• la terquedad de las estrellas - Lara Beli

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    Anne es timida, sonadora y un poco torpe. Trabaja de barista en un casino (o de barwoman, como le gusta decir a ella porque suena a superheroina) y espera pacientemente un amor que no llega.

  • La terquedad de las estrellas Versión Kindle - Amazon.es

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  • La terquedad de las estrellas : Beli, Lara - Libros - Amazon.es

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    La terquedad de las estrellas Tapa blanda – 10 julio 2018 · Ofertas especiales y promociones · Detalles del producto · Opiniones de clientes · Acerca del autor.

  • La terquedad de las estrellas by Lara Beli - Goodreads

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    La terquedad de las estrellas book. Read 27 reviews from the world's largest community for readers. Anne es tímida, soñadora y un poco torpe. Trabaja de ...

  • LA TERQUEDAD DE LAS ESTRELLAS de 978-1-71771-497-8

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    3 may 2021 — Libros relacionados. Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de ...

  • La terquedad de las estrellas (Spanish Edition) - Lara Beli

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  • Reseña: La terquedad de las estrellas de Lara Beli

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    22 oct 2018 — Reseña: La terquedad de las estrellas de Lara Beli ... de leer en un futuro nada del género pero entonces este libro se cruzó en mi camino.

  • La terquedad de las estrellas, de Lara Beli | Literatura digital

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    26 jul 2018 — ... es la autora de La terquedad de las estrellas, una novela romántica que salió en julio de 2018. Aprende más sobre la autora y su libro.

  • La terquedad de las estrellas de Lara Beli - Ultrachollo.com

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    26 oct 2020 — Podrá comprobar que el libro La terquedad de las estrellas de Lara Beli tiene en general más valoraciones positivas que negativas.

  • La terquedad de las estrellas» de Lara Beli - Revistas ...

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    19 jul 2018 — Reseña literaria de La terquedad de las estrellas, de Lara Beli. ... más actual donde encontrarás todos los artículos de los mejores libros.

  • l13aC3cRql - *L5g*Libro* La terquedad de las estrellas PDF/EPUB

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  • Un plan imperfecto de Lara Beli

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    Fiona Archer tiene un objetivo: convertirse en una periodista seria y respetada y se ha esforzado mucho para conseguirlo. Por eso no esta nada satisfecha cuando el unico empleo que consigue es de redactora de sociedad en la revista Madame, entrevistando a los ricos y famosos que tanto desprecia.

  • Malon de amor y muerte de Graciela Ramos

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    Invierno de 1829. El pais estaba despiadado, ignorante y salvaje, asi lo definia don Julio Ramirez con sus amigos. Habia logrado liberarse de los colonizadores espanoles hacia trece anos, pero ahora la guerra civil era duena de las calles y los malones de indios dominaban los campos. La polvareda y la sangre embarraban los dias de los inocentes. Jose Maria Paz tomaba la gobernacion de la provincia. Juan Bautista Bustos pedia ayuda a Facundo Quiroga, pero ambos eran derrotados por Paz en la batalla de La Tablada el 23 de junio de 1829. En Villa de Tulumba, provincia de Cordoba, se establecia la hegemonia de la familia Reinafe, cuyos cuatro hijos eran federalistas. El interior del pais claudicaba ante los ataques de los malones que desgraciaban a las familias, los fusilamientos por diferencias politicas y las batallas que estaban a la orden del descuido… CAPITULO 1 LA APARICION Villa de Tulumba, estancia La Esperanza Rosalia suspiro y mientras miraba a sus hermanas se aletargo aburrida en el sillon. --!Tanta jarana por un vestido nuevo! --decia, harta de ver como perdian sus preciadas horas repitiendo la misma situacion, mirando una tela, luego otra, luego la misma. --!Rosalia!, acercate, manana viene Celia por las medidas y los modelos. Ven, amor, elige telas --decia carinosamente dona Ana Alvarez, madre de tres hermosas hijas y esposa de don Julio Ramirez. Una carismatica mujercita espanola, curvilinea, de gestos claros y mirada honda. --Si, claro, las vamos a usar para conquistar a los indios… --agrego Rosalia desafiante. --Hermanita, con estas telas vamos a ser la envidia de todas las muchachas, si Celia llega a tiempo con los vestidos para la tertulia de dona Mercedes y podemos viajar --decia Juana, la menor de la familia. --Si, y somos las primeras en elegir. Imaginate, las Cabrera se deben estar comiendo las unas --agregaba Teresa, la hermana mayor. La vida en el campo no era facil. Don Julio, viendo crecer a sus hijas, se preguntaba muchas veces si no debian mudarse a la ciudad. Alli tendrian mas posibilidades de ir al convento a estudiar, de viajar y hasta de poder conseguir un marido importante. Tal vez tendrian que pasar mas tiempo en la casa de la ciudad. Tal vez, tal vez… Las dudas mandaban en la mente de don Julio que veia como sus pequenas mujercitas se convertian en bellas e interesantes mujeres. Cada una de ellas se definia en su caracter, sus gustos. Eran totalmente diferentes entre si. Las hermanas Ramirez seguian eligiendo telas bajo la mirada de dona Ana, quien se detuvo en Rosalia. Tenia que hablar con su esposo sobre su segunda hija, ya deberia tener un pretendiente, sus inclinaciones por estudiar la habian alejado de la vida social que llevaban sus hermanas. Siempre estaba con un libro en la mano, o ensenando a leer a los criados. Rosalia, mas que un marido, pretendia un viaje a Francia o a Espana. Conocer el viejo mundo era una de sus ambiciones. Odiaba ese tipo de tertulias, un vestido y listo… para ella estaba bien. Teresa, la mayor, miraba minuciosamente las telas, se detenia en las puntillas… seguro estaba pensando en Francisco. El Reinafe la volvia loca, ?tendria un amorio a escondidas? La habia visto varias veces conversando con el; si don Julio se enteraba, la enclaustraba en las Carmelitas, no estaba en sus planes entregar a su hija a un coronel involucrado en la guerra civil que afectaba al pais en ese momento. Don Julio era un hombre de negocios muy respetado en la zona, recto y de pocas palabras, no compartia credo con los Reinafe, "esos caudillos criados por la hermana". Pensaba que no estaban bien asesorados, que eran buena gente con malas companias. No confraternizaba con las ideas del federalismo. Era mas amigo de algunos proyectos del unitario Paz, aunque sostenia que habia que sacar lo mejor de ambos partidos. Don Julio, al igual que habia hecho su padre, comerciaba sus productos sin considerar colores ni partidos. Esa conducta le habia infundido respeto a su imagen. Las horas pasaban y Rosalia se sentia empalagada por la situacion. Las telas empezaban a lucir todas iguales, el te posaba frio junto a la tortilla. Observaba a sus hermanas que simulaban diferentes modelos sobre sus cuerpos con los delicados generos. Las risas mostraban alegria y diversion. Agobiada, se levanto, busco su abrigo y salio a caminar un poco para despejarse. Esquivo la guardia que custodiaba la estancia ante los posibles ataques de indios, y anduvo sin rumbo durante un rato hasta que termino sentada sobre una piedra al costado del arroyo que se habia tragado su propia agua. Habia hecho caso omiso a sus pensamientos de prevencion; hacia apenas unos dias los indios habian atacado una estancia vecina dejando solo penuria y dolor. Don Julio habia prohibido la salida a sus hijas sin previa autorizacion. Rosalia decia que su padre era exagerado, pero el sabia muy bien de lo que hablaba. El frio gelido y seco enrojecia las mejillas de la muchacha. Le gustaba llenar sus pulmones de aire fresco, tomando revancha de los extremos calores del verano. Abrazo su chal de lana y cruzo el arroyo seco y hambriento de lluvias. Se lanzo al camino, las huellas le facilitaban el paseo. Sabia que no debia pasear sola por alli, nunca. Pero una de las caracteristicas de Rosalia era justamente su rebeldia. Caminaba inmersa en sus pensamientos y ese fue el motivo por el cual no sintio el taconeo del caballo que venia soplado por el viento. Cuando lo vio, ya estaba alli. Parecia que iba a atropellarla, sintio que su corazon se detenia. ?En que momento aparecio ese hombre? Se paro, tomo su faldon con ambas manos para salir corriendo, pero no pudo dar un solo paso. Habia quedado paralizada por el gran susto. --!Cuidado! --alcanzo a gritar al ver al caballo casi sobre su cuerpo y temiendo que el extrano quisiera cargarla en ancas y llevarsela. El corcel cayo de rodillas confundido ante las ordenes y tirones de las riendas del jinete asustado. --!?Pero que hace en el medio del camino, mujer?! Casi la aplasto con mi caballo --dijo el joven muy enojado, pero aliviado de no haber lastimado a esa muchacha que habia quedado impavida mirandolo. Salto del potro quedando al lado de Rosalia. En cuanto la vio se sintio conmovido y cambio enseguida su actitud: --Perdon, senorita, si la asuste, en realidad no la habia visto --dijo el muchacho. Rosalia habia perdido la voz, por mas esfuerzo que hacia, las palabras encallaban en su boca; de imaginarse sobre el caballo, tomada por un indio, ahora estaba frente a este caballero desconocido. Su voz salia acompanada de un dejo espanol, le recordaba a su madre. --?Esta usted bien? --insistio. --Si, si, claro, y usted casi me atropella --le contesto levantando su menton y estirando las cejas hacia arriba. --Tiene razon, lo que pasa es que no imagine que una hermosa mujercita sola estuviera en esta espesura. El joven estaba maravillado ante la aparicion en el medio del camino. No tenia ganas de seguir, pero… --Me dirijo a la estancia Santa Clara, ?sabe usted si estoy bien encaminado? --Caballero, no tengo idea, pero le sugiero que siga hacia el camino principal, seguro que alli sabran indicarle --dijo algo aturdida. Ese mocito habia logrado cortarle la respiracion, pero ella jamas perderia la compostura. --Mucho gusto. Me llamo Alfonso Cornejo. Y usted, ?cual es su gracia? --?Que? !Ah! Rosalia… --contesto ruborizada. --?Rosalia…? --Si, Rosalia Ramirez --dijo sin saber como continuar. Habia quedado cautivada por el atractivo del muchacho. Era alto y fortachon. Su cabello suave y rubio brillaba resaltado por su rostro bronceado. Sus rasgos duros contrastaban con su mirada suave; la boca grande y sus labios intensos. Queria irse de alli, pero no podia moverse. --Sigo mi trayecto, seguro nos volveremos a ver --dijo Alfonso mientras comenzaba a caminar al costado de su caballo. Luego de varios pasos regreso la mirada sobre su hombro y la vio, atontada, observandolo. Le guino un ojo y siguio. Con una sonrisa victoriosa, ahora si, salto sobre su potro y se perdio entre los espinillos. Le gustaba esa sensacion, siempre ganaba con las mujeres. Rosalia habia quedado embelesada con ese hombre. ?De donde habia salido? No era de por alli, conocia bien a todos los vecinos. Bueno, tal vez estaba de paso; por ese lugar transitaba mucha gente que venia de lejos. Pero estaba solo y nadie viajaba sin compania en esas epocas tan turbulentas. Automaticamente sus pensamientos cambiaron por el recuerdo del encantador rostro del mocito desconocido. Luego del altercado, y mirando hacia todos lados, regreso a la estancia con paso rapido y una sonrisa sonadora. ?Pero que habia pasado? La dura Rosalia, la intelectual… ?habia quedado prendada de la estampa de un desconocido? En la casa la reunion ya estaba llegando a su fin, se embrollo con disimulo entre sus hermanas, pero a dona Ana no se le escapaba nada y la miraba por el rabillo del ojo. Siempre excluida de todas las reuniones, solo lograba que asistiera bajo presion, y al menor descuido, desaparecia. ?De donde habia salido esta nina?, pensaba, ella era tan sociable, siempre pendiente de todos los detalles, los vestidos, las reuniones, los viajes… igual que sus otras dos hijas que siempre reclamaban vestidos nuevos y querian permanecer mas tiempo en la casa de Cordoba. A Rosalia solo le interesaba contradecir todas las opiniones y reclamar espacios libres para su lectura.

  • El reto del millonario de Cynthia Walter

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    "Nadie podia haberme preparado para conocer a Kenneth Stewear. Era un nombre rico, encantador y con un sentido del juego peligroso..."
    Cuando llamaron a Alina Craig para que trabajase en una de las empresas de finanzas mas importantes no podia creerselo, pero su felicidad no seria muy duradera...Tras un incidente en su llegada al edificio, conocio a Kenneth y le parecio el hombre mas atractivo de la tierra.
    Kenneth Stewear era un hombre poderoso y millonario acostumbrado a coger lo que desea sin mirar mas alla. Le encantan los retos y el placer y por eso decide hacerse el jefe de Alina.
    ?TE ATREVES A DEJAR QUE TE RETE?

  • La Hija Maldita (Pueblos Perdidos 1) de Cristina Pujadas

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    Invisible. Su piel era dorada y sus ojos tenian el tono ambarino correcto de su raza, pero ningun dorado la miraria como a un igual si miraba su cuello. Maldita. La Diosa Aurum la habia condenado al nacer, al no marcar su piel con la runa de los dorados, quizas por un pecado cometido por su difunta madre, quizas por un mero capricho. Condenada a no ser una dorada en derecho pleno, habia vivido encerrada dentro del Oraculo del Desierto sirviendo a las Vidente, protegida del mundo que habia fuera. De los salvajes y de aquellos que podian despreciarla por no haber sido marcada.

  • Devastador de Jorge Borges

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    Mark le salvo la vida.
    Alicia hubiera muerto ahi fuera.
    Un simple accidente de coche.
    . un lago, y agua.

