Seattle) se siente dolido y confuso por lo que quiera que fuese mal en su volatil familia. Sus padres no se hablan, su desconcertado abuelo bebe cada vez mas y el mismo (pese a su incesante y comico frenesi de citas en linea) ni siquiera esta cerca de encontrar novia. Pero, cuando los Johannssen se reunen inesperadamente para la regata mas importante en estas aguas (todos juntos en un velero clasico que construian hace decadas), encontraran sus destinos y llegaran a conclusiones reveladoras. -
El protector de Marliss Melton
https://gigalibros.com/el-protector.html?Que pasaria si un dia descubres que eres el blanco de un grupo terrorista y el unico hombre que puede ayudarte es un sexy ex Seal?
Eryn McClellan ensena idiomas en Washington DC, hasta el dia en que se convierte en el blanco de terroristas. El FBI interviene, pero cuando parece que solo la estan usando como cebo, el general McClellan solicita la ayuda del unico hombre en el que sabe que puede confiar: el ex SEAL de la Armada Ike Calhoun.
ABRAZANDO LA SOLEDAD
En su remota cabana en las montanas Blue Ridge, Ike penso que habia dejado la Guerra atras. Sin embargo, ahora esta atrapado protegiendo a una belleza de ojos azules de agentes federales ambiciosos y yihadistas enloquecidos. Aunque mas inquietante es el hecho de que la encantadora Eryn, parece decidida a destruir su aislamiento autoimpuesto.
Ike hace todo lo posible para resistir sus formas embriagadoras, pero puede sentir como su resistencia se va desmoronando poco a poco. Con el FBI pisandole los talones y los terroristas no muy lejos, Ike voluntariamente libra una guerra de un solo hombre en defensa de la mujer cuya pasion y fe le han dado la fuerza para superar su pasado.
Pero, ?sera suficiente para mantenerla a salvo? -
El Reino de Istar de Margaret Weis
https://gigalibros.com/el-reino-de-istar.htmlEl mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En otra narracion, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, !vivir para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy Hickman, <
>, en la que se cuenta la suerte que corrieron los verdaderos clerigos y como Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta frustar las ambiciones del hechicero Tunica Negra, conocido como Fistandantilus. -
Sizigia ( Los Lagos 3) – Juani Hernandez de Juani Hernandez
https://gigalibros.com/sizigia-los-lagos-3-8211-juani-hernandez.htmlLa Sizigia es el momento magico en el que la Luna, en su fase de Plenilunio, esta directamente en linea con la Tierra y el Sol, entrando en perfecta conjuncion, oposicion y armonia todos los orbes. el eclipse perfecto. Fue senalado desde tiempos inmemoriales en la Profecia del Fin de los Dias, anunciando un apocalipsis cuyo inicio vendra marcado por el nacimiento de un nino justo en el momento de la Sizigia: Ilsik de Los Lagos y Asbath. Desde entonces, los Reyes de Hae, con ayuda de Hrodgar y Moira, acechan tras los muros de Adamon, a la espera del momento idoneo para evitar que se cumpla esta profecia. Y, para ello, no dudaran en arrasar Los Lagos, en un intento de que su dios, el Astro Sol, reine para siempre. Sin embargo, nadie en Los Lagos es consciente de la letal amenaza que pende sobre ellos. ?Como defenderse entonces? ?Como evitar que el Reino de Hae lleve a cabo sus planes de destruccion si ignoran que el peor de los enemigos ha traspasado sus murallas hasta lo mas profundo del reino? Amor, pasion, traicion y un desafio mortal… Se acerca la Sizigia. la lucha entre las Fuerzas del Bien y del Mal.
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El ultimo verano de Silvia Blanch de Lorena Franco
https://gigalibros.com/el-ultimo-verano-de-silvia-blanch.htmlUn amor prohibido siempre arrastra mentiras.
Un crimen siempre deja huellas. -
La llamada de la tribu de Mario Vargas Llosa
https://gigalibros.com/la-llamada-de-la-tribu.html -
Diccionario de las cosas que no supe explicarte de Risto Mejide
https://gigalibros.com/diccionario-de-las-cosas-que-no-supe-explicarte.html -
Un incendio invisible de Sara Mesa
https://gigalibros.com/un-incendio-invisible.htmlEsta novela fue publicada por primera vez en 2011. Desde entonces, he escrito otras dos novelas y una veintena de cuentos. Han sido cinco anos fructiferos en los que, logicamente, mi escritura ha evolucionado. Sin embargo, el concepto de evolucion no ha de ser asociado necesariamente al de progreso: cada libro es una estampa fija que refleja el momento en que se escribio y esta estampa es, o debe ser, por su naturaleza, inamovible. Con todo, en la presente reedicion he realizado algunos cambios --probablemente imperceptibles para el lector, pero no para mi--, que no alteran en lo mas minimo el espiritu de la novela, su sentido, sus personajes, su estructura ni su lenguaje. Los cambios, como digo, son producto de una reflexion lectora --o relectora-- y se vinculan mas bien con la concepcion de la escritura que me he ido forjando en los ultimos anos. Quiza ni siquiera necesitarian ser explicados, puesto que en su primera version esta novela apenas consiguio lectores. No obstante, no me resisto a poner algun ejemplo. Asi, en un principio, el protagonista doctor Tejada tenia el labio leporino. Este y otros rasgos fisicos que pretendian remarcar negativamente a los personajes --rasgos de enfermedad, de vejez o de abandono-- han sido suprimidos o atenuados. Pienso que la degradacion y la excentricidad de la ciudad de Vado y de las criaturas que la habitan han de emanar de una raiz de normalidad, aunque esta normalidad sea tan terrible y desconcertante como la que rodeo el proceso de despoblacion de Detroit, fenomeno en el que me inspire --en parte, y muy libremente-- para escribir este libro. A pesar de todo, la historia que aqui se narra no tiene pretensiones de verosimilitud, camina constantemente en los limites de lo admisible y, en su dimension distopica, se emparenta con Cuatro por cuatro, novela que, en contraste con el geriatrico New Life de Un incendio invisible, transcurre en un internado escolar. Como en Cuatro por cuatro, aqui se habla de maldad, incomunicacion y egoismo, de desigualdad y miedo, de soledad y encierro. No puede ser por tanto un libro misericordioso ni clemente. Pero precisamente por ello, creo necesaria cierta contencion. De ahi que tambien haya pulido --tratando de no modificar el estilo inicial-- algunos excesos retoricos. Por ultimo, el feismo y la crueldad de ciertos momentos de la trama han sido suavizados no debido a un hipocrita impulso benevolente, sino a la mayor compasion que siento ahora por mis personajes, en el convencimiento ademas de que tratarlos con respeto los hace mas humanos y, quiza, mas creibles. Nunca releo mis libros una vez publicados. Una mezcla de pudor, cansancio y desazon --por no poder ya modificarlos-- me impide hacerlo. Esta vez, sin embargo, la experiencia de relectura me ha resultado grata y sorprendente. Sin yo ser consciente de ello, he comprobado que