• libro cuando sale la reclusa - Fred Vargas

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    La obra mas ambiciosa y lograda de la reina de la novela negra europea. <>. MANUEL RODRIGUEZ RIVERO, Babelia <>. FERNANDO SAVATER <>. JOSE MARIA GUELBENZU El comisario Jean-Baptiste Adamsberg, tras unas merecidas vacaciones en Islandia, se interesa de inmediato a su regreso a Francia por la muerte de tres ancianos a causa de las picaduras de una Loxosceles rufescens, mas conocida como la reclusa: una arana esquiva y venenosa, pero en ningun caso letal. Adamsberg, que parece ser el unico intrigado por el extrano suceso, comienza a investigar a espaldas de su equipo, enredandose inadvertidamente en una delicada y compleja trama, llena de elaborados equivocos y profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media. Un caso elusivo y contradictorio que se escapa a cada momento de las manos del comisario, haciendole regresar a la casilla de salida. Solo sus intuiciones, tan preclaras como dolorosas, seran capaces de devolverle la confianza que necesita para salir ileso de la red tendida por la mas perfecta tejedora… Cuando sale la reclusa es sin duda la obra mas ambiciosa de Fred Vargas, la reina indiscutible de la novela negra europea. En ella se entrecruzan con maestria todos los temas que han convertido la publicacion de cada una de sus novelas en un autentico acontecimiento literario, tanto para la critica como para los lectores: el medievo, la arqueologia, los mitos, el mundo de los animales y, por supuesto, la descripcion detallada y poderosa de los oscuros laberintos del alma humana.

  • CUANDO SALE LA RECLUSA (COMISARIO ADAMSBERG 10)

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    El libro CUANDO SALE LA RECLUSA (COMISARIO ADAMSBERG 10) de FRED VARGAS en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Cuando sale la reclusa (Nuevos Tiempos nº 401) Versión Kindle

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    Cuando sale la reclusa (Nuevos Tiempos nº 401) eBook : Vargas, Fred, Suárez Girard, Anne-Hélène: Amazon.es: Libros.

  • Cuando sale la reclusa (Best Seller) Libro de bolsillo

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    Cuando sale la reclusa (Best Seller) Libro de bolsillo – 14 febrero 2019 · Comprados juntos habitualmente · Los clientes que vieron este producto también vieron.

  • Cuando sale la reclusa - Ediciones Siruela

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    «Cuando sale la reclusa, su novela decimocuarta y la novena protagonizada por el intuitivo comisario Jean-Baptiste Adamsberg ... Otros libros de este autor:.

  • Cuando sale la reclusa - Libro de Fred Vargas - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/98454/cuando-sale-la-reclusa

    Un libro entretenido que mantiene la intriga hasta el final. Aunque se lee con facilidad, hay más trasfondo en los personajes que lo que podemos encontrar en ...

  • CUANDO SALE LA RECLUSA - VARGAS FRED

    http://quelibroleo.com/cuando-sale-la-reclusa

    Es el segundo libro que leo de Fred Vargas y me sigue pareciendo una gran escritora de novela negra. Los personajes están muy bien construidos, el comisario ...

  • Libro: Cuando sale la reclusa - 9788417308124 - Vargas, Fred

    https://www.marcialpons.es/libros/cuando-sale-la-reclusa/9788417308124/

    El comisario Jean-Baptiste Adamsberg, tras unas merecidas vacaciones en Islandia, se interesa de inmediato a su regreso a Francia por la muerte de tres ...

  • Cuando sale la reclusa | Penguin Libros ES

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    Cuando sale la reclusa. Fred Vargas. La obra más ambiciosa y lograda de la reina de la novela negra europea. Novela negra, misterio y thriller.

  • cuando sale la reclusa - Machado Libros.

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    CUANDO SALE LA RECLUSA. COMISARIO ADAMSBERG, VARGAS, FRED (1957), 21,95€. La obra más ambiciosa y lograda de la reina de la novela negra europea.

  • Cuando sale la reclusa - Fred Vargas -5% en libros | FNAC

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    Cuando sale la reclusa, libro de Fred Vargas. Editorial: Debolsillo. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • Bajo los vientos de Neptuno de Fred Vargas

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    El comisario Adamsberg se dispone a cruzar el Atlantico para instruirse en unas nuevas tecnicas de investigacion que estan desarrollando sus colegas del otro lado del oceano. Pero no sabe que el pasado se ha metido en su maleta y le acompana en su viaje. En Quebec se encontrara con una joven asesinada con tres heridas de arma blanca y una cadena de homicidios todos iguales, cometidos por el misterioso Tridente, un asesino fantasmal que persigue al joven comisario, obligandole a enfrentarse al unico enemigo del que hay que tener miedo: uno mismo. Adamsberg esta vez tiene problemas muy serios.

  • Por Unos Dias (Todo Saldra Bien 4) de Merche Diolch

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    --Si, Estef... Ya estoy entrando en casa. --Me coloco el movil en el hombro y abro la puerta como puedo con las llaves, sin dejar de hablar, mientras intento que la compra que llevo en la otra mano no se me caiga. He conseguido todo lo que necesitaba, excepto un par de productos que parece que se han evaporado de las tiendas--. Si... Estef... No saldre de casa hasta que avisen... --Suspiro con fuerza sin darme cuenta. Llevo escuchando el mismo discurso desde que se ha decretado el estado de alarma, y ya estoy cansada. Solo quiero un bano caliente--. O hasta que se acabe el papel higienico --la pico, cerrando la puerta tras de mi y achico los ojos ante la explosiva parrafada de mi amiga que se vuelve a repetir. Si me lo tengo merecido. No deberia haberle dicho nada mas. La quiero mucho y se que se preocupa por mi, pero su angustia me agota--. Vale, si... Te llamare --le digo en una de las pocas pausas que hace para respirar y cuelgo sin darle oportunidad a hablar mas. El silencio y la seguridad de mi pequeno apartamento me recibe; una bendicion teniendo en cuenta la que hay montada en la calle. Enciendo la luz de la entradita, dejo en el suelo las bolsas sin preocuparme de si se rompe o no algo, y me quito los zapatos mientras suspiro de nuevo. --Esto se va a hacer largo... Me adentro por el piso, abandonando las llaves y el movil en la mesa del comedor, y me deshago de la ropa segun avanzo por la casa en direccion a mi dormitorio. De pronto percibo un aroma desconocido y una pizca de nerviosismo se asienta en mi estomago. Arrugo el ceno confusa y tanteo a ciegas la pared que tengo mas cerca, ya que, salvo por la luz de la entradita, no he encendido ninguna mas, pero no encuentro la clavija. Me quedo quieta, escuchando el silencio del apartamento y, excepto por los sonidos de la calle que se cuelan por las ventanas cerradas, no oigo nada extrano. Suelto el aire que retengo sin darme cuenta y me aparto el rubio cabello de la cara, dejando que asome una sonrisa en mi rostro. --Tu y tus neuras, Blanca... --Niego con la cabeza y avanzo hasta la habitacion, encendiendo la lampara en cuanto traspaso la puerta. --!!Me cago en todo lo que se menea!! --grito del susto, saltando sobre mis pies--. !?Quien cojones eres tu?! --le pregunto al extrano que tengo delante y atrapo el bate de beisbol que me regalaron en un cumpleanos y al que nunca le habia encontrado utilidad hasta ahora--. Y lo mas importante, ?que haces en mi casa? El hombre se pasa la mano por su largo pelo negro y me regala una timida sonrisa que no cuadra con su aspecto. Ancho de espaldas, fornido, grandes manos --siempre han sido mi perdicion las manos grandes--; es atractivo con un toque de misterio y un color de ojos hipnotizante. No puedo asegurar la tonalidad de los mismos; si son grises, verdes o azules, porque segun le da la luz de la habitacion, cambian ofreciendole un halo enigmatico. Lo miro de arriba abajo, calibrando bien sus medidas... todas sus medidas, y lo que si puedo confirmar es que esta canon. <>. El me sonrie como si acabara de leer mi mente y da dos pasos hacia mi. Agarro con mas fuerza el bate por encima de mi cabeza y tenso la mandibula, o por lo menos lo intento porque mi garganta esta seca y siento el corazon en la garganta. --Hola, Blanca... Vale, el si me conoce, pero yo a el... . --?Eres un acosador? --le suelto y su sonrisa se hace mas amplia. --Exactamente no... --Me guina un ojo y mis rodillas tiemblan por el impacto. <>. --Mira, bonito. --Levanto mas el bate--. O me dices ahora mismo quien eres o llamo a la policia. Este levanta las manos en son de paz y se acerca a la ventana para mirar la calle. --Creo que estan muy ocupados. --La sirena de un coche de emergencia retumba por la casa como si confirmara sus palabras. --Vale, si, por el estado dichoso de alarma pero seguro que si grito, mis vecinos vendran corriendo para ayudarme... El eleva una de sus oscuras cejas y me mira como si estuviera riendose por dentro de mi. --?Los mismos que han salido escopetados de su casa en cuanto ha comenzado esta locura? Bufo con fuerza y dejo caer el bate, para apoyarme en la pared sin fuerzas. Sea quien sea, sabe muy bien que ahora mismo en mi edificio solo quedamos la anciana del segundo y yo. Lo mejor es tratar de averiguar que busca y deshacerme de el lo antes posible. --Esta bien. Me rindo. ?Quien eres? ?Y que quieres? --Me observa sorprendido por mi rapida rendicion--. No me mires asi. No tengo tiempo para tonterias ahora mismo... Habla. --Blanca, creo que en unos dias el tiempo es lo que mas te va a sobrar --dice con ironia y no puedo evitar sonreir ante la verdad. --Contesta --le indico con tono mas amigable--. ?Eres amigo de Rick? Si es asi, lo de mandarte hoy para recoger lo poco que le queda en esta casa, es la peor de sus ideas. Una de tantas. Si, debia de ser amigo de mi ex. No habia otra explicacion. --?Rick? --me pregunta confuso. --Venga, si, Ricardo... Mi ex. Ahora no te hagas el tonto. Solo puede haberte dado las llaves el para que recogieras sus cosas... Por cierto, estan ahi. --Le senalo la caja que asoma por la puerta del armario que hay abierta--. Y ahora, ya puedes irte. Ha sido un dia horrible y necesito estar sola. Me regala una vez mas esa sonrisa enigmatica. --No, no me manda... ?Rick? --Eleva su ceja. Lo miro sorprendida por su anuncio e instintivamente agarro el bate de beisbol de nuevo. --?Entonces? Amplia su sonrisa y vuelve a mostrarme sus manos en son de paz. --Tranquila que no muerdo... todavia. Reconozco que ese todavia me ha puesto la piel de gallina y un escalofrio me ha recorrido de arriba abajo, pero no de miedo, sino de excitacion por lo que mi mente calenturienta ha imaginado. --Entonces... ?quien eres? --Coloco mi arma improvisada delante de mi; que el tio este tan bueno para conseguir que mis bragas se humedezcan solo con una mirada, no quiere decir que no necesite defenderme porque sea un acosador...--. ?Y como has entrado en mi casa? --Por la puerta --me indica como si fuera lo mas evidente. No puedo evitar grunir ante su tono de voz. --Mira. --Me aparto el cabello de la cara--. Ya esta bien tanta tonteria. Ahora, por favor, vete de mi apartamento si no quieres que llame a la policia. --Muevo la mano senalando el camino de salida. --No puedo --dice sin mas. --Perdona... ?como que no puedes? <>. --No estoy loco --afirma dejandome con la boca abierta. --?Perdona? --Te digo que no me he escapado de ningun sitio --me indica ya descolocandome del todo. --Yo no he dicho nada... --Tu no, pero tu cabecita no para de hablar. --Me senala y sonrie. Miro a ambos lados de la habitacion y, ante la mirada pasmada de el, comienzo a rebuscar entre los cajones, debajo de la cama y hasta en las esquinas de las paredes por si hay alguna camara oculta. --Esto es una broma, ?no? --le pregunto--. No puede ser otra cosa. Algun programa de esos que ya nadie ve, y que han debido organizar alguno de mis amigos. --Miro tras las cortinas, obligandolo a moverse--. Lo teniais todo preparado pero lo que esta sucediendo en el pais, os ha pillado de improviso y habeis pensado que el espectaculo debia continuar. --Blanca, esto no es una broma --me dice divertido. Detengo mi busqueda y lo miro. Hemos cambiado las posiciones y ahora se encuentra cerca de la puerta, donde he dejado mi unica arma, y yo estoy al lado del cabecero de la cama. --Pues sea lo que sea, no tiene gracia --le suelto cruzandome de brazos y le exijo...--. Quiero que te vayas de mi casa. --Y yo, pero no puedo. Emito un sonido poco femenino e intento mirarlo con cara de odio, pero esos ojos que tiene consiguen derrumbar todas mis defensas. --?Y por que no puedes? --le pregunto ya agotada de mantener esta disparatada conversacion. --Porque no nos dejan salir de casa --comenta como si fuera la cosa mas evidente. Abro los ojos de par en par al mismo tiempo que mi boca, como si fuera un pez fuera del agua, sin dar credito a lo que escucho. --?En serio? --Mueve la cabeza de manera afirmativa--. !Pero esta es mi casa! --Lo se... --!Pues largate de una vez! --Muevo la mano para subrayar mi orden. --Ojala pudiera... Suspiro con fuerza y me dejo caer en la cama. --Esto es surrealista. Necesito un bano, una copa de vino y cenar algo. --Si quieres te hago yo la cena... Lo miro de lado y arrugo el ceno. --?Me harias la cena? --El asiente y yo, por una milesima de segundo, estoy tentada de aceptar su propuesta--. Agh... !No! Claro que no... --digo con demasiado enfasis como si necesitara autoconvencerme de la decision tomada, y me incorporo--. ?Que haces aqui? --La pregunta esta mal formulada... Una de mis cejas doradas se eleva sin dar credito. --?En serio? --Repites mucho eso... --Mira --le corto--, no tengo mas ganas de tonterias. ?Que haces aqui? --Esperarte --responde por primera vez a la primera, sorprendiendome. --?Para?

