• la nueva vida de kendall - Aitor Ferrer

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    Si tres meses antes me hubiesen dicho lo que iba a cambiar mi vida, no me lo habria creido... Con veintiseis anos estaba viviendo un momento de desconcierto total, todo mi mundo se habia puesto patas arriba y sin sentido, asi que me encontraba en un vuelo en el que esperaba que fuese mi escapatoria y el comienzo de una nueva vida lejos de todo el caos que se habia formado a mi alrededor. Me presento, mi nombre es Kendall y hasta antes de suceder todos mis males yo era una chica muy feliz... Tenia un novio de muchos anos, desde que teniamos diecisiete anos, Jorge, un chico que nadie podia predecir que nueve anos despues, por capricho de su madre, me mandara a freir esparragos. Aquello me dejo echa polvo, pero no tanto como cuando un mes despues en el que aun no habia superado ni lo mas minimo aquello, mi madre, la unica persona que tenia en mi vida, murio en una operacion de corazon, ahi fue cuando me di cuenta de que, ya no me quedaba nada a lo que aferrarme. En ese momento, llevaba tres anos publicando novelas romanticas en una famosa plataforma y la verdad es que tenia mogollon de seguidoras y mis novelas se vendian perfectamente, en ese aspecto estaba muy feliz ya que sacaba un buen sueldo al mes, no una millonada, pero si que me daba para vivir desahogadamente, ademas, hacia mi otra pasion dos veces en semana, esos dias que iba a la academia de baile de un gran bailaor flamenco con el que llevaba desde pequena y es que bailar era mi pasion. Eso que por ahora iba a quedar en un segundo plano, no me veia en Miami bailando flamenco, pero bueno, alguna que otra "pataita" si que me echaria. Si, iba rumbo a Estados Unidos y ahora os explicare que me llevaba hasta alli. Resulta que una de mis primeras lectoras era puertorriquena, Alexandra, afincada desde hacia muchos anos en Miami y casada con un cubano llamado Luis, que era representante de actores. Alexandra y yo, siempre hablabamos por privado y eso llevo a las videollamadas, se convirtio en mi confidente, mi gran amiga y jamas nos habiamos conocido en persona, pero os puedo garantizar que eramos como dos hermanas. Cuando paso lo de mi madre, me dijo bien claro que me fuera a su casa una temporada o el tiempo que quisiera, ademas en su jardin tenia un pequeno apartamento de invitados que me dejaba gustosamente para vivir alli. Despues de mucho pensarlo accedi y ahora estaba volando hacia aquel lugar de la Florida. Lo mas fuerte de todo es que yo estaba enganchada a una serie americana de accion que, era un equipo de polis de investigacion donde habia un actor llamado Liam Jones, de cuarenta y un anos, rubio, de ojos azules, cara angelical y la locura de todas las feminas, incluida yo, que cada vez que escribia lo hacia pensando en el, era toda mi inspiracion y como se dice, mi amor platonico, ese con el que siempre fantaseaba y seguia en las redes, pero sin seguirlo, vamos que entraba directamente cada dia para ver si habia una actualizacion, eso si, no le daba ni un me gusta, yo solo cotillear. De Liam, la gracia es que su representante era Luis, el marido de Alexandra, con lo cual me prometio que cuando volviera a Miami de los rodajes me lo presentaria, yo con tirarme una foto con el, ya era como si me tocara la loteria, asi que esperaba que algun dia sucediera aquello. La casa de mi madre la vendi para poder pagar la parte de impuestos de la herencia y lo poquito que me sobro lo deje en el banco para cualquier cosa que me hiciera falta, asi que en Espana solo me quedaba el banco de la plazoleta donde yo vivia, en el que me sente tantos anos, en el que me rei y llore a partes iguales, por lo demas, nada, todo iba en mi maleta. Durante el vuelo me enganche a una de las tantas pelis que ponen para que elijas, como no, cogi una peli de Liam, ademas de esa serie tan famosa que ya iba por la cuarta temporada, el chico habia hecho mogollon de pelis y bien buenas, era un pedazo de actor como la copa de un pino y el hombre con la mirada mas seductora del planeta. Y lo bueno de todo, es que sabia que algun dia iba a tener la oportunidad de saludarlo, aunque fuera un solo minuto, pero tenia la absoluta conviccion de que tendria esa suerte y la verdad es que me hacia mogollon de ilusion, fantaseaba hasta con que ropa ponerme y como saludarlo. Aterrice en Miami y a pesar de lo muy afectada que iba con todo, me salio una sonrisa, era como que ese cambio iba a ser importante en mi vida. Si mi Alexandra era bonita por video y fotos, en persona era espectacular, era glamur en estado puro, tenia clase, era pura clase. Nos fundimos en un abrazo que duro una eternidad, luego lo mismo con su marido al que le tenia mucho carino, solia aparecer en medio de las videollamadas de nosotras para saludarme, incluso alguna que otra noche nos quedamos los tres charlando muertos de risa, era de lo mas simpatico y bromista. Llegamos a la casa y aunque la conocia por esas llamadas, verla en persona era una pasada, todo era a lo grande, habitaciones, cocina, salon y cuartos de banos. Ademas, dicha cocina y salon daban al patio donde estaba el balancin, mesas, sofas, neveras, piscina, barbacoa y hasta tele, ademas del apartamento que iba a ser mi hogar por un tiempo, que, por cierto, era muy coqueto. Tenia dos habitaciones, bano, cocina y un salon que daba al patio ese que quedaba en comun. Me duche e instale colocandolo todo, un rato despues aparecio ella para decirme que ya estaba la cena. Fue una velada llena de confidencias, lloros, risas, abrazos y que duro muchas horas antes de que, con un abrazo de verdad, me despidieran los dos antes de dormir, fue un abrazo en conjunto, pero de esos que sientes de verdad, me estaban arropando de corazon y eso se notaba, era evidente. Los siguientes dias puedo jurar que fueron un cambio total, me despertaba y desayunaba con Alexandra, siempre estaba levantada la primera, luego ella se ponia con su portatil a trabajar y yo con el mio a escribir en aquel porche que tenia una zona medio cerrada con aire acondicionado, una pasada, nuestro rincon donde pasabamos tantas horas. Me sentia querida, no me senti un estorbo en ningun momento, ella se meaba al ver que ponia media pantalla con el Word en el que escribia y en la otra, una foto de Liam, ese que ella conocia bien, es mas, eran amigos por la relacion que tenia laboral tan estrecha con su marido, ni mas ni menos que su representante. Eso si, como dije, Liam era un amor platonico, pero lo de Jorge, era un amor de verdad y no me lo podia quitar de la cabeza. Habia sido una decepcion muy grande la que me habia llevado y eso que sabia que su madre nunca me pudo ver, vamos, que no hizo nada por ocultarlo, todo lo contrario. El primer mes alli fue un soplo de aire fresco, escribia cada manana, saliamos alguna noche de cena y copas, fuimos a la playa de Miami beach y los cayos, donde precisamente tenian alli un barco y navegamos en el, en varias ocasiones, ademas de las barbacoas que se hacian en su casa y a las que venian muchos amigos a los que ya les habia cogido carino en ese tiempo. Capitulo 2 Estaba muy emocionada con el avance de la novela, la verdad es que me habia pillado inspirada ese mes, a pesar de la tristeza que soportaba. Esa manana llevaba escrito un monton y apenas eran las doce, iba a dejar de escribir cuando llegaran sus amigos, Ernesto y Milano, dos modistos que eran sus mejores amigos y como decian cada vez que me veian, los mios tambien. Ese dia tocaba barbacoa, ademas era viernes, dia en que nunca faltaba una, la verdad es que me lo pasaba genial con aquellas charlas y risas que nos pegabamos, todos eran latinos, puertorriquenos o cubanos. Me habia dado un ataque de risa mientras escribia la escena de una pija que era mas repelente que todas las cosas, pero la estaba bordando. --Kendall, perdona que te corte la escena esa tan graciosa que debes estar haciendo --dijo Alexandra, asomando la cabeza por el salon y aguantando la risa y yo que la conocia sabia que me iba a soltar un disparate, era lo mas comica del mundo. --Nada, dime --le dije con tono de que soltara alguna de las suyas. --Que llego Liam para la barbacoa --se echo a reir agarrada al quicio y poniendo sus manos entre las piernas. --Dile que pase que le voy a ensenar el dicho de "poner mirando a Cuenca" --solte una carcajada. --?Cuenca? --pregunto el mismisimo Liam arqueando la ceja y saliendo al porche. Pense en ese momento dos cosas: o me tiraba a la piscina y no sacaba la cabeza, o corria hacia la salida sin mirar atras, otra no me quedaba. --Kendall, el es Liam --reia Alexandra, y yo seguia sentada sin reaccionar. --Hola, Kendall --extendio su mano por encima de la mesa viendo que no me iba a levantar para darle un beso. --?Estas bien? --pregunto Alexandra, al ver que no atinaba ni a darle la mano. --Creo que me dio un golpe de calor y me estoy mareando --murmure, sintiendo que mi tension debia estar por los suelos, ademas de verdad, que notaba que me estaba quedando lacia. --Tumbate que te pongo las piernas en alto --dijo Liam, viniendo directo a tumbarme en ese balancin donde yo me ponia a escribir. --No, tu no --murmure cayendo hacia atras, mientras pensaba que por Dios el no me tocara. --Tu si --fue lo ultimo que escuche decir a Alexandra, mientras perdi la conciencia unos segundos. Y fue cuando abri los ojos que vi que tenia los pies encima de un puf que pusieron en el balancin y Alexandra me hablaba mientras Liam me echaba el aire en la cara con un carton. El problema es que al verlo de nuevo tan cerca de mi yo no me queria levantar, queria volver a perder el conocimiento, ese tio impactaba demasiado y a mi me temblaba todo. --Kendall, bebe un poco --dijo Luis, dandome una lata de Coca Cola. --Echame un poco de ron --murmure apretando los dientes y causando una carcajada en todos, mientras me notaba hasta sudores frios. --No --dijo Liam en voz baja, mientras sonreia mirandome. --No hables, que no se repone --solto Alexandra, causando una carcajada a Luis y una risa floja en Liam. Me incorpore y di un trago a la Coca Cola, tan patosa yo que me cayo por encima de la camiseta. --Ay, Dios --me puse la mano en la cara mientras negaba. --Es muy guapo el chico del fondo de pantalla --murmuro mirando mi portatil y viendose el. --?Ese quien es? ?Que hace ahi? Alexandra joder, que graciosa eres --dije tirandole los balones a mi amiga y cerrando el portatil a toda leche. --Mira que ponerme en el portatil de la chica --dijo Liam, a modo de reprimenda a Alexandra, obvio que bromeando. --Es que queria que tuviera presente a mi amigo y mejor actor de los Estados Unidos -- sonrio con ironia, yo me fui levantando sin querer ni mirar y recogiendo las cosas para irme a cambiar, estaba hecha un cristo con ese lamparon de Coca Cola. --Bueno, voy a cambiarme --sonrei abrazada al portatil y pasando por su lado. --No te has presentado --murmuro Liam, cuando pase junto a el. --Ya otro dia --dije caminando directa al apartamento. ?Otro dia? !La madre que me pario! Mas imbecil y no nacia. Me rei al entrar a la vez que me tumbe en la cama pensando que asi no habia imaginado jamas mi encuentro. Me duche de nuevo mientras intentaba relajarme y pensar como solucionar la que habia liado en un momento !Me maree! ?Se podia ser mas gilipollas? Y encima la Coca Cola, su foto y eso de "otro dia" !Que me tragase la tierra! Queria ponerme mona, pero sin parecer que iba a salir, o sea, de barbacoa, pero algo que me quedara bien, y es que el estaba tan mono, aunque ese de todas las hechuras lo estaba. Liam llevaba un pantalon corto vaquero, unas zapatillas "Vans" y una camiseta de una firma de surf en color blanca y es que se le veia con una planta que impresionaba, hasta asi urbano, el tio tenia una percha increible. Me decante por un vestido de punto blanco de tirantes, tipo camiseta, debajo me puse un bikini en color negro. Estuve como media hora detras de la puerta santiguandome y rezando para no tener ni una metedura mas de pata, pero conociendome, capaz era de liarla a mas no poder. Dos golpes en la puerta me sobresaltaron. --Kendall ?Estas bien? --pregunto Alexandra, espere un poco e hice la que iba a abrir. --Si, es que me llamo una amiga de Espana que hacia mucho que no sabia de ella. --Pero si te has dejado el movil fuera --se echo a reir. --Da igual, nosotros hablamos por telepatia --solte una carcajada. --Venga sal, que Liam esta esperando. --?A mi o a Ernesto y Milano? --Esos dos han dicho que no pueden venir, les surgio un compromiso, solo estaremos los cuatros. --Yo paso de salir, ahora si que me da --cerre las piernas con mi mano en medio, mientras lloraba de la risa nerviosa. --Venga vamos --me jalo del brazo y tiro de mi hacia fuera, luego cerro la puerta. --Te mato --murmure detras de ella.

