• la nave eterna - Francesca Haig

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    Hace cuatrocientos anos, una explosion nuclear asolo la Tierra. Ahora, la lluvia radiactiva ha cesado y la civilizacion humana se recupera, pero por alguna desconocida razon todos los alumbramientos son de gemelos. En cada uno nace un alfa, fisicamente perfecto, y un omega, marcado con alguna deformidad.

  • El sermón de fuego nº 03/03 La nave eterna (Fantasía)

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    El sermón de fuego nº 03/03 La nave eterna (Fantasía) : Haig, Francesca, Saito, Simon: Amazon.es: Libros.

  • La nave eterna (Fantasía) Versión Kindle - Amazon.es

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  • El sermón de fuego nº 03/03 La nave eterna - Francesca Haig

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    23 ene 2018 — El sermón de fuego nº 03/03 La nave eterna, de Francesca Haig. «Este libro es un reflejo de nuestra obsesión por la perfección.

  • LA NAVE ETERNA (EL SERMON DE FUEGO III) - Casa del ...

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    LA NAVE ETERNA., HAIG, FRANCESCA, ISBN: 9788445005026 Librerías Proteo y Prometeo. Desde 1969 entre Libros. La mayor librería especializada de Málaga.

  • La nave eterna El sermón de fuego 3 - Mil Comics

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    LA NAVE ETERNA, FRANCESCA HAIG, 17,90€. «Este libro es un reflejo de nuestra obsesión por la perfección.» The Guardian.Hace cuatrocientos años, una explosi.

  • El sermon de fuego de Francesca Haig

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    Cuatrocientos anos despues de un apocalipsis nuclear, los humanos viven en un mundo sin tecnologia donde los recien nacidos son siempre gemelos: uno de ellos es fisicamente perfecto, el alfa; el otro sufre algun tipo de deformidad, el omega. Este mundo es de los alfas y los omegas viven marginados en asentamientos aislados. Sin embargo, cuando un gemelo muere, tambien lo hace el otro.

  • Un Hombre Al Que Odiar de Miriam Formenti

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    Amor y aventura en un romance ambientado en la Edad Media.
    El quiere amarla, ella solo quiere odiarlo.
    Estamos en el ano 1158, Federico I de Suabia asedia y conquista Milan. Se toma el control de los feudos milaneses, se asesina o se encarcela a los nobles y las mujeres se consideran mercancia de cambio.
    La noble Regina Celeste Balestrieri, tras la tragica muerte de sus familiares, es solo una presa de guerra y se la ofrecen como regalo a un baron suabo.
    El, Stephan Deinburg de Hezen, el conquistador, no la considero un regalo interesante cuando la vio. La chica es atractiva, si, pero es muy rebelde y orgullosa, demasiado para el que pertenece a un pueblo de vencedores. Sin embargo, es un desafio que no quiere perder y decide que sera su esposa. La quiere en cuerpo y alma, sin saber que ya habia perdido su propio corazon con una sola mirada.

  • Nebraska. En el corazon del rancho grande de Ariadna Baker

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    Tras terminar su carrera, Keira vuelve al rancho familiar. En Nebraska no solo esta su familia, tambien un hombre que despertara en ella sentimientos inesperados.
    Izan, quien ahora se encarga de los caballos, se convertira en mucho mas que un simple trabajador.
    Su mejor amiga, Silvia, planea visitarla y, al parecer, ambas encontraran en ese lugar mas de lo que podian imaginar.
    ?Que ocurrira despues de que los sentimientos tomen el control?

  • Lady Amelia de Lydia C. Ramirez

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    En el Londres del siglo XIX, lady Amelia Phillips sufre por el amor no correspondido del duque de Pendleton, ademas de tener que lidiar con su insoportable madre, se enfrenta al repudio social por culpa de su hermano mayor. Entonces ante ella se abre la oportunidad de salir de ese infierno de la mano del joven heredero Robert Bradford. ?Podra Amelia conseguir al fin el amor de William? ?O debera rendirse?

  • Panna cotta de Andrea Acosta

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    Andrea Bloom quiere conseguir su sueno: convertirse en chef profesional y abrir su propio restaurante. Un programa de television, Supreme chef, le dara la oportunidad de su vida: un curso de cocina en The Culinary Institute of America y la estancia durante un mes en la cocina de uno de los jueces del concurso. Prometida a Samuel y a punto de casarse con el, Andrea congela sus planes de boda y se marcha a Italia para cocinar al lado de uno de los mas grandes: Luca Graziani, el cocinero italiano superestrella de la television, juez del programa y propietario de varios restaurantes repartidos por el mundo. El sera el encargado de completar la formacion culinaria de Andrea durante ese mes. Petulante, engreido y despota, cocinar a su lado se convierte en un suplicio para ella y pronto surge la animadversion. Una antipatia mutua que marcara las vidas de ambos, una relacion tormentosa que se convertira en obsesion. Dicen que del amor al odio hay solo un paso y ocurre tambien en cocina que, a veces, de la combinacion de los ingredientes mas extranos se obtienen los mejores sabores, tan maravillosos que pueden poner en jaque corazones congelados, suenos y bodas. ?Volvera a ser Andrea la misma despues de esta experiencia?

  • El chico que siguio a su padre hasta Auschwitz de Jeremy Dronfield

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    En 1939, Gustav Kleinmann, un tapicero judio de Viena, fue capturado por los nazis. Junto a Fritz, su hijo adolescente, fueron mandados al campo de Buchenwald, en Alemania. Empieza asi una desgarradora historia en la que sus protagonistas seran victimas del hambre y de las palizas, mientras participan como mano de obra en la construccion del mismo campo de concentracion en el que permaneceran cautivos.
    Cuando Gustav reciba la noticia de su traslado a Auschwitz, una segura sentencia de muerte, su hijo Fritz hara todo lo posible por no separarse de su padre y seguirlo hasta Polonia.

  • Para el tiempo que reste de Cesar Antonio Molina

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    Paisaje glauco del oceano. Los cielos, las montanas, los bosques, se comen el horizonte. Y el panorama desde los acantilados con su fondo rojizo del atardecer parece salir de una fragua incandescente. La naturaleza se apropia de nosotros y nos impregna lentamente y se dilata en nuestro ser que se desconoce. Si, la paz, el silencio y no tener prisa mientras contemplamos los aviones a reaccion. Pero el ruido de las babeles, una confusion de sonidos vagos, el castigo del tumulto informe. De la abundancia del corazon habla la boca. ?A quien Dios toco con un carbon encendido? Desdichada melancolia de lo inaccesible. Todo escritor es un sonambulo. Y esta belleza que enferma gravemente a quien la posee y no puede deshacerse de ella. TEMPLOS DE MAIZ Los campos de maiz, templos como aquellos otros de Paestum, los recorria de infante en medio de las pobladas mazorcas. ?Que quedara de nuestros recuerdos del pasado? ?Que materia los conformara? ?Para que me trajeron aqui? ?Para que se cumplio un deseo que no pedi? Aun permanezco inquieto en este mundo fugitivo y sin sentido. Por las playas, por las ensenadas, por las dunas, entre la lluvia, los vientos y los sauces latigantes, avanza el otono de nuestra desesperanza. Y a lo lejos, como una senal en el camino, los pomos de las puertas de las casas en llamas.

  • Por el camino de las grullas de Cristina Cerezales

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    Cristina Cerezales ha escrito una novela coral en la que varios personajes se unen en el trayecto vital y catartico del camino de Santiago. Por el camino de las grullas es una novela sobre las complejas relaciones familiares, sobre la amistad, sobre el nexo que une a personas que buscan, sobre la carga del pasado individual y, en definitiva, sobre el sentido del transito en si mismo. Cristina Cerezales crea un fresco de varios personajes complejos -que a la postre somos todos nosotros- en una narracion conmovedora.

  • El gran lobo feroz de Daniel Santos

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    Durante siglos, el bosque del pueblo de Hellen ha vivido gobernada bajo el yugo de una manada de lobos peligrosos, agresivos y poderosos. Este ano, como cada ano, el pueblo se jugo a suertes a quien debian ofrecer como tributo. Hellen fue la elegida.

  • El diablo en invierno (Las Wallflowers 3) de Lisa Kleypas

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  • Los diamantes no brillan como tu de Chus Nevado

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    Maia se colo con sigilo por la puerta entreabierta y la cerro despacio, evitando cualquier ruido que revelara su incursion nocturna al resto de ocupantes de la casa. Despues mantuvo su mano varios segundos sobre el picaporte, como si quisiera aplazar el momento de la verdad lo maximo posible. En realidad, hasta esa noche habia acariciado la secreta esperanza de que todo fuera solo un mal sueno, pero para su pesar descubrio que los deseos, por mucho que se anhelaran, no siempre llegaban a cumplirse. Aunque las visitas a ese cuarto se habian sucedido con frecuencia durante los ultimos meses, era la primera vez que entraba alli con la desazon oprimiendole el pecho. Y quizas tambien la ultima. Aquello supondria un antes y un despues, porque estaba convencida de que a partir de entonces ya nada seria igual. Reticente, solto el pomo, y al tiempo que el brazo caia con desidia en el aire, un quedo suspiro de resignacion broto de sus labios. <>, penso, insuflandose unos inexistentes animos para afrontar lo inevitable. Dejo la puerta atras y avanzo hacia el fondo de la estancia mientras desataba el nudo de su bata con dedos temblorosos. La prenda se deslizo lentamente sobre los hombros, rasgando el silencio con el sutil roce de la tela al caer olvidada a sus pies. La nivea piel de su gloriosa desnudez refulgio en la penumbra de la habitacion, iluminada tan solo por los destellos velados de la luz de las farolas que se filtraban a traves las cortinas. Sintio que el vello se le erizaba, pero no fue por frio sino de anticipacion. Antes de llegar a los pies de la cama, unas fuertes manos se aferraron a su cintura y la obligaron a detenerse. Expectante, contuvo el aliento. Uno de sus mechones rubios se mecio sobre su mejilla con la calida brisa de una respiracion profunda, muy proxima a su oido. Los ardientes labios se posaron en su sien y, tras un beso fugaz, recorrieron con enervante calma la linea del cuero cabelludo hasta llegar a la parte posterior del cuello, haciendola vibrar de deseo. --?Por que has tardado tanto? Me estaba volviendo loco pensando que al final no vendrias. --?Como no iba a venir? Solo estaba esperando a que todos se durmieran. --Aquello era mentira; en realidad, habia estado llorando durante largo rato en la soledad de su habitacion hasta que no le quedaron mas lagrimas que derramar, pero no queria que el lo supiera--. Pero ya estoy aqui... Intento volverse, pero el la afianzo a su torso con los antebrazos cruzados a la altura del vientre. El cuerpo masculino mostraba ya claros signos de excitacion, evidentes contra la zona inferior de su espalda, asi que echo la cabeza hacia atras para apoyarse en el y se dejo llevar. Al notar su absoluta rendicion, las manos que la apresaban se relajaron e iniciaron un lento ascenso que culmino en el nacimiento de los senos. Las palmas sopesaron su tamano y maleabilidad con un movimiento circular, mientras las yemas tanteaban el delicado contorno de las areolas. La reaccion fue casi instantanea: la tersa piel se fruncio y los pezones se convirtieron en dos duros botones, revelando asi su satisfaccion por la atencion a la que estaban siendo sometidos. Maia alzo los brazos hasta alcanzar la espesa cabellera castana y enrosco los rizos entre sus dedos, aplicando el mismo ritmo que el transmitia a los suyos para darle placer. --Como te voy a echar de menos --musito el, acercando la boca al hueco de su clavicula para aspirar su aroma--. Me va a costar tanto decirte ad... --No lo digas, por favor. No lo digas --le corto, colocando el indice sobre sus labios para hacerle callar--. Esto me esta matando, saber que en pocas horas tendremos que despedirnos me supera, asi que al menos deja que me lleve un buen recuerdo de esta noche. Hazme olvidar por un rato lo que esta a punto de suceder, porque a partir de manana no podre pensar en nada mas. A pesar de su juventud, Maia ya sabia lo que era el amor y los sufrimientos que conllevaba. Su primer amor, aunque tambien el definitivo. Lo queria tanto... Ambos se habian enamorado como locos sin poder evitarlo, y juntos habian aprendido todo lo que desconocian de ese gran sentimiento, descubriendo poco a poco las delicias del sexo. Estaban hechos el uno para el otro... y ahora el destino los separaba, aunque fuera tan solo por una temporada. No sabia como podria soportarlo, aquel ano se le iba a hacer eterno. Se intercambiaron infinitas caricias hasta que la pasion los arrollo. Sobre la confortable moqueta, aquella que habia sido testigo mudo de la mayoria de sus encuentros furtivos, hicieron el amor con toda la fogosidad, el ansia y la desesperacion que implicaba ese ultimo encuentro. La ternura con la que el se interno en ella se mezclo con la codicia que Maia demostro al acogerlo, y unidos por un unico sentimiento, exteriorizaron en ese acto carnal lo que sus corazones clamaban al unisono. Cuando Maia llego al climax, a aquel punto sin retorno en el cual todos sus pensamientos se diluyeron en uno solo, el unico momento en el que consiguio olvidar por un instante la incertidumbre que la atenazaba, tuvo que clavarse las unas entre las palmas e invadir la boca de su amante para contener la exclamacion de extasis que broto de su garganta. Mientras se convulsionaba, el la abrazo con fuerza y abrio las compuertas a su propia liberacion. Una ironia, ya que esa ultima liberacion significaba tambien el principio de su tortura. Permanecieron asi durante horas, despiertos pero evitando moverse para no romper el fragil hilo que los mantenia unidos. Con la llegada del alba ese hilo se rompio, y la tristeza embargo a Maia al darle un ultimo beso de despedida. --Prometeme que mantendremos el contacto hasta que regreses --le imploro entre sollozos. --Te lo prometo. --El le retiro las lagrimas que cubrian sus mejillas con la yema de los pulgares y la acuno en su pecho--. Dentro de un ano volvere y ya no nos separaremos nunca mas. Capitulo 1 Siete anos despues Maia avanzaba a buen paso por los caminos serpenteantes de las inmediaciones del lago. A pesar de que el complejo verde disponia de una pista de atletismo en el lado noroeste, ella preferia recorrer las zonas mas reconditas, aquellas en las que podia entrar en contacto directo con la naturaleza. El parque Battersea contaba con una gran variedad de especies arboreas, que abarcaban tanto la flora autoctona como ejemplares exoticos traidos a lo largo de decadas desde diferentes partes del mundo. Correr a traves de los senderos rodeada de vegetacion y disfrutar de las vistas que proporcionaba el paseo circundante al estanque se habia convertido en su ritual diario, ritual al que jamas renunciaba ya hiciese viento, nevara o lloviese a cantaros; pero en un dia como aquel, una soleada manana primaveral de finales de mayo donde los colores brillaban por doquier, la experiencia resultaba sencillamente idilica. Tras unos minutos mas de carrera continua, aminoro el ritmo hasta alcanzar una marcha ligera y giro la cabeza hacia su companero de fatigas. --Vamos, Dante. No me digas que estas cansado. --Torcio el gesto al verlo con la lengua fuera y la respiracion entrecortada--. Voy a tener que ponerte a dieta, carino.

