• laura cardenas pastora - Laura Cardenas

    https://gigalibros.com/superman-tiene-los-abdominales.html

    ?Quien puede mas el amor o el dolor? Carlota Vega es disenadora grafica, es madre y esta sola. Su vida hace cuatro anos que gira en torno a lo mismo: su hijo. Para el inventa historias que engrandecen la figura de un padre inexistente y que a su vez e inconscientemente la convierten a ella en la victima ignorante de un pasado complicado.

  • Conóceme | Laura Cardenes

    https://lauracardenes.org/conoceme/

    Soy Laura Cárdenes. Pastora del Ministerio Cielos Abiertos en Santo Domingo, República Dominicana. ... De allí una vez más me libró el Señor.

  • Blog | Laura Cardenes

    https://lauracardenes.org/blog/

    El enemigo quiso debilitarnos como familia. Dios nos libró y ahora somos MÁS fuertes. #LauraCardenes #Pastora #Mujeres. • 104K Views ...

  • Libros - Repositorio Universidad Simón Bolívar

    https://bonga.unisimon.edu.co/handle/20.500.12442/1911

    por E Palacios Rojas — El libro “Sistema educativo indígena propio fortalece el proyecto educativo ... Dennys Yolanda; Julio-Hoyos, Yahir-Enrique; Roa-Arenales, Laura-Nathaly; ...

  • Laura Cárdenas confiesa que su hija fue tentada por el enemigo

    https://www.noticiacristiana.com/sociedad/2021/10/laura-cardenas-hija-enemigo.html

    15 oct 2021 — - La pastora Laura Cárdenas contó su experiencia sobre cómo el enemigo estaba tentando a su hija mayor, Abril. La esposa de Marcos Yaroide dijo ...

  • Marcos Yaroide - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_Yaroide

    Cónyuge, Laura Cardenes. Hijos, Avril, Eden, Marko, Aaron. Información profesional. Ocupación, cantante · compositor. Pastor. Años activo, 2000-presente.

  • El lugar donde el tiempo se equivoca de Laura Cardenas Sanchez

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    a. A la vuelta de su ultimo viaje el desconcierto la espera tras la puerta de su hogar. Aliada de un miedo que hasta ahora desconocia y acompanada por las contradicciones que lleva implicita la soledad, decide volver a poner tierra de por medio y escudarse en su mejor aliado, el trabajo.

  • Locura de amor (Locura 1) de Virginia Camacho

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    Samantha Jones y Heather Calahan no podian ser las mujeres mas opuestas entre si: la una es una afable y pobre anciana que se lamenta por haber perdido su oportunidad de amar y ser amada, y que sin embargo, todos a su alrededor casi veneran por su alma generosa; mientras que Heather es una hermosa y millonaria joven de veintitres anos, adicta a las drogas y a las fiestas que lo tiene todo, y sin embargo odia su vida, a sus padres, pero por sobre todo, a Raphael Branagan, su prometido.
    El destino ha decidido enredarlo todo para que asi, al menos una de las dos encuentre al fin su camino y viva una segunda oportunidad.

  • Cruzero de Oscar Nadal

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    Una aventura que conducira a Ashley Russell por el mar del caribe junto a su banda con la que actuara en el barco mas grande y lujoso del mundo. Una noche todo cambiara cuando el apocalipsis Zombie se desate en mitad del oceano. Una trepidante aventura Zombie al mas puro estilo George A. Romero

  • Ojo por ojo de Anthony Trollope

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    Fred Neville, joven y atractivo oficial ingles de caballeria, se convierte en heredero de un titulo nobiliario y grandes posesiones, pero, pese a la oposicion de su familia, pide poder pasar un ano con su regimiento en Irlanda y “vivir aventuras” antes de asumir sus obligaciones. En Irlanda conoce a Kate, joven de buena familia pero escasos recursos, y se enamoran. La familia inglesa de Neville, sin embargo, no esta dispuesta a que una irlandesa catolica sea la nueva condesa de Scroope…

  • Pistolar de Ivan Soto Camba

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    Pistolar es un caleidoscopio, una indagacion fragmentaria en el mosaico del yo: basta un ligero movimiento de muneca y de repente todo cobra sentido.

  • Invierno En Paris, Imogen Robertson de Imogen Robertson

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    Paris, en el duro invierno de 1910. Maud Heighton suena con ser pintora. Estudia en la selecta Academia Lafond, pero mientras que los que la rodean disfrutan de los placeres de la Belle Epoque, Maud ve como su situacion economica se deteriora, el patrimonio heredado no le llega para pagar las clases y poder sobrevivir. Consigue un trabajo bien remunerado: acompanar e iniciar en la pintura a Sylvie Morel una inglesa de situacion acomodada que vive con su hermano Christian. Aunque descubre algunos de sus secretos inconfesables, la vida parece que empieza a sonreirle a Maud: mientras se va adentrando en el selecto y deslumbrante mundo de los Morel, el dinero que le pagan le permite vivir y seguir con sus clases de pintura. Todo se va a desmoronar cuando los Morel son acusados de impostores y ladrones, y la propia Maud es imputada en el robo de unas joyas. Solo podra escapar recurriendo a todas las artimanas que se le ocurren entre gentes para los que la vida no vale nada. ” Invierno en Paris ” es una novela historica, de aventuras, de intriga, negra…, rocambolesca. Una novela de mentiras y traiciones, enigmatica y elegantemente evocadora, que recrea de manera sin igual aquel Paris de fin de epoca, con sus luces y sombras, en el que el arte y la bohemia convivian entre la decadente aristocracia de media Europa y ambiciosos sin escrupulos, maestros de la apariencia, que no dudaban en recurrir a las mayores vilezas para mantener su estatus.

  • No me llames bana-perros de Iris Vermeil

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    Son las diez menos diez. Faltan diez minutos para que empiece mi jornada laboral. He aparcado mi Vespa a la vuelta de la esquina. Voy esquivando a la gente que pasa a toda prisa por mi lado y sin prestarles atencion miro la pantalla del movil. Llevo los auriculares puestos y escucho una de mis canciones favoritas de bachata y, para no pensar en el dia que me espera imagino que estoy en mitad de un videoclip vestida de fiesta, rodeada de tios buenos, subida a unos tacones de infarto y pintada como una puerta. Camino mirando hacia el suelo y al levantar la vista veo a lo lejos que ya hay varias personas esperandome en la puerta de la peluqueria. Todo lo que habia creado en mi mente se esfuma haciendome volver a la realidad. --Buenos dias, ?hace mucho que esperan? --pregunto educadamente. --No, tranquila. Acabamos de llegar --responde una senora. No se porque siempre la gente suele decir eso ?sera por quedar bien? Seguramente llevan alli un buen rato y no quieren admitirlo. Quito los candados de la persiana y la subo con esfuerzo. Nadie, repito, nadie me pregunta ?Helena, quieres que te ayude? Eso es mucho pedir. Aunque bueno, yo ya estoy acostumbrada. No, no es que vaya al gym ni nada de eso... yo no estoy hecha para levantar pesas ni correr hacia ningun sitio durante minutos eternos. Eso no va conmigo. Yo levanto persianas de las antiguas, de las que pesan mas que un muerto. De esas del siglo pasado, ya que, la buenaza de mi jefa y no lo digo con ironia no se le ha pasado por la cabeza cambiarla por una electrica. No vaya a ser que la mujer se arruine, mejor me arruino yo la espalda. Quito la alarma y rezo para acertar a la primera el numero secreto, como salte nos deja a todos sordos, si lo digo es porque me ha pasado anteriormente. --Pasen, pasen --digo--. Un segundo, voy a cambiarme. --Si, si, no tenemos prisa. Se ve, se ve. Pienso para mis adentros. Me quito los pantalones y al momento, pican al timbre. Debera ser Alma, mi companera. Oigo que los senores le abren. Mejor para ella, porque no pensaba salir en bragas. Las unicas que tenemos llaves de la pelu somos mi jefa y yo, y ella no se ha molestado en hacer mas copias. Me pongo mi uniforme de peluquera canina, una especie de casaca nada sexy de color negra con pequenas huellas de perro de colorines y cambio mis deportivas por unos zuecos blancos. Ah, ?que no os lo habia dicho? Si. Soy peluquera canina. Trabajo como tal desde los veinte anos, cuando deje la carrera de fisioterapia y decidi que mi vida eran los animales. Ahora tengo veintiocho. Adoro trabajar con ellos, sin embargo, reconozco que hay que tener una paciencia... vamos que me falta poco para que me hagan Santa porque hago cada milagrito... Y no solo porque algunos tengan un caracter dificil de controlar, sino, porque los duenos no nos suelen reconocer el esfuerzo que hacemos a diario, a nosotros los profesionales. Como el mes pasado, que vino una senora por primera vez y me dijo que le cortase el pelo cortito a su bichon maltes de seis meses. Todo iba bien hasta que la senora se fue y me quede con el perro. Eso no era un perro, era una oveja. ?Como era posible que tuviera el animal por casa con esos nudos? ?Nudos? Mejor dicho rastas... A punto estuve de llamarla y decirle; Senora, ?usted sabe lo que es un peine? Ademas, no era de color blanco sino gris y del oscuro. Bueno total, que no queria esquilarlo con la maquina e hice lo que habia que hacer. Desenredar y cortar, desenredar y cortar y asi me pase casi dos horas... Se presento preguntando que si ya habia acabado. Le dije con mucha simpatia lo que sucedia y me dijo; Pues, ya me llamaras mas tarde. Cuando finalice el trabajo lo bane con un champu hidratante, le puse acondicionador y lo seque. Una vez seco, volvi a desenredar e hice un corte monisimo con la carita redondita. !Parecia un peluche! Llame a la senora entusiasmada; Senora, que Tobby ya esta listo y perfumado. En cinco minutos la tenia en la puerta. ?Y que creeis que dijo la senora? --!Dios mio! ?!Que le has hecho a mi Tobby!? !!Esta precioso, parece de concurso, eres la mejor peluquera canina Helena!! Voy a recomendar a todas mis amigas del PipiCan que vengan aqui. !!Ja, que os lo habeis creido!! Ya me hubiera gustado ya, que me dijera eso.... --!Parece un conejo! --?Como? --respondi. Ya os podeis imaginar mi cara de incertidumbre. --Lo queria corto pero no tanto. No me gusta. --miro al pobre bichin con cara de asco. Vale. Pense ?La mando a freir esparragos o a la playa? ?Que hubierais elegido? --Quiza esta mas corto de lo que usted se imaginaba, pero Tobby tenia muchos nuditos y hemos tenido que hacerlo asi para que quedara todo igualado. Seguro que el se siente mucho mejor y mas fresquito. --Esta horrible, ?tanto has tardado para esto? Respire hondo y conte hasta diez. --Em... yo lo he hecho lo mejor que he podido y creo que esta guapisimo, si a usted no le gusta... --Ya veras cuando lo vea mi hija, el disgusto que va a tener. --El pelo vuelve a crecer, yo le recomiendo que lo cepille a diario y lo traiga mas a menudo para que su cabello lo mantengamos brillante y saludable. --Bueno, bueno... en casa tambien lo puedo banar yo eh que no es tan dificil... Estaba a una borderia mas de sacar el caracter de leona que tengo escondido. Ese que me viene de familia y que sale cuando me tocan lo que no tengo. --Se que usted puede hacerlo en casa pero de ese modo el se acostumbra a nosotras y al ruido del secador, de las tijeras... --Venga va, cobrame que tengo que ir a recoger a mi nieto al colegio -- interrumpio mi explicacion. --Mire, seran treinta y cinco con veinte. --!!Que!! --grito. --!?Treinta y cinco euros por dejar a mi perro como un conejo?! Diez minutos estuve aguantandola hasta que me cabree y textualmente le dije; --Mire senora, yo he hecho mi trabajo como tenia que hacerlo y lo mejor que he podido. Si usted no lo valora no puedo hacer nada mas. Debo cobrarle por las horas que he pasado con su perro. Pero en realidad queria decirle; Si no le gusta como trabajo, ahi esta la puerta. !No vuelva mas, desagradecida! !A ver en que peluqueria la aguantan! Y se fue pero de pagar vaya si me pago. Dudo mucho que regrese y mejor, porque para soportar cosas asi... Luego hay otro tipo de clientes, los que te son fieles y vienen cada mes. Hablan bien de ti a sus conocidos y asi va prosperando el negocio y tu motivacion al trabajar va creciendo. A esos si que les estoy muy agradecida. --Hola Helena --me saluda Alma al entrar al vestuario--. ?Que tal el fin de semana? --Meh, mas de lo mismo... --?No te fue bien con Santi? --Uf, ni me lo nombres.

  • El libro de los quizas de Fran Russo

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    ?A que no eres capaz de leer solamente el primer capitulo?

  • Tierra India. La dama escondida de Susana Biset

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    El orgullo y la soberbia son dos formas de intimidar a los demas. Tambien dos maneras de esconderse, de ocultar a los otros los propios miedos, las tribulaciones, las vacilaciones que preferimos que no vean. A veces, tambien, dejar al descubierto lo que nos asusta, lo que nos hace dudar es la manera de salir del escondite, y de encontrarnos a nosotros mismos.

  • El trono de jade ( Temerario 2), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • El chico que siguio a su padre hasta Auschwitz de Jeremy Dronfield

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    En 1939, Gustav Kleinmann, un tapicero judio de Viena, fue capturado por los nazis. Junto a Fritz, su hijo adolescente, fueron mandados al campo de Buchenwald, en Alemania. Empieza asi una desgarradora historia en la que sus protagonistas seran victimas del hambre y de las palizas, mientras participan como mano de obra en la construccion del mismo campo de concentracion en el que permaneceran cautivos.
    Cuando Gustav reciba la noticia de su traslado a Auschwitz, una segura sentencia de muerte, su hijo Fritz hara todo lo posible por no separarse de su padre y seguirlo hasta Polonia.

  • Conquista plena (Dive Bar 3) de Kylie Scott

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    ?Puede un mujeriego llegar a ser el mejor padre para tu hija? El amor lo puede todo…
    Eric Collins es un chico malo y se ha ganado esa reputacion a pulso. Por eso, no esta teniendo mucha suerte en el amor ultimamente... Cuando Jean llega a la ciudad, cree que los dioses del sexo la han enviado justo para el... El problema es que, primero, ella no quiere saber nada de el y, segundo, esta embarazada.
    Jean esta cansada del estilo de vida que ha llevado hasta ahora. Una ciudad pequena se le antoja el mejor sitio para empezar de nuevo y ser para su futuro bebe la madre buena y carinosa que ella nunca tuvo. Al saber que ella esta embarazada, el dueno del bar de la localidad, Eric, se olvida de ella. Sin embargo, Jean se pone de parto durante una ventisca, su vehiculo se sale de la carretera y no sera otro que Eric quien acuda para ayudarla. ?Acaso el podra dejar de ser un mujeriego para convertirse en el hombre de su vida?

  • Los pacientes del doctor Garcia de Almudena Grandes

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    Tras la victoria de Franco, el doctor Guillermo Garcia Medina sigue viviendo en Madrid bajo una identidad falsa. La documentacion que lo libro del paredon fue un regalo de su mejor amigo, Manuel Arroyo Benitez, un diplomatico republicano al que salvo la vida en 1937. Cree que nunca volvera a verlo, pero en septiembre de 1946, Manuel vuelve del exilio con una mision secreta y peligrosa. Pretende infiltrarse en una organizacion clandestina, la red de evasion de criminales de guerra y profugos del Tercer Reich que dirige desde el barrio de Arguelles una mujer alemana y espanola, nazi y falangista, llamada Clara Stauffer. Mientras el doctor Garcia se deja reclutar por el, el nombre de otro espanol se cruza en el destino de los dos amigos. Adrian Gallardo Ortega, que tuvo su momento de gloria como boxeador profesional antes de alistarse en la Division Azul, para seguir luchando como voluntario de las SS y participar en la ultima defensa de Berlin, malvive en Alemania, ignorando que alguien pretende suplantar su identidad para huir a la Argentina de Peron.

  • Por amor de mi amor de Gadea Fitera

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    El dia que a Columna Ara le entregan la carta, no sabe que su mundo, tal y como lo conoce, va a dejar de existir. Con los ultimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial resonando y Espana sumida en una dura posguerra, debera dejar atras Zaragoza y partir rumbo a la Costa Azul en busca de respuestas.

