• libro con un par de huevos - Joan Antoni Miro

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    La tortilla es un plato divertido y agradecido de preparar con el que se puede hacer volar la imaginacion, ya que permite infinidad de combinaciones y formas en su elaboracion. Este recetario agrupa gran parte de las recetas que, a lo largo de cuarenta anos, Joan Antoni Miro ha preparado a diario en su tortilleria, ahora a disposicion de todo el mundo.

  • CON UN PAR DE HUEVOS | JOAN ANTONI MIRO - Casa del ...

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  • Con un par de huevos - Joan Antoni Miró | PlanetadeLibros

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    12 feb 2019 — El libro incluye una selección muy variada de tortillas, desde las más clásicas a las más creativas: de calçots con salsa romesco, de croissant ...

  • Con Un Par De Huevos: Pasión Por Las Tortillas - Agapea

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  • con un par de huevos - Librería Sinopsis

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  • Con Un Par De Huevos - TROA Librerías

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  • El tren de la medianoche de Haizea Lopez

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    Jake espera pasar unas tediosas vacaciones de navidad en casa de su tio, pero desconoce que terminara sumergido en una misteriosa aventura llena de enigmas que tendra que resolver. Cada medianoche, el tren de las almas olvidadas aparecera en la antigua estacion de ferrocarriles abandonada para recogerle y mostrarle que todos en esta vida merecemos una segunda oportunidad.
    Una historia repleta de intrigas y aventuras que atrapara al lector.

  • Introduccion a Teresa de Jesus de Cristina Morales

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    Corre 1562 y Teresa de Jesus, a sus cuarenta y siete anos, esta alojada en el palacio de Luisa de la Cerda en Toledo. Consuela a su anfitriona de la melancolia provocada por la muerte de su esposo, espera a que prospere la fundacion de su nuevo convento y se dedica a escribir un texto destinado a convertirse en una obra decisiva en el nacimiento del genero autobiografico, El libro de la Vida, que debera complacer a sus superiores eclesiasticos y defenderla ante sus detractores.
    Pero… ?y si la santa hubiera redactado en paralelo otro manuscrito, un diario mas intimo, no destinado a complacer ni a defenderla ante nadie, sino a evocar su vida pasada y tratar de explicarse como ser humano? Eso es lo que imagina Cristina Morales, dando voz a una Teresa, si no libre de ataduras y compromisos, si consciente de ellos y contra ellos luchando. Una Teresa que se busca en sus recuerdos y se autoexplora en su escritura: evoca su infancia con juegos de romanos y martires, los padecimientos y humillaciones de su madre en sus multiples embarazos, su vida entre la disciplina y la rebeldia, su destino como mujer en una sociedad pensada por y para los hombres…
    <>
    El resultado es la sugestiva reinvencion de una figura imprescindible de la literatura universal, escrita desde la libertad y la radicalidad que la propia Teresa de Jesus represento.

  • Castigos justificados (Bergman 5) de Hans Rosenfeldt , Michael Hjorth

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    Una estrella de television es hallada muerta de un tiro a la cabeza en una escuela abandonada. Su cuerpo se encuentra de cara a la pared y, atadas a una silla del aula, unas hojas de examen. A juzgar por el numero de respuestas incorrectas, la victima suspendio el examen mas importante de su vida.
    Este horrible asesinato es el primero de una serie de muertes que tendran como victimas a personajes famosos. La Brigada Criminal de Torkel Holgrund se encargara del caso y solo gracias a la pericia de Sebastian Bergman lograran, siguiendo las pistas halladas en chats de internet y en cartas anonimas publicadas en los periodicos, resolver el misterio.

  • Mientras llueva de Teresa Viejo

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    <>: esa es la frase que retumba desde la cabeza al corazon de Alma Gamboa Monteserin, una mujer en fuga a la que nadie persigue. Es el invierno de 1946 y Alma viaja a la casa de sus antepasados donde, en vez de la paz que tanto necesita, le espera, ineludible, una revelacion trascendental.

  • Sonrie, mi amor, en la Toscana de Silvia Garcia Ruiz

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    Dominic Norton es un famoso fotografo que acaba retirandose por las criticas de Luca Rossi, un modelo italiano. Evie, que siempre ha querido ser fotografa como su padre, jura vengarse del modelo y lo contrata para una serie de campanas con el fin de ridiculizarlo. Pero lo que no sabe es que el hombre al que esta perjudicando no es Luca sino su hermano gemelo Angelo, que ha accedido a ayudarlo como tantas otras veces.