  • Deja que ocurra (Completa) de Alice Kellen

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    Todo puede cambiar en un instante.>> Habia escuchado esa frase muchas veces a lo largo de mi vida, pero nunca me habia parado a masticarla, a saborear el significado que esas palabras pueden dejar en la lengua cuando las desmenuzas y las sientes como propias. Esa sensacion amarga que acompana a todos los <> que se desperezan cuando ocurre algo malo y te preguntas si podrias haberlo evitado, porque la diferencia entre pasar de tenerlo todo a no tener nada a veces es tan solo de un segundo. Solo uno. Como entonces, cuando ese coche invadio el carril contrario. O como ahora, cuando el decidio que no tenia nada por lo que luchar y los trazos negros y grises terminaron por volver a engullir el color que unos meses antes flotaba a mi alrededor... Porque, en ese segundo, el giro a la derecha. Yo quise seguirlo, pero tropece con una barrera. Y supe que solo podia avanzar hacia la izquierda. ENERO (VERANO) 1 AXEL Estaba tumbado encima de la tabla de surf mientras el mar se mecia con suavidad a mi alrededor. Aquel dia el agua cristalina parecia contenida dentro de una piscina infinita; no habia olas, ni viento ni ruido. Podia oir mi propia respiracion calmada y el chapoteo cada vez que hundia los brazos, hasta que deje de hacerlo y tan solo permaneci alli, sin moverme, con la mirada clavada en el horizonte. Podria decir que estaba esperando a que el tiempo cambiase para poder pillar una buena ola, pero sabia perfectamente que ese dia no habria ninguna. O que pasaba el rato, algo que hacia a menudo. Pero recuerdo que lo que de verdad estaba haciendo era pensar. Si, pensar en mi vida, en que tenia la sensacion de haber alcanzado todas las metas y de haber ido cumpliendo un sueno tras otro. <>, me dije. Y creo que fue el tono que resono en mi cabeza, esa leve interrogacion, lo que de repente me hizo fruncir el ceno, sin apartar la vista de la superficie ondulante. <>, cuestione. No me gusto esa duda que parecio agitarse en mi cabeza, viva y reclamando mi atencion. Cerre los ojos antes de zambullirme en el mar. Despues, con la tabla de surf cargada bajo el brazo, regrese a casa caminando descalzo por la arena de la playa y el sendero plagado de malas hierbas. Abri la puerta de un empujon, porque siempre estaba atascada por culpa de la humedad, deje la tabla en la terraza trasera y entre. Coloque una toalla doblada encima de la silla y no me vesti para sentarme delante de mi escritorio, que ocupaba todo un lado del salon y era caotico. Al menos, para cualquier persona cuerda. Para mi, era el orden en su maxima expresion. Papeles repletos de notas, otros con pruebas descartadas y el resto con trazos sin sentido. A la derecha, tenia un espacio mas despejado, con boligrafos, lapices, pinturas; encima, un calendario con varios tachones en el que marcaba los plazos de entrega y, al otro lado, mi ordenador. Repase el trabajo acumulado y conteste un par de correos antes de decidir continuar con el proyecto que tenia entre manos, un folleto turistico de Gold Coast. Era basico, con una ilustracion de una playa y olas de lineas curvas bajo las que surfeaban algunas sombras con poco detalle. Justo el tipo de encargo que mas disfrutaba: sencillo, rapido de hacer y bien pagado y explicado. Nada de <> o <>, sino un simple <>. Pasado un rato, me prepare un sandwich con los pocos ingredientes que quedaban en la nevera y me servi el segundo cafe del dia, sin azucar y frio. Estaba a punto de llevarme la taza a los labios cuando llamaron a la puerta. No era muy dado a recibir visitas inesperadas, asi que deje el cafe sobre la encimera de la cocina con el ceno fruncido. Puede que, si en ese momento hubiese sabido todo lo que arrastrarian ese par de golpes, me hubiese negado a abrir. ?A quien quiero enganar? Jamas podria haberle dado la espalda. Y habria ocurrido, de todos modos. Antes. Despues. ?Que mas da? Tenia la sensacion de que, desde el principio, fue como jugar a la ruleta rusa con todas las balas cargadas; estaba destinado a que alguna me atravesase el corazon. Todavia sostenia el marco de la puerta en la mano cuando supe que aquello no era una visita de cortesia. Me aparte para dejar que Oliver, taciturno y serio, entrase en casa. Lo segui a la cocina preguntandole que habia ocurrido. El ignoro el cafe y abrio el armario alto en el que guardaba las bebidas para coger una botella de brandy. --No esta mal para ser un martes por la manana --dije. --Tengo un jodido problema. Espere sin decir nada, aun vestido solo con el banador que me habia puesto al despertar. Oliver llevaba pantalon largo y una camisa blanca metida por dentro; el tipo de ropa que juro que jamas se pondria. --No se que voy a hacer, no dejo de pensar alternativas, pero las he agotado todas y creo..., creo que te voy a necesitar. Eso capto mi atencion; principalmente porque Oliver nunca pedia favores, ni siquiera a mi, que era su mejor amigo desde antes de que aprendiese a andar en bicicleta. No lo hizo cuando vivio el peor momento de su vida y rechazo casi toda la ayuda que le ofreci, no se si por orgullo, porque pensaba que era una molestia o porque queria demostrarse a si mismo que podia hacerse cargo de la situacion, por dificil que fuese. Quiza por eso, no titubee: --Sabes que hare cualquier cosa que necesites. Oliver se termino de un trago la bebida, dejo el vaso dentro del fregadero y se quedo ahi, con las manos apoyadas a ambos lados. --Me han destinado a Sidney. Es algo temporal. --?Que cojones...? --abri los ojos. --Tres semanas al mes durante un ano. Quieren que me encargue de supervisar la nueva sucursal que van a abrir y que vuelva cuando todo se estabilice. Me gustaria poder rechazar la oferta, pero, joder, me doblan el sueldo, Axel. Y ahora lo necesito. Por ella. Por todo. Lo vi pasarse una mano por el pelo, nervioso. --Un ano no es tanto tiempo... --dije. --No puedo llevarmela. No puedo. --?Que significa eso? No nos enganemos, conocia muy bien las implicaciones que escondia aquel <> y se me seco la boca en respuesta porque sabia que no podia negarme, no cuando ellos eran dos de las personas que mas queria en el mundo. Mi familia. No la que te toca, de esa iba bien servido, sino la que eliges. --Se que lo que te estoy pidiendo es un sacrificio para ti. --Si que lo era--. Pero es la unica solucion. No puedo llevarmela a Sidney ahora que ya ha empezado el curso, despues de que perdiese el anterior, no puedo arrancarla en este momento de todo lo que conoce, vosotros sois lo unico que nos queda, y serian demasiados cambios. Dejarla sola tampoco es una opcion; tiene ansiedad y pesadillas, y no esta..., no esta bien; necesito que Leah vuelva a <> antes de que se vaya a la universidad este proximo ano.Me frote la nuca mientras imitaba los movimientos que Oliver habia hecho minutos antes y abria el armario para sacar la botella de brandy. El trago me calento la garganta. --?Cuando te marchas? --pregunte. --En un par de semanas. --La hostia, Oliver. 2 AXEL Acababa de cumplir siete anos cuando a mi padre lo despidieron del trabajo y nos mudamos a una ciudad bohemia llamada Byron Bay. Hasta entonces, siempre habiamos vivido en Melbourne, en el tercer piso de un bloque de edificios. Cuando llegamos a nuestro nuevo hogar, tuve la sensacion de que era como estar permanentemente de vacaciones. En Byron Bay no era extrano ver a gente caminando descalza por las calles o el supermercado; se respiraba un ambiente relajado, casi sin horarios, y creo que me enamore de cada uno de sus rincones antes incluso de abrir la puerta del coche y golpear con ella al nino con cara de malas pulgas que, a partir de entonces, iba a convertirse en mi vecino. Oliver llevaba el pelo despeinado, la ropa holgada y parecia un salvaje. Georgia, mi madre, solia relatar ese momento con frecuencia, en las reuniones familiares, cuando se tomaba una copa de vino de mas, diciendo que estuvo a punto de cogerlo y arrastrarlo a nuestra nueva casa para darle un bano de espuma. Por suerte, los Jones salieron justo cuando ella ya estaba sujetandolo por la manga de la camiseta. Lo solto en cuanto comprendio que tenia enfrente la raiz del problema. El senor Jones, sonriente y con un poncho manchado de pintura de colores, le tendio una mano. Y la senora Jones la abrazo, dejandola congelada en el sitio. Mi padre, mi hermano y yo nos reimos al ver la estupefaccion que cruzaba su rostro. --Imagino que sois los nuevos vecinos --dijo la madre de Oliver. --Si, acabamos de llegar --mi padre se presento. La charla se alargo unos minutos mas, pero Oliver no parecia demasiado interesado en darnos la bienvenida, asi que, con cara de aburrido, vi como se sacaba del bolsillo un tirachinas y una piedra, y apuntaba con el a mi hermano Justin. Acerto a la primera. Yo sonrei, porque supe que ibamos a llevarnos muy bien.

