• la tercera hija - Dani Sinclair

    https://gigalibros.com/la-tercera-hija-elit-3.html

    Con las palabras de su padre aun retumbandole en los oidos y un pistolero pisandole los talones, Alexis Ryder huyo hasta aquella mansion abandonada llamada Hearstkeep donde descubrio la increible verdad: ella no era Alexis Ryder, sino una trilliza perteneciente a una rica familia… y aquel era un secreto por el que habia alguien dispuesto a matar. Ansiosa por saber algo mas, asumio la identidad de una hermana a quien no conocia… y se lanzo a los fuertes brazos de la ley.

  • LA TERCERA HIJA | DANI SINCLAIR | Casa del Libro

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  • dani sinclair - la tercera hija (ebook) - Casa del Libro

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  • La tercera hija: La herencia de Heartskeep (eLit nº 3) eBook

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  • LA TERCERA HIJA Tapa blanda - Libros - Amazon.es

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  • La Tercera Hija - - DANI SINCLAIR - Imosver

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  • La tercera hija eBook de Dani Sinclair - Rakuten Kobo

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  • la tercera hija - Oletvm

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  • La tercera hija: La herencia de Heartskeep - Libro electrónico

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    20 sept 2018 — Encuentra Heartskeep, no confíes en nadie y ¡corre! Con las palabras de su padre aún retumbándole en los oídos y un pistolero pisándole los ...

  • La hija mayor (eLit) de Dani Sinclair

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    Hayley Thomas siempre habia sido la mas atrevida y audaz de las dos gemelas herederas de Heartskeep… hasta que comenzaron los desvanecimientos, las puertas que se cerraban solas y los susurros a media noche. Parecia que alguien estaba jugando con ella, ?o acaso se estaba volviendo loca?

  • Mi vida en la sombra de Aurora Fuertes

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    Las sirenas antiaereas comenzaron a resonar en la ciudad de Londres como llevaban haciendolo a diario durante las ultimas semanas. Mientras la multitud se apresura a buscar refugio, Helen, decide quedarse en su piso. En su decision arrastra a Daniel, su novio, que se queda a su lado. Aquella noche del 24 de agosto de 1940, los aviones alemanes bombardean por primera vez la ciudad desde que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Daniel desaparece bajo los escombros del edificio, alcanzado por una bomba. Helen lo busca sin exito en una ciudad devastada, presa del caos. Desconoce si esta vivo o muerto. Ambos se reencontraran en el corazon del III Reich, pero para entonces, ninguno sera quien dice ser.

  • Hasta que el viento te devuelva la sonrisa, Alexandra Roma de Alexandra Roma

    https://gigalibros.com/hasta-que-el-viento-te-devuelva-la-sonrisa-alexandra-roma.html

  • Una ultima vez de Corinne Michaels

    https://gigalibros.com/una-ultima-vez.html

    Una emotiva historia sobre como seguir amandote a ti misma a pesar de los cambios, contra viento y marea.

  • La mujer escorpion de Thomas Peterson

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    El texto tiene dos protagonistas con nombre propio: Juana Maria y Nemesio. Ambos son oficinistas que en teoria son companeros de trabajo. Ella es una mujer joven y atractiva, creyente a todo trance de la astrologia y muy atenta a los avatares de su signo Escorpion y su planeta regente, Pluton. Asimismo, la diosa griega Nyx (deidad de la noche) esta involucrada formando una trilogia en torno a la cual gira la vida cotidiana de Juana Maria; entonces tenemos a Nyx, Pluton y al Escorpion. Estas tres entidades conforman el caracter de la protagonista: frivola, seductora, un tanto prosaica y muy proclive a los placeres carnales.

  • Diccionario de las cosas que no supe explicarte de Risto Mejide

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  • El gran circo de la economia de Peter T. Leeson

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    ?Sabia que, en la Inglaterra del siglo xix, habia subastas en las que se compraban y vendian mujeres para luego casarse con ellas? ?Que, durante 250 anos, Italia persiguio penalmente a las cucarachas y a los grillos? ?O que en Liberia, aun hoy, los acusados de un crimen beben a veces veneno para determinar su destino?

  • Herramientas para la gestion de calidad de Hector Santiago

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    Una de las tareas habituales de los equipos de trabajo en el ambito de la gestion de la calidad es la resolucion de problemas y planificacion de las acciones de mejora que seran necesarias para eliminar dichos problemas y sus causas.
    Por tanto, contar con un buen numero de herramientas de gestion y planificacion es un apoyo inestimable a departamentos de diseno y fabricacion en el proceso de analizar problemas, obtener y analizar datos, identificar oportunidades de mejora y poner en marcha planes y programas eficaces y eficientes.

  • Todo esto existe de Inigo Redondo

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    La historia de una chica y un hombre que se cruzan cuando la vida les da la espalda.

  • La receta del amor de Fernando Claudin

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    En este magno cuento de hadas para todos los publicos el autor nos ofrece su particular receta del amor.

  • Un encuentro casual de Ana Agudo

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    E 1 l fuerte dolor de cabeza hizo que Nuria cerrara los ojos tan solo una decima de segundo despues de abrirlos. Intento incorporarse a la vez que se echaba las manos a la cabeza. O al menos lo intento, pues algo las sujetaba firmemente. Abrio nuevamente los ojos ignorando el pinchazo en su frente y no vio nada. Todo estaba oscuro. Intento forzar la vista, que sus ojos se acostumbraran a esa negrura e intentar atisbar algo. Nada. Todo seguia oculto a sus sentidos. Empezo a notar un hormigueo en los dedos, cada vez le costaba mas llevar aire a sus pulmones, una gran presion se lo impedia. A cada inspiracion sentia como sus oidos empezaban a pitar tenuemente, ganando intensidad segun la ansiedad iba creciendo en su interior. Una semana antes. --Julia, me dice mama que no vas a poder venir estas navidades. Lo cual no me extrana nada. Y es que desde que mi hermana se marcho a Estados Unidos con 18 anos recien cumplidos siguiendo a su novio, el Crapula, la relacion entre ellas empezo a resentirse. Ademas, cuando a los dos meses la dejo porque iba a ser padre con otra, mama creyo que recuperaria a su pequena. Pero no, ella decidio continuar alli. Al poco, mientras estudiaba un curso de informatica y trabajaba en una tienda de cupcakes, conocio al Profident, un corredor de bolsa que tenia los dientes mas blancos del mundo gracias a las carillas que se ponia cada dos meses, ya que se le estropeaban a una velocidad de vertigo de tanto frotarselos con coca, cosa de la que nos enteramos cuando la exigua cuenta corriente de Julia iba haciendose mas y mas delgada, ademas de la sospechosa desaparicion de los pocos objetos de valor que tenia en casa. En ese momento mama penso que regresaria asustada y escarmentada. Mas volvio a equivocarse. Julia se hizo mas desconfiada. Decidio que nunca mas la manipularia nadie. Queria convertirse en el karma. Y vaya si lo consiguio. Se hizo una experta de la informatica en su acepcion mas oscura. Se hizo un hueco en ese submundo donde la informacion es poder, donde por unos miles de dolares podias saber, por ejemplo, las horas que un tio anodino de la ciudad de Probo en Utah se pasaba delante del ordenador viendo porno, si se la cascaba con la izquierda o si se fumaba despues un piti (en su caso, Marlboro). Era capaz de encontrar los trapos mas sucios de cualquiera, siguiendo la pista del dinero usado para comprar droga, manipulando camaras de seguridad, en fin, controlaba todo aquello que estuviera conectado a una red. Era la mejor. Logicamente a mama le horrorizo saber a lo que se dedicaba su hija pequena, no era algo de lo que pudiera pavonearse delante de sus amigas en sus partidas de bridge dominicales, y por ello el hilo que las conectaba practicamente se rompio. Sin embargo, y para cierto alivio de nuestra madre, pues parecia una olla expres a punto de reventar, hace dos anos que mi hermana decidio dar un nuevo giro en su vida. Tomo el macuto, apago el telefono tan solo despues de una escueta llamada en la que me dijo "hermanita, necesito desconectar. Ya te volvere a llamar", y tres semanas despues en una nueva llamada aseguro estar "limpia" y comenzo a trabajar en una pequena empresa de publicidad llevandoles todo el tema de redes sociales. --No Nuri. --Solo a ella le permito que utilice ese diminutivo--. Creeme que querria ir para verte, pero ahora mismo no puedo pedir dias libres. Estamos a tope con la campana de publicidad de los Hoteles Hyatt, tenemos que entregarla en enero y nos estamos pillando los dedos con los plazos. --Lo comprendo, no obstante, te echo terriblemente de menos. ?Cuanto hace que no nos vemos? --Dos anos, cuatro meses y... --Julia guarda silencio momentaneamente mientras yo sonrio. --Y 5 horas exactas --termino diciendo yo provocandola una carcajada. --?Tanto hace que mama se caso con el Viudo? --pregunta sorprendida Julia. --Si, y quiza deberiamos empezar a cambiarle el nombre a Tomas, ?no crees? --Tal vez, podriamos llamarle Job. --?Por su paciencia infinita con mama? --Y por su abultada cartera. No te olvides que el santo era un tipo rico. Posiblemente de esta salga siendolo aun mas, pues la Dramas --nuestra senora madre-- es la tentacion enviada por el demonio para hacerle caer. Me empieza a doler la tripa de la risa y las lagrimas asoman en mis ojos. Julia siempre consigue hacerme reir y sorprenderme por partes iguales. ?De donde saca tantos datos de temas tan dispares? --En tal caso creo que no me queda mas remedio que acercarte un poco de la magia navidena espanola, que ahi se os terminan las fiestas muy pronto. --Oh, Nuri, !me encantaria que vinieras! ?Pero puedes escaparte del trabajo unos dias? --Unos dias, unos meses y los anos que me vengan en gana. --?Que ha pasado? --me pregunta preocupada. --!Pues que me han echado! --Eres la jefa --me replica con el tipico tono de paciencia contenida mas propia de una madre con su hijo pequeno que entre hermanas adultas. --Un motin. --Nuriaaa... --Solo me llama asi (y alargando las aes) cuando pierde la paciencia. --Vaale, he decidido vender mi parte del negocio a Alfonso. Ya no me sentia realizada alli y bueno, he decidido dar un cambio a mi vida profesional. --?Y que nuevo enfoque le puede dar una fotografa? --me pregunta Julia con cierta guasa en la voz.--Pues que me he cansado de fotografiar siempre caras felices, miradas complices, sonrisas impostadas y ninos repelentes. --Es lo que hace una fotografa de bodas… ?que es lo que no me estas contando Nuri? Mierda, mi hermana me conoce mejor que nadie y es imposible omitir ningun tipo de informacion, aunque nos separe un oceano entre medias. --Se casa. --Finalmente claudico. --!No me jodas que ha sido capaz de pedirte que le hagas tu el reportaje de su maldita boda! --replica enojada mi hermana. --Preboda y postboda incluidas --afirmo de repente muy cansada--. Segun el soy la mejor y la que mejor los conoce... --Como para no conoceros. !Era tu novio y tu mejor amiga! --replica acalorada Julia. Ha pasado cinco meses desde que pille al cabronazo de Raul con Silvia, en nuestra cama. Se supone que tenia un reportaje con una pareja de novios en Toledo, por lo que iba a pasar gran parte del dia y hasta bien entrada la noche fuera de casa. Sin embargo, por un problema de salud del padrino habian tenido que posponer el enlace. Por tanto, apareci por el apartamento, en el madrileno barrio de Malasana, a las calurosas cuatro de la tarde de un 24 de junio. Mientras iba subiendo las estrechas escaleras empece a oir los jadeos y gritos. Por un momento me detuve en el descansillo del tercero antes de subir al ultimo piso. La mayoria de los vecinos eran ancianitas de pelo blanco o azulado, con puntillas en todas las superficies de sus pequenos pisos (si, tambien envolviendo el papel higienico). Llegue a pensar que alguna pudiera estar siendo objeto de un robo con agresion, por lo que me pare a escuchar y a dejarme guiar por los sonidos. Cuando estos me llevaron a la puerta de mi casa mis neuronas dejaron de conectar entre si. No podia (o mas bien, no queria) asociar esos sonidos a nada en concreto, pero mi corazon se salto varios latidos por la angustiosa anticipacion de lo que me iba a encontrar al abrir la puerta. Restos de comida en la mesita frente al televisor. Una botella de vino vacia. Dos copas. Una de ellas con la marca de un pintalabios rojo. Rojo puton verbenero. Ropa esparcida por el suelo, sofa, muebles. Con el Fly me to the moon de Frank Sinatra como banda sonora. Note una gota de sudor recorrerme la espalda, mientras retorciendo las manos me fui acercando a la habitacion que habia frente a mi, con la puerta abierta invitandome a pasar. Y ahi estaban, ella encima de el. Como si fuera una pelicula a camara lenta observe como el pelo de ella, rubio y largo e increiblemente liso se agitaba en cada acometida, sus manos sobre el pecho de mi novio, las manos de el acompasando el movimiento de las caderas femeninas, los ojos velados de placer en su cara. Tan concentrados estaban uno en el otro que no se percataron de mi presencia, y como una intrusa decidi salir despacio y sin hacer ruido de mi casa. --Ya bueno...digamos que este era el empujoncito para dar un giro a mi vida. Voy a utilizar el dinero ahorrado y viajar con mis camaras y objetivos, y vender mis imagenes como freelance. --Me parece genial Nuri, ya sabes que siempre me ha parecido que desaprovechabas tu capacidad de hablar con imagenes. --Y es cierto, cada dos por tres me picaba con su aguijon de avispa cojonera. --Si, mama. --Me burlo. --!Eh, un respeto a tus mayores! --Pero, pero... --Shhh, emocionalmente soy mayor, y punto en boca. --Y no le falta razon, quiza los golpes sentimentales que le ha dado la vida la han hecho madurar mas rapido--. Bueno, y dime, ?cuando vienes?

