• la mascara del herrero - Susana F. Ameijeiras

    https://gigalibros.com/la-mascara-del-herrero.html

    Las cajas inundaban el suelo y eso hacia que, de un momento a otro, pudiera acabar entrando en colera, pero lo sabia disimular. De hecho, disimular, era una de mis especialidades. --Maca, no creo que te cueste tanto meter al menos la ropa en el armario --dijo Esteban. Esteban nunca fue un hombre demasiado alto, le faltaba algo de pelo, pero sus ojos tenian una caida que solo define a los hombres buenos y profundos… a los hombres bienintencionados y serenos. Macarena, mi hija, era por aquel entonces una adolescente de 15 anos cuando nos mudamos a la nueva casa. Al nuevo hogar. Llegamos una tarde de sabado a finales de septiembre. Habiamos decidido darnos la oportunidad de vivir frente al mar aprovechando el nuevo puesto de trabajo de Esteban en un bufete de abogados de un pequeno pueblo costero de cuyo nombre prefiero no acordarme (para algo sirven las grandes frases de los que fueron grandes sintiendose, a veces, bastante pequenos). A medida que nuestro coche se acercaba a aquella calle estrecha, me iba dando cuenta de que el cielo gris inundaba gran parte del paisaje y de que, apenas al fondo, habia un destello de luz sobreviviendo a los ultimos dias de verano. Aquel dia no supe como describir aquella sensacion, pero, para algun organo de mi cuerpo, no paso desapercibida; algo se movio dentro de mi, ni bueno ni malo, solo algo. Ese efecto duro unas pocas decimas de segundos; era una emocion extrana, casi imposible de saborear. No pude saber que era porque se esfumo de golpe, pero dejo en mi un mensaje que solo unas pocas semanas mas tarde empece a descifrar. Ya no habia vuelta atras, ya estabamos dentro de aquel pueblo medio esperanzador... medio oscuro. Esteban abrio la puerta del maletero; la mayoria de las cosas ya estaban dentro, puesto que la empresa de mudanzas se habia encargado de traerlas unos dias antes. Nosotros solo llevabamos unas cuantas maletas y bolsas con algo de comida, abrigos, zapatos... Mire de frente hacia nuestro nuevo hogar. Dos pequenas plantas se alzaban bajo un escaso terreno de hierbas y maleza que se sumaban al aspecto grisaceo del cielo aquella tarde de sabado. Las paredes eran blancas, recien pintadas. Las ventanas, rojas, algo curioso y pintoresco que no me desagradaba en absoluto. Al entrar, subi directamente las escaleras al primer piso en donde se encontraban los dormitorios. Deje dos maletas y mire por la ventana: el mar azotaba con fuerza y el cielo cada vez se oscurecia con mayor rapidez. "Quizas no haya sido buena idea venir una tarde tan oscura", pense, "No es la mejor hora para hacer cambios". Esteban seguia peleandose con Maca para que, al menos, guardara su ropa y su calzado... el resto podriamos hacerlo poco a poco. Maca no hacia caso, y yo, tampoco. Seguia mirando hacia esa ventana y no conseguia saber que era eso que me incomodaba. La mayoria de la gente quiere estar frente al mar, pero esa imagen idilica e inspiradora que otros parecen percibir en ese enorme charco interminable, yo no conseguia verla. Algo oscuro salia de aquel movimiento que desprendia espuma con el empuje de sus olas. Algo queria decir esa fuerza inquieta e infinita que sabemos que jamas se va a detener: una y otra vez golpea y golpea sin cansarse... --Olivia, no pareces muy contenta de poder tener una casa con vistas al mar --dijo Esteban con un tono carinosos mientras ponia su mano en mi hombro. --No, no es eso, me gusta, pero... tal vez ahora mismo solo sea una sensacion de miedo por empezar algo nuevo --dije mientras lo miraba con una leve y, en cierto modo, fingida sonrisa para que no se preocupase en exceso por mi mas que notable cara de cierta tristeza--. Echo de menos nuestro pequeno piso, supongo. Ademas, es tarde, mejor sera que deje de mirar por la ventana y empiece a colocar lo mas necesario --continue diciendo mientras me dirigia al dormitorio dando zancadas entre las cajas. Esa misma noche cenamos comida preparada que compramos por el camino. Todavia aquella casa no parecia un hogar. Demasiadas cosas sin colocar, demasiado caos alrededor. Supuse que no dormiria de noche, no es que lo haya supuesto, es que creo que fue una sentencia firmada desde el mismo momento en que lo pense. Y asi fue. Al dia siguiente, cuando desperte a las cinco de la madrugada, sin apenas haber dormido unas cuatro horas, me di cuenta de que habia sido una pesima idea haber hecho la mudanza un sabado para amanecer un domingo con el cielo completamente gris y el pueblo hundido en un inquietante vacio. "No estoy preparada para este recibimiento tan cutre", pense. Mire las cajas, y todavia me senti peor. Desorden, cielo gris, frio y soledad. Una buena combinacion para empezar de cero… Baje a la cocina, busque la caja donde se encontraba la cafetera, la cogi y mire hacia los lados tratando de encontrar un lugar donde poder colocarla. Es curioso, primero busque un espacio para unos cuantos gramos de plastico antes que uno para mi, pero asi fue. Supongo que en ese momento pensaba que no era nadie sin un cafe en la sangre, lo mismo que no eres nada sin sangre corriendo por las venas. Una vez que la mezcla de sangre y cafeina empezo a burbujear por mis arterias, consegui levantarme por dentro (por fuera llevaba algo mas de una hora despierta). No sabia que hacer, todavia no eran ni las siete de la manana. Asi que, con mucha pereza y con bastante miedo..., volvi a asomarme a la ventana y ver el mar. "No lo entiendo", pense. "No me parece ni tan bonito ni tan magico como todo el mundo recuerda en sus instantaneas de verano. No consigo ver esa sensacion tantas veces repetida en anuncios de television y campanas publicitarias en las que el mar es el elemento mas persuasivo para vender cualquier cosa, aunque sea una cafetera. Nunca compraria una cafetera en cuyo reclamo publicitario saliera el mar". Mientras terminaba ese pensamiento, volvi a darme la vuelta para ver que podia hacer que no fuera desempaquetar cajas; para eso preferia tener a Esteban y a Maca levantados, y no pasar el tormento yo sola. No se me ocurria nada, solo dos opciones: o arreglar la gran duna de carton que se levantaba a cada paso que daba, o mirar por la ventana y ver el mar. Pocas opciones y, todas, desoladoras. Asi que cogi el movil. Y entonces me senti fatal por mirar a una pantalla teniendo en frente de mi al todopoderoso oceano, al que no queria ni ver. Hubo suerte: Esteban se levanto. --Buenos dias --dijo Esteban mientras trataba de despejar los ojos con sus dos dedos de la mano y si dirigia hacia la ventana--. Que maravilla de vistas tenemos por la manana, ?no te parece precioso? --me pregunto, con una mirada de satisfaccion esperando que yo le contestara con su mismo entusiasmo. --Si, es precioso, llevo viendolo desde que me levante, tenemos mucha suerte de poder vivir cerca del mar --conteste, sabiendo que la ironia se habia adentrado durante unos segundos en mi cuerpo, "sera culpa de la cafeina, tal vez debiera dejar de tomar cafe y conformarme con una sosa infusion". --Veo que has sacado primero la cafetera, buena idea --continuo Esteban, y se dirigio con una envidiable actitud hacia la cocina. Tras desayunar y vestirnos, comprobando asi que la ducha funcionaba, que el calentador funcionaba, que el agua corria con soltura (como no podia ser de otra forma, dado que estabamos al lado del mar), Esteban decidio estrenar su primer dia en el pueblo yendo a buscar el periodico. Me invadio una extrana envidia al percibir la ilusion con la que salia por la puerta, la curiosidad por adentrase en el entorno de su nuevo hogar y captar todos los detalles para hacerlos suyos. Yo no podia, habia una extrana barrera entre ese nuevo espacio que me amenazaba con hacerme un pulso y ser mas fuerte que yo. Tal vez estaban saltando todos mis soldados con sus canones preparados para que el territorio no se revelara contra mi. Una osadia que nunca quise analizar demasiado para no caer en la tentacion de pensar que pudiera ser castigada por querer controlar algo que era mas grande que yo. Tal vez los dioses no me lo perdonaran y apareciera su furia en cualquier momento desde cualquier parte de ese cielo gris a traves de esa ventana desde la cual se suponia que teniamos casi las mejores vistas del pueblo. --Buenos dias, Maca --dije con mucha alegria, pero sin mucho exito, puesto que Maca suele levantarse con los auriculares incorporados en sus orejas y no atiende a nada, no escucha... solo clava la mirada en la pantalla de su telefono y levanta la vista a modo de saludo. Quizas es mucho pedir que levante la mano, y que salga un "buenos dias" de su boca, ya es algo con lo que no cuento desde hace un largo tiempo.

  • La máscara del herrero : F. Ameijeiras, Susana - Amazon.es

    https://www.amazon.es/m%C3%A1scara-del-herrero-Susana-Ameijeiras/dp/8418640650

    La máscara del herrero : F. Ameijeiras, Susana: Amazon.es: Libros.

  • La máscara del herrero › Opiniones de clientes - Amazon.es

    https://www.amazon.es/product-reviews/B093PYPP39

    Vea reseñas y calificaciones de reseñas que otros clientes han escrito de La máscara del herrero en Amazon.com. Lea reseñas de productos sinceras e ...

  • La máscara del herrero | Editorial Letra Minúscula

    https://www.letraminuscula.com/catalogo_libros/la-mascara-del-herrero/

    Cuando Olivia se mudó con su familia a ese pequeño pueblo de mar, no sospechaba del torbellino de emociones que iba a experimentar en tan poco tiempo. Ni.

  • La máscara del herrero - F. Ameijeiras, Susana - Todos tus ...

    https://www.todostuslibros.com/libros/la-mascara-del-herrero_978-84-18640-65-0

    28 abr 2021 — Dónde encontrar "La máscara del herrero". Stock en librería ... Libros relacionados. Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ...

  • La mascara del herrero - Susana F. Ameijeiras - Debeleer.com

    https://www.debeleer.com/la-mascara-del-herrero-susana-f-ameijeiras/

    Las cajas inundaban el suelo y eso hacía que, de un momento a otro, pudiera acabar entrando en cólera, pero lo sabía disimular. De hecho, disimular, era una ...

  • La máscara del herrero | Susana F. Ameijeiras - Mundo EPUB

    https://mundoepub.com/la-mascara-del-herrero-susana-f-ameijeiras/

    19 ene 2022 — MUNDO EPUB NO ALOJA NINGÚN ARCHIVO EN SUS SERVIDORES. TODOS LOS LIBROS SE ENCUENTRAN ALOJADOS EN SERVIDORES EXTERNOS. AHORA ESTAMOS EN TELEGRAM ...

  • Los mejores libros de Ameijeiras, Susana F. 2022

    https://mejores.cc/autor/ameijeiras-susana-f

    Los mejores libros de Ameijeiras, Susana F. 2022. Buscamos los productos con las mejores opiniones (Actualizado Febrero) ... La máscara del herrero.

  • Libro: La Máscara Del Herrero | Envío gratis

    https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-931166293-libro-la-mascara-del-herrero-_JM

    Envíos gratis en el día ✓ Comprá online de manera segura con Compra Protegida © Libro: La Máscara Del Herrero.

  • La máscara del herrero by Susana F. Ameijeiras - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/57893654-la-m-scara-del-herrero

    28 abr 2021 — La máscara del herrero book. Read reviews from world's largest community for readers. Cuando Olivia se mudó con su familia a ese pequeño ...

  • Mentiras en La Hora del Te de Susana F. Ameijeiras

    https://gigalibros.com/mentiras-en-la-hora-del-te.html

    Consiguio vaciar su habitacion de cualquier trasto inutil a la misma velocidad que eliminaba de su interior todo pensamiento inservible. Los dos habitaculos se eliminaron a la vez sin haberse puesto de acuerdo. Ya no quedaba nada a lo que poder echar mano para seguir buscando; habia agotado todos sus recursos: los externos y tambien los internos. Estaba vacio. --Senor... La cabeza del senor se dio la vuelta muy despacio; le costaba despegar su cuerpo erguido mirando a traves de aquella enorme cristalera que, de manera curiosa, todavia estaba brillante y limpia. La cristalera era la unica superviviente de todo aquello; quizas, aquel senor todavia la necesitaba para algo. --Dime, Carlos. --Creo que ya esta todo, senor. --Querras decir que ya no queda nada. Carlos balbuceo. --Puede que, para usted, senor, no quede nada, pero yo le aseguro que, para mi, irme de aqui hace que comience todo. El senor levanto las cejas; en realidad, las retorcio de una manera extrana. Aquellos ojos parecian moverse de una manera poco usual detras de sus pequenas gafas cada vez que al senor le llamaba algo la atencion. --Entonces, nos vamos ya, senor. --Estoy listo. Carlos conducia el coche mientras aquel hombre iba detras. Una de sus cejas habia quedado arqueada, sintoma inequivoco de que algo estaba pensando. Tal vez su cabeza todavia seguia sin estar vacia del todo; quizas, todavia se agarraba a algo. Siendo sinceros, aquel hombre a poca cosa podia agarrarse, ya que, por no tener, no tenia ni un hogar. Lo habia perdido todo o casi todo. --Carlos, ?has guardado el dinero donde te dije? --Si, senor --contesto Carlos--. ?Sigue queriendo que lo traspase a la cuenta que me dio? --Si, hazlo cuando puedas, gracias. Carlos miraba de vez en cuando a aquel hombre por el espejo retrovisor. Habia sido su mano derecha durante muchos anos, su chofer, su asistente personal, su chico de los recados... Si Carlos no habia fallado, entonces, ?que habia sido lo que habia provocado aquel desastre? Carlos era solo un chico normal, sin mas. No tenia pretensiones; no buscaba reconocimiento. Cualquier persona lo habria etiquetado, tal vez, de pusilanime o, quizas, habria pensado que carecia de objetivos, de foco, de ilusion, de reconocimiento... Todo lo que se le ocurria pensar a aquel hombre eran etiquetas, muchas etiquetas. Todo lo pasaba por una etiqueta. Era posible que las etiquetas pudieran resolver sus dudas. Quizas una mala colocacion de estas habia producido todo aquel caos que lo habia llevado a perder anos de trabajo. Una mala organizacion, un mal enfoque como lider... --Senor, ?se encuentra bien? El hombre levanto despacio la mirada. --Si, estoy bien. Mas de media hora en el coche casi habia conseguido que aquel hombre terminara echandose una pequena cabezada en el asiento de atras, pero ya habian llegado a su destino y debia bajarse. --Senor, deje que le abra la puerta. --Gracias, Carlos. El hombre miro aquella oficina donde debia dejar las llaves de todas sus posesiones. Algo le agarro el pecho. Suspiro levemente y se volvio a sentar. --Senor, debe hacerlo y, cuanto antes, mejor. --Lo se, Carlos, lo se. Hubo un silencio pequeno, o no. --Carlos, ?tienes dinero en la cartera? Creo que necesito dar un paseo, tomar el aire y beber un vaso de agua. Carlos lo miro, sin juicio, solo lo miro. Eran muchos anos con el. Lo normal era que Carlos quisiera asegurarse de que el senor estuviera bien. --Tome, senor, lo espero en el coche. Aquel hombre entro en una cafeteria. Intuitivamente, se sento en la mesa con menos atractivo de todas: la que estaba justo al lado de la puerta de la cocina y por la que salian todos los olores cuando algun camarero la abria. El sitio no podia reflejar mejor el valor que se daba a si mismo: ninguno. --Un cafe, por favor --pidio de manera correcta aquel hombre con el hilo de voz justo para ser amable con alguien una vez mas. El camarero poso un pequeno tazon con algo de leche y dos gotas de cafe. Aquel hombre miro la taza, un poco antigua y con restos de lo que podria haber sido el cafe anterior alli vertido. <>, penso. El senor abrio despacio el sobre del azucar, tambien malogrado por la torpeza del camarero al depositar el cafe encima de la mesa, y comenzo a fijarse como aquellos pequenos granos caian de una manera casi perfecta: no habia una sola arena de aquel azucar que se desviara hacia ningun lado. Siendo el un hombre que, en sus mejores tiempos, tomaba cafe casi a diario, el olor que desprendia aquella mezcla comenzo a parecerle muy desagradable. Su estomago termino por rechazar aquel olor y dejo el cafe. En ese momento en que no tenia ni un cafe que tomar, comenzo a sentir una extrana emocion que no controlaba. Se asusto; aquel hombre siempre lo controlaba todo. Fueron quizas los dos peores segundos en mucho tiempo: sudor, desesperacion, miedo, nervios... Por una vez en su vida sintio lo que siempre habia tenido miedo de sentir: vacio, desesperanza y ansiedad. --Ja, ja, ja. --Algo interrumpio la lucha interna de aquel hombre; unas risas y unas voces que venian de algun sitio llamaron su atencion. El senor miro. Llamo al camarero. --Un boligrafo, un papel y un vaso de agua. --Si, caballero. --Ah, una ultima cosa --continuo el senor--. Llevese este cafe y planteese cambiar de marca. Escribio y escribio, etiqueto y etiqueto; las anotaciones se iban amontonando en la mesa. Pidio mas y mas papel. Sus manos sudorosas empezaron a temblar al no poder seguir el ritmo intenso de su escritura. Carlos ya se habia asomado a la cristalera, tambien brillante (quizas lo unico brillante), de la cafeteria, pero Carlos esperaba; Carlos no tenia prisa. Solo era una persona fiel con ganas de seguir sirviendo a su senor. Carlos no protestaba. Aquel hombre dejo el boligrafo, pidio un whisky y respiro, siempre cabizbajo, pero respiro. Tras pagar la cuenta, salio en busca de Carlos, que esperaba pacientemente en el vehiculo. --Carlos, a mi casa. --Senor... --Lo se, tengo que devolver las llaves, pero todavia me queda algo por coger. Por favor, a mi casa. Carlos no dijo nada, arranco el coche y dejo a aquel hombre justo en la entrada de su casa. El senor abrio el portal, subio las escaleras y abrio la puerta. Solo fueron unos minutos. --Ya esta, Carlos, ahora vamos al banco. --No se preocupe, senor; eso ya lo hago yo como usted me mando. --No, Carlos, hay cambio de planes; yo me encargo del dinero. --Como usted quiera. El senor se fue, tal vez a cualquier habitacion de un hostal. Devolvio las llaves de todas sus pertenencias y tuvo muy claro lo que tocaba hacer a partir de ese momento. Carlos tambien se fue. Sus caminos no se volvieron a juntar.

  • La noche que mataron a Bolivar de Mauricio Vargas

    https://gigalibros.com/la-noche-que-mataron-a-bolivar.html

    La historia de un hombre con las mayores ambiciones del un continente, pero tambien la historia del ego que lo traiciono hasta dejarlo completamente aislado: Simon Bolivar admite todo tipo de versiones sobre si mismo y la que propone este libro lo muestra con nuevos matices. Tras mas de cinco anos de investigacion, Mauricio Vargas regresa a la novela historica para explicar las muchas muertes del Libertador.