  • Misterioso amor de Alex Vera

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    --Voy en camino --dije, tenia ambas manos en el volante y la pieza del Bluetooth en mi oido. --Date prisa, por favor --contesto mi padre en voz baja--. Algo no esta bien, Marcial. Hay una mala… --Se interrumpio--. Y no se… --Papa se quedo completamente callado, quite las manos del volante y me estire en el asiento. --?Papa? ?Papa, hola? ?Puedes oirme? Pero ya no estaba. Y yo, me encontraba atrapado en un maldito ferry camino a Nantucket sin nada mas que preocupacion por esa llamada. Eso no era propio de el. Mi padre era una roca. Mentira, ni siquiera era una roca, era acero. El hombre me habia criado, por el amor de Dios. En toda mi vida nunca me habia pedido ayuda, y ahora, el dia que me pide ir a conocer a mi nueva madrastra y hermanastra, me hacia esa llamada ?Sonaba asustado? ?Donde estaba su rudeza habitual? --Joder --murmure, y saque el auricular de mi oreja, lo que hizo que me picara instantaneamente--. Ahhhhh --grite, y lo arroje al asiento del pasajero de mi Audi. Abri la puerta y sali del auto para buscar a alguien que me explicara que diablos estaba pasando. Un tipo con un uniforme de marinero cursi se paseaba entre los demas vehiculos, observando y anotando las matriculas en un portapapeles y sonriendo a la gente sentada dentro de ellos. --!Hey, tu! --grite. Varias cabezas se voltearon hacia mi. El marinero tambien levanto la vista --. Si, tu, ?cuanto falta para que esto termine? --Quedan quince minutos de viaje, senor. --Quince minutos --Saque mi billetera y se la menee como si fuera una delicia--. Que sean cinco y te dare mil dolares. El hombre volteo los ojos de tal manera que solo se veia lo blanco de ellos. --?Senor? ?Tartamudee? --No, senor, pero me temo que no puedo cambiar el rumbo ni la velocidad del ferry. Esta en nuestra pagina web, senor. El viaje dura dos horas y quince minutos, en total. --Dos mil dolares --le conteste igualmente, y saque algunos billetes para probar que hablaba en serio. La suave brisa, el olor del oceano, la hermosa vista del dia en este verano, todo se me escapaba. --Senor, no puedo hacer que el ferry vaya mas rapido. Tendra que esperar --dijo el hombre. Bueno, mierda. Esa era la primera vez que me rechazaban una oferta asi. Habia sido rico la mayor parte de mi vida, y alcance a serlo mucho mas trabajando en tecnologia y bienes raices, despues de dejar la casa de mi papa. Segun mi experiencia, el dinero lo compraba todo, incluyendo viajes mas cortos a traves del oceano. Me sente de nuevo en mi auto, refunfunando en voz baja. A pesar de todo, alcance mi movil nuevamente y llame al telefono de mi padre. No contesto. Probe llamar al telefono fijo despues, apretando los dientes a traves del incesante zumbido. --Vamos --murmure--. Contesta, papa. La culpa me envolvio. Habia estado lejos de el ultimamente. Lo habia dejado esperando muchas veces. Incluso venir a conocer a su nueva esposa e hija esta semana habia sido una tarea casi imposible para mi, y ahora esto estaba sucediendo. Finalmente, el ferry atraco, y me dirigi hacia la larga calle que se unia con Cliff Road y terminaba en direccion a North Shore. O al menos, la parte de North Shore donde estaba ubicada su mansion. Sentia la tension acumularse y recorrer mi columna vertebral. Esto no era normal. Estaba en peligro. Tranquilo, imbecil. El esta bien. Mi padre no tenia ningun enemigo. No era como yo, en ese aspecto. No habia ninguna razon para que estuviera en peligro. Mis manos sudaban al volante, mi pie presionaba impaciente el acelerador. Me gustaba tener el control todo y no esperaba a que nadie mas hiciera algo. Estaba en mis manos, y asi era como me manejaba. Me acerque al camino de entrada de la mansion, y me incline hacia adelante. Mierda. Mi mirada viajo desde el camino hacia el cielo, una y otra vez. Senti un vacio en mi estomago. Una columna de humo negro se elevaba en la distancia. No. No puede ser. !Carajo! Hundi el pie en el acelerador, resbalando en el camino que conducia a la casa. Luces parpadeantes aparecieron en mi espejo retrovisor y un camion de bomberos se acercaba detras de mi. Acelere mucho mas y atravese con el Audi las rejas de entrada a la propiedad. La mansion estaba al final de un largo camino de grava. El fuego vivo serpenteaba desde las ventanas abiertas en el ultimo piso. La casa de la piscina a la izquierda ya estaba envuelta en llamas. La puerta principal estaba abierta a lo alto de los enormes escalones de piedra, pero no habia nadie de pie fuera de ella. No veia a mi padre en ninguna parte, no estaba afuera con su nueva esposa a su lado. Apenas habia frenado cuando mi mano ya habia soltado el cinturon de seguridad y con la otra abri la puerta. Salte y corri hacia la entrada principal. Detras de mi podia escuchar el chirrido de las llantas del camion de bomberos y los gritos. El humo que salia del pasillo, me asfixio. --Mierda --gruni y me arranque la camisa. Me la ate alrededor de la nariz y la boca y luego entre--. !Papa! Papa, ?donde estas? Mis ojos ardian, no podia ver. Me arrodille y me arrastre hacia la habitacion mas cercana, tosiendo, balbuceando y llamando a mi padre. Una figura aparecio en la alfombra grisacea delante de mi. Una mano delicada con los dedos enroscados contra la palma, unas pintadas de rosa palido. La imagen me llamo la atencion. Era una mujer. ?Quien era? ?Que hacia ella aqui? Mi Hermanastra. Me arrastre hasta ella, con la garganta seca, tosiendo y agarre uno de sus brazos levantandola con cuidado. Tenia que sacarla de ahi. No podia seguir con el plan de arrastrarme y buscar a mi padre. Si pude encontrarla a ella, los bomberos encontrarian a mi padre y a mi nueva madrastra tambien. Una gran grieta resono sobre mi. !Muevete! Antes de que todo el maldito techo se derrumbe sobre tu cabeza. Ella era ligera en mis brazos a pesar de su cojera. Corri a traves del humo hacia el vestibulo de entrada y un estruendoso choque, seguido de una ola de calor, me persiguio, pero no me detuve a mirar atras, no me atrevi. Alcance los escalones de piedra de la entrada, agarrando a la mujer en mis brazos. Tosi bajando cada uno de ellos y me detuve en el camino de grava junto a mi auto. Los bomberos pasaron corriendo frente a mi y entraron en la mansion. Sonaban gritos. Desenrollaron una gruesa manguera del camion y una ambulancia se apresuro a subir por el camino. La mujer aun estaba inconsciente. Me agache y la puse sobre la grava tan suavemente como pude, y luego me arranque la camiseta de la cara. Mi vision era borrosa, salian lagrimas involuntarias de mis ojos. Tosi, parpadee, me limpie la cara. Finalmente, me aclare un poco, y mi mirada se poso sobre ella. Mi corazon se detuvo por un instante. El mundo que me rodeaba se ralentizo, casi desaparecio por completo, y durante un milisegundo no habia fuego, ni peligro, no pense en mi padre, ni escuchaba las sirenas ni los hombres gritando. Solo estaba ella. Era perfecta. Coloque sus brazos suavemente a los costados, su pecho subia y bajaba lentamente. Era curvilinea, perfectamente proporcionada, con una expresion en su rostro que era verdaderamente pacifica, incluso a traves de las manchas de hollin. Una sensacion extrana se apodero de mi pecho, tenia la creciente necesidad de protegerla de las llamas, del humo, de cualquier peligro. Me puse un puno en el pecho, tratando de deshacerme de ese sentimiento. ?Quien eres? --!Hey! --El grito rompio el hechizo. Levante la vista y un bombero venia hacia mi, despejando el humo con sus manos. --Oye, ?estas bien? ?En que diablos estabas pensando? No puedes entrar a… --Se detuvo cuando vio a la mujer. Me dolia muchisimo la garganta, pero la aclare para hablar, al menos lo intente. --Mi padre --dije con voz ronca--. Mi padre y su esposa estan en el edificio. Tienen que sacarlos. --Nos encargaremos de ello --dijo el tipo de uniforme, y luego miro hacia atras por encima del hombro--. Aqui vienen los medicos. Quedate aqui mismo y no la muevas. --No me digas --le conteste, tosiendo en mi puno. No podia moverme, mucho menos a ella. Dios, habia inhalado tanto humo y gastado toda mi energia, pero queria volver corriendo a esa mansion y buscar a mi padre. ?Como diablos paso esto? Mire a la mujer aun inconsciente. ?Como se llamaba? Mi padre me lo habia dicho, pero yo era una mierda a la hora de recordar fechas y nombres. Olivia, Luna o algo asi. Me sono una alarma en el cerebro cuando la mire fijamente. Ella sabia lo que habia pasado. Tenia que saberlo. Un par de medicos corrieron hacia nosotros, con una camilla. La bajaron y se pusieron a trabajar en ella, revisandole el pulso, levantandola, atandola. Otro corrio hacia mi y se agacho, agarrando una pequena linterna con la mano. --Senor, ?puede oirme? --No, el humo ha tapado mis oidos. La confusion se apodero de la expresion del paramedico. --Por supuesto, puedo oirte. ?Adonde la llevas? --pregunte, poniendome de pie. --Al hospital. Por supuesto. Pregunta estupida. Pero yo actuaba extranamente protector al pensar que se la llevarian. Mi hermanastra. Papa. ?Donde diablos esta papa? Mire hacia la mansion, dudando entre seguir a la ambulancia hasta el hospital o quedarme esperando que sacaran a mi padre. El fuego salto de las ventanas del ultimo piso cubriendo los alfeizares y los aleros. Se escucho un crujido resonante, y dos bomberos salieron corriendo de la casa, con las manos vacias, saltaron del porche y cayeron al cesped. El crujido se convirtio en una enorme grieta, y el lado izquierdo del techo, justo encima de donde habia encontrado a mi nueva hermanastra, se derrumbo, escupiendo chispas y motas de hollin. Las llamas rugieron y los hombres abrieron la manguera, descargando el agua sobre la casa.--Mierda --murmure, llevando mis manos a la cabeza y agarrando punos de mi cabello--. Mierda. Esto no puede estar pasando --Camine hacia adelante--. !Papa! Una mano salio disparada y aterrizo en mi pecho, impidiendome correr hacia la ruina ardiente por segunda vez. --Whoa. Tranquilo amigo --dijo una voz masculina. La casa era un desastre. No habia forma de entrar sin una muerte segura. Me voltee hacia el bombero que estaba a mi lado y lo agarre por los hombros. --?Donde estan? --gruni--. ?Donde esta mi padre? ?Donde esta su esposa? --Senor, tiene que calmarse --contesto el tipo. --?Donde? Pero el grito de la sirena de la ambulancia me interrumpio. Me gire hacia ella, mirando como cerraban las puertas a bofetadas, mientras los medicos saltaban adentro. No habia nada que pudiera hacer aqui. Y existia la posibilidad de que mi hermanastra supiera donde estaba mi padre; tal vez se habia ido de la casa antes de que comenzara el incendio. Trato de llamar a la policia. Eso explicaria por que la ambulancia habia llegado a tiempo. Era una falsa esperanza. Aprete los dientes, luchando conmigo mismo por sentir esto, por sentirme atraido a seguirla a pesar de mis instintos de quedarme y buscar de nuevo en la casa en llamas, aunque eso significara poner mi vida en riesgo. Un nuevo crujido resono en el lugar y otra seccion del techo se derrumbo. Rapidamente, me separe del bombero y del segundo medico que trato de acercarse a mi, y corri hacia mi auto. Si alguien sabia lo que habia pasado, seria ella. Capitulo Dos LUNA !Dame tu corazon! !Damelo! ?Donde estas? La voz resonaba en la oscuridad que me rodeaba. Te arrepentiras si no lo haces, ?entiendes? Lo lamentaras por el resto de tu corta vida. Abri mis ojos y parpadee ante la luz del sol, luego los entrecerre. Estaba en una cama de hospital con sabanas blancas limpias. Levante mis manos y vi que estaban completamente cubiertas de hollin, ademas, me dolia la garganta y los pulmones. ?Por que estoy aqui? El pensamiento se me vino a la cabeza, y me hizo estremecer. No podia recordarlo. En panico, examine la habitacion con mi mirada, viajando hacia la ventana con sus cristales limpios que ofrecian la vista de un estacionamiento y un arbol a un lado de el. Mi mirada regreso desde esa vista de nuevo a la habitacion y luego a la cama. ?Que demonios…? Un hombre increiblemente guapo estaba dormido a mi lado apoyado en la silla, con la cabeza inclinada hacia un lado dejando al descubierto un cuello grueso y una fuerte linea de la mandibula, recubierta de una delgada y definida barba. El cabello corto y de castano oscuro adornaba su cabeza, y sus labios se movian levemente mientras dormia. Me resultaba familiar. ?De donde te conozco? Escudrine mi mente, entre el miedo y la confusion que tenia por estar en ese lugar. No habia nada, nada que explicara por que yo estaba ahi, en esa cama, con el sentado a mi lado como una especie de perro guardian. !Marcial! Es el hijo del marido de mama. Habia un oscuro recuerdo de la vez que conoci a mi nuevo padrastro en la casa de mi mama en Manhattan, en donde el me mostro una fotografia de Marcial. Aunque era mas joven en la imagen. ?Era mi hermanastro? El tipo era tan guapo como un Adonis, pero eso no explicaba por que estaba aqui. De repente un dolor de cabeza palpitante broto entre mis ojos. Aprete mis parpados y exhale. !Piensa! ?Por que estas aqui? ?Donde estas? Un grunido, seguido un chirrido del sillon a mi lado me hizo abrir los ojos nuevamente. Marcial estaba despierto, sus ojos eran de un azul cristalino y estaban fijos en mi. --Hola --dijo, en un estruendo gutural que me habria hecho sentir un hormigueo, si no estuviera completamente asustada por todo lo que estaba sucediendo en ese momento. --?Por que estoy aqui? --pregunte inmediatamente. --Luna, ?verdad? --Si. Eso era todo lo que podia recordar. Que yo era Luna. Que habia tenido un laboratorio de chocolate durante mi infancia. Que mi madre habia trabajado duro para mantenerme y darme una buena educacion. Recordaba que una vez habia comido conchas de tacos directamente de la caja y solo Dios sabia por que razon. Y que era… Mi ocupacion flotaba en los margenes de mi memoria. --No puedo recordar… mucho --dije. Marcial se levanto y arrastro su asiento mas cerca de la cama. --Me llamo Marcial --dijo--. Soy tu hermanastro. --Lo se. Recuerdo haber visto tu foto la semana pasada. Creo que fue la semana pasada, en Nueva York. --?Cuando fue eso? ?Que dia? --El 7 de enero. --!Mierda! --exclamo. --?Que? --pregunte, mi estomago se apreto ante la expresion que cruzaba por su cara. --Es 24 de julio. Me quede boquiabierta al igual que el. Eso no era posible. Habia perdido… ?que, mas de seis meses? No habia nada mas en mi memoria que eso. Intente recordar, busque respuestas sobre mi, sobre quien era yo, pero no habia nada. Mi madre, mi infancia, un flash de conocer a su marido, la foto de Marcial, y algunas conversaciones con cierta gente. Mucha gente, a la que ahora no recordaba quienes eran. --Oh, Dios --murmure--. Oh, Dios mio, esto es muy malo --Me agarre la frente--. ?Como llegue aqui? Tienes que decirme como… --Espera un momento --dijo Marcial y levanto una mano--. No te ves bien. Dejame conseguirte una enfermera. Se levanto y busco el timbre que estaba junto a mi cama, pero le agarre la mano y la aprete con fuerza. --Por favor. Por favor, antes de que hagas algo, dime que esta pasando --Mi voz se quebro un poco. No iba a llorar delante de este tipo, mi hermanastro o lo que sea. Marcial miro hacia el punto de contacto entre nosotros y luego hacia mi cara, y no pude evitar sonrojarme, a pesar del miedo que me invadia, a pesar de todo. Esos ojos eran… como estanques de fuego azul, y yo estaba atrapada en ellos. ?Que demonios pasa contigo? Ni siquiera puedes recordar. --Muy bien --dijo, liberando su mano de la mia, dejando el cosquilleo de su tacto en mis dedos. Era grande, calido, muy reconfortante--. Pero esto podria ser un shock para ti, y no quiero asustarte. --Solo dime. Por favor. Me senti tentada a tomar su mano de nuevo, pero me obligue a no hacerlo. ?Que tan patetico seria eso? Tocando a un tipo que apenas conocia, rogando por apoyo. Esa no era yo. ?O si lo era? No, definitivamente no. Mi instinto me decia que yo no era el tipo de chica que me restregaba y lloraba. --Venia a ver a mi padre y a conocer a tu madre y a ti este fin de semana. Por cierto, nunca nos habiamos visto antes. --Continua --dije, esperando a que siguiera. --Recibi una llamada de mi padre, y parecia asustado. Lo que es muy raro. El nunca tiene miedo, nunca. No podia confirmarlo. Lo recordaba vagamente en su mejor momento. Sr. Stone. Si, ese era su nombre. Dios, ?que esta pasando? --Fui a la casa de Nantucket, y estaba en llamas. Tu estabas adentro inconsciente, yo te encontre. No me ofrecio mas informacion, solo me miraba con sus ojos inquietos que se movian de un lado a otro en sus orbitas. Intente procesarlo todo, rapido. Nantucket. Fuego. Me encontro adentro. --?Me salvaste? --Si quieres llamarlo asi --contesto con firmeza. --?Y mama? ?Y tu padre? --No se donde estan. No estaban en la casa. Simplemente… se han ido. --Desaparecieron --Me eche hacia atras contra las almohadas, con la boca seca y el dolor de cabeza enfurecido--. Espera, ?acabas de decir Nantucket? ?Nantucket, Massachusetts? --Correcto. Pero lo ultimo que recordaba era Manhattan. Especificamente el apartamento de mi madre en Manhattan. El que compre para ella. Me puse a indagar en ese pensamiento, pero no habia mas informacion que recoger. Ni siquiera era un recuerdo. Era como si… solo lo supiera. Entonces, ?como diablos termine en Massachusetts? --Creo que voy a vomitar --murmure, y lo decia en serio. --Espera, buscare al medico. Cerre los ojos y me disolvi en el torbellino negro, mis entranas se tambaleaban con cada giro de la oscuridad. Agarre las sabanas con los punos, respire profundo y abri los ojos, pero los giros seguian. La habitacion estaba vacia ahora. Marcial habia desaparecido, y yo estaba sola. ?Como sabes que estuvo aqui? ?Como sabes que todo esto es real? La puerta de la habitacion se abrio hacia adentro, y entro un tipo con una bata blanca, Marcial casi le pisaba los talones. --No se siente bien --dijo--. Y no puede recordar mucho. El medico levanto sus cejas tupidas y oscuras, y giro su cabeza para verme mejor, gracias al vertigo que me inmovilizaba en la almohada. Camino hacia adelante, sonriendome calurosamente y luego levanto una banda de presion arterial de una mesa cerca de mi cama. --Hola, Srta. Cullen --dijo, y suavemente tomo mi brazo derecho--. ?Como estas hoy? --Acaba de decirte como estoy --conteste yo, poniendo una mueca de dolor--. ?Quien es usted?--Soy el Doctor Khatri, y voy a tomarte la presion mientras hablamos. ?Te parece bien? --Si. ?Que me pasa? --Sufrio una lesion en la parte posterior de su cabeza, cerca de la base --dijo, mientras fijaba la banda de presion sobre mi brazo--. Y ha estado inconsciente durante dos dias. --!Dos dias! --chille. Aunque me importo poco, porque no podia recordar nada de los ultimos seis meses. --Correcto. Hemos comprobado que tiene una conmocion cerebral, pero la buena noticia es que no hay liquido en el cerebro, gracias a Dios. --Eso es bueno --De repente mi vision se arremolino--. No puedo ver bien. La habitacion esta dando vueltas. --Mmm, tu presion sanguinea esta un poco baja --dijo el medico, mientras la maquina sonaba. Se acerco y presiono el timbre que notificaria a algunas de las enfermeras. El doctor Khatri saco un boligrafo del bolsillo superior de su bata blanca y lo sostuvo frente a mi--. ?Puede seguir esto con los ojos, por favor, Srta. Cullen? Hice lo que me pidio, apretando los dientes ante las nauseas resultantes. --Me duele la cabeza --dije. --Escucha, ?que demonios esta pasando aqui? --pregunto Marcial, detras del doctor--. Claramente se siente mal. Ayudala. --Me temo que se necesita algo mas que la orden, Sr. Stone. --Entonces, ?que se necesita? ?Quieres dinero? Las palabras de Marcial salieron renidas, y su mirada estaba fija en mi, mas que en el doctor. Esas brillantes piscinas azules contenian un tipo diferente de calor ahora, uno impulsado por la preocupacion. --Esto es un hospital, Sr. Stone. No aceptamos sobornos para tratar a nuestros pacientes. Una enfermera irrumpio en la habitacion y una rafaga de actividad estallo a mi alrededor. Todo fue vertiginoso, la gente me hablaba, se inclinaba sobre mi, tomaba medidas y cambiaba las gotas. Mis ojos se cerraban y volvian a abrirse. --?Srta. Cullen? --La voz del doctor me trajo de vuelta al presente. La habitacion estaba vacia ahora, y el remolino se habia detenido. --?Donde esta Marcial? --pregunte. --Estoy justo aqui.

