• laura benetti - Laura Benet

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    Cristina aparco su coche frente al lujoso hotel donde tendria la reunion. Habia llegado el momento. A sus veinticinco anos, era la presidenta de Ecomovie, una asociacion dedicada a la defensa del medio ambiente, y por fin habia conseguido una audiencia con el alcalde. Ese hombre debia entender que no podia jugar con la salud de las personas. Que no podia permitir que se construyera esa urbanizacion. La vida salvaje tambien era importante. Sonrio. Lo conseguiria. Sabia ser convincente. -Debe de ser por aqui -murmuro mirando a su alrededor. De estatura media y morena, Cristina era guapa, pero destacaba sobre todo por sus llamativos ojos azules y su personalidad arrolladora. Su mayor atractivo era su valentia y su decision. Su cita era a las doce y faltaban cinco minutos. Perfecto. No llegaria ni pronto ni tarde. Solo le faltaba encontrar la sala donde la recibiria el alcalde. La Sala 3. Un letrero senalaba la ubicacion de dicha sala, y Cristina se dirigio hacia alli. -!Cristina! -una voz conocida la llamo desde unos metros atras. -!Carlos! -exclamo Cristina sonriendo. Vaya. !Que casualidad! Cristina conocio a Carlos en una boda. En realidad, en una boda doble. Andrea y Teresa, sus mejores amigas, se casaron con Alberto y Daniel, dos amigos de Carlos. Durante el banquete que siguio a la ceremonia, alguien, no recordaba quien, se lo presento. Y a ella le parecio superatractivo. Alto, rubio y con la cara cuadrada, no solo la dejo impactada, sino que lo paso realmente bien con el. Carlos y ella estuvieron flirteando durante toda la noche. Bailaron, rieron, pero no llegaron a nada. Carlos le gustaba y esperaba que la llamara, pero todavia no lo habia hecho y ella estaba algo mosqueada. -Justo estaba pensando en llamarte -dijo Carlos cogiendole las manos y mirandola a los ojos. Se mostraba tan contento de verla, que Cristina lo perdono enseguida. -Estas guapisima -dijo el haciendola girar sobre si misma-. ?Que haces por aqui? -Una reunion con un pez gordo -contesto ella evasiva. No le gustaba dar datos sobre sus actividades-. Un tio desagradable de verdad -fruncio el ceno. -!Pobrecita! ?Como de desagradable? -pregunto el solidario. -Seguro que tiene sobrepeso y una papada descomunal -Cristina sonrio de su imaginativa descripcion-. ?Y tu? -Una reunion tambien, pero la mia es aun peor -Carlos bajo la cabeza-. Es con una tocapelotas. Una senora que se ha pasado las ultimas semanas fastidiando de todas las formas que se le ocurrian. Supongo que no tendra sobrepeso – Carlos suspiro con paciencia-. Pero si lo tuviera, puede que no estuviera tan amargada y que no les amargara la vida a los demas. Se miraron a los ojos y ambos sonrieron con simpatia. Cada uno compadeciendose del otro. -?Nos tomamos un cafe en cuanto nos libremos de ellos? -pregunto Carlos mientras se dirigian juntos hacia las salas de reuniones. -Vale -contesto ella-. Supongo que ese tio me echara en media hora o asi. -Pues yo creo que tambien podre librarme de la mia mas o menos en ese tiempo. Quedamos en la cafeteria despues. -De acuerdo -sonrio ella. Casi habia llegado a su destino. -?A que sala vas? -pregunto el. -A la tres. ?Y tu? Carlos paro en seco y miro los papeles que llevaba en la carpeta. Leyo algo, incredulo, y luego fijo la vista en Cristina con los ojos muy abiertos. -!Eres la activista! -acuso-. Cristina Bartual, ?verdad? !Me has tomado el pelo! -?De que me hablas? -pregunto Cristina sorprendida. -Tienes una reunion con el alcalde, ?no es cierto? Cristina afirmo con la cabeza. ?Como lo sabia? Y ademas, ?que le pasaba? Estaba muy raro. -?Lo conoces? -pregunto Carlos al cabo de unos instantes, que a Cristina se le hicieron eternos. -No -contesto ella-. No lo he visto nunca en persona. No tengo ningun interes en conocer a ese tipo de gente -explico muy ufana-. Son unos explotadores. Hablare con el, intentare convencerle de algo que es mas que evidente que debe hacerse, y luego espero no volver a verlo nunca. ?Por que lo preguntas? -Soy yo. Carlos Fuenlabrada soy yo. Cristina se quedo traspuesta unos segundos. Eso no podia ser verdad. ?Carlos el alcalde? El majisimo Carlos, tan agradable y educado, no podia ser ese tipo egoista y marrullero que habia concedido la licencia para la construccion del bodrio. Imposible. Ademas, el alcalde no podia estar tan bueno. El alcalde tenia que ser gordo. Y feo. Por las cosas que hacia. Carlos la miraba con el ceno fruncido. -!Me tomas el pelo! -exclamo ella. -Hablo en serio. Mira -dijo el mostrandole los datos de la reunion a la que ambos tenian que acudir. Cristina estaba viviendo una pesadilla. Nunca se le habria pasado por la cabeza que, el Carlos alcalde, fuera tambien el atractivo Carlos que tenia frente a ella. -Preparate -dijo finalmente, sobreponiendose a su incomodidad, y entrando decidida en la Sala 3-, porque esa tocapelotas enjuta y amargada va a hacer honor a su nombre. -Bien -contesto Carlos entrando tras ella-, porque el gordo de la papada no va a dejarse amedrentar. * * * La reunion estaba siendo un desastre. Cristina no podia convencerlo de nada, Carlos no daba su brazo a torcer en ninguno de los puntos que trataban, y ninguno de los dos cedia. -!No quieres entenderlo! -exclamo Cristina. -Eres tu la que se empena en no aceptar las ventajas de una gran urbanizacion. La gente podra comprar su primera vivienda con mas facilidad. -?Y que pasa con el medio ambiente? ?No te das cuenta de la repercusion ecologica? -pregunto Cristina desesperada- Eso sera un desastre. -Hemos calibrado las ventajas y los inconvenientes -dijo Carlos sin inmutarse. -Esa zona incluye un humedal. Muchas aves anidan ahi. Pero Carlos se empenaba en no entenderlo. Durante mas de media hora estuvieron calibrando fuerzas. Se levantaban, volvian a sentarse, amenazaban, razonaban,… y seguian discutiendo. Pero naturalmente, la autoridad jugaba con ventaja y Cristina se fue con las manos vacias. Salio tal y como habia entrado, pero con un sentimiento de rabia y frustracion anadido. -!Olvidate del cafe! -dijo Cristina cuando salio. Tuvo que esforzarse en no cerrar de un portazo- Y hasta nunca. !Ojala que no se hubiera enterado de que Carlos, el Carlos que ella conocia, era tambien el alcalde! Aun le costaba creerlo. Carlos, el simpatico y encantador Carlos, seria el responsable del deterioro de una zona paradisiaca. Esa urbanizacion acabaria con la vida animal de la zona. Total para que unos cuantos urbanitas, que no tenian ni idea de las consecuencias, pudieran comprar sus casas algo mas baratas. Subio al coche enfadada y se dirigio hacia el emplazamiento donde pretendian construir el bodrio. Alli habia quedado con los demas activistas y socios de Ecomovie. -Manana empieza la movida -dijo como saludo. -?Como ha ido? -pregunto Alejandro, uno de los manifestantes-. !Ah! – exclamo al mirar su cara con atencion- Parece que no muy bien. Alejandro era un joven arquitecto muy vinculado a las asociaciones en defensa de la naturaleza. Alto, rubio y en buena forma fisica, era muy atractivo, y Cristina sabia que ella le gustaba. Pero a ella no le gustaba el. Le faltaba garra y era demasiado predecible. Aunque era un buen tipo y un buen amigo. Podia confiar en Alejandro. No como en otros. -Pues no, no ha ido bien. Habra que movilizarse. Todos prometieron acudir al dia siguiente. No eran muchos, pero tenian que impedir la tala de dos alcornoques. Eran muy antiguos y merecian un respeto, pero los constructores querian cortarlos para meter las excavadoras. -Nosotros vendremos a las ocho -dijo Alejandro. -Supongo que empezaran a las nueve -contesto Cristina-, pero saben que estaremos aqui, asi que nunca se sabe. -No saldra bien -dijo Alejandro con tristeza-. Lo intentaremos, pero no saldra bien. No era el momento de hundirse, y Alejandro era demasiado pesimista. -Yo seguire intentando parar esto de la forma habitual -hizo una pausa-. Pegando la paliza -sonrio-. Pero no conseguire nada. El alcalde es demasiado cazurro. Lo que si espero es tocarle las narices lo bastante como para que nos haga caso a la larga. Al final, ganaremos. -?Y que pasara con los alcornoques? -pregunto Alejandro. -De los alcornoques te puedes despedir. No llegaremos a tiempo. * * * Cristina se dirigio preocupada hacia el pueblo cercano. No habia comido en todo el dia y necesitaba nutrirse. ?Donde podria encontrar fruta fresca? Porque no le servia cualquier comida. Cristina era vegana. No comia ni animales ni sus derivados. Y no siempre le resultaba facil encontrar alimentos adecuados y nutritivos fuera de casa. Por suerte, pronto encontro una fruteria y pudo comprar la cena y el desayuno del dia siguiente. Ya mas tranquila, se dirigio hacia su hotel. Mejor dicho, hacia el que habia sido su hotel hasta ese dia. Porque ya no podria quedarse alli, pero tenia que recoger su maleta

  • Laura Benetti - Autores - Libros peruanos

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    Laura Benetti. Publicaciones del autor. Ordenar por: Fecha de ingreso | Título (A-Z) | Título (Z-A) | Precio · Secreto profesional. Laura Benetti. S/. 30.00 ...

  • Kein Weihnachtsessen ohne Nonna Lucia (German Edition)

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  • Kein Weihnachtsessen ohne Nonna Lucia : Benetti, Laura

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  • Secreto Profesional - Laura Benetti | MercadoLibre

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    Esa es la línea del trabajo de Laura Benetti: una línea barroca que por ... este es un libro bondadoso y hechicero, creativo y por ende enriquecedor.

  • Libros de BENETTI LAURA

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    3 resultados para LIBROS DEL AUTOR: benetti laura · GUANTE BLANCO. Titulo del libro: GUANTE BLANCO; BENETTI, LAURA; No disponible. S/24.00 · SECRETO PROFESIONAL.

  • Laura benetti archivos - Psicoanálisis: El Arte y el Diván

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    16 dic 2019 — Cuando Enrique Delgado me invitó a participar de este libro, me sentí confrontada a una pregunta que me atraviesa desde hace mucho ¿Cuál es ...

  • Secreto profesional: Laura Benetti | Librería PeruBookstore.com

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    Debido a las disposiciones gubernamentales, no podremos vender libros impresos por un buen tiempo ni distribuirlos a tu domicilio como hemos venido haciéndolo ...

  • Kein Weihnachtsessen ohne Nonna Lucia - Rakuten Kobo

    https://www.kobo.com/mx/es/ebook/kein-weihnachtsessen-ohne-nonna-lucia

    14 oct 2018 — Lee "Kein Weihnachtsessen ohne Nonna Lucia" por Laura Benetti ... Elige la librería de tu país para ver los libros que están disponibles.

  • La familia en época de violencia desde la mirada de la literatura

    http://www.lum.cultura.pe/actividades/la-familia-en-%C3%A9poca-de-violencia-desde-la-mirada-de-la-literatura

    ... (NEL-Lima) y el LUM en el que participarán el literato Miguel Vargas Yábar, el poeta y crítico Paolo de Lima y la psicoanalista argentina Laura Benetti.

  • Un vizconde para mi (Nobles 3) de Olga Salar

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    El sueno de Lady Caroline Whinthrope siempre habia sido el de viajar a Italia para aprender las tecnicas de pintura de los grandes maestros.
    Tratando de complacerla, su hermano, el marques de Hawkscliffe, le prepara la sorpresa como regalo en su vigesimo segundo cumpleanos. El problema es que el viaje no podria haber llegado en peor momento, justo cuando acaba de prometerse al hombre que ama.
    Respaldada por el, ambos deciden mantenerlo en secreto para que Caroline pueda cumplir su sueno.
    Lo que esta jamas hubiera imaginado era que se veria obligada a volver a toda prisa de Italia para evitar que su prometido cortejara a otra dama.

  • Llegaste por sorpresa de Enrique Garcia Diaz

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    Cuando Graham recibe la oferta para trabajar con el mejor amigo de su hermano acepta enseguida. Hacer de chofer para el es pan comido, lo complicado sera cuando tenga que trabajar para la hija de Robert, Erin a la que no ve desde que era una nina.

