• libro el cuarto de la criada - Fiona Mitchell

    https://gigalibros.com/el-cuarto-de-la-criada.html

    Un canto a la libertad y a la dignidad de aquellas mujeres a quienes nadie suele escuchar: las empleadas domesticas.

  • El cuarto de la criada (Grijalbo Narrativa) - Libros - Amazon

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    Ambientada en Singapur, "El cuarto de la criada" sigue la vida de dos trabajadoras domésticas filipinas: las hermanas Dolly y Tala que trabajan arduamente para ...

  • El cuarto de la criada Versión Kindle - Mitchell, Fiona

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    El cuarto de la criada eBook : Mitchell, Fiona: Amazon.es: Libros.

  • EL CUARTO DE LA CRIADA | FIONA MITCHELL - Casa del ...

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    Un homenaje a las librerías, a los libros y a todos aquellos que los aman. Una lectura ideal para recrearse y saborear con un buen te japonés.

  • EL CUARTO DE LA CRIADA - MITCHELL FIONA

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    Seguridad: Las criadas pueden generar muchos problemas en este sentido. ... no las necesitan) El libro marca muy claramente el perfil psicológico de las ...

  • el cuarto de la criada - Machado Libros.

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    24 ene 2019 — El cuarto de la criada, libro o eBook de Fiona Mitchell. Editorial: Grijalbo. Los mejores precios en libros y eBooks.

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  • EL CUARTO DE LA CRIADA, de Fiona Mitchell. - Lectoras ...

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    15 feb 2019 — EL CUARTO DE LA CRIADA, de Fiona Mitchell. ... Seguridad: Las criadas pueden generar muchos problemas en este ... Libros más vendidos ...

  • La dependienta de Sayaka Murata

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    Keiko Furukura tiene 36 anos y esta soltera. De hecho, nunca ha tenido pareja. Desde que abandono a su tradicional familia para mudarse a Tokio, trabaja a tiempo parcial como dependienta de una konbini, un supermercado japones abierto las 24 horas del dia. Siempre ha sentido que no encajaba en la sociedad, pero en la tienda ha encontrado un mundo predecible, gobernado por un manual que dicta a los trabajadores como actuar y que decir. Ha conseguido lograr esa normalidad que la sociedad le reclama: todos quieren ver a Keiko formar un hogar, seguir un camino convencional que la convierta, a sus ojos, en una adulta.
    Con esta vision hilarante de las expectativas de la sociedad hacia las mujeres solteras, Sayaka Murata se ha consagrado como la nueva voz de la literatura japonesa.

  • Vinculos de Daniel Alvarado

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    Imagina que los golpes del amor entran inesperadamente a tu vida, y asi como llego este simplemente se fue, piensa que el pasado te alcanza y te causa dolor pero tambien una gran alegria, supon que caminas por la calle sintiendo un vacio en tu interior, que te mueves sin saber a donde ni con quien, y que de repente aquello que te puede llenar ese vacio se pone frente a ti de la forma menos esperada.Esta es la historia que nos cuenta Alberto, llena de misterios, revelaciones, ensenanzas y poesia encantadora.

  • Breves respuestas a las grandes preguntas de Stephen Hawking

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    Stephen Hawking fue reconocido como una de las mentes mas brillantes de nuestro tiempo y una figura de inspiracion despues de desafiar su diagnostico de ELA a la edad de veintiun anos. Es conocido tanto por sus avances en fisica teorica como por su capacidad para hacer accesibles para todos conceptos complejos y destaco por su travieso sentido del humor.

  • El olor de los dias felices de Marta Gracia Pons

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    Barcelona, 1928. Anna Exposito es una joven huerfana que ha crecido en la Casa de la Misericordia. Su aficion por el cine, las revistas femeninas y la cosmetica han hecho de ella una muchacha independiente que quiere disfrutar de la vida. A su salida del orfanato, empieza a trabajar como dependienta en una drogueria donde conoce el arte de la persuasion y las ultimas novedades en articulos de belleza. Cuando por casualidad descubre la fotografia de una mujer que podria ser su madre, emprende una busqueda que la llevara por diferentes lugares, desde Sant Feliu de Guixols y Madrid hasta la exotica Filipinas. Durante un camino lleno de dificultades y sorpresas, Anna se convertira en una de las primeras mujeres publicistas de la epoca.

  • Los pecados del padre de M.j. Fernandez

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    A lo largo de veinticinco anos, en cuatro paises de Europa, un asesino en serie acaba con la vida de parejas jovenes, enganando a la policia para que crean que el muchacho en cada una de ellas es el culpable. Michael Sterling, comisario de Scotland Yard, que conoce su modus operandi y esta obsesionado con detenerlo, emplea todos sus esfuerzos para descubrirlo. La investigacion se lleva a cabo con un equipo policial que involucra dos paises, Inglaterra y Espana, mientras un pecado familiar surge del pasado para exigir su expiacion.
    Una novela intrigante con un final sorprendente.

  • Quedate 4 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Fransheska Di Carlo, siempre sono con encontrar a su principe azul, ese hombre que apostaria todo por ella y la hiciera vivir un mundo de ensueno. Y este parece haber llegado en la figura del apuesto, aventurero y caballeroso Brandon Anderson; sin embargo, cuando se trata del amor, la vida tiende a complicar un poco las cosas.

  • Las pruebas del amor de Liah Jones

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    Una pareja joven, en plena crisis, decide hacer un viaje para solucionar sus problemas de convivencia. Alli conoceran a un matrimonio liberal y muy experimentado, que pondra al limite la relacion de los jovenes con nuevas y peligrosas tentaciones.

  • El corazon de Jupiter de Ledicia Costas

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    No fue facil para Isla cambiar de ciudad y empezar de cero en un nuevo instituto. Ella ansiaba pasear por el espacio, avistando planetas a traves de su telescopio, sumergida en el vientre del universo. Casiopea, el nombre de la tortuga magica de Momo, era el nick que utilizaba en los foros sobre astronomia en los que solia participar. Alli fue donde conocio a Jupiter, alguien que parecia saber mucho sobre las estrellas. Las largas conversaciones que ambos mantenian hasta bien entrada la madrugada, encendieron una luz. Entre los dos existia una magia que traspasaba las fronteras del ciberespacio. Isla sentia la necesidad de saberlo todo sobre Jupiter: donde vivia, a que instituto iba, su nombre real… Se citaron para conocerse una noche de San Juan de hogueras y mar embravecido. Fue entonces, despues de despedirse de su amiga Mar, cuando Isla se precipito en la oscuridad. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

  • 14/7. El descubrimiento de Pamela Stupia

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    Cielo, Mara, Guillermina y Bianca son nuevas en la escuela; como si fuese facil iniciar el secundario, ellas ademas tienen que hacerlo en un nuevo colegio y una nueva ciudad.
    Las cuatro chicas se haran amigas y se enfrentaran al desafio de ser aceptadas. Pero cuando algunos sucesos extranos suceden, empezaran a pensar que tal vez su encuentro no fue una casualidad y que el destino quiere revelarles algo.

  • El truco de Emanuel Bergmann

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  • ?Quien le hacia la cena a Adam Smith? de Katrine Marcal

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    Un analisis fascinante de la historia de la economia y del pensamiento economico desde un enfoque femenino.
    Katrine Marcal se enfrenta en este ensayo al gran mito economico que ha configurado el mundo contemporaneo, y nos anima a acabar con el Homo economicus de una vez por todas.

  • La cocina aromatica de Francois Chartier

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    ?Sabias que los esparragos verdes a la parrilla quedan de maravilla con chocolate negro? ?Por que el jamon cocido funciona tan bien con el clavo y la pina? ?O por que son tan buenos los mejillones con patatas fritas? En La cocina aromatica, Francois Chartier nos da las claves para acertar con los maridajes aromaticos en casa. Extraordinariamente facil de consultar, el libro presenta 295 alimentos, vinos, cervezas, tes y licores en forma de practicas fichas para crear tus propias combinaciones en la cocina, con exito asegurado. Descubriremos asi alimentos y bebidas de la misma familia aromatica e ideas novedosas para preparar recetas que estimularan tu creatividad culinaria, y conseguir asi platos extraordinarios.

  • El extrano de mis suenos 1 de Selenia Grant

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    Dalia a comenzado a conocer en carne y hueso al desconocido que aparece cada noche en sus suenos que se acabara convirtiendo en alguien muy importante y a su vez muy misterioso.

  • El mensaje del multimillonario (Los Sinclair 3) de J. S. Scott

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    Evan y Randi no se soportan, pero la pasion unira sus destinos.

  • La reina de azucar (Los Zuccarelli 4) de Mar B. Prat

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    Eleanor se siente parte de la familia Zuccarelli y ha entendido que, aunque perdiese a sus padres y a su hermana, todavia puede tener su propia familia sin tener que sentirse culpable. Se considera una Zuccarelli mas y se siente agradecida por todas las personas que tiene a su lado. En especial, Jaxson. Finalmente estan juntos en casa y preparandose para convertirse en padres de una nina. Pero como siempre, no todo en esta familia es convencional ni agradable.
    Despues de unos meses muy dificiles como pareja y tambien como familia, se acercan semanas con nuevos retos. Jenna Zuccarelli, la hermana de Jaxson que le abandono, ha regresado es la principal sospechosa de provocar los ataques que han causado tanto dano. Parece que ha usurpado la identidad de la extinguida sexta familia original, los Delle Donne, pero solo son sospechas. Los Zuccarelli tendran que averiguarlo mientras se preparan para los inminentes cambios de su familia y para la esperada llegada de su nuevo miembro.

  • El camino fantasma de Pat Barker

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    Esta novela, que cierra la trilogia de Pat Barker sobre la Primera Guerra Mundial, merecio el Premio Booker en 1997, y conforma junto a las otras dos novelas de la trilogia, Regeneracion y El ojo en la puerta, la obra mas importante de la autora. El camino fantasma esta ambientada en los ultimos meses de la Primera Guerra Mundial, cuando millones de hombres que participan en una brutal guerra de trincheras ya no son mas que “fantasmas en ciernes”.