  • Los seres huecos (Las cintas de Blackwood 1) de Guillermo Del Toro

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    Encajada entre dos edificios del distrito financiero de Manhattan, el 13 y el 15 de Stone Street, hay una finca estrechisima que consta oficialmente como el 13 y medio de esa calle. De aproximadamente metro veinte de ancho y compuesta por una franja de piedra colonial que recorre de arriba abajo el espacio entre los dos edificios y termina unos diez metros por encima del suelo, no sirve para otro proposito aparente que albergar un corrientisimo buzon eduardiano de hierro fundido, que no posee ornamentos ni caracteristicas distintivas, salvo una enorme ranura para los sobres, y no presenta puertecilla ni cerradura para la recogida del correo depositado alli. Detras del buzon, un trozo macizo de piedra y argamasa. La escritura de este minusculo misterio urbano data de la epoca colonial holandesa y la firma Lusk & Jarndyce ha venido abonando puntualmente los impuestos correspondientes desde 1822. Antes de eso, solo se encuentran referencias al inmueble, siempre en perfecta situacion juridica. La mencion mas antigua al buzon se remite de hecho a un panfleto publicado en lo que entonces se llamaba Nueva Amsterdam: El relato mas completo de las vicisitudes de Jan Katadreuf e y su ascenso final y virtuoso al Reino de Nuestro Senor . En dicho panfleto, publicado por Long and Blackwood en 1763, en folio y a cuatro paginas, un acaudalado comerciante de especias hace un trato con el demonio para garantizar la llegada de sus barcos y cargamentos. Los barcos llegan, pero a partir de ese momento se desata un espiritu maligno que tortura al comerciante, todos los dias al anochecer, mordiendole de forma salvaje, aranandole la espalda y montando su cuerpo como un jinete mientras el alma descarriada grita, presa de un sufrimiento absoluto, y comete actos pecaminosos de extraordinaria violencia. En el drama, un seglar, en un intento de ayudar, le habla a un docto sacerdote de una posible solucion: <<... El buzon de hierro de la calle mayor, alli se halla para sus desgracias recibir. Una carta sellada lleva el nombre de Blackwood. Y al caer la noche con vos se reunira...>>. El cura propone al Senor y los sacramentos como unica solucion viable. Katadreuffe paga un sinfin de misas y queda liberado de su tormento solo unas horas antes de fallecer, purificado. Una lapida pequena y modesta recuerda su defuncion. La lapida, situada en el lado de Rector Street de Trinity Church, reza lo siguiente: AQUI YACE EL CUERPO DE JAN KATADREUFFE, ANTIGUO COMERCIANTE DE ESPECIAS Y MADERAS QUE PARTIO DE ESTE MUNDO EL 16 DE OCTUBRE DE 1709, A LOS 42 ANOS. RECORDAD, CUANDO POR AQUI PASEIS, QUE COMO AHORA SOIS YO UNA VEZ FUI, Y COMO AHORA SOY PRONTO SEREIS. PREPARAOS PARA LA MUERTE Y SEGUIDME... A lo largo de los siglos, el 13 y medio de Stone Street ha resistido muchos litigios: de demarcacion urbana, corporativos y de otros tipos. Cada una de esas batallas legales se ha ganado con un gasto considerable. Y por eso el buzon sigue ahi, un misterio a plena vista. La mayoria de los transeuntes pasan por delante si verlo siquiera. Hace un decenio, una gran compania aseguradora con sede en la acera de enfrente instalo tres camaras de seguridad. El encargado de supervisarlas pudo atestiguar que, aunque llegan al buzon algunas cartas (mas o menos una cada tres semanas), nadie las recoge, pero el buzon tampoco rebosa nunca. De ese pequeno enigma se ha corroborado una cosa repetidas veces a lo largo de los siglos: cada sobre que llega al buzon es una carta de necesidad imperiosa, un grito de ayuda desesperado, y todos y cada uno de los sobres van destinados a la misma persona: Hugo Blackwood. 2019, Newark, Nueva Jersey Odessa solto la carta y echo un vistazo por el Soup Spoon Cafe en busca de las ofertas. Las encontro, en una pizarra blanca cerca del pequeno mostrador de recepcion, escritas en mayusculas con rotulador rojo. Por alguna razon, aquella caligrafia le trajo a la memoria un recuerdo hacia tiempo olvidado de sus dias en la Academia del FBI, en Quantico, Virginia. El profesor de Ciencias de la Conducta dibujaba las definiciones de homicidio con un rotulador rojo deleble en la gran pizarra que habia frente al auditorio. La diferenciacion, les explicaba, no tenia nada que ver con los propios homicidios, su gravedad, metodo o modo, sino mas bien con el periodo de reflexion entre ellos. <> Las dos ultimas clasificaciones podian solaparse. Un caso dificil de clasificar, y que en general se consideraba la primera matanza de un asesino compulsivo en Estados Unidos, habia tenido lugar a ciento veinte kilometros al sur de la cafeteria donde la agente se encontraba en ese momento. El 6 de septiembre de 1949, Howard Unruh, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de veintiocho anos, salio de la casa de su madre en Camden, Nueva Jersey, vestido con su mejor traje y una pajarita a rayas. Habia discutido con su progenitora en el desayuno y ella habia ido corriendo a casa de sus vecinos a decirles, histerica, que temia que algo horrible estuviera a punto de ocurrir. Unruh entro en el pueblo armado con una Luger alemana y treinta balas de nueve milimetros. En un lapso de doce minutos, disparo y mato a trece personas e hirio a tres mas. En una farmacia, una barberia y una sastreria. Aunque se demostro que su deseo de matar era premeditado (despues se descubrio que tenia una lista de enemigos en su diario), entre sus victimas habia una mezcla de objetivos prioritarios y personas que habian tenido la mala suerte de cruzarse en su camino aquel esplendido martes por la manana. Tanto las victimas como los testigos oculares coincidieron en que ese dia Howard parecia como en trance, aturdido. Para cualquier persona ajena a las fuerzas del orden, la clasificacion de un delito importa poco. Lo unico verdaderamente importante es que, durante mas de sesenta anos, el tiroteo de Unruh se considero la peor masacre de Nueva Jersey. Hasta la noche en que Walt Leppo pidio rollo de carne picada. --?Esta recien hecho? --le pregunto a la joven camarera al volver del aseo de caballeros. --Si, desde luego --contesto ella. --?Me harias un favor, entonces? --le dijo el--. ?Podrias mirar si os quedan una o dos rodajas de la comida, que a ser posible lleven unas horas bajo la lampara infrarroja, supersecas y con los bordes tostados? La camarera le sostuvo la mirada un instante, intentando decidir si le estaba tomando el pelo. Seria estudiante, muy posiblemente de alguna de las facultades de Derecho cercanas. Odessa se habia pagado hasta tercero de Derecho en Boston sirviendo mesas y recordaba vivamente la inquietud que le producia que determinados clientes varones le hicieran peticiones culinarias espeluznantes rayanas en el fetichismo, hombres por lo general solitarios, a los que seguramente les habria gustado pedir mujeres a la carta, no solo comida. La camarera se volvio hacia Odessa, sentada enfrente de Leppo, y la agente le dedico una sonrisa de aliento, confiando en tranquilizarla. --Voy a ver --dijo. --Gracias --respondio el, cerrando la carta y entregandosela--. Por cierto, prefiero los extremos. --La joven se fue con las comandas--. En casa llamabamos "talones" a los extremos -- le comento a su companera. Odessa asintio con la cabeza, fingiendose fascinada. --Psicopata --le dijo carinosamente. Walt se encogio de hombros. --?Porque me gusta el rollo de carne picada como lo hacia mi madre? --Ay, Dios, anade fijacion oral. --Te voy a decir una cosa, Dessa: todo se puede sexualizar. Todo. Hasta un rollo de carne picada, por lo visto. --Apuesto a que tambien te gustan las tostadas requemadas. --Como el carbon. Pero ?aun no sabes que la normativa prohibe a los agentes novatos perfilar a los veteranos? Los dos se volvieron hacia el ventanal del Soup Spoon Cafe cuando empezaron a repiquetear en el las primeras gotas de lluvia. --Genial --dijo Leppo. Odessa miro el movil. La app del tiempo mostraba una masa de precipitacion en tonos jade y menta que se acercaba a Newark a modo de nube de gas toxico. Giro el dispositivo para ensenarselo a su companero. Casualmente la agente se habia dejado el paraguas junto con la Remington 870 del calibre doce en el maletero del coche, aparcado a media manzana de alli. --La lluvia de Jersey --dijo Leppo, desdoblando la servilleta-- es como banar a un perro a manguerazos: se moja todo, pero no se limpia nada. Aquel nuevo "leppoismo" hizo reir a Odessa, que miro afuera, donde cada vez mas gotas ametrallaban el cristal. Las pocas personas que habia en la calle circulaban ya mas rapido, con una especie de urgencia indefinida. Todo se aceleraba. En el preciso instante en que Leppo preguntaba por el rollo de carne picada (como constataria despues la cronologia), a una veintena de kilometros al norte de Newark, Evan Aronson aguardaba a que su aseguradora, que lo tenia en espera escuchando rock suave de los setenta, le explicara el suplemento que le habian cobrado por una visita a Urgencias. En la reunion de los diez anos de su promocion de Rutgers, hacia unas semanas, se habia distendido el biceps izquierdo recreando el tradicional salto de madrugada al bano portatil, instaurado por su fraternidad, con la intencion de ganar a su antiguo companero de cuarto, Brad <> Bordonsky, pese a que este habia engordado unos quince kilos desde la graduacion.

  • Lagrimas del corazon de Lee Wilkinson

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    Blaze Rawdon esta convencido de que Francesca guarda un oscuro secreto, y cuando su nueva novia desaparece en visperas de su fiesta de compromiso, obliga a Fran de forma implacable a convertirse en una sustituta temporal.

  • Cartas de Veronica al atardecer de Sara M

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    Veronica una nina que se siente sola,perdida,desprotegida y desconsolada. Su unico momento de paz lo encuentra los domingos por la tarde,cuando se queda sola en la casa y puede escribir estas desgarradoras cartas en las que habla de su dia a dia ,del dolor, de las ausencias,de la guerra,del hambre…

  • Diez (Maeva Young) de Gretchen Mcneil

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    Una lectura llena de suspense, mezcla de terror, venganza y romance.

  • A bocados de placer de Josefina Rossi

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  • Cada estrella de mi cielo de Victoria Vilchez

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    Sobre mi cabeza habia tan solo un cielo plagado de estrellas; bajo mi espalda, un tejado que habia visto tiempos mejores y, a mi lado, estaba Aiden, mi vecino y tambien mi mejor amigo. Nos conociamos desde que ambos usabamos panales. Habiamos quemado muchas etapas juntos y pasado por numerosos dramas; al principio del tipo <>, pero con el paso de los anos habiamos crecido y madurado, y nuestros dramas tambien. Aunque tal vez no del todo, ya que a veces el todavia se entretenia haciendo desaparecer mi movil o mis zapatillas favoritas, y yo le robaba sus camisetas del equipo de futbol porque eran estupendas como pijama. Lo que no habia cambiado era nuestra amistad y la cantidad de tiempo que pasabamos juntos; eso, en realidad, se habia incrementado. --No puedes hablar en serio --me dijo, tumbado a mi lado y con sus ojos azules fijos en el cielo. Era de noche y, si me hubiera mirado, estaba segura de que hubieran parecido casi negros; tambien se le oscurecian cuando se enfadaba. A la luz del dia, en cambio, el tono azul cobalto de su iris resultaba perturbador. Aiden habria podido cumplir con los estandares de chico popular del instituto si se hubiera esforzado un poco para aparentarlo y su vida no estuviera continuamente rozando el desastre. Solo tenia quince anos, los mismos que yo, aunque en apenas unas semanas el cumpliria los dieciseis, y ya alcanzaba el metro ochenta. Era bastante atractivo, no solo por su altura y sus ojos, sino por todo el conjunto: su rostro armonioso, los hoyuelos que solo aparecian cuando sonreia con verdadero entusiasmo, la mandibula cuadrada y un cuerpo digno del equipo de futbol del instituto. Sin embargo, en un pueblo como el nuestro, donde casi todos conocian las miserias de sus vecinos, el estigma de una familia rota pesaba demasiado. El procuraba no prestar atencion a las habladurias, pero yo sabia que le afectaban aun cuando se esforzaba por disimularlo. --Me da igual --respondi, girando la cabeza para observar su perfil--. De todas formas, ?en que momento hemos acabado hablando de mi virginidad? Aiden y yo charlabamos sobre los temas mas variados, y hoy parecia que aquel era el elegido para entretenernos. --No deberias entrometerte --anadi, y solo entonces tambien el volvio el rostro hacia mi. Una de sus cejas se elevo. --?Por que? ?Te gusta alguien? ?Lo conozco? --se intereso, y una sonrisita picara asomo a sus labios. Incluso yo, que me consideraba inmune a sus encantos, apreciaba lo lejos que podia llegar con una sonrisa asi. --?De verdad hay que darle tanta importancia? Tu no se la diste a la tuya. ?Por que habria de darsela yo? ?Porque soy una chica? --refunfune, y su sonrisa se esfumo. --Por eso mismo lo digo, Madi --comento muy serio--. Yo era un crio y lo mio fue un revolcon rapido y del que no me quedo precisamente un buen recuerdo. Esto no tiene nada que ver con que seas una chica. Sencillamente, no quiero eso para ti. Silencie el comentario que me quemaba en la punta de la lengua. Hasta donde yo sabia, esa primera vez suya no se diferenciaba mucho de lo que hacia ahora con algunas de las chicas (la mayoria chicas mayores) con las que salia, pero no iba a echarselo en cara. Aiden tenia serios problemas con las relaciones que implicaran algun tipo de compromiso por su parte. En ese aspecto, yo era su relacion mas larga, y lo nuestro no podria haber sido mas platonico. Sin embargo, entendia que, con todo por lo que habia pasado su familia, no fuera de los que creyera fervientemente en el amor. --Solo es sexo, ?no? --lo chinche, con el unico objetivo de hacerlo sonreir. El agito la cabeza de un lado a otro. --A veces dudo de que tengas realmente quince anos. --Le di un empujoncito con el hombro que lo hizo reir. A continuacion, solto un suspiro y sus ojos se pasearon por mi rostro--. Busca a alguien con el que te encuentres a gusto, aunque no se trate del... amor de tu vida. --Incluso le costaba pronunciar esa palabra. Yo sabia que no creia en el amor, lo decia solo por mi--. Que te haga sentir comoda; un tio que no este unicamente pensando en lo bien que se lo va a pasar luego contandoselo a sus amigos. --?Hablas por experiencia? Ahora fue el el que me dio un codazo, pero no rio mi broma. --Hablo como tu mejor amigo, me preocupo por ti. Nos habiamos puesto serios de repente, a pesar de que ni siquiera habia buscado tener esa conversacion. Yo no era aun mas que una cria que estaba empezando a descubrir el porque de tanto revuelo en torno al sexo. Observe su rostro mientras el volvia a contemplar el firmamento. El ceno fruncido y la linea recta que formaban sus labios bastaron para que comprendiera que sus pensamientos no debian de haber tomado un rumbo agradable. A pesar de nuestra amistad, Aiden a veces resultaba un enigma para mi; descifrar sus pensamientos, un desafio. Habia sombras en el, claroscuros y tambien partes que brillaban tanto que te hacian apartar la vista; las ultimas eran las que el se esforzaba por no mostrar a los demas. --Vale --acepte al fin. No queria continuar con aquella estupida conversacion, pero lo siguiente que dije resulto aun mas estupido--: Hazlo tu entonces. --?Hacer que? --inquirio, confundido, y sus ojos volvieron a recaer sobre mi, turbulentos y arrolladores. Trague saliva. --Conmigo. Hacerlo... conmigo. Durante unos segundos no dijo nada. Su mirada estaba fija en mi rostro, tan intensa que me arrepenti de inmediato de haber dicho semejante tonteria. Acto seguido, comenzo a reirse a carcajadas. --!Eh! --proteste, empujandolo sin demasiada fuerza. No queria que terminara rodando y cayendose del tejado. --Por un momento he creido que lo decias en serio --solto, aun riendo. Mis labios se curvaron en una sonrisa, aunque por algun motivo me costo mas que de costumbre. --Imbecil --me burle, contenta por haber borrado la tristeza de su expresion. --Estas loca, pequena. Me rodeo con el brazo y tiro de mi. Acabe con la mejilla apoyada en su hombro. Estar con el era facil y reconfortante. Al dia siguiente, y como cada manana, Aiden me esperaba en el coche para llevarme al instituto. Contaba con una licencia de aprendizaje que en realidad le permitia practicar y poco mas, pero mi mejor amigo no era de los que se preocupaban en exceso por las normas. Aquello me habia costado mas de una discusion con mi madre, aunque habia accedido finalmente solo para no tener que escucharme refunfunar por la casa y despues de que le repitiera una y otra vez que siempre ibamos directos al instituto. Nada de paradas. Lo cierto era que Aiden solia detenerse en el pueblo para comprarme un cafe; decia que no lograba entender nada de lo que salia por mi boca hasta que tomaba uno. --?No piensas volver al equipo? --le pregunte cuando el instituto asomo al final de la carretera, larga y empinada, por la que conducia. No contesto de inmediato y, con las gafas de sol puestas, me era imposible verle los ojos. --?Aiden? --Es que no me fui exactamente. --?Te han echado? --inquiri perpleja. No se por que me sorprendia. Mi amigo era un iman para los problemas. Nunca habia estado segura de si era el quien se los buscaba o le salian al paso. Se encogio de hombros; expulsado entonces. --?Que has hecho esta vez? Se detuvo junto a un aparcamiento libre, pero no hizo nada para meter el coche en el. --Tienes muy poca fe en mi, ?no? Me rei. El tambien sonreia. --La justita para continuar siendo tu amiga. Era mentira y el lo sabia. Si habia algo que yo tenia, era fe en Aiden. Pero nuestra relacion era asi, un continuo tira y afloja. --Vamos, llegaras tarde --me dijo, invitandome a bajar del coche. No habia parado el motor. Enarque las cejas y le lance una de mis miradas intimidatorias, o al menos lo intente, con Aiden no solian funcionar. --?Tu no vienes? El se inclino y me dio un beso en la sien. --Tengo algo que hacer. Estare aqui para el descanso. Definitivamente, habia llegado la hora de descubrir que estaba pasando. Le arranque las gafas de un manotazo antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, dispuesta a bucear en su mirada azul y robarle una respuesta, y se me escapo un gemido al contemplar la hinchazon que se extendia alrededor de su ojo.