  • La encargada de vestuario de Patrick Mcgrath

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    La ultima novela del prestigioso autor britanico, Patrick McGrath, es un homenaje al mundo del teatro. Una atmosferica novela ambientada en un Londres de posguerra amenazado por el espectro del fascismo.

  • En la oscuridad de la noche (HQN) de Alissa Bronte

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    <> Lola maldecia entre dientes mientras aquel hombre la obligaba a seguirlo. Su padre era un mal nacido que la habia vendido a ese degenerado que mantenia sus vicios ocultos bajo el uniforme. El, que estaba en la cuspide del poder, era un gran hijo de perra. No entendia por que su esposa, la dulce Catalina, permanecia a su lado, aunque supuso, no era capaz de plantarle cara. Igual que le sucedia a ella. Nunca iba a borrar de su memoria el dia que su padre la entrego para salvar su avejentado y alcoholizado culo de los calabozos, con la excusa de que trabajaria como dama de compania de la esposa. Asi leeria y hablaria con la pobre mujer, que habia perdido la vista y que, lentamente, iba perdiendo tambien la movilidad de los musculos. <>, comentaban en el pueblo. Y ahi estaba, inocente y confiada, pensando que su padre por una vez en la vida habia hecho lo correcto, lo mejor para ella, algo bueno y desinteresado por su hija. Hasta que sintio el putrido aliento del capitan en su boca y su sudor sobre el vestido. Habian pasado algunos dias sin que la reclamara. Habia estado mas ocupado de la cuenta tratando de dar caza a la banda de forajidos liderados por el Caballero. Habia rezado, a pesar de ser algo contrario a sus creencias, rogando para que le sucediera algo terrible y, a ser posible, perdiese la vida en ello. Pero esa noche habia vuelto enfurecido por ser incapaces de dar con ellos a pesar de sus continuadas pesquisas; la gente del pueblo los protegia con celo. Habia escuchado algunas historias acerca de ellos y la verdad era que no le parecian peligrosos, mas bien hombres que se sublevaban contra animales como el capitan. Lo odiaba con todas sus fuerzas y sabia que esa noche iba a ser dura; pagaria sus frustraciones con ella. Siempre lo hacia. Le indico que lo siguiera a su despacho, su guarida, en la que cometia esos actos despreciables contra ella. Las piernas le temblaban, sentia que no iba a ser capaz de soportarlo de nuevo. Aun le quedaban algunos moratones en las piernas y en el cuello despues de su anterior visita a su cuerpo. Saboreo la bilis que lleno su boca con ese sabor amargo, tanto como lo estaba siendo su vida. No habia sido feliz nunca. Era duro admitirlo, pero era la realidad. Se agarro a la barandilla de madera que adornaba la escalinata hasta la planta superior, cuando llamaron a la puerta. Era el dia libre de Hector, el mayordomo, por lo que el dirigio su voluminoso cuerpo hacia la puerta farfullando improperios acerca de quien seria a esas horas. Abrio la puerta y varios guardias, sin esperar invitacion, entraron ocupando el gran vestibulo de la planta superior. Llevaban a un hombre maniatado y flanqueado por dos de ellos a los lados y varios mas a su espalda que esperaban la oportunidad de asestarle algun golpe si se atrevia a intentar escapar. Lola permanecio a un lado rezando para que su amo tuviese algo mejor que hacer que yacer sobre ella para descargar su frustracion y saciar sus bajos instintos. El preso levanto la cabeza y Lola pudo ver que sus ojos, grises al igual que una nube de tormenta, la miraban directamente, no a ella, sino dentro de ella, leyendola como un mapa abierto. Sintio un escalofrio que recorrio su larga espina dorsal y la dejo anclada en el sitio; helada. El preso no dejo de mirarla ni un solo instante. Ninguno se atrevio a pestanear para no romper el hechizo que los habia hipnotizado, atrapandola en el turbulento mar que eran sus ojos. El capitan los miro sin entender que sucedia. -Lo hemos pescado mientras haciamos la ronda. No hemos sido capaces de dar con el campamento, tampoco sabemos si estabamos lejos o cerca... No ha soltado prenda. - ?Acaso es mudo? -bramo con esa rabia animal que lo gobernaba. -No lo sabemos, pero no ha dejado escapar el mas leve sonido; ni siquiera cuando le hemos golpeado -confeso el guardia con satisfaccion. Lola observo el color purpura que adornaba su mejilla advirtiendo en ese momento que tenia el labio inferior inflamado y que un reguero de sangre, ya reseco, cubria la herida. -Quiero verlo -exigio el capitan. Uno de los guardias, ansioso, golpeo al joven en el estomago y este, a pesar de doblarse por el dolor, no dejo escapar nada mas que el aliento. Ella no podia creer lo que estaba viendo. Quizas si que era mudo, pues no era posible que un hombre aguantase esa embestida brutal en el estomago sin soltar ni la mas leve de las quejas. -Otro -pidio curioso.

  • La muneca ciega de Giorgio Scerbanenco

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    Una muneca a la que le han arrancado los ojos es abandonada en un hospital. Al mismo tiempo, el multimillonario Deravans, quien quedo ciego a causa de un accidente de trafico, podria recuperar la vista mediante una intervencion que solo el doctor Linden, amenazado de muerte si se atreve a llevarla a cabo, es capaz de realizar. Jelling, un empleado de la Policia de Boston que cuenta con una sorprendente habilidad para recordar delitos y perfiles de criminales, tendra que seguir las huellas de un crimen que aun no ha sido cometido para evitar un posible homicidio. Sirviendose de la tension inducida al lector a traves de inquietantes senales casi imperceptibles y de la originalidad de la trama, Scerbanenco vuelve a lograr que el lector perciba el angustioso hedor <> que transmite La muneca ciega.

  • El cuento de la criada de Margaret Atwood

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    Amparandose en la coartada del terrorismo islamico, unos politicos teocratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podria encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipo con llamativa premonicion una amenaza latente en el mundo de hoy.

  • Odiame manana de Sophie Saint Rose

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  • El jardin de los sospechosos de Marina Sanmartin

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    Martin Guidu tiene que asistir a la jornada de padres de su sobrino Lucas porque su hermano Anakin esta en el hospital. Todo deberia ser facil: los padres explican sus oficios a los ninos bajo la mirada benevolente de la profesora Natalia Holden. Parece un dia sencillo en Caivelan, hasta que descubren el cadaver de una nina muerta, companera de clase de Lucas. Reunidos en el jardin de la escuela, convertida en el escenario involuntario de un crimen, Martin, Natalia y el inspector de policia Lorenzo Barriuso, tres desconocidos que se veran obligados a resolver juntos el atroz asesinato, se sumergiran hasta las profundidades de la maldad.

  • El proyecto de mi vida de Megan Maxwell

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    Branon Sivon, dueno del prestigioso bufete de abogados Sivon-Cardigan de Nueva York, adora a su hija, Sharon, a quien ha ido preparando desde pequena para que se haga cargo del negocio familiar cuando el falte. Sin embargo, Branon fallece inesperadamente, y Sharon, lejos de sentirse capaz de tomar las riendas del bufete, debe afrontar otro duro reves cuando encuentra una antigua foto suya junto a una nina que se le parece mucho.

  • Vikingo Dominante de Rocio Verdejo

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    Auron era un hombre cuya planificacion siempre iba a un paso adelante, mas alla de la naturaleza, y cualquier adversidad que pudiese presentarse en sus viajes y travesias. Era un vikingo que habia nacido en un barco, y alli, habia crecido rodeado de hombres feroces, fuertes, guerreros y luchadores. No habia tenido una infancia normal, no habia tenido la oportunidad de disfrutar de la diversion y la inocencia de ser nino, siempre habia tenido que sujetar una lanza, un espada o un escudo entre sus manos para poder sobrevivir. Asi era la vida de los vikingos, el no lo habia elegido, no tuvo opcion, para el, simplemente era una condicion de la vida que tenia que asumir con la mayor fuerza, ya que, a medida que iban pasando los anos, mayores eran las responsabilidades que tenia que afrontar. Cuando apenas habia cumplido los 17 anos de edad, ya tenia una contextura corpulenta que lo hacia ser bastante intimidante y atemorizante. Ninguno de los companeros de tripulacion, podia vencerlo, era un vikingo con la sangre guerrera corriendo por sus venas, la cual, alimentaba un espiritu que era imbatible. Con 19 anos de edad, habia visto morir a su padre en medio de una invasion, aquel hombre que le habia ensenado absolutamente todo, habia sido traspasado con un espada en su abdomen. Auron, sin pensarlo, habia corrido en su ayuda, pero lo unico que habia conseguido, era decapitar al enemigo, pero no salvar a la vida de su padre. Tendido alli en el suelo, en medio de un charco de sangre, ambos se habian despedido, y el padre de Auron, le habia pasado el liderazgo en ese momento, una gran responsabilidad, ya que, liberaria a un ejercito de vikingos, los cuales, generalmente se trasladaban en tres barcos diferentes. Aquello no habia sido una opcion, no fue una alternativa o una eleccion por parte de Auron, simplemente habia sido lo que le habia tocado vivir, y aunque no se arrepentia, en ocasiones mientras navegaban de noche, se sentaba en el borde de aquel barco, con sus pies suspendidos sobre las aguas mientras se movian sobre el oceano, observando las estrellas y tratando de conseguir respuestas de los dioses, los cuales, parecian ignorarlo por su naturaleza. En ocasiones, este dudaba de la existencia de un poder divino, dudaba de la existencia de esos dioses que muchos alababan, inclusive, aquellos que navegaban junto a el. Su constante desafio a las deidades sagradas, hacian temblar a quienes los rodeaban, ya que, decian que enfrentar a Odin o a Zeus, seria una completa estupidez, ya que, cuando estos desataban su furia o lograban escuchar este tipo de desafios, no tenia ningun tipo de tregua. Navegaron sin rumbo durante algunos dias, Auron y su tripulacion, la cual, estaba comprendida por mas de 200 hombres y algunas mujeres, entre las cuales se encontraba Eyra, su amante, y su prima Lena, la cual, era la segunda al mando. Lena habia sido entrenada directamente por Auron, por lo que, esta tenia una forma de pelear muy similar a la de el. Era aguerrida, feroz, rapida, y tenia a su favor una personalidad encantadora, que podria ser utilizada como caballo de Troya al momento de atacar a sus enemigos. Nadie podria esperarse un ataque tan feroz proveniente de una mujer tan delicada como Lena, la cual, admiraba enormemente a su primo, el cual, era el lider de aquel batallon vikingo, el cual, se movia por los mares amenazando con saquear, robar, matar y despojar de todas sus pertenencias, a aquellos desgraciados que recibian la visita de aquella trinidad de desgracias que conformaban estas embarcaciones. Si algo habia quedado completamente claro en el grupo de asesinos, es que no habia reglas, en el momento en que podian desembarcar en un lugar, tenian carta abierta para tomar lo que quisieran, asi era la ley vikinga. Pero en esta oportunidad, las cosas estaban a punto de cambiar, ya que, por primera vez, Auron estaba enfrentandose a la furia de los dioses, ya que, los habia retado tanto, que habia obtenido su respuesta. --!Ajusten las velas! No podemos ir por el mar de Hades, tenemos que cambiar de direccion. !Todos a sus puestos! --Exclamo Auron, mientras la lluvia comenzaba a arreciar. Tanto tiempo navegando por los mares, le habian permitido tener una clara idea del comportamiento de la naturaleza, podia predecir cambios de viento, cuando debian tomar una direccion o no, cuando debia navegar en contra de la marea. Pero en esta oportunidad, la mente de Auron habia sufrido una confusion, parecia haber sido enganado, emboscado por los propios dioses. En busca de nuevas tierras para conquistar, habia tomado una ruta incorrecta, algo que lo habia llevado directamente a uno de los sectores mas peligrosos, ya que, alli habia naufragado una gran cantidad de barcos en el pasado. Ese viaje, se habia convertido en la peor experiencia de toda la tripulacion, ya que, aquel navio se sacudia de un lado al otro como si se tratara de un simple pergamino. El viento arreciaba, las velocidades impactaban contra las velas amenazando con romperlas como si se tratara de simples hojas secas. Auron habia vivido muchas cosas, habia tenido que atravesar por momentos realmente dificiles que habian forjado una personalidad aguerrida, feroz, potente, y el miedo, rara vez se manifestaba en su interior. Pero habia cosas que simplemente lo superaban, por ejemplo, la naturaleza, no podia controlarla, no habia gritos, no habia espada ni escudo que pudiese contener la furia del entorno, cuando la tierra se expresaba no habia forma de silenciarla. Era la peor tormenta que habian visto los ojos de aquellos vikingos, los cielos habian tornado tan negros, que ni siquiera las nubes podian verse, era como si hubiesen quedado atrapados en las fauces de un gran demonio. Por momentos, en los cielos se iluminaban brutalmente con los rayos que caian sobre las aguas, casi a unos cuantos metros de los barcos. Parecian estar bajo ataque, pero no era un enfrentamiento justo, ya que, ellos no podian tener una contraofensiva para este tipo de situaciones. --!Tenemos que buscar la manera de regresar, Auron! !Vamos hacia la catastrofe! Nos acercamos al mar de Hades. --Dijo Lena, quien conocia tambien los mares como su primo. --Si entramos en esa zona, solo dependeremos de la suerte. El lugar esta repleto de rocas, y la marea es brutal. No podemos llegar alli. --Dijo Auron, mientras le hablaba a su prima y al resto de la tripulacion. --Todos ajusten las velas, nadie puede ocultarse, se que tienen miedo, pero sostengan esas velas y apuntenlas en la direccion contraria. --Dijo Lena, mientras asumia su posicion como segunda al mando. Auron corria de un lugar al otro, estaba atento a las embarcaciones que lo seguian, ya que, la de el era la que lideraba la ruta. Los otros barcos simplemente seguian, no tenian la posibilidad de discernir o pronosticar absolutamente nada de lo que estaba pasando, asi que, todos debian seguir las instrucciones de Auron, o de lo contrario, naufragarian. Era una situacion realmente complicada, ya que, a pesar de que hacian lo posible por ir en contra del viento, tratar de evadir los obstaculos, mantenerse tranquilos y serenos en medio de una situacion como esta, era practicamente imposible. El miedo los consume, ya que, estan en medio de la tormenta mas feroz vista jamas. Pero todo empeoro mucho mas, cuando Auron vio como uno de los navios que le pertenecian, y que se habia quedado hasta atras en medio de aquel recorrido, fue capturado por un remolino, el cual, se habia formado desde lo mas interno del oceano. Era una especie de vortice que podia tragarse cualquier cosa que estuviese cercano a el, asi que, pudo ver como aquel barco fue engullido por el oceano, y entendio, que la situacion era mucho mas grave de lo que imaginaba. Al menos uno 70 hombres se encontraban en el interior de aquella barca que fue tragada por el oceano, no pudo verla nuevamente, aquel navio tenia que haber terminado en el fondo de aquella gran masa de agua, la cual, parecia estar dispuesta acabar con ese grupo de vikingos aquella noche. Era muy probable que Poseidon estuviese involucrado en esto, parecia que el mar habia cobrado vida y queria erradicarlos, borrarlos del mapa, pero Auron era mucho mas fuerte que esto, y no permitiria que los dioses lo sometieran. Su segundo barco, comenzo a moverse en una direccion totalmente opuesta a la de el, nuevamente, penso en que la naturaleza estaba actuando de manera inteligente y simplemente queria separarlos para derrotarlos. Este, veia con ojos de asombro la manera en que aquel barco se alejaba tan rapidamente, era imposible, pero tenia que mantener el liderazgo y salvar a quienes lo rodeaban. No habia forma de que pudiese controlar lo que estaba ocurriendo en el otro barco, asi que, su mision es salvar el que es comandado por el en ese momento. Era posible que hubiese realizado un mal calculo, lo que era muy poco probable, pero finalmente habian terminado en el lugar que no deseaban. Estaban entrando en el mar de Hades, este lugar, era una tumba para los barcos, ya que, una gran cantidad de embarcaciones habian desaparecido alli, habian chocado contra las rocas, habian sido devastadas por las mareas, y ni siquiera los cuerpos de los tripulantes eran encontrados. Despues de largas horas de lucha, Auron simplemente decidio rendirse, ya que, no habia posibilidad de poder controlar una situacion como esta. Se despidio de su tripulacion y les pidio que se pusieran a salvo, se abrazo a Eyra, su amante, mientras Lena, trataba de asegurar algunas de las provisiones, ya que, en caso de que sobreviviran, las necesitarian para poder vivir algunos dias en el destino desconocido que tomarian. De manera casi milagrosa, cuando el sol salio a la manana siguiente, muchos de los tripulantes, habian quedado inconsciente es debido a las fuertes sacudidas dentro del barco. Algunos habian golpeado sus cabezas contra la coraza y el armazon del barco, otros simplemente se habian quedado dormidos ante el agotamiento, ya que, habian tenido que lidiar mucho para poder sobrevivir. Los ojos de Auron se abrieron, y al ver la luz del sol golpeando incesantemente contra su rostro, penso que estaba muerto. Entre sus brazos, aun tenia a Eyra, levanto su cabeza lentamente y dio una mirada alrededor, su barco estaba completamente deshecho, pero aun se encontraba alli, imponente sobre las aguas, la naturaleza no habia logrado hundirlos. Aquella ruta que absolutamente nadie podia tomar, debido a la letalidad que esta representaba, lo habia llevado hacia un lugar completamente desconocido e inexplorado, unas tierras que probablemente estaban inhabitadas. --!Eyra, despierta! Parece que lo hemos logrado. --Dijo Auron, mientras sacudia suavemente a la chica de cabello rojo y trenzas que tenia a su lado. Esta, era tan letal y aguerrida como Lena, aunque esta, estaba perdidamente enamorada de Auron. --No lo puedo creer, ?en donde estamos? --Pregunto Eyra. --No tengo la menor idea de que es este lugar y hacia donde vamos. Parece que los dioses nos han dado una segunda oportunidad, aparentemente, si existen. --Dijo Auron. --Claro que existen, y debes dejar de desafiarlos, esto ha sido un castigo por tu insolencia. -- Dijo Eyra, mientras golpeaba fuertemente en el rostro a Auron, algo que mas alla de desagradarle, parecia excitarlo. --Ven aqui, lo logramos. !Estamos vivos, Eyra! --Dijo Auron, mientras la tomaba de la cintura y la abrazaba, dandole un beso profundo, apasionado donde sus lenguas jugaron apasionadamente, algo un poco fuera de lugar para la situacion en la que se encontraban. La incertidumbre los consume, ya que, no saben en donde estan, no saben a donde ir, y el camino de retorno, es absolutamente imposible. No pueden regresar por el mar de Hades, ya que, posiblemente no tengan la misma suerte dos veces. --Auron, lo logramos, estamos vivos, primo. --Dijo Lena, mientras corria rapidamente a abrazarse con su admirado capitan. --Si, somos imbatibles, prima. Alista a toda la tripulacion, tenemos que prepararnos, aun no sabemos hacia donde vamos ni lo que nos espera. Perdimos dos barcos, y tenemos que defender lo poco que nos queda. --Dijo el capitan. Esta actitud de liderazgo, fuerza, y ese impetu, calentaba enormemente a Eyra, la cual, como premio y celebracion, habia invitado a Auron a una escena mucho mas intima, ya que, la muerte les habia respirado en el rostro, les habia sonreido, casi habia tomado sus vidas. Pero por alguna razon, los habia dejado salir sanos y salvos, aunque, con muchas perdidas materiales y vidas sacrificadas en el trayecto. --Ven conmigo, casi morimos la ultima noche, pero ahora, quiero disfrutar de la vida. Vamos, necesito de ti. --Dijo Eyra, mientras tomaba de la mano a Auron. Esta mujer era muy caliente, y por esto, precisamente por esto, era que este la habia seleccionado como su amante principal. Auron es un hombre lider de un campamento vikingo, puede tener a la mujer que quiera, pero por alguna razon, ha elegido a Eyra como la unica. Esta, parece llenar el vacio de cualquier tipo de chica, ya que, es apasionada, lujuriosa, caliente, comprensiva y muy apasionada. Ingresaron a la habitacion privada de Auron, la cual, se mantuvieron a puertas cerradas durante al menos una hora mientras en la tripulacion era organizada por Lena. Cuando estos dos follaban, podia escucharse practicamente en todo el barco, ya que, no eran nada discretos.

