• la regata manuel vicent - Manuel Vicent

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    La nueva novela de Manuel Vicent, una historia sobre el paraiso que un dia todos decidimos perder.

  • LA REGATA | MANUEL VICENT | Casa del Libro

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    Sinopsis de LA REGATA. La nueva novela de Manuel Vicent, uno de los maestros de la narrativa española contemporánea. El amor de Dora Mayo, ...

  • La regata (Hispánica) Tapa blanda - Vicent, Manuel - Amazon ...

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  • La regata Versión Kindle - Vicent, Manuel - Amazon

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  • La regata - Manuel Vicent -5% en libros | FNAC

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    La regata, libro o eBook de Manuel Vicent. Editorial: Alfaguara. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • 'La regata', de Manuel Vicent: Un mar color de sangre | Babelia

    https://elpais.com/cultura/2017/04/25/babelia/1493131465_391678.html

    26 abr 2017 — Manuel Vicent regresa con La regata a su territorio literario: el ... en este libro funcionara casi como un manual de instrucción marinera.

  • La regata - Libro de Manuel Vicent - Lecturalia

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    En este momento de la noche, bajo las estrellas, todo mi horizonte son tus labios.» El amor de Dora Mayo, aspirante a actriz, y el exitoso empresario Pepe.

  • LA REGATA - MANUEL VICENT - 9788420426716 - Agapea

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  • LA REGATA - VICENT MANUEL

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    Manuel Vicent regresa en La regata a su territorio más querido. La ciudad de Circea, ya inmortalizada por el autor en Son de Mar, ... Información del libro.

  • LA REGATA (Libro en papel) - Unebook.

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    LA REGATA, MANUEL VICENT, 18,90€. La nueva novela de Manuel Vicent, una historia sobre el paraíso que un día todos decidimos perder. -Manuel Vicent es la ...

  • Lecturas con daiquiri de Manuel Vicent

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    Vuelve Manuel Vicent con una recopilacion de articulos en los que brilla su mirada inteligente, critica e ironica de la realidad.

  • Una vez anhelado (Un Misterio de Riley Paige 3) de Blake Pierce

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    Nadie se preocupa mucho cuando prostitutas aparecen muertas en Phoenix. Pero cuando se descubre un patron preocupante de asesinatos, la policia local pronto se da cuenta que un asesino en serie esta haciendo de las suyas y saben que no pueden con esto. Dada la naturaleza unica de los crimenes, el FBI sabe que necesita a su mente mas brillante para resolver el caso, saben que necesitan a la agente especial Riley Paige.

  • Sombras nuevas de Alba Duro

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    La oscuridad estaba a su maximo punto, el olor de cigarro estaba adherido a sus dedos que tecleaban sin parar, su rostro estaba muy junto a la pantalla del ordenador como para no perder ningun detalle. Su cabello largo y rizado, estaba atado en una cola con la intencion de domarlo. Tenia un cardigan gris ancho y largo, medias largas y los lentes. --Entonces, luego de caer juntos jadeantes en la cama, ella se dio cuenta que era feliz junto a el. Patricia estaba leyendo las ultimas lineas de una historia romantica que acababa de terminar. Lo volvio a hacer, asegurandose que la redaccion estaba correcta, puesto que ella es una redactora de novelas romanticas y ese es un habito que le aseguraba estar tranquila con lo que habia hecho. Luego de revisar, pasaria tiempo para arreglar los aspectos de presentacion del texto: Colocarle un titulo mas bonito, revisar las comillas y signos de puntuacion, la sangria y, claro, la portada; el cual no representaba un problema ya que era una aficionada a las artes y, como tal, le encantaba jugar con acuarelas y oleos. Todas las bases estaban cubiertas. Pero, por lo pronto, saldria al balcon y se sentaria en una pequena silla de madera. Alli, aprovecharia para fumar un cigarro con tranquilidad y asi celebrar que por fin habia terminado con una obra. Era otro logro personal. Se sento y se quito los lentes, respiro profundo y se dispuso a admirar la vista al parque que tenia. Era un area verde grande, extensa, que ofrecia un panorama tranquilo y calmo. Los afortunados como ella, podrian relajarse viendo arboles lo cual era bastante util para olvidar el caos de la ciudad. Mientras consumia uno de sus vicios favoritos, sabria que seria cuestion de tiempo en que tendria que levantarse para responder los correos de los fanaticos, revisar propuestas de clientes y nuevos proyectos que debia anotar en una agenda de cuero rojo que llevaba siempre consigo. No solo para organizar sus fechas sino tambien para anotar cualquier idea interesante que podria servirle para sus textos. La historia de Patricia como escritora, sin embargo, comenzo de una manera, digamos, curiosa. Ella se encontraba en la universidad estudiando Periodismo, una carrera que no le parecia interesante en lo mas minimo. De hecho, se encontraba compartiendo las aulas con un grupo de personas que se sentian orgullosas de hacer entrevistas y de jugar a ser reporteros estrellas mientras que ella estaba aburrida y, peor aun, con un creciente sentimiento de decepcion. Un dia, saliendo de clases, noto un aviso en la cartelera de corcho que se encontraba en la entrada: "Si te gusta la escritura y quieres emprender en este maravilloso mundo, anota este correo y nos comunicaremos contigo". Para cualquier persona, un aviso tan parco como ese, solo podria significar una cosa: Estafa. Pero, para Patricia podria significar su boleto dorado hacia un cambio de vida que podria darle mas estabilidad en un futuro. Fue a casa rapidamente y se sento en el ordenador de su hermana mayor. --A ver, hagamos la prueba. Un simple "Hola, estoy interesada" y listo. Esperaria la respuesta... Si es que llegara a manifestarse. Dentro de si sabia que no habia nada que perder. Para combatir la ansiedad de la expectativa, prefirio tomar el libro de Estadistica y comenzar a estudiar para los parciales hasta que se quedo dormida. Los numeros, para ella, tenian un efecto casi sedante. Luego de una hora, se levanto de repente y se dirigio hacia su maquina para revisar los estados de Facebook hasta que noto que tenia una respuesta en su correo. Los angeles comenzaban a cantar en su oido. --!Hola, Patricia! Estamos encantados en saber que estas interesada. ?Que tal si nos envias un texto de tu preferencia de 300 palabras? Asi evaluaremos tus habilidades en redaccion. Quedamos atentos ante tu respuesta. Con una amplia sonrisa en el rostro, termino de espabilarse y a pensar que tema seria interesante de escribir. Esta vez, tenia la libertad de escoger todo lo que quisiera. --Mmm, que sea un cuento corto... Espero que funcione. No paso mucho tiempo cuando se sintio inspirada y comenzo a escribir. Algo sencillo y con un final feliz. Reviso y leyo y volvio a revisar hasta que se sintio contenta con el resultado final. Con la esperanza en el corazon, redacto un correo de respuesta. --!Hola! Aqui les adjunto el texto requerido. Espero que les guste. Estare atenta ante cualquier eventualidad. Firmo y decidio que la suerte se manifestara. De todas formas, no pasaria nada si las cosas no saldrian como queria. Al menos asi trataba de consolarse con aquella filosofia del vaso medio lleno. Para su fortuna, no obstante, recibio las mejores noticias que pudo recibir en mucho tiempo. --!Enhorabuena, Patricia! Nos ha encantado lo que has escrito. Queremos hablar contigo y proponerte que escribas historias como la que nos enviaste... No siguio leyendo porque el triunfo personal que sentia le nublaba la vista. Eso era una oportunidad de oro y no pensaba perderla. Lo cierto es que Patricia termino escribiendo cuentos cortos para ninos y adultos. Dos a la semana era la cuota a cumplir y estaba mas que feliz de hacerlo. Aunque la responsabilidad demandaba hacer espacio entre sus deberes, no le importaba rechazar fiestas o reuniones aburridas puesto que le interesaba reunir dinero para irse de su pueblo natal. Todo lo tenia visualizado como una estratega. ... Y asi le funciono. En plena graduacion estaba lista para mudarse a la gran ciudad de Los Angeles. Dejaria el frio, la nieve fastidiosa y los chismes para residenciarse en un lugar que podria garantizarle mayor estabilidad laboral. Se despidio de sus padres y hermanas, de la monotonia y del destino para escribir el suyo propio, ahora el rumbo era una ciudad enorme, intimidante pero brillante. A pesar de las dificultades, Patricia pudo hacerse paso y residenciarse en una zona alejada del centro pero igual de transitada. El piso que alquilo y que ahora es su hogar, tiene forma de atico pero es amplio y ventilado. Ella, como cuenta con un espiritu sencillo y libre, no se molesto en hacer demasiados cambios salvo por invertir en discos de vinilo, un tocadiscos, afiches de peliculas y de los musicos que admira.

  • Volvere cuando me encuentre de Tamara Sr

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    Esta es la historia de Irene, una chica normal y corriente.
    Nunca sabes que puedes llegar hacer o en quien te puedes llegar a convertir, cuando tu vida da un giro inesperado de 180o.
    Todo lo que conocia ya no volvera a existir, ahora la gente le tiene miedo, cruzan de calle, la senalan.
    Todo se complicara, porque ella guarda un gran secreto, que por ahora no debe ser descubierto.
    Todos su planes cambian, su vida vuelve a dar un giro, su corazon vuelve a latir, cuando menos se lo espera, aparece el, Brian.