  • Tu no llegaste tarde de Corin Tellado

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    P CAPITULO PRIMERO ero, bueno, bueno, tanta prisa... ?No podias haber esperado a la noche? Con la de trabajo que yo tengo... Lo entiendes, ?no, Minou? De repente, llega Mac por la Facultad, y me dice: <>. Tenia una reunion con dos profesores. Tu sabes que debemos dar el pecho, porque de lo contrario... Minou levanto la cabeza rogando silencio. Pero Peter Aubert no era de los que se callaban facilmente. --?Alguna buena noticia? Bueno, por la noche era bastante pronto. Mira, Minou, tu sabes que si nos callamos, nada conseguiremos jamas. ?Quien crees que capitanea a esos? Yo. Nadie mas que yo. Sin mi --hizo un gesto desdenoso-- no son nada. Yo, siempre digo: <>. Te das cuenta, ?verdad? --Si, Peter. Pero si yo quise verte ahora, es porque te necesito mucho. Peter hincho el pecho. Miro a un lado y a otro. En aquel cafe de un barrio de Montmartre apenas si a aquella hora habia dos o tres personas, que no se fijaban en ellos para nada. Minou Fonteyn vestia una zamarra de tela oscura, forrada a cuadros. Una capucha caida; calzaba altas botas y bajo el brazo apretaba unos libros de texto. Tenia el pelo castano claro, lacio, cayendo en suaves crenchas hacia la cara. Los ojos negros, inmensos, enturbiados en aquel instante por una expresion de angustia. Peter Aubert, apenas si se fijo en aquella angustia. El, en aquel instante, estaba haciendo teatro, pero Minou aun no se habia percatado de ello. --Yo no se que pasa --rio Peter, divertido--. Todo el mundo me necesita. Pero tu, vida mia, ya sabes donde me tienes. ?Miedo? ?Quien habla de miedo, estando yo aqui? ?No me has visto siempre quitar todos los obstaculos? ?Cuando nos conocimos? De eso hace mas de dos anos, ?no? ?Has tenido queja de mi? --No, Peter. Por eso te busco ahora. Ayer no te vi. --?Si? !Claro, claro! Estuve muy ocupado. --?No podemos ir a nuestro cuarto? Peter miro el reloj. Era un chico bastante alto, rubio, de largos cabellos. Vestia un pantalon de pana negro, un jersey del mismo color, de cuello de cisne, y, sobre todo esto, una pelliza casi blanca, forrada a cuadros como la de Minou, si bien la de el no tenia capucha y le llegaba apenas a las rodillas. Desabrocho un poco la pelliza y busco una cajetilla. --Mira, ?ves esto? --Cigarrillos. --Los he comprado con los ultimos francos. No puedo darte dinero. ?Te haces cargo? --No te pido dinero, Peter. Este respiro. --No obstante, dentro de unos dias te lo dare. Cobro las clases. Me revientan esos hijos de papa a quienes doy clases todos los dias, pero... --se alzo de hombros--. Yo te aseguro que un dia sere uno de los mejores periodistas de Francia, aparte de todo lo que hare para la television y la radio. Me gusta mi carrera, Minou. Cuando me licencie en Filosofia y Letras, tu seras mi secretaria. Pero te aseguro de que solo en casa, ?eh? Nada de que tu trabajes. Minou se agito. Ella no habia ido a buscar a Peter a aquel cafe, para hablarle de sus respectivas carreras. Ya sabia que Peter era muy listo y que un dia, los dos formarian una gran familia, pero entretanto..., habia que solucionar aquello. --?Que te parece si te fueras al cuarto? Eso es --se restrego las manos satisfecho--. Podiamos vernos alli por la noche. Tu estudia mientras yo llego. ?Te parece bien? La empujaba blandamente hacia la salida. Minou no deseaba marcharse. Tenia que decirle aquello a Peter. Ademas, se vio negra para encontrar a Mac y decirle: <>. Y alli estaba. Pero, por lo visto, Peter estaba tremendamente liado con el asunto de la Facultad de Filosofia y sus profesores. --Te digo que deben de hacernos caso. Nunca me meti en esto. Pero todos los companeros me buscaron a mi para dar la cara, y es lo que pienso hacer. ?Iras para el cuarto? Come algo antes de ir. ?Me entiendes? Aqui cerca tienes un autoservicio. Despues hablaremos. Ya te contare..., cuando llegue. --Peter... --Tu, tranquila, mujer. ?No estoy a tu lado? ?No te amo? Pues entonces... La vida es bella, Minou. ?Por que esos temores? ?No me ves a mi? Le admiraba profundamente por eso. Peter era decidido; a su lado nadie se aburria. Y todos los que dependian de el, podian vivir seguros. --?Me has oido, carino? Estas guapisima esta tarde. ?Que te parece si me permitieras decirtelo dentro de cuatro horas en nuestro cuarto? --Esta bien --se resigno--. Pero no faltes. La miro cegador. --?Cuando falto yo? --Esta bien, esta bien. Te espero alli. Peter la beso en la nariz y echo a correr abrochandose la pelliza. Minou apreto su zamarra contra el pecho y miro el reloj. Tenia tiempo. Irse al cuarto en aquel instante era... como morirse un poco mas. No. Tenia tiempo de pasar por casa de Maggy Font. Cierto que Maggy vivia al otro extremo de Paris, pero..., ?no tenia un subterraneo que en menos de media hora la dejaba ante el apartamento de su amiga? Necesitaba ver a Maggy, necesitaba decirselo todo. * * * No contesto nadie a la energica pulsacion del timbre. Quedose pegada a la pared del rellano y contemplo absorta cuanto la rodeaba. Maggy vivia casi bien. Trabajaba mucho, es cierto, pero... Merecia la pena trabajar tanto. Claro que Maggy y ella eran distintas. Mientras Maggy dejaba la carrera, apenas llegada al tercer ano, y se dedicaba a escribir para una revista frivola, ella picaba mas alto. Sufrir privaciones, comer mal. Vestir de cualquier manera y adorar a Peter... Pero terminaria la carrera. No era tan facil. Apenas si tenia dieciocho anos y cursaba el segundo de Filosofia y Letras. Por nada del mundo dejaria la carrera. Pero..., aquello..., ?no era una terrible contrariedad? Oyo el zumbido del ascensor y casi, en seguida, la detencion de aquel, y la fragil figura de Maggy, cargada con una bolsa de comida. --!Minou...!, ?tu aqui? --miro en torno--. ?Donde has dejado a Peter? --Esta en una reunion. Yo he venido... --Ya te veo. Le envio un beso con la punta de los dedos, y, oprimiendo la bolsa contra la barbilla, empezo a buscar las llaves en el bolso. --No las encuentro. ?Sabes que siempre me ocurre asi? ?Quieres ayudarme? Que me cae el bolso. Oh... El bolso, en efecto, cayo al suelo, pero su contenido no se desparramo. --Busca la llave y abre, Minou. Esta lo hizo asi. --Aqui esta --murmuro. --Abre la puerta. ?Que milagro por aqui? Desde que deje la carrera te vi dos o tres veces, y eso cuando yo decido ir por Montmartre. Tu no te acercas aqui ni por recomendacion. --Los estudios son duros. --Ciertamente. Por eso lo deje yo. --Pasa --dijo Minou, franqueando la puerta--. ?Tienes algo nuevo? Maggy rio y fue a depositar la bolsa de la compra en una silla. --Puaf, que frio hace y que sofocada estoy yo. ?Pasaras aqui las Navidades? ?O te iras con tus tios? --Creo que me quedare aqui. Me pasa algo... Maggy empujo la puerta y con un gesto senalo el pasillo. --Vamos dentro. ?Quieres tomar algo? ?Te, cafe? --He tomado un cafe con Peter hace poco mas de media hora. --?Que tal tus cosas con el? Ya estaban en el interior de la salita. Maggy apreto el conmutador de la luz y respiro. --Me he cansado. Pero dos veces por semana, no tengo mas remedio que salir de compras. Lo meto todo en el frigorifico, y, !hala!, a vivir tranquila --se echo a reir al tiempo de desplomarse en una butaca--. ?No te sientas? Me cuesta mucho comer por ahi. Las comidas del mediodia las hago en la redaccion de la revista. Oye, ?sabes que aquello marcha muy bien? Si quisieras dejar la carrera, te daria trabajo. Llevo toda la seccion de modas, cocina, labores. Ya se que no soy licenciada, Minou. Ya se que tu picas mas alto. Pero... --se alzo de hombros--, hay que vivir, ?no? De suenos..., no se vive.

  • Laura en las Highlands (Julia y amigas 2) de Kate Dawson

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    Laura ha cambiado de empleo y ahora trabaja en un periodico de los grandes.
    Por eso no es nada facil que su jefe acepte que se marche unos dias a Escocia, para la boda de Julia.
    Laura no se ha enamorado nunca, al menos no como para estar segura de haber encontrado al hombre de su vida.
    ?Y como saber si es el hombre de tu vida?
    ?Y si el hombre de tu vida aun no ha nacido?
    ?Y si el hombre de tu vida vive en la otra parte del mundo?
    Pensandolo bien, quiza sea mas sencillo dejar que el te encuentre a ti.

  • Manual para vivir en la era de la incertidumbre de Antonio Garrigues Walker

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    Que vivimos tiempos de incertidumbre parece requerir pocas explicaciones. Las viejas certezas de prosperidad y progreso se han desdibujado con la misma facilidad con la que los gobiernos nacionales y los organismos multilaterales han perdido eficacia en la gobernanza de la globalizacion. Los efectos de la crisis economica, la revolucion digital y la aceleracion exponencial del tiempo y los cambios agudizan esta sensacion de desamparo.

  • La locura de quererte de Eva Gil Soriano

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    Antonio es un ejecutivo de una cadena hotelera, acostumbrado a la gran ciudad, que es trasladado a un pueblecito para dirigir un hotel que hay que reflotar. Maria Rosa es una pastelera en paro que vive en dicho lugar. Las circunstancias cruzaran sus caminos y los pondra a trabajar juntos entre reposteria y contabilidad.
    Dos personalidades distintas de mundos dispares, ?conseguiran superar el reto que les ha puesto la vida?

  • Mentiras en La Hora del Te de Susana F. Ameijeiras

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    Consiguio vaciar su habitacion de cualquier trasto inutil a la misma velocidad que eliminaba de su interior todo pensamiento inservible. Los dos habitaculos se eliminaron a la vez sin haberse puesto de acuerdo. Ya no quedaba nada a lo que poder echar mano para seguir buscando; habia agotado todos sus recursos: los externos y tambien los internos. Estaba vacio. --Senor... La cabeza del senor se dio la vuelta muy despacio; le costaba despegar su cuerpo erguido mirando a traves de aquella enorme cristalera que, de manera curiosa, todavia estaba brillante y limpia. La cristalera era la unica superviviente de todo aquello; quizas, aquel senor todavia la necesitaba para algo. --Dime, Carlos. --Creo que ya esta todo, senor. --Querras decir que ya no queda nada. Carlos balbuceo. --Puede que, para usted, senor, no quede nada, pero yo le aseguro que, para mi, irme de aqui hace que comience todo. El senor levanto las cejas; en realidad, las retorcio de una manera extrana. Aquellos ojos parecian moverse de una manera poco usual detras de sus pequenas gafas cada vez que al senor le llamaba algo la atencion. --Entonces, nos vamos ya, senor. --Estoy listo. Carlos conducia el coche mientras aquel hombre iba detras. Una de sus cejas habia quedado arqueada, sintoma inequivoco de que algo estaba pensando. Tal vez su cabeza todavia seguia sin estar vacia del todo; quizas, todavia se agarraba a algo. Siendo sinceros, aquel hombre a poca cosa podia agarrarse, ya que, por no tener, no tenia ni un hogar. Lo habia perdido todo o casi todo. --Carlos, ?has guardado el dinero donde te dije? --Si, senor --contesto Carlos--. ?Sigue queriendo que lo traspase a la cuenta que me dio? --Si, hazlo cuando puedas, gracias. Carlos miraba de vez en cuando a aquel hombre por el espejo retrovisor. Habia sido su mano derecha durante muchos anos, su chofer, su asistente personal, su chico de los recados... Si Carlos no habia fallado, entonces, ?que habia sido lo que habia provocado aquel desastre? Carlos era solo un chico normal, sin mas. No tenia pretensiones; no buscaba reconocimiento. Cualquier persona lo habria etiquetado, tal vez, de pusilanime o, quizas, habria pensado que carecia de objetivos, de foco, de ilusion, de reconocimiento... Todo lo que se le ocurria pensar a aquel hombre eran etiquetas, muchas etiquetas. Todo lo pasaba por una etiqueta. Era posible que las etiquetas pudieran resolver sus dudas. Quizas una mala colocacion de estas habia producido todo aquel caos que lo habia llevado a perder anos de trabajo. Una mala organizacion, un mal enfoque como lider... --Senor, ?se encuentra bien? El hombre levanto despacio la mirada. --Si, estoy bien. Mas de media hora en el coche casi habia conseguido que aquel hombre terminara echandose una pequena cabezada en el asiento de atras, pero ya habian llegado a su destino y debia bajarse. --Senor, deje que le abra la puerta. --Gracias, Carlos. El hombre miro aquella oficina donde debia dejar las llaves de todas sus posesiones. Algo le agarro el pecho. Suspiro levemente y se volvio a sentar. --Senor, debe hacerlo y, cuanto antes, mejor. --Lo se, Carlos, lo se. Hubo un silencio pequeno, o no. --Carlos, ?tienes dinero en la cartera? Creo que necesito dar un paseo, tomar el aire y beber un vaso de agua. Carlos lo miro, sin juicio, solo lo miro. Eran muchos anos con el. Lo normal era que Carlos quisiera asegurarse de que el senor estuviera bien. --Tome, senor, lo espero en el coche. Aquel hombre entro en una cafeteria. Intuitivamente, se sento en la mesa con menos atractivo de todas: la que estaba justo al lado de la puerta de la cocina y por la que salian todos los olores cuando algun camarero la abria. El sitio no podia reflejar mejor el valor que se daba a si mismo: ninguno. --Un cafe, por favor --pidio de manera correcta aquel hombre con el hilo de voz justo para ser amable con alguien una vez mas. El camarero poso un pequeno tazon con algo de leche y dos gotas de cafe. Aquel hombre miro la taza, un poco antigua y con restos de lo que podria haber sido el cafe anterior alli vertido. <>, penso. El senor abrio despacio el sobre del azucar, tambien malogrado por la torpeza del camarero al depositar el cafe encima de la mesa, y comenzo a fijarse como aquellos pequenos granos caian de una manera casi perfecta: no habia una sola arena de aquel azucar que se desviara hacia ningun lado. Siendo el un hombre que, en sus mejores tiempos, tomaba cafe casi a diario, el olor que desprendia aquella mezcla comenzo a parecerle muy desagradable. Su estomago termino por rechazar aquel olor y dejo el cafe. En ese momento en que no tenia ni un cafe que tomar, comenzo a sentir una extrana emocion que no controlaba. Se asusto; aquel hombre siempre lo controlaba todo. Fueron quizas los dos peores segundos en mucho tiempo: sudor, desesperacion, miedo, nervios... Por una vez en su vida sintio lo que siempre habia tenido miedo de sentir: vacio, desesperanza y ansiedad. --Ja, ja, ja. --Algo interrumpio la lucha interna de aquel hombre; unas risas y unas voces que venian de algun sitio llamaron su atencion. El senor miro. Llamo al camarero. --Un boligrafo, un papel y un vaso de agua. --Si, caballero. --Ah, una ultima cosa --continuo el senor--. Llevese este cafe y planteese cambiar de marca. Escribio y escribio, etiqueto y etiqueto; las anotaciones se iban amontonando en la mesa. Pidio mas y mas papel. Sus manos sudorosas empezaron a temblar al no poder seguir el ritmo intenso de su escritura. Carlos ya se habia asomado a la cristalera, tambien brillante (quizas lo unico brillante), de la cafeteria, pero Carlos esperaba; Carlos no tenia prisa. Solo era una persona fiel con ganas de seguir sirviendo a su senor. Carlos no protestaba. Aquel hombre dejo el boligrafo, pidio un whisky y respiro, siempre cabizbajo, pero respiro. Tras pagar la cuenta, salio en busca de Carlos, que esperaba pacientemente en el vehiculo. --Carlos, a mi casa. --Senor... --Lo se, tengo que devolver las llaves, pero todavia me queda algo por coger. Por favor, a mi casa. Carlos no dijo nada, arranco el coche y dejo a aquel hombre justo en la entrada de su casa. El senor abrio el portal, subio las escaleras y abrio la puerta. Solo fueron unos minutos. --Ya esta, Carlos, ahora vamos al banco. --No se preocupe, senor; eso ya lo hago yo como usted me mando. --No, Carlos, hay cambio de planes; yo me encargo del dinero. --Como usted quiera. El senor se fue, tal vez a cualquier habitacion de un hostal. Devolvio las llaves de todas sus pertenencias y tuvo muy claro lo que tocaba hacer a partir de ese momento. Carlos tambien se fue. Sus caminos no se volvieron a juntar.