  • Aviones sobrevolando un monstruo de Daniel Saldana Paris

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    Hace muchos anos lei, en un libro de ensayos del poeta Robert Creeley, una pregunta que nunca he logrado sacudirme: <> Este libro es, en parte, un intento de respuesta a esa pregunta. A los diecinueve anos, mientras estudiaba en Madrid la carrera de Filosofia, entre a trabajar como redactor a una revista literaria. Decir que entre a trabajar es, como casi todo en estas paginas, una exageracion: durante un periodo de prueba no recibi ningun sueldo, pero me permitian errar entre las fotocopiadoras y el garrafon de agua unas cuatro o cinco horas por dia. A veces me confiaban un texto para corregir o traducir, o me ponian a capturar el aburridisimo indice anual de colaboradores. Un dia, no recuerdo ya si porque lo propuse o porque me lo propusieron, escribi una resena de una exposicion de arte contemporaneo. Era un texto torpe, escolar y poco informado, pero sin venir a cuento inclui la mencion de una revista neosituacionista inexistente, que segun mi articulo se habia presentado por aquellas fechas en el madrileno barrio de Malasana. En otras resenas de aquella epoca, mas adelante, difundi nuevos rumores sobre aquel exaltado grupusculo neositu en el que, de manera difusa, estaba ya el germen de una novela que escribiria mas tarde. Esa ficcion minima, escondida en un texto que se pretendia non fiction, es lo unico que salvaba a ese primer articulo que firme. Como nadie en la revista tenia mucha idea de arte contemporaneo, y como supongo que tampoco tenian la paciencia para explicarme que mi texto era muy malo, me publicaron la resena y hasta me pagaron por ella. Asi empezo mi carrera de escritor a sueldo. Desde entonces he escrito y publicado muchos textos por encargo, a veces contra reloj, a veces con un tema asignado, a veces incluso como escritor fantasma, poniendo mi prosa pero no mi nombre. Los textos aqui reunidos son producto de una labor analoga a la de aquella primera resena. Algunos fueron escritos, en principio, para cumplir cierta comision o ganar un monto mas o menos irrisorio, pero en las multiples reescrituras y rondas de correcciones cobraron otro sentido. Y, a pesar de su origen pedestre, quiero pensar que todos son fieles a un impulso personal; que todos guardan, entre lineas, ese oscuro corazon ficticio que, no tan paradojicamente, le confiere verdad a una escritura (<>, dice Antonio Machado). La aleatoriedad del freelanceo moderno impone a veces temas medio absurdos. Se me ha llegado a pedir que escriba sobre asuntos de los que no tenia la mas palida nocion, pero una mezcla de cinismo y desempleo me ha empujado a tomar tales propuestas como retos, lanzandome a las bibliotecas publicas a investigar, en jornadas maratonicas, sobre la historia de la cetreria persa, las peregrinaciones budistas o el rosacrucianismo. Con todo, el azar objetivo me ha puesto una y otra vez ante temas que me son caros y sobre los que ya habia pensado antes. El lector o la lectora de estas paginas encontrara, por ejemplo, una reaparicion constante de la ciudad como superposicion de capas narrativas, el sonido de los aviones, el ritual, la enfermedad y el dolor, las drogas. Uno tiene sus duendes, vaya, que lo persiguen de por vida aunque les aseste patadas. De la Ciudad de Mexico a Madrid, de Cuernavaca a Montreal y de alli a La Habana, este libro dibuja, ademas, un recorrido, o un derretimiento autobiografico, por las ciudades que me han marcado. <>, escribe Baudelaire en otro poema que releo mucho, de El spleen de Paris (una ciudad, quiero creer, menos horrible que Cuernavaca). Horrible oficio, anado aqui: solitario e incierto, sembrado de obstaculos reales e ilusorios, desesperante y mal pagado. Pero tambien oficio dulce, que me sosiega y me hace olvidarme de casi todo lo que en general me angustia. Pensar sobre la ciudad desde la que escribo, o sobre el cuerpo que teclea estas palabras, es siempre, invariablemente, pensar tambien el acto mismo de escribir, sus consecuencias. Por eso se cuelan, en estas paginas, algunas reflexiones sobre el oficio, horrible y luminoso, de poner una palabra delante de otra. AVIONES SOBREVOLANDO UN MONSTRUO 1 Me acerco a la ventanilla del avion casi hasta pegar mi cara contra ella. Sobrevolamos la ciudad. Juego a identificar los edificios: el World Trade Center, antes conocido como Hotel de Mexico; la Torre Latinoamericana, a lo lejos, marcando el territorio del Centro Historico; el mall de Reforma 222, por donde pasaba todos los dias para ir a mi trabajo como editor hace unos anos, antes de emigrar a Canada. No habia estado en la Ciudad de Mexico en los ultimos doce meses y lo unico que puedo pensar es que es horrible, y que la amo. Esta contradiccion es perfectamente comun y todos los chilangos la hemos sentido alguna vez cuando atisbamos el monstruo desde lejos. Pienso en todas las veces que he visto el infinito oceano de calles, casas grises y avenidas sucias de la ciudad extenderse bajo mis pies desde un avion. Cada vez, al llegar a Mexico, he experimentado esta misma mezcla de repulsion y encanto, este movimiento de atraccion y rechazo. Ese doble impulso lo sintio tambien Efrain Huerta, que en 1944 publico su <> en el mismo libro en el que se incluia uno de los textos mas hermosos y justos sobre el DF que se hayan escrito nunca: <>. A veces leo ese poema en voz alta, exaltado, para recordar mi origen: <> Hace diez anos, exactamente, aterrice en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez de la Ciudad de Mexico al que ahora nos acercamos. En ese entonces volvia procedente de Madrid, despues de pasar cuatro anos viviendo en Espana. Yo era un joven poeta de veintiun anos y tenia una beca del gobierno mexicano para escribir mi primer libro. Nunca habia vivido como adulto en la ciudad, pero una incombustible altaneria -caracteristica de los poetas jovenes- me hacia confiar ciegamente en el futuro. Era octubre de 2006 y me instale en un pequeno departamento de la colonia Roma, que en ese entonces no se habia gentrificado hasta los ridiculos niveles de hoy en dia. La vecindad en la que vivia, llena de plantas y de pericos enjaulados, tenia su entrada justo entre una sinagoga y un local de reparacion de pianos -el soundtrack de mi vida durante esos anos era una mezcla extrana de musica judia y experimentos atonales, como una composicion de John Zorn pero accidental y callejera-. Por una extrana peculiaridad arquitectonica, el breve pasillo que conectaba mi sala, mi cocina y mi cuarto estaba descubierto, sin techo, de modo que cuando llovia tenia que mojarme para pasar de un espacio a otro del departamento. Tenia muy pocas pertenencias: una orquidea que me lleve de casa de mi madre, un punado de libros de poesia y una cafetera italiana. Vivia a base de quesadillas, sexo y cerveza de lata. Me sentaba en una pequena silla de madera en el pasillo sin techo y escribia poemas en una vieja laptop frente a mi orquidea. No conocia a nadie, nadie me conocia. El DF -que ahora ha dejado de llamarse <>- era una aglomeracion de posibilidades. Poco despues, a traves de la beca que tenia para escribir mi primer libro, conoci a otros poetas. Baile con ellos, me pelee con ellos, los ame, me emborrache con ellos, nos insultamos. Las cosas que hacen los poetas jovenes de cualquier ciudad, y que paradojicamente los hacen sentirse unicos. Yo me sentia unico, escuchando las notas imperfectas del afinador de pianos mientras bailaba en el pasillo descubierto de mi pequeno departamento, bajo mi lluvia de interior. 2 Hace ya dos semanas que estoy en la Ciudad de Mexico, despues de aquel aterrizaje en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez -despues de ese momento en que pense, como Efrain Huerta, que amo y odio esta ciudad-. Dos semanas de salir todos los dias, de volver en la madrugada, ebrio de luz electrica, y de intensidad y de smog y de tequila. Dos semanas de este parentesis extrano que es mi visita al lugar donde naci, despues de un ano viviendo fuera. Jorge, Benjamin y yo miramos el cielo, acostados en la azotea, mientras hablamos. La conversacion se interrumpe de vez en cuando por el ruido de los aviones. La colonia Narvarte, en donde estamos, esta en la ruta de aterrizaje del Aeropuerto Benito Juarez: cientos de vuelos comerciales, sobre todo a partir de las dos de la tarde, ejecutan una elegante curva sobre el techo de la casa de Benjamin antes de apuntar hacia alguna de las dos pistas de aterrizaje y despegue del vetusto aeropuerto. (Siempre me sorprendio que el nombre de esas pistas fuera 5L/23R y 5R/23L, como si no fueramos capaces de reconocer que es un aeropuerto de dos pistas, y que bien podrian llamarse 1 y 2, respectivamente.) Hace tres horas, Benjamin, Jorge y yo nos metimos media dosis de LSD cada quien. Ahora conversamos con cierto letargo, desde la lucidez alucinada de la droga, interrumpidos de vez en cuando por el ruido de las turbinas sobre nosotros. Es un domingo resplandeciente y lento. Deben ser las tres o las cuatro de la tarde. Cada vez que el sonido de las turbinas de un avion corta el cielo a la mitad, Benjamin, Jorge y yo nos callamos para mirar y escuchar con todo el poder de nuestra atencion. La aeronave asoma la nariz por el extremo izquierdo de nuestro campo de vision, que imagino corresponde al norte. Desde ahi se desliza suavemente hacia el extremo opuesto, como un cuchillo caliente que atraviesa un bloque de mantequilla. El ruido resuena unos segundos mas, cuando el avion ya no es visible desde donde estamos tumbados. El LSD acentua el efecto Doppler y se que los tres - Benjamin, Jorge y yo- estamos pensando en eso mismo, en la forma en que el sonido de los aviones revela, de un modo casi cientifico, la curvatura del planeta y el tamano exacto de la atmosfera sobre nosotros.

  • El dedo de Dios de Mario Escobar

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    Veracruz, Mexico. Hercules Guzman Fox, uno de los investigadores mas importantes del mundo, tiene que resolver la extrana muerte de un senador norteamericano en el barco en el que viajan hacia los Estados Unidos. Durante la travesia descubrira que los culpables son un extrano grupo que se creia desaparecido hacia siglos. Las pistas de una antigua reliquia lo llevaran, junto a George Lincoln y Alicia Mantorella, sus inseparables amigos, a Washington, donde se encuentra la clave de un asombroso misterio, asociado a uno de los objetos mas poderosos de la historia. El escritor Jack London y un joven Franklin D. Roosevelt los ayudaran a descubrir el enigma que se oculta en las entranas de la ciudad y que se remonta al descubrimiento de America. Un grupo masonico lo intentara impedir.

  • Martina mezclada, no enredada. (Martina sin alcohol 2) de Olga Salar

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    Martina Vega esta de vuelta. Su vida ha cambiado y ya no esta agitada, ni revuelta, sino mezclada, no enredada. El amor es lo que tiene, nos transforma sin que nos demos cuenta. ?Pero que quereis que os diga que no sepais todos ya? Las mezclas, a veces, ofrecen los mejores sabores. ?Quieres averiguar que tipo de coctel sera este? ?Dulce? ?Amargo o quizas picante?
    En Martina mezclada, no revuelta, tienes la respuesta.

  • Violetas para Olivia de Julia Montejo

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    Madelaine, una joven doctora de treinta y seis anos, se ve obligada a regresar a la casa que sus antepasados, los Martinez Durango, tienen en San Gabriel tras la muerte de su tia Rosario. Los Durango, la principal familia del pueblo, es duena de la mayor parte de las tierras y de los mas prosperos negocios, pero tambien pesa sobre ellos una larga leyenda de infortunio y numerosas habladurias… Para Madelaine, que siempre sintio aversion hacia la casa y todo lo que la rodeaba, su vuelta significara el reencuentro con su otra tia, Clara --una anciana de caracter dominante y aferrada a un mundo que ya no existe--, y con su pasado. Un pasado oscuro en el que flotan demasiadas preguntas jamas resueltas: ?que sucedio con su abuela Olivia, que fue borrada de la historia de la familia? ?por que su madre desaparecio sin siquiera despedirse de ella? ?que relacion unia a su madre con sus tias?

