• libro aguamarina pdf - Tricia Ross

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    En ese momento sus ojos se detuvieron en una figura sentada en la ultima fila, alguien que conocia muy bien y cuya mirada aguamarina destello al encontrarse con la de ella.

  • Bosque aguamarina (PDF) - Irina Santroni

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  • Bosque Aguamarina – Irina Santroni | FreeLibros

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    Descargar PDF Descargar EPUB Descargar RAR. ... Bosque Aguamarina – Irina Santroni · elimzeg 6 agosto, 2016 Libros, Rincón Literario.

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  • Tres son multitud de Tricia Ross

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  • La trayectoria de los aviones en el aire de Constanza Ternicier

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    El principio de incertidumbre envuelve el colaps fisico de la estudiante chilena Amaya Tripe, becada por su gobierno en Barcelona y de fin de semana en Londres. “A pesar de que estabas en una ciudad mas bien grisacea, la luz del sol estaba enceguecedoramente brillante. Entreabriste los ojos y, pese a la dificultad, te diste vuelta hacia el otro lado. Ahi estaban las ultimas personas con quienes creias que te ibas a encotrar: padre y madre.” La cama del hospital es el origen de un viaje que se dispara en amores, la trayectoria de los aviones al otro lado de la ventana y, sobre todo, las causas del colapso. Los ojos azules de los medicos londinenses le provocan un ardor irrefrenable, y ese ardor, cada vez que lo siente, es una sacudida en la memoria y a sus esperanzas de libertad adulta.

  • Rebelion (Los 100 3) de Kass Morgan

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    “Mientras la gente gritaba, huia despavorida y caia

  • Un lord sin honor de Vanessa Lorrenz

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    Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa. ?Pero que sucede cuando este hombre no posee fortuna? Lady Emily paseaba por el lago Serpentine acompanada de su doncella Susan. El dia habia amanecido calido, a pesar de estar terminando el invierno, dandole la bienvenida a la primavera. Por el rabillo del ojo, vio que lady Carolina Graham paseaba en direccion contraria a la de ella, junto con todo su sequito de amigas, que a la vez estaban acompanadas de sus doncellas. Era una beldad que destacaba entre las jovenes casaderas. Las matronas decian que ese ano ella seria la que conseguiria el mejor partido casadero. Pero a Emily eso no le preocupaba, su madre estaba histerica realizando todos los preparativos para su presentacion. Era la hija unica del duque, ya que su madre tuvo un parto muy doloroso. El medico y la matrona que la habian atendido tuvieron que ayudarla. Y, aunque el parto fue exitoso, no fue capaz de concebir de nuevo. Pero a su padre eso no le importaba. --?En que piensas, mi nina? --Escucho que le preguntaba Susan. Con el paso de los anos, se habia encarinado tanto con esa mujer... Habia sido la doncella de su madre y, cuando ella nacio, se quedo a su cargo. --En nada, nana, creo que los nervios comenzaran a matarme. --Has sonado demasiado a tu madre. --Dios nos salve de eso, Susan, pero pensar que estare frente a la reina haciendo una reverencia me pone muy nerviosa. ?Y si resbalo y caigo? --Recuerdo que, dos temporadas despues de la presentacion de tu madre, una debutante llevaba un vestido primoroso con cristales traidos de la India. Como era la mas hermosa de la temporada, otra debutante que le tenia envidia le piso el vestido antes de entrar al gran salon. Obviamente la pobre resbalo de manera estrepitosa. Cuando se quisieron dar cuenta de lo sucedido, la joven estaba tirada con las faldas subidas y encima de uno de los guardias de la reina. Todas las debutantes se reian sin parar. --Susan, esto no me da sosiego. Eso seria mi ruina, en ninguna casa decente me aceptarian. No encontraria marido nunca. --Pero eso no te pasara a ti, encontraras al mejor esposo del mundo. Ahora vamos a buscar al cochero para que nos lleve a comprar esos hilos y listones que querias. Necesitamos que esos hombres casaderos te vean hermosa desde ahora. Suspiro porque de eso se trataba todo. Las debutantes eran como un corte de carne subastado al mejor postor: mientras mas hermoso y con buena cuna, mas posibilidades tenia de triunfar en la temporada. Pero Emily queria amar a su esposo y ser amada. Sus padres se amaban, no eran el clasico matrimonio de conveniencia. Segun lo que su madre contaba, el flechazo fue inevitable. Fue ver a su padre y sentir que se pertenecian. Emily suspiraba cada vez que su madre contaba la historia porque era como un cuento de hadas. Su padre la habia cortejado por seis meses e incluso se tuvo que retar a duelo con algunos de los pretendientes de su madre. Sonrio recordando la anecdota mientras se bajaba del carruaje para cruzar la calle que le llevaria a la boneteria. Susan estaba bajando detras de ella, pero Emily se quiso adelantar, con tan mala suerte que no se dio cuenta de que un carruaje se acercaba a toda velocidad. Reacciono cuando Susan grito que tuviera cuidado, pero ya era demasiado tarde. Cerro los ojos pensando que su vida se habia acabado. Todo paso muy rapido: unos brazos la envolvieron para despues tirarla de manera estrepitosa sobre la acera donde su carruaje se habia parado. Emily estaba segura de que el dolor en su cuerpo se debia a que la habian arrollado. El temor de comprobar la tragica escena la mantenia con los ojos cerrados, solo escuchaba a Susan pedir ayuda mientras lloraba. Cuando se armo de valor para abrir los ojos, parpadeo impresionada por el hombre que tenia encima protegiendola con su cuerpo. El hombre sonrio y ella se quedo congelada, era como si todo el mundo se hubiera detenido. Su corazon latia de un modo acelerado. En ese momento, nada importaba... Porque estaba frente al hombre de su vida, lo sabia. --Se encuentra bien, milady. --Si --fue lo unico que pudo decir. Estaba tan absorta mirandolo que incluso parecia estar en trance. Un sollozo de Susan la devolvio a la realidad. --Mi nina, ?estas bien? --Si, Susan, no debes preocuparte. --Caballero, si me permite levantarme --dijo timidamente. El hombre se levanto de forma automatica, ayudandola a levantarse. Emily sintio como un simple roce le provocaba un estremecimiento. Le dolia demasiado el brazo. Se dio cuenta de que tenia una herida producto de la caida. --Vamos, nina, regresemos a la casa para que te vea un medico. No te encuentras bien. --Si, nana, sera lo mejor. Despues vendremos por esos listones. Emily volvio la vista a donde su salvador se encontraba, para sonreirle de manera encantadora. --Gracias, caballero, me ha salvado la vida. Su nana la alejo del hombre justo cuando estaba a punto de darle la mano para agradecerle. No comprendia la actitud de su nana, ya que ella nunca habia sido desagradecida. En cuanto estuvieron en el carruaje, se sentaron mucho mas tranquilas. --Nina, tus padres nos van a reganar, estuviste a punto de cometer una imprudencia. --?Por que? --inquirio mirando por la ventanilla del carruaje. Aun sentia el toque de aquel desconocido en su piel. --Ibas a darle la mano a ese hombre como si el fuera uno de tus pares. Es mas: ni a tus pretendientes debes dejarlos que te toquen, y aun menos a ese hombre. ?No ves que es un simple conductor de un carruaje? Tu reputacion podria verse resentida. --No lo pense, nana. Tal vez fue por el miedo de que me arrollara un carruaje. --Cuando se enteren tus padres, nos enviaran a la casa de campo. Mas Emily solo podia pensar en ese mismo instante donde habia encontrado al hombre con el que le gustaria compartir su vida. Capitulo 2 Su madre tuvo un vahido de solo pensar en lo que le pudo haber sucedido, su padre la tuvo que cargar y recostarla en un sillon de la salita de te para que despues le pusieran sales aromaticas debajo de la nariz. Lady Carolina Loughty, duquesa de Windsor, era todo lo que se esperaba de una dama inglesa: educada, refinada, noble. Por eso ahora, que salia de su colapso, estaba palida. --Richard, la nina sera una paria de la sociedad, fue salvada por un simple cochero. Espero que ninguna de nuestras amistades la hayan visto --dijo su madre poniendose una mano sobre la frente de forma dramatica. --Madre, nadie nos ha visto. Al parecer, el cochero del carruaje que estuvo a punto de arrollarme perdio el control de los caballos que tiraban de el. --Buscare al culpable de eso, no puede ser posible que pongan en peligro asi a los de nuestra clase. --Padre, no es necesario, solo fue un rasguno. No hay nada de que preocuparse. --Su padre apreto los labios disgustado. Odiaba que la trataran como si fuera una nina pequena. Unicamente habia tenido un accidente que le pudo haber sucedido a cualquiera, pero sus padres necesitaban hacer un drama de cualquier cosa. Despues de que le dijeran que tenia prohibido salir de compras sola, la enviaron a su habitacion castigada. Tal parecia que para sus padres seguia siendo la pequena que tenia tres anos, la cual al hacer una travesura era castigada. Despues de una semana de encierro, convencio a su madre para que la dejara salir a dar un paseo. Esa semana la habia pasado de un modo un tanto extrano, pues sonaba por las noches con ese hombre que la habia cautivado. A nadie le habia contado acerca de lo que sentia. Porque estaba segura de que, de expresar alguno de los sentimientos que su alocado corazon tenia, su madre la condenaria a vivir enclaustrada en su casa de campo. Ellos preferian verla solterona a tener que pasar por un escandalo de tal magnitud. Por suerte, la vida le sonreia. Porque lady Sarah, una de las debutantes de ese ano, hija de una vieja amiga de su madre, la habia invitado a cabalgar por Hyde Park. Solo esperaba que el destino la favoreciera y la dejara ver al hombre que la habia salvado. Sabia que estaba mal, pero algo dentro de ella le decia que necesitaba verlo de nuevo. Mientras cabalgaba de forma descuidada junto a su companera de paseo, que no paraba de contarle los cotilleos de su madre, Emily observaba todas las calesas que se encontraba a su paso. Estaba nerviosa, necesitaba encontrar y ver por una sola vez a ese hombre.

  • Cuentos De Bloomsbury de Ana Maria Navales

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    Desde el 22 Hyde Park Gate, donde nacio Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he recorrido, una y otra vez, en mis ultimos veranos londinenses, el corazon del Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artistica de quienes de este distrito de la ciudad del Tamesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la region de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisa a traves de los arboles al pie de Itford Hill; en la Monk's House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Mas que la curiosidad, la pasion me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes albumes de fotografias, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algun libro mas que no se si escribire algun dia. Estos cuentos son una libre recreacion de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficcion me parecio exigirlo. La utilizacion de la primera persona en algunos de los relatos es tambien, obviamente, un recurso literario. Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora. EL RETRATO DE LADY WYNDHAM Ahora iba a llamarse Eleanor Wyndham y una nueva caricatura de su persona apareceria proximamente en una novela. Las cuartillas que Mark habia dejado sobre la mesa de su dormitorio la describian superficialmente, pero acentuando su extravagancia. Los sombreros altos como una chistera, los zapatos de punta encorvada y enormes hebillas, sus vestimentas de estilo oriental o griego, tunicas y clamides, vestidos copiados de las madonnas de Rafael, de los cuadros de Velazquez, del vestuario de algun recien estrenado ballet. Mark contaba que una vez la encontro en el vestibulo del Royal Theatre llevando un kaftan y un fez de piel negra, de caracolillo, que mas parecia una peluca rizada para tapar las canas que la hacian mas vieja de lo que era en realidad. Perlas y brocados acentuaban su aspecto de princesa renacentista o de gitana trotamundos, de una belleza rara y discutible, cubierta de joyas como la amante de un rico mercader. Su andar inimitable, igual que si bailara al compas de una musica interior que solo ella podia oir, esa arrogancia heredada de su estirpe, que habia crecido al mismo ritmo que su libertad, hacian mas enhiesta su figura, desgalichada a veces en el abandono de si misma. En el rostro destacaban los pomulos, la nariz judia, la boca con sonrisa levemente desdenosa, los ojos de un verde mar azulado, proyectando la mirada fria que era una inicial barrera entre los otros y el profundo calor de su cuerpo que emanaba de las pasiones ocultas. Mark no era al principio excesivamente acido con su personaje. Habia elegido para Eleanor Wyndham unos origenes que no se apartaban demasiado de los de su modelo, una lady que comia nueces servidas en bandejas de plata y semillas de alcaravea para combatir sus intensos dolores de cabeza. Una lady cuya infancia dorada habia quedado sumergida en los tuneles del viejo palacio donde crecio esperando su hora de libertad. De nina, para luchar contra el aburrimiento, habia cabalgado por Sherwood Forest en su poney blanco como un velo de novia, como un prado cubierto de nieve intacta. Ahora, se entretenia cuidando los crisantemos amarillos que crecian alrededor de su casa en Londres o los grandes jardines del manor, la mansion que el lord consorte habia adquirido para ella y sus juegos de gran senora en Oxfordshire. Mark era un buen escritor. Antes de descubrir aquellas cuartillas, de sentirse explotada, observada y analizada, absorbida hasta dejarla sin medula para transplantarla a aquella Eleanor Wyndham, que nombre tan absurdo, antes de aquella manana en que habia ido a buscarle a su dormitorio para charlar intimamente, o sea hacia unos minutos, ella habia alabado sus novelas frente a otros huespedes de su palacio, y no solo por ser amable, porque el hubiese elogiado sus bordados la tarde anterior, sino por sincera admiracion. En el folio numero tres, un habil uso del lenguaje convertia la ironia en burla despiadada. No sabria decir en que palabras precisamente se apoyaba el escarnio, pero ella sentia humillacion y rabia cuando aquella lady inexistente, esa tal Eleanor Wyndham, se convertia en una fanatica religiosa que explicaba la Biblia a los granjeros, ensenaba a leer y escribir a los gitanos que merodeaban por su hacienda o vivia pobremente solo por darse el placer de arrojar monedas al aire, como si fuesen caramelos, cuando los ninos la seguian por las calles del pueblo, solo por ver su capa negra de vampiro, sus botas rojas de cosaco, su sombrero de larga pluma, su uniforme de mosquetero que ha olvidado en la muralla de palacio el arma de fuego. El abierto deseo de ridiculizarla se mezclaba con unas gotas de ternura, de cierta poesia que, a veces, se esconde en un relato como los insectos con sus alas plegadas se ocultan entre los petalos de algunas flores. No se les ve, se les presiente, y uno apenas se atreve a olfatear aquel tulipan cerrado, aquella rosa a medio abrir de la que puede saltar un ser minusculo dispuesto a clavar su aguijon. Asi era la prosa de Mark, belleza y dolor dificilmente separables. Habia algun pasaje inocente, como el del asombro de la lady ante el zepelin. La dama no sabia si era privilegio o reconocido valor lo que unia a esos hombres que se elevaban hasta tocar el cielo con la mano, dentro de aquel enorme balon de rugby. Despues, Mark se ensanaba con una lady absurda y dominante, de escaso talento, incapaz de comprender a Tucidides, preocupada por transmitir, confundiendolo con su extravagancia, un cierto magnetismo personal, puro oropel. Mark la acusaba de rodearse de seres brillantes, de artistas de ingenio, para iluminar su vida que se arrastraba por las sombras. Una senora de alcurnia que coleccionaba cuadros y amantes, y se encerraba en su cuarto para leer a Balzac hasta el amanecer. La lady compraba los cuadros atendiendo mas a su precio y tamano que a la calidad del artista. Diez o quince libras de entonces, de los tiempos del zepelin, era su tope. En realidad se trataba de ayudar al pintor, de solucionarle un pago de facturas pendientes, la adquisicion de materiales de trabajo, comida quiza para un mes. Un modo de conjugar su generosidad con el orgullo del artista. Ademas, solia enviarle, junto al cheque, entradas para el teatro, el ballet o un concierto de balalaika, para que el elegido tuviese muy claros los limites entre lo que es un regalo, un detalle de distincion, algo superfluo, sin sentido practico, y la compra de ese cuadro que se admira y desea para contemplarlo en los muros de la propia casa. Si no era asi, queria hacerselo creer. Para eliminar todo resquicio de duda, para dejar bien enterrada su generosidad, la lady cerraba la transaccion con una frase solemne: <>. No eran palabras suyas, pertenecian a uno de los libros que siempre leia de noche, cuando su lecho estaba vacio y, desde afuera, la lluvia y el viento traian canciones de otono y de hojas caidas. Aquella lady era una sentimental. De nina habia tenido, en un rincon de la abadia del palacio, lo que ella llamaba la habitacion de sus tesoros. Cuando los adultos salian de caceria --!ay!, los tristes venados que entraban en la cocina, quietos, rigidos, mirando fijamente con sus ojos tan cristalinos-- o jugaban a las cartas alrededor de la chimenea, o se sentaban en tapizadas sillas francesas a oir los gorgoritos de una dama que apoyaba un brazo junto al jarron del piano, mientras el otro hacia aletear su panuelo de encaje; cuando los hombres paseaban su aburrimiento entre el frufru de las enaguas almidonadas de las senoras, la lady, pequenita y llena de lazos, se encerraba en su habitacion de los tesoros. Alli, en una caja china, guardaba trocitos de seda y terciopelo, de un color amarillo palido, granate, o de ese plateado opaco que lucian las palomas en los alfeizares de las ventanas. Tenia tambien tarritos de crema vacios, con dibujos de abanicos en la tapa, y platos de porcelana donde guardaba los petalos secos de las rosas, los claveles y los lirios del valle que alguna vez habian adornado sus vestidos. Alli era como una princesa triste, que tendra la princesa, que se entretenia en inventar una caligrafia, ahogada de espirales y palos ganchudos, con la que llenaba su diario en el que escribia su vida con afiladas plumas arrancadas a los pavos reales que merodeaban entre las estatuas del jardin. Era una caligrafia hermosa e indescifrable. Ahora lady Wyndham tenia otros secretos y se dedicaba a otros juegos. A su habitacion de los tesoros le habia sucedido su gabinete privado, adonde Mark habria tenido que ir la tarde anterior a someterse a uno de esos interrogatorios ridiculos y embarazosos con los que lady Wyndham cercaba a sus invitados, sobre todo a aquellos en los que detectaba un poder imaginativo superior, un intenso amor a la vida o una inteligencia especial. Pero tambien, unos ojos en los que ella creia adivinar extranos misterios, o una sonrisa cautivadora, podrian imponerse a otras mas profundas apreciaciones. Los que iban a ser llamados habian aceptado previamente el regalo de sus flores, tulipanes rojos, a veces un opalo, una alfombra tejida por sus manos, o libros de Gibbon y Ruskin en los que la mayoria de sus huespedes leian el mensaje no escrito de que su dignidad iba a ser sometida a prueba, quien sabe si tambien sus dotes de amante. Mark no habia acudido a la cita y esa era la razon por la que lady Equis, atado el pelo con un foulard de colores como una zingara, irrumpio aquella manana en su dormitorio y descorrio con furia, para dejar entrar la luz, las rojas cortinas que contrastaban con el gris brillante de las paredes. El balcon se abria al jardin que terminaba en los linderos del bosque, el dia era templado y el sol apenas acariciaba aun las estatuas que rodeaban el lago. El dormitorio estaba vacio. Fue entonces cuando ella advirtio las cuartillas que Mark habia dejado sobre el escritorio, sin duda deliberadamente, aquel retrato de Eleanor Wyndham, que era como una larga carta dirigida a ella, que era tambien su propio retrato. Cuando lady Wyndham salia de viaje llevaba siempre amplias capas repletas de grandes bolsillos interiores en cada uno de los cuales reposaba un libro de su ajetreo previo, de ese ir y venir de las hojas hacia delante y hacia atras buscando la frase feliz, el dialogo chispeante, la escena audaz, para darle o no su beneplacito, el favor de su compania, de su interes siempre impaciente del final. Lady Wyndham leia primero a saltos y luego despaciosamente, si el libro habia sabido enamorarla. Asi habia iniciado tambien lady Equis la lectura de las paginas de Mark y ahora estaba, sus perros pequineses buscandola por la casa la habian hallado en el dormitorio gris, acariciando en su regazo a uno de aquellos animales y sujetando la ira mientras leia una caricatura de si misma, la de una diosa serpiente, y era como mirarse al espejo y ver a una imbecil que sin mayores luces pugnaba por entrar con su lampara apagada en las galerias ocultas de los hombres hermosos para despertar sus suenos. Lord Equis no quedaba mejor parado en ese relato sobre lady Wyndham. Aparecia como un marido paciente, algunas veces sospechoso, que borraba sus dudas sobre la fidelidad de su lady caprichosa dedicandose a la politica, jugando al bridge y coleccionando porcelana china de color azulblanco. Mas de una vez, Mark habia esperado en el jardin, junto a otros huespedes, el retorno de uno de aquellos elegidos por lady Wyndham para un intimo coloquio en su gabinete. En el gesto de los heroes de la aventura habia advertido un cierto malestar, indiferencia en algun caso, pero todos coincidian despues en afirmar que el unico lenguaje empleado, en ese primer encuentro con la sacerdotisa del amor, habia sido la palabra. Ella, mirando directamente a los ojos del interpelado, solia interesarse primero por su obra artistica. Sus preguntas eran convencionales, si escribia mucha poesia en aquel retiro campestre que le habia ofrecido, si su pintura progresaba, que tecnicas utilizaba, cuales eran los colores predominantes en sus cuadros. Despues hablaba un poco de ella misma, de los poneys de Shetland que adoraba de nina, de los carruajes, de las calesas antiguas que habia en su casa solariega, de sus viajes a Marienbad, un balneario que le atrajo por la fascinacion del nombre mas que por la fe de que con sus aguas o la tranquilidad del recinto podian mejorar sus dolores de cabeza. No ponia demasiado el acento en la salud, ese era un tema que siempre aburre a los que estan sanos, pero aludia al radio que tomaba en la leche o el te, y al borgona, como dos recursos para aliviar el dolor que le parecian, si no infalibles, de una refinada originalidad. Lady Equis, lady Wyndham, se movia en un mundo de sensaciones y estaba habituada a preparar el camino para que la pasion pudiera entrar en su casa de un modo natural, agradable, sin esfuerzo ni violencia. Con gesto elegante servia a su huesped una copa de sidra, no habia que desperdiciar el champan frances sin estar segura de que la nave llegaria a buen puerto, y fingia acompanar al invitado en aquel rito apenas burbujeante acercando sus labios al fino cristal de la copa. En seguida la abandonaba junto al Kempis que aparecia abierto en la mesa, como al descuido, como consuelo preparado de antemano por si el elegido, siempre artista o intelectual, no comprendia que ella, en el fondo, no buscaba la vulgaridad del sexo sino compartir la experiencia creativa, la inteligencia, de aquel genio que ya se habia bebido la copa de un solo trago. La lady queria comprobar, y aun no lo habia conseguido, si es posible inventar el amor sin agotarse en el intento. Envuelta en terciopelo y entre cojines de seda, lady Equis hablaba de Italia, o de cualquier otro pais luminoso y lejano, donde el sol sale mas pronto en el horizonte y permanece mas tiempo colgado del cielo, y ofreciendo un cigarrillo de una caja pintada con el ave fenix en todos sus costados, decia, alzando las negras sombras de sus ojos, que la pasion tenia lugares de privilegio en el mundo. El juego era muy similar con unos y con otros. Lady Wyndham, que guardaba sus cartas de amor con cintas de raso, que alguna vez se habia enrabiado al saber que sus amantes escribian despues a otras mujeres las mismas frases que solo ella habria debido inspirar, repetia la misma escena con todo aquel que era llamado a su gabinete. Para ella el galanteo tenia sus reglas; otra cosa era el amor. La sonrisa de lady Wyndham llenaba los silencios del hombre, sometido a un embarazoso tete a tete con la gran senora que no soportaba que le hablasen de la lluvia, de los desastres del jardinero, de los libros de cuentas o del menu que la cocinera debia preparar para la cena. Lady Wyndham queria hablar de poesia, de pintura, de la filosofia de Spinoza; lo fascinante era ese interes en la vida de los otros, en sus pasiones, en sus enamoramientos, en todo aquello del mas alto nivel espiritual que impulsaba el genio creador al que ella no tenia acceso. Entre ella y el mundo habia echado un telon de seguridad formado por cientos de plumas de pavos reales, el sol iluminando la magia de aquellos colores y el amor extendiendo su maquillaje brillante en el rostro de la vida. Lady Wyndham era una fanatica religiosa, una romantica excentrica, una mujer generosa y sincera, que no era comprendida en el deseo de lo trascendental y provocaba la burla de sus protegidos, los que acaso envidiaban su alcurnia, su posicion, cuanto les hubiera permitido a ellos, con su talento, gozar plenamente de la existencia. Alli estaba Mark, en el cesped, tendido en una tumbona, escuchando a un amigo, escritor de escandalo y de ingenio, que desearia hacer el amor con lady Equis, con toda su fuerza, removiendo hasta el fondo su instinto animal, porque siempre le habia obsesionado una relacion de ese tipo entre un hombre de origen vulgar, salido del corazon del pueblo, y una mujer de rango. Aunque en el dormitorio sonase una musica de pianola. Lady Wyndham ojeaba la presa en sus tertulias y saraos at home, pero, respetuosa con su hogar, o precavida, se mantenia firme ante cualquier asalto impetuoso del amante. Alli, no. Nada que pudiera atentar contra la dignidad del lord. Se podia flirtear, tener privados coloquios, insinuantes atenciones, algo que era habitual en la alta sociedad, toda la ceremonia iniciatica del cortejo que, inevitablemente, conduciria al lecho del amor; pero el escenario de las grandes pasiones debia estar fuera, lo mas lejos posible. La atmosfera de su casa no podia ser contaminada con el gas letal de la infidelidad. Asi, los encuentros de lady Wyndham con sus amantes se producian a la luz del dia y en los lugares mas concurridos para no atraer la atencion: un anden del metro, la sala de espera de una estacion de ferrocarril, Whitehead's House, o el kiosko de refrescos de algun parque de la ciudad. Ella, con los ojos pintados de un blanco grisaceo, los labios rojos, embutida en una de sus tunicas o cubierta con una llamativa capa bordada, iba radiante de maquillaje a la cita con la vida. Eleanor Wyndham era una sacerdotisa dispuesta a oficiar, al aire libre o en el primer altar improvisado, una ceremonia de amor, un exorcismo, para que la pasion saliese de las tinieblas, de aquel pozo en que estaba hundida gritando voces de auxilio, sin que nadie mas que ella se acercase a salvarla. Despues, entre burlas, mas de uno decia que lady Wyndham era una tea apagada, una hoguera de la que solo quedan cenizas. Otros, los que quiza de verdad la habian amado, no pensaban lo mismo de aquel fuego que les habia destruido, dejandolos en la nada, en la oscuridad de si mismos. Lady Equis siguio aun leyendo las cuartillas de Mark, que cada vez se iba ensanando mas con su personaje, pero no llego al final. Encendio un cigarrillo y, presintiendo su llegada, levanto el visillo de organza para mirar al jardin que el estaba cruzando para entrar en la casa. Dejo sobre el escritorio aquella caricatura de si misma, aquella ignominia, y ahueco los cojines de seda del sofa antes de adoptar una pose elegante, escondiendo sus manos, tan largas y huesudas, tan agigantadamente feas, entre los pliegues de su vestido. Cuando Mark entro, con su traje de caza, brillandole los ojos, el pelo tan negro y la boca tan sensual, carnosa y humeda, ni siquiera le dejo hablar. Con su tono mas dulce, con ademanes de exquisita educacion, lamento que el tuviera que marcharse, sabia que lo comprenderia, el lord estaba a punto de llegar con el primer ministro y la casa estaba tan llena; ese era, sin duda, el mejor dormitorio, habia que alojar alli al nuevo invitado. Dijo todo aquello como quien recita la letra de una cancion poetica y tierna. Mark, entre tanto, iba recogiendo sus libros. Lady Equis se retiro a su gabinete privado y se sumergio en la lectura del Kempis. Al ano siguiente, cuando se publico la novela de Mark y empezo a leerla avidamente, comprobo con sorpresa que el retrato de lady Wyndham habia sido sustituido por una carta de amor.

