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    13 sept 2018 — Para realizar un cambio efectivo y duradero en tu vida, no hace falta invertir mucho tiempo. De hecho, puede hacerse en menos de un minuto.

  • Solo contigo de Wendy Etherington

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    Por fin Rebecca Parsons iba a escaparse de su ciudad y se iba a Nueva York para darle un nuevo rumbo a su vida. Pero primero tenia que vender su excentrica casa victoriana. ?Quien querria aquella ruina? Por algun misterio insondable, el estupendo Alex Carlisle la queria. Si Rebecca era capaz de reparar todas las averias que amenazaban con acabar con la casa, y escaparse del irresistible encanto de Alex, solo tenia que cerrar el negocio…

  • Despegare cuando amanezca de Francisco J. Olivero

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    Una vida de exito profesional transcurre para la joven espanola Julia de La Vega, una comandante de ambulancias aereas en la ciudad de Wichita, Kansas.
    Sin embargo, una muerte cercana y un accidente en dudosas circunstancias le obligaran a cuestionar su futuro y los valores por los que se ha estado rigiendo. Intentara darle un nuevo sentido a su vida a traves de la entrega.
    La consecucion de eventos que experimentara en diversos lugares de una Latinoamerica humilde y compleja, le expondra a peligros, personas y situaciones en las que nada parece ser lo que es.
    Inmersa en todo ello, nunca estara sola.
    El autor combina acertadamente el drama intimista, la intriga y unas dosis de humor, convirtiendola en vehiculo de reflexion sobre la busqueda del sentido de la vida, las relaciones familiares y las razones y motivaciones detras de las decisiones que tomamos.
    El lector hara un recorrido cargado de matices por la Norteamerica profunda, Latinoamerica y la Espana mas tradicional, sumergido en una historia en la que sus personajes y situaciones emocionan y divierten a partes iguales. No quedara indiferente.

  • Si te enamoraras de mi de Lorraine Murray

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    No habia podido pegar ojo desde el instante en que terminaron de tener sexo. No se trataba de que el la hubiera dejado a medias. Ni que hubiera sido un error o algo horrible. No. Nada de eso. Su companero de cama habia sido bastante generoso, apasionado, picaro y divertido. Claro que tal vez a ello habia contribuido haber pasado la noche tomando alguna que otra copa de vino, de mas. Eso y la chispa que habia surgido desde que coincidieron en el pub. Y pese a que ella era consciente de que no debia flirtear con desconocidos porque sabia cual seria el resultado final, en aquella ocasion habia dejado salir su lado mas travieso y atrevido. Permanecia con la mirada fija en el techo de la habitacion, escuchando la respiracion relajada de el durmiendo a su lado. Tenia que irse. Lo sabia. Tenia que hacerlo ya. Nada de desayunos como si fueran una pareja. No podia dar pie a malos entendidos, que sabia que se terminarian de un plumazo en cuanto el indagara en su vida. Pero ?por que lo habia hecho si conocia las consecuencias de sus actos? Solo esperaba que el no tratara de localizarla a traves de las redes sociales. Claro que habia una manera de hacerlo que esperaba que el no tuviera por costumbre. Resoplo y aparto la sabana para abandonar la cama. Una debil luz se filtraba por la persiana de la ventana de la habitacion; suficiente para recoger su ropa interior y ponersela. Por suerte el no se movia y eso la animo a seguir adelante. Se marcharia sin hacer ruido, sin dejar una nota o evidencia de que habia estado alli. Era lo mejor para los dos. Deslizo el vestido por su cabeza, cogio las sandalias en una mano, el bolsito en la otra y abandono la habitacion con sumo cuidado de no hacer ruido para despertarlo. Contuvo la respiracion cuando abrio la puerta de la calle y salio al descansillo cerrandola detras de ella. Permanecio de pie, descalza y con los ojos cerrados durante unos segundos tratando de ralentizar los latidos de su corazon. Inspiro hondo y se calzo antes de llamar al ascensor. Salio a la calle y paro un taxi, que justo pasaba por alli. Le dio la direccion a la que debia llevarla y se recosto en el asiento. Cerro los ojos y solto el aire acumulado. --Una noche larga, ?eh? La voz de taxista parecio sacarla de sus pensamientos por unos segundos. --?Como dice? --Digo que es hora de recogerse despues de una noche de fiesta. --Si. Es hora. --Espero que manana no tenga que madrugar para ir a trabajar. --No, manana no tengo que ir a trabajar. Tengo dias libres. Ella volvio la mirada hacia la ventanilla del taxi. Las calles aparecian casi desiertas salvo por aquellas personas que, como ella, parecian irse a sus casas. No estaba segura de poder dormir despues de lo que habia sucedido con el. Con Logan. ?Por que narices recordaba su nombre? Se dijo sacudiendo la cabeza con el ceno fruncido; como si quisiera alejarlo de sus pensamientos. Pensar en el le daba la impresion de que se verian otra vez. Pero ese no iba a ser el caso. --Hemos llegado. Cuatro libras justas. --Tenga --le dijo entregandole el primer billete que encontro en su bolso, sin pararse a comprobar de que cantidad era. Abrio la puerta y se apeo del taxi para caminar unos metros hasta la puerta de su casa. Ni si quiera escucho la voz del taxista a traves de la ventanilla bajada. --Espera. Te dejas el cambio... El taxista se quedo atonito contemplandola abrir la puerta de su casa. Le habia entregado un billete de veinte libras y no se habia esperado al cambio. Debia de ganar bastante para andar por ahi dejando esas propinas. El hombre sonrio guardandose el billete y se largo de alli. Ella no se volvio a escuchar lo que le decia el taxista. Estaba mas preocupada por abrir la puerta y entrar en casa. Dejo las llaves en la mesita del hall y se dirigio al cuarto de bano. Se desprendio de la ropa dejandola caer por el pasillo como migas de pan. Necesitaba una ducha que aclarara su mente. Que la despejara. O bien que la ayudara a conciliar el sueno. Lo cierto era que tampoco entendia por que narices se preocupaba tanto. Seguramente el ni si quiera se molestaria en intentar localizarla. Se habria quedado satisfecho con haber tenido un ligue en su cama esa noche. Nada mas. El sonido de su movil capto su atencion. Tenia varios wasaps sin leer. Todos de sus amigas queriendo saber detalles de lo ocurrido. No les dio importancia, abrio las puertas de la ducha y entro dejando que el agua caliente la acogiera. *** Se dio la vuelta en la cama para encontrar la otra mitad vacia y fria. Emitio un ligero grunido al darse cuenta de ello. ?Ella se habia levantado? Su estado se asemejaba al momento en el que el amanecer se abre paso entre los ultimos vestigios de la noche. Inspiro hondo y se incorporo para comprobar si ella estaba en la habitacion. Pero no habia ni rastro. Ni de su movil en la mesilla, ni de su ropa por el suelo. Lo que indicaba que se habia largado antes si quiera de desayunar. Ella le habia parecido una tia bastante enrollada desde el mismo momento en que se conocieron. Entre copas de vino, risas, algun que otro baile, ambos habian terminado en la misma cama. Y tras un encuentro mas que placentero, para ambos como estaria dispuesto a jurar, el se habia quedado dormido y ella se habia marchado. Permanecio pensativo unos segundos hasta que decidio levantarse. Tal vez habia dejado algun mensaje o un numero de movil al que poderla localizar, se dijo rebuscando por la habitacion y posteriormente por el resto de la casa sin encontrar nada. Ni una nota si quiera de despedida. Resoplo abatido. ?Se habia largado sin despedirse? ?Sin dejar un numero al que localizarla? Con ese pensamiento en la cabeza se vistio y se preparo un cafe. --Tal vez despues de todo sea mejor que se haya ido sin despedirse. No le dio tiempo a pensarlo mas porque su movil comenzo a sonar de manera insistente. Y sabia que su companera de cama no era porque ni si quiera habian intercambiado sus numeros. La noche pasada estaban mas preocupados de arrancarse la ropa y devorarse que de cualquier otra cosa.--?Si? --?Como va eso? ?Molesto? --No, nada de eso. Estoy tomando un cafe para despejarme. --?Y al pibon de anoche donde lo tienes? Durmiendo en la cama... en la ducha... o esta a tu lado.--No has dado ni una. --?Que quieres decir? --Que se ha ido hace rato. --?Se ha marchado? Logan, tio, no puedes estar hablando en serio. El tono de incredulidad o mas bien sorpresa de su amigo casi lo dejo sordo. Decidio poner el altavoz para ir charlando mientras desayunaba. --Bruce, acabo de decirtelo. Se ha marchado de madrugada. --Extrano en una mujer. No se... salvo que tenga pareja o no quiera ningun tipo de compromiso. ?Te ha dejado alguna nota? Logan respondio con un grunido en un principio porque estaba tomando un trago de cafe. --Nada de nada --le aseguro a continuacion. --Vamos que no quiere que volvais a veros. Asi de claro. --Eso parece. --Pero, ?tenias intencion de volver a quedar con ella o solo fue una oportunidad que se presento anoche? Lo cierto es que congeniasteis desde el primer momento. Vamos que cualquiera de los que estabamos en el local podriamos asegurar que os conociais de toda la vida.--Vale. Lo que tu digas. --?Y tu? ?Tenias intencion de volver a quedar con ella? Logan fruncio los labios en un gesto pensativo. --Hombre, ella no esta nada mal, ya me entiendes. --Si, te entiendo. Tiene algun que otro revolcon. --Pues eso. De todas maneras, en ningun momento me he planteado ir mas alla de lo sucedido esta pasada noche. --Entonces te ha hecho un favor con largarse a hurtadillas de tu apartamento. --En cierto modo. Logan entrecerro los ojos dejando su atencion suspendida en el vacio. ?En serio? ?Ni si quiera se habia planteado conocerla en plan amigos? Claro que despues de haberse acostado, no sabria especificar el grado de amistad que podrian tener. Ella le habia parecido una mujer divertida, simpatica, interesante... Tierna y carinosa al mismo tiempo. Y algo sonadora. Una mujer a la que le gustaria haber conocido. Pero que temia que iba a quedarse con las ganas. --Te dejo que tengo que ir al curro. Ya hablamos de tu misteriosa companera de cama. --No hay mucho mas que anadir salvo que yo tambien me marcho a la publicacion. Logan corto la llamada y recogio los restos del desayuno sin poder dejar de darle vueltas a la situacion. Y mas en concreto a algunos de los comentarios de Bruce, que le habian hecho dudar. ?No queria que siguieran viendose porque ella ya tenia una pareja? ?O tan solo le apetecia pasar la noche con el? Se decantaba por esta segunda opcion. Solo era consciente de que habia sido la primera vez que le sucedia algo asi. Por lo general solia ser el quien se marchaba de madrugada sin dar explicaciones; sin dejar una nota. Eso mismo le acababa de suceder se dijo sonriendo. No obstante, ella le habia gustado. Y su comportamiento le habia tocado su orgullo. ?La buscaria para pedirle una explicacion? Se dirigio a la ventana del salon para ver que tiempo hacia. Permanecio pensativo con el rostro de ella en su mente. Jayden. El timbre de la puerta sono en repetidas ocasiones poniendola mas nerviosa. Por una fraccion de segundo su subconsciente la traiciono y penso que el habia dado con ella. Sin embargo, se dijo que era imposible porque lo habia dejado durmiendo en su cama, luego no la habia podido seguir. Ademas, en ningun momento de la noche ella le habia dicho donde vivia. De manera que se tranquilizo cuando lo penso. Se dirigio hacia la puerta no sin antes tener que dejar pasar a Romeo y Julieta, sus dos gatos. Echo un vistazo por la mirilla para tranquilizarse del todo y respiro aliviada. Abrio la puerta y se encontro con la mirada inquisidora de su amiga, lo que le provoco las carcajadas. --?Que cono haces aqui tan temprano? --?Pronto? Son casi las nueve. --?Ya? Pasa y cierra la puerta. Ponte comoda, estas en tu casa. Voy a terminar de ponerme algo de ropa. Vigila a esos dos. --?Acabas de levantarte? --pregunto elevando la voz para que la escuchara sin recibir respuesta--. ?Que pasa bonitos? Los gatos se acercaron a olerla y a rozarse contra ella cuando Cherry se agacho para acariciarlos. --Llegue tarde como puedes imaginar. --?Hasta que hora estuviste con el? Criss, Marjorie y yo hicimos calculos acerca de que no pasariais juntos muchas horas --comento al ver a su amiga regresar al salon vestida con una sudadera y unos leggins. El pelo recogido en una coleta alta, la cara lavada y un aspecto mas bien relajado y descansado. --A eso de las cuatro. --?Estuvisteis por ahi hasta esa hora? Cherry entorno la mirada hacia ella sin terminar de creerlo. --Si. ?Que sucede? ?Es muy tarde? ?Significa que has ganado tu la apuesta o Criss o Marjorie? --Eso es lo de menos. Pero... dime la verdad. ?Te has liado con el? Hicimos varias apuestas al respecto. Porque si te soy sincera no esta nada mal, y creo que a el le habria gustado que sucediera. Al menos es la impresion que nos causo al conocerlo. Jayden desvio la mirada primero, luego se levanto del sofa y camino a la cocina resoplando seguida de los gatos. --?Quieres un cafe? Aquella reaccion disparo las alarmas en Cherry. --Oye, sere directa contigo porque sabes que no me gusta andarme por las ramas, asi que... --Me he acostado con el --le interrumpio Jayden mirando a su amiga con total naturalidad mientras echaba un vistazo a la comida de sus companeros de piso--. Era eso lo que me iba a preguntar ?no? --Te lo has... --?Quieres tomar algo o prefieres seguir hablando sin mas? Cherry asintio. --Un cafe cargado que me despierte. --?Hoy no trabajas? --Tengo turno de tarde en la clinica. En serio, ?te has acostado con el? --Si. Me invito a su apartamento y surgio... Jayden se encogio de hombros sin darle la menor importancia a este hecho. --Vaya... Si que eres directa. Claro que a ti lo de quitarte la ropa y ponerte al lio no te cuesta --le solto de buenas a primeras sin pensar en la cara que puso Jayden al escucharla--. Disculpa. Ha sido una manera de decirlo, pero bien mirado... --No pasa nada. Estoy acostumbrada a comentarios como el tuyo cuando digo a que me dedico. --Lo supongo, ?y despues? --Pues nos quedamos tranquilos, sin hablar mucho y eso. Sabes que no me van esos rollos. --No te van por lo que las dos sabemos. --Oh, vamos. No me vengas con ese sermon otra vez --le pidio mientras vertia cafe en las dos tazas. Levanto la mirada hacia su amiga y sacudio la cabeza--. Mi trabajo no tiene nada que ver con eso. --Esa es tu justificacion siempre que sale el tema. Tu trabajo tiene que ver y mucho. No quieres una relacion. Ni abrazos, ni miradas largas porque sabes que es muy dificil que lo encuentres mientras no cambies de profesion. Es la verdad. --?Y si no lo quisiera? ?Y si prefiriera seguir como estoy? Tengo treinta y dos anos, gozo de independencia economica y tengo un horario flexible, la verdad. --Lo que tu digas. Pero imagina por un momento que ese tio de anoche se enterara de a que te dedicas. Es posible que se hubiera ido a la cama contigo por el morbo que despertarias en el; la fantasia de hacerselo con una actriz porno. Con una de las mas renombradas. Todo sea dicho. Y luego adios porque eres consciente de que no se quedaria a tu lado. Jayden bajo la mirada y resoplo. --Lo se. Soy consciente de que no tengo una pareja estable para ir al cine, pasear por los jardines de Princes Street, o simplemente quedarnos en el sofa con una manta y un te viendo una comedia romantica junto a Romeo y Julieta --le resumio lanzando una mirada a estos a ver si comian. --?Y a que esperas para tenerla? --Tal vez a que aparezca ese tio tan genial del que hablais todas vosotras y que no le importe a que me dedico --le aseguro sonriendo en complicidad con ella. --A lo mejor es este y no lo sabes --Cherry movio sus cejas con celeridad--. ?Que tal es? Jayden se atraganto con su sorbito de cafe cuando escucho la pregunta de su amiga. --?No te estaras refiriendo a como es en la cama? Porque esos detalles los dejo para mi -- arqueo las cejas con gesto de incomprension. --Bueno, teniendo en cuenta que tu conoces a muchos... --Eso no tiene nada que ver y lo sabes. Es trabajo. No hay nada mas. --Vale, pues ?que tal anoche con...? --Cherry movio las manos tratando de recordar el nombre. --Logan. --?Que tal con el? Jayden sonrio con picardia cuando recordo lo ocurrido. Hacia tiempo que no se habia sentido de esa manera tan... diferente. Claro que como le decia Cherry era dificil para alguien que se dedicaba al cine para adultos donde todo era fingido. --Oye, por la cara que has puesto yo diria que estuvo bien. --Es complicado definirlo porque tuve multitud de sensaciones. Nos reimos, nos divertimos. Hubo quimica. --Supongo que no pensarias que estabas en set de rodaje --la miro con cara de pocos amigos al pensar en esa posibilidad--. Cuando te metiste en faena... --No, claro que no. Mi personaje acaba cuando terminamos de rodar. Ya lo sabes. --Entonces, me estas diciendo que te gusto. Jayden fruncio los labios en un mohin divertido y picaro asintiendo. --Me gusto su compania. --?Su compania? ?A que te refieres con eso? Yo me estaba refiriendo a... --Se a lo que te estas refiriendo, pero acabo de decirte que ese momento me lo guardo. --Hace un momento asegurabas que no querias saber nada de relaciones... Y me saltas con que tu gusto estar con el. Jayden sonrio al ver a Cherry en aquel estado tan neurotico. --Que me guste Logan no significa que vaya a empezar a tener una relacion. Que te quede claro. Me diverti con el. --?No fingiste el orgasmo? Cherry arqueo su ceja con suspicacia. Queria poner a su amiga en un aprieto y hacerle ver que ella misma se cerraba todas las puertas a una relacion. --?Por que deberia hacerlo? No estaba actuando --le dejo claro encogiendo sus hombros sin entender aquella pregunta. --Entonces, la cosa fue bien. Pero no lo piensas volver a ver ?no? --No. No quiero implicarlo en mi vida. Entre el cine y la taberna de mi padre tengo suficiente. No puedo dedicarle tiempo. --Por cierto ?que vais a hacer con cuando el se jubile? --Supongo que me quedare trabajando en esta. --Pero atenderla requiere muchas horas... ?Lo has pensado bien? Si sigues rodando escenas... --Lo se. Pero es algo que decidire cuando llegue el momento. El sonido del movil dejo la conversacion en suspenso por un momento. Jayden contesto mientras Cherry se bebia el cafe y escuchaba a su amiga hablar de un reportaje para una revista masculina. Una semana. Que el editor era amigo suyo. Que si le debia un favor. Escucho a su amiga despedirse de su representante y dejar el movil sobre la mesa baja del salon. --Era Marjorie, como habras deducido. --Si, cuando has empezado a hablar de trabajo he pensado en nuestra amiga en comun. ?Que queria acerca de un reportaje? --Al parecer le debe un favor a un amigo y le ha pedido que hagamos un reportaje sobre pasar una semana, o algo asi. --?Sietes dias en la vida de la actriz porno Jayden Sinner? --pregunto Cherry con ironia y diversion. --Al parecer no con la actriz sino conmigo. Me ha dicho que ya hablariamos cuando todo este cerrado con la revista. --?Contigo? En ese caso los periodistas no van a ir al set de rodaje. --Pues segun me ha comentado de pasada Marjorie, tiene mas que ver con mi persona que con mi otro <> --Ah, ya te entiendo. Te refieres a que no van a centrarse en tu personaje sino en la Jayden que yo conozco. La que en estos momentos se esta tomando un cafe conmigo vestida como si fuera a salir a correr por el barrio. Aquella definicion provoco las carcajadas en ella. --Si, supongo que sera eso lo que quieren. A ver, soy una persona normal. Voy a la compra, al medico, al gimnasio, a tomarme un cafe, a comprar ropa, lenceria... --Que luego te quitas sin ningun pudor. --Si, que luego me quito o me quitan. Lo que digo es que soy una mujer normal y corriente. --Ya lo se. Solo te vacilaba. Bueno, creo que me voy a ir para que tu limpies un poco. --Eso es algo que tambien he de hacer. Luego ire al gimnasio y mas tarde a la taberna a echar una mano a mi padre. --?No tienes pendiente ninguna escena mas esta semana? --Por ahora no. --Bueno, anoche rodaste una especial, me atreveria a decir --le guino un ojo en complicidad y palmeo su pierna antes de levantarse del sofa. Jayden prefirio no decir nada al respecto para que su amiga no sacara conclusiones erroneas. --Como te decia antes, tengo turno de tarde en la clinica asi que no podre verte. --Tranquila. Voy a estar liada en la taberna. --Si vuelves a saber de Logan... Jayden poso las manos en los hombros de su amiga y la volvio en direccion a la puerta para que se marchara. --Vale, vale. Me doy por aludida. Pero si por una minima casualidad... --Se lo que tengo que hacer. --?Estas segura? --Cherry permanecio unos segundos con la mirada entornada y noto a su amiga taciturna. Como si en el fondo no supiera que hacer llegado el caso--. Cuidate. --Si. Ya hablamos. Jayden regreso al salon con una expresion de incredulidad en su rostro. No iba a volver a ver a Logan. Y si por casualidad eso sucedia sabia lo que <> debia hacer. Volver a acostarse con el. Bajo ningun concepto.

