• libro el beso del traidor - Erin Beaty

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  • El beso del traidor (Sin límites) Tapa blanda – 5 abril 2018

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  • EL BESO DEL TRAIDOR | ERIN BEATY | Casa del Libro

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    Sinopsis de EL BESO DEL TRAIDOR ... Una chica convencida de no casarse. Un soldado desesperado por demostrar su valía. Un reino al borde de la guerra. La nueva ...

  • El beso del traidor - Penguin Libros ES

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    El beso del traidor. Erin Beaty · ALFAGUARA IJ , marzo 2018 ... También disponible en: Todos tus libros · Amazon · Agapea · Casa del libro.

  • El beso del traidor | Penguin Libros

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    El beso del traidor. Erin Beaty · ALFAGUARA IJ , abril 2018. Una chica convencida de no casarse. Un soldado desesperado por demostrar su valía.

  • Libro El Beso del Traidor, Erin Beaty, ISBN 9788420487168 ...

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  • RESEÑA: El Beso del Traidor de Erin Beaty - Sueños entre ...

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    26 abr 2018 — En definitiva, El beso el traidor es un libro que me ha terminado decepcionando ya que me esperaba otra cosa bastante diferente.

  • El beso del traidor - Erin Beaty - Babelio

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    Críticas (19), citas (5) extractos de El beso del traidor de Erin Beaty. El libro trae la historia de Salvia, que se convierte en aprendiz de c...

  • El beso del traidor (Trilogía del Traidor 1) - Anika Entre Libros

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    "El beso del traidor" es la primera novela de Erin Beaty y el comienzo de una trilogía de lo más emocionante. En ella nos presenta a Salvia, una joven fuerte y ...

  • El beso del traidor - Meganova

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    El beso del traidor. , Beaty, Erin, 16,95€ ... -El Beso de la Traición es un libro un poco introductorio pero que marca el principio de una trilogía que ...

  • EL BESO DEL TRAIDOR. BEATY, ERIN. Comprar libro

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  • Quien mato a Angela Blanco de Adrian Aragon

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  • Seducir a un asesino (Novelas solidarias 2) de Antonio Arteaga Perez

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    Un investigador privado especializado en casos de infidelidad irrumpe por accidente en el lugar donde se esta cometiendo un sangriento crimen. Es atacado por alguien a quien no puede ver con claridad, sobrevive de milagro y solo conserva recuerdos borrosos de lo ocurrido. A partir de ese momento se producen mas asesinatos que parecen estar relacionados con su persona y sus circulos mas cercanos. Ayudado por un inspector de homicidios retirado y sus companeros de la agencia de detectives tratara de hallar alguna pista alli donde la policia no parece encontrar nada.

  • Arriesgandolo todo por ti (Amores y decisiones 1) de Anna S. Segura

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    Lady Hortensia era rebelde y obstinada, un corazon libre que no estaba dispuesta a dejar que su abuelo, el marques de Aranda, la casase con un hombre al que ni tan siquiera amaba. Necesitaba un plan para poder escapar de ese compromiso. ?Pero cual era el precio? Cuando Nicolas Ferrer, su unico amigo de la infancia, le propone ayudarla desinteresadamente, Hortensia no dudara en aceptar su ayuda. Pero el plan de Nicolas es arriesgado y ambos jovenes desconocen hasta donde los puede llevar su decision. Hortensia solo desea escapar de esa prision en la que la tiene encerrada su abuelo. Nicolas es su ultima salida, pero entre ellos siempre existio una quimica que nunca supieron ver. Ahora los une el destino, ?podran guiarse por la fuerza de sus corazones? ?Hasta donde seran capaces de arriesgar su propia libertad? Hay decisiones capaces de mover montanas y en el amor a veces hay que arriesgarlo todo.

  • Una mirada azul en un anden de Yaiza Castro

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    ?Es el destino, o el azar el que elige nuestro camino? Si tomamos el camino equivocado, ?Es el destino, o la casualidad quien endereza nuestra vida? Estas dos cuestiones son las que se plantea Carla, la protagonista de esta historia de amor donde pasado, presente y futuro se entrelazan, y su corazon se divide entre dos amores surgidos de dos encuentros fortuitos en un anden. A partir de ese instante, las mas ingeniosas y divertidas situaciones se sucederan a lo largo de una historia en la que acompanaras a la protagonista en cada cita con Hans, el atractivo austriaco con un misterioso pasado, y a Gael, su amor de infancia, que ha vuelto a su vida de la forma mas inesperada.

  • Nunca juegues con los cambia formas (Sumisas 3) de Saray Gil Diaz

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    Carla es una mujer obesa adicta a las hamburguesas y la comida chatarra, dietista de famosos deportistas acaba de terminar su ultimo contrato, cuando viaja a ver a su padre tres boxeadores que estan dispuestos a compartirla tratan de contratarla, pero al negarse ellos enfurecen, llaman a todos los deportistas del mundo y la hacen verse sin un trabajo a largo plazo. Pero ellos no conocen bien a Carla, ni Carla a ellos.

  • El designio de los dioses de Alfonso Solis

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    Kalam, un joven medico procedente de la ciudad de Assur, emigra con su esposa Damkira y su hijo Nabui a Ninive, capital del imperio asirio. Gracias
    a sus habilidades medicas, consigue salvar la vida del todopoderoso rey Assarhaddon. Este, como agradecimiento, le nombra su medico personal y Kalam se traslada con su familia al palacio real. Pero poco le dura la felicidad al joven medico. Assarhaddon se encapricha de Damkira e intenta alejarle de ella enviandole a la guerra contra los temibles cimerios. Comienza asi un largo peregrinaje que le llevara desde el Egipto de los faraones hasta el Kushan de los yuezhi. El odio y los deseos de venganza guiaran sus pasos de nuevo hasta Ninive con el objeto de hacer justicia y asesinar al hombre que le habia separado de su amada familia.

  • Cenizas de plata y sangre de Almudena De Arteaga

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  • La estrella mas oscura de Jennifer L. Armentrout

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    Cuando Evie Dasher, una muchacha de diecisiete anos, queda atrapada en una redada en una importante discoteca reconocida como uno de los pocos lugares en los que los humanos y los Luxen sobrevivientes pueden mezclarse libremente conoce a Luc, un chico con una belleza antinatural, e desde el principio da por hecho que es un Luxen pero el es, de hecho, mucho mas poderoso. Su creciente atraccion por Luc la ira adentrando cada vez mas y mas profundo en un mundo del que solo escucho, un mundo que pondra de cabeza todo lo que penso que sabia. Jennifer L. Armentrout, autora best seller #1 del New York Times y USA Today, regresa al universo Lux en esta nueva saga, protagonizada por los viejos y nuevos amados personajes. -El esperado spin off de la aclamada saga Lux. -Jennifer Armentrout es una autora de literatura YA y adulta reconocida a nivel mundial, con gran aceptacion entre los lectores.

  • El arquitecto de Viena, Jose Barcelo de Jose Barcelo

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    Ryan Matisson es un negociador en casos de secuestro que en 1985 vive
    en la ciudad de San Francisco intentando olvidar su triste pasado. Un
    pasado construido gracias a una madre que se suicido siendo el apenas
    un nino, y un padre que actualmente cumple condena en la prision de
    San Quintin y al que jamas a visitado.
    Hasta el dia que el recibe una inesperada invitacion para entrar a
    formar parte de una organizacion secreta cuya finalidad es viajar al
    pasado con ayuda de una maquina del tiempo para evitar las mas
    importantes tragedias de la humanidad, entre ellas algunas tan
    nefastas como el atentado del 11 de septiembre de 2001 a las Torres
    Gemelas o el hundimiento del trasatlantico Titanic, ocurrido el 15 de
    abril de 1912.
    Pero la mision en la que Ryan acabara participando es muy diferente a
    todo lo que se haya hecho hasta ese momento. ?El proposito?, borrar de
    los libros de historia el peor error cometido por la humanidad: la II
    Guerra Mundial.
    Asi sera como Ryan conocera a la mujer llamada Edna Kleiber, la
    “antecesora” que le acompanara en un fantastico viaje que les llevara
    desde la vasta y remota Antartida hasta la fascinante Viena de 1907.
    Una increible aventura en la que podremos llegar a intimar con
    personajes como el fisico britanico Stephen Hawking, el explorador
    antartico Robert Falcon Scott, el mismisimo Adolf Hitler, Benito
    Mussolini o la bailarina y actriz estadounidense Josephine Baker. Sin
    olvidar al Mahatma Gandhi y a Nathuram Vinayak Godse, el hombre
    que “intento asesinarle”.

  • Los herederos de Wulf Dorn

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    Laura Schrader despierta rodeada de sirenas de ambulancia completamente perturbada y herida. Esta embarazada, y acaba de sufrir un accidente cuando circulaba por una carretera montanosa entre la niebla y la lluvia. En el maletero del coche, la policia descubre el cadaver de una nina con evidentes signos de violencia y ninguna pista coherente.