  • Alguien Como Tu (Mi eleccion 2) de Elisabet Benavent

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  • Dime que me quieres de Corine Michaels

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  • La ultima historia que contar de Buho

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    Janet intentaba conciliar el sueno en aquella cama improvisada que habia armado en mitad del salon de la casa de su hermano. Faltaban pocas horas para el funeral de su cunada y no habia querido dejarle solo en aquel momento tan fatidico de su vida. Jackson estaba destrozado. Podia verlo en la forma en la que se arrastraba por toda la casa, de habitacion en habitacion, sin mediar una sola palabra con ella. Parecia un alma en pena, un muerto viviente que erraba sin rumbo por el mundo. << Vete >> , le decia, << dejame en paz, quiero estar solo >> . Esas eran las unicas palabras que repetia, en bucle, una detras de otra. Janet sentia lastima por el. Sabia que Ana habia sido el gran amor de su vida y que, aunque ella hacia mucho tiempo que habia perdido la esperanza de sobrevivir, el nunca se habia rendido. Siempre creyo que al final la fuerza de su mujer ganaria la batalla contra la enfermedad. Pero se equivocaba. La enfermedad habia ganado, tal y como los medicos habian predicho que sucederia. Toc, toc, toc... Tres golpes firmes y secos la obligaron a abrir los ojos. Miro el reloj que colgaba sobre la repisa del salon y comprobo que eran las dos menos cuarto de la madrugada. Toc, toc, toc... Los golpes provenian de la cocina. Jackson debia de estar preparandose algo para comer, y eso era bueno. Muy bueno. ?Cuanto llevaba su hermano sin alimentarse? Lo veia escualido y palido. Parecia un saco de huesos con una careta cadaverica en el rostro. Aquellas ojeras ennegrecidas delataban el sufrimiento que habia padecido durante los ultimos meses de su vida. Toc, toc, toc... Janet tuvo un mal presentimiento y se incorporo sobre el colchon. Encendio la lampara de pie de la estancia y volvio a comprobar el reloj de la repisa. Sonrio al ver todos los libros que descansaban en la estanteria y penso en su cunada. Habia sido una gran lectora. Se fijo en uno en concreto. << Esperanza >> , de Paula Brown. Esperanza. Aquel si que era un buen titulo. Toc, toc, toc... El mal presentimiento volvio a instaurarse en ella y, confusa, se incorporo y camino por el oscuro pasillo. La luz de la cocina estaba encendida. La puerta abierta. Una escalofriante imagen se proyectaba en la sombra de la pared; su hermano estaba sentado y su silueta se perfilaba con detalle, pero habia algo extrano en aquella sombra. En su pecho…, habia algo que no encajaba. Janet sintio que se quedaba sin respiracion y camino un paso al frente para asomar la cabeza a traves del umbral. Entonces, lo vio y lo comprendio todo. Los ojos se le empanaron de inmediato. Jackson estaba sentado en la silla, en mitad de la estancia, y un cuchillo atravesaba su pecho. Toc, toc, toc... Tenia la mirada perdida en la lejania y estaba totalmente ido mientras que, con el puno de la mano derecha, golpeaba con fuerza aquel punal que cada vez desgarraba mas su carne, introduciendose en su interior. Clavandose mas hondo y mas hondo en su esternon. El grito ensordecedor de Janet inundo la casa. La muerte seguia presente entre aquellas paredes. 1 Paula reviso su bandeja de correo electronico por decimoquinta vez en aquella manana. Los emails se iban aglomerando, uno detras de otro, y ni siquiera se atrevia a abrirlos. Algunos pertenecian a su editora, otros, en cambio, provenian de sus mas fieles y antiguos lectores. Suspiro profundamente antes de cerrar la pantalla. En algun instante tendria que armarse del suficiente valor como para dar la cara, pero por el momento no se veia ni remotamente capaz. Tic, tac. El tiempo jugaba en su contra. A pesar de que seguia en el top de ventas, las ganancias de su ultima novela cada vez iban descendiendo mas y mas. Abrio la pagina vacia del procesador de textos y se quedo mirandola con una sensacion de desasosiego que iba in crescendo dentro de ella. En lugar de comenzar con las primeras palabras de una historia, opto por realizar esa maravillosa lista que su terapeuta le habia recomendado y con la que pretendia solucionar el problema de su bloqueo mental. Ella, la chica prodigio, estaba sin ideas. Su mente, que siempre era un bullicio constante de personajes, tramas y reflexiones, se habia quedado vacia. En blanco. Cuando cerraba los ojos y pensaba en lo proximo que iba a escribir, no encontraba nada; solamente una neblina blanca que lo empanaba todo y que le hacia sentirse acabada. Intentaba decirse a si misma que no lo estaba. Aun no habia alcanzado la treintena y llevaba a sus espaldas una centena de exitosas novelas. Prometia ser una de las grandes, de las que marcaba historia y de las que, anos despues, todo el mundo hablaria. Quizas, en algun futuro, sus descendientes tropezarian con su nombre en los libros de literatura y en los textos de las enciclopedias. No podia saberlo a ciencia cierta, pero era lo suficientemente inteligente para saber que, si continuaba por ese camino, lo conseguiria. Solamente necesitaba ser aplicada y mantener la constancia. Y por supuesto, volver a la normalidad. Pero, ?como espantaba la maldita neblina blanca que se habia metido como un gusano en el interior de su cerebro? ?Como retomaba su escritura y hacia desaparecer el panico que sentia ante la maldita pagina en blanco? Si, era una chica lista, asi que habia hecho unos calculos rapidos para imaginar que seria de su vida en caso de que el contenido que almacenaba entre las paredes de su craneo se hubiera quedado hecho pure e inservible. Si su cabeza seguia sin funcionar, entonces... Tendria que revender los derechos de sus historias y buscar un tiburon que pudiera ejercer de agente literario y explotar todo lo que tenia hasta que no quedase nada mas de lo que tirar. Penso que, llegado ese momento de desesperacion, tendria que vender su centrico y luminoso atico londinense. Y tambien que, lo mas probable y sensato, seria encontrar algun negocio rentable en el que invertir algo de dinero antes de que sus cuentas bancarias comenzaran a parpadear en rojo. << No voy a quedarme sin ideas >> , se dijo, mirando la pagina vacia. Joder. Ni siquiera necesitaba escribir una historia, lo unico que tenia que hacer era esa maldita y absurda lista que su terapeuta le habia recomendado. Y ni eso fluia. Una lista de actividades. Una lista que supusiera un cambio de rutina y que le obligase a abandonar su zona de confort. Paula volvio a mirar la pagina en blanco y sonrio. Nunca habia necesitado ningun cambio de rutina y, mucho menos, absurdas listas como aquella. Encontraba la inspiracion en cosas banales y sencillas, como una conversacion ajena en la mesa contigua de la cafeteria en la que cada manana desayunaba un croissant y un nespresso. Rara era la ocasion en la que terminaba una de sus historias sin que la siguiente ya asomara entre sus pensamientos, borboteando con cada vez mas intensidad y proclamandose nueva protagonista de sus proximas semanas. Pero nada. No habia nada borboteando entre aquella maldita y espesa neblina blanca. Dejo la pagina en blanco. Ni siquiera se molesto en poner un << 1 >> que enumerase el principio de la lista de actividades. En lugar de hacerlo, apago la pantalla y se levanto de su escritorio. Aquel pequeno rincon de la casa era su santuario, donde realmente se sentia en paz consigo misma. O, en realidad, donde realmente se habia sentido en paz hasta aquel instante. Se dejo caer en el sofa y observo las manchas de humedad que habian comenzado a carcomer los techos blanquecinos de su atico. Penso que debia llamar al seguro para solventar aquel problema cuanto antes, pero despues se rio de lo patetico que sonaba. Aquel era el menor de sus problemas. La menor de sus preocupaciones. Escucho la melodia de su telefono sonar en algun rincon de su casa, pero no se molesto en buscarlo. Fuera quien fuese, no le interesaba. Nadie le interesaba. Admitir que se sentia a la deriva y sin rumbo era demasiado humillante como para expresarlo en voz alta, asi que procuraba mantener lejos de su persona a cualquier persona que pudiera ser capaz de pronunciar la temida pregunta: << ?en que estas trabajando ahora? >>. Cerro los ojos y respiro profundamente. Sintio como los pulmones se le llenaban de aire y como su pecho ascendia ligeramente. Pero no se quedo satisfecha, seguia sintiendose... mal, muy mal. Y ese sentimiento cada vez iba a peor. Una vez mas, volvio a pensar en el imbecil de su terapeuta. Si, Paula pensaba que era un autentico idiota y que sus consejos no servirian para nada; pero estaba tan desesperada y dispuesta a cualquier cosa que habia decidido probar suerte. Roger, se llamaba. Roger Hawkins. Debia de rondar los cincuenta y parecia un fracasado con corbata y cara de pocos amigos. De un simple vistazo, Paula adivino que era un hombre divorciado que seguia llorando por su mujer. En todas las sesiones llevaba la corbata torcida, la camisa sin planchar y los cuellos manchados de cafe. Supuso que debia de estar pasandole una buena pension a la susodicha por el descosido que mostraba en los pantalones roidos de traje que no renovaba a pesar de las caras tarifas que imponia a sus clientes. Tampoco habia pasado por alto la alianza que seguia llevando en su mano. Pero todo eso solamente eran imaginaciones suyas. En realidad, no tenia ni idea de como era la vida conyugal del idiota de su terapeuta. Lo que si que sabia era que, segun Roger Hawkins, estaba sufriendo un bloqueo mental por aburrimiento. Y eso no podia ser cierto porque ella adoraba su vida, su rutina y, por supuesto, sus pequenos espacios de aburrimiento. Seguia con los ojos cerrados y la neblina seguia flotando a su alrededor. Tenia que llamar a su editora para estirar los plazos de entrega lo maximo posible. Necesitaba ganar tiempo y que no le echasen atras el siguiente adelanto de royalties que le correspondia... Intento imaginar como se enfrentaria a esa conversacion, pero no fue capaz. El sueno comenzo a envolverla lentamente despejando la nebulosa blanquecina que solia acaparar su cabeza cuando estaba despierta. Ultimamente estaba cansada, muy cansada. Cuanto menos hacia, mas inactiva y cansada se sentia. Era como si ese maldito bloqueo mental tambien la estuviera paralizando fisicamente, agotandola. Paula sintio miedo. En ocasiones tenia la sensacion de que estaba comenzando a desaparecer del mundo con lentitud. Poco a poco, muy despacio... Pero despareciendo. Si no frenaba esa niebla, terminaria completamente perdida. Entonces escucho el sonido del tren. De la locomotora, mas bien. La neblina se fue despejando poco a poco mientras el sonido de la friccion producido por la via al paso de las ruedas iba cobrando volumen hasta convertirse en ensordecedor. Parpadeo varias veces, confusa, y se dio cuenta de que estaba en mitad de las vias, anclada. Queria moverse. Queria hacerse a un lado y quitarse del medio, pero no podia. Sentia que las leyes de la gravedad se habian modificado y que, de pronto, su cuerpo pesaba una tonelada. Intentaba levantar la planta de sus pies del suelo, pero no era capaz. No podia moverse. Por fin atisbo la locomotora. Habia doblado una curva y habia aparecido en su campo de vision. El corazon se le acelero al instante, pero la repentina paralisis que atrofiaba sus extremidades seguia sin permitirle apartarse a un lado. El humo de la chimenea cada vez estaba mas cerca y Paula calculo que, en cuestion de segundos, aquella maquina de carbon y pistones terminaria arrollandola y haciendo de sus huesos papilla de ferrocarril. Cerro los ojos. El corazon le latia con tanta fuerza que podia escucharlo en el interior de sus oidos. Estaba a punto de morir. Estaba a punto de desaparecer.

  • Seduceme si te atreves (Lover Tygrain 3) de Kelly Dreams

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    Llega por fin la tercera entrega de la serie Lover Tygrain.

  • Rialto, 11 de Belen Rubiano

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    Un dia de principios de otono de 2002, la luz de una pequena y recondita libreria de la plaza del Rialto de Sevilla se apago, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora habia empezado a vender libros diez anos antes en otras librerias, donde aprendio muchas cosas, ademas de su oficio. En la sucesion de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocacion que le llevo a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con candida sinceridad, porque salvo la satisfaccion de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como habia sonado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero tambien hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrias. Ante todo, la valia de estas paginas, que el lector recorrera entre la carcajada libre y la mas profunda empatia, reside en la vitalidad y el personalisimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devocion por los libros y de como uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueno.

  • Estamos hechos de gotas de lluvia de Saray Garcia

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    Para algunos, las heridas que sangran no son mas que un balsamo para sobrellevar las que estan bajo la piel y nunca cicatrizan.

  • A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3) de Maya Blair

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    Desnudo. Aprieto el cinturon del albornoz y levanto las piernas del suelo para apoyar los talones en el borde de la butaca a la vez que las rodeo con los brazos. Gabriel Berling esta... aqui. Desnudo. Con un suspiro suspendido en los labios, aposento la barbilla encima de las rodillas y me recreo en la vision de ese demonio que horas antes vestia de Armani, pero que ahora mismo duerme cual angelito en mi cama --!mi cama!-- tal y como su madre lo trajo a este mundo. Oh, Senor... Se que nada volvera a ser igual despues de que mi apartamento haya sido profanado por el mismisimo amo del inframundo. Me pregunto si habra anuncios de exorcismos expres en las paginas amarillas. El reloj digital que tengo encima de la mesilla marca las horas de manera inmisericorde, recordandome el tiempo que llevo despierta, incapaz de sosegar lo suficiente mi espiritu como para tenderme a su lado y dormir. Ya hace un rato que la luz del amanecer ha empezado a filtrarse sutilmente por las persianas, incidiendo sobre su poderosa anatomia, y yo no puedo despegar los ojos de el. Porque Gabe es una vision. Un dios neoyorquino recien caido desde lo mas alto del Olimpo de la Gran Manzana que duerme a placer enredado en mis calidas sabanas color crema. Le hago una foto mentalmente. Una sensual instantanea en la que el contraste de luces y sombras que lo envuelve realza todavia mas sus atributos fisicos. Lo recorro con la vista desde el negro cabello revuelto sobre la almohada, la relajada expresion de su rostro, los labios entreabiertos... Me deleito en su torso espolvoreado de oscuro vello por aqui y por alla mientras grabo su imagen en mis retinas; los anchos hombros, los fuertes pectorales, el definido abdomen, la sexy y pronunciada uve que se estrecha hasta perderse de vista entre las sabanas y... Me remuevo inquieta. Si sigo asi me excitare sin remedio, pero no puedo evitarlo. Y que conste en acta que estoy siendo buena, porque solapo el acuciante impulso de comermelo a bocado limpio con el inocente sucedaneo de hacerlo con los ojos. Aunque empiezo a replantearmelo seriamente. Quiza deberia de tumbarme a su lado y despertarlo con languidas y traviesas caricias de mi lengua a lo largo de su... De repente, se mueve. Apenas una ligera crispacion de dedos, un gesto que desaparece tan rapido como llego. Espero, expectante, a que surja de nuevo cualquier leve indicio que me diga que se esta despertando, pero los minutos transcurren sin que suceda nada. Si no fuera porque esta nevando, me pondria la ropa de deporte y saldria a correr por el barrio, pero los copos no han parado de caer desde las cuatro de la madrugada, asi que me encuentro oficialmente atrapada entre las paredes de mi apartamento, con un tentador bello durmiente apenas cubierto por la ropa de cama. Con un sonoro resoplido, me aparto de la frente un mechon de pelo que se ha escapado de mi mono, deposito los pies en el suelo y me levanto de la butaca para caminar descalza en direccion al cuarto de bano. En mi mente revolotea el recuerdo de sus incendiarios besos en el sofa, de nuestros cuerpos enredados sobre la alfombra. Cierro la puerta tras de mi y apoyo la espalda en ella con un gemido a la vez que cierro los ojos y vuelvo a sentir su lengua seduciendo la mia, sus labios deslizandose por mi cuello para terminar por devorar con despiadada fruicion mis pechos... Me digo que tengo que parar, pero soy incapaz de ponerle freno al desfile de imagenes que asaltan mis sentidos; fugaces flashes que me hacen estremecer presa del insaciable apetito que el ha despertado en mi. --?Por que? Es tan sencillo sucumbir... Tan, tan… bueno. Alzo los parpados, me adelanto hacia el lavamanos y, apoyandome en el mientras abro el grifo, recojo el agua fria en la ahuecada palma de mi mano para proceder a refrescarme el rostro y la nuca. Y lo hago una y otra vez, hasta que siento que las espirales de deseo que se arremolinan en mi vientre vuelven a aquietarse. --Aqui estas. Abro los ojos de golpe. Las manos de Gabriel entran en mi campo de vision y se asientan con firmeza a los lados del lavabo, atrapandome entre la fria ceramica y su vibrante calor corporal. Entonces, pega el torso a mi espalda y hunde el rostro contra mi cuello para depositar un humedo beso al tiempo que busca mi mirada en el reflejo del espejo que esta frente a nosotros. --Te tengo --musita entre mordisco y mordisco. Dios, si, me tiene. Y en mas de un sentido, maldito sea. Me estremezco y dejo caer los parpados, abandonandome al torbellino sensorial que despierta en mi con cada nuevo toque de sus labios, de su lengua, de sus dientes. Noto como mis pezones se erizan y mi vagina se derrite. Cada pulgada de mi ser lloriquea por el, por lo que va a venir a continuacion. Su brazo derecho me cruza el torso, se desliza por la abertura del albornoz y apresa mi pecho izquierdo en la cuenca de la mano. --Abre los ojos, Dee. Lo estruja y manosea hasta que lo siento insoportablemente tierno, sensible. Bajo la tortura de sus dedos, mi pezon se convierte en un apretado boton y los ramalazos de placer se disparan derechos a mi entrepierna, que se contrae con cada nuevo roce. --Miranos. Obedezco. El espejo del bano me devuelve dos reflejos; uno es el de una mujer ruborizada, de mirada vidriosa y labios entreabiertos en un silencioso gemido, el otro el del oscuro e imponente hombre pegado a su espalda. Gabriel abandona mi turgente seno y abre el albornoz, deshaciendo el nudo del cinturon con tirones impacientes. Puedo notar la solidez de sus intenciones presionando con insistencia mi trasero, sus manos remontando las curvas de mi cuerpo en una lenta caricia desde la cintura hasta los hombros, minandome la voluntad antes de hacer resbalar el tejido de algodon hacia abajo y dejarme expuesta casi por completo. --Preciosa --musita en mi oido antes de enredar sus dedos con los mios, que siguen aferrados al lavabo, y depositar un beso de boca abierta en la despejada nuca. Su lengua es fuego contra mi espalda. Me excita, me consume. Desciende con febril sensualidad a lo largo de la linea de la columna, haciendome sacudir presa de deliciosos escalofrios y poniendo mi piel en guardia. --Albornoz fuera --grune pegado a la curva de mi trasero, incapaz de avanzar mas a causa de la barrera de tejido que se interpone entre el y mi carne desnuda. Me obliga a aflojar el agarre y abandonar la frialdad de la ceramica para permitir que la prenda caiga al suelo. El algodon se arremolina a mis pies con un quedo susurro y Gabriel sonrie contra mi piel, satisfecho. Ahora estoy tan desnuda como el, cada pulgada de mi cuerpo revelada para su goce y disfrute. Sus dedos constrinen mis caderas y percibo el calido toque de su aliento sobre las nalgas segundos antes de que su boca se apodere de una de ellas.