en esta novela anida la semilla de los temas que desarrollaria mas tarde, motivos recurrentes en mis obras que aparecieron aqui por vez primera: la ciudad de Cardenas, la llegada de un foraneo a un mundo desconocido y hermetico, la salvacion --o perdida-- de un perro, la paternidad --o maternidad -- encarnada en un maniqui, los centros comerciales como representacion del caos, el amor desigual y perverso, la ambiguedad de las relaciones entre adultos y ninos, el poder y sus abusos. Es por esto por lo que siento esta novela tan cercana y a la vez tan enigmatica. Volverla a publicar es un regalo que agradezco a mi editorial y que me produce la extrana y feliz sensacion de un reencuentro. S. M. 1. LA LLEGADA A unos veinte kilometros del centro de Vado, una vez enfilada la flamante autopista de Cardenas, todavia podian verse los ultimos barrios perifericos: casitas adosadas, urbanizaciones a medio construir, solares roturados y, mas alla, los bloques terrosos de Bocamanga y de Pozolan. Mirado desde el coche, el paisaje carecia por completo de vida. Solo de vez en cuando, entre las nubes deshilachadas, se distinguia una pareja de milanos volando con desgana a media altura. Un par de coches y un camion de pollos sin pollos cruzaron por uno de los carriles opuestos. Pudo oirse un graznido, pero no se supo de quien. Las afueras de Vado, anuncio el taxista mirando hacia delante, ni mas ni menos como las de todas las demas ciudades del mundo. Hoy nadie lo diria, continuo, pero aquellos habian sido barrios normales, incluso mas limpios y modernos de lo habitual, con gente mas feliz y tranquila que en el resto de los sitios. Vado siempre habia sido un buen lugar para vivir, anadio entrecerrando los ojos; eso era indiscutible. Un conjunto de chales de color rojo paso como una rafaga a traves de las ventanillas. A pesar de la velocidad, Tejada se dio cuenta de que todos estaban deshabitados. La voz del taxista retumbaba en el interior del coche. Desde el asiento trasero, Tejada solo veia su nuca humedecida por el calor. Quiza esperaba alguna respuesta, pero Tejada permanecio con la mirada clavada en el salpicadero, sin romper su mutismo. El peso de aquel cielo blanquecino, como recien lavado en agua sucia, los inmovilizaba sobre la grisura del alquitran. El taxista cerro los punos y acelero. El silencio entre ambos comenzo a hacerse incomodo. Avanzaron varios kilometros mas por la carretera vacia, flanqueada por una zona de naves industriales y almacenes de venta al por mayor. Los bordes de la autopista estaban desbordados por rastrojos. Las adelfas de la mediana habian crecido tanto que invadian parte de los carriles. Todo continuaba insolitamente despoblado. Tejada apreto los labios y no pregunto nada. Para llegar a la residencia, anuncio el taxista, habia que coger el siguiente desvio y despues cruzar Nuevo Vado, una descomunal area de servicio disenada como replica comercial de las calles del centro del autentico Vado. La imitacion copiaba el trazado y la arquitectura original, incluidos los edificios mas antiguos --el ayuntamiento, la biblioteca central, el museo de historia natural, la iglesia de San Lazaro--, al modo postizo de la Venecia de Las Vegas. Tan solo un ano antes, tiendas, restaurantes, parques de atracciones y hasta un casino --ahora ya cerrado-- habian sido el entretenimiento de familias que hacian cola en el coche hasta encontrar una plaza de aparcamiento. Dos lineas gratuitas de autobuses y un tren de cercanias llegaban tambien hasta alli, atestados de adolescentes, amas de casa y jubilados ociosos. Pero eso era antes, suspiro el taxista mirando a Tejada por el retrovisor. Ahora unicamente se veian algunos coches dispersos y dos o tres camiones que traian --o quiza se llevaban-- mercancia sin vender. Giraron hacia una via de servicio flanqueada de alamos. El taxi disminuyo la velocidad, como resistiendose, hasta que en la distancia comenzaron a perfilarse las construcciones de la residencia. Tejada se bajo y vio los tres grandes edificios formando una C, las placas solares reverberando bajo la luz declinante de la tarde, las parcelas secas, una piscina semiolimpica sin agua. La sombra cubria la mitad del edificio principal, resaltando sus aleros y sus fuertes pilares. Bien, se dijo Tejada, aqui estoy. Pago al taxista y se encamino hacia la verja, arrastrando tras el sus dos viejas maletas. El viejo estaba sentado en una mecedora de ratan con sucios colchoncillos en el asiento y el respaldo. Sostenia con firmeza su baston y se balanceaba con la mirada perdida en el horizonte, los ojos acuosos. Tras el, una de las camaras de videovigilancia colgaba despedazada. Los jardines estaban tomados por la maleza; varios gatos salvajes dormitaban bajo los arbustos. La cabeza pelada le escocia por el sol. --Salud, Viejo --dijo la Clueca al pasar en su silla de ruedas, y le guino un ojo obscenamente. La silla de ruedas dejo tras de si una nube de polvo. Maldiciente y rencorosa, la Clueca se agarraba a ella con furia y giraba sus ruedas entre bufidos. A veces, confundia las cosas y se insinuaba con impudicia a cualquiera, contoneando el torso hacia delante. Intentaba seducir a sus companeros, a las enfermeras, a cualquiera que se cruzara ante su silla. Con las faldas arremolinadas, reia para si misma con lascivia. El Viejo, meneando a un lado y otro la cabeza, la miro alejarse por el senderillo de grava. --Ustedes siguen riendo, bailando, bebiendo y fornicando, pero el Ojo sabio ya anuncia lo que se nos avecina. ?Para que tanta cabina de hidromasaje, tanta sala de terapia, tanta cortina igifuga? Los buitres van a venir lo mismo, nos sacaran los ojos, ardera todo este edificio y nos retorceremos entre las llamas. Y solo quedaran los cuervos y los murciegalos. Las frases del Viejo eran hinchadas, solemnes. Estaba ahora chillando. --!Eh, Clueca, eh! Pensaste cuando joven que seguirias asi eternamente, pensaste que siempre tendrias los hombres a tus pies y que tus hijos bendecirian la mesa que ponian para ti. Creiste que el mundo entero estaba a tu servicio, que eras la emperatriz eterna, con tus joyas de oro y de plata. Ah, Clueca, !que poco te queda ahora para sufrir los padicimientos mas terribles, las plagas de langostas, las moscas en los ojos, las hormigas entrando en las orejas! Mirate ahora, mirate y veras lo que el tiempo ha hecho de ti: !ahi estas, condenada por siempre a tu silla de hierro, pegada sin remedio a tu culo apestoso! !Eh, Clueca! ?Ni siquiera eres capaz de contestarme? Una enfermera morena, de mirada huidiza, se acerco muy despacio hasta el Viejo. Lo tomo de las axilas y lo levanto casi sin esfuerzo, como un trapo. El Viejo se resistio, maldijo, sacudio el baston y permanecio con las rodillas flexionadas, negandose a caminar. --!Me quitaran el sitio si me voy! --grito--. !No pienso moverme! --!Oh, vamos! --contesto ella cansadamente--, le dare un colacao si se porta bien. Al Viejo le brillaron los ojos. Aflojando