  • Donde nadie me espere de Piedad Bonnett

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    Cuando senti que alguien me daba golpecitos en el hombro, abri los ojos. Debia tenerlos llenos de miedo o de hostilidad o de rabia, porque el hombre que estaba en cuclillas se echo bruscamente hacia atras, levanto su mano como para defenderse y luego se irguio. Mi mirada registro borrosamente un par de zapatos gastados y se anclo en ellos por un momento mientras mi cabeza llamaba desesperadamente a la conciencia. Trate de recordar donde estaba, sintiendo que venian poco a poco a mis oidos los sonidos del mundo: primero el alboroto de la calle, el ruido de pasos y motores, el sonsonete de la lambada de un carro que retrocedia y luego el ronroneo de mi pecho, su silbido, su cascabeleo de culebra. Alli estaban otra vez, como prueba de que seguia vivo, el dolor en el tobillo, la tirantez de la piel del empeine, la cabeza embotada, la palpitacion del ojo. Mi mirada trepo con dificultad y se detuvo en los botones desproporcionados de un sueter beige. Entonces putie en voz baja: tal vez me habia quedado dormido en la puerta de algun tendero que no demoraria en darme una patada en las costillas. Volvi a cerrar los ojos, pero enseguida los abri sobresaltado, seguro de que finalmente habian dado conmigo. Trate de sentarme, aterrado, sintiendo que cientos de agujas se me clavaban en las axilas, pero no pude moverme: yo era un muneco de tela que habian rellenado de plomo. Fue entonces cuando oi mi nombre. Una, dos veces, mi lejanisimo nombre. Otro dentro de mi levanto la cabeza, se incorporo lentamente sobre el codo derecho. La luz acuosa de la manana me hizo cerrar los ojos. El hombre del sueter beige volvio a acuclillarse y se presento a si mismo, en voz muy baja, como si le hablara a un enfermo grave, a un moribundo, cosa que de alguna forma yo era. Aurelio. Una burbuja enorme estallo en mi cerebro. Aurelio. Senti deseos de huir, de pegar, de salir gritando malparidos todos dejenme en paz. Pero no hice nada de eso. Me sente, afiebrado, tiritando como un convaleciente de tifo, y como tratando de protegerme del frio abrace mis rodillas y, con la cabeza baja, permaneci en silencio. ?Aurelio? Levantate y anda. Eso decia la voz, aunque no de ese modo. Oi que me preguntaba si estaba bien. ?Como conteste a esa pregunta estupida? ?Acaso riendome a carcajadas o con la ironia de un hombre humillado? ?Me deshice en maldiciones, escupi? No. Pero por primera vez me atrevi a mirar a aquel hombre a los ojos. Habia en ellos una mezcla de conmiseracion, de bondad y de espanto. Oi que me invitaba a tomar un cafe. Su voz sonaba tembleque y tenia la respiracion agitada. Quise contestar algo, pero mi lengua, seca y pesada, se resistia. Trastabille al querer levantarme y cai una, dos veces. Aurelio no me ayudo a incorporarme. Una vez en pie lo segui como un perro, arrastrando mi pie adolorido, todavia con la vision un poco borrosa. Nos acercamos a la terraza de una cafeteria. El mesero llego dispuesto a espantarme de alli, pero Aurelio lo detuvo con un gesto, mientras corria una silla para que yo me sentara. Sin preguntarme que queria pidio dos cafes. El mesero me lanzo una mirada desdenosa, dio media vuelta y se fue. Aurelio lo llamo de nuevo y anadio: y traiganos dos pandeyucas. Durante un rato ninguno hablo, de modo que aquello parecia una escena de teatro, tal vez una version moderna del Rey Lear en la que yo hacia del pobrecito Tom. Mientras bebia mi cafe note que Aurelio me miraba las manos. Mucho tiempo buscandote, dijo, como hablando para si mismo. Anadio algunas otras frases, pocas. Agradeci que no hubiera en ellas ni sentimentalismo ni grandilocuencia. Cuando terminamos de comer saco un paquete de cigarrillos. Me ofrecio uno, como si aquel fuera el placido reencuentro de dos viejos amigos. Su esfuerzo me resulto patetico y me saco una sonrisa ironica. La posibilidad de un cigarrillo, sin embargo, destapo a medias la parte de mi cerebro que permanecia embotada. Aunque habia empezado a sentir nauseas, estire mi brazo para tomar uno, y fue entonces cuando note que los dos estabamos temblando. Vi como el fosforo se acercaba al cigarrillo, como este se encendia y salia el humo. Y oi que Aurelio me preguntaba por la herida del ojo, por la frente, por mi cojera. Menti con pocas palabras. Por su tono de voz comprendi que tenia miedo de que el grenudo que tenia enfrente, el malandro de ojos alucinados y boca hinchada, saliera corriendo y se perdiera de nuevo, esta vez para siempre. En voz muy baja, como la de un padre que despierta a su hijo con delicadeza, me hizo la propuesta. Entonces, de repente, como si el cafe milagrosamente hubiera encendido en mi cabeza la chispa de una lucidez hace mucho perdida, se me revelo la manana en toda su claridad y tuve conciencia de los bordes de mi cuerpo y del pasado y del porvenir. Comprendi que me habia rendido. Odio los hospitales, pero lo primero que pense fue que alla nadie me encontraria. Luego empece a fantasear con caldos calientes, con sabanas recien planchadas, con un inodoro que recibiera limpiamente todas mis porquerias y entonces me entregue con docilidad a la voluntad de Aurelio. En un despacho minusculo, las enfermeras, que me recibieron con caras impasibles, me hicieron preguntas que no supe o no quise contestar. Aurelio llenaba algunos de los vacios, trataba de explicar lo que yo no lograba. Despues, un enfermero de bata azul y tapabocas, con los brazos cubiertos de vellos oscuros y rizados, me condujo en una silla de ruedas por pasillos y jardines que se multiplicaban, hasta una especie de celda monacal. Aurelio me seguia, acompanado de una medica joven, de pelo rojo muy corto, un noble ser androgino. Los ojos de los pacientes y de los medicos se clavaron en mi con curiosidad fria o indolencia pasmada. Yo aceptaba sus miradas con una sonrisa impudica, como la de un asesino sin arrepentimientos. Me pasaron una pijama color arena, jabon, una toalla, y frente al enfermero, que no se despegaba de mi, me di una ducha, la primera de agua caliente que me daba en muchos meses. Por la rejilla del bano veia el cielo y un arbol con las hojitas en movimiento. Al salir, el reflejo del cristal de la ventana me revelo a un hombre que ya no recordaba, de piel cuarteada y pelo de erizo, que me miraba con una mezcla de dureza y asombro. Mucho despues entro un medico que me examino las manos, los dedos de unas quebradas, la lengua, la dentadura, los reflejos de mis rodillas, mi iris, mi esclerotica, mis parpados, la herida del empeine que se abria como la boca de un pez y dejaba asomar una materia blancuzca y pegotuda. La piel se veia lisa y brillante en el punto mas hinchado y luego pasaba del verde al amarillo y al violeta, en circulos concentricos.

  • El precio del silencio de Juan Infante

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    Han transcurrido tres anos desde el secuestro de Lucia, la hija de Gorostiola, y hoy nos toca despedirlo. El gran capo ha muerto, nos ha dejado de una manera vulgar, de un infarto.
    Se va uno de los nuestros y eso siempre duele.
    Tomas Garrincha vive muy tranquilo desde entonces, pero su vida volvera a complicarse. Una vez mas, debera ejercer de "detective" y acercarse al mundo del delito, que no hace tanto que abandono.
    Lucia necesita su ayuda. Amenazas graves
    la acechan y Garrincha se vera arrastrado con ella, es el Precio del Silencio.
    Los inspectores de la Ertzaintza, Sara Cohen y Miguel Fabretti volveran a intervenir en un caso que esta vez no quieren que se les escape.
    Una novela intensa, con un Garrincha genial, que nos mantiene en suspense y emocion hasta el final.

  • El vendedor de silencio de Enrique Serna

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  • TanaLove de Bethany M. Winter

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    Tras una ruptura sentimental, que le hace tocar fondo, Lindsey decide cambiar el rumbo de su vida. Pero no sera tan facil como penso.Despues de miles de entrevistas laborales y justo cuando esta a punto de perder la esperanza, el destino le ofrece una oportunidad increible.Sin embargo, en el idilico empleo hay un grandisimo PERO. Axel, el hijo de los Dhal.Algunos de los adjetivos que describen a Axel son: tosco, hurano, esquivo, maleducado y obsesivo. Logicamente, no esta conforme con la decision de sus padres e intentara que su nueva empleada abandone el empleo antes de cumplir el plazo de prueba. Aunque eso signifique caer por segunda vez en el mismo agujero…

  • Nuestros comienzos en la vida de Patrick Modiano

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    Despues de un prolongado silencio tras ser galardonado con el Premio Nobel, Patrick Modiano regresa a las librerias por partida doble con dos libros breves: la novela Recuerdos durmientes y esta obra de teatro, Nuestros comienzos en la vida, que no es la primera incursion en el genero del escritor pero si la mas ambiciosa.