  • Empezando a sentir de Astrid Fiore

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    Cuando tu mejor amiga tiene una idea de lo mas loca ?Tu le seguirias lo corriente? Eso mismo hice yo y asi es como me di cuenta de que mi organizada vida se iba al traste y lo peor de todo que lo estaba disfrutando…

  • Reaper de Jorge Borges

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    Mi nombre es “Reaper”
    Y soy todo menos un buen hombre.
    Soy un motero, un traficante, un asesino.
    Y el club lo es todo para mi.

  • El regalo Perfecto (La Profesional 4) de Kris Buendia

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    No soy un hombre alegre que le guste compartir con los demas. Y mucho menos compartir a mi familia con tanta gente aun asi sea nuestra propia familia. Mientras veo dormir a mi mujer, me pregunto lo siguiente: ?Podria ser mas feliz? Pense que esta clase de gloria no existia, o que yo era una persona que estaba muy lejos de serla. Lo unico que se es que cada dia soy feliz con ella y mi hijo. Son mios, es mi imperio, por lo que respiro cada dia. Muy pronto sera noche buena y se cual es el regalo perfecto, mi esposa me ha estado insistiendo sobre una cosa desde que nuestro hijo cumplio tres. Eso fue hace dos anos, pero es porque he estado evadiendo el tema porque me rehuso a negociar sobre ello. Hablando de regalos. ?Que le regalarian a alguien que lo tiene todo? Creo que mi mujer y yo estamos metidos en un grave problema. La amo y quiero hacerla feliz siempre; como lo soy yo desde que la escuche cantar y me atrapo con su valentia y belleza de mujer. Es una promesa que le hice a ella y a la vida misma: Toda una vida. En todas las posiciones posibles.

  • Seduciendo a Liliana de Dylan Martins

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    Cuando Brian acepta la oferta de su mejor amigo para unirse a el y a su mujer a un viaje a Cuba tras su regreso de la luna de miel, no puede imaginar que esto le cambiara la vida para siempre.
    Liliana, una cubana que conoce de casualidad, pondra su vida patas arriba. Y Brian esta decidido a conseguirla.
    ?Te atreves a conocer sus armas de seduccion?
    La vida de Brian dejara de ser la misma y Enzo y Emma lo acompanaran en la aventura de su vida.

  • Morir quiza no sea lo peor de Pascal Dessaint

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    <>. Le Figaro Magazine

  • Todos Somos El Secreto De Alguien de R. Navarro

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    Normalmente cuando se realiza un prologo a la obra de un autor se hace hablando de la misma, y resaltando sus puntos fuertes para hacer mas apetecible leerla. Por todo eso les pido disculpas, ya que no es lo que voy a hacer yo. He realizado algunos prologos y mi forma en su realizacion huye de las cosas que acabo de explicar. Mi intencion no es otra que la de presentarles al autor de este libro desde el prisma de mis ojos, rendirle un pequeno homenaje a un hacedor de algo tan increible como es la construccion de una obra literaria… y mas increible aun, por los tiempos que corren, el publicarla. Detras de, estas, mis palabras se van a dar de bruces con la nueva novela, y seguro que no sera la ultima, de Ruben Navarro… y de seguro les va a golpear tan fuerte y les va a absorber la atencion de tal modo que van a querer leer mas de el. Yo conoci a Ruben gracias a la ilusion de el de llegar a ver su libro publicado bajo sello editorial y he tenido el gratificante honor de verle conseguir su objetivo… su sueno. Ruben me hizo participe, en cierta medida, de su obra, la cual dio paso despues a una segunda y a una tercera mas tarde, la que tienen ustedes en sus manos. He sido testigo de su exito y de ahi pase a ser algo mas: su amigo. Ruben Navarro ha conseguido moverse en aguas complicadas como lo es el genero de la romantica, ya que segun mi criterio es un circulo bastante cerrado en el que cuesta entrar y sobre todo predominante de mujeres tanto escritoras como lectoras. Sus obras son muy cercanas y suele relatar escenarios en que cualquier lector puede sentirse identificado, ya no solo por situaciones amorosas que pueda describir, sino por las que nos encontramos en la vida misma, en el hoy… en el ayer. Si complicado para un autor es dar el paso de la publicacion una vez a creado, lo dificil viene despues… ante tanta oferta de escritores hacerse notar, algo que el con teson ha conseguido. Asi que queridos lectores, les animo a darle a Ruben esa Bienvenida al resto de mi vida que se merece como cualquier buen escritor apreciado por unos lectores avidos, y recordemosle que Si no tardas mucho te espero toda la vida en cuanto a recibir sus proximas nuevas publicaciones con los brazos abiertos… brazos que yo siempre mantendre extendidos ante su afectuosa amistad. Y ya, sin mas dilacion, aventuremonos a lo que viene a continuacion. -David Lopez Rodriguez (escritor)- “Nada es como imaginas, pero el tiempo hallara tu final perfecto” CAPITULO I Mientras contemplo el paisaje del exterior que me ofrece la ventanilla del avion, desde donde viajo para llegar de nuevo a mi ciudad, no puedo evitar pensar todo lo que me ha cambiado la vida en tan solo unos anos. Siempre me he considerado una persona normal, bueno, menos para mi madre, para ella siempre he sido especial. Pero muy lejos de la realidad, lo unico que he conseguido lograr algo fuera de lo usual, ha sido escribir varios libros. Aunque yo creo que cualquier persona que se lo propusiese de verdad podria conseguir escribir uno, todo es plantearselo. De hecho, no se si porque la crisis ha aumentado la creatividad de las personas o no, pero el caso es que el numero de escritores ha aumentado considerablemente en los ultimos anos. Solo hay que echar un pequeno vistazo a los escaparates de las librerias para darse cuenta de eso. Y del numero de editoriales que han salido a la luz prometiendo cumplir el sueno de mucha gente de ver publicado su libro. Yo aposte por una de ellas con mi primer libro. Y ahora con algo de suerte y un buen marketing, estoy consiguiendo vivir de ello. Firme un buen contrato con una importante editorial, y aunque no soy millonario, si tengo el suficiente dinero para vivir holgadamente y con bastantes caprichos caros. Llevo ya nueve libros publicados y todos ellos se han convertido en best Sellers en varios paises. Y la verdad, no entiendo muy bien como he conseguido llegar a esto. Nunca me habia propuesto ni imaginado que seria capaz de sentarme delante de un ordenador para pasarme horas, y horas, creando historias de relaciones frustradas entre personas. En definitiva, creando historias de suenos rotos. Y por supuesto, nunca hubiera pensado que estas historias gustarian tanto. Quizas gustan tanto, porque todo el mundo se siente identificado con los personajes de mis libros. Todos alguna vez en nuestra vida hemos sido rechazados por una persona que creiamos que seria la adecuada para nosotros. Y a todos nos ha fallado esa persona. Algunos con suerte han podido encontrar a otra persona que ha llenado el vacio que dejo esta ausencia. Y con ello conseguiran la ansiada tranquilidad y estabilidad sentimental que buscaban. Pero no por eso dejaran de preguntarse que hubiera pasado si hubiera funcionado lo que ellos creian que era su verdadero amor. Mucha culpa de esto lo tiene la industria cinematografica, y la industria que se encarga de ingresarme en mi cuenta todos los meses una cantidad bastante generosa para que dedique mi tiempo libre exclusivamente a escribir una nueva novela. Estos tienen la culpa por meternos en la cabeza los ideales de que en una relacion debe ser todo perfecto. Empezando por el fisico, y terminando por la suegra. !Hasta la suegra debe ser la ideal! Si no, algo falla en ella, y por lo tanto, no funcionara. Yo no he tenido esa suerte que la mayoria de las personas encuentra, y me mantengo soltero, aunque no por eso solo. Mi creciente e inesperada fama, por no decir de mis nuevos numeros en mi cuenta corriente, hacen que hasta la tarea mas rutinaria, como salir a comprar el pan, se me presente una nueva oportunidad de conocer a una mujer. Pero por mucho que parezcan perfectas para ocupar el lado derecho de mi cama, no puedo permitirme estar enganandolas y dandole unas esperanzas que no llegaran. Lo maximo que he conseguido aguantar en una relacion con una chica han sido tan solo tres meses. Y creenme que lo he intentado. Al menos, al ser una persona mas bien normalita de fisico, no son tantas las que se fijan en mi de una manera mas personal digamos. Y la mayoria solamente se acercan para felicitarme por mis obras, para que les firme algun ejemplar de mis libros publicados, o para hacerse una foto conmigo que mas tarde subiran al Facebook con algun titulo como “tomando cafe con el rompecorazones”. Hace tiempo que tire la toalla en este aspecto por culpa de una chica. Por culpa de una chica que no consigo quitarme de la cabeza desde el primer instante que la vi. Con esta chica mantuve una pequena relacion antes de que mi cara se pudiera ver en todos los cortes ingles de Espana junto a mi nuevo libro. Esta relacion acabo en tan solo tres semanas para ella. Pero para mi, sigue latente a pesar de los ocho anos ya transcurridos. No encuentro la manera de conseguir que desaparezca de mis pensamientos. Por mas mujeres, psicologos, y vicios que han pasado por mi vida despues de ella. ?Como puede ser esto posible? Es algo que no me explico, y que ni mucho menos cuento a nadie. Excepto a mi psicologo, a el si me vi obligado a contarselo, era el motivo de mi visita. Este me dio consejos que ya sabia yo, y que ya habia llevado a la practica. Menuda perdida de tiempo y dinero, pense el primer dia que sali de su consulta tras soltarle cincuenta euros. Me los hubiera gastado en cubatas y seguramente, por lo menos ese dia, me hubiera olvidado antes de ella. Pero luego, ya en frio, me di cuenta que hablar con alguien sobre ese tema me ayudaba bastante. Asi que sigo manteniendo habitualmente estas visitas con el “come cocos” en secreto. Ya no hablabamos de ella, al reves, intentamos mantenerla al margen de la conversacion. Pero saber que esa persona conoce mi talon de Aquiles, y que en cualquier momento podia sacar el tema si quisiera, me tranquilizaba. Siguiendo sus consejos la elimine de todas las redes sociales donde estaba dado de alta, y de mis contactos en el telefono. Por supuesto tambien la deje de buscar. Pero todo en vano. A veces le he preguntado a mi psicologo si no es algo preocupante mi obsesion por esta chica. El me sonrie timidamente, y me responde que mientras siga avanzando como lo hago, no tengo por que preocuparme !Claro! Mientras siga visitandolo y soltando por cada visita que le hago cincuenta euros, pues que me va a decir. ?Que ya estoy curado? Ni en suenos me diria eso. Y tampoco, ni en suenos aceptaria yo dejar de verlo. Me habia acostumbrado a sus dos citas semanales. Como he dicho antes, me ayudaban bastante. En algun que otro libro he querido plasmar mi particular problema con algunos personajes. Luego, al preguntar que les parecia dicho personaje, la gente contestaba “que ojala tuvieran ellas a una persona asi detras suya toda la vida. Tiene que ser lo mas bonito del mundo que te amen asi, y que te busquen durante tanto tiempo. Si, claro. Esto lo dicen porque todo es ficcion. Seguramente en la vida real lo tomarian de otra manera. Y lo acusarian de obsesionado, psicopata, pervertido, o sabe Dios que cosa. A todos nos gustan las historias de amor que solemos leer, o las peliculas del estilo “El diario de Noah”. Nos gustan tanto porque nos han metido en la cabeza desde muy pequenos que el amor debe de ser asi. Y ese es el tipo de relacion que intentamos encontrar todos nosotros. Pero en el fondo, ni mucho menos es asi. Por eso creo que gustan tanto mis libros, porque hablo de lo que verdaderamente piensan. De todos sus temores, desconfianzas y dudas en sus relaciones. Y gracias a toda esta gente, me encuentro viviendo en un chalet situado en una pequena cala de Formentera. Vivo alejado del bullicio de las grandes ciudades. Ni siquiera me molesto en salir a comprar comida, me la trae la asistenta todos los dias del pueblo. Y cuando necesito ropa nueva, me la pido por Internet. Si da la casualidad que me esta grande o chica, se la regalo a algunos de mis cuatro empleados que tengo. Ni me molesto en devolverla. No salgo para nada de mi pequeno recinto. Salvo en epoca de presentaciones y entrevistas que me exige la editorial, que suele coincidir normalmente con el periodo de la Navidad. Y ya que consiguen sacarme a la calle en estas fechas, aprovecho para ir a visitar a mi familia. No me lo perdonarian si no lo hago. Y cuando llegan estos dias, ellos estan deseando verme para que salgamos a comer, a cenar, a tomar cafe, a ir de compras, y cientos de planes mas que se les ocurren para poder estar todos juntos. Yo siempre rechazo todos estos planes con la excusa de que no quiero que me reconozcan por la calle, que me agobia bastante que se aglomeren a mi alrededor, que acabo de terminar una gira, y lo ultimo que me apetece es tener que hacerme mas fotos con fans, y tener que dedicar mas libros. Un poco egoista era mi actitud con mis seguidores y con mi familia, la verdad, ya que eran ellos los que me habian dado la vida que llevaba tan acomodada hoy en dia. !Pero es que odiaba pasear por las calles de Granada! Quizas lo odiaba tanto, porque estas calles estaban llenas de recuerdos de Lucia. De recuerdos, y de temores a su posible encuentro. Asi que solo accedia a salir el dia antes de noche vieja, para invitar a cenar a mi familia mas cercana-mis tres hermanos y mis padres-y para hacerles los regalos obligatorios de estos dias. Normalmente estos regalos ya se habian encargado ellos de hacerme saber cuales debian de ser en los dias anteriores. Y yo le habia asignado a cada uno de ellos, la compra de cada uno de esos regalos. Por ejemplo, a mi madre le encargaba que se hiciera cargo de comprar el regalo de mi padre. A mi padre el de mi madre, y la misma tarea encomendaba a mis hermanos. Muchas veces, sobre todo mis hermanos, se quejaban de que su regalo era mas barato que el que debian comprar ellos. Yo le preguntaba si su regalo no era el que queria. Ellos asentian, y tras ello me decian que no eran justo que me gastara mas en los demas. ?Que mas quieres? Le preguntaba finalmente para terminar con el debate e intentar dejar a todo el mundo contento. Este ano mis padres habian elegido un crucero por el Mediterraneo y una reforma de la cocina. Mi hermano grande unos retoques en su coche y una pareja de Bulldog franceses. Mi hermana un aumento de senos, y mi hermano menor una scooter de 125cc. Ahora mismo nos encontrabamos en mitad de esa cena, y presumiendo de regalo cada uno. Mi madre intentando explicar a mi padre todo lo que podia cocinar con la nueva bateria que les habia regalado, a la vez que iba viendo lo que iba a necesitar para su viaje en barco por las islas griegas. Mi hermano mayor ensenandonos a todos unos videos de sus nuevas mascotas. Mi otro hermano no paraba de mandar whatsapp de fotos de su nueva moto a sus amigos. Y mi hermana, la que mas solia estar pegada a mi en esta semana que pasaba con ellos, preguntandome si me gustaba el poster que me habia regalado en el que salian todas las portadas de mis libros. -Claro que si hermanita, me ha encantado-sinceramente le contesteEstos detalles artesanales en los cuales uno invertia su tiempo en otras personas, los valoraba mucho. Estaban dando algo que no volverian a recuperar. -?Entonces despues de noche vieja te tienes que marchar?- me pregunto mi madre despues de dar un trago a su copa de lambrusco- -Si mama, el dia uno me voy, el billete de avion esta ya sacado. No puedo demorarme mas, tengo que terminar mi ultimo trabajo en los plazos acordados y voy bastante retrasado con el- -?Cuando crees que volveras entonces?- -No lo se, ya sabes que en invierno y primavera suelo estar muy liado, es el periodo que utilizo para escribir- -Ya, y en verano y otono tienes que hacer la promocion de estos. Siempre estas igual, si no fuera porque nosotros vamos a visitarte en verano, solo nos veiamos una vez al anoTan tristes como ciertas eran estas palabras. Pero en parte no podia hacer mucho para invertir esta situacion. Cada vez me exigia mas la editorial. Mas titulos y de mas calidad. Y despues de nueve titulos, se me estaban agotando las ideas. Menos mal que ahora las sagas y trilogias estaban de moda, y por ahi estaba mi valvula de escape. Y a pesar de que nunca solia dejar bien parados a mis personajes, la falta de ideas hacia que volviera a recurrir a ellos y demostrarles que el destino no habia terminado de jugar con ellos todavia. -Lo se mama, te prometo que dentro de nada me voy a tomar un ano sabatico y estare cerca de vosotros todo ese tiempo. Pero ahora mismo tengo un contrato en vigor que debo cumplir- – ?Y con nosotros? ?No tienes que cumplir ningun contrato?- -?Con vosotros? Con vosotros tengo el contrato mas importante de mi vida. De hecho, ese contrato es mi vida misma, os la debo— Tras estas palabras me acerque para darle un pequeno beso en la mejilla con la mejor sonrisa que le podia ofrecer. Y a pesar de que muy agraciado fisicamente no era, esta sonrisa ensayada me hacia ganar algunos puntos siempre. -Como se nota que eres escritor, todas tus palabras estan llenas de zalamerias-se rio tambien ante mi arranque de cursileria- -Alguna vez que otra los escritores tambien diran la verdad ?no?- -Cierto, pero es dificil saber cuando eso ocurre— Me miro recelosa, pero sonriendo, esperando que le replicara sus palabras. Que guapa era todavia. A pesar de haber entrado ya en los cincuenta, en su mirada y sonrisa se podia apreciar todavia lo hermosa que habia sido de joven. Belleza que aun conservaba. Lastima que no hubiera heredado yo nada de esa belleza, pero por suerte, si habia llegado a transmitirme parte de su personalidad. De la cual, me sentia orgulloso. -Toda la razon tienes mama, pero te dare un consejo. Quedate siempre con la verdad que te haga feliz. Con la verdad que tu elijas— Ahora me miraba confundida, intentando asimilar lo que le acababa de decir. Me dio por reir, al ver que ni yo mismo conseguia entender mis palabras. -Que raro eres hijo mio-me contesto uniendose a mis risas- -Lo se madre, lo se, pero a pesar de eso me quieres ?no?- -Mucho, aunque al igual que no entiendo tus anteriores palabras. Tampoco entiendo porque te quiero tanto— Jaja, bendigo estos pequenos momentos que pasaba con ella. Me tomaria muy en serio lo del ano sabatico. Se me estaban olvidando cosas demasiadas importantes para dejarlas a un lado. -Por cierto hermanito ?aun sigues sin encontrar pareja?- Las palabras de mi hermana cortaron la sonrisa que tenia dibujada. En su cara note como se dio cuenta perfectamente que me molesto su comentario. Enseguida volvi a retomar la sonrisa en mi rostro. -Aun no hermanita, ya sabes que aqui hay mucho arroz para tan poco pollo-le dije en broma guinandole un ojo- -Ya, ya, mucho arroz dice, anda que te hace falta a ti abuela- -Claro que me hace falta, y padres, y hermanos, y amigos, todos me haceis falta- -Que cursi te pones a veces. Se te esta pegando lo de tus personajes. Al final voy a pensar que en todos ellos hay algo de ti- -Claro que hay algo de mi en cada uno de ellos, me considero su padre, y por lo tanto algo de mi siempre les trasmito- -Pues es una pena- -?Una pena?- me extrano esa contestacion- ?una pena por que?- -Porque ninguno encuentra su final feliz- !Joder! !Tenia toda la razon! Y si esto era asi ?no encontraria yo tampoco mi final feliz al igual que mis personajes? Daba que pensar. En verdad, quien se fijara en mi pensaria que mi vida era envidiable. Tenia dinero, fama, lujos, mujeres, y lo mejor de todo, me pagaban por hacer algo que me gustaba. Se ve todo perfecto ?no? Y deberia serlo, pero el no poder olvidarme de una mujer, y el hecho de lo que habia empezado como un simple hobby, como una forma de aislarme del mundo que comenzaba a ser un infierno para mi, ahora se habia convertido en una obligacion, hacia que no fuera tan bonito mi sueno como aparentaba. Me daba miedo abrir el correo electronico, y ver la cantidad de mensajes que contenia mi buzon virtual, solicitandome por favor contestar unas preguntas para alguna entrevista de algun blog, o si podia entrar en directo en un programa de radio, o para preguntarme si queria ser el padrino de un encuentro de narrativa romantica. Antes, todas estas cosas me hacian ilusion, y no dejaba de prestar atencion a este correo por si habia alguna contestacion positiva a mis mensajes solicitando por favor, si podian realizarme alguna entrevista, resena, o cualquier otro tipo de promocion para mi libro en algun periodico local o blog. Ahora este correo lo detestaba, y de su mantenimiento se hacia cargo mi agente. El era el que controlaba toda mi agenda y se preocupaba de administrar mi tiempo de la mejor manera posible para poder contestar a todos esos mensajes. De jueves a domingo olvidate de tu vida privada me tenia dicho. Lo que tengas que hacer, utiliza los restantes dias de la semana. En estos compromisos daba prioridad a las personas que en su dia me dieron la ayuda y el apoyo necesario que necesitaba para continuar luchando por mi sueno. Un sueno que ya se habia cumplido con creces, pero que no era tan maravilloso como creia en un principio. Tambien sigo guardando una estrecha relacion con la editorial que se ofrecio a publicar mi primer libro. A ella le tengo cedidos los derechos de dos de mis mejores titulos, y mi ayuda siempre que la necesite. Sea para promocionar escritores noveles, sea para escribirles prologos a sus libros, o sea para hacer pequenas resenas sobre ellos tras su lectura. Era lo poco que conservaba de mis principios, el recordar quien estuvo ahi cuando de verdad lo necesitaba. -?Tu ves que estoy solo?- le pregunte un poco temeroso a escuchar su respuesta- -Pues….-dudo un poco-sinceramente creo que si. Te suelo ver siempre muy bien acompanado, pero creo que a la hora de la verdad, si te pasara algo malo, pocos se quedarian a tu lado. Lo que temia escuchar fue precisamente lo que me tuvo que decir mi hermana. No se ni porque se me ocurrio preguntarle sabiendo la sinceridad que le caracterizaba al contestar. Tuvo que notar que me entristecio su respuesta, porque enseguida me echo el brazo por encima acercandose a mi para darme un pequeno beso en la mejilla, y decirme que no le hiciera caso, que estaba con el periodo y se volvia insoportable en esos dias. Que yo nunca podia sentirme solo porque siempre iba a tenerlos a ellos, y en especial a ella. Le agarre la mano para contestarle. -Lo se hermana, lo se. No te preocupes, no me han molestado tus palabras. Y si, tienes toda la razon, deberia sentar la cabeza de una vez y dejar de ir de flor en flor— El resto de la velada decidi no intervenir en las conversaciones. No queria dar lugar a que dieran mas opiniones sobre mi vida. Asi que me dedique a asentir cuando me preguntaban algo, reir de los chistes malos de mi padre, dar un sorbo muy de vez en cuando a mi “cubata”, y mirar a la calle desde la ventana del local con anoranza, deseando poder lanzarme a la acogida de la fria noche invernal. Ya era la hora de pedir la cuenta, por suerte terminaba la cena. Y aunque me doliera decir esto de mi familia, estaba deseando despedirme de ellos para quedarme solo, y poder pasear por las calles que antano recorria con Lucia, e intentar revivir esos buenos momentos del pasado. Pague en efectivo, y antes de despedirme del camarero, este me entrego un ejemplar de mi ultimo libro “mi ultima primera vez” para pedirme que por favor se lo dedicara. -Claro, sin problema-le contesteMe despedi de mi familia a reganadientes. Ellos querian que siguieramos todos juntos para poder continuar la noche en algun pub cerca de la casa de mis padres. Les dije que habia quedado con mis amigos, que tenia muchas ganas de verlos, y era la unica oportunidad que tenia para ello. Si les llego a contar la verdad, que donde iba en realidad era a pasear por el paseo de los tristes, sentarme al lado del rio Darro enfrente del la Alhambra, y preguntarme que estaria haciendo Lucia en ese momento. Seguramente me hubieran llevado arrastrado del brazo hasta ese pub, que ya habian decidido ir ellos. -Pasadlo bien, manana os veo-me despedi de ellos— No tarde en llegar al lugar que pretendia. Alli me encontraba solo, pero rodeado de gente, con una cerveza en la mano, sentado sobre una pequena tapia de seguridad que me separaba del rio, escuchando villancicos de fondo cantados por una pareja de “hippies”, y recordando uno de los dias mas felices de mi vida, mi primera cita con Lucia. Aquel dia nos encontrabamos justo delante de donde me hallaba ahora mismo yo, en la terraza de un bar del paseo de los tristes. Ella pidio un Nestea, y yo pedi un tubo de cerveza para intentar que se me fueran los nervios lo mas rapido posible. Desde que la recogi en la puerta de una pasteleria muy conocida del barrio del Zaidin, y se subio a mi coche, senti algo especial con esta chica, senti que me habia enamorado con tan solo dos palabras que habiamos cruzado. Un Hola, soy Lucia, un encantado de conocerte, y un ?Donde me vas a llevar? En tus manos estoy. Esas palabras mas un sube el volumen de la radio, que este es mi cantante preferido, acompanandolo con un pequeno baile y un canturreo bastante bien afinado, una vez dentro del coche mientras sonaba en la radio la ultima cancion de Bisbal, me basto para saber que esa noche no iba a poder dormir pensando en ella.