  • Jonas, el marido que no podia volver a desposarse de Veronica Mengual

    https://gigalibros.com/jonas-el-marido-que-no-podia-volver-a-desposarse.html

    Jonas Maximilian Lacrose se habia levantado satisfecho esta manana. Hoy cumplia cuarenta anos y el dia estaba a su gusto. Ni demasiado caluroso, ni demasiado frio, con una brisa que permitia a los arboles mover sus ramas sin alterar el paisaje que contemplaba por la gran cristalera del comedor sentado al frente de la gran mesa de madera maciza. Miro su reloj para ver que efectivamente iban a dar las nueve de la manana. Faltaba un minuto exacto para que se terminase el plazo que tenia su hija Loren para presentarse a desayunar. Las normas estaban para cumplirlas y el, el duque de Mildre, y su familia estaban obligados por nacimiento a ser los mas respetables y un modelo de rectitud. Habian pasado cinco anos desde que su esposa lo abandono dejandole con sus dos hijos. Una nota fue lo que encontro en la habitacion de ella cuando tras tres dias de no presentarse a comer ni a cenar se intereso por su localizacion. Habia sido un matrimonio de conveniencia desavenido. Ella no lo satisfacia a el y el tampoco a ella. Se largo con algun hombre, de eso Jonas estaba seguro. Pero le daba exactamente igual, habia dejado a sus hijos, lo malo era que el duque no tenia ni idea de como criarlos o que hacer con ellos. Con su heredero, Gabriel, conde de Malzard, la cosa fue facil porque lo envio al mejor internado que el buen dinero pudo pagar. Lo veia en vacaciones y evaluaba satisfecho los progresos de su heredero. El problema era lady Loren Lacrose. Su hija, que fue traida al mundo con el unico fin de asegurar el titulo con un nuevo reemplazo, resulto ser inutil para el cometido que se le habia asignado antes de nacer. Lady Loren era una nina que jamas habia contrariado a su padre. Si el decia salta, la pequena preguntaba ?a que altura padre? No era a causa de que su progenitor fuese un duque, al que todos mostraban respeto y temor porque en la escala social estaba en la cuspide, no. Loren, al igual que el resto de quienes eran participes de la vida de Jonas, sabia, tanto como lo sabia el mismo, que era un hombre que estaba en posesion de la verdad y su palabra era la ley. El pedia; el resto sabia que era lo correcto hacer su voluntad. Desde la cuna habia intentado que sus vastagos comprendiesen que su titulo debia ser respetado y que sus actos eran el reflejo de la esencia de su familia. Ni los mocos se habian sonado ambos hijos en presencia del criado mas humilde, cuando ya no les tocaba a otros limpiarlos. Su refinamiento, su educacion, sus maneras eran dignas de la realeza. Nadie diria que Loren no era hija de un rey y que su hijo no pareceria un principe. Ademas, desde que Megan, su esposa, se marcho por problemas de salud --segun la version oficial porque nadie sabia que lo habia abandonado y el no iba a armar un escandalo--, era importante hacer desaparecer de su hija ciertos comportamientos que le recordaban a aquella perdida. Loren se convertiria en una gran duquesa como minimo, y en su mano estaba erradicar los comportamientos inapropiados que podian aflorar por el mero hecho de ser hija de Megan. La senorita Miles, la institutriz que habia decidido que se haria cargo de su hija de nueve anos fue una de las veinticinco aspirantes al puesto. La mujer tenia unas referencias excelentes, las mejores de todas las candidatas a las que habia tenido intencion de entrevistar. En su decision de asalariarla no habia influido que la senorita Miles fuese bonita y todo lo contrario a lo que representaba la madre de sus dos hijos, dado que era morena, alta, algo entrada en carnes y con los ojos casi negros. Eso fue un plus anadido que era mas que bien recibido. Cierto que anulo las diez citas que tenia concertadas con el resto de posibles empleadas tras verla, pero eso fue porque, si ella presentaba las mejores referencias, y el era un hombre que se consideraba practico, habria sido un desperdicio seguir buscando cuando ya tenia a la mejor. Ademas que tener que tratar con la senorita Miles era un suplicio. Si le preguntasen diria que ella no le gustaba... cosa que tampoco le impedia llamarla para consultarle cualquier cosa sobre la educacion de su hija, por minucia que fuese y a cualquier hora del dia o la noche. Loren necesitaba mucha mano dura. Mildre se vanagloriaba de ser un buen padre, un excelente padre, el mejor que hubiese en el mundo. Se vigilaba bien lo que la joven debia o no comer para estar saludable y mantener una figura acorde con la moda. El duque tambien esperaba de Loren que fuese alta, por lo que habia dado instrucciones para que cada manana ella permaneciera durante diez minutos delante de la puerta donde era medida estirando la cabeza a fin de alcanzar una medida justa que no la hiciera ni tan alta como la senorita Miles, ni tan baja como lo era su madre. Estos ejercicios finalizarian cuando su excelencia asi lo dispusiera, ni antes ni despues. No unicamente se ocupaba y supervisaba todo lo concerniente a lady Loren, sino que habia dispuesto una dote mas que suculenta que habia sido prevista en el mayor de los secretismos, porque el duque de Mildre no estaba dispuesto a atraer la atencion de los cazafortunas. --Buenos dias, excelencia. --La nina hizo una perfecta reverencia que fue juzgada por el padre como de mejorable. --Hija mia, ?has realizado los ejercicios de esta manana? --He comenzado con los estiramientos de cuello como cada dia, luego he aclarado la voz con zumo de limon como recomendo la senorita Mails. --Muy bien. ?Que mas? --Me han cepillado el pelo las cien veces que la institutriz ordeno. --Estupendo. ?Y...? --la animo a seguir. --Me he puesto el unguento para evitar la aparicion de mas pecas, y ahora, tras el desayuno comenzare con las pautas para que el tono de mi voz sea ni muy agudo ni muy grave. --Entonces desayuna rapido, hija, porque la lista de tareas de hoy es larga. --El hombre se habia esmerado mucho en conseguir traer al campo al mejor escritor para que su pequena tuviese una caligrafia exquisita, al mas valorado instructor de baile y canto para seguir dotandola de gracia artistica. --?Puedo probar hoy un bollito, padre? --?Que marca el menu que confecciono el galeno que vino a determinar sobre tu futura figura? --Gachas --explico con repugnancia pero sin dar a entender su disgusto, porque su padre no consentia que nada fuese salido de todo. La voz debia tener el volumen exacto para no trasmitir ni felicidad ni congoja. Los sentimientos estaban sobrevalorados y desde que su madre se marcho, Loren no sabia muy bien donde, dejandolos a ella, a su hermano mayor y a su progenitor, las muestras de afecto habian sido anuladas. --Entonces no debes. --Por supuesto. --La nina miro el bollito y salivo mas de lo debido en su boca, y pese a que el duque no podia advertir la cantidad de saliva que se estaba formando en el interior de la cavidad, Loren temio que el lo adivinase y la reprendiera por ser excesiva. Se apresuro a tragarla por si el se daba cuenta. --Loren, dispones de cinco minutos para que comience la clase pintura. Te aconsejo que no te demores. La puntualidad es indispensable para una persona bien educada y de tu posicion. --Si, padre. --La pequena comenzo a llevar la cuchara de sus gachas algo mas ligera hacia su boca. --Ah, ah, ah. No lo estas haciendo bien. --Lo siento, padre. --Coge la cuchara asi, como yo. --Puso los dedos que eran los correctos para sostenerla a fin de ilustrar a su hija. Ella lo imito. --Muy bien. Ahora come, pero no lo hagas ni muy despacio ni muy rapido. Hazlo correctamente como la hija de un duque, lady Loren. --?Mama lo hacia correctamente, padre? --Mal Loren, muy mal. --Ademas de que hacia el mismo ruido que su madre al tragar, ella sabia que estaba prohibido hablar de ese tema. Su hija no estaba centrada. Deberia hablar con la institutriz de nuevo. Esa manana, a las siete, nada mas levantarse y sin cambiarse, habia solicitado al personal que le advirtieran a la senorita Miles que deseaba hablarle por un asunto urgente. Habia visto toser a su hija la noche anterior y el modo en el que lo habia hecho no era correcto, y tras la cena olvido por completo solicitar una reunion con la senorita Miles y este era un tema fundamental que tratar con ella. Mas importante incluso que revisar el contrato sobre sus inversiones en un proyecto industrial que habia decidido llevar a cabo con el duque de Trade. A las ocho se presento la mujer ante el y acordaron que la tos y estornudos de lady Loren serian mejorados a la mayor brevedad posible. Esa mujer, que no le gustaba demasiado porque... bien no sabia el motivo de este hecho, pero al menos ella parecia entender completamente la gravedad de todo lo que el exponia. Sonrio satisfecho al pensar que habia realizado la mejor eleccion en cuanto a una institutriz se referia porque la institutriz era eficiente. Su hija seria la mejor de las futuras duquesas. Jonas no dudaba ni por instante de que asi sucediese. --Lo siento de nuevo. --Bien. Suelta la chuchara, milady. Es hora de comenzar con tus deberes. --Que tenga un buen dia, padre. --Mildre evaluo la frase, era correcta en cuanto a su entonacion, diccion y oportunidad. --Lo mismo digo, milady. La nina se levanto de su silla y repitio una nueva reverencia antes de salir de la habitacion. --No lo estas haciendo bien. Esa reverencia no es excelente. Volvere a hablar con tu institutriz --dijo molesto. Esperaba no tener que hacer llamar a la institutriz tan pronto, pero esto ya era demasiado grave como para dejarlo correr. Era de vital importancia entrevistarse con la senorita Miles para... para... tratar con ella sobre su hija, por supuesto. Asi que ordeno al servicio que la mujer se personase ante el de inmediato. --Buenos dias, excelencia. --Senorita Miles, ?ha desayunado? --Si, milord.

  • El vuelo de las mariposas de Yolanda Revuelta

    https://gigalibros.com/el-vuelo-de-las-mariposas.html

    Audrey Hayes es disenadora de interiores y siempre habia creido que Edimburgo podria llegar a ser una ciudad magica, pero no lo descubrio hasta que conocio a Alan Reig y su hijo, Cody. No tenia la menor idea de lo que esperaba cuando aquella manana llamo a la puerta de su vecino para pedir una taza de leche. A partir de ese momento una marana de situaciones y sentimientos se desataran y da la impresion de que ella poco podra hacer para evitarlo. Alan Reig es abogado en una de las empresas mas importantes de Edimburgo, pero aun debe asumir un complicado divorcio para retomar de nuevo su vida. No pasa por el mejor momento animico y ser padre soltero siempre es un reto complicado. Lo que todavia no sabe es que en el apartamento frente al suyo se ha mudado una nueva inquilina, que hara que su vida, ya desordenada de por si, se convierta en un autentico caos.

  • El septimo puente de Becka Black

    https://gigalibros.com/el-septimo-puente.html

    Tras la terrible noche en La Cripta, Martin, Nina y sobre todo Will, deben asumir las consecuencias. De la morgue de Manhattan desaparece un cuerpo con destino desconocido. El mal acecha tras cada esquina y Nina se convence de que la regla se reduce a matar o que te maten. Mientras, Will se desplaza hasta Londres atraido por el caso del destripador. Su relacion con el agente encargado del caso lo sacara de quicio pero… traera de vuelta el amor. Sin embargo, giros totalmente inesperados convertiran su vida en una montana rusa donde el dia final que marcara la guerra entre angeles y demonios, es decisiva.
    ?Que ocurrira el 15 de febrero en el Septimo puente?

  • Tiempo muerto de Margarita Garcia Robayo

    https://gigalibros.com/tiempo-muerto.html

    Tiempo muerto es un retrato de la tragedia personal que experimenta una pareja cuyo matrimonio ha llegado al fin del enamoramiento.

  • La Mujer del Diplomatico de Isabel San Sebastian

    https://gigalibros.com/la-mujer-del-diplomatico.html

    Lucia es una editora que empieza a dejar atras su juventud justo cuando afronta una dolorosa ruptura sentimental. En esa dificil encrucijada, visita el desvan de la antigua casa familiar y descubre, en el fondo de un baul, el diario intimo que su madre, Maria, ya fallecida, escribio durante la crisis de los misiles de Cuba. Desde Suecia, donde ha seguido a su marido diplomatico, Maria narra con angustia los momentos mas tensos de la Guerra Fria, desahoga su miedo ante la amenaza nuclear y se replantea su situacion matrimonial, atormentada por la sospecha de que el tiene una aventura. Su relato --el de sus anhelos, temores, certezas y secretos--, hara que Lucia descubra a una madre muy diferente a la que ella creia conocer.

  • Las hijas de la novia de Susan Mallery

    https://gigalibros.com/las-hijas-de-la-novia.html

  • Venganza o pasion (Deseo Deseos Prohibidos) de Maxine Sullivan

    https://gigalibros.com/venganza-o-pasion-deseo-deseos-prohibidos.html

    Gemma Watkins se detuvo en seco mientras salia de la sala de espera del hospital. Un hombre alto avanzaba a grandes zancadas por el pasillo. Sus anchos hombros, su andar decidido le recordaban a... <>. En ese instante, el la vio. Dudo un instante y luego apreto el paso hasta que llego junto a ella. -Gemma... La voz de Tate se le deslizo por la piel provocandole un temblor de aprension. Aquel hombre habia sido su amante. El hombre del que habia estado enamorada. El hombre que le habia roto el corazon hacia casi dos anos. No se podia creer que fuera el. Tate Chandler era un empresario australiano que habia llevado el negocio familiar de relojes de lujo a un nivel nunca conocido hasta entonces y le habia dado un gran prestigio internacional. Era un hombre con una presencia imponente fuera cual fuera el lugar en el que se encontraba, tanto si se trataba de su despacho en una de las calles mas prestigiosas de Melbourne, su atico de lujo en uno de las zonas mas ricas de la ciudad o en los pasillos de aquel hospital. Era un multimillonario cuya poderosa apariencia iba mas alla de su increible atractivo. Todo lo que tocaba se convertia en oro y sus caricias tambien lo eran. Gemma lo sabia de primera mano. Trago el panico que se le formo en la garganta. -Hola, Tate. Los ojos azules de el recorrieron la larga melena rubia que cubria delicadamente los hombros de Gemma. Observo el rubor que tenia las mejillas y, entonces, entorno la mirada. -Espero que el hecho de que estes aqui sea una mera coincidencia. -No se a que te refieres. -Mi familia ha inaugurado hoy el nuevo pabellon de pediatria en memoria de mi abuelo. ?No te habias enterado? Ha salido en todos los medios de comunicacion. -No, no me habia enterado -replico ella. Habia estado demasiado ocupada trabajando y tratando de mantener la cabeza fuera del agua-. ?Significa eso que tu abuelo ha... muerto? -Hace tres meses. -Lo siento mucho. Bueno, tengo... -?Que es lo que estas haciendo aqui? -Estoy con... una persona. -?Se trata de un hombre? -Mmm... si. -Por supuesto que se trata de un hombre -se mofo el-. Nada ha cambiado en ese aspecto, ?verdad? -Esto no tiene nada que ver contigo, Tate. Adios. Hizo ademan de pasar al lado de el, pero Tate le agarro el brazo y la obligo a detenerse. -?Sabe ese pobre infeliz que es tan solo uno de muchos? -Yo... -?Tu que? ?Que no te importa? Creeme si te digo que se eso mejor que nadie. Aquellas palabras escocieron a Gemma. Se habia entregado de buen grado a Tate el dia en el que lo conocio en una fiesta celebrada por el arquitecto para el que ella trabajaba. Se habia enamorado instantaneamente de Tate. Despues de lo ocurrido con el, solo podia dar gracias a Dios por no haberle dicho lo que sentia. Por alguna razon, se habia reservado aquel secreto y habia conseguido mantener su orgullo intacto en parte cuando el le dio la espalda despues de llevar un mes de relacion. Durante las breves semanas que pasaron juntos, apenas salieron del atico de Tate. El mejor amigo de Tate era el unico que conocia su relacion. El recuerdo de todo lo ocurrido le hizo echarse a temblar. Aquel inesperado encuentro resultaba muy injusto, pero, a pesar de todo, no podia decirle a Tate la verdad. No podia. Podria ser que el decidiera... -Ah, ahi estas, Gemma -dijo una voz femenina a pocos metros de distancia. Gemma contuvo el aliento y se volvio a mirar a la enfermera que salia de la sala de reanimacion-. Esta bien, cielo -anadio, Deirdre, la enfermera, antes de que ella pudiera preguntar-. Y ya se ha despertado. -!Gracias a Dios! -exclamo. Gemma se olvido de Tate cuando un intenso alivio se apodero de ella. Era una operacion sin importancia, pero, como toda cirugia, no estaba exenta de riesgos. Deirdre observo a Tate y vio que el tenia agarrada a Gemma por el brazo. Entonces, fruncio el ceno. Gemma comprendio que tenia que actuar con rapidez. Se sobrepuso a lo que se sentia y esbozo una sonrisa tranquilizadora. No queria tener que dar explicaciones de nada. Por eso, cuanto antes se alejara de Tate, mejor. -Ya voy, Deirdre. Muchas gracias. La enfermera permanecio inmovil un instante antes de que pareciera que aceptaba que no habia ningun problema. -En ese caso, voy a decirle a Nathan que mama va a ir a verlo enseguida. Con eso, la enfermera regreso a la sala de reanimacion. -?Tienes un hijo? -Si -respondio. No podia negarlo. De repente, la expresion de Tate reflejo una cierta dosis de sospecha. -?Y se llama Nathan? Gemma asintio. -El nombre de mi abuelo era Nathaniel. -Es un nombre bastante comun -repuso ella mientras se maldecia en silencio por haberse permitido aquella unica debilidad. De repente, el lanzo una maldicion. Entonces, solto el brazo de Gemma y se le adelanto. Ella, como una fiera, se coloco delante de Tate y se interpuso entre la puerta y el. -Solo tiene diez meses, Tate -mintio. -?Es de Drake? -!No! Tate nunca la habia considerado inocente en lo que se referia a lo ocurrido con su amigo. Drake Fulton siempre la habia puesto nerviosa dado que se mostraba demasiado amistoso cuando Tate los dejaba a solas juntos, dejando bien claro que la deseaba. Al final, no la habia conseguido, pero se habia asegurado de que Tate tampoco se quedara con ella. -Por lo tanto, tu hijo es de otro hombre. -Si. De el. Rezo para que Tate se diera la vuelta y se marchara. Por el contrario, el la sorprendio y siguio avanzando. Ella lo alcanzo rapidamente. Estaba muy preocupada. -?A... adonde vas? Tate siguio andando en direccion a la sala de reanimacion. -Bueno, me has mentido antes. -No te menti. Yo... Gemma tuvo que esquivar a una joven pareja que andaba por medio del pasillo y luego volvio a alcanzar a Tate. El la ignoro y apreto el boton que habia en el exterior de la sala de reanimacion para abrir las puertas. Gemma entro con el. Deirdre estaba atendiendo a uno de los pacientes. Ella vio como examinaba la sala y como su mirada reparaba en una cuna que estaba mas alla del puesto de enfermeras, apartada del resto de las camas. En ese momento, practicamente con un movimiento sincronizado, los dos echaron a andar. Se detuvieron cuando llegaron junto a la cuna, en la que un nino muy pequeno de cabello rubio jugaba con un osito de peluche. Nathan levanto la mirada y Gemma contuvo el aliento. Tate no podia saberlo. Simplemente no podia... Entonces, Tate se volvio para mirarla. Tenia el rostro muy palido, pero parecia querer asesinarla con la mirada. Ella iba a pagar muy caro por lo que habia hecho. *** Tate sintio que la respiracion se le cortaba en el momento en el que el nino levanto la mirada y le atrapo el corazon para siempre. Durante un instante, Tate estuvo a punto de desear que el nino no fuera suyo, que pudiera darse la vuelta, salir huyendo y no tener que ver a Gemma nunca mas. No queria que ella volviera a formar parte de su vida. Sin embargo, con una mirada habia sido suficiente. Aquel nino era su hijo. El no iba a irse a ninguna parte. Justo en aquel momento, el nino vio a su madre. Dejo el osito y le ofrecio los brazos mientras empezaba a llorar. Gemma empezo a sollozar y echo a correr hacia la cuna para tomarlo en brazos. -Calla, carino. Mama esta aqui -murmuro mientras lo abrazaba carinosamente para tranquilizarlo. -?Que es lo que le ocurre? -pregunto Tate. -Han tenido que ponerle una especie de drenaje en los oidos. Tenia una otitis detras de otra y los antibioticos ya no funcionaban. Sin el drenaje, podria sufrir perdida de audicion y eso podria afectarle al lenguaje y al desarrollo en general. A pesar de que parecia ser algo muy serio, Tate sintio que la tension desaparecia. Dio gracias a Dios porque no fuera nada grave. Entonces, recordo las mentiras de Gemma y la tension volvio a aduenarse de el. -?No se te ocurrio decirmelo? -le espeto en voz baja, consciente del resto de personas que habia en la sala. -?Y por que iba a hacerlo? -Porque este nino es mio, maldita sea. Gemma abrazo con fuerza a su hijo. -No. No es tuyo. -No me mientas, Gemma. Tiene mis ojos. El miedo se apodero de ella. -No. Tiene el cabello rubio como yo. Se parece a mi. No se parece a ti en absoluto. Y, ademas, solo tiene diez meses. Efectivamente, Nathan se parecia a ella... a excepcion de los ojos. -Es mio. Y tiene un ano. Yo lo se y tu tambien. -Tate, por favor... -susurro ella-. No creo que este sea el lugar o el momento apropiado para hablar de esto. -Gemma... -insistio el. Tenia que saberlo. Tenia que estar seguro. Ella se echo a temblar. Entonces, suspiro profundamente. -Esta bien. Si, es tuyo. Al oir aquellas palabras en voz alta, Tate se sintio como si estuviera siendo engullido por una ola. Durante un instante, no pudo respirar. Entonces, miro a su hijo. Queria tomarlo en brazos y sentir el momento, pero, por mucho que lo deseara, se imagino que habia que tomarse con calma la situacion. Gemma parecia estar aterrorizada. -?Que... que es lo que vas a hacer ahora? -En primer lugar, haremos una prueba de paternidad. Ella lo miro asombrada. -?Pero no estabas tan seguro de que es hijo tuyo? -Lo estoy, pero quiero que no quede duda alguna al respecto. Ademas, no seria la primera vez que me has enganado, ?verdad?