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  • Un amor de emergencia de Aitor Ferrer

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    Cuando conoces a esa persona de la que te enamoras, te hace sentir completo, que todo lo tienes, que sereis felices para siempre, que, como dicen en los cuentos, comereis perdices, y llegado el momento de afianzar la relacion lo haces. Te lanzas a la piscina, compras el anillo mas bonito que has visto en tu vida, te arrodillas despues de una cena en plan sorpresa y haces la pregunta que cambiara tu vida y la de esa persona, para siempre. --Celia. ?Quieres casarte conmigo? Esa, esa fue la pregunta que, cuando tenia treinta y un anos, cambio mi vida. Celia y yo nos casamos un ano despues, con la ilusion de sabernos enamorados el uno del otro, con el amor flotando en el aire y las ganas de formar una familia. Eso, al menos, es lo que yo pensaba. Siempre nos habia ido bien, desde que nos conocimos ya no pudimos volver a separarnos, en palabras de nuestros amigos, eramos la pareja mas envidiada del grupo. La boda fue preciosa, la luna de miel donde ella siempre habia sonado, Holanda, la casa que compramos, la de sus suenos... Todo era idilico, aquello que imagine cuando me decidi, despues de algun tiempo juntos, era lo que queria. Y a ella, a Celia la amaba como nunca antes habia hecho y, si soy sincero, como nunca hare. Si, la amaba, porque, cuando supe lo que me ocultaba, el golpe que recibi fue tan grande que deje de hacerlo. Vale, nadie deja de amar a otra persona de la noche a la manana, por mucho que lo intentes, pero con el paso de los dias, ese amor quedo en el rincon en el que ella lo dejo mucho antes, puesto que yo la quise hasta el ultimo momento que estuvimos juntos. Llevo anos ejerciendo como medico de urgencias y aquella noche sali de mi turno antes de tiempo. Cuando llegaba a nuestra casa, no me podia creer lo que veia. Mi mujer, mi Celia, una calle antes, besandose con otro, apoyados en un coche. Ni que decir tiene que no llegue a casa, no en ese momento. Me fui al piso de un companero que, por aquel entonces, vivia cerca de donde trabajabamos, tenia copia de sus llaves porque solia quedarme alli cuando acababamos un turno y habia que hacer otro de seguido. Esa noche necesitaba estar solo y pensar que era lo que podria haber pasado entre mi mujer y yo, para que estuviera con otro. A dia de hoy, esa pregunta me la sigo haciendo. Seis anos de casados a la basura y otros tantos de novios, porque decidio dejarme por ese hombre, que resulto ser un companero del banco donde trabajaba. Creia que ella era el gran amor de mi vida, la mujer con la que formaria una familia y llegariamos a ser un par de ancianos rodeados de nietos. Que ilusa puede llegar a ser la gente por amor. Cuando nos divorciamos me compre una casa, fue en ese momento y no antes, cuando comence a asimilarlo todo y empezar a sobrellevarlo. Me gusto la casa en cuanto la vi, era adosada y con un pequeno jardin donde podria disfrutar de una de mis pasiones, los libros, y garaje. Pero no me vine solo, mi hermana Judith, una psicologa diez anos menor que yo, se compro la casa de al lado, pasando a ser mi vecina, asi que vivimos puerta con puerta. Cuando le ensene la casa que iba a comprar, ella se enamoro y dijo que queria otra, asi que nos lanzamos a la aventura los dos, de ese modo no me sentiria tan solo, siendo realista. Y es que, Judith, ademas de mi hermana, siempre ha sido mi mejor amiga, a pesar de la diferencia de edad. Podriamos haber seguido viviendo con Lidia, nuestra madre, puesto que ella estaba sola desde que murio nuestro padre cuando nosotros eramos pequenos, pero tanto Judith como yo, queriamos esa independencia y no darle disgustos ni quebraderos de cabeza, no mas de los necesarios. Ademas, mi madre tiene su vida, sus amistades y esos viajes que planean y visitan lo que quieren. Con la pension que le quedo de nuestro padre, que era juez, se mantiene y vive bien, eso si, desde que nos compramos la casa, solemos cenar todos juntos alguna noche en casa de mi hermana o en la mia, y ella se queda en la que toque a dormir, nos echa de menos y es normal, siempre seremos sus polluelos. Hacia dos anos de aquello, de la separacion de mi mujer, esa a la que tanto quise y por la que di siempre mi vida. Con ella lo tenia todo, lo queria todo y sabia que me costaria volver a sentir una conexion tan fuerte como la que tuve con ella. Mi hermana solia preguntarme si me dolia pensar en mi ex mujer. Claro que dolia. Habian sido muchos anos juntos, anos en los que lo ultimo que sentia al acostarme eran sus labios sobre los mios con ese beso de buenas noches que, durante semanas, tal vez meses, tanto extrane. Dolia, porque nunca habia concebido una sola manana sin ella a mi lado, sin nuestros desayunos entre risas, quedar para comer cuando yo no tenia turno, pasar un sabado en el centro comercial de tiendas, en el cine o cenando en nuestro restaurante favorito, ese en el que le pedi matrimonio y al que no volvi a ir tras el divorcio. Y, dolia, porque cuando supe que aquello era real, que la habia perdido sin saber por que, decidi que era hora de dejar todo atras, todo lo que me recordara a ella, y hasta cambie mis cuentas a otro banco. El simple hecho de ir por alli y verla a ella, o a los dos, era insoportable. Habian pasado dos anos de mi divorcio, dos anos en los que mi madre y mi hermana fueron mis pilares, esos que me sostenian cuando ni yo mismo me soportaba. Fueron ellas las que me levantaban el animo y me obligaban a salir, las que dejaban todo por mi, sus noches de cenas con amigas, sus viajes, sus dias libres. Todo. Dos anos, quien lo diria cuando a mi me parecia que apenas hubieran pasado unos meses. Pero estaba superado, de eso no me cabia la menor duda, el dolor de la perdida se acabo, igual que para ella se acabo aquel amor que una vez sintio por mi. En este tiempo habia conseguido recomponerme y me dedicaba en cuerpo y alma a mi trabajo, a hacer aquello que siempre quise, ser medico. Tal vez haya quien pueda decir que soy un sensiblero, que no es de hombres llorar. Pero, ?acaso no tenemos los hombres tambien un corazon que bombea y late? Por supuesto que si, y es ese, el corazon de toda persona, el que mas sufre el dolor de saber que se ha amado a alguien con toda la fuerza de uno, y mil latidos, y descubre que, para la otra parte, ese sentimiento se acabo, en el tiempo exacto que dura el aleteo de una mariposa. Como he dicho, una de mis pasiones son los libros, la otra es el cine, y en lo que respecta al amor, esta es una de las mayores verdades que he leido nunca: <> Capitulo 1 --Mujer, treinta y cuatro anos, accidente de coche, no responde a los estimulos, pero tiene las constantes vitales estables. --Vamos para quirofano --dije, mientras pedia a otro companero que avisara a mi equipo. Traumatismo craneoencefalico, un brazo roto, pero lo peor era el golpe en la cabeza que la mantenia inconsciente. Una vez que se le trato todo, se la llevaron para cuidados intensivos, asi que mande a que localizaran a su familia, tenian sus datos, se llamaba Ruth. La manana se me paso volando y cuando me di cuenta ya era la hora de irme, era lo que tenia trabajar en urgencias, que no parabas, ademas, yo era el jefe con lo cual era hacer de todo, menos estar cruzado de brazos. Sali de alli y me dirigi a ver a mi vecina, o sea, a mi hermana, habia salido temprano de trabajar y me dijo que estaba preparando un buen pescado al horno, asi que no me pude resistir. --Hermano, te juro que hoy por poco me da un soponcio. --?Que te paso? --Me vino a la consulta Pedro. --?Tu ex? --Ese mismo... --Volteo los ojos. --?Y que queria? --Una sesion --solto una carcajada. --?No me digas? --Asi mismo, total que le di una cita para la semana que viene en la que me contara sus penas, por lo visto su novia lo dejo, asi que me toca hacer de hombro donde llorar. --Madre mia, para lo que hemos quedado. --Yo, ni que tu lo tuvieras que atender --reia. --Tambien es verdad. --?Y tu dia que tal? --Pues mira, lo mismo de siempre, accidentes, colicos y demas. --!Viva la monotonia! --exclamo y me saco una risa. Descorche una de las botellas de vino blanco que tenia mi hermana, en una especie de bodega en el cuarto de la despensa de la cocina, yo tenia otra y tampoco me faltaban, en eso habiamos salido iguales. Tras una comida y una sobremesa en la que no falto nuestras charlas literarias, me fui para mi casa a descansar un rato, estaba agotado, necesitaba mi horita de sofa y desconexion del mundo. Y eso era vida... La tarde tambien se me paso en un abrir y cerrar de ojos, entre la siesta, salir a correr, ducha, cena y leer, cuando me di cuenta ya estaba roncando. Como cada manana me tome un cafe antes de salir para urgencias, mi turno era de ocho a tres de lunes a viernes, por lo que los fines de semana eran mios, aquellos en los que la tranquilidad volvia a mi vida. Llegue y pase consulta a los de cuidados intensivos. --Tenemos un problema con esa chica --me hizo un gesto, senalando a Ruth, la chica del accidente. --?Que pasa? --Desperto a media madrugada y dice que se quiere ir, pero no se acuerda ni de su nombre y a los familiares no se los ha localizado. --Dejamela a mi. Me despedi del companero del otro turno y me dirigi hacia ella.