  • Las mujeres no somos invisibles de Esperanza Riscart

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    Dos historias de amor de dos mujeres valientes y decididas, que conseguiran encontrar la felicidad sin dejar de lado sus ambiciones y sus suenos.

  • Los nombres epicenos de Amelie Nothomb

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    Los nombres epicenos son aquellos que, como Claude o Dominique, pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino. En esta historia el (Claude) despliega un gran empeno en casarse con ella (Dominique), y despues en dejarla embarazada. Al fin logra su objetivo y como resultado nace una hija llamada Epicene. Sin embargo, en cuanto se produce el nacimiento la obsesion procreadora del padre se torna indiferencia absoluta hacia su hija. Nothomb explora con su sagacidad habitual las complejas relaciones paternofiliales y los resquemores del amor no correspondido. Y lo hace construyendo una suerte de perverso cuento de hadas contemporaneo, una fabula cruel, narrada con concision, precision y contundencia.

  • Amor de humo y algodon de Natalia Sanchez Diana

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    La vida de Sophie, hija del conde Samuel Hastings, cambia cuando descubre que tiene un hermano y que su tio, dueno de un molino de algodon en Manchester, ha sido asesinado.
    Aprovechando el parecido entre su padre y su tio Byron, este les deja escrito un plan para que suplanten su identidad y averiguen quien le ha matado.
    Para ello, tendran que relacionarse con los seis molineros mas poderosos y descubrir sus intrigas, mientras se ven envueltos en las luchas sindicales del movimiento obrero.
    Sophie no sabra en quien puede confiar, pero su corazon tal vez si.

  • Bilogia completa de Te quiero en mi vida de Sabina Rogado

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    Cuando Alexia (una chica timida e introvertida) descubre al unico chico que ha pasado por su vida, liado con otro, su mundo se viene abajo y, si por un instante cree que ahi se acaban los contratiempos, esta muy equivocada porque todo parece complicarse hasta que, de repente, una invitacion completamente casual, hace que su vida de un giro inesperado en el momento en que termina en una discoteca donde tiene el privilegio de conocer al actor de moda y del que el mundo entero habla.

  • Dulce enemistad, Eva Benavidez de Eva Benavidez

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    Libro 1o de la serie Dulce Londres
    Amor a primera vista

  • Destino imperfecto de Paulina Maggi

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    Cuando los suenos pueden cambiar tu pasado, tambien lo haran con tu presente. Solo ten en cuenta la pieza clave para que el primero sea por el bien del segundo.

  • Invirtiendo a largo plazo de Francisco Garcia Parames

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    Conocido como el <>, Francisco Garcia Parames es uno de los inversores mas respetados del mundo. Como director de inversiones de Bestinver, sus clientes obtuvieron en renta variable espanola una rentabilidad media anual de casi el 16 por ciento desde 1993 a 2014, frente al 7,8 por ciento obtenido por el Indice General de la Bolsa de Madrid. En renta variable global la diferencia entre los indices fue similar.

  • Atrevete a quererme (Amigos del barrio 4) de Noelia Amarillo

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    Hector ya no es un nino: ha terminado sus estudios, ha encontrado trabajo y se ha mudado a otra ciudad. Solo. O todo lo solo que se puede estar viviendo con siete personas en una casa diminuta. Esta decidido a disfrutar de su recien obtenida libertad. o al menos eso pretende hasta que conoce a Sara, una mujer que le da calabazas sin ni siquiera pestanear despues de haberle permitido probar el placer mas exquisito.
    Sara sabe perfectamente lo que puede esperar de la vida, y eso no incluye salir con un jovencisimo principe azul con cara de angel. Es cantante de noche, secretaria de dia y madre a jornada completa. !No tiene tiempo para cuentos de hadas! Y aunque lo tuviera, tampoco tiene ganas. Un poco de sexo, si, por supuesto, y mas si es del bueno. Pero ir mas alla, no. Es demasiado vieja y sabia para complicarse la vida con historias de amor imposibles.
    Musica, sexo y amor en un coctel explosivo en el que la impaciente juventud y la calmada madurez echan un pulso entre las sabanas.

  • La espia que te amo de Elsa Tablac

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    Emma trabaja en una agencia de detectives. Y las cosas no le van nada mal, si no fuera por su desastrosa vida sentimental y en especial por ese cantamananas de Mateo, que no le trae mas que quebraderos de cabeza. Asi que lo mejor es, hasta que amaine el temporal, pasar de los hombres. Centrarse en el trabajo, el yoga, el gato, las amigas. Hasta que un buen dia cae en sus manos el misterioso caso de Lloyd Cooper, un guapisimo britanico que va y viene por la ciudad desde hace unos meses, con una turbia historia familiar a sus espaldas y al que Emma debera investigar.
    Hasta aqui todo bien.
    Siempre y cuando no te enamores del hombre al que has de seguir.
    Ni el de ti.

  • La cuarta victima de Mari Jungstedt

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    ?Que relacion hay entre un atraco a mano armada y un crimen nunca resuelto? Descubrelo en una nueva entrega de la serie de Gotland.

  • La rebelion de David Anthony Durham

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  • Temporada de huracanes de Fernanda Melchor

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    Con un ritmo y un lenguaje magistrales, Fernanda Melchor, autora de Falsa liebre explora en esta obra las sinrazones que subyacen a los actos mas desesperados de barbarie pasional.

  • Mil veces hasta siempre de John Green

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    Una nueva novela de John Green, el autor del bestseller internacional Bajo la misma estrella, con mas de 15 millones vendidos en todo el mundo