  • Vikingos (Senores del Norte 1) de Becka M. Frey

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    Kaira, hija de un guerrero berseker, es testigo de la salvaje violacion de este a su madre. Como consecuencia de ese trauma se refugiara en las armas hasta el punto de ganarse el apodo de Corazon de Hielo.
    Ake ha sido bendecido por los dioses. Convertido en un fiero guerrero que no le teme a la muerte abandonara la aldea que lo vio nacer, pues es sinonimo de recuerdos que quiere olvidar, y se embarcara en un viaje sin retorno para convertirse en el nuevo senor de Skuldelev.
    Pero el destino cruzara el camino de ambos y Kaira sera confundida con una esclava a la que Ake convertira en su cautiva. Perturbado por los sentimientos que despierta en el, intentara luchar contra ellos, ya que Ake se hizo a si mismo la firme promesa de no volver a enamorarse y, mucho menos, de otra esclava.
    Un romance que debilitara las barreras que ambos se han autoimpuesto y que desembocara en una pasion arrolladora.
    Un viaje apasionante a traves de una civilizacion igual de salvaje que fascinante.

  • Mandibula de Monica Ojeda

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    Una adolescente fanatica del horror y de las creepypastas (historias de terror que circulan por internet) despierta maniatada en una cabana en medio del bosque. Su secuestradora no es una desconocida, sino su maestra de Lengua y Literatura, una mujer joven a quien ella y sus amigas han atormentado durante meses en un colegio de elite del Opus Dei. Pero pronto los motivos de ese secuestro se revelaran mucho mas oscuros que el bullying a una maestra: un perturbador amor juvenil, una traicion inesperada y algunos ritos secretos e iniciaticos inspirados en esas historias virales y terrorificas gestadas en Internet.

  • El eco de las mentiras de Ian Rankin

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    En un bosque al sudeste de Edimburgo han encontrado el cadaver de un detective privado desaparecido desde hace mas de una decada. John Rebus conoce bien el caso, porque originalmente formo parte del equipo encargado de la investigacion, que estuvo plagada de errores e intereses ocultos. Ahora tanto Rebus como la policia tienen una segunda oportunidad para atrapar al culpable, pero las presiones de la familia de la victima y la prensa les dejan muy claro que se juegan mucho mas que la reputacion.

  • Angel caido de Anyta Sunday

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    Pax Polo es el intrepido guitarrista de Serenity Free.

  • El hombre enmascarado de B.j. Daniels

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    Llevaba el rostro cubierto con una mascara… pero unos impresionantes ojos azules hipnotizaron a Jill Lawson y la arrastraron hasta el. Un malentendido la estaba metiendo en mas de un problema; ahora la acusaban de asesinato. Por no mencionar que habia hecho el amor apasionadamente con un completo desconocido.

  • Escucha a tu corazon de Kasie West

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    CALL ME MAYBE… Hablar con otros no es la actividad favorita de Kate Bailey. Ella preferiria estar en el lago al aire libre, absorbiendo la soledad y el sol. Pero cuando su mejor amiga, Alana, la convence de que se una al programa de radio de su instituto, Kate no espera ser elegida la presentadora. ?Ahora tendra que contestar las llamadas de los oyentes y aconsejarles en directo? Imposible. Pero, para su sorpresa, parece haberse convertido en una buena presentadora. Y el programa recibe una llamada de un chico anonimo que pide consejo sobre su crush de nombre desconocido. De repente, Kate descubre que repartir consejos a los demas es aparentemente facil, aunque pedir ayuda es mas dificil de lo que parece., y seguir tu propio consejo incluso mas.

  • Si amarte es un error (Para toda la eternidad 2) de E. L. Todd

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    Cayson y Skye disfrutan de su felicidad durante los meses de invierno. Comparten cama todas las noches y pasan juntos todas las horas del dia. Pero su relacion fisica aun no ha despegado. Skye se da cuenta de que le da miedo llegar a algo mas intimo porque nunca podrian volver a ser amigos si su relacion no saliera bien. Cuando se lo confiesa a Cayson, su respuesta lo cambia todo.

  • Despues de Kim de Angeles Gonzalez-sinde

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    Desde que Geraldine y John se divorciaron hace decadas, se ven lo menos posible. Sin embargo, la inesperada muerte de su hija Kim en Espana les obliga a iniciar juntos un viaje en el que no solo tendran que aprender a convivir y a conocerse de nuevo, sino que les embarcara en la busqueda de un nino, su nieto, cuya existencia ignoraban y que ahora desean recuperar. El amor y el desamor del pasado se cruzaran con el presente para ayudarles a superar sus distintos fracasos personales.

  • Deambulando por la Vida (En Compania de Vampiros 3) – A.R. Morena de A.r. Morena

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    Un antiguo vampiro. Un medico por vocacion. Ha dedicado su larga existencia a su profesion, sin pensar en si mismo.
    Una bella mestiza, mezcla de bruja y vampiro. Una fuerte guerrera. Ha sido criada por su madre con un solo objetivo, matar a su padre.
    El destino hara colisionar los caminos de ambos, provocando que sus vidas den un cambio radical.
    A pesar de todo y a pesar de todos, ellos no dejaran de extranarse con una intensidad dolorosa.
    La sangrienta lucha seguira viva hasta que la verdad explote. Ninguno sera impune a la metralla, dejando una incognita en el aire.
    ?Seran capaces de afrontar las consecuencias?

  • La pasion del duque de Emma G. Fraser

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    Ewan Smith, duque de Norfolk, es un alto cargo del ejercito ingles, pero al ser traicionado por su mejor amigo, Malcolm, pierde su puesto, su titulo y casi toda su herencia. Tras jurar vengarse de el, anos despues se cruza en su camino Tyra Stone, una bella y rebelde joven que cabalga sola por el bosque y lo acusa de ser un ladron.
    Cuando descubre que es la prometida del hombre que lo traiciono, Ewan la secuestra la noche de su fiesta de compromiso, pero su belleza y su caracter fuerte hacen que el joven tenga serios problemas para llevar a cabo su venganza, pues el fuego y la pasion que se desata entre ellos hara que surjan nuevas traiciones a las que ambos tendran que hacer frente y las cuales los pondran en peligro en mas de una ocasion.

  • La accidentada boda de lord Mersett (Minstrel Valley 8) de Alexandra Black

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    Continua la rompedora serie de <>, creada por trece autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • Mision de doble filo de Encarna Magin

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    Olivia Park es una agente secreta de la CIA que recibe la orden de custodiar a un reconocido empresario hasta que declare en el juicio contra su exsocio. Lo que empieza siendo un caso mas se complica cuando Olivia descubre que el testigo protegido es Nick Evans, el hombre que le rompio el corazon en el pasado.

  • Las 48 leyes del poder de Robert Greene

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    Como llegar a lo mas alto y quedarse alli…

  • Todo arde excepto tu de Cristina Origone

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    Turin, 10 de noviembre de 1993 El periodista observa a las personas evacuadas del palacio en llamas que descansan del otro lado de la calle. Han formado pequenos grupos entre los automoviles estacionados, dos mujeres lloran y se abrazan. La mirada se desliza hacia una nina. Un hombre la tiene de la mano derecha y mira hacia lo alto. Es su primer servicio: la confusion y el sonido ensordecedor de la sirena lo hacen nervioso y agitado. --?Estamos listos? --pregunta al camarografo mientras piensa en cuan afortunado es por haber encontrado ese trabajo. La television comercial, en un Pais que ignora a los debiles, se ha vuelto un servicio publico que ofrece emociones, sonrisas y lagrimas gratuitas; si la conexion va bien, alguien derramara alguna lagrima mirando las noticias de television. Esta es la regla. Sonrie cinicamente mientras acomoda el auricular en su oido. El tecnico le responde con la senal de la mano que indica que todo esta bien; La voz chillante de la conductora le llega fuerte y clara. --Si, los bomberos todavia se encuentran en el lugar del incendio, ya han trabajado desde las diez. Una gran nube de humo se ha levantado desde hace alguna hora sobre una vivienda en la esquina de Rosselli y Cassini. Al momento se cuentan dos victimas, cuya identidad todavia no ha sido dada a conocer. Aun hay que verificarla, tambien la naturaleza del incendio: ?accidental o doloso? Habla con voz angustiada, consciente de que manana nadie recordara mas todo esto. Ni siquiera el, piensa mirando la senal del tecnico de dos dedos hacia arriba. Bravo. Estuvo bien. La conexion se cierra. PRIMERA PARTE MARTA CAPITULO I LA GRADUACION Genova, 10 de mayo 2011 El, presidente y ponente de la tesis, me proclama finalmente doctora con: --Un merecido 110--. Son estas las palabras que pronuncia apretandome la mano. Intercambio el apreton y bajo la mirada. Me sostiene la mano mas de lo debido y, cuando me la deja, la estrecho a todos y salgo del aula. Estoy perturbada. Pero no por la graduacion. Caterina me abraza antes que mis otros amigos y me susurra al oido: --?Todo bien? --Me suelto a llorar. Flores, foto, aplausos y abrazos. Estoy en la confusion total y con la mirada lo busco. Todavia no sale el aula. Algunos de mis amigos me piden una hoja de laurel de la corona que Caterina me preparo, parece que les propicia buena suerte a los que todavia estan por graduarse. Me distraigo por algun minuto y, cuando miro en direccion de las escaleras, veo que el esta descendiendo los peldanos a paso veloz. Caterina se da cuenta y murmura--: Finalmente se ha ido y … --sonrie y concluye--: No pienses mas en ello, doctora. Ella es mi mejor amiga. Mi madre tenia que haberse ocupado en este dia, en cambio es Caterina quien ha organizado la fiesta despues de la graduacion y me ha regalado un fin de semana para pasarlo juntas en un Spa. Lo unico que ha hecho mi madre fue telefonearme esta manana para desearme un frio "Buena suerte". Desde hace anos que necesito buena suerte, pero ella no lo sabe. --No la necesito-- respondi con mucho placer y termine con la conversacion. Caterina tiene los ojos pequenos y negros, y un fisico desproporcionado: hombros estrechos y caderas largas. Tiene una charla suelta, lleva los cabellos cortos y estudia Jurisprudencia, pero esta fuera de clases desde hace anos. De vez en cuando bromea y dice que por error ha caminado en el rombo blanco en el centro del claustro de la Universidad y que por ello no se graduara nunca. Para los estudiantes de la facultad de Legge de Genova aquel rombo trae fortuna, se puede pisar solo despues de haberse graduado.