  • Agata, La Aprendiz de esclava de Magenta Perales

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    Agata era una joya en bruto.
    19 anos. Preciosa. Y loquisima.
    Trastorno antisocial y limite de personalidad.
    Bebia. Fumaba. Y se drogaba.

  • El primer gran caso de Yaiza Cabrera de Javier Holmes

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    Cuando Yaiza Cabrera llega a su despacho de economista escucha a traves de la puerta un ruido que le resulta familiar. Al acceder a el, se encuentra a su ayudante desnudo, boca abajo y sobre un charco de sangre. El sonido que instantes antes escuchaba era el de un vibrador que ahora esta dentro del esfinter de su ayudante fallecido. Le resultaba familiar por una razon muy sencilla, porque es de ella.

  • Algo mas que un verano (LGBT) de Noni Garcia

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    Antonio e Ivan piensan que unas semanas seran suficientes para disfrutar juntos, pero el destino es caprichoso y no piensa lo mismo.
    Ni un hecho triste del pasado de Antonio ni la baja autoestima de Ivan con los hombres impediran que lo que surja entre ellos dure algo mas que un verano.

  • Solo cuando amanezca de Ana Maria Sanchez

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    Veinte anos atras, Claudia Enriquez fue condenada a prision por un asesinato que no cometio. Su familia le dio la espalda e hicieron creer a sus hijos que habia muerto.
    La historia comienza el dia que ella recupera su libertad, con la desesperada busqueda de sus hijos y el inevitable destino que cerraria la herida abierta dos decadas antes.
    Una mujer sola en el mundo, debera unir las piezas de su vida rota y descubrira que a pesar de todas las circunstancias hay gente en la que puede confiar.

  • El cerebro del futuro de Facundo Manes

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    ?Tendra sentido preguntarse cuando fue que empezo el futuro? ?Cual sera la respuesta definitiva de este oximoron, en el que el verbo se conjuga en pasado cuando se habla de algo que esta por venir? Quizas en estas contradicciones se encuentre la clave, porque aquello que se esperaba ya esta entre nosotros: la hiperconexion, el presente continuo en donde se fusionan todos los tiempos, lo digital y lo biologico, la vida larga y a prisa, los avances tecnologicos que de tan asombrosos ya no asombran. Y ahora que llego, nos preguntamos que vamos a hacer con ese futuro y que va a hacer ese futuro con todos nosotros. Sea como sea, sabemos que deberemos atravesarlo con el mismo cuerpo y el mismo cerebro que hace miles de anos. Preguntarnos sobre la ocurrencia de esa relacion entre los seres humanos y los tiempos que corren como nunca han corrido es el objetivo principal de este libro.