  • Aislados de Kimberly Mccreigh

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  • La hora muerta (Cronicas del Homo mortem 1) de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que a nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que, en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion. Y Antonio habia llegado a la conclusion de que no le importaba en absoluto lo que se hiciera dentro de aquellos muros. Cuanto menos supiera del asunto mucho mejor para el. Que otros se encarguen de los misterios que todavia quedaban en el mundo. El lo unico que deseaba era vivir bien. Viajar a algun paraiso tropical durante las vacaciones. Tener relaciones esporadicas con una chica, sin ataduras ni giros dramaticos. Ver los partidos de futbol los domingos por la tarde con los amigos. Estaba en paz consigo mismo y con lo que esperaba de la vida. De forma que tras aquella reflexion en la que parecia el ser mas henchido de satisfaccion del universo, le dio una prolongada calada al cigarro y sostuvo el humo en los pulmones durante varios segundos, antes de exhalarlo en una ondulante marea gris que se difumino con el frio de la noche. Uno de los focos titilo y Antonio fruncio el ceno extranado. Volvio a titilar y se apago. --No me jodas. Menuda suerte la mia. En respuesta al comentario de Antonio un zumbido electrico, como una ola que reventara contra la valla, resono con violencia y todas las luces se apagaron a la vez. --No puede ser --y solto un suspiro de protesta. Las nubes cerraban la noche. En la siguiente calada el cigarro brillo con intensidad. Lo arrojo al suelo y se dirigio a ciegas al interior de la garita, donde guardaba la linterna. Antes de entrar escucho el leve crujir de la gravilla, pero no le otorgo ningun significado en especial. La noche estaba plagada de pequenos ruidos y, tras tantos anos, uno aprendia a mantenerlos en un segundo plano; un ruido blanco sin ningun interes. Ya en el interior de la pequena garita, recorrio con las manos, tanteando, la mesa del vigilante, hasta que por fin encontro la linterna. Comprobo que los monitores de las camaras de seguridad tambien se habian apagado. Les dio unos golpecitos como si aquello pudiera devolverlos a la vida. Lo unico que le mostraba la superficie de los monitores era su propio y oscuro reflejo sobre la pantalla… pero aquello no era del todo exacto, porque tambien mostraban el rostro de alguien mas, alguien detras de el. --?Javier? --la pregunta de Antonio surgio forzada, tratando de aparentar normalidad, como si al hacerlo pudiera espantar el miedo, acido y fluido, que le subia por la garganta desde el fondo del estomago. Antonio se giro y el haz de luz de la linterna se poso sobre el rostro sanguinolento de Javier. Este ultimo no aparto la mirada. La pregunta habia surgido automatica porque el corte de pelo de aquel individuo --rapado hasta la raiz del cuero cabelludo-- era el de su companero Javier. Y el uniforme tambien; si se ignoraba la camisa abierta y desgarrada; si se ignoraba la sangre que cubria la ropa, convertida en un amasijo sombrio. Pero, sobre todo, si se ignoraba… si se ignoraba, aquel rostro descarnado al que le habian arrancado la nariz, al que le faltaban los labios y parte de los pomulos y parte de las mejillas. Javier se balanceaba como si el solo hecho de mantenerse de pie fuera un acto extenuante. Esta borracho. Esta borracho y ha tenido un accidente, penso Antonio, pero la idea no le resultaba tranquilizadora. Lo que quedaba del rostro de Javier fue adoptando una actitud agresiva, rabiosa. El rostro se inclino un poco. Los ojos se entornaron con un brillo maligno y salvaje. Y se lanzo hacia delante, silencioso y voraz. La linterna cayo al suelo. Antonio se descubrio forcejeando con su antiguo companero. --!Para! !Para! ?Te has vuelto loco? --logro decir entre jadeos, sosteniendo a Javier desde las munecas. Apenas podia verlo, pero si que podia oler su aliento. El olor metalico e incisivo de la sangre coagulada. Cerca, muy cerca de la cara. Demasiado cerca… Sintio la saliva, cayendo sobre el como gotas de rocio hediondo. Se le estaba tirando con todo el cuerpo encima. No lo golpeaba, solo lanzaba el rostro hacia delante, mordiendo, ansiando (Dios, oh dios, suplico para sus adentros) un bocado de su cara. Empujado por el enloquecido companero Antonio choco de espaldas contra la mesa donde descansaban los monitores. En un movimiento desesperado golpeo la rodilla de Javier, haciendole perder el equilibrio, y tiro de sus brazos hacia un lado. Logro arrojarlo al suelo y tanteo, desesperado, por encima de la mesa en busca de algo, algo contundente, algo con lo que defenderse… La linterna iluminaba los pies de Javier. Ya empezaba a levantarse de nuevo y Antonio adivino la mirada, la horrible mirada de su companero, que prometia no detenerse jamas hasta lograr acabar con el. Su mano se cerro sobre un objeto duro. Sin vacilaciones, Antonio golpeo donde creia que debia estar la cabeza de Javier. Fue un golpe directo entre los ojos. El objeto revento en una lluvia mordiente de cristales y el aire se lleno de un intenso, invasivo, olor a alcohol. El instinto de supervivencia tomo las riendas de Antonio y, antes de que el mismo se diera cuenta de lo que hacia, ya estaba saliendo de la garita del vigilante. Cerro la puerta con violencia confiando en que, debido a su estado enloquecido, Javier no pudiera abrirla. Su primera idea fue ir al aparcamiento, pero la desestimo al instante. La llave del vehiculo estaba en el interior de la garita y antes de volver a entrar alli estaba dispuesto a buscar ayuda, aunque fuera caminando. Por muy lejos que estuviera de la civilizacion. Quizas los americanos pudieran ayudarle y, sin embargo, aquella idea tampoco acababa de convencerlo. Detuvo las cavilaciones al escuchar de nuevo el crujir de la grava. Un crujido arrastrado, prolongado, demasiado regular y cercano. Pero no podia ser Javier porque todavia estaba encerrado en la garita. Entonces… Entonces se dio cuenta de que el sonido provenia de varias direcciones y todas ellas tenian como origen, provenian, de la base militar. Supo, con cristalina certeza, que aquellos pasos terminaban en el. Suspiro de alivio al notar en el bolsillo de los pantalones el mando con el que podia abrir y cerrar la verja metalica a los vehiculos. Se apresuro hacia alli, casi a ciegas, confiando mas en la memoria de tantos anos de trabajo que en su limitada vision. Pulso el mando. No paso nada. Lo volvio a pulsar, en esta ocasion con fuerza. Repitio el gesto, desesperado, sintiendo como las lagrimas del panico saltaban desde las comisuras de los ojos. --Por favor, por favor, joder, por favor, funciona… !Funciona! Pero la puerta (la condenada puerta) seguia sin abrirse. Y entendio por que. El motivo era tan evidente que lo habia pasado por alto. La corriente electrica habia saltado para toda la instalacion y este hecho incluia, por supuesto, el brazo hidraulico que desplazaba la verja. Sintio como tras el varias formas se aproximaban. Pausadas. Ineludibles. Pero el brazo hidraulico podia desbloquearse. Solo se hacia en caso de que se estropeara y se requiriera abrir la verja manualmente. Recorto los metros que le faltaban hasta el enrejado mientras, tanteando, soltaba el manojo de llaves que le colgaba del cinturon. Las manos le temblaban incontrolables en busca de una llave pequena. Las llaves tintinearon escandalosas, o por lo menos asi le parecio a Antonio, cuando se le cayeron de las manos para rebotar contra el suelo. Escucho un grunido tras de si. Un grunido de satisfaccion. En respuesta el vello de los brazos se le erizo como si hubiera recibido una descarga. Sus dedos se cerraron en torno a una llave pequena, diminuta, y suplico silencioso que fuera la correcta. La cerradura no giro de inmediato. Gimio, protesto, y, por fin, libero el brazo hidraulico del entramado metalico de la verja. No comprobo a que distancia se encontraban las figuras de el. Abrio la puerta y salio de la instalacion. Un momento de duda le hizo considerar cerrar la puerta, pero le alcanzo de nuevo aquel sonido arrastrado y torpe sobre la grava e imagino, aterrorizado, el rostro encarnado, abiertas las heridas, de Javier. --A la mierda con todo. Y con aquella frase tan apropiada para la situacion, pues albergaba tintes profeticos, Antonio dejo libre a la mayor plaga en la historia de la humanidad.

  • El traidor (Amor y Guerra 1) de Alexis J. Regnat

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    Dafne Sevenstons, joven institutriz britanica, se ve obligada a permanecer en la capital del Tercer Reich por cuestiones burocraticas cuando la familia para la que trabaja parte hacia Suiza. Sola en la ciudad, atrapada por azar en un juego de espias, su unica salida es aceptar la proteccion del frio y atractivo coronel aleman Heinrich Strieber, un hombre que oculta un peligroso secreto.

  • Calle La Boetie 21 de Anne Sinclair

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    <>, me pregunto el empleado que estaba detras del mostrador. Era la pregunta que habian hecho por ultima vez a los que pronto subirian a un tren procedentes de Pithiviers, Beaune-La Rolande o del Velodromo de Invierno, camino de los campos de concentracion… y basto para que acudiera a mi memoria Paul Rosenberg, mi abuelo, amigo y consejero de pintores, cuya galeria se encontraba en la calle La Boetie 21 de Paris. Atraida a mi pesar por esa direccion y por la tragica historia a ella vinculada, desee, de repente, revisitar la leyenda familiar. Me sumergi en los archivos. Intente entender el itinerario de ese brillante abuelo, intimo de Picasso, Braque, Matisse, Leger y que paso a ser un paria bajo el regimen de Vichy. Paul Rosenberg fue un gran marchante. En Paris hasta 1940 y en su exilio de Nueva York durante la guerra. Era frances, judio y un enamorado del arte. Este libro cuenta su historia, que, indirectamente, es tambien la mia.

  • El lado equivocado del cielo de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    Liv Monroe. Derek Gray. Shawn Bennett. Zazzie, Carter, Kumiko. ?Que tienen en comun este variopinto grupo de desconocidos? Que van a pasar un largo, complicado y caluroso verano en Hendersonville como resultado de varios delitos leves.
    Todos han sido condenados a prestar servicios comunitarios para pagar su deuda con la sociedad, y que mejor manera que participar como mano de obra en la restauracion de una preciosa mansion en Carolina del Norte.
    Liderados por Adeline, una jefa de obra que los maneja con mano dura, y en medio de un entorno muy diferente al que estan acostumbrados, este grupo de personas tan distintas entre si estan a punto de descubrir que ese castigo puede ser la mejor experiencia de sus vidas.

  • Dejate enganar (Citas de Amor 3) de Anna Dominich

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    Vicky es una mujer fuerte y decidida que siempre lucha por lo que desea y nunca se rinde ante nada. Tras unos anos dificiles, vive la clase de vida que siempre ha sonado. Rodeada de amigas que la quieren, independiente, propietaria de un negocio y sin preocupaciones, por fin es feliz. Ademas, tiene a Alexei, un hombre misterioso, con muchos secretos, que ha acabado convirtiendose en su confidente y mejor amigo.
    Sin embargo, el tiempo pasa y siente que le falta algo. Cuando conoce por casualidad a Daniela, una nina que ha perdido a sus padres y se ha quedado sin hogar, se da cuenta de que lo que siempre ha deseado es formar una familia, asi que no duda en acogerla, quererla y cuidarla como hubiera querido que hicieran con ella.
    Todo parece perfecto en la apacible vida de Vicky, hasta que un dia el pasado regresa y el unico hombre al que ha amado llama a su puerta.
    Ivan no entiende el motivo por el que Vicky le dejo sin darle ninguna explicacion y ahora, al reencontrarla, esta dispuesto a obtener respuestas y cobrarse la venganza. Las cosas se complican para ambos, hay muchas preguntas sin respuesta y surgen las dudas. ?Se puede desear y odiar a una persona al mismo tiempo y con la misma intensidad?

  • Noche Sagrada de Michael Connelly

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    Renee Ballard, que sigue trabajando en el turno de noche, regresa a la comisaria de Hollywood de madrugada y se encuentra a un desconocido hurgando en los viejos archivadores. El intruso es el detective retirado Harry Bosch, que esta buscando pistas de un caso abierto que lo obsesiona. Ballard lo echa, pero luego revisa el expediente y siente una profunda empatia y rabia. Bosch esta investigando la muerte de Daisy Clayton, una joven de quince anos que se fugo de casa. Mientras vagabundeaba por las calles de Hollywood, fue brutalmente asesinada y su cadaver fue arrojado en un contenedor como si de basura se tratase. Ballard une fuerzas con Bosch para descubrir lo que le ocurrio a Daisy y llevar finalmente a su asesino ante la justicia.

  • La nina del bosque, Brian McGilloway de Brian Mcgilloway

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    Una nina perdida en el bosque, una policia con problemas, un secuestro sin aclarar. Una novela que permanecera contigo cuando hayas apagado las luces.

  • Corazones en la arena (Cuidarte el alma 4), Dante Aviles & Mariel Ruggieri de Dante Aviles , Mariel Ruggieri

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    Elegi llamarme Dante, porque un amor armado en el cielo me condujo al infierno.
    “Corazones en la arena” es una novela autobiografica, pero tiene dos versiones. La primera tuvo el desenlace que marco mi desesperacion, no mis deseos. La segunda es esta, la verdadera, la que surgio despues de que purgue mis culpas y el destino me brindo otra oportunidad junto a ella.
    Esta historia no tiene principio ni tiene final, porque desde ninos creemos que este amor se gesto antes que nosotros y que en cada nueva existencia nos volveremos a encontrar. No se como se llamaba ella en sus vidas pasadas, ni como se llamara en las futuras.
    Lo que si se es que en esta vida, mis corazones en la arena llevaran siempre el nombre de Eva.