  • Fantasmas. y otras historias de Larru

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    En un viaje de fin de semana de vuelta del funeral de su mejor amiga, Julieta paso una noche en la pension Galler. Pasada la medianoche, un gato comenzo a maullar y Julieta, insomne y rota por la perdida de su amiga del alma, miro adonde se oia al gato: <> Julieta consulto su historia con un experta en sucesos paranormales. Esta persona investigo y descubrio que existia una antigua leyenda de un gato fantasma que merodeaba las estancias de la pension, que aparecia a traves de los espejos y que, segun lo que habian dicho los que le habian visto, su presencia siempre infundia sosiego. Despues de aquello, Julieta adopto a Tiger, un gatito blanco, y hoy es el dia que permanecen inseparables, gracias al carino mutuo que se ofrecen. LA TORMENTA ENCANTADA. En los acantilados de Bahia Gris, cada doce de noviembre se sucede una terrible tormenta que atemoriza a los habitantes de la zona, casi todos pescadores. Ese dia es el aniversario de la muerte del Capitan Baguen quien una noche, al regresar a su casa de la taberna con demasiados tragos de anis en el buche, se resbalo y cayo por el precipicio al mar. El cadaver del Capitan nunca aparecio y por lo tanto, su familia no le pudo dar sepultura. Se dice que su alma, al no encontrar la paz de un lugar para descansar, provoca esas tormentas como si fueran los gritos y lamentos que aquella aciaga noche ahogo el mar. LA TRISTE HISTORIA DE UN HOMBRE ENAMORADO. Toda mi vida quise saber como me veian sus ojos. Como era yo para ella, que sentia cuando estabamos juntos. Si era, como ella para mi, mi hogar. Si se sentia grande como cuando ella me hablaba, que me convertia en el mejor hombre del mundo. Yo le pedia que me lo dijera, ella sonreia y escogia los hombros. <> decia. Toda mi vida segui insistiendo hasta el ultimo aliento que tome entre sus brazos y me sumergi en la oscuridad, mientras oia que ella se lamentaba: <> Entonces lo vi tan claro cuando mis ojos estaban cegados, que por eso cuento esta historia, porque no quisiera oirla a nadie mas. ESPEJITO, ESPEJITO. La Reina se acosto pero le costaba conciliar el sueno. Aun desvelada, comenzo a escuchar chirridos. Se asusto, imagino ratas corriendo debajo de su cama. Se quedo quieta y escucho. Los sonidos parecian provenir de la antesala. Segundos despues todo quedo en silencio y se decidio a ir hasta alli. El corazon le palpitaba en los oidos. Abrio la puerta y dio la luz, una calima envolvia la estancia. Miro hacia su amado espejo de pie y leyo: “TE DESEO, MI REINA, MI AMOR”, escrito sobre su superficie banada por el vaho. La Reina se estremecio de placer. EN LA CARRETERA. Era una manana fresca de junio, una pandilla de amigos venian andando por la carretera de haber estado de fiesta en el pueblo de al lado. Estaban todos muy borrachos y mareados. Una de las chicas se dio cuenta de que mas adelante iba tambien caminando otra persona ademas de ellos. Enseguida alcanzaron a la mujer que portaba una maleta consigo, quien les sonrio al pasar ellos por su lado. La chica que la habia visto primero, movida por la curiosidad y el efecto aun de los gin tonics, se acerco y le pregunto: --?A donde vas? La joven le miro: --No lo se… a cualquier lugar, con tal de dar la espalda a todo lo que he dejado atras… en busca de claridad, de sosiego… --Guauuuu…. Los chicos que iban varios metros ya adelantados, llamaron a su amiga rezagada. Ella corrio hacia ellos para cogerles. Cuando volvio la mirada para atras, la mujer de la maleta ya no estaba alli. Cuentan que si pasas por esa carretera al amanecer, puede que veas a una mujer con su maleta caminando por ella, puede que en verdad, no le haya dado la espalda a todo con la suficiente decision… LA MEJOR PARTE DE MI VIDA. Ella estaba sentada sobre el banco de madera del parque de la laguna. Miraba de frente, hacia las aguas verdosas. Tenia los ojos melancolicos, profundos, de esos que vagan por la vida sin brillo. Recordo la vez que el se atrevio alli mismo, a dar un paso mas. El chico era tan timido y reservado que hasta tocar su mano se convirtio en algo apoteosico y que para ella fue, al fin, sentir su cercania y sus intimos sentimientos. Aquel instante en el que cruzaron sus dedos sellaron sus mutuos corazones sin necesidad de palabras. Pero, duro tan poco aquella recien estrenada relacion. El le confeso que padecia una enfermedad cronica desde pequeno, dolorosa, degenerativa y mortal. Cuando la conocio en aquella biblioteca, se enamoro a primera vista, sin embargo sabia que era imposible. Un amor caduco, sin ilusiones, repleto de grises. Pero ella con sus rizos y su sonrisa le convencio dia tras dia de aquel ultimo ano, de lo contrario y se dejo llevar, ?que otra cosa podia hacer? Hasta que el se fue para siempre, una manana, se desplomo mientras se vestia para ir al parque de la laguna y acariciaba una pequena cajita de terciopelo granate, antes de metersela en el bolsillo de la chaqueta. Ella nunca supo de las intenciones de el pero iba cada semana a sentarse en el banco del parque, como aquel dia, a modo de duelo. Una brisa repentina se levanto, alborotando los rizos de ella. Ella sonrio despues de mucho tiempo, imagino que era el el que la provocaba y eso le calmaba el desazon. Cerro los ojos. Le parecio escuchar su voz: “Me fui pero antes descubri la mejor parte de mi vida, tu.” Cuando abrio los ojos, estos refulgian, habian recobrado la vida a pesar de la cruel paradoja. DALIA PORTO. Dalia Porto tenia quince anos cuando se enamoro por primera y ultima vez. Fue un amor de esos unicos, que solo ocurren una vez en la vida. Los hechos, que acontecieron en un pueblo de la costa del Mediterraneo, fueron y aun son muy hablados por sus habitantes. Incluso existe una leyenda urbana que advierte a toda chica enamorada de no acercarse a la casa en la que vivio ella. El fantasma de Dalia Porto ronda por sus jardines y las pide que la acompanen… Os contare la leyenda. La familia Porto vivia en Begur, ese pequeno pueblo costero banado por el mar Mediterraneo. En primavera, cada dia, la mas joven de las hijas, Dalia, salia a pasear por el jardin de la casa y despues se acomodaba bajo el tilo a leer. Alli es donde conocio a un hombre que era piloto de avion y solia ir a visitar entre vuelo y vuelo a unos parientes cercanos. Se enamoraron de inmediato, conectaron sus almas y corazones como si se conocieran desde siempre. Sin embargo, los padres vieron con malos ojos aquella relacion. La amenazaron, gritaron y encerraron. Alguien mas mayor que ella, con ese trabajo, siempre fuera de casa, rodeado de feminas no era un hombre respetable ni digno de su hija. A pesar de ello, Dalia siempre encontraba el modo de salir al encuentro de su amor cuando este llegaba a Begur. Hasta el dia que la fatalidad abrazo con fuerza a Dalia. A sus oidos llego la tragica noticia. En el pueblo no se hablaba de otra cosa: el joven piloto, los que viajaban con el y el avion se habian estrellado en los Pirineos y no se salvo nadie. El desespero de Dalia fue aun mas agonizante porque durante la ultima visita de su amado, ella no pudo ir a despedirlo porque la habian encerrado bajo llave.

  • Traicion de Walter Mosley

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    Novela ganadora de la XII edicion del Premio RBA de Novela Policiaca.
    Joe King Oliver era un honesto agente de policia de Nueva York hasta que alguien le tendio una trampa que arruino su carrera y, durante unos meses, le llevo a la carcel. Una decada mas tarde, Oliver se gana la vida como investigador privado. La llegada inesperada de una carta le va a dar la oportunidad de averiguar quien le traiciono y de hacer las paces con su pasado. Paralelamente, se le presenta otro caso conflictivo: la defensa de un activista negro acusado de haber matado a dos policias.

  • El Pais de Yann de Lord Dunsany

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    En nuestro siglo de notorios escritores comprometidos o de conspiradores que ansiosamente buscan su cenaculo, y quieren ser los idolos de una secta, es insolita la aparicion de un Lord Dunsany, que tuvo mucho de juglar y que se entrego con tanta felicidad a los suenos. No se evadio de las circunstancias. Fue un hombre de accion y un soldado pero, ante todo, fue el hacedor de un arrebatado universo, de un reino personal, que fue para el la sustancia intima de su vida. Jorge Luis Borges

  • La Emperatriz 1 de Itxa Bustillo

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    Perseguir y capturar a “El Fantasma del Galeon” un barco pirata con posesiones inglesas y espanolas robadas que iba rumbo a Tortuga era la mision que llevaria a cabo como corsario el capitan Charles Walker, mas conocido como “el lobo marino Walker” pero el curso los llevo por otro rumbo trastocandole la mision y los planes.
    Cuando “El Emperador” su barco y uno de los navios mas veloces y con la tripulacion mas temible y sanguinaria llego a “Puerto de la Cruz” en “La Espanola” jamas se imagino que con la ciudad saqueada y el botin, tuviera tambien que llevarse algo mas y la casualidad por haber estado en el lugar equivocado le costaria caro.
    Con los anos su legado y el peso de su nombre continuaria y “La Emperatriz” surcaria los mares de manera temible haciendo su voluntad y posicionando su lugar en la historia de la pirateria con el mismo peso con el que lo han hecho todos aquellos que por siglos han enarbolado con orgullo y fervor amenazante su insignia; esa del craneo y las tibias o espadas cruzadas, la bandera negra de la calavera.
    Ambicion, odio, venganza.
    Cuando los hombres pierden su voluntad, cuando solo una mujer es la unica perdicion.
    ?Quieres conocerla?
    Esa fue su herencia, esa fue su libertad, esta es su historia.

  • Caceria Implacable (Nathan Jericho investigador privado 2) de Raul Garbantes

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    (Nathan Jericho Investigador Privado, parte 2)
    Tras sobrevivir a una explosion que le costo la vida a su empleador y contacto, Nathan Jericho se ve obligado a continuar por su cuenta la investigacion en torno al Proyecto Jericho, una conspiracion secreta durante la Segunda Guerra Mundial cuyo objetivo era crear armas humanas usando ninos como sujetos de prueba. Jericho ha descubierto que fue uno de esos ninos y aunque no recuerde nada necesita continuar con la investigacion para responder las preguntas sobre su identidad que han atormentado por siempre su existencia. Su busqueda se complica ya que ademas de los mercenarios contratados por los jefes del Proyecto tambien es profugo de la ley, con una orden de captura por unos crimenes que no cometio ya que sus enemigos orquestaron varios asesinatos de tal manera que Jericho fuera el unico implicado. Jericho debe valerse de de todas sus habilidades e ingenio de sus anos como detective privado para resolver el caso mas importante de su vida: uno capaz de conmocionar al mundo si llegara a descubrirse, pero que esconde la respuesta fundamental sobre su pasado. Aparentemente solo y sin aliados, Jericho debe combatir la crueldad de unos enemigos sin rostro capaces de cualquier cosa para interrumpir su trabajo.