  • Mas Alla Del Fin Del Mundo de Julieta Valdes

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    Avanzamos tierra adentro y cuando paramos, se formo alrededor del camion una nube de polvo. Bajamos el equipaje, yo cargando con la mochila y mama arrastrando una maleta mas ancha que ella. Hubo quizas unas veinte paradas antes que nosotros, cada pasajero podia bajarse a su antojo haciendole una simple senal al chofer. No habia paradas, solamente caminos y siguiendolos con la vista descubria la silueta de algunas casas, alejadas de todo. Fue un schock haber dejado la ciudad y su amontonamiento de casa, oficinas y edificios, para llegar a este lugar donde apenas se podia distinguir un par de casas en la inmensidad del campo. El polvo se aquieto, el autobus ya se habia alejado y quedamos las dos, mama y yo, en este lugar donde no se veia mas que una gran extension de tierra, arboles y colina abajo un lago que reflejaba la luz del sol. Suspire. Esto era como llegar al fin del mundo, pero peor porque de ahora en adelante tendriamos que vivir ahi. Pregunte: – ?Estas segura que es aqui? Y mama contesto con una inclinacion de la cabeza y una sonrisa, como contestaba ultimamente a mis preguntas ironicas. Maldije entre dientes a la abuela por legarnos semejante lugar y a papa por haber muerto y habernos dejado sin nada, pero ya mama se encaminaba por un sendero que subia. Era un camino estrecho y empinado por el cual las ruedas de la maleta iban atascandose, era un sendero mezcla de arena y piedras, un sendero al que no le habian dado mantenimiento y que la hierba volvia a invadir. Yo miraba a la izquierda y a la derecha y me preguntaba donde estaba el pueblo y donde habria una oficina del correo. Habia dejado atras mis amigos de toda la vida, mi escuela, mi calle, mi casa y sentia la necesidad de ponerme a escribir. Quejarme con ellos de este nuevo hogar y esperar noticias de alla. Si seguian los mismos maestros, que habian hecho durante el verano, si la directora seguia siendo una bruja imposible. Y todo lo demas que no podria saber ni preguntar porque de ahora en adelante mi vida se llevaria a cabo del otro lado del mundo. Divagaba pensando en las cartas que iba a escribir y a quien y quien seria la primera de mis amigas en contestarlas cuando la cabana se alzo frente a mis ojos. Era una construccion de un solo piso, de piedra y madera, y podria haber salido de una postal hasta que abrimos la puerta y nos recibio un olor a moho, a madera humeda y una sala de muebles desvencijados: un sillon que solia ser cafe estaba perdiendo su color y cuando me quise sentar en el reposet me hundi y levante polvo. Habia telaranas y mama se apresuro en abrir las ventanas, entro un aire fresco, propio de la montana y me espante al imaginar el frio de las noches. – Tiene que haber cobijas en algun lado. - me dijo mama como si pudiera leerme el pensamiento. – Voy a buscarla, tu puedes escoger el cuarto que mas te gusta. Era un poco presuntuoso hablar de elegir mi cuarto porque en realidad solo habia dos opciones, un cuarto grande y con papel tapiz de flores que debia haber sido de la abuela y me daba un poco de terror, y otro mas sencillo que debia ser un estudio y cuarto de invitados que tenia paredes en azul cielo, un escritorio y una ventana que daba al valle y al lago. Deje mis cosas y me sente sobre la cama, comprobe que no estaba tan mal y me deje caer para ver al techo. Esta era mi nueva realidad y no habia mucho que podia hacer al respecto. Podia haber guardado mi ropa, pero lo deje para mas tarde y tuve antojo de un vaso de leche y ver la tele. Esto me hizo pensar que no habia visto una television en ninguno de los cuartos, recorri toda la casa, me fije en cada rincon de la sala, pero no vi el aparato, tenia que asegurarme: – Mama, ?no hay television? - grite bastante histerica. – Creo que no. Tendremos que preguntar en el pueblo si las antenas llegan hasta aqui. – Si, por supuesto, esto era lo unico que faltaba. Vivir en un pueblo mugriento con polvo, borregos y nada mas. Me tire sobre el sillon y retuve las lagrimas. No sabia si estaba triste, enojada, o ambas cosas. Queria, sobre todo, culpar a alguien de mi desgracia, pero solo estaba mama que ya estaba encargandose de limpiar con agua los muebles y a la que no podia culpar, ya habia cargado con todo lo de papa, luego lo de la abuela, y ahora la mudanza; no estaba para lidiar ademas con una prepuberta encaprichada, ya veria como hacerle con lo de la television. Me puse a ayudarla, tomando otro trapo para ir quitando la capa de polvo a los muebles y ella dijo: – Bueno, no hay television, pero tengo que ensenarte algo. Al lado del cuarto de mama habia una recamara mas pequena con uno de esos sillones reclinables y estanterias de piso a techo. Cada nivel estaba cubierto de libros: pequenos, medianos y grandes, de piel y de papel rigido, nombres y nombres que desfilaban ante mi. La pequena biblioteca, a diferencia de la casa, estaba impoluta. No me habia podido traer todos mis libros de la ciudad, era imposible y descubrir este cuarto era como entrar a un paraiso. De inmediato fui recorriendo los estantes y leyendo el nombre de los volumenes, habia algunos titulos que conocia, pero muchos que eran una novedad para mi. Habia novelas de misterio que databan de los anos cincuenta y que tenia cubiertas como posters de peliculas antiguas, habia novelas de ciencia ficcion y habia clasicos, empastado y con las letras doradas. Mama debio haber emparejado la puerta lentamente porque cuando voltee ya no estaba y no volvio a llamarme hasta que llego la hora de cenar. La tarde paso en un suspiro, siempre he tenido fascinacion por los libros, desde pequena y el sillon estaba tan comodo que uno no necesitaba pararse. Supuse que habia atardecido cuando me levante para prender la luz, sin soltar el libro que estaba en mis manos y me encontre con los ojos color avellana de mama asomados a la puerta, y ella me recordo que todavia habia que comer y acomodar nuestras pertenencias. – Tu abuela pasaba mucho tiempo en este cuarto. – Yo tenia un recuerdo bastante borroso de la abuela. Recordaba que me hacia comer cosas que no me gustaban y mas adelante que llevaba una mascara para ayudarla a respirar. Ahora, tambien ella habia muerto y escuchar hablar de ella me hacia sentir acompanada. Mama me conto como era periodista y habia vivido en unos anos donde no era facil ser mujer, estar divorciada y mantener a sus hijos. Me conto que sus libros favoritos eran de ciencia ficcion y que, si buscaba bien, debia de encontrar tambien en algun rincon los cuadernos que se habia propuesto transformar en una novela que nunca habia terminado. Mi nueva recamara tenia una boveda y una cama con un colchon suave, todo en tonos azules. Habia traido conmigo mi ropa, mis peluches favoritos, mi diario; lo que cabia en una maleta. Trataba de no recordar demasiado la casa que habiamos dejado atras ni tampoco todas las cosas que habiamos tenido que vender. En un par de meses la vida habia cambiado por completo y con un suspiro acomode una foto de los tres: papa, mama y yo; una foto tomada en el jardin donde yo vestia mi traje de bailarina y los dos me abrazaban. Mama me habia comprado antes de irnos unas calcomanias en forma de estrellas que podian pegarse a la pared y brillaban en la noche. Las acomode sobre la boveda y puse la ropa en los cajones y en el armario. Por la ventana podia verse el lago y, a un lado, las tejas de otras casas, cada una separada de la otra por varios kilometros. Esto era tan distinto de nuestra ciudad donde todas las casas del barrio estaban pegadas unas a otras y donde los vecinos se saludaban cuando salian, porque a fuerza de vivir pegados conocian el nombre y la historia de todos y cada uno. Antes de acostarme redacte una larga carta para mi mejor amiga donde me quejaba amargamente de haber sido expulsada a la ultima frontera del mundo en un lugar donde solo vivian borregos y algunos leneros (no tenia idea si eran leneros, pero algo tenia que contar y esta era la idea que me hacia de las personas que habitaban las otras cabanas). Asi llene tres cuartillas, ida y vuelta de puros reproches. No le dije que desde mi ventana el lago se veia hermoso ni que la luna se reflejaba en el. Tampoco le hable de mis estrellas que contemple durante largo rato porque no queria llorar. No queria aceptar que estaba triste, de lejos era mejor estar enojada y me quede dormida. En los dias siguientes, descubriria que tan distinto era vivir mas alla del fin del mundo. CAPITULO 2 Al dia siguiente mama me acompano hasta la oficina de correo, caminamos unos cuarenta minutos para llegar al pueblo, pero el dia estaba despejado y los paisajes hermosos. El pueblo no era mas que un par de calles y las tiendas con los esenciales, pedi los timbres y el encargado se inclino hacia mi. Tenia un bigote muy poblado y al igual que los demas hablaba cantadito: – La pequena se parece mucho a la abuela, ?verdad? – Eso dijo, nada mas, y mama se rio y me guio hasta la salida. La frene de la manga: – ?Es cierto? ?La abuela paso mucho tiempo aqui? ?Tu tambien? Veo que conoces a mucha gente. ?Por que yo no conocia el lugar? Acribillada por mis preguntas, mama me llevo a tomar un chocolate caliente, a la unica cafeteria que daba al lago y tenia mesas adentro y afuera, mucha madera y el mejor chocolate caliente que he probado en mi vida rematado de una generosa cantidad de crema chantilly. Mis nervios se iban calmando mis nervios y mientras yo enfriaba el espeso liquido, mama hablo; tiene una voz suave y puede hablar mucho tiempo sin que nadie se aburra. No lo hacia a menudo, pero cuando se decidia a contar una historia cautivaba la atencion de cualquiera. Durante su relato, miro mucho por la ventana hacia el lago y de vez en cuando me acariciaba la mano como para hacerme saber que estaba consciente de mi presencia. – Este lugar es un santuario, Isabelle, un refugio para mujeres podria decirse. Tu abuela se enamoro muy joven de un hombre que estaba por casarse, era un matrimonio de conveniencia, pero el tenia que cumplir y ellos nunca pudieron estar juntos. Entonces tu abuela partio y estuvo en muchos paises andando y trabajando. Luego, encontro este lugar y en el supo que podria curarse y volver a vivir. Solo leia y escribia y asi se recuperaba. Cuando por fin volvio al mundo no tardo en hallar marido y me tuvo a mi. Tu abuelo al igual que tu papa nunca se entero de la cabana. Era un secreto bien protegido y yo habia venido de soltera, a veces con tu abuela, a veces sola. La abuela paso muchos meses cuando ya no trabajaba intentando escribir un libro que nunca acabo. Por mi lado, yo tambien estuve aqui unas semanas, recien terminada la carrera de farmacologia para escoger que iba ser de mi futuro. Como te decia este es una especie de lugar sagrado al que no podia llevarte porque aun no era tiempo y porque tu papa no debia enterarse. – Entonces, ?es una cabana secreta, mama? – Es un lugar magico. Ojala tambien para ti funcione la cabana y las dos podamos curar nuestras heridas antes de regresar al mundo. Es verdad que cada dia te pareces mas a la abuela: eres terca como una mula y sabes ser muy ironica. Trataremos de hallar un retrato o una foto para que pueda ensenarte como era tu abuela de joven. Hasta quizas, algun dia, escribas un libro. ?Quien sabe? Por el momento, debemos de preparar tu regreso a la escuela y puedes aprovechar estas semanas para conocer el lugar y familiarizarte con los caminos. Nada dijo de papa ni de la falta que nos hacia a las dos, pero comprendi que el dolor era de ambas y casi agradeci no estar en un lugar donde tuviera que recordarlo todo el tiempo. Nos fuimos del cafe abrazadas y siguiendo su consejo me fui al bosque a hacerme amiga de mi nuevo hogar. – Te vere en casa. - le dije a mama y ella me sonrio antes de emprender el camino de regreso. A un costado del pueblo estaba la entrada con varios senderos para caminata, uno de los caminos el que indicaba ser el mas corto iba a dar a un claro y en centro del claro una gran piedra, contra ella me recargue para descansar de la caminata y ahi, por primera vez desde hace unos meses, pude llorar a gusto, lejos de las miradas y hasta perder el aliento. Cuando volvi mama tenia preparada una sopa de cebolla, mi favorita, y comimos las dos a la luz de unas velas que encontramos en un cajon de la cocina. Mama dijo que habia encontrado un baul con algunas fotografias y tambien un retrato. Aunque la sopa estaba deliciosa me apure lo mas que pude y hasta lave mi plato. – Lista, ya podemos ver el baul.- Mama que no habia terminado se rio y termino su sopa a toda velocidad. Nos acercamos al baul, era verde con puas de metal, estaba rodeado por agarraderas de cuero y cuando lo abrimos se escapo un olor a humedad. Era como desenterrar un tesoro. Adentro habia cajas de piel con alhajas y tambien varios albumes. Habia fotografias en sepia que la verdad daban un poco de miedo. Estaba mi abuela y tambien sus padres vestidos de negro. Luego, habia unas mas recientes donde aparecian mi mama y la abuela juntas y era cierto, las tres teniamos un parecido imposible de negar. Tambien habia unas fotos de mama cuando era muy pequena y tenia un copete horrendo y hacia cara de puchero. Me rei mucho y le hice un poco de burla por las muecas. – Es porque no te acuerdas como era tu de pequena- me dijo en son de broma. Al final, en el fondo del baul desenterramos un retrato hecho a lapiz donde aparecia la abuela con una cara muy seria, estaba de medio perfil con una camisa de lino aunque el retrato se enfocaba sobre todo a la cara. Sus rasgos eran los mios, la misma nariz delgada, la boca pequena en forma de corazon y la mirada. Me impresiono la semblanza y senti tristeza de no haber conocido mejor a la persona de quien, quizas, habia heredado mas de lo que sospechaba. Acompanando el retrato se encontraba un fajo de hojas, tecleadas en maquina de escribir, atados con una cinta de seda. En los margenes habia anotaciones en lapiz, correcciones imagine y mama parecio reconocer la letra: – Esta debe ser la novela de la abuela. Las cartas y el resto de lo que pudo escribir me pidio que lo quemara asi que eso es lo que queda. Lo puedes leer si te interesa. No tuvo que repetirlo dos veces. Esta misma noche, me lleve el legajo a la cama y con ayuda de la lamparita de buro fui descubriendo el manuscrito hasta que el alba empezo a despuntar y la luz se hizo camino por la ventana. Desperte hacia el medio dia y todavia me faltaba bastante por leer. Sin embargo, mama habia elaborado otros planes para nosotras. Una cesta con comida me indico que ibamos a pasar la tarde fuera y, a reganadientes, abandone el libro. En el pueblo, que para entonces ya habia apodado El Fin del Mundo, pasamos a la tienda principal que tambien era la unica. El negocio era atendido por una pareja en sus cincuentas y era como un super mercado con todo tipo de cosas. Vendian desde el periodico, la leche, pescado, carne y medicinas. Los estantes de metal estaban repletos. La duena del local nos explico: – Cuando el invierno llega, muchas veces la carretera queda cortada y mas vale estar bien surtidos. Puse una cara de preocupacion terrible. ?Que queria decir esto? Estariamos completamente cortados del mundo, la idea era espantosa pero la gente del lugar no parecia estar preocupada, debian de estar acostumbrados, pero yo pasaba de una sorpresa a la otra. Mama compro dos canas de pescar y tambien unos anzuelos que por fortuna era de plastico. Habia visto los recipientes de plastico donde guardaban moscas verdes y lombrices, algo que no estaba dispuesta a agarrar con las manos. Descendimos hasta el lago que de cerca se apreciaba mucho mas grande que desde la ventana. En un banco de arena nos acomodamos y mama me enseno a lanzar el hilo, amarrar los anzuelos y a fijar la cana en la arena. – Mama, eres toda una exploradora de la naturaleza. - le dije, sinceramente impresionada porque no habia visto a mi mama mas que en su bata de trabajo o adentro de la casa, ella me guino un ojo. Una vez que estaban en posicion me quede parada pensando que de inmediato iba a sacudirse la cana y tendria un jugoso pez en la linea, pero mama saco de la canasta una novela y se acomodo en el suelo: – ?Y ahora que? - pregunte un poco desperada. – Ahora nada. Hay que esperar, pero ya vendra, mientras puedo leerte algo si quieres. Me sente y ataque el salami que teniamos guardado mientras mama iba leyendo Mujercitas, uno de mis libros favoritos. De vez en cuando la historia se ponia muy tensa y entonces mama se mordia el labio inferior antes de continuar, un tic que ha tenido desde que tengo memoria. Yo vivia suspendida de su voz y de las hermanas que habitaban esa casa. A la mitad, hizo una pausa para descansar y tomar agua, quiso saber como avanzaba el libro de la abuela: – ?No lo has leido? – era extrano que ella no lo hubiera hojeado. – No, tu abuela me platico que estaba escribiendo, pero nunca quiso ensenarme nada asi que preferi dejarlo en paz. – Es bastante raro, habla de una vieja leyenda y de una isla olvidada donde las mujeres tienen poderes magicos. Algo pasa y el personaje principal tiene que abandonar su mundo para irse a vivir a la isla. Mama estaba viendome sin parpadear, parecia sacudida por mis palabras y no entendia muy bien que podria haberla perturbado. Pronto nuestra platica quedo interrumpida porque mi cana empezo a moverse y ladearse hacia adentro del lago. Entre las dos corrimos a sostener la cana y jalamos del torniquete un pez que media lo que mis dos manos juntas y que agitaba sus escamas, reflejando el sol. Estaba muy bonito y entre mas lo miraba menos podia pensar en comermelo. Mama estuvo de acuerdo conmigo y lo liberamos en el agua. Dio un salto y se alejo soltando burbujas. Me senti aliviada: – ?Que vamos a cenar? – Ya haremos crepas- mama se encogio de hombros y regresamos a la cabana. En la noche, mama me platico que habia un colegio en una ciudad cercana. Ahi podria terminar mi ultimo ano de secundaria. Tomaria un camion por las mananas y el mismo me regresaria en las tardes. – ?Te sientes lista para volver, Isa? - sabia que mama estaba inquieta y que no sabia si podia volver despues de lo de papa, pero me sentia lista, tenia miedo, pero tambien queria volver a la normalidad. – Lo estoy, Ma, te lo prometo. - la abrace. Todavia me separaban varias semanas antes del regreso a la escuela y dividi mi tiempo entre largas caminatas y estancias prolongadas en el estudio que se habia vuelto mi cuarto favorito. Termine el libro de la abuela y me parecio bastante bueno. Quien sabe por que no se habia animado a ensenarlo a otras personas o publicarlo. El pais del que hablaba era tan fantastico, tan diferente que me dieron ganas de conocerlo. Una tarde estaba tratando de alcanzar uno de los estantes mas altos de la pequena biblioteca, habia arrimado la silla y sobre la silla habia puesto un cojin y ahi estaba en un equilibrio precario balanceandome para poder agarrar un volumen grueso, de pasta marron, que me parecia especialmente atractivo. En algun momento las patas de la silla perdieron su punto de balance, intente retenerme de los libros y de la madera, pero el resultado fue que cai contra el suelo sepultada por varios manuscritos.