  • Un pais extrano de Muriel Barbery

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    Alejandro de Yepes y Jesus Rocamora, dos jovenes oficiales del ejercito regular espanol, se enfrentan al sexto ano de la guerra mas cruenta que haya conocido el ser humano. El dia que se topan con el afable y excentrico Petrus da comienzo una aventura extraordinaria ya que los dos espanoles abandonan su puesto y cruzan un puente invisible: Petrus es un elfo, proviene del secreto mundo de las Brumas en el que ya esta reunida una compania de elfos, mujeres y hombres de la que dependera el destino de la guerra. Alejandro y Jesus descubriran la tierra de su nuevo companero, una tierra de armonia natural, belleza y poesia, pero que tambien se enfrenta al conflicto y al declive. Juntos participaran en la ultima batalla y sus mundos, tal y como los han conocido, nunca volveran a ser los mismos.

  • La moneda de Akragas de Andrea Camilleri

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    Tras un largo asedio, Akragas (actual Agrigento) se rinde a los cartagineses en el ano 406 a.C. La ciudad es destruida. En 1909, es hallada en un campo de cultivo una pequena moneda de oro valiosisima y unica en el mundo. Presa de la emocion, el doctor Stefano Gibilaro, medico titular de Vigata, se cae del caballo y se rompe la pierna. Asi comienza una historia rocambolesca que se desarrolla entre los campos de Vigata y la Mesina destruida por el terremoto de 1908. Sus giros inesperados, tragicos y comicos, que Camilleri realiza con notable habilidad, nos llevaran a un imprevisible desenlace.

  • El nacimiento imperfecto de las cosas – Guido Tonelli de Guido Tonelli

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    Tonelli es uno de los investigadores mas destacados del famoso CERN de Ginebra que alberga el acelerador de particulas LHC y contribuyo decisivamente, junto con Fabiola Gianotti, a la confirmacion de la existencia del boson de Higgs, tambien conocido como la <>. Nadie como el para acercarnos de un modo divulgativo y ameno a los grandes temas de la nueva fisica: las particulas elementales, los multiversos, la materia oscura, las ondas gravitatorias, la teoria de la supersimetria o la de la unificacion de las fuerzas fundamentales. Pero este no es un libro divulgativo al uso, Tonelli se revela como un notable escritor y maneja la ironia, la epica e incluso la lirica para plasmar temas que sin la habilidad del autor resultarian abstrusos.

  • With me. Amelia de Jessica Cunsolo

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    Amelia Collins se muda a una nueva ciudad para escapar de un oscuro pasado y lo unico que quiere es pasar totalmente desapercibida y acabar el ultimo curso del instituto. Pero sus planes cambian drasticamente cuando el primer dia tropieza, literalmente, con el chico mas increible del instituto, el chico que encabeza la lista de las personas con las que no meterse… Aiden Park.
    Amelia debe encontrar la forma de sobrevivir y de no caer en los brazos del insoportablemente atractivo Aiden, ni de Mason, su mejor amigo; pero con nuevos amigos, arpias, viejas rivalidades, bromas pesadas y un pasado del que no consigue escapar, el ultimo ano de Amelia promete estar lleno de drama…

  • Encontrando a Silvia (Saga Silvia 2), Elisabet Benavent de Elisabet Benavent

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  • El vaso de plata de Antoni Mari

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    La nostalgia de las excursiones dominicales, la desolacion por la muerte de un amigo, el trastorno de los sentidos al viajar por primera vez lejos de casa, el vertigo que provoca el riesgo de una travesura, la ebriedad de los primeros dias de vacaciones…

  • La ciudad de las mujeres desaparecidas de Megan Miranda

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    Han pasado diez anos desde que Nicolette abandono su ciudad natal despues de que Corinne, su mejor amiga, desapareciese sin dejar rastro. Nicolette regresa a casa para cuidar de su padre enfermo, pero pronto se ve inmersa en un terrible drama. Todas las personas relacionadas con la desaparicion de Corinee siguen con sus vidas en Cooley Ridge: el hermano de Nic, Daniel, a punto de ser padre; el antiguo novio de Corinne que trabaja en el bar del pueblo; y Tyler exnovio de Nic y pareja actual de Annaleise que fue la coartada que exculpo al grupo de amigos la noche de la primera desaparicion. Pero ahora es justo Annaleise la desaparecida. Durante las dos semanas que siguen -la historia se nos explica desde el dia 15 al dia 1, en una ciudad donde nadie es lo que parece, ni familiares y amigos.

  • La sombra de una venganza de Delfina Farias

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    Atras quedaron los enganos, amarguras y tristezas del pasado. Manuel, Davy y Sofi viven felices junto a su numerosa familia. Cuando sus negocios se lo permiten, viajan por el mundo perdiendose en paises increibles y disfrutan su gran amor. Una duda atormenta al gallego Manuel Ocampo Falcao todos los dias de su vida, sera aun mas fuerte con la llegada de Lucio el ingeniero, porque sacara a la luz una gran mentira que hara temblar hasta su cordura. Un enemigo se agazapa en las sombras tratando de destruir su felicidad y quebrar la paz familiar. !Los Falcao estan mas vivos que nunca y juntos enfrentaran a un nuevo enemigo! ?Lograran a pesar de todos los problemas encontrar la paz y tranquilidad que consiguieron a traves de los anos? ?Sera el mas temible o el mas siniestro? Mil preguntas y solo una respuesta… Descubre que se oculta en La sombra de una venganza

  • Al final de la calle 118 de Clara Cortes

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    La calle que lleva al motel donde vivo es larga y ancha, y una acera no tiene nada que ver con la otra. Es como si una barrera invisible separara ambos lados. Por supuesto, siempre que quieras puedes cruzar al otro lado, pero eso no significa que la gente lo haga. Es como la valla que rodea un instituto: aunque muchos querrian y podrian saltarla, eso no significa que la salten de verdad. Porque saben que su lugar esta dentro. Cuanto mas camino de la derecha recorro, mas grietas me encuentro. Y mas suciedad. Y menos casas. En la otra acera, sin embargo, la fila de chalets de color amarillo y naranja sigue hasta mas alla del motel, hasta alcanzar la carretera del norte. Aunque pueda sonar a mentira, me gusta mucho mas la acera de la derecha que la de la izquierda. Es mucho mas real. La vida es asi, rota, con hierba seca entre los huecos que deja la piedra de los adoquines. Si conoces a alguien con una vida-chalet, probablemente todo se quede en esa fachada amarilla, tan igual a lo largo de toda la fila. Probablemente su sitio tambien este en este lado, nuestro lado, pero no quieran aceptarlo. Antes de llegar al motel, en la acera de la derecha, la calle esta flanqueada por la verja de un orfanato. Es el que cubre la zona norte de la ciudad, adonde se sabe que llegan muchos ninos todos los meses. A veces lloran tanto y tantos a la vez que puedo oir sus sollozos sincronizados desde mi habitacion, y eso que no tiene ninguna ventana que pueda cerrar para acallarlos. Son gritos desgarradores. Cuando pasa me pregunto si habra alguna nina especial ahi dentro, alguien que se parezca a mi y que llore mas fuerte que todos los demas. Tambien me pregunto si la habre visto alguna vez cuando he pasado por delante y todos los ninos estaban jugando fuera, aunque me desespera pensar que he podido hacerlo y que no la he reconocido. Normalmente me gusta pasar la mano por la verja de rombos metalicos mientras camino. El sonido que hacen los anillos de mis dedos contra los alambres es musical y, si lo cuento en mi cabeza, sigue cierto ritmo que puede llegar a ser agradable. Siempre logro encontrarlo, aunque cada vez es diferente, pero eso es lo que mas me gusta. Sin embargo, ahora paro de hacerlo, porque, como todos los dias, tengo que mirar. Siempre me obligo a hacerlo al menos una vez, porque seria una persona horrible si no me molestara en dedicarle unos segundos al dia; busco un par de coletas desiguales que yo podria haber conocido, a esa nina que deberia tener mi nariz, o mis ojos, o los de Raven... Como de costumbre, no veo nada -porque no hay nada, ni siquiera suerte-, asi que tengo que seguir andando para volver a casa. Solo que, esta vez, si que hay algo cuando me pongo a andar otra vez. No lo habia visto porque mi mente habia elegido omitirlo y concentrarse en buscar, como cada dia; es curioso como nuestro cerebro es capaz de aislarnos hasta el punto de no dejarnos ver cosas tan obviamente claras. Porque, cuando vuelvo a andar, hay ahi otro sonido que esta vez no es mio. No rozo la verja con la yema de los dedos, pero, aun asi, en alguna parte hay musica. Y son notas. Notas de verdad, quiero decir, no solo en mi cabeza. Sol. Do. Re. La. No es metalico. Es una guitarra, y creo que viene de dentro. Vuelvo a mirar hacia alli sin dejar de andar. Ahi esta. No tardo demasiado en localizarla. La guitarra. Obviamente, alguien la esta tocando. Es un chico. Esta al fondo, encorvado y sentado sobre un banco. A pesar de todos los ninos que hay a su alrededor, parece estar muy solo. El chico es larguirucho y grande, o eso es lo que parece desde aqui. Tiene los dedos agiles, pero, a pesar de eso, se mueve como si no se sintiera seguro; vacila cuando hace amago de levantar la cabeza y al final nunca aparta la vista del movimiento de sus dedos sobre las cuerdas, como si de verdad temiera perderse o equivocarse. Esta cantando y lo que oigo en la distancia es grave y fuerte, pero a la vez suave y agradable. Cuando han pasado unos segundos y creo haber escuchado lo suficiente, decido que me gusta su voz. No parece que el este muy de acuerdo en eso, sin embargo. Tiene el ceno levemente fruncido y los hombros tensos. Las gafas de pasta negra que lleva juegan a ser equilibristas sobre la punta de su nariz, y me pregunto por que no puede, simplemente, hacer algun tipo de movimiento para subirselas. Siempre me ha puesto nerviosa la gente que mira el mundo por encima de la montura de sus gafas, como la senora que se encarga de la biblioteca del centro, aunque no se exactamente por que me molesta. Cuando acaba la cancion se queda un momento mirando la vibracion de las cuerdas antes de subir la cabeza y sonreirles a los ninos, un publico realmente desagradecido. Si, han estado tranquilos, pero no escuchandole. Gritan, saltan y rien mientras se persiguen los unos a los otros, y el baile sigue para ellos aunque ya no haya musica para acompanarlo. Me sobresalto al darme cuenta de que he estado parada tarareando todo el rato, aunque ni siquiera se como se llama la cancion. He debido de oirla en la radio alguna vez, o en el centro comercial, o en alguna sesion de fotos. No era consciente de habermela aprendido. Me doy la vuelta y sigo mi camino justo despues de que el chico se suba las gafas con un gesto despreocupado. El no me ve. No reanudo el sonido de mis anillos, simplemente meto las manos en los bolsillos y ando mas rapido, porque quiero llegar ya al motel. Solo unos treinta y cinco o cuarenta metros lo separan del orfanato. Cuando subo las escaleras metalicas que llevan al segundo piso y entro en el apartamento 36, la sensacion tan rara que se me habia puesto en el estomago tras escuchar esa cancion es sustituida por la colonia postsexo de Raven. Tengo que aguantar la respiracion y pasar directamente a la cocina. Y aunque alli no es mejor, porque ella esta fumando, al menos no es ese tufo a fruta, sudor y suciedad. -Ah, hola -dice, tranquila-. No he oido la llave. -Hola. Vacio mi mochila en la mesa blanca donde comemos. El tablero esta lleno de quemaduras y manchas marrones que no se pueden quitar. Caen las llaves, un libro, una camiseta sucia y un sobre. Justo antes de venir he pasado por el banco para sacar lo que me han pagado hoy. Raven apaga el cigarrillo dentro de una lata de cerveza arrugada y se acerca a mi con curiosidad. -?Cuanto? -Cincuenta pavos. -La ultima sesion fueron mas. -Porque me pase seis horas en ese estudio sin parar ni para mear, Raven. Por eso fueron mas. Mi hermana agarra el sobre antes de que yo pueda alcanzarlo y sale de la cocina contoneandose. Me dan ganas de gritarle que no hay nadie mirando, que no hace falta que haga eso, pero no quiero discutir. Necesita montar un espectaculo todo el tiempo. Ademas, suele estar de muy mal humor despues de estar con un cliente, por eso me callo. Se agacha junto a su cama y mete la mano debajo. Saca una caja de metal rosa que tiene un pequeno candado. Ahi es donde guardamos todo nuestro dinero. Esta llena de polvo y tiene un par de pelusas enganchadas en las esquinas. Muchas veces pienso en que pasaria si alguien entrara a robar, porque no seria nada dificil hacerlo. No seria dificil encontrar la caja bajo la cama y que alguien rompiera ese estupido candado y nos robara todo lo que tenemos. De hecho, yo misma podria hacerlo si quisiera. Podria agarrar una piedra de fuera, acercarme, golpearlo hasta que se partiese... Y luego irme lejos de aqui con el dinero. Pero Raven abre la caja y me quedo a medias preguntandome adonde iria. A un lado, los billetes estan sucios, algo rotos y arrugados. Al otro lado, el monton de mi dinero, es decir, el dinero que yo gano y que sale directamente del banco, descansa en pilas mas o menos agrupadas por su valor. Mis billetes estan limpios, en todos los sentidos posibles. En total no hay demasiado dinero, pero si mucha diferencia entre ambos lados. <>, pienso. Es como si cada monton saliera de un mundo completamente distinto, o viniera de una cara diferente de la luna, y en parte, si lo piensas, es un poco asi. -Bueno, supongo que esta vez, cuando venga ese baboso del casero, podre pagarle en condiciones. No soporto tener que tocarlo cuando vamos un poco justas. Doy la vuelta a su cama para ir hacia mi habitacion. -No necesitaba saber eso. -C'est la vie, Valeria. No puedes ser tan tiquismiquis. Las cosas son como son, a ver si lo aprendes de una vez. <>, dice siempre Raven. Raven, la que esta hecha de piedra. La que es dura y fria como el hielo. La que tiene muchos problemas y muchas responsabilidades que siempre prefiere evitar. Es Raven, es casi una extrana

  • Palmira Blues de Lorenzo Silva

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    En el septimo volumen de la serie Vidas.zip, Lorenzo Silva vuelve a presentar su particular vision de la actualidad en forma de cuentos cortos, a menudo narrados desde el punto de vista de los protagonistas de las noticias o de los ciudadanos anonimos que sufren su impacto. Palmira blues. Vidas.zip. Ano VII es una recopilacion de las mas de cincuenta historias que Silva escribio por septimo ano consecutivo para la edicion digital del diario El Mundo, en los meses que van desde la primavera del ano 2015 hasta la del 2016. En estos articulos, el autor reflexiona sobre los grandes titulares con su habitual sintesis y las observaciones afiladas a las que nos tiene acostumbrados. La masacre de Paris que conmociono al mundo; la foto viral e insoportable de Aylan, el nino sirio tendido inerte sobre la arena de una playa griega; y el atasco democratico que sucedio a las elecciones espanolas del 26 de diciembre de 2016 son algunas de las noticias que el autor trata en este volumen. Eso si, sin dejar de cuestionar las lacras, injusticias e irregularidades que arrastra nuestra sociedad: desde la violencia de genero hasta la baja presion fiscal que se aplica a los millonarios futbolistas de elite en contraposicion a las declaraciones de gente humilde que <>. Como el propio Lorenzo Silva explica, <

  • Hasta que me recuerdes (Fragiles 1) de Valentina R. Anderson

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    Mis dos amigos y un chico, ?Un chico? No, no. Bueno, si.Ya me estaba resignando y perdiendo la esperanza de hablarle. Porque Dorian no hablaba nunca, y eso complicaba las cosas.Hasta que un dia, todo cambia. Y cuando digo todo es TODO, porque a partir de ese momento, lo que sucede empieza a tener una razon mas que clara. Eso asegura una excelente explicacion en el segundo en que esa mascara de perfeccion se rompe. Ya no existian los recuerdos, y los que quedaban eran dolorosos.