  • el constructor de muros de Natalia Walsh

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    Tenia poco mas de diez anos cuando lo conoci. Aun puedo percibir el olor a tierra humeda y el sonido de mis zapatos recorriendo el camino hasta su casa, la casa de los Ardwell. Decenas de viviendas georgianas poblaban ambos lados de la calle. Yo las contaba al ritmo de mis pisadas, hechizada por el color ahumado de los edificios. --De prisa, Valery --dijo mi madre. Interrumpi la cuenta--, y recuerda: debes portarte bien. No levantes la voz ni pidas algo si no te lo ofrecen. Se educada y… Mama, que tiraba de mi como solia hacerlo con Paul, nuestro mastin, detuvo la marcha y saco un panuelo de su bolsillo. Me levanto la barbilla y froto mi menton. --?Volvera Paul si me porto bien? --pregunte--. Dime, ?volvera? Sonrei al imaginar a mi amigo brincando por el patio de nuestra casa en Marsella, jadeando como cuando papa le hacia corretear de un lado a otro. --No es el momento, Valery. Y espero no tener que repetirtelo: nada de separarte de nosotras, ni de acariciar animales si los hay, ni de tocar los muebles. Y mucho menos… Clave la mirada en el cielo mientras mama seguia parloteando y tirando de mi con fuerza. Unas enormes nubes negras borboteaban alli arriba y comenzaban a caer las primeras gotas. Escuche refunfunar a mi hermana unos pasos mas adelante. Maldito Edimburgo, decia, maldito y estupido clima. Aunque su pelo seguia liso, no como el mio, Melissa no paraba de tocarselo sin perder de vista el cielo oscuro. Llevaba un vestido negro precioso y el maquillaje impecable. Cuando yo tuviera veinte anos, pense, querria verme como ella. Un zarandeo de mama me devolvio a la realidad. Caminamos durante diez minutos, hasta detenernos junto a una casa algo mas grande que el resto. En total conte tres pisos de piedra ahumada y cuatro enormes ventanales. El jardin frontal consistia en una pequena alfombra de hierba y varios arbustos. En cuanto cruzamos el estrecho camino de piedra que conducia a la puerta mama llamo al timbre. Melissa se sacudio los zapatos y volvio a arreglarse el pelo. Poco despues un hombre vestido de pinguino nos abrio; entonces mama apreto mi mano y me puse muy tiesa. --La senora Ardwell las espera en el salon. Melissa esbozo una sonrisa deslumbrante y siguio a aquel hombre. Yo me deje arrastrar por mama. El techo del hall era altisimo y de el colgaba una lampara de lagrimas que me corto la respiracion. Deje de mirarla al descubrir los mosaicos de las paredes, pero note un empujon que me obligo a seguir. Pronto nos encontramos en una sala de estar de aspecto antiguo, donde aguardaba una mujer mucho mas joven que mama. Tenia la frente amplia y el menton muy marcado, al igual que los pomulos. Tarde un poco en darme cuenta de que el cabello, oscuro y rizado, le colgaba hasta la cintura, y es que iba completamente vestida de negro. Sus ojos me dedicaron un guino. A su lado habia un chico de la edad de Melissa, que saludo a mi hermana con un apreton de manos. Cuando reparo en mi se agacho para besarme. --Pinchas --le dije, frotandome la mejilla. El joven echo a reir. Mas tarde supe que era Robert, el hijo mayor de la senora Ardwell. --Saluda tu tambien a Valery, William. Entonces lo vi. Papa solia decir que nadie recuerda el momento en que aparece la Persona que lo Cambiara Todo, de la misma manera en que se pasa por alto el encuentro con un desconocido. Un apreton de manos, contaba, no es suficiente para leer el futuro. Aquella tarde papa llevaba tres semanas dentro de la caja que unos hombres habian enterrado bajo la hierba del cementerio, y con el sus palabras, por eso mire a William Ardwell creyendo saber quien era. El estaba sentado en el sofa, absorto en un libro. Cuando su hermano mayor le dio una colleja alzo la vista y me escruto durante unos instantes. Gruno, cerro el libro y echo a andar hacia la puerta. Quise ir tras el, pero la mano de mama se me clavo en el hombro. Segui a William con la mirada hasta que desaparecio. Retales Seis noches tardo mama en terminar el vestido que Melissa llevo a casa de los Ardwell, puntada a puntada, con la ayuda de una maquina vieja de coser. Incapaz de dormir, yo la observaba trabajar y me entretenia con los retales que caian al suelo. Cuando viviamos en Marsella, mama solia animarme a disenar vestidos para mis munecas usando la tela que sobraba. Los haciamos por decenas, pero su armario en Edimburgo estaba tan vacio como el mio y alli nadie tenia tiempo para ayudarme con las puntadas. Terminada la noche de faena, mama apagaba la maquina, barria alrededor y los pedacitos de tela iban a parar a la basura. No hubo retales durante nuestra primera semana en Escocia, sin embargo. Hasta el dia en que acompanamos a papa al cementerio mama se nego a salir de la pension. Llegado el momento las tres nos pusimos nuestros mejores vestidos y, mientras caia la lluvia, observamos como dos hombres con la camisa arremangada resoplaban y recubrian de tierra la caja de madera. Nadie salvo el cura dijo una sola palabra. Nadie mas que el nos acompano. Despues de permanecer un rato larguisimo frente a la tierra humeda y revuelta nos invito tomar el te en una salita de los locales parroquiales. --Aun… Aun no puedo creerlo. Mama miraba algun punto en el fondo de la sala, la mano sosteniendo una cucharilla hundida en el azucarero. Me fije en como Melissa la sacudia con disimulo, hasta que solto el cubierto. El cura colmo nuestras tazas de te. --Has vuelto a casa, Ann, a Edimburgo, y tus hijas estan contigo. Los ojos de mi madre empezaron a ponerse vidriosos. Clave los mios en la bandeja de pasteles situada en el centro de la mesa y elegi al azar dos o tres que fueron a parar a mi plato con mas estruendo del necesario. Melissa me pellizco por debajo de la mesa y ahogue un grito. Aunque yo habia intentado no levantar la cabeza del plato, mi mirada se cruzo con la del cura. Era mucho mayor que papa y no sonreia, aunque le caian por encima de las orejas unos mechones pelirrojos parecidos a los de el. --Ann, mirame. --El cura levanto la barbilla de mi madre--. ?Cual es vuestra situacion? Silencio. Pronto ya no quedarian pastas en mi plato, me dije. De un salto baje de la silla y bordee la mesa, hasta alcanzar la bandeja. Melissa no me reprendio cuando me servi casi todas las que quedaban. --En Marsella teniamos el taller --dijo ella--. Habia empleadas, incluso una pequena tienda. Haciamos arreglos, mas que todo. Los meses antes del cierre yo tambien cosia. --?Es suyo el traje que llevas? Todas nos giramos para mirar a Melissa, incluso mama. Mi hermana asintio y se puso de pie. --Bueno, no soy un entendido, pero podria servir. --El cura rodeo los hombros de mama--. Escuchame, Ann. Lo primero sera encontrar un colegio para Valery… Un lugar en el que podais vivir. Melissa te ayudara con el trabajo, y yo te dare algunos contactos. No digo que sea sencillo, pero pondremos los medios y dejaremos que Dios haga el resto. ?Estas dispuesta? Mama murmuro que si. Volvimos a ponernos nuestros abrigos y el cura nos despidio despues de entregarnos una caja muy pesada que apenas pudo sostener con ayuda de Melissa. --Vais a necesitarla… Hay muchos retales que recomponer. De vuelta a la pension, aquella noche, el color volvio al rostro de mama al acariciar la vieja y oxidada maquina de coser. Medidas --El padre McAnthony me ha hablado maravillas de ti. ?Es tuyo ese vestido? La senora Ardwell dejo la taza de te sobre la mesa y senalo el atuendo de mi hermana. Mama asintio; tenia las mejillas rojas. --Es precioso. --Yo... Gracias, senora. --Brenda, Ann, llamame Brenda. Mama se sonrojo aun mas y volvio a asentir. Cuando extendio la mano para alcanzar la tetera a punto estuvo de volcarla. --?Conoce... conoce al padre desde hace muchos anos, Brenda? --!Diria que desde siempre! Oficio mi confirmacion, mi matrimonio y bautizo a los chicos. Nos ha acompanado en algunos momentos dificiles, tambien. --La senora Ardwell agito su larguisima melena--. Pero no hablemos de el, Ann. Me gustaria mucho ver alguno de tus otros trabajos. Llevas anos dedicandote a la costura, ?verdad? --Diria... --Mama esbozo una pequena sonrisa--. Diria que desde siempre. --!Es la mejor! Sus vestidos son los mas bonitos que yo haya visto, solo tiene que mirar el de Melissa. --!Valery! Mama me dedico una mirada dura y yo agache la cabeza. Cuando me atrevi a levantarla, la senora Ardwellreia. --Asi que el vestido mas bonito del mundo. --!Claro que si! --Senora Ardwell, disculpela, no... --empezo mama. --Dime, Valery, ?crees tu que me sentaria bien uno parecido? --Asenti de nuevo y su sonrisa se hizo mayor. Entonces echo la silla hacia atras mientras miraba a mama--. Pues no se hable mas. ?Que te parece si me tomas las medidas, Ann? Mi madre se puso de pie al momento y comenzo a hurgar en su bolso. Melissa apuro el te e indico a la anfitriona que se levantara. --Tardaremos un momento. No sera nada, de verdad, y quedara usted encantada… Se alegrara de habernos hecho venir. Aproveche el revuelo para escabullirme, no sin antes esconder un punado de pastas en mi bolsillo. Solo la senora Ardwell, en pie para que mama le tomara las medidas, noto que salia, y me dedico un guino. Volvi al vestibulo y me asome al salon, donde ya no quedaba nadie. Contemple la majestuosa escalera de madera y aferrada a la barandilla subi un par de peldanos. Dude entre seguir o regresar al salon; luego imagine que William habia tomado ese camino y ascendi uno mas. Al hacerlo, recorde la advertencia de mama: portate bien. Baje los escalones de puntillas y me sente a contemplar la lampara de cristal mientras engullia las pastas. --Melissa, pasame otro alfiler. Eso es, con que anadamos cinco o seis centimetros al bajo es suficiente... ?Y Valery? ?Donde se ha metido esa chiquilla? Corri al salon de te al oir mi nombre y me apresure a regresar a mi asiento. Mama me reprendio con una mueca pero pronto volvio a arrodillarse junto a la senora Ardwell. Su hijo mayor, el chico de la barba pinchuda, entro al poco. Pense que William vendria con el, pero nadie le siguio. --Robert, ?has visto? El padre McAnthony tenia razon. Finalmente Ann cosera un vestido identico al de Melissa, para mi. --Genial, mama. Vi como sus ojos se cruzaban con los de mi hermana y a ella se le escapaba la cinta metrica. Ambos se agacharon para recogerla y entendi por que mama habia sugerido anadir unos centimetros al vestido. Aquella tarde volvimos a casa en taxi, y mi madre insinuo que pronto podria estrenar zapatos nuevos. Melissa resplandecia: como comento, no tardariamos en regresar a la casona. Antes de que la puerta se cerrara detras de nosotras volvi la cabeza en busca de William. El ya no estaba, pero lo estaria. Luto Desde que la senora Ardwell requirio nuestros servicios habia dias en los que ni siquiera pasabamos a que me cambiara despues de clase. Tomabamos el te en, al menos, tres casonas distintas, y solo habia sustitutos para mi uniforme si vivian ninos en alguna de ellas. Mas que un maniqui, yo solia ser objeto de burlas por culpa de mi acento. Terminado el repertorio de vestidos nuevos, que despues vendian, nada mas quedaban las risas de aquellos ninos. Para Melissa, en cambio, cualquier tarde era divertida. Ella parloteaba con los hermanos mayores entre taza y taza de te, mientras mama media y sonreia. Yo era demasiado joven para entender por que nadie se reia de su acento. Una noche, cuando el vestido de la senora Ardwell comenzaba a parecer tal, me acerque a la maquina de coser. --Apartate de la luz, Valery --dijo mi madre. --?Puedo…? --?Es que no me escuchas? --Yo solo… Levanto los ojos de la prenda y senalo una silla proxima. Me sente con las manos sobre la falda hasta que parecio olvidarse de mi presencia. --?Crees que hablo mal en ingles? --pregunte. --Siempre se te ha dado muy bien. ?A que viene eso? --?Y Melissa? ?Habla Melissa mejor que yo? Mama no contesto. --?Tu sabias frances cuando conociste a papa? --insisti. Una vez mas, silencio. Suspire y segui con desinteres el trazo de la aguja, hasta que, incapaz de aguantar un minuto mas sentada, me acerque a la maquina de coser. --Mama, ?por que la senora Ardwell lleva trajes negros? Hice ademan de acariciar el vestido. Mi madre me dio un manotazo y grito que no se me ocurriera poner las manos sobre la tela. --Vuelve a sentarte. !Mas atras! --?Por que negro, mama? El negro es feo y oscuro, ademas se ensucia enseguida… Tironee de su brazo. --Supongo que la senora Ardwell es viuda, y las viudas deben vestir de luto --dijo al final. --?Y por que no haces tu lo mismo? Mama paro la maquina y me miro a los ojos. --Yo tengo que trabajar, Valery. --?Volveremos algun dia a Marsella? Suspiro, me espanto de su taller y siguio cosiendo. La muneca El pago de la senora Ardwell me llego en forma de una muneca Barbie que mama compro en cuanto tuvo su adelanto en la mano. Aquello me hizo pensar que las cosas iban mejor de lo esperado. La prueba definitiva del vestido tuvo lugar dos noches de costura mas tarde. Caminamos las cuatro hasta la casa de la senora Ardwell: mama, Melissa, mi muneca y yo. Aquel dia vimos el sol en Escocia por primera vez, de ahi que nadie echara de menos un taxi. Mucho rato despues, ya en el recibidor en penumbra de la casona, sentia calor en las mejillas. Le pregunte a mi hermana si le ocurria lo mismo, y sus ojos brillantes me contestaron que tambien habia pensado en Marsella. La senora Ardwell nos hizo pasar de inmediato al jardin. --Un dia como este no puede desperdiciarse. !Y en pleno octubre! !Vamos, todos fuera! Melissa, cielo, quitate esa chaqueta. !Me estas dando calor! Mi hermana lo hizo y tambien yo, aunque percibieramos la temperatura como la del mas cruento invierno en Francia. La senora Ardwell comenzo a poner la mesa bajo la pergola. --Lo habia olvidado, ?sabe? --dijo mi madre. --?Te refieres a tratarme de tu, y no de usted, como insistes en hacer? Mama forzo una sonrisa. --Me refiero... me refiero a que aqui tambien sale el sol. La senora Ardwell le froto los hombros. --Pues claro, mujer. El sol sale todos los dias. Todos, aunque haya veces que este detras de las nubes. -- Giro sobre si misma--. !Robert! Hacen falta dos sillas mas. ?Las traes tu? --Volvio a mirar a mama--. No importa donde estemos, Ann. Lo importante es la compania. Mama se quedo parada durante un instante, y luego comenzo a repartir servilletas con gesto ausente. Melissa y Robert aparecieron a los pocos minutos cargados con las sillas que faltaban. Sirvieron te y una generosa racion de pastas. Yo probe unas migas y enseguida me levante de la mesa. La hierba era tan esponjosa como la habia imaginado. Me sente a unos metros de la pergola, lo bastante cerca como para que mama pudiera verme pero lo bastante lejos como para que no me prestara atencion. Cepille el pelo de mi muneca con mimo, pensando en cuantas mas tendria si la senora Ardwell decidia llenar su armario de vestidos nuevos. De vez en cuando levantaba la cabeza en busca de William, pero el no se dejo ver. --... Brenda, no voy a aceptar tanto. --Quiero que lo cojas todo, Ann. --No es justo que... --!No protestes! Mientras los hoteles funcionen todos debemos comer y vestirnos. Hazlo por la nina, y sobre todo por ti. --Yo... --Estoy pensando en un traje de falda y chaqueta; ademas William necesita unos arreglos en su Kilt. Tomatelo como un adelanto. !O un regalo!

  • Eres el ingrediente que me faltaba de Lina Galan

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  • Vida oculta de Margaret Way

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    Alyssa Sutherland siempre habia querido mucho a su tia abuela Zizi, Elizabeth Jane Calvert, y valoraba mucho la relacion tan especial que habia entre ambas. Zizi habia tenido una vida tranquila y sin pasion. O eso creia Alyssa.

  • El Sonido de los Almendros de Alberto Munoz Duran

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    La aparicion de tres cadaveres esparcidos entre el pueblo de Teovin y el inmenso bosque de Tierra de Pinares, donde Moises sintio la verdadera naturaleza de la fe siendo solo un nino, desencadenara una serie de pistas reveladoras que relacionaran al asesino en serie mas buscado de Espana con los diez mandamientos de Dios.
    Desde ese preciso instante, el expolicia judicial tendra que volver a sus origenes mas primitivos e iniciar una carrera contrarreloj para salvar a la unica persona que le ha importado de verdad a lo largo de una vida marcada por la soledad.Esta es la historia del sonador que consiguio entender a su verdadero yo y se enfrento a los demonios que un dia se le aparecieron para hacerle dudar de un destino que ya tenia asignado bajo la inconfundible melodia de los almendros.
    Una leyenda magica que se hizo real despues de conocer el amor, oler la sangre de los inocentes y pelear consigo mismo mientras perseguia al monstruo que mantuvo a todo un pais en vilo durante dos largas, frias e interminables semanas invernales, en uno de los casos mas escabrosos de la cronica negra.

