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libro avion clubes - Carlos Santos
https://gigalibros.com/avion-club.htmlEl Avion Club fue uno de los locales mas singulares de la epoca de la movida. Por el paso media Espana, gentes muy diversas que cantaban al son que tocaba Cesar, un pianista sacado de una pelicula o un blues, pero que, a diferencia de los pianistas de los blues y las peliculas, sonreia todo el rato, sin el menor atisbo de melancolia. Al Avion no se iba a figurar ni a hacer tertulias. Se iba a vivir.
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Avión Club, de Carlos Santos Gurriarán - Blog de Juan Herranz
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Guerra de voluntades de Nena Lima
https://gigalibros.com/guerra-de-voluntades.htmlCuando Anne Peabody llego al pueblo californiano de Aguas Bravas para acudir a una cita de trabajo, no imagino los contratiempos que su llegada ocasionaria en el seno de la familia Carter. Su terquedad la enfrentara desde el primer momento al fuerte, brusco e intimidante temperamento del senor Carter. Este no desperdiciara la ocasion de provocarla para que se marche del rancho y tome la diligencia que la trajo hasta el pueblo.
En un continente tan salvaje y hostil donde los enfrentamientos con los pueblos indigenas eran frecuentes y donde la inminente llegada de una guerra civil tenia al pais en vilo, la joven senorita Peabody aprendera a comprender y a valorar acerca de los prejuicios raciales que le rodea, experimentando a diario lo que es vivir con el peligro cuando se convive con tantas tribus nativas.
En esta apasionante y bella historia, la atraccion y el deseo sexual golpearan de improviso en la vida de nuestros protagonistas y sellara para siempre sus destinos. -
La llegada del duque de Elisabeth Boyle
https://gigalibros.com/la-llegada-del-duque.htmlEl dia amanecio como siempre lo hacia en mayo en la aldea de Kempton, con una brillante llovizna de rayos de sol, un toque de rocio en la hierba y los pajaros cantando alegres melodias en el jardin. Nada indicaba que aquel dia la senorita Tabitha Timmons no solo se veria prometida, sino que ademas se enamoraria locamente. Y no necesariamente seria todo con el mismo hombre. No, lo unico que Tabitha pensaba mientras salia aquella tarde de la casa del vicario, cerraba la puerta con cuidado detras de ella y se dirigia a su reunion de los martes de la Sociedad para la Templanza y Mejora de Kempton era que por fin podia escapar de las ordenes de su tia y de las quejas de su tio por tres maravillosas horas. --Ah, aqui estas --dijo la senorita Daphne Dale alegremente desde la cancela del jardin, donde esperaba a Tabitha--. Estaba empezando a temer que ella no te dejara venir --continuo hablando Daphne en un susurro mientras se agachaba para rascar detras de las orejas al Senor Muggins, el perro que siempre acompanaba a Tabitha. El gran terrier irlandes levanto la cabeza hacia Daphne y le dedico una mirada de pura admiracion con sus enormes y expresivos ojos marrones. --Entonces la tia Allegra tendria que ir en mi lugar, y que Dios la libre de que le encarguen alguna tarea --dijo Tabitha. Miro por encima del hombro y agradecio que las cortinas siguieran echadas, lo que significaba que su tia no estaba mirando, buscando alguna excusa para hacerla volver. --Que idea tan horrible --afirmo Daphne. Enlazo un brazo con el de su amiga y tiro de ella para alejarla de la casa del vicario, que una vez habia sido el hogar feliz de Tabitha. Todavia deberia serlo, situada donde estaba, baja y maciza a la sombra de la iglesia de Saint Edward, una enorme reliquia de la epoca normanda. La iglesia tenia altos muros de piedra, una nave larga y un campanario solo empequenecido por las alturas de Foxgrove, la propiedad cercana del conde de Roxley. Sin embargo, despues de que muriera su padre dos anos atras victima de una dolencia cardiaca y de que su tio se instalara alli como el nuevo vicario, ahora el amado hogar de infancia de Tabitha era un lugar deprimente y sombrio. Por lo menos, penso ella, todavia se le permitia asistir a las reuniones de la Sociedad, aunque solo fuera porque a su tia le parecia que la mision de proporcionarles cestas de caridad a las numerosas solteronas de Kempton era una tarea aburridisima. Caminaron sin prisa por Meadow Lane, el sendero estrecho que iba desde la casa del vicario a High Street, mientras Daphne parloteaba, poniendo a Tabitha al dia de los cotilleos del lugar. --… y lady Essex nunca permitira que Louisa y Lavinia se salgan con la suya en ese tema. Los banderines para el baile del solsticio de verano siempre han sido de color lavanda. !Verde manzana, imaginate! Tabitha sonrio y dejo que la chachara cayera sobre ella como si fuera un balsamo, porque cuando estaba con Daphne o en las reuniones semanales de la Sociedad, era facil creer que no habia cambiado nada en su vida, que una vez fue idilica. --Ayer, incluso fui a visitar a las gemelas e intente, muy educadamente, explicarles que, si insistian, solo conseguirian aumentar la ira de lady Essex. --Daphne suspiro--. !Oh, como les gustan los problemas a Louisa y a Lavinia! Tabitha miro a su amiga. --?De verdad pensabas que podrias hacerlas desistir de su empeno? --Tenia la esperanza --le confeso Daphne--. Y si eso no funcionaba, pense que mi nuevo sombrero las distraeria. Inclino la cabeza para ensenarle el sombrero de seda verde, que tenia un lazo gris que llamaba la atencion. Tabitha estaba acostumbrada a ver pavonearse a Daphne y se rio. --Has convencido a tu padre para que te adelante la asignacion, ?verdad? Su amiga sonrio sin mostrarse arrepentida. Le brillaron los ojos azules cuando levanto una mano enguantada para tocarse el estiloso borde del sombrero. --Si, y cada chelin ha merecido la pena --afirmo Daphne--. Tenia miedo de que papa no cediera antes de que la senorita Fielding lo descubriera y me lo arrebatara, !y ya sabes lo mal que le sienta el verde! Tabitha se rio. La rivalidad entre Daphne y la senorita Fielding aumentaba con cada ano que pasaba. --Creo que a ti te quedaria perfecto --dijo Daphne de pasada--. Podrias probartelo cuando lleguemos a casa de lady Essex. Miro a Tabitha con amabilidad y se mordio el labio inferior mientras esperaba su respuesta. Como sabia bien lo que pretendia hacer su amiga, Tabitha nego con la cabeza. --Sabes que ni siquiera puedo plantearmelo. ?No recuerdas como se puso mi tia cuando me diste esos guantes el invierno pasado? --No era caridad --afirmo Daphne frunciendo el ceno--. Y esto tampoco lo seria. Es solo que no tienes un sombrero nuevo desde… --Desde hace dos anos --replico Tabitha. Ni un vestido nuevo. Ni zapatos. Ni medias--. La verdad es que no me importa. --!Pues a mi si! --le espeto Daphne--. A tus tios deberia avergonzarles la forma en que te tratan, dandote migajas de mala gana. ?Que podia decir Tabitha? Todo era cierto. Su tia y su tio se habian alegrado mucho de adquirir la posicion elevada del estilo de vida de su padre cuando este habia muerto, pero ?se podia decir lo mismo de conseguir la custodia de su sobrina pobre? En lo mas minimo, sobre todo teniendo en cuenta que no tenian hijos. A la tia Allegra, que no tenia ni una sola celula maternal en todo su cuerpo, incluso le gustaba quejarse de que su sobrina ocupaba demasiado espacio en el rincon del desvan que le habian asignado gentilmente para dormir. A Tabitha no le importaba vivir en ese escondite, porque era donde se guardaban los baules de su madre. Esa cercania le permitia captar de vez en cuando una nota del perfume de violetas que habia usado. Eran unos momentos tan vagos como los recuerdos que tenia de la gracil belleza que habia muerto de unas fiebres cuando ella aun era muy pequena. --Cada vez que tu tio da un sermon sobre la caridad, me dan ganas de levantarme y de decirle que es un hipocrita controlador --afirmo Daphne. --Eres incorregible --la regano Tabitha, aunque con poco entusiasmo, porque si habia alguien que velara por sus intereses, esa era Daphne. --?Quien es incorregible? --pregunto la senorita Hathaway cuando se unio a ellas en el punto en el que Meadow Lane se cruzaba con High Street. Fiel a su aspecto habitual, Harriet llevaba el borde del vestido lleno de barro, la ropa ligeramente arrugada, el sombrero torcido y en una de sus mejillas sonrosadas habia una mancha de algo. Probablemente se le habria hecho tarde y habria salido corriendo de los establos de Pottage sin haberse mirado en un espejo. Estaba claro que lady Essex se molestaria por la apariencia descuidada de su pupila. Su senoria estaba poniendo muchas esperanzas en llevar a Harriet a Londres y encontrar para ella un buen partido, aunque casi nadie en Kempton le daba mucho valor a tales ideas. Despues de todo, estaban hablando de <
> Hathaway. --Yo --le dijo Daphne, y cambio de tema con habilidad--. Me he comprado un sombrero nuevo. Harriet le echo una mirada. --Oh, si, es verdad. ?No es el que me ensenaste la semana pasada en el escaparate de la senora Welling? Daphne asintio. --Es bonito, ?no te parece? Harriet lo volvio a mirar y dijo: --Si, pero creia que estaba adornado con una pluma. --La he quitado --contesto Daphne en voz baja, inclinando la cabeza con aire despreocupado hacia el Senor Muggins. Tabitha se avergonzo. Queria muchisimo a su perro, pero el pobre era incapaz de darse cuenta de que un ribete emplumado de una pelliza o una pluma de ave en el borde de un sombrero no formaba parte de un pajaro de verdad. Despues de haber destrozado tres sombreros de la tia Allegra poco despues de la llegada de esta, la dama habia amenazado con expulsar al perro barbado… solo para descubrir que toda la aldea de Kempton y buena parte de la poblacion de las aldeas cercanas se habia negado a encargarse de < >, para alivio de Tabitha. Al final, la dama indignada habia hecho lo mismo que Daphne y habia quitado todas las plumas de sus sombreros. Incluso la indomita lady Essex retiraba las plumas de su turbante favorito antes de ponerselo en una reunion de la Sociedad. Ninguna pluma estaba a salvo cuando el Senor Muggins se encontraba cerca, para disgusto de Tabitha. ?Por que no sentia tal hostilidad por las ardillas o las ratas, como otros terriers? Tabitha se sentia obligada a llevarse a su travieso companero a todas partes, por miedo a que el tio Bernard encontrara a algun transeunte desprevenido lo suficientemente ignorante como para que se llevara al perro. --Pareces cansada, Tabitha --comento Harriet--. Y mas delgada. Trabajas demasiado. Tabitha aparto la mirada. --Tuve que fregar antes de salir, asi que me he levantado temprano. Daphne la miro de lado. --Y supongo que tambien has abrillantado la plata, has lavado los platos, has dejado la mesa puesta para la cena y le has cortado las verduras a la senora Oaks. Eso no era todo, porque tambien habia planchado. Aun asi, quiso hacerle frente a la preocupacion de sus amigas. --No me mireis asi. No me importa trabajar. Harriet apreto la mandibula y dijo: --Alguien tiene que recordarle a tu tia que eres una dama, no la mujer de la limpieza. --Preferiria que nadie lo hiciera --contesto Tabitha. Por lo menos, tenia un techo sobre su cabeza, algo que a sus tios les gustaba recordarle todos los dias. --Siempre puedes venir a vivir… --empezo a decir Harriet, pero Tabitha la interrumpio sacudiendo la cabeza con vehemencia. < > Lady Essex tambien le habia ofrecido un lugar donde vivir en Foxgrove y, Daphne, una habitacion en Dale House, pero sus tios se habian negado a permitir que se mudara, convencidos de que se dedicaria a llevar una vida disipada y licenciosa sin su constante proteccion. Eso, y perderian a una doncella que trabajaba gratis. Pero tambien estaba el hecho de que a Tabitha le encantaba la vicaria. Siempre habia sido su hogar. Y aunque ahora solamente tenia un pequeno rincon bajo el alero y comia en la cocina, por lo menos todavia podia ocuparse de las flores de su madre en el jardin y mirar la firme caligrafia de su padre cuando anotaba alguna entrada en el registro de la parroquia. Era lo mas parecido a un hogar que tendria nunca. --Si por lo menos no fueramos de Kempton… --dijo Daphne, suspirando audiblemente--. Entonces podrias casarte y escapar de las exigencias de tu tia. --Pensemos en algo mas alegre --propuso Harriet como si hubiera visto la sombra que habia cruzado la cara de Tabitha--. Como, por ejemplo, en lo roja que se pondra lady Essex cuando las gemelas Tempest propongan su ridicula idea, otra vez, de cambiar el color de los banderines del baile del solsticio de verano. Las tres se rieron y siguieron caminando contentas, de lo que Tabitha se alegro. Por lo menos, algunas cosas no cambiaban nunca. Se estaban acercando a la herreria, donde resonaba el martillo del senor Thury con fuerza mientras trabajaba incesantemente en alguna tarea. A pesar de que el sonido les resultaba familiar, Daphne se detuvo con brusquedad. --!Oh, cielos! Al oir su exclamacion Harriet se paro, trastabillando, mientras hundia en la gravilla los tacones de sus botas. Dejo escapar un juramento que seguramente habia aprendido de alguno de sus cinco hermanos y termino con la frase, nada propia de una dama: --!Eso si que es un equipo condenadamente bueno! Tabitha se detuvo, las miro, se llevo una mano a la frente y entorno los ojos contra el sol hasta que fue capaz de ver lo que habia cautivado a sus amigas. Alli, frente a la forja del senor Thury, habia un sofisticado carruaje, un faeton, segun le parecia, pero dejaria que fuera Harriet quien lo asegurara, porque estaba mucho mas informada de tales asuntos. Fuera lo que fuera, el caro vehiculo estaba caido porque le habian quitado una rueda, y probablemente el herrero lo estaba reparando. Era una enorme rareza que no solia verse en Kempton. Porque, mientras que en Kempton abundaban las solteronas y las damas que no se habian casado, faltaban caballeros, y por eso era muy raro ver esos articulos masculinos. --Dios mio, ?habeis visto alguna vez algo mas admirable? --susurro Daphne. Tabitha miro a su amiga. --Creo que ni siquiera tu padre usaria ese medio de transporte. --No estaba mirando el carruaje --confeso Daphne--, sino al caballero que lleva esa chaqueta tan esplendida. -
La venganza del profesor de matamaticas de Jordi Sierra I Fabra
https://gigalibros.com/la-venganza-del-profesor-de-matamaticas.htmlEl temido profesor de matematicas esta a punto de jubilarse, aunque sigue en su empeno de que sus alumnos comprendan la importancia de su asignatura. Cuando es victima inesperada de una broma preparada para otra persona, decide dar una leccion a tres de sus alumnos que no podran olvidar. Deberan ir a su casa y pasar una serie de pruebas para poder aprobar la asignatura.
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Descubriendo los secretos del macho alfa de Alex Vera
https://gigalibros.com/descubriendo-los-secretos-del-macho-alfa.htmlUna novela romantica de lectura ligera donde el amor, el suspenso, el romance, la aventura, el erotismo y la intriga, se mezclan en cada capitulo.
Una hermosa abogada, tierna, inteligente y comprometida con la vocacion de servicio termina por accidente en la propiedad de un millonario guapo pero de un pesimo caracter. El destino parece haber equivocado los caminos con estos dos.
Ella tenia un proposito laboral de ayudar a un grupo de inquilinos.
El tenia un pasado oscuro y un secreto que ocultar.
Las cosas se salen de control y el misterio se apodera de la situacion, pero tambien el romance se comienza a desarrollar. Entre secuestros, decepciones, sentimientos y emociones, la verdad sale a la luz y cada protagonista tiene que tomar sus decisiones.
?Un misterioso secreto sera capaz de romper el amor verdadero? -
Un rey sin redencion (Principes 3) de Virginia Camacho
https://gigalibros.com/un-rey-sin-redencion-principes-3.htmlAidan Swafford, en apariencia, es un hombre feliz y despreocupado, un cantante mundialmente reconocido que lo tiene todo; a las mujeres, el dinero, un par de escandalos... Pero todos desconocen que vive preso de la mas profunda melancolia, y que esa sonrisa que a todos proyecta no es mas que una mascara para ocultar que poco a poco su esperanza se ha ido extinguiendo, que se ha ido quedando sin motivos.
?Que sera de el cuando al fin cumpla la promesa de vengar la muerte de sus padres? ?Sera el amor, el verdadero amor, el que lo traiga de vuelta a la luz?
Tal vez este rey, como todos lo llaman, que se siente tan lleno de pecados, si tenga redencion. -
El secreto de las flores de Valerie Perrin
https://gigalibros.com/el-secreto-de-las-flores.htmlEl secreto de las flores es un maravilloso himno a las cosas mas simples y sus paginas reunen una historia de amor imposible, la tragedia mas dura y la capacidad infinita de rendencion del amor.