  • Sesenta y cinco horas de N. R. Walker

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    ME SENTE en mi despacho intentando no mirarlo. Pero lo mire. Su despacho estaba frente al mio. Las paredes de cristal me servian de distraccion diaria, porque, por mi puta vida, no queria mirarle. Pero lo miraba. No me gustaba. De hecho, me cabreaba. Era un magnifico y jodidamente arrogante hijo de puta. El hijo del jefe. Rico, inteligente, impecablemente vestido. Y heterosexual. Las mujeres de la oficina, no, de todo el edificio, lo adoraban. Realmente era vergonzoso. Se maquillaban antes de que el entrara, aleteaban las pestanas, se reian y coqueteaban sin verguenza. Y el se limitaba a sonreir con esa jodida sonrisa de suficiencia -esa preciosa sonrisa de infarto- y las dejaba a todas alborotadas a su paso. Llevaba seis meses aqui y, por lo que yo sabia, nunca habia salido con nadie de la oficina. Debia tener esa etica laboral de limites profesionales sobre la que habia leido. Eso, o el Jefe-Papa prohibia las relaciones con empleados de la oficina. Mi asistente personal, Rachel, juraba que era un buen tipo. Era la mejor amiga de Simona, que resulto ser su asistente personal. El sonreia y charlaba con las dos, pero si yo pasaba por delante de ellos, me miraba mal. Actuaba como si no me molestara, les dedicaba una sonrisa a las chicas y las saludaba con un movimiento imaginario de un sombrero que obviamente no llevaba. Y a ellas les encantaba. No estaba seguro de si eso era lo que le molestaba, o tal vez no le gustaban los tejanos. Tal vez no le gustaba el hecho de que me hubieran contratado en una de las agencias de publicidad mas lucrativas de Dallas. Tal vez fue porque me dieron una oficina justo enfrente de el, junto a la de su padre. Tal vez fue porque fui elegido por su querido padre, y se sentia amenazado de que pudiera ser mejor que el en este trabajo. Tal vez no le gustara porque soy gay. Pero no creia que fuera eso. Era bastante amigable con Marcus, de Cuentas. Los habia visto hablar muchas veces y Marcus era tan malditamente gay que me hacia poner los ojos en blanco. Sin duda, un homofobo asqueado no se acercaria al nino del cartel de la cachemira lila y el brillo de labios. Desde el primer dia que lo conoci, se mostro frio conmigo. Habia volado a Chicago para la entrevista de Alto Ejecutivo de Publicidad en la prestigiosa Publicidad Fletcher, Inc. Nos conocimos y charlamos amablemente durante dos minutos antes de que entrara su padre y comenzara la entrevista informal. Si, fue informal, pero aun asi fue una entrevista intensa. Estaba un poco nervioso, pero fui yo: profesional, honesto y directo. Veras, la cosa es que soy jodidamente bueno en lo que hago. No tengo pelos en la lengua y no pierdo el tiempo. Asi que cuando me preguntaron si tenia alguna pregunta, dije: --Solo una. Los dos hombres me miraron para que continuara. Asi que lo hice. --No necesito deciros lo bueno que soy en mi trabajo. Teneis mi cartera y, francamente, dudo que estuviera aqui sentado si no supierais que yo solo puedo aumentar la rentabilidad de vuestras cuentas en al menos un veinticinco por ciento. Diablos, si no alcanzo ese objetivo en el primer ano, podeis darme una patada en el culo o despedirme. Pero lo que no esta escrito en mi curriculo en ningun sitio es que soy gay. Ambos parpadearon. --No anuncio mi sexualidad, ni la oculto. Esta es la unica vez que espero discutir este asunto con vosotros, asi que necesito saber, antes de que perdamos mas tiempo, si vosotros, o esta empresa, os sentis de alguna manera incomodos u homofobicos. Si la respuesta es afirmativa, entonces os agradecere a ambos la oportunidad, pero estare de vuelta en Texas a tiempo para la cena. Y con eso, el jefe sonrio, se puso de pie y me estrecho la mano, mientras el hijo parecia que le acababan de cagar desde una gran altura. Empece dos semanas despues y Cameron Fletcher se mostro indiferente conmigo desde entonces. No diria que es hostil. Pero tampoco diria agradable. Un fuerte golpe en la puerta me saco de mis recuerdos antes de que se abriera. Mi afable y distinguido jefe, vestido de Armani, entro en mi despacho. --?Lucas? --?Si, Sr. Fletcher? --Mi oficina. Diez minutos. --Claro. --Le sonrei. Cerro la puerta y mire a Rachel en busca de alguna explicacion. Ella se encogio de hombros, y ambos nos volvimos hacia la pared de cristal y vimos como el senor Fletcher llamaba a la puerta de su hijo. --?Cameron? Entro y ya no pudimos oir ninguna palabra que dijera, pero observamos la silenciosa conversacion entre padre e hijo. --No parece feliz --dijo Rachel a mi lado. --?Quien de los dos? --pregunte. Ella solto una risita. --Cameron. --?Alguna vez es feliz? Me dio un golpecito en el hombro y me sonrio con un mohin retorcido, diciendome juguetonamente que lo dejara en paz. El senor Fletcher salio del despacho de Cameron y vimos como este se sentaba en su escritorio, se pasaba las manos por el cabello veinte veces y giraba su silla para que no pudieramos verlo. Vimos como Simona ordenaba rapidamente los archivos y se los entregaba, y luego Rachel dijo: --!Ve, Lucas! Es hora. Vamos. No llegues tarde. --Casi me empujo hacia la puerta, justo cuando la puerta de Cameron se abrio justo frente a mi. Ignorando completamente a Cameron, incline mi sombrero invisible y sonrei a Simona. --Senorita Simona. Ella sonrio, y Cameron puso los ojos en blanco y se alejo delante de mi. Pronto me di cuenta de que tambien se dirigia al despacho de su padre. Mierda. Lo segui, entrando por las puertas dobles abiertas al final del pasillo. El despacho del senor Fletcher era enorme; abierto, luminoso y contemporaneo, pero con estilo. Habia una gran flecha de arquero adornando la pared detras de su escritorio. El simbolo de la flecha de arquero, el icono de Publicidad Fletcher, al parecer, estaba en el escudo de la familia. La flecha, esa simple pieza de firma, estaba en todas las malditas cosas; puertas, ventanas, papeleria, muebles; television, internet, revistas, periodicos. Esa misma flecha era sinonimo de publicidad en todo el pais. Representaba la excelencia en esta industria. Incluso habia una junto a mi nombre en mis tarjetas de presentacion. No necesitaban un eslogan, ni mensajes cursis. El simbolo por si solo decia lo suficiente. Cuando veias la flecha, pensabas en Publicidad Fletcher. Simple y efectivo. Genialidad. --Ah, Lucas --dijo el Sr. Fletcher, el hombre detras del genio--. Pasa, toma asiento. Cameron estaba alli, aunque no me miraba. A decir verdad, estaba un poco nervioso en cuanto al significado de esta reunion y por que eramos solo nosotros tres. Las reuniones improvisadas y exclusivas con el jefe siempre me ponian tenso, asi que hice lo primero que se me ocurrio. Me recoste en mi asiento, cruce un tobillo sobre la rodilla y sonrei como si estuvieramos alli para hablar del partido de futbol del fin de semana. Engreido, si. Arrogante, tal vez. Vendia publicidad, joder. Mi trabajo consistia en aparentar que conocia el secreto de su exito. Era una actuacion. Yo lo sabia, pero el cliente, el tipo al otro lado de la mesa que extendia los cheques, no. --Supongo que ambos os preguntareis por que os he reunido aqui --comenzo el senor Fletcher, aunque no nos dio tiempo a ninguno de los dos para hablar--. Me he enterado por rumores de que cierta empresa de productos de estilo de vida esta en la necesidad de una nueva comercializacion. He hecho algunas llamadas telefonicas y he conseguido una reunion casual para convencerles de que nos necesitan. --Lurex --dijo Cameron con confianza--. Lei un articulo con el nuevo director general en Business Review USA. Dijo entonces que le gustaria ampliar horizontes. El Sr. Fletcher asintio a su hijo y sonrio, un poco orgulloso. --Si. Lurex. Vaya por Dios. La mayor empresa de productos de estilo de vida, como dijo el senor Fletcher con tanta delicadeza, era el mayor fabricante de preservativos, lubricantes personales y auxiliares sexuales del pais. Esa cuenta seria… enorme. Un tipo de carrera inmensa. Podia sentir que mi sonrisa se hacia mas grande, y el Sr. Fletcher sonrio cuando me miro. Pero fue Cameron quien hablo. --?Por que nos lo dices a los dos? Ese era un buen punto. Entonces mire a Cameron, aunque todavia no me habia mirado. Sus ojos estaban fijos en su padre. --La reunion es a las 10 de la manana, el lunes. Parpadee. Estaba seguro de que Cameron parpadeo. Luego volvi a parpadear. --?Como dentro de tres dias? --dijo mi boca antes de que mi cerebro pudiera detenerla. Eran las cuatro de la tarde del viernes, joder. --Si --dijo el senor Fletcher lentamente, como si yo fuera un discapacitado mental--. En sesenta y cinco horas quiero que Publicidad Fletcher entre en esa reunion con un nuevo diseno de producto, un nuevo mercado objetivo, una nueva campana. No me atrevi a preguntarle si habia perdido la puta cabeza y me conforme con removerme en mi asiento. El Sr. Fletcher me miro, luego a Cameron, y dijo: --Es un contrato de veinte millones de dolares, y lo quiero. Los dos teneis un talento excepcional y con un horario abierto, no dudo de que cualquiera de vosotros podria conseguir el trato. Oh, joder… Estaba bastante seguro de que sabia a donde iba con esto…. --Pero no tenemos un horario abierto --dijo el Sr. Fletcher--. Tenemos sesenta y cinco horas. Por eso, los dos trabajareis juntos durante el fin de semana para asegurarnos de que entramos en esa reunion y los dejamos boquiabiertos. Trabajar juntos. Trabajar todo el fin de semana. Si. Eso es lo que pense. Joder. Cameron intento objetar, pero su padre se levanto. Al parecer, la reunion habia terminado. El Sr. Fletcher se dirigio a las puertas dobles que daban paso a la sala de conferencias y mire a Cameron. Estaba mirando la silla de su padre, ahora vacia, e imagine que mi cara no era mucho mejor. --!Chicos! --nos llamo el senor Fletcher. Me apresure a seguirle, y Cameron no estaba muy lejos de mi. Habia dos bolsas de papel marron de supermercado sobre la mesa de conferencias, que el Sr. Fletcher senalo con la mano. --Conoced su producto tal y como es ahora, lo que le falta. Convertidlo en algo sin lo que alguien no pueda vivir. Estare en contacto con vosotros. Y entonces solo quedamos Cameron y yo. Y dos bolsas de papel marron. Suspirando, abri una de las bolsas, y el contenido se derramo sobre la mesa. Condones. Cajas de ellos. Acanalados, tachonados, de colores, finos, largos, para el placer de ella, para el de el, lo que sea, estaba alli. Lubricantes de todos los sabores, con purpurina, con brillo, autocalentables, con hormigueo… Sonrei cuando me di cuenta de que ya habia probado la mayoria de ellos. Eche un vistazo a la otra bolsa y, por el rabillo del ojo, note que Cameron se movia. Me encogi de hombros hacia el. --A mi tampoco me gusta esto --le dije, entregandole lo que tenia en las manos, para poder vaciar la segunda bolsa. Cuando miro lo que le habia dado, yo tambien lo mire, dandome cuenta de que acababa de entregarle una caja de lubricante con sabor a fresa. Miro la caja, luego a mi y exhalo con las mejillas hinchadas. Empece a sacar cajas de la segunda bolsa cuando me di cuenta de que el estaba volviendo a empaquetar la primera. --?Que estas haciendo? --le pregunte. --No voy a hacer esto aqui --dijo con un tono sencillo. --?Que? --pregunte en voz demasiado alta--. Oiste lo que tu… Me corto. --He dicho que no voy a hacer esto aqui --repitio, claramente nervioso. Saco una tarjeta de presentacion y un boligrafo del bolsillo y garabateo algo antes de darmelo--. Es la direccion de mi casa --explico antes de que pudiera preguntar--. Si voy a estar todo el fin de semana trabajando, mas vale que este comodo. Le dire a Simona que nos prepare todo lo que necesitemos. Miro su reloj. --Estare en casa en una hora. Y asi, sin mas, estaba secuestrado durante las siguientes sesenta y cinco horas con un hombre que no soportaba verme.

  • De compania de Francisco Jose Cejudo Martinez

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    En un futuro donde nada es lo que parece y la vida lucha por ser ordenada y metodica, un terrible crimen sacara a la luz antiguos secretos y cuestiones atemporales.
    Amor, dinero, pasion y violencia se entremezclan en una novela en la que un solo hombre, detective de profesion y lobo solitario por eleccion, debera usar todas sus armas mentales y sociales para descubrir a los culpables.

