• libro bajo el arbol de los toraya - Philippe Claudel

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    Los toraya viven en la isla Celebes. Son un pueblo cuya existencia esta obsesivamente marcada por la muerte. Cuando fallece un toraya, la organizacion de su funeral se prolonga durante semanas, meses, a veces anos. Lo deseable es que asistan a la ceremonia todos los parientes del difunto, lo que puede suponer miles de personas desperdigadas por el archipielago indonesio, o incluso fuera de el. El viaje, el alojamiento y la alimentacion corren a cargo de sus familiares, que con frecuencia deben contraer fuertes deudas para poder respetar la tradicion. Para hospedar a los invitados se construyen casas de madera finas y graciles como barcas. En prevision de los banquetes se compra ganado. Se sacrificaran cerdos y bufalos para acompanar al difunto. Durante todo ese tiempo se conserva el cuerpo de quien aun no es considerado un muerto, sino un enfermo, un to masaki, en la lengua de los toraya. La tumba en la que sera inhumado se excava directamente en la roca de ciertos acantilados sagrados. En esos sepulcros en forma de nicho descansan los restos de los miembros de una misma familia, custodiados por idolos de madera. Al cabo de un tiempo, los ataudes se pudren y se abren. Los huesos quedan esparcidos por el suelo, mezclados con la tierra y las hojas. En la primavera de 2012 recorri la tierra de los toraya. En su isla, que aun no conocia, volvi a encontrar lo que siempre me ha gustado de Indonesia: sus gentes tranquilas y risuenas; sus paisajes ondulantes, a veces escarpados, con su muestrario infinito de verdes, desde el mas claro hasta el mas mate; su cielo, que puede ser amplio y azul y volverse vertical al dia siguiente, un collage de altas nubes de plomo que revientan de pronto para dejar caer una lluvia calida sobre bosques, caminos y arrozales; sus noches, que llegan temprano, repentinamente, y desencadenan un aquelarre de insectos y lagartos; el placer de tomarse una cerveza helada mientras saboreas un nasi goreng o unos sates de cabra en una acera, sentado en una silla de plastico pensada para un gnomo, o el de fumarse un kretek con aroma a nuez moscada y canela. Cerca de un pueblo toraya situado en un claro, me mostraron un arbol peculiar. Imponente y majestuoso, se alza en una pendiente del bosque, a unos cientos de metros de las casas. Es una sepultura reservada a los ninos de muy corta edad, fallecidos durante los primeros meses de vida. En el tronco del arbol se excava un hoyo. En su interior se deposita el pequeno cadaver envuelto en una sabana. El sepulcro lenoso se cierra con un entramado de ramas y tela. Lentamente, con el paso de los anos, la madera del arbol vuelve a cerrarse y guarda el cuerpo del nino en su propio y enorme cuerpo, bajo su corteza soldada de nuevo. Comienza entonces el viaje que lo elevara poco a poco al cielo, segun el pausado ritmo del crecimiento del arbol. Nosotros enterramos a nuestros muertos. O los quemamos. Nunca se nos habria ocurrido confiarselos a los arboles, aunque no nos faltan bosques ni imaginacion. Pero nuestras creencias se han vuelto vacias, carentes de eco. Perpetuamos rituales que a la mayoria nos costaria mucho explicar. Nuestro mundo vive de espaldas a la muerte. Los toraya la han convertido en el centro del suyo. ?Quien tiene razon? Esa misma noche, mientras bebia cervezas y fumaba kreteks en el balconcito de mi habitacion del hotel, volvi a pensar en el arbol, en su madera, alimentada por huesos fragiles y carne desaparecida. Abajo, unas ancianas estadounidenses reian a carcajadas mientras acababan de cenar en la terraza del restaurante. Me habia cruzado con ellas al regresar al hotel. Iban calzadas con deportivas rosa y vestian pantalones caqui de explorador llenos de bolsillos, camisas de algodon y chalecos de reportero de guerra. Sus cabezas estaban coronadas por cabellos blancos, malva y, en algun caso, violeta. Todas tenian la misma nariz rehecha, los mismos ojos estirados, los mismos labios rellenados. Habian alcanzado el tramo final de sus vidas, pero sus rostros exhibian los rasgos abstractos y esquematicos caracteristicos de las jovenes artificiales, todas identicas. Parecian munecas escapadas de una tienda que vendiera articulos monstruosos a no se sabe que clientela. Pense en todas las estrategias inutiles que aplicamos a nuestros cuerpos para enganar al tiempo y a nuestros miedos. Frente a mi, en la noche indonesia, mientras disfrutaba del aroma de los cigarrillos, adivinaba las siluetas mas claras de los bufalos que, de pie en medio de los arrozales, dormitaban con la cabeza inclinada hacia el barro. La llovizna y una tenue bruma caian sobre sus cuerpos inmoviles. Parecian de otra epoca. Los sentia medio borrados. Pense en la desaparicion. En la llegada al mundo. En esa danza incoherente, unas veces hermosa y otras grotesca, que es nuestra vida. Tambien en nuestro fin. Los sapos parloteaban. Unos murcielagos enormes libraban un duelo silencioso por encima de mi cabeza. Habia cumplido cincuenta anos tres meses antes. ?Significaba eso algo? Como de costumbre, tenia un libro al lado. Esa noche era El viaje nupcial, de Ismail Kadare, que releo al menos cada dos anos. Es una historia muy hermosa de promesas, muerte, fantasmas y cabalgadas. Y de invierno, la estacion del ano en la que siempre he sentido que me convierto en quien soy realmente. Tenia un cuaderno y una pluma --comprada mas de diez anos atras en un mercado de Saigon-- que hace honor a su nombre, porque es muy ligera. Ya no recuerdo si tome notas mientras pensaba en el arbol y su corteza cerrada sobre los cuerpecillos invisibles. No estoy seguro: a veces, donde mejor se escribe es en la propia cabeza. Estaba entre dos peliculas, en ese dificil momento en que uno se cuestiona lo que hace y se pregunta si merece la pena hacerlo, si tiene algun sentido. Cuando uno esta aun menos seguro de si debe continuar. Mi ultimo largometraje habia obtenido una tibia acogida. El publico no habia abarrotado las salas. Habia corrido mejor suerte en el extranjero, en la decena de paises en los que se habia estrenado y a los que yo lo habia acompanado para responder una y otra vez las mismas preguntas, exhibir la misma sonrisa para los fotografos y encontrarme solo por la noche en la habitacion del hotel, contemplando las botellitas del minibar como si fueran companeras de infortunio. Tras la gira, habia decidido olvidarme de esa pelicula que se habia tragado dos anos de mi vida, pasar pagina en mi interior y marcharme a la isla Celebes con un renovado deseo de imagenes que empezaba a apuntar, todavia vago y borroso, a la espera de una concrecion que pensaba perfilar sin ninguna prisa. Hace mucho tiempo ya que comprendi que no <> las peliculas, sino que son ellas las que nacen de nosotros y toman forma como y cuando les parece. Las ancianas estadounidenses se habian callado. Debian de haber vuelto a sus habitaciones. Me las imagine solas ante el espejo del cuarto de bano, contemplando sus rostros falsos y leyendo su verdadera edad en el fondo de sus ojos tristes. Toda mentira conlleva su amarga caida. Tres dias despues volvi a Francia. En cuanto entre en casa, deje la maleta en el suelo y me bebi un vaso de agua del grifo mirando a mi alrededor. Tenia la sensacion de haber llegado a un pais extranjero. Por supuesto, los olores eran conocidos, pero pertenecian a una estacion y una ciudad de las que me habia ausentado y en las que aun no habia vuelto a encontrar mi sitio. El parquet crujia bajo mis pies. En los alfeizares de las ventanas, las moscas muertas terminaban de apergaminarse colectivamente, con las patas estiradas hacia el techo. Seguia considerandome alguien corriente y a la vez exotico. Seguia teniendo en la boca el peculiar sabor de los kreteks. Sin embargo, oia en lo alto sonidos familiares, en especial el piano desafinado del senor Bellagar, el vecino del octavo, un anciano medio ciego cuyo rostro y encorbatada elegancia me recuerdan un poco a Jorge Luis Borges y que se pasa horas tocando melancolicas melodias de la Europa central. Di una vuelta por las habitaciones, lo que se hace pronto, porque solo son tres, y escuche los mensajes acumulados en el contestador, que parpadeaba en una mesita del salon, al lado de la fotografia de Florence, mi ex mujer, que me sonreia. Entre ellos descubri el

  • BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA | PHILIPPE CLAUDEL

    https://www.casadellibro.com/libro-bajo-el-arbol-de-los-toraya/9788498387827/5274839

    30 mar 2017 — Un homenaje a las librerías, a los libros y a todos aquellos que los aman. Una lectura ideal para recrearse y saborear con un buen te ...

  • BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA - CLAUDEL PHILIPPE

    http://quelibroleo.com/bajo-el-arbol-de-los-toraya

    Junto con "Aromas", me parece que es su libro más intimista y personal. Claudel escribe con cierto candor sobre el valor de la amistad, la tristeza de la ...

  • BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA (Salamandra Narrativa)

    https://www.amazon.es/BAJO-%C3%81RBOL-LOS-TORAYA-Narrativa/dp/8498387825

    Sus novelas y libros de relatos han sido galardonados en varias ocasiones: la novela J'abandonne recibió el premio Francia Televisión 2000, el libro de relatos ...

  • Bajo el árbol de los toraya - Philippe Claudel - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/98356/bajo-el-arbol-de-los-toraya

    Junto con "Aromas", me parece que es su libro más intimista y personal. Claudel escribe con cierto candor sobre el valor de la amistad, la tristeza de la ...

  • Bajo el árbol de los toraya | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/28203-ebook-bajo-el-arbol-de-los-toraya

    Reconocida y celebrada entre sus obras más emblemáticas -Almas grises, La nieta del señor Linh y El informe de Brodeck-, la prosa depurada, ...

  • bajo el árbol de los toraya - claudel, philippe - Cervantes y ...

    https://www.cervantesycia.com/libro/bajo-el-arbol-de-los-toraya_287218

    BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA, CLAUDEL, PHILIPPE, 16,00€. ... de Célebes vive el pueblo de los toraya, conocido por unos ritos... ... Otros libros del autor.

  • bajo el árbol de los toraya - Machado Libros.

    https://www.machadolibros.com/libro/bajo-el-arbol-de-los-toraya_496809

    BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA, CLAUDEL, PHILIPPE (1962), 16,00€. En las montañas de la isla indonesia de Célebes vive el pueblo de los toraya, conocido por ...

  • Libro Bajo el Árbol de los Toraya, Philippe Claudel, ISBN ...

    https://www.buscalibre.es/libro-bajo-el-arbol-de-los-toraya/9788498387827/p/48168316

    Libro Bajo el Árbol de los Toraya, Philippe Claudel, ISBN 9788498387827. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros ...

  • BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA (Libro en papel)

    https://www.atenealibreria.com/libro/bajo-el-arbol-de-los-toraya_171301

    BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA, CLAUDEL, PHILIPPE, 16,00€. En las montañas de la isla indonesia de Célebes vive el pueblo de los toraya, conocido por unos ...

  • BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA (Libro en papel)

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    En las montañas de la isla indonesia de Célebes vive el pueblo de los toraya, conocido por unos ritos funerarios que se prolongan durante varios días y ...

  • Madre hay mas que una de Samanta Villar

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    Cuando Samanta Villar tomo la decision de ser madre, resulto que era demasiado mayor segun los parametros medicos. No solo eso, sino que posteriormente descubrio que era infertil. Pero su voluntad de ser madre prevalecio y tras cuatro anos e innumerables fracasos, logro quedarse embarazada gracias a una donacion de ovulos. A partir de aqui, la gran pregunta, la pregunta que cualquiera dispuesta a traer un hijo al mundo se hace, ?que significa ser madre?
    Gracias a su propio testimonio y al de otras muchas mujeres y parejas que, como ella, decidieron tener un hijo, este libro nos acompana durante el proceso de gestacion y nos da una vision nada idilica pero honesta y real de la maternidad, de las miles de decisiones que deben tomarse, del sentido de responsabilidad y del vinculo inquebrantable que poco a poco, dia a dia, va creandose entre ese hijo y su madre.