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Rosalera de Tade Thompson
https://gigalibros.com/rosalera.htmlNigeria, 2066. Una muchedumbre desesperada converge en torno a una misteriosa boveda alienigena. Asi ha surgido Rosalera, la ciudad que rodea la boveda a la que todos acuden por sus supuestos poderes de sanacion. La llegada de los alienigenas tambien ha dado lugar a la xenosfera, un espacio telepatico al que solo puede acceder un grupo muy reducido de humanos, los sensibles. Uno de ellos es Kaaro, cuyo trabajo de dia es crear el cortafuegos para que otros sensibles no puedan acceder a los datos de los bancos. Pero Kaaro, que tiene un pasado criminal, ademas es agente del gobierno y ahora debe averiguar que es lo que esta matando a los demas sensibles.
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Aldea de luna. el comienzo de Noelia Senas Polo
https://gigalibros.com/aldea-de-luna-el-comienzo.htmlShara no es una chica atrevida. Mas bien demasiado prudente. Pero el destino esta preparado para ir a su encuentro. O quizas es ella la que tenga que ir en busca del destino. Mezcla de amor, misterio, traiciones y algo sobrenatural que la lleva hasta un camino que jamas se imaginaria.
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La magia de las pequenas cosas de Estelle Laure
https://gigalibros.com/la-magia-de-las-pequenas-cosas.htmlMI madre deberia haber vuelto a casa ayer, despues de sus dos semanas de vacaciones. Catorce dias. Decia que necesitaba un respiro de todo {vease tambien: nosotras) y que volveria antes del primer dia de clase. Yo sabia que no iba a aparecer por lo que recibi ayer en el correo, pero estuve despierta durante toda la noche de todas formas, confiando en que todo eran paranoias mias y que mi instinto, que no solia equivocarse, hubiera cometido un terrible error. La puerta no chirrio, las tablas del suelo no crujieron y vi salir el sol reflejado en la pared, pero en el fondo sabia la verdad: estabamos solas, Wrenny y yo, al menos por el momento. Wren y Lucille. Lucille y Wren. Hare lo que tenga que hacer. Nadie podra separarnos y para eso debo conseguir que todo parezca tan normal como sea posible. Fingir. Porque las cosas no podrian estar mas lejos de la normalidad. La normalidad se fue con mi padre. Experimentaba una rara sensacion de estar flotando mientras le hacia a Wren unas trenzas, segun ella, demasiado apretadas, preparaba el cafe, el desayuno, el almuerzo para las dos, sacaba su ropa, su mochila, y la acompanaba a su primer dia en la clase de cuarto, saludando a todos en el vecindario mientras intentaba esquivar a cualquiera que pudiese tener el descaro de preguntarme donde demonios estaba mi madre. Pero lo hice todo mal, ?sabes? Estaba como fuera de lugar. Deberia haber hecho cafe y haberme vestido antes de nada. Wren deberia vestirse despues del desayuno y no antes, porque cuando come se pone perdida. Y a partir de esta manana, al parecer ya no le gusta el atun (<
>) aunque ayer era su favorito, pero lo descubri cuando ya estaba guardado en la mochila y deberiamos estar saliendo por la puerta. Meti varias pilas de ropa en la lavadora, doble mis cosas, colgue las de mi madre, guarde con cuidado las de Wren en los cajones de su comoda, pero resulta que ya nada le queda bien. ?Como ha crecido tanto en dos miseras semanas? Tal vez porque estos catorce dias han sido eternos. Estas son las cosas que mi madre solia hacer cuando nadie se daba cuenta. Ahora me doy cuenta. Me doy cuenta de que no esta. Me doy cuenta de que no hace. Me gustaria pinchar a Wren, descubrir por que no me pregunta donde esta mama el primer dia de clase, por que mama no esta aqui. ?Sabe en su fuero interno que esto tenia que pasar, que la noche que vino la policia solo fue el principio y que esta es la necesaria e inevitable conclusion? A veces uno sabe cosas. En Fm, hice todo lo que hubiera hecho mi madre. Al menos, intente hacerlo. Pero el universo sabe perfectamente que estoy jugando a algo, fingiendo contar con un manual que ya me gustaria tener. Aun asi, cuando la despedi con un beso en su cabecita morena, Wren entro contenta en el edificio. Eso tiene que contar. Hace una manana muy agradable. El verano aun no sabe que esta a punto de despedirse y recorri a paso rapido las nueve manzanas que hay entre el colegio de Wren y el instituto. Cuando por fin llegue a la puerta estaba sudando a mares. Y ahora estoy aqui, en clase. La cancion que Wren cantaba mientras ibamos al colegio me ha provocado un sordo dolor de cabeza. Llego un poco tarde a la clase de Literatura, pero casi todo el mundo llega tarde el primer dia. Muy pronto todos sabremos exactamente donde debemos estar y cuando y donde sentamos. Seremos obedientes zombis. Eden esta aqui, siempre a su hora, lo bastante temprano como para reclamar el asiento que quiere, con un brazo sobre el respaldo de la silla vacia a su lado, hasta que me ve y lo deja caer a un costado. Literatura es la unica clase en la que vamos a estar juntas este ano, y eso es un asco total. Es la primera vez. Me gusta mas cuando podemos pasar el dia una al lado de la otra. Al menos nuestras taquillas son contiguas. Mola tanto Eden, pero a su manera. No posee la clase de encanto que dice < >. Es mas bien la clase de tia que mira y espera y ve muchas cosas… mola porque piensa. Su espeso y llameante pelo practicamente flota sobre el respaldo de la silla y lleva puesta su armadura en forma de chaqueta de cuero. Uno podria pensar que es un poco excesivo para el mes de septiembre en Cherryville (Nueva Jersey), pero es que en este instituto tienen el aire acondicionado a tope, asi que hace tanto frio como en un cine y la verdad es que me habria gustado llevar una chaqueta. Tambien desearia haber guardado alguna prenda de abrigo en la mochila de Wren, pero estoy segura de que en un colegio de primaria no ponen el aire acondicionado tan fuerte. Creo que la direccion del instituto ha decidido que congelarnos podria ayudar a controlar nuestras indisciplinadas hormonas. Pues se equivocan. El senor Liebowitz me lanza una mirada reprobatoria mientras me siento. He interrumpido groseramente su tipico discurso malhumorado sobre el curso escolar, sobre que no piensa aceptar tonterias de nadie esta vez, que solo porque estemos en el ultimo curso no significa que podamos actuar como idiotas e irnos de rositas. O tal vez me este mirando asi porque tambien el sabe lo de mi padre. La gente rie tontamente a mi alrededor, pero es como si Eden y su chaqueta de cuero amortiguasen todos los ruidos. Mientras la tenga a ella, estoy bien. Ademas, no suelo perder el tiempo con otra gente. Puede que Digby sea su mellizo, pero es conmigo con quien comparte su cerebro. Mientras tanto, Liebowitz parece Mister Rogers1 , asi que puede grunir y pasearse tanto como quiera que a mi no me afecta nada. Al final, no es mas que un blando que esta deseando irse a casa y ponerse un cardigan de punto y unas zapatillas para cuidar espectacularmente de sus plantas y ponerles un poco de Frank Sinatra o algo. Ya se calmara. Siempre empieza el curso asi de estirado. Y, en realidad, es comprensible. El instituto es un psiquiatrico. En los psiquiatricos necesitan poner barrotes en las ventanas, guardias de seguridad en la puerta. Eso nunca lo harian aqui. Eden me da una patadita con el pie y eso me devuelve al presente. No me gusta el presente, asi que le devuelvo la patada, preguntandome si hacer < > con mi mejor amiga puede considerarse una tonteria. --Ven a cenar a casa --me dice sin despegar los labios. --Wren --le contesto de igual manera, encogiendome de hombros. La preocupacion por mi madre se refleja en mis ojos sin proponermelo. Ella sacude la cabeza. Luego dice < > en un susurro. Vuelvo a encogerme de hombros, intentando apartar la mirada. --Trae a Wren. Mi madre puede darte de comer al mundo entero. Asiento con la cabeza. --Digby tambien estara --vuelve a darme una pata-- dita. Me quedo muy quieta. Miro a Liebowitz mientras sus finos labios blancuzcos forman palabras. --Bueno, es que vive en tu casa. Fabuloso. --Chicas --nos advierte Liebowitz con su tonito canLe diria que estoy harta de su nueva obsesion por los chistes sobre gordos, pero no estoy de humor para perder el tiempo, asi que hago como que me rio y sigo adelante. Quiero entrar en la casa y rapido porque luego esta la otra cosa. Y por < > quiero decir lo que me hace sudar solo por estar alli. Y por < > me refiero a Digby, a quien conozco desde los siete anos, pero que ultimamente me transforma en una mema atontada, una boba integral. Preguntame mi nombre cuando estoy en su presencia y no podria decirtelo. Seguramente diria algo asi como: < > y tendrias que limpiarme la baba que me cayera por la barbilla. Lo se. No mola nada. Pero de verdad. Alto, sudoroso y sin camiseta, de modo que los musculos estan ahi para que una los mire. No es que reluzca exactamente porque su piel es blanco nuclear y cuando toma el sol le salen pecas, asi que ahora, despues de todo un verano al aire libre, esta cubierto de ellas. Pero al ver su pelo aplastado contra la frente, su cuerpo largo y fibroso, saltando para encestar, solo quiero caer de rodillas en el camino de entrada para decir: < >, escribir sonetos, pintarlo y adorar esa curvita donde el cuello se encuentra con el hombro que es tan, pero tan perfectisima. Es guapisimo. Y por eso cuando me dice < > al pasar a su lado apenas levanto el dedo menique en senal de respuesta. Hay dos grandes problemas aqui, aparte de que es el hermano mellizo de Eden y eso es raro. Uno, que ha tenido la misma novia desde el principio de los tiempos. Esta pillado. Ella lleva su chaqueta, el certificado de matrimonio esta practicamente firmado. Los angeles bendicen la maldita relacion. Y dos, si alguna vez tuviese una oportunidad, como por ejemplo si el me besara, moriria por implosion. Se que debo de parecer una nina de doce anos suspirando por un famoso, y no la futura mujer extremadamente serena y duena de si misma que soy en realidad, pero algo en el hace que pierda la cabeza. Algo en como se mueve, en su mismidad, me rompe de la cabeza a los pies. Asi que espero que no me bese nunca porque seria un desastre total. Nadie tiene que verme desmoronandome asi. Y menos el. No, en realidad, tal vez menos yo misma. La madre de Eden, Janie, ha hecho albondigas. No sabe cocinar solo para cuatro personas o incluso para seis, va que tiene una empresa de catering y organizacion de eventos, asi que su nevera siempre esta llena de entremeses y sobras de comida. Si va a preparar algun plato, cocina muchisimo. Es evidente, por el olor que impregna la casa, que las albondigas han estado todo el dia cociendose a fuego lento. La esencia de la albondiga se ha abierto paso por todas partes. Las miro un momento: Eden y Janie. Dos pelirrojas trabajando juntas sobre la encimera de la enorme y nueva cocina, de espaldas a nosotras. Todo esta tan ordenadito. tan en su sitio en su casa de ensueno, exactamente como ellas querian, asi que la cocina parece una extension de Janie. Eden y su madre se parecen tanto, salvo que Janie va mas arreglada. Eden lleva su ropa de ballet, como siempre que no esta en el instituto, como si volviese a una piel necesaria. Janie le da un culetazo, ella se lo devuelve. Es como hacer piececitos, pero con el trasero. A Eden le gusta hacer piececitos de todo tipo. Estan cortando hortalizas para la ensalada, las dos flacuchas y muy eficientes, y unidas. Paso un brazo sobre los hombros de Wren y la empujo hacia mi cuando Beaver Cleaver, BC, el golden retriever, salta sobre ella y Janie nos ve por fin. --Hola, chicas. -
SANGRE DE REYES (Alastir 2) de Miguel A. Fuentes
https://gigalibros.com/sangre-de-reyes-alastir-2.htmlMuchos lo pintan como una leyenda. Otros como un vagabundo que recorre los caminos sin un lugar en el que caerse muerto. Pero si hay algo de cierto en todos los rumores e historias, es que nadie sabe quien es realmente el solitario encapuchado que deambula por el mundo con una espada oxidada cenida a la espalda a quien recurres cuando todas las demas opciones han resultado infructuosas. Muy pocos tientan a la suerte de contar con alguien que no reconoce ni a dioses ni a reyes, alguien capaz de burlar a la propia muerte.
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La sombra dorada de Luis M. Nunez
https://gigalibros.com/la-sombra-dorada.htmlTiempo atras, en el momento mas oscuro de la humanidad, el dios de la luz de oro fue derrotado y su nombre quedo en el olvido para todos, excepto para aquellos que siguieron siendole fieles.
Pero ahora ha regresado y se cierne sobre un mundo que no es capaz de imaginar la marea de muerte que esta a punto de desatar, pues es el enemigo de todo lo vivo y desea reinar sobre huesos blanqueados.
Esta es la historia de la batalla desesperada contra Abaven.
Esta es la historia de quienes se alzaron contra el. -
Springfield Confidencial de Mike Reiss
https://gigalibros.com/springfield-confidencial.htmlSe cumplen treinta anos de Los Simpson, esta es la guia definitiva para los fieles seguidores del show animado mas popular del mundo entero.