  • Vestida de corto de Marie Gauthier

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    Cuando llego, la casa estaba vacia. Felix entro rapido, con la bolsa al hombro. A partir de entonces, tendria que comer, dormir y vivir ahi, a pesar de que no conocia a nadie en la casa. Subio sus cosas al piso de arriba, tal como el hombre le habia indicado, y al bajar se detuvo en mitad de la escalera. Las paredes, los ruidos, le resultaban extranos. Pero aun se oia el motor del coche en el patio. Su madre, antes de marcharse, se habia puesto a hablar con el hombre. Pero nada importante estaba en juego ahi fuera. Solo un par de manos que se estrechaban. Lo importante era que el coche iba a arrancar de nuevo. A decir verdad, Felix y su madre no se habian despedido. Ella ya nunca lo perseguia para darle un beso. Ya no hacian esas cosas. Ni siquiera lo buscaba con la mirada. Habian llegado a buen puerto y todo estaba bien. Ella se habia entretenido hablando un poco y luego Felix habia oido el portazo al salir. Se sentia un poco perdido porque nunca habia estado en ese pueblo. Pero si lo habian dejado alli, ya vendria alguien a buscarlo. Unos dias antes, le habian pedido que rellenara unos formularios y le habian dado esperanzas sobre su futuro. En todo caso, las compras con su madre, los dias de lluvia y los largos ratos de espera dentro del coche en el aparcamiento de los grandes almacenes habian terminado. Seguro que esa especie de desazon acabaria desapareciendo. Nunca mas tendria que avergonzarse de ella. La precipitada huida de su madre habia barrido de golpe la casa familiar llena de ninos. Al fin podria respirar. Una vez hubo aplastado la colilla con el pie, el hombre del patio le dijo que regresaria mas tarde para ocuparse de el. Vio como una chica alta de cabello claro y despeinado pasaba por delante sin decir palabra. Poco despues, volvio donde estaba el y le enseno la cocina; el salon, con el sombrio aparador; la mesa rustica; el sofa de terciopelo raido. En el piso de arriba solo habia habitaciones contiguas, un bano y un aseo. Antes de escabullirse, en el pasillo de arriba, le dijo: --Me llamo Gil. --Felix penso que podria vivir bajo el nuevo techo, sentirse a gusto en aquella casa extrana, olvidar la suya, olvidar a sus padres. Seria una visita sin identidad, procedente de ninguna parte y con una bolsa y un papel en el bolsillo como unico equipaje. Aprovecharia el hecho de no tener ya pasado alguno. Su vida comenzaria a partir de ahora. Queria salir de la infancia, alejarse de aquellos a quienes habia conocido hasta entonces, deshacer los vinculos. El hombre, que apenas habia intercambiado unas palabras con su madre, no le habia preguntado gran cosa, ni siquiera con el paso de los dias. Tenia la cara redonda, el cabello abundante y los ojos claros. De pie en la cocina, el ancho cinturon de cuero le cenia el polo al vientre. Llevaba un pantalon marron y una chaqueta de tela gruesa color tabaco. Era musculoso, un poco recio y tenia la mirada dulce y brumosa. Sonreia de buena gana. Despues de comer, se fumaba un Gitanes Mais y la colilla se le iba moviendo de un lado a otro del labio inferior mientras farfullaba trozos de frases entre calada y calada. Se servia a voluntad en una copa vino blanco que bebia de dos tragos, antes de enjuagarla con el dorso del dedo y colocarla en el escurridor. Felix se quedaba mirando fijamente la colilla porque esperaba alguna indicacion sobre el trabajo que tenia que hacer. Quiza deberia intuir alguna instruccion en aquellos balbuceos. Apoyado en la pared, el senor de la colilla exhalaba el humo haciendo anillos hasta que, por fin, aplastaba el cigarrillo en el cenicero de cristal que habia en un rincon del aparador. En la cabeza de Felix, todo estaba un poco confuso. Lo habian metido alli porque no sabian muy bien que hacer con ese cuerpo torpe de adolescente. Todo el mundo opinaba que estaba hecho para el exterior. La orientadora le habia sugerido que hiciera unas practicas como aprendiz. Por eso Felix se encontraba en casa de esa gente. Iba a descubrir el trabajo al aire libre. Se suponia que el tipo de la colilla le iba a ensenar un oficio. Al principio, lo que mas le ensenaba era el bar. Por la manana se pasaban un rato, y ya entrada la tarde, se quedaban mas tiempo. Habia momentos divertidos con algo de emocion: los parroquianos, las copas, la alegria de estar juntos. Dentro hacia un calor sofocante. El alcohol que iba llegando cambiaria las cosas, traeria algo nuevo. Los hombres del mostrador no dejaban de bromear, siempre estaban abrazandose y diciendo cosas que solo ellos comprendian. Borborigmos. Imposible saber si se trataba de algo verdaderamente importante. Si versaba sobre la vida o el pueblo, si concernia al aprendiz. Felix se preguntaba si realmente estaba alli para aprender algo. Esas misas en voz baja en la barra del bar lo sumian en la duda. Quiza, simplemente, lo estaban poniendo a prueba. No parecia nada serio. Los hombres se reian de el porque aun parecia un nino. Pero el tambien se reia, incluso de las bromas mas inciertas. Como sabia que el vino lo tumbaba, fingia. Apenas mojaba los labios al llevarse el vaso a la boca. Le gustaba. Quiza su futuro consistia en eso, en beber vino blanco en el bar. Al subir a la camioneta, el senor de la colilla le pedia que se sentara a su derecha y le repetia que deseaba ensenarle el oficio. De hecho, le ordenaba que quitara las flores marchitas del monumento a los caidos, que barriera los escalones del ayuntamiento, que llevara de aqui para alla unos bidones grasientos que olian a gasolina. Despues de dar las instrucciones, el senor de la colilla se dormia en un banco. Pero eso, con la gorra puesta, no se veia. Felix ignoraba cuanto tiempo iba a permanecer lejos de sus padres. No habia nada previsto para su regreso. Habia aterrizado en esa casa solo parcialmente ocupada, al fondo de cuyo pasillo habia una puerta, y detras, un gran vacio. Y esa gente no hacia nada al respecto. Quiza una antigua granja se abria hacia el patio. Las casas viejas suelen conservar trazas algo dudosas, como esas manchas de aceite en las paredes, que dejan entrever vidas pasadas y mas bien inquietantes. Senales de peleas, cosas vagamente siniestras. En el techo habia una marca de sangre de un color desvaido por el tiempo, justo encima de la cabeza de Felix. Ahi es donde viven los fantasmas, donde luchan cada noche a lamparazos de petroleo. Felix dormia contra ese vacio, sin saber lo que habia dentro. De madrugada, las vigas crujian, la piedra rechinaba. Pero de algun modo, la casa, vasta, maciza e inmensa, se enfrentaba a todo eso. Felix nunca habia dormido en un sitio tan grande. No sabia muy bien donde estaba. Una manana temprano, mientras esperaba al senor de la colilla sin saber por cuanto tiempo, abrio la nevera para ver lo que habia dentro. Se sintio tentado por las natillas, pero supo resistir. Frente a la ventana pasaban camiones volquete cargados de gravilla. --De la empresa del Emilio --habia dicho el senor de la colilla. Hacian un ruido terrible durante todo el dia. A Felix le entraron ganas de volver a su habitacion. Como estaba en calcetines, resbalo en el suelo de madera barnizado, erro el escalon y la escalera se puso a gemir. Acto seguido aparecio el perro. La chica se lo habia presentado como una mezcla de no se sabia muy bien que. Felix se entendia bien con los perros, uno siempre puede entenderse bien con un perro. Dodo lo miraba con unos ojos negros y humedos. Habria agradecido que alguien lo sacara. Pero Felix no tenia ninguna intencion de pasearlo, de enfrentarse a la luz que ya a esa hora resultaba asfixiante, asi que lo puso a correr por el interior de la casa. Lo pico, lo excito, le metio un calcetin hecho una bola en la garganta, luego lo retiro, se lo lanzo. Intentaba que se pusiera agresivo, pero el perro retomaba su aire sumiso con una gran rapidez. Al bostezar, mostraba unos dientes blancos y desprendia un olor a croquetas. Era un pedazo de pan. Felix podia lanzarle cualquier cosa. Despues de jugar, se tumbaron en la cama. El perro se enrosco como si fuera un gato. Felix, tambien. Gil era un poco mayor que el. No paraba ni un instante. Salia, volvia a entrar dando portazos. Podia desplazarse con los ojos cerrados. Se ocupaba de todos los quehaceres de la casa, pero no hablaba mucho. Se apartaba el cabello de la cara y se lo ponia detras de la oreja con un pequeno mohin. Tenia los ojos azules, las piernas finas. Felix nunca habia visto unas piernas tan bonitas. Tenia una manera muy suya de moverse, recta y agil a un tiempo, pero con algo mas que latia ahi, enmaranado. Felix imaginaba su cuerpo bajo la ropa y, mientras ella ponia agua a hervir para la pasta, se preguntaba que aspecto tendria en la banera. El cuarto de bano era humedo, caluroso, olia bien despues de que ella saliera. Por la noche oia como ella subia la escalera, acariciaba al perro, se acostaba. No era el vino blanco del bar, ni la tierra en los zapatos, ni el monumento a los caidos que limpiaba una y otra vez lo que le gustaba a Felix. Era otra cosa. Le gustaba escuchar las idas y venidas de la chica con el perro detras, resoplando con la boca abierta. Felix se preguntaba si regresaria pronto, despeinada, si lo aceptaria en la casa. Hoy hacia fresco, a pesar del calor que hacia fuera. La aguja pequena y la grande estaban a punto de moverse, ya se acercaba la hora de la comida. Al volver, Gil solia descalzarse para ponerse unas alpargatas de un rojo descolorido. Tambien le gustaba ir descalza. A Felix le encantaba el susurro de sus pasos sobre la madera, sobre las baldosas. La contemplaba desde un peldano de la escalera, sentado con los brazos cruzados. De repente, la tenia delante. Con los ojos clavados en los suyos. Felix se sentia desamparado. La mirada de esa chica tenia algo. Nunca sabia que estaba mirando exactamente: la ropa de trabajo, las botas, las manos. Ella nunca preguntaba nada, no decia nada. Al parecer, con su actitud le otorgaba un lugar en la casa. Luego, con gran rapidez, subia a su habitacion para volver a bajar al cabo de un momento. Esa agitacion demostraba que estaba enredada en cosas mas importantes. Al principio, como Gil se ponia una blusa clara, Felix creyo que aun iba a la escuela. Pero no llevaba cartera ni se dirigia hacia la parada del autobus. Caminaba con seguridad por mitad de la calle. Tenia, sin duda, una vida fuera de la casa. Le debian de ocurrir un monton de cosas durante el dia porque por la tarde el atuendo de colegiala ya no tenia la frescura que Felix advertia por las mananas. La blusa, ligeramente arrugada, nada tenia ya de uniforme. Y cuando Gil volvia a bajar de su habitacion, aparecia emperifollada con baratijas, brazaletes y lazos de colores, sombra de ojos y pintalabios. Felix se preguntaba si iba a salir, si regresaria tarde. La presencia del sofa, de aspecto macizo, lo tranquilizaba. En realidad, trabajaba en el super que habia al final de la calle de los comercios. Por la manana, entraba temprano. El jefe le habia pedido que llevara zapatos blancos para trabajar, asi que se habia comprado unos Scholl en la farmacia. El modelo de zueco playero le habia encantado. Le dijeron que eran buenos para el calor y para la gente que pasaba muchas horas de pie. El encargado le exigia que los llevara siempre muy limpios. Con aquella blusa del super, demasiado grande para ella, Gil estaba muy guapa. Hacia bien su trabajo, la limpieza, todo lo que le pedian. Pasaba la fregona por el suelo de la tienda, ordenaba los pasillos, mantenia muy limpia la caja registradora. Sabia teclear y dar el cambio, pero era el encargado quien se ocupaba de cobrar. En cuanto a ella, con tal de que fuera guapa y pulida, con tal de que limpiara bien y llegara puntual, ya era suficiente. El tiempo pasaba rapido ordenando. Solo cuando llegaba la afluencia de clientes del mediodia se daba cuenta de la hora que era ya. Antes de cerrar, el jefe la hacia pasar primero y despues echaba la llave. Le decia: --Hasta luego. --Alli no se quitaba la blusa, en la que llevaba cosida la etiqueta de la tienda. Lo hacia despues, para ponerse el delantal antes de meterse en la cocina, puesto que era la unica mujer de la casa. Regresaba a preparar la comida, siempre cocinaba ella. No reparaba en las largas jornadas. No conocia el cansancio. Ahora Felix ya sabia adonde iba. La veia marcharse por la manana, volver a mediodia, marcharse de nuevo y regresar por la tarde. Siempre era lo mismo, para aquellos que se fijaban. El encargado lleva una camisa blanca de manga corta, tiene brazos gruesos de hombre, manos de hombre. Un cuello esbelto. Un cinturon de cuero negro le cine el pantalon de pinzas, bien planchado, de color beis claro, que moldea unas nalgas lisas como tablas y se abre en unos zapatos de punta lustrados a la perfeccion. Bellos y elegantes zapatos que rechinan sobre las baldosas del suelo de la tienda. Los pelos de las manos le llegan hasta las munecas. En la mano izquierda, lleva un reloj; en la derecha, una pulsera de plata grabada con la inscripcion <>. Cuando levanta un poco el brazo, se le ve la piel blanca y carnosa de las axilas. Cuando va a alcanzar algo de un estante de los de arriba, por la camisa entreabierta se adivina una mata de pelo que forma una especie de agujero negro. De cerca huele a desodorante, y mas de cerca, a sudor. El encargado tiene el cabello brillante, el cuerpo nervudo, solido. Nada sobresale. Los musculos pectorales, un poco marcados, revisten importancia a la camisa. En el cuello lleva una cadena a juego con la pulsera. Los dos botones desabrochados de la camisa confirman una actitud desenvuelta. Siempre adopta la misma postura, con las manos en las caderas, para supervisar la tienda, vigilar los pasillos, hablar con los clientes, con su empleada. Pero cuando se siente observado, baja los brazos. Su despacho esta encima de la carniceria, protegido por un cristal que da al supermercado. Alli se mira a menudo. Tambien en la vitrina del aparador de las pilas, o en el pequeno espejo resquebrajado que cuelga de la pared del almacen. Por si hay que alisar un mechon, asegurarse del brillo de los ojos negros, de la linea del bigote. Quiere que todo este ordenado, sin falta. Hay que mantener ese cuerpo, esa tienda. Tiene cuadernos, registros, un ordenador. La boca fina y larga se le humedece cuando habla con los clientes, los proveedores, los repartidores. Almacena la mercancia, organiza las promociones, procura que todo resulte atractivo, fresco. Un vistazo de reojo a la vitrina y ya esta disponible, concentrado. La cantidad de articulos, el tintineo de la pulsera, el suelo fregado con lejia, el ventanal, el pantalon, la camisa de manga corta son, para Gil, algo magico. Poseen algo inmutable, reconfortante. Aunque Gil seguia viendo el autobus escolar en la parada, lleno de chicas con falda, ya no se montaba en el. Habia empezado a trabajar y descubierto cierta realidad al mirar unas revistas que habia birlado en un cobertizo. La ausencia de ropa la habia llevado a conocer la libertad de los cuerpos. De noche, muy tarde, habia puesto la television para observar a los animales en la naturaleza. Queria saber como era y lo habia visto. Las escenas mas brutales no la habian amedrentado. Un perro y una perra habian pasado por delante de sus narices enganchados, como perdidos, aullando lo mucho que les dolia el vientre. Caminaban aturdidos, de lado, sin saber adonde ir. Gil queria comprender que era eso, estar preparada, sumergirse en ese dolor, experimentarlo. A pesar de la paciencia que empleo en espiar, lo unico que alcanzo a oir fueron gritos y gemidos. La gente no se deja ver. A ella no le habria importado que la vieran. Le habria gustado tanto sorprender a una pareja al fondo de un granero lleno de heno... Desde luego, podia imaginar facilmente el vaiven de las nalgas. Las revistas y las peliculas, con sus mujeres desnudas, sus excentricos atuendos, sus posturas eroticas, le habian dado informacion, habian cambiado un poco el semblante de su propio mundo. Esas imagenes, en realidad, eran mucho mas violentas que la vision de los animales copulando. Sin embargo, en aquellas fotos no habia sufrimiento. Cuerpos desnudos que llenaban paginas y paginas de revistas, se agitaban en la television, pero, a fin de cuentas, todo quedaba interrumpido. Las revistas se cerraban, la pelicula terminaba, alguien entraba en la habitacion. Se instauraba entonces un tiempo muerto, algo insaciable, inalcanzable. Pero Gil habia podido ver como era. A ella no la enganaban ni los animales, ni las revistas, ni la television.

  • Los dias perdidos de Valentina, A.P. Hernandez de A.p. Hernandez

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    Valentina: una adolescente que puso fin a su vida con un cuter.
    Marta: una madre que no admite el atroz acto de su hija.
    Ismael: un estudiante universitario que comienza a perder sus miedos.
    Lazaro del Rio: ex Inspector Jefe de Policia, expulsado e inhabilitado de por vida.

  • Asesinos multiples de Vicente Garrido

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    La atractiva fascinacion del mal.

  • La Reina del aire y las Tinieblas de T. H. White

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    En este segundo libro, que en su primera publicacion el autor titulo La bruja en el bosque, aparece ya el nino Verruga convertido en el rey Arturo. Hijo del rey Uther Pendragon, Arturo ocupa el trono despues de arrancar de la piedra la espada Excalibur e inicia sus primeras batallas contra los que se resisten a admitir su poderio. Al mismo tiempo, se cuenta la historia de la reina Morgause de Lothian, hermanastra de Arturo, y de los hijos de aquella, personajes que tendran un papel importante en el resto de los libros. Con su estilo pleno de humor y fantasia, el autor nos describe los diversos episodios que forman la vieja leyenda sobre las aventuras y desventuras del rey Arturo.

  • Sin rastro de Caroline Eriksson

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    Sin rastro es uno de los fenomenos literarios internacionales mas inesperados de los ultimos anos. Caroline Eriksson firma un oscuro thriller familiar y psicologico que huye habilmente de los caminos trillados.

  • El hombre de las checas de Susana Frouchtmann

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    El 9 de julio de 1939 Alfonso Laurencic, yugoslavo de origen austriaco, era fusilado en el Campo de la Bota de Barcelona, acusado de ser el artifice de las dos checas mas atroces de la ciudad y el creador de los mas crueles procedimientos que en estas se practicaban.

  • En nuestros corazones eramos gigantes de Eilat Negev , Yehuda Koren

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    Este gran relato de la familia Ovitz compuesta por 7 enanos de 10 miembros, cuenta como fueron testigos de lo mejor y a su vez lo peor de la humanidad y de la terrible ironia del destino: ser enanos fue lo que hizo que sobrevivieran al holocausto. Antes de la segunda guerra eran simplemente una familia exitosa de artistas interpretes populares en Europa Central, hasta que los Nazis los deportaron a Auschwitz en 1944.

  • La Marquesa Ideal (Elegidas 2) de Lily Cerda

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    La senorita Sarah es como una hija por los Duques de Martboth. Desde su adolescencia se encontro fascinada por el hermano menor del Duque, Lord James Spencer, pero el joven Lord retorno de la india, con una esposa del brazo y acompanado del hermano de la dama.

  • Poesia reunida de Roberto Bolano

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    Toda la poesia publicada por Roberto Bolano por primera vez en un solo volumen y en edicion revisada.

  • Madres e hijos de Colm Toibin

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    Por primera vez en castellano, los mejores cuentos del autor de Brooklyn, ganador de los premios Impac y Forster.

  • No te atreveras de Ana Maria Gonzalez Lopez

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    Tras la repentina muerte de su prometido, Sofia decide mudarse a Madrid con una antigua amiga del colegio. Buscando trabajo como profesora, se encuentra con Leonardo. Este es un futbolista de elite el cual tiene un problema con su hijo de ocho anos. Inicialmente, su relacion profesional y personal sera un verdadero desastre, debido a que ella se instalara en su casa como profesora interina, y hara estragos en la vida de pareja que tiene Leonardo con la famosa modelo Isabella. Leonardo poco a poco vera en Sofia aspectos de su difunta mujer, mientras que Sofia tendra que lidiar con los abusos sexuales que se produjeron en su ninez. Entre los dos nace algo mas que atraccion. ?Podran lidiar con sus nuevos sentimientos?