  • El diablo tiene nombre de mujer de Una Fingal

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    Fergus Wellan irrumpio en el aula como solia, despistado y ajeno a las gradas, abarrotadas por sus alumnos --mucho mejor si puntualizamos: alumnas-- de Escritura Creativa en el Grado de Lengua y Literatura Inglesa de la Universidad de Columbia. Dejo algunas notas sobre la mesa, se atuso el pelo, demasiado largo y despeinado, y coloco unas gafas de montura redonda delante de sus ojos, miopes y ligeramente achinados. Sobrepasaba a los demas en altura una cabeza, y su cabello y su barba claros, junto a su piel atezada, le conferian un aire muy distinguido. De origen irlandes, ademas de ser profesor, dirigia el Departamento de Ingles y Literatura Comparada. A sus treinta y cinco anos habia publicado mas de veinte exitosas novelas de misterio y gozaba del respeto y reconocimiento del publico y de la comunidad docente. La clase iba a dar comienzo en breves instantes. Los alumnos aun intercambiaban saludos o bromeaban entre si, aunque algunas toses de sus companeros llamandoles la atencion para que se callaran indicaban el animo expectante de otros. El se mantenia imperterrito, serio y distante. No era antipatia, sino timidez. La sesion transcurrio de forma agradable, en algun momento interrumpida por las tristes gracias de alumnas extramotivadas, a las que el respondia con una templada pausa y una mirada imprecisa por encima de los anteojos, mostrando asi sus ojos verdes como un olivar. La ultima, dirigida al fondo, le devolvio la presencia de su amigo Murdock Macallan, realizador de peliculas de genero negro, a quien nada unia con los fabricantes del mitico whisky, salvo las botellas vacias almacenadas en su despacho desde tiempos inveterados, como el mismo se encargaba de mencionar una y otra vez cuando tenia oportunidad. Macallan, locuaz, mordaz, ingenioso e infatigable, no perdia jamas la ocasion de agasajar a sus interlocutores con una ocurrencia inesperada que los dejara descolocados, y tan solo Fergus era capaz de combatirlo. Ambos gozaban de una indecorosa amistad desde hacia tantos anos como ellos mismos, como solian jactarse. Por separado, eran animales dociles y mansos, casi de redil, pero juntos se convertian en una fiera monstruosa y temible. --Se acabo esta mierda, chavales --celebro un muchacho, sentado delante de Murdock, cuando la clase termino. --Si, porque la mierda se va --salto Murdock, acompanando visualmente la salida del joven. Este lo oyo y le dedico una mirada mitad desconcertada, mitad ofendida, pero el le dedico un desfallecido ademan con el brazo. Luego bajo para encontrarse con su companero de fatigas. --?Que ocurre, Murdock? --Quiero que supervises mi nuevo guion... Recorrian con paso apresurado los pasillos de la facultad mientras sostenian un cafe entre las manos; Murdock los habia sacado a la carrera de la maquina dispensadora. --De acuerdo --accedio Fergus, como era habitual--. Dame un par de meses y lo hare; ahora estoy muy liado con... --!?Un par de meses?! !No tengo ni una semana! --farfullo su amigo. --!?Como es eso, tio?! --El productor se ha vuelto loco; lo ha adelantado todo, y ni siquiera tengo a la actriz principal. Los castings ya me irritan tanto que me levanto en cuanto aparece la aspirante; son todas un plomo y, encima, iguales, clones... ?De donde las sacan? --Pobres chicas, ?tan malas son? --No, que va. No es que sean malas, y no puedo negar que le ponen empeno, pero no destacan; en conjunto son como una linea plana, grises, sin matices. --?Y si optas por alguna de las grandes? --Simplemente, no puedo trabajar con ellas. Es una cuestion de encaje, no responden al perfil que busco. Prefiero a alguien virgen... aunque no sepa interpretar, pero con alma, con ese brillo penetrante en la mirada. Ya la moldearemos. Ademas, fisicamente quiero que se parezca a Brigitte Bardot, pero mas alta, mas delgada, mas... --Estas como una cabra, Murdock. --Lo se, pero es que tiene que ser asi. --?Y de donde piensas sacarla? --No lo se, por eso tienes que ayudarme... Quiza alguna de tus alumnas. --Olvidalo, no voy a hacer eso. El profesor Wellan tomo la delantera, decidido a no inmiscuirse en ese asunto. Murdock lo seguia a pocos pasos. --?Y si...? --insistio. --No --respondio, tajante. --Seria de lo mas ventajoso para ambos --volvio a la carga el cineasta. --!No! --repitio, impenetrable, Fergus. --Pero, si lo pensases con detenimiento, podriamos... --Macallan tenia trabajo para seguirle el paso. Wellan se detuvo en seco y se volvio hacia el. --?Entiendes el significado de ene seguida de o? --replico mientras le encasquetaba el vaso de cafe y seguia adelante sin esperarlo--. Eso si, enviame ese guion y vere que puedo hacer para revisarlo cuanto antes --anadio, y Murdock lo perdio de vista, pues desaparecio entre el enjambre de alumnos que transitaban el corredor. * * * Pocos dias despues volvian a encontrarse, esa vez en una gran libreria de la Quinta Avenida donde tenia lugar la presentacion de la ultima novela de Fergus Wellan, Juego de llaves. Como solia ocurrir en cada uno de esos acontecimientos, estaba atestada, mayoritariamente por un publico femenino. --Si te dedicases a la actuacion, no te iria mejor --le murmuro Murdock, satisfecho--. Tal vez solo para ligar..., ligarias mas, eso si. --Tanto como tu, ?no es cierto? --replico el aludido, alzando los labios a medias en una caracteristica mueca. --Puto irlandes --rezongo su amigo. Murdock Macallan --de la misma edad que Fergus y tan pelirrojo y fornido como un McDougall de las Highlands, de donde provenia, con su barba esculpida y unos ojos intensamente azules bajo sus densas cejas-- permanecia en el mismo y activo estado de solteria que su hermano de hazanas. Elsa Thomson, la agente literaria de Fergus, dio inicio al acto y los presentes se mostraron animados, participativos y vibrantes, por lo que el acabo con el rostro arrebolado y casi sudoroso, a pesar de mantener su inalterable conducta, formal y distante en exceso. Lo cierto es que fue semiarrastrado por la ardorosa corriente, y sus mejillas encendidas dieron buena cuenta de ello. Ademas, cuando la pragmatica Elsa dio fin a la presentacion, aun le aguardaba otro momento caliente: el de la firma de ejemplares. Cuando vieron la interminable cola de lectores, con los libros aferrados como un tesoro sobre sus pechos palpitantes, Fergus y Murdock intercambiaron una alentadora mirada. --A saltar la trinchera con valor, hermano --lo animo su amigo. El solto aire de modo discreto. --Puedo hacerlo, ?verdad? --respondio, intentando divisar el lejano final de la infinita fila. El escoces esbozo la mejor de sus sonrisas mientras su circunspecto colega se dispuso a afrontar la mision con un destello de firmeza en sus ojos verdes. Asi se internaron en el corazon de la carga ligera de fans que los devoro en cuestion de segundos. Cuando todo acabo por fin, lograron adentrarse en Central Park, no sin antes librar la ultima batalla con los aspirantes a novelista, guionista, e incluso a actores y actrices, pisandoles los talones mientras les lanzaban preguntas ininteligibles. --Aqui, ven. Macallan tiro de su amigo y lo introdujo en un bar frente al lago. Ya a salvo de miradas y persecuciones, resoplaron a la vez que tomaban asiento en la barra. --Que barbaridad, nunca lograre acostumbrarme a eso --farfullo Murdock. --Pero si te encanta, por eso jamas fallas a ninguna de mis presentaciones --le atizo Fergus. --Ahora mismo te mataria, pero, bueno, si, es verdad... ?Has visto a la rubia que casi me arranca la camisa...? Cambiando de tema, ?que hay de mi guion? --?Empezamos con cerveza? --Fergus le hizo una sena al camarero para que les sirviera dos jarras de presion. --?Empezamos? --Murdock rio--. Esto promete. Pero contestame: ?que hay de mi guion? El camarero poso las bebidas ante ellos. Fergus casi se bebio la mitad de su jarra de un trago. --Tio, si que estas seco. --Lo estoy, mucho. --Pongamos remedio a eso, entonces. --Dicho esto, y tras acabar su cerveza en dos unicos sorbos, con un gesto, pidio otra ronda. >>Mi guion... --volvio a la carga el cineasta. --Joder, Murdock. Toma, acabado. Fergus le tendio un pendrive sin mirarlo siquiera y se centro en su cerveza. --Por las barbas del primer Macallan, esto es serio... ?Que ocurre? --se preocupo. Conocia demasiado a su colega como para saber que, si no lo provocaba o lo enviaba a la mierda, era porque alguna razon de peso lo tenia abrumado. --Estoy en dique seco, tio. Hace un ano que solo empiezo historias y mas historias, pero sin lograr superar el segundo capitulo. No paso de las doce paginas. Doce putas y exactas paginas, siempre, y carpetazo. Me da pereza la documentacion, abandono con rapidez cualquier proyecto... No me apetece sentarme ante el ordenador, incluso le gruno cuando me mira mal... Un asco todo... --se sincero Fergus, haciendo al final un chasquido con la lengua y fijando los ojos en el borde de la barra. --?Que le grunes al ordenador...? --planteo su amigo, pasmado. El escritor asintio con la cabeza. Murdock reflexiono un breve instante y, tras palmearle un hombro, proclamo: --?Quien dice que es necesario escribir sin parar? Sabes que la tierra debe ser dejada en barbecho cada siete anos, para que recupere su fertilidad, ?no es asi? Pues, con la materia gris, pasa lo mismo, tio. Fergus lo contemplo con una ceja arqueada, en silencio, para acabar de nuevo con la mirada en el interior de la jarra.

