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  • Cuentos para quererte mejor - Mestre a casa

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  • En la piel de una yihadista de Anna Erelle

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    El testimonio de una joven occidental captada por el estado islamico.

  • El coloquio de las perras de Luna Miguel

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    Recuperando el titulo de un pequeno cuento con el que la puertorriquena Rosario Ferre analizo la misoginia literaria en los anos 90, este ‘El coloquio de las perras’ pretende ser un homenaje a las escritoras hispanohablantes que sortearon todo tipo de obstaculos para hacer su literatura.

  • Las cenizas del cielo de Mariano Gambin

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  • La traicion del Alur de J .b. Caplan

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    Londres dormia profundamente en una noche humeda y triste. La luna desprendia un extrano color carmesi, aquello desde luego no podia significar nada bueno. Era el color de la sangre el que banaba las calles de la capital britanica. El Mercedes SLK atravesaba de forma sigilosa la avenida, con cautela, con miedo a llegar a su destino, pues una vez lo alcanzase, se iniciarian una serie de acontecimientos de gran trascendencia para el mundo. Quiza de tal importancia que el propio mundo como lo conocemos podria dejar de existir. El coche fue reduciendo la marcha hasta quedar detenido junto a la entrada principal de la mansion. El chofer descendio dispuesto a abrir la puerta trasera del vehiculo. Cuando lo hizo, no se atrevio a mirar a la cara de su pasajero. Observo como unas grandes botas con punta de metal se estrellaban contra el suelo y quedo impresionado, una vez mas, ante la envergadura del hombre. Le vio marcharse en la oscuridad y atravesar la verja del recinto. Como una sombra que se funde en las tinieblas. Cerro la puerta, se sento en su asiento y puso la radio. Intento relajarse pero estaba demasiado nervioso. Aquel hombre le daba mala espina, casi tanto como su jefe, el senor Ditrov. Todas las emisoras comentaban la misma noticia. Un multimillonario famoso por sus donaciones a la caridad y sus proyectos para salvar el medio ambiente habia amanecido muerto. Asesinado en su propia casa, mientras dormia. El chofer cerro los ojos dispuesto a descansar un rato, sus ordenes eran claras, llevar al senor Nattan a la mansion y esperar hasta que el encuentro hubiera acabado para poder llevarle de regreso a su hotel. Nattan se detuvo un instante frente a la verja de forja. La agarro con la diestra y sintio el frio penetrar a traves de su piel. Caras deformes de angeles de hierro le devolvieron la mirada. Empujo el enrejado y se perdio en la noche. El camino hasta la casa serpenteaba de forma sinuosa bordeado por un bosque denso de encinas, como un rio que se pierde en mitad de la jungla, escondiendo en cada recodo misterios y bestias arcanas capaces de acabar con la existencia de un simple mortal en una sola mirada. La tenue luz que desprendia la luna era absorbida por las copas de los arboles. Apenas un par de farolas alumbraban el camino. Su luz titilaba al son del viento, creando sombras de figuras fantasmagoricas sobre el asfalto, mientras, la niebla comenzaba su suave danza sobre las crestas de los arboles y descendia hacia la senda con la amenaza de absorberlo todo. Cualquier persona normal hubiera dado la vuelta solo con contemplar semejante paisaje, con la certeza de que aquella mansion estaba embrujada, o que algun demonio del averno habia decidido hacer de ella su morada. Pero Nattan no era una persona normal. Sonrio ante la estampa y siguio la senda. Tras el ultimo giro del camino se encontro frente a la entrada principal. Una fuente le saludo en la distancia. De entre las aguas surgia una espada que apuntaba al cielo. Una garra mitad humana mitad animal la asia por la empunadura. Tres escalones de marmol daban acceso a la puerta de la casa. A ambos lados dos guerreros de piedra caliza protegian la entrada. Con las cabezas giradas en direccion al paso, escudrinaban al ser que se atrevia a internarse en sus dominios. El paso del tiempo y las inclemencias del clima habian convertido sus blancas formas en piedra gris erosionada, dandoles un aspecto mas amenazador, si es que aquello era posible. Sus brazos extendidos de forma horizontal apuntaban hacia la puerta, en un acto entre la burla y la invitacion. Sus ojos inertes parecian haber sido testigos del paso de los siglos, de los seres que penetraban en aquel reino de muerte y de las sentencias que en el interior de la heredad se pronunciaban. Espero frente a la puerta pese a que sabia que estaria abierta. Fijo su atencion sobre un pequeno llamador de metal. Se trataba de un triangulo equilatero atravesado por una franja desde la mitad de su lado izquierdo hasta el vertice derecho, separando la imagen en dos triangulos mas pequenos pero del mismo tamano. Equilibrados. Golpeo dos veces y la puerta se abrio. --Bienvenido senor Nattan. Un mayordomo que daba la impresion de ser mas viejo que la propia casa le hizo una reverencia y le invito a pasar. Vestia con un traje negro su enjuto cuerpo. Parecia sacado de una novela de Charles Dickens del siglo XIX. Su tez era afilada y denotaba su avanzada edad. Dos ojos grises y trasparentes, carentes de vida, adornaban su rostro. --El senor Ditrov le espera en la biblioteca. Acompaneme si tiene usted la bondad --dijo el sirviente. No era la primera vez que visitaba al viejo en su casa y aun asi quedo impresionado, una vez mas, por la grandeza de la misma. Mirase donde mirase solo podia ver obras de arte de todos los tiempos y lugares. Mascaras funerarias de origen prehelenico rescatadas de la antigua Troya, convivian con armaduras completas de la baja edad media. Escudos de grandes batallas plagados de magulladuras se podian observar por toda la estancia, haciendo asi honor a los hombres que antes o despues habian perdido la vida tras ellos. Las armas de filo eran las verdaderas protagonistas de aquella coleccion. Armeros repletos de espadas poblaban los rincones del macabro salon. Convivian entre ellas como si sus origenes dispares solo hubieran sido una cuestion temporal. Entre algunas de aquellas <>, Nattan pudo contemplar cimitarras arabes, kalis orientales, catanas de la dinastia Song o incluso una maravillosa claymore de las tierras altas de Escocia. Pero sin duda habia una pieza a la que el viejo tenia especial carino, estaba justo en la mitad de la sala y disponia de una vitrina para si sola. Una daga curvada se mostraba orgullosa tras su prision de cristal. Su mango era de marfil rematado con joyas preciosas. Sobre la empunadura el mismo simbolo de la puerta. El emblema de una orden antigua, quiza tanto como la propia humanidad. Estaba tan ensimismado en la coleccion que cuando Nattan se quiso dar cuenta el ciego mayordomo se habia perdido entre las sombras. Apreto el paso y se dirigio a la biblioteca. Se aproximo a la puerta y recordo como el viejo habia cambiado en los ultimos doscientos anos. Como la oscuridad habia inundado su corazon y su parte humana habia desaparecido para siempre. No es facil portar el destino del mundo sobre los hombros y saber que de tus decisiones depende todo cuando se conoce. Nattan sintio un escalofrio y por primera vez en muchos anos se sintio vulnerable. Sin embargo el solo era un soldado. No tenia porque cuestionar las ordenes de su maestro. Su unica mision era acatarlas por el bien de la orden. Dos grandes hojas de madera maciza le separaban del viejo. Las aparto con ambas manos y penetro en la sala. La luz lo inundo todo. A su espalda pudo escuchar el ruido seco que produjo la puerta al cerrarse tras el, como si de un lamento o una despedida se tratara. La biblioteca no era menos impresionante que el resto de la casa. Miles de tomos le saludaron desde sus estantes escritos en todas las lenguas conocidas. Compendios de todo el saber almacenados durante siglos y seleccionados de forma escrupulosa. Se maravillo ante la vision. Estanterias de formas imposibles ascendian hasta el infinito como serpientes que atrapan en su regazo las presas que ya nunca han de ver la luz. Su mirada seguia los trazos de las prodigiosas estructuras de madera cuando se poso sobre el mural del techo. No pudo evitar abrir la boca en senal de asombro y de respeto. En el se revelaba el verdadero comienzo del mundo. Los dos grandes dioses, representados como angeles alados, dirigian a sus tropas en la batalla que daria lugar a la vida. Las huestes chocaban de forma brutal y el fuego creaba los continentes sobre la tierra. De enormes simas manaban como una plaga miles de pequenos humanos que se unian a la contienda defendiendo alguno de los dos bandos, de tal forma que en ambos lados el numero de guerreros era el mismo. En el centro de la imagen dos sombras blandian dagas manchadas en sangre y sobre sus pies, decapitados, angeles de ambos ejercitos. Estaba tan absorto en sus pensamientos que por un momento casi olvido el motivo de su visita. Escucho unos pasos y supo que el ruido habia sido intencionado. Se giro para enfrentar la mirada perniciosa del hombre que esperaba a su espalda. Apoyo la rodilla sobre el suelo, inclino la cabeza en senal de respeto y espero el permiso necesario para mirar al lider de su orden. Sintio un ligero roce sobre su hombro, se incorporo y saludo a su maestro con una leve inclinacion de cabeza. Ante el se mostro un hombre normal, no debia aparentar mas de cuarenta anos. Vestia un traje oscuro con chaleco y una camisa blanca de seda. Sus ojos eran negros como la noche y sus facciones duras y afiladas. Tenia una mirada infinita que solo acrecentaba el aura tetrica que parecia envolverlo. Un aura que destilaba perdicion y sabiduria. Un aura fermentada en la oscuridad desde hacia ocho siglos. Sobre sus manos portaba un antiguo grimorio escrito en una lengua perdida. Las tapas eran de cuero curtido, grabadas en oro con runas de una religion olvidada. Con una delicadeza casi mistica, Ditrov cerro el libro y lo apoyo en su regazo. --Maestro, todo ha salido segun lo previsto --dijo Nattan a modo de saludo. --Es la hora de comenzar aquello para lo que nos hemos estado preparando, esta guerra en la que llevamos inmersos tantos siglos debe llegar a su fin. La balanza ha perdido su equilibrio --contesto el maestro. Mantuvo una pausa teatral, observando la reaccion de su predilecto. Con un gesto de la mano libre le invito a acompanarle junto al ventanal de la biblioteca. Desde alli se veia el camino de la casa y la funebre fuente del jardin. Pasaron apenas dos minutos en silencio, pero a Nattan se le hicieron eternos. --Desde el principio de los tiempos hemos combatido fieles a los juramentos de la orden. Hemos mantenido el equilibrio y hemos acabado con quien ha osado pervertirlo. Sin embargo ahora debemos tomar partido para una vez mas cumplir con nuestra promesa. Las batallas cada vez son mas frecuentes y las consecuencias mucho mas catastroficas. Los humanos han ideado en apenas dos siglos armas capaces de acabar con toda la existencia. Por eso debemos iniciar la purga de la vida. La unica forma de volver al equilibrio es acabar con cuanto existe, sumir al mundo en la oscuridad para poder ver la luz nuevamente. Una luz mas radiante, mas bella. Sin esa plaga que asola el mundo, esas marionetas al servicio de dos dioses aburridos que llevan demasiado tiempo disputando una partida. Es hora de acabar con todo, el mundo debe sumirse en el mas profundo de los infiernos para que de sus cenizas nazca una nueva esperanza. Una sonrisa desprovista de sentimientos se dibujo en los labios del maestro. --Se que estamos preparados, pero sin embargo antes de empezar hay algo que aun debes hacer --continuo Ditrov. Se giro hacia su aprendiz y le miro directamente a los ojos. --He consultado el libro de la sangre y he visto el destino --dijo mientras palpaba el grimorio con una delicada caricia--. En nuestro camino se interpone uno de los nuestros. El cuarto nos ha traicionado. Su lealtad se ha visto comprometida y ha dado la espalda a la hermandad y a sus obligaciones. Evans debe morir. Nattan trago saliva y sintio como el mundo se le venia encima. ?Acabar con uno de los ocho? En toda la historia de la orden nunca habia sucedido. Ditrov, regocijandose en la duda que habia despertado en su interlocutor, continuo con su explicacion: --Evans siempre ha sido especial, con el paso del tiempo se ha convertido en una pieza clave para nosotros. Sin embargo no podra entender el nuevo rumbo que han tomado los acontecimientos. Su fidelidad a la orden es evidente, sin embargo su corazon humano le hace terriblemente vulnerable. Llegara el momento en que no podra cumplir con sus objetivos y se volvera contra nosotros. Por eso debemos erradicar el problema de raiz. Se ha vuelto demasiado fuerte y puede suponer un grave problema. --Asi sera maestro. Un hilo de voz fue cuanto salio de la garganta de Nattan. --?Es duda acaso lo que leo en tus ojos Nattan? Nattan nunca cuestionaria las palabras de su lider ni los designios del libro sagrado. Eso supondria cuestionarse la propia razon de su existencia. El viejo, en otras muchas ocasiones, habia visto el futuro y siempre los habia guiado con mano de hierro por el camino correcto. El era la orden y la orden lo era todo para el. Recuperando el aplomo que habia perdido nada mas entrar a la mansion, se llevo la mano al pecho y convencido de sus palabras respondio: --La orden tiene mi vida a su servicio y la palabra del maestro es la ley. El cuarto sera eliminado. --Quiza esa vida que con tanta seguridad empenas te sea pronto requerida. Nattan no sintio miedo ante la amenaza, porque el no podia sentir. Aun asi, como un acto reflejo de su vida anterior, trago saliva y abandono la mansion. El golpe de una puerta al cerrarse sobresalto al chofer. De forma instintiva observo el espejo interior del vehiculo. Dos ojos rojos como las brasas de una hoguera se posaron en el. Aparto la mirada aterrado y arranco el Mercedes. Pocos instantes despues la estela del coche se perdio en mitad de la noche. En su interior un guerrero atormentado planeaba de forma minuciosa como acabar con aquel nino al que habia salvado tantos siglos atras. Un nino al que acogio como a su propio hijo y al que forjo como uno de los asesinos mas letales de cuantos habia conocido el mundo. Nattan tuvo muy claro en aquel momento, que si su alma no estuviera muerta desde hace tantos anos hubiera llorado. Incluso creyo la ilusion de que una lagrima negra como su interior se deslizaba sigilosa a traves de su mejilla.

