• la acabadora cerdena - Michela Murgia

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    Fillus de anima. Asi es como llaman a los ninos engendrados dos veces, por la pobreza de una mujer y por la esterilidad de otra. De este segundo parto era hija Maria Listru, fruto tardio del alma de Bonaria Urrai. Cuando la anciana se detuvo bajo el limonero a hablar con la madre de Maria, Anna Teresa Listru, la nina tenia seis anos y era el error despues de tres aciertos. Sus hermanas eran ya unas senoritas, asi que ella jugaba sola en el suelo a hacer un pastel de barro amasandolo con hormigas y poniendo el esmero de una mujercita. Las hormigas movian sus rojizas patas entre la masa mientras iban muriendo lentamente bajo las decoraciones de flores silvestres y el azucar de arena. Al cruento sol de julio, el pastel le crecia en las manos, hermoso como a veces lo son las cosas malas. Cuando la nina levanto la cabeza del barro, vio a su lado a la tia Bonaria Urrai a contraluz, sonriendo con las manos apoyadas en su vientre seco, satisfecha por algo que Anna Teresa Listru acababa de darle. Que era exactamente, Maria no lo comprendio hasta pasado un tiempo. Se marcho con la tia Bonaria ese mismo dia, con el pastel de barro en una mano y en la otra un cesto lleno de huevos frescos y perejil, miserable viatico de agradecimiento. Aunque sonreia, la nina intuia que en alguna parte habria un motivo para llorar, pero no consiguio que le viniera a la mente. Tampoco pudo conservar el recuerdo del rostro de su madre mientras se alejaba, como si la hubiera olvidado hacia ya tiempo, en el momento misterioso en que las hijas deciden por si solas con que es mejor amasar el barro de los pasteles. En cambio, durante anos recordo el cielo ardiente y los pies de la tia Bonaria calzados con sandalias, uno asomando por el borde de la falda negra y el otro oculto debajo, en una alternancia muda cuyo ritmo las piernas seguian con dificultad. La tia Bonaria le proporciono una cama solo para ella en un dormitorio lleno de santos, todos malos. Alli, Maria comprendio que el paraiso no era un sitio para ninos. Dos noches paso en silencio, escudrinando con ojos bien abiertos la oscuridad para sorprender lagrimas de sangre o destellos en las aureolas. La tercera noche se dejo vencer por el miedo al Sagrado Corazon, que apuntaba hacia su pecho chorreante con un dedo que el peso de tres rosarios hacia visiblemente amenazador. No aguanto mas y grito. Menos de un minuto despues, la tia Bonaria abrio la puerta y encontro a la nina de pie junto a la pared, abrazando la almohada de basta lana escogida como peluche defensor. Luego miro la imagen sangrante, que le parecio mas proxima a la cama que nunca. Cogio el Sagrado Corazon y se lo llevo sin decir palabra; al dia siguiente desaparecieron tambien del mueble la pila de agua bendita con el altorrelieve de santa Rita y el cordero mistico de escayola, de pelaje crespo como un perro vagabundo y feroz como un leon. Maria tardaria un poco en volver a rezar el avemaria, y lo haria en voz baja, para que la Virgen no la oyera y la tomara en serio en la hora de nuestra muerte, amen. No resultaba facil calcular los anos de la tia Bonaria por aquel entonces, pero eran anos detenidos desde hacia tiempo, como si hubiera envejecido de golpe por decision propia y luego se hubiera limitado a esperar pacientemente a que el tiempo la alcanzara con retraso. Maria, en cambio, habia llegado demasiado tarde incluso al vientre de su madre y de inmediato se habia acostumbrado a ser la ultima preocupacion de una familia que ya tenia demasiadas. Sin embargo, en casa de aquella mujer experimentaba la insolita sensacion de haberse vuelto importante. Cuando por la manana dejaba la puerta a su espalda y apretaba la enciclopedia entre las manos camino del colegio, tenia la certeza de que, si se volvia, la encontraria alli, mirandola, apoyada contra el quicio como si sujetara las bisagras. Maria no lo sabia, pero la anciana la observaba sobre todo de noche, en esas noches corrientes sin ningun pecado al que culpar de estar despierto. Entraba en el dormitorio a hurtadillas, se sentaba frente a la cama de la nina y la miraba en la oscuridad. Aquellas veladas, Maria, que creia ser la primera de todas las preocupaciones de Bonaria Urrai, dormia sin sentir aun el peso de ser la unica. En Soreni comprendian sobradamente las razones de Anna Teresa Listru para haberle dado su hija menor a la anciana. Desatendiendo los consejos de la familia, habia hecho un mal matrimonio y se habia pasado los quince anos siguientes quejandose de aquel hombre que solo sabia hacer bien una cosa. Con las vecinas, Anna Teresa Listru se complacia en lamentarse de que su marido no habia conseguido serle util ni en la muerte, pues ni siquiera habia tenido el detalle de morir durante la guerra a fin de dejarle una pension. Declarado no apto, Sisinnio Listru habia acabado sus dias tan estupidamente como los habia vivido, aplastado igual que un grano de uva en el lagar bajo el tractor de Boreddu Arresi, para quien trabajaba de vez en cuando como aparcero. Al quedar viuda con cuatro hijas, Anna Teresa Listru habia pasado de la pobreza a la miseria y aprendido a hacer el puchero, aseguraba, hasta con la sombra del campanario. Ahora que la tia Bonaria le habia pedido a Maria como hija, no acababa de creerse que pudiera echar todos los dias a la olla dos patatas de las tierras de los Urrai. Si el precio era la criatura, pues muy bien: a ella, criaturas aun le quedaban tres. En cambio, nadie entendia realmente por que, a su edad, la tia Bonaria Urrai se habia hecho cargo de la hija de otra. Los silencios se alargaban como sombras cuando la anciana y la nina pasaban por la calle juntas, suscitando comentarios a media voz entre la vecindad. Bainzu el estanquero se regodeaba con la idea de que un rico tambien necesitaba en la vejez dos manos que le limpiaran el culo. Pero Luciana Lodine, la hija mayor del fontanero, no veia la necesidad de buscar una heredera para que hiciera lo que podia hacer cualquier sirvienta bien pagada. A Ausonia Frau, que de culos sabia mas que una enfermera, le gustaba poner fin a la conversacion sentenciando que ni siquiera la zorra quiere morir sola, y llegados a ese punto nadie anadia nada. Por supuesto, si no hubiera sido rica, Bonaria Urrai habria acabado como todas las que se quedan sin hombre, que no es precisamente teniendo una fill'e anima. Viuda de un marido que no habia llegado a desposarla, en otras condiciones quiza habria sido prostituta, o monja, con los postigos siempre cerrados y vestida de negro hasta el ultimo aliento. El vestido de novia se lo habia robado la guerra, aunque en el pueblo se decia que no era verdad que Raffaele Zincu hubiera muerto en las riberas del Piave, donde se habian librado terribles combates: lo mas probable es que, con lo espabilado que era, hubiera encontrado hembra alli y se hubiera ahorrado el viaje de vuelta para dar explicaciones. Tal vez por eso Bonaria Urrai era vieja desde joven, y ninguna noche se le antojaba a Maria tan negra como su falda. Pero el pais estaba repleto de viudas de maridos vivos; eso lo sabian las mujeres que chismorreaban y tambien Bonaria. Por ese motivo, cuando iba por la manana a comprar el pan recien hecho, andaba con la cabeza alta sin pararse nunca a hablar y volvia directa a casa como la rima de una octava cantada. En la decision de adoptar una fill'e anima, lo mas dificil para Bonaria no habia sido ni mucho menos la curiosidad de la gente, sino la reaccion inicial de la nina. Despues de seis anos compartiendo el aire de un solo cuarto con sus tres hermanas, era evidente que el espacio que Maria consideraba propio no iba mas alla de lo que podia abarcar con un brazo. La llegada a la casa de Bonaria Urrai trastoco esa geografia interior; entre aquellas paredes, los espacios unicamente suyos eran tan amplios que la pequena tardo semanas en comprender que en las puertas de las numerosas habitaciones cerradas no apareceria nadie diciendo: <>. Bonaria Urrai jamas cometio el error de invitarla a que se sintiera en su hogar, ni dijo ninguna de esos topicos que suelen decirse para recordar a los invitados que no estan en su casa. Se limito a esperar a que los espacios que durante anos habian permanecido vacios tomaran gradualmente la forma de la nina, y cuando, al cabo de un mes, todas las puertas de las habitaciones habian sido abiertas para siempre, tuvo la sensacion de no haberse equivocado dejando que la casa se adaptara. Una vez que se sintio segura de la nueva confianza adquirida con aquellas paredes, Maria empezo a mostrar poco a poco mayor curiosidad por la mujer que la habia llevado a vivir con ella. --?De quien es hija usted, tia? --pregunto un dia, mientras comia menestra. --Mi padre se llamaba Taniei Urrai, era ese senor de ahi... Senalo la vieja fotografia amarillenta colgada sobre la chimenea, en la que Daniele Urrai, tieso con un chaleco de pana, aparentaba unos treinta anos. A la nina podia parecerle cualquier cosa excepto el padre de la anciana que tenia delante, incredulidad que Bonaria leyo en su cara sonrosada. --Ahi era joven, yo aun no habia nacido --preciso. --?Y no tuvo madre? --insistio Maria, que no estaba muy familiarizada con la idea de que se pudiera ser hija de un padre. --Claro que si, se llamaba Anna. Pero ella tambien murio hace muchos anos. --Como mi padre --anadio, seria, la pequena--. A veces lo hacen.

  • LA ACABADORA | MICHELA MURGIA | Casa del Libro

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    Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. Bonaria Urrai, la modista del lugar, mujer de antigua belleza y perenne soledad, ...

  • La acabadora (Salamandra Narrativa) - Michela Murgia

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    La acabadora (Salamandra Narrativa) : Murgia, Michela: Amazon.es: Libros. ... Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta.

  • Mis críticas: La acabadora | La librería de Javier

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    1 jun 2011 — La acabadora es la historia de una mujer natural de Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, y de profesión modista, que un buen día adopta a ...

  • La acabadora - Libro de Michela Murgia - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/62400/la-acabadora

    Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. Bonaria Urrai, la modista del lugar, mujer de antigua belleza y perenne soledad, ...

  • LA ACABADORA - MURGIA MICHELA - Sinopsis del libro ...

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    Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. Bonaria Urrai, la modista del lugar, mujer de antigua belleza y perenne soledad, ...

  • LA ACABADORA | Traficantes de Sueños

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    Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. ... encabezó durante semanas las listas de los libros más vendidos en todo el país y ...

  • "Hay que reglamentar el final de la vida" | Babelia | EL PAÍS

    https://elpais.com/diario/2011/06/25/babelia/1308960743_850215.html

    24 jun 2011 — Entrevista:Michela Murgia | LIBROS / Entrevista ... intérprete de aquel universo en La acabadora, suele tocar temas incómodos en sus libros, ...

  • la acabadora - Librería El Puerto

    https://www.libreriaelpuerto.com/es/libro/la-acabadora_314440

    LA ACABADORA, MURGIA, MICHELA, 15,50€. Una novela ganadora del premio Campiello ... Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta.

  • La acabadora | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/37498-libro-la-acabadora-9788498385113

    Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. Bonaria Urrai, la modista del lugar, mujer de antigua belleza y perenne soledad, ...

  • Instituto Aragonés de Antropología - LA ACABADORA, UNA ...

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    8 jul 2020 — LA ACABADORA, UNA TRADICIÓN DE CERDEÑA Desde hace más de diez años, ... De su investigación, ha nacido un libro: “La antología de la mujer ...