  • Una sola vez en la vida de Carlota Manzano

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    Abrochandome los botones de la camisa ante el espejo, pense que ya quisieran muchos de mi edad conservarse tan bien como yo. No quiero parecer un engreido, pero nadie podia creerse que tuviera cuarenta anos. Las chicas que conocia por ahi en los locales de copas me decian que las estaba vacilando, y es que ninguna me echaba mas de treinta o treinta y dos tacos. Supongo que el hecho de no tener ni una sola cana aun en las sienes tenia mucho que ver en el asunto. Cero canas, cero arruguitas en el rostro y cero barba, que siempre me ha gustado ir con la cara bien afeitada. Ademas, normalmente suelo vestir de manera informal y muy juvenil, pero aquella tarde de sabado tocaba ponerse un poco mas elegante, puesto que habia quedado con mi amigo Claudio para asistir a la inauguracion de un lujoso bar-pub en uno de los barrios mas selectos de Barcelona. La ropa de pitimini, como yo la llamo, la dejo para ocasiones especiales. Y para el trabajo, claro esta. Un director de banco no puede permitirse el lujo de sentarse en su despacho en vaqueros y camiseta para atender a los clientes, pero el resto del tiempo... dificil era pillarme a mi con traje de chaqueta y corbata. Ni siquiera aquella tarde. Una camisa blanca arremangada hasta medio antebrazo, un pantalon azul marino de pinzas y unos modernisimos zapatos marrones que tocaba estrenar me parecia el look perfecto para la ocasion. Ni mas mas ni mas menos. Bueno, miento. El Lotus que me habia regalado Maria un par de anos antes, puesto en la muneca, completaba mi atuendo. Con el pelo ligeramente engominado y un toque de mi perfume preferido de Calvin Klein, parecia yo el tipico senorito andaluz. Lo digo sin animo de ofender a nadie, ojo, pero esa fue la comparacion que me vino a la cabeza mientras me terminaba de abrochar los botones. En ese preciso momento recibi la llamada de Claudio. --?Como vas, Thiago? --Ya estoy listo. ?Por? --Genial, estoy por ahi en ocho o diez minutos, que me he metido en un atasco que no veas. --?Un atasco a estas horas? --Me extrano, la verdad. Si fuese a primera hora de la manana, cuando la ciudad condal es un autentico caos de gente moviendose a la carrera por todas partes para ir al trabajo, todavia... --Bueno, ha habido un pinazo con una moto. Una movida que no veas, ahora te cuento cuando te vea. --Perfecto, enseguida bajo. Claudio trabajaba en la misma sucursal bancaria que yo, solo que aquel chaval era un simple cajero, lo que no impidio, como es logico, que hicieramos buenas migas desde que entrase a currar alli seis meses atras. Mi amigo tenia treinta y seis anos y acababa de separarse cuando vino a parar alli. Lo estaba pasando mal, sobre todo porque su ex era una de esas mujeres de armas tomar que le ponia mil trabas para ver a las dos ninas cuando le tocaba recogerlas. Por mi parte, acababa de poner punto final a mi relacion con Maria, aquella mujer celosa hasta la saciedad. Tres anos y medio habiamos estado de noviazgo, tiempo suficiente para entender que lo nuestro no tenia ningun futuro. No solo por sus celos, que ya bastante con eso. Maria era una mujer con mamitis aguda cronica. Parece mentira que con casi treinta tacos no pudiera mover un pie sin el visto bueno de su madre. Aparte, todos los fines de semana sin excepcion teniamos que ir a comer con sus "papis", como ella les llamaba, al chalet en que vivian en las afueras. Y los tres veranos que estuvimos juntos... a Benidorm de vacaciones con ellos, al apartamento que los senores tenian alli, porque "?que mejor que pasar las vacaciones en familia?". Y como asi, tantas y tantas cosas mas, de modo que estaba un poco harto del tema. Mandona tambien, el colmo fue ver a las claras que aquella chica no queria tener hijos. Al principio no le di tanta importancia, pensando que con el tiempo quizas cambiase de opinion, pero al ver que me estaba equivocando de medio a medio porque nadie la sacaria de sus trece, me dije que por ahi no pasaba. Tengo cuatro hermanos, tres chicos y una chica, y bien orgulloso que estoy de todos ellos. Los cinco nos llevamos fenomenal y siempre estamos disponibles los unos para los otros en cuanto nos necesitamos. No es que pretendiera tener en el futuro una familia tan numerosa, pero queria tener al menos un par de hijos que heredasen mi apellido y mis genes. Estaba visto que con Maria tendria que abandonar mi sueno. Eso o abandonarla a ella, y opte por esto ultimo, aunque ese no fue el unico motivo, como ya he explicado. Claudio tardo algo mas de un cuarto de hora en aparecer con su Audi. Venia vestido mas o menos en mi misma linea. --Venga, sube, que nos cierran Barcelona--me dijo a la par que bajaba la ventanilla del coche. --A mi no me estreses, ?eh? que es sabado y hoy no tengo ninguna prisa en acostarme. --Toma, ni yo. Bueno, aunque manana tengo que recoger a las nenas a las once, asi que tampoco quiero enredarme mucho. --?Y todo bien? --Calla, toquemos madera--el muy vacilon se dio unos toquecitos en la cabeza con los dedos --. Ultimamente, la madre esta mas relajada. Yo creo que debe andar con alguien y por eso no chista. Vamos, que parece que esta deseando que me lleve a las crias para quedarse tranquila. --La vida sigue para todo el mundo. --Estaria bueno. Oye, ?Has visto la foto esa del local que ha salido hoy en el periodico? --No, vi una la semana pasada. --El sitio esta guapisimo, tiene un pedazo de terraza asi en plan chill out que flipas. --Veremos a ver que se cuece por alli. Nada malo, desde luego. Claudio aparco unos metros mas arriba en la misma acera y el portero nos dio la bienvenida alli en el escalon de entrada. "Esperamos que les guste el Karachi", anadio. Aquel sitio destilaba lujo por todos los rincones. El ambiente tambien era de lo mas "chic", con tanta gente elegantemente vestida, charlando animada con sus copas entre las manos. Mi amigo y yo nos acoplamos en la barra, cerca de un par de chicas mas jovenes que nosotros que andaban ya ahi sentadas en sus taburetes. Me llamo muchisimo la atencion una de ellas por su espectacular melena de rizos pelirrojos. Llevaba un traje de coctel de color rosa palido y unos altisimos tacones a juego que no le hacian mucha falta, y es que debia medir cerca de metro ochenta con ellos. No es que uno sacase ahi el metro, pero fue llegar nosotros y levantarse y salir andando hacia el bano. Un metro ochenta y cinco mido yo y aquella guapisima chavala de ojos verdes casi me alcanzaba. --Eh--Claudio chasqueo los dedos ante mis narices--, estoy aqui, espabila. Me habia quedado por unos segundos medio alelado, siguiendola con la mirada. --?Has visto que porte? Ufff, madre mia. --Ya te digo --me respondio mi companero alzando las cejas. Minutos despues, la chica volvia del bano y la escena se repitio. Ahi no pude reprimirme y le di las buenas noches educadamente al pasar junto a mi. --Buenas noches. No se limito a corresponder por cortesia a mi saludo con esas simples palabras. La preciosa sonrisa con que las acompano me cayo de propina, asi que no me lo pense mucho. Espere a que se sentase y apurase el ultimo trago de su vaso, le pregunte en voz baja a Claudio y, con su aprobacion, me acerque a ella. --Disculpa. ?Estais solas? Nos gustaria invitaros a una copa. La chica, que se quedo un poco cortada, miro a su acompanante antes de volver la cabeza de nuevo hacia mi para disculparse. --Te lo agradezco muchisimo. Mejor dicho, os lo agradezco, pero estoy hablando con ella de negocios. --Oh, perdon--Yo si que me quede cortado con su respuesta. --Lo siento mucho. Ademas, tengo que irme en breve a trabajar. ?A trabajar? Eso si que me pillo fuera de juego. Un sabado por la noche y de esa guisa... la verdad es que asi de repente no se me ocurrio a que podria dedicarse. --Planchazo, amigo mio--Claudio me hizo un gesto de resignacion con los ojos. En cambio, yo no me resigne a dejar la cosa ahi. No es que insistiese mas, pero se dio la circunstancia de que media hora despues entraron unos amigos de mi companero a los que, al parecer, hacia bastante que no veia, y se liaron a charlar. Apenas cinco minutos mas tarde, la preciosa y finisima pelirroja cogio su bolso de cartera y se dispuso a salir de alli con la otra chica, que tambien estaba de muy buen ver, por cierto. Alta, morena, con un vestido muy sexy y tacones plateados, parecia otra modelo de alta costura. Me disculpe con Claudio y sali tras ellas como un detective de pacotilla. Mi amigo se quedo flipado y quiso saber a que tanta prisa. --Ya te contare--Fue lo unico que le respondi. Capitulo 2 Ambas mujeres desfilaron hacia la puerta acaparando a su paso todas las miradas masculinas, con sus firmes y elegantes andares. Cuando las vi coger calle abajo y acercarse a un lujosisimo Mercedes blanco para meterse en el, tire para arriba y pare un taxi justo cuando la pelirroja echaba andar. --Buenas noches, ?donde vamos? --Quiso saber el taxista. Eso quisiera saber yo tambien, a donde ibamos, pero como no tenia ni idea ni era plan explicarle que teniamos que perseguir al coche blanco de delante, le dije que tirase, que yo le iria indicando. Asi pues, cada vez que la veia poner un intermitente, le indicaba que tirase a izquierda o derecha, segun procediera, y asi hasta ir a parar al comienzo del Paseo de Gracia. Cuando vi que la pelirroja aminoro la marcha y torcio a la derecha para entrar con su coche en el garaje de un edificio de alto standing, le pedi a aquel tipo bigotudo que parase ya donde pudiera. --Muchas gracias, que tenga buena noche. --Se debio poner mas contento que unas castanuelas con los cinco euros que le di de propina. --No hay de que, buen servicio, amigo. Y buena pamplina la que yo acababa de hacer, y es que... ?que narices hacia alli, en la otra punta de la ciudad, mirando como un idiota los ventanales de aquel suntuoso bloque? Tal vez la mujer habia ido a cambiarse de ropa para ir a trabajar. O quizas me la habia dado con queso y aquello solo habia sido una mera excusa para quitarse el muerto de encima. Espere como unos quince minutos, plantado ahi en la acera como un pasmarote, antes de montarme en otro taxi que me llevase de vuelta a mi casa. De camino, recibi un wasap de Claudio. --?Se puede saber que mosca te ha picado? ?A santo de que te has largado con tanta prisa? --?Sigues ahi? --Desvie el balon porque me sentia un tanto ridiculo. --Claro, seguimos aqui dandole a la alpargata, vente para aca, que no veas como se ha puesto ya esto de gente. --No, tio, tengo un poco de acidez de estomago y no me apetece mucho. --Que jodio, pues no sera por lo que has bebido hoy, que ni te has terminado el primer cubata. Venga, anda, animate. --No, gracias, prefiero tirar ya para casa. --?Eras tu el que decia que hoy sin prisas? Como veas, que te compre el que te entienda, pero tu te lo pierdes. Quizas tuviera razon, pero no me apetecia un pimiento volver hasta alli para juntarme con aquella panda de antiguos companeros universitarios de mi colega a los que yo no conocia de nada. Parecera una estupidez, pero me dije para mis adentros que lo mas interesante de ver en aquel lugar ya se habia recogido en su casa, asi que no dude en meterme en la mia, ponerme otra copa y tomarmela tranquilamente, escuchando musica en el sofa. Seguia dandole vueltas a la cabeza. Con que arte me habia despachado aquella pelirroja tan guapisima y tan bien moldeada... El viernes de la siguiente semana, al salir a mediodia de trabajar, me encontre de casualidad con un vecino y amigo con quien tambien habia salido por ahi en tiempos alguna que otra vez. Marcos entraba justo en ese momento en la zapateria de al lado del banco. --Ey, Thiago, ?ya acabaste por hoy la faena? --Me pregunto sonriendo. --Si senor, hasta manana ya no me ve ni Cristo el pelo por aqui. --?Tienes prisa? --Ninguna, ?por? --Echame una mano, tio, que tengo que comprarme unos zapatos para la boda de mi hermana, y luego nos tomamos unas canejas. --Vale. --Acepte su propuesta del tiron, y es que no tenia nada que hacer. Al menos, nada que no pudiera esperar. Despues de escoger uno de los pares de zapatos mas caros que habia alli dentro, entramos a tapear en un bar a la vuelta de la esquina. --?Tienes algun compromiso para manana? --. Estaba visto que pensaba plantearme alguno. --No, nada. --Pues vente con Israel y conmigo a tomar un copazo por la noche. Hace un par de dias me pregunto por ti. --?Donde pensais ir? --A un sitio que quizas no conozcas, pero creo que te va a gustar. Nosotros hemos ido un par de veces. Es un sitio de esos donde uno puede recrearse la vista a base de bien con los bombones que andan por alli. La vista y, si uno quiere, otras cosas tambien... Me la vi venir.