  • Poseida 3, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Una increible sorpresa le espera a Liz: !Sasha la invita a Hong Kong para trabajar en un caso de varios millones de dolares! ?Sabra estar a la altura del desafio que le propone su querido y tierno millonario? Entre su amor inquebrantable por el y las discusiones que no parecen terminar nunca, Liz comienza a vislumbrar las grietas del alma que torturan a su bello amante.

  • Oracion de Maria Moreno

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    Partiendo del enfrentamiento en el que muere Vicki Walsh a traves de documentos y testimonios de sobrevivientes, Oracion es una relectura de la obra periodistica de Rodolfo Walsh y sus procedimientos estetico-politicos a partir de sus “Carta a Vicki” y “Carta a mis amigos”, menos conocidas que su “Carta a la Junta”. Combinacion y cruce de generos, el libro es principalmente una investigacion sobre la verdad en su dimension para-judicial, sus metaforas y el nuevo valor del testimonio.

  • Un verano diferente de Manuel Navarro Seva

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    Vika, una nina rusa de diez anos, viaja de vacaciones a la costa alicantina con sus padres, su amiga Yelena y su hermano Dima. Es el quinto ano consecutivo que van a pasarlas en Espana. Esta muy contenta de volver una vez mas. Sin embargo, este verano sera muy diferente a los anteriores. Ocurrira un hecho extraordinario que cambiara sus vidas.
    Una nueva y apasionante historia de suspense de Manuel Navarro Seva, situada en el marco incomparable de la ciudad de San Petersburgo y en las playas del levante espanol.

  • Siete piedras para resistir o caer de Diana Gabaldon

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    En las novelas de la saga FORASTERA, la autora de best-sellers Diana Gabaldon ha creado un mundo fascinante. Ahora, en Siete piedras para resistir o caer, reune una fantastica coleccion de relatos y novelas breves ineditas en espanol que, a partir de la historia de FORASTERA, apuntan en direcciones nuevas. La costumbre del ejercito empieza con la descarga que recibe lord John Grey por tocar una anguila electrica y termina en la batalla de Quebec. En El espacio intermedio descubrimos que el conde de Saint Germain no esta muerto. En Una plaga de zombis, lord John se convierte en gobernador militar de Jamaica sin previo aviso. Una hoja en el viento de Todos los Santos es la conmovedora historia de los padres de Roger MacKenzie durante la Segunda Guerra Mundial. En Virgenes, tanto Jamie Fraser, de diecinueve anos, como Ian Murray, de veinte, se convierten en mercenarios en Francia. Un verde fugitivo es la historia del hermano mayor de lord John y una vendedora de libros raros de diecisiete anos. Y por ultimo, en Sitiados, lord John descubre que su madre esta en La Habana y que la marina britanica esta de camino con el objetivo de asediar la ciudad. Unos relatos imprescindibles en los que el genio creativo de Diana Gabaldon llena algunos huecos de los extraordinarios avatares de unos personajes que los lectores han seguido a lo largo de miles de paginas.

  • La vida en rosa, Victoria Connelly de Victoria Connelly

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    La vida no ha sido un camino de rosas para Celeste Hamilton, a pesar de haber crecido rodeada de ellas.

  • Eve (HQN), Claudia Velasco de Claudia Velasco

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  • Camino al este de Javier Sinay

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    Para Javier Sinay viajar no era una aspiracion prioritaria. Sin embargo, un dia de 2017 metio unas pocas cosas en una mochila y emprendio una travesia desmesurada. ?El motivo? Una mujer llamada Higashi, su pareja, que pasaria todo ese ano en Kioto dedicada a estudiar la ceremonia del te. Si el era capaz de ir a buscar a una mujer al otro extremo del mundo, ?que cosas --atroces, magnificas, inesperadas-- son capaces de hacer las personas por amor?

  • Matar el pasado, Lizzie Quintas de Lizzie Quintas

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    En un mundo donde la avaricia esta a la orden del dia y la traicion acecha en cada esquina, solo se puede esperar la perdicion del ser humano.

  • Entre las nubes y las estrellas (Between 1) de Gema Martin Munoz

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    Primera entrega de la serie Between.

  • Me prometiste el cielo pero yo queria volver de Patricia Hervias

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    Lorena vive tan ajetreada que el dia que tiene un accidente de coche y pasa al <> se da cuenta de que le queda mucho por vivir. No ha conocido al hombre de sus suenos, no se ha enamorado y no ha podido cumplir muchos de los deseos que tenia.