  • Un lugar donde quedarme de Jana Westwood

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    Hace ya anos que Felicia Bellgard, hija de un pequeno terrateniente de Houston, Texas, encandilo con sus dulces ojos azules a Sam, uno de los hermanos Harbord, duenos del rancho Little Bit, consiguiendo uno de los matrimonios mas prosperos de todo el estado. Sam era el mayor y compartia la propiedad con Walter, su hermano pequeno, pero la tierra nunca seria un problema entre estos hermanos porque 507105 acres era suficiente terreno para los dos. La vida de Felicia se vio, a partir de ese momento, adornada con toda clase de lujos y comodidades, si tenemos en cuenta que vivia en un rancho. Felicia tenia una hermana, Jillian, que deberia haber seguido sus pasos si hubiese sido inteligente. Todos pensaban que Jillian era mucho mas guapa que Felicia y estaban seguros de que conquistaria a Walter sin apenas esfuerzo, de manera que los cuatro hermanos vivirian juntos y felices para siempre, en los dos mil kilometros cuadrados de terreno que poseian. Pero cuentan que Walter se enamoro de Irene Abey, la mejor amiga de las dos hermanas, y se hizo construir otra casa a unos cuantos kilometros del edificio principal, dentro del rancho, dejando a todos con cara de imbeciles. Jillian tuvo entonces que buscar el amor en otros lares y con el buen ojo que la caracterizaba fue a fijarse en Roberto Guzman, un mexicano que trabajaba en el rancho y cuyas mayores cualidades eran sus desarrollados musculos y una poderosa labia. La familia Bellgard, en concreto el padre de Felicia y Jillian, un hombre chapado a la antigua y con poco aprecio por los extranjeros, ordeno a su hija que se desenamorase inmediatamente, a lo que Jillian reacciono escapandose con Roberto para casarse. Thomas Bellgard borro a su hija de la vieja Biblia en la que la habia inscrito al nacer y prohibio a todos los miembros de la familia que tuviesen contacto con ella, de ninguna clase. Repudiada por todos, Jillian se marcho con su esposo a Saltillo, Mexico, y no volvio a tener noticias de su familia tejana. El amor que sentian el uno por el otro se fue agriando a fuerza de penurias, y mientras Jillian tenia que cuidar de sus cuatro hijos, Roberto encontro en el vino a un fiel amigo. Habian pasado diez anos sin que tuviesen noticias de la descarriada Jillian, cuando Felicia recibio una carta de su hermana. El orgullo habia muerto de hambre y le pedia ayuda. Felicia entonces tampoco era demasiado feliz, tenia todo lo que podia desear, excepto lo que mas deseaba. Dios no habia querido bendecirla con el don de la maternidad, y ver como Irene traia al mundo a Nathan y Samantha no la ayudo mucho. La contricion de su hermana y sus suplicas para que la perdonase tuvieron efecto en Felicia, que leyo a su esposo la carta en la que la susodicha le pedia ayuda diciendole que volvia a estar embarazada y que no se veia con fuerzas de cuidar a otro nino mas. Sam Harbord sabia de sobra lo necesitada que estaba su esposa de un hijo y se le ocurrio una idea, podian quedarse con el nino que llevaba Jillian en el vientre, adoptarlo como suyo y proporcionarle una vida con todo lo que pudiese necesitar. Para ello imponia una unica condicion: que fuese varon. Felicia paso toda la noche sin dormir pensando en ello. Aunque le hacia una gran ilusion ser madre, nunca se habia tenido que preocupar por otro ser humano. Entonces se le ocurrio una idea. En lugar de quedarse con uno de los hijos de su hermana, se quedarian con dos, el que aun no habia nacido y que adoptarian como propio, y la mayor de las ninas, a la que acogerian como protegida y que seria en realidad quien se encargase de atender al bebe. Su esposo estuvo totalmente de acuerdo con ella. Jillian, que amaba profundamente a sus hijos, sintio que se le partia el corazon al tener que separarse de dos de ellos. En especial de Tracy, que era plenamente consciente de lo que ocurria. Aun asi fue capaz de convencer a Roberto de que aquello era lo mejor para todos. Gracias al dinero que les darian podrian comprarse una casita y montar el taller mecanico que el siempre habia querido. Ademas, Sam y Felicia costearian la educacion de todos sus hijos. Incluso de Tracy. Roberto firmo los papeles de adopcion y entrego a su hijo recien nacido, mientras Jillian abrazaba a su pequena sin soltar una lagrima y repitiendo en su cabeza que Tracy y Harry tendrian una maravillosa vida lejos de ellos. La nina lloraria suficientes lagrimas por todos. (c) Jana Westwood Portada:Jana Westwood Foto portada: 123rf 1aEdicion: febrero de 2017 Todos los derechos reservados. Queda prohibida, bajo la sancion establecida por las leyes, la reproduccion total o parcial de la obra sin la autorizacion escrita de los titulares del copyright. Capitulo 1 Tracy era pequena y estaba demasiado delgada para su edad. A Felicia le parecio que ademas tampoco parecia muy simpatica, pero quiza se debiera a lo exageradamente timida que era. --No se parece a mi hermana, ?verdad? --dijo mirando a su marido que estaba sentado junto a ella en el avion. --Es una cria, ?que esperabas? --dijo el sin prestar demasiada atencion a nada que no fuese el bebe que tenia en los brazos. Resulto que Sam se encontraba comodo con el nino y el instinto paternal habia eclosionado en el como por arte de magia. Felicia siguio mirando a la pequena que iba sola en los asientos de la derecha. Al menos habia dejado de llorar. Cuando llegaron al rancho les esperaban con globos y carteles de bienvenida con el nombre de Harry por todas partes. Todos se portaron muy bien con Tracy. Incluso su primo Nathan que con doce anos tenia poco interes en la llegada de un bebe y una nina a la familia. Samantha, a la que todos llamaban Samy, se mostro un poco nerviosa, para ella la idea de tener una prima de su misma edad con la que jugar era todo un acontecimiento, pero Tracy no parecia muy entusiasmada por conocerla. A Tracy le parecio que todos eran increiblemente grandes y que su prima era realmente hermosa con aquella ropa tan bonita y el pelo largo sujeto en una coleta alta. Se sentia fea, pequena y tremendamente triste. No levantaba la cabeza y apenas dijo nada temiendo que se pondria a llorar. Cuando cortaron la tarta y pretendieron que comiera una porcion a punto estuvo de atragantarse al intentar contener las lagrimas. Irene Abey comprendio que la nina necesitaba desahogar su pena a solas y se ofrecio a mostrarle su habitacion dejando a los demas con el pequeno Harry. A Irene no le gustaba nada como habia decorado la habitacion su cunada. Tampoco le parecia bien que hubiese colocado a la nina en aquel cuarto tan pequeno con la excusa de que era el unico que estaba al lado del de Harry. --?Te gusta? --pregunto con ternura. Tracy asintio con sinceridad mirando a su alrededor. Habian pintado las paredes en color azul cielo, que era su color preferido. Se acerco al armario y lo abrio, estaba lleno de ropa. Se volvio a Irene. --Felicia te ha comprado ropa --dijo su tia acercandose--, penso que no tendrias mucha. Tracy miro su pequena maleta que alguien habia dejado sobre una silla y luego volvio a mirar la ropa que estaba colgada en el armario. Entre todos sus hermanos juntos no tenian tanta ropa como habia alli. --Samy hizo de modelo para escoger la talla --dijo Irene--, es posible que te esten un poco grandes, mi hija esta mas rellenita que tu. Al ver que la nina estaba incomoda con su presencia decidio dejarla sola. --Te dejare para que te instales --dijo Irene--. Supongo que querras sacar tus cosas de la maleta. Y puedes descansar o bajar cuando te apetezca. Tracy asintio y vio como Irene salia del cuarto dejando la puerta abierta. Despues de unos segundos fue hasta su maleta y la abrio. Sus pantalones raidos la miraron avergonzados y sus zapatillas gastadas parecieron esconderse tras el papel con los dibujos de Clara. Cerro la maleta, se sento en el suelo y se abrazo las rodillas con fuerza tratando de contener los sollozos que se le escapaban sin que pudiese impedirlo. Su primo Nathan entro en el cuarto y la observo unos segundos hasta que ella levanto la vista y lo miro con la cara mojada por las lagrimas. --Asi que ya conoces la tradicion --dijo el muchacho. Tracy fruncio el ceno. --La de que llorar cuando estrenas una casa trae buena suerte --dijo el muchacho sentandose frente a ella en el suelo--. Supongo que te lo ha contado mi madre, pero no hace falta que te esfuerces tanto. Venga, que te ayudo. El nino empezo a gemir y a hacer como que lloraba y Tracy se echo a reir al ver sus muecas. --?Sabes montar? --pregunto cuando la nina se limpio las lagrimas. Tracy nego con la cabeza. --Pues aprenderas --respondio Nathan--. Yo monto muy bien, y caballos grandes, no como los que monta Samy. Pero es que ella es una cria. Como tu. --?Cuantos anos tienes? --pregunto Tracy. --Trece --respondio orgulloso--. Tu no debes tener mas de ocho. --Tengo diez --dijo ella molesta. El nino la miro de arriba a abajo. --Pues eres muy pequenaja para diez anos --dijo--. Mi hermana te saca una cabeza, por lo menos y tiene nueve. ?Todos tus hermanos son tan pequenajos como tu? Tracy asintio y la tristeza volvio a invadirla al pensar en su familia, sobre todo en su hermana Clara. --Estas triste --dijo Nathan. Tracy asintio. --Echo de menos a mi familia --dijo. Su primo la miro con ternura. --?Quieres hablarme de ellos? --pregunto. A la nina se le iluminaron los ojos y asintio repetidamente

  • Te regalo una sonrisa de Josefina Fernandez

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    Maria se siente una mujer muy afortunada, hasta que un terrible accidente da un giro inesperado a su vida. Tras varias semanas en el hospital, despierta del coma, pero sus recuerdos mas felices con Miguel se borran de su memoria, y esa parte de su pasado desaparece. Miguel la quiere con locura, pero ahora, el es un extrano para ella.

  • La lengua de los secretos de Martin Abrisketa

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    <> Bernardo Atxaga

  • PRENADA de Laia Rommel

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    Cuando el ginecologo nos dijo que era casi imposible quedar embarazada de mi marido, entramos en shock y mis anhelos maternales se despertaron.
    ?Hasta donde estariamos dispuestos a llegar en nuestra ansia de ser padre? Y, lo mas importante, ?como afectaria a nuestra vida de pareja?
    La sorpresa mayor me llego con una propuesta de mi marido que me parecio indecente, pero.

  • Cada corazon, un umbral de Seanan Mcguire

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    Deslizandose entre las sombras bajo la cama, o a traves de un armario, o por madrigueras de conejos… los ninos siempre han sabido acceder a mundos magicos. Pero ?que ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos ninos que quieren volver a su mundo de fantasia. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendran que enfrentarse a una tragedia por si mismos.

  • Por el amor de una hechicera de Isabella Abad

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    Glenn lidera con valentia y orgullo al Clan Campbell. Empecinado en mantener a raya a los eternos rivales, los MacDowell, vera cernirse sobre el una orden que no puede desoir. El Rey Jacobo, monarca de Escocia e Inglaterra, mandata la union de ambos clanes en la figura de Kirstie, una muchacha bella y sometida por su padre, el temible Blair MacDowell.

  • Camile (Las feas tambien los enamoran 1) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • Secuestrada de Vicente Trigo Aranda

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    El titulo de esta novela ya te permite deducir su eje central. ?No crees que es suficiente? ?En serio necesitas que te explique mas y te presente un avance de su contenido? !Claro que no! !Como voy a privarte del placer de sorprenderte con lo que vaya sucediendo!
    ?Te gusta que te describan el entorno donde se desarrolla la accion, que te indiquen detalladamente que piensan los personajes en cada momento y que motivaciones les impulsa a hacer segun que cosas? Si la respuesta es afirmativa, ?que quieres que te diga?… Te recomiendo que leas otras de mis novelas, pero no esta.
    Si, por el contrario, te gusta dejar volar tu imaginacion y construir tus propios decorados, personalizar a los protagonistas, meterte dentro de su cabeza y su corazon, etc., entonces si que te invito a disfrutar con esta novela. En ella solo leeras lo que dicen los personajes. El resto es cosa tuya.

  • Los moteros del MidWay (Serie Completa) de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Cita Expres de Carol Martin

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    Eran mis vacaciones y lo unico que queria hacer era estar en mi sofa matando el tiempo sin hacer nada mas, pero las dos gemelas, mis dos companeras de piso, no iban a dejarme vivir.
    ?Como fastidiarme? !Apuntandome a unas citas a ciegas! Y yo, como tonta, no tuve mas remedio que ir con tal de no soportarlas.
    Y mientras los acompanantes que me tocaban no me gustaban nada, el unico que me llama la atencion es el organizador del evento y dueno del negocio.
    Y es ahi cuando comienza el caos…

  • Binti 1 de Nnedi Okorafor (2)