  • La musica del viento de Jordi Sierra I Fabra

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    Un periodista encuentra en una alfombra traida de la India un mensaje del nino que la ha tejido. Es una peticion de socorro, un grito desesperado, y no puede permanecer ajeno a el. Aunque millones de ninos son explotados en el mundo, el mensaje tiene un nombre, Iqbal, y una procedencia: la ciudad de Madurai.

  • Contra amazon de Jorge Carrion

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    Las bibliotecas y las librerias -reales o de ficcion, recorridas o leidas- son escenarios fundamentales de nuestra educacion sentimental e intelectual. En este libro de cronicas que ensayan y de ensayos narrativos, Jorge Carrion viaja a las innovadoras bibliotecas y librerias de Seul; investiga en Napoles y en Capri la historia de la mitica casa de Curzio Malaparte; entrevista a libreros y a escritores de Miami; conversa sobre libros y ciudades con Alberto Manguel, Iain Sinclair, Luigi Amara o Han Kang; interpreta las bibliotecas de Don Quijote y del Capitan Nemo, y rinde homenaje a algunas de las librerias y de las bibliotecas mas fascinantes del mundo -y de su propia vida. Mientras Amazon sigue conquistando espacios fisicos y virtuales, el autor de Librerias -el libro de referencia internacional sobre el tema, traducido a las lenguas mas importantes del mundo- y de “Contra Amazon. Siete razones / Un manifiesto” -que ha sido un autentico fenomeno en el mundo cultural anglosajon- defiende la figura del librero y la libreria de autor, al tiempo que nos invita a viajar y -sobre todo- a leer con espiritu critico.

  • Misericordia auxiliar (Imperial Radch 3) de Ann Leckie

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    El esperado desenlace de la trilogia superventas del New York Times: <>

  • Suicidios inducidos de Gemma Herrero Virto

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    Una joven salta desde el Puente de la Salve tras recibir una llamada de movil. Aunque en un primer momento el caso se cierra al considerarlo un suicidio, todas las alarmas saltan para la joven forense de la Ertzaintza Natalia Egana cuando nuevas muertes van uniendose a este primer misterio.
    ?Que hace que jovenes aparentemente normales y felices corran hacia la muerte con una sonrisa en los labios?

  • El orden del dia de Eric Vuillard

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    En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunion secreta, que no estaba en el orden del dia, en la que los industriales alemanes -entre los que se contaban los duenos de Opel, Krupp, Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta- donaron ingentes cantidades a Hitler para conseguir la estabilidad que el prometia. Desde ese ano, Hitler ideo una estrategia de cara a la comunidad internacional para anexionarse Austria <>; para ello, mientras se ganaba la aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra psicologica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasion (un alarde del legendario ejercito aleman, que ocultaba graves problemas tecnicos) fue un hecho.
    Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del dia narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una leccion de literatura, historia y moral politica.

  • La salvacion del multimillonario -Max de J. S. Scott

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    M Febrero, 2011 ax Hamilton miraba al vacio desde la arenosa franja de playa detras de su casa, tiritando y frunciendo el ceno al agua que rompia en la arena, como si se tratara de un enemigo. La oscuridad de la noche era casi absoluta, pero los astros iluminaban lo suficiente como para ver batirse el mar delante de el. Habia hecho de la gran masa de agua que le habia robado a Mia su nemesis y, en ese momento, sentia resentimiento por cada gota de agua en el Atlantico. Perdido en el, el cuerpo sin vida de su esposa flotaba en sus entranas, sepultada en una tumba de agua. Podia sentir como su cuerpo se alejaba mas y mas de el. Como si al irse le hubiera arrancado el corazon y se lo hubiera llevado con ella, el se habia quedado alli, indefenso, sangrando incesantemente a traves de la herida. Se llevo la mano al pecho y se lo froto, pero no pudo aliviar el insoportable dolor. No... maldita sea. No puede ser. Crei que tendria todo el tiempo del mundo para doblegar poco a poco mi deseo. Crei que podria someter mis debilidades y amarla como se merecia ser amada. Le fallaron las piernas y dio con los gluteos en la arena, la humedad calando sus pantalones vaqueros. No le importo. Su mirada clavada en el agua. Estaba demasiado aturdido para sentir los elementos, demasiado roto para que le importara, todo su ser concentrado en Mia, como si esperara devolverla a la vida con la fuerza de su voluntad. Ignoro no solo el frio embate del viento contra su cuerpo, cubierto solo con una camiseta y unos vaqueros, sino tambien los mosquitos que hacian de su piel desnuda un festin y el tortuoso sentimiento de abandono, tan doloroso que si no se obligaba a cerrarle el paso se volveria loco. Tenia cada musculo de su cuerpo en tension, los punos apretados, la mente intentando mantener sus emociones bajo control. Llorar significaria aceptar que Mia se habia ido para siempre y se negaba a creerlo. No iba a llorar su muerte. Nunca la aceptaria. Si aceptase que se habia ahogado en aquella misma playa, mar adentro, no podria sobrevivir la agonia de pensarlo. Max Hamilton no lloraba. Nunca lo habia hecho. Hasta cuando sus padres murieron en un tragico accidente reprimio el impulso, o se avergonzarian de el. Ningun Hamilton se dejaria llevar por sus emociones ni permitiria que la razon se sometiera a ellas. Sabia que sus padres lo habian querido, pero habian nacido en un mundo de privilegios y siempre le habian ensenado a actuar con decoro y moderacion. Sus padres siempre dijeron que era el hijo perfecto y siempre estuvieron orgullosos de el. Al ser adoptado, Max habia querido ser perfecto en todo momento e hizo todo lo posible, aun despues de que ellos murieran. Su costumbre de mantenerse a distancia era algo que el asociaba con el afecto y la aprobacion. Ahora no estaba tan seguro. Su corazon le decia que Mia podia haber muerto sin llegar a saber lo que de verdad sentia por ella. Por desgracia, no se sentia tan seguro y ecuanime en ese momento y su compostura hamiltoniana parecia estar abandonandolo. Mia habia desaparecido de aquel mismo lugar una semana antes. Habia dejado su bolso, ropa y telefono en la playa. Siempre le habia gustado darse un bano rapido en aquel lugar, al que llamaba su paraiso particular. Cerro los ojos. Max dibujo su rostro, su expresion traviesa y su sonrisa burlona. !Dios! !Como odiaba que fuera sola a nadar o hiciera cosas que el consideraba peligrosas!. La aleccionaba lo mismo que un maestro haria con su pupilo, pero ella siempre se burlaba de el, sacandolo poco a poco de su enfado, diciendole que era demasiado serio y se preocupaba en exceso. El problema era que nunca pudo estar enfadado con ella por mucho tiempo. Condenada mujer. Lo habia manejado a su antojo desde el momento en que se conocieron y el la habia dejado hacer. Siempre que la advertia cuando hacia cosas que le preocupaban acababa dejandola hacer lo que le diera la gana, haciendole creer que se preocupaba solo a medias, cuando en realidad le horrorizaba la idea de perderla. El era el hombre serio, responsable, que siempre actuaba logicamente y con cautela. Y Mia... !Oh, Mia! Lo hizo feliz, siempre lo hacia reir, lo complementaba, hacia que deseara perder el control completamente. Nunca lo hizo. Ni una sola vez. Fue capaz de sujetar la rienda a los instintos que ella despertaba en el. Pero por poco. -- Era nuestro trato --susurro roncamente, aunque el trato nunca fue oficial, nunca lo hablaron--. Yo me encargaba de las cosas serias y tu me ayudabas a aliviar la carga. Ella lo hacia reir cuando el estaba tenso y el le daba a ella serenidad. Juntos eran perfectos. O quizas solo Mia era perfecta y simplemente lo hacia a el un hombre mas feliz. No le importo reprimir el deseo constante de comportarse como un hombre de las cavernas y llevarsela a rastras a su guarida. Pero ella nunca habia conocido esa faceta secreta de el, que le pedia a gritos rienda suelta. Porque no queria que eso la alejara de mi. Se tumbo y se cubrio la cara con el brazo, dejando escapar un grito ahogado de dolor. Sus emociones encontradas, batallando por dominar el caos de una mente tomada por la rabia, la desesperacion, la rebelion y el dolor. Para su desgracia, la agonia que le corroia alma y corazon estaba ganando la pelea, atenuada solo por su negativa a admitir la realidad. No ha muerto, ella no ha muerto. Necesito mas tiempo con ella. Apretando los ojos fuertemente para aliviar el escozor que sentia bajo sus pestanas por las lagrimas que se negaba a verter, reprimio el sollozo que se estaba formando en su pecho. El y Mia formaban una pareja. No podia funcionar sin ella. Llevaban dos anos casados, compenetrados como piezas de un rompecabezas, inseparables desde el primer momento en que se conocieron. Nunca habia creido en el amor a primera vista o en la conexion inmediata hasta que conocio a su esposa. En muchas cosas eran completamente opuestos y, aun asi, eran el uno para el otro. Ese sentimiento lo habia acompanado desde el comienzo de su relacion. Pero entonces se resistia a admitirlo, pensando que lo que sentia por ella se atenuaria hasta hacerse soportable. Nunca fue asi y, honestamente, Max sabia desde el principio que nunca seria asi. Simplemente, habia sido demasiado estupido para admitirlo. Volvio a sentarse, se abrazo las rodillas y se mecio, luchando contra cualquier pensamiento racional que pudiera filtrarse en su mente acerca de la desaparicion de su esposa. Si empezaba a pensar logicamente, tendria que admitir, probablemente, que estaba muerta. Mia no desapareceria sin decirle nada. Podria ser algo descuidada con su propia seguridad, deshaciendose de su guardaespaldas siempre que podia, pero nunca habia sido desconsiderada. No era posible que no contactara con el, a menos que fisicamente no pudiera. -- ?Donde estas, Mia? --susurro con voz ronca, desesperada--. No me hagas esto, por favor. Te necesito. Deberia haberle dicho mas veces que la amaba, pasar mas tiempo con ella en lugar de volar de un lugar a otro buscando conquistar el mundo y de ocultar los instintos que despertaba en mi. No deberia haber huido de ellos. Ella podria haber sido capaz de aceptarlos, como habia aceptado todo lo demas. Lo cierto es que nunca le habia dado la oportunidad. Nunca se abrio completamente a ella, nunca le dijo exactamente lo que sentia. Lo lamentaba ahora, cuando era demasiado tarde. Meciendose con mas fuerza, abrio los ojos y las lagrimas brotaron finalmente. Se paso el brazo por los ojos, maldiciendo su suerte mientras se secaba bruscamente su torturado rostro. Pero las lagrimas volvian a aparecer y solo conseguian irritarlo mas. A duras penas pudo ponerse en pie. Se acerco al borde del agua y siguio caminando hacia delante, tentado de perderse en el oceano si era de la unica manera que el y Mia pudieran volver a estar juntos. No ha muerto. Ha desaparecido. No la voy a abandonar. -- !Mia! --El viento impetuoso arrastro su lamento mar adentro. Tiritando, grito desesperadamente--. !Vuelve! Nadie respondio. Cayo de rodillas en el agua helada, dejando que le acariciara el pecho. Sus lagrimas se mezclaban con el agua. Su desesperacion y su angustia se rompian en la garganta con un doloroso sollozo. Y luego otro. Y otro. Las olas empujaban su cuerpo hacia la orilla y el se dejo llevar por la inercia del agua. Cuando llego a la arena, gateo una corta distancia hasta derrumbarse en la playa. Deja de llorar de una puta vez. No esta muerta. Esta en algun lugar, perdida. Tienes que encontrarla. Empezo a toser violentamente. Intento reprimir el estridente sonido que se escapaba de su boca, le bastaba la colera que le producia lamentar la muerte de una esposa que podria no estar muerta. ?Y que si la policia y todo el mundo pensaba que estaba muerta? No se daba por vencido. Nunca se daria por vencido. No habia movimientos en su cuenta bancaria, ninguna senal de que estuviera viva. Pero el no iba a parar hasta encontrarla. Sin apenas dormir desde que desaparecio, habia pasado la ultima semana removiendo Tampa buscandola, contratando detectives privados cuando ya la policia se limitaba a mover la cabeza de un lado a otro con resignacion. -- No me rendire, mi vida. Te lo prometo --murmuro con los labios rasposos a causa de la arena que empezaba a recubrir el interior de su boca con cada respiracion--. Te esperare siempre. Con la vista nublada, abrumado por el cansancio, miro fijamente a las olas que rompian. Podia ver luces a lo lejos, barcos que pasaban por su campo de vision en la oscuridad de la noche. Parpadeo intentando mantenerse consciente, pero la oscuridad se apodero de el y se rindio a ella. Sabia que no iba a irse de aquella playa esa noche. Quizas nunca lo haria. Quizas se quedaria alli hasta que muriera o hasta que Mia volviera a el. La figura mojada, aterida, embarrada, yacio inmovil hasta el amanecer. Abrio los ojos en la madrugada con la esperanza de que todo lo que habia pasado la semana anterior hubiera sido solo un sueno. No lo era. Cuando se miro al espejo al dia siguiente tuvo que admitir para si que a veces no existian las segundas oportunidades. De vez en cuando, algo o alguien extraordinario aparece en tu vida y solo hay una ocasion para hacerlo tuyo. Desgraciadamente, el habia sido un cobarde, con miedo a los cambios, y le habian quitado su alguien extraordinario antes de que pudiera reclamarla como suya.

