• libro cardeno adorno - Katharina Winkler

    https://gigalibros.com/cardeno-adorno.html

    El destino de miles de mujeres en todo el mundo parece condensarse en esta poderosa novela <>. A la memoria, durante su lectura, nos viene aquella frase de Spinoza: <>. La historia de Filiz, nacida en un rebano, como ella misma cuenta, de numerosos hermanos y hermanas, es la historia de muchas mujeres. Duermen al raso, cuidan los corderos, se protegen de los lobos, se cuidan entre ellos y la madre los protege del padre. <> Las jerarquias ancestrales siguen ejerciendo una violencia interna, inhumana.

  • CARDENO ADORNO | KATHARINA WINKLER | Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/libro-cardeno-adorno/9788416291731/7694579

    29 oct 2018 — El libro CARDENO ADORNO de KATHARINA WINKLER en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Cárdeno adorno: 133 (LARGO RECORRIDO) Tapa blanda

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  • Cárdeno adorno - Editorial Periférica

    http://www.editorialperiferica.com/?s=catalogo&l=224

    Editorial Periférica libros literatura edicion arte contexto cultura. ... Con gran delicadeza, Cárdeno adorno evidencia el espanto de tantas niñas y mujeres ...

  • 'Cárdeno adorno': Un golpe de poesía para viajar al infierno ...

    https://elpais.com/cultura/2018/12/13/actualidad/1544728969_591686.html

    14 dic 2018 — La primera novela de la austriaca Katharina Winkler, 'Cárdeno adorno', sorprende por el lenguaje lírico aplicado al duro relato del sometimiento ...

  • Katharina Winkler: Cárdeno adorno - Un libro al día

    http://unlibroaldia.blogspot.com/2019/03/katharina-winkler-cardeno-adorno.html

    7 mar 2019 — Katharina Winkler: Cárdeno adorno ... Me cuesta empezar la reseña de este libro, pues una introducción podría suavizar lo que el libro narra ...

  • Reseña de Cárdeno adorno de Katharina Winkler - Leer ...

    https://leeresvivirdosveces.com/2019/03/02/resena-de-cardeno-adorno-de-katharina-winkler/

    2 mar 2019 — Un libro sobre la violencia contra las mujeres, un puñetazo en el estómago que no te dejará respirar Me habréis oído decir que me gustan los ...

  • CÁRDENO ADORNO - WINKLER KATHARINA

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  • Cárdeno adorno - Katharina Winkler -5% en libros | FNAC

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    Cárdeno adorno, libro o eBook de Katharina Winkler. Editorial: Periferica. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • CÁRDENO ADORNO | Traficantes de Sueños

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    Venta de libros on-line. Amplio fondo, con más de 30.000 títulos especializado en pensamiento crítico, movimientos sociales y narrativa de otros mundos. 91 532 ...

  • Cárdeno adorno, de Katharina Winkler - Libros y Literatura

    https://www.librosyliteratura.es/cardeno-adorno-de-katharina-winkler.html

    21 jul 2019 — Katharina Winkler nació en Viena en 1979 y Cárdeno adorno es su primera novela. Una novela llena de dolor y poesía, repleta de verdad y ...

  • Esposada al Rey de Laura Cruz

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    Sylvia era una joven princesa.
    Inocente, atractiva y virgen.
    Aaron era todo lo contrario.
    Un rey maduro, firme...

  • Un te quiero por Navidad de Christian Martins

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    Los dias pasaban con demasiada rapidez y a Gabrielle Reuben se le acababa el tiempo en el preciso instante en el que el calendario le daba la bienvenida al festivo y alegre mes de diciembre. Treinta y un dias de plazo para presentar la nueva novela, ni uno mas, ni uno menos. Despues todo habria terminado para Gabrielle. Aquella noche, la muchacha se desperto con las sabanas empapadas en sudor y una extrana sensacion de fracaso en el vientre. Se levanto de la cama a reganadientes, tan solo por el mero hecho de sentirse util. Se sirvio una taza de cafe y se dirigio hacia el umbral de su despacho; ese rincon de la casa que en los ultimos meses habia logrado causarle verdadero pudor. La mesa del escritorio estaba despejada, limpia, ordenada. El portatil pulcramente colocado en el centro, junto al raton. Tiempo atras aquello habia sido un verdadero desastre, con papeles por todas partes y cuadernillos con anotaciones por cada esquina. Pero esos dias, los dias en los que Gabrielle habia tenido inspiracion, se habian esfumado. -- Necesito una musa... -- murmuro, repasando mentalmente todos aquellos consejos que le habian dado y que, por experiencia, podia afirmar que no servian para nada. Aun era temprano y la luz se colaba levemente a traves de las cortinas. Pulso el interruptor y paso a la habitacion, sin soltar su taza de cafe. Se sento frente a la mesa, recordando aquellos anos en los que nada mas levantarse de la cama se habia dirigido a ese rincon, ansiosa por continuar con aquellos personajes, aquellas historias, aquella sucesion de palabras que lograba darle vida a todo lo que rondaba en su cabeza. El cafe siempre habia tenido que esperar, y aun asi, se lo habia tomado a pequenos sorbitos, entre tecla y tecla, sin desperdiciar un solo segundo. "Uno tiene que estar siempre en el mismo lugar, a la misma hora, para que la inspiracion pueda encontrarle". "El mejor truco para escribir con fluidez es leer; leer mucho, leer todo". En aquel mundillo literario, todo el mundo tenia algo que decir. El peor de los errores de Gabrielle habia sido confesar abiertamente su bloqueo literario. Hasta entonces, a pesar de su frustracion, habia logrado "sacar algo" de su cabecita. Desde que dijo en voz alta que se encontraba sin inspiracion, bloqueada, no habia logrado sacar nada con sentido. Uno de diciembre. Se acababa el ano. Escucho el telefono fijo resonar en el salon y se pregunto a si misma si debia responder la llamada o no. Al final, suspirando hondo, decidio acercarse; estaba convencida de que era Ruth. Ruth era su agente literario y, a su vez, su mejor amiga. Era una suerte, porque cualquier autor en su situacion no habria sabido que decirle a su "pesado" agente para salir del paso y quitarselo de encima, pero ella no tenia ese problema. -- ?Hola? -- !Buenos dias, escritorzuela! -- exclamo Ruth, con un buen humor poco habitual en ella. Aunque no era, en absoluto, una amargada, Ruth solia encontrarse demasiado estresada en cada pequeno instante de la vida, cosa que menguaba su humor. -- Ahora mismo me iba a poner a escribir... -- bromeo, mientras sorbia los ultimos posos de cafe del fondo de la taza -- . ?Me llamas para escuchar mi dulce voz? -- En realidad, no. No te vas a creer lo que he conseguido... -- canturreo con felicidad. Esa frase habria sido magica para los oidos de Gabrielle en otra epoca, pero dadas las circunstancias, lo unico que le provocaba era pavor. Gabrielle tenia veintiseis anos, con diecisiete habia escrito su primer best seller y con veinticuatro el ultimo de todos. Los contratos editoriales le habian llovido desde entonces, y Ruth siempre se habia encargado de rastrear las mejores ofertas entre las propuestas que tenian sobre la mesa. De la ultima, Gabrielle habia cobrado un cuantioso anticipo que poco a poco se habia esfumado de su cuenta. Se suponia que el primer borrador del manuscrito tendria que haberlo tenido disponible para el caluroso mes de junio, pero la cosa no habia salido exactamente segun lo planeado. Uno de diciembre. La ampliacion del plazo llegaba a su final. -- ?Gabi? -- pregunto Ruth a traves del auricular -- , ?puedes prestarme un poco de atencion y bajar de las nubes? Una gran parte de ser escritora se debia a su incesante imaginacion. Gabrielle no solo tenia la capacidad de inventarse lugares, personas, escenarios, tramas... Si no que sonaba despierta. Era algo extrano. En ocasiones, se imaginaba la proxima conversacion telefonica que tendria con su madre y la recreaba en voz alta, riendose con las ocurrencias que su padre gritaria de fondo. -- Te estoy escuchando, te estoy escuchando... -- canturreo . -- Pues entonces, !atenta! -- exclamo, recuperando el buen humor de su tono de voz -- . Creo que ya he encontrado la solucion a todos tus problemas. -- ?La solu...? -- Fantasy Book necesita doce historias para una antologia y esta buscando autores nuevos para su plantilla -- continuo explicando con rapidez, sin permitirle a Gabi interrumpir -- , como solo sera una antologia y los relatos tendran la tematica asignada, no incumpliremos el contrato que ya tenemos firmado para la novela. "La novela". Esa que no existia. Esa que dudaba que fuera a existir en algun momento del futuro. -- Estoy bloqueada, Ruth... -- musito con voz de melancolica, recordandole a su agente aquello que ya sabia -- , no creo que pue... -- Seran solo cuatro mil palabras -- continuo con entusiasmo -- , ni una mas, ni una menos. !Y eso no es nada para ti, Gabi! !Te he visto escribirlas en una sola tarde! Ella suspiro desde el otro lado de la linea. Era cierto, cuatro mil palabras no eran demasiado pero... ?Pero como iba a escribirlas si no podia siquiera sacar doscientas? -- Veras, no creo... -- Sabia que te negarias, asi que me he tomado la libertad de poner al dia tu cartilla bancaria. ?Sabes cuanto dinero te queda en el banco? Gabrielle dudo. No tenia ni la menor idea, asi que guardo silencio. -- Me lo imaginada -- continuo Ruth -- , cero. No te queda dinero en el banco. -- !Mierda! Aquellos ultimos meses se habia alimentado de sobras, cereales y cafes, asi que no le habia prestado demasiada atencion a su cuenta bancaria. En realidad, ?para que necesitaba mas? No salia de casa, y se pasaba el dia por completo sentada en una silla donde ni siquiera movia los dedos de las manos. ?Para que necesitar, entonces, la energia que le proporcionaban los alimentos? -- Cuatro mil palabras y, por arte de magia, recibiras doscientos dolares. Gabrielle guardo silencio. ?Y que demonios iba a hacer con doscientos dolares? Con eso no le llegaba ni para pagar el alquiler. -- Mira, Gabi... -- continuo Ruth, adivinando sus pensamientos -- , creo que ha llegado la hora de poner las cartas sobre la mesa, ?vale? Tienes que bajarte de esa nubecita en la que estas subida. -- Lo se... -- murmuro, procurando cortar cuanto antes con aquella desagradable conversacion. -- Vas a tener que cambiar de habitos y empezar a pensar seriamente sobre tu futuro. "!Oh, oh!", penso, "!peligro!" Odiaba cuando Ruth se ponia en plan madre preocupada por su futuro literario a echarle la bronca. Ademas, si se metia en ese papel, no habia nadie que lograse sacarla. -- No te preocupes tanto... -- Gabi, por favor -- gruno -- , abreme la puerta de casa. -- ?Que te abra que...? -- pregunto, justo en el instante en el que el timbre resonaba todo su apartamento. Colgo el auricular del telefono y se dirigio a la puerta arrastrando un pie delante del otro. No tenia demasiadas ganas de hablar con ella, menos aun de recibir una visita, pero, ?que iba a hacer? ?Echarla? Abrio la puerta y alli estaba Ruth, tan perfecta como siempre y radiante a pesar de las tempranas horas. Vestia un pantalon de pata de gallo y una americana negra que le iba perfecta. -- !Oh, Dios, Gabrielle! -- exclamo, repasandola de hito a hito -- . !Pero si estas en los huesos! Ella, con los ojos en blanco, se separo de la puerta para dejar paso a su amiga. -- ?Cafe? -- pregunto, mientras se dirigia sin esperar respuesta hacia la encimera.

  • Chispas de pasion de Michelle Celmer

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  • La fisica del Coyote y el Correcaminos de Luis Javier Plata Rosas

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    Si Maggie golpea a Homero con un mazo y lo deja inconsciente en el sotano, estamos ante un caso claro del Efecto Tomy y Daly. En su condena a la violencia psicopatica de las caricaturas, Marge se une a una larga tradicion de cientificos que han senalado los efectos negativos de la television en los ninos, que se extienden a la adquisicion de malos habitos alimenticios y de consumo temprano de alcohol, asi como al reforzamiento de estereotipos del macho dominante vs. la hembra sumisa. Sin embargo, una faceta no tan conocida de la investigacion sobre las caricaturas nos lleva a un mundo de neurologos diagnosticando los desordenes mentales de los personajes de Winnie Pooh; de ingenieros identificando las leyes fisicas de El Coyote y el Correcaminos; a la existencia de un oncogen conocido como Pokemon, y de neuropsicologos que al estudiar la tristeza y alegria que generan Remi y Heidi son capaces de programar una computadora afectiva. Los Picapiedra, Scooby Doo, Bob Esponja, Padre de Familia, Pokemon, Las Chicas Superpoderosas, Las Tortugas Ninja, Pinky y Cerebro, Phineas y Ferb, Taz Mania, Los Simpson, Jimmy Neutron, Peabody y Sherman, Tiny Toons, He-Man y los Amos del Universo, Los pinguinos de Madagascar… son fuente de inspiracion para la comunidad cientifica y terreno fertil para la experimentacion. Es este libro de Luis Javier Plata un aleccionador recorrido de como siempre hay ciencia detras de las caricaturas.