  • Una candidata inesperada (Romantic Ediciones), Romina Naranjo de Romina Naranjo

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  • Una deuda pendiente de Vicki Lewis Thompson

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    Habian pasado diez aOos desde que Dustin Ramsey y Erica Mann compartieron su primera experiencia sexual en el asiento trasero de aquel Mustang rojo, y habia sido un verdadero desastre. Ahora Dustin tenia que enfrentarse al enorme reto de dirigir el negocio familiar, pero antes queria resolver el .nico fracaso de su vida. Tenia que encontrar y seducir a Erica, y esta vez lo haria bien. Erica se quedo de piedra cuando se encontro a Dustin a la puerta de su casa. Quiza hubiera ido a hablarle de negocios, pero desde luego sus ojos le decIan que ese no era el unico tema que iban a tratar… Erica habia llegado muy lejos en esos diez anos, asi que si Dustin creia que podia llegar alli y seducirla tan facilmente, estaba muy equivocado… porque era ella la que lo iba a seducir a el.

  • Segunda piel de Nadia Noor

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    La atraccion, el amor y el deseo llevaran a los protagonistas de esta novela de Nadia Noor a dejarse llevar por sus sentimientos y vivir una apasionante historia.

  • Como Animales de Jorge Borges

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    Todo comenzo por accidente.
    Un retiro a la casa de las montanas.
    10 personas, en mi casa.
    Alcohol, cartas, dardos, alcohol.

  • Hotel de las Musas de Ann Kidd Taylor

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    Entre palmeras y puestas de sol de postal, una maravillosa y fresca novela sobre un encantador hotel, amor, perdida y segundas oportunidades en la vida y en el mar.

  • Su alma al diablo (M. Cacho 2) de Artur Rodriguez

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    Siempre que se gana algo, se pierde otra cosa.
    Si solo lo hubiera sabido cuando, hace un ano, mi viejo me mando al Burton College. Entonces tenia dieciseis anos y, a pesar de toda la mierda que me habian metido en la cabeza, hice un monton de colegas; te lo aseguro. Lo pasamos en grande sorbiendo nenuco a todas horas y moviendo el esqueleto. Pero de golpe aparecio un fiambre y todo se torcio. La muerte siempre lo tuerce todo. Y, despues de esa muerte, llegaron otras muertes. Y todo se mezclo con la birra y el amor, con el mal y el colegueo, con los suenos y las risas; con un Londres invernal y una lluvia que lo lava todo, que se come tu alma como si fuera un maldito Boca Bit, que te mata y te resucita.
    Esta bien, lo que tienes entre manos son mis aventuras de crio.
    Colega, lo vas a flipar.

  • El Baile Del Ahorcado de Day Anna

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    HAY HISTORIAS QUE MARCAN
    ?Y si pudieras ser Katniss? ?Y si pudieras ser Tris?
    El sueno de Violet se convierte en realidad cuando ella y sus amigos son trasladados al universo de El baile del ahorcado, su saga distopica favorita.
    Atrapada en una historia violenta y peligrosa cuyas reglas no conoce tan bien como creia, Violet debera convertirse en la heroina que siempre quiso ser.
    Aunque eso signifique bailar el baile del ahorcado.

  • Varron de Amasilys Palencia Ruiz

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    Puedes leer este libro entero en una sentada, preparate para una intensa experiencia…

  • Rindete amor mio (Que peligro tiene mi jefe 1) de Kelly Dreams

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    Cuando el destino llamo a su puerta, Emily Burton lo perdio todo. En un abrir y cerrar de ojos se encontro despojada de sus suenos, privada de su primer amor y entregada a un hombre al que no amaba.
    Ahora, quince anos despues, el destino vuelve a intervenir y Matthew Oliver ve la oportunidad de recuperar aquello de lo que fue privado, la bruja que ha nacido para contener su magia, la unica mujer destinada a unirse a el para toda la vida. La pregunta es, ?era ya demasiado tarde o podia albergar esperanzas de que Emily todavia lo quisiera?

  • El corazon del highlander (La bruma del tiempo 1) de Ross Callum

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    Primera entrega de la bilogia <>.

  • Rock Island de Esteban Navarro

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    Recuerdo que una voz femenina me pregunto la hora. Me gire para responderle y fue la primera vez que la vi. En ese instante eran las diez de la noche del tercer viernes de noviembre, justo seis semanas despues desde que me decidiera viajar a Ho Chi Minh. --Si, claro --balbucee con cierto nerviosismo--. Faltan cuatro minutos para las diez --le dije, emitiendo una inapreciable sonrisa. --?Tambien vas a Vietnam? --me pregunto a continuacion. La chica expelia una mirada entre curiosa y cinica. Como si le sorprendiera verme en la estacion y, al mismo tiempo, se burlara de mi. Yo recorde que esa misma pregunta, tal cual, me la habia hecho mi madre cuando le comente lo del viaje, unas semanas antes: --Mama, me voy de viaje. --?De viaje? ?A donde, hijo? --A Vietnam. --?Tambien vas a Vietnam? Mi madre siempre iniciaba una pregunta anteponiendo un 'tambien' delante, como si ya conociera a alguien antes que hiciera lo mismo que tu hacias. Creo que mi madre no soportaba que yo fuese el primero en algo y por eso siempre tenia que haber alguien antes que yo. --Si. --respondi a esa chica--. Voy a Vietnam. Desde esa estacion partian trenes hacia dos direcciones opuestas: o a la frontera francesa o al aeropuerto. En la segunda opcion, la del aeropuerto, habia viajes a muchisimas ciudades. Yo iba a Madrid, porque desde alli esa noche habia un vuelo directo a Ho Chi Minh. Un vuelo de veintisiete horas. Pero aquella chica me pregunto si viajaba a Vietnam. ?Como cono podia saberlo ella?--Que coincidencia --chasco la lengua con garbo--. Yo tambien viajo alli. Y emitio una sonrisa que le ilumino la cara. Entonces pude contemplar lo hermosa que era. Me llamo la atencion que vistiera pantalones cortos cuando el frio en la estacion era insoportable. Pero no me importo porque la chica tenia unas piernas realmente preciosas. Lo mismo que esa chaquetilla vaquera de entretiempo que no pegaba nada en el mes de noviembre. O esas botas Martens que le adelgazaban las piernas. O esa camiseta fina que transparentaba los dos botones de sus pechos. --?Como lo sabes? --le pregunte. --?El que? --Que tambien viajo a Vietnam. --El billete --me dijo senalando mi mano--. Lo se por el billete. --Y elevo el suyo por encima de su cabeza y se lo pego en la frente, como si fuese una visera. Entonces mire mis manos tiznadas con el color azul del billete que sostenia entre los dedos. Lo aprisionaba entre el pulgar y el indice, en un intento inutil de controlar mis nervios. Incluso el sudor de mis manos empapo las cifras negras y las desplazo emborronandolas. Que estupido, me dije. Ella supo que mi destino era Vietnam, porque los billetes azules como el mio eran para los destinos internacionales. --?El de las cero horas y cuarenta y cinco minutos? --le pregunte. --El mismo --asintio. La megafonia advirtio que faltaba poco para que partiera el tren que nos llevaria hasta el aeropuerto de Barcelona. Unos cuantos viajeros se dieron prisa en asir sus maletas y formaron cola delante de una linea amarilla que marcaba la puerta del convoy. Me fije que, al igual que yo, los dos solo portabamos una bolsa de mano. Pocas alforjas para tan largo viaje, me dije. --En poco mas de dos horas estaremos a bordo del avion --me voceo para que yo la oyera entre el barullo de pasajeros subiendo al tren. --Si todo va bien, si. --No me has dicho tu nombre --me grito antes de subir. --Javier. ?Y el tuyo? --Sonia. Y su figura se perdio en el interior del vagon, como si fuese un fantasma desvaneciendose al alba. Capitulo 2 Ya en el aeropuerto, observe como un taxi de color negro, con las puertas y el maletero amarillo, se detuvo ante la entrada principal. El pasajero era un hombre mayor, de unos setenta y cinco anos. Estaba delgado y vestia elegante, con traje a medida, y era el orgulloso poseedor de una barba canosa muy arreglada. Solamente portaba una maleta de mano de color muy oscuro, con hebillas plateadas. Cuando llego al mostrador de la agencia de viajes, le dijo a una chica joven y de tez sonrosada: --Tengo una reserva para el vuelo de las cero horas y cuarenta y cinco minutos. Al escucharlo supe que ese hombre viajaria hacia Madrid en el mismo avion que Sonia y yo. La chica tecleo en el ordenador y disipo el protector de pantalla. --?Su nombre? --le pregunto sonriendo de forma efusiva. --Blas. Hice la reserva hace dos dias desde una agencia. La chica asintio con la cabeza. --Tiene que hacer escala en Madrid, primero, y desde alli sale un vuelo hasta Ho Chi Minh. El fin de semana no hay aviones directos --le explico con dulzura. --Lo se. Ya me lo dijo su companera que me atendio, cuando compre el billete. --?Va a facturar equipaje? --No. La recepcionista siguio tecleando en el ordenador y en unos segundos la impresora escupio un folio que doblego y le entrego de inmediato. --Que tenga buen viaje, senor. El hombre se sento en un banco que habia casi enfrente de la agencia de viajes y muy cerca de donde yo me habia sentado. A esa hora no habia mucha gente en la terminal y escogio uno que tan solo estaba ocupado por una anciana de al menos ochenta anos, que aprisionaba entre sus piernas una maleta de aspecto anticuado. La mujer tenia el pelo completamente blanco y vestia de oscuro. Lo mas llamativo era una enorme cruz nacarada que le colgaba del pecho con una gruesa cadena de plata. --?Tambien va usted a Vietnam? --le pregunto la anciana. --Si. A esta hora solamente hay este vuelo --respondio el hombre de la barba, sin mucho animo. Luego se ladeo ligeramente, dando a entender que no le interesaba seguir con la conversacion. Mire hacia un panel de publicidad que teniamos enfrente y vi nuestro reflejo. Una anciana que parecia que fuese vestida de luto. Un abuelo, a juzgar por las arrugas de su cara, aunque al tio se le veia agil y en buena forma fisica. Y un joven, yo, que todavia dudaba de si viajar a Ho Chi Minh era una buena idea o no. Pero despues de un ano horrible, decidi invertir el dinero del finiquito de la empresa de paqueteria en un viaje aventurero. Lo necesitaba, necesitaba evadirme. Necesitaba olvidarme de todo, incluso de mi. Sonia se entretenia en el quiosco de prensa hojeando revistas que cogia y dejaba en su sitio de nuevo. La tia estaba un monton de buena. Y lo sabia. Y si no, ?por que vestia con esos mini pantalones en pleno invierno? Me pregunte. --El avion me lleva hasta Madrid y alli hago transbordo en otro vuelo --siguio hablando la anciana, ajena al gesto de desaire del hombre que se habia sentado a su lado. --No hay vuelos directos desde aqui el fin de semana --se molesto. --Estoy un poco nerviosa, es la primera vez que subo a un avion y tengo miedo. --Es comprensible. --A usted lo veo muy tranquilo. --Porque no es la primera vez que subo a un avion. --?Y la primera vez estaba tan nervioso como yo? El no respondio. Comprendi que queria que aquella mujer se diese cuenta de que no le interesaba para nada su conversacion. Ademas intui que ella buscaba hablar con cualquier pretexto. Supongo que ni el ni yo nos creimos que una abuela de ochenta anos jamas hubiera subido a un avion. --Voy a ver a mi hijo que vive en Ho Chi Minh --continuo hablando la anciana. El hombre saco un libro de su maleta--. Asi seguro que se le pasa el tiempo antes --le dijo mirando el libro. --Aun falta un rato para que salga nuestro vuelo. --?Que esta leyendo? --Una novela policiaca --respondio. --A mi siempre me han gustado las novelas policiacas --alabo la mujer, mientras se pasaba un dedo por debajo del ojo--. Pero lamentablemente he perdido mucha vista en estos ultimos anos y ya no puedo leer como antes. --?No usa gafas? --Deberia, pero no me he terminado de acostumbrar a ellas. La anciana se quedo mirando con descaro a su interlocutor.

