• libro el asesino indeleble - Marcos Nieto

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    Las luces de mi Mustang iluminaban la noche y el inicio de esos bosques que, a nuestro avance, semejaban horadarse. Penetraba en la oscuridad guiado por la linea de alquitran que el hombre habia posado alli, entre los troncos. Between Forests no era mas que un pueblucho de mala muerte, un cumulo de almas insertado en las entranas de una marea de pinos. La mina de carbon mas importante del condado se encontraba en aquel enclave dejado de la mano de Dios. Sin el oscuro mineral, Between Forests no era nada. --No lo entiendo --murmuro mi companero encendiendose un cigarro a la vez que se acomodaba en el asiento--. Han encontrado al muchacho alli mismo, empapado en su sangre. !Para que mierda nos quieren! --No lo se --admiti frotandome las sienes--. La llamada me ha pillado con diez latas de cerveza de compania, vacias... Ni el agua helada ha conseguido centrarme. --Mi voz carecia de fuerza alguna--. Supongo que habran detectado algo extrano. --Esto me da mala espina. --?Por que? --Por nada en especial. Un simple presentimiento. --Hay que tener cuidado con ellos... --divague en voz alta sufriendo la incesante fuerza que el sueno proferia en mis parpados. Solo el dolor de mi testa evitaba su descenso--. Si se interpretan bien, pueden contener indicios del porvenir. Si miras con recelo al futuro, quiza este te revele alguno de sus misterios. <>. --Debes dejar de leer tantos libros sobre parapsicologia y esos rollos, en serio. --Si... --suspire sonriendo, sintiendome muy cansado. Necesitaba un cafe, y pronto. --?Te duele? --pregunto Dan tocandose con el dedo indice la sien izquierda. --Sabes que si. Aparque en una de las pocas gasolineras que se encontraban en el trayecto. El coche no requeria repostar; yo si. --Dos cafes dobles, por favor --pedi al dependiente: un hombre obeso de barba prominente--. Y por favor, dejeme echarle un poco de ese licor que guarda usted por ahi... Le guine el ojo. El calor atestaba la atmosfera, la condensaba haciendola densa, pesada, desagradable de habitar. Una mosca zumbo posandose en la frente humeda del dependiente; la ahuyento con un rapido gesto de su mano. --?Me has oido? <>. --Aqui no servimos bebidas alcoholicas --apunto aparentando estar azotado por una somnolencia persistente. --Yo creo que si... El gran hombre desplazo levemente su brazo, muy despacio. --Muevete un milimetro mas y te vuelo la cabeza. --Desabroche la chaqueta de mi traje negro de Armani dejando entrever mi placa al costado de una Beretta 92. Quedo petrificado ante mi. Su cuerpo aguanto inclinado unos segundos, aparentando un mimo muy poco profesional. --Vamos a ser buenos... o vamos a ser malos, ?eh? Echale whisky al cafe y deja de mirar el arma que guardas bajo el mostrador. Mi companero Dan, de pie, observaba la escena bajo la camara de seguridad que habia revestido con un panuelo. El dependiente senalo una taquilla a su espalda. --?Puedo? --Claro. Pero no hagas tonterias. Giro su cuerpo pausado, y extrajo una botella de Jack Daniel's del armario metalico. --Asi me gusta... --asenti mientras el whisky rebosaba los dos vasos de papel. Tire sobre el mostrador un billete de cincuenta--. Quedate con el cambio --dije mirando fijamente a los ojos del dependiente, sorbiendo el aderezado cafe. Me dirigi hacia la salida, y justo cuando a punto estaba de alcanzarla, gire mi cuerpo dirigiendome de nuevo al gran hombre barbudo. Clave mis ojos en los suyos, entregandome estos el desapruebo y la decepcion. Estaba cansado de las pupilas que no aprobaban mis metodos, que pensaban que un agente de la ley debia ser justo, un angel guerrero, un salvador. Y eso era justamente lo que yo era; aunque muchos no quisieran verlo. El arcangel contra el mal, el batallador de demonios de carne y hueso: Jeff Sanders. Tenia derecho a tomarme las licencias que creyera oportunas, las concesiones necesarias para alcanzar mi meta, pues no luchaba contra un enemigo cualquiera. Si batallas limpio contra un tramposo, si peleas cinendote a las normas contra alguien que no las sigue... La ley estaba podrida, maniatada por los intereses y el poder. La justicia no deberia excluir a nadie, pues entonces, no es justicia..., y yo habia visto muchas injusticias. No luchare en desventaja contra el mas temido de los contrincantes: el mal. <>. --?Sabes a que me dedico? --pregunte en la distancia. Nego con la cabeza. --?Tienes hijos? ?Esposa? --Mujer y dos hijas --contesto con voz entrecortada. --Pues si algun dia encuentran a alguna de ellas tirada en un escapado, asesinada, violada o mutilada..., si ese dia estas de suerte, si ese dia has sido bendecido por lo divino, sere yo quien busque al hijo de puta que te ha arruinado la vida. Asi que quiza volvamos a vernos, y ese dia, miraras mis ojos con unos bien distintos a los que miran ahora. --A veces eres un poco egocentrico --dijo Dan sonriendo, una vez los dos, de nuevo, dirigiamos nuestros cuerpos a la escena de ese crimen que a la postre, seria el mas complejo de nuestras vidas. --El mundo deberia besar el suelo por el que andamos --dije sorbiendo el cafe--. Lo que vamos a ver hoy no puede remunerarse con nada. --Ser tu companero es vivir en una completa atmosfera festiva --expuso Dan esgrimiendo un gesto de placer, mofandose de mi--. Voy a explotar de tanta armonia. Dan me conocia bien, sabia que no era recomendable tocarme los huevos cuando tenia el dia torcido, que era casi siempre. El era el unico al que le permitia esas licencias… Pero tambien sabia que en mi no existia maldad alguna: solo el tormento de una vida injusta. --Ese gordo sudoroso vive en un mundo muy distinto al nuestro. No puedes odiarle por ser feliz --profirio dandome un par de palmadas en el hombro--. No puedes estar cabreado con el mundo eternamente. <>. <>. --Por aqui, por aqui... a la derecha. El dedo de mi companero senalo un pequeno indicador que brillo al girar nuestro vehiculo. Nos adentramos en un camino terroso, estrecho, constrenido por troncos, velado por una oscuridad cerrada. Avanzamos apenas medio kilometro cuando los ojos de mi Mustang revelaron los vehiculos que suelen preceder la escena de un crimen. --Aqui, para --demando Dan. --No veo los vehiculos del equipo forense. Creo que hemos llegado en el momento justo. Espero que el Sheriff sea un tipo competente. ?Recuerdas a aquel idiota? --dije chasqueando los dedos-- Si, joder... ese inutil de mierda... Ahora no recuerdo su nombre. --?El sheriff Robson? --!Eso, Robson! Limpio el cadaver porque decia que la chica le daba pena. --Exhale una carcajada que mas bien fue un lamento quejumbroso--. Por su incompetencia, un caso sencillo estuvo a punto de no resolverse. --Como iba a olvidarme de ese retardado... ?Cuanto hace de aquello? --Al menos cinco anos. Fue nuestro tercer caso juntos, creo. --!Y te he aguantado tanto tiempo! --Dan se echo las manos a la cabeza--. Deberian condecorarme por eso. No entiendo como he soportado tu compania. --Pues es muy sencillo: soy adorable. --Gracias por recordarmelo. No se como cojones ha podido olvidarseme ese importante dato... Aparque mientras Dan cogia la radio y sintonizaba la frecuencia del Sheriff. --?Sheriff Collins? --dijo pegando la boca al altavoz--. Detectives Dan Patterson y Jeff Sanders al habla. --Aqui Collins. La radio distorsiono. --Nos acercamos. --Bien, prosigan. Tengan cuidado, el lugar es de acceso complicado. --De acuerdo. Salimos del vehiculo y nos dirigimos a su parte trasera, sacando un par de linternas del maletero. --?Competente o incompetente? --pregunte a la vez que Dan apagaba y encendia la suya comprobando su correcto funcionamiento--. Las cervezas de esta noche a que esta acojonado.

  • EL ASESINO INDELEBLE | MARCOS NIETO PALLARES

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  • El Asesino Indeleble. Tapa blanda - Marcos Nieto Pallarés

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  • El asesino indeleble (La Trama) Tapa blanda - Libros - Amazon

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    El asesino indeleble (La Trama) : Nieto Pallarés, Marcos: Amazon.es: Libros.

  • Reseña libro "El asesino indeleble". Libros por doquier.

    https://www.librospordoquier.com/el-asesino-indeleble/

    3 feb 2020 — Con “El asesino indeleble”, Marcos Nieto Pallarés se aleja del género de ciencia ficción al que nos tenía acostumbrados para presentarnos una ...

  • El asesino indeleble | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/novela-negra-misterio-y-thriller/11151-libro-el-asesino-indeleble-9788466666961

    En la pequeña y aparentemente tranquila localidad de Between Forests hallan el cuerpo de una joven brutalmente torturada y con varias inscripciones «cinceladas» ...

  • El asesino indeleble - Libro de Marcos Nieto Pallarés

    https://www.lecturalia.com/libro/100160/el-asesino-indeleble

    Un asesinato brutal. Una historia de violencia y redención. Un pasado del que nadie puede escapar. Descubre el thriller que más recomiendan los lectores.

  • EL ASESINO INDELEBLE - NIETO PALLARÉS MARCOS

    http://quelibroleo.com/el-asesino-indeleble

    Me da mucha pena valorar tan mal un libro porque valoro el esfuerzo que se pone al crear una historia. Pero en éste caso siento que me han tomado el pelo.

  • Reseña El asesino indeleble - Los Mejores Libros

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    Adéntrate en la reseña El asesino indeleble, de Marcos Nieto Palláres, ... Estamos ante un libro de novela negra que comenzó como autoeditado y que gracias ...

  • EL ASESINO INDELEBLE - MARCOS NIETO | Alibrate

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  • El asesino indeleble by Marcos Nieto Pallarés | Goodreads

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    Este libro se lee solo. Con una pluma directa y sin delicadezas, Marcos Nieto nos mete de lleno en un pueblo sumido en la tragedia. Demasiadas muertes.

  • El lamento de los inocentes de Marcos Nieto Pallares

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    La linea de luces que las farolas alargaban calle abajo, posibilitaba vislumbrar mi sombra sobre la acera. Cambiantes detalles como esa negra silueta, resultaban los unicos capaces de eludir a la realidad en mis recuerdos. Lo inamovible, lo que el transcurrir del tiempo no altera o erosiona lentamente, se mantenia en ellos con todo lujo de detalle. El tantas veces transitado camino a casa, se perpetuaba en mi memoria desde la primera vez que lo recorri; fotografia que en cualquier momento podia revisar, e incluso, visitar. Poseia el don de volver a cualquier evento preterito, espacio ocupado, instante remoto..., para vivirlo de nuevo. Un album de vivientes instantaneas: el interior de mis celulas cerebrales. Rememoraciones que ayudaban a hallar donde otros no encontraban. Actuar en lo avistado tiempo atras, me ofrecia gran ventaja ante casos complejos. De conocer mis facultades, muchos las atribuirian al fenomeno de la hipermnesia; lo mio va mucho mas alla. Pocos saben de mi secreto y espero que asi siga siendo. No permitire que utilicen mis sesos como a los de un conejillo de indias. El pasar de los anos me agudizo el don, hasta el punto de obligarme a vivir inmerso en dos mundos equidistantes: presente y recuerdos. Detentaba la capacidad de penetrar en mi intelecto para de este modo, acceder a cualquier punto anterior. Pero en ocasiones, mas bien se me empujaba a ellos de forma alevosa e inconsciente. Quedar pensativo propiciaba que la bobina de mi cerebro retrocediera. Un hecho actual y espontaneo, me remitia sin previo aviso a episodios de una vida ya cumplida, convirtiendome entonces en un mero espectador. E inmerso en los detalles de una nocturna Manhattan, al tiempo que cruzaba un paso de peatones ensimismado en sus anchas y horizontales rayas, dos luces emergieron de la nada deslumbrandome hacia una indeseada evocacion: tres impactos. Ante el brillo cegador de los faros del vehiculo que colisionaba con mi Mustang, una luna agrietandose como un copo de nieve al nacer. Y tras el vidrio quebrado, el capo doblandose como un agitado mar de metal. Refulgiendo al son de una luna llena, fragmentos de cristal envolviendo ese asiento en el cual ya no reposaba mi espalda; materia dispuesta a salir disparada por donde una lamina vidriada brillaba por su ausencia. Un paquete de tabaco surcando el espacio a mi derecha. Colillas, plasticos... y mi ser exento del cinturon de seguridad. Las costillas parecian querer salirseme del pecho; el organismo se me abalanzaba presto a escapar de ese habitaculo a punto de convertirse en un amasijo de hierros. De haber entrado alli por voluntad propia, me habria deleitado en los detalles. Pero de forma impensada, solo podia observar al milimetro, revivir en primera persona el traumatico y ulterior suceso; tomarmelo con calma desde una perspectiva lejana quedaba fuera de mi alcance. Y vole con la cabeza por delante. Vino entonces el segundo impacto: mi masa golpeando la dura calzada. Pero antes vivi el tercero: emocional --el orden es lo de menos--. Mientras surcaba la oscuridad contemple a la conductora del coche contra el que acababa de estamparme: cara contra el volante, cabello desmelenado e impregnado en sangre... Estire la mano en un acto reflejo intentando arrancarla de ese timon que se le incrustaba poco a poco... Y al tiempo que yo proseguia con mi destino <> a ras de un techo de chapa azul, ella consumaba su muerte, la ausencia de latidos en su corazon.

  • Jugando sucio de Lauren Hawkeye

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    Beth Marchande tarda un nanosegundo en ver que Ford Lassiter adora las reglas y el orden. Sin embargo, detras de sus ojos leoninos, ese hombre espectacular pero muy rigido esconde algo mucho mas profundo que la lujuria. Esconde una necesidad exacerbada y deliciosamente barbara de asumir el control y que Beth se lo ceda. Pero el no puede ocultarle sus sentimientos a esta mujer fiera y apasionada. por muy alto que sea el precio.