  • Paranoia, Franck Thilliez de Franck Thilliez

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    Ilan sigue sin recuperase de la perdida de sus padres, fallecidos en extranas circunstancias. Una manana reaparece en Paris Chloe, su expareja, quien le propone embarcarse en una aventura a la que no podra negarse. Nueve personas encerradas en un antiguo complejo psiquiatrico aislado en plena montana. De repente, una a una empiezan a desaparecer. Encuentran un primer cuerpo. Asesinado. Se desata la Paranoia.

  • El amor te busca (Hermanas McVee 1) de Annabeth Berkley

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    Sharon McVee sonreia maravillada ante la impresionante cascada que tenia frente a ella. El sendero que habia seguido hasta llegar alli le habia resultado demasiado rocoso, pero el espectacular paisaje que tenia frente a ella habia merecido la pena. Los reflejos de la luz de primera hora de la manana en el agua, la incomparable belleza de la naturaleza salvaje combinando los colores frios, la textura de las rocas en la imagen que deseaba capturar, le invitaban a tomar la fotografia perfecta. Exploro diferentes angulos antes de empezar a capturar las imagenes que queria inmortalizar con su inseparable Olympus. Escucho la llamada de su telefono movil. Le sorprendio tener cobertura en un sitio tan espectacular como aquel, en el corazon de Pensilvania. Pero ese era un momento unico, que queria plasmar con todo su esplendor, asi que no le fue dificil ignorar la llamada. Cuando estuvo satisfecha con las fotos realizadas, saco el movil de su mochila. Su padre. Le extrano, aunque instintivamente supo de que iba a tratar la conversacion. Estaba proximo a jubilarse. De hecho, la fiesta que iba a celebrar en su empresa para avisar de ello a los empleados ya tenia fecha prevista desde hacia por lo menos dos meses. Tenia los sentimientos encontrados. Intuia lo que iba a pedirle. Presentia lo que tendria que renunciar a cambio. Pero tambien tenia claro que le iria bien, y que seria capaz de encontrar momentos de evasion en su futura nueva vida. Con una sonrisa y la aceptacion de que la vida libre y nomada que habia llevado el ultimo ano se habia acabado, devolvio la llamada. --Papa, ?Como estas? --Esperandote, Sharon --parecia que sonreia--. ?Cuando vuelves? Sharon miro la hora en su reloj de pulsera deportivo. Su padre lo queria todo para ayer y se ponia de mal humor con mucha facilidad si no lo conseguia. Pero ella lo adoraba y no iba a llevarle la contraria. Sabia, desde que tenia uso de razon, que su hermana y ella heredarian la agencia de publicidad que su padre habia creado y gestionado de manera impecable y, el momento habia llegado. --En el siguiente vuelo, papa. Manana estare en la oficina. --Eso espero. Y te esperamos a cenar en casa. Ya he avisado a Tess. --Perfecto. Nos vemos --colgo con una sonrisa sincera. Recorrio con su mirada el entorno tan espectacular que la rodeaba despidiendose con carino y agradecimiento de tan bonito paisaje. Saco una ultima foto, la que la despedia, de momento, su aventura en Bushkill Falls. Volvio hacia el jeep que habia alquilado y que la llevaria hasta el hotel. Tenia que reservar el vuelo, preparar la maleta y recogerlo todo antes de volver a casa. Habia pasado el ultimo ano viajando por diferentes lugares de Estados Unidos. Sin rumbo, sin apenas planificacion, disfrutando, fotografiando la luz... Habia enviado a la editorial que la habia contratado fotos suficientes para publicar tres libros, y habia aprovechado otras tantas para subirlas a bancos de imagenes que le generaban mas ingresos pasivos de los que habia esperado. Aunque su cuenta bancaria siempre estaba llena gracias a su padre, ella habia empezado a ganar dinero desde muy joven. Habia trabajado en diferentes puestos para diferentes empresas segun le habia apetecido. Le gustaba aprender, probar cosas nuevas y superarse a si misma. La carrera de Direccion de Empresas la habia agobiado, incluso ahogado, mas de lo que esperaba, pero la curso, porque sentia el compromiso que ambas hermanas habian adquirido con sus padres, para posteriormente poder dirigir la agencia. Tess, su hermana un ano menor, habia empezado a trabajar inmediatamente en ella nada mas acabar la carrera. Le encantaba la contabilidad y pasar horas frente al ordenador. Ella, en cambio, habia probado a trabajar en diferentes lugares y se sentia muy satisfecha por ello. Habia aprendido muchas cosas, unas le gustaban, otras no tanto, pero habia descubierto lo facil que resultaba para ella adaptarse a lo nuevo y la facilidad que tenia para tratar con las personas. A veces, dudaba de si trabajar en una unica empresa, sin apenas salir de la oficina, la haria sentirse abrumada o encerrada, pero por otra parte sabia que la actividad que se realizaba, como agencia de publicidad que era, seria dinamica, activa, rapida, y eso y los retos que desentranaba dirigir su propia empresa le gustaban demasiado. Estaba convencida de que el cambio de vida le sentaria bien y con esa confianza apago la camara de fotos que intuia que tendria que dejar en un segundo plano a partir de ese momento. A la manana siguiente se desperto con ilusion. En su mente, ya habia aparcado las chirucas y sus ropas de exploradora, y las habia sustituido por los zapatos de tacon alto y por sus elegantes trajes de chaqueta. Se sentia igual de comoda con una cosa que con otra. Le encantaban los cambios, los retos, y esa actitud se reflejaba en su sonrisa. Se vistio con la ropa que habia dejado preparada la noche anterior y entro decidida y radiante en el edificio de oficinas. Miro su reloj de pulsera dorado. Tenia muchas ganas de ver a su padre, pero decidio pasarse antes por el departamento de contabilidad para ver a su hermana. Saludo con una sonrisa a todos con los empleados con los que se cruzaba. Algunos sabian que ella era una de las hijas del jefe. Y pese a que eso, a veces, causaba animadversion entre los trabajadores, a ella no le importaba. Era una realidad y no se sentia mal, ni un fraude, ni una impostora, por asumir el cargo que le correspondia. Como esperaba, detras de su ordenador, y con el escritorio impecable, estaba su bonita hermana. --!!Tess!! Tess se sobresalto y miro hacia la puerta. --!Sharon! ?Cuando has llegado? --se quito las gafas y se levanto para abrazarla--. Papa me dijo que te habia llamado, pero no te esperaba hasta la hora de comer. --Ya conoces a papa --se sento frente a su mesa mientras sacaba una cajita envuelta en papel de regalo de su pequeno y elegante bolso. Tess miro a Sharon con cierta envidia. Sus ojos azules siempre estaban alegres, su cabello rubio siempre tenia las ondas perfectas y su cara redonda inspiraba simpatia y amabilidad. Ademas de preciosa y radiante tenia las curvas perfectas. Y, por si fuera poco, era encantadora y carinosa. Ella siempre se habia sentido el patito feo. Se consideraba del monton. Pelo castano, ojos castanos, cuerpo estilizado sin curvas... y aburrida a mas no poder, pero se encontraba tan comoda que no le importaba demasiado que su hermana fuera la guapa... aunque no era necesario recordarselo con su presencia y esa sonrisa permanente, penso con una mueca. --Me acorde de ti en cuanto los vi --comento Sharon cuando su hermana saco de la cajita los bonitos pendientes de jaspe rojo engarzados en oro. Sharon miro a su hermana sonriente. Esperaba que le gustaran tanto como a ella. Le quedarian de fabula con su cabello castano con reflejos rojizos y con sus ojos castanos de largas pestanas. Siempre habia admirado su rostro alargado y fino y su cuerpo estilizado al que toda la ropa le sentaba bien. Ella, con sus curvas, no podia ponerse cualquier cosa. Habia ropa que le hacia parecer gorda sin estarlo realmente, y su rostro redondo tambien contribuia a ello. Ademas, su hermana era el reflejo de la estabilidad, y el perfeccionismo, algo que ella admiraba al sentir que carecia de esas actitudes. --Gracias, son preciosos --le sonrio quitandose los pendientes dorados que llevaba desde que recordaba, para sustituirlos por los nuevos--. ?Has pasado ya por la oficina del jefe? --No. ?Vamos juntas? --Acabo este informe que tengo que llevarle y voy --le comento mientras la veia levantarse. Sharon asintio ante su eficiente hermana, siempre tan responsable y meticulosa. Atraveso toda la planta pintada de blanco, con amplios ventanales y compartimentos ordenados hasta llegar al despacho de su padre. Los empleados trabajaban o hablaban entre ellos. El ambiente parecia agradable y cordial. --!Papa! --exclamo nada mas entrar despues de llamar a la puerta dejandola entreabierta para cuando llegara Tess. A su padre se le ilumino visiblemente la cara al verla entrar y fue hacia ella para abrazarla con fuerza. Sharon le devolvio el abrazo con carino. Seguia siendo el hombre en el que podia refugiarse con sus dudas y miedos y que siempre la esperaba con los brazos abiertos. Su padre siempre la habia apoyado en sus cambios de trabajo, en sus viajes, en sus proyectos, sin reproches ni recriminaciones cuando las cosas le habian ido mal. Duncan McVee, con sus ojos claros y cabello canoso, parecia mas joven de lo que realmente era. Habia levantado la empresa desde cero y la habia mantenido a traves de todos los cambios que se estaban produciendo cada vez con mas rapidez en el mundo de la publicidad. Se mantenia fiel al eslogan con el que regia la empresa: Integridad, Innovacion e Inteligencia. Y habia sabido siempre rodearse de los mejores para poder llegar tan lejos como habia llegado y mantenerse. La agencia McVee figuraba en el primer puesto del ranking de su sector, seguido de cerca por la Harper&Reaves, de reciente aparicion, pero que habia entrado con mucha fuerza. --Ya tenia ganas de verte --le confio sentandose con ella en el sillon blanco que habia cerca de la puerta. --Llegue de madrugada --le sonrio a su lado--. Ya te dije que hoy me tendrias aqui. --?Ha ido todo bien? --Si, papa --le aseguro ella--. Mejor que bien. ?Y por aqui? ?Que tal todo? --Esperando al nuevo capitan del barco --le sonrio palmeandole la rodilla con afecto. Sharon asintio. --La nueva capitana... --Si, que si me oye tu hermana me echara la bronca... capitana... Sharon miro la amplia y despejada oficina de su padre. --?Esta sera nuestra oficina? --La tuya. --?Y la de Tess? --Veras hija... he estado pensando que... aunque a nivel legal figureis las dos como herederas, solo tu estaras al frente del barco. Sharon lo miro extranada. --?Solo yo? ?Y Tess? Tess se paro al oir su nombre antes de abrir mas la puerta. --Tess no tiene el don de gentes que tienes tu. Ni tu creatividad ni tu entusiasmo. Seria incapaz de dirigir un equipo y mucho menos una empresa. Las piernas de Tess temblaron por un momento antes de que la rabia recorriera todo su cuerpo. ?Eso pensaba su padre? Llevaba toda su vida trabajando en la agencia. Su agencia. Dandolo todo. Ganandose el puesto. En los buenos y en las malos momentos. Dia y noche ?Sharon no habia hecho mas que llegar e iba a quedarselo todo? No era justo. !No era justo! Furiosa, rabiosa, decidio no terminar de entrar para evitar dar el espectaculo que tenia ganas de dar. Retrocedio sobre sus pasos, volvio a su oficina, cogio el bolso y salio del edificio, sin tener muy claro hacia donde ir. --Pero... ?Lo has hablado con ella? ?Esta de acuerdo? --No se lo he dicho todavia. Esperaba hablar con ella en casa, en la cena. Sharon nego con la cabeza. --No creo que le guste la idea. --A efectos legales la empresa sera igualmente de las dos. Ella es muy buena haciendo lo que hace. Cambiarla a esta oficina, dirigir contigo al personal, organizar las reuniones, hablar con los clientes... no lo haria igual de bien. Y no es necesario. Tenemos casi treinta empleados que dependen de nosotros, ademas de los clientes. No vamos a jugarnos la empresa por una tonteria. A Tess se le dan bien los numeros, que siga en contabilidad. A ti se te da bien la gente, les gustas, lleva el timon. --Te entiendo, papa, pero Tess no se como se lo tomara --comento Sharon conociendo el fuerte temperamento de su hermana. --Que se lo tome como quiera. Hay que hacer las cosas bien y punto. Hay que pensar en el bien comun

  • La buena nutricion de Victoria Lozada

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    “Ya no se puede comer nada”; “Todo lo bueno engorda”; “?Por que los nutricionistas no se ponen de acuerdo?”; “?Por que se contradicen los estudios cientificos?”.
    Estas son algunas de las inquietudes que nos surgen cuando hacemos la compra. Cada dia, tareas como ir al super, distinguir la informacion importante de un etiquetado o diferenciar entre procesados “buenos” o “malos” se han convertido en labores complejas y dispendiosas.
    En La buena nutricion, la nutricionista Victoria Lozada nos demuestra que llevar un estilo de vida sano es posible, y que es mucho mas simple de lo que parece. Hay vida mas alla del recuento de calorias y de comer lechuga todo el dia. Este libro nos ayudara a hacer frente a la publicidad enganosa, a repensar la lista de la compra y a mantener una alimentacion positiva y coherente.
    Una obra que nos acerca de forma sencilla y accesible a una nutricion saludable, consciente e informada.