  • Luna de obsidiana (Poesia y relatos. Vida, delirios, amor, dolor y muerte) de Rake M. De Levalois

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    LUNA DE OBSIDIANA ?Que sabra de dolor quien nunca ha amado un rayo de luna? ?Que sabra de suenos quien en el aro de Saturno nunca tuvo cuna? ?Que sabra de frustracion quien no ha tratado de acariciar el sol? ?Que sabra de tristeza quien no se ha enamorado de las estrellas? ?Que sabras tu del amor, nina triste que lloras frente al espejo? Que ahogas en abismos canela esas lunas avellana. Tu, que hace tan poco abrazabas a tus munecas. Tu, a quien todo el mundo ama. Rie, nina mia, mi Luna de brillante mirada, rie entre mis brazos tus penas, no escondas lagrimas bajo la almohada. Y sin que tu me lo pidas, creare para ti un firmamento de letras donde desterrar tu afliccion con versos escritos con el oro de tu pelo y prosa con la plata de mi amor. Y alli, en ese refugio de locura becqueriana te acariciare siempre sin prisas, para que solo exista el brillo de tu sonrisa, mi deslumbrante Luna de obsidiana. AIRES DE AMOR Suspira el suave silencio del sempiterno viento callado, cantando con leve trino el tibio deseo del enamorado. Dormido, al cielo palido mira, observa las mariposas, su aletear aleve, la luna gira, diosa adorada de todas las diosas. Volaba al pasado el pesado manto, con violencia la lluvia caia, potente soplaba el viento en el oscuro dia mientras, sin sentir alegria, exhalan sus palidos labios tristes endechas y plantos. ANTARES Es el sentido, leve bruma que el presente adormece y a tus ojos envilece hasta la tenue espuma. Nace, crece, se reproduce y no muere, porque, una vez surgido, brama, aulla... Un rugido... y deja la vida en un cruce de dolor, odio y deleite. Sensuales, acople perfecto, mecidos por mareas lunares, dos seres pasionales sin tara ni defecto. Consumando el sentimiento, amando rostro al viento bajo la estrella de Antares, luz de nuevos cantares, disfrutando del momento. EL BESO DE CAIN Llevamos la frente marcada por el hijo de Eva y Adan. Lucimos sus labios dorados, senal de pecados no perdonados, que no nos abandonaran. Somos hijos del aire, luz, tierra, fuego y mar. Somos canciones volubles, rapsodas de vidas solubles abandonados al cantar. !Cain, padre del hombre, somos tu creacion! Vastagos de oscuras traiciones, bastardos de diez soles, descendientes de la pasion. PLEGARIA Madre Luna, Madre Luna, ?por que me has abandonado? Tu, que cuando lloro me haces cuna, ?por que me has traicionado? Madre Luna, Madre Luna, tu que siempre has sido mi amparo, no dejes sola a tu hija con el corazon destrozado. FILIA DEOS De l'univers empiri arriba el son violaci, somni purpuri, galaxia de pols farinaci. Fogos meteor curvilini, cua d'arrels de caire arbori, caracter fort i sanguini, anima d'amor incorpori. ?Ascendire a tu? Sentiment epicuri. El meu ego te rostre apol-lini, soc de Zeus fill espuri i de Pluto consanguini. Baixo a l'Hades, camp elisi del mon soterrani i em rodejo d'escut ossi que viure i morir es simultani. FILIA DEOS Del universo empireo llega el sueno violaceo, sueno purpureo galaxia de polvo farinaceo. Fogoso meteoro curvilineo, cola de raices de tipo arboreo, caracter fuerte y sanguineo, alma de amor incorporeo. ?Ascendere a ti? Sentimiento epicureo. Mi ego tiene rostro apolineo, soy de Zeus hijo bastardo y de Pluton consanguineo. Bajo al Hades, campo eliseo del mundo subterraneo, y me rodeo de escudo oseo, que vivir y morir es simultaneo HOY SONE CONTIGO. He sonado un futuro en el que tus ojos son cielo, las montanas tu pelo y tus labios las nubes que beso suave porque yo soy el viento. He sonado una vida en la que tu boca es un mundo donde no existen las prisas, donde en oscuro tumulto de sabanas blancas se escuchan gemidos, gritos y risas. He sonado con un paraiso de calido abrazo en el que con lazos bordados, aislados del ruido, unimos las manos en fiel compromiso bajo centenarias ramas de roble y aliso. Hoy, mi amor, sone contigo. INCERTIDUMBRE ?Y ahora que hago yo con estos latidos sin dueno? ?Con estas miradas sin cielo? ?Con estas sonrisas sin miedo? ?Con estas manos sin tiento? ?Y ahora que hago yo con estas caricias sin dedos? ?Con estos gemidos de telo? ?Con estos orgasmos sin cuerpo? ?Con estas plegarias sin credo? ?Y ahora que hago yo con estos labios sin besos? ?Con este anillo de empeno? ?Con esta lluvia sin truenos? ?Con estas pasiones sin freno? ?Quieres decirme…? !Joder! !?Que hago con esta voz sin aliento?! !?Y con este sufrimiento reseco?! !?Y con este grito en silencio?! Y… ?con este corazon sin suenos? LA BESTIA DE HADES En el Bosque Tenebroso se oculta la Bestia que, mas grande que un oso, malvado y fatal, devasta los campos la bestia infernal. Elegida por Hades, entre millares, para llevar a cabo las mas atroces maldades. La Bestia de Hades, malvada y febril. La Bestia de Hades, elegida entre mil. En el lago de azur mata al cisne, blanco o negro, de color no distingue. Y el hombre se extingue sin el porque saber. Por retar a la Bestia estais condenados por el dios del Infierno a desaparecer. La Bestia de Hades, malvada y febril. La bestia de Hades, elegida entre mil. MUERO Cuando el odio y el amor chocan, cuando la distancia nos separa, cuando vuestras voces no me tocan, cuando son otros ojos los que ven mi cara… Entonces muero. Cuando el tiempo no aviva el olvido, cuando miro al cielo y no os veo, cuando el corazon esta partido, cuando negando a un dios en vosotros creo… Entonces muero. Cuando vuestro cuerpo son cartas, cuando el alma son palabras, cuando mente y esencia de amor estan hartas, cuando el Siempre son baladas… Entonces muero… Cuando miro atras y no sois mas que sombras, cuando no miramos el mismo cielo, cuando mi cabeza os suena, perfectas obras, cuando, entre lagrimas, traslucidos os veo… Entonces... muero…

  • Atraccion en nueva york de Sarah Morgan

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    Os presento a Molly: la consultora sentimental mas famosa de Nueva York. Se considera una experta en relaciones. siempre que se trate de las relaciones de los demas. Aun afligida por su ultima ruptura, Molly no tiene prisa por encontrar el amor; el unico amor de su vida es su dalmata, Valentin.

  • Besame, Princesa, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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    Novela romantica contemporanea.

  • La corona de York (La casa de York 2) de Charlotte Byrd

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    Solia ser mi unica esperanza. Easton Bay: un hombre tan despiadado como hermoso y tan tierno como cruel. Cada toque suyo envia escalofrios por mi espina dorsal.

  • Idiota, que empiece el juego de Olivia Kiss

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    Garret Davies es el actor del momento y lo tiene todo: fama, dinero y exito. Protagoniza una de las series mas aclamadas y su personaje en ella es casi una extension de si mismo, un tipo engreido y ligon. Pero su apacible vida empieza a sacudirse por completo cuando aparece en las oficinas de la cadena la nueva guionista de la serie, Faith Curtis.
    Pese al pequeno imprevisto, Garret apuesta con su companero que conquistarla y tenerla comiendo de la palma de su mano para mantener intacto el ego de su personaje, sera cosa de dos dias. Sin embargo, Faith no es como la mayoria de las mujeres con las que el se relaciona, no parece responder a sus juegos, y es arisca y firme en sus ideas.
    ?Podran entenderse sin matarse cuando la cadena decida que viajen juntos a Europa para lo promocion de la nueva temporada de la serie? El juego ya ha empezado. Y ninguno de los dos esta dispuesto a perder.

  • No llores, pequeno de Ngugi Wa Thiong'o

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  • Amara Sofia de Angel Cura

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    Amara Sofia es una chica mexicana universitaria, que tiene una vida normal con problemas normales. Una familia con conflictos. Una madre enferma a quien debe cuidar. Una hermana menor, a quien no comprende su actuar y proceder. Un novio, quien le habla bonito, pero ella no esta segura de los sentimientos de el. Una amiga, Carmen, quien le es inseparable y la apoya en los momentos dificiles, pero no puede ayudarle a encontrar las respuestas a sus constantes incognitas.Amara, mas joven, tuvo contacto con el pensamiento griego, disciplina que le robo el corazon y por eso estudia Filosofia y Letras. Una noche tiene un sueno, lleno de paisajes surreales y aventuras; el encuentro con diferentes personajes, dioses y lugares le haran mirar la vida de otra forma. Ella no se siente lista para responder a sus dudas sobre la vida, pero el sueno le demostrara lo contrario.

  • El fantasma enmascarado de Raul Garbantes

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    Illinois, 1960. Nathan Jericho es un hombre anticuado y el detective perfecto para clientes que necesitan resolver casos imposibles. Son especialmente las mujeres en apuros quienes tienen una afinidad especial con el detective caradura y hallan en el un protector reservado que no cejara en su empeno por hallar la verdad, sin importar los riesgos. En esta oportunidad una viuda desequilibrada solicita sus servicios para que la salve de ser asesinada por su esposo, el cual ha muerto hace muchos anos y ahora se le aparece usando la misma mascara que llevaba el dia que la conocio en un baile de disfraces. ?Como es esto posible? ?Testimonio de locura o experiencia paranormal? Jericho no cree en historias de fantasmas y debera resolver este misterio antes de que sea demasiado tarde.

  • Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses. 1944 de Tony Judt

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    Un ensayo sobre la irresponsabilidad y la condicion moral de la intelectualidad francesa.

  • Tu segunda vida empieza cuando descubres que solo tienes una – Raphaelle Giordano de Raphaelle Giordano

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    ?Cansada de la rutina? ?Necesitas dar cuerda a tu vida?

  • Correspondencia a una dama de Blanca Santoro

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    Esta novela nacio de un reto particular. Hace unos meses me propuse escribir una carta romantica y colgarla en mi perfil de Instagram. Soy una autentica enamorada de las epistolas y queria darme el placer de escribir una. Lo que no sospechaba era que acabaria por engendrar 64 cartas de amor. Si, toda una correspondencia que, como puedes suponer, iba a convertir mi muro de Instagram en algo totalmente diferente a lo que es: un espacio intimo donde suelo hablar de literatura. Asi que decidi reunir esas epistolas en un pequeno libro y lanzarlo al mundo para que todos los romanticos pudieran deleitarse de su lectura; tanto, espero, como yo disfrute al crearlo. Y es que el amor tiene mil caras y no todas las personas lo sentimos de igual manera ni lo expresamos del mismo modo. Todos somos unicos y, como tal, esta historia de amor tambien lo es.

  • El secreto de las golondrinas de Anonimo

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    Su mision: seducir a un hombre rico y con poder.

  • Camelot (Britannia 2) La hechicera y la tabla redonda, Javier Pelegrin & Ana Alonso de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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    Magia, aventura, lucha y una historia de amor que trasciende la leyenda.

  • Yo se un secreto 1 de Viki Tapada

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    “Yo se un secreto”, no solo es una historia de terror. Va mas alla de lo que se enconde tras cada puerta. Donde en la poblacion helada y rural de Inceground un juego inocente, una melodia infantil abrira un pasadizo hacia el mal y la locura. Tu reflejo jamas volvera a ser el mismo…

  • Igor (Santo Grial del Underground) de Fabiana Peralta

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    En principio, no es un impedimento para entablar una relacion que el chico que te gusta tenga seis anos mas que tu. Sin embargo, si que lo es cuando tu tienes trece pero aparentas doce, y el tiene veinte y es uno de los chicos mas populares del vecindario. En ese caso, solo puedes aspirar a que cuando te salude te revuelva el pelo, porque eres invisible para el y estas fuera de sus limites.

  • ?Suave como la seda? (Amigos del barrio 3) de Noelia Amarillo

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    El esplendido principe azul vencio al fiero dragon, desafio a la malvada bruja y rescato a la hermosa princesa. Con los primeros rayos de sol, montaron sobre el blanco corcel y emprendieron viaje hacia un castillo de cuento de hadas...