  • Con esto y un bizcocho de Amara Castro Cid

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    Con esto y un bizcocho es una novela positiva, actual, y que te atrapa desde las primeras paginas. Mariana regresa a su Vigo natal para recuperarse de las secuelas de un accidente. Su familia, su psicologo, su fisioterapeuta y sus amigas intentan ayudarla a reconciliarse consigo misma pero una llamada inesperada lo complicara todo. Los personajes secundarios, tambien con sus propios miedos e inseguridades, acompanaran a Mariana en este viaje de superacion. Sus historias se van narrando en paralelo y vienen a reforzar la idea central de la novela: no podemos cambiar el pasado pero si que podemos intentar verlo desde una perspectiva diferente. Superacion, amor, amistad y una pizca de intriga hacen que quieras saberlo todo sobre los Nogueira porque, poco a poco, te vas sintiendo como uno mas de la familia.

  • Me enamore de mi mejor amigo de Valeriam Emar

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    CLAVO los ojos en la botella mientras giraba en el suelo. Rogo que se detuviera en Frank. Su mejor amigo no la delataria si su primer beso apestaba. Apreto los punos como signo de victoria cuando el cuello de la botella desvio al tonto Mike. Era un juego estupido, ?pero de que otro modo una nina de doce anos aprenderia a besar? El pecho se le inflo. La botella se detuvo en Frank. Deby, la anfitriona de la fiesta, los hizo pasar al armario. La puerta se cerro cuando ellos ingresaron al pequeno ambiente oscuro. --Por suerte me toco contigo, Alex --dijo el--. No queria besar a ninguna nina --susurro. Frank ademas de ser su amigo, era su vecino. Supo que serian amigos desde el dia que lo vio bajar del camion de mudanza con sus padres. Parecia un nino introvertido y ella se le acerco con su bicicleta y lo invito a la fiesta que daria ese fin de semana, y desde ese entonces, no se habian vuelto a separar. --Tendras que besarme... No podia ver el rostro de Frank, pero sabia que acababa de poner los ojos en blanco. --No lo hare --se nego--. Y no puedes obligarme. --Si no lo haces, les dire a todos que tienes mal aliento --lo amenazo --. Y de ahora en adelante, seras conocido como Frank el apestoso. --Y yo les dire que todavia sigues jugando a las munecas --replico. Ella se quedo boquiabierta. --No es cierto, ya estoy grande para esos juegos de nina. --?Soy tu vecino, recuerdas? Te veo por la ventana cuando le das el te a tus Barbys. Apreto los labios y le dio un pisoton. --No vuelvas a espiarme. Frank solto un chillido y la empujo. --No vuelvas a pisarme. --?Esta todo bien ahi adentro? --pregunto Deby del otro lado. Sabia que todos estaban pendientes de ellos y que esperaban a que salieran del armario con un resultado. Y entre los invitados estaba Sam, su companero de clases. Queria besar a Sam, pero primero debia practicar para hacerlo bien. --?No sientes curiosidad, Frank? --?De que? Solto un bufido. --De lo que se siente dar un beso. --No. --?No prefieres que nuestro primer beso sea con alguien que conoces bien? El se quedo en silencio. --Algun dia tendras que besar Frank, y no sabras como hacerlo y quedaras como un tonto. --Tu ganas --accedio finalmente--. Pero si me llenas de saliva, te pateare el trasero y no me importara si eres nina. Ella sonrio ampliamente. --No lo hare... El se aclaro la garganta. --?Y... como hacemos? --Cierra los ojos, inclina la cabeza... --le fue indicando. Sus bocas se encontraron por varios segundos y se alejaron de golpe. --?Sentiste algo? --le pregunto despacio. --No --respondio el--. ?Y tu? --Tampoco --mintio. En realidad, habia sido asombroso. Ahora estaba preparada para besar a Sam. --Deberiamos salir --dijo Frank, abriendo las puertas del armario. --Frank... --?Si? --Gracias --expreso--. Gracias por ser mi mejor amigo. 1. ENTREVISTA Quince anos despues... APOYO las manos sobre las rodillas para que las piernas dejaran de temblarle. No era la unica que esperaba en la sala para ser entrevistada por Jason Harbor. El elegiria a su nueva asistente. Ella queria el puesto. El era el dueno de una revista de moda y para una disenadora de indumentaria recien recibida, era un paso importante para estudiar de mas cerca el mercado. Tal vez hasta algun dia sus vestidos saldrian en la portada de la revista Harbor. Sus suenos fueron interrumpidos cuando una de las postulantes la codeo y le susurro: --?Conoces a Jason? Estudio a su competidora a traves de los ojos entornado. Si ella queria ser la asistente de Jason Harbor, debia poner manos a la obra para ganarselo. --!Oh, si! --Gimio--. ?Tu no? La postulante nego con la cabeza. --Es mi primera entrevista --le hizo saber--. Tengo miedo de que el sea uno de esos jefes grunones que trata mal a sus empleados. Ella apoyo una mano en su brazo. --Entonces has venido al sitio equivocado --dijo--. Su asistente anterior dejo su puesto porque el la enloquecio... y las malas lenguas dicen que el hasta la golpeo --anadio en un tono de confidencia. La postulante abrio grande los ojos. --?Enserio? --Oh, carino, no quiero que te asustes --murmuro--. Pero deberias pensarlo dos veces si quieres que este sea tu primer empleo. --?Como te llamas? --Alex. --No sabes cuanto te agradezco que me hayas dicho todo esto, Alex. --?Y... que haras? --Seguire buscando en otro sitio --respondio--. ?Y tu porque estas aqui si sabes que el es un asco? --Tengo hijos pequenos que mantener --mintio. --Oh, lo entiendo --levanto los pulgares y agrego--: Mucha suerte, Alex --le deseo antes de salir de la sala. Y acababa de despachar a su primera contrincante. Echo una ojeada a la espaciosa y elegante sala y estudio su competencia. Todavia le faltaban seis mas. Cogio el maletin y se levanto de la butaca para sentarse al lado de la postulante que tenia mas actitud para llevarse el puesto. Saco una goma de mascar y se la ofrecio. --No gracias --continuo--. Una buena asistente no mastica goma de mascar --le dijo la estirada con cara de amargada. Ella le sonrio para mostrarse mas amigable. --?Vienes por el puesto de asistente, verdad? --No, vengo a calentar la silla. --Noto que te gustan las bromas... Aparto la vista hacia la ventana y blasfemo por lo bajo. No seria sencillo deshacerse de ella. Carraspeo y agrego: --?Sabes? Te dire esto porque me caes bien --empezo diciendo--. Trabajo para la revista Harbor y me enviaron para que evaluara a las postulantes. Su contrincante comenzo a prestarle mas atencion. --Y tu pareces tener todas las cualidades para ser contratada --y lo decia enserio. La postulante enarco una ceja. --?Ah, si? --Felicidades, pasaste a la segunda ronda. --?Segunda ronda? Ella abrio el maletin y saco una birome y anoto una direccion en un papel. --Debes ir a este edificio para culminar con la entrevista. La postulante sujeto el papel y leyo la direccion. --Pero queda a una hora de aqui --protesto. Ella le quito el papel de la mano. --No te preocupes, elegire a otra. --No he dicho que no pueda ir --volvio a apoderarse de la direccion. Sus labios se curvaron en una amplia sonrisa. --Bienvenida a la familia Harvor. --?Debo entregarte a ti todos mis datos? --?Tus datos? !Oh, si! La postulante le entrego su curriculo antes de abandonar el edificio Harvor. Abrio la carpeta y leyo sus datos. Menuda experiencia. No tenia duda, habia hecho bien en sacarla del medio. Tambien lo hizo con las otras postulantes, hasta que finalmente quedo sola en la sala. El famosisimo Jason Harvor salio de su despacho. En persona se veia mas apuesto que en las revistas. Su rostro tenia facciones duras, pero eran condenadamente atractivas. Todo el decia seguridad, masculinidad y poder. Se paso una mano por el pelo y sonrio. Jason era soltero, tenia treinta y nueve anos y le gustaba jugar al tenis. Eso le habia dicho a una periodista en una entrevista que habia leido en la manana mientras desayunaba. --?Y las demas postulantes? --pregunto el, cenudo. Ella se encogio de hombro. --No lo se, parece que he sido la unica a la que le ha interesado el empleo. --Bien, no importa, pasa a mi despacho. Sujeto el maletin y paso por delante de el para ingresar a la oficina. Su perfume importado era exquisito. No pudo evitar ver su precioso trasero cuando rodeo el escritorio y se sento. Ella tomo asiento cuando el se lo pidio y le entrego su curriculo. Jason se puso sus gafas de lectura, abrio la carpeta y empezo a leer sus datos. --?Alex, verdad? --Si. --Hablame sobre ti, Alex. Odiaba cuando las entrevistas comenzaban de ese modo. ?Que mas podia decir de lo que ya estaba escrito en su curriculo? Respiro hondo y sonrio. Un empleado positivo siempre tenia mas chance para ser contratado. --Soy Alex Bloom, y acabo de recibirme como disenadora de indumentaria. El se cruzo de brazos y la miro con sus intensos ojos oscuros. --?Y por que una disenadora quiere ser mi asistente? --Porque seria un honor trabajar para la revista Harvor y creo que... --Bla, bla, bla... no dices nada nuevo --la interrumpio el capullo. Habia hecho un gran esfuerzo para deshacerse de las demas postulante y no dejaria que un gilipollas como el, por mas guapo que fuese, no le diera el empleo. --Si tuvieras que definirte, ?como lo harias, Alex? Como alguien que todavia seguia buscando sus suenos, aunque eso significaba haber comenzado varias carreras y dejado a mitad de semestre porque sentia que no eran para ella, o que el empleo que mas tiempo le duro fue de tres meses. Vale, ella a veces era una persona inestable. ?Pero quien no lo era?

  • Factor de riesgo de Harlan Coben

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    LA ESPERANZA PUEDE CONVERTIRSE EN EL PEOR ASESINO
    Un laboratorio de Manhattan esta a punto de encontrar la cura para una de las enfermedades mas aterradoras de las ultimas decadas. Los resultados de las pruebas estan siendo un exito, pero el ensayo esta provocando muertes inesperadas. En menos de un mes, alguien ha asesinado a dos de los cuarenta pacientes sometidos al tratamiento y a uno de los doctores responsables de la clinica. Y seguramente no se detendra ahi.

  • El vigilante del fiordo de Fernando Aramburu

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    El <> es un hombre de mediana edad destinado a una inhospita cabana solitaria, en las orillas de un fiordo noruego, con la mision de alertar de la presencia de terroristas en la zona, por lo que debe permanecer dia y noche ojo avizor. Esa situacion de pesadilla, intimamente relacionada con el enloquecedor sentimiento de culpa que asedia a un funcionario de prisiones, conforma la atmosfera claustrofobica del relato que da titulo a este excepcional libro de cuentos. Y algo de esa angustia provocada por el terrorismo se reconoce tambien en <>, donde el miedo empuja a un matrimonio a huir de ciudad en ciudad, o, ya en su maxima expresion, en <>, un mosaico impactante a partir de las vivencias de varios personajes en la tragedia del 11-M. Otras conmociones mas intimas se recrean en la historia del adolescente que descubre la catadura moral de su padre durante unas vacaciones; en el personaje que se encuentra cada dia con el dolor de una mujer que llora en una estacion de metro, o en el que asiste a su propia muerte.

  • La rosa roja (Los caballeros del Rey 1) de Jimena Cook

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    Primera entrega de la serie <>, una serie de romance medieval en la que la protagonista tendra el corazon dividido entre dos hombres, uno cuyo rostro conoce y otro de rostro desconocido.

  • La mujer del pelo rojo de Orhan Pamuk

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    La nueva novela del Premio Nobel Orhan Pamuk.

  • La perla negra de Claudia Casanova

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    La perla negra es la historia de Isabeau de Fuoc, trovadora y ladrona, y de su venganza contra la familia de los Montlaurel, responsables de la muerte de su madre. Nos hallamos ante una suerte de Montecristo medieval, con una protagonista femenina fuerte e inolvidable y una trama de ritmo endiablado que transcurre en el siglo XII en Narbona, en el sur de Francia. Con la lucha entre cataros y cristianos como telon de fondo y un abanico de maravillosos personajes, desde el judio Salomon al toledano Iniguez, pasando por la mismisima vizcondesa Ermengarda de Narbona, Raimundo de Tolosa, el seductor obispo de Montlaurel y el capitan mercenario Guerrejat, La perla negra garantiza horas de diversion a quienes busquen una novela historica diferente, moderna, fresca y llena de sorpresas. Al estilo de las mejores narraciones de aventuras, con pulso cinematografico, Claudia Casanova construye alrededor de su magnifica protagonista una historia llena de giros y extraordinarios personajes que la arrastraran sin respiro hasta una emocionante encrucijada final. <> Abc <> El Periodico de Catalunya <> Toni Iturbe, Que leer…

  • No quiero esperar de Rocio Mulas

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    ?Como es posible que a veces quiera cerrarle la boca con cinta adhesiva y otras quiera hacerlo con un beso?

  • 9 meses y 7 dias de Gloria Plaza Medina

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    Si el aleteo de una mariposa en Japon es capaz de provocar un huracan en New York…?Que no provocara el embarazo de una persona cercana a nosotros?
    Monica, Clara, Elena, Chari, Lia y Paula son un grupo de amigas entre veintitantos y treintaytantos anos que viven el dia a dia y comparten entre ellas todo lo que les ocurre (y lo que se imaginan que les ocurre). El embarazo inesperado de Paula provocara numerosos acontecimientos que enredaran la vida de todas ellas y es el eje de esta novela “9 meses y 7 dias” en la que seguimos las andazas y anedotas de la protagonista embarazada y su circulo desde que conoce su estado hasta que nace el bebe.

  • El desconocido (Solo una noche 1), Kyra Davis de Kyra Davis

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    Primera parte de <>, la trilogia erotica superventas que te sumergira en una pasion irresistible.