  • Principios de abril negro de Kannah Winter

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    Klohe Sakurazukamori desea que toda su vida sea una pintura donde el agua y el fuego no existan y el miedo solo sea una ocurrencia del pasado.En su infierno siempre llueve a pesar de que ella trate de sonreir con la vida que tiene, pero Louis y Kate son todo.Con una caotica relacion con su padre y con todo cayendose sobre ella, Klohe solo piensa una cosa:Si alguien me hubiese dicho que este era mi camino a la muerte, entonces hubiera corrido para llegar mas rapido a ella.

  • El secreto del galeon de Ana Alcolea

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    Principios del siglo XIX: Marina viaja junto a su familia a Espana desde las colonias americanas. Ella no se parece en nada a sus hermanas: no piensa en casarse ni en bordar su ajuar, solo desea vivir en el mar, convertirse en marinero; algo del todo imposible. De sus pensamientos y anhelos sabe mucho su esclava Ramira, una mujer a la que le han arrebatado todo lo que alguna vez ha amado y que oculta un gran poder heredado de sus antepasados africanos.

  • Cuando Cupido mete la pata de Nisha Scail

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    Cup observo como el sol despertaba elevandose en el horizonte, la tranquilidad de la manana, el canto de los primeros pajaros y el suave viento meciendo las copas de los arboles lo hizo sonreir. Este era el dia que esperaba ano tras ano, en el que daba comienzo su tarea y al mismo tiempo ponia punto y final, un trabajo eterno para un ser inmortal, pero uno del que disfrutaba como solo el dios del amor podia hacerlo. --Dios, haces que los demas quedemos a la altura del betun levantandote antes de que salga el sol. El saludo llego desde sus espaldas, sonrio interiormente y se giro para ver al hombre que llevaba el camping en el que llevaba un par de anos viviendo. Eros llevaba una taza de humeante cafe en las manos, a juzgar por su aspecto, el retirado Ranger no parecia de muy buen humor. --No te preocupes, dudo que nadie mas, exceptuandote a ti, este despierto a estas horas de la manana y menos en esta parte del pais --replico con tono jocoso--. Somos los unicos que nos despertamos al mismo tiempo que las gallinas. --Habla por ti, Cup, yo todavia estoy intentando quitarme las leganas. Sonrio. Eros era el gerente del camping The Woods, una serie de cabanas de madera destinadas al turismo rural, perfectas para aquellos que necesitaban escapar del mundanal ruido y las bulliciosas ciudades o, como hoy, para celebrar una romantica noche o largo fin de semana. --Sera mejor que empiece a hacer cafe para los demas, hoy va a ser un dia movidito -- continuo con una mueca, giro sobre sus talones y volvio a entrar en la cabana principal, el centro del camping y donde se encontraba el comedor, la cocina, el salon comun y las dependencias privadas del hombre. --No tienes idea de cuanto --replico en voz baja, mas para si mismo que para el. Las reservas para ese dia estaban completas, algunos de los campistas ya estaban alli y otros llegarian a lo largo de la manana, al final del dia, el complejo estaria lleno. Se llevo la mano al bolsillo trasero del pantalon y extrajo el cuaderno con solapas de color rojo. --Hora de ponerse a trabajar --murmuro abriendo el cuaderno y empezando a revisar sus paginas--. Veamos... tu no... tu tampoco... todavia no ha llegado tu momento… Repaso una a una cada pagina haciendo pequenas anotaciones aqui y alla con una pluma en forma de flecha dorada hasta encontrar lo que buscaba. --Ah, si. Aqui estas --golpeo un par de veces el papel--. Bien, bien... todo va segun lo planeado. Cerro el cuaderno satisfecho y lo devolvio al lugar de donde lo habia sacado. Tenia una larga jornada de trabajo por delante, una fiesta que organizar y un pellizco de romanticismo y deseo que esparcir por el camping. Solo esperaba que este ano algo de eso cayese tambien sobre Eros, ese hombre ya habia pasado bastante tiempo solo. CAPITULO 1 El silencio se rompio por la insistente y repetitiva melodia del despertador. Valentina odiaba aquel sonido que aguijoneaba la conciencia y obligaba hasta al mas dormido de los mortales a abandonar la calidez del lecho para enfrentarse a un nuevo dia. Se revolvio en la cama, refunfunando, deseando con todas sus fuerzas que aquel maldito cacharro se quedase sin pila, o mejor aun, estallara en pedacitos. No funciono, la melodia continuaba abriendose paso con abrumadora insistencia en su cabeza. Con un suspiro de rendicion, deslizo el brazo por debajo de las mantas y palpo a ciegas hasta encontrar el interruptor de la lampara de noche. La luz rosada que emitia despejo la oscuridad del dormitorio. Abrio un ojo a modo de prueba y volvio a cerrarlo inmediatamente ante la molesta claridad antes de suspirar y volver a intentarlo. Enfoco hasta conseguir leer la hora en el reloj digital que seguia vibrando sobre la mesilla. --Mierda. --mascullo, su voz pastosa por el sueno. Tenia que levantarse, le esperaba por delante un viaje en coche de lo mas estresante. ?En que momento se le habia ocurrido la brillante idea de ayudar a su madre con las entregas de la tienda online? !Y el catorce de febrero, nada mas y nada menos! En serio, ?quien diablos queria salir a la carretera, hacer un monton de kilometros para entregar una caja de San Valentin? Charleen Vishow era como la version femenina de Cupido cualquier mes del ano, pero en este era incluso peor y eso hacia que se le pusieran los pelos de punta. La semana anterior la habia llamado para pedirle que le echase una mano con las entregas, la ultima de las cuales tenia que entregar hoy. La dichosa caja tenia que ser entregada en Bear River, un pequeno pueblo a las afueras, tan a las afueras que le llevaria mas de seis horas llegar conduciendo. --Gracias por el palizon que voy a tener que pegarme, mama. Suspiro, hizo las mantas a un lado y se levanto de la cama. La luz del sol habia empezado ya a filtrarse por las rendijas de la persiana que habia quedado mal cerrada, lo cual era toda una novedad ya que la ultima semana habia llovido para llenar un lago y el sol apenas se habia dejado ver entre las nubes. Hoy, sin embargo, la manana presentaba un aspecto diferente. Tras levantarla y abrir la ventana para que entrase un poco de aire fresco, confirmo lo que podria llegar a ser un buen dia si las nubes llegaban a despejarse completamente. --Hora de darse una ducha y espabilarse --murmuro estirandose, le dio la espalda a la ventana y cruzo la habitacion para meterse en el bano y empezar su jornada. Le habria gustado quedarse en casa, abrir el frigorifico, coger un helado y pasarse todo el dia viendo peliculas, pero habia tenido que elegir entre hacerle ese favor a su madre o pasarse el dia envolviendo ramos de rosas en su floristeria; el encargo de su progenitora prometia ser menos vomitivo. No. No le gustaba San Valentin. Demasiado rojo, demasiados corazones y demasiado azucar, era como si la gente solo recordase ese dia que existia el amor y sintiesen unas ganas irrefrenables de restregarles su felicidad a todos en la cara. Consumismo puro y duro, eso era lo que era el catorce de febrero. Una excusa para comprar y gastar, esa fecha que no se olvidaba como los cumpleanos y los aniversarios y en los que, si no recibias una punetera flor o unos chocolates, eras practicamente una apestada. Amor. Oh si. A ella tambien le habria gustado creer en el amor, sentir ese cosquilleo en el estomago y soltar corazoncitos por los ojos, pero a lo largo de sus treinta y seis anos de vida, habia llegado a la conclusion de que Cupido ni siquiera conocia su direccion. Asi que, ?cual era el mejor sustituto del amor? El sexo. Que se olvidasen del chocolate, una sesion de cama podia arreglarle la noche a una chica, sobre todo si dicha sesion era con el companero adecuado. --Una pena que Keith no este en la ciudad --murmuro pensando en el abogado que habia conocido un par de meses atras y con el que solia salir muy de vez en cuando a tomarse algo. Su relacion se basaba en <>. Quien pensara que una mujer no podia tener la iniciativa en el sexo, era gilipollas. ?Donde decia que el hombre era el unico que podia salir a divertirse sin ser pisoteado despues? Su vision de las relaciones personales estaba bastante tocada, lo sabia, pero la culpa la tenia en gran medida la educacion liberal de su madre y los fallidos amorios que habia tenido a lo largo de su vida. Si, Cupido se habia olvidado completamente de ella. Termino de ducharse en tiempo record, se envolvio en una toalla y salio secandose el pelo con otra. Limpio el espejo con una pasada de la mano e hizo una mueca al ver su aspecto. --No. Ni el mejor de los estilistas va a poder arreglar esto. Llevaba el pelo casi a la altura de los hombros, cortado en lo que en algun momento habian sido dos capas, un color a caballo entre su natural color zanahoria y los reflejos que todavia le quedaban del ultimo cobrizo que se habia aplicado. --Semana que viene, a la peluqueria --se recordo. Suspiro y se apresuro en darle unas ultimas pasadas con la toalla para reemplazarla por el aire caliente del secador. El tiempo jugaba en su contra, los minutos parecian pasar mas rapido de lo normal, pero siempre era asi cuando se tenia prisa. Su estomago rugio recordandole que todavia no habia desayunado y si no se daba prisa en enfundarse la falda, la blusa y las botas para salir disparada hacia la cocina, seguiria rugiendo hasta que pudiese parar para comer

  • La dama del acantilado de Camila Winter

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    Novela de romance y misterio del siglo XIX ambientada en el pueblo de Clare, Irlanda.

  • Sin dejar rastro de Haylen Beck

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    Casada con un poderoso hombre de negocios neoyorquino, Audra Kinney ha reunido las fuerzas suficientes para dejar atras una vida aparentemente acomodada pero marcada por el maltrato psicologico de su marido. Con sus hijos Sean y Louise, de once y seis anos, Audra ha recorrido miles de kilometros a traves de carreteras secundarias con la intencion de comenzar una nueva vida en California. Y ahora, frente a los escarpados paisajes de la desertica Arizona, siente que puede volver a respirar, que han dejado atras el pasado y el peligro. Sin embargo, poco antes de llegar al pueblecito de Silver Water, el sheriff del condado de Elder la detiene por una presunta infraccion de trafico.

  • El caliz y la espada de Bernardo De Worms

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    Corre el ano 797 y el reino de Carlomagno esta a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero tambien de su expansion a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa Leon III lo coronara Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadia de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razon, despierta un prurito inmoderado de posesion entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discipulo del monje que lo habia sacado de Espana para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputacion de mago omnimodo lo habia convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadia, entre los diferentes grupos de espias a sueldo de las grandes potencias de la epoca, una lucha cruel por apoderarse de el o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudaran en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistematicamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recien llegado al monasterio, acabara descubriendola.

  • Campanita, la decision de Samuel de Belgica Cortes Jimenez

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    Hace cuatro anos que Samuel Hardy estudia pedagogia en Historia en la PUCV, no solamente es considerado uno de los mas inteligentes de la carrera, sino que es uno de los mas atractivos de su generacion con su atletico fisico, largo cabello rubio e intensa mirada verde. Aunque es un chico relajado y casanova dentro de sus conocidos, nadie sabe realmente que sus pensamientos estan posados en Ginevra Jones, la enigmatica chica considerada la Reina del Hielo dentro de sus companeros.
    Descubre si Samuel es capaz de seguir con la travesia de conocerla, y si es que logra decidir avanzar adelante con su vida luego de conocer a la verdadera Campanita.