  • Cascara de nuez de Ian Mcewan

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    Asi que aqui estoy, cabeza abajo dentro de una mujer. Aguardo con los brazos pacientemente cruzados, aguardo y me pregunto dentro de quien estoy, que hago aqui. Los ojos se me cierran con nostalgia cuando recuerdo que iba a la deriva en mi bolsa corporal translucida, flotaba en suenos dentro de la burbuja de mis pensamientos a traves de mi oceano particular de volteretas a camara lenta, chocando suavemente contra los limites transparentes de mi encierro, la membrana acogedora que vibraba, mientras las amortiguaba, con las voces de unos conspiradores de una ruin empresa. Esto fue en mi juventud despreocupada. Ahora, totalmente invertido, sin un milimetro de espacio para moverme, con las rodillas apretadas contra el vientre, mis pensamientos, al igual que mi cabeza, estan muy ocupados. No me queda otro remedio que tener la oreja pegada dia y noche contra las sanguinolentas paredes. Escucho, tomo notas mentalmente y estoy preocupado. Oigo conversaciones intimas sobre un designio mortifero y me aterra lo que me espera, lo que podria arrastrarme. Estoy inmerso en abstracciones, y solo las relaciones que proliferan entre ellas crean la ilusion de un mundo conocido. Cuando oigo <>, cosa que nunca he visto, imagino una especie de suceso mental que se acerca mucho a <>, cosa que tampoco he visto nunca. Me considero inocente, exonerado de lealtades y obligaciones, un espiritu libre, a pesar de mi exiguo habitaculo. No hay nadie que me contradiga ni me reprenda, no hay nombre o direccion anterior, no hay religion ni deudas ni enemigos. En mi agenda, si existiera, solo figura mi proximo nacimiento. Soy, o era, a pesar de lo que dicen ahora los genetistas, una pizarra en blanco. Pero una pizarra porosa, escurridiza, que no serviria para un aula ni para el tejado de una casa de campo, una pizarra que se escribe a si misma a medida que crece cada dia y se va llenando. Me considero inocente, pero al parecer formo parte de una intriga. Mi madre, bendito sea su corazon incesante que chapotea ruidoso, parece estar implicada. ?Parece, madre? No, esta. Estas. Estas implicada. Lo he sabido desde mi principio. Dejame evocar aquel momento de creacion que llego con mi primer concepto. Hace mucho, muchas semanas, mi surco neural se cerro para convertirse en mi medula espinal y muchos millones de neuronas jovenes, trabajadoras como gusanos de seda, hilaron y tejieron con la estela de sus axones la esplendida tela dorada de mi primera idea, un concepto tan simple que ahora se me escapa en parte. ?Aquello era yo? Demasiado vanidoso. ?Aquello era ahora? Excesivamente dramatico. ?Entonces era algo que precedia a ambas cosas y las contenia, una sola palabra forjada por medio de un suspiro o un desmayo mental de aceptacion, de puro ser, algo como… esto? Demasiado preciosista. Asi que, acercandome mas, mi idea era Ser. O si no, su variante gramatical, es. Este fue mi concepto primigenio y ahi esta la cuestion crucial: es. Nada mas. En el sentido de Es muss sein. El comienzo de la vida consciente era el fin de la ilusion, la ilusion del no-ser y la erupcion de la realidad. El triunfo del realismo sobre la magia, del es sobre el parece. Mi madre esta implicada en la intriga y por ende yo tambien, aunque mi papel pudiera consistir en frustrarla. O en vengarla, si yo, un cretino reacio, llego demasiado tarde.

  • Naufragos de Fernando Bendala Alvarez

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    Bosco Magalay ha sobrevivido al incendio del navio estelar El Buen Pastor, sucedido en una zona remota del Universo. Comparte una nave salvavidas pequena y anticuada con otros dieciseis naufragos.

  • La mujer del enterrador de Amanda Clark

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    El inspector Enzo Barese recibe una inquietante llamada la noche de fin de ano. Han asesinado a una joven en el bosque del pequeno pueblo de Lagarza. Cuando llega a la escena del crimen, enseguida se percata de que no se trata de un asesinato corriente, sino lo que parece la obra de un asesino en serie.

  • La filosofia se ha vuelto loca de Jean-francois Braunstein

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    Tres debates nos tienen obsesionados: los que se refieren al genero, los derechos de los animales y la eutanasia. Y tres disciplinas politicamente correctas tratan ahora de estas cuestiones en el mundo universitario: gender studies, animal studies y bioetica. Sin embargo, cuando se leen los textos de los fundadores de estos estudios (John Money, Judith Butler, Peter Singer.), se advierte que, detras de las buenas intenciones, acechan consecuencias absurdas.

  • La mejor madre del mundo de Nuria Labari

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    Una novela rompedora que disecciona el mito de la maternidad desde una nueva perspectiva y que enriquece el debate sobre la ambivalencia que genera esta experiencia en la identidad femenina contemporanea.

  • El oro del mar de Daniel Wolf

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    Una deslumbrante epopeya historica que nos traslada a la floreciente y peligrosa Europa del siglo XIII a traves de una expedicion comercial que debera enfrentarse a las amenazas del mar y de la tierra pero, sobre todo, a la codicia de los hombres.

  • De la honda a los drones de Juan Carlos Losada

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    Este libro singular, de concienzuda factura y riqueza de contenido, es el primer compendio de la historia de la guerra publicado hasta el momento en Espana.

  • El tunel de las almas perdidas de Mara Urnoba

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    Una historia donde la memoria, el espacio y el tiempo van cogidos de la mano. La novela arrastra al lector al desconocido e intrigante mundo de la psicologia y de la historia contemporanea a traves de unos extranos acontecimientos que tienen lugar en un geriatrico de Gandia. Las acciones, los pensamientos y los recuerdos de los personajes principales, entre los que destaca la psiquiatra jubilada y residente en Toulouse, Eulalia Lambert, exprisionera de Ravensbruck, y el exagente del Servicio de Inteligencia espanol, Fernando Escriva, llevan el peso de las diferentes tramas. Estos dos singulares ancianos intentan desentranar el misterio que se esconde entre las paredes de un lugar aparentemente inofensivo con la ayuda de sus nietos, Alexandra y Leo. Una trama policiaca que envuelve a estos cuatro personajes hasta un final sorprendente e inesperado.

  • Piel de plata de Javier Calvo Perales

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    Pol es un adolescente que se pasa el dia leyendo novelas. A raiz de una agresion en el colegio, es expulsado y empieza a medicarse. En la sala de espera del psiquiatra conoce a Bronwyn, una chica rebelde, fascinante y mucho mas inteligente que nadie a quien Pol haya conocido nunca. Con ella descubre la obra del poeta Juan Eduardo Cirlot y un mundo mas alla de su comprension. Cuando pierde la pista de Bronwyn, pedira a su hermana Oli que le ayude a encontrarla.

  • Una muerte imperfecta de J. J. Fernandez

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    Megan no es feliz. Una menopausia prematura y un marido ausente se mezclan en una vida monotona. Con una maleta en la mano, una entrevista de trabajo y decidida a empezar una nueva vida, Megan recibe una fatidica noticia que dara un giro inesperado a su vida.
    Su tio Paddy ha sido encontrado en su coche. Muerto.
    Megan se lanzara a una carrera contrarreloj para salvar la memoria de su familia y descubrir la verdad de la muerte de su tio. Una verdad que la arrastrara por un laberinto de tortuosas emociones donde llegara a poner en peligro su propia vida.
    ?Sera ella la proxima victima o es todo un producto de su imaginacion?
    Todos tenemos que perdonar nuestro pasado para poder caminar por el presente.

  • No cerramos en agosto de Eduard Palomares

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    Jordi Viassolo consigue un trabajo de becario -temporal y mal pagado- en una agencia de detectives de Barcelona. La mision que le encargan es simple: mantener el despacho abierto durante el verano sin meterse en lios. Todo cambia cuando aparece un cliente desesperado asegurando que su mujer ha desaparecido. Se trata de una investigacion aparentemente sencilla, perfecta para que el timido e inexperto Viassolo comience a foguearse en la calle. Sin embargo, el caso se complica y el aprendiz de detective debera alejarse de la burbuja en la que ha vivido como estudiante y empezar a poner en practica lo que hasta ahora solo conocia de oidas.

  • Mi unico plan de Andrea Smith

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    Si hay algo que desespera a Kenzie Sullivan es no saber que le deparara el futuro. Ha terminado los estudios y no sabe como encauzar su vida. Justo cuando cree que ya no puede sentirse mas perdida, recibe una llamada de su amiga Mel que le dara un poco de esperanza. Un trabajo en Nueva York, un nuevo comienzo. ?O quiza no? Si meter la pata el primer dia no era suficiente, cuando su nuevo jefe la convoca a su despacho para hablar con ella, descubre que este no es otro que James Smith, su exnovio del instituto. La situacion no podria empeorar. ?O si? ?Y si descubrieras que sigues enamorada de el? Tras cuatro anos separados, Kenzie y James se reencuentran e intentan retomar su amistad y, quien sabe, quizas tambien algo mas.

  • La estrella prohibida de Maria Border

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    Barbara y Yago se conocen desde que eran ninos. Durante la adolescencia compartieron travesuras, y una incipiente tension sexual nacio entre los dos. Pero con los anos todo cambio, y esa amistad tierna y complice tomo la forma de una historia de amor que cambiara sus vidas para siempre.

  • En tu lugar de Christine Cross

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  • El farmaceutico de Auschwitz de Patricia Posner

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    Victor Capesius custodiaba la reserva nazi de gas Zyklon B y proporcionaba farmacos que eran empleados por medicos para llevar a cabo experimentos espantosos y mortales en mujeres embarazadas y ninos.

  • Objetivo Cupcake perfecto – Alma Obregon de

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    La bloguera de reposteria de moda en nuestro pais, Alma Obregon, desvela sus mejores recetas de cupcakes en este libro de cocina delicioso e innovador.

  • La nacion de las bestias. El senor del Sabbath de Mariana Palova

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    “?No estas harto de tener miedo? ?No querrias tener la certeza, pro primera vez en la vida, de que no estas loco? ?De saber que todo lo que ves y lo que te pasa… es real?” Durante casi toda su vida, Elisse ha sido acosado por criaturas horripilantes que al parecer nadie mas puede ver ni escuchar. Desesperado por huir tanto de ellas como de su pasado decide marcharse de la mistica India, el pais donde estuvo refugiado, para sumergirse dentro de la Gran Hechicera Nueva Orleans, con la esperanza de volver a encontrarse con su padre, quien por motivos desconocidos tuvo que abandonarlo siendo apenas un bebe. Pero lo que Elisse no sabe es que en esa ciudad sepultada por una misteriosa niebla, y devorada por furiosos huracanes, se encontrara con mucho mas que las respuestas a los enigmas de su inquietante vida: un secreto, tan ancestral como extraordinario, que se oculta entre los pantanos de Luisiana, en los muros helados del cementerio y hasta en su propia sangre.