  • La Asistente De Boda Del Jeque de Jessica Brooke

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    Alana Fiora asimilo la magnitud del palacio arabe, un monumento en piedra tallada y marmol en el pais de Al-Marasae; una maravilla que nunca hubiera pensado que veria en persona. Su madre, que habia crecido en el Libano, le habia contado historias de lo asombroso que habia sido el Palacio Beiteddine cuando se abrio al publico durante el Festival Beiteddine. ?Pero esto? El palacio de la familia real Hassem estaba mas alla de todo lo que podria haber imaginado. No estaba segura de que era lo que esperaba cuando su padre le dijo que trabajaria en el palacio unos pocos meses. Pero su mente habia evocado imagenes del Taj Mahal, con sus blancos chapiteles resplandecientes alcanzando el cielo o las grandes bovedas hinchadas como lagrimas de oro asentadas en torres enormes. Lo que le esperaba aqui era un palacio con exteriores en austera arenisca rosada, con apagados chapiteles, que parecian mas bien torres de un castillo europeo. Si se mirara con detenimiento, se podria ver las bovedas relucientes a traves de las esquinas y la cupula en alto, todo ello disimulando un exuberante arco iris de color increible y la decoracion interior. El salon de entrada le recordaba, extranamente, a las navidades. Los mosaicos geometricos pintados que cubrian sus muros en verdes y rojos brillantes incorporaban caligrafia tallada que danzaba por todo el salon. Alana se dirigio a la biblioteca del palacio (o a una de ellas, en todo caso) donde, se le habia informado, se encontraba el principe primogenito Jeque Dharr Hassem. El jeque Dharr era su mision aqui en Al-Marasae, el futuro novio. Con veintisiete anos y con muchos anos de universidad a sus espaldas, no le habia parecido algo demasiado normal convertirse en experta de organizacion de bodas. No, mejor borrar eso, asistente experta en organizacion de bodas. Su madre, Lena, habia sido quien habia sido contratada por la familia real. Sin embargo, las bodas islamicas eran basicamente un contrato legal y Gabriel Fiora habia decidido que el reluciente nuevo titulo de Derecho de Alana era justo lo que su madre necesitaba llevar con ella a Oriente Medio. El curro, aun asi, venia con un magnifico beneficio para ella: para hacer el trabajo deberia de ser ascendida de asistente juridico a abogada en practicas. Alana nunca habia oido de ningun caso semejante, aunque tampoco habia oido que alguien graduado en Derecho fuera contratado como asistente legal para empezar. Aun con su diploma, era el unico trabajo disponible en el bufete de su padre y el se habia resistido a la idea de que ella trabajara para cualquier otro. El era su padre, despues de todo, asi que en aquel momento cogio el puesto, aunque ahora estaba mucho mas contenta con la promocion. Su padre parecia confiar unicamente en ella para este trabajo, lo cual era gratificante, aunque un tanto extrano. Todo el asunto era un tanto raro, empezando por la manera en que se lo presento. Ella recordaba que la habia llamado desde su oficina una noche hacia las nueve. Alana tambien estaba alli, tratando de sacar algo en claro de todos las caligrafias deficientes y archivos mal nombrados. Gabe dijo que habia perdido una apuesta sobre un recorrido de golf y que se habia quedado mas tarde de lo normal hincando el diente a un trabajo de machaca para uno de los socios de mas arriba en el escalafon corporativo. El queria saber si recordaba los rumores que habian rondado en la bolsa sobre cierto jeque de un pequeno pais de Oriente Medio llamado Al-Marasae, cerca de Arabia Saudi y los Emiratos Arabes Unidos. Alana habia recordado los rumores. Le habian asignado alguna comprobacion de hechos en Hassem Petroleum, Inc., puesto que era a la vez cliente de Singer, Winchester and Cole, asi como una inversion de muchos de sus empleados. Habia oido rumores de que el heredero del jeque reinante habia resultado envuelto en algun tipo de controversia. Alana nunca acabo de identificar exactamente lo ocurrido, pero la corriente del rumor crecio con chismes variables--desde el intento de asesinato por parte del jeque Darr hacia su propio padre, hasta su affair con una princesa italiana. Sea como fuere, debia de haber algo de verdad en los rumores, puesto que se habia comunicado a la junta directiva de Hassem Petroleum que podria haber algun cambio en la linea sucesoria de la familia real hacia agosto de 2015. Se habia fijado cierto tipo de ultimatum para el principe, y ahora Alana sabia lo que era. Se tenia que casar. Ella no sabia que encantamiento habia empleado, pero de alguna manera su padre habia descubierto que el jeque Azhaar Hassem, el dirigente de Al-Marasae, habia dado a su hijo hasta agosto para casarse, o seria descartado en favor de su hermano menor. Alana dudaba aun mas de que fuera una simple coincidencia el hecho de que su madre fuera reclutada como organizadora de bodas para el evento. Su madre tenia en marcha un pequeno imperio bastante simpatico, y habia organizado el "mejor dia de vuestras vidas" para mas de una pareja famosa. A pesar de ello, de alguna manera dudaba que el estatus de Lena Fiora como organizadora de bodas hubiera alcanzado notoriedad internacional. No, su padre se habia servido en cierto modo de ellos para esto, pero no estaba segura de con que objetivo. Pero, oye, ella era una abogada capacitada, y su madre iba a conseguir un cheque bastante gordo, asi que no podia ser tan malo. Fuera lo que fuera en lo que andaba metido, de momento salia rentable. Ahora, solo necesitaba conseguir unos pocos minutos con del jeque Dharr. La puerta de la biblioteca era igualmente impresionante que el resto del palacio. La puerta de tamano doble iba desde el suelo hasta un estilizado arco de punto del techo, dejando sitio solamente para la misma jamba. La libreria tras la puerta no tenia nada que ver con sus expectativas. Estaba acostumbrada a las bibliotecas de la Universidad de Nevada, Las Vegas, incluyendo la Biblioteca de Derecho Weiner-Rogers, asi que la palabra biblioteca normalmente conjuraba imagenes de mesas de madera rodeadas de incomodas sillas de alambre grueso con asientos de plastico e interminables estanterias, con tantas filas de profundidad que te podias perder entre ellas. En cambio, lo que encontro era una planta redonda de la misma arenisca rosa, de una docena de metros de diametro, en lo que conjeturo que era uno de los chapiteles a modo de torreones de la esquina. Mosaicos pintados en azul y rojo intensos rodeaban estanterias que habian sido excavadas en los mismos muros, que se curvaban en espiral con la sinuosa escalera de piedra, que serpenteaba a lo largo del muro hasta al menos otro piso. En el centro, habia una amplia mesa octogonal sin sillas. Cada lado tenia un almohadon afelpado color burdeos, apoyado en pequenos cojines descansando contra el, con borlas doradas colgando de sus esquinas. El aire era seco y fresco con el delicioso aroma que solo pueden desprender los libros. Las suaves estanterias de piedra estaban cargadas de tomos y Alana pasaba las manos por sus lomos, sintiendo las encuadernaciones de piel y las caligrafias labradas. La mayoria de los libros, al menos en esta planta, estaban escritos en arabe, o en todo caso se trataba de traducciones. Los amplios caracteres bajo sus dedos y la atmosfera extranjera hacian que Alana se sintiera como si la hubiesen raptado dentro de uno de aquellos mismos libros. ?Cuantas horas podria perderse en una biblioteca como aquella, hondamente enterrada en uno de aquellos cojines gigantes? Suspiro mientras retiraba la mano de los libros. -- Perdon, chicos, tengo que encontrar a un jeque. Seguro que sabeis donde esta, ?no? --Quizas le convenga echar un vistazo a la segunda planta. Alana quedo boquiabierta durante un momento antes de darse cuenta de que la voz incorporea procedia de algun lugar encima de su cabeza. Hizo girar sus ojos a su alrededor y miro a lo largo de la escalera de espiral, mientras el sol de la manana se desparramaba por las hermosas vidrieras azules y rojas que la delimitaban, pero no podia divisar a nadie. Sus pies tomaron los peldanos. Afortunadamente, habia decidido llevar zapatos bajos. Los tacones no solo habrian sido indecentes, sino que tambien habria sido un horror para sus pantorrillas el subir los peldanos de piedra. Al llegar a lo alto del tramo de escaleras, localizo a una persona sentada en una silla de piel atiborrada y oculta tras un periodico. Creia que su padre era la ultima persona del mundo en leer aun aquellas cosas. El segundo piso parecia mas tradicional, con mesas de cafe de madera cuidadosamente lustrada y cristal. Salpicados por doquier se podian encontrar elegantes sillones orejeros hechos en piel, mezclando el olor de los libros con la piel y el barniz de madera. La escalera acababa alli, pero las estanterias y los libros seguian aun mas alto, al menos dos pisos mas, donde el techo estaba decorado con arabescos en un azul mas claro y blanco, en un patron trenzado, circular, y caleidoscopico. El hombre de la silla doblo su periodico y se levanto para recibirla. Era alto y esbelto, con anchos hombros que se estrechaban descendiendo hasta estrechas caderas. Contaba con una mandibula afilada y pomulos salientes. El hombre, que supuso seria el jeque Dharr, alcanzaria casi el metro noventa de estatura e iba vestido con una holgada camisa blanca de algodon e inesperados jeans occidentales. Sus ojos de color de miel la sopesaron con perspicacia, y su piel, entre cetrina y cobriza, parecia relucir en el halo resplandeciente de la vidriera mientras permanecia de pie con las manos cruzadas detras. --No la conozco --dijo sencillamente. *** Nunca habia visto a una mujer apareciendo en lo alto de las escaleras de la biblioteca. Mediria uno sesenta y ocho en el mejor de los casos, con pelo azabache recogido en una coleta sobre una sencilla americana azul cubriendo una blusa de cachemira crema. Una falda a juego hasta la rodilla cubria unas caderas voluptuosas y las gafas sin marco acentuaban los ojos turquesa mas imponentes que el jeque hubiera visto en su vida. Resaltaban frente a su cutis cetrino y sus suaves labios con silueta de corazon. Las elegantes lineas de su rostro se disolvian en un largo escote que desaparecia entre el tejido de su ropa. El jeque Dharr habia notado inmediatamente la falta de hijab o cualquier otro tocado y dio por supuesto que era una de entre los americanos que habia hecho venir su padre para la boda. Poso a un lado su periodico y se mantuvo en pie, observandola detenidamente segun se acercaba. --No la conozco. --No, nunca nos hemos encontrado. Soy Alana Fiora, ha contratado a mi madre como organizadora de su boda --dijo en una voz que habria rezumado profesionalidad si no fuera por la ligera vacilacion. El sospecho que probablemente se encontraba encogida por el esplendor del palacio, tal y como sucedia normalmente a los pocos visitantes que habian venido. Pero tambien reconocio el sonido de la inexperiencia. Noto que ella no le habia ofrecido su mano como saludo, y encontro inusual que una extranjera supiera que una mujer no deberia tender su mano al saludar. O eso, o simplemente ella estaba siendo descortes. La boda, por supuesto. La condicion de su padre para mantener su lugar como heredero del reino. Su padre sabia que legalmente no podia privarle de su herencia, pero el gobierno si que se lo podria retirar. Tambien sabia que, si perdiera el poder ejecutivo del reino, la posicion de facto como director de Hassem Petroleum iba con el. --De hecho fue mi padre quien la contrato --dijo, volviendo a su asiento--. Sientese, y digame para que me necesita. ?Ya hemos llegado a la degustacion de la tarta? --Muchas gracias, jeque Dharr. No --sonrio--. Estoy colaborando con la organizacion de la boda, pero la razon principal por la que me encuentro aqui es como consejera legal para el Katb elKitab, el contrato de matrimonio. Apuesto a que la degustacion de la tarta seria mucho mas divertido. La sonrisa de Alana era brillante, plena de dientes blancos como perlas. El no podia evitar sonreir a su vez. --Digame, senorita Fiora, ?por que habrian mandado a una mujer a aconsejarme, especialmente a una bisona en las leyes de los Estados Unidos, no digamos ya a los contratos matrimoniales islamicos? Esos ojos turquesa brillaron, pero estaba intrigado por saber si iba a morder el cebo prontamente. --?Que le hace creer que soy novicia? El se encogio de hombros. --Es usted joven. Se deduce de ello. Sencillamente, se retiro las gafas y las doblo en el bolsillo interior de su chaqueta. --Entiendo cuan diferentes son nuestras culturas, mi jeque. Podria inventarme como excusa la ignorancia de mi padre respecto a las costumbres de su cultura. Podria admitir que quizas el nepotismo tuvo algo que ver. Podria tratar de impresionarlo con mis cuantificaciones y resultados en la universidad o con mis estudios previos en legislacion islamica y judaica. Pero, sinceramente, creo que su padre accedio a que viniera con mi madre porque no sentia la necesidad de pagar los elevados honorarios de los abogados mas reconocidos del bufete para algo que se reduce a un mero acuerdo prenupcial. Esta era nueva, pero no tenia miedo en absoluto en sacar un poquito las garras. Esto le gusto. --Asi pues, digame, consejera, que me tiene preparado? --El Katb-el-Kitab esta en su mayor parte en orden. Es mayormente el modelo general de ustedes, regido por el Islam sunita, la jurisprudencia Hanafi que rige en Al-Marasae, etcetera. Usted firmara en su propio nombre y el sultan Jassor bin Adi Puteri firmara en nombre de su hija la princesa Raaniya Binti Jasoor. El unico asunto que me preocupa es algo sepultado en el mahr, lo que los occidentales llamarian la dote. --Si, senorita Fiora, estoy familiarizado con las costumbres matrimoniales de mi propia cultura. --Por supuesto --dijo, y el notaba que ella trataba de mantener la pulla ajena a su voz--. Pero lo que encontre es algo que pense que seria apropiado comunicarselo personalmente. Puede que usted este al tanto de esto, pero no podia evitar tener la sensacion de que estaba encubierto intencionadamente entre la jerga legal. --Prosiga --dijo el, meciendo su mano. --En esencia, el mahr contiene una estipulacion que transfiere el diez por ciento de sus acciones con derecho en RPI a la familia real de Burhinna. Asi que eso era parte de la estratagema de su padre. Habia habido controversia, algunos dicen que infundada, sobre si menguaban las existencias domesticas de crudo en Burhinna. La pequena nacion de Malasia habia dado con un pozo en los primeros anos veinte del siglo pasado que les habia convertido en muy pudientes comparados con su tamano. Si fueran ciertos los rumores sobre el cierre de ese pozo, parecia como si estuvieran tratando de crear algun tipo de colaboracion encubierta con RPI a traves del matrimonio. Tras sus propios intentos fallidos, parecia como si su padre le hubiese comprado una novia con las propias acciones de Dharr. --Es un asunto que no habia previsto. Pero, llegados a este punto, no me parece descabellado -- suspiro casi. --Bueno, esa no era la parte que estaba muy oculta. Como sabra, hay dos partes en un mahr. Hay una que se concede directamente tras el matrimonio, y esta lo que se espera si el matrimonio se disuelve. Lo que encontre es que al parecer en caso de disolucion, por cualquiera de las dos partes, la cantidad se dispara a otro 25% mas, para un total de 35%. Eso es el 35% de sus acciones en RPI que iran a la familia real si se produjera un divorcio --dijo ella, pasandole un archivador lleno de papeles. Habia dos especificamente senalados con marcadores de pegatinas amarillas. El jeque Dharr se sento frente a su silla y tomo el monton de ella. Noto que se lo ofrecia con su mano derecha y no con la izquierda. Aun no sabia si era coincidencia o si quizas ella poseia ciertas nociones de las costumbres de Oriente Medio. El jeque hojeo los papeles, seguro de que tenia que haber mas en las cifras que habia encontrado ella. Tenia que haber algun tipo de proteccion para evitar tanto a el como a la princesa el cortar y salir corriendo tras el matrimonio. El archivador requeria un examen mas detallado que no podia darle al momento, ya que varios asuntos en Hassem Petroleum requerian su atencion esa manana. --Necesito revisar estos mas de cerca, pero enseguida tengo una reunion. Venga conmigo a cenar al restaurante Principes y Paisanos. Tengo una mesa en el salon del piso de arriba. Vistase de modo apropiado. --Por supuesto, mi jeque. Si eso es todo... --y estaba seguro de que ella no quiso darle a sus palabras la leve huella de ponzona que llevaban, pero aquello no le sento mal. No queria otro monigote o pelele a sus pies. Esta mujer ya le habia probado que tenia un ojo agudo y cierta integridad. Ahora el tenia bastante curiosidad en ver hasta donde llegaba su talante. Permanecio en pie, mientras ella retiraba sus gafas de su chaqueta y extendio su brazo hacia las escaleras. --Si, senorita Fiora. Eso sera todo por ahora. La veo esta noche a las siete. --Hasta entonces --contesto Alana. Recogio sus cosas y se retiro haciendo resonar las suelas por toda la biblioteca segun descendia las escaleras. Alana Fiora, su nueva consejera con los cautivadores ojos turquesa le dejo tambien un eco tras su paso. Habia encontrado algo improcedentemente oculto en el contrato con su futura novia, o era que quizas buscaba algo dramatico --?el impetu de una hija excesivamente entusiasta, tratando de ganarse a su propio padre? Lo descubriria esta noche, tras tratar de analizar los documentos personalmente. En cualquiera de los casos, tenia preguntas para su nueva consejera, unas pocas mas alla del archivador que sostenia. Las trataria esta noche.