  • …y navegar en tu mar (Serie Extrarradio, #2), Juani Hernandez de Juani Hernandez

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  • El Corazon de Yamato de Aki Shimazaki

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    ?Cuanto dura el amor? ?Bajo que formas vuelve a encenderse? ?Cuales son las consecuencias del amor perdido?

  • La reina sin reino de Jose Maria Perez Peridis

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    Con Esperando al rey, su primera novela, Peridis alcanzo un mas que notable exito de critica y publico. Las claves de su logro fueron contar, de una manera cercana y personal, un episodio fascinante de la historia medieval. Esa tambien es la formula de La maldicion de la reina Leonor y de La reina sin reino, con la que cierra su trilogia sobre la Reconquista, que pueden leerse de forma totalmente independiente.

  • Jodido Doctor de Abril Lainez

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    Emma no estaba segura de poder hacerlo. No lo iba a conseguir. Le resultaba imposible administrar el oxigeno que entraba en sus pulmones. Se recordo que debia volver a ponerse en forma, cuanto antes, con caracter de urgencia. Jadeando, con la boca abierta, con las mejillas a punto de entrar en erupcion, y con una rodilla dolorida, debido a los constantes golpes recibidos por una de las hebillas de su bolso de viaje durante la carrera, subio los escasos tres escalones que le separaban del interior del vagon y se sujeto a una de las barras que se encontraban junto a la puerta. Escucho el pitido que anunciaba el cierre de las puertas, y se pregunto si todavia estaba a tiempo de abortar la operacion y bajar al anden. No se veia con fuerzas de buscar su asiento y mucho menos de enfrentarse a las miradas de algunos viajeros, que la observaban como si fuera una terrorista con una granada en la mano. ?Que estaba ocurriendo? O bien todas esas personas nunca habian visto a alguien correr --algo no demasiado extrano en una estacion de tren--, o bien los sonidos que emitia su garganta, en un intento de normalizar su respiracion, eran algo exagerados. Emma prefirio no seguir indagando en la respuesta, lo unico que le interesaba en ese momento era encontrar su asiento; rezo para que no estuviera demasiado alejado. <>, se dijo. Solo tenia que atravesar seis vagones, solo seis. Cuando por fin llego a su destino, se arrepintio de no haber dedicado mas tiempo e interes a realizar la reserva. De haberlo hecho, se habria centrado mas en escoger una fila con un solo asiento, pero no fue asi, al parecer iba a viajar con un companero de viaje. Observo que su acompanante era un hombre joven que, a juzgar por su expresion nada mas verla a ella, se sentia igual de entusiasmado por tener compania. Emma cogio su bolso de viaje y lo alzo sobre su cabeza para colocarla en la estanteria que se encontraba sobre los asientos. Al alzar los brazos, la fina tela de su blusa se sumo al movimiento dejando parte de su torso desnudo. Esa sensacion le produjo un escalofrio e hizo que sus brazos flaquearan, provocando que el bolso cayera justo en el regazo de su futuro companero de viaje. El hombre dio un respingo. No solo por el intruso que habia aterrizado en su regazo sino por el dolor que le produjo el impacto. Alzo bruscamente la cabeza con el ceno fruncido y la fulmino con la mirada. Si hubiera podido volatilizarla no lo hubiera dudado. --Lo siento, se ha caido --logro decir Emma avergonzada consciente del fuego que se habia instalado en sus mejillas. --Ya lo he notado --exclamo el con frialdad. A continuacion se levanto e impulso el bolso para colocarlo. Espero a que ella se acomodara y volvio a sentarse. --Gracias --susurro Emma molesta. No le habia gustado la forma en la que le habia hablado. !Solo era un pequeno accidente! El no se molesto en decirle nada mas. Se acomodo en su asiento y cerro los ojos fingiendo que se disponia a dormir. Emma desvio la mirada hacia la ventana intentando ocultar el malestar que le habia producido ese hombre. El caso es que era guapo... <>, se dijo intentando desviar sus pensamientos. El impresionante fisico de su acompanante no era un asunto que quisiera que permaneciera en su mente. Su amiga Irene se habia ofrecido a llevarla en coche hasta la estacion, pero una vez mas, Emma, antes de aceptar, no habia tenido en cuenta que su forma de conducir solo era apta para aquellos casos en los que no hay prisa, ninguna prisa. En el caso de haberla, lo mas sensato era declinar la oferta o bien emprender el viaje con un par de horas de antelacion. A Punto habia estado, en dos ocasiones, de empujarla del asiento, aunque se encontrara el coche en marcha, para apoderarse del acelerador. No era capaz de entender como a esas alturas todavia no la habian multado por ir por debajo de la velocidad permitida. Una sonrisa se dibujo en sus labios al recordar los dias que habian pasado en Barcelona. Irene era una pesima conductora, al menos desde el punto de vista de una mujer impaciente como Emma, pero una buena amiga. Se sobresalto con el sonido de su movil. Nunca se acordaba de cambiar la melodia que notificaba los mensajes: un pitido agudo y estridente, que por lo general resultaba molesto. Por suerte, no habia reservado uno de esos vagones en los que se debe permanecer en absoluto silencio. A pesar de mantener la vista al frente pudo sentir la mirada asesina de su companero de viaje. Emma no movio ni un solo musculo, no tenia intenciones de disculparse, pero tampoco deseaba que el rubor que habia vuelto a instalarse en sus mejillas se apreciara. Con un movimiento rapido elimino el sonido del aparato y se centro en el mensaje que acababa de recibir. Irene le preguntaba si habia perdido el tren. Le contesto rapidamente prometiendole una llamada al llegar a Madrid. Quedaban tres largas horas por delante y necesitaba entretenerse en algo, o su mente acabaria reproduciendo las mismas imagenes que la habian acompanado durante el ultimo mes. Debia evitarlo a toda costa. Saco un libro de su bolso. No le apetecia leer, pero tenia que obligarse a estar entretenida. Sus pensamientos, si se dejaban en completa libertad, eran un arma muy peligrosa para ella en ese momento. El libro, recomendado por su amiga, era una guia <>, palabras del autor, para que una mujer recuperara su autoestima. Observo la portada centrandose en el titulo. ?Que queria decir exactamente recuperar la autoestima? ?Solo era una guia practica para mujeres que la habian perdido? ?Y si nunca se habia llegado a tener? En ese caso, ?el libro no servia? ?O era tan bueno que se recuperaba la perdida y la que nunca se habia tenido? Ella tenia las paces hechas con su autoestima, al menos eso creia. ?Que le habia hecho pensar a Irene que necesitaba ese tipo de libros? Volvio a introducir el libro en el bolso. De inmediato aparecio en su mente que debia darle una pequena oportunidad y volvio sacarlo. Leyo la introduccion y fruncio el ceno, convencida de que aquel libro no era para ella. Lo apoyo sobre su regazo y lo miro de reojo. ?Tendria algo que Irene habria considerado importante para ella? Lo abrio de nuevo e hizo un intento de leer la pagina siguiente, pero no pudo. Aquello definitivamente no le interesaba. Si esas paginas le indicaran como olvidar a Alvaro de una forma indolora, sin duda se adentraria en ellas. Pero debia incorporar una varita magica, muy magica, para que eso fuera posible. Emma reprodujo en su mente la varita haciendo circulos en el aire al tiempo que invocaba el olvido; dibujo una sonrisa ante su ocurrencia. No, no habia nada tan efectivo. Habia trascurrido poco mas de un mes desde su ruptura con Alvaro y todavia era incapaz de pensar en ello sin sentir que el corazon se le iba a salir del pecho. Dos anos de relacion. Ese era el tiempo que habian pasado juntos desde que se conocieran en Barcelona, la ciudad en la que habia residido Emma, la misma que la vio nacer. Alvaro se encontraba de paso en la ciudad por asuntos de trabajo. Una mirada en un restaurante, unos guantes olvidados en una mesa, una sonrisa de agradecimiento, una invitacion a cenar... Esos fueron los elementos que dieron inicio a su relacion. Alvaro, cansado de viajar constantemente a Barcelona para poder estar con ella, tardo dos meses en proponerle que se fuera a vivir con el a Madrid. Emma acepto sin pensarlo dos veces. Tardo poco tiempo en encontrar un trabajo, su curriculum atrajo el interes de un colegio para cubrir la vacante de recepcionista, aunque sus labores abarcaban muchos campos. Desde hacer fotocopias, abrir la puerta por las mananas --con cuidado de que la marabunta de ninos que esperaban al otro lado no se le echaran encima--; concertar reuniones con los padres, aguantar con paciencia a que una madre de un alumno la visitara en siete ocasiones para comprobar si habia aparecido el gorro extraviado de su hijo; y su preferida: acompanar a los pequenos, a los de tres y cuatro anos, en sus excursiones, como refuerzo para los profesores. Su relacion con Alvaro habia empezado con mucha fuerza, una relacion intensa que solo se veia interrumpida por los frecuentes viajes de trabajo de Alvaro a Japon. Le costo acostumbrarse a ellos, pero con el tiempo lo consiguio. El trabajo de Alvaro como ingeniero en una empresa japonesa le obligaba a viajar dos semanas cada dos meses al pais del sol naciente. Durante esas semanas se comunicaban mediante videoconferencia, aunque era complicado encontrar el momento adecuado, debido a la diferencia horaria. En los meses anteriores a la ruptura habia sido mas complicado. No solo viajaba con mas frecuencia, sino que parecia que el universo conspirara para que todos los vuelos de vuelta a casa estuvieran senalados por todos y cada uno de los contratiempos que se pueden encontrar al viajar en avion: retrasos, huelgas, aterrizajes forzosos por culpa de la climatologia, cancelaciones por... un millon de razones. Cuando ocurria, Emma maldecia esas fuerzas del universo que parecian empenadas en retrasar sus encuentros. !Que ingenua habia sido! Alvaro no tenia tan mala suerte como ella creia, lo que tenia eran pocas ganas de llegar a casa. Habian planeado en mas de una ocasion que Emma le acompanara en uno de esos viajes, pero nunca llegaba la ocasion. En un principio el problema era que Emma no podia ausentarse tanto tiempo fuera del periodo vacacional escolar, pero con el tiempo, aunque dispusiera de vacaciones Alvaro siempre encontraba alguna excusa, bien que se podia prolongar mucho mas, bien que el tipo de reuniones le impediria pasar tiempo con ella. Cada vez los viajes eran mas largos y mas intensos. Japon se quedo sin su visita, las catastrofes aereas dejaron de sobrevolar a Alvaro, y ella dejo de maldecir al destino empenado en que permanecieran juntos menos tiempo, para pasar a maldecir al verdadero culpable de su separacion. Treinta y seis dias antes, acabando el mes de julio, habia recibido la llamada. La ultima llamada. Alvaro habia viajado a Japon apresuradamente, a pesar de llevar tan solo tres semanas en Madrid desde su ultimo viaje, debido a unos asuntos muy importantes que tenia que tratar. Debian pasar al menos dos dias para que recibiera la primera llamada por videoconferencia, tal y como acordaban siempre, pero ese dia la llamada llego un dia antes. --?Alvaro? --pregunto Emma sorprendida al escuchar su voz--. ?Todo va bien? --Emma... estoy en Madrid --pronuncio el con dificultad. --?En Madrid? --No pudo ocultar su entusiasmo. No le importaba la razon por la que el se encontrara en la ciudad, para ella solo podia significar que estaba a punto de verlo. --Escuchame, Emma, se que no deberiamos tener esta conversacion por telefono, pero no soy capaz de hacerlo de otra forma... Yo... --?Alvaro, que ocurre? Me estas asus... --Por favor, escuchame --la interrumpio--. Mi viaje a Japon no es hasta dentro de ocho dias. Te menti. Necesitaba estar solo, pensar y... tomar una decision sobre nosotros. Emma no dijo nada. Estaba intentando procesar la informacion que estaba recibiendo. Siguio escuchando atentamente sus palabras. --Esto se ha terminado, Emma. No puedo continuar. !No puedo! -- le dijo sin hacer ninguna pausa. --A... Alvaro, ?que es lo... lo que no puedes...? --!Emma, no me lo hagas mas dificil! Intento decirte que hemos terminado --aclaro sollozando--. No importan las razones. --?No importan las razones? --Hizo una pausa para respirar--. Veamos, si estas en Madrid, ven a casa y hablamos... !No entiendo nada! ?Que te ocurre? Solo se escuchaba la respiracion agitada de Alvaro. Emma continuo: --No me puedes estar diciendo que hemos terminado, ?que ha pasado? Yo te quiero, tu me quieres, ?no? Estamos bien..., ?no? --Se detuvo para escuchar su voz, pero esta no llego--. !Alvaro! --Emma, se ha terminado. No tiene sentido seguir hablando de ello. Se que mereces una explicacion y que deberiamos haber tenido esta conversacion en persona, pero no quiero pasar por esto --Resoplo con fuerza--. No tengas prisa por recoger tus cosas. Estare en un hotel hasta la proxima semana y luego viajare a Japon. Eso si, cuando vuelva, me gustaria que ya no... que hubieras recogido tus cosas --Suspiro con fuerza. Emma apenas pudo pronunciar las siguientes palabras a causa del nudo que se hizo en su garganta: --?Hay alguien mas, Alvaro? --Logro preguntar. --Te vuelvo a pedir que no lo hagas mas dificil. Por favor, aceptalo. No llegaremos a ningun sitio dandole vueltas. Se ha terminado, Emma. Se hizo un silencio que a Emma le parecio eterno. Se rompio con el pitido que anunciaba que a Alvaro le estaba entrando otra llamada. --Lo siento, pero... --dijo con impaciencia-- Tengo que dejarte, estoy esperando una llamada importante. Yo... !Cuidate, Emma! Emma se froto los ojos alejandose asi de esos dolorosos recuerdos. Cerro los ojos y suspiro acomodandose por quinta vez en el asiento. Pero por mucho que lo intentara no era capaz de apartar esos pensamientos de su mente. Aquella habia sido la ultima vez que habian hablado. Se sonrojo, avergonzada, al recordar las veces que intento comunicarse con el tras ese dia sin que el atendiera sus llamadas. Ese pensamiento la llevo a recordar la conversacion que tan solo un par de dias atras habia mantenido con su amiga Irene. --Emma, entiendo por lo que estas pasando, pero... creo que todavia no has reaccionado --le dijo su amiga con ternura. --?A que te refieres? --contesto con el ceno fruncido. --Emma, pareces estar en shock. Deja el duelo, cuanto antes empieces a ver las cosas como son, antes podras enfrentarte a ello. --?Ver las cosas como son? ?Acaso crees que no lo tengo claro? -- pregunto Emma molesta. --No del todo --le sonrio con dulzura--. Emma, hablas de echarle de menos, de vacios, de bonitos recuerdos... --?Y de que quieres que te hable? --Quiero que veas lo que ha hecho y como lo ha hecho. Todos esos recuerdos estan muy bien, y si quieres conservarlos !estupendo!, pero deberias empezar a ver la clase de final que te regalo. Estaria bien que dejaras el duelo y vieras la realidad. --Irene, se lo que quieres decir, pero todavia estoy un poco...