el cuerpo, se dejo llevar a trompicones hasta el edificio lateral. Alli doblo la esquina y desaparecio. Empezaba a caer la tarde y el patio se llenaba poco a poco de ancianos. La mecedora de ratan fue pronto ocupada por una vieja que se mecio placidamente hasta quedar dormida. En otros tiempos, New Life habia sido la residencia de ancianos mas grande y mas lujosa de todo Vado. En sus folletos promocionales se destacaba --con colores brillantes y un buen numero de mayusculas-- la primicia de las parcelas Bioclimaticas y las zonas de Microclima de Confort, toda esa variedad de fuentes, aspersores y vegetacion exotica que Tejada nunca llego a conocer. En total --dijo el alcalde durante la inauguracion-- habia mas de cuatro hectareas de jardines, decorados con arces japoneses, mirtos, cerezos, bambues y senderos de guijarros sobre los que maullaban gatazos indolentes. Ahora, sin embargo, justo cuando mas azotaba el calor, todos los aspersores estaban secos, o rotos, con un rumor como de agua por dentro que nunca se decidia a brotar del todo. La mayoria de los viejos solo se atrevia a salir cuando el sol descendia, avanzando con sus muletas y sus andadores, jadeantes, con las venas sobresaliendo de sus cuellos y la nariz dilatada en el esfuerzo. Bajo la luz caida y amarillenta, todas las tardes a la misma hora los jardines de New Life --ahora asperos y desapacibles-- se poblaban de un resentimiento enconado. Los doce jardineros y tres paisajistas que tan solo un ano atras regaban las plantas y podaban ramitas con delicadeza se habian marchado sin dar explicaciones, y ahora era un enfermero alcoholico, desposeido de su titulo, quien vagaba por los caminos con unas tijeras en las manos, cortando aqui y alla distraidamente. Fue este enfermero, Catalino Fernandez, el que recibio a Tejada cuando llego. En realidad, ni siquiera fue un recibimiento. En los recuerdos de Tejada permaneceria mas adelante algo asi como un saludo frio y un par de preguntas que ya entonces le parecieron sin sentido. --?Duerme bien por las noches? ?Cree que la residencia seguira abierta para Navidad? Tejada solto sus maletas en el suelo y resoplo mirando alrededor. A lo lejos, una anciana -- posiblemente la Clueca-- se abanicaba sin parar de reir. --Mire, hijo, yo acabo de llegar y no se nada. Catalino le refirio algo que habia escuchado dias antes en la television. Algo sobre <
> alojados en el corazon de los < >. Tejada le olfateo el aliento. --Uno nunca puede dormir tranquilo, ?sabe? --susurro el enfermero--. Cuando menos lo esperas, te dan la punalada trapera. De quien menos la esperas. De tu vecino. De tu companero de habitacion. !De tu mujer! Nunca se sabe por donde vendra, pero vendra. Un soplo de aire caliente arremolino los cabellos de Tejada, pegajosos del viaje. Carraspeo con impaciencia y se recoloco los pantalones. --?Para que ha venido aqui? --insistio Catalino alzando una de las maletas. Tejada no contesto. No estaba de humor para dar explicaciones. De momento, queria solo dejar el equipaje, tomar una ducha y beberse una cerveza sin importarle que demonios estaba pasando en aquella ciudad asfixiante, cuya poblacion huia en masa como en la leyenda de los lemmings. -
Sin dejar rastro de Haylen Beck
https://gigalibros.com/sin-dejar-rastro.htmlCasada con un poderoso hombre de negocios neoyorquino, Audra Kinney ha reunido las fuerzas suficientes para dejar atras una vida aparentemente acomodada pero marcada por el maltrato psicologico de su marido. Con sus hijos Sean y Louise, de once y seis anos, Audra ha recorrido miles de kilometros a traves de carreteras secundarias con la intencion de comenzar una nueva vida en California. Y ahora, frente a los escarpados paisajes de la desertica Arizona, siente que puede volver a respirar, que han dejado atras el pasado y el peligro. Sin embargo, poco antes de llegar al pueblecito de Silver Water, el sheriff del condado de Elder la detiene por una presunta infraccion de trafico.
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Ensename esta noche (Fantasias 1) de Nina Klein
https://gigalibros.com/ensename-esta-noche-fantasias-1.htmlE PROLOGO CHLOE l club Poison se veia de forma totalmente diferente a la luz del dia, cuando estaba cerrado. No habia nada del misterio, la seduccion, el calor, el deseo que lo empapaba todo durante la noche. Para empezar, las luces del techo estaban encendidas, creando la sensacion de que uno estaba en una especie de teatro vacio. En el ambiente flotaba un ligero olor a desinfectante, el rastro que quedaba despues de que el equipo de limpieza se hubiese pasado aquella manana. Salia una pasta hacer ese tipo de limpieza y desinfeccion profunda todos los dias, pero por una parte era necesario, y por la otra, dinero no era lo que les faltaba en el club, con las cuotas que cobraban a los socios y el numero de socios que tenian. Ese era un de los problemas: el numero de socios habia llegado a su tope. Los duenos nunca habian querido que aquello se masificara y el numero maximo de socios era un numero manejable, que hacia que en los dias de mas aforo --los viernes y los sabados-- se pudiese estar tranquilamente en el club, sin agobios. Asi que la lista de espera era kilometrica, y solo se abria una vacante cuando un miembro abandonaba el club, que no era tampoco muy a menudo. Mi idea venia un poco a mitigar ese problema. A "liberar" un poco el club, para que quizas pudieran admitir un grupo mas de socios. A diversificar, tambien. Y a hacerlo mas interesante. Respire hondo y me alise la americana que llevaba. Me habia vestido como cualquier dia en la oficina: unos pantalones negros de tela, rectos, mis "zapatos de oficina" --negros, de piel, no mucho tacon, comodos-- y una americana gris de pata de gallo. Llevaba uno de mis bolsos mas grandes al hombro, de donde sobresalia la carpeta de cartulina marron con la propuesta que estaba a punto de hacer a los duenos del club Poison. Respire hondo de nuevo, y mi amiga Caroline se dio la vuelta y se paro en medio de lo que era la pista de baile, el suelo negro brillante reflejando la luces del techo. --?No me digas que estas nerviosa? Era ella quien me habia abierto la puerta del club, y quien me acompanaba en el camino hacia las oficinas. Eran las tres de la tarde, y todavia faltaban horas para que abriese el club. --Un poco --reconoci. --Pero si solo son Mark, Paul y Derek. No le faltaba razon: al fin y al cabo les conocia desde hacia mas de un ano. Pero una cosa era ser amigos, tomarnos una copa de vez en cuando y hablar de nuestras vidas, y otra hacer negocios juntos. No queria que pareciese que me estaba aprovechando de la amistad. --No es lo mismo --dije, por fin--. Esto son negocios. Ademas, no estoy muy segura... igual es una idea ridicula. Caroline me sonrio. --Estoy segura de que es una idea genial. De todas formas, no estes nerviosa: si les gusta la idea bien, y si no, tambien. Yo tambien sonrei, mas para darme valor que