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Hecho en Saturno de Rita Indiana
https://gigalibros.com/hecho-en-saturno.htmlLuz de oficina, de consultorio. Luz aguada en una capota de nubes pareja que hundia los hombros del horizonte. Luz blanda, como los zapatos ortopedicos del doctor Bengoa. Blando tambien el folder en el que el doctor habia escrito el nombre de su nuevo paciente, Argenis Luna, quien bajaba de un avion de Cubana de Aviacion chorreando un sudor pastoso y frio. Bengoa lo esperaba en la pista, en su arrugada guayabera color champan, con ambas manos en el letrero de tipos bold que habia rellenado impecablemente. Al identificar a Argenis se acerco a tomarle el pulso a la vez que miraba su reloj de pulsera, y mientras caminaban por la pista para ir a buscar las maletas se lo presento a un joven militar que los escoltaba como <
>. Contra el fondo gris de la nublazon las palmas retaban al rayo y la centella, a pesar del malestar Argenis penso que era hermoso. El aire estaba cargado y respiraba con dificultad, la nariz le goteaba como una llave abierta. Ya frente a la correa del equipaje, Bengoa anadio, dirigiendose al militar, < >. Las maletas se asomaron por el redondel de la correa al mismo tiempo que Bosch en la conversacion y dieron una vuelta completa sin que Argenis se animara a identificarlas, sin que se animara a interrumpir a Bengoa. Los atributos heroicos que el doctor Bengoa enumeraba orbitaban desde siempre en torno a la leyenda de su padre, y Argenis con ellos, otro satelite mas, como las maletas de tela roja en la correa. No tenia fuerzas para cogerlas, repletas como estaban con las cosas que su madre habia comprado para equipar su desintoxicacion en Cuba. Las senalo con el dedo y se subio la capucha del jaquet para combatir el aire acondicionado y la verguenza que le daba su obvia debilidad. Llevaba meses viviendo en los sofas de los amigos que todavia lo toleraban, su unica propiedad era una mochila Eastpak verde donde llevaba las jeringuillas, la cuchara y un Caselogic con sus cedes. Su madre habia echado toda la parafernalia a la basura, excepto los cedes y la mochila en la que ahora llevaba una botella de Ron Barcelo Imperial de regalo para el doctor Bengoa y una caja grande de Zucaritas. El joven militar los ayudo con las maletas hasta el carro. Los musculos de sus antebrazos apenas se contraian por el peso del equipaje. Fingia entusiasmo por el tema que Bengoa desarrollaba y miraba a Argenis de reojo, como si intentara hallar algo del heroico padre en las ciento veinte libras que aquella primavera sumaban los pellejos del hijo. De lejos, el lada color ladrillo del doctor Bengoa parecia nuevo; ya dentro, y presa de un escalofrio de los que preceden a la diarrea, Argenis calculo la verdadera edad del carro en las grietas del tablero. Llevaba cuarenta y ocho horas sin heroina y habia vomitado en el avion, las azafatas cubanas, con sus uniformes y peinados anacronicos, lucian tan absurdas como las tabletas de Alka-Seltzer que le ofrecian para aliviarlo. El doctor Bengoa abrio la guantera del carro con un golpecito y de alli extrajo una jeringuilla desechable, algodon, un pedazo de goma y una tira de ampolletas color ambar que decian < >. La tira cayo sobre el regazo de Argenis y este noto por primera vez el sucio acumulado en sus jeans. Eran los mismos que llevaba cuando, hacia poco menos de un mes, se mudara a la casa de Rambo, su pusher. Mientras amarraba la goma en el brazo izquierdo de Argenis para hacer saltar la vena, el doctor Bengoa le explico los detalles de su estadia, y luego, al meter la jeringuilla en la ampolleta le dijo < >. Lo inyecto alli mismo, en el estacionamiento del aeropuerto Jose Marti, con la tranquilidad y legalidad que su profesion le permitia y Argenis se dejo hacer como una enamorada mientras taxistas en Cadillacs de otra era iban y venian con turistas de la nostalgia. Argenis habia intuido que su cura seria de dolor y abstinencia; sin embargo, alli estaba, aliviado por completo de sus sintomas, sintiendo como el quimico hacia que las ideas y las cosas perdieran sus aristas, sus filos incomodos, rumbo a La Pradera, una clinica para los turistas de la salud que llegaban a Cuba de todas partes del mundo. El complejo lucia, por lo menos desde fuera, como un economico resort todo incluido, de esos que se llenan de familias de clase media en Semana Santa en Puerto Plata. Las paredes del camino hacia la recepcion estaban decoradas con afiches de solidaridad comunista, Argenis trato sin exito de imaginar un hotel como este en Dominicana. Coloridas serigrafias con mapas y banderas de distintos pueblos del mundo homenajeaban el trabajo medico como un baluarte de la revolucion. En uno, el liquido de una inmensa inyeccion anaranjada entraba en un mapa de Latinoamerica, Haiti era la afortunada vena; en otro momento Argenis hubiera hecho un chiste. Frente al afiche de la inyeccion, una senora mayor con acento argentino pedia informacion a una enfermera sobre la heladeria Coppelia y, a su lado, otra mujer mas joven, en silla de ruedas, que se le parecia, intentaba ocultar bajo una gorrita de Mickey Mouse la calvicie provocada por la quimioterapia. Haydee, como decia el carnet que la enfermera llevaba pinchado en la camisa, no iba uniformada, pero tenia puestos esos zapatos de goma que solo llevan los jardineros y los profesionales de la salud. Unos mocasines a prueba de todo que habian venido de fuera, producto de una noche con un europeo o del agradecimiento de un paciente satisfecho. La enfermera miraba con complicidad sonriente a Bengoa mientras ofrecia detalles historicos de la famosa heladeria a las mujeres. Se saco un pesado llavero de madera del bolsillo con el numero diecinueve pintado y se lo extendio al doctor diciendole < > antes de acompanar a las argentinas a abordar un taxi. El nuevo quimico entraba en Argenis al atropellado ritmo de la conversacion de Bengoa; un torrente de fechas emblematicas de la lucha antiimperialista, recetas para batidas profilacticas, trozos de canciones de Silvio, Amaury Perez y Los Guaraguaos, economia china y estadisticas de beisbol. Tenia la boca seca y las pupilas tan dilatadas que todo a su alrededor lucia como una foto en alto contraste. Se aferro al brazo del doctor para caminar y bordearon la piscina hasta la habitacion 19. La habitacion, que Bengoa habia llamado < >, tenia vista a la piscina y una puerta corrediza de cristal, frente a la cual, en una mesita de hierro adornada con flores de plastico, dos hombres descalzos, uno en pijama y el otro en traje de bano, jugaban a las cartas. El doctor lucho con la cerradura sin dar con el truco que Haydee les habia anunciado mientras Argenis, a traves del cristal, hacia un inventario del mobiliario de su nueva habitacion. Un abanico de techo, una cama twin y una mesita de noche. La puerta de Rambo, su pusher, tambien tenia su truco, para abrirla habia que halar al mismo tiempo que se metia la llave. < >, pidio a Bengoa, y este se hizo a un lado satisfecho con la notable mejoria de su nuevo paciente. Argenis intento una, dos veces, meneando la llave en el bombin como el rabo de un perro alegre hasta que la puerta cedio y el olor a cloro de las sabanas limpias les dio de frente. Privilegio; sentia la palabra en su boca, que hacia los mismos movimientos para la ele y la ge que para saborear y tragar una cucharada de frosting. La decia cada manana tras lavarse los dientes y la cara mientras se ponia el pequeno traje de bano Speedo que su madre habia elegido. Luego nadaba un poco, sin mucho atletismo, y daba un par de vueltas en estilo pecho. Bengoa se lo habia indicado para estimular el apetito y estaba dando resultados. Hacia las ocho Haydee le traia una bandeja con huevos fritos, pan tostado y cafe que engullia en su habitacion sin poder evitar pensar que fuera de la clinica la mayoria de la gente desayunaba un cafe aguado hecho de chicharos y borra vieja. < >, le pedia Haydee con ternura, y se llevaba la bolsa llena de papeles del zafacon del bano para botarla. Argenis se preguntaba si Haydee vivia en La Pradera o si por la noche se llevaba las sobras de los pacientes a su casa. Sus zapatos de goma eran tan higienicos como discretos y no dejaban ver mucho mas alla de la labor que facilitaban. Jamas iban a revelarle lo que Haydee pensaba de los extranjeros con dolares con acceso a lugares y atenciones con los que los cubanos no podian ni sonar. Segun Bengoa, Argenis no estaba en La Pradera por los dolares que su papa le habia hecho llegar en una de sus valijas en el vuelo de Cubana, sino por los meritos revolucionarios de su padre, la carrera politica de su padre, la orbita en expansion de sus atributos. Tras el desayuno leia un poco, sentado a la mesita de hierro, de una copia sin portada de Fundacion e Imperio de Asimov que Bengoa le habia traido y media hora mas tarde estaba de nuevo en el agua. Con los brazos en cruz, de espaldas al borde de la piscina, hacia la bicicleta con las piernas y veia como, poco a poco, el hospital se despertaba, como los enfermos surgian de sus habitaciones con pies perezosos. Solia divertirse pensando que aquel hotel era una vieja pelicula que el proyectaba con el movimiento de sus piernas bajo el agua y desaceleraba la bicicleta como si de una manivela se tratara para que las escenas fluyesen a camara lenta. Siempre lograba el efecto deseado, todos en La Pradera se movian despacio. Si hacia buen sol, para las diez de la manana la piscina estaba llena y Argenis se salia con miedo a contagiarse de alguna extrana enfermedad, otra enfermedad, porque Bengoa le habia hecho ver que estaba enfermo, que la adiccion era una condicion y que estaba alli para curarse. Iba a curarse del consumo, porque la adiccion como tal no tenia cura. < >, le habia dicho entregandole una cajetilla de cigarrillos. Almorzaban juntos todos los dias y fumaban antes y despues de la comida, en la mesita de hierro, mientras veian como a esa hora le daban terapia acuatica a un muchacho rubio con sindrome de Down. Discutian sobre los sintomas de Argenis y luego el doctor regresaba al centro gravitacional de todas sus conversaciones, la Revolucion cubana. Bengoa habia estado en la sierra con Fidel y habia conocido al padre de Argenis durante la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, en el 67. Hablaba de estos eventos con la solemnidad de un predicador, haciendo hincapie en fechas y nombres de parajes perdidos en los que habia curado las heridas, las fiebres, las infecciones y el asma de la carne revolucionaria. Cada dia, Bengoa extraia una muestra del saco sin fondo de sus anecdotas. La porcion de estas memorias era tan precisa como la dosis de Buprenorfina de Argenis, y era evidente que lo llenaban del mismo sosiego que a su paciente su medicina. El recuerdo de aquellos eventos y el recuerdo que de ellos tenian sus sentidos le dilataban las pupilas, le aceleraban el pulso; luego venia el inevitable bajon, que le hacia mirar el agua de la piscina y tirar una ultima linea, por lo general tragica, con la que disminuir lo forzoso de su aterrizaje. < >. Argenis imaginaba la palabra inmolacion latiendo en las venas de Caamano y de sus companeros, la oscura euforia que los habia hecho desembarcar en un lodazal playero del norte de Republica Dominicana a tumbar el gobierno de Balaguer en el 73 con solo nueve hombres. Tremenda nota. Tras el desahogo historico diario de Bengoa solian faltar minutos para las cuatro en punto de la tarde, hora en que sin falta inyectaba a Argenis en su habitacion. Podia hacerlo frente a la piscina pero este preferia relajarse en la cama un rato, mirar el abanico de techo o fijar la vista en una calcomania con la bandera argentina que alguien habia pegado en la puerta corrediza de vidrio. Argenis pensaba que la bandera aludia al Che Guevara, pero Bengoa le explico orgulloso que Maradona habia estado en aquella clinica y le mostro la calcomania como prueba fehaciente de la pasada presencia del astro. La calcomania se habia empezado a despegar y los bordes transparentes habian adquirido, gracias a la suciedad del ambiente, el mismo color ambarino de las ampolletas de Temgesic. -
Mientes tan bien de Audrey Ferrer
https://gigalibros.com/mientes-tan-bien.htmlMatias, con su descaro, su sonrisa turbia y ese puntito canalla que lo delata, llega a una aldea casi deshabitada. Necesita alejarse de uno de sus desastres. Ya ha asumido que alli va a catapultarlo el aburrimiento, pero se equivoca: ese diminuto universo con habitantes singulares parece hecho a medida para sus calamidades. Entre los nuevos vecinos le espera ella…Tessa es dureza, vehemencia, desafio, irreverencia, pasion. La chica con gasolina en vena que uno desearia inflamar. Ella luchara para alejarlo. El batallara para conquistarla con sus versos teatrales y su ingenio. Pero no sera sencillo... Ambos deberan aceptar que las guerras contra las mentiras que uno se cuenta estan abocadas a rendirse en los labios ajenos. ?Que verdades y que mentiras les pertenecen?
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El trono de ambar. Exiliados de Paula Rossello Frau
https://gigalibros.com/el-trono-de-ambar-exiliados.htmlLa Gran Desgracia obliga al exilio al grupo de los Leales. Derrotados y heridos viajaran a un lugar muy distante de su adorado hogar. Una raza poderosa y ancestral luchara por ocupar un lugar propio en un sitio extrano que rechaza, por temor y desconocimiento, a su especie.
Kronnan, un joven dragon carmesi accede por fin a sus nuevos dominios. Pero su vida no es facil y cuando en su camino se cruza una joven humana, tan solitaria como el, ideara un nuevo plan para terminar con la impuesta soledad a la que es sometido.
Inheray, entusiasta admiradora secreta de esa especie ancestral desde que tiene memoria, se deleita pensando, en ese dragon de mirada celeste, mas de una vez y cuando el la reclama no lo duda a la hora de huir de una vida de esclavitud y servidumbre.
Pero la presencia del poderoso Caudillo de los Leales trastocara sus destinos. Orthan es responsable del bienestar de los suyos y no permitira que una humana interfiera. -
El amargo sabor de los recuerdos de Maria Gonzalez Pineda
https://gigalibros.com/el-amargo-sabor-de-los-recuerdos.htmlErika Gerig es una joven dulce y amable que adora la musica latina. Vive en Madrid con sus dos amigas y cada sabado se deja llevar por la magia y el ritmo en la discoteca de turno. Los hombres nunca han tenido mucho peso en su vida, hasta que, por el azar del destino, su coche se estropea en medio de la nada. Un apuesto mecanico, que vive en un pueblo cercano, sera su salvacion.
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La casa natural de Beth Greer
https://gigalibros.com/la-casa-natural.htmlBeth Greer seguia un estilo de vida ecologico, o al menos eso creia ella, desde que llego a la edad adulta. Eso fue antes de que un problema de salud la llevase a replantearse su estilo de vida y su entorno, a identificar y eliminar las toxinas a las que nunca habia sospechado que se encontraba expuesta.
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Prohibido enamorarse de Adam Walker de Lia Belikov
https://gigalibros.com/prohibido-enamorarse-de-adam-walker.html -
Adicta a Scott – Emily Delevigne de Emily Delevigne
https://gigalibros.com/adicta-a-scott-8211-emily-delevigne.htmlScott McCain cometio el gran error de abandonar a la mujer que amaba para alistarse en la Marina de Estados Unidos y asi dejar atras la mala reputacion que lo perseguia y que parecia estar a punto de destruirlos a ambos.
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Mas alla de las Highlands de Teresa Sanchis Argent
https://gigalibros.com/mas-alla-de-las-highlands.htmlLa vida de tres amigas valencianas, con ascendencia irlandesa y escocesa y dedicadas a sus respectivas profesiones, se ve repentinamente alterada cuando una de ellas decide casarse con un afamado cantante escoces, originario de las Highlands. A partir de entonces, comienza una aventura conjunta donde la amistad, el amor, la fidelidad, la lealtad y el perdon seran puestos a prueba.
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Mi torturador de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/mi-torturador.htmlHope esta mas que harta de su jefe, pero no le queda mas remedio que aguantarlo hasta que su padre vuelva a encontrar trabajo. Pero Clark se ha pasado de la raya…
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Tentacion y tempestad de Paola Rimieri
https://gigalibros.com/tentacion-y-tempestad.htmlValeria siente que la sucesion de dias de su vida es una voragine que esta a punto de aplastarla. Transcurren indefectiblemente una a otra, rutinas domesticas y laborales, maternidad y relacion de pareja. Como si fuera poco, por un capricho de su joven jefe, debera cambiar de area y trabajar con las redes sociales. En este mundo nuevo para ella, comenzara a seguir, casi como un juego, a un actor europeo que triunfa en Hollywood: Nickie Challenge. La belleza y los detalles de la vida del actor que comienza a conocer en Twitter, hacen que Valeria encuentre una distraccion en la red y una motivacion cotidiana. Valeria descubrira pronto que tiene un seguidor misterioso. ?Sera Nickie? Es lo que ella espera, pero… ?es posible? Asi, nuestra protagonista se vera cada vez mas atraida por el, que la enloquece y la arroja a un mar en medio de una tempestad, casi como una vision magica. El gran debate sera entre la culpa y el deber, entre la emocionante sensacion de estar viviendo un sueno y la realidad en la que es mama, profesional y esposa. Valeria actua casi sin pensar, pero sin dejar de preguntarse: ?Estoy dispuesta dejarlo todo por el?
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El juez justo de Mario Escobar
https://gigalibros.com/el-juez-justo.htmlTucson no era demasiado diferente de Montgomery en Alabama. Ambas ciudades pertenecian al "Cinturon del Sol", aunque hasta la decada de los sesenta del siglo pasado aquellas regiones se encontraban entre las mas pobres y poco desarrolladas de los Estados Unidos. La expansion de los campos de petroleo en Texas y la industria aeronautica en Florida habian comenzado a crear un nuevo cinturon industrial y desarrollo. Las empresas tecnologicas de Silicon Valley y el cine hicieron el resto. A pesar de las extremas temperaturas y las extensas zonas de desierto, el sur del pais estaba creciendo a un ritmo inesperado. Los Young provenian de Alabama, de una antigua familia de propietarios de plantaciones de algodon. Aunque el tatarabuelo de Rex destaco por liberar a sus esclavos antes de la guerra civil, para escandalo de sus vecinos, la familia de Sarah, los Houston, se habian caracterizado por la cria y venta de esclavos durante generaciones. Los bisabuelos lucharon en bandos opuestos pero, casi ciento sesenta anos despues, dos de sus decidieron aparcar las querellas familiares y unir a dos de los clanes mas importantes de Alabama. Rex era el marido perfecto, el padre ideal y un juez justo. Sarah habia dejado su prometedora carrera como abogada por amor y ahora, debido al traslado de su marido, tenia que abandonar a su familia y amigos para trasladarse a Tucson, una de las ciudades de frontera, donde los problemas parecian multiplicarse cada decada. Habian conseguido una casa relativamente grande en Flowing Wells al norte de la ciudad, una de las zonas mas exclusivas y una especie de isla de tranquilidad a cierta distancia de los focos de violencia y delincuencia de otras zonas. Tucson tenia el honor de encontrarse entre las diez ciudades mas peligrosas para vivir en los Estados Unidos, en concreto en el puesto ocho. A pesar de todo, Sarah habia logrado que la familia se adaptase a su nueva vida, que sus hijos adolescentes ya nos los maldijesen cada dia por haber tenido que abandonar a sus amigos y que Rex estuviera contento al tener por primera vez en su carrera el cargo de juez principal de Tucson con apenas cuarenta anos. Aquella manana, justo en el centro comercial, Sarah tuvo el encuentro mas extrano de su vida. Caminaba entretenida por las tiendas del centro comercial cuando se le aproximo un hombre latino de unos treinta anos. Era moreno, con el pelo corto y ojos negros rasgados, barba cuidada y musculoso, al menos eso es lo que se intuia debajo del traje caro hecho a medida. Ella noto que el hombre la perseguia, aquello comenzo a ponerla muy nerviosa, estaba a punto de llamar a su marido cuando el hombre se paro enfrente y con una sonrisa seductora le dijo: --Senora Young, es un honor conocerla. Perdone que la importune, creo que vivimos cerca, mi nombre es Eduardo Costa, seria un honor que usted y su marido vinieran a la fiesta que he organizado el dia 22 de noviembre. Sarah se quedo petrificada, sentia el corazon acelerado y una sensacion desagradable, como si aquel hombre, a pesar de su aspecto impecable y buenos modos, no fuera de fiar. --Bueno, tendre que hablar con mi marido. Mi familia viene en unos dias para Accion de Gracias. --Lo entiendo, pero no acepto un no por respuesta. Podra conocer a mi familia. Los ciudadanos de Tucson queremos presentar nuestros respetos al nuevo juez, ya sabe que nos llaman "el pequeno pueblo mas grande de America". Sarah sonrio, noto la mirada seductora del hombre recreandose primero en su vestido de flores que resaltaba sus curvas luego en las piernas largas y blancas, su cara aninada de ojos azules y pecas, con la frente despejada y pelo largo de color pajizo y rizado. El hombre le entrego una tarjeta, hizo un gesto inclinando ligeramente la cabeza, le beso la mano y se alejo a grandes zancadas por la tienda. Sarah se quedo con la tarjeta en la mano, aun sin reaccionar y sobre todo, ignorando que aquel hombre era el narcotraficante mas peligroso del Cinturon del Sol y que estaba a punto de trastocar la vida de toda su familia para siempre.