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    Encendi el transportador y rece una oracion en silencio. No tenia ni idea de lo que haria si no arrancaba. Mi transportador era barato, asi que hasta una gotita de humedad o, lo que es mas probable, un grano de arena, podria provocar un cortocircuito. Era defectuoso y en la mayoria de los casos me costaba reiniciarlo una y otra vez para que funcionara. <>, pense. El transportador vibro en la arena y contuve la respiracion. Diminuto, plano y negro como una piedra de oracion, zumbo sin hacer ruido y luego se elevo despacio desde la arena. Produjo por fin la energia levantaequipajes. Sonrei. Ahora ya podia llegar a la lanzadera. Con el dedo indice tome otjize de mi frente, me arrodille y toque la arena con el dedo para enterrar la arcilla roja de olor dulzon. --Gracias --susurre. Era un paseo de media milla por la carretera oscura del desierto. Como el transportador funcionaba, llegaria alli a tiempo. Tras enderezarme, me detuve y cerre los ojos. El peso de toda mi existencia recaia ahora sobre mis hombros. Por primera vez en la vida desafiaba la parte mas tradicional de mi misma. Me marchaba en medio de la noche y ellos no tenian ni idea. Mis nueve hermanos, todos mayores que yo, salvo por una hermana y un hermano mas jovenes, no lo habrian visto venir. Mis padres jamas se hubieran imaginado que yo haria algo asi ni en un millon de anos. Para cuando todos se dieran cuenta de lo que habia hecho y a donde me dirigia, yo ya habria abandonado el planeta. En mi ausencia, mis padres se grunirian el uno al otro que nunca jamas me dejarian volver a poner un pie en su casa. Mis cuatro tias y mis dos tios, que vivian calle abajo, gritarian y chismorrearian entre ellos sobre la verguenza que suponia para todo el linaje. Me iba a convertir en una paria. --Vamos --susurre en voz baja al transportador, con una patada. Los finos aros de metal que llevaba alrededor de cada tobillo tintinearon con fuerza, pero le volvi a propinar un puntapie. Una vez puesto en marcha, el transportador funcionaba mejor sin tocarlo--. Vamos --repeti, con sudor en la frente. Al ver que no se movia nada, me arriesgue a empujar las dos grandes maletas colocadas encima del campo de fuerza. Se movieron con suavidad y yo solte otro suspiro de alivio. Al menos tenia un poco de suerte de mi parte. -- oOo -- Quince minutos despues, compre un billete y embarque en la lanzadera. El sol apenas habia empezado a asomar por el horizonte. Clave la mirada en el suelo mientras avanzaba entre pasajeros sentados y demasiado conscientes de las puntas tupidas de mi cabellera trenzada que les golpeaban en la cara con suavidad. Nuestro cabello es espeso, y el mio siempre lo ha sido especialmente. A mi anciana tia le gustaba llamarlo ododo porque crecia indomito y denso como la hierba ododo. Justo antes de marcharme, habia recubierto mis trenzas con otjize fresco y perfumado que elabore precisamente para el viaje. A saber lo que les pareceria a esas personas que no conocian tan bien a mi pueblo. Una mujer se aparto de mi cuando pase y arrugo la cara como si hubiera olido algo apestoso. --Lo siento --susurre con la cabeza gacha e intentando no hacer caso a las miradas de casi toda la gente de la lanzadera. Aun asi, no pude evitar echar un vistazo alrededor. Dos chicas, que tendrian un par de anos mas que yo, se cubrieron la boca con unas manos muy palidas, como si el sol no las hubiera tocado nunca. Parecia que todos tuvieran al sol de enemigo. Yo era la unica himba en la lanzadera. Enseguida encontre un asiento y me dirigi hacia alli. La lanzadera era uno de los nuevos modelos elegantes semejantes a las balas que mis profesores usaban para calcular coeficientes balisticos en los ultimos anos de ensenanza. Se deslizaban con rapidez sobre la tierra gracias a una combinacion de corriente de aire, campos magneticos y energia exponencial: una nave facil de construir si se dispone de material y tiempo. Tambien era un buen vehiculo para el terreno calido del desierto, donde las carreteras que salian del pueblo estaban en muy mal estado. A mi gente no le gustaba abandonar su tierra. Me sente en la parte trasera para poder mirar por el gran ventanal. Podia ver las luces de la tienda de astrolabios de mi padre y del analizador de tormentas de arena que mi hermano habia construido en lo alto de la Raiz, nombre que recibia la enorme casa de mis padres. Seis generaciones de mi familia habian vivido alli. Era la casa mas vieja del pueblo, quizas la mas vieja de la ciudad, hecha de piedra y hormigon, fria por la noche, calida por el dia. Estaba revestida de paneles solares y cubierta con plantas bioluminiscentes a las que les gustaba dejar de brillar justo antes del amanecer. Mi dormitorio se encontraba en la parte mas alta de la casa. La lanzadera empezo a moverse y mire hasta que deje de divisarla. --?Que estoy haciendo? --murmure. Una hora y media despues, la lanzadera llego al puerto de despegue. Yo era la ultima, y me parecio bien, ya que la vista del puerto me sobrecogio tanto que lo unico que pude hacer durante unos instantes fue quedarme plantada. Llevaba una larga falda roja, sedosa como el agua, una camisa de color naranja claro, rigida y duradera, unas sandalias de piel fina y mis tobilleras. Nadie a mi alrededor vestia un atuendo asi. Solo veia velos y prendas ligeras y sueltas; ninguna mujer llevaba los tobillos expuestos, ni tintineaban con brazaletes metalicos. Respire por la boca y note que el calor se extendia por mi rostro. --Tonta, tonta, tonta --susurre. Los himba no viajamos. No nos movemos. Nuestra tierra ancestral es vida; si te alejas de ella, te apagas. Incluso nos cubrimos el cuerpo con ella. <> es tierra roja. En el puerto de despegue, la mayoria de personas eran khoush y habia otras pocas que tampoco eran himba. Aqui, yo era una extrana. --?En que estaria pensando? --musite. Tenia dieciseis anos y nunca habia salido de mi ciudad, y ni siquiera me habia acercado a la estacion de despegue. Me hallaba sola y acababa de dejar a mi familia. Mis posibilidades de matrimonio habian sido del cien por cien y ahora se acababan de reducir a cero. Ningun hombre querria a una mujer que hubiera huido. Sin embargo, ademas de arruinar las perspectivas de una vida normal, habia sacado notas tan altas en los examenes planetarios de matematicas que la Universidad de Oomza no solo me habia admitido, sino que prometio pagar por todo lo que necesitara para poder asistir. Daba igual que decision tomara, nunca iba a tener una vida normal, la verdad. Mire a mi alrededor y enseguida supe lo que debia hacer. Me encamine hacia el mostrador de informacion. -- oOo -- El agente de seguridad de transporte examino mi astrolabio; fue un analisis completo y exhaustivo. Mareada por la consternacion, cerre los ojos y respire por la boca para tranquilizarme. Solo por dejar el planeta tenia que darles acceso a toda mi vida: a mi, a mi familia y a las predicciones sobre mi futuro. Me quede alli plantada, paralizada, escuchando la voz de mi madre en la cabeza: --Hay una razon por la que nuestro pueblo no va a esa universidad. Oomza Uni te quiere para su propio provecho, Binti. Ve a esa universidad y te convertiras en su esclava. No pude evitar considerar la posible verdad en sus palabras. Aun no habia llegado alli y ya les habia dado mi vida. Queria preguntarle al agente si ese procedimiento se lo hacian a todo el mundo, pero senti miedo ahora que ya lo habia terminado. A estas alturas, podian hacerme cualquier cosa. Lo mejor seria no causar problemas. Cuando el agente me entrego el astrolabio, resisti el impulso de arrebatarselo. Era un anciano khoush, tan viejo que ostentaba el privilegio de llevar el turbante y el velo de la cara mas oscuros. Sus manos temblorosas estaban tan retorcidas y artriticas que casi dejo caer el astrolabio. Estaba torcido como una palmera moribunda, y cuando me dijo: <>, su voz sono mas seca que el rojo desierto a las afueras de mi ciudad. Pero leyo el astrolabio tan rapido como mi padre, hecho que me impresiono y me asusto por igual. Lo convencio para que se abriera susurrando unas pocas ecuaciones determinadas y sus manos, firmes de repente, movieron los discos como si le pertenecieran. Al terminar, la mirada penetrante de sus ojos verde claro parecio examinarme con mas profundidad que el analisis de mi astrolabio. La gente esperaba detras de mi y fui consciente de sus cuchicheos, risas tenues y murmullos infantiles. Hacia frio en la terminal, pero senti el calor de la presion social. Me dolian las sienes y me picaban los pies. --Enhorabuena --me dijo con esa voz reseca mientras me ofrecia el astrolabio. --?Por que? --Frunci el ceno, confundida. --Eres un orgullo para tu pueblo, nina --dijo mirandome a los ojos. Entonces sonrio de oreja a oreja y me dio unas palmaditas en el hombro. Acababa de ver toda mi vida. Sabia que me habian admitido en Oomza Uni. --Ah. --Me picaban los ojos por las lagrimas; cogi el astrolabio y, con voz ronca, dije--: Gracias, senor.

  • Lo que el cielo une de Graciela Nicolas

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    Siglo XIX, Lucero de Olazabal y Valiente Vallejos se sienten atraidos uno por el otro apenas se conocen en el Paseo de la Alameda.

  • Delirios de un hombre cuerdo de Leonardo Grinn

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    Los delirios del autor, nos proponen otra miradas con sentido de una realidad agotada por su frenesi del consumo. Textos embriagados de trazos donde las palabras cobran vida.

  • El final de la dictadura de Nicolas Sartorius

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    No es casualidad que este libro se titule El final de la Dictadura y no Historia de la Transicion. Es asi porque, durante los meses en que discurre este relato, a lo que asistimos es al final de una dictadura, cuyo momento de ruptura acontece cuando se legalizan los partidos y sindicatos, se reconocen las libertades politicas, se acepta la amnistia y se celebran elecciones libres.

  • Ian & Amy de Margotte Channing

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    Escocia, ano 1226

  • En alas de la seduccion de Gloria V. Casanas

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  • El progreso del peregrino de John Bunyan

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    ?Por que una nueva edicion de El progreso del peregrino en espanol? La respuesta viene dada por la necesidad de una version que, por un lado, sea rigurosamente fiel al original (sin adaptaciones ni recortes) y, por otro, tenga un lenguaje y una presentacion adecuados a nuestro tiempo. Tal es el trabajo que Editorial Peregrino, haciendo honor a su nombre, ofrece ahora al publico de habla hispana.
    Se publica esta nueva edicion con la confianza de que la inmortal obra de John Bunyan no es una pieza de museo sino un libro de gran utilidad, tanto para ninos como para jovenes y adultos, en una mejor comprension y apreciacion del mensaje de la Biblia misma. La utilizacion de la version Reina-Valera 1960, un tipo de letra muy legible y un precio asequible hacen aun mas atractiva esta obra intemporal.
    John Bunyan (1628-1688) fue un escritor y predicador puritano. Tanto El progreso del peregrino como otros de sus libros fueron escritos durante un encarcelamiento intermitente de doce anos a causa de su fe. De sus numerosas obras, tenemos ademas en espanol La guerra santa y Gracia abundante. Calderero de profesion y sin una educacion formal, la calidad de sus obras ha atraido la atencion de expertos literarios, y se han escrito varias biografias sobre su persona y su obra.

  • La guardiana del ambar de Freda Lightfoot

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  • Volvere a buscarte de Pilar Cernuda

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    En los anos cincuenta, Antonio Padin abandona Galicia rumbo a Argentina en busca de una vida mejor para su familia. Treinta anos antes ya lo hizo su abuelo Antonio que nunca volvio, pero el le hace una promesa a Maruxa: <>. Lo que no sabe es que esa aventura le descubrira, entre otras cosas, la verdadera historia de su abuelo, un mundo de salones elegantes y un amor apasionado que hara resquebrajarse su promesa y le obligara a elegir entre el deber o la pasion. Los Padin siguen la tradicion de su valle gallego y emigran a America a buscar fortuna. Son tiempos de pobreza y para muchos es la unica opcion para abrirse camino. Antonio recibe <> y se embarca lleno de miedos rumbo a Argentina. Alli, encontrara no solo futuro sino la historia de su familia que no conocia. Pilar Cernuda debuta en la novela con esta gran historia que nos habla del amor y el olvido, de la distancia y el compromiso. De mujeres fuertes que saben que su familia depende de ellas, de sentimientos y de esperanza. Volvere a buscarte tiene la melancolia de las tierras gallegas y el refinado glamour del Buenos Aires de los anos cincuenta.

  • La potencia femenina de Svenja Flasspohler

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    Una via alternativa para el feminismo del siglo XXI.

  • Caleb y la chica del pelo rosa (Familia Reed 4) de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Caleb quiere es regresar al pueblo en el que crecio, pero no puede negarse cuando su abuela le pide que lo haga para que le eche una mano Emma, la chica con la que el salio en el instituto y que ahora tiene una hija. Cumplir el deseo de la anciana no es tan facil. Para empezar, porque Emma lo odia. Y, ademas, ?que sabe Caleb sobre ninos cuando lleva toda su vida viajando de un sitio a otro y cuidando tan solo de si mismo? Sin embargo, cuando su vida choca con la de Emma todo parece tambalearse, los recuerdos regresan, tambien los reproches, y esa quimica abrasadora que compartieron en el pasado. ?Es posible que las segundas oportunidades existan para ellos?

  • Palabras contra el olvido de Jose Luis Ferris

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    La figura de Maria Teresa Leon estuvo vinculada a la de Rafael Alberti durante al menos cincuenta anos, en los que ambos vivieron juntos las experiencias decisivas de la guerra y el exilio, pero su relacion con el poeta no debe ocultar la contribucion de una de las escritoras mas deslumbrantes de la generacion del 27.