  • En los negocios y en el placer 2 de Carolina Gattini

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    Me llamo Robert Doyle, llevo un traje italiano a medida que me sienta como un guante y un reloj de oro en mi muneca. Me siento como si fuera un idiota, me siento como si fuera mi hermano, Jonathan Doyle. Todos me miran como si no pudieran creer que estoy aqui, en una enorme sala de reuniones donde los principales accionistas me estudian de arriba abajo, solo les falta el monoculo… Despues de pasar casi dos anos en Tailandia todo esto me parece una broma, o una pesadilla. Pero tengo que defender mi posicion en este mundo cruel donde los negocios son como la presa de un monton de tiburones. Soy un buscador de sensaciones, diagnosticado, he buceado en aguas llenas de tiburones de verdad, pero estas experiencias son demasiado peligrosas. Sinceramente no creo que este hecho para esto, para los negocios, pero no tengo mas remedio. Mi hermano se ha casado y ha decidido “cortarme el grifo”, por lo que ya no podre mantener mi vida tal cual la he conocido. El ha renunciado a seguir en Nueva York y ha dejado todo a mi cargo mientras se divierte con su querida esposa. Nunca he odiado a mi hermano, pero estoy experimentando ciertos sentimientos encontrados… Estas cosas no se le pueden hacer a alguien como yo, no estoy acostumbrado. Lo bueno de ser el hermano pequeno durante mucho tiempo es que nadie espera nada de ti, ese es el trato no escrito en el universo desde el origen de los tiempos. Ademas, no me gustan las responsabilidades, siempre he huido de ellas como de la peste. Tampoco me gusta que me miren todos como si fuera retrasado. A mi derecha tengo una panda de vejestorios que prefiero no describir, a mi izquierda se han sentado los “jovenes”, tal vez en otro universo sean jovenes, en este solo son “menos viejos”. Bueno, y no solo hay accionistas, tambien han venido acompanados de sus abogados, etc. Pero todos y cada uno tienen algo en comun, creen que soy un inutil. Una de las accionistas, en el lado de los vejestorios, me mira como si hubiera matado a uno de sus hijos. Me dan ganas de gritarle que no he cometido ningun crimen. Pero no me dejare intimidar, ni por ella ni por la cuatrojos con pinta de abogaducha reprimida sexualmente que hay sentada tras ella. Al lado de los “jovenes” hay otro especimen que me mira sonriendo, como si estuviera esperando que metiera la pata en cualquier momento. Yo no necesito esto, no lo quiero. Sera mejor que renuncie y llame a mi hermana. Ella se ocupara de estos idiotas. --Disculpen, tengo que hacer una llamada --me limito a decir mientras el poco agradecido publico cuchichea ante mi anuncio. Ya se que esperaban algo mas elocuente tras citarlos a todos con lo dificil que es. Me voy de la sala con toda la dignidad de la que soy capaz y cierro la puerta dejando escapar un suspiro mientras lo hago. --?Senor? --dice Francis, mi secretario. --Llama a mi hermana y citalos manana para que se reunan con ella, y les dices que estoy enfermo. --Su hermana tiene doce anos --me recuerda sin perder la calma, pero mirandome como si hubiera perdido la cabeza. --Si, pero saca muy buenas notas en el colegio, que por cierto es un buen colegio, habla cuatro lenguas perfectamente, y ademas en matematicas es la mejor de su clase, creo que es superdotada. Y lo mas importante: tiene mucho temple, clave para enfrentarse a ese grupo de ahi dentro. ?No crees? --No voy a responder a eso. --He dado una orden y tienes que cumplirla. --No estamos en el ejercito. Ademas, a mi me paga su hermano. --Pues entonces no me llames senor, que me creo que mando. Y tuteame. --?Bob? --Bob suena a perro. Robert esta mejor. --Pues entonces, Robert --remarca mi nombre con un tono agudo--, entra ahi y haz tu trabajo o lo perderemos todos --me ordena ahora levantandose de su silla tras la mesa y cambiando el tono amable por otro mas duro. Suspiro y cierro los ojos, tiene razon… Debo entrar ahi. Aun estoy decidiendome cuando la puerta de esa infernal sala se abre y aparece la cuatrojos que me miraba esperando que hiciera alguna estupidez, bueno, como me miraban todos, pero esta es mas repelente, me recuerda a una companera del colegio que creia saberlo todo. --Tengo una reunion dentro de una hora, ?va a tardar mucho? --me pregunta con una voz demasiado aguda incluso para aquella companera de colegio. --?Megan? --pruebo por si se trata de aquella nina, que ha crecido y ha llegado a mi vida de nuevo para amargarme la existencia en mi etapa adulta con su voz aguda. --No --se limita a responder antes de darse la vuelta frunciendo el ceno. Aun es mas repelente y fea cuando hace ese gesto de desprecio. Francis viene hasta mi y me da una palmadita en la espalda para infundirme valor. Vuelvo a entrar con pasos lentos pero aparentemente decididos y me coloco frente a la mesa, presidiendola en la cabecera. Tengo un monton de carpetas apiladas frente a mi que recuerdo que debia darselas a ellos. Un secretario a mi derecha y otra secretaria a mi izquierda esperan mi orden para entregarselas a cada uno de los accionistas minoritarios que rodean la mesa. Yo les hago un gesto afirmativo con la cabeza y las distribuyen. Tendria que haber hecho esto de las carpetas mucho antes, porque asi se habrian entretenido leyendo y no mirandome. Y ahora que lo pienso, podria haber puesto una pantalla con una proyeccion, asi habria desviado su atencion. Me lo apunto mentalmente para la proxima, aunque preferiria que no hubiera una proxima. --Parece correcto --dice uno del lado de los vejestorios, un abuelo canoso y con gafas de culo de vaso--. Pero el problema que yo veo, y creo que estamos todos de acuerdo en esta mesa, es que no nos fiamos de usted. --Me ofende --digo sobreactuando, colocando mi mano izquierda sobre mi pecho. Veo a la cuatrojos poner los ojos en blanco y a la vieja a su lado negar con la cabeza. --No hemos venido a perder el tiempo --dice otro en el lado de los “jovenes”, parece el tipico chulo de Wall street, no puede llevar mas gomina en la cabeza… --El problema es que tiene la mayoria de acciones --dice una mujer a su lado, esa no lleva gomina, lleva peluca, creo, porque ese pelo tan cardado no es normal. Y por fijarme en todas estas tonterias es por lo que jamas me dedique a los negocios como hizo mi hermano. --Estoy dispuesta a comprar las acciones y ocuparme yo mismo de la empresa --asegura el viejo de las gafas de vaso. --Ya quisiera yo, pero no puedo hacerlo, me temo que tendran que soportarme. Legalmente es como si estuvieramos casados. Nos tenemos que aguantar mutuamente. Se oye un murmullo que empieza a subir de tono. Luego se ponen a discutir unos con otros y yo me siento. La senora sentada con la cuatrojos se levanta para hacerse oir y por alguna razon que desconozco todos se callan. --Como segunda accionista, tengo una propuesta que hacer. Les cito manana a la misma hora. Y la tia se queda tan ancha, recoge su carpeta y se va, seguida de la gafotas. Bueno, y ?yo que hago? ?que pinto aqui? Decido concluir la reunion y todos asienten recogiendo sus cosas al igual que hago yo, un poco incomodo por la situacion. --Francis, ?quien es esa? El me mira frunciendo el ceno sin saber de quien hablo. --La vieja y la gafotas. --Son dos huesos duros, no me atreveria a llamarlas asi. Ni siquiera en privado. Capitulo 1. No, no me llego a acostumbrar a este estilo de vida, ni al trabajo. Levantarme a las 8 es un crimen, me niego. Que celebren esa reunion ellos solos, total yo no pinto nada alli. Me niego a levantarme de la cama, ?que va a pasar si no voy? Van a decidir lo que quieran ellos solos y encima nadie me toma en serio. Apago el despertador y sigo durmiendo. !Que mas da! Ya madrugue ayer y no tengo costumbre. En algun sitio lei que era malo para la salud cardiovascular madrugar tanto… Cuatro horas despues. El sonido insistente y exasperante del telefono me esta matando, estaba sonando con ese sonido y, cuando despierto, descubro que es real. Descuelgo al fin y oigo una voz masculina. --Senor, disculpe, es que hay una senorita que esta subiendo a su piso, no se como ha conseguido la llave, pero como me dijo que nadie le molestara jamas… Y que si a alguien se le ocurriera venir a visitarlo llamara a la policia… --?Y la has llamado? --pregunto bostezando. --No, senor, al tener la llave no podria llamar a la policia. --?Y como es la senorita? ?Esta buena? El conserje se queda en silencio unos segundos. --No creo estar autorizado para emitir un juicio asi, senor. Que hombre tan estricto, podria decirme que si o que no. Todo es tan raro aqui… No me gustan las ciudades. Me despido de el y cuelgo. Mientras estoy estirandome en la cama y bostezando de nuevo antes de decidirme a levantarme, una sombra aparece tras la puerta medio abierta de mi habitacion. Joder, me estoy acojonando. Agarro la manta de plumas y la llevo hasta la barbilla acostado aun en mi cama. Solo falta la musica de una pelicula de terror y creo que me cagaria literalmente encima. Cuando aparece tras la puerta esa mujer suelto un grito de puro horror y ella me mira enfadada acercandose hasta la cama y agarrando la manta para quitarmela de encima. --!No, por favor! --exclamo aterrorizado. Ella niega con la cabeza y yo trago saliva y agarro con mas fuerza la manta. --Estoy desnudo. Ella parece dudar mientras valora las posibilidades. --Te voy a explicar como seran las cosas a partir de ahora --amenaza soltando la manta, al fin debe haber decidido que era mejor no quitarmela y exponerse a la posibilidad de verme desnudo--. Me han nombrado tu administradora en la reunion a la que no has asistido. Tu empresa y mi empleo dependen de que te comportes como un ser humano normal, y yo tengo ordenes de que asi sea. Cada vez me da mas miedo esta mujer. Ahora entiendo por que el conserje no queria emitir un juicio de valor sobre la susodicha. Es la gafotas de la reunion, ahora me acuerdo de ella. Con esa voz aguda… Tan estridente a estas horas de la manana. No he pasado tanto miedo ni cuando estuve en una carcel turca un par de dias, prefiero no recordarlo, pero es que ha sido inevitable tras la imagen de esa mujer. Que ahora que lo pienso, me pregunto si es una mujer o un hombre delgado, aunque tiene el pelo largo, pero no por ello tiene que ser mujer, ?no? Bueno, tal vez me estoy pasando en su descripcion, pero es poquita cosa y muy poco femenina. --Levantate y vistete, te espero en el salon. Tienes cinco minutos --me ordena. ?Esta que se cree? Esta loca si cree que voy a obedecerla… Sin embargo no me da margen de respuesta, porque cuando se me ocurre una respuesta para ella, ya se ha ido. No tardo cinco minutos, tardo uno en ponerme los pantalones y una camisa y presentarme en el salon, donde me espera de pie con su maletin. --No pensaras ir asi a la oficina, ?verdad? --No pienso ir a la oficina, pero si quisiera ir, ?por que no podria ir asi? Ella me mira boquiabierta, creo que se ha quedado sin palabras, y yo sonrio al comprobarlo en su reaccion. Pero no, no se ha quedado sin palabras. --Pues para empezar es ridiculo lo que llevas puesto, esa camisa no tiene botones hasta el ombligo, por no hablar de los pantalones, que creo que es imposible que el ojo humano pueda apreciar mas variedad de colores, ademas de que la gente acabaria preguntandose hasta donde llegan tus partes nobles --dice ruborizandose al final. --Si alguien se preguntara eso se lo podria ensenar --aseguro sonriendo y sosteniendo mis “partes nobles” con la derecha. Creo que ya se su punto debil, parece muy dura, pero no es mas que una ninata que se ruboriza y llama “partes nobles” a mis partes nobles, pienso sonriente--. Ademas, nunca se sabe cuando sera necesario hacer yoga, o incluso cuando sera necesario ensenar hasta donde llega --digo volviendo a poner mi mano en mi entrepierna. --Pues ponte un traje y vamonos, porque no vas a hacer yoga. --Pues solo con verte ya me entran ganas de hacer yoga o algun tipo de metodo para relajarme. ?Te han dicho que eres insufrible alguna vez? --Nadie inteligente --sentencia--. Y ahora ponte algo con lo que te pueda sacar a la calle y no digas mas tonterias, tenemos trabajo que hacer. --Puedo hacer mi trabajo perfectamente sin ti, no acepto lo que se ha acordado en esa reunion. --Si hubieras estado sabrias que si no colaboras se liquidara todo y venderan las acciones, nadie da un centavo por esta empresa ahora mismo, bajo tu responsabilidad. No te queda mas remedio que aceptar mi intervencion o nadie querra hacer negocios con los Doyle. --Odio a mi hermano --me quejo como un nino con una rabieta. Empiezo a lanzar los cojines del sofa a todas partes porque no me puedo librar de esta pesada. Tengo que trabajar con ella por culpa de esos vejestorios y de mi hermano y yo nunca he querido trabajar, y menos con una repelente gafotas como ella. --?Has terminado? --pregunta ella sin moverse de donde ha estado todo el tiempo. Yo miro el sofa y localizo un pequeno cojin. --No --respondo agarrando el cojin y lanzandolo con furia al suelo--. Ahora si. La veo poner los ojos en blanco y negar con la cabeza. Tambien oigo que susurra algo para si cuando me doy la vuelta para hacer lo que me ha dicho. Ha conseguido que me ponga un traje, pero he elegido uno que bien seria digno de un gigolo. El traje es blanco y lo he acompanado de unas gafas de sol doradas. Vamos en su coche, se ha empenado en conducir ella alegando que no se fia de mi. Tambien me ha dicho que vendra a por mi cada manana. Tengo miedo de nuevo. --No pienso perder mi empleo, he trabajado mucho para que un ninato malcriado me arruine la vida. --!Pero si eres tu la que me la esta arruinando! --Llevas arruinandote tu solo desde que naciste. --No, llevo viviendo y siendo feliz desde entonces hasta esta manana, cuando has aparecido en mi habitacion como la nina de la maldicion. Todavia se me ponen los pelos de punta. Ella esta algo tensa, lo noto en que conduce un poco mas deprisa, y ahora tengo mas miedo que antes. --Me daria verguenza ser como tu --dice en un tono bajo, como si hablara para ella misma. --Deberias de refunfunar menos. ?No tienes un novio que te eche un polvo para que te tranquilices? --Esa es la tipica respuesta machista que diria un idiota. --Imaginaba que no tendrias novio… --digo mirando por la ventanilla. --Tu tampoco tienes novia. Y no me extrana… --Pero lo mio es por decision propia, lo tuyo viene impuesto… Solo hay que verte --le espeto con voz burlona negando con la cabeza. La oigo resoplar y acelera al mismo tiempo. Creo que hasta que deje de conducir voy a dejar de burlarme de ella, no vaya a ser que nos matemos. Cuando lleguemos al edificio Doyle seguire…

  • Zona peligrosa de James Grippando

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  • Siempre nos quedara el divorcio (Rivera 1) de Mia Alcaraz

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    Jayce era un chico normal hasta que lo perdio todo y se vio obligado -por las circunstancias- a acceder a una banda callejera si queria sobrevivir en la jungla de asfalto. Ahora, los anos y la experiencia, le han demostrado que no es necesario solventar los problemas con delincuencia, que existen otros metodos para hacerlo. Por ello, lucha a diario para derrocar de una vez por todas a su mayor enemigo, lo que no espera es que Danae se cruce en su camino y despierte en el sentimientos que jamas antes ha sentido. Tampoco, cometer la locura de casarse con ella a sabiendas de que es un riesgo innecesario.

  • Cupido por una vez de Yami Krismiya

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    Cuando Elizabeth descubre que el hombre del cual estaba profundamente enamorada sera su futuro cunado, se aferra a su mejor amigo: el alcohol.En una noche de desenfreno, en la que se pasa de mas con las copas, ofende a voz en grito al dios griego del amor. Cuando este desciende de sus dominios para atender al llamado, pidiendo explicaciones por la ofensa, no puede evitar iniciar un peligroso juego.Elizabeth debera unir a tres parejas de un solo flechazo. Todas deberan ser perfectas, amor verdadero. Asi, y solo asi, podra olvidar los sentimientos que alberga por el novio de su hermana, Jane.

  • Binti 1 de Nnedi Okorafor (2)