  • La vida son los miercoles de Mariela Michelena

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    Susana, Eva y Marina, tres mujeres al borde de los cuarenta, amigas desde su juventud y aparentemente <>, tendran que afrontar una serie de reveses -amorosos, laborales, familiares.- que pondran a prueba su amistad pero, sobre todo, las obligaran a replantearse su forma de estar en el mundo.

  • La decision de Miquel Angel Lopezosa Criado

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    Rebeca es una joven que vive con una obsesion: ser inmortal. Y ese anhelo la llevara a salir todas las noches en busqueda de respuestas en los lugares mas insospechados y menos recomendables para una adolescente.

  • La mala reputacion de Andrea Evich de Tatiana M. Alonzo

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    En el corredor camino a la clase de Espanol, Aaron y su grupo de amigos pasan corriendo uno por uno a mi lado, dandome un empujon. Suspiro. Otro hermoso dia en la Preparatoria. Casi toda mi vida he estudiado en casa con profesores particulares, papa tiene embolia cerebral y no es conveniente dejarle solo. Por lo mismo, Byron se mudo con nosotros hace un ano y mama aprovecho para convencerme de que debo darme una oportunidad y llevar una vida mas "normal", y me inscribio en la Prepa Yo le dije que ella no tiene derecho a decirme que hacer despues de abandonarnos a mi y a papa, pero insistio; y heme aqui, intentando ser un adolescente normal, segun mama. De eso hace ya seis meses. Me he adaptado bien a este lugar. Aaron ya casi no me acosa y los chicos del equipo de futbol ya no tiran mi mochila en el vater. Soy el segundo mejor estudiante de la clase y mi amistad con la senora Pratt sigue progresando. Ayer la invite a tomar un cafe, y estuvimos platicando hasta que a eso de la seis su hijo paso por ella para llevarla con el ortopedista. Ella insiste en no utilizar un baston, pero ya le cuesta caminar. Es una anciana necia, pero es mi mejor amiga. Cuando nos despedimos bese su mano y le recorde cuanto me importa su amistad. Pero no ha venido a dar su clase desde hace tres dias, y eso me tiene preocupado. El salon de clases es un caos, el sustituto tiene que callarnos. --Buenos dias --saluda. Por su tono de voz presiento que todavia intenta ser nuestro amigo. Todo lo hace mal. El es joven y se llama Derek, y por la actitud que toman algunas chicas, asumo que lo encuentran atractivo a pesar de su olor a pollo rostizado. Derek, una vez mas, nos asegura que no debemos preocuparnos por la salud de la senora Pratt. --Pronto la tendran de vuelta--dice, quitado de pena. Si, por favor… Chris, aprovechando la situacion, me da unas palmaditas en la espalda y me asegura que todo estara bien con mi "amada". Si, se esta burlando de mi. Todos rien. Genial, otro hermoso dia en la Preparatoria, insisto. Trato de sonreir para no verme tan patetico. ?Que tiene de raro el ser amigo de una senora de setenta anos? Mejor no respondan. --Es su novia --aclara Chris a Derek, que intenta ocultar una sonrisa. Sospecho que ser la figura de autoridad aqui le impide formar parte del coro de risas, pero le gustaria. Al bastardo le gustaria. No me agrada Derek. --Silencio --pide a todos y coge un marcador. Despues garabatea en la pizarra "Yo me identifico con..."--. Su profesora me envio la agenda de trabajo para esta semana --informa--. Tienen una tarea en parejas. Ni bien Derek termina de decir esto, todos empiezan a buscar con la mirada a su mejor amigo o amiga. --Olvidenlo --chasquea el--. La senora Pratt me entrego un listado. Yo les dire quien trabajara con quien. Un giro inesperado. Todos en el salon se muestran inconformes, pero yo me siento aliviado. Estoy seguro de que la senora Pratt lo decidio de esa manera por mi. Porque nadie en este salon me elegiria como su companero. Nadie. Me pregunto con quien me asigno la senora Pratt. Miro a Daniel Yura y sonrio, seguro sera el, porque es casi tan marginado como yo. Casi. Tal vez seriamos amigos si a mi me gustaran las matematicas, y si el no pasara gran parte de su tiempo liderando el club de algebra. ?A quien engano? No seria mi amigo de ninguna manera.Nadie seria mi amigo de ninguna manera. ?Quiero tener amigos? Tal vez no. Pensare en ello. Wow, una revelacion... --Claudia y Chris... --empieza a leer el listado Derek, y Claudia es la primera en quejarse--. No, no te puedo cambiar. Venga, Christopher no es tan malo --intenta convencerla. No sabe lo que dice, Chris es un enfermo de mierda. !Tiene su telefono movil atascado de videos pornograficos! --Andrea --susurra Chris, apoyandose en mi hombro, e intentando atraer la atencion de la chica que se sienta frente a mi--. Hey, Andrea, mirame. Oh no... Andrea Evich es por mucho la chica mas popular de este instituto... y de otros institutos, y tambien universidades, creo. No lo digo yo, lo dicen todos. Aunque admito que a mi no me consta. Y no es que ser popular sea malo, pero en este caso, bueno...Andrea no es deportista o canta o baila. Ella es popular por ser quien es. --Andrea... --sigue intentando atraer su atencion Chris, pero Andrea lo esta ignorando deliberadamente. Ella esta jugando con su lapiz, pero cansada de tanto chist chist decide ceder y se vuelve a Chris. Eso me da un asiento en primera fila para verla. Su cabello es rubio, con un estilo Bob desordenado. Sus ojos son avellanados y sus labios tienen forma de corazon. Es guapa, lo acepto, pero... Byron dice que no debo hablar mal de las mujeres, asi que no repetire lo que he escuchado sobre Andrea, pero es malo, realmente es malo. --?Que quieres? --pregunta a Chris como si le asqueara verle. Lo que es raro porque todos dicen que esta saliendo con el. --Hola --responde el intentando sonar seductor, y despues su grupo de amigos rie como si todos fuesen retrasados mentales. Andrea pone los ojos en blanco y vuelve la vista a la pizarra. Ultimamente a Chris y a sus amigos les divierte enojar a Andrea. ?Por que? No lo se. Somos seres de entretenimiento facil, supongo. --Esta molesta porque no la llame anoche --explica Chris a todo el que quiera escucharle--. Tuvimos sexo, pero tuve que dejarla sola en el motel porque ya iba tarde a una reunion familiar. El no es discreto al decir eso, pero Andrea tampoco intenta callarlo. No se, es como si ella fingiera no estar escuchando. Pero vamos, Chris se sienta detras de nosotros dos, ?como puede no escucharlo? En consecuencia a lo que dice Chris, las chicas sentadas a nuestro alrededor empiezan a mirar a Andrea con desprecio. La odian, en serio la odian. Puede que alguna de ellas este enamorada de Chris. En cualquier caso, ?a mi que me importa todo esto? --Ana y Joseline. Fredo y Esteban... --continua Derek leyendo. Ojala Daniel prefiera que nos reunamos en la cafeteria del colegio, en su casa o en algun parque cercano, porque no me gusta llevar a nadie a mi casa. No me gusta que juzguen a papa. --Andrea y Oliver... Escuchar mi nombre me saca mi burbuja personal. Tardo un par de segundos en darme cuenta de que esto no es una pesadilla. Santo Cristo resucitado al tercer dia, la senora Pratt no me puso de pareja de Daniel Yura. Hare el trabajo de Espanol con Andrea Evich. Andrea Evelyn e-Bitch. 2 Conserva la calma, Oliver, me digo en silencio a mi mismo. Respira. Piensa en el mar, sereno y repleto de agua en calma...Toso. !ME AHOGO! Estoy tosiendo como un desquiciado. Vaya manera de intentar NO llamar la atencion. Porque justo ahora, todos, excepto Andrea, me estan observando. Respira con la boca, Oliver. Respira con la boca. Respira... Dios, la virgen Maria, Jesus, Jose y el pesebre con la mula y el buey. ?Por que? ?Por que yo si soy un buen cristia... Okay, no. Me calmo, o por lo menos eso intento. Necesito una ruta de escape. Mordisqueo mi lapiz. Todos se estan riendo de mi. Cielo santo, ?por que la senora Pratt eligio a Andrea como mi companera? Las pocas veces que me he cruzado con Andrea, la ignoro y le cedo el paso. No soy el tipo de chico que busque problemas; y ella, sin duda, es uno. Vamos, no soy inmune a su encanto. Es decir, es increible verla caminar por los corredores de la Preparatoria, porque ella siempre se ve espectacular. Tiene una forma de vestir unica, asi con ropa holgada, y usa esos lentes Ray-Ban que le anaden mas enigma a su personalidad... Un momento, ahora estoy hablando como el presidente de su club de fans. Tiempo. Tiempo. Tiempo. Aterricemos. Chris me da mas palmaditas en la espalda. --!Por fin dejaras de ser virgen, campeon! --me felicita a toda voz y siento mi cara enrojecer. Toda mi sangre debe haberse drenado a mi cara porque tampoco siento mis pies. Todo el salon continua dando un concierto de carcajadas. !Rayos!, el resto de mi vida tendre pesadillas sobre esto. Andrea no dice nada, esta distraida jugando con su telefono movil. Tenemos prohibido hacer eso, pero a Derek parece no importarle que la mitad del salon este conectado a Facebook. --Hey, silencio --Derek por fin intenta callar a todos--. Voy a terminar de leer este listado... Muy bien. Enfoquemonos otra vez, Odom. Tiene que ser una broma. ?La senora Pratt me esta tomando el pelo? Quiza sea un error. Si, eso !un error! Y no, no estoy exagerando, digo, se trata de Andrea Evich. Yo he escuchado que Joseline dice, que Karla dice... Vaya, quiza estoy siendo demasiado pre-juicioso. Tal vez le deberia de dar una oportunidad. --Tienen quince dias para entregar sus ensayos --dice Derek. --?Ensayo? --pregunta Fredo. --Es una tarea de Espanol, amigo, ?que pensabas entregar? --quejas y mas quejas--. Animo, chicos. Yo me identifico con les esta dando la oportunidad de conocer a un personaje en la historia e identificarse con este. ?Esta hablando en serio? ?Eso dira para convencernos? Game over, amigo. --?Cuantas hojas debe tener el ensayo? --pregunta Claudia. Que sea una hoja. Una hoja, por favor. Solo una hoja... --Minimo quince hojas --responde Derek y las quejas no cesan, al contrario. Derek se encoge de hombros fingiendo estar apenado. !Que no me joda!, a el le divierte esto. Debe ser uno de esos profesores qu e disfrutan torturar estudiantes, porque cuando el estaba en nuestro lugar tambien lo torturaron. El ciclo de la vida le llaman en Radio-pasillo. --Yo escribire sobre Adolfo Hitler --suelta Chris y sus amigos le aplauden. Dios, es como si estuvieran obligados a festejar con cada estupidez que el dice. Los nombres de Frida Kahlo, Julio Cortazar, Albert Einstein y Napoleon Bonaparte tambien se escuchan en elsalon. Vaya, quiza no todos aqui sean tan cabezas huecas como Chris. No obstante, yo aun tengo mis dudas, y decido todavia no escoger sobre quien escribire. De momento lo unico que me preocupa es mi companera de trabajo. Lo que me hace pensar... --?Por que el trabajo es en parejas si es un ensayo personal? --hago enfasis en personal. --Buena pregunta. Alguien tenia que hacerla --Y el idiota fui yo, supongo--. La idea es que tu elijas un personaje con el que te identifiques, ?de acuerdo? Se lo presentes a t u companero y viceversa --miro a Andrea, o mejor dicho miro la esbelta espalda de Andrea--. Ustedes no escribiran sobre ustedes mismos o el personaje que eligieron. La idea es que lleguen a conocer tanto a su companero, que podran redactar quince hojas sobre el, en relacion al personaje que eligio. Estoy tan jodido. Tan putamente jodido. Suspiro. De cualquier manera, basta ya de lamentaciones. !Enfrentalo, amigo!, me animo. Espalda recta. No mas hombros caidos. ?Que puede salir mal? Solo tengo que escribir un ensayo de quince hojas sobre Andrea. Andrea e-Bitch, como la llama el resto de la Prepa. Y me prometi no ser pre-juicioso. Quiza esto resulte bien.