  • El viaje de don quijote de Julio Llamazares

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    2016, ANO CERVANTES

  • La llamada del desierto (Lover Tygrain Al de Kelly Dreams

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    El ultimo ano ha sido duro para las gentes de Bahir, especialmente para las tribus del desierto que se vieron afectadas por la presencia de terroristas entre sus filas. Durante meses, Tarek Al-Hanak, ha ayudado a rastrear los deserticos territorios con el unico proposito de encontrar y sofocar los ultimos coletazos de rebelion.Con los recuerdos del atentado a las ruinas vivos en su mente y en sus pesadillas, el joven tygrain solo encuentra solaz en la tranquilidad del desierto. Y sera este, en la forma de una adorable e inolvidable mujer, quien sanara su alma y lo conducira a un pasado olvidado donde se encuentran las bases de su futuro.Danika Sahin sentia que en la inmensidad del desierto podria encontrarse a si misma.

  • El misterio de Ondantin de Agustin Cortamanero

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    Ondantin ha sufrido una serie de crimenes de manera misteriosa, su poblacion vive con un enorme miedo de ser el proximo en ser ultrajado, Langdon. Un detective unico en su clase es quien intenta resolver el misterio en medio de este pueblo medieval rodeado de enigmas que mas de uno oculta por diversos intereses.

  • Seducida por su Lobo (Los Lobos de Green Valley 2) de T.n. Hawke

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    Natalie:

  • Un dia mas de Mitch Albom

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    ?Quien no ha sonado alguna vez con reunirse con sus seres queridos fallecidos aunque solo sea para pasar un dia mas juntos?Chick Benetto ha perdido todo en su vida y esta a punto de suicidarse. En ese momento, en la frontera entre la vida y el mas alla, se reencuentra con su madre, fallecida hace anos euros juntos pasan un dia, viajaran al pasado y Chick por fin tendra la oportunidad de comprender muchas cosas de su vida.

  • Saga completa ?Tu me ves? de Gemma Herrero Virto

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    ?Te imaginas que pudieras regresar a los anos 80 y recorrer Nueva Inglaterra en una caravana? Libertad, buena musica, aventuras, paisajes increibles…
    ?Te imaginas que, ademas, te ganaras la vida resolviendo casos paranormales y enfrentandote a fantasmas, demonios y casas encantadas?
    Al y Eli te invitan a acompanarles en ese viaje. Date prisa, que ya salen.

  • Nietzsche para estresados de Allan Percy

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    Este manual reune 99 maximas del genio aleman y su aplicacion practica a entornos y situaciones de cada dia. Tanto en el mundo de la empresa como en el ambito personal, la filosofia de Nietzsche es altamente efectiva para hallar la salida de cualquier encrucijada. Cada capitulo del libro se abre con un aforismo de este pensador, seguido de una interpretacion en clave actual para mejorar nuestra calidad de vida. Este breve curso de filosofia cotidiana ha sido disenado como ayuda para tomar decisiones, recuperar el aliento, enderezar el rumbo perdido y relativizar la importancia de las cosas que nos suceden en la jornada. Nos hallamos ante un manual de autoayuda sabio --por el personaje que lo inspira--, provocador y estimulante. Un libro para los que buscan inspiracion en el pensamiento del filosofo mas influyente de la era moderna, que nos ensena a combatir las angustias y los miedos de hoy en dia. Junto con los 99 fogonazos de lucidez de la filosofia de Nietzsche, el manual se cierra con un cuaderno explicativo sobre la filosofia como terapia y sus aplicaciones para la vida cotidiana. Popularizada por su libro de gran exito Mas Platon y menos Prozac, conoceremos el trabajo de los consultores filosoficos y como las maximas de los pensadores de todos los tiempos pueden ser una ayuda terapeutica de primer rango. Antes de dar voz al filosofo que ha inspirado este manual de autoayuda, hagamos una breve visita a la biografia del maestro. Friedrich Wilhelm Nietzsche nacio en 1844 en la localidad germana de Rocken. Hijo de un pastor evangelico que fallecio cuando el tenia cinco anos, crecio en un ambiente de pietismo protestante dominado por mujeres. Tras estudiar en un internado donde se iniciaria en la antiguedad griega y romana, estudio filosofia clasica en las universidades de Bonn y Leipzig. Fue en esta ultima donde entro en contacto con el ideario de Schopenhauer y la musica de Wagner, compositor admirado a quien despues conoceria en persona. En 1869, a la temprana edad de veinticinco anos, Nietzsche ya era catedratico de filologia clasica en la Universidad de Basilea. Sin embargo, su actividad docente en esta institucion fue interrumpida en 1870 por el estallido de la guerra franco-prusiana. Nietzsche participo en la contienda como enfermero, hasta que tuvo que abandonar el frente a causa de la disenteria, afeccion de la que no llegaria a restablecerse totalmente. En 1881 conocio a Lou Andreas Salome, mujer de la que se enamoraria perdidamente, pero que acabaria casandose con un amigo suyo. Aquel rechazo acabaria afianzando en el su proverbial misoginia. Obligado a jubilarse prematuramente debido a las secuelas de su enfermedad, se traslado a la Riviera francesa y al norte de Italia para pensar y escribir. Solo y frustrado porque sus obras no obtenian la acogida que el esperaba, en 1889, un Nietzsche practicamente ciego fue victima en Turin de los primeros accesos de locura. Despues de largas temporadas internado en clinicas de Basilea y Jena, pasaria el resto de su vida en casa de su madre, que cuido de el hasta que a su muerte quedo al cargo de su hermana. Nietzsche fallecio en el ano 1900. Su legado filosofico posee una enorme ambicion que no ha perdido en la actualidad su poder inspirador y provocador. 99 pildoras para despertar la mente 1 Aquel que tiene un por que vivir puede enfrentarse a cualquier <> El estres y la desorientacion hacen presa de nosotros cuando perdemos de vista nuestros objetivos vitales. La sensacion de <>, el agotamiento que produce la dispersion tienen su antidoto en una meta clara que de sentido a lo que estamos haciendo, con sus buenos y malos momentos. Sobre esto, Viktor Frankl consideraba que basta con que el individuo encuentre un sentido a su vida para superar la mayoria de los problemas que le aquejan. La logoterapia busca justamente eso: en lugar de escarbar en el pasado del paciente, se explora que puede hacer con lo que tiene aqui y ahora. Dicho de un modo mas sencillo: encontrar un motivo para levantarse cada dia de la cama. El drama de muchas personas insatisfechas con su existencia es que tampoco se plantean cual es la vida que desearian vivir. Y la primera condicion para dejar de estar perdido es saber, al menos, adonde se quiere llegar. Al igual que Frankl medio siglo despues, Nietzsche senala la importancia de encontrar un <>. Cuando nuestra vida se llena de sentido, de repente los esfuerzos ya no son fatigas, sino pasos necesarios hacia la meta que nos hemos fijado. 2 El destino de los seres humanos esta hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de epocas felices La felicidad es fragil y volatil porque solo puede vivirse en determinados momentos. De hecho, si pudieramos experimentarla ininterrumpidamente perderia todo su valor, ya que unicamente podemos percibirla por contraste. Tras una semana de cielo cubierto, el dia soleado nos parece un milagro de la Creacion. Del mismo modo, sentimos la alegria mas radiante al salir del pozo de la tristeza. Ambas emociones se complementan y necesitan, porque ni la melancolia es eterna ni podriamos soportar cien anos de felicidad. Este es uno de los factores de estres de la sociedad moderna: creer que tenemos la obligacion de ser felices en todo momento y lugar. La negacion de la tristeza hace que se dispare el consumo de antidepresivos, las terapias y el derroche en cosas que no necesitamos. Parece como si no esgrimir una sonrisa permanente fuera motivo de verguenza. Contra esta perspectiva falsa e infantil, Nietzsche nos recuerda que la felicidad se da solo a destellos y que al pretender perpetuarla matamos incluso esos mismos destellos que nos ayudan a avanzar en el largo y tortuoso camino de la vida.

  • Tiempo de cenizas de Jorge Molist

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  • Bajo el hielo, Bernard Minier de

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    Es diciembre de 2008 y, el escenario, un profundo valle de los Pirineos. De camino al trabajo, los empleados de una planta hidroelectrica descubren el cuerpo de un caballo decapitado suspendido en la cara helada de la montana. La investigacion del macabro hallazgo es asignada al capitan Servaz, un cuarentanero hipocondriaco que siempre actua guiado por su instinto. Se trata del caso mas extrano de toda su carrera. ?Que motivos podria tener alguien para asesinar a un caballo a dos mil metros de altitud? Todo indica que este es solo el principio de una larga pesadilla. Ese mismo dia, una joven psiquiatra se inicia en el mundo laboral en el psiquiatrico de la zona.

  • El Ano del Frio de Jane Kelder

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    Hay ofensas que congelan el alma.

  • El milagro de amar (Segundas oportunidades 1) de Tracy Jane Warren

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    ?Crees en el amor a primera vista?
    Christian era un empresario solitario y egocentrico que vivia en un mundo sin amor, hasta que en la noche de accion de gracias un accidente cambio su destino al poner en su camino a la patosa, sexy y vulnerable Mary.
    Ambos viviran una apasionada historia de amor, donde el romance y la obsesion les haran cometer errores que deberan pagar con su corazon. Camina junto a ellos por calles nevadas, veladas de en sueno y dulces noches de pasion.
    Rie, siente y emocionate en una navidad donde los milagros se pueden hacer realidad.

  • El hechizo del lobo de Conti Constanzo

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    Cuando surge en cualquier conversacion el nombre de Nessie, rapidamente nuestras mentes se imaginan al monstruo del lago Ness, la gran leyenda, ?pero que pasaria si ahora no imaginamos al monstruo y la vemos como la mujer con los ojos mas verdes de Escocia? Esos ojos que fueron capaces de hechizar al guerrero mas fiero, al mas temido, al que es conocido como “El Lobo”. Ella, la bruja del demonio, nos hara sacar a la guerrera que llevamos dentro para dar una batalla personal, una que solo el corazon es nuestro contendor, y el, bueno, el nos hara pensar que hasta el mas temido animal tiene un corazon. “El hechizo del Lobo” es una novela romantica que te hara reir, llorar y odiar, pero sobre todo, enamorarte del amor. Dejate hechizar por el Lobo y transportate a la Escocia de los castillos y leyendas

  • La perdicion de Cathy de Mia Asher

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    Solo fue necesaria una mirada... para convertirme en una mentirosa. Mi vida es un desastre. Amo a un hombre. No, amo a dos. Creo... Uno me hace el amor, el otro consigue que arda. Uno es mi roca; el otro, mi kriptonita. Estoy rota, perdida, y me odio a mi misma, pero no puedo detenerme. Esta es mi historia. La historia de mi perdicion. La novela mas controvertida del ano. Una lectura increiblemente emocional, desgarradora y adictiva. Te removera por dentro. La devoraras y no podras sacartela de la cabeza. No te dejara indiferente. Y tardaras mucho en olvidarla..., si es que llegas a hacerlo.

  • Musicos y relojeros de Alicia Steimberg

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    Un clasico de la literatura argentina que retrata con irreverencia y humor la infancia y la vida familiar.

  • Corazon y coraza de Tania Rodriguez

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    Corazon y Coraza se centra en las vivencias de una joven londinense llamada Sanah, cuya existencia dara un giro abrupto, tras conocer a un afamado artista de quien se enamorara profundamente. Con el poema de Mario Benedetti como eje, los enamorados daran rienda suelta a un amor jamas experimentado. Proveniente de una familia conservadora, la timida y obediente Sanah debera sacar a relucir su fortaleza interior para defender sus deseos y vivir su historia de amor a pleno y despojada de la coraza que la oprime.

  • Del 15M al Proces de Oscar Lopez

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    En los ultimos cuarenta anos, la democracia espanola se ha consolidado y homologado con el resto de las democracias avanzadas. El pais ha pasado a formar parte del nucleo de la Union Europea y se ha modernizado y ampliado su Estado del Bienestar. Pero la crisis financiera que estallo en 2008 pronto se convirtio en una crisis politica y social que produjo una ruptura en el tejido del pais. Su primera expresion fue el movimiento 15M, que combino un hartazgo comprensible con un maximalismo que denunciaba que PP y PSOE eran lo mismo.