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Gold and Diamonds 2 de Eli Jane Foster
https://gigalibros.com/gold-and-diamonds-2.htmlGlory les observaba sentada en su trono de terciopelo rojo, convenientemente alejada de la pareja. El hombre desnudo ante la mujer y totalmente excitado, la cogia por el cabello rubio metiendole el miembro en la boca casi hasta ahogarla. La chica, que era una de las habituales, estaba atada a una x de madera con unas correas e intentaba apartar la cabeza, pero el no se lo permitia. Glory suspiro cuando ella con lagrimas en los ojos la miro de reojo intentando respirar desesperadamente. Se levanto lentamente cogiendo su latigo de la mesa y camino sobre sus tacones de aguja hasta ellos. --!Sueltala! El tipo la miro sonriendo y tapo la nariz de la chica haciendola gritar de miedo quedandose sin aire. --Si le gusta. ?No ves como disfruta esta zorra? --Se aparto lo suficiente para que la chica aspirara una bocanada de aire y tosiera antes de que el volviera a metersela en la boca. --No estas siguiendo las reglas, guapo. Nada de poner en peligro a las chicas. --Dejo caer la cola de su latigo observando aquel culo caido del tipo que debia tener unos cincuenta anos. --No te lo repito mas. Es nuestra primera sesion y no me conoces, pero hablo muy en serio. !Si yo digo basta, es que basta! --!Callate, puta! !Pago para esto! --Se alejo de la chica pegandole un tortazo. --!Solo estas aqui para observar porque eres una mirona! Esas palabras la enfurecieron, pero aun asi no movio el gesto mirandole friamente. --Como vuelvas a ponerla en peligro, te voy a meter el latigo por el culo. --Sonrio maliciosa. --Seguro que te gusta. Tienes toda la pinta. El tipo se acerco a ella con la mano levantada para pegarla, pero antes de que llegara a ella, levanto el latigo dandole en la cara. El se aparto cubriendose la mejilla con la mano. --!Hija de puta! --Se iba a tirar sobre ella de nuevo y Glory no se reprimio mas. Le dio dos latigazos y uno le dio en su miembro retorciendole de dolor hasta caer al suelo. Lentamente Glory se acerco a el y puso el tacon de acero sobre su pecho. --Como vuelvas a intentar joderme, te voy a dar tal manta de hostias que te dejare lisiado. --Levantando una ceja por debajo de la mascara de latex miro su miembro ahora flacido. Sonrio ironica y clavo el tacon en su pezon haciendolo chillar de dolor. --Se ha terminado la sesion. --Si, ama --siseo mirandola con odio antes de que se apartara de el dandole la espalda. --Desatala y largate. Informare al jefe. --!He pagado una fortuna por ser miembro de esta mierda de club! --El club tiene reglas. Sadomasoquismo consentido. Si ella quiere parar, se detiene la sesion. Punto. --Miro a la chica que no habia disfrutado en absoluto de todo aquello y lloraba del alivio. --?Quieres parar? --Si, Glory. Sueltame, por favor... Este cabron es un sadico, que no tiene ni idea de lo que hace. Glory hizo una mueca al mirar al tipo que estaba furioso sin poder levantarse todavia. --!Tu consentiste! --!Para tener sexo, no para que molieras a hostias, cabron! Glory se echo a reir al ver la confusion en la mirada del viejo y se acerco a la chica abriendo con una mano una de las correas. La chica se desato el resto y salio corriendo desnuda como estaba. --Vaya... --Divertida miro al tipo. --No se la ve muy contenta. --!No tiene que irse contenta, zorra! Yo mando. Glory chasqueo la lengua acercandose con el latigo en la mano. --Estas sesiones se basan en dos cosas muy simples, carino. El placer de ella unido al dolor y tu placer al provocarla hasta el limite. --Le fulmino con sus preciosos ojos verdes. --Nunca rebases el limite porque no tendre piedad. Eso te lo juro. --Esta me la vas a pagar. Glory se echo a reir a carcajadas. --Si me dieran diez pavos cada vez que me dicen eso, seria rica. --Se volvio yendo hacia el ascensor. --Te aconsejo que te vayas. Voy a avisar al jefe de que has sido un chico muy malo. Se subio en el ascensor y sonrio maliciosa mirando a aquel cerdo. Llevaba en ese trabajo seis anos. Cuando tenia diecinueve vivia en la calle y Lucius la recogio dandole un lugar donde vivir en el atico del club. Sabia perfectamente lo que sucedia alli, pero Lucius nunca le pidio que trabajara alli. El anciano la trato como una hija e incluso insistio en que siguiera estudiando, pero ella no quiso sabiendo que al menos le debia trabajar para colaborar en su manutencion. Pidio trabajar en el guardarropa donde alli estaria segura de varios pervertidos del club y el estuvo de acuerdo. Estaba sentada leyendo un libro cuando escucho los gritos del piso de abajo. Miro hacia la puerta, pero el de seguridad debia estar fumandose un cigarrillo y no estaba en su puesto. Glory no se lo penso, porque la que estaba abajo era Shine y era una chica fantastica. Bajo por las escaleras y al ver que un hombre desnudo la tenia encadenada a la pared de espaldas golpeandola con una vara, se acerco furiosa a la pared y cogio el latigo. El tipo ni vio llegar el primer latigazo tan concentrado que estaba en infringir dolor y ya no pudo detener ni el segundo, ni el tercero. Glory perdio el control y le dio una paliza que el tipo no olvidaria nunca. Cuando Lucius bajo y vio la situacion, pidio a sus gorilas que sacaran al tipo de alli y antes de que se lo llevaran a rastras, le cogio por el cabello levantando su cabeza y siseo --Como abras la boca, te la vuelvo a enviar. No se destroza la mercancia, hijo de puta. Solo se disfruta. Mi nina ha hecho lo que hubiera hecho yo. No vuelvas por aqui si quieres seguir conservando la piel en el cuerpo. Unas chicas se acercaron a Shine que estaba inconsciente en ese momento y la desencadenaron llevandosela entre todas para atenderla. Con la respiracion agitada, Glory aun con el latigo en la mano miro a Lucius algo preocupada. Su jefe sonrio. --Nina, has hecho bien. --Metio la mano en el interior de la chaqueta y saco un puro mordiendo el extremo y escupiendo en el suelo de piedra. Saco el mechero y encendiendolo, ilumino su rostro y su pelo blanco mientras aspiraba una y otra vez hasta encenderlo. Lucius sonrio cogiendo el puro entre sus dedos y apartandolo de la boca para expulsar el humo. --?Como te has sentido? Le miro con desconfianza. --?A que te refieres? --pregunto agresiva. --?Crees que no se tu secreto? Eres tan transparente para mi. --Lucius sonrio mirando a su alrededor. --Se lo que opinas de nosotros. Que somos enfermos. --No opino eso de ti. --?Crees que a mi no me gusta dominar a una mujer cuando le hago el amor? --Se que te gusta, pero nunca harias algo asi. --No. --Miro con desprecio los grilletes de la pared. --A mi no me gusta torturarla provocandole dolor. --Sonrio malicioso. --Aunque un poco no viene mal para alargar el extasis, algo continuado me parece excesivo. Glory le observaba sin decir nada. Su porte y su traje demostraban que era un hombre que siempre lo habia tenido todo. Le vio caminar haciendo ruido con sus zapatos italianos sobre el suelo de piedra. --No has contestado a mi pregunta, pequena ?Como te has sentido? --?Golpeando a ese cabron? --?Cuantas veces te he dicho que no digas tacos? Sonrio sin poder evitarlo por la reganina y Lucius movio la cabeza de un lado a otro como si no pudiera con ella. --Me he sentido bien. --?Como de bien? Glory entrecerro los ojos. --No me he excitado, si es lo que preguntas. Lucius suspiro de alivio. --Pero te ha gustado. --Me encantaria pegar a todos esos cabrones, que se creen con derecho a golpear a una mujer --dijo con rabia. --No podras hacerlo si ella disfruta. Esa es la regla. Solo si el se pasa de la raya. Los ojos de Glory brillaron. --?Me dejaras? --Me acabo de dar cuenta que lo que ha sucedido hoy no puede volver a pasar. Tu evitaras que ocurra de nuevo. ?Podras soportarlo? Veras cosas que puede que te escandalicen. Glory levanto una ceja. --?No te has dado cuenta que ya no me escandaliza nada? Lucius la miro con pena. --Siento que siendo tan joven hayas visto tanto. Se encogio de hombros tirando el latigo al suelo. --Me voy con los abrigos o esos ricachones me lo revolveran todo.
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Una corte de llamas plateadas de Sarah J. Maas
https://gigalibros.com/una-corte-de-llamas-plateadas.htmlEl agua negra que le pellizcaba los talones estaba helada. No como la mordedura del frio invernal, ni siquiera el ardor del hielo solido, sino algo mas frio. Mas profundo. El frio de los huecos entre las estrellas, el frio de un mundo anterior a la luz. El frio del infierno, el verdadero infierno, se dio cuenta mientras luchaba contra las fuertes manos que trataban de empujarla dentro del caldero. El verdadero infierno, porque era Elain la que yacia en el suelo de piedra con el hombre Fae de pelo rojo y un solo ojo que se cernia sobre ella. Porque esas orejas puntiagudas se clavaban en el cabello marron dorado de su hermana, y un brillo inmortal irradiaba de la piel blanca de Elain. Un verdadero infierno, peor que las profundidades de tinta a pocos centimetros de sus pies. Sumerjanla, ordeno el rey Fae de rostro duro. Y el sonido de esa voz, la voz del macho que habia hecho esto a Elain… Ella sabia que iba a entrar en el Caldero. Sabia que perderia esta lucha. Sabia que nadie vendria a salvarla: ni la sollozante Feyre, ni el antiguo amante de Feyre amordazado, ni su devastado nuevo companero. Ni Cassian, roto y ensangrentado en el suelo. El guerrero seguia intentando levantarse con brazos temblorosos. Para alcanzarla. El Rey de Hybern… el habia hecho esto. A Elain. A Cassian. Y a ella. El agua helada mordio las plantas de sus pies. Fue un beso de veneno, una muerte tan permanente que cada centimetro de ella rugio en desafio. Iba a entrar, pero no lo haria con suavidad. El agua se aferro a sus tobillos con garras fantasma, tirando de ella hacia abajo. Se retorcio, arrancando el brazo del guardia que la sujetaba. Y Nesta Archeron senalo. Un dedo… al Rey de Hybern. Una promesa de muerte. Un objetivo marcado. Unas manos la empujaron hacia las garras del agua que la esperaban. Nesta se rio del miedo que aparecio en los ojos del rey justo antes de que el agua la devorara entera. En el principio y en el final habia oscuridad y nada mas No sintio el frio mientras se hundia en un mar que no tenia fondo, ni horizonte, ni superficie. Pero sintio el ardor. La inmortalidad no era una juventud serena. Era fuego. Era mineral fundido que se vertia en sus venas, hirviendo su sangre humana hasta que no era mas que vapor, forjando sus fragiles huesos hasta que eran acero fresco. Y cuando abrio la boca para gritar, cuando el dolor la partio en dos, no hubo ningun sonido. En este lugar no habia mas que oscuridad, agonia y poder… Ellos pagarian. Todos ellos. Empezando por este Caldero. Empezando ahora. Ella desgarro la oscuridad con garras y dientes. Rasgo, hendio y destrozo. Y la oscura eternidad a su alrededor se estremecio. Se agito. Se agito. Ella se rio cuando retrocedio. Se rio de la bocanada de poder en bruto que arranco y trago entera; se rio de los punados de eternidad que introdujo en su corazon, en sus venas. El Caldero lucho como un pajaro bajo la pata de un gato. Se negaba a ceder. Todo lo que le habia robado a ella, a Elain, se lo quitaria ella. Envueltos en la negra eternidad, Nesta y el Caldero se enroscaron, ardiendo en la oscuridad como una estrella recien nacida. Primera Parte: Aprendiz Capitulo 1 Cassian levanto el puno hacia la puerta verde del tenue pasillo y dudo. Habia abatido a mas enemigos de los que le importaba contar, habia estado de rodillas en la sangre en innumerables campos de batalla y habia seguido luchando, habia tomado decisiones que le costaron la vida de guerreros expertos, habia sido un general, un soldado y un asesino, y sin embargo … aqui estaba, bajando el puno. Dudando. El edificio en el lado norte del rio Sidra necesitaba pintura nueva. Y suelos nuevos, las tablas que crujian bajo sus botas al subir los dos pisos habian sido una indicacion. Pero al menos estaba limpio. Definitivamente sombrio para los estandares de Velaris, pero a decir verdad la propia ciudad no tenia barrios bajos, y eso no era decir mucho. Habia visto y permanecido en lugares mucho peores. Sin embargo, nunca entendio por que Nesta insistia en vivir alli. Entendia por que no se alojaba en la Casa del Viento: estaba demasiado lejos de la ciudad, y no podia volar ni tamizarse, lo que significaba tener que lidiar con los diez mil escalones de subida y bajada. Pero ?por que vivir en este basurero, cuando la casa de la ciudad estaba vacia? Desde que Feyre y Rhys habian terminado la construccion de la casa del rio, la casa de la ciudad habia quedado abierta a cualquiera de sus amigos que la necesitara o quisiera. Sabia de hecho, que Feyre habia ofrecido a Nesta una habitacion alli… y habia sido rechazada. Fruncio el ceno ante la pintura desgastada de la puerta. Ningun sonido se filtraba a traves del gran hueco que habia entre la puerta y el suelo, lo suficientemente ancho como para que incluso las ratas mas gordas pudieran pasar por el; no habia olores frescos en el estrecho pasillo. Tal vez tuviera suerte y ella estuviera fuera, tal vez durmiendo bajo la barra de cualquier taberna de mala muerte, que hubiera frecuentado la noche anterior. Aunque eso podria ser peor, ya que tendria que buscarla alli. Cassian volvio a levantar el puno, el rojo de su Sifon parpadeando en las antiguas luces de los focos colocados en el techo. Cobarde. Ten las malditas pelotas. Cassian golpeo una vez. Dos veces. Silencio. Cassian casi suspiro de alivio en voz alta. Gracias a la maldita Madre… Unos pasos cortos y precisos sonaron desde el otro lado de la puerta. Cada paso mas enfadado que el anterior. Plego las alas, cuadrando los hombros mientras separaba los pies. Una postura de lucha tradicional, que le fue inculcada durante sus anos de entrenamiento, ya era casi un recordatorio muscular. No se atrevio a considerar por que el sonido de esos pasos hizo que su cuerpo tomara esa posicion. El chasquido que produjo al abrir cada uno de sus cuatro candados bien podria haber sido el golpe de un tambor de guerra. Cassian repaso la lista de cosas que debia decir, como Feyre le habia sugerido que las dijera. La puerta se abrio de un tiron, el pomo giro con tanta fuerza que Cassian se pregunto si ella lo estaba imaginando como si fuera su cuello. Nesta Archeron ya tenia el ceno fruncido. Pero alli estaba. Tenia un aspecto infernal. --?Que quieres? --Ella no abrio la puerta mas alla de un palmo. ?Cuando la habia visto por ultima vez? ?En la fiesta de fin de verano que fue en la barcaza en el Sidra el mes pasado? No tenia tan mal aspecto. Aunque supuso que una noche tratando de ahogarse en vino y licor nunca deja a nadie con un aspecto particularmente bien a la manana siguiente. Especialmente en… --Son las siete de la manana --continuo ella, mirandolo con esa mirada azul grisacea que siempre encendia su temperamento. Llevaba solo una camisa de hombre. Cassian apoyo una mano en el marco de la puerta y le dedico una media sonrisa que sabia que sacaba sus garras. --?Una noche dura? Un ano, en realidad. Su hermoso rostro estaba palido, mucho mas delgado de lo que habia sido antes de la guerra con Hybern, sus labios sin sangre, y esos ojos… frios y afilados, como una manana de invierno en las montanas. Ninguna alegria, ninguna risa, en ningun plano de ella. Hizo ademan de cerrar la puerta con la mano. El metio su bota en el hueco antes de que ella pudiera romperle los dedos. Sus fosas nasales se expandieron ligeramente. --Feyre te quiere en la casa. --?En cual? --dijo Nesta, frunciendo el ceno ante la bota que habia metido en la puerta--. Tiene cinco. Reprimio su respuesta. Ese no era el campo de batalla y el no era su oponente. Su trabajo consistia en llevarla al lugar asignado. Y luego rezar que la hermosa casa a la que Feyre y Rhys acababan de mudarse no fuera reducida a escombros. --La nueva. --?Por que mi hermana no me vino a buscar ella misma? El conocia ese brillo sospechoso en sus ojos, la ligera rigidez de su espalda. Sus propios instintos surgieron para enfrentarse a su desafio, para empujar y