  • El huesped de Valeriam Emar

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    Molly Darrow habia aprendido de la forma mas cruda que no debia confiar en los hombres. Ella habia tenido que regresar a su pueblo natal en Georgia para hacerse cargo de la cabana familiar: Space Mountand. Debia abrirla para un arrogante huesped que venia de Nueva york con la intencion de hacer negocios y traer el progreso al pueblo. Pero ella no dejaria que el atractivo y misterioso Noah Axelrod la enganara y descubriria lo que el trataba de esconder detras de dichas inversiones. Aunque vigilarlo se convirtiera en su pasatiempo.

  • Fervor de Maya Banks

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    Jace, Gabe y Ash son tres de los hombres mas ricos y poderosos del pais. Estan acostumbrados a conseguir todo lo que desean. Absolutamente todo. En el caso de Jace, es una mujer cuyos encantos lo pillan por sorpresa... Jace Crestwell, Ash McIntyre y Gabe Hamilton han sido amigos y socios de negocios durante todas sus vidas. Ellos son poderosos e irresistiblemente sexys. Ademas Jace y Ash lo comparten absolutamente todo, incluyendo sus mujeres. Cuando conocen a Bethany, Jace comienza a sentir cosas que nunca antes habia experimentado, enfermo de celos y de una poderosa obsesion que lo traicionan y sobrepasan hasta perder el control. Jace no quiere compartir a Bethany con nadie. Esta obsesionado con ser el unico hombre en su vida y esta dispuesto incluso a poner en juego su amistad de anos con Ash. Bethany sera unicamente suya. Incluso si esto significa darle la espalda a su mejor amigo.

  • El corazon de una Campbell de Edith Stewart

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    Colin McGregor ha conseguido salir con vida del paramo de Culloden, no sin gran esfuerzo. Herido, busca refugio en una cuadra donde sus fuerzas le abandonan y cae desmayado.
    Brenna Campbell, duena y senora del castillo de Cawdor, no puede creer que el herido en sus cuadras sea un McGregor. Sabe que si los ingleses lo descubren alli, el clan sera acusado de traicion a la corona. Pero ese no es su unico problema, Brenna tiene que lidiar con las atenciones del capitan Fullarton quien pretende cortejarla. Pero ella jamas se casara con un sassenach, asi que esta dispuesta a pedirle a Colin McGregor, una vez repuesto de sus heridas, que se haga pasar por su prometido para alejar al baron ingles.
    Lo que comienza como una farsa ante los ojos de todos, pronto dara paso a la pasion mas abrasadora.

  • Donde Pertenecemos de Brenda Novak

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    Savanna Gray necesitaba otra oportunidad. Su vida se habia desmoronado cuando su esposo fue detenido por violar a tres mujeres. Tras divorciarse, se llevo a sus dos hijos a Silver Springs, buscando refugio en la granja que su difunto padre siempre habia querido rehabilitar.

  • El principe sin corazon de Tara Pammi

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    !Habia encontrado a la esposa a la que habia perdido hacia anos!

  • Enamorados en Paris de Tomas Jimenez Eyto

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    Un viaje a la ciudad del amor que pone a prueba a la pareja donde los peligros y las amenazas siguen acechando. Un angel guardian y un matrimonio de policias italianos velaran por su seguridad. ?Podran librarse de los continuos avatares de la vida en completa felicidad?

  • Una vez atraido (Un Misterio de Riley Paige 4) de Blake Pierce

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    Mujeres estan apareciendo muertas en un tramo de carretera en Delaware. Algunas desaparecen por un periodo de tiempo inexplicable, mientras que otras estan apareciendo muertas, sus cadaveres exhibidos de formas extranas y misteriosas. Cuando se descubre un patron, al FBI le queda claro que un retorcido asesino en serie esta a la caza, atrayendo a chicas en conspiraciones sinuosas. Y el no dejara de matar jamas.

  • Camila. Creando Ilusiones. Bilogia Completa. de Sara M. James

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    Me ganaba la vida como podia, vendiendo telas en un mercado y nunca habia ansiado otra vida, hasta que Rodrigo aparecio y todo mi mundo cambio.
    Yo, al contrario de lo que el pensaba, no era la mujer adinerada que creia conocer. Y cuando mi mundo se desmorono por completo, el amor parecia no ser suficiente.
    Cuando el corazon manda, las locuras toman las riendas de la razon. Pero las verdades siempre acaban saliendo a la luz y tenemos que pagar las consecuencias. No obstante, siempre hay que luchar. Hasta el final. Tal vez, entonces, puede que lo que comenzo como una locura, se convierta en realidad.

  • Cada vez que llueve, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    * Un historia cautivadora de amor, amistad y superacion. * Te enamoraras de sus protagonistas. * El amor sera la salvacion de Kate. Kate Alexander es una adolescente que vive en Carrington, un tranquilo pueblo de Estados Unidos, donde suena con acabar el instituto e ir a la universidad. Pero una noche lluviosa, su vida cambia de forma dolorosa y ya nada vuelve a ser igual. Cuenta con el apoyo incondicional de su gran amigo Beau Bennett, companero de infancia. Pero el quiere algo mas y Kate no puede darselo, tampoco puede contarle lo que ocurrio aquella noche. Sencillamente, esta paralizada.... Cuando Beau se marcha a la universidad, Kate se siente muy sola. Hasta que llega Asher Hunt, un joven de ojos seductores y sonrisa arrogante, que le hara olvidar el dolor que la ha mantenido cautiva durante tanto tiempo. A pesar de los consejos de la gente, Kate no puede evitar acercarse y abrirse a el. ?Sera el la esperanza que necesita? ?Su salvacion? ?O la volveran a herir?