  • Una Virgen Para El Jeque de Kate Simmons

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    El dia de calor sofocante acabo en tormenta, una tormenta de polvo sulfuroso que oculto el sol y rugio toda la noche hasta el amanecer, dejando una estela de naranjos y datileros devastados. Las persianas de la casa de la plantacion se habian roto, las lamparas y floreros se habian estrellado al caer y el agua de la torre de irrigacion habia inundado el suelo. Agnes se detuvo en la galeria y sintio un desamparo mas alla de las lagrimas. Estas le habrian servido de consuelo al comprobar como el agua anegaba tambien el pasillo y al oir el intermitente ulular del viento rompiendo la quietud que habia seguido a la frenetica noche del siroco. Los dias precedentes habian sido de calor bajo un cielo plomizo, que habia trocado el desierto en un paisaje siniestro. Todavia en aquel momento el bochornoso calor parecia resecar las paredes de la maltrecha vivienda y Agnes podia sentir el sudor bajando por su espalda. Con su valor casi tan abatido como la casa se apoyo en la barandilla con la boca seca, los ojos chispeantes, y su espiritu destrozado. Una persiana suelta seguia golpeando; era como si algo extrano tratara de llegar a ella, atacando sus nervios. Se encontraba sin energias para acercarse a sujetar la persiana. Tensa como un gato, sin ningun sitio donde esconderse, trato en vano de no pensar en la silenciosa figura que yacia en la cama del dormitorio principal. Agnes se estremecio, a pesar del calor; el azul sorprendente de sus ojos estaba velado por los sucesos de la noche. Se trataba de un azul semejante al de las vidrieras de una capilla. Recordo la capilla anexa al colegio del convento donde ella habia pasado su ninez. Alla, los instintos de Agnes Lacroix se habian rebelado frecuentemente en contra de la disciplina; de los dormitorios, donde la intimidad era un factor desconocido; de la comida, que era sencilla y sin sabor. Las buenas hermanas habian decretado que la carne debia someterse al espiritu. Apenas cumplidos los diecisiete anos la llamaron al despacho de la Madre Superiora y le dijeron que tenia que irse a vivir con su abuelo. Hasta aquel momento, Agnes Lacroix habia ignorado su existencia, pero desde el dia en que Agnes llego a El Oasis, se sintio como si hubiera entrado en el hogar que siempre habia deseado. Un fascinante hogar en la umbria de una posesion de arboles frutales, donde el continuo rumor del agua en las acequias hacia que incluso el dia mas torrido pareciera fresco. Resulto cautivada por el desierto y salir a montar al amanecer o cuando las estrellas brillaban en el cielo, fue un placer del que nunca antes habia disfrutado ni sonado. En aquel instante estaba sola y temerosa, detenida en la amplia galeria de madera que dominaba el pasillo. Sola, porque el dia anterior los criados habian huido asustados, tanto por la tormenta de arena como por el anciano que yacia muerto dentro de la casa del Viejo Leon. Sadik habia sido el ultimo en marcharse, conmovido por la presencia de Agnes al lado de la cama del gigante sin vida; del hombre al que la joven habia llegado a amar en los dos anos que vivio en El Oasis. Se habia acostumbrado a su aspera arrogancia y habia aprendido a aceptar su implacable actitud hacia su madre, a quien nunca llego a perdonarle haberse casado con un ingles. De repente, en el dormitorio con altas puertas de palo de rosa, algo se estrello contra el suelo y el poco control que aun tenia sobre si misma desaparecio. Hubiera querido correr a los establos y saltar a los lomos de Firefly, pero parecia cruel huir cabalgando y dejar a su abuelo solo en la casa destruida por la tormenta. La habia cuidado, a su manera tratandola mas como a un muchacho que como a una mujer. Sus labios se movieron y se encontro murmurando una de las oraciones que las hermanas habian hecho que sus alumnas rezaran manana y tarde. Pero la oracion no borraba de su mente la convulsa cara de su abuelo ni la forma en que el se habia arrastrado hasta su aposento, gritando algo, pero no se habia recobrado del ataque y finalmente, le cubrio el distorsionado rostro con la sabana. Con frialdad, Agnes clavo la mirada en el pasillo. Su cabello denso rubio claro, se aparto de su pomulo cuando se inclino sobre la barandilla tratando de identificar un sonido ajeno al viento. El golpeteo de cascos sobre la piedra, la hizo preguntarse si algun criado habia regresado. Aun cuando era lo que esperaba, un instintivo temor la hizo retirarse de la escalera. Una figura alta, encapuchada, se movio abajo, poniendose deliberadamente ante su vista. El manto la cubria desde los hombros hasta los pies. Agnes clavo sus ojos en los del visitante, en tanto que este ponia su bota en el primer peldano de la escalera. --?Que quiere? ?Como se atreve a venir aqui? --sus palabras surgieron con prisa y, en su agitacion, hablo en ingles--. No tiene derecho a entrar en esta casa. --Se sorprenderia si conociera todos mis derechos --su voz era profunda, la pronunciacion de las vocales en ingles sonaba extrana en sus oidos. Y entonces lo reconocio… Aquel hombre habia estado alli una noche. Acababa de regresar de montar y estaba a punto de entrar en el estudio de su abuelo, cuando sorprendio voces iracundas que hicieron que se retirara por el pasillo, desde donde le vio salir a grandes zancadas, con visible rabia en sus facciones. Despues, durante la cena, Guillaume Lacroix le habia dicho que no hiciera preguntas. Sus asuntos con Razul al Kebir Bey no tenian nada que ver con ella. --No regresara aqui otra vez --aseguro--. Es muy orgulloso y le indigna que mi plantacion este en su territorio, como el lo llama. Tengo permiso por escrito del viejo cadi. El todopoderoso Razul Bey es solo un sobrino que se apodero del poder cuando surgio la ocasion. --Se dice en Bar Soudi que su abuelo ha muerto. La imperiosa voz resono en los ya destrozados nervios de Agnes y cuando el individuo empezo a subir la escalera, ella retrocedio hacia el dormitorio donde yacia Guillaume Lacroix. Lo unico en que podia pensar era en la enemistad existente entre ambos hombres y en que habia una pistola en la alcoba del anciano. Con rapidez, abrio de un tiron las puertas y cruzo la habitacion a la carrera; sus sentidos estaban puestos en la sombra con manto rojizo que la perseguia. Por alguna razon irrefrenable, tenia la idea de que aquel manto le seria arrojado sobre la cabeza por lo que, con manos temblorosas, abrio un cajon y empuno firmemente la pistola. Se volvio y vio a Razul Bey en la puerta. --Deje ese arma --habia rudeza y un dejo de mofa en su voz--. He venido a El Oasis a ayudarla. --?Ayudarme? --desdenosamente, siguio apuntandole--. Se como eran las relaciones entre usted y mi abuelo. Soy una Lacroix y estoy enterada de que cuando uno de ustedes odia a alguien, incluye a todos los miembros de la familia. --La justicia del bey --al pronunciar tales palabras, Razul dio un paso hacia ella--. Puede estar segura que tengo mis razones para estar aqui. --?Para regocijarse con la muerte de Lion? -- Agnes le miro fijamente--. Ya me hablo de lo mucho que lo odiaba porque El Oasis esta en tierras que usted afirma que son de su propiedad. !Si ha venido para arrojarme de la finca de mi abuelo, puede pensar en otra cosa! Los ojos de Agnes se tornaron azul oscuro, mientras se quitaba de la cara el alborotado cabello. Si tenia que disparar, queria hacerlo con tino, de la forma en que Lion le habia ensenado. Nunca antes habia sentido aquella tension animal; su cuerpo se estremecio al enfrentarse a Razul Bey, un extrano para ella, casi un barbaro en su apariencia y actitud. En los dos anos transcurridos en El Oasis, habia aprendido algo sobre la gente. Sabia que los odios familiares pasaban de generacion en generacion. --No voy a discutir los detalles de propiedad de la tierra con una muchacha --su misma postura parecia significar un reto, en tanto la miraba de arriba abajo--. Le advierto que, si no deja el arma, me vere obligado a quitarsela. Su imperiosa mirada y el tono amenazante la enfurecieron de tal modo, que Agnes olvido su vulnerabilidad. --Salga de esta casa --espero que algo del aspero orgullo de Lion se notara en su voz--. !Vayase, fuera! --?Puedo hablarle sobre su abuelo, ese hombre que usted veneraba y cuyo cuerpo ha velado durante toda la tormenta? --?Que hay que decir? --Tal vez lo suficiente para que lo odie. --Nunca podria hacer tal cosa --el solo pensamiento la hizo estremecerse y la pistola se movio en su mano. Lion estaba muerto y ya no existia nadie que pudiera cuidar de ella. --!No oire sus mentiras! --No acostumbro a mentir --refuto--. Si Guillaume Lacroix la hizo creer que la trajo a El Oasis por amor e interes hacia usted, el si era el mentiroso. --Me queria --reto al hombre--. ?Como puede usted decir lo contrario? --Porque lo se. Agnes no podia separar los ojos de su impenetrable interlocutor. --Y creo que usted deberia saberlo --dijo el deliberadamente--. Lacroix estaba tan determinado a permanecer en El Oasis que, cuando el arrendamiento vencio hace dos anos, me ofrecio a su virginal nieta a cambio. <>. Intocada, pura como la nieve de las montanas del Atlas, la clase de joven que valdria una buena bolsa de oro en los mercados en los que aun existen subastas de mujeres. Lugares prohibidos del corazon del desierto, donde su reverenciado Lion la hubiera puesto en exhibicion para no ser despojado de la unica cosa en la vida que significaba algo para el: esta casa y cuanto la rodea, y que el viento ha convertido en ruinas. Hizo una pausa, para dejar que las palabras penetraran en el cerebro de la joven, quien sostuvo su penetrante mirada que parecia querer grabar tan increibles palabras. --!Que increiblemente malvado es usted! ?Como puede decir tales falsedades? --La maldad no es mia, senorita --Razul Bey hablo curvando sus labios. Inesperadamente, tan peligrosamente agil como cualquier felino, le agarro la muneca forzandola a soltar la pistola. Resono contra el piso y el le dio una patada, alejandola de su alcance. Un grito involuntario escapo de los labios de Agnes, cuando se encontro entre sus garras. --!Maldito bruto! --peleo con furia, pero no era contrincante para un hombre tan fuerte como aquel--. !Mentiroso! !Quiteme sus sucias manos de encima! El la arrastro fuera del aposento de Lion hasta la galeria. --Deje de resistirse o le dare unos azotes. Necesita botas y una capa. ?Cual es su habitacion? --!Dejeme en paz! Agnes nunca se habia encontrado en tal situacion, sin nadie que pudiera ayudarla. Aunque gritara hasta tirar la casa abajo, no habria quien la oyera. Aun asi, un grito se le escapo de su garganta, mientras el trataba de reducirla. --Las mujeres histericas colman mi paciencia. Recupere la razon o me vere obligado a infundirle algo de cordura. El Oasis ha sido devastado por la cola de la tormenta, pero esta aun no ha terminado. Se revolvera y entonces regresara. ?No ha sido suficiente esta prueba para usted? ?Acaso desea mas de lo mismo, sola en esta casa, con el cadaver de su abuelo? --Dira y hara cualquier cosa para sacarme de aqui. Le lanzo una mirada venenosa y odio el temor que se anidaba dentro de ella, cuando encontro sus ojos. Ojos de color ambar bajo un par de cejas intensamente negras. --?Cual es su habitacion? --insistio. Reacia y con resentimiento, le indico una puerta mas alla en la misma galeria en que se hallaban. Fueron hasta el lugar y Razul Bey la observo mientras se calzaba sus botas de montar y se ajustaba la capa que utilizaba por el desierto. --?Me lleva a Bar-Soudi? --?Es donde quiere ir? Agnes asintio y lo vio reaccionar con un leve encogimiento de hombros. Ella se volvio hacia la mesa donde la lampara de petroleo aun lanzaba sus llamas. Mientras recogia el latigo, recordo el pasaje de un libro que habia leido sobre un funeral pagano que dos jovenes soldados habian preparado para su hermano muerto en la batalla. Agito el latigo y la lampara fue barrida de la mesa, derramando su contenido por el suelo de madera, que se inflamo inmediatamente. Las llamas saltaron al instante, tratando de alcanzarla, pero un brazo la rodeo por la cintura y tiro de ella hacia la galeria. --!Lo ha hecho a proposito! --los ojos la miraban tan ardientemente como el fuego que se habia apoderado de la habitacion. --Si, Lion apreciara este funeral pagano y el hecho de que todo lo que obtenga de El Oasis sea un monton de cenizas. Solo falta una cosa y es un perro a sus pies. !Deberia ser usted! Durante un buen rato, en tanto que las llamas se avivaban y consumian las cortinas de muselina alrededor de la cama, Razul Bey tenia una vaga mirada en los ojos. No habia senales de ira; sin embargo, Agnes estaba segura de que su comentario lo habia herido. --!Venga! --la llevo apresuradamente por la escalera, ya que pronto el fuego se extenderia. La casa de la plantacion era de madera y no tardaria mucho tiempo en desaparecer bajo el voraz incendio. La joven no sentia el menor remordimiento por lo que habia hecho. Lo que contaba era que habia asestado un golpe a las crueles y despiadadas mentiras que aquel hombre habia manifestado. A la incierta luz del dia, el viento azotaba las palmeras frente a la casa, doblandolas hacia atras y hacia adelante como si fuera a arrancarlas. Agnes se puso la capucha de su manto sobre la cabeza, doblando el cuerpo para vencer la fuerza del viento cargado de arena, mientras seguia a Razul Bey, el cual se dirigia a un grupo de hombres que estaban resguardados tras las protectoras jorobas de sus camellos. Cuando comprendio que se esperaba que cabalgara uno de aquellos animales, que durante una tormenta de arena podian cerrar los orificios de la nariz para evitar la entrada del polvo, grito que queria montar a caballo para ir a Bar-Soudi. Se dirigia hacia los establos cuando una mano cayo sobre su hombro. --Sus caballos se desbocaron anoche. --?Se ha escapado Firefly? --lagrimas ardientes rodaron por sus mejillas, pues a duras penas podia soportar aquella nueva perdida. Acalorada, se enfrento al bey--. ?Me esta diciendo mas mentiras? ?Ha dejado sueltos los caballos en su desierto abandonado de Dios? !Oh, eso si que no se lo tolero! --En su miedo a la tormenta, rompieron las puertas y salieron de los establos --replico--. No correran sueltos mucho tiempo, pronto encontraran un amo. De alguna manera aquellas palabras la hicieron vacilar. <>, penso. <>. Una repentina llamarada, surgida de una de las ventanas del piso superior de la casa, hizo que Razul Bey, con una corta palabra de mando, ordenara a su sequito que se pusiera en pie. Agnes fue conducida a uno de los camellos rojizos, aun arrodillado para que pudiera subir a la silla; cada centimetro de su cuerpo temblo contra el arzon, cuando el bey monto detras de ella. Una vez el animal se puso en pie y echo a andar, los demas lo siguieron con largas zancadas, a traves de las puertas de El Oasis, hacia el desierto. --Ahora vamos rapidos --la voz de Razul Bey resono a traves del gemido del viento. Hablo en ingles, pero cuando volvio la cabeza para dar una nueva orden a sus hombres, hablo en su propio idioma. Era una lengua que Agnes no habia podido dominar durante su estancia en la casa de su abuelo. El no habia alentado el uso de aquellas palabras de sonidos barbaros, sino que se habia aplicado a corregirle su frances hasta que fue casi tan correcto como el suyo. Entonces le dijo: <>. Con el tiempo, la joven la habia perdonado el desprecio hacia su padre. Como Razul Bey, Lion habia sido duro y tirano, creyendo en su propia invulnerabilidad, y mostrandose egoista en lo que respecta a los demas. Tales hombres rara vez desean piedad para ellos o se la conceden a sus semejantes. Con la cabeza protegida por la capucha, observo la casa en llamas, que pronto seria la pira de su abuelo. Queria llorar, pero estaba demasiado pendiente de la proximidad del hombre. El vaiven del camello hacia que sus cuerpos entraran en contacto y cuando esto sucedia ella se encogia pensando en las cosas horribles que el habia dicho y ansiando que el viaje hubiera terminado ya. <>, se dijo, <>. No dudaba de que la dejaria en el Hotel Ramis. No tenia dinero, pero sabia que la cuenta del viejo Lacroix estaba en el banco local. Esperaba tener acceso a ella, como la unica beneficiaria de Lion. Aquel pensamiento la esperanzo e inyecto nuevos animos. Aquellos individuos eran tan enigmaticos como el desierto mismo y apenas podia tolerar la insufrible cercania del que iba junto a ella, pero nada podia hacer para evitarlo, tendria que soportarlo hasta que llegara a Bar-Soudi. Capitulo 2 Agnes desperto de repente; medio ofuscada aun, se dio cuenta de que el vaiven del animal la habia adormecido en la silla. No sabia durante cuanto tiempo. ?Tal vez solo un momento, o habian transcurrido horas? La fila de camellos avanzaba a lo largo de un camino empedrado que gradualmente ascendia por una colina hasta desembocar en unas altas murallas frente a una puerta almenada, que fue abierta por hombres uniformados. Agnes espio a traves de la niebla causada por el polvo, que aun giraba en el aire y se pregunto si serian guardias. Pero, que ella recordase, no habia guardias en Bar-Soudi. Entonces, ?en donde se encontraba? Su ahogado grito debio de transmitirse al hombre, cuyos brazos, mientras conducian el camello, se mantenian alrededor de su cuerpo como un lazo. --Es El Karah --explico--. Estamos entrando en el patio de mi palacio. --?Su… que? --exclamo. Estaba aun un poco adormilada y se sentia inclinada a imaginarse que todo aquello era un mal sueno--. ?No puede dejar de bromear? --Le aseguro que tiene siempre mejor aspecto a la luz del dia --la voz, sobre su cabeza, era impersonal, como si se tratara de un guia y ella una turista--. Su arquitectura es algo confusa en este momento, pero, en mi opinion, se trata de uno de los mejores ejemplos de artesania de la region. Fue construido por uno de mis antepasados, sobre las ruinas donde varios ejercitos lucharon y murieron, cada uno de ellos tan convencido como los otros de que su bandera y su fe eran las verdaderas. Existen camaras aun intactas debajo, donde los prisioneros eran… alentados a cambiar su forma de pensar. --No me importa lo que haya dentro, alrededor o debajo de su palacio --dijo Agnes furiosa; su cuerpo se retorcio en la silla para poder lanzarle las palabras a la cara--. Usted me hizo creer que ibamos a Bar-Soudi. !Es infame que me haya traido aqui! Este es el ultimo lugar de la tierra donde deseo estar. ?Me oye? --Con claridad, mon enfant. --Yo no soy su pequena --estallo--. !No soy nada de usted, ni nunca he querido serlo! !Exijo que me lleven al Hotel Ramis! --?Exige? --una sonrisa entreabrio sus labios, pero no precisamente una sonrisa divertida--. Es usted, sin duda, una costilla del viejo Lacroix. El tambien era un saco lleno de exigencias. --Callese y dele la vuelta al camello --replico furiosa. El entrecerro los parpados ante el tono de voz de la joven, pero esta capto un extrano brillo en aquellos ojos color ambar y sintio la fuerza del hombre que gobernaba El Karah. Un hombre para quien una mujer podia significar menos que un semental entrenado para todos sus caprichos. La autoridad de su alta posicion estaba estampada en sus facciones y Agnes se percato de los grandes peligros que podian acecharla, unos peligros sobre los cuales apenas habia pensado ni siquiera cuando cabalgaba sola por el desierto. --Hay otra cosa historica notable en El Karah --manifesto arrastrando suavemente las palabras--. El viejo mercado de esclavos, con una plataforma de piedra asperamente labrada sobre la cual se realizaba la venta. Acudian de todos los puntos cardinales para contemplar la mercancia y quienes alcanzaban los mas altos precios eran los jovenes vigorosos y las muchachas virgenes. Los camellos se habian detenido y los hombres de la tribu del bey esperaban su orden para desmontar. La joven sintio el latir de su corazon cuando Razul se inclino, acercandose a ella, y descubrio su aturdimiento. Ella habia oido decir que el tiempo se detenia en el desierto, y que, en cierta forma, su gente y sus costumbres permanecian iguales a como habian sido durante incontables anos. Pudo creerlo cuando miro al bey de Karah. Intuyo, con un enorme sobresalto, que, si se hubiera acogido a su oferta original de ayuda, podria ahora estar a salvo en el hotel en Bar-Soudi. Su cultura occidental lo habia mantenido controlado hasta que ella, impetuosamente, habia prendido fuego a la casa de la plantacion. Ahora, el lado barbaro de su naturaleza se habia apoderado de el, por lo que Agnes se dijo que era preciso hallar una formula razonablemente aceptable para convencerle. Las palabras suplicantes la mortificarian no podia rogarle que la llevara a Bar-Soudi y como era mucho mas rico que ella, resultaria absurdo ofrecerle dinero, en especial cuando este dinero deberia salir del legado de Guillaume Lacroix. --La gente de Bar-Soudi se preguntara que me ha pasado --comento--. Las autoridades le acusaran de secuestro, si me retiene contra mi voluntad. --Las autoridades probablemente pensaran que perecio usted en el incendio, junto con el viejo. Usted encendio la llama, pero supondran que la lampara se cayo de la mesa a causa de una rafaga de viento. --Sus hombres saben que me ha traido aqui --Agnes se esforzo por ocultar su panico. --Mis hombres estan atados por una lealtad tal que no puede imaginarla --ahora sus ojos se mostraban burlones--. Ellos nacieron en el desierto; usted no es mas que un terron de azucar en la boca del Kismet. Cuando Razul Bey ordeno a su camello que se arrodillara, la joven contuvo el aliento, abrumada por un sentimiento de angustia, y en el momento en que, una vez en el suelo, intento agarrarla, ella se sujeto fuertemente al arzon, sin lograr otra cosa que la risa de su antagonista a la que hizo coro la de sus hombres. Sintio sus mejillas enrojecer. Un terron de azucar, habia dicho el, como si en El Karah pudiera esconderla, tratarla como se le antojara y pisotear sus derechos. --Es… esto ha ido demasiado lejos --dijo--. Ya esta bien de bromas. Ya se ha desquitado de lo que hice… --?De verdad cree que se trata de una broma? --la arranco energicamente de la silla--. Nadie, senorita, me llama perro, sin pagar por el insulto. Ninguna mujer me llama mentiroso sin aprender algunas dolorosas verdades. Nadie en la ciudad de El Karah movera un dedo si traigo una mujer a mi serrallo, aunque su pelo sea de oro fino. Agnes lo miro fijamente a traves del polvo que el viento habia esparcido por el cielo. Existia algo fatal y como prohibido en el aire, algo que parecia inclinar una parte de su ser a pensar que lo que estaba sucediendo se hallaba escrito en las ardientes arenas. !Pero no! !Aquello solo eran supersticiones tontas! Lo arranco de su mente y se echo atras la capucha.