  • Faster de Eduardo Berti

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    Buenos Aires, finales de los setenta. Dos adolescentes apasionados por los Beatles viajan a las afueras de la ciudad, rumbo a un concesionario de la Mercedes. Buscan, al gran mito de la Formula 1: Juan Manuel Fangio. Ese dia cambiara por siempre sus vidas. Desenfadada cronica personal, autobiografia fragmentaria, <> es un compendio de breves episodios en los que Fangio y los Beatles actuan como detonadores y el <> se coloca en el centro de la diana. Siguiendo la estela de Perec, Berti se entrega a un minucioso ejercicio de memoria que lo lleva a hablar sobre la velocidad de las carreras y de la vida, sobre la amistad y la idolatria, desplegando una red de recuerdos, falsamente desordenados, para forjar un relato lleno de frescura sobre el paso de la ninez a la vida adulta.

  • Y si… no fuera el de Manoli Madrono Gomez

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    Me miro una y otra vez en el espejo. Cuento las marcas en mi cara; arrugas que a mis treinta anos empiezan a saludarme, marcas del frio y del calor que se han quedado comodas en mi joven, o ya no tan joven, rostro. Cojo del mueble del aseo unas pinzas y uno a uno voy deshaciendome de los pelos sobrantes de mis cejas. !Listo! Quedan tal y como me gustan, con su cabeza gruesa y su cuerpo fino. Me vuelvo a mirar de nuevo al dichoso espejo y poco a poco me acerco. Otro dia mas con ojeras, pienso para mi misma, pero esta vez son mas oscuras, moradas y con los lagrimales rojizos, que cualquiera que me observe bien se creera que estoy enferma. Me maquillo lo mejor que puedo, para que nadie note esa pena, esa miseria que llevo por dentro. Me dirijo a mi habitacion y me deleito otra vez en el espejo, pero esta vez en el de mayor altura para ver si algo no encaja en mi. Observo mi metro sesenta, cubierto por unos vaqueros grises ajustados a mis perfectas piernas, una blusa negra dejando ensenar un pequeno escote y mis botines marrones favoritos que me hacencrecer diez centimetros mas. Mi larga melena pelirroja cae en cascada por mi delgada espalda. Sonrio y me veo estupenda. Cojo mi chaqueta americana marron y mi bolso a juego, me cercioro de que tengo las llaves y las demas cosas dentro de mi peludo bolso y cierro de un portazo. Estaciono mi Seat Ibiza anaranjado en los aparcamientos subterraneos de la empresa. Me bajo de el y cierro las puertas. Me monto en el ascensor despues de saludar a Sam, ya entrado en anos y vigilante de la planta subterranea; si algo malo pasara, solamente el seria el culpable. Subo desganada, apenas duermo y ultimamente las musas me han olvidado, cosa que no me ayuda para escribir mi columna en el periodico. Respiro hondo y relajo mi cuerpo con tranquilidad, me espera un gran dia. Las puertas se abren, dejandome paso a la decima planta... Capitulo 1 Gire a mano derecha y sali como alma que lleva el diablo del ascensor. Odiaba los sitios cerrados, estrechos y, sobretodo, apelotonarme entre las personas, con los virus que pueden transmitir. !Vale, si! No lo voy a negar, soy demasiado escrupulosa. En su lugar estaba Hannah, mi leal secretaria, ya entrada en edad, pero fiel como un perrito. Era decir cualquier palabra y la tenia a mis pies. --Buenos dias, senorita Gel --me saluda tan amablemente. --Buenos dias, Hannah, un cafe cuando puedas, ?si? --casi le suplique. Tendria que saber despues de tantos anos al ver mi rostro que el cafe deberia de ser en vena y no en vaso. --?Un mal fin de semana? --me pregunto, sabiendo la respuesta. --Quizas peor que mal. --Me deje caer en mi silla y encendi el ordenador. --Vuelvo enseguida --dijo Hannah yendo a por mi cafe. Observe por encima los papeles que me habia dejado mi secretaria, y ni siquiera sabia por donde empezar. <>, me pregunte sin hallar la respuesta. Di una vista atras a mi pasado. Entre en la revista por mi padre. Me consiguio el mismo el puesto, justo despues de terminar la carrera de periodismo. Sabia que mi gran sueno era ser columnista y no estar en las calles buscando el ultimo informativo. Y por ello hablo con uno de sus mejores companeros del "mus", como el solia decir. Despues de hacer la entrevista, el senor Muester quedo encantado conmigo y decidio darme la columna que yo eligiera de las vacantes que existian en ese instante. Con apenas veintidos anos elegi la columna de "Los deseos". Quizas era mi vena romantica o los deseos encerrados en mi ser los que me llamaban a ocupar ese puesto. El comienzo fue duro, pero poco a poco me hice con la revista y sobre todo con el corazon de Muester, que me animo a darle un giro a mi propia columna. Decidi que los lectores tambien se volcaran en ella y no solo fueran historias que salieran de mi cabeza. La idea era que mujeres y hombres me relataran cual era su mayor deseo y yo poderles ayudar a cumplirlos. Asi, cada dia me llegaban emails de personas desconocidas con un pequeno seudonimo para que nadie al leer las preguntas los conociera, solo sabrian ellos mismossu identidad. Poco a poco me hice hueco y la revista subio un escalon a la fama, y todo gracias a mi, por lo que la empresa me estaria eternamente agradecida. Pero ultimamente mi vida era un caos. ?Como ayudar a los demas si ni yo misma podia ayudarme? Esa era mi pregunta diaria. Y lo peor era que en el unico sitio que me encontraba a gusto era en mi oficina, que todo habia que decirlo, aparte de la del senor Muster, era una de las mejores; con su azul cielo cubriendo tres de las cuatro paredes, ya que una de ellas era acristalada y me dejaba ver lo mejor de la ciudad, el mobiliario color gris carretera, y en el suelo una preciosa moqueta gris claro. Definitivamente me encantaba. Era un lujo trabajar en ella y me lo habia ganado honradamente. Seguia inmersa en mis pensamientos hasta que escuche un pequeno golpe en la puerta. --Pasa --le anuncie a Hannah con una de mis mejores sonrisas. La verdad es que la apreciaba muchisimo y no veia mi vida sin ella. --Senorita Bel, queria comentarle algo --me expuso, seria, mientras dejaba mi taza de cafe sobre el escritorio. --Hannah, te he dicho mil veces que me llames Julia. --Le senale la silla que se encontraba delante de mi para que se sentara. --Vera, sabe que... manana cumplo sesenta anos, ?verdad? --termino de decir. --!Si, lo se! --exclame entusiasmada.La semana anterior le habia ido a comprar un detalle que seguro que le encantaria. --Senorita, vera... --Empezo a inquietarse. ?Que le pasaba? --?Estas enferma, Hannah? Te encuentro algo palida --le pregunte, preocupada. --No, no es eso. --Se acerco un poco mas al escritorio. --?Entonces? Dime, me estas poniendo nerviosa. --le suplique. --Manana es mi ultimo dia de trabajo --solto. Y en ese momento senti como si me hubieran echado un cubo de agua encima. Me agarre a los brazos de la silla giratoria, porque crei tambalearme y caer. Respire hondo, lo mas que pude, y poco a poco me levante. Intentaba estar calmada, tarde o temprano esto iba a suceder. Pero yo... Ella… No podia estar pasandome esto a mi. !No! Y menos en esos momentos. --?Se encuentra bien? --observo Hannah alarmada. Ya no pude callar mas. --?Que si estoy bien? ?En serio me preguntas si estoy bien? --Eche el asiento hacia atras y vi miedo en los ojos de Hannah. --Senorita, yo... Lo siento. --Miro hacia sus pies. --!Que lo sientes! ?En serio? --Ella afirmo--. Mira, Hannah, te aprecio como si fueras mi madre. Me has visto crecer en mi puesto de trabajo y flaquear en el personal. Pero !No! Ahora no me puedes dejar. !Me niego! Deambule por el despacho, de una esquina a otra, asomandome por mi preciosa pared de cristal y observando a todos los transeuntes que parecian pulgas a mi merced. Senti caer una de mis lagrimas queriendo provocar un mar de lagrimas y desembocar en mis labios. Pero rapidamente me la limpie, impidiendo que esto no me derrumbara mas de lo que ya estaba. Me di la vuelta hacia Hannah, que estaba cabizbaja y llorando. Pero !Por Dios! ?Que culpa tenia ella? Me acerque y me agache a su altura. Hice que me mirara a los ojos y senti, por primera vez en los ocho anos desde que era mi mano derecha, pena, tristeza y desilusion. --Perdoname. No me he comportado bien. Sabes que no paso por una buena situacion en mi matrimonio y ahora me tengo que despedir de una de las personas mas importante en mi vida --le manifeste. --Pero, ya sabia que esto pasaria. Meses atras lo hablamos. Ademas, ya le tengo la persona perfecta para reemplazarme. Manana vendra conmigo para ensenarle todo y que usted de el visto bueno --anadio en un hilo de voz. --Seguro que sera tan perfecta como tu. Secate esas lagrimas y perdoname --le pedi mientras le daba un tierno abrazo--. Ademas, siempre podremos quedar para tomar un cafe, ?verdad? --Le sonrei. --Claro, senorita. --Se enjuago las lagrimas y me sonrio--. Vuelvo a mi puesto de trabajo, debo adelantar algunos papeles para manana. --Vale, ve. --Le deje via libre y se fue. La observe desde mi puerta. Me fascino nada mas conocerla. Y ya cuando me relato su historia la idolatre. Era una madre coraje y recorde entre lagrimas cuando se abrio a mi y me conto su vida. Madre de cinco hijos y viuda a los veintiseis...Una lastima, pense en ese momento. Perdio a su marido y mejor amigo en un accidente de coche. Por lo visto, el hombre regresaba a casa despues de dos semanas de trabajo sin parar, y un camion se le echo encima, haciendo que su Seat quinientos saliera por la cuneta y perdiera la vida en el acto. Era vendedor ambulante y ganaba lo justo para sobrevivir, aunque sin vicios, pero lo suficiente para que sus hijos y mujer comieran. Me conto que, al no estar asegurado ni tener un seguro de coche en condiciones, ella se vio con una mano adelante y otra atras. Su casero la ayudo porque siempre fueron fieles pagadores y nunca tuvo ningun problema con ellos, y al menos algunos meses podria estar sin pagar el alquiler. Se busco un trabajo en una casa un par de horas y limpiando portales. Despues de un tiempo, vio que esos trabajos no le daban para todo el mes, por lo que decidio terminar sus estudios. Por la tarde cursaba las asignaturas pertinentes para poder obtener el graduado escolar. Y poco a poco se saco su titulo de auxiliar administrativo. Despues de llamar a mas de una empresa en busca de un trabajo, a sus treinta y dos anos consiguio entrar por una baja maternal a su actual trabajo, y Muester quedo prendando de ella y le hizo un contrato fijo, y a la chica que trabajaba en ese puesto la derivo a otra columna de la revista.

  • Mi querida Irene de Clara Fuertes

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    Mi querida Irene es una novela que habla de la memoria de las mujeres.
    Habla del amor.
    Y cuenta lo mas triste, el ultimo adios.
    Es un viaje al pasado, a la Segunda Guerra Mundial, a Francia, al corazon de la escritora Irene Nemirovsky.