  • Acero Fundido de Susana Torres

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    La manana que a tantos les parecia una hora de ininterrumpida actividad en las calles del distrito de Flatiront, no era mas que una experiencia vacia para Arturo Matas. Un hombre que vivia del exito de su compania que claramente se evidenciaba en el lujo de su departamento. Un pent-house ubicado en el One Madison de la calle 23 de Manhattan que, a pesar de su vista alucinante, no le conseguia recompensa alguna en apreciar su entorno porque cada aspecto de su vida tenia de gris los escenarios del dia a dia. Se encontraba determinado a levantarse minutos antes de que sonase el despertador, pero, al igual que siempre, luchaba con la idea de atender asuntos de negocios. Esta seguro de que es hora de despertarse. Los sonidos de las ya activa calles de Nueva York intentan llamar su atencion, pero nada puede llegar a sus oidos. El sol atraviesa los vidrios reforzados que rodean su hogar y reflexionan en un adorno de metal pulido que tiene sobre la mesa de noche al borde de su cama. El brillo y calor que emana de la pequena estrella de su sistema solar, lo mantiene al tanto de la hora que es, a pesar de no haber abierto los ojos aun. Planea levantarse sin muchos problemas; el momento de salir a ganarse la vida ha llegado, para eso se ha esforzado tanto, para eso ha dejado de lado cualquier cosa que pudiese distraerlo de su profesion de ejecutivo importante --o a menos asi le dicen--, que por mas de nueve anos ha practicado en el puesto de dueno, CEO y gerente de su propia empresa. Trata de apagar el despertador con la mano que tiene libre y por fin abre los ojos. Se queda penetrando la ventana con la mirada. Por un momento, como hace cada manana, se pregunta <> con la intencion de encontrarle sentido a su rutina diaria. Se levanta y se dirige al enorme bano de su habitacion para comenzar el proceso de aseo matutino. Lo importante es arreglarse antes de las siete de la manana, para el, el llegar despues de esa hora es un retraso; eran las seis cuando se desperto. Luego de terminar su rutina de limpieza, se arregla con uno de los cientos de traje de etiqueta que siempre usa. Su casa, tan inmensa como solitaria, no esta repleta de la esencia que emana una compania bien merecida. Arturo Matas no tiene a nadie a su lado porque, segun el percibe, sus ambiciones son claras y la unica persona capacitada para entenderlas es el mismo. Las cosas le han funcionado muy bien hasta ahora con esa filosofia, no habia motivos para cambiarla. Al pisar suelo firme, despues de bajar por el ascensor que se conecta con el anexo que le permite ingresar a su hogar, se encuentra con que su coche y quien lo conduce, no ha llegado. Le busca con la mirada antes de sacar su celular del bolsillo con la intencion de llamarlo hasta que se da cuenta que esta estacionado en la calle de al frente. La cruza y luego lo aborda. --Buenos dias Tom --dijo al cerrar la puerta. --Buenos dias senor Arturo. ?Listo para comenzar el dia? --le pregunto animado. --Nunca lo estoy. Por favor, llevame lo mas rapido que puedas. --Como usted diga, senor Arturo --le respondio Tom no se molestaba al perder el tiempo en hablar con Arturo. Este no era de mucha platica, sin embargo, ocasionalmente le proferia alguna respuesta no muy pedante. Pero, despues de todo, la actitud del senor Mata siempre era la misma. Tom arranco el coche, subio el panel que separaba la vista entre el y su pasajero, y tomo las calles correspondientes hasta su trabajo. --!Ah!, Tom, un momento. --dijo Arturo. --?Si? --respondio bajando el panel. --Por favor, si no es mucha molestia, pasa por algun cafe cercano que quiero desayunar. --Le indico Arturo. Tom tomo la sexta para dirigirse a la septima avenida hasta el Seven Grams Caffe. Arturo se bajo, pidio un expreso, unos ponquecillos y se regreso al vehiculo. Una vez adentro, comenzo a consumir su desayuno con la mayor calma del mundo, sin apresurarse, mientras observaba por la ventana del coche las calles de Manhattan hasta llegar al Rockefeller Centre, en donde tenia una de sus sucursales, que, de hecho, era en donde el administraba todo. Al llegar a su oficina, le recibe un juego de diferentes papeles, reportes, llamadas y encargos como de costumbre. <> --su secretario-- penso, cuestionandose la idea de que Kate --la recepcionista-- le informe de ello cada vez que entre. No duda mucho en tomarlas ya que es su responsabilidad atender tales casos, a pesar de que su hermano y asistente (Kyle) es quien debe decirle que tiene pendiente. --!Buenos dias, senor Matas! --le dijo Kate antes de indicarle sus encargos. --Buenos dias, Kate, avisele a Kyle que ya llegue, que prepare mis cosas --respondio Arturo. --No hay problema, yo le hago llegar su mensaje, senor. --Gracias --dijo, mientras caminaba hacia el interior del recinto. Arturo, solo compartia su tiempo con su hermano menor. Kyle no tenia un trabajo estable hasta que se mudo a Manhattan con la esperanza de que su hermano lo tomase en cuenta en memoria de aquellos momentos que vivieron en su juventud, eso les decian a todos. La historia que manejaban aquellos que no fuesen ellos dos, era que Arturo lo contrato como su asistente personal para evitar que su madre le reclamase que no hacia nada por el. En efecto, no compartian tanto como muchos habrian de creer, a pesar de que le tenia afecto, no lo demostraba por su habito de pocos amigos. Nadie se escapaba de su forma de ser, siquiera Kyle. Camino a traves del conjunto de cubiculos que rodeaban lo que era su oficina actual hasta llegar en donde se encontraba su hermano, sentado, atendiendo unas llamadas importantes. En lo que este lo ve, cuelga y se levanta para seguirle el paso. --Arturo, llegaste --senalo Kyle-- Tienes un cafe en tu escritorio junto con los documentos que me solicitaste ayer. --No importa, Kyle, ya desayune. --Bueno, ?Que mas da?, ya voy y me lo tomo. --De acuerdo, ?algo mas? --pregunto sin detener su paso hasta la oficina. --Del resto, nada fuera de lo ordinario. Estoy esperando a que llegue el encargado de las relaciones publicas, tiene mas de dos semanas sin venir y no se ha comunicado para dar por lo menos una excusa. --Te dije que te ocuparas de eso antes de hoy. --Lo se, pero debia esperar dos dias mas para poder hacer cumplir el contrato. Arturo llego hasta su oficina, aparto el asiento y se acomodo en el, mientras, Kyle le seguia hablando. --El caso es que ya nos ha ido lo suficientemente mal como para tener que esperar a que David se indigne en regresar al trabajo. ?ya sabes que hacer? ?No? --le inquirio Arturo Segun el contrato que habia preparado, a aquel que lo incumpliese, le correspondia un despido inmediato. Kyle abrio la carpeta que tenia abrazando a su cuerpo y anoto <> en la Tablet junto al nombre de David, pensando que, a pesar de que no queria que estuviese despidiendo a las personas, no podia contradecirle ya que despues de todo, era un incumplimiento de su trabajo. --Listo, yo me encargare de eso. --No podemos darnos ese lujo Kyle, y tu lo sabes. --Si, lo se. Ahora toca buscar un remplazo. --Hazle llegar su carta de despido e inmediatamente comienzas a buscar alguien para que le remplace. --?Alguna persona en especial? --inquirio Kyle sin levantar su cabeza de la tableta electronica en donde estaba anotando. --Sorprendeme, no quiero a nadie inutil. Busca posibles candidatos, para pasado manana quiero estar entrevistandole. --Muy bien, hermano. ?Otra cosa? --Si, pide una reservacion para dos en el Eleven Madison Park --?Esta vez quien es la afortunada? --pregunto con un tono travieso. --Una chica que conoci el viernes, haz la reservacion y ya --le espeto Arturo. --?Para cuando? --Para hoy al medio dia, como a eso de las doce y media, habla con Billy, dile que es de mi parte. --Esta bien. Kyle tomo el cafe que habia dejado en el escritorio y se retiro de la oficina directo a realizar lo que su hermano le habia encargado. Escribio en una pagina de empleos la solicitud, llamo a diferentes pasantes y contacto a varias empresas para preguntar si no conocian a algun relacionista bueno en el area. Estaba al tanto de que mientras estuviese sin alguien encargado, el tendria que realizar el trabajo, que no le correspondia, por mas tiempo. Su prioridad era encontrar a alguien. Se paso ambas manos por la cara para despejar el cansancio de las noches sin dormir que le pegaban en el rostro por la misma razon por la que estaba buscando un remplazo. Al finalizar, se sumio en el resto de su trabajo. Tenia la esperanza de que alguien realmente util apareciera para el puesto. A Arturo solo le importaba el bienestar de su negocio. Se catapulto a la cima de su propia empresa como el dueno de una compania lucrativa de conglomerado. Pudo destacar entre ellas los bienes raices, articulos tecnologicos, parte de una revista y agencia de modas, tiendas de retailling y agregar otras poco a poco a lo largo de su carrera con la idea de hacer una corporacion que se aprovechase de un gran numero de multitareas. Parte de su exito no se debia a su carisma ni a su comportamiento abiertamente social, en cuanto a su forma de ser, las personas a su alrededor le percibian serio y reservado. Es un hombre sin muchos fantasmas, pero cuando se trata de mantener una relacion estable --amigos o pareja--, se determinaba a no darle mucha lena a lo que fuese que cobrase vida en su debido momento. Su ocupacion era la vida de negocios, la administracion de su propio trabajo. Nada debia ni tenia la potestad de causar problema alguno. A pesar de ser un hombre relativamente modesto, su forma de ser no aportaba mucho para la manera en que los demas le retrataban. Se veia como un empresario exitoso, pero gran parte de eso se debia al triunfo de su empresa, para el exterior, el mundo que lo rodeaba, no terminaba de adaptarse a el. El encargado de hacer de la imagen de la compania y del mismo Arturo fuese adecuada, se negaba a hacer bien su trabajo debido a que no toleraba su actitud. David no aceptaba tener que defenderlo frente a los demas peces gordo de la compania por lo que renuncio de manera indirecta. AArturo no le parecia algo adecuado ser objeto de criticas con respecto a su vida personal, su manejo de la empresa o de la forma en que esta no se llevaba bien con los medios. Cada que hacia una beneficencia, una fiesta importante, rueda de prensas, una junta directiva o lo necesario para catapultar a la organizacion, se veia en la obligacion de pagar de mas a causa de no tener el encargado adecuado. Su hermano, sufria gran parte de ese peso. Y, asimismo como el futuro de su corporacion estaba sufriendo su mala espina, actualmente, se encontraba en relaciones poco duraderas --por asi decirle-- que lo llevaban a gastar dinero o prestar un poco del mismo para evitar que se opusieran a la idea de no tener mas de una experiencia con el. Se alejaba lo mas que podia del compromiso, de las responsabilidades ajenas. Nada mejoraba su situacion. Ocasionalmente se le veia con varias mujeres hermosas: modelos, chicas jovenes, damas adultas. Ninguna relacion era a largo plazo, siempre una conversacion ocasional, un almuerzo en restaurantes elegantes para terminar en su departamento para el coito de media tarde. Ese era su ritual, algo imperturbable e inalienable. O eso creia. * * * * Pasada las horas luego de su llegada, Arturo se encontraba viendo los papeles de oficio que le habia entregado su hermano para que revisara. El reloj estaba a punto de marcar las doce y aun no se presentaba aquella chica con la que habia quedado para almorzar. Asomaba su muneca derecha para revisar si realmente la hora que mostraba su computador no era la correcta. Le disgustaba la impuntualidad, a pesar que el mismo se tomaba su tiempo * * * * Por otro lado, mientras el se encontraba sumido en su trabajo, en la recepcion llego su cita. -- Estoy buscando al senor Arturo Matas--anuncio a Kate. --?Tiene cita con el? --Pregunto la recepcionista. --Si, digale que Karen le esta buscando --le dijo. Karen estaba no muy lejos del aparador que la separaba de Kate, no sabia si estaba preocupada o nerviosa, pero el ambiente del lugar le daba una sensacion que la sacaba de su zona de confort. Era una de sus muchas mujeres de ensueno con las que se topaba Arturo. Aquellas que se acostaban con el hombre encargado de una compania multimillonaria, de las cuales, muchas estaban al tanto de la naturaleza de su relacion. No buscaban mas que sexo ocasional; un sex appeal de magnate, un cuerpo atractivo y ser un soltero cotizado, eran atributos suficientes para no tener una vida sexual dominada por la abstinencia. Las mujeres iban, venian o disfrutaban en el bano de algun establecimiento especial, pero, nunca se quedaban. Kate cumplio con su trabajo. Le comunico al asistente de Arturo que su cita de las doce habia llegado. Una vez la recibio, acercandose a la puerta y asomando parte de su cuerpo, le comunico a su hermano la noticia. --Arturo, Kate dice que hay una tal Karen en la recepcion preguntando por ti. --le dijo. --?Hiciste la reservacion? --pregunto levantando su mirada de los papeles que sostenia. Arturo lo veia como una cita mas, pero, sin embargo, no podia tener una relacion sexual adecuada sin llevar a su chica a un almuerzo elegante o a algun lugar respetable. Si tenia tanto dinero, debia usarlo adecuadamente. --Si, esta todo listo. --Esta bien, dile a Kate que ya voy para alla. --?Regresaras? --Le pregunto Kyle entendiendo el motivo de su cita. --Si, a las tres de la tarde estoy aqui --le dijo levantandose de su asiento. --Por favor no te ausentes, que ya suficiente trabajo me estas dejando --dijo moviendo hacia atras su cabeza en senal de cansancio. --Te dije que regresare, no te preocupes. Encargate de buscar el remplazo que te dije, eso es lo que debes estar haciendo ahora. --Ya estoy en eso --le respondio-- tu ocupate en llegar a las tres. --?Me estas dando ordenes? --le pregunto seriamente en tono desafiante. --No, solo hazlo. Ambos se miraron a los ojos, sin nada que decir. Eran hermanos, por encima de sus cargos, Kyle le hablaba como el hermano que era y Arturo lo dejaba pasar. Lo hacian todo el tiempo si tener animos de discutir, pero las personas a su alrededor lo veian como una relacion disfuncional nada positiva. No lo era. Ambos compartian mas que la sangre. Arturo salio de su oficina y se dirigio hasta la recepcion en donde se encontraba Karen esperandole. Kate le informo a la chica que le esperaba, que Arturo llegaria en cualquier momento, por lo que seria mejor que le esperase sentada. Era una mujer joven, sin muchas aspiraciones en su vida. Al momento en que Karen llego al edificio en donde se encontraria con Arturo se percato que parte del lugar ya era lo suficientemente lujoso para ella. Cuando le dijo que trabajaba en el Rockefeller Centre, no se imaginaba que lo hiciera en su propia empresa. No recordaba haber estado antes en ese lugar a menos que fuese pasando por las navidades a ver los arreglos de la epoca. <> penso, creyendo que podria ser simplemente una forma de atraer mujeres, pero, de todos modos, seguia con la duda. Arturo atraveso el umbral que separaba el interior de lo que dividia aquello que correspondia al area de trabajo con la recepcion mientras se acomodaba los botones del saco de su elegante traje. Karen se levanto inmediatamente lo vio y le demostro una sonrisa cohibida en son de saludo. --Hola, Karen, ?Tienes mucho tiempo esperando? --pregunto Arturo al llegar a la recepcion. --No --le dijo borrando la sonrisa de su rostro para cambiarla por un gesto de descuido-- Llegue hace veinte minutos. --Muy bien, muy bien. --le dijo, hizo una pausa y agrego-- te ves hermosa --agrego, observandola de pies a cabeza. --Gracias --Repuso. A comparacion con la forma de vestir de Arturo, sabia que no estaba ni cerca de sus mejores pintas. El no esperaba que estuviese vestida de gala. --No hay de que --excuso Arturo. --No me lo esperaba, la verdad. --No te preocupes --le indico-- ven, acompaname arriba para ir a comer. --?Arriba? --pregunto extranada-- ?Que hay arriba? --Arriba esta el helicoptero que nos llevara a nuestro destino. Estamos con el tiempo justo. No te preocupes --intento calmarle. --No sabia como debia vestirme, crei que no seria de mucha importancia. --agrego apenada. --No te preocupes, yo pienso que estas mas que perfecta. --le dijo Arturo con una sonrisa en el rostro-- ?nos vamos? Tenemos reservacion en el Eleven Madison Park, estamos un tanto lejos asi que debemos tomar un helicoptero para llegar a tiempo. --Oh... --agrego--, esta bien. Ahora sabia que definitivamente no estaba vestida para la ocasion. Arturo y Karen abordaron el transporte que los llevaria a su destino. Una vez adentro, el le extendio unos audifonos para poder conversar mientras llegaban al restaurante en donde comerian. --Cuentame un poco de ti, Karen --pidio Arturo con animos de parecer amable. --Bueno, tengo 25 anos, estoy estudiando medicina --comenzo a relatarle-- y vivo en el barrio chino. --Eso fue preciso. --Si, no tengo mucho que decir. --le respondio a medias -- y, de ti ?Que hay? --Bueno, como podras ver, tengo mi propia empresa, trabajo todos los dias, y cuando no, me quedo en casa para escaparme del mundo de los negocios. --Es una vida bastante emocionante --le observo sarcasticamente. --Lo es, dificilmente la puedo cambiar. --respondiendo a su sarcasmo. Aterrizaron en un edificio cercano del lugar y fueron en un coche privado hasta las puertas del restaurante. Al llegar a la calle, abordaron el coche negro que le perteneceria a Arturo. --Llevanos al Eleven Madison Park por favor --dijo Arturo al abordar el coche despues de Karen. --De inmediato, senor Matas --dijo Tom antes de arrancar el coche. Ella escucho aquel recado con un tanto de incomodidad; cada que escuchaba el nombre del lugar, del que habia oido hablar antes, le invadia una sensacion de engorro. Se apreto ambos brazos sobre el vientre para disipar la sensacion. --Y entonces, ?por que vas a comer tan lejos de tu oficina? --le pregunto Karen para desviar su atencion a la cantidad de lujos que habia presenciado en menos de una hora. --Bueno, porque puedo, la verdad --le respondio como un nino dice su edad. --?Asi, no mas? --Si, no se me ocurre mas nada. Para algo he trabajado tanto ?No? --Si, espero poder hacer eso algun dia --respondio, diciendoselo mas a si misma que a Arturo.