  • Agathe de Anne Cathrine Bomann

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    Me hallaba sentado en el salon mirando por la ventana cuando ocurrio. Sobre la alfombra, el sol de primavera formaba cuatro cuadrados escalonados y se desplazaba lenta pero decididamente por encima de mis pies. Junto a mi descansaba una primera edicion sin abrir de La nausee que desde hacia anos intentaba empezar. Las piernas de ella eran flacas y palidas, y me sorprendio que la hubiesen dejado salir con tan solo un vestido en epoca tan temprana del ano. Habia dibujado en la calle las ventanas de una rayuela y saltaba muy concentrada, primero sobre una pierna, despues sobre ambas, para cambiar de nuevo. Llevaba el pelo recogido en dos coletas, tendria unos siete anos y vivia mas arriba de la calle, en el numero cuatro, con su madre y una hermana mayor. En este punto podria pensarse que yo era una especie de ejemplar unico que filosofaba sentado a la ventana todo el dia, contemplando cosas de mayor enjundia que el tejo de la rayuela y el recorrido del sol por el suelo. Pues no. La verdad era que yo me sentaba ahi porque no tenia nada mejor que hacer, y tambien a causa de esa especie de vitalidad afirmativa de aquellas exclamaciones triunfantes que en ciertas ocasiones penetraban en mi cuando la nina habia ejecutado una combinacion de saltos especialmente dificil. En un momento dado me levante para prepararme una taza de te y al volver a mi puesto vi que ella no estaba. Seguro que se le habria ocurrido otro juego mas divertido, pense; ambas, piedra y tiza, habian quedado en medio de la calle. Y entonces ocurrio. Acababa de colocar la taza en el alfeizar de la ventana para que se enfriara y extender la mantita sobre mis rodillas cuando vi caer algo en los margenes de mi campo de vision. Al mismo tiempo que un grito estridente me alcanzaba, logre poner de nuevo en pie mi cuerpo rigido y me aproxime a la ventana todo lo que pude. Ella yacia a la derecha, un poco mas abajo de la calle, al pie de un arbol donde comienza el sendero que conduce al lago. Sentado arriba, sobre una de las ramas, atisbe un gato que hacia oscilar la cola. Debajo, la nina se habia incorporado hasta sentarse con la espalda apoyada en el tronco mientras se agarraba un tobillo gimiendo entre hipidos. Retire mi cabeza. ?Debia ir con ella? Yo no habia hablado con un nino desde que era uno de ellos, y eso no cuenta. Pero ?no le causaria mayor disgusto que de pronto apareciese un hombre a quien no conocia para intentar consolarla? Eche otro vistazo furtivo afuera; seguia sentada en la hierba con el rostro lloroso alzado y la mirada puesta calle arriba mas alla de mi casa. Mejor seria que nadie me viese. ?Acaso no es doctor?, comentarian entre si, ?y que hace entonces ahi parado mirando? De manera que me lleve la taza de te para ir a sentarme frente a la mesa de la cocina. Pero aunque me repetia a mi mismo que dentro de un momento la nina se levantaria e iria cojeando hasta su casa sin mayor problema, permaneci sentado igual que un profugo en mi propia cocina mientras pasaban las horas. El te se enfrio y enturbio, y la oscuridad cayo antes de que por fin me escabullese de vuelta al salon y medio oculto tras la cortina escrutase la calle abajo. Por supuesto ella ya no estaba. RASTRO Desde que la contrate, Madame Surrugue me recibia cada manana de la misma manera. Dia tras dia aparecia sentada tras el gran escritorio de caoba como una reina en su trono y cuando yo entraba por la puerta descendia de el para tomar mi baston y mi abrigo mientras yo dejaba el sombrero en el estante por encima de la hilera de perchas. Entretanto, ella me ponia al corriente de la agenda del dia y al final me entregaba una pila de historiales, que el resto del tiempo permanecian pulcramente archivados en una enorme estanteria modular detras del escritorio. Intercambiabamos algunas palabras mas y despues no volviamos a vernos por lo general antes de la una menos cuarto, momento en el que me ausentaba del despacho para comer en un restaurante mediocre de los alrededores. Al regresar la encontraba siempre sentada exactamente igual que la habia dejado, y a veces me daba por pensar si ella comeria. Yo no detectaba olor a comida y jamas vi nada parecido a una miga debajo de su escritorio. ?Realmente Madame Surrugue no necesitaria alimentarse para vivir? Aquella manana me conto que una mujer alemana habia telefoneado con el fin de pasar mas tarde a pedir cita. <> <>, dije categorico, <> <> Madame Surrugue me dirigio una mirada interrogativa, pero yo sacudi la cabeza. <> Cuando llegue el dia de mi retiro habre ejercido cerca de medio siglo, tiempo mas que suficiente. Lo ultimo que necesitaba era una nueva paciente. Madame Surrugue continuo mirandome todavia un momento, aunque luego prosiguio su repaso de la jornada sin insistir en el tema. <>, dije, y tome de ella la pila de historiales para dirigirme despues a mi despacho. Se hallaba al fondo, en el extremo opuesto de la amplia antesala donde reinaba Madame Surrugue y los pacientes se sentaban a esperar su turno. De ese modo no me distraian durante mi trabajo ni el repiqueteo de la maquina de mi secretaria ni las posibles conversaciones entre los pacientes y ella. Mi primera paciente, una mujer adusta de nombre Madame Gainsbourg, precisamente acababa de llegar y sentada hojeaba una de las revistas que Madame Surrugue traia de vez en cuando. Exhale un profundo suspiro y me recorde a mi mismo que despues de ella solo me quedarian setecientas cincuenta y tres conversaciones mas. La jornada transcurrio sin puntos de inflexion hasta que regrese al despacho despues del almuerzo. Entonces estuve a punto de chocar con una mujer morena, de palidez mortal, parada justo detras de la puerta de entrada, y me disculpe por la torpeza. La mujer era llamativamente delgada y tenia unos ojos enormes en su rostro afilado. <>, dijo, y se adentro en la sala. <> Hablaba con un inconfundible acento y comprendi que debia de tratarse de la mujer alemana. Apretaba contra su pecho una carpeta con el logotipo de Saint Stephane. <>, respondi, sin embargo la mujer dio de inmediato un paso hacia delante y me dijo con encarecimiento: <> De manera instintiva retrocedi. Sus ojos pardos brillaban como si tuviese fiebre y la mirada era tan intensa que me sentia como si me hubiera agarrado un brazo. Sin duda alguna habria que batallar para librarse de ella otra vez, y yo no disponia de tiempo ni fuerzas en ese momento. Hice un gesto en direccion a Madame Surrugue intentando esbozar una sonrisa amable. <>, dije, y bordee a la mujer de soslayo, <> Madame Surrugue tenia la culpa de que a la mujer se le hubiese ocurrido aparecer por alli, asi que ahora lo propio era que ella misma la rechazara de nuevo. Me escabulli pasando junto a la mujer, que por fortuna me acompano hasta el escritorio, y alli la deje delante de Madame Surrugue con una mirada elocuente. Mi secretaria alzo la ceja izquierda unos milimetros. <>, le solicite, movi la cabeza rigido en senal de despedida y me apresure al refugio de mi despacho. Sin embargo, la imagen de la mujer palida permanecio en mi, y el resto de la jornada senti como si el rastro de su perfume hubiese quedado flotando en el aire y formara remolinos igual que el polvo cada vez que yo abria mi puerta. RUIDO El tiempo corria a traves de mi igual que agua por un filtro oxidado que a nadie le apeteciera cambiar. Era una tarde lluviosa de color plomizo. Habia hablado ya con siete pacientes sin involucrarme lo mas minimo y solo me faltaba una antes de que pudiese irme a casa. Antes de acompanar a Madame Almeida al interior del despacho, eche un vistazo a mi secretaria. Estaba sentada en completa quietud frente al ordenado escritorio mirando fijamente la mesa. El flexo arrojaba su sombra fosilizada sobre la pared detras de ella, y parecia tan abatida que por un instante considere si debia decirle algo. Pero ?que? En lugar de ello cerre la puerta tras de mi y me volvi hacia la paciente. Madame Almeida, que me sacaba casi una cabeza, circunstancia por la que siempre causaba bastante impresion, se desembarazo del paraguas y el chubasquero con freneticos movimientos y se sento en el divan. Aliso su falda color vomito y me lanzo una mirada de reproche a traves de las gafitas que guardaban el equilibrio al borde de su nariz ganchuda. <>, declaro, y se recosto en el divan. <> Madame Almeida siempre se enervaba, en ningun momento de su existencia tenia un periodo bueno. No parecia que la terapia le sirviera de nada en absoluto, y sin embargo acudia fielmente con paso firme dos veces por semana y me reganaba. Hasta la idea de que su vida pudiese mejorar parecia alterarla, y hablando con sinceridad no era facil entender por que ella seguia viniendo. Normalmente dejaba que hablase, aunque de vez en cuando intercalaba un comentario o probaba a hacer una interpretacion, que ella ignoraba por completo. <<… y entonces ella dijo que yo le debia tres francos de la semana pasada, !habrase visto semejante descaro! Eso me llego al alma y estuve a punto de marearme justo ahi en mitad de la tienda, pero entonces le dije a mi vez…>> Muchos anos de entrenamiento me permitian emitir un murmullo en los momentos adecuados sin necesidad de escuchar verdaderamente, y con algo de suerte no llegaba a enterarme de una palabra antes de que se fuera. Mire hacia abajo y vi que habia atravesado el papel con la punta del lapiz de pura frustracion. Entonces comence una de mis caricaturas de aves. <>, dijo casi a voz en grito Madame Almeida. Fuera llovia con tal violencia en ese instante que no era posible ver a traves de las ventanas nada mas que contornos imprecisos y, por desgracia, los golpes de las gotas contra los cristales no hacian sino animar a mi paciente a hablar a un volumen todavia mayor de lo habitual. Por lo visto estaba destinado a soportar trivialidades, pense resignado mientras me fijaba en una zona de su coronilla que aparecia sospechosamente rala. Me regocijo el hecho de que pudiera estar quedandose calva y que en tal caso yo lo hubiese sabido mucho antes que ella. De inmediato anadi aquel detalle a mi dibujo. Me imaginaba el dia en que viese un destello de si misma desde atras capturado entre un espejo y un cristal, como sus gruesos dedos palparian febriles el lugar, apartando el pelo para dejar al descubierto el cuero cabelludo mientras gritaba: <> Y asi, de un modo u otro, transcurrio otra hora de mi vida. Madame Almeida me agradecio la sesion y sujete la puerta para que pasase mientras daba la vuelta al bloc cuidadosamente para que no viera el avestruz calvo. Faltaban seiscientas ochenta y ocho conversaciones. En ese preciso instante, seiscientas ochenta y ocho me parecian una barbaridad.

  • Testimonio mortal de Anna Bagstam

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    Situado a orillas del mar Baltico, Lerviken es el idilico pueblo pesquero en el que Harriet Vesterberg solia pasar los veranos de su infancia. Decadas mas tarde, Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y una relacion tormentosa, y regresa a Lerviken para trabajar con la policia local y estar cerca de su padre enfermo. Menos de veinticuatro horas despues, el cuerpo de Laura Andersson aparece brutalmente apunalado y con los parpados abiertos, pegados con cinta adhesiva. Empieza asi una frenetica carrera contrarreloj para encontrar a un asesino imparable. Cuando empieza a investigar por su cuenta, Harriet vera su vida amenazada a la vez que la red de mentiras que envuelve el caso se hace cada vez mas densa. ?Puede el asesino ser alguiena quien ella conoce?

  • Quierete, quiereme, Shirin Klaus de Shirin Klaus

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    Cristina tiene que comprarse un vestido para la boda de su hermana, pero tiene un problema: debido a su sobrepeso odia la ropa y, muy especialmente, los probadores de las tiendas. Sin embargo, no le queda mas remedio que seguir probandose vestidos. ?o no? Con la excusa de perder unos kilos, decide librarse de la tortura que para ella son las compras, sin esperar que su hermana va a tomarla en serio y la va a obligar a hacer dieta y !horror!, deporte. ?Pero como va una chica como ella, de huesos grandes, de buen comer y alergica al deporte, a adelgazar? No se lo cree nadie. Nadie salvo su hermana y Sergio, el ex de una amiga, que sorprendentemente se ofrece a ayudarla en su objetivo. Por caridad, claro, ?o si no por que va a echarle una mano alguien tan. tan. fuera de su liga? Cristina tendra que aprender a quererse, aunque el camino no sera nada facil.

  • Sendero de Luna de Patricia Diez Diez

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    Raquel se tropieza con la tabla de madera que sobresale del suelo de su habitacion, en la casa que le han dejado como maestra del pueblo: por suerte, no se ha hecho ningun rasguno con la punta de hierro que con el impacto se ha quedado al descubierto. Los poros de su piel brillan con el sudor y su agitada respiracion apenas le da tregua. Arrastra su gran maleta mal cerrada con un trozo de media negra colgando por fuera: las cuatro ruedas se tambalean al intentar salir a toda prisa atravesando el pasillo hasta el coche, que esta aparcado al lado de la verja de hierro de su jardin, en la plaza del pueblo. --!Raquel! --Una vecina de unos sesenta anos con piernas gruesas y el bolso a cuestas intenta llegar hasta ella--. ?Ya te vas? Raquel no se gira y sigue cruzando la plaza con la maleta a rastras. --!Si solo llevas aqui tres semanas de curso! --insiste la vecina que se ha parado a mitad de camino. --!No! !Que me voy, que me voy ya! --Raquel sigue sin girarse. Busca las llaves en sus bolsillos con la mano que tiene libre, pero cuando las encuentra se le caen. La vecina no deja de observarla negando con la cabeza: --Ni siquiera ha terminado septiembre, ?adonde vas a ir tu? Al agacharse, Raquel aprovecha para mirar hacia la derecha y despues hacia la izquierda, y asi cuatro veces seguidas antes de recogerlas del suelo. --Vamos, vamos --se dice apretandolas e intentando abrir el coche con ellas a pesar de los temblores de su mano. Cuando entra, tira como puede la maleta en el asiento del copiloto, cierra con el seguro las puertas y arranca el motor: entonces respira mejor, aunque le tiritan los dientes. Los giros bruscos que da hacen que el coche se desvie de la calzada y pierda uno de los retrovisores. Diez segundos despues, sale a la carretera principal y lee el cartel de la entrada con el nombre de ese pueblo al que no desea volver: Sendero de Luna. Capitulo 1. DESDE MI HABITACION Estoy agotada, no he pegado ojo en toda la noche. Marrusco, el perro de Esther, mi mejor amiga y companera de piso, ha hecho de las suyas y me ha pegado el culo a la barriga. Apenas me ha dejado hueco en la cama. Estornudo tres veces seguidas. El calor que desprende con ese pelo rizado hace que me destape incluso ahora en octubre, asi que cuando se cuela sigiloso por la noche en mi habitacion, suelo acatarrarme despues. Pero no me importa: a Esther le ha salido un trabajo de secretaria para cubrir una baja por maternidad en su ciudad y tendre que separarme de ellos en dos semanas. Ella no puede vivir sin el y aunque sabe que yo tampoco, el perro es suyo. Marrusco se despereza en cuanto le acaricio el morro y viene a por mi cara. Tiene la lengua humeda y caliente, pero no le huele el aliento, asi que le peino los rizos con un ligero masaje para que no se vaya de la cama. Hace cuatro anos, cuando empece la carrera, ni siquiera sabia que los perros de agua existian y, desde que conozco a Esther, soy la que mas le peina de toda la casa, aunque, aun asi, el sofa del salon en vez de beige parece negro de tantos pelos. Aparto la cara a un lado y me apoyo sobre una de las almohadas que suelo dejar a la izquierda de la cama. Me encanta mi habitacion, tiene las mejores vistas de todo el piso y puedo incluso ver la estatua de Guzman desde aqui. "Si no te gusta Leon, ahi tienes la estacion", mama solia decirmelo cada vez que pasabamos cerca y lo veiamos senalar en direccion a la estacion de autobuses. Y cuando yo miraba hacia el cielo, aprovechaba para hacerme cosquillas. A ella siempre le dolia, asi que solo se lo hacia un poco hasta que se quejaba. ?Y que le voy a hacer? Canta Lucas, mi otro companero de piso, desde la cocina con la musica puesta mas alta de lo que me gustaria. Vuelvo a acordarme de la pesadilla de ayer: llevo cuatro en lo que llevamos de semana y aun estamos a viernes, estoy batiendo el record. --!Yo si que no se que voy a hacer! --le grito tumbada intentando que me oiga. Unos segundos despues, veo que la puerta se abre de par en par y Lucas asoma los segundos rizos mas suaves que he tocado despues de los de Marrusco, no me extrana que su padre siempre le llame para que le ayude en la peluqueria. Despacio va cruzando el espacio de la puerta mientras me mira. --Pero ?que haces? --le digo mientras le veo sacudir los brazos al ritmo de la musica para hacerme reir. --Bailar, Mencia, ?no lo ves? --Mueve tambien la cabeza como si fuera un egipcio y pone los morros hacia afuera--. Venga, !que vea esos mofletines! !Sonrie! No se como lo hace, pero siempre consigue hacerme reir y, cuando se da cuenta, se queda quieto y sonrie satisfecho apoyandose en el marco de mi puerta. Marrusco se despereza bajando de la cama y estirando el cuerpo todo lo que puede. Despues se acerca a Lucas agitando el rabo porque ya sabe lo que le espera. Lucas lo coge entonces en brazos: --!Que morro tienes! !Eh, Marruski! --le dice al tener su cara a menos de diez centimetros de la suya--. !Que ojazos! --Pues son color miel, como los mios --le contesto. --Por eso --responde. Intenta entonces evitar mi mirada nerviosa. Y yo decido cambiar de tema. --?Seguro que no te pesa? Mira que son como quince kilos... --Sabes que no. --Hace un gesto de contener el aire en la boca--. Bueno, que, ?unas tostadas? --Arquea las cejas. Cuando veo a Lucas en el pasillo, no puedo evitar recordar el miedo que me daba de pequena salir por la noche de mi habitacion. Mama siempre me dejaba la puerta medio abierta porque yo tenia miedo a la oscuridad. Oia voces, que creia que eran pesadillas y no me dejaban dormir. Por la manana, me levantaba y ponia el dedo gordo del pie derecho tanteando las baldosas del pasillo y lo quitaba enseguida, para salir. Y asi una segunda vez. Como no pasaba nada, a la tercera salia corriendo al bano a hacer pis despues de aguantarme durante horas. --?Tu no habias quedado hoy con Noe…con la innombrable? --le pregunto sacandole la lengua. --Uff, calla, por favor, te juro que no vuelvo a emparejarme con una persona tan mala... -- niega con la cabeza apretando la mandibula. --Pero ?que ha pasado? --Ahora me siento mal por haber sacado el tema. --?Te parece poco haberme puesto los cuernos incluso despues de haberla perdonado? --No, no, pero eso ya fue hace mucho, ?ahora que quiere? --Por lo visto, tiene todavia cosas mias que me quiere devolver…no se... --responde cabizbajo y enseguida vuelve a hacer una mueca graciosa para cambiar de tema. Suena mi movil y mientras me rio, Lucas cierra la puerta de mi habitacion inclinandose a modo de reverencia y volviendo a bailar. Veo en la pantalla un numero que desconozco. --?Si? --Buenos dias, me gustaria hablar con la senora Torres, por favor. Pestaneo dos veces y saboreo como suena esa frase. Desde que renuncie al apellido de mi padre, apenas nadie me ha llamado asi. --Si, soy yo. Un silencio muy incomodo se aposenta sobre la llamada, hasta que la voz femenina que hay detras arranca de nuevo: --Si, vera, le llamo de la Consejeria de Educacion en relacion con un puesto vacante como docente en Sendero de Luna, esta cerca del Pantano. Por supuesto, seria temporal, mientras sale la plaza de propietaria. --Si --respondo casi de forma mecanica, sin creerme del todo lo que estoy oyendo. --La maestra del pueblo ha tenido que ausentarse por motivos personales durante unos meses y usted es la primera de la lista para el puesto de interina. ?Estaria interesada? --Yo...bueno...eh...sss.... --Tranquila, le envio la documentacion por correo electronico y tiene hasta manana por la manana para pensarselo. En caso de que no tengamos ninguna respuesta por escrito, la vacante pasara automaticamente a disposicion de la siguiente persona de la lista. Confirmo mi email y quedo a la espera de recibirlo cuanto antes. Aun no me lo creo: no se si alegrarme o echarme a llorar. El corazon me palpita sin cesar, fuerte y con un ritmo mas alto de lo normal. Llevo anos esperando esta llamada y, aun asi, no consigo aclarar si es algo bueno o malo. Me levanto y decido que las grandes elecciones siempre se deben tomar con dos tostadas de aceite y miel y un zumo de naranja natural.