  • Manos arriba (Enredos con la ley 2) de Ruth M. Lerga

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    O sea, que lo mejor para los desenganos es tirarme a un desconocido un sabado por la noche con una copa de mas, ?no? --Aitana intentaba hacerse oir por encima de la musica pero sin que las escucharan los de la mesa de al lado. --!Exacto! Isabel, amiga desde la facultad de Medicina y de las pocas personas con las que no habia perdido el contacto al marcharse de Valencia diez anos antes, la habia invitado a ir <> a los dos dias de regresar a su ciudad natal. Habian sido tremendas durante sus salidas universitarias. --?Y le pregunto como se llama?, ?o no es necesario? --le siguio la broma, porque esperaba que estuviera de cachondeo y no hablando en serio. --Si quieres, hazlo, !pero no le digas tu nombre! Ni lo lleves a tu casa, tampoco. <>, corroboro, dado que todavia no habia acabado de instalarse. Una empresa de mudanza habia llevado los muebles y cajas llenas de objetos y ropa, pero aun habia muchas cosas que colocar, y mas todavia de las que deshacerse. --?Que tiene de malo mi nombre? Despues de treinta y ocho anos le he cogido carino. Y Aitana es una sierra preciosa, ademas. --Ni nombre ni direccion, hazme caso. Cuando entres en su casa enviame la ubicacion para que sepa donde estas. Y que no se te olvide avisarme al salir. ?O eres de las que se queda a dormir? --?A dormir con un desconocido sin tener ni siquiera una muda para ducharse a la manana siguiente? Antes muerta--. No me pongas esa cara, no puedes haber olvidado todo lo que te ensene. En fin, si a las once de la manana no tengo noticias tuyas sabre donde comenzar a buscar, al menos. Aquella conversacion se estaba poniendo demasiado seria. --Isa, no flotes. ?Acaso tu te has acostado alguna vez con un completo desconocido? Sacudio la otra la mano izquierda, como restandole importancia a su inexperiencia, mientras con la derecha cogia su mojito y le daba un sorbo. --!No, claro que no!, pero yo soy medico, estoy en urgencias. No te imaginas lo que me encuentro los sabados y los domingos por la manana si estoy de guardia. Se te van las ganas de tener sexo anonimo. La tranquilizo saber que, a pesar de todas las locuras de juventud, su companera de correrias seguia siendo prudente. Le respondio con la misma cantinela: --Pues si tu ves cosas de escandalo en urgencias, !imagina lo que me puedo encontrar yo!, que soy medico forense --fue su replica medio en broma medio en serio. Su amiga casi escupio su trago. --Eres una cortarrollos, Aitana. ?Que probabilidades hay de que te maten por ir a pegar un polvo con un desconocido? --Desconozco las estadisticas de aqui --encogio el hombro derecho--, pero te aseguro que a nivel nacional no son alentadoras. De todas formas, no hay que ser un genio de las matematicas para saber que solo necesitas una vez para que ocurra. Es como lo de coger una enfermedad de transmision sexual o quedarse embarazada. Isabel se levanto, seria. --Con esa actitud moriras sin volver a follar, lo sabes ?verdad? --Rieron las dos--. Voy a la barra a por otro par. ?Era Tankeray con Fever-Tree? --Tankeray Rangpur con Fever-Tree --especifico. Ambas tenian gustos caros cuyas nominas no podian cubrir. Y tambien padres con dinero. El atico al que Aitana se habia trasladado, en una calle peatonal al lado de la Bolsa de Valencia, fue de su abuela. Su familia lo habia reformado tres anos antes, cuando aquella murio. Tambien el coche que llevaba estaba por encima de sus posibilidades: fueron sus padres quienes se lo compraron cuando tuvo un accidente de coche leve, argumentando que con un todoterreno como aquel no habria sufrido ni un rasguno y que hacia demasiada carretera, yendo y viniendo desde Salamanca tan a menudo. Habian pasado siete meses desde aquello. Ya habia pedido el traslado al Ministerio del Interior cuatro meses antes, al romper con Carlos, y, por fin, le habian concedido Valencia. Habria quien se avergonzaria de su dinero o quien, por el contrario, presumiria; ella simplemente agradecia haber nacido en el seno de una familia adinerada que le habia permitido estudiar lo que quiso y, sobre todo, no haber tenido que compartir piso durante la residencia. Apuro de un trago largo su gin-tonic y lo dejo en la mesa, volviendose a otear la pista. La alegre salsa sonaba en el local y un monton de parejas se movian a su son. Bailaban bien, era un lugar habitual para sociales[1]. Habia tomado clases de salsa, bachata y kizomba con Carlos, prescripcion de su terapeuta de parejas para intentar salvar una relacion que se hundia inexorablemente. No funciono, pero le cogio el gusto al estilo. Adoraba bailar, habia hecho anos de ballet de nina. Para su suerte, Isabel compartia su aficion, habia ido a una academia en la ciudad y era quien habia elegido donde ir esa noche. Regreso su amiga con sendas copas. --Deberiamos entrar alli. --Senalo el centro de la discoteca--. Hemos venido a eso, ?no? --Primero bebamos y elijamos victima --bromeo una vez mas, guinandole el ojo. Despues de diez minutos alguien en la pista llamo su atencion. Sonaba una bachata y un hombre bailaba con una chica inexperta, a juzgar por la inseguridad de sus movimientos. Observo con mas atencion: era el quien le hacia los adornos, le llevaba los brazos e, incluso, rotaba su cintura en los momentos lentos. Ella se limitaba a hacer el paso basico y dejarse llevar, o lo intentaba. <>, reconocio para si. Estaba convencida de que podria hacer bailar a un palo. Paso toda la cancion, cuya letra prefirio ignorar, fascinada viendo como la manejaba. En su mente imaginaba como hubiera ella ejecutado alguna figura o la corregia si erraba en el pie de salida. Le sorprendio la paciencia de el tanto como su habilidad para adaptarse a sus fallos. En cuanto la cancion termino se dieron dos besos y se separaron, cada cual en busca de nueva compania, ella con una sonrisa radiante. Que te hicieran bailar cuando no sabias era una experiencia reconfortante. Vio alejarse unos hombros anchos, una espalda amplia y un trasero fantastico. --Diria que ya has elegido, Aitana. Y esta buenisimo, te lo reconozco. Aparto la vista del cuerpazo de mas de metro ochenta que se alejaba y se volvio a Isabel, asombrada. --?Lo has visto bailar? --?A quien, a Alberto? Un monton de veces, es un asiduo. --?Has bailado con el? --Claro. La miro con ojo critico. --?No te lo habras montado con el, por un casual? Le molestaba pensarlo. No se acostaban con los ligues de la otra, era una norma que dejaron bien clara cuando comenzaron a salir juntas de marcha. Habia hombres suficientes, no hacia falta darles pie a comparaciones y vaciladas de crios inmaduros. --No, todo tuyo. --No es que fuera a acostarse con el, claro... o no de entrada... pero le encanto saber que no le estaba vetado--. Y deja de mirarlo como si fuera un bistec, al final se va a molestar. Roja, giro la cabeza. En efecto, se lo estaba comiendo con los ojos. --Tienes razon, pero... ?tu lo has visto bien? --Moreno, ojos negros, labios carnosos, uno ochenta y cinco de altura y unos ochenta kilos de puro musculo. No, no lo he visto en mi vida, !no te jode! Tendria que estar ciega. Yo y todas las mujeres de la sala. Se acabo el cubata, se cambio los zapatos por los de baile, amarillos con pequenos cristales cosidos que brillaban conforme se movia, y se puso en pie. --Voy a ver si muevo el culito un poco, ?vienes? ?Segura? Vale, pues vigila las cosas hasta que te canses de beber. Camino sola hasta la pista y se quedo en un lado, esperando a que la balada terminase. A partir de ese momento no dejo de bailar, cambiando de pareja en cada cancion. Una hora despues necesitaba un respiro, asi que se acerco primero a la barra a por un par de bebidas y despues a la barandilla que separaba la pista de la zona de mesas, solo para vips --su amiga conocia al organizador de aquella velada, que se celebraba una vez al mes en un lugar distinto--, elevada un par de escalones y separada por la balaustrada de metal, y pidio por senas a Isabel que cogiera la suya. Dio un trago a su gin-tonic y cogio aire despacio, recuperando la respiracion despues de la ultima salsa rapida. Supo que el guaperas estaba detras de ella porque su amiga comenzo a hacer muecas, era eso o que le estuviera dando un sincope. Y malditas las ganas que tenia de colocarla en horizontal y montar un numerito. --No iras a decirme que ya no vas a bailar mas, por favor. --El <> habia sido una mera formalidad, la voz sensual; no pedia aunque no exigia--. Me romperias el corazon --termino con voz divertida. Se giro a el con una sonrisa. Su voz habia hecho que se le acelerara el pulso, como cuando era una adolescente. El alcohol, tres cubatas despues de meses sin beber, le robo la verguenza. --Si no te importa bailar con alguien que va un pelin achispada, adelante. Tomo la mano que le tendia y se colocaron al fondo, en la zona mas oscura. Como no se calmara, la que iba a colapsar seria ella.

  • Una valkiria perdida en el Midgard de

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    Tras la muerte de dos de los grandes lideres de los Valkyr en la Tierra, sus clanes se dividieron ocasionando que los Elfos oscuros ganasen territorio, lo que hizo que el mal se apoderara del Midgard.
    Por otro lado, los incesantes recuerdos de un pasado atormentaran a Lyss, intentando demostrarle lo que tiempo atras le fue arrebatado. Pasado y presente se entrelazaran, y una profecia, su historia y un destino haran que tenga que cumplir como una guerrera.
    El fin del mundo se acerca, el Ragnarok esta a punto de estallar, y solo ella podra evitarlo. Junto a sus hermanas valkyrias, Lyss tratara de descubrir lo que el mundo le oculta para asi lograr detener el ocaso de los dioses.
    Me llamo Lyss y vengo a salvar la humanidad.

  • El reto del multimillonario (Los Sinclair 1) de J. S. Scott

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  • La llamada de la selva (Prometheus Classics) de Jack London

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    Buck no leia los periodicos, de lo contrario habria sabido que una amenaza se cernia no solo sobre el, sino sobre cualquier otro perro de la costa, entre Puget Sound y San Diego, con fuerte musculatura y largo y abrigado pelaje. Porque a tientas, en la oscuridad del Artico, unos hombres habian encontrado un metal amarillo y, debido a que las companias navieras y de transporte propagaron el hallazgo, miles de otros hombres se lanzaban hacia el norte. Estos hombres necesitaban perros, y los querian recios, con una fuerte musculatura que los hiciera resistentes al trabajo duro y un pelo abundante que los protegiera del frio. Buck vivia en una extensa propiedad del soleado valle de Santa Clara, conocida como la finca del juez Miller. La casa estaba apartada de la carretera, semioculta entre los arboles a traves de los cuales se podia vislumbrar la ancha y fresca galeria que la rodeaba por los cuatro costados. Se llegaba a ella por senderos de grava que serpenteaban entre amplios espacios cubiertos de cesped y bajo las ramas entrelazadas de altos alamos. En la parte trasera las cosas adquirian proporciones todavia mas vastas que en la delantera. Habia espaciosas caballerizas atendidas por una docena de cuidadores y mozos de cuadra, hileras de casitas con su enredadera para el personal, una larga y ordenada fila de letrinas, extensas pergolas emparradas, verdes prados, huertos y bancales de fresas y frambuesas. Habia tambien una bomba para -el pozo artesiano y un gran estanque de hormigon donde los chicos del juez Miller se daban un chapuzon por las mananas y aliviaban el calor en las tardes de verano. Sobre aquellos amplios dominios reinaba Buck. Alli habia nacido y alli habia vivido los cuatro anos de su existencia. Es verdad que habia otros perros, pero no contaban. Iban y venian, se instalaban en las espaciosas perreras o moraban discretamente en los rincones de la casa, como Toots, la perrita japonesa, o Ysabel, la pelona mexicana, curiosas criaturas que rara vez asomaban el hocico de puertas afuera o ponian las patas en el exterior. Una veintena al menos de foxterriers ladraba ominosas promesas a Toots e Ysabel, que los miraban por las ventanas, protegidas por una legion de criadas armadas de escobas y fregonas. Pero Buck no era perro de casa ni de jauria. Suya era la totalidad de aquel ambito. Se zambullia en la alberca o salia a cazar con los hijos del juez, escoltaba a sus hijas, Mollie y Alice, en las largas caminatas que emprendian al atardecer o por la manana temprano, se tendia a los pies del juez delante del fuego que rugia en la chimenea en las noches de invierno, llevaba sobre el lomo a los nietos de Miller o los hacia rodar por la hierba, y vigilaba sus pasos en las osadas excursiones de los ninos hasta la fuente de las caballerizas e incluso mas alla, donde estaban los potreros y los bancales de bayas. Pasaba altivamente por entre los foxterriers, y a Toots e Ysabel no les hacia el menor caso, pues era el rey, un monarca que regia sobre todo ser viviente que reptase, anduviera o volase en la finca del juez Miller, humanos incluidos. Su padre, Elmo, un enorme san bernardo, habia sido companero inseparable del juez, y Buck prometia seguir los pasos de su padre. No era tan grande – pesaba solo sesenta kilos- porque su madre, Shep, habia sido una perra pastora escocesa. Pero sus sesenta kilos, anadidos a la dignidad que proporcionan la buena vida y el respeto general, le otorgaban un porte verdaderamente regio. En sus cuatro anos habia vivido la regalada existencia de un aristocrata: era orgulloso y hasta egotista, como llegan a serlo a veces los senores rurales debido a su aislamiento. Pero se habia librado de no ser mas que un consentido perro domestico. La caza y otros entretenimientos parecidos al aire libre habian impedido que engordase y le habian fortalecido los musculos; y para el, como para todas las razas adictas a la ducha fria, la aficion al agua habia sido un tonico y una forma de mantener la salud. Asi era el perro Buck en el otono de 1897, cuando multitud de individuos del mundo entero se sentian irresistiblemente atraidos hacia el norte por el descubrimiento que se habia producido en Klondike. Pero Buck no leia los periodicos ni sabia que Manuel, uno de los ayudantes del jardinero, fuera un sujeto indeseable. Manuel tenia un vicio, le apasionaba la loteria china. Y ademas jugaba confiando en un metodo, lo que lo llevo a la ruina inevitable. Porque el jugar segun un metodo requiere dinero, y el salario de un ayudante de jardinero escasamente cubre las necesidades de una esposa y una numerosa prole. La memorable noche de la traicion de Manuel, el juez se encontraba en una reunion de la Asociacion de Cultivadores de Pasas y los muchachos, atareados en la organizacion de un club deportivo. Nadie vio salir a Manuel con Buck y atravesar el huerto, y el animal supuso que era simplemente un paseo. Y nadie, aparte de un solitario individuo, les vio llegar al modesto apeadero conocido como College Park. Aquel sujeto hablo con Manuel y hubo entre los dos un intercambio de monedas. -Podrias envolver la mercancia antes de entregarla -refunfuno el desconocido, y Manuel paso una fuerte soga por el cuello de Buck, debajo del collar. -Si la retuerces lo dejaras sin aliento -dijo Manuel, y el desconocido afirmo con un grunido. Buck habia aceptado la soga con serena dignidad. Era un acto insolito, pero el habia aprendido a confiar en los hombres que conocia y a reconocerles una sabiduria superior a la suya. Pero cuando los extremos de la soga pasaron a manos del desconocido, solto un grunido amenazador. No habia hecho mas que dejar entrever su disgusto, convencido en su orgullo que una mera insinuacion equivalia a una orden. Pero para su sorpresa, la soga se le tenso en torno al cuello y le corto la respiracion. Furioso, salto hacia el hombre, quien lo intercepto a medio camino, lo aferro del cogote y, con un habil movimiento, lo arrojo al suelo. A continuacion apreto con crueldad la soga, mientras Buck luchaba freneticamente con la lengua fuera y un inutil jadeo de su gran pecho. Jamas en la vida lo habian tratado con tanta crueldad, y nunca habia experimentado un furor semejante. Pero las fuerzas le abandonaron, se le pusieron los ojos vidriosos y no se entero siquiera de que, al detenerse el tren, los dos hombres lo arrojaban al interior del furgon de carga.