  • Caotica Jimena, Neira de Neira

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    Jimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente fisico.
    El orden, la racionalidad, la dureza.
    Bruno no tiene ninguno, mas que ser feliz con los pequenos placeres de la vida, pero si muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guien.
    El caos, la emotividad, la ternura.
    Un piso. Un encuentro. El objetivo de una camara. Un giro inesperado. El desequilibrio.
    Y sucede.
    Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen.
    Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece.
    Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que mas duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final.

  • Los amantes del espejo de Myriam Oliveras

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    Lidwine esta a punto de comenzar la carrera de Bellas Artes en Paris. Pese a no saber nada sobre su verdadera madre, que la abandono cuando era muy pequena, puede decirse que es una joven feliz: vive en una enorme casa de lujo en Lyon con su madre adoptiva, tiene un monton de amigos y, en apariencia, no le falta de nada. Sin embargo, Lidwine siente que algo falla, y que la vida acomodada que su madrastra se empena en proporcionarle, llena de superficialidad y riquezas, no la llena del todo. Un dia, poco antes de mudarse a la capital para comenzar sus estudios, Lidwine recibe una misteriosa carta de su verdadera madre, destinada a serle entregada a la muerte de esta. En la carta, que contiene la llave y las instrucciones de acceso a una camara de seguridad en Paris, se le explica que su vida corre peligro y que es de vital importancia que no espere ni un solo dia mas para ir a recuperar su legado. Se trata de Le Miroir des Merveilles, un espejo legendario por el que muchos mataron en el pasado y entre cuyos ilustres propietarios se contaron el rey Sol y el emperador Octavio Augusto. En cuanto el espejo cae en sus manos, Lidwine se ve atrapada por una espiral de intriga, secretos y amores turbios, mientras todo lo que siempre habia creido comienza a desmoronarse ante sus ojos. A medida que la situacion se vuelve mas peligrosa, Lidwine debera esforzarse por sobrevivir en la telarana que esta tejiendose a su alrededor, sin saber en quien confiar o a quien recurrir mientras, poco a poco, va desentranando el secreto del espejo y de los que estuvieron relacionados con el.

  • La gallera de Ramon Palomar

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    Narcos, polis corruptos y peleas de gallos.

  • Vida de una actriz de Elvira Menendez

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    Vida de una actriz es la historia real de una mujer singular y su imparable lucha por la libertad.

  • Suena conmigo de Marion S. Lee

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    Una romantica novela que te atrapara y no dejaras de leer.

  • Confidencias y traiciones de Catherine O'connell

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    A la manana siguiente de su despedida de soltera, Maggie Trueheart despierta en su cama junto a un desconocido. Pero haber enganado a su prometido no sera lo peor de un dia que empieza con mal pie: su amiga Angie ha sido asesinada. Cuando el amante ocasional se convierte en el principal sospechoso del asesinato, la integridad de Maggie tambalea: ?debe ayudarlo confesando que paso la noche con el o mentir para proteger su futuro matrimonio? Mientras ella se debate entre la verdad y la mentira, la policia investiga a cada una de sus amigas poniendo al descubierto secretos aparentemente insignificantes. Alguna de ellas miente. ?o quizas todas?

  • Naska. El Guardian de Joaquin Perez Ruiz-adame

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    ?Como reaccionarias si descubrieras que en otra vida... hace muchos siglos... fuisteis un rey/reina, o un general, un politico, o un chaman/una bruja o un sabio/sabia o incluso un dios o una diosa? Por que no, ?quien dice que no es posible?
    Alex no ha tenido una vida facil, pero a pesar de todo se ha hecho rico, en tiempo y dinero. Domina una de las profesiones (actividades) mas complicadas que existen en el mundo, el trading intradia en los mercados financieros. Pero algo no va bien. Aun habiendo conseguido su sueno se sigue sintiendo un nino raro e inadaptado. Todo ese malestar le llevara a hacer un viaje, a su pasado mas remoto; la antigua Grecia.
    Una historia de amor. Que te hara reir y reflexionar sobre los mismos temas de siempre. Los que eternamente han existido en cualquier epoca de la humanidad.

  • Mi vida querida de Alice Munro

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    Una hermosa coleccion de cuentos de la premio Nobel Alice Munro, donde el amor, que nos acecha desde el pasado o nos reclama desde el futuro, es el tema central.

  • Mercurio retrogrado de Elsa Tablac

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    No, yo no voy a cenar. Pero tu come tranquila, faltaria mas. El tipo exhibio otra vez su sonrisa blanca y perfecta y acto seguido dio un nuevo sorbo a su agua con gas. Pestanee varias veces, navegando entre la inercia y la incredulidad. ?En serio me estaba pasando esto? --?No vas a comer nada? --insisti sutilmente--. Crei que cenariamos algo. Quiero decir, por la hora que es... Mire mi reloj, aunque sabia perfectamente que hora era: !la hora de huir de aquella cita decepcionante! --No quiero romper mi ayuno --contesto el, imitando mi gesto y echando un vistazo a su reloj. --Tu ayuno. --Ayuno intermitente. Raul --o al menos asi se suponia que se llamaba, no me habia ensenado ninguna identificacion-- se dio unos golpecitos en los abdominales. Aguce el oido, casi se podia escuchar el acero que habia debajo de aquella camisa. De repente lo del ayuno tenia cierta logica. Ese cuerpazo moldeado por el crossfit debia someterse a unas dinamicas mas o menos estrictas. Y la dosis de carbohidratos que yo estaba engullendo en su presencia no estaba entre ellas seguro. --Quiero quitarme pronto los dos kilos extra de las vacaciones --dijo. Se senalo el labio. --Tienes… mayonesa. Horrorizada, eche mano de la servilleta, golpeando de paso mi copa de vino, que acabo desparramada por la mesa. !Hola! Mi nombre es Miranda Tuna y me pillas en medio de la cita mas desastrosa del ano; buscando ya la salida de emergencia con la mirada. La verdad es que en lo profesional no puedo quejarme; dirijo una de las revistas de cotilleo mas vendidas del pais: ALOHA. Y eso, teniendo en cuenta que a estas alturas del siglo veintiuno las revistas en papel son practicamente un muerto que se acumula en cafeterias y peluquerias, es todo un logro. Otro tema es el asunto masculino que, sorprendentemente, no se me da tan bien como cabria esperar. Asi que ahi estaba esa noche en un animado bar de copas cercano a la Gran Via, acompanada del tal Raul, alias "el crossfitero", mientras un pequeno reguero de mayonesa se escapaba entre mis labios. Estaba descolocada, esa es la verdad; y obviamente ya habia tachado el nombre de aquel chico de mi lista en el momento en que se nego a pedir algo de cenar y me dejo a mi sola delante de un delicioso taco mexicano. !Pero es que tenia hambre! Una copa de vino y un taco era todo lo que necesitaba para reconducir mi dia despues de una intensa jornada en la redaccion de la revista. Solo a mi se me ocurre tener una cita despues del trabajo con un hombre que ni siquiera tiene la decencia de acompanarme en una cena rapida y se limita a pedir un agua con gas y a senalar que una salsa resbala por mi cara. Era atractivo, si, y tenia un cuerpo de escandalo, pero como dice mi madre, "acababa de volcarme el guiso". Engulli el resto del taco en dos bocados y me limpie con la servilleta sin pensar mucho en la destruccion del pintalabios. --He de irme --le anuncie. --?Como? --Estoy muerta de cansancio, ha sido un dia muy largo. Se callo, consciente de que en el fondo el tampoco queria alargar aquella cita sin sentido. --Solo hace media hora que hemos llegado --me dijo. Levante el dedo para llamar la atencion del camarero. Nos trajo la cuenta y observe, perpleja, como mi acompanante no hacia ni el mas minimo gesto de echar mano de su cartera. Creo que mi cara me delato. --?Te importa? --inquirio--. Solo he pedido un agua con gas. Yo solo queria salir de alli. --Claro, no te preocupes. Hoy pago yo --dije. Hoy. No habria ningun otro dia, y ambos lo sabiamos. Pague la cuenta (el taco, la copa de vino derramada y el agua con gas del crossfitero) y sali del local. El me dijo que iba al bano, pero no lo espere. Me largue de alli a la francesa, sin despedirme. ?Para que? Tengo tantas citas insulsas con desconocidos a mis espaldas que, la verdad, me daba permiso a mi misma para ahorrarme ciertas despedidas que no conducirian a ningun sitio. Empece a andar a toda prisa, como si me hubiese ido sin pagar. Pense en parar un taxi, llegar a casa y sumergirme un buen rato en la banera; pero cuando me di cuenta ya habia caminado unos veinte minutos a pesar de que no llevaba los zapatos mas comodos del mundo. Me habia detenido en un semaforo mas tiempo de la cuenta y habia borrado de mi movil las cuatro aplicaciones que habia estado usando en el ultimo ano para ligar. Se acabaron las apps, pense. Desisto. Ha sido entretenido, interesante a ratos, pero lo que busco o, mas bien, lo que me gustaria encontrar sin necesidad de buscarlo, no esta tras la pantalla del telefono. Realmente no se donde esta, pero yo ya habia tomado una de mis decisiones categoricas y repentinas. Se habian acabado las citas con desconocidos. Y en el mismo momento en el que me senti plenamente liberada de esa extrana carga autoimpuesta levante la vista y lo vi. Era alto, tendria mas o menos mi edad, unos cuarenta anos. La piel demasiado bronceada para nuestra ciudad sin mar, la mirada azul, dura y concentrada en algun punto fijo sobre mi hombro. Lo supe porque el corazon me dio un vuelco. El estaba esperando en la otra acera a que el hombrecillo verde apareciese. Es decir, lo normal seria que nos cruzasemos en ese paso de cebra, con suerte nos observariamos mutuamente durante unas decimas de segundo y no nos volveriamos a ver jamas. Asi son la mayoria de encuentros fugaces en la ciudad. Ese dia, sin embargo, mi cuerpo, o tal vez mis zapatos se rebelaron. El apuesto desconocido y yo nos cruzamos en el asfalto, y mientras me acercaba a su hombro izquierdo me dije a mi misma: si me mira, me dare la vuelta y caminare tras el. "Caminare en la misma direccion que el" es una manera sutil de referirse a "lo perseguire". Y eso sucedio. Nos cruzamos, nos miramos como si estuviesemos solos en el centro de la ciudad y reconociesemos a alguien de nuestra misma especie en un Arca de Noe. Deje pasar unos segundos, me gire y camine tras el. Es absurdo, lo se. Pero lo hice. Me convenci a mi misma mientras aligeraba el paso con algunas excusas banales: Tomatelo como un poco de ejercicio extra, Miranda: te sienta muy bien dar paseos largos. La cita ha acabado antes de lo previsto, aun es pronto. Jamas has hecho eso… seguir a un desconocido por la calle, !puede ser excitante! ?Donde ira? Lo dicho, me gire sobre mis tacones y camine tras el apuesto moreno a cierta distancia durante unos quince minutos, sin tener la menor idea de quien era ni hacia donde se dirigia. Serpenteamos por las calles del centro y pronto la distancia fisica entre nosotros fue aumentando, hasta que me detuve bruscamente en otro paso de peatones. Un taxi con la luz verde se detuvo a mi lado. ?Que demonios estas haciendo, Miranda Tuna? Levante la mano y el taxista detuvo el coche a mi lado. Abri la puerta trasera y murmure mi direccion. Iba siendo hora de poner punto final a aquel dia infame. Me fui a casa. Y sin embargo, resulta que ni en casa puede estar una tranquila. Abri la puerta y segui el pequeno circuito de rituales cotidianos con los que me encuentro todas las noches al llegar (si, has leido bien: solo voy a casa a dormir), abrir la nevera, dar un trago del tetra brik de leche de la nevera, descalzarme, coger los zapatos y llevarlos hasta mi armario. Y justo entonces, el ultimo desastre del dia. El estante superior donde estaban perfectamente ordenados la mayoria de mis preciados zapatos se partio por arte de magia. Todos los zapatos cayeron encima de mi. Me llovieron los tacones y las plataformas. ?Te imaginas una muerte mas ridicula? Murio sola en casa, aplastada por su propia coleccion de zapatos; y por supuesto, posteriormente fue devorada por su gata. Tras unos segundos de aturdimiento, consegui ponerme de nuevo en pie. Unas plataformas de Prada habian aterrizado sobre mi frente, provocando una pequena herida. Pero en fin… !Sorpresa! Seguia viva