  • En todas partes cuecen habas de Montse Giraldo

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    -No te preocupes mama, yo hago la compra cuando salga de trabajar y le acerco a Montse todo lo que le hace falta- le dice Marla a su madre con prisa en la voz. Desde el fondo del pasillo se escucha la voz de su jefe mas inmediato. Marla trabaja como secretaria de direccion del jefe de marketing. Con un jefe al que no le gusta que sus subordinados dediquen el tiempo de trabajo en cuestiones personales. Marla siempre ha demostrado ser eficiente en sus quehaceres laborales. Lo de esta manana es una excepcion algo que, en el transcurso de este mes se estaba repitiendo mas de lo que a ella le hubiese gustado, pero su hermana pequena ha sufrido un accidente de moto y ha acabado escayolada desde el tobillo hasta la rodilla y esta se negaba a alojarse en casa de sus padres a pesar de vivir sola y necesitar ayuda mientras este lesionada. -Tengo que dejarte- susurra Marla presurosa-... te prometo que mediare con la cabezota de mi hermana. Hasta luego mama- se despide. Consigue ocultar su telefono personal en el fondo de su bolso en el mismo instante en el que el senor Ventura, su superior, cruza el umbral que separa el vestibulo de la zona de despachos designados para el departamento de marketing. Preparada para lidiar con la rutina de la oficina, Marla gira su silla hacia los archivadores en busca de los documentos que faltan para la proxima reunion. -?Todo listo para la reunion? La voz ronca que formula la pregunta hace que Marla de un respingo en su silla giratoria. Estar concentrada en el archivador que hay a espalda de su mesa de trabajo, rebuscando documentacion para uno de sus trabajos pendientes la ha hecho estar despistada. -Todo preparado- confiesa Marla tras soltar un sonoro suspiro tras recuperarse del sobresalto. -?Informes?-pregunta con porte serio su jefe. El senor Ventura y su gesto serio siempre genera una sensacion de mutismo a su paso. La juventud del gerente, su porte atletico y el atractivo rostro atraia las miradas del genero femenino. Hasta que su seriedad y frialdad las echaba hacia atras. -Sobre la mesa de su despacho- contesta Marla regresando su silla hacia el frente de su mesa de trabajo. -?Cuadro de estadisticas?- pregunta su jefe. -Informes preparados sobre la mesa de la sala de reuniones- senala Marla. -?Huecos libres en mi agenda?- -Media hora para la reunion...- comienza a decirle su secretaria, haciendo ademan de abrir la gruesa agenda de tapa oscura que descansaba sobre su mesa de trabajo. -Perfecto- dice el, posando su fornido brazo sobre la tapa de la agenda con el fin de evitar que su secretaria acceda al interior de sus paginas-... puede pasar a mi despacho. Necesito repasar algunos detalles- le senala girando sobre sus pasos, sin esperar respuesta. Pedro Ventura camina con paso firme hasta la puerta de su despacho. Marla le sigue con paso presuroso, llevando entre sus brazos la agenda a la que habia echado mano. En aquel tocho de papel de donde salian miles de tiras de colores, era algo que, pese a ser una eficaz y eficiente secretaria y estar capacitada para lidiar con la tecnologia en la que el siglo XXI ha sumido el mundo laboral, Marla se niega a abandonar. Cuando secretaria y jefe cruzan el umbral del amplio despacho, Pedro Ventura cierra la puerta tras de si. Mudando el gesto serio por una sonrisa lobuna, deposita su mano derecha sobre el trasero de su secretaria, atrapandolo con decision. -!Senor Ventura!- replica Marla con gesto sensual-... creo que ese punto no esta en su agendasenala, posando su mano sobre la de el, para evitar que la retirase de su lugar mientras ella gira sobre sus pasos, para situarse frente a frente. -?Seguro senorita Picon?- cuestiona el, llevando su mano libre sobre el pecho izquierdo de su secretaria-... consulte su abultada agenda- le aconseja al tiempo que rescata de los brazos de su secretaria la susodicha agenda para dejarla resbalar lentamente hasta caer al suelo. La agenda llega al suelo en el mismo instante en el que la boca de Pedro Ventura atrapaba la boca de Marla Picon. Ambos se entregan a ese pasional beso. La pasion que genera hacerlo sabiendo que tienes que esconderte para evitar ser vistos. Para mantener en secreto una relacion jefe-secretaria, secretaria-jefe en la que llevan enfrascados desde hace mas de seis meses. -Esta noche te espero en mi casa- le dice el. Aquello parece mas una orden que una sugerencia. -Sabes que esta noche tengo cena en casa de mis padres. Han pospuesto su cena de aniversario solo porque yo estuve ocupada el fin de semana, con un descomunal trabajo que el ogro de mi jefe me impuso- senala ella ironicamente. -Un trabajo con el que disfrutases- el recuerda el antes de lanzarse sobre el lobulo de la oreja de ella. Tras el primer encuentro de la manana. La relacion de jefe y empleada transcurre con total normalidad. A las tres Pedro Ventura abandona el despacho con los nuevos clientes. La reunion de la manana se iba a prolongar en el confort de un restaurante de cinco estrellas. Marla tiene que terminar de archivar todos los documentos y realizar un informe detallado que debe dejar sobre la mesa de su superior antes de abandonar la oficina. Las horas delante del ordenador le queman la vista y la cansan en demasia. A las cinco de la tarde su mesa esta recogida. Con la americana puesta y el bolso colgado al hombro camina presurosa hacia el ascensor mientras rescata su telefono movil del fondo de su gran bolso. -!Montse!- reclama a traves del terminal-....?quien eres? . Necesito hablar con mi hermanareplica al interlocutor. Dos segundos despues logra comunicarse con su hermana, informandola de sus intenciones de hacerle la compra bajo expreso deseo de sus progenitores -Mira, bonita, voy a hacerte la compra porque sino mama no va a dormir tranquila y acabara yendo a comprar ella misma.- le dices con tono ironico-... y, escucha bien lo que te digo, mejor sera que estes preparada, porque le he prometido a mama que esta noche vienes conmigo a cenar a casa- le dice. -De acuerdo pesada.- bufa Montse, rindiendose a las replicas de su hermana mayor-... promete traerme medio flan de chocolate y vainilla de ese que se que has cocinado esta semana- le pide a su hermana mayor. De todas las experiencias laborales que esta probo mientras se formaba para ser una secretaria eficaz, el puesto de cocinera fue el dejo en ella una huella digna de disfrutar en su rutina cotidiana y de la que disfrutaba apasionadamente. Montse no puede resistirse a soltar un bufido a modo de protesta. A sus treinta y veintiocho anos de edad, las dos hermanas viven con total independencia, cada una en su propio piso, cada una con sus respectivos trabajos y ambas bajo la presion de unos padres tradicionales que no logran entender porque sus hijas prefieren vivir solas en lugar de regresar a la casa familiar. Marla se marcho de casa cinco anos atras, cuando tomo la decision de convivir con su antigua pareja. Un companero de universidad con el que mantuvo una relacion seria desde el primer curso. Despues de romper, ella decidio permanecer en su piso, con su vida. Montse se mudo a un piso compartido en su primer ano de universidad y con el paso de los anos se mantuvo en sus trece y conservo la independencia a la que se habia acostumbrado incluso cuando regreso a Madrid, donde acabo montando una pequena empresa de diseno grafico con la que sobrevive. Tras perder la discusion con su hermana, Montse no tiene mas remedio que claudicar, quitarse el pijama con el que ha pasado los ultimos dias y acompanar a su hermana a casa de sus padres para la cena de aniversario. -Has prometido llevarme de regreso a mi casa- le recuerda Montse a su hermana antes de bajar del coche. Su hermana la mira sonriente. Sabe lo que ha prometido. El desenlace de la velada aun esta por verse. -Y me vas a ayudar a convencerlos- senala con los ojos entre cerrados. -Sabes que todo seria mucho mas facil si les dijeses de una vez por todas que tienes una relacion con tu companera de piso- le suelta Marla, ante la mirada estupefacta de su hermana pequena. -Lo mio con Raquel esta en un punto demasiado delicado como para airearlo- reconoce Montse. A diferencia de las preguntas que Montse esperaba de su hermana, esta simplemente la mira, dubitativa. No es la primera vez que Montse y Raquel tienen un tiempo entre tinieblas, pequenas rencillas que siempre acaban solucionando. -Estoy sopesando el cerrar y cambiar el rumbo- espeta Montse. Durante dos breves segundos, Marla mira fijamente a su hermana, sorprendida. ?A que se referia su hermana con un cambio de rumbo? ?Desde cuando lleva sopesando esa posibilidad? -?Tan mal va el negocio?- se interesa Marla. -La crisis es el motivo principal. Y que necesito reinventarme tambien- confiesa Montse, manteniendo la mirada fija en la carretera. Un pequeno silencio sucede de subito entre las dos hermanas. Cada una procesa toda esa informacion a su manera. -Cuando piensas contarles tu que te estas tirando a tu jefe- le espeta Montse, en pos de cambiar el tema de conversacion. -Tu lo has dicho; me lo estoy tirando. No vivo con el- matiza Marla-... tu velada seria mas comoda para ti si tu relacion se hace visible y Raquel te acompanase- le senala. -Deja de tirarte a tu jefe y comienza una relacion con el de una vez por todas- le dice Montse con tono burlon. Entre risas, las dos hermanas suben los cuatro escalones del portal del bloque de pisos donde residen sus padres. La velada transcurre apaciblemente. Ni las insistencias de su querida madre sirvieron, tras la copiosa cena las dos hermanas abandonan el nido familiar. Marla acerca a su hermana a casa y, pese a sentirse agotada, conduce hasta el chalet en Somosaguas donde Pedro Ventura vive, en busca de una apasionada noche de sexo que ambos anhelaban. DONDE LABORES NO RIEGUES LAS FLORES La noche se prolonga para Marla mas de lo que habia calculado. A las seis y media de la manana la alarma de su telefono movil la saca de los brazos de Morfeo y del abrazo en el que Pedro Ventura la tiene envuelta. Suavemente se desliza por entre las sabanas. Recoge del reguero de ropa que la noche anterior habian esparcido desde la puerta del dormitorio hasta los pies de la cama, para ir ocultando su desnudez prenda a prenda. A las puertas del piso de alquiler en el que vive, el tono que usa para los mensajes suena. Junto con el pompon de lana que usa como llavero rescata el movil para averiguar quien esta levantado a esa hora para comenzar con los mensajitos de WhatsApp cuando aun no son las siete de la manana. -Preciosa, no quiero ser abuson, perooooo, podrias pasar por la tintoreria antes de llegar a la oficina. Gracias, gracias, gracias- escucha la voz suplicante de Pedro Ventura. La ducha es mas rapida y menos relajante de que hubiera deseado. Siguiendo la pauta ante la indumentaria sobre su vestimenta en el ambito laboral, Marla se viste con una falda estrecha por encima de la rodilla de color negro y abertura en la pierna izquierda conjuntada con una blusa negra semitransparente que cubre con un chaleco rosa palo. Como cada manana al edificio donde esta ubicada la empresa con paso ligero, con las camisas de su superior en el interior de una bolsa de lavanderia opaca, una bandeja de carton con dos cafes del Starbucks de la esquina y su bolso de trabajo. -La directora de marketing de la sucursal de Londres esta esperando en el despacho de Ventura desde hace diez minutos- le comenta uno de sus companeros, que la intercepta desde el ascensor hasta su mesa de trabajo siguiendo sus ajetreados pasos. -!No me jodas!- espeta Marla-...Me cago en toda la dichosa puntualidad Britanica. !Tenia cita para las nueve y media!- dice, haciendo memora. Sobre su mesa suelta los cafes y su bolso, verificando en el reloj de pared que hay entre su mesa de trabajo y la de su companero senala las nueve en punto, justo su hora para entrar a trabajar. -Cuelga esto en el perchero, por favor- le pide a su companero mientras que ella alisa su ropa y coge su agenda laboral del fondo del cajon. Rapidamente teclea un mensaje en su telefono, el cual deja dentro del bolso antes de carraspear y caminar decidida al despacho de su jefe. Solo cinco minutos despues, la puerta del despacho vuelve a abrirse, apareciendo un elegante, sonriente y atractivo Pedro Ventura repartiendo cordialidad y alabanzas a la visita que le esperaba en el despacho. Las prisas marcan el dia desde sus horas mas tempranas. La reunion con la asociada de Reino Unido se prolonga mas de lo estipulado en un principio, lo que conlleva la necesidad de hacer una reserva de urgencia para la hora de la comida. Una reserva para dos, algo realmente fuera de lo normal, porque siempre que Pedro Ventura se reune para comer con un cliente o asociado, su secretaria siempre les acompanaba por si necesitaban algo de ella. Marla no quiere pensar en ninguna razon especial para aquel cambio de planes. En cierto modo esa libertad inesperada le viene como anilla al dedo, pues su hermana Montse tiene consulta en el centro de salud y su pareja/companera de piso, se ha buscado una excusa para ausentarse.

  • Conspiraciones ?Por que no goberno la izquierda de Jesus Cintora

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    Intrigas, conspiraciones y una encarnizada lucha por el poder se suceden en Espana en la caida del bipartidismo. Por primera vez, el pais vive casi un ano con un Gobierno en funciones, mientras se maniobra para mantener el status quo. ?Por que querian ya cortarle la cabeza a Pedro Sanchez semanas despues de convertirse en lider del PSOE? ?Que ocurre para que Podemos acabe dividido entre pablistas y errejonistas? ?Como consigue Mariano Rajoy quedarse en La Moncloa con el apoyo del socialismo y de Ciudadanos? Felipe Gonzalez quiere que Rajoy siga en la Presidencia, <>. ?Quien impide un Gobierno alternativo?

  • El espia del rey de Jose Calvo Poyato

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    Espana a mediados del siglo XVIII. La Ilustracion empieza a ser realidad, pero la Inquisicion aun tiene fuerza. Los marinos espanoles publican obras de gran importancia cientifica. Es el caso de Jorge Juan, que ha medido el meridiano terrestre y acaba de publicar un libro sobre ello, pese a los reparos de la Inquisicion. Por su parte, el marques de la Ensenada, principal ministro de Fernando VI, esta dispuesto a potenciar la flota moderna capaz de enfrentarse a la britanica.

  • Pack Cita a ciegas de Varios Autores

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    Todo es posible en una cita a ciegas. !Nosotros te proponemos cuatro!

  • Juegos de poder de Lily Perozo

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    Florencia Brunetti, es una periodista que se centra en sus ambiciones profesionales. Para ella, lo mas importante es la busqueda de la verdad y desenmascarar todo lo que esconde la politica de su pais.
    Keith Somerville es un abogado exitoso que no descansara hasta conseguir ser socio en la firma en la que trabaja. Es cinico y astuto, por lo que sabe que nada le impedira ir tras sus objetivos.
    Florencia y Keith saben que para alcanzar sus propositos deberan jugar con sus propias reglas, porque en el juego de la politica lo que sobran son los secretos.
    La intriga, el misterio, la manipulacion, la corrupcion, el sexo y el romance seran elementos presentes en este thriller politico.