  • Cailean, el falso highlander de Lisbeth Cavey

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    La manana que Agnes llego al castillo era desapacible y fria. El cielo ennegrecido amenazaba tormenta y la humedad calaba los huesos. El raido vestido y la fina capa que la cubria no eran suficientes para aliviar su temblor. Estaba nerviosa, era la primera vez que se separaba de su familia. Ellos habian decidido que ya tenia suficiente edad para mantenerse a si misma y le habian buscado el trabajo en el castillo de Kisimul. Habia oido historias, leyendas. Decia su madre: no hay que creer todo lo que te cuentan. Y la verdad era que, a Agnes, no le entusiasmaba la idea de trabajar en el lugar protagonista de todos aquellos chismes. Al castillo solo se podia acceder en una embarcacion, y ella habia llegado a acompanada de su padre en un pequeno bote perteneciente a un granuja de la isla que les habia cobrado una barbaridad por acercarlos a su destino. Durante el trayecto, Agnes habia observado con detenimiento el gran pedrusco que, cubierto de niebla, se divisaba cada vez mas cercano. El castillo se le antojaba tenebroso, ella sentia miedo y asi se lo hizo saber a su progenitor, pero todo intento de volver atras fue en vano. Nosotros ya hemos hecho bastante, le dijo, ahora tienes que arreglartelas por ti misma. Agnes y su padre caminaron el corto recorrido desde el embarcadero al castillo de Kisimul intentando protegerse de las rachas de viento helado que parecian querer echarlos del islote. Cuando estuvieron delante de la puerta del castillo, su padre llamo con la aldaba. Pasaron unos interminables segundos hasta que alguien abrio la gran puerta, segundos en los que Agnes penso que todavia habria una esperanza para ella, sin embargo, aquella pequena llamita se desvanecio y un hombre de unos sesenta anos, calvo y con cejas pobladas, les abrio la puerta. --Soy Angus Steward, y esta es mi hija Agnes, es la nueva sirvienta --anuncio Angus con decision. El hombre miro a Agnes de arriba abajo y les franqueo el paso mientras sujetaba un candil encendido, pues el dia era tan oscuro que parecia que ya habia entrado la noche. Agnes y Angus siguieron al hombre hasta la cocina, alli les esperaba la senora Fia MacNeil, la hermana del laird. --!A buenas horas! --exclamo la mujer. --Ha sido dificil encontrar alguien que nos trajera hasta aqui, senora. Nos han dicho en la isla que habra tormenta --dijo Angus. --Pretextos y mas pretextos, de acuerdo, usted ya se puede marchar. Nina, acompaname, te ensenare tus aposentos. Agnes quiso despedirse de su padre, pero Fia insistio en que se fuera sin perder tiempo del castillo. Angus le prometio a Agnes que estaria bien, pero en sus ojos era dificil ocultar la tristeza, ella lo conocia lo suficiente como para saber quien era su progenitor. Cuando Angus se hubo marchado, Fia le enseno a Agnes las estancias en las que podian entrar los sirvientes; las habitaciones, una letrina y la cocina. En horas de servicio se podian mover por el resto del castillo, siempre con causa justificada. Segun la senora, el laird era muy celoso de su intimidad. Recorrieron el castillo mientras Fia le daba instrucciones para que ella pudiera desarrollar su trabajo con eficiencia, tambien le dio una clara indicacion, mas bien fue una advertencia. Nunca, jamas podia entrar en los aposentos del laird. El dia fue largo y triste para la joven Agnes, pues su casa era humilde y acogedora, en cambio, el castillo era grande, lugubre y frio, muy frio. Trabajo en el huerto, en la cocina y por la noche ayudo a servir la cena. Fue ahi cuando tuvo que poner a prueba su eficiencia y no fue demasiado bien, el laird y su familia se le antojaban altivos y despotas. Agnes sirvio el vino a los comensales, tarea complicada, cuando en su casa cada uno tenia por costumbre servirse lo suyo sin molestar a los demas. Fue rodeando la mesa y echando el vino a cada uno de los miembros de la familia, hasta que se situo al lado de Cailean, el hijo menor del laird. Agnes, con inseguridad, intento en vano echar el vino sin derramar una gota, pero el halo electrico de Cailean, del que todos hablaban en la isla y no precisamente bien, hizo que su cuerpo comenzara a temblar como por arte de magia. El vino reboso del vaso y la mesa quedo encharcada. --Disculpe, senor, enseguida lo limpio --dijo Agnes con una voz a duras penas audible. Fia carraspeo y Agnes dirigio su mirada hacia ella, sus ojos le devolvieron furia. --!Chiquilla inutil! --espeto. Agnes comenzo a pasar un pano por la mesa para arreglar el desaguisado. De pronto, una mano firme la agarro por la muneca. Era Cailean MacNeil, la miraba con una mezcla de enfado y burla. Jamas habia visto a aquel hombre de cerca, solo una vez, un par de anos antes. Lo habia visto cabalgar su caballo en las inmediaciones de su casa, ella habia salido a buscar flores para su madre, llevaba a su hermano pequeno de la mano y un caballo negro se les acerco a la carrera. Encima de el, un jinete de mirada fria y cabello negro al viento. A Agnes le llamo la atencion su tez tan morena e impropia de aquellas tierras. Agnes y su hermano se abrazaron, pues temian ser arrollados, pero pronto se disipo su temor, pues el, Cailean, le dio una orden al caballo para que redujera su marcha y paso junto a ellos muy despacio. Entonces el la miro y sintio el mismo escalofrio que habia sentido momentos antes, solo que ahora, estaba tan cerca... Habia fantaseado muchas veces con que Cailean MacNeil la subiera en su caballo y cabalgara con ella sintiendo su cuerpo, su aliento. Pero todo aquello quedo atras, eran meras fantasias de una jovencita que habia oido tantas y tantas leyendas acerca de aquel hombre que, de alguna forma, lo habia idealizado. En realidad, todas las chicas de Barra bebian los vientos por el, pero este era tan efimero, tan fantasmal, que a veces se les antojaba un personaje imaginario. --Dejalo ya, mujer --dijo Cailean con suficiencia. --Disculpe, ya me retiro. --Agnes se marcho de la estancia apresuradamente ante la mirada furibunda de Fia. Una vez en la cocina rompio a llorar, se sentia inutil, temerosa, desubicada, era tan grande su tristeza que creyo que iba a morir de la congoja. --?Que te pasa, Agnes? --pregunto una voz conocida para ella. --Gavin, ?que haces aqui?, hacia tiempo que no te veia por la isla y me dijo tu madre que estabas trabajando. --Si, llevo unas lunas en este lugar, no esta mal, ?y tu?, llegaste hoy, ?verdad?, todos hablan de la chica de ojos grises que no aguantara nada en el castillo, no tienen ni idea de quien es Agnes Steward --rio. --Puede que tengan razon, son tan, diferentes. Confieso que me dan miedo --dijo Agnes con pesar. --Miedo no es la palabra, son los senores de estas tierras, es normal que no sean como nosotros. Mantienen las distancias, ellos no nos molestan, nosotros tampoco a ellos, nos limitamos a hacer nuestro trabajo sin dar que hablar. Eso si, no les gustan los errores --argumento Gavin encogiendose de hombros. --Pues yo acabo de arruinar su cena, entonces --anuncio Agnes llevandose ambas manos a la cara. --Bueno, es el primer dia, a todos nos ha pasado, aqui no se esta mal, de verdad. --Me cuesta creerlo --susurro Agnes. --Ven, te ensenare una cosa --dijo Gavin mientras agarraba la mano de Agnes y la llevaba practicamente a rastras hasta la torre. --?Que haces?, nos van a pillar y nos mandaran a la isla de una patada --apunto Agnes preocupada. --Tu tranquila, estas conmigo. --El chico sonrio a su amiga de la infancia y la hizo subir todas las escaleras de ascenso al lugar que mas le gustaba del castillo. Cuando llegaron arriba, Gavin volvio a tirar de ella hasta llevarla a las almenas. --Mira, ?no es hermoso? --pregunto el. Desde alli arriba, el punto mas alto de Castlebay, Agnes admiro las maravillosas vistas crepusculares y vio su casa en la isla, por un momento se entristecio de nuevo y tuvo que secarse una lagrima que bajo por su mejilla. El dia seguia siendo desapacible y hacia frio, ya casi no habia claridad y la tormenta habia amainado. A aquellas horas, su familia estaria haciendo la cena y, junto a la lumbre, estarian sus hermanos jugando. Aquello le parecia tan lejano y era tan triste su nueva vida que solo pudo decirle a Gavin: --Volvamos a la cocina. [?][?][?] Cailean se preparo para decirle a su padre lo que hacia mucho tiempo rondaba por su cabeza: que la isla se le quedaba pequena y el mundo le parecia muy grande para no poder formar parte de el. A sus veinticinco anos sonaba con una vida en otro lugar, con recorrer otras tierras, conocer otras gentes diferentes y que no construyeran chismes y leyendas sobre su persona. El sabia que no era igual que los otros hombres de su generacion, que ser un MacNeil era un orgullo para ellos y comulgaban con unas costumbres y tenian unos valores muy diferentes. Cailean era especial, eso siempre se lo habia dicho su madre, aquella mujer que, por amor, paso sus ultimos dias en un lugar al que no pertenecia. Myra, su madre, habia nacido en Inverness, pero sus padres eran espanoles que habian sido capturados y posteriormente vendidos como esclavos. La madre de Cailean no era la esposa del laird, solo una sirvienta, pero le dio algo que nadie mas le habia dado, la pasion por la lectura. Por ello, tal como hizo ella cuando estaba embarazada de el, Cailean se habia leido todos y cada uno de los libros que descansaban en la polvorienta biblioteca que habia conocido tiempos mejores.