  • Dos novelitas poco edificantes de Eloy Urroz , Jorge Volpi

    https://gigalibros.com/dos-novelitas-poco-edificantes.html

    “Dos “libros espejo” que parodian la literatura sentimental y pornografica”

  • Del color del musgo humedo de Ana Teresa Cue

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    Del color del musgo humedo
    Un libro que lo tiene todo. Un placer para
    los amantes de la buena literatura.
    Ana Suarez Cue se revela como una
    novelista magistral, una narradora de la
    accion, pero tambien de los sentimientos
    y las emociones, que trascienden el
    mundo cotidiano que rodea a Martina,
    la protagonista.
    'Del color del musgo humedo' es una
    grata sorpresa dentro del panorama literario
    en castellano. Un libro a la altura
    de los mejores maestros, una novela
    redonda, de esas que rara vez caen en
    nuestras manos.
    Para quedarse pegados al sillon

  • El planeta inhospito de David Wallace-wells

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    Una vez hemos reconocido que nuestro mundo llega a su fin, ?que podemos hacer?

  • El silencio de los malditos de Carlos Pinto

    https://gigalibros.com/el-silencio-de-los-malditos.html

    El debut literario de Carlos Pinto, creador de exitos

  • Al final de la manana de Michael Frayn

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    John Dyson trabaja en un periodico londinense que parece estar sumido en el letargo y en el que los periodistas se aburren soberanamente, alternando largas visitas al pub con siestas que duran toda la tarde. Editor de medio pelo (su seccion se alimenta de noticias sobre el campo, reflexiones religiosas y crucigramas), casado con un ama de casa resignada, padre de dos hijos raros y vecino de un suburbio decadente, suena con alcanzar la fama y la vida burguesa. Tiene la impresion de que su carrera esta paralizada y se pasa el dia compartiendo sus penas con Bob, su subordinado, un joven que no sabe muy bien como enfrentarse a sus propios problemas. Hasta que un buen dia se le presenta su gran oportunidad: asistir a un programa de la BBC para participar en un debate sobre el conflicto racial.

  • En algun lugar de venecia de Federico Basteri

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    Martin regresa a la ciudad de Venecia despues de diez anos en busca de una mujer cuya fotografia tomo sin conocer nada de ella.
    Aferrado a tan solo una ilusion y una idea, emprendera un viaje marcado por su pasion por las mujeres, su devocion a sus ideales de romance y su creencia en un amor puro.
    Pero durante su estadia en la mitica Ciudad de los Canales, se vera enfrentado a los crudos recuerdos de su primera visita y cuestionara sus propias convicciones.
    ?Encontrara Martin lo que busca? ?Sera la mujer de la foto todo lo que el busca?

  • El recuerdo del viento de Marta Marquez

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    El tenia treinta y un anos y su vida, una vez mas, volvia a dar un giro. Habian transcurrido mas de dos anos desde que habia dejado atras aquellas calles que le habian regalado tantos momentos, pero su barrio seguia tan vivo en su mente como en su corazon. Escondido alli, habia algo que le hacia recordar una y otra vez. Aunque creyo que nunca volveria, un suceso inesperado lo obliga a hacerlo, y el miedo se apodera de el otra vez , como le sucede siempre que tiene que volver. El viento del pasado regresa para llevarlo. El mismo que siempre le trae los mismos recuerdos. Ella tenia veintitres anos y continuaba como siempre. Seguia recorriendo las mismas calles una y otra vez y, pese a los anos transcurridos, seguia sintiendo que su vida aun no habia logrado completarse. Si miraba hacia atras, solo habia un momento en el pasado en el que se habia sentido parte del mundo que la rodeaba, pero eso ya no era mas que un antiguo recuerdo. Desde hacia mas de dos anos paseaba por las calles de la ciudad en busca de la emocion perdida, a la espera de volver a encontrarla tras alguna esquina. No podia evitar pensar que el aire que ahora respiraba habia dejado de ser el mismo. PRIMERA PARTE CAPITULO 1 David apuro el ultimo trago de whisky y dejo el ancho vaso vacio sobre la mesa. Apago el cigarrillo y respiro hondo. Todo estaba sumido en la oscuridad y el silencio reinaba a su alrededor. Consulto su reloj de pulsera. Faltaban veinte minutos para que las manecillas marcaran las dos de la madrugada. La noche era calida para ser septiembre, pero la madrugada habia traido con ella una fresca brisa marina. Se puso de pie y abrio un poco mas el gran ventanal que separaba la pequena terraza de la sala de estar. Ya en el interior, agradecio el calor que envolvia la sala. Al encender la luz todo se transformo. Lo que hasta hacia escasos segundos no eran mas que sombras que reptaban por las paredes, eran ahora sus enseres y recuerdos. Pudo ver el sofa negro que habia apoyado contra la pared y, frente a el, el mueble de estilo moderno de color ceniza que contenia dos fotografias, una en la que posaba junto a su amigo Damian y otra de el mismo cuando era un nino, una maqueta de un coche antiguo a escala y un gran televisor de plasma. Recorrio la sala de estar en unos pocos pasos y llego hasta el estrecho pasillo que separaba el cuarto de bano de su habitacion. El piso era tan pequeno que podia recorrerlo en menos de un minuto; pero no le importaba, era suficiente para el, ademas desde las ventanas podia ver el mar y con eso le bastaba. Se lavo los dientes frente al espejo y contemplo su imagen con cierta desidia. En los ultimos meses habia ganado algo de volumen y sus musculos eran ahora mas robustos y definidos. Las horas que pasaba en el gimnasio practicando boxeo daban sus frutos. Apago la luz y su imagen se perdio en el espejo, formaba ahora parte de la oscuridad. Camino hasta su habitacion. A traves de la ventana, se colaba la luz procedente de las farolas que habia en la calle y, aunque era una tenue claridad, pudo distinguir sin problema la gran cama de dos por dos que presidia la habitacion, las dos mesillas que habia a cada lado y en las que ahora no podia distinguirse el color chocolate que las banaba. La silueta del televisor que colgaba de la pared parecia querer fundirse con los graciles reflejos brillantes y blanquecinos de la luz. Se metio en la cama y se desprendio de la ropa que llevaba. Se quedo solo vestido con su ropa interior blanca. Cerro los ojos cuando el reloj digital marcaba las dos. La alarma lo desperto como cada dia. Eran las nueve de la manana. Se quedo unos minutos tumbado en la cama, enredandose entre las sabanas y sintiendo la irresistible tentacion de cerrar los ojos de nuevo y dejarse llevar por las olas del sueno. Al final, y no sin esfuerzo, se levanto de la cama despacio. Subio la persiana y sonrio cuando vio que el sol brillaba esplendoroso. Abrio la ventana y recibio el sonido del mar que se encontraba a tan solo unos metros. El mismo mar que escuchaba cada manana al despertar, que le gustaba contemplar cada noche antes de dormir, el que llevaba un par de anos regalandole el aroma salino que tanto le gustaba. El mismo olor que lo recibia cada manana al salir a la calle. Camino escasos metros hasta que llego a su coche, aparcado frente al bloque de apartamentos. El Opel Astra negro que hacia tantos anos lo acompanaba. El mismo que esperaba que lo escoltara en todos los viajes que estaban por venir. Poco mas de diez minutos despues, llego frente a la tienda de recambios de vehiculos en la que trabajaba desde hacia mas de un ano. Aparco su coche en el pequeno aparcamiento que habia junto a la trastienda y saludo con un movimiento de cabeza a su companero que tambien acababa de llegar. --Vamos a ver que hacemos con este lunes. --El chico sonreia, pero unas marcadas ojeras azules bajo sus ojos parecian indicar que el dia seria duro y que el fin de semana debia haberlo sido aun mas. David sonrio. Llevaba trabajando con ese chico desde el primer dia. Ruben tenia veinticinco anos y llevaba mas de siete trabajando en aquella tienda que era propiedad de un familiar. Nunca habia mostrado demasiado interes en los estudios, y todos siempre supieron que alli estaria su futuro. Era un joven alegre, de mirada traviesa y picara sonrisa. Divertido y amante de la fiesta, tambien era un chico responsable y carinoso con el que David habia entablado una amistad casi desde el primer minuto. Cuando lo miraba no podia evitar ver a la misma persona que el habia sido algun dia y de la que no conseguia desprenderse del todo. Miro el reloj. Eran casi las diez de la manana. Su jornada laboral estaba a punto de empezar. Los casi diecisiete meses que llevaba trabajando alli lo habian convertido en todo un experto sobre la materia, ademas, su desparpajo innato y su simpatia le encumbraban como uno de los mejores vendedores de la tienda, motivo por el que su jefe, Ramon, siempre accedia a todo lo que David le pidiera; lo cierto es que era un buenazo, bajo su apariencia de hombre robusto y barrigon se escondia uno de los corazones mas grandes que David se habia encontrado en toda la vida, era tranquilo y sosegado, aunque podia hacer temblar al mas valiente cuando arrugaba su frondoso bigote, sintoma inequivoco de que su paciencia se habia agotado. A las dos y cinco de la tarde se dirigio al almacen. En uno de los extremos, en una pequena sala que entre ellos habian habilitado con un par de viejos sofas, un antiguo televisor y una estrecha mesa de madera que ya nadie usaba, pasaban los ratos de descanso. Se dirigio a la maquina que habia junto a la puerta y cogio un refresco de cola y un sandwich de jamon york con queso. Comio en silencio pensando en lo que haria cuando su turno terminara. Aquel dia seria a las siete de la tarde, era un buen horario, le ofrecia la posibilidad de tener gran parte de la tarde libre, y el sin duda la aprovecharia golpeando un saco de boxeo, no se le ocurria otra forma mejor de hacerlo. Miro el cuadrante que habia colgado en la pared y lo memorizo en un segundo. Era una de las cosas que mas le gustaban de ese trabajo. Como la tienda abria de diez de la manana a diez de la noche de forma ininterrumpida, los trabajadores podian planificarse los turnos de forma que a todos los favoreciera. David siempre lo organizaba de forma sutil para coincidir con Ruben, su inseparable companero, y para que las prioridades de Ramon y de Miguel, el hombre de calva brillante y sonrisa constante que siempre le hacia reir con su inocencia e ingenuidad, se antepusieran a las de Alvaro. De todos sus companeros este ultimo era el unico con el que David apenas cruzaba mas de dos palabras. No soportaba la forma que tenia de andar entre los demas, creyendose siempre el mejor y el mas listo en todos los ambitos. Eran dos defectos que para David eran imperdonables y que convertian su relacion en imposible. Pero no le importaba, aquel hombre no era mas que alguien que pasaba por su vida de forma temporal, que olvidaria en cuanto lo perdiera de vista y que no volveria a recordar jamas. Aparco frente al gimnasio y cogio la mochila que estaba en el maletero. La temperatura era suave esa tarde de mediados de septiembre. Mientras caminaba, aspiro una bocanada y se dio cuenta de que el aire ya era diferente. El verano iba perdiendose entre las calles de aquella ciudad costera. Habia estado tan ocupado ultimamente que apenas habia reparado en ello y de pronto se sintio un tanto melancolico. El final del verano suponia un cambio, algo que en un lugar como Valencia se hacia aun mas pronunciado. Los turistas habian empezado a marcharse, la playa estaba cada vez mas vacia y el silencio que llegaba poco a poco cubria todo bajo un manto de nostalgia. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de su telefono movil. Lo busco en la mochila y sonrio cuando vio el nombre que aparecia en la pantalla. --Hola, Damian --dijo con la alegria implicita en la voz. Siempre que hablaba con su amigo, el que aun seguia siendo su mejor amigo, la felicidad lo invadia. Se alegraba de haber conseguido mantener la relacion de amistad con el a pesar de todo. --David, ?Como estas? Noto enseguida que la voz de su amigo era debil. --?Va todo bien? --pregunto sin mas dilacion. Hubo un silencio al otro lado que se prolongo durante unos segundos. --Estoy en Madrid --Damian respondio al fin. David fruncio el ceno. Su amigo vivia en Barcelona desde hacia casi dos anos. --?Estas de visita? --Mientras hacia esa pregunta noto que su estomago daba un vuelco. Siempre que pensaba en Madrid se sentia de la misma forma, no podia evitarlo. De repente sintio vertigo. El mismo que si estuviera frente a un precipicio. --Es mi padre, David. --La voz de su amigo se suavizo--. No esta bien. --?Que ha pasado? --Bueno, le han detectado cancer de pulmon. David abrio desmesuradamente los ojos y apreto los punos, no esperaba una respuesta tan directa. --Vaya... yo... no se que decir. Lo siento mucho. Muchisimo. --Sintio que daba un paso mas hacia aquel precipicio. --Lo se. --Damian parecio sonreir al otro lado--. Solo queria que lo supieras. Queria contartelo. Queria hablar contigo. --Sabes que yo siempre estare aqui. --Sonrio--. ?El como esta? --Bueno solo hace un par de dias que lo sabemos. Esta bien, ya sabes como es. He venido a pasar unos dias con el. Con ellos. David sintio que la sensacion de vahido era aun mas acuciante. Ellos. Aquella simple palabra significaba tanto para el que no pudo evitar sentirse fragil. --?Como esta ella? Esa palabra tan sencilla temblo en sus labios. Era incapaz de hablar de Sara, de pensar en ella sin sobrecogerse. --Esta bien. Sabes que es fuerte. Muy fuerte. --Claro. --Al pensar en la chica su mente volo cientos de kilometros, casi podia sentirse a su lado, como en los viejos tiempos, como cuando Sara era tan familiar como su propia sombra--. ?Cuantos dias estaras en Madrid? --Aun tengo un par de semanas de vacaciones, asi que aprovechare para quedarme aqui. No quiero irme ahora. No quiero dejarlos solos. Un pensamiento atraveso su cabeza a toda velocidad, como un rayo que vuela en un cielo de verano una noche de tormenta. Y tal y como lo penso, lo dijo en voz alta, y de inmediato se arrepintio de ello. Salto directamente hacia el precipicio sin pensarlo. --Ire a verte. Cuando termino de decir la frase cerro los ojos y susurro una maldicion. --Eso seria estupendo. --La voz de su amigo de repente habia cobrado fuerza. David sonrio. Aunque fuera duro para el, aunque volver a Madrid lo asustara mucho mas de lo que estaba dispuesto a reconocer, tenia que estar con su amigo en un momento como ese, queria estar con el. --Quiza pueda ir el fin de semana. --Ojala puedas hacerlo. Ven cuando puedas. --Te llamare en cuanto sepa algo. --Comenzo a caminar de nuevo y se apoyo contra un banco de piedra que habia frente al gimnasio--. Damian, estate tranquilo. Yo estoy contigo, ya lo sabes. --Lo se. Muchas gracias. Colgo el telefono y se quedo mirando la pantalla. Su mente estaba bloqueada. Aquella llamada habia cambiado todo en un segundo. De pronto habia tomado la decision de ir a Madrid, y ahora que empezaba a ser consciente del alcance de sus palabras, sentia miedo. Miedo de volver. Miedo de volver a verla.