  • El sermon del fuego de Jamie Quatro

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  • Diccionario amoroso del psicoanalisis de Elisabeth Roudinesco

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  • El chico que siguio a su padre hasta Auschwitz de Jeremy Dronfield

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    En 1939, Gustav Kleinmann, un tapicero judio de Viena, fue capturado por los nazis. Junto a Fritz, su hijo adolescente, fueron mandados al campo de Buchenwald, en Alemania. Empieza asi una desgarradora historia en la que sus protagonistas seran victimas del hambre y de las palizas, mientras participan como mano de obra en la construccion del mismo campo de concentracion en el que permaneceran cautivos.
    Cuando Gustav reciba la noticia de su traslado a Auschwitz, una segura sentencia de muerte, su hijo Fritz hara todo lo posible por no separarse de su padre y seguirlo hasta Polonia.

  • Cada vez que llueve, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    * Un historia cautivadora de amor, amistad y superacion. * Te enamoraras de sus protagonistas. * El amor sera la salvacion de Kate. Kate Alexander es una adolescente que vive en Carrington, un tranquilo pueblo de Estados Unidos, donde suena con acabar el instituto e ir a la universidad. Pero una noche lluviosa, su vida cambia de forma dolorosa y ya nada vuelve a ser igual. Cuenta con el apoyo incondicional de su gran amigo Beau Bennett, companero de infancia. Pero el quiere algo mas y Kate no puede darselo, tampoco puede contarle lo que ocurrio aquella noche. Sencillamente, esta paralizada.... Cuando Beau se marcha a la universidad, Kate se siente muy sola. Hasta que llega Asher Hunt, un joven de ojos seductores y sonrisa arrogante, que le hara olvidar el dolor que la ha mantenido cautiva durante tanto tiempo. A pesar de los consejos de la gente, Kate no puede evitar acercarse y abrirse a el. ?Sera el la esperanza que necesita? ?Su salvacion? ?O la volveran a herir?

  • Despues de la tormenta, Eva River de Eva River

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    ?Que tan cierto es eso de que despues de la tormenta viene la calma?
    Kelsey esta a punto de comprobarlo.

  • Ondina o la ira del fuego de Irene Gracia

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    Un teatro en llamas celebrando las nupcias del fuego y el agua. Una representacion convertida en una hoguera en mitad de la noche, clausurando las funciones de Ondina, la primera opera del Romanticismo aleman, compuesta por el escritor E. T. A. Hoffmann, amante de los cuentos de terror y bebedor inveterado. Un agape tras las llamas en el que tambien se desata un incendio, un banquete baquico donde las narraciones fluyen tan deprisa como el vino y el deseo. Un enigma que se desliza por el cuerpo y el alma de los asistentes: ?quien ha quemado el recinto y desea el cese del espectaculo? ?Es la envidia una pasion cuyo poder supera todas las creaciones del arte?

  • Prohibido Entrar_Una historia de amor (Una Propuesta casi Indecente 2) de Mia Del Valle

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    Introduccion: fragmento de Una Propuesta casi Indecente. Ocho de la manana. Me encuentro parada en la acera. Es un dia muy frio, tengo la nariz congelada. Pese a mi gorro blanco con pompon, guantes y bufanda, los dienten me castanetean. Miro el moderno edificio de cristales espejados, ubicado en plena Ciudad Vieja, sobre las puertas reluce un cartel de bronce lustrado Betner & Asociados. Asi que tomo coraje. <> Cri cri cri cri. Definitivamente no esta. Mi coraje quedo en casa, tapado con las mantas hasta la cabeza para que no lo encontrara. Estoy nerviosa, no se con que o mejor dicho con quien me voy a encontrar. Hora del show, inspiro profundamente, cuadro mis hombros con actitud y me mando puertas adentro. Al ingresar me envuelve un calido aroma a vainilla. Frente a mi hay un mostrador con un guardia de seguridad. Al verme entrar, este se pone de pie dejando de lado su tarea <> y me da los buenos dias. --Buenos dias, busco al senor Federico Betner --respondo. --Por favor digame su nombre. --Maria Victoria Rodriguez --mientras ingresa mis datos en el ordenador, doy una mirada a la recepcion. Pisos blancos con muchas obras de arte. Hay cuadros del artista Torres Garcia colgados en las paredes, y sobre algunos pedestales hermosas esculturas en ceramica, uno de ellos, un toro pintado en geometricos tonos tierra, en otro pedestal una especie de personita con una gran mascara de murguero, sus colores imitan al cuero marron, todo muy elegante y regional. --Perdon, pero no la veo con cita agendada para hoy --el guardia interrumpe mi momento. --Es que no la tengo. El no me conoce, pero necesito hablar por un asunto urgente. --Disculpe joven pero el senor Betner no ve a nadie sin cita previa. Le solicito amablemente, que llame mas tarde y hable con su secretaria. --Pero usted no entiende, necesito hablar con el, es muy importante. --Solo cumplo ordenes, le pido se retire. --No. No ire a ningun lado hasta poder hablar con el --cruzo mis brazos y elevo una de mis cejas. --El Arquitecto Betner no ha llegado aun --senala la puerta de salida con sus manos, y continua. --Llame mas tarde para concretar una reunion. Giro sobre mis talones sin pronunciar palabra, pero en vez de salir, tomo asiento en uno de los sillones de la sala de estar. No me marchare hasta arreglar el asunto. El hombre me mira molesto, no dice nada mas, solo toma asiento y continua con su trabajo. Una hora mas tarde ingresa uno de los hombres de la fotografia del diario. Tiene cabello oscuro, es alto y elegante, viste traje oscuro, camisa gris, corbata negra y un maletin de cuero. Saluda amablemente al guardia dandole la mano y se dirige a los ascensores sin reparar en mi presencia. Tengo que actuar, ?sera el? Solo tengo una opcion, me pongo de pie y grito. -- ?Senor Betner? --Voy detras, si es este el sujeto no se escapara hasta arreglar el mal entendido. El caballero me mira y sonrie. Es tan lindo,... !Basta Victoria, quizas sea hora de buscar un novio. Porque no vinimos a mirar a hombres lindos! irrumpe mi conciencia. <> --?Disculpe es usted el senor Betner? --el molesto guardia de seguridad esta en mis talones nuevamente. --No se preocupe Garcia, deje a la senorita --el apuesto hombre da una minima senal con la cabeza suficiente para que el guardia asienta y vuelva con su tarea. La cual seria continuar ?leyendo el periodico? <> esa fue mi conciencia nuevamente. --Disculpe que lo moleste senor Betner. Mi nombre es Maria Victoria Rodriguez, en el dia de ayer solicite un prestamo en un banco, pero me lo negaron porque figuro casada con usted. --Suelto todo lo mas rapido posible para que no se me escape. El joven sonrie con satisfaccion. No me importaria ser esposa de un pedazo de hombre como este. Por fin tiende su mano para saludar y presentarse. --Buenos dias soy Manuel Cortes, socio de Betner. Acompaneme por favor. Llega el ascensor y Cortes hace una sena con su mano, indicando que pase primero <> Dentro del reducido espacio, los nervios vuelven. Mi panza hace ruidos, tengo calor. Aflojo mi chaqueta y quito mi gorro, trato de acomodar mi cabello,... no lo logro. El hombre me observa en silencio, no quiero ser paranoica pero me estudia, puedo sentirlo. Finalmente el ascensor se detiene en el sexto y ultimo piso. Nuevamente permite que baje antes que el. Llegamos a una lujosa recepcion, todo alfombrado en rojo, esculturas de bronce y hermosos cuadros. Caminamos hasta su oficina. --Tome asiento por favor --dudo, no estoy segura si estare haciendo lo correcto. Finalmente dejo caer mi trasero en la silla, frente a su lujoso escritorio. Cortes desabrocha los botones de su saco y toma asiento. -- ?Victoria, te puedo tutear? --Si claro. --Bien Victoria, lo que me trataste de explicar ?es que figuras casada con mi socio? --sin exito trata de ocultar una sonrisa. <> --Si exacto. -- ?Tu lo conoces? --No, claro que no. Ayer en el banco, me dio su nombre la empleada que me atendio. Ella me puso al corriente sobre el error en mi estado civil, cuando pidio la firma de mi "conyuge" --me inclino sobre el escritorio y apoyo mis antebrazos en el. --Estoy desesperada, anoche en google consegui los datos de esta empresa. Y habia una foto suya y de mi supuesto esposo, solo que no sabia cual era cual --respiro, creo que hable sin pausa, ni oxigeno de por medio. --Comprendo, dame un minuto por favor --toma el telefono de su escritorio y disca un interno, espera, mientras me observa. Cuelga y llama a otro numero. --Buenos dias Nadia ?Federico ya llego? --Senor Cortes, el Arquitecto esta en su oficina con la senorita Ximena Roux, pidio que no se lo moleste. --Bien entiendo, descuida… luego lo llamo a su movil, gracias --. Cuelga, apoya los codos en la mesa y entrelaza sus manos... piensa. --Victoria, mi socio esta reunido en este momento. Dame tu movil, te prometo que en cuanto me comunique con Federico te llamare. --Es que estoy sin movil por el momento, ayer me lo robaron -- hago una mueca de lado !completita la chica a mas no poder! Oh si. --Bueno, entonces el de tu casa --Si, ese si lo tengo <> pienso. Intercambiamos numeros, me entrega una tarjeta personal, y me marcho. Igual a como llegue, llena de nervios, con un nudo en el estomago y !CASADA! Todo comenzo. Un mes atras... 10 de marzo 9 am Me transpiran las manos. Conseguir trabajo en lo que me gusta, justo luego de recibirme, es un sueno hecho realidad. Me encuentro en la empresa constructora Betner & Asociados. El guardia de seguridad lee un periodico detras del mostrador. Al parecer uno de los directores aun no ha llegado y debo aguardar. Hay una chica mas esperando ser entrevistada. Es rubia, de nariz respingona y cuerpo de infarto. Solo espero que mis calificaciones sean tomadas en cuenta, y no el contorno del busto... !por Dior! Me miro y luego a ella,... somos agua y aceite. Yo estoy usando un pantalon de vestir negro con corte recto, una camisa azul con finas lineas blancas y zapatos de diez centimetros de alto, tambien azules. En cambio la rubia, tiene un pequeno y corto vestido rojo... !rojo! !Donde se vio, usar ese color en una entrevista de trabajo! Sumado a sus zapatos de tacon altisimos, es la personificacion de Gatubela, lista para el ataque. <> Un elegante caballero con perfecto traje de disenador, ojos claros y cabello oscuro entra como estampida. Da unicamente los buenos dias al guardia y sigue camino hasta los ascensores. --El caballero que acaba de entrar, es el senor Betner -- Comunica con orgullo el guardia. Asiento con la cabeza, y la rubia deja escapar una risita tonta. Continuo esperando. Me pregunto si la tetona, estara aguardando para el mismo puesto de trabajo. El ascensor se abre y una mujer joven, con unas carpetas en la mano sale de el. Verifica una informacion, hasta que finalmente pregunta. -- ?Monica Lewosky? -- !Soy yo! --exclama la rubia poniendose de pie. --El senor Betner y el senor Cortes la veran ahora, sigame por favor. <> ?Es broma? ?Monica Lewosky?... !con ese nombre seguro la contratan a ella! Hago un rezo interno para que el senor Betner y su socio no sean habitues de fumar habanos.