  • Te voy a olvidar de Fabiola Arellano

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  • Culpa tuya (Culpa mia 2) de Mercedes Ron

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    Mas romance, traicion y misterio en Culpa tuya, segunda parte de <>, la saga romantica protagonizada por un chico malo con un gran corazon y una chica buena con muchas agallas.

  • Desmembrado de Joyce Carol Oates

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    Joyce Carol Oates ahonda en las vidas de ninas y mujeres vulnerables: unas se convierten en victimas, mientras que otras se ven incitadas, por un profundo malestar emocional, a cometer actos violentos contra los demas. En <>, una nina precoz de once anos se sube al Chevrolet azul celeste de un pariente de la familia, un hombre atractivo y misterioso, que la conducira a un destino incierto e imposible de olvidar; en <>, una viuda regresa de manera obsesiva a la casa que antano compartia con su marido, hasta que una invitacion a entrar por parte de los nuevos propietarios adquiere visos amenazadores; en <>,una estudiante universitaria se obsesiona con el caso de una mujer que murio; ahogada o fue asesinad

  • Noiva secreta del Dragon (Secretos de los Dragones 2) de Jasmine Wylder

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    Bryant Chandler, el ardiente shifter dragon, conoce su determinacion. Su companera se ha ido hace tiempo y no tiene planes de encontrar otra. Ahora ha jurado proteger al bebe que un dia los gobernara a todos. Sin hacer preguntas. Pero el dia que la deliciosa Esther puso sus generosas curvas virgenes muy cerca de el, todas las apuestas se acabaron.

  • El sol brilla por la noche en Cachemira de Andres Pascual

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    Inspiro, espiro. ?Por que mi cuerpo se aferra a la vida, si lo unico que quiero es morir? Me apoyo en la barandilla del puente y sigo con la vista el avance lento de una barca cargada de telas. La mujer que la guia, ataviada con un sari agitado por el viento, introduce el remo en el agua turbia con el mimo de una repostera que remueve chocolate. Inspiro, espiro. Ya no me queda nada por hacer en esta Tierra que cada vez tiene menos de madre. Nadie que estuviera en mi lugar querria seguir viviendo. Me quito la gorra azul y paso la mano por la cara. La barca se escora hacia la orilla, donde un par de adolescentes esperan junto a un carrito de madera con el que transportaran la delicada seda. Imagino lo que ocurrira despues: la apilaran en su comercio del mercado, sera acariciada por clientes indecisos y dentro de unos meses venderan el ultimo rollo y llegara otro bote con un nuevo cargamento. Es injusto que, mientras yo me veo obligado a soportar mi pena insoportable, la vida siga para el resto con esta exasperante normalidad. Giro la vista hacia la carretera. Un camion del ejercito indio toca el claxon y escupe humo negro que pica en la garganta. Durante unos instantes no veo nada, pero al poco se disipa la nube y amanece de nuevo Srinagar, la capital de verano de Cachemira. Contemplar esta ciudad es pegar el ojo a un caleidoscopio. A pesar de llevar a sus espaldas varias decadas de guerra, conserva el aspecto de un escenario atiborrado de atrezo en el que bien podrian representarse todas las leyendas. Frases en hindi, pakistani y tibetano hacen tirabuzones en el aire, tejiendo una pashmina de palabras. Docenas de dioses y budas se dirigen a sus templos; hay tantos que han de cederse el paso en las esquinas. Mientras espero a que el soldado que conduce el jeep venga a recogerme, cruzo al otro lado del puente. El lago Dal parece una enorme acuarela. En sus fondos dormitan --como adictos al opio-- proyectiles sin explotar. Una inquietante serenidad en forma de bruma envuelve a los barcos-casa anclados en los desvencijados embarcaderos. Se confunden sus contornos, vibran como los suenos. En otro tiempo, esta atmosfera de contrastes me habria fascinado. Los soldados que custodian la <> demarcada por Naciones Unidas danzan entre los sacos terreros y las alambradas que cruzan la ciudad como retorcidas cicatrices. La persistente polvareda se entrevera del tufo de la fruta pisada a la entrada de los santuarios, del canto del muecin que llama a la oracion desde la mezquita, del humo de la manteca que queman los lamas. Cuantas paletas de colores para un solo lienzo... A ella tambien le habria fascinado estar aqui. Inspiro, espiro. Me seco el sudor de la frente con la manga del polo. Es de color negro, con el emblema cosido en el pecho, la tipica vestimenta de observador de la ONU. Un helicoptero sobrevuela mi cabeza. Su sombra me engulle durante un instante y se pierde en la tierra ennegrecida por el aceite derramado de los tanques. Una voz logra hacerse oir entre el ruido atronador: --!David! !Hora de volver! Es mi chofer. Le dirijo una mirada desganada. No es mal chico. Se alisto en los cascos azules para ayudar a la humanidad. Acostumbra a decirlo asi, con la ingenuidad de un nino que sale por primera vez de excursion con el colegio. Yo nunca hablo de lo que me trajo aqui. Antes pase por Somalia y por Haiti. Nadie creeria que estoy buscando una manera rapida de acabar con todo. Me dirijo al jeep. En la parte de atras se amontonan media docena de tijeras para cortar alambre que acabo de comprar en el mercado. Si los mandos las hubieran pedido a traves del protocolo de abastecimiento habrian tardado una eternidad en llegar, y las cosas no estan como para perder tiempo. Cada dia que pasa, los destacamentos de fuerzas internacionales nos vemos obligados a levantar nuevas empalizadas alrededor de los campamentos. Tras una temporada de tregua no escrita, han surgido grupos radicales que no dudan en atacar a pecho descubierto. Ni siquiera sabemos quien es el enemigo; indios, pakistanies y cachemires independientes guerrean en un marco confuso que yo aprovecho para hacer mas inspecciones de las que me corresponden. Siempre que puedo me salgo de la ruta, flirteo con la muerte. --Tenemos que regresar cuanto antes --dispone el chofer con aire de veterano--. Se esta haciendo de noche y pronto saldran los espectros. Mas de una vez he oido esa expresion a los lugarenos. Dicen que los muertos vagan con impunidad por este valle enclaustrado entre escarpadas montanas. Yo tambien lo creo. Cada vez que se pone el sol, los imagino acercandose a los nidos de mortero y jugueteando con los muelles hasta que se escapa una bala. --?Dejas que conduzca yo? --le pregunto. Me mira con desconcierto. --No. --Apiadate de mi. Llevo muchas semanas de copiloto... --Sabes que me arrestaran. Me llevo la mano al pecho. --Un kilometro antes de llegar, paro y te lo devuelvo. Prometido. Me siento al volante sin darle tiempo a reaccionar y enfilamos la carretera que discurre sobre la linea de control. Tras medio siglo generando resentimiento y cadaveres, nadie gasta dinero en reparar los efectos del monzon sobre el precario asfalto. Azotados por los desprendimientos, algunos tramos de esta frontera inventada apenas aguantan sin vencerse hacia el fondo del barranco. Nos sumergimos en el silencio que por la noche hiela el alma de los jovenes reclutas hasta hacerles creer que estan acurrucados bajo mantas de nieve. Al rato, creo divisar un reflejo. No pueden ser las luces del campamento, aun estamos lejos. Tampoco hay luna, ni es noche de estrellas fugaces. Detengo el jeep y repaso el cerro palmo a palmo. No veo nada, pero me invade una sensacion extrana. Llevo varios meses aqui, volviendo sano y salvo de las misiones mas arriesgadas. Algun dia tiene que agotarse la suerte. ?Va a ser hoy cuando por fin ocurra? Siento un pulso ajeno, el corazon de la cordillera se acelera y trepa por los neumaticos para resonar en mis entranas. La niebla despliega un par de brazos fantasmales. Reanudo la marcha, pero al poco he de parar de nuevo. En mitad de la carretera hay una gran roca desprendida de la ladera... O eso quieren que creamos. ?Va a ser hoy? Permanezco unos segundos quieto, aguzando el oido. La respiracion de mi companero se agita, poco a poco se acompasa con los desaforados latidos de la montana. Como impulsado por un resorte, lleva su mano al arma automatica e intenta decir algo, pero un estallido sordo solapa todas las palabras. A partir de entonces tomo conciencia de las cosas con una claridad inusitada. Escucho el clic del detonador,

  • Anibal, Enemigo de Roma de Ben Kane

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    Durante la Primera Guerra Punica, las legiones romanas derrotaron a Cartago, su unico rival en todo el Mediterraneo. Pero hoy Anibal, un brillante general cartagines, prepara la venganza. Paralelamente, dos jovenes (Hanno, el hijo de un confidente de Anibal, y Quinto, hijo de un terrateniente) se veran inmersos en un periplo que amenaza, cuando ya se oyen tambores de guerra, con destrozar la amistad entre dos chicos criados en imperios enfrentados...

  • La casa de la caridad de Ulrike Schweikert

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    Berlin, 1831. El colera ha llegado a la ciudad. Los destinos de tres mujeres se cruzaran en la Charite, el hospital mas antiguo de Berlin.

  • Trilogia Especial Si tan solo fuera sexo de Myriam Ojeda Moran

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    ?En que momento la vida decide cambiarlo todo? Jacqueline Amoros, es una chica con una vida normal, un trabajo normal y un grupo de amigas no tan normales… Todo va bien, incluso tiene un amor platonico que la fascina, hasta que alguien de su pasado regresa de manera accidental.
    Situaciones freneticas, un sexo delicioso y un misterioso dios griego.
    Klaus Grass, llega a la vida de Jacqueline para ensenarle que es el amor frenetico, sin darse cuenta de que quiza esta apostando mas de la cuenta ?Esta uno preparado realmente para enamorarse?
    Y si es asi… ?Todo vale?
    Trilogia completa con mas de nueve millones de lecturas online, esta vez llega en un nuevo formato para cautivar cada rincon de ti.

  • Doble engano de Anna Depalo

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    ?Tardaria mucho en llegar la proposicion de matrimonio?

  • Siete dias de locura (Cala Espinada 2) de Tessa Dare

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    Cuando un picaro sinverguenza y una sabelotodo engreida intentan ponerse de acuerdo…, no siempre sale como ellos imaginan.

  • Morder la manzana: La revolucion sera feminista o no sera de Leticia Dolera

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    Es este uno de esos libros esenciales que nacen de la necesidad y de la urgencia. Porque Leticia Dolera necesita contar por que es feminista y por que todas deberiamos serlo. Un camino vital en el que se ha encontrado con personas inspiradoras, lecturas reveladoras, anecdotas --de las buenas, de las malas y de las peores-- vividas muy de cerca o en primera persona.
    Este libro es tambien la historia de mujeres valientes que marcaron el camino y cuyo ejemplo nos ayuda a despertar nuestras conciencias y tambien a ensenar a las mas jovenes.
    Empezando por Eva, la primera que mordio la manzana, esta es una historia sobre todas las mujeres. Porque Leticia Dolera nos invita a abrazar una causa, que es la de todas las personas que sonamos con una sociedad justa.
    Por mucho que nos hayan repetido que Eva peco al morder la manzana, nosotras sabemos que aquello fue precisamente lo que la hizo sabia. Entonces ?que?, ?te apetece una? Una obra de empoderamiento feminista para todas las edades.

  • Empezar de cero (Bilogia Dos gotas de agua 1) de Graci Suarez

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    Primera entrega de la bilogia <> de Graci Suarez en la que conoceremos la historia de Alma.