  • Despues de ver (Nada mas verte 2) de Mhairi Mcfarlane

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    En Nada mas verte, aquel que desaparecio de su vida regreso… pero ?que sucedio despues?
    Una vez juntos, luego se separaron. Rachel y Ben vivieron muchos altibajos hasta llegar aqui. Ahora, juntos y enamorados otra vez, todo lo vivido les parece que ha valido la pena.
    Sin embargo, cuando alguien que habia desaparecido de la vida de ambos vuelve a aparecer, los problemas regresan. ?O no? ?Seran, al final, felices para siempre?

  • Sucedio en Likanantai de Adela Pilowsky

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    Un pobre pueblo minero. Tres generaciones de una familia. Una vida colmada de secretos.

  • El corazon de cristal roto de Arturo Roberto Aguirre Gomez

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    Muchas personas se hacen preguntas con respecto a por que no han encontrado a esa persona adecuada para formar una pareja. ?Que tan dificil puede resultar para algunos encontrar el amor? Conocen a alguien, se entusiasman e ilusionan y de pronto todo se termina. El dolor por la separacion que se experimenta es sumamente intenso que a veces puede llevar a una perdida del sentido de vida, porque las expectativas que pusieron en la persona fueron demasiadas.

  • Un ano para maravillarse de Clemency Burton-hill

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    Este libro que en poco menos de un ano se ha convertido en un clasico en el Reino Unido, es un original texto que busca compartir con todo el mundo las maravillas de la musica clasica. La autora selecciona una pieza musical para cada dia del ano con una breve explicacion del compositor, su contexto y las razones por las cuales la ha escogido.
    Una forma inigualable de acercarse, entender, apreciar y maravillarse con la gran variedad de musica clasica existente.
    Seleccionada con mimo e investigada con rigor, este es un libro tanto para amantes de la musica clasica como para quienes quieren conocer de que se trata y nunca nadie los ha guiado hacia ella.
    El unico requisito para maravillarse con este libro es tener tanto los oidos como la mente abiertos.

  • Una Esposa Inconveniente (Novias Del Oeste 4) de Amaya Evans

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    Adalind Hamond, es una chica timida, encerrada en si misma, que llego a casa de Ellie y Phillip, por un milagro. La encontraron casi muriendo debajo de un arbol en sus tierras. Cuando el vio a la muchacha, la llevo enseguida a casa y junto con su esposa Ellie, trato de ayudarla, curar sus heridas y poco a poco la chica se recupero, pero casi no hablaba porque segun el medico, estaba muy traumatizada a causa de la muerte de sus padres en manos de comancheros. Ella logro escapar y fue por eso que se salvo de terminar como la mayoria de los ninos, violada o vendida en un burdel en el mejor de los casos. El tiempo pasa y ella crece para convertirse en una hermosa mujer. Mientras vive con Ellie y Phillip conoce a su amor platonico, Derek Sutton, al cual ve como un principe azul. En silencio se enamora de el y suena con ser su esposa algun dia. El problema es que Derek es un mujeriego consumado y cuando se entera de eso, le dice que solo la ve como una nina, rompiendo asi su corazon.

  • Tu alteras mi mundo de

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  • Seduciendo su Corazon (Manhattan Dinner Club 2), Jean Joachim de Jean Joachim

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    Dentro de una moderna casa en el noreste de Manhattan, saltan chispas cuando la arrendataria Bess Cooper, tan exquisita como los postres que prepara en su programa de reposteria en la TV, choca con su guapo nuevo vecino Whit Bass, un reconocido periodista de radio intimamente relacionado con una modelo bien sofisticada, de esas que complementan cada uno de sus trajes y vestidores.
    Al igual que su famoso y dulce pastel de manzana, Bess tiene un guapo novio policia -y su pijamada del viernes- quien alega que sus asuntos secretos de la policia le impiden arrastrarse bajo sus sabanas con mas frecuencia- y un companero de por vida, su pug, Dumpling.
    El Sr. Whit, tambien conocido como Sr. Sin Compromiso, es un mujeriego de voz suave y persuasiva. Bess es el tipo de chica que haces madre de tus hijos y que cree en los “vivieron felices para siempre”. Aun asi, contra su voluntad, ella y este hombre se atraen mutuamente con la fuerza de los polos de un magneto. ?Tendra Bess la fortaleza para sobrevivir a un corazon destrozado – de nuevo? ?Estara Whit persiguiendo un sueno de exito a medio mundo de distancia, o corriendo asustado? Desesperada, Bess se va a su “club de cenas de los lunes” – sus fieles cuatro amigas, todas duenas de pugs. Combinando aventuras empresariales de alto nivel y el impresionante climax de un crimen altamente confidencial, de esos que explotan en los periodicos, !este cuento torrido te dejara sin aliento!

  • Una influencer y un giro inesperado (Influencer 2) de Hugo Sanz

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    Un ano despues, tras el inesperado giro que ha sufrido su vida, Chloe decide que es hora de resurgir de sus cenizas. Para ello, se plantea hacer un viaje por Asia que, aparte de para ver mundo, le sirva para reencontrarse consigo misma.