  • Hacer el amor contigo de Lena Dalgliesh de

    https://gigalibros.com/hacer-el-amor-contigo-de-lena-dalgliesh.html

    Estoy encerrado en el bano con la espalda apoyada en la puerta, completamente desnudo. Tu estas al otro lado, en el dormitorio, sentada en un pequeno taburete con la espalda tambien contra la puerta, vestida unicamente con unas bragas sencillas de algodon blanco, feas e incomodas. Siento el peso de tu cuerpo desnudo apoyado contra la puerta, noto el roce de tu piel cada vez que te mueves. Puedo imaginarte sentada en el pequeno taburete, abierta de piernas, con tu vagina perfectamente marcada en las bragas. Me conoces y sabes cuanto me excita oirte jadear, algo que haces cada pocos segundos acompanando cada exhalacion con un breve movimiento de tus caderas; movimiento que se traslada a la puerta cerrada y de alli a mi espalda. Hace calor aqui dentro y a pesar de estar desnudo comienzo a sudar. Mi polla, enhiesta y dura, palpita entre mis dedos. Te conozco y se cuanto te excita escuchar el ritmo humedo de mi mano cuando me masturbo. Lamo mis dedos lentamente, regandolos con generosidad de saliva. Recubro la cabeza de mi polla con una patina de babas, admirando la forma de seta de mi glande hinchado. Escupo suavemente encima de el, procurando que la saliva impacte justo en el orificio. La saliva resbala por el tronco, siguiendo el recorrido de las venas, hinchadas y muy marcadas, hasta llegar a la base depilada de mi vientre. En seguida la agarro entre mis dedos y empiezo a masturbarme lentamente, procurando que la saliva chapotee lo maximo posible para que puedas escucharlo. Cada vez que mis dedos rozan la corona del glande dejo escapar un breve jadeo. A traves de la madera puedo oir tu respuesta a mi provocacion: unos golpecitos sordos, unas breves palmadas que conozco a la perfeccion: has ahuecado la palma de tu mano y te estas dando palmaditas encima de las bragas, justo sobre el bulto de tu vulva. Me conoces perfectamente y sabes cuanto me excita que hagas eso. Jadeo con mas fuerza y aprieto mi polla, dejando que la sangre se agolpe en la cabeza para que esta se hinche con rabia. Escupo un salivazo contra mis dedos y me masturbo con mas ganas. A veces mi codo golpea en la puerta. Tu respiracion se acelera, jadeas mas fuerte. Oigo el roce de tus pies desnudos contra el suelo al abrirte aun mas de piernas; tu espalda se arquea contra la puerta y oigo el suave rumor de tu cabello rozando la madera. A estas alturas se que ya te has metido una mano bajo las bragas para frotarte la capucha de piel que envuelve tu clitoris. Tambien se que estarias mas comoda sin las bragas, pero las llevas puestas porque yo te lo he pedido expresamente, y eso, cumplir mi deseo, agradarme y satisfacerme en ese pequeno detalle en contra de tus propios deseos, te excita aun mas. Deseas liberarte de la tela, arrancarla y despojarte de las bragas para restregarte la vulva a placer, meterte los dedos bien adentro sin que te estorbe el incomodo elastico que aprieta tus caderas, pero sabes que estoy al otro lado, excitado al maximo, gozando al saber que estas cumpliendo mi pequeno deseo. Conoces la anatomia de mi pene mejor que yo mismo. Lo has succionado, frotado, masturbado y mordisqueado. Has jugado con el de mil formas distintas. Lo has mirado desde todos los angulos posibles y has probado elsabor de sus jugos en incontables ocasiones. Te has acostumbrado a su forma y a sus curvas, has recorrido con tu lengua cada pliegue y cada vena de su tronco y has disfrutado de su grosor dentro de tu cuerpo. Lo deseas. Escuchas como me lo estoy frotando. Oyes perfectamente como la saliva se escurre entre mis dedos mientras me la machaco. Deseas ser tu quien este pajeandome. Quieres que mis dedos sean los tuyos. Quieres volver a sentir el fuego que desprende mi polla en tu mano, en tu boca, en tu cono. Jadeas mas fuerte. Tus labios menores exudan jugos que empapan tus dedos y los recoges bajo tus bragas para embadurnar la piel que rodea el clitoris. Tu cono arde y palpita entre tus piernas mientras intentas acompasar el ritmo de tus dedos al chapoteo que te llega a traves de la puerta. A veces se te escapa un breve grito. Lo escucho y mi corazon se acelera. Te conozco. Te he visto masturbarte muchas veces delante de mi y te he pajeado tantas veces que se en que estado te encuentras. Se que cuando estas tan cachonda que el jugo de tu vulva desprende diminutas pompitas. Que la entrada a tu vagina se dilata, que la vulva se hincha y se enrojece. Deseas que te folle. Quieres sentir mi polla, mis manos, mi cuerpo. Quieres el contacto directo de nuestra piel, humeda y ardiente. Agarro mi pene por la base y me golpeo con fuerza el vientre con ella para que escuches el sonido que hace contra mi cuerpo, palmeandola muy rapido. En seguida siento tu respuesta en forma de breves golpes contra la puerta. Tu espalda se arquea al ritmo de tu mano, tus caderas se agitan y tus muslos se abren y cierran. Quieres mas. No te quitas las bragas, pero tiras de ellas a tope a punto de rasgarlas para dejar al descubierto toda tu hendidura. Te escupes en la mano y mezclas las babas que segrega tu vulva con las de tu boca. Te metes dos dedos en el interior de tu vagina, dejando que la palma de la mano te roce la capucha del clitoris en cada embestida. Lo haces muy fuerte, para que el sonido humedo de la palmada me llegue a traves de la puerta.

  • Congelando el tiempo de Sonia Roca

    https://gigalibros.com/congelando-el-tiempo.html

    Despues de tanto tiempo, tras toda su preparacion y el peso de los anos a su espalda, su cuerpo sigue reaccionando a la defensiva cada vez que piensa en el orfanato. Un cosquilleo le recorre de los pies a la cabeza mientras un pinchazo constante se instala en su cerebro, entonces empiezan los temblores. Hoy le ha vuelto a ocurrir. Le ha visto en las noticias, su nombre al lado de la palabra "asesinado". Ha muerto con los labios y los ojos cosidos, sus manos han sido arrancadas del cuerpo. Igual que los otros cadaveres. Uno mas para la coleccion, ha pensado. Y despues de eso ya no ha podido pensar en nada mas. El pasado le ha golpeado con fuerza y no oye mas que ruido a su alrededor. El mundo sigue su camino, pero el se queda alli congelado con la muerte a sus espaldas. Acechandole. Ese es el motivo por el que ha ido esta noche al lago, quiere acabar con ese ruido que le martillea por dentro. La luna llena ilumina sus pasos mientras se acerca al acantilado, se detiene justo en el borde y suspira. Se descalza y desabrocha su camisa, la dobla cuidadosamente y la deja encima de los vaqueros que ya se ha quitado. Una vez en ropa interior alza la vista al cielo y sonrie levemente a la luna. Flexiona las rodillas y salta desde el borde. Deja que el agua le engulla y consigue que por fin desaparezca el sentimiento de culpabilidad que le lleva acompanando desde hace tanto tiempo. Una silueta se asoma tras un arbol lejano, lo ha visto todo. Saca una libreta y hace un par de anotaciones, despues da media vuelta y desaparece en la oscuridad de la noche. Capitulo 1 Aiden t.l, Presente, 1985 Shane esta sentado en su despacho repasando todos los detalles del caso. Es el tercer asesinato con el mismo modus operandi, eso solo puede significar dos cosas: la misma persona ha cometido los tres crimenes o alguien esta replicando el primer asesinato de hace dos anos. Esta esperando el informe del forense, aunque no le hace falta leerlo para saber que pone. Muerte por hipoxia cerebral, tararea mentalmente. En otras palabras, asfixia. Probablemente el asesino utilizo una almohada para ahogarle. Luego, con los guantes puestos se dedico a coser con gran destreza los ojos y los labios de su victima, dejandolos cerrados para siempre. No contento con eso cerceno las manos del cadaver de un golpe seco y las arrojo al otro lado de la habitacion. En los casos anteriores no encontraron huellas, ni el arma homicida. Tampoco ningun sospechoso. Por lo que tiene claro que esta ocasion no sera distinta. Se frota con cansancio los ojos, lleva encerrado todo el dia. Le ha despertado una llamada cuando todavia no habia amanecido para avisarle de un nuevo asesinato. Asi que ha salido con sigilo de la cama intentando no despertar a su mujer y despues de desperezarse con una rapida ducha de agua fria se ha dirigido hasta el lugar del crimen. Aun bailan por su mente las imagenes de las anteriores muertes, un escalofrio recorre su cuerpo y se estremece. Shane ya no es ese chico asustadizo de antano, se hizo inspector de policia para defender a los inocentes. Sabe que este caso le costara mas que cualquier otro, la verdad siempre ha sido un arma de doble filo y le da autentico pavor lo que pueda encontrar. No le asusta la muerte, ni lo horriblemente macabro que pueda llegar a ser este caso. Le aterra enfrentarse a su pasado, porque sabe que detras de ese muerto vendra otro y luego otro mas. Hasta desvelar la verdad, que le arrollara con fuerza y le devolvera al infierno del que ya no podra escapar. El forense entra sin preguntar en la habitacion que tiene Shane como despacho. No hay ninguna ventana, son dos tubos fluorescentes los que iluminan la mesa del inspector durante todo el dia en ese sotano de la comisaria. Esa luz de hospital le da dolor de cabeza, pero eso no le va a impedir resolver este caso, se dice a si mismo. Shane alza la cabeza de entre los papeles y mira fijamente a Oscar con sus ojos color miel mientras espera las palabras magicas. --Es un imitador. Arruga la nariz, no era eso lo que esperaba. Oscar deja caer el informe en medio de todo el papeleo de Shane y se sienta a su lado con cansancio. Se toca la barbilla con nerviosismo, un gesto que pone histerico al inspector. -- Es el mismo modus operandi --niega con rotundidad--. Tiene que ser la misma persona que cometio los otros dos asesinatos. -- Respecto a eso --carraspea--, en vista de los nuevos acontecimientos he revisado los informes que hice en su dia para cada crimen y he descubierto nuevas pistas. ?Te acuerdas de las pequenas diferencias que hubo en los dos primeros casos? --La primera vez que mato fue torpe, estaba nervioso y se notaba en la forma en que cosio los ojos, tenia las manos temblorosas y eso le llevo a hacer mas de un remiendo para que su obra quedara perfecta. Dejo pasar el tiempo y perfecciono su tecnica con el segundo --Shane se lo sabe de memoria, recuerda cada palabra de esos informes. El caso le obsesiono, se paso noches enteras investigando sin sacar nada en claro. --Ya, esa fue mi hipotesis --suspira con cansancio--. Ahora lo veo todo con mas perspectiva y tengo claro que cada asesinato lo cometio una persona distinta. Shane abre los ojos y contiene la respiracion. -- Si lo que dices es cierto --intenta mesurar sus palabras y hablar con tranquilidad--, tenemos a tres asesinos sueltos. Va a cundir el panico, la gente ya esta muy nerviosa. ?Estas seguro? -- Del todo. Teniendo muestras de los tres crimenes veo claramente las diferencias en cada uno, son minimas, pero estan alli. Tenemos a dos imitadores. Shane se levanta apresuradamente con el informe de la autopsia en la mano, coge la gabardina que cuelga del perchero y se dirige hacia la salida. -- No hables de esto con nadie, tengo que solucionar un par de asuntos primero --le dice antes de desaparecer por la puerta. Cuando sale de la comisaria ya es mas de medianoche, su mujer ya estara durmiendo por lo que en lugar de ir directamente a casa empieza a deambular por la ciudad. Despues de veinte minutos andando sin rumbo fijo se para delante de una cabina telefonica, mira a ambos lados y cuando esta seguro de que esta solo entra en su interior. Marca con rapidez un numero de telefono que ya se sabe de memoria y espera a su interlocutor. Un tono, dos tonos, tres hasta que salta el contestador. Shane insiste, pero Aiden no responde. --Maldicion --se lamenta. El telefono de Aiden sigue sonando pero el no esta en casa. Necesita silenciar el ruido que retumba en su cabeza desde primera hora de la manana, apagar las voces que le atormentan cada noche y que hoy gritan con mas fuerza que nunca. Por eso ha ido al lago, para lograr unos instantes de calma. No es la primera vez que lo hace, descubrio que el lugar donde mas a salvo se sentia era bajo el agua. Esta noche se ha zambullido con mas fuerza que nunca, ha saltado con precision del acantilado y ha sentido la gravedad tirando de el hasta el fondo. El gelido abrazo del agua le ha arropado y le ha dado el chute de energia necesario para seguir con su trabajo, se reencuentra a si mismo y una sensacion de calma le inunda. Despues de eso todo se vuelve silencio. Se queda muy quieto dejando que la corriente del lago le meza con suavidad eliminando todo el dolor y resentimiento que hay en su interior. Cuando ya no puede aguantar mas la respiracion sale a la superficie. Da varias brazadas para llegar a unas escaleras de acero oxidado que suben hacia una torre que se conecta con el borde del acantilado gracias a una pasarela de madera. Aiden se dispone a subir por las escaleras y observa lo maltrechas que estan las barras de acero. Es probable que un dia de estos se desplomen junto a el hasta el fondo del lago, pero Aiden no teme al peligro. Ha vivido con el toda su vida. Sube con agilidad hacia la torre y permanece unos instantes en medio de la pasarela, respirando y escuchando el sonido de la noche. Cuando ya esta seco se dirige hacia el arbol donde ha dejado cuidadosamente doblada su ropa. Se viste y vuelve a la soledad del hogar. Cuando entra en su casa unifamiliar escucha el timbre del telefono y el maullido quejica de su gato. Le da mala espina. Se apresura a cogerlo pero el telefono deja de sonar. Intuye que llamaran de nuevo por lo que llena el bol de Ronnie con leche y se recuesta en el sofa esperando la llamada. Su casa no es muy grande; la planta baja esta compuesta por un comedor de ladrillo visto con un gran ventanal donde los unicos muebles que hay son un sofa que hace las veces de cama, un televisor encima de un mueble de color roble y una mesita junto al sofa donde aguarda apaciblemente el telefono. La cocina no es nada del otro mundo y la nevera daria risa a cualquiera que la abriera, come fatal. Hay un aseo al lado de las escaleras y en la planta superior dos dormitorios y un bano completo. Podria escuchar el telefono desde cualquier zona de la casa, pero prefiere quedarse cerca, por si acaso.

  • El pecado de la condesa de Malibran de Alfonso Vazquez Herrera

    https://gigalibros.com/el-pecado-de-la-condesa-de-malibran.html

    Alla por el principio de los 80’s, en una epoca donde no habia telefonia celular, ni Internet, el sistema de comunicaciones mas rapido y efectivo era el telefono y el correo ordinario el mas lento pero funcional, y cuando las estadisticas de poblacion indicaban que habia 7 mujeres por cada hombre en el mundo, se desarrolla esta historia llena de mitos y antiguas leyendas populares, todas del area conurbada con el historico puerto de Veracruz en Mexico, la historia pretende ser de terror paranormal, pero tiene su toque de comicidad, donde 3 chicas estudiantes de la preparatoria que vivian en una pension para senoritas, por accidente liberan el maligno espiritu de la condesa de Malibran, una de las leyendas populares mas antiguas de Veracruz, quien llena de furia, pugna por llevarselas al infierno de donde la habian despertado, para poder volverse a dormir y dejar de sufrir por el perdon que nadie sabe en que consiste, pero la poderosa Condesa tiene un punto debil, un enemigo acerrimo, al cual no puede vencer y ni siquiera puede pelear con el, el conde de Malibran, que regresa por ella cada vez que lo invocan para asesinarla, como la asesino en vida, y entre los gritos desesperados de perdon de la maligna Condesa que huye para escapar de su verdugo, y los gritos clamando venganza del conde de Malibran, se desarrolla esta historia que amenaza con terminar en un apocalipsis, pero no un apocalipsis zombie, ni nuclear, ni por la caida de un cuerpo celeste, ni mucho menos biblico, sino un apocalipsis provocado por el pecado de la condesa de la Malibran, que al final de toda la historia nos demuestra que todo esta bien asi como esta, en perfecto balance, porque si tan solo llegara a faltar tan siquiera uno de los pecados mas comunes, seria el fin de la humanidad y de la sociedad como la conocemos.

  • Y tu, ?Como estas? de Yara Ariza

    https://gigalibros.com/y-tu-como-estas.html

    No quiero que pienses que este es un libro triste, al contrario, es una historia de amor, lucha y esperanza. Una batalla que hemos vivido durante los ultimos doce anos contra una enfermedad que no discrimina nada ni a nadie.

  • Ese verano a oscuras de Mariana Enriquez

    https://gigalibros.com/ese-verano-a-oscuras.html

    Un calor que no da tregua. Una noche cuya oscuridad se alarga. La adolescencia y su rebeldia y las primeras experiencias.

  • 24 besos de Caroline March

    https://gigalibros.com/24-besos.html

    Alex es inconformista, reaccionaria, sonadora y una aventurera incansable hasta que sucede algo terrible y tiene que cambiar la perspectiva con la que ve su futuro. Cuando piensa que ya no hay salida, una descabellada propuesta trastocara su existencia.