  • El sindrome de Korsakoff de Alberto Fausto

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    Cuando Vanessa de Laurentis, la madre del afamado escritor Hugo Esmerodes, fallece presumiblemente asesinada durante la presentacion de su ultimo libro, el caos se desata. ?Quien? ?Como? ?Por que? y ?Donde? Son preguntas que quedan en agua de borrajas, dada la complejidad del argumento.

  • El jardin de los poemas (Un romance en la colonia 2) de Arlene Sabaris

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    Amada Ana Lucia Salinas: El murmullo del viento trae hasta mi su nombre, como una caricia sublime que me envuelve. Siento su recorrido cual suave terciopelo, paciente, como aquella mirada de silencio infinito que me honra pocas veces, pero con tal dulzura que me embriaga enseguida. Se ve usted inalcanzable, como la cumbre inmensa que surge en la llanura y se pierde en las nubes. Mas muero por tocarla, por sentir en mis labios sus labios desafiantes, callarlos con un beso y dormir en sus pechos, me muero por palparla, por descubrirla entera y escuchar su voz tibia amedrentarme a veces y otras tantas cantarme. !Que lejos y que cerca! !Que fugaz y distante! Los vientos traen su nombre y dormir no me dejan, las luces en el cielo alumbran mi amargura de no ver su sonrisa, su graciosa figura subiendo a la calesa, su cabellera ondeante y el vaiven de su falda… me abruma su belleza. Si el cielo de esta noche no se desprende todo, si el mal tiempo termina, si la tormenta cesa… tal vez vuelva a sus ojos de centellas ardientes y me pierda en su voz de magica sirena, si el miedo me abandona, si esta carta le llega… si es que mi cruel destino, de verla y no tenerla, se lo llevan los vientos, en esta noche negra. Suyo, Un poeta enamorado Lucia no daba credito a lo que leian sus ojos. La carta misteriosa se la habia entregado su doncella Juliana la tarde del domingo, cuando estuvieron a solas en el aposento. <>, le dijo, la saco del bolsillo de su falda y se la entrego. La carta iba envuelta de forma cilindrica con un hilo de seda roja alrededor y el sello de lacre en color bermellon para cerrarlo donde colgaba el hilo. Al ver el pequeno papel que no media mas que su mano, abrio sus ojos verdes, invadida por la sorpresa, y lo tomo con rapidez. Al principio penso en reprender a Juliana, pero despues la advirtio a salir del aposento con un <>. Se sento en el tocador, de frente a su espejo. Desato con delicadeza el hilo y rompio el sello lacrado con un circulo sencillo. Leyo el contenido, y en cada palabra su confusion crecia. Era evidente que estaba dirigida a ella, no habia dudas; sin embargo, lo que decia no tenia sentido. <>, penso. Su incredulidad la llevaba a repasar los versos del poema: <>, y ella solo podia pensar en que los dias recientes habian sido soleados en la isla que albergaba la colonia espanola de Santo Domingo y la colonia francesa de Saint Domingue. Una espantosa tormenta habia azotado ambos territorios haria cosa de un mes, pero en el paraiso de interminable verano, el sol ya brillaba de nuevo. Lucia podia recordar con claridad el tiempo transcurrido desde aquella tempestad porque la verdadera tormenta se habia desatado dias despues, cuando salio a la luz el escandalo de Alonso Romero y su genuina identidad. El dia de Ana Lucia Salinas habia comenzado como cualquier otro. Ese domingo habian realizado la primera proclama del casamiento de Sofia, su hermana mayor, con el recien descubierto conde de Valette. La lectura se hizo con anticipacion a la misa, tal como dictaba la ley, pues a pesar de que los esponsales se habian celebrado unos dias antes, no podian casarse formalmente hasta que no fuera tres veces proclamada la union en la iglesia. !Que rapido habian cambiado los acontecimientos! Habian viajado desde Sevilla a visitar a su padre y para que Sofia celebrara sus esponsales con el marques Jean Pierre de Ferrand, el marido que habian escogido para ella. Pero de repente aquello habia quedado en el olvido, y ya la familia celebraba encantada los esponsales de Sofia con otro pretendiente, el conde de Valette, que ademas no tenia mas que unos dias siendo conde. Era una situacion excepcional que le costaba comprender, sabiendo que su padre, el vizconde de Salinas, era dificil de complacer. No podia dejar de preguntarse que habia pasado con el marques de Ferrand, pues al parecer habia abandonado la ciudad. Parecia como si la tormenta hubiera removido los planes de todo el mundo y ya nada era igual. La entrada de su melliza en el aposento que compartian la hizo esconder de subito el papel en el bolsillo de su falda. Fingio mirarse en el espejo y arreglar su cabello. --Si que sabes disimular tu envidia, Lucia. Recuerda que es un pecado capital, con esa forma de comportarte no podras convertirte en monja --dijo Leonor al entrar, mirando con enojo a su melliza. --No se de que me estas hablando. --?Me vas a decir que no quisiste venir con nosotros a casa del gobernador por pura casualidad? Tu amiga Maria del Carmen no hacia mas que preguntar por ti, que si estabas bien, si deberia venir a asistirte. --Me dolian los pies. Ademas, como bien sabes, nuestra madre no se encontraba bien y debia acompanarla a la casa, en caso de que me necesitara. --?Todavia te duelen los pies? Si, claro, por eso no has ido a verla por la tarde. De casualidad acabo de venir de su aposento y dice que no te ha visto desde que regresaron de la iglesia. No te entiendo, Lucia. Las religiosas son personas amables con todo el mundo, no importa cuanto le molesten. ?Estas segura de que podras dedicar toda tu vida a un convento si eres incapaz de alegrarte por la felicidad de los demas? --Crees leer mis pensamientos. ?Como podrias saber si estoy o no estoy feliz por Sofia? La he felicitado, ?no? --Dices unas cosas con esos labios enganosos, pero tus ojos verdes cuentan una historia de terror, hermana. No lo se… la envidia es algo verde tambien, ?no es asi? --Supones mal, no envidio nada que tenga Sofia, no envidio nada que tengas tu y, si quieres saberlo, lo unico que me parece extrano de esta situacion es que todo ha pasado muy rapido. Espero que no haya entregado su virtud por una simple promesa de casamiento, que ya vemos que no tiene valor para algunos en estos dias. --!Oh! !Ahora te vas a desquitar con el pobre marques de Ferrand! Mira que me parece aburrido, pero mala persona no debe ser. --Algunos reciben lo que no merecen y otros no valoran lo que si deberian. Me da igual el marques, me da igual Sofia y me das igual tu. Lucia tomo un rosario de su tocador y su abanico de encajes blancos. Se puso en pie, tomo la mantilla negra que reposaba sobre su cama y salio de la habitacion protestando en latin, idioma que su hermana apenas reconocia por las oraciones que repetia en la iglesia. A Leonor no le quedo mas remedio que sentarse en la cama y pensar en lo que en realidad molestaba a su hermana, que en un dia cualquiera no le hubiese respondido de aquel modo. La melliza mas joven siempre habia sido docil y sumisa, pero desde que pisaron la isla de Santo Domingo, los temperamentos de todo el mundo se habian alterado, y a cuatro meses de su llegada, la familia Salinas parecia una familia distinta. Las hermanas conocieron al senor Alonso Romero, pocos dias despues de llegar a la ciudad; el era administrador de las fincas de la condesa Angelique Saint-Hilaire, viuda de Valette, la duena de la propiedad colindante a la residencia familiar. Ahora tendrian que llamarlo conde a quien durante semanas no era otra cosa que un empleado de la viuda. Lucia era la unica a quien este cambio la exasperaba. Habria jurado por su alma que la viuda de Valette terminaria casada con Alonso Romero, pues iban juntos a todas partes, mas que unos verdaderos esposos. Sin embargo, un domingo a la salida de la iglesia, despues de la adoracion del angelus, Lucia vio a su hermana mayor con Alonso y supo en seguida que algo se traian entre manos, pero jamas penso que su padre lo permitiria, no eran de la misma clase social, por lo menos hasta ese momento; el era un criollo, y Sofia era la hija mayor de un vizconde. Pero de pronto, lo que antes hubiera sido un sacrilegio, ya era motivo de celebracion. En poco tiempo su hermana se casaria con el heredero del titulo del difunto conde de Valette, su unico hijo, quien habia logrado ocultar el secreto por mas de la mitad de su vida. Lucia, todavia disgustada por su intercambio con Leonor, bajo al salon inferior, alli estaban sentados Sofia y su prometido a poca distancia del vizconde de Salinas, que la invito a acompanarlos. --Querida, espero que ya te sientas mejor. ?Te quedas a conversar con nosotros? Tu amiga Maria del Carmen te manda sus recuerdos, queria saber si irias al angelus hoy. --Buenas tardes… Estoy bien, padre. Ire con Juliana a la iglesia, por eso he bajado. ?nos vamos, Juliana? La mulata, que acomodaba una bandeja sobre la mesa del salon, sin ningun entusiasmo, abandono la tarea enseguida para acompanarla. Faltaba poco para que las campanadas anunciaran el inicio de los rezos, y debieron salir apresuradas. Lucia aprovecho el trayecto para interrogar a su doncella. --Juliana, ?no tienes ninguna sospecha de quien pudo entregar esta carta? --No, su merced, se lo juro por mi alma. ?Dice acaso un mensaje peligroso? --No seas entrometida. No es asunto tuyo lo que dice. Solo quiero saber quien te la ha dado. --Perdon, su merced, no quise ofenderla. --?Puedes leer? --No, su merced. --Tendremos que ensenarte, asi podras escribir y leer tus propias cartas. Y dejaras de inmiscuirte en lo que dicen las cartas de los demas. --No tendria nadie a quien escribirle, su merced. --Todos tenemos a quien escribir, Juliana. Las campanadas se escucharon al principio del atardecer, justo cuando llegaban a la entrada de la iglesia. La conversacion se detuvo, y los pensamientos tomaron el lugar de las palabras. Lucia decia sus oraciones, sentada en el primer banco de la inmensa edificacion de piedra, pero su corazon recorria cada palabra en el papel que guardaba en su bolsillo, convirtiendo aquellas frases en su inolvidable oracion.