  • Ella es mia de Alejandro Diaz

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    El Punto de vista de Nick… Dominabamos los pasillos, la manada y yo… pero en el instituto nos conocen mas como el equipo de futbol. Nuestra fuerza y nuestros instintos de hombre lobo nos ganaron la mano durante los juegos, diablos, !incluso nos ponemos faciles con ellos! Si lo intentaramos tanto como cuando entrenamos juntos, !habriamos matado a toda la competencia! Jay, mi mano derecha me golpeo en el hombro, captando mi atencion. Era coreano pero alto, de 1,80 m con pelo corto estilo Mohawk negro. “Oh mira Nick, !objetivo adquirido!” Jay apunto y yo segui su brazo hasta un pequeno y debil enano en sus casilleros… es curioso lo debil que es, !especialmente comparado con nosotros! Mike, mi otro mejor amigo corrio detras del nerd, golpeandolo duro contra el piso, enviando sus lentes a mi pie. Mike se levanto y miro con alegria y admiracion su trabajo. Levante mi pie y lo aplaste contra sus gafas mientras las buscaba ciegamente. “?Que pasa cuatro ojos? ?!No puedes ver!?” Me burle de el pateando sus gafas rotas de nuevo. Si, lo se… es malo, pero somos los matones de la escuela. En nuestra defensa, esta en nuestra naturaleza salvaje elegir a los debiles para sobrevivir. Mike continuamente daba poderosos golpes al estomago del nerd hasta que empezo a toser sangre, pero todos nos reimos. La multitud comenzo a rodearnos, pero nadie se atrevio a interferir ni siquiera los profesores con el tipo de control que mi familia tiene sobre los miembros de la junta escolar! “!DETENTE! QUE ESTAS HACIENDO!” grito una chica mientras se abria paso entre la multitud y habia usado su pequeno cuerpo para tratar de proteger al nerd de mas abusos. Mi corazon fallo un latido y el tiempo parecia demasiado lento mientras mis ojos pasaban por encima de su delgado pero curvilineo cuerpo. Se cepillo el pelo rizado marron oscuro que habia caido sobre sus hermosos y grandes ojos avellanos en su mono. Mis ojos bajaron por su perfecta cara en forma de corazon hasta sus labios rosados y exuberantes… Tan besables… !Me preguntaba a que sabian! !Espera! ?!Que estoy diciendo!? Ella no puede ser… un humano es mi… mi companera! “!Ja, ja, ja! !Tienes que conseguir que tu novia te salve!” Mike bromeo y todos se rieron excepto yo, en cambio yo gruni incontrolablemente al pensar que ella era de otra persona. Instantaneamente mi manada se silencio de mi grunido alfa y se volvio hacia mi, lentamente uno por uno la mirada de realizacion y el shock se apodera de mi… !Estoy protegiendo a mi companero! dijo ella, todos la miramos con sorpresa… !Esto no puede ser posible! Ella tomo nuestro silencio como la oportunidad de ayudar al nerd y empujar a la multitud para escapar. “!Espera!” Le grite a ella. La multitud se aparto de mi camino y alli estaba ella, con los brazos del nerd alrededor de su delgada cintura para apoyarse y grunir de nuevo con rabia! !Solo queria aplastarle los sesos contra la pared por haberla tocado! ?”Espera”? ?!Para que!? !?No te has cansado de acosarnos?!” Ella estaba enfadada conmigo… !Estaba defendiendo al nerd, haciendo que me hirviera mas la sangre! Pero viendo lo sexy que era cuando estaba enojada… !!Oh, cuanto la queria!! Pero nunca quise ver ese dolor en sus ojos, !nunca mas! “Tomala, apareate con ella”, grito mi lobo interior, pero no aqui, no mientras ella todavia me odia. Antes de poder defenderme ya se habia ido… La necesitaba, !tenia que ser mia! -El Punto de vista de Eva… Salte delante de Peter para protegerlo de los patanes del equipo de futbol, pero sobre todo del capitan del equipo, Nick! Todos los dias se meten con Peter sin otra razon que su propio disfrute y hoy estaban yendo demasiado lejos!! “!Ja, ja, ja! Tienes que conseguir que tu novia te salve!” Uno de los patanes bromeo, enviando a la multitud a reirse a carcajadas que resonaban por el pasillo, pero Nick se quedo en silencio hasta que solto un grunido profundo y primitivo que silencio a todo el mundo al instante! Levante los ojos del suelo, mirando atrevidamente a Nick. Su estructura de 1,90 m permanecio intimidante sobre mi pequena estructura de 1,60 m. Aqui estaba Nick Lewis, un dios entre los hombres. Su camiseta gris se extendia por sus amplios hombros, burlandose de mi mientras abrazaba su pecho bien definido y sus duros pectorales se tensaban con cada movimiento. Mis ojos se elevaron hasta su rostro perfectamente esculpido, su pelo corto y desordenado que era tan negro como una noche, sus bellos y profundos ojos azul oscuro, !gritando por mi atencion! En ese instante, todo mi autocontrol se derramo. Los pensamientos corrian alrededor de mi cabeza mientras lo miraba, congelada en el lugar un escalofrio recorrio el largo de mi columna y continue mirando a Nick… la forma en que me miraba con tanto deseo y lujuria, como si me estuviera midiendo… !Buscando su proxima comida! Seguramente no… !?Por que Nick me querria?! Sacudi la cabeza para salir de mi estado de desorden y tome su quietud como una oportunidad para huir. Ayude a Peter a levantarse, poniendo su mano alrededor de mi cintura y a traves del salon lleno de estudiantes. “!Espera!” Nick grito desde atras. A su orden, la multitud se separo como Moises separando el mar rojo. Mi ira seguia hirviendo por lo bastardo que es con mis amigos y por lo asustada que estoy por haberme sentido asi de repente… pero no puedo dejarme atrapar por los trucos de Nick para seducir a las mujeres, como lo hizo con todas las demas chicas de la escuela. ?”Espera”? ?Esperar que? !?No te has cansado de acosarnos?!” Se quedo en silencio una vez mas. Mi boca se seco como el desierto del Sahara, estaba hablando con Nick Lewis… !?Acaso estaba loca?! !?Quiero que me maten en el ultimo ano de la escuela secundaria?! Mire hacia arriba y nuestros ojos se encontraron. Nos miramos profundamente a los ojos y senti como si pudiera ver dentro de mi alma. La forma en que me mira… Estar a su alrededor, me hace sentir completa, como si sin el, me faltara un pedazo de mi misma! !Oh, Dios, parezco una loca! Necesitaba estar lejos de el, necesitaba aclarar mi cabeza. Me acerque a Peter, me di la vuelta y sali por el pasillo. Capitulo 2- La Tormenta Llegue a la clase de quimica antes que los demas llegaran para evitar que me notaran. Cuanto mas se dan cuenta, mas chismosean y con mi encuentro con Nick, no quiero estar en el lado malo de las chicas que lo idolatran, ni de su equipo de futbol que parece que podrian sacar un camion! Me sente en el frente, como un nerd que conozco. Me encantaria esconderme atras, pero desafortunadamente estan todos reservados para los “chicos populares”… La campana de la escuela sono y mis companeros de clase cayeron en el aula, uno por uno, pero no preste atencion y baje la cabeza para mirar mis libros. Una repentina rafaga de roble y flores frescas se infiltraron en mis sentidos, como si estuviera en un bosque floreciente. Movi la cabeza hacia la sombra que se avecinaba sobre mi escritorio y hacia Nick. Olia tan fresco y acogedor. Nuestros ojos se encontraron una vez mas y el se paro al lado de mi escritorio congelado. Mi corazon empezo a latir mas rapido, mis mejillas se calentaron hasta ponerse rojas y mi boca se seco… !Por que era tan intenso estar con el! Los lados de los labios de Nick se enroscaron a los lados y las esquinas de sus ojos se arrugaron mientras me mostraba una sonrisa que rompia el corazon por mi sonrojo. Devolvi mi calor a mis pulgares bajo el escritorio para ocultar mi verguenza. Mientras se alejaba, nuestros brazos rozaron solo un poco, pero una chispa atraveso mi cuerpo que envio cosquilleos lujuriosos a mi columna. Mi cuerpo reacciono por si mismo… !Lo necesitaba a el, su toque y su caricia! *** Mientras me sentaba en mi silla, trate de concentrarme en el Sr. Lowe ensenandonos quimica, pero no puedo concentrarme sintiendo la intensa mirada de Nick quemando un agujero en la parte de atras de mi cabeza! ?Por que me miraba a mi? ?Fue porque le grite que informara a todos esta manana? Y que hay de la forma en que me miro antes… !con esos ojos llenos de lujuria! !No puede ser! Me rei de mi misma, !No hay forma de que a alguien como el le guste alguien como yo! No pude soportar mas su mirada escrutadora… su repentina atencion me hacia sentir incomoda… !pero me excitaba! Me excuse de la clase y me escabulli al bano, pero antes de que pudiera decir algo ya estaba a mitad del pasillo y en los banos de las chicas. Tambaleandome hacia el fregadero, me eche agua fria en la cara para intentar enfriar la lujuria que calentaba mis mejillas… pero no sirvio de nada, no pude sacarme la cara de Nick y su cuerpo de mi mente! ?Por que estaba tan repentinamente Nick en mi mente, por que tengo este extrano tiron hacia el?

  • Regalo del cielo de Mercedes Gallego

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    ?Puede ser Axel un regalo para el mundo y un infierno para Devon?

  • Lady Thief. La Gata Ladrona de Rachel Patrill

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    El... la mas peligrosa de las prisiones.
    Rainer Solheimsen, capitan del Valhala no solia aceptar encargos de aquella naturaleza, preferia que la Corona y sus problemas los resolviesen ellos mismos, pero cuando la mision llamo a su puerta, entendio que el mismo podia sacar tajada. El no era un santo y habia estado demasiado tiempo detras de aquellas tierras como para perder la oportunidad de que las escrituras de las mismas pasasen a su nombre.
    El viaje prometia ser tedioso y aburrido... hasta que un polizon de ojos dorados aparecio en sus bodegas.
    Ella... una gata de ojos dorados.
    Habiendose librado por poco del incendio que asolo la prision, Cat encontro su mejor oportunidad para abandonar la inmundicia de Londres a bordo de uno de los barcos mercantes del puerto. Se infiltraria como polizon y surcaria los mares a donde quiera que fuese, cualquier cosa para huir de Londres y encontrar un nuevo hogar.
    Con lo que no contaba, era que el barco perteneciera al unico hombre que debia evitar a toda costa, aquel al que habia robado y el cual podria enviarla de nuevo a la carcel y robarle la libertad que tanto ansiaba para siempre.
    Londres prometia ser el campo de batalla de una guerra que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

  • El llanto de un violin de Elisa Mayo

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    ?Que vas a encontrar en este libro? En estas paginas hay pequenas historias de amor, humor, intriga, erotismo, magia, dolor, esperanza y, sobre todo, realidad. Escritas con un lenguaje sencillo y directo acompanado de ironia y sarcasmo. En todas ellas encontraras mensajes de vida, ?te atreves a descubrirlos?

  • El chico que nunca llamo de Rosie Walsh

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  • Fuera de juego de Chus Iglesias

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    El desahogo de Alba despues de aquel partido, en el que habia insultado al arbitro a placer, no tenia comparacion con la verguenza que empezaba a sentir y mas cuando descubrio que David seria el nuevo tecnico de prevencion de riesgos y abogado de la asesoria en la que ella trabaja en Santiago de Compostela. Lo que esta claro es que el no ha llegado en son de paz precisamente, cuando ha comprobado que era la misma ninata del campo de futbol.

  • Rododendro. Cronicas de Rockville de Ruben Aido Cherbuy

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  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • Bajo la luz del norte de Louise Fuller

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    El objetivo de el era conseguir que las relaciones romanticas fuesen faciles.

  • Al hombre que deje atras de Isabella Marin

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    Una chica regresa a Boston para hacer las paces con su pasado.
    Un hombre acude cada vez que llueve a un bar de soul, se sienta siempre en la misma mesa, se pide una copa de whisky y espera en silencio a que empiece una cancion vinculada al pasado.
    Dos existencias vacias. Dos almas desgarradas por la soledad. Un abismo de tiempo separandolos.

  • Juramentada (El Archivo de las Tormentas 3) de Brandon Sanderson

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  • 24 besos de Caroline March

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    Alex es inconformista, reaccionaria, sonadora y una aventurera incansable hasta que sucede algo terrible y tiene que cambiar la perspectiva con la que ve su futuro. Cuando piensa que ya no hay salida, una descabellada propuesta trastocara su existencia.

  • Tu, yo y algunos mas de Raquel Sevilla Saborido

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    Raquel Ramirez no es la misma mujer de hace unos meses.

  • Le llamaban Bronco de Laura Sanz

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    Texas, 1868

  • Cerrando puntos suspensivos de Rozalen

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    Cantautora de primera linea, talentosa y comprometida, Rozalen nos regala una libre y honesta recopilacion de reflexiones acerca de los momentos y situaciones mas emocionantes e importantes de los ultimos anos.

  • Los exiliados de David Barbaree

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    Un thriller historico tan apasionante como Juego de Tronos, tan despiadado como House of Cards.
    Segundo volumen de la serie que se inicio con El emperador destronado.