  • Su eterna presencia (Hermanas Alcott 2) de Elsa Tablac

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    Todos se preguntarian que hago ahi. Por que habia abandonado Londres. Jamas adivinarian que me llevo a instalarme en casa de mis padres, un enorme cottage de piedra en los confines de Bracknell, a unas dos horas de la capital. No es muy facil entender que una joven independiente de veinticinco anos se aparte de una de las ciudades mas excitantes del mundo y regrese de repente a casa de su familia. La razon se llama Oliver Owen. Cuida de nuestros cuatro caballos en el establo familiar. Es el hijo mayor de William, el antiguo mayordomo, quien sufrio un accidente hace dos anos y tuvo que jubilarse anticipadamente. Oliver llego hace quince meses, y mi padre decidio que formaria parte del personal que trabaja en casa. Lo que no esperaba era que aquel nino hiperactivo que trepaba a todos los arboles y con el que mi hermana Charlotte y yo jugabamos para horror de mi madre se convertiria en un chico tan atractivo. Hacia un rato que lo observaba desde la ventana de mi dormitorio. Estaba anocheciendo y Oliver regresaba de dar un paseo con Rex, el caballo de mi hermana. El mismo que ella ya casi nunca montaba y que yo mimaba algo mas que a los otros, pues temia que se sintiese abandonado. Sonrei al comprobar que Oliver le dedicaba un poco mas de tiempo que al resto. --?Sigues trabajando? --pregunto una voz a mi espalda. No necesitaba girarme para saber perfectamente que se trataba de Adeline, mi madre. Observe la pantalla del ordenador portatil. Mis manos se habian apartado del teclado hacia ya un buen rato y el salvapantallas, mi nombre en grandes letras de color morado, rebotaba en los cuatro lados de la pantalla. Era evidente que no estaba trabajando. --No. Ya he terminado por hoy --conteste--. Creo que va siendo hora... --Trabajas demasiado, Lizzy. --No creas, mama. Simplemente he de entregar esta traduccion en cuatro dias. Se me ha echado un poco el tiempo encima. Pero el siguiente libro no me llegara hasta dentro de unas dos semanas. Mi madre entro en el cuarto y se acerco, puso las manos sobre mis hombros y beso mi pelo. Estaba especialmente carinosa ultimamente, algo no muy propio de ella. Aunque debo decir que nuestra relacion habia mejorado con los anos. Al principio mama no entendia muy bien que quisiera dedicarme a traducir libros de manera profesional. Creia que mi obsesion por aprender frances y estudiar filologia en la universidad era tan solo un pasatiempo. Que lo que acabaria haciendo en realidad era casarme con alguno de los hijos de los acaudalados amigos de mi padre y peinar las crines de los caballos. Y no negare que hubo algun momento en que yo tambien lo pense. Pero me converti en traductora de manera lenta y casual. Empece traduciendo esporadicamente para la editorial en la que trabajaba Molly, una de mis amigas de la universidad. Con el paso de los meses me fueron llegando nuevas propuestas. Era el trabajo perfecto para mi, aunque en el fondo no necesitase el dinero. Traducir libros me mantenia ocupada y me permitia transportarme a otro mundo durante buena parte del dia. Ademas, podia trabajar desde Bracknell sin problemas, a mi ritmo. --Cenaremos pronto --dijo mama. Movi el raton para recuperar el documento de Word en el que habia estado trabajando esa tarde. --No tengo demasiada hambre --conteste--. Pensaba preparar un sandwich ligero y comermelo aqui, en mi escritorio. Querria acabar un capitulo esta noche. --De ninguna manera, Lizzy. Hoy estamos las dos solas en casa, asi que quiero que me acompanes. Y he preparado algo especial. La observe perpleja. Mi madre no solia cocinar jamas. Especialmente si mi padre estaba en Londres por trabajo, como era el caso durante esos dias. --?Tu has preparado algo? --Has oido bien, si. Asi que te espero en el salon a las siete en punto. La cena estara lista. He de comentarte algo, ademas. Iba a contestarle que queria bajar al establo ver a Rex --en realidad a charlar un rato con Oliver--, pero mi madre ya habia abandonado mi dormitorio. Asi eran las cosas con ella: sentenciaba, ordenaba y no habia posibilidad de replica. Consulte el reloj. Eran las seis de la tarde. Si me daba prisa, podia arreglarme un poco y bajar al establo. Tal vez Oliver no estaria demasiado ocupado. En todo caso, tenia que bajar a escondidas. Mama odiaba que me presentase a la cena justo despues de visitar a los caballos. De ahi mi plan perfecto del sandwich. Me meti en el cuarto de bano, me lave la cara, me cepille el pelo y me coloque el vestido de flores menos llamativo que encontre en mi armario, unos calcetines negros hasta la rodilla y cogi las botas que, se suponia, debian permanecer fuera de la casa para no destrozar la moqueta. Me maquille con un poco de colorete, mascara de pestanas y pintalabios, a pesar de que era consciente de que aquellos pequenos rastros de color no pasarian desapercibidos bajo el ojo de halcon de nuestra Adeline. Baje las escaleras hasta el primer piso con las botas en la mano y me dirigi hacia la cocina. Saldria por la puerta trasera y rodearia la casa hasta llegar al establo. Oia la voz de mama hablando por telefono, tal vez con su hermana o con Charlotte. Eso era perfecto. Nunca conversaban menos durante menos de media hora, para desesperacion de mi hermana Charlie. Una de las cosas buenas de haberme instalado en Bracknell con mi ordenador portatil era que no tenia que atender las intensas llamadas telefonicas de mi madre. La escuchaba en vivo y en directo a diario. Sali de la casa por primera vez en aquel dia. Me puse las botas mientras apreciaba el sonido de los primeros guijarros y el olor de las rosas a las que mi madre se dedicaba todas las mananas en cuerpo y alma. Camine unos tres minutos hasta llegar al establo, por el camino que conectaba con la casa. Respire hondo, porque siempre que lo veia me quedaba practicamente sin respiracion; y todo apuntaba a que Oliver Owen estaria con Rex en el interior. Llame a la puerta. --!Adelante! Entre. Entendi enseguida que no hubiese hecho falta ningun blush de Dior en mis mejillas, pues el calor subito que me invadia al encontrarme delante de Oliver no faltaba jamas a la cita. Ahi estaba, una y otra vez, y alli estaba yo de nuevo en el establo, a falta de citas reales con el chico por el que suspiraba desde hacia cinco meses. La razon por la que habia vuelto a vivir con mis padres no era otra, por supuesto. Queria estar cerca de el. Queria destruir aquella extrana verja intangible que nos separaba y estrellarme de una vez por todas contra sus labios. Eso es lo que queria. Por eso no estaba en Londres. CAPITULO 2 OLIVER --?Sabes que no es necesario que llames a la puerta, no? --le pregunte a Lizzy. Se lo habia dicho decenas de veces, pero ella seguia haciendolo, a pesar de que tecnicamente estaba en su propia casa. Observe el vestido de color azul oscuro, estampado con pequenas flores amarillas, que a duras penas le llegaba hasta las rodillas. La hija mayor de Caleb Alcott me dejaba sin aliento cada vez que venia al establo a visitar a su caballo, Truman. A esas alturas ya me debia de haber acostumbrado a su intermitente presencia, pero me habia descolocado por completo que una chica moderna y urbanita como ella decidiese de repente dejar Londres y regresar a casa de sus padres. Tal vez no debia sorprenderme tanto, teniendo en cuenta que aquella familia era inmensamente rica. Mi padre habia trabajado en la casa como mayordomo durante la mitad de su vida y yo me repetia, todas las mananas, que en cuanto terminase de una vez mis estudios de veterinaria me largaria de Bracknell y los Alcott no volverian a saber de mi jamas. Ese pensamiento podria parecer amargo y resentido, pero nacia de algo evidente que en aquel momento se manifestaba en la puerta del establo: nunca sucederia nada entre Lizzy y yo. Sencillamente, porque perteneciamos a mundos distintos. Los de su clase no se mezclaban con los de la mia mas si no era con una relacion laboral mediante. Era asi, y mi razon obligaba a mi corazon a asimilarlo de una vez por todas. Todos los dias. O al menos lo intentaba. Aunque mentiria si dijera que su amabilidad y su sonrisa no me ofrecian un resquicio de esperanza. Ojala las cosas fueran como cuando eramos ninos y jugabamos sin preocuparnos del lugar opuesto que nos habia reservado la vida. --Prefiero llamar --contesto--. Por si estas haciendo algo que no me incumba. Sonrio y se paso la mano por su media melena rubia. Despues se cruzo de brazos y se apoyo en el marco del porton de madera. Aquel gesto tan poco calculado --o no, quien sabe-- revelo la forma redondeada de sus pechos, pequenos y blancos. No tenia la menor idea de vestidos pero si habia notado que Lizzy los llevaba mucho mas a menudo, y no tenia ningun reparo en combinarlos con botas de montar. Aquello era algo que me encantaba. --?Y que iba a estar haciendo, Lizzy? --le pregunte, a pesar de que se me ocurrian varias cosas. Las hijas de Caleb me habian prohibido terminantemente que las tratase de "usted"; cosa que hice en el pasado en un par de ocasiones, cuando llegue a la casa, a pesar de que sonaba completamente ridiculo. Nos conociamos desde ninos, aunque yo era unos cuatro anos mayor que Lizzy. Se acerco para acariciar a Rex.