  • El filo de la verdad de Selva Palacios

    https://gigalibros.com/el-filo-de-la-verdad.html

    Un sol de justicia caia impio sobre Nueva Trada. Ni siquiera los ancianos mas longevos recordaban haber sufrido con anterioridad un calor como ese que asolaba la ciudad desde hacia varios dias. Mik Rogers accedio con parsimonia a una de las tabernas mas inmundas del puerto. Saludo al dueno mientras caminaba hacia el fondo del local. Los parroquianos dormian la mona o bebian sumidos en el pozo de sus pensamientos. Ninguno tenia demasiada gana de charla, de juerga o de trifulca. Eso lo dejarian para cuando la noche cayera y la temperatura diese un respiro. Dentro no olia a orines como en las inmediaciones, pero si a sudor rancio. Mik arrugo la nariz y clavo su mirada en la mesa mas apartada, esa que permanecia guarecida por la penumbra en un rincon y que habia reclamado tiempo atras como suya. La utilizaba como centro de operaciones para sellar todo tipo de acuerdos turbios. El antiguo pirata llevaba trece anos pululando por los bajos fondos de aquella ciudad maldita, esclavo de los pactos que amarraban en corto su conciencia, preso de los malos recuerdos que enturbiaban sus pesadillas. Un hombre se hallaba sentado en su silla. Portaba esa mirada turbia de quienes ya estan acostumbrados a que el duermevela ligero sustituya un descanso reparador. Daba cuenta sin prisa alguna de una botella de vino medio vacia y mantenia la cabeza gacha, como si en el fondo quisiera pasar desapercibido. Mik alzo las cejas, sin dar credito. Debia tratarse de un error: a aquella hora intempestiva esperaba encontrarse con un servicial criado y, en cambio, era un caballero el que ahora habia engarzado su mirada con la suya y lo estudiaba con un rictus de seriedad demasiado impostado bajo su sombrero. No albergo duda alguna: el origen de ese tipo era noble y lo dilucido por sus ropas, por la rigidez a la que sometia a su espalda, pero, sobre todo, por la manera en que desentonaba en aquel tugurio. Estaba fuera de su ambiente y era tan obvio que, si perdia cuidado, pronto tendria problemas. Mik se sento frente al desconocido con recelo, pero intrigado por saber que asuntos queria tratar con un don nadie como el. -- Dispensa si no me quito el sombrero -- dijo hombre, tocandose el ala --, pero tengo motivos para conservarlo sobre mi cabeza. Mik sonrio, divertido. Su dentadura blanca contrasto al instante con su piel morena. -- ?Y cuales son dichos motivos, senor? Si no le importa que le pregunte... -- Dos, principalmente -- contesto, muy sereno --. El primero, que deseo minimizar el riesgo de ser reconocido. El segundo, que no pretendo tener deferencia para con un hombre de tu calana. Sin ofender --. Anadio, muy serio. Mik rio. Echo la cabeza hacia atras y expulso con fuerza el aire por la nariz. Despues, robo un trago a la botella que reposaba sobre la mesa. El liquido caliente se deslizo por su garganta y le revolvio las tripas. -- Hace falta mucho mas que palabras para ofenderme, senor, asi que pierda cuidado. Yo si que me descubrire la cabeza -- anuncio, tras despojarse de su sombrero y dejarlo descansando sobre la rodilla izquierda --. Al fin y al cabo, estoy ante un respetable miembro de la ilustre ciudad de Nueva Trada. El caballero le dedico una sonrisa ladeada que no duro mucho. Paso por alto el tono condescendiente de Mik y fue directo al grano. -- Supongo que te estaras preguntando por que estoy aqui cuando podria haber enviado a un intermediario en mi lugar... Mik coloco el codo en el respaldo de la silla y apoyo la espalda en la sucia madera. Estudio a aquel tipo, intrigado. Tenia la piel muy blanca y su barba bien recortada enmarcaba una boca de labios finos y dentadura pobre. -- Entiendo que estara a punto de desvelarme la incognita. -- En efecto. Veras, la cuestion es que si puedo encargarme yo mismo de un asunto tan delicado como este que nos trae entre manos, no lo dejare en las de otros. Es el unico modo de asegurarme de que todo saldra como es debido. Mik se fijo en sus unas bien cortadas, en sus dedos largos y finos. Estaba claro que aquel tipo nunca se habia ganado el pan con el sudor de su frente. Su interlocutor y el no podian ser mas distintos en cualquier aspecto en que se compararan. Alzo el menton y lo miro a los ojos. -- Le escucho. Antes de hablar, el desconocido aparto la vista. No acostumbraba a tratar a hombres como Mik de igual a igual. Probablemente, era la primera vez en su vida que un negro lo miraba directamente a los ojos. Y no le gustaba, pero tendria que soportarlo. O mas bien acostumbrarse: cada vez eran mas los esclavos que compraban su libertad. Los tiempos estaban cambiando y no para bien. -- Quiero que te encargues de un pequeno asunto que deseo encomendarte. Y te advierto de que, si no cuento con tu discrecion absoluta, habra consecuencias. Mi posicion en esta ciudad es privilegiada. Soy amigo personal del gobernador y me ha puesto al tanto de tu peculiar... situacion. Mik torcio el gesto y chasqueo la lengua: si venia de parte de Joaquin Ventura, el mandamas de Nueva Trada, sabia que tipo de tarea se disponia a encomendarle el caballero: una sucia, en la que se mancharia las manos de mierda o de sangre. Probablemente de ambas. Se encogio de hombros, dispuesto a seguir con la conversacion como si trataran asuntos mas mundanos. -- Creo que ha quedado sobradamente demostrada mi capacidad para desempenar todo tipo de encargos con eficacia y sin levantar sospechas -- expuso Mik --. Mi reputacion me procede. -- !Desde luego, eso no lo pongo en duda! Estoy ante el mejor asesino de la ciudad -- dijo, bajando la voz --. Por no hablar de tu habilidad creando toda clase de pocimas y unguentos. !Tu eficacia es legendaria! -- rio sin ganas y se inclino ligeramente hacia el --. No estoy aqui para cuestionar tus sanguinarios metodos, Rogers, al contrario. Lo que deseo es que los utilices en mi beneficio, pero antes quiero acotar los terminos bajo los cuales cumpliras mis ordenes. Deberas seguirlas a rajatabla para no dejar margen de error. La improvisacion es enemiga del exito. El caballero sudaba copiosamente bajo sus delicados ropajes. Sendos cercos de sudor se expandian bajo las axilas oscureciendo la tela y una pelicula brillante perlaba su frente haciendola brillar. En cambio, Mik resistia con bastante entereza los envites del clima. Ventajas de provenir del continente africano. -- ?A quien desea que borre del mapa? -- pregunto Mik, repentinamente cansado de tanto rodeo --. ?A un rival en los negocios? ?A un viejo enemigo? ?Al amante de su esposa, tal vez? Rio su ocurrencia, pero el caballero lo escrutaba con aires de suficiencia y el gesto bien serio. No volvio a tocar la botella, aunque la miro de pronto como si necesitara desesperadamente un trago. -- En tu ultima suposicion no ibas muy desencaminado -- admitio, muy a su pesar --. En este caso, el amante soy yo. Quiero casarme en segundas nupcias, pero para ello, primero debo enviudar y por ende, mi esposa debe morir. Mik lo miro durante un buen rato con la boca cerrada a cal y canto. Se paso la mano por la mejilla y se rasco la cabeza, que lucia afeitada para evitar la molesta invasion de piojos y otros parasitos. -- Lo que me esta pidiendo es del todo imposible, senor -- le informo con solemnidad -- . No asesino a mujeres ni a ninos. Siento comunicarle que no soy su hombre. Busquese a otro. Se levanto con parsimonia y se coloco el sombrero en la cabeza. Murmuro una despedida. La voz del caballero lo detuvo cuando ya le daba la espalda. -- ?Un asesino con escrupulos? !No puedo creerlo! Mik no se giro. Efectivamente, aun no habia perdido toda la rectitud que quedaba en el, aquella que Samuel Rogers le inculco. Dio un paso mas en direccion a la salida, deseando que el aire torrido de la calle le golpeara en la cara para asi, al menos, sentir algo. -- !No puedes negarte, escoria! No estas en condiciones de rechazar mi peticion. Tienes contraida una deuda con esta ciudad y con nuestro gobernador. ?O acaso lo has olvidado? Mik se detuvo y cerro los ojos. Gruno. Solto un improperio en alguna lengua desconocida y se sento de nuevo a la mesa. Su humor se habia agriado y ni siquiera hizo el mero intento de disimularlo. -- ?Por que? -- No estas en disposicion de negociar, ni de hacer preguntas, Rogers. Mik se trago su orgullo acompanado por una buena dosis del vino barato que tenia frente a el. -- No me malinterprete, senor, se lo ruego. No es menester mio juzgarlo. Eso queda entre usted y Dios -- expuso con la solemnidad de un parroco encerrado en un confesionario --. Supongo que estara al corriente de que existen alternativas para hombres como usted. Seguro que halla un metodo efectivo para disfrutar de los placeres que su... amante pueda proporcionarle sin poner en riesgo la integridad de nadie. Muchos caballeros siguen este precepto y son plenamente felices. Incluso cuentan con la bendicion de su esposa. El tipo rio. Alzo la cabeza y le dedico una mirada furibunda por encima del ala de su sombrero. -- Es usted muy temerario, Rogers. De ser otras las circunstancias, no le quepa la menor duda: mandaria que lo azotaran hasta verlo desangrarse y nada me complaceria mas que esa vision. Sin embargo, no soy la clase de bestia inhumana que cree que soy. No pretendo deshacerme de mi esposa por capricho. Mi matrimonio fue una farsa desde el inicio. Nos unimos por interes mutuo de nuestras familias y nunca desarrollamos sentimientos de afecto el uno por el otro. Al contrario, detesto a esa vaca esteril que no ha sido capaz de cumplir con su unica obligacion: traer a mi heredero al mundo. Y, tras una decada, senor Rogers, comprendera que ya no albergo absolutamente ningun tipo de esperanza. Ese feliz acontecimiento no va a suceder: no me dara descendencia. Por ello, me veo en la obligacion de sustituir a mi amada esposa por otra mas... competente. Y mas joven. He ahi la razon de hallarme frente a usted. Por eso requiero de sus... servicios. Mik exhalo un suspiro y lo taladro con la mirada. -- ?Y no ha considerado el divorcio? El caballero enfurecio. Una sombra negra planeo sobre sus ojos. -- !No digas sandeces! -- Grito, provocando que un par de miradas se posara sobre ellos. Percatandose de ello, bajo la cabeza y la voz --. !Eso es pecado! !Una blasfemia propia de la gente barbara del norte! Y aunque fuese legal en Nueva Trada, sin mi, mi esposa no es nada. !No es nadie! Creeme, ella opinaria lo mismo: estara mejor bajo tierra que deshonrada y condenada al ostracismo de la alta sociedad. Mik entorno los ojos y puso las palmas de sus manos encima de la mesa. -- Lo lamento mucho senor, pero creo que su problema tiene mejores soluciones que esa... -- Si no eres tu, Rogers, !otro se encargara! --. Le interrumpio el tipo, perdiendo la poca paciencia que le quedaba --. Hare que te ejecuten en la horca. A ti y a los tuyos, a los que quedan. Solo tengo que mover un dedo y el peso de la justicia caera sobre tu tripulacion por entero. !Piensalo bien, necio! Dio un punetazo en la mesa que delato su nerviosismo. La botella vibro durante un efimero instante. Mik trago saliva y bajo la mirada. Reflexiono acerca de su situacion y de sus opciones. El caballero, por muy poco que mereciera tal apelativo, estaba en lo cierto: no tenia mas alternativa que aceptar. Cargaria en el foso de su conciencia con otra vida que iba a sesgar por encargo, por no hablar de todas las que arrebato en alta mar, con Samuel Rogers y despues, como capitan del Servus. Aquellos tiempos quedaban bien lejos. Otros mas oscuros eran los que le estaba tocando vivir. Mandaria al cielo otra alma para que la suya fuese directa al purgatorio. Y esta vez, se trataria de una mujer inocente cuyo unico pecado era no haber parido hijos. !No podria hacerlo! Se imagino a si mismo empunando su daga pero no hundiendola en la carne de aquella dama. Aunque no la mirara una sola vez a los ojos para leer en ellos como pedia misericordia, sabia que no seria capaz de infligirle dano alguno. Se conocia mejor que nadie. Era un hombre cauto, pese a la vida que llevaba. Pensaba detenidamente las consecuencias de sus actos. Nunca se precipitaba antes de actuar. Samuel le enseno a ser mas astuto, mas rapido, mas fuerte y mas valeroso que ningun otro. Solo asi habian sobrevivido ambos en aquel mundo gobernado por hombres blancos. Por eso, cuando una idea cruzo su mente, fue tal el cambio que acusaron sus facciones que el caballero se puso en alerta, mas no dijo nada. -- Esta bien, senor -- concedio Mik --. Lo hare. Digame como se llama su esposa, donde y cuando. El como, me lo reservo para mi. El caballero sonrio. Los ojos le brillaban. Una gota de sudor descendio por su sien hasta aterrizar sobre la mesa. Mik lo miro con desagrado. Quiza Dios o la naturaleza no deseaban que aquel sujeto se reprodujese. De inmediato compadecio a su esposa, a pesar de que no fuese buena idea empatizar con una futura victima. El desconocido ni siquiera se percato de las tribulaciones del antiguo pirata. Estaba demasiado ocupado celebrando su triunfo por anticipado. No veia el momento de regresar con su amante y yacer con ella en pecado por ultima vez. Pronto la convertiria en su esposa mientras fingia llorar a la anterior. Se inclino sobre la mesa y coloco la mano en torno a su boca: -- Escucha atento y no pierdas detalle -- repuso con voz grave --. Manana, emboscaras el carruaje en el que Elvira regresa a casa. Al anochecer. * Dona Elvira de Diego se enjuago el sudor de su frente con un suave panuelo de seda. Lo empapo tras restregarlo tambien por la cara y por el cuello hasta que la tela se torno translucida. Volvio a guardarselo en las profundidades de su generoso escote. Resoplo, maldiciendo para sus adentros el calor tan insoportable que hacia dentro del carruaje. No veia la hora de regresar a casa, asearse y meterse en la cama. Habia sido un dia agotador. La visita a su prima lejana, Angustias, no se desarrollo todo lo bien que esperaba. Angustias la recibio con animos destemplados pese a que fue ella quien insistio, misiva tras misiva, en que debian verse de inmediato. Ambas tenian la misma edad. Se habian criado juntas, casi como hermanas. Sin embargo, su relacion nunca fue buena. Llevaban cinco anos sin verse cuando a Angustias le entro apremio por citar a su prima en su lujosa mansion, ubicada a las afueras de Nueva Trada. En seguida Elvira comprendio que las prisas de Angustias obedecian a un unico proposito: el deseo de restregarle la felicidad que experimentaba por la cara. Contaba con un esposo carinoso y atento, cuatro hijos maravillosos que gozaban de buena salud, unas amistades solidas y unos excelentes contactos que la convertian en una de las damas mas populares de la ciudad. Por si esto fuera poco, acababa de adquirir una lujosa mansion equipada con los ultimos adelantos modernos de tres plantas y catorce habitaciones. Su afianzada posicion dentro de la alta sociedad nuevatradense era ya un hecho consolidado. Angustias recibio a Elvira en su salon de te. Proyectaba seguridad y confianza en si misma, nada que ver con esa chiquilla vacilante que diez anos atras era un alma en pena. Sus lamentos se debian a que ningun hombre la pretendia, ninguna propuesta de matrimonio llegaba. La envidia la corroia al ver como su prima Elvira se prometia con uno de los mejores partidos de la ciudad: Leopoldo de Diego. Habia llovido mucho desde entonces. Las tornas giraron tanto que se terminaron invirtiendo. La tirria de Angustias hacia su prima se habia transformado en una superficial lastima tenida de fingida compasion. Durante varias horas, frente a una taza de te que se habia quedado frio, Elvira tuvo que aguantar los comentarios hirientes y las sarcasticas burlas de su prima, que no paraba de jactarse de su larga racha de buena suerte. Era, precisamente, de lo que carecia Elvira en aquellos momentos, pero aguanto la tempestad con estoicismo y clase. Siempre con una sonrisa permanente en sus labios. Porque ante todo, si algo caracterizaba a dona Elvira de Diego era, precisamente, la clase que tenia. Y asi lo demostraba cada vez que tenia ocasion: llevaba el orgullo adherido a su persona como una suerte de segunda piel. Ni Angustias ni nadie la veria flaquear jamas, aunque Elvira sintiera que su vida se estaba desmoronando sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El camino estaba plagado de baches. La senora De Diego se agarro con firmeza a su asiento y respiro agitadamente. Apoyo los pies con firmeza en el suelo para evitar caer hacia delante. El cochero restallo el latigo con el que azuzaba a los caballos. Debia darse prisa. Estaba a punto de anochecer y la oscuridad propiciaba que bandidos y pistoleros campasen a sus anchas por los desolados caminos, desamparados ante la ausencia de luz. Un repentino mareo invadio a Elvira. No solo lo causaba aquel maldito y accidentado viaje, sino el tercer trozo de pastel que habia engullido en casa de su prima Angustias. Demasiado dulce para pasar aquel amargo trago. No le habia caido bien en el estomago y ahora pagaba las consecuencias de su gula. Cerro los ojos y sintio la desagradable sensacion que acompana a una repentina arcada. Dio dos golpes secos en la pared del carruaje. El cochero no se detuvo. Lo intento otra vez, ya sin paciencia. Se hizo dano en los nudillos al aplicar en el proceso todas las fuerzas que le quedaban. Por fin, el vehiculo paro a un lado del camino. Elvira abrio la puerta y descendio apresurada. Su sudor era frio, lo percibio en cuanto se levanto una leve brisa. Con la mano izquierda se tapaba su boca. Con la derecha, se tocaba el vientre. Ese vientre que era yermo, esteril. Se acurruco tras un arbol, se agacho y vertio la merienda sobre unas hierbas procurando no hacer demasiado ruido mientras regurgitaba. Desde su posicion, el cochero seguro estaria escuchando los estertores que la garganta de Elvira emitia. Eran tan poco dignos de una distinguida dama que un repentino arranque de verguenza la invadio. Se le pusieron rojas las mejillas otorgando algo de color a su tez palida y empanada. Un pensamiento esperanzador broto de las profundidades de su mente. ?Y si estaba encinta? Desecho la idea de inmediato, torturandose por albergar ilusiones huecas. Era fisicamente imposible. Leopoldo llevaba sin yacer con ella meses. El fracaso de su matrimonio se comportaba como un viejo fantasma que de vez en cuando acudia a ella para atormentarla. Elvira se incorporo y, con el mismo panuelo que antes, limpio sus labios. Una solitaria lagrima salio despedida de uno de sus ojos azules. No se molesto en secarla. Achaco su presencia al hecho de que se encontraba mal del estomago, y no a la tristeza que se empenaba en invadirla. Apoyo su mano en el tronco del arbol que tenia al lado. Se sereno contemplando el horizonte anaranjado. Consiguio respirar con normalidad al fijar la vista en esos ultimos rayos de sol que se perdian lejanos, oblicuos, moribundos, a punto de ser tragados por la oscuridad. Sin previo aviso, un brazo le rodeo la cintura con fuerza. Una mano le tapo la boca. La punta de una daga rozo su yugular. Elvira se olvido de tomar aire. Estaba paralizada y no solo debido al miedo. Hacia mucho tiempo que no sentia el calor de otro cuerpo cera del suyo, el cuerpo de un hombre. Percibio un aroma varonil invadiendo sus fosas nasales que, en otras circunstancias, le hubiese suscitado cierto agrado. Sin embargo, en el contexto de un asalto esta informacion paso desapercibida y el terror se manifesto sin tapujos. Las rodillas le temblaron. La garganta se le cerro. Ni siquiera el grito que habia dejado a medias termino de salir. Aquel era su fin. El fin de Dona Elvira de Diego, ilustre senora de Nueva Trada. -- No se mueva o la matare -- susurro una voz ronca a su oido. El acento delataba que se trataba de un extranjero. Un proscrito, tal vez. Elvira descendio la mirada y, bajo la luz del crepusculo, estupefacta, descubrio que la mano que le tapaba la boca pertenecia a un hombre de piel oscura. Un mestizo, quiza algo peor. Se pregunto que querria aquel malnacido de ella. Dinero. Joyas. Un rescate. Deshonrarla, en el peor de los casos, mancillando su cuerpo sin remedio. Entonces su esposo la repudiaria para siempre y de manera definitiva. Aquel seria para Elvira un fin peor que la muerte. El corazon le latia tan rapido que creyo estar a punto de abandonar este mundo. Recupero su voz tan solo para emitir un leve quejido. Ni siquiera en esas circunstancias era capaz de imponerse, de luchar por su vida. Reprocho internamente su propia pasividad, su cobardia. Aquel fue el ultimo pensamiento racional que tuvo antes de desmayarse de puro espanto, de autentico pavor.

  • El futuro tiene tu nombre de Brenna Watson

    https://gigalibros.com/el-futuro-tiene-tu-nombre.html

    ?Y si tu marido fuese tu peor enemigo? ?Y si ni siquiera su muerte te librara de el?