  • Una esposa para Navidad de Carolyn Connor

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    Como cada dia, Hope estaba en la cocina preparando todo lo necesario para hacer la comida. Bajo la luz de la manana, cortaba verduras mientras tarareaba y revisaba el pollo en el horno para que quedara perfecto. Le gustaba su vida sencilla y tranquila, aunque no fuera la habitual para una muchacha de su edad. La familia poseia una pequena, pero comoda casa, en un barrio situado no muy lejos del centro del pueblo. Su ubicacion les permitia tener cierta intimidad y a la vez estar cerca de las tiendas, la iglesia y el mercado. Pero Providence no era su ciudad natal. La familia Dobbs se habia mudado de Boston hacia ya casi tres anos, cuando a su padre Edward Dobbs le ofrecieron un trabajo como encargado del mantenimiento de la presa de esa ciudad. Un trabajo que les permitio empezar de nuevo y dejar atras todo el dolor que habian sufrido. A Hope no le gustaba recordar sus dos ultimos anos en Boston, le traia el recuerdo de la muerte de su madre Madelene. Una mujer dulce y buena que fallecio por culpa de unas fiebres, y que la dejo al cuidado de su padre y del pequeno de la casa: Harry, de tan solo dos anos. Desde esa tragica muerte, Hope se habia convertido en la hermana y en la madre de Harry, a pesar de que ella, por aquel entonces, solo contaba con quince anos. Ahora, cinco anos despues, Harry ya era un nino de siete anos y ella una mujer de veinte primaveras. Sabia que pronto tendria que casarse, pero estaba en una encrucijada de la que no encontraba salida. Por una parte, no podria permanecer soltera por mucho tiempo, si queria formar su propia familia; pero tampoco podia abandonar a su padre y a Harry cuando estaban tan unidos y tanto la necesitaban. Tampoco podia imponer a su futuro esposo que vivieran los cuatro juntos, al no ofrecerles la intimidad necesaria en un matrimonio. Por ese motivo, el tiempo pasaba y Hope seguia soltera. Pero ante una manana tan esplendida como esa, ningun problema parecia importante. El sol estaba en lo alto del cielo y todo indicaba que el buen tiempo del verano se negaba a marcharse. --Bueno, esto ya esta --declaro satisfecha al haber terminado de preparar las verduras. Ahora solo le quedaba esperar a que el asado estuviera y cocer las verduras que lo acompanarian. Decidida se aparto del mostrador para coger una olla cuando la puerta de la cocina, que comunicaba al patio trasero, se abrio de golpe. --?Ya esta la comida? Como si se tratara de un huracan, Harry entro en la cocina, completamente despeinado y con las ropas sucias y arrugadas. Al verlo Hope suspiro, pues era una tarea imposible mantener a su hermano limpio. --Harry, ?cuantas veces te he dicho que te limpies el barro de los zapatos antes de entrar en casa? --No lo se, han sido tantas que ya ni las cuento. A Hope le encantaba el espiritu inquieto y travieso de su hermano, aunque en ocasiones como esta lo que de verdad deseaba era estrangularle. Queriendo asustarle, Hope cogio la cuchara de palo y la oscilo delante de su cara. --Pues sera mejor que te acuerdes o la proxima vez te voy a dar con esto en el trasero. Harry la miro a la cara con ojos apesadumbrados y Hope supo que estaba perdida. Harry podia hacer todas las travesuras del mundo, pero cuando le ponia esos ojillos lastimeros estaba perdida. Y por como la observaba el granuja, este lo sabia. --?Que voy a hacer contigo? --dijo exasperada mientras dejaba la cuchara de palo sobre el mostrador. --No me has contestado. ?Esta la comida? --No, le falta media hora. Asi que aprovecha este tiempo para lavarte y recoger tu cuarto. Harry no parecio haber escuchado esto ultimo, pues se acerco a ella con una brillante sonrisa. --?Que tienes en las manos? --pregunto Hope cuando vio que su hermano mantenia las manos unidas, una sobre la otra, como haciendo una pequena prision entre sus dedos. Ensanchando la sonrisa, Harry se le acerco otro paso y alzo las manos hasta dejarlas frente a la cara de Hope. Luego, orgulloso, abrio las manos revelando un gran sapo sentado entre sus palmas, con la piel nudosa y verrugosa, ojos de color ambar brillante y pequenos dedos palmeados. --!Puaj! !Harry! --grito, alejandose de el--. ?Por que tienes eso? --Voy a hacerle una broma a papa --declaro convencido--. Tengo que buscar un buen escondite donde dejar al sapo hasta la hora de comer. --Ni se te ocurra tener esa cosa dentro de la casa. Y menos aun en mi cocina. --?Por que no? Es solo un sapo. --Por eso mismo. No puedes... --Te hace falta ese molde que esta sobre la mesa --le interrumpio Harry, pues no prestaba atencion a sus palabras. --Claro que me hace falta. --Entonces lo guardare dentro de una cacerola. --!De eso nada! La pequena criatura trato de escapar de las manos de Harry que se esforzo por mantenerlo bien sujeto. Desesperada, Hope se puso firme al no estar dispuesta a consentir que ese animal siguiera sufriendo. Por no mencionar que le daba asco. Aunque, por supuesto, no podria demostrar su animadversion por el sapo, o todos los dias se encontraria uno escondido en algun lugar de la casa. De eso estaba segura, pues solo hacia un dia que su padre, mientras comian, le confeso a Harry su miedo a estas criaturas y Harry ya habia encontrado uno para asustarle. Y solo Dios sabia de donde lo habria conseguido. --!Harry! !Saca a ese pobre sapo de la cocina! --indico Hope. Harry la observo sonriendo y haciendo que sus mejillas, normalmente rojas, se enrojecieran aun mas. Con su cabello rojo rizado, sus pecas, sus ojos verdes y sus hoyuelos, Harry parecia la viva imagen de un duendecillo irlandes. El cabello de Hope, sin embargo, era una mezcla entre el de su padre rubio y su madre pelirroja, y sus pecas ya no se le notaban tanto. Algo que ella agradecia pues, aunque eran encantadoras en su hermano, en su cara no le resultaban tan interesantes. Lo que si compartia con su hermano era su mirada de color verde jade. --?Por que no puedo tener un sapo en la cocina? --inquirio el pequeno--. Tu traes muchos animales y yo no te digo nada. Hope suspiro, luego tomo aire y conto hasta tres para tranquilizarse. --Los pollos, los peces, las perdices y los conejos son para comer, no para tenerlos de mascota en la cocina. Harry miro con asco al pobre sapo que lo observaba con ojos inexpresivos. --Entonces, ?si quiero tener al sapo en la cocina hasta que venga papa, luego tendre que comermelo? Hope estuvo a punto de soltar una carcajada, pero se contuvo y continuo mirandolo seria. --!Eso es algo asqueroso! !No pienso comermelo! --solto Harry enfurrunado. --Entonces, ya sabes lo que tienes que hac... El sonido estridente de la puerta al abrirse de golpe y chocar con la pared hizo que se callara. --Coge todo lo que puedas de valor y salir corriendo al bosque. --La voz alterada de su padre estremecio a Hope y a su hermano. --?Que pasa, papa? Edward estaba visiblemente alterado, asi como sudoroso. Parecia que habia llegado corriendo, y por la expresion de espanto de su rostro, no parecia traer buenas noticias. --Ahora no hay tiempo para que te lo explique. Solo coge lo que te he dicho y marchaos al bosque. Cuando Edward, aun en la puerta de la cocina vio que ninguno de sus hijos se movia, les grito: --!Quereis hacerme caso! Edward odio los rostros asustados de sus hijos, pero no habia tiempo para explicaciones. Si queria salvarlos debian darse prisa o seria demasiado tarde. --Por favor. --Cambio su tono de voz y se mostro mas dulce--. Tengo que seguir avisando a la gente. Vosotros solo hacerme caso. Hope asintio mientras se acercaba a su hermano. No sabia por que, pero algo en la expresion de la cara de su padre le indicaba que tenia que protegerlo. --Os quiero --senalo su padre con ojos vidriosos. Y mirando a Hope le dijo--: Cuida bien de tu hermano. Despues la sirena del pueblo comenzo a sonar y su padre se marcho dejandolos solos en la cocina. --?Que sucede? --se pregunto. Hope trepidaba a causa del miedo. Algo muy grave debia de estar pasando. Con las piernas temblando se asomo por la ventana y vio a gente apurada que salia de sus casas. Tambien observo a su padre corriendo calle arriba mientras gritaba que se pusieran a salvo en el bosque. Pero el no huia desesperado en esa direccion, sino todo lo contrario. Corria hacia la presa. --!La presa! Sin perder ni un segundo mas Hope fue hacia la habitacion de sus padres y con manos temblorosas abrio el pequeno joyero de su madre. En su interior habia un par de pendientes, un broche y un collar de perlas. Sin detenerse a pensar, metio todo en su bolsillo y regreso a la cocina donde Harry permanecia en el mismo sitio, llorando y con el rostro palido y asustado. --?A donde ha ido papa? --pregunto el pequeno. --Creo que a la presa --le contesto. Sin mas, lo cogio de la mano y tiro de el hacia el exterior de la casa. Mas personas habian salido de sus hogares y miraban freneticas a su alrededor, como si esperaran que en cualquier momento algo espantoso llegara al pueblo. Otras, sin embargo, habian decidido huir tras escuchar la sirena de aviso de la presa y corrian hacia el bosque lo mas rapido posible. El caos entre los que se quedaban parados sin saber que hacer, los que escapaban asustados y los que cargaban carros con sus pertenencias llego a ser tan grande, que resultaba dificil andar por la calle sin chocar con alguien. Hope penso si debia detenerse e informar a los menos osados para que se marcharan, pero al mirar a su hermano supo que lo unico que podia hacer era ponerlo a salvo. --Harry --llamo a su hermano para que le prestara atencion--. Ahora tienes que agarrarte fuerte a mi mano y correr lo mas rapido que puedas. Y si por algun motivo nos separamos.... --!No! --la interrumpio Harry llorando. --Escuchame con atencion, si nos separamos, corre lo mas rapido que puedas hacia el bosque y subete a un arbol. ?Lo entiendes? Harry asintio y se seco las lagrimas de su cara con la manga. --Te juro que si nos separamos te encontrare --le prometio Hope para que Harry no estuviera tan asustado. Y sin mas, Hope comenzo a correr por la calle en direccion al bosque. Mientras lo hacia, no queria pensar en la gente que se quedaba atras, ni en su padre; solo podia pensar en apresurarse y en sujetar fuerte la mano de Harry. <>, pensaba. Apretaba la mano de su hermano tan fuerte, que sabia que le estaba haciendo dano. Aun asi, no la aflojo y agradecio en silencio a Harry que no protestara ni se parara. Apenas les quedaban unos metros para salir del pueblo, cuando escucharon un fuerte y atronador crujido que resono por todo el valle. Hope estaba sin aliento, pero no se detuvo para mirar hacia atras. Ese sonido indicaba que algo horrible habia sucedido y que el tiempo para ponerse a salvo, se les acababa. De pronto, Harry tropezo y cayo al suelo. Delante de ellos estaba el bosque, y a sus espaldas, un sonido estridente que cada vez sonaba mas cerca. --Vamos Harry --le animo a que se levantara y continuara. Cuando miro los ojos de su hermano vio tanto horror y tristeza que su corazon se partio. Harry era muy pequeno, pero entendia lo que estaba pasando. Incluso, si lo pensaba con claridad, estaba segura de que todas las personas del valle ya lo sabian, pero solo unas pocas se atrevian a admitirlo y corrian hacia el bosque. --Se ha roto la presa --alguien grito tras ellos confirmando sus peores temores. El agua llegaria hasta ellos en cuestion de segundos y los ahogaria. Pero Hope no estaba dispuesta a parar, no cuando tenia que salvar a su hermano como su padre le habia pedido. Miro hacia atras y vio como una enorme ola de agua se precipitaba ladera abajo escapando de su confinamiento. Resultaba impactante observar esa enorme cantidad de agua fluyendo a toda velocidad montana abajo, sin que pudiera hacerse algo para impedirlo. A Hope le hubiera gustado gritar y que su padre la abrazara, pero no podia aflojar su determinacion. Ella era lo unico que tenia su hermano para salvarse, y aunque le costara su propia vida, estaba dispuesta a hacerlo. Con esfuerzo, consiguio mover sus pies, los cuales parecian pegados al suelo, y temblorosa cogio en brazos a su hermano y continuo corriendo. Notaba como la tierra temblaba cada vez mas y supo que la ola gigantesca estaba cerca. Ya habian conseguido llegar al bosque, pero necesitaban encontrar un terreno mas elevado. Sus fuerzas la estaban abandonando y no creia que pudiera seguir aguantando. De pronto, escucho gritos tras ella, asi como crujidos, y supo que la ola habia llegado al pueblo. Penso en todas esas personas que habia visto paradas en sus porches, con la mirada perdida. Sintio como su cuerpo se estremecia. El estruendo tras ella fue tan fuerte, que supo que la ola estaba arrasando todo a su alrededor. Casas, tiendas, personas, todo lo que conocia estaba siendo engullido por el agua. <>, se recordo. Tambien habria sido destruida y con ella... su padre. --Papa --susurro entre lagrimas al necesitarle. Temia no ser lo suficientemente fuerte para poner a su hermano a salvo. Entre sollozos escucho a Harry llorando y noto como este se aferraba a ella con todas sus fuerzas. Y lo supo. Tenia que ser fuerte y protegerlo, costara lo que costara. Su hermano solo la tenia a ella y no pensaba defraudarle. --Lo vamos a conseguir, Harry. Papa y mama nos ayudaran. Resoplando por el esfuerzo, comenzo a subir con mas brio la pendiente, hasta que vio como una pareja que corria delante de ellos se subia a un arbol. A su alrededor, otras personas optaban por seguir corriendo para alejarse lo maximo posible, pero Hope comprendio que apenas le quedaban fuerzas para continuar. Si decidia seguir corriendo, podia acabar demasiado cansada para trepar o para resistir el envite del agua cuando les alcanzara. Tenia que tomar una decision en un segundo y asi lo hizo. Se paro en un arbol robusto y alto y se dejo caer de rodillas al suelo. --Tienes que subir al arbol --le dijo a su hermano. Hope sabia que Harry treparia sin esfuerzos, pues era algo que le encantaba hacer. Sin embargo, ella con sus faldas y su cansancio, no lo tendria tan facil. --Vamos Harry --le insto, apartandole los brazos de su cuello. Tembloroso, Harry la miro y asintio sin decir nada. A Hope le hubiera gustado abrazarlo y consolarlo con palabras tiernas, pero no habia tiempo. Ahora, lo importante era salvarse, despues vendrian los abrazos. Para ganar tiempo, alzo a Harry por la cintura y lo observo subir. El rugido del agua estaba cada vez mas cerca y sabia que le faltaba poco para que los alcanzara. Los gritos ya apenas se escuchaban en la lejania, asi como tampoco se oia el canto de los pajaros o cualquier otro sonido que no fuera el del agua. Darse cuenta de que el cese de los gritos solo podia significar que la gente del pueblo ya estaba muerta, la estremecio, y le hizo desear estar en otro lugar donde la muerte no la acechara. Sin saber por que, miro hacia atras, y lo que contemplo la dejo paralizada por el horror. Providence habia sido sepultada por la gigantesca ola y solo podia verse el campanario de la iglesia. Pero eso no fue lo peor, lo que de verdad la asusto, fue ver como la ola estaba mucho mas proxima a ella de lo que esperaba. Desesperada, comenzo a subir el mismo arbol donde se encontraba Harry. Notaba como la aspera corteza danaba sus manos y como se desgarraba su ropa. Pero no le importo y continuo subiendo. Harry estaba trepando justo delante de ella, con mas agilidad. --Sube todo lo que puedas --insistio Hope, con el fin de darle animos. Sentia las manos pegajosas, pero no ceso. Continuo sin descanso cuando escucho mas gritos cerca de ella. Subio con determinacion y rezo a Dios para que los salvara, no solo a ella, sino a toda la gente que estaba a su alrededor. A los que se quedaron atras y a los que iban mas adelantados. De pronto, noto como el arbol se tambaleaba y desesperada aferro el cuerpo de su hermano. Habian llegado lo mas alto que podian y solo esperaba que fuera suficiente. --Agarrate con fuerza. --Habia conseguido su proposito. Estaban en la parte mas elevada y solo les quedaba esperar. Rezo cuando sintio el agua fria mojando su ropa y supo que el tiempo se les habia acabado. Ahora estaban en manos de Dios y solo el podia salvarlos. Cerca de ellos, vio el cuerpo inmovil de un hombre flotando en el agua y sintio deseos de gritar. Necesitando consuelo busco a la pareja que se habia subido a un arbol, y se quedo horrorizada. El agua lo habia sacudido con mas fuerza y estaba mas inclinado. Tal vez fuera, porque soportaba mas peso al tener dos personas adultas aferradas a su tronco, o porque el arbol era mas estrecho. Lo unico que Hope sabia, era que la mujer permanecia agarrada al tronco con una mano, y con la otra trataba de sujetar al hombre para que la corriente no se lo llevara. Y un segundo despues, las manos se separaron y el hombre fue brutalmente apartado de una desconsolada mujer, que tuvo que observar mientras gritaba, como su companero era empujado por las aguas contra el tronco de otro arbol. La fuerza con que fue empujado fue tan brutal, que se pudo escuchar con total claridad el crujido de su espalda al romperse. Despues, el cuerpo se alejo inmovil y laxo siguiendo la corriente. Desesperada por un poco de esperanza continuo rezando, sin perder de vista a su hermano. Si eso le sucediera a Harry, si la corriente se lo llevara, ella se lanzaria a por el sin pensarselo. No porque fuera muy valiente, sino todo lo contrario, era demasiado cobarde para enfrentarse a la vida sola. Como la mujer del otro arbol. Despues de lo que parecio una eternidad, el agua comenzo a bajar y su fuerza descendio de intensidad. El peligro parecia que habia pasado. Ahora solo quedaria descubrir quien habia sobrevivido y quien habia muerto. Hope no tenia muchas esperanzas de encontrar a su padre con vida.