  • La peor pesadilla de Mark Edwards

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    Le cayo como una bomba nuclear: unos segundos de inocente calma, quiza un leve silbido al precipitarse sobre el y, despues, la nada cuando, al abrir la puerta de casa, vio que todo estaba demasiado tranquilo y supo de inmediato que algo iba mal, pero no hasta que punto, no pudo siquiera sospechar lo absoluto e irrevocable de ese mal. Habia sido un dia especialmente largo. El inspector Patrick Lennon habia estado encerrado siete horas en una sala de interrogatorios sin ventanas con un drogadicto poco dispuesto a colaborar llamado Dean Kervin, que tenia la cara como una patata hervida hacia varios dias. Pese a que varios testigos y dos camaras de seguridad lo habian visto reventar el escaparate del outlet de prendas deportivas y matar a palos al guardia de seguridad, el se empenaba en negarlo. No paraba de repetir: <>. Patrick llevaba todo el dia ansiando un poco de aire fresco y un cafe sin recalentar, pero lo que de verdad lo mantenia en pie era la idea de volver a su casa, calentita y perfumada, y abrazar a su tierna pequena de cinco meses, Bonnie. Una copa de vino en una mano, Bonnie acurrucada en la curva de su otro brazo y, en cuanto Bonnie se quedara dormida, comida china a domicilio mientras veia una pelicula con Gill. Casi le hacia reir el que un cuadro asi lo reconfortara tanto. Su yo adolescente se habria burlado despiadadamente de el. ?Vino y bebes? ?Chino y peli? Patetico. No. Patetico, no. La felicidad, la seguridad, la pureza de la familia eran la esencia de la vida. El unico inconveniente, en el frente domestico, era que Gill llevaba algun tiempo bastante deprimida. Todos sabian lo duro que era quedarse en casa el dia entero con la chiquitina, sobre todo para una atareada profesional con un cargo de responsabilidad. Gill era abogada y nada la hacia mas feliz que destrozar, destripar con palabras a desgraciados como aquel Dean, el tipo de la cara de patata. Lo hacia con tanto aplomo... Patrick confiaba en que pronto recuperase esa chispa. Aunque fuera de los tribunales era una mujer sociable y cordial por naturaleza, toda aquella camarilla de la NCT, esa oenege de apoyo a las madres primerizas, con sus cuadrillas de madres amamantadoras que invadian las cafeterias y asistian a clases de musica infantil, no acababa de llenarla. Lo habia intentado, pero siempre habia vuelto a casa amenazando con ponerse a gritar en cuanto volviera a oir hablar de panales y caquitas. La idea hizo sonreir a Patrick mientras estacionaba, marcha atras, el Prius bronce (otra de esas cosas que su yo adolescente le habria censurado) en la pequena entrada de la casita adosada que ocupaban en West Molesey. Cuando queria impresionar a alguien, les decia que vivia <>, aunque, en realidad, West Molesey estaba a dos kilometros y medio y era la hermana pobre de la grandiosa East Molesey, que disponia, en cambio, de una zona declarada patrimonio historico-artistico y multitud de fincas de dos millones de libras. Nunca se habia alegrado tanto de volver a casa. Hasta habia parado en el super para comprar una botella de vino y un ramo de gerberas, las favoritas de Gill. Mas tarde se pregunto si lo habia sabido desde el mismo instante en que habia hecho girar la llave en la cerradura o si solo habia imaginado que lo sabia. Lo que si percibio de inmediato fue el silencio. No creia que hubieran salido porque el cochecito estaba en el pasillo y todas las luces encendidas. ?Habrian ido un momento a casa de algun vecino? Improbable. Los vecinos mas proximos habian resultado bastante desagradables y Gill no habia hecho amistades en las inmediaciones. Normalmente se oia Radio 2 a todo volumen y en la tele se veia, sin sonido, la programacion infantil de la BBC. Ni el ruido de la secadora dando vueltas, ni el de la tetera hirviendo el agua, ni el repiquetear habitual de Gill por la cocina mientras preparaba la cena para ellos dos... No se oia nada de eso. --?Hola? --grito Patrick al tiempo que entraba y cerraba la puerta--. ?Gill? Nada. Fruncio el ceno. Se quito la chaqueta de cuero, colgo las llaves del automovil en el cuelgallaves dispuesto junto a la puerta y dejo las flores y el vino en el suelo de la entrada. Debian de haber salido, se dijo, luego titubeo; tuvo el presentimiento de que no era asi. Se le erizo el vello de todo el cuerpo, pese a que, en aquellos momentos, no tenia motivo para temer nada. --Gill, ?donde estas? --insistio nervioso antes de enfilar el pasillo que conducia a la cocina, al fondo de la casa. Cuando pasaba junto a la escalera, un movimiento lo sobresalto. Su mujer estaba sentada en el tercer escalon, con una cara que el no le habia visto a nadie en toda su vida. Su rostro, por lo general sonrosado, estaba ceroso y demacrado, y sus ojos, inmoviles, eran dos mares de espanto. Aferrada al juguete favorito de Bonnie, una Peppa Pig de punto, se mecia en silencio adelante y atras. Patrick hizo un aspaviento y la agarro por los hombros, medio abrazandola medio zarandeandola. --!Gill, carino!, ?que ocurre? --pregunto, hincandose de rodillas en las escaleras, abrazandola fuerte y meciendose con ella--. ?Que ha pasado? ?Ha muerto alguien? Aquel fue su primer pensamiento, porque, de haberle pasado algo a Bonnie, Gill no estaria sentada en las escaleras, sino junto a su cuna. Ella no respondio. Lo ignoro, como si no hubiera detectado su presencia. --Hablame, carino, ?que ha pasado? !Gill, por favor! La encontro menuda, la mitad de su tamano normal, como encogida por la conmocion y por aquel terrible dolor no manifiesto. --?Donde esta Bonnie? Gill dejo de mecerse. Dejo de respirar y apreto los labios, aquellos labios sensuales de los que Patrick se habia enamorado antes incluso de conocerla bien. Cerro los ojos y clavo los dedos en el rosado cuerpecito blando de Peppa Pig. Luego empezo a gemir. El gemido se torno ganido, despues bramido y, por ultimo, cuando volvio a abrir la boca, se transformo en un aullido de dolor casi animal que retumbo en las paredes y privo la casa de cualquier resquicio de paz para siempre. Patrick se levanto como un resorte mientras escapaba de su boca un sollozo. --Ay, Dios mio, Gill, ?donde esta la nina? ?Que ha pasado? ?DONDE ESTA? Aparto a su mujer y, aunque lo hizo solo con un empujoncito, Gill volco y rodo por los dos peldanos restantes hasta el suelo, donde quedo inmovil, sin dejar de proferir aquel aullido sobrenatural. El subio la estrecha escalera como un maratonista en su tramo final y, con la respiracion atrapada en el pecho, rodeo bruscamente la barandilla y entro en el diminuto dormitorio de Bonnie. Al principio, penso que habia una muneca tendida en su camita, una extrana muneca hinchada, de color purpura. Se adentro en la estancia y comprendio que la muneca era Bonnie. Sus extremidades estaban retorcidas de forma poco natural y tenia marcas visibles alrededor del cuello. Marcas de dedos. Tras proferir un aullido aun mayor que el de su mujer, solto la barra protectora de la cuna e inclinandose sobre su hija sin vida trato de insuflar aire en sus pulmoncitos inertes. Con dos dedos delicados y temblorosos le masajeo el esternon, rezando para hacerlo bien, procurando recordar correctamente los pasos del curso de reanimacion cardiopulmonar infantil al que Gill habia insistido en que asistieran ambos durante su embarazo. <> Bonnie seguia amoratada. Aun estaba caliente. Eso era bueno. <> Las lagrimas de Patrick cayeron en los parpados cerrados de la criatura. <>

  • ?Puede Pensar una Maquina? de Alan M. Turing

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    En 1947 Alan M. Turing pronuncio una conferencia ante un auditorio compuesto en su mayor parte por miembros del National Physical Laboratory de Londres en la que intentaba responder a la vieja y controvertida pregunta ?Puede pensar una maquina? Lo expuesto en ese acto aparecio publicado tres anos mas tarde en Mind -- una importante revista de filosofia britanica-- y es lo que ofrecemos aqui al lector en su traduccion castellana. Este texto se convirtio enseguida en uno de los escritos fundacionales de la logica informatica y la inteligencia artificial, al presentar las lineas generales por las que deberia discurrir una respuesta precisa y manejable (aunque no indiscutible) a la pregunta formulada. Se trata del famoso Test de Turing, una prueba para decidir si una maquina es inteligente (o <>). Para ello Turing diseno un juego de imitacion en el que participan una maquina y seres humanos; podemos decir que una maquina piensa si un ser humano que se comunica con la maquina y con otros seres humanos no logra distinguir cuando su interlocutor es una maquina y cuando un humano. Una <> como la que participa en el juego, es un dispositivo ideal de calculo, capaz de resolver una funcion computable --una funcion cuya solucion es susceptible de ser obtenida por un procedimiento mecanico--. Pero lo mas significativo es que Turing demostro que hay una maquina peculiar --la maquina universal de Turing-- en la que se puede representar cualquier maquina que sea capaz de computar una funcion particular. De acuerdo con esto, una maquina universal de Turing seria una especie de sistema operativo en el que se implementan diferentes programas (maquinas de Turing especiales), un poco a la manera en que nos es familiar en los ordenadores personales. La denominada <> como modelo capaz de simular la mente humana y, por ende, el pensar, tiene aqui su fuente.

  • El nacimiento imperfecto de las cosas – Guido Tonelli de Guido Tonelli

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    Tonelli es uno de los investigadores mas destacados del famoso CERN de Ginebra que alberga el acelerador de particulas LHC y contribuyo decisivamente, junto con Fabiola Gianotti, a la confirmacion de la existencia del boson de Higgs, tambien conocido como la <>. Nadie como el para acercarnos de un modo divulgativo y ameno a los grandes temas de la nueva fisica: las particulas elementales, los multiversos, la materia oscura, las ondas gravitatorias, la teoria de la supersimetria o la de la unificacion de las fuerzas fundamentales. Pero este no es un libro divulgativo al uso, Tonelli se revela como un notable escritor y maneja la ironia, la epica e incluso la lirica para plasmar temas que sin la habilidad del autor resultarian abstrusos.

  • La piedra al fondo del estanque de Ghislain Nouvellon

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    Madrid, otono de 1999, una prostituta de lujo aparece muerta y Antonio, solitario pero experimentado inspector de policia, maduro y separado, lo investiga acompanado esta vez de un aprendiz. Pero no parece un crimen sexual, ni fue un robo acabado mal. A Antonio le asusta que se trate de un psicopata, que este sea el primero de una serie de crimenes, pero la verdad sera mas complicada y, dolorosa. Para resolverlo, le ayudara una detective del FBI, una mujer joven y con caracter, que persigue un hombre al que acusa de crimenes similares en EE.UU. Pero Antonio no sabe que debera enfrentarse a sectas satanicas y sobrevivir a lo que parece una conspiracion para, al final, descubrir que son solo los efectos de acciones realizadas en 1945, en un campo de concentracion nazi… Como las ondas que una piedra provoca cuando se la manda al fondo de un estanque...Ghislain Nouvellon, Madrid 1969, presenta su primer libro fruto de un trabajo de ocho anos. Hoy, casado y viviendo en Italia, prepara su segundo libro con el que espera sorprender aun mas el lector que como lo hizo con "La piedra al fondo del estanque".