  • Mater familias de Lindsey Davis

    https://gigalibros.com/mater-familias.html

    Celebrar una subasta en julio es un craso error. ?Quien queda en Roma entonces? Los que pueden escapar han huido ya a sus retiros campestres en regiones mas frescas de Italia. Los demas yacen en su lecho de muerte o se han quedado aqui para esquivar a sus parientes. Es inutil intentarlo. A todo el mundo se le pega la tunica al cuerpo; el sudor resbala por los cuellos grasientos. A los mozos de cuerda se les caen las cosas y se marchan resoplando con fastidio. Los vendedores vacilan y los compradores no cumplen. Los rotulos se pierden. Los pagos, idem. Los perros pululan y ahuyentan a los compradores. Mas tarde, alguien senala que no se llego a colgar ningun anuncio de la subasta en el Foro. Los subastadores de la competencia no se molestan en regodearse por tus pobres ingresos: hace demasiado calor. Mi padre posee una casa de subastas y en plena canicula se refugia en su villa junto al mar. Sus empleados mantienen el negocio familiar renqueando. Siempre es una epoca tranquila. No cambio nada en el ano de los consules Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino, salvo que antes de una venta en julio, nuestros empleados hallaron un cadaver. * * * Me encontraba en Roma. Habia estado en la costa, obligada por mi madre, <>, decia ella, durante una enfermedad que estuvo a punto de matarme. Ella me llevo a la finca familiar, al sur de Ostia. Despues de tres semanas de agobiantes cuidados, estaba impaciente por regresar. Un amigo me habia encontrado medio muerta en mi vivienda de Roma y amablemente me habia salvado la vida, de modo que queria agradecerselo, y me parecio que ya me hallaba lo bastante recuperada para la vida urbana. A lo mejor estas pensando que ese amigo y yo eramos amantes. Pues te equivocas. Habia un dia de viaje hasta Roma por la Via Ostiense. Lo hice en un carro destartalado y fue agotador. Entre en mi silenciosa y sofocante vivienda del Aventino sintiendome demasiado debil. Guarde cama dos dias, alimentandome de una cesta de exquisiteces enviada por mi madre. Sola y triste, comia con deleite recostada en los cojines, convaleciente. No tenia apetito, pero en otro tiempo habia vivido en la calle pasando hambre. Detestaba desaprovechar comida. En poco tiempo habia lamido hasta el ultimo plato de ensalada de aspic. Tendria que valerme por mi misma, o volver con mis padres arrastrandome ignominiosamente. Ni hablar. Aun asi, los quiero. Me adoptaron cuando era una adolescente desesperada e infestada de piojos, una adolescente dificil a la que trataron con lealtad y afecto, cuando otros no quisieron saber nada de mi. Habian convertido un alma perdida de la lejana Britania en una hija romana bastante normalita. Ahora era una viuda independiente de veintinueve anos, pero aun asi habia tenido que lloriquear y protestar para que me dejaran regresar a Roma, montando una pataleta igual que mis hermanas pequenas cuando querian sandalias nuevas. <>, habian exclamado mis padres burlonamente. Asi que ahora tenia que atenerme a mi afirmacion de que ya estaba bien. Consegui ponerme una tunica con esfuerzo. Baje lentamente por un tramo de escalera exterior hasta una galeria. Esta estructura medio podrida, que llaman escalera de incendios, era inaccesible para la mayoria de inquilinos. Discurria alrededor del vacio patio interior, una vieja lavanderia ahora abandonada. Vivia en el edificio del Aguila, en la plaza de la Fuente: una de las numerosas casas de viviendas oscuras, desvencijadas y apestosas donde los romanos pobres y miserables, la mayoria, soportamos lo que pasa por ser vida. El edificio estaba dividido en un monton de viviendas deficientes y era proclive a despedir olores nauseabundos. Lamento decir que pertenecia a mi padre, lo que no anadia lustre a su reputacion, que ya era bastante mala por su trabajo de investigador privado. A la gente le asombraba que tuviera suficiente dinero para poseer un edificio, pero parecian entenderlo cuando se enteraban de que tambien era subastador, profesion que se relaciona con la riqueza. Yo tambien era investigadora. La opinion publica era aun mas dura conmigo, porque una mujer respetable debe quedarse en su casa todo el dia. Deberia estar tejiendo en mi telar en un refinado atrio, o pegando a mi joven esclava o fornicando con un porteador de literas en lugar de mi marido. Que tonteria. <> era una palabra obscena para mi madre, mis hermanas y yo. Tampoco poseia ninguna joven esclava, y hacia diez anos que mi marido habia muerto. Yo trabajaba, aunque no lo pareciera en ese momento. * * * Descendi por la empinada escalera, deteniendome cada poco. Siempre era conveniente andarse con cuidado en aquel edificio por si una parte se derrumbaba. ?Quien quiere una espalda rota y el pelo estropeado? Me estaba probando a mi misma. Si me sentia debil, tenia una habitacion junto a la galeria del primer piso, donde podia tumbarme en un viejo divan para recobrar fuerzas. Tambien podia gritar hasta quedarme ronca, lo que quizas haria aparecer a Rodan, el portero del edificio. Si le daba instrucciones claras y algo de calderilla, iria en busca de ayuda. No fue necesario. Logre llegar a la galeria. Me sentia mejor de lo que esperaba. La gelatinosa ensalada de aspic tiene muchas bondades. Por muy molesta que estuviera Helena Justina por mi marcha, sabia como dejarme claro que seguia necesitando una madre. Yo era la mas alocada de sus cuatro testarudos hijos, pero no iba a permitir que me esfumara. Me apoye en lo que pasaba por barandilla, descargando el peso con cautela. Un liquen especialmente desagradable indicaba las zonas podridas. Si se tocaba, la mano se manchaba de un limo gris verduzco. Su textura era aun peor que los excrementos de paloma, de los que tambien habia en abundancia. Por una vez, Rodan estaba a la vista. Era un antiguo gladiador, pero sus cicatrices se debian a cobrar alquileres entre pobres violentos mas que a sus luchas en la arena. El viejo, una bola de grasa, estaba en el porche discutiendo, su reaccion habitual a cualquier peticion. Su interlocutor era un recadero al que reconoci de la casa de subastas de mi padre. Los observe. Los mensajeros en Roma estan acostumbrados a las discusiones, pero Ciro, permanecia en silencio, dejando que la inutil agresividad de Rodan le resbalara. Si Ciro habia venido de la Saepta Julia, donde estaba la oficina, la caminata habia sido larga y coronada por una empinada ascension al Aventino. Se estaba tomando un respiro por si tenia que dar media vuelta y regresar sin cumplir con su mision. La pulcritud del mensajero contrastaba con la fea cabeza afeitada de Rodan y las manchas de sudor de su andrajosa tunica. Ciro tenia cuarenta y tantos anos, el pelo corto, calzaba sandalias con cordones y vestia una tunica blanca, floja por el calor pero no sucia. Era delgado, pero no por pasar hambre. Mi padre aun recordaba lo que significaba la pobreza, asi que era un patron justo. Tampoco machacaba a sus empleados con palizas asiduas, al contrario que muchos otros en nuestra ciudad supuestamente civilizada. Rodan tambien era un empleado de mi padre, pero era un caso perdido. Llame a Ciro. Al verme, Rodan se metio en su apestoso cubiculo. Ciro cruzo el patio y alzo la mirada hacia el primer piso, donde estaba yo. Mareada aun, intentaba no tambalearme. --!Flavia Albia! Nos habian dicho que estabas en casa. --Parecia aliviado de haberme encontrado--. ?Sabes si tu padre vendra pronto a la ciudad? --Lo siento, Ciro, estamos en julio. Falco sale en un bote cada dia, con una mano pegada a una cana de pescar y la otra a una calabaza llena de vino. --?Pican los peces? --No; simplemente esta alli con un absurdo sombrero, sumido en ensonaciones. Pero de vez en cuando desembarca con una estatua muy hermosa que asegura haber encontrado flotando en la corriente... Esta emulando a su propio padre. --A menudo mi abuelo volvia a casa remando despues de pasar el dia en el agua, con un pequeno esquife a remolque lleno de esplendidas obras de arte griegas <>. Que estupenda forma de evitar los aranceles de importacion para un subastador. Con los ojos muy abiertos y absoluta desfachatez, Gemino podia hacer que la historia sonara casi creible. El personal de la casa de subastas sabia que mi padre me otorgaba la autoridad para actuar en su nombre, de modo que le ofreci mi colaboracion. --Ciro, tendras que conformarte conmigo. ?En que puedo ayudarte? El se encogio de hombros. --Oh, nada que no podamos solucionar nosotros, pero el capataz de los mozos ha pensado que debiamos decirselo al patron. Resulta que estan preparando la venta de los Calixto. Uno de los muchachos levanto la tapa de un cofre grande..., y se encontro con un cadaver acurrucado en su interior. Eso me revivio. Le dije que llamara a una silla de manos y que lo acompanaria. II La mejor manera de soportar un trayecto en silla de manos es cerrar los ojos, aferrarse a una parte que no este demasiado astillada y meditar sobre el significado de la vida. Por lo general evito la filosofia, pero necesitaba apartar mis pensamientos de los porteadores que me llevaban dando tumbos. Corrian cuesta abajo por el escarpado Aventino, que tiene malas calzadas y la pendiente de una hipotenusa, haciendome temer lo peor. ?Que es esto? ?Una mujer que habla de hipotenusas? Bueno, cuando Falco y Helena me adoptaron, me dieron una educacion de lo mas generosa, que yo absorbi como si fuera un nuevo manjar. La devore hasta que supe mas que la mayoria de mujeres y tambien muchos hombres. Consulto textos como si tal cosa y escribo mis propias notas; cuando quiero alardear, las escribo en griego. A veces incluso con los acentos correspondientes. Otra cuestion es que Apolonio, el camarero jefe del Astrologo, nuestra pesima fonda local, habia ensenado geometria. Desde que le habian obligado a abandonar la ensenanza anos atras, habia servido grandes cantidades de adulterado vino de Falerno en la taberna de mi tia, esperando a que mejoraran las circunstancias para poder abrir una nueva escuela a pie de calle. Bajo el reinado del actual emperador, Domiciano, eso no iba a ocurrir. La gente no malgasta dinero en educacion para sus hijos cuando un tirano puede hacerlos ejecutar en cuanto se hagan mayores. Intenta disertar sobre Euclides con el carcelero en una celda para condenados a muerte: el muy estupido te azotara hasta que apenas puedas ir tambaleandote hasta los leones. De modo que, gracias a mis padres y a un camarero, llegue colina abajo y hasta el Campo de Marte meditando sobre triangulos. Por lo demas, rogue que no aparecieran perros callejeros y los porteadores me dejaran caer. O echaran a correr. Eso seria peor. Como sea, me transportaron sana y salva hasta la Saepta Julia, una elegante casa de cambio de dos plantas con galerias, en la que mi padre, como su padre antes que el, tenian alquilado un almacen para sus antiguedades mas valiosas. Arriba tambien tenian una oficina donde amontonaban toda la basura que no podian vender, un lote de cosas horrorosas a las que estupidamente les habian tomado carino. Era uno de esos edificios grandiosos tan propios de Roma. Nuevo aun, combinaba su coste desorbitado con la belleza y la funcionalidad, si es que alguien recordaba su funcion original. Habia sido un centro de votacion, pero los emperadores no podian arriesgarse a aceptar la democracia, asi que ya no se celebraban autenticas elecciones. En lugar de votar, ahora los hombres acudian alli para dejarse ver, y tambien a comprar joyas para sus amantes a fin de que estas se pavonearan. Aunque ya no era necesaria para fines politicos, Domiciano habia costeado una lujosa reconstruccion de la Saepta despues de que un gran incendio arrasara la zona durante el reinado de su hermano Tito. Tito apenas habia durado un par de anos. Algunos creian que era cosa de Domiciano. En mi familia no deciamos nada porque insultar a Domiciano equivalia a un suicidio. El decia que era un dios, asi que todos nos habiamos vuelto profundamente religiosos. Con suerte, los autenticos dioses o algun humano furioso se encargarian del monstruo que nos gobernaba. Los adivinos charlatanes que profetizaban cuando moriria Domiciano proliferaban tanto como los vendedores de ajos. En ocasiones, el adivino era lo bastante bueno como para verlas venir, y se las piraba. Pero en general Domiciano acababa enviandolos a la muerte... junto con muchas otras personas, un par de las cuales probablemente habian conspirado para asesinarlo. Alguien acabaria por realizar la hazana. En el aire se olia a complot. * * * Ciro me condujo a la oficina, donde me deje caer en un trono de piedra que llevaba tantos anos en la casa de subastas que nadie queria venderlo, ni siquiera cuando algun idiota con infulas monarquicas ofrecia dinero en efectivo y su propio transporte. El trono era uno de los muchos articulos que habia rescatado del fuego mi primo Gayo, quien, al iniciarse el incendio, primero habia sacado todas las existencias y solo despues habia regresado a la Saepta para salvar vidas. Habia perdido la suya al derrumbarse el amplio tejado de madera de cedro. Yo apreciaba a Gayo. Despues de su heroico deceso, lo cierto era que ya no me gustaba ir alli. Ese dia mi intranquilidad duro poco. En cuanto me sente, el capataz de los mozos, Gornia, me informo de que el cadaver estaba, en realidad, en el portico de Pompeyo. Alli era donde se iba a celebrar la subasta de Calixto. Yo habia pasado por delante de camino a la Saepta. Los romanos se distinguen tambien por hacerte perder el tiempo. No es mi estilo. Yo soy agil y organizada. Ahorro energia. Por los dioses, sobre todo cuando aun estoy recuperandome de una virulenta disenteria. Sin embargo, se que no debo mostrarme impaciente, porque con esta gente irritante solo se consigue empeorar las cosas. Mi silla de manos se habia ido, asi que les pedi que me consiguieran otra. El portico quedaba a la vuelta de la esquina, caminando un corto trecho, motivo por el que la familia Didio lo preferia para las subastas, pero yo me sentia molida. Los empleados sabian que habia estado muy enferma, hecho que habia provocado una tormenta familiar. Asi pues, Gornia, que esos dias tenia tambien el aspecto apergaminado de un espectro del inframundo, dijo que llamaria a nuestro carretero Felix y su mula Coces; ellos me llevarian al monumento de Pompeyo en su carreta de reparto. Acepte. A Felix nunca le habia caido bien, pero era un buen carretero. Y Coces era un primor. En Roma, la mayor parte del transporte rodado esta prohibido durante el dia. Felix llevaba siempre un tablon y unos cubos sucios en la carreta para parecer un albanil, pues estos tienen permiso. * * * Felix sabia que yo tenia prisa, asi que callejeo tranquilamente como un guia turistico. En lugar de doblar la esquina y recorrer el corto trecho, dio un amplio rodeo por el Panteon y las Termas de Agripa. El gentio que suele pulular por alli nos entorpecia una y otra vez, obligandonos a ir a paso de tortuga. Por fin llegamos al teatro de Pompeyo, que se encuentra en el extremo opuesto del enorme y bullicioso complejo, y luego avanzamos despacio pegados a uno de los laterales hasta que al final me dejo frente a una entrada, practicamente en el mismo sitio del que habiamos partido. !Gracias, Felix! El monumento a Pompeyo tambien lo habia reconstruido Domiciano tras el incendio. Todo nuevo gobernante debe meterle mano a la ciudad segun su gusto y poner su nombre en grandes inscripciones. Si quiere parecer aun mas benevolente, gasta su propio dinero en nuevos proyectos, o afirma hacerlo. Imagino que en el erario publico hay funcionarios que conocen la verdad. El portico tenia su esplendido anfiteatro de piedra en un extremo, bajo el alto templo dedicado a Venus Victoriosa; detras se extendia un vasto jardin rodeado por un peristilo, por donde paseaba la gente a la sombra de los platanos, y, como todo el mundo sabe, unas grandes letrinas publicas en el lugar mancillado por el asesinato de Julio Cesar cuando se dirigia a una sesion del Senado. Para la mentalidad romana (bueno, la mentalidad cerril del emperador Augusto), el lugar del crimen era demasiado horrible para que pudiera usarse de nuevo como curia. Se conmemoraba asi a Bruto y Casio, hasta donde era legal recordarlos, con unas buenas letrinas. Mi padre, republicano hasta la medula, mascullaba a veces que la gente deberia recordar que no solo habian sido Bruto y Casio quienes habian apunalado valientemente a Cesar, sino tambien otros sesenta senadores opuestos a la dictadura, a los que, sin embargo, se habia olvidado. Teniamos que hacerlo callar. Cualquier espia podia denunciarlo a Domiciano por hablar de dagas. Los usuarios de las letrinas podian contemplar el amplio jardin rodeado de bonitas columnas. En un extremo habia una galeria de estatuas griegas tras esplendidas cortinas de brocado de oro. Se trataba de uno de los pocos lugares donde las mujeres podian pasearse en publico solas. Y asi, los hombres podian echar una relajante meada y luego observar a las mujeres que contemplaban las desnudas estatuas griegas y sacaban ideas. No era extrano que el portico de Pompeyo fuera tan popular. A los romanos les encantaba acudir alli y pasear por el peristilo. Ademas de la galeria de arte, habia tiendas para explorar. Las zonas abiertas se utilizaban para reuniones publicas, incluyendo subastas. Mi abuelo preferia el portico para sus ventas: segun el, no tenia nada que ver con el hecho de que fuera un legendario mujeriego. Mi padre, hombre felizmente casado, perpetuo la practica porque el portico se encontraba a una comoda distancia de la Saepta Julia. Que yo supiera, jamas habia aparecido un cadaver mientras se preparaba un catalogo de articulos. Me alegre al ver que el cofre se encontraba al aire libre. Era grande, rectangular y reforzado, del tipo que tienen los ricos en casa para guardar sus enseres de valor. Los mas presuntuosos lo colocan en el atrio, a fin de impresionar a las visitas en cuanto entran en la casa. Nuestros empleados holgazaneaban a la sombra entre arbustos ornamentales, algunos comiendo panecillos rellenos. No son faciles de intimidar, pero me fije en que todos se mantenian alejados del cofre. Lo habian cubierto con una gruesa tela que se parecia sospechosamente a las esplendidas cortinas doradas de la galeria de arte. Lo habian hecho para mitigar el efecto del sol sobre el cuerpo en descomposicion, pero en cuanto me vieron llegar apartaron la tela. Era una pieza con imponentes herrajes que se sostenia sobre cuatro recias patas. Los cierres parecian muy resistentes. Me pregunte por que querria alguien venderlo, a menos que estuviera en la ruina, y no era eso lo que habia oido sobre los Calixto, hombres de negocios muy conocidos. Entonces observe que las partes de madera mostraban huellas de haber sido danadas por el fuego. El personal me ofrecio mostrarme el cadaver. Aunque yo no habia expresado queja alguna por haberlos encontrado comiendo en horario de trabajo, repare en que guardaban sus viandas y adivine lo que ocurria. Lo que aguardaba en el cofre era repugnante; habian apostado a que vomitaria. Bueno, eso me sirvio de aviso. Con una sena indique que levantaran la tapa, al tiempo que me armaba de valor. Mire el interior, vi todo lo que necesitaba ver, oli el espantoso hedor y luego hice gestos perentorios. El mozo cerro la tapa de un golpe y retrocedio rapidamente entre arcadas. Yo reprimi un grito, logrando a duras penas conservar una postura digna. Un ataque agudo de disenteria constituye un buen entrenamiento para el autodominio.