  • Simone de Eduardo Lalo

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    Un escritor vaga en solitario por la ciudad de San Juan, se sienta en un cafe o lee un libro, rodeado de pedazos de cosas con que poblar las horas, relatando lo que pasa sin que nada pase. Habitante de una isla olvidada, reino de lo invisible, el escritor anota en su cuaderno, en breves fragmentos, el fragil contenido de sus dias de supervivencia, dando el pulso de una cronica urbana.

  • Padre a la carrera de Noni Garcia

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    P 1 aola nunca penso que la vida pudiera cambiar tanto de un dia para otro. Alli estaba, embarazada de seis meses y completamente sola. Tenia a su familia y amigos, pero el no estaba. Tan solo le dejo una nota diciendo que estaba enamorado de otra, que lo olvidara y que no queria volver a saber nada de ella ni de la hija que estaba por llegar. Cayo en tal estado de depresion que penso que su embarazo no saldria adelante, pero fue precisamente la vida que crecia en ella la que le dio la fuerza necesaria para hacerlo. Eso y saber que no habia sido la primera vez que lo habia hecho. Tres meses despues de aquel fatidico dia, sabia que su hija tenia dos hermanos mas. Y alli estaban Lorena y ella, sentadas en la terraza de un bar, tomandose un refresco despues de haber comprado la pintura para el dormitorio de Lucia. Tres meses atras, su vida era perfecta... O al menos eso creia, pero tambien lo era en aquel momento. El nunca habria sido un buen padre ni un buen companero de vida. Ni para ella ni para ninguna mujer que se cruzara en su camino. --!Paola, Paola! ?Donde tienes la cabeza? --Lorena la saco de sus pensamientos. --Perdona, Lorena. Estaba en mi mundo. --?Otra vez pensando en Ivan? --Si, pensaba en el, pero no de la forma que Lorena creia. En ese momento de su vida, Ivan habia pasado a ser una mala pesadilla que le habia regalado un gran sueno. --No como tu crees. Pensaba en lo mucho que me ha cambiado la vida en los ultimos tres meses. --Pues si, carino, pero piensa que ha sido para mejor. !Tremendo tunante te has quitado de encima! --Oye, aquel chico que viene por alli... --!Anda! Mi primo Andres. --Hace tanto que no lo veo que ni lo habia reconocido a primera vista. --Yo no lo veo desde que se separo de Gabriela hace unos meses. --No tenia ni idea de que se habia separado. ?Por que no me lo has contado? --Porque no estabas en tu mejor momento cuando solto la bomba. Andres era siete anos mayor que ellas y siempre las trato como si fuera su hermano mayor. Los recuerdos eran muchos, pero el que siempre le arrancaba una gran sonrisa era el del dia de su boda. Lorena y ella cogieron su primera borrachera y Andres estuvo casi dos meses sin hablarle a ninguna de las dos. Con el paso del tiempo lo recordaban entre risas, pero aquel dia solo le falto echarlas del salon de celebraciones. Cuanto mas cerca estaba, mas guapo lo veia; era ese tipo de hombres al que los anos le sentaban bien. Nada tenia que ver con aquel adolescente que las tiraba a la piscina, las hacia rabiar y les hacia cosquillas hasta perder la respiracion, pero tambien las cuidaba y protegia de todo lo que les pudiera hacer dano. Se habia convertido en un hombre de treinta y cinco anos alto, fuerte, guapo y muy atractivo. <>. Fue el pensamiento que lleno su cabeza al darse cuenta de las cosas que estaba pensando de el. Ese no era el sentimiento que siempre habia sentido hacia Andres. Llevaba un par de anos sin saber nada de su vida. Ivan nunca quiso que mantuvieran el contacto porque pensaba que Andres no la miraba con ojos de hermano. En los ultimos tres meses se habia arrepentido de acatar muchas de las decisiones que tuvo que tomar estando a su lado. --Siempre ha habido ricos y pobres. --Andres se giro al escuchar la voz de su prima Lorena y la alegria se dibujo en su rostro. Hacia mas de dos meses que no la veia, ya que sus vidas habian cambiado mucho en los ultimos tiempos. --!Lorena! ?Como estas, primita? --Se acerco a ella y la saludo como siempre habia hecho. --Muy bien, ?y tu? --Pues bien, mejor de lo que esperaba. --Desvio la mirada y sonrio al darse cuenta de quien estaba junto a Lorena--. ?Paola? !No me lo puedo creer! --Paola se levanto para saludarle, el la tomo en brazos y giro con ella varias veces como cuando eran ninos. --!Andres, para! Que voy a echar a la nina por la boca, loco. --?Estas embarazada? No lo sabia. Lorena no me he dicho nada. --De seis meses y siento que voy a explotar. --Pues todavia te queda lo peor. --Lo se y estoy temiendo. --Vamos a hacer una cosa. --Andres saco su cartera del bolsillo trasero del pantalon vaquero y, de ella, una tarjeta que le entrego a Paola--. Te espero el miercoles en mi consulta para ver como va esa pequena y te invito a comer... Si no va a suponer un problema para ti. --Sabia perfectamente que sus palabras hacian referencia a Ivan, la ultima vez que se vieron estuvieron a punto de llegar a las manos. --No hay problema. Tengo dos semanas de vacaciones y... Lucia y yo estamos solas en esto. --?Solas? No entiendo... --!Ay, primo! Eres un poquito lento pillando las cosas. Vamos, que no las cazas al vuelo. --El no tiene por que saberlo al igual que yo no sabia que se habia separado de Gabriela. Hace mucho tiempo que no nos vemos. --Desvio la mirada y vio en Andres esa cara que siempre ponia cuando Lorena y ella hablaban en clave--. Ivan me dejo cuando estaba embarazada de tres meses. --!Sera cabron! Por lo menos se preocupara de como va el embarazo y de su hija, ?no? --Penso que aquellas cosas estaban a la orden del dia, pero saber que le habia pasado a Paola, hizo que sintiera una rabia que no alcanzaba a comprender. --Pues no y, la verdad, es que lo prefiero. Para Lucia, yo soy su madre y su padre. --Sabes que no estas sola, ?verdad? --Acaricio su rostro con el carino que siempre le habia tenido y le arranco una sonrisa--. Ahora os tengo que dejar porque he quedado para comer con unos amigos. --Le dio un beso en la frente a cada una como cuando eran ninos--. A ti te veo el miercoles, y a ti el sabado de la semana que viene en la boda de tu hermano. --?A que hora quieres que vaya? --Vente sobre la una y despues salimos a comer. Andres se marcho dedicandoles una sonrisa y pensando en que la pequena Paola estaba preciosa con aquella barriga de seis meses, con aquel brillo especial que solo tienen las embarazadas; bien lo sabia el por su trabajo. Volvio a girar la cabeza para mirarlas cuando ya estaba a la suficiente distancia para que ellas no se dieran cuenta de que lo estaba haciendo y en su mente solo habia un pensamiento: <>. Por su parte, Paola se sorprendio a si misma al darse cuenta de que no podia apartar la vista de ese culito prieto que casi no se movia al andar. Se sintio una pervertida y una oleada de verguenza la inundo al darse cuenta de que Andres se habia convertido en su ginecologo. --?Que te pasa, Paola? --Nada, ?por que? --Intento disimular el cumulo de cosas que estaban rondando por su cabeza, pero Lorena la conocia demasiado bien. --Yo conozco esa cara, a ti te gusta Andres. --!No! ?Como puedes decir eso? Andres es como un hermano para nosotras. Es solo que... que me da verguenza que me mire... que me mire el chocho. --!Ay, Madre! No habia caido en eso. --No voy a ir, Lorena. --El hecho de pensar que estaria toqueteandola subida en el burro, hizo que un extrano calor se concentrara en su cara, y en otras partes mas bajas del cuerpo, hasta el punto de abanicarse con la carta del bar. --Pero piensa que no podeis estar en mejores manos. Andres es uno de los ginecologos mas importantes de Andalucia, su lista de espera es de mas de dos meses y te va a ver el miercoles en su tiempo libre. --Si, tienes razon. El miercoles ire, pero… !joder, que es Andres! --No lo pienses mas y ahora vamos a comprar ropita para mi ahijada. --?Mas? Eran las nueve de la noche cuando Paola cruzo la puerta de su casa despues de un largo dia de compras. Tenia previsto pintar la habitacion de Lucia al dia siguiente, pero penso que lo mejor seria dejarlo para un poco mas adelante. Los domingos se hicieron para descansar, y la habian invitado a comer los padres de Lorena, en su casa, para celebrar sus veinte anos de matrimonio. Todavia tenia por delante dos semanas de vacaciones en las que podria hacer muchas cosas. No tenia mucha hambre, por el agotamiento, y decidio que un par de mandarinas y un platano serian suficiente comida para una cena. Se tumbo en la cama. Tenia los pies hinchados de estar todo el dia de un lado para otro sin descanso alguno. Se le empezaron a cerrar los ojos y no tardo mas de quince minutos en caer en un profundo sueno que esperaba durara hasta la manana siguiente. A 2 ndres estaba cansado de andar con mujeres que no le hacian sentir nada. Si, cada noche podia tener a la que quisiera en su cama, y cuando la separacion fue un hecho un ano atras, le sirvio para pasar buenos ratos, pero pronto se canso. Hacia tres meses que se habia divorciado de Gabriela y se podian contar con los dedos de una mano las veces que habia salido de fiesta con los pocos amigos solteros que le quedaban. En ese momento, en el que ya no tenia que esconderse de nadie y podia vivir su vida de solteria completamente tranquilo, sin miedo al que diran, eso era lo que menos le apetecia. Con treinta y cinco anos, lo que menos le preocupaba en ese momento era si tenia relaciones sexuales con frecuencia o no. Lo unico que deseaba era encontrar a esa mujer que le hiciera sentir vivo de nuevo, que llenara su vida de ilusion y a quien pudiera dar todo ese amor que tenia dentro. Gabriela no dejo de ser una ilusion de adolescentes, un deslumbramiento, un acomodarse a lo que tenia, pero cuando todo se fue al garete, se dio cuenta de que no le dolia. No le dolia porque realmente nunca estuvo enamorado de ella. Muchas veces se reprocho el haberse casado tan joven con una mujer que conocia demasiado bien, exactamente desde que estaban juntos en la catequesis para la comunion. Eso debio servir para darse cuenta de que ella nunca cambiaria y de que aquella relacion estaba abocada al mas absoluto de los fracasos. Habia pasado un buen rato comiendo con sus amigos, pero tras una estupenda tarde de risas, cafe y gin-tonics, lo unico que le apetecia era llegar a casa, cenar algo ligero, sentarse tranquilo en el sofa, ver la tele o leer un libro. Se excuso alegando que al dia siguiente tenia compromisos familiares, aunque realmente no seria hasta las dos de la tarde cuando fuera a comer a casa de sus tios. Lo cierto es que no pensaba ir a ningun sitio al dia siguiente, pero despues de haber visto a Lorena, le apetecio pasar un rato con esa familia que nunca le habia dado la espalda, con la que se sentia tan comodo como si fuera la suya propia. Aunque cualquiera seria mejor que la de el. Una infancia marcada por unos padres que vivian en una eterna discusion, y casi lo ignoraban, hacia que su madre siempre lo mandara a pasar mas tiempo con ellos que en su propia casa. Su tia le habia invitado a esa comida en mas de una ocasion en las ultimas dos semanas y, sin entender muy bien por que, en ese momento sentia la necesidad de pasar con ellos aquel domingo, de celebrar la felicidad matrimonial que el nunca tuvo. Al recordar el encuentro con Lorena, no pudo evitar pensar en Paola. Estaba mas bonita que nunca con aquella perfecta curva que ya tenia un considerable tamano en su vientre. Los buenos momentos que los tres habian pasado juntos hicieron acto de presencia en sus pensamientos. A pesar de que Tomas tenia la misma edad que el, nunca tuvo la conexion que tenia con Lorena y con Paola... Aunque a Paola siempre la habia visto de una forma muy distinta a los ojos con los que miraba a Lorena. Siempre habia despertado en el un carino de hermanos, como mucho el de una amistad, pero nada mas.