  • El sindrome de Wendy de Lucy Morton

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    Muchas son, sin saberlo, las personas que sufren el llamado "Sindrome de Wendy". Consiste en la necesidad de satisfacer a otra persona debido al miedo al rechazo, a no ser aceptada o a caer mal. Asi como el famoso "Sindrome de Peter Pan" cuenta con el problema de adultos que se comportan como ninos y no quieren crecer, quienes sufren el "Sindrome de Wendy" son aquellas personas que se encargan de cuidarlas y protegerlas. Wendy y Peter Pan, por asi decirlo, se necesitan el uno al otro. "Wendy" tiene la necesidad de satisfacer a quien tiene al lado, especialmente si es su pareja o sus hijos. Claro ejemplo es el padre o la madre que no ayuda en los deberes a su hijo, sino que los hace para facilitarle la vida en ese o en otros muchos sentidos; la ama de casa que asume todas y cada una de las obligaciones y responsabilidades del hogar sin contar con ayuda externa; o aquella persona que toma todas las decisiones para no causar problemas o quebraderos de cabeza a los demas y, ademas, justifica el mal comportamiento o la informalidad de la persona con la que convive. Las caracteristicas principales de quien padece el "Sindrome de Wendy" son: Cree que es alguien imprescindible en la vida de los demas. Nadie mas que ella puede ocupar su lugar y el resto, suele aprovecharse de la disponibilidad que tiene siempre Wendy. Todo se lo piden a ella y ella es feliz complaciendo al projimo. El amor para ella es un sacrificio, una resignacion. Dar sin esperar nada a cambio. Siente la necesidad imperiosa de cuidar y proteger a los demas como si fuera su madre y tambien termina asumiendo ese rol con su pareja, especialmente si esta, padece el "Sindrome de Peter Pan". Suelen encontrarse; es como aquel dicho de: siempre hay un roto para un descosido. Wendy evita que las personas de su alrededor se molesten, se enfaden o se disgusten. Necesitan caer bien cueste lo que cueste. Intenta hacer feliz a los demas de manera constante. Siempre quiere agradar, caer bien, que todo el mundo este a gusto y feliz, sobre todo en su presencia. Asume las responsabilidades en lugar de otra persona, aun cuando no es su trabajo. Pide continuamente perdon aunque no haga falta, aunque no haya cometido ningun error y o no sea la responsable del problema a resolver. Es propensa a deprimirse por la falta de atencion; la aceptacion social es sumamente importante para ella. Esta es la historia de una Wendy que, harta de ser siempre quien daba sin recibir nada a cambio aunque no lo esperara, se revelo contra su sindrome sin la ayuda de nadie. Combatio el "sindrome de Wendy" y decidio cambiar su vida radicalmente y su comportamiento hacia los demas cuando descubrio algo que sus ojos no deberian haber visto jamas. ?Tu tambien conoces a una Wendy? ?Quiza a un Peter Pan? Son frecuentes, existen en todas las partes del mundo y, seguramente hoy, caminando por la calle, has visto a uno. Pasan bastante desapercibidos como aquellos que proceden de otro planeta; como los angeles y los demonios que habitan la tierra; pero combaten una lucha interna feroz como quien es adicto al alcohol, a las drogas o es dependiente de la nicotina. Como quien tiene insomnio, es adicto al trabajo o lucha contra sus numerosos miedos. Como quien trata de superar una perdida, una ruptura o una crisis emocional de otro indole. Todos luchamos cada dia contra algo. Wendy lucha contra Wendy y Peter Pan; Peter Pan, por su parte, parece no darse cuenta de nada y trata de buscar desesperadamente a una Wendy que actue por el y este ahi siempre, amable, generosa y sonriente, para cuando la necesite. Espero que disfrutes de esta historia, breve pero intensa, en la que te espera un cumulo de sorpresas, momentos tiernos y otros mas rebeldes por parte de nuestra querida y confusa "Wendy"; tambien fantasia y un giro imprevisible de los que prometen dejarte KO. Lucy Morton CAPITULO 1 -- Todos quieren -y necesitan- a Wendy Mil veces he intentado decir que no. Y mil veces he dicho si. Otras tantas he tratado de pensar solo en mi y he terminado pensando en la persona que tenia al lado. ?Y para que? Se supone que todo lo hago porque me sale del corazon sin esperar nada a cambio, pero hoy me he caido en la calle por una maldita cascara de platano que algun incivico ha tirado al asfalto de la ciudad de Nueva York, y nadie ha venido a socorrerme. Nadie. Se que no soy Cindy Crawford, pero soy persona. Soy persona, me llamo Kate Middleton como la duquesa de Cambridge y estoy harta de que, cada vez que conozco a alguien, me suelte lo de: --?Como esta William? ?Donde has dejado al principe? Al principio sonreia con cara de boba y me excusaba diciendo que mi padre es ingles, de Watford, para ser exactos. <> --Jovencita. Jovencita, ?puedes ayudarme con la compra? Me pesan mucho las bolsas. --Oh, senora. Por supuesto. Deme, yo le llevo la compra. ?Donde vive? --A diez manzanas. Me entraron los sudores frios y a pesar del calor de julio, un escalofrio recorrio mi espina dorsal mientras cogia las cinco pesadas bolsas de la senora y me dispuse a recorrer a paso de tortuga junto a ella las eternas diez manzanas que quedaban hasta llegar a su hogar. No la conocia de nada; podia tratarse de una psicopata, una de esas ancianas peligrosas y asesinas; unas locas de remate. Pero me puse en su lugar. A los ochenta anos tambien me gustaria que una joven de treinta me ayudara con las bolsas, aunque tuviera que cruzar media ciudad. <> Yo iria caminando feliz, a mi paso y sin prisas, sin problemas ni dificultades, mientras observo a la boba que ha aceptado la "oferta". ?Cuantos le habrian dicho que no antes de que apareciera yo? ?Existe alguien en el mundo capaz de decirle que no a una anciana? <> --A lo mejor tienes cosas que hacer y te estoy entreteniendo --dijo la senora, a tan solo una manzana de llegar a su apartamento, situado en Queens. No dije nada y me limite a pensar en que era algo que podria haberme dicho antes. Seguro que lo habia pensado, pero prefirio callar y yo, por mi parte, odiaba tener ese pequeno momento de debilidad al pensar mal de ella y sus intenciones. Al llegar al portal me dio las gracias mirando mi cara de idiota cuando cogio las cinco bolsas como si de un culturista se tratara soportando unas mancuernas de tan solo cinco kilos. Yo, sin embargo, tuve que sufrir un desagradable hormigueo en mis cansados brazos mientras recorri de vuelta las diez manzanas hasta llegar al apartamento que compartia con mi chico, un aspirante a actor que solo habia conseguido protagonizar dos anuncios en la tele, por los que ya se creia George Clooney. Su nombre: Jerry, alias "mi George Clooney". Trato siempre de no reirme cuando se pone las gafas de sol y la gorra de los Mets diciendome: --Espero que no me reconozcan por la calle. Lo peor de todo, es que siempre lo dice en serio. Que realmente se lo cree. No sere yo quien le quite la ilusion. Mientras habla de sus suenos, con total confianza en si mismo, yo lo escucho pacientemente asintiendo y diciendole que todo le ira fenomenal. Al mismo tiempo estoy recogiendo la ropa que deja tirada en el dormitorio o en el mismo sofa del minusculo salon-comedor-cocina, para llevarla a la lavanderia; barriendo o fregando platos. Porque claro, a el nunca se le ocurriria fregar un solo plato. --!Soy una estrella, Kate! --suele decir, alzando los brazos. Es el tipico que esta constantemente haciendose selfies para las "fans" de sus redes sociales, incluidas esas fotos con el torso desnudo frente al espejo del lavabo. Pero es tan vago, que no va al gimnasio, y tiene que hacer poses raras y conseguir una iluminacion precisa, para que se le marque algo en el abdomen. La tableta de chocolate, dicen. No, "mi George Clooney" no tiene tableta de chocolate. Dudo, incluso, que tenga algo de cerebro. Eso es lo peor de todo. Que alguien como yo, se fijase, hace ya la friolera de cinco anos, en alguien sin cerebro. Normalmente me armo de paciencia con "mi George Clooney". Respiro una, dos, tres, cuatro... hasta cinco veces, para calmar a la fiera que tengo oculta en mi interior. Nunca saldra, por supuesto. No porque me domina el "Sindrome de Wendy" y no quisiera herir los sentimientos de nadie. "Mi George Clooney" y yo nunca nos hemos enfadado. Nunca hemos gritado. Somos dos companeros de piso, amantes y amigos muy silenciosos, que llevamos tres anos viviendo bajo el mismo techo. "Mi George Clooney" particular suele pasar las horas muertas en el sofa jugando a la Play o viendo la tele. Cuando a mi se me ocurre sentarme, tengo que hacerlo en un rinconcito y el pone los pies sobre mis rodillas para que le de un masaje. --!Estoy tan cansado! Y yo, que lo quiero con locura, le doy un masajito que lo relaja y le hace caer en un sueno profundo. Luego lo miro. Podria estar mirandolo durante horas mientras duerme. Y parezco una madre al verme pensar: --Miralo, si es como un angelito... Cuando duerme parece que no ha roto un plato en su vida. Pero yo se que ha roto cientos de platos. Hace dos anos, cuando llevabamos uno viviendo juntos, me puso los cuernos. Lloro, se puso de rodillas, me pidio perdon y por primera vez me invito a cenar. Al Mc Donald's, pero da igual. Invito el. Por primera vez. Eso era lo que contaba. Le perdone. No pense en mi o en mi orgullo de mujer, sino en el y su felicidad. Si su felicidad consistia en estar conmigo en vez de con la mujer con la que me habia sido infiel, ?quien era yo para negarselo? El me quiere y me necesita. Yo siempre estoy ahi como una imbecil. Siempre estoy ahi para el y para todo el mundo. --Kate. --Me llama mama un dia cualquiera--. ?Podrias ir a buscar a tu hermano al aeropuerto? A papa y a mi nos es imposible. --?A que hora? --A las doce. --Alli estare. Y la buena de Kate, como no tiene otra cosa que hacer, conduce hasta el aeropuerto para ir a buscar a su hermano de veinticuatro anos, que esta de "ano sabatico" viviendo la vida y viajando con el dinero de papa y mama. --Kate. --Es mi abuela, que me llama un dia cualquiera--. Me duele mucho la espalda, ?podrias hacerme la compra? Y la buena de Kate hace tres transbordos en metro para ir a hacer la compra a un super mercado cercano a la casa de mi abuela, llevarsela y llenarle la nevera. No me da el dinero. Me dice que a ver si le puedo limpiar un poco la casa, mientras ella ve un programa de cotilleo en television. Cinco horas en casa de la abuela y de vuelta a tres transbordos en el metro para llegar a mi casa, donde me espera "mi George Clooney" preguntandome que hay para cenar, que no sabe como se enciende el fuego. Y mientras preparo la cena, me llama una de las pocas amigas que tengo, Sarah, y me dice: --Ay Kate, no sabes lo que me ha pasado. --?Que te ha pasado? --pregunto alarmada. --Tengo un vestido en la tintoreria que necesito para manana por la noche, pero me sera imposible ir. ?Puedes ir tu?

  • Rayo de esperanza de E. L. Todd

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    Ryker y yo no somos lo que se dice perfectos.

  • GOG. Empieza la cuenta atras de J. J. Benitez

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    Gog es el libro que J. J. Benitez nunca hubiera deseado escribir. Esas son sus palabras. Pero escrito esta. Segun el autor navarro, lo mas importante de esta supuesta novela < que se lee>>.
    Si, Gog es una pequena joya (envenenada). Se trata del libro mas breve, y dramatico, del autor de Caballo de Troya.

  • La madre de Fiona Barton

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    Un escueto parrafo en el periodico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebe en una zona en construccion de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echaran un vistazo.
    Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
    Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
    Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto mas oculto sea revelado.
    Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
    Secretos guardados durante anos, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazon, saldran a la luz para cambiar tres vidas para siempre.
    Fiona Barton vuelve con su protagonista Kate Waters en un nuevo thriller imposible de olvidar.

  • El primer ciudadano de Andy Oakes

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    En las obras de uno de los estadios de Shanghai destinados a las Olimpiadas, unos policias someten a una joven a toda clase de vejaciones hasta que la dejan por muerta. Por las mismas fechas, y tras la aventura vivida en “Ojo de dragon” ?novela publicada tambien en esta serie?, el inspector jefe Sun Piao, liberado del Ankang, <> del regimen al que van a parar los disidentes, y degradado a trabajar en un destino sin cometidos, se entregara a investigar, sin la autorizacion de sus superiores, un macabro caso de asesinato de policias. Incorruptible y un tanto cinico, clasico perdedor nato en un mundo sin valores, Sun Piao se ve envuelto en una tortuosa trama que explora la complejidad contradictoria de la China de hoy hasta desembocar en un final inimaginable.

  • Un paseo por Alaska de S. Giner

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    Paige vivia con su novio Ralph, en el apartamento de ella en Nueva York, hasta que un dia lo encontro con una mujer en su cama. Despues de que lo echara de su casa penso en abandonar la ciudad por un tiempo y decidio trasladarse a un pequeno pueblo de Alaska. Alli conocio a Jay, un divorciado con una hija adolescente. Comenzaron con mal pie, pero sin esperarlo ni planearlo empezaron a intercambiar mensajes y mas tarde correos electronicos. Y poco despues estaban manteniendo una relacion, aunque estrictamente sexual. Hasta que Julie, una amiga de Jay, que estaba enamorada de el, expandio un rumor por el pueblo mostrando a Paige como si fuera basura, para librarse de ella. Y lo consiguio, pues a raiz de las murmuraciones Jay corto con Paige e hizo que abandonara Alaska y volviera a su casa de Nueva York.

  • Juegos prohibidos 5, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • No me mires asi de Chris M. Navarro

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    Andrea Palacios es una joven musico, hija de famosos, que esta acostumbrada a tenerlo todo en la vida. Aburrida y sola, vive la vida sin limites, hasta el punto que a veces ni se da cuenta ni sabe donde poner el freno. Guapa y perfecta, tambien acostumbra a tener a cualquier hombre que desee.
    Una noche de fiesta extrema se acuesta con un companero de la banda de musica y, colocada y borracha, a la manana siguiente apenas puede recordar. El problema es que su amigo ha sido asesinado de forma cruel y sanguinolenta y el cadaver esta en su cama.
    El inspector Sandoval se da cuenta enseguida de como es Andrea, y si a eso le sumas que odia a todo aquel que consume drogas, crea una animadversion hacia la chica que la transtorna desde el primer momento, acostumbrada a que ningun hombre se le resista.
    Cuando las huellas de Andrea aparezcan en el arma homicida sus encantos no podran hacer nada para salvarse de una posible condena. ?Quien ha podido hacer algo asi? ?Quien quiere incriminarla?
    Una lucha por declarar su inocencia a la vez que una terrible atraccion hacia un policia que apenas la mira seran el detonante de esta novela romantica, erotica y con un entramado policial que te hara mantenerte en tension desde la primera pagina.
    ?Lograra Andrea demostrar su inocencia? ?Conseguira que su policia favorito sucumbe a sus encantos? Desde el momento en el que el inspector Ruben Sandoval pronuncie las palabras “No hay hombre que no te considere hermosa”, ella sabra que tarde o temprano caera en sus redes pero, ?cuando?

  • Sanchez de Esther Garcia Llovet

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    .Madrid. Un Madrid nocturno en cuyo cielo de tanto en tanto se ve pasar alguna estrella fugaz. Un Madrid de extrarradio, de timbas, bingos, gasolineras de la M30, Casa de Campo y bares perdidos en la nada. Un Madrid crudamente real en el que de pronto puede suceder lo inesperado, e incluso lo magico. Ese es el espacio que transitan los personajes de esta novela de perdedores en busca de una oportunidad.