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    Encendi el transportador y rece una oracion en silencio. No tenia ni idea de lo que haria si no arrancaba. Mi transportador era barato, asi que hasta una gotita de humedad o, lo que es mas probable, un grano de arena, podria provocar un cortocircuito. Era defectuoso y en la mayoria de los casos me costaba reiniciarlo una y otra vez para que funcionara. <>, pense. El transportador vibro en la arena y contuve la respiracion. Diminuto, plano y negro como una piedra de oracion, zumbo sin hacer ruido y luego se elevo despacio desde la arena. Produjo por fin la energia levantaequipajes. Sonrei. Ahora ya podia llegar a la lanzadera. Con el dedo indice tome otjize de mi frente, me arrodille y toque la arena con el dedo para enterrar la arcilla roja de olor dulzon. --Gracias --susurre. Era un paseo de media milla por la carretera oscura del desierto. Como el transportador funcionaba, llegaria alli a tiempo. Tras enderezarme, me detuve y cerre los ojos. El peso de toda mi existencia recaia ahora sobre mis hombros. Por primera vez en la vida desafiaba la parte mas tradicional de mi misma. Me marchaba en medio de la noche y ellos no tenian ni idea. Mis nueve hermanos, todos mayores que yo, salvo por una hermana y un hermano mas jovenes, no lo habrian visto venir. Mis padres jamas se hubieran imaginado que yo haria algo asi ni en un millon de anos. Para cuando todos se dieran cuenta de lo que habia hecho y a donde me dirigia, yo ya habria abandonado el planeta. En mi ausencia, mis padres se grunirian el uno al otro que nunca jamas me dejarian volver a poner un pie en su casa. Mis cuatro tias y mis dos tios, que vivian calle abajo, gritarian y chismorrearian entre ellos sobre la verguenza que suponia para todo el linaje. Me iba a convertir en una paria. --Vamos --susurre en voz baja al transportador, con una patada. Los finos aros de metal que llevaba alrededor de cada tobillo tintinearon con fuerza, pero le volvi a propinar un puntapie. Una vez puesto en marcha, el transportador funcionaba mejor sin tocarlo--. Vamos --repeti, con sudor en la frente. Al ver que no se movia nada, me arriesgue a empujar las dos grandes maletas colocadas encima del campo de fuerza. Se movieron con suavidad y yo solte otro suspiro de alivio. Al menos tenia un poco de suerte de mi parte. -- oOo -- Quince minutos despues, compre un billete y embarque en la lanzadera. El sol apenas habia empezado a asomar por el horizonte. Clave la mirada en el suelo mientras avanzaba entre pasajeros sentados y demasiado conscientes de las puntas tupidas de mi cabellera trenzada que les golpeaban en la cara con suavidad. Nuestro cabello es espeso, y el mio siempre lo ha sido especialmente. A mi anciana tia le gustaba llamarlo ododo porque crecia indomito y denso como la hierba ododo. Justo antes de marcharme, habia recubierto mis trenzas con otjize fresco y perfumado que elabore precisamente para el viaje. A saber lo que les pareceria a esas personas que no conocian tan bien a mi pueblo. Una mujer se aparto de mi cuando pase y arrugo la cara como si hubiera olido algo apestoso. --Lo siento --susurre con la cabeza gacha e intentando no hacer caso a las miradas de casi toda la gente de la lanzadera. Aun asi, no pude evitar echar un vistazo alrededor. Dos chicas, que tendrian un par de anos mas que yo, se cubrieron la boca con unas manos muy palidas, como si el sol no las hubiera tocado nunca. Parecia que todos tuvieran al sol de enemigo. Yo era la unica himba en la lanzadera. Enseguida encontre un asiento y me dirigi hacia alli. La lanzadera era uno de los nuevos modelos elegantes semejantes a las balas que mis profesores usaban para calcular coeficientes balisticos en los ultimos anos de ensenanza. Se deslizaban con rapidez sobre la tierra gracias a una combinacion de corriente de aire, campos magneticos y energia exponencial: una nave facil de construir si se dispone de material y tiempo. Tambien era un buen vehiculo para el terreno calido del desierto, donde las carreteras que salian del pueblo estaban en muy mal estado. A mi gente no le gustaba abandonar su tierra. Me sente en la parte trasera para poder mirar por el gran ventanal. Podia ver las luces de la tienda de astrolabios de mi padre y del analizador de tormentas de arena que mi hermano habia construido en lo alto de la Raiz, nombre que recibia la enorme casa de mis padres. Seis generaciones de mi familia habian vivido alli. Era la casa mas vieja del pueblo, quizas la mas vieja de la ciudad, hecha de piedra y hormigon, fria por la noche, calida por el dia. Estaba revestida de paneles solares y cubierta con plantas bioluminiscentes a las que les gustaba dejar de brillar justo antes del amanecer. Mi dormitorio se encontraba en la parte mas alta de la casa. La lanzadera empezo a moverse y mire hasta que deje de divisarla. --?Que estoy haciendo? --murmure. Una hora y media despues, la lanzadera llego al puerto de despegue. Yo era la ultima, y me parecio bien, ya que la vista del puerto me sobrecogio tanto que lo unico que pude hacer durante unos instantes fue quedarme plantada. Llevaba una larga falda roja, sedosa como el agua, una camisa de color naranja claro, rigida y duradera, unas sandalias de piel fina y mis tobilleras. Nadie a mi alrededor vestia un atuendo asi. Solo veia velos y prendas ligeras y sueltas; ninguna mujer llevaba los tobillos expuestos, ni tintineaban con brazaletes metalicos. Respire por la boca y note que el calor se extendia por mi rostro. --Tonta, tonta, tonta --susurre. Los himba no viajamos. No nos movemos. Nuestra tierra ancestral es vida; si te alejas de ella, te apagas. Incluso nos cubrimos el cuerpo con ella. <> es tierra roja. En el puerto de despegue, la mayoria de personas eran khoush y habia otras pocas que tampoco eran himba. Aqui, yo era una extrana. --?En que estaria pensando? --musite. Tenia dieciseis anos y nunca habia salido de mi ciudad, y ni siquiera me habia acercado a la estacion de despegue. Me hallaba sola y acababa de dejar a mi familia. Mis posibilidades de matrimonio habian sido del cien por cien y ahora se acababan de reducir a cero. Ningun hombre querria a una mujer que hubiera huido. Sin embargo, ademas de arruinar las perspectivas de una vida normal, habia sacado notas tan altas en los examenes planetarios de matematicas que la Universidad de Oomza no solo me habia admitido, sino que prometio pagar por todo lo que necesitara para poder asistir. Daba igual que decision tomara, nunca iba a tener una vida normal, la verdad. Mire a mi alrededor y enseguida supe lo que debia hacer. Me encamine hacia el mostrador de informacion. -- oOo -- El agente de seguridad de transporte examino mi astrolabio; fue un analisis completo y exhaustivo. Mareada por la consternacion, cerre los ojos y respire por la boca para tranquilizarme. Solo por dejar el planeta tenia que darles acceso a toda mi vida: a mi, a mi familia y a las predicciones sobre mi futuro. Me quede alli plantada, paralizada, escuchando la voz de mi madre en la cabeza: --Hay una razon por la que nuestro pueblo no va a esa universidad. Oomza Uni te quiere para su propio provecho, Binti. Ve a esa universidad y te convertiras en su esclava. No pude evitar considerar la posible verdad en sus palabras. Aun no habia llegado alli y ya les habia dado mi vida. Queria preguntarle al agente si ese procedimiento se lo hacian a todo el mundo, pero senti miedo ahora que ya lo habia terminado. A estas alturas, podian hacerme cualquier cosa. Lo mejor seria no causar problemas. Cuando el agente me entrego el astrolabio, resisti el impulso de arrebatarselo. Era un anciano khoush, tan viejo que ostentaba el privilegio de llevar el turbante y el velo de la cara mas oscuros. Sus manos temblorosas estaban tan retorcidas y artriticas que casi dejo caer el astrolabio. Estaba torcido como una palmera moribunda, y cuando me dijo: <>, su voz sono mas seca que el rojo desierto a las afueras de mi ciudad. Pero leyo el astrolabio tan rapido como mi padre, hecho que me impresiono y me asusto por igual. Lo convencio para que se abriera susurrando unas pocas ecuaciones determinadas y sus manos, firmes de repente, movieron los discos como si le pertenecieran. Al terminar, la mirada penetrante de sus ojos verde claro parecio examinarme con mas profundidad que el analisis de mi astrolabio. La gente esperaba detras de mi y fui consciente de sus cuchicheos, risas tenues y murmullos infantiles. Hacia frio en la terminal, pero senti el calor de la presion social. Me dolian las sienes y me picaban los pies. --Enhorabuena --me dijo con esa voz reseca mientras me ofrecia el astrolabio. --?Por que? --Frunci el ceno, confundida. --Eres un orgullo para tu pueblo, nina --dijo mirandome a los ojos. Entonces sonrio de oreja a oreja y me dio unas palmaditas en el hombro. Acababa de ver toda mi vida. Sabia que me habian admitido en Oomza Uni. --Ah. --Me picaban los ojos por las lagrimas; cogi el astrolabio y, con voz ronca, dije--: Gracias, senor.

  • La promesa de Ruth de Luis David Perez

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a resistir por cumplir una promesa?

  • El vals de los malditos de Ivan Lopez Pardo

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    Un terrible asesinato tiene lugar en Santander en plena transicion postfranquista, que recuerda a otro fatal suceso que aterrorizo la ciudad en el pasado. Al igual que su padre entonces, el inspector Marcos Marquez es enviado a investigarlo. Al mismo tiempo en otro punto de la ciudad, su hermana Estela despierta sobresaltada, envuelta en oscuras pesadillas que enmascaran un terrible presentimiento que va a cambiar sus vidas para siempre. En su sueno, ve retornar de entre los olvidados a un hombre herido de nostalgia y anhelo que no parara hasta conseguir su objetivo. Mientras, escondida entre las sombras, una oscura figura continua tramando un maligno plan que el mundo ignora y que sera crucial para su devenir. Unidos por el horrible crimen, padre e hijo investigaran este nuevo caso, luchando juntos por superar las numerosas adversidades y trabas que, desde el principio, se encontraran para resolverlo.

  • Einstein y el arte de montar en bicicleta de Ben Irvine

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    Ben Irvine nos explica como experimentar la sabia manera de ver la vida de Einstein a traves del sencillo placer de montar en bicicleta. Esta obra arroja una nueva luz sobre la vision holistica del mundo de uno de los grandes iconos de la ciencia y explora como alcanzar el equilibrio y la atencion plena a traves del placer de montar en bicicleta. Ben Irvine nos muestra una forma de vida ecologicamente consciente, integrando conceptos filosoficos, practicos y personales.

  • 10 dias para navidad de Carmen Amil

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    Christine se encuentra, de repente y sin saber muy bien como, regentando una casa rural en un pueblo de las montanas. Debido a una mala experiencia, ha perdido el espiritu navideno. Hasta que aparece Jaime, que parece empenado en conseguir que Christine vuelva a creer en la Navidad. Tiene un plan para cada uno de los diez dias que le quedan en el pueblo, pero… ?conseguira que Christine recupere su pasion por estas fiestas?

  • Cuando la muerte tiene cita de Arturo Prenafeta

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    Era un restaurante no muy grande en un barrio de clase media. No era un lugar lujoso, pero si bonito. La entrada llevaba a un pasillo alargado que pasaba por al lado de unos ventanales de un comedor secundario del lugar. Antiguamente habia sido de esas casas grandes de familia de los anos 40 con varios dormitorios en el segundo piso. Ahora, todas esas habitaciones tambien han sido convertidas en comedores. El comedor principal estaba en el patio trasero, donde habia construida una terraza con unos cobertizos de lona habilitados para fumadores. El restaurante, salvo algunos comedores del segundo piso, no era oscuro ni romantico. Era un lugar frecuentado tanto por parejas como grupos de amigos. Son casi las 8 de la noche de un dia de principio de otono. Oscurecio hace poco y en las calles los arboles cambian su verde por un tono amarillento, aunque aun no pierden mucho sus hojas. Juan entra por el pasillo hasta la entrada principal. Lo recibe una mesera vestida completamente de negro con pantalones y una polera con el nombre del local. Le hace las preguntas de rutina, mesa para cuantos, fumadores o no fumadores, primer o segundo piso. Lo ubica en el comedor secundario con los ventanales que esta al lado de la entrada. Los ventanales, ademas de dar al pasillo se proyectan hacia la calle, donde se observa una plaza linda, bien cuidada e iluminada, con los arboles mostrando distintos tonos de verde y amarillo propios del otono. El comedor tiene cerca de ocho mesas. Hay un grupo de cuatro personas en una y una pareja en otra. El resto estan vacias. La mesera lo ubica en una mesa para dos pegada al ventanal que da a la calle. Las mesas son relativamente pequenas con una sola base circular. Las sillas de madera son color caoba, al igual que el resto del mobiliario. La mesera le pregunta si desea pedir algo mientras espera. Juan le pide una botella de agua mineral. La mesera se retira. Juan saca su telefono del bolsillo del pantalon. Revisa si tiene algun mensaje nuevo. Ninguno. Le escribe un mensaje a Daniela, la persona con que se iba a juntar. Le pregunta si le falta poco por llegar y si quiere tomar vino, para pedir una botella. Mientras aguarda que le conteste el mensaje observa a la gente despreocupada pasar por fuera del restaurante. Espera poder verla por si pasa por ahi para hacerle una sena indicandole donde esta. En eso llega la mesera con la botella de agua mineral y un vaso con dos hielos. Abre la botella y le sirve agua en el vaso hasta la mitad. El le agradece a la mesera y vuelve a revisar su celular. Daniela le responde que esta a diez minutos, que pida una botella de vino, pero que no se la tome entera antes de que ella llegue, junto al emoticon de una cara risuena. Juan se da media vuelta para ver a la mesera y pedirle el vino. En eso ve entrar un par de personas mas al comedor. La mesera le toma el pedido del vino y vuelve al poco rato con la botella y dos copas. Destapa la botella y le sirve una copa. El ambiente en el lugar es tranquilo. Esta a medio llenar y nadie habla a un volumen muy alto. La musica del lugar, en ese momento, es rock de los 90. En el rato que lleva ahi han sonado canciones de Nirvana, Stone Temple Pilots, R.E.M... La banda sonora ahi alternaba entre rock y pop de los 90 y 2000. Juan ya lleva la mitad de su copa y aun no ve pasar a Daniela por afuera del restaurante, cuando ella le toca el hombro con la mano. El se da vuela y se saludan con un ligero beso en los labios. Daniela es profesora de ingles y trabaja en un horario bastante flexible para un instituto de idiomas. Aprovecha esa facilidad para mantenerse muy en forma, es muy deportista y le gusta la vida al aire libre. Su ninez la paso junto a su familia en un pueblo pequeno y muy tranquilo. Se vino a vivir a la ciudad cuando entro a estudiar a la universidad hace ya quince anos. De baja estatura y poseedora de una gran personalidad, se hace notar en cualquier lugar. Es la mayor de cuatro hermanos y la unica mujer. Sabe muy bien lo que quiere en la vida y es muy decidida e impetuosa. Viste con jeans negros, una blusa verde y una chaqueta de mezclilla celeste. Su pelo es negro y liso. Lo usa partido al medio y le llega hasta la mitad de la espalda. Se sienta delante de el y le pregunta si ya pidio algo para comer. Juan le dice que no, pero que esta pensando en ordenar los ravioles con bolonesa. Daniela se decide por el salmon con pure de arvejas. Daniela y Juan han estado saliendo por casi cinco meses. Juan fue muy deportista de joven, pero los ultimos anos se ha dejado estar, perdiendo mucho la condicion fisica. Ahora que sale con Daniela ha comenzado a preocuparse mas y a tratar de ponerse en forma, ella lo ha motivado. Muchos fines de semana hacen senderismo en los cerros cercanos a la ciudad para aprovechar el buen clima del verano y de principios del otono. Se conocieron por una aplicacion de citas y se llevaron muy bien desde el comienzo. Tienen gustos en comun que ambos valoran, como el estilo de musica y el tipo de peliculas. Juan es metalero y a ella le gusta mucho el grunge, aunque de repente tambien les da por ir a bailar estilos mas tropicales. Respecto a las peliculas, a ambos les encantan las comedias. Hablan de superficialidades como que tal habia estado el dia y curiosidades de las noticias, cuando la mesera les trae sus platos. Les llena las copas de vino, les pregunta si necesitan algo mas, les desea buen provecho y se retira. Entonces Juan le pregunta a ella acerca de que le quiere hablar. Ella, un poco incomoda, da algunos rodeos sobre que ha estado pensando mucho sobre su vida ultimamente y le relata como se siente. Le cuenta que ha hablado harto con sus padres y con su mejor amiga. Le dice que ella siempre tuvo claro que queria formar una familia y ahora se habia dado cuenta de que necesitaba que fuera pronto, por su edad. Juan la escucha atento practicamente sin interrumpirla. Luego de un rato contandole, le informa que ha tomado una decision. --He llegado a la conclusion de que tu no eres el adecuado para mi y creo que lo mejor seria que dejaramos la relacion hasta aqui. Juan la mira con poco asombro y calmadamente le pregunta cual es el problema. --A pesar de que todavia te quiero y considero que eres una gran persona, noto que no te va bien en lo economico y no veo que tengas posibilidades de mejorar --le responde Daniela--. El toca el tema de los sentimientos y ella le reconoce que si hay, pero que es necesario tomar otros aspectos en cuenta. --No es lo unico importante, lo de contigo pan y cebolla es de adolescentes. Yo necesito un hombre al que le vaya lo suficientemente bien para que yo no necesite trabajar. Yo quiero tener hijos y dedicarme a ellos cien por ciento por lo menos los primeros tres anos --dice Daniela, luego hace una pausa y continua -. Ademas, contigo veo que estaria repitiendo la historia de mi papa. A el nunca le fue bien en lo economico y de nina eso me hizo sufrir mucho. --Lo estoy intentando. Estoy constantemente buscando un mejor trabajo, todas las semanas postulo a varios anuncios --le responde el. Juan lleva anos buscando una oferta mas rentable y ha probado muchas formulas distintas. A veces envia curriculos muy completos; otras, mas bien resumidos. A veces pide mucho mas que su sueldo actual y a veces solo un poco mas. Tambien trata de estar constantemente en contacto con sus amigos y conocidos por si aparece alguna oportunidad. Ella esta consciente de que Juan realmente se esta esforzando. Sin embargo, le hace ver que, segun lo que el mismo le conto, lleva mas de cinco anos en lo mismo y no logra mejorar. Si no ha progresado su situacion en ese tiempo, no cree que lo vaya a lograr pronto. --?Y que si pasan cinco anos mas? Yo no puedo esperar tanto tiempo --le reprocha ella. Juan insiste que su situacion no es tan mala, que lleva tiempo ahorrando para el pie de un departamento y que ya tiene suficiente como para hacerlo. Ella le rebate que con lo que tiene ahorrado el dividendo sera alto, entonces su situacion no va a cambiar. Finalmente, el acepta su decision, le agradece la honestidad y el lindo tiempo que pasaron juntos. Terminan la cena, la acompana a tomar un taxi y se despiden amigablemente. Luego, Juan se dirige a su casa, camina cerca de diez cuadras para finalmente toma un taxi. En el intertanto piensa en muchas cosas, siente algo de dolor por la ruptura, pero no es la primera vez que terminan con el y tampoco es la mujer que mas ha amado. El sentimiento que mas lo abrumaba en ese momento era la frustracion. Sabia que Daniela tenia mucha razon y desde un inicio le dijo que su sueno era formar una familia.

  • La expedicion al baobab de Wilma Stockenstrom

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    UN CLASICO MODERNO DE LA LITERATURA ESCRITA POR MUJERES.

  • Camino de espinas de Alberto Gomez

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    Si te dijeran que te esta prohibido amar, ?lo creerias?

  • Sunshine de Robin Mckinley

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    Rae, a la que todos llaman Sunshine, sabia que estaba cometiendo una imprudencia, pero necesitaba aislarse un rato para desconectar, y la cabana familiar del lago le parecio un buen refugio. Pero entonces los vampiros la encontraron. Y ahora, encadenada y prisionera en una mansion en ruinas, sola salvo por el hambriento vampiro encadenado junto a ella, tendra que valerse de habilidades que desconocia poseer si es que quiere sobrevivir. Sorprendentemente, su companero de cautiverio no resultara ser lo que ella esperaba de un vampiro, y pronto descubrira que no solo ella necesita su ayuda, tambien el depende de ella para salvar su vida.