  • Movie Star 3 de Alex Cartier

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    Ophelie vivia un idilio amoroso hasta el dia en que rompio con Michael y su vida empezo a tambalearse. Acompanada de su mejor amiga Laure, Ophelie pone los pies en Hollywood para abrir una agencia francesa de cine. Pero apenas llega, todo le recuerda a Michael, a quien no ha vuelto a ver desde hace cuatro meses, cuando sucedio el drama. Todo le recuerda a ese hombre que le hizo descubrir el amor y la pasion. En un momento en que busca pasar pagina, el destino pondra de nuevo al actor en su camino. ?Perdonar o vengarse? Para Ophelie, es una opcion dificil. ?Que sucedera cuando Michael se entere que Ophelie se interesa por otro hombre?

  • Rebeldes y traidores, Lindsey Davis de Lindsey Davis

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    Las Guerras civiles inglesas que azotaron los reinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda en el amplio periodo que va de 1639 a 1651 es el autentico protagonista de este espectacular fresco historico. El juicio y ejecucion del rey Carlos I, el exilio de su hijo Carlos II, el nacimiento de la Commonwealth y la etapa del protectorado bajo el gobierno de Oliver Cromwell son mojones en un camino en que las luchas estan tenidas de enfrentamientos tanto ideologicos y politicos como religiosos. Uno de los grandes aciertos de Lindsey Davis consiste en focalizar su relato en los personajes de Juliana Lovell, esposa de un realista, y Gideon Jukes, un parlamentario convencido, lo que le permite mostrar los acontecimientos sin tomar partido y dejando que sea el propio lector quien juzgue a sus personajes y sus acciones. Otro de los grandes aciertos de esta gran novela consiste en, a traves de los viajes de los personajes, mostrar los efectos de las guerras y de las luchas no solo en Londres, sino en muy diversos puntos de los tres reinos implicados en los acontecimientos. Una novela magnifica que expone de un modo muy claro unos anos decisivos en la historia universal.

  • El amor de la senora Rothschild de Sara Aharoni

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    Un amor entranable que forjo una de las familias mas emblematicas de la historia del judaismo: los Rothschild.

  • El vuelo de la serpiente (Trilogia del Zodiaco 2) de Ricardo Alia

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    Mayo de 2013, el Ano de la Serpiente, el signo mas ambicioso del Zodiaco que representa la astucia,el rencor y la venganza. Ha pasado mas de un ano desde que el caso del Asesino de Quimicas sacudiese a la ciudad de San Sebastian. La primavera, estacion natural de la Serpiente, no ha empezado bien para la Ertzaintza, que se enfrenta a las desapariciones de dos chicas que parecen haberse esfumado sin dejar rastro. Para complicar aun mas las cosas, un estudiante de Quimicas aparece asesinado &mdash eurosdesnudo y con un tiro en la cabeza&mdash euros, sobre una escultura del Museo Chillida-Leku.La enorme preocupacion de Max Medina, que conocia a la victima, aumenta cuando su companera Erika Lopez se ve afectada por un dramatico acontecimiento que pone toda su vida patas arriba, y que incluso la convierte en sospechosa de un crimen. Asesinatos, secuestros, extorsion y agentes secretos hacen acto de presencia en el Ano de la Serpiente, el unico signo junto con el Dragon que tiene la virtud de renacer de sus cenizas, mudar de piel y tener varias vidas.

  • Intereses Placenteros de Danielle Liberty

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    Lucas Damecci es un arquitecto muy reconocido y un mujeriego empedernido que no da lugar al amor en su vida. Su asistente, Tarah, lo acompana en silencio y nunca le demuestra que siente mas que una inevitable atraccion por el, hasta que llega un momento en el que el futuro profesional de ambos dependera de su union. Pero ?podran sobrepasar sus limites y carencias para entregarse a la esperanza de un presente convencional donde “vivieron felices para siempre” es el siguiente paso? O simplemente viviran el momento, disfrutando de sus cuerpos calidos y de sus ardientes corazones por tanto tiempo como sus voluntades anhelen, anteponiendo sus intereses apasionados a sus almas.

  • Donde Pertenecemos de Brenda Novak

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    Savanna Gray necesitaba otra oportunidad. Su vida se habia desmoronado cuando su esposo fue detenido por violar a tres mujeres. Tras divorciarse, se llevo a sus dos hijos a Silver Springs, buscando refugio en la granja que su difunto padre siempre habia querido rehabilitar.

  • Descubriendo a Valentina de Mara Macbel

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  • Los zorros del desierto de Pierdomenico Baccalario

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    Verano de 1986. Morice tiene dos hermanas. El es el mediano. Tiene 11 anos. Se acaba de trasladar desde Marsella a Corcega, donde sus padres han comprado un viejo hotel, el Napoleon, cuyo anterior dueno, como descubre despues, se habia suicidado alli. Morice no conoce a nadie en el pueblo, pero pronto se topa con Audrey, de su edad, hija del alcalde, con la que traba amistad y que le va introduciendo en la dinamica de su nuevo lugar de residencia.

  • Villa Vitoria de D.e. Stevenson

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    Cerca de Wandlebury, el pueblo en torno al cual gira la saga de la senorita Buncle y Las cuatro Gracias, hay otro pueblecito, Ashbridge, donde la gente <> y es <>. En las afueras se alza Villa Vitoria, que un capitan mando construir <>. Ahora esta romantica casa de campo es famosa por su jardin florido y por la hospitalidad y buen humor de su residente, Caroline Dering, viuda de un hombre a quien solo se recuerda por su antipatia y fatalismo, y madre de tres hijos.

  • Vengare tu muerte de Carme Riera

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  • Extasis de Blanca Moral

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    Adictivo. Peligroso. Danino. Fuerte. Pura droga. Ese soy yo. El extasis hecho carne. Soy el novio que ninguna madre desea para su hija. Pero tambien el polvo de una noche con el que fantasean. Soy Erik Robinson. Ex militar condecorado. Abandonado por mi pais. Motero profesional. Armas, sexo y alcohol. Pero entonces ella se estampo en mi vida. Literalmente. El mejor polvo que he tenido nunca. Pero no era solo eso. Jane era perfecta. Ella tambien buscaba solo un polvo. Ella era capaz de aguantar mis fantasias mas salvajes. Y ella no tenia miedo cuando veia una pistola. Ella no venia detras mio. Pero, ?como no iba a querer mas de su cuerpo? ?Como no iba a caer en la trampa? Nunca habia visto una mujer asi. Nunca habia ido detras de una mujer. Pero no podia evitarlo. Creo que, por primera en la vida, me enamore. Me enamore de su cuerpo. Sus labios. Su lengua. Sus ojos. Su sonrisa. Su pelo. Sus curvas. Pero no solo de su cuerpo. Por primera vez. Me enamore de su valentia. De su fuerza. De su salvajismo. De su amor propio. Ahora solo tenia que salvarle la vida, y todo acabaria bien.

  • La mujer que tu quieras de Carrie Blake

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    Una historia de amor intensa y adictiva.

  • Duro de Amar de Kendall Ryan

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    A Cade siempre le gusto arriesgarse...