  • Nota de Voz de German Bandera

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    Carolina ve a Rodrigo sentado en una banca y se acerca para pedirle su numero. Ahi comienza una amistad que quiere ser algo mas. Pero parece que no es posible, pues los secretos se interponen entre ellos. Al final, el misterio se resuelve, pero quizas ya sea tarde para los amantes.

  • Pacto de matrimonio (Casarse con un millonario 4) de Jennifer Probst

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    Llega la entrega mas ardiente de <>. El esperado colofon a la adictiva serie que ha conquistado a miles de lectoras.

  • Adicta a Scott – Emily Delevigne de Emily Delevigne

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    Scott McCain cometio el gran error de abandonar a la mujer que amaba para alistarse en la Marina de Estados Unidos y asi dejar atras la mala reputacion que lo perseguia y que parecia estar a punto de destruirlos a ambos.

  • Manual de resistencia de Pedro Sanchez

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  • La hora muerta (Cronicas del Homo mortem 1) de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que a nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que, en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion. Y Antonio habia llegado a la conclusion de que no le importaba en absoluto lo que se hiciera dentro de aquellos muros. Cuanto menos supiera del asunto mucho mejor para el. Que otros se encarguen de los misterios que todavia quedaban en el mundo. El lo unico que deseaba era vivir bien. Viajar a algun paraiso tropical durante las vacaciones. Tener relaciones esporadicas con una chica, sin ataduras ni giros dramaticos. Ver los partidos de futbol los domingos por la tarde con los amigos. Estaba en paz consigo mismo y con lo que esperaba de la vida. De forma que tras aquella reflexion en la que parecia el ser mas henchido de satisfaccion del universo, le dio una prolongada calada al cigarro y sostuvo el humo en los pulmones durante varios segundos, antes de exhalarlo en una ondulante marea gris que se difumino con el frio de la noche. Uno de los focos titilo y Antonio fruncio el ceno extranado. Volvio a titilar y se apago. --No me jodas. Menuda suerte la mia. En respuesta al comentario de Antonio un zumbido electrico, como una ola que reventara contra la valla, resono con violencia y todas las luces se apagaron a la vez. --No puede ser --y solto un suspiro de protesta. Las nubes cerraban la noche. En la siguiente calada el cigarro brillo con intensidad. Lo arrojo al suelo y se dirigio a ciegas al interior de la garita, donde guardaba la linterna. Antes de entrar escucho el leve crujir de la gravilla, pero no le otorgo ningun significado en especial. La noche estaba plagada de pequenos ruidos y, tras tantos anos, uno aprendia a mantenerlos en un segundo plano; un ruido blanco sin ningun interes. Ya en el interior de la pequena garita, recorrio con las manos, tanteando, la mesa del vigilante, hasta que por fin encontro la linterna. Comprobo que los monitores de las camaras de seguridad tambien se habian apagado. Les dio unos golpecitos como si aquello pudiera devolverlos a la vida. Lo unico que le mostraba la superficie de los monitores era su propio y oscuro reflejo sobre la pantalla… pero aquello no era del todo exacto, porque tambien mostraban el rostro de alguien mas, alguien detras de el. --?Javier? --la pregunta de Antonio surgio forzada, tratando de aparentar normalidad, como si al hacerlo pudiera espantar el miedo, acido y fluido, que le subia por la garganta desde el fondo del estomago. Antonio se giro y el haz de luz de la linterna se poso sobre el rostro sanguinolento de Javier. Este ultimo no aparto la mirada. La pregunta habia surgido automatica porque el corte de pelo de aquel individuo --rapado hasta la raiz del cuero cabelludo-- era el de su companero Javier. Y el uniforme tambien; si se ignoraba la camisa abierta y desgarrada; si se ignoraba la sangre que cubria la ropa, convertida en un amasijo sombrio. Pero, sobre todo, si se ignoraba… si se ignoraba, aquel rostro descarnado al que le habian arrancado la nariz, al que le faltaban los labios y parte de los pomulos y parte de las mejillas. Javier se balanceaba como si el solo hecho de mantenerse de pie fuera un acto extenuante. Esta borracho. Esta borracho y ha tenido un accidente, penso Antonio, pero la idea no le resultaba tranquilizadora. Lo que quedaba del rostro de Javier fue adoptando una actitud agresiva, rabiosa. El rostro se inclino un poco. Los ojos se entornaron con un brillo maligno y salvaje. Y se lanzo hacia delante, silencioso y voraz. La linterna cayo al suelo. Antonio se descubrio forcejeando con su antiguo companero. --!Para! !Para! ?Te has vuelto loco? --logro decir entre jadeos, sosteniendo a Javier desde las munecas. Apenas podia verlo, pero si que podia oler su aliento. El olor metalico e incisivo de la sangre coagulada. Cerca, muy cerca de la cara. Demasiado cerca… Sintio la saliva, cayendo sobre el como gotas de rocio hediondo. Se le estaba tirando con todo el cuerpo encima. No lo golpeaba, solo lanzaba el rostro hacia delante, mordiendo, ansiando (Dios, oh dios, suplico para sus adentros) un bocado de su cara. Empujado por el enloquecido companero Antonio choco de espaldas contra la mesa donde descansaban los monitores. En un movimiento desesperado golpeo la rodilla de Javier, haciendole perder el equilibrio, y tiro de sus brazos hacia un lado. Logro arrojarlo al suelo y tanteo, desesperado, por encima de la mesa en busca de algo, algo contundente, algo con lo que defenderse… La linterna iluminaba los pies de Javier. Ya empezaba a levantarse de nuevo y Antonio adivino la mirada, la horrible mirada de su companero, que prometia no detenerse jamas hasta lograr acabar con el. Su mano se cerro sobre un objeto duro. Sin vacilaciones, Antonio golpeo donde creia que debia estar la cabeza de Javier. Fue un golpe directo entre los ojos. El objeto revento en una lluvia mordiente de cristales y el aire se lleno de un intenso, invasivo, olor a alcohol. El instinto de supervivencia tomo las riendas de Antonio y, antes de que el mismo se diera cuenta de lo que hacia, ya estaba saliendo de la garita del vigilante. Cerro la puerta con violencia confiando en que, debido a su estado enloquecido, Javier no pudiera abrirla. Su primera idea fue ir al aparcamiento, pero la desestimo al instante. La llave del vehiculo estaba en el interior de la garita y antes de volver a entrar alli estaba dispuesto a buscar ayuda, aunque fuera caminando. Por muy lejos que estuviera de la civilizacion. Quizas los americanos pudieran ayudarle y, sin embargo, aquella idea tampoco acababa de convencerlo. Detuvo las cavilaciones al escuchar de nuevo el crujir de la grava. Un crujido arrastrado, prolongado, demasiado regular y cercano. Pero no podia ser Javier porque todavia estaba encerrado en la garita. Entonces… Entonces se dio cuenta de que el sonido provenia de varias direcciones y todas ellas tenian como origen, provenian, de la base militar. Supo, con cristalina certeza, que aquellos pasos terminaban en el. Suspiro de alivio al notar en el bolsillo de los pantalones el mando con el que podia abrir y cerrar la verja metalica a los vehiculos. Se apresuro hacia alli, casi a ciegas, confiando mas en la memoria de tantos anos de trabajo que en su limitada vision. Pulso el mando. No paso nada. Lo volvio a pulsar, en esta ocasion con fuerza. Repitio el gesto, desesperado, sintiendo como las lagrimas del panico saltaban desde las comisuras de los ojos. --Por favor, por favor, joder, por favor, funciona… !Funciona! Pero la puerta (la condenada puerta) seguia sin abrirse. Y entendio por que. El motivo era tan evidente que lo habia pasado por alto. La corriente electrica habia saltado para toda la instalacion y este hecho incluia, por supuesto, el brazo hidraulico que desplazaba la verja. Sintio como tras el varias formas se aproximaban. Pausadas. Ineludibles. Pero el brazo hidraulico podia desbloquearse. Solo se hacia en caso de que se estropeara y se requiriera abrir la verja manualmente. Recorto los metros que le faltaban hasta el enrejado mientras, tanteando, soltaba el manojo de llaves que le colgaba del cinturon. Las manos le temblaban incontrolables en busca de una llave pequena. Las llaves tintinearon escandalosas, o por lo menos asi le parecio a Antonio, cuando se le cayeron de las manos para rebotar contra el suelo. Escucho un grunido tras de si. Un grunido de satisfaccion. En respuesta el vello de los brazos se le erizo como si hubiera recibido una descarga. Sus dedos se cerraron en torno a una llave pequena, diminuta, y suplico silencioso que fuera la correcta. La cerradura no giro de inmediato. Gimio, protesto, y, por fin, libero el brazo hidraulico del entramado metalico de la verja. No comprobo a que distancia se encontraban las figuras de el. Abrio la puerta y salio de la instalacion. Un momento de duda le hizo considerar cerrar la puerta, pero le alcanzo de nuevo aquel sonido arrastrado y torpe sobre la grava e imagino, aterrorizado, el rostro encarnado, abiertas las heridas, de Javier. --A la mierda con todo. Y con aquella frase tan apropiada para la situacion, pues albergaba tintes profeticos, Antonio dejo libre a la mayor plaga en la historia de la humanidad.