  • Una moneda por tu corazon de Sophie Saint Rose

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    June estaba lavando en el rio su otro vestido, despues de que el nino del herrero le hubiera tirado un punado de estiercol. Se mordio el labio inferior de la impotencia y reprimio las lagrimas cerrando sus preciosos ojos azules, mientras apretaba con fuerza la desgastada tela de su vestido. No sirve de nada llorar, dijo para si abriendo los ojos y tomando aire. Habia aprendido cuando murio su padre, que nunca recibiria la ayuda de nadie en ese pueblo. A la temprana edad de diez anos habia visto como ningun vecino se acercaba a su ruinosa casita a las afueras para darle el pesame y como el reverendo tuvo que exigir ayuda para llevar el cadaver de su amado padre hasta el cementerio. Fue despues de sepultar a su padre tras un breve sermon, que el reverendo Mathews la llevo de regreso a su casa y fue muy claro con ella. Todavia le recordaba sentado ante ella en la mesa de madera que usaban para comer y le decia-- Nina, deberias irte del pueblo. ?Tienes mas familia? --No, reverendo. Creo que no. -- susurro asustada apretandose sus manitas. El reverendo apreto los labios-- Pues aqui no puedes quedarte. Las gentes de esta aldea te odian y solo te toleraban porque temian a tu padre. Era un hombre fornido y no se atrevian con el, pero a ti... --?Por que nos odian? No hemos hecho nada. El reverendo suspiro y miro hacia la ventanita por donde se veia que estaba oscureciendo-- Tu madre hizo algo que no pueden tolerar y tu eres el fruto de esa traicion. Ella no entendia lo que queria decir --?Me esta diciendo que no soy hija de mi padre? --En su lecho de muerte despues de darte a luz, dijo unas palabras que aun me ponen los pelos de punta, nina. No puedo revelarlas por ser secreto de confesion, pero lo que todo el mundo sabe es que no eres hija de tu padre. El hizo la vista gorda porque adoraba a tu madre, pero en el pueblo no lo olvidan y te odian. Ahora entendia que los otros ninos la llamaran bastarda. Cuando se lo habian dicho la primera vez, ella habia ido llorando hasta su padre que trabajaba en el huerto y se lo habia contado entre lagrimas. El habia sonreido y se habia agachado a su lado tocandole la punta de su nariz sonrojada-- Son unos envidiosos porque nadie en el pueblo se quiere como nosotros. Por supuesto que eres mi ninita bonita. La mas hermosa del contorno. No hagas caso a las habladurias, ?me oyes? Nunca les hagas caso. Recordando esas palabras miro al reverendo y levanto la barbilla--Mi padre era Steven Miller y usted es un mentiroso. El reverendo la miro asombrado y vio como iba hasta la puerta de su casita y la abria indicandole que no era bien recibido-- !Nina! !No seas grosera! -- le habia gritado el reverendo-- !Eres hija de Lord Craig Pemberton y eso lo sabe todo el mundo! --!Miente! -- grito June furiosa y desgarrada de dolor-- !Mi padre es Steven Miller! --Oh, eres imposible. -- el reverendo se levanto tocandose su enorme barriga-- ?Quieres saber por que te odian? !Porque es el peor arrendador de la historia de Inglaterra y se mueren de hambre! !Por eso te odian! --!Siga mintiendo reverendo e ira al infierno! --!Tu madre me lo dijo en su lecho de muerte! -- grito rojo de furia. June dio un paso atras impresionada-- !La violo en sus establos un dia que fue a la casa grande! !La deshonro y tu padre hizo la vista gorda! !Pero todo el mundo sabe la verdad, porque lo vieron los lacayos del establo! !Lo hizo ante ellos para demostrar su poder! La ninita palida miro los ojos del reverendo y susurro-- Soy hija de Steven Miller. El reverendo se calmo al ver su dolor y apreto los labios arrepintiendose de sus palabras. -- ?Quieres que hable con el Conde para que te mantenga? Eres su descendiente y debe hacerse cargo de ti. Asustada porque tenia un miedo atroz a ese hombre, nego con la cabeza-- No, por favor. --Entonces hablare con la Condesa. Le dire que hay una nina huerfana que necesita manutencion. Siempre ha sido muy generosa con los huerfanos. --No quiero nada de ellos. --?Y como te vas a mantener, nina? --Tengo mi huerto. El reverendo la miro de arriba abajo y al ver su viejo vestido y sus pies descalzos se sintio impotente. --Al menos tendras para comer. June forzo una sonrisa-- Si. No se preocupe mas por mi. --Ven a hablar conmigo si necesitas algo. --Gracias, reverendo. Pero nunca habia ido a hablar con el. Por muy mal que lo hubiera pasado, nunca habia pedido nada a nadie. Y eso que despues de fallecer su padre lo habia pasado realmente mal. Aunque tenia para comer, era una nina y ver que nadie queria hablar con ella, habia sido muy duro. El primer ano lloro mucho. Muchisimo. En su pequena casita ante la chimenea habia estado desesperada por que alguien le mostrara un poco de carino. Acostumbrada a la compania de su padre, estar completamente sola habia sido un shock. Pero el segundo ano fue algo mejor y el tercero mejor aun. Ahora no necesitaba a nadie, pero no podia evitar que a veces la sorprendieran con la guardia baja. Como esa manana con el hijo del herrero, que apenas tenia cuatro anos. Cuando pasaba delante de la herreria la habia llamado escoria ante su padre, tirandole el estiercol al vestido. El hombre ni la miro dos veces antes de seguir con su trabajo y ella como siempre que ocurria algo asi, agacho la cabeza y salio corriendo hacia su casa. Nunca respondia a los ataques, porque una vez que lo habia hecho, unos ninos del pueblo le habian pegado una paliza que la habia tumbado en la cama una semana. Y ahora que tenia diecisiete anos era aun peor, porque la trataban como a una zorra, insultandola a su paso. Los mozos le decian cosas lascivas cada vez que la veian y solo fue por la intervencion del reverendo que la cosa no fue a mas. Una manana pasaba ante la Iglesia y uno de los mozos la llamo zorra y le pregunto si queria abrirse de piernas para el y sus amigos. El reverendo, que salia en ese momento y vio la escena, palidecio gritando a los cuatro vientos que como se atrevieran a tocarle un solo cabello de su melena, les excomulgaria a todos. El rumor corrio por el pueblo y los insultos seguian, pero no se atrevian a tocarla por miedo al reverendo, que era muy respetado en el contorno. Eso fue un verdadero alivio para June y para agradecerselo, le dejo en la puerta de su casa una caja con todo tipo de hortalizas que ella misma habia cultivado. Las mejores del contorno segun el. La habia detenido otro dia para darle las gracias diciendo que sus tomates eran un autentico majar. Eso era lo que le daba para vivir, pues se las vendia a la casa grande para las finas comidas de los lores que les visitaban. Les odiaba, pero su dinero le venia muy bien para sus pequenos gastos, asi que no podia rechazarlo. Sospechaba que el reverendo habia hablado con la cocinera para que se las comprara a ella, pero no podia asegurarlo porque la senora Reynolds nunca habia abierto la boca al respecto. La trataba correctamente pero tampoco le daba confianza. Recordando todas esas cosas siguio frotando el vestido y al levantarlo del agua vio que la mancha habia desaparecido. El olor a jabon llego a su nariz y sonrio antes de sumergirlo de nuevo cuando vio a varios ninos del pueblo correr por el puente en direccion a los pastos de lord Pemberton. Entrecerro los ojos y aparto un mechon rubio de su frente al ver como varios vecinos tambien corrian hacia alli riendo encantados. ?Que ocurriria? Con curiosidad se levanto retorciendo el vestido y cruzo el rio saltando sobre las piedras para llegar al otro lado. Alejada de sus vecinos, camino entre los arboles tomando la misma direccion y cuando escucho la excitacion de los ninos, miro hacia la enorme pradera donde vio gran cantidad de carretas que tenian grandes carteles pintados con brillantes colores. No sabia lo que ponia en esos carteles, pero eran muy bonitos. Fascinada se subio a un arbol para ver mejor y lo que vieron sus ojos la dejo maravillada. Un hombre estaba subido a un animal que nunca habia visto. Era enorme. Tenia patas gordas como troncos y una nariz que le llegaba hasta el suelo. Los ninos no lo veian porque estaba detras de las carretas, que haciendo un circulo protegian lo que se hacia en el interior. La sorprendio ver una tela enorme extendida en el suelo en forma de circulo y a varios hombres colocando troncos de manera vertical a su alrededor. Varias mujeres, vestidas con maravillosos vestidos de colores, reian hablando con los vecinos que parecian entusiasmados y un nino grito la palabra circo. A June se le corto el aliento. Era un circo. Habia oido a su padre hablar de ellos. Hacian espectaculos por las ferias y los pueblos. El habia ido a uno una vez y le habia entusiasmado. Sonrio sin perder detalle y vio los hermosos caballos blancos, que una muchacha morena dirigia con una fusta, montada en el que iba delante. Estaban tan bien entrenados, que siguieron al que iba a la cabeza, hasta donde la chica queria. Habia varias jaulas al otro lado del circulo. Un grunido le puso los pelos de punta y se pregunto que seria. Entonces se abrio la puerta de atras de una de las carretas y salto al exterior un chico de unos diecisiete anos, que llevaba puesto un fino traje de color violeta. Sonrio porque estaba muy guapo y con soltura fue hasta las mujeres gritando a los parroquianos que debian irse para dejarles trabajar. Los vecinos le miraron sorprendidos antes de echarse a reir, aunque el chico parecia que hablaba en serio. No supo lo que les dijo despues, pero tenia una sonrisa maliciosa que le hizo gracia y al parecer a los vecinos tambien, porque se echaron a reir de nuevo empezando a dispersarse. Una de las mujeres le dijo algo al oido y el chico asintio antes de ir hacia una carreta mas grande y llamar a la puerta. Se pregunto de quien seria esa carreta, porque era mucho mas grande que las demas y no llevaba cartel.