  • El chico q de Arwen Greyue caminaba como John Wayen de Arwen Grey

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    Era guapo, tenia talento, una voz capaz de hacerte llorar de emocion y caminaba como John Wayne, pero tambien era el tipo mas gilipollas que he conocido en mi vida. Deirdre releyo las pocas lineas que habia escrito con gesto critico. Como persona que conocia a Adam Elliot desde sus mas tristes y pobres inicios, al punto de que conocia de que barro estaban hechos sus pies, podia asegurar que eran verdades como campanarios, pero dudaba que el director Matthews las aprobara para publicarlas en el articulo que estaban preparando para la conmemoracion de dentro de una semana. Ese maldito pueblo debia de ser el unico donde homenajeaban una vez al ano a los vecinos que hubieran hecho algo, lo que fuera, por llevar el nombre de su lugar natal por el mundo. Y ese ano le tocaba a Adam Elliot, el mismo que jamas habia nombrado McMinnville en nada que hubiera hecho, ya fuera cancion, entrevista o reportaje que ella hubiera visto. Cualquiera diria que habia surgido de la espuma del mar, como Venus. Tras unos instantes de duda, siguio escribiendo con una sensacion de revancha que no habia sentido en toda su vida. No publicaria aquella pequena biografia, era evidente, pero esa especie de terapia le estaba sentando de vicio. Egocentrico, egoista, se creia el ombligo del mundo. El ombligo mas bonito del universo, por supuesto. Ademas de ser el tipo mas gilipollas que haya conocido, tambien es el mas creido y el mas imbecil. Si alguien me vuelve a decir, con un brillo picaro en la mirada, que, si me siento feliz de haber sido su primer amor y la inspiracion de su puta cancion, juro que le rompere las piernas. Solo por eso merecera la pena volver a verlo. --?Que tal va la biografia de nuestra estrella local? Los dedos de Deirdre se convirtieron en garras al escuchar la voz del director Matthews justo a su espalda. Habia sido su profesor de Historia cuando estudiaba en ese instituto y, ahora que era ella la que daba clases alli, seguia sintiendose como una ninata pillada en falta cada vez que le hablaba con aquella voz impostada. --Bien, bien --balbuceo, tratando de ocultar con el cuerpo la pantalla a los ojos inquisitivos de su superior. Si viera lo que estaba escribiendo, estaba convencida de que le daria un patatus. El director carraspeo, satisfecho de si mismo al ver que todavia la tenia subyugada por medio del terror, a pesar de que ya tenia mas de treinta anos y que no le daba clases. --Esmerese, Hopkins. Queremos que el muchacho se sienta en casa otra vez cuando vuelva. No vaya a pensar que somos unos pueblerinos --anadio con una risa estupida que hizo que Deirdre se sintiera fatal. Trato de mantener la mirada impasible mientras el director del instituto donde tanto ella como el hijo prodigo, y ahora estrella del country, habian estudiado le volvia a contar todo lo que estaban planeando para el dia en que el gran hombre pusiera el pie en su pueblo natal, como si ella misma no hubiera organizado la mayoria de aquellos eventos. Habria un concierto en la cueva mas impresionante del mundo, la caverna de Cumberland, donde los ninos cantarian sus grandes exitos y donde todos esperaban que Adam tuviera la deferencia de deleitarlos con alguno de sus temas mas conocidos. Ese magno evento seria seguido de una cena de gala con todas las autoridades del pueblo, los medios locales (y parte de los de los alrededores). Habria una recepcion a la que estaban invitados todos los alumnos ilustres del instituto, aunque ninguno tan ilustre como el propio homenajeado, Adam Elliot. Este evento se organizaba cada ano, pero en esta ocasion el invitado estrella seria una estrella real, asi que habia gente que llevaba esperando el momento casi como si fuera Navidad. Cualquiera diria que no lo conocian casi desde que llevaba panales. Y tambien habria fuegos artificiales, mas impresionantes y caros que los del 4 de Julio, justo despues de un picnic en el lago donde la mitad del pueblo habia perdido la virginidad con la otra mitad. Para todo aquello habian encargado la comida suficiente como para alimentar a un pais del tercer mundo, lo cual la avergonzaba cada vez que veia el presupuesto. Y, por supuesto, estaria regado con bebida, mucha bebida, aunque eso la avergonzaba algo menos, porque pensaba pasarse todo el tiempo que pudiera con una copa en la mano, intentando olvidar que aquella pesadilla estaba ocurriendo de verdad. Por algun motivo, el director Mathews parecia empenado en creer que ella se sentia feliz de participar, y aun de liderar, toda aquella pantomima. La realidad era que ni siquiera le habian preguntado. Nadie le habia dado siquiera la oportunidad de negarse. Porque, ?como iba a hacerlo, siendo ella quien era? Porque, por supuesto, Deirdre debia estar presente en todo aquello. Porque ella habia sido el origen de la carrera de Adam Elliot. Por supuesto, se suponia que debia conformarse con ser una chica mas en una cancion de country, guapa, sexy y, sobre todo, callada. Pero daba la casualidad de que llevaba asi demasiado tiempo. Y se habia cansado. CAPITULO 2 VOLVERE AL SUR Adam iba haciendose a la idea de volver a McMinnville despues de veinte anos de haber escapado de alli con la cola entre las piernas, como si le persiguiera todo el ejercito de la Union. Tambien era cierto que hacia unos cinco anos, incluso dos, todo habria sido mas dificil, pero ahora casi le apetecia volver a ver la vieja casa estilo Reina Ana donde se habia criado, viendo cada fin de semana a su padre vestido de general confederado lanzando arengas a un ejercito de soldados fantasmas, sable en mano, mientras toda la casa se llenaba con el delicioso olor del asado y la ensalada de patatas que preparaba su madre para la enorme familia que no eran. Luego se pasaban comiendo sobras toda la semana, pero eso a ella le daba igual. El instituto, el campo de futbol, la bolera, el teatro Park... todas esas cosas que nunca habia apreciado mientras vivia alli. Y ahora tampoco. Debia admitir que el pueblo era un asco, pero el director Matthews no dejaba de insistir en que lo esperaban para la celebracion de una especie de festival. Para ser sincero, no le habia hecho mucho caso a lo que le habia dicho. Llevaba anos insistiendo en que debia volver a casa para dar un concierto, una charla motivacional para los alumnos de su antiguo centro escolar... lo que fuera. Y el se habia negado siempre aduciendo una agenda apretadisima. Porque, que podia decir sobre aquella deliciosa epoca escolar si para el habia sido un alivio la graduacion, que suponia no tener que toparse cada dia con la gente que le hacia la vida imposible. Pero ahora ya no era ese ninato delgado, con un peinado imposible y que pretendia ser rebelde pero se cagaba en los pantalones cada vez que alguien lo llamaba desde detras. Nunca habia sido un valiente, y todo en su vida lo demostraba. De hecho, su misma situacion lo gritaba a los cuatro vientos. Ahora ya no tenia excusa para no enfrentarse a sus fantasmas. A los de carne y hueso, al menos. Su apretada agenda no existia. Le habia costado darse cuenta. Habia sido tan paulatino que casi podria decirse que su carrera se habia muerto sin que su cadaver llegara a apestar. Simplemente, se habia ido secando como una momia. Antes llenaba estadios y ahora no llenaba ni una cafeteria. Eso si es que lo llamaran para tocar en una cafeteria. Antes firmaba discos por millares y pechos turgentes. Ahora, cheques en blanco con la esperanza de tener fondos cuando se cobraran. Antes era una estrella. Ahora solo era otro tipo que habia malgastado una carrera brillante haciendo... ?que era lo que habia hecho mal, maldito fuera? No era solo que su agente ni siquiera le cogiera el telefono, sino que, si no fuera por los derechos que cobraba de forma regular por un par de canciones que darian dividendos incluso cuando estuviera bajo tierra, no le llegaria el dinero para pagar el alquiler. Tal vez era que hacia meses que no le pagaba y era solo su forma educada de decirle que no contara con el. Si lo pensaba, el unico del mundo que todavia le consideraba una estrella era el pobre director Matthews. Sin embargo, no estaba acabado del todo. A pesar de que el alcohol y otras mierdas se habian cargado casi todas sus neuronas, a veces, todavia tenia ideas brillantes. Con una sonrisa, rebusco en su agenda hasta dar con el numero de una morena despampanante a la que habia conocido hacia un par de anos. Lo que le habia ofrecido en aquel momento le habia parecido una estupidez, pero ahora lo veia con otros ojos. El telefono sono un par de veces hasta que una voz dulce como el bourbon le acaricio el oido.--Adam, carino, pensaba que habias perdido mi numero. Me he sentido desolada sin ti. El rio, arrastrando la voz como sabia que a las mujeres les gustaba y recibio a cambio un gemido felino. --Y yo sin ti, April. Tanto que me preguntaba si podriamos vernos hoy mismo. --?Negocios o placer? --La voz de April habia perdido parte de su calidez. Estaba claro que no habia llegado hasta donde estaba por ser tonta. Adam volvio a reir, pero ella no ronroneo esta vez. El tonteo habia acabado por el momento. --?Por que no negocios y despues placer? --pregunto con tono dubitativo. De pronto penso que aquellas cosas no se le daban bien. Si fuera buen negociante, no estaria en esa situacion, a los treinta y siete y casi en la calle. Con su talento y su cara, que habria dicho su madre si no le viera en ese momento. Al otro lado de la linea se escucho un silencio espeluznante. April no parecia saltar de alegria como el habia esperado. --Invitame a comer a un sitio caro pero tranquilo y hablaremos. Pero te aviso de que lo que me ofrezcas tiene que ser muy bueno para que me interese, porque estoy hasta arriba de trabajo. Adam no supo si se lo habia imaginado, pero hubo algo en el tono de April que le sono a falso. Con un poco de suerte, ella estaria tan desesperada como el y podrian hacer algo juntos. Lo que recordaba de ella era difuso. Lo habia entrevistado despues de una gala de premios del country y le habia pasado su telefono. Entonces habia pensado que le estaba proponiendo una cita, pero ella habia dejado claro que solo era una entrevista. Como no habia ganado nada, Adam jamas ganaba nada, April no habia insistido. Habia vuelto a verla alguna vez en eventos y fiestas, pero ella siempre se mantenia a una distancia prudente, como si oliera su tufo a cadaver. Sin embargo, ella era su ultima esperanza. Tenia que ayudarlo. Porque lo ultimo que deseaba era tener que regresar a McMinnville... !y tener que quedarse para siempre!

  • Amor de zafiro de Cherie Noir

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    Alex y Marie se conocieron al entrar en la Universidad. Los dos son muy parecidos, sobre todo en gustos. Alex es un mujeriego empedernido y, por su parte, Marie tambien lo es.Dos sinverguenzas con una curiosa amistad que los une, pero… ?Que pasaria si el amor surgiera entre ellos? ?Seria posible?La sexualidad de uno puede ser un impedimento; un impedimento en que la curiosidad o la suerte pueden jugar un papel crucial.

  • Paulina, cuerpo y alma (Cuidarte el alma 3), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-Vas a tener que aceptarlo -le dijo mientras su corazon se hacia pedazos y tambien destruia el de el.
    -?Aceptarlo? ?Aceptarlo, Paulina? -grito Nacho agarrandola por los brazos con tanta fuerza que ella hizo una mueca de dolor. No era agresivo; mas bien estaba desesperado. -En la puta vida voy a aceptar que te acuestes con otro. En la puta vida voy a aceptar que lo ames. Y en la puta vida voy a tolerar el perderte. Vos sos mia, cosa hermosa. Sos mia…”

  • Justo de Carlos Bassas Del Rey

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    La verdadera justicia debe ser fria, implacable, desapasionada. Y para aplicarla, Dios decidio que cada generacion contara con treinta y seis Justos, los tzadik, hombres anonimos que mantienen el equilibrio entre el Bien y el Mal sobre la faz de la Tierra. Justo Ledesma es uno de ellos. Un viejo irascible que discurre por las calles de un barrio, el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, que ya no es el suyo; de una ciudad, Barcelona, que dejo de serlo hace tiempo. Un hombre cansado que, consciente de que su fin esta cerca, decide saldar cuentas con su pasado; con un pasado que regresa de forma inesperada cincuenta anos despues.

  • Mi dulce hindu (Amor entre culturas 2), Chris M. Navarro de Chris M. Navarro

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  • Erase una vez un rebelde de Mary Jo Putney

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    Mientras Washington arde en llamas, Callista Brooke se ve atrapada en la batalla entre su Inglaterra natal y su tierra de adopcion. En pleno ataque de las tropas britanicas, cuando esta a punto de perderlo todo -incluida su propia vida-, un apuesto caballero se abre paso entre la multitud y la rescata. Callie cae en brazos de su salvador, y descubre con sorpresa que, lejos de ser un extrano, su cara le resulta agradablemente familiar.

  • Entre brumas de Raquel R. Gallagher

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  • El misterio de Ardlamont de Daniel Smith

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  • La ruta de los reyes de Morgan Rice

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    El rey MacGil ha muerto. Sus perversos enemigos esta vez si han logrado el objetivo que ya persiguieran en La senda de los heroes y, con su asesinato, el caos se aduena rapidamente del Reino Occidental del Anillo: las luchas por el poder, los celos, la violencia y la traicion se apoderan de la situacion y los McClud tratan de aprovecharla para hacerse con el reino. Al mismo tiempo, Thor intenta saber mas sobre su origen y esos extranos poderes que tantos contratiempos le han ocasionado. Sus descubrimientos pueden ayudarle a acabar con la sinrazon que gobierna el reino, asi como servirle para otro de sus fines mas anhelados: recuperar el amor de la hija del rey, Gwendolyn.