descubrir lo que podria pasar. Desde el solsticio de invierno, solo habian intercambiado unas cuantas palabras. La mayor parte habia sido en la fiesta de la barcaza el mes pasado. Habian consistido en: Muevete. Hola, Nes. Muevete. Con gusto. Despues de meses y meses de nada, de apenas verla, eso habia sido todo. Ni siquiera habia entendido por que se habia presentado a la fiesta, especialmente cuando sabia que estaria atrapada en el agua con ellos durante horas. Amren probablemente merecia el credito por la rara aparicion, debido a cualquier influencia que la mujer tuviera sobre Nesta. Pero, al final de esa noche, Nesta habia estaba al frente de la fila para salir del barco, con los brazos apretados alrededor de si misma, y Amren habia estado melancolica en el otro extremo, casi temblando de rabia y repulsion. Nadie habia preguntado que habia pasado entre ellas, ni siquiera Feyre. El barco habia atracado, y Nesta practicamente habia salido corriendo, y nadie habia hablado con ella desde entonces. Hasta este dia. Hasta esta conversacion, que se sentia como la mas larga que habian tenido desde las batallas contra Hybern. Cassian dijo por fin--: Feyre es una Alta Lady. Esta ocupada dirigiendo la Corte Oscura. Nesta ladeo la cabeza, con el cabello castano dorado deslizandose sobre un hombro huesudo. En cualquier otra persona, el movimiento habria sido contemplativo. En ella, era la advertencia de un depredador, que evaluaba a su presa. --Y mi hermana --dijo con esa voz plana que se negaba a dar cualquier senal de emocion--, ?considero necesaria mi presencia inmediata? --Sabia que probablemente necesitarias asearte, y queria darte tiempo. Te espera a las nueve. Espero la explosion mientras ella hacia las cuentas. Sus ojos se iluminaron. --?Parece que necesito dos horas para ponerme presentable? El aprovecho la invitacion para observarla: largas piernas desnudas, un elegante barrido de caderas, una cintura fina – demasiado fina- y unos pechos llenos y apetecibles que no encajaban con los nuevos y afilados angulos de su cuerpo. En cualquier otra mujer, esos magnificos pechos habrian sido motivo suficiente para que el comenzara a cortejarla en el momento en que la conociera. Pero desde el instante en que conocio a Nesta, el frio fuego de sus ojos habia sido una tentacion de otro tipo. Y ya que era una Alta Fae, toda la dominacion y agresion inherentes -y una actitud de mierda- hacia que la evitara en la medida de lo posible. Especialmente con lo que habia pasado durante y despues de la guerra contra Hybern. Ella habia dejado mas que claro sus sentimientos hacia el. Cassian dijo por fin--: Parece que te vendrian bien unas cuantas comidas abundantes, un bano y ropa de verdad. Nesta puso los ojos en blanco, pero se toco el dobladillo de la camisa. Cassian anadio--: Echa a ese desgraciado, aseate y te traere un te. Sus cejas se alzaron una fraccion de pulgada. El le dedico una sonrisa torcida. --?Crees que no puedo escuchar a ese macho en tu dormitorio, tratando de ponerse la ropa en silencio y escabullirse por la ventana? Como si se tratara de una respuesta, un ruido sordo llego desde el dormitorio. Nesta siseo. --Volvere dentro de una hora para ver como van las cosas. -- Cassian puso suficiente mordacidad detras de las palabras que hasta sus soldados sabrian que no debian presionarlo, que requeria siete sifones para mantener su magia bajo control por una buena razon. Pero Nesta no volaba en sus legiones, no luchaba bajo su mando, y ciertamente no parecia recordar que tenia mas de quinientos anos y... --No te molestes. Llegare a tiempo. Se aparto de la jamba de la puerta, agitando ligeramente las alas mientras retrocedia unos pasos. --Eso no es lo que se me pidio. Tengo que acompanarte de una puerta a otra. Su rostro se tenso. --Ve a posarte en una chimenea. Esbozo una reverencia, sin atreverse a quitarle los ojos de encima. Ella habia salido del Caldero con… regalos. Regalos considerables, oscuros. Pero nadie habia visto ni sentido ninguna senal de ellos desde la ultima batalla con Hybern, desde que Amren habia destrozado el Caldero y Feyre y Rhys habian logrado arreglarlo de la misma forma. Tampoco Elain habia revelado ningun indicio de sus habilidades videntes desde entonces. Pero si el poder de Nesta seguia siendo capaz de arrasar campos de batalla… Cassian sabia que no debia hacerse vulnerable a otro depredador. --?Quieres tu te con leche o con limon? Le cerro la puerta en la cara. Luego cerro cada una de las cuatro cerraduras. Silbando para si mismo y preguntandose si ese pobre bastardo dentro del apartamento huiria de hecho por la ventana -mas que nada para escapar de ella- Cassian recorrio el tenue pasillo y fue a buscar algo de comida. Ese dia necesitaria sustento. Especialmente cuando Nesta supiera precisamente por que su hermana la habia convocado. Nesta Archeron no sabia el nombre del macho en su apartamento. Busco en su memoria empapada de vino mientras regresaba al dormitorio, esquivando montones de libros y montones de ropa, recordando miradas en la taberna, el encuentro humedo y caliente de sus bocas, el sudor cubriendola mientras lo montaba hasta que el placer y la bebida la enviaron al bendito olvido, pero no recordaba su nombre. El macho ya se habia asomado a la ventana, con Cassian sin duda acechando en la calle de abajo para presenciar su espectacular y patetica salida, cuando Nesta llego a la tenue y estrecha habitacion. La cama con postes de laton estaba desarreglada, las sabanas medio derramadas sobre el chirriante e irregular suelo de madera, y la ventana agrietada golpeaba contra la pared con sus bisagras sueltas. El hombre se giro hacia ella. Era guapo, como lo eran la mayoria de los machos Altos Fae. Un poco mas delgado de lo que a ella le gustaban, practicamente un nino comparado con la imponente masa de musculos que acababa de llenar su puerta. Se estremecio cuando ella entro y vio su expresion de dolor al ver lo que llevaba puesto. --Yo… Esa es ... Nesta se quito la camisa, dejando solo la piel desnuda a su paso. Sus ojos se abrieron de par en par, pero el olor de su miedo permanecio, no el miedo a ella, sino al macho que habia escuchado en la puerta principal. Cuando recordo quien era su hermana. Quien era el companero de su hermana. Quienes eran los amigos de su hermana. Como si algo de eso significara algo. ?A que oleria su miedo si se enterara de que ella lo habia utilizado, se habia acostado con el, para mantenerse a raya? Para calmar esa oscuridad que se retorcia en su interior desde el momento en que salio del Caldero. El sexo, la musica y la bebida, que habia practicado ese ultimo ano, ayudaban. No del todo, pero impedia que el poder se desbordara. Incluso si ella todavia podia sentir que corria por su sangre, enroscado en sus huesos. Le arrojo la camisa blanca. --Ya puedes usar la puerta principal. Se colgo la camisa por encima de la cabeza. --Yo… ?Sigue…? --Su mirada seguia en los pechos de ella, que se asomaban contra el frio de la manana; su piel desnuda. El vertice de sus muslos. --Adios --Nesta entro en el cuarto de bano oxidado y agujereado, adjunto a su dormitorio. Al menos el lugar tenia agua corriente caliente. A veces, Feyre y Elain habian intentado convencerla de que se mudara. Ella siempre ignoraba sus consejos. Al igual que ignoraria lo que le dijeran ese dia. Sabia que Feyre planeaba una reprimenda. Quizas algo relacionado con el hecho de que Nesta habia firmado la escandalosa cuenta de la noche anterior en la taberna a la cuenta bancaria de su hermana. Nesta resoplo y giro la manilla de la banera. El metal estaba helado al tacto y el agua chisporroteo, para luego rociar la banera agrietada y manchada. Esa era su residencia. Sin sirvientes, sin ojos vigilando y juzgando cada movimiento, sin compania a menos que ella los invitara. O a menos que los entrometidos guerreros indiscretos hicieran su asunto para pasar por alli. El agua tardo cinco minutos en calentarse lo suficiente como para empezar a llenar la banera. Habia habido algunos dias en el ultimo ano en los que ni siquiera se habia molestado en tomarse el tiempo. Algunos dias en los que se habia metido en el agua helada, sin sentir su mordida, sino la de las oscuras profundidades del Caldero mientras la devoraba por completo. Mientras le arrancaba su humanidad, su mortalidad, y la convertia en esto. Le habia costado meses luchar contra el panico que tensaba su cuerpo y que hacia que sus huesos temblaran por estar sumergidos. Pero se habia obligado a enfrentarse a ello. Habia aprendido a sentarse en el agua helada, con nauseas y temblores, con los dientes apretados; se habia negado a moverse hasta que su cuerpo reconocio que estaba en una banera y no en el Caldero, que estaba en su apartamento y no en el castillo de piedra al otro lado del mar, que estaba viva, inmortal. Aunque su padre no lo estaba. No, su padre era cenizas en el viento, su existencia marcada solo por una lapida en una colina a las afueras de esta ciudad. O eso le habian dicho sus hermanas. Te ame desde el primer momento en que te tuve en mis brazos, le habia dicho su padre en esos ultimos momentos juntos. No pongas tus sucias manos sobre mi hija. Esas habian sido sus palabras finales, escupidas al Rey de Hybern. Su padre habia desperdiciado esas palabras finales en ese gusano de rey. Su padre. El hombre que nunca habia luchado por sus hijas, no hasta el final. Cuando habia ido a salvarlas, a salvar a los humanos y a los Fae, si, pero sobre todo, a sus hijas. A ella. Un gran y estupido desperdicio. Un poder oscuro e impio fluyo a traves de ella, y no fue suficiente para evitar que el Rey de Hybern le rompiera el cuello. Ella habia odiado a su padre, lo odiaba profundamente, y sin embargo el la habia amado, por alguna razon inexplicable. No lo suficiente como para intentar librarlos de la pobreza o evitar que se murieran de hambre. Pero de alguna manera habia sido suficiente para que el levantara un ejercito en el continente. Para llevar a la batalla un barco que llevaba su nombre. Todavia habia odiado a su padre en esos ultimos momentos. Y entonces su cuello se habia quebrado, sus ojos no estaban llenos de miedo mientras moria, sino de ese tonto amor por ella. Eso era lo que habia perdurado: la mirada de sus ojos. El resentimiento en su corazon mientras el moria por ella. Habia quedado en su memoria, royendo en ella como el poder que habia enterrado en lo mas profundo, corriendo desenfrenadamente por su cabeza hasta que ningun bano helado pudo adormecerlo. Podria haberlo salvado. Fue culpa del Rey de Hybern. Lo sabia. Pero tambien era suya. Asi como fue su culpa que Elain fuera capturada por el Caldero despues de que Nesta lo espiara con ese escrutinio, era su culpa que Hybern hubiera hecho cosas tan terribles, cosas para cazarla a ella y a su hermana como a un ciervo. Algunos dias, el miedo y el panico encerraban el cuerpo de Nesta tan fuerte que nada le permitia respirar. Nada podia impedir que el horrible poder empezara a surgir, a surgir, a surgir en ella. Nada mas alla de la musica de aquellas tabernas, las partidas de cartas con desconocidos, las interminables botellas de vino y el sexo que no la hacia sentir nada, pero que le ofrecia un momento de liberacion en medio del rugido de su interior. Nesta termino de lavarse el sudor y otros restos de la noche anterior. El sexo no habia sido malo; habia tenido mejores, pero tambien mucho peores. Incluso la inmortalidad no era suficiente para que algunos machos dominaran el arte del dormitorio. Asi que se habia ensenado a si misma lo que le gustaba. Consiguio un te anticonceptivo mensual en un boticario local, y luego habia traido a ese primer macho aqui. El no tenia ni idea de que su virginidad habia estado intacta hasta que vio la sangre manchada en las sabanas. Su rostro se habia tensado con desagrado, y luego un atisbo de temor de que ella pudiera informar a su hermana que su primer companero de cama no la habia dejado satisfecha o informarle al insufrible companero de su hermana. Nesta no se habia molestado en decirle que evitaba a ambos a toda costa. Especialmente a este ultimo. Estos dias, Rhysand parecia alegrarse con hacer lo mismo. Despues de la guerra con Hybern, Rhysand le habia ofrecido trabajos. Puestos en su corte. Ella no los queria. Eran ofrendas de lastima, intentos de conseguir que formara parte de la vida de Feyre, que tuviera un empleo remunerado. Pero el Alto Lord nunca le habia agradado. Sus conversaciones eran friamente civilizadas en el mejor de los casos. Ella nunca le dijo que las razones por las que la odiaba eran las mismas razones por las que ella vivia alli. A veces tomaba banos con agua fria. Otros dias se olvidaba de comer. No soportaba el crujido y el chasquido de la chimenea. Y se ahogaba en vino, musica y placer cada noche. Cada cosa maldita que Rhysand pensaba de ella era cierta y ella lo sabia mucho antes de que el hubiera seguido su puerta. Cualquier ofrenda que Rhysand le lanzara fue hecha unicamente por amor a Feyre. Mejor pasar su tiempo de la manera que ella deseaba. Ellos seguian pagando por ella, despues de todo. La llamada a la puerta hizo temblar todo el apartamento.
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Black Rose (Traicion 1) de B. Castillo , S. Pugliese
https://gigalibros.com/black-rose-traicion-1.htmlUna gala de mascaras cruzara los destinos de un cantante y una modelo con la lider de Black Rose, una antigua organizacion secreta que ha dominado el mundo desde tiempos inmemoriales. Ahora sus vidas se convertiran en una persecusion a muerte en la que seres inmortales haran lo necesario por mantener su identidad oculta.
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Ladronas de Nueva York de Estefania Yepes
https://gigalibros.com/ladronas-de-nueva-york.htmlLa historia que encontraras a continuacion no es distinta a la tuya, a la mia o a la de cualquier mujer que se encuentre en un momento decisivo de su vida. Aqui no hallaras la respuesta a un gran interrogante, ni tampoco misterios que resolver o una trama enrevesada. Si buscas algo asi, esta no es tu novela. En estas paginas descubriras la historia de tres mujeres normales, como tu y como yo. Da igual la edad que tengas, en cualquier caso, entenderas sus miedos, sus arrebatos, sus locuras y sus momentos de complicidad. La historia de Sarah, Danielle y Caroline es la de muchas mujeres que en un momento dado, deben enfrentarse a ellas mismas. Te adentraras en sus vidas, en sus suenos y en sus citas. Pero tambien conoceras sus miedos, los que ni siquiera se confiesan entre ellas, a pesar de que lleven anos compartiendo sus vidas. Y, ?sabes que? Todo empieza como lo hacen muchas de las historias que ya conoces. Con una lista de deseos. Concretamente con tres. Y es que, si tuvieras treinta anos y recuperaras la lista de suenos que hiciste a los veinte. ?Que crees que encontrarias en ella?
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Noa tiene un pasado terrible y oscuro que ocultar. No quiere sentir, no desea vivir ni recordar. Por eso cuando una de las tres Furias que habitan el Tartaro le ofrece otro tipo de "existencia" bajo su tutela, no puede negarse.
Su sexto sentido para captar a las personas, sus temores, su dolor, sus esperanzas, se ha convertido en su poder mas letal. Y es ahora, cuando lleva mas de un siglo ejecutando su cometido, cuando se le presenta la mision mas dificil, la que va a sacudir los cimientos de su extrano mundo. Tendra que aprender a ser humana de nuevo, a dejarse tocar sin su coraza. ?Pero va a poder resistir todos los sentimientos que se le vienen encima?, ?todos los recuerdos? ?las sensaciones?
Eric es un ser inadaptado que se pega a ella en contra de su voluntad. La sigue a cambio de nada; solo la ayuda. Su historia se va a entrelazar con la de Noa irremediablemente, convirtiendose a lo largo de la historia en uno de los determinantes para la mision, y sin saberlo, para su existencia.
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Poemas para Amar de Nolvin Cruz Garcia
https://gigalibros.com/poemas-para-amar.htmlPoemas para enamorar y dedicar a esa persona especial.