  • Mas Alla Del Fin Del Mundo de Julieta Valdes

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    Avanzamos tierra adentro y cuando paramos, se formo alrededor del camion una nube de polvo. Bajamos el equipaje, yo cargando con la mochila y mama arrastrando una maleta mas ancha que ella. Hubo quizas unas veinte paradas antes que nosotros, cada pasajero podia bajarse a su antojo haciendole una simple senal al chofer. No habia paradas, solamente caminos y siguiendolos con la vista descubria la silueta de algunas casas, alejadas de todo. Fue un schock haber dejado la ciudad y su amontonamiento de casa, oficinas y edificios, para llegar a este lugar donde apenas se podia distinguir un par de casas en la inmensidad del campo. El polvo se aquieto, el autobus ya se habia alejado y quedamos las dos, mama y yo, en este lugar donde no se veia mas que una gran extension de tierra, arboles y colina abajo un lago que reflejaba la luz del sol. Suspire. Esto era como llegar al fin del mundo, pero peor porque de ahora en adelante tendriamos que vivir ahi. Pregunte: – ?Estas segura que es aqui? Y mama contesto con una inclinacion de la cabeza y una sonrisa, como contestaba ultimamente a mis preguntas ironicas. Maldije entre dientes a la abuela por legarnos semejante lugar y a papa por haber muerto y habernos dejado sin nada, pero ya mama se encaminaba por un sendero que subia. Era un camino estrecho y empinado por el cual las ruedas de la maleta iban atascandose, era un sendero mezcla de arena y piedras, un sendero al que no le habian dado mantenimiento y que la hierba volvia a invadir. Yo miraba a la izquierda y a la derecha y me preguntaba donde estaba el pueblo y donde habria una oficina del correo. Habia dejado atras mis amigos de toda la vida, mi escuela, mi calle, mi casa y sentia la necesidad de ponerme a escribir. Quejarme con ellos de este nuevo hogar y esperar noticias de alla. Si seguian los mismos maestros, que habian hecho durante el verano, si la directora seguia siendo una bruja imposible. Y todo lo demas que no podria saber ni preguntar porque de ahora en adelante mi vida se llevaria a cabo del otro lado del mundo. Divagaba pensando en las cartas que iba a escribir y a quien y quien seria la primera de mis amigas en contestarlas cuando la cabana se alzo frente a mis ojos. Era una construccion de un solo piso, de piedra y madera, y podria haber salido de una postal hasta que abrimos la puerta y nos recibio un olor a moho, a madera humeda y una sala de muebles desvencijados: un sillon que solia ser cafe estaba perdiendo su color y cuando me quise sentar en el reposet me hundi y levante polvo. Habia telaranas y mama se apresuro en abrir las ventanas, entro un aire fresco, propio de la montana y me espante al imaginar el frio de las noches. – Tiene que haber cobijas en algun lado. - me dijo mama como si pudiera leerme el pensamiento. – Voy a buscarla, tu puedes escoger el cuarto que mas te gusta. Era un poco presuntuoso hablar de elegir mi cuarto porque en realidad solo habia dos opciones, un cuarto grande y con papel tapiz de flores que debia haber sido de la abuela y me daba un poco de terror, y otro mas sencillo que debia ser un estudio y cuarto de invitados que tenia paredes en azul cielo, un escritorio y una ventana que daba al valle y al lago. Deje mis cosas y me sente sobre la cama, comprobe que no estaba tan mal y me deje caer para ver al techo. Esta era mi nueva realidad y no habia mucho que podia hacer al respecto. Podia haber guardado mi ropa, pero lo deje para mas tarde y tuve antojo de un vaso de leche y ver la tele. Esto me hizo pensar que no habia visto una television en ninguno de los cuartos, recorri toda la casa, me fije en cada rincon de la sala, pero no vi el aparato, tenia que asegurarme: – Mama, ?no hay television? - grite bastante histerica. – Creo que no. Tendremos que preguntar en el pueblo si las antenas llegan hasta aqui. – Si, por supuesto, esto era lo unico que faltaba. Vivir en un pueblo mugriento con polvo, borregos y nada mas. Me tire sobre el sillon y retuve las lagrimas. No sabia si estaba triste, enojada, o ambas cosas. Queria, sobre todo, culpar a alguien de mi desgracia, pero solo estaba mama que ya estaba encargandose de limpiar con agua los muebles y a la que no podia culpar, ya habia cargado con todo lo de papa, luego lo de la abuela, y ahora la mudanza; no estaba para lidiar ademas con una prepuberta encaprichada, ya veria como hacerle con lo de la television. Me puse a ayudarla, tomando otro trapo para ir quitando la capa de polvo a los muebles y ella dijo: – Bueno, no hay television, pero tengo que ensenarte algo. Al lado del cuarto de mama habia una recamara mas pequena con uno de esos sillones reclinables y estanterias de piso a techo. Cada nivel estaba cubierto de libros: pequenos, medianos y grandes, de piel y de papel rigido, nombres y nombres que desfilaban ante mi. La pequena biblioteca, a diferencia de la casa, estaba impoluta. No me habia podido traer todos mis libros de la ciudad, era imposible y descubrir este cuarto era como entrar a un paraiso. De inmediato fui recorriendo los estantes y leyendo el nombre de los volumenes, habia algunos titulos que conocia, pero muchos que eran una novedad para mi. Habia novelas de misterio que databan de los anos cincuenta y que tenia cubiertas como posters de peliculas antiguas, habia novelas de ciencia ficcion y habia clasicos, empastado y con las letras doradas. Mama debio haber emparejado la puerta lentamente porque cuando voltee ya no estaba y no volvio a llamarme hasta que llego la hora de cenar. La tarde paso en un suspiro, siempre he tenido fascinacion por los libros, desde pequena y el sillon estaba tan comodo que uno no necesitaba pararse. Supuse que habia atardecido cuando me levante para prender la luz, sin soltar el libro que estaba en mis manos y me encontre con los ojos color avellana de mama asomados a la puerta, y ella me recordo que todavia habia que comer y acomodar nuestras pertenencias. – Tu abuela pasaba mucho tiempo en este cuarto. – Yo tenia un recuerdo bastante borroso de la abuela. Recordaba que me hacia comer cosas que no me gustaban y mas adelante que llevaba una mascara para ayudarla a respirar. Ahora, tambien ella habia muerto y escuchar hablar de ella me hacia sentir acompanada. Mama me conto como era periodista y habia vivido en unos anos donde no era facil ser mujer, estar divorciada y mantener a sus hijos. Me conto que sus libros favoritos eran de ciencia ficcion y que, si buscaba bien, debia de encontrar tambien en algun rincon los cuadernos que se habia propuesto transformar en una novela que nunca habia terminado. Mi nueva recamara tenia una boveda y una cama con un colchon suave, todo en tonos azules. Habia traido conmigo mi ropa, mis peluches favoritos, mi diario; lo que cabia en una maleta. Trataba de no recordar demasiado la casa que habiamos dejado atras ni tampoco todas las cosas que habiamos tenido que vender. En un par de meses la vida habia cambiado por completo y con un suspiro acomode una foto de los tres: papa, mama y yo; una foto tomada en el jardin donde yo vestia mi traje de bailarina y los dos me abrazaban. Mama me habia comprado antes de irnos unas calcomanias en forma de estrellas que podian pegarse a la pared y brillaban en la noche. Las acomode sobre la boveda y puse la ropa en los cajones y en el armario. Por la ventana podia verse el lago y, a un lado, las tejas de otras casas, cada una separada de la otra por varios kilometros. Esto era tan distinto de nuestra ciudad donde todas las casas del barrio estaban pegadas unas a otras y donde los vecinos se saludaban cuando salian, porque a fuerza de vivir pegados conocian el nombre y la historia de todos y cada uno. Antes de acostarme redacte una larga carta para mi mejor amiga donde me quejaba amargamente de haber sido expulsada a la ultima frontera del mundo en un lugar donde solo vivian borregos y algunos leneros (no tenia idea si eran leneros, pero algo tenia que contar y esta era la idea que me hacia de las personas que habitaban las otras cabanas). Asi llene tres cuartillas, ida y vuelta de puros reproches. No le dije que desde mi ventana el lago se veia hermoso ni que la luna se reflejaba en el. Tampoco le hable de mis estrellas que contemple durante largo rato porque no queria llorar. No queria aceptar que estaba triste, de lejos era mejor estar enojada y me quede dormida. En los dias siguientes, descubriria que tan distinto era vivir mas alla del fin del mundo. CAPITULO 2 Al dia siguiente mama me acompano hasta la oficina de correo, caminamos unos cuarenta minutos para llegar al pueblo, pero el dia estaba despejado y los paisajes hermosos. El pueblo no era mas que un par de calles y las tiendas con los esenciales, pedi los timbres y el encargado se inclino hacia mi. Tenia un bigote muy poblado y al igual que los demas hablaba cantadito: – La pequena se parece mucho a la abuela, ?verdad? – Eso dijo, nada mas, y mama se rio y me guio hasta la salida. La frene de la manga: – ?Es cierto? ?La abuela paso mucho tiempo aqui? ?Tu tambien? Veo que conoces a mucha gente. ?Por que yo no conocia el lugar? Acribillada por mis preguntas, mama me llevo a tomar un chocolate caliente, a la unica cafeteria que daba al lago y tenia mesas adentro y afuera, mucha madera y el mejor chocolate caliente que he probado en mi vida rematado de una generosa cantidad de crema chantilly. Mis nervios se iban calmando mis nervios y mientras yo enfriaba el espeso liquido, mama hablo; tiene una voz suave y puede hablar mucho tiempo sin que nadie se aburra. No lo hacia a menudo, pero cuando se decidia a contar una historia cautivaba la atencion de cualquiera. Durante su relato, miro mucho por la ventana hacia el lago y de vez en cuando me acariciaba la mano como para hacerme saber que estaba consciente de mi presencia. – Este lugar es un santuario, Isabelle, un refugio para mujeres podria decirse. Tu abuela se enamoro muy joven de un hombre que estaba por casarse, era un matrimonio de conveniencia, pero el tenia que cumplir y ellos nunca pudieron estar juntos. Entonces tu abuela partio y estuvo en muchos paises andando y trabajando. Luego, encontro este lugar y en el supo que podria curarse y volver a vivir. Solo leia y escribia y asi se recuperaba. Cuando por fin volvio al mundo no tardo en hallar marido y me tuvo a mi. Tu abuelo al igual que tu papa nunca se entero de la cabana. Era un secreto bien protegido y yo habia venido de soltera, a veces con tu abuela, a veces sola. La abuela paso muchos meses cuando ya no trabajaba intentando escribir un libro que nunca acabo. Por mi lado, yo tambien estuve aqui unas semanas, recien terminada la carrera de farmacologia para escoger que iba ser de mi futuro. Como te decia este es una especie de lugar sagrado al que no podia llevarte porque aun no era tiempo y porque tu papa no debia enterarse. – Entonces, ?es una cabana secreta, mama? – Es un lugar magico. Ojala tambien para ti funcione la cabana y las dos podamos curar nuestras heridas antes de regresar al mundo. Es verdad que cada dia te pareces mas a la abuela: eres terca como una mula y sabes ser muy ironica. Trataremos de hallar un retrato o una foto para que pueda ensenarte como era tu abuela de joven. Hasta quizas, algun dia, escribas un libro. ?Quien sabe? Por el momento, debemos de preparar tu regreso a la escuela y puedes aprovechar estas semanas para conocer el lugar y familiarizarte con los caminos. Nada dijo de papa ni de la falta que nos hacia a las dos, pero comprendi que el dolor era de ambas y casi agradeci no estar en un lugar donde tuviera que recordarlo todo el tiempo. Nos fuimos del cafe abrazadas y siguiendo su consejo me fui al bosque a hacerme amiga de mi nuevo hogar. – Te vere en casa. - le dije a mama y ella me sonrio antes de emprender el camino de regreso. A un costado del pueblo estaba la entrada con varios senderos para caminata, uno de los caminos el que indicaba ser el mas corto iba a dar a un claro y en centro del claro una gran piedra, contra ella me recargue para descansar de la caminata y ahi, por primera vez desde hace unos meses, pude llorar a gusto, lejos de las miradas y hasta perder el aliento. Cuando volvi mama tenia preparada una sopa de cebolla, mi favorita, y comimos las dos a la luz de unas velas que encontramos en un cajon de la cocina. Mama dijo que habia encontrado un baul con algunas fotografias y tambien un retrato. Aunque la sopa estaba deliciosa me apure lo mas que pude y hasta lave mi plato. – Lista, ya podemos ver el baul.- Mama que no habia terminado se rio y termino su sopa a toda velocidad. Nos acercamos al baul, era verde con puas de metal, estaba rodeado por agarraderas de cuero y cuando lo abrimos se escapo un olor a humedad. Era como desenterrar un tesoro. Adentro habia cajas de piel con alhajas y tambien varios albumes. Habia fotografias en sepia que la verdad daban un poco de miedo. Estaba mi abuela y tambien sus padres vestidos de negro. Luego, habia unas mas recientes donde aparecian mi mama y la abuela juntas y era cierto, las tres teniamos un parecido imposible de negar. Tambien habia unas fotos de mama cuando era muy pequena y tenia un copete horrendo y hacia cara de puchero. Me rei mucho y le hice un poco de burla por las muecas. – Es porque no te acuerdas como era tu de pequena- me dijo en son de broma. Al final, en el fondo del baul desenterramos un retrato hecho a lapiz donde aparecia la abuela con una cara muy seria, estaba de medio perfil con una camisa de lino aunque el retrato se enfocaba sobre todo a la cara. Sus rasgos eran los mios, la misma nariz delgada, la boca pequena en forma de corazon y la mirada. Me impresiono la semblanza y senti tristeza de no haber conocido mejor a la persona de quien, quizas, habia heredado mas de lo que sospechaba. Acompanando el retrato se encontraba un fajo de hojas, tecleadas en maquina de escribir, atados con una cinta de seda. En los margenes habia anotaciones en lapiz, correcciones imagine y mama parecio reconocer la letra: – Esta debe ser la novela de la abuela. Las cartas y el resto de lo que pudo escribir me pidio que lo quemara asi que eso es lo que queda. Lo puedes leer si te interesa. No tuvo que repetirlo dos veces. Esta misma noche, me lleve el legajo a la cama y con ayuda de la lamparita de buro fui descubriendo el manuscrito hasta que el alba empezo a despuntar y la luz se hizo camino por la ventana. Desperte hacia el medio dia y todavia me faltaba bastante por leer. Sin embargo, mama habia elaborado otros planes para nosotras. Una cesta con comida me indico que ibamos a pasar la tarde fuera y, a reganadientes, abandone el libro. En el pueblo, que para entonces ya habia apodado El Fin del Mundo, pasamos a la tienda principal que tambien era la unica. El negocio era atendido por una pareja en sus cincuentas y era como un super mercado con todo tipo de cosas. Vendian desde el periodico, la leche, pescado, carne y medicinas. Los estantes de metal estaban repletos. La duena del local nos explico: – Cuando el invierno llega, muchas veces la carretera queda cortada y mas vale estar bien surtidos. Puse una cara de preocupacion terrible. ?Que queria decir esto? Estariamos completamente cortados del mundo, la idea era espantosa pero la gente del lugar no parecia estar preocupada, debian de estar acostumbrados, pero yo pasaba de una sorpresa a la otra. Mama compro dos canas de pescar y tambien unos anzuelos que por fortuna era de plastico. Habia visto los recipientes de plastico donde guardaban moscas verdes y lombrices, algo que no estaba dispuesta a agarrar con las manos. Descendimos hasta el lago que de cerca se apreciaba mucho mas grande que desde la ventana. En un banco de arena nos acomodamos y mama me enseno a lanzar el hilo, amarrar los anzuelos y a fijar la cana en la arena. – Mama, eres toda una exploradora de la naturaleza. - le dije, sinceramente impresionada porque no habia visto a mi mama mas que en su bata de trabajo o adentro de la casa, ella me guino un ojo. Una vez que estaban en posicion me quede parada pensando que de inmediato iba a sacudirse la cana y tendria un jugoso pez en la linea, pero mama saco de la canasta una novela y se acomodo en el suelo: – ?Y ahora que? - pregunte un poco desperada. – Ahora nada. Hay que esperar, pero ya vendra, mientras puedo leerte algo si quieres. Me sente y ataque el salami que teniamos guardado mientras mama iba leyendo Mujercitas, uno de mis libros favoritos. De vez en cuando la historia se ponia muy tensa y entonces mama se mordia el labio inferior antes de continuar, un tic que ha tenido desde que tengo memoria. Yo vivia suspendida de su voz y de las hermanas que habitaban esa casa. A la mitad, hizo una pausa para descansar y tomar agua, quiso saber como avanzaba el libro de la abuela: – ?No lo has leido? – era extrano que ella no lo hubiera hojeado. – No, tu abuela me platico que estaba escribiendo, pero nunca quiso ensenarme nada asi que preferi dejarlo en paz. – Es bastante raro, habla de una vieja leyenda y de una isla olvidada donde las mujeres tienen poderes magicos. Algo pasa y el personaje principal tiene que abandonar su mundo para irse a vivir a la isla. Mama estaba viendome sin parpadear, parecia sacudida por mis palabras y no entendia muy bien que podria haberla perturbado. Pronto nuestra platica quedo interrumpida porque mi cana empezo a moverse y ladearse hacia adentro del lago. Entre las dos corrimos a sostener la cana y jalamos del torniquete un pez que media lo que mis dos manos juntas y que agitaba sus escamas, reflejando el sol. Estaba muy bonito y entre mas lo miraba menos podia pensar en comermelo. Mama estuvo de acuerdo conmigo y lo liberamos en el agua. Dio un salto y se alejo soltando burbujas. Me senti aliviada: – ?Que vamos a cenar? – Ya haremos crepas- mama se encogio de hombros y regresamos a la cabana. En la noche, mama me platico que habia un colegio en una ciudad cercana. Ahi podria terminar mi ultimo ano de secundaria. Tomaria un camion por las mananas y el mismo me regresaria en las tardes. – ?Te sientes lista para volver, Isa? - sabia que mama estaba inquieta y que no sabia si podia volver despues de lo de papa, pero me sentia lista, tenia miedo, pero tambien queria volver a la normalidad. – Lo estoy, Ma, te lo prometo. - la abrace. Todavia me separaban varias semanas antes del regreso a la escuela y dividi mi tiempo entre largas caminatas y estancias prolongadas en el estudio que se habia vuelto mi cuarto favorito. Termine el libro de la abuela y me parecio bastante bueno. Quien sabe por que no se habia animado a ensenarlo a otras personas o publicarlo. El pais del que hablaba era tan fantastico, tan diferente que me dieron ganas de conocerlo. Una tarde estaba tratando de alcanzar uno de los estantes mas altos de la pequena biblioteca, habia arrimado la silla y sobre la silla habia puesto un cojin y ahi estaba en un equilibrio precario balanceandome para poder agarrar un volumen grueso, de pasta marron, que me parecia especialmente atractivo. En algun momento las patas de la silla perdieron su punto de balance, intente retenerme de los libros y de la madera, pero el resultado fue que cai contra el suelo sepultada por varios manuscritos.

  • Ian & Amy de Margotte Channing

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    Escocia, ano 1226

  • Amor, me ahogo de Carlota Manzano

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    Estaba deseando llegar a aquel pequeno pueblecito. Se lo decia a "mi pastelito" como llamaba a mi Fiat 500 color rosa. Me lo habia comprado seis meses antes y ahora, hasta el pago de sus cuotas estaba en peligro. --Tu no te preocupes, cielo, que a ti y a mi no ha nacido quien nos separe. Ya veras como Kayra sale adelante, por mi vida que lo hago. Poco podia imaginarme el dia que lo saque del concesionario que a la senora Engracia, mi jefa en el restaurante, le quedaban dos telediarios. Y no lo digo de manera metaforica, que menudo numerito habiamos tenido. Aquel aciago domingo el restaurante estaba de bote en bote y ella, como la polvorilla que era, no podia menearse con mas gracia y garbo por el. Engracia era una manchega con todas las de la ley y a sus ochenta anos, decia que no la jubilaba ni Dios. Yo siempre pense que se iba a morir con las botas puestas, pero no en ese momento ni de aquella forma. Salia de la cocina con un buen plato de queso recien cortado cuando escuche su caida, sorda que, paradojicamente, nos dejo mudos a todos los presentes. Nada pudo hacerse por ella, que salio de alli con los pies por delante. Y ninguno de los que alli trabajamos pudimos convencer al buitre de su hijo Santi para seguir adelante con el bar. Para mi, sin querer ser mala, que la muerte de su madre le vino como anillo al dedo, pues ese debia tener ya apalabrada la venta del bar, que tiraron en las siguientes semanas, para levantar aquel edificio de pisos de lujo. Ahi comenzaron mis penurias economicas y, como mi pueblo en Albacete no es que fuera precisamente Nueva York, me quede con una mano delante y con otra detras. Mi amiga Vero fue la primera en localizar por Internet aquel anuncio de trabajo en el que pedian una chica para trabajar en la cocina de un club social perteneciente a una urbanizacion de lujo. Habia varias maneras de contactar con la persona que ofrecia el puesto, pero a mi la que me mas me convencio fue la de llamarla por telefono. No voy a decir que Nuria, que asi se llamaba me cayera nada bien. Mas bien lo hizo como un tiro de mierda, pero yo no aspiraba a conquistar su corazon sino, simple y llanamente, a que me diera el puesto. --?Estas segura de que tienes experiencia acreditada y ganas de trabajar? Porque si no es asi, te digo desde ya que puedes ahorrarte el viaje. En mi club solo quiero a gente competente, tenlo en cuenta. Era de lo mas simpatica y me daba la impresion de que confiaba en las personas de antemano, dicho sea con toda la ironia del mundo, que la tia debia tener timba. Ganas no me faltaron de mandarla a tomar vientos, pero yo el curro lo necesitaba. Desde que mi padre, Rodolfo, se quedo en paro, en casa nos habiamos quedado a la cuarta pregunta. Bastante tenian el y mi madre, Manuela, con mantenerse y mantener a mi hermanito, David, que tenia quince anos, once menos que yo. Total, que en casa no es que estuvieramos nadando en la abundancia precisamente y, hasta entonces, mi sueldo habia caido como agua de mayo. Imposible que yo me convirtiera en una boca mas que alimentar que encima no aportara nada, antes muerta. Sin mas, me puse como loca a echar curriculums y a buscar trabajo, y este del que me hablo Vero se perfilo como el principal candidato. Cerca de casa no es que estuviera, pero, al tratarse del club social de una lujosa urbanizacion, contaba con unos pequenos apartamentos en los que alojaban a los currantes. Eso suponia para mi una bendicion porque mi sueldo pasaria integro a mis manos, habida cuenta de que tambien podria comer en el restaurante del club. ?Que mas daba si mi jefa era una amargada? Lo importante seria que me adaptara bien al puesto, como una garrapata pensaba hacerlo. A mi no me echaban de alli ni con agua caliente. Fui escuchando musica por todo el camino, necesitaba animarme, ya que era la primera vez que salia de casa para trabajar y la idea me daba un poco de vertigo. Por suerte, eso si, no dejaba ningun amor a mis espaldas. Desde que un ano antes Julian y yo habiamos roto, yo andaba libre como el viento. Mejor, asi no tenia mas perdidas que lamentar y podia desplazarme de lugar libre como el viento. --Dios, pastelito, otra gasolinera que me paso de largo. ?Como puedo ser tan desastre? Apura, ?eh? No me vayas a dejar tirada, por lo que mas quieras... Al pobre solo le faltaba hablar, y no seria porque yo no hiciera encajes de bolillos para que asi fuera, que me pasaba el rato dirigiendome a el como si fuera una persona. El wasap no paraba de sonarme y, como lo tenia personalizado, sabia que era de Vero. No podia estar mas pendiente de mi. La de horas que nos habiamos pasado sonando juntas en los ultimos dias con la posibilidad de que pudiera venir a verme en cuanto yo le hubiera cogido el tranquillo a mi curro... Con el verano a la vuelta de la esquina, Valencia seria digna de ver, estaria de no caber un alfiler. Pese a ello, mi trabajo no solo seria de temporada estival, sino para el ano completo. Y es que, en aquella urbanizacion de lujo, aunque cerraran la piscina cuando los termometros tiraran a la baja, el club social seguia a tope el ano entero. Si algo podia decir que me tenia nerviosa, eso si, era el talante de la que iba a ser mi jefa, la engreida de Nuria, pero a mi me sobraban redanos para pasar de ella como de comer mierda llegado el momento. Lo tenia muy claro; yo iria a lo mio. Mi idea era subsistir, quedarme con algo de dinero y, con lo que me sobrara, aprovechando que no tenia que pagar alojamiento ni manutencion, echar una manita en casa. La carita que pondria David cuando le llegaran esas botas de futbol con las que llevaba meses sonando, bien valdria cualquier esfuerzo por mi parte. Mi pastelito llego al pueblo en cuestion, que era turistico a mas no poder, con el combustible justo para que no tuvieran que empujarme. Me pare en una gasolinera que habia a las afueras y un chaval encantador me atendio. --?Vienes de turismo? --No, vengo a trabajar a la urbanizacion "Las Acacias", ?la conoces? --Nos ha jodido, pues claro que la conozco, la de los pijos. --Si, eso me han dicho, que alli hay mucho nivel. --Y mucha tonteria, y muchos cuentos y, ya de paso, muchos cuernos. --El chaval hizo el gesto con la cabeza, como si fuera un toro y yo me eche a reir. --?Muchos cuernos? Mira que si acabo yo sentada en el "Salvame" dandole a la lengua--bromee. --Pues no lo descartes del todo, que ahi alquila de vez en cuando hasta algun famosete. --No me digas, mira, espero que no sea Mario Casas porque me puedo quedar muerta en la piedra, aunque tampoco su hermano pequeno esta para hacerle ascos, que vaya dos maromos que echo ahi su madre al mundo. --Yo de eso no entiendo mucho, de maromos digo, aunque mi hermana Lucia opina exactamente igual que tu, asi que supongo que algo tendran. --Si, algo tienen, ?me pones tambien estos caramelos? --Eche mano de unos de propoleo porque, de tanto cantar por el camino, llevaba la garganta un tanto perjudicada. --De acuerdo, pero a esos invita la casa, no te preocupes. --Que majo, espero tener suerte con el resto de la gente que me encuentre en el pueblo.