  • Aunque Lo Olvide, Siempre Ira Conmigo de Felipe Cano

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    el <>, tres parejas con ninos pequenos que por estas fechas <> a nuestros hijos en campamentos de verano y nos tomamos la <> de un <> cuan veinteaneros de los anos noventa. Todos los anos practicamos el mismo ritual, preparamos una pequena maleta con poca ropa y mucha, mucha ilusion, perdiendonos con la Grand Voyager de Manuel, por puntos reconditos de la geografia nacional, casi siempre por los parajes asturianos de los que hay tanto que ver, tanto como... a Penelope. Era la manana del veinte de julio y nuestros rostros reflejaban el cansancio del viaje de la tarde anterior, asi como los excesos de las tres copas que cayeron tras la opipara cena de bienvenida con la que nos premiamos esa noche. Al no estar acostumbrados al al-cohol, la seudo resaca matutina nos hizo recordar que ya no eran tiempos de juventud. Nos encontrabamos desayunando en el restaurante del hotel, degustando un esplendido <> elaborado con productos de la tierra, cuando de repente aparecio ella, me dio la impresion que el mundo se habia ralentizado, casi casi parado, se 7 habia creado un silencio tal que unicamente escuchaba los latidos del que parecia mi corazon, latidos cada vez mas rapidos, mas fuertes, mas intensos. Mi cabeza me decia que no, que no podia ser, estaba esperando el momento en el que despertarme en la coqueta habitacion del hotel Costa de Trebora; pero si realmente era un sueno, su realidad parecia demoledora. Una vez fui consciente que no estaba sonando, me asalto la pregunta: << ?A lo mejor no es ella?>>. Todo parecia indicar que si, pero mi memoria podia estar pasando factura despues de mas de quince anos sin verla. De golpe habia retro-cedido casi cuatro lustros, y por mi cabeza comenzaron a proyectarse imagenes que crei olvidadas, pude ver su rostro casi igual de joven, con lagrimas en los ojos, plantada sin consuelo en la estacion de Atocha mientras yo avanzaba hacia mi tren. Esas eran las ultimas imagenes y sensaciones que tuve de el a y que, por causas ajenas a mi voluntad, volvi a revivirlas en decimas de segundo y con <>. Mas recuerdos comenzaron a agolparse en mi mente al percibir el aroma de ese perfume inconfundible, Ethernity Moment de Calvin Klein, que rodeaba su mesa. Durante el tiempo que duro esta descarga de informacion en el disco duro de mi cabeza, se habian encendido todas las alarmas de autocontrol intentando que mis ojos presenciaran la realidad y no los recuerdos. Ella parecia no haberse dado cuenta de nada, su actitud era de lo mas natural, pero no podia ser, yo no habia cambiado tanto en 8 estos anos o al menos eso creia, y ademas, si es verdad que la mirada no envejece, mis ojos eran los mismos, eran los ojos de la que fue su alma gemela. Al no mostrar, con sus gestos y movimientos, sorpresa alguna me hizo pensar que mi cerebro me estaba jugando una mala pasada, seguro que no era ella. Pero al cruzarse nuestras miradas supe definitivamente que era ella, esa mirada inconfundible que me hizo enormemente feliz anos atras. Utilizando toda la energia vital disponible del momento, volvi la mirada al desayuno continental e intente entrar en la conversacion que mantenian mis amigos y esposa. Tenia la sensacion que habian transcurrido varias horas desde la entrada de aquella mujer en el comedor cuando en verdad habian pasado apenas unos instantes. Aun a decir verdad, una parte de mi seguia en la disyuntiva <>. Entre flash y flash de recuerdos que se alineaban en mi mente, ella desaparecio del comedor junto con el hombre que le acompanaba y del que apenas me fije en nada excepto que era calvo, totalmente calvo y muy grande. Nada mas terminar de desayunar abandonamos el hotel en la Grand Voyager dispuestos a perdernos en la verde, frondosa, hume-da y siempre bella Asturias. La jornada transcurrio como la teniamos planeada, pese a que yo me encontraba como ausente durante unos momentos y aparen-tando que no ocurria nada extrano en otros. Unicamente Nacho se 9 percato que algo importante estaba ocurriendo, pero con su discre-cion habitual no pregunto, sabia que tarde o temprano se lo contaria, no por algo es mi mejor amigo y me conoce bien. Una pregunta permanecia atrapada en mi interior: <> y en el caso de serlo: <>. Lo unico cierto es que ella me habia visto al coincidir en un lugar tan pequeno y con tan poca gente. Fue una pena que ese dia no disfrutara como a mi me gusta de los sitios que visitamos, pueblos con encanto como Lastre, Tazo-nes... pero realmente no era yo. De regreso en el hotel, ya de noche, convenci al grupo que terminaramos la jornada con una copa en sus salones y aunque mi esposa no estaba muy convencida al encontrarse demasiado cansada, accedio. Mi colocacion en el salon fue calculada con precision, situandome de tal forma que desde mi sillon divisaba la entrada y salida de los huespedes e incluso gran parte del mostrador de recepcion. La copa se alargo, eran las dos de la madrugada y alli no aparecia Penelope, porque ya tenia muy claro que si era ella. Tarde decidimos irnos acostar y, pese a que iba con tres copas tras la dilatada reunion nocturna, no pude conciliar el sueno, mi mente estaba saturada de todo tipo de recuerdos, se convirtio en un gran cine donde no dejaban de pasar escenas e imagenes de momentos buenos y de no tan buenos, un autentico regreso al pasado. Es incalculable la cantidad de datos que puede albergar una memoria, la facilidad con la que los presenta en el tiempo presente 10 y como puedes llegar a revivirlos, habiendo creido hasta entonces que todo estaba pasado y olvidado. Penelope, la que fue mi novia en los anos de facultad en la Escuela de Ingenieria y Diseno Industrial, habia reaparecido en mi vida con lo que esto podria suponer. Se agolpaban ante mi frases, proyectos, viajes, besos... y desamor. Pasadas las cinco de la madrugada tome la firme decision de que el pasado pasado esta, ya no eramos veinteaneros y que con la madurez que dan los anos solo debia decir: <>. Realmente concedi un recreo a mi subconsciente para luego volver a clase, al presente. La manana siguiente, con el cuerpo destrozado por la falta de sueno y las copas que a mi edad ya hacen un efecto doble, volvi a coincidir con ella en el saloncito destinado a los desayunos pero nada, de nuevo como si fueramos dos autenticos desconocidos, sin el mas minimo gesto que confirmara que era ella. Pero otra vez la fragancia de su perfume la delataba, ese perfume que tantas veces la regale. En el tiempo que permanecimos en el hotel ya no volvi a coincidir con la <> ni con el serio y fornido calvo que le acompanaba en todo momento como si de su sombra se tratara. El resto del fin de semana transcurrio como teniamos calculado a excepcion de la perdida de mi tarjeta de acceso a la habitacion, y es que cuando uno esta en Babia no pone atencion en donde deja su tarjeta; hecho que retraso nuestra salida del hotel. 11 Capitulo II Ya de regreso a Madrid, en esos momentos de silencio previos a la cabezada ganada por el sueno que damos en todo viaje, mi cerebro intento evocar restos de <> pasado con Penelope pero no quise castigarme mas y tome la decision de cerrar mis recuerdos por otros veinte anos como minimo y dejar tranquilo el pasado en el pasado. En la capital todo volvio a la normalidad diaria hasta que, transcurrido mes y medio de la escapada del <>, recibo un correo electronico con el que tuve que hacer lo primero que me vino a la cabeza, BORRARLO, pero no lo hice y ahi comenzo mi calvario. La direccion de envio era: [email protected] y el titulo: <>. El correo decia: << Ya se que no fue normal lo que tuve que hacer en el hotel de Asturias, pero no tenia mas remedio que representar que no nos conociamos. Necesito verte. Reservame un par de horas la tarde el proximo miercoles. Ese dia te mandare un sms con la hora y el lugar. Te ruego vengas. 13 Ya comprenderas todo. P>>. No lograba salir de mi asombro, no era posible que a una persona como yo, madura, responsable y medianamente inteligente, le estuviese ocurriendo esto. Si no lo hubiese recibido estando en el pequeno despacho que tengo en mi casa, me hubiera puesto a buscar la camara oculta donde grabaran algun programa de humor. ?Como me podia encontrar en esa situacion que recordaba el comienzo de una mala novela de intriga y suspense? Solo habia una respuesta cierta: <>, y varias preguntas sin resolucion: << ?Como averiguo mi correo? ?Y mi movil?>>. Otra vez la imaginacion comenzo a funcionar de manera alo-cada, intercalaba historias del pasado con vivencias del presente y suposiciones del futuro, todo ello de forma frenetica. Un sin fin de ideas comenzaron a desfilar por mi cabeza hasta que me convenci que debia resetear y de esta forma no pensar en nada, en nada... hasta el siguiente miercoles. El miercoles once de septiembre recibo tres sms seguidos; El primero decia: <<17h>>. El segundo: <>. Y el tercero: <>. Y media hora despues vuelvo a recibir un cuarto: << Por favor no falles>>. 14 Parecia estarme sumergiendo en un juego de rol. Era la hora de la comida y aun no sabia que hacer, ninguna cabeza medianamente sana albergaria la idea de asistir a tan extrana convocatoria A las cuatro de la tarde recibo un quinto sms, del mismo remitente que decia: <>. Y no habiendo terminado de leerlo, aparece otro sms con el texto: <>. Mi hemisferio racional, el izquierdo, tenia bien claro que era una encerrona, pero el morbo, la curiosidad, la nostalgia... y el pasado se iba imponiendo "piano, piano". A las 16:55h me encontraba en la puerta del Hotel Puerta Toledo sin tener claro si iba a cruzar su puerta giratoria o bien por el contrario olvidarme de este juego cada vez mas embarullado y turbio. Sabiendo que estaba cometiendo uno de los mayores errores de mi vida, un error de incalculables dimensiones, cruce las grandiosas puertas dirigiendome a la recepcion. Parecia no tener fin la distancia que me separaba del mostrador, y a cada paso que daba escuchaba en mi interior: <>. 15 Una vez en recepcion, vino a atenderme una amable senorita la cual, al identificarme, se agacho a recoger de su mesa un sobre que me entrego, informandome que la habitacion habia sido cancelada minutos antes. Recogi el sobre en un estado de excitacion, frustracion y cansancio despues de la tension vivida, y la recepcionista me pregunto: --?Le ocurre algo Sr. Garcia? ?Quiere un vaso de agua? A lo que me disculpe argumentando que era una pequena bajada de tension producida por el calor. Sali del hotel con un sobre tipo A4 arrugado en una mano y con la decepcion, impensable hacia tan solo unos minutos, en la otra. Me habia imaginado todo tipo de escenarios de la reunion, que se rindiera a mis pies e intentara recuperar los anos perdidos, que me abofeteara por mi comportamiento cuando rompi nuestra relacion, que charlaramos como dos viejos amigos de verdad... pero no que me dejara un sobre, un blanco y arrugado sobre. Una vez en el coche revise el remitente de los sms (siempre el mismo) y llame con el miedo que produce enterarnos de una posible verdad que no queremos saber, y escuchando en cambio la misma lo-cucion una y otra vez: << Este numero tiene restringidas las llamadas entrantes>>, lo que contribuyo en el desanimo por averiguar lo que decia el sobre, guardandolo en mi portafolios para verlo mas tarde. Regrese a la oficina y aparque, ademas del coche, todos los pensamientos tontos y nocivos, dando paso al absorbente trabajo diario, algo atrasado por la <> manana. 16 Del famoso sobre no volvi a acordarme hasta que me encontre en casa y ya en la cama, cuando comenzaba a hacer el balance diario, como de costumbre. En ese momento volvio a mi la zozobra y como un drogodependiente que necesita de su dosis diaria, comence a necesitar informacion, informacion que como era de esperar, en buena logica me daria Penelope. Sobre, maletero, coche, garaje... a ver que me inventaba para abandonar la cama, bajar al garaje e irme a un sitio donde pudiera leer lo que guardaba el misterioso sobre. Que historia podia contar a Esperanza que fuera convincente y solo se limita-ra a criticar mi falta de memoria. La curiosidad ayudo a que con toda naturalidad dijera: --Bajo un momento al coche a por el portatil, manana a primera hora tenemos una presentacion y no quiero que falle nada. Esperanza, con cara de circunstancia, dio su aprobacion, no sin antes exclamar: --?Donde tendras la cabeza muchas veces? Ya en el pequeno despacho que tengo en la buhardilla, frente al ordenador portatil y al sobre arrugado, comence a analizar si debia o no abrir aquello, en el desasosiego que me habia producido durante todo el dia, en que mi vida podia cambiar, en que... eran las 00:45h de la noche y parecia un adolescente. Aun sabiendo que cometia un nuevo error abri, con una parsi-monia inhabitual en mi, el sobre blanco extrayendo de su interior medio folio escrito a mano. Su texto, escueto: 17 <>. La letra era suya y escrita de forma rapida, no tenia la menor duda, aun recordaba los apuntes que nos intercambiabamos en la facultad. Mal dormi aquella noche envuelto en una marana de pensamientos y pesadillas. Nada parecia tener sentido y cuanto mas analizaba la historia mas sinrazon encontraba en ella. Como no podia hacer nada y como las conclusiones que sacaba cada vez eran distintas a las anteriores, sin significado logico, decidi, en un ataque de cordura, olvidarme de todo, aparcar esta historia hasta nuevo aviso. No era lo mejor que podia hacer, era lo unico. Pasaron varias semanas, tantas como que ya no recordaba el tema, hasta que de repente, volvi a recibir un correo en el que de nuevo me citaban en el mismo hotel. <>. Otra vez los fantasmas del pasado regresaron a mis pensamientos. Parecia que todos los esfuerzos que realice para romper con ella y luego olvidarla, hubiesen sido en balde. 18 En cuanto los primeros rayos de cordura volvieron a mi mente cai en que el miercoles me era imposible asistir, tenia la reunion anual del consejo de administracion de mi empresa y se debatia la posible fusion con un grupo inversor extranjero muy importante. La decision era clara, en esta ocasion queria ir pero me era imposible, tan imposible como informar del hecho a Penelope, la direccion del correo de ella no admitia la recepcion y el movil informaba una y otra vez de restriccion de las llamadas entrantes. Puntual como la vez anterior, el miercoles a las 10:30h recibo el sms con el mismo texto que la otra vez, a la misma hora me citaba, recogia la llave bajo el nombre de Jose Garcia del Moral y lo unico que variaba era la habitacion, que en este caso era la 440. En ese preciso momento llame al hotel presentandome y dejando un mensaje en recepcion: --No puedo ir, solicito nueva reunion. Fdo. Jose Garcia del Moral. Otra intentona fallida, parecia una historia mala de suspense que tardaria mas de un mes en que se escribiera el siguiente capitulo. 19 Capitulo III Eran las 23:15h del veinte de diciembre, nos encontrabamos celebrando la cena anual de Navidad todos los componentes de la empresa, y en el turno de las copas, despues de las palabras de solidaridad y buen rollo que se suelen decir en estos casos, aparecio por la puerta del restaurante una mujer alta, con amplias gafas de sol que no extranaban, pese a la hora de la noche en la que nos encontrabamos, porque parecia formar parte de su estilismo, con botas de grandes y finos tacones, abrigo negro ajustado y gorro de piel tambien negro que hacia resaltar aun mas una larga cabellera rubia.

  • Mi hogar seras tu (Sangre y tinta 2) de Abril Camino

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    Matt solo tenia un sueno. Uno que casi todo el mundo da por hecho, pero que a el le ha costado toda una vida conseguir: vivir tranquilo rodeado por su familia. Nada hara que renuncie a el. Ni nadie. Ni siquiera la persona que se cruce en su camino y consiga poner patas arriba todo lo que el creia tener tan claro. Tras el exito de su novela Sangre y tinta, Abril Camino vuelve con la historia de Matt, el pequeno de los hermanos Reed.

  • Ardo por ti, Candela de Mar Deneb

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    Una diosa dispuesta a prender las llamas de Eros, el fuego, la pasion...

  • Mi matrioska de Sophie Saint Rose

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    Lorelai Dean es la mejor coreografa y directora de espectaculos del momento, despues de que un desafortunado accidente le robara su carrera de bailarina de ballet. Esta dispuesta a tomarse un descanso cuando aparece en su vida Ivan Helmersen, para hacerle una oferta de trabajo irresistible para ella. Pero al parecer el tambien quiere algo mas…

  • A pocos centimetros: La fidelidad en pareja contada en tres historias, Jadine Tyne de Jadine Tyne

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  • Celeste 65 de Jose C. Vales

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    En los anos 60, Linton Blint, un hombre con una vida gris, amargado por su falta de caracter y maltratado por su familia, se ve obligado a huir de Inglaterra.

  • Hielo en las venas (Los hijos del monstruo 3) de Marcia Cotlan

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    Tercera y ultima entrega de la apasionante trilogia <>.

  • Las damas de Ivy Cottage de Julie Klassen

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    Una situacion desesperada, un monton de viejos libros... y algo o alguien que se oculta entre ellos.
    Rachel Ashford vive en Ivy Cottage con Mercy Grove. Ella es una senorita que ha ido a menos y tiene que encontrar la manera de ganarse la vida. Las mujeres del pueblo la animan a que abra una biblioteca por suscripcion con los muchos libros que ha heredado y los que ha recibido en donacion. Lo que no espera es encontrar un par de asuntos misteriosos entre ellos... Y menos que, quien un dia le rompio el corazon, le ayude a buscar pistas.
    Por su parte, Mercy hace tiempo que ha abandonado la idea de casarse y vive centrada en sus hijas. Sin embargo, de repente varios hombres parecen interesados en comprar Ivy Cottage y sospecha que el asunto tiene que ver con Rachel. ?Que o quien ha atraido a esos hombres? Puede que, al buscar la respuesta, todos se lleven una sorpresa...

  • Cupcakes en Manhattan, Una hist de Olga De Llera

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    Me miro en el espejo del bano con los ojos casi cerrados. Nunca he sido muy madrugadora. Me cuesta horrores levantarme por la manana. Pero como entre las leganas veo que me ha salido una cana, me espabilo de golpe. Cojo el maldito pelo blanco, que resalta como luces de neon entre mi espesa cabellera color azabache, y lo arranco de cuajo. Lo miro como si fuera un implante que los alienigenas me han insertado durante la noche y me deshago de el tirandolo dentro de la taza del vater. Quiero perderlo de vista para que no me recuerde mi decrepitud. Una ducha mas tarde ya estoy en la cocina, mirando mi telefono movil mientras Matthew, mi esposo, me prepara una taza de cafe. Los ninos todavia no han bajado a desayunar y el les apremia con sus gritos de guerra matinales. --!Chicos, daos prisa o volveremos a llegar tarde al colegio! Levanto los ojos de la pantalla y le miro con cara de asesina. Sabe que no soporto que grite, no a esas horas de la manana. Mi cerebro todavia esta a medio gas y la poca energia que tiene debe emplearla para organizar la manana y contestar los mensajes; mi jefe tiene por costumbre enviarme un monton fuera de horas de trabajo, sobre todo antes de una reunion importante. --?Otra vez Marvin, eh? --Matthew intuye que mi mal humor se debe al capullo de mi jefe; no porque otras mananas este de mejor humor, sino porque hoy debo tener peor cara. --Aja --. me limito a responder sin apartar la vista de la agenda del telefono. --?Volveras tarde esta noche? Me encojo de hombros. Sabe de sobras que nunca se a que hora saldre de la oficina. --Quizas me pase por el gimnasio. Despues de un dia duro me apetece hacer ejercicio. Bueno, me voy ya, que no quiero llegar tarde. Marvin estara muy tenso con lo de la reunion de los japoneses y si se cruza luego le tengo todo el dia de culo. --?No te terminas el cafe? --Me comprare uno en la estacion. Despidete por mi de los ninos --. le lanzo un beso que el finge atrapar con la mano, es su manera de decirme que preferiria que se lo diera en los labios, y salgo a toda velocidad de casa; tardare casi una hora en llegar a la oficina, eso si el tren no va con retraso. Llego a la estacion de destino y me dirijo como un rayo al puesto de venta de cafes. El chico negro que sirve las bebidas me pregunta que voy a tomar. A pesar de ir varias veces a la semana y pedirle siempre lo mismo, un cafe solo sin azucar, no se acuerda de mi. Supongo que recordar a un cliente entre los miles que pasan cada dia por su puesto de venta de cafe debe ser complicado, por no decir imposible. Cojo el vaso termico que me ofrece con la sensacion de ser una hormiga mas dentro de un descomunal hormiguero, le doy un billete de dolar y sigo a las otras obreras hasta la boca del metro. Cinco paradas mas tarde llego al punto de peregrinacion, a la Meca de los negocios. Subo las escaleras que llevan a la superficie del hormiguero y vuelvo a convertirme en persona. Aspiro el aire lleno de humo y polucion como si fuera el mejor de los perfumes franceses (comparado con los efluvios subterraneos lo parece), y pongo la vista en las enormes puertas de cristal del rascacielos de oficinas que absorbe las diminutas personas que pasan frente a su entrada. --!Mierda! !Joder! -- exclamo abriendo y cerrando la boca como un pez al que han sacado del agua. Un negro de casi dos metros se ha cruzado en mi camino, golpeandome la mano con la que sujetaba el cafe. La tapa de plastico se ha abierto y el brebaje marron me ha dejado el abrigo hecho unos zorros --!Podrias vigilar por donde vas! -- le grito sacando todo el aire de mis pulmones; cuando estoy tensa me cuesta controlar el temperamento. --!Que te den! -- me suelta el muy cabron. Y sigue andando como si nada. --!Que te den a ti! -- rebato hecha una furia, pero el ya ha desaparecido dentro del hormiguero. En el edificio de oficinas los ascensores parece que se han confabulado para que no llegue a mi despacho. En la planta baja no para ni uno. Mientras espero, o me desespero, abro la mochila y me cambio de calzado. Me deshago de las zapatillas de deporte y me pongo los zapatos de tacon que me compre hace un par de semanas. !Me encantan! Eran carisimos, pero pegan con el abrigo que se me acaba de estropear con el cafe. Decido esconderlo dentro de la mochila, junto a las deportivas. Mas tarde encargare a mi secretaria que me compre uno nuevo. Para aprovechar el rato utilizo las puertas metalicas de los ascensores para reponer el lapiz de labios que he dejado pegado en el vaso de cafe. Termino justo a tiempo. Las puertas del ascensor se abren y no espero ni una decima de segundo para meterme dentro. A estas horas de la manana la competencia es feroz. El ultimo que sube es el que tiene que bajar si la alarma de exceso de carga se dispara y no quiero perder mas tiempo o pelearme. Un dia ya tuve que hacerlo. Un tipo gordo y yo fuimos los ultimos en subir y la alarma del ascensor se disparo. Yo no me movi, y el tampoco. Las puertas no se cerraban y la gente empezo a mirarnos irritada. Al final el tio insinuo que yo era la que debia bajar, y yo le solte que el ascensor se estaba quejando de su peso, no del mio; a mis cuarenta y pico todavia tengo la misma talla que tenia a los veinte y un fisico envidiable, no en vano me machaco varias horas en el gimnasio cada semana y evito las calorias igual que el Conde Dracula el sol. En la planta 58 Marvin me esta esperando con su habitual pose de inquisidor. En dos minutos me pide que haga diez cosas a la vez, y yo le pido a mi secretaria otras tantas. Las cosas en la oficina funcionan asi, como un pendulo de Newton. La primera bola golpea a la segunda y la energia se transmite hasta el final de la cadena. --Los japoneses llegaran en cualquier momento --. dice Marvin mordiendose las unas -- Un solo error y toda la operacion se ira al garete. No me falles, Sara. No me falles. Si hay que invertir mas horas, se invierten. Pero no quiero ni una metedura de pata mas. Mira lo que encontre ayer --. me lanza un dossier con los informes que estuve repasando el fin de semana. Los que me costaron una bronca con Matthew. Mi esposo opina que deberia pasar mas tiempo con el y los ninos. Ya se que nuestra vida familiar no es como habiamos sonado, pero las circunstancias obligan. Me case joven. Un ano despues tuve a Amy. Una nina adorable. Ahora tiene 17 anos y se ha convertido en una adolescente autista; se pasa el dia encerrada en su habitacion hablando o chateando con sus amigas. Matt llego ocho anos mas tarde. Fue una bendicion de Dios, pero nos acabo de hundir economicamente; el prestamo de la universidad, la hipoteca de la casa, los seguros medicos... Afortunadamente he conseguido escalar puestos en la empresa y ahora ya no tenemos que preocuparnos por las facturas de final de mes. A Matthew, que tiene un caracter menos ambicioso que yo, no le importa quedarse en casa a cargo de Amy y Matt. Trabaja escribiendo para un famoso blog culinario y aunque no le pagan mal, comparado con mi sueldo es calderilla. !Por eso me cabrea cuando me acusa de ser una madre y esposa ausente! --Marvin, no se que decir... Lo repase mil veces. --Dime que no volvera a pasar --. grune y me arranca el dossier de las manos -- Iremos a comer con los <>. Mas te vale ser convincente. El trato debe quedar cerrado. Hoy. Llego tarde al restaurante. Marvin hace media hora que esta enviandome mensajes y yo estoy al borde de las lagrimas. Me he tirado mas de 20 minutos en la calle para conseguir un taxi, y se ha puesto a llover. Por eso al ver el codiciado coche amarillo corro para adelantar a una senora mayor con muletas que va a cogerlo antes que yo. Me siento culpable, pero me deshago del remordimiento pensando que ella no tiene que soportar un jefe como el mio y que si llega tarde a su cita, como mucho, va a cabrear al perro o al gato por no estar a la hora de siempre para ponerle la comida. Cierro la puerta del taxi, le doy la direccion al conductor y me miro en el espejo que llevo en el bolso. Doy pena. Con la humedad mi pelo se ha encrespado, el rimel se ha corrido con las gotas de lluvia y para acabarlo de arreglar, el abrigo horroroso que me ha comprado mi secretaria lo tengo que llevar abierto !porque es dos tallas mas pequeno! Al apearme del taxi delante del restaurante me doy cuenta que llevo una carrera en las medias. ?Cuando ha ocurrido? Parece que hoy todo me sale mal. Si me hubiera disfrazado de mendiga seguro que no daba tan mala impresion. Por suerte llevo unas medias de recambio en el bolso y puedo pasar por el bano a cambiarmelas. En el espejo del tocador me repaso las pestanas con mascara de ojos y me aliso el pelo con la mano. Lista. No estoy despampanante, pero he quedado presentable. Me siento satisfecha y sonrio. Mi reflejo me devuelve la sonrisa. !Joder! Me ha salido otra arruga. Eso me recuerda que debo pasar por Bergdorf Goodman a comprar mas crema antiarrugas y maquillaje, para tapar las que se resistan. Trago saliva mientras el maitre me acompana al salon privado donde Marvin me espera. El piensa que voy a convencer a los japoneses de que la oferta que les presentamos es inmejorable, aunque todos sabemos que podria ser mucho mejor, y cree que voy a cerrar el trato con solo una reunion; aunque necesitare varias para hacerlo, si es que lo consigo. Le adverti que los nipones tenian una forma de hacer negocios muy distinta a la nuestra, y que debiamos empaparnos de su cultura si queriamos salir victoriosos. Pero el me solto que lo dejaba en mis manos, que es lo que suele decir cuando cree que algo es una gilipollez. Por eso estoy hecha un flan. No tiene ni idea de como tratar a nuestros interlocutores, y si algo sale mal va a echarme las culpas a mi