  • El ladron de penas de Antonio Jodar Calpe

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    Metio la llave en la cerradura despues de varios intentos, dos veces se le habia caido al suelo tratando de abrir la puerta; veia el pasillo muy a duras penas. El atardecer se oscurecio mas de lo previsto y un viento inoportuno hizo que las hojas de los arboles susurrasen a manera de cantos de reproche. Hacia rato que el tiempo se notaba denso y especialmente humedo. Las nubes ennegrecidas amenazaban con una tormenta brutal. En sus primeros indicios, las ventanas del edificio no dejaban ver mas que algun relampago todavia lejano. Por los cristales se distinguia la luz palida que cubria el cielo. Trato de hacer girar la llave pero no pudo, la mano le temblaba; estaba transido de frio y los ojos cargados por las noches de insomnio, y esta seria la siguiente. Giro otra vez la llave y cedio al final. Al traspasar la puerta encendio la luz y miro el reloj que se hallaba en la mesilla de noche, vio que eran las tres de la madrugada. Iba bebido y se dejo caer sobre la cama boca abajo. En el instante de caer dio un gemido y se quedo inconsciente sin que nada, excepto un leve tic-tac del despertador, alterase el silencio. La luz se quedo encendida y tenia una palidez facial estremecedora. Nadie sabia que estaba alli completamente solo y tal vez fuese a morir en esa condicion. Los que lo juzgaban no habrian podido leer sus sentimientos reales, pero el tampoco. Ahora yacia en un sopor que fue breve. Se desperto de repente y al mirar de nuevo el reloj vio que habian pasado treinta minutos, solamente treinta. Los truenos se oian ahora con mas fuerza, los cristales de la ventana empezaban a albergar las primeras gotas de agua, las cuales resbalaban por el cristal igual que el sudor por su frente y las lagrimas que brotaban de sus ojos por las mejillas, tan descoloridas, bajo unos ojos de mirada doliente tras el verde claro. Abrio el minibar, cogio una botella de whisky y se lleno un vaso a la mitad. Recorrio la habitacion del hotel como un oso enjaulado, con el vaso de Whisky en la mano, dando pequenos sorbos, temblando de pies a cabeza. Tenia el pelo castano con restos de gomina y algo desgrenado, llevaba una chaqueta y un pantalon azul oscuro manchado, tambien los zapatos por restos de vomito. La camisa era blanca, estaba sucia y le faltaban varios botones, del cuello le colgaba una corbata desanudada, un extremo por cada lado. De repente estampo el vaso contra la pared encolerizado y el estruendo lo encolerizo todavia mas. Dio un fuerte punetazo con el puno derecho a la mancha de Whisky que habia tenido la pared hiriendose los nudillos que acabaron ensangrentados. Gritando de dolor se restrego frenetico los nudillos por la camisa, anadiendole tonos rojizos, lo que no hizo mas que aumentar su colera hasta romper a llorar. Hablaba entre sollozos profiriendo frases incoherentes a la vez que se arrollaba un panuelo en los nudillos. Se dejo caer sentado en el suelo con las piernas estiradas, jadeando, llorando con cara de asustado; se quedo como extraviado mirando la puerta de la habitacion. Se llamaba Hector y ni siquiera eso tenia claro, la vida lo estaba ahogando, creia. Cerro los ojos y los abrio de nuevo arrugando el ceno. Lo repitio tres veces mas deseando que un espiritu nocturno velase por el, aunque mas bien seria el mismo monstruo que habitaba debajo de su cama cuando era un nino. Proyectaba una sombra fantastica sobre la pared que no era mas que una caja de carton agujereada. Los anos habian volado y ahora el mismo era una figura prisionera del resplandor de algunos relampagos. Abrio la puerta de la habitacion, la 708, dejandola entornada; se precipito hacia la escalera con pasos vacilantes aferrando la botella de whisky que habia cogido. Subio medio a tientas el primer escalon para no dar la luz y que alguien lo descubriese, pero se encendio automaticamente. Continuo subiendo a grandes zancadas lo mas rapido que pudo hasta alcanzar la azotea. La puerta tendria que haber estado cerrada pero no tenia cerradura, parecia como si estuviera arrancada y habia manchas de yeso alrededor. Como pudo empujo la puerta, la traspaso hasta notar un viento de tormenta, el que antes hubo susurrado en los arboles. La tormenta la tenia encima y el viento le daba en la cara, tambien el reflejo parpadeante de los relampagos que resonaban con toda su fuerza como una maravilla de la naturaleza que no transigia con la maleza de antenas wifi, las cuales ondulaban en un angulo pronunciado, viendose amenazada su endeble verticalidad. Hacia gestos con una cara de enloquecido, como drogado, contrayendo las mejillas sin poderlas controlar; en sus ojos se reflejaba un profundo deseo de enloquecer todavia mas. <>. Avanzo hacia el centro de la azotea, la lluvia caia ahora abundante, empapandole por completo, la sangre seguia brotando de sus nudillos y la que tenia en la camisa se diluia emborronandola. Su cara empapada disimulaba el lloriqueo que no podia cortar, sintio frio y se levanto las solapas de la chaqueta inutilmente. Sus infortunios pasaron del llanto al lamento cuando cruzo hasta llegar al antepecho de la cornisa. Era una altura de doce pisos mas la azotea trece. A Hector le temblaban las piernas con mayor violencia y su jadear coreaba cada trueno, su cara seguia resplandeciendo en el relampaguear cada vez menos intermitente, sus ojos resaltaban desorbitados. Se quito la chaqueta y la lanzo al vacio quedandose en el antepecho. Completamente empapado salto a la cornisa pero no miro hacia abajo, no se atrevio. La desesperacion lo acometio sin ninguna clase de misericordia, sintiendose paralizado pero decididamente dispuesto a terminar con ese pesar etereo. Sintio vertigo y nauseas, panico, pero tambien una ira desmandada y una tristeza penetrante. En un arrebato decisivo extendio los brazos como si fuese a saltar de un trampolin y cerro los ojos. --?Me dejas ver como lo haces? --sono una voz que clamaba a su espalda y que lo interrogo en japones. --?Quien anda ahi? --pregunto Hector en un idioma que no dominaba mucho. Bajo los brazos y se dio la vuelta. --Alguien que esta de paso --le contesto la figura de un hombre cuya cara no se veia por la penumbra y la lluvia insistente. --?Que hace usted aqui? --quiso saber Hector tratando de ver al hombre aquel; se quitaba el agua de la cara dandose zarpazos como un gato. --Nada, solo quiero mirar --dijo el hombre. La lluvia caia torrencial, una rafaga de agua le impidio decir nada a Hector y le chorreo por el pelo, las orejas, la nariz, y finalmente por el cuello de la camisa. Dio un traspie que casi lo hizo caer de espaldas. El retumbar de los truenos iba en aumento. --!Maldita sea! --grito Hector. --?Vas a hacerlo o no? --la voz de aquel hombre sono impertinente. Hector grito y volvio a gritar que se marchara de alli, que lo dejara en paz. Aun sentia la adrenalina en su cuerpo y le aumento porque alguien, un chiflado que no podia ver bien, lo estaba provocando. Pero no tenia ningun sentido que alguien pudiera estar en la azotea en medio de una tormenta y menos justo cuando iba a… poner fin a todo. --Mi jodida borrachera, si, eso es, !desaparece de mi vista! --Hector se cogio de las sienes, cerro los ojos y los abrio por reiterada vez. El viento gimio provocando mas rafagas de agua, mientras el hombre salia de la oscuridad. Iba tan empapado como Hector, debia de tener mas de cincuenta, aunque no se le veia bien, de mediana estatura, vestido con unos vaqueros y un chubasquero rojo, con la capucha puesta; lo estaba mirando y su mirada era penetrante, no la apartaba para nada, ni siquiera parpadeaba a pesar de la lluvia. --Desde luego que estas bebido, pero quiero verlo --dijo el hombre. --?Ver, que? !Dejame en paz! --Como lo haces, simplemente. --Pero ?que dices? !Que te largues! --Hector levanto el puno amenazante; era el derecho, se le cayo el panuelo al suelo deshaciendose los coagulos de las heridas en los nudillos. Sangro de nuevo. --No importa lo que yo diga --dijo el hombre. Hector no sabia que responder, unicamente se lamia el bigote como si quisiera escurrirlo. Bajo el puno. El hombre se le acerco y anadio: --!Acaba de una vez! --!Largate! !Largate de aqui! !Dejame! --No esta bien que me hagas perder el tiempo. --Estas completamente loco, seas quien seas, !completamente loco! El hombre guardo silencio, pero no dejaba de mirarlo y se le acerco aun mas. --!Quedate donde estas! --grito Hector, la voz le temblaba. El hombre no le hizo caso, sorteo el antepecho situandose junto a Hector. --Seguro que no has mirado abajo --le dijo el hombre. Era cierto que no habia mirado abajo, como si la decision no la hubiese tomado de verdad. Miro al rostro de aquel hombre y se le antojo sereno, sin que hiciese muecas por el viento y la lluvia que vapuleaba sus rostros sin piedad, ni tan siquiera pestaneaba. No era como el que constrenia la frente, los ojos y ambas mejillas, dando la impresion de estar ahogandose en un vaso de agua. --No vas a poder ayudarme --conjeturo Hector. Seguia sin mirar abajo. --?Ayudarte? No, no tengo esa intencion. --Debes ser… de seguridad… si, del hotel --dijo Hector--. Si, claro, has venido a impedirlo -- senalo a la calle--, pero tu que sabras… !No te metas donde no te llaman! Hablaba como si estuviera constatando un hecho, decia lo que pensaba como si fuera verdad. De fondo, la tormenta seguia estremeciendo el lugar. Hector veia como los relampagos se reflejaban en la cara del hombre. Pero la suya reflejaba un miedo terrible, miedo a decidir, a caer, a ser rescatado, o tal vez a ser ignorado por aquel extrano, quien se echo a reir a carcajadas. Sin dejar de reir cogio a Hector por los hombros y lo obligo a darse la vuelta hacia la calle. Casi se cae de espaldas por la sorpresa antes de que lo cogiera. --!Mira! --le dijo, sin soltarle los hombros. Hector quiso retroceder pero el hombre se lo impidio; tenia mucha fuerza. --Mira abajo --le insistio

  • Recuperar su amor de Cat Schield

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  • Driven. Vencidos por el amor de K. Bromberg

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    La vida no es sobrevivir a la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia

  • Manual de perdedores de Juan Sasturain

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    Una joya de Sasturain. Esta novela policial se publico por primera vez
    en episodios en el diario La Voz, de Cordoba, y habia sido escrita ocho
    anos antes. Es una obra del genero negro <>, ambientada en
    los dias de la dictadura.

  • Estrellaria mi estrella de Irene Ferb

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    Estrella se regala una nueva vida.
    Ella no es cobarde, ella brillaba. Ella no es miedosa, ella se alzaba
    en la oscuridad. Ella no es una, ella era el universo. Y alguien
    muy malo se lo intento arrebatar.
    Estrella descubre que solo hay alguien que espanta a sus fantasmas,
    descubre que solo sus besos saben a mas y que solo el
    le despierta las ganas de sonreir por nada. Pero el esta total e
    infinitamente prohibido.
    Edu se regala una nueva vida.
    El quiso el universo y se quedo sin nada. El siempre ganaba hasta
    que lo perdio todo.
    El se enamoro pero no se lo dijo. Edu huye de la derrota pero se
    topa con un ser tan puro y fresco que siente que de nuevo vuelve
    a respirar. Pero ella esta total e infinitamente prohibida.
    Estrellarian su estrella. hoy.
    Quizas exista una oportunidad, un fugaz crepusculo en el que las
    constelaciones se alineen a su favor, pero ?sabran verlo?

  • Esposada de Antiliados

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    Sinopsis Soy mama. Perdon, me corrijo: Soy Xia, tengo treinta y cuatro anos y madre de dos ninos a los que ahogaria en el fondo del mar. Perdon, perdon. Es cierto, son adorables, estupendos, maravillosos, bla bla bla. pero. uf, !que cansancio! Y ahora es cuando deberia hablar de David, mi marido. El es., es mi peor pesadilla. ?Como?, ?por que? Te lo contare con todo lujo de detalles. Todo cambia cuando Mark entra en mi vida. Dicen que cuando una puerta se cierra una ventana se abre. En mi caso la ventana no aparecio hasta que lo conoci a el.

  • Los secretos de Alexia (Alexia 1) de Susana Rubio

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    Descubre los secretos de Alexia en la nueva saga de Susana Rubio y vive una historia de amor que te erizara la piel.