  • La danza del gohut de Ferran Varela

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    Me encanta descubrir nuevos autores. Nuevas voces, jovenes y maduras, nuevas ideas, nuevas formas de narrar tamizadas por diferentes referentes, experiencias, sensibilidades. Lei por primera vez a Ferran Varela cuando me remitio un cuento para la antologia de fantasia oscura Dark Fantasies. Publicar nuevos valores es uno de los objetivos de las selecciones que preparo y su historia, Profundo, profundo en la roca, me sorprendio por su frescura y dominio del medio narrativo; un nuevo escritor del que nada habia oido hablar pese a que ya contara con un ramillete de relatos publicados. En el siguiente volumen, El viento sonador, repitio con Las cadenas de la casa de Haden, una historia sorprendente de sangre y honor ambientada en una sociedad compleja esbozada en apenas unas lineas, una de las senas de identidad de este escritor catalan. La novela corta que ahora tienes en tus manos sigue la misma tonica y podria, incluso, formar parte del mismo universo a medio camino entre la epica y la fantasia, con elementos cotidianos, miticos y antropologicos. Gran imaginacion, un mundo secundario de inspiracion medieval muy bien perfilado, abundante introspeccion y unos protagonistas de carne y hueso capaces de llegarnos al alma son otras de sus caracteristicas distintivas que podemos encontrar en ella. Historias, sociedades y personajes de los que siempre queremos saber mas. Como en los dos relatos citados, los actores de este microcosmos de ficcion son seres especiales, no por el hecho de detentar poderes sino porque solo ellos conocen la terrible verdad sobre el mundo. Personajes principales que en su mayoria suelen ser mujeres --una bruja y la heredera de un jerarca en el caso de los cuentos, una tutora de la Academia en la presente novela --, de fuerte caracter, respetadas y reconocidas por su tenacidad, enfrentadas a un reto de dificil solucion. Acompanemos en esta ocasion a la joven Leara en su mision de devolver el juicio al heredero de la Casa mas poderosa de Tiuma, quien ha permanecido prisionero de los salvajes gohut durante cuatro largos anos. A traves de sus conversaciones asistimos a un verdadero choque de culturas, dos modelos de organizacion social completamente antagonicos, entre el clasismo y la rigidez jerarquica a la norma propia de la civilizada Tiuma --que es el precio a pagar por el orden y la seguridad-- y el canto a la naturaleza y la libertad sin limites de la sociedad tribal gohut, que posee ademas una concepcion taoista de la existencia: vida y muerte, noche y luz, gozo y dolor, partes indisolubles de un todo completo. Dos mundos tan irreconciliables como la razon y los suenos. Varela construye un mundo rico y verosimil, con un enfoque mucho mas literario y trascendente de lo que suele ser habitual en el subgenero. Un texto laboriosamente trabajado pleno de bellas y originales metaforas magnificamente engarzadas en la trama y que aprovecha el estereotipo para facilitar la fluidez de la historia. En el se repiten algunas de las constantes habituales del autor, como es la importancia del linaje, los sutiles equilibrios de poder en las altas instancias de la politica, una sociedad con un alto apego a la tradicion que se resiste a cambiar viejas formulas que reproducen prejuicios e injusticias, la cruel inevitabilidad de los eventos a acontecer. En esta hermosa tragedia no faltan las escenas de accion, los dialogos repletos de frases gloriosas ni la inevitable chispa del amor. Un canto de vida y libertad que nos propone romper las cadenas que, con excesiva frecuencia, nos atan a una sociedad hipocrita y abrazar por el contrario nuestros instintos primarios que nos haran mucho mas libres y felices. A traves de los labios de Rin descubrimos que todo ello es posible, que como Richard Harris en Un hombre llamado caballo o Kevin Costner en Bailando con lobos es posible gozar de una vida nueva, tan excitante, salvaje y pasional como seductora. Confieso que lei esta novela hace ya algun tiempo y me alegra que finalmente se haya publicado en un sello como ediciones el Transbordador, con un bagaje tan interesante de nuevos autores a sus espaldas. Lector, dejate llevar por esta bella y elegante fantasia, obedece a tus impulsos y baila conmigo la danza del gohut. Te prometo que te conducira a un lugar magico y poderoso del que no querras regresar. Mariano Villarreal Verano de 2018 A mi hermana, que tiene alma de gohut Uno La pala golpeo la tapa del ataud y le arranco un chasquido sordo y hueco. En la quietud de la noche, bajo la luna del cambio, el crujir de la madera resono con tal fuerza que los perros aullaron a lo lejos. Ara cerro los ojos, aguanto la respiracion y se maldijo por no haber cavado con mas cuidado. Seria una pena que la descubriesen ahora que estaba tan cerca de lograrlo. El fracaso no era una opcion. No despues de lo mal que lo habia pasado para regresar a Tiuma. No despues de lo que habia sufrido al acatar durante todo un dia esas absurdas normas humanas que asfixiaban su voluntad. No despues de la humillacion de volver a ponerse esas estupidas ropas que ocultaban su verdadero yo, que levantaban una barrera de seda entre su piel y el mundo, que le impedian sentir el aire, y la lluvia, y la tierra. Y se sorprendio paladeando el agrio sabor del miedo. Miedo a ser atrapada y ejecutada por la guardia, a morir sin ser ella misma. Miedo a ser capturada y sometida a experimentos en el ala de investigacion de la Academia. Miedo a huir sin haber completado el ritual y condenarse a vivir una vida incompleta. Para librarse de el, se concentro en el reconfortante cosquilleo de las plumas de halcon que portaba a la espalda. Recordo quien era. Era Ara. Pronto seria una gohut, y un gohut no siente miedo. Se reprendio por ese instante de cobardia y, para demostrarse que estaba tan libre de temores como del resto de lastres humanos, alzo un pie y golpeo con el talon sobre el ataud tres veces mas. Los mastines de las casas adyacentes al cementerio volvieron a ladrar, pero nadie les hizo el menor caso. Tras lanzar una carcajada de triunfo y deleitarse con las timidas caricias de la llovizna en su rostro, la mujer se agacho y aparto con las manos los ultimos punados de tierra mojada. Clavo la punta de la pala en la juntura de la tapa y, apoyando todo el peso de su pequeno cuerpo en el mango, hizo palanca. Las astillas volaron acompanadas por la melodia de la madera quebrada y el ataud se abrio. Dentro yacia el joven cadaver del dos veces nacido y dos veces muerto; el unico gohut con cuerpo de hombre. A Ara se le encogio el estomago al ver el rostro del chico. No era como lo recordaba. Un ano bajo el fango habia hecho mella en el. La descomposicion no le habia dejado nada mas con que taparse la calavera que unos jirones de carne reseca y unos mechones de pelo lacio. Con los ojos anegados en lagrimas, la joven cayo de rodillas. Ese ya no era el orgulloso gohut al que habia conocido, sino una mera carcasa vacia. Aun asi, Ara no pudo resistir la tentacion de volver a sentir el suave tacto de sus dedos recorriendo las curvas de su cuerpo desnudo. Se rasgo el vestido, le tomo las manos y las apreto contra sus pechos. Pero esas ya no eran sus manos, sino dos colgajos de piel ceniza y huesos quebrados. No habia en ellas calor, ni anhelo, ni suenos. Hacia mucho que su voluntad habia abandonado aquel cascaron y habia vuelto a la Tierra que Sustenta y al Cielo que Arropa. Ara lloro, desconsolada. Entre gemidos, deseaba que el frenetico bombeo de su corazon pudiera, de alguna forma, ser suficiente para los dos. Que sus latidos se tornasen mana, brotasen de sus pezones y se clavasen en las palmas de su amado. Que recorrieran sus venas insuflandole vigor. Ojala eso bastase para traer de vuelta los soles que habian compartido. Ojala algo bastase. <>, se recordo. <>. La mujer arrastro el cadaver fuera de la tumba. Lo coloco boca arriba en el barro, se inclino sobre el y lo beso dos veces. La primera en la frente, en senal de respeto. La segunda en el lugar en el que deberian haber estado sus labios, en senal de algo tan profundo que ni siquiera tenia nombre. Luego se alzo y, blandiendo la pala como un hacha, se dispuso a cortarle la cabeza. No consiguio decapitarlo de un tajo limpio. Necesito siete golpes para partir la vertebra, y aun asi tuvo que usar el pequeno cuchillo de silex que siempre llevaba encima para terminar de cortar el ultimo trozo de pellejo del cuello. Cuando acabo, alzo la testa del joven hacia el firmamento y, por un infimo instante, un claro entre las nubes enmarco la luna del cambio. Bajo su palida luz, la calavera sonreia. Parecia feliz, asi que Ara se esforzo por reir tambien. La certeza de que su pecho albergaria el alma del gohut la llenaba de dicha. Llevaria su espiritu dentro por siempre jamas. La chica se recoloco el vestido de modo que se disimularan los rasgones que le habia hecho, metio la cabeza del muerto en su bandolera y se la colgo al hombro, asegurandola con un doble nudo. Y, aunque dio media vuelta y echo a andar a buen ritmo, dispuesta a salir de esa ciudad cuanto antes, se obligo a volver sobre sus pasos. No podia irse aun. Todavia quedaba una cosa por hacer. Se acerco a la lapida y, compungida, paso las yemas sobre el marmol mojado y palpo el relieve de las letras cinceladas en el. <>, rezaba la losa. Si, ese nombre la habia ayudado a encontrar el cadaver de su amado, pero era falso. Era un asqueroso nombre humano, un nombre nacido para atar y restringir la voluntad. Escupio para librarse de la oleada de repugnancia que le recorrio las entranas. No podia dejarlo asi, a el no le hubiese gustado. La repulsion de Ara se torno furia. La colera tomo el control de su cuerpo. Lejos de luchar contra ella, la mujer se abandono al frenesi de la ira y disfruto cada una de sus salvajes llamaradas. Grito como una nina y se rio como una loca, bailando al son de sus desbocados sentimientos. Pues el suyo era, a fin de cuentas, el camino de las libertades y no el de las normas. Esgrimio la pala de nuevo y pico con su canto la superficie de la lapida una y otra vez. No le importo que los perros enloquecieran por el ruido, ni que los vecinos, alarmados por los constantes ladridos, comenzasen a encender velas y antorchas. Sabia que la llegada de la guardia era solo cuestion de tiempo, mas el riesgo merecia la pena. En el mejor de lo casos, acabaria antes de que eso sucediera y podria escapar hacia las llanuras al amparo de la noche. En el peor, sus restos mortales reposarian junto a los de su amado. Ara no dejo de golpear con la pala hasta que fue imposible distinguir la mayoria de las letras cinceladas en el marmol. Para cuando dio por concluida su obra, solo podian reconocerse tres. Entonces, la joven deshizo una de sus trenzas, libero la unica flor que adornaba su pelo y se arranco una de las plumas que llevaba pegadas a la espalda. Dejo su humilde ofrenda sobre el cuerpo decapitado. Una pluma de halcon y un crisantemo blanco. Su ultimo adios consistia en ese sencillo gesto y en la pronunciacion de las tres letras que aun podian leerse en la lapida. --Rin --suspiro Ara. Y dejo que los ultimos vientos del otono se llevasen el recuerdo de su amado en una espiral de vaho. Rin. El autentico nombre del joven. El nombre de su alma gohut. El nombre por el que ella lo habia conocido en una vida anterior, tan solo dos anos antes.

  • Destino oculto de Brianne Miller

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    Laureen McLean esta cansada de la monotona vida que lleva en Boston. Desde que su mejor amiga se mudo, su vida se limita a ir a trabajar, comer y dormir. Una tarde encuentra en el periodico el anuncio de un ranchero que busca esposa por correspondencia, y aunque le parece una idea loca y descabellada, se atreve a escribirle una carta.
    Semanas mas tarde ni siquiera se acuerda del vaquero, pero se sorprende al encontrar en su buzon respuesta a su carta, donde le pide que vaya a Tyler Dx para conocerse y ver si podrian llegar a buen puerto. Tras mucho pensarlo, Laureen se lia la manta a la cabeza y coge un avion para encontrarse de frente con su destino.

  • El cementerio de los recuerdos rotos de Silvia Ibanez Cambra

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    Miguel y Adelaida son dos jovenes que se abren paso a la vida en la Zaragoza de los anos 30. Con mucha curiosidad ante el mundo y la vocacion de escritor Miguel comienza una investigacion sobre una joven chica cuyo extrano entierro presencia en compania de su amiga Adelaida, una oscura noche en un mausoleo familiar, a la cual alguien le dirige cartas que deja sobre su lapida.

  • Somos lo que hablamos de Luis Rojas Marcos

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    Descubre el inmenso poder terapeutico del habla. Un texto interesante, emotivo e imprescindible sobre la importancia y los beneficios de hablar para comunicarnos asi como de hablarnos a nosotros.

  • Las Mascaras de Porcelana 1 de Ruben Falgueras Pradas

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    Andrea Harris es una prometedora policia de Nueva York, trasladada a Espana cumpliendo una nueva legislacion que aboga por la globalizacion de los cuerpos de seguridad mundiales. En su primer dia de estancia conocera a su nuevo companero, Nabar Balder, un detective fuera de la ley cuyos metodos son muy cuestionados. El aviso de un macabro asesinato hallado en La Sagrada Familia de Barcelona dara comienzo a una investigacion en la que nada sera lo que parece. Ruben Falgueras Pradas nos trae en su primera novela un cocktail lleno de intriga y asesinatos, a caballo entre Barcelona, Granada y Madrid

  • La llave 104 de Paz Castello

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    Una espectacular novela de suspense, con una trama de intriga y corrupcion politica, con el sello inconfundible de Paz Castello. Nueva novela de la ganadora en narrativa del Galardon Letras del Mediterraneo 2018, que ademas recibio el premio de los lectores. La llave 104 es un lucido retrato de la crisis y una denuncia a la corrupcion situada en medio del drama de dos mujeres cuyas vidas quedan entrelazadas por el azar. Virgina Rives es una mujer joven, atractiva y con una ambicion desmedida, capaz de cualquier cosa con tal de huir de su pasado y reinventarse a si misma. Un buen dia, aparece en Beniaverd, un pueblo de la costa levantina marcado por la corrupcion, y el mundo de la politica le abre sus puertas. Virgina pronto descubre que la ambicion es un sentimiento dificil de controlar y que en politica los planes nunca salen como una espera, especialmente cuando los intereses los marcan el dinero y el poder. Las respuestas a casi todas las preguntas estan a salvo tras las cerraduras que abre la llave 104… O tal vez no.

  • La chica invisible de Blue Jeans

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  • Y si fueramos nosotros [LGBT] de Becky Albertalli

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    Arthur esta en Nueva York solo por el verano, pero si Broadway le ha ensenado algo es que el universo te puede enviar un impresionante romance cuando menos te lo esperas.
    Ben piensa que el universo debe ocuparse de sus propios asuntos. Si el universo lo apoyara, no estaria en camino a la oficina del correo llevando una caja con las pertenencias de su exnovio.
    Pero cuando Ben y Arthur se encuentran en el correo, ?que es exactamente lo que el universo les tiene reservado?
    Tal vez nada. Al fin y al cabo, se separan.
    Tal vez todo. Al fin y al cabo, se reunen.
    Pero ?que sucede si no pueden lograr una primera cita exitosa. o una segunda. o una tercera?
    ?Que sucede si Arthur se esfuerza demasiado para hacerlo funcionar. y Ben no se esfuerza lo suficiente?
    ?Que sucede si la vida no es realmente como una obra de Broadway?
    Pero ?y si lo es?

  • Banshee (Anam Celtic 4) de Angy Skay , Belen Cuadros

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    <>.
    Cathal O’Kennedy tiene muy claro que, despues del favor del jefe de Maureen, debera cumplir una condena impuesta por sus propios delitos. Sin embargo, un giro tan inesperado para el hara que su meta se centre unicamente en la persona que mas ama: Taragh.