  • Miel del desierto de Edith Pearlman

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    Hace ya varios decenios que Edith Pearlman viene reclamando un puesto entre los grandes cuentistas de todos los tiempos. Su modo incomparable de ver la realidad, su consumada maestria, su ingenio amplio y generoso, han dado lugar a que se la compare con Anton Chejov, John Updike, Alice Munro, Grace Paley y Frank O’Connor. “Miel del desierto” constituye una asombrosa recopilacion de relatos y viene a ser una autentica celebracion de la autora. Sean cuales sean sus personajes, Pearlman los conoce a todos, intimamente, y nos los describe con insuperable generosidad. Su prosa, tan afinada como poetica, arroja luz sobre momentos muy precisos y muy devastadores, logrando que reflejen la belleza y la gracia que puede haber en la vida cotidiana. Por su merito literario y por lo facil que resulta identificar a estos personajes que con tanta exquisitez y solidaridad nos describe, “Miel del desierto” es una recopilacion que nunca llegara a borrarse de la memoria del lector y viene a demostrar, una vez mas, que Pearlman es una gran maestra de la forma, pero tambien que su vision del mundo nunca deja de ser sabia y comprensiva.

  • Encierrate Conmigo (Todo Saldra Bien 12) de Laura Lopez Alfranca

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    Tras un buen rato de espera en soledad, Thelma habia llegado a la conclusion de que la muerte era mucho mejor que su vida. Incluso en aquella extrana sala con una mesa enorme, con silla negra a juego y ese extrano cuadro saliendo de esta; sin ser el cielo prometido por las Sagradas Escrituras, le parecia mucho mejor que la vida terrenal. Preferia aburrirse y sentir un terrible sueno mientras esperaba, que tener... No, no iba a pensar en su vida anterior. Es mas, si iba a tener una nueva vida en el Paraiso tras demostrar su modestia y temor de Dios, ya no necesitaba preocuparse por su curiosidad. Ya nadie la azotaria por ella y eso le hizo sentirse como nunca. Nadie la castigaria por... por existir, mucho menos tras ascender. Decidido: iba a ser quien siempre habia deseado. Eso le hizo resplandecer de felicidad, literalmente. Le gusto tener un arcoiris en el corazon y verlo brillar. Al final, a pesar del sufrimiento, tenia la sensacion de que podria ser feliz de verdad. Se estremecio y no pudo evitar un gritito de alegria. Se levanto, se sento en la gran silla de enfrente y toco el cuadro, que era completamente negro. Al hacerlo, de pronto le mostro algo... No creia que fuera arte, porque eran formas geometricas con nombres abajo. --Oh, brujeria --se dijo sin miedo. Eso era extrano, hasta no hacia mucho, la palabra le hacia temblar. Siguio tocando hasta que aparecio un rectangulo gris, que contenia varios chiquititos. Habia cuatro ceros rojos separados y una cara amarilla; no debia de tener muy buena salud. Pulso y de pronto aparecieron numeros de diferentes colores. Volvio a presionar y aparecio un cuadrado rojo con un punto negro, el rostro tenia mala cara. Pobre criatura. Iba a llorar por el, pero aguanto. --Lo siento, amigo. Lo acaricio para consolarlo y, de pronto, todo volvio a estar como al principio, incluso la cara amarilla sonrio otra vez. --La verdadera brujeria es muy extrana, pero no parece especialmente diabolica --se dijo no muy convencida, y volvio a apretar con el dedo. Tras unas cuantas pruebas, entendio que aquello debia de ser una especie de juego pernicioso a la par que divertido. No supo cuanto estuvo asi hasta que sintio una barbilla en su hombro, ni se sobresalto. Debia reconocer que le gustaba esa nueva faceta. --?Sabes? Tambien me aficione al buscaminas cuando llegue aqui --aseguro la mujer con una sonrisa--. Incluso tras tener tantas consolas, sigue siendo mi videojuego favorito. La miro; era una mujer hermosa de piel tostada, cabellos negros, ojos verdes y rasgos afilados. Sus ropas eran extranas, un tanto impudicas y comodas. Empezaba a temer que todos hubieran tenido razon con ella y hubiera acabado en el infierno. Incluso asi, la perspectiva no la asustaba. --?Consola? ?Es otro invento malvado? --pregunto Thelma con curiosidad. --Espera... --pidio la mujer y reviso dentro de lo que parecia papel amarillo, largo y doblado para contener papeles mas pequenos. Debia ser rica si podia permitirse semejante lujo--. Segun las notas, te hemos rescatado en plena epoca de colonizacion estadounidense y durante la caza de brujas. --He entendido la caza de brujas, pero todo lo demas me confunde. Thelma torcio el gesto, lo habia dicho con mucha ligereza. --La muerte nos quita el miedo. Se llama cerebro reptiliano, ?sabes? --aseguro la otra mujer y con un movimiento, la invito a sentarse--. Por lo que no debes temer, has llegado al lugar adecuado para ti. Entonces eso explicaba todo: no habia reptiles del miedo en su cabeza. ?Los reptiles se podian considerar demonios tambien? Nego con la cabeza. Debia ir poco a poco para descubrir lo que realmente ocurria. Por suerte, su interlocutora parecia dispuesta a hablarle. --Esto no parece el paraiso de las Sagradas Escrituras. --La reto con una sonrisa. Era una amiga, no una jueza y la trataria en consonancia. --No, es la antesala y podras ir alli una vez que acabemos, si quieres. ?Te parece bien escucharme? ?Deseas descansar un poco y cuando despiertes te explico? --inquirio la mujer. Thelma nego con la cabeza--. Entonces, lo primero que debo hacer es presentarme: mi nombre es Safo. --Encantada, lady Safo. --Solo Safo, por favor. Lady es para la intimidad --pidio la mujer con un guino. No la comprendio, pero le gustaba--. Lo segundo, es que no eres una bruja. --Al fin alguien me escucha. Era como quitarse un peso de encima. --Sin embargo, tampoco podemos catalogarte como una persona mundana. La miro sin comprender. ?Eso era bueno? Madre siempre decia que habia que tener cuidado con la soberbia, sobre todo las mujeres. --Eres una persona que jamas llego a desarrollar un talento maravilloso destinado a inspirar a las generaciones venideras. En tu caso, deberias haber sido una virtuosa de la musica --explico la mujer--. Aunque se les dieron diferentes senales a tus padres, estos no solo las ignoraron, sino que actuaron con miedo. ?Lo recuerdas? Thelma nego, no recordaba ningun caso en concreto y su familia siempre habia temido al mundo. El pastor y su mujer veian al maligno en cada esquina, incluso en su simiente. Casi podia escuchar a su madre llamandola perezosa porque estaba a punto de quedarse dormida, para luego citar algunos pasajes de la Biblia y golpearla para asegurarse de que escuchaba. --Asi que tenemos dos opciones: puedes ir a descansar en el paraiso de la religion de la que provienes --comento-- o convertirte en un espiritu y musa. --?Espiritu? ?Me convertire en un ser malvado? --pregunto y eso le disgusto porque no deseaba causar dano a nadie. --No, no, no. Volveras al mundo terrenal con tus recuerdos y moralidad, no vas a volverte malvada tras la muerte, solo faltaba. -- La calmo y ayudo Safo --. Se te mandara a un edificio sensible por concentrar a musicos y deberas inspirarlos para que sigan sus caminos, tanto para desarrollar su potencial, como su bondad y felicidad. Ya sea presentandote ante ellos o en sus pensamientos con las tecnicas que consideres oportunas. --?Que considere oportunas? --Exacto, eres tu quien escoge la forma y a quien dar tus dones y tu ayuda. Eso sonaba mucho mejor, sin duda alguna. Bostezo. No sabia si deseaba volver a la vida tras la suya; pero tener un proposito tras la muerte, y tan noble, poco apropiado para alguien como ella... era tentador. --Cuanto mas poder vayas obteniendo, mas amplio sera tu rango de influencia y podras trabajar con otras como tu. Le explico datos sobre movilidad, poderes como espiritu y otros como musa, conocimientos y habilidades que se le concederian cuando aceptase; ademas de que despertaria sin el dolor pasado y cualquier trauma que cargase. Sonaba muy bien, pero no podia pensar. Lo que mas deseaba era descansar durante una eternidad. Le vino a la cabeza algo que decia la comadrona del pueblo: <>. Debia ser igual de cansado salir de la misma. --?Debo decidir ahora? Desearia poder descansar un poco y orar para encontrar la mejor solucion. --Con dormir sera suficiente. La oracion aqui se hace redundante --aseguro Safo--. En cuanto sientas que recuperas las fuerzas tras tu vida y te decidas a un nivel emocional, apareceras alli donde corresponde. Habria deseado preguntarle mucho mas, pero volvio a abrir la boca y la mujer la tapo con una manta pesada, mullida y tan agradable como el fuego del hogar. Cerro los ojos y se dejo descansar. Cuando los volvio a abrir, oyo un ruido muy alto y a alguien gritando. Se preocupo, ?era el infierno? Miro alrededor y se golpeo la cabeza con una lampara; siseo, ya podria haber aterrizado en otro lugar que no fuera el techo. Por suerte, eso hizo que los conocimientos vinieran a su cabeza con suavidad, como cuando la niebla se despliega por encima de la hierba y la cubre. Escucho con mas atencion e identifico que eso no era un grito infernal, sino un tipo de musica llamada heavy metal. Siguio atendiendo y en su cabeza pudo ver la partitura especialmente compleja de esa cancion. Sonrio con orgullo sobre sus nuevos conocimientos; le gustaban mucho. Aunque no estaba satisfecha con solo eso, sentia hambre de mas. Ojala pudiera encontrar la forma de anadir mas sabiduria a su cabeza. Estaba permitido y aplaudido, como su cabeza le dijo en sus recuerdos. Estaba bien que tuviera forma de consultar sus dudas mentalmente. Miro hacia abajo y reconocio que se encontraba en un cuarto de estar. Se concentro: Espana, Madrid, un edificio antiguo --por las paredes y el ladrillo que vislumbro por sus nuevos poderes--. La decoracion del cuarto de estar era mas bien clasica, pero la television era de ese ano. De pronto, sintio en su corazon la musica del mundo y lloro conmovida por su indescriptible belleza. Era otro idioma que comprendia a la perfeccion, uno que hablaba directamente al corazon y ella debia traducirlo para llevar felicidad a otras personas. Suspiro y dejo de mirar con su vista, su alma podia ver las melodias y las historias que las acompanaban: podia percibir personas ancianas con talento sin explotar, gente mas joven perdida en sus caminos y pequenos que no habian florecido. No solo humanos, sino criaturas que en vida habia considerado perversas y las habria temido. Suspiro, aliviada de poder aprender de nuevo y mejor de aquel mundo que, de pronto, se le antojo inmenso aunque estuviera limitado a varias casas. Podria descubrir de primera mano la evolucion de las sociedades, los nuevos inventos... Conocer. Conocer sin que nadie decidiera que debia ser quemada. Iba a dar las gracias a Dios, cuando de pronto alguien empezo a golpearla con fuerza con una escoba por el costado. La musica habia cesado, la del mundo y la de la casa. --!Lo que me faltaba, un fantasma malvado para encantar el piso! --exclamo una anciana de voz rasposa sin dejar de atizarla. --!No soy malvada! --Nina, no mientas, seguro que te ha mandado la del tercero. Voy a quejarme de ella en la junta de vecinos del viernes, !su, su, su... fantasma! --insistio--. !Vete antes de que te exorcice y te duela mas!