  • El arte de ser normal de Lisa Williamson

    https://gigalibros.com/el-arte-de-ser-normal.html

    Los invitados a mi fiesta estan cantando el Cumpleanos feliz. No suena muy bien. Mi hermana pequena, Livvy, apenas canta. Con solo once anos ya ha decidido que las fiestas de cumpleanos familiares son tragicamente vergonzosas, y deja que mama y papa continuen con el resto de la cancion. La aguda voz soprano de mama choca con el desafinado bajo de papa. Suena tan mal que Phil, nuestro perro, sale de su cesta y se escabulle a mitad de la actuacion algo asqueado. No lo culpo; todo es algo deprimente. Hasta los globos azules que mi padre ha estado hinchando toda la manana se ven palidos y tristes, especialmente los que tienen escrito con rotulador negro: <>. Ni siquiera estoy seguro de que todo este espectaculo que se esta desarrollando delante de mi pueda clasificarse como una fiesta. --!Pide un deseo! --me dice mi madre. Tiene la tarta inclinada para que no me de cuenta de que esta algo torcida. Pone <> en letras de glaseado rojo como la sangre. El <> de <> esta muy apretujado; seguramente se quedo sin espacio. Catorce velitas azules forman un circulo alrededor del borde de la tarta y gotean cera encima de la cobertura de crema. --!Date prisa! --me dice Livvy. Pero no dejare que me den prisa. Quiero hacer esta parte como toca. Me inclino hacia delante, me coloco el pelo detras de las orejas y cierro los ojos. Intento bloquear los chillidos de Livvy y las lisonjas de mi madre e ignorar a papa, que no deja de trastear con los ajustes de la camara, y de repente todos los sonidos parecen amortiguados y lejanos, como cuando sumerges la cabeza debajo del agua en la banera. Espero unos segundos antes de abrir los ojos y soplar todas las velas de un tiron. Todos aplauden. Mi padre abre un lanzador de confeti manual, pero ni siquiera se dispara, y cuando saca otro del paquete, mama ha abierto las cortinas y ha comenzado a quitar las velas de la tarta, y el momento ya ha pasado. --?Cual ha sido tu deseo? !Me apuesto lo que quieras a que ha sido algo estupido! --exclama Livvy de manera acusadora, enroscandose uno de sus rizos castanos con el dedo corazon. --No te lo puede decir, tontita, o no se cumplira --dice mama, llevandose la tarta a la cocina para cortarla. --Si --corroboro yo, sacandole la lengua a Livvy. Ella enseguida me saca la lengua a mi. --?Donde estan tus dos amigos? --me pregunta, poniendo enfasis en la palabra <>. --Ya te lo he dicho: Felix esta en Florida y Essie en el balneario Leamington. --Que lastima --dice Livvy con cero simpatia--. Papa, ?cuanta gente vino cuando celebre mis once anos? --Cuarenta y cinco. Todos con patines. Una absoluta carniceria --balbucea papa con tono serio, a la vez que saca la tarjeta de memoria de la camara y la introduce en la ranura de su portatil. En la primera foto que aparece en la pantalla salgo yo, sentado a la cabecera de la mesa con una chapa enorme que dice <> y un gorro puntiagudo de cartulina. Tengo los ojos semicerrados y la frente me brilla. --Papa --gimo--. ?Tienes que hacer eso ahora? --Solo corrijo los ojos rojos antes de enviarselas por correo electronico a tu abuela --dice, haciendo clic con el raton--. Esta destrozada por no haber podido venir. Eso no es verdad. La abuela juega al bridge todos los miercoles por la tarde y no se lo pierde por nadie, y menos por el nieto que menos le gusta. Livvy es su favorita. Pero bien pensado, Livvy es la favorita de todos. Mi madre tambien habia invitado a la tia Jane y al tio Trevor, y a mis primos Keira y Alfie. Pero esta manana Alfie desperto con unas manchas raras por todo el pecho que podrian ser de varicela, asi que tuvieron que disculparse, dejandonos a los cuatro solos para la <>. Mama regresa alsalon con la tarta cortada en porciones, y la pone sobre la mesa. --Mirad todas estas sobras --dice, frunciendo el ceno mientras inspecciona los montones de comida que hemos picoteado--. Vamos a tener suficientes hojaldres de salchicha y pasteles hasta Navidad. Solo espero tener suficiente film transparente para envolverlo todo. Genial. Una nevera llena de comida para recordarme lo increiblemente impopular que soy. Tras la tarta y la accion intensiva de envolver todo en papel film, vienen los regalos. De mama y papa recibo una nueva mochila para el instituto, el set de DVD de la serie completa de <> y un cheque regalo de 130 euros. Livvy me regala una caja de bombones Cadbury y una funda de color rojo brillante para mi iPhone. Luego todos nos sentamos en el sofa a ver una pelicula llamada Ponte en mi lugar. Trata de una madre y una hija que comen una galleta de la fortuna encantada y, entonces, intercambian sus cuerpos durante un dia. Por supuesto que todo el mundo aprende una valiosa leccion antes del inevitable final feliz, y por centesima vez este verano lamento mi incapacidad vital para seguir el argumento de una simpatica pelicula para adolescentes. Papa se queda dormido hacia la mitad de la pelicula y se pone a roncar con ganas. Esa noche no puedo dormir. Estoy despierto tanto tiempo que mis ojos se acostumbran a la oscuridad y puedo distinguir los bordes de los posteres en las paredes y la pequena sombra de un mosquito volando de aqui para alla por el techo. Tengo catorce anos y se me esta acabando el tiempo. 3 Es el ultimo viernes de las vacaciones de verano. El lunes vuelvo al colegio. He tenido catorce anos durante exactamente nueve dias. Estoy acostado en elsofa con las cortinas cerradas. Mama y papa estan en el trabajo. Livvy esta en casa de su mejor amiga, Cressy. Estoy viendo un episodio repetido de <> mientras un paquete de galletas de chocolate hace equilibrios sobre mi barriga. Tyra Banks acaba de decirle a Ashley que no sera la proxima top model de America. Ashley llora a lagrima viva y todas las demas chicas la abrazan, aunque han pasado todo el capitulo hablando de lo mucho que odiaban a Ashley y que querian que abandonara el programa. La casa de <> es de lo mas cruel. Las lagrimas de Ashley son interrumpidas por el sonido de una llave en la puerta de entrada. Me siento y con mucho cuidado pongo el paquete de galletas en la mesita de centro que hay a mi lado. --David, ya he llegado --grita mama. Ha regresado temprano de su reunion. Frunzo el ceno mientras oigo como se quita los zapatos y tira las llaves con gran estruendo en el platillo que hay cerca de la puerta. Rapidamente cojo la manta de ganchillo que tengo a los pies, la subo para taparme el cuerpo y me la meto debajo de la barbilla, poniendome en posicion justo antes de que mama entre en elsalon. Ella pone mala cara de inmediato. --?Que? --pregunto, mientras me limpio las migas de galletas de la boca. --A lo mejor te gustaria abrir las cortinas, David --me sugiere con las manos en las caderas. --Pero entonces no podre ver bien la pantalla. Ella me ignora y se dirige directamente hacia la ventana y abre las cortinas. La luz del sol de ultima hora de la tarde inunda la habitacion y hace que el aire se vea polvoriento. Yo me retuerzo en elsofa y me protejo los ojos. --Por Dios, David --dice mama--. No eres un vampiro. --Puede que lo sea --murmuro entre dientes.

  • Ama de Jose Ignacio Carnero

    https://gigalibros.com/ama.html

    Ama. Madre en euskera, o quiza la tercera persona del presente del verbo amar. Pero tambien las memorias de un joven abogado que descubre que la literatura ni siquiera puede embellecer las miserias de la vida -la precariedad, el desamor, o el duelo-.

  • Los secretos de Assam (Aromas de te 4) de Janet Macleod Trotter

    https://gigalibros.com/los-secretos-de-assam-aromas-de-te-4.html

    Tras la Segunda Guerra Mundial, Libby Robson deja Inglaterra para volver a la India, el hogar de su infancia y en donde dejo a su queridisimo padre, James, catorce anos atras. La embriagadora belleza del subcontinente le da la bienvenida: el bullicio de Calcuta, la exuberancia de los campos de te de Assam., pero bajo la superficie se esta gestando una revolucion y los dias de la dominacion britanica estan contados.

  • Falco (Serie Falco 1) de Arturo Perez Reverte

    https://gigalibros.com/falco-serie-falco-1.html

    Arturo Perez-Reverte regresa con un libro protagonizado por su personaje mas fascinante desde el capitan Alatriste.

  • El ultimo regalo de Paulina Hoffmann de Carmen Romero Dorr

    https://gigalibros.com/el-ultimo-regalo-de-paulina-hoffmann.html

    Paulina Hoffmann crece en el infierno del Berlin nazi, pero el horror invade del todo su vida cuando el ejercito ruso ocupa la ciudad al final de la guerra. En esos dias, su madre toma una decision que marcara para siempre la historia de Paulina: su huida desesperada al Madrid de la posguerra, su apasionada juventud en Espana, su inesperado matrimonio y, sobre todo, el gran amor hacia sus hijos y su unica nieta, Alicia.
    Sera Alicia la que, muchos anos mas tarde y tras la muerte de Paulina, decida viajar sola a Berlin para sumergirse en el pasado de la mujer de la que tanto aprendio y comprender el ultimo secreto de su abuela, una autentica superviviente que logro decidir su propio destino a pesar de los recuerdos y el silencio.

  • La Espana del Seiscientos de Montserrat Huguet

    https://gigalibros.com/la-espana-del-seiscientos.html

    Escrito por una historiadora, este no es sin embargo un libro de historia sobre la Espana de los sesenta. Tampoco una autobiografia ni una suerte de memoria personal de aquellos anos, tras los negros cuarenta y los grises cincuenta, de transito incierto hacia la modernidad y el bienestar. Pero si un retazo de memoria compartida de aquella Espana de “ni fu ni fa” que “sin haber razones de quererla por sus meritos, tampoco las daba para abominar de ella”. Una memoria dictada y evocada desde los recuerdos de infancia de una baby boomer, aunque capaz de interpelar a aquellos que no formaron parte de esa generacion, “la primera con dos cabezas: la propia y la del televisor”, y que tambien pudo tomar distancia de la vida de padres y abuelos, “absorbiendo mas el colorante que la sustancia” del nacionalismo espanol. Un relato que describe, a traves de elocuentes imagenes y escenas cotidianas, algunas entranables y edificantes, otras mas asperas y desabridas, como era la vida y la mentalidad de aquel entonces. “La gente, modesta y no mal intencionada en su conjunto, hacia lo que podia: de la necesidad virtud. Y sacaba pecho encarando el dia a dia con diez de pipas”.

  • Los miedos y el aprendizaje de la valentia de Jose Antonio Marina

    https://gigalibros.com/los-miedos-y-el-aprendizaje-de-la-valentia.html

    Hay miedos que nos protegen y miedos que nos destruyen. Estos son nuestros enemigos y hemos de declararles la guerra. Jose Antonio Marina dirige esta campana. En primer lugar, hay que evitar que nuestros ninos aprendan los miedos que van a entorpecer su desarrollo. Pero, si ya los han adquirido, hay que ensenarles a afrontarlos y a vencerlos. En todas las culturas, la valentia ha sido la virtud mas apreciada. Ahora sabemos que se puede aprender. Este libro es una pedagogia del coraje. Necesitamos que nuestros ninos, nuestros adolescentes, los padres, los docentes, desarrollen la capacidad de soportar el riesgo, la dificultad, y el esfuerzo, porque son inevitables.

  • El manuscrito nazi de Juan Martorell

    https://gigalibros.com/el-manuscrito-nazi.html

    La arqueologa Nicole Pascal se ve de nuevo envuelta en una aventura que la llevara a adentrarse en los secretos y en las creencias esotericas de los grandes jefes del nazismo aleman. Una pluma que le regala su novio, Jean Massard, sera el desencadenante que llevara a la pareja a hacerse con un manuscrito de un importante jefe de las SS: Hans Heins. En el, el autor nos narra su vida y sus relaciones con la plana mayor de los dirigentes nazis. Protegido por Himmler, mantuvo relacion con Hitler, Hess, Rosenberg, Von Schirach, dentro del mundo de creencias magicas y ariosoficas que conformaron buena parte de la filosofia de quienes dirigieron el destino de Alemania en aquella epoca.

  • Tres Capas, Maxima Suavidad de Nieves Hidalgo

    https://gigalibros.com/tres-capas-maxima-suavidad.html

    !Que ganas tenia de que acabara la maldita reunion! Cuando Fernando Orellana se pone petardo, se pone de verdad. Le encanta escucharse, al muy becerro. Estoy convencida de que antes de presentarse en la sala de reuniones se planta delante del espejo y ensaya; no es normal que, cada dos frases, te suelte una que te obliga a abrir Google y consultar la RAE para saber que punetas esta diciendo. --Repeticion, por favor. Le he interrumpido tres veces alzando la mano. No le ha gustado, claro, le repatea que lo hagan cuando esta soltando su discurso, pero me ha importado menos que cuarto kilo de pimientos fritos que se haya cabreado tras el coro de risas. No soy lela. De hecho, siempre saque estupendas notas en lengua. Pero es que lo de Orellana me supera, de verdad. Me gusta conversar, intercambiar ideas, no acudir a un soliloquio de frases rimbombantes. Por la rabia que he visto en su mirada se que, de haber podido, me hubiera echado de la reunion. O enviado de cabeza al departamento de personal para que me preparasen el finiquito. Pues que se joda, que a mi no puede ponerme de patitas en la calle. Por varias razones: soy muy buena en mi trabajo --la falsa modestia me cabrea--, soy rapida y tengo mas ideas que una raposa. Al menos eso me decia siempre mi abuela. Ademas, poseo un buen porcentaje de acciones en el negocio. Y por si eso fuera poco, mi padre es el dueno de Imagine, una de las mas reconocidas empresas de decoracion a nivel nacional. Nuestros proyectos de arquitectura e interiores destilan pasion y no se cinen a los deseos del cliente: los sobrepasan. El negocio va viento en popa y es muy posible que abramos una delegacion en Nueva York el ano que viene, cuya direccion me ha ofrecido mi padre y yo he rechazado. Me gusta viajar, pero no me acostumbraria a vivir fuera de Espana, mucho menos a separarme de el. No, no, no, esto ultimo, lo de ser la hija del dueno, no tiene nada que ver, que os veo venir. Quiero que quede constancia de que me he ganado el puesto a pulso, mi adorado padre no me ha regalado nada --salvo pagarme la carrera-- y comence haciendo recados de un despacho a otro. ?Que os habiais creido? Aprendi del mejor, que para mi es el; tal vez por eso me costo lo suyo demostrar mi valia profesional ante ese peso pesado. Y muchas veces no estamos en absoluto de acuerdo porque su estilo es sobrio, pleno de elegancia, y el mio alocado, puede que incluso excesivo. Pero gusta; es de lo que se trata en un negocio. --?Te marchas? Belen se acerca a mi mesa y deja la carpeta de color sepia. Dentro, mi proyecto para un tenista que quiere redecorar un chale que acaba de adquirir. Le he pedido que me de su opinion, conoce el negocio mas que muchos de nosotros, no en vano lleva veinte anos ejerciendo de secretaria de mi padre. Quiero saber que le parece mi idea porque no se anda con panos calientes, si algo le agrada te lo dice, y si no tambien, por eso siempre nos hemos llevado de lujo a pesar de la diferencia de edad. Ha cumplido medio siglo, aunque cualquiera lo diria viendola tan guapa, todavia con un buen tipazo, siempre perfectamente peinada y maquillada. Esa es una de las cosas que siempre me recrimina desde el carino, que no me importa demasiado la pinta que lleve. Es que para mi lo que prima es la comodidad, con unos pantalones anchos y una camiseta voy lista. Para calzar, manoletinas, aunque me diga que cuando camino con ellas mis andares se asemejan a los de Jhon Wayne. --Tengo que hacer compra, mi frigorifico parece el desierto de Gobi y no me queda ni un rollo de papel higienico. --Llevate alguno de aqui. --Gracias, pero no. Solo uso de triple capa, maxima suavidad. Y rosa, a ser posible. --Estas como un cencerro, tesoro. --Asi soy yo: maniatica para ciertas cosas. Bueno, ?que te ha parecido? --Senalo la carpeta con la barbilla. --Me gusta. --Asi, sin mas. --No parece buena senal y me corre un gusanillo de preocupacion por el cuerpo. --Atrevido. --Era lo que buscaba. --Entonces has acertado. No, en serio --sonrie--, creo que es sensacional. Lo que no se es lo que va a decir tu padre. --El proyecto es mio, a ti te ha gustado... ?Que va a decir? Sabes que valora tus opiniones tanto o mas que yo. Asiente, se da la vuelta y chasca los dedos por encima del hombro. --Buen finde, preciosura. --?Quieres que te acerque a casa? --Me quedo un rato para terminar unas facturas. Pero recuerda que me debes una comida, no te la perdono. Es cierto. Prometi que hoy comeriamos juntas y que yo pagaria, pero ha sido imposible. --El pestino de Orellana no nos ha dejado respirar con el asunto del complejo hotelero, ya has visto que incluso nos han traido un catering. El lunes te voy a invitar a Viridiana, reservo esta misma tarde, y te juro que se te van a caer las lagrimas cuando pruebes los huevos fritos con trufa de Abraham Garcia, lucero mio. Se echa a reir, mueve la cabeza como dejandome por imposible y se aleja con ese caminar elegante y sensual que a mi me gustaria tener. Busco la nota que he hecho de la compra y apunto el nombre del restaurante; con tantas cosas como tengo en la cabeza o lo anoto o se me olvida y no quiero quedar como una cerda con Belen, que le tengo mucho carino. Doy un vistazo al reloj, reniego por lo bajo, agarro la carpeta, la meto en mi bolso para darle el ultimo toque al proyecto el fin de semana, y salgo a escape del despacho. Casi choco con mi padre en el pasillo. --?Sales ya? --Acabo un par de cosas y me marcho. No te retrases para la cena y ponte algo decente, si no es mucho pedir. --Me advierte mientras pulso el boton del ascensor y se abren las puertas. --Prometo presentarme tan maravillosa como la Cenicienta cuando conoce al principe. No puedo disimular el gesto de fastidio. Despues de la semana agotadora que llevamos lo que menos me apetece es tener que soportar una cena de negocios. Trabajo muy bien bajo presion, soy una maquina, pero me vuelvo irritable. Lo mejor en esos momentos es que se olviden de mi y me dejen sola. Hoy, ademas, la reunion con Fernando ha terminado de mandar al carajo el poco humor que me quedaba. Sin embargo, no puedo negarme a echar una mano a mi padre, asi que adios a llegar a casa, quedarme en bolas y tirarme en el sofa con un paquete de palomitas a ver una de esas peliculas antiguas en blanco y negro que tanto me gustan. Tenia previsto ponerme Testigo de cargo. La he visto un monton de veces y no me canso de la magistral actuacion de Charles Laughton en el personaje de sir Wilfrid Roberts. Si, no puedo remediarlo, soy friki de las peliculas antiguas. Meto la rodilla para que no se cierren las puertas del ascensor y me doy la vuelta. --Papa, ?cuando vas a decidirte a pedirle matrimonio a Belen? Ejerceria de anfitriona mucho mejor que yo. Tuerce la boca y se queda mirandome unos segundos. --Sin retrasos, Kindelan --repite antes de alejarse. Sonrio mientras el ascensor me lleva hasta la planta baja. Siempre se dirige a mi por el apellido cuando se enfada, pero he visto un brillo especial en sus ojos al conjuro del nombre de Belen. Todos en la empresa sabemos que mantienen una relacion desde hace anos, lo normal seria que se dejaran de juegos y se casaran. Belen es soltera, una mujer de bandera, y el un hombre bastante apuesto y viudo desde hace mas de quince anos, que merece ser feliz. Una vez en la calle paro el primer taxi que veo. Normalmente voy en autobus, no me gusta utilizar el coche en Madrid, pero hoy no tengo tiempo, he de hacer mil cosas: comprar --llevo una lista tan larga como la de Schindler y no puedo dejarlo para manana porque es domingo y en el supermercado de mi urbanizacion no abren--, ducharme, lavarme el pelo, maquillarme un poquito y llegar al chale de mi padre en Guadarrama. 2 Jaime --Bien, pues te veo el viernes que viene. --Siento que hayas tenido que atenderme en sabado, Jaime. De no haber sido por la excursion... --No pasa nada, ya sabes que para ti estoy disponible siempre. Cierro el expediente, rodeo la mesa y alzo la mano para chocarla con la del muchacho. Estoy orgulloso de el. Como lo estoy de mi trabajo. Cuando empece a tratarlo hace un ano, tras su intento de suicidio, me costo lo suyo conseguir que confiara en mi, pero la terapia, la medicacion y la confianza han dado excelentes resultados. Es un chaval estupendo y, poco a poco, ha ido superando la muerte de sus padres en un accidente de avioneta. La primera vez que lo tuve frente a mi, me identifique con el de inmediato, tal vez porque tambien yo me quede solo a su edad. Me masajeo la nuca, que noto tensa, guardo los papeles y la sesion grabada en la caja fuerte, apago el ordenador, las luces, tomo la chaqueta y cierro la consulta. Llevo una semana demoledora. Mientras bajo en el ascensor me recuesto y cierro los ojos un momento. Se me ha levantado un ligero dolor de cabeza, lo que siempre me pone de mal talante. Sueno con llegar a casa, abrir una cerveza bien fria, cenar cualquier cosa y dormir doce horas seguidas. Ya ni recuerdo cuanto tiempo hace que no me tomo un fin de semana completo. Habia previsto disfrutar de este, pero el destino se ha confabulado en mi contra y, aparte de tener que cambiar la visita de Oscar a hoy, he de acudir a una cena que preveo aburridisima. !Que demonios entiendo yo de interiorismo! Si mis tios quieren redecorar los cinco apartamentos que han adquirido en Benalmadena, perfecto. Seguro que cualquier empresa puede dejarlos preciosos, no me entra en la sesera que quieran mi opinion. Ni siquiera me va a dar tiempo a echar una cabezadita porque antes he de pasar por el super -- visita imprescindible-- y la cena es en Guadarrama. Arranco el coche, saludo con la mano al guarda de seguridad antes de subir la rampa del garaje y me meto de lleno en el caotico trafico de Madrid. Apenas recorro dos kilometros cuando entro en un atasco de los que hacen epoca. Durante unos tres minutos nadie protesta, todos estamos acostumbrados mas o menos a lo que se monta en la capital. Pero despues empieza la juerga: unos tocan el claxon, otros se asoman por las ventanillas, alguno hasta se baja del vehiculo para increpar a los causantes del embotellamiento, aunque ninguno sepamos que o quien lo provoca porque solo alcanzamos a ver un coche de bomberos a lo lejos y las luces azules de la policia. El disco se pone en verde seis veces mas antes de que, por fin, empecemos a movernos. Solo es una ilusion: cien metros mas adelante volvemos a quedar varados. Por descontado, regresan las protestas junto con el irritante y continuado estrepito del claxon del gilipuertas que llevo detras, que me esta poniendo la cabeza como un bombo. --!Joder! --Golpeo el volante con las dos manos, abro la puerta y salgo para encararme con el --. ?Quieres que te diga donde cono puedes meterte la bocina? Vale, estoy de acuerdo en que no es la reaccion mas logica en un profesional de psicologia y psiquiatria. Se supone que una de mis misiones es calmar a la gente, ?verdad? Pero no he podido reprimirme, debe ser el cansancio acumulado el que me ha hecho perder los papeles. O el maldito dolor de cabeza, que me tiene loco. Igual debo consultar con algun colega, a lo peor estoy menos lucido que los clientes a los que intento ayudar. Ponerme como un energumeno no es normal en mi. Por fortuna, los coches empiezan a avanzar, asi que me olvido de la discusion y de aquel idiota que, por otro lado, se ha quedado mas callado que un muerto al verme la cara de mala leche. Durante el trayecto no dejo de pensar en mi ilogica reaccion. No solo he sacado los pies del tiesto, he sacado las dos piernas. Es el agotamiento, no me cabe duda. Tengo que descansar mas o acabare en el psiquiatrico. Lo que necesito es silencio y tranquilidad, sobre todo tranquilidad. Una se me va y otra se me viene, me dan ganas de llamar a mi tio y excusarme para la cena. Lo malo es que soy una persona de palabra y la he dado. Debo mucho a tio Jorge y a tia Elvira, fueron los que me criaron tras la muerte de mis padres; no se donde hubiera acabado sin ellos porque a los quince anos era un anarquico que iba en contra de cualquier sistema, me saltaba una clase si y otra tambien y tenia companias poco recomendables. Meto el coche el parking del supermercado y entro. Algo pasa. Por norma, un sabado y a esas horas apenas hay gente. Sin embargo, veo filas interminables de carros cargados hasta la bandera y funcionan las tres cajas al mismo tiempo. Conozco a una de las cajeras, Monica, por haber tratado a su madre el ano pasado. Me acerco a su puesto y le pregunto la causa de tanto jaleo. --?En que mundo vive, doctor Samper? Hay huelga de reponedores del sector a partir del lunes. Empujando ya mi propio carro me doy cuenta de que, con frecuencia, estoy en of respecto a lo que pasa alrededor, parece que vivo en otro planeta. ?Que hay huelga de reponedores? No tengo ni idea de como se dirige un super, pero suena a grave. Y debe serlo cuando las colas en las cajas llegar hasta el fondo del local. A mi, por de pronto, me han chafado la lista que llevo preparada; tendre que comprar alguna cosa mas, por precaucion. Soy meticuloso a la hora de adquirir productos, voy anotando lo que me hace falta y solo me llevo eso, nada de acaparar lo que no necesito o cargar con todas las ofertas. Segun escucho a la senora que pasa a mi lado charlando con otra, la sentada puede ir para largo. El primer pasillo es el de los productos de limpieza. En mi lista, el papel higienico esta redondeado con rotulador, lo que quiere decir que es lo unico que no se me puede olvidar porque no me queda mas que el rollo que hay puesto. Para mi sorpresa, las estanterias estan practicamente vacias: servilletas, papel de cocina y, por descontado, papel higienico, brillan por su ausencia. Solo queda un paquete. Rosa. Va a quedar muy cool en mi cuarto de bano, pero tendre que aguantarme, de modo que me voy a por el y... Y una mano lo atrapa al mismo tiempo que yo.