  • Romance Extremo, Alvaro Ganuza de Alvaro Ganuza

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  • Adolescentes. Manual de instrucciones de Fernando Alberca

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    Este es ese manual. Una obra que sirve para eliminar viejos esquemas y llegar de un modo practico al fondo de los problemas de cada hijo, con carino, acierto y comprension, dando respuesta a inquietudes como:
    ?En que piensa y que siente el adolescente?
    ?Por que tiene ciertos comportamientos y como han de reaccionar los padres ante ellos?
    ?Como alimentar la autoestima de un hijo?
    ?Como interpretar sus gestos y palabras?
    ?Como hacerle entender que sus padres estan en su mismo equipo, incluso cuando le corrigen?
    Descubre y aprovecha la adolescencia, aprende a hacerla mas facil y disfruta de una etapa decisiva en la vida de tu hijo.

  • El mar en tu sonrisa de Maria Viqueira

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    Hay dos cosas que odio en este preciso instante: las mudanzas y a mi mejor amigo. Debo admitir que ambas estan muy relacionadas, pues la primera es consecuencia directa de la segunda. Noel y yo hemos vivido juntos durante todo un ano en nuestro piso de estudiantes. El momento que tanto temia tenia que llegar. Sin embargo, el tiempo ha pasado tan rapido que ni he podido asimilarlo. El ya es piloto y yo, ocialmente, soy graduada en Ciencias de la Actividad Fisica y el Deporte. Supongo que deberia sentirme emocionada por empezar una nueva etapa en mi vida, pero solo estoy confusa y perdida. Ya no estamos matriculados en la Universidad del Mediterraneo, asi que ya no podemos utilizar sus residencias. Podriamos haber buscado juntos un nuevo piso si Noel no hubiese sido un traidor. Se va a vivir con Andrea, su novia. Y yo... Yo he vuelto con mi madre. Es deprimente. Despues de saborear durante cuatro anos la libertad, toca regresar al nido. Miro mi antigua habitacion, totalmente angustiada. No se ni por donde empezar. Mi madre me ha sacado todas las cajas para que las organice. Y, cuando digo todas, son todas. Algunas las he traido de mi piso de estudiantes; otras las deje aqui al irme. Estoy segura de que otra buena parte son trastos que guarde cuando era mas pequena y no quise deshacerme de ellos. He captado al vuelo su indirecta para que seleccione que quiero almacenar y que tengo que tirar. Supongo que no es tan mala idea. Ya que me mudo, aprovecho para ordenarlo todo. El unico problema es que no tengo ninguna gana. --!No comeras hasta que termines! --grita mi madre desde la cocina. No es una amenaza en serio, solo es para que me apure. Si hablara de verdad, me parece que no comeria nunca. Estoy a punto de hacerlo mas facil. Es decir, puedo coger todas las cajas antiguas y tirarlas al contenedor. Ni siquiera se que guardan, es imposible que me arrepienta y las eche de menos. Soy una debil, asi que no lo hago. Es mas, ni siquiera empiezo organizando las otras, las que si se lo que tienen. Cojo una de las que precinte hace tiempo, la abro y examino el contenido. Una sonrisa se instala enseguida en mi cara cuando descubro mis juguetes. Mis barbies, mis Playmobil... Hasta mis peluches estan aqui. Saco al pequeno Tippy, el osito que me acompano hasta los nueve anos, y lo abrazo. Lo coloco de nuevo en la cama, pues esta noche me apetece volver a dormir con el. Supongo que hubo un momento en el que crei que era mayor para dormir abrazada un peluche. Ahora me siento demasiado nostalgica como para esconderlo de nuevo. Meto todo lo demas dentro y me propongo continuar, bastante mas animada. Pongo de fondo La Oreja de Van Gogh para que se me haga mas ameno. Tuve una infancia feliz junto a mi madre y a mis amigos, y recordarla solo me trae un trocito de esa felicidad al presente. Abro la segunda y descubro mis agendas y diarios. Me rio incluso antes de empezar. En el colegio y parte del instituto, mis amigas y yo nos rmabamos las agendas escolares antes de terminar el curso. Nos contabamos lo mas importante, nos deciamos que nos queriamos. Todo era mucho mas sencillo y mas bonito. Algunas de esas chicas ya no estan en mi vida; la distancia y los caminos separados se ocuparon de ello. Otras si, y volver a descubrir sus yo de quince anos, solo me hace reir. Sin embargo, esa risa se esfuma de golpe cuando abro otro diario, uno de cuando tenia dieciocho anos. Empieza hablando de Alvaro y de lo mucho que lo queria. Desearia poder volver a esa epoca y decirle a la Valeria del pasado que no se volviera loca por el, que no perdiera cuatro anos de su vida a su lado, pero no puedo. Lo unico que puedo hacer es aprender de esos errores para no volver a cometerlos. Tiro ese diario a la basura y cojo otro, de cuando era mas pequena. Sonrio ante mi caligrafia de nina, de letra redonda y cuidada. Debia de tener unos diez anos cuando escribi esto. Tan solo hay un encabezado y, a partir de ahi, todo esta en blanco. No solo la hoja, sino el resto del cuaderno. Conforme leo, la sonrisa que se ha dibujado en mi cara desaparece poco a poco. No es mas que una frase, pero una frase que signica mucho: <>. Tengo veintitres y, ahora mismo, no consigo recordar ninguna. Siempre he sido una persona muy responsable, de esas que planean hasta los horarios para ir al bano. Trato de recordar alguna, por pequena que sea, pero no caigo en la cuenta. No puede ser que mi vida sea tan triste y ni siquiera lo haya notado. No puede ser que nunca haya hecho nada emocionante, nada digno de recordar. Me apuro para buscar mi telefono, mas angustiada de lo que quiero admitir, y llamo a la unica persona que me conoce mejor que yo misma: Noel. --Eh, Val --saluda al primer tono--. Me pillas liado ahora mismo, ?puedo llamarte luego? --Dime alguna locura que haya hecho en mi vida -- ordeno en el acto. Ignoro su pregunta, necesito saber que hay alguna. --?Que dices? ?Que pasa? --Nada, solo necesito saber alguna. --Pues... --empieza y se queda en silencio, imagino que cavilando. El simple hecho de que tenga que pensarlo tanto es mala senal. Yo podria decir varias locuras de Noel sin coger aire siquiera--. No se ahora mismo, Val. ?Recuerdas aquella vez que cogimos dos perros de la calle y los escondimos en tu casa durante cinco dias? --Si, y tambien recuerdo que fue tu idea y que a mi me daba miedo que mi madre me pillara. --Suspiro--. Da igual, dejalo. Me parece que eso nunca ha sido lo mio. --Oye, Val, ?estas...? No dejo que termine la frase. Cuelgo y apago el movil. No se en que momento de mi vida cambie tanto. Con diez anos mi ilusion era llenar un cuaderno con locuras, con esa clase de momentos que es imposible recordar sin sonreir. No he conseguido escribir ni uno solo. Supongo que en algun punto me acomode y me volvi conformista. Con Alvaro, con la rutina, conmigo misma. Vuelvo a leer el maldito encabezado y entonces caigo en la cuenta de algo. Queda un ano y medio para que cumpla los veinticinco: aun tengo tiempo. Arranco la pagina, guardo todo dentro de la caja de nuevo y decido dejarlo por hoy. --!La comida se enfria! --grita mi madre de nuevo. Despues, aparece en la puerta de mi habitacion y me mira desde el umbral--. Vamos, luego te ayudare. He hecho macarrones gratinados, tus favoritos. Eh, ?estas bien? -- anade cuando me incorporo. --Si, mama. Este ano voy a hacer todas esas cosas que nunca me he atrevido --digo, convencida--. No mas miedo, ahora voy a ser libre. Capitulo 2 RYAN Reviso de nuevo los calculos. Necesito encontrar algun error, algun punto donde me haya equivocado y de repente me cuadre todo lo demas. Necesito un milagro, para ser exactos. Dejo caer los papeles, frustrado y decepcionado conmigo mismo. Me prometi que cuidaria de mi familia y no puedo permitirme fallar. Llevo haciendolo tres anos, desde que todo se vino abajo. Mi sueldo como repartidor de una empresa de paqueteria y como camarero apenas da para cubrir los gastos. Los estudios de Kylie, la escuela de Oli y la casa de Canberra son mas de lo que puedo afrontar. Sin embargo, ninguno de esos gastos es prescindible. Ya casi no tenemos ahorros y ver como baja la cuenta corriente me angustia. --?Tan mal estamos? --pregunta Kylie desde la puerta. Estaba tan ensimismado que no la he escuchado entrar. Trato de sonreir para tranquilizarla, pero tan solo me sale una mueca rara. --Hemos estado peor --armo, y no es ninguna mentira--. Nos repondremos. --Ryan, yo tambien puedo trabajar --asegura, convencida. Se acerca hacia la mesa donde estan todos los papeles y apoya las dos manos--. No tienes que hacerte cargo de todo. Somos una familia, debemos afrontar juntos los problemas. --No, Kylie --me niego--. Te queda poco para terminar la carrera, eso es lo unico que debe preocuparte ahora. --Pero... --Pero nada, joder --la interrumpo de forma brusca--. Ve a descansar. Esta todo bien, de verdad --termino. Sueno mas tranquilo, aunque no es mas que una fachada de la realidad. No insiste mas. Me dedica una mirada de reproche y se retira en silencio. Tengo que pedirle perdon mas tarde. Ahora no estoy de humor. Seria una estupidez que sacricase sus estudios cuando le queda tan poco para terminarlos. Tres asignaturas mas y sera disenadora de interiores. En ese momento, tendra una profesion que la hara feliz y que, ademas, estara mejor remunerada. Kylie ha perdido demasiado, se merece eso. Se merece todo. Se que puede ayudar economicamente, pero preero que lo haga cuando haya alcanzado uno de sus suenos. Ya ha tenido que renunciar a otros tantos mas. No se como hacerlo. Solo se que soy responsable de ellos y que, de momento, no lo estoy haciendo bien. Vivimos en una casa pequena, incluso aunque seamos solo tres. Paso poco tiempo aqui porque tengo dos trabajos distintos. Ademas, tenemos que hacernos cargo de Oli. Un nino de cinco anos da mucha guerra. Me agobia pensar que les estoy fallando a ambos. El telefono suena entonces. Es demasiado tarde como para que sea una llamada normal. Compruebo el nombre en la pantalla y respondo: --Nathan --digo como saludo--. ?Ha pasado algo?

  • Conexiones Prohibidas (La fiesta prohibida 3) de Charlotte Byrd

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    Yo no pertenezco a ella.

  • Historia de Espana de Joseph Perez

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    El debate sobre Espana -un proyecto de convivencia civica para muchos, un ideal sagrado segun otros, la madre de todas las desgracias para no pocos-- ha cobrado una intensidad que nadie sospechaba hace unos anos. Hoy mas que nunca es obligado el conocimiento del pasado, no solo para lograr una mayor comprension del presente, sino para decidir con criterio sobre nuestro futuro.

  • Un amor sin contrato, Marcela Balluri de Marcela Balluri

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    Jane estaba acostumbrada a meter la pata, era el precio de tener ese caracter del demonio. Pero arrojarle una cerveza a ese estupido peon y decir frente a el que el jefe era un bueno para nada, habia sido un error de los gordos…
    Basicamente porque el estupido peon y el jefe bueno para nada eran la misma persona.
    Ahora tendra que lidiar con el hasta que el trabajo acabe, tratando de salir victoriosa en cada pelea ya que el parece empenado en cabrearla y seducirla a partes iguales.
    Un momento, ?seducirla? Bah, si eso que sentia en el estomago no eran mariposas, segura como el infierno que eran parasitos y !solo eso!