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Deseo salvaje (Gargolas 1) de Eva Mcberry
https://gigalibros.com/deseo-salvaje-gargolas-1.htmlEl dia empezo como cualquier otro: me levante poco antes del amanecer, tome un desayuno rapido con los demas sirvientes del castillo y nos preparamos para empezar nuestro trabajo. Me tocaba subir a atender a lady Siena, asi que antes de entrar me mire al espejo para comprobar que estuviera impecable, como a ella le gustaba. Lady Siena siempre criticaba a todo el mundo; para ella, nada es perfecto. No se cansaba de decirme lo horrible que me quedaba el uniforme. Parecia que le encantaba hacer que los demas se sintieran inferiores en su presencia. Aun asi, me arregle un poco para que no pudiera molestarme tanto. Mis ojos verdes parecian cansados, ya que la noche anterior habia estado despierta hasta tarde. Me recogi mi cabello castano en un mono alto y estire un poco el mandil de mi uniforme. Llego la hora de subir. --Llegas tarde --me dijo Alexa, otra criada como yo--. Lady Siena ya se esta vistiendo. --No es tan tarde, se ha levantado mas temprano. ?Pasa algo? Ella puso los ojos en blanco. Parecia fastidiada. --?No lo recuerdas? Hoy se va todo el dia al castillo de Lady Davina. --Oh... Es verdad. --Lady Davina era la mejor amiga de mi senora. Habia olvidado que hoy era su cumpleanos. --Lo bueno es que se va hasta manana. Hasta entonces no veremos a la bruja esa. --Sonrio y yo le correspondi. --Al menos sera un descanso, ya me tiene... No pude continuar; la puerta de la habitacion de Lady Siena se abrio de golpe y ella aparecio ya arreglada para su fiesta. Alexa y yo hicimos una reverencia de respeto. Ella nos miro y fruncio el ceno. Avanzo para pasar justo entre nosotras. --Quitate de mi camino, Williams --me espeto con desprecio--. No quiero pisar basura. --Me mordi la lengua. Aunque ya estaba acostumbrada a esos insultos, siempre dolian. Me movi a un lado y, aun asi, Lady Siena piso la parte baja de mi vestido--. !He dicho que te quites, inutil! --grito molesta. --Lo lamento, milady --dije sumisa, ya que sabia que le gustaba que le hablaran asi. --Callate, no te he dado permiso de que me dirijas la palabra. --Ni siquiera en un dia de fiesta cambiaba de humor. Dios, no tenia ni veinte anos y ya parecia una vieja amargada. No la entendia. --Milady, ?alguna indicacion durante su ausencia? --pregunto Moira. Ella era el ama de llaves, apenas la habia visto llegar. --Solo aseguraos de que todo este en orden. Me imagino que ya esta listo mi carruaje. --Por supuesto, milady. No se preocupe. --Perfecto. Y vosotras, trabajad. No quiero parasitos en mi castillo. Permaneci inclinada y agache la cabeza con sumision mientras ella avanzaba. Cuando salio de la habitacion, al fin Alexa y yo suspiramos tranquilas. Todos en el castillo McCord odiabamos a lady Siena, pero solo nos tocaba aguantar. Y como dice la gente, cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta. Apenas escuchamos el carruaje de lady Siena alejarse, todos nos relajamos. Fuimos libres para arreglar las cosas a nuestra manera, conversar y reir. Solo nos conteniamos cuando Moira pasaba cerca, esa mujer amargada. Me parecia que el dia seria normal como cualquier otro, excepto por la ausencia de la senora del castillo. Llevaba un ano trabajando aqui y, aunque es vivir en tension constante, no podia quejarme de mi suerte. Lady Siena era un monstruo a veces, pero al menos tenia una cama, comida y ropa limpia. El resto de aldeanos de Abercrombie no tenian la misma suerte. Odiaba como me trataba, y aun asi estaba agradecida. El castillo McCord quedaba en lo alto de una colina, desde la que se podia ver todo el valle. No sabia cuantos anos tenia este lugar, pero si que era muy antiguo. Habia escuchado que estaba en pie desde hacia quinientos anos, tal vez mas. Lady Siena era la heredera, pero le rendia cuentas a alguien mas, alguien que le daba el dinero para mantenerla. Nunca lo habia conocido, pero imaginaba que debia ser su padre. Al llegar la noche todos cenamos tranquilos. Es increible como se relajaba la servidumbre sin la presencia de esa odiosa mujer. Se creia mucho solo porque era hermosa y rica, pero sin todo eso no era nadie. Creia que tenia derecho a pisotearnos a todos, y no teniamos mas opcion que aguantarnos y acatarlo. Lo malo era que, al amanecer, empezaria otra vez la aburrida rutina. !Que rapido se iba el dia! Fui a la habitacion que compartia con Alexa y charlamos sobre la fiesta del pueblo de la proxima semana. Teniamos planeado ir con nuestras mejores galas, que no eran gran cosa y ni siquiera parecian nuevas. Alexa tenia un novio llamado Ewen, un chico que trabajaba en la mina. A mi me pretendia Scott, el capataz. A veces me parecia guapo, pero la gente decia que era un patan. Quiza lo fuera; a mi no me gustaba de verdad. Mama insistia en que debia aceptarlo porque era el mejor partido que tendria. Puede que fuera cierto, pero yo no queria eso para mi vida. Queria amar al hombre con el que me casara. Queria amor, pasion, locura. Y si, estaba sonando mucho. Nos dormimos, ya agotadas. Pero entonces ocurrio algo extrano. Me desperte de madrugada y estaba lloviendo. Una tormenta. Era extrano, porque el cielo habia estado despejado todo el dia. Serian poco mas de las tres de la madrugada, o eso creia. Intente dormir, pero un rayo impacto cerca del castillo. Alexa parecia imperturbable; ella ni se dio cuenta. Las tormentas nunca habian de mi agrado. Ahora me incomodaban, pero cuando era nina me daban miedo. No iba a poder dormir esa noche. Cerre los ojos, esperando conciliar el sueno, pero de pronto la cosa empeoro. Algo cayo en el techo. Algo duro como una piedra. <
>, pense. Lo peor fue que hasta me parecio escuchar pasos, pero no eran normales. Duros, pesados. Bien... esto era muy extrano. Tenia dos opciones en ese momento: quedarme en cama o ir a ver que rayos pasaba. Dude bastante rato y, como no podia dormir, finalmente sali a ver que pasaba. Cogi un candelabro y encendi las velas. Camine por los pasillos del castillo. Todo estaba oscuro y no habia ni un alma fuera. Empece a asustarme. Que tonta era; no tenia que haber salido. Ya no escuchaba los pasos pesados, asi que quiza fue solo mi imaginacion. Me di la vuelta, dispuesta a volver a mi cuarto, cuando de pronto vislumbre uno de los balcones del castillo. Por poco se me cayo el candelabro; no podia creer lo que estaba viendo. Ahi fuera habia algo que jamas en la vida habia visto. Enorme, grueso, con grandes alas. Era una especie de hombre de piedra, o eso me parecio de espaldas. Sabia que tenia que huir, por lo que retrocedi un paso. Y en ese preciso instante, aquel ser se giro. Yo lance un grito y me eche a correr despavorida, justo en el momento en que mis ojos se cruzaron con los suyos. Eran azules y brillantes. Nunca habia sentido una mirada tan intensa. No pude dormir, me quede en cama temblando, pensando que esa criatura vendria a por mi. Fui la primera en levantarse. El castillo dormia y la lluvia habia parado, apenas estaba aclarando el cielo. Camine a la despensa para buscar huevos que freir, pero ya no quedaba ninguno. Tendria que salir al almacen un momento. Abri la puerta y solte un grito de sorpresa. No estaba sola: habia un hombre recostado en el suelo y al parecer estaba herido. Me quede pasmada viendolo y por un instante no supe que hacer. Entonces el abrio los ojos y me devolvio una mirada azul intensa que se me hizo muy familiar. Mi cuerpo estaba temblando... Capitulo 2 Keitan La noche habia sido terrible. Aunque volver a mi hogar en Abercrombie estaba dentro de mis planes, no imagine que seria de esta manera. Las cosas entre nuestra comunidad se habian puesto tensas, muy peligrosas en realidad. Por eso tenia que volver, ahora proteger a Siena debia ser una de mis prioridades. Todo se precipito cuando me atacaron. No los conocia, pero de lejos me parecieron dos mequetrefes debiles que alguien de mi categoria podria vencer con facilidad. Error mio, no debi confiarme. Acabe a duras penas con uno de ellos, pero el otro me persiguio por los cielos. Me amenazo, dijo que iria por Siena y la destrozaria. Entre en panico y por eso me adelante para llegar al castillo y vigilar que ese miserable no la tocara. Para mi alivio, Siena no estaba en el castillo, asi que solo quedaba esperar a ese miserable para hacerle frente y acabar con el. Lo vi llegar a lo lejos, a pesar de la lluvia su silueta era inconfundible. Enormes alas, rostro fiero. Esa gargola iba pagar la osadia de amenazarme. Vole hasta el y luchamos. Admito ahora que despues de siglos de sentirme invencible, senti una especie de emocion de que me tocara un rival a mi altura. Lo derrote, pero no sali ileso de aquello. Ni siquiera tuve la fuerza suficiente para esconder su cadaver. Mi cuerpo tampoco mantuvo la forma de gargola, era demasiada energia. Volvi a mi cuerpo humano, que aunque era mas blando y debil, al menos se recuperaba mas rapido. Solo tendria que aguantar un poco el dolor, pero era mejor asi. Era preferible que algun aldeano viera a un hombre herido, no a una bestia sangrando. Mis heridas se iban regenerando poco a poco mientras trataba de llegar a mi castillo para descansar alli. Subi la colina a paso lento mientras intentaba cubrir la herida de mi vientre. Podia sentir como se iba cerrando, aunque aun faltaba para eso. No moriria desangrado, por suerte. Camine hasta la parte trasera; queria entrar con discrecion y no armar alboroto. Crei que lo lograria, pero el cansancio me vencio y cai rendido justo antes de pasar a la cocina. Maldita sea mi suerte. Quiza era mejor que me quedara ahi un momento, el hormigueo de mis heridas regenerandose era cada vez mas intenso, solo tendria que dejar que mi cuerpo hiciera su trabajo. Cerre los ojos, pero poco despues senti algo, un grito quiza. Habia alguien ahi, frente a mi. Pude sentir su presencia y su aroma. Era un aroma dulce que se me hizo familiar por alguna razon. Olia delicioso. Aquello era pureza, dulzura, feminidad. A pesar de lo cansado que estaba, abri los ojos y la mire. Oh... era ella. La mujer que vi anoche en el castillo mientras esperaba a mi rival. Anoche estaba oscuro, pero aun asi percibi sus hermosos ojos. En ese momento senti deseos de ir hasta ella, pero el deber de proteger mi raza fue mas fuerte. Ahora al fin la tenia al frente. Una muchacha, al parecer una sierva de mi castillo. La mire sin parpadear. Su aroma de mujer me fascino. Oculta tras ese traje de criada habia una muchacha exquisita que encendio mis sentidos. Estaba herido, era cierto, pero me sentia duro. Ella tambien me miraba impactada. Sonrei. A pesar del dolor que sentia, verla era un placer. Al fin, aunque timida, la muchacha se acerco a mi. --Dios mio… ?Se encuentra bien? ?Necesita ayuda? --Estoy herido --conteste al fin. Ella asintio y se agacho a mi lado. Vio mi herida y abrio los ojos como platos. --?Puedo? --me pregunto. Queria ayudarme, asi que yo asenti. --Puedes tocarme. --No pretendi sonar atrevido, pero ella lo interpreto asi y enrojecio. Despues de unos segundos, la muchacha aparto la tela de la camisa que use para cubrir la herida. Rasgo un pedazo de su pulcro mandil blanco y lo puso ahi. Sentia sus manos temblorosas, la estaba poniendo nerviosa. --Tengo que limpiar la herida. --Y yo necesito recuperarme. Tengo que entrar al castillo. --?Que? No... es que no puedo hacer eso. Trabajo aqui, pero no puedo meter gente. Lady Siena me echaria a patadas. --Ella no tiene que enterarse, ?verdad? --Le guine un ojo. No quise contarle en ese momento que yo era el conde del castillo. Su nuevo senor. Se enteraria luego; la prioridad era curarme y descansar. --No lo se, yo no lo conozco. ?Y si es un ladron? --Me conoceras bien luego, te aseguro que jamas le haria dano a una mujer. Mucho menos a una tan bella. --Enrojecio otra vez y me percate de que asi se veia mas hermosa. Su arrebatadora inocencia me maravillo. --Lo ayudare, pero en cuanto se recupere tiene que irse del castillo. No puedo arriesgarme a perder mi empleo. --No lo haras, te lo aseguro. Conozco a lady Siena, soy un pariente muy cercano. --Ella abrio la boca, sorprendida. Esperaba haberla convencido. --Bien, venga conmigo. Trate de no hacer ruido. --Por cierto, preciosa, ?cual es tu nombre? --Aurora. --Aurora... --repeti, y ella sonrio. Que delicia de nombre. Me ayudo a ponerme de pie. Hice un esfuerzo por sostenerme y di gracias por sentirme ya mejor. Ese pequeno descanso me habia servido de mucho. La rodee con un brazo, ella me sostuvo mientras me conducia al interior del castillo. Miraba todo con discrecion y curiosidad, las cosas no habian cambiado mucho desde la ultima vez que estuve aqui. Aurora me llevo hasta la zona donde solia dormir la servidumbre. Abrio la puerta y entre a la que debia ser su habitacion. Al pasar, otra muchacha nos vio. Estuvo a punto de gritar de sorpresa, pero logro contenerse. --Aurora, ?quien es este hombre? --Ayudame y luego te cuento --contesto ella. La otra muchacha parecia confundida, pero al verme herido simplemente decidio apoyar a su companera. Me acomodaron en la que distingui como la cama de Aurora, gracias a que todo estaba impregnado de su delicioso olor. --Gracias --murmure yo. La chica asintio despacio y Aurora tiro de ella para llevarla a un lado. --Ahora mismo vuelvo --me dijo Aurora, y arrastro a la otra chica fuera de la habitacion. --?De donde has sacado a ese hombre? --le pregunto la otra criada. Hablaba en voz baja, suponiendo que no las escucharia. Claro, si yo fuera un hombre comun y corriente eso seria posible. Pero yo no soy humano. Puedo escuchar mas de lo que se imaginan. --Lo encontre herido fuera, necesita ayuda. Dice que es amigo de lady Siena, asi que... --?Y tu te lo has creido? Seras estupida. Van a echarte de aqui por dar cobijo a extranos. --Eso no pasara. Lady Siena aun tardara en llegar, asi que solo tienes que guardarme el secreto. ?Cuento contigo, Alexa? Por favor... Despues de unos segundos de duda, la chica contesto: --Solo por esta vez, nadie puede darse cuenta o nos echaran a las dos. --Gracias. Necesito agua tibia, tambien algo para curar esa herida. ?Puedes ayudarme con eso? --Esta bien. Tu quedate con el, enseguida vuelvo. --No tardes --le pidio Aurora a su amiga. Luego escuche los pasos de esa Alexa alejandose de la habitacion. Sonrei ante la idea de quedarme a solas con Aurora en su cama. Vaya, vaya. Apenas la conocia y ya estaba en una situacion comprometedora con una criada. Aurora volvio a la habitacion, cerro la puerta con cerrojo y avanzo hasta quedar a mi lado. La herida seguia cicatrizando, pero tenia la piel cubierta de sangre seca. Cuando ella la limpiara, se daria cuenta de que la herida que tenia ya no existia. ?Que iba a decirle? No me quedaba mas remedio que improvisar. --Eh... Bueno..., Alexa guardara el secreto --dijo algo nerviosa--. Voy a limpiarle la herida, pero le advierto que si necesita otro tratamiento no podre hacerlo. No se nada de medicina. --No creo que sea necesario --conteste sin dejar de mirarla. --Tengo que... --?Quitarme la camisa? --Ella asintio, enrojeciendo otra vez--. Hazlo, no pasa nada. No voy a comerte. --Sonrei. Deberia calificar eso como mentira piadosa. Queria comermela, pero en un sentido delicioso. Con sus finas y temblorosas manos, Aurora se acerco para quitarme la camisa. Pronto quede desnudo de la cintura para arriba. Mi sonrisa se amplio cuando me di cuenta de que le estaba ofreciendo un espectaculo que estaba disfrutando. Cuando llamaron a la puerta, Aurora fue a abrir rapidamente y dejo pasar a una apresurada Alexa. Ella tambien me miro y enrojecio. ?Que podia hacer? Normalmente causaba este efecto en las mujeres, no podia evitarlo. --Aqui tienes, ?lo haras tu? --le pregunto Alexa. --Si, yo me encargo. --Aurora puso el recipiente con el agua a un lado de la cama, en una pequena mesa. Cogio un pano limpio, lo humedecio, y empezo a limpiar la sangre seca de mi herida. Para ese momento yo ya no tenia heridas visibles, mi cuerpo las habia regenerado. Aun estaba agotado y necesitaba recuperar las energias, pero ya nada era de gravedad. Tal como imagine, Aurora se sorprendio al no ver ninguna herida. --?Que ha pasado con...? --pregunto confundida. --Magia --le dije, bromeando, aunque hablaba muy en serio. --Que raro... --dijo extranada--. Por cierto, ?como te llamas? -
Anos de soledad de Soledad Becerril
https://gigalibros.com/anos-de-soledad.htmlSoledad Becerril fue una de las veintiuna mujeres elegidas diputadas en las elecciones generales de 1977, en un Congreso donde habia 350 escanos; fue la primera mujer nombrada ministra, de Cultura, en un Gobierno de la monarquia parlamentaria en 1981; fue, tambien, la primera mujer elegida alcaldesa de Sevilla, en 1995, ciudad a la que dedica paginas conmovedoras, y la primera mujer defensora del Pueblo, en 2012. Diputada en seis legislaturas, senadora en una, a veces en la oposicion y otras veces con la mayoria ganadora, llego a la politica antes de cumplir los treinta anos con el afan de tomar parte en los hechos y decisiones que permitieron alcanzar la democracia y el deseo de priorizar siempre la transigencia, el dialogo y la concordia. En este libro recoge sus recuerdos de una larga etapa que empieza a comienzos de la decada de 1970 y acaba a mediados de 2017. A lo largo de una gran parte de los anos que rememora, la presencia de la mujer en la vida publica era casi inexistente, por lo que la actividad que llevo a cabo y su figura fueron seguidas con una atencion inusitada y muy critica. Este libro esta dedicado a los jovenes para que valoren como se ha llegado a un Estado democratico y de derecho, y comprendan que este reciente capitulo de nuestra historia es uno de los que acaba bien. Y a las mujeres, que hoy lo tienen todavia dificil, para que el legado y el trabajo de personas como Soledad Becerril valga para que sean tratadas con respeto, igualdad y sin discriminacion.