  • Fuimos destino de Veronica Blacksmith

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    La vida de la joven Sara es perfecta: buena estudiante, aunque de familia humilde, quiere ir a estudiar magisterio a la universidad junto a su primer amor Javier, con quien planea casarse… Sin embargo, un grave accidente familiar provocara que todos sus planes de futuro al lado de Javier queden truncados. Su familia acaba arruinada, asi que Sara se ve empujada a casarse con un hombre algo mayor que ella, pero muy rico, cuyo matrimonio serviria para salvar la maltrecha economia de su familia, para ello debera abandonarlo todo: sus suenos, su carrera, su amor… y marcharse a vivir a Inglaterra.
    No obstante, el transcurrir de los anos, y el caprichoso destino, conseguiran que, tras la muerte de su marido, Sara se encuentre de nuevo con Javier en Espana. A su vez, Sara se vera envuelta en una telarana de intrigas politicas y financieras que le haran tomar conciencia del mundo en el que se habia estado moviendo su acaudalado esposo.

  • Manana te toca a ti de Stefan Ahnhem

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    VEINTE EXCOMPANEROS DE CLASE.

  • El premio de Brenda Joyce

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    “Devlin O'Neill, celebre capitan de la Marina Real britanica, vive consumido por el deseo de destruir al conde de Eastleigh, el hombre que asesino brutalmente a su padre. Tras llevarlo al borde de la ruina, aguarda el momento de asestarle el golpe de gracia. Y su oportunidad se presenta en forma de una impetuosa joven americana, sobrina del conde, que esta dispuesta a hacer estallar en llamas su vida fria y calculadora.

  • Siete susurros de Roser A. Ochoa , Yolanda Garcia

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    Desde el principio de los tiempos han existido romances que se hicieron eternos. Entre estas paginas encontraras siete efimeras historias de amor, cargadas de ternura, sensualidad, nostalgia, magia, alma…

  • Franco (Bright Side 3) de Kim Holden

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    “Es mi otra mitad. Por primera vez en mi vida, entiendo que es estar completo.”

  • La bruja (Original) de Camilla Lackberg

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    Fijate bien.Nada es lo que parece.No te fies del titulo, de la portada ni de la sinopsis.La ultima novela de Camilla Lackberg tampoco es lo que parece.Resuelve el enigma de La bruja.

  • Un Vaquero Leal (Rancho Atkins 1), Tess Curtis de Tess Curtis

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  • Empujones del destino de Lucia Herrero

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    Durante unas vacaciones en un hotel de Mallorca, Nadia y su amiga Ruth conocen a dos chicos que ocupan la habitacion contigua: Samuel y Daniel. Para sorpresa de las chicas, uno de ellos, Samuel, resulta ser un vecino y amigo de la infancia de Nadia. Pero las cosas se complican y al finalizar esas vacaciones, el la ha herido y decepcionado de tal manera que cree que nunca podra perdonarlo.

  • No podre olvidarte de Clara Ann Simons

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    Seco el sudor que recorre mi frente, apartando de un soplido un mechon de pelo rebelde que tapa mi ojo derecho. Llenando los pulmones, inspiro una gran cantidad de aire y lo voy soltando poco a poco, dejandome envolver en la tranquilidad de los majestuosos valles Pasiegos y el calor de los rayos de sol sobre mi rostro. Tenemos pocos dias tan buenos como este a lo largo del ano, supongo que un pequeno precio a pagar por vivir en el norte de Espana, aunque recrearse en estas vistas desde mi lugar de trabajo, bien merecen la pena; preciosos valles, verdes pastizales que se pierden en la lejania hasta las lomas de las montanas, gente noble y reservada. Tampoco es que me hayan molestado nunca el mal tiempo o la lluvia. De no ser por ella no disfrutariamos del maravilloso color verde que nos rodea y siempre he sido feliz trabajando la tierra, preparando los semilleros o cuidando de los plantones. Perezosamente, estiro la espalda como si fuese un gato y sacudo la tierra de mis pantalones, observando el invernadero de fresas ecologicas en el que he estado trabajando en las ultimas cinco horas. Ya tengo listos los bancales profundos, cubiertos con un plastico para evitar las malas hierbas antes de colocar uno a uno los plantones, lo que me ha dejado la parte baja de la espalda para el arrastre. La bruja que dirige la empresa de productos ecologicos para la que trabajo sigue con su recorte de gastos de personal y el tiempo apremia. La climatologia nos permite tener fresas en unos meses en los que los productores de otras zonas del pais ya no las tienen, pero su cultivo no puede esperar. Al salir del invernadero, coloco la mano derecha a modo de visera sobre mis ojos, cerrandolos ligeramente para acomodarlos a la luz del sol mientras una rafaga de brisa veraniega ayuda a secar la capa de sudor sobre mi piel bronceada por las horas de trabajo a la intemperie. Casi sin pretenderlo, mis pensamientos regresan a mi abuelo. Ha sido el quien me infundio el amor por la naturaleza y el cuidado del medio ambiente. Los recuerdos mas felices de mi infancia se remontan a su lado, a aquellos dias en los que me ensenaba los nombres de las diferentes plantas y su cuidado. Gran parte de lo que se sobre agricultura ecologica se lo debo a el y ahora se ha convertido en mi trabajo. Son jornadas duras y no estan bien pagadas, pero disfruto cada dia. ?Que mas se puede pedir? "Patricia", su nombre regresa a mi cabeza cada vez que bajo las barreras y me relajo. Dejo escapar un suspiro y sacudo la cabeza como queriendo borrar ese pensamiento de mi memoria, como si eso fuese posible. Poco a poco voy consiguiendo olvidarla, ya ha dejado de ser el pensamiento recurrente que me atormentaba dia y noche. No consigo borrarla por completo, quiza nunca pueda, pero al menos, cuando estoy ocupada, no pienso constantemente en ella. Algo muy diferente es volver a casa y encontrarla vacia, sin su presencia. Es entonces cuando me llena un vacio dificil de manejar. Joder, Patri era increible. Piernas largas, culo maravilloso y pechos perfectos. Una piel inmaculada, vientre imposiblemente plano y un cabello tan fino que me hacia enloquecer cada vez que lo peinaba entre mis dedos. Han pasado varios meses y no logro olvidar esos profundos ojos azules observandome a traves de las pestanas mas largas que haya visto en una mujer. Patricia era hermosa sin esfuerzo. Ni siquiera necesitaba maquillaje, aunque en ocasiones lo llevaba a fuerza de costumbre. No importaba lo que se pusiese encima, siempre estaba tan guapa que podria desfilar en una pasarela. Pero, mucho mas importante que su fisico era su personalidad; una mezcla entre timidez y dulzura, aderezados a veces con justas dosis de arrogancia y cabezoneria que la hacian irresistible. Y su sonrisa... joder, !que sonrisa! Cuando nos presentaron, esa sonrisa fue lo primero que llamo mi atencion. Me cautivo y, a partir de ese momento, ame cada minuto que pasamos juntas. Eran dias sencillos, de sofa y manta mientras haciamos maratones de series en Netflix. Dias de reir, de bailar desnudas al son del ritmo de su ultimo descubrimiento musical; las persianas bajadas, las luces apagadas, nuestros cuerpos iluminados por velas o lamparas de lava. Patricia era mi alma gemela, la mujer que me hacia feliz, la que me llenaba por completo, aquella junto a la que queria envejecer. Y, de repente...desaparecio. Si, justo asi. Un dia, al volver del trabajo, ya no estaba. Se esfumo con todas sus cosas, dejando un vacio en mi vida tan doloroso que apenas conseguia respirar. Ni una llamada de telefono, ni un mensaje, ni una conversacion previa. Nada. El primer mes apenas pude soportarlo. Ser consciente de que Patri habia desaparecido de mi vida me rompia por dentro. Trate de llamarla mil veces, pero anulo el numero de telefono y no tenia ni la menor idea de por donde empezar a buscarla. Celosa de su intimidad, siempre mantuvo su pasado envuelto en misterio, alegando que era mucho mejor para ambas. Su falta de comunicacion al desaparecer de mi vida mientras trabajaba fue como un punal que me atraveso el corazon. La madre de todas las traiciones. No sabia que pensar, aun no lo se. Desconozco si algo la ha molestado, si he hecho algo mal. Cada dia, repasaba mentalmente la ultima semana junto a ella, intentando recordar en que habia podido ofenderla, pero fueron dias perfectos, al igual que todos los anteriores mientras estuvimos juntas. La primera semana llore noche y dia. Llore abrazada a la almohada hasta que no me quedaron mas lagrimas, primero en mi casa y mas tarde en la de mi abuelo. No podia soportar la actitud de mi madre tratandome como si fuese una nina de quince anos a la que han roto el corazon por primera vez. Tampoco el comportamiento de mi padre, que nunca supo como reaccionar cada vez que he tenido problemas, paralizado al verme llorar. Mi abuelo nunca me juzgo, se convirtio en la roca a la que me agarraba cada vez que lo pasaba realmente mal. Solamente se sentaba a mi lado y me ofrecia un te, o galletas, o un sandwich. Siempre acompanados de un post-it diciendome lo mucho que me queria y que podia contar con el cuando estuviese lista para hablar. Fueron esos mensajes en los post-it los que consiguieron, poco a poco, sacarme adelante. Como casi todo en casa de mi abuelo, estaban relacionados con la agricultura o la jardineria. De hecho, yo misma se los habia regalado en las anteriores Navidades. Cada uno tenia el nombre de una planta, con su ilustracion, una pequena descripcion y un chiste relacionado con la jardineria, normalmente tan malo que te hacia sonreir. --!Ana! ?Como van les coses, guaja?--La voz ronca de Manu con su fuerte acento asturiano me saca de mis pensamientos, devolviendome de golpe a la realidad. Casi se lo agradezco, porque no me hace ningun bien coger un tren al pasado y recordar aquellos maravillosos dias junto a Patricia. A mis veintisiete anos, para Manu sigo siendo "la guaja", el sobrenombre que me puso el primer dia que pise estas instalaciones hace ya seis anos. --Todo bien, Manu--respondo secando con el reverso de mi mano una solitaria lagrima que rueda por mi mejilla--el invernadero ya esta terminado. --Esa ye la mi nena--responde jovial mientras sube, a paso lento, la cuesta que lleva hasta la hilera de invernaderos donde me encuentro. Me duele ver su declive en estos dos ultimos anos. Manu ha pasado toda su vida dedicado a la agricultura y es una autentica enciclopedia sobre produccion ecologica. Sin embargo, los anos de esfuerzo y los largos horarios han pasado factura a su cuerpo. Sus rodillas ya no son lo que eran y hay dias en los que el dolor de espalda se hace insoportable. Lo malo es que aun le quedan dos anos para retirarse y su deterioro es palpable. --No hay cura para la vieyera, no cumplas anos, Ana--exclama nada mas acercarse a mi, sonriendo a pesar del esfuerzo y el evidente dolor. Le devuelvo la sonrisa perdiendome en la profundidad de sus ojos negros, llenos de sabiduria y rodeados de marcadas arrugas a causa de las innumerables horas al sol. Acercandome a el con paso decidido, le sujeto por el codo y le ayudo a dar las ultimas zancadas hasta el invernadero, sabiendo que querra comprobar si he colocado bien los plantones de fresa en los bancales. Lo he hecho en un millon de ocasiones y podria repetirlo con los ojos cerrados y una mano a la espalda, pero sigue queriendo comprobarlo todo. --!Esta todo perfecto, nena!--asevera con varias palmadas sobre mi hombro derecho que me hacen perder el equilibrio. Tras agradecerle el cumplido y preguntarle por los tomates que estamos plantando en tres de los invernaderos, Manu se pone serio y vuelve a tomar la palabra. --Hay una moza con la jefa que dicen que ye la que se va a encargar del negocio, o algo asi, no preste mucha atencion--interrumpe Manu haciendo un gesto de desprecio al hablar. Manu nunca ha tenido ningun respeto por Julia, nuestra jefa. No tiene ni idea de agricultura, y mucho menos de una explotacion ecologica y eso ya es motivo suficiente para que Manu considere que no es digna de respirar el mismo aire que el. Sin embargo, a la hora de llevar un negocio y de buscar compradores, esa mujer es un lince. No se le puede negar su valia, eso es lo que nos mantiene a flote contra las producciones no ecologicas, aunque para alguien como Manu sean labores inferiores. En cualquier caso, Julia nunca ha escondido que este trabajo era algo temporal para ella y que le gustaria irse de aqui cuanto antes. Se ve que lo ha conseguido. --?Y que tiene que ver esa moza, como tu dices, conmigo?--pregunto confusa con los brazos en jarra y elevando las cejas--. Sera cosa de la jefa. --Necesita alguien que le de una vuelta por las instalaciones--responde Manu encogiendose de hombros--la jefa diz que debo encargarme yo como capataz, pero ya le he dicho que mejor que lo haga la guaja que ye mas agil. --Gracias por buscarme mas trabajo con lo poco que tengo que hacer, Manu--me quejo medio en broma medio en serio, pensando que aun tengo que llenar de plantones de fresa los bancales de otro de los invernaderos. --Ya le he dicho a la muy cabrona que el dia que me compre un carrito de esos de golf para moverme por las instalaciones puedo ser su chico de los recados, pero no me hace caso--bromea Manu sonriendo mientras pega una patada a una piedra que rueda ladera abajo. Meneando la cabeza, pongo los ojos en blanco mientras recojo mis cosas y dejo escapar un suspiro ante su comentario. Seria todo un espectaculo ver a Manu con un carrito de golf moviendose entre los invernaderos. Capitulo 2 Covadonga Cada una de sus palabras taladra mi cabeza y creo que me puede estallar en cualquier momento. Esta Julia es horrible, jamas habia estado con una persona tan cansina. Cada explicacion es un suplicio de monotonia y cuando no soy capaz de entender a la primera alguno de los conceptos me rine como si fuese una nina pequena en vez de su sucesora en el cargo. Me parece increible, menos mal que no la tendre que aguantar mas de quince dias. --Creo que eso es todo por hoy. Si hay alguna otra cosa que quieras preguntarme... --anade en su tono monotono capaz de dormir a las ovejas. --No, gracias, Julia. Pienso que eso es todo, estas siendo muy amable con tus explicaciones-- contesto de manera educada suplicando en mi interior que deje de hablar de una maldita vez. El trabajo en si no parece complicado, al menos la parte administrativa, de la parte tecnica se encarga un tal Manu, que al parecer tiene mucha experiencia. En cualquier caso, no me he enterado ni de la mitad de las cosas que me ha dicho. No es solamente su tono de voz, es su actitud, el desprecio que muestra por los operarios que se encargan de los invernaderos que al fin y al cabo son la clave del negocio. No lo entiendo, y hago nota mental de no convertirme nunca en una mujer asi. --Ah, ahi esta Manu y tambien Ana. Manu te dara una vuelta por los invernaderos para que al menos te suenen, aunque tampoco es necesario que aprendas gran cosa sobre la parte de los cultivos salvo como venderlos a las grandes cuentas--establece Julia con desden causando un claro gesto de desprecio del tal Manu. Apenas soy capaz de escuchar sus palabras porque mis ojos se han detenido en la preciosa morena que se encuentra al lado del capataz. Lleva el pelo recogido en una cola de caballo y tiene una boca por la que se podria morir. Sin querer, mi mente trata de imaginarla vestida con otra ropa que resalte mas su cuerpo, o sin ropa. --Buenos dias--saluda apretando mi mano con energia el encargado de los invernaderos, ignorando a Julia. --Hola, me llamo Covadonga y espero aprender mucho de usted, es toda una leyenda en agricultura ecologica--respondo asintiendo con la cabeza y dibujando una sonrisa de orgullo en su boca. --!Una jefa simpatica! Esto si que va a ser nuevo--exclama Manu con desparpajo sin importarle que Julia este todavia presente. Sin poder evitarlo, desvio la mirada hacia su rostro que se ha puesto rojo de rabia de repente. Si las miradas pudiesen matar, creo que el tal Manu estaria ya moribundo en el suelo. --La guaja te ensenara los invernaderos. Yo estoy ya un poco viejo para moverme con agilidad. A mi ritmo nos llevaria un par de dias--bromea el capataz dirigiendo la mirada a la chica que le acompana y que supongo que es a quien llama la "guaja". Mi corazon se salta varios latidos al observar la sonrisa de la preciosa morena. Se le forman dos hoyuelos a ambos lados de la boca y sus ojos se encienden. Su piel esta bronceada, seguramente de las horas de exposicion al sol, y unas simpaticas pecas cubren la piel bajo sus ojos y parte de su nariz. La camiseta de tirantes deja ver unos fuertes hombros y, a pesar del sudor y la ropa de trabajo, esta radiante. --Encantada de conocerte, soy Ana--interviene avanzando unos pasos y ofreciendome su mano en forma de saludo. Una corriente electrica traspasa mi cuerpo nada mas tocar su piel y me quedo petrificada mirando sus ojos, con el corazon desbocado sin saber si ella ha sentido lo mismo que yo. --Espero que no te importe que sea yo quien te ensene los invernaderos en vez de este vejestorio--bromea colocando una mano sobre el hombro izquierdo del capataz y apretandolo con suavidad.