otra cosa. --Okey. Seguimos avanzando por el club, los tacones de Caroline resonando en el suelo de marmol. Habiamos recorrido un largo camino, desde que eramos companeras de trabajo en una oficina horrenda, con cubiculos enanos y grises y luces fluorescentes en el techo. Hacia ya dos anos de aquello: un dia, Caroline estaba quejandose de las horribles citas por las que habia pasado gracias a --o por culpa de-- una app de citas que tenia instalada en el telefono. La decepcion, la incertidumbre... fue entonces cuando le di la tarjeta del club. No estaba segura de que fuese a ir --ella tampoco--, pero no solo habia acudido, sino que ademas habia acabado con uno de los duenos del club, Mark. Ahora estaban prometidos. Aparte de eso, Caroline trabajaba en las oficinas del club, llevandoles la contabilidad. La de vueltas que daba la vida. Yo habia acabado cambiando de trabajo. La oficina era todavia mas gris e insoportable cuando no tenia a Caroline para hablar en los descansos del cafe. Pero aunque el nuevo trabajo era menos gris y menos insoportable, seguia siendo bastante aburrido, la verdad. Quizas la culpa no era de los puestos de trabajo, sino de la profesion en si: ser contable no era lo mas apasionante del mundo. A no ser que fueras la contable de la mafia, en ese caso estoy segura de que el trabajo era una montana rusa de diversion. Sacudi la cabeza a uno y otro lado. Cuando estoy nerviosa se me ocurren todo tipo de tonterias. Tenia razon Caroline, de todas formas: era absurdo estar nerviosa. Simplemente habia tenido una idea, y necesitaba a los duenos del club para llevarla a cabo. Si les gustaba bien, y si no, tampoco pasaba nada. No tenia nada que perder. No tengo nada que perder, me repeti mientras seguia a Caroline por las escaleras de hierro que conducian a las oficinas. Y al final funciono: volvi a respirar hondo, y se me quito el nerviosismo de golpe. * ESTABAN todos en la sala de reuniones, conversando animadamente: Mark, Paul, Derek y Monique. Paul estaba haciendo cafe en la cafetera de capsulas que habia en una mesa junto a la pared. Derek y Monique estaban sentados juntos, como siempre, unidos por la cadera. Era curioso, porque cuando Derek llego al club, a Monique --que en aquel entonces trabajaba de guardarropa -- le cayo mal al instante. La antipatia no habia durando mucho, de todas formas. Ahora Monique trabajaba de manager, era quien se preocupaba de que todo saliese bien y funcionase como la seda cuando el club estaba abierto. El trabajo le iba como un guante, era la mejor relaciones publicas que habrian podido encontrar, y ademas el club daba un monton de trabajo. Cuanta mas gente se ocupase de el, mejor. La unica ausencia era Amanda, que aunque tambien estaba unida a la cadera con Paul, estaba estudiando para uno de sus examenes de derecho. Seguia trabajando de camarera en el club, porque le dejaba casi todo el dia libre para ir a clase y estudiar, y porque ademas le gustaba trabajar con Paul. No era como si necesitara vigilarle, ni nada de eso: los dias en los que Paul se tiraba a todo lo que se movia habian terminado. --!Chloe!--. Paul me saludo como si hiciese anos que no me veia, cuando le habia visto la noche anterior--. ?Que quieres? Le pedi un cafe solo, y me sente. Paul sirvio los cafes, Caroline se sento al lado de Mark, y cinco pares de ojos se volvieron a la vez hacia mi, expectantes. --Somos todo oidos --dijo Mark. Volvi a respirar hondo, sonrei y empece a hablar. LA IDEA ERA MUY SIMPLE, realmente. Habia empezado a darle vueltas unos meses atras, justo despues de cierto episodio que habia tenido en el club. No me importaba decirlo: habia sido una noche maravillosa donde conoci a un grupo de hombres tambien maravillosos. Antes de eso, estaba aburrida, pensando en darme de baja del club. Aquel dia habia conseguido realizar mi fantasia mas antigua, si, pero tambien me di cuenta de que habia sido por casualidad. Conoci a cuatro hombres perfectos que tenian la misma fantasia que yo. Un golpe de suerte, vaya. Poison era lo que era, un club de sexo: un lugar donde pasar la noche, donde ir a desfogarse en un ambiente seguro. Si, uno podia cumplir sus fantasias, si no eran muy complicadas, si tenia suerte y era una de las cosas que se ofrecian aquella noche. Trios, orgias, vouyerismo... no habia ningun problema. Pero repito: tenia que surgir la oportunidad, y ademas una tenia que tener... cierta tendencia al exhibicionismo, por llamarlo de alguna manera. No habia mucha intimidad. Es cierto que habia habitaciones privadas, pero el contacto tenia que iniciarse de alguna manera. Mi idea era ir un poco mas alla: ofrecer un servicio especificamente orientado a satisfacer las fantasias de los clientes. Tenia que ser un servicio extra que se ofreciese a los miembros mas antiguos del club, a los que fueran mas de fiar. Tenia que haber mas barreras, tambien, para asegurarnos de que fuese un entorno seguro. Y los encuentros no tenian por que producirse en el club: de hecho, la idea es que fueran en un hotel, o un apartamento alquilado, dependiendo de la fantasia y de los participantes. Cuanto mas hablaba, mas me emocionaba: podiamos conectar a diferentes personas que buscasen la misma fantasia, personas con perfiles parecidos, etc. Una especie de agencia matrimonial, conectando a gente con los mismos intereses, pero con fantasias sexuales en vez de matrimonio. Yo me ofrecia para gestionar el servicio, claro esta: ellos ya tenian suficiente con el dia a dia del club.
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Piezas perdidas de Tamara Ortiz Santiago
https://gigalibros.com/piezas-perdidas.htmlLas malas decisiones de Evelyn son las que le han hecho llegar a donde esta. Despues de un pasado donde todo era de color negro, creyo que por fin comenzaba a ver la luz. Logan para ella era la persona con la que iba a pasar el resto de sus dias. A pesar de las discusiones donde intentaba justificar todos sus actos y palabras, muy en el fondo sabia que… Todo iba a empeorar.Nikolai para ella es un soplo de viento, la calma despues de la tormenta, los rayos de sol despues de un dia nublado, esa cancion que siempre esta ahi para mejorar tu dia, tratandote como el deberia haber hecho. Nikolai es dos anos menor que ella, ?Que puede aportar mas que problemas? El que le abran los ojos y le hagan ver que una mujer siempre debe ser amada como merece.
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Amor entre jefes (Los jefes 3) de Victoria Quinn
https://gigalibros.com/amor-entre-jefes-los-jefes-3.htmlEsta postrada de rodillas.
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Oriente en tus ojos (Seleccion RNR), Isabel Jenner de Isabel Jenner
https://gigalibros.com/oriente-en-tus-ojos-seleccion-rnr-isabel-jenner.html -
Checkpoint de Elsa Drucaroff
https://gigalibros.com/checkpoint.htmlLos cuentos de Elsa Drucaroff invitan a no cerrar los ojos ante lo terrible y al mismo tiempo a no callar lo que esta pasando.