  • Dulce Beso de Martha Molina

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    Esa noche se cumplia trescientos anos desde que su amada Ekaterina lo abandono en Moscu, cansada de sus infidelidades. Lo descubrio en la cama -que compartian juntos- con una vampira recien conversa. Fue la gota que reboso el vaso, haciendo las maletas y marchandose lejos para nunca volver. El no solo le fallo como amigo y protector, sino como esposo. Y, ahora, estaba perdido sin ella.

  • Contigo llego la pasion de Emma Bailey

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    La duena de la pasteleria de al lado esta preparando su especialidad, torta de crema, y tengo toda la intension de saborearla.

    Dicen que un mecanico con un mal pasado no puede ser un buen padre.

  • La noche estrellada de Caroline de Andrea Teijeiro Armental

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    Una decada despues del escandalo que sufrio Burlington, Caroline Smith vuelve a una sala de interrogatorio para hablar de lo que paso. Serena como siempre, cuenta con lujo de detalles como vivio aquel momento, pero.

  • Con sabor a Irlanda, Olivia Ardey de Olivia Ardey

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  • Trilogia de Auschwitz de Primo Levi

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    <>. Asi comienza Si esto es un hombre, libro que inaugura la trilogia que Primo Levi dedico a los campos de exterminio nazis. Cronica del horror cotidiano, el libro describe en el lenguaje mesurado y sobrio del testigo la espera de la nada, la privacion cotidiana, el olvido de la condicion humana de los prisioneros.

  • El nacimiento de un Imperio de Esteban Suarez Miceli

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    EL NACIMIENTO DE UN IMPERIOA punto de estallar la guerra que cambiara el curso de la historia, una guerrera y un centurion luchan por sobrevivir en un mundo lleno de violencia e intrigas.

  • Cuando comiences a brillar de Keren Verna

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    ?Que existe arriba si solo hay abajo? ?Que vive mas alla de la ultima puerta si solo hay un adentro? ?Puedo comprender lo que nunca he visto? ?Como sabre su nombre?
    Anos despues de la Ultima Guerra, las dudas empujan a un joven nacido en una de las colonias especializadas, Colonia Neon, convertidas en refugio de la humanidad, a los territorios prohibidos luego de hallar un objeto extrano. Con la ayuda de un hombre, que nunca se muestra en publico, marcado como un afectado por el encierro, intentara descubrir de que se trata para comprender.
    ?Puede algo tan pequeno como una semilla destruir un mundo?

  • La pintora de hielo de Kristin Marja Baldursdottir

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    Una maravillosa epopeya sobre el talento, el amor y la busqueda de la libertad de una mujer en la Islandia de principios del siglo XX.

  • El cielo sobre Darjeeling de Nicole C. Vosseler

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    Exitosa novela alemana en la linea de Sarah Lark con una nueva ambientacion exotica: la India, en concreto las primeras plantaciones de te en Darjeeling a finales del siglo XIX.

  • El peso especifico del amor de Federica Bosco

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  • Tu asistente ideal de Emma K. Johnson

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    Con su amor sanaran las heridas en sus corazones.

  • Los centenarios de Lore Segal

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    Que todas las personas mayores que pisan cierto hospital “pierdan la chaveta” -y he alli el diagnostico mas preciso con el que han conseguido dar los medicos-, podria ser el resultado de una conspiracion, un plan terrorista para mantener a los ancianos occidentales con vida hasta el final de los tiempos, pero sin que puedan valerse. Mal de la chaveta. Al menos eso opina uno de los personajes de esta satira, el experto en textos apocalipticos y teorias de conspiracion. Y ya se sabe que un paranoico es el que acaba de darse cuenta de lo que en teorias de conspiracion esta pasando.

  • La razon del mal de Rafael Argullol

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    En una ciudad occidental, cosmopolita y prospera, se produce un fenomeno extrano que inicialmente parece solo un molesto contratiempo pero muy pronto se convierte en una amenaza mucho mas insidiosa, capaz de transformar las mas intimas convicciones de los ciudadanos. A partir de la cronica de este fenomeno que afecta a todos los estratos de una sociedad, el autor recrea el proceso de su descomposicion, desde la delacion, el temor y la sospecha, hasta el pillaje, la magia y la supersticion. En medio del caos, una relacion amorosa se construye serenamente, inmersa en el tiempo de la lenta restauracion de un cuadro mitologico donde el artista se atrevio a invitar al espectador a sonar con otro destino para Orfeo y Euridice. Argullol nos recuerda el indispensable valor de la lucidez y la memoria: mirar atras, como hiciera Orfeo al rescatar a su amada del Hades, no aboca necesariamente a la condenacion.

  • Caminante sin recuerdos de Andres F. Ramirez Gomez

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    Ano 2118. La contaminacion ocasionada por el hombre en los ultimos cien anos ha afectado fuertemente el clima global, haciendo inhabitable la mayor parte de paises alrededor del globo. En estos momentos, tan solo una porcion de tierra es habitable y esta ubicada al norte de Suramerica, mas exactamente en la zona donde se encontraba el pais Colombia que, gracias a su ubicacion geografica en medio de dos oceanos y a la selva amazonica, logro mantener parte de su humedad y evito convertirse en un gran desierto como lo han hecho las demas zonas alrededor del mundo. Paralelamente, la poblacion tanto humana como animal ha disminuido de forma drastica, y, ademas, las nuevas condiciones de vida han hecho que tanto humanos como animales hayan tenido que cambiar su comportamiento para sobrevivir en esta nueva era. En silencio y oculto en medio de dunas y rocas del desierto me encuentro. Hay una brisa fuerte y blanca que recorre las dunas, el sol esta en el punto mas alto del cielo, la temperatura debe superar los cuarenta grados centigrados. Siento el viento arenoso y caliente arunar mi rostro, tengo sed, mucha sed, pero es peligroso moverse de dia y mas en un desierto como este, desolado y traidor. Mi nombre es Mark Miles o eso creo, porque a decir verdad no lo recuerdo bien. Durante los ultimos tres meses he vagado por este desierto llamado <>. Me he acostumbrado a las cosas raras que ahora hace la naturaleza, como aquellos cactus cuyas espinas brillan al filo de la noche, asi como tambien a los reptiles que aunque grandes como perros se espantan a gran velocidad al escuchar cualquier ruido. Podria decir que he pasado bastante tiempo en medio de esta naturaleza extrana, ahora se que es mejor desaparecer durante el dia y avanzar en la noche. Prefiero mil veces enfrentarme a animales salvajes en la noche que encontrarme con un ser humano durante el dia. Desde lo que sucedio hace cinco anos, vivir escondiendome de los demas seres humanos se ha vuelto mi estilo de vida, sobrevivir es lo unico que me impulsa a seguir con mi eterna huida. Ya casi anochece, el hambre perfora mi estomago, mi meta para la cena es cazar alguna de esas lagartijas gigantes, o quizas encontrar una serpiente fresca enroscada en alguno de esos cactus que brillan en la noche. Las pocas serpientes que aun sobreviven en este mundo son adictas a morir de esa forma suicida. Las formas de vida que conociamos antes han evolucionado de una forma realmente muy extrana. Tras caer el sol, salgo de mi escondite para revisar los cactus cercanos. Tras un par de horas de busqueda, encuentro dos serpientes aun no tan podridas, corro con suerte. A medianoche, con el estomago lleno, comienzo a caminar bajo la luz de la luna llena, el brillo de las espinas de los cactus le da un toque psicodelico al paisaje nocturno. Como todas las noches, la idea es seguir caminando hasta que comience a salir el sol. Camino siempre hacia la misma direccion, hacia el norte, siempre al norte para llegar a las ruinas de lo que antes se conocia como Santafe de Bogota, en donde comenzo mi odisea y mi pesadilla hace ya cinco anos. Caminar bajo la luz de la luna y en total soledad hace que mi cabeza comience a dispersarse, a recordar esas personas que conoci y que en este momento estan muertas, varias de ellas murieron de una forma atroz. Pienso en la gente que vi desangrarse frente a mi, pero especialmente pienso en Johana, en su sonrisa y en su carisma que me subia la moral y me hacia olvidar la solitaria realidad. De repente, mientras divago por mis recuerdos me doy cuenta de un correteo tras de mi. Por estar pensando en el pasado no estaba cubriendo bien mis pasos. Ademas del correteo podia reconocer otro sonido, unos graznidos de un grupo de aves, tal vez preparando una caceria. Reconozco inmediatamente esos graznidos, ya los habia escuchado antes, provienen de uno de los cazadores mas experimentados en el desierto y en la selva, una jauria de pavos reales. Los pavos con el tiempo se volvieron animales carnivoros que atacan en grupo. Me oculto rapidamente detras de un conjunto de cactus que me dejan observar a mis perseguidores. Tras unos minutos de espera logro verlos, van caminando lento en formacion, tres machos y una hembra. Van mirando para todos lados. Los machos tienen las plumas de un color azul brillante que se ve en la oscuridad, ellos van adelante, son los cazadores, y detras de ellos mas o menos a unos diez metros, viene la hembra de color morado y con un tono mas brillante que los machos. Los pavos reales son muy buenos cazadores ya que trabajan en equipo y son aun mas efectivos si solo se trata de una presa perdida en la oscuridad. Ese parece ser el caso esta noche. Correr es la primera idea que llega a mi cabeza. Sin aguardar un minuto mas, empiezo mi retirada; mientras mas rapido pueda, mejor. Mientras me alejo escucho un graznido agudo: la caceria ha comenzado. Solo hay una forma de salir vivo de un ataque de estos: ubicar un arbol en medio de las tinieblas. Se que no puedo enfrentarlos directamente porque son tres machos y si uso la pistola podria alertar a otro humano sobre mi presencia y eso empeoraria las cosas. Lo unico que puedo utilizar con ellos es alguno de los dos cuchillos que llevo. En medio de mi carrera logro percibir lo que parece ser un arbol. Llego a el y comienzo a trepar. Los pavos, que son tambien muy rapidos, llegan casi al tiempo conmigo, uno de ellos alcanza a jalarme un pie con su pico; tras una patada bien puesta cae, pero vuelve a levantarse. Logro llegar a una rama a tres metros de altura del piso, los machos comienzan a trepar el arbol y se acercan cada vez mas. No tengo a donde mas subir, asi que los espero para enfrentarlos. La hembra, por el contrario, esta supervisando la operacion desde abajo. Mi mision ahora es ubicar su posicion porque solo tengo una oportunidad si quiero salir vivo hoy. Proximos a llegar los pavos machos a mi posicion, me muevo rapido por entre las ramas hasta un punto en donde quedo justo encima de la hembra. Espero que los machos se acerquen un poco mas. Es mi unico chance y debo aprovecharlo en el momento preciso. Los pavos por fin llegan donde me encuentro. Al ver que uno de los machos se arroja sobre mi con sus garras hacia adelante salto al vacio, saco mi cuchillo en el aire y apunto directamente al corazon de la hembra. Es un ataque sorpresa. La hembra, sorprendida, intenta esquivar mi ataque pero es muy tarde, atravieso su cuerpo suave y carnudo; ella, sin poder defenderse, exhala un alarido de muerte. En su ultimo soplo de vida su cuerpo expulsa un aluvion de energia vital que me expulsa de espaldas contra el suelo y entro en un estado de shock, que me deja inconsciente. Comienzo a sonar, me hundo en un estado de semiinconsciencia, estoy en medio de la nada, en la completa oscuridad. Serenidad total. Me siento como si estuviera en el espacio, flotando, mi mente se serena totalmente como si esta vida de supervivencia y muerte fuera tan solo un sueno. En un instante veo como una pequena luz, como una vela, aparece en la lejania y crece a medida que se acerca a gran velocidad, su tamano es el de una bola de baloncesto cuando finalmente me impacta, puedo sentir como la energia que sale de la pava entra en mi cuerpo y me llena de energia.

  • Reparar a los vivos de Maylis De Kerangal

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    Le Havre. Simon Limbres regresa con sus amigos de una adrenalinica sesion de surf. La camioneta en la que viaja choca contra un arbol. Poco despues de ser ingresado en el hospital, el joven muere, pero su corazon sigue latiendo. Thomas Remige, un especialista en trasplantes, debe convencer a unos padres en estado de shock de que ese corazon podria seguir viviendo en otro cuerpo. Y salvar, tal vez, una vida. Este es el contundente arranque de la novela, que mantiene al lector en vilo hasta las ultimas lineas.