  • Dos de amor, por favor de Aitor Ferrer

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    Exultante, asi me sentia en aquella maravillosa jornada de verano en la que por fin se iba a cumplir mi sueno. Y es que no todos los dias tenia una el placer de conocer a su hermana y encima !gemela! Si, si, como os lo cuento. A Cecilia y a mi nos separaron al nacer, un error que habia tardado nada mas y nada menos que veinticinco anitos en resolverse... "Un error", dicho asi cualquiera puede pensar que a mi madre le faltara un tornillo y que una de las ninas se le hubiera caido sin darse cuenta. Pero no... A la pobre la durmieron en el momento de dar a luz (nunca supo a santo de que) y despues los medicos le explicaron que una de sus dos hijas se habia ido al cielo. Mucho no se equivocaron, pues lo cierto es que se marcho lejos de narices, concretamente a Miami... Ahi era nada. Toda mi corta vida me la pase con la cantinela de que mi hermana no habia sobrevivido al parto y que yo tenia que ser fuerte por las dos, ya que habia tenido la dicha de quedarme en este mundo mientras que ella se marchaba al otro. Poniendo las cosas en su sitio, ahora sabia que la dicha era la suya y que quien de verdad habia vivido era ella, que para eso se habia criado en un ambiente privilegiado y yo en uno bastante modesto, aunque a mucha honra. Todo ocurrio por una casualidad del destino. ?Cuantas posibilidades habia de que aquello ocurriera? Pues francamente, casi inexistentes. Mi prima Lucia acababa de ganar una beca para estudiar Periodismo en Miami y, al segundo dia de estar alli, se dio de frente, segun ella, !conmigo! --Prima, ?estoy sonando? ?Como es posible? Te juro que me voy a pellizcar, eres la ultima persona que esperaba ver aqui. ?Esto es una broma de un programa de television que viene buscando catetas por el mundo como nosotras o que? --Me abrazo o mas bien creyo abrazarme. --Who are you? I don`t know you. --Fue toda la respuesta que obtuvo. --Mira que seras cachonda y luego dices que no tienes buen oido para los idiomas, mal rayo te parta... Menos mal, si cualquiera diria que te has criado aqui, mira la tia... El desplante que recibio a continuacion, cuando a su juicio "me" gire sobre mis talones y la deje con viento fresco alli, hizo que mi Lucia, que podria ganar perfectamente un premio a la universitaria mas burra del ano, "me" cogiera por la coleta y "yo" chillara como si me estuvieran cociendo en una olla. Claro que ni era a mi a quien habia cogido por la coleta ni yo quien habia chillado... Cuando Lucia termino por cerciorarse, despues de que aqui se formara una gresca de espanto, de que aquella no era su prima, entro en shock al punto de que termino con una pastillita debajo de la lengua en la enfermeria del campus. Una vez repuesta y pensando que todo aquello habia sido fruto de su imaginacion (contemplo la posibilidad de que alguien hubiera colocado alucinogenos en su desayuno) me llamo por telefono y me conto lo ocurrido. --Lorena, por mis mulas que eras tu, que yo sere un poco descerebrada, pero que loca no estoy. Eras tu... --"Eras tu quien me dio mas abrazos en los malos momentos..." --le cante por Merche mofandome de ella. --Eso, tu canta, canta, pero te digo yo que aqui ha habido un poltergeist o algo, tu te has teletransportado por un agujero de esos del espacio y despues te has vuelto para Malaga tan campante. --Si, si, que buena es mi madre para que no este yo de vuelta a la hora del almuerzo, capaz es de echarme el plato por la cabeza. --Muy graciosa, tu tomatelo a cachondeo, pero que te digo que te he visto y es que te he visto... --Que si, pesada, que era yo, que queria gastarte una broma y, como me sobra el dinerito, he dicho "ahora mismo me voy a darle una sorpresita a mi Lucia que la voy a dejar con las patas echa trancas", va a alucinar... --?No me crees? Pues te digo yo que un dia te vas a tener que comer tus palabras, te lo digo... --?Me estas vacilando, prima? ?A que clase de birras le dais ahi? Por Dios que deben tener una graduacion que le salga a una por las orejas, no he escuchado una cosa igual en mi vida... --Yo solo te digo que tu no me creas, pero que "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos", te lo advierto. Lucia colgo el telefono y yo me quede llorando de la risa. Mi madre, que andaba por la casa canturreando el "Marinero de luces" de Isabel Pantoja, se contagio de mi risa, sin saber de que leche estabamos hablando. --Lorena, hija, que arte tienes en esa cara, ?se puede saber que es eso tan gracioso que te ha dicho tu prima? Porque hacia tiempo que no te veia reir asi... --Mama, pues nada, que jura y perjura que me ha visto en la universidad, en Miami y, como no es pesadita, cualquiera la baja del burro. Que dice que me ha visto y que me ha visto, que no hay mas... Grabado tengo en la memoria esa milesima de segundo que transcurrio entre que yo nombrara Miami y que a mi madre se le cortara el punto... y hasta casi la respiracion. --?En Miami has dicho? Lorena, ?en Miami? --En Miami, mama, si... ?Es que no vocalizo? Que me vas a hacer coger complejo. --Es que en Miami... --Mama, ?que pasa alli? No me asustes, que te has quedado blanca, parece que te has lavado la cara con lejia Neutrex. --Es que en Miami vivia tu padre, hija. Aquella si que era una novedad. Desde que tenia uso de razon estaba servidora preguntandole a su madre por la identidad de su padre, sin lograr que jamas saliera de sus labios una palabra. Yo siempre supuse que mi padre tenia que haber sido una pieza de cuidado para que mi madre no quisiera ni mentarlo y no debia andar muy desencaminada. --?Mi padre era de Miami? Mama yo creo que ha llegado el momento de que me cuentes muchas cosas, ?no te parece? --Lo mismo si, hija, yo se que me he dejado ir una mijilla en esto, pero supongo que tienes todo el derecho del mundo a saber. --Pues digo yo que si, venga mama, sueltalo, que me estoy poniendo de los nervios. Y eso que yo no sabia lo que venia, pero me iba a enterar en breve. Aunque la que se entero de verdad fue mi madre. --Hija, tu sabes que yo otra falta tendre, pero a trabajadora no hay quien me gane. --Lo se, lo se, mama. --Pues cuando tenia dieciocho anitos entre al servicio de una familia de Miami que se habia trasladado aqui a Malaga por trabajo. Yo daba saltos de alegria porque era mi primer empleo, y porque todavia no los conocia, que ya luego salte menos. Bueno, si que salte en mas de una ocasion, pero para tirarme de los pelos del mono de la guasa que tenian. --Unos senoritingos de cuidado, ?no? --No lo sabes tu bien. Alli el unico que se salvaba (o eso creia yo en ese momento) era el hijo, Ronald, que tenia cara de angel... --?Y rabo de demonio? --le pregunte haciendo una graciosa mueca y mi madre me indico que como siguiera por ahi iba a tener que tomar sopa con pajita a partir de entonces, pues me iba a saltar todas las muelas. --Perdon, perdon --carraspee. Mi madre se removia en su asiento y se notaba que el relato la estaba importunando al maximo, por lo que la deje seguir antes de que perdiera el hilo. --Ronald era bueno y amable conmigo. Nos llevabamos siete anos, pues el tenia justo tu edad actual y yo veia en el una tabla de salvacion cada vez que sus padres me chillaban, que lo hacian siempre y en todo lugar. Bastaba que vieran una mota de polvo para que ya estuvieran blasfemando los muy estupidos. --Que gloria, mama --suspire. --Si, hija, pero en esos momentos solia salir en mi defensa Ronald, que parecia un alma candida, por lo que se fue colando en mi corazon. "Y en otros sitios..." pense yo sin atreverme a musitar palabra, que bastante esfuerzo estaba haciendo ya la mujer al echar toda esa mierda fuera. --Lo entiendo, mami. --Carino, una no es de piedra, y a mi el chico me gustaba mas que los espetos de sardina, asi que un dia, en el que el se habia plantado delante de sus padres para cantarles las cuarenta por haberme ofendido, una cosa llevo a la otra y yo termine en su cama. --?Y ahi empezo una bonita historia de amor, mami? --Por eso hubiera puesto yo la mano en el fuego, pero se ve que era la unica tonta que lo sentia asi, eso o que despues le dieron la vuelta como a un calcetin. --Sigue, mami, desahogate. --Un par de meses despues yo estaba que me iba por la patilla y me compre un Predictor, rezando porque no se tinera de rosa en mi cuarto de bano, como cantaria Sergio Dalma. --Mama, pues anda que he sido yo una nina deseada... --Hija de mi vida y de mis entranas, que yo te he querido luego con todo mi ser, pero que entonces era una chiquilla y temblaba como una hoja solo de pensar en una barriga. --Ya lo se, mami, si no hay otra como tu, que te voy a contar, si yo te adoro. --Y yo a ti, mi nina, que para eso nos quedamos solas en el mundo cuando me entere de que te esperaba. --?Ronal no te apoyo, mami? --Ese desgraciado se ve que considero que ya me habia apoyado bastante, pero con "ll" y no con "y". --Ay, mami, que penita me da.

  • Juro que vale la pena de Aitor Ferrer

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    Meti el equipaje en el coche y me asegure de que habia dejado todo en orden en la casa, alarma puesta y todo listo para no regresar en varias semanas. Me iba a la que fue la casa de mis padres los ultimos anos antes de morir, un bonito y acogedor chale en el sur donde pasaria el mes de julio y agosto. Hacia mucho tiempo que no cogia dos meses seguidos, pero este ano mi socio y yo, decidimos que asi lo hariamos, el queria irse durante diciembre y enero para realizar el viaje de su vida, asi que yo me cogi los dos de verano para darme un chute de sol y playa para recargar pilas. Bertin y yo, teniamos una constructora desde hacia diez anos y, la verdad es que crecimos enormemente y nos hicimos con un capital importante en los cinco primeros anos y ya luego todo marcho sobre ruedas. En el amor no habia tenido suerte, estuve con Estrella, una chica con la que me lleve cuatro anos conviviendo y que al final, se marcho con un companero suyo del banco donde trabajaba, pero aquello estaba mas que superado. Cinco horas despues ya estaba entrando en la urbanizacion en primera linea de playa. El chale me lo habia estado cuidando un matrimonio que iban a cortar el cesped, limpiar la piscina y mantenerlo todo en orden durante la epoca que yo no estaba, asi que cuando entre todo estaba perfecto, incluso la compra colocada de la lista que le habia puesto el dia anterior. Deje todo colocado y me fui a comer al bar de la playa, eran las tres de la tarde y me moria por una bandeja de pescado frito. Me sente en aquella terraza frente al mar y aquello era vida, ademas, era un rincon practicamente privado para los de la urbanizacion, tambien podian acceder los demas banistas, pero tenian que caminar un monton por la arena hasta llegar, nosotros lo haciamos directamente desde nuestras casas. --Buenas tardes ?Que le pongo? --Su rostro era serio y miraba hacia el block de notas. Era preciosa, pero tenia un mal humor que se podia apreciar a leguas. --Buenas tardes --mire la carta--. Para comenzar una sonrisa, de segundo, un vino Marques de Caceres y para continuar, un surtido de pescado. --?Sonrisa? --pregunto resoplando. --Por ejemplo, te verias mas guapa --sonrei. --Yo me cago en la put* madre de mi jefe, luego vuelvo y te sonrio --volvio a resoplar mientras tomaba nota y se marchaba. Me quede sonriendo, lo habia dicho de forma que le habia salido del corazon, se notaba que no tenia un buen dia la pobre. Regreso de nuevo con la botella y la copa que puso sobre la mesa, me puso una sonrisa de lo mas falsa y sirvio para que lo probara. --Veo que no, que no hiciste lo que dijiste. --No, no lo hice, pero por dentro le dije lo mas grande. Puta vida, puto trabajo, puto jefe y verano. Por cierto, ?que tal el vino? --Bien, puedes servirlo --sonrei--. Deberias de relajarte. --Te presto mis zapatos, a ver si lo aguantas --sonrio y se marcho. No, no debia de tener un buen dia porque parecia que iba a explotar, todo lo contrario, a mi, que fue pisar ese trozo de tierra y ya respiraba relajado, un entorno que era para desconectar de todo. --Al final voy a tener que coger el otro trabajo que me han propuesto --dijo, afirmando y agobiada cuando regreso a traerme la bandeja de pescado frito. --?Se puede saber en que consiste el otro trabajo? --Claro que si, dar masajes eroticos a domicilio. --Apuntame el primero --murmure apretando los dientes y no se le ocurrio otra cosa que darme una colleja y marcharse. Me quede riendo, tenia mucha gracia a pesar de ese agobio que le recorria por el cuerpo ese dia. La volvi a llamar para que me llenara la copa de vino con esa sonrisa falsa de no aguantarse hoy ni ella misma. --?Te dejo la botella? --No --me rei--. Por cierto ?Como te llamas? --Candela, menos mal que algo tengo bonito. --No, no, tienes muchas cosas bonitas, eres muy guapa y tienes un cuerpo espectacular --la verdad es que, a pesar de no medir mas de uno sesenta, estaba con un color tostado precioso y un cuerpo que no era muy delgado, pero si muy llamativo. --?Cuanto me vas a pagar por el masaje? --?Cuanto ibas a cobrar por cada uno? --Me ofrecen sesenta de los ciento veinte que cobra la empresa --me hizo una burla y se marcho riendo. Termine de comer y se acerco de nuevo a recoger la mesa. --?Cafe, postre? --Un cafe con hielo, por favor. --?Ya has decidido cuanto me pagaras por el masaje? No es que tenga experiencia, pero digo yo que con un poco de aceite de oliva y las manos, algo bueno hare --sonrio. --No lo dudo --me rei. --Y tu, ?como te llamas? --Nicolas. --Por Dios, que nombre mas pijo. Ahora vuelvo, ve pensando el precio que pagaras por el masaje, con doscientos euros hasta te la chupo --bromeo, marchandose de nuevo. Me tuve que reir, si o si, la verdad es que era muy graciosa, pero se le veia con un estres de esos que iban a acabar con ella. Regreso con el cafe y la cuenta que le habia pedido. --Aqui tienes --puse el dinero en la bandeja --?A que hora terminas? --En dos horas me piro hasta manana --sonrio con asco. --Doscientos euros y una mariscada, a las nueve en el chale numero trece --le hice un guino. --Y seras capaz... --La que tienes que serlo eres tu --me encogi de hombros. --Capaz y me lo pienso y todo. Con ese dinero me libro de venir cinco dias a aguantar al jefe y como cobro por dia trabajado... --Se encogio de hombros. --De ti depende. --Luego no me dejaras en la puerta con cara de tonta, ?verdad? --En absoluto. --Pues me lo pienso, pero vamos, que casi lo tengo claro --se marcho riendo. Obvio que no iba a permitir que me diera el masaje, pero oye, pasar una velada con ella debia ser algo fascinante y si le tenia que dar el dinero para que estuviera unos dias aliviada, como que no me importaba. Me di un bano en el mar antes de subir al chale a descansar un rato, estaba un poco cansado, ya que habia madrugado para hacer el viaje temprano. Capitulo 2 No eran ni las nueve menos cuarto cuando sono el timbre de fuera y sali a abrir, me habia acabado de duchar. --No se que hago aqui, pero la mariscada espero comermela --dijo cuando abri la puerta. --Pasa, Candela --sonrei echandome hacia un lado para que entrara. --Joder, que jardin mas guapo, vamos que tu hambre no pasas. --Hombre, espero que tu tampoco. --Bueno, ya lo que me faltaba, tener una jodida vida y encima no comer --rio. --?Una copa de vino blanco? --O dos --sonrio. Estaba preciosa con una faldita corta blanca de vuelo y una camiseta del mismo color. Le ensene la casa y nos sentamos en el jardin a tomar la copa de vino, ya habia llamado para que nos trajeran una mariscada para dos. --Entonces tu jefe te esta machacando... --Mi jefe es un tonto que se cree que puede tener a todo el mundo como esclavos y encima paga una mierda, pero bueno, no tengo otra cosa y mi madre no me da ni para pipas. --?Cuantos anos tienes? --Veintiseis. --Eres una nina... --A la mierda, ya me quede sin los doscientos euros del masaje --se puso la mano en la cara y suspiro. --Tranquila, te lo pago, pero no me lo tienes que hacer. --?Me estas contratando de chica de compania? --Si lo prefieres llamar asi --sonrei. Charlamos y le conte que venia a pasar el verano, que era la casa de mis padres y, por ende, la mia, a lo que me dedicaba y tal. --Joder ?Y cuantos anos tienes? --Treinta y ocho. --?No necesitas una interna que te limpie, te cocine y te tenga todo impoluto? --Pues mira, no lo habia pensado --sonrei. --Soy un amor de "nina" --hizo el entrecomillado con sus dedos--. Juro que no me cagare en tu familia --se echo a reir--. Daria lo que fuera por pasar dos meses fuera de mi casa, aquello es un manicomio, mis padres siempre estan peleando, cualquier dia los monto en el coche y los suelto en una sierra donde no puedan regresar --nos reimos, la verdad es que estaba sembrada. --Puedes quedarte aqui los dias que quieras, Candela, ademas tienes el trabajo ahi delante. --?Y no puedo hacerte un masaje cada dia por veinte euros y asi no tener que ir a trabajar? -- se rio --Con esta casa y veinte euros, ya como y me compro tabaco. --Pues si que has bajado la oferta. --Estoy desesperada, te lo juro --se le cambio la cara--. Fuera de bromas, lo de masajista no me lo ofrecieron, estaba de cona, pero joder, me dijiste lo de la mariscada y hasta pense en hacertela --volteo los ojos. --No te lo iba a permitir... --sonrei. --Ya me quede sin los doscientos pavos --se dio una palmada en la frente. --Ah no, te los regalo gustosamente. --?Sin chupartela? --Claro --me rei.

  • La decision de Kendall (Liam 3) de Aitor Ferrer

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    Dos dias habian pasado desde que deje tirado a Aitor y me senti mas fuerte que nunca, dos dias en los que los medios y el mundo se pensaban que me habia casado, lo contrario solo lo sabia Cata y Mario, pero ellos no lo iban a decir por nada del mundo, me lo prometieron y es que sabian lo importante que era para mi que no lo hicieran hasta llegado el momento que seria inminente. --Gracias por todo --abrace a Cata, despues de facturar las maletas y antes de pasar el Control Policial. --No, de gracias nada, todos somos una familia y me alegro de haber evitado que cometieras el mayor error de tu vida. --Te quiero, Cata --la bese muy fuerte. --Bueno, preciosa --me cogio las manos Mario --, ya sabes lo que te espera con este viaje y ya sabes que ahora mas que nunca tienes que ser tu, tu y solo tu. --Si --se me saltaron las lagrimas. --Os quiero --me aparte de ellos y pase lo de la Policia. Para coger este vuelo tuve que acceder a ir en primera clase, ya que otras plazas no quedaban y me deje un rinon y parte del otro, pero no me importaba. Compre conexion a Wifi y vi que Liam habia subido una foto con Alexandra y Luis, en el porche de estos. "A pasar tres dias con la verdadera familia" Iba a pasar ese veintitres, veinticuatro y veinticinco con ellos, era normal, en principio iban a hacerlo en casa de Liam, pero conociendo a Alexandra ella queria trabajar esas comidas bien en su casa, ademas era de lo mas exagerada. Le puse un mensaje a Liam. Kendall: ?Como esta mi princesa y el padre mas guapo del mundo? Liam: Hola, preciosa, imagino que ya estas en Turquia. Nosotros bien, vamos a pasar las fiestas con Luis y Alexandra. Kendall: Si, ya estoy de los turcos hasta el mismisimo, acabamos de llegar y ya estoy por irme, con eso te lo digo todo. Liam: Bueno, paciencia, te esperan las Maldivas y creeme que de alli no te querras ir. Kendall: Veremos, ultimamente no me caigo bien ni yo. Liam: ?Y tu marido? Kendall: Se fue con dos turcos a jugar al padel y a tomar unos vinos. Me entro un ataque de risa que me miro hasta sonriendo la azafata, yo llevaba peluca y hasta lentillas, ademas de un panuelo cubriendome, asi que poco sabian de quien se trataba. Liam: ?Te dejo sola? Kendall: Aja, una pena que tengo que no puedo con ella... Liam: No se si me hablas en serio o bromeando. Kendall: Del uno al diez ?Cuanto me amas? Liam: ?Has bebido? Kendall: Bueno ahora tengo un te en mis manos, si no le echaron nada raro... Liam: ?Te has arrepentido de casarte? Kendall: No me he arrepentido de nada. Liam: No entiendo nada, pero bueno, si me preguntas cuanto te quiero del uno al diez te dire que infinito, no hay cantidad, te has llevado una gran parte de mi. Kendall: Yo te quiero hasta el infinito y mas alla. Liam: ?Seguro que no has bebido? Kendall: No, pero esta noche pienso emborracharme. Liam: Ten mucho cuidado por favor. Kendall: Estoy pensando en darle un hermanito o hermanita a Beth, asi que tomare bastante para ver si paso una noche desenfrenada. Liam: Pasa buen dia, Kendall. Kendall: Y usted tambien, senor James. Me eche a reir, aunque me daba pena, pero volvia a ser yo, la bromista, graciosa, descarada y la que iba a aterrizar en Miami a las seis de la tarde hora de alli. E iba dispuesta a todo, a recuperar lo que era mio. El dia anterior hice varias llamadas para hacer algo, asi que lo tenia todo previsto, queria llegar como la que llega a Hollywood pisando la alfombra roja. El vuelo se me hizo eterno y cuando faltaba una hora para llegar y vi que puso un post con sus amigos preparando una barbacoa para esa noche, pense en tocarle un poco mas los huevos, como hacia en el pasado. Kendal: Hola, Liam de nuevo ?Que vais a cenar? Liam: Estamos preparando todo para una barbacoa. Kendall: Te noto muy serio. Liam: No, estoy tocando las palmas y cantando por Pimpinela. Kendall: ?Sabes la cancion, "Ese hombre"? Liam: Kendall, por favor, para ya. Kendall: Pues tu te lo pierdes, estas de un estupido... Liam: Estoy destrozado y no te pillo una. Kendall: Normal, pero dime una cosa ?Que beberas esta noche? Quiero beber lo mismo que tu. Liam: Agua, bebere agua, para la resaca que pillare porque empezare a beber ya, falta me hace. Kendall: No descuides a nuestra hija... Liam: Para, por favor. Kendall: No me da la gana, me tienes que aguantar. Liam: Espero que no hayas consumido drogas. Kendall: Bueno, no estaria mal unas caladitas de un peta de Jamaica. Liam: ?Que pretendes? Kendall: Quitarme el aburrimiento mientras espero para cenar con el amor de mi vida, emborracharme y tirarme la noche follando a lo Grey. Liam: ?Usais esas cosas? Kendall: No, pero ojo, que esta noche me dejaria que me dieran hasta por detras. Me puse las manos en la boca del ataque de risa que me estaba entrando, pobrecito. Liam: ?Me has querido alguna vez? Kendall: Desde que supe de tu existencia. Liam: Pues no lo parece... Kendall: Y tu, ?me has querido? Liam: Ya te respondi. Kendall: Disfruta de esta noche, se feliz, haz lo que te pida el corazon y no se te olvide, que quienes te quieren estan contigo. Liam: No se que te pasa, pero me estas preocupando. Kendall: Estoy feliz, simplemente eso... Ni me contesto, eso le debio de doler, pero joder dos horitas de dolor no era nada, que se tomara un paracetamol, que ya luego beberia otras cosas... Aterrice en Miami y un furgon me esperaba, si un furgon. Solo llevaba una maletita, pero en ese vehiculo iba todo aquello que formaria parte del espectaculo de mi vida... Capitulo 2 Llegue a la casa de Alexandra, sabia que estaban en el patio, ellos entraban a la casa por delante, pero el patio tenia una puerta y ahi se iba a formar la tangana. El coro rociero que me canto se puso en posicion mirando hacia la puerta del jardin y comenzaron a cantar la cancion que yo cante el dia de mi boda, la de "Quiereme" Yo estaba escondida y vi como salio Liam con la nina en brazos y Alexandra y Luis, mirando sin entender nada mientras el coro cantaba. "Quiereme como se quiere por primera vez..." Y de repente entre el no entender nada, me toco a mi aparecer. "Siempre para mi eres lo primero Aunque falte el dinero, te quiero Yo sin oro ni plata te espero hasta el atardecer" Al ver la cara de Liam, pense que se le caia la nina de los brazos, las lagrimas le comenzaron a brotar y la pequena me miraba riendo y senalandome. Luis y Alexandra tenian las manos en la boca, incredulos, no terminaron en romper a llorar mientras yo seguia cantando, acercandome a Liam sin dejar de mirarlo y cogiendo a mi pequena en brazos, que me dio un abrazo de esos que curan el alma. El coro termino y me despedi de ellos, que se fueron de forma inmediata, Liam no reaccionaba solo me miraba llorando al igual que Alexandra y Luis. --?Y tu marido? --pregunto Alexandra la primera. --Lo deje en casa de Liam, se va a dar una vuelta en el barco --bromee y los tres me miraron incredulos --. No me case, no lo hice --se me saltaron las lagrimas mientras negaba. --?No te has casado? --En ese momento y mientras preguntaba me cogio la cara con las dos manos y me miro entre lagrimas. --No, no me he casado, pero la luna de miel me la teneis que dar ustedes --dije ocasionando a todos una risa, momento que aprovecho Liam para darme un beso en los labios y un abrazo a mi y la nina que seguia en mi pecho. Alexandra y Luis me dieron un abrazo muy fuerte y la bienvenida de nuevo a la familia, si ellos eran mi familia. --Ahora comprendo esos mensajes que me llegaron --dijo echando mi mano por mi hombro, a la nina ya la habia cogido Alexandra y puesto en un parquecito. --Claro, tonto --me pegue a el y nos abrazamos de verdad con un beso que duro por lo menos un minuto. --No sabes lo feliz que me hace tenerte aqui de nuevo. --Bueno, me dijiste que siempre estarias para mi, te recuerdo que no tengo casa --me eche a reir. --Tienes dos, una aqui y otra alli. --Las quiero a mi nombre --solte una carcajada. --Sin duda y esta vez para siempre. --Por supuesto, de eso me encargo yo --le dije bromeando y emocionada por tener a Liam de nuevo, sabia que no nos hacia falta hablar mas que ahora comenzaba nuestra verdadera historia de amor. Tengo que decir que uno de los encuentros mas bonitos fue con Cata, nuestra perrita, que cuando me vio se puso a dar saltos y se meo directamente de los nervios. --Necesito emborracharme hasta olvidarme de mis apellidos --murmure, echandome una copa de vino. --Tienes derecho a todo, hija --respondio Alexandra y Liam afirmo. --Eso si, no me quedo sin viaje, asi que quiero una ronda por el Caribe dentro de dos dias cuando pase la cena de manana y la comida de Navidad, que a este le tenemos que recordar lo bien que lo pasamos en Jamaica. --Dale, claro que nos vamos --dijo Alexandra. --Encantado de recorrer ese viaje de nuevo --respondio Liam, chocando su copa con la mia --. Por cierto, lo de que esta noche le ibas a buscar una hermanita a Beth... --Eso era broma, ?eh? Pero que si viene... --me rei y me abrazo. --Si viene no volvere a montar en coche en mi vida, esta vez no me lo pierdo... --No creo que seamos tan desgraciados --me rei comiendolo a besos. --Gracias por estar aqui, gracias --me miraba con esos ojos cristalinos del color de mal y me moria en ellos. --Gracias por volverme a querer --me eche a llorar --. Joder que yo venia graciosa y canera, eso si, a recuperar lo que era mio. --Todo lo tienes ya, no tienes nada que recuperar, jamas lo perdiste. Estuvimos charlando y durante la cena les conte todo lo sucedido. --Lo sabia, desde el dia que te llevo al hospital sabia que ese hombre no era trigo limpio. --Ya... --Menos mal que mi Cata tuvo la perspicacia de averiguar todo e ir a ti ese dia --murmuro Alexandra y tenia razon. --Pero le conte que fue cornudo y que me acoste con Liam --me eche a reir y ellos tambien. --?Y dejaste todo en su casa? --Mi ropa y la ropa de la nina, lo demas como joyas y eso me lo lleve al hotel --senale mi dedo con los dos anillos que tenia de Liam, del compromiso y la boda. --?Y como haras para recuperarla? --Mira Alexandra, me fui de aqui sin una millonada mia, no te creas que ire a buscar unos trapos que puedo comprar de nuevo. --Muy bien dicho --dijo Liam emocionado --, Ademas, eso te vas de compras con Alexandra y pones otro ropero lleno rapido. --Si --mire a mi amiga, le cogi la mano y sonrei. A nosotras no nos hacia falta decir mas nada, todo quedaria atras menos eso que sentiamos los unos por los otros. Pasamos una velada preciosa, de risas, confidencias, dejando ya atras todo lo pasado con Aitor, no queriamos ni nombrarlo, queriamos cogernos las manos y mirar al frente, ese futuro que seria el comienzo de algo que nunca debio de terminar.

  • En un rincon de Inverness de Aitor Ferrer

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    Mi relacion con mi padre nunca habia sido buena, se pasaba la vida bebiendo y oliendo a alcohol, apenas se duchaba, se gastaba su pension en ello y yo trabajaba para subsistir, ni siquiera pude seguir estudiando por no tener su apoyo, que me reprochaba constantemente que viviera en su casa. Todo aquello me habia ido marcando a lo largo de los anos, y es que el haberme criado sin madre supuso un varapalo muy grande para mi y para la casa, desde que ella murio cuando yo tenia diecisiete anos, fue lo que llevo al descontrol y es que yo me dejaba la vida en que aquello fuera un hogar normal pero mi padre no ponia de su parte. A mis veinticinco anos me veia de camino a un trabajo lejos de mi casa, pero siendo mi unica via de escape y es que me habian dado la posibilidad de irme interna a Escocia, concretamente a Inverness, una ciudad de las Tierras Altas. El trabajo me lo ofrecieron en la escuela de ingles a la que asistia con el poco dinero que me sobraba de limpiar alguna que otra escalera. Alli se dedicaban a conseguir intercambios para perfeccionar el idioma, pero en este caso les hablaron de Alastair, un senor de cuarenta y dos anos que vivia solo en sus tierras y no queria contratar a nadie de su pais, la razon no la sabia, pero acepte de cabeza, tendria un salario y nada de gastos, el alojamiento y la comida entraba dentro de las clausulas. ?Que mas se podia pedir? Por mi parte, no mucho, la verdad, puesto que con aquel trabajo no solo iba a tener un buen sueldo que me permitiera ahorrar un poco y poder alquilarme algo cuando volviera a mi pais, sino que ademas practicaria con el ingles en un entorno donde podria desenvolverme en las cosas cotidianas, como la compra, por ejemplo. Mi padre prometio llevarme al aeropuerto, pero estaba tan borracho que ni se despidio de mi, me fui con lagrimas en los ojos y el corazon en mil pedazos, pero ya no podia soportar mas aquella situacion, yo habia hecho todo lo habido y por haber porque saliera de ese pozo, pero todo era una negativa y reproches en los que queria hacerme ver que yo no era nadie para dirigir su vida. Consegui un vuelo al aeropuerto de Inverness donde aterrice y un taxi me llevo a la direccion que le mostre. Iba con los nervios a flor de piel y es que no sabia a quien me iba a encontrar, eran muy pocos datos y temia que me tocara un jefe que, como mi padre, me tratara con la punta del pie. Estaba muerta de frio, era principios de diciembre y las temperaturas en aquel lugar eran terribles, yo estaba acostumbrada al sur de Espana y por mucho frio que llegara a hacer no era como este que te calaba en lo mas hondo. Llame al timbre y se abrio la cancela de la calle, pronto pude ver una preciosa casa de piedra, unos jardines de lo mas cuidados y llenos de arboles, me gusto esa primera sensacion. Iba entrando cuando salio el senor de la casa, para nada aparentaba tener cuarenta y dos anos, estaba muy bien conservado, como diria mi amiga Miriam, es mas, parecia un actor de Hollywood. Era guapisimo, su pelo rubio, largo y recogido en una coleta, unos preciosos ojos verdes, y la mandibula perfectamente marcada. --Hola, debes de ser Brenda --sonrio dandome la mano. --Hola, si, y usted es el senor Alastair --le devolvi la sonrisa. --El mismo --cogio mi equipaje. --No, yo puedo... Nada, me hizo un gesto para que caminara y le segui hasta la que seria mi habitacion. --Espero que estes comoda en ella, cualquier cosa que necesites no dudes en decirmelo, te espero en la cocina para comer en una hora --me hizo un guino y cerro la puerta. En shock, estaba en shock, entre la buena sensacion que me habia dado Alastair y esa habitacion que me parecia la mas bonita del mundo, estaba que no daba credito. La cama era una pasada, con un nordico blanco sobre aquel colchon que era alto, tenia una comoda, dos mesitas de noche y un amplio armario, ademas de un espejo a lo largo en una de las paredes, todos los muebles en blanco, pero como de madera desgastada, todo precioso, se veia que era nuevo, ademas de un bano solo para mi, que tambien lucia de lo mas bonito. Aquella estancia me parecia un palacio comparada con la vieja habitacion que tenia en casa de mi padre. Coloque en el bano todos mis productos, luego en el armario y cajones mi ropa y puse unos joyeros que tenia sobre la comoda, me encantaba esa habitacion. Mire por la ventana y vi a Alastair en la puerta de fuera recogiendo algo que le habian llevado de compra, era monisimo y de lo mas simpatico, me recordaba a Brad Pitt en la pelicula "Leyendas de Pasion", pero con el pelo mas corto. Habia sentido todo un flechazo, asi de claro, sabia que se iba a convertir en mi amor platonico, esos que llegan a tu vida y guardas en secreto y es que yo para los hombres era muy rara, pero el, me habia sacado esa sonrisilla que hacia mucho no me salia por si sola. Sonar era gratis y la realidad es que yo iba a ser su chacha, dicho vulgarmente, pero al menos la vista la tendria alegre y estaria entretenida fantaseando con ese hombre que me habia puesto las mejillas como dos tomates bien rojos. Fui hacia la cocina donde estaba terminando de servir una sopa, sobre la mesa habia unas croquetas con muy buena pinta. --Ya estoy aqui --dije con una sonrisa. --Perfecto, la comida ya esta lista --me senalo la silla para que me sentara. --Senor... --Por favor, llamame Alastair. --Vale, pero... --...Pero nada, simplemente Alastair --se sento sonriente. --Lo intentare --sonrei. --?Y que tal el viaje? --Bien, un poco nerviosa. --?Y eso? --Bueno, vengo a ciegas, solo sabia que tenia que trabajar para usted en la casa como interna y poco mas, pero necesitaba el empleo y aqui estoy. --?Un poco mas relajada? --La verdad es que lo esperaba menos simpatico --volvi a reir nerviosa. --?Tan mala fama tenemos los escoceses? --No --se me escapo una risa fuerte--, pero claro, veo peliculas y cuando hay internas en casas todo es muy serio. No se como explicarlo. --Bueno, pero esto no es una pelicula --arqueo la ceja senalando mi plato para que comiese. --Imagino --voltee los ojos--. Y, ?que es lo que debo hacer exactamente aparte de limpiar y cocinar? ?A que horas quiere que este la comida lista? --?En que parte del contrato ponia que queria que fueras mi sirvienta? --No le entiendo... --Por supuesto necesito que me ayudes con la casa, con la comida, pero que sea algo de dos, no solo tu y no estas para servirme, estas para acompanarme. --Espera, yo no soy... --No --se rio--. No vayas por donde no es, dejame explicarte. --Vale --aprete los dientes. --Necesito hacerte una propuesta. --Mientras no sea indecente... --Aunque observandolo detenidamente hasta seria capaz de aceptar, pense mientras reia. --No, tranquila. El caso es que tengo una lucha familiar... --No entiendo... --Por eso fui muy meticuloso en elegir a alguien de otro pais, se encargaron de buscar a traves de la academia de intercambio a la persona correcta y me dijeron que lo eras, no te obligare a nada, pero te quiero comentar y que seas tu quien decidas. --Me estas asuntando --aprete los dientes. --Tranquila. Sabes que tienes un ano de contrato. --Si, pero vamos, si veo algo raro salgo por patas --dije riendo. --Cuando quieras --sonrio--. Necesito que finjas durante este ano ser mi prometida. --?Ante quien? --Ante todos los ojos del pueblo y de mi familia que vive en Fort William. --?Y eso para que? --Eso te lo explico mas adelante, pero tengo que presentar una prometida en sociedad en Fort, en la casa de mis padres, y hacer creer a todos que encontre al amor de mi vida. --?Y voy a cobrar durante un ano por aparentar ser tu novia? --Asi es --arqueo la ceja y puso cara de terror. --Y el resto del tiempo que no este delante de los demas, ?que tendre que hacer? --Nada, como ya te dije me ayudaras con la casa y tendras todo el tiempo del mundo para hacer lo que quieras, leer, ver la tele en tu cuarto, en el salon, pasear por los jardines, hacer deporte o salir a pasear conmigo. --?Y se van a creer que con la diferencia de edad que hay, somos pareja? --?Me estas llamando viejo? --se echo a reir. --!No! --negue riendo--, pero, no se, es que es todo tan raro... Bueno, si tengo que fingir ser tu novia para conservar el trabajo, no dudes que te amo con toda mi alma --saque mi humor andaluz. --Entonces, perfecto. --Y a todo esto... ?A que se dedica mi novio? --Tengo dos edificios de apartamentos aqui en Inverness, todos arrendados y vivo de sus rentas. --Vamos, que tienes la vida mas que solucionada y encima tienes que alquilar a una novia --me eche a reir. --Asi es, no podia hacerlo con alguien de aqui, por eso recurri a una empresa de confianza que lo gestiono con tu academia. --Y me toco a mi... --Eso parece --sonrio senalando el plato de croquetas para que las probara. Y eso hice, llevarme una de esas croquetas a la boca que... --!Dios, que buena! --dije, justo despues de soltar un gemidito. Madre mia, !que verguenza! Mire a Alastair y vi que sonreia, vamos, que mi expresividad en ese momento le habia parecido a el de lo mas graciosa, simpatica o divertida, yo estaba notando mis mejillas arder por la verguenza, y eso que en Escocia hacia un frio de mil demonios.

  • Te encontrare en Navidad de Aitor Ferrer

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    Habian pasado seis anos desde aquella semana que, para Melissa, fue la mejor de su vida. Melissa, una joven malaguena, que decidio junto a sus amigas ir a pasar unas pequenas vacaciones a un camping en Los Canos de Meca, alla por tierras gaditanas, donde no esperaban encontrarse con un grupo de belgas que las harian vivir mil locuras. Disfruto cada momento, cada risa, y, sobre todo, cada mirada que compartio con Christian. Christian, ese chico con el que tuvo un idilico romance que siempre recordaria por los dias tan bonitos que pasaron juntos. A Melissa le parecio un chico de lo mas agradable, ademas de bueno y simpatico, y tan solo bastaron unas horas para que ambos fueran conscientes de que Cupido habia hecho bien su trabajo, disparandoles con su arco, las flechas del amor. Lo que estaba planeado como unas vacaciones con amigas, acabo siendo una breve aventura en compania de esos jovenes llegados a Espana desde Brujas, y con quienes cada dia que pasaba, inmortalizaban en fotos que poder ver cuando llegara la despedida. Entre ellos habian nacido unos sentimientos dificiles de perder, aunque ambos sabian que la distancia que los separaba era importante para volver a verse. El, le dio su numero de telefono, esperando que algun dia le llamara, y compartieron sonrisas y miradas que decian que si, que hablarian pronto, quedando en sus memorias el recuerdo de aquellos dias de verano que habian compartido. ?Cuan caprichoso puede ser el destino, que nos lleva a vivir momentos de lo mas felices, para despues llenar nuestros dias de amargura? Melissa se quedo sin la oportunidad de volver a hablar con Christian cuando perdio el movil. Eso era mala suerte, sin duda alguna, pues en el no solo iba su telefono sino todas las fotos que habian hecho durante esos dias. Solo tenia un nombre, sin apellidos, por lo que encontrar en Brujas al chico con el que habia vivido los dias mas bonitos de aquel verano, iba a ser tarea mas que dificil. Pero ella lo hizo, busco y trato de encontrarlo, queria poder decirle lo que habia descubierto apenas unos dias despues de que sus caminos volvieran a separarse. Melissa se habia quedado embarazada. Busco a Christian durante semanas, pero sin exito, estaba desesperada y lamentaba la mala suerte de haber perdido el movil y, con el, la posibilidad de contactar con el que era el padre del bebe que esperaba. En Malaga vivia con su padre, un viudo farmaceutico que siempre procuro darle a su hija todo cuanto necesitara y, en ese momento de su vida, la apoyo y ayudo con la busqueda del joven belga. Pero los dias pasaban, como tambien lo hacian las semanas y los meses, y Melissa tuvo una preciosa hija a quien llamo Elsa. Juan se convirtio en el abuelo mas feliz del mundo cuando vio la carita de su nina, esa por quien daria todo cuanto tenia, igual que por Melissa. Elsa crecia en un hogar donde no le faltaba el amor de su madre, esa que cada dia le contaba la historia tan bonita que habia vivido con el que era su padre, aunque la nina no lo entendiera porque tan solo era un bebe. Los anos fueron pasando y Melissa seguia contandole ese cuento a Elsa antes de dormir. Le relataba los dias que habian vivido los dos protagonistas de la historia, hasta que tuvieron que separarse. Contaba la pequena Elsa con cuatro anos cuando, una noche antes de dormir, le pregunto a su madre si esos dos personajes del cuento habian vuelto a verse. Melissa, con los ojos vidriosos, contesto que no, que tras perder lo unico que tenia de el, no pudo volver a verlo. Juan, que habia escuchado la pregunta de su nieta desde el pasillo, espero a que saliera Melissa de la habitacion y le dijo que, tal vez, era momento de contarle la verdad a la nina. Decirle que la pareja de la que hablaba en el cuento eran sus padres. Ella lo penso, lo medito durante dias, incluso meses, y finalmente se decidio a contarle la historia completa. Elsa escuchaba atenta cada palabra de su madre, como solia hacer por las noches, hasta que la historia cambio un poco y ella, que a pesar de su corta edad era una nina muy lista, se dio cuenta en cuanto Melissa les puso nombre por primera vez a los personajes del cuento. Quiso saber si ella era ese bebe del que tanto le habia hablado, si cuando hablaba de Melissa se referia a ella misma, y si era Christian el nombre de su papa. Con una sonrisa Melissa contesto que si, que hablaba de ellos tres. Que tenia un buen recuerdo de su papa, pero que nunca lo encontro despues de que perdiera el telefono. Cuando salio de la habitacion donde su hija dormia placidamente, le conto a su padre los planes de viajar a Brujas, necesitaba encontrar al hombre que le habia dado ese regalo tan bonito que era Elsa para ella. Juan, que siempre fue el principal pilar para Melissa desde que perdieran a su madre cuando contaba con solo doce anos, de nuevo estuvo a la altura de las circunstancias y apoyo a su hija en tal decision. Melissa era profesora en uno de los colegios de Malaga, asi que decidio que aprovecharia las vacaciones navidenas para viajar junto a su pequena Elsa hasta Brujas, lugar en el que esperaba encontrar a Christian. Sobraba decir que no iba buscando el oportunismo de que la ayudara con la crianza de la nina, puesto que, aunque en su casa no nadaban en la abundancia, vivian bastante bien con su sueldo y con lo que ganaba su padre con la farmacia que regentaba desde hacia anos.