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Los mejores reyes fueron reinas de Vicenta Marquez De La Plata
https://gigalibros.com/los-mejores-reyes-fueron-reinas.htmlLa fascinante historia de siete ilustres monarcas femeninas protagonistas de reinados admirables y periodos de prosperidad y gloria para sus pueblos. Al indagar en el devenir de las principales monarquias pronto se hizo patente que las personalidades seductoras y llamativas y los reinados mas admirables, eficientes y <
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Una familia diferente (+qav 3) de M. N. Mera
https://gigalibros.com/una-familia-diferente-qav-3.htmlMaria y Pablo
-?Y como se supone que vas a hacer que vuelva Fabio? Lleva muchos anos viviendo en San Francisco, es un afamado fotografo que no tiene tiempo ni para tomarse unas vacaciones. -
La promesa de Helena. Bilogia completa de Chloe Santana
https://gigalibros.com/la-promesa-de-helena-bilogia-completa.htmlHelena era una experta en llegar tarde. Nadie la creeria por mucho que ella dijera que no lo hacia a proposito. La realidad era que siempre le surgian contratiempos que la ralentizaban en contra de su voluntad. Por ejemplo, aquella manana habia sido bastante precavida al despertarse con dos horas de antelacion. Le habia dado tiempo a darse una ducha larga, pelearse un buen rato con el armario hasta escoger el jersey azul cielo que segun su madre hacia juego con sus ojos, desayunar un bol de cereales e incluso se habia acordado de ordenar la habitacion para causarle una buena impresion a su companera. Para ella tenia mucho merito porque era un desastre con patas (o eso afirmaba su padre). Pero la vida constantemente la bendecia, notese la ironia, con percances que la retardaban. Y esa manana no contaba con aquella anciana de la parada del autobus que estaba visiblemente desorientada. Si Helena hubiera sido otra clase de persona, se habria limitado a esperar el bus como el resto de los pasajeros. Pero Helena era una mujer empatica por naturaleza y siempre tenia una sonrisa para todo el mundo. Como decia su abuelo: <
>. Ella creia en los pequenos gestos y la habian educado para ser amable con los demas, asi que se intereso por la octogenaria y descubrio que se habia equivocado de parada. Ni corta ni perezosa, se subio con ella en un autobus que la alejaba de su destino y le indico cual era la parada correcta. Al fin y al cabo, le hubiera gustado que alguien hiciera lo mismo por su abuelo. ?Por que la gente iba a lo suyo en un mundo que giraba demasiado deprisa? No pudo responderse a si misma porque le sucedio lo de siempre: llegaba tarde. Habia vuelto a confiarse y su buena voluntad le habia jugado una mala pasada. Era su primer dia en la universidad. Se habia matriculado en humanidades en la universidad de Chicago con la intencion de graduarse en periodismo. O quiza en escritura creativa. Aunque Lengua y literatura inglesa le ofrecia bastantes posibilidades en el mercado laboral. Todavia no lo tenia claro pero sabia que su gran pasion eran los libros. Y como llegase tarde a aquella primera clase tendria un inicio academico de lo mas catastrofico. Corrio a toda prisa por los pasillos de la universidad mientras buscaba su aula. Ademas de ser impuntual era despistada. La clase de persona que olvidaba donde habia dejado las llaves de casa e ignoraba que su clase de literatura universal se encontraba en el edificio anexo. Le costo diez minutos y preguntar a un monton de alumnos dar con el sitio exacto. Estaba empapada en sudor y tenia la respiracion acelerada cuando llego al aula magna. Sentia tal euforia que abrio la puerta de par en par y todos se volvieron hacia ella. Por lo visto habia hecho un poco de ruido. Trago con dificultad e intento mimetizarse con la pared, pero su maldito jersey celeste resaltaba demasiado sobre el muro de hormigon blanco. ?Algo que Helena no soportase? Ser el centro de atencion. Ella preferia ir a lo suyo porque pensaba que destacar solo le traia problemas a una chica que habia sido bendecida con una belleza de la que no se sentia orgullosa. Apreto la carpeta contra el pecho y deseo ser invisible. Centenares de ojos se posaron en ella mientras subia las escaleras con la cabeza gacha y la intencion de ocultarse en el fondo del aula. --Empezaremos la clase cuando la senorita impuntual se siente. Tranquila, no tenemos prisa. Si Victor Hugo tardo diecisiete anos en escribir Los miserables, nosotros podemos esperar unos minutos a que usted le apetezca escoger un asiento --la autoritaria voz del profesor de literatura universal arranco las risas maliciosas de un punado de alumnos. < >. Un calor abrasador le subio por las mejillas cuando todo el mundo empezo a mirarla. Algunos lo hacian con cierta compasion y otros con impaciencia. Hubo cuchicheos y miradas de desaprobacion. Seguro que pensaban que a la rubia tonta le encantaba llamar la atencion --para su desgracia, era la imagen que solia provocar en los demas--. Se sento en el primer asiento libre. Le temblaban las piernas y el corazon se le iba a salir del pecho por culpa de la carrera y la verguenza. --Menos mal. Ha tardado lo suyo. Esperemos que no sea igual de lenta para todo... --la broma de mal gusto del profesor la obligo a mirarlo a la cara para encajar el golpe. Era un hombre alto, canoso y de mirada desabrida. Tres segundos en clase y ya se habia ganado su antipatia--. Muy bien, senorita... --Helena Jones --su voz sono estrangulada. --Senorita Jones, ya que ha interrumpido mi clase, no le importara hacer la introduccion del primer epigrafe del temario sobre Los origenes de la literatura. La escuchamos. < >. A Helena le empezaron a sudar las manos. ?Una exposicion sobre Los origenes de la literatura? Si ni siquiera le habia dado tiempo a comprar el libro. Pensaba hacerlo aquella misma tarde porque ayer su prima Martha la llamo llorando desconsolada porque su novio habia roto con ella y claro, ?como iba a decirle que no podia escucharla porque tenia que ir a la libreria? Ante todo, Helena era impuntual y buena amiga. --Yo... esto... Senor... --intento recordar el nombre del profesor. Uf, se estaba luciendo. Ademas de impuntual y buena amiga, tenia memoria de pez. ?Como se llamaba el profesor de introduccion a la literatura universal? Recordaba haber leido su nombre en aquel temario que se habia manchado de cafe cuando se quedo dormida viendo por enesima vez Pretty Woman. La culpa de todo la tenia Richard Gere--. Disculpe, Senor... El profesor le dedico una mirada irritada. --Ya se que no soy Shakespeare, pero no le vendria mal aprenderse mi nombre. Mas risas maliciosas. Se acababa de labrar una reputacion de imbecil que la perseguiria durante todo el curso. Que bien empezaba. --Llega tarde, no se sabe el temario y desconoce el nombre del profesor. En lugar de haberse matriculado en la universidad, deberia volver a prescolar para que le ensenaran las nociones basicas sobre como comportarse en publico. Helena noto como todo el peso de la verguenza caia sobre sus hombros. A partir de ahi, la clase fue a peor. El Senor Foster, que asi se llamaba el susodicho, no dejo pasar la oportunidad de ridiculizarla cada vez que explicaba algun tema. < > < > < > Helena se sintio tan humillada que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no echarse a llorar o huir de la clase. El profesor habia encontrado al blanco perfecto de sus burlas y por lo visto no iba a soltarlo. Hasta que una voz masculina y socarrona se impuso entre las risas de sus companeros: --Yo tampoco lo se. El senor Foster levanto la cabeza del libro y busco al propietario de aquella voz masculina tan energica. --?Disculpe? --Josh Sackler --dijo con orgullo el alumno--. Le decia que yo tampoco se la diferencia entre la lirica renacentista y el petrarquismo. No tengo nada en contra de la senorita Jones, pero me parece fatal que monopolice la clase. Si va a darle clases particulares a la senorita Jones, tambien me apunto. He notado que tiene cierta predileccion por ella y no soporto los tratos de favor. Tampoco iba a desperdiciar la oportunidad de hacerme notar, para que mentir. --todo el mundo se volvio hacia el con los ojos abiertos de par en par. Helena lo miro entre sorprendida y aliviada por dejar de ser el centro de atencion--. Por cierto, esta noche doy una fiesta y estais todos invitados. Quiza no sea tan interesante como esta apasionante clase de literatura, pero nos merecemos disfrutar de una buena juerga