  • Vampgelic de Sofia Vilchez

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    Katrina es una joven y hermosa doncella que trabaja en el castillo de
    Leonard, el extrano y misterioso hombre que gobierna el lugar y que siempre tuvo
    un interes particular en la muchacha. Aparentemente la vida de los trabajadores es
    anodina, hasta que llegan los dias senalados en los que se produce un asalto al
    castillo por parte de unos desconocidos que asesinan y secuestran a gente. En una
    de estas ocasiones, Katrina se ve en la necesidad de ayudar a Leonard, que es
    quien siempre defiende la fortaleza y a sus habitantes, ya que ha resultado
    gravemente herido. Es aqui cuando Katrina descubre que Leonard es un vampiro,
    dado que necesita alimentarse de ella para logar sobrevivir.

  • Apuesta intima de Maggie Price

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    La mision de la agente Morgan McCall era atrapar a Carlton Spurlock como sospechoso de asesinato, y su jefe era el sargento Alexander Blade. El problema era que ambos policias iban a tener que hacerse pasar por recien casados y convertirse en los vecinos del sospechoso.

  • La Dama y el Maraja de Maria Isabel Salsench Olle

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    Un paseo por el destino
    Helen, Condesa de York, vive un autentico infierno al lado de su esposo. El Conde es un alcoholico, infiel y canalla. Incluso mal trata a sus hijos. En una noche de arrebatadora locura se queda viuda, viendose implicada en el asesinato. Para huir de la justicia, se marcha a la India colonial inglesa junto a sus tios paternos.
    En India, un pais lleno de tradiciones y rico en cultura, ella sera obligada a ejercer como institutriz de los hijos del raja. En el palacio hindu, conocera al verdadero amor de su vida. El hombre que le ensenara a querer y a vivir: un principe oriental, el heredero del trono.
    Khaled es una belleza oriental, agasajado por todas las mujeres que desea y acostumbrado a tener cuanto pide. Desde pequeno ha sido entrenado en todo tipo de artes, incluso las amatorias. Haciendo de el un futuro rey, un hombre poderoso. Como futuro monarca tiene obligaciones, costumbres arraigadas… pero cuando ve a Helen… Su mundo se desestabilizara.
    Viviran una pasion sin limites, escondida, prohibida… Se amaran… ?Pero podran estar juntos? ?Es posible que una viuda contraiga matrimonio con un futuro rey? ?Escapara de la justicia Helen? ?O sera encontrada y castigada por haber asesinado a su esposo? Un paseo por el destino. Una historia original, diferente y con deseos de llegar a los corazones.
    !Acompana a Helen hasta la India!
    Vivamos una pasion prohibida
    Oriente y Occidente

  • Los zorros del desierto de Pierdomenico Baccalario

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    Verano de 1986. Morice tiene dos hermanas. El es el mediano. Tiene 11 anos. Se acaba de trasladar desde Marsella a Corcega, donde sus padres han comprado un viejo hotel, el Napoleon, cuyo anterior dueno, como descubre despues, se habia suicidado alli. Morice no conoce a nadie en el pueblo, pero pronto se topa con Audrey, de su edad, hija del alcalde, con la que traba amistad y que le va introduciendo en la dinamica de su nuevo lugar de residencia.

  • Legacy (Hijos de Leiah 1) de Rotze Mardini

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    Nota: Cada libro de esta serie es independiente y autoconclusiva.
    “En el reino de Leiah, hubo tiempos de paz y prosperidad donde las especies sobrenaturales coexistian bajo el mandato de un noble soberano de la sangre mas pura de la raza vampirica, pero un dia la ambicion de una criatura codiciosa hizo que fueran arrojados al mundo de los humanos.”

  • El amor que llego de Hollywood de Alessandra Torre

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    Cole Masten lleva anos siendo el marido perfecto de Hollywood, pero, alli, los amores eternos solo duran en la pantalla, asi que cuando su mujer le abandona, se convierte en el soltero dorado de la meca del cine. Que tengan cuidado las chicas de Los Angeles, hay un chico malo suelto en la ciudad, y esta dispuesto a arrasar con todo. Summer Jenkins. Esa soy yo, una chica surena atrapada en Quincy, Georgia.

  • Carlota en las alturas de Mercedes Alonso

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  • La ultima sefarad de Toledo de Miguel Angel Rico

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    La ultima Sefarad de Toledo
    Miguel Angel Rico
    Meses antes del descubrimiento de America y de la Expulsion de los judios de "Espana 1492", dos jovenes mercaderes pertenecientes a una de las familias con mas linaje del barrio judio de Toledo emprenden un largo viaje en busca de nuevas tierras donde establecerse con sus familias. Esta larga empresa estara llena de peligros y aventuras por los caminos de la Espana de principios del siglo XV. Mientras, en el transcurso de la novela, parte real y parte ficcion, apareceran grandes personajes reales de la historia: Abraham Zacuto, Cristobal Colon, Gonzalo de Cordoba, los Reyes Catolicos...y la belleza de la Judia de Toledo que deslumbrara con su hermosura a un joven principe nordico en su cruzada por la expulsion de los morisco de Espana.
    282 paginas con ilustraciones en blanco y negro