  • Chocolate en tiempos de Guerra de Miriam Najm

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    Hamburgo 1939
    Adella Kinderman, una joven chocolatera suiza de origen judio, emprende la aventura de su vida al desafiar a las normas alemanas para trabajar en una pequena chocolateria que ira adquiriendo prestigio gracias a su don culinario.
    Dicha fama atraera la atencion de numerosos amantes del chocolate, entre ellos, Friedrich Kiessling, un oficial de las SS que no dudara en interesarse en ella desconociendo su verdadera identidad.
    Pasa el tiempo, avanza la guerra y florece la relacion entre el oficial y la chocolatera. Sin embargo, una serie de belicos sucesos complicara sus vidas y la confesion de Adella desencadenara una autentica lucha por destruir los prejuicios, el reconocimiento de la valia de las personas y la busqueda de la libertad.
    Mediante el chocolate, lazo de union entre Friedrich y Adella, ambos jovenes se encararan con los tiempos de guerra a fin de mostrar que no hay distinciones.
    Ella no es judia, es mujer.
    El no es nazi, es hombre.

  • Un desastre fabuloso de Maite Herranz

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    ?Y si nunca estuviste hecha para encontrar a tu media naranja, sino que en el mundo te esperaba un medio limon?

  • Una cita en el Eden de Olga Salar

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    Judith es una mujer que sabe lo que quiere, y lo mas importante, no tiene miedo al trabajo duro para lograrlo. Por ello cuando aparece en su vida un hombre que logra romper todos sus esquemas, cree que lo mejor es salir huyendo. El problema es que el no esta dispuesto a consentirlo.

  • El misterio del lago de Juan Moises De La Serna

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    Adentrate en el misterioso mundo de la naturaleza humana, que te llevara a cuestionar los origenes de la vida.
    Una excursion conducira a la protagonista a traves de las angostas montanas hasta una gran explanada ocupada por un inmenso lago de aguas negras, y en la orilla un pequeno y pintoresco pueblo de amables vecinos.
    Nada hace sospechar lo que aquellas aguas tranquilas esconden en su interior, es un paisaje bucolico durante el dia, pero ?Que sucede durante la noche?
    La curiosidad de la protagonista hace que vaya buscando respuestas que van mas alla de las explicaciones cientificas y las creencias populares de los habitantes del lugar.
    Descubre como actuan cuando se enfrentan a uno de los mayores retos de la raza humana, sobrevivir a su extincion, ?Que hubieses hecho en su lugar?

  • Despiertame cuando acabe septiembre de Monica Rouanet

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    Una women’s fiction detectivesca. Una novela negra con personaje femenino convertido en detective por accidente.