  • Confina-Dos de Anna Garcia

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    "Estiramos... Mantenemos durante diez segundos... No os olvideis de la respiracion... Utkatasana..." --?Que haces? --Yoga. --?Eso es yoga? Parece que le estes gritando a la vecina mientras tienes retortijones. --Shhhh. Por favor. Que me desconcentras. --?Desde cuando practicas yoga? --Desde hoy mismo, y pienso hacerlo todos los dias. --Ya. Claro. --Vete. No me hagas hablar, que me tengo que concentrar en respirar. --?Desde cuando te tienes que concentrar en...? --Alex, ya. ?No tienes nada que hacer en vez de molestarme? --Uy, si. Un monton --contesta con sarcasmo--. Quedaria con mis amigas, pero resulta que me obligas a quedarme en casa... --Claro. Porque el virus este lo he creado yo en la Thermomix, !no te fastidia! Que no lo digo yo, Alex, que lo dice el gobierno. Que no podemos salir. Ni tu, ni yo, ni nadie. --La vecina de enfrente sale. --Muy seria, dejo de mirar la pantalla de mi Tablet para centrarme en mi hija--. La vi anoche. --Estaria sacando la basura... Alex me mira enarcando una ceja mientras niega con la cabeza. --Y no tiene perro --insiste--. Y no eran horas para ir a la farmacia o al medico. No me extranaria que esa loca estuviera pasandose por el arco del triunfo la prohibicion de salir. Es la misma que pone la musica de Raphael y el Puma a todo trapo todos los domingos por la manana. La misma que vive asomada a la mirilla y no duda en abrir la puerta en cuanto ve algo que no le agrada. La misma que se queja constantemente de que sus vecinas de arriba, un grupo de estudiantes, pisan muy fuerte en el suelo y hacen un ruido infernal. La que tiene frita a la cartera, que en breve se negara a repartirnos mas cartas. E incluso tengo grandes sospechas de que es ella la que roba ropa de los tendederos del terrado. --El friky ese ha cambiado de postura hace rato... --dice Alex, senalando la pantalla de mi Tablet con un dedo y devolviendome al presente de golpe. Chasco la lengua y me doy por vencida. --?Y deberes? ?No tienes? --Ya los he hecho todos. --Ni de cona. --?Por que nunca me crees? --Porque tu fama te precede. --Te lo juro, mama. --De acuerdo. Te creo. Sigueme. Por el rabillo del ojo la veo caminar detras de mi con expresion satisfecha por haberse salido con la suya. O eso le hago creer el tiempo que tardo en ponerle en la mano un trapo y un bote de limpia muebles. --?Que es esto? --Esto es un trapo y esto... --Giro el envase para que pueda leer la etiqueta, pero ella me corta antes. --!Ya se lo que es! !Me referia a por que tengo que hacerlo yo! --Porque yo tengo que bajar a comprar y asi te mantienes ocupada. --Prefiero bajar yo a comprar. --No puedes. --!?Por que?! --Porque los ninos sois los que mas lo... --Mama, no soy una nina --me corta--. Tengo catorce anos. --Lo que tu digas. Mi respuesta sigue siendo no. --!Esto es muy injusto! !Me haces parecer una apestada! !Encerrada en esta mierda de piso! !A ver si viene ya papa a buscarme! --Pues siento comunicarte que han recomendado que los hijos de padres separados pasen el confinamiento con el progenitor con el que lo hayan empezado. --!?Que?! --Yo tampoco estoy entusiasmada con la idea, asi que menos dramas. --Fantastico... --resopla, dandome la espalda con el telefono ya en la mano--. Esto no se va a quedar asi. Voy a hablar con papa y seguro que vendra a por mi, aunque tenga que infringir la ley. --Si, seguro que si. Dejara a su amiguita en casa y vendra corriendo a buscarte --susurro, justo antes de salir de casa. Apoyo la espalda en la puerta, cierro los ojos y respiro profundamente. Esta manana ha salido un psicologo en la television explicando los posibles efectos negativos que esta situacion podria provocar. Decia que el confinamiento podria llevar al enfado, a la frustracion, al miedo o a la locura, y que todo eso podria ir a mas con el paso de los dias. Yo llevo solo tres dias confinada en casa con mi hija y puedo asegurar que he pasado ya por todos los estadios. El psicologo daba algunos consejos para poder sobrellevarlo mas o menos bien, tales como marcarse una rutina, hacer algo de deporte y hablar con amigos y familiares, ya sea en persona o por telefono. Nosotras, hablar, hablamos. Y nos gritamos tambien. A veces incluso nos insultamos un poco. Tambien hablo por telefono con mi familia, aunque a mi padre aun le cueste un poco hacerse con las nuevas tecnologias, con amigos e incluso realizo videoconferencias con mis alumnos del instituto. Asi que esa parte la cumplo. ?Deporte? Si soy sincera, nunca he sido amante del deporte. Tampoco es que mi horario en el instituto y la preparacion en casa de las clases me dejaran mucho tiempo para practicarlo, pero me he propuesto que el confinamiento no me lleve al sobrepeso, asi que pongo todo de mi parte para lograrlo. Si no me interrumpen como hoy, claro esta. Ya se que mi estilo no es el mas depurado, y quiza mis mallas tienen mas anos que Alex, pero el merito esta en intentarlo, ?no? --!?Que estas haciendo tanto rato en el rellano?! La voz de la vieja loca me sobresalta, y clavo la mirada en la puerta de delante. --Senora, metase en sus asuntos. --!Voy a llamar a la policia! --?Y por que motivo, si se puede saber? --!Porque solo se puede salir de casa para comprar bienes de primera necesidad e ir al medico! --!Y a eso voy, senora! --!Sin entretenerse por el camino! Resoplando y fulminando su puerta con la mirada, empiezo a alejarme hacia las escaleras. Al llegar a la calle, aun maldiciendo a la vieja, me tapo la boca y la nariz con el panuelo que llevo anudado al cuello y me dirijo al supermercado situado al final de la calle. Con el paso acelerado y la cabeza agachada, miro por el rabillo del ojo a un lado y a otro. Me siento como si estuviera haciendo algo ilegal, como si me estuviera escondiendo. Me consuela que el comportamiento de la poca gente con la que me cruzo sea igual que el mio. Un senor mayor incluso ha cruzado de acera para no tener que pasar cerca de mi. Lo entiendo, aunque no puedo evitar sentirme algo mal por ello. Una vez dentro del supermercado, me sorprende ver que reina el caos absoluto. Hay pasillos enteros con estanterias totalmente vacias. Algunos clientes corren empujando un carrito, mirando a un lado y a otro, sucumbiendo al panico por no encontrar lo que buscan. Un par de agentes de seguridad intentan que mantengan la calma, sin exito alguno. --La gente esta fatal... --susurro mientras camino hasta el pasillo de los lacteos. Cuando llego, me quedo totalmente en shock--. ?Donde...? Giro sobre mi misma, algo desubicada. Un carrito me golpea por la espalda. Dolorida, me doy la vuelta en busca de una explicacion o disculpa, pero a la senora parece importarle bien poco mi estado, y enseguida se pierde por otro pasillo. --Perdone... ?donde esta la leche? --le pregunto a una empleada del super, que me mira con expresion de agobio antes de contestar. --Estaba ahi. --?Estaba? Vuelvo a mirar hacia las estanterias vacias, atando cabos, de repente consciente de que las imagenes de supermercados desabastecidos, con interminables colas de clientes, son la cruda realidad. Empiezo a sentir agobio al imaginarme abriendo la nevera y encontrandola vacia, teniendome que conformar con una rama de apio mojada en hummus. Presa del panico, acelero el paso y recorro los pasillos a la carrera, llenando el cesto sin ningun criterio especifico. --Mantengan la distancia --me pide la cajera una vez me pongo en la cola y yo la miro recelosa, agarrando mi cesta de la compra como si temiera que alguien me la fuera a robar. En el fondo, no respiro tranquila hasta que salgo de nuevo a la calle, con una extrana sensacion de victoria, como si hubiera conseguido pasar una prueba. Con mi bolsa colgada al hombro, de nuevo con la boca y la nariz tapadas, corro hacia casa. Una vez en el ascensor, resoplo agotada y miro mi reflejo en el espejo. Empiezo a tener un color cetrino nada favorecedor. Quiza podria subir al terrado la hamaca de playa y aprovechar para tomar el sol. Asi tambien podria vigilar que nadie hurte ropa ajena. Con esa idea aun en la cabeza, meto la mano dentro de la bolsa. Saco una botella de horchata y la miro detenidamente. No es que me guste especialmente y creo que es la primera vez que la compro. En realidad, empiezo a preguntarme por que lo he hecho. Y sigo con la misma sensacion cuando echo un vistazo dentro de la bolsa y veo la coliflor, la lata de melocoton en almibar, la caja de conos de fresa y las toallitas de bebe. --Ni siquiera me gusta demasiado la fresa --susurro con la caja en la mano mientras se abre la puerta del ascensor y salgo al rellano. --!?Eso es un bien de primera necesidad?! --Escucho a la vieja gritar, consiguiendo asustarme de nuevo. No me lo puedo creer... --!Senora, por favor! !Haganos un favor a todos y centrese en Que bello es vivir! --!Voy a llamar a la policia! --!Y yo al asilo! !A ver si le hacen un hueco! En cuanto cierro la puerta de casa a mi espalda, descubro a Alex al final del pasillo, de brazos cruzados y con gesto de reproche. --?Haciendo amigas? --me pregunta. --Esa mujer es insufrible --digo, camino a la cocina. --!Hostias, helado! !Genial! --grita ella al ver la caja en mi mano, siguiendome con la clara intencion de abrirla y llevarse uno. --Ni hablar. Hay que racionar la comida, que no puedo estar saliendo cada dia a comprar. --?Coliflor? !Joder, que asco! ?Esto que es? ?Alcachofas en vinagre? Mama, ?que mierda has comprado? --Pues... --Rapido, que no te vea dudar. Con conviccion. No puede saber que entraste en panico y compraste lo primero que viste en las estanterias del supermercado--. Tienes que comer mas verdura, Alex. ?Has limpiado? Intento mantenerme firme y aguanto su mirada de brazos cruzados, imperterrita. Ella me mira durante unos segundos mas con una mueca extrana dibujada en la boca, hasta que se da por vencida. --Si. --?Seguro? --Enarca una ceja dandome a entender que no piensa contestarme--. ?Y has hablado con tu padre? Se la respuesta nada mas verle la cara, y tambien puedo adivinar como ha ido la conversacion a tenor de su comportamiento esquivo. --Si... --?Y va a venir a rescatarte? --insisto, cada vez mas convencida de la respuesta de su padre, mascando esta pequena victoria con deleite. --No. Me ha dicho que tengo que quedarme aqui por mi bien --contesta de forma esquiva, sin mirarme a los ojos--. Y ademas tiene mucho trabajo... --Ya. Bueno. Lo siento por ti, entonces --digo mientras me doy la vuelta para intentar que no vea la sonrisa de satisfaccion que se ha dibujado en mi cara. Cuando acabo de guardar todos los deliciosos manjares que he comprado, abro la caja de los helados y le tiendo uno a Alex. Ella lo coge y me sonrie de medio lado. Al ir a guardar el resto en el congelador, veo una luz de esperanza en el horizonte materializada en una pizza sabor barbacoa. La saco con orgullo, consciente de que sera el golpe definitivo para meterme a mi hija en el bolsillo. Parte 2: Hector. 4o 1o Me quito el casco de la moto y me peino el pelo con los dedos de la mano, de forma perezosa. Luego me froto la cara y bostezo de forma prolongada. Al principio fui reacio a marcharme el hospital, desoyendo a todos los companeros que insistian para convencerme. Me negaba a irme porque sentia como si, al hacerlo, les estuviera abandonando en la estacada. --Hector, por favor... Vete a casa a descansar. ?Cuantas horas llevas currando? --Estoy bien. --Imposible. Llevas mas de cuarenta y ocho horas sin parar. Vete a casa. --Desoyendo sus palabras, cojo el historial de otro de los pacientes postrados en una camilla en mitad del pasillo del hospital. Las Urgencias estan tan colapsadas que colocamos a los pacientes donde podemos, a la espera de ser atendidos. Dani pone una mano encima del historial para impedirme leerlo y me lo quita al rato--. Vete. A. Casa. Ahora. Es cierto que te necesitamos, pero descansado y en plenitud de facultades. Ahora mismo, eres mas peligroso que util. Asi que, despues de hacerme de rogar, le hice caso y aqui estoy, sentado sobre mi moto, con los brazos apoyados en el casco, intentando poner en orden mis pensamientos. Aun me cuesta creer que todo esto este pasando en realidad. Las calles desiertas, los hospitales colapsados y los supermercados vacios son mas propios de una pelicula apocaliptica. Antes de subir a casa, entro en el colmado de Hamza para comprar algo de pan. --Hola, Hector. ?Como estas? --Bien. ?Y tu? --Bien tambien. --?Y tu mujer y los ninos? --Bien. Asustados, pero bien. --Cualquier cosa, ya sabes donde vivo. --Gracias --me responde con una sonrisa agradecida. --?Te queda algo de pan? --le pregunto. --Creo que al fondo hay pan para hamburguesas... --Bueno. Menos es nada --contesto, encogiendome de hombros. --Tienes aspecto de cansado --comenta cuando estoy de nuevo frente a el--. ?Mucho trabajo en el hospital? --Si. --Es mas grave de lo que nos hacen creer, ?verdad? Le miro durante unos segundos, valorando si decirle la verdad o enganarle. --Saldremos de esta --opto por contestar, guinandole un ojo para infundirle confianza y afianzar mis palabras. Parece funcionar, porque el sonrie abiertamente, asintiendo a la vez con la cabeza. Levanto la palma de la mano para despedirme al tiempo que salgo de la tienda y camino hacia mi portal. Normalmente subo por las escaleras, corriendo y retandome a mi mismo para hacerlo cada vez en menos tiempo. Hoy no. Hoy subo en el ascensor. Apoyado en una de las paredes, observo mi reflejo en el espejo. Realmente no tengo buen aspecto. Si un paciente me viera acercarme con estas pintas, no creo que creyera que esta en buenas manos. Lo primero que hago al entrar en casa es quitarme la ropa y meterla dentro de la lavadora. Luego, dejo las zapatillas de deporte en el lavadero y me dirijo hacia el bano para pegarme una ducha. Toda precaucion es poca cuando vengo de un sitio tan contagioso como un hospital. Pierdo la nocion del tiempo. Plantado bajo el chorro de agua, dejo que esta golpee suavemente mi cabeza y mis hombros mientras apoyo las palmas de las manos en las baldosas. Cuando salgo, me visto con un pantalon corto y una camiseta vieja, cojo una cerveza y un par de los panecillos que he comprado antes, que pienso zamparme sin molestarme siquiera en rellenarlos con alguna loncha de embutido, y me dejo caer en el sofa. Cojo el movil y busco el telefono de mi padre. --Hola, hijo --me responde al primer tono. --Vaya. Que rapido --comento. --Es que estaba haciendo un Sudoku. --Ah, muy bien. ?Como estais? --Bastante bien, teniendo en cuenta las circunstancias. ?Y tu? --Ya sabes... cansado, pero bien. --?Estas en casa? --Si. Me han... obligado a tomarme un descanso. --Me alegro. ?Como estan las cosas por el hospital? --Bien. --No hace falta que me mientas. Soy viejo, pero tengo television y tu madre me obliga a ver todos los programas especiales acerca del Coronavirus. Es lo unico que se ve en casa, aparte de los gemelos esos que tiran paredes. --Se me escapa la risa--. Yo no me rio. Ahora no para de imaginar como quedaria el comedor si tiraramos la pared que lo separa de la cocina. Concepto abierto, lo llama ella. Si no me mata el colesterol, lo haran tu madre y sus ideas de bombero. -- Resopla de forma prolongada antes de continuar--: ?Y bien? --No es facil, papa, pero vamos haciendo progresos. Decidi parecer algo mas optimista de lo que ahora mismo me siento. --Eso es bueno, ?no? --Si. --Vale. --Le escucho hablar con mi madre de fondo--. No se lo voy a preguntar. No. Porque no hace falta. Me vas a volver loco... Esta bien. Espera. Hijo. --?Si? --?A que no esta permitido ir a la peluqueria? --?A la...? ?Mama tiene intencion de ir a la peluqueria? --Dice que tapar sus canas es cuestion de primera necesidad. --!No puede hacerlo! --Gracias. Dice que no puedes hacerlo. --Los escucho discutir durante unos minutos en los que yo intento meter baza, sin exito. La voz de mi madre se vuelve cada vez mas debil, y entonces mi padre vuelve a hablarme--: Cualquier dia la tienes que ir a buscar al cuartelillo. O eso, o acaba conmigo. --No la dejes salir. Dile que haga una lista de lo que necesitais del supermercado y manana os lo voy a buscar yo. --Ya la ha hecho. ?Le hago una foto y te la envio al movil?

  • Herido – Veronica Valenzuela de Veronica Valenzuela

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    Esta es la revision editada, ampliada y corregida de la novela de Veronica Valenzuela. Nuevas escenas, mejor desarrollo y todo para hacer de esta una gran historia.

  • La chica de los ojos tristes – Noelia Hontoria de Noelia Hontoria

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    Se preguntaba el gran Joaquin Sabina en una de sus canciones: “?como huir cuando no quedan islas para naufragar?”. Para Adriana, la pequena isla de Malta representa su segunda y ultima oportunidad de recomponer los pedazos en los que se ha roto su vida. Huyendo de un pasado que no deja de atormentarla, una madrugada de Octubre coge su maleta y embarca dispuesta a comenzar de cero. Un todo o nada donde VIVIR, sera siempre su unica meta.

  • Desde que te vi de Conti Constanzo

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    Carol Weston no es como las demas senoritas de su edad; le aburre bordar, no sabe tocar el piano y mucho menos hace el esfuerzo por ser una dama de alta sociedad. En cambio, es inteligente, espontanea y bastante mas culta de lo que su propia familia imagina. Y, a pesar de ser muy joven, sabe lo que es vivir con el corazon destrozado, por eso ha decidido mirar hacia adelante y… olvidar el pasado.
    Pero su destino esta proximo a cambiar al ser obligada a asistir a la fiesta del duque de Somerset, el hombre que mas odia en el mundo.
    El, un hombre arrogante y prejuicioso, guarda un oscuro secreto que no cuenta ni admite, pero que jamas ha podido olvidar. Y es que, aunque lleva una vida de lujos y sumamente acomodada, le duele desear a una persona en su corazon y saber que jamas podra tenerla entre sus brazos.
    Dos personas rotas por el amor, y que se odian con todo el corazon, caeran en las redes del destino que confabula para que dejen de mantenerse alejados. Y aunque Carol ya olvido, en su vida tendra dos amores: uno que le rompera el corazon y otro que hara lo posible por repararlo. Pero… ?y si ambos son la misma persona? ?Podra cerrar los ojos ante el dolor que un hombre le causo?
    Porque el amor prohibido es mas intenso que el amor permitido, no dejes de leer esta intensa novela, donde su deseo de noche… es estar en sus suenos y quedarse en ellos.

  • Sonrie (Proyectos de amor y deseos 1) – Mel Caran de Mel Caran

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    Rebeca acaba de divorciarse y esta tratando de reorganizar su vida. Ella nunca imagino lo que el destino le tenia preparado, ni que gracias a su modesto trabajo conoceria a Alan, la persona que acabaria con su tranquila y aburrida existencia de recien separada.

  • El camino de la seduccion de Isabel Acuna

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    “Un hombre dividido entre la lealtad a su patria y el amor a una mujer”.
    Lord Anthony Morland, conde de Somerville, vuelve a casa despues de tres anos de ausencia. Ha trabajado por su patria, recibido varias heridas y debido a un malentendido que no puede deshacer, trae el rumor de un escandalo a cuestas, pero aun asi espera recuperar la vida que tuvo antes de su marcha. Su esposa, Amanda, dolida por la intempestiva partida de su esposo y colmada de resentimiento por su ausencia, no le hara las cosas faciles.
    El regreso de Anthony al hogar se convierte en una batalla de voluntades, en pugna con la enorme atraccion y la pasion que aun sigue existiendo entre ellos, todo en medio de la amenaza, tambien oculta, de un peligroso asesino que persigue al conde y a sus companeros de lucha.
    ?Podran el amor y la pasion vencer la desconfianza y el rencor? ?Tendran Anthony y Amanda la oportunidad de rehacer su matrimonio?