  • Cien canciones para Amelia de Maruja Moyano

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    El dia que Amelia desaparecio parecia un dia normal, como cualquier otro. El otono hacia semanas que arrancaba hojas de los arboles plantados a la entrada de aquel pequeno patio de vecinos y el viento las arremolinaba obcecadamente junto al pozo situado a la derecha de la entrada de mi casa, justo enfrente de la de Amelia Apenas habia comenzado la tarde y corri, como cada jornada, con mi pedazo de pan con chocolate, a pasar unas horas con ella, a contarle los pormenores de mi manana escolar y, mientras me rehacia las coletas con aquellas manos finas y habiles, escucharla cantar las canciones de aquella epoca en la que las heridas de la contienda continuaban sangrando y el Madrid de principios de los anos sesenta se llenaba de gentes de otras partes de Espana, que escapaban de la miseria de sus pueblos y se encontraban de bruces con mas miseria. La puerta estaba cerrada, extranamente cerrada, porque en aquel tiempo las puertas se cerraban solo de noche y la casa de mi vecina siempre estaba abierta y mas a aquella hora en la que yo solia visitarla. Aplique la oreja a la madera despues de llamarla varias veces sin obtener respuesta, y volvi sobre mis pasos mordisqueando con desgana el chocolate, defraudada por el inesperado planton de mi vecina. Nadie habia echado en falta a Amelia aquella manana. Los hombres partian muy temprano hacia el trabajo, aquellos que lo tenian, los demas salian tambien temprano a buscarlo por las obras y los talleres. Habia que caminar un cuarto de hora hasta llegar a una parada de autobus que comunicaba aquel barrio marginal y apartado con el centro de la capital y otros barrios colindantes y mas afortunados. Excepto Pedro, un joven al que una bomba en el ano 44, siendo un nino pequeno, le habia amputado una pierna y le habia dejado privado de la vision de un ojo cuando jugaba con otro nino en el campo. El vivia con su madre, ya anciana, que recogia chatarra y la revendia para abastecerse de lo mas basico; los ninos y ninas, que en aquella epoca abundabamos, acudiamos a la escuela muy pronto, aliviando la carga de trabajo de nuestras madres durante unas horas; las mujeres trabajaban sin descanso desde el amanecer: despues de preparar el almuerzo de sus maridos y el bocadillo que los hijos que ya iban a la escuela comerian en el recreo, calentaban la leche para todos --en el caso de que tuvieran--, despues salian con los orinales repletos de porqueria a volcarlos en el descampado anexo a aquel conjunto de casitas en las que habitabamos, y que crecia con el paso de los meses sin permiso ni control. Aquel era un barrio colonizado por la miseria, sin agua corriente ni alcantarillado, con luz electrica enganchada quien sabe como, rodeada de campo con escasos arboles y un buen monton de basura. Sus habitantes, en su mayoria inmigrantes andaluces, luchaban a diario por sacar la cabeza de los barrizales de los dias de lluvia y las colas de leche en polvo para sus hijos, como resultado de una parte del acuerdo del regimen franquista con EEUU, a cambio de la instalacion de bases militares en territorio espanol. Pero como decia, nadie echo en falta a Amelia. Yo insistia en preguntarle a mi madre donde estaba Amelia, y ella, molesta y un poco celosa por mi interes, me daba razones vagas que no acababan de convencerme: <>, <>, <>. Nadie atendia a mi preocupacion, ni mi madre ni las vecinas del patio. Nadie. En realidad, nunca se hace mucho caso a los ninos, y en aquellos anos menos aun. Nadie parecia percatarse de que mi angustia, la angustia de una nina de cinco anos, era algo lo suficientemente importante como para pararse un momento y escuchar. Fue la senora Josefa la que dio la voz de alarma avanzada la tarde, cuando al sacar agua del pozo encontro las gafas de Amelia con un cristal roto enganchadas en el cubo. Recuerdo que, a pesar de mi escasa edad y de que no entendia muy bien la situacion, el hecho de que todas las vecinas acudieran curiosas y alertadas a contemplar aquella pesca fortuita, evidencia de que algo andaba mal en el vecindario, me produjo cierto alivio. !Por fin se habian dado cuenta de que Amelia habia desaparecido! Padecia una miopia lo suficientemente importante como para impedirle marchar sin sus gafas. Entonces comenzaron los golpes en la puerta, los gritos de llamada, los corrillos y los comentarios morbosos sospechando que ella, mi querida Amelia, pudiera estar en el fondo del pozo de cuyas aguas bebiamos los habitantes de aquel patio; o tal vez un ataque repentino la hubiera dejado muerta o postrada, incapaz de moverse y abrir la puerta. Unas vecinas jaleaban para tirar la puerta abajo, otras, mas prudentes, preferian llamar a las autoridades y que se hicieran cargo de una posible desgracia. Tardaron mucho en decidir que hacer, hasta que dos vecinos en moto marcharon hacia el puesto de policia mas cercano --y bastante lejano-- para alertar del incidente. Era ya de noche y me encontraba acostada en mi cama, a punto de sumergirme de lleno en el sueno, cuando los vecinos volvieron acompanados de varios policias. Escuche las voces de los adultos y el ruido del motor del coche patrulla. Me asome a la ventana: todo el mundo estaba reunido en el patio frente a la casa de Amelia. Sonaron varios golpes en su puerta y la llamada potente de una voz masculina que achaque con acierto a los uniformados. Por fin, el estruendoso golpe de una patada en la puerta de Amelia resono en la noche en medio del sepulcral silencio de los vecinos expectantes. La casa de Amelia estaba vacia. Digo vacia porque ella no estaba; en cambio, su humilde pero primorosamente decorado hogar se presentaba ante los circunstanciales invasores pulcro y acogedor. Yo lo conocia bien, no era necesario entrar para visualizar cada detalle de aquella casa. Empece a llorar al pensar en que aquellos hombres revolverian sus delicadas pertenencias, aquellas que yo no volveria a tocar jamas. Supe, porque me lo decia el corazon desde un lugar no identificado dentro de mi, que no volveria a ver a Amelia, que los dias de dicha en los que me cantaba sus canciones mientras trenzaba mi pelo; que me ensenaba fotos de los anos en que actuaba en los teatros; que me permitia disfrazarme con sus zapatos y sus complementos de coloridas plumas… aquellos dias en los que con dulzura me llamaba <> habian desaparecido para siempre con ella. Al dia siguiente sondearon el pozo, cuyas aguas abastecian a un buen numero de familias, y comprobaron que no albergaba cadaver alguno, calmando asi los peores temores de los vecinos preocupados por su salud. Yo tambien me alegre, pero no porque temiera contaminarme con los fluidos de un cuerpo muerto, sino porque al menos estaba segura de que Amelia no se habia ahogado en aquel oscuro y profundo hueco al que a los ninos y ninas del patio se nos tenia prohibido asomarnos. Una vez lo hice bien agarrada al cuello de mi padre y me dio pavor mirar hacia aquellas profundidades negras como el mismisimo infierno; al menos eso es lo que me sugirio aquel abismo interminable y oscuro, y tambien fue esa la intencion de mi padre: provocarme un sentimiento de miedo hacia el pozo y mantenerme alejada de el. No recuerdo con claridad que paso despues. Las idas y venidas de gente a aquella casa, posiblemente la policia y algunos familiares que fueron localizados, se mantuvieron durante algunas semanas. Lo que si recuerdo es un profundo sentimiento de tristeza, un vacio que permanecio dentro de mi durante mucho tiempo. Llore la ausencia de Amelia como si hubiera sido la de mi propia madre. Creo que escuche la palabra <> por primera vez durante los dias que siguieron a la desaparicion de Amelia. Aquella palabra me produjo una sensacion de desazon inexplicable. No sabia muy bien que pasaba con la gente que moria. Decian los mayores que tras la muerte las personas subian al cielo si habian sido buenas, o caian a las llamas de un infierno aterrador si habian sido malas. Amelia debia estar sin duda en el cielo, no podia imaginarmela en ningun otro lugar si no estaba a mi lado, asi que dirigia mis ojos hacia lo alto, escudrinaba con los ojos semicerrados entre las nubes; trataba de mirar directamente al sol con mis manos por visera; buscaba verla, una senal, un saludo, sus rasgos dibujados en el aire… cualquier cosa que me indicara que no la habia perdido para siempre. No era posible que se hubiera marchado, ni siquiera al cielo, sin despedirse de mi, eso no era propio de ella. A veces escuchaba hablar a mi madre con otras vecinas, y al acercarme curiosa callaban o decian bajando la voz: <>. Y aunque era muy pequena, me producia enfado, me sentia absolutamente sola ante una pena que no me permitian compartir con nadie. Eran mi pena y mi soledad mucho mas grandes que el pecho que las albergaba. Ni siquiera mi madre conseguia calmar los llantos nocturnos que ella atribuia a pesadillas y terrores infantiles. En realidad, cada noche creia que al despertar todo seria como antes, pero nunca fue asi, la verdad se me mostraba implacable cada amanecer. * * * Tan solo hacia tres anos que Amelia ocupaba aquella casita con patio. Tres anos desde el milagro, o eso decia mi madre al recordar lo que pudo haber sido un drama en mi casa y que, gracias a la vecina recien llegada, no llego a pasar. Unas pocas semanas desde que aquella mujer joven, sola y peculiar se instalo en su casa frente a la mia, ocurrio algo inesperado. Era invierno y anochecia pronto, mi madre planchaba y mi padre aun no habia vuelto del trabajo. Yo era muy pequena y lloriqueaba aburrida y sonolienta despues de tomarme un vaso de leche con galletas. No habia mucho mas. Mama decidio acostarme, mas que nada por quitarme de en medio para que la dejara trabajar tranquila en sus quehaceres. Al poco de acostarme, deje de lloriquear y mama continuo con su plancha creyendome dormida. El viento silbaba frio en el exterior. Ella acabo pronto con la plancha y entro en el pequeno cuarto para asegurarse de que estaba bien arropada en mi mantita, pero lo que encontro le hizo gritar de horror: yo estaba boca arriba, fria y con los ojos abiertos, inmovil y segregando una espesa espuma blanca por la boca. Abrio la puerta de la calle gritando desesperada y pidiendo ayuda; los vecinos abrieron sus puertas. Tambien Amelia. Ella fue la primera en entrar, me cogio en brazos y me tumbo en el suelo de la cocina mientras todo el mundo se arremolinaba impotente a nuestro alrededor. Con su propio panuelo limpio mi boca por dentro y por fuera y comenzo a presionar ritmicamente mi pecho, soplando aire en mis pulmones de tanto en tanto. Aquel masaje cardiaco duro unos minutos que a todos les parecieron interminables; eso es lo que me contaron anos despues. De pronto comence a llorar con todas mis fuerzas, despertandome de no se sabe que triste sueno. Mi corazon latia y mis pulmones se llenaban de aire y lo exhalaban de nuevo.

  • Mujer madura liberada busca de Noa Xireau

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    La vida matrimonial de Malena cae en picado cuando descubre que su marido le esta siendo infiel con otras mujeres. Sin trabajo, sin un sitio a donde ir, ni un rumbo para su vida, Malena decide lanzarse a disfrutar de su propia sexualidad mientras encuentra una solucion a su situacion.

  • Melancolia de izquierda de Enzo Traverso

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    Con el derrumbe del comunismo en 1989 las utopias del siglo xx desaparecieron y dejaron lugar a un presente cargado de memoria pero incapaz de proyectarse en el porvenir. Este nuevo vinculo entre historia y memoria permite redescubrir una tradicion oculta, una vision melancolica de la izquierda que atraviesa la historia revolucionaria. A partir de un archivo vasto y heterogeneo de teoria, testimonios e imagenes, Enzo Traverso explora esta constelacion melancolica desde perspectivas diversas: el analisis de una cultura izquierdista de la derrota, la descripcion de una concepcion marxista de la memoria, la construccion de una vision del duelo, y la investigacion de la tension entre el extasis y la pena que da forma a la bohemia revolucionaria.

  • El secreto del orfebre de Elia Barcelo

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  • Alma de abril de Vanesa Spinelli

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    Una preciosa antologia de relatos y cuentos breves sobre el amor y el desamor, suenos y deseos, ternura y pasion.