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Tentacion Pasion Frenesi. Serie completa de Dylan Martins
https://gigalibros.com/tentacion-pasion-frenesi-serie-completa.htmlMire la hora en el movil ya que tenia la sensacion de que era mas tarde y de que el despertador habia fallado. Senti alivio al comprobar que solo eran las seis y media de la manana y hasta media hora despues no tenia que sonar. Me quede mirando la foto de mi hija Lucia, tan bonita y sonriente. La echaba de menos ya que vivia con su madre Cata, de la que me habia divorciado dos anos atras cuando la pequena solo tenia cuatro. Cata no es que me pusiera las cosas dificiles con nuestra hija, sino que las hacia imposibles. No colaboraba para que reinara la armonia por el bien de lo que teniamos en comun. Mi ex mujer era modelo. Trabajaba para una de las firmas de moda mas importantes a nivel internacional y vivia en Tenerife, pero siempre andaba viajando entre Paris y Londres. A la pequena la dejaba con sus padres con los que yo no tenia relacion. Me la entregaban cuando correspondia ella, o en su defecto la ninera de la nina, Lia. El problema residia en que a mi me tocaba un fin de semana de cada dos, cuatro dias en Semana Santa, un mes en verano y una semana en las fiestas de Navidad, pero, aunque ella estuviera fuera un mes, era incapaz de permitirme recoger a la nina y llevarla conmigo. Yo sentia que Cata preferia dejarla en manos de su cuidadora antes que con su padre. Era una persona toxica y se habia empenado en intentar joderme la vida. Su actitud me dolia hasta el infinito porque mi hija Lucia era mi mayor tesoro y hubiera dado lo que no tenia por poder pasar mas tiempo con ella. Sin embargo, y de la forma mas injusta del mundo, parecia que esa posibilidad cada vez era mas inalcanzable para mi. La mia era una vida estable, bastante buena. Habia heredado la empresa de mi padre la cual yo dirigia, "Financiera Montalvo". Tenia contratados a tres asesores financieros, a una asesora laboral y a la recepcionista, ademas de una empresa que se encargaba de la limpieza de las oficinas. habia fallado. Senti vivia con su madre dirigia, "Financiera sta, ademas de una Mi casa era la que yo habia elegido, de una sola planta, una gran terraza, mil metros de terreno de jardin con palmeras, zona de copas, piscina y tumbonas. En honor a la verdad en ella todo era precioso. Por mi parte, ser meticuloso formaba parte de mi ADN y habia encargado la construccion de cada zona interior y exterior con mucho mimo. Si tuviera que elegir una zona de mi casa que especialmente quedo a mi gusto, destacaria la cocina, confortable y amplia, con sus cincuenta metros cuadrados, los mismos con los que contaba el salon. Capitulo aparte merecia mi dormitorio, al que consideraba mi santuario, con vestidor y bano. A el habia que anadir tres dormitorios mas con sus correspondientes banos y esa terraza amplia y ancha donde pasaba mucho tiempo, ya que el clima de la isla invitaba a disfrutarla. Yo la tenia de lo mas chill out, todo en madera y con unos comodos sillones que sugerian descanso y tertulia. Tenia todo lo que deseaba, pero habia estudiado mucho y trabajaba desde joven con mi padre, aprendiendo todo lo que pude de el, hasta que se jubilo. Al verme preparado, me dejo a cargo de la financiera, asi que me sentia bien con mi vida, pero me faltaba lo mas importante, mi pequena Lucia, la nina de mis ojos. Sali de la cama ya que me estaba empezando a agobiar con esos pensamientos y mirando la cara de mi pequena como fondo de pantalla del movil. Soy partidario de cambiar de chip cuando algun sentimiento te sobrepasa y eso era lo que me estaba ocurriendo en ese momento. Me prepare un cafe y me sente sobre la mesa de piedra de mi cocina. Tenia esa mania, asi que alli estaba, mas temprano de lo normal, disfrutando de esa primera taza, del relax de no ir con prisas. En mi cabeza no cabia como algunas personas saltaban practicamente de la cama al trabajo. Yo de siempre he necesitado mi tiempo. Ir despertando poco a poco y entrando en sintonia con el dia. El estres es un concepto que llevaba intentado evitar toda la vida, en la medida de lo posible. Revise algunos correos desde el movil y fui descartando segun la importancia. Mas tarde responderia a los que debia hacerlo desde el despacho. Los demas contenian pura informacion y no necesitaban respuesta. prendiendo todo lo taba ocurriendo en Un rato despues me vesti y me fui hacia el jardin donde tenia a un lado el aparcamiento. Cogi mi coche, puse la radio y me dirigi al trabajo escuchando las noticias. Disfrutaba mucho de las vistas de mi casa al trabajo. Aquel trayecto, unido al buen tiempo reinante, eran como una especie de soplo de aire fresco que me ayudaba a incorporarme a la ardua jornada, pues si algo me sobraba era trabajo. Mis oficinas estaban en la decima planta de un edificio comercial mirando al mar en Puerto de la Cruz. En el interior se ubicaban los despachos de los trabajadores. La recepcion amplia a la entrada, todo muy iluminado y predominando los cristales opacos con el logo de la empresa. Los distintos despachos situados a los lados de un amplio pasillo y el mio al final, ocupando todo el largo del local. Despues de la marcha de mi padre, habia acometido una reforma integral para darle al negocio un renovado aspecto, modernizandolo. Finalmente, habia quedado totalmente a mi gusto y me mostraba encantado con el resultado. Llegue al parking del edificio y subi al ascensor hasta mis oficinas. Carlota la recepcionista me recibio sonriente. -- Buenos dias, Alexis. -- Buenos dias, guapa. ?Alguna novedad? -- Ninguna, recuerda que a las nueve tienes la entrevista para el puesto de contable. -- Es verdad, lo habia olvidado -- negue mientras caminaba hacia mi despacho y saludaba a los trabajadores que ya estaban en sus despachos con las puertas abiertas. Nuestro contable habia tenido un problema grave de salud y se le habia concedido la prejubilacion, asi que ahora necesitaba alguien que fuera capaz de llevar todo el trabajo que hacia el. Realmente lo necesitaba para preparar facturas y entregarlas a Elba, nuestra asesora laboral que tambien trabajaba en las oficinas. Carlota aparecio por mi despacho con un cafe. Siempre lo hacia por la manana. A pesar de que tenia cafetera con lgo me sobraba era capsulas en mi despacho, a ella le gustaba llevarme el primero. -- Gracias, guapa. -- Un placer -- sonrio mientras cerraba la puerta. Era simpatica, predispuesta, amable. Se notaba que era una persona muy feliz. Ademas, estaba loca con su hija Martina de cinco anos y con su marido al que amaba, Tony, un policia local de Puerto de la Cruz. Llevaba conmigo desde que cumplio los veinticinco, diez anos atras. En aquel momento aun estaba en manos de mi padre la direccion de la empresa. Si de algo podia presumir era de un gran equipo a mi lado y de que el buen rollo imperaba en mi negocio. Eso era algo que aprendi de mi padre: la importancia de rodearme de gente competente que ademas supiera aceptar las criticas constructivas. Uno de mis mayores logros consideraba que era el hecho de que, aunque yo fuera el jefe, disfrutaba escuchando las opiniones de mi equipo, que a menudo aportaba puntos de vista de lo mas interesantes que quizas yo no hubiera visto a priori. Me tome el cafe mientras respondia todos los emails para despues ponerme a revisar los expedientes mas importantes que estabamos tramitando en la empresa. Un rato mas tarde Carlota me aviso de que la chica a la que tenia que entrevistar ya estaba en la sala. Habia llegado puntual, asi que le dije que la recibiria sobre la marcha. Dos golpes en la puerta por parte de Carlota y abrio, alargando su mano para que la chica pasara. -- Buenos dias -- me levante y le extendi la mano -- Mi nombre es Alexis. -- Buenos dias, senor Montalvo -- me nombro por mi apellido ese que tenia claro cual era -- Soy Olivia Palma -- sonreia apretando su mano con seguridad y mirandome a los ojos. Le invite a sentarse y le ofreci un cafe, pero declino la invitacion, ya que no le apetecia. Se mostraba segura, nada nerviosa, convincente y preparada. Habia estudiado la carrera de Contabilidad y posteriormente varios masteres, a pesar de solo tener veintiocho anos. Por otra parte, desprendia clase y personalidad. Era preciosa, rubia con una melena larga y lisa, ademas de simpatica y correcta. A todas luces, se me antojo como la candidata idonea. Le comente las condiciones y no dudo en aceptar, ademas de transmitirme su predisposicion para incorporarse inmediatamente. Llame a Carlota para que le ensenara su despacho y le presentara a Elba, la asesora laboral de la empresa y la voz en todos los temas fiscales. La idea era que se pudiera incorporar al dia siguiente. Lo cierto es que aquello me alegro mucho, pues lo de perder el tiempo haciendo una entrevista de trabajo tras otra era algo que me solia molestar bastante. En cualquier caso, era una cuestion en la que no podia delegar pues formaba parte de mis obligaciones. La manana transcurrio en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me vine a dar cuenta ya era la hora de salida de todos nosotros, ya que trabajabamos en una jornada continua de ocho a tres. Aquello era algo que tuve en mente de toda la vida y que tambien cambie cuando mi padre se jubilo. Soy de los que piensa que mejor calidad que cantidad y que una manana bien aprovechada valia por un dia entero en la oficina con la mente mas dispersa. Como colofon de la jornada me dirigi al bar de la planta baja del edificio. Alli estaban dos de mis asesores financieros, Fernando y Daniel. Fernando siempre comia algo en el bar ya que a su mujer le absorbia mucho tiempo su tienda de ropa y no volvia hasta por la noche. No tenian hijos, pero formaban un matrimonio muy consolidado. Daniel tenia cuarenta y cinco anos. Todo un mujeriego, soltero, un guapeton de esos que tenia a media isla loca, pero no se casaba con nadie. -- Hombre, el jefe -- bromeo Fernando. de trabajo tras otra -- El jefazo -- dijo Daniel. -- Necesito una cerveza -- voltee los ojos. -- ?Mal dia? -- No, Daniel, pero hoy estoy con el tema de Lucia un poco mal. Creo que cada dia me pesa mas. -- ?Cuando te toca? -- pregunto Fernando. -- Este fin de semana, pero parece que los dias no pasan. -- Ya estamos a lunes, el viernes llega volando. -- Espero, eso espero -- cogi la cerveza que me habia puesto el camarero al verme aparecer por la barra. Pedi unas tapas. Ese dia habia avisado a Fina, la mujer que me llevaba la casa por las mananas, de que no me dejara nada para almorzar, como hacia la mayoria de los dias. De ese modo, solo tendria que haberme dejado preparada la cena antes de marcharse al mediodia. Se incorporo un poco mas tarde Davinia, otra de mis asesoras financieras. Con treinta y tres anos, era muy graciosa, la alegria de la oficina, siempre amenazando a sus companeros con demandarlos por pesados. Por supuesto lo hacia de broma, pero lo decia porque su pareja, Sergio, era abogado. Ambos llevaban un tiempo conviviendo. Aquello era como una familia. Todos llevaban desde el comienzo de su carrera alli, pues habian entrado para sustituir a algunos veteranos pertenecientes a la plantilla de mi padre que se iban a jubilar y al final quedamos los jovenes, como decia mi madre. Estuve tapeando con ellos y charlando. Cuando nos quisimos dar cuenta, el reloj marcaba las cinco de la tarde, hora del cafe. Despues nos despedimos hasta el dia siguiente. Me fui hacia mi casa, me meti en la ducha y me puse comodo. Queria pasar la tarde trabajando en un expediente que necesitaba tener listo para el dia siguiente. No solia llevarme trabajo a casa a no ser que fuera necesario. Tiempo atras, cuando tenia la suerte de convivir con mi pequena Lucia, la tarde procuraba dedicarsela a ella. Una de las cosas que mas echaba de menos era darle la merienda y llevarla al parque a jugar. Llamaba poderosamente mi atencion que los que eran mis mejores recuerdos tambien eran los que mas me azotaban, pues de vez en cuando caia preso de la melancolia cuando revivia mentalmente esas imagenes. A la hora de la cena me comi el salteado de verduras que me habia dejado Fina listo para calentar. Aquella mujer era una joya, de mi total confianza. Llevaba la casa como si fuera suya y jamas habiamos tenido un desencuentro de ningun tipo. Consideraba que era suerte total porque me permitia desentenderme de todo lo que tuviera que ver con las cuestiones domesticas. Me acoste temprano ya que me gustaba descansar bien. Para hacer locuras ya estaban los fines de semana que no estaba con mi Lucia. Puse la radio, solia dormir escuchando las noticias internacionales y la tenia programada para que se apagara a la hora. No llegaba nunca ni a los treinta minutos cuando ya estaba en el septimo sueno.