  • Hermosa Locura (Una amor para siempre 1) de Isabel Acuna

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    Julia Lowell y Nick de la Cruz, jovenes y exitosos estudiantes de dos de las principales universidades de California, tenian un mundo de suenos por cumplir. Cuando el amor llega a sus vidas los sumerge en un apasionado romance. Un terrible malentendido se les cruza en el camino y los llevara por rumbos distintos. Siete anos despues, vuelven a encontrarse. Julia se desempena como jefe de recursos humanos de una importante empresa y Nick es un incipiente empresario en el mundo de la hoteleria. A pesar del tiempo transcurrido, la atraccion flota entre ellos una vez mas. Las cosas no son como antes, ella esta comprometida para casarse. Nick, hombre apasionado y acostumbrado a salirse con la suya, esta dispuesto a recuperar a Julia a cualquier precio. Forzados a compartir tiempo por asuntos laborales, tendran que enfrentar el pasado y el presente. A pesar de que ninguno de los dos ha olvidado su historia de amor, las dudas y el resentimiento no les haran las cosas faciles. ?Les brindara el amor una nueva oportunidad? De la autora de De vuelta a tu amor y Entre el valle y las sombras, llega esta nueva historia de pasiones, contradicciones, erotismo y mucho amor.

  • Pasiones en Bayeux de Beatriz Sobrino De Mingo

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    Diandra es una joven licenciada en arte, una mujer apasionada y valiente, que conoce a la perfeccion secretos y debilidades de otras personas, pero desconoce los suyos propios. Su viaje a Paris nos sumerge a traves de su experiencia, en el gran misterio que encierra su existencia. Otros viven su vida privando asi a Diandra de su felicidad, y disfrutan de algo que solo a ella le pertenece. A traves de museos, sufrimiento y confusion sera conocedora de la unica verdad, la suya, la que dara finalmente sentido a su vida en este mundo. Mediante un sobrecogedor recorrido por la historia de otros descubrira un gran enigma guardado por siglos.

  • Cautiva Del Capitan de Amanda Mariel

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    Boston, Massachusetts, 1818 Prudence Drake inclino la cabeza, mirando fijamente a su padre por sobre la taza de te. --No puedes irte tan pronto. Solo han pasado quince dias desde que llegaste de tu ultimo viaje. Detestaba quedarse sola mientras su padre se hacia a la mar. No habia nuevas aventuras en Boston y, aunque le gustaba su casa, no tenia cabeza para dirigirla. Simplemente tenia que convencerlo de que la llevara con el. El se acomodo en la silla de brocado y cruzo las piernas, taza de te en mano. --Es por negocios, Poppet. Volvere enseguida. Apenas notaras mi ausencia. Con veintiun anos, ya habia pasado largamente la edad de los apodos, sin embargo, todavia le gustaba cuando la llamaba asi. Una pequena sonrisa le asomo a los labios. --Llevame contigo. --Voy a Londres. El cruce puede ser peligroso. No es nada parecido a navegar por la costa de norte a sur como estas acostumbrada. --Por favor… --suplico ella, utilizando su mejor version de ojos de carnero degollado para convencerlo. No voy a dar problemas. Te lo prometo. Durante estos veintiun anos, habian sido solo ella y papa. Su madre habia muerto al dar a luz, y aunque, a veces, habia deseado tener una, siempre anhelaba estar con su papa. Algunos de sus mejores recuerdos eran de navegar con el. Tal vez su vinculo fuera mas fuerte debido al el tiempo que pasaban juntos, solo ellos dos. El hombre se paso una mano por la barbilla. --Nunca causas problemas, Poppet. Sin embargo, tu lugar esta aqui. ?Quien se ocupara de las cosas en mi ausencia, si vienes? --El senor Stratford. Sabe mucho mas sobre el negocio que yo --dijo y puso la taza de te sobre la mesa--. Has estado capacitandolo durante anos. --Cierto… pero me referia a la finca. --Oh, papa, las responsabilidades domesticas no me interesan en lo mas minimo, y tu tambien lo sabes --echo la cabeza hacia atras, desafiante--. Nuestros sirvientes se ocupan de todos los asuntos domesticos. Lo haran igual de bien en mi ausencia. Papa rio entre dientes, los ojos encendidos. --Ya temia que ese defecto te mantuviera soltera. Tenemos suerte de que el senor Stratford te haya encontrado agradable --miro la miniatura de su difunta esposa sobre el escritorio--. Tal vez deberia haberme vuelto a casar. La guia de una mujer podria haberte sido de provecho. --No mires atras, papa. No cuando el futuro es tan brillante. El senor Stratford era un hombre agradable y bastante guapo. Seria un buen esposo. No habia chispa, ni entusiasmo entre ellos, pero el tiempo podria modificar eso. La cortejaba de forma admirable y la colmaba de atenciones, y todo el mundo asumia que pronto le propondria matrimonio. Lo mas importante era que papa deseaba que se casara con el. --Brillante, en verdad. Y una razon mas para que permanezcas aqui. Ella se mordio el labio, al tiempo que una idea estaba tomando forma en su mente. Tal vez… si, podria funcionar. --Papa, si me llevas contigo… eso puede darle tiempo al senor Stratford para echarme de menos. Empujarlo… a que me haga una oferta. --Se inclino hacia el --. La distancia trae carino al corazon, dicen. El hombre lanzo un suspiro de exasperacion. --No tienes intencion de dejar el tema. --No hasta que digas que puedo ir. No me dejes aqui, papa. --Miro en sus viejos ojos verdes, como instando a que diera su consentimiento. El se inclino hacia delante, estudiandola, las manos como en rezo, unidas por la punta de los dedos. --Sera un viaje largo, a veces duro. --Me gusta estar a bordo de una nave. --Ella le dirigio lo que esperaba fuera una sonrisa tranquilizadora--. Y sabes muy bien que se como comportarme. Incluso ayudar, si es necesario. Me has visto escalar aparejos y reparar fugas. Estoy mas en casa en un barco que aqui. La idea misma de administrar la finca hizo que quisiera salir navegando en ese instante. Nunca habia sido buena para dar ordenes a los sirvientes, planificar eventos sociales, ni comprar suministros, entre otras cosas. El ama de llaves siempre hacia esas tareas. Prudence habia hecho un intento real de aprender el manejo del hogar, pero nunca habia sobresalido en la tarea. --Los camarotes son pequenos. Mucho mas pequenos que en los que has estado anteriormente --tomo un sorbo de te. --No necesito mucho espacio. Yo tambien soy pequena. --Trajo las piernas contra su pecho y envolvio los brazos alrededor de ellas para demostrarlo. Un camarote pequeno era preferible a quedarse atras, y no habia mentido. No necesitaba mas una habitacion grande, que cintas y volantes. Su padre dejo la taza de te a un lado y la estudio. --?Estas dispuesta a compartir un camarote con tu doncella? Su corazon latio con fuerza. Habia ganado este round. El brillo en los ojos de papa se lo dijo. --Louisa ha estado conmigo tanto tiempo que se ha convertido en una amiga. Sera una feliz aventura. La mirada de su padre, un tanto dura, se suavizo. --Muy bien. Puedes acompanarme. Que Louisa haga empacar tu baul y esten listas para abordar al amanecer. Prudence se puso en pie, se dirigio a su lado y lo beso en la mejilla. --Gracias. No te arrepentiras. --Rezo por eso, Poppet --le dio unas palmaditas en la mano enguantada--. Ahora, ala, nina --Buenas noches, papa. --Prudence camino hacia la puerta a paso vivo. --Dulces suenos, mi amor. --Solo los mas dulces. --Ella le sonrio por sobre el hombro--. Y manana… los viviremos. Capitulo 1 Oceano Atlantico, 1818 --!Barco a la vista! --El aviso descendio desde la cofa. Jasper Blackmore levanto el catalejo para mirar. Lo que vio, hizo que el entusiasmo le corriera por la sangre. Una balandra pirata, y a juzgar por la actividad en la cubierta, habia visto batalla recientemente. --Es la Black Dawn, y se la ve cargada. --Le paso el catalejo a su condestable, Reed Hawkins--. Echa un vistazo. Parecia que habia pasado casi una vida desde que Jasper dejara la finca ducal familiar para luchar contra Napoleon. Nunca se habria imaginado en aquel entonces que se convertiria en un pirata, destinado a surcar los mares llenos de despiadados asesinos junto a su primo, Hawkins, como su mano derecha. --Parece que encontramos un objetivo, capitan. --Hawkins bajo el catalejo y esbozo una sonrisa astuta--. Deberian de ser presa facil. El mastil parece estar danado. --Jasper miro de nuevo. -- Y parece que tambien nos estan observando. Habia tenido tratos con la Black Dawn en el pasado. Era un grupo repugnante que no se oponia a matar a inocentes. Hoy no permitiria que escaparan. No le gustaba matar a otros hombres -ciertamente no lo hacia-, pero despues de todo lo que habia visto y sufrido, no permitiria que la tripulacion de la Black Dawn presenciara otro amanecer. Su mente volvio a sus dias de corsario para la corona. Los gritos de sus hombres heridos y moribundos despues de que la tripulacion de la Black Dawn los atacara. Habian estado debiles, habian sufrido danos en una escaramuza anterior y estaban escasos de polvora para las armas. Los hombres de Jasper habian dado todo en la lucha, pero, al fin, mas de la mitad de la tripulacion se habia ido a reunir con su creador. Hawkins asintio con la cabeza. --Los superamos en poder de fuego y en numero. Comencemos la persecucion. Jasper se volvio para dar ordenes a su tripulacion. --!Tripulacion, a sus puestos! !Vamos por la Black Dawn! !Cargad los canones de estribor y poned a Styles al frente! Styles Wither era el mejor artillero que Jasper hubiera tenido el placer de comandar jamas. Con la velocidad de su barco y su tripulacion experta, todavia tenian que enfrentarse a un enemigo al que no pudieran conquistar. Hoy no seria diferente. Ganarian la batalla y se beneficiarian de ella. Cerro los dedos con firmeza sobre la empunadura de su alfanje, mientras la anticipacion de la batalla calentaba su sangre. Esto era por lo que vivia: el mar abierto, la camaraderia de sus hombres y la excitacion de la batalla. El hecho de que el camino elegido irritara a su padre solo endulzaba las cosas aun mas. En cuanto al duque, Jasper dejo de existir cuando peleo con su hermano mayor despues de que la mujer que estaba cortejando, la senorita Anna, lo abandonara por el primogenito heredero. El padre habia ordenado a Jasper que se inclinara ante su hermano, olvidara la traicion y se comportara como correspondia a un segundo hijo. Eso no sucederia. Jasper dejo su casa y nunca miro hacia atras, aunque mantuvo correspondencia con su madre y su hermana. El duque debia de estar muy enojado con su hijo, el pirata, hecho que le convenia perfectamente a Jasper.