  • Siempre Julieta (Julieta 3) de Helene June

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    Paso a buscarte a las siete, ?vale? --me dice mi novio, Ander, al salir de clase. --Genial. --Sonrio y le doy un beso para despedirme, ya que la proxima asignatura no la damos juntos. Hoy es mi cumpleanos y tengo comida en casa con mis padres y mi hermano. Como es martes, lo celebrare con mis amigos el sabado, que, casualmente son las fiestas del barrio de Deusto. Esta noche, Ander y yo iremos a cenar. Llevamos juntos tres meses, y me gusta mucho. Nos conociamos de vista de alguna clase, pero en una de tantas fiestas universitarias se acerco a hablar conmigo. Me encanto lo amable que era. Charlamos de todo, bailamos y me acompano a casa. Estuvimos unas semanas mandandonos mensajes, sentandonos en la misma mesa y estudiando en la biblioteca. Tenemos caracteres similares y se toma en serio la carrera. Congeniabamos. Era tan facil estar con el que, cuando un dia me beso en otra fiesta, me deje llevar. Y asi, lentamente, hasta hoy. Nunca hemos discutido. Todo fluye con Ander. Salgo de la universidad y veo un coche familiar. Miren. Corro hacia ella porque lo tiene mal aparcado, y me monto: --!Felicidades, cumpleanera! --Me abraza con efusividad--. Madre mia, que ya tenemos veintiun anos. !Somos unas viejas! Fijate, en Estados Unidos por fin podrias beber. --Y se parte de risa. La verdad es que es ironico que te permitan llevar armas con dieciocho, pero te prohiban el alcohol hasta cumplir veintiuno. Al menos, eso marca la ley, no es que yo no bebiera con muchos menos anos cuando estaba alli. --Gracias, Mirentxu. --Le doy un beso y me abrocho el cinturon. Habiamos quedado en que venia a buscarme para llevarme a casa y asi nos vemos un ratito hoy. Soy una romantica de los cumpleanos, me gusta festejarlos en el dia que son. Si se hace mas tarde, pierden el encanto. Aun asi, entiendo que para juntarnos todos los amigos es mejor el sabado, pero hoy lo celebro tambien. --?Que tal con tu muermo? --pregunta Miren, refiriendose a Ander. No es que no le guste, pero dice que es un aburrido porque no sigue su ritmo de fiestas, como si cualquiera lo siguiese. --No lo llames asi. ?Que tal tu con el cabra loca? --pregunto yo. Ella esta con una persona opuesta a Ander. Telmo, su amigo con derecho a roce, es el relaciones publicas de la discoteca mas conocida de la ciudad, donde solemos acabar siempre. Y digo <> porque un dia esta con Miren y, al siguiente, con otras, pero a ella no parece importarle. --Bien, anoche quede con el. El tio tiene un polvazo de muerte. Madre mia, Miren. Como ha cambiado. Antes, os juro que pasaba por timida, pero, oye, que ha encontrado su hueco en la universidad y se siente feliz. Asi que todos contentos por ella. --Me alegro por ti. Yo, con Ander, bien, gracias. --?Ya te lo has tirado? --suelta, como quien pregunta si he comprado naranjas, mientras cambia la cancion. --Eh, no --digo con timidez. Se lo que esta pensando: que por que no me lanzo, si no soy virgen. Ander y yo no hemos ido mas alla de besarnos y proporcionarnos placer el uno al otro con nuestras manos. Siempre en el coche, claro, porque los dos vivimos con nuestros padres. No hemos hecho el amor porque no ha habido oportunidad. ?O si? Ya no se si es asi o pongo excusas. Con James nunca me paso esto. Siempre era yo la que pedia mas o buscaba alternativas para estar solos. James... Un ano que no lo veo. El comienzo fue durisimo, terrible, me costo mucho levantar cabeza, pero, gracias a Miren y a todos los trabajos que tenia que hacer, consegui reponerme unos meses despues y continuar con mi vida. No hablamos nunca. Lo hicimos la primera semana hasta que yo le pedi que por favor dejara de llamarme porque estaba sufriendo demasiado. Y nunca mas volvio a hacerlo. Ahora nos mandamos mensajes en fechas senaladas como cumpleanos o navidades. De momento, hoy no me ha escrito, pero se que tenian un concierto benefico. Soy un poco masoquista y sigo por redes sociales el perfil del grupo The Bourbons. No suelo acordarme mucho de James, entre otras cosas, porque no me dejo a mi misma pensar en el, pero en dias como hoy, que se que es probable que me escriba, no puedo evitarlo. --Pues no entiendo a que estas esperando a tirartelo --dice Miren mientras conduce por el camino que bordea la ria. --No hemos tenido la oportunidad. --Amiga, si quieres mentirte a ti misma, vale, pero a mi no me enganas. No lo has hecho porque no quieres. Lo que no entiendo es por que. --Me mira fijamente, aprovechando que se ha parado en un semaforo. --No se, Miren. No lo se, te lo juro. No me sale --me sincero con ella. --Porque es un muermo, ya te lo digo yo. Buscate a otro como Telmo, y ya veras como te sale --contesta, riendose. --Gracias por el consejo, pero me quedo con Ander, nos va bien y disfruto mucho en todos los sentidos. Tienes razon, igual me lanzo esta noche. Ya que es mi cumpleanos, ese puede ser mi regalo. --El regalo se supone que te lo tiene que dar el, pero, mira, si lo quieres ver asi, adelante. Tu me llamas manana y me cuentas que tal --me dice al aparcar frente a mi casa, y subo a celebrar el cumpleanos con mi familia. A las siete en punto, estoy en el portal, esperando a Ander porque se que no va a llegar tarde, nunca lo hace. --Hola, princesa --dice en cuanto abro la puerta del coche y veo un ramo de margaritas en mi asiento. Son mis favoritas. ?Como una flor tan sencilla y abundante en el mundo puede ser tan bonita y delicada a la vez? --Que bonitas, Ander, me encantan. --Las huelo, las poso en mis piernas y le doy un beso a mi novio--. ?Que tienes preparado para hoy? --Es una sorpresa. Pone el coche en marcha, coge la autopista en direccion a la costa y toma la salida de Getxo. Nos metemos por unos caminos de cabras y, al llegar a una garita, nos para una persona. Miro a mi alrededor, intentando adivinar donde estamos. Veo varios coches aparcados en filas y una pantalla gigante. Es un autocine. Que guay, no habia estado nunca en uno. --!Me encanta, Ander! --Sonrio y me acerco a el para darle un abrazo. --Es noche noventera, ponen cine de aquella decada. Creo que la de hoy te gustara. --!Es genial, de verdad! ?Que peli vamos a ver? --pregunto, emocionada. --Romeo y Julieta --contesta, sonriendo. Mierda. El titulo ya me pone los pelos de punta. No voy a parar de oir <> durante la proxima hora y media. Que mala pata, Ander. El pobre no se da cuenta de lo que eso significa para mi. Decido disimular, no creo que sea conveniente decirle a mi novio que ha escogido una pelicula en la que el nombre de la protagonista es el apodo que utilizaba mi ex para llamarme. --Es perfecta para hoy, gracias, Ander. --Dios, soy una mentirosa. Sintonizamos la radio para oir la pelicula en el coche, y Ander va a por unas palomitas. No puedo negar que esto es un planazo, mucho mas original que ir a un restaurante a cenar. Cuando vuelve, empieza la sesion y no me dejo pensar en James. Ander no se lo merece. Me meto en la historia de amor tan tragica que tienen. Leonardo DiCaprio esta muy joven y guapisimo. Recuerdo que una vez me contaron que Claire Danes y el se llevaban fatal fuera de las camaras, parece mentira, ya que la complicidad entre ellos es grandiosa. Disfruto al maximo de la pelicula tan bonita que estamos viendo. Me corren las lagrimas por las mejillas. Que final mas triste. Ander mira como me seco los ojos. --Es solo una pelicula, Lea, no es real. --Y se acerca para besarme. Nuestros besos son siempre calidos y lentos. Como una cancion de musica clasica en la que me imagino pajaritos bailando sobre la orquesta. Como una mousse de chocolate que degusto despacio para que no se acabe. Pero hay dias que me gustaria que esos pajaritos se alejasen tras un sonido rompedor de una trompeta o encontrarme una capa de galleta que le de un toque al sabor de la mousse. Ander se desengancha de mis labios. --?Te llevo a casa? ?O quieres ir a algun otro lado? Pienso un momento que contestarle. --Mejor a casa, que manana tengo la primera clase a las ocho. Miren se va a quedar sin los detalles escabrosos que tanto le gustan, porque hoy no es el dia tampoco. Al entrar en mi habitacion, y como si de una senal se tratase, me suena un mensaje en el movil. Sin ni siquiera mirarlo, se de quien es. De la persona en la que llevo pensando inconscientemente todo el dia y que aun no me ha felicitado. Miro la pantalla y ahi esta una simple frase, sin mas importancia de la que tiene, pero que me faltaba en este cumpleanos para que fuese completo: <>. El corazon me da un vuelco. Un vuelco mucho mayor que el que he sentido en el coche besando a Ander. Enciendo mi tablet para meterme en el perfil de The Bourbons y comprobar si ya han actuado o es esta noche. Hay un video colgado de hace una hora desde Washington, y lo veo. Es un macro concierto con miles de personas. Las primeras notas me hacen sonreir y me dan ganas de bailar. La voz familiar me atraviesa el corazon. Escucho el tema pegadizo tumbada en mi cama boca abajo, balanceando los pies al ritmo de la musica. Al tatarear la letra, me doy cuenta de que habla de como ha conocido a una chica en un bar, que esta loco por ella, por su cuerpo, y que estuvieron la ultima noche juntos. Supongo que todos pasamos pagina, y el, el cantante de un grupo famoso en Estados Unidos, no iba a ser menos. Dejo de seguir su perfil y apago la tablet. No contesto a su mensaje. El sigue con su vida, yo con la mia. Tengo que olvidarme para siempre. Por Ander y por mi. >CANCION: Shape Of You - Ed Sheeran James Washington, mismo dia Que empiece la fiesta. Nos tomamos un chupito de bourbon los cuatro, como suele ser habitual antes de las actuaciones. Hoy tenemos un concierto benefico en Washington. No solemos tocar un martes, pero esta era una gran oportunidad porque actuan artistas de renombre y el escenario no es comparable a ninguno en los que hayamos tocado antes: el National Mall. Hoy hacen una recaudacion para enfermedades raras, por eso es un dia de fiesta en el que hay conciertos todo el dia. La mayoria de artistas conocidos tocan a partir de las seis de la tarde. Nosotros a las once de la manana, que el publico sera mucho menos mayoritario, pero el simple hecho de que nos hayan llamado para disfrutar de nuestras canciones ya es un logro del que estar agradecidos. Hemos seleccionado cinco temas, y yo tambien canto a duo con Alize, una artista adolescente que ha despuntado estos ultimos meses. Segun tengo entendido, va a venir mucha gente a ver en directo su ultimo exito, Non Stop, que es el que cantara conmigo. Compartimos discografica, y han aprovechado la oportunidad para que nos publicitemos mutuamente. Aunque la cancion es pegadiza, no es mi estilo de musica y necesitare mas de un bourbon para bailar y entregarme al publico como pide la discografica. --He conocido a Ray White, que toca esta tarde. Me ha dicho si nos juntamos despues del concierto para conocernos. Le va muy bien en el country, pero esta intentando sonar mas roquero ultimamente y nos quiere proponer que toquemos con el --nos informa Grey tras dejar el chupito en la mesa y servirse otro--. El tio tiene otro nivel, le han puesto su propio camerino en una caravana. --Vamos, ?no? --pregunta Nate, mirandonos. --Por mi, sin problema, ya sabeis que llevo el country en la sangre, no me importaria componer una cancion con Ray White. Tom, ?tu que dices? --pregunto. Suele mantenerse al margen de casi todo, pero nos gusta animarlo a participar. --Si, sin pegas. Quedamos con el y componemos algo entre su estilo y el nuestro --contesta con la mirada puesta en el videojuego al que esta enganchado. Se abre la puerta y entra Jason, nuestro nuevo manager. Cuando empezamos con la ultima gira nacional, los de la agencia lo escogieron porque es mas agresivo y efectivo en este mundillo. El Tiburon, lo llaman. Desde que estamos con el conseguimos conciertos y entrevistas importantes, pero el tio es bastante gilipollas, lo unico que le importa es que salgamos en prensa. --?Que pasa, Tibu? --saluda Nate

  • Los cuatro reinos de Paula Ramos

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    Siempre se ha creido en la magia.
    Sin embargo la realidad es muy distinta a lo que creen que saben algunos: hadas, brujas, vampiros. todos son absurdos cuentos de ninos.
    Si conocieran la verdad oculta y protegida tras esas invenciones, huirian sin dilaciones.
    Este libro ha caido en tus manos. Con el se te abriran las puertas a un mundo totalmente desconocido.
    ?Seras lo suficientemente valiente para conocer la verdad?
    ?O seras sensato y lo dejaras atras?
    Si finalmente te atreves, ?Que lado escogeras: el bien o mal?

  • Flor de sangre (Resistencia 1) de Louise Boije Af Gennas

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    La primera entrega de la <> es un impactante thriller que pone al descubierto las zonas mas oscuras de un poder capaz de manipular la realidad y para el que la verdad es la peor de las amenazas.

  • Noche de Luna Larga. Promesa de amor en Navidad de Gloria V. Casanas

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    Dos hombres jovenes, una muchacha que despierta al amor y antiguos secretos guardados en el corazon de los mayores, que solo la Noche de Luna Larga, la mas prolongada en el Hemisferio Norte, podra revelar. Sera tambien la ocasion en que afloren los sentimientos mas puros y se renueve el amor, tanto el fraternal como el filial y el romantico.

  • El Hijo del Traidor (El Sendero del Guardabosques 1) de Pedro Urvi

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    Un reino en peligro, una gran traicion, un chico buscando redimir el honor de su padre. ?Conseguira eximirlo y salvar el reino de un enemigo en las sombras antes de que sea demasiado tarde para todo el norte?

  • La portavoz de Sophie Saint Rose

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    Katherine tiene la mala suerte de tener que cumplir con una obligacion civica. Formar parte de un jurado en un juicio por asesinato. Pero su mala suerte no termina ahi pues se enamora perdidamente de la persona que menos le conviene. El acusado, Sean Crawford no recuerda lo que ocurrio esa noche y ella estaba dispuesta a todo para librarle de la carcel para poder conocerle.

  • Dos hermanas de David Foenkinos

    https://gigalibros.com/dos-hermanas.html

    La nueva novela del autor mas versatil de la literatura francesa y <> (J. Ernesto Ayala- Dip, Las Provincias), con tres millones de lectores y quince premios literarios.

  • Premio Gordo de Jose Perea Del Pino

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    Con mas de veinte anos de experiencia en el cuerpo de policia, el inspector Espinosa esta tan decepcionado de su trabajo que ha dejado a un lado la profesionalidad. Utiliza las ventajas que le proporciona una placa de policia para sus beneficios personales. Pero un desliz provoca que su vida, hasta ese momento un descontrol de drogas y prostitutas, comience a tomar el camino correcto: la aparicion de una chica, Luciana. Lo peor de todo fue que el inspector nunca entendio el significado del amor; mientras mas se enamoraba, ella mas lo odiaba. Durante unas navidades, un giro radical del destino cambio la vida de ambos de la forma mas violenta posible. Cuando la felicidad era lo mas facil de sentir, intervino el odio y la venganza.

  • Todos te recordaran de Andreu Martin

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    Pocos meses despues del atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona, y a falta de dias para la celebracion de unas controvertidas elecciones autonomicas, aparece en el puerto, entre bloques de hormigon y un alborotado mar oscuro, el cuerpo sin vida del inspector de la Policia Nacional Santiago Ortuno. Semanas antes, Ortuno, un inspector ido a menos relegado a la Brigada de Extranjeria, habia recibido la visita en comisaria de la fascinante vocalista Leire Alfaro --tambien llamada Dorothy Gale-- con el objetivo de solicitarle un permiso de residencia para Abduh Fayad, un lampista marroqui que trabaja en el sospechoso negocio de los hermanos Shaddad y con quien ella mantiene una relacion.

  • Mi Mejor Droga de Laura Lago

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    Estas frente a una coleccion que incluye 10 libros escritos por Laura Lago.

  • Familia de estrellas de Danielle Steel

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    Un homenaje de Danielle Steel a las mujeres fuertes que no se dejan vencer por las adversidades.

  • Nadie te oira gritar, Angela Marsons de Angela Marsons

    https://gigalibros.com/nadie-te-oira-gritar-angela-marsons.html

    Cada muerte tiene un secreto. Cada secreto, un principio.
    En la oscuridad de la noche cinco figuras se turnan para cavar una tumba, un hoyo pequeno en el que entierran los restos de una vida inocente. Nadie dice nada, les une un pacto de sangre que no romperan…
    Anos mas tarde, Teresa Wyatt es brutalmente asesinada en la banera de su casa, y tras ella se suceden mas muertes violentas. Todas las victimas tienen algo en comun, y la detective al frente del caso, Kim Stone, pronto se da cuenta de que la clave para detener al asesino que esta sembrando el panico en la ciudad es resolver un crimen del pasado.
    Esta claro que alguien esconde un secreto y esta dispuesto a todo para que no salga a la luz.