  • Rendida de Tierra Salvaje

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    Su desdichado y pobre pene encerrado en el interior de su ajustado boxer Calvin Klein, se estremecia y palpitaba a causa de las diabluras llevadas a cabo durante la manana debajo del mostrador junto a Rosalia, su joven companera en la recepcion. Ciriaco sacudio la cabeza a un lado y al otro con fuerza y se dijo a si mismo que era un tonto de capirote. ?Pero que diablos le estaba ocurriendo? Le complacia la frecuencia y la variedad en las relaciones sexuales, y adoraba a cualquier femina lozana con la que se le presentara la oportunidad de acostarse, pero habitualmente no se lanzaba al vacio como si fuera un vulgar adolescente. Sobre todo, si tenia la certeza de que iba a quedar insatisfecho. Sucedia, sin embargo, que su companera Rosalia lo volvia completamente loco haciendole perder la razon sin remedio. Habia algo en aquella muchacha, no podia precisar exactamente el que, algo poco comun en otras mujeres, que lograba perturbarle intensamente. No se trataba simplemente de una respuesta puramente erotica, ni tan solo que su polla se agitara por el sexo y el deseo hacia ella junto a toda aquella memorable feminidad que lo acompanaba. Aunque debia reconocer que sus redondos pechos, sus rotundas nalgas y aquel par de estilizadas piernas resultaban tremendamente sensuales para cualquier mortal. Cualquier miembro de aquel hotel, fuese hombre o mujer, se sentia irremediablemente atraido por la curvilinea figura de la guapa recepcionista. Los multiples escarceos de Rosalia con diferentes miembros del hotel e incluso con algun conocido cliente que les habia visitado, tanto hombres como mujeres, eran bien conocidos por todos ellos pues ella no trataba en modo alguno de ocultarlos. No, lo que verdaderamente lo seducia era el espiritu indomable de aquella linda gatita. Su energica repulsa a todo aquello que pudiera desacreditarla, ya fuera la prepotente actitud machista de Ciriaco --de la que en numerosas ocasiones el muchacho se avergonzaba-- o bien otros elementos como la zorra, engreida y vanidosa de Valentina. La subdirectora era astuta y malpensada y, dicho sea de paso, ni la mitad de eficaz en su trabajo que Rosalia. Vicente, el director del hotel, era aun mas incompetente que su arrogante asistente, y no deberia estar al frente ni tan siquiera de una pequena pension asi que aun menos de un hotel de cinco estrellas archiconocido en todo el pais. Ciriaco llego al fin al primer piso y, al tiempo que gozaba de la discreta, pero opulenta decoracion penso que el Hotel Alameda era, sin ningun genero de dudas, uno de los mejores hoteles del pais. Los enormes lienzos que colgaban en las paredes de la galeria de la primera planta junto a las antiquisimas estatuas de bronce y los jarrones de estilo chino deberian tener un valor incalculable --supuso mientras intentaba menguar su incipiente ereccion. Penso en dirigirse directamente a la suite ocupada por Celia Luzaro, la famosa escritora vitoriana y de exito mundial; sin embargo, volvio sobre sus pasos y se paro ante un cuadro de un autor del siglo XVIII nada celebre. La figura femenina que aparecia en el lienzo era de cabellos de tonos rojizos, de pronunciadas curvas bajo aquel vestido de epoca y de bellos bordados. Una mujer representativa de la sociedad burguesa de la epoca y que por alguna siniestra razon le recordo al instante a Rosalia. Al imaginar a su estupenda companera de recepcion engalanada con aquel magnifico vestido de seda, en lugar de con su habitual traje de chaqueta de color gris marengo, su mano se encamino al instante hacia su entrepierna en busca de una leve caricia. Se presiono su miembro por encima de los pantalones de pinzas, al mismo tiempo que fantaseaba con la imagen de Rosalia despojandose del vestido y quedandose desnuda ante el. Imaginaba el roce con su desnudo cuerpo y el perfil redondeado de su delicado trasero, redondo como un par de manzanas, mientras el se dedicaba a palparlo a conciencia. Era plenamente consciente de que dicha caricia complaceria enormemente a la muchacha: ciertamente apenas media hora antes su descarado y audaz magreo sobre sus nalgas habian logrado arrancarle un sonoro orgasmo. Mientras seguia acariciando su cada vez mas inquieta virilidad, Ciriaco sopeso la opcion de llevar a cabo una necesaria pausa en su habitacion. Experimentaba una profunda incomodidad entre las piernas. Debia resolver un par de cosas que tenia pendientes, pero una efimera masturbacion lograria que sus pensamientos se relajasen. Penso en el momento de la placentera descarga, pero al mismo tiempo imagino que le resultaria poco o nada gratificante. No queria correrse con la sola compania de su imaginacion y su mano, sino que deseaba compartir aquel momento con Rosalia. O en su defecto con cualquier otra mujer. Volvio a su cabeza la faena que la recepcionista le habia encargado y recordo la penetrante mirada que Celia Luzaro, la popular novelista cuya ducha no funcionaba desde hacia veinte minutos, le habia regalado el dia anterior. Ciriaco, eres un sinverguenza y un bribon --se dijo al dirigir sus pasos hacia la suite numero veintisiete, la cual ocupaba aquella madura mujer en cuyo sinuoso y apetecible cuerpo reparo desde la primera vez que la vio. Debia reconocer que se sentia plenamente atraido por aquella dama. Si senor, la senora Celia Luzaro era deliciosamente atractiva para un joven muchacho como el. Nada mas verla llegar al hotel se quedo prendado de su esbelta figura y de aquellos expresivos ojos verdes que tanta curiosidad le habian inspirado. Ciriaco sospecho que el aspecto confusamente idealista de aquella mujer, acaso vendria dictado por su prolifica inspiracion a la hora de imaginar historias, pero por otro lado penso que seguramente se correspondiese con un problema en la vista, pues al firmar en el libro de registro del hotel necesito echar mano de las gafas que tenia guardadas en el bolso. Luego supo, por boca de la propia senora Luzaro, que desde hacia tres anos tenia un problema de vista cansada debido al uso asiduo del ordenador al escribir sus novelas. Pese a la evidente molestia de Celia Luzaro con su vista, no le habia impedido obsequiarle con una pronta y encantadora ojeada por debajo de aquel par de lentes de exquisito diseno italiano que la hacian parecer mas joven de lo que realmente era. Cuando el muchacho le sonrio, ella se sonrojo de manera encantadora y volvio a tomar del mostrador el bolso de mano de Valentino que debia haberle costado un buen monton de dinero. Luego cuando le entrego una suculenta propina y apenas se rozaron sus dedos, volvio a enrojecer intensamente. Ciriaco se cuestiono sobre que temas versarian las novelas de aquella mujer, y en cuanto tuvo ocasion se lo pregunto a Rosalia. Pues para serte franca, la verdad es que no tengo ni la mas remota idea. Nunca lei ninguno de sus libros. La informacion de Claudia, su camarera favorita, le resulto mucho mas valiosa. !Bah! Menuda bazofia, son unos libros sin el mas minimo interes. A las jovencitas y las marujonas que no buscan mas que sensibleria y cursileria y nada de follar les encantan. No gastaria ni un euro en uno de ellos. Ciriaco sonrio abiertamente meditando sobre todas aquellas cosas que la rubita de Claudia estaria dispuesta a tantear, a succionar y lamer, a manosear y acoger en aquel soberbio cuerpo. Llamo a la puerta dos veces con los nudillos y enseguida escucho ruido en el interior de la suite. Celia Luzaro le habia dado la sensacion de ser una mujer un tanto inocente pese a ser una persona celebre y haber corrido mucho mundo. No daba la sensacion de estar muy convencida de su feminidad, pese a que cualquiera la hubiese imaginado como una autora de novela rosa con unos modales refinadamente femeninos. Hola --saludo cuando la senora Luzaro abrio la puerta. Tengo entendido que tiene un problema con la ducha. Pues la verdad es que si --le contesto ella mirandole con cara de sorpresa y una expresion apocada en el rostro. Necesito darme un bano para relajar los musculos del cuello que los tengo agarrotados y apenas salen unas gotas... ?Seria tan amable de arreglarla? Se lo agradeceria infinito... Tras estas palabras en busca de auxilio, entro a la habitacion con un frufru de seda rosa palido que balanceaba en torno a sus piernas. Ciriaco trato de contener la risa mientras la seguia hasta el cuarto de bano. Pese a la abundancia de invencion que se le podia imaginar gracias a su profesion, Celia habia claudicado ante un evidente y recurrente estereotipo: La idea de la mujer fatal que recibe al fontanero, cubierta con un simple neglige transparente y zapatillas de bajo tacon. Aquella prenda no daba lugar a que corriese la imaginacion de uno, pues se traslucia todo y ademas el escote de la espalda le llegaba hasta el inicio de las nalgas. El problema radicaba en que las artimanas de aquella madura mujer lograron el efecto deseado. Ciriaco noto que su libido se aceleraba y que su virilidad se encabritaba por debajo del pantalon. No tuvo duda de que se habia topado con una nueva admiradora. La vestimenta, los ademanes de la escritora y la sensual fragancia que la envolvia asi lo atestiguaban. Ciriaco centro su vista en aquel excitante balanceo de las caderas de la senora Luzaro bajo aquella ligera prenda y se interrogo sobre las causas que la llevaban a mostrarse de ese modo tan sumamente explicito. La suavidad de la tela era de una delicadeza sublime y, si se hubiera encontrado en un casino, hubiese apostado todo su dinero a que la mujer no llevaba ninguna otra prenda. Ante aquel pensamiento su miembro se rebelo debajo del pantalon buscando un mejor acomodo. Miro disimuladamente a la senora Luzaro, la cual corrio la puerta de la mampara a un lado y aparento un gran interes por la averiada ducha. Ciriaco, mientras revisaba el mando de la ducha que no parecia sufrir ningun dano, penso que Celia Luzaro poseia una belleza realmente cautivadora. Con su ondulado cabello, sus modales y su semblante indiferente, no guardaba la mas minima relacion con Rosalia, pero poseia un gran atractivo. Celia era delicada y fragil al mismo tiempo, lo cual la hacia mas interesante que aquella estampa refinada y artificial que pretendia sugerir. Aquella mujer era toda ella ternura, un ser candido y sin ningun atisbo de malicia. En ese momento le vinieron a la cabeza las palabras de Claudia sobre sus empalagosos escritos y reflexiono si todo aquello se debia a que la senora Luzaro tenia pensado variar la tematica de sus novelas y pasar a desarrollar unas narraciones de caracter mas erotico y donde el elemento sexual fuera mucho mas evidente. Si fuera tan amable... necesito darme un bano y como vera el mando esta atascado. No funciona ni a un lado ni al otro. --le comento mientras se acercaba a el y casi rozo el brazo del muchacho con su seno.

  • El don de la sensibilidad de Elaine Aron

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    Muchos de los grandes artistas y pensadores de la historia de todos los tiempos fueron personas altamente sensibles (PAS). En la actualidad una de cada cinco personas nace con una elevada sensibilidad. Este es el primer libro que le ayudara a descubrir y comprender este don de la personalidad en usted mismo y que le mostrara como obtener el maximo partido de el. Combinando una solida investigacion con la experiencia clinica acumulada durante muchos anos, la doctora Aron ofrece tests de autoevaluacion, estudios de casos reales, testimonios, consejos practicos y reflexiones sobre el universo de las personas altamente sensibles y su contribucion al desarrollo humano y tecnologico de la humanidad.

  • El verano en que todo cambio de Sarah Rusell

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    Siempre que se le hace a un nino la pregunta de que quiere ser de mayor, contestan cosas como policia, astronauta, piloto de aviones, enfermera, abogada, veterinaria... Normalmente profesiones relacionadas con las que uno de sus padres, o ambos, desempenaban, incluso familias enteras durante generaciones. Lo mio era algo diferente a todo eso, diferente a lo que se dedicaban mis padres, ya que John, mi padre, era constructor, y Amelia, mi madre, la duena de un exclusivo gimnasio de lujo. Bueno, si lo veiamos desde la parte materna... mi sueno si que estaba relacionado con el deporte, pero nada que ver con ser monitora de zumba, aquagym o spinning, para nada. Mi sueno era, nada mas y nada menos, que ser surfista. En realidad, lo que queria era irme a hacer un curso intenso de surf durante dos meses al suroeste de Melbourne, donde vivia desde que naci. Y no era un sueno de esos en plan, capricho, para nada, que el curso lo daba uno de los mejores profesionales de ese deporte. Mis padres me habian prometido que, si acababa el segundo curso de la carrera de turismo que estaba estudiando, me pagarian el curso de surf y me dejarian ir. Tampoco es que estuviera muy lejos, solo me iba de casa dos meses y a cien kilometros, no a Groenlandia, pero bueno. Ahora, a mis veinte anitos, estaba deseando que me llevaran a ese lugar en el que podria subirme a una tabla y surcar las olas. Vale, eso con un poquito de paciencia que no iba a ser poner los pies en ella y sentirme como si fuera la reina del mambo, que yo surfear... no habia surfeado en mi vida. Cuando acabara la carrera queria recorrer el mundo, conocer todo aquello que me gustaba ver en revistas o fotos de Internet, aunque ya conocia Tailandia, Bali y Vietnam, pues mis padres eran muy aficionados tambien a viajar y me habian llevado a ver esos lugares. Bueno, esos viajes fueron antes de que naciera Ruby, mi hermanita pequena. Ese angelito llego a la familia de sorpresa, pero sorpresa total, que yo ya tenia quince anos y mis padres ni la esperaban ni la habian buscado, aunque fue lo mejor que nos paso a todos, las cosas como son. Era mi nina, mi pequena mini yo, y es que, a sus cinco anos, me imitaba en todo lo que podia. La tenia como a una hija, mi madre decia que solo me faltaba haberla parido, y asi era, porque no dejaba ni que le soplara el aire en un ojo. Vamos, bonita era yo para mi Ruby. La adoraba y, ademas, se parecia tanto a mi, que, si ibamos juntas por la calle, se quedaban mirandonos como si fueramos madre e hija. Las dos teniamos el cabello castano, como nuestro padre, y ojos marrones, como nuestra madre, una mezcla de ambos, que se notara que cada uno habia puesto su granito de arena a la hora de hacer a sus ninas. En mi vida tambien estaba Zara, mi mejor amiga, esa que, con mi edad, era como una hermana tanto para mi como para Ruby. Nuestras madres a veces decian que pareciamos siamesas, que nos costaba separarnos la una de la otra, y razon no les faltaba, desde luego, porque lo haciamos todo juntas, bueno, salvo algunas cosas, obviamente. Siempre estabamos estudiando juntas, nos ayudabamos en lo que no entendia la otra, apoyandonos en todo, consolandonos en los peores momentos de nuestra vida, siendo la una confidente de la otra, y viviamos entre su casa, con sus padres, y la mia con los mios. No habia fin de semana que no nos acogieran a las dos en casa de una, como si fueramos ambas hijas del matrimonio. Y eso era lo que me daba la vida, poder compartir con mi mejor amiga todo lo que me ocurria. Habia llegado el verano, el final del curso en el que me habia dejado la vista en los libros, las horas de sueno, los codos en la mesa y la mano entre apuntes y examenes. Pero, como todo en la vida, el esfuerzo siempre tiene su recompensa, y sabia que la mia estaba mucho mas cerca de lo que imaginaba. Desde luego, habia merecido la pena esas noches que me quedaba estudiando en casa sin salir al cine, a cenar o bailar. Esos fines de semana en casa de Zara, o en la mia, haciendo los examenes que ella me preparaba durante la semana para ver cuantas preguntas contestaba correctamente y la nota que podria sacar. Aprobe, por supuesto que acabe aprobando el curso y estaba mas que dispuesta a afrontar esos dos meses que tenia por delante para hacer aquello que tanto me apetecia y con lo que sonaba desde hacia tiempo. Queria subirme a una tabla de surf, dejar que el agua del mar me cubriera por completo mientras me sentia libre durante unos instantes. Surcar las olas y que aquella sensacion no se me olvidara jamas, vivir el momento, disfrutar de esa experiencia unica en la vida y, aunque no llegara a ser una profesional, saber que valia para eso, que podia ser capaz de mantenerme en pie en una de esas tablas que flotan en el mar y no tener miedo. Iba a echar de menos a mi hermanita, eso era lo que me habia frenado un poco y que, a veces, me replanteara el decirles a mis padres que no se preocuparan, que no iria al curso de surf, y es que desde que nacio Ruby, mis veranos eran para ella. Pero este era mi sueno, lo que me apetecia hacer ahora, siendo joven, valiente y con ese espiritu aventurero que mis padres no sabian de quien habia heredado. Habia trabajado duro para conseguirlo, me habia esforzado a maximo durante todo el ano, y aqui estaba mi recompensa, la que mis padres habian prometido darme por mis excelentes notas, y la aprovecharia. Subiria a una de esas tablas, dejando claro que nadie es quien para decirte lo que puedes o no hacer, lo que eres o no capaz de lograr, que, si tienes un sueno, debes luchar por alcanzarlo, sin que nada ni nadie te frene o te diga que no.