antes de que la presion academica nos asfixie. Al Senor Foster se le cambio la expresion. Arrugo la frente y puso mala cara cuando la mitad de la clase rio las gracias de aquel joven. A Helena no le paso desapercibida la seguridad que desprendia. A diferencia de ella, estaba encantado siendo el protagonista. De lejos pudo apreciar que era la clase de universitario atractivo y descarado que tendria bastantes admiradoras. --En fin, ya tenemos al gracioso de turno. No sera el mas listo de la clase pero seguro que es el alma de la fiesta. Gracias por su intervencion, Senor Sackler. --De nada, Senor Foster Hizo una reverencia antes de sentarse y casi toda la clase se partio de risa. Menos ella. Estaba demasiado abochornada para sonreir. Se paso el resto del tiempo tomando apuntes para ponerse al dia, mientras se juraba que aquella misma tarde iria a la biblioteca para pedir prestado el libro y enterraria la cabeza dentro hasta absorber todo el temario. Asi le demostraria al Senor Foster que no era una completa idiota. Cuando la clase termino, busco a su salvador para darle las gracias. Era lo minimo que podia hacer porque habia sido el unico que le habia echado un cable. Los demas se limitaron a mirar para otro lado, agradecidos de no ser ella, o a reirse en voz alta de su mala suerte. Josh estaba de espaldas y charlaba animadamente con un grupo bastante numeroso de alumnos. Parecia el lider, algo impropio de un alumno de primero. A lo mejor no habia sido tan desinteresado como ella pensaba y habia montado aquel numerito para destacar. A partir de ahora seria conocido como aquel alumno de primero que se habia atrevido a contradecir en publico a un profesor. Todos hablarian de el. <>. --Hola. Helena tuvo que levantar la voz para hacerse notar. El estaba demasiado encantado pavoneandose delante de un par de chicas que la miraron con fastidio cuando ella le toco el brazo. Josh se volvio hacia ella con una amplia sonrisa que se ensancho cuando la reconocio. No era atractivo, era guapisimo. De pelo negro, ojos verdes y piel tostada por el sol. Intento adivinar de que parte de Estados Unidos seria antes de que el hablase. --Hola, senorita Jones. Del sur. California, Los Angeles, Arizona... tal vez Texas. --Hola, senor Sackler --le siguio el juego--. Solo queria que supieras que agradezco mucho lo que has hecho por mi. Te debo una. El la miro con interes y ella capto la clase de mirada que le dedicaba. Solia provocar aquel efecto en los hombres. Lo odiaba. Cuando eras guapa los demas siempre sacaban conclusiones precipitadas y creian conocerte. Lo que veian era el envoltorio, pero el envoltorio jamas definia quien eras. --Hecho. Ven esta noche a la fiesta que se celebra en mi fraternidad. Asi estaremos en paz. < >. Helena sabia como quitarse de encima a aquella clase de tipos. Se haria la tonta, que era lo que esperaban de ella, y luego le diria lo que queria oir. Era la unica estrategia para salir airosa de la situacion. --Pues... no se. La verdad es que todavia tengo que instalarme y hacer algunas compras de ultima hora. --Me gustaria mucho que vinieras --el insistio con una seguridad que la arroyo. Estaba convencido de que ella daria su brazo a torcer. Era muy predecible. --Me lo pensare --respondio, y se aparto el pelo de la cara para demostrar unos nervios que no sentia. Tenia ganas de quedarse a solas y llorar sobre la almohada por lo sucedido con su profesor. Pero debia provocar la impresion equivocada si queria quitarselo de encima. En la vida se habia topado con suficientes Josh Sackler para saber como actuar--. Sera mejor que me vaya. Tengo clase y no quiero llegar tarde. Otra vez. --Adios, senorita Jones. A ella le gusto su voz. Suave, confiada y varonil. Le ofrecio una media sonrisa y se alejo a paso ligero. El resto del dia transcurrio con normalidad. Llego puntual a todas las clases, fue a la biblioteca y consiguio el ultimo manual de literatura universal y ceno un sandwich de queso mientras leia Desesperacion. Lo habia escrito Vladimir Nabokov y se quedo dormida con la intencion de demostrarle al Senor Foster que no era una estupida. No fue a la fiesta. 1 En un recondito lugar de Texas. Presente. Mantengo la mano izquierda sobre el volante e intento cambiar de emisora de radio con la derecha. Me doy por vencida cuando lo unico que logro sintonizar es una emisora local de musica country. Odio la musica country. Yo soy mas de Adele, Sia o Dua Lipa. Bajo el volumen pero la dejo encendida. Llevo casi cuatro horas al volante y no quiero quedarme dormida. El sol de principios de marzo se refleja en el parabrisas delantero y tengo ganas de echar una cabezadita. No soy una imprudente, pero quien habria imaginado que lo unico que veria durante cientos de kilometros serian surtidores abandonados, una carretera eterna y un horizonte de pastos dorados. Menos mal que llene el deposito hace cuatro horas, porque de lo contrario no se que habria sido de mi. El gps del movil me ha abandonado y mi unica guia es un mapa anticuado que adquiri en la gasolinera por cuatro dolares. La semana pasada estaba convencida de que mi vida no podia ir a peor. Arruinada, sola, con una excedencia y amargada. Entonces tome la decision de embarcarme en esta locura de viaje con la intencion de revertir mi situacion. Me dije: < >, pero como diria Murphy: < >. Y ahora cabe la posibilidad de que me quede sin gasolina y deambule deshidratada por una carretera solitaria hasta desmayarme de agotamiento y ser devorada por los buitres. Menudo final tan patetico. Tengo ganas de gritar, pero en lugar de ello subo el volumen cuando suena una cancion decente. Shania Twain canta que se siente como una mujer y que va a salir de fiesta. Mi fiesta perfecta seria encontrar una habitacion de hotel decente y darme una ducha de agua fria. El aire acondicionado del coche que he alquilado no funciona --un detalle sin importancia que se le olvido comentar al de la agencia--, y fuera hace tanto calor que sospecho que en el asfalto podria freirse un huevo. Aunque llamar < > a un camino polvoriento y lleno de baches es ser demasiado considerada. Bajo la ventanilla para refrescarme y me veo obligada a subirla cuando el interior del vehiculo se llena de un polvo amarillento y denso que esta a punto de asfixiarme. Me entra un ataque de tos y los ojos se me llenan de lagrimas. Odio la musica country. Odio los viajes largos. Odio Texas. Es la primera vez que estoy aqui y ya me he labrado una opinion precipitada. Texas representa todo lo que aborrezco. Es el segundo estado mas grande de Estados Unidos por detras de Alaska. Supera el indice promedio nacional de la tasa de criminalidad y la mitad de las ejecuciones del pais tienen lugar aqui. Es un bastion republicano y hace mas de medio siglo que en Texas no gana ningun candidato democrata --concretamente desde Jimmy Carter--. Kennedy fue asesinado en Dallas y es el estado con un mayor numero de armas de fuego registradas ademas de ser la cuna de la cultura cowboy, el petroleo y las minas de carbon. Para una democrata contraria a la pena capital, vegetariana y ecologista, es algo asi como el paraiso. Notese la ironia. Sin embargo, nadie pudo quitarme la idea de la cabeza cuando decidi emprender este viaje. Ni siquiera mama y sus: < >. O Penny y sus: < >. Si, las dos tenian razon. Este ultimo ano me ha hecho perder el juicio y sentirme tremendamente culpable. Por eso estoy aqui. En un intento desesperado por solucionar mis problemas y cumplir una promesa. Quiza de paso mi vida cobre ese sentido que perdio hace quince meses. -
Solo tuya 3 de Anabel Garcia
https://gigalibros.com/solo-tuya-3.htmlElizabeth nunca fue consciente de las devastadoras consecuencias que tendrian sus actos. Acostumbrada a ser ella la que huye siempre del amor y el compromiso, esta vez se dara de bruces contra su propio sino. Aunque la intrepida guerrera lo intente remediar, puede que sea demasiado tarde para ambos. ?Merecera la pena intentarlo, o el orgullo supondra un obstaculo infranqueable entre ellos? ?Quien estara intentando sabotear la relacion? ?Como recuperar la confianza en alguien una vez que se ha perdido? En esta tercera y ultima entrega por fin podran tener respuesta todas estas preguntas y muchas mas. Hay veces en las que la vida nos pone a prueba y solo nosotros mismos tenemos el poder de decidir en nuestras manos, a veces en tan solo cuestion de segundos. Que dicha decision haya sido la correcta o no, nunca lo sabremos.