  • Un Vecino Encantador de Lupita Palma

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    Las personas siempre han pensado que yo no era una ‘persona sociable’, no estoy muy segura del porque de eso. Bueno, la verdad es que yo creo que era una persona agradable con el resto de las personas. Habia muchas cosas que me gustaba de tratar con la gente. Me gustaba ver como le pasaban cosas un poco desafortunadas a quienes se lo merecian. Me gustaba incomodar a la gente con mis frases directas. Solo porque sentarme a conversar en un campo de hierba con mi mejor amigo y una canasta de picnic en la mano no era mi idea del paraiso, no me convertia en un harisco. Pero el hecho de que probablemente elegiria salvar la vida de un gato antes que la vida de una persona… Bueno, eso podria llevarme un poco mas lejos hacia el extremo psicopata del espectro, pero nadie es perfecto. Todos tenian que encontrar sus alegrias en la vida. Placeres culpables. Mis alegrias solo se referian a la desgracia de los demas. Aunque tal vez haya una forma menos perturbadora de decir que… No me gusta la mayoria de la gente, y me gusta verlos sufrir. Basicamente, asumi que todo el mundo tenia un mal karma en camino, y si yo tenia la suerte de verlo, era una bonificacion. El tipo que acaba de derramar cafe en su corbata mientras se dirigia al trabajo probablemente paso al lado de su inocente Golden Retriever, que solo queria un masaje en la barriga hace unas horas. Karma. La mujer que tenia un trozo de papel higienico en el talon despues de la hora del almuerzo probablemente le hizo pasar un mal rato a una trabajadora de servicio al cliente por su cupon que no funciono. Peor aun, la razon por la que el cupon no funciono fue probablemente porque no se molesto en leer la fecha de vencimiento en la parte de atras. Boom. El Karma ataca de nuevo. Pero hay algo que disfruto aun mas que los actos casuales del gran espectaculo de equilibrio del universo. No me emociono facilmente, y no tengo el habito de sonreir, pero disfruto especialmente esperando que el karma golpee a alguien cuando me ha cabreado. Y asi es como empezo todo. Vivia al otro lado del pasillo del Sr. Perfecto. No sabia su nombre, a pesar de que habia vivido frente a mi durante unas semanas, y tampoco pensaba saberlo. Probablemente era algun nombre tonto como “Marc”, “Ben”. Tipos como el siempre tenian nombres como ese, como si acabaran de salir de un yate usando un sueter envuelto alrededor de sus hombros, si, asi como lo imaginas. El Sr. Perfecto no se vestia asi, pero se veia muy bien. Algo sobre el pelo o la forma en que tenia ese tipo de rostros odiosos que probablemente se verian bien hasta calvos. O que al mirarlo no podia evitar pensar en la larga e ininterrumpida linea de personas absolutamente hermosas que tuvieron que dormir juntas a lo largo de los siglos para producir un hombre con una genetica tan perfecta. O tal vez era la forma estupida en que se mantenia en tan buena forma – quiero decir, vamos, ?quien necesita que su cuerpo luzca como si se estuviera tratando de salir de la ropa para mostrar cada uno de sus musculos perfectamente moldeados? Habia decidido, en un momento muy extrano, darle una oportunidad el primer dia que se mudo. Es importante notar que mi decision no tuvo casi nada que ver con lo bien que se veia o con cualquier fantasia extrana que pudiera haber tenido sobre el. No fue nada de eso. Solo pense que seria un buen vecino. En lugar de mi mirada habitual, simplemente mire hacia su lado y espere a que se presentara. Incluso le hice uno de esos sutiles asentimientos de cabeza que veo que los chicos se hacen el uno al otro. Habia visto tanto la inclinacion de la barbilla hacia arriba como la variacion de la inclinacion de la barbilla hacia abajo, asi que elegi una. No esperaba mucho a cambio. Tal vez una respuesta igual de regreso. Tal vez una sonrisa. Tal vez que me arrastrara a su habitacion porque nunca habia visto una belleza tan salvaje como yo. Pero me ignoro por completo. Ni siquiera contacto visual. Nada. Asi que, el karma estaba en marcha. ?Queria ser perfecto? Tal vez queria llevar un cartel alrededor de su cuello que dijera ‘mi vida es mejor que la tuya’. Bien. Podia hacerlo. Pero si me esfuerzo por mirarte fijamente cuando te veo, mas vale a que al menos me des una inclinacion de cabeza. Ese fue el error numero uno. Su siguiente error fue seguir pareciendo como si tuviera un alijo de la suerte del universo de Harry Potter escondido en su apartamento, como si cada dia de su vida fuera una serie interminable de coincidencias perfectamente afortunadas. Se le veia en los ojos. Pero los detalles no son lo que importa. Lo que importaba era que me irritaba. Asi que habia estado esperando agresivamente a que el universo se diera cuenta de que le debia unos treinta anos de mala suerte, todo en un solo momento. No queria que le pasara nada grave, pero me habria alegrado el dia si lo hubiera visto caer de bruces una vez. Incluso me conformaria con una lesion osea. Tal vez su inodoro podria inundar su apartamento de mierda. Lo que sea, de verdad. Me habia sentido como una sombra bajo el glorioso rayo de luz que era su vida desde el dia en que se mudo, y ya habia tenido suficiente. Era martes, lo que significaba que probablemente me encontraria con el antes de llegar a mi apartamento. Puede que haya tenido una vaga idea de la hora en que regresaba al complejo de apartamentos despues del trabajo, pero no es como si yo fuera una acosadora. El hombre seguia su vida como un reloj. Sali de mi apartamento alrededor de las cinco, no porque quisiera encontrarme con el, sino porque era cuando tenia que salir para llegar a tiempo a mi destino. Tarde unos dos minutos en llegar desde las escaleras hasta el buzon, asi que el estaba entrando justo cuando yo estaba saliendo de la escalera. No se vestia ostentosamente. Gafas de sol baratas, camiseta azul descolorida y vaqueros. Por supuesto, hacia que todo pareciera de un millon de dolares, lo que me hizo querer hacerle tropezar. Si el karma no iba a hacer el trabajo, me encantaria ayudar a que las cosas tomen su rumbo. Los buzones para los residentes se ubicaban en la pared y estaban disenados para gigantes. Yo media 1,65 metros, pero tenia que pararme de puntillas para girar la llave de mi buzon y meter la mano dentro. El buzon del Sr. Perfecto estaba justo al lado del mio. El no tenia problemas para alcanzar el suyo mientras yo trataba de mantener algo de dignidad en mis puntas de los pies y con mi cara aplastada contra la pared. Saque un paquete sorprendentemente grande de mi buzon. Ambos salimos de nuestras casillas con paquetes en las manos: el mio era una caja beige discreto, y la suya era una caja rosa muy femenina con una cinta blanca y sedosa para mantenerla cerrada. “Bonito paquete”, dije. Me sorprendio un poco oir mi propia voz. Pense que mi cerebro y mi cuerpo habian acordado una tactica pasivo-agresiva estricta, pero tampoco estaba dispuesta a disculparme por lanzar un pequeno sarcasmo en su camino. Se volvio para mirarme con una ceja levantada. Dios. El tipo era guapo. Fue casi repugnante, como si no estuviera satisfecho con el buen aspecto de estrella de cine que tenia. No, tuvo que seguir subiendo en la lista hasta ser perfecto. Ni siquiera se le podia llamar excesivamente perfecto al punto de ser aburrido, porque parte de su perfeccion era precisamente la imperfeccion en los puntos correctos, como sus cejas que eran demasiado oscuras o demasiado gruesas, pero que de alguna manera armonizaban en su cara. Luego estaba su nariz. Nunca habia pasado mucho tiempo estudiando la nariz de un hombre, pero era una nariz bonita. Dignificada. Noble, incluso. Era una nariz que me hizo preguntarme si de alguna manera me habia convertido de repente en una ‘especialista en narices’. ?Eso existe? “El tuyo es mas grande”, dijo, asintiendo hacia el paquete que tenia en mis manos. Habia una nota juguetona en su voz que me hacia luchar para suprimir una sonrisa. Normalmente no tenia que luchar para no sonreir. Todo eso de no ser muy simpatica era algo natural. Tampoco me ponia nerviosa con los chicos, asi que la sensacion extrana e incomoda en mi estomago debe haber sido lo que intensamente odiaba a este ser. “Si, bueno, el consolador que pedi era extra grande.” Le di a la caja un poco de inclinacion y lo mire con ira. Se rio. Era un sonido profundo y rico. “?Debo enviar a los paramedicos al otro lado del pasillo si no sales de tu apartamento para manana?” “No”, dije. “Envia un plomero”. Volvio a reir, y me vi a mi misma casi sonriendo mientras lo miraba a el y a sus dientes blancos y bien arreglados. “No te distraere. Grandes planes. Lo entiendo”. “Si, planes extra grandes”, murmure antes de girarme y subir las escaleras. Que imbecil. Podia fingir todo lo que quisiera ser encantador y agradable, pero nunca se habia presentado ante mi. ?Solo enciende el encanto cuando hablo de consoladores enormes? Probablemente es un pervertido…. En realidad, habia ordenado un consolador, pero era uno de tamano normal, y el no necesitaba saber nada de eso. Tampoco suscribi la idea de que poseer un respetable arsenal de juguetes sexuales tuviera implicaciones sobre tu vida sexual o la falta de ella. Podrias hacer el trabajo a mano, tener buenas herramientas, o llamar a alguien para que lo haga por ti. ?Yo? Prefiero estar preparada con un buen equipo. Una vez que volvi a mi apartamento, pase unos minutos mas maltratando el paquete porque era demasiado perezosa y terca para caminar cinco pasos hasta la cocina por las tijeras. Esperaba encontrar mi cita de pulgadas de largo y dos de ancho para esta noche. En vez de eso, solo habia un sobre. Lo tome y lo voltee. Un par de tarjetas de plastico se cayeron, pero el paquete de papeles de adentro se atasco. Si esta era una nueva tactica de correo no deseado, estaba funcionando, porque mi curiosidad estaba en su apogeo. Roosevelt, mi gato, tambien estaba interesado. Era una raza de munchkin, que era basicamente el corgi del mundo de los gatos: piernas muy cortas en un cuerpo de tamano normal. Se podria argumentar que era un poco confuso criar un gato con patas cortas y rechonchas. Si alguna vez salieran a la naturaleza, probablemente perderian las peleas callejeras con otros gatos porque no tendrian el mismo alcance, o lo que sea. Pero tambien se podria argumentar que era completamente increible. Tome una de las cartas que se habian caido y entrecerre los ojos ante la foto. Era la licencia de conducir de mi vecino. ?Ted Smith? Supongo que me equivoque en el juego de nombres, pero Ted era casi peor. Imbecil. Tire la tarjeta de vuelta a la caja y pense largo y tendido. Abrir el correo de alguien por error era bastante perdonable, pense. Asi que, hasta este punto, no me sentia demasiado culpable. Por otro lado, si me meto en los papeles del sobre, puede que tenga que empezar a sentirme mal. Gruni enojada y cerre las solapas de la caja. Cualesquiera que fueran los secretos que Ted Smith tenia, no me importaba lo suficiente como para someterme a la pequena dosis de culpa que sentiria al escarbar en su correo a proposito. Alguien golpeo fuerte en mi puerta. Le rasgune la barbilla a Roosevelt y luego fui a ver quien era. Arregle cuidadosamente mi cara antes de abrir. Reflejaba algo como ‘has interrumpido algo extremadamente importante’, pero tan pronto como vi a mi vecino en la puerta, mi expresion se quedo en blanco. Estaba sosteniendo un consolador, mi consolador purpura que tenia unas venas muy bonitas y prominentes trabajadas en el molde. Normalmente, me habria tomado un momento para apreciar y disfrutar de la artesania. Molde solido. Buen acabado en la silicona, y una gran base con capacidad de succion. Todo lo que una chica puede sonar. Profundo. Probablemente me debi sentir avergonzada, pero hace mucho tiempo aprendi que era mejor ser duena de tu verguenza que esconderse de ella. “Oh bien. Encontraste mi cita”, le dije, cogiendo el consolador de su mano. Enfatice mi punto al golpear la ventosa en la parte posterior de las bolas contra el marco de la puerta donde se atasco y luego comenzo a tambalearse amenazadoramente entre nuestros ojos. Me miro con una leve distraccion. “Tu cita encontro el camino a mi buzon. Me preguntaba si tambien recibiste mi paquete”. “Creo que sabria si tuviera tu paquete”. El no parecia pensar que mi juego de palabras era divertido. Tenia los brazos cruzados de tal manera que sus biceps y pecho se veian lamibles, aunque pense que preferiria morderlos. Tipos como el tenian suficiente placer en sus vidas, despues de todo. “?Estas segura?”, pregunto. Habia tension en su voz. Por alguna razon, su tono me hizo querer mentir sobre mi descubrimiento. Tal vez el universo finalmente habia encontrado una manera de lanzarle al Sr. Perfecto una muy merecida bola curva. A menos que tener a sus padres llamandolo “Ted Smith” fuera su unico intento de equilibrio. Tal vez vio dentro de mi oscuro y retorcido corazoncito y supo que yo era la complice perfecta. Cruce mis brazos hacia el y le hice un encogimiento de hombros digno de un premio de la Academia. “Si. Bastante segura. Acabo de comprar comida para gatos. Tal vez no tenian suficiente espacio para poner los dos paquetes en mi buzon, asi que metieron mi consolador en tu agujero”. Sus fosas nasales se abrieron un poco. Eran bonitas fosas nasales si eso era posible, y ver un poco de ira en su cara solo parecia hacerle parecer mas intocable, como un dios. Tenia el pelo oscuro y ojos gris claro. Su piel estaba un poco palida, pero eso me gusto. Significaba que al menos no se pavoneaba afuera, flexionando sus musculos, o peor aun, engrasandose y deslizandose dentro de una de esas camaras de radiacion que ellos llaman camas de bronceado. Despues de una larga y tensa pausa, suspiro. “Si aparece, ya sabes donde encontrarme”. “Claro”. Golpee el consolador, lo vi tambalearse, y luego lo arranque del marco de la puerta con un agarre a dos manos. Hizo un vulgar ruido de schlup mientras lo liberaba. “Gracias por traer a mi cita de vuelta, por cierto”. Volvio a suspirar y cerro la puerta. Mi puerta. ?Que clase de persona cierra la puerta de otra persona para terminar una conversacion? Mire al consolador con el ceno fruncido, como si tuviera las respuestas para mi. Lo lance aun mas enojada hacia el sofa, lo que desafortunadamente puso a Roosevelt en su camino directo. Solto un pequeno grito de guerra asustado mientras se apartaba del camino. Tome el grueso sobre que habia dentro de la caja una vez mas, dude, y luego volvi a meter los papeles sin mirar. Lo siento, universo. No quiero ser arrastrada a esto. CAPITULO 2 CARL Comprobe dos veces el correo electronico de mi telefono. El paquete habia sido entregado esta tarde. O la chica del otro lado del pasillo estaba mintiendo, o se habia metido en el buzon de otra persona. No habia manera de comprobarlo a menos que quisiera perder la tarde sentado en el vestibulo mientras miraba a cada persona revisar su correo. Incluso eso no tenia sentido porque no sabia de que tamano o tipo de caja era, o si habia sido retirada mas temprano en el dia. Nada de eso importaba. Sabia en mis entranas que la vecina lo tenia. No podia imaginarme cual era su problema. Desde que me mude, ella no ha hecho nada mas que quedarse mirandome fijamente. Era como si ella lo supiera, como si de alguna manera viera a traves de mi y las mentiras endebles en las que me habia envuelto en las ultimas semanas. No era inconcebible, despues de todo. La mezquindad de mi hermanastra tenia muy pocos limites, y no descartaria que sobornara a gente al azar en toda la ciudad para que estuviera atenta a alguien que coincidiera con mi descripcion. La vecina podria estar mandando un mensaje a Tanya sobre el paquete ahora mismo. Me hundi en el borde de mi cama y rastrille mis manos a traves de mi cabello. Todavia estaba esperando que alguien me dijera que los ultimos meses habian sido un mal chiste. Mi hermanastra siempre habia estado loca, pero sus recientes payasadas opacaban todo lo que habiamos vivido en el pasado. No queria pensar en ello. Nada de esto. Si sigo escondiendome y pasando inadvertido, se calmara. Defenderse o hacer un gran escandalo solo prolongaria la frustracion. Si no le daba municiones nuevas, se aburriria como siempre, y podria volver a mi vida normal. No mas de estas ridiculas distracciones o juegos a los que me habia forzado a jugar. Me sentiria libre para concentrarme en mi compania de nuevo, aunque incluso esa idea se sintiera vacia en este momento. La compania habia sido mi unica preocupacion durante anos, y tener que retirarme de ella, aunque fuera temporalmente, me estaba haciendo cuestionar por que estaba dejando de lado toda mi vida por mi trabajo. Hice todo el dinero que podia necesitar. Habia logrado los objetivos que me habia propuesto. Era muy bueno en lo que hacia, y no habia ningun imperativo para mi de seguir esforzandome por ser mejor, pero me sentia obligado a volver a la oficina, al trabajo y a la competencia. Ninguna relacion habia sido capaz de ganar contra esa compulsion, pero cada dia que pasaba escondiendome me hacia cuestionar aun mas mi dedicacion. Tal vez era hora de relajarse, de soltar el peso y liberarse un poco. Alguien llamo a mi puerta. Me apresure en ira ver de quien se trataba y cuando abri la puerta, encontre a la chica del otro lado del pasillo que estaba alli de pie, viendome con la mirada perdida por sus ojos cubiertos de lapiz de ojos. “Aqui esta tu estupido paquete. Resulta que tu nombre estaba en el. Whoops.” Como era de esperar, no parecia ni remotamente arrepentida. Su voz tenia una cualidad de inexpresiva que no coincidia con la mirada que tenia en los ojos, como un desafio constante, un reto de algun tipo, pero cualquiera que fuera el desafio, no podia ni siquiera empezar a adivinarlo. Mi corazon se hundio cuando vi que el paquete estaba abierto. No me atrevi a preguntarle si habia leido el contenido del sobre, asi que intente mirarla fijamente. La mayoria de la gente no se sentia comoda con el silencio, especialmente cuando se combinaba con el contacto visual. Era la manera mas rapida de juzgar la fuerza del caracter de alguien, en mi opinion. Asi que cuando pasaron diez segundos y luego veinte, sin que ella siquiera se apartara de mi mirada, decidi que su apariencia dura no podia haber sido una actuacion despues de todo. “Gracias”. Dijo de una manera tan seca y desinteresada despues de medio minuto. “Eso es lo que dices cuando alguien hace algo bueno por ti”. Le dio a la caja un fuerte empujon hacia mi y se dirigio hacia su puerta. “Espera. ?No miraste dentro?”, le pregunte. “Lo creas o no, no me importa saber que clase de cosas raras te envian por correo”, dijo. Saque el sobre y vi que el sello estaba roto en la solapa. “?Entonces por que abriste esto?” Esos ojos marrones profundos de ella se alejaron de los mios y luego volvieron de nuevo. Era la primera senal de debilidad que habia mostrado, y me ayudo a saber que era humana bajo el muro de desinteres que estaba mostrando. “?Por que abriste mi caja de consoladores?”, respondio ella. “Pense que era mia”, dije con los dientes apretados, aunque sabia que me estaba preparando para lo que estaba por venir. “Boom”, dijo, enfatizando la palabra con un movimiento perezoso de sus cejas. “Tambien pense que tu estupida caja era mia. ?Alguna otra pregunta cientifica?” Entrecerre los ojos. “No te creo. Y no me importa”, dije. Cruce los brazos y espere. “?Que?”, pregunto ell

  • El olvido que seremos de Hector Abad Faciolince

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    La obra maestra de Hector Abad Faciolince, uno de los libros fundamentales de la literatura contemporanea en espanol.

  • No mires atras (Inspector Sejer 2) de Karin Fossum

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    Segundo caso del inspector Sejer: un nuevo y misterioso caso que resolver.

  • Una boda pendiente de Toni Membrives

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    Simon regresa a casa con sus sentimientos intactos y decidido a conquistar a Teresa, aunque no sepa como hacerlo. Eso no debe importarle lo mas minimo, porque para ello tendra la ayuda de una visita inesperada que le obligara a hacer de nuevo las maletas y pasar unos meses, junto a Teresa, en el pueblo de su infancia. Pero no solo tendra que convivir con ella, tambien tendra que hacerlo con otras dos mujeres, a cual peor. El pobre sobrevivira de milagro.
    La confeccion de unas piezas de ropa muy especiales, alguien del pasado que sigue en el presente, unas cartas antiguas llenas de dolor y un lugar confortable para pasar la noche, formaran parte de las idilicas vacaciones con las que Simon siempre habia sonado.