  • Te prefiero a ti de Lu Basquet

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    “Haremos otra revision de los archivos”, dice Daniel, con su celular en su oreja. Esta muy atento a la conversacion. “!Carajo! Dime que no es cierto”, le pido. Aprieto mis punos y golpeo el escritorio en el salon de reuniones. Las botellas y vasos de agua casi caen al piso. Mis empleados se sienten nerviosos. Y me importa un carajo. Deberia tratarlos aun peor. Augusto Castillo, el hijo de puta que dirige la empresa de la competencia, se adueno del diseno que preparamos y lo mostro anoche como si fuese suyo. Una gran cantidad de mensajes aparecen en mi celular mientras los tecnicos de mi equipo buscan al "topo" en la empresa que dirijo. “Lo se, pero no sera suficiente”, digo en voz baja. Comienzo a sentir una ira cada vez mas fuerte, y creo que dentro de poco no podre contenerla. Tenemos solo unos quince dias para presentar nuestro dron mas reciente y avanzado. Pusimos cada detalle a punto. Los periodistas, nuestros clientes, los representantes del Gobierno y el publico en general nos esperan. Sin embargo, Respiro profundo y deshago el nudo de mi corbata. No se que rayos pasa por mi mente. Aunque intento relajarme, no puedo. Ahora entiendo lo que sentiria cualquier persona que ve como se desperdician anos y toneladas de esfuerzo. He pasado cada dia de los ultimos tres anos dedicado a este proyecto, y todo se fue a la mierda. Lo perdimos todo. Invertimos millones y millones de pesos para investigar y desarrollar el dron. Y no valio la pena. Me tope con el la noche anterior cerca de la recepcion del hotel. Quise darle un punetazo para quitar esa expresion de su cara, pero no lo hice. Por educacion solo asenti, aunque en mi mente lo imaginaba ya quemandose en el infierno. Siento que mis venas laten mientras recuerdo la expresion de arrogancia de Castillo. “Pronto surgira algun detalle”, asegura Daniel. ?Sirvio de algo lo que hice?", le pregunto. Niego con mi cara y giro para verlo. “Busco a las personas mas inteligentes del mundo, les exijo firmar contratos de confidencialidad y ademas tengo mas agentes de seguridad que el resto de la industria. “Puedes tener la certeza de que una vez que descubramos a la persona que robo el diseno…”. Me pongo de pie y camino sobre la gran mesa. Lo veo fijamente mientras me imagino poniendome las manos en su garganta hasta que quede sin aire. Se que es un gran amigo. Lo hemos sido hace anos, pero su calma y argumentacion me irritan. Siento que nada tiene sentido y el solo dice frases para relajarme. “No tienes que investigar nada. Sabemos quien lo hizo”, grito, interrumpiendolo. Camino hasta llegar a la ventana para ver la ciudad. Mi personal hace tanto silencio que no se oye ni un mosquito. Una suave lluvia y un cielo gris se asoman en el panorama. Aun cuando hubiera un sol radiante y no hubiera una nube o un arcoiris copara el horizonte, seria inutil. Estoy viviendo un infierno. “Quiero demandarlo. Ese pendejo se lo merece”, digo. Cuando giro, veo a Ana Robles. Es la lideresa de mi grupo de abogados. Intenta asentir. Quiere hacerlo. Abre su boca suavemente y toca la mesa con sus dedos nerviosos, lo que me indica que quiere darme la respuesta que espero. “Estoy muy molesta por Castillo. Lo que hace va contra la etica de las empresas que…”. La ira que siento me impide hablar con claridad. "?'Etica'? !Robo el trabajo que hicimos!”, grito. "Aunque quiero plantearle otra solucion, no hay forma de que demandarlo por sus acciones", dice, y asiente lentamente. “Asi es. Se adueno de los planos. No obstante, no habiamos obtenido la patente del diseno del dron. Eso significa que Castillo y Compania podia presentar su diseno anoche sin problemas. "Lamento mucho esta situacion". "Podriamos presentar una orden judicial”, digo despues. Jorge, el lider de mi equipo de seguridad, hace silencio. No ha dicho nada hasta el momento. Tal vez esta preguntandose si alguien de su oficina filtro el proyecto. Entonces decide aportar una sugerencia. Laura niega con su cara y noto su frustracion. “Es una posibilidad”, dice, y me ve fijamente. “Eres el jefe y puedes decidir si lo hacemos. En caso de que quieras, esto tardaria mucho tiempo, tal vez meses. Ademas…”. “No hay evidencia de que haya robado el diseno”, digo, para completar su frase, mientras siento la desilusion en cada una de mis neuronas. “Entrariamos en un juego de 'yo digo, el dice' sobre el robo del proyecto. Seria titular de todos los diarios. Recibiriamos mas mierda. Si no nos defendemos y nos mostramos como unos ninos malcriados, tendremos que aceptar que se quedaran con los contratos que pensamos que nos asignarian”. Tulio, el gerente del departamento de ventas, levanta su cara. “?Cual es el plan, jefe?”, me pregunta. ?Cual es el plan? Aunque soy el jefe, no tengo la respuesta a esa pregunta. Debo resolver el asunto, pero no se como hacerlo. Recuerdo una historia que me narro mama. Era solo un nino entonces. Una jovencita habia estado durante un dia entero preparando un pavo. Lo habia hecho para la cena. Queria impresionar a un chico con esa comida. Ademas, habia cocinado aperitivos y comprado bebidas. Se veia excelente. Llego el momento de la cena y la joven debia servir la comida principal, el pavo que habia estado cocinando desde la manana. Con su cara llena de satisfaccion puso la comida en una bandeja de plata. Los invitados abrieron sus bocas con suma impresion. No obstante, cuando se acerco al comedor, el tacon de su zapato se quedo atascado en el tapiz. Entonces no pudo sostener la bandeja. La comida se desparramo por los aires y luego cayo al piso. La atmosfera se lleno de un silencio atronador. Ninguno de los invitados se atrevia a moverse. La garganta de la chica se lleno de nudos. Era tan desdichada que no podia creerlo. Habia pasado horas frente al horno y su esfuerzo habia sido en vano. Su madre tomo la palabra. “Tranquila, hija. Echa esta comida a la basura y busca el otro pavo que horneaste”, dijo. “Haremos la presentacion. La realizaremos con el otro dron”, digo. Giro para ver a mis empleados. Estoy determinado a hacer lo que nos planteamos desde el principio. Decido hablarles con firmeza. “?Hay otro dron?”, pregunta Daniel. Veo su cara de sorpresa. “Si. Diana y su equipo han trabajado en el”. ?Como va a estar listo en este poco tiempo que nos queda?”, pregunta. Abre su boca ampliamente. “Carlos, sinceramente no entiendo. Todos sabemos que a ese proyecto le falta mucho. Hay un serio problema con el, por si lo has olvidado. Despues de estar en el aire por diez minutos, su motor se recalienta y explota. Me encargare de el, aunque tenga que trabajar todo el dia durante las proximas dos semanas”, grito. “Estara listo. Claro que si. “?Y el topo?”, me pregunta Jorge. “Debemos saber quien en nuestro equipo robo el diseno para darselos a Castillo. Si no lo hacemos, podria suceder lo mismo con el proyecto de Diana". “Deja de pensar en eso. Se que descubriremos quien es. Y cuando eso suceda, yo mismo tomare cartas en el asunto”, respondo, susurrante. Lorena habla en el altavoz del telefono de mi escritorio y su voz retumba en las paredes. “Senor Martinez”, dice. Tomo el telefono y desactivo el altavoz para que nadie mas oiga lo que va a decirme. “?Que ocurre?”, grito. “Disculpe que lo interrumpa. Lo que sucede es que…”. “Lo que sucede es que te ordene que no me interrumpieras y ahora estas haciendolo”, le reclamo, con mi voz alterada. “Asi es, y le pido disculpas de nuevo”, dice, y baja su voz. “Pero queria informarle que aca esta su… exesposa”. CAPITULO 2: CARLOS Un panico feroz se aduena de mis entranas. Es un temor atroz que me produce pensar en lo que pudo haber pasado. Siento que, si Lorena me hubiera bofeteado, habria causado el mismo efecto. Apenas puedo moverme. Mis pensamientos, sin embargo, estan acelerados. Muy acelerados. Me pregunto que sucede. Si le ocurrio algo a Antonella. Mi columna vertebral se llena de horribles escalofrios. Si. Tiene que haber pasado algo con Antonella. Ahora ya no siento ira por lo que hizo Castillo y Compania. Robaron nuestro diseno, pero no importa por el momento. “De acuerdo, saldre en un minuto”, respondo. El tono de mi voz es confuso y se mezcla con algo de tension. “Senor Martinez, lo lamento, pero ella se dirigio a su oficina. Aunque intente pararla, fue inutil. Lo espera alli en este momento”. “Entiendo”, contesto, aunque me cuesta hablar. Ahora solo ruego que no se trate de Antonella. Daniel se da cuenta de que ahora actuo de modo distinto. Busca levantarse para que me fije en el, pero solo veo la puerta para salir. Nada podria ser peor en un dia como este. Salgo del salon de juntas y entro rapidamente a mi oficina. La tension en mi espalda es terrible. Que mierda. Pensar en Antonella es algo que no puedo controlar. Intento calmarme con la imagen de su sonrisa. Decido asegurar la puerta con llave para hablar con mi exesposa en privado. Apoyo mi espalda en ella y veo fijamente lo que aparece frente a mis ojos. La silla de cuero que generalmente ocupo ahora tiene a otra persona. Es mi exesposa. Sus labios estan pintados con un fuerte tono rojo. Sobre mi mesa estan sus tacones altos. La figura de su cuerpo luce atractiva sobre la silla y el escritorio. Entonces aparece un recuerdo en mi mente. El recuerdo de sus muslos chocando con mis pelotas cuando la penetro. Pero la imagen desaparece rapidamente. Es solo un recuerdo fugaz, y me doy cuenta de que mi pene se pone flacido. Carajo. Me percato de que me hace falta tener relaciones. Muchas relaciones sexuales. “?Por que viniste, Maura? Hoy no puedo hablar contigo”, digo. Con lo que veo, me doy cuenta de que Antonella esta bien. Si mi ex tiene algo en mente, no podre complacerla. Estoy muy ocupado. Debo pedirle que se vaya. Tiene que salir de ahi pronto. Veo la hora en mi celular. “Surgio algo, Carlos, pero nunca puedes hablar conmigo”, dice. Resopla con ironia. "Levantate. Esa es mi silla", digo. La veo con molestia. “No es una broma, Maura. Solo di por que viniste”.

  • Decidida a matar de John Nicholl

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    Los cazadores se convierten en presa

  • Tiempo y poder de Christopher Clark

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    Este libro pionero plantea nuevos puntos de vista acerca de como las distintas nociones del tiempo condicionan el ejercicio del poder. El aclamado historiador Christopher Clark se sirve de cuatro figuras clave de la historia de Alemania -Federico Guillermo de Brandemburgo-Prusia, Federico el Grande, Otto von Bismarck y Adolf Hitler- para observar la historia a traves de una lupa temporal y preguntarse si los actores historicos y sus regimenes encarnan conceptos singulares del tiempo.

  • La red de Caronte de Gemma Herrero Virto

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    Los cadaveres brutalmente mutilados de varias adolescentes aparecen abandonados en parajes apartados de Vizcaya. No hay pistas sobre el asesino, nadie sabe nada del misterioso asaltante y lo unico que tienen en comun todas las victimas es que son jovenes solitarias.
    La investigacion lleva a la joven forense Natalia Egana y al inspector de homicidios Carlos Vega a descubrir que el asesino contacta con sus victimas a traves de Internet. Usando el sobrenombre de Caronte se acerca poco a poco a sus presas, descubre sus secretos mas intimos y las enamora hasta conseguir una cita que sera fatal para ellas.

  • A tres metros sobre el cielo de Federico Moccia

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    Babi es una estudiante modelo y la hija perfecta. Step, en cambio, es violento y descarado. Provienen de dos mundos completamente distintos. A pesar de todo, entre los dos nacera un amor mas alla de todas las convenciones. Un amor controvertido por el que deberan luchar mas de lo que esperaban. Babi y Step se erigen como un Romeo y Julieta contemporaneos en Roma, un escenario que parece creado para el amor.

  • El mercader de libros de Luis Zueco

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  • La ilusion de la felicidad de Carl Cederstrom

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    En este contundente libro, Carl Cederstrom rastrea la concepcion actual de la felicidad desde sus raices en la psiquiatria europea de principios del siglo XX, pasando por la generacion Beat, el psicoanalisis de Wilhelm Reich o el movimiento hippie, hasta llegar a Donald Trump. El autor defiende que la felicidad se define en nuestros dias por el deseo de ser <>, de experimentar placer fisico y de cultivar una individualidad unica. En los ultimos cincuenta anos, estas ideas, antes revolucionarias, han sido secuestradas por corporaciones y agencias publicitarias que nos empujan a llevar una vida cada vez mas insatisfactoria, acelerada, insegura y narcisista. En una epoca de creciente austeridad y division social, Cederstrom sostiene que un nuevo sueno radical de felicidad se esta imponiendo. Existe una vision alternativa de la buena vida que promueve un compromiso mas profundo con el mundo y nuestro lugar dentro de el, en oposicion al individualismo y el hedonismo ilimitados. Guiados por una cosmovision mas igualitaria, podemos reinventarnos a nosotros mismos y a nuestras sociedades.

  • Camino a tu corazon de Simona Coz

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  • Todas las cosas que nunca sabre de Noelle Stephanie

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    ?Que pasaria si tu hermanastro apareciera un tu vida queriendo recuperar el tiempo perdido?
    ?Y si te propusiera coger un avion a Londres e irte con el? ?Aceptarias?
    Ariadna Gomez lo tenia muy claro, si queria se libre tenia que dejar de vivir con sus padres. Y el unico que podia salvarla era su hermanastro Charlie.
    Los desacuerdos, las discusiones y las continuas plegarias a la libertad hicieron que la chica tomara una decision rotunda al decidir marcharse con Charlie. Sin embargo, nada seria tan facil como planeaba.

  • Encontrarte de Mar Vaquerizo

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  • Se ofrece musa a tiempo parcial de Lorraine Coco

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    Hola, soy Didie, musa de profesion y con grandes exitos en mi carrera. Me encanta poner patas arriba la vida de los acogidos que cuidadosamente selecciono. Pero tienen que cumplir mis tres normas inquebrantables. Estas son; primero, tienen que hacer todo lo que yo les pida. En segundo lugar, deben estar siempre disponibles para mi, porque las musas somos caprichosas y centelleamos en el momento mas inoportuno. Y la ultima, y mas importante, es que esta totalmente prohibido enamorarse de mi.
    A veces mis acogidos se confunden de sentimiento por culpa del enorme influjo que causo sobre ellos, aunque hasta ahora no he tenido ningun problema en controlar la situacion.
    Pero no se si eso esta a punto de cambiar. Mi siguiente acogido es escritor, y esta muy perdido. Todo un reto teniendo en cuenta que es terco, desconfiado, imponente, arrogante, y pretende desafiar todas mis normas.
    ?Me acompanas y averiguamos si consigo que escriba su proximo bestseller?

  • ?Tu? de Christian Martins

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    Abey es feliz en Nueva York, lejos de su poblacion natal. Pero cuando comprende que su pareja le esta siendo infiel despues de diez anos de relacion, decide regresar al frio de Alaska para refugiarse en su hogar de la infancia.
    Lo que no esperaba era que el chico con el que ha matado sus penas en el aeropuerto, fuera a resultar ser el mejor amigo del prometido de su hermana pequena...
    ?Sobrevivira una semana durmiendo bajo el mismo techo que el?

  • Misterios del alma (Secretos del alma 1) de Victoria Magno

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    Primera entrega de la serie <>.

  • Homicidium de Jerusalem Elizondo

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    Clara Schafer, una joven y novata investigadora, recien incorporada al Grupo de Delitos Civiles y Politicos de la Policia Foral de Navarra, recibe el aviso de un asesinato en las ruinas romanas de Santa Criz, una ciudad romana semidesenterrada por los arqueologos.
    La inspectora tendra que hacer frente a una serie de crimenes cuyas victimas tienen un nexo en comun, su trabajo en la Universidad Publica de Navarra. En sus pesquisas contara con importantes aliados, pero no todo sera lo que parece, ni el caso resultara tan sencillo, en una investigacion contrarreloj por descubrir a la persona culpable antes de que siga asesinando.
    Homicidium se desarrolla en torno a la universidad y a la arqueologia romana en Navarra, en una trama compleja, que combina las acciones policiales con los asuntos mas oscuros del mundo universitario, creando un ambiente de intriga y sospecha sobre las motivaciones de los personajes.