  • Evelyn de Francisca Herraiz

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    Cuando las personas mas cercanas a ti se empenan en hacerte creer lo que no eres, con el tiempo, terminas por creertelo. Evelyn es una joven que intenta hacer las cosas bien, pero su entorno la obliga a ser diferente. Solo una persona podra hacerla entender que los demas estan equivocados. Y Evelyn no podra evitar enamorarse de el.

  • El Zorro de Frederick Forsyth

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    El legendario Frederick Forsyth, <> segun Los Angeles Times, nos sorprende con un nuevo y oportuno thriller.

  • Un primer amor, para siempre – Rosita Castro de Rosita Castro

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    En la vida de toda persona siempre se tiene la ilusion de encontrar esa pareja con la que se cumplan las fantasias que albergamos, ese complice, companero, amigo del cual enamorarse y que se enamore de nosotros, con el cual recorrer la vida y tratar en lo posible de tener plena felicidad. Miguel es ese chico del que las ninas se enamoran porque es autentico, arriesgado y un romantico poeta de los que ya no hay. Lisa es la nina que ha sufrido cambiando de hogar constantemente, pero que al fin ha encontrado ese complemento que hacia falta a su vida, a su estabilidad, los dos hacen que esta aventura de un para siempre valga la pena.

  • La chica del semaforo y el hombre del coche de David Orange S

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    Jack Miller es un genio de los numeros cuya especialidad es el estudio de la probabilidad, concretamente de los fenomenos aleatorios. Despues de anos trabajando en un misterioso proyecto que esta a punto de ver sus frutos, decide ponerlo todo en riesgo por algo que nunca ha tenido, una mujer…

  • El Highlander y el demonio espanol de Gema Gil Gutierrez

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    Escocia, 1330. Dos espiritus indomables pertenecientes a diferentes epocas se encuentran por mediacion de un anillo que alberga un secreto extraordinario. Paula, una policia espanola del siglo XXI, decepcionada con su trabajo y con el mundo que la rodea, irrumpe en la vida de Patrick, el jefe del clan mas poderoso de las Highlands.
    El caracter, intrepidez, valentia y belleza de la joven no dejaran indiferente al magnifico guerrero.
    ?Podran los sentimientos que surgen entre ambos y su tozudez superar las barreras del tiempo y del corazon?

  • Una mujer inoportuna de Dominick Dunne

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    En Los Angeles, a principios de los noventa, todo el mundo envidia a Pauline y Jules Mendelson. Casados desde hace mas de veinte anos, con una reputacion intachable y siempre envueltos en un halo de estudiada elegancia, sus fiestas en su esplendida mansion son cita obligada en la vida social de la ciudad. Pero esta estampa de perfeccion se disipa cuando las luces se apagan y asoma la vasta red de favores, mentiras e hipocresias que sostiene el imperio de los poderosos. Asi, cuando Jules se encapricha de Flo, una camarera que suena con ser actriz, cree que podra controlar la situacion y mantener una discreta aventura con ella, sin sospechar que se convertira en una peligrosa obsesion. Por otro lado, la doble vida de uno de los mejores amigos de Pauline amenazara con sacar a la luz los secretos que esta opulenta comunidad intenta esconder a cualquier precio.

  • El largo sueno de tu nombre de Amaia Oloriz Rivas

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    “En la cara norte de la celda se abria una unica ventana, desprovista de cristales y protegida por gruesos barrotes. Aquella abertura podia ser su amiga o su peor enemiga, todo dependia de la estacion en la que se encontraran. En aquellos dias de mayo se la sorteaban. Todos esperaban ansiosos su turno para pegar el rostro a los barrotes e inspirar, si el viento se mostraba generoso, el abanico de aromas con el que la primavera revestia el monte Ezkaba.

  • Volvere aqui de Corin Tellado

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    Volvere aqui Burt, junto con el socio de su tio, Li-Chan-Yen, llevara acabo una venganza contra lord Crowther despues de lo sucedido hace quince anos y que Burt nunca ha olvidado.

  • Las cenizas del cielo de Mariano Gambin

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    Siempre se ha pensado que el incendio de la iglesia de San Agustin en La Laguna se debio a un cortocircuito. Nada hacia pensar que el origen del fuego fuera otro. Hasta hoy.
    Una extrana muerte en la catedral pone al inspector Galan y a sus hombres en la senda de un asesino que busca un objeto muy determinado, de valor incalculable, tras cuya pista se encuentra toda la policia europea.
    Marta Herrero se dispone a enfrentar los trabajos arqueologicos previos a la rehabilitacion de la iglesia. Una labor facil y rutinaria, a priori. No sabe lo que se va a encontrar desde que desentierre la primera losa sepulcral.
    Sandra Clavijo y Luis Ariosto investigan la desaparicion de dos personas hace mas de cincuenta anos. Sus pesquisas se estrellaran con oscuros secretos que tal vez nunca deban ser revelados.

  • Cronicas matematicas de Antonio J. Duran

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    ?Que son las matematicas? ?Para que sirven? ?Por que es importante conocer su historia? Estas son algunas de las preguntas a las que da respuesta esta obra que nos narra de forma concisa la historia de esta ciencia desde la Prehistoria hasta nuestros dias. Pero esta narracion no es solamente una superposicion de personajes historicos y de sus felices descubrimientos, sino que es una reivindicacion de los componentes emocionales, incluso irracionales, que muchas veces han acompanado las actitudes apasionadas de estos celebres personajes que se han empenado en buscar soluciones a los mas diversos problemas.

  • El asesinato de Road Hill de Kate Summerscale

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    Una noche de verano de 1860, en una elegante mansion de la campina inglesa, todo esta en calma. Tras los ventanales la familia Kent duerme tranquilamente. A medianoche se oye un ladrido. Luego, todo vuelve a quedar en silencio. Cuando a la manana siguiente se despiertan, los Kent descubren con horror que el mas pequeno de sus hijos ha desaparecido de su cuna. Un escalofrio recorre toda la casa y empieza una busqueda febril hasta que el nino aparece finalmente, asesinado. ?Quien cometio semejante atrocidad? Las pocas pistas indican que fue alguien que estaba en la casa, alguien del servicio o algun miembro de la familia. No tarda en aparecer en la escena del crimen el inspector Jack Whicher de Scotland Yard, el detective mas brillante y respetado de su tiempo, encargado de resolver un caso oscuro y complejo, de apariencia irresoluble, el asesinato que conmociono a la sociedad victoriana y que inspiro a escritores como Dickens, Conan Doyle o Wilkie Collins. El asesinato de Road Hill es el relato veridico de aquellos sucesos, uno de los episodios mas siniestros y estremecedores de la historia del crimen. Kate Summerscale ha llevado a cabo una detallada, exhaustiva e hipnotica reconstruccion de los hechos en un texto narrativo compuesto con el ritmo de las grandes novelas. No en vano se ha llegado a decir que este libro es una suerte de A sangre fria victoriano.

  • El fin del Alzheimer de Dale E. Bredesen

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    Todos sabemos de alguien que le ha ganado la batalla al cancer, pero nadie conoce ningun sobreviviente de Alzheimer… hasta ahora.

  • La casa natural de Beth Greer

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    Beth Greer seguia un estilo de vida ecologico, o al menos eso creia ella, desde que llego a la edad adulta. Eso fue antes de que un problema de salud la llevase a replantearse su estilo de vida y su entorno, a identificar y eliminar las toxinas a las que nunca habia sospechado que se encontraba expuesta.

  • Un pacto por amor de Aswan Dewin

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    Un beso es todo lo que necesitaran estos polos opuestos para convertirse en algo mas. El, un autentico desastre. Ella, la popularidad en persona.
    ?Que buscan? Su historia te lo contara y no te dejara indiferente.

  • Corazon de Hielo de Angelica Hernandez

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    Habia una vez, cuatro hermanas que vieron que al mundo le hacia falta algo. Antes, segun la leyenda, el mundo se dividia en partes y en cada parte habia una estacion. Las cuatro hermanas vieron que estas estaciones, deberian ser compartidas, que todos merecian saber como se sentian las diferentes estaciones. Asi que la mas pequena, la mas hiperactiva y caprichosa de todas, escogio la primavera. Ella se encargaria de llevar a todas partes los olores y la armonia de dicha estacion. El verano seria la mas alegre, calida y risuena. Y La que fuera capaz de llevar el calor y la vitalidad a todos los lugares. Despues vino el otono, fue aquella hermana que penso que todos debian tener la capacidad de sonar, enmendarse y de mejorar… Ella lo llevo a todos los rincones. Y al final vino el invierno… el invierno era frio, cruel y despiadado. Cerrando los ojos ante el sufrimiento ajeno. Cuando el invierno llegaba, las demas hermanas se ocultaban. Asi sucedio. Asi lo dicta la leyenda.

  • Imperfecta rara avis, M. C. Gomez de M. C. Gomez

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    Para Daniela, su existencia consiste en trabajar incansablemente, por ello olvida cosas tan importantes en la vida de una persona como la amistad y el amor, hasta que conoce a Carlos Claiser, su nuevo jefe, y poco tiempo despues este le pide que se case con el.
    Pero el destino es incierto y a veces traicionero, Daniela comienza a tener dudas, se siente desbordada y en su afan de escapar de si misma experimenta ausencias que borran periodos de tiempo de su dia a dia. Es entonces cuando sin saber como ha llegado, aparece en un curioso lugar, El Cafe Canalla; local regentado por Jupiter, un hombre carismatico que desde un primer momento causa en Daniela sentimientos contradictorios.
    Desde ese mismo instante la vida de Daniela se transforma radicalmente, los acontecimientos se precipitan y no puede quitarse de la cabeza a Jupiter.
    Todo seria perfecto, como a ella le gusta hacer las cosas, si no fuera por lo que el destino tiene preparado para ella.
    Daniela aprendera a valorar muchos aspectos olvidados en su vida, y las circunstancias pondran en tela de juicio su cordura, ?verdad?, ?mentira?

  • El momento equivocado de Ciara Giannetti

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    Cloe es una chica de 17 anos enamorada de tres cosas en la vida: sus amigas, su novio Alex y las canciones de Melendi. Tiene muy claro lo que quiere conseguir cuando acabe el Bachillerato, pero casi sin darse cuenta, su profesor de Lengua se tropieza en su camino para darle un giro de 180 grados a todos sus planes..

  • El alma de la espada. La sombra del zorro 2 de Julie Kagawa

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    Hace mil anos, el gran dios Dragon fue invocado para conceder un deseo terrible, y la tierra de Iwagoto se sumio en una era de oscuridad y caos. Ahora se concedera un nuevo deseo a aquel que sea el poseedor del Pergamino de las Mil Oraciones.

  • En el punto de mira de Arantxa Rufo

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    Londres. Un letal francotirador mantiene en jaque a Scotland Yard desde hace anos. Es infalible, y su habilidad para no dejar pistas le ha granjeado el apodo de el Fantasma. A su pesar, el inspector Daniel Ryman recibe el encargo de investigar su ultimo trabajo, el asesinato de un importante multimillonario en medio de la City, a plena luz del dia.
    Lo que nadie imagina es que el Fantasma es una mujer, Kathleen Addams, quien interpreta a la perfeccion el papel de exitosa empresaria al mismo tiempo que ofrece sus servicios como asesina a sueldo con la ayuda de su socio, un conocido hacker.

  • Tu eres el lugar al que siempre quiero volver de Ana Martin Mendez

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    < tenia un buen trabajo -escaparatista de tiendas de lujo-, un buen sueldo y buenos amigos. Es decir, que yo me sentia a gusto con mi persona y con mi vida, siempre convencida de que los dias son mas que horas; tambien son la sonrisa de un desconocido que te pone a ti otra en el alma -hasta en el lunes mas aciago- o un viaje inesperado que te hace no solo descubrir un sitio, sino tu lugar en el mundo. Desgraciadamente, hubo un dia en que esa situacion y sensacion cambio. ?Y que fue lo que paso? Que me enamore>>.

  • El espiritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron

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    Una novela sobre la responsabilidad de padres y abuelos en los hechos tragicos de la historia reciente. Una historia universal que afecta a todos aquellos que han vivido y muerto por defender una idea.

  • Escuadron Gamma de Blas Ruiz Grau

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    Esta es la historia de Leo, un nino normal con una vida normal. Su vida es como la tuya, va al colegio, le gusta jugar con sus amigos y le encantan las historias de super heroes. Es un nino como tu hasta que... un dia, descubre que el tambien es un super heroe y tiene una mision: salvar al mundo. Junto a sus nuevos amigos Lucas, Gabi, Julia, Carolina y Daniela lucharan contra el mal. Son: el ESCUADRON GAMMA.