  • La Agenda Roja de Sofia Lundberg

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    Una vida esta cargada de amor, de pena y de felicidad. Si al menos nos parasemos a escuchar

  • Una vida con angeles de Tania Karam

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    Descubre como los angeles se comunican contigo

  • Asi se cuelga a una bruja de Adriana Mather

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    Odio ancestral y un misterio que impregnan una historia increible en Salem.
    Salem, Massachusetts, es la ciudad en la que tuvieron lugar los infames juicios contra las brujas, y tambien es el nuevo hogar de Samantha Mather, que recien llegada de Nueva York junto a su madrastra, no es recibida precisamente con los brazos abiertos. Sam es descendiente de Cotton Mather, uno de los responsables de aquellos juicios y, casi de inmediato, se convierte en la enemiga de Las Descendientes. Y adivinad quienes fueron sus antepasadas…
    Por si eso fuera poco, Sam se enfrentara cara a cara con un fantasma de verdad (aunque sea alguien tecnicamente muerto). Atractivo y con mal genio, quiere que Sam deje de tocar sus cosas. Ademas, Sam descubrira pronto que ella misma es el centro de una maldicion centenaria que afecta a todo aquel que tiene alguna relacion con los juicios.

  • La mirada de los Mahuad de Berta Vias Mahou

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    Elba, la protagonista de este libro, es en si misma un misterio; la evocacion de su vida, de su infancia, de su familia y del que fue su amor platonico, nos lo ira velando y desvelando poco a poco.

  • Esto es marketing de Seth Godin

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    El marketing lleva tanto tiempo entre nosotros que lo damos por hecho. Como el pez que no entiende el agua en el que vive, no vemos lo que realmente esta pasando y no nos damos cuenta de como nos esta cambiando. Ha llegado la hora de hacer algo mas. De mejorar las cosas. De provocar el cambio que te gustaria ver en el mundo.

  • Bailando en la oscuridad de Karl Ove Knausgard

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    <>: las palabras no son de Karl Ove Knausgard, pero, a la luz de Mi lucha, podrian muy bien aplicarsele. Y es que su serie de <> autobiograficas es tan catartica para el que la lee como lo fue para quien la escribio: es la inmitigada franqueza sin filtros del que pone su vida entera en juego la que, al vibrar en la pagina, reverbera mas alla de ella. Corre el tiempo, cambian las edades, los escenarios; y cuando se abre Bailando en la oscuridad, el cuarto volumen de la saga, Karl Ove Knausgard tiene dieciocho anos y acaba de bajar del avion que lo ha colocado un poco mas cerca de su destino. Que se llama Hafjord; Hafjord, un minusculo pueblecito del norte de Noruega donde le espera un puesto como maestro, y la promesa de una paz que le permita entregarse a su recien descubierta vocacion: la de escribir. Pero, tras un comienzo que promete, el desengano: la ambicion excede con mucho al talento. Y ser profesor no es tan facil como parecia, y las tentaciones que ante el se despliegan tienen muchos rostros: el de las chicas, el del alcohol, el del aislamiento y la soledad; el del silencio. Cuando el narrador parece abocado a la crisis, cuando su relato se oscurece, el autor nos lleva consigo hacia atras, hacia las raices del ahora: y encuentra musica y amor, escritura y vida; encuentra un testimonio de los deseos y sus frustraciones, de la dificultad de lidiar con lo heredado. Karl Ove Knausgard escribe con luminosidad y energia, sin condescendencia, de un tiempo cargado de posibilidades e incertidumbres, de ambiciones y de tropiezos; un tiempo fundacional y definitorio, en el que el impetu colisiona a menudo con la torpeza. De esa oposicion, de ese desajuste, emergen acordes inesperados, de una ligereza que no sacrifica la hondura por el camino: Bailando en la oscuridad es el episodio mas gracil, raudo, bullicioso y electrico de la serie, cargado de una vitalidad tan intensa y abierta como la que describe.

  • Bailando con el demonio de Alina Covalschi

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    --Quiero ver sensualidad, Evelyn --exigio Madame Janice--. Esas manos tienen que flotar en el aire. Llevaba mas de tres horas de entrenamiento y, por mas que intentaba estar concentrada, mi cuerpo se resistia. Me dolian los huesos, y estaba cansada. Me gustaba bailar porque mi alma lo necesitaba. Sonaba con mis pies en pleno movimiento y me sentia libre. La mente y mi corazon acompanaban el ritmo, lo que hacia conmovedora la danza. Sentir la musica era el secreto para mi felicidad. --Es suficiente por hoy --dijo ella al ver que mis piernas empezaban a fallarme--. Seguiremos manana, Evelyn. Descansa, quiero verte con fuerzas. Estaran aqui muchos directores y es posible que alguno ponga sus ojos en ti. --Eso espero. --Desenrede mi pelo sudado--. Llevo toda una vida luchando para conseguir esto. --Lo conseguiras, seguro, eres perfecta. --Me dio una botella de agua--. Hay muchos musicales que necesitan buenos bailarines. --Si, pero algunos son mejores que yo. --Confio en ti. --Me dio un apreton de manos--. Necesitas descansar. Ella abandono el salon de baile y, al verme sola, me sente en el suelo y apoye la espalda contra el espejo. Recorde la primera vez que mis pies habian tocado el suelo de un estudio y la primera vez que el baile me habia llamado la atencion. --Aqui estan los bailarines, ninos --dijo nuestra cuidadora Janine--. Este Conservatorio es uno de los mejores y, si estudian bien, podeis obtener una plaza aqui. --Nos miro a todos. --?Y podemos bailar como ellos? --Senale una pareja que se movia de una manera indescriptible. --Claro que si, Evelyn. El orfanato paga vuestros estudios, pero teneis que poner mucho empeno. --Lo hare --dije para mi misma. Y eso hice… empece a estudiar y a estudiar hasta conseguir una beca. Con esa beca me habian dado una plaza para el conservatorio y luego me habia esforzado mucho para aprender todos los tipos de baile de salon. Mi vida no habia sido facil: no tener padres ni familia me habia mantenido en un amargo silencio durante anos. Tuve suerte de que mis abuelos pagaran el orfanato antes de quedarme sin nada. Estuve viviendo dos anos alli hasta que una familia se intereso por mi. Todo paso muy rapido y, en menos de unas horas, ya estaba viviendo con ellos. Mi padre adoptivo tenia mas de cinco empresas de construccion y habiamos tenido mucho dinero. Perdimos todo en tan solo un mes, y eso lo volvio loco: los encontre a los dos muertos en la cama. Habia sido el dia mas horrible de mi vida, y ver tanta sangre junto a los cuerpos de esas personas sin vida me habia marcado para siempre. Los policias habian dicho que mi padre adoptivo habia matado a su mujer y luego se habia disparado en la cabeza. No llegue a encarinarme con ellos y estaba acostumbrada a verlos siempre lejos de donde yo me encontraba, fisica y psicologicamente. Mucho no recordaba porque era muy pequena, pero nunca los habia visto besarse o abrazarse y, por supuesto, tampoco lo hacian conmigo. De cria habia tenido pesadillas al respeto y en todas ellas los rodeaba un aura extrana, tanto como eran ellos. Cuando me vi sola de nuevo un lugar extrano y lleno de personas desconocidas, quise desaparecer para siempre. El orfanato era un edificio cuadrado, rodeado por una verja alta. Estaba muy descuidado, pero limpio y las cuidadoras me hablaban con indiferencia. Tuve la suerte de que ese dia habia visto a una pareja bailando en el parque del orfanato y habia recordado lo que me habia prometido: seguir estudiando y llegar a cumplir mi mayor deseo. Conseguir bailar en un escenario habia sido lo unico que me habia mantenido con vida. --Vamos a cerrar --aviso el portero. --Ahora salgo. --Me levante del suelo y estire mis brazos. Tome la mochila y sali del conservatorio bastante confiada. Estaba segura de que tantos anos de clases intensivas no habian sido inutiles y de que pronto iba recibir los merecidos resultados. LUCES EN LA OSCURIDAD --Mucha suerte Evelyn --dijo mi companera de piso, Carmen. --Gracias. --La abrace y sali por la puerta. Habia pasado una noche horrible; no habia conseguido pegar ojo por los nervios que habian estado recorriendo mi cuerpo entero. No queria perder la oportunidad de conseguir un puesto libre en la nueva obra teatral "Olvida que me amas". Habia aprendido una corregrafia y tenia que bailar con mucha precision para conseguir mi tan ansiado sueno. Llegue al conservatorio un poco antes, pero tuve tiempo de echar un vistazo a las aulas llenas. Mientras paseaba por los pasillos, recordaba con nostalgia mis primeros dias de entrenamiento. Habian sido dificiles, pero me habian ayudado a olvidar el duro pasado que habia enterrado muy adentro de mi corazon. Habia muchos bailarines esperando, y eso empezaba a preocuparme. Estire mi cuerpo para liberar la tension y me sente en una silla. Con los nervios revoloteando en mi estomago, espere a que me llamaran. Despues de una larga hora de espera, llego mi turno. Me puse de pie enseguida cuando escuche mi nombre. Estaba nerviosa: mi corazon martilleaba en mi pecho con fuerza mientras enviaba un escalofrio por todo mi cuerpo, y mis mejillas empezaron a arder. Me llevaron por un pasillo oscuro y luego abrieron una puerta de metal. Lo que habia tras ella era una cortina roja de terciopelo y un silencio inquietante. La aparte con mis manos temblorosas y pise despacio el suelo de madera. Me encaminaba hacia un escenario y sabia que esa era una oportunidad unica. Habia solo una luz encendida, y el resto estaba a oscuras, de forma que era imposible saber cuantas personas habia mirandome. --Puedes empezar --dijo alguien, y gire la cabeza. Su voz sono fuerte, y el poder de sus palabras se apodero de mi. Mi corazon se deslizo hacia mi estomago. No podia pensar y me estremeci. Frote mis brazos para entrar en calor y asenti con detenimiento. Estaba acostumbrada a bailar con musica, pero no me atrevi a decir nada. Cuando hice una reverencia, vi en la oscuridad de la sala dos luces rojas pequenas. Parecian dos puntos pero, al ver que se movian y se apagaban al ritmo de mi parpadeo, empece a retroceder. Un panico asfixiante se instalo en mi y, cuando senti la cortina tocando mi espalda, la voz hablo de nuevo: --No tengo todo el dia. Hay mas personas esperando

