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    Portada del libro ANTES DE SEPTIEMBRE. Autor: MARIO ESCOBAR; ISBN/ASIN: 9788466663915; Género: Narrativa; Editorial: EDICIONESB; Edición: 2018. Sinopsis.

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    He leido varios libros de este gran autor y con Antes de Septiembre me ha dejado sin palabras. Es una lectura muy intensa en la que a medida que avanzas te ...

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  • Esclavos de un motivo de Consolacion Gonzalez Rico

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    Muchas veces he intentado enfrentarme al papel y plasmar por escrito la historia de mi vida. Hace anos me empujaba el deseo de volver a vivir mis recuerdos, pero estaban tan recientes que evocarlos tan solo dolia tanto como desprender un vendaje de una herida infectada, y las primeras cuartillas acababan en el cesto de los papeles debido a un mero problema de supervivencia. Hoy, aunque todavia quedan cicatrices que duelen cuando se desatan las tormentas del alma, quiero intentarlo de nuevo, sin demasiada conviccion de que esta vez pueda llevar a termino mi proposito. Todo sucedio como estaba escrito, diria si creyera en la fuerza que para muchos explica el ir y venir de la existencia humana. Todo sucedio siguiendo un inexorable principio de causalidad, quiero mas bien admitir de acuerdo con las teorias deterministas que discutia en aquellas clases del Curso Preuniversitario en el Ramiro de Maeztu, tan diferentes a las que el Colegio de las Teresianas me tenia acostumbrada. Aun recuerdo la voz clara y rotunda de mi profesor de Filosofia. El largo tiempo transcurrido no ha borrado de mi mente el brillo de sus ojos redondos y penetrantes, que concedian a su rostro, junto con su nariz aguilena, el aspecto de un aguila majestuosa. Y con la misma pericia y elegancia que si de un aguila se tratara, nos hacia volar por los cielos del pensamiento en busca de respuestas a la trascendencia, al bien y al mal, a la libertad. Aquella tarde de primavera la discusion se centraba en la libertad de los actos humanos. --?No creen ustedes --preguntaba muy seguro de la respuesta-- que el principio de causalidad formulado por Kant es aplicable tambien a nuestros actos volitivos? ?O acaso piensan que somos libres cuando, despues de vencer las eternas dudas que agitan nuestro espiritu, creemos que hemos elegido entre esto o aquello? Su dedo indice largo y huesudo volaba en diagonal una y otra vez, hundiendose hasta enrojecer en los extremos opuestos de la pizarra donde habia escrito dos palabras: CAUSA – EFECTO. Yo, con la vehemencia y pasion de mis pocos anos, y la influencia todavia reciente de los principios religiosos que me habian inculcado las Teresianas, intentaba rebatirlo. --Si mis actos no son libres, ?donde queda mi responsabilidad? ?Donde mi libre albedrio? Si Dios nos ha abandonado en este mundo caotico, despojados de una voluntad libre para hacer esto o dejar de hacer aquello, ?como puede pedirnos cuentas al final del camino? ?Cual es la razon del premio y el castigo? Si existe un Dios justo, y este debe ser uno de sus atributos, ?como podra juzgarme por aquellos actos carentes de una absoluta y total libertad a los que me han conducido unas causas que se me escapan, que son ajenas a mi? Me habia levantado de mi asiento sin ser consciente de ello. Las mejillas me ardian, y mi voz habia ido cobrando un tono enfatico que chocaba con el silencio que se hizo en el aula. --No sea ingenua, senorita Morales; la libertad no existe. Siempre actuamos guiados por el motivo mas fuerte --asevero de forma irrefutable. Mis dudas y su seguridad quedaron suspendidas en la estancia hasta que fueron borradas por el sonido del timbre. Su respuesta sin embargo quedaria para siempre en los registros de mi cerebro, y durante unos minutos, en los golpes de mi sangre, que sentia en las sienes con furia. Quiza con miedo. Mire al cielo a traves de los cristales y su aspecto me parecio premonitorio. En lugar de un azul diafano, propio de la ya avanzada primavera, se presentaba como una boveda negrisima en la que pude contemplar, como unica respuesta a mis dudas, un sobrecogedor dibujo de luz zigzagueante que me produjo un escalofrio. --El motivo mas fuerte --susurre ocupando mi silla. Era una premonicion. Aun faltaban algunos anos para que yo descubriera, con la claridad de un relampago, cual iba a ser mi motivo mas fuerte; el que desencadenaria las tormentas de mi vida. Los hilos de la causalidad Pero los anos de universidad pasarian pronto, y alli estaba, no exenta de cierta angustia, recogiendo mi especialidad de anestesista y a punto de lograr mi primer trabajo. Todo habia resultado demasiado facil para alguien que como yo, en boca del Catedratico de Ginecologia, tenia <>. La frase no me disgusto, sobre todo venida del temido y admirado Profesor Antunez. Del vicio estaba segura; lo habia adquirido con los anos. En lo concerniente a su opinion sobre las virtudes de mi cabeza, tengo que admitir tambien que me ayudo a conquistar parcelas de seguridad y autonomia, imprescindibles para abrirme camino en el terreno profesional, casi vedado entonces a una mujer de veinticuatro anos. Desde luego, no creo que mi pelo caoba oscuro, ni mis ojos verdes, ni mis largas extremidades, que remataban una figura un tanto delgada para los gustos de la epoca, tuvieran nada que ver con el afecto sincero que siempre mostro por mi el Catedratico de Obstetricia y Ginecologia. Aquella manana, me habia citado en la Secretaria de la Facultad para entregarme personalmente la credencial que me habilitaria para el ejercicio de mi especialidad como anestesista. Su gesto fue todo un detalle y un honor para mi. --Andrea Morales Aguilar. Habia pronunciado mi nombre y mis dos apellidos despacio, otorgando la solemnidad precisa a cada uno, como siempre tenia por costumbre hacerlo. Yo me sentia nerviosa y aturdida frente a el. A pesar de los anos transcurridos, puedo sentir todavia su mano derecha aplastandome los nudillos, a la vez que con la izquierda retenia aun mi anhelado trofeo. --Aqui tiene, doctora Morales, su flamante licencia para dormir el dolor --dijo con voz solemne y cercana--. Espero que sepa ejercer su profesion con la misma dignidad y brillantez que siempre ha mostrado en todo cuanto hace. La emocion que me producia aquel ansiado momento, y sus palabras, que conjugaban deseo y reto, hicieron que la respuesta que traia ensayada se me quedara en la garganta. Senti que el rubor me quemaba la cara, y solo pude responder con una sentida sonrisa en la que se mezclaron satisfaccion y agradecimiento. Cuando me disponia a desasirme de su mano, retuvo con fuerza la mia unos instantes y anadio en tono confidencial: --Si quiere trabajar conmigo, manana la espero en mi despacho a las diez en punto. Alli estaba yo, naturalmente, desde las nueve y media de la manana ante la puerta del despacho del profesor mas duro, temido y respetado habido nunca en la Facultad de Medicina, segun relataban las cronicas orales que se transmitian de una generacion a otra de estudiantes. Apenas habia dormido la noche anterior. Durante las largas horas de vigilia, habia imaginado, corregido, inventado y hasta sonado la escena, que con la noche adquiria tintes desmesurados. Sin duda, era la oscuridad quien agrandaba la situacion y encogia mi entereza. La lentitud perezosa del reloj me parecia una crueldad. Cuando sus agujas se aproximaban a las seis de la madrugada, decidi prepararme para el que habria de ser el dia mas decisivo de mi existencia; entonces yo no podia imaginar hasta que punto. Me levante con presteza. La sequedad de mi garganta contrastaba con la humedad viscosa de mi cuerpo provocada por el calor. Muy despacio, sin hacer ruido, introduje mis pies en las zapatillas y me dirigi al cuarto de bano, casi palpando paredes y muebles para no despertar a mi companera y amiga Charo, que entonces compartia conmigo la habitacion. Abri el grifo, puse debajo mi boca y bebi con avidez, hasta que el chorro de agua fresca restauro los estragos producidos por el insomnio. Deje caer el camison, que el suelo recogio indiferente, y concedi la libertad a mi larga y rizada cabellera roja. La agite a derecha e izquierda energicamente y busque el efecto en el espejo. El volumen que habia adquirido, y la espesa marana de mis rizos ya libres, otorgaban a mi rostro un aire felino. Alli quedaba mi cara, perdida entre la maleza. Destacaban en ella unos enormes ojos verdes, rasgados, que el espejo me devolvia esa manana con destellos de curiosidad y expectacion, ante un horizonte prometedor que nunca hubiera presentido tan cerca. Me complacia seguir observando mi cara. Mi nariz, mas bien pequena, no era uno de sus rasgos mas relevantes, mientras que mis labios se hacian notar por su detallado dibujo y amplitud y su facil sonrisa, que dejaba al descubierto unos dientes correctos y regulares. Era excesivamente palida, pero las huellas de la noche anterior acentuaban aun mas mi palidez. Deslice la mirada por la imagen que el espejo me mostraba, y mi cuerpo me recordo la albura marmorea de las estatuas griegas, mas por su color que por sus proporciones, demasiado alargadas como ya he dicho. La unica nota de color marron rojizo, se habia cuidado la naturaleza de colocarla con profusion debajo de mis brazos y entre el nacimiento de mis piernas. Estaba claro que no era una belleza en el sentido clasico de la palabra, pero me habia ido convenciendo de que tenia un atractivo especial. Quiza fuese ese aire tan peculiar, rayando en el descuido, que no me importaba mantener. Me quite las zapatillas y me coloque debajo de la ducha. Con un movimiento mecanico y habitual, mis dedos giraron con rapidez y el impacto estimulante de aquel aguacero atrevido acaricio con frescura cada poro de mi cuerpo. Cuando la toalla termino su tarea me dirigi al cuarto de estar, donde habia dejado mi indumentaria colocada sobre una silla. No habia mucho donde elegir, ni me importaba el hecho de no contar con un ropero variado. Sin maquillar, con el pelo recogido en una trenza y enfundada en unos vaqueros casi siempre gastados, que solia conjuntar con un polo o camisa a cuadros, era la viva imagen de la sencillez y la naturalidad. Ese dia no queria ofrecer un aspecto diferente: los mismos vaqueros, un Lacoste verde manzana, la misma trenza, unos zapatos castellanos y un bolso de marroquineria colgado en bandolera. Mi corazon, al igual que dijera Adamo en su cancion, entonces tambien lo llevaba en bandolera. Un portazo leve, y el paso firme hacia la boca del metro. Madrid empezaba a despertar. El minutero de mi reloj sobrepasaba en dos minutos las diez de la manana cuando golpee tres veces la puerta cuya placa no dejaba lugar a dudas: D. Fernando Antunez Catedratico de Obstetricia y Ginecologia Su voz, inconfundible, atraveso la barrera sin dificultad. --Pase, doctora Morales --ordeno como si adivinara mi presencia. Hice girar el pomo de la puerta y avance con una resolucion un tanto forzada

  • Vuelveme a tocar el corazon de Hugo Sanz

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    Mire por la ventanilla del tren y comprobe que ya estaba cerca de los Madriles, esa tierra que me habia visto crecer y de la que ahora me sentia tan lejos. "Tan lejos", por Dios bendito, si solo me separaban de ella apenas unas horas en el AVE, ?que me pasaba para que mis pensamientos fueran por esos derroteros? Muy sencillo; que estaba cansada y que todo se me hacia cuesta arriba. Un nuevo mensaje de wasap de Juanmi me saco de mis pensamientos. "?Como vas?" Ni ganas de contestarle, que era innegable que el seguia preocupandose por mi, igual que al contrario, pero que no habia manera de que llegaramos a acuerdo alguno sobre esa cuestion que me traia de cabeza. ?Que clase de hombre era aquel que no veia el momento para tener hijos? A mis veintinueve anos a mi ya el reloj biologico me estaba llamando y, es mas, como no contestaba, parecia estar haciendome senales de humo como a los indios. Si, me sabia la cantinela al completo "Carino, pero si hoy en dia las mujeres no comienzan a tener hijos hasta los treinta y cinco" y todo lo que Juanmi quisiera decir para convencerme, pero que no lo veia. Eso estaba muy bien, sobre todo para alguien que no tuviera prisa alguna en ese sentido, pero por desgracia no era mi caso. Y el lo sabia desde que me conocio en aquel congreso de odontologia en el que mi menda hacia de azafata de congresos a los veinte anitos; yo era maternal hasta decir basta. Si, no puedo negar que los comienzos fueron de cuento de hadas. El ya tenia treinta por aquel entonces y un prometedor futuro por delante. Hacia un ano que se habia asociado con su hermano Alonso y ambos habian decidido montar su clinica en Marbella, ahi es nada. Para una chica de mi edad, que por aquel entonces no sabia hacia donde queria dirigir mis pasos, la relacion con Juanmi paso a convertirse en todo mi mundo. Craso error por mi parte, eso no podria volver a ocurrir. Ahora tenia claro y mas que claro que mi vida era mia y que el resto de las personas podrian adornarla o complementarla, pero en ningun caso tomar las riendas de ella o el papel protagonista, que estaba reservado para mi. Lo malo del asunto era que, tan obnubilada como estaba, me deje guiar por el incluso en lo que a dar mis siguientes pasos profesionales se referia. Y por esa razon me hice higienista dental. No hace falta explicar mucho mas; trabajaba con mi novio desde entonces. Si, Juanmi seguia siendo mi novio y no porque no me hubiera pedido matrimonio, que lo habia hecho un ano antes, sino porque yo no habia aceptado y llevaba todo ese tiempo dandole largas en espera de ver hacia donde soplaba el viento que me permitiera encarar con exito la travesia de mi vida a bordo de un velero que a veces me parecia ya gobernar en solitario. Dos dias antes habiamos tenido ya una tangana de esas de padre y muy senor mio a consecuencia de su falta de ganas de ser padre. --Pero vamos a ver, Estrella, ?se puede saber que mosca te ha picado con eso de que debamos tener el nino este ano? --me pregunto a la salida de la consulta. --Nada, hombre, ha sido una ventolera de esas que me dan a mi, que debo estar un poco mal de la chaveta, mira que plantearme ser madre despues de nueve anos de relacion, hay que estar rematadamente loca, es cierto... Por ahi empezo la cosa y acabo con una mirada iracunda por mi parte que le hizo comprender que aquello comenzaba a pasar de castano a oscuro. A veces me daba la sensacion de que Juanmi me seguia tratando como lo que decia que yo significaba para el cuando me conocio en aquel congreso tanto tiempo atras; como a "su munequita". En principio aquella expresion me hacia muchisima gracia, pero con el paso de los anos, maldita la que me hizo. A lo tonto a lo tonto, parecia ser el dueno y senor de una relacion que me lleno durante mucho tiempo, pero que ultimamente me estaba asfixiando de la manera mas cruel que una persona puede sentirlo; con total lentitud. Cierto que esa era mi sensacion, puesto que el parecia tenerlo todo. O, mejor dicho, lo habia tenido todo hasta hacia poco tiempo, pues ahora era tambien victima de unos "ataques de mala leche" por mi parte que sacaban lo peorcito de mi; una especie de leona interior que se revelaba una y otra vez y que no parecia encontrar calma en ningun momento. Ya se sabe... Cuando eso pasa, termina repercutiendo en el otro. Mi amigo Cristian no paraba de repetirmelo. --Estrellita, te prometo que no se como Juanmi te aguanta. Vale que tu eres preciosa y el, en el fisico, es un tio corriente y moliente, pero le estas dando una cana que no esta ni en los escritos. --Solia decirme cada tarde mientras merendabamos en un bar cercano a la clinica en la que trabajaba codo con codo conmigo como higienista. --Dejate de pamplinas porque eso es lo de menos. Quiza no fuera su fisico lo que mas me entro por el ojo en su dia, pero era un hombre de lo mas interesante... O eso me parecia. Y si, en el resto te doy la razon, estoy insoportable, ?verdad? --Para matarte a escobazos estas, no hay quien te aguante, guapita de cara, como decimos aqui "vaya malaje que estas hecha..." --Gracias por la parte que me toca, guapito. --Ni gracias ni na, nina, pero es lo que hay y lo que esta a la vista no necesita un candil. A ti te sale la mala baba por las orejas y la relacion te la vas a cargar como sigas asi, de modo que andando y a aclararte las ideas. Con Cristian siempre me lo pasaba fenomenal y agradecia sobremanera sus consejos, que eran los de un buen amigo que iba viendo como dia a dia mi relacion se marchitaba. --Ya, ya lo se, pero es que no entiendo como no quiere ser padre, con la ilusion que sabe que me hace. --Porque el no es como tu. Ya se lo que me vas a decir "que cuando una persona quiere a otra hace el pino puente para que este feliz" y todo eso, pero Juanmi es mas frio que tu como de aqui a La Habana, por mucho que te haya tratado siempre con mimo porque tu has sido para el como un juguetito. --Vamos, que yo soy la Barbie, ?no es eso lo que me estas queriendo decir? --Si, pero no el no es Ken, ojito. Si quieres un Ken y la pareja perfecta, te lo vas a tener que currar y salir de tu zona de confort. --?Y eso como se hace? Mira que yo estoy super desentrenada, hace mil que no salgo de... --De tu zona de confort, que mucho quejarte del feo, pero te tiene como a una reina. --Y dale Perico al torno, que Juanmi no es feo, hombre... --Ni bonito, no te digo... Tenia que darle la razon en parte a mi amigo. Cristian era mas objetivo que yo y lo veia bastante clarinete; mi novio sentia pasion por mi, pero lo ultimo que le apetecia era tener hijos. Desde mi punto de vista venia a ser algo asi como un nino caprichoso que me queria solo para el y que no deseaba compartirme con ningun otro ser humano, por muy hijo suyo que fuera. No, no me sentia nada orgullosa, pero la noche antes de irme para Madrid le habia dado un ultimatum y, aunque yo sabia que esas cosas no funcionaban, no habia podido remediarlo. --Me voy a pasar mi cumple a casa de mis padres, les quiero dar una sorpresa. Te agradeceria mucho que, cuando vuelva, hubieras tomado una decision, la verdad. --?Sabes que te quiero? --me contesto con la decepcion en los ojos, pues era la primera vez que ibamos a pasar uno de mis cumpleanos separados. --Lo se, pero el tuyo es un querer que no se si me hace feliz--anadi con un nudo en la garganta, pues jamas hubiera imaginado tampoco llegar a ese punto con el. --Te ha valido durante todos estos anos y ahora, de golpe y plumazo, parece que ya no hago nada bien. Y todo por querer postergar lo del nino. --Postergado y sin fecha. Dime la verdad, Juanmi, y por una vez en la vida necesito que me seas totalmente sincero. --Dispara ya, que me tienes asustado... --Por ti podriamos seguir toda la vida igual, ?o no es asi? --Perfectamente. --No vacilo en su respuesta, algo que por un lado me dolio, pero que por otro era de agradecer, ya que yo le habia pedido sinceridad absoluta y eso fue lo que obtuve por su parte. A poca distancia de Madrid y, sabedora de que la sorpresa que le iba a dar a la buena de mi madre iba a ser de aupa, sonrei para tratar de borrar de mis labios esa amargura que la respuesta de mi pareja me provocaba cada vez que la recordaba. Mi padre, Ernesto, tambien se pondria como unas castanuelas cuando viera aparecer a su nina por nuestro madrileno barrio de El Pilar, al igual que mi hermanito, Jairo, de quince anitos, que estaba en plena edad del pavo. Ese pensamiento era el mejor del dia y le quitaba algo de importancia al otro pues, como tambien solia decirme Cristian, yo estaba entre la espada y la pared. --Ten cuidado, reina, porque como lo presiones demasiado con tener el churumbel y el jefe no este luego a gusto, lo mismo sale disparado de tu lado y te quedas compuesta y sin novio. Y encima con un bombo de categoria, yo no quiero ser gafe, pero eso podria ser la hecatombe... Sus palabras me retumbaban y me di cuenta de que de categoria era el dolor de cabeza que sentia. ?Como era posible? Ni que fuera una bateria y estuvieran tocandola, me dolia por todos lados.

  • Crash Boom Bang de Dona Ter

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  • Y te quedas a mi lado de Judith Priay

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  • No hay verano sin ti (Verano 2) de Jenny Han

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    Ano tras ano, Belly espera con impaciencia la llegada de las vacaciones para reencontrarse con Conrad y Jeremiah en la casa de la playa. Pero este verano no podra ir. No despues de que la madre de los chicos volviera a enfermar y de que Conrad cambiara. Todo lo que el verano signifi caba se ha esfumado y Belly esta deseando que acabe. Hasta que recibe una llamada inesperada que la convence de que aun podria volver a ser como antes. Y eso solo puede ocurrir en un lugar...

  • Aitana de Ugo Moriano

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    Cuatro dias habian pasado desde su llegada en Italia cuando el Cardinal Rafael Torres Velasquez, procediendo con precaucion debido a su avanzada edad, bajo las escaleras de cemento que, bordeada de una alta pared de contencion que conectaba la carretera con la playa de abajo. Despues de solo nueve escalones, un ataque repentino y muy doloroso a la rodilla izquierda lo obligo a apretar su agarre en la barandilla de hierro que rodeaba la escalera, recordandole, si es necesario, que mas alla de cierta edad el privilegio de vivir es frecuentemente compensado con una serie abundantes de tembladera. – Monsenor, ?necesita ayuda? – No Aitana, todo esta bien. Gracias a este hermoso dia, me enfrente al bajr con demasiada calvicie, olvidando que ya no era un nino. Respondio el cardinal dirigiendose a la monja que lo observaba preocupada. – Ahora voy a ser mas cuidadoso y todo va a estar bien. – Talvez debimos haber elegido otra playa. -La religiosa unio sus manos como si estubiera orando. – una mas accesible, como la que pasamos hace diez minutos. – No, esta bien. !Mira que hermosas rocas emergen del mar!. El alto prelado, despues de una dispensada sonrisa tranquilizadora a la monja, retomo el descenso hacia la extencion de guijarros grises que descendieron a la costa. De hecho, no estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto. De hecho, si se hubiera encontrado en el papel de Aitana, habria reiterado sus dudas con mas behemencia. “Si despues no puedo subir, ya que no hay rampas de acceso, solo escaleras, usted se veria obligado a pedir ayuda" A pesar de ese pensamiento, no se detuvo, simplemente precedio con mas cuidado y su agarre, en la barrandilla gastada por el tiempo y la sal, se volvio mas firme. En los dias anteriores junto con su inseparable asistente habian seguido algunos servicios religiosos en la catedral de los Santos Mauricio y Companeros Martires, que se encuentran en el Parasio de Porto Maurizio, pero esa manana se habian mudado al otro lado de la ciudad. Habian asistido a la misa de las diez en la basilica colegial de San Juan Bautista en Oneglia y al final, de la conversacion cordial con el parroco, habian ido a dar un paseo cerca al muelle portual. Hablando con un pescador, el cardenal se habia enterado de esta playa, en el que estaba a punto de descender, situado en la solapa mas oriental de Imperia. Cuando llego al ultimo escalon, se paro y respiro el olor salado que impregnaba el aire. Un aroma no desconocido, pero raro para un hombre que habia pasado sus ultimas decadas en el soleado Toledo. Aunque era el 20 de marzo, en ese momento la arena estaba desierta y esto lo complacio porque habia ido alli a buscar la presencia de Dios que solo podia sentir en soledad. Como si estuviera apunto de hacer un gesto de epoca, extendio su pie derecho y lentamente lo inclino sobre las piedras en la base de la escalera. Despues de asegurarse de tener una base solida, casi de impulso, dio tres pasos hacia adelante. “Fue bien" penso cuando se dio cuenta de que no tendria equilibrio. “Si hubiera terminado tirado en el suelo, las monjas del convento, aunque sintiendolo mucho, seguramente habrian expresado dudas sobre mi sofisticacion" Aseguro sus habilidades y entro en la playa, dejando que su mirada vague por el agua azul y transparente, y luego a llevarlo a los infinitos tonos de gris de la multitud se piedras oscuras y redondeadas que bordean las olas. A unos cuarenta metros a su derecha, una hebra de rocas bajas salieron de la pared y despues cortaban la arena perpendicularmente, se lanzaban al mar para resurgir a unos metros mas adelante. No se atrevio a sentarse en el suelo porque estaba seguro de que ya no seria capaz de levantarse de nuevo, se dirigio hacia una parte rialzata y la uso como silla. Antes de continuar, levanto su mirada hacia la parte superior de las escaleras y trato de tomar una expresion segura, luego levanto la mano en un gesto de saludo que fue correspondido por Aitana, aunque si el rostro de la monja continuo mostrando perplejidad. Procediendo sin prisa, Rafael entro tratando de evitar las piedras que le parecian mas inestables, luego a mitad de camino para disfrutar de la vista de la famosa roca galeazza. “Mas que la vela de un buque de guerra veneciano del siglo XVI, considero contemplar la estructura rocosa que, estrechas y alta, emergio de las olas y luego se extendio hacia el mar mas profundo" para mi parece la aleta de algun focil antiguo que data de epocas distantes que, como una broma del destino, se mantuvo un unico signo obvio de los enorme pescado enterrado en este rincon de La Liguria. La sensacion mientras reanudaba su viaje seguia su camino y finalmente llego a sentarse, era que ese ser no podia ser asimilado a un delfin jugueton, sino a un tiburon feroz, tal vez todavia listo para despertar si las condiciones habian sido favorables. El sol que brillaba en el cielo, el aire calido y una ligera brisa que venia del oeste le daban una sensacion de relajacion, lo que lo llevo a cerrar los ojos, como si se encontrase en el lugar solo por razones de ocio. Todo eso sugirio que 2017 seria el enesimo ano con temperaturas por encima de la media. “!No estoy aqui por vacaiones!" dijo descartando ese sentimiento. “Etolo esta muriendo y he venido a Italia para acompanarlo en este ultimo viaje. La razon por la que Rafael y su asistente inseparable estaban en esa parte del puente de Liguria estaba estrechamente ligada a la gran relacion de estima y amistad que lo unia a Etolo Sciorato, un cardenal originario de Imperia Porto Maurizio que, hasta su jubilacion, habia sido un eminente miembro de la Curia Vaticana. Gravemente enfermo durante un par de anos, un mes antes, al presagio de acercamiento de su proprio viaje, habia decidido enfrentarse a sus ultimos dias regresando a las tierras donde nacio. “Es unos de los pocos amigos de verdad con los que siempre he sabido que puedo contar. Cuando se haya ido, estare mas solo, pero ahora mi tiempo tambien esta llegando a su fin, asi que pronto estaremos juntos de nuevo". Con un esfuerzo libero su mente de esas consideraciones entonces, como era su costumbre cuando llego a las orillas del Tajo, habiendo segurado una vez mas que no habia nadie en el vecindario, descanso los codos sobre sus piernas y menton en las manos de la articulacion, finalmente entrecerro los ojos hasta que se redujo a una simple rendija. Su mirada miraba a la inmensa extension de agua y su alma se abrio al Senor. El don de la fe siempre lo acompano. Cuando regreso con su memoria, no podia recordar ni un solo momento de su vida en el que habia sentido el amor de Cristo y nada habia vacilado en su firme convinccion de que tenia que cumplir con una mision: dedicarse a los demas revelando la piedad y la esperanza que Dios nos ofrece. Desde el comienzo de su viaje religioso siempre se habia comprometido. Para llevar a cabo su servicio y la carrera eclesiastica que habia realizado habia sido solo la consecuencia logica. Durante decadas habia celebrado el misterio de la Eucaristia sin dudar nunca de la transusencia de ese gofre de pan sin levadura que tenia en sus manos, pero la verdadera comunion con el Senor nunca le habia encontrado entre las paredes, a menudo suntuosas de las iglesias sino en lugares menos ortodoxos como en las orillas del Tajo. Ahora en ausencia de un rio real lo estaba buscando en esa playa en la frontera entre Imperia y Diano Marina. Un par de gaviotas despues de girar entre la tierra y el mar descendieron sobre el agua y se desplacaron por el ligero oleaje. Poco despues llego otra media docena que a su vez recayo en la compania de los dos primeros. Finalmente llego un ultimo rezago que tal vez para no conformarse con el resto del rebano, descansaba sobre la roca ocupada por el cardenal y despues de estirar y doblar las alas blancas y grises permanecio para mirarlo sin mostrar un interes real. Rafael decidio ignorar al recien llegado y como siempre en estas ocasiones comenzo a recitar con un filo de voz el acto de fe -"Dios mio porque eres verdad infalible creo en todo lo que has revelado y de la Santa Iglesia nos propone creer. Y expresamente en ti, el Unico Dios verdadero en tres personas iguales y distintas. "

  • La ciudad sentida de Manuel Longares

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    Un juego de ficciones y certezas, originalidad y vanguardia. Una ciudad que alberga un secreto…

  • Dante. El Monstruo en mi Cama de Elena Romero

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    Nuestra historia no es realista.
    Y nadie nos creeria. Nunca.
    Pero le amo. Le necesito.
    Y necesito protegerlo.

  • El arte de la fuga de Vicente Valero

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    En verdad ninguno de los frailes apinados en aquella celdilla fria y oscura consiguio ver que el alma saliera de su boca, solo puntos amarillos de saliva expulsados de la lengua llagada, cuando el estertor se transformo en un suspiro ultimo, negro como el crujido de un alamo en la noche de invierno. Asi pues, pensaron todos entonces, el alma de los santos enamorados tambien era invisible; es decir, que se escurria como cualquier otra entre los labios resecos, casi azules, sin ser vista ni oida, para buscar inmediatamente despues, ansiosa, la frente ungida con los oleos y poder de esta manera tomar impulso hacia lo mas alto, deslizarse por fin hacia una paz definitiva. Hubieran dado todo cuanto poseian --aunque esto es, por supuesto, solo un decir, pues nada poseian aquellos pobres rezadores-- por contemplar el cuerpo moreno y entregado de la Amada, incluso sospechando que aquel deseo pudiera ser impuro, como tantos otros deseos del hombre, si bien las sagradas escrituras nada decian sobre aquel asunto. Pero Juan acababa de morir, se trataba ya de un hecho indiscutible, y en aquella covacha desnuda ni los descalzos de Ubeda ni aquellos otros llegados de Baeza y La Penuela habian conseguido vislumbrar el vuelo ultimo del alma, aunque Dios ya andaba por todas partes en aquella hora nocturna, nadie podia dudarlo, Dios era un olor bendito que emanaba de la carne podrida y de sus vapores todavia calidos, una luz humeda, casi irrespirable. Hacinados e inquietos, aquellos hombres flacos y devotos de la Virgen del Carmen se habian asomado a la boca del moribundo con la esperanza de ver. Alli buscaron, con los ojos bien abiertos, emocionados, unidos en el mirar, un ultimo rescoldo, una sombra palpitante, la mariposa de la fe. El poeta, el santo, el mistico, aquel fraile distraido y un poco loco --?cual de todos ellos era entonces o a cual se le esperaba mas alla de la vida y la muerte?-- se habia consumido entre estertores, despues de haber escuchado una vez mas las preciosas margaritas de Salomon, el canto perfecto del amor perfecto, y sus ojos empezaban a divisar una oscuridad nueva, todas las llagas de su cuerpo ardian como antorchas en la noche --?a que esperaba entonces el Amado?--, mientras los frailes besaban sus manos y sus pies, esperaban la salida fulgurante de la esposa. Dejaremos dicho aqui para empezar que durante aquel largo otono andaluz del ano 1591 hubo sol y hubo tormentas, despues de los ultimos sudores empezaron a caer las hojas de los arboles, llego por fin un dia la nieve a las cimas serranas, el cielo se lleno de nubes grises. Nadie sabe como seran sus ultimos dias, si hara frio o calor, si llovera y los rios inundaran calles y sembrados, si habra sequia y enfermaran los animales, o si la luz del sol, como una mano de madre imperecedera, acariciara una a una todas las palabras de la despedida. Puede que Juan supiera, sin embargo, cuando escogio Ubeda y no quiso ir a Baeza ni a Linares, como le suplicaron los frailes campesinos de La Penuela --aquel lugar silvestre donde comenzaron sus heridas--, que en su morir habria cielos de otono cada vez mas frios y solitarios, como los que su alma deseaba, pero el abrazo tambien de los hermanos descalzos y la fe no menos calida de los vecinos que nada sabian de el, que nunca habian oido hablar de sus canciones, y que su cuerpo imploraba tal vez como el de un nino desamparado. Durante aquellos casi ochenta dias ultimos que paso Juan en el convento ubetense, las noches fueron haciendose cada vez mas largas y oscuras, como el dolor de la carne y la soledad del sacrificio, pero no por ello la dulzura del otono estuvo ausente en aquella celdilla con su plenitud de estacion profunda y generosa. Asi, durante aquellos dias, hubo pajaros tambien en la ciudad, estorninos y petirrojos, grullas de paso, zorzales y codornices. Hubo un repetido runrun de aguas sobre las piedras de las murallas y de las iglesias, que Juan podia oir tendido en su camastro, tal vez con cierto placer, o al menos con el alivio que la lluvia concede siempre a los sedientos, y un viento que soplaba y batia las ramas de chopos y naranjos. Pudo beber el zumo rojo de la granada, morder la carne amarga del membrillo. Y por el estrecho ventanuco es posible que entraran alguna vez tambien el aroma de los limoneros y la rafaga candente del relampago. Que al padre Crisostomo, prior del convento, no le viniera nadie con monsergas de milagros ni de versos, el era un hombre de pulpito y de tratados gruesos. No habia visto nunca a un santo, pero si a muchos extraviados que se decian poetas, incluso a algunos herejes alumbrados que habian merecido el castigo riguroso pero justo de Roma. Lo mejor era hablar poco con el enfermo y, a ser posible, que nadie supiera que estaba alli con ellos. No era este prior, a decir verdad, un hombre envidioso, pero si un fraile asustadizo, cumplidor y obediente, que maldecia la hora en la que a Juan se le habia ocurrido ir a morirse a su convento. Cuando lo vio llegar, aquel anochecer caluroso de septiembre, a lomos de un burro fatigado, ya se temio lo peor. Y lo peor era entonces solamente que aquel hombre a quien su propia orden habia perseguido, encarcelado y ahora tambien desterrado, cuyas cartas habian sembrado las clausuras de palabras dudosas y de sofocos misticos, llegara ahora a Ubeda para repartir rimas y milagros. Se prometio entonces a si mismo, mientras Juan se bajaba con dificultad del pollino, que no se lo permitiria y, sobre todo, que no se dejaria enganar por el, por su habito raido y sucio, por su ya celebre jerigonza de nadas y desiertos, y menos aun por sus jaculatorias contra incendios y tormentas. Que habia venido a buscar exactamente el perseguido, sin embargo, lo sabria el prior muy pronto, cuando Juan cayo desmayado en la puerta del convento, con sus llagas y sus calenturas, porque aquella debilidad tan cierta --con aquel rostro suplicante y famelico, con aquel temblor de piernas-- le dio a entender que el enfermo lo habia elegido precisamente a el para que guiara su alma por el sendero ultimo de la noche y se compadeciera de su cuerpo en los dolores terribles, y con ello tal vez para ser seducido tambien, oh Virgen piadosa, por aquellas metricas italianas del demonio. Para los hermanos aquellas heridas inmensas y aquel morir en la celda mas oscura del convento pronto se transformaron en pura alegria, una gracia especial del Amado, la musica presentida y tantas veces solicitada. Se lloraba por los pasillos y, a hurtadillas del prior, cantaban las canciones de Juan, se abrazaban y se besaban; la felicidad era entonces aquello, un ir y venir entre lagrimas incontenibles, traer las vendas limpias y dar a lavar las sucias, lamer las sucias por el camino, llevarse a la boca el pus, la sangre negra, la saliva del poeta, agradecerle a Dios aquellos liquidos, aquel enfermo unico. Una y otra vez por los pasillos se oian las canciones del alma y el esposo, que tan bien se sabian todos, aprendidas en otros conventos lugubres --tan oscuros y frios como aquella mazmorra toledana donde habian sido compuestas casi quince anos atras--, dichas y repetidas muchas veces, calladas tambien otras muchas, segun soplara el viento de la regla o del prior, favorable u hostil a la musica amatoria y al cantor de Avila, pero siempre luminosas en el corazon secreto de los humildes. Ah, el coro de descalzos, voces olvidadas por el mundo, rezadores de la vieja ciudad de Ubeda: Bartolome de San Basilio, dulce y generoso, antiguo discipulo de Juan; Alonso de la Madre de Dios, inteligente y agradecido, lector de salmos y profecias; Bernardo de la Virgen, hermano lego, de dia y de noche a los pies del moribundo, siempre el perro mas fiel; Diego Pablo de Jesus, modesto y pequeno como un jilguero de la vega, bondadoso; Pedro de San Jose, mundano y alegre como un vino nuevo de aldea. Coro insospechado de servidores, adoradores de llagas putrefactas, moscas benditas. Todo empezo en aquel solitario retiro de La Penuela, lleno de olivos y de vinas, entre ermitanos labradores, adonde Juan habia llegado a principios de agosto, en plena canicula, para cumplir nuevo destierro, sin oficio, solo como un descalzo mas. La brisa de Sierra Morena invadia todas las mananas aquellas celdillas blancas con su olor a tomillo y a encinar humedo, con su musica de currucas tempraneras. Una docena de hermanos barbudos y penitentes regaban las coles en silencio, sembraban el ajo y la cebolla, o recogian la aceituna. Habia en aquel lugar tan puro una alegria de uva andaluza y de amor a la Virgen, unos cielos azules sobre los roquedales altos, una fe felicisima. Por fin el poeta que amaba las soledades y la luz podia tambien gozar de ellas, despues de tantos anos de disputas capitulares y de vicarias nomadas, despues de interminables andaduras. Por fin el fraile que amaba la obediencia podia tambien gozar de ella como un imberbe novicio castellano. Se dijo despues que, en aquellos dias soleados, iba a rezar todas las tardes junto a una vieja fuente de montana, rodeada de laureles y lentiscos, por donde saltaban las liebres, susurraban las tortolas y vigilaban los cernicalos. De rodillas y con las manos unidas en el pecho, como era habitual en el, aspirando siempre a lo mas alto, a veces levitaba, esto tambien se dijo despues. De su boca brotaba entonces la palabra como el agua de la fuente, fresca y natural, transparente y solitaria. Era Juan en La Penuela, a solas con la esposa que llevaba dentro, en coloquio verdadero, con ella y con su Dios enamorado. No habia amargura en su corazon ni recuerdo alguno de sus perseguidores que, sin embargo, no cejaban y aun dilataban sus discursos difamatorios por las extensas comarcas del carmelo. O tal vez si, puede que hubiera cierta amargura todavia, esto lo decimos nosotros ahora, algun resentimiento, pues fue aqui mismo tambien donde escribio que mejor se estaba en compania de piedras y garbanzos que de apostoles locuaces, de criaturas mudas que de hombres envidiosos. Comia entonces pan de habas con hierbas cocidas y era feliz. Ya de noche, dormia sobre unos manojos de romero tejidos y de sarmientos a modo de zarzo y era feliz. Encendia la llama de amor viva, una y otra vez, reescribiendo pasajes inconclusos, penetrando en honduras incandescentes, dejandose iluminar por ella. Hasta que un dia de aquellos de verano llegaron tambien las fiebres, y con ellas el cansancio y el sueno, la mirada vidriosa, aquella sed.

  • Un conde sin corazon (Minstrel Valley 5) de Nuria Rivera

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    Para encontrar el amor… ?sera necesario convertirse en una dama?

  • Mi ex musulman de Amara Garcia

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    Tome el tren de las 6:05 pm como lo habia hecho todos los dias de la semana en los ultimos anos, y me sente al lado de una ventana. Queria mirar hacia afuera e imaginar cosas emocionantes, queria olvidar lo que me estaba pasando. Sentia la necesidad de que mi corazon se sobresaltara de emocion, la tristeza estaba invadiendo mi espacio y no podia permitir que eso ocurriera, necesitaba pensar en algo diferente. Tome el telefono y comence a dar vueltas entre los contactos, leia los nombres de amigas de infancia, aquellas que a pesar de tener muchos anos sin ver siempre me dibujan una sonrisa en el rostro, cuando intercambiamos mensajes de texto. No queria invadir la privacidad de nadie, pero necesitaba escribirle a alguien que tuviese mucho tiempo sin ver, alguien que no supiera de mi presente, que me contara cosas diferentes, que me envolviera por unos minutos en un mundo que no fuese el mio. Y alli aparecio su nombre CARLOS, escrito en letras mayusculas como queriendo tentar a mis dedos a presionar una tecla para llamarlo. Pero contuve las ganas y decidi solo escribi: "Hola". En ese instante comenzo a llover y mientras cerraba la ventana escuche el sonido del telefono indicando una respuesta. !Era el! Mi corazon empezo a palpitar rapidamente, y a pesar de no haberlo visto en mucho tiempo comenzamos a intercambiar pequenos mensajes de texto. Hasta que no resisti la tentacion y lo llame. Sabia que esta llamada internacional costaria mucho dinero, pero no podia perder esta oportunidad. Su voz no habia cambiado en nada, seguia siendo calida pero alegre, el sonido de su risa ilumino mi oscura noche de invierno. Sus palabras me hicieron olvidar por unos minutos todo lo que me sucedia, mi corazon palpitaba muy rapido y me hizo reir muchas veces. Ese pequeno momento me transporto a mi pais Venezuela, a la epoca que compartimos juntos, donde solo eramos unos adolescentes y donde el roce de nuestras manos nos elevaba tan alto que sentiamos que ibamos a tocar el cielo. Esa epoca donde el primer amor lo es todo, donde cuentas los minutos en las noches para regresar al colegio y asi poder ver otra vez a esa persona especial, a esa persona que consideras tu alma gemela, y que crees que siempre va a estar junto a ti. Mi momento de felicidad fue interrumpido por la voz del conductor del tren anunciando mi estacion. Me despedi rapidamente para comenzar mi caminata a casa bajo la tipica lluvia inglesa. Lamentablemente ese magico instante habia llegado a su fin y yo debia decirle adios al hechizo de sus palabras y debia regresar a mi realidad, la realidad que queria olvidar.

  • Biografia de la humanidad de Jose Antonio Marina

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    La memoria cultural de la humanidad.

  • Vanessa (Senoritas americanas 4) de Scarlett O'connor

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    ?Quien estaria tan desesperado como para casarse con la arisca Vanessa Cleveland?Desesperado y demente. William Witthall, conocido como el conde Loco, esta en la ruina. Quiza se deba a su mala administracion o, tal vez, a su aficion a hablar de duendes. No lo sabe. Lo unico de lo que esta seguro es de que necesita ayuda para salvar sus tierras, y ?quien mejor que la brillante senorita Cleveland?
    Vanessa no podra resistir el desafio de probar que puede hacer todo aquello que le es vedado, mas aun, cuando los secretos de su pasado vuelvan para atosigarla y la obliguen a averiguar de que estan hechos sus suenos y aspiraciones.

  • Ultimo alegato al corazon de Jessica Galera Andreu

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    Cuando Marian salio del edificio, penso en regresar a casa y dar por finalizada aquella inacabable jornada. Los pies le dolian horrores, la cabeza estaba a punto de estallarle y el cielo, ademas, amenazaba con descargar lluvia de un momento a otro. Lo que le faltaba, penso para si. Suspiro y retomo el paso calle arriba, sonriendo al recordar la cara con la que aquella mujer la habia mirado despues de que le explicase que sus catorce anos como contable se limitaban al reducto de su hogar, donde siempre habia controlado ingresos y gastos con agudo ingenio. Sin embargo, aquello no habia resultado suficiente, ni siquiera para la vacante de recepcionista por la que habia acudido. Definitivamente encontrar un empleo resultaria algo mucho mas complicado de lo que habia creido inicialmente. A pesar de la escasa experiencia que completaba su curriculum en trabajos de oficina, Marian se consideraba una mujer perfectamente capacitada para muchos de los puestos para los que habia conseguido concertar una entrevista sin que ninguna de ellas - seis hasta el momento- hubiera resultado satisfactoria. Cierto era que no habia estudiado; ni siquiera habia llegado a obtener la mas basica titulacion, pues las circunstancias habian convertido aquella etapa de su vida en un terrorifico infierno que dia a dia trataba de olvidar, pero que la habia condicionado de forma ineludible, con un embarazo no deseado a los 16 anos. Con apenas 18 habia huido practicamente del hogar familiar, dejando al cuidado de sus padres a una nina con la siempre habia mantenido una relacion extrana, distante y fria. Despues de desenvolverse de un lugar a otro y de un trabajo a otro, los ultimos cuatro anos de su vida, los habia vivido con Nicolas, un buen hombre a priori, bastante mayor que ella, de buena posicion economica y bastante chapado a la antigua, que le habia exigido ocuparse solo de la casa, llegando a convencerla de que unicamente buscaba su bienestar y su proteccion. Marian habia aprendido, sin embargo, que aquello con cuanto contaba en su vida, el unico seguro infalible, era ella misma, por lo que ceder su independencia habia sido algo contra lo que, interiormente y en silencio, se habia rebelado. Ella se sabia una mujer inteligente, con gran capacidad y curiosidad por aprender; emprendedora, receptiva y muy despierta. Demasiado, en opinion de la hermana y algunas de las amigas de Nicolas. Harpias que no perdian ocasion de lanzarle puyas, recordandole continuamente la forma correcta de vestir o de llevar el pelo; criticandola por disfrutar empapandose bajo la lluvia o para seguir sonando despierta con ambiciones que ellas calificaban de estupidas e inutiles, como por ejemplo llegar a culminar algun dia la carrera por la que habria sentido verdadera pasion: magisterio. Paradojicamente y a pesar de la compleja situacion que vivia con su propia hija, se le daban bien los ninos y ensenar era algo que le encantaba. Pensar en la posibilidad de dejar su impronta en las mentes de esas criaturas de ojos grandes y curiosos, inquietas y anhelantes de aprendizaje le agradaba. Y aunque aun le quedaria un largo camino para lograrlo, no se rendiria. Tal vez no fuese a llegar a tiempo de plantarse en una escuela y ensenar, pero si podria titularse y poner sus conocimientos al alcance de otro tipo de ninos, menos afortunados e inaccesibles, que consumian sus vidas en la calle en la forma en la que no deberia hacerlo un nino. Pero lo que finalmente habia sido una tregua con Nicolas termino y a medida que ella expresaba sus anhelos, los recelos y prohibiciones creian hasta que la propia Marian le puso punto y final a la relacion. Y ahora tocaba empezar otra vez desde cero. Se detuvo de nuevo, esta vez ante la puerta acristalada de un enorme edificio. Eran numerosas las empresas que se establecian alli pero ella se dirigia solo a una: Segovia Asociados, un prestigioso y conocido bufete de abogados, que necesitaba personal para la limpieza de las oficinas. Aunque enfundarse una bata y pasear la fregona no era algo que la asustase, debia admitirse que a pesar de haber sido seleccionada para el citado trabajo, habia tenido la esperanza de conseguir algo mejor y no tener que presentarse alli aquella manana para que le dieran las ultimas indicaciones y para conocer, en persona, al propietario del bufete, un hombre extremadamente controlador que queria conocer, segun habia podido saber, la identidad de todos y cada uno de los empleados que, de un modo u otro, pudieran estar relacionados con el bufete, incluido el personal de limpieza. Su telefono movil sono mientras aguardaba la llegada del ascensor y cerro los ojos, resoplando, al comprobar que se trataba de Nicolas. Su futuro exmarido mostraba cada vez un caracter mas agrio e insoportable con ella, sobre todo desde que Marian le exigiera el divorcio. -?Si? -?Se te ha pasado ya la pataleta? -No es ninguna pataleta, Nicolas. Te dije que queria el divorcio y lo mantengo. No se por que sigues llamandome con lo mismo. -Bien, si vas en serio, iremos todos en serio. El miercoles tengo una cita con mi abogado. Ven y te explicara las condiciones. -Nicolas, te pedi mas tiempo -respondio ella. -Si pero no. Ahora pero mas tarde. Si quieres el divorcio lo tendras pero no voy a estar cinemdome a tus condiciones de cria caprichosa. ?O es que acaso no tienes aun abogado? -Claro que lo tengo -mintio ella-. Y de hecho sera el quien estudie la documentacion, asi que no es necesario que yo me persone alli. Ademas, estoy bastante ocupada con la mudanza y lo del trabajo. -Deberas salir lo antes posible del apartamento. Voy a alquilarlo. -El apartamento era de tu madre y ella dijo que podia utilizarlo siempre que quisiera. -Si, y que lo pusiera a tu nombre pero por fortuna no se hizo. ?Lo quieres ahora para ti? -No lo quiero para mi; solo te estoy pidiendo un poco de tiempo hasta que encuentre algo. -Lo siento, ya te he dicho que voy a alquilarlo. -Nicola,s ese piso nose ha alquilado nunca. -Siempre hay una primera vez para todo. Tienes diez dias. El ascensor llego hasta el vestibulo y se abrio, emitiendo una senal acustica. Ella entro en el pequeno habitaculo y se retoco ante el espejo que le devolvia la imagen agotada de una bonita mujer de ojos claros y cabello ondulado. -?Como llevas lo del trabajo? -pregunto Nicolas-. Supongo que tampoco has encontrado nada, ?no? -Aun no me han respondido en la mayoria de las entrevistas que he hecho -explico, mientras hacia una mueca, consciente de que inventar le resultaba mucho mas sencillo de lo esperado. -Tu curriculum no es precisamente una maravilla. Deberias volver a pensar en lo que estas haciendo. La aventurilla de saltar del nido es emocionante, no te lo niego pero no tienes donde caerte muerta, Marian. Estoy dispuesto a pasar por alto este pequeno acto de rebeldia. -Hubiera ayudado no estar recluida en casa durante cuatro anos pero en cualquier caso, la culpa es mia. Tengo muy claro que voy a saltar el nido, como tu dices. Y ahora tengo que dejarte, Nicolas. Adios. Corto la llamada e introdujo el telefono movil en su bolso, mientras se recogia algunos de los mechones que se le escapaban del pelo negro. Despues de todo el dia para arriba y para abajo, no llegaba alli precisamente con su mejor aspecto pero era lo que habia. Sonrio, tratando de encontrar una mueca agradable y de desterrar la llamada de Nicolas. Desde que ella le habia solicitado el divorcio, el se mostraba hiriente y ofensivo; desafiante incluso sobre las incapacidades que lastrarian el futuro de Marian, obligandola a regresar con el, una posibilidad que el aceptaba sin oponer nada al respecto. De igual modo, tambien la azuzaba a abandonar el pequeno apartamento en el que vivia, propiedad del mismo Nicolas, aunque la madre de el le habia solicitado a Marian que lo adecentase antes de morir y alli, las dos habian vivido largas horas de charlas y confidencias. El carino sincero de dona Isabel era, probablemente, lo unico positivo que se llevaba de aquellos cuatro anos. Al abrirse el ascensor, Marian quedo frente a las oficinas acristaladas, cuyos trabajadores podia ver al otro lado. Camino con fingida seguridad, preguntandose por que el dueno de aquel bufete querria conocer personalmente a aquellos que se encargarian de que su trasero tomase contacto con una silla limpia y reluciente. Sin embargo, Manuel Segovia, el flamante propietario y heredero de aquel imperio de la abogacia que le habia dejado su padre, era un hombre que controlaba todo al milimetro. No habia sido el quien la habia entrevistado una semana atras pero precisamente por esa razon, ahora queria conocerla. Llego hasta la recepcion y se detuvo ante una mujer joven de unos 30 anos, cabello castano y ojos oscuros, protegidos tras los cristales de unas pequenas gafas, que tecleaba el ordenador. -Buenos dias -la saludo Marian.

  • El enigma del Salon Victoria de Antonio Puente Mayor

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    1899. Seis respetables caballeros despiertan una manana en el salon de un hotel tras una noche de francachela. Para su sorpresa, junto a ellos aparece el cadaver, desnudo y pintado de dorado, de una joven prostituta que habia intervenido en la fiesta.

  • Mia por esta noche de J. S. Scott

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    Simon Hudson permanecia de pie en silencio en la penumbra del opulento vestibulo, las manos en los bolsillos de sus pantalones y un hombro apoyado contra el marco de una gran ventana que miraba a la calle. Todo su cuerpo estaba en tension; sus oscuros ojos castano examinaban la acera con la intensidad y atencion absolutas de un loco. <>. Sabia que Kara trabajaba aquella noche. Las dos noches anteriores habia llamado para decir que estaba enferma, pero habia vuelto a trabajar en Helen's Place, sirviendo mesas en el turno de tarde. Lo habia comprobado. Su madre era la duena del pequeno restaurante donde trabajaba Kara y por lo general era bastante comunicativa cuando Simon queria informacion, pero el era cuidadoso. De lo contrario, su unica progenitora lo acosaria para averiguar por que queria informacion sobre Kara. Su madre, maravillosa pero curiosa, seria como un sabueso tras un rastro si pensara que el interes de Simon era cualquier cosa menos informal. Su madre lo incordiaria hasta el aburrimiento porque querria saber exactamente que intenciones tenia con Kara. Simon fruncio el ceno. Como si tuviera intenciones de ninguna clase. Tenia fantasias y todas ellas incluian a Kara abierta de piernas en su cama, gritando su nombre mientras el hacia que se corriera una y otra vez. Inspiro profundamente y espiro despacio, intentando hacer que su cuerpo se relajara y diciendose que tenia que estar loco para situarse en el mismo lugar, noche tras noche, por una mujer que no le habian presentado oficialmente. Pero ahi estaba... otra vez, dandole la espalda al portero curioso, mirando por la ventana como un acosador desequilibrado, esperando para ver un momento a Kara Foster. Algo en aquella mujer sacaba a relucir unos instintos extranos, territoriales y protectores que hacian que permaneciera ahi, vigilando, esperando a que pasara por su bloque de apartamentos de camino a su casa despues del trabajo. Y entonces, cuando la vio, hizo lo mismo de siempre: la siguio a cierta distancia, intentando no alarmarla, y espero a que entrara en su apartamento a salvo antes de dar media vuelta y volver a casa andando. No hablaba con ella ni se acercaba a ella siquiera. Nunca lo hacia. No es que no quisiera hacerlo, pero Kara iba a la Escuela de Enfermeria y trabajaba a jornada completa en el restaurante de su madre. Segun ella, Kara se negaba vehementemente a tener citas porque no tenia ni tiempo ni energia para invertir en una relacion. Probablemente tenia razon con respecto a eso. Estaba loca; no dormia bastante ni comia lo suficiente. No tenia a nadie que se preocupara por ella excepto a la madre de Simon... y a el mismo. <>. El problema es que el no era un familiar y sus sentimientos distaban mucho de ser fraternales. <>. Simon tuvo que contener un grunido de frustracion al pensar en la primera vez que vio a Kara, los ojos azules chispeantes de humor, rizos negros de pelo sedoso saliendo de su perenne cola de caballo y su cuerpo ligero moviendose con gracia de una mesa a otra en el restaurante de su madre. A la edad de veintiocho anos, aun conservaba ese aspecto de inocencia y vulnerabilidad que tenia a Simon atrapado en su red inintencionada. Estaba prisionero en ella desde entonces. Su madre hablaba de Kara como si fuera su hija, y Simon sabia que a Kara y su madre las unia un vinculo especial: uno que no se debia a la sangre, sino a una amistad especial. <>. Torciendo los labios ligeramente, Simon esperaba que su madre nunca pretendiese que fuera como un hermano para ella. Eso no iba a ocurrir. Se le ponia dura como una piedra cada vez que la veia. ?Que demonios tenia esa mujer en particular que lo ponia tan tenso y nervioso? Simon se habia follado a mujeres que eran mas atractivas y sofisticadas; ni una sola le habia causado la mas minima emocion. Era un solitario; preferia pasar su tiempo con el ordenador en lugar de asistir a eventos sociales, pero a veces necesitaba la compania de una mujer para aliviar sus necesidades fisicas. De cuando en cuando, tomarselo por su propia mano no era suficiente. Simon tenia ciertas conocidas para esas ocasiones, mujeres que le daban el control que necesitaba y que tenia que tener en la habitacion, sin demasiadas exigencias ni preguntas. <>. Hizo una mueca sin dejar de mirar a la calle, se metio las manos hasta el fondo de los bolsillos y ajusto su postura para dar descanso a sus hombros apoyando la cadera contra la pared. <>. Casi gruno ante la idea de otro hombre le pusiera las manos encima al delicioso cuerpo de Kara. Simon lucho contra un instinto meramente salvaje que desperto en el ante la idea de otro hombre tocando a su mujer. <>. Por una vez en su vida, Simon deseo parecerse mas a su hermano mayor, Sam, la otra mitad de Hudson Corporation. Sam no tendria problema en pedirle algo a Kara. Encantar, conquistar y abandonar siempre habia sido el estilo de su hermano y Sam ni siquiera se habria planteado la posibilidad de que lo rechazaran. Probablemente porque nunca fallaba. Su unico hermano cambiaba de mujer como alguien con catarro cambia de panuelo. Sam habria derribado las defensas de Kara, la habria encantado para que se bajase las bragas y despues la habria dejado tirada para pasar a su siguiente conquista. <>. Simon sacudio la cabeza, sorprendido ante su comportamiento. Si, le gustaba el control; de hecho, lo necesitaba, pero nunca habia deseado a ninguna mujer en particular. Ahora, apenas podia pensar en otra cosa que la bonita camarera que habia captado su atencion hacia un ano. <>. Simon fruncio el ceno ante aquel pensamiento. <>. Su hermano Sam era el rostro de la compania, el comercial. Simon era un genio de los ordenadores, y estaba encantado de permanecer de fondo. ?Que sabia el sobre seducir a una mujer? Nunca habia necesitado persuadir a ninguna mujer para llevarla a la cama. Las mujeres que se follaba solo estaban con el por interes. Se le conocia por ser un amante generoso. No era tan estupido como para creer que sentian algo por el. Eso lo entendia y podia aceptarlo. <>. ?Bastaria con eso? ?Podria librarse realmente de su fijacion por aquella mujer si encontrara la manera de acostarse con ella? <>. Su preocupacion irracional por Kara habia empeorado cada vez mas a lo largo del ultimo ano, haciendo que no desease a ninguna mujer excepto a ella. No habia tocado a nadie excepto a si mismo en mas de un ano, y la verdad es que necesitaba quitarse esa comezon. Y sin embargo... no podia. Si intentaba entrar en accion, hacer algo para llamar a otra mujer, veia la cara bonita de Kara y colgaba el telefono. <>. Simon observo una figura que se acercaba, a punto de descartar mentalmente a la mujer de cabello oscuro vestida con una minifalda negra de cuero y un sueter rojo vivo. Nunca habia visto a Kara vestida con nada excepto pantalones y una camiseta con el logotipo del restaurante, el uniforme casual estandar del restaurante de su madre. Volvio a mirarla sorprendido mientras se aproximaba y se quedo boquiabierto cuando le vio el rostro.

  • Cazadores en la nieve de Jose Luis Munoz

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    Eth Hiru es una pequena poblacion del valle de Aran proxima a Francia. Marcos, un forastero, aterriza en el cuando ETA declara su alto el fuego unilateral e irreversible. Un dia, en el bar del pueblo, que es su centro social, Marcos coincide con el teniente de la Guardia Civil Antonio Muniz, jefe del puesto, y cree reconocer su voz, lo que le llevara a revivir su pasado. La estancia del recien llegado a esa pequena localidad rural coincide con una escalada de tension entre sus pobladores, en la que afloran rencillas que dan paso al deseo de venganza y a la violencia.

  • Un pueblo traicionado de Paul Preston

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    La historia del siglo XX espanol contada por el eminente hispanista Paul Preston.

  • Yo en Roma, tu en Nueva York de Christian Martins

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    Esta novela trata sobre el reencuentro, el amor, la vida, el destino y las ganas de continuar.
    Habla de Natalia, una chica normal que persigue sus suenos. Y de Vera, que aunque ni siquiera ella lo sabe, tambien esta persiguiendo sus suenos.
    Natalia tiene una vida por delante, quiere redescubrirse, encontrarse, continuar creciendo y hacer algo grande.
    Vera cree que su vida ya ha pasado y que lo unico que puede hacer es resignarse.
    Esta novela trata sobre aprender, tropezar, levantarse y equivocarse. Quizas no en ese orden, pero si sobre todo eso. Y mucho mas.
    ?Te apetece viajar a Roma o a Nueva York?

  • La barbarie de la virtud de Luis Gonzalo Diez

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    Los antiguos, sostiene el liberal frances de origen suizo Benjamin Constant en una famosa conferencia pronunciada en 1819, eran hombres de virtud. Atenienses, espartanos y romanos se caracterizaban politicamente por su espiritu publico, por su compromiso con las instituciones y el bien comun. El sentimiento del deber apelaba a una modalidad republicana de libertad politica basada en la participacion en el proceso deliberativo y de toma de decisiones. De ello resulta una ciudadania ascetica para la cual, por encima de sus derechos individuales e intereses privados, prevalece la pertenencia a una comunidad politica. Esta reposa, en ultimo termino, en una antropologia moral que hace del hombre un ser de valor en tanto en cuanto animal politico, siendo la participacion institucional el sello de su dignidad y virtud, de su capacidad heroica para ejercer la libertad como una vida de renuncia y sacrificio al servicio de la voluntad de todos. En palabras de Constant, la libertad de los antiguos consistia en ... ejercer colectiva y directamente muchas partes de la soberania entera; en deliberar en la plaza publica sobre la guerra y la paz; en concluir con los extranjeros tratados de alianza; en votar las leyes, pronunciar las sentencias, examinar las cuentas, los actos, las gestiones de los magistrados, hacerlos comparecer ante todo el pueblo, acusarlos, condenarlos o absolverlos. Esta libertad politica de tipo republicano tenia como correlato <>. Los antiguos carecian de la nocion de derechos individuales. De ahi que, entre ellos, el individuo fuese <> al tiempo que soberano en los negocios publicos. Precisamente, su virtud residia en no atender a otro patron de conducta que el del poder de la asamblea para intervenir en cualquier aspecto de la vida de la comunidad, desde la decision sobre la guerra y la paz y la destitucion de un magistrado hasta la regulacion legal de las costumbres y la vigilancia del interior de las familias. Por decirlo de una vez, para los antiguos, no habia diferencia entre lo publico y lo privado porque la politica tenia un caracter moral y, por ello, totalizador. Lo impregnaba todo porque de ella dependia lo mejor del hombre. Semejante planteamiento implica que la politica no era una parte de la existencia humana, sino el criterio que tasaba su valor, el paradigma de sentido que fijaba el significado profundo de aquella. II La tradicion republicana llega a un punto de ruptura a finales del siglo XVIII con las revoluciones francesa y americana. Los padres fundadores de los Estados Unidos y de la Francia contemporanea establecieron el fundamento de un nuevo tipo de democracia basado en un concepto diferente de libertad. Para los modernos, ser libre significa el derecho de no estar sometido sino a las leyes, expresar su opinion, escoger su trabajo, disponer de su propiedad, moverse libremente, reunirse con otros individuos e influir en el gobierno. Mientras la libertad de los antiguos consistia en la <>, la de los modernos estriba en el <>. Esto les lleva a fijar como principal objetivo politico el establecimiento de un marco institucional y procedimental pensado para garantizar <>. Entre los factores historicos responsables de esta mutacion, del declive del republicanismo, Constant senala uno fundamental, al que los pensadores ilustrados del siglo XVIII, caso de un David Hume, un Adam Smith o un Montesquieu, fueron muy sensibles: el comercio. El temprano desarrollo del capitalismo en las sociedades del Antiguo Regimen, inmersas en un proceso de modernizacion cultural y economica en el que, a veces, no se repara lo suficiente, creo las condiciones sociales de una nueva cultura politica. El comercio <> pues <>. Las interdependencias creadas por las relaciones comerciales provocan el surgimiento de una sociedad mas compleja y sofisticada que la antigua, menos unilateral en su asignacion de roles y papeles, dado que, en ella, aumentan <>. La consecuencia politica de la aparicion de esta nueva sociedad sera extraida por los revolucionarios americanos y franceses al entender que la fundacion de la democracia moderna debia hacerse en terminos ya no de participacion directa de la ciudadania en las instituciones, sino de limitacion del poder del Estado. Lo principal, ahora, no era educar a la ciudadania en los valores de la abnegacion y del ascetismo, sino procurarle las condiciones adecuadas para que cada individuo pudiese ejercer su libertad en la busqueda de la felicidad. La democracia pasa a concebirse, en esta novedosa cultura politica tan vinculada con el progreso comercial, en terminos de gobierno representativo. Este descansa en el supuesto de que la libertad individual es el fin y la libertad politica es el medio. Para los antiguos, no habia libertad individual y la libertad politica constituia un fin en si misma, pues de su ejercicio dependia la formacion de una ciudadania virtuosa. Para los modernos, la politica en general, y la libertad politica en particular, pierden su condicion de antropologia moral, de paradigma de sentido y se transforman en una serie de procedimientos y estrategias para garantizar la libertad individual, la <> de la que hablaba Emile Durkheim. Los medios politicos de la modernidad estan pensados para que los individuos dispongan del mayor tiempo posible a fin de atender sus intereses privados. De ahi la necesidad de un sistema representativo basado en el consentimiento que la ciudadania da a sus representantes electos para que estos ejerzan el poder con sentido de la responsabilidad. Y, tambien, en el sometimiento de los mismos a la vigilancia y control de una opinion publica siempre temerosa de los abusos de poder. La libertad politica adquiere otras formas y sentido, pero no desaparece. Es el mejor instrumento para evitar la arbitrariedad, que un gobernante vulnere los derechos individuales y atente contra los intereses privados. Asi como la libertad politica significaba para los antiguos participacion directa en el poder e intervencion legal sobre las costumbres y la conducta individual, para los modernos significa poder legitimado por el consentimiento directo del mismo y limites legales y controles politicos que eviten el dominio social de una virtud institucionalizada con el poder de todos.

  • Desde que los dinosaurios se lavaban los dientes de Jose Antonio Moreno

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    ?Cuanto dura el amor? ?Tiene fecha de caducidad como los yogures?
    Hace meses que me siento como una sirena atrapada en una licuadora, como una coplera sin bata de cola, como un tallo sin capullo o un lirio sin olor. Despues de mas de veintisiete anos de matrimonio acabo de descubrir que la vida son tres dias y que ya he consumido dos y medio. Que me apasionan el <>, los merengues con chocolate y almendras, decir <> y el roce energico y constante de la piel mientras algunas palabras acaloradas me arrastran hacia el mas oscuro, profundo y enigmatico placer. Que los amigos se cuentan con los dedos de una mano y casi siempre te sobran dos o tres. Y que, cuando el amor es de verdad, dura miles de anos y no se extingue como los dinosaurios.
    Excepcional, sarcastica y divertida. Desde que los dinosaurios se lavaban los dientes es una novela sobre la familia, la amistad, el hastio de la costumbre y el amor. Tambien, sobre el desamor porque algunas veces te golpea como un rayo y otras te consume poco a poco sin que te des cuenta. Es, en definitiva, una novela en la que yo, Catalina Pulpon, lidio con los sentimientos que se arremolinan en mi interior. !Animate! Ahora que tienes el libro entre las manos, ?por que no le das una oportunidad a mi historia?

  • Mienteme esta noche de Patricia Geller

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    Cuando Abie Olsen termina la carrera de Interiorismo, decide aceptar la propuesta de su hermano y alejarse temporalmente de Londres para meditar sobre su futuro. Sin embargo, tras un accidentado encuentro con Nicholas Thompson, el propietario del hotel en el que se hospedara, sus planes se veran truncados desde el principio.

  • En tan solo un instante (Serendipity 3) de Moruena Estringana

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  • Gordo de feria de Esther Garcia Llovet

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    Un borracho. Un borracho de Semana Santa. Un borracho de Semana Santa atraviesa la plaza Mayor de la capital de Espana, son las cinco de la tarde, parece que va hablando por el movil pero la verdad es que no tiene movil porque se lo han robado hace horas y no se ha dado ni cuenta. Habla solo. Se llama de usted. -Que cosa mas rara me ha pasado -dice el borracho. El borracho se ha puesto a mirar una obra de canalizacion. En realidad se ha quedado apoyado en la valla amarilla que ponen en las obras para tener algo a lo que agarrarse, porque como se suelte sabe que se va al suelo, derecho a la zanja que hay en cualquier calle, las zanjas, las largas y hondas trincheras de Madrid, en guerra permanente contra todo lo contemporaneo. Ha trabado el pie ahi, ha cruzado los brazos sobre la valla y ha pensado eso en voz alta. -?Como dice? -Me ha pasado algo rarisimo -repite el borracho. El que esta a su lado es un chaval de pueblo de la sierra; ha venido a Madrid a ver si encuentra novia, que no la va a encontrar. El borracho se mete la mano en el bolsillo de atras, lleva bermudas y un polo blanco que le aprieta por todas partes. Saca una cartera que le ensena al chaval, una cartera de cuero, negra, muy usada, deformada de haber sentado el culo encima un millon de veces. -Mira -le dice al chaval-. Anoche un senor me dio esto. El chaval asiente con la cabeza. -Muy bien. Al chaval no le ha dado el sol en los ultimos cincuenta y cinco anos. -Aqui dentro esta mi destino. ?Tu crees en el destino? -Yo lo que creo es que me faltan dos euros para el interurbano. -Pues aqui me parece que te vas a quedar. -Vaya. Silencio. Se quedan mirando las obras otra vez, aunque no hay obras que ver, ni un solo obrero. Solo esta la zanja que deja a la vista una tuberia muy ancha y otra muy estrecha y los estratos cada vez mas profundos, mas negros y humedos y el cielo tan bonito, tan transparente, tan velazqueno, ahi al fondo del todo. No hay nadie trabajando. Es Domingo de Resurreccion. -Aqui ponia yo a trabajar a quinientos ochenta chinos -dice el borracho bien alto. -Yo tambien. El borracho se llama Luis. Se llama Luis pero le llaman Castor. Anoche, a las tantas, a las cinco y cuarto de la madrugada, Castor seguia sentado en la barra interminable del Plus Ultra, viendo en la tele la retransmision de un partido de la liga china, en directo. A veces le parecia que jugaban veintisiete chinos contra otros veintisiete. Mas anuncios. El camarero estaba hablando todo el tiempo, solo, a veces se quedaba afonico, no sabia escuchar, no le interesaba nada de lo que nadie le contara. No parecia un camarero. -Callate ya, joder -le dijo Castor. Pero el camarero no se callo. Habia abierto el bar para poder hablar con quien le diera la gana. Cuando no le dejaban hablar se ponia a hacer preguntas para poder empezar una conversacion cualquiera, asi que le pregunto a Castor que si queria un arroz a la cubana. Castor le dijo que no. -No. -Luego cogio un hueso de aceituna y se lo metio en la boca. Empezo a roerlo despacio, con ganas. Era su metodo habitual de procesar a fondo todo lo que se le iba pasando por la cabeza, su forma de triturar minuciosamente su conciencia con las muelas del juicio hasta que le dolian los oidos. Le hubiera gustado mucho tener un jefe para poder ciscarse en el, pero no tenia jefe. El jefe era el. -A ver, donde esta la prensa del dia -solto. Si no en un jefe, por lo menos le quedaba ciscarse en los politicos y en los ecologistas y en los periodistas. Y en la cultura, siempre tan a mano. El camarero saco un par de periodicos de debajo de la barra, los dejo frente a el y fue a sentarse a una mesa junto a la ventana, a escribir whatsapps que nadie le contestaria jamas. Castor cogio un periodico, no tenia mas que tres paginas, era Semana Santa. Y entonces fue cuando paso lo raro. El tipo entro como una sombra, sin abrir el pico. Y se encaramo al taburete a su lado, codo con codo. El resto de la barra estaba vacia. Castor le echo un vistazo al bies en el espejo ahumado detras de las botellas; era morenito, menudo, chato, con unos rizos como de astracan. Luego Castor bajo la vista y siguio mirando el periodico, sin leerlo en realidad. Achicando los ojos. Estaba pendiente del tipo este, esperando a ver que mierdas queria. Ahi se produjo un silencio de unos tres minutos. -Buenos dias -dijo Castor al fin. No podia mas. El morenito se froto las manos. Era lo que estaba esperando. -Buenos dias los que va a tener usted -dijo. Castor debia de estar muy borracho, porque cuando se volvio hacia el morenito le parecio que tenia el tamano del dedo de una mano y que lo miraba de abajo arriba desde el mismo centro del ruedo amarillo del asiento. -?Eres torero? -Soy la esperanza. -Lo que tu digas. Castor volvio a coger el periodico. -Ay, no le voy a contar mi vida -dijo el morenito. -Claro que no. -Yo antes era como usted -dijo. Castor solto una carcajada-. Si. No me contradiga. Como usted y como toda Espana y los espanoles. Estaba perdido para el mundo, asi le digo, para el sentido y el norte de las cosas, cada dia hacia lo mismo y no me daba cuenta, no me daba ni cuenta, todo me parecia que me pasaba por primera vez y a la vez me sonaba repetido, ya me entiende. Un barranco de aire, eso era yo. Yo he vivido en Pitis toda mi vida, detras de los hospitales. He vivido ahi a rachas, cuando venia una buena me iba y luego volvia, he tenido rachas muy largas eh, aqui donde me ve yo me he paseado por la Ribera de Curtidores de cabo a rabo y ahi no habia nadie que no hubiera puesto yo, pero luego me han venido flacas y hay que ir a alguna parte, y hace unos meses, cuando volvi a Pitis, Pitis ya no existia. No esta. Nada. Hay bloques y gruas. Y aparcamientos. Coches no hay, pero aparcamientos, muchos. Mi casa, mis gallinas y el tinglado del tiro al blanco, de eso no quedaba ni la sombra. Que rapido construyen ahora, no se como lo hacen. Las gallinas me dijeron que se las habia quedado uno que vive por detras de Bravo Murillo, en un patio, se han hecho viejas muy rapido tambien. Alli ademas de las gallinas habia una dominicana con unas gafas de cristales amarillos, gordos como tabiques. La dominicana tenia una gallina en un muslo y un huevo en la mano. Un huevo blanco y una gallina negra. Y una dominicana en medio. Si le aburro me lo dice. Con la otra mano leia la Biblia, la muy sinverguenza, ahora somos todos un poco evangelistas. Se canta mas. La dominicana me dijo que me llevara mis cosas pero que le dejara las gallinas. Cuanto cuesta una gallina, seis euros, eso no lo sabia usted. Mis cosas estaban en una caja de carton de Amazon. Habia alli tambien unas ninas, o bueno, igual no eran tan ninas, colgando ropa en los tendederos del patio siete pisos mas arriba. El patio era muy estrecho, un patio de luces. Sacaban sabanas una detras de otra, era mediodia pero ahi abajo se estaba haciendo cada vez mas oscuro. Las ninas se reian como locas, es lo que pasa con el chocolate, hasta que se callaron de pronto, a la vez. Yo mire para arriba y por encima de ellas el sol te quemaba los ojos. Tenian los pelos largos. Era el 1 de enero. Cuando baje la vista de nuevo, el patio estaba oscuro, estaba negro del todo, el suelo de alquitran. La dominicana se habia largado de ahi, y las gallinas. Se habia ido, la dominicana, con su huevo en la mano. Yo me lleve mi caja, pesaba muy poquito. Pero si no habia casi nada ahi dentro aunque fuera mi vida entera: media docena de moviles, una guia de telefonos y el rosario de la aurora. Y esto. El morenito entonces metio la mano en el bolsillo y saco una cartera de cuero negro que dejo frente a Castor. -Mire que me ha costado dar con usted -le dijo-. La he llevado siempre encima los ultimos tres meses, desde que se la quite, por si acaso, por si lo veia. -?Y esto que es? -Su cartera. Se la devuelvo. -?Me la devuelves? -Yo. A usted. Si. Lo he reconocido y le he visto meterse aqui y me he metido un copazo para darme valor antes de entrar. La cartera tenia un pin bastante gastado que parecia un escudo del Atletico de Madrid. -Bueno. No es verdad -continuo el morenito-. Lo he seguido desde Pontones, anda que no pasea usted, y lo he seguido hasta aqui. Ya esta. La cartera estaba entre los brazos extendidos de Castor, que la miraba como si fuera un plato que no le apetecia nada comerse. -Bueno -dijo el morenito-. Yo me voy. -?No quieres nada? ?Un cafe? ?Donde vives? -Por ahi. -Como que por ahi. -Pero si yo estoy bien en cualquier parte -dijo saltando al suelo. Castor asintio despacio. Luego miro todo alrededor, habia un billar, una pila de sillas, una guirnalda de luces color naranja, una bandera de Andalucia. -Pues yo no estoy bien en ninguna. Cuando llego a casa no encendio las luces. Le gusta encontrarsela a oscuras, asi tiene la sensacion de que entra en una sala de cine. Ademas se deja la tele puesta para que parezca que hay alguien dandole al pico dia y noche. En realidad se deja encendidas varias teles a la vez. Cinco, cada una en un reality diferente y en una habitacion diferente.

  • Otra vuelta de tuerca de Henry James

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    Un clasico del terror gotico, que marco un hito en la literatura universal, reinterpretado a traves del estilo perturbador e inconfundible de Ana Juan. Una lectura a la que volver una y otra vez para descubrir lo que se esconde entre las lineas del texto y los trazos de los dibujos, ya que en esta historia inmortal todo asombra y nada es lo que parece.

  • Lo bueno del amor [LGBTI] de

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    Esta es la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos.
    O no.
    Porque en realidad Molly Peskin-Suso ha vivido 26 enamoramientos no correspondidos. Como siempre le reprocha su hermana Cassie, al final nunca hace nada por su miedo al rechazo.
    Y ahora Cassie acaba de empezar a salir con una chica y Molly se siente mas sola que nunca. Bueno, excepto por Will, el encantador pelirrojo que esta sorprendentemente interesado en ella. Y su nuevo companero Reid, mas comodo con los personajes de Tolkien que con la gente en general. Con el es muy facil hablar porque jamas podria llegar a gustarle.
    ?Verdad?

  • Malditas palabras de amor de Monica Maier

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    <>
    Eva necesita distancia. De Marco. De ella. De los lugares comunes que le recuerdan lo que ya no son. Por todo ello, decide dejar su ciudad y refugiarse en un pequeno pueblo cerca de la Costa Brava donde busca la calma que le permita dar un nuevo rumbo a su vida. Un lugar sin sobresaltos, hasta que Eva tropieza con un huracan de ojos azules que arrasara con todo lo que creia saber y la empujara a enfrentarse a lo que mas teme: ella misma.
    Una historia intensa y emotiva que nos habla de las conversaciones, a viva voz o silenciosas; las decisiones, cobardes o valientes; y las mentiras y verdades a medias, que condicionan nuestra vida y felicidad.

  • Memento mori (Versos, canciones y trocitos de carne 1) de Cesar Perez Gellida

    https://gigalibros.com/memento-mori-versos-canciones-y-trocitos-de-carne-1.html

  • Inhumano de Patricia Cornwell

    https://gigalibros.com/inhumano.html

    La doctora Scarpetta se enfrenta a uno de los desafios mas dificiles de su carrera.

  • En el principio (Coraje y ternura 1) de Victoria Morrigan

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    "?Como he podido pasar de "me cae mal ese chico que siempre saca mejores notas que yo en clase" a "por favor, no me dejes"?

  • Diane (Attitude 1) de Marion Olharan

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  • Sputnik, Mi Amor de Haruki Murakami

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    Perdidos en la inmensa metropoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satelite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigia su atonita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, esta enamorado de Sumire, a quien conocio en la universidad. Pero Sumire tiene una unica obsesion: ser novelista; ademas se considera la ultima rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convencion moral. Un buen dia, Sumire conoce a Myu en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmatica, y se enamora apasionadamente de ella. Myu contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendra un enigmatico final.

  • Hazme una escena de amor, C.M.A de

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    Anabela Bregan es una reconocida autora de novela romantica que se enfrenta a un momento decisivo en su carrera, debe re-formularse o extinguirse. Tiene dos opciones: se echa de cabeza de una vez por todas a la moda erotica, o muere a los pies de sus colegas que saben explotar el genero. La derrota es inminente, su falta de creatividad sexual encuentra la base en la inexperiencia personal. Joaquin es el amante perfecto, un autentico maestro del sexo, y algo mas que la casualidad lo llevara a golpear a su puerta con un proposito en particular, ser el trabajo de campo que Anabela necesita. La desesperacion llevara a Ana a tomar una decision no propia de ella, arrojarse en los brazos de ese hombre con la unica intencion de encender su cuerpo y que este haga lo mismo con su imaginacion. ?Que sucede cuando juntas a una especialista del amor con un especialista del sexo? Mmmm…mejor no te lo digo. Descubrelo. !Vamos, ven…hazme una escena de amor!

  • Bajo la Estrella Polar de Stef Penney

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    Bajo la Estrella Polar es una nueva epopeya historica de la premiada autora de La ternura de los lobos, especialmente recomendada para fans de Donna Tartt, Sarah Waters o Jessie Burton

  • El ano sin verano, Carlos del Amor de Carlos Del Amor

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  • Renaceran mil rosas de Mariana Guarinoni

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    Mariana Guarinoni le imprime su sello a esta novela tan cercana a su corazon y pinta con trazos inolvidables un gran fresco de la vida de las mujeres en Buenos Aires, en el pasaje del siglo XIX al XX.

  • La mision de Bullsi de Alfonso San Eugenio

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar para conseguir tu sueno? Bullsi, un joven campesino que aspira a ser un gran aventurero legendario, sale de su pequeno pueblo natal para buscar aventuras que lo conviertan en una leyenda.

  • De Cupido nadie se enamora, Vanessa Gonzalez Villar de Vanessa Gonzalez Villar

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    Lola Cupido es la conductora del espacio radiofonico “El amor esta en el aire”. ?A quien se le ocurriria que Lola Hermosilla diera consejos de amor? Si no existe persona con mas mala suerte en las relaciones de pareja. Hay quien se enamora de la persona equivocada alguna vez en su vida, el problema es que Lola siempre lo hace. Y luego acaba con algun plato roto; ademas de su corazon. El caso es que. los consejos de Lola Cupido siempre funcionan. Un admirador secreto, un amigo ?o algo mas?, un novio posesivo y celoso.. ?Podra Lola encontrar finalmente el amor? ?O sera verdad que DE CUPIDO NADIE SE ENAMORA?

  • Los secretos del faro de Santa Montefiore

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    <> Country Wives <> Amazon Misterio y romance en un paisaje idilico Ellen Trawton esta a punto de casarse con un hombre al que no ama, su trabajo la deprime y su madre se entromete en todos los aspectos de su vida. Cuando un dia descubre un punado de cartas dirigidas a su madre por una tia Peg, cuya existencia hasta entonces desconocia, decide huir. ?Que mejor lugar para romper todo contacto con el pasado que el imponente paisaje de Connemara? Pero tras la salvaje belleza de ese perdido rincon de Irlanda se oculta un misterio que parece imposible de desentranar.

  • Rosa la Rebelde de Gema Perez

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    Rosa era una princesa oscura.
    Encerrada en su torre.
    No para protegerla a ella.
    Sino a los demas.

  • Abrazame (En tus brazos 2) de Noe Casado

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    ANTES no era preciso que sonara el despertador para ponerse en funcionamiento cada manana, su insomnio cronico la ayudaba a estar despierta con la antelacion necesaria para arreglarse antes de empezar una de sus largas jornadas laborales. Una rutina bien organizada en la que mantenerse evitando altibajos de cualquier tipo y que hasta no hacia mucho funcionaba a la perfeccion. Pero ahora se le antojaba dificil como poco, pues, cuando oia el odioso <> de su alarma, solo sentia deseos de acurrucarse bajo las sabanas y en buena compania. La buena compania en esos instantes dormia placidamente a su espalda, rodeandola por la cintura, por lo que las ganas de ser responsable se diluian en el acto. Extendio el brazo y apago la maldita alarma. Nicole se movio hasta quedar boca arriba y hacer una mueca. Tantos anos de responsabilidad al garete. Sonrio. ?Quien hubiera pensado que la chica mas responsable del planeta ahora queria hacer novillos? No obstante, algo siempre queda; asi que, dandole un beso suave en el hombro a su grunon y pervertido particular, se levanto de la cama dispuesta a ocuparse de unos cuantos asuntos pendientes. La vida glamurosa que se le presuponia a la novia de un exfutbolista famoso no lo era todo, y ahora tenia que ocuparse del cierre definitivo del bufete. No era plato de buen gusto dar carpetazo a aquella empresa, especialmente tras tantos anos de dedicacion, pero las circunstancias asi lo exigian. Su exsocio ahora, quien lo diria, ya no era el adicto al trabajo de antano y habia montado un despacho propio, lo que la dejaba a ella como unica responsable, hecho que le robaria demasiado tiempo y, tras el cambio experimentado en su vida, no queria pasar tantas horas encerrada en un despacho, marchitandose. Nicole, la chica otrora eficiente y profesional, miro por ultima vez la cama y suspiro mientras dudaba entre apartar la sabana y despertar a la fiera o darse una ducha, fria, antes de ir a trabajar. Se mordio el labio mientras se lo comia con los ojos, pero al final opto por acudir a su cita. La esperaban en el despacho y no podia llegar tarde, no al menos cuando se trataba de un cliente importante. Si ya el estado de la oficina daba que pensar, pues su funcionamiento distaba mucho del de otra epoca, encima no podia permitirse el lujo de no estar presente, por mucha tentacion que en forma de novio pervertido la provocara. <>, penso entrando en el cuarto de bano. Programo el termostato de la cabina de ducha y se metio bajo el chorro; necesitaba refrescarse y parecer una mujer seria y decente, nada que ver con la ligerita de cascos que la noche anterior habia sudado y gemido entre las sabanas como una descarriada. Tras el aseo y con cuidado de no despertar a Max, se metio en el vestidor y saco uno de sus trajes sastre, uno gris marengo entallado de esos de aspecto pulcro y profesional que el odiaba pero que le permitia conservar por eso de jugar a la bibliotecaria cachondona, aunque Nicole preferia usarlos solo en el ambito laboral. Tras un ligero maquillaje y con los zapatos de medio tacon en la mano, salio del dormitorio en direccion a su estudio para recoger los documentos que precisaba en la reunion. Que tuviera pensamientos excitantes no significaba desatender sus obligaciones. Miro la hora y apenas le dio tiempo para un cafe rapido, pese a que la cocinera, sin pedirselo si quiera, ya tenia el desayuno preparado. --Senorita Sanders, que esta en los huesos… --protesto la mujer cuando la vio salir sin probar ni una sola de las tostadas. Nicole se dirigio escopetada hacia su Audi y arranco como alma que lleva el diablo para llegar cuanto antes a su oficina. Cuando acabara sus obligaciones ya se ocuparia de tomarse un tentempie. Aparco en la plaza de garaje reservada en el edificio comercial y, con su portafolio bajo el brazo, subio hasta su despacho. Cuando iba a introducir la llave en la cerradura se dio cuenta de que la puerta estaba entornada y eso no era normal. Ahora ya no disponia de secretaria, y a esas horas el servicio de limpieza jamas trabajaba; por lo tanto, habia algun intruso dentro. --Maldita sea… --farfullo a caballo entre asomar la cabeza y comprobar quien podia haberse colado y para que o bien, lo mas sensato, llamar a la policia y que hiciera su trabajo. Oyo un ruido, un golpe de algo cayendo al suelo, y se sobresalto. --!Joder! --oyo alarmandose aun mas. ?Habia pillado a los ladrones in fraganti? Por si acaso, saco su movil y marco el telefono de la policia para estar preparada en caso de emergencia. Despues del incidente con ese malnacido que ni queria nombrar, empezaba a ser respetada en la comisaria. Bueno, por eso, y por tener a un ex con uniforme, que siempre venia bien. --!Joder, vaya puta mierda de caja! <>, penso Nicole cuando de nuevo se oyo un fuerte golpe. Como le pudo la impaciencia, entorno la puerta y entro. --!Deje eso ahora mismo en su sitio! --grito a pleno pulmon. Puede que una mujer indefensa tuviera las de perder, pero irritando timpanos hubiera ganado una medalla. Un tipo de espaldas a ella, vestido con vaqueros desgastados, sudadera deportiva y con una caja de carton en las manos y otra a los pies con su contenido desparramado, se giro despacio para no enervar mas a la histerica que le habia chillado. El intruso se dio la vuelta lentamente hasta quedar frente a ella y la miro achicando los ojos. Nicole abrio los ojos como platos y su bolso, que pretendia utilizar como arma defensiva en caso de ser necesario, cayo al suelo. Miro al tipo de arriba abajo, parpadeando para asegurarse de que no era una vision. --Esto pesa --dijo el con sarcasmo con la intencion de sacarla del trance. --Lo siento, no te habia conocido --murmuro avergonzada. Y es que costaba reconocer a su exsocio. Parecia otro asi vestido. En todos los anos que lo conocia nunca le habia visto de esa guisa. --Si, yo tampoco me reconozco --mascullo Thomas--. No sabia que ibas a venir; estoy terminando de recoger mis cosas --anadio senalando las cajas. --No pasa nada --dijo sintiendose un poco tonta, alli de pie, los dos en la recepcion como si fueran dos extranos. Aunque en cierto modo asi era. --?Como te va? --termino preguntando por hablar de algo y no seguir alli como dos pasmarotes. --Bien. No me quejo. ?Y a ti? --Depende de como se mire --respondio no muy contento consigo mismo. --?Y eso? --inquirio. No porque le interesara realmente, pero ahora procuraba comportarse de forma menos altiva y ser mas comunicativa. Ademas, no costaba nada perder cinco minutos. En ese instante la puerta se abrio… y una morena, ataviada con el chandal mas azul electrico del mundo y con una sonrisa de oreja a oreja, entro convirtiendose en el acto en el centro de atencion. Sin ningun reparo, se acerco a el, le dio una palmada en el culo y dijo riendose: --!Deja de darle a la sin hueso que he dejado el coche mal aparcado! --Y despues se volvio hacia Nicole--: !Cuanto tiempo sin verte! Ambas se dieron dos besos e hicieron caso omiso al refunfunon que sujetaba una caja. --Dame las llaves del coche --pidio Thomas--. Mientras os da por poneros al dia, voy bajando algo. Olivia se las metio en el bolsillo delantero del pantalon y el se marcho; eso si, Nicole tuvo la decencia de mantener la puerta abierta para que pasara. --Te veo estupenda --comento la abogada. --Pues tu tampoco te puedes quejar… Y a todo esto, ?que haces currando? Se supone que tienes una vida glamurosa, repleta de invitaciones y todo eso… --Intento llevar algunos casos sencillos. No todo va a ser ir de fiesta en fiesta --respondio de buen humor--. ?Que tal esta el pequeno Robert? --Mi nino esta para comerselo…, --murmuro orgullosa--. Mira que yo queria una nina, ya sabes, por eso de volver loco a su padre, pero al final Thomas se salio con la suya. --No se como ha consentido que le pongais ese nombre… Nicole conocia la tragedia familiar de su exsocio asi que, cuando supo el nombre escogido, se llevo una gran sorpresa. --Bah, todo es cuestion de persuasion. Ademas, entre Julia y yo le dimos la chapa y, como mi sobrina es la madrina, pues ella eligio el nombre y el padre a callar y punto. Sabe que en casa tiene las de perder y poco a poco le estamos reformando… --Ya me he dado cuenta --adujo con una sonrisita--, es la primera vez que le veo asi. Tan… --?Normal? --Si --respondio sin perder el buen humor. Habia que reconocerlo, hasta no hacia mucho pensaba que su exprometido seria incapaz de cambiar, pero, como suele decirse, torres mas altas han caido. --Me ha costado un triunfo, no veas. Es que, cuando se pone petardo… no hay quien lo aguante, pero si los vaqueros le quedan de muerte. Ah, y no son de marca, que conste --explico Olivia satisfecha. El aludido eligio ese momento para hacer su aparicion y las miro a las dos frunciendo el ceno. --?Tienes para mucho? --pregunto a su mujer con sarcasmo. Sabia que, si insistia para sacarla de alli, mas se empecinaria ella en quedarse; por tanto, mejor insistir lo justo. --No te enfurrunes que te salen arrugas. ?No me digas que no esta mono asi, con barba de tres dias? --pregunto Olivia acariciandole las mejillas. --Bueno… si --convino la otra, acostumbrada a vivir con su propio tipo desalinado. Lo cierto es que ver a Thomas con ese aspecto tan, ?normal?, como habia sugerido su mujer, le hacia parecer menos insoportable. Si ademas le sumabas un caracter menos propenso a la arrogancia, lo cierto es que hasta podian llegar a ser amigos. Thomas hizo una mueca. Lo que habia que sufrir por el bien de su relacion. Si alguien, un par de anos antes, le hubiera mencionado algo asi… Para no seguir siendo objeto de estudio, decidio poner fin a la tertulia de chicas. --Venga, que se nos hace tarde. Y te recuerdo que tu y las normas de circulacion no os llevais nada bien. --La culpa no es mia. ?A quien se le ocurre conducir al reves? Por Dios, que raritos sois --se quejo negando con la cabeza. Nicole se echo a reir. --Ya deberias haberte acostumbrado. --Me niego --adujo toda seria. --Ya discutiremos otro dia ese asunto --intervino Thomas tirando de ella. --Ah, por cierto… --Olivia busco en su bolsillo y extrajo unas tarjetas de visita que entrego a Nicole--, me he hecho freelance. --Joder… --refunfuno el a su lado y anadio mirando a su ex--: no la animes, por favor. --?Freelance? ?Te has metido a periodista? --!Que mas quisiera yo!--se lamento el abogado. Pero ninguna de las dos le prestaba atencion. --No, que va. Soy freelance de la estetica --explico orgullosa Olivia mientras la otra mujer guardaba las tarjetitas en su cartera. --Que conste que he intentado impedirlo por todos los medios --apostillo el evidenciando su desagrado por tal circunstancia. --Bah, ni caso. Veras: es que abrir un centro de estetica, como siempre habia sido mi sueno, me es imposible. --Porque no quieres, que el banco si te daba el prestamo --intervino Thomas recordandoselo. --Ya, y toda la vida trabajando para devolverlo. No, he preferido ir a mi aire. Ademas, de ese modo puedo vivir aqui o en Espana sin estar atada a un negocio. Hago clientas a traves de contactos, me llaman, voy a su casa y las atiendo. !Un negocio perfecto! --Pues me parece una idea estupenda --convino la abogada--. Dame mas tarjetas, que se las paso a mis amigas -- pidio Nicole interesada. Olivia se mostro encantada. --Tambien me ocupo de los novios y amigos… --insinuo Olivia picarona. --No me lo recuerdes… --farfullo un hombre descontento y un pelin celoso. --Pues mira, ahora que lo pienso… Igual podrias pasarte manana por casa… --Lo que me faltaba --protesto el. --Deja de enfurrunarte. Tiene derecho a montar su propio negocio --le recrimino Nicole. --?Ves como es una buena idea? --inquirio Olivia aprovechando la ventaja. --A ver, que quede claro, yo no me opongo. Pero eso de ir todo el dia con el maletin de aqui para alla, de casa en casa, no es serio. Podia haber montado un salon profesional y hacerse con una clientela respetable, pero no, la senora siempre tiene que desbaratar los planes. --Oh, por favor, ya te salio la vena petarda. Tu ni caso --dijo dirigiendose a Nicole--, tengo muchas ganas de pillar por banda a tu novio, que, por cierto, ?cuando lo vas a convertir en un hombre decente? --Un dia de estos --respondio sin comprometerse. --Porque he leido en las revistas que te lo ha pedido unas cuantas veces. --Pero siempre le digo que no --respondio con una sonrisa--. Lo de estar comprometida no es para mi. Su ex se mantuvo prudentemente en silencio. --Pues a lo mejor tienes razon… --reflexiono Olivia--; ademas, si te animas a tener crios no necesitas estar casada. Si te soy sincera, yo acepte por el --hizo una mueca burlona--, porque para estas cosas es de un antiguo… --dijo senalando al <>. --Deja de cotillear --insistio Thomas--, que al final no hacemos nada. --Bueno, pues te dejo, que con un responsable asi, a cuestas, no puedo ir a ningun sitio. Las dos mujeres se despidieron con besos y la promesa de que Olivia los visitaria al dia siguiente para ejercer de freelance estetica con Max. Cuando Nicole se quedo de nuevo a solas, cerro la puerta y comprobo la hora; se percato de que, a pesar de que se habia citado con un cliente y, despues de venir a la carrera, este ni siquiera se habia presentado. Se encamino hacia su despacho y se sento en su confortable sillon de oficina. Dejo sobre su escritorio, como siempre impoluto, los papeles que llevaba y encendio el ordenador. Le daria un tiempo de cortesia a su cliente mientras revisaba los correos electronicos y otras cosillas. Noto una vibracion en el bolso y saco su movil. --?Diga? --Siento el retraso, senorita Sanders. Llegare en diez minutos. Nicole suspiro y se preparo los papeles necesarios para entregarselos y asi perder el menor tiempo posible. Hubo suerte; su visita esta vez si cumplio y pudo despacharla en menos de dos horas. Asi que, con el trabajo terminado, se dedico a navegar un rato por Internet. Encontrar noticias de Max en la red ya no suponia ninguna novedad, pero de vez en cuando convenia echar un vistazo por si alguna mencion estaba fuera de lugar o se usaba su imagen de forma incorrecta. Ahora que le llevaba los asuntos profesionales, ademas de los personales, visitar webs entraba dentro de sus funciones. No encontro nada relevante, amen de algunas fotos en las que tambien aparecia ella, por lo que se quedo tranquila. Sin embargo, justo antes de cerrar el navegador hubo algo que le llamo la atencion y quiso ampliar la informacion que daba el titular… Capitulo 2 --NO puede ser… A cada palabra que leia su perplejidad iba en aumento. Deberia estar curada de espanto. Multitud de mujeres afirmaban haberse acostado con Max y, si bien algunas simplemente se lo inventaban por alcanzar notoriedad, otras aportaban pruebas, como fotos, para dar mas credibilidad a la historia. E incluso daban detalles mas intimos, como gustos personales sobre el cuerpo de su amante o habilidades especiales, lo cual Nicole conocia de primera mano, por lo que escuchar a un monton de mujeres mencionandolo jorobaba bastante. Entendia que el tuviera un pasado, aunque costaba un poco digerirlo. Y eso que Max, siempre que la pillaba martirizandose, la llamaba poco menos que idiota, por dar pabulo a esas memeces. Especialmente porque, cuando asimilo de quien se habia enamorado, lo hizo aceptando todas las condiciones, y su vida pasada entraba en el lote. Lo intentaba y lo conseguia, mas o menos, pero esta noticia era completamente diferente. No era menos cierto que a veces se difundian noticias a las que el medio en cuestion anadia detalles de su propia cosecha para hacer mas jugoso el reportaje, y luego, como no, estaban quienes, a titulo personal, se lo pasaban en grande inventado lios en los que Max era el protagonista. Aun asi, costaba digerirlo. No queria terminar siendo una de esas mujeres celosas que arrancaba los pelos a cualquiera que se acercara a su chico, ya no tenia edad para eso. Era adulta, podia racionalizar las cosas y ser objetiva, pero, utilizando palabras de su chico: jodia, y mucho. Con un nudo en el estomago y la esperanza de que solo se tratase de otra aspirante a vivir del cuento, recogio todas sus cosas y se dirigio a su coche con la idea de dar una vuelta y despejarse un poco. Sentada en el vehiculo, pero con el motor apagado, se planteo donde acudir. A esas horas, Carla, una de las pocas personas a las que podia llamar <> y a la que podia confesarle sus temores sin recibir una sarta de buenas palabras, estaria ocupada en su trabajo. Y conociendola, no estaba muy segura de querer saber su opinion, pues podia ser de todo menos racional. Podia pasarse por casa de sus padres y perderse en la chachara intrascendente de su madre, pero, como suele decirse, es peor el remedio que la enfermedad. No necesitaba acabar la jornada con dolor de cabeza y menos aun inventarse nuevas excusas para justificar que siguieran viviendo en pecado, hecho que Nicole disfrutaba, pero que a su madre todavia le escocia. No era ningun secreto que la senora Sanders se moria por organizar el bodorrio mas espectacular y hortera del mundo para casar a su unica hija. Y Nicole se resistia a ello con todas sus fuerzas. Cuando le preguntaban <>, ella siempre respondia <>. Tambien ciertas amistades le recordaban que su novio era un tipo, por decirlo de manera suave, bastante solicitado, y que, por lo tanto, deberia tener los ojos bien abiertos para evitar que una lagarta se lo levantara, de ahi que casarse fuera <>. Ya, como si a Max o, ya puestos, a cualquier otro hombre fuera a detenerlo un papel en caso de querer ser infiel. Nicole odiaba que intentaran inocularle el virus de la maldita duda; ella solita, como en esos instantes, ya se autoflagelaba lo suficiente como para recibir ayuda extra. Podian ser comprensibles, aunque irracionales, sus dudas y mas si cabe cuando Max nunca le habia dado un solo motivo para ello. Pero era humana y a veces aparecen sentimientos inoportunos que te joroban y que, como tales, no pueden ser mandados a paseo chasqueando los dedos. --Mira que soy estupida --murmuro mientras buscaba las llaves del coche en su bolso. Termino arrancando el vehiculo y, con la prudencia habitual, maniobro para salir del estacionamiento. Lo mejor era regresar a casa y esperar que semejante noticia fuera solo un bulo mas de tantos que corrian por la red. De momento no le comentaria nada a el, pues no tenia sentido hacer una montana de un grano de arena y enfadarle, ya que, normalmente, Max echaba unos cuantos juramentos cuando ella se preocupaba, a lo tonto, de ese tipo de noticias. Nada mas llegar, aprovecho para cambiarse de ropa, pues corria el riesgo de echar el traje a perder si Max la pillaba por banda, ya que tenia cierta obsesion con su ropa de trabajo; segun el, palabras textuales: <>. Eso tenia su gracia, pues, visto desde fuera, su traje sastre era de todo menos picante; pero, con una mente tan pervertida como la de Max, cualquier cosa era posible. Nicole nunca se atreveria a ponerlo en duda, asi que, con algo menos provocativo (ironias de la vida), bajo al gimnasio, donde seguro lo encontraria a esas horas. No le fallo el instinto y, cuando empujo la puerta doble que daba acceso a el, se quedo alli, atornillada al suelo, mientras un tipo que solo vestia un pantalon de deporte sudaba la gota gorda sobre un banco de abdominales acolchado; ella era incapaz de hacer ese practica, ya que con un poco de yoga y pilates le bastaba para estar en forma. Por supuesto sin estar el delante, jamas, pues no haria ni un estiramiento decente. Todavia le costaba realizar ciertas actividades en presencia de Max. Y, ademas, estando sola evitaba las burlas y comentarios jocosos sobre sus ejercicios. Se le hizo un nudo en la garganta. Sintiendose una mirona en toda regla, hecho que antes nunca le preocupo, y aprovechando que Max estaba de espaldas, espero a que el se percatara de su presencia. No iba a jadear como una tonta, pero casi. --Con las prisas y tu mania de llegar pronto, ?hoy no has desayunado? La voz de Max, que para estar haciendo ejercicio no sonaba nada forzada, la saco de su ensimismamiento. Parpadeo antes de poder hablar. --?Perdon? --se vio obligada a pregunta

  • Uno siempre cambia al amor de su vida de Amalia Andrade Arango

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    Cambiar no es una renuncia sino una promesa, nos dice la autora. Porque si algo no funciona, SIEMPRE habra un nuevo amor o una nueva vida. Amalia se enfrenta a un corazon roto. ?el suyo? Con una mirada positiva, energica y con toques de humor, construye un kit de primeros auxilios absolutamente interactivo: muy util para combatir el desamor a traves de reflexiones, consejos, recetas y montones de listas e ideas ingeniosas capaces de transformar una experiencia negativa en una fuerza liberadora. Porque en el amor y en el desamor nunca estamos solos.

  • Buscame en tu corazon de Fernanda Suarez

    https://gigalibros.com/buscame-en-tu-corazon.html

    Llega la septima entrega de la serie romantica ambientada en la regencia <>.

  • Juventud sin Dios de Odon Von Horvath

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    Al igual que hizo Michael Haneke muchos anos despues en La cinta blanca, Odon von Horvath narra en esta prodigiosa novela los origenes del nacionalsocialismo y como la semilla del mal ya estaba presente en los jovenes y en su educacion.

  • Bajo el calor de tu piel de Noelia Amarillo

    https://gigalibros.com/bajo-el-calor-de-tu-piel.html

    Ningun pais esta tan lejos como para no visitarlo. Esa es la filosofia de Andres. Hace tres anos huyo de su casa, su familia y su pais, y desde entonces recorre el mundo sin ningun plan excepto su propio antojo. Casi ha conseguido borrar de la memoria a quien no quiere recordar. Hasta que una manana, tras una noche especialmente descontrolada, recibe una llamada que dara un giro radical a su vida y le obligara a volver a donde no quiere regresar. Su tio Caleb ha sufrido un accidente y no pinta nada bien.
    Andres no tiene otro remedio que volver al pueblo que abandono sumido en el dolor y quedarse alli por un tiempo que se le antoja eterno. Alli descubre que su mejor amigo de la infancia ha ocupado su lugar. Hace su trabajo, se ha convertido en la mano derecha de su tio y es el inseparable companero de su exnovia, Paula.
    Y a Andres todo eso le parece maravilloso. Odia trabajar en el campo, y tampoco le importa mucho que Caleb solo tenga buenas palabras para su antiguo amigo (ese al que va a partir la cara en cuanto se cruce en su camino) y desde luego, le parece estupendo que este tan unido a Paula, esa zorra que le destrozo la vida y a la que no consigue olvidar.

  • Sex stories de Tierra Salvaje

    https://gigalibros.com/sex-stories.html

    Libro erotico en espanol. Contiene una serie de historias eroticas de alto voltaje. No aptas para menores de dieciocho anos.

  • El premio de Brenda Joyce

    https://gigalibros.com/el-premio.html

    “Devlin O'Neill, celebre capitan de la Marina Real britanica, vive consumido por el deseo de destruir al conde de Eastleigh, el hombre que asesino brutalmente a su padre. Tras llevarlo al borde de la ruina, aguarda el momento de asestarle el golpe de gracia. Y su oportunidad se presenta en forma de una impetuosa joven americana, sobrina del conde, que esta dispuesta a hacer estallar en llamas su vida fria y calculadora.

  • La septima silla de Constanza Sartory

    https://gigalibros.com/la-septima-silla.html

    La psiquiatra Elina Amille esta a punto de retirarse de una prestigiosa carrera de mas de 35 anos. Sin embargo, mediante un acontecimiento inesperado, descubre que existe una forma de saldar, aunque sea en parte, una dolorosa deuda que tiene con el pasado.
    Por otro lado, seis mujeres de distintas edades y ocupaciones, se encuentran al iniciar un novedoso tratamiento a traves del cual pretenden arreglar sus desastrosas vidas.
    El destino se encarga de cruzar los caminos de estas siete mujeres, dando por resultado una compleja historia de suspenso, romance, drama y humor.

  • Hasta que el camino se acabe (Bilogia Amame 1), Priscila S de Priscila S

    https://gigalibros.com/hasta-que-el-camino-se-acabe-bilogia-amame-1-priscila-s.html

    La amistad de anos entre dos familias, rota. Un secreto que marcara, no solo su destino, sino tambien el de sus hijos. Pero la enemistad existente entre ellos y todo lo que hicieron para que no se conocieran, no sera suficiente cuando la vida tiene el camino escrito para ellos.
    Anos despues, las familias vuelven a encontrarse. ?Que ocurrira cuando sus hijos se vean las caras por primera vez? ?Habra, entre ellos, mucho mas?
    ?Podra mas el amor que el odio?
    Romance e intriga son los ingredientes principales de esta novela.

  • Cosas que no quiero saber de Deborah Levy

    https://gigalibros.com/cosas-que-no-quiero-saber.html

    Cosas que no quiero saber y El coste de vivir forman la <> de Deborah Levy, un relato de la feminidad como libertad y no como castigo.

  • Vamos a romper las normas de Beatriz Lopez-terradas Rodriguez

    https://gigalibros.com/vamos-a-romper-las-normas.html

    la mayor parte de su vida, sino que es el Gobierno el que se encarga de tomar esa decision. En esta poblacion reina la esclavitud, la tristeza y el color gris. El Gobierno, para mantener controlados a sus habitantes, hace que estos, sin ser conscientes de ello, ingieran diariamente una sustancia que les hace desarrollar miedos y los convierten en mas obedientes y manipulables. Pero, desgraciadamente para el Gobierno, una de cada cien personas nace inmune a esta sustancia, razon por la que estas son asesinadas nada mas nacer.

  • Manhattan Beach 1 de Raquel Villaamil

    https://gigalibros.com/manhattan-beach-1.html

    Miriam acaba de llegar a la capital del cine y un inesperado accidente le lleva a entablar contacto con el mundo del septimo arte, del que lo ignora todo y en el que ahora va a cursar un acelerado master cuando conoce en circunstancias desternillantes al famoso Sean Weller, un actor de irresistible atractivo pero con un pasado dificil, que va a poner a prueba sus sentimientos. En su enamoramiento se cruza un guion misterioso que encuentra junto a Sandra, la belleza californiana y aspirante a actriz con la que comparte casa y fiestas en Los Angeles. Las cosas se complican y Miriam debera escoger entre un idilio de cine o su carrera como arquitecta.