  • Vivir en las nubes anuncia tormenta de Carolina Levi

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  • Los placeres del poder de Candis Benitez

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    Poder
    Dinero
    Placer
    Amor

  • El recuerdo de tu voz de Sandra Gabriel

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    L Prologo os Angeles. Marzo de 2000. --!Dejalo, Ryan! !Lo vas a matar! --exclamo la nina. --Eso no sera nada comparado con lo que se merece --replico el sin dejar de dar patadas al nino, que estaba hecho un ovillo en el suelo en un intento de protegerse de los golpes. --Si dejas de pegarle para que pueda hablar, seguro que me pide perdon --sugirio ella en tono razonable. Eso hizo que se detuviera. Se aparto del nino, que yacia en el suelo, y le interrogo con rabia: --?Es eso cierto, Scott? ?Le vas a pedir perdon? Este asintio mientras sollozaba. Se levanto a duras penas y les miro asustado. --Perdoname, Katy --gimio con voz lastimera--. No volvere a decir nada sobre tus tet... --se interrumpio al ver la mirada asesina que le lanzaba Ryan--... pechos. No volvere a decir nada sobre tus pechos. Una vez ofrecidas las disculpas, echo a correr antes de que Ryan cambiase de opinion y siguiese con su paliza. Katy se cruzo de brazos avergonzada mientras le veia alejarse. Solo tenia diez anos, pero su cuerpo ya se habia desarrollado como el de una mujer y eso hacia que en ocasiones tuviese que aguantar ciertas bromas de mal gusto por parte de algunos ninos. --No te volvera a molestar --afirmo su amigo al ver que Scott huia con el rabo entre las piernas. Se sentia muy orgulloso de si mismo. Detestaba a aquel mocoso y habia disfrutado dandole una paliza. Con catorce anos era solo un par de anos mayor que Scott; sin embargo, por su aspecto fisico aparentaba mas edad. Ya alcanzaba casi el metro ochenta de estatura. Eso, unido al hecho de ser el hijo de Stefano Spositto, uno de los hombres mas peligrosos de la ciudad, hacia que tuviera muy pocos amigos; por eso valoraba tanto su amistad con Katy y la protegia. Era la unica amiga de verdad que tenia. Pese a que su padre y el de Scott eran socios de negocios, disfrutaban enfrentandolos. Eso habia hecho que ambos se odiaran profundamente. Cuando le contara a su padre lo que habia hecho, estaba seguro de que le felicitaria. Katy, a su vez, le miro molesta por sus acciones. Agradecia que la defendiese; lo que no le gustaba eran los metodos que utilizaba para ello. Trato de tranquilizarse y hacerle comprender que esa no era la manera correcta de actuar. Sabia que para el era dificil darse cuenta de que la violencia no era la solucion a todos los problemas, ya que su padre le habia inculcado que asi era como se resolvia todo. Ser una nina no le impedia ser consciente de la realidad que la rodeaba. Todo el mundo sabia que entre Stefano Spositto, el padre de Ryan, y Luca Maltesse, el padre de Scott, controlaban el trafico de drogas, la prostitucion y los juegos de azar de toda la ciudad. Su propio padre era participe al ser el contable del padre de Ryan, asi que, a pesar de que trataba de mantenerla lo mas alejada posible de todo ello, el hecho de vivir en la misma casa que Ryan hacia que fuese imposible que no supiera lo que ocurria a su alrededor. Sabia que lo que acababa de suceder iba a ocasionarle problemas a su amigo. No solo por haber atacado al hijo de Luca Maltesse, sino por defenderla a ella. Stefano Spositto era un sociopata que disfrutaba maltratando y torturando a su propio hijo. A Katy le dolia el corazon cada vez que tenia que ser testigo de ello, cosa que sucedia bastante a menudo. --No puedes darle una paliza a cada nino que me diga algo que me moleste --le dijo en un intento de que comprendiese que esa no era la manera correcta de actuar. --?Como que no? --replico el con altaneria--. Tienen que aprender que no pueden molestarte. --No puedes resolverlo todo a traves de la violencia --trato de razonar ella. --Si que puedo. --Estaba molesto porque no le agradeciera lo que habia hecho por ella. Se paso las manos con los punos despellejados por su pelo negro desalinado y la miro desafiante al clavar sus oscuros ojos en ella. --No dejare que nadie se meta contigo. Eres mi mejor amiga. Katy sintio como su corazon se calentaba ante sus palabras. No se podia creer que en verdad fueran amigos. El no lo sabia, ya que ella jamas se atreveria a confesarselo, pero en los ultimos meses comenzaba a tener sentimientos, deseos… cosas que la confundian, la hacian sentir extrana y le generaban mariposas en el estomago cada vez que estaba con el. --Ryan... --Por un segundo penso en preguntarle si a el le pasaba lo mismo. No sabia si era normal tener esos pensamientos y solo podia recurrir a el para preguntar. Ninguno de los dos tenia madre, ya que ambas habian muerto hacia ya muchos anos. Esa era una de las primeras cosas que les habia unido cuando se habian conocido, cruzando la barrera de la diferencia de edad. --A veces… --no se atrevio a formular en voz alta sus pensamientos. Se moriria de verguenza si el se reia de ella. Eran amigos, si bien el hecho de que fuera cuatro anos mayor que ella hacia que se diera cuenta de que para el era una nina. Cuando estaban juntos y la miraba con ese orgullo, como si hubiese realizado una gran hazana, o cuando se presentaba frente a ella con ese aspecto desalinado, hacia que no se sintiera como una nina, sino… diferente. En momentos asi le gustaria besarlo y que el la besase a ella. --?Que pasa? --la interrogo el al ver que le miraba de una forma extrana--. Estos dias estas muy rara. --Na...na... nada. --tartamudeo avergonzada de que pudiera leer sus pensamientos mas intimos--. Vamonos a casa. El miro la mano que ella le tendia y se la cogio con una sonrisa. Durante unos instantes habia temido que se enfadara por haberle dado una paliza al gilipollas de Scott. ?Como se atrevia ese imbecil a poner su sucia mirada en los pechos de Katy? !Era una nina! Menudo cerdo. Habia disfrutado al golpearle. Cuando se lo contara a su padre tendria que mentirle sobre el motivo de la disputa, ya que si descubria que habia sido por Katy no creia que le gustara. Hasta el ano pasado habia tolerado y permitido su amistad; vivian en la misma casa y, teniendo en cuenta que no se le permitia tener amigos entre sus iguales, era logico que Katy y el se hubieran hecho cercanos; no obstante, de un tiempo a esta parte su padre habia empezado a insinuarle que se alejara de ella. Decia que le ablandaba. Aun le escocia la espalda por la ultima leccion que le habia dado al respecto. Miro a su amiga y su pequena mano entrelazada con la suya. Por mas que le hiciera o le dijera su padre, no pensaba renunciar a ella. Contemplo los rubios cabellos de Katy, que descendian en cascada por su cintura y, por un momento, deseo acariciarlos, que girase su rostro hacia el y le mirase con esa dulzura con la que siempre lo hacia. Le hacia sentirse mejor persona, casi como si fuera bueno, a pesar de que sabia que era mentira. Nunca seria bueno y nunca se la mereceria. L 1 os Angeles. Veinte anos despues. Ryan miro su reloj con impaciencia. Eran las diez y cinco y se suponia que su novia Brooke tendria que estar en la casa para cenar con el. Habia llamado varias veces tanto a ella como a Drew, el hombre que habia contratado para protegerla y ninguno le habia cogido el telefono, lo que le molestaba y le parecia una falta de respeto. Sus hombres sabian que debian atenderle siempre las llamadas. Para eso les pagaba tan bien; para que estuviesen disponibles las veinticuatro horas del dia. En cuanto a su novia, sabia que detestaba que le hicieran esperar. --Me habias dicho que sirviera la cena a las diez y ya han pasado. ?Esperamos mas por tu invitada o cenaras sin ella? --quiso saber Mary, el ama de llaves, que esperaba instrucciones en la puerta del comedor. Se giro para hablar con ella y sintio que su mal humor se atemperaba un poco. Mary era una de las pocas personas que apreciaba en esta vida. Rondaba la cincuentena, de figura algo rechoncha y abundantes canas que salpicaban sus negros cabellos, era como la madre que nunca habia tenido. Habia temido que tras la muerte de su padre, dos anos atras, hubiera decidido irse, pero no lo habia hecho y se lo agradecia. Dirigia la casa desde hacia tantos anos que no se imaginaba vivir alli sin ella al frente. Habia entrado en su vida siendo nino y el poco calor humano y bondad que habia recibido habia provenido de ella. Tanto Katy como el la habian amado como si se tratase de su propia madre. El recuerdo de Katy le produjo, como siempre, un dolor sordo en el corazon. Se froto el pecho de forma distraida para aliviarlo, a pesar de saber que de nada serviria. --Ya deberiamos estar cenando --replico enfadado, en un intento de distraer sus pensamientos. Mas valia que Drew tuviera una buena excusa para explicar por que cojones no estaba alli con Brooke. Habia planificado una velada tranquila que incluia cenar, echar un polvo y luego permitir que ella se quedara a pasar la noche. En el preciso instante en el que cogia el movil para llamar de nuevo a su hombre, este comenzo a vibrar, pero el nombre que aparecio en la pantalla no fue el del guardaespaldas de Brooke, sino el de Steven, su segundo al mando. --Steven --exigio en el momento que descolgo el telefono--. Averigua donde cojones se ha metido Brooke y por que ni ella ni Drew me cogen el puto telefono. --Jefe... Tenemos un problema... Oir como su hombre dudaba al hablarle hizo que sintiera cierta inquietud. Tuvo el presentimiento de que en ese instante averiguaria el motivo por el que no habian aparecido. --?Que ocurre? --demando saber con frialdad. --Sera mejor que venga. Tenemos un problema muy gordo.

  • La primera entre los hombres (La medica de las mujeres 2) de Rosaura Hernandez Soto

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    Tras llegar a Alejandria, Agnodice debera enfrentarse a un futuro peligroso e incierto. Travestida de hombre, su unica opcion para poder lograr su sueno de estudiar Medicina, debera hacer frente a los recelos y envidias de sus companeros de estudios. Pero tambien se rodeara de nuevas y relevantes personalidades, como Herofilo de Calcedonia o Erasistrato de Ceos, que la ayudaran a madurar en el mundo de hombres al que ahora ella pertenece. Entre tanto, tendra que desenterrar sentimientos escondidos en el fondo de su alma cuando un enigmatico hombre aparezca en su vida para hacerle el camino un poco mas dificil.

  • Vientos de Escocia de Miranda Bouzo

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  • A lo lejos de Hernan Diaz

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  • Perdido en las olas de Javier Romero

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    Tristemente, la historia de Pau es muy comun en nuestros dias. Ninos que, un dia si y otro tambien, son el dano colateral de una violencia de genero grabada a fuego en nuestra sociedad y que se ha convertido en el pan nuestro de cada dia. Ninos que no creen en la fantasia y que ven como su infancia se trunca por un amor enfermizo y que, en la mayoria de las ocasiones, ni tan siquiera pueden disfrutar.

  • Atrapada contigo de

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    Seis amigos. Tres parejas. Una serie erotica epica. Te volveras totalmente adicta a esta nueva serie.

  • Una fiebre de ti mismo de Gonzalo Torne

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    Una antologia que reune los grandes nombres del romanticismo ingles.

  • Asesinato en directo de Mary Higgins Clark

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  • Abadon: Juicio y castigo de Anna Simon

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    Anna Simon narra el drama psicotico de un ex sacerdote catolico, que a la postre se convierte en un adinerado e importante hombre de negocios en la ciudad de Mexico, D.F.
    Mariano Ordaz, protagonista principal de esta inquietante y controversial novela, esconde un oscuro pasado lleno de horripilantes sucesos.

  • TAREK (Genesis 2) de Maricela Gutierrez

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    Cada libro perteneciente a esta serie es autoconclusivo y se podra leer de manera independiente.