  • Lady Johanna de Sophie Saint Rose

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    Johanna, sentada ante su tocador, se miro al espejo. No se podia creer lo que habia cambiado su vida en dos meses. De ser una de las herederas mas perseguidas de Londres y ser agasajada por innumerables pretendientes, ahora se encontraba casada con un bruto escoces que no tenia ningun tacto y que la trataba como si fuera un estorbo. Le odiaba. Le odiaba tanto que ni siquiera soportaba su presencia. Y eso le habia quedado claro a su reciente esposo, ya que no le dirigia la palabra desde que se habian mudado a la nueva casa, que su suegro les habia regalado en Mayfair, cerca de Hyde Park. De hecho, casi no le veia. Por la manana se levantaba muy temprano para no coincidir con el y cuando no estaba cabalgando en el parque, se iba de visitas con su madre y con su amiga Liss, la duquesa de Stradford. En los unicos momentos que no podia ignorar del todo su horrible presencia, era en las cenas o en los bailes a los que tenian que acudir, donde su indiferencia a su apuesto marido, fomentaba los rumores de que su matrimonio no era tan dichoso como el de su querida amiga. Se miro su espeso cabello negro, que caia por su espalda hasta las caderas. Cansada despues de acudir a otro aburrido baile esa misma noche, cogio el cepillo y se lo paso por el cabello en su rutina antes de acostarse, como su madre le habia inculcado desde pequena. Apreto los labios al ver que sus ojos color miel parecian apagados y sin brillo. Incluso tenia ojeras. Eso tambien se lo debia a su horrible marido, porque desde que le habia conocido, no habia vuelto a dormir bien ni una sola noche, cuando ella siempre habia dormido como un tronco. Maldijo su caracter impulsivo que la habia metido en ese lio. Tenia que haberle hecho caso a sus padres y casarse con alguno de los amigos de su padre en Boston. Se lo habian aconsejado mil veces, pero al ver que su unica hija no se decidia, la habian obligado a ir a Londres pues a su madre le habia hecho ilusion que su hija se convirtiera en Lady. --Mi hija debe ser condesa o duquesa --decia Rose Sherman a su marido, que harto de escucharla, le dio la razon preparando su viaje a Europa en uno de sus barcos. Eran ricos, muy ricos y en cuanto llegaron a Londres les abrieron las puertas de las casas mas importantes. En una de las fiestas, que habian celebrado en la opulenta casa que su padre habia comprado, habia conocido a Liss. Sonrio pensando en su amiga. Liss era soltera el dia que la conocio, pero no tardo en casarse con uno de los solteros mas cotizados de Londres, el Duque de Stradford. Gracias a ellos, conocio a su suegro el Marques de Wildburg y en una aventura maravillosa fueron todos a Escocia para buscar a su primogenito, acompanados de la dama de compania de Liss, Susan Gibson, que hacia de su carabina en las posadas donde descansaban, compartiendo su habitacion. Fue una sorpresa para Johanna, que cuando llegaron a una de esas posadas a descansar a pocas millas de su destino, conociera a un atractivo escoces que le robo el aliento en cuanto sus ojos cayeron en el. Era tan apuesto y descarado, que le robo el corazon. ?Que podia hacer ella para conseguir su atencion y de paso casarse con el? Hacer que la sorprendieran en su lecho. No fue dificil. El escoces le abrio la puerta en cuanto llamo y con una sonrisa la miro de arriba abajo, repasando su recatado camison blanco. Johanna en su afan por conquistarlo, sonrio y le dijo con voz ronca mirando sus preciosos ojos verdes --Milord, ?os gustaria pasar la noche conmigo? Intrigado se hizo a un lado y Johanna entro en la habitacion lentamente sin dejar de mirarle a los ojos. James cerro la puerta sin dejar de mirarle y dijo con voz ronca --Desnudate. Johanna se sonrojo recordando con que descaro se habia levantado el camison quedandose en cueros. Habia tirado el camison al suelo al lado de la cama y puso las manos en jarras mientras el la miraba sin mover el gesto. --Ahora te toca a ti. James elevo las manos agarrando su camisa por la espalda y se la saco rapidamente. Todavia recordada como su corazon latia alocado en su pecho al ver su maravilloso torso. Estaba tan absorta en ese musculoso pecho y en el vello rubio que tenia entre sus pectorales, que ni se fijo en como se quitaba los pantalones, quedandose desnudo ante ella. Cuando dio un paso hacia Johanna, el movimiento entre sus piernas la hizo mirar hacia abajo, tragando saliva al ver su sexo erecto. No era una mojigata, sabia lo que era el sexo por sus correrias por los muelles de Boston, pero ver aquel miembro en todo su esplendor, casi la mareo de deseo. El le levanto la barbilla para que lo mirara, provocando que su roce le erizara la piel y separo sus labios deseosa de sentirle, dandose cuenta que le sacaba la cabeza. James se agacho lentamente, pero Johanna reacciono y carraspeo antes de que besara sus labios. --?Te gustan los juegos? --?Juegos? --Confundido se aparto mirandola con el ceno fruncido. -- ?Que hablas de juegos, mujer? --Me gustaria atarte a la cama. James se echo a reir y miro a su alrededor. --?Y con que pensabas hacerlo? --Con las cuerdas que he dejado al lado de la puerta. ?Las recoges? Su escoces divertido abrio la puerta, echandose a reir al verlas en el suelo donde ella habia dicho. Las cogio y volvio con ella, que se habia sonrojado de gusto mirandole el trasero. --Y eso que aparentas ser una doncella. La vida no deja de darme sorpresas. --Tumbate, amor. --dijo ella pensado que debia darse prisa para que todo estuviera preparado cuando su amiga la buscara. James aparto las sabanas y se tumbo boca arriba separando las piernas. -- Soy muy fuerte, preciosa. Deberas emplearte a fondo. --Tranquilo --dijo maliciosa--. Te aseguro que la pasion no hara que te sueltes. Eso te lo garantizo. El se la comio con la mirada y Johanna se acerco a la mano que tenia mas cercana. --?Y que piensas hacerme? --Algo que te encantara. No seas impaciente --dijo concentrada en el nudo marinero que le habia ensenado Robert en el puerto de Boston cuando era nina--. Vas a quedar muy contento e impresionado. --Eso ha sonado prometedor. Espero que uses la boca. Tienes unos labios muy apetitosos. Le miro sorprendida, porque nadie se lo habia dicho nunca. --?Eso crees? --Estoy deseando probarlos. Ven aqui. No podia distraerse. Liss o su dama de compania Susan llegarian en cualquier momento, asi que en cuanto aseguro el nudo, rodeo la cama para atar su otra muneca. James tiro de su agarre e hizo una mueca-- ?Me ensenaras como lo has hecho? --Te ensenare lo que tu quieras --dijo terminado el segundo nudo--. Tendremos tiempo para eso y para mucho mas. James se echo a reir divertido y levanto la cabeza para ver como ataba su tobillo. --Interesante tecnica. Sonrio aliviada porque ya era suyo y se acerco al otro tobillo. --?Sabes, carino? Me has impresionado. --Me pasa mucho. Johanna se echo a reir asintiendo. --Tan apuesto, tan varonil... me has alterado el corazon. --El sonrio jactancioso y Johanna termino el nudo acariciando su pierna lentamente hasta llegar a su rodilla. --Me has impresionado tanto, mi amor, que he decidido que nos casemos. James perdio todo el color de la cara al ver que cubria su enorme cuerpo con una sabana y se sentaba a su lado cubriendose tambien. --No tiene gracia. --Tiro de sus ligaduras con fuerza y Johanna se echo a reir. --!Sueltame, muchacha! --Me llamo Johanna. --le aparto un mechon rubio de la frente antes arrancar un pedazo de sabana. Ella puso cara de pena. --Carino, se que esto no te va a gustar tanto, pero... El abrio la boca para gritarle cuando ella le amordazo. --Lo hago por tu bien. Tampoco te gustaria que nos vieran en esta situacion todos los de la posada. --Sonrio encantada antes de besar su frente. James se movio con fuerza haciendo temblar la cama y Johanna dio un golpe en la pared provocando que su presa abriera los ojos como platos antes de volver a tirar de las cuerdas intentando liberarse. --No sufras, manana todo estara arreglado y empezaremos nuestra maravillosa vida juntos. --Ella estaba inmensamente feliz sabiendo que estaba en lo cierto. Ese hombre debia ser suyo si o si. Despues de todos los peleles que habia conocido en Londres, no se le escapaba. El resultado fue el que Johanna preveia. Susan, que era la encargada de su proteccion durante el viaje, al darse cuenta que no estaba en la cama, comenzo a buscarla y cuando la escucho pasar ante la puerta dijo simplemente --!Estoy aqui! La cara de Susan cuando abrio la puerta y la vio, fue de risa, pero los gritos de la mujer no se los esperaba, pues aparecio el Duque, el Marques de Wildburg y su amiga Liss, que protesto porque tendria que casarse con un escoces. Evidentemente tenian que casarse, pero su escoces se resistia diciendo que no habia hecho nada y no tenia por que. El duque, el conde y el sacerdote le convencieron para que cediera. Y se habia encontrado casada con su gigante, que estaba realmente de mal humor. No, no estaba de mal humor, estaba furioso. Durante unos dias la trato realmente mal y de manera humillante. La dejaba en ridiculo cada vez que podia e incluso la hizo dormir en el suelo alegando que las perras dormian alli. El enamoramiento de Johanna se fue apagando poco a poco, pero el problema real estaba aun por llegar porque su escoces resulto ser el hijo del Conde de Wildburg. El se negaba a aceptar la realidad y Johanna le presiono para que reclamara lo que le correspondia, provocando que su marido dijera las palabras que mas dano le habian hecho.

  • El regalo de Eloy Moreno

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  • Heroe Anti-Virgenes de Jorge Borges

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    Pocas eran las veces que Helio habia amanecido con una chica. Su regla principal siempre habia sido nada de abrazos, nada de caricias, nada de ternura despues del sexo. Era el mejor en la cama, de eso no habia duda, y si habia alguien que podia convertirse en un verdadero Superheroes mientras se encontraba sin ropa era Helio Jones. Por su sangre corria la ardiente sensualidad de un hombre que estudiaba a las mujeres una manera minuciosa como si se tratara de una ciencia. Buscaba siempre sus puntos debiles, las mejores formas de hacer las correrse de una manera magnifica, pero, aunque era uno de los mejores en la cama, siempre, todo superheroe tenia una debilidad de un punto debil. Para el siempre habia sido el amor, algo con lo que no sabia manejarse en lo absoluto, perdia por completo la razon cuando sentia que estaba vinculandose de una manera muy estrecha con alguna mujer. Esto lo hacia descontrolarse totalmente y terminaba o yendo para no enfrentar a este enemigo que siempre terminaba de rotando. Desde muy joven, Helio siempre habia sido un chico enamoradizo, su corazon permanecia constantemente abierto a nuevas posibilidades, nuevas experiencias, pero su aspecto poco agraciado, gafas gruesas, cuerpo desnutrido, y diminuto tamano, siempre lo habian hecho ser victima del engano de las chicas. Era el mas inteligente de su clase, y eso lo convertia en el objeto de atencion de algunas aprovechadas que trataban de sacar partido del talento y la inteligencia de este joven. La falta de experiencia y malicia en su personalidad lo hacian sucumbir rapidamente ante los encantos y el aroma de alguna chica linda. Rapidamente les prestaba su ayuda sin ningun tipo de interes, no pedia nada a cambio, pero se ilusionaba con rapidez y siempre terminaba con el corazon lastimado. Cada una de estas experiencias que se fueron sumando en la vida de Helio, fueron construyendo un concepto completamente distorsionado del amor y los verdaderos sentimientos que podian crecer entre dos seres humanos. Para el, era mucho mas sencillo compartir con alguien sin ningun tipo de responsabilidad, sin compromisos, ir a la cama, pasar un buen rato, fumar un cigarrillo y salir huyendo por la ventana sin dar demasiadas explicaciones. Nunca podia repetir con una mujer, de esto ni siquiera podia haber negociaciones, el hecho de volver a la cama con alguien significaba a mayores probabilidades de que se creara un vinculo, asi que, el prodigioso chico de amante del sexo, era como una especie de vengador que lo unico que podia proveer era placer magnifico a sus acompanantes. Pero luego dejarlas exhaustas y completamente rozagantes en gusto, desaparecia para proveerle esta oportunidad de conocer sus talentos a otra chica diferente. Pero aquella manana, mientras Helio se encuentra completamente dormido, su principal regla, la cual nos mantiene firme, estable y segura emocionalmente, habia sido completamente rota. Este, habia amanecido en los brazos de Amy, quien estaba absolutamente rendida con su cabeza reposando en su pecho. Esta era una de esas pequenas situaciones insignificantes que rapidamente se convertian en un verdadero dolor en las bolas de cualquier hombre. Todo habia iniciado como una simple conversacion en un bar, posteriormente, habian salido en un par de oportunidades, ya que, la primera noche aquella mujer no habia querido abrir las piernas. Helio no podia rendirse con facilidad, asi que, trataba constantemente de crear la ilusion de que estaba mas interesado en ella de lo que esta creia. Su verdadera intencion era encontrarse entre sus piernas, rebotar contra ella durante toda una noche y hacer un poco de ejercicio mientras la hacia gritar de placer. Una vez que consiguiera esto, nunca mas volveria a verla, de eso estaba absolutamente seguro. Pero sus constantes intentos por llevar a la cama a Amy habian terminado en multiples salidas que habian permitido que este hombre conociera algo mas profundo de aquella mujer. Habia una faceta de ella que le fascinaba, le agradaba estar azulado, y paso de ser un simple vengador del placer hacer un hombre que se interesaba en una chica comun. El unico detalle es que Amy estaba comprometida. La habia conocido durante la celebracion de su despedida de soltera, mientras iba acompanada de algunas amigas. La vio en la barra, le sonrio y esta quedo absolutamente perdida por el. Su futuro esposo era un importante empresario de gran renombre, con una reputacion impecable y quien se habia encargado de mostrar a la chica en todas las paginas de sociales que podia. Amy era una mujer espectacular, con un cuerpo delgado, ya veras anchas, senos naturales que solia exhibir constantemente en deliciosos escotes que hacian poner duro a cualquier hombre. Helio habia sido una de estas victimas que habia quedado completamente cautivado por la perfeccion anatomica que mostraba esta divina dama. Ella tampoco habia podido evitar quedar cautivada con este hombre, un chico misterioso que se encontraba completamente solitario en la barra sujetando aquel vaso de cristal a punto de llevarlo a su boca. Era enigmatico, con una sonrisa llena de picardia y una mirada profunda que la habia escaneado por completo sin ningun tipo de verguenza. Helio se inclino para visualizar a la victima desde la punta de sus pies hasta sus ojos, quedando completamente seguro de que esta era la proxima opcion para aquella noche. Despues de que estrecharon sus manos, habian quedado absolutamente atrapados el uno en el otro, no habia forma de separarlos, y lo que habia sido una celebracion de despedida de soltera especialmente para Amy, se habia convertido en la primera oportunidad que habia tenido esa pareja para conocerse. Desde aquella noche, todo habia comenzado avanzar de una manera rapida, ninguno de los dos habia planeado inmiscuirse en la vida del otro, pero mientras mentian, para tratar de salir del apuro, sentian que no tenian posibilidades de escapar. Amy se habia convertido en una invasora de su realidad, tenia una pareja que respetar y una vida por construir, pero no habia tenido valor para dar los pasos hacia esa vida que esperaba por ella. Ella solo habia retrasado el dia de la boda una y otra vez sin ninguna razon. En algunas oportunidades simplemente no le gustaba realmente el vestido, en otras, trataba de ubicar el lugar perfecto, y en otras, la lista de invitados sera modificada una y otra vez. Su futuro esposo estaba a punto del colapso, ya no queria seguir esperando por ella y lo unico que deseaba era contraer matrimonio con aquella perfeccion de mujer. Pero la decision esta en las manos de Amy y esta no terminaba de decidirse si realmente este sujeto y sus millones eran la opcion adecuada o tenia que optar por aquel curioso hombre de 29 anos que habia encontrado de manera aleatoria en un bar de la ciudad de San Francisco. Habian conocido juntos los lugares mas emblematicos de la ciudad, la joven se habia convertido en toda una experta para sacar el tiempo y escaparse junto a Helio, algo que lo hacia sentir completamente especial y seguro de que tarde o temprano conseguiria que esta chica rompiera con este compromiso. Pero Helio se cuestionaba realmente si esto era lo que estaba buscando, ya que, no le parecia justo destruir una relacion y modificar la vida y los planes de Amy para un juego. Esto es basicamente lo que eran para el los vinculos y las relaciones, juegos que nunca terminaban en absolutamente nada serio, pero esta chica, habia modificado por completo su manera de ver el mundo. Era imposible dejar de pensar en ella, y durante un par de meses, se volvio absolutamente exclusivo para esta mujer. Salieron en multiples oportunidades, y aunque nada habia pasado, y la carne los habia tentado, pero no se habian rendido, seguian compenetrandose cada vez mas. Era la regla principal que no se podia violar, pero Helio hacia caso omiso de lo que estaba ocurriendo y seguia perdido en la mirada de ojos grises de esta espectacular mujer con un lunar bajo sus labios. El simple hecho de tenerla a su lado, disfrutar de su aroma, de los juegos entre sus dedos, los roces involuntarios, haciendo que cada dia fuese mas especial, pero cuando finalmente habia logrado hacer que esta mujer terminar en su cama, todo habia llegado al punto de quiebre. El ego de un hombre como Helio Jones es gigantesco, el sabe perfectamente que cualquier mujer puede dejarlo todo por el, puede modificar cualquier decision para salvar el vinculo existente con este sujeto. Pero quizas, con Amy este completamente equivocado, ya que, tiene una vida prometedora en el horizonte, un esposo amoroso que da la vida por ella, mientras en el otro lado lo unico que tiene es un amante espectacular que esta acostumbrado a cazar nuevas chicas para darles un placer excepcional. Este era el punto mas fuerte a favor de Helio, un hombre que jamas fallaba en su tarea de complacer a sus amantes. La vida sexual de Amy y su esposo era absolutamente aburrida y monotona. Era un hombre de 55 anos que simplemente se quedaba alli postrado en una cama mientras ella tenia que hacer practicamente todo el trabajo para el. De alguna otra forma, sentia que lo que pasaba entre ellos no era hacer el amor, era simplemente un acto de sexo en el cual ella le retribuia todos sus regalos y lujos. Pero con Helio era completamente diferente, este hombre se dedicaba totalmente a satisfacerla, a tocarla, a crear una conexion entre ellos, al menos asi lo habia descubierto aquella noche en que habia entregado su cuerpo. Hubiese querido tener la voluntad para resistirse, pero al entrar al departamento del seductor sujeto, sintio que finalmente habia tomado la decision. Entregarias cuerpo a aquel hombre despues de beber algunos tequilas, algo que la habia calentado de una manera sobrenatural. Termino bailando con aquel hombre un poco de musica latina, algo que jamas habia hecho ya habia terminado en una escena completamente vergonzosa pero muy divertida. Sus pies descalzos caminaban por toda la sala al ritmo de las trompetas de la musica mexicana, mientras Helio sentia que el momento, aunque era bastante curioso, no podia ser mas perfecto. Esta, habia tropezado sin querer con la pata de una silla de caoba ubicada en la sala. Habia golpeado su dedo menique del pie, y el profundo dolor que se habia generado habia llevado a la chica a caer al suelo para tratar de apaciguar el dolor. El grito se habia escuchado en todo el departamento, y Helio habia corrido en auxilio de la chica. Mientras esta se retorcia en medio de los fuertes dolores, Helio simplemente masajea va el pequeno dedo menique, el cual lucia bastante enrojecido e inflamado. -- Vaya golpe que te has dado. Dejame darte un pequeno beso de sanacion. Dicen que tengo poderes magicos para hacer que el dolor se vaya. -- Dijo Helio mientras acercaba el pequeno dedo a su boca. -- No lo hagas, morire de las cosquillas. -- Dijo la chica mientras se resistia. Helio logro dominar a la chica y entre sus labios logro obtener el pequeno dedo. Succionaba con un erotismo tremendo, mientras la chica comenzaba excitarse gradualmente. La lengua de este hombre se entrelazaba entre sus delicados y perfectos dedos, mientras esta sabia que no podria resistirse. No hubo cosquillas, lo que hubo fue un estimulo increible que la mujer no pudo dominar. Helio comenzo a ascender directamente hacia su tobillo, con pequenos besos delicados que caian como pequenas gotas sobre el tejado durante la lluvia en invierno. La joven simplemente pudo cerrar sus ojos y experimentar un estimulo tremendo, sentia que la gravedad estaba desapareciendo y dejaba de actuar sobre ella permitiendo que flotar hacia la galaxia. No tenia control de su voluntad, hubiese querido rechazarlo, de tener toda esa locura, era una mujer que estaba por casarse, de hecho, ya finalmente habia definido la fecha para que se llevara a cabo este acto. Helio tenia que aceptar definitivamente que habia perdido la batalla, pero ni siquiera sabia que, en horas de la manana, Amy debia marcharse rapidamente ya que, debia alistar absolutamente todos los ultimos detalles para casarse cerca de horas del mediodia. Esto era basicamente una especie de despedida que estaba a punto de llevar a cabo la joven, una apasionada mujer que simplemente estaba entre dos caminos y estaba a punto de elegir el mas seguro. Desde cualquier perspectiva, cuando analizaba lo que tenia junto a Helio, sabia que no tenia ningun futuro, y aunque este hombre la habia hecho sentir una ilusion tremenda, lo unico que quedaria despues de todo ese fuego que ardia entre ellos aquella noche serian cenizas. La ardiente chica, quien llevaba un vestido corto hasta las rodillas, dejaba ver sus muslos lisos y tercios, completamente emocionada ante la lluvia de besos que le proporcionaba este hombre. Su corazon latia fuertemente y sus manos sudaban, y al ver como los labios de este hombre comenzaban a ascender hacia sus rodillas, sentia que no habria manera de detenerlo. Estaba absolutamente decidido a complacerlas, era un hombre totalmente seguro de si mismo, y la manera en que la tocaba, la llevaba a un lugar en el cual se sentia especial y unica. Aquellos besos corrieron por toda su pierna en direccion ascendente, ubicandose directamente en la zona genital. Cuando comenzo a besar su clitoris por encima de su ropa interior, la chica temblaba de miedo, ya que, eran sensaciones explosivas que detonaban en su vientre y terminan directamente su columna vertebral. -- Espera, Helio. Mejor detente, creo que hay algo que debes saber. -- Dijo la chica. -- No quiero escucharte negarte mas, Amy. Lo que esta a punto de pasar lo deseamos ambos. Dejemos que sean nuestros cuerpos los que se expresen y luego escuchare lo que tengas que decir. -- Dijo Helio mientras colocaba su dedo sobre la boca de la chica. Esta, se vio tentada a tomar a su dedo indice y comenzar a succionarlo, y asi lo hizo. Su lengua rodeaba su dedo, comenzaba a lubricarlo y a humedecerlo mientras Helio hacia su trabajo en la zona genital de la chica. Su lengua habia hecho un trabajo magistral apartando la pequena tanga, alli, habia comenzado a generar un sexo oral tremendamente perfecto. No tenia comparacion, Amy habia acertado en su idea de que este hombre debia ser un amante excepcional. Lo veia en su mirada, en sus actitudes, asi que, el arrepentimiento comenzo a disminuir, ya que, esta era la mejor despedida de soltera que podia tener. La infidelidad terminaria aquella noche, ya que, a partir del momento en que se convirtiera en la esposa de Julio Cazolli, no volveria a ver nunca mas a Helio, y esto era exactamente de lo que hablarian. Aquel hombre finalmente se habia deshecho de la tanga de la joven, se habia ubicado en el medio de sus piernas. Sus pantalones en sus rodillas habian dejado ver un enorme y jugoso pene que estaba a punto de entrar en la excitada mujer. Amy no tenia mas opcion y lugares a donde ir, queria que yo fuese mas romantico y especial, pero habia iniciado de una manera muy improvisada y asi debia continuar. Apoyaron en el suelo de la sala, como dos adolescentes apasionados sin reglas. Ni siquiera se habian dado a la tarea de quitarse la totalidad de la ropa, ya que, emociones, asi como la pasion y la lujuria era completamente descontrolada.