  • Como llegue a conocer a los peces de Ota Pavel

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    Lo mejor para cualquier pescador es empezar con los peces siendo aun crio. Que lo inicie en los misterios de la pesca su padre, su tio o un balsero. En nuestro caso fue el balsero Karel Prosek, de la aldea de Luh, en la municipalidad de Branov, que con el tiempo se convirtio en nuestro tio. Fue el quien enseno a pescar no solo a mis hermanos Hugo y Jirka y a mi, sino tambien a nuestro astuto padre. El tio Prosek seguramente nacio en el rio Berounka como genio de las aguas y llego a Luh con una crecida. Tenia un hermoso mostacho, como el de un dragon, una voz sonora y una buena planta. Era capaz de cualquier cosa: arar y sembrar, ordenar las vacas, cocinar patatas revueltas, encontrar setas fuera de temporada, barquear durante una crecida, trenzar cestos, cazar corzos, rescatar a gente y a animales transidos de frio, romperle los morros a los idiotas, reir. Durante las crecidas barqueo un par de veces a la comadrona Flybertova con su indispensable maletin. Y tambien sabia de peces. Los ensartaba desde la barca en las noches de luna con un tridente llamado <>, interponia nasas en su camino, echaba el palangre y, en publico, los pescaba con cana, como un senorito. Todo esto sucedia aun en tiempos del Imperio Austrohungaro, cuando en el castillo de Krivoklat todavia senoreaba el principe Max Egon Furstenberg, comiendo gulash al estilo del cazador y sorbiendo cerveza de Rakovnik. A Prosek, puesto que era el mejor pescador de la region, le estaba permitido capturar presas con cualquiera de las artes posibles a lo largo de todo el rio. Tan solo debia llevar a palacio las anguilas, con su carne semejante a las flores de loto. Disponia para ellas de un morral que su esposa Karolina le habia tejido de canamazo. Las transportaba vivas por la orilla del Berounka hasta el castillo. Sus puertas se abrian solas ante el, como ante un paladin. Vertia las anguilas en una tina de madera embreada llena de agua y de cuando en cuando recibia una pieza de oro con la imagen del emperador. La pieza entera se asemejaba al sol. Despues de que el principe se marchara en carruaje tras cuatro colinas lejanas y tras cuatro rios lejanos, prohibieron a Prosek capturar presas con cualquiera de las artes posibles, asegurandole que le bastaba con una sola, a saber: la cana. Prosek tenia una cana de bambu larga, ambarina. Un rebenque sin carrete. Avanzaba a contracorriente para que los peces no lo advirtieran, chasqueando de cuando en cuando el rebenque y sus bigotes de dragon, razon por la que a esa arte se la denominaba <>. [1] Por aquella epoca llegamos nosotros en nuestro vehiculo: nuestro padre Leo, nuestra madre Herma, mis hermanos Hugo y Jiri y yo. Esta era toda nuestra familia. Atisbamos a Prosek desde los chopos de la orilla opuesta del rio. Se movia por las resbaladizas rocas como una nutria pescadora. La veleta de la cana volaba con precision hasta los lugares senalados. ?Y los peces? Era como si saltaran fuera del agua por si mismos. Plateados bagres con el rojo timon de la aleta en el trasero y elegantes comizas con bigote. Panzudos cachuelos de los remansos y leuciscos de los torrentes. Se deslizaban hacia el interior de la red: se acabo la libertad, habia llegado su amo y senor, el rey de los furtivos. Mi padre exclamo entusiasta: --!Herma! !Menudo concierto! !Como Kubelik! [2] Y, de golpe, crecieron como setas en mi cabeza, a lo largo de toda la orilla, filas de butacas en las que se aposentaban caballeros con bombachos ingleses a cuadros y damas vestidas con crinolinas rosas, suspirando y aplaudiendo con cada pez: --Messieurs, mesdames, esto es autentico arte. Prosek apreso en su red al ultimo de los peces, encendio un pitillo e hizo una reverencia. La platea desaparecio y el vadeo el rio, poco profundo, hasta mi padre. Se cayeron en gracia al instante, porque papa era tambien una buena pieza. Sabia partirle los morros a los idiotas igual de bien que Prosek. Y todo lo que no sabia se lo enseno Prosek. A papa le caia bien el patan de Prosek, ya que de toda la vida habia asegurado que los finolis no valian una mierda. Acordo con Prosek que iriamos con el de veraneo a la cabana del balsero, a ninguna otra parte. El lucio negro Tendria yo unos seis anos. Mis hermanos no me admitian demasiado en su compania. No era digno de ellos. Observaba sus diversiones desde la distancia. La mayor parte del tiempo lo unico que hacia era chuparme el dedo a orillas del rio Berounka. Lo que mas les gustaba a Hugo y Jirka era ir hasta un islote a atrapar con las manos peces ocultos entre las algas verdes. Hugo era apuesto y delicado. Jirka era un forzudo y un bribon dispuesto a medirse con quien se le pusiera delante. En el islote crecian unas largas algas verdes, fascinantes, parecidas a los cabellos del genio de las aguas del rio, Oskar. Los cabellos ondeaban en la corriente, como si yaciera ahogado en la arena dorada. De vez en cuando en las algas crecian florecillas, ya no recuerdo de que color, quiza de un blanco rosado, como las de las novias. Habia poca profundidad y en las algas pastaban, como en un prado, los copepodos y las cochinillas. Las comizas y el resto de los peces solian acudir a chapotear en busca de bichos, mascando como gorrinos. Era entonces cuando mis hermanos se metian en calzoncillos para, hundiendo las manos entre las algas, palpar a tientas hasta echar mano al frio cuerpo de un pez. El pez se quedaba pasmado, despues salia pitando, mi hermano reaccionaba y saltaba en su busca, erraba el blanco, salpicaba el agua, mi hermano chillaba. Como un rodeo. En una ocasion se toparon entre las algas con un pez gigantesco; al principio pensaron que era un tronco flotante. Se trataba, en cambio, de un lucio negro: se habia adentrado hasta alli tras los pececillos y no podia salir. Cuando arranco como un torpedo, el agua volo en todas direcciones. Hugo vociferaba: --!No te quedes ahi mirando y ven a ayudarnos! De golpe les parecia bueno. Pero no tenia ni la mas minima gana de meterme alli. Avance despacio entre las algas. El lucio giro, se dirigio hacia mi y se detuvo. Vi como boqueaba mientras me observaba con ojos despiadados, las fauces entreabiertas, llenas de dientes. Queria devorarme. Empece a alargar los brazos. Se puso en marcha. Salto. Salvo sin esfuerzo el tablazo y desaparecio en las profundidades. Jirka me dijo: --!Idiota! !Lo tenias al alcance de la mano! !No tenias mas que estrujarlo por el pescuezo! En realidad todos suspiramos aliviados de que se hubiera largado. Mis hermanos tampoco habrian intentado agarrarlo. Y esta anecdota fue una especie de predestinacion, como si aquel enorme lucio fuera nuestra parca. ?Pescaria alguno de nosotros alguna vez en su vida un pez grande de verdad? Tal vez no nos hubiera sido concedido, al no haber sido valientes entonces. Mi primer pez Prosek regresaba de la taberna Anamo algo achispado y canturreando cancioncillas castrenses. Conocia una infinidad de ellas, ya que durante la guerra habia librado mil batallas en Serbia. En el costado le quedo de recuerdo metralla sin extraer que, sin embargo, dejaba de fastidiarlo tan pronto como se echaba para el coleto un par de copazos. Al llegar a casa en la barca, le dio un beso en el hocico a nuestro pastor alsaciano, Holan, y se sento al pie de una fragante acacia. Yo estaba entonces en la balsadera: mis hermanos, de nuevo, me habian dejado atras; preferian llevar consigo a Dasa, la hija de Beda Peroutka, que pasaba de mi olimpicamente. Tio Prosek me miro con sus ojos verdes: --!Ven aca, mequetrefe! Arrastre de mala gana los pies hasta el; no es que me tuviera en gran estima. Al que mas queria era a Jirka, que era un granuja muy de su gusto. Yo era el menor, el nino de mama. Prosek, escudrinandome inquisitivo, se saco del bolsillo, mugriento, un pepinillo: --Toma. Sustitui el dedo de la boca por el pepinillo. Prosek me seguia observando. Despues saco una botella plana y me ordeno: --Pega un lingotazo. No quedaba ni gota en su interior, pero fingi la mayor de las felicidades. El inexistente alcohol nos amisto. Se puso en pie y me hizo senas para que lo siguiera hasta el granero. Saco una larga vara de avellano y dijo: --Te tallare una cana. La tengo preparada para ti hace ya tiempo. Saco del bolsillo un cuchillo afilado e hizo tris por aqui y tras por alla. Yo contemplaba sus manos callosas, a las que les faltaba un dedo que el mismo se habia sajado al cortar mimbre para los cestos. Contemplaba su rostro, crispado en una mueca por el dolor: de nuevo lo mortificaba la metralla en el costado, pero el alcohol para aliviarlo se le habia acabado. Termino la cana. Entonces yo aun no sabia que aquella seria mi mas preciada cana. Hoy lo se. Era la cana de mi infancia, a la que no se podrian equiparar productos posteriores de fabricacion americana o japonesa. Amarro a ella el sedal, del que prendio un canon de ganso y un anzuelo. Despues anadio: --Junto a la isla suele haber percas solitarias. Ve alli, mequetrefe, y despeinales las grenas. Yo te espero aqui. Se acocho en un ovillo y Holan le puso la cabeza en el regazo. Alcance la isla por la vereda. Era algo antes del mediodia, el sol arreciaba. Enganche una lombriz y eche la cana. No picaba nada, tan solo las azuladas libelulas se posaban en los nenufares y en algun lugar remoto del recodo se daban un banquete, mascando, los bagres. El canon blanquecino flotaba sobre la superficie, inmovil como un barco blanco en calma chicha. Para mis adentros, le ice las velas y ordene al capitan que navegara, que lo remolcara por la superficie un pez multicolor. Pero el canon ni se inmuto, a mi se me cerraban los ojos y, solamente de vez en cuando, entreabria uno de ellos para comprobar si mi barquichuela blanca ya habia zarpado. De repente la veleta se sacudio, generandose a su alrededor un circulo. Una y otra vez, como si fueran senales procedentes de las insondables profundidades de las aguas. Alguien jugueteaba y hacia travesuras con el barquito, como si arrancaran el motor tirando de la correa. De modo que no era un velero, sino una lancha motora blanca. Entonces la veleta comenzo a encabritarse, haciendo el pino, patas arriba, como un ganso medio zambullido en el agua. Para entonces ya me habia aferrado a la cana con las manos crispadas. Seguro que era una de esas percas con melena que habitaban aquellos andurriales en soledad. Entretanto la veleta hizo !chof! y se esfumo. Sin embargo, se podia ver, bajo la superficie, que habia tomado rumbo a los nenufares. Frene. La cana se arqueo y yo senti por primera vez en mi vida el delicioso tironeo del pez. Tras un tira y afloja por ambas partes, emergio una hirsuta bocaza: se trataba de una perca, grande como un gorro rojo a cuadros pero de color aceitunado y con franjas transversales oscuras. Alzaba sus aletas rojizas como estandartes en la batalla y, por su joroba, se parecia a un toro. En vez de ojos tenia monedas doradas y sobre su dorso se erguia una lanza erizada. Aquello no era un pez, era un dragon, un paladin armado hasta los dientes con plumaje rojo en el casco. La arrastre hasta la hierba y me tendi sobre ella para que no huyera. Ambos eramos dos chavales peleones. Luego, victorioso, lo lleve hasta la balsadera. Me habia pinchado con su lanza, por lo que del dedo me manaba un reguerillo de sangre. Se me ocurrio que a partir de aquel dia el tio Prosek me querria tanto como a Jirka. Prosek, sentado en una banqueta, bebia vermut de cabra, leche, para depurar el alcohol. Me elogio: --Eres un hacha. Desollo la perca y clavo la cabeza en el porton del granero. Para que todos vieran que en Luh junto a Branov habia nacido otro pescador. Cogi un taburete para ordenar y me sente bajo el trofeo durante dias. Cuando pasaba alguien por la balsadera, yo carraspeaba y moqueaba para que se fijaran en la perca. Coseche una buena dosis de gloria. Vino hasta Dasa, la hija de Beda Peroutka. Me dio un beso en la mejilla y declaro: --Eres un verdadero machote. Una noche, sin embargo, mi trofeo desaparecio sin saber como. Es posible que se lo zampara la gata Andelka. Pero es mas probable que lo quitara del porton mi amado tio Prosek, quien, hasta el gorro de mi pavoneo, volvia a aborrecerme.