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Ojos negros de Frederic Boyer
https://gigalibros.com/ojos-negros.htmlUn nino tiene un encuentro que lo marca de por vida. Ya adulto, no recuerda nada, y emprende la narracion de su infancia para tratar de contar ese olvido, para tratar de recuperar el instante preciso que lo acompanara y que determinara toda su existencia: unos ojos negros que son, al mismo tiempo, la perdida de la inocencia y la lucha inquebrantable por volver a ella. Ojos Negros es el relato de todo lo que un hombre ha recibido del amor: el magnetismo de los cuerpos, los rostros, las historias unicas y repetidas y, por fin, la redencion. Ojos Negros narra, a traves de la vida de un hombre, la existencia de todo el genero humano, su caida, su culpa, su angustia pero, ante todo, el esfuerzo por alcanzar la salvacion a traves del amor y de la reconquista de la infancia.
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Un trato millonario de Emma Winter
https://gigalibros.com/un-trato-millonario.htmlKilian es un famoso jugador de hockey sobre hielo retirado a causa de una lesion. Vive en Tribeca, Nueva York, intentando aceptar que su sueno se ha ido al traste.
Blue vive en Rockville, Maryland, pero despues de morir su hermana y quedarse con la custodia de sus sobrinos, una adolescente que la odia y un bebe de pocos meses de vida, decide emprender un viaje que cambiara sus vidas para siempre.
Kilian no lo sabe, pero necesita a Blue.
Blue no lo sabe, pero necesita a Kilian.
Juntos hacen un pacto y el resto… esta en manos del destino. -
El oro de los dioses de Alfonso Cost Ortiz , Juan Bautista Roldan Aranda
https://gigalibros.com/el-oro-de-los-dioses.htmlJulian, doctor en ciencias exactas, abandona su monotono trabajo como profesor en un instituto de Granada para enfrascarse en un arduo empeno: el de resolver tres antiguos enigmas planteados por Bartolome Colon, el hermano del celebre navegante, antes de su detencion en 1500 por orden de los Reyes Catolicos, y cuya existencia ha sido mantenida en secreto hasta nuestros dias. Para ello contara con la ayuda de Luis Martinez de Saq, un enigmatico librero aquejado de una enfermedad terminal, y de Anna, una atractiva profesora norteamericana experta en algebra, junto a la que iniciara un periplo a contrarreloj por las ciudades europeas en las que se encuentran diseminadas las diferentes pistas.
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Las alcantarillas del poder de Fernando Rueda
https://gigalibros.com/las-alcantarillas-del-poder.html<
>. Esta frase, del que fuera presidente del Gobierno, Felipe Gonzalez, abre un libro apasionante y sorprendente que introduce al lector en los vericuetos del Estado desde el inicio de la Transicion. El objetivo es hacer un retrato lo mas fiel posible del comportamiento -agentes, operaciones secretas y actividades- de la empresa de fontaneros mas potente que ha tenido la democracia: el Cesid, hoy llamado CNI, creado en 1977 por el teniente general Manuel Gutierrez Mellado. -
Heredaras nuestros pecados (Almas rotas 1) de Alejandro Riera Guignet
https://gigalibros.com/heredaras-nuestros-pecados-almas-rotas-1.htmlHeredaras nuestros pecados es una intensa novela de suspense psicologico que muestra la terrible encrucijada entre la razon y la locura.
?Determinan los pecados de los adultos el futuro de los ninos?
A traves de los ojos de una mujer enamorada descubriremos el enigma de uno de esos ninos maltratados.
Pero ?existe una salida para un laberinto que se halla en la propia mente?
Dos jovenes enamorados se adentraran en un mundo inquietante donde los pecados del ayer han regresado para amenazar su felicidad. Con la ayuda de una pareja de psicologos y con su amor como unico amparo descenderan al infierno de la violencia de genero y del maltrato infantil.
Primera novela de la serie "Almas rotas" que desciende a los misterios mas ocultos de la mente humana. -
El vals de la bruja de Belen Martinez
https://gigalibros.com/el-vals-de-la-bruja.htmlCuando los encontre en la habitacion, me miraron como si nada hubiese ocurrido. Hasta sus uniformes se encontraban impecables. Ni una sola arruga en la camisa, ni el nudo de la corbata torcido. Dos imagenes perfectas y bellas que podrian ser retratadas con oleo. Sus Centinelas no estaban. Tampoco el mio, al que habia dejado atras. Esto era algo demasiado intimo en lo que solo debiamos estar los tres. Marcus se incorporo con una calma fria. Incluso perdio el tiempo en apartarse un grueso mechon de cabello azabache de la frente. Sybil, por otro lado, permanecio sentada en la cama hecha, con las manos pulcramente unidas sobre su amplia falda oscura. Siempre a su sombra. Sin pronunciarse, pero respaldandolo. La oscuridad lo tiznaba todo de negro. Solo el candelabro encendido de la comoda de caoba regalaba algo de luz. Pero esta no ayudaba. Solo conseguia que las sombras fueran mas profundas. --Aleister --comenzo Marcus. --?Como habeis podido hacerlo? --pregunte. La voz que brotaba de mi garganta no era mia. Estaba rota, herida, y sangraba mas de lo que podia soportar. --?Como has podido hacerlo tu? --replico el--. Nos abandonaste. Los labios me temblaron. Sabia a lo que se referia, por supuesto que lo sabia. Pero ?como era capaz de responderme con una pregunta asi? Siempre me habia gustado lo desalmado que parecia a veces Marcus Kyteler, incluso me habia fascinado. Ahora solo sentia asco. Y rabia. --No sabes lo decepcionados que nos sentimos --anadio Sybil. La unica muestra de descontrol en todo su cuerpo eran sus mejillas blancas--. Jamas lo hubiesemos esperado de ti. Di un giro. Solte el aire de golpe. Me pase las manos por mi pelo empapado de sudor y humedad. Despues, volvi a clavar mis ojos en ellos. --Os matare --sisee. Y esas dos palabras liberaron de tal forma mis pulmones que fui capaz de respirar con normalidad despues de horas--. Os matare a los dos. Marcus permanecio inmutable. Ni siquiera me dedico un parpadeo. Sybil, sin embargo, miro en mi direccion. Pero no a mi. Adivine lo que ocurria antes de que una decena de cuerpos se materializaran a mi alrededor. Y, aunque separe los labios para soltar la primera maldicion que paso por mi cabeza, de ellos solo escaparon una exclamacion ahogada cuando hechizos y encantamientos me golpearon y me dejaron inmovilizado. Eramos demasiados en el dormitorio, a pesar de que era uno de los mas grandes de la Academia Covenant. Habia profesores y Centinelas y guardias del Aquelarre. Casi senti satisfaccion de que hubiesen enviado a tanta gente para un solo Sangre Negra. --Aleister Vale, le informo que esta detenido por el asesinato de... Gire la cabeza, habia tantas voces que no sabia de donde provenia esta. Aunque tampoco me importaba, la verdad. Volvi a centrar mis ojos en mis dos antiguos amigos y se me escapo una risa larga, incontrolable, cuando atisbe en sus regios rostros algo que parecia agrado. --Creeis que no lo habiais conseguido, pero si lo habeis hecho -- grite, entre carcajadas. Mi risa se volvio aun mas histerica cuando vi como palidecian--. Oh, ?como no ibais a lograrlo? Sois Marcus Kyteler y Sybil Saint Germain. Deje de ver sus expresiones cuando me alejaron de la habitacion y me arrastraron por la galeria. Rei todavia mas cuando las puertas se abrieron a mi paso y mis companeros se asomaron, y las carcajadas me destrozaron el pecho cuando a lo lejos comprobe que tambien habian atrapado a mi Centinela. Reia tanto, que comence a llorar. Primera parte Hija de leyendas septiembre. ano 1895. Academia Covenant Septiembre, hace veintisiete anos Baje del carruaje de un salto y mis botas se hundieron