  • Mariposas en tu estomago (Quinta entrega) de Natalie Convers

    https://gigalibros.com/mariposas-en-tu-estomago-quinta-entrega.html

    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.

  • I love you, mon amour de Tamara Balliana

    https://gigalibros.com/i-love-you-mon-amour.html

    Cassie ha cruzado el charco para aterrizar en el corazon de la Provenza. En esta idilica region francesa, la norteamericana podria desempenar su ultima mision como consultora del grupo hotelero Richmond. Si supera con exito el trabajo, alcanzara el sueno de su vida: dirigir su propio hotel. Sin embargo, la experiencia va a ser muy distinta de lo que ella espera. Los encantadores pueblos y paisajes, el agradable soplo del mistral, la deliciosa gastronomia, el canto de las cigarras, la pintoresca familia de su companera Olivia... la sumergiran en un universo de ensueno, al que se sumara el turbador atractivo de Damien, el director del hotel. Con todos estos ingredientes, ?conseguira Cassie seguir el plan que se habia trazado? ?O se interpondran la Provenza y el amor?

  • El alano (Las cenizas de Hispania 1) de Jose Zoilo Hernandez

    https://gigalibros.com/el-alano-las-cenizas-de-hispania-1.html

    La historia de Attax, un barbaro en el ocaso de la Hispania romana.

  • No digas nada de Patricia Gibney

    https://gigalibros.com/no-digas-nada.html

    Un asesino se esconde en una ciudad llena de secretos

  • La mejor de mis peores maneras de Fernando Jover Orts

    https://gigalibros.com/la-mejor-de-mis-peores-maneras.html

    "Si la vida te da poesia, escribe cuanto puedas". A veces la poesia llega en forma de personas, imposible de describirlas, pero muy facil de sentirlas. Y exactamente eso me sucedio con Fernando. Me tope con el a traves de las redes sociales (tal y como hoy se mueve el mundo) y de casualidad, que es como dicen que llegan las mejores cosas. A pesar de haber perdido la fe y la esperanza, y mi creencia en las buenas casualidades, no me quedo otra que volver a creer en ellas de nuevo. Me basto escuchar un texto recitado con su voz, observar sus gestos y sentirlo en el pecho para saber que la fe en la humanidad tenia que volver a mi. Aparecio alguien mas grande de corazon que de estatura para ensenarme que siempre hay que "volver a quererse de nuevo". A veces, dice no hacer poesia, pero yo creo que la poesia es el, personificada. Tuve el placer de ir conociendolo personalmente poco a poco y os aseguro que, cada dia, mi corazon se llenaba mas de esperanza. Me hizo volver a creer en todo lo que un dia di por perdido; me hizo y me hace crecer, aunque el todavia no este convencido. "La mejor de mis peores maneras" esta plagado de hojas llenas de sentimientos en forma de letra. Pocas personas tienen el don de hacerte viajar a donde ellos estan, pero Fernando lo consigue con creces. No solo hay sentimientos, tambien crecimiento personal y un vacio inmenso que ilogicamente lo vuelve a llenar. Por eso debe ser tan enorme por dentro y por ende por fuera, un corazon tan grande no puede vivir en espacios pequenos. No voy a demoraros mas el paso a este maravilloso libro, que no quiero ni puedo describir, porque esto simplemente es para sentir. Gracias a la escritura por este increible vinculo entre dos personas que escriben por necesidad y gracias a ti, por esta indescriptible amistad "con inicios, pero no finales". Y recordad siempre... "Que no debeis perder la perspectiva de quien os acompana, pero mucho menos os perdais a vosotros". Dejad la mente en blanco y bienvenidos a este viaje de oleajes altos, en el cual encontrareis la calma. Monica Garcia Vargas (@monicavargas_v) 08-03-2020 INTRODUCCION !!Como cuesta escribir sin desangrarse!!... !Como cuesta hacer frente a ciertas batallas internas en las que por un lado te estas clavando un punal de realidad y, por el otro, pareces experto en medicina curativa! Intentando cortar la hemorragia de las heridas de los recuerdos que aparecen cada vez que veo sus fotos, leo sus cartas o sus indirectas que van directas como una flecha al rincon de los sentimientos en proceso de "borron y cuenta nueva". !Que dificil es olvidarse de una sonrisa! Y ya no te digo de una cancion... Sea donde sea que este, suena en la maldita radio y me recuerda, de una manera cruel, cuanto te he querido: en pasado, en presente y, posiblemente, en un futuro. Siempre he querido dejarte constancia de lo que soy, de cuanto soy y de donde esta el limite de las cosas imposibles que puedo llegar a hacer realidad. Fijate, consegui cosas que ni yo mismo pensaba que fuera a conseguir: como un audio alentador de alguien "famosillo" a quien admiro; un par de citas y detalles de los que me acordare toda la vida y unas incertidumbres mas grandes que yo (y eso que es dificil dada mi estatura). Recuerdo estar dia si y dia tambien pensando en como sorprender a alguien a quien no conoces de toda la vida. A alguien que no cree en las segundas oportunidades y que, a pesar de ser detallista, nunca lo ha mostrado contigo. Nunca lo he querido afirmar, ni cuando reflexiono yo mismo porque todavia me cuesta asimilar que tengo una pequena espina que no creo que vaya a quitarmela nunca. Probablemente, se convertira en parte de mi piel, como cualquier otra cicatriz, y vivira conmigo de por vida. En realidad, nunca me lo podre perdonar, incluso no siendo asunto mio (creo, que no soy el unico que se siente responsable cuando algo de dos no funciona o cuando la cuerda esta atada a un solo cabo y ese cabo eres tu). Y se tensa, se va tensando hasta un limite que no sabias que existia. A partir de aqui, se van disipando progresivamente las expectativas. Van apareciendo imagenes reales de la pelicula y esas que se formaban en tu cabeza se desvanecen para dejar paso a la cruda realidad. "Nunca", es lo que me he ido repitiendo en cada etapa de mi vida. Es lo que ha ido asimilando mi cerebro como si fuera un tatuaje. Como si fuera la banda sonora o la frase de mi biografia de Instagram o Twitter en la que me tengo que describir con menos de un limite de caracteres. Esto no significa que escribir no me guste, simplemente, que todo lo que yo dejo por escrito se convierte en una pequena puerta entreabierta a mi piel mas mia, como diria Miguel Gane. Una puerta entreabierta a conocer un poco mas de mi y a poder utilizarlo a favor o en contra. Un pequeno sendero que puede llegar a convertirse en un atajo para alguien que no se lo merezca de verdad. Pero si hay algo en lo que si creo, y que me ha ido dando la razon el tiempo, es en el Karma. El jodido karma actua de una manera eficaz e inesperada. Que pena que no existan anuncios del Karma como de esos "quitamanchas" que hay en la television a todas horas diciendo "'!!Usa esto y borrara cicatrices y malas acciones en un solo lavado!!". Ademas, no me puedo quejar. !NO, NO y NO! Me niego a quejarme porque escribir me ha permitido crear cosas de las que estoy orgulloso. Me ha permitido poder expresarme mejor, y no hablo tan solo de manera escrita, sino que, ademas, me ha ayudado a poder expresarme abiertamente sin sentir reparo de que puede pensar la otra persona, o grupo de personas, que me leen y escuchan. Estoy orgulloso de mi, por haber conseguido llegar donde no pense llegar hace cinco anos. Voy a cumplir veintiuno y siento que me quedan muchas cartas, muchos textos y muchas cosas que decir o criticar de esta sociedad tan repleta de cosas incomprensibles. A ti, lector, que me has empezado a leer, preparate porque vienen curvas y textos que te van a crear revuelos y mariposas en los ojos... ?O eran en el estomago y lagrimas en los ojos? Bueno, que mas da. Me conformo con que te identifiques con algo de lo que haya podido vivir. Espero que lo disfrutes. CARTA A LOS PRESENTES NO TOLERANTES Querido destinatario/a: Esto va dedicado para aquel/aquella que no llega a aceptar el pasado de una persona. Porque si te gusta, tienes que aceptarla tal y como es. Y el como es en el presente es la repercusion personificada de un pasado que marco y no fue un gol a un adversario, no – fue un gol en propia puerta-. Fue un gol con un sabor bastante amargo y que provocaba que el sentido de culpabilidad pudiese llegar a hacerse inmenso e insostenible. Y por desgracia, no puedes culpar a una persona por no haber actuado tal y como tu lo harias, ni puedes llegar a comprender del todo por que ahora es como es. A nadie le gusta el preterito imperfecto, pero es que el perfecto no existe en la vida de una persona. Por eso, es imposible emplear el preterito perfecto si hablamos de alguien. A ti, la destinataria a la que va dirigida esta carta, sabras por que la escribo. Por que no soy capaz de concebir la idea de quedarme sin verte sonreir, y no porque no hayas ido nunca de mi mano, sino porque nunca he sabido que mas hacer para hacerte feliz. No me entra en la cabeza la razon por la cual no llegaste a entender nunca mis razones, ni la importancia que le doy a ciertas cosas. Para mi nunca ha sido tan importante el numero de veces, sino la persona. Recuerda lo que hablamos: "No es como lo has pasado, sino con quien". Parece mentira que, despues de todo, te cagaras porque viste que podria ser la oportunidad de poder cagarla tal y como la cagaron en tu preterito imperfecto. Pero no te diste cuenta de que no es la misma persona. Y lo mas importante de todo: era capaz de arriesgarse, pese a que no funcionase. Porque lo que tienen de especial ciertas cosas es el "con quien". P.D: Me quede con ganas de saldarme las cuentas con tus labios, no me lo tengas en cuenta. Atentamente

  • La rubia de hormigon (Harry Bosch 3) de Michael Connelly

    https://gigalibros.com/la-rubia-de-hormigon-harry-bosch-3.html

    Harry Bosch se enfrenta a un juicio interpuesto por la familia de Norman Church. Anos atras, estando de servicio, Bosch mato a Church, a quien creia culpable de una serie de asesinatos. Todos los indicios indicaban que tras este se ocultaba un asesino en serie apodado ?el Fabricante de Munecas?, un hombre que maquillaba como munecas a sus victimas, la mayoria de ellas prostitutas. La viuda de Church sigue insistiendo en la inocencia del que fuera su marido y su abogada alega tener pruebas que ofrecen una coartada a Church para uno de los asesinatos que en su dia le imputaron. El hallazgo de un nuevo cadaver con el sello de Church, pero cometido tras la muerte de este, complica aun mas las cosas para Bosch, quien tendra que enfrentarse a la presion del juicio mientras intenta resolver un caso que pone a prueba la credibilidad del departamento de policia.

  • El arte de ordenar para ninos de Nagisa Tatsumi

    https://gigalibros.com/el-arte-de-ordenar-para-ninos.html

    COMO CONSEGUIR QUE LOS NINOS ORDENEN Y DISFRUTEN CON ELLO UN MANUAL PARA EDUCAR EN EL ORDEN A LOS NINOS <> Nagisa Tatsumi

  • Siempre sera invierno (Parte 2) de Victoria Vilchez

    https://gigalibros.com/siempre-sera-invierno-parte-2.html

    El final del otono dejo a la familia Donaldson sumida en la mas profunda de las tristezas, y Cam Donaldson se enfrenta ahora al invierno mas largo de su vida. Sin embargo, la llegada del frio trajo tambien consigo a alguien que Cam no habia esperado volver a ver jamas: Maverick Parker, la primera chica de la que se enamoro y que desaparecio siete anos atras sin decir adios.
    Cam debe lidiar ahora con la perdida y con la responsabilidad que esta convencido que debe cargar a su espalda, pero tambien con el vacio que siente, ese que solo parece desaparecer cuando Maverick esta cerca.
    El pasado a veces duele demasiado, pero tal vez sea la unica esperanza de Cam para poder volver a sentir.

  • El suspiro del infierno (Los Elementos Oscuros 3) de Jennifer L. Armentrout

    https://gigalibros.com/el-suspiro-del-infierno-los-elementos-oscuros-3.html

    ALGUNOS AMORES DURARAN HASTA EL ULTIMO SUSPIRO

  • Los hijos del rey vikingo. Saqueo de Lasse Holm

    https://gigalibros.com/los-hijos-del-rey-vikingo-saqueo.html

    Primavera de 868. Una flota de 80 barcos partira de Nourmoutier, en la costa de Francia, en direccion sur. Su objetivo: Al-Andalus, la Espana musulmana. A bordo viajan Rolf y sus companeros de batalla, acompanados por 2.000 vikingos de pura sangre guerrera.

  • Los crimenes de Mitford de Jessica Fellowes

    https://gigalibros.com/los-crimenes-de-mitford.html

    Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable.

  • No llores por un beso de Mary Higgins Clark

    https://gigalibros.com/no-llores-por-un-beso.html

    La extraordinaria nueva novela de Mary Higgins Clark

  • Igual te echo de menos que de mas de Olga Salar

    https://gigalibros.com/igual-te-echo-de-menos-que-de-mas.html

    Cuando Olimpia se da de bruces con su pasado, presiente que sus problemas no han hecho mas que empezar. Alli estaba el, mirandola fijamente con sus ojos negros, sin previo aviso y mas atractivo todavia de lo que recordaba. Y Olimpia que creia que lo habia superado…
    Como ella es una optometrista de lo mas profesional, esta dispuesta a probarse todas y cada una de las lentes correctoras que ha ido acumulando a lo largo de los anos: las de los "suenos rotos", las de la "venganza", las de la "solitaria estabilidad" y las de "la ilusion". Pero no se decide a probar esas que llevan por marca "Dale Otra Oportunidad".
    Menos mal que en esta montana rusa que es la vida estara acompanada por sus estupendos jefes, Gerardo y Arturo, parientes de "su pasado", su inseparable amiga Lola, quien sufre el ataque de las malditas hormonas, y su hermano Nico, un Dj enemigo de la pena que esta deseando poner ritmo a la banda sonora de su futuro.

  • El nombre de los caballos de M. N. Mera

    https://gigalibros.com/el-nombre-de-los-caballos.html

    <>.

  • El secuestro de la hermana Tegualda de Hernan Rivera Letelier

    https://gigalibros.com/el-secuestro-de-la-hermana-tegualda.html

    Viernes, 9.30 de la manana. El Tira Gutierrez llega al edificio Gomez donde tiene instalada su oficina. Viene apurado. Debo traer una cara de culo, piensa. Su insomnio cronico le hizo pasar una noche digna de ponerla en un marco y colgarla en una exposicion junto a El grito. Mas encima, ya se mea. En el lobby, el conserje y los dos guardias lo saludan reverenciales, ya saben que es un investigador privado como los de las peliculas, y el unico de la ciudad. El mas joven de los guardias --y el mas reverente-- mantiene abiertas las puertas del ascensor para que alcance a tomarlo (este guardia fue el que una noche, revisando las puertas de las oficinas, abrio de golpe la suya, que el olvido cerrar por dentro, y lo sorprendio en cueros con una pelirroja en el sofa de terciopelo verde. Esto fue antes de conocer a la hermana Tegualda). Ya en el ascensor, el Tira no quiere quedar frente al espejo, no quiere ver de que tamano le cuelgan las ojeras. Opta por ponerse frente a la unica otra pasajera, una anciana que aprieta su cartera de plastico contra su pecho. Las ojeras me deben colgar como el perigallo de esta viejita, piensa el Tira, y le hace un guino. La anciana lo mira de soslayo. El le pela los dientes. La anciana se aferra a su cartera como un naufrago a su tabla de salvacion. Cuando comienzan a subir, el ronroneo de la ascension le exacerba sus deseos de sacarse la pinga, como dicen los cubanos, y vaciar la vejiga ahi mismo. Cuba. La Habana. El recuerdo de su estadia en la isla logra que olvide un poco sus ganas diureticas. Piso doce. Antes de salir del ascensor se despide de la anciana con una sonrisa de hombre bueno. Luego saca las llaves de un bolsillo de su chaqueta (su llavero solo tiene dos llaves: casa y oficina) y, con la vejiga a punto de reventar, camina rapido los veinte pasos que hay del ascensor a la puerta de su oficina. ?Cuando se le ocurrio la tontera de contar esos pasos? Seguro debio ser un dia mas relajado que este. Llega a la puerta, introduce la llave, empuja y saluda: Buenos dias her… La hermana Tegualda no esta. Al cerrar la puerta tras de si, pisa un sobre que blanquea en el gris de la alfombra. No se molesta en recogerlo. Quitandose la chaqueta y dejandola caer en un sillon, pasa directo al bano. Antes de llegar ya se ha sacado la pinga y, con ella en la mano, levanta la tapa, apunta y aaaaaaaaaaah. El largo suspiro de alivio suena mas a gemido de actor porno. Desagua copiosamente, desagua con los ojos cerrados para no posar la mirada en los azulejos de las paredes. Es que la imagen que atormenta sus amaneceres, la imagen que su mente se ha formado del insomnio, es una vasta y encandilada sala revestida toda de azulejos blancos. Ahora ultimo, para rematar el cuadro, ademas del insomnio esta teniendo problemas de diuresis. ?Sera por el excesivo consumo de te? Tendra que ver a un matasanos. Con la antipatia que les tiene a esos tipejos. Sobre todo a los que se creen dioses y ni siquiera miran a los ojos del paciente mientras lo atienden. Algunos ni hablan. Hipocrates hipocrita. Termina de mear, abre los ojos y da un resoplido de alivio a su mechon blanco. Cuando al salir del bano se deja caer en el sofa de terciopelo verde, un olor que parece venir del balcon o del closet de los utiles de aseo le hace arriscar la nariz. Inhala para captar de que se trata, pero ya no lo siente. Mira hacia el balcon: acurrucados y flematicos, John y Yoko retozan al sol placidamente. Seguro que esos pajarracos acaban de darse un festin de perro muerto detras de los cerros. Y vuelve a despatarrarse en el sofa. Que ganas de dormir un millon de anos. Y podria perfectamente hacerlo pues no hay mucho trabajo. En verdad no hay nada de trabajo, las cosas hace rato que no caminan muy bien en la agencia. Siente ganas de incorporarse, ir a su computador a poner musica, pero se arrellena mas en el sofa. Al apoyar la cabeza en uno de los cojines, el terciopelo arestinado le raspa la nuca. Con razon la hermana le viene reclamando hace dias que ya va siendo hora de renovar el living. ?Y por que no mandarlo a tapizar nomas, hermana?, se ha resistido el. Pero que sea de otro color pues, oiga, por Dios. ?Y que tiene de malo el verde, si me hace el favor, hermana? Este verde reja de comisaria es irritante, caballero. ?O es usted daltonico? El Tira se rie solo. Mira la hora en su celular: 9. 37. Raro. La hermana jamas llega despues de el, y el ha llegado media hora tarde. Ella no acostumbra a darse esos relajos. Y si hubiese tenido que hacer algun tramite lo habria llamado. O se lo habria dicho ayer en la noche, cuando lo fue a dejar a su casa en su escarabajo amarillo y se quedo un rato con el, y terminaron <>, como dice ella. Se acuerda entonces del sobre en la puerta. Puede que sea un nuevo caso. Se para a recogerlo y vuelve al sillon. Es un sobre apaisado sin nada escrito, ni nombre, ni direccion, ni remitente. Lo unico que exhibe es la marca de la suela de su zapato. Lo rasga. Dentro, una hoja de oficio doblada en tres. La despliega. Lo que aparece ante sus ojos es una nota escrita, en cursiva, en un procesador de textos. Lee. Queda atonito. Vuelve a leer: Tengo a la senorita Tegualda. Si la quiere viva siga las instrucciones. Vaya a la playa El Cable y busque en la letra N. Ni en vehiculo, ni andando, ni corriendo. Debe ir en marcha olimpica. Y sin quitarse la chaqueta. No involucre a la policia. Estara vigilado todo el tiempo. Mientras mas rapido haga el recorrido, mejor para ella. Marche ahora, o ella muere. Mas loco que un zapato El Tira siente que cae en un vacio, como si de golpe lo hubiesen puesto en una campana de vidrio y sumergido en las profundidades de un lago turbio. Atolondrado, sumido en un frangollo de conjeturas, sospechas, presunciones, se ha quedado mirando la nota como caido en trance. Hasta que un ruido de aleteos en el balcon lo trae de vuelta a la realidad. Lo hace reaccionar. Toma entonces su telefono y marca el numero de la hermana: Lo sentimos, el telefono al que usted llama se encuentra apagado o fuera del area de cobertura. Marca de nuevo. Lo mismo. Se para de un salto, recoge su chaqueta y, antes de salir hecho una exhalacion de la oficina, toma un cojin y lo lanza contra los ventanales, afectuosamente. John y Yoko ni se inmutan.