  • Fuera de juego (HQN) de Anna Casanovas

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    Era la peor semana de su vida, de toda su miserable y jodida existencia. Si lograba salir adelante, algo que le parecia mas que improbable en ese momento, cuando tenia la mirada fija en el fondo de un vaso de whisky, jamas le ocurriria algo peor. El mundo podia partirse en dos, el kraken podia atacarlo y arrancarle la cabeza y nada conseguiria jamas empeorar su situacion actual. En cierto modo era liberador, penso mientras vaciaba ese vaso, igual que llevaba haciendo toda la noche. No habia tocado fondo, no senor, el habia ido mucho mas alla. El lo habia perdido todo y ahora ni siquiera sabia quien era ni que queria hacer durante el resto de sus dias. Patetico, sin duda, y lamentable. Volvio a llenarse el vaso de whisky y siguio compadeciendose de si mismo. Estaba harto de mantener las formas y de fingir que era un hombre razonable. Estaba hecho una mierda, se sentia estafado y enganado, y lo peor de todo era que estaba furioso consigo mismo porque todo, absolutamente todo, era culpa suya. El era el unico culpable de esa debacle. El y solo el. El habia sido el chico perfecto, habia estudiado la carrera perfecta en la universidad perfecta y se habia enamorado de la chica perfecta. Despues se habia casado y tenia la esposa perfecta para el trabajo perfecto. Y una mierda. Ben se bebio ese whisky y se sirvio otro, ?cuantos llevaba? ?Seis, siete? Daba igual, nadie lo levantaria de ese sofa ni le obligaria a dejar esa botella hasta que el lo decidiese. Estaba solo, igual que lo habia estado en los ultimos meses y, quiza, en los ultimos anos. Por mas que lo intentaba no conseguia encontrar ese punto en el tiempo, aquel instante en el que todo se habia ido a la mierda. El creia que lo estaba haciendo todo bien; habia estudiado derecho por vocacion, durante los anos que habia trabajado como fiscal se habia ganado el respeto de sus companeros y de sus contrincantes, el paso a la politica lo habia dado porque creia desde lo mas profundo de su corazon que podia ayudar a crear una ciudad mejor, un pais mejor. Y, Dios, penso, pasandose las manos por el pelo, habia colaborado sin saberlo con un psicopata que habia asesinado a cuatro personas a sangre fria y cuyo sueno empresarial consistia en inundar el pais de armas. Otro whisky, el ardor de la garganta no era nada comparado con el que le estaba destrozando el estomago y la cabeza. Si los agentes encargados de investigar el caso de esos asesinatos no hubiesen desconfiado de las pruebas y no hubiesen llegado hasta el final, ahora estaria en la carcel. O peor aun, muerto. Sin embargo estaba vivo, y dejando a un lado el pequeno detalle de que su esposa se habia enamorado de ese maldito agente y lo habia abandonado para irse con el a Boston, habia salido relativamente indemne del asunto. La botella estaba vacia, observo aturdido, pero por suerte habia sido previsor y tenia otra preparada al lado. La abrio, no sin cierta torpeza, y se lleno el vaso de nuevo. Su matrimonio se habia hundido al mismo tiempo que su carrera. Habria podido salvarlos a ambos, Victoria se habia quedado con el el tiempo necesario para no danarlo politicamente y el fiscal habia accedido a mantener en secreto su participacion en todo lo relacionado con los asesinatos. A el, al fin y al cabo, le habian utilizado y su ayuda habia sido vital para resolver el caso y para reunir las pruebas necesarias para condenar a los verdaderos culpables. Pero no fue capaz de salvarlos, quiza no lograria recordar jamas el momento en que todo se fue a la mierda, pero si que recordaria el momento en que decidio que no queria seguir enganandose ni conformandose con una vida perfecta. No la queria perfecta, la queria suya. Derramo unas gotas de whisky sobre la mesa y sobre la mano con la que estaba sujetando el vaso que vacio tras levantarlo. El ni siquiera recordaba la ultima vez que habia sido feliz con Victoria, verdaderamente feliz, ni la ultima vez que habia sentido emocion por despertarse e ir al trabajo. Estaba casado con una mujer perfecta y tenia el trabajo perfecto, asi que sencillamente cumplia con lo que se esperaba de el. Era lo menos que podia hacer. Ese mismo dia habia firmado los papeles del divorcio. Victoria y el se habian citado en el despacho de abogados que habian elegido para llevar, muy discretamente, el tema. Victoria no estaba con Harrison. Asi se llamaba el sucedaneo de James Bond del que se habia enamorado. Al parecer el se habia puesto en plan heroe y le habia dicho que no queria que estuviera a su lado mientras estuviera herido. Si Victoria le hubiese insinuado, aunque hubiese sido solo durante un segundo, que ellos dos podian reconciliarse, Ben habria dicho que si. Asi de triste y asustado, por que no reconocerlo, se habia sentido en medio de aquel lujoso despacho de abogados. Pero ahora no. Ben sabia que habria sido un error, habria sido volver al camino facil, aquel por el que llevaba anos, toda la vida, transitando y que nunca le habia hecho feliz. ?Cuando habia sido feliz por ultima vez? La cabeza le daba vueltas cuando volvio a llenarse el vaso. Tras firmar los papeles y despedirse de Victoria, Ben camino por la calle. Al principio habia creido que no tenia un rumbo fijo, queria pensar en lo que su ya exesposa le habia dicho, "Quiero volver a ser tu amiga. Te he echado de menos todo este tiempo". Aunque le doliera en el orgullo, Victoria tenia razon, ellos dos siempre habian sido amigos. Habia sido una estupidez querer convertir esa amistad en algo mas, pero eran tan perfectos el uno para el otro, sus vidas encajaban tan bien, que la tentacion habia sido demasiado grande. El sabia que Victoria lo queria, y el la queria a ella, pero la suya no era ni habia sido una gran historia de amor. Esas historias no existian, se sirvio otro whisky, igual que tampoco existian los politicos honestos, ni los mares donde navegar sin llegar nunca al horizonte. Ni las noches interminables de sexo apasionado. Derramo el vaso que tenia en la mano y se sirvio otro. ?Desde cuando le importaban esas cosas? Era culpa de Victoria y de su discurso sobre el amor de verdad, la pasion, la amistad y gilipolleces de esa clase, penso bebiendose el liquido ambarino. Lo del mar, sin embargo, era otra cuestion. A Ben le apasionaba navegar, pero hacia anos que no se subia a un barco y mucho menos a un velero. Le costaba recordar la ultima vez que habia sentido el viento del mar en el rostro o el sabor de la sal en los labios. No habia tenido tiempo libre para dedicarse a eso, ni a su matrimonio, ni a si mismo. Pero eso habia acabado, ahora disponia de todo el tiempo del mundo. Quiza habia abandonado el despacho de los abogados sin un destino en mente, pero sus pies lo habian llevado hasta la sede de su partido. No le costo decidirse, subio un escalon tras otro y cuando llego a la oficina donde practicamente habia vivido esos ultimos meses encendio el ordenador y tecleo su dimision. La gente le hablaba, el no oia a nadie. Con la hoja de papel en la mano camino hasta la sala de reuniones donde estaba el presidente del partido y sus asesores y se la entrego sin decir nada. Intentaron detenerlo, le pidieron que se tomase tiempo para pensar. El se limito a contestarles que ya no habia marcha atras. Ese Ben, el congresista, ya no existia. Ahora era solo Ben. Solo Ben estaba borracho. Lleno de nuevo el vaso y sonrio como un idiota al recordar las amenazas nada veladas que habia recibido de la direccion del partido: "Estas acabado". "No podras volver a dedicarte a la politica en tu vida". "Si nos dejas tirados ahora, Holmes, jamas lograras nada en Washington". Dias atras esas frases le habrian encogido el estomago y se habria echado atras al segundo de escucharlas. Ahora las anadio a la coleccion de pruebas que demostraban que su vida era un fracaso y que en realidad llevaba tiempo sin importarle. Por eso estaba bebiendo esa noche, porque acababa de darse cuenta de que ni perder a Victoria ni perder su carrera politica le habia importado demasiado. Se habia asustado, se habia sentido enganado, estafado, incluso insultado, pero no le habia importado. No realmente. Si el escandalo de Wortex no se hubiese producido, el habria seguido adelante con esa vida gris, con una mujer que no lo amaba apasionadamente y trabajando en proyectos politicos inutiles. Ahora lo habia perdido todo, pero ni siquiera eso habia sido decision suya. Al menos Victoria habia conseguido librarse, penso bebiendo el whisky, ella habia recuperado la pasion, habia descubierto el amor con un jodido espia, y le habia abandonado. A Ben le dolia, en el orgullo y quiza tambien en otra parte, pero el principal sentimiento que lo embargaba si pensaba en ello era la envidia

  • La psiquiatra de Wulf Dorn

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    El caso de una paciente maltratada y aterrorizada se convierte en la pesadilla de la psiquiatra Ellen Roth. La mujer teme ser raptadas por el hombre del saco. Se lo susurra a Ellen y luego desaparece sin dejar rastro. Nadie la ha visto ni sabe nada de ella. Ellen quiere encontrarla. Pero cuando lo intenta, se ve involucrada en un macabro juego del que no sabe como salir para salvar a la paciente y a si misma. Solo puede intentar encajar las piezas de un rompecabezas diabolico. Mientras se precipita a un abismo de violencia, paranoia y terror, descubre que los problemas nunca no se arreglan solos…

  • Tachando dias de Monica Benitez

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    Elena Salgo de la reunion sin tener muy claro el motivo por el que Almudena ha querido que asistiera. Imagino que se ha equivocado, aun asi, no comento nada y camino tras ella por el pasillo, observando como sus pies se mueven uno tras otro con su caracteristica elegancia, esa que hace que mi jefa parezca que levita en lugar de caminar. --Pasa --ordena autoritaria, invitandome a entrar en su despacho. --Creia que teniamos una reunion con el personal, Almudena --comento mientras las dos tomamos asiento, una frente a la otra --?por que me has metido en una reunion con los directivos? --Porque quiero que te acostumbres. --?Que me acostumbre? --me sorprendo. Almudena se recuesta en el respaldo de su acolchada silla de cuero y deja que esta haga muelle y la balancee ligeramente. Cruza las piernas y deja descansar las manos sobre su regazo. No puedo evitar mirarla con agrado, nunca he visto a una mujer con cincuenta anos tan bien llevados. --Estoy agotada, Elena --confiesa suspirando --me paso el dia enterrada entre montanas de papeles y estoy cansada, me gustaria tener algo mas de tiempo para mi. --Bueno, si es eso puedo echarte una mano si quieres, ya sabes que no me importa --me ofrezco sin acabar de comprender. --Dime una cosa, Elena. ?Cuantos anos llevas conmigo? ?Diez, doce? --Ocho. --Ocho --repite con agrado--, ?y no te gustaria ascender? --?Que quieres decir? --Lo que digo es que quiero que ocupes mi puesto. Su propuesta me sorprende tanto que soy incapaz de encontrar las palabras adecuadas para agradecerle su confianza, en lugar de eso, estoy ante ella conteniendo la respiracion con los ojos muy abiertos. Alucinada por lo que acaba de decirme. --Eres mi mano derecha, Elena, tu mejor que nadie sabes todo lo que hago y, sobre todo, eres la unica capaz de hacer las cosas como a mi me gustan. --Bueno, mejor hacerlas a tu gusto que escuchar tus broncas --comento haciendo uso de una confianza que me he ganado de forma justa. --Bueno, ?que me dices? --insiste, extendiendo los brazos intentando abarcar de forma abstracta todo lo que me ofrece. --No te entiendo, ?quieres dejar el puesto? --pregunto con angustia. --No, no, claro que no --sonrie aliviandome--, no te librarias de mi tan facilmente, eso te lo aseguro. Estare por aqui en un segundo plano, solo quiero que lleguen a mi mesa las cosas que requieran mi firma y un informe semanal con todas las novedades, pero por lo demas, quiero que tu seas yo. Obviamente no a cambio de nada, te aumentare el sueldo un veinte por ciento, y si lo haces bien, a partir del ano que viene te dare un cinco por ciento de las acciones de la empresa. ?Que me dices? --?Lo puedo pensar? --pregunto superada por la situacion. --Por supuesto que no. Ruedo los ojos y sonrio, conozco a Almudena lo suficiente como para saber que es tan implacable como impaciente. --De acuerdo --claudico asintiendo--, pero hay muchas cosas que no se hacer, casi no conozco a los demas directivos, no se como lidiar con ellos, ni... --Relajate --me corta sonriente al ver mi cara de agobio. --Ya te he dicho que estare aqui. No espero que lo lleves todo de un dia para otro, soy consciente de que hay muchas cosas que tengo que ensenarte todavia, pero para eso necesito que todo tu tiempo sea mio, y cuanto antes comencemos mejor para mi. --Pero ?y mis cosas? Alguien tendra que hacerlas, Almudena, no puedo abarcarlo todo. --Por supuesto que no, para que yo pueda ensenarte a ti, antes tendras que ensenar tu a alguien. He contratado a una chica con un curriculum intachable y a la altura del tuyo. Se ha tenido que trasladar a la ciudad por motivos personales y eso la obligo a abandonar su antiguo trabajo, asi que ahora es nuestra, puedes leer su curriculum si quieres --dice tendiendome una carpeta de color verde claro. La cojo y la sostengo un segundo entre los dedos, pero estoy demasiado sobrepasada por lo que mi jefa acaba de ofrecerme y no me siento capaz de ponerme a leer nada. --Me fio de ti --digo sin mas, dejandola sobre la mesa. --Bien, porque llegara en diez minutos --asegura tras mirar su reloj de pulsera--, le he pedido que se pase hoy para que os conozcais, pero no empezara hasta manana. Tienes quince dias para ensenarla bien, Elena, despues seras para mi. --?Quince dias? --pregunto asustada--, es muy poco tiempo, Almudena. Tu has visto a diario lo caotico que es mi puesto. --Tendra que espabilar igual que lo hiciste tu en su dia, ademas, tampoco desapareceras, si tiene alguna duda puede venir a consultarte, aunque no deberia porque su puesto anterior era muy parecido al tuyo. En fin, me alegro de que hayas aceptado. Sonrio y miro a Almudena con agradecimiento. Se que habla sinceramente, de cara a los clientes y trabajadores se muestra como una mujer fria, distante y malhumorada, pero hace tiempo que consegui derribar sus defensas y soy perfecta conocedora de su autentico caracter; carinoso y comprensivo, aunque solo en ocasiones excepcionales. Alguien llama a la puerta, las dos nos ponemos en pie y Almudena rodea la mesa para colocarse a mi lado. Quiere que la nueva se sienta comoda en este primer encuentro y le parece mucho mas cercano hablar con ella sin distinguir posiciones, una humildad que tambien utilizo conmigo en mi entrevista y que siempre he admirado de ella. Apoya el culo sobre la mesa mientras yo la miro sin saber muy bien que hacer. --Recibela tu, al fin y al cabo, sera tu subordinada --sugiere Almudena. Me dirijo hacia la puerta y la abro con decision para dejar pasar a la nueva redactora jefa de la revista, debo mostrarme firme y segura si quiero estar a la altura del puesto que Almudena acaba de ofrecerme. La chica se detiene en seco en cuanto me ve, me observa con el rostro desencajado por la sorpresa mientras yo siento el corazon martillearme el pecho y un calor que me abrasa por dentro mientras la miro de arriba abajo corroborando que es ella. --No me jodas --farfulla en voz baja. Al reconocerla me he quedado tan paralizada que he sido incapaz de reaccionar a tiempo. Emma toma una gran bocanada de aire para intentar calmarse, pero al no conseguirlo, hace lo que sin duda debe llevar mucho tiempo deseando hacer; alza su mano y me da un sonoro bofeton cargado de rabia que me cruza la cara y me deja con la mejilla ardiendo y el oido zumbando. Aturdida y algo desconcertada por lo que acaba de pasar, la observo cogerse la mano para calmar el picor que sin duda debe haberle provocado la torta que me ha dado, y despues de dedicarme una mirada llena de ira, sale por donde ha entrado y se marcha sin decir una palabra. Cierro la puerta de un empujon y apoyo la espalda en ella a la vez que me coloco la mano en la cara sintiendo que esta a punto de explotarme. Es la primera vez que me dan un bofeton y no me imaginaba que doliese tanto, aunque ese dolor no es nada comparado con la opresion que he sentido en el pecho al ver su forma de mirarme. Cargada de rabia y de ira, pero sobre todo de un dolor que yo le provoque cuando tome la que sin duda ha sido la peor decision de mi vida.

  • ?Es o no es? de Cristo Alcala

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  • Las gafas de la felicidad: Descubre tu fortaleza emocional, Rafael Santandreu de Rafael Santandreu

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  • Corazon comanche (Comanche 2) de Catherine Anderson

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    Amy Masters se ha visto obligada a dejar su hogar en la llanura de Texas y busca refugio en las doradas colinas de Oregon. Alli comenzara una nueva vida, si bien no puede olvidar la promesa hecha anos atras a Antilope Veloz, un magnifico guerrero comanche que habia conquistado su corazon. Pero muchas cosas han cambiado en el mundo que la rodeaba y ahora Antilope es un conocido pistolero cuya cruel reputacion le precede alla donde va. El juro que jamas volveria a perder su honor y su orgullo, y que la belleza con cabellos besados por el sol que frecuentemente le atormenta en suenos debera hacer honor a la sagrada promesa que le hizo bajo el cobijo y amparo de toda su tribu. Pero, ?podra conseguir que ella crea en sus sinceros sentimientos y despertar su pasion con sus anhelantes caricias?