  • Mater familias de Lindsey Davis

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    Celebrar una subasta en julio es un craso error. ?Quien queda en Roma entonces? Los que pueden escapar han huido ya a sus retiros campestres en regiones mas frescas de Italia. Los demas yacen en su lecho de muerte o se han quedado aqui para esquivar a sus parientes. Es inutil intentarlo. A todo el mundo se le pega la tunica al cuerpo; el sudor resbala por los cuellos grasientos. A los mozos de cuerda se les caen las cosas y se marchan resoplando con fastidio. Los vendedores vacilan y los compradores no cumplen. Los rotulos se pierden. Los pagos, idem. Los perros pululan y ahuyentan a los compradores. Mas tarde, alguien senala que no se llego a colgar ningun anuncio de la subasta en el Foro. Los subastadores de la competencia no se molestan en regodearse por tus pobres ingresos: hace demasiado calor. Mi padre posee una casa de subastas y en plena canicula se refugia en su villa junto al mar. Sus empleados mantienen el negocio familiar renqueando. Siempre es una epoca tranquila. No cambio nada en el ano de los consules Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino, salvo que antes de una venta en julio, nuestros empleados hallaron un cadaver. * * * Me encontraba en Roma. Habia estado en la costa, obligada por mi madre, <>, decia ella, durante una enfermedad que estuvo a punto de matarme. Ella me llevo a la finca familiar, al sur de Ostia. Despues de tres semanas de agobiantes cuidados, estaba impaciente por regresar. Un amigo me habia encontrado medio muerta en mi vivienda de Roma y amablemente me habia salvado la vida, de modo que queria agradecerselo, y me parecio que ya me hallaba lo bastante recuperada para la vida urbana. A lo mejor estas pensando que ese amigo y yo eramos amantes. Pues te equivocas. Habia un dia de viaje hasta Roma por la Via Ostiense. Lo hice en un carro destartalado y fue agotador. Entre en mi silenciosa y sofocante vivienda del Aventino sintiendome demasiado debil. Guarde cama dos dias, alimentandome de una cesta de exquisiteces enviada por mi madre. Sola y triste, comia con deleite recostada en los cojines, convaleciente. No tenia apetito, pero en otro tiempo habia vivido en la calle pasando hambre. Detestaba desaprovechar comida. En poco tiempo habia lamido hasta el ultimo plato de ensalada de aspic. Tendria que valerme por mi misma, o volver con mis padres arrastrandome ignominiosamente. Ni hablar. Aun asi, los quiero. Me adoptaron cuando era una adolescente desesperada e infestada de piojos, una adolescente dificil a la que trataron con lealtad y afecto, cuando otros no quisieron saber nada de mi. Habian convertido un alma perdida de la lejana Britania en una hija romana bastante normalita. Ahora era una viuda independiente de veintinueve anos, pero aun asi habia tenido que lloriquear y protestar para que me dejaran regresar a Roma, montando una pataleta igual que mis hermanas pequenas cuando querian sandalias nuevas. <>, habian exclamado mis padres burlonamente. Asi que ahora tenia que atenerme a mi afirmacion de que ya estaba bien. Consegui ponerme una tunica con esfuerzo. Baje lentamente por un tramo de escalera exterior hasta una galeria. Esta estructura medio podrida, que llaman escalera de incendios, era inaccesible para la mayoria de inquilinos. Discurria alrededor del vacio patio interior, una vieja lavanderia ahora abandonada. Vivia en el edificio del Aguila, en la plaza de la Fuente: una de las numerosas casas de viviendas oscuras, desvencijadas y apestosas donde los romanos pobres y miserables, la mayoria, soportamos lo que pasa por ser vida. El edificio estaba dividido en un monton de viviendas deficientes y era proclive a despedir olores nauseabundos. Lamento decir que pertenecia a mi padre, lo que no anadia lustre a su reputacion, que ya era bastante mala por su trabajo de investigador privado. A la gente le asombraba que tuviera suficiente dinero para poseer un edificio, pero parecian entenderlo cuando se enteraban de que tambien era subastador, profesion que se relaciona con la riqueza. Yo tambien era investigadora. La opinion publica era aun mas dura conmigo, porque una mujer respetable debe quedarse en su casa todo el dia. Deberia estar tejiendo en mi telar en un refinado atrio, o pegando a mi joven esclava o fornicando con un porteador de literas en lugar de mi marido. Que tonteria. <> era una palabra obscena para mi madre, mis hermanas y yo. Tampoco poseia ninguna joven esclava, y hacia diez anos que mi marido habia muerto. Yo trabajaba, aunque no lo pareciera en ese momento. * * * Descendi por la empinada escalera, deteniendome cada poco. Siempre era conveniente andarse con cuidado en aquel edificio por si una parte se derrumbaba. ?Quien quiere una espalda rota y el pelo estropeado? Me estaba probando a mi misma. Si me sentia debil, tenia una habitacion junto a la galeria del primer piso, donde podia tumbarme en un viejo divan para recobrar fuerzas. Tambien podia gritar hasta quedarme ronca, lo que quizas haria aparecer a Rodan, el portero del edificio. Si le daba instrucciones claras y algo de calderilla, iria en busca de ayuda. No fue necesario. Logre llegar a la galeria. Me sentia mejor de lo que esperaba. La gelatinosa ensalada de aspic tiene muchas bondades. Por muy molesta que estuviera Helena Justina por mi marcha, sabia como dejarme claro que seguia necesitando una madre. Yo era la mas alocada de sus cuatro testarudos hijos, pero no iba a permitir que me esfumara. Me apoye en lo que pasaba por barandilla, descargando el peso con cautela. Un liquen especialmente desagradable indicaba las zonas podridas. Si se tocaba, la mano se manchaba de un limo gris verduzco. Su textura era aun peor que los excrementos de paloma, de los que tambien habia en abundancia. Por una vez, Rodan estaba a la vista. Era un antiguo gladiador, pero sus cicatrices se debian a cobrar alquileres entre pobres violentos mas que a sus luchas en la arena. El viejo, una bola de grasa, estaba en el porche discutiendo, su reaccion habitual a cualquier peticion. Su interlocutor era un recadero al que reconoci de la casa de subastas de mi padre. Los observe. Los mensajeros en Roma estan acostumbrados a las discusiones, pero Ciro, permanecia en silencio, dejando que la inutil agresividad de Rodan le resbalara. Si Ciro habia venido de la Saepta Julia, donde estaba la oficina, la caminata habia sido larga y coronada por una empinada ascension al Aventino. Se estaba tomando un respiro por si tenia que dar media vuelta y regresar sin cumplir con su mision. La pulcritud del mensajero contrastaba con la fea cabeza afeitada de Rodan y las manchas de sudor de su andrajosa tunica. Ciro tenia cuarenta y tantos anos, el pelo corto, calzaba sandalias con cordones y vestia una tunica blanca, floja por el calor pero no sucia. Era delgado, pero no por pasar hambre. Mi padre aun recordaba lo que significaba la pobreza, asi que era un patron justo. Tampoco machacaba a sus empleados con palizas asiduas, al contrario que muchos otros en nuestra ciudad supuestamente civilizada. Rodan tambien era un empleado de mi padre, pero era un caso perdido. Llame a Ciro. Al verme, Rodan se metio en su apestoso cubiculo. Ciro cruzo el patio y alzo la mirada hacia el primer piso, donde estaba yo. Mareada aun, intentaba no tambalearme. --!Flavia Albia! Nos habian dicho que estabas en casa. --Parecia aliviado de haberme encontrado--. ?Sabes si tu padre vendra pronto a la ciudad? --Lo siento, Ciro, estamos en julio. Falco sale en un bote cada dia, con una mano pegada a una cana de pescar y la otra a una calabaza llena de vino. --?Pican los peces? --No; simplemente esta alli con un absurdo sombrero, sumido en ensonaciones. Pero de vez en cuando desembarca con una estatua muy hermosa que asegura haber encontrado flotando en la corriente... Esta emulando a su propio padre. --A menudo mi abuelo volvia a casa remando despues de pasar el dia en el agua, con un pequeno esquife a remolque lleno de esplendidas obras de arte griegas <>. Que estupenda forma de evitar los aranceles de importacion para un subastador. Con los ojos muy abiertos y absoluta desfachatez, Gemino podia hacer que la historia sonara casi creible. El personal de la casa de subastas sabia que mi padre me otorgaba la autoridad para actuar en su nombre, de modo que le ofreci mi colaboracion. --Ciro, tendras que conformarte conmigo. ?En que puedo ayudarte? El se encogio de hombros. --Oh, nada que no podamos solucionar nosotros, pero el capataz de los mozos ha pensado que debiamos decirselo al patron. Resulta que estan preparando la venta de los Calixto. Uno de los muchachos levanto la tapa de un cofre grande..., y se encontro con un cadaver acurrucado en su interior. Eso me revivio. Le dije que llamara a una silla de manos y que lo acompanaria. II La mejor manera de soportar un trayecto en silla de manos es cerrar los ojos, aferrarse a una parte que no este demasiado astillada y meditar sobre el significado de la vida. Por lo general evito la filosofia, pero necesitaba apartar mis pensamientos de los porteadores que me llevaban dando tumbos. Corrian cuesta abajo por el escarpado Aventino, que tiene malas calzadas y la pendiente de una hipotenusa, haciendome temer lo peor. ?Que es esto? ?Una mujer que habla de hipotenusas? Bueno, cuando Falco y Helena me adoptaron, me dieron una educacion de lo mas generosa, que yo absorbi como si fuera un nuevo manjar. La devore hasta que supe mas que la mayoria de mujeres y tambien muchos hombres. Consulto textos como si tal cosa y escribo mis propias notas; cuando quiero alardear, las escribo en griego. A veces incluso con los acentos correspondientes. Otra cuestion es que Apolonio, el camarero jefe del Astrologo, nuestra pesima fonda local, habia ensenado geometria. Desde que le habian obligado a abandonar la ensenanza anos atras, habia servido grandes cantidades de adulterado vino de Falerno en la taberna de mi tia, esperando a que mejoraran las circunstancias para poder abrir una nueva escuela a pie de calle. Bajo el reinado del actual emperador, Domiciano, eso no iba a ocurrir. La gente no malgasta dinero en educacion para sus hijos cuando un tirano puede hacerlos ejecutar en cuanto se hagan mayores. Intenta disertar sobre Euclides con el carcelero en una celda para condenados a muerte: el muy estupido te azotara hasta que apenas puedas ir tambaleandote hasta los leones. De modo que, gracias a mis padres y a un camarero, llegue colina abajo y hasta el Campo de Marte meditando sobre triangulos. Por lo demas, rogue que no aparecieran perros callejeros y los porteadores me dejaran caer. O echaran a correr. Eso seria peor. Como sea, me transportaron sana y salva hasta la Saepta Julia, una elegante casa de cambio de dos plantas con galerias, en la que mi padre, como su padre antes que el, tenian alquilado un almacen para sus antiguedades mas valiosas. Arriba tambien tenian una oficina donde amontonaban toda la basura que no podian vender, un lote de cosas horrorosas a las que estupidamente les habian tomado carino. Era uno de esos edificios grandiosos tan propios de Roma. Nuevo aun, combinaba su coste desorbitado con la belleza y la funcionalidad, si es que alguien recordaba su funcion original. Habia sido un centro de votacion, pero los emperadores no podian arriesgarse a aceptar la democracia, asi que ya no se celebraban autenticas elecciones. En lugar de votar, ahora los hombres acudian alli para dejarse ver, y tambien a comprar joyas para sus amantes a fin de que estas se pavonearan. Aunque ya no era necesaria para fines politicos, Domiciano habia costeado una lujosa reconstruccion de la Saepta despues de que un gran incendio arrasara la zona durante el reinado de su hermano Tito. Tito apenas habia durado un par de anos. Algunos creian que era cosa de Domiciano. En mi familia no deciamos nada porque insultar a Domiciano equivalia a un suicidio. El decia que era un dios, asi que todos nos habiamos vuelto profundamente religiosos. Con suerte, los autenticos dioses o algun humano furioso se encargarian del monstruo que nos gobernaba. Los adivinos charlatanes que profetizaban cuando moriria Domiciano proliferaban tanto como los vendedores de ajos. En ocasiones, el adivino era lo bastante bueno como para verlas venir, y se las piraba. Pero en general Domiciano acababa enviandolos a la muerte... junto con muchas otras personas, un par de las cuales probablemente habian conspirado para asesinarlo. Alguien acabaria por realizar la hazana. En el aire se olia a complot. * * * Ciro me condujo a la oficina, donde me deje caer en un trono de piedra que llevaba tantos anos en la casa de subastas que nadie queria venderlo, ni siquiera cuando algun idiota con infulas monarquicas ofrecia dinero en efectivo y su propio transporte. El trono era uno de los muchos articulos que habia rescatado del fuego mi primo Gayo, quien, al iniciarse el incendio, primero habia sacado todas las existencias y solo despues habia regresado a la Saepta para salvar vidas. Habia perdido la suya al derrumbarse el amplio tejado de madera de cedro. Yo apreciaba a Gayo. Despues de su heroico deceso, lo cierto era que ya no me gustaba ir alli. Ese dia mi intranquilidad duro poco. En cuanto me sente, el capataz de los mozos, Gornia, me informo de que el cadaver estaba, en realidad, en el portico de Pompeyo. Alli era donde se iba a celebrar la subasta de Calixto. Yo habia pasado por delante de camino a la Saepta. Los romanos se distinguen tambien por hacerte perder el tiempo. No es mi estilo. Yo soy agil y organizada. Ahorro energia. Por los dioses, sobre todo cuando aun estoy recuperandome de una virulenta disenteria. Sin embargo, se que no debo mostrarme impaciente, porque con esta gente irritante solo se consigue empeorar las cosas. Mi silla de manos se habia ido, asi que les pedi que me consiguieran otra. El portico quedaba a la vuelta de la esquina, caminando un corto trecho, motivo por el que la familia Didio lo preferia para las subastas, pero yo me sentia molida. Los empleados sabian que habia estado muy enferma, hecho que habia provocado una tormenta familiar. Asi pues, Gornia, que esos dias tenia tambien el aspecto apergaminado de un espectro del inframundo, dijo que llamaria a nuestro carretero Felix y su mula Coces; ellos me llevarian al monumento de Pompeyo en su carreta de reparto. Acepte. A Felix nunca le habia caido bien, pero era un buen carretero. Y Coces era un primor. En Roma, la mayor parte del transporte rodado esta prohibido durante el dia. Felix llevaba siempre un tablon y unos cubos sucios en la carreta para parecer un albanil, pues estos tienen permiso. * * * Felix sabia que yo tenia prisa, asi que callejeo tranquilamente como un guia turistico. En lugar de doblar la esquina y recorrer el corto trecho, dio un amplio rodeo por el Panteon y las Termas de Agripa. El gentio que suele pulular por alli nos entorpecia una y otra vez, obligandonos a ir a paso de tortuga. Por fin llegamos al teatro de Pompeyo, que se encuentra en el extremo opuesto del enorme y bullicioso complejo, y luego avanzamos despacio pegados a uno de los laterales hasta que al final me dejo frente a una entrada, practicamente en el mismo sitio del que habiamos partido. !Gracias, Felix! El monumento a Pompeyo tambien lo habia reconstruido Domiciano tras el incendio. Todo nuevo gobernante debe meterle mano a la ciudad segun su gusto y poner su nombre en grandes inscripciones. Si quiere parecer aun mas benevolente, gasta su propio dinero en nuevos proyectos, o afirma hacerlo. Imagino que en el erario publico hay funcionarios que conocen la verdad. El portico tenia su esplendido anfiteatro de piedra en un extremo, bajo el alto templo dedicado a Venus Victoriosa; detras se extendia un vasto jardin rodeado por un peristilo, por donde paseaba la gente a la sombra de los platanos, y, como todo el mundo sabe, unas grandes letrinas publicas en el lugar mancillado por el asesinato de Julio Cesar cuando se dirigia a una sesion del Senado. Para la mentalidad romana (bueno, la mentalidad cerril del emperador Augusto), el lugar del crimen era demasiado horrible para que pudiera usarse de nuevo como curia. Se conmemoraba asi a Bruto y Casio, hasta donde era legal recordarlos, con unas buenas letrinas. Mi padre, republicano hasta la medula, mascullaba a veces que la gente deberia recordar que no solo habian sido Bruto y Casio quienes habian apunalado valientemente a Cesar, sino tambien otros sesenta senadores opuestos a la dictadura, a los que, sin embargo, se habia olvidado. Teniamos que hacerlo callar. Cualquier espia podia denunciarlo a Domiciano por hablar de dagas. Los usuarios de las letrinas podian contemplar el amplio jardin rodeado de bonitas columnas. En un extremo habia una galeria de estatuas griegas tras esplendidas cortinas de brocado de oro. Se trataba de uno de los pocos lugares donde las mujeres podian pasearse en publico solas. Y asi, los hombres podian echar una relajante meada y luego observar a las mujeres que contemplaban las desnudas estatuas griegas y sacaban ideas. No era extrano que el portico de Pompeyo fuera tan popular. A los romanos les encantaba acudir alli y pasear por el peristilo. Ademas de la galeria de arte, habia tiendas para explorar. Las zonas abiertas se utilizaban para reuniones publicas, incluyendo subastas. Mi abuelo preferia el portico para sus ventas: segun el, no tenia nada que ver con el hecho de que fuera un legendario mujeriego. Mi padre, hombre felizmente casado, perpetuo la practica porque el portico se encontraba a una comoda distancia de la Saepta Julia. Que yo supiera, jamas habia aparecido un cadaver mientras se preparaba un catalogo de articulos. Me alegre al ver que el cofre se encontraba al aire libre. Era grande, rectangular y reforzado, del tipo que tienen los ricos en casa para guardar sus enseres de valor. Los mas presuntuosos lo colocan en el atrio, a fin de impresionar a las visitas en cuanto entran en la casa. Nuestros empleados holgazaneaban a la sombra entre arbustos ornamentales, algunos comiendo panecillos rellenos. No son faciles de intimidar, pero me fije en que todos se mantenian alejados del cofre. Lo habian cubierto con una gruesa tela que se parecia sospechosamente a las esplendidas cortinas doradas de la galeria de arte. Lo habian hecho para mitigar el efecto del sol sobre el cuerpo en descomposicion, pero en cuanto me vieron llegar apartaron la tela. Era una pieza con imponentes herrajes que se sostenia sobre cuatro recias patas. Los cierres parecian muy resistentes. Me pregunte por que querria alguien venderlo, a menos que estuviera en la ruina, y no era eso lo que habia oido sobre los Calixto, hombres de negocios muy conocidos. Entonces observe que las partes de madera mostraban huellas de haber sido danadas por el fuego. El personal me ofrecio mostrarme el cadaver. Aunque yo no habia expresado queja alguna por haberlos encontrado comiendo en horario de trabajo, repare en que guardaban sus viandas y adivine lo que ocurria. Lo que aguardaba en el cofre era repugnante; habian apostado a que vomitaria. Bueno, eso me sirvio de aviso. Con una sena indique que levantaran la tapa, al tiempo que me armaba de valor. Mire el interior, vi todo lo que necesitaba ver, oli el espantoso hedor y luego hice gestos perentorios. El mozo cerro la tapa de un golpe y retrocedio rapidamente entre arcadas. Yo reprimi un grito, logrando a duras penas conservar una postura digna. Un ataque agudo de disenteria constituye un buen entrenamiento para el autodominio.

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  • Euforia de Xavier Bosch

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    ?Que fue de Dani Santana? El periodista esta enyesado de arriba abajo en un hospital tras un intento de asesinato. En la clinica traba amistad con el Gratu, un jugador de rugby juvenil que ha quedado en silla de ruedas. El Gratu, paciente inquieto y hacker compulsivo, arrastra a Santana a investigar ciertas practicas que han llevado nuestro sistema sanitario a la ruina. Mientras tanto, llega a Barcelona uno de los hombres mas ricos del mundo. El empresario mexicano Roberto M. Faura, lider de la telefonia movil, negocia con el gobierno la instalacion del parque tematico mas grande de Europa. Las protestas ciudada!nas, el intento de saltarse la ley y las condiciones del poder haran tambalear un proyecto que parece vital para reflotar la economia del pais. Pero no todo es como cuentan los periodicos.

  • Russell en 90 Minutos de Paul Strathern

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    Russell afirmo que fueron tres las pasiones que le dominaron un anhelo de amor, la busqueda de conocimiento y una angustiosa compasion por el sufrimiento humano. Guiaron tanto su vida personal como su quehacer intelectual. Su punto de vista filosofico, profundamente imbuido de la ciencia de su tiempo, estuvo, no obstante, enraizado en la logica y en el empirismo, dedico sus mayores esfuerzos a la epistemologia --la indagacion por el ultimo fundamento de nuestro saber acerca del mundo-- ?Como podemos tener la certeza de que es verdadero lo que pretendemos saber? ?Donde radica la certidumbre en nuestra experiencia del mundo? En Russell en 90 minutos, Paul Strathern presenta un repaso conciso y experto de la vida e ideas de Russell, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Russell, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento, y cronologias que situan a Russell en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.