  • La marca del pentagono (Diana Davila 4) de Esteban Navarro

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    La oficial de policia nacional Diana se traslada a Laspaules, una poblacion de Huesca relacionada historicamente con la brujeria, donde comparte investigacion con el Inspector Jefe Vazquez de la Unidad Central de Madrid.
    El motivo de que Diana se desplace a Laspaules es porque han asesinado a Andres Hernandez, un policia amigo de la oficial destinado en la comisaria de Huesca, en lo que parece un ritual relacionado con la brujeria. La joven policia se ve obligada a implicarse en la investigacion cuando recibe una llamada perdida del telefono movil del policia de Huesca justo en el momento que es asesinado.
    Una vez se traslada al pueblo y mientras indaga en que es lo que estaba buscando su amigo antes de ser asesinado, va recibiendo mensajes de texto desde su telefono advirtiendole sobre las brujas y de que no se fie de nadie.
    Enfrascada en seguir la pista de los ultimos pasos del policia, descubre que semanas antes habia recibido el encargo de un banquero de Zaragoza al que le robaron una edicion original del Fausto de Goethe de 1882, de un valor incalculable. Registrando el ordenador del policia descubre que en sus ultimas notas apunta como sospechosas a cuatro amigas jovenes de esa localidad a la que todos los vecinos de la villa tienen como brujas. Su sorpresa es cuando descubre que una de ellas, precisamente, es hija del banquero que contrato al policia.

  • Entre Dos Mundos de Maca Soler Alba

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    Bien, Mal, Paz, Dolor, Sufrimiento, Alegria…todo con un nexo comun: la saltadora.
    Cuando Jacqueline Dubois descubre que el infierno en el que se encuentra sumida puede ser su propia salvacion, decide hacer lo que siempre ha sentido que estaba destinada a hacer: luchar, muchas veces incluso consigo misma.
    Cuando tu destino esta escrito entre dos mundos es algo de lo que no puedes escapar.

  • Peliculas Prohibidas de Lecxia Fenrira

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    Todas las personas tienen metas, todas las personas tienen objetivos y el de ella era bastante obvio: queria tener la boda de sus suenos. Si, todo tenia que ser perfecto y como no, para una mujer como ella tan ordenada, abogado, joven y bella, tenia que ser asi. No debia ser de otra forma. Rebeca estaba feliz, no lo podia negar. Habia conocido al hombre de sus suenos: Alberto, un tio que era un exitoso arquitecto quien, por cierto, tenia una firma reconocida en la ciudad. Se conocieron en la universidad y las cosas se dieron como un flechazo instantaneo. La abogado estrella de la corte tuvo una vida tranquila. Era la menor de tres hermanos y, de paso, era conocida por tener los ojos verdes mas brillantes y hermosos que alguien podria admirar. Su cabello era largo, por los hombros, de un rubio brillante. Siempre impecable y siempre bien peinado, por supuesto. De nina desarrollo la necesidad de verse bien, de cuidar su imagen hasta lo mas pequeno. Asi que era muy consciente de que imagen proyectaba a los demas. Esto lo mismo tambien hizo que tomara la decision de ser bien estricta con su alimentacion y establecer una rutina de ejercicios para mantenerse en forma. Asi pues, paso sus anos de secundaria y universidad, no solo como una estudiante destacada, sino tambien por ser una excelente atleta con dotes impresionantes para el deporte. Su figura naturalmente delgada, se convirtio en una mas firme y de musculatura marcada. El lema de "mente sana y cuerpo sano" era muy serio para ella. Sus padres a veces pensaban que para ser una chica tan joven, era un poco estructurada. Pero bien, asi era su hija y la amaba de manera incondicional. Por supuesto, esto represento que ella se convirtiera en una de esas chicas que todos los hombres desean. Sin embargo, gracias a su caracter tan determinante, solo se permitia estar con personas que resultasen verdaderamente interesantes para ella. De resto, ni siquiera se molestaba en interactuar con tios sin cerebro. Alberto no solo era guapo, tambien era brillante y muy educado. Ella sabia que seria la persona perfecta para su familia y bueno, lo demas es historia. Lo cierto es que Rebeca era una persona querida por la gente que se encontraba a su alrededor. Su novio moria por ella, al igual que sus amigos y el resto de su familia. Al igual que alguien que le estaba siguiendo los pasos desde hacia mucho tiempo. --Disculpame que te cite aqui para ver unas flores, pero es que ni mi mama ni mis amigas pudieron venir. Me da mucha pena contigo. --No te preocupes. Yo estoy encantado de estas cosas de bodas y demas. Es... Digamos, entretenido. --Gracias, en serio. No podria hacer esto sola. Francamente pense que seria facil porque tu sabes como soy, pero no. Esto de organizar una boda es abrumador. --Venga, no te quites credito. Eres una tia que esta preparada para lo que sea. De seguro esto no es nada comparado con las cosas que has hecho anteriormente. --Y pues, no lo se. Digamos que es distinto... A veces prefiero olvidarme de este asunto, decirle a Alberto que nos figuemos y nos casemos en Bali. --No es mala idea. Deberias considerarlo seriamente --dijo el picandole un ojo. --Eres terrible. Si sigo contigo seguramente tendre ideas locas. Mark rio a carcajadas, era un tio gracioso, pero le gustaba mas que le hicieran reir. La miro un rato luego de que ella se fijara en unas vitrinas con zapatos que queria para su viaje de luna de miel. Ella no paraba de hablar y el de mirarla fijamente. Mark y Alberto se conocieron de ninos, asi que fue natural la decision del novio de designar a Mark como el padrino de la boda. La notica le puso muy contento, claro, asi que estaba ansioso por conocer a la mujer que habia conquistado el corazon de su amigo. El le comentaba que la chica no solo era hermosa, sino tambien dulce, inteligente, casera y bondadosa. Resaltaba como su lengua afilaba era capaz de desestimar cualquier argumento bobo y le sorprendia la velocidad de su mente. --Ella parece ir mas rapido que los demas. Incluso a veces me cuesta seguirla. Pero la amo, la amo como a nada en la vida. Es perfecta. Mark estaba intrigado, aunque como buen mujeriego pensaba que esas palabras eran eso: palabras vacias que no decian mucho. Las mujeres para el eran diversion de una noche o de varias --en el mejor de los casos--. No la habia conocido como Alberto hubiera querido porque el estaba pasando una temporada en el exterior haciendo cualquier cantidad de cursos, asi que tendria que esperar a que el momento se diera y por fin salir de las dudas. Llego al pais y su amigo insistio tanto en verse esa misma noche que el cedio solo por el. --Venga, tio, esta bien. Solo dejame descansar un poco y despues quedamos para un bonito sitio. --No vayas a traer a ninguna de tus mujeres. Rebeca es una mujer seria y quiero que tenga una imagen buena de ti. --Tio, por Dios, eso sono demasiado medieval. --Es la verdad. --Vale, que no llevo a nadie. Si, estaba de malhumor porque queria salir de alli con cualquier excusa y follar. Pero bien, su amigo era su amigo y no habia nada que hacer. Quedaron en un restaurante que estaba en el centro. En cuanto llego, se encontro a Alberto y se dieron un abrazo de esos sentidos. Mark olvido lo pesado que se puso su amigo al sentirse feliz de verlo. --?Como te fue? --dijo Alberto con una sonrisa. --Bien, no me puedo quejar. Debo decirte que las tias suecas son divinas y no se complican para nada, eh. --No empieces. --Solo te comento... Por cierto, ?en donde esta la senorita en cuestion? Ya a estas alturas estoy que quiero saber quien te tiene asi de enamorado. Pareces un tarro de dulce y promesas. --No juegues con eso, tio. En serio te digo que esta es la mujer. --Pidamos unas pintas mientras llegas. Asi nos ponemos al dia. Estoy que te tengo que contar un monton de cosas. Los dos conversaron como siempre. Entre unas cuantas tapas y cerveza. Mark casi olvido por completo que debian encontrarse con la chica en cuestion. Pero, sucedio y nunca penso que se transformaria de manera abrupta. Ella entro meneando el cabello, las caderas y sonriendo con una sonrisa amable, dulce y tambien de sorpresa porque vio en la mesa a alguien que no conocia. Como fue de esperarse, Alberto estaba contento, pero Mark, el pobre tio, quedo aplastado por ese encanto y la belleza de esa mujer. --!Hola! Debes ser Mark. Lo siento mucho, trate de salir temprano, pero tuve que presentarme para un juicio. Trate de aplazarlo, pero el demandante queria hacerlo hoy. Por eso vengo a esta hora. Alberto la sostenia de la cintura, mientras le daba un beso en la mejilla. Mientras, Mark estaba de pie, tratando de disimular que se habia sentido terriblemente atraido. Ella se sento luciendo ese vestido negro ajustado, el blazer del mismo color, los zapatos de tacon y el cabello pulcramente peinado. Pero lo que realmente lo dejo tonto fueron esos ojos verdes y esos labios gruesos de color rojo. Su rostro, tan blanco y tan lindo, con una expresion que no habia visto en las otras chicas. Se sentaron a comer y a beber. Ella no dejaba de hablar de su trabajo y de que los juicios se estaban volviendo un poco pesados. Pero, lo mas interesante del asunto era que si te ponias a ver la escena desde afuera, los dos estaban como embobados. --Le hable a Mark sobre ti. El no me creia que fueras asi de perfecta. Ahora ya lo sabe y me puede dar la razon. Rebeca se puso un poco roja por la verguenza y le tomo el rostro de su novio con una dulzura que encendio el interior de Mark con el fuego de los celos. --Como sabras, Mark, Alberto tiende a la exageracion, pero supongo que ahi esta parte de su encanto. --?Me excusan un momento? Es que acabo de llegar de viaje y estoy un poco mareado. --?Estas bien? --dijo Alberto con notable preocupacion. --Si, si, no te preocupes. Solo voy a echarme un poco de agua en la cara y regreso. Antes de levantarse, ella le dirigio una sonrisa y fue ahi cuando sintio que algo dentro de el se habia roto para siempre. El ruido del restaurante, la gente hablando, las copas chocando. Todo quedo en el profundo olvido, puesto que el estaba demasiado absorto en la imagen de ella que ya estaba en su memoria. Entro al bano y abrio una de las puertas de los cubiculos que estaban alli. Se sento sobre la tapa del inodoro y se llevo las manos en la cabeza. Cerro los ojos y se le manifesto el fulano mareo que habia mencionado en la mesa y el cual habia inventado porque necesitaba un tiempo para entender lo que le estaba pasando. Ella se le aparecia de manera constante, recurrente. Era tan fuerte que parecia sentir golpes de ella sobre sus retinas. Era doloroso y tambien exasperante. Nunca en su vida habia vivido por una situacion asi. Jamas, asi que no entendia lo que le estaba pasando. Por supuesto, siempre fue un hombre que no tuvo problemas con las mujeres. Era bien sabido que cualquier chica estaba a su disposicion en todo momento. Pero ella se le aparecio en un momento de su vida en el que puso en duda muchas de las cosas que ya un hombre de su edad habia dado por sentado. El corazon le latia con fuerza y la sensacion de malestar se le estaba haciendo cada vez mas real. No podia creer que se sintiera tan descompuesto. Olvido el sabor agradable de la cerveza, las tapas de bacon y aceitunas, el crocante del pan o las anecdotas graciosas de su amigo y las de el. Nada de eso tuvo mas sentido. Salio del lugar y fue al lavabo para echarse agua fresca. Se miro en el espejo y se sorprendio de su expresion de preocupacion. Un poco mas de agua, una rapida secada y saldria como si nada hubiera pasado. Tambien era experto en eso. Volvio a caminar por el pasillo y antes de enfrentarse a la gente, se armo una sonrisa para fingir que todo estaba bajo control. Los encontro riendose y de nuevo el calor en el fondo del estomago, el malestar y las ganas de irse de alli. Ya no queria saber nada mas. --Oye, ?te sientes mejor? ?Que tal si comemos algo? Quizas asi puedas recuperar un poco el color. --Alberto, tambien fue demasiado pedirle que viniera si acababa de llegar de viaje. Rebeca le dirigio una mirada y sus ojos brillantes le dieron a entender que comprendia, de cierto modo, lo que le estaba pasando. Pero, ?como cojones comprenderia esa mezcla tan turbia de sentimientos? --Vale, vale. Que no pasa nada. Debe ser la edad que me tiene con estos achaques tan molestos, hostia. --?Piensas quedarte? ?O prefieres que nos veamos cuando estes descansado? --volvio a preguntar Rebeca. --Creo que mejor me voy. No pense que este tema del jetlag me afectara asi. Que molesto esto. De verdad que no queria arruinar la velada. --No lo haces --dijo ella-- poniendole la mano sobre la suya-- Se que eres una de las personas mas importantes para Alberto, y para mi es mas que suficiente el hecho de que hayas hecho un espacio para conocerme. El contacto de su piel hizo que sintiera como si una corriente de electricidad pasara por todo su cuerpo. Fue calor, frio, hielo, amor, terror, fuerza y debilidad. Todo eso, mucho de todo, que se junto para que se diera cuenta que ya no tendria escapatoria de esa mujer. --Gracias a ti. Bueno, espero que nos podamos reunir con mayor tranquilidad. Lo siento mucho

  • Pim Pam Pum Bocadillo de Atun de Gloria Vilarino

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    Redescubre las tres fases de la vida de la mano de Greta la croqueta y Oliver el cacahuete, el anorado pasado que es lo unico certero, las oportunidades y elecciones que nos brinda el fugaz presente y el siempre incierto e indescifrable futuro. Sigue a Greta y Oliver desde la mas tierna infancia hasta la madurez; en la complejidad de las relaciones humanas con sus fugaces instantes de dicha y los repentinos y tragicos sucesos que hacen que la vida de un vuelco. Greta y Oliver junto con sus inseparables amigos de la infancia seran protagonistas de un macabro asesinato que marcara sus trayectorias y cambiara sus vidas para siempre.