  • El tributo de la corte oscura de Holly Black

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    La malta justifica mejor que Milton los caminos de Dios para con los hombres. E. Housman Terence, This Is Stupid Stuff Kaye dio otra calada al cigarrillo, y lo introdujo en la botella de cerveza de su madre. Era una buena forma de comprobar hasta donde llegaba la borrachera de Ellen. Quien sabe, igual esta vez ni se daba cuenta. Ellen, Lloyd y los demas componentes de Stepping Razor seguian en el escenario. La actuacion habia sido desastrosa y, al ver como destrozaban el equipo, Kaye comprendio que ninguno de ellos habia quedado satisfecho. No importaba mucho, la verdad, pues el sistema de sonido estaba demasiado alto, casi chirriaba; ademas, el publico no habia parado de beber, fumar y gritar. Lo mas probable era que al agente de la banda le importase un bledo. Incluso hubo quien bailo al ritmo de la musica. El camarero de la barra miro otra vez a Kaye de forma lasciva, y le ofrecio una bebida “a cuenta de la casa”. --Leche --contesto Kaye con una sonrisa burlona, al tiempo que echaba hacia atras su despeinada y rubia melena. Cuando el camarero se dio la vuelta, Kaye se metio en el bolsillo un par de estuches de cerillas. En ese momento la madre de Kaye se planto junto a ella, dio un largo sorbo de la botella de cerveza y acto seguido escupio sobre la barra. Kaye apenas pudo reprimir la carcajada que escapo de sus labios. Su madre se quedo mirandola con incredulidad. --Ve a cargar el coche -- le ordeno, con voz ronca tras la actuacion. Ellen se aliso con los dedos el cabello empapado y lo retiro de la cara. El carmin casi le habia desaparecido de los labios, pero aun quedaban restos en las comisuras. Parecia cansada. Kaye se bajo de la barra y, de un salto, subio al escenario. Mientras recogia al azar los objetos esparcidos, Lloyd la fulmino con la mirada, por lo que Kaye se limito al reunir las pertenencias de su madre. Los ojos de Lloyd se veian vidriosos. --Oye, nina, ?llevas dinero encima? Ella se encogio de hombros y saco un billete de diez dolares. Tenia mas; acababa de regresar de Chow Fat, y Lloyd debia de saberlo. Servir comida china a domicilio no resultaba muy rentable, pero se ganaba mas que actuando con un grupo musical. Lloyd recogio el billete y se dirigio a la barra, seguramente con la intencion de pedir unas cervezas. Kaye termino de recoger las cosas de Ellen y se fue abriendo camino entre la multitud, que se apartaba para dejarla pasar. Al salir del bar, el aire fresco del otono resultaba un alivio, a pesar del desagradable olor que despedian los tubos de escape y los pasos subterraneos. Kaye siempre tenia la impresion de que la ciudad apestaba a metal. En unos minutos cargo el coche. Entonces, regreso al bar con la intencion de sacar de alli a su madre antes de que alguien rompiese la ventanilla y robase todo lo que habia dentro del vehiculo. En Philly no se podia dejar nada en el interior de los automoviles. La ultima vez que habian abierto el coche de Ellen habia sido para robar un abrigo de segunda mano y una bolsa con toallas. Esta vez, la muchacha que comprobaba los documentos de los clientes a la entrada del bar miro a Kaye con detenimiento, pero la dejo pasar. De todas formas, ya era tarde, casi habia llegado la hora de la ultima ronda. Ellen seguia junto a la barra, fumando y bebiendo, ahora whisky. Lloyd estaba hablando con un tipo de pelo largo y oscuro. Aquel hombre parecia fuera de lugar, demasiado acicalado quiza; pero Lloyd le pasaba el brazo por los hombros. Kaye capto un fugaz destello en los ojos del extrano. Era un resplandor amarillo, como de ojos de gato, que se reflejaba en la barra oscura. Kaye sintio un escalofrio. A veces, veia cosas extranas; pero habia aprendido a ignorarlas. --Ya esta todo en el coche --le dijo a su madre. Ellen asintio con un gesto, sin apenas prestarle atencion. --Dame un cigarrillo, tesoro. Kaye rebusco en su mochila militar de segunda mano y saco dos cigarrillos. Le paso uno a su madre y encendio el otro. Ellen se acerco a Kaye, y esta noto aquel olor a whisky y cerveza que le resultaba tan familiar como a otras personas un determinado perfume. --Beso de cigarrillo --dijo su madre de esa forma tan pueril que resultaba embarazosa y tierna al mismo tiempo, y junto el extremo de su pitillo con el de Kaye; entonces, aspiro con fuerza. A la segunda calada, el cigarrillo se encendio. --?Preparadas para volver a casa? --pregunto Lloyd. Kaye dio un respingo. Sabia que Lloyd estaba alli, pero le asusto el tono de su voz. Sonaba aterciopelada, un tanto sordida. No era la voz habitual de Lloyd. En absoluto. Al parecer, Ellen no advirtio nada raro. Se acabo de un trago el resto de su bebida. --Claro que si. Un instante despues, Lloyd levanto el brazo como si fuera a golpear a Ellen por la espalda. Kaye reacciono sin pensarlo, y le dio un empujon. Solo gracias a que el estaba totalmente borracho Kaye fue capaz de hacerle perder el equilibrio. El cuchillo cayo al suelo con un ruido metalico. El rostro de Lloyd se mostraba totalmente inexpresivo carente de toda emocion. Tenia los ojos abiertos de par en par y las pupilas dilatadas. Frank, el bateria de Stepping Razor, agarro a Lloyd del brazo. Este solo tuvo tiempo de darle un punetazo en la cara antes de que otros clientes lo redujeran y alguien llama a la policia. Para cuando llegaron los agentes, Lloyd no recordaba nada; pero estaba fuera de si y no paraba de gritar e insultar a Ellen. Los policias condujeron a Kaye y a su madre hasta el apartamento de Lloyd y esperaron hasta que la muchacha hubo terminado de meter la ropa y las pertenencias de ambas en bolsas de basura. Ellen hablaba por telefono, intentando encontrar un sitio donde pasar la noche. --Tesoro --dijo, por fin --, no nos queda mas remedio que ir a casa de la abuela. --?La has llamado? --pregunto Kaye, mientras metia sus discos de vinilo de Grace Slick en una caja de naranjas vacia. No habian visitado a su abuela ni siquiera una vez desde que abandonaron New Jersey, seis anos atras. Ellen apenas cruzaba un par de palabras con su madre en las fechas mas senaladas, y enseguida le pasaba el telefono a Kaye. --Si, la he despertado --la voz de Ellen sonaba a oido de Kaye mas cansada que nunca--. Sera por poco tiempo. Podras visitar a esa amiga tuya… --Janet --interrumpio Kaye. Kaye albergo la esperanza de que Ellen se refiriera a Janet. Confiaba en que su madre no empezara otra vez con rollo de las hadas. Si volvia a escuchar otra historia sobre Kaye y sus amigos imaginarios, le iba a dar algo…

  • Amenaza de Tormenta de Nora Roberts

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    La posada The Pine View estaba confortablemente situada en las montanas Blue Ridge. Despues de dejar la carretera principal, el serpenteante camino cruzaba un estrecho vado del rio con la anchura suficiente como para que pasara un coche. La posada estaba a muy a poca distancia del vado. Era un edificio con mucho encanto, lleno de personalidad, de lineas tan limpias que disimulaban su ruinosa estructura. Tenia una altura de tres plantas y estaba construido en un ladrillo rojo que el tiempo habia deslucido hasta un rosa claro. En la fachada habia ventanas estrechas con contraventanas de color blanco. El tejado, de cuatro aguas, habia ido perdiendo color hasta adquirir un tono verde claro. En el se erguian tres chimeneas. El edificio estaba rodeado por un porche de madera de color blanco y habia puertas para acceder a el en todos los laterales de la casa. El prado que la rodeaba estaba perfectamente cuidado. A menos de cincuenta metros de la posada, los arboles y los afloramientos de roca reivindicaban su presencia en el prado. Era como si la naturaleza hubiera decidido que la casa podia ocupar ese espacio y ni un milimetro mas. El efecto era impresionante. La casa y las montanas permanecian en pacifica convivencia sin que ninguna le restara a la otra un apice de belleza. Mientras dejaba el coche en la zona destinada al aparcamiento, Autumn conto cinco coches, el viejo Chevy de su tia incluido. Aunque todavia estaban en temporada baja, al parecer ya habia algunos huespedes. Soplaba un ligero viento frio de abril. Los narcisos todavia tenian que abrirse y la flor del azafran estaba comenzando a marchitarse. Algunos capullos de azalea mostraban ya algun punto de color. El campo parecia estar esperando la llegada de la primavera. Las montanas mas altas todavia vestian sus abrigos de invierno, pero comenzaban a salpicarlas algunos toques grisaceos. No continuarian vestidas de marron y de gris durante mucho tiempo. Autumn se colgo la camara a un hombro y el bolso al otro, el bolso siempre ocupaba el segundo lugar en importancia. Del maletero del coche todavia habia que sacar dos enormes maletas. Tras un pequeno esfuerzo, consiguio colocar el equipaje de tal manera que pudo llevarselo en un solo viaje. Despues, subio los escalones de la entrada. Como siempre, la puerta estaba abierta. No habia nadie en el interior de la posada. El descabalado cuarto de estar que hacia las veces de salon estaba vacio, aunque el fuego crepitaba en la chimenea. Autumn dejo las maletas en el suelo y entro en la habitacion. No habia cambiado nada. Viejas alfombras salpicando el suelo y mantas de ganchillo en sendos sofas. En las ventanas, cortinas estampadas de flores. La coleccion de figuritas Hummel continuaba sobre la repisa de la chimenea. La habitacion estaba limpia, pero distaba mucho de estar ordenada, algo que siempre la habia caracterizado. Habia revistas por todas partes y un cesto de costura a punto de rebosar. Los cojines apilados en el asiento de la ventana mas que decorativos eran simplemente comodos. El ambiente era acogedor, con un encanto ligeramente descuidado. Autumn penso sonriente que aquella habitacion encajaba perfectamente con la personalidad de su tia. Sintio un extrano placer. Siempre era reconfortante descubrir que algo que uno amaba no habia cambiado. Echo un ultimo vistazo a la habitacion y se paso la mano por el pelo. Le llegaba mas alla de la cintura y lo llevaba revuelto por haber conducido con las ventanillas abiertas. Se le paso por la cabeza la idea de que debia cepillarselo, pero lo olvido en cuanto oyo pasos en la entrada. -!Autumn, estas aqui! Tipico de ella, su tia la saludo como si acabara de volver despues de haber estado una hora en el supermercado, y no tras haber pasado un ano en Nueva York. -Me alegro de que hayas llegado antes de cenar. Estamos haciendo carne guisada, tu plato favorito. Autumn sonrio, no tuvo valor para decirle a su tia que ese era el plato preferido de Paul, uno de sus hermanos. -!Tia Tabby, me alegro mucho de verte! -camino rapidamente hasta ella y le dio un beso en la mejilla. El familiar olor a lavanda de su tia la envolvio. Su tia Tabby no se parecia en nada al gato en el que su nombre hacia pensar. Los gatos eran animales arrogantes hasta resultar esnobs, desdenosamente tolerantes con el resto del mundo. Eran conocidos por su rapidez, su agilidad y su astucia. Su tia Tabby era conocida por sus absurdas divagaciones, sus conversaciones inconexas y sus pensamientos confusos. No tenia ninguna astucia. Y Autumn la adoraba. Se separo de su tia y la observo con atencion. -Estas magnifica. Era una verdad inmutable. Su pelo continuaba siendo tan castano como el de su sobrina, aunque con numerosas hebras grises. Tambien el pelo encajaba con su personalidad. Lo llevaba corto y anarquicamente rizado alrededor de su cara redonda. Sus facciones parecian hechas a pequena escala: la nariz, la boca, las orejas, incluso las manos y los pies. Los ojos eran de un neblinoso azul claro. Aunque tenia mas de cincuenta anos, su piel se negaba a arrugarse. Tenia un cutis tan suave como el de una nina. Era unos quince centimetros mas baja que Autumn y tenia unas formas agradablemente redondeadas. Autumn se sentia desgarbada y flaca como un palillo a su lado. La volvio a abrazar y le dio un beso en la mejilla. -Estas absolutamente maravillosa. Tabby alzo la mirada hacia ella y le sonrio. -Que guapa eres. Siempre supe que serias guapisima, !pero eres tan delgada! -exclamo palmeandole la mejilla. Mientras abrazaba a su tia, Autumn penso en los cuatro quilos que habia engordado al dejar de fumar. Habia vuelto a perderlos muy rapidamente. -Nelson siempre fue muy delgado -anadio Tabby, pensando en su hermano, el padre de Autumn. -Sigue siendolo-contesto Autumn. Dejo la camara en la mesa y le sonrio a su tia-. Mama siempre le esta amenazando con ponerle una demanda de divorcio. -!Vaya! -Tabby chasqueo la lengua y la miro pensativa-. No creo que sea muy sensato despues de llevar tantos anos casados. Comprendiendo que no habia entendido la broma, Autumn se limito a asentir mostrando su acuerdo.

  • Cuando es real de Erin Watt

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    Fiestas, riqueza, fama y una historia de amor digna de Hollywood