  • La marca de la venganza de Emelie Schepp

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  • Giros del destino de Isabel Acuna

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    Adrian Cameron y Gabriela Rivera se conocen en medio de condiciones adversas, al compartir un suceso traumatico que derrumba la certeza y la confianza sobre las que cada uno habia fundado su vida y los obliga a enfrentar una nueva realidad que los lleva a apoyarse el uno en el otro para sobrellevar el desengano, a la vez que nace entre ellos una intensa atraccion.

  • Una tumba en el aire de Adolfo Garcia Ortega

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    La noche del 24 de marzo de 1973, tres jovenes espanoles, Humberto, Fernando y Jorge, cruzaron la frontera francesa para ir a Biarritz a ver la pelicula El ultimo tango en Paris, entonces prohibida en la Espana franquista. Se sabe que esa noche entraron en una discoteca y alli los esperaba un cruel destino. Confundidos por policias por un grupo de miembros de ETA, fueron secuestrados, torturados y asesinados. Nunca mas se supo de ellos. Sus cuerpos nunca aparecieron. Pero siempre hubo un punto debil. Esta novela se inspira en los hechos reales para contar, con escrupulosa verosimilitud, la historia de aquel fatidico encuentro.

  • A punto de ser despedida de Ana M. Gonzalez

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    Cuando el dueno del despacho encuentra que las cotizaciones no estan bien hechas, se hace evidente que alguien va a perder el trabajo.
    Desgraciadamente, parece ser que la que va a ser despedida soy yo.
    Pero yo no cometi ningun error. Mi jefa Berta fue la que se equivoco en todos estos numeros.
    Y ahora yo tengo que convencer a este hombre guapisimo, de que yo no me equivoque en los numeros, mientras trato de no mostrarme muy evidente al mirarle esos ojos negros o esa sonrisa de campeonato.
    ?Lograre quedarme en mi trabajo? y… pensandolo mejor… ?lograre seducir a esta belleza de hombre?

  • tienes un mensaje de Norah Carter

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    Olia fuerte a cafe desde la cama, hacia un buen rato que Nelson se habia levantado, pero al ser sabado yo me quise quedar un poco mas disfrutando de ella, pero ese olor ya me estaba incitando a ir hacia la cocina. Hacia un dia precioso. El sol entraba a raudales por la ventana y eso que todavia no era mediodia. Es lo que tiene vivir en una ciudad como esta, tan llena de vida. --Buenos dias, Nelson, que bien huele a cafe, necesito uno urgentemente -- me acerque a el para darle su beso de buenos dias. --Buenos dias, Marta, ahora mismo te lo preparo. En sus palabras vi algo de intranquilidad. Estaba como pensativo, note que algo no iba bien. --?Te pasa algo? --Tengo que hablar contigo -- respondio sin mirar a mis ojos y cogiendo la taza de la cafetera Nespresso. Se me paso de todo por la cabeza, porque en los cuatro anos que llevabamos de relacion jamas me habia dicho esa frase. Habiamos sido una pareja feliz y, ?por que no decirlo?, eramos la envidia de amigos y muchos de nuestros familiares que habian fracasado en sus relaciones. Me sente en la silla de la barra de la cocina y espere a que hablara. Fui incapaz de preguntarle que era lo que sucedia. Temia que una mala noticia pusiera fin a aquella felicidad en la que viviamos como si estuviesemos recien casados. --Marta, he conocido a alguien en el trabajo... Sus palabras se clavaron en mi corazon como punales. No podia creer nada de lo que estaba escuchando. ?Como podia decirme algo asi? ?Como podia decirme algo asi y con tanta serenidad? Fui incapaz de mirarlo a la cara, hubo un buen momento de silencio. El dia dejaba de ser maravilloso de repente para mi. Ninguna mujer esta preparada para una noticia como esa, para que su marido le suelte a la primera que se ha enamorado de otra persona. Ojala me hubiera tragado la tierra en aquel instante. Lo peor era verlo alli, parado, sereno, preparandose un cafe mientras el sabia que me estaba hundiendo en la miseria con aquella frase. --Llevo varios dias intentando contarte esto y no me atrevia. Pero no puedo mas, Marta. He intentado quitarmela varias veces de la cabeza de mil maneras, pero hoy es imposible y no puedo luchar contra lo que mi corazon ha empezado a sentir por esa persona. Se que no te lo mereces, pero debo marcharme. No te mereces esto y yo no me merezco estar sufriendo de la forma que lo estoy haciendo -- dijo como si se lo hubiese aprendido de memoria y lo hubiese ensayado delante del espejo. Su voz era suave y su tono sereno parecia quitarle importancia a la gravedad del asunto; aquel tio me estaba jodiendo la vida y estaba tan tranquilo. Yo seguia perpleja. Estaba boquiabierta. No sabia si echarme a reir o ponerme a llorar, o lanzarle la cafetera Nesspresso que nos habia regalado su primo Asensio a la cabeza para ver si dejaba de decir gilipolleces. Era incapaz de responderle. No me esperaba que la historia tan bonita de amor que habia vivido junto a el se acabase de un plumazo y ademas que fuese por otra. Tenia ganas de huir, salir corriendo de aquel lugar, pero estaba claro que el que se debia de ir era el. Menos mal que el piso estaba alquilado a mi nombre y el era el que habia elegido separar nuestros destinos. Lo de menos ahora era pensar en el piso, sino en pensar en mi futuro, en el nuestro, que claramente se habia roto para siempre. Por mucho que te lo digan, una no es capaz de asimilar que su novio, despues de todos estos anos, decida abandonarte, dejarte tirada como una colilla. La decepcion, la frustracion y odio se iban apoderando de mi, pero tambien lo hacia un sentimiento de pena hacia mi misma. ?Que iba a ser de mi a partir de ahora? Pero la peor pregunta viene despues, cuando te paras a pensar un poco y te dices: ?Como fui tan imbecil de no darme cuenta de que estaba viendose con otra? --Comprendo que no me quieras hablar. Ahora recogere mis cosas y me marchare. Siento haberte hecho esto, pero no puedo luchar contra mis sentimientos... -- dijo de nuevo aquel gilipollas, porque no merece otro nombre, como si estuviera dentro de una pelicula de sobremesa o como si fuera el protagonista de una telenovela venezolana, la madre que lo pario. Me daban ganas de contestarle que era un cerdo, pero preferi seguir en mi mas absoluto silencio y no contestar a nada de lo que me dijese, total, todo lo que dijera no iba a hacer cambiar sus sentimientos. No iba a convencerlo de nada. Se habia preparado perfectamente todo el guion y cada una de las palabras que me iba a decir para que no pudiera contestarle inmediatamente, para que me comiera tan tranquila aquellos cuernos. Ademas que iba a romper a llorar como una nina pequena si lo hacia, asi que decidi no contestar a nada y que se fuera lo antes posible. Era lo mejor, porque una tiene su orgullo, una sabe que la vida no se acaba porque un idiota como ese, al que yo habia amado, te dice una manana, tomando cafe, que todo se ha acabado, que todo un proyecto de vida se tira por la borda gracias a que ese energumeno ha decidido que se la pelara otra. Me encendi un cigarro mientras me tomaba el cafe y el se alejo al dormitorio. Me encanta el cafe. Lo tomaba desde muy pequena, a escondidas, sin que las monjas del centro se enterasen. Aprovechaba lo que quedaba en la cafetera despues de comer para subirme a un taburete y echarme lo que quedaba en una taza. Las monjas dormian. A veces cogia un chusco de pan y sopaba. Ahora era incapaz de sorber un trago. Ahora el cafe estaria asociado a aquella ruptura que no me esperaba ni en la peor de mis pesadillas. Un nudo en el estomago, como consecuencia de los nervios, me impedia seguir tomando aquel cafe. Que mierda de dia y que mierda de vida a partir de ahora, porque yo estaba colada por aquel tipo que me habia dicho tan ricamente que lo dejabamos porque habia conocido a otra de la noche a la manana. Escuche como sacaba la maleta y abria los cajones de los armarios para llevarse su ropa. Lo tenia decidido y lo habia meditado bien. Todo estaba saliendo como el esperaba. No habia montado ningun espectaculo, de esos que vienen los vecinos y hasta la policia. Era evidente que estaba recogiendo sus cosas. Empezo a salir y a entrar de la casa para meter cosas en su coche, imagine que ya la otra persona lo estaba esperando con los brazos abiertos para recibirlo. Un rato despues volvio a entrar a la cocina, dejo las llaves sobre la encimera, miro por la ventana desde donde se veia el Parque de las Naciones, uno de nuestros lugares favoritos, pues, en ese parque, nos habiamos basado tardes enteras, tocandonos, acariciandonos, sonando con que mas pronto que tarde tendriamos un trabajo estable y nos comprariamos un piso cerca de alli. No quiso mirarme a los ojos, solamente queria mirar a la ventana. Yo no se que se le estaba pasando por la cabeza. --Si algun dia quieres hablar, tienes mi telefono -- acto seguido salio por las puertas. Estaba en estado de shock, era incapaz de levantarme de aquella silla, no era capaz de romper a llorar, estaba con la mente ida, tenia ganas de llamar a mi amiga Paula, pero tampoco tenia ganas en estos momentos de hablar mucho sobre ese tema. Ademas no sabia nada, solo sabia que habia conocido a alguien y poco mas. No comprendia como algo tan bonito se acababa de aquella miserable manera. Cuantas veces habiamos hablado de los divorcios de muchos de nuestros amigos que se habian casado felices e ilusionados y nos deciamos que eso a nosotros no nos iba a pasar jamas, porque, ademas de llevarnos genial, en la cama funcionabamos muy bien.

  • Nosotros despues de las doce, Laia Soler de Laia Soler

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    Si pudieras borrar de tu mente los recuerdos que te hacen sufrir, las traiciones, las perdidas y los desenganos… Si pudieras convertir tu mente en un mural en blanco donde volver a pintar tu vida, ?lo harias?
    Aurora vive en Valira, un pequeno pueblo situado entre montanas. No cree en los cuentos de hadas, pero si en la magia. Al fin y al cabo, Valira debe su nombre a una reina feerica. Dice la leyenda que la sangre de las hadas aun corre por las venas de sus habitantes, que el pozo del pueblo alberga el espiritu de la reina y que el antiguo carrusel de la plaza posee poderes extranos.

  • Juramentos de sangre de Brianna Callum

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    Corre el ano 1720 en Escocia. En un tiempo donde rigen la espada, los senores de las tierras, el honor y la traicion, dos parejas se encontraran para no perderse jamas, o quizas si.
    Dos historias de amor y aventuras que se entrecruzan y que se tejen a traves de los siglos, en diferentes epocas y ciudades, y que ponen a prueba el Tiempo. Cuatro almas signadas por una promesa de amor eterno y por un juramento de honor, que deberan enfrentar peligros, odio, envidia y persecuciones. incluso desafiar a la misma muerte para estar juntos.

  • Tazas de caldo de Vicente Verdu

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    Cada vez es mas amplio el consenso acerca de que el aforismo es el genero mas ajustado y representativo de nuestra epoca. Ajustado por su brevedad aprendida de la comunicacion en las redes, por su necesidad de condensar incisivamente el pensamiento al modo del lenguaje publicitario, y representativo del momento en que la lectura debe copiar los tiempos breves que impone el imperio de la imagen.
    Todo en la forma y proposito del aforismo parece coincidente con esta nueva naturaleza de la comunicacion. Pero hay un factor mas. Y es que, a pesar de todo, no es corriente que los jovenes cultiven el aforismo y si que lo hagan los autores en los que se han acumulado la vida y sus peripecias.
    En el caso de estos ultimos, cada sentencia aforistica condensaria la esencia fundamental del pensamiento y caeria sobre el papel, o la pantalla, como gotas depuradas por la experiencia. De hecho el aforismo recibio su primera influencia de la tradicion gnostica que reflejaron escritores como Esquilo o Pindaro, aparte del presocratico Heraclito de Efeso. De modo que, curiosamente, en aparente paradoja, el aforismo o el proverbio vienen de muy lejos y son hoy, a todas luces, lo que mas se aproxima a la manera expresiva de la epoca. Vicente Verdu, uno de los mejores ensayistas europeos a la hora de senalar las tendencias sociales y explorar El estilo del mundo (Anagrama, 2003), viene a ser con este libro el testimonio directo de lo que se lleva y adonde nos llevan las nuevas tendencias de la literatura.
    Con su lucidez proverbial y la belleza de su estilo, Tazas de caldo es, asi, de una parte, la obra mas personal de su autor, y, de otra, una muestra de pensamiento filosofico y sociologico propagado mediante pildoras. O, en el mejor de los casos, mediante balas de plata. ?Balas de plata que dan en el blanco y sosiegan como un caldo? ?Tazas de caldo para consumir el texto a sorbos y no ya de un grosero tiron, como los bestsellers baratos? Efectivamente, cualquier acierto en la diana de la verdad, la emocion o el deseo procuran paz y compania de espiritu. Pero tambien, como sin humor no se llega a ninguna parte, la <> evoca la <>. Marx regresa asi desde el capital ardiente y pesado de una vieja siderurgia a la irradiacion correspondiente al presente <>, que seduce con el artero fulgor de una chispa.