  • Rosa de papel de Diana Palmer

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    Tate Winthrop salvo a Cecily Blake de las garras de su pervertido padrastro, y, desde entonces, su devocion por el no conocia limites. Sin embargo, no pudieron dar rienda suelta a la pasion que ambos sentian. Destrozada por su rechazo, Cecily se vio obligada a abandonar al hombre de sus suenos. Pero ahora, Tate estaba envuelto en un sorprendente escandalo politico y, en esta ocasion, seria Cecily quien acudiria en su ayuda…

  • Cuentame mas de Sophie Saint Rose

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    Francesca esta a punto de perder a su mejor amiga y se deja convencer para relacionarse con otras personas. Una web de amigos por correspondencia es la solucion perfecta para ella y asi romper el hielo. Aunque cuando conoce a Kirk Chapman lo unico que se le pasa por la cabeza, es que todo lo que le esta ocurriendo es una locura.

  • El Odio y la Muerte de Christo Herrera Inapanta

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    Tras el asesinato de su mujer, Andres fue inculpado y llevado a prision; no obstante un detective le permite salir tras demostrar su inocencia, se habian registrado otras muertes en similares circunstancias. Andres no dudara en investigar al asesino de su mujer siguiendo la unica pista que dejaban las victimas del criminal.

  • Poseida 5, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Algunos dias antes, en una playa paradisiaca de Saint Martin, Sacha y Liz eran aun dos enamorados que daban rienda suelta a su pasion, pero ahora, Liz esta sola con los recuerdos de su historia de amor. El hombre de su vida ha escapado de la muerte, sin embargo, ha perdido la memoria. Liz esta dispuesta a todo por reavivar los recuerdos de Sacha, y debe hacerlo rapidamente, ahora que el matrimonio de su guapo multimillonario y la maquiavelica Allisson se ha anunciado. El tiempo corre, Liz no tiene mucho tiempo para salvar su amor… ?Tendra exito?

  • Yeruldelgger, muertos en la estepa de Ian Manook

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    En la inhospita inmensidad de las estepas mongolas, una familia de nomadas realiza un macabro descubrimiento: el cuerpo de una nina de cinco anos enterrada junto con su triciclo. El comisario Yeruldelgger, un tipo temperamental marcado por la tragedia y a quien su trabajo ha llevado casi al limite de la locura, observa la escena del crimen con una mezcla de perplejidad y agotamiento infinitos. Apenas cinco horas antes se encontraba en Ulan Bator, en las oficinas de una empresa china, investigando la aparicion de tres cadaveres salvajemente mutilados, y ahora, por extranos motivos, su jefe lo ha apartado del caso. Esto no significa, claro esta, que un tipo como el vaya a quedarse de brazos cruzados. Empenado en aclarar este monstruoso crimen que le revuelve las tripas, Yeruldelgger inicia una investigacion paralela con la colaboracion de la inspectora Oyun, una mujer intrepida, descarada y un poco enamorada de el, y de la forense Solongo, con la que el comisario mantiene una compleja relacion sentimental. Poco a poco, van surgiendo vinculos inesperados entre ambos casos, y en su camino se cruzaran desde fantoches de baja estofa hasta una red de politicos y empresarios sin escrupulos que anteponen los negocios a la vida humana. En ultima instancia, lo mas preocupante sera la corrupcion policial que sostiene esa estructura diabolica, dispuesta a todo para mantener el statu quo. Asi pues, desde la sombra, Yeruldelgger y su equipo se jugaran la vida para esclarecer la verdad y librar al pais de una plaga que se expande por su tejido mas profundo. Ganadora de multiples premios en Francia entre ellos el prestigioso Premio SNCF du Polar, el Premio de las Lectoras de Elle y el Premio de los Lectores Quais du Polar/20 Minutes, Yeruldelgger, muertos en la estepa aporta al publico un ambito geografico exotico y desconocido, el de una Mongolia compuesta tanto por las tribus nomadas de las llanuras como por los habitantes de Ulan Bator, un nido de crimen, vicio y racismo, donde el nivel de vileza en todas las esferas convierte el trabajo policial en un desafio quijotesco.

  • Nunca fue tan perfecto de Laimie Scott

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    Una nueva y apasionante novela de Laimie Scott.

  • Oblivion, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout

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    En el preciso momento en que Katy Swartz se instalo en la casa de al lado, supe que iba a traerme problemas. Muchos problemas. Y problemas es lo ultimo que necesito, sobre todo teniendo en cuenta que no soy exactamente de por aqui. Mi gente llego a la Tierra desde Lux, un planeta a trece billones de anos luz. Si algo he aprendido en este tiempo, es que no se puede confiar en los humanos. Los asustamos. Podemos hacer cosas que ellos ni siquiera pueden sonar, y la verdad es que a nuestro lado parecen muy debiles. Y lo son. Pero Kat esta acercandose a mi de una manera que nadie lo ha hecho antes, y no puedo evitar querer estar cerca de ella y usar mis poderes para protegerla. Ella me vuelve debil, y no puedo permitirmelo. Mi obligacion es ser fuerte y defender a los mios. Una simple chica... puede significar el fin para nosotros. Porque los Luxen tenemos otro gran enemigo, los Arum, y debo estar muy atento. Enamorarme de Katy, una humana, no solo la pone a ella en peligro. Pone en riesgo la vida de todos a los que quiero, y eso es algo que no puedo dejar que ocurra... Empieza a leer la saga Lux desde el punto de vista de Daemon Black.

  • Alfileres en el corazon: Relato, Erika Gael de Erika Gael

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  • Retrato del vizconde en invierno de Alvaro Pombo

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  • Tu por mi de Raquel Moreno

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    Dos extranos, cada uno arrastrando las consecuencias de su propio pasado se encuentran una noche como resultado de un error fatal. Emma se recluye en lo mas profundo del bosque huyendo de todo contacto humano. Jacob solo puede pensar en la venganza de su familia. Pero la terrible historia de odio, traicion y muerte que les rodea les va a atrapar a los dos de tal manera que su unica opcion sera depositar su confianza en el otro.

  • Parceros de Maleja Restrepo

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    ?Cual es la clave para llevar una relacion honesta, divertida y armoniosa? Para Maleja y Tatan, la pareja que se ha convertido en todo un fenomeno de las redes sociales al compartir los detalles de su matrimonio, no existe una. En este libro hacen un recuento de lo que han vivido hasta ahora y con mucho humor retratan como va transformandose una relacion de pareja y los habitos que pueden hacer que sea mas duradera.

  • Otto de Jose Ramon Villaverde Garcia

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    Basada en hechos reales La lista Otto fue un catalogo o vademecum creado en el Paris ocupado durante la II Guerra Mundial. El objetivo, el expolio de todos los bienes posibles a los judios y franceses. Cuadros, joyas, divisas, vinos, minerales llenaron sus paginas asi como el origen, localizacion y propiedad de los mismos.

  • El naufragio de las civilizaciones de Amin Maalouf

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    Cuando los espectaculares avances tecnologicos de nuestros dias nos han facilitado el acceso al conocimiento como nunca hasta ahora, que vivamos mas y mejor, que el “tercer mundo” se desarrolle…, cuando por primera vez se podria conducir a la humanidad hacia una era de libertad y progreso, el mundo parece ir en direccion opuesta, hacia la destruccion de todo lo conseguido. ?Como hemos llegado hasta aqui?