  • Deliciosa amnesia de Emilia V

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    Voy en camino --dije, tenia ambas manos en el volante y la pieza del Bluetooth en mi oido. --Date prisa, por favor --contesto mi padre en voz baja--. Algo no esta bien, Evan. Hay una mala... --Se interrumpio--. Y no se... --Papa se quedo completamente callado, quite las manos del volante y me estire en el asiento. --?Papa? ?Papa, hola? ?Puedes oirme? Pero ya no estaba. Y yo, me encontraba atrapado en un ferry camino a Nantucket sin nada mas que preocupacion por esa llamada. Eso no era propio de el. Mi padre era una roca. Mentira, ni siquiera era una roca, era acero. El hombre me habia criado, por el amor de Dios. En toda mi vida nunca me habia pedido ayuda, y ahora, el dia que me pide ir a conocer a mi nueva madrastra y hermanastra, me hacia esa llamada ?Sonaba asustado? ?Donde estaba su rudeza habitual? Saque el auricular de mi oreja, lo que hizo que me picara instantaneamente. --Ahhhhh --grite frustrado, y lo arroje al asiento del pasajero de mi Audi. Abri la puerta y sali del auto para buscar a alguien que me explicara que diablos estaba pasando. Un tipo con un uniforme de marinero cursi se paseaba entre los demas vehiculos, observando y anotando las matriculas en un portapapeles y sonriendo a la gente sentada dentro de ellos. --!Hey, tu! --grite. Varias cabezas se voltearon hacia mi. El marinero tambien levanto la vista --. Si, tu, ?cuanto falta para que esto termine? --Quedan quince minutos de viaje, senor. --Quince minutos --Saque mi billetera y se la menee como si fuera una delicia--. Que sean cinco y te dare mil dolares. El hombre volteo los ojos de tal manera que solo se veia lo blanco de ellos. --?Senor? ?Tartamudee? --No, senor, pero me temo que no puedo cambiar el rumbo ni la velocidad del ferry. Esta en nuestra pagina web, senor. El viaje dura dos horas y quince minutos, en total. --Dos mil dolares --le conteste igualmente, y saque algunos billetes para probar que hablaba en serio. La suave brisa, el olor del oceano, la hermosa vista del dia en este verano, todo se me escapaba. --Senor, no puedo hacer que el ferry vaya mas rapido. Tendra que esperar --dijo el hombre. Bueno, esa era la primera vez que me rechazaban una oferta asi. Habia sido rico la mayor parte de mi vida, y alcance a serlo mucho mas trabajando en tecnologia y bienes raices, despues de dejar la casa de mi papa. Segun mi experiencia, el dinero lo compraba todo, incluyendo viajes mas cortos a traves del oceano. Me sente de nuevo en mi auto, refunfunando en voz baja. A pesar de todo, alcance mi movil nuevamente y llame al telefono de mi padre. No contesto. Probe llamar al telefono fijo despues, apretando los dientes a traves del incesante zumbido. --Vamos --murmure--. Contesta, papa. La culpa me envolvio. Habia estado lejos de el ultimamente. Lo habia dejado esperando muchas veces. Incluso venir a conocer a su nueva esposa e hija esta semana habia sido una tarea casi imposible para mi, y ahora esto estaba sucediendo. Finalmente, el ferry atraco, y me dirigi hacia la larga calle que se unia con Cliff Road y terminaba en direccion a North Shore. O al menos, la parte de North Shore donde estaba ubicada su mansion. Sentia la tension acumularse y recorrer mi columna vertebral. Esto no era normal. Estaba en peligro. Tranquilo, imbecil. El esta bien. Mi padre no tenia ningun enemigo. No era como yo, en ese aspecto. No habia ninguna razon para que estuviera en peligro. Mis manos sudaban al volante, mi pie presionaba impaciente el acelerador. Me gustaba tener el control todo y no esperaba a que nadie mas hiciera algo. Estaba en mis manos, y asi era como me manejaba. Me acerque al camino de entrada de la mansion, y me incline hacia adelante. Mi mirada viajo desde el camino hacia el cielo, una y otra vez. Senti un vacio en mi estomago al ver la columna de humo negro que se elevaba en la distancia. No. No puede ser. !Carajo! Hundi el pie en el acelerador, resbalando en el camino que conducia a la casa. Luces parpadeantes aparecieron en mi espejo retrovisor y un camion de bomberos se acercaba detras de mi. Acelere mucho mas y atravese con el Audi las rejas de entrada a la propiedad. La mansion estaba al final de un largo camino de grava. El fuego vivo serpenteaba desde las ventanas abiertas en el ultimo piso. La casa de la piscina a la izquierda ya estaba envuelta en llamas. La puerta principal estaba abierta a lo alto de los enormes escalones de piedra, pero no habia nadie de pie fuera de ella. No veia a mi padre en ninguna parte, no estaba afuera con su nueva esposa a su lado. Apenas habia frenado cuando mi mano ya habia soltado el cinturon de seguridad y con la otra abri la puerta. Salte y corri hacia la entrada principal. Detras de mi podia escuchar el chirrido de las llantas del camion de bomberos y los gritos. El humo que salia del pasillo, me asfixio. Me arranque la camisa. Me la ate alrededor de la nariz y la boca, y luego entre. --!Papa! Papa, ?donde estas? Mis ojos ardian, no podia ver. Me arrodille y me arrastre hacia la habitacion mas cercana, tosiendo, balbuceando y llamando a mi padre. Una figura aparecio en la alfombra grisacea delante de mi. Una mano delicada con los dedos enroscados contra la palma, unas pintadas de rosa palido. La imagen me llamo la atencion. Era una mujer. ?Quien era? ?Que hacia ella aqui? Mi hermanastra. Me arrastre hasta ella, con la garganta seca, tosiendo y agarre uno de sus brazos levantandola con cuidado. Tenia que sacarla de ahi. No podia seguir con el plan de arrastrarme y buscar a mi padre. Si pude encontrarla a ella, los bomberos encontrarian a mi padre y a mi nueva madrastra tambien. Una gran grieta resono sobre mi. !Muevete! Antes de que todo el techo se derrumbe sobre tu cabeza. Ella era ligera en mis brazos a pesar de su cojera. Corri a traves del humo hacia el vestibulo de entrada y un estruendoso choque, seguido de una ola de calor, me persiguio, pero no me detuve a mirar atras, no me atrevi. Alcance los escalones de piedra de la entrada, agarrando a la mujer en mis brazos. Tosi bajando cada uno de ellos y me detuve en el camino de grava junto a mi auto. Los bomberos pasaron corriendo frente a mi y entraron en la mansion. Sonaban gritos. Desenrollaron una gruesa manguera del camion y una ambulancia se apresuro a subir por el camino. La mujer aun estaba inconsciente. Me agache y la puse sobre la grava tan suavemente como pude, y luego me arranque la camiseta de la cara. Mi vision era borrosa, salian lagrimas involuntarias de mis ojos. Tosi, parpadee, me limpie la cara. Finalmente, me aclare un poco, y mi mirada se poso sobre ella. Mi corazon se detuvo por un instante. El mundo que me rodeaba se ralentizo, casi desaparecio por completo, y durante un milisegundo no habia fuego, ni peligro, no pense en mi padre, ni escuchaba las sirenas ni los hombres gritando. Solo estaba ella. Era perfecta. Coloque sus brazos suavemente a los costados, su pecho subia y bajaba lentamente. Era curvilinea, perfectamente proporcionada, con una expresion en su rostro que era verdaderamente pacifica, incluso a traves de las manchas de hollin. Una sensacion extrana se apodero de mi pecho, tenia la creciente necesidad de protegerla de las llamas, del humo, de cualquier peligro. Me puse un puno en el pecho, tratando de deshacerme de ese sentimiento. ?Quien eres? --!Hey! --El grito rompio el hechizo. Levante la vista y un bombero venia hacia mi, despejando el humo con sus manos. --Oye, ?estas bien? ?En que diablos estabas pensando? No puedes entrar a... --Se detuvo cuando vio a la mujer. Me dolia muchisimo la garganta, pero la aclare para hablar, al menos lo intente. --Mi padre --dije con voz ronca--. Mi padre y su esposa estan en el edificio. Tienen que sacarlos. --Nos encargaremos de ello --dijo el tipo de uniforme, y luego miro hacia atras por encima del hombro--. Aqui vienen los medicos. Quedate aqui mismo y no la muevas. --No me digas --le conteste, tosiendo en mi puno. No podia moverme, mucho menos a ella. Dios, habia inhalado tanto humo y gastado toda mi energia, pero queria volver corriendo a esa mansion y buscar a mi padre. ?Como diablos paso esto? Mire a la mujer aun inconsciente. ?Como se llamaba? Mi padre me lo habia dicho, pero yo era pesimo a la hora de recordar fechas y nombres. Addy, Audrey o algo asi. Me sono una alarma en el cerebro cuando la mire fijamente. Ella sabia lo que habia pasado. Tenia que saberlo. Un par de medicos corrieron hacia nosotros, con una camilla. La bajaron y se pusieron a trabajar en ella, revisandole el pulso, levantandola, atandola. Otro corrio hacia mi y se agacho, agarrando una pequena linterna con la mano. --Senor, ?puede oirme? --No, el humo ha tapado mis oidos. La confusion se apodero de la expresion del paramedico. --Por supuesto, puedo oirte. ?Adonde la llevas? --pregunte, poniendome de pie. --Al hospital.

  • La Sonrisa de Angelica de Andrea Camilleri

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    Una serie de robos ejecutados de forma extremadamente ingeniosa y audaz se extienden de la noche a la manana entre los habitantes mas adinerados de Vigata. Los cacos logran desvalijar simultaneamente la residencia principal y la de veraneo, y, en pocos dias, enormes sumas en efectivo, joyas y valiosisimas obras de arte pasan de las manos de sus duenos a las de estos expertos delincuentes que, en apariencia, lo tienen todo calculado. Con la llegada de una enigmatica misiva anonima en la que el cerebro de la organizacion reta a Salvo Montalbano a jugar una suerte de partida de ajedrez, el caso se convierte rapidamente en un desafio para nuestro comisario. Pero lo que de verdad complica las cosas es la aparicion en escena de Angelica Cosulich, una de las victimas de los robos. La belleza fulgurante de esta joven treintanera de sonrisa luminosa trastorna profundamente a Salvo, pues es la viva imagen de la Angelica del Orlando furioso, el ideal femenino que protagonizo las fantasias adolescentes del comisario. Como Orlando, Montalbano debera luchar simultaneamente en distintos flancos: por un lado, confuso y obstinado, contra los achaques de la edad --se esta acercando a los sesenta--, y por otro, contra la atraccion de una mujer a la que es incapaz de resistirse. Con las hilarantes aportaciones de Catarella y las dosis de genial improvisacion con las que el comisario elude los intentos disciplinarios de sus superiores, La sonrisa de Angelica es una de las aventuras mas emocionantes y divertidas de la serie.

  • La barbarie de la virtud (Ensayo), Luis Gonzalo Diez de Luis Gonzalo Diez

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  • Un guardaespaldas de sangre azul de Joyce Sullivan

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    Rory Kenilworth se quedo de piedra al descubrir quien era realmente, pero con tantos “accidentes” y tantas balas volando por los aires, no tenia tiempo para lamentarse. Tenia que reclamar lo que le pertenecia… y tratar de resistirse a la ardiente mirada de su tutor y guardaespaldas, el misterioso y guapisimo Sebastian Guimond.

  • Dulce sueno de Vanessa Gonzalez Villar

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    Este trata de una chica llamada Valery que se embarcada en un problema con un juego demoniaco donde sus amigos la meten sin ella querer, su vida ante de todo eso momentos desafortunado, era bastante normal ella ha darse cuenta del problema toma la decision de buscar una salida pero lamentablemente no es facil se encontrara con un demonio todas las veces que ella duerma experimentara pesadilla tan reales y dolorosas. Debera sobrevivir tres semanas sin dormir durante esas semana tendra que escribir en un cuaderno todas la pesadillas que tenga.

  • Cinder y Ella de Kelly Oram

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    ?Que harias si tu mejor amigo virtual fuese una estrella de Hollywood? Ellamara vive en Boston con su madre, esta en su ultimo ano de instituto y le encantan los libros de fantasia, en especial la saga de Las cronicas de Cinder. Eso la llevo a abrir un blog donde resena libros y peliculas. El dia de su cumpleanos, Ella sufre un grave accidente que tendra profundas consecuencias en su vida. Brian Oliver es el actor de moda de Hollywood. Tiene legiones de seguidores y, para que alcance los galardones mas preciados del cine, sus representantes deciden organizar un falso romance con Kaylee, su companera de reparto. Todo va segun lo previsto hasta que Brian recibe un correo electronico de una vieja amiga a la que conocio por internet.

  • Ya nada es igual, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    Siempre he dejado que el pasado dicte mi futuro, que cree una imagen falsa de lo que no soy y me arrastre hacia donde no quiero ir.

  • El agua templada de Maria De Castro

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  • Polvo de suenos (Malaz 9) de Steven Erikson

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    Polvo de suenos es la novena y penultima entrega de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea. Desde entonces, esta obra maestra de la imaginacion esta considerada una de las series mas ambiciosas del genero de los ultimos anos.

  • Si la vida te da limones, haz culebrones de Lara Smirnov

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  • El ultimo escandalo de Kimberley Troutte

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    Hicieron el amor toda la noche sin ataduras, pero ?les venceria la pasion?

  • Todas las veces que quieras de Armando Prieto Perez

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    Sangre cubana y un amor casi carnal por el arte, Luis es un seductor instintivo, de los que carecen de reglas e inhibiciones; por eso, ninguna mujer se le resiste, y sus conquistas terminan puntualmente en el taller de Navigli en el que pinta. Sobre sexo, cree saber incluso mas de lo que necesita, al menos, hasta que conoce a la propietaria de una tiendecita de vinilos en la que el tiempo parece haberse detenido, quien, sin pedirle permiso, pasa de ser su enemiga jurada a ser su obsesion. Todo por culpa de un huron. Pues si, porque, cuando la graciosa mascota comienza a sobrar en casa de ella, una noche de primavera en la que Milan parece magica, Luis se transforma en el Principe Azul: se ocupara de Lucky, pero, a cambio, ella tendra que posar para el una tarde a la semana, durante seis semanas. Un contrato autentico, del que Luis perdera pronto el control, arrebatado por una pasion que lo llevara, en el juego del placer, mas lejos de lo que nunca ha llegado. Y, mientras persigue la inspiracion y, poco a poco, conquista a su presa, no se dara cuenta de que, en realidad, el cazador ha sido cazado y de que puede que, con ella, haya encontrado el amor. Pero ?esta listo para reconocerlo y aceptarlo?