  • Despedida a la francesa de Patrick Dewitt

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    -Todo lo bueno llega a su fin -sentencio Frances Price. Era una mujer adinerada y rutilante de sesenta y cinco anos y se estaba poniendo los guantes negros de cabritilla en los escalones de un edificio de piedra rojiza del Upper East Side de Nueva York. Su hijo, Malcolm, de treinta y dos anos, esperaba cerca de ella, con su habitual aire mohino y desalinado. Era un anochecer de finales del otono; las ventanas del edificio estaban iluminadas y se oia un piano; en el interior de la casa se estaba celebrando una fiesta elegante. Frances le estaba explicando el motivo de su temprana retirada a otra dama igualmente rica pero menos rutilante, la anfitriona. Su nombre carece de importancia. La mujer se mostraba apenada. -?Seguro que os teneis que marchar? ?Tan mal esta la cosa? -Segun el veterinario, ya es solo cuestion de horas -aseguro Frances-. Es una pena. Estabamos disfrutando de esta deliciosa velada. -?En serio? -pregunto esperanzada la anfitriona. -Una velada deliciosa. Y detesto tener que marcharme. Pero parece que estamos ante una verdadera emergencia, ?y que puede hacer una en estos casos? La anfitriona medito la respuesta. -Nada -acabo admitiendo. Se hizo un silencio; para espanto de Frances, la anfitriona se abalanzo sobre ella y la abrazo-. Siempre te he admirado tanto -le susurro. -Malcolm -llamo Frances. -De hecho, me impones. ?Soy muy boba por sentirme asi? -Malcolm, Malcolm. A Malcolm la anfitriona le resulto manejable; la despego de su madre, le tomo la mano y se la estrecho. Ella miro desconcertada su propia mano moviendose arriba y abajo. Habia bebido dos copas de mas y no llevaba en el estomago mas que un viscoso pate. Volvio a meterse en su casa y Malcolm tiro de Frances para que bajase los escalones hasta la acera. Pasaron ante la limusina que les esperaba y se sentaron en un banco a veinte metros de la casa, ya que no habia ni emergencia, ni veterinario, y al gato, ese estrafalario vejestorio llamado Pequeno Frank, no le pasaba nada, que ellos supieran. Frances encendio un cigarrillo con el encendedor de oro. Adoraba este encendedor por su equilibrado peso y por el elegante !clic! que hacia en el momento de la ignicion. Senalo con el cigarrillo encendido a la anfitriona, a la que ahora se veia tras la ventana del piso superior conversando con uno de sus invitados. Frances nego con la cabeza y sentencio: -Nacida para aburrir. Malcolm estaba examinando una de las fotografias enmarcadas que habia robado del dormitorio de la anfitriona. -Esta borracha. Con suerte ni se acordara manana por la manana. -Si lo hace, nos mandara flores. -Frances cogio la fotografia, un retrato de estudio reciente de la anfitriona. En el posaba con la cabeza un poco echada hacia atras, la boca entreabierta y una desbordante felicidad en la mirada. Frances paso el dedo por el ornamentado marco-. ?Es de jade? -Creo que si -dijo Malcolm. -Es muy bonito -dijo, y se lo devolvio a Malcolm. El lo abrio, saco la foto, la doblo en cuatro y la tiro a la papelera que habia junto al banco. Volvio a guardarse el marco en el bolsillo del abrigo y retomo el analisis de la fiesta y se centro en un tipo madurito con una faja que le envolvia la prominente barriga. -Ese hombre era una suerte de embajador. -Si, y si esas charreteras que llevaba pudieran hablar… -?Hablaste con su mujer? Frances asintio y dijo: -Una dentadura de hombre en una boca infantil. Tuve que apartar la mirada. -Dio un golpecito con el dedo al cigarrillo para que la ceniza cayese en la acera. -?Y ahora este que quiere? -dijo Malcolm. Un vagabundo se les acerco y se planto ante ellos. Los ojos le brillaban por efecto del alcohol y les pregunto con tono animado: -Amigos, ?teneis una moneda? Malcolm estaba ya a punto de ahuyentar al tipo con un gesto de firmeza, pero Frances lo agarro del brazo. -Es posible que si -dijo-. Pero ?podemos preguntarte para que quieres el dinero? -Oh, ya sabe. -El individuo alzo y dejo caer los brazos-. Para ir tirando. -?Puedes ser mas concreto? -Pues, si quiere saberlo, la verdad es que me gustaria beber un poco de vino. Permanecio balanceandose ante Frances, que le pregunto con tono de confidencia: -?Es posible que ya te hayas tomado alguna copa esta noche? -Me he entonado un poco, si -admitio el tipo. -?Y eso que significa? -Que ya me he tomado una copa, pero me apeteceria otra. A Frances le gusto la sinceridad de la respuesta. -?Como te llamas? -Dan. -?Puedo llamarte Daniel? -Si quiere… -Dime, Daniel, ?cual es tu marca de vino favorita? -Senora, me puedo beber cualquier cosa liquida. Pero me gusta el Three Roses. -?Y cuanto cuesta una botella de Three Roses? -Cinco pavos la botella. Ocho la garrafa de un galon. -Se encogio de hombros, como para dar a entender que un galon era la opcion mas ventajosa. -?Y que te comprarias si te diese veinte dolares? -Veinte dolares -repitio Dan, y resoplo-. Con veinte dolares podria comprar dos galones de Three Roses y un frankfurt. -Se palmeo el bolsillo-. Ya tengo cigarrillos. -?Entonces con veinte dolares te apanarias bien? -Oh, de maravilla. -?Y adonde te llevarias todo eso? ?A tu habitacion? Dan entrecerro los ojos. Estaba imaginando mentalmente la situacion. -La salchicha me la comere nada mas comprarla. El vino y los cigarrillos me los llevare al parque. La mayoria de las noches duermo alli. -?En que parte del parque? -Debajo de un arbusto. -?Un arbusto en concreto? -Mi experimento…, mi experiencia me dice que todos los arbustos son iguales. Frances le sonrio con dulzura a Dan. -Muy bien -le dijo-. Asi que te echaras bajo un arbusto en el parque, te fumaras los cigarrillos y te beberas el vino tinto. -Si. -Mientras contemplas las estrellas. -?Por que no? -?Te vas a beber los dos galones en una noche? -quiso saber Frances. -Si, desde luego. -?Y por la manana no tendras una resaca de campeonato? -Las mananas son para eso, senora. Lo dijo sin intencion jocosa alguna, y Frances penso que las mananas de Dan debian de ser horripilantes. Conmovida, abrio el monedero y saco un billete de veinte. Dan lo cogio, un escalofrio le recorrio el cuerpo de pies a cabeza y se largo con una rapidez inusitada. Se les acerco un policia uniformado, que lanzo una mirada despectiva a Dan mientras se escabullia. -Espero que ese tipo no les estuviese importunando. -?Quien, Daniel? -dijo Frances-. Para nada. Es amigo nuestro. -Me ha parecido que les estaba pidiendo dinero. Frances miro con frialdad al agente. -De hecho, le estaba pagando lo que le debia. Deberia haberle pagado hace mucho, pero Dan ha tenido mucha paciencia conmigo. Doy gracias a Dios de que existan hombres como el. Aunque eso a usted que le importa. -Alzo el encendedor y lo prendio: !clic! La llama, gruesa y con la base azul, se interpuso entre ellos como una frontera. El poli se sintio rechazado y siguio su camino, murmurando lamentos para si mismo. Frances se volvio hacia Malcolm y dio una palmada con ambas manos para celebrar el desenlace de la situacion. No les gustaban los polis, no les gustaba nadie que representase la autoridad. -?Ya te has quedado a gusto? -pregunto Malcolm. -Pues si -respondio Frances. Mientras se dirigian a la limusina, cogio a Malcolm del brazo con un gesto carinoso muy tipico de ella. -A casa -le ordeno al chofer. El lujoso apartamento de dos plantas estaba a oscuras y parecia un museo a deshoras. La cocinera les habia dejado un asado en el horno; Malcolm sirvio dos raciones y cenaron en silencio, que no era lo habitual, pero ambos estaban ensimismados en sus propios problemas. Malcolm estaba inquieto por Susan, su novia. Llevaban varios dias sin verse, y la ultima vez que habian hablado ella se habia dirigido a el de un modo rudo y vulgar. La preocupacion de Frances era de tipo existencial; ultimamente no se quitaba de encima una sensacion de intranquilidad, como si alguien tirase de ella hacia las profundidades. Pequeno Frank, ya decrepito por su avanzada edad, trepo a la mesa y se sento ante Frances. Ella y el gato se miraron a los ojos. Frances encendio un cigarrillo y exhalo una bocanada de humo directa a los ojos del animal. Este hizo una mueca y salio de la habitacion. -?Que plan tenemos para manana? -pregunto Malcolm.

  • El nombre del canalla de Adriana Hartwig

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    En medio de los susurros de un pasado que, como un fantasma, se niega a
    morir del todo, se esconde un nombre. Otro, canalla, que invoca a un
    alguien aborrecido, lo reemplaza. ?Quien es el hombre que se esconde
    detras de ese otro sin escrupulos, vacio de sentimiento, que se hace
    llamar Dante Rivera?

  • Dame una cita, Lucia de M. Cavani

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    Lucia lleva alrededor de un ano asegurando estar enamorada de su primer novio cuando el que le gusta es otro, Luciano, el chico consentido de la secundaria Eyre y la proxima sensacion del futbol internacional; pero que pasara cuando ya no pueda resistirse a lo que siente por el, ?sera capaz de vencer sus temores y arriesgarse por amor, o tal vez sea demasiado tarde?
    Dame una Cita, Lucia es una novela juvenil de la autora de Quinceanera.

  • La cruz de madera de Lola Solana

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    Hay algo que ni la guerra ni la muerte pudieron destruir: el honor de una familia

  • Corazon despiadado de Caz Frear

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    La detective Cat Kinsella cree haber esquivado un problema domestico peliagudo cuando Joseph Madden, el dueno de la cafeteria a la que suele ir, le pide consejo sobre Rachel, su esposa. Segun Joseph, Rachel lo esta amenazando, pero no puede (o no quiere) decirle a Cat el porque de estas amenazas. Cat, achacando estos problemas a los de un matrimonio que se va al garete, se olvida pronto del asunto… hasta que, unos meses despues, Joseph es arrestado y acusado de asesinato.

  • La biblia de los Caidos. Tomo 1 del Testamento de Sombra de Fernando Trujillo Sanz

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    Sueltaesecrucifijo,anormal--gruno Julio, lanzando un zarpazo alas manos desu companero. Oscar retrocedio para esquivar el golpe mientras aferraba con mas fuerza la cruz de plata que habia robado en una iglesia poco antes de acudiralli. Era grande, pesada y estabarecargadacon profusion de detalles ornamentales. --Nunca he visto a un vampiro --dijo con un levetembloren la voz--. Tener un crucifijo me daconfianza. Julio carraspeo. El sonido reboto entre las paredes curvadas del anden. Eran las tres de la madrugada y la estacion de metro de San Bernardo estaba desierta. --No eres creyente --se burlo--. No te servira de nada. Pero no temas, los vampiros no beben sangre de idiotas. Tengo entendido que les produce diarrea. Secagan patasabajo. Oscar no se dejo provocar ni desvio la atencion de las manos de su companero. Sabia que esperaba una oportunidad para arrebatarle la cruz. Julio podia ser muy molesto cuando se aburria. En el ultimo trabajo que les encargaron, les toco escoltar a una de las chicas del jefe. Tuvieron que esperar en elcoche cerca de cuatro horas mientras la mujer se probaba toda la ropa de un centro comercial. Julio no paro de incordiarlecon cualquier pretexto. Yahora,en aquelsolitario anden, no habia mucho que hacer. Ademas, elsi tenia miedo. No podiaadmitirlo abiertamente porqueeso no ofrecia una buenaimagen en alguien desu profesion. Sesupone que nada puedeasustara unmaton asueldo, y normalmenteeseeraelcaso, pero no esta vez, no cuando setrataba de un... --!Cerrad el pico de una vez! !Los dos! --Gruno Emilio,eljefe. Los dos guardaespaldas obedecieron. Irguieron sus musculosos cuerpos y aguardaron. En eso invertian la mayor parte del tiempo, en esperar. Emilio era un jefe razonable, quizas demasiado para ser el cabecilla de una red de trafico de drogas que introducia toda clase de sustancias ilegales en Madrid. Hablaba mucho. En opinion de Oscar, Emilio sobreestimaba el poder de la palabra y la conversacion, lo cual dejaba poco lugar para la accion intimidatoria, que era la especialidad de los dos guardaespaldas. Como consecuencia, tenian bastante tiempo libre, que Oscar invertia en el gimnasio. Curiosamente, ahora que daba menos palizas a los morosos, estaba mas fuerte que nunca. Que desperdicio. En cambio, con su anterior jefe, lascosaseranmuy diferentes.Allicuando alguien se pasaba delaraya, Oscar seencargaba desenalarleal insensato su error, de unmodo doloroso, por supuesto, porquesi no, secorriaelriesgo de queel pobreinfeliz no aprendieralaleccion. --No creo que venga --dijo Julio--. En cualquiercaso, sea o no un vampiro,es un impuntual. Emilio consulto elreloj. --Esperaremos --dijo eljefe--. Su reputacion es intachable. Eselmejor, nuncafalla, y siemprecumplesu palabra. Sise hacomprometido a venir, vendra. Oscar se pregunto como el jefe sabia tanto del vampiro. No es que figurara en las paginas amarillas, precisamente, aunque en realidad, ningun asesino asueldo lo hacia. Julio se habia ofrecido para hacerel trabajo elmismo, asegurando queentreel yOscar podrian liquidaral objetivo sin problemas. Oscar se puso bastante nervioso cuando se entero delatrevimiento de su estupido companero, que por supuesto no habia contado con su opinion antes deabrir la bocaza. Por fortuna, Emilio era un hombresensato y desestimo la oferta, lesaseguro que yateniaal hombreindicado paraeltrabajo. Oscar suspiro aliviado. Una cosa era proteger al jefe por la calle, intimidar a algun camello que se pasara de la raya, y dar alguna que otra paliza a quien se retrasara en un pago, pero matar a una persona, asesinarla a sangre fria, era algo muy diferente. Hacen falta algo mas que musculos para lograrlo;es necesario talento, inteligencia, y otrascualidades que seguro que Julio no tenia. Tal vezel bocazas de su companero podria liquidar a un delincuente vulgar, en la calle, a solas y sin un plan complejo. Pero se trataba de matar a un juez y de eso solo puede ocuparse un profesional. Oscarconsiguio mantener la compostura cuando Emilio les dijo que iba a contratara un vampiro. No sonrio nifruncio elceno, ni pregunto si habia oido bien. Porelcontrario, se mantuvo serio y espero a queeljefeexplicara que habiasido una broma. Pero no lo era. Oscar habia oido rumores en las calles sobre vampiros, demonios y otras criaturas. Estupideces. La gente dice cualquier cosa cuando esta drogada o para asustar a los demas. Tambien se hablaba de fantasmas, angeles y toda clase de figuras sobrenaturales muy poco originales. Incluso oyo una vez una leyenda sobre un hombre que no tenia alma. Menuda basura. Oscar se estaba cansando de lidiarcon tanta chusma en su trabajo, a veces incluso a pesar del dinero que ganaba. Estaba ahorrando y calculaba que en un par de anos, o tal veztres, podria salir de aquelasqueroso mundo. Sin embargo, su jefesicreiaen esas historias,almenos,en los vampiros. Cuando lesexplico queteniaa un asesino infalible y quesetrataba delreputado Sombra, Oscar no pudo evitar sorprenderse. Aquel nombrelesonaba, estabaseguro de quelo habia oido antes y enmas de una ocasion. Laincertidumbre de no recordar mas datos lellevo arobarelcrucifijo, por siacaso. Julio le dio una patada a una lata abollada, que fue rodando con un molesto chirrido hasta caer en las vias del metro. Dos ratas salieron corriendo entrelos railes. --?No puedesestarte quieto? --lereprendio eljefe. Julio seencogio de hombros. --Alo mejorelruido asustaalos vampiros. Un periodico que descansaba sobre un banco se elevo en elaire y oscilo en un baile lento y pausado. El panelelectronico que mostraba el nombre delaestacion parpadeo. Dela oscura boca deltunelsurgio humo, tal vez niebla. Elairesusurro. --La verdad es que el ruido no nos asusta. --Se giraron. Habia un hombre justo detras de Julio, con una sonrisa turbia en la cara--. Lo cierto es quelos queasustamos somos nosotros. Julio dio un paso atras, sobresaltado. El recien llegado era un hombre bien parecido, de cabello castano, un poco mas largo de lo que dictabala moda, pero queleconferiacierto airerebelde y atractivo. Calzaba unas llamativas deportivas decolor rojo, vaqueros gastados y una camisa de cuadros por fuera del pantalon, formando un conjunto muy informal. Media metro ochenta, mas o menos, y aunque no estaba ni la mitad defuerte quelos fornidos guardaespaldas de Emilio, seadivinabacierto tono muscular y bien proporcionado. --Tu debes deser Sombra --dijo Emilio. --Elmismo --confirmo elasesino--. Mis disculpas porelretraso. Otro asunto reclamaba miatencion. Se movia con aire despreocupado, despacio, pero sin dejar de pasear. AOscar le llamo la atencion que tuviera la piel bronceada, le habia imaginado tan palido como una hoja de papel. A pesar de que fuera un vampiro y un asesino implacable, su aspecto no le impresiono. No aparentaba mas de treinta anos, pocos para un autentico profesional, a menos, claro, que de verdad fuera inmortal. Lo cierto era que contemplarleestaba disipando sus miedos,empezabaacreer que no setrataba de un vampiro. --Tengo un trabajo parati. --Eljefechasqueo los dedos. Oscar saco un sobrecon documentacion y selo tendio a Sombra, pero laatencion del vampiro se habia dirigido a otra parte. --Bonita cruz --dijo. Alargo la mano y acaricio los bordes plateados con el dedo indice--. Es una cruz presbiteriana. Su diseno esta basado en las cruces celtas medievales de Irlanda y Gran Bretana. Representa una doctrina protestante del siglo XVI , una opcion religiosa interesante. --Yo no... --Oscar se quedo momentaneamentesin palabras--.?No te desagrada? --?Ami? --seextrano el vampiro--. Yo tengo tres, de oro. --?Podemoscentrarnosen los negocios? --dijo Emilio. --Desdeluego. --Sombratomo elsobre y extrajo la documentacion. Larepaso conmucharapidez, un par desegundos por pagina--. Un juez... No es una peticion habitual. --?Ya has leido todo elinforme? --pregunto Oscar un tanto asombrado. --Leo muy deprisa --aseguro Sombra. Oscar no le creyo. Estaba claro que era un fanfarron. Sintio el impulso de preguntarle algun dato concreto para desenmascararle, pero supuso que al jefe no le gustaria la idea. El vampiro retomo sus andares tranquilos, deslizandose entre ellos, silencioso, echando algun vistazo esporadico alas paginas delinforme. --?Algun problema? --quiso sabereljefe. --En absoluto --contesto Sombra--. Entiendo queestecaballero hainterferido en tus negocios y quieres librarte deel. --Tu tareaes matar y los motivos no teinteresan--dijo Emilio--. O almenoseso es lo que dicen deti. Eso y que nuncafallas. El vampiro se detuvo. Quedo deespaldasaellos, mirando las vias delmetro. --Puedesestar seguro de que yo no fallo jamas. La preguntaera por simplecuriosidad profesional. Emilio suspiro. --Es un juez muy testarudo. No quiere aceptar un soborno y eso que le he ofrecido una cantidad mas que razonable... Es una de esas personas conmoral, no las soporto. Ha encarcelado a varios miembros de mi organizacion y se ha convertido en una amenaza para mi red de trafico de drogas. Lo quiero muerto. Sieres tan bueno como se dice, puedes fijarel precio queteconvenga. --Ya veo. Es una gran oferta, sin duda --dijo Sombra aunmirando a la oscuridad del tunel--. Claro que asesinar a un juez no sera facil. Provocara unainvestigacion... --?Yeso que mas te da? --leinterrumpio Oscar--. ?No eres un vampiro? --Lo soy--dijo Sombrasin volverse. --Entonces no tendras problemasenmatarle --siguio Oscar--.Ano ser quete hayas inventado esachorrada paracobrar mas pasta y dar miedo alos demas. Sombrase volvio, le miro directamentealos ojos. --?Te doymiedo? Oscar dejo lacruzen elsuelo y saco su pistola. --No. Yno creo queseas un vampiro --dijo mientras leapuntaba directamenteal pecho--. Mas bien eres un fantoche. --?Queestas haciendo? --pregunto Julio. Su forzudo companero retrocedio un paso. --Guardaelarma --le ordeno eljefe. Oscar no obedecio. --?Por que? Sies un vampiro de verdad, la bala no le hara nada.?No esasi? Sombraempezo aandar haciael,con unasonrisaencogidaen los labios. Seacercaba despacio,zigzagueando. --Cierto, una bala no puede detenerme. --?Te has vuelto loco? --pregunto Julio. --No lo hagas --insistio eljefe. El vampiro seacerco mas, siempre mirando directamentea Oscar. --Quieres apretar el gatillo, ?verdad? Lo veo en tus ojos. --Sombra comenzo a caminar en circulos alrededor de Oscar, que mantenia el canon apuntandole en todo momento--. Tienes dudas, deseas dispararme y averiguar si de verdad soy o no un vampiro. Suponias que el crucifijo te protegeria de mi, pero hascomprobado que no y eso te ha puesto nervioso. Sombraacelero un poco el paso, estrechando un poco elcirculo con cada vuelta. Julio y Emilio le pedian a Oscar que bajaraelarma, pero el guardaespaldas no les haciacaso. --!Retrocede! --grito Oscar. Una gota de sudor resbalo por la mejilla. La pistola empezo a temblar en sus manos--. Disparare, te lo advierto. Elasesino aumento la velocidad. --Veo queeres un hombre muy fuerte ymusculoso. Si no soy un vampiro, no deberias necesitaresa pistola parareducirme. Como puedes ver, estoy desarmado. --Sombra sacudio su camisa de cuadros para hacer patente que no ocultaba nada. Siguio girando. Pasaba delante de Julio yEmilio cada vezmas rapido, siempre bajo laamenaza delcanon de Oscar--. Pero no guardas la pistola. Elmiedo te domina. Oscarestiro un poco el brazo. Ahorala pistolaestabaa menos de un palmo del pecho de Sombra. La mano letemblaba. --!Te he dicho queretrocedas! --?Por queibaa hacerlo? La bala no puedeconmigo. Vamos, dispara y compruebalo. No me pasara nada. --!Bajaelarma, imbecil! --grito Julio. --!Dejad de dar vueltas! --ordeno Emilio. Sin detener su movimiento alrededor de Oscar, Sombra separo los brazos y coloco su pecho a un centimetro escaso del canon de la pistola. --Asi, justo en elcorazon --dijo. El guardaespaldas, que continuaba girando al ritmo de Sombra para mantenerle encanonado, empezo a sentirseconfuso ymareado--. Manten el pulso, no tiembles tanto. Mucho mejorasi... Ahora dispara,acabemoscon esto. --!Tu telo has buscado! --Hazlo --dijo Sombra,con suavidad,casien un susurro--. No seascobarde, vencetumiedo. !Dispara! Sombrasonrio ymostro loscolmillos. Seinclino un poco hacia delante. Oscarapreto el gatillo. Un disparo atronador resono en elanden y quedo ahogado por la punzada de un gemido. Elcorazon de Oscar latia descontrolado. Cuando sumano temblorosaseabrio, la pistola humeantereboto contraelsuelo. --?Que has hecho? --grito Emilio. Oscar aun no lo entendia. Hacia un i