  • Sal en la piel de Suzanne Desrochers

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    Una novela historica apasionante, protagonizada por una inolvidable y carismatica heroina.

  • Dominada por el vikingo de Esmeralda Lynn

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    La dama Juliet Bowen esta aburrida de su vida como noble; mientras sus padres ya le han elegido un marido, ella solo fantasea con un muchacho vikingo que estuvo a punto de secuestrarla diez anos atras.

  • Perdiendo el miedo (Los hermanos Fuller 1) de Kate Dawson

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    Olivia lleva diez anos completamente entregada a sus hijas y a su marido. Se sienta en el mismo banco del parque en el que las mellizas juegan y se dice que eso es la felicidad. Vive en una bonita casa situada en un bonito barrio de un apacible pueblo del Estado de Nueva York. Y de repente, un dia cualquiera, su mundo salta en pedazos.
    Lo primero que tiene que hacer, en sus nuevas circunstancias, es buscar trabajo y para ello contacta con el editor de la revista en la que era correctora. Acto seguido se apuntara al gimnasio, aunque no tardara en darse cuenta de que eso no es para ella y que necesita otro modo de ponerse en forma.

  • Herida de Muerte de Robert F. Beers

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    Atraer la atencion de un tirano nunca es bueno. Y menos aun para una colegiala timida en una familia adoptiva. Asi lo comprueba Ariana Cortes al verse asediada de pronto por el poderoso Joaquin Tinoco, el comandante supremo del Ejercito en la atribulada Costa Rica de 1919: hombre opulento, galante, mujeriego… y despiadado. Ahora cualquier paso en falso de Ariana puede tener consecuencias letales para sus seres amados. O ser quizas el acicate para atestar a la feroz dictadura de los Tinoco un golpe definitivo que devuelva a su pueblo la libertad.

  • Sin Mirarte de Auraluna

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    Una regla basica: No mirar.

  • RUDIS de Marcos Nieto Pallares

    https://gigalibros.com/rudis.html

    <> Lector en Goodreads

  • Una rosa en la batalla de Brenda Joyce

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    Alana le Latimer era hija bastarda de un noble y, por esa causa, su poderosa familia, los Comyn, la habia olvidado y abandonado. Su abuela la habia criado en soledad, y siempre habian vivido a cierta distancia de la guerra de Escocia. Sin embargo, cuando la batalla se acerco a su hogar y se vio obligada a salvar de la muerte a un guerrero enemigo, su vida empezo a correr peligro.

  • En el calor de tus brazos de Lori Foster

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    Un prometedor luchador de artes marciales mixtas queria algo mas que una noche con una mujer que huia de su pasado.

  • Disfrutar en la naturaleza de Jose Luis Gallego

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    En cada uno de los capitulos de este libro Jose Luis Gallego recoge recuerdos y reflexiones sobre lugares, especies animales o vegetales, epocas del ano y actividades en la naturaleza y nos hace participes de todos esos momentos unicos (“Los sonidos de la marisma”, “El gigante de la estepa”, “El increible viaje de la angula”, “Tierra de lobos”, “Lo pequeno es hermoso”…) con la declarada intencion de mostrarnos lo magico e insustituible de nuestro entorno natural. Apela a nuestra condicion de seres vivos, antes que humanos, para animarnos a disfrutar en la naturaleza, y por supuesto conservarla, porque “?Cual es el precio de una mariposa macaon sobrevolando unas genistas de Grazalema? ?Y el de una flor de nieve que acaba de abrirse en las cumbres de Sierra Nevada? ?Cuanto podria llegar a cotizar en bolsa un bando de avutardas cruzando los cielos enrojecidos de las Lagunas de Villafafila?”. La naturaleza nos regala muchas cosas, que no son cosas, de valor incalculable. La naturaleza nos esta esperando.

  • Despertar a la vida de Merline Lovelace

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    --!Lo oigo! --grito alborozada la figura enfundada de pies a cabeza en un traje termico de intenso color naranja--. !Esta perforando! Su companero giro en redondo y escruto la superficie lisa e ilimitada del casquete polar. Una docena de diferentes tonos de blanco le heria los ojos, pese a llevarlos cubiertos con gafas protectoras. El blanco azulado del hielo. Los plumosos ventisqueros de reluciente nieve, suaves como nubes. El blanco caliginoso y gris del cielo, que se fundia con el horizonte. --!Yo no oigo nada! --!Escucha! Exasperado, se quito la capucha. Se arriesgaba a perder una oreja al exponerse al viento mordiente que habia hecho caer la temperatura a treinta grados bajo cero, pero estaba demasiado ansioso para notarlo. Dio un grito de alegria al oir una serie de golpes secos que hendian el aire. De pronto, a poco mas de treinta y cinco metros, la capa de hielo se resquebrajo. Comenzaron a emerger enormes planchas blancas que, bramando, se alzaban rectas en el aire antes de derrumbarse con estrepito. Un momento despues, la negra cabeza del cuarto de derrota de un submarino asomo por la grieta. --?Que te parece? !Justo en la diana! Los dos hombres sonrieron. Un sofisticado sistema de navegacion habia guiado al USS Hawkbill desde Hawai, pero solo la fuerza bruta habia senalado al submarino su lugar de emersion: una enorme <> excavada en el hielo. Los dos oceanografos alzaron las manos enfundadas en guantes forrados de piel y se las estrecharon con jubilo. Tras meses aislados en su remoto laboratorio, a doscientos sesenta y cinco kilometros al norte de Point Barrow, Alaska, ansiaban una nueva infusion de suministros y de conversacion procedente del exterior. Sonriendo todavia, observaron como se iba elevando el cuarto de derrota del submarino. El pesado cuerpo de la nave aparecio arrojando a ambos lados grandes trozos de hielo. La escotilla superior se abrio y por ella asomo un marinero encapuchado. Los dos hombres echaron a correr hacia el. --!Chico, como nos alegramos de verte! --grito el mas mayor de los dos cientificos--. Hemos gastado hasta la ultima bateria de la boya de observacion subacuatica. --Les traemos los repuestos que pidieron --envuelto en el grueso traje protector, el marinero bajo torpemente por la escalerilla de hierro del cuarto de derrota--. Empezaremos a descargarlos inmediatamente. --Los ayudaremos. Jack, trae el vehiculo oruga. Ansioso por descargar el valioso material y transportarlo al conjunto de barracones conectados por tuneles que formaba la Estacion Estadounidense de Investigacion Oceanografica del Artico, el oceanografo jefe lanzo una mirada impaciente por encima de su hombro. --!Jack! !La oruga! --su companero no se movio. Paralizado, miraba boquiabierto una de las grandes planchas de hielo arrojadas por el submarino--. Pero ?que te pasa, hombre? --el mas mayor de los cientificos corrio torpemente por el hielo. Su aliento formaba una nube en el aire gelido. Bajo el pasamontanas, el enojo fruncia su frente--. ?Que haces ahi parado? Tenemos mil cosas que hacer antes de... !Oh, Dios mio! Los ojos se le saltaron. El estupor broto en una oleada y le cerro la garganta, cortandole la respiracion. Deteniendose en seco, tambaleandose, miro estupefacto la figura tocada con un casco que tenia frente a si, a unos metros de distancia, sobre el hielo. Capitulo 1 Una brisa de principios de junio retozaba por las calles de Washington. Los arboles engalanados de verde claro se inclinaban y mecian como bailarines sincronizados al sol del atardecer. Los castanos centenarios que bordeaban la apacible bocacalle en los aledanos de la avenida Massachusetts, en el corazon del distrito diplomatico de la capital, susurraban la misma gozosa cancion. Sus ramas murmurantes ocultaban casi por completo las fachadas de las casas de estilo federal que flanqueaban por ambos lados la travesia pavimentada de adoquines. La casa que se alzaba a mitad de la calle poseia un frontispicio senorial muy semejante al de sus vecinas. Con sus tres pisos y sus altas ventanas, que centelleaban al sol de verano, la antigua y elegante mansion ostentaba junto a la puerta una discreta placa que informaba de que el edificio servia ahora como oficina del enviado especial del presidente, un nebuloso puesto creado anos atras para recompensar a un donante de campana con ganas de un titulo pomposo y un ardiente deseo de codearse con la clase politica de la capital. Solo unos pocos conocedores de los entresijos de Washington sabian que el enviado especial era tambien el jefe de OMEGA, una organizacion tan secreta que, entre los circulos mas elevados del gobierno, sus agentes eran conocidos unicamente por su apodo. Al igual que la letra omega era la ultima del alfabeto griego, aquella organizacion representaba el ultimo recurso del presidente de Estados Unidos en caso de crisis. Sus efectivos se movilizaban unicamente cuando otros organismos de caracter mas convencional, tales como el Departamento de Estado, la CIA o el Ejercito, no podian hacerse cargo de una crisis por motivos legales o politicos. El director de OMEGA era designado personalmente por el presidente, quien, con gran pesar, acababa de nombrar a uno nuevo, pues la antigua directora habia solicitado una larga excedencia. Tras dirigir la agencia durante tres legislaturas, Maggie Sinclair habia decidido tomarse algun tiempo de descanso a fin de terminar el libro que estaba escribiendo sobre fonetica infantil. Pensaba ademas anadir un tercer hijo al enorme y caotico hogar que compartia con su esposo, sus dos hijas, un desgrenado perro pastor y una iguana de ojos saltones y rayas azules y naranjas amante del papel y las plantas. El marido de Maggie, que respaldaba plenamente la decision de esta, habia renunciado recientemente a su puesto de delegado de Estados Unidos en el Banco Mundial. Mientras Maggie trabajaba en su libro, el rico y sofisticado Adam Ridgeway habia decidido probar suerte como padre a tiempo completo. Todos los agentes que no estaban movilizados se habian reunido en el tercer piso del centro de control OMEGA para desearles buena suerte. Haciendo caso omiso del suave coro de silbidos y pitidos que emitian las consolas electronicas, brindaban por Maggie y Adam, quienes estaban a punto de emprender la fase final de su azaroso y agitado matrimonio. --Me apuesto algo a que dentro de un mes estais de vuelta -- predijo un alto y desgarbado agente al que apodaban Cowboy--. El uno o el otro. Perseguir terroristas y traficantes de armas crispa menos los nervios que criar ninos. --Tu debes de saberlo --replico Maggie--. La mayoria de las parejas habria tenido el buen sentido de parar despues de tener dos pares de gemelos. --?Que puedo decir? --sonrio Nate Sloan--. Este viejo vaquero siempre dispara con bala. Entre los gritos y abucheos que siguieron, Elizabeth Wells fue rellenando pausadamente las copas de champana de los invitados.

  • La cuarta pregunta de Elmer Mendoza

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    Hay preguntas clave que nunca llegan a pronunciarse, otras que habria sido mejor omitir, algunas mas que no sabemos como responder y por supuesto hay respuestas que prefeririamos no escuchar.