  • Que queda de la noche de Ersi Sotiropoulos

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    Que queda de la noche transcurre en el Paris de 1897 y narra tres dias de la vida de Cavafis, antes de convertirse en el gran poeta que conocemos. Esos dias en la capital francesa nos muestran a un Cavafis sumido en una crisis existencial y se revelaran como un punto de inflexion, pues el poeta debera elegir si seguir la dificil y solitaria senda de la creacion y vencer las limitaciones personales, la incertidumbre ante un estilo que aun busca afirmarse, unido al tormento de ser homosexual y saberse y saberse incomprendido y al tiranico afecto de una madre que impide que pueda desarrollar y vivir su vida plenamente. Asi las cosas, si quiere salvar la poesia que siente venir, se impone una decision tan dificil como taxativa: cortar lazos con todo aquello que constrine, limita, paraliza.

  • Lucia en la noche de Juan Manuel De Prada

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    Alguien dijo que los angeles a menudo no saben si se mueven entre los vivos o los muertos. Y cuando se mueven entre los vivos a veces ocultan su rostro, huyen de nuestras caricias, se escabullen y desaparecen, dejandonos con la sensacion de que, quiza, nunca estuvieron a nuestro lado.

  • La Cita de Angel Buendia Esparcia

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    Dos personas, una mesa, dos asesinatos. Esa escena se esta repitiendo en distintas zonas de Madrid y lleva de cabeza a los agentes. Los casos se relacionan con los vividos por Kreine, una reputada detective de la ciudad Condal, que tendra que revivir su pasado para poder entender el presente. Pasado y presente se entrelazan, para mostrarnos una obra nueva y fresca y donde se invita a los lectores a ponerse en la piel de cualquiera de los personajes y establezcan por supuesto su juicio ante sus actuaciones.

  • Florecer. Otra vez de Silvia Cruz

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    El mundo de los sentimientos puede ser un lugar oscuro y solo apto para valientes. Alice y David sufren una ruptura anunciada y Sally y Nick son victimas de sus pasados y de personas que quieren separarlos una y otra vez. Como la vida misma, Florecer otra vez nos ensena que amar incondicionalmente es tan bonito como doloroso y a veces tienes que tomar las decisiones mas dolorosas para que un amor tan aplastante no te consuma por completo.

  • el cuerpo prohibido de Cynthia Wila

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    Como la Cenicienta --intervino el analista. Y dio por finalizada la sesion. Camila permanecio unos segundos recostada en el divan sin moverse. A veces las verdades pueden dejarnos ciegos por un rato, penso. Su respiracion era lenta; la mirada clavada en un punto fijo del techo, casi en penumbras. Asi se sentia en ese momento. Cuando Patricio Blanchet se levanto para abandonar el sillon, pudo sentir su perfume moviendose en el espacio de aire que los separaba. Ese aroma de hombre acompano sus pasos hacia la salida haciendo aun mas evidente su silencio. Lo siguio con la vista. Era muy alto, seguramente pasaba el metro ochenta; la espalda ancha y unas piernas bien formadas con muslos que parecian siempre contraidos. Tal vez por su profesion o debido a esa personalidad indescifrable que la mantenia intrigada, no solia hablar demasiado: ni antes ni despues de terminar los encuentros. Sus labios, de proporciones desiguales, estaban cerrados al dialogo. Pero esos ojos intensos reflejaban mensajes ocultos que sus pacientes intentaban descubrir, como quien trata de encajar la pieza que falta en un rompecabezas. Patricio la esperaba en el escritorio de estilo ingles ubicado a unos metros del divan. Camila Infraga Mitre, por fin, se incorporo. Pago sus honorarios y lo saludo con gesto pobre. Una atmosfera densa la rodeo al salir del edificio. Como de costumbre, cruzo al bar ubicado en la esquina y pidio un cortado espumoso. Hoy --mas que nunca-- necesitaba esos minutos de soledad que a veces la relajaban y otras la empujaban a mortificarse. Solo le habia descripto la escena del accidente: ?Que tenia que ver el hecho de haber perdido un zapato al desmayarse con el cuentito de la Cenicienta? Era logico que se le cayera luego de semejante golpe pues se habia desvanecido al instante. Las preguntas se sucedian a borbotones en su mente, aunque siempre ligadas a las mismas cosas. Y eso la confundia mas. <> --!Y a Patricio unicamente se le ocurrio decir: como la Cenicienta! --murmuro enojada para si. En el cuento de los hermanos Grimm, la protagonista no recibia ninguna gratificacion. Por el contrario, era objeto de exigencias que la humillaban constantemente. Sin embargo, el maltrato de la madrastra y sus hermanas simbolizaba una rivalidad fraterna que las mantenia unidas a su manera. Su propio nombre --Cenicienta-- referia a la condicion de vivir entre cenizas; cuestion que la degradaba respecto de las demas. Su existencia quedaba a la espera de un superheroe que la rescatara de una vida miserable, que incluia un duelo no resuelto por la muerte de su madre. Entonces, sobre el final, un principe hermoso operaba de redentor y lograba liberarla de toda su desgracia. La fabula mencionaba a una mujer que padecia y a otras que la hacian sufrir. El varon venia a poner un corte a esta situacion dolosa, pero, en definitiva, no parecia ser el protagonista de la historia. Al fin, Camila pudo hilvanar algo de lo que habia ocurrido en su terapia: solo se trataba de mujeres... La madre de Cenicienta, al igual que su propia madre, metida en cada una de las cuestiones de su vida. Los cuentos de hadas tenian por costumbre intimidar a sus heroinas describiendo un mundo con gente malvada empenada en hacerles dano. ?Que estaba tratando de sugerirle su analista con esta analogia? Sus intervenciones la empujaban a buscar dentro de ella la responsabilidad que le cabia en cada situacion de la que se quejaba. Quizas por eso habia aludido a la Cenicienta aquella tarde, en la que Camila no paraba de querellar a su marido desde que entro. No recordaba muy bien como habia llegado al relato del accidente, lo cierto fue que, de iniciar la sesion a puro reproche contra su esposo, termino hablando del viaje de sus padres y su desmayo. Otra vez aparecia en escena como la pobre desgraciada que habia perdido la conciencia y !un zapato! Cuando en verdad, habia sido la unica que no sufrio dano: su padre termino con las costillas rotas y su hermana con la clavicula fracturada. Ella, nada. Pero en su discurso afloraba como la victima. --!Basta! --dijo de pronto. Ya no soportaba el cumulo de preguntas y mas preguntas que no paraban de torturar su cabeza. Pago al mozo con una sonrisa y se marcho. Ese detalle jamas faltaba: aunque estuviera de mal humor, siempre sonreia ante la gente. Durante el trayecto hacia la oficina de su marido llamo Irma, la nueva secretaria, para recordarle que esa noche cenarian con el grupo de inversores que llegaba del Sur. Lucio estaria de buen animo, y ella deberia simular gestos amables como venia haciendo desde hacia un ano. Reclino la cabeza hacia atras y se acomodo en el asiento del vehiculo. La sesion con Patricio, sus palabras y el calor agobiante de la tarde la habian dejado exhausta. Cerro los ojos y comenzo a evocar situaciones cargadas de sufrimiento. Mas que recordar, eran dificiles de olvidar aquellas imagenes llenas de dolor. ?Era posible olvidarse de todo y empezar de nuevo?, penso. Infidelidad... esa palabra la perseguia desde nina. En rigor, desde antes de su nacimiento. Ya su abuela le habia advertido del tema. Como una parte mas de los cuentos que le relataba de pequena, siempre aludia a la tal Pasifae, la princesa de Colquis de la mitologia griega que fue dada en matrimonio al Rey Minos de Creta. Las numerosas infidelidades de su esposo la habian enfurecido de tal manera, que ideo una venganza y le lanzo un conjuro para que ninguna amante se atreviera a sus brazos: en cada una de sus relaciones eyacularia viboras y escorpiones dentro del vientre de sus companeras, y con ello las condenaria a la muerte. <>, le decia con el dedo en alto. Como para olvidarlo... * * * Nacida en Paris, Ivonne Lafont, la abuela de Camila, habia crecido en medio de un clima candente producto de una Primera Guerra Mundial que devasto las economias europeas. La politica restrictiva de prestamos aplicada por los Estados Unidos en una epoca que pedia a gritos su colaboracion, influyo en las finanzas del Viejo Continente perjudicando a Francia frente a las deudas contraidas con el pais americano. La estrategia consistia en sortear los compromisos adquiridos con las indemnizaciones devengadas por Alemania en su favor, sin prever que el antiguo invasor jamas le pagaria. Las presiones contra el pais germano que habia quedado en ruinas generaron una inflacion imposible de manejar, lo cual incito a su acreedor a tomar cartas en el asunto: en 1923 el ejercito frances y su aliado de Belgica ocuparon la franja alemana del Ruhr, centro de produccion de carbon, hierro y acero; a Francia la tentaba la riqueza de esas tierras. Si bien la ocupacion no pretendia ser violenta, existieron incidentes de sabotajes promovidos por pequenos grupos de resistencia civil armada que obligaron a Francia a reprimir y ejecutar. La contienda se cobro la vida de manifestantes huelguistas y algunos soldados franceses, entre los que se encontraba Bernard Lafont, padre de Ivonne, quien, tras salvar su pellejo durante la Primera Guerra, fallecio de septicemia luego de haber sido baleado en un enfrentamiento con jovenes alemanes. La pequena Ivonne vio llegar a la ciudad el contingente de oficiales que volvian a su patria; caminaban por el centro de una hilera de gente que se habia aglutinado alli para esperarlos. Los sanos estaban primeros en la fila; atras, rezagados marchaban los heridos. Algunas mujeres tiraban flores a su paso; otras, en cambio, escondian su llanto entre panuelos blancos por aquellos que habian muerto. Ivonne cayo en la cuenta de que todas ellas tenian algo en comun: vestian de manera humilde y en sus rostros podia verse el sufrimiento. Carol Lafont, su madre, vio que dos soldados sostenian a Bernard al final del camino. Corrio y se abalanzo sobre el: <>, dijo su companero. Luego de llevarlo al hogar, Carol tomo la mano de Ivonne y la arrastro desesperada en busca de algun medico para salvar a su marido. Llego al hospital en un grito suplicando que la acompanaran a su casa pues Bernard no podia moverse. Pero nadie tuvo tiempo para ella; estaban demasiado ocupados con aquellos que podian pagar para ser atendidos. Y la mujer no tenia recursos. Con diez anos, la nina comprendio que solo los pobres luchaban en el frente y solo ellos eran los que morian. Esa impresion quedo grabada de manera tan fuerte en su memoria que, a partir de entonces, se instalo en su mente una idea que la acompanaria siempre: su corazon estaria del lado de quienes padecieran injusticias. La perdida definitiva de un papa al que no habia conocido demasiado, puso a Ivonne ante otro desafio: debio enfrentar la depresion de una madre cuyo duelo no cederia con el tiempo en ese mundo de tiranos y comunistas. Asi crecio la joven, sufriendo por su padre fallecido y por la escasa presencia de una mama abulica que la privo de carino. A poco de cumplir los quince anos, ya trabajaba como mesera en el bar de la familia de una amiga intima. Sirviendo jarras de cerveza helada para soportar el calor de un verano agobiante, su mirada quedo capturada por el hijo de un importante terrateniente argentino que estaba de paseo por Paris y se deslumbro con ella en cuanto la vio. Ivonne admiraba el estilo malevo de los hombres latinos, que conocia muy bien debido al triunfo de Carlos Gardel en sus tierras; el extranjero de veintinueve anos que la pretendia se peinaba a la gomina como el cantante, y sus modos reflejaban los de esos machos rudos de Buenos Aires que penaban por amor en las frases de los tangos. La diferencia de edad entre ambos no impidio que ella se fuera con el hacia America para casarse bien lejos de su historia, en busca de un futuro diferente. Logro su cometido, pero la vida no le seria tan simple: con el tiempo conoceria el precio de vivir con la soberbia de aquel hombre. Mientras el reconocido diario El Mundo destacaba el enlace del hijo de Don Antonio Infraga Mitre con una bella francesa, la alta sociedad argentina les dio la espalda. A pesar de los buenos modales y su hermosura, se notaba que la joven foranea no tenia clase ni distincion, y tampoco la instruccion adecuada para estar a la altura de semejante prometido. Pero la boda se realizo igual y los amigos de la familia asistieron simulando cortesia a pesar del desacuerdo. En el pais se vivia un clima de exaltacion: el radical Hipolito Yrigoyen triunfaba de manera abrumadora en los comicios accediendo a su segunda presidencia con setenta y seis anos, sin saber por entonces que no lograria terminar su mandato.

  • Sex Club del Demonio de Magela Gracia

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    Fue el primero en estampar su nombre en el contrato cuando dije que teniamos superpoblacion. Podria decirse que era del tipo de tio -o de demonio- que se dejaba la piel para ayudar a otros. pero no nos ibamos a enganar. Angel no era asi.
    – Tenemos que sacrificarnos por el bien comun, camaradas -les dije, en una de esas super reuniones que riete tu de las de las comunidades de vecinos-. El infierno se esta masificado y esto no hay alma torturada que lo resista.
    Y claro, ya que el lugar al que los mandaba era la Tierra. pues con sus pecadillos de nada, sus vicios tranquilos y su cero nivel de violencia -?estoy siendo muy sarcastico?- ?como iban a negarse?
    El eligio, precisamente, Madrid.
    Llego una noche de verano en la que todo el mundo regresaba a sus casas de vacaciones, o precisamente salian de alli rumbo al descanso prometido, con el consiguiente atasco de narices. “!Esto es un infierno!”, gritaba la gente, acompanando las palabras con pitidos de claxon.