  • La borde y dulce Lai de Monica Benitez

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    Ni siquiera habia terminado de acomodarme en mi nuevo apartamento y ya estaban llamando a la puerta, si despues de seis dias viviendo alli, los vecinos ya se tomaban la libertad de molestarme tal vez deberia optar por no acabar mi mudanza y elegir otro lugar. Mire el reloj, las nueve de la manana. <> El timbre volvio a sonar, esta vez dos veces, lo odiaba, no soportaba a la gente impaciente. Salte de la cama y me asegure de que llevaba unos minimos de ropa, esa noche me habia aliviado un par de veces y no era plan de abrir en pelotas. Tras observar que mis bragas seguian en su sitio, introduje mi mano en la montana de ropa que habia acumulado encima del sillon durante esos dias y me puse una camiseta de manga corta. El timbre volvio a sonar. --!Ya voy!--grite. De camino a la puerta me tropece con una de las pocas cajas que habia en el comedor, no era que no hubiese tenido tiempo de acabar la mudanza, simplemente no me habia molestado en hacerla, abria las cajas conforme iba necesitando las cosas. Tuve que saltar por encima para evitar caerme. <> Por fin llegue a la puerta y cometi el error de no mirar por la mirilla primero, si lo hubiera hecho no hubiera abierto, pero ahora ya era tarde. --Hola Lai--dijo con una expresion de remordimiento dibujada en su rostro. --?Que quieres Vero?--conteste con el corazon encogido. --Te he traido algunos libros... --Te dije que pasaria a buscar mis cosas cuando no estuvieras, no quiero que me traigas nada. --Te he visto leer estos libros unas cuantas veces, he pensado que te gustaria tenerlos...--insistio. --?Como has sabido donde vivo?--pregunte enfadada conmigo misma por haber abierto la puerta. --Soy poli, tengo recursos--sonrio alzando las cejas. Ella era poli y yo gilipollas. Cogi la caja de sus brazos y la deje en el suelo, Vero aprovecho ese movimiento para colarse en mi apartamento y cerrar la puerta. Su exquisito olor al moverse impregno mis sentidos. --!No quiero que estes aqui Vero, largate ahora mismo!--dije con el corazon latiendome en la garganta y los ojos banados en lagrimas. --Lo siento mucho Lai, yo no queria que pasara esto--dijo colocando su mano en mi torax. ?Ella no queria? ?Insinuaba que era cosa mia? Llevabamos seis anos viviendo juntas cuando me demostro que yo no era suficiente. ?Y ahora tenia la puta jeta de decirme que ella no queria? --No me toques Vero--le suplique con la voz ahogada. La odiaba por lo que me habia hecho, estaba dolida, decepcionada, cabreada, asqueada y con un dolor insoportable, pero lo que mas me jodia era que la seguia queriendo, la deseaba, en cuanto puso su mano encima de mi, desee que me follara como lo habia hecho cada dia en los ultimos seis anos. Teniamos una vida sexual muy activa, daba igual la hora del dia, el rincon de nuestro apartamento, el coche, banos publicos, ascensores, playas...Lo habiamos hecho en tantos lugares que era incapaz de recordarlos todos. --Te echo de menos--me susurro mientras su mano se colaba por debajo de mis bragas. Una parte de mi queria gritarle que parara, que cogiera su puta mano y fuera a hacerle una paja a su nuevo novio, pero la otra queria que siguiera, sus dedos ya estaban bailando entre mis piernas y mis labios esperaban haciendo palmas lo que sabian que estaba por venir. Me hizo recular hasta el sofa y me empujo hasta que cai de espaldas y ella se me tumbo encima. Subio mi camiseta y empezo a lamer mis pechos vorazmente mientras me quitaba las bragas. Yo ardia, hacia tres semanas que me habia ido de su casa y desde entonces solo me habia pajeado, siempre llegaba al orgasmo pero no era lo mismo, no era lo mismo que correrme en su boca, que sentir su lengua serpenteando por mi sexo, que sentir su sexo encajado con el mio, que besarla hasta quedarme sin aire, follarla hasta quedarme sin fuerza y abrazarla hasta quedarme dormida. Yo tambien la echaba de menos cada puto segundo del dia que pasaba, pero no pensaba decirselo. Intento besarme mientras dos de sus dedos se introducian por mi humeda vagina, eso no se lo permiti, eso pude negarselo y me senti orgullosa de poder arrebatarle algo que sabia que ella deseaba, a Vero le encantaba que la besara, decia que tenia un don para usar la lengua dentro de su boca, yo no sabia si era cierto o no, pero hacia tres semanas que ella habia perdido el derecho a beneficiarse de ese don. Introdujo un tercer dedo y yo gemi profundamente cuando note su pulgar en mi clitoris, ella sabia todo lo que me gustaba, seis anos de sexo diario nos habian servido a las dos para conocer nuestros cuerpos a la perfeccion, para saber que nos gustaba y que nos gustaba todavia mas. Vero sabia que me gustaba que me follara fuerte cuando estaba cabreada y eso era lo que estaba haciendo, sus tres dedos entraban y salian de mi vagina con fuerza y velocidad mientras intentaba coordinar su pulgar con esos movimientos para estimular mi clitoris al maximo, ya estaba a punto y por su puesto ella lo sabia, mis cada vez mas frecuentes gemidos asi se lo indicaban, asi que saco sus dedos de mi vagina y se centro en hacer circulos en mi clitoris hasta que me corri en su mano. Alli estaba yo, tirada en el sofa, con una camiseta subida por encima de las tetas y las piernas abiertas mientras Vero secaba las lagrimas que se me habian resbalado tras el orgasmo. Aparte la cara, habia dejado que me follara pero no queria que me mirara con esa cara compasiva, sabia que ella me seguia queriendo, podia leerlo en sus ojos, me habia querido demasiado como para dejar de hacerlo en tres semanas, pero estaba claro que queria a alguien mas y que poco a poco sus sentimientos por mi iban a desaparecer. Tan solo esperaba que los mios por ella hicieran lo mismo cuanto antes. --Quiero que te vayas--susurre sin mirarla. --?No quieres que lo hablemos mi vida? No me dejaste darte explicaciones... --!Ni se te ocurra llamarme asi Vero, ya no!--dije enfurecida. --Perdona, es la costumbre...--contesto cabizbaja. Me gire hacia ella furiosa, me baje la camiseta para recuperar algo de dignidad y me sente. --No hay nada que explicar Vero, me quedo muy claro en cuanto llegue. Quiero que te largues y que no vuelvas mas, no quiero que me traigas nada ni que me llames por telefono. Largate de una puta vez por favor--le rogue. --Nunca quise que pasara Lai, y jamas pretendi hacerte dano de esta manera-- dijo con sus preciosos ojos azules banados en lagrimas--solo queria que lo supieras. Levanto su esbelta figura del sofa, se llevo un par de mechones de su larga melena rubia detras de las orejas y se fue. Volvi a llorar desconsoladamente, igual que lo hice durante las dos semanas que pase viviendo en casa de Lorena tras presentarme aquella noche con una pequena mochila y contarle que habia encontrado a mi novia follandose a un tio en el hueco de la escalera de nuestro portal. No me hubiera enterado si no hubiese sido por los gemidos. Habia subido ya un par de escalones cuando oi gemir a una mujer y reconoci aquellos gritos de placer de inmediato, yo habia estado provocandolos a diario durante anos. Las piernas me temblaron y me quede paralizada, debatiendome entre mirar y asegurarme de que era ella o simplemente subir a recoger mis cosas de su apartamento mientras acababa de follar con su amante. Opte por la primera, necesitaba corroborar con mis ojos lo que mis oidos me decian, que era muy simple: aquella mujer de la que estaba locamente enamorada, aquella en la que confiaba ciegamente desde el primer dia me habia traicionado, me estaba traicionando en ese preciso momento. Casi por inercia baje los escalones que habia subido y me asome al hueco de la escalera. La imagen no pudo ser mas dolorosa, en efecto era ella, era mi chica a la que aquel cabron estaba empalando contra la pared con su polla una y otra vez mientras ella le comia la boca y acariciaba su cabeza. Solo fueron unos segundos el tiempo que permaneci ahi, pero en esos segundos ella abrio los ojos y me vio, se solto de inmediato dejando a su amante empalmado, se bajo la falda y camino hacia mi suplicandome perdon. Yo me sentia doblemente enganada en aquel momento, uno por motivos obvios y dos porque jamas me hablo de su bisexualidad, todas sus parejas anteriores habian sido mujeres, jamas se me ocurrio que seria una polla la que me arruinaria la vida. --Lai lo siento mi vida--la oia decir. Pero yo no podia pensar, no podia respirar, los oidos me zumbaban y millones de imagenes acumuladas durante aquellos anos con mi novia volaban por mi mente haciendo que me dolieran los ojos. Tenia un nudo en la garganta, ella pedia perdon mientras aquel se la cascaba detras de ella. --No subas hasta que yo no me vaya--eso fue lo unico que me salio por la boca. Arranque a correr escaleras arriba, entre en el apartamento y llene una mochila con lo justo para sobrevivir unos dias. Me dirigi a la puerta y de camino hice un alto, en el mueble del recibidor habia una fotografia nuestra, del dia que nos conocimos, le arree un guantazo tan fuerte que salio despedida contra la pared. Sali por la puerta y baje tan rapido como pude, ella seguia en el portal, al menos me habia respetado en lo de no subir, lloraba desconsoladamente pidiendo que no me fuera pero yo no podia ni mirarla. *** Yo era escolta privada, asi es como conoci a Vero cuando tenia veintitres anos, ella tenia dos mas que yo. El presidente de no se que pais africano venia al consulado espanol, me asignaron la proteccion de su hija menor y Vero formaba parte de la escolta policial que nuestro querido gobierno les habia brindado. Mientras ese presidente estaba de reuniones y la nina jugaba en una pequena sala bajo mi atenta supervision Vero se acerco a mi. Podia decirse que yo acababa de salir del armario en aquel entonces, no porque me diera miedo sino porque no fue hasta esa edad cuando por fin me di cuenta de que lo unico que no habia encajado nunca en mi vida eran las pollas. Habia tenido un par de rollitos antes, pero ella fue mi primera novia oficial, la que me lo enseno todo, la que me dejo experimentar timidamente con mis manos y mi boca en su sexo, la que me hizo cosas que hasta entonces yo no sabia que existian, la que estaba a mi lado en los momentos buenos y en los malos, la que me hizo saber lo que era sentirse amada y lo maravilloso que podia ser amar a alguien. Ahora podia anadir una nueva leccion a la lista: Vero tambien me habia ensenado lo que era el dolor mas insoportable que habia experimentado hasta entonces. Lorena era mi entrenadora, bueno no solo mia, trabajabamos para la misma empresa de seguridad privada. Ser escolta en aquella empresa no consistia solo en proteger a quien te asignaran, recibiamos entrenamiento diario para asegurar que siempre estabamos en forma y atentos, y Lorena era la que se encargaba de eso. Era una tia fuerte, tambien rubia para recordarme a mi ex en todo momento, estaba increiblemente fibrada, cualquier curva de su cuerpo era puro musculo y se movia como una gata por el tatami. Empezo como ayudante del antiguo entrenador y al final se quedo con su puesto cuando el se jubilo. Aunque era casi nueve anos mayor que yo, conecte con ella desde el primer dia, en seguida nos hicimos amigas, ella se acababa de divorciar de su segundo marido cuando nos conocimos y yo fui su apoyo durante el tiempo que necesito para recuperarse, que fue bastante. Ahora ella era el mio. Casi me obligo a quedarme en su casa durante las dos primeras semanas y fue la que me acompano a ver mas de diez apartamentos hasta que por fin alquile aquel. *** Las visitas de Vero empezaron a ser frecuentes, ella venia, yo me cabreaba, despues me follaba, nos quedabamos un rato abrazadas sin articular palabra alguna y ella se marchaba. Ese ciclo empezo a repetirse al menos una vez por semana. Me decia a mi misma que era bueno para mi, la echaba tanto de menos que pense que haciendo aquello me seria mas facil acostumbrarme a su ausencia, si tenia una pequena dosis de vez en cuando podria soportar el puto mono de Vero que tenia. Yo no la tocaba nunca, no podia, no podia tocar o lamer aquello que otro tambien tocaba o lamia, en cambio si que dejaba que me tocara y me lamiera con las mismas herramientas que utilizaba con el, era contradictorio, era una mierda...Vero no se quejaba, creo que sentia que me debia esos polvos y yo decidi aprovecharme de eso, regalarme orgasmos era lo minimo que podia hacer despues de lo que me habia hecho. Lorena no estaba de acuerdo, decia que jamas lo superaria si no cortaba aquello de forma radical, yo sabia que tenia razon, pero no me sentia preparada para no volver a ver a Vero, la sola idea hacia que no solo se me hiciera un nudo en el pecho, ademas me dolia, era como si alguien estuviera sujetando mi delicado corazon con sus manos y decidiera estrujarlo. Me follaba por la tarde y yo lloraba por la noche, habia entrado un espiral autodestructivo del que parecia que no iba a poder salir, o eso pensaba yo antes de acabar con la paciencia de Lorena. Solia acudir a sus entrenamientos a ultima hora, cuando los demas ya se habian ido, asi aprovechabamos para hablar de lo que fuera y ?porque no?, yo me beneficiaba de clases particulares. Lorena se dedicaba a profundizar en los movimientos que mas me costaban y yo quemaba energia hasta que mi cuerpo no podia mas. Aunque sabia que mi amiga no aprobaba mis encuentros con mi ex, yo se lo contaba siempre (no los detalles, pero si que habia estado con ella), pero aquella tarde parecia que Lorena no estaba dispuesta a permitir que aquello continuara. Nos pusimos los guantes y empezo a atacarme, al principio no me costaba defenderme pero despues empezo a anadir ataques verbales a sus punetazos y aquello empezo a ponerme nerviosa y a volverme erratica. --?Hasta cuando vas a dejar que Vero te folle Lai?--dijo acompanandolo de pequenos y rapidos golpes en mi cara y mis costados--?Seras su juguetito lesbico hasta que se canse?--seguia pegandome...?Cuanto crees que tardara en cansarse de ti?--no podia defenderme, me atacaba cada vez mas rapido, me buscaba, queria cabrearme y hacia un rato que lo estaba consiguiendo--?Sabes lo que hace despues de follar contigo no?--yo le lance un derechazo con toda mi rabia, pero me esquivo sin despeinarse--exacto Lai, despues de follar contigo se va a su casa y se lo folla a el. Arremeti sin control contra Lorena, mis brazos iban solos en busca de su cara, de su abdomen, de cualquier hueco, queria pegarle con rabia pero no conseguia traspasar sus coberturas, estaba agotada, casi no podia respirar pero no dejaba de pegarle como una quinceanera cabreada hasta que Lorena se harto y me asesto un hostion en toda la cara, cai plana encima del tatami, por un momento me senti desorientada, el corazon me latia en el ojo, en el pomulo, en la frente, y joder, como me dolia. Ella estaba de pie delante de mi, una pobre chica de veintinueve anos que no era capaz de superar que su novia la hubiera enganado, estaba espatarrada en el tatami, mirando a aquella cabrona que acababa de derribarme con un solo movimiento cuando de pronto senti como su pie me aplastaba el cono. No me lo podia creer ?en serio? ?El pedazo de hostia que acababa de darme no era suficiente? ?Tenia que humillarme de esa manera? ?Es que acaso intentaba inutilizar la mas preciada de las partes de mi cuerpo? ?Aquella capaz de proporcionarme tantisimo placer? Eso si que no podia permitirlo. --!Joder Lore!--dije agarrando su pie por el tobillo. Ella apreto mas y yo gemi, de dolor claro. Notaba como me miraba cabreada, pero desde aquella humillante posicion me costaba identificar hasta que punto estaba enfadada, me dolia demasiado el ojo como para intentar enfocar. --No la necesitas Lai, Vero no es la unica capacitada para hacer que te corras-- dijo apretando mas--!hay muchas chicas por ahi que estarian encantadas de perderse entre tus piernas gilipollas! --?Vas a follarme con el pie?--atine a decir. No se porque lo dije, Lore era hetero, pero me salio asi. Lorena por fin retiro su pie de mi zona sagrada, se agacho, me agarro por la pechera y me levanto como a una maleante. Lo cierto es que me movio tan rapido que me maree un poco, pero a ella no parecio importarle, me empotro contra la pared y me alzo, de forma que mis pies solo rozaban el tatami con la punta de los dedos mientras mis manos se agarraban a sus munecas, ahora que la tenia mas cerca alcance a ver lo mucho que la habia cabreado... --!Tu estas por encima de eso joder! No la necesitas a ella ni a nadie, tienes que cortar esas visitas o te acabaras hundiendo en la mierda Lai--entonces me sacudio como si fuera un trapo lleno de polvo y me solto. Me deje escurrir por la pared hasta sentarme en el suelo, entonces paso, me entro la risa, no podia dejar de reirme, por primera vez en los tres meses que hacia desde que Vero me la pego, habia dejado de sentir dolor, no era que el dolor hubiera desaparecido sino que ahora estaba ocupado por otro, el del hostion que Lorena me habia pegado. La cara me dolia a rabiar, pero me gustaba, en ese momento fui consciente de que podia sentir algo mas alla de Vero. Lorena empezo a reirse conmigo, como si estuviese leyendo mi pensamiento, se acerco a la nevera y trajo una de las bolsas de hielo, se agacho frente a mi y me la aplasto en la cara sin mucho miramiento, ella era asi de bestia. --Aaau--me queje riendo. --No seas llorica--dijo retirando la bolsa un momento para ver el alcance de su puno. Yo volvi a quejarme cuando presiono mi pomulo con sus dedos, ahora ya no me reia, joder como me dolia. --Perdona, creo que me he pasado un poco--dijo volviendo a colocar la bolsa en mi cara--?Porque no hablas con Toni? Preguntale si sigue en pie la oferta que te hizo, te vendra bien--sugirio. Lorena se colo entre mi y la pared, se sento y me rodeo con sus brazos, yo me gire un poco y repose mi lado bueno de la cara contra su pecho casi plano. Me sentia bien, me sentia segura con ella. Toni era nuestro jefe, no el jefazo, pero si aquel ante quien yo respondia. Unos dias antes del peor dia de mi vida, Toni me ofrecio una especie de ascenso por asi decirlo, queria que me dedicara a clientes de largo plazo, asi llamabamos nosotros a aquellos a los que habia que acompanar durante semanas, ya fuera en viajes de negocios, de placer o la simple rutina diaria. Yo lo rechace porque eso implicaba estar mucho tiempo separada de Vero, pero ahora ella ya no estaba y tal vez fuera una buena idea para mi. --Quiza lo haga--dije cerrando los ojos un rato. --Buena chica--contesto besandome la cabeza--esta noche duermes conmigo, me siento responsable de tu estado de torpeza. Yo estaba demasiado cansada para negarme y al fin y al cabo en su apartamento todavia me quedaba algo de ropa. Lorena solo tenia una cama, dormi con ella durante aquellas dos semanas y todas las noches me repetia lo mismo que acababa de decirme. --Nada de meterme mano ?eh? Yo sonrei y deje caer mi cabeza en su hombro hasta que me dormi. 2 Adios Vero Esa manana me levante euforica, tanto que se me olvido donde estaba, me tropece con las zapatillas de Lorena y me estampe todo lo larga que era contra el suelo. --!Joder!--grite con mi lado malo pegado a la baldosa. Yo tenia grandes planes para ese dia y lo estaba empezando besando el suelo. Lorena no dejaba de reirse mientras me ayudaba a levantarme. --Desde luego mira que llegas a ser torpe cuando te lo propones--dijo echando un vistazo a mi cara y haciendo una mueca extrana. --?Que?--pregunte dirigiendome directamente al bano para mirarme en el espejo. --!Joder Lore! ?Tenias una puta piedra metida en el guante? Tenia el pomulo y el ojo ligeramente hinchados, pero eso no era lo preocupante, desde el pomulo hasta la frente mi cara era surtido variopinto de colores, que iba del azul al rojo, pasando por el morado y el verde. Lore disimulo aquel desastre con maquillaje, aun asi era evidente que me habian partido la cara. --?A donde vas con tanta prisa?--dijo sin una pizca de remordimiento cuando me bebi el cafe de un trago y cogi una deliciosa tostada entre los dientes mientras me ponia la chaqueta. Si habia una cosa que Lore sabia hacer bien sin duda era cocinar, bueno, ahora podia anadir otra a la lista, hostiarme, eso tambien lo habia hecho de maravilla. --A ver a Vero, voy a decirle que no quiero mas visitas. Despues hablare con Toni --dije saliendo de su apartamento. --!No te la folles!--grito mientras yo sonreia al oirlo.