  • La coincidencia perfecta de Annie J. Rose

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    D 1 C L A RA ebia pensar rapido. Nunca imagine que se apareceria asi, ni que tendria que presentar pruebas de mi novio imaginario. Ella conocia a todos mis empleados, asi que no podia llamar a Brett para que fuera mi tapadera. No habia tiempo de llamar a una agencia de empleos temporales y contratar a alguien. Me quedaba media hora. Me quede mirando los hermosos pasteles y galletas de la vitrina frente a mi. Queria llenarme la boca con ellos, pero tampoco habia tiempo para eso. No podia decir que mi novio imaginario estaba trabajando; acababa de responderle un mensaje diciendole que estabamos pasando el dia juntos. Eso fue antes de saber que mi madre estaba en Los Angeles, no bien lejos en algun lugar de Asia. Me volvi hacia el cajero. Guapo, de cabello oscuro, hombros anchos y sabia usar cajas registradoras: es el elegido. Eran tiempos desesperados. Me incline sobre el mostrador y le susurre: --Te ofrezco mil dolares en efectivo si te vas de aqui conmigo, te reunes con una mujer en el cafe de enfrente, te llamas Blake y finges ser doctor. ?Has visto Anatomia Segun Grey? Bueno, no importa. ?Puedes hacerlo? --?Que? --dijo, mirandome como si estuviera loca. Y, de haber tenido un espejo, estoy muy segura de que yo tambien me habria visto de la misma manera. --Mira, es mi mama. Es un dolor de cabeza, y cree que tengo novio porque me invente uno. Me canse de que me dijera mierdas por estar soltera. !Dirijo una compania, por Dios santo! Uno pensaria que eso contaria por… Olvidalo. ?Lo haras? --?Me llamo Blake? --Si, asi que, ya sabes, quitate el delantal. ?Tenemos un trato? --?Por mil dolares? Claro. ?Como te llamas? --pregunto. --Me llamo Clara Rider. ?Y tu eres…? --Blake, por supuesto --dijo con una sonrisa astuta. Mi estomago dio un vuelco como si estuviese en una montana rusa y mis mejillas se calentaron por su contacto cuando estrecho mi mano. Quizas acabo de gastar mil dolares para generarme un monton de problemas. --Aqui esta la historia resumida --le dije mientras lo apuraba por la acera--. Tengo una aplicacion… Dos anos de mi vida y cada centavo de mis ahorros. No esta funcionando bien. Mi madre queria que renunciara y volviera a trabajar para ella. Me negue. Esta amenazandome con quitarme el apoyo del unico inversionista que me queda, que es amigo suyo, a menos que pueda probar que le aplicacion funciona. Es como Tinder, pero menos indecente. --Y de alguna manera Blake es tu prueba --dijo. Asenti, sorprendida de que lo entendiera tan rapido. Tal vez necesitaba replantearme lo mucho que he subestimando a los hombres que trabajan en ventas. --Si no logro presentarle una pareja perfecta para mi, me quitara el apoyo del inversionista y ganara mis acciones mayoritarias en la compania de diseno. --?Por que hiciste una apuesta asi? --pregunto. --Desesperacion. Fue la unica tactica evasiva que funciono, puesto que queria aplastar mi empresa y volver a tenerme bajo su poder. --Suena encantadora --dijo con una media sonrisa que tuvo efecto en mi; como convertir mi estomago en miel fundida. Tenia que concentrarme. No tenia tiempo para fantasear con el chico de la panaderia. --Es complicada, pero supongo que todo el mundo lo es. --Sabotear tu compania no es ser complicado; solo es ser cruel --senalo. --Si, bueno, es mi batalla, y ahora debo ir a ganarla. --A menos que yo sea Blake --dijo. --Si. Eres doctor. Nos conocimos a traves de mi aplicacion: Slay. --Ese es un nombre un poco agresivo para una aplicacion de citas. --Agresivo... Como mujer que trabaja con tecnologia, nunca me lo habian dicho. Que original --dije poniendo los ojos en blanco--. Ahora vas a decir que no soy lo suficientemente simpatica. --No necesito que me agrades. Soy tu creacion, tu novio perfecto, un doctor. ?Desde hace cuanto estamos juntos? ?Solemos ir de vacaciones? ?Vivimos juntos? --Como dos meses. Y no, no tengo tiempo para eso. --?No tienes tiempo ahora para discutir lo que supuestamente hemos hecho o no tienes tiempo para irte de vacaciones y coger? --Ambas --respondi--. Ya llegamos. Intenta lucir bonito y no hablar demasiado --dije--. Y gracias por hacer esto. --Te dire <> mas tarde, si sale bien --dijo. Extendi la mano hacia la puerta del lujoso restaurante, pero el la alcanzo primero y la sostuvo. Levante una ceja. --?Que? Blake es todo un caballero --dijo con una media sonrisa que parecio retorcer mi ropa interior. E 2 A D RIA N staba loca de remate. Esta chica era demasiado exagerada. Todo era una emergencia. Me ofrecio mil dolares para ir a tomar un cafe con su madre. No necesitaba el dinero, eso estaba clarisimo. Pero ?todo el entretenimiento? Eso si que me vendria bien. Parecia que iba a ser una gran historia. La proxima vez que estuviese en Hong Kong en una de las fiestas aburridas de Daniel, tendria una anecdota divertida sobre aquella ocasion cuando ayude a mi hermana en la tienda y una mujer extrana me rogo que fingiera ser su novio. No me molesto que fuera hermosa. Habria estado igual de dispuesto a ayudar a una mujer menos atractiva, pero la verdad era que, cuando entro con esas piernas largas y su cabello castano con rizos apilado en un mono desordenado, estuve dispuesto a aceptar cualquier cosa que me pidiera. Fue bueno que me pidiera hacer algo legal, porque habria sido humillante tirar toda mi carrera por la borda por ser atrapado traficando droga para una chica sexy e hiperactiva que me abordo en una panaderia. Era una distraccion, y su draconiana madre prometia ser igual de salvaje por la forma en que hablaba de ella. Yo si que sabia de padres controladores, despues de todo, y pense que seria buen karma apoyar a esta mujer Clara en su aprieto. Yo habia venido a este restaurante. No me impresiono. Era un lugar de almuerzos de moda entre comensales pretenciosos con ropa de disenador, donde solo servian tres gotas de salsa verde en un plato. Tuve una reunion alli una vez, y luego tuve que comprarme una hamburguesa porque moria de hambre. Clara estaba visiblemente nerviosa, de pronto incomoda con sus tacones mientras buscaba con la vista a su madre. La vi enderezar los hombros y la postura. La curva de su cuello, donde se encontraban dos mechones de cabello castano sueltos, era elegante, lo suficientemente seductora como para hacerme querer besar el lugar donde se curvaba su hombro. <>, pense con una sonrisa. Casi podia sentir su piel suave bajo la calidez de mi boca, la respiracion sorpresiva que daria antes de inclinarse de nuevo hacia mi, con su espalda derritiendose contra la solidez de mi pecho. Una mujer se puso de pie, lo que hizo girar un poco su extrano poncho rojo sobrecargado por un collar de oro reluciente. La reconoci instantaneamente. No habia visto el parecido entre Clara y la empresaria de medios Cynthia Rider. Cynthia habia empezado en noticias locales, consiguio su propio programa de entrevistas sindicado y ahora era duena de varias cadenas y de un imperio de estilo de vida que lo tenia todo, desde almohadas decorativas con piel de imitacion para infomerciales, hasta una linea de relojes de platino a traves de una marca de lujo italiana. En algun punto de camino a dominar el mundo, tuvo una hija. Una hija que me habia ofrecido dinero para que le mintiera a su madre, lo cual parecia indicar que Cynthia Rider era mejor en los negocios que como madre. Mientras Clara hizo ademan de besar a Cynthia en cada mejilla sin tocarla, yo me quede alli con las manos en el bolsillo y me pregunte que pensaria de mis vaqueros rotos y mi camisa descolorida de los Giants. Ella no me reconoceria tan rapido como yo a ella, pero existia el riesgo de que mi alto perfil pudiese descarriar la tactica de Clara antes de que comenzara. Seria mi responsabilidad asegurarme de que eso no pasara. Me pase con tosquedad una mano por el cabello, desordenandolo un poco. Queria verme tan ordinario como fuera posible, tan intimidado como lo estaria un tipo promedio al conocer a la madre internacionalmente famosa de su novia. Cuando Cynthia extendio su mano, timidamente saque una mano para sacudirla.

  • Yndoria (Hijos de la nada 1) de Jessica Galera Andreu

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  • Junior de Nadia Noor

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    La suave brisa de mayo mece con delicadeza el arco nupcial formado por flores niveas y una sinuosa hilera de yedra verde. En el ambiente reina la alegria, propia de una ceremonia de esas caracteristicas, y el olor salado del mar se desperdicia entre los caros perfumes femeninos. De fondo se escuchan los acordes de un piano, que entona una sentida cancion lirica, a la que nadie presta atencion. Estoy de pie, junto al altar improvisado, soportando con entereza los minutos previos a la llegada de la novia. Minerva, mi madre, me da un breve apreton en el brazo para infundirme animos. Su presencia me reconforta, aportandome templanza sin necesidad de palabras o gestos. Inclino la cabeza y nuestras miradas, del mismo tono grisaceo, se encuentran y nos sonreimos. Mi padre, Cristian, se mueve entre los invitados asegurandose que estan bien atendidos. Viste un traje color gris antracita, de corte impecable y tela exquisita, camisa blanca almidonada y corbata estrecha de seda natural. A sus cuarenta y cinco anos luce el mismo cuerpo atletico de siempre, que mantiene en forma con largas sesiones de gimnasio y duros entrenamientos. Dieciseis anos atras, se caso con mi madre biologica y, aun cuando sus principios como pareja fueron un tanto atormentados, mantienen en la actualidad uno de los matrimonios mas estables y envidiados del panorama futbolistico. Dejo de prestarle atencion a mi progenitor, levanto un poco la manga de mi impoluta camisa y consulto de forma disimulada el reloj. Faltan solo tres minutos para las doce. ?Por que narices pasa el tiempo tan despacio hoy? Las masas, las ceremonias, ser el centro de atencion no son mi punto fuerte, pero mantengo la calma sabiendo que algunos compromisos son inevitables. Como mi boda, por ejemplo. Cambio el peso corporal de una pierna a otra demasiado tenso para mantenerme quieto. Percibo como todos los musculos de mi cuerpo estan en fase de alerta maxima. Me pregunto si todos los novios pasan los mismos apuros antes del enlace. Lo mas seguro es que si. Necesito mantener la mente ocupada asi que vuelvo a consultar el reloj. Sus agujas se mueven con una lentitud demoledora que me saca de quicio. Dos minutos, eso es lo que falta para que la mujer que amo desde que tengo uso de razon, se acerque a mi vestida de blanco. Por delante de mis ojos pasa una sucesion de imagenes nuestras siendo ninos. Desde el primer instante en que la vi, mi corazon comenzo a latir por ella. Maria es valentia, coraje, firmeza, no hay obstaculo en el mundo que se le resista. Es pasion, fuerza, entusiasmo, un verdadero tsunami que arrasa con todo a su camino. Es hermosa y de buen corazon. <>, me felicito orgulloso. <>, me corrige una voz envidiosa en mi cabeza. Siente celos de mi felicidad y es comprensible. Pocas personas en el mundo tienen la suerte de casarse con su primer amor. Ese que te quita las ganas de comer, el sueno y te mantiene con la mirada atrapada en las esquinas del techo de tu cuarto. Me considero un hombre afortunado, hasta la fecha todos mis suenos se han hecho realidad. Mi yo al completo se encuentra en un estado apoteosico y mi autoestima en su nivel mas elevado. Los sonoros acordes nupciales interrumpen mis reflexiones provocando en todo mi cuerpo una inmensa explosion de calor. Un nudo grande se aloja en mi garganta, no se donde mirar ni que hacer con mis manos que, de pronto, me pesan mas de lo normal. El gran momento ha llegado y yo estoy demasiado agitado para disfrutarlo. <>. Inspiro lentamente y meto la mano en el bolsillo del pantalon aparentando sosiego. Dejo salir el aire de mis pulmones y le devuelvo la sonrisa a mi padre. Sus ojos oscuros me exploran con atencion, soy un maldito libro abierto, un ser incapaz de ocultar sus emociones. El lee entre lineas y me levanta el pulgar, para animarme. Ese pequeno gesto, muy nuestro, consigue reconfortarme. Cuadro los hombros y me armo de valor. Observo desde la distancia a mi prometida. A pesar del largo tramo que nos separa, nuestras miradas se encuentran y, lo que veo, hace que me tense todavia mas. Maria esta espectacular con su precioso vestido de seda, en tono beige, de corte sencillo y tela delicada. Una pretina con finas incrustaciones plateadas delimita la falda larga, simple y sin aderezos del corpino liso previsto de un moderno escote rectangular. Su pelo negro, lacio y lustroso esta adornado con decenas de flores minusculas y sus labios, pintados en un sutil rosa petalo, lucen exquisitas. Camina del brazo de su hermano menor, John, y, a primera vista, parece lo que es, una novia que se acerca al altar el dia de su boda. Pero algo no va bien, sus ojos miran en todas las direcciones menos en la mia y arden angustiados. Avanza insegura por el ancho pasillo central cubierto por una vistosa alfombra verde, su cuerpo esbelto esta tenso y sus hombros estrechos, cubiertos por el tul transparente del velo, rigidos. Aprieta los labios como si se estuviera aguantando las ganas de llorar. Si algunos minutos atras los nervios previos al enlace me reconcomian por dentro, ahora me siento invadido por gigantescas oleadas de panico. Me cuesta mantener la mano en el bolsillo, asi que la saco y me la paso por el pelo, sabiendo de antemano que me alterara todavia mas. Cambio el peso corporal de una pierna a otra y vuelvo a dejar la mano a buen recaudo, en el bolsillo del pantalon. Molesto conmigo mismo por este momento de inseguridad, trato de sobreponerme. <>, me calma mi yo interior. <>. Esa breve explicacion alivia mi ansiedad y renueva mis animos. Nos separan pocos metros de distancia asi que le sonrio buscando conectar con ella, pero su mirada perdida, da la impresion de hallarse a mil anos luz de mi. De pronto, detiene sus pasos y hace una sena con la mano, dando a entender que desea hablar. Este pequeno gesto tiene el poder de una rafaga ruidosa, ya que, en cuestion de segundos, todos los asistentes dejan de lado sus conversaciones y se centran en ella. <>, me pregunto para mis adentros, hecho un mar de dudas. El hombre que toca el piano, al advertir que debe interrumpir su pequeno minuto de gloria, levanta la mirada confundido. Con las manos aun sobre las teclas detiene la musica malhumorado. Se une a la multitud y centra su atencion en la novia. Mis sospechas se multiplican, observo decaido que la mayoria de los invitados esperan expectantes su discurso. En los dias previos a la ceremonia hemos ensayado varias veces el acto en si. El cometido de Maria era llegar hasta mi, enlazar sus manos con las mias, sonreirnos y sentarnos ante el alcalde encargado de oficiar la ceremonia. Solo eso. No entiendo nada. Ni yo, ni los trescientos invitados que no despegan los ojos de ella, esperando intrigados su discurso. Observo que al coger el microfono, sus manos tiemblan ligeramente y se muerde el labio inferior, tratando de no venirse abajo. Tengo un mal presentimiento pero no puedo impedir el avance de los acontecimientos. Tras unos instantes cargados de tension, saluda con timidez, provocando que el murmullo de los invitados se apague de golpe y un denso silencio envuelva la atmosfera. --Hola a todos y muchas gracias por venir. --Intenta mostrarse serena pero las palabras le salen atropelladas y su tono de voz suena diferente, como si fuera el de una desconocida. Recorre con la vista la multitud, aunque no mira a nadie en concreto. Tras unos segundos de titubeo lanza al mundo una noticia de lo mas desconcertante--. Lamento deciros que yo no... no voy a casarme hoy con Junior. ?!Que!? Un monton de senales de interrogacion se multiplican dentro de mi cabeza y hago un esfuerzo sobrehumano para que mi barbilla no colisione con el reluciente cesped que parece bailar bajo mis pies. Los peores presagios se estan materializando ante mis ojos abiertos como platos. Las rodillas se me convierten en gelatina y un gran vacio comienza a formarse en mi interior. Los labios se me resecan y no puedo tragar. Aprieto el puno hasta que los nudillos adquieren un tono blanquecino y acepto agradecido la mano que mi madre posa sobre mi brazo. No soy capaz de mirarla, ni a ella ni a ninguno de los trescientos invitados que me observan boquiabiertos. Y no puedo culparlos, han acudido vestidos con sus mejores galas dispuestos a acompanarme en el dia mas feliz de mi existencia y se encuentran con el marron del siglo. Nunca he experimentado la sensacion de caida libre al vacio y, si antes no sabia que hacer con las manos, ahora me sobran todas las partes del cuerpo. Los ojos me arden, el corazon se me contrae y una enorme garra se clava en mis entranas. Quisiera desaparecer, tener una capa bajo la cual ocultar mi metro ochenta de altura y esfumarme de alli. Pero no la tengo, asi que sigo de pie, con la cabeza bien alta, tratando de comprender lo incomprensible. Busco con insistencia conectar con ella y, esta vez, me devuelve la mirada. Sus ojos oscuros, de normal complemente limpios y serenos, lucen turbios y acuosos. Me mira con cierta emocion, una mezcla de amor y dolor infinito que, lejos de aclararme nada, me ahondan mas en la desesperacion. <>. Una vez superada la sorpresa inicial, me siento invadido por oleadas de enfado. <>, le recrimino en mi mente, porque soy demasiado orgulloso para hacerlo en voz alta. La confusion que habita en mi cabeza no hace mas que crecer. La situacion es muy reveladora: por algun motivo, extrano y desconocido, mi prometida esta renunciando a mi en publico. En la punta de mi lengua se amontonan decenas de preguntas pero el orgullo me impide hablar. Me sorprendo hasta yo cuando su nombre sale de mis labios en forma de doloroso lamento. --Maria. Al escucharme, traga con dificultad; es evidente que mi reproche silencioso la ha afectado. Alza la barbilla como si se estuviera preparando para una gran batalla y rompe de forma inconsciente los petalos de las rosas que forman el ramo nupcial que sostiene en la mano. Parece atormentada, pero no da senales de retractarse. Su voz suena impersonal, fria y, desprovista de todo sentimiento, cuando lanza su sentencia final: --Yo... lo siento Junior, tenemos que anular la boda, he comprendido que... no te quiero. Esas palabras que van dirigidas a mi se convierten al instante en navajas afiladas que se clavan con dureza en mi piel. Mantengo la compostura, aunque el sepulcral silencio formado a mi alrededor no me ayuda demasiado. La analizo con atencion y no aparto los ojos de ella hasta que no me sostiene la mirada. Parpadea angustiada y, por un breve instante, siento que lo que estoy viviendo es una alucinacion, un mero producto de mi imaginacion. No puedo estar pasando por esta pesadilla el dia que, supuestamente, deberia ser el mas feliz de mi vida. Sus siguientes palabras me rematan con tanta dureza que me pregunto de donde sacare las fuerzas para reponerme. --Eres el nino mimado de tus padres, demasiado infantil para ser un hombre de verdad. Por mi parte, la boda queda cancelada. A modo de camara lenta observo como deja de lado el microfono, se da la vuelta y, agarrando los pliegues del vestido, acelera el paso, seguida de su hermano, un adolescente de tan solo catorce anos, que agacha la cabeza, confundido ante el lamentable espectaculo ofrecido por su unica hermana. Nadie abre la boca para romper el molesto silencio que reina alrededor; los invitados se limitan a espiarme de reojo lanzandome ojeadas cargadas de lastima porque, ante el brusco e inesperado rechazo de Maria, han quedado demasiado impresionados. Durante todo ese tiempo yo sigo parado en el mismo lugar, bajo el arco cubierto de flores que da la impresion de reirse de mi y de mis ilusiones. Apenas puedo creer que la mujer que amo con locura desde que soy un nino me haya abandonado en publico. ?Que no me quiere? ?Que soy el nino mimado de mis padres? ?De que va toda esa locura? No se cuanto tiempo ha pasado desde que se fue. Soy incapaz de hablar, de pensar, y mucho menos de ir tras ella para pedirle una explicacion. Mi parte racional me pide reaccionar, aunque mi disperso cerebro funciona a medias. No existe un maldito manual de instrucciones que ensene a un novio rechazado la manera de comportarse, asi que me limito a presenciar impasible como mi vida se esta desmoronando. Mi orgullo esta gravemente herido y mi yo al completo hecho pedazos. Por un segundo, fantaseo con la idea de que el suelo se rasgue bajo mis pies y me hunda en el frio y acogedor corazon de la tierra. No quiero ver ni hablar con nadie. Pero mis deseos no son concedidos y el cuidado cesped no da senales de querer acogerme en sus entranas. <>. Hago un esfuerzo sobrehumano y muevo las piernas. Algo tan comun y automatico como caminar me resulta sumamente dificil. Minerva quiere acompanarme pero detengo su intento con un gesto. Mi padre se mueve alterado entre los invitados, tratando de restablecer el orden. Le toca capear el temporal, aunque eso no me preocupa, es un hombre de recursos y se que por mi, seria capaz de mover el sol de sitio si fuera necesario. De un modo u otro, quitara importancia al hecho que su unico hijo acaba de ser plantado ante el altar. Los invitados no me pierden de vista, pero nadie se atreve a importunarme ni a dirigirme la palabra, ni siquiera Alan, mi intimo amigo desde la infancia. Es jugador de baloncesto y mide diez centimetros mas que yo por lo que su presencia no pasa desapercibida. Cuando paso por su lado se limita a darme una palmadita consoladora en el hombro y me envia con sus ojos castanos, colmados de preocupacion, un mensaje del tipo: <>. Hago un gesto imperceptible de agradecimiento y sigo andando lo mas digno que puedo en direccion al hotel, que mi padre ha reservado en exclusiva para mi boda. A pesar de estar aturdido, me esfuerzo en guardar la compostura mientras avanzo, con la cabeza gacha y el rostro ensombrecido. Mis padres me alcanzan, deseosos de acompanarme en estos duros momentos; rechazo sus intentos con un gesto categorico. Soy un animal herido que necesita un lugar apartado para lamer sus heridas en solitario. La puerta giratoria de la entrada del hotel comienza a moverse al detectar mi presencia y, mi perfil, reflejado en el cristal atrae mi atencion. Sonrio con amargura. A pesar de las circunstancias, me mantengo en pie con dignidad. Mi exterior no esta tan danado como mi interior y eso hace que mi autoestima levante un poco la cabeza. Piso el reluciente suelo de marmol de la recepcion, soportando resignado las miradas de las empleadas que no saben como tratarme. Y no es para menos. A sus ojos, soy el estupido futbolista famoso que ha reservado un prestigioso complejo hotelero para celebrar su boda y, todo, para acabar rechazado por la flamante novia. El apuro de la recepcionista al entregarme la llave de la suite nupcial, me provoca un repentino y violento ataque de risa. Cuando logro calmarme, suelto la pregunta que me quema la lengua: --?Se ha marchado? La chica me fija con los ojos desorbitados, asintiendo levemente con la cabeza. Puedo ver en los iris azulados que se asoman entre sus pestanas encorvadas, la gran lastima que me tiene y siento rabia contra mi mismo por no haberme quedado callado. He sufrido una vertiginosa caida, no hay necesidad de que me arrastre por el suelo. --Si, senor Cros --responde en tono bajito y lastimero--. La nov... Quiero decir, la senorita Medina, ha cogido el primer taxi disponible. Ni siquiera se ha molestado en quitarse el vestido de novia. Me siento estupido, muy, muy estupido, ya que por una milesima de segundo albergo la esperanza de que me este esperando para darme una explicacion, para pedirme perdon. Mi corazon sangra, herido de muerte, anhelando ser reconfortado por un balsamo reparador. --Gracias. --Es todo lo que logro decir. Los siguientes segundos pasan con lentitud y un silencio embarazoso se forma entre nosotros. Me gustaria anadir alguna chorrada para que la empleada del hotel no se quede con mi imagen derrotada, pero es superior a mis fuerzas pensar. --A veces, las apariencias enganan --anade ella en tono disculpatorio, deseosa de echarme un cable salvavidas, como si esa frase hecha me fuera a ayudar en algo. --A veces, pero no siempre --respondo con amargura. La recepcionista me entrega la llave y, para alivio de ambos, damos nuestra pequena conversacion por finalizada. Reuno los pedazos rotos de mi orgullo maltrecho y me dirijo lo mas digno posible al ascensor. Mientras me subo a la tercera planta, donde se encuentra la suite reservada para mi noche de bodas, noto como el peso del mundo entero se aloja sobre mis hombros encogidos. Me quito con lentitud la pajarita que adorna el cuello almidonado de mi camisa y me desabrocho los tres botones superiores. Liberar el cuello de la presion hace que me sienta un poco mejor y me permito reflexionar sobre lo ocurrido. Maria, el amor de mi vida, me ha abandonado con unas palabras duras e hirientes. Desconozco el porque y, en este momento de crisis personal, sus razones carecen de importancia. Hay instantes en la vida en donde los hechos hablan por si solos. El ascensor se detiene y sus puertas se abren con un clic sonoro. Camino distraido hasta la habitacion 301, que encuentro al fondo del pasillo central. Entro y cierro la puerta a mis espaldas. Apoyo mi cuerpo en ella y me tapo los ojos, aliviado. Ahi, en la intimidad de esas cuatro paredes, me siento a salvo. Se que es una solucion provisional, en algun momento tendre que dar la cara al mundo y soportar las consecuencias de ser un novio rechazado.