  • Donde las mujeres son reyes de Christie Watson

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    De la autora del best-seller El fragil vuelo de los pajaros nos llega una nueva y conmovedora historia sobre la fortaleza de los vinculos familiares protagonizada por Elijah, un nino que se quedara para siempre en nuestros corazones. Elijah tiene siete anos, esta cubierto de cicatrices y acarrea un historial de comportamiento inestable. Es un nino guapo, inteligente, deseoso de agradar y que adora a los perros, tocar el tambor y hacer fotos, solo que a veces el brujo que esta dentro de el le obliga a hacer cosas. Cosas horribles. Su madre adoptiva, Nikki, cree que ella y Obi, su marido, son lo bastante fuertes como para afrontar las dificultades de Elijah, y que ser blanca no afectara a su capacidad para criar a un nino negro. Deborah, la madre biologica de Elijah, quiere a su hijo <>. Elijah piensa que el tiene la culpa de que no puedan estar juntos. Todos afrontan mas desafios de los que jamas pudieron imaginar, pero, justo cuando Elijah comienza a asentarse, un acontecimiento traumatico sacude la fragil tranquilidad de todos. <>

  • El arbol de las botellas de Joe R. Lansdale

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    Bajo el sol implacable de Texas, hay que mantener la cabeza ocupada para no perderla. Es el mes de julio y Hap Collins -blanco y exconvicto por negarse a combatir en Vietnam- trabaja sin descanso en los campos, fantaseando con mujeres ardientes y un buen te helado. Menos mal que su inseparable amigo Leonard Pine -veterano de esa misma guerra, negro y gay- viene a pedirle ayuda para limpiar la propiedad de su demenciado tio Chester, quien al final de su vida parecio haberse olvidado de todo, incluso del arcon metalico lleno de huesos enterrado bajo su propia casa… Lo que si recordo hasta el ultimo dia es por que planto en mitad del jardin ese inquietante poste engalanado con cascos de vidrio, <>: para protegerse de la magia negra.
    Hap y Leonard revientan una vez mas la escena del thriller con su explosiva y genuina combinacion de violencia, suspense y humor vitriolico. Noir gamberro y salvaje al mas puro estilo de Texas.

  • Nadie hace el amor los martes de Tracy Bloom

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    Katy y Matthew, que fueron novios en su adolescencia, se reencuentran una noche en una fiesta de ex alumnos y acaban en la cama. A la manana siguiente deciden que no volveran a verse nunca mas.Y aqui acaba el asunto... Hasta que ocho meses mas tarde vuelven a encontrarse en una clase de preparacion al parto y Matthew se pregunta con inquietud si sera el padre de la criatura que espera Katy. Ajenos a este lio, la esposa de Matthew, neuroticamente perfeccionista, vive con gran angustia la perspectiva de dar a luz a gemelos; y en cuanto al novio de Katy, mucho mas joven que ella, se resiste a tomarse la paternidad en serio.La vida y el amor no son asuntos que puedan tomarse a la ligera. Katy y Matthew se veran obligados a enfrentarse a un torbellino de emociones y de sentimientos que no tenian previstos.?Como se las arreglaran para arreglar semejante desastre y seguir adelante con sus vidas?Una novela tierna, divertida, hilarante. Puro entretenimiento. Pura diversion

  • Jilgueros en la cabeza de Carmen Guaita Fernandez

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    Una periodista prestigiosa que tiene cuarenta anos pero aun no ha comenzado a vivir, una manana tranquila entre sabores de infancia, la llamada anodina de un antiguo amor, una imaginacion que se desborda y una oleada de recuerdos que se agolpan Durante dos horas de rebelion y de memoria, Eulalia Requena se encuentra de nuevo con su ninez llena de historias, su juventud triste y su madurez confusa. De repente, un suceso inesperado puede transformar todo el dolor en promesa, toda la oscuridad en luz.

  • Enamorada de mi jefe (Los Graham 2) de Mia Del Valle

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    El destino una y otra vez se empenaba en decirnos que debiamos de estar juntos, y una y otra vez nosotros no lo escuchabamos, justificando nuestros encuentros como simples casualidades de la vida, o que la ciudad en la que viviamos era muy pequena. Pero aunque intentaramos alejarnos, ese cruel y estupido hilo rojo del que muchos hablan no dejaba de guiarnos a los brazos del otro.
    Mi nombre es Susan Williams, tengo cuarenta y dos anos de edad, y a la fecha ostento todos los estados civiles existentes, incluido el de amante <> fuera de eso soy una mujer comun y corriente, economista de profesion, amante de la moda y del buen vino, pero antes que comiencen a leer esta novela me gustaria advertirles que lo que estan a punto de descubrir no se trata de una simple historia mas, esta es mi vida... espero sepan comprender.

  • Curiosa Historia La Antigua Roma de Paula Navas

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    Rea Silvia, una Virgen Vestal, no podia concebir hijos pero no pudo resistirse y sucumbio a la seduccion de Marte quedandose embarazada de dos gemelos, Romulo y Remo. Una vez dio a luz, su tio Amulio cogio a los gemelos y los metio en una cesta dejandolos a su suerte en el rio Tiber. ?Por que? Pues sencillamente porque Amulio destrono del trono a su hermano Numitor, padre de Rea Silvia. Amulio simplemente se aseguro no tener quien pudiera quitarle el trono. Una loba encontro la cesta encallada a orillas del rio pegada al monte Palatino. La loba, llamada Luperca, los cuido y amamanto hasta que un pastor, Faustulo, encontro a los gemelos. Faustulo se encargo de ellos como si fueran hijos suyos. Cuando Romulo y Remo crecieron destronaron a Amulio y colocaron en el trono a su abuelo Numitor que como agradecimiento les dejo que fundaran una ciudad. Los hermanos se enfrentaron, ya que no decidian quien iba a ser el fundador. Finalmente, tras la disputa, Remo murio a manos de su hermano Romulo y este fundo Roma en el ano 753aC. Asi fue como Romulo se convirtio en el primer rey. ?Sin embargo, verdaderamente fue Romulo el fundador de Roma? La arqueologia ha revelado evidencias del asentamiento de Roma en la colina del Palatino desde el ano 1000aC pero para los romanos, provenir de un dios, era algo excepcional. Roma empezo siendo una pequena monarquia y acabo convirtiendose, a lo largo de mas de 600 anos, en uno de los imperios mas grandes de la antiguedad. Roma paso por varias formas de gobierno, monarquia, republica e imperio. La monarquia se acabo junto con el derrocamiento de su ultimo rey, Tarquinio el Soberbio. Despues de Tarquinio, comenzo una nueva forma de gobierno, la Republica, nos encontramos en el ano 509 a. C. y Roma es gobernada por el Senado y dos consules. Roma durante aproximadamente ciento cincuenta anos, se expandio con exito por tierras extranjeras. Mas adelante, los romanos conocerian una nueva clase de enemigos, les creian inferiores, incivilizados y feroces, fueron conocidos como los barbaros. En el siglo II a.C., una nueva tribu avanzaba contra el Imperio Romano, querian conquistar, saquear y establecerse en las poblaciones. Se trataba de los cimbrios cuyos mejores aliados fueron los Teutones y Ambrones. Los romanos prepararon con horas de antelacion la batalla pero de nada les sirvio. Los barbaros, impredecibles en el combate y sin una aparente tactica de guerra, ganaron todas las batallas. Roma busco a alguien capaz de detener la masacre barbara. El elegido fue el militar Cayo Mario. Cayo Mario, al que algunos creen que tuvo un origen humilde, fue muy admirado por sus soldados. Trabajaba con ellos, comia con ellos y entrenaba con ellos. Pero en aquella epoca, a Cayo Mario le costo reclutar soldados que quisieran luchar debido a las numerosas derrotas que habia sufrido el ejercito romano contra poblacion, ya no importaba que no tuvieran los suficientes recursos y cualquier persona podia alistarse en el ejercito. Este hecho hizo que el ejercito se agrandara considerablemente. Cayo Mario fue eliminando a las tribus Teutonas y finalmente, en la batalla de Vercelae, 120.000 cimbrios fueron derrotados acabando con 13 anos de conflictos barbaros. Cabe destacar que estamos en el periodo de la Republica y solo las personas con suficientes recursos eran las que podian alistarse. Cayo Mario tuvo que cambiar este sistema y comenzo a reclutar sin importar la condicion social de las personas. En el ano 59 a. C., la popularidad del sobrino de Cayo Mario ya era un hecho. La historia lo conoceria como el mas importante general de Roma, Cayo Julio Cesar. Para lograr su exito politico, tuvo que solicitar el apoyo de dos personas, Craso y Pompeyo el Grande. Juntos, formarian el primer Triunvirato. Cesar, entre otras cosas, amplio los dominios de Roma, conquisto la Galia y derroto a los optimates en el norte de Africa, en Hispania y en Grecia. Mas tarde, Cesar seria proclamado dictador perpetuo y tras una guerra civil y enfrentandose al Senado, fue asesinado desatando una serie de guerras civiles que termino con la Republica y provoco la elevacion del sobrino de Cesar y su heredero, Octaviano, como Augusto, el primer emperador.

  • Vivir con plenitud las crisis de Jon Kabat-zinn

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    El estres puede agotar nuestras reservas de energia,socavar la salud y acortar incluso nuestra vida,tornandonos mas vulnerables a la ansiedad,la depresion y la enfermedad.Este libro,que parte del conocido programa de reduccion del estres basado en el mindfulness(REBAP o MBSR)de Jon Kabat-Zinn y ha dado origen a un campo completamente nuevo de la medicina y de la psicologia,nos ensena a emplear practicas corpomentales medicamente demostradas derivadas de la meditacion y el yoga para contrarrestar los efectos del estres,restablecer nuestro equilibrio corporal y mental,y estimular el bienestar y la curacion.El ejercicio regular de estas practicas y su integracion en nuestra vida cotidiana puede ensenarnos a vivir mejor con el dolor cronico,reducir la ansiedad y mejorar la calidad global de nuestra vida y nuestras relaciones.

  • Una apuesta atractiva de Carolina Gattini

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    Descubre la loca historia de Ethan, Julia y sus tres amigas en una oficina de Nueva York, donde los lios y las situaciones mas comicas cambiaran la aburrida vida del protagonista:
    Cuando Ethan conoce a Julia, la nueva directora de marketing, duda de su profesionalidad al acceder al puesto por su fisico arrollador, empezando con mal pie su relacion en la empresa. Meses despues Ethan le asegura a Julia que estuvieron juntos el sabado noche, ella no recuerda nada, pero las pruebas son irrefutables. Una comica historia de amor y sexo en Nueva York, donde cada personaje aportara su granito de arena para hacer las tediosas horas en los despachos de Julia, Anne, Karen, Jane, Ethan y William, mas divertidas.

  • La judia de Toledo de Lion Feuchtwanger

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    Esta novela de Lion Feuchtwanger, autor ya consagrado entre los lectores de habla espanola, es una apasionada historia de amor y violencia, ocurrida en el siglo XII, y que, a traves de siglos, ha ocupado la imaginacion de los espanoles. Narra la pasion que el rey Alfonso VIII de Castilla sintio por la judia Raquel, hecho que registran las cronicas de su biznieto, el rey Alfonso X el Sabio. La accion transcurre en una epoca todavia en parte sumida en la barbarie, en la que el arrojo de aquellos nobles castellanos, fruto de una fe sin fisuras, y el ansia de matar, junto con su ilimitado orgullo, destruyeron sin remordimiento las maravillosas ciudades y reinos que otros habias creado. Solo aquel que perciba la irresistible atraccion de ese mundo de aventuras podra entender la historia de Raquel y el rey.

  • Nadina o la atraccion del vacio de Marisa Sicilia

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    Mathieu Girard es agente de los Grupos de Intervencion de la Gendarmeria Nacional, una unidad de elite francesa. Le gusta su trabajo y siente cierta atraccion por el riesgo, que se empena en negar y le causa problemas a la hora de mantener relaciones estables.