  • Cuentos de la Guerra Civil de Ambrose Bierce

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    Los cuentos que invadiran la cabeza del lector no fueron escritos por un general avido de medallas, un profeta del pacifismo o un escritor esperanzado en la humanidad. Fueron creados por un soldado que vivio la Guerra de Secesion en carne propia y supo, pese a todo, desentenderse del patriotismo ciego y el discurso oficial del Norte, que a la postre gano la guerra y se autoerigio como el bando <> y redentor de los esclavos negros. Bierce desecha de cuajo ese facilismo binario y detalla las contraluces propias de una guerra fratricida: pondera miedos y valentias, explica atrocidades, ilumina las sombras de personajes esculpidos por una epoca feroz de la cual solo queda una leyenda. Una leyenda que aun divide a Estados Unidos y provoca odios mutuos. Con todo, esa equidistancia (oscura, a veces desgarradora) es lo que diferencia a Bierce de la mayoria de los narradores y corresponsales belicos, quienes muchas veces buscan asentar la culpa del conflicto en un bando. Leyendo estos relatos se adivina que el soldado promedio de los dos ejercitos era el mismo prototipo, que muchas veces se trataba de un hermano luchando por el Sur y otro por el Norte, que los generales casi nunca tragaban barro y que la muerte vivia al acecho. Ademas, para quien recien se adentra en la tematica, es posible detenerse en ciertas frases racistas o analizar la perspectiva que los blancos, incluso los yanquis, tenian de los negros. Y eso lleva a sospechar que Bierce, quiza inconscientemente, ya sugeria lo que el grueso de los gringos sigue ignorando: que la Guerra Civil norteamericana no se libro con el mero proposito de liberar a los esclavos negros y adaptarlos en un plano de igualdad ciudadana a la sociedad, sino que mas bien se trato de un choque entre elites y sistemas economico-productivos. Por un lado, el Norte de la Union Federal, lleno de industrias que requerian mano de obra libre y asalariada, la cual se podia despedir a placer y no exigia la manutencion del obrero; por el otro lado, el Sur Confederado, atrasado, agricola y cuasi feudal, que veia a las plantaciones de algodon y a la esclavitud como un asunto medular e irrenunciable de su identidad. Pero dejemos la vastedad de este topico a economistas e historiadores sociales. Calculemos, por un instante, la interpelacion que generan estos cuentos en nosotros como latinoamericanos. No hay nexo aparente. Los gringos estan locos, la esclavitud tuvo otros ribetes en Latinoamerica y acaso el unico suceso comparable, en cantidad de muertos, sea la revolucion mexicana. No obstante, al palear unos centimetros de tierra, aparecen osamentas para refutarnos. Y no me refiero a las guerras civiles del siglo diecinueve ni a las montoneras que siguieron a la independencia del dominio espanol. Me refiero a muertos mas recientes; aquellos que les toco vivir una epoca donde un vecino era un potencial delator o un amigo de la infancia podia transformarse en verdugo. Probablemente el adolescente Ambrose Bierce jamas sospecho que le dispararia a muchachos de Alabama o Texas. Y muchos ninos latinoamericanos de la decada de 1960 tampoco pensaron ser asesinados por sus ideas politicas o convertirse en torturadores. El devenir, sin embargo, dictamino otra cosa. Sirvan estos relatos como advertencia a los horrores fratricidas. Sirvan como un oscuro testamento a favor de la paz. No despertemos a la bestia. Es un monstruo que duerme a la sombra de la paz. Lo que vi de Shiloh I Esta es la sencilla historia de una batalla; una historia contada tal como puede narrarla un soldado que no es escritor a un lector que no es soldado. La manana del domingo seis de abril de 1862 fue clara y tibia. El toque de diana resono algo tarde, ya que las tropas tendrian un dia de descanso tras una larga marcha. Los hombres haraganeaban en torno a las brasas del vivac; unos preparaban sus desayunos, otros examinaban con descuido la condicion de sus armas y pertrechos, aguardando la inevitable inspeccion, y algunos otros hablaban con indolente dogmatismo acerca del tema infalible: el final y el proposito de la campana. Los centinelas deambulaban el confuso frente con una libertad de paso y maneras que no hubiesen sido toleradas en otro momento. Un punado de ellos cojeaba, sin parecer soldados, a causa de sus pies ampollados. A escasa distancia, en la retaguardia de las armas apiladas, se veian unas pocas tiendas de campana; ocasionalmente, desde su interior, asomaban oficiales despeinados. Languidamente daban ordenes a sus sirvientes para que les llenasen una palangana con agua, desempolvaran un abrigo o puliesen una vaina. Jovenes y esbeltos ordenanzas, cargados de mensajes evidentemente insignificantes, espoloneaban a sus caballos viejos y se abrian paso entre los hombres, soportando con desden sus burlas y humoradas, ese castigo por ostentar un puesto superior. Pequenos negros de estatus y funciones imprecisas se revolcaban sobre sus estomagos, golpeando el suelo con sus talones largos y desnudos bajo el brillo del sol, o bien dormitaban pacificamente, inconscientes de las bromas aleccionadoras, preparadas por manos blancas para enmendar su perdicion. De pronto, la bandera que colgaba floja y sin vida en los cuarteles parecio levantarse vivamente en el asta. En el mismo instante, se escucho un sonido amortiguado y distante, semejante a la pesada respiracion de un animal gigante bajo el horizonte. La bandera alzo su cabeza para oir. Hubo una pausa momentanea en el zumbido del enjambre humano. Entonces, mientras la bandera caia, el silencio se fue. Pero ya habia cientos de hombres de pie, miles de corazones latiendo a un pulso alborotado. Otra vez la bandera hizo una senal de advertencia, y nuevamente la brisa trajo hasta nuestras orejas el sonido largo y profundo de unos pulmones de acero. Como si hubiese recibido una orden ferrea, la division se puso de pie y se conformo en grupos de atencion. Incluso los negritos se irguieron. Despues de esto he vuelto a ver conmociones similares, provocadas por terremotos, pero creo que en ese momento no temblaba. Los cocineros, sabios de su generacion, sacaron los calderos humeantes del fuego y se prepararon para correr. Los ordenanzas montados se esfumaron. Los oficiales se arrastraron a punta y codo desde sus tiendas de campana y se aunaron en grupos. Los cuarteles se habian transformado en una bullente colmena. El sonido de la metralla ahora llegaba en rafagas regulares. Era el latido fuerte y constante de la fiebre de guerra. La bandera ondeaba entusiasmada, remeciendo su escuderia de estrellas y bandas con una especie de feroz placer. Un ayudante de campo montado corrio hacia la sombra del circulo de los oficiales; parecia haber brotado del suelo en una nube de polvo y al instante se oyeron las notas claras y agudas de un clarin. Las notas se repitieron y fueron replicadas por otros clarines hasta alcanzar los campos marrones, esparcidas por las filas de los bosques, transportadas hasta lejanas colinas; hasta en los valles nunca vistos se reprodujeron esas notas. Los acordes mas leves y remotos casi se ahogaban entre vitores, mientras los hombres corrian a agruparse torno a las bayonetas. Porque esta llamada no era el tedioso clarin "general" ante el cual se desarman las carpas. Este era el emocionante llamado de "asamblea", que llega al corazon como el vino y revuelve la sangre como los besos de una mujer bella. Habiendolo escuchado, sobre los rugidos de los canones, ?quien seria capaz de olvidar la intoxicacion salvaje de su musica? II Las fuerzas confederadas de Kentucky y Tennessee habian sufrido numerosos reveses que culminaron en la perdida de Nashville. El golpe fue severo: cantidades inmensas de material de guerra quedaron en manos de los vencedores, junto con todos los puntos estrategicos importantes. El general Johnston reculo el ejercito de Beauregard hacia Corinth, al norte de Mississippi, donde esperaba conseguir mas reclutas y equiparse hasta ser capaz de asumir la ofensiva y recuperar los territorios perdidos. El pueblo de Corinth era un lugar miserable, la capital de un pantano. Esta a dos dias de marcha hacia el oeste del rio Tennessee. Alli, y por el curso de ciento cincuenta millas, el rio fluye casi hacia el norte, hasta desembocar en el Ohio, en Paducah. Es navegable hasta este punto, es decir, hasta el embarcadero de Pittsburg, al cual se llega desde Corinth mediante un camino erosionado que cruza una region boscosa y tupida y que corre hacia el rio bajo arcos selvaticos cubiertos de musgo espanol. En algunos lugares la via yace obstruida por arboles caidos. El camino a Corinth se convertia, en ciertas estaciones, en un brazo del rio Tennessee. Su boca era el embarcadero de Pittsburg. Aqui, en 1862, habia algunos campos y una o dos casas. Ahora existen un cementerio nacional y otros progresos. El general Grant emplazo su ejercito en el embarcadero de Pittsburg, con un rio a su retaguardia y dos lanchas a vapor como medio de comunicacion con el lado Este, adonde llegaria el general Buell desde Nashville, acompanado de treinta mil hombres. La pregunta ha sido formulada: ?por que el general Grant ocupo la ribera enemiga del rio, encarando a una fuerza superior antes del arribo del general Buell? Buell tenia un largo trecho que recorrer; acaso Grant estaba cansado de esperar. Seguramente Johnston lo estaba, pues durante la plomiza manana del seis de abril, cuando la division de vanguardia de Buell estaba vivaqueando cerca del pueblito de Savannah, ocho o diez millas mas abajo, las fuerzas confederadas -habiendo abandonado Corinth dos dias antes- cayeron sobre las brigadas avanzadas de Grant y las masacraron. Grant estaba en Savanah, pero se apresuro hacia el embarcadero, justo a tiempo para encontrar sus campamentos en las garras del enemigo y los rastrojos de su ejercito derrotado, acorralado por un rio a sus espaldas como apoyo moral. He relatado las noticias de este asunto tal como nos llegaron a Savannah. Vinieron a grupas del viento, un mensajero que no transporta detalles copiosos. III En la ribera opuesta al embarcadero Pittsburg existen algunas colinas bajas y ralas, parcialmente rodeadas por un bosque. Visto desde el otro lado del rio Tennessee, durante el crepusculo del seis de abril, este espacio abierto (esta ribera, de hecho, fue angustiosamente contemplada por miles de ojos, muchos de los cuales se oscurecieron antes del ocaso) hubiese dado la impresion de estar veteado por franjas largas y oscuras, con nuevas franjas que surcaban constantemente el horizonte. Esas franjas eran los regimientos de la division de vanguardia de Buell. Habiendose desplazado desde Savannah a traves de un territorio que no era mas que pantanos y bajios sin senderos, con repentinas irrupciones de exuberante selva, la vanguardia arribaba al campo de batalla exhausta, con los pies doloridos y muerta de hambre. Habia sido una carrera terrible; algunos regimientos perdieron un tercio de sus hombres por fatiga, los soldados caian abatidos como si les hubiesen disparado, y alli los dejaban en el suelo para que se recuperasen o fallecieran a su gusto. La escena a la que les habian invitado tampoco inspiraba la confianza moral capaz de curar la fatiga. El aire estaba colmado de truenos y la tierra temblaba bajo sus pies. Y si hay algo de verdad en la teoria de la conversion de la fuerza, estos hombres almacenaban energia por cada shock que lanzaba ondas sobre sus cuerpos. Quizas esta teoria explique mejor que otras el tremendo aguante de los hombres en la batalla. Pero los ojos solo constataban materia idonea para la desesperacion.

  • Finca negra de Eduard Freundlinger

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    Ya hace anos que la hermana de Joana desaparecio sin dejar rastro. Entretanto Joana dejo su pais y construyo una nueva vida en Alemania. De pronto recibe un mensaje comunicando que Carmen aun podria estar viva y Joana vuelve a Andalucia. La certeza sobre el destino de Carmen esta al alcance de su mano, pero bajo el sol de la costa Tropical le esperan otras oscuras verdades…

  • Mensaje equivocado de Antonio Arteaga

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    ATENCION: EL 100% DE LOS BENEFICIOS DE ESTE LIBRO SE ENTREGARA A LA ASOCIACION ESPANOLA CONTRA EL CANCER Eduardo, un oficinista cuarenton de vida monotona y aburrida, recibe por error un mensaje en su movil en el que se comenta un encuentro sexual con una mujer y se sugiere la idea de realizar un trio. No le da mayor importancia hasta que, al dia siguiente, descubre en el periodico que ese hombre ha sido asesinado de forma violenta la tarde anterior. En lugar de ponerlo en conocimiento de la policia decide incluir algo de emocion y aventura en su rutina diaria jugando a detectives y tratando de averiguar mas detalles por su cuenta. Pero lo que comienza como un juego se complica inesperadamente… Mensaje equivocado es un thriller para adultos sobre asesinatos en serie que tiene como trasfondo el mundo de las redes sociales, las webs de contactos y los ambientes liberales. Con una trama agil y tremendamente adictiva, incorpora elementos de novela de suspense, elevadas dosis de erotismo y un fino humor negro que dan a la historia un ritmo frenetico que desemboca en un final intenso y sorprendente.

  • Acordes bastardos de Daniel Hermosel Murcia

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    Acordes bastardos arranca con una noche de copas fallida. En su regreso a casa, Marina se topa con su hermano Andres, rockerillo de medio pelo, que iba camino a una fiesta en la que no faltaran la musica, las drogas y el sexo psicodelico.
    Fruto de esa noche atipica, tendra un nino bastardo al que no terminara de querer del todo. Varios anos mas tarde, el retraso de un tren de cercanias provocara una cascada de demoras que haran que Roa, el hijo ya adulto de Marina, se vea forzado a tomar una ruta alternativa para llegar a su oficina, una ruta que pondra patas arriba su vida.

  • La maldicion Silach de Antonio Martin Morales

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    Las almenaras recitaban en alto poemas de fuego, cuando Lord Veleron irrumpio en el palacio del Rey Tendon de Vestigia. Concluyeron las plegarias fabuladas a los dioses, despues de la gran cena en el salon de embajadores. Rilmor, capitan que ejercia como jefe de armas de la casa de los Veleron, acompanado de tres de sus mejores hombres, mostro sus credenciales a los custodios de la puerta del gran salon. Los acordes de las arpas y las gargantas finas de los juglares se apagaron cuando Rilmor entono la presentacion ostentosa de su senor. --!De las tierras del Este, de la region del gran Valle de Lavinia, el noble hijo de la casa Veleron, mi senor y mi protector: Rolento Veleron, hace acto de presencia! El noble cruzo en ese momento el gigantesco porton,_ a paso ligero, ruidoso, hasta arrimarse a la gran mesa. Se detuvo en la distancia prudente para que todos los comensales pudieran verlo. Ataviado con armadura de combate, levanto murmullos por doquier. Hablo el Rey y los demas guardaron silencio. --Amigo Rolento, tu visita es grata e inesperada... ?Que esconden tus ojos apenados? Ese rostro no corresponde a tu afamada tranquilidad -- pregunto directamente Tendon. Se detuvo el postre. Se paro el discurrir del vino y el paso de gargantas cuando Lord Veleron narro, sin tomar asiento, una historia terrible. A viva voz, sin la precaucion de pedir audiencia privada con el Rey Tendon, parecia al borde de la locura pronunciando estas palabras: --Traigo el corazon destrozado por los terribles acontecimientos que sucedieron en mi casa no hace ni cinco dias. En la noche mas apacible que los dioses nos han regalado, durmiendo placidamente resguardado en mi castillo, rumores picotearon la tranquilidad. Me desvele con la sensacion precipitada de abandonar la cordura. Asomado a la balconada de mis dependencias, vi a varios de mis hombres correr en el patio interior del palacio, sombras agitadas, escuche gritos, cristales rotos, metales cruzados en combate, sonidos que acompanan a la muerte rebotaban en los muros de mis dependencias, como si el pasado volviera para recordarme las manchas de sangre en mis propias manos. Corri por los pasillos tratando de averiguar por mi mismo lo que sucedia, alarmado ante aquellos estruendos. Jamas, ni en la peor de mis pesadillas imagine que... Rolento hizo una pausa, trago saliva como alfileres, mientras los invitados del Rey lo miraban con los ojos hinchados de sorpresa, sin mover un musculo, sustraidos por el encantamiento de aquella noche ominosa que el noble describia. Rolento ahora desgarro con sus manos el aire gritando... --!Despedazaron a los guardias! Yo luche a vuestro servicio en la Gran Guerra y jamas vi semejante destrozo. Las visceras de algunos de los moribundos... !las habian esparcido por el suelo, hasta amontonarlas como si fueran reses cuarteadas! Las puertas de mi castillo permanecieron cerradas. Sus muros son fuertes y altos y no sirvieron para contener la entrada de esos salvajes. No hay cuerdas ni escalas. No se si tuvieron tiempo de llevarselas o si encontraron otro medio para saltar dentro. No queda un solo hombre vivo que mantuviese combate con ellos. Los demas vieron muertos, escucharon ruidos y cuentan locuras... !locuras! No robaron nada, pero vinieron a por mi tesoro mas preciado. Se llevaron a mi hijo, Patrio, matando a cualquiera que se interpuso en su camino. De nuevo otra pausa en su discurso. Esta vez sombria y dolorosa como el luto de un heroe. --Agarre mi espada, mi peto metalico, convoque a mi guardia y sali en busca de fantasmas ensillando mis mejores caballos. Segui las pistas de la muerte pues, en las cercanias de mi palacio, cometieron los intrusos los mas abominables crimenes. Logre averiguar que eran diez o doce caballos y un carromato. Pero despues de perseguir el rio de muerte, todo rastro se perdio. En las estribaciones de mis tierras ya no podia estar seguro de cual fue la direccion que tomaron. Ocultaron bien sus huellas. Supieron escoger bien su retirada. Y mi pobre y bello hijo ahora esta a merced del capricho de esos asesinos... El llanto de un padre asolaba las oquedades del palacio real. Las llamas de las chimeneas eran el unico acompanamiento a sus lamentos. La voz del Rey se deslizo entre sus sollozos. --Destino funesto el vuestro, querido amigo. Manana en la madrugada trataremos ese asunto en reunion de gobierno... --Mi senor, mi sabio monarca. --Ahora Rolento Veleron se arrodillo y ese gesto provoco murmullos de condolencia--. Suplico varias informaciones inmediatas, si alguno de los presentes posee algun rumor, alguna presuncion sobre tan desdichado acontecimiento. --Lord Veleron espero y ninguno de los que alli habia invitados tuvo algo que decir--. Imploro que partan emisarios a los pasos fronterizos con Nuralia, que recaben informacion sobre cierto contingente de hombres, a caballo y a pie, y sobre todas las cosas, ruego permiso de su majestad para enviar un grupo de rescate a la vasta Nuralia y traer de vuelta a mi divino hijo Patrio. Entre los comensales se instalo un rumor de comentarios a media voz. El Rey, en ese momento, cambio su semblante apacible y trepo en su asiento hasta la postura erguida de quien atiende asuntos serios, abandonando la placidez del agotamiento del final de una cena copiosa. Su esposa, la reina Itera asistida por tres damas de compania, se retiro a sus aposentos despues de dar sus condolencias al recien llegado. --Seria una imprudencia absurda enviar hombres armados a Nuralia -- intervino Rosellon, quien fuera General de los ejercitos y a quien ahora el Rey habia empleado como consejero personal--. Comprendo la horrible pena y la incertidumbre que lo han animado a venir aqui, pero le recuerdo a nuestro querido amigo Rolento Veleron que, en los tratados de paz firmados tras la Gran Guerra, se prohibe expresamente la incursion de contingentes armados, mas alla de la escolta minima de los diplomaticos con salvoconducto real. El capitan de la guardia de Lord Veleron se ayudo de sus hombres y arrojo al suelo un brazalete metalico y un punal que, al estrellarse en la pulida piedra oscura desprotegida de tapices, produjo un escandaloso estruendo. --!Encontramos pruebas de que nos atacaron hombres armados de Nuralia! !Ellos han roto el tratado! --grito Rilmor. --Senores --ahora fue el Rey quien tomo la palabra--, permitid que despida a mis invitados para que podamos tratar este asunto. El desfile de graciosos vestidos y capas elegantes parecia interminable para besar la mano del Rey antes de enfilar la gran puerta y salir silenciosamente. La mayoria comentaban cosas como <>, cuando pasaban junto a Rolento. A el no lo besaban suponiendo que no estaba ahora para rituales afectuosos... Los esclavos y esclavas de palacio se afanaban en desmontar las mesas y retirar la abundancia de desperdicios. Provocaban cierta aversion al contemplarse en los platos, frente a las sillas vacias. Mas tarde, en privado, el Rey abrazo al noble y le dio muestras de comprender su dolor. Rosellon, implacable en sus consejos, seguia argumentando que jamas se deberian romper los tratados por muy lamentable que fuese el suceso; que debia llamarse a consultas al embajador de Nuralia y exigirle que su Rey persiguiese a los culpables. Antes de marcharse, el Rey sosego la inquietud de Lord Veleron, a solas, sin consejeros ni escolta, de hombre a hombre. Rolento Veleron financiaba con su fortuna los intereses de la corona, pagando abultados impuestos comerciales por su exportacion de aceite a Plubea, y albergaba en sus tierras un gran contingente armado sumiso a la orden real de los Caballeros Rojos de Vestigia. El Rey y el noble se arrimaron a la enorme chimenea del salon. Hipnotizado por las llamas, Tendon hablo asi. --Rosellon expone bien las razones Rolento, pero comprendo el dolor que debes sentir. Jamas podre respaldarte publicamente; sin embargo, te preparare un salvoconducto especial, asi la entrada de tus hombres en Nuralia sera posible. Si alguna vez fuesen apresados esos hombres, si acaso se pidieran responsabilidades argumentare que es falso ese documento y que, dejandote llevar por la pasion de padre, infringiste la Ley. Seras multado en Vestigia y en Nuralia y habras de responder con un porcentaje de tus negocios a la multa, asi que ten cuidado de actuar con discrecion en Nuralia, no queremos mas guerras, no sirven mas que para matar hombres. Las voces, copiando la tiritera de las llamas, rebotaron en las piedras oscuras del salon, y llegaron a oidos de un hombre que escuchaba en la oscuridad...

  • ?Quedamos esta noche? Rafael Belda Ros de Rafael Belda Ros

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    Raul y Tina sospechan que entre ellos existe una fuerza extrana que los separa, y sin embargo, saben que si continuan juntos viviran la mayor historia de amor de sus vidas. En toda historia hay un punto de inflexion que te permite seguir o abandonar. En este relato, tu decides si quieres dar el paso para conocer La formula del amor.

  • El acuerdo (Terciopelo), Melanie Moreland de Melanie Moreland

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  • Me entregue a ti (Por amor 4) de Maria Beatobe

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    Cuando al darme la vuelta vi a Mora pense que me moria. Las piernas me empezaron a temblar y por un momento crei que me iba a desmayar. Esa sonrisa de autosuficiencia todavia me revolvio mas el estomago. ?Realmente pensaba que iba a atenderle despues de lo que me hizo? ?El muy cabron todavia tenia ganas de seguir jodiendome la vida? No debia de estar bien de la cabeza, porque nadie en su sano juicio podria ser tan cruel con otra persona. Me quede paralizada mientras le miraba fijamente presa del panico. ?Que cojones estaba haciendo alli? ?Sabia que trabajaba en esa tienda o habia sido una casualidad? No se por que, pero algo me decia que no habia sido una mera coincidencia. --?No me vas a saludar? --me reto. A mi no me salian ni las palabras. Bastante que aun las piernas me sostenian. Mi cuerpo no era capaz de reaccionar ante su cruel visita. En mi cabeza empezaron a arremolinarse un monton de imagenes horribles de aquella noche, y ahora todavia me entumecia mas mientras Mora me sonreia cinicamente, acompanado de su amigo Rafa. Oi como Gael salia del despacho y se ponia a mi lado. --Buenas tardes --saludo dirigiendose a ellos. --Buenas tardes, jefe --respondio Mora. Ante mi pasividad, Gael se dio la vuelta para mirarme. Y por como lo hizo me di cuenta de que mi cara no debia de tener buen aspecto. --Naira, ?estas bien? Evidentemente, no lo estaba. Pero no podia decirle <>. En ese momento, empece a notar unos sudores frios que me subian desde la punta de los pies hasta la coronilla. Mi respiracion empezo a acelerarse y mi pulso tambien. Intente mantener la compostura, pero comence a sentir una presion y un mareo horrible en la cabeza y, por instinto, me agarre al hombro de Gael mientras me ponia la otra mano en la frente y cerraba los ojos. --Naira, ?que pasa? --volvio a insistir. --Creo que necesito sentarme un momento. Solo sera un segundo. Lo peor de todo era que Mora seguia de pie frente a mi, sin dejar a un lado esa mueca de superioridad, con las manos en los bolsillos y una malefica media sonrisa. Que asco senti. Me hubiera encantado poder abalanzarme sobre el y pegarle hasta perder todas las fuerzas. Descargar toda mi rabia como si fuera un saco de boxeo. Jamas habia experimentado esa sensacion en mi cuerpo, incapaz de moverlo ni controlarlo. La tension me tenia totalmente agarrotada. Gael me acerco con rapidez un taburete que teniamos tras el mostrador y lo coloco a mi lado. --Ven, sientate. Y eso hice. Di dos pasos hacia atras y me deje caer en el asiento mientras Gael me sostenia. --Vaya... Parece que la dependienta no se encuentra muy bien --dijo Mora con sorna. Vi como Gael alzaba la vista para mirarle y juraria que no lo hizo de buenas maneras. --Pues no. Pero no se preocupe, porque puedo atenderles yo --dijo incorporandose. --Fijate que queriamos que fuera ella la que nos atendiera. ?Verdad, Rafa? --Verdad, verdad --se burlo el poniendo la mano sobre el hombro de su amigo. --Es evidente que ella no lo va a hacer, asi que si os sirvo yo..., bien, si no... --Espera, Gael, yo les atendere --me apresure a decir. Enseguida me puso la mano en el hombro para evitar que me levantara. Gael no solamente habia cambiado el tono de voz, que era cada vez mas desafiante, sino que fui consciente de que estaba perdiendo los papeles cuando dejo de tratarlos de usted y paso a tutearles. En su trabajo era extremadamente perfeccionista y jamas le faltaban las buenas formas, pero ahora todo eso estaba desapareciendo ante la actitud retadora de Mora y su amigo. --No --dijo rotundo--, no vas a atenderles. Lo voy a hacer yo -- respondio sin dejar de mirarles. --Lo cierto es que poco favor te hace tener esta dependienta, que a la minima esta por los suelos --increpo Mora sin dejar de sonreir. En ese instante vi que Gael cogia aire y se acercaba a ellos con gesto provocador. Eso no pintaba nada bien. Y yo me encontraba tan mal que no estaba para ponerme a mediar en una pelea. --Mira, chico... --comenzo. --Mora, me llamo Mora --respondio altivo. --No me importa como te llames, no te lo he preguntado. Para empezar, ya decidire yo si ella es buena o no; tu opinion me importa realmente poco. Y segundo, creo que en esta tienda no hay nada para vosotros. Mora sonrio con suficiencia, puso los ojos en blanco y luego miro hacia otro lado. Hasta que volvio a encararse. --?Nos estas echando? --No queria decirlo asi, pero si. Sera lo mejor. --Eso no dice nada bueno de tu tienda. --Gente como tu, sinceramente, me da lo mismo lo que piense. Los dos idiotas se miraron alzando las cejas y, al volverse hacia Gael, Mora fijo su mirada en mi. --Bueno, Naira, pues ya nos veremos, ?no? ?No le has contado a tu jefecillo que tu y yo pasamos muy buenos ratos juntos? Le asesine con la mirada. Y a Gael no le paso desapercibido mi gesto. Ese tio definitivamente era un gilipollas desalmado. Me tenia cogida por el trabajo de mi padre, porque si no... ya habria hablado mas de la cuenta. --Buenas tardes --dijo Gael extendiendo el brazo hacia la salida e indicandoles que abandonaran el local. --Nos vamos, pero que sepas que la ropa de tu tienda es una mierda de pijos. La verdad es que tampoco pensabamos comprar nada, ?verdad, Rafa? Solo veniamos a ver a la dependienta, que esta para hacerle un favor, aunque ella no se deje. Y ambos chocaron las manos y empezaron a carcajearse. Gael dio un paso adelante con decision, hasta que le cogi la mano para detenerle. Pasaron unos segundos que a mi se me hicieron eternos. El cruce de miradas brutal entre Mora y Gael hizo que se me encogiera el estomago. Se estaban perforando el uno al otro solo con los pensamientos que cruzaban por sus cabezas. --He dicho que adios --dijo Gael asertivo, sin cambiar un apice su expresion. Oi un <> que susurro Mora antes de darse la vuelta para irse de la tienda. Segun salieron, Gael cerro con pestillo, se acerco hasta mi y se puso de rodillas para quedar a mi altura. --?Estas bien? --Si, lo siento... No se que me ha pasado. --Naira, ?de que los conoces? --Iban a mi instituto. --Lo que tengo claro es que algo te ha pasado con ellos, Naira, porque te has quedado bloqueada. --?A mi? No... Me habra sentado algo mal; no te preocupes, Gael. --He visto como le mirabas. --?A quien? --Al chico que estaba delante. Al tal Mora. Que no se de que, pero su cara me suena de algo. !Mierda! Espero que no se acuerde de que cuando le vio estaba conmigo el dia de la fiesta. Nos cruzamos cuando Hugo y el volvian de comprar y yo estaba en la puerta con Mora y con mis amigas. Por favor, que no lo recuerde; si no, si que ya me vengo abajo. --No, de verdad, Gael. Esta todo bien. Y me levante para ir al bano y poder volver a respirar. Porque desde que el impresentable de Mora habia entrado, yo habia dejado de hacerlo inconscientemente. 58 El resto de la tarde lo pasamos casi sin hablar. Yo me dedique a atender a la gente que entraba mientras el hacia numeros y llamadas desde el mostrador. No habia ido al despacho en ningun momento y por un instante llegue a pensar que no lo habia hecho porque no queria dejarme sola en la tienda por si Mora y Rafa volvian. Aunque apenas hablamos (lo hicimos unicamente por temas de la tienda), si que nos miramos... y muchas veces. Me sentia tan mal por no contarle lo que habia pasado entre Mora y yo que no era capaz ni de sostenerle la mirada. A la hora de cerrar entre a cambiarme al despacho mientras el bajaba la persiana, como todos los dias. Aun me temblaba algo el pulso despues de haberme reencontrado con Mora, con el chico que me habia dejado una huella imborrable en el corazon para siempre, y no precisamente por algo bueno. Estaba en sujetador colocandome la camiseta cuando Gael entro en el despacho sin llamar. Por inercia, me tape el pecho con ella y le mire sorprendida. Pero el prosiguio sin inmutarse y cerro la puerta despacio tras el. Yo trague saliva y espere para descubrir cuales eran sus intenciones. Se acerco poco a poco hacia mi sin dejar de mirarme. Yo solamente llevaba puesta una faldita plisada estampada, mientras el sujetador asomaba ligeramente a traves de la camiseta con la que intentaba taparme. En decimas de segundo lo tenia pegado a mi. Me puso las manos en la cintura y me dio un suave beso en el cuello, que recibi con los ojos cerrados. --?Estas mejor? --susurro. --Si. --?Por que te fuiste asi esta manana? Me he vuelto loco al no encontrarte en mi cama cuando me he despertado. Continuaba besandome y eso hacia que me resultara bastante dificil concentrarme en una respuesta medianamente decente. --Lo siento. Me asuste. Dejo de regalarme caricias en el cuello para pasar a mirarme mientras apoyaba suavemente su frente en la mia. --No tengas miedo, Naira. ?Que es lo que te asusta? --susurro. --No es facil, Gael. --Confia en mi, por favor. Dime todo lo que sientes. Necesito saber a que atenerme. --Me da terror lo que estoy empezando a sentir por ti. Al tenerle tan cerca y notar como sus manos me rozaban el vientre, conteste sin pensar. En ningun caso queria ser tan explicita en mi respuesta, pero es que mi corazon deseaba gritar a los cuatro vientos que el me hacia sentir cosas que no habia sentido antes por nadie. Me moria por abrazarle y entregarme a el en cuerpo y alma, pero eso suponia tener que soltar la camiseta y que me viera en sujetador. Vale que el ya me habia visto en ropa interior de cintura para arriba, pero seguia siendo vergonzosa, que le ibamos a hacer, y la verguenza no desaparecia de un dia para otro. Ademas, para que nos ibamos a enganar: no era uno de mis mejores sujetadores; si lo hubiera sabido, habria elegido el que me compre en La Perla no hacia mucho tiempo.