  • Olga de Bernhard Schlink

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    Olga nace en la parte este del imperio aleman a finales del siglo XIX, sobrevive a dos guerras mundiales y muere en extranas circunstancias. Su vida, a caballo entre dos siglos, transcurre marcada por la historia. De familia pobre, es criada por su abuela tras la temprana desaparicion de sus padres; mas adelante se enamora de Herbert, un joven de una clase social superior, cuya familia se opone a la relacion. Deberan mantener su amor en la clandestinidad y despues la relacion quedara marcada por la distancia, porque Herbert, llevado por el entusiasmo de las guerras coloniales de Bismarck, decide alistarse en el ejercito. Viajara por Africa y por America del Sur y mas tarde formara parte de una expedicion polar, mientras Olga se queda en casa y le escribe cartas.
    La novela relata la vida de la protagonista en tres partes y desde tres angulos complementarios: un narrador en tercera persona, un testimonio en primera -el de un joven que la conoce en los anos cincuenta, cuando Olga plancha para su familia- y por ultimo las cartas que la propia Olga envio durante anos a su amado, sin obtener respuesta.
    Bernhard Schlink retrata con precision y sensibilidad un alma femenina y desgrana sus anhelos, pesares y secretos, y al mismo tiempo esboza una panoramica de algunos anos cruciales de la historia alemana contemporanea, con todas sus convulsiones y claroscuros. Olga es una obra a un tiempo intima y epica, en la que se entrecruzan las pequenas cuitas personales y los grandes acontecimientos historicos, con los deslumbrantes resultados a los que nos tiene acostumbrados el autor de la exitosisima El lector.

  • El Refugio De Los Invisibles de Alberto Cerezuela

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    Ya no esta. Se ha ido. No hay vuelta atras. ?Como hemos llegado a esto? ?Por que lo permitimos? Sinceramente, no me creia capaz de hacerlo. Yalgunos piensan que soy debil. No me conocen. No saben de mi dolor. La necesitaba tanto... Pero ya no puedo seguirla. Ytodo por mi culpa. Solo han pasado unas horas y sigo teniendo dudas. ?Podre vivir sin ella? No lo se. Lo seguro es que no habia eleccion. Despues de hacerlo pense en mi abuelo. El, que habia luchado en una guerra civil y estuvo varios meses recluido en un campo de concentracion frances, decia que un hombre, con el tiempo, se acostumbra a todo. Puede vivir en la India a mas de cuarenta y cinco grados, y tambien en Siberia a treinta bajo cero. Tambien se acostumbra a andar con muletas, incluso a ir en silla de ruedas. !Y a perder un brazo! Acostumbrarnos, segun mi abuelo, era la absurda manera que tenemos las personas para seguir siendo felices a pesar de las desgracias. Pero yo no se si sabre estar sin ella. ?Me acostumbrare a no ver su sonrisa? ?Aque no eleve mis celos al maximo exponente? ?Ano volver a percibir su olor? Yo creo que no, aunque no hay que subestimar la fuerza de un hombre. Su ausencia me definira a partir de ahora. ?Y que podre hacer cuando la eche tanto de menos que el pecho me reviente? Quiero aguantarlo, debo aguantarlo. Debemos ser consecuentes con nuestras decisiones. Nuestro amor es inmortal. Contigo al fin del mundo, nos deciamos. Yya nada de eso vale. Ni siquiera voy a ser capaz de volver a nuestro refugio. Sin un nosotros ha dejado de ser ese lugar donde nos haciamos invisibles. Donde escapabamos de todo y de todos: el castillo del rey. El hombre que tiene miedo busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos. Sin embargo, tales refugios no sirven, pues alli donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompanaran. (BUDA GAUTAMA) 1. EL TELEFONO DE LA INSPECTORA Reyes Martinez sono esa manana demasiado pronto. Ella solia levantarse cuando los rayos del sol de Cabo de Gata entraban por las rendijas de su persiana y se estrellaban directamente en su cara. No tenia despertador. Ni siquiera alarma en el movil. En los ultimos dias apenas habia conseguido dormir tres horas seguidas sin ayuda del Alprazolam que su medico, el doctor Pedro Mezquita, le recetaba a pesar de que sabia que estaba enganchada. Ademas, estaba de suerte: no habia tenido ninguna pesadilla, o al menos no la recordaba. --!Dios! Es el comisario Malvido. ?Que querra tan temprano? Era muy raro que su jefe la llamase. Algo grave tenia que haber pasado, y de pronto sintio un mal augurio por el cuerpo. Por eso decidio hacerse un rico cafe de pota que le habia descubierto su amiga Nieves, criminologa de La Coruna, antes de devolverle la llamada al cascarrabias de su superior. No hizo falta, Ramon Malvido volvio a llamar. --Dime, Ramon --contesto con un tono a medio camino entre la incertidumbre y la curiosidad. --!Martinez! --Asi solia llamarla cuando se ponia serio, sacando de quicio a Reyes--. !Siento haber profanado tu ritual de cada manana, pero necesito que vengas cagando leches! Malvido conocia perfectamente la rutina de Reyes. De hecho, era la persona mas cercana que tenia. La trataba como una hija aunque a ella no le gustaba que el resto de companeros pensasen que era el ojito derecho del jefe. El ritual al que se referia consistia en unas cuantas carreras por la playa hasta llegar a la iglesia de Las Salinas, trayecto que aprovechaba su perro Gordon para chapotear en el agua; llegar a casa y degustar un cafe tras la ducha, mientras leia unas veinte paginas del ultimo titulo que habia comprado en una libreria que recientemente habian abierto en el barrio. --!Eres un malhablado, te lo he dicho mil veces! ?Que ha pasado? --contesto ella mientras notaba como el acelere de su corazon iba in crescendo. --!Ha aparecido un cadaver en la Alcazaba, y todo apunta a una muerte en extranas circunstancias! Una muerte en la Alcazaba. Aquello paralizo a Reyes durante unos segundos. No podia ser en otro lugar. Y precisamente tenia que ir ella. --!Martinez, joder! ?Estas ahi? ?O es que te ha comido la lengua el gato? --De nuevo aparecio el malhumor del comisario. --!Si, es que me ha pillado de sopeton! Como en Almeria nunca pasa nada... --respondio la inspectora, aunque su interlocutor sabia perfectamente lo que ocurria. --!Vente para aca y por el camino avisa al subinspector Campillo! --fueron las ultimas palabras del comisario antes de colgar. Era paradojico que Reyes esa noche, despues de mucho tiempo, no tuviese ninguna pesadilla, justo la manana en que tenia que volver, por primera vez en anos, al barrio donde tuvo las peores de su vida. 2. EL TIMBRE DEL TELEFONO asusto a Lucas Campillo. No esperaba la llamada. Se encontraba dejando a sus ninas en la puerta del colegio. --!Dadle un beso a papa! --comento a sus dos amores, como asi las llamaba. Y es que Laura y Alejandra habian cambiado la vida del joven policia. Reyes era su superior, y el lo acataba con la mayor profesionalidad posible, pero a veces el caracter autoritario de su companera le impedia disfrutar al cien por cien de su trabajo. --Buenos dias, inspectora. ?Ha pasado algo? --Campillo, tenemos que ir rapidamente a la Alcazaba. El director del conjunto monumental aviso a emergencias esta manana, y los zetas que se personaron alli han confirmado el hallazgo del cadaver de una chica. --Y a nosotros, como cabezas del Grupo de Homicidios, nos toca investigar --interrumpio el subinspector mientras se le abria la boca de un bostezo. --?Es que te han dado guerra las ninas esta noche, Luquitas? Por eso yo no quiero saber nada de traer familia al mundo --sentencio Reyes. --Para traer familia al mundo, como tu dices, primero necesitas alguien que te ayude. Y no me refiero a alguno de esos tios que conoces en el Bar de Jo y que no pasan del primer asalto --termino de decir Lucas al tiempo que comprendia que se habia pasado. Era consciente de que no son formas de dirigirse a un superior, pero la verdad es que le tocaba las narices que le llamasen Luquitas. El consideraba que su trabajo era impecable y que merecia una oportunidad como inspector, pero todo el mundo sabia de que pie cojeaba el comisario. Aun asi, se contuvo porque el motivo de su bostezo no eran las ninas. Los angelitos habian dormido a pierna suelta. Lucas no habia pegado ojo escuchando ese podcast de misterio que tanto le gustaba. La noche anterior habian estado hablando del edificio n.o 1 de la calle Tres Forques, en Valencia, una finca en la que habian muerto once personas desde 1957, todos de distinta forma. Era el bloque de pisos maldito mas famoso de Espana. --!Subinspector, no hay tiempo que perder! Nos vemos al principio de la calle Descanso, justo en el cruce con la Almedina --ordeno Reyes. 3. ELLA FUE LA PRIMERA EN LLEGAR. Le temblaban las piernas y eso que no era una mujer impresionable. De hecho, era la inspectora jefe del Grupo de Homicidios, pero aquel barrio la habia marcado demasiado. Habia vivido hasta los dieciocho anos en la calle Cisne, muy cerquita de La Guajira, esa asociacion cultural que, desde su casita azul, habia lavado la cara del barrio con sus conciertos, exposiciones y actividades varias. Las vistas a la Alcazaba que brindaba a los clientes, desde su terraza, no tenian precio. Era el mejor exponente del toque multicolor que tenia La Almedina, junto a las almenas y los rosales, y a las pintorescas casas pintadas de la calle Descanso. A medida que Reyes subia hacia la Alcazaba, cada paso era un golpe en la espalda. Los mismos que recibia su madre a manos de su padre cada vez que este se emborrachaba. La inspectora no habia hablado a nadie sobre sus origenes. <>, le decian en la comisaria. Pero no queria revivir aquellas heridas. --?Cuando fue la ultima vez que visitaste la Alcazaba? --pregunto Lucas Campillo, con la clara intencion de arrancar una palabra a su companera, que permanecia callada desde hacia varios minutos. --Nunca he puesto un pie dentro. --!Es imposible! --espeto Campillo--. Asi nos va a los almerienses, que preferimos gastarnos un dineral en hacer turismo en el extranjero, cuando aqui tenemos un patrimonio espectacular. !Hasta los de fuera nos valoran mas! Acuerdate de Juego de Tronos, que se rodo aqui hace unos anos. --?Juego de que? --!Vaya! No recordaba que dona intelectual no veia la tele --murmuro en tono jocoso Lucas--. Ella solo lee libros sofisticadisimos. En realidad, los libros que Reyes Martinez leia, lejos de lo que pueda parecer, eran de todo menos sofisticados. Le encantaban las novelas romanticas. Quiza para evadirse de lo que dia a dia veia en la calle, o por un deseo reprimido de enamorarse y casarse, algo a lo que ya practicamente habia renunciado. --No duermes para descansar, duermes para sonar... !Bonita frase, inspectora! Aunque no se que demonios pinta en esta calle. --Vete tu a saber, Campillo, vete tu a saber --respondio Reyes para acabar con la conversacion. Claro que sabia la historia de esa frase. Era de Walt Disney y homenajeaba a los ninos. A todos los ninos que, como ella, habian crecido jugando en aquel pequeno parquecito, hoy bastante deteriorado por la falta de cuidado y el paso del tiempo. Aquello le volvio a recordar a sus padres. Las palizas que el le propinaba a ella y como, una vez completado su desahogo, sentaba a la pequena en su regazo mientras terminaba de emborracharse empinando la botella de vodka. Eran los unicos momentos que podia compartir con su padre, al que por alguna absurda razon idolatraba en aquel momento hasta el punto de aceptar los chupitos de alcohol que el le ofrecia antes de caer desplomado de sueno en su vieja mecedora. Al dia siguiente, para paliar los remordimientos y lavar su conciencia, su padre le traia algun juguete: una muneca, una caja con cromos de Barbie y hasta una Nintendo NES. Pero, aun siendo una nina, sabia que lo importante no era tener muchos juguetes, sino tener con quien jugar, y de eso carecia. Para que no llorase, Lucia, su madre, le contaba la historia de un nino que no se asustaba ante nada. Se llamaba Juan sin Miedo. !Que valiente era! El solo habia derrotado a varias criaturas, fantasmas, brujas y ogros. Aquello tambien era mentira. Jamas ha existido alguien que no tenga miedo. Porque hay muchos tipos: miedo a perder a tus seres queridos, miedo al monstruo que vive dentro de tu armario o debajo de la cama, miedo a no poder pedir ayuda cuando mas lo necesitas, miedo a que mueran todas esas mariposas que revolotean en tu tripa cuando te gusta un chico... o miedo a no saber que sera de ti cuando un buen dia tienes que llamar a la policia porque encuentras a tu madre llena de moratones sobre un charco de sangre, y a tu padre colgado del techo del dormitorio. Por suerte, el primer policia que llego prometio ser su heroe. Se hizo cargo de ella, la obligo a apuntarse a la Academia de policia y estuvo velando siempre por su carrera y por su vida. Su heroe no volaba ni tenia superpoderes, se llamaba Ramon y estaba a punto de jubilarse como comisario de Almeria. --?Donde vais tan solicos, maderos? --Una voz ronca y seca hizo volver a Reyes de sus pensamientos. Era un patriarca gitano que habia taponado, con su silla, la parte final de la calle Descanso, justo antes de llegar a la estatua del rey Jayran, gran oficial del ejercito califal y primer rey de la taifa de Almeria. Su mirada intimidaba. Apenas se le distinguia nada mas en un rostro poblado por una gigantesca barba blanca y su larga cabellera. --Dejenos pasar, solo queremos hacer nuestro trabajo. Con suavidad, la inspectora Martinez intento que aquel senor no les diera problemas. Ella sabia quien era. Y el quien era ella. --Mariquilla, te voy a dejar pasar, pero ten mucho cuidado. Espero que encontreis al malnacido que le ha hecho eso a la pobre paya. --?Y usted como sabe que ha pasado algo con una mujer? --interrumpio Lucas con gesto malhumorado. --Yo se todo lo que ocurre en mi barrio, criatura: el diablo sabe mas por viejo que por diablo. El ya os ha elegido, camina junto a vosotros... y cuando coge a alguien, no lo suelta jamas.

  • Santos de Rosalia Reyes

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    Santos era el lider de una banda de moteros.
    Latino, alto, fuerte, dominante y un animal.
    Pero tambien era el hombre al que amaba.
    Sin que el lo supiera.

  • Mas alla de la piel de Rita Black

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    Marina es diferente y ella lo sabe.
    ?Pero quien dice que lo diferente no sea especial?