  • Paciente 0. El origen de Cesar Albarracin

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    El sabor metalico en la boca le recordaba su ninez, cuando jugaba en el columpio de la pequena plaza cerca de la casa de padre. Las ninas mas grandes siempre ocupaban los lugares, y habia que esperar a que alguna se cansara para poder subir un rato, y hacer esperar a las ninas mas pequenas, siempre y cuando, claro, una mayor no reclame el juego, o madre le dijera: "hija, dejale el columpio a la pequena, que es menor que tu". Siempre esa mierda de madre de querer guardar las apariencias y quedar bien con todos, incluso con padres desconocidos de ninas aun mas desconocidas. Y asi, no quedaba mas que esperar. No era muy sociable, asi que se apoyaba en uno de los canos metalicos del costado y, casi como en un tic nervioso para manejar la ansiedad, pasaba la lengua lentamente por el cano, en las partes que ya se habian despintado de tantas manos que se alguna vez se posaron en el travesano. Esa costumbre se mantuvo cuando crecio, y en la secundaria y los primeros anos de la universidad, todavia sintiendo esa necesidad de tener un objeto metalico en la boca, el cano paso a ser el juego de llaves. Cuando estudiaba y se concentraba demasiado, inconscientemente metia su mano al bolsillo buscando una llave, y se la llevaba a la boca. Le gustaba sentir la arandela metalica del llavero entre los dientes y juguetear con los labios en ella. Algun companero, enamorado, comenzo a burlarse por eso. En realidad, al joven, ella le parecia hermosa, y utilizaba la burla como una forma de acercarse, de hacerla reir, tocarla en los hombros... Algo inutil, por que las obsesiones de madre por ser un puto referente de buena educacion, habian hecho que la nina, ahora un hermoso especimen de hembra humana, sea bastante reacia a las relaciones con companeros. Pero ahora el sabor metalico en la boca no era ni el cano del columpio, ni sus llaves. Y eso eran dos problemas. Primero, el sabor metalico en la boca esta vez era sangre, liquida, tibia y abundante. Segundo, no sabia en donde estaban sus llaves, y ella siempre sabia donde estaban las llaves. Habia perdido completamente el control sobre si misma. No sabia donde estaba. La venda en los ojos le impedia ver, y algo de tela, quizas un panuelo, estaba dentro de su boca, apretado con una mordaza, para evitar que lo escupiera. Ella no podia saber el si la sangre en su boca era de los labios, o de algun diente. Solo sabia que el objeto de tela se empapaba de sangre, y en los esfuerzos por gritar, lo presionaba con el paladar, y la sangre se escurria entre algun que otro orificio de la cavidad bucal. No recordaba nada, solo que habia decidido desobedecer a su correcta madre, y salir con una de sus companeras de la facultad. La excusa fue quedarse a estudiar con Fany. Si su mama conociera bien a Fany y sus historias, diria que esa chica era una puta por la cantidad de relaciones amorosas que tenia. Probablemente media facultad de lenguas extranjeras habian pasado por sus piernas, sin distincion de sexo. Pero habia cuidado mucho que Fany solo fuera una nina bien ante los ojos de madre. Por la noche unos amigos les escribieron, siempre habia chicos escribiendole a Fany, quizas debido a sus fotos sensuales que amaba cargar en las redes sociales. Las invitaban a salir a un bar a tomar unos tragos, y luego a bailar. Ella no tenia ropa como para salir, pero Fany era mas o menos de su talla, asi que luego de una divertida sesion de prueba de ropas, ambas parecian modelos de Instagram. Entre la ropa de Fany estaba su consolador, se llamaba "Pepe", a Fany le encantaba ponerle nombres a esas cosas. Ella, en cambio, nunca habia visto uno, y dijo parecerle un espanto mientras su rubia amiga se lo acercaba a la boca y le ensenaba la manera correcta de usar la lengua con maestria en un objeto de ese porte. Salieron, se encontraron con los chavales, tomaron quizas un par de copas de mas en el bar, fueron a bailar, y luego la nada. Ella no recordaba absolutamente nada. Solo flashes. Luces, gente riendo, y la oscuridad. Primero penso que sonaba, como cuando era adolescente y se despertaba sin poder moverse, ni gritar... paralisis nocturna que le llaman algunos, "espiritus de atadura", decia el parroco de la iglesia a la que iban con madre luego de la separacion de padre. Pero nunca en un sueno habia sentido sus manos atadas con algo que parecia ser un precinto de plastico, por que era fuerte, delgado, y le cortaba las munecas al moverse. Las piernas tambien estaban atadas. No podia ver, ni gritar, ni soltarse. Solo podia oir. -Tranquila...-Se dijo-!Trata de pensar! Si sigues lloriqueando no vas a poder hacer nada. Siempre fue metodica. Los metodos la habian llevado a ser lo que era. Tenia que volver a sus metodos y reglas para ser, de nuevo, ella. Empezo a usar el panuelo en su boca como una forma de tranquilizar su mente. La sangre tiene sabor metalico, pues bien, el metal en su boca era su forma de retomar el control. -?Donde estoy? Estaba en un lugar cerrado y pequeno, por que no podia estirar las piernas del todo, y estaba en movimiento. Era la cajuela de un automovil. El motor... sentia el ruido del motor... parecia un coche relativamente nuevo. No habia olor a humedad, sino a alfombra limpia. El andar era suave. Era un vehiculo de alta gama. Por afuera se escuchaban algunos autos, pero ninguna moto. No se habia frenado en ninguna esquina. Entonces quizas no habia esquina, era una autopista. -?Puedes mover tus manos?- Se pregunto. Podia, pero de forma limitada. Las tenia detras de su espalda. Intento pasarlas por detras de sus piernas, pero los precintos de las munecas estaban muy presionados, no era posible. El vehiculo bajo la velocidad, y entro en una calle pedregosa. -?Que sabemos?-se dijo-Que me drogaron y me secuestraron... que Fany no esta aqui conmigo, pero si se encuentra bien no se va a dar cuenta de lo que paso, por que sus resacas duran mucho... Que el auto esta llegando a donde sea que me llevan... ?que hago?… Este auto es nuevo, es gente de dinero... No me han violado... tengo la ropa puesta... ?Habra algo en el baul para defenderme? Comenzo a tantear con las manos, pero no parecia ser un vehiculo que tuviera herramientas o cosas parecidas. Sin embargo, algo aparecio. Un tornillo. Por alguna razon habia un largo tornillo para madera que entraba en su puno. Quizas ese tornillo era su salvacion. Lo aferro con su mano izquierda.