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las vueltas que da la vida de Cristin Ferro
https://gigalibros.com/las-vueltas-que-da-la-vida.htmlEsa noche Vicky estaba de fiesta con su mejor amigo Fran y sus amigas Almudena y Alba, juntos celebraban el final de su epoca de universidad y el inicio de las practicas laborales. Copa tras copa y brindis tras brindis la noche iba avanzando, todos llevaban tanto alcohol en el cuerpo que no eran conscientes ni de la mitad de las cosas que decian y menos aun de las que hacian. Vicky y Fran bailaban juntos en el centro de la pista disfrutando de su ultima noche de juerga antes de pasar a formar parte de la lista de becarios, esos que casi no cobran pero trabajaban tanto como los demas. La musica atronadora impedia cualquier tipo de charla, aunque tampoco era necesaria, tras anos de amistad se entendian solo con mirarse y cualquiera de los dos era capaz de descifrar los gestos del otro sin necesidad de palabras. Estaban bailando ajenos al mundo, cuando de la nada aparecio un hombre tan alto y guapo que atrajo la atencion de todo aquel que estaba a su alrededor, Fran guino un ojo a su amiga y se escabullo hacia la barra en busca de Almudena y Alba, que seguro que habian encontrado con quien pasar un buen rato bailando o tomandose una copa. Con el valor que aporta el alcohol lejos de dejar de bailar, Vicky, siguio meciendo sus caderas de manera sensual consciente de la atenta mirada de aquel atractivo desconocido, envalentonada por su atencion se atrevio a recorrer su cuerpo con la mirada mientras se relamia los labios. La mirada dorada del desconocido se hizo mas intensa ante su escrutinio, que con paso decidido y sin apartar la mirada se paro a solo unos centimetros de ella. Sonriendo como un depredador no espero su permiso y pego su cuerpo al de Vicky, de manera insinuante, a la vez que posaba una mano en su cintura mientras enredaba la otra en su larga melena, sin previo aviso acerco su labios al cuello de ella desde donde se impregno de su aroma y susurro en su oido. --Mi nombre es Alex y me encantas Vicky no fue capaz de articular palabra aunque no era porque no lo deseara, mas bien estaba alucinada porque un hombre asi se hubiera fijado en ella, con disimulo busco a su amigo entre la gente y cuando sus miradas se encontraron el asintio y no hizo falta mas. Vicky agarro la mano de Alex y tiro de el hacia la salida del club, el alcohol le dio la valentia que en un estado normal no tenia, ella nunca habia hecho algo asi en su vida. Sus amigas decian que era un poco mojigata, menos mal que no la vieron en ese momento o se lo recordarian el resto de su vida. Cogidos de la mano se subieron a un taxi, al cual Alex dio una direccion y ella ni siquiera presto atencion a cual era, Vicky estaba tan absorta mirandole que no pudo apartar la vista de el en todo el trayecto. No hablaron y tampoco hizo falta, cuando llegaron a su destino entraron en el hotel donde el taxi los dejo y tras pedir una habitacion subieron en el ascensor. El aire en ese espacio tan reducido estaba cargado de tension sexual, las miradas de los dos no dejaban lugar a dudas de lo que ambos deseaban, cuando el ascensor se paro, Alex, agarro la mano de Vicky y la arrastro hasta la habitacion. Introdujo la tarjeta y la puerta se abrio, en cuestion de segundos estaban dentro y esta cerrandose de una patada que Alex le propino. Con la tension acumulada y sin ganas de perder el tiempo, la apreto contra la pared y ella solo atino a balbucir. --Me llamo Vicky --dijo mientras la boca de Alex la devoraba. Ella no estaba muy segura de haber escuchado su respuesta, pero podria jurar que habia podido distinguir las palabras que ya lo sabia o algo similar. No hubo tiempo de nada mas, su cerebro ya no proceso mas informacion desde el momento que la mano de el se colo por debajo de su vestido y lo subio. Esa noche se dejo llevar como nunca antes, no cabia duda de que ese hombre sabia lo que hacia y disfruto de cada instante que compartio con el. De madrugada Vicky se desperto y un tremendo dolor de cabeza la saludo, gimiendo se incorporo en la cama y con la poca claridad que entraba por la ventana, ya que aun era de noche, extendio la mano por la cama y encontro algo calido y duro, dio un respingo y retiro la mano veloz. Permanecio quieta un par de minutos por si le habia despertado, al no percibir movimiento y con sus ojos ya acostumbrados a la penumbra. Se tomo la libertad de observalo mas de cerca, la sabana dejaba entrever la parte inferior de su cuerpo, que dejaba su torso expuesto. Como una voyeur lo contemplo recreandose en cada parte de su anatomia, aun no se podia creer que ella estuviese ahi con ese hombre. Recordaba vagamente el momento en que se habian encontrado en el bar y como ella se habia insinuado hasta que subieron a un taxi... su cabeza estaba llena de lagunas... Tenia que salir de alli, asustada camino lo mas rapido que pudo y sin hacer ningun sonido que pudiese despertarle se vistio sin dejar de mirarle, estaba a punto de ir al bano a lavarse al menos un poco cuando reacciono y negando se encamino hacia la puerta, en el fondo era un poco cobarde y no se atrevio por temor a que el sonido del agua lo despertara, asi que, se ato el pelo con una goma que siempre llevaba en la muneca y con los zapatos en la mano salio de la habitacion. Mi vida. Mi nombre es Victoria Salinas, Vicky para los amigos, me gusta pensar que soy una buena persona, aunque mas de uno diria que soy un poco desagradable. Esta bien, lo admito, soy un poco desagradable, siempre me he regido por mis propios principios y no me importa lo que los demas opinen de mi, asi soy feliz, o lo intento. Mido un metro y sesenta y nueve centimetros aunque si me preguntan digo uno setenta, asi me ahorro los chistes faciles con el sesenta y nueve, no es una gran altura, lo se, pero es mas que suficiente. Si fuese mas alta, con mi fuerte personalidad la gente me tendria un poco de miedo. Si, soy una persona con un caracter dificil ?que se le va a hacer? Mis ojos son de un color raro, ni verdes ni marrones, dependiendo de mi estado de animo o de la luz del sol, es un rasgo tipico de mi familia materna, la mayoria comparten esos ojos indescriptibles. Mis facciones son de lo mas comunes, nariz ligeramente puntiaguda sin parecer un pajaro, labios normales aunque definidos, pomulos un poco elevados, piel fina y muy palida, lo mas destacable de mi cara son las pecas que al primer rayo de sol inundan mi piel y me hacen parecer muy nina, cosa que odio. Mi cabello es un tono de rubio muy confuso, entre dorado y anaranjado, pero que suele impactar a la gente. Tengo una bonita melena, o al menos a mi me lo parece, mi pelo ondulado me llega hasta la cintura. No soy una mujer delgada, mas bien diria que me sobran unos kilos, pero... ?quien puede resistirse al chocolate? Desde luego, yo no. Uso una talla cuarenta, una mujer normal a mi parecer, pero si las modelos son mas delgadas que un junco solo puede significar que no soy el prototipo de mujer de lo que esta sociedad considera atractiva. Si soy realista nunca quise ser el prototipo de nadie asi es que no veo ningun problema con esto. He tenido una vida complicada, a mis veintiocho anos he pasado por la separacion de mis padres, con mas pena que gloria, cuando no era mas que una adolescente. Siempre se dice que las separaciones son para bien y que los mas afectados son los hijos, bueno, es cierto, pero tambien son los mas beneficiados, cada vez que queria algo y uno te me decia que no, iba al otro a probar suerte. Siempre con la esperanza de que me lo cumplieran, lo malo era cuando ninguno me concedia mi capricho, a mi esa tecnica no me funciono muy bien pero puedo asegurar que lo intente. Lejos de mantener una relacion cordial por mi o por lo anos que compartieron juntos, mis padres se odian y eso hace mi vida aun mas complicada. Estar en un lugar donde esten los dos es como vivir en plena guerra fria, por suerte ya apenas se ven, pero cuando era nina vivia en continua tension, lo unico que hacia era estar quieta y callada esperando que la batalla empezara y me pillara en medio. Ellos nunca supieron lo que yo sentia, aunque tampoco se preocuparon en saberlo, asi que, he de admitir que yo tambien los odie y aun hoy lo hago la gran mayoria del tiempo. Me convirtieron en la persona que hoy soy y quiza deberia de agradecerselo, con todas esas corazas que ayudaron a poner en mi corazon, es muy dificil que alguien me haga dano. Con dieciseis anos empece a trabajar de camarera, no es algo que se me de muy bien, pues no tengo la santa paciencia que se necesita para ese oficio tan sacrificado y menos aun para aguantar borrachos. Desde entonces he ido cambiando de trabajo aunque nunca he vuelto a la hosteleria. Mi curriculum laboral va desde cajera de supermercado a repartidora de propaganda y de pizzas, es decir, todo trabajo temporal que podia lo aceptaba, siempre y cuando no afectara a mis estudios, eso siempre fue lo primero, y si no ya se encargaban mis hermanas y Fran de recordarmelo. Tengo dos hermanas, Paula y Silvia, que son lo opuesto a mi, algo logico si tenemos en cuenta que son mayores y, se supone que mas maduras. En este caso ser lo opuesto se refiere a que ellas son alegres y confiadas, la mayoria del tiempo al menos. Quiza Paula no sea tan alegre... ni tan confiada.... !yo que se! La vida nos trato mal a las tres, ellas no deberian ser muy diferentes a mi, ?no? Silvia esta casada con Carlos y tienen un hijo que es un trasto, Santi, que es la alegria de la casa. El resto de la familia, es decir mama y papa no son ni de lejos importantes, desde que soy mayor de edad les evito como si tuviesen la peste, se que suena muy fuerte el hecho de que casi ni les hable, pero deberiais poneros en el lugar de una pobre nina de doce anos soportando que sus padres la usen como caballo de Troya, no es divertido, creedme y menos aun si se dedican a recordartelo las pocas veces que les ves. Ahora os hablare de mis amigos, no tengo muchos, como dije antes mi forma de ser no atrae precisamente a la gente, tengo algo que o caigo muy bien o por lo contrario soy la persona que mas odian en el mundo, que es lo que mas suele pasar. Es por ello que la gente no suele acercarseme, y los que se atreven sudan sangre para llegar a conocerme de verdad. Fran es mi amigo de toda la vida o mas bien mi amigo desde el divorcio de papa y mama. Alba y Almudena son amigas recientes, no por ello menos importantes. ?Mis demas amigos? Se quedaron en el pueblo donde vivia antes de que mis padres tomasen la decision de que deberian separarse y por ello sus hijas debian cambiar de vida. Si los llamara estoy segura que querrian quedar y verme, pero soy yo las que los evita, es como un recordatorio constante de la parte mas dolorosa de mi vida. Se que parece egoista, puede que lo sea, pero tengo que cuidar de mi misma ya que nadie mas lo hace. Hasta aqui las presentaciones, como podreis comprobar no hay demasiada gente a mi alrededor. La verdad es que soy de la opinion que la falsedad es algo innecesario, por ello no la acepto ni la aplico, asi es que tengo pocos amigos, si, pero son los mejores que se puede tener. Vivo en el barrio del Pilar, en Madrid, comparto piso con mi amigo Fran, en ningun momento al venir aqui tuvimos idea de separarnos, cuando estabamos en el instituto nos prometimos que nunca lo hariamos. Por ello, el dia que Fran me vio llorando por la enesima discusion con mi madre, me hizo jurar que ambos ahorrariamos y nos iriamos de Santiago a la capital. Alli la gente se suponia que no era tan intransigente y a los dos nos gusto la idea de estar sin nuestros padres. Cuando elegimos la universidad no lo dudamos, iriamos a la misma o al menos lo mas cerca uno del otro que nos fuera posible, el siempre quiso hacer derecho yo por mi parte no lo tenia tan claro. Al principio pense en hacer Bellas Artes, por eso de que me encanta la fotografia, pero no deja de ser un hobby, ?que hubiese pasado si empiezo la carrera y a mitad me doy cuenta que como aficion esta bien pero me aburre como el infierno para todos los dias? Luego me plantee Publicidad y Marketing, quedaria genial Victoria Salinas publicista, me lo imagino y sonrio, lo malo es que odio la publicidad. Ya se, medio mundo la odia, pero yo la odio de un modo muy extremista. Cada vez que estoy viendo la tele y empiezan los anuncios practicamente le gruno. Fran se divierte haciendome sufrir y no me deja cambiar el canal. Como comprendereis, no era la mejor opcion, por muy bien que sonara mi nombre. Finalmente opte por la carrera que mayor salida tendria y con la que mas facil encontraria trabajo, Economicas. Al unico que parecio gustar mi decision fue a mi cunado, sera porque es lo suyo, todo numeros y eso. Ni yo estaba muy convencida de mi decision, pero ese era el menor de los males
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Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado de Jose Luis Cuerda
https://gigalibros.com/si-amaestras-una-cabra-llevas-mucho-adelantado.html<
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El soborno de John Grisham
https://gigalibros.com/el-soborno.htmlEl juez mas corrupto de la historia, la mafia y una joven investigadora con un informante secreto en el impresionante nuevo thriller del autor favorito de America: John Grisham.
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La ultima neandertal de Claire Cameron
https://gigalibros.com/la-ultima-neandertal.htmlHace 40.000 anos, cuando la era de los neandertales esta llegando a su fin, un ultimo grupo familiar lucha por sobrevivir despues de un duro invierno. Chica, la hija mayor, esta en edad de reproducirse para asegurar la continuidad del clan, pero la familia acabara separandose y ella tendra que sacrificarse por la supervivencia de los suyos.
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Te regalare el mundo de Marta Fernandez
https://gigalibros.com/te-regalare-el-mundo.htmlNo elegimos a nuestros padres, ni lo que nos gusta, ni aquello para lo que somos buenos. No elegimos de quien nos enamoramos.ni a nuestros enemigos. Ni elegimos nuestros talentos, ni nuestras debilidades. Por no elegir, no elegimos ni nuestros pecados. Ni el pais en el que nacemos, ni el nombre por el que nos llamaran todos esos a los que queremos y a los que tampoco elegimos.
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Amor a distancia de Tania Alcala
https://gigalibros.com/amor-a-distancia.htmlEstar enamorado conlleva que un conjunto de emociones y sentimientos salga a flote. Es esa sensacion de necesitar ver, abrazar, sentir y tocar a la persona que tanto amas. Sientes que el reloj se detiene y junto a el, el mundo. Y en ese instante solo piensas en esa persona que te hace tocar las estrellas. Pero ?que sucede cuando ese ser que tanto amas esta a muchos kilometros de ti? ?Sigue siendo lo mismo? ?Seran lo suficientemente intrepidos y capaces de mantener la relacion?Paulo Coelho dice: <
><<--Somos como el yin yang. --Me observo fijamente a traves de la camara de su computadora.--?Blanco y negro? --Enarque una ceja y rei--. Somos como el yin yang pues nos complementamos, me das el equilibrio que sonaba encontrar… --hizo una pausa corta--... Basura… Me refiero a que estamos muy… Unidos a pesar de…--La distancia --lo interrumpi. Suspire pesadamente mientras asentia--. Te amo, y los kilometros no podran con este sentimiento.>> -
Futuro incierto (Futuro incierto 1) de Esmeralda Munoz
https://gigalibros.com/futuro-incierto-futuro-incierto-1.htmlA nuestra protagonista le han intentado asesinar. Un disparo en la cabeza le ha provocado la muerte, pero regresa a la vida con un cometido: salvar al mundo. Ha desarrollado el don de ver el futuro y, entre esta gran ayuda, y sus amigos, averiguaran quien quiso matarla y como salvar a millones de personas.Un libro que esta causando furor, lleno de suspense, ciencia ficcion, romanticismo y comedia.
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Rendirse no es una opcion de Ramon Arroyo Prieto
https://gigalibros.com/rendirse-no-es-una-opcion.htmlCuando me diagnosticaron esclerosis multiple, un medico me aseguro que en poco tiempo no podria caminar ni 200 metros. Unos anos despues, participaba en mi primera Ironman, la prueba mas exigente del triatlon
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El ultimo juego de Francisco Gil Cabrera
https://gigalibros.com/el-ultimo-juego.html?Que harias si te proponen jugar a un ultimo juego?, ?te atreverias a adentrarte en el para resolver el misterio que esconde?
Tu vida correra peligro y solo tu habilidad para resolver los enigmas te ayudaran a seguir con vida y llegar hasta el final.
Daniel no se lo piensa, y guiado por los consejos de su madre y la ayuda de su novia se sumergera en el juego de su vida. -
Atentado de Mariano Gambin
https://gigalibros.com/atentado.htmlAtentado. La Novela. Thriller. Un desgraciado incidente provoca la contratacion de dos peligrosos asesinos para atentar contra los reyes de Espana en una visita a la ciudad con motivo de la inauguracion del templo masonico rehabilitado como museo. Ambos decidiran que el lugar adecuado es la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Los asesinos actuan por separado y cada uno ideara un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policia tendra noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado... Un tubo volcanico aparece debajo del subsuelo de la calle del Pilar, en pleno centro de Santa Cruz. Dentro de la galeria se descubre un pasadizo subterraneo que lleva a una inquietante camara donde se desarrollaron rituales profanos hace mas de doscientos anos. Dos cadaveres centenarios anaden muchas incognitas a un enigmatico y amenazador secreto. Para ello la arqueologa Marta Herrero debera enfrentarse a sus propios miedos.
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Filofobia (Atrevete a amar 1) de Lorena Fuentes
https://gigalibros.com/filofobia-atrevete-a-amar-1.htmlEn algun momento de mi vida me llamaban Paulina Ferguson, pero ahora solo quiero que me llamen Ina, como mi hermano mayor me llamaba cuando eramos ninos.
Lo que muchas personas suenan es mi pesadilla, llevar sangre azul unicamente ha traido desgracias a mi vida. Me han arrebatado a las personas que eran mi mundo, obligandome a escapar de la ciudad que me vio nacer, pero ahora regreso a Londres decidida a encontrar aquello que me pertenece.
La cocina es mi pasion, es lo unico que me mantiene centrada, eso y el sexo. Su efecto placebo fue lo que me llevo aquella noche a conocerlo, Connor Bellamy, y por el todo cambio.
Tengo miedo a enamorarme, mis demonios no me permiten avanzar y es que cuando intento ser feliz, ellos salen para atormentarme. -
Cuando tu y yo rompimos, Shirin Klaus de Shirin Klaus
https://gigalibros.com/cuando-tu-y-yo-rompimos-shirin-klaus.htmlCuando Carlos regresa al hotel, Marisol ha desaparecido dejando atras un video. Tiene algo que confesarle antes de aceptar su propuesta de matrimonio y a Carlos no le va a gustar. Lo que le cuente, sin duda, lo cambiara todo, pero el no tiene otra opcion que ver la grabacion de principio a fin pese a que ya su comienzo lo deja helado: