• libro ahora que te vas - Eva Blanch

    https://gigalibros.com/ahora-que-te-vas.html

    A lo largo de un dia, dos mujeres -Ruth y Andrea- conversan y repasan la vida de la primera, mientras Andrea se enfrenta a unos sentimientos que luchaba por olvidar. El titulo hace referencia por un lado al viaje fugaz que hace la protagonista y por otro lado alude a su menstruacion, pues es el elemento que la autora ha elegido para vertebrar la narracion. A traves de distintos episodios relacionados con su regla, Ruth reflexiona acerca de las diferentes fases de su vida y como han influido en su cuerpo. No es una novela de formacion pero si de primeras veces, pues en ella se narran muchas de las primeras experiencias vitales de la protagonista.

  • Ahora que te vas - Eva Blanch | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-ahora-que-te-vas/292269

    2 abr 2019 — Sinopsis de Ahora que te vas: ... Una novela que habla sobre el paso del tiempo y cómo los cambios en su cuerpo marcan la vida de una mujer. A lo ...

  • AHORA QUE TE VAS | EVA BLANCH | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-ahora-que-te-vas/9788490666791/9110672

    Sinopsis de AHORA QUE TE VAS ... Una novela que habla sobre el paso del tiempo y cómo los cambios en su cuerpo marcan la vida de una mujer. A lo largo de un día, ...

  • Ahora que te vas: 11 (Andanzas) Tapa blanda - Libros

    https://www.amazon.es/Ahora-que-te-vas-Andanzas/dp/8490666792

    Ahora que te vas: 11 (Andanzas) Tapa blanda – 2 abril 2019 · Versión Kindle 2,84 € Leer con nuestra App gratuita · Tapa blanda 16,15 €. 3 De 2ª mano desde 8,02 € ...

  • Ahora que te vas by Eva Blanch - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/45141579-ahora-que-te-vas

    Una autora para mí totalmente desconocida. Un libro sin marketing. Me ha resultado embriagador como hay un hilo conductor que es la regla y a través de ella ...

  • AHORA QUE TE VAS - EVA BLANCH - 9788490666791

    https://www.agapea.com/Eva-Blanch/Ahora-que-te-vas-9788490666791-i.htm

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  • Ahora que te vas - Eva Blanch -5% en libros | FNAC

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    Ahora que te vas, libro o eBook de Eva Blanch. Editorial: Tusquets. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • AHORA QUE TE VAS. BLANCH, EVA. Comprar libro

    https://www.popularlibros.com/libro/ahora-que-te-vas_925269

    AHORA QUE TE VAS (Libro en papel) ; Editorial: TUSQUETS EDITORES ; Año de edición: 2019 ; Materia: Literatura y ficción ; ISBN: 978-84-9066-679-1 ; Páginas: 192.

  • Ahora que te vas - Eva Blanch - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Blanch-Ahora-que-te-vas/95061

    6 ago 2019 — Críticas, citas extractos de Ahora que te vas de Eva Blanch. ... Añadir crítica. Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • ahora que te vas - Librería Sinopsis

    https://www.libreriasinopsis.com/libro/ahora-que-te-vas_319509

    AHORA QUE TE VAS, BLANCH, EVA, 16,35€. A lo largo de un día, dos mujeres ?Ruth y Andrea? conversan y repasan la vida de la primera, mientras Andrea se ...

  • Un hombre al mando de Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.

  • Todo esta muy oscuro (Las doce puertas 3) de Vicente Raga

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    ?Te atreves a entrar en el universo de Las doce Puertas? Piensalo bien porque te costara salir.

  • Independizate de Papa Estado de Carlos Galan Rubio

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    Eres consciente de que invertir para tu futuro es importante y cada vez tienes mas dudas acerca de la sostenibilidad del sistema de pensiones. Es posible que cuando llegue tu turno para cobrar la pension no quede ni un duro. Estas preocupado. Y con razon. Aun con todo, crees que todavia eres joven y ya habra tiempo de invertir.
    Quiza cuando te asciendan, o cuando recibas un dinero inesperado (herencia, premio etc), o cuando conozcas a un millonario que te revele el truco definitivo para ganar en bolsa. Estas esperando el momento perfecto.
    Aunque te decidieses a hacerlo hoy mismo, ?por donde empezar? Hay tantos bancos, tantos productos distintos, tantas teorias, tantos libros... que te sientes abrumado. ?A quien hacer caso?
    De alguna forma sabes que tienes que hacer algo pero despues de investigar superficialmente sobre el tema te sientes confundido y no haces nada. El TIEMPO pasa…

  • Corazones de Africa de Rita Black

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    Una historia de amor con el increible paisaje africano como telon de fondo.

  • El cartel de Don Winslow

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    El cartel es una colosal narracion que se mueve entre los aridos escenarios mexicanos y los despachos de los poderosos en Washington, y que se extiende hasta ciudades europeas como Berlin y Barcelona. El absorbente trabajo de documentacion de Winslow (libros, prensa, fotos, videos, encuentros personales…) le ocupo cinco anos, y marco su vida personal por las implicaciones que acarrea adentrarse en un mundo tan increiblemente violento y corrupto.

  • Vitae. No te enamores de un monstruo de A. G. Dones

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    Los chicos del instituto se habian pasado todo el dia hablando muy emocionados sobre una manada de ginetas que habia aparecido cerca de alli, junto a la carretera que bordeaba el cerro de la entrada al pueblo. Yo tenia quince anos entonces. Segun decian, las ginetas habian abandonado el campo y habian empezado a llegar al pueblo, cruzando carreteras y atacando a los perros que paseaban con sus duenos por los descampados. Parecian muy alteradas, como si algo las empujase a salir de su habitat. Teniendo en cuenta donde viviamos, aquello era lo mas emocionante que habia ocurrido en Los Fresnos desde que construyeron el cine de verano en el parque central. --La semana pasada tambien aparecieron --dijo uno de los chicos de mi clase--. Mi hermano mayor se cruzo con una cuando paseaba a Simba, cerca de la gasolinera, y el bicho ataco salido de la nada. Mi hermano puso la pierna en medio para que no atacara al perro, pero el se llevo un buen mordisco. Tuvieron que ponerle la antirrabica. Conocia aquel lugar. Estaba cerca de mi casa, a tan solo un paseo, y era un sitio donde muchos aprovechaban para soltar a los perros y dejarles correr sin peligro. La carretera estaba cerca, pero por alli apenas pasaban coches, tan solo los que iban a repostar. Tampoco es que fuera la gasolinera mas rentable de la historia. Pasaron mas de dos semanas en las que las extranas apariciones de ginetas continuaron y a las que se sumaron tambien algunos jabalies. Por suerte, la mayoria de ellos se conformaba con levantar la tierra alli por donde pasaban para comerse las raices que encontraban a su paso. Mas alla de darle trabajo a los jardineros del Ayuntamiento, no causaron grandes males. --?Que animal creeis que sera el siguiente? --preguntaba mi amiga Maria, sentada de rodillas en el asiento de delante en el autobus, mirando hacia atras. Nos dirigiamos a una excursion escolar al campo, una de esas salidas para hacer caminatas que siempre he odiado y a las que siempre me han obligado a ir. Si al menos nos ensenasen algo util o curioso durante aquellas salidas... --?Hay osos por aqui? Si los hay, seguro que es el siguiente. --O lobos. --Aqui no hay lobos. Solo hay vacas y ovejas. --Y halcones. --?Os imaginais el barrio lleno de halcones subidos a las farolas y a los coches? --Yo no saldria de casa ni loca --intervine por primera vez. Aquellas conversaciones insustanciales me aburrian, pero una imagen asi impresionaba hasta en la mera imaginacion. La radio sonaba en la cabina del conductor y era casi imposible escuchar algo con el murmullo continuo de mis companeros, pero una noticia de ultima hora consiguio llamar mi atencion: <>. De pronto imos la bocina de un coche en direccion contraria y, justo despues, todo el mundo salio despedido de su asiento con violencia por un frenazo. Algo golpeo el parabrisas del autobus, agrietandolo hasta convertirlo en una telarana de cristal. El segundo autobus escolar llego por detras sin poder frenar a tiempo y, en apenas unos segundos, el nuestro se salia del arcen y rodaba sin control por el barranco de aquella montana a la que acababamos de llegar. Como no dejaron de recordarme despues, dio cuatro vueltas de campana y finalmente se detuvo de lado en una zona llana, a unos veinte metros por abajo de la carretera. Recuerdo aquel dia rojo; los cristales habian estallado y las esquirlas se nos enredaban en el pelo y se nos clavaban en la piel descubierta, llenandonos de sangre las manos y la cara. Habiamos terminado todos apelotonados en un lateral del autobus, sobre las ventanas rotas, y alguno se habia roto la nariz o abierto alguna brecha por la caida y los golpes de los otros cuerpos. Yo estaba justo debajo. Fui la unica que se habia puesto el cinturon de los mas de cuarenta alumnos que viajaban en el autocar, y tambien fui la unica que se quedo atrapada en su asiento, soportando el peso de quienes habian estado sentados junto a mi sin poder moverme; mi cuerpo estaba en vilo, sujeto unicamente por las dos correas que me quemaban en el cuello y me apretaban las costillas. No podia respirar y me dolia mucho la pierna. Poco a poco fueron levantandose y saliendo por las ventanas rotas siguiendo las ordenes de un profesor que intentaba mantener la calma, pero se le notaba el temblor de la angustia en la voz. Cuando se me quitaron de encima, note que algo no iba bien. Sentia mucho frio y no conseguia moverme. El dolor de la pierna empezaba a desaparecer, como tambien desaparecia todo lo que tenia a mi alrededor. Fije como pude la vista borrosa sobre la pierna y entonces lo vi: un trozo de metal de la carroceria se habia doblado y me atravesaba el muslo. Todo el pantalon estaba empapado en sangre. Quise soltarme, pero no me atrevi. Tal vez, si me soltaba el cinturon que me sujetaba en aquella extrana postura, seria mucho peor. Escuche un murmullo lejano junto a los pasos de alguien que se acerco a toda prisa hasta mi y supe que aquel seria el final. Una sensacion helada me recorrio la cara, las manos, luego la espalda... y despues todo se quedo en negro. 2 Apenas recuerdo nada de aquel dia, solo el frio que me inundaba el cuerpo a medida que la sangre lo abandonaba. Han pasado ya diez anos desde el accidente y, de alguna manera, me las he ingeniado para seguir aqui; pero desde entonces soy... distinta. Me han contado mil veces lo que ocurrio en aquel barranco, el calor de las chispas saltando en un baile luminoso cuando los bomberos cortaron el trozo de metal que seguia incrustado en mi pierna y como me llevaron al hospital en helicoptero, pero no soy consciente de haber recorrido media ciudad por los aires, ni recuerdo tampoco el sonido de las aspas ni de los motores, ni el tacto de los guantes de nitrilo de los medicos. No recuerdo nada de eso, pero lo he oido tantas veces que esos recuerdos casi los siento como mios. Del hospital hay menos detalles. Solo me contaron que un medico hizo una locura para intentar salvarme. Y lo consiguio. Siendo mi grupo sanguineo 0-, solo podia recibir sangre del mismo tipo; cundo llegue al hospital, segun nos contaron despues, estaba ya tan cerca de la muerte que pensaron que la transfusion no llegaria a tiempo, pues las reservas de mi grupo eran escasas en ese momento. Fue unicamente la determinacion del doctor Xavier Cortes lo que consiguio devolverme a este mundo. Viendo que no aguantaria ni dos minutos y que no habian llegado suficientes donaciones, decidio que me salvaria con su propia sangre. Se cogio una via el mismo y espero, sentado en una silla junto a la camilla del quirofano, mientras el resto del equipo medico hacia lo que podia por salvarme la pierna. Gracias a aquella locura que casi le cuesta la inhabilitacion, consiguio que aguantase lo suficiente hasta que llego el resto de las bolsas de reserva. Si no hubiese sido por aquello... --La buena noticia es que la pierna se recuperara bien --habia dicho el doctor Cortes--. La mala es que hemos descubierto por casualidad algo mas. Y alli estaba, esa noticia que uno no quiere escuchar nunca. Mi madre me abrazaba por los hombros con la angustia agarrada al pecho; mi padre me apretaba la mano y miraba a los medicos con el entrecejo fruncido. Era su manera de mostrar preocupacion, ese leve gesto en la frente, nada mas. Cuando mis padres me adoptaron, una de sus mayores preocupaciones era que estuviese sana. Y durante quince anos asi lo parecia, pero aquella seguridad estaba a punto de venirse abajo. Talasemia. Esa era la condena. Una enfermedad hereditaria que me provocaba anemias constantes y graves. El tratamiento: tendria que recibir transfusiones periodicamente durante el resto de mi vida. Toda una existencia recibiendo vida de otras personas. Vida liquida.

  • La Iguana de Alberto Vazquez-figueroa

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    A finales del siglo XVIII, existio un hombre llamado <> Oberlus, que debido a su terrible aspecto era despreciado y maltratado por todo el mundo. Harto de esa situacion, huyo al archipielago de Las Galapagos, y en el islote de La Espanola establecio su morada. Alli espero impaciente durante anos, pero al final sus deseos se vieron cumplidos: en ese islote atracaron unos pocos barcos y <> no desaprovecho su oportunidad. Secuestro algunos de sus tripulantes y los sometio a sus ordenes, tratandolos como simples criaturas salvajes, tal y como lo habian tratado a el durante toda su vida.

  • Besame, tocame, hazme tuya de Bianca De Santis

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    Habia terminado, por fin, la cuenta regresiva de esos meses, esas semanas que parecian infinitas, cada uno de sus dias, sus minutos y todos los segundos. La espera de tantas semanas, dieciseis en total, y que parecia interminable al principio, culmino rapidamente. Eva tenia muchas ganas de ir al bano para vaciar su vejiga. Ademas, una joven enfermera con manos agiles hacia delicados movimientos para aplicar esa sustancia fria por su vientre, que aun no mostraba senales de abultamiento. Quiso reclinarse en su comoda silla para calmar su cuerpo, pero le costo mucho. Ella no dejaba de ver a Bruno. Su expresion, que generalmente era de profunda calma, se habia convertido en un ceno fruncido y una mirada molesta. Su mirada profunda como el mar mostraba en ese momento un terrible nerviosismo y una gran ansiedad. Si bien los dos querian estar alli para presenciar el ecosonograma que habian planificado hacer al cumplir los cuatro meses de embarazo, a Bruno la idea de ir a la ciudad no le parecia precisamente agradable. A el, evidentemente, no le gustaba estar en ese lugar. Habian solicitado un turno a primera hora, por lo que aguardaron alli y utilizaron el tiempo disponible para comprar comestibles. Sabian que era necesario, pues su jardin no estaba dando frutos debido a la fuerte temporada de lluvia. No tenian nada que comer, e Eva debia mantener una alimentacion basada en verduras y frutas frescas. Eva era consciente de que pronto tendria que usar ropa mas amplia, aunque todavia su estomago no habia crecido. No le gustaba ir de compras, pero le harian faltas vestidos con tallas mas grandes que las diminutas blusas que solia usar. Aunque Bruno no era partidario de salir, intento mostrar alegria cuando la acompano al centro comercial. Tambien querian comprar cosas para el nino. A el no le gustaba mucho salir a adquirir esos atuendos. Odiaba hacerlo, de hecho. --Perfecto. Por favor, reclinate para ver tu pancita --le pidio la enfermera con una sonrisa amplia a Eva. Eva se enfoco en el momento y el lugar. Abandono los pensamientos de las compras. Tomo aire y trato de no sentir dolor por el tamano de su vejiga. En ese momento creia que tomar tanto liquido antes de acudir para realizarse ese examen no era precisamente una buena idea. No queria que sus piernas quedaran en una posicion poco confortable. Balanceo su cuerpo para sentirse mas comoda. Cuando movio la parte inferior de su cuerpo, sintio que finalmente el deseo de vaciar la vejiga, asi como el los alaridos de dolor y la tension en su cuerpo finalmente terminaban. Era una chica con cabello negro, unos ojos color miel y un rostro perfectamente maquillado. Aunque aparentaba tener unos dieciocho anos, Eva era consciente de que eso no podia suceder. Sabia que solo podria haberse graduado en la universidad tras cuatro o cinco anos de estudios. -- Habia olvidado decirlo. Mi nombre es Ana --dijo con calma la enfermera para presentarse. Lo mas importante era que la habia tratado muy bien. No le agradaba para nada la idea de que una persona desconocida la tocara. Ademas, no le hubiera gustado tener que lidiar con una enfermera arrogante o que moviera su cuerpo con molestia para aplicarle alguna inyeccion. Le enfadaban incluso las visitas medicas de su nuevo doctor familiar. Tuvo que ir sola a la primera, ya que Bruno no quiso ir en esa oportunidad a la ciudad. Cuando noto que podia estar enferma, decidio comenzar a acompanarla, pero siempre tenia ganas de salir corriendo de alli y volver a su pequena cabana. No tenian mucho tiempo juntos y el pasado hasta ese momento era un tema tabu. Por eso, Eva no sabia por que Bruno sentia incomodo alli. Se preguntaba si tendria esa sensacion solamente con Alto Prado o todas las ciudades a las que fuese. Si le preguntaba al respecto, seguramente el no querria responder, porque estarian entrando en un terreno pantanoso para el. Si bien el no se negaba a responder sus preguntas ni a conversar, ese tema simplemente no le gustaba. No hablaba para nada sobre ello. Mas bien eludia el tema y llevaba la charla a otro asunto con el que se sintiera mas comodo. Tambien la distraia preguntandole a ella cosas sobre su pasado. Asi que Eva todo el tiempo debia contestar interrogantes sobre su vida y no podia recordar como la conversacion llego hasta alli. Y cuando Bruno notaba que las cosas no llegaban a ese punto, tomaba el camino seguro y empezaba a hablar del nino que tendrian. Si. Le costaba imaginar que en su propio cuerpo ya habia otro ser creciendo. Iban a tener un nino. Aunque no habia sentido los movimientos de la criatura, seria el nino de ella y Bruno. Ademas, era impresionante que el fuese el padre y estuviese con ella. --Voy a medir algunos indices y comprobar que todo este en orden. Es parte de la rutina. No tienes que preocuparte en caso de que no responda tus inquietudes de inmediato. He tenido a muchas pacientes que empiezan a sentirse nerviosas porque creen que estoy observando alguna anormalidad, pero eso no suele suceder. --Ana hablaba con una voz tan suave y mostraba una expresion tan calmada que, aun cuando la sala de examenes tenia todas las luces apagadas, Eva podia calmarse. Asintio con su cabeza tras escuchar a la enfermera y se concentro en el rostro de Bruno. Siempre que el llegaba a sus pensamientos, ella sentia que su pecho latia. Le parecia un hombre muy apuesto. De hecho, estaba convencida de que era el mas hermoso en la ciudad, el estado, el pais y el planeta. Pasar todos los dias con el le parecia una de las mejores cosas que podia hacer en la vida. Disfrutar su aroma en las mananas y jugar con sus cabellos... Bruno habia vuelto a la ciudad. Lo habia hecho por Eva. La encontro en la casa de ese sujeto, Andres, la defendio de el y regresaron juntos a su casa en la entrada del bosque, esa calida cabana… Y empezo a sentir esa sensacion tan poderos que no encontraba palabras para describirla. Le parecia que era una emocion intensa que nacia en lo mas profundo de su ser. Era una mezcla de calma, armonia, alegria por la presencia de Eva, fe en su relacion y felicidad. Eva lo amaba profundamente. Lo habia amado incluso antes de que el se marchara de Alto Prado. Se habia mudado, con ella, y habia logrado que ese amor creciera. Ahora era mas poderoso y en solo un dia le habia permitido darse cuenta de que valia la pena estar con el. El movio su cara lentamente al notar que los ojos de Eva estaban fijos en el. Los dos estaban ansiosos. Le mostro una tierna sonrisa y cruzo sus manos, mostrando el nerviosismo que sentia. Estaban muy emocionados porque verian por primera vez a su bebe. Los dos veian como la enfermera giraba un pequeno y frio aparato alrededor del estomago de Eva. Lo llevaba por todo el vientre y se detenia para presionar en algunas partes. Veia el monitor de la computadora, escribia algunos apuntes y luego volvia a ver el aparato. El examen estaba copando toda su atencion, por lo que ni Eva ni Bruno querian hacer algun comentario que la desconcentrara. Intentaron calmarse, aunque les costaba. --?Les gustaria saber el sexo del bebe o preferirian esperar? --pregunto Ana. Despues de un rato, alzo sus ojos y dejo de mover sus manos. A Eva le parecia que su boca estaba trabada y todas las palabras estaban sujetas a su garganta. Ademas, la ansiedad en su pecho crecia mas y mas. Habia esperado ese momento por semanas, con mucha ansiedad, pero ahora no sabia que decir. Bruno llevo su mano y la puso sobre su rodilla. La posicion mostraba lo incomodo que se sentia estando sentado alli. Ese tipo de sillas eran habituales en las salas de espera o los consultorios, pero no eran precisamente confortables. --De hecho, nos gustaria saberlo ahora --le dijo con calma--. ?Podria decirnos, por favor? --Si, por favor --dijo Eva despues de unos segundos--. Tambien me gustaria saber. Ana escucho y sonrio alegremente. --De acuerdo. Entonces movere el monitor. Asi podran ver a su hijo e incluso podrian darse cuenta del sexo sin que yo se los diga. --Movio la gran pantalla y esta quedo frente a ellos. Eva solto un suspiro mientras Bruno se movia. Puso su mano sobre la de ella y se sintio tranquila, apoyada, amada. Ella la tomo con algo de fuerza y Bruno le correspondio con otro apreton, tambien suave. El momento era tan maravilloso que Eva no pudo contener el llanto. En su pecho habia miles de nudos causados por la alegria. Luego ambos pudieron apreciar una figura. Era la de un rostro. Ana deslizo el aparato sobre el estomago de Eva. Entonces pudieron ver el resto de su anatomia. Manos, piernas, rodillas y pies. Eva evitaba ver la cara de Bruno. Sabia que, si se encontraba con su cara en ese momento, no podria controlarse. El era un hombre apuesto, con una gran presencia, una fuerte musculatura y un espiritu independiente. Sentia que el habia estado bien cuando estuvo soltero, en una cabana alejada de la ciudad. Y ahora, estaba impresionado por lo que veia. Eva habia pensado que los cambios de humor eran solo un chiste, que las mujeres no pasaban por eso. Pero ahora que lo vivia, entendia que era totalmente cierto. Las emociones eran muy fuertes. De un momento a otro su animo se alteraba terriblemente. Estaba alegre y relajada, y violentamente se convertia en una mujer molesta e insatisfecha. El embarazo habia causado tantos cambios en Eva que ahora no podia controlar sus emociones. Pudo ver que tendria la misma nariz alargada de Bruno. --Vaya --dijo mientras soltaba un suspiro. Estaba en shock. Ana llevaba el aparato por la parte derecha de su pancita. La carita del bebe aparecia de nuevo en el monitor. --?No es increible que podamos ver tantos detalles aun cuando falta tanto para el parto? --Es maravilloso todo lo que podemos descubrir. Contamos con una tecnologia muy avanzada --agrego Ana--. ?Puedes adivinar el sexo de la criatura? La sonrisa gigante en su estupenda cara demostraba lo feliz y satisfecho que se sentia. --Creo que ya se que tendremos --dijo Bruno al aproximarse--. Sera varon. Su voz revelaba que sentia una emocion inusual para estos casos. --!Exacto! --dijo Ana. Ambos Sabian que estaba acostumbrada a ver bebes todos los dias, pero igualmente se veia alegre delante de ellos. Se sintieron contentos por ver que Ana transmitia felicidad y rebosaba de optimismo. Eva intuyo que se sentiria feliz si tuviera a una chica como Eva como amiga. Era calida y agradable. Pero recordo que vivia lejos de Alto Prado. Entonces su pecho se estremecio de dolor. Se sintio sola una vez mas. Si, amaba a Bruno. Lo amaba profundamente. Pero le hacian falta sus amistades. Queria hacer nuevos amigos tambien. En su caso era complicado, porque estaba a unos cuarenta minutos de distancia de la ciudad. Aunque la lejania no era la unica razon. Habia perdido el contacto con todos sus allegados y queria retomarlo. Se habia alejado de todos ellos despues de comenzar su relacion con Andres. Cuando recordo a su familia, la agitacion en su pecho fue tan poderosa que creyo que no podria aguantarla por mucho tiempo. Con ellos tambien habia perdido el contacto.

  • Nico, por favor de A. M. Irun

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    Recuerdo como le conte a Raul que creia estar colada por una chica. Estabamos en la biblioteca de la Facultad. Ambos cometimos la insensatez de querer convertirnos en periodistas y desde que nos conocimos durante el primer dia de carrera ya no nos hemos vuelto a separar. Estabamos sentados frente a frente, con un monton de folios y fotocopias esparcidos por la mesa, subrayabamos y haciamos anotaciones al margen de nuestros apuntes. Cualquiera que nos hubiera visto desde fuera hubiera pensado que estabamos estudiando, pero un zoom a la mesa habria revelado que las notas al margen eran monigotes y el subrayado localizaba palabras a lo largo del texto con el que formar nuevas frases. Raul me paso un folio con su subrayado especial. Lei las palabras resaltadas: “Esto es… un… sopor”. Me rei y la bibliotecaria me chisto pidiendo silencio. Nos quedamos mirando un momento y Raul pudo ver como mi gesto cambiaba, me mordia el labio y le miraba con preocupacion. --?Que te pasa? --susurro Raul. La bibliotecaria volvio a chistar. Alcance mi movil, reflexione durante unos segundos y le escribi un mensaje. “Creo que me he enamorado”. Cuando Raul lo leyo no pudo contener la sonrisa y se recoloco en el asiento. “Vamos a la cafeteria y me lo cuentas”. Envio el mensaje y me miro. Negue con la cabeza. “No podria contarte esto en voz alta”. Raul escribio a toda velocidad. “?Por que?”. Volvi a morderme el labio. Los pulgares me temblaban. “Porque es una chica”. Escribi lo mas rapido que pude y le di a enviar sin pensarlo dos veces. Los ojos de Raul se abrieron como platos. En ese momento, se le pasaron mil cosas por la cabeza, como mas tarde me confesaria. Que si ya sabia que me iba el rollo bollo, que si pobre de mi, que si pobres de mis padres, que si ahora voy a vivir como yo quiero. Tardo unos segundos en volver a escribir. “Vale. Me lo cuentas cuando quieras :)” Sabia que necesitaba tiempo, que primero tenia que asumirlo yo para poder contar mi historia. Pero tambien sabia que Raul no iba a dejar que me lo callara mucho tiempo mas. H a b ia a bie rt o u n a r e n dij a d el a r m a rio y la lu z m e c e g a b a , p e r o la b ris a q u e e n t r a b a p a r e c ia d ulc e y s u a v e. Capitulo 2 La chica del metro Lo que no recuerdo muy bien es cuando me fije en esa chica. Simplemente, un dia la vi. Bueno, ya la habia visto varias veces antes como parte de ese elenco de extras que me acompanan todas las mananas en el metro y que me dan cierta sensacion de seguridad y casi familiaridad. Pero un dia, no se cual, la mire. Ya he comentado que tiene ese tipo de belleza que solo muestra a quien ella quiere, asi que es probable que fuese ella quien eligiera el dia para mostrarse a mi. Y yo pique. Un dia tras otro. Suele calzar zapatillas de deporte. Alguna vez botas. Siempre vaqueros y una cazadora azul marino con capucha y con pinta de ser muy calentita. Nunca la he visto con el pelo recogido. Lo lleva suelto, negro y de un liso que solo puede ser recien planchado. Y solo en una ocasion, la he visto con gafas, asi que supongo que de normal usa lentillas. Me sudan las manos. Las tengo metidas en el bolsillo de la cazadora y manoseo el papel doblado con mi nombre y mi numero de telefono. Las saco para que se sequen. Tomo aire. Llega un tren y miro el reloj. No es este. Dejo que el mundo entre y salga mientras yo apoyo la espalda en la pared de la estacion. El siguiente tren llegara en dos minutos, anuncia el cartel luminoso. Visualizo la situacion. Siempre me viene bien cuando estoy nerviosa. Bajamos en la misma estacion, con un monton de personas mas porque es un punto neuralgico de la red de metro. Me hare un hueco entre la gente, le tocare el hombro y le dare el papel. No creo que le diga nada. Estoy segura de que lo entendera. Tendria que haber traido un libro, meterle el papel entre las paginas y decirle que se le habia caido o algo asi. Normalmente va con los auriculares escuchando musica y moviendo los labios mientras canta tan bajito que ni su nariz podria escucharla, pero la he visto alguna vez con El senor de los anillos. Muy pocas veces. Seguro que lo coge con muchas ganas por las mananas pero luego se arrepiente de cargar con semejante tocho en la mochila todo el dia. Durante todo este tiempo he estado inventandome una personalidad para ella. Me imagino haciendo escapadas de fin de semana con ella, alquilando un coche y discutiendo por que musica poner (a mi me gusta Lady Gaga y a ella Kings of Leon). Estudia Fisioterapia o Educacion Fisica porque siempre le ha gustado el deporte, sobretodo el balonmano. Seguro que es una buena extremo: delgada pero musculosa y agil. El eco del tren que llega por el tunel me saca de mi mundo de fantasia y noto que algo me hace sombra repentinamente. Cuando levanto la vista, veo a un equipo de jugadores de baloncesto que se van a meter en mi mismo vagon. Nuestro vagon. No, no, no, no. No puede ser. Son como torres enormes y estan especializados en hacer bloqueos y pantallas. Me van a joder el plan. Les miro con odio pero apenas perciben mi existencia desde sus dos metros de altura. Mierda. Capitulo 3 El parto Una vez la chica del metro se sento junto a mi. Casi se me salio el corazon del pecho. Incluso ahora mientras lo recuerdo estoy empezando a tener palpitaciones. Yo habia encontrado un asiento libre en nuestra zona del vagon y me lance a el. Habia salido a correr el dia de antes despues de mucho tiempo sin hacerlo y no podia con mi vida ni con mis muslos. Estaba tan cansada que me daba igual si la chica del metro subia o no. Pero subio y, llamalo casualidad, llamalo destino, la senora que estaba sentada a mi izquierda se levanto y salio del vagon, por lo que la chica aprovecho y se sento a mi lado. Tarde un poco en darme cuenta de eso. Como digo, estaba agotada y todavia era martes. Como hoy. Levante la vista y me vi reflejada en la ventana de enfrente. Al estar en un tunel, la ventana se habia ennegrecido y hacia de espejo. Entonces la vi sentada a mi lado, aunque mirando hacia otro lado. Me quede paralizada, como si tuviera a un doberman salivando y mostrando sus dientes afilados justo en mi oreja. Llevaba los auriculares, como siempre, tenia una mano apoyada en la barandilla junto a su asiento y la otra en su muslo derecho que estaba a un dedo del mio. Sin pensarlo dos veces, hice desaparecer esa distancia y pegue mi muslo al suyo. El calor me inundo. Era agradable y horrible a la vez. Se me acelero el corazon y empece a respirar de manera entrecortada, pero no separe el muslo y ella tampoco lo retiro. Veia por la ventana que ella seguia mirando hacia el otro lado, pero su mano derecha ganaba terreno milimetro a milimetro en su muslo, hasta que su dedo menique rozo mi pierna. Quise gritar, quise abrazarla, besarle. No dejaba de sonreir. Entonces, como ahora, alguien interrumpio el momento. Una embarazada habia puesto su bombo justo delante de mis narices y carraspeo un par de veces. Pille la indirecta y le cedi el asiento. La muchedumbre y mi estado de estupor hicieron el resto y me deje arrastrar hacia el fondo del vagon, lejos de aquel menique. Maldije a todo el tren, embarazada y bebe incluidos, de la misma manera que ahora maldigo al equipo de baloncesto que tengo delante y que no paran de reir y hablar muy alto (en todos los sentidos) y que apenas me dejan ver la puerta de entrada por la que tiene que hacer aparicion mi chica. Mi chica. Siento hormigas en el estomago cada vez que lo pienso. Llegamos a su parada y entra puntual al vagon. La veo entre el poco espacio que hay entre los cuerpos de los jugadores y veo que tambien le sorprende y le fastidia de alguna manera su presencia, pero no alcanza a verme. Pienso que en algun momento se iran y tendre via libre para mirarla. Pero no. Permanecen en el vagon durante todo el trayecto y se bajan en la misma parada que nosotras y que la mayoria de la gente. Avanzamos en manada, casi arrastrandonos y empujandonos unos a otros. Los jugadores de basket estan en todo momento entre la chica del metro y yo, haciendome pantalla. No puedo hacerme un hueco de manera elegante. Tendria que empezar a dar codazos o escurrirme de manera poco natural entre la gente. Veo que se escapa, que es arrastrada por la masa a lo largo del intercambiador hasta que el camino se bifurca y ella toma una salida y yo la otra. Me niego. No he reunido todo el valor que tengo y que no es mucho para que al final me vuelva a casa con las manos vacias. Me doy media vuelta y lucho a contracorriente para seguir los pasos de la chica. Tengo que darle el papel como sea. !Como sea! Parece un parto. Sudo. Empujo, la gente me mira mal, me pisa. Yo tambien piso y pido perdon cada dos pasos. Conforme avanzo, noto que la masa se hace menos densa, que hay mas hueco, y respiro aliviada. Corro hacia la otra salida, busco con la mirada a la chica y la encuentro subiendose a otro tren. --!Espera! --le grito. Ha sido una tonteria gritarle, lo se, me ha salido de muy adentro, de donde salen las cosas sin sentido. Pero la chica se gira y me ve. Le saludo con la mano y con la sonrisa mas bonita que tengo, pero nada mas. Estoy paralizada. La empujan hacia el interior del vagon y ella me mira con gesto triste. Le miro extranada y ella niega con la cabeza. El tren emprende la marcha y desaparece de la estacion.

  • La familia y otros lios de Marian Keyes

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    La nueva novela de la inimitable Marian Keyes.

  • Suplicando Problemas (Blackish Masters 3) de Nisha Scail

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    Faith Valentine tan solo buscaba respuestas. El que las encontrase en lugares poco recomendables, que la conducian a incomodas equivocaciones, no era culpa suya. Sin embargo, Dain pensaba que si. El estaba convencido que su sola presencia generaba problemas y que la unica manera de ponerle freno era manteniendola vigilada. Tener a ese hombre cerca no podia ser bueno para la salud, especialmente porque su atractivo, amabilidad y seductora presencia le hacia muy dificil el ignorarle.
    Hacerse el heroe no entraba en los planes de Dain Ratcliffe, pero cuando vio que maltrataban a una mujer no pudo quedarse cruzado de brazos. Si alguien le hubiese dicho que una buena accion lo mandaria al hospital y terminaria uniendole a una mujer cuyo segundo nombre era problemas, se lo habria pensado dos veces. Pero Faith resulto ser demasiado timida, calida y dulce para ser ignorada por su vena protectora, un verdadero iman para el desastre.

  • El tunel de las almas perdidas de Mara Urnoba

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    Una historia donde la memoria, el espacio y el tiempo van cogidos de la mano. La novela arrastra al lector al desconocido e intrigante mundo de la psicologia y de la historia contemporanea a traves de unos extranos acontecimientos que tienen lugar en un geriatrico de Gandia. Las acciones, los pensamientos y los recuerdos de los personajes principales, entre los que destaca la psiquiatra jubilada y residente en Toulouse, Eulalia Lambert, exprisionera de Ravensbruck, y el exagente del Servicio de Inteligencia espanol, Fernando Escriva, llevan el peso de las diferentes tramas. Estos dos singulares ancianos intentan desentranar el misterio que se esconde entre las paredes de un lugar aparentemente inofensivo con la ayuda de sus nietos, Alexandra y Leo. Una trama policiaca que envuelve a estos cuatro personajes hasta un final sorprendente e inesperado.

  • El enamorado secreto de Camila Winter

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    A fines de la era victoriana Angelet esta a punto de casarse con un pretendiente guapo y acaudalado cuando comienza a recibir misteriosas cartas de amor de un desconocido. Poesias, rosas y obsequios se hacen cada vez mas frecuentes mientras la poesia conquista lentamente su corazon y tambien la intriga de saber quien es el autor de un amor tan apasionado…

  • Sin red (Serie Hacker 2) de Meredith Wild

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    A pesar de su caracter controlador, Blake Landon, el joven y rico hacker, ha conseguido por fin ganarse la confianza de la mujer que ama.
    Por su parte, Erica Hathaway, creadora de una red social de moda, ha accedido por fin a darle una oportunidad a Blake.
    Dispuestos a empezar juntos una nueva etapa, Erica esta decidida a no dejar que nada se interponga entre ellos, aunque para ello deba cederle el control a Blake dentro y fuera de su dormitorio.
    Pero cuando los demonios del pasado amenazan su futuro, Erica toma una decision que podria cambiar sus vidas para siempre.

  • Tres, dos, uno. En el aire de Jossy Loes

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    --Muy buenas noches, les habla Owen Grey desde el estudio de KRT.89 FM en directo para todos nuestros oyentes, ?que haremos hoy, Norah? --Buenas noches, amigos, y buenas noches, querido Owen, ?que haremos hoy? ?Que te parece si acompanamos a los oyentes durante dos horas en un paseo por lo mejor de los setenta, ochenta y noventa? --Es la mejor idea que has tenido, aunque me parece que desean algo mas, ya que ha pasado casi un ano desde el concurso de las historias. --?No me digas que quieres contar la historia, Owen Grey? --Si, mi querida Norah Richardson, una historia que comenzo hace mas de veinte anos. --?Crees que nuestros oyentes querran escucharla? --!Claro que si! Conocen el despues, pero no lo que llevo a ese final y, ya que estamos a unos dias de celebrar san Valentin, ?que mejor momento para hacerlo? 1 Volver a casa OWEN El sonido penetrante de un maldito despertador logro que ese sueno al que me habia aferrado se desvaneciera enseguida recordandome la triste realidad de mi vida. Si tan solo no me hubiera aferrado a mi trabajo como via de escape despues de que la mujer que pensaba que me amaba me dejara a traves de un email con un: <>. Asi, sin mas, como si fuera uno de esos rollos de una noche y no una relacion de ocho anos en la que los suenos, al parecer, eran mas por mi parte que por la suya. Una casa que pensaba que era mi hogar y de la que tuve que salir con una mano delante y otra detras con destino a un minipiso en los suburbios. Habia creido que mi trabajo seria la via de escape. Un maravilloso lugar en el que escuche durante algunos anos a adolescentes discutir de historia, tal como habia logrado que aprendieran. Me empene en que mi dia a dia me levantaria el animo, sin embargo, no fue asi. Un dia, en una clase, por alguna extrana razon, decidieron dejarme claro que la historia era sumamente aburrida. Crei que explicandoles que dejar de lado una asignatura tan importante perderiamos la esencia de la humanidad. Supuse que con eso cambiarian de idea y sin darme cuenta entramos en una discusion bastante acalorada. Para ser honestos, estaba cansado y hasta el gorro de tanta mierda, todo era un puto caos. Dias despues, varios padres se agruparon en la entrada del instituto con pancartas protestando por lo que, al parecer, para ellos era imposicion ideologica, ya que debiamos dejar el pasado atras. Policias, gritos, amenazas contra mi persona llevaron a que el equipo directivo se reuniera conmigo y me pidiera explicaciones sobre lo sucedido en esa clase. Bill, el director del instituto y mi mejor amigo, me pidio que me cinera al programa y que reconsiderara cambiar de aires, de ciudad. Ignore lo ultimo y acepte pensando que, si adaptaba ciertas fechas recalcando la importancia historica, lograria de nuevo llevarlos por la senda del conocimiento. El problema era que ese programa se abrazaba a lo material y comercial frustrandome y haciendome tener una rutina que me asfixio hasta el punto que me sentia como un zombi. Hasta que un dia, sin mas, me sente delante de los alumnos y les grite que la vida era una puta mierda y que las suyas acabarian de la misma manera que la mia. Eso me llevo a la oficina de Bill de nuevo y, antes de que me revolviera en mis miserias, el habia hecho su tarea de proponerme la vacante en el instituto de la ciudad donde naci y creci para comenzar desde cero. Casualidad o no el que apareciera esa vacante justo cuando estaba al borde del precipicio, asi que acepte sin mas remedio el puesto. Tenia dos semanas para adaptarme, las semanas de vacaciones navidenas. Tenia que ingeniarmelas para explicarles a mis padres mi divorcio y mi traslado repentino a esa ciudad en la que el crudo invierno se esparcia en todo lo que tocaba. Los siguientes dias decidi pasar a modo marmota, apenas salia de la habitacion en la que me encontraba, hasta que un despertador me arranco de mi letargo. Me levante como un resorte y busque por toda la habitacion el endemoniado aparato, que estaba debajo de la cama puesto con muy mala intencion. Solo una persona era capaz de eso; mi hermana Linda. De nuevo el aparato volvia a sonar e intente apagarlo, pero era tan antiguo que al parecer sus circuitos no conectaban entre si, asi que termine estrellandolo contra la pared. Ya le diria a mi madre que le pidiese explicaciones a la perversa de Linda. Me lleve las manos al rostro y luego me revolvi el pelo para terminar de desperezarme y levantarme. Al meditar unos minutos, me imagine que en el piso de abajo estaria mi madre, mi padre y Linda para tratar un asunto en concreto: mi presencia y mi pesimo estado. Fui al bano y, al mirarme al espejo, vi que estaba para el arrastre. Si me presentaba asi, la reprimenda seria peor, por lo que decidi darme una ducha despues de varios dias sin hacerlo y me afeite. Para cuando termine me puse un chandal junto a la primera camiseta vieja que encontre, con la intencion de bajar y enfrentarme a lo que me quedaba de familia. Quizas debia ensayar algun discurso en el que les contase que estaba en una de esas etapas en las que buscaba mi camino y por ello dejaba todo atras o simplemente contarles que pasaba por una depresion de la hostia por culpa de la que creia que seria mi companera durante el resto de mi vida, que me habia dejado en la puta calle quedandose con esa casa que habiamos construido juntos, el perro y todo el dinero que entre los dos habiamos ahorrado, argumentando que ella habia aportado gran parte para que yo terminara mi doctorado. Una mentira mas de una pesadilla que no tenia fin, me sentia tan abatido con esa demanda por su parte que acepte todo lo que exigia, a pesar de que nunca deje de trabajar y aportar a la par. Nunca me habia sentido como una mierda, el ser optimista y perseguidor de suenos alentando a todo aquel que pasaba momentos malos era lo que me caracterizaba, pero en ese momento estaba en esa situacion. Llegue a pensar que si llegase a vivir algo asi seria capaz de salir airoso, me equivoque, y alli estaba; en casa de mis padres, hecho una piltrafa humana. Respire profundo al bajar el ultimo escalon y me lleve la mano al pelo para tratar de aparentar que no estaba tan mal como creian, aunque dudaba que se tragaran mi actuacion. --Buenos dias. --Al fin sales de la cueva --ironizo mi hermana--. Estaba a punto de llamar a la tele y explicarles que la luna no solo afecta a los hombres con eso de convertirse en licantropos, tambien sucede con otras especies, por ejemplo, los osos. --Muy graciosa, Linda, no recordaba que aun mantuvieras la esperanza de convertirte algun dia en la payasa oficial de la ciudad. --!Paz! --nos pidio mi madre antes de que replicara mi hermana--. Linda, te pedi que te mordieras la lengua. --Mama, he sido sutil. --La sutileza brota por tus poros --ironice. Entorno los ojos. --Sabes muy bien que lo he sido, ?o quieres que sea despiadada? Estuve a punto de responderle que lo fuese y asi me ahorraria dar explicaciones, sin embargo, mi padre aparecio aquejandose de un dolor en el pecho. De inmediato me levante y lo ayude para que se sentara en el sillon. --Papa, ?quieres que llame al 112? --le pregunte mientras intentaba tomarle las pulsaciones como habia aprendido en los cursillos de primeros auxilios. Lo ayude a quitarse el jersey y desabrocharse la camisa. --Ya se me pasara. --Voy a llamar ya al doctor Richardson --protesto mi madre--. Esta vez no voy a ceder, Hunter. --No es un dolor profundo --respondio mi padre intentando calmarla--. Ya se me pasara. --!De eso nada! --protesto Linda mientras sacaba el movil del bolso--. Ahora mismo llamaremos a emergencias. No me creo lo que dijiste de esos dichosos estudios. --!NO! --grito mi padre. Por unos segundos nos observo para finalmente suspirar, desalentado --. Esta bien, llama al doctor Richardson. --Pero, papa, dudo que pueda atenderte sobre la marcha si no tenemos cita. --Mi padre me miro como pidiendo que lo auxiliara, y eso hice. --Llamalo, Linda, eres experta en conseguir lo que quieres, yo lo llevare. Mi madre y mi hermana se miraron con complicidad, no se si habia sido por mi oferta de llevarlo. Voltee los ojos, entendia que dudaran de mi, pero de alguna forma debia ayudar. Desee que no fuese algo grave, ya tenia demasiado con que lidiar. --Llama y ruegale a Maddy que nos de una cita --le pidio mi madre--. Sobre todo, porque algo me ocultan Hunter y el doctor Richardson. Linda rechisto. --?Y crees que Owen va contarnos la verdad? --Frunci el ceno. --Me interesa tanto como a ti que papa este bien, ademas, ?por que nadie me ha dicho que le han hecho estudios? ?Y para que eran? --Tal vez porque vivias en tu burbuja de felicidad individual en la que dejaste de lado a todos. Tense la mandibula ante su poca empatia, pero decidi ignorarla para evitar entrar en su juego, no era el momento. Linda esperaba que le respondiera, pero el interlocutor desde el otro lado de la linea logro captar su atencion olvidandome por completo. Se alejo un poco, y me centre en mi padre, que habia cerrado los ojos y hacia largas respiraciones. Senti frustracion al aceptar que mi hermana habia dado en el clavo, como siempre. Estaba tan cegado con mi aparente felicidad que habia olvidado que mi familia tambien necesitaba de mi, al igual que yo de ellos, y no empenarme en creer que saldria adelante solo. --Muy bien, el doctor tiene un hueco en veinte minutos --anuncio Linda--. Espero que Owen sea honesto y nos cuente que le ocurre a papa o de lo contrario me plantare en la consulta de Richardson y armare un escandalo --advirtio sin sutileza alguna. Por supuesto que iba a preguntar que ocurria, era momento de aportar y volver a conectar con ellos, aunque eso me llevara al pasado en cuanto volviese a pisar la clinica. --Me ire a cambiar --anuncie. --Claro que debes hacerlo, el andar de indigente no esta de moda; ademas, solo faltaba que cayeras en un resfriado para entonces tener a dos quejicas en casa. --En todo caso a quien le molestaria seria a mama, tu tienes casa, marido e hijos y creia que un trabajo, pero veo que... Linda se cruzo de brazos y volvio a rechistar: --Si crees que me hace ilusion ese nuevo estilo de vida que has escogido, dejame decirte que no me apunto a ese club de derrotistas al que de repente parece que perteneces y, ahora que recuerdo, Macy Palmer ha llamado, no se si la recuerdas, pero es la directora del instituto. --Linda, no sigas. Mi hermana ladeo la cabeza con una ceja levantada. --?Y por que no puedo decirselo yo o pensabas adornar las palabras para que no se sintiera presionado?, es un hombre, no un nino. Hace mas de veinte anos que dejo incluso de ser virginal. No le hace ningun bien que lo tengais aqui en casa, como un monigote, lamentandose. --!Linda! --protesto mi madre llevandose las manos a la cara. Ladee mi cabeza hacia ella para mandarla a la mierda, era mi hermana mayor, pero no tenia derecho a juzgarme de la manera que lo estaba haciendo. --No se que cono te esta... Levanto un dedo con el menton erguido y mirandome por encima del hombro.

  • NINOS SIN OJOS de Enrique Laso

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    CUARTA ENTREGA DE LA SERIE DEL AGENTE DEL FBI ETHAN BUSH
    !UNA SAGA DE NOVELA NEGRA CON MAS DE 550.000 LECTORES EN TODO EL MUNDO!
    El agente mas prometedor de la Unidad de Analisis de Conducta del FBI decide no presentar su dimision y es enviado desde Quantico a Phoenix (Arizona) para colaborar con la oficina del sheriff de Maricopa en la investigacion de unos horrendos crimenes. Un monstruo ha asesinado ya a cuatro ninos. Su modus operandi es aterrador: les extirpa los ojos y despues los asfixia valiendose de un film de plastico con el que envuelve sus rostros.
    Un caso que pondra a prueba la madurez de Ethan y sus capacidades. Una de las oficinas del sheriff mas grandes y modernas de todos los Estados Unidos necesita dar un nuevo enfoque a la investigacion y esperan mucho del agente de la UAC.
    Cuarta entrega de una serie de thriller y suspenso que esta batiendo records de ventas y que cuenta con cientos de miles de fans en todo el mundo. Todo un fenomeno en ingles, castellano, italiano y frances cuya primera entrega ya tiene los derechos de adaptacion al cine comprometidos con Hollywood.

  • Todo arde excepto tu de Cristina Origone

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    Turin, 10 de noviembre de 1993 El periodista observa a las personas evacuadas del palacio en llamas que descansan del otro lado de la calle. Han formado pequenos grupos entre los automoviles estacionados, dos mujeres lloran y se abrazan. La mirada se desliza hacia una nina. Un hombre la tiene de la mano derecha y mira hacia lo alto. Es su primer servicio: la confusion y el sonido ensordecedor de la sirena lo hacen nervioso y agitado. --?Estamos listos? --pregunta al camarografo mientras piensa en cuan afortunado es por haber encontrado ese trabajo. La television comercial, en un Pais que ignora a los debiles, se ha vuelto un servicio publico que ofrece emociones, sonrisas y lagrimas gratuitas; si la conexion va bien, alguien derramara alguna lagrima mirando las noticias de television. Esta es la regla. Sonrie cinicamente mientras acomoda el auricular en su oido. El tecnico le responde con la senal de la mano que indica que todo esta bien; La voz chillante de la conductora le llega fuerte y clara. --Si, los bomberos todavia se encuentran en el lugar del incendio, ya han trabajado desde las diez. Una gran nube de humo se ha levantado desde hace alguna hora sobre una vivienda en la esquina de Rosselli y Cassini. Al momento se cuentan dos victimas, cuya identidad todavia no ha sido dada a conocer. Aun hay que verificarla, tambien la naturaleza del incendio: ?accidental o doloso? Habla con voz angustiada, consciente de que manana nadie recordara mas todo esto. Ni siquiera el, piensa mirando la senal del tecnico de dos dedos hacia arriba. Bravo. Estuvo bien. La conexion se cierra. PRIMERA PARTE MARTA CAPITULO I LA GRADUACION Genova, 10 de mayo 2011 El, presidente y ponente de la tesis, me proclama finalmente doctora con: --Un merecido 110--. Son estas las palabras que pronuncia apretandome la mano. Intercambio el apreton y bajo la mirada. Me sostiene la mano mas de lo debido y, cuando me la deja, la estrecho a todos y salgo del aula. Estoy perturbada. Pero no por la graduacion. Caterina me abraza antes que mis otros amigos y me susurra al oido: --?Todo bien? --Me suelto a llorar. Flores, foto, aplausos y abrazos. Estoy en la confusion total y con la mirada lo busco. Todavia no sale el aula. Algunos de mis amigos me piden una hoja de laurel de la corona que Caterina me preparo, parece que les propicia buena suerte a los que todavia estan por graduarse. Me distraigo por algun minuto y, cuando miro en direccion de las escaleras, veo que el esta descendiendo los peldanos a paso veloz. Caterina se da cuenta y murmura--: Finalmente se ha ido y … --sonrie y concluye--: No pienses mas en ello, doctora. Ella es mi mejor amiga. Mi madre tenia que haberse ocupado en este dia, en cambio es Caterina quien ha organizado la fiesta despues de la graduacion y me ha regalado un fin de semana para pasarlo juntas en un Spa. Lo unico que ha hecho mi madre fue telefonearme esta manana para desearme un frio "Buena suerte". Desde hace anos que necesito buena suerte, pero ella no lo sabe. --No la necesito-- respondi con mucho placer y termine con la conversacion. Caterina tiene los ojos pequenos y negros, y un fisico desproporcionado: hombros estrechos y caderas largas. Tiene una charla suelta, lleva los cabellos cortos y estudia Jurisprudencia, pero esta fuera de clases desde hace anos. De vez en cuando bromea y dice que por error ha caminado en el rombo blanco en el centro del claustro de la Universidad y que por ello no se graduara nunca. Para los estudiantes de la facultad de Legge de Genova aquel rombo trae fortuna, se puede pisar solo despues de haberse graduado.

  • Estrellas Perdidas de Thanya Castro

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    Porque es tan sencillo esconderse bajo la mascara de personajes ficticios sin tener la necesidad de exponer tu propio corazon. Esta es la historia de una chica en alguna pequena ciudad en algun pais. Como tambien puede ser la mia, la tuya y la de todos. Una historia de la vida real, de lo que se queda en las calles de un pequeno suburbio, donde encuentras en lo mas ordinario, una gran mina de belleza, todo a partir de un corazon roto.

  • Rosas al corazon de Amanda Seibiel

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    Mi hermana me tenia la cabeza hecha un bombo de tanto hablar. No hacia mas que quejarse del idiota de su exmarido. Yo estaba tan aburrida y tan agotada que me deje caer en la cama del hotel como una muneca de trapo. Acababa de aterrizar a Nueva York y solo pensaba en regresar a Valencia. Llevaba quince anos yendo y viniendo a esta ciudad y cada vez me gustaba menos. Solo habia sacado dos cosas en claro de todo esto: hablar un ingles perfecto y saber que es lo que no queria en la vida: un marido. --Patricia, ?puedes callarte un momento? --dije--. Ya se que James es un capullo en toda regla, pero dejame descansar un poco. Acabo de llegar y estoy molida. Mi hermana puso cara de ofendida y se echo a llorar. Mi cunado se la habia liado bien gorda con los ninos y ese era el motivo de mi repentina presencia en Nueva York. Patricia se habia casado con James quince anos atras. Se conocieron un verano en Valencia y el yanqui se trajo a mi hermana para los Estados Unidos, donde se casaron y tuvieron dos ninos: James Junior y Dakota. Todo iba genial hasta que el se canso de mi hermana y la vida juntos se hizo insoportable. James utilizaba a los ninos como moneda de cambio, hasta que a ella se le inflaron los ovarios. Su ultima ocurrencia fue durante las vacaciones de verano: se presento en la casa de mi hermana diciendo que iba a pasarlas alli, que no tenia donde quedarse y que los ninos debian estar en el hogar conyugal. Mi hermana me llamo histerica a Espana, con una voz totalmente desesperada: --Ese cabron quiere amargarme la existencia. Si pretende que comparta el mismo techo que el va listo. Antes me lo cargo. --Relajate --respondi--. Lo que pretende es sacarte de tus casillas y, por lo que veo, lo esta consiguiendo. --?Como voy a relajarme, Carla? No se que hacer. Mis ninos son lo primero, pero no soporto a James. Intenta desquiciarme. Ya me ha hecho mucho dano, tu lo sabes. James la habia enganado y luego se lo nego vilmente. Era un cabron de mucho cuidado. Me jodia escuchar a mi hermana en ese estado y mas estando sola en un pais desconocido.

  • El destino de las violetas de Gloria Martin

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    Tras su segunda novela, Cuando yo era Antonio Molina, Gloria Martin, fiel a su tematica y a su estilo, vuelve a regalarnos otra historia con el mundo del espectaculo de fondo; una historia amargamente comica: la de Casilda Garcia, alias “La Culo”.

  • Mis Tres Amores de Teresa Carpenter

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    La vida de Rachel Adams cambio de repente cuando la nombraron tutora de dos pequenos huerfanos. Resultaba muy dificil convertirse de la noche a la manana en la madre de dos bebes tremendamente exigentes. que no tardaron en robarle el corazon.

  • Trazos de sangre de David Sando , Marc Juera Conchillo

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    La vida de Suri ha cambiado radicalmente tras el ataque a la Academia. Envejecido, lisiado y derrotado en cuerpo y alma, el mago debera afrontar ahora su mayor reto: viajar hasta el Continente Salvaje, un lugar situado en los confines de la Tierra al que solo un loco se atreveria a ir, en busca de una cura para su mal; una cura cuyo precio debera pagar con sangre.

  • Los moteros del MidWay 1 (Extras Serie Moteros 1) de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Yo no soy una mujerzuela de Liu Zhenyun

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    Esta es la historia de una simple campesina, Li Xuelian, que se enfrenta a su realidad y, a la vez, al gobierno de su pais. Nuestra protagonista se niega a abortar su segundo hijo y, para poder dar a luz sin infringir la ley, finge su divorcio. Pero el entonces exmarido se casa de nuevo y ella se queda con una hija en brazos y el honor agraviado, pues el hombre que la engano la llama Pan Jinlian, personaje de la literatura china conocida por adultera. El rumor se esparce tan rapido como la ira y las desgracias de la protagonista, y entonces Li Xuelian se decide a obtener justicia por mano propia.

  • Tuya en la eternidad de Kelly Dreams

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    La Coleccion “ROMANCES & FANTASMAS” es un recopilatorio que contiene dos novelas de romance paranormal en la que uno de los protagonistas es un fantasma.

  • Vivir con ella de Irene Funes

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    Mi despertador marca las 7:02. Extravagancia personal. No me agradan las horas en punto. Me visto sin hacer ruido, me ato mis Nike recien estrenadas gracias a una amiga de la familia que tiene descuentos. Piso el asfalto al ritmo de End of Time de Beyonce, mis pies se mueven sin cesar. Corro para olvidar, para aclarar todas las ideas que me retumban en la cabeza. Salgo a esa hora porque ella aun duerme y se que es el unico momento en que me dejaria salir sola. Se que cuando llegue tendre que volver a encerrarme. La calle no esta hecha para personas como yo. Sus palabras resuenan en mi mente. Cambia la cancion y acelero el ritmo, noto como bombea mi corazon, siento cada paso que doy. La adrenalina de volar libre. Libertad. Es una palabra de la que no gozo al pronunciarla en voz alta, pero que si me permito experimentar en estos pequenos instantes. Y una sensacion que desaparecera en el momento que ella decida. Es como si pudiera rozar con la yema de los dedos esa sensacion, como el nino que intenta llegar a la nube con sus propias manos. Pero mi nube se vuelve oscura y turbia porque ella nunca quiere perder el control. Control. Que gran palabra. Es en esos momentos en el asfalto cuando me empodero y me convenzo de que puedo trazar la direccion de mi vida. Justo en ese instante acelero aun mas, advirtiendo mi libertad, avistando mi albedrio, justo en ese preciso instante la realidad me cae encima como un peso muerto sobre los hombros. Se me escapa una lagrima, pero no, me la limpio con la manga de mi camiseta. Continuo porque no debo retrasarme, he de regresar antes de que ella abra los ojos porque, si no, puede pasar lo peor. Llego sudada y satisfecha por el trabajo realizado. He conseguido subir hasta la montana y bajar en una hora. Esa montana me da paz. Ella tambien lo sabe, por eso me hace creer que mira hacia otro lado cada manana mientras salgo a hurtadillas, ya que en el fondo ella tambien lo necesitaria, pero es demasiado tozuda para hacerlo. Prefiere quedarse en casa, durmiendo, levantarse tarde y atiborrarse de comida fria que haya sobrado la noche anterior. Me meto en la ducha, dejo que caiga el agua templada sobre mi cabeza mientras cierro los ojos pensando que ojala esta sensacion de bienestar pueda durar toda la vida. Sonrio imaginandome que acaso pudiera llevar las riendas de mi vida, pero enseguida oigo la puerta; ya esta aqui. Mi sonrisa se desvanece a la vez que ella hace su aparicion. Mi nombre es Maria. Bienvenidos a mi historia. 2 SOLO SIRVO PARA ESCONDERME Intento concentrarme en el agua que cae sobre mi cabeza, cada gota consigue que toda mi musculatura se relaje, que toda la tension que ella pueda producirme disminuya debajo de ese chorro que parece que me transporte a donde yo quisiera estar, pero muy pronto vuelvo a la realidad. --Oye, tu, necesito la ducha. Date prisa. Cada manana lo mismo. Me irrita lo inoportuna que eres siempre --dice con una sonrisa cinica y su tono amargo tan habitual de por las mananas. --Acabo de entrar, Ana. Dame unos minutos. Ademas, es sabado, no tienes que ir a trabajar. --Intento contestar con la maxima dulzura posible para que su enfado no aumente, aunque no entiendo ese mal humor matutino. Lo tiene desde hace anos y realmente procuro convivir con el, pero es muy molesto. --?Unos minutos? Maria, espabila. No te lo vuelvo a repetir. --Cierra la puerta a la vez que sisea la ultima letra, sabiendo el panico que eso me produce. Ese sonido sibilante activa mi sistema de alarma. Su expresividad y su forma de remarcar cada palabra me hacen comprender que la situacion puede agravarse si sigo en mis trece. Me apresuro porque no pretendo tener problemas. Solamente anhelo seguir experimentando la sensacion anterior, la que consigue que me levante cada dia. Salgo de la ducha procurando tragar el nudo que se me ha formado en la garganta. Me miro al espejo. Observo mi piel palida. Paso mis dedos por el ondulado cabello que cae a un lado de mi cuello, y justo en ese momento aparece ella e insiste: --Si dejaras que yo controlara la situacion, si dejaras de resistirte, todo seria mas facil. --Tienes razon, Ana. Lo siento --le respondo mientras bajo la mirada. --Buena chica --contesta con un gesto de triunfo que no me pasa desapercibido, y me da un pequeno azote en el trasero antes de meterse en la ducha--. Si quieres, como hoy te has portado bien, podemos desayunar juntas. Pero algo ligero, que cada vez estas mas gorda y asi no vas a gustar nunca a nadie. --Tienes razon. Quizas haya ganado un poco de peso. Te lo agradezco, Ana. Eres muy considerada conmigo. --Ya lo se, Maria. Siempre pienso que harias en esta vida si yo no fuera tu guia --me responde mientras se atusa el pelo mirandose al espejo. --Pues… --empiezo a decir, pero me corta tajante. --!Pues llorar y quejarte! --Me mira de reojo mientras su brazo se ha quedado suspendido en el aire. Intuyo que con esa ultima frase quiere acabar la conversacion para poder ducharse tranquila. Cierro la puerta y oigo que ya ha puesto la musica a todo volumen. Creo que la pone tan alta para no oirme. Para no tener que escuchar nada, para no pensar. Solo disfrutar, ese es su lema.

  • El Rescate de M.t. Greenlay

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    Despues de un accidente en el mar, Brenda se desmayo en el mar.

  • El universo prohibido de Lynn Picknett

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    En 1543, estando en su lecho de muerte, el astronomo Nicolas Copernico publico una obra determinante que planteaba un modelo del cosmos en el que el Sol era el centro. Para la mayoria de los historiadores, significo el principio de la Revolucion Cientifica, pero este libro perfila una historia alternativa que comienza con el redescubrimiento de unos documentos egipcios perdidos durante largo tiempo.

  • Asesinos en serie de Robert K. Ressler

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  • La Marquesa Ideal (Elegidas 2) de Lily Cerda

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    La senorita Sarah es como una hija por los Duques de Martboth. Desde su adolescencia se encontro fascinada por el hermano menor del Duque, Lord James Spencer, pero el joven Lord retorno de la india, con una esposa del brazo y acompanado del hermano de la dama.

  • Le llamaban Bronco de Laura Sanz

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    Texas, 1868

  • El Perro de Alberto Vazquez Figueroa

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    En un penal de America Central, un preso politico y un perro se observan como fascinados el uno con el otro. Cuando se evade el preso, tras herir mortalmente al guardian, el animal, condicionado por su amo antes de morir, se lanza en persecucion del homicida. Los dos adversarios se enfrentaran en una lucha atroz, hostigante, incansable, y a medida que transcurren las semanas, se establece entre ellos una extrana complicidad, hecha de sentimientos tan opuestos como el odio y la estima. ——- El Hombre observo al Perro, inmovil y jadeante, fijos los ojos en su amo, aguardando una orden que nunca llegaria, porque el Guardian se habia enzarzado ya en una charla intrascendente con sus companeros, olvidando al animal que permaneceria alli, estatuario, hasta que el violento sol del tropico le achicharrara el cerebro. Era una fiera y bella mezcla de pastor aleman y lobo, de pelaje castano rojizo en el lomo que iba aclarando hacia las patas; unas patas gruesas y fuertes de color casi dorado. El negro hocico destacaba, afilado e inquieto, sobre una quijada de hierro por la que asomaban la agitada lengua y los largos y amenazantes colmillos, todo ello dominado por unas orejas siempre enhiestas y unos enormes y brillantes ojos, vivos e inteligentes. Le recordaba a Barrabas, su cachorro, al que mato un camion, y se pregunto si Barrabas habria llegado alguna vez, con el tiempo, a convertirse en una bestia semejante, capaz de ejecutar una orden apenas apuntada por un gesto de cabeza o de permanecer inmovil bajo el sol porque no le habian dado permiso para buscar cobijo. Sonrio tristemente recordando su pena el dia que Barrabas cruzo la calle en busca de su ultimo destino. Durante meses se sintio culpable por no haber sabido ensenarle donde estaba el peligro, y autos, motos y camiones no eran cosas de juego a las que perseguir ladrando alegremente, sino maquinas infernales e invencibles, contra las que nada podia un estupido cachorro.

  • Anatomia de un jugador de Jonathan Lethem

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  • Infierno de hielo (Gideon Crew 4) de Douglas Preston

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  • Anna de Nora Alzavar

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  • Amistades peligrosas de Alvaro Rey

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    Daniel siempre ha sido un picaflor y gracias a su increible fisico y a su alegre personalidad, la mayor parte de su vida se ha dedicado a usar a las mujeres. Hasta que aparece Rose y le cambia la vida.
    La chica inglesa que ha llegado a Espana a practicar el idioma y a buscar trabajo, lograra que por primera vez el se enamore y deje de ver a las mujeres como solo sexo.
    Uno de sus ligues de siempre, Marta, no estara de acuerdo con la eleccion de Daniel y quiere volver a tenerlo a su antojo, amenazandolo con destruir su relacion si no hace lo que ella quiere.
    El aceptara los chantajes para que Rose no conozca su pasado, pensando que Marta se olvidara rapidamente de el, sin saber que solo es el inicio de la gran pesadilla de su vida.

  • Mentiras Inocentes de Mayka L. Carrion

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    ?Y si uno de tus vecinos o amigos fuera un asesino?

  • Una semana en Nueva York de Louise Bay

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    Anna esta harta de citas. Esta cansada de que le rompan el corazon. Es sexy, divertida e inteligente..., pero tambien es un iman para hombres que no la merecen. Salir de Londres y pasar una semana de vacaciones en Nueva York es la mejor solucion para superar su ultima ruptura y poder tener una aventura veraniega con un desconocido. Pero para proteger su danado corazon decide imponerse ciertas reglas: nada de contarse sus vidas, nada de intercambiar numeros de telefono y nada de decirse los nombres reales. Solo sera una noche divertida y excitante.
    Ethan, exitoso seductor <>, tambien tiene sus reglas: nada de citas, nada de quedarse a dormir y nada de hacer promesas.
    Todo parece perfecto..., pero las reglas se hacen para romperse...

  • Idem de Myriam Ojeda

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    Nadia trabaja para la editorial Millenium como editora, un trabajo que le apasiona, pero a su vez, tambien necesita renovar.

  • Ochate. La puerta secreta de David Zurdo

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    Una impenetrable noche de invierno, tres jovenes llegan por error a un pueblo cercano a Ochate. No saben que sus habitantes los esperan. Los necesitan… Alli se llevan a cabo ancestrales rituales celticos, cuyos dioses reclaman sangre nueva para apaciguarse. En el entorno del pueblo maldito de Ochate, los tres jovenes, ayudados por una guardia civil recien destinada a la zona, tendran que luchar por sus vidas. Una lucha en la que todo parece en su contra.

  • Inocencia salvaje de Cathryn De Bourgh

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    Alyn Stuart penso que era su dia de suerte, acababan de ascenderla y mas que eso: ahora trabajaria con ese hombre que hacia tiempo que le robaba el sueno, para ese guapo macho latino llamado Raymond Estevez. Es que no podia creer que fuera su jefe, era casi como sacarse la loteria para ella. Estaria cerca de el y tal vez tuviera la suerte de poder cumplir la fantasia de ser su amante. Ese machote alto, macho alfa por supuesto, de cabello muy oscuro y ojos cafes era la tipica mezcla de razas: de hombre latino con gringo, tal vez hijo de un machote mexicano y una gringa rubia que se moria por el o quiza fuera a la inversa. Pero tenia cara de latino, era un tipo duro y varonil, de voz fuerte y manazas enormes. Pero lo que mas la encandilaba eran sus ojos, su mirada de hombre viril era tan intensa, tan especial, era profunda y ver esos ojos... Rayos, no podia dormir pensando en ese hombre. Realmente le quitaba el sueno preguntarse como seria poder sentir en su boca el calido sabor de sus besos y algo mas... Lo malo era que el seguia ignorandola. Esa era la triste realidad. Todas sus fantasias calientes quedaban en eso: en fantasias, en historias que su mente tejia y luego a solas en su habitacion imaginaba que lo hacia con el... ?Acaso estaba enamorandose? ?Por que sufria tanto al saberse ignorada? Debia entender que tal vez ella no fuera su tipo y listo. Si se pusiera a dieta, tal vez... perderia un poco de figura rolliza. No a todos les gustaban las mujeres como ella, algunos las preferian muy delgadas, tipo palo... Pero Alyn sabia que sus curvas siempre atraian miradas y que si adelgazaba perderia sus encantos, su buena pechuga y ese trasero inflado que el buen Dios le habia dado. Entro en la oficina temblando. Su jefe podia ser un macho latino muy lindo y dotado pero tenia mal caracter, siempre estaba rabiando por algo. Y a pesar de su mal caracter ella veia su lado mas lindo... Entro y como siempre, paso desapercibida, el ni siquiera levanto los ojos para mirarla. Hasta que lo oyo retrucar: --Senorita Stuart. Esta distraida. ?Puede decirme en que piensa? Lo ha hecho de nuevo. Si, usted...--dijo. Una reprimenda. Pero a ella las reprimendas de su jefe no la asustaban. La excitaban. Eran mejor que ser ignorada, francamente... --Lo siento senor Estevez, ?que he hecho mal?--le pregunto mirandole con cara de inocente. Entonces el vio sus ojos verdes de gata atrevida y tal vez vio algo mas porque se quedo alli mirandola un buen rato. Luego, como si despertara del embobamiento sacudio levemente la cabeza, aparto la mirada y continuo en tono mas suave: --Pues confundio los nombres, senorita Alyn, anoto mal mis citas. ?Lo ve? Y no es la primera vez que lo hace. Ella vio a donde le senalaba su jefe y se disculpo. --Oh lo siento mucho, es que esos nombres se parecen... disculpe, no volvere a hacerlo, lo prometo--dijo. Al estar cerca pudo sentir su perfume caro tan delicioso y tambien pudo verle, sentir su proximidad y humedecerse con el contacto. Un simple acercamiento la tensaba, la ponia como loca. El la miro con fijeza. Vaya, ya no parecia enojado, ahora directamente miraba su escote y sonreia levemente. Vaya, al fin se daba cuenta de que existia y de que era una mujer bonita y tal vez apetecible para tener sexo. Pero no seria tan tonta de caer en la primera. Ahora tenia que ser el quien mordiera el anzuelo. Y eso podia llevar unos dias mas... quien sabe. No era prudente demostrar mucho interes ahora. No queria que pensara que era una zorra de oficina que lo hacia con todos, eso no era mas que una fantasia para ella, una fantasia que la consumia. Pero era una zorra teorica, le faltaba la practica y sin eso... en el mundo de las zorras no era nadie. Asi no mas. ********** Sin embargo el dejo de ser tan rezongon con ella. Empezo a tratarla mejor, como si fuera una empleada valiosa o algo asi. Una bella flor que el queria acaricias con sus manazas cuadradas de macho latino...oh si, esas manos... Aparto esos pensamientos cuando el le hizo una pregunta extrana. --Asi que estudias en tus tiempos libres... ?que estudias, carino? ?Carino? ?La llamo carino? Trago saliva excitada y respondio: --Estudio periodismo en la universidad, senor Estevez. --?Periodismo? Vaya, que interesante. ?Quiere ser periodista? ?En que rubro? --Bueno, todavia no lo se, pero me encantaria viajar por el mundo realizando reportajes o cubriendo eventos insolitos. El dejo escapar una risita. --Con lo bonita que es terminaria prisionera de algun musulman pervertido senorita Stuart. Seria tomada de rehen y luego convertida en la novena esposa de uno de esos jeques o vendida al mejor postor. Ella no supo como responder a eso. Debia molestarle ese comentario machista de que la verian como una mercancia solo por ser mujer y bonita pero no dijo nada. --Espero no meterme en problemas, realmente quisiera trabajar tranquila-- respondio algo tajante. --OH si, disculpe, no quise ofenderla... era solo una broma. Es usted una mujercita lista pero muy llamativa y si esta frente a una camara todos la miraran a usted y dudo que presten atencion a sus notas. --Pero yo no quiero ser presentadora senor Estevez, quisiera cubrir eventos, realizar entrevistas a lideres mundiales. --Vaya, que interesante. Lastima que no estudia algo afin a esta empresa automotriz senorita, si lo hiciera podria progresar, podria ascenderla. --Bueno, yo no busco ascender aqui, solo es un trabajo de medio tiempo para cubrir mis gastos, no quiero vivir a expensas de mis padres. --?Y que edad tiene, senorita? --Diecinueve, pero pronto cumplire veinte. El rio cuando le dijo su edad. --Por Dios, la crei mayor. Es una adolescente casi. Que dijera eso le molesto por supuesto. --No soy una adolescente, soy adulta senor Estevez. El la miro con fijeza. --Es muy joven para mi, senorita, no hace mucho que estaba en la escuela. Ella enrojecio porque de repente se sintio despreciada y lo vio retraerse, alejarse de ella, el y sus manazas... casi las escondio, como si sintiera deseos de tocarla. Sintio ganas de llorar. --?Y usted que edad tiene, senor Estevez? --Veintinueve senorita, algunos mas que usted... soy casi tu hermano mayor, ?verdad?--dijo con una sonrisa burlona. --Pero yo no tengo hermanos, senor Estevez, soy hija unica. La conversacion languidecio lentamente y ambos volvieron a sus quehaceres. Durante dias la ignoro, no volvio a hacerle preguntas personales pero si la miraba a hurtadillas. Ella trataba de mostrar sus encantos por supuesto, tenia un cuerpito llamativo y bien formado, le faltaba algo de altura para ser una modelo voluptuosa pero eso si que no tenia arreglo, excepto llevar tacones pero habia dejado de llevar zapatos tan altos porque terminaba con los pies muy doloridos y odiaba eso. Sabia que el seguia sus pasos y no la perdia de vista. Alyn supo que a su jefe le picaba la curiosidad, ella le picaba tambien, le gustaba pero el tema de la edad sin saber por que parecio hacerle dudar. Realmente la indigno pensar que el la creyera una adolescente. Eso no era verdad. Era una mujer y todos decian que era muy madura para su edad, y en la universidad habia muchos chicos que querian invitarla a salir pero ella no los alentaba porque le gustaban mas grandes. Hombres como el senor Estevez... maduros, hombres en todo el sentido de la letra. Y un latin lover. Habia oido que era dotado y que ninguna chica podia coger esa inmensidad sin sentir dolor excepto una de ellas, una tal Lizzy que le habia dado una felacion extrema. O eso dijeron. No tenia idea que seria eso pero podia interpretar el mensaje: ese macho latino la tenia gruesa y muy grande y por eso todas querian cogerselo aunque fuera una puta vez en su vida. Lo raro era que el las ignorara. Si, al parecer una chica le dijo que su jefe no era de enredarse con faldas del trabajo, esas fueron sus palabras. Vaya, asi que las mujeres de su empresa eran "faldas", que bien...

  • Te Tengo de Victory Storm

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    --No lo se, Maya. Quizas es mejor si lo dejamos asi --susurre, intentado calmar la ansiedad que me estaba asaltando. --Ginebra, vamos, dejate llevar por una vez! No estas cansada de tener que someterte a las reglas de tu familia? No me digas que una parte de ti no desea otra cosa que salir del seminario y divertirse, como hacen todas las muchachas de nuestra edad! --resoplo mi amiga, quejandose. Claro que lo queria! Pero no era tan facil para quien tenia sangre italiana de los Rinaldi en las venas. Ser la hija de un jefe de la mafia, significaba tener una vida prestablecida, dentro de un conjunto de reglas y de limitaciones, impuestas por un padre jefe. Incluso si era la hija mas pequena, esto no me hacia mas libre y, cada error o transgresion, era siempre castigado con severidad. Por ello habia aprendido muy pronto a respetar los deseos de mi familia. Me habia siempre comportado de manera impecable, pero en los ultimos anos, desde que habia comenzado la universidad, habia empezado a sufrir por la rigidez tipica de mi padre y por la perfeccion de mi madre. Me sentia cambiada desde que habia entrado en contacto con una realidad tan vasta como la universidad, con sus estudiantes que no eran seleccionados y evaluados de la forma en que lo hacia la escuela catolica femenina en la que habia estudiado hasta ahora. Habia aprendido que existian distintos estilos de vida y que, sin la presencia de mi padre en el consejo del instituto, a nadie le importaba que yo fuera una Rinaldi. Por primera vez en mi vida me habia concedido ser yo misma y abrazar nuevos ideales que mi padre aborrecia. En los ultimos dos anos me habia vuelto la oveja negra de la familia, a quien evitar o tratar como a una pobre desadaptada, pero la verdad era que nunca antes me habia sentido tan viva. Habia roto lentamente las pequenas cadenas que me anclaban a la familia, pero todavia estaba muy lejos de la libertad y de hacer aquello que queria, como tomar una decision clara sobre mi futuro sentimental o profesional. Hasta ese momento me habia limitado a mirar a Maya, la hija del contador del patrimonio de los Rinaldi y mi unica amiga, mientras transgredia las reglas de su familia, que seguia servilmente las leyes de mi padre. Habia envidiado a Maya cada vez que me llamaba por telefono, pidiendome que la cubriera con sus padres cuando queria encontrarse con sus amigos, que no agradaban a sus padres o, cuando salia con un muchacho. Siempre habia admirado la valentia con la que desafiaba los deseos de su familia. Muchas veces habia deseado ser como ella, pero el peso de mi apellido, siempre me habia bloqueado. Sin embargo, Maya tenia razon: no podia continuar asi. Apenas habia terminado mi ultimo ano de universidad y todavia no habia experimentado la emocion de una pequena escapada, de un encuentro secreto con un muchacho o de una pequena locura, como una noche de paseo con personas que no conocia. --Ok, hagamoslo! --exclame entusiasmada, pero con la voz aun cargada de temor. --Veras que ira todo bien. Lo hice cientos de veces y te puedo asegurar que nunca he tenido problemas --me aseguro Maya. --Solo tengo miedo que alguien me reconozca o que mi padre lo descubra. --He tomado todas las precauciones del caso. Mira aqui --me dijo, dandome una peluca rubia con rulos. --Estas bromeando, verdad? --dije horrorizada. --Tesoro, eres la hija del propietario de la mitad de Rockart City. No puedes considerar ir de paseo sin llamar la atencion. --Ya nadie sabe quien soy. Pasaron dos anos desde que mi padre no me incluye mas en sus entrevistas y no me invita ni siquiera a sus ceremonias de inauguraciones. De todas formas, la gente cree que el tiene dos hijos. No tres. Mis apariciones a su lado se redujeron al minimo desde que me hice vegetariana y empece a hablar de derechos civiles. --Todavia no te ha perdonado por ser vegetariana? --se rio Maya. --No, cuando como con el, siempre me hace poner en el plato un bistec, que yo rechazo, lo que hace que se vuelva loco. De todas formas, como casi siempre sola en las dependencias donde me han relegado --conte triste. Era dificil no sentirse aceptada por la propia familia. --Que guay! Alli estas sola y puedes hacer lo que quieres! --Ojala! Recuerda que en mi casa hay tele- camaras por todas partes y la vigilancia siempre esta presente. No existe la privacidad y me pregunto a menudo si podre alguna vez separarme de mi familia y vivir mi vida. Quisiera encontrar un trabajo, casarme con un hombre que ame... --Mientras te quedes en Rockart City, sera imposible. Al este del rio Safe River no se mueve una hoja sin que tu padre lo autorice... Tu unica esperanza es irte muy lejos de aqui, a un lugar donde tu padre no pueda llegar, sabes muy bien, que el no te dejara nunca hacer lo que quieres. Hara de todo para impedirte que trabajes, para asegurarse que no puedas mantenerte y cortar ese cordon umbilical con el que te encadena todavia con veintitres anos! --Y seguro que no me permitiria casarme con quien yo quiera. --Olvidalo! Ginebra, te alcanza con pensar en todas las relaciones amorosas que has tenido hasta ahora. --He tenido solo una. Duro tres dias, en mi ultimo ano de escuela. --Daniel Spencer, verdad? --Si. Apenas pude darle mi primer beso, antes de saber que el y toda su familia habian sido exiliados para siempre de Rockart City. --Todo por un beso... Piensa si hubieras ido a la cama. --Hubiera terminado en las mazmorras del castillo como los prisioneros de guerra --rei debilmente, aunque en realidad siempre habia pensado que lo habria hecho en serio. Todavia no habia olvidado la furia y la cachetada de mi padre, cuando habia descubierto que estaba enamorada del hijo de David Spencer, el hombre que le habia hecho perder un negocio dos anos atras. Edoardo Rinaldi era un hombre que guardaba rencor de por vida. --Bien, te puedo garantizar que esta vez no te pasara nada y tu padre nunca lo sabra --me alento Maya, poniendome la peluca rubia sobre el cabello castano, que me llegaba hasta la espalda. Me mire en el espejo. Me dio ganas de reir porque estaba irreconocible con el eyeliner negro y el cabello largo hasta la cintura. Ademas, el vestido que me habia hecho poner Maya, era lo opuesto de mi look clasico convencional. Ese vestido rojo sin hombros y ese abrigo de piel negro, con mangas tres cuartos me daban un aire de mujer cosmopolita, emprendedora y transgresiva. Todo lo que no era. --Como es posible que tu padre no te haya dicho nada respecto a todas estas compras? -- exclame sorprendida. --Mi padre no es desconfiado como el tuyo, pero me controla cada compra que hago con la tarjeta de credito y mi madre se mete en mi vestidor una vez al mes, si mi padre se queja del extracto bancario. --Tu madre es igual a la mia. Como haces para que no te reganen por este tipo de compras? --Mi madre no sabe nada de esta segunda vida mia. Tengo un acuerdo con la empleada del negocio. Ella me deja probar estos vestidos en casa por un dia y, yo se los devuelvo intactos la tarde siguiente, cuando voy a cambiarlos por algo que se parezca mas a los gustos de mi madre --me revelo, mostrandome la etiqueta todavia adherida al vestido, antes de esconderla dentro del escote, debajo de la axila derecha. --Eres genial! --Lo se, pero recuerda tratar a este vestido con cuidado, porque manana debo llevarlo de nuevo al negocio y debe estar en perfectas condiciones. --Prometido! --Bien, ahora salgamos. La empleada me ha dejado las llaves del coche que usa para hacer las compras y, asi bronceadas, nadie nos reconocera cuando nos dirijamos hacia la salida. Ni siquiera el guardaespaldas que te trajo hasta aqui y que te controla desde el aparcamiento fuera del porton. --Asi lo espero, de lo contrario estoy muerta. --Por precaucion, dejaremos los celulares aqui, de manera que la senal GPS del telefono no nos descubra. Ademas, en la cartera llevaremos solo dinero en efectivo y el documento falso que te consegui. Recuerda que por esta noche yo no sere Maya Gerber, sino Chelsea Faye y tu no seras Ginebra Rinaldi sino Mia Madison, de Los Angeles. --Has pensado en todo, eh? --Ginebra, despues de cinco anos de fugas secretas, podria evadirme incluso de una prision --rio Maya, aliviando la tension. 2 GINEBRA Tenia el corazon latiendome como loco. Era la primera vez que hacia alguna locura y estaba aterrorizada a morir. Silenciosamente, a pesar de los tacos altos, segui a Maya. De todas formas, todos se habian ido a dormir y la casa estaba desierta. Salimos por la puerta trasera y nos acercamos al coche aparcado delante, como habia dicho mi amiga. Entramos en un viejo Toyota Corolla y rapidamente, partimos. Cuando el coche paso el porton, me escondi para no dejarme ver por el conductor del coche que estaba estacionado en la salida. Era el, quien me habia llevado hasta alli y sabia que no se hubiera ido hasta que no me hubiera llevado de vuelta a casa. Odiaba ese control permanente, pero no tenia idea de como hacer para liberarme de esa prision sin barrotes. Ser una Rinaldi seria una cruz que habria llevado hasta la muerte. Solo cuando nos dirigimos hacia la autopista, empece a relajarme, pero apenas pude ver Safe River, senti que me faltaba el aire. Era la primera vez que lo veia en vivo. De repente, senti el miedo que me corria por todo el cuerpo. --Maya, adonde vamos? --me agite viendo a mi amiga pasar el puente que unia la zona este de Rockart City con la oeste. --Vamos donde tu familia no podra encontrarte nunca. --Te has vuelto loca?! Esta prohibido a los Rinaldi, incluso acercarse a este rio! Si un Orlando descubre mi presencia en su parte de la ciudad, me mata! --grite aterrorizada. Odiaba los limites y las reglas que me imponia mi padre, pero esa de no ir jamas mas alla del rio, habia prometido no infringirla nunca sino queria arriesgar morir prematuramente. --Lo se muy bien. Por eso tenemos los documentos falsos. --Eso no me tranquiliza, Maya. --Chelsea! Recuerda que aqui soy Chelsea y tu eres Mia! No te equivoques o estamos perdidas! Continue el viaje, aplastada contra el asiento, con el sonido de mi corazon latiendo en mis orejas e incapaz de disfrutar el panorama de esa parte de la ciudad que nunca habia visto. --Va a estar todo bien, veras --continuaba a repetirme Maya, pero yo estaba lista para escapar y volver atras, prometiendo no volver a hacer algo asi. Apenas me di cuenta, que Maya habia apagado el coche al lado de otro, que tambien estaba aparcado y que tenia a dos muchachos guapos sentados adelante. --El que esta al volante es Lucky Molan. Es el por quien he perdido la cabeza y de quien te he hablado tanto ultimamente. Lo conoci en Clasesparticulares.com. Es el quien me da clases de economia online, a escondidas de mi madre, que esta convencida que soy un genio. Desde hace dos anos que muero por el y solo ahora que me he graduado, ha aceptado salir conmigo. Pero lamentablemente, cuando me propuso salir de a cuatro con su hermano que se ha dejado con la novia, no pude decirle que no. --Por eso estoy aqui, verdad? Para entretener al pobre hermanito, mientras te diviertes con el amor de tu vida. --Yo no lo diria asi, pero... Si, es asi. Te lo ruego, Gin... Mia, es importante que todo salga bien, porque no quiero conformarme con una noche de a cuatro. --Solo hay una cosa que no he entendido. El sabe que eres Maya Gerber? --Claro que no. Sabes que no me gusta revelar mi verdadera identidad. No quiero que alguien descubra que tomo clases privadas. --Entonces su relacion se basa en mentiras. Como crees que puedes construir algo solido y duradero de esta forma? --Por ahora pienso en divertirme, ok? Quiero salir con Lucky y quizas ir a la cama. Tampoco dije que quiero casarme con el!

  • Quedate 3 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Victoria sentira que su mundo se viene abajo, luego de que Brandon le confirmase que la noticia de la prensa era cierta; el dolor y la culpa haran estragos en ella, pues la vida no la habia preparado para lo que estara por venir; sin embargo, tendra que poner todo de su parte para sobrellevar su pena.
    Elisa se vera atrapada en una situacion, de la que no podra escapar. Mientras Daniel, debera transitar por caminos dificiles que, de alguna manera, lo acercaran a aquello que su corazon tanto anhela.
    Gerard Lambert y Clive Rutherford, llegaran para intentar conquistar dos corazones que estan cerrados al amor; tras sufrir grandes perdidas y desilusiones.

  • El regalo de Lyon de Tanya Anne Crosby

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    Conocido como el Lyon por su destreza en el campo de batalla, Piers de Montgomerie acepta un desafio del rey David; sofocar una molesta rebelion de las tierras altas. Como pago, acepta un terreno que esta en disputa, sin embargo pronto descubrira que lo que realmente desea es la belleza proveniente de las tierras altas, cuyos hermanos nunca doblegaran ante el.

  • El amor no es suficiente de Marian Arpa

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    ?Que hacer cuando el hombre que amas y con quien vas a casarte no confia en ti?

  • Se me pasa el arroz pero no el conejo de Sandra Broa

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    Cuando Sandra volvio a la solteria, pensaba que afrontaria esta nueva etapa con madurez y tranquilidad, pero no tardo mucho en darse cuenta de que, en cuestion de amores, se siguen haciendo las mismas tonterias con treinta anos que con quince. A pesar de que todo el mundo diga que los hombres son muy simples, Sandra y sus amigas tienen la sensacion de que se van encontrando a los chicos mas complicados y mas raros del mundo, tanto en el terreno sentimental como en el sexual. Porque, aunque en las novelas y en el cine, todo es bonito y poetico cuando los protagonistas tienen sexo, en la vida real muchas veces te lo pasas mejor contandoles a tus amigas el desastre de polvo que has echado el dia antes, que el rato que has estado a ello… y, en ocasiones, incluso tardas bastante mas en hacerlo.

  • Una maldita historia de Bernard Minier

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    Lluvia, viento huracanado y un ferri que, en mitad de una noche gelida en el oceano Pacifico, se bambolea a merced de las olas. Ajenos al temporal, dos adolescentes, Henry y Naomi, se pelean en cubierta. Al dia siguiente, el oleaje arrastra el cuerpo inerte de ella atrapado entre redes de pesca. Henry tiene dieciseis anos, y la burbuja sobreprotectora en la que ha crecido esta a punto de estallar, provocando un giro radical en su vida y en el lugar en el que reside desde siempre, Glass Island.

  • El viejo teatro de la noche. Acto de sombras de Juanma Martin Rivas

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    Son una voz sin rostro, la sensacion de que hay alguien donde no hay nadie.Son algo atrapado entre nuestro mundo y el siguiente.Esperan agazapadas al otro lado, oliendonos, sintiendonos.No suba esas escaleras, Vanessa ya no es lo que usted recuerda.No debe mirarla, no debe buscarla, no debe tocarla? Esta advertido.? Barcelona, 1904. A traves de la ventana del tranvia Gabriel cree ver a un fantasma. Pero Vanessa desaparecio, murio, eso le dijeron al volver de la guerra, sinembargo? Una de las ultimas anotaciones en su diario habla de un lugar, un teatro, pero cuando Gabriel cruce sus puertas la realidad comenzara a disolverse poco a poco. Alli, la magia parece a un latido de existir, personajes desconcertantes le invitan a creer de nuevo en la vida o a desconfiar de las sombras. Si insiste en adentrarse en ellas podria hallar incluso? monstruos.

  • En silla de pista de Miguel Angel Aguilar

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    iempre asombrado, un punto incredulo, Miguel Angel Aguilar saborea el espectaculo del circo contemporaneo en silla de pista, en primera fila. Apenas a unos metros de los prestidigitadores de la Transicion, los domadores del golpismo y el terrorismo, los trapecistas de la libertad que parecia imposible. Aplicado alumno de la realidad, maestro del periodismo, Aguilar evoca hechos memorables del ultimo medio siglo de Espana. Fue testigo, a veces incluso un poco protagonista, y lo cuenta como nadie, con su inconfundible estilo ironico, agudo y elegante. Vio morir una Espana y nacer otra. Estuvo en El Pardo y en La Paz cuando se leian los partes del equipo medico habitual, y en las sesiones, comidas, cenas y conciliabulos que acabaron dando a luz a la Constitucion. Anduvo por El Aaiun cuando la Marcha Verde, en el Congreso el 23-F, lo proceso la jurisdiccion militar y acabo formando parte del tribunal que otorgaba el premio del tonto contemporaneo. Una vida profesional plena, resumida en un libro intenso.
    En silla de pista es un cronicon hecho de muchas cronicas. Recuerdos de cincuenta anos de la vida nacional. Un retrato impagable de Espana y sus personajes. Y tambien un gran homenaje a una prensa que ya no existe pero que fue esencial en la consolidacion del Estado democratico que hoy conocemos.

  • Las notas del diablo de Ramon Iglesias Rodriguez

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    Un tritono o intervalo musical disonante y siniestro, tambien llamado “las notas del diablo”, es el origen sobre el que gira esta novela negra, en la que se da oidos a la condicion satanica de la misma, teoria muy extendida en la Edad Media, epoca en la que la Iglesia prohibio que se tocara. El monje benedictino Guido d’Arezzo (991-1050 d. C), introdujo un nuevo solfeo y es considerado el padre de la musica occidental. Sin embargo, este tritono es parte fundamental hoy en dia de la musica heavy, creando esa especial tension. Julia Arnal y David Coch son dos jovenes expertos que trabajan y colaboran en el Departamento de Investigacion y Criminologia de la Jefatura Superior de los Mozos de Escuadra y nunca han oido hablar de la “nota del diablo”. Victor Ballester es el cantante y guitarrista del grupo de musica heavy “The Metals” y comparte con su grupo la pasion por la musica heavy. Una serie de violaciones y asesinatos, que suceden misteriosamente tras cada concierto de esta musica, mantendra en jaque a todos los cuerpos de seguridad, y obligara a Julia y David a una exhaustiva busqueda de pistas y averiguaciones, para detener al autor de tanta barbarie. La estrecha relacion que estan obligados a mantener por su trabajo, se convertira poco a poco en algo diferente. La escalada de violencia es cada vez mas atrevida y Victor comparte el estupor y la repugnancia que le producen estos actos, como a todo ciudadano normal, sin sospechar el giro de los acontecimientos.

  • Resilio (Atrevete a Amar 2) de Lorena Fuentes

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    Hace mucho tiempo, en Londres, quisieron destruirme, solo que esta vez casi lo logro yo misma. El dolor puede cegarte y llevarte a las situaciones mas extremas.
    Connor fue lo mas hermoso que la vida me ha regalado despues de tanto sufrimiento. Sin embargo, tambien es el recuerdo mas doloroso de mi regreso, porque me enseno que podia dejar los miedos atras para atreverme a amar, y luego destrozarme el alma con su engano.
    Londres es mi Infierno personal, hay personas que desean verme muerta. Regreso para luchar por todo lo que me han quitado, di un rebote y sane aquellas heridas que mi corazon se negaba a cerrar.
    Mi resilio no es mas que mi hija y la vida que deseo vivir junto a ella, porque deje ir a mis demonios para amar lo unico que me hace sentir viva.

  • Tiempos negros de Lorenzo Silva

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    Alicia Gimenez Bartlett, Jenn Diaz, Lorenzo Silva, Alexis Ravelo, Eduardo Berti, Ernesto Mallo, Patricia Soley-Beltran, Cristina Fallaras, Bernardo Fernandez, Paco Ignacio Taibo II, Pablo De Santis, Espido Freire, Petros Markaris, Anna Maria Villalonga<>.ERNESTO MALLO