  • La cocina aromatica de Francois Chartier

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    ?Sabias que los esparragos verdes a la parrilla quedan de maravilla con chocolate negro? ?Por que el jamon cocido funciona tan bien con el clavo y la pina? ?O por que son tan buenos los mejillones con patatas fritas? En La cocina aromatica, Francois Chartier nos da las claves para acertar con los maridajes aromaticos en casa. Extraordinariamente facil de consultar, el libro presenta 295 alimentos, vinos, cervezas, tes y licores en forma de practicas fichas para crear tus propias combinaciones en la cocina, con exito asegurado. Descubriremos asi alimentos y bebidas de la misma familia aromatica e ideas novedosas para preparar recetas que estimularan tu creatividad culinaria, y conseguir asi platos extraordinarios.

  • La escuela catolica de Edoardo Albinati

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    ?QUE SIGNIFICA SER UN HOMBRE?

  • Morder la manzana: La revolucion sera feminista o no sera de Leticia Dolera

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    Es este uno de esos libros esenciales que nacen de la necesidad y de la urgencia. Porque Leticia Dolera necesita contar por que es feminista y por que todas deberiamos serlo. Un camino vital en el que se ha encontrado con personas inspiradoras, lecturas reveladoras, anecdotas --de las buenas, de las malas y de las peores-- vividas muy de cerca o en primera persona.
    Este libro es tambien la historia de mujeres valientes que marcaron el camino y cuyo ejemplo nos ayuda a despertar nuestras conciencias y tambien a ensenar a las mas jovenes.
    Empezando por Eva, la primera que mordio la manzana, esta es una historia sobre todas las mujeres. Porque Leticia Dolera nos invita a abrazar una causa, que es la de todas las personas que sonamos con una sociedad justa.
    Por mucho que nos hayan repetido que Eva peco al morder la manzana, nosotras sabemos que aquello fue precisamente lo que la hizo sabia. Entonces ?que?, ?te apetece una? Una obra de empoderamiento feminista para todas las edades.

  • Mirame de Jimena Cook

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    Una apasionante novela romantica de suspense y aventuras ambientada en plena Guerra de los Balcanes.

  • La mirada del highlander (Guerreras) de Emma G. Fraser

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    14 de noviembre de 1650 Aquel dia de noviembre habia amanecido lluvioso. El invierno se aproximaba y pronto no podria cabalgar a ese lugar tan especial en el que siempre se veia con el que consideraba que era su gran amigo del alma, aunque en su joven corazon tenia ciertos sentimientos a los que aun no habia podido ponerles nombre debido a que jamas nadie le habia explicado que era amar de verdad. El viento rozando sus rosadas mejillas hacia que Sheena MacLeod, unica hija del jefe del clan MacLeod del norte de Escocia, cerrara los ojos y disfrutara de la humedad que arrastraba la fina llovizna. La joven cabalgaba a toda prisa hacia otra de sus innumerables citas que tenia con el que era su amigo desde la infancia: Alasdair Mackay. Este era hijo de Ian Mackay, gran enemigo de Arthur, padre de Sheena, desde hacia muchisimos anos. Sin embargo, hubo un tiempo en el que ambos padres eran intimos amigos, pero un malentendido entre ellos provoco que la amistad que los unia desde que eran pequenos desapareciera y diera paso a un intenso rencor que duraba ya gran parte de la vida de ambos. No obstante, ambos jovenes habian coincidido en innumerables ocasiones y habian forjado una amistad tan fuerte que ni siquiera el yugo de sus padres era capaz de romper. Desde hacia varios anos, Sheena y Alasdair se veian a escondidas de sus respectivas familias a orillas de una pequena charca a medio camino de las casas de ambos. Por eso, aquel dia de comienzos de noviembre Sheena se habia preparado para acudir al encuentro de Alasdair. Su pelo siempre suelto y rebelde como ella ondeaba con el intenso viento y comenzaba a humedecerse con la lluvia. Sin embargo, no le importaba. A pesar de que las instructoras que su padre habia puesto a su cargo habian intentado hacer de ella una joven fina y educada que dedicara su vida a la labor y a tener hijos como todas y cada una de las chicas con las que se habia cruzado, Sheena habia forjado su propio futuro y siempre habia tomado las decisiones que le dictaba su joven corazon. Era una rebelde por naturaleza, y el hecho de haber crecido sin una madre que sirviera como referente de educacion y buenos modales habia provocado que la joven fijara sus ojos en su padre. Por ello, desde muy pequena habia mostrado interes por las espadas y el arte de la lucha, ya que desde su habitacion siempre habia visto a su padre entrenar en el patio junto a sus hombres. Siempre se sentaba al lado de su padre para que este le contara historias de sus incontables aventuras desde que era apenas un adolescente, y Sheena sonaba con ser algun dia una buena guerrera como el. Con el paso del tiempo, la joven habia aprendido a manejar la espada como cualquier otro hombre del clan, aunque una de sus grandes habilidades era el manejo del arco, pues poseia una punteria que era envidiada por todo el clan. Sheena sonrio cuando espoleo al caballo para que este fuera mas deprisa. Le encantaba sentir la libertad que le proporcionaba el animal cuando este aumentaba la velocidad. Le quedaba tan solo media milla para llegar al lugar de encuentro, y a medida que se acercaba sentia que este se encontraba cada vez mas lejos de ella. No entendia el motivo de su nerviosismo. Disfrutaba de la compania de Alasdair y siempre se le encogia el corazon cuando llegaba el momento de la despedida. Su corazon se acelero cuando diviso la charca y a sus oidos llego el sonido del agua cayendo por la pequena cascada. Su sonrisa se ensancho aun mas e intento disfrutar del increible paisaje que habia a su alrededor. Un manto de color verde se extendia bajo los pies del caballo y cuyo fin le era desconocido. La arboleda que la rodeaba se alzaba sobre sus hombros impidiendo que la poca luz del dia penetrara entre las hojas y le iluminara el camino hacia su deseado destino. El canto de los pajaros la acompanaba y parecia haberse contagiado del entusiasmo de la joven y le daba la bienvenida como otras tantas veces desde hacia varios anos. Cuando tan solo quedaban unos metros para llegar a las rocas que bordeaban la charca, Sheena bajo del caballo y decidio recorrer el trecho a pie, disfrutando de la soledad del momento. La joven se aproximo a uno de los arboles, amarro fuertemente al caballo y despues se aproximo al agua para disfrutar del sonido que desprendia la cascada mientras esperaba impacientemente la llegada de Alasdair. Sabia que esa seria una de las ultimas visitas a ese lugar antes del comienzo del invierno, que traeria consigo intensas lluvias y nevadas que harian practicamente imposible una visita a ese precioso lugar. Por ese motivo, y sin saber aun por que, habia dedicado mas tiempo esa manana a acicalarse para el encuentro. Sheena se arrodillo en una de las piedras que sobresalian del agua y acerco su rostro al agua para ver su reflejo en ella. Deseaba saber que todo estaba en su sitio antes de la llegada de Alasdair, sin embargo, su reflejo le devolvio la misma vision de siempre: su pelo castano y ondulado se mostraba encrespado por la humedad que la lluvia habia traido consigo. Su rostro ovalado y fino aparentaba una calma que en realidad no sentia en ese momento. Y la ropa se habia humedecido y descolocado con la intensa cabalgata a la que habia sometido al caballo. Sheena se paro unos segundos para mirar detenidamente su rostro. Su padre siempre habia mostrado admiracion por su belleza, indicandole que la habia heredado de su fallecida madre, que habia muerto en el parto de la joven. Desde muy pequena, los ninos que vivian en los alrededores del castillo habian mostrado su interes por ella, sin embargo, Sheena nunca habia entendido esa fascinacion que sentian hacia ella, ya que la joven no era capaz de reconocer la belleza de su rostro, que se habia intensificado cuando llego a la adolescencia. Por eso, a sus escasos dieciseis anos aun no se habia dedicado a mirarse detenidamente para averiguar que tenia su rostro de especial. Y menos aun comprendia por que habia elegido precisamente ese momento para admirarse. Sus ojos eran de un intenso color aguamarina, poco comun entre las mujeres que ella conocia. Sobre sus labios gruesos y rosados asomaba una nariz pequena y chata que estaba plagada de numerosas pecas, al igual que en sus palidas mejillas, que en ese momento estaban rosadas por el frio. Su cuello era delgado y largo y se escondia entre los ropajes que habia elegido para la ocasion: un cenido corpino de color verde con un bordado plateado de flores y un pantalon de lana con los colores tipicos del clan MacLeod. Se arrepintio de no haberse puesto una de las faldas que guardaba desde hacia tiempo en el fondo del arcon de su dormitorio, aunque ella siempre habia preferido usar para montar a caballo un pantalon, ya que le resultaba mas comodo. Sonrio al recordar los gritos de sus cuidadoras cuando la veian lucir esos pantalones que ellas consideraban de hombres. Pasados unos minutos, Sheena se incorporo y decidio sentarse a la orilla de la charca a esperar. Estaba segura de que Alasdair no tardaria en llegar, por lo que, tras un suspiro, se sento en una de las piedras que bordeaban el agua y se dedico a observar con detenimiento la caida de la cascada. Desde que habia descubierto aquel lugar tan especial se sentia enamorada de el. No era una cascada facil de encontrar para quienes atravesaban el bosque, y siempre se habia sentido segura y protegida de miradas indiscretas que pudieran descubrir su amistad con el que debia ser su enemigo. No podia ni queria imaginar lo que diria su padre si en algun momento de su vida descubria su amistad con el hijo de su peor enemigo. Sheena habia crecido escuchando barbaridades del clan Mackay, especialmente de Ian, su jefe y padre de Alasdair. Sin embargo, estaba completamente segura de que el joven al que aguardaba con insistencia era diferente de lo que su padre contaba de Ian. Siempre habia mostrado respeto hacia ella y la habia tratado como a un igual, tan igual que a veces pensaba que la veia como a una hermana a pesar de que ella se ponia nerviosa cada vez que se aproximaba el momento de verlo. Sheena fruncio el ceno ante ese pensamiento. ?Que sentia realmente por Alasdair? Durante unos segundos, la imagen del joven aparecio en su mente. Siempre lo habia considerado un chico muy atractivo, con el rostro demasiado varonil para tener tan solo diecisiete anos. Ademas, debido al entrenamiento al que era sometido, sus musculos comenzaban a asomar entre la tela de sus ropajes e incitaban a Sheena a desear tocarlos por encima de cualquier otra cosa. Se pregunto si aquellos pensamientos eran cercanos al amor o simplemente era una joven demasiado desvergonzada que unicamente deseaba retozar con el sobre la hierba que rodeaba aquel lugar tan bonito.

  • La paciente silenciosa de Alex Michaelides

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    < thriller perfecto>> (segun A.J. Finn, autor de La mujer en la ventana) que esta conmocionando a treinta y siete paises y cuyos derechos han sido comprados para una adaptacion cinematografica producida por Brad Pitt.

  • Traicion de sangre de Ariel A. Berretta

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    Los Cantu-Fernandez son una respetada y modelica familia de Santiago que ha hecho fortuna empezando desde abajo. Pero en una sociedad zarandeada por la violencia de las mafias en connivencia con los poderes del Estado, su prosperidad no pasa desapercibida. Ni siquiera para las ambiciones espurias de los de su propia sangre.
    Basada en hechos reales, esta novela de ritmo trepidante refleja con crudeza el oscuro mundo de la delincuencia organizada, y la codicia que anida, como contravalor, en una sociedad que ha sido corrompida hasta la medula por su clase dirigente.

  • Un highlander de ensueno de Kathia Iblis

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    Un viaje en el tiempo hara que Camila se encuentre con un antiguo guerrero y lo que al principio fue desconfianza despues se convirtio en amor.

  • La inquietud de los muertos de Simon Beckett

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    David Hunter vive semi retirado en Londres cuando la policia vuelve a llamarle para un caso especialmente dificil. En un pequeno pueblo rodeado de marismas ha aparecido un cadaver en avanzado estado de descomposicion. Solo el mejor antropologo forense del pais puede hacer que los muertos revelen sus secretos… lo que parece un sencillo caso pronto se mostrara lleno de sorpresas y peligros.