  • Tu te lo buscaste! 2 de Emma Green

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    Valentine Seguramente tengo la autoestima muy alta (o al menos pienso que mi sistema reproductivo es muy inteligente) ya que llegue a pensar que la pildora del dia siguiente no funcionaria conmigo y que yo seria parte del 5 % de las mujeres con hormonas invencibles. Lastima. Pense que una diosa de la fertilidad se acoplaria bien con un vikingo sobrehumano con trenzas. A pesar de los problemas infinitos que pudieron haber sucedido con el, me habria gustado verme como Artemisa, con el cabello corto, mi aljaba, mis flechas y con un vientre grande, defendiendo la vida cueste lo que cueste; o quiza verme como Juno, con esos senos tan grandes que se salen de su toga romana, sola, dando a luz a un semi-dios, mientras su infiel Jupiter se divierte haciendo del cielo y de la tierra lo que le viene en gana. En una de mis crisis de necedad extrema, incluso busque cual es el nombre de la diosa fertil en la mitologia escandinava: Frigg. ?Suena hermoso, no? Es un nombre muy dulce, muy calido. No es para nada un nombre frigido. No, en verdad, la cultura nordica no esta hecha para mi. Seguire llamandome Valentine y guardare mis suenos de tener pequenos Nils en un rincon (bien escondido) dentro de mi cabeza, dentro del cajon que dice << deseos que nunca se deben saciar >>. Desde hace seis meses me alegro cada dia por no haber repetido la historia familiar; por no haberme embarazado del hombre equivocado, demasiado guapo para ser real, demasiado estupido para quedarse (y sobre todo demasiado extraordinario como para conformarse con una morenita con la que se acosto en la parte trasera de una pick-up en la selva de Madagascar). Seguramente, para Nils Eriksen, esa solo fue una noche como cualquier otra. La prueba de ello es que ya me reemplazo por una putita pelirroja de senos tan saludables que se desbordan y que son capaces de alimentar a una familia numerosa, incluso a pequenos vikingos hambrientos. Entre Nils y esa famosa Rita, las cosas pudieron no haber durado. Jamas debi haberme enterado de su relacion. Sin embargo, ella tenia que hacer un poco de teatro, sus caprichos de actriz joven y mostrar fotos un tanto escandalosas para que la gente hablara de ella. Y, por consiguiente, de el. Una de esas fotos llamo mi atencion, una bella manana, por coincidencia, mientras yo hojeaba con verguenza una revista de espectaculos en la sala de espera del dentista. Cuando el doctor Wong me llama, justo estoy leyendo la nota de una maldita foto: La monumental Rita Shank no le teme a nada... ni siquiera a los resfriados. Estas lineas estaban escritas debajo de un cliche donde la actriz baja de un automovil y donde se veia que al parecer habia olvidado ponerse pantaletas. Cuando el doctor Wong repite: << ?Valentine Laine? >> con un tono interrogativo y un poco impaciente, acepto quitar los ojos de la revista barata y cruzo la mirada con el unico paciente que esta en la sala. Se trata de una persona de sexo masculino y de edad avanzada que levanta las manos para convencer al dentista de que el no se llama Valentine. Yo, muy amablemente, dejo que aquel viejo inocente pase antes que yo a la silla de tortura para asi poder terminar mi lectura. El articulo dedicado a Nils y a Rita no pasa de las seis lineas y termina con esta frase: << Aparentemente, este guapo rubio de porte sueco, que le abre la puerta, esta acostumbrado a las corrientes de aire fuertes. !No parece tenerles miedo! >> !Es noruego, bola de idiotas! No, no le tiene miedo a nada. Y, efectivamente, puede darle calor a quien sea... Cierro secamente la revista, como si el golpe de las paginas pudiera convertirse en una bofetada directa, de mi parte, sobre la mejilla de Rita Shank. Despues espero nerviosa mi turno, mientras pienso que voy a llegar tarde a la oficina; que no debi haber dejado pasar antes que yo al << Senor Valentine >>; y que incluso la sensacion de la fresa de acero en mis dientes sera una tortura insignificante comparada con esta maldita foto que se quedo grabada en mi mente. La imagen de Nils con su traje gris obscuro; Nils con su cuerpo de gladiador; Nils y su cabello rubio casi blanco, que le ha crecido desde la ultima vez que lo vi; Nils y su mano inmensa abierta hacia arriba, tomando elegantemente los dedos barnizados de Rita; Nils con sus hermosos ojos grises entrecerrados, quiza porque admiran el espectaculo de la actriz exhibicionista, o quiza porque les molesta el flash del fotografo. El zumbido metalico que se escucha del otro lado de la pared me pone un poco mas tensa y mi interior sadico se divierte torturandome una vez mas, al revelarme los recuerdos invisibles sobre la foto: los sublimes tatuajes tribales que danzan en sus grandes hombros; el contraste de los dibujos negros y misteriosos sobre su piel blanca, casi angelical; su cabello largo y sedoso de aquel entonces, que se escurria entre mis dedos; la fuerza delicada de sus mano, siempre suaves y viriles, sobre mi cuerpo; la marca de mi mordida de placer en la palma de su mano, prueba de nuestra noche ardiente que seguramente ya se le borro. ?Por que estas imagenes me atormentan aun? ?Por que todas mis sensaciones parecen estar muertas despues de todas las que el me provoco? !Dr. Wong, venga a buscarme! !Y provoqueme dolor, por favor, para que pueda olvidarlo! *** Despues de una limpieza bucal indolora (y completamente incapaz de completar su << mision de sensaciones >>), llego justo a tiempo a la torre Cox a la reunion de las diez de la manana. Me dirijo directamente hacia la pieza principal, con mi saco y mi bolso todavia sobre los hombros. - ?Te tomaste la manana? - me pregunta mi padre que ya esta sentado a la cabeza de la gran mesa en forma de U, con Lana a su lado-. No se si este comentario es una broma tonta de oficina, una tentativa de complicidad entre padre e hija, o solo una de sus observaciones de control freak adicto al trabajo que nunca pensaria en comenzar su jornada laboral despues de las siete y media de la manana. - Gracias por preocuparte por mis horarios, Darren - contesto completamente seria -. La proxima vez te pedire un permiso para ausentarme antes de hacer cita para mi Papanicolaou anual. Tranquilo, no hay nada que temer. No hay descendencia a la vista. No tendras que agregar a otro hijo no deseado en tu testamento. A menos de que alguien mas quiera darte ese regalo voluntariamente... Sin que yo tenga siquiera que mirarla, Lana (que es el brazo derecho de mi padre y su amante favorita) se sonroja y esconde la cara entre los documentos que tiene cerca. Parece que no se da cuenta de que esta mirando un monton de hojas escritas al reves y que evidentemente olvido voltear antes de intentar guardar la compostura. Mi padre se conforma con aclararse la garganta, ajustarse el nudo de la corbata que estaba perfectamente bien colocado y con sonreir falsamente a Faith y a Lewis que apenas acaban de llegar. Inmediatamente despues vienen Becca, Jeff y Rory, los tres jefes de servicio que faltaban. - Ya estamos todos. Podemos comenzar - anuncia rapidamente Darren para romper el silencio incomodo, mientras frota ruidosamente sus manos secas una contra otra-. Ignoro su tic de impaciencia y empiezo la reunion diciendo que nuestro nuevo servicio de trueque va a poder lanzarse en version beta. Evidentemente se espera que el servicio tenga exito e incluso que revolucione el mercado de ventas en linea. Exceptuando a mi padre, todos alrededor de la mesa muestran una sonrisa orgullosa, victoriosa... y cansada. Apenas han pasado seis meses desde que estamos llevando a cabo esta idea para ganarle terreno a nuestra competencia directa. Junto con Faith, mi nueva asistente, los equipos de innovacion y desarrollo, el personal creativo y los agentes de ventas, trabajamos sin descanso en esta carrera contrarreloj. En toda la historia del grupo Cox, nunca se habia pensado, concebido y producido un servicio en tan poco tiempo. Darren, al igual que cualquier gran directivo, deberia estar maravillado. Sin embargo, solo asiente con la cabeza, agitando su cabello blanco (que se deja un poco largo para verse joven). Sus pequenos ojos negros y serios no demuestran ningun tipo de expresion (pero traicionan mucho sus 64 anos). Hay cosas que ni siquiera una fortuna de diez billones de dolares puede pagar... Cansada de su indiferencia, le doy la palabra a Lewis Cole para los detalles tecnicos y, sobre todo, para las cifras que deberian interesar un poco mas al gran directivo Cox. Con su voz monocorde, Lewis me aburre mas rapido de lo que pense. Aprovecho esto para dejar que mi mente se distraiga discretamente. Mi cabeza se divierte resumiendo la situacion: yo, Valentine Laine, me acoste con el hombre que contrato mi padre para traerme sana y salva de un secuestro violento en Madagascar. Por cierto, lo contrato, no para proteger a su unica hija sino para asegurar el futuro de su grupo adorado. Esto podria ser un poco triste y, evidentemente patetico, pero, visto desde este angulo, la situacion casi me hace reir. El dinero del mismisimo Darren Cox pago mi noche de sexo demente a la luz de las estrellas. Es la primera vez que me dan ganas de decir sinceramente << !gracias, papa! >>. ?Y si hago que me secuestren de nuevo...? Pienso en esta idea tonta mientras garabateo sin pensar en la esquina de una hoja, hasta que me doy cuenta de que dibuje figuras misteriosas y tribales que rellene de color negro y que Faith intenta descifrar mientras mira sobre mi hombro. [Al menos finge que estas poniendo atencion a la reunion... !No como yo!] escribo con pequenas letras para que Faith lo lea, y despues agrego una carita que le guina el ojo. ?Como puedo perder todo mi prestigio profesional en menos de diez segundos por un maldito rubio colosal y tatuado que me olvido tan rapido como me sedujo? Yo deberia hacer lo mismo que el. Deberia borrarlo de mi memoria. De mi piel. Ya pasaron seis meses y estoy segura de que mi cerebro hizo mas bellos los recuerdos que tengo de esa noche. Que patetico. !Nils Eriksen, sal de este cuerpo! !Ahora mismo! Si no, regresa a quedarte dentro, suavemente, profunda y locamente, como bien sabes hacerlo... !No! !Alto! Cierro la boca que tenia estupidamente entreabierta, volteo mi hoja garabateada y vuelvo a tomar una postura mas pro, con los ojos fijos en el buen viejo Lewis Cole. Mientras recita sin ninguna modulacion todos esos datos, que sin embargo son interesantes, su camisa se tensa sobre su gran barriga y la tela se separa peligrosamente entre dos botones, justo a la altura del ombligo. No sabia que alguien podia estar tan velludo en esa zona. Por cierto, ?como era el vientre de Nils? Musculoso, si, pero ?imberbe o no? !Dijimos alto!

  • 50 sombras de mami de Mamen Jimenez Lapsicomami

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    ?Como cambia DE VERDAD la vida de una mujer tras convertirse en madre? Mas alla de los topicos edulcorados que nos vende la sociedad, tener hijos es todo un desafio que se enfrenta a menudo en soledad. Este libro quiere ser un manifiesto a la vez que una guia practica que acompane a TODAS las mujeres en este momento de su vida. Aqui se desvelan muchas verdades sin medias tintas, pero tambien se dan herramientas para que convertirse en madre deje de ser una carrera de obstaculos y se vuelva una experiencia enriquecedora, placentera y con cabida para el humor.

  • En algun Lugar de tu mente de Ailina Shebelle

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    Cuando Amelia entra en esa casa fria y oscura siempre lo hace con incertidumbre y desconfianza, pero todo cambia cuando se atreve a ir mas alla y habla por primera vez con Jackson, el chico de sus suenos.
    Su mente la adentrara en un mundo en el que, con ayuda de Jackson, tendra que salir o quedarse atrapada para siempre.
    Historias de amor se entrelazan con el maravilloso y extrano mundo de los suenos…

  • Gladiador de Daniel Santos

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    Ashur era un esclavo romano.
    Un gladiador de la casa.
    Al servicio de su Domine, Marco.
    Pero no peleaba por el.

  • Mi error fue ser solo tu vecina. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • Peligrosa Obsesion de Elizabeth Bowman

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    Cuando Amelia Ballesteros ofrece su negativa tajante a la propuesta matrimonial de Alvar de Mosende no se imagina que el infierno esta a punto de desatarse a su alrededor.
    Un secuestro, una situacion que se escapa de las manos, miedo, angustia, amenazas y desolacion… fruto de la mas peligrosa obsesion de un hombre.
    Y en medio de todo ello, Diego de Castro, un hombre enamorado capaz de remover cielo y tierra en busca de su prometida desaparecida.

  • Una Novia Embarazada (Novias Del Oeste 3) de Amaya Evans

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    Tiempo presente:Cloe Holland es una modelo de revistas, que esta feliz con su estilo de vida, llena de lujos y viajes. Solo le falta una cosa; un hombre que la valore y quiera tener algo serio con ella. Esta harta de los hombres cabeza hueca que la rodean. Todos pendientes de su fisico, pero sin sentimientos, ni conversacion inteligente. Un dia sale con unas amigas a un bar y todas se ponen de acuerdo en ir a una agencia matrimonial para conocer un hombre que valga la pena, pues todas estan en las mismas, buscando una relacion sentimental, que no dure un suspiro. Pasan los meses y se olvida del asunto hasta que un dia la llaman de la agencia en el preciso momento en que acaba de terminar con su novio y se entera de que esa relacion, ha dejado consecuencias.

  • En la piscina vacia de Felix Sabroso

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    Llevaba ya mas de dos anos sin escribir. Casi ni siquiera fantaseaba con hacerlo. Me habia dedicado un tiempo, demasiado, a esa pequena literatura oral que nos convierte en charlatanes de fiestas, sobreactuados de red social, manipuladores de las palabras en favor de un goce no siempre de ida y vuelta. Un intenso palabritas, sobrado y elucubrador. Un pesado a evitar, soportable solo a ratos. Siempre conseguia eludir el papel. No queria bajar al sotano, aterrado ante el sonido que de alli me llegaba. No era un sonido, era un terrible olor que a duras penas conseguia disfrazar, un hedor sonoro como un grito podrido. Pensaba a menudo que era cuestion de tiempo, de rachas, periodos de observacion y reflexion, de etapas de llenado. Acumulando sin discriminar, como si todo fuese informacion, como si todo me sirviese alguna vez para algo en mi Diogenes absoluto. Amontonando vivencias apestosas, situaciones y miradas como bolsas de basura apiladas en los pasillos... Me castigaba y me toleraba al mismo tiempo. Siempre supe hacerlo, combinar indulgencia y autorreproche, mi coctel favorito. Pero en cada uno de aquellos dias habia siempre un momento para la decision y la audacia, asi me convencia de que estaba intentando remediarlo, de que arrancaria con la escritura por fin partiendo de cualquiera de las innumerables ideas que diariamente hacian en mi el camino de entrada y salida. Cualquiera de ellas, incluso la peor de todas. La satisfaccion estaba solo en pensarlo: un goce neurotico, una fantasia analgesica y paralizante. El cuerpo obedece con automatica ferocidad y busca caminos para nuestros mas titubeantes requerimientos, casi siempre en contra de nosotros mismos. El cuerpo gobierna y, atendiendo a ese deseo de volver a escribir, realizo algunos movimientos, intentando ponerle remedio de la unica manera que sabia: haciendo mas ruido aun, rompiendolo todo y poniendome en jaque. Asi, una noche en la que el olor estaba a punto de asfixiarme, mi cuerpo abrio las ventanas de par en par; y alli estaba el, husmeando, merodeando. Y yo, claro, lo deje entrar. Aun confundo el momento exacto en que entro en mi vida, pero esta intacto el retrato mental que me hice de el. Era un torpe, un ambicioso, el muchacho sordo y mudo que tenia todos los nombres y ninguno. Ese idiota innecesario al que invitaria al festin con mi desden de vampiro amateur y mi exceso de falso enamorado de la vida sin decirle que el era la unica vianda. Lo habia visto ya antes, a distancia, y sabia lo que estaba haciendo. No eran, ni por asomo, pasos inocentes los suyos, pero los mios tampoco. Comence con algunas frases tontas y el respondio con algun cuestionable halago. Luego, un gesto suyo de prematuro desinteres fue decisivo para que afilase mis colmillos y me tirase en barrena a por el a una velocidad vertiginosa y comica a un tiempo. Se llamaba Victor, como siempre humilde y pretencioso como el charol embarrado de un zapato que no esta hecho para caminar y que sin embargo lleva ya el cuentakilometros al limite. Podria completar la descripcion pero lo cierto es que el dibujo a trazo gordo del idiota interesado saltaba de el a mi como las pulgas... Y nos fundiamos, o mejor, nos confundiamos, mezclandose nuestros rasgos de origen antagonicos hasta el mimetismo absoluto, como en esos videoclips con morphing de los noventa. Asi, a veces yo era el y otras el era yo, a veces moria de pena por el y otras me lamentaba de mi mismo. En cuanto a el, tambien a veces le ocurria todo, pero casi siempre nada. Podria dedicar mas tiempo a describir con detalle todos los episodios de esta breve relacion que venia a colmar el vaso, a provocar un equilibrio a traves de un gran desastre, a cambiar las cosas quiza o a desmontarlas definitivamente para que nada se moviese. Podria contarlo, disfrazando habilmente las obviedades, porque tengo cada instante de aquellos escasos dos meses minuciosamente elaborado y, por supuesto, reinventado: cuando el idiota se hizo listo, cuando yo me volvi idiota, cuando manipule triunfante, cuando me dieron la vuelta, cuando crei amar, cuando jugue sin piedad, cuando creyo amar el, cuando me desprecio, cuando se sintio despreciado, cuando nos reimos todos de el, cuando el se rio el ultimo... Pero definitivamente esto no es una cancion de amor, hablamos del egoismo y sus excelencias, asi que el relato exige a gritos una elipsis. Se trataba de un asunto de dos tan intenso como comun, tan brillante como repetido, de tal manera que todo el que fuese ajeno a aquella borrachera emocional, es decir, todo el mundo excepto yo, lo encontraria, sin duda, eludible, inutil, soporifero y no pasaria de estas primeras paginas. Malos tiempos para cuentos de amor con el unico y endeble fin de emocionar, para historias esperanzadoras que no han sido desvirgadas por venenosos puntos de giro, para paginas y paginas de dulce retrato prenado de eficaz empatia pero sin cargas de dinamita ocultas tras cada punto y aparte. Nada de eso. Voy a ir a lo que considero sin duda el verdadero arranque de la cuestion. Dare un salto mortal para situarme directamente en el momento en que mate a Victor. Aquella imborrable noche en la que destroce a ese muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. 2 Comienzos exagerados de eyaculador precoz. Siempre me pongo el liston muy alto para asi defraudar y defraudarme, creando para mi mismo un apacible fracaso, una emocion familiar que me devuelve al mismo lugar: ese narcotico confort donde siempre me rindo, me inmovilizo y apago el ruido. Destroce a aquel muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. !Que exageracion tan resultona! Soy un gandul acomodado con infulas de roquero que confunde a la audiencia haciendole esperar algo mas audaz, incorrecto y emocionante de lo que en realidad fue: ni un crimen de pasiones del hemisferio sur, ni el de un psicopata descuartizador, ni el de un escritor asesino con complejo de Dios --creador y destructor, filosofia y metafora del mundo que se desmorona, la podredumbre de la sociedad del exito, ego y naturaleza creativa--. Nada de eso. Fue solo un torpe accidente: no conduzco bien, no conduzco nada y habia bebido tanto como una comunidad autonoma. No estaba colerico ni desesperado, no se me habia colmado el vaso, aun no estaba a punto para la revolucion que posteriormente protagonizaria. Solo fue una llamada de atencion, un trailer promocional, una actuacion histerica e innecesaria: me largaba de la fiesta de cumpleanos de Adriana, mi editora, tras discutir con ella -- desacuerdos y amenazas-- y despues de una sobredosis de impertinencias de Victor. Pero la fiesta la dejamos para luego. Ahora vamos al accidente: a la rueda que marcha adelante y atras, al neumatico chirriante, a mi mano errada titubeando con las marchas, quemando el mecanismo, a su cabeza arrastrandose por el asfalto, al chof de cucaracha aplastada, al ruido de la maquina cuando cruje al ser. Le habia pedido las llaves de su coche. Nos conociamos hacia apenas dos meses y era nuestra primera fiesta juntos, pero el ya sabia perfectamente que yo no conducia nunca y se hacia evidente que estaba muy borracho. Aun asi me las dio. La indolencia y la irresponsabilidad impidieron que Victor dudase ante mi solicitud, muy propio de una generacion en la que debieron verter sosa caustica sobre el neurotransmisor encargado de la empatia con el projimo. Sali de aquel chale --oda tantas veces repetida al siglo XX y sus excelencias decorativas-- haciendome notar, interpretando el orgullo, la altivez y la radicalidad de alguien que hubiese llegado a una suerte de conclusion iluminada: una tontuna en contra de todavia no sabia que... Como pude llegue al coche y, tampoco se como, consegui meter las llaves en el contacto. El equipo de musica se activo enseguida, saturando y aniquilando mas si cabe mi percepcion del entorno. Sonaba un CD del chico, una macarrada infumable. No lo apague. La senti de pronto como la banda sonora perfecta para dar contenido a mi terrorista interior; en ese momento yo era Victor. Y probablemente tambien Victor fuera yo, porque hizo lo que sin duda hubiese hecho yo mismo: seguirme arrepentido hasta el parking. En nuestros escasos encuentros esos habian sido los pequenos gestos que yo interpretaba como amorosos, no habia otros a los que asirse. Asi se construia nuestro endeble y enganoso asunto. Victor me siguio preocupado y a mi, subjetivo como mi oficio, estos cuasigestos me ponian hasta el culo de endorfinas. Probablemente solo penso --porque efectivamente alguna vez parecio hacerlo (mas por fria templanza que por comun proceso reflexivo)-- en como cono volveria a su barrio desde aquella urbanizacion tan irritantemente desubicada, o quiza temio que me cargara su coche, su unica y mas preciada propiedad: una chatarra patria de tercera mano. Di marcha atras. No lo vi, nunca lo veia y esta vez tampoco. No supe que era lo que se habia enganchado, primero a las ruedas y luego al chasis inferior. Lo arrastre una y otra vez. En lugar de frenar, debi de concluir que la mejor manera de deshacerme del bulto seria superarlo, pisotearlo hasta que se soltase. Tambien soy asi, cuando la cago insisto hasta la gran cagada y remato... No fue tan facil mover el vehiculo adelante y atras, pero segui hasta acabar envolviendolo todo en humo. Por fin me detuve y baje del coche. Alli estaba Victor: sus zapatos pretenciosos me enternecieron. Me di cuenta por primera vez de que los llevaba para buscar mi aprobacion, otro gesto que sobreinterprete nuevamente como mudo acto de amor. Asi, antes del horror, primero senti lastima de aquel pobre hombre que en ese momento era yo; antes del horror, me cupieron incluso las milesimas ironicas, el chiste que enciende la culpa inmediata y te obliga a recular sobre ti mismo. Una casi risa ante sus delgadas piernas saliendo por la parte trasera del vehiculo: una imagen de dibujos animados, el coyote aplastado. ?Por que no grito? ?Por que cayo inerte desde el primer instante como un saco de patatas? No somos de piedra y, aunque recorramos carreteras secundarias ante el dolor --humor, escepticismo, lastima--, al final, en estas situaciones, de un modo o de otro, siempre acaba teniendo lugar la unica posible emocion de resultante logica: el horror absoluto. Vomite, me cegue y camine por las calles oscuras de la urbanizacion hasta poner entre ambos toda la distancia posible. Pero no la suficiente. Victor se quedaria conmigo mucho tiempo. ?Como llegue hasta el centro y hasta mi casa desde aquella colonia periferica? Eso es otra elipsis. El caso es que llegue y no debi tardar tanto porque la enajenacion nerviosa no me habia abandonado aun... Asi comenzo todo: el panico, la espiral de errores, las hojas de periodico tapando las ventanas, el fantasma maltratador, la locura absoluta... Pero rebobinemos hasta Adriana, mi editora, su cumpleanos, la fiesta y un grabado de Baco

  • De aqui nadie sale vivo. La vida de Jim Morrison de Jerry Hopkins

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    El 3 de julio de 1971, Jim Morrison moria en Paris, y no de sifilis -atravesando la misma crisis demencial que sus dos grandes maestros, Rimbaud y Nietzsche-, sino envuelto en el mas profundo misterio.

  • La herencia de Vigdis Hjorth

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    Cuatro hermanos, dos casas de verano en Hvaler y un terrible secreto. El reparto de la herencia familiar se convertira en un tema de desencuentro.
    La aparente disputa entre los hermanos por las propiedades encierra algo mucho mas profundo: los fantasmas del pasado regresan y lo que parecia olvidado revive en la familia.
    Galardonada con los mas prestigiosos premios literarios de su pais, La herencia se convirtio desde su salida en un exito de ventas en Noruega y genero, junto a la serie Mi lucha de Karl Ove Knausgard, un importante debate sobre la relacion entre literatura y realidad. Marmara y Nordica nos unimos para publicar una de las grandes novelas de la literatura europea de los ultimos anos.