  • Ensename a olvidarte de Isabella Marin

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    Supe desde el principio que amarle tan intensamente iba a traer ciertas consecuencias. Lo supe, y, aun asi, le ame. En realidad fue bastante sencillo hacerlo, incluso algo natural. Nada estaba planeado. El amor surgio sin mas; me golpeo de repente con su aplastante fuerza y trastoco todo mi mundo en un abrir y cerrar de ojos. Yo misma me daba cuenta de que su nombre se colaba en casi cada frase que salia por mi boca. Empece a buscar mas y mas su compania, cada vez que sus ojos se desplazaban hacia los mios, todo lo que me rodeaba se desvanecia en el aire, y lo unico que quedaba era la intensidad azul de su mirada. Sencillamente, el empezo a fluir por mis venas y ni siquiera cuando acabo con todo lo que yo habia sido hasta ese momento, ni siquiera cuando todo se quebranto, fui capaz de dejar de amarle. Desde entonces he visto el mundo, podria decirse que lo he conquistado. He hecho de todo, lo he experimentado todo y he estado en todas partes, pero nunca mas he podido sentir lo que sentia cada vez que el me besaba. Claro que de aquello hace mucho, mucho tiempo… Han pasado mas de diez anos desde que cruce la frontera de Vail, un pequeno pueblo del centro oeste de Colorado. No le eche ni un solo vistazo al retrovisor de mi viejo Ford para despedirme de mi antigua vida. Ni siquiera les dije adios a las puntas blancas de las Montanas Rocosas, que se quedaron atras, solemnes, imperterritas y casi tristes por mi partida. La sucesion de momentos que formaron aquel dia aun desfila dentro de mi mente, como si todo hubiese tenido lugar ayer mismo, no hace tanto tiempo. Recuerdo, por ejemplo, que el aire arrastraba un ligero olor a humo, supongo que de las chimeneas recien encendidas. Tambien recuerdo que el cielo estaba tenido de un deprimente gris plomizo. Habia una densa cortina de nubes cubriendolo, como un oscuro techo, y eso impedia que los rayos del endeble sol de otono lo atravesaran. Aunque no es nada de todo eso lo que hace que me estremezca cada vez que evoco los recuerdos de mi huida. Hay un recuerdo mas, el mas poderoso de todos, uno que por mucho que lo intente, nunca he sido capaz de expulsar. De vez en cuando regresa a mi mente en forma de deja vu, cuando menos me lo espero, y es como si pudiera sentir otra vez la gelida caricia del viento del noroeste que se filtraba a traves de mi ventanilla bajada. Nunca pude sacarme esa sensacion de la cabeza y creo que nunca lo conseguire. Su toque fue algo similar al agarre de los esqueleticos dedos de un ser fantasmal. Al principio, se acerco a mi para traerme un poco de consuelo, pero en cuanto baje la guardia, cuando mas vulnerable estaba, me apunalo el corazon con unos dardos de hielo, congelandolo todo, menos mi dolor. Acababa de cumplir diecinueve anos. Tenia el rimel corrido, los zapatos manchados de barro y el corazon roto en millones de helados y diminutos pedazos. Mientras conducia sin apenas visibilidad y sin ser capaz de dejar de sollozar, me hice a mi misma dos promesas. Uno: jamas volveria a pisar Vail. Y dos: nunca, jamas, bajo ningun concepto, volveria a permitir que me partieran el corazon. Lo que se traducia en que no tenia intencion alguna de volver a amar. Hoy, una decada mas tarde, acabo de romper la primera promesa. Nada mas pasar por delante del cartel que reza: Bienvenidos a Vail, Colorado, aminoro la velocidad para poder disfrutar de las vistas. A pesar de todos los malos recuerdos que me despierta este sitio, he de reconocer que, si hay un paraiso sobre la faz de la tierra, ese es mi pueblo natal. Vail, construido al estilo de una villa alpina y emplazado en el corazon de las Montanas Rocosas, fue fundado en los anos sesenta y, en poco tiempo, se corono como la base de una de las mas famosas estaciones de esqui del mundo entero. En invierno, se convierte en un glacial paraiso abarrotado de turistas y aficionados a los deportes de la nieve, como el snowboard y el esqui, mientras que en verano es un oasis verde y lleno de vida, rodeado de pinos, cristalinos riachuelos, y amplias y esplendorosas zonas para pasear y disfrutar de la austera belleza del paisaje de montana. Mis padres aun viven aqui, en una casa de piedra oculta por frondosos arboles y por altas montanas que forman un protector valle a su alrededor, pero yo no he vuelto ni siquiera para visitarlos. Las pocas veces que nos hemos visto en estos ultimos diez anos, ha sido porque ellos vinieron a Washington, mi ciudad de acogida. Al recordar mi perfecta vida en el centro politico del pais, maldigo por enesima vez las circunstancias que hoy me hacen volver. Para mi, Vail supone el Paraiso y el Purgatorio a la vez. Me sorprende que aun no me haya cruzado con nadie. En los pueblos pequenos eso es casi imposible. Siempre hay alguna anciana paseando por la calle o algun jovencito enredando con la bici. Pues hoy no hay nadie, salvo por un perro que esta rascandose las pulgas mientras me sigue con su marron mirada desde el lado derecho de la carretera. Supongo que este letargo se debe a que esta lloviznando y tiene pinta de hacer bastante frio. No podia haber elegido peor el atuendo: unos zapatos descubiertos, a juego con un vestido negro cuya tela es tan fina que resulta casi transparente. Despues de tantos anos fuera, se me ha olvidado que mientras que en Washington estamos a veinticinco grados, en Colorado, si rozamos los dieciocho, es que hace un calor del carajo y la gente empieza a preocuparse por el calentamiento global. La sirena de un coche patrulla me arranca de mi contemplacion. Miro por el retrovisor y veo que estan dandome las luces rojas para que me detenga. !Maldita sea! ?De donde diablos ha salido ese coche? Si no hubieses estado mirando las musaranas, lo habrias visto venir, me regano a mi misma. --Detenga el vehiculo en el lado derecho de la carretera y permanezca en el interior --me indica el policia por el megafono, pese a que yo ya he senalizado hacia la derecha. !Este tio es tonto! Me detengo y, mientras espero las consecuencias de mis ilegales maniobras, me examino en el espejo interior para asegurarme de que no se me ha corrido el maquillaje, y de que aun llevo el pintalabios rojo que me puse hara media hora, cuando, nada mas cruzar la frontera del condado de Eagle, pare a tomar un cafe en una gasolinera. Quiero causarle una buena impresion al sheriff. Tal vez me libre de la multa, quien sabe. Al menos voy a intentarlo. Por norma general, poner ojitos me funciona de maravilla. Satisfecha a causa de la imagen que me devuelve el espejo, bajo la ventanilla y miro por el retrovisor al hombre de un metro noventa que se me acerca perezoso. !Menudo cuerpazo! No le veo el rostro, puesto que tiene la cabeza bajada y lleva una gorra para protegerse de la lluvia, pero su modo de caminar y la impresionante sensualidad que desprenden sus movimientos, me aseguran que el nuevo sheriff de este pueblo esta para comerselo. En mis tiempos, el sheriff era el senor McGrath, un hombre viejo y siempre malhumorado, que me sermoneo mas de una vez por intentar comprar alcohol siendo menor de edad. Gracias a Dios, nunca se entero de que incluso llegue a consumirlo (en mas de una ocasion). En un sitio como Vail, eso acarrea la expiacion. Mientras yo me deleito siguiendo con felino interes los andares del sheriff supermodelo, el levanta la cabeza, lo cual hace que mis oscuros ojos se crucen con el azul hielo de los suyos a traves del retrovisor del conductor. Y entonces, mi corazon deja de latir por completo. El frena en seco, separa los labios y se queda mirandome como si el aire hubiese dejado de alimentar sus pulmones. Su hermoso rostro muestra una expresion de lo mas descompuesta, el ceno arrugado, las pupilas dilatadas, y algo me dice que mi rostro trasparenta exactamente lo mismo que el suyo. Creo que tarda todo un siglo en encontrar las fuerzas para acercarse a mi ventanilla. --Liv… --murmura, y aun parece muy descolocado. --En carne y hueso

  • Bull Mountain de Brian Panowich , Ruben Martin Giraldez

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    Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con whisky casero, marihuana y metanfetamina sin que la ley repare en ello. Pero el dia en que Clayton Burroughs, quien para distanciarse del reinado criminal de su familia se convirtio en sheriff, recibe la visita de un agente federal con un plan maestro para erradicar todas las actividades ilegales a lo largo y ancho de seis estados, las lealtades de una estirpe unida por la sangre pero separada por el deber se veran peligrosamente puestas a prueba…
    Esta poderosa novela, que ha renovado el genero del country noir, repasa la cronologia de una historia de violencia ejercida durante casi un siglo con el unico objeto de mantener un imperio fundado no en el poder o el dinero, sino en los lazos familiares, explorando hasta donde son capaces de llegar los hombres para protegerlos, honrarlos o incluso destruirlos. Con un ritmo tan trepidante que no deja sospechar en ningun momento los disparos que nos tiene reservados, el autor estampa cada palabra como si la descerrajase con una escopeta, y por eso mismo, nadie esta a salvo del tiroteo.