  • La espia que te amo de Elsa Tablac

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    Emma trabaja en una agencia de detectives. Y las cosas no le van nada mal, si no fuera por su desastrosa vida sentimental y en especial por ese cantamananas de Mateo, que no le trae mas que quebraderos de cabeza. Asi que lo mejor es, hasta que amaine el temporal, pasar de los hombres. Centrarse en el trabajo, el yoga, el gato, las amigas. Hasta que un buen dia cae en sus manos el misterioso caso de Lloyd Cooper, un guapisimo britanico que va y viene por la ciudad desde hace unos meses, con una turbia historia familiar a sus espaldas y al que Emma debera investigar.
    Hasta aqui todo bien.
    Siempre y cuando no te enamores del hombre al que has de seguir.
    Ni el de ti.

  • Angel suicida de Charlotte Backman

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    Y una mierda. Si creian que no formaria parte de la investigacion, significaba que me conocian muy poco. El shock inicial se convirtio en tristeza y ahora, un dia despues de haber encontrado el cadaver de mi hermanastra tirado en el campo de futbol de debajo del Puente de Manhattan, solo siento ira. Esta ira sera la que me ayude a resolver que sucedio la pasada noche alrededor de las nueve y media, que fue, segun ha revelado la autopsia, la hora en la que Alice, con tan solo veinticuatro anos, perdio la vida. Segun mis superiores esta ira puede nublar mi mente y conseguir que no me centre; yo he logrado convencerles que no sera asi. Que nadie mejor que yo para atrapar al mal nacido que ha lanzado a mi hermanastra de un puente acabando con su vida. --Hacia cinco anos que no la veia --confese--. Somos hermanas por parte de padre, nos llevamos trece anos y nuestra relacion siempre ha sido nula. Para mi, aunque tengamos la misma sangre, es practicamente una desconocida. Dios sabe que me estaba muriendo por dentro; que solo podia recordar a Alice cuando era un bebe indefenso y yo una nina de trece anos a la que se le caia la baba y la besuqueaba todo el tiempo. A pesar de todo, logre sacar fuerzas. A pesar del sueno, a pesar del cansancio, a pesar de no poder entender nada ni el porque de todo esto. Mi serenidad logro convencerles. Todos estan de mi parte; no quiero su compasion, trato de no derramar lagrimas en publico y de disimular mi tristeza mostrandome mas seria y concentrada de lo normal. Aun no he pasado por casa, Jerry me ha aconsejado que deberia descansar y que Matt ha preguntado unas ciento tres veces por mi. Lo mas duro de todo esto ha sido llamar a mi padre. Se ha quedado mudo, se que durante unos segundos ni siquiera ha podido respirar. Una parte de mi tiene ganas de abrazarlo. La otra, prefiere esconderse. Me aterra tenerlo delante y tener que mirarle a los ojos en el momento en el que tenga que ver a su nina pequena sobre una camilla de metal. Blanca, pura y preciosa; con su melena rubia bien peinadita y sin su risa caracteristica o su mirada traviesa. Alice era una buena chica. No merecia este final. Nadie merece un final asi y quien haya creido que si, lo va a pagar muy caro. El examen toxicologico no ha dado muestras de alcohol u otro tipo de sustancia en su sangre. ?Accidente? Descartado. ?Suicidio? Me niego. ?De quien era si no el trozo de tela? Alguien la tiro del puente. La sangre del vagabundo era la de mi hermana y el trozo de tela perteneciente a una camisa a cuadros roja y negra, una prueba concluyente en la investigacion. Mi hermana debio arrancarsela al asesino antes de caer. Hoffman, el vagabundo, recibio una buena reprimenda por haber entrado en el campo de futbol donde cayo mi hermana, haberse llevado una prueba y haber tocado la sangre. Por lo demas, no se han encontrado mas huellas que las de Hoffman; mechones de cabello o restos de piel debajo de las unas de la victima, por ejemplo. Alice no se defendio. O no le dio tiempo a defenderse. Mi padre llega al anatomico forense donde esta el cuerpo de Alice a las tres de la tarde. Abatido y ausente, nada mas llegar me da un frio abrazo. No lo siento aqui. No conmigo. Esta en otro lugar que no logro alcanzar. --?Que le han hecho a mi nina, Gaby? ?Que le han hecho? Estoy segura que en estos momentos se alegra de que la madre de Alice falleciera hace tres anos a causa de un cancer. Las madres nunca superan las perdidas de sus hijos y menos en circunstancias tan extranas e inexplicables. Los padres tampoco, pero sobreviven en la mayoria de casos. Mi padre sobrevivira. Se niega a ver el cuerpo de Alice. Es algo extrano, pero cada uno reacciona a su manera. --No quiero verlo. No puedo, Gaby. No puedo. Se echa las manos a la cara; se derrumba delante de mis narices y pienso que de un momento a otro se va a desmayar. No lo hace, es duro como el acero. Yo, sin embargo, estoy alimentandome a base de cafes americanos y creo que la tension, que esta por las nubes, me va a pasar factura. --Papa, se que es muy duro. Pero tienes que recordar algo. ?Alice tenia algun enemigo? ?Sospechas de alguna persona? --Hacia tres meses que no la veia, Gaby --reconoce, con las mejillas inundadas en lagrimas--. No queria saber nada de mi. Su respuesta me paraliza; no se hacia donde llevar la conversacion. ?Tres meses sin verla? ?Tres meses en los que Alice no queria saber nada de papa? ?Por que? ?Que habia pasado? ?Que me habia perdido? CAPITULO 3 15 de septiembre, 2014 Alice Papa me llama cientos de veces a lo largo del dia. Pero no puedo dejar que me vea asi. No puedo. Es la tercera vez que me pega. Me he quedado en un rincon del apartamento aguantando sus punetazos, sus tirones de cabello y las dolorosas patadas en las costillas. Apenas me puedo mover. ?En que me he convertido? <> Lloro. Lloro hasta que me quedo sin lagrimas y entonces, cuando menos lo espero, me quedo dormida. Estoy dentro de un profundo sueno del que no quiero despertar, porque, al abrir los ojos, la realidad me golpea aun mas fuerte que el. Es un Monstruo. No tiene piedad. Bebe sin control y se que los porros y la coca lo estan dejando sin neuronas. Deberia ir a la comisaria mas cercana y denunciarlo. O llamar a Gaby. Gaby siempre saber solucionarlo todo. No es precisamente la hermanastra de los suenos de cualquier joven de veinticuatro anos, pero cuando la llamo esta. No quiero molestarla, tiene un hijo pequeno, su propia familia y un trabajo que la absorbe practicamente las veinticuatro horas del dia; pero hoy, mas que nunca, necesito hablar con ella. Contarle la verdad. Decirle que soy lo peor a la hora de tomar buenas decisiones. Que no soy como ella y que me arrepiento de no haber escuchado a mis amigas, cuando aun estaba a tiempo de dejarlo. Me levanto. Apoyo la mano en la pared y por poco me llevo la cortina por delante. Camino a rastras, me doy cuenta que me sale sangre de la cabeza al ver como gotea por el suelo de parque. <>, pienso. Voy hasta mi dormitorio. Me agacho con mucho esfuerzo y cojo una cajita de laton; en su interior hay un diario que tengo abandonado desde hace tiempo. Tengo

  • La luz tras la ventana de Lucinda Riley

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  • El Testamento de Magdalen Blair de Aleister Crowley

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    El testamento de Magdalen Blair fue publicado en forma de libro por Mandrake Press en septiembre de 1929. Dos de los tres relatos que lo componen, el que da titulo al volumen y <>, ya habian sido publicados en la revista The Equinox en 1912 y 1913, respectivamente. La maldicion que, al parecer, perseguia a Crowley le impidio ver distribuida la edicion en su totalidad, debido a la quiebra de la editorial. <> aborda la locura en una secuencia de codigos secretos y simbolicos, <> detalla un supuesto experimento cientifico en el que la telepatia llega al ambito de la materia misma; por ultimo, <> es un divertimento en el que el autor denuncia la mojigateria y la represion de la sociedad britanica. La obra retoma, pues, en clave de ficcion, algunos de los temas a los que Crowley dedico sus investigaciones --y sus practicas magicas--, manipulando habilmente los mas profundos terrores y las ocultas aspiraciones del ser humano.

  • El chico de las bobinas de Pere Cervantes

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    Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el dia en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de peliculas. El dia de su decimotercer cumpleanos es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye despues de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la epoca; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policia sin escrupulos. El hecho de que el moribundo le de el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrara a este a resolver un secreto del pasado por el que pagara un alto precio.

  • El oscuro juego de Lucifer de Charlotte Bennet

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    ?Que harias si, de repente, el hombre que crees detestar, y que es tu jefe, te propone tener una relacion carnal exenta de ataduras?
    Me llamo Emma Taylor, tengo veinticinco anos y nunca he tenido suerte en el amor. Por eso, a dia de hoy solo pretendia llevar una vida tranquila, exenta de sobresaltos, hasta que el se cruzo en mi camino, y ese no era otro que el enigmatico y arrogante hermano de mi difunto jefe, con el que ya habia tenido mis diferencias en el pasado. El tipo habia regresado a Nueva York para hacerse con el control de la agencia de publicidad para la que trabajo como secretaria, o eso pensaba yo…
    Alexander Crawford, apodado <>, era rico, apuesto, inteligente y estaba acostumbrado a conseguir todo aquello que se proponia, pero... ?hasta donde estaba dispuesta a llegar yo con alguien como el?
    Lo que empezo como un oscuro juego se transformo en algo inesperado y complejo...

  • Despues de Kim de Angeles Gonzalez-sinde

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    Desde que Geraldine y John se divorciaron hace decadas, se ven lo menos posible. Sin embargo, la inesperada muerte de su hija Kim en Espana les obliga a iniciar juntos un viaje en el que no solo tendran que aprender a convivir y a conocerse de nuevo, sino que les embarcara en la busqueda de un nino, su nieto, cuya existencia ignoraban y que ahora desean recuperar. El amor y el desamor del pasado se cruzaran con el presente para ayudarles a superar sus distintos fracasos personales.

  • En Realidades Infinitas (Almas Suicidas 2) de Gonzalo Ruiz

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    Para conseguir la felicidad, un objetivo por el cual vivir, es necesario ir a buscarlo, no a esperar sentado o sentada. Sin importar nada, ni las distancias, los recuerdos, las dificultades, a veces algunos idiotas intentan lo que sea por sonreir una vez mas sin importar perderse a si mismos otra vez. Salir de la depresion es dificil. Buscar la felicidad y encontrarla es mas porque el mundo puede llegar a ser cruel o a veces algo bueno.

  • Cielo en llamas de Leila Mila

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    Desde que la Tierra fue invadida, la vida se ha convertido en una lucha constante por la supervivencia. En un ultimo intento por recuperar su mundo, la especie humana esta inmersa en una cruenta batalla que decidira el destino de toda la humanidad.
    Es en medio de la voragine cuando, entre las ruinas de una nave abatida por la Resistencia, aparece Makensi. Desorientada, magullada y aterrada, se ve arrastrada a la base de la faccion de Maverik, un lugar hostil donde la tratan como a un enemigo mas. Alli descubre dos cosas.
    La primera: ella tambien desconfia de si misma.
    Y la segunda: tiene en sus manos la llave para lograr la victoria.

  • 180 segundos de Jessica Park

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    Algunas personas se pasan toda la vida sin cambiar de perspectiva. Para Allison solo bastaran 180 segundos…