  • Un amor en el aire de Alexandra Danell

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    Llevaba toda la tarde atacada de los nervios, mi madre me preparo una tila. ?Conseguiria eso calmar la ansiedad que tenia? No lo se, pero si que me la hizo con todo el amor y el carino del mundo, como lo hace solo una madre. -- Veras que en poco tiempo ya estas mas tranquila. -- No creo, mama, es una oportunidad unica y si no lo consigo, me vendre abajo. -- No, hija mia, si no lo consigues, aqui estare yo para ayudarte a seguir intentando conseguir un futuro, despues de lo que has estudiado seguro que tarde o temprano lo consigues. -- Pero yo quiero este, es de lo mejor, todo el mundo suena con trabajar en esa aerolinea. -- Bueno, carino, tu relajate y comete el mundo en esa entrevista. -- Espero comerme una... -- !No seas mal hablada! -- me dio una de sus collejas. -- Como salga mal, le lloro y todo al que me entreviste. -- Eso nunca, si no saben ver tu talento, ya otros lo veran. -- !Que facil lo ves! Quiero estar en esa compania, son las que mejores condiciones tiene y el prestigio es de lo mas brillante. -- Bueno, tomate la tila y veras que iras mas relajada. No paraba de mirar el reloj que estaba en la pared de la cocina, los minutos no pasaban y eso me desesperaba aun mas. Un rato despues, la tila comenzo a hacer efecto, no me relajo del todo, pero algo consiguio rebajarlo, asi que cuando faltaba una hora, me despedi de mi madre dandole un abrazo y me fui en mi coche para las oficinas de AirTak, donde tenia la cita. Aparque el coche y me fui andando hasta recepcion, me pasaron rapidamente a la entrevista, donde un senor de unos cincuenta anos me recibio amablemente, no sin antes haberme mirada descaradamente de arriba abajo. Me hizo un interrogatorio que parecia que estaba siendo investigada por algun caso rocambolesco, horas de descanso, habitos de comida, situacion personal, solo le falto preguntarme si habia sido alguna vez infiel. -- Muy bien, senorita, en muy pocos dias recibira una respuesta por nuestra parte. Me levante y me despedi dandole la mano. Resople nada mas salir de aquel despacho, no me habia visto muy mal pero si que ese hombre era de esos que no mostraban nada, era incapaz de acertar si le habia impresionado o no. Fui hacia la tienda de ropa de mi amiga Alba, tenia ganas de verla, no me apetecia meterme en casa. -- Hola, Amanda.!Que sorpresa! -- me dio un abrazo de esos que me llevaba dando desde que eramos unas ninas, ahora ya teniamos las dos 27 anos-- ?Que tal la entrevista? -- Pues la vi bien, pero el hombre que me la hizo era un Playmobil, ni gesticulaba, solo preguntaba continuamente y escuchaba mis respuestas mientras las apuntaba, me dijo que ya recibiria respuesta por su parte. -- Bueno, vamos a tomar un helado, olvidate ya de eso hasta que se comuniquen contigo, disfrutemos de un poco deazucar para calmar las penas -- dijo dandome una palmada en el culo. Era mi amiga del alma, esa que siempre sacaba tiempo para escucharme, arroparme y darme apoyo, tenia una preciosa tienda de una cadena importante, contaba con seis empleadas y habia triunfado pese a su corta edad. Nos compramos un helado en una famosa heladeria que era toda una exquisitez, yo me lo pedi de pistacho y turron, era mi favorito, aunque solia cuidarme mucho, de vez en cuando me daba un capricho, luego lo quemaba en el gimnasio, a ese que acudia desde hacia tres anos religiosamente, me hacia sentirme mejor conmigo misma, era una parte importante para entrenar mi cuerpo y mi mente. -- Anoche estuve otra vez con Denis... -- ?En serio? -- me quede muerta, era el amor de su vida, segun ella, pero estaba casado -- ?Os habeis vuelto a ver? -- Ajam... -- !NO me lo puedo creer! -- Me puso un mensaje por la manana invitandome a cenar, termine pasando la noche con el, su mujer estaba afuera por motivos de trabajo. -- ?Y que tal? -- Aun estoy temblando --solto una carcajada que los de la mesa de al lado se quedaron mirando. -- !Que bruta eres! -- ?Yo? Para nada, bruto el, es un fuera de serie --puso cara de estar en las nubes. -- Pero el no tiene pensamiento de dejar a su mujer. ?A que juega? -- No lo se, pero yo mientras no me venga mi principe azul, me quedo con mi diablo las veces que pueda, ya quisiera quedarmelo para siempre, pero tengo los pies puesto en el suelo, se que disfrutamos juntos pero que el nunca dejara a su mujer. -- No entiendo a los hombres asi --me queje negando con la cabeza. -- No te preocupes, ya me encargo de entenderlo yo -- bromeo sacandome la lengua. -- Necesito ese trabajo -- no paraba de dar vueltas a la cabeza -. Seria un gran paso para empezar una carrera laboral importante. -- Como lo consigas, me voy a alegrar mucho, aunque como te toque vuelos intercontinentales, te echare mucho de menos. -- Nada, Alba, sabes que siempre estare en mis ratos libres dandote la brasa --me acerque a darle un beso en la mejilla. --Lo se, estoy deseando verte vestida de azafata, vas a romper muchos corazones. --!Exagerada! --Eres preciosa y lo sabes... --Ya, sera que tengo muy asumido que son los ojos con los que me miras. El telefono sono en ese momento, un numero raro y largo, me encogi de brazos ensenandoselo a Alba, que me hizo un gesto de que lo cogiese. --Hola. ?Digame? --Hola, le llamamos de Recursos de AirTak, nos pasan el informe positivo de su entrevista, nos preguntabamos si es posible que comiences el curso de tres dias que empieza manana, una vez realizado, puedes firmar contrato con nuestra empresa. Casi me da algo, no podia creer que fuese tan rapida la respuesta, me empezo a temblar todo y los ojos se me abrieron como nunca antes lo hicieron. Alba me miraba, esperando impaciente para saber de que se trataba, ya que mi cara era el espejo del alma. --Si, claro, por supuesto. --Pues le esperamos en nuestro edificio manana de nueve de la manana a dos de la tarde, en la entrada le informaran de todo. --Perfecto, muchas gracias. Que tenga un buen dia. --Igualmente. Felicidades. --Gracias --colgue y comence a chillar-- !!!Manana hago el curso para la compania!!!! --?En serio? --Alba se levanto y nos fundimos en un abrazo y comenzamos a llorar emocionadas. --No me lo creo. ?Como es posible tan rapido todo? Desde que puse el curriculum han pasado cuatro meses, y ahora todo tan seguido... !Me muero! --No te mueras, ahora no. !Ahora al aire! Pase la tarde con mi amiga, cenamos fuera, antes llame a mi madre para comunicarle la alegria, lloraba como una enana, ella que tanto habia luchado por hacerme una mujer hecha y derecha, ella que lo habia dado todo por mi, ahora la habia hecho completamente feliz. Mi madre se habia acabado de prejubilar, tenia 59 anos, pero en su trabajo de profesora le dieron esa opcion y ella la acepto. Me habia sacado sola hacia delante, mi padre fallecio cuando ella estaba embarazada, llevaban casados dos anos, fue un duro golpe para ella, pero me saco a delante. Gracias a Dios tenia un trabajo fijo y le habia quedado la pension de mi padre, asi que en el tema economico vivimos desahogadas. Desde hacia unos anos, ella me ponia en la cuenta todos los meses la mitad de la paga de viudedad de mi padre. Percibia mil novecientos euros y a mi me metia en la cuenta ochocientos, eso me daba bastante independencia. Me sobraba bastante ya que no era derrochona, siempre me daba algun capricho con ropas y usaba en salir, pero no se me iba la mano, habia aprendido de mi madre en ese aspecto. Con la muerte de mi padre se le quedo la casa pagada, asi que ella siempre ahorro bastante, a pesar de que nunca me falto un detalle. Cuando cumpli los 23 anos, me compro un coche nuevo, un coqueto mini de BMW, en color blanco. Ese dia, cuando lo vi en la puerta de mi casa, llore como una nina pequena, siempre dije que me gustaba ese coche, pero nunca pense que fuera capaz de regalarmelo, a pesar de que sabia que se desvivia por mi. Cuando llegue a casa por la noche, me encontre un ramo de margaritas en la entrada, con una nota y un regalito envuelto. "Felicidades, mi vida, estoy muy orgullosa de ti". Abri el envoltorio y adentro habia una cajita de joyeria, me salio una sonrisa de oreja a oreja, ella tan detallista siempre, habia una pulsera de plata rigida, en la parte superior un avion en forma plana, era preciosa. Fui al salon y ya estaba dormida en el sofa, esperandome, me acerque a ella y le di un beso en la frente. --Hola, hija --sus manos agarraron mi cara para besarme en los labios, nunca dejo de hacerlo. Mama. !Gracias! Es preciosa --le ensene mi muneca con la pulsera ya puesta. Fui a buscar un colgante de avion, pero no lo habia y me ensenaron la pulsera y sabia que te gustaria. Me ha encantado --no paraba de mirarla en la mano. Debes acostarte ya, manana tienes que estar descansada --dijo levantandose para irse ella tambien a la cama. Claro --le di un beso y me dirigi al cuarto. Di un beso a la foto que tenia en la pared de mi padre, debia darle las gracias tambien, sabia que desde donde estuviera, nos estaba protegiendo y contento por lo de mi trabajo. Revise las redes sociales, como siempre la que se quejaba por todo, la que no dejaba de subir selfies de todas las posturas, la que siempre presumia de amor... me hacia mucha gracia la diversidad de posts que ofrecian cada uno. Yo solia publicar poco, mi amiga Alba si que me etiquetaba en muchas cosas, pero yo era mas recelosa de mi intimidad. Con los nervios, me costo una eternidad coger el sueno, pero por fin lo consegui, cosa que no se a que hora fue. A las ocho estaba desayunando con mi madre, ella siempre se levantaba al oirme, me preparaba el desayuno, le gustaba hacerlo, estaba muy feliz, no paraba de decirme lo guapa que estaba, me habia estirado la melena como una azafata. Un cuarto de hora antes, ya estaba entrando por el edificio de AirTak, me dirigi a la recepcion y rapido me dijeron a que planta y departamento ir, asi que subi y al llegar me pasaron a una sala donde estaban tres chicas mas y una que llego unos minutos despues. El instructor se presento y comenzo a darnos las pautas a seguir en cada vuelo, nos ponia mil ejemplos, era muy gracioso, ademas que su encanto hacia que todo fuera muy monotono y divertido

  • Go west, mutil de Alvaro Ordonez Iragorri

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    N CAPITULO 1 inguno de los alli reunidos podia imaginar que el edificio en el que se encontraban saltaria por los aires anos mas tarde. Es mas, nadie habria creido, si un nigromante se lo hubiera contado, que veintiseis anos despues seguiria en este mundo pensando en las toneladas de bombas, de todo tipo, que iban a convertir aquel lugar en uno de los sitios donde se perpetrara el primer gran bombardeo aereo de la Historia. Pero asi fue. Aunque, claro, que aquel vetusto edificio saltara por los aires no tuvo nada de particular. De hecho, todo el pueblo volo la manana del veintiseis de abril de 1937. La Legion Condor alemana fue la encargada de hacerlo desaparecer minuciosamente. !Guernica! En fin, como ya he mencionado, aquello sucedio muchos anos despues de la reunion que voy a describir y que tuvo lugar en la notaria. Casi un mes antes, don Fermin, el pasante del notario, dio un saltito sobre el cojin de terciopelo magenta sobre el que llevaban acomodadas dos horas sus posaderas. Se encontraba despachando todo tipo de papeleo, arrojando a una papelera dorada de rejilla las cuestiones que pudiesen abrumar a su patron, y acumulando en la gran mesa de caoba los asuntos sobre los que, a su leal saber y entender, valia la pena que se posasen los sabios y cansados ojos del Gran Hombre. El motivo por el que don Fermin pego aquel salto fue una de las cartas. La habia abierto desganadamente con un abrecartas de marfil, unica coqueteria que se habia permitido en mas de treinta anos de trabajo, y se encontro con algo extraordinario. Entre pasitos cortos y nerviosos, solicito permiso para traspasar el umbral del despacho de su jefe, el notario don Silvestre Ibarlucea y Zarraga, que, para el, era algo asi como Dios vestido de paisano. Don Fermin estaba como un flan. Se notaba en como se acentuaban sus pasitos cortos, su risita nerviosa y sus manitas apretadas contra los punos de celuloide. Y es que debia leer a don Silvestre aquella carta, una carta escrita por alguien a quien todos conocian, pero al que daban por muerto. Bueno, eso, los que lo recordaban. Espero Fermin a que don Silvestre terminara su cafe-cafe (no esa achicoria aguachinada que se trajinaba en el resto del pueblo) y diera un sorbito de conac-conac (no ese saltaparapetos) para leer el contenido de la misiva. Tan pronto como este levanto la vista del papel, Fermin lo miro como lo haria un ratoncito hipnotizado con el gato que lo ha descubierto. Atusose don Silvestre el bigote, estirose el chaleco de seda, pasose la mano por la leontina de oro con monedas, aclarose la garganta y proclamo: --!Valgame Dios! !Esto es prodigioso! --Dicho lo cual, se levanto haciendo crujir el cuero de su silla y provocando un nuevo respingo en Fermin, como si hubiera sonado un canonazo. --Me voy --dijo don Silvestre consultando su reloj Roscoff antes de agitarlo como una maraca y aplicarlo a su oido para sonreir mas tarde como una novicia recien casada con Dios. --?Adonde? --quiso saber el perrito, perdon..., el pasante. --!Adonde va a ser, alma de cantaro! A hacer exactamente lo que nos han encomendado. !A hacer correr la noticia por ahi! --proclamo. Volvio a atusarse el bigote, a estirarse el chaleco, a pasarse la mano por la leontina y aclararse la garganta. Pero esa vez, ademas, echo mano del leviton de terciopelo negro que estaba colgado del perchero de nogal castellano. No llego a ponerselo por si mismo porque, en menos que canta un gallo, el servil don Fermin se lo ayudo a calzar y ajustar y, de no se sabe donde, saco un cepillo. De un par de rapidas cepilladas, dejo al notario mas bonito que un san Luis. Salieron juntos del despacho y avanzaron por el largo pasillo que daba a la puerta de la calle, no sin antes haber saludado a sus empleados, que, solicitos, devolvian el saludo casi sin levantar la vista de sus respectivos escritorios. Cuando don Fermin le entrego a su dueno la chistera y el baston a la velocidad del rayo, observo consternado una motita en el hombro de ese gran hombre que era don Silvestre, de modo que le pidio permiso para quitarsela, se la limpio y respiro aliviado. Salio el notario, cerro el pasante la puerta. En ese momento, don Fermin alzo la vista al cielo, que, en este caso, era de estuco de yeso con hojas de acanto, y exclamo, juntando las manos como si orase: --!Gracias, Dios mio, por haber puesto en mi vida a este benefactor de la Humanidad! Entonces bajo la cabeza con tal fuerza que su ojo izquierdo, de cristal (y de segunda mano) cayo en la alfombra rodando. !A ver quien lo encontraba en esa pradera de lana! Cualquiera que haya visto las peliculas del gran John Ford, por poner solo un ejemplo, se habra hecho una idea de lo que son los grandes espacios abiertos. Una nube aqui y otra alla, como para hacer bonito; la tierra calcinada bajo un sol opresivo; la serpiente de cascabel saliendo de una roca y refugiandose rauda en otra; el saguaro..., en fin, la iconografia clasica de la leyenda del Far West. Todos tenemos esas imagenes en la cabeza. Pero los cuatro desgraciados que cruzaban el desierto de Nevada, no. Y no las tenian por la sencilla razon de que no habian visto una pelicula en su vida. Habian llegado desde muy lejos, desde la otra parte del mundo, y en esa parte del mundo no habia cinematografo, ni nadie conocia a los hermanos Lumiere. Donde se encontraban en esos momentos, faltaban muchos anos para que alguien conociese las hazanas de Tom Mix. Estaban agotados porque venian huyendo de sus amos. ?De sus amos? ?Pero no habian ganado los yanquis la Guerra de Secesion? !Ahi esta la almendra del asunto! Esos cuatro pobres diablos estaban pasandoselas canutas a diez mil kilometros de sus casas precisamente porque Abraham Lincoln habia abolido la esclavitud. Sus perseguidores se habian retirado. Y se habian retirado porque sabian lo que era bueno. Se estaban adentrando en territorio indio. Casi todo lo que se cuenta de los indios es verdad. Casi todo. Son silenciosos, son sinuosos, son invisibles, son peligrosos. Son crueles y estan espoleados por el natural odio hacia quien ocupa una casa sin haber sido invitado. Casi todo lo que se cuenta. Hay algo que me cuesta aceptar, !las senales de humo! ?Como seres tan silenciosos y discretos, tanto que fue la guerra de guerrillas su principal arma, eran capaces de realizar senales en el impoluto cielo de Nevada, que podian ser vistas a kilometros de distancia? En fin. En todo caso, en el momento que estoy narrando no habia ninguna senal en el cielo que anunciase nada, a no ser una muerte lenta por deshidratacion. Ya ni siquiera hablaban entre ellos. Al principio, cuando se percataron de que sus perseguidores habian desistido, se abrazaron y dieron saltos de alegria, pero de eso hacia horas. Tenian las caras llenas de pustulas; las mejillas, hirsutas; y la boca, llena de una indescriptible pasta que algunos optimistas podrian describir como saliva. Uno de ellos se puso a llorar desesperado, pero de sus ojos no brotaba nada; las lagrimas se evaporaban antes de aparecer. Por fin se sentaron en ese roquedal lunar que es el suelo del desierto de Nevada. Tres lo hicieron en el propio suelo; el cuarto, que se llamaba Martin y era de Elanchove, lo hizo sobre una gran piedra redonda y anaranjada, pero se levanto como una flecha entre aullidos, agarrandose las nalgas con las dos manos. La piedra estaba al rojo vivo. Nada mas ponerse en pie, una fuerza inmensa como la mano de un dios, volvio a sentarlo en la piedra, que ya ni quemaba ni nada. Hace un momento he mencionado la palabra <>. Pues bien, el bueno de Martin tenia tres en el cuerpo. Repartalas el amable lector por donde buenamente quiera. Corrio como un pollo sin cabeza, esa vez sin aullar ni gritar, hasta que Nuestro Senor corto la cuerda que le unia a la vida y cayo al suelo como una marioneta sin dueno. Los otros tres companeros, a pesar de los cerca de sesenta grados a la sombra que parecian a punto de reventar las piedras, temblaban como hojas en medio de un monzon y se pusieron a rezar. ?Que otra cosa iban a hacer? Se sentian estafados, utilizados y explotados. Los habian enganado en Guernica, los habian estafado en Nueva York y los habian utilizado en Winnemucca, Nevada. !Por sus propios paisanos! Y eso les daba rabia y mucha pena. Hasta que unas cuantas flechas los despenaron.