  • El Secreto de La Belle Nuit de Maite R. Ochotorena

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  • A la sombra del arbol violeta de Sahar Delijani

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    Azar iba sentada en el suelo de chapa ondulada de la furgoneta, acurrucada contra la pared. El vehiculo daba bandazos por la sinuosa calle, zarandeando a Azar de aqui para alla. Con la mano libre se aferraba a lo que, al tacto, parecia un asidero. La otra mano sujetaba su vientre tenso y abultado, que se contraia obligandola a respirar de forma entrecortada, irregular. Una ardiente punzada de dolor surgio en un punto indeterminado de su columna y se extendio a todo el cuerpo como un estallido. Reprimiendo un grito, Azar cerro los dedos en torno al chador que la envolvia y lo estrujo con tanta fuerza que se le blanquearon los nudillos. Cada vez que la furgoneta doblaba una esquina, se veia lanzada contra los costados del vehiculo. Con cada sacudida y cada bache, su cuerpo rebotaba hacia el techo y la criatura que llevaba en el vientre se tensaba y se encogia. La venda que le tapaba los ojos estaba empapada de sudor. Se llevo una mano a los ojos para secarselos. Aunque iba sola en la parte trasera de la furgoneta, no se atrevio a quitarse la venda, pero sabia que habia una ventanilla a su espalda. Habia tocado el cristal al subirse. Si la Hermana en el asiento delantero se volvia, podria verla, o tal vez se detuvieran de repente y no le diera tiempo a ponerse de nuevo la venda. No sabia que sucederia si la sorprendieran con los ojos descubiertos, pero preferia no saberlo. A veces intentaba convencerse de que el miedo que habia anidado en su interior, que la seguia alla donde fuera, no estaba justificado; nadie le habia levantado la mano jamas, ni la habia empujado, ni siquiera amenazado. No tenia ningun motivo para temer a las Hermanas y los Hermanos, ninguna razon tangible. Pero habia oido los gritos que hacian vibrar los muros de la carcel y resonaban en los pasillos desiertos, despertando a las reclusas por la noche, interrumpiendo la conversacion de las que compartian almuerzo, sumiendolas en un silencio de dientes apretados y extremidades agarrotadas que se prolongaba hasta la noche. Nadie sabia de donde venian aquellos gritos. Nadie se atrevia a preguntarlo. Pero eran gritos de dolor, eso si lo sabian. Nadie habria podido confundir aquellos alaridos con un lamento de otra clase; eran aullidos de un cuerpo privado de su identidad, abandonado, aplastado hasta acabar convertido en una masa informe cuya unica manifestacion vital era la fuerza con que rasgaba el silencio entre los muros de la prision. Y nadie sabia cuando le llegaria el turno, cuando desapareceria por el pasillo sin dejar mas rastro que sus gritos. Asi que seguian viviendo, esperando y acatando ordenes a la sombra de una amenaza que -- bien lo sabian-- no podrian esquivar para siempre. Por una rendija situada por encima de su cabeza se colaba en la furgoneta, amortiguado, el clamor de la ciudad, que a esa hora se desperezaba: el enrollar de las persianas, los bocinazos, las risas infantiles, los pregones de los vendedores ambulantes. Por la ventanilla oia tambien los sonidos intermitentes del parloteo y las risas en la cabina, aunque no alcanzaba a distinguir lo que decian. Solo oia las carcajadas de la Hermana en respuesta a lo que uno de los Hermanos acababa de contar. Azar trato de acallar las voces que resonaban en la furgoneta concentrandose en el rumor de las calles de Teheran, su querida ciudad, que llevaba meses sin ver ni oir. Se pregunto hasta que punto habria cambiado, despues de tres anos de guerra con Irak. ?Habrian llegado los combates a la capital? ?Se habrian visto sus habitantes obligados a abandonar la ciudad? A juzgar por el ruido que procedia de las calles, todo parecia igual que siempre, el mismo caos, el mismo bullicio de lucha, de supervivencia. Se pregunto que estarian haciendo sus padres en ese momento.

  • Un Legado Sorprendente de Cathy Williams

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    VIOLET DUDO durante un instante antes de enviar el correo. Habia empezado a sentir como el vacio de la perdida empezaba a clavarle los dientes. Respiro profundamente y trato de contener el panico al pensar en lo desconocido, que se abria ante ella como si fuera un abismo insondable. Ya no era una nina, sino una adulta de veintiseis anos. No resultaba apropiado tener miedo a lo que le esperaba a la vuelta de la esquina. Podia enfrentarse a ello. Apreto la tecla, cerro los ojos y trato de ignorar todos los ruidos de fondo, los que indicaban que la vida seguia desarrollandose con normalidad en el exterior de su lujosa casa a las siete y media de una preciosa tarde de domingo del verano londinense. Sabia exactamente como iba a reaccionar su jefe al recibir aquel correo. Para empezar, gracias a Dios, no lo leeria hasta la manana siguiente, cuando entrara en su despacho ridiculamente temprano, a las seis y media. Se prepararia una taza de cafe bien cargado, se sentaria a su escritorio, que siempre estaba cubierto de papeles, notas, informes y una impresionante coleccion de objetos de papeleria y empezaria su dia. Lo primero que haria seria leer sus correos y el de Violet estaria entre ellos. Lo abriria y entonces... enfureceria. Violet se puso de pie y se estiro para aliviar sus doloridas articulaciones. Decidio que, en aquel momento, habia un limite para las cosas en las que podia centrarse y, hacerlo en la reaccion de su jefe cuando supiera que ella habia dimitido tendria que esperar. No le quedaria mas remedio que enfrentarse a el cuando fuera al trabajo al dia siguiente. Habia decidido hacerlo a las nueve y media, que era una hora mucho mas segura. La oficina estaria llena de empleados y la posibilidad de que el perdiera el control delante del resto de todos ellos era menor. En realidad, a Matt Falconer parecia importarle un comino lo que pensara el resto de la gente. Se regia por sus propias leyes. En los dos anos https://www.facebook.com/novelasgratis 5 y medio que Violet habia estado trabajando para el, lo habia visto abandonar hecho una furia reuniones de alto nivel porque alguien le habia contrariado o porque no habia logrado seguir su directa y brillante logica. Ella habia impedido que rechazara informes redactados incorrectamente y habia trabajado con el hasta altas horas de la madrugada para completar un acuerdo simplemente porque no podia esperar. Violet tambien habia sabido evitarle su presencia cuando el se habia metido entre las cuatro paredes de su despacho, como en trance, porque la inspiracion le habia abandonado temporalmente. Antes, se habia preparado una ensalada, pero no le apetecia comer. Tenia la cabeza demasiado llena. En el espacio de solo una semana, su vida se habia puesto patas arriba y aun no habia conseguido serenarse. A Violet no le gustaban los cambios. Ni las sorpresas. Le gustaba el orden, la estabilidad... la rutina. Le encantaban todas las cosas que, normalmente, las chicas de su edad despreciaban. No queria aventuras. Nunca hubiera considerado dejar su trabajo, aunque, en lo mas profundo de su ser, sabia que habria tenido que hacerlo mas temprano que tarde porque... a lo largo del tiempo, los sentimientos por su inteligente, temperamental e imprevisible jefe se habian convertido en algo un poco incomodo. Sin embargo, verse obligada a dejarlo... Aparto el plato y miro a su alrededor. Se sintio como si lo estuviera viendo todo por primera vez, algo que, por supuesto, no tenia ningun sentido. Llevaba viviendo en aquella hermosa y exclusiva casa desde que tenia veinte anos. Sin embargo, la posibilidad de alquilarla a un perfecto desconocido le hacia considerar todo lo que tenia. Anos de recuerdos perfectamente organizados, las estanterias cargadas de sus tomos de trabajos musicales, de manuscritos con anotaciones realizadas a lo largo de muchos anos, de fotografias, de adornos... Las lagrimas amenazaron con aparecer. Una vez mas. Trago saliva y las contuvo. Se centro en recoger la cocina mientras la radio sonaba. Musica clasica, por supuesto. Su favorita. Solo se dio cuenta de que habia alguien en la puerta cuando resonaron unos fuertes golpes, incansables e innecesarios, porque, fuera quien fuera, no habia tenido la decencia de darle tiempo a reaccionar para poder llegar a la puerta. Se apresuro a abrir antes de que los vecinos empezaran a quejarse. Y alli estaba el. https://www.facebook.com/novelasgratis 6 Matt Falconer. Su jefe y la ultima persona que habia esperado ver alli en aquel momento. ?Como demonios sabia donde vivia? Ella ciertamente nunca se lo habia dicho. Habia convertido la reticencia de hablar sobre su vida privada en un arte. Sintio que se sonrojaba. Se sentia totalmente desprevenida, sin haber tenido tiempo para prepararse para el impacto que el ejercia sobre ella, por lo que solo pudo mirarlo y admirar los hermosos rasgos de su rostro. Dos anos y medio y el aun ejercia el mismo efecto sobre Violet. Era muy alto y su constitucion perfecta, con una estrecha cintura y unas largas y musculosas piernas. Llevaba el cabello algo largo y sus ojos azules estaban enmarcados por unas oscuras y espesas pestanas. Ademas, tenia un tono de piel muy exotico, ligeramente bronceado. Tenia sangre espanola por parte de su madre. A su lado, el resto de los mortales tenian un aspecto enfermizo y anemico. -?Como? Senor, ?que esta haciendo aqui? -tartamudeo Violet mientras se recogia unos mechones de su cabello castano detras de la oreja. -?Senor? ?Senor dices? ?Desde cuando me tratas de usted? Hazte a un lado. Quiero entrar. Violet dio automaticamente un paso atras, pero no retiro la mano del pomo de la puerta. Esta estaba ligeramente abierta, pero ella no podria impedirle el paso por muy suave que fuera el empujon que el le diera. Ademas, por el gesto airado que el tenia en el rostro, se veia que no iba a pensarselo mucho si tenia que forzar la entrada. -Es domingo -dijo Violet con voz muy tranquila, la voz que reservaba para el trabajo y, en especial, para su temperamental jefe-. Supongo que has venido por mi... carta... bueno, por mi correo. -?Carta? -rugio Matt-. De algun modo, una carta implica que el contenido de la misma va a ser cortes. -Vas a molestar a los vecinos -le espeto Violet. -En ese caso, dejame entrar y asi no los molestare. -Ha sido una carta de dimision muy educada. -?Quieres tener esta conversacion aqui fuera, Violet? A mi no me importa llamar a todas las puertas de tus acaudalados vecinos para invitarles a que salgan a escuchar. A todo el mundo le gusta estar al aire libre con este tiempo tan bueno y mucho mas si hay algo interesante que ver.

  • Turno de dia (Midnight, Texas 2) de Charlaine Harris

    https://gigalibros.com/turno-de-dia-midnight-texas-2.html

    Turno de dia regresa a la ciudad de un unico semaforo, esa que solo se ve cuando se va de camino a otra parte…

  • Ni siquiera los muertos de Juan Gomez Barcena

    https://gigalibros.com/ni-siquiera-los-muertos.html

    La conquista de Mexico ha terminado, y Juan de Tonanes es uno de tantos soldados sin gloria que vagan como mendigos por la tierra que contribuyeron a someter. Cuando recibe una ultima mision, dar caza a un indio renegado a quien apodan el Padre y que predica una peligrosa herejia, comprende que puede ser su ultima oportunidad para labrarse el porvenir con el que siempre sono. Pero a medida que se interna en las tierras inexploradas del norte siguiendo el rastro del Padre, descubrira las huellas de un hombre que parece no solo un hombre, sino un profeta destinado a transformar su tiempo y aun los tiempos venideros. Esta novela es la historia de dos hombres sin hogar, que avanzan porque ya no pueden retroceder, y es tambien una reivindicacion de justicia para los perdedores de la Historia.

  • Nota que estoy aqui de Anyta Sunday

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    Jacob esta en un apuro economico y necesita encontrar companero de piso de forma urgente ?y que mejor manera de conseguirlo que poner anuncios por todo el campus? Pero parece que alguien esta haciendolos desaparecer, lo que lleva a Jacob a escribir al misterioso ladron de anuncios quien, contra pronostico, contesta a su nota.

  • El aleteo de la mariposa (Oli 2) de Luis A. Santamaria

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    Cierto dia del verano de 2006, cuando el pequeno Oli se atrevio a husmear en los resultados medicos de sus padres, una mariposa cualquiera aparecio de la nada, y, sin ningun motivo aparente, batio sus alas.
    Ese otono, en Oxford, un solitario agente de policia es atracado mientras dormia, la misma noche que se produce un sangriento asesinato en la otra punta de la ciudad.
    Ajena a ello, una joven inglesa toca el violin en la calle mientras piensa en un amor imposible del pasado.
    En Madrid, un talentoso neurocirujano es acusado del homicidio de su propio paciente, el multimillonario dueno de una famosa empresa.
    Aparentemente, ninguna de estas historias esta relacionada con los sucesos del pasado 12 de octubre protagonizados por Oli y el Yayo.
    Aparentemente...

  • Besos con sabor a fresas de Phavy Prieto

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    Maria es contable y su vida gira entorno a los numeros. Todo lo analiza, tiene que estar controlado, organizado y previsto en su milimetrica agenda, incluso la hora a la que debe lavarse los dientes, ver la tele o tener sexo.

  • El cielo a tiros de Jorge Franco Ramos

    https://gigalibros.com/el-cielo-a-tiros.html

    Una apasionante novela sobre la generacion de hijos de los grandes narcotraficantes colombianos de los anos noventa y un fiel retrato de la Medellin de hoy.