  • la muneca tatuada de Abigail Villalba Sanchez

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    “A veces, ni siquiera yo se quien soy, ni que me trajo aqui. El tiempo pasa a mi alrededor como un velo de lluvia llevado por el viento, como un susurro gritado a la nada. Pero estoy aqui, guardando un secreto que nadie quiere conocer, que a nadie le interesa. Estoy sola, completamente aislada en la negrura y, sin embargo… continuo esperando. ?Que espero? No lo se. ?A quien? Tampoco. Solo tengo la certeza de que, al final, tras los dias que escapan por mi ventana llegara algo, y ese algo, cambiara mi vida” Ara releyo las lineas que estaban escritas en la pared. Tras dos largas semanas de busqueda, habia encontrado la puerta que daba a esa habitacion. Por fin. Apenas se habia fijado si algo era diferente a la primera vez que habia entrado, pues lo unico que le interesaba era saber si aquellas frases seguian alli. Suspiro profundamente y las acaricio con la yema de los dedos, con dulzura. A pesar del tiempo que habia empleado en investigar sobre ellas, no habia encontrado nada que arrojara un poco de luz sobre su misterio. Incluso habia buscado mas letras en su habitacion, Aun sabiendo que en esas cuatro paredes no habia nada de interes. Era frustrante y, a la vez, emocionante. De hecho, era lo unico emocionante que habia alli. --?Quien demonios eras? --pregunto, en un susurro y arrastrando las silabas, como si le costara vocalizar. Carraspeo, sacudio la cabeza y dejo su voz escondida en un rincon, apartada para otro momento. Despues se sento en el suelo y apoyo la espalda en la pared, justo al lado del parrafo. Sus ojos violetas se entrecerraron, mientras luchaban contra el polvo que ella misma habia levantado. Intento no toser pero, tras un incomodo momento, su pecho se contrajo dolorosamente en una serie de espasmos. Poco a poco, el polvo se asento y Ara consiguio tomar un poco de aire, pese a que este no era el mejor. Efectivamente, la habitacion seguia tal y como ella recordaba: mas pequena que el resto, pintada en un brillante tono azul y decorado con pequenos elefantes amarillos. Aparentemente, la habitacion de un nino. Pero ?por que parecia que ese nino nunca habia nacido? Todo estaba sin usar, impecable… salvo por la gruesa capa de polvo que cubria todo a su alrededor. Tras unos segundos de completo silencio, en los que ni siquiera ella se atrevio a pensar, Ara se levanto y deambulo por la habitacion, como si fuera la primera vez que lo hacia. Observo cada detalle, cada minuscula particula que conformaba ese pequeno y extrano universo. Acaricio los juguetes pulcramente colocados en la estanteria, y sonrio cuando noto en ella una inesperada ola de carino y esperanza. Ignoraba por que, pero aquellos sencillos elementos llenaban su mente de musica, de risas y de un incontrolable anhelo. No era la primera vez que le pasaba, asi que desecho como pudo los sentimientos y continuo con su escrutinio, esta vez, para acercarse a la cuna. Nunca antes lo habia hecho pero, como de costumbre, ignoraba por que. Quiza fuera porque las letras la habian llamado mas la atencion o, simplemente, porque le daba miedo encontrarse algo alli que no quisiera ver. Esa vez, sin embargo, impulsada por esa repentina necesidad de saber mas, se acerco y aparto el cobertor de seda azul con toda la lentitud del mundo. Y la vio… Y grito. Como si la poca voz que le quedaba quisiera escapar. En la cuna habia una muneca, una pequena, desnuda y con los ojos abiertos. Y en su frente, bajo el pelo rubio, habia dos palabras escritas, dos palabras que a ella se le tornaron eternas, hermosas y siniestramente vacias. Porque, ?quien se atrevia a decir “te quiero” a alguien que, en realidad, no existia? *** Ignoraba cuanto tiempo habia pasado desde que cerro los ojos. ?Una, dos horas? ?Quiza mas? La oscuridad rodeaba todo lo que tenia al alcance de la mano, incluso el reloj que marcaba las cinco y media de la manana. Enzo se estremecio cuando el frio acaricio sus brazos desnudos y su rostro, apenas despierto. Somnoliento, se paso la mano por la barba de tres dias que nacia en su menton y despues, bostezo sonoramente. No recordaba cuando se habia quedado dormido, ni siquiera recordaba haberse desnudado. Fruncio el ceno, se rasco la nuca y contemplo el reflejo de la television encendida, justo frente a el. Una pelicula porno brillaba en la pantalla, aunque sus gemidos baratos quedaban ahogados por el silencio de la habitacion. Ignoro por completo la pelicula y cogio el mando que reposaba junto a su cadera, apenas cubierta por la sabana. Aun asi, no fue consciente de que los canales pasaban ante sus ojos, en un vano intento de venderse a el, a sus ojos y a ese bolsillo que, cada dia, se llenaba de mas billetes. En realidad, su mente estaba muy lejos de alli, oculta en un lugar al que nadie queria entrar, ya que podian perderse tanto como el lo estaba haciendo. Al cabo de un rato, Enzo suspiro, cerro los ojos y se levanto. Era evidente que no podia dormir y, si podia evitarlo, no iba a perder el tiempo. Cogio de la silla sus pantalones de traje, su camisa blanca y una corbata que le gustaba bastante. Despues se paso una mano por el pelo, dejo que este se alborotara bajo ella y se puso los zapatos. Justo en ese momento, su movil, que habia quedado relegado a uno de los bolsillos, vibro con insistencia. --?Si? --pregunto, con suavidad. --?Papa? ?Eres tu? --Una voz sutil, apenas un silbido, atraveso la barrera del sueno y le hizo despejarse. --?Ocurre algo, princesa? --Enzo suspiro profundamente y se detuvo junto al ascensor. Una triste sonrisa se dibujo en sus labios, como tantas veces a lo largo de esos dos meses. --No… o si, no lo se. --La voz de la pequena parecio titubear, porque casi desaparecio--. La abuela dice que no vas a volver hasta dentro de mucho. ?Es verdad? Enzo se estremecio con fuerza al notar la tristeza implicita en esa frase, una desolacion tan arrolladora como la que el mismo cargaba. Trago con fuerza, carraspeo y se obligo a dar un paso mas, a seguir adelante a pesar de todo. --Volvere, Adriana. No se cuando, pero lo hare lo antes posible --contesto, sin ser capaz de mentirla--. ?Te ha explicado la abuela por que no estoy alli? ?Por que tengo que quedarme aqui? El silencio parecio alargarse durante lo que solo fueron unos segundos. Casi podian escucharse las dudas de la pequena hacerse palabras. --No demasiado bien. Dice que tienes una mision, como los heroes que salen en la tele --susurro, emocionada--. ?Es verdad? --Es verdad, si. Pero no soy ningun heroe de la tele --contesto, en el mismo tono cadente y dulce de la nina--. Solo soy un hombre que hace lo que tiene que hacer. De nuevo, el silencio se apodero de la conversacion. Ninguno dijo nada durante unos momentos, hasta que Enzo cayo en la hora que era. Tomo aire y lo solto con un suave bufido. --?Te has dado cuenta de la hora que es, canija? ?No deberias de estar en la cama? -- ?Si? Oh. --Adriana dejo escapar una carcajada llena de dulce picardia--. Ahora voy, promesa. --?Promesa de verdad? --!De la buena! Enzo sonrio, como solo el podia hacer en esos momentos: calmadamente, con suavidad, con paciencia. Con carino. Su corazon acelero sus latidos hasta que resonaron sobre el ruido del ascensor al llegar, sobre el ultimo silencio de la conversacion. Suspiro, aferro el telefono con mas fuerza y apreto la mandibula hasta que esta crujio. Como echaba de menos estar con ella. Como anhelaba volver atras en el tiempo, a esos estupidos momentos en los que sus brazos no eran el unico refugio. Como deseaba regresar a ese ideal que mantenia vivo en su cabeza, cual frenetica llama a punto de morir. Como dolia la cruda verdad. --?Adriana? --susurro, con la voz rota. --?Si, papa? --Te quiero. --?Estas…llorando? --pregunto, con tanta tristeza que el sintio como se le encogian las entranas de puro desasosiego. --No, carino. Los heroes no lloramos --contesto y tras dejar que una lagrima desbordara sus ojos, colgo. *** Hacia un frio horrible en aquella habitacion y Ara no tardo en ser consciente de ello. Se cruzo de brazos, se mordio el labio inferior y observo, de nuevo, la dichosa muneca que habia trastocado su mundo en tan solo unos segundos. ?Cuanto llevaba alli? ?Y por que? ?Era para ella o, simplemente, pertenecia a esa habitacion, como todo lo demas? Frustrada, se aparto de la cuna unos pasos y miro a su alrededor, sin saber bien donde posar sus ojos. De pronto, alli donde posaba su mirada veia algo nuevo, algo inquietante que hacia que su corazon latiera desbocado. Incluso el espejo que la reflejaba, con sus perfectas grietas a los lados, le parecia distinto. Ara se estremecio cuando el miedo que llevaba por dentro amenazo con salir mas deprisa de lo que ella podia soportar. La sensacion de que todo se le iba de las manos no fue tan fugaz como pensaba porque permanecio con ella incluso cuando, momentos despues, decidio salir corriendo. Hacia anos que no recurria a eso y hacia incluso mas que no huia de nada. Al menos, no estando despierta o consciente. El resto… bueno, con el resto de los miedos no podia hacer nada, porque incluso ella sabia que en las pesadillas no habia una manera justa de lucha. El pasillo parecia infinitamente largo y oscuro, lo cual era curioso, porque estaba perfectamente iluminado por pequenas lamparas de pared que apenas titilaban. Como siempre, las puertas se sucedian unas a otras: hechas de madera, de cristal, acero. Habia puertas desvencijadas, rotas, nuevas… cada una cerrando la entrada a un secreto que, tarde o temprano, descubriria. Sin embargo, y aunque su curiosidad innata la llevaba a querer abrirlas todas, esa vez solo se detuvo al llegar a una puerta en concreto. Una discreta, blanca y limpia, con un brillante veintidos anclado en ella. Ara suspiro freneticamente, abrio la puerta y volvio a cerrarla tras de si. Poco a poco sus latidos fueron tranquilizandose, hasta que se convirtieron en un murmullo apenas tapado por el ronco sonido del ventilador que giraba en el techo de la habitacion. Alli se iniciaban sus recuerdos, precisamente en aquella habitacion. Podria decirse que, de alguna manera, todo habia empezado alli, aunque no entendia ni como, ni por que. De aquel lugar, con sus paredes pintadas en verde y con aquellas cortinas blancas que rozaban el suelo, solo podia decir cosas buenas. --Por fin en casa --susurro quedamente, mientras se quitaba la fina camiseta de manga larga y la dejaba en el respaldo de una silla, donde se podian ver otro monton de prendas apiladas. Nadie contesto a su timido saludo aunque ella tampoco esperaba respuesta. Ignoraba el tiempo que llevaba alli, pero nunca se habia encontrado con nadie mas, aunque tenia la certeza de que no estaba sola. ?Como iba a estarlo, a fin de cuentas? Tendria que ser tonta para creer que toda la comida, el agua y la ropa aparecian por arte de magia. Alli, en algun lugar, habia alguien mas y era cuestion de tiempo que le encontrara. Ara sonrio brevemente cuando la conocida sensacion de bienestar acaricio su piel erizada. Obvio la television apagada y los relojes que marcaban las seis de la tarde, y despues, tras acariciar el lomo de los libros que se acumulaban en la mesilla, se dirigio al bano contiguo. Adoraba la rutina del dia a dia, a pesar de todo: despertar, sonreir, descubrir que habia tras la siguiente puerta. Despues, regresar a aquella habitacion, perderse en la dulzura del agua caliente… y esperar al dia siguiente. Era agradable, aunque una tarea solitaria que, poco a poco, mermaba su espiritu. A veces, no podia evitar hacerse preguntas mientras el agua mecia sus caderas llenas de cicatrices, rojizas, que parecian recientes. ?Por que ella? ?Por que alli? ?Por que siempre tenia la sensacion de que su vida era un sueno inconcluso? Pero las respuestas nunca llegaban, o al menos, ella nunca sabia interpretarlas correctamente, lo que era realmente frustrante.

  • Una carta en mi buzon (En papel 2) de Elena De La Cruz

    https://gigalibros.com/una-carta-en-mi-buzon-en-papel-2.html

    Adriana vive con el miedo de que su acosador la alcance. Carlos sobrevive a la decepcion y el abandono de la mujer de su vida. Dos almas heridas que se encuentran y se ofrecen su amistad para salir a flote. Cuando la relacion entre ambos empieza a cambiar, un accidente trastocara sus vidas y los hara aun mas vulnerables. Solo la fuerza de sus sentimientos decidira su futuro.