  • Yo pude salvar a Lorca de Victor Amela

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    <> Victor Amela
    La novela rescata la vida anonima de un vencedor de la guerra y vencido de la historia. Subido al tren de un ideal -como todos los demas-, la vida de Manuel Bonilla cruza la Alpujarra misera, la Granada de Lorca y la Espana de posguerra hasta depositar al lector -mediante la busqueda de su nieto- en la Barcelona actual. Un viaje cuyos giros y rebotes resonaran en la sensibilidad y en la entrana -familiar y colectiva- de cualquier lector de la Espana actual.

  • Invitame a sonar de Noah Evans

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    Martina acaba de conseguir su primer trabajo en una gran empresa. Educada en una familia exigente, y con una formacion brillante, deseaba poder demostrar que era capaz de ser independiente y conseguir sus logros por meritos propios. Sin embargo, el primer dia de trabajo conoce a Hector, director y dueno de la empresa, a pesar de ser tan solo unos anos mayor que ella. Entonces Martina comprende que ninguno de sus estudios le serviran para el nuevo reto al que tiene que enfrentarse.
    Hector ha conseguido el exito en los negocios con tan solo veintinueve anos. Tiene poder, dinero, y sus empleados y amigos lo veneran como a un dios. Piensa que puede conseguirlo todo en la vida, aunque a veces la responsabilidad le puede. Pero en un aumento de su numerosa plantilla llega Martina, una joven brillante con un curriculum prometedor que no tiene problemas en oponerse a sus superiores si lo cree oportuno. Una joven con una seguridad capaz de arrollar al propio Hector y que se atreve a cuestionarlo como jefe si es necesario. Una mujer que no lo venera ni se deja impresionar por sus encantos.
    Invitame a sonar.

  • Chica sexy no busca ex de Ariadna Baker

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    Tras la muerte de sus padres, Sonia no solo tiene que hacerse cargo de su hermano pequeno, sino que tendra que lidiar, tambien, con un corazon roto cuando su relacion se va a pique.
    Cuando piensa que la vida le esta dando un respiro, el pasado vuelve a llamar a su puerta y el hombre al que tanto amo quiere reconquistarla.
    Secretos por descubrir y un amor ?con una segunda oportunidad?

  • El espejo agrietado de Katherine Anne Porter

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  • Amor complice de Cova Galena

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    Erase una vez, una chica que creia en el amor verdadero, en los cuentos de hadas y en los finales felices con confeti de colores y fuegos artificiales. Sabia que su principe azul no llegaria a lomos de un corcel blanco para salvarla de la bruja malvada, ni la despertaria de un sueno eterno con el mas apasionado de los besos; pero estaba segura de que el dia que encontrase al hombre de su vida, lo sabria con una sola mirada, con un solo beso, con un solo gesto. Pobrecita nuestra princesa, pues estaba equivocada y, despues de pasarse anos besando al mismo principe, descubrio que era una rana. Bueno... una rana, lo que se dice un anfibio de ojos saltones, piel humeda y lengua extralarga, puede que sea un poco exagerado. Bastante, diria yo. Pero su radiante sonrisa ya no era capaz de derretirme como si estuviese bajo el insoportable sol del verano y el calor de su mirada, ya no me cobijaba ni protegia del frio helador de un invierno polar. Mi principe ya no endulzaba con chocolate mis desayunos, sino que se me indigestaba como una galleta de Beckelar que se habia quedado abandonada durante anos en un armario de la cocina. Aquella manana, podia haber sido una manana cualquiera en un pequeno palacio en el que una enamorada pareja de la realeza daba rienda suelta a los latidos de su corazon. Pero yo era una princesa mas triste que bella, Marcos ya no era mi amor y la pasion se habia esfumado por una grieta recondita de nuestra relacion. Me sente a los pies de la cama mientras me abotonaba los botones de mi camisa blanca. Una blusa elegante y ridiculamente cara que Marcos, mi apuesto principe, me habia regalado por mi ultimo cumpleanos. !Con lo que me gustaban a mi las tiendas low cost! Pero no era un dia cualquiera. Me sentia como una de esas mujeres cincuentonas que se sientan frente a sus maridos y se quedan en silencio porque no tienen absolutamente nada que decirles, ni siquiera, un reproche. Podia verme convertida en una anciana amargada con cara de uva pasa, porque el desamor le habia quitado las ganas de vivir. No podia seguir asi, aunque... a decir verdad, vivir con un pudiente principe me permitia vestir blusas de marca. Porque... !que delicadeza de tejido, menuda caida tenia la dichosa blusa y con que gracia realzaba mi pecho! Pero no... el mundo con una Angela Channing ya habia tenido suficiente. "Soy una princesa y me merezco pasar toda la vida comiendo perdices junto al hombre de mis suenos” me dije con lagrimas en los ojos. Tic, tac, tic, tac... algo sonaba en el interior de mi mente, pero no podia distinguir si era mi reloj biologico o la dinamita que estaba a punto de hacer saltar mi corazon por los aires. Marcos, el principe mas deseado del baile, habia acabado la carrera un ano antes que yo. El, ademas de guapo y encantador, era un alumno aventajado y aunque yo no era mala estudiante, no habia tenido demasiada prisa por darme de bruces con el mundo laboral. La idea de engrosar las colas del paro no me resultaba demasiado atractiva y queria retrasar el momento de tener que pasar mis mananas con un termo y un libro frente a la oficina de empleo. Una conocida empresa del sector energetico habia arrancado a Marcos de las cuatro paredes de la facultad, y en solo dos anos, el flamante principe ya formaba parte del consejo de administracion. A punto estuvieron de celebrar su fichaje con una fiesta con decenas de cornetas entonando melodias alegres y banderas de llamativos colores ondeando a los cuatro vientos. Siempre habia tenido claro que Marcos triunfaria en el mundo empresarial y lo habia conseguido, incluso, en menos tiempo del que me habia imaginado. Estaba muy orgullosa de el. Se lo merecia, era lo que se dice un crack. Marcos no era un principe tontorron que lo unico que sabia hacer era montar a caballo y desenvainar su espada (aunque esto ultimo lo hacia muy bien, ejem, ejem), sino que era un hombre brillante con un futuro prometedor y un tupe rubio ceniza cual caballero legendario. En cuanto firmo su primer contrato laboral, Marcos me propuso irnos a vivir juntos a un piso mas grande y yo acepte encantada, cargada de ilusion y esperanza, porque tenia ganas de comenzar una nueva etapa de nuestra vida y nuestra relacion a su lado. Era cuestion de tiempo: las perdices llegarian y alimentarian todos y cada uno de nuestros dias. --He encontrado el palacio ideal para mi princesa y nada me haria mas feliz que quisieras compartirlo conmigo --me dijo una noche estrellada, seguramente con otras palabras, mientras cenabamos bajo la luz de las velas. Y a pesar del calor insoportable, de los moquitos y del vino caliente, recordaria aquella noche de verano como una de las mas romanticas de mi existencia. Estaba escrito. Marcos era el amor de mi vida y estabamos predestinados a estar juntos hasta la eternidad. No pude decirle que no. Al ano siguiente, acabe la carrera y comence a trabajar en un puesto bastante mas mediocre que el del ejecutivo de mi novio, primero como becaria y, tres meses despues, con un contrato indefinido aunque poco remunerado. El trabajaba en las Maldivas del mundo laboral, mientras yo me perdia en el triangulo de las Bermudas de mi oscuro futuro profesional. Y todo parecia ir bien, hasta que poco a poco y casi sin darme cuenta, mis sentimientos, y quien sabe si tambien los sentimientos de Marcos, comenzaron a cambiar. Mi vida era como aquel poema de Ruben Dario: <> Ya no quedaba nada del colocon del enamoramiento, ni siquiera de la desenfrenada atraccion sexual de los primeros momentos. Habia estado totalmente enganchada a el, su amor habia sido para mi una droga, pero ya no lo necesitaba para sentirme bien, ni para alcanzar el placer. Aunque sobre este tema tan intimo, mejor que corramos un tupido velo. No mucho tiempo atras habria atravesado oceanos, habria movido montanas y habria luchado contra cualquier ejercito, solo por estar a su lado, pero ya no me quedaban fuerzas ni para nadar, ni para empujar, ni para luchar. Observaba a Marcos durmiendo placidamente sobre la cama y no tenia la sensacion de que todo mi mundo, de que todo lo que realmente importaba, estuviese entre aquellas sabanas. Y me senti terriblemente culpable porque esa indiferencia no habia surgido de la nada, sino que se habia ido creando dia tras dia, cruel y sibilina, en los ultimos anos de nuestra relacion. Y yo, ciega y pasiva, habia permitido que sucediera. Hasta aqui, seguro que pensais que yo, lo que era, era una autentica pava por creer en cuentos de hadas, por no decir una autentica gili... y si, teneis razon. Era demasiado inocente y sonadora, creia en el hombre perfecto y el amor verdadero. Era una ilusa e inmadura que pensaba que su vida era una clasica e infantil novela romantica. Pero me equivoque y aunque tarde en hacerlo, de la noche a la manana, la manzana verde maduro y vi, con toda claridad, el amargo resplandor de la vida real. El cuerpo largo e inerte de Marcos sobre el colchon ya no era capaz de provocarme nada. Meses atras me habria quitado mi blusa de diseno (o mi camiseta de las rebajas) y habria intentado alargar mi despertar con un fugaz momento de pasion. Le habria asaltado en suenos para conseguir un poco de sexo mananero. Habria hecho lo imposible por pegar mi piel a la de mi dulce amor y habria besado cada rincon de su cuerpo de forma canalla, sin haberme importado la hora que marcaban las manecillas del odioso despertador. A el le volvian loco mis impulsos y yo perdia el control viendo los limites de su excitacion. Pero Marcos ya no despertaba mi deseo. Me levante de la cama y fui directa a la cocina con la intencion de desayunar, pero no pude hacerlo, la angustia que sentia me habia quitado el apetito. A algunos el desamor les engorda porque sienten la necesidad de desahogarse con litros de helado y de vodka, pero por suerte, ese no iba a ser mi caso. Ni siquiera el mensaje motivador de mi taza de desayuno fue capaz de darme un chute de animo y energia. "Hoy sera un gran dia", ?a quien demonios se le ocurria escribir en una taza frases salidas de un libro de autoayuda? Deje la taza vacia y limpia sobre la mesa, despues de haber buscado respuestas en su interior, y sin mirar atras, deseando huir de aquellas cuatro paredes entre las que Marcos dormia ajeno a mi tristeza y a mi frustracion, sali de nuestro palacio como si estuviese dejando dentro, una parte de mi que ya no recuperaria jamas. La princesa deseaba huir de su gran castillo hacia un mundo lejano pero sabia que el principe no se merecia semejante agravio. Cuando pise la calle, los intensos rayos del sol me deslumbraron e intentaron llevarme de nuevo a la realidad, una realidad en la que si era conformista y complaciente, todo fluiria a la perfeccion, sin complicaciones ni sobresaltos. Pero tuve la cordura suficiente como para saber que aquello no era lo que queria para mi vida, ese no era mi cuento de hadas, no era el futuro con el que habia sonado. Mi historia de amor debia terminar con un "y fueron felices para siempre", y aquello, distaba mucho de la felicidad. No tenia ni idea de que hacer, ni de que direccion debia tomar; pero estaba segura de que era lo que no queria: continuar en una relacion condenada al fracaso. Busque en mi bolso unas gafas de sol que me ayudasen a ocultarme de la molesta claridad y del mundo, y desee encontrarme dentro una brujula que me guiase y me dijese que camino tenia que seguir, pero !maldicion!, ?por que las mujeres no llevabamos siempre con nosotras un kit de supervivencia para hacer frente a las catastrofes sentimentales? No se... ?una bolsa de papel para hiperventilar, el mapa de la absoluta felicidad, una balsa salvavidas con rumbo al pais de Nunca Jamas y, ya puestos, el Santo Grial? Mi bolso pesaba mas que un saco de cemento y no llevaba dentro nada util. Ademas de ingenua, inocente y romantica era una persona bastante atolondrada. Mi padre, otro romantico de la vida y del amor, siempre decia que mi cara era pura contradiccion. Mis ojos ligeramente caidos, con largas pestanas y unas odiosas bolsas bajo ellos, parecian permanentemente tristes; pero mi boca siempre dibujaba una sonrisa. Nada era capaz de borrar la luna nueva que perfilaba mis labios y odiaba sentirme desgraciada y apenada y ver la tristeza en la gente que me rodeaba. Por eso, siempre me gustaba decir tonterias y buscar la parte positiva del suceso mas infortunado. Pero en aquella ocasion, mi sonrisa me estaba fallando y aunque mi tragedia era una nimiedad en comparacion con las grandes catastrofes que asolan nuestro mundo, el cardiograma de mi corazon estaba totalmente plano, y desee que un medico guapisimo salido de una serie americana viniese a reanimarme. Oh, yo te invoco George Clooney de mis desvelos... Patrick Dempsey, ven a mi, suspire para mis adentros mas profundos. Porque si, tenia novio, ?pero a quien le amarga que un hombre buenorro con bata verde le coloque el desfibrilador sobre el pecho o le haga el boca a boca? Y envuelta en mis alocados pensamientos, por inercia, mis tacones me llevaban hacia AZ Consulting, la empresa en la que trabajaba y que tanto detestaba, mientras que mi corazon queria dar media vuelta y correr en direccion contraria. Desee poder quitarme aquellos incomodos zapatos y tirarlos con fuerza, con la esperanza de que le diesen en la cabeza a mi insoportable jefe, a alguna de mis aburridas companeras de trabajo o incluso, a Marcos. Quiza, despues de un traumatismo en la cabeza, dejaba de ser el pijo estirado y engreido en el que se habia convertido con el paso de los anos. A mi principe se le habia subido el titulo nobiliario a la cabeza. Necesitaba hablar con alguna de mis amigas, una mujer que empatizase con mi desazon, asi que, con manos temblorosas, saque el telefono de mi bolso. Llame a Nuria aunque sabia que no iba a contestar. Era demasiado temprano para ella y, ademas, solia silenciar su telefono para que nadie pudiese despertarla antes de las nueve de la manana. Siempre decia que si debia enterarse de una catastrofe mundial, mejor que estuviese descansada. Despues lo intente con Cloe, necesitaba desahogarme con alguien fuese como fuese. Ella no era la mejor interlocutora del mundo y quizas un perro o un arbol me hiciesen mas caso, pero necesitaba hablar con un ser humano que, por lo menos, emitiese pequenos sonidos que demostrasen que aun seguia detras del telefono, aunque estuviese pensando en que color de barra de labios debia ponerse o si su nuevo abrigo no pegaba con sus zapatos Jimmy Choo favoritos. --Lo siento, carino, me coges en muy mal momento. Estoy a punto de comenzar a grabar. En cuanto acabe te llamo, ?vale? --Me dijo nada mas descolgar el telefono. En aquella ocasion, Cloe, ni siquiera tenia pensado fingir interes. Cualquiera diria que sabia elegir a mis amistades. --No te preocupes, ya hablaremos --conteste decepcionada. --?Estas bien? --?Mi voz habia sonado tan desesperada como para que la propia Cloe hubiese llegado a pensar que me pasaba algo? --Si, estoy bien, de verdad --le menti intentando animar el tono de mi voz para que resultase mas creible. !Menuda actriz se habia perdido Hollywood! Queria desahogarme pero tampoco pretendia darle pena a nadie. Nunca me habia gustado la gente que iba de victima por la vida y yo no seria una de ellas. Siempre me quedaria Andres, la unica persona por la que no habia abandonado mi horrible trabajo, pero sabia que llegar a la oficina y desahogarme con el, no era la mejor alternativa. El era demasiado excesivo para todo y me habria dicho algo como: "La solucion es muy sencilla. Vete a casa y dile a tu novio que ya no le quieres, mueve tu culo hasta aqui y presenta tu renuncia de una punetera vez". Sin embargo, no estaba preparada para sus grandes dosis de realismo y sinceridad. Estaba perdida y necesitaba a alguien que me protegiese y me edulcorase la verdad. Desesperada, guarde el telefono frente a un paso de peatones y mire hacia ambos lados para asegurarme de que no venia ningun coche antes de cruzar, y de pronto, una desagradable sensacion de soledad invadio mi estomago y senti ganas de llorar. Estaba sola y vacia. Unicamente queria tener a mi lado a una persona que me escuchase sin juzgarme, que se preocupase por mi y no tenia a nadie. Tal vez en ese momento estuviese siendo incluso mas excesiva que Andres pero era asi como me sentia. Las lagrimas comenzaron a brotar con timidez a medida que recorria aquel paso de cebra y una mano me agarro con fuerza por el brazo y, casi en volandas, me hizo desandar lo andado. Un superheroe anonimo me habia rescatado de las profundidades pantanosas y oscuras de mi sufrimiento. Como una escena a camara lenta, un hombre con rostro borroso, manos grandes y brazos fuertes, me habia salvado con un elegante pero agil movimiento como si fuese la mismisima Lois Lane. ?Que horrible insecto habria mordido a mi salvador, de que extrano pais provendria o que mutacion genetica habria sufrido? Mi cuento de hadas se habia convertido en una historia fantastica. Y yo ya no era la triste princesa del poema, sino la coprotagonista de una pelicula de hombres con poderes sobrehumanos. !Yuhuuu!, mi vida era un asco, pero ese extrano gesto, surgido de la nada, me habia hecho sentir una chica importante. Asi era yo, una romantica a la que le encantaban los pequenos detalles.

  • Memento Mori de Benjamin Ruiz

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    Esta es la historia de Christian Alvarez, un hombre que vivira la semana mas terrorifica de su vida en Villa Grande, un lugar que <>.
    Una casa casi tan antigua como el mal que la habita, y a la que Christian debera enfrentarse durante siete dias de locura. Y lo que es peor: tendra que mirar de frente a los fantasmas de su pasado, un pasado que su mente no quiere recordar.
    Bienvenido a Villa Grande. Es muy facil entrar. No tanto, salir.

  • Las lagrimas de Hauwa Samuel de Javier Holmes

    https://gigalibros.com/las-lagrimas-de-hauwa-samuel.html

    En un control rutinario, una patrulla de la Guardia Civil intercepta un camion y descubre en el interior de su remolque, ocultas, a veinte chicas subsaharianas. Todo se precipita en ese momento y el conductor cae abatido por una bala disparada por uno de los numeros de la patrulla.
    Unos meses mas tarde, Yaiza Cabrera tiene el encargo de investigar la muerte de Leocadio Huidobro, empresario dueno de la flota de camiones entre los que se encontraba el que se utilizo para el supuesto delito de trata de blancas. La autopsia ha dictaminado que se trato de muerte natural, pero una sustancia encontrada en el cuerpo del finado hace sospechar a los dos hijos que no fue tan natural.
    En la lectura del testamento, los dos hermanos se encuentran con que su padre, antes de morir, habia adoptado a una joven de veinte anos y a un adolescente de nacionalidad nigeriana. Por tanto, la asignacion esperada sera mucho menor. A esto se suma que el abogado de la empresa recibira una pequena parte del legado.
    Paralelamente, durante el curso de la investigacion, una muchacha es secuestrada de su pueblo, al norte de Nigeria, sufriendo todo tipo de vejaciones hasta que es instalada en Espana para ejercer la prostitucion. ?Tienen alguna relacion estos hechos con la investigacion de Yaiza Cabrera? Esta no dudara en meter su nariz en los entresijos de la empresa ya que todo apunta a que alguien la ha descapitalizado poco antes del tragico suceso.
    Jovenes capturadas en su pais para ejercer de esclavas sexuales y sometidas a un maltrato inhumano, personas sin escrupulos que no dudan en traficar con seres humanos amparados por el poder de las mafias, empresarios desaprensivos a los que solo les interesa su lucro personal. Estos son los ingredientes de una novela que no dejara indiferente al lector, por su crudeza, pero tambien por la sagacidad de una detective irreverente y desenfrenada que se enfrentara a su tercer caso.

  • Las flechas de Cupido de Grace Marie March

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    Richard vive cada dia mas volcado en su trabajo, solo su hermana le hacia desconectar de la empresa, pero desde que Marie esta recuperandose de un pequeno accidente, en el cual perdio la memoria, no se han podido reunir igual que hacian antes.
    Tessa trabaja en una cafeteria, para poder llevar adelante los gastos diarios y cuidar de sus hermanas, desde que sus padres fallecieron las cosas han ido cada vez peor, pero si algo tiene claro, es que ya sea en buenos o malos momentos, estaran las tres juntas.