  • A Veces El Amor de J M Raphaelle

    https://gigalibros.com/a-veces-el-amor.html

    ?Alguna vez has estado ahi...completamente destrozada...rogando que regrese un amor que hace mucho ya no es tuyo? Pero despues pasa algo...Y si pones atencion, si te permites ver lo que te espera, quiza hasta te cambie la vida.

  • Hazmelo! de Senora S.

    https://gigalibros.com/hazmelo.html

    Comencemos por el principio, que hay que entender antes de pasar a lo que todos nos interesa... En fin... Naci en un pueblito no muy lejos de un lugar remoto del que nadie me quiere oir hablar. Fui una nina feliz y sana, rodeada de personas que me querian. Que por cierto, aqui es bueno aclarar algo: mi deseo de tener sexo, no proviene de algun abuso sexual del que haya sido victima cuando era una nina, no, para nada. Dicho lo anterior, prosigo. ?Donde me quede? A si, mi ninez. Fui criada en ensenanzas morales adecuadas a la epoca de los 80' y 90', cosas normales, diria yo. Mis padres no tenian lo que se conoce como "fe catolica", pero asistian de vez en cuando a la iglesia, ya sea por presion moral, por deseo, o vaya a saber por que lo hacian. El caso es que no era una de esas ninas que pasaban mucho tiempo en la iglesia, lo que tampoco es una excusa para mi "tan acusable comportamiento". Cuando llegue a la adolescencia comence a notar que algo no iba bien conmigo. No, no era mi cuerpo el que estaba cambiando, definitivamente no; de hecho, ahora que lo analizo a la corta edad de doce anos, yo no habia cambiado en nada, estaba plana como una tabla de planchar ropa; plana y escualida. Sin embargo, mi mente comenzaba a cambiar en muchos sentidos: comence primero por notar mas mi cuerpo, un cuerpo que en realidad sufria un atraso, atraso en el sentido que no desarrollaba nada, mis pezones poco o nada se miraba, podia no usar nada debajo de mi camiseta y aun asi no los notarias; no tenia ni siquiera vello pubico, en sumas, no habia ni rastro de desarrollo corporal en mi. A pesar de ello, al principio ni yo lo notaba, por mucho que mis companeras cambiaran y comenzaran a tener pechos y cuerpos geniales, yo no lo note, y si alguien mas lo noto... nadie le puso atencion. Por otro lado, yo comence a experimentar curiosidad, me tocaba de vez en cuando y sentia como mis nervios se agudizaban. No me detuve a pesar porque no tenia pechos o porque no tenia nada de cintura, solo me dedicaba a explorar cada una de mis partes. La primera vez, lo recuerdo todo, paso justo despues de cumplir los trece. Me encontraba sola en la casa, como pocas veces sucedia, tenia un calor...

  • Mi mejor cliente de Emma K. Johnson

    https://gigalibros.com/mi-mejor-cliente.html

    !Mujer, eres una maravilla! --Dijo el senor Quevedo al leer el contrato en sus manos-- !?Como diablos conseguiste estos terminos de compra?! Sonrei al verlo poner los papeles en la mesa a un lado de su bebida, sacar una pluma de su chaqueta y firmar sin aguantar su risa rasposa de satisfaccion. --Le prometi el mejor trato posible para comprar Wextler Avionics, senor Quevedo -- sentada al lado opuesto del senor Quevedo apoye mi espalda en el respaldo de la silla y le mire a los ojos--. Yo cumplo mis promesas. --No te mentire, querida --dijo el senor Quevedo antes de darle un sorbo a su bebida y cerrar la carpeta con el contrato--. Cuando Beatriz de Marin me dijo que asignaria la negociacion de la compra a alguien mas me senti desplazado. Como si ya no fuera un cliente importante para ella ni para su bufete, pero me aseguro --apunto con su dedo indice hacia mi-- que estaria tan satisfecho con tu representacion que aposto los honorarios de este mes de que asi seria. "Con razon estaba nerviosa cuando me asigno la negociacion," pense, recordando aquella reunion con mi jefa. --?Entonces, senor Quevedo? --Dije mientras esforzaba una sonrisa arrogante-- ?Trabaje gratis o me gane mis honorarios? El senor Quevedo rio por unos momentos antes de que su asistente le susurrara algo al oido. Dejo de reir, pero no de sonreir. --Lo siento, querida --dijo al deslizar la carpeta hacia mi--. Necesito atender un asunto urgente, pero sobra decir que te has ganado tus honorarios y quiza hasta un ascenso. Hice lo mejor posible para no saltar de mi asiento. --Estamos para servirle, senor Quevedo. Me levante y estreche su mano. Le mire mientras el y su asistente dejaban el bar. Deje que pasara una cantidad razonable de tiempo antes de levantar mis brazos por encima de mi cabeza y bambolear mis caderas celebrando con una danza ridicula que me salio del alma. Menos mal que estabamos en un bar o la gente me habria mirado como si estuviera loca. Caray, hubo varios comensales que si lo hicieron. Alguien me toco el hombro. Gire y vi a Esther dando saltos pequenos compartiendo mi emocion. --?Ese bailecito tan lindo significa lo que pienso? --pregunto con su inconfundible voz de nina pequena. Eche mi cabello hacia atras e incline mi cabeza a un lado. --Futura socia --dije. Esther dejo salir un chillido de emocion antes de cogerle el brazo al camarero que pasaba junto a nosotros tan fuerte que casi se le cae la bebida que traia en las manos del susto. --!Margaritas, por favor! --grito. Reiamos al sentarnos. Me habian dicho que no debia ser tan amigable con mi asistente, pero ?como no serlo? Esther poseia una alegria que contagiaba hasta al mas amargado, aunque a veces su energia y entusiasmo espantaba a la gente como al camarero cuando trajo nuestras bebidas. --!Por la futura socia! --grito Esther al levantar su margarita tan rapido que la derramo un poco encima de su brazo y de mi frente. --!Por Dios, Esther! --dije entre risas mientras me secaba con la servilleta en la que el camarero dejo mi bebida. --!Lo siento, jefa! !Lo siento! --dijo Esther cubriendo su boca sin duda tratando de ocultar que tambien estaba al borde de soltar una carcajada. --No ha pasado nada --dije sonriendo. Cogi mi propia margarita y la toque despacio con la de ella--. Por la futura socia. --!Si! --dijo Esther sonriendo de oreja a oreja. Tras beber la mitad de su margarita de un trago miro alrededor y asintio-- Este lugar no esta nada mal, ?por que nunca habiamos venido? Mire a mi alrededor. Hacia el otro lado del bar estaba la salida hacia el Casino Crescendo. Aunque llevaba un par de anos con las puertas abiertas todavia se veia como nuevo. Note las mesas llenas de personas mirando las pantallas colgadas cerca del techo del bar mostrando algun partido de futbol, carreras --ya sea de caballos o galgos--, pelea de artes marciales mixtas y cualquier otro evento en el que se pudiera apostar. "Deberia investigar que deporte estaba viendo el senor Quevedo mientras esperaba," pense. "Puede que yo me encargue de su cuenta de ahora en adelante." --No tengo interes alguno en los juegos de azar o los deportes --dije antes de dar un sorbo a mi bebida--, pero reconozco que hacen excelentes margaritas. --Creo que convencere a los chicos para que vengamos aqui de ahora en adelante. --No estaria mal --mire a mi asistente--. Si me ofrecen ser socia vendremos aqui a celebrarlo. --!Cuando te ofrezcan ser socia! --dijo, terminando su margarita--No seas ridicula, acabas de generarle al bufete una comision de mas de doscientos mil dolares. Tienen que ofrecerte un lugar entre los socios. --Atencion, atencion --dijeron en el altavoz--, en media hora iniciara el torneo satelite que dara como premio una entrada pagada al Abierto de Poker de Ciudad del Sol. Participantes, favor de... Muchos comensales se pusieron de pie y abandonaron el bar. A algunos se les notaba nerviosos, otros entusiasmados y muy pocos se les veia emocionados. --?Abierto de que...? --pregunto Esther, mirando algunos pasar hacia el casino. Cogi un panfleto encima de nuestra mesa. --"Primer Abierto de Poker de Ciudad del Sol" -- lei y me detuve al ver las cifras de los premios garantizados--. Joder, con razon esta gente quiere participar. Esther cogio el panfleto y casi se atraganta. --!Es una locura! --?Que es una locura? --preguntaron desde atras de mi. En cuanto vi el rostro de Esther iluminarse supe quien estaba detras de mi. Gire siguiendo a Esther correr hacia el hombre de su vida a darle un beso tan apasionado que hubiera entendido si ella se subia encima de el en ese momento. --?Estas borracha, bombon? --pregunto entre risas. Esther asintio rapido y rio. --Borracha de amor por ti, bombon. Gire mis ojos hacia arriba y negue con la cabeza. --?Nos acompanas, Eric? --le pregunte-- Tienen muy buenas margaritas. Yo invito. --Estoy muerto, Gina --dijo, abrazando a su chica--. Acabo de salir de mi turno, pero -- miro a Esther-- si quieres quedarte... Esther me miro. --Tenemos que tomar una declaracion manana --le dije--, asi que... --Mierda, tengo que llegar temprano a preparar la sala de juntas --gruno Esther. Ella y Eric se miraron a los ojos y cualquiera que los viera podria ver que estaban locos uno por el otro. --?Necesitas que te llevemos, Gina? --pregunto Eric. "?Y aguantar verlos dandose besitos y diciendose cositas dulces todo el camino?" pense. "Joder, no. Me dara diabetes solo de verlos." --No, me quedare otro rato. --?Segura? No tenemos problemas con... --Segura --le insisti a Eric--. Me termino mi margarita y tomo un taxi --apunte hacia una television--, o quiza me quede viendo el juego. --Tu eres la jefa, jefa --dijo Esther, cogiendole la mano a su chico y caminando hacia la salida-- !Nos vemos manana! Rei mientras los veia irse abrazados. Respire profundo y me puse en el lugar de Esther unos instantes antes de dejar salir una risita. Eric estaba guapo y tenia un buen fisico como cualquier buen bombero lo tendria, pero no era mi tipo. Era demasiado... No se, lindo, supongo seria la palabra para describirlo. "Pero algunos de sus amigos," pense, sonriendo para mi misma y atreviendome a imaginar. "Olvidalo, Gina, no tienes tiempo para liarte con alguien." Mi estomago se retorcio tanto que alcanzo a tirar de mi garganta, y un vacio familiar dentro de mi aparecio al mirar alrededor del bar. Habia chicos muy atractivos ahi. "No seas tonta, Gina. Recuerda la ultima vez que conociste a un chico en un bar." Me puse de pie, termine mi margarita y pase una mano entre mi cabello mientras veia a mi alrededor. --Hola, muneca --dijo un sujeto detras de mi antes de pararse a mi lado y apoyar su mano en la mesa. Lo mire de arriba abajo y sonrei de la forma mas educada posible, y esperaba que viera en mis ojos que no tenia interes alguno en el. --Ya casi te acabas tu copa --dijo--, deja te invito ot... --Tengo novio --le interrumpi y mire hacia otro lado. --No lo veo por ningun... --Viene en camino --le dije antes de apoyar mi menton en mi mano--, y es muy celoso. --Deberia serlo, teniendo una mujer tan guapa como... Suspire y gire hacia el. --Mira, amigo... --?Si, Fabiola? --Dijo un hombre al ponerse entre nosotros dandome la espalda mientras ponia su gigantesca mano en el hombro del casanova-- !Claro, Pedro se porta de maravilla! !Es un gran tio! Aun con el ruido del bar a nuestro alrededor la voz de aquel tipo alcanzaba a escucharse. Mi supuesto conquistador abrio sus ojos de par en par al mirar al tipo que tenia la mano en su hombro. --Le dire que lo estas buscando --dijo--. Adios, hermosa --el hombre guardo su movil en el bolsillo de su pantalon y le quito la mano del hombro. Imposible no notar ese trasero tan espectacular que lucia en sus jeans ajustados a la perfeccion. --No estaba haciendo nada --dijo mi conquistador mucho mas nervioso que cuando me dirigio la palabra.

  • Lo mejor de nuestras vidas de Lucia Galan Bertrand

    https://gigalibros.com/lo-mejor-de-nuestras-vidas.html

    < Un verdadero aprendizaje de vida, un descubrimiento profundo de mis emociones, de las de mis hijos y de las de cientos de familias que pasan por mi consulta.
    ?Que siente mi hijo? ?Que siento yo como madre? ?O tu como padre? Una lectura para no desperdiciar ni un solo minuto de la vida de nuestros hijos, instantes que ya no volveran. ?Que te gustaria que recordaran tus hijos de ti y de su infancia cuando sean mayores? !Atrevete a descubrirlo!>>

  • Un millar de flores de Lis Haley

    https://gigalibros.com/un-millar-de-flores.html

    “Tras dejar atras su Japon natal, Kaori elije Nueva York como destino en el que vivir segun sus propias normas. Va disenando su futuro a traves del pequeno negocio de arreglos florales que dirige, y solo se lamenta porque posee una brujula de lo mas erronea para elegir pareja. Por este motivo, no le extrana verse atrapada en una irresistible atraccion hacia un hombre de negocios que tiene planificado hasta el ultimo milimetro del resto de su vida.
    Victor Tilman tiene un unico objetivo: conseguir que la Tilman Company Purchases, su empresa inmobiliaria, sea la numero uno a nivel internacional. Con ese objetivo, se compromete con Ariana Fox, hija del magnate que supone su principal competidor. A pocos dias de la boda, su sofisticada prometida le pide que consiga los centros florales mas bonit”

  • Las noches de Gael de Sandra Bree

    https://gigalibros.com/las-noches-de-gael.html

    Una historia de amor y aventura ambientada en la fascinante epoca de la regencia.

  • Leyendas del Sexo de Gema Perez

    https://gigalibros.com/leyendas-del-sexo.html

    Estas frente a una coleccion que incluye 10 libros escritos por Gema Perez.
    A continuacion te dejo los titulos de las obras:

  • El vigilante del fiordo de Fernando Aramburu

    https://gigalibros.com/el-vigilante-del-fiordo.html

    El <> es un hombre de mediana edad destinado a una inhospita cabana solitaria, en las orillas de un fiordo noruego, con la mision de alertar de la presencia de terroristas en la zona, por lo que debe permanecer dia y noche ojo avizor. Esa situacion de pesadilla, intimamente relacionada con el enloquecedor sentimiento de culpa que asedia a un funcionario de prisiones, conforma la atmosfera claustrofobica del relato que da titulo a este excepcional libro de cuentos. Y algo de esa angustia provocada por el terrorismo se reconoce tambien en <>, donde el miedo empuja a un matrimonio a huir de ciudad en ciudad, o, ya en su maxima expresion, en <>, un mosaico impactante a partir de las vivencias de varios personajes en la tragedia del 11-M. Otras conmociones mas intimas se recrean en la historia del adolescente que descubre la catadura moral de su padre durante unas vacaciones; en el personaje que se encuentra cada dia con el dolor de una mujer que llora en una estacion de metro, o en el que asiste a su propia muerte.

  • La identidad oculta de Dylan (Amar a un multimillonario 2) de Towanda Richardson

    https://gigalibros.com/la-identidad-oculta-de-dylan-amar-a-un-multimillonario-2.html

    Dylan lleva demasiado tiempo siendo alguien que no quiere ser. Que no merece ser. Lleva demasiado tiempo con el peso de la culpabilidad sobre sus hombros, y ya no sabe que mas hacer para solucionarlo. Hasta que decide romper con todo e iniciar una nueva vida en la que ni sus errores del pasado, ni el dolor que provoco ni su fortuna familiar sean un lastre para ser feliz.

  • Contra la Marea de Elizabeth Camden

    https://gigalibros.com/contra-la-marea.html

    Tras una infancia repleta de incertidumbres, Lydia Pallas se ha forjado una vida perfecta y ordenada. Sus dias transcurren a orillas del ajetreado puerto de Boston, donde su habilidad para los idiomas le ha proporcionado un puesto envidiable como traductora de la Marina americana. Su talento consigue atraer la atencion de Alexander Banebridge, un hombre misterioso que necesita un traductor. Movido por su campana personal para acabar con el trafico de opio, Banebridge es una persona fria, metodica e implacable en sus propositos. No puede permitirse enamorarse de Lydia y tendra que luchar contra el amor que empieza surgir entre los dos. Cuando sus enemigos consigan tomarle la delantera, Bane se vera obligado a recurrir a la ayuda de Lydia. Ella esta dispuesta a demostrar su valia, pero no tardara en descubrir una cosa: llevar a cabo la mision de Bane supone poner a prueba su inteligencia y su valor hasta limites insospechados. PREMIO DAPHNE DU MAURIER 2013 AL MEJOR ROMANCE INSPIRADOR DE MISTERIO

  • Mujer oceano de Vanesa Martin

    https://gigalibros.com/mujer-oceano.html

    < no sea que, al sentirla humeda, la invite donde guardo ciertos ecos y duermen huracanes, alli donde mas de uno murio a oscuras, perdiendose en el intento de encontrar fuego,que cuando quemas es porque hay alma, y cuando hay alma, duelo.>>
    En Mujer oceano, Vanesa Martin se enfrenta, sin la complicidad de la musica, a la poesia. Amor y desamor son los blancos donde van a dar las palabras afiladas, a veces estudiadas y a veces rabiosamente libres, de Vanesa. Una seleccion de poemas cercanos, urbanos y actuales en los que late la delicadeza y sensibilidad femenina, pero tambien el caos y la potencia del oceano.