  • Fragmentos (Partials), Dan Wells de Dan Wells

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  • Inside Out. Mi historia de Demi Moore

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    Inside Out. Mi historia es un retrato desgarradoramente honesto de una mujer con una vida tan iconica como corriente.

  • Una vida en palabras de Paul Auster

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    Una vida en palabras es un dialogo entre Paul Auster y la profesora danesa I. B. Siegumfeldt acerca del oficio, el arte y la vida del escritor. Profundamente documentado, y dando un paso mas alla de la biografia, estas paginas estan plagadas de sorpresas y revelaciones que nunca han sido compartidas por el escritor, asi como ensenanzas que a menudo saltan del campo de la literatura para hablarnos de la vida misma. Las conversaciones entre ambos empezaron en 2011 y se han desarrollado a lo largo de cinco anos, cubriendo todas las obras narrativas del autor, asi como los temas y obsesiones que las atraviesan.

  • Escrito en el destino (Anchor Island 2), Terri Osburn de Terri Osburn

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    Beth Chandler se ha pasado la vida complaciendo a los demas. Por sus abuelos estudio derecho y por hacer feliz a su novio, Lucas, ha tomado un ferri para ir a ver a sus suegros. Su miedo a navegar le provoca un ataque de panico en el barco, que solo un hombre alto y de ojos azules consigue aplacar. Es el mismo que, a la vez, hace que su corazon se acelere. Es, sin embargo, el hermano de su prometido: Joe.

  • Donde braman los vientos de Constanza Chesnott

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  • El gran lord (Cronicas del Mago Negro 3) de Trudi Canavan

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    El desenlace de una fantastica saga, la trilogia de las <>.

  • En cuestion de segundos de Abraham Stern

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    ?Hasta que punto puede una mala decision cambiar el destino de nuestras vidas?

  • El estafador del amor de Natalia Divan

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    Antes de continuar, me cercioro por ultima vez de que estoy en el lugar adecuado: <>, leo en la placa de una fachada. Si, es aqui. Camino unos pasos esquivando a un par de ancianas que se mueven con dificultad, cada una de ellas sujetandose del brazo de la otra, y llego a la entrada de un edificio senorial, solemne y recientemente reformado. Sobre la puerta descansa anclado un distintivo 2 dorado. Este es un barrio de pijos. Me acerco al portero automatico y presiono el boton junto al cual hay una pegatina en la que se puede leer <>. --?Si? --pregunta una voz femenina a traves del telefonillo. --Eh, hola --titubeo nerviosa--. Soy Alizee. Ayer pedi una cita para... --Suba --la voz me interrumpe y, tras un zumbido electrico, la puerta se abre. Entro y cierta fragancia delicada me acaricia el sentido del olfato. No se trata del tipico ambientador en spray de marca blanca que se utiliza para disimular olores, ni mucho menos. Parece ser que en esta comunidad gusta bastante lo delicado, lo exclusivo. --Hola --le digo a la limpiadora. --Buenos dias --me saluda educadamente y vuelve a centrar la atencion en sus quehaceres. Subo en ascensor hasta el tercer piso. Alli, la puerta del 3o B esta entreabierta. Pego timidamente y entro. --?Le ha sido facil encontrar aparcamiento? --me pregunta con una sonrisa de oreja a oreja la recepcionista, que esta sentada tras un escritorio. Es una senora de unos sesenta y pico anos que viste de forma muy elegante y que es bastante sexy. --He venido en metro. --Le devuelvo la sonrisa. --!Ah! --Ella hace una mueca. Supongo que la gente que contrata los servicios de un detective no es gente que, en general, suela usar el transporte publico. Eso es muy lower-class. En este momento me replanteo si, de verdad, puedo permitirme desembolsar tanto dinero en esto. --Agustin la atendera en un momento --dice la mujer, centrando su atencion en un monton de papeles que comienza a ordenar--. Puede ponerse comoda. Dicho y hecho. Me siento en un confortable sillon que hay en la entrada y me dedico a admirar la decoracion: muebles buenos y modernos, plantas naturales, bastante luz que entra a traves de las amplisimas ventanas, elegante papel de pared, un titulo enmarcado de detective reconocido por el Ministerio del Interior... Un pasillo parece conducir al resto de las estancias del piso, imagino que esto es una casaoficina. En la habitacion en la que me encuentro hay, ademas, una puerta cerrada a cal y canto con un cartelito de metal incrustado que reza <>. Lo mas probable es que Agustin este ahi dentro, tras el letrero. Miro de soslayo a la recepcionista, que continua poniendo orden en su escritorio. ?Estaran Agustin y ella casados? Tras cinco minutos de espera, la puerta que estaba cerrada se abre y, al otro lado, aparece un senor trajeado, canoso, alto y languido de la misma edad que la recepcionista. --?Alisei? --Me dirige una mirada. --Alizee --le corrijo la pronunciacion. --Disculpe. Pase. Entro en su pequeno despacho, en el que me siento como atrapada en una jaula por la falta de ventanas y las numerosas estanterias repletas de libros que tocan el techo. Ambos tomamos asiento, cada uno a un lado de un escritorio de roble. --Bueno... --dice lentamente mientras entrelaza las manos, como si no supiera por donde empezar--. Mi nombre es Agustin, aunque eso ya lo sabra. ?Te parece bien que nos tuteemos, Alizee? Ahora lo he dicho bien, ?verdad? --Si --respondo con una risilla nerviosa--. Mejor nos tuteamos. --Sofia, la recepcionista, me ha dado algunos detalles sobre lo que necesitas, pero mejor que me lo expliques tu misma. --Pues --mientras hablo me fijo en que sus ojos, cansados por el paso del tiempo pero todavia hermosos, son celestes como el cielo-- quiero investigar a mi pareja. --?Hombre o mujer? --pregunta mientras comienza a realizar anotaciones. --Es varon. Se llama Marcos. --Dejame adivinar: crees que te es infiel con alguien --sugiere sin dejar de escribir--. Una amiga, quizas. --No... --!Vaya! --Da un chasquido con los dedos--. Suele ser eso. Entonces, ?de que se trata? --Creo que mi novio no es quien dice ser. Temo que me ha estafado y que me engana, pero no estoy segura. No se que pensar. --Interesante... --dice rascandose la barbilla--. ?En que te basas para acusarlo de tal cosa? --Me llego un mensaje. Saco mi telefono movil del bolso, ingreso en mi cuenta de Instagram y le muestro el misterioso mensaje privado que recibi hace un par de dias de un perfil 'vacio', sin fotos, ni seguidores, ni seguidos ni ninguna descripcion, y cuyo nombre de usuario es <>, una sucesion aparentemente aleatoria de letras y numeros. Estoy convencida de que, quien sea que esta detras de esta cuenta, la creo con el unico fin de ponerse en contacto conmigo. Agustin lee el mensaje en voz alta: --<>. --?Que te parece? --pregunto intrigada por conocer su opinion --Ummh... --Se rasca ahora compulsivamente la cabeza, pensativo--. La imagen de la que habla, ?en ella apareces con Marcos? --Si. Es la primera que subo junto a el. Soy muy celosa de mi intimidad. --?Puedo verla? Asiento con la cabeza y le muestro la fotografia durante algunos segundos. Fue tomada en un restaurante por un camarero. --?Marcos sabe que la has subido? --No. Mi novio ni siquiera tiene redes sociales. --!Oh!... ?Que edad tiene Marcos? --La mia. Veintinueve. --?Alguien menor de treinta anos, en pleno 2019 y que no tiene ni una sola red social? --Entiendo lo que estas sugiriendo. Confieso que a mi tambien me parecio raro al principio, pero tampoco es como para desconfiar... ?O si? --Mira, te sere claro, Alisei... --Alizee --vuelvo a interrumpirle. --Disculpa. Como decia, existe la posibilidad de que, si, se trate de un estafador. A juzgar por el tono de desesperacion, ese mensaje que has recibido parece sincero, aunque podria ser completamente contrario a la verdad y perseguir algun oscuro objetivo como destruir vuestra relacion. Dicho esto, te advierto de que en los ultimos anos se han puesto muy de moda los conocidos como 'estafadores del amor'. --?Que es eso? --pregunto atonita, aunque ya formando una idea en mi mente de lo que puede significar. --Son personas, hombres en su mayoria, que se aprovechan de sus victimas haciendoles pensar que sienten grandes sentimientos hacia ellas. Se ganan su confianza, a veces logran meterse en sus casas, les apartan de sus familias y amigos y les sacan todo el dinero que puedan. --Oh, mon Dieu. --Me llevo la mano a la boca al ver similitudes respecto a mi relacion con Marcos. --Pero no seamos negativos, por favor. Al menos, no todavia. No tenemos ninguna prueba solida para acusar a tu novio de nada. --Le da un pequeno sorbo a su botellita de agua. Parece tener la lengua seca de tanto hablar--. Estos estafadores suelen aprovecharse de individuos debiles, psicologicamente hablando. Gente que no tiene muchos amigos, gente timida, que esta sola, maleable... Gente mas facil de enganar. ?Te sientes identificada? --No me considero una persona debil ni timida --respondo con total sinceridad--, pero, cuando lo conoci, yo estaba sola. Acababa de llegar a Espana. --Ahi esta --exclama Agustin chasqueando los dedos, como si acabara de descubrir la clave --. El fue tu apoyo, ?verdad? --Si. Me ayudo muchisimo. --Alisei, necesito que me lo cuentes todo. Como lo conociste, cuando, que me des detalles de su actitud a lo largo de todo este tiempo... No te dejes nada en el tintero ?de acuerdo? --La historia es un poco larga --le advierto. --Descuida. Tengo toda la tarde para escucharte. --Pues vamos alla... Tomo aire y me preparo para hacer memoria y hablar sobre todo lo que se de Marcos.

  • La octava vida (para Brilka) de Nino Haratischwili

    https://gigalibros.com/la-octava-vida-para-brilka.html

  • Una vida de perros de Estefania Salyers

    https://gigalibros.com/una-vida-de-perros.html

    Si el amor de tu vida se casa con otra, no te preocupes, tienes tres remedios para superarlo: tu mejor amiga, la Gran Manzana y un perro faldero.

  • La cueva del ciclope de Arturo Perez Reverte

    https://gigalibros.com/la-cueva-del-ciclope.html

  • Nunca caeran en el olvido de Carmen Lobato

    https://gigalibros.com/nunca-caeran-en-el-olvido.html

    Berlin 1938. Eva, una pintora judia, tiene que enviar a su hija Chaja en un tren que llevaba ninos judios a Inglaterra para salvar sus vidas. Alli, la arqueologa alemana Amarna acogera a la nina.
    Al mismo tiempo, Amarna esta viviendo una gran historia de amor con su marido Arman, un escultor armenio que perdio a su familia en el genocidio del pueblo armenio por los otomanos en 1915. Esta empenada en descubrir las ruinas de un reino armenio olvidado a los pies del monte Ararat y tambien en darle un hijo a Arman. Y con la pequena Chaja, uno de los deseos se ha visto cumplido.
    Por su parte. Eva, totalmente desgarrada, consigue escapar de la Gestapo y se dirige a Inglaterra con el proposito de recuperar a su hija. En medio de la guerra, las persecuciones y la muerte, estas dos
    mujeres luchan por su propia existencia, por su futuro, por su unica hija y por el amor del mismo hombre. Incluso tendran que abandonar las ciudades europeas destrozadas por la guerra y sera a la sombra del monte Ararat donde se decida su destino

  • La Sorpresa del Marques (Caballeros 2) de Dama Beltran

    https://gigalibros.com/la-sorpresa-del-marques-caballeros-2.html

    Roger Bennett, el futuro marques de Riderland, se define a si mismo como un caballero dispuesto a ayudar a las pobres infelices carentes de placeres sexuales. Le gusta tanto su vida que desea continuar asi hasta el final de sus dias. Sin embargo, una persona truncara esa vida de libertinaje que tanto ansia mantener.
    Resignado por tener que vivir con una esposa a la que no conoce ni ama, decide enfrentarse con entereza a su futuro. Aunque cuando sus azulados ojos se clavan en Evelyn, descubre que todo aquello que deseo se ha evaporado. Pero el amor hay que trabajarlo y para un hombre al que le ha sido facil romper corazones, le resultara increible ver como el suyo se hace anicos como el cristal.