en los guijarros. Eran nuevas, pero la tunica que me cubria no, y el uniforme tampoco, aunque el ano anterior habia tenido mucho cuidado en no estropearlo demasiado. Por desgracia, habia crecido varios centimetros ese verano y los pantalones negros me quedaban algo cortos. Y aunque eso habia hecho grunir a mi padre entre dientes (como si mi crecimiento fuera algo que yo controlase), a mi no me molestaba. Al menos, no ese dia. Una masa de alumnos atravesaba las inmensas puertas de madera de la Academia Covenant; sobre sus cabezas, flotando, otra fila interminable, esta vez de baules, se internaba en el interior del gigantesco edificio de tejado negro. Sus ventanas eran cuchilladas oscuras y vidriosas entre las piedras blancas. A un lado, pero sin seguir la corriente, estaban las tres personas del mundo que mas deseaba ver. Mi Centinela solto un largo maullido y se adelanto para encontrarse con los otros dos que esperaban junto a mi pequeno grupo de amigos. Yo segui su camino con los ojos brillantes y una sonrisa ladeada. --Estas preciosa, Sybil. Como siempre --anadi, mientras ella ponia los ojos en blanco y se abanicaba con sus manos enguantadas. El otono estaba a la vuelta de la esquina, pero todavia hacia calor. --Guardate esas palabras para Hester. Ordeno a la criada que le hiciera un nuevo peinado que supuestamente lleva la reina Victoria. --Sus labios se curvaron en una sonrisa ladina--. La pobre esta desesperada por captar su atencion. -- Ladeo la cabeza hacia el joven que se encontraba a su izquierda--. No soporta el hecho de que se vaya a graduar antes que el. Me ha dicho que lo echara terriblemente de menos. Leo, a su derecha, apoyado en la fachada con los brazos cruzados, inclino la cabeza hacia atras y se echo a reir. --Se supone que son las hermanas mayores las que se comportan con crueldad. Y tu eres la menor --dijo, antes de lanzarme una mirada divertida. Yo le correspondi con otra, pero antes de que mis mejillas se calentaran, me volvi hacia el joven que todavia no habia pronunciado ni una palabra. Su pelo negro y liso bajo el sol despedia destellos azulados. Sus ojos eran mas verdes que los prados de la academia. Un par de alumnas lo observaron de soslayo cuando pasaron por su lado. --Te veo bien, Vale --dijo, como si no hubiera pasado la mitad del verano en su mansion de campo, donde su familia vivia durante los meses mas calurosos. --Yo a ti tambien, Kyteler --respondi. Y entonces, los dos nos echamos a reir. Y todos nos miraron. Porque siempre nos miraban. 1 Las animas de Seven Sisters Despertar a los muertos no era una buena idea. Daba igual cual fuera el proposito. Nunca servia de nada. Lo unico que se conseguia era aterrorizar a muchos Sangre Roja, volver dementes a los mas sensibles y provocar dolores de cabeza. Aunque esa era mi idea cuando coloque mi mano fria sobre la boca de Kate y la arrastre fuera de la cama. --Ya hay muchos fantasmas en la Academia --dijo, alzando la voz para que el sonido del viento y de las olas al romper contra los acantilados no la ahogara. --Son viejos y estan aburridos. Ni siquiera asustan a los de primer curso --replique--. Sabes muy bien que los que son arrancados de la muerte no se comportan igual. Yo misma lo habia visto cuando era una nina y espiaba a traves de las inmensas puertas de Shadow Hill, la mansion de campo de la tia Hester. Me apretujaba junto a Liroy y a Kate, mis primos, y nos turnabamos para observar a traves de las cerraduras. Todavia ninguno de los tres era capaz de encantar las puertas para que se volvieran transparentes o de preparar alguna pocion alquimica que acentuara nuestros sentidos, asi que esa era la unica manera de ver las reuniones que se llevaban a cabo en el salon de te. Solian ser reducidas, casi nadie hablaba, pero eran mucho mas interesantes que los grandes bailes que celebraban mis tios durante la Temporada, en los meses de marzo a julio o agosto, cuando se celebraban los mayores eventos sociales en Londres. En esas reuniones intimas la mayoria de los que acudian eran Sangre Roja. Nuestras leyes nos permitian relacionarnos con ellos, tener amistades, incluso intimas (Kate habia visto una vez a la senora Holford muy entretenida con un vizconde sin una sola gota de magia corriendo por sus venas), pero nos impedian casarnos con ellos, tener descendencia y mostrar nuestros poderes. Las sesiones de espiritismo que se llevaban a cabo en el pequeno salon de te de mi tia Hester tanteaban un terreno peligroso, pero nunca llegaban a sobrepasar la linea de lo prohibido. Al fin y al cabo, los invitados nunca sabian que era mi tia la que convocaba a los muertos, creian que la culpable era la medium estafadora que habian contratado esa vez y que siempre terminaba tanto o mas asustada que el resto de los Sangre Roja.
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No puedo dormir contigo, carino de Raquel Mingo
https://gigalibros.com/no-puedo-dormir-contigo-carino.htmlLlega la segunda entrega de la serie <
> con la historia de Helailla y Keylan. -
El destino de Noah (Semillas Negras 3) de Lorraine Coco
https://gigalibros.com/el-destino-de-noah-semillas-negras-3.htmlHan pasado cinco anos desde el nacimiento de Noah y las cosas no parecen haber mejorado. Todos han tenido que hacer grandes sacrificios, mientras Raynard y sus temibles y cada vez mas abundantes aliados se esfuerzan en imponer su era de terror y destruccion.
La batalla final se acerca y es el momento de tomar decisiones y descubrir lo que el destino tiene preparado para cada uno de los Guardianes y la totalidad de las razas. ?Podra un nino traer la paz de nuevo a la tierra? ?Seran suficiente sus muchas habilidades para asegurar el destino de Dakata, Constantine, sus padres y el resto de Guardianes?
La tercera y ultima parte de la serie Semillas Negras llega para emocionarte, atraparte y dejar una huella eterna en tu corazon. -
El juego de Valeria de J.r. Escudero
https://gigalibros.com/el-juego-de-valeria.htmlNico es un adolescente aparentemente normal, con una existencia anodina, en la que las unicas notas de color las pone la relacion de amor odio que mantiene con Valeria. Su vida da un vuelco cuando una lesion lo aleja de las canchas de juego y cae en una profunda depresion que lo lleva a sumergirse en el lado oscuro de las redes sociales.
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Lo que crees es mentira (Las doce puertas 4) de Vicente Raga
https://gigalibros.com/lo-que-crees-es-mentira-las-doce-puertas-4.htmlDos historias narradas en paralelo. La primera trascurre en los principios del tribunal de la inquisicion de Valencia, donde es protagonista destacado el humanista Luis Vives y sus secretos. Todos los personajes existieron en su epoca y todos los hechos narrados se corresponden con la realidad historica. La segunda historia es protagonizada por un grupo de amigos en actualidad, que descubren que el misterio que creian resuelto, en realidad no ha hecho mas que comenzar.
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El ranchero contrata a una cocinera de Misty M. Beller
https://gigalibros.com/el-ranchero-contrata-a-una-cocinera.htmlCuando la Guerra Civil obliga a una bella muchacha del Sur a un rancho de ganado rudo en Texas, el amor es lo ultimo que espera encontrar.
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?De donde vienen las brujas? Los Ausentes de Nesa Costas
https://gigalibros.com/de-donde-vienen-las-brujas-los-ausentes.htmlHay errores imperdonables y deudas eternas. Con trece anos, Rita traiciono a su familia y a su mejor amigo. A la nina que fue la dieron por muerta, y en su lugar aparecio una enorme mentira.