  • Oscuridad de Emma Cadwell

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    Cuando Simon Whelan conoce a Mara Stokes tiene el presentimiento de que es su alma gemela, pero es consciente de que jamas podra estar con ella. Mara es demasiado joven y demasiado inocente, y Simon ya perdio una vez a la mujer que creia destinada a estar con el. Sin embargo, Mara es mucho mas de lo que aparenta, y su unica preocupacion es acabar con Simon. Ha vivido enganada respecto a si misma y a su familia, al amparo del ejercito de las sombras, que le ha hecho creer entre otras cosas, que fue el guardian quien ordeno asesinar a sus padres. Pero por mucho que ambos traten de resistirse a la poderosa atraccion que sienten el uno por el otro, su amor es lo unico que conseguira hacerlos vencer a la oscuridad. Juntos deberan averiguar la verdad y luchar contra el cruel ejercito de las sombras, que desplegara todo su arsenal para ganar la batalla final.

  • Sobre el Amor de Miguel De Cervantes Saavedra

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    Considerado el mas influyente escritor de la literatura en espanol, Cervantes se revela en estos textos en torno al tema del amor como un autor inusitadamente moderno, que se burla del modelo cortes y se aleja del romanticismo al uso para ofrecer una mirada realista, ironica y profundamente original.

  • Lo que queda de nosotros: Paris de Lina Perozo Altamar

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    Mientras Brigitte estuvo sentada en aquella banca en la estacion de trenes Victoria, con su mundo y sus sentimientos hechos pedazos, nunca llego a pensar que conseguiria rehacer su vida lejos del hombre que la hizo feliz, pero que tambien termino causandole un profundo dolor.
    Timothy, hundido en su desesperacion por haber perdido a Brigitte, tendra que aprender de la manera mas dura a que en la vida nada se puede dar por sentado, ni siquiera aquel amor que creia incondicional.
    A su vez, Donatien luchara por ser el hombre que despierte nuevas emociones en ella, ese que la acompane en el viaje de autodescubrimiento, que la convertira en la mujer que siempre quiso ser.
    Paris sera el escenario de un reencuentro que trastocara sus vidas, justo en el momento en que todo parecia ser perfecto y creian el pasado superado. Y los hara cuestionarse la posibilidad de un nuevo comienzo o aceptar que ya no queda nada entre ellos.
    Lo que queda de nosotros: Es una novela donde cada personaje luchara por tener una segunda oportunidad, pero quizas no todos sean merecedores de la misma.

  • Batiendo a Wall Street de Peter Lynch

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    El legendario gestor de fondos Peter Lynch explica en este libro sus estrategias de inversion y sus claves sobre como seleccionar acciones y fondos para conseguir la mejor cartera de inversiones posible.

  • Madame B de Sandrine Destombes

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    Una ultima revision general y Blanche Barjac podria cerrar la puerta del piso. Ya habia acabado con las manchas que quedaban y estaba impaciente por volver a casa. Le dolian los hombros y estaba convencida de que se le habian pelado las rodillas de estar toda la noche agachada. Habia tenido que cambiar la alfombra y la disposicion de los adornos, pero en general se sentia bastante satisfecha. Tenia que empezar a hacer deporte cuanto antes. Todos sus musculos se lo pedian a gritos. Adrian ya la habia advertido. A partir de cierta edad, ese trabajo se convertia basicamente en un desafio fisico. Pero Adrian tenia setenta y seis anos, y todo lo que decia parecia en mayor o menor medida un consejo de sabio, asi que Blanche se habia acostumbrado a escuchar solo lo que le interesaba. Tendria tiempo para pensar en la artrosis y el reumatismo. Iba a cumplir treinta y nueve a finales de ano. Lo unico que necesitaba era hacer un poco de ejercicio. Desde hacia unos meses, Blanche habia empezado a separar residuos. Ella misma llevaba las bolsas de basura, recicladas y reciclables. Era su toque personal. Implicaba algunas gestiones mas, pero al fin y al cabo cada uno debia poner un poco de su parte. Por supuesto, siempre quedaban algunos desechos inclasificables, sobre los que Blanche no habia encontrado ninguna indicacion en internet o que simplemente no podia tirar. Por lo general, dejaba que Adrian se ocupase de ello. Con cuarenta anos de experiencia a sus espaldas, la eficacia de sus metodos habia quedado mas que demostrada. El habia intentado transmitirle todo su saber, pero Blanche preferia que se reservase algunos secretos. Sabia que, mientras aun tuviera cosas que ensenarle, el viejo hombre permaneceria a su lado. Blanche cerro con cuidado para no dar un portazo al salir. El propietario le habia asegurado que en esa planta no vivia nadie mas, pero la discrecion siempre era de rigor, sobre todo a altas horas de la noche. Por mas que llevase ropa neutra y fuese con la cabeza gacha en todo momento, la carretilla plegable llena de bolsas de colores era lo bastante llamativa para que alguien pudiera recordarla, llegado el caso. Sin embargo, tenia un punto a su favor. Nadie se fijaba en una senora de la limpieza. A lo sumo, algun testigo podria recordar la estatura o su aspecto a grandes rasgos, pero jamas seria capaz de describir su rostro con precision. En el ascensor que la llevaba al aparcamiento, Blanche reflexiono sobre su vida y su profesion. Hasta el momento su trabajo era irreprochable, pero ?por cuanto tiempo mas? Adrian ya no era joven, y sin el tendria que dejarlo. Con el dinero que habia ahorrado podria mantenerse unos cuantos anos, pero ?que haria en su dia a dia? Su madre habria sabido encontrar las palabras para calmarla, pero ya no estaba, y desde hacia un tiempo la echaba muchisimo de menos. Apreto las mandibulas varias veces. No era el momento ni el lugar para ponerse a dudar del futuro o rememorar el pasado. Aun tenia un arsenal de cosas por hacer antes de enviar las fotos del resultado. Le llevaria como minimo una hora de viaje llegar a casa de Adrian, sin contar la parada en el vertedero. Despues tendria que examinar la informacion que contenian el ordenador y el movil que habia rescatado en el piso y hacer capturas de pantalla de lo que considerase relevante antes de destruir a conciencia ambos dispositivos. Y aun faltaria quemar los ultimos indicios y su propia ropa antes de poder disfrutar de un desayuno en familia bien merecido. Ser limpiadora requeria cierto rigor y Blanche Barjac era una de las mejores. 2 Hacia una semana que Blanche esperaba pacientemente un nuevo encargo. Habia vuelto a su estudio de la rue Halle, en el distrito XIV de Paris. En cualquier otra parte se habria pasado los dias caminando arriba y abajo, pero alli el techo abuhardillado no le permitia dar mas de cinco pasos seguidos. Habia aprovechado el obligado descanso para poner sus documentos en orden. Oficialmente, Blanche se comprometia a eliminar todo rastro de sus intervenciones. Una vez cumplida la mision, los clientes no tenian nada que temer. Estaba en juego su propia reputacion. Adrian incluso le habia dejado una frase preparada por si le preguntaban sobre el tema. Pero Adrian tambien la habia advertido acerca de la precariedad laboral del sector y la necesidad de tomar ciertas precauciones. Aparte de obligarla a abrir un plan de ahorro al inicio de su carrera profesional, el viejo hombre le habia ensenado como cubrirse las espaldas. No se trataba de chantajear a nadie, sino de tener un seguro de vida. Si llegasen a detener a uno de sus clientes, Blanche necesitaba poder recordarle hasta que punto era imprudente implicarla. Por eso conservaba con sumo cuidado un souvenir mas o menos incriminatorio de cada mision: el arma del crimen, una fotografia, un mensaje… No era una decision premeditada, pero hasta la fecha sus grandes limpiezas siempre le habian permitido hacerse con algun elemento inculpador. Los objetos los almacenaba Adrian en su cobertizo, y Blanche se encargaba de digitalizar y archivar lo demas en su ordenador. Una base de datos le facilitaba tener los expedientes actualizados. Blanche acababa de rellenar la ficha 92 y se preguntaba que sentiria cuando llegase a la numero 100. Puede que se regalase un viaje para celebrarlo. Sonaba con conocer Argentina, pero siempre encontraba alguna excusa para posponerlo. En realidad, Blanche era incapaz de alejarse de Adrian. Era un pilar para ella, su protector. Desde hacia un tiempo la animaba a que se distanciase un poco, a que pasase unos dias sin contactar con el. Sin embargo, el resultado era poco convincente. Blanche habia vuelto a morderse las unas y se olvidaba a menudo de tomar la medicacion. Este ultimo argumento habia sido mas efectivo que ningun otro, asi que Adrian la esperaba a ultima hora del dia. Mientras tanto, Blanche ocupaba el tiempo como podia. Catalogar el ultimo encargo que habia hecho no le llevo mas de media hora. Era un caso clasico de limpieza que no habia exigido demasiado trabajo. A un hombre de negocios casado y con dos ninos se le habia ido la mano con el trabajador sexual que habia recibido en casa mientras su pequena familia disfrutaba de la nieve en Courchevel. Su primera reaccion fue llamar a su abogado, quien le aconsejo los servicios de RecureNet & Associes.

  • Jardines de la Luna de Lidia Craveiro

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    "Fines del siglo XVIII en Portugal, en la llanura alentejana. Isabel Rebelo, la segunda hija de un Senor de Mayorazgo, ingresa al convento por orden paterna para no tener que darle un dote. El derecho sucesorio a la herencia paterna incluye solo al primogenito varon y a Isabel le queda solamente el convento. Cinco anos mas tarde, se niega a hacer los votos definitivos y la madre superiora le indica un lugar de maestra en una casa senorial, sin el consentimiento de su padre. Al llegar al solar se encuentra con un Conde aun joven que desborda una virilidad que la vuelve loca. Isabel comienza un juego de seduccion y erotismo con Su Senoria, capaz de hacer enrubecer a la mas depravada de las meretrices.
    Pero ella tiene secretos que el Conde Manuel Alfonso de Barbosa desconoce y los problemas empiezan cuando el codicioso Senor de Mayorazgo, padre de Isabel, contrata a un gitano para encontrarla y extorsionar al Conde.
    Cuando la pasion y la lujuria dan lugar al amor, sus vidas comienzan a unirse y el Conde tiene que tomar una decision dificil para su vida. ?Parte hacia Brasil con su sobrina para cuidar las haciendas y se arriesga a perder a Isabel para siempre o se queda y asume la pasion que lo consume, enfrentando los miedos que lo persiguen hace anos? "

  • Hozuki, la libreria de Mitsuko de Aki Shimazaki

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    Mitsuko tiene una libreria de viejo especializada en obras filosoficas. Alli pasa los dias serenamente con su madre y Taro, su hijo sordomudo. Cada viernes por la noche, sin embargo, se convierte en camarera en un bar de alterne de alta gama. Este trabajo le permite asegurarse su independencia economica, y aprecia sus charlas con los intelectuales que frecuentan el establecimiento. Un dia, una mujer distinguida entra a la tienda acompanada por su hija pequena y los ninos de cada una se sienten inmediatamente atraidos entre ellos. Ante la insistencia de la senora y por complacer a Taro, a pesar de que normalmente evita haceramistades, Mitsuko aceptara volver a verlos. Este encuentro, sin embargo, podria poner en peligro el equilibrio de su familia.

  • Neuroeducacion de Francisco Mora

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    ?Que es la NEUROEDUCACION? ?Se puede hablar de NEUROEDUCADORES, una nueva profesion?

  • La capital de Robert Menasse

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    Bruselas es el corazon de la UE y tambien de esta novela. Esta obra es un viaje a las interioridades de la vida politica europea a traves de cinco historias conectadas que corren paralelas, cada una con un protagonista diferente, y que se centran en la vida diaria de la capital europea desde diversas perspectivas. La capital sigue de cerca el destino de sus personajes en sus frecuentes encuentros, ofreciendo una vision de sus vidas profesionales asi como de sus coloridas vidas privadas, alejadas de las oficinas y congresos. La mirada penetrante de Menasse, cargada de humor e ironia, hace de esta novela una lectura tan irresistible como importante en los tiempos actuales de nacionalismos, desde el Brexit hasta la independencia de Cataluna.

  • Eva es la tentacion de Esperanza Riscart

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    Una historia de amor con un inicio tormentoso y doloroso en el que la joven e inexperta Eva se sentira aprisionada por los fuertes sentimientos que Daniel despierta en ella.

  • Nacidos en Mauthausen de Wendy Holden

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    Emotiva historia de tres jovenes mujeres que fueron confinadas por los Nazis a un campo de trabajo y que ocultaron su embarazo durante todo su calvario, enfrentandose asi al horror con la pasion por la vida y el amor. Sus hijos nacieron pocos dias antes de la liberacion del campo, escapando por poco al exterminio, y pese a su debilidad fisica (pesaban menos de 1,5 kilos) y a la fragilidad de sus madres, apenas esqueletos vivientes, lograron sobrevivir.Esta es la historia de estas tres familias.

  • El caso Rosso (Comisario Tempesti 1) de Javier Vazquez Aponte

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    Bruno Barone ha cerrado la puerta de la adolescencia con exito, dejando su pasado empaquetado y sellado en su pueblo natal con la esperanza de mantener a los fantasmas de aquella epoca a raya. Se adentra en la edad adulta sin cicatrices visibles. Ahora es agente de policia, tiene un futuro y un proposito en la vida. Pero, en los rincones mas oscuros de su conciencia sabe que tan solo es un yonqui mas, uno con un poco mas de suerte, uno que ha salido del abismo y que se diferencia muy poco de los otros zombies, esos que deambulan por la gran urbe cargados de miseria.

  • Mujeres en el frente de Freda Lightfoot

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    Una historia de esperanza y superacion del pasado.

  • Corazon indomable (Trilogia Corazon 2), Elena Montagud de Elena Montagud

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    Esta historia tierna y pasional puede provocarte los suenos mas eroticos.

  • La heredera de Adelfa Martin

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    Una joven mujer debido al inesperado fallecimiento de su padre, se ve obligada a tomar – quizas prematuramente-, las riendas del emporio economico que este construyo y para lo cual la habia preparado.
    El desenlace fatal de su progenitor y las explicaciones dadas por el medico no la convencen, iniciando una investigacion que la lleva a enfrentar lo peor del ser humano en su mas pura definicion, mas dificil aun por provenir de personas cercanas.
    Maldad, odio, venganza y muerte, pero tambien. !un gran amor!