  • Vilox II de Sophie Saint Rose

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    Semir se reia mientras veia a Jessica sentada en el sofa del enorme salon intentando controlar a los bebes, que con sus poderes movian los panales de un lado a otro en el aire para que su madre no pudiera agarrarlos. Incluso se levanto colocando la mano sobre el pequeno Olox de apenas tres meses para que no se moviera, pero los panales elevaron la altura haciendola grunir. Su jefe sentado a la cabecera de la mesa se levanto mostrando toda su estura intentando disimular la risa al ver la exasperacion de su esposa. Alon se acerco a ella y cogio uno de los panales en el aire agarrando de la cintura a su esposa y la beso en la sien acariciando sus rizos rubios-- Portaos bien, ninos. O mama no os contara un cuento antes dormir. Los panales cayeron sobre el sofa de inmediato y Semir miro a su mejor amigo levantando una ceja -- Deben ser unos cuentos estupendos. Taix observaba la escena con una sonrisa en los labios, pero Semir vio en sus ojos dorados algo que el mismo ultimamente sentia a menudo. Anhelo. Desde que se habia levantado la prohibicion de tener parejas humanas, los vilox que no la tenian, la buscaban casi con desesperacion, pero el resultado habia sido el mismo. La unica pareja de momento seguia siendo Alon y Jessica. Los vilox habian llegado a la tierra en el ano ochocientos treinta y dos. Se habian mantenido unidos como los unicos supervivientes de su mundo y sin inmiscuirse en la historia de los humanos habian pasado desapercibidos. Se les habia prohibido tener hijos con los humanos y durante los ultimos anos la tasa de natalidad entre los suyos habia descendido de manera alarmante. El Sahr, el consejo de ancianos, habia encargado a Alon ser el primero en unirse a una humana para tener descendencia y el resultado habia impresionado a todos, pues habia resultado que esa humana era su pareja realmente. Los vilox tenia una pareja desde su nacimiento y cuando se encontraban, los ojos de la hembra cambiaban a un color verde muy especial demostrando a todos que estaba emparejada. Que a una humana le hubiera pasado eso habia sido una sorpresa para todos. Jessica se echo a reir distrayendo sus pensamientos y cuando Semir miro a su jefe vio que tenia uno de los panales usados sobre su pelo moreno. -- !Joder! -- exclamo su jefe exasperado-- !Estais castigados! Jessica levanto una ceja cuando una toallita para limpiar el culito paso ante la cara de su marido mientras se quitaba el panal de la cabeza-- ?Que decias sobre controlar a los ninos? Algo asi como ... solo tenemos que decirles lo que esta bien y lo que esta mal, carino. Son muy listos. Alon cogio la toallita furioso, mientras Semir que ya no podia mas se echaba a reir a carcajadas. Taix por supuesto tampoco se corto y ambos recibieron una mirada fulminante de su jefe-- ?No teneis nada que hacer? Rohr llego en ese momento y cuando le vieron cerrar la puerta principal de un portazo todos le miraron mientras Alon iba hacia el fregadero-- ?Que pasa, Rohr? -- !No se por que cono tengo que encargarme yo de los puneteros registros de los vilox! Estoy hasta las pelotas de esos idiotas, que no hacen mas que preguntarme por Jessica como si fuera una estrella de cine. Jessica sonrio radiante-- ?De verdad? Rohr gruno yendo hacia la nevera y la abrio sacando de su interior una cerveza. Quitando la chapa de la boquilla miro a Taix y Semir-- Jefe... --Joder el trabajo que tengo. -- dijo Taix levantandose de inmediato. Semir se levanto tambien a toda prisa-- Si, voy a hacer una ronda por la casa. No hay que descuidar la seguridad. --!De eso nada! -- dijo Rohr fulminandolos con la mirada. -- Yo estoy ocupado con los entrenamientos de los xedarx y Rem tiene mucho trabajo con el nuevo sistema informatico para la nueva organizacion vilox. !Vosotros no teneis nada que hacer! --!Estamos protegiendo a Jessica! -- protesto Semir molesto. -- !Mientras Alon esta con ella, no os necesita! Todos miraron al jefe mientras Jessica levantaba a Olox para meterlo en la sillita balancin. Alon apreto los labios secandose la cabeza con un pano de cocina limpio-- Rohr tiene razon. -- !No fastidies! --Os repartireis el trabajo y hareis las visitas. Rohr no puede descuidar el entrenamiento de los otros xedarx. Aunque el peligro parece que ha pasado, no quiero que nadie se descuide. Todos miraron a Jessica que estaba cambiando a Trix. Hasta hacia muy pocos dias habia tenido su vida amenazada por un grupo de vilox que estaban en contra de la union de las especies. Semir se enderezo-- ?Quien se encargara de las llamadas? --Si algun vilox se mete en un lio, se encargara Rohr, pero debeis estar disponibles. Las visitas las hareis en vuestro tiempo libre. --Esto es estupendo. -- dijo Taix yendo hacia la puerta. Semir levanto una ceja y se volvio hacia Rohr estirando la mano-- ?La lista? Rohr sonrio metiendo la mano en el bolsillo trasero del pantalon. Le entrego unas hojas dobladas -- Zona de Brooklyn. --Estupendo... mi restaurante favorito esta alli. -- ?Nos vamos de una vez? -- pregunto Taix enfadado. Algo raro en el porque solia tener muy bien humor. Eso indicaba que todos estaban un poco alterados desde que Jessica habia aparecido en sus vidas. --Taix, las lentillas. -- dijo Jessica con su hija en brazos acariciando su pelito rubio. Taix apreto los labios antes de recorrer el hall para subir al ascensor, pues tenia su apartamento en la segunda planta. Alon entrecerro los ojos viendole pulsar el boton con mala leche. -- ?Esta bien? -- pregunto Jessica confundida. --Claro que si. -- respondio Semir mirando de reojo a Rohr y diciendole telepaticamente "Joder tio, podias haberlo dicho de otra manera" Su amigo le miro a los ojos levantando una ceja-- "Esto es la leche, estais aqui tocandoos los huevos y debo ser sensible" -- "!No nos estabamos escaqueando!" "Esta manana hemos hecho tres avisos" Rohr apreto los labios-- "Muy bien. Me disculpare con el cuando se le pase el cabreo." Taix salio del ascensor ahora con las lentillas de color castano con el arma en la mano. Vio como se la metia en la pistolera de detras de la espalda y se acerco a su amigo sonriendo-- Va a ser la leche, lo vamos a pasar de miedo contando como Jessica no puede dominar a los bebes. Jessica jadeo ofendida-- !Ni se os ocurra! !Mis ninos son muy buenos! -- en ese momento Tris le vomito en el hombro haciendolos reir a todos. Cuando se subieron al Hummer, Semir se puso tras el volante mirando de reojo a su amigo-- Rohr no queria ofenderte, sabes que no soporta relacionarse demasiado. Taix chasqueo la lengua-- !Joder! !No se que me pasa! --Lo mismo que a todos. Tanto amor en el aire nos esta poniendo nerviosos. --Me cae bien Jessica, de verdad. Es una tia estupenda y me alegro que Alon la haya encontrado, pero tengo algo dentro que me pone de una mala hostia... --Quizas deberiamos hablar con Alon sobre el programa informatico que el consejo de ancianos utilizo para encontrar a Jessica. -- cambio de marcha adelantando a un coche-- Puede que alli encontremos pareja. Taix nego con la cabeza-- Eso no va a funcionar. Lo de Jessica fue casi un milagro. --Por intentarlo no perdemos nada. --Pues intentalo tu. Yo paso. Semir apreto el volante entre sus manos-- Me estas cabreando. ?Por que no hablas con ella de una puta vez y terminas con esto? Taix le miro sorprendido-- ?De que hablas? --!Hablo de Melina! !De la hermana de Alon! ?Por que no hablas con ella de una vez? --!No es mi pareja! --!Ninguno de los dos teneis pareja y os gustais! ?Y que si sus ojos no cambiaron de color cuando la conociste? Podeis intentar estar juntos y si no funciona... --?Estas loco? ?Y Alon? --!Alon lo entendera! Antes de ver a su hermana sola el resto de su vida, preferiria que estuviera contigo. --?Y si encuentra a su pareja entre los humanos como le paso a su hermano? ?Que pasa conmigo? !Porque te aseguro que le quitaria del medio antes de que se diera cuenta! Semir le miro de reojo-- ?No te parece raro ese instinto de posesion por alguien que no es tu pareja? --?Que quieres decir? La conozco desde su presentacion y he tenido mucho roce con ella, eso es todo. --No, eso no es todo. Yo tambien la conozco desde hace anos y no siento nada por ella. Y eso que esta buenisima. Taix le miro como si quisiera matarlo-- Cierra el pico. --?Ves? Si dijera que otra esta buena, ni te inmutarias. Voy a darle un morreo a ver si reaccionas de una vez. --Tocale un pelo y te parto los brazos.

  • Amor Sublime de

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    Fernando Alvarado vive atormentado por su suerte, ser el senor de Bellavista con el trasfondo que eso encierra. Lo unico que aplaca el alma del rico y joven heredero es la llegada de las vacaciones y el arribo de la senorita Celeste a la hacienda vecina. Cuando lo mandan a estudiar a Europa, teme que a su retorno la encuentre comprometida, le ruega que lo espere, que a su regreso la convertira en su esposa y sellan el pacto con un beso en los labios: <>.

  • Las chicas buenas tambien pueden ser malas de Sarah Myers

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    A Wendy le quedaba poco tiempo para que el plazo de la nueva pagina web que le habian encargado se agotara, sin embargo, estaba ocupada anadiendo los ultimos detalles de tematica deportiva al diseno que Christian le habia pedido y que necesitaba esa misma tarde. Como companera de trabajo y buena amiga, habia aceptado enseguida. Sin embargo, no solo se trataba de eso, de ser amable o realizar un favor, se trataba de un sentimiento mucho mas profundo que la amistad que latia bajo su piel. Le gustaba que Christian contara con ella, no importaba para que, queria serle de utilidad, queria ayudarlo en todo lo que fuera posible, y asi su esperanza de que pudiera fijarse un poco mas en ella crecia cada vez mas. --?Te queda mucho? -- pregunto la misma persona que ocupaba los pensamientos de Wendy, asomando su cabeza por la puerta del despacho. --Christian --susurro Wendy, pasando de una expresion tediosa y algo cansada a una que irradiaba alegria por cada uno de sus poros--. Muy poco la verdad --se apresuro a decir al ver que se le habia quedado mirando mas de lo debido--. Pronto lo tendre listo --le aseguro con una sonrisa. --Esa es mi chica --dijo guinando uno de esos ojos dorados que tanto la cautivaban. La sonrisa de Wendy se ensancho, pero Christian no tuvo tiempo de apreciarlo ya que desaparecio de su vista con tanta rapidez que ni se habia dado cuenta. Tuvo que sacudir la cabeza para volver a la realidad, quiso volver a la tarea que tenia pendiente, pero no pudo evitar que sus ojos se desviaran de nuevo de la pantalla del ordenador para posarlos sobre ese pequeno conejo de peluche que se encontraba apoyado a la unica fotografia que tenia encima de su escritorio, la foto de su abuela. Su abuela, pero no solo fue eso sino tambien su madre y su padre, todo en una maravillosa persona. Y hacia dos anos que ya no estaba a su lado, penso con tristeza. Se hizo demasiado mayor y su cuerpo llego a un limite que ya no podia aguantar mas, pero la mujer estaba mas machacada que las otras personas de su edad y eso tuvo su inicio casi treinta anos atras, cuando su propia hija dejo a un bebe recien nacido en sus brazos, ya que no deseaba perder la libertad que una cria sin duda acapararia, para dejar la carga en su madre antes de desaparecer. Su abuela tuvo que realizar de nuevo todo el camino que debia seguir una madre con la desilusion de que su propia hija hubiera podido hacer un acto de egoismo semejante. Tuvo que luchar de nuevo para sacar a una nina adelante e intentar hacer todo lo posible para que no notara la ausencia de su propia madre. --Realizaste un buen trabajo --le comento a esa imagen impresa que de devolvia una sonrisa llena de alegria, pese a todo, fue una mujer que nunca dejo que las circunstancias le pesaran y siempre intentara levantarse con una sonrisa. Deberia aprender de ella, penso Wendy. Dandose cuenta en ese momento que ella hacia tiempo que no se levantaba de esa forma. Pero ese pensamiento quedo a un lado apartado cuando sus ojos volvieron a bajar, unos pocos centimetros mas, para llegar hasta un pequeno conejo de peluche, uno que le regalo Christian cuando su abuela fallecio, y no se separo de su lado hasta que el intenso dolor iba dejando de ser tan insoportable. Se habian conocido en la universidad, pero apenas habian mantenido contacto; se volvieron a reunir al ser contratados por la misma empresa, Wendy como creadora y disenadora de paginas web y Christian centrado en el area de marketing. Al principio poco tenian que ver y apenas se cruzaban, menos a la hora de comer que empezaron a hablar cuando sus caras les resultaron conocidas. Y su relacion de simples conocidos se volvio mas estrecha, pasando a convertirse en una bonita amistad. Pero Wendy experimento otra clase de sentimientos mas profundos hacia el, unos que no eran correspondidos. No obstante, esperaba que eso pudiera cambiar. Un rato despues, Wendy pudo finalizar el encargo de Christian y se apresuro a enviarselo para que lo tuviera cuanto antes mejor, esperando que le gustara y que le sirviera de utilidad. Y al fin tenia tiempo para terminar el diseno de la pagina web de la empresa de cupcakes que le habia pedido. --?Como vas? --pregunto su jefa. Marlene aparecio de repente y con un tono de voz alejado de la amabilidad y unos labios rojos intensos que volvian a juntarse para quedarse en una linea absolutamente recta, manteniendo solo medio de su pequeno y esbelto cuerpo dentro de su despacho.