  • Un amor para olvidar de Erina Alcala

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    Ernesto es un arquitecto barcelones. Un empresario guapo y atractivo, dueno de hoteles y adquisiciones inmobiliarias. Poco esperaba que en uno de sus aburridos viajes de negocios, en la estacion del Ave de Madrid, tendria que conocer a Carmen, la mujer que le cambiaria la vida.

  • La Ultima Mentira de Mary Kubica

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    El mundo de Clara Solberg estalla en mil pedazos cuando su marido y su hija de cuatro anos tienen un accidente de trafico. Nick muere, pero Maisie sale extranamente ilesa. El suceso se cataloga como accidente… hasta que dias mas tarde, Maisie empieza a tener terrores nocturnos que hacen que Clara se cuestione que sucedio realmente esa fatidica tarde.

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • El cielo sobre Darjeeling de Nicole C. Vosseler

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    Exitosa novela alemana en la linea de Sarah Lark con una nueva ambientacion exotica: la India, en concreto las primeras plantaciones de te en Darjeeling a finales del siglo XIX.

  • Un toque ardiente de Bianca De Santis

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    Necesito algo que me haga sentir lo que ningun hombre ha logrado

    Era un dia como cualquier otro en el trabajo hasta que Valeria entra por la puerta del local de tatuajes y perforaciones. Una mujer hermosa, con caderas pronunciadas y tentadoras curvas que capturan la atencion de todos...sin excepciones.

  • Sombras perdidas de Margarita Soto Soto

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    Sone con sus ojos y pude ver en ellos como el mundo se paraba y un silencio mortal nos envolvia. Todo se habia vuelto gris, los dias no tenian sol y la luna no acompanaba a las noches, el cielo estaba cubierto por una capa de ceniza que nos oprimia y que cada vez estaba mas cerca de nosotros. Sin tener nocion del tiempo que transcurria porque careciamos de ninguna referencia, caminabamos sin rumbo fijo y no nos conociamos entre nosotros. Cada hombre, mujer, nino, nina deambulaban solos sin destino alguno. Los padres y madres iban al lado de sus hijos sin reconocerlos y los que ni tan solo tenian edad para caminar permanecian sentados o estirados alli donde los habian dejado. Todos nosotros habiamos sucumbido y ya no podiamos considerarnos personas, no eramos mas que seres de carne y hueso que habiamos perdido la conciencia y los sentimientos que hasta entonces formaban nuestra esencia. No teniamos ningun lugar a donde ir ni al que regresar. Nos habiamos convertido en despojos, en sombras de las personas que habiamos sido. El color habia desparecido incluso de nuestros rostros que ahora tambien eran grises y el peso de nuestras espaldas hacia que caminaramos curvados. Llevabamos una carga desconocida y con ella ibamos a ningun lugar y no habia nadie que nos esperara. Ese sera nuestro final, el final de todos nosotros sera convertirnos en sombras. Existiremos, pero no viviremos, tampoco estaremos muertos, caminaremos sin fin hacia la nada donde el vacio de la eternidad nos espera. 1 El telefono no para de sonar y Alejandra se niega a contestar, no quiere saber nada de los periodistas, la unica persona con la que ha hablado en los ultimos dias ha sido con el editor de su hijo para recriminarle que filtrara la noticia. Le habia dejado bien claro que no era la persona indicada para comunicar que estaba ingresado y que el asunto no iba a quedar asi, se encargaria de hablar lo antes posible con un abogado para que tomara las medidas oportunas. En las redes sociales no se habla de otra cosa y a ella le subleva, sobre todo cuando piensa en lo discreto que ha sido Eduardo desde la publicacion de su primer libro. Siempre ha intentado mantener su vida privada al margen de todo y ahora nadie lo respeta, todo son especulaciones y se ha convertido en carnaza fresca para tiburones. ?Donde esta el respeto a su privacidad?, piensa. ?Que diferencia hay entre hacer bien tu trabajo y vivir de el a los personajillos que venden sus miserias por cinco minutos de gloria? No recuerda la ultima vez que habia estado tan indignada, y lo que es peor, la sensacion de indefension, de no poder hacer nada para detener los comentarios. Sin darse cuenta esta delante de la casa, debe concentrarse, con el coche va para aqui y para alla y al final tendra un accidente. Decide dejarlo aparcado fuera, prefiere no maniobrar para entrarlo en el garaje. Introduce la llave en la cerradura mientras mentalmente repasa el codigo de la alarma y una vez mas la tristeza y la angustia la invaden. Abre la puerta y entra, sus pasos resuenan en el silencio que habita la casa, la luz se filtra por los grandes ventanales de las paredes y el techo. Nunca le ha gustado el diseno del interior, demasiado moderno para su gusto, pero siempre se ha guardado su opinion. Mira las escaleras que dan al piso de arriba, el dormitorio esta alli, pero ahora no le interesa, la ropa puede esperar. Su idea es encontrar algo en el despacho, algun escrito. Abre la puerta y el reflejo del sol cae sobre la mesa de trabajo perfectamente ordenada, da un vistazo general a toda la estancia y confirma que a simple vista esta bien. Los libros colocados segun un orden que solo el entiende, sobre la mesa auxiliar reposan las revistas de viajes y de cine y en la silla de mimbre hay colgada una chaqueta, se acerca y la coge. Se abraza a ella y rompe a llorar al sentir el olor que todavia conserva. Sin soltarla se dirige al escritorio, todo esta colocado milimetricamente. Abre uno de los cajones y ve el cuaderno negro en el que escribia las ideas que luego plasmaba en el ordenador, lo abre. En las primeras paginas no encuentra nada nuevo, las pasa rapido, en las ultimas hay anotaciones de ideas, pero nada que parezca relevante. Sigue buscando y bajo un monton de folios en blanco encuentra una fina libreta de color rojo llena de dibujos. En la primera pagina ve el rostro de una mujer, esta hecho a lapiz, con sombras. Le sorprende que su hijo haya sido capaz de hacer algo asi y sin dudarlo un momento pasa a la siguiente hoja. Le cuesta descifrar lo que pone, su letra ha ido empeorando con el tiempo, la perfecta caligrafia de aquel nino pequeno que escribia cuentos fantasticos se ha transformado en garabatos indescifrables. Decide encender el ordenador, nunca se habria atrevido a adentrarse en la intimidad de su hijo, pero ahora tiene que hacerlo. No tiene problema con la contrasena, la sabe de siempre porque entre ellos no hay secretos. En el escritorio hay una carpeta justo en el centro que pone KAVLA, clica sobre el archivo. PRIMER ENCUENTRO Cuando Daniel vio a Eduardo entrar en el bar tenia un aspecto deplorable, nada que ver con aquel hombre elegante y de modales impecables que ultimamente se dejaba ver mas que los meses anteriores. Entro cabizbajo, con aspecto triste, y tras sentarse permanecio un rato apoyado en la barra dejando pasar unos minutos hasta pedir su consumicion. La luz del techo hacia que su cara pareciera aun mas blanca de lo que era y el pelo despeinado le daba un aire fantasmagorico, el traje arrugado sugeria que algo extrano le habia ocurrido, pero no pregunto nada, habia aprendido a ser discreto detras de la barra. Estaba acostumbrado a verlo todas las noches con aquellos trajes caros y elegantes que tanta envidia le daban, pero desde hacia un par de semanas la elegancia y el porte natural que tenia se habia ido perdiendo hasta llegar al estado de dejadez en el que se encontraba hoy. Cogio de lo alto de una estanteria la botella de whisky que siempre le pedia, la abrio lentamente mientras lo seguia observando y dejo caer la cara bebida en un vaso con hielo. Al servirle, Eduardo lo agarro fuertemente de la muneca. -- ?Crees en las brujas? -- pregunto. -- No. -- Ingenuo. -- Debo volver al trabajo-- le dijo separandose. Penso que estaba borracho, alguna cosa en sus ojos le produjo una gran desazon, intento evitar la conversacion, pero el insistio. Al apartarle la mano se fijo en el puno de la camisa, el blanco se habia vuelto grisaceo y el borde estaba desgastado. -- Huye de ellas, aun estas a tiempo. -- Sera mejor que vuelva a casa y descanse. Apoyo la cara en la barra y puso las manos sobre la cabeza, se le notaba angustiado y nervioso. Empezo a tocarse el pelo, despeinandose aun mas y haciendo que no quedara rastro del fijador que normalmente llevaba. --No estoy borracho ?sabes? Estoy enfermo. -- Vaya, lo siento-- dijo con un tono al que Eduardo reacciono de mala manera. --!No lo sientas! --grito. ?Me tomas a cachondeo? ?Crees que estoy loco? !Pues si estoy loco, me ha vuelto loco, esa hija de puta me ha matado! Rompio a llorar y Daniel salio de la barra, se acerco para consolarlo, pero lo aparto bruscamente haciendo que se tambaleara y que casi cayera al suelo. -- Esa hija de puta me ha matado. Estoy muerto-- sollozo. -- Mire yo no se que hacer ni que decirle. No tiene familia o a algun amigo a quien llamar. Venga, por favor deje de beber y digame a quien puedo avisar para que venga a buscarlo. -- A nadie, ?conoces a alguien que quiera venir a buscar a un muerto? -- !Deje de decir tonterias! Usted esta vivo, ahora mismo esta hablando conmigo. Si estuviera muerto no lo haria, los muertos no hablan. Rompio a reir y lo que salio de su boca no fue el sonido de una risa normal, era un ruido que helaba la sangre. Daniel se aparto, no queria recibir otro empujon, el estado de animo de aquel hombre no era bueno y su fuerza exagerada, parecia que de un momento a otro pudiera perder el control. -- Algun dia vendra a por ti y entonces te acordaras de esta conversacion. ?Recuerdas una mujer con la que alguna vez habia venido? Pelo rubio, ondulado, muy guapa. -- Si, pensaba que era su mujer. -- Mi mujer... Ella estaba en casa esperandome, enganada como una boba. Volvio a llorar desconsoladamente mientras le explicaba lo feliz que habia sido con ella. Se levanto del taburete y cogio a Daniel del hombro llevandolo hacia una de las mesas para sentarse alli. El sin ningunas ganas y con una sensacion desagradable que no podia quitarse de encima espero a que llegara la hora de cerrar mientras escuchaba su historia. -- Es la mejor persona que he conocido nunca, mi companera, mi vida, todo. Y la he perdido. Siempre habiamos estado juntos, desde que nos conocimos de pequenos, apoyandonos en los malos momentos y disfrutando de los buenos. Eduardo siguio con su historia, una historia larga que iba desde su infancia hasta la actualidad, con lo que el denominaba un final tragico digno de una novela de terror. -- Tranquilicese, ahora lo ve todo negro, pero las cosas por la manana se ven mejor. -- Tengo dos hijas preciosas, las adoro y ahora no puedo acercarme a ellas, no se si pueden verme, todo se esta alterando, igual que el sabor de este whisky que apenas puedo notar. -- Escucheme por fav... -- ?Como te llamas? -- le interrumpio una vez mas. -- Daniel. -- ?Y cuantos anos tienes, Daniel? -- Veintitres -- ?Veintitres ? -- Si, veintitres-- repitio. -- ?Sabes lo que daria por volver a tener tu edad? No, no lo sabes. Con veinte anos no te lo planteas, pero cuando llegas a los cuarenta las cosas cambian. -- Es hora de cerrar, ?seguro que no hay nadie que pueda venir a recogerlo? -- lo interrumpio. Estaba cansado, tenia ganas de regresar a casa y no sabia como cortar aquella conversacion que ya se alargaba demasiado. Por un lado sentia lastima y pensaba que toda aquella historia era una invencion producida por el abuso del alcohol y otras sustancias, pero su aspecto y su desesperacion le hacian sentir un poco de miedo. -- No, no hay nadie. -- Puedo pedirle un taxi. -- ?Y para que quiero un taxi? le pregunto extranado. -- Para ir a su casa-- contesto nervioso al ver de nuevo esa cosa extrana en sus ojos. -- No has entendido nada ?verdad? Estoy muerto chaval y los muertos no tienen casa ni necesitan taxi. Daniel salto de la silla como si lo hubieran pinchado con algo, no soportaba mas aquella conversacion y ademas tenia la sensacion de que el aspecto de Eduardo iba variando por segundos, el color de su piel, su extrana mirada, el pelo de sus manos parecia rigido. -- !Mire, ya esta bien! !No me gustan los cuentos ni de brujas ni de muertos! Lo he escuchado, pero mas no puedo hacer, yo si tengo una casa y una vida. Haga lo que quiera, ya se apanara con el encargado. Con la mierda que me pagan no voy a seguir aguantandolo-- grito. Daniel estaba nervioso y cansado, tenia ganas de llegar a casa y nunca le habian gustado las historias para no dormir. -- ?Te pagan una mierda? Dentro de poco no te hara falta el dinero-- murmuro riendose. -- Mire usted, se llame como se llame... -- Eduardo, me llamo o me llamaba Eduardo-- esa fue la primera vez que oyo su nombre. -- Pues bien, Eduardo, yo me voy. Daniel se dirigio a los vestuarios donde se encontro con el encargado que estaba cambiandose el esmoquin por ropa mas comoda para recoger antes de cerrar. --?Que le pasa a ese hombre? -- Esta loco o borracho perdido, dice que lo han matado. -- !Pues no tiene mal aspecto para estar muerto! Lo que hay que ver en este trabajo. --Me voy, no queda mucho por limpiar. Encargate de el, a mi me ha puesto muy nervioso, lo siento tengo que salir de aqui. --Ve tranquilo, yo me encargo del regalito que me dejas fuera-- le dijo sonriendo. El encargado se dirigio a la barra donde se quedo observando a Eduardo que seguia sentado en una de las mesas, lo miraba detenidamente mientras el escondia la cara entre sus manos. Estuvo en silencio unos segundos hasta que se levanto. --Tu sabes de que hablo, ?verdad? -- pregunto. -- Yo no se nada-- contesto a la vez que limpiaba el ya reluciente mostrador. -- Si, si lo sabes, lo veo en tus ojos. Ya conocias a esa mujer ?no es cierto? -- Hagase un favor a usted y a nosotros y vayase a dormir la mona. Manana sera otro dia. -- Sabes que no puedo dormir, que ya nunca mas voy a hacerlo. Dime ?donde la habias visto antes? -- No se de que mujer me habl... -- La que me ha estado acompanando las ultimas noches. Puedo recordar como te miraba, como si te conociera. -- Ya le he dicho que no se de quien me habla. !Vayase! -- Me voy, pero tened claro que volvera a por vosotros. --!Que se vaya, le he dicho! Salio del bar sin decir nada mas, caminando encogido como si fuera a fundirse con el suelo de un momento a otro

  • El cuenco de la alegria congenita de Esther Llull

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    Aida y Ana se conocen en El Escorial, en una de las escuelas de bailes de salon y danza que organiza la residencia de estudiantes. Alli, Aida, que es la joven adolescente, empieza a despertar su inocencia y sus primeras sensaciones ante el amor y los sentimientos. Su amiga Ana, joven mas experta, la instruye y la anima a que se defiendan juntas de las intenciones de algunos chicos. Lo cierto es que Aida despierta un sentido comun mucho mas resguardado por su inocencia y por su gran fuerza e idealismo, al conservar la pureza de sus sentimientos. Mientras que Ana, que es una gran seductora, se divierte mas con las contradicciones que despierta ante el deseo de los hombres y, al mismo tiempo, ella es presa de sus propios deseos y contradicciones. Ella no inhibe sus inclinaciones naturales, pero es presa de la misma moral que ella critica.”Epilogo de la inocencia perdida: A Ana lo bello no le parece bueno o malo, ella trata de recuperar la inocencia perdida, tal vez, y la encuentra en su amiga Aida. Pero Aida, al mismo tiempo, desarrolla otro vinculo de amistad mas solido y que le da mas apoyo. La moralidad juega con cierta inhibicion de los instintos, pero se desvela en ella otra cosa, que es que la falta de moralidad nos hace perder la inocencia. Tampoco podemos soportar por mucho tiempo un orden de razon superior, porque desarrollamos muchos mecanismos defensivos que nos enganan. Contra la indiferencia de los demas, cuando uno se enamora, se atreve completamente en todos los sentidos, es lo que nos ensena Aida. Ella sentia curiosidad por el mundo, y era como amarlo: es lo mismo. Esa inocencia radical es el amor, esa curiosidad, que luego le ensenan a perder. Porque a medida que ella crecia en su ser, su inocencia florecia por si sola. Solo un dia encontraria asi en su corazon el amor que lo aceptaba todo. Pero Ana piensa de forma diferente, uno siempre es inocente de aquello de lo que se enamora, pero una cosa es la inocencia y otra es la simpleza. Ella pone muros, fabrica defensas emocionales, fisicas e intelectuales y luego como Penelope las desteje a su antojo. Pero puede perder en este juego de la vida y ella lo sabe.Pero Aida, protegida por una inocencia interior, cree que el amor es como una sensacion fisica especial de lo infinito, que a ella le parece muy hermosa. Ella no focaliza ese amor en un punto, en una persona, en una circunstancia, sino que agrandaba su vision y veia todo como un gran paisaje y eso, la persona amada, estaba en ese paisaje. Aida creia que el amor estaba muy relacionado con esto, con una especie de busqueda hacia el inconsciente, hacia el infinito, y se necesitaba mucha inocencia y mucha pasion, de nuevo, ante la resistencia al cambio y a la incomprension de los otros.

  • Una Vez Tomado (Un Misterio de Riley Paige 2) de Blake Pierce

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    Mujeres estan siendo asesinadas en el norte del estado de Nueva York, sus cuerpos encontrados misteriosamente colgando en cadenas. El FBI esta en el caso. Dada la naturaleza bizarra de los asesinatos y la falta de pistas, solo hay una agente a la que pueden recurrir-la Agente Especial Riley Paige.

  • Aunque suene con tu nombre de Natalia Sanchez Diana

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    Unas reliquias, un libro publicado en la epoca victoriana, un hombre misterioso y mucho deseo en esta nueva novela para amantes de las flores y del romance.

  • Foucault en 90 minutos de Paul Strathern

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    Foucault fue mas historiador que filosofo. Tras una investigacion laboriosa, concluyo que conocimiento y poder han ido intimamente ligados a lo largo de la historia. Ilustro esta idea central de su filosofia mediante estudios sobre la locura, la sexualidad, la disciplina y el castigo, argumentando que no existe la verdad absoluta, solo verdades diferentes acerca de la realidad en momentos particulares, verdades que satisfacen las necesidades del poder. En Foucault en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento conciso y experto de la vida e ideas de Foucault, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Foucault, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y una cronologia que situa a Foucault en su epoca y en un marco mas amplio de la filosofia.

  • En los negocios y en el placer 2 de Carolina Gattini

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    Me llamo Robert Doyle, llevo un traje italiano a medida que me sienta como un guante y un reloj de oro en mi muneca. Me siento como si fuera un idiota, me siento como si fuera mi hermano, Jonathan Doyle. Todos me miran como si no pudieran creer que estoy aqui, en una enorme sala de reuniones donde los principales accionistas me estudian de arriba abajo, solo les falta el monoculo… Despues de pasar casi dos anos en Tailandia todo esto me parece una broma, o una pesadilla. Pero tengo que defender mi posicion en este mundo cruel donde los negocios son como la presa de un monton de tiburones. Soy un buscador de sensaciones, diagnosticado, he buceado en aguas llenas de tiburones de verdad, pero estas experiencias son demasiado peligrosas. Sinceramente no creo que este hecho para esto, para los negocios, pero no tengo mas remedio. Mi hermano se ha casado y ha decidido “cortarme el grifo”, por lo que ya no podre mantener mi vida tal cual la he conocido. El ha renunciado a seguir en Nueva York y ha dejado todo a mi cargo mientras se divierte con su querida esposa. Nunca he odiado a mi hermano, pero estoy experimentando ciertos sentimientos encontrados… Estas cosas no se le pueden hacer a alguien como yo, no estoy acostumbrado. Lo bueno de ser el hermano pequeno durante mucho tiempo es que nadie espera nada de ti, ese es el trato no escrito en el universo desde el origen de los tiempos. Ademas, no me gustan las responsabilidades, siempre he huido de ellas como de la peste. Tampoco me gusta que me miren todos como si fuera retrasado. A mi derecha tengo una panda de vejestorios que prefiero no describir, a mi izquierda se han sentado los “jovenes”, tal vez en otro universo sean jovenes, en este solo son “menos viejos”. Bueno, y no solo hay accionistas, tambien han venido acompanados de sus abogados, etc. Pero todos y cada uno tienen algo en comun, creen que soy un inutil. Una de las accionistas, en el lado de los vejestorios, me mira como si hubiera matado a uno de sus hijos. Me dan ganas de gritarle que no he cometido ningun crimen. Pero no me dejare intimidar, ni por ella ni por la cuatrojos con pinta de abogaducha reprimida sexualmente que hay sentada tras ella. Al lado de los “jovenes” hay otro especimen que me mira sonriendo, como si estuviera esperando que metiera la pata en cualquier momento. Yo no necesito esto, no lo quiero. Sera mejor que renuncie y llame a mi hermana. Ella se ocupara de estos idiotas. --Disculpen, tengo que hacer una llamada --me limito a decir mientras el poco agradecido publico cuchichea ante mi anuncio. Ya se que esperaban algo mas elocuente tras citarlos a todos con lo dificil que es. Me voy de la sala con toda la dignidad de la que soy capaz y cierro la puerta dejando escapar un suspiro mientras lo hago. --?Senor? --dice Francis, mi secretario. --Llama a mi hermana y citalos manana para que se reunan con ella, y les dices que estoy enfermo. --Su hermana tiene doce anos --me recuerda sin perder la calma, pero mirandome como si hubiera perdido la cabeza. --Si, pero saca muy buenas notas en el colegio, que por cierto es un buen colegio, habla cuatro lenguas perfectamente, y ademas en matematicas es la mejor de su clase, creo que es superdotada. Y lo mas importante: tiene mucho temple, clave para enfrentarse a ese grupo de ahi dentro. ?No crees? --No voy a responder a eso. --He dado una orden y tienes que cumplirla. --No estamos en el ejercito. Ademas, a mi me paga su hermano. --Pues entonces no me llames senor, que me creo que mando. Y tuteame. --?Bob? --Bob suena a perro. Robert esta mejor. --Pues entonces, Robert --remarca mi nombre con un tono agudo--, entra ahi y haz tu trabajo o lo perderemos todos --me ordena ahora levantandose de su silla tras la mesa y cambiando el tono amable por otro mas duro. Suspiro y cierro los ojos, tiene razon… Debo entrar ahi. Aun estoy decidiendome cuando la puerta de esa infernal sala se abre y aparece la cuatrojos que me miraba esperando que hiciera alguna estupidez, bueno, como me miraban todos, pero esta es mas repelente, me recuerda a una companera del colegio que creia saberlo todo. --Tengo una reunion dentro de una hora, ?va a tardar mucho? --me pregunta con una voz demasiado aguda incluso para aquella companera de colegio. --?Megan? --pruebo por si se trata de aquella nina, que ha crecido y ha llegado a mi vida de nuevo para amargarme la existencia en mi etapa adulta con su voz aguda. --No --se limita a responder antes de darse la vuelta frunciendo el ceno. Aun es mas repelente y fea cuando hace ese gesto de desprecio. Francis viene hasta mi y me da una palmadita en la espalda para infundirme valor. Vuelvo a entrar con pasos lentos pero aparentemente decididos y me coloco frente a la mesa, presidiendola en la cabecera. Tengo un monton de carpetas apiladas frente a mi que recuerdo que debia darselas a ellos. Un secretario a mi derecha y otra secretaria a mi izquierda esperan mi orden para entregarselas a cada uno de los accionistas minoritarios que rodean la mesa. Yo les hago un gesto afirmativo con la cabeza y las distribuyen. Tendria que haber hecho esto de las carpetas mucho antes, porque asi se habrian entretenido leyendo y no mirandome. Y ahora que lo pienso, podria haber puesto una pantalla con una proyeccion, asi habria desviado su atencion. Me lo apunto mentalmente para la proxima, aunque preferiria que no hubiera una proxima. --Parece correcto --dice uno del lado de los vejestorios, un abuelo canoso y con gafas de culo de vaso--. Pero el problema que yo veo, y creo que estamos todos de acuerdo en esta mesa, es que no nos fiamos de usted. --Me ofende --digo sobreactuando, colocando mi mano izquierda sobre mi pecho. Veo a la cuatrojos poner los ojos en blanco y a la vieja a su lado negar con la cabeza. --No hemos venido a perder el tiempo --dice otro en el lado de los “jovenes”, parece el tipico chulo de Wall street, no puede llevar mas gomina en la cabeza… --El problema es que tiene la mayoria de acciones --dice una mujer a su lado, esa no lleva gomina, lleva peluca, creo, porque ese pelo tan cardado no es normal. Y por fijarme en todas estas tonterias es por lo que jamas me dedique a los negocios como hizo mi hermano. --Estoy dispuesta a comprar las acciones y ocuparme yo mismo de la empresa --asegura el viejo de las gafas de vaso. --Ya quisiera yo, pero no puedo hacerlo, me temo que tendran que soportarme. Legalmente es como si estuvieramos casados. Nos tenemos que aguantar mutuamente. Se oye un murmullo que empieza a subir de tono. Luego se ponen a discutir unos con otros y yo me siento. La senora sentada con la cuatrojos se levanta para hacerse oir y por alguna razon que desconozco todos se callan. --Como segunda accionista, tengo una propuesta que hacer. Les cito manana a la misma hora. Y la tia se queda tan ancha, recoge su carpeta y se va, seguida de la gafotas. Bueno, y ?yo que hago? ?que pinto aqui? Decido concluir la reunion y todos asienten recogiendo sus cosas al igual que hago yo, un poco incomodo por la situacion. --Francis, ?quien es esa? El me mira frunciendo el ceno sin saber de quien hablo. --La vieja y la gafotas. --Son dos huesos duros, no me atreveria a llamarlas asi. Ni siquiera en privado. Capitulo 1. No, no me llego a acostumbrar a este estilo de vida, ni al trabajo. Levantarme a las 8 es un crimen, me niego. Que celebren esa reunion ellos solos, total yo no pinto nada alli. Me niego a levantarme de la cama, ?que va a pasar si no voy? Van a decidir lo que quieran ellos solos y encima nadie me toma en serio. Apago el despertador y sigo durmiendo. !Que mas da! Ya madrugue ayer y no tengo costumbre. En algun sitio lei que era malo para la salud cardiovascular madrugar tanto… Cuatro horas despues. El sonido insistente y exasperante del telefono me esta matando, estaba sonando con ese sonido y, cuando despierto, descubro que es real. Descuelgo al fin y oigo una voz masculina. --Senor, disculpe, es que hay una senorita que esta subiendo a su piso, no se como ha conseguido la llave, pero como me dijo que nadie le molestara jamas… Y que si a alguien se le ocurriera venir a visitarlo llamara a la policia… --?Y la has llamado? --pregunto bostezando. --No, senor, al tener la llave no podria llamar a la policia. --?Y como es la senorita? ?Esta buena? El conserje se queda en silencio unos segundos. --No creo estar autorizado para emitir un juicio asi, senor. Que hombre tan estricto, podria decirme que si o que no. Todo es tan raro aqui… No me gustan las ciudades. Me despido de el y cuelgo. Mientras estoy estirandome en la cama y bostezando de nuevo antes de decidirme a levantarme, una sombra aparece tras la puerta medio abierta de mi habitacion. Joder, me estoy acojonando. Agarro la manta de plumas y la llevo hasta la barbilla acostado aun en mi cama. Solo falta la musica de una pelicula de terror y creo que me cagaria literalmente encima. Cuando aparece tras la puerta esa mujer suelto un grito de puro horror y ella me mira enfadada acercandose hasta la cama y agarrando la manta para quitarmela de encima. --!No, por favor! --exclamo aterrorizado. Ella niega con la cabeza y yo trago saliva y agarro con mas fuerza la manta. --Estoy desnudo. Ella parece dudar mientras valora las posibilidades. --Te voy a explicar como seran las cosas a partir de ahora --amenaza soltando la manta, al fin debe haber decidido que era mejor no quitarmela y exponerse a la posibilidad de verme desnudo--. Me han nombrado tu administradora en la reunion a la que no has asistido. Tu empresa y mi empleo dependen de que te comportes como un ser humano normal, y yo tengo ordenes de que asi sea. Cada vez me da mas miedo esta mujer. Ahora entiendo por que el conserje no queria emitir un juicio de valor sobre la susodicha. Es la gafotas de la reunion, ahora me acuerdo de ella. Con esa voz aguda… Tan estridente a estas horas de la manana. No he pasado tanto miedo ni cuando estuve en una carcel turca un par de dias, prefiero no recordarlo, pero es que ha sido inevitable tras la imagen de esa mujer. Que ahora que lo pienso, me pregunto si es una mujer o un hombre delgado, aunque tiene el pelo largo, pero no por ello tiene que ser mujer, ?no? Bueno, tal vez me estoy pasando en su descripcion, pero es poquita cosa y muy poco femenina. --Levantate y vistete, te espero en el salon. Tienes cinco minutos --me ordena. ?Esta que se cree? Esta loca si cree que voy a obedecerla… Sin embargo no me da margen de respuesta, porque cuando se me ocurre una respuesta para ella, ya se ha ido. No tardo cinco minutos, tardo uno en ponerme los pantalones y una camisa y presentarme en el salon, donde me espera de pie con su maletin. --No pensaras ir asi a la oficina, ?verdad? --No pienso ir a la oficina, pero si quisiera ir, ?por que no podria ir asi? Ella me mira boquiabierta, creo que se ha quedado sin palabras, y yo sonrio al comprobarlo en su reaccion. Pero no, no se ha quedado sin palabras. --Pues para empezar es ridiculo lo que llevas puesto, esa camisa no tiene botones hasta el ombligo, por no hablar de los pantalones, que creo que es imposible que el ojo humano pueda apreciar mas variedad de colores, ademas de que la gente acabaria preguntandose hasta donde llegan tus partes nobles --dice ruborizandose al final. --Si alguien se preguntara eso se lo podria ensenar --aseguro sonriendo y sosteniendo mis “partes nobles” con la derecha. Creo que ya se su punto debil, parece muy dura, pero no es mas que una ninata que se ruboriza y llama “partes nobles” a mis partes nobles, pienso sonriente--. Ademas, nunca se sabe cuando sera necesario hacer yoga, o incluso cuando sera necesario ensenar hasta donde llega --digo volviendo a poner mi mano en mi entrepierna. --Pues ponte un traje y vamonos, porque no vas a hacer yoga. --Pues solo con verte ya me entran ganas de hacer yoga o algun tipo de metodo para relajarme. ?Te han dicho que eres insufrible alguna vez? --Nadie inteligente --sentencia--. Y ahora ponte algo con lo que te pueda sacar a la calle y no digas mas tonterias, tenemos trabajo que hacer. --Puedo hacer mi trabajo perfectamente sin ti, no acepto lo que se ha acordado en esa reunion. --Si hubieras estado sabrias que si no colaboras se liquidara todo y venderan las acciones, nadie da un centavo por esta empresa ahora mismo, bajo tu responsabilidad. No te queda mas remedio que aceptar mi intervencion o nadie querra hacer negocios con los Doyle. --Odio a mi hermano --me quejo como un nino con una rabieta. Empiezo a lanzar los cojines del sofa a todas partes porque no me puedo librar de esta pesada. Tengo que trabajar con ella por culpa de esos vejestorios y de mi hermano y yo nunca he querido trabajar, y menos con una repelente gafotas como ella. --?Has terminado? --pregunta ella sin moverse de donde ha estado todo el tiempo. Yo miro el sofa y localizo un pequeno cojin. --No --respondo agarrando el cojin y lanzandolo con furia al suelo--. Ahora si. La veo poner los ojos en blanco y negar con la cabeza. Tambien oigo que susurra algo para si cuando me doy la vuelta para hacer lo que me ha dicho. Ha conseguido que me ponga un traje, pero he elegido uno que bien seria digno de un gigolo. El traje es blanco y lo he acompanado de unas gafas de sol doradas. Vamos en su coche, se ha empenado en conducir ella alegando que no se fia de mi. Tambien me ha dicho que vendra a por mi cada manana. Tengo miedo de nuevo. --No pienso perder mi empleo, he trabajado mucho para que un ninato malcriado me arruine la vida. --!Pero si eres tu la que me la esta arruinando! --Llevas arruinandote tu solo desde que naciste. --No, llevo viviendo y siendo feliz desde entonces hasta esta manana, cuando has aparecido en mi habitacion como la nina de la maldicion. Todavia se me ponen los pelos de punta. Ella esta algo tensa, lo noto en que conduce un poco mas deprisa, y ahora tengo mas miedo que antes. --Me daria verguenza ser como tu --dice en un tono bajo, como si hablara para ella misma. --Deberias de refunfunar menos. ?No tienes un novio que te eche un polvo para que te tranquilices? --Esa es la tipica respuesta machista que diria un idiota. --Imaginaba que no tendrias novio… --digo mirando por la ventanilla. --Tu tampoco tienes novia. Y no me extrana… --Pero lo mio es por decision propia, lo tuyo viene impuesto… Solo hay que verte --le espeto con voz burlona negando con la cabeza. La oigo resoplar y acelera al mismo tiempo. Creo que hasta que deje de conducir voy a dejar de burlarme de ella, no vaya a ser que nos matemos. Cuando lleguemos al edificio Doyle seguire…