  • Dr. Bully y el bebe secreto (Ritmo cardiaco 3) de Larissa De Silva

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    Estaba viendo doble. Y me gustaba lo que estaba viendo. Era tan alto, con una mata de pelo castano oscuro, y grandes ojos marrones. El tambien me sonreia, y mientras la musica golpeaba a nuestro alrededor, nos acercabamos cada vez mas. No importaba que estuvieramos afuera y la noche estuviera extranamente humeda, o que un monton de otros estudiantes universitarios nos rodearan y pudiera oler el champu, la colonia y el aliento contaminado por el alcohol de todos. Wes se inclino y me hablo al oido. --?Quieres otro trago? --pregunto, y su discurso se torcio. Yo asenti. --Bien --dije. Wes me cogio la mano. La suya estaba caliente y pegajosa, pero la mia probablemente tambien. Estaba sudando, y la agradable sensacion de alcohol habia sido reemplazada por un mareo apremiante. Vi como Wes miraba por encima del hombro, acercandome a el. --Quedate conmigo, chica -- dijo, mostrandome una sonrisa tonta cuando lo hizo. Me rei, pero hice lo que me dijo, acercandome cada vez mas a el. Nuestros cuerpos practicamente se tocaban mientras navegabamos por el mar de la danza, estudiantes borrachos, hacia su suite estudiantil. Habiamos hecho este viaje muchas veces, pero normalmente estabamos solos. No estabamos rodeados por un millon de otros estudiantes. El patio estaba normalmente desierto, pero siempre nos encontrabamos en medio de la noche. No fue intencional, habia sucedido asi, cuando el semestre habia comenzado. Pense en ello cuando finalmente llegamos a la escalera de hormigon que lleva a la suite de Wes. Me acerco a el, me tropece y practicamente me cai, y me agarro envolviendome el brazo alrededor de la cintura. Se rio. --?Estas bien? Asenti con la cabeza, mirandolo. --Si --dije, mi corazon saltando en mi pecho cuando puse mi mirada en su cara. Estaba tan impresionada con el, y lo odiaba. No ibamos en serio, nunca ibamos a estar en serio, y yo tenia que estar de acuerdo con eso. Me gustaba, pero era realista. Estaba fuera de mi alcance, y lo sabia con certeza. Si hubieramos crecido en la misma ciudad, el nunca me habria echado una segunda mirada. Pero esto era la universidad, un universo en si mismo, y eso era suficiente. Me miro fijamente. --Ace, ?seguro que estas bien? Asenti con la cabeza, cerrando los ojos. --Creo que he bebido demasiado. Me miro de arriba a abajo, con sus ojos brillantes. --?Te acompano a tu dormitorio? --No --respondi--. No, no. No quiero ver a mis companeras de cuarto. Sonrio. Solo tuvimos que subir unas cuantas escaleras mas antes de llegar a su puerta roja, el numero ‘tres’ grabado sobre la mirilla en letras doradas. Me solto, hurgo en su bolsillo y recupero su llave. Me sonrio, triunfante, y abrio la puerta, aunque le costo mucho esfuerzo. Una vez abierta la puerta, extendio su mano y yo la agarre. Entro en la habitacion, y yo entre detras de el. Me rei un poco mientras miraba su suite, que siempre me parecio extranamente limpia. Tal vez esa era una de las ventajas de no tener que vivir con companeros de cuarto. Me las arregle para abrirme paso de forma inestable hacia su cocinita improvisada. La bebida, de alguna manera, se las habia arreglado para emborracharme aun mas que antes, acercandose sigilosamente a mi como un repentino golpe de suerte. --Agua --dijo Wes. Practicamente podia oir lo seca que tenia la boca. --Para los dos Le sonrei mientras tomaba dos vasos de la tabla de drenaje y me daba uno. Me apoye en el mostrador e hice lo posible para llevarme el vaso a la boca. Lo tenia en la barbilla, lo que me hizo reir, y tambien hizo reir a Wes. --Escucha --dice. --Los dos estamos demasiado… Intentemos esto de nuevo manana, ?vale? Sacudi la cabeza. --No --dije, senalandolo sin ninguna razon. --No, no. Vine aqui para hacer una cosa y solo una cosa. Wes se rio, echando la cabeza hacia atras. --?Asi que no estas aqui solo porque te gusta pasar el rato conmigo? Me queje en negacion. --No eres malo. Pero no eres un gran conversador --dije. O trate de decir. Estaba borracha, y la palabra “conversador” sonaba como una absoluta tonteria. --Grosera --dijo, riendose. --Termina tu agua, y luego te llevaremos a la cama. --?Nos meteremos los dos en la cama? --No --dijo, sonriendome. --Esta noche no, Ace. --Boo --le respondi, mirandolo fijamente, pero termine mi agua. Me cogio la mano y me llevo a su cama. Le rodee el cuello con los brazos y me rei mientras intentabamos besarnos torpemente, sin poder hacerlo. --Manana --dijo--. Duerme ahora. --No estoy cansada. --Lo estas --respondio--. Simplemente no lo sabes todavia. Estamos demasiado jodidos para esto.--Nosotros… no. Estamos bien. --Vale --dijo, riendose mientras me esponjaba una almohada. --?Que tal si hacemos un trato? Si sigues despierta en cinco minutos, nos besaremos. Me rei, dandome la vuelta. --Si --dije--. Me gusta como suena eso. Y luego no recordaba nada en absoluto. *** Me desperte con un dolor de cabeza punzante, mis labios secos y mi estomago en nudos. El sol estaba justo en mi cara y no estaba en un lugar particularmente familiar. Las mantas eran muy pesadas y me daban calor. Intente quitarmelas, pero me dolia todo el cuerpo. Grunendo, finalmente me las arregle para mover el edredon de la parte superior de mi cuerpo. --Cafe --dijo Wes, entregandome una taza de poliestireno con el logo del campus. --Parece que lo necesitas. Me gire. --No hay necesidad de gritar --dije en voz baja. --?Quieres decir, ‘gracias, Wes’? Cerre mis ojos, agarre el cafe y tome un sorbo. Todavia estaba muy caliente, pero lo aprecie. --Gracias, Wes --dije. --Tambien te traje un McMuffin --dijo--. Son particularmente buenos cuando los dejas enfriar por un rato. Sonrei. --?Cuanto tiempo estuve dormida? --Demasiado tiempo --dijo, mostrandome una bolsa de papel marron con la comida dentro. -- Tuve tiempo de ir a tomar un cafe, luego a McDonald’s, e incluso tuve tiempo de contemplar la posibilidad de estudiar. Me volvi hacia el. --Claramente me he quedado demasiado tiempo --le dije--. Me comere esto y desaparecere de tu vista. ?Cuanto te debo? --? Por el McMuffin de huevo? Creo que estare bien --respondio. Puse los ojos en blanco. No parecia una amabilidad cuando estaba siendo sarcastico. Parecia notar el cambio en mi expresion, porque se acerco a mi y me aparto el pelo de la frente. --Oye --dijo--. Lo siento. No quise hacerte sentir mal. Todavia podia oler el alcohol en su aliento, y no creia que me estuviera yendo mejor. Lo mire, con esos enormes ojos marrones, y sonrei. --No --dije--. No me debes nada. Gracias. Asintio, sonriendome, y luego se acerco a mi hasta que sus labios estuvieron sobre los mios. Su toque fue calido y suave, y el beso solo duro unos segundos antes de que se alejara. --Tengo una sorpresa para ti --dijo. --?Ah, si? --Si --respondio--. Te traje… un pastel de manzana. Esta mas caliente que el sol, y probablemente asqueroso, pero pense, ?que es el desayuno sin postre? --Puede que seas uno de los buenos --respondi. --Tal vez --dijo--. Lo intento. Una vez que comi y bebi mi cafe, me senti mucho mejor. --No eres malo en esto --dije, limpiandome la boca con una servilleta de la marca. --?Como te sientes? --Bastante bien, considerandolo todo --dijo, sentado a mi lado en la cama, hundiendo su cuerpo en el colchon a mi lado. --Anoche estaba mas que borracho, y no se si ese futon es bueno para mis articulaciones. --Tienes como veinte anos --dije, un poco indignado. --?Como puedes estar preocupado por tus articulaciones? --Atletismo --respondio--. Necesito asegurarme de que mis rodillas estan en forma si quiero ser capaz de competir. --Podrias intentar engrasarlas. --Idea sensata --respondio--. Tal vez deberias ser medico, Ace. Incline mi cabeza mientras lo miraba. --Escucha --dije--. Lamento haberme puesto muy mal anoche. No te envie ese mensaje de texto para que tuvieras que cuidarme toda la noche. --Lo se --dijo, luego me miro y sonrio. --Tampoco es por eso que te recogi, pero no me importo. Pense que era algo agradable, de verdad. --?Lo hiciste? --No eres una persona dificil de cuidar --dijo--. No vomitaste nada, asi que eso te da una ventaja en mi libro. Me lami los labios. --?Haces esto a menudo? Ladeo la cabeza, levantando una ceja perfectamente enmarcada. --Teniamos un acuerdo. Me mordi el labio inferior. --Tienes razon --dije--. Lo siento. Suspiro, y luego Levanto mi cara con un dedo torcido bajo mi barbilla. Presiono sus labios contra los mios otra vez, y supo salado y dulce. Estaba exhausta y me dolia el cuerpo, pero de repente me quede sin aliento por el, y supe lo que tenia que hacer. Lo que mi cuerpo me exigia hacer. Cuando se alejo de mi, estaba sonriendo. --Sabes a tarta de manzana --dijo. --Sabes a cafe --le respondi. Ladeo la cabeza, con los ojos entrecerrados. --?Estas totalmente sobria ahora? --Como monja --dije. Se mordio el labio inferior. --Sigue hablando asi --dijo--. Y no podre quitarte las manos de encima. --No sabia que te gustaba la mujer religiosa --le respondi, riendo mientras se arrastraba sobre mi, presionando sus labios contra los mios y bajando su cuerpo sobre mi. Llevaba un pijama muy caro, y me di cuenta de que aun llevaba el vestido de la noche anterior. La tela de su camisa era mucho mas bonita y suave que el edredon, que mi propio vestido. Pero solo me concentre en la suave tela de su camisa por un segundo, porque en el momento en que mis manos tocaron su pecho, pude sentir que mi corazon comenzaba a latir rapido, y todo mi cuerpo comenzaba a calentarse debajo de el. Sus besos fueron suaves al principio, luego mas insistentes. Respiro profundamente, presionando su cuerpo contra el mio, y yo agarre la parte inferior de su camisa y meti la punta de mis dedos en su piel sorprendentemente suave. Gimio, con su voz baja y tranquila, lo que siempre fue suficiente para volverme loca. Mi pierna subio sola, y pronto me di cuenta de que habia abierto mi cuerpo de tal manera que el suyo estaba justo encima de mi, y pude sentir lo duro que estaba, y habia empezado a mover sus caderas hacia adelante y hacia atras, solo un poco, lo suficiente para hacerme saber cuanto me deseaba. Incluso a traves de la tela de panties y sus pantalones para correr, ya sentia que iba a explotar. Hizo una pausa, por un segundo, y luego se mordio el labio inferior. --?Quieres que te coja? Lo mire. Sus ojos marrones brillaban, y habia dejado de moverse en absoluto. Sus mejillas estaban rojas, y pude ver las gotas de sudor en su frente. Cerre los ojos y asenti con la cabeza. --Dime --dijo. Volvi a abrir los ojos y lo mire directamente. Siempre habia sido dolorosamente timida. Solo que no lo era cuando estaba cerca de el. Algo me paso cuando estaba cerca de el, y fue como si quisiera ser alguien que no era. Como si quererlo, como si deseara a este hombre, porque era el primer hombre de verdad que habia encontrado, fuera suficiente para quitarme todas mis inhibiciones, y solo… pedir lo que queria. Pedir lo que necesitaba de el. Y cada vez que me hacia pedirselo, me volvia loca. --Follame, Wes --dije, mi voz temblaba. Se mordio el labio inferior, una sonrisa en su cara. --?Que dices? --Follame, por favor--, dije. Sonaba como si estuviera suplicando. Lo estaba haciendo. No habia que decirselo dos veces. Movio su mano suavemente desde mi brazo, a traves de mis pechos, a traves de mi estomago, y hasta entre mis piernas. Senti las puntas de sus dedos rozando mi cuerpo, y mi cuerpo se tenso, mi espalda se arqueo para buscar su toque. --Realmente quieres esto, ?no? --Si --dije, apenas reconociendo mi propia voz. --De verdad que si. Enhebro su dedo entre el elastico de mi tanga y mi piel, y luego la deslizo por mis piernas muy habil y rapidamente, y de repente quede completamente expuesta ante el. Se tomo un segundo, solo un segundo, para mirarme. --Mierda --dijo, mas para si mismo que a mi. Lo mire, buscando en su cara para averiguar si era algo bueno o malo, pero no tuve que esperar mucho tiempo. Antes de que pudiera averiguar lo que estaba pasando, pude sentir su aliento en el interior de mis muslos. Uso sus dedos para abrirme y luego lamio alrededor de mi clitoris, lenta y deliberadamente, esperando que reaccionara antes de insertar un dedo libre en mi, enroscandolo ligeramente y dejando que me acostumbrara a el primero. Me estaba prestando atencion, y lo senti en la forma en que su lengua se movia por mi clitoris, aplicando un poco de presion extra de vez en cuando, su respiracion se aceleraba cada pocos segundos. El me queria, tenia hambre de mi, y yo podia sentirlo con cada movimiento, con cada gemido, con cada toque. Presiono su dedo dentro mio, uno al principio, luego dos, luego otro, todo mientras me lamia el clitoris, mientras me veia practicamente morir de placer debajo de el y luego se alejaba de mi cada vez, siempre negandome la dulce liberacion de un orgasmo desesperadamente necesario. --Bien --dijo, su aliento me hacia cosquillas en la piel. --Esta bien. Lo vi arrodillarse. Deslizo sus pantalones de correr por sus piernas, y luego se los quito por completo. Mire su polla, que fue estrangulada por sus calzoncillos Calvin Klein negros, y tardo un segundo demasiado largo antes de quitarselos tambien. Le gustaba que me gustara mirarlo, pero sabia cuanto lo queria. Cuanto lo necesitaba.

  • Propiedad Comprada de Rosalia Reyes

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    Marco era el Rey del mundo.
    Pero un Rey sin Reina.
    Multimillonario, atractivo, playboy.
    Y una cama vacia en los dias duros.

  • En la sangre de Laura Gomara

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    Eva Valverde es carterista, tiene dos carreras y viste de Prada.

  • Como enamorarte de un hombre que vive debajo de un arbusto de Emmy Abrahamson

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