  • Nunca te deje de amar de Aitor Ferrer

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    Siempre se ha dicho que el primer amor nunca se olvida, pero, ?cual es el primer amor de una persona? Tal vez, ?el que se vive cuando se es adolescente? Ese que llega a la tierna edad de quince anos y te hace sentir que estaras siempre con la misma persona. O, por el contrario, ?el primer amor puede ser el que aparece sin esperarlo y tras algunas relaciones? Ese amor del que nunca puedes olvidarte, por muchos anos que pasen, puede llegar a los diez, a los quince, los treinta o incluso a los cincuenta anos. ?Acaso ese primer y verdadero amor debe tener una edad concreta? Creo que no, pues, a mi, ese amor del que aun tengo el mejor de los recueros, ese que nunca podria olvidar, llego a mi vida cuando tenia veinticinco anos. Y es que, como bien es sabido, el amor llega de la manera en que llega y cuando deber hacerlo. No tiene edad, no tiene un tiempo concreto para llamar a nuestra puerta, pero cuando lo hace, se ha de aprovechar hasta el ultimo minuto de ese amor que nos rodea. Aquel verano, hacia ya cinco anos, con la carrera de profesora recien terminada, volvia esa noche a casa despues de celebrarlo con mis companeros y companeras de universidad. Quiso la mala suerte, o tal vez el caprichoso destino, o el que debia poner mas alquitran en la carretera el dia que la hicieron, que pisara en el unico agujero que habia cuando cruzaba y me torciera un tobillo. Es que parece que los tacones tengan iman con esas cosas, de verdad. El caso es que, segun caia mientras parecia que hiciera malabares, pues tenia los brazos extendidos, y que a mi me daba la impresion de hacerlo a camara lenta, pensaba en el topetazo que me iba a dar y el dolor de posaderas con el que acabaria. No, no aterrice en el suelo de manera milagrosa, o, mas bien, gracias a ese caballero andante de brillante armadura que me sujeto para que no acabara sentada en la carretera. --?Estas bien? --nunca olvidaria esa voz con la que me pregunto. Pero, cuando me gire, supe que esos ojos verdes serian mi tormento a la hora de dormir por las noches. --No me duele el culo, pero el tobillo me palpita que da gusto --conteste, algo contentilla por las copas que habia tomado, el sonrio y me ayudo aponerme en pie. Me llevo hasta un banco donde nos sentamos y, tras pedirme permiso, cogio mi pierna con una delicadeza increible y empezo a revisarme el tobillo. Di un leve respingo al notar un pinchazo, pero sus palabras me calmaron, o al menos, despues de saber por que las dijo. --No esta roto, y tampoco hay esguince, manana lo notaras un poco molesto, pero pasado estara como nuevo. --?Que eres, medico? --Si --sonrio, y yo desee que la tierra me tragara--. Vas contentilla, ?eh? --Celebraba el fin de mi carrera --levante las manos. --Ah, pues felicidades, pero, caerte al suelo, ?entraba en la celebracion? --No --rei--, eso ha sido culpa de la carretera, tiene un agujero en todo el centro. --Cierto, la carretera --rio negando. --Me llamo Jaca, muchas gracias por evitar que diera con el culo en el suelo --le tendi la mano. --Ismael, ha sido un placer --cogio mi mano para estrecharla y, ese simple contacto, hizo que cientos, no, miles... !Va! Decenas de miles de mariposas revolotearan en mi estomago. Aquella fue la primera vez que nos vimos, y supe que no seria la unica, incluso antes de que nos dieramos los telefonos tras un par de horas charlando y tomando una copa. Como dijo, Ismael era medico y acababa de salir de trabajar, habia estado de guardia y me comento que se dirigia a tomar una cerveza, solo, para desconectar del que, probablemente, fue el peor dia de trabajo de su vida. Ni el me conto el motivo, ni yo pregunte, tan solo estuve haciendole compania mientras bebia, pues es sabido que beber solo puede llegar a ser peligroso. Vale, con amigos tambien, y mas si estas celebrando algo, pero bueno, me habia ayudado y quise invitarle a una cerveza. Al dia siguiente me llamo para interesarse por mi tobillo, le dije que tan solo tenia una ligera molestia y que, gracias a la pomada que me habia aconsejado lo soportaba bastante. Me pregunto si le aceptaria una invitacion para comer un par de dias despues, acepte encantada pues queria seguir viendo y conociendo, a ese medico de ojos verdes y diez anos mayor que yo. Por aquel entonces vivia con mi madre, Rosa, que quedo viuda unos anos antes y era el principal pilar en mi vida, como yo lo era en la suya. Le hable de Ismael, le dije que habia sentido algo aquella noche y se alegro, tan solo me dijo que fuera con cuidado, que no queria que me hicieran dano. Llego el dia de volver a verlo y me llevo a comer al pueblo de al lado, a un restaurante precioso donde las horas fueron pasando mientras hablabamos de todo en general, y de nada en particular. Le conte que, tras acabar la carrera estaba, opositando, queria conseguir una plaza en alguno de los colegios de la ciudad y que me moria por empezar a trabajar con ninos, ya que eran una de mis debilidades. Ismael me dijo que habia seguido los pasos de su familia, habia muchos medicos y cirujanos desde hacia generaciones, asi que la medicina era algo que llevaba en la sangre, segun confeso, formaba parte de su ADN. Los dias fueron pasando, los mensajes y las llamadas se sucedian unos tras otros, volvimos a vernos en varias ocasiones y, en una de ellas, nos besamos. ?Como fue ese primer beso? Mejor de lo que esperaba. Fue delicado, tierno, pero, a la vez, con ese punto de picardia que ya sabia que tenia Ismael, mordisqueaba y me pasaba el pulgar mientras me miraba a los ojos y yo... Yo queria que ocurriera algo mas. ?Ocurrio? Si, claro que ocurrio. Acabamos en un pequeno apartamento dejandonos llevar por el deseo y esas ganas que nos teniamos, nos amamos bajo las sabanas durante toda la noche, y por la manana tuvimos que separarnos. Nos vimos durante aquel verano, siempre en el pueblo de al lado donde vivia, en aquel apartamento que me dijo era de un amigo suyo que estaba de vacaciones y se lo estaba cuidando. Las horas a su lado pasaban volando, cada dia me sentia mas a gusto y me enamoraba un poco mas de Ismael, mi querido Ismael. Y, como en todo, el amor da sus frutos, y el nuestro llegaria en unos meses. La tarde que iba a contarle que seriamos padres, la felicidad me embargaba, pero como se suele decir, lo bueno dura poco. La cara de Ismael cuando nos encontramos era de funeral total. Y no era para menos, pues asi me senti cuando acabamos de hablar y me confeso lo que menos me habria imaginado. Estaba casado y su esposa esperaba un hijo. Senti que el mundo caia sobre mi, que se derrumbaba ese castillo que, poco a poco, habia empezado a construir entorno a Ismael, mi querido Ismael, que no era mio, pero si querido. O, mejor dicho, la querida fui yo. Una amante, eso es lo que habia sido para ese hombre durante el verano, la otra, una mujer con la que saciar sus ganas en la cama. ?Que habia de cierto en esas miradas, o en sus caricias? ?No habian sido mas que falsas esperanzas para una muchacha de veinticinco anos con la que habia jugado? Casado... El hombre del que me fui enamorando, poco a poco, dia tras dia, estaba casado. Ya tenia una familia, iba a ser padre y yo no era nada para el, no pintaba nada en su vida. Llore, rota por el dolor mientras el, no me dedicaba ni una mirada. Guarde mi secreto, ese que iria conmigo a la tumba cuando el Senor me reclamara a su lado. Aquel dia, la felicidad de saber que llevaba en mi vientre el fruto de un amor tan grande, quedo relegada por el dolor, la pena y el sabor amargo de la desdicha. Ni siquiera deje que me llevara a mi casa, lo deje en el bar donde me habia llevado y cogi un taxi para volver a la ciudad. En ese instante comprendi el motivo de vernos siempre en el pueblo de al lado, y no, no era porque tuviera que cuidar del apartamento de su amigo. Que, a saber, si aquello era cierto. Tal vez era suyo, un picadero al que llevar a las pobres tontas e incautas como yo, y que cayeran ante su galanteria, esa mirada y el sabor de sus besos. Camine durante un rato por el parque, me sente en un columpio como si fuera una nina pequena, llorando mientras con una mano me acariciaba el vientre, prometiendole a mi pequeno angelito que, aunque estuvieramos solos, jamas le faltaria nada y, mucho menos, mi amor, ese que ya sentia desde el momento en que supe que estaba dentro de mi. Llegue a casa y, mi madre, al verme, me abrazo sabiendo que algo habia ido mal. Antes de ir a hablar con Ismael, le conte a mi madre la noticia, me abrazo feliz de saber que iba a ser abuela y cuando vio el dolor en mis ojos, asi como fue obvio para ella que habia llorado, pregunto si es que el no queria saber nada del bebe. Le dije lo que habia confesado Ismael y hasta ella lloro de dolor. Volviamos a ser ella y yo, solas, y ahora llegaria mi angelito, ese que nos colmaria a ambas de felicidad y amor. Y asi fue, mi madre nos ayudo a mi nina, a quien llame Alba, y a mi a salir adelante. Cuando mi pequena nacio cogi plaza en un colegio, un ano despues y con el dinero que habia ido ahorrando, di la entrada para un pisito donde viviria con mi hija, aunque siempre tendria a mi madre y su casa, para lo que necesitara. Alba tenia dos anos cuando nos instalamos definitivamente en nuestra propia casa, donde mi madre venia siempre que queria estar con sus ninas, como nos llamaba a mi hija y a mi. Durante aquellos anos no supe nada del que fue mi primer amor, ese que bien sabia que jamas iba a olvidar. El dia que me marche, llorando tras su confesion, borre su numero del movil, pues bien sabia que el, no me llamaria nunca, asi que al menos evitaba buscar su nombre en mis contactos, ese nombre que tenia grabado a fuego en el corazon, ese que algunas noches me habia hecho llorar al recordarlo.