  • La ultima carta de Mercedes Guerrero

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    Mitad thriller mitad novela romantica, esta es la historia de la transformacion de una mujer enfrentada a si misma y a su cruda realidad.

  • Desatame 2 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • El laberinto del Fauno de Cornelia Funke , Guillermo Del Toro

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    Una novela oscura y magica, una inolvidable colaboracion entre dos de los narradores mas renombrados de nuestros dias.

  • Un hombre oscuro de Erina Alcala

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    Alan Parker estaba habia pasado forzosamente a la reserva del ejercito de los Estados Unidos como capitan, a los 32 anos. Algo que le dolia en el alma. Lo habia estado desde que salio de los marines en la base aerea de Moron de la Frontera, en Sevilla. Cinco servicios prestados en Irak y en Afganistan, era valiente y no le temia a nada, y se prestaba a ir a la guerra como si fuera inmortal. Le gustaba la base aerea espanola, aunque era mas pequena que las americanas. Las chicas espanolas, le atraian, a pesar de ser un tanto inaccesible a la hora de salir como otros companeros. Preferia quedarse en la casita asignada en la base y disenar las estrategias que haria con sus hombres llegado el momento. Pero la ultima vez, fue terrible para el y para sus hombres, aquella emboscada, un tiro en la rodilla, hizo que la baja fuera permanente. Y sufrio tanto... Porque los marines y ser un soldado y un militar era su vida. Pero la placa de la rodilla, hizo que le dieran la baja total y permanente. Estuvo casi seis meses en la base hospitalaria de la OTAM en Alemania hasta que lo llevaron a Moron y alli le dieron la noticia. Si, que tenia una buena paga de por vida bastante alta y el dinero que habia ahorrado durante esos anos, mas lo que tenia de sus padres, pero eso no era suficiente para el, no por el dinero, sino por su vida. Tenia 32 anos... ?Que iba a hacer ahora? ?Donde ir? Nacio en un orfanato de Nueva York, fue adoptado por una familia ya mayor que no podia tener hijos y el crecio como un nino mimado. Estudio en Harvard ingenieria de telecomunicaciones, un master y despues a la marina. Para esa fecha su madre habia muerto y su padre murio el mismo ano de licenciarse. Fueron unos anos bastantes dificiles para el. Vendio la casa de sus padres y se guardo el dinero de la casa y lo que tenian. Si, que tenia dinero, el de sus padres, el del ejercito, pero a los 32 anos y era como si su vida se hubiese terminado. Estaba amargado y depresivo. No queria volver a Nueva York despues de la noticia, una ciudad tan cosmopolita en la que no tenia a nadie, ni nada, inmensa, y ademas en la rehabilitacion, le recomendaron una ciudad al lado del mar. La rodilla iria mejorando con el tiempo, pero al menos debia darle un par de anos para ir sin baston. Sin embargo, le quedaria una ligera cojera, menos si hacia ejercicio y la rehabilitacion. Asi que salio de la base con sus cosas y se fue a Sevilla, alli estuvo unos dias en un hotel y dando vueltas, penso donde podria vivir, si a Cadiz o a Malaga, las dos le gustaban y eligio Malaga, Marbella, una ciudad preciosa, animada, aunque el no tenia animos ahora mismo de nada. Se compraria una casita en primera linea de playa o un apartamento, tampoco necesitaba tanto. Se dedicaria a pasear a hacer ejercicio, a leer y ya buscaria que hacer. Sabia hacer proyectos, quiza mas adelante podria montar un bufete para trabajar en ello, pero en dos anos, nada. Y con ello, tomo su todoterreno a Malaga y de alli, se quedo en Marbella. Alli miro sitios y encontro un lugar precioso a las afueras con una casita casi privada. Habia un grupo de apartamentos y cerca un centro comercial. No necesitaba mas, el centro tenia de todo y ademas la ciudad a kilometro y medio. Eran de obra nueva los apartamentos en una playa pequena como una cala privada. Era maravilloso. Le encanto el lugar. Alan, vestia de negro, siempre le gustaba el negro, incluso para el verano, parecia estar de luto permanente, enfadado, triste y amargado. No queria hacer vecinos, ni que nadie lo molestara. Queria estar solo y eso que era en su fuero interno un hombre familiar, pero ya no tenia a nadie. Al final, se compro el apartamento de nueva construccion, eran independientes, con un porche precioso que daba a la playa, en primera linea. De una planta, era lo mejor para el ahora mismo.

  • Munequita mia de Mariel Ruggieri

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    -?Confias en mi, Marcela?
    -Si.
    -Entonces quiero que te quites toda la ropa. Yo te mirare mientras lo haces.
    Pestanee confundida. ?Como me pedia eso? Le habia contado el origen de mi trauma y apuntaba directamente alli.
    -Por que?-pregunte con los ojos llenos de lagrimas.
    -Porque quiero que de tu mente desaparezca el sentimiento de verguenza y humillacion asociado a tu desnudez. Quiero que cada vez que recuerdes el estar asi de expuesta, pienses en mi. Quiero que te excite mostrarmelo todo por tu propia voluntad, que pierdas el pudor, la cordura, y los limites. Quiero que lejos de sentirte vulnerable te sientas poderosa, porque con ese cuerpo que tienes puedes hacer que cualquiera caiga de rodillas a tus pies.

  • Salvenme de la navidad de Vanessa Lorrenz

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    “Por eso y muchas cosas mas
    Ven a mi casa esta Navidad”

  • Sangre entre la hierba de Maribel Medina

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    Thomas Connors y Laura Terraux vuelven con un nuevo caso relacionado con el mundo de la trata de mujeres.

  • Los drusos de Belgrado de Rabee Jaber

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    En 1860, el Imperio otomano dominaba todo el Mediterraneo oriental, desde Tunez hasta Bosnia. Los pueblos musulmanes y cristianos de uno y otro lado del Bosforo convivian bajo un mismo e insostenible poder, que pronto llegaria a su fin.
    Una manana de ese ano, Hanna Yaqub, un joven cristiano vendedor de huevos de Beirut, se despide de su esposa y de su hija, para salir a recorrer la ciudad con su cesta.

  • Karma, ?por que me odias? de Daniel De La Pena

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    Si alguna vez has pensado que el karma te odia, esta es tu historia.
    Si no lo has pensado nunca… !!estas mintiendo!!