  • Matar a un ruisenor de Harper Lee

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    Cuando tenia casi trece anos, mi hermano Jem sufrio una grave fractura en el brazo a la altura del codo. Cuando sano y por fin se disiparon sus temores de que nunca podria volver a jugar al futbol americano, en raras ocasiones volvia a acordarse de aquella lesion. El brazo izquierdo le quedo algo mas corto que el derecho; cuando estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un angulo recto con su cuerpo, y el pulgar estaba paralelo a sus muslos. A el no podria haberle importado menos, con tal de poder pasar y chutar. Cuando transcurrieron anos suficientes para poder verlos en retrospectiva, a veces hablabamos de los acontecimientos que condujeron a su accidente. Yo sostengo que los Ewell fueron quienes lo comenzaron todo, pero Jem, que era cuatro anos mayor que yo, decia que eso habia empezado mucho antes. Dijo que comenzo el verano en que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo decia que si el queria tener una amplia perspectiva de lo sucedido, en realidad comenzo con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek arroyo arriba, Simon Finch nunca habria llegado hasta Alabama, y ?donde estariamos nosotros si no lo hubiera hecho? Eramos demasiado mayores como para zanjar la discusion con una pelea, de modo que consultamos a Atticus. Nuestro padre dijo que los dos teniamos razon. Al ser del Sur, era un motivo de verguenza para algunos miembros de la familia que no tuvieramos constancia de que alguno de nuestros antepasados hubiera peleado en la batalla de Hastings. Tan solo teniamos a Simon Finch, un boticario de Cornualles cuya piedad solo se veia superada por su tacaneria. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecucion de aquellos que se autodenominaban metodistas a manos de sus hermanos mas liberales, y ya que Simon se consideraba metodista, cruzo el Atlantico hasta Filadelfia, de ahi a Jamaica, y desde alli a Mobile subiendo hasta Saint Stephens. Teniendo en cuenta las estrictas normas de John Wesley sobre no enriquecerse en los negocios aprovechandose de los demas, Simon se dedico a la practica de la medicina logrando un gran exito; pero en esta empresa era infeliz, pues habia sido tentado a hacer lo que el sabia que no era para la gloria de Dios, como llevar oro y ropas costosas. De modo que Simon, habiendo olvidado lo que su maestro habia dicho sobre la posesion de bienes humanos, compro tres esclavos y con su ayuda establecio una hacienda a las orillas del rio Alabama, a unos sesenta y cinco kilometros mas arriba de Saint Stephens. Regreso a Saint Stephens solamente una vez, para encontrar esposa, y con ella establecio una descendencia con muchas hijas. Simon vivio hasta una edad impresionante y murio rico. Era costumbre de los hombres de la familia quedarse en la hacienda de Simon, Finch's Landing, y ganarse la vida con el algodon. El lugar se sostenia a si mismo. Modesto en comparacion con los imperios que lo rodeaban, Landing producia sin embargo todo lo necesario para la vida excepto hielo, harina de trigo y prendas de vestir, que proporcionaban las embarcaciones fluviales de Mobile. Simon habria considerado con impotente rabia los problemas entre el Norte y el Sur, ya que arrebataron a sus descendientes todo a excepcion de su tierra; sin embargo, la tradicion de vivir en esa hacienda siguio inalterable hasta bien entrado el siglo XX, cuando mi padre, Atticus Finch, fue a Montgomery para aprender Derecho, y su hermano menor fue a Boston para estudiar Medicina. Su hermana Alexandra fue la Finch que se quedo en Landing: se caso con un hombre taciturno que pasaba la mayor parte de su tiempo tumbado en una hamaca al lado del rio preguntandose si sus redes de pesca estarian llenas. Cuando mi padre fue admitido en la abogacia, regreso a Maycomb y comenzo a ejercer. Maycomb, a unos treinta kilometros al este de Finch's Landing, era la capital del condado de Maycomb. La oficina de Atticus en el edificio del juzgado contenia poco mas que una percha para sombreros, una escupidera, un tablero de damas y un impecable Codigo de Alabama. Sus dos primeros clientes fueron las dos ultimas personas a las que ahorcaron en la carcel del condado de Maycomb. Atticus los habia instado a que aceptaran la generosidad del Estado, que les permitiria declararse culpables de homicidio en segundo grado y asi evitar la pena capital, pero ellos eran Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinonimo de burro testarudo. Los Haverford habian liquidado al principal herrero de Maycomb por un malentendido que surgio por la supuesta <> de una yegua, fueron lo bastante imprudentes para hacerlo en presencia de tres testigos e insistieron en que <> era una defensa lo bastante buena para cualquiera. Persistieron en declararse no culpables de homicidio en primer grado, de modo que no hubo mucho que Atticus pudiera hacer por sus clientes, a excepcion de estar presente en su partida, una ocasion que fue probablemente el comienzo de la profunda antipatia de mi padre hacia la practica del Derecho Penal. Durante sus cinco primeros anos en Maycomb, Atticus practico mas que cualquier otra cosa la Economia; y durante varios anos desde entonces invirtio sus ganancias en la educacion de su hermano. John Hale Finch era diez anos menor que mi padre, y decidio estudiar Medicina en un momento en que no valia la pena cultivar algodon; pero despues de tener a Jack encauzado, Atticus comenzo a obtener ingresos razonables practicando la abogacia. Le gustaba Maycomb, habia nacido y se habia criado alli; conocia a su gente, ellos le conocian, y debido a los negocios de Simon Finch, Atticus estaba emparentado por sangre o matrimonio con casi todas las familias de la ciudad. Maycomb era una vieja poblacion, pero ademas era una vieja poblacion cansada cuando yo la conoci. En el tiempo lluvioso las calles se convertian en un barrizal rojizo; crecia hierba en las aceras, y el edificio del juzgado parecia combarse sobre la plaza. En cierto modo, hacia mas calor entonces: un perro negro sufria los dias de verano; las flacas mulas enganchadas a los carros espantaban moscas bajo la sofocante sombra de las encinas que habia en la plaza. A las nueve de la manana, los cuellos rigidos de los hombres se veian languidos. Las damas se banaban antes de la tarde, despues de su siesta de las tres, y al atardecer estaban como blandos pastelitos cubiertos de sudor y dulce talco. La gente se movia despacio entonces. Cruzaban la plaza a paso lento, entrando y saliendo de las tiendas que la rodeaban, y se tomaban su tiempo para todo. Un dia tenia veinticuatro horas, pero parecia mas largo. No habia ninguna prisa, ya que no habia ningun lugar adonde ir, nada que comprar y nada de dinero con el cual comprar, nada que ver fuera de los limites del condado de Maycomb. Pero era una epoca de vago optimismo para algunas personas: al condado de Maycomb se le habia dicho recientemente que no tenia nada que temer, solamente a si mismo. Viviamos en la principal calle residencial de la ciudad: Atticus, Jem y yo, ademas de Calpurnia, nuestra cocinera. Jem y yo estabamos contentos con nuestro padre: jugaba con nosotros, nos leia y nos trataba con cortesia. Calpurnia era otra cosa. Toda angulos y huesos, era miope, tambien bizca, y sus manos eran tan anchas como un travesano de cama, y dos veces mas duras. Siempre me estaba ordenando que saliera de la cocina, preguntandome por que no podia comportarme tan bien como Jem aunque sabia que el era mayor, y me llamaba para volver a casa cuando yo no estaba lista para regresar. Nuestras batallas eran epicas y con un final sin variacion. Calpurnia ganaba siempre, principalmente porque Atticus siempre se ponia de su lado. Ella habia estado con nosotros desde que nacio Jem, y yo habia sentido la tirania de su presencia desde que podia recordar. Nuestra madre murio cuando yo tenia dos anos, de modo que nunca senti su ausencia. Ella era una Graham de Montgomery; Atticus la conocio cuando fue elegido por primera vez para la legislatura estatal. Para entonces, el era de mediana edad y ella quince anos mas joven. Jem fue el resultado de su primer ano de matrimonio. Cuatro anos despues naci yo, y dos anos despues nuestra madre murio de un ataque repentino al corazon. Decian que era cosa de familia. Yo no la extranaba, pero creo que Jem si. El la recordaba claramente, y algunas veces en mitad de un juego daba un largo suspiro, y despues se marchaba y jugaba el solo detras de la cochera. Cuando se ponia asi, yo sabia que era mejor no molestarle. Cuando yo tenia casi seis anos y Jem se acercaba a los diez, nuestras fronteras en el verano (al alcance de la voz de Calpurnia) eran la casa de la senora Henry Lafayette Dubose, dos puertas al norte de la nuestra, y la Mansion Radley, a tres puertas al sur. Nunca sentimos la tentacion de traspasarlas. La Mansion Radley estaba habitada por una entidad desconocida, cuya mera descripcion era suficiente para hacer que nos portaramos bien durante dias. La senora Dubose era el mismo demonio. Ese fue el verano en que vino Dill. Una manana temprano, cuando estabamos comenzando nuestros juegos en el patio trasero, Jem y yo oimos algo en la puerta contigua, en el parterre de coles de la senorita Rachel Haverford. Fuimos hasta la malla de alambre para ver si habia un perrito, pues la perra terrier de la senorita Rachel estaba prenada, pero en cambio encontramos a alguien sentado que nos miraba. Sentado, no era mucho mas alto que las coles. Nos quedamos mirando fijamente hasta que el hablo: --Hola. --Hola, tu --contesto Jem amablemente. --Soy Charles Baker Harris --dijo el--. Se leer. --?Y que? --pregunte yo. --Solo pense que os gustaria saber que se leer. Si teneis algo que necesiteis leer, yo puedo hacerlo... --?Cuantos anos tienes? --pregunto Jem--. ?Cuatro y medio? --Voy para siete. --Entonces no es nada --dijo Jem, senalandome con el pulgar --. Aqui Scout lee desde que nacio, y ni siquiera ha comenzado aun la escuela. Pareces muy canijo para tener casi siete anos. --Soy pequeno pero mayor --afirmo el. Jem se aparto el cabello para mirarlo mejor. --?Por que no vienes aqui, Charles Baker Harris? --dijo--. Senor, vaya nombre. --No es mas curioso que el tuyo. Tia Rachel dice que te llamas Jeremy Atticus Finch. Jem fruncio la frente. --Soy lo bastante alto para estar en consonancia con mi nombre --dijo--. Tu nombre no es mas largo que tu. Apuesto a que es un palmo mas largo. --La gente me llama Dill --dijo Dill, intentando pasar por debajo de la valla. --Te ira mejor si pasas por encima en lugar de por debajo -- observe yo--. ?De donde vienes? Dill era de Meridian, Mississippi, e iba a pasar el verano con su tia, la senorita Rachel, y desde entonces pasaria todos los veranos en Maycomb. Su familia era del condado de Maycomb originariamente. Su madre trabajaba para un fotografo en Meridian, habia presentado una fotografia de el a un concurso de ninos guapos, y gano cinco dolares. Le dio el dinero a Dill, quien lo empleo en ir veinte veces al cine. --Aqui no hay exposiciones de fotografia, excepto a veces las de Jesus en el juzgado --dijo Jem--. ?Viste alguna pelicula buena? Dill habia visto Dracula, una revelacion que movio a Jem a mirarle con cierto respeto. --Cuentanosla --le pidio. Dill era un chico muy curioso. Llevaba pantalones cortos azules de lino que se abotonaban a la camisa, su cabello era blanco como la nieve y lo llevaba pegado a la cabeza como si fuera un plumon de pato; era un ano mayor que yo, pero yo le sobrepasaba en altura. Mientras nos relataba la vieja historia, sus ojos azules se iluminaban y se oscurecian; su risa era repentina y feliz, y solia tirarse de un mechon de cabello que caia sobre su frente. Cuando Dill hubo reducido al polvo a Dracula, y Jem dijo que la pelicula parecia mejor que el libro, le pregunte a Dill donde estaba su padre. --No has dicho nada de el. --No tengo ningun padre. --?Esta muerto? --No... --Entonces, si no esta muerto, si lo tienes, ?verdad? Dill se sonrojo y Jem me dijo que me callase, una senal segura de que Dill habia sido estudiado y hallado aceptable. A partir de entonces el verano paso con una diversion constante. La diversion constante era: hacer mejoras a nuestra casa del arbol que descansaba entre dos cinamomos gigantes en el patio trasero, alborotar, recorrer nuestra lista de obras de teatro basadas en las de Oliver Optic, Victor Appleton y Edgar Rice Burroughs. En este asunto teniamos la fortuna de tener a Dill. El representaba los papeles que anteriormente me daban a mi. El mono en Tarzan, el senor Crabtree en The Rover Boys, el senor Damon en Tom Swift. De ese modo llegamos a conocer a Dill como un merlin de bolsillo, cuya cabeza estaba llena de planes excentricos, anhelos extranos y fantasias raras. Pero a finales de agosto nuestro repertorio era aburrido, por haberlo representado incontables veces, y fue entonces cuando Dill nos dio la idea de hacer salir a Boo Radley. La Mansion Radley fascinaba a Dill. A pesar de nuestras advertencias y explicaciones, le atraia como la luna atrae al agua, aunque no mas cerca de la farola de la esquina, a una distancia segura de la puerta de los Radley. Ahi se quedaba, rodeando el grueso poste con un brazo, mirando fijamente y haciendose preguntas. La Mansion Radley hacia una curva cerrada mas alla de nuestra casa. Andando hacia el sur, se pasaba por delante de su porche; la acera daba un giro y estaba en paralelo con la finca. La casa era baja, en otra epoca era blanca y con un ancho porche y persianas verdes, pero hacia mucho tiempo que se habia oscurecido hasta llegar al tono de pizarra gris que la rodeaba. Unas tablas descompuestas por la lluvia caian sobre los aleros del barandal; unos robles mantenian alejados los rayos de sol. Los restos de una cerca guardaban el patio frontal, un patio <> que nunca se barria, donde crecian en abundancia hierbajos y flores silvestres. Dentro de la casa vivia un fantasma maligno. La gente decia que existia, pero Jem y yo nunca lo habiamos visto. La gente decia que salia de noche, cuando se ponia la luna, y miraba por las ventanas. Cuando las azaleas de la gente se helaban en una noche fria, era porque el habia soplado sobre ellas. Cualquier pequeno delito cometido en Maycomb era obra del fantasma. En una ocasion, la ciudad estaba aterrorizada por una serie de macabros acontecimientos nocturnos: encontraban mutilados pollos y animales domesticos; aunque el culpable era Addie el Loco, quien finalmente termino ahogandose en el remolino de aguas de Barker, todos seguian mirando la Mansion Radley, sin estar dispuestos a descartar sus sospechas iniciales. Un negro no pasaria al lado de la Mansion Radley de noche; cruzaria a la acera contraria e iria silbando mientras caminaba. Los terrenos escolares de Maycomb lindaban con la parte trasera del terreno de los Radley; desde el gallinero de los Radley, altos arboles de pacanas dejaban caer su fruto al patio de la escuela, pero los ninos no tocaban ninguna de aquellas nueces: las pacanas de los Radley mataban. Una bola de beisbol que cayera en el patio de los Radley era una bola perdida, y no se hacian preguntas. La desgracia de aquella casa comenzo muchos anos antes de que Jem y yo nacieramos. Los Radley, bien recibidos en cualquier parte de la ciudad, se encerraban en su casa, una predileccion imperdonable en Maycomb. Ellos no iban a la iglesia, que era el entretenimiento principal de Maycomb, sino que rendian culto en su casa; la senora Radley en raras ocasiones llegaba a cruzar la calle para tomar un cafe a media manana con sus vecinas, y sin duda nunca se unio a ningun circulo misionero. La senora Radley caminaba hasta la ciudad a las once y media cada manana y regresaba prontamente a las doce, a veces llevando una bolsa de papel marron que los vecinos suponian que contenia las provisiones de la familia. Yo nunca supe como el viejo senor Radley se ganaba la vida, Jem decia que <>, un termino educado para decir que no hacia nada, pero el senor Radley y su esposa habian vivido alli con sus dos hijos durante tanto tiempo como cualquiera podia recordar. Las persianas y las puertas de la casa de los Radley estaban cerradas los domingos, otra cosa ajena a las costumbres de Maycomb: puertas cerradas significaba solamente enfermedad y tiempo frio. De entre todos los dias, el domingo era dia para las visitas formales por la tarde: las senoras llevaban corse, los hombres llevaban abrigos, los ninos llevaban zapatos. Pero subir los peldanos de la Mansion Radley y decir <> una tarde de domingo era algo que sus vecinos no hacian nunca. La casa de los Radley no tenia puertas de tela metalica. Una vez le pregunte a Atticus si alguna vez tuvo alguna; Atticus dijo que si, pero antes de que yo naciera. Segun la leyenda del barrio, cuando el joven Radley estaba en la adolescencia hizo amistad con algunos de los Cunningham, de Old Sarum, una tribu enorme y confusa que estaba domiciliada en la parte norte del condado, y formaron lo mas parecido a una pandilla que se viera jamas en Maycomb. Hacian muy poca cosa, pero lo bastante para que hablaran de ello por la ciudad y los amonestaran publicamente desde tres pulpitos: merodeaban por la barberia; subian en el autobus hasta Abbottsville los domingos e iban al cine: asistian a bailes en los lugares de juego en el condado al lado del rio: la posada Dew-Drop y Campamento Pesquero: probaban el whisky de contrabando. Nadie en Maycomb tenia las agallas para decirle al senor Radley que su muchacho andaba con malas companias.

  • El legado de la villa de las telas de Anne Jacobs

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    Una poderosa familia.
    Una situacion dramatica.
    Una mansion que esconde mas de un secreto…

  • Bellas de Clayton Dhonielle

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    En el mundo opulento de Orleans, las personas nacen grises, malditas, y solo con la ayuda de una belle y sus talentos se pueden transformar y volverse atractivas. Al igual que el resto de sus hermanas belles, a Camelia Beauregard se la considera casi una diosa en este universo en el que triunfa el culto a las apariencias.