  • La musica de las esferas de Luis F. Fernandez Simon

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    Una novela de suspenso y aventuras que se desarrolla en diversos momentos en el tiempo y que eventualmente convergen para dar sentido a una pieza maestra.

  • Se buscan princesas (Forever 1) de Cristina Bosca

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    Una novela agil y joven, fresca, un fan fiction sobre los Gemeliers, una historia inolvidable que habla de musica, de fans, del amor a diferentes edades, de la amistad, de la traicion y de surf…

  • Los ojos del bosque de Julien Gracq

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    La incesante busqueda interior

  • La espadachina de Malcolm Archibald

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    Bienvenidos a la Edad Media de Escocia que nunca ocurrio.

  • El lobo con piel de cordero de Francisco Jesus Lopez Campos

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    <>, penso Tiburcio.
    Habia intentado, una y mil veces, controlarlas, pero siempre le superaba la tendencia natural de depredador que le desgastaba por dentro. No podia evitarlo, sus manos siempre se acababan apoderando de su alma y lo conducian a los abismos del averno. Unos le llamaban “chofer diabolico”, y otros opinaban que descendia del mismo Satan.

  • El pacto. Quiero estar contigo de Martina Bell

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    No sabia nada de Paul desde hacia meses y un dia, sin esperarlo, aparece de nuevo en su vida. Desde ese momento, Alba siente que todo se descontrola, llevandola al limite.

  • Mientras camino entre las sombras (Cielo prohibido 2) de Matias Zitterkopf

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  • Llamame Por Tu Nombre (LGBT) de Andre Aciman

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    Un viaje por los rincones mas profundos de los sentimientos y del erotismo.

  • Lobo Feroz de Elena Romero

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    Mario no es un hombre cualquiera.
    Y todo el mundo en la ciudad lo sabe.
    Guardabosques. Vive solo en la montana.
    Y nunca sale de noche a la ciudad.

  • De Dublin a Nueva York de Maeve Brennan

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    Lo mejor de una autora inmensa, admirada por William Maxwell, Alice Munro, John Updike o Edna O’Brien.

  • Cicatrices. Abiertas (Serie Cicatrices 1.2) de Susana Bielsa

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    ?Cuando me vas a pedir que venga a vivir contigo? Aparto la vista de la television y miro a Emily. Esta seria. Lo confieso, me ha pillado fuera de juego. Se que es una excusa barata, pero estan emitiendo imagenes de "El transito de Venus"; por lo visto, el planeta ha decidido pasar hoy por delante del sol y parece una peca que adorna un rostro redondo y hermoso. La belleza del momento me ha dejado sin palabras y no se que contestar a la mujer que permanece sentada a mi lado. --?Perdona? --Dejalo, ya veo que para ti no es importante. Cierro los ojos y suspiro. Ya empezamos. --Emily, carino, estaba viendo... --!He dicho que lo dejes! Ya hablaremos de ello cuando no estes viendo la television. Agarro el mando, cabreado, y apago la puta pantalla. --Ya no estoy viendo nada. Vamos a ver, ?que me decias? Se cruza de brazos, como si la hubiera ofendido. --Llevamos casi un ano y todavia sigo viniendo a tu casa a escondidas. Entreabro los labios. Bueno, estamos liados desde hace unos diez meses, pero cuando hablamos de salir mas en serio fue hace tres. Aparto ese pensamiento y me centro en algo que ya hemos discutido. --Emily... sabes que la prensa no me gusta, y desde que grabe para los americanos no hacen mas que perseguirme. Pero eso no significa que no hayamos salido a cenar por ahi, o a pasarlo bien, ?verdad? --Yo quiero mas. Intento acariciarle una mejilla, pero me esquiva el gesto, dandome la espalda. Parece mentira, con la de cremas que se que se da para aparentar tener menos de sus treinta y dos y, por dentro, sigue siendo una cria. Suspiro, cansado de sus absurdas ralladas. Me levanto, voy hacia mi chaqueta y me saco un cigarro. Lo voy a necesitar. --Vamos a ver, ?que te molesta exactamente? --!No te implicas, Matt! --?!Que no que!? --Respiro hondo, enciendo el pitillo y miro a Emily desde el hueco que da a la cocina, apoyado en la pared, decidiendo como encarar la situacion--. ?Quieres venir a pasar unos dias y ver si estamos bien juntos? --?!Ves!? !A eso me refiero! Das por sentado que existe la posibilidad de que no estemos bien. Me dan ganas de darme de cabezazos contra la pared. --Emily... --?Podrias dejar de tratarme como a una estupida? Endurezco el gesto. --Deja de imaginar cosas y cuentame que quieres exactamente. Ya te he preguntado si querias quedarte, ?que mas quieres? ?Me pongo de rodillas? --No, lo unico que quiero es que no lo digas como si me fueras a echar a los dos dias. --Emily, de verdad, yo no lo he dicho en ese sentido, pero tienes que tener en cuenta que estar un rato con una persona no significa que, a la hora de convivir, todo vaya de maravilla. Creeme, lo se. --?!Podrias dejar de meter a tu ex en todas nuestras conversaciones!? Emily se pone de pie, se lleva una mano a sus casi inexistentes caderas y la otra a la cabeza. Se le empanan los ojos de repente y me da un vuelco el corazon. Apago el cigarrillo en el cenicero y la abrazo. --Perdoname, no pretendia... Yo solo... --No lo pretendes, pero lo haces. --Lo siento... Nos quedamos en silencio hasta que, por fin, cede y me devuelve el abrazo. Me da por suspirar; esbozo un amago de sonrisa que, en vez de alegrarme, duele. --Tengo muchas ideas, ?sabes? --?Ideas? --Si, tonto, ideas. Para empezar, hacer una pequena obra en el bano principal. ?Crees que podriamos poner un jacuzzi? Parpadeo. ?Jacuzzi? --La verdad es que yo no... --!Y tambien podriamos hacer un pequeno gimnasio en casa! Me echo a reir; me esta tomando el pelo, vuelve a ser la Emily que me presentaron Jonathan y Emma y que me hacia sentir cierto numero de mariposas en el estomago (mariposas que, tengo que admitir, se multiplicaron la primera vez que terminamos en la cama). Quiero seguir con la broma y con el buen rollo, asi que le beso el pelo y la achucho un poco mas. --A ver, ?donde pondrias ese gimnasio? --En cualquiera de las dos habitaciones que tienes libres. Me mira con atencion y una sonrisa sincera, esperando mi aprobacion, y me doy cuenta de la trampa en la que me he metido. No va de cona. --Emily, esas dos habitaciones no estan libres, son para mis hijos. Se desprende de mi abrazo con un mal gesto y vuelve a darme la espalda. --Tus hijos, !tus hijos! !!Tus hijos ni siquiera han venido a visitarte!! Estan perfectamente con su madre, y tu tienes la oportunidad de empezar una nueva vida. !Incluso de tener otros! Un escalofrio me recorre toda la espalda. ?Esta loca o que? --No vuelvas a decir algo asi jamas. Se gira, observandome con expresion furibunda. --!!Pero si es verdad!! Tu eres el unico que no quieres verlo. --Emily, ya basta. No estoy discutiendo contigo, estoy intentando hablar, y no haces mas qu... --!Encima tendre la culpa yo! --me corta--. Muy bien, !lo estas arreglando, Matt! La saliva que trago me sabe a hiel. Once anos soportando a una histerica y cuando por fin me decido a empezar algo, !me topo con otra! ?Como te lo montas, Jensen? Cierro los ojos y tomo una decision que, aunque me duele, se que es la correcta. --?Sabes que? Vete a casa. --?Me estas echando? Se acerca a mi, pero me aparto de ella. No quiero verla. No quiero que vuelva mas a mi casa. A la casa que comparto con mis hijos, aunque no hayan podido venir por culpa de Grethe. --Si. Fuera de aqui. Un hielo me atraviesa la garganta y se desplaza hacia mi pecho. El frio que se me instala en el corazon duele, pero no tanto como el portazo que da Emily al salir del piso. Mierda. Mierda. !!Mierda!! Me dejo caer contra la pared que separa el salon de la cocina comedor, mirando al infinito. Se ha terminado. Basta de intentar relaciones con mujeres que se parecen a Grethe. Nunca me gusto ella ni por dentro ni por fuera, ?por que ahora la busco en cada mirada? ?Por que no puedo dejar de ser un gilipollas? Bien, de acuerdo, me siento solo, terriblemente solo. Estoy aqui, en un exilio frustrante en el que invierto doce horas al dia en el estudio. Llego a casa y esta tan vacia, tan oscura, tan fria. Sin vida. Sin mis pequenos Hugo y Till, con los que jugaria al futbol en el parque que hay cerca del piso... dejandome ganar, por supuesto. Hasta he fichado la zona en la que pondria nuestras chaquetas para delimitar la porteria. Tambien tengo que pasar sin el gran sol de mi vida, mi pequena Pauline, que no se de donde ha sacado la voz que tiene, pero que cada vez que me canta por telefono me hace llorar. Sin ellos, sin mi hermana, sin mi madre, la casa se me cae encima. Venga, Jensen, reponte. Eres un machote, no es cuestion de hundirse otra vez. Me levanto del suelo, cojo otro cigarro y voy hasta el telefono. Busco a Luca en la agenda y marco su numero. --Luca al aparato. --Soy yo. --!Senor Jensen! ?Pasa algo? Me llevo la mano a la frente. --?Ya no te acuerdas del trato que tenemos? La oigo reir al otro lado de la linea. --En el trabajo, de usted; el resto del dia, de tu; al terminar el turno de los viernes, una cerveza antes de volver a casa. !Vale! ?Que quieres, pesado? ?Emily no puede quedar? Hago una mueca y me dejo caer en el sofa. --Acabamos de romper. --!Mierda! !Lo siento! ?Quieres que vaya? Yo llevo las birras. --?Ese matarratas japones al que llamas cerveza? No, pelirrosa, si vienes sera para beber de las mias. Sin verla se que se esta tocando el pelo. Lo lleva largo; hasta ahora, decolorado en rubio, pero hace un par de dias decidio hacer una locura rosa chicle que le queda fenomenal. --En una hora estoy alli. --Esa esta muy buena, ?eh? Le pego un buen trago a mi Schwarzbier. --No esta mal. --Voy a creer que hablas desde el rencor y el despecho, Matt. O eso o tienes un gusto pesimo. Nos echamos a reir, brindando con los botellines. --Que le voy a hacer, me chiflan las morenas. Las rubias me han dado demasiados problemas. --La rubia que mas problemas te va a dar todavia es muy joven, jefe. --Vete a la mierda. --Tengo razon y lo sabes. Volvemos a carcajearnos, tumbados en una cama que ya no parece tan grande. Luca esta ensenandome fotos de las mujeres con las que comparte sexo, diferenciando quienes estan dispuestas a participar en nuestro pequeno jueguecito y con cuales simplemente pasa muy buenos ratos. Desde que conoci a Emily no he tenido otro trio con Luca, pero me parece buena idea retomar el habito: una mujer, una desconocida para mi, recibiendo con gusto el placer que Luca y yo le damos. En la practica es como si dos hombres se follaran a una femina que permanece con los ojos vendados, aumentando el morbo de la situacion y preservando mi anonimato sexual. Dos hombres besando, chupando, lamiendo y penetrando un cuerpo, pero que ni siquiera intercambian un roce, un beso o un jadeo. --Si algun dia quieres perder la virginidad... dimelo, Luca. Al menos sabre que te han tratado lo mejor posible. --Pero, ?de que siglo te has escapado? La virginidad es un estado mental, !yo me he tirado a mas tias que tu! Ademas, los hombres no me atraeis lo mas minimo. --Se acerca al lobulo de mi oreja y me pega un mordisco que no me pone, solo me hace reir--. Prefiero meterla con el arnes, sentir como una mujer se corre estando yo entre sus piernas. Esa imagen es la unica que me pone cachonda. --Ya somos dos. Volvemos a brindar y Luca pasa a la siguiente foto. El corazon me da un vuelco: es una muchacha sonriente, llena de pecas, con el pelo castano y lleno de bucles. Parece pequenita, pero no fragil; eso me encanta.

  • El hombre que siguio viviendo, Daniel Aguirre Rodriguez de Daniel Aguirre Rodriguez

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    En un futuro donde las mentes de las personas moribundas pueden ser transferidas a maquinas electronicas, son muchos los que eligen esta opcion, para asi continuar la vida junto a su familia y amigos.
    Esta es la historia de un hombre enfermo de muerte, quien es transferido; y cuya vida cambia en forma drastica desde ese momento, llevandolo a extranas vivencias y curiosas situaciones en un futuro incierto, donde la destruccion del medio ambiente sigue en aumento.
    En una Tierra postapocaliptica conocera nuevos amigos, y tendra una gran responsabilidad en sus manos

  • Desafiame (eLit 3) de Stephanie Bond

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    La ejecutiva de marketing Gabrielle Flannery no era precisamente una aficionada al aire libre y la naturaleza. Pero despues de un vergonzoso incidente, decidio que habia llegado el momento de asegurar su posicion en la empresa. Aunque para ello tuviera que enfrentarse cara a cara con el chico de oro del departamento de marketing y bombon de la oficina, Dell Kingston, con quien tendria que disputarse una importante cuenta.