  • El peligro que nos une de Priscila Serrano

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    El: Impenetrable.
    Ella: Dulce.
    El: Inmaduro.
    Ella: Tierna.
    Jason se fue con su padre anos atras. Penso que su vida seria diferente de lo que en realidad fue. El cambio de ciudad y de ambiente, fueron su perdicion
    Al volver, cree tenerlo todo controlado, hasta que se encuentra con todo cambiado. Su madre volvio a casarse y tendra que convivir con dos adolescentes. Su hermana Mina y Abby.
    Abby, Abby, Abby. Siempre Abby.
    Es tan dulce, tan buena, tan, tan, tan apetecible.
    ?Como afrontara su nueva vida?

  • El conde Ayllon de Arlette Geneve

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    Recordando el pasado de el... El joven capitan de fragata, Rodrigo de Velasco y Duero, seguia mirando con honda satisfaccion el estuche de terciopelo azul que contenia el anillo de esmeraldas y rubies hermosamente engastados. La joya le habia costado una pequena fortuna, pero el resultado merecia la pena por su exquisitez. El anillo adornaria la mano de la mujer mas bella de la isla: su futura esposa. Bajo las escaleras del Palacio de los Capitanes rumbo a la casa de Davila, situada en la misma calle de las Damas, a una distancia de no mas de cuatrocientos metros de donde se encontraba el grueso del contingente militar de la fragata Armonia, perteneciente a la armada espanola, y construida en el Ferrol. Rodrigo se sentia satisfecho con su rapidez y manejo en las aguas bravas del Caribe, ya que su principal mision consistia en proteger el trafico mercante, siendo muy importante su participacion en la lucha contra corsarios por la velocidad que alcanzaba. La fragata estaba dotada con treinta y cuatro canones y podia atacar el trafico del enemigo en caso de guerra e incluso combatir en auxilio de los navios de linea. A menudo desempenaba la importante mision de exploracion de avanzadilla, asi como por los flancos de otros buques de la armada. Su nombramiento reciente de capitan habia sido propiciado por la captura, dos anos atras, de una fragata inglesa, La Maria, apresada por el Ligero y capitaneado por don Domingo de Onate. Rodrigo era el segundo oficial de un total de siete. La cincelada boca masculina seguia sonriendo gratamente. La sorpresa que ideaba darle a Isabelle pensaba atesorarla en su mente por el resto de su vida. La hermosa viuda de treinta y cinco anos le habia robado el corazon por completo. Tras varios meses de encuentros secretos, habia decidido hacerla su esposa sin importarle la diferencia de edad que los separaba. Los veinte anos de Rodrigo no lo amilanaban en absoluto, todo lo contrario, lo decidian con mas teson a tratar de superar ese pequeno escollo que enarbolaba ella con ahinco. La calle arbolada seguia tranquila a esa hora de la tarde, varios viandantes paseaban a sus mujeres cogidas del brazo con solemne caballerosidad y demostrada elegancia, algunos hacian los correspondientes saludos sin quitarse el sombrero del todo, otros, con una leve inclinacion de cabeza. Rodrigo detuvo sus pasos ante un puesto de flores y golosinas donde compro un pequeno ramo de nomeolvides, con el que pretendia sorprenderla. Sus pasos lo dirigieron a la casa de Davila que habia pertenecido a esa misma familia cuando formaba parte de las personalidades que llegaron en 1502 a Santo Domingo, junto al gobernador Nicolas de Ovando. Actualmente se encontraba habitada por el capitan americano William Dorian Jefferson, y su adorable hija, Isabelle. Rodrigo cruzo el porton sin titubear, siempre se mantenia abierto para el, detalle que lo complacia sobremanera porque mostraba a las claras la amistad de la que gozaba con la familia Jefferson. Atraveso el jardin exterior que miraba al rio Ozama. Las arquerias del patio cuadrado que se elevaba en dos plantas no le restaban luz a las dependencias superiores donde estaban ubicadas las diferentes alcobas. Cuando alzo la vista hacia el corredor superior, la vio asomada sobre la barandilla de madera con una sonrisa en la boca y una promesa en sus ojos azules; el ligero titubeo, y la sombra bajo sus ojos, lo desconcertaron por un momento. --Estare contigo en un momento --la voz melodiosa detuvo sus pasos cuando se encontraba justo en medio del patio. Rodrigo se guardo el estuche y cruzo las manos a la espalda. Isabelle fue observandolo a medida que bajaba los peldanos de suave pendiente, Rodrigo, vestido de uniforme, quitaba el aliento por su soberbia apariencia, y su masculinidad arrolladora. La mujer se fijo en el bicornio galoneado en oro que cubria sus cabellos castanos. La casaca de color azul turqui, galoneada tambien en tonos dorados en el cuello, las solapas y las bocamangas, hacia juego con el tono tostado de su piel ahora mas acentuado por el sol caribeno. Las vueltas, cuello y solapas eran de un color rojo carmesi intenso, Rodrigo llevaba las solapas de la casaca abiertas hasta medio pecho y vueltas hacia fuera siguiendo la moda de los oficiales generales de tierra. Su grado lo indicaban las dos charreteras doradas en los hombros. Isabelle bajo los ojos hacia el cinturon que sostenia el sable de oficial. La hebilla portaba el ancla que era distintiva de la Armada. Los pantalones blancos se cenian a las piernas musculosas como una segunda piel, y las botas altas de montar completaban el atuendo impecable. Isabelle se mordio el labio inferior ante el nudo que su fue gestando en su estomago al ser consciente de la virilidad de el: cada poro de la piel de Rodrigo rezumaba seguridad y determinacion. El suspiro de placer broto de su mismo centro femenino antes de poder ocultarlo bajo el velo de sus labios abiertos, pero cerro los ojos ante el ramalazo incomodo que la azoto ante lo que estaba a punto de hacer. --Me has extranado, mon ame --la hermosa mujer de pelo rubio y ojos azules se colgo de su brazo sin que la sonrisa abandonara su boca, mientras asentia con entusiasmo ante las palabras carinosas de su amante. --Cada aliento que exhalo es un pensamiento hacia ti que guardo en la memoria de mi afecto --respondio el. Isabelle rozo el menton rasurado con una caricia suave tras esa declaracion. --?Hacia donde me conduces, petite? --Isabelle asio la falda de su vestido de muselina verde, y lo insto a no hacer preguntas. --Pienso raptarte durante un momento --Rodrigo la miro con una ceja alzada. --Imagino que a tu padre no le gustaria la noticia de nuestra fuga aunque ello me llene de expectativas, ?has dicho solo un momento? Porque no sera suficiente --Isabelle entrecerro los ojos antes de reprenderlo con la mirada. --Quizas una hora... nada mas --Rodrigo no la dejo continuar. --No me conformare con una hora, lo sabes. --Eres un muchacho demasiado impetuoso --esa recriminacion carinosa le provoco un cierto malestar. A menudo ella solia recordarle la diferencia de edad entre ambos, y esas palabras habian sonado como una critica que le resulto inesperada. --Y tu una mujer que me vuelve completamente loco --Rodrigo detuvo sus pasos y la obligo a aminorar la marcha. La giro hacia si mismo, y le dio un beso de enamorado en los labios que ella acepto con avidez. Con una risa cantarina siguio guiandolo a traves del patio. --?Vamos a rezar? Te recuerdo que no eres catolica. --Isabelle nego con la cabeza ante su sagacidad, lo dirigia hacia la capilla de los Remedios, uno de los tres complejos que comprendia la hermosa casa. --Es el sitio mas indicado para conversar sin que nos molesten, o escuchen --Rodrigo miro hacia la fachada de ladrillo con doble arco rebajado, el campanario doble estaba rematado por uno mas alto en arco y una cruz coronaba la espadana. Cuando ambos cruzaron al interior, la boveda de medio canon con arquerias ofrecia la suficiente intimidad para conversar de forma tranquila y relajada. Tanto Rodrigo como Isabelle ocuparon uno de los bancos adosados a la recia pared. Rodrigo le robo otro beso antes de que ella abriese la boca. --Tengo que volver a Luisiana --solto de pronto. Rodrigo la miro con excesiva seriedad ante la noticia inesperada. --No tienes necesidad de irte --respondio muy suave. Isabelle fruncio la boca ante el comentario. --Aqui no tengo nada que me retenga --Rodrigo tenso los hombros ante las palabras que lo habian molestado profundamente porque acababa de erigir una barrera entre los dos y desconocia el motivo. --Creia que me tenias a mi --Isabelle bajo los ojos con pesar porque sabia que sus palabras anteriores lo habian herido. --Mi padre ha sido destinado de nuevo y yo... --Isabelle hizo una pausa--, no deseo quedarme sola en esta isla. Rodrigo sabia que ella se referia a su inmediata partida hacia Buenos Aires, ciudad que habia sido atacada por una flota britanica al mando del almirante Home Riggs Popham, sin autorizacion del gobierno britanico. Tras la victoria frente al cabo de Trafalgar, Inglaterra pretendia proyectar sus intereses politicos en el nuevo continente intentando dominar el Rio de la Plata. Rodrigo sabia que el poder naval espanol habia sido considerablemente mermado tras la batalla, y que las colonias tenian un sentimiento de vacio de proteccion al tener que defenderse solas sin la ayuda del reino de Espana. --Podrias esperarme en mi hogar, yo te conseguiria un pasaje en el Santo Cristobal como mi esposa. Te acompanaria la proteccion de mi apellido --Isabelle solto un suspiro porque no se esperaba esa declaracion repentina. --?Tu esposa? --Rodrigo asintio con la cabeza a la vez que sonreia creyendo que la habia complacido con su proposicion----. Ya he estado casada --la espalda de Rodrigo se tenso de nuevo. --Pero no conmigo, amor. Isabelle lo miro de forma tierna y carinosa, el joven capitan espanol era toda una caja de sorpresas. Sabia del enamoramiento que sufria por ella pero nunca creyo que le propondria matrimonio con tanta despreocupacion. Su corazon comenzo una cabalgata sin control, si bien consiguio sujetar sus sentimientos antes de que se desbocasen. Miro los amados ojos dorados que le habian dado tanta paz en los meses que habian compartido como amantes y amigos. Rodrigo habia llegado a su vida cuando se sentia vacia, acomplejada por un matrimonio que solo le habia reportado amargura y desesperacion. El noble espanol habia conseguido con su dulzura hacer que su corazon comenzara a latir de nuevo. Ella lo amaba con toda su alma, con cada fibra de su ser, pero... --Es imposible un matrimonio entre los dos --respondio al fin. Rodrigo abandono su postura sentada en el banco, y la miro con seriedad aplastante. --Nos amamos, es un motivo mas que suficiente --contesto mirandola fijamente. Isabelle bajo los ojos al suelo incapaz de sostenerle la mirada. --Soy mucho mayor que tu, Rodrigo --el aludido se sorprendio.

  • Una curiosidad insaciable de Richard Dawkins

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    En Una curiosidad insaciable, Dawkins nos muestra un inusual recorrido por sus primeros anos, su despertar intelectual en Oxford y el camino hasta la publicacion de El gen egoista. El autor pinta un vivido cuadro de su idilica ninez en el Africa colonial, sazonado con apuntes acerca de su familia y de las peculiaridades de la vida colonial tras la segunda guerra mundial. Salvo algunas ensenanzas inspiradoras en la escuela primaria y secundaria, su curiosidad intelectual no alzo plenamente el vuelo hasta su ingreso en Oxford. Tras entrar a Oxford en 1959, Dawkins comenzo a estudiar zoologia y conocio a algunos de los legendarios mentores de la universidad, asi como su sistema de tutorias.

  • Un acuerdo con el Diablo (Una Propuesta casi Indecente 3) de Mia Del Valle

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    Conocer a mi padre a los 18 anos, no significo un trauma. Todo lo contrario, mi viejo supo plasmar su amor y seguridad apenas se entero de mi existencia. Luego que nos mudaramos desde Colonia del Sacramento a la capital, mi vida cambio 180 grados. Claro que cambio para bien. En este lugar encontramos la familia que nos faltaba... antes eramos mama y yo... mas nadie. Pero al encontrar a mi padre, junto a el se agrego un grupo de amigos y familiares extraordinarios... esta Sofia su esposa, una joven y simpatica mujer que puso el mundo de mi padre patas para arribas y en parte el mio tambien. Esta Leopoldo... mi abuelo, un personaje digno de ganarse mi carino y respeto al instante, gran companero de charlas y excelente consejero. Junto a ellos se unieron mas personas que me adoptaron desde el lado del carino... Diana y Nicolas <>, mis tios Federico y Victoria, Mario que es el tio de Victoria, Lechuga y Lola <>, en fin... un grupo de seres que me envolvio en su calidez y nos hicieron sentir en casa desde el vamos. Pero desde la muerte de mama nada me hace feliz. Desde ese momento el vacio inundo mi vida. Se que tengo a mi familia y amigos. Pero me falta ella... mi madre. La mujer que me dio la vida... que me cobijo en su pecho, la que seco mis lagrimas, limpio las raspaduras de mis rodillas y lleno con besos la falta de otras tantas cosas que no teniamos. --!Dios! ?Por que me la arrebataste tan pronto? No me dejaste cumplirle su mayor sueno... verme felizmente casado y darle un nieto. Aun revivo ese fatidico dia una y otra vez. Creo que fue en ese momento cuando ocurrio un quiebre en mi vida y desde entonces me encuentro enojado con el mundo, con la vida y sobre todo con Dios. --Juan tenes que venir pronto... es mama. --?Que paso con ella?… ?esta bien? --Si, pero veni a casa rapido hijo, la estamos por trasladar a la clinica nuevamente. --Ya salgo para ahi papa. Tomo mi saco y las llaves de mi coche. --Serena... me tengo que ir ya. Mi vieja se descompuso otra vez. Apaga mi computador y cancela toda la agenda del dia de hoy y de manana. Hay veces en que no se que haria sin Serena, mi asistente, mejor amiga y pilar fundamental en mi vida desde que me mude a la capital. Mi amiga me toma por las mejillas, besa mi frente y susurra... --Todo va a estar bien. --No se que hacer nena... estoy agotado. Es tan doloroso, que hay veces que creo que me desgarro por dentro. --Ahora anda tranquilo --susurra Serena --que tu madre te necesita... y manana si queres y podes... nos tomamos unos tragos a la salida. ?Te parece? --?Noche de mojitos un martes?… ?segura? --reimos. --!Claro que me parece amigo! Recuerda que los mojitos son terapeuticos y antibacterianos... ideales para combatir tristezas, problemas del corazon y dolores de garganta --. Guina su ojo, me ayuda a colocar el saco y me despide de nuestra oficina. Subo al ascensor, si bien son cuatro pisos nada mas, hoy no estoy de animo para cumplir con mi actitud deportista de ir siempre por las escaleras. <> Salgo a la calle con la familiar sensacion de opresion en el pecho. Las lagrimas se niegan a salir, provocando un efecto de falta de aire. Garcia me acompana como de costumbre hasta la puerta, y palmea mi espalda antes de continuar con su tarea... <> Camino tres cuadras hasta el estacionamiento, en el cual mi coche espera las horas que me encuentro en la oficina. La cabeza me va a mil. Pienso que tengo que hablar con el medico personalmente. !Me niego a creer que no se pueda hacer nada mas! <> Subo a mi coche, enciendo algo de musica y salgo a la claridad del dia. Esta me ciega por un instante. Veo que el mundo continua girando, las personas viviendo, y me siento mas solo que nunca, con mas furia y ajeno a todo. Se que no es normal que tenga ese rencor con el mundo. Pero no lo puedo evitar. No dejo de pensar que entre tantos seres despreciables que habitan el planeta tierra, Dios eligiera a mi madre. !Justo a ella!, el ser con mas corazon que jamas vi en mi vida, magnanima y amorosa. Solo su olor... <> es un balsamo de paz para mi. --!Mierda! --grito y golpeo el volante. Necesito un psicologo. Pero no caere en manos de Sofi, se que en cada charla con ella y con mi padre, soy analizado, pero me niego a terapia de divan. No lo hare. Jamas. Tres... cuatro, cinco semaforos en rojo. Estoy que reviento de bronca. No puede ser... cuando estoy apurado, !la gente se mueve extremadamente lento! Inutiles de mierda. Cambio la melodia que suena en el mp3 y comienza una del grupo "Las pastillas del abuelo" pienso en lo peculiar de ese nombre, y comienza una suave melodia, la que provoca que, preste atencion a su letra y calmar a mis demonios por al menos un instante. Sabes que no sueno con vos al dormir, No es bueno sonar con los angeles de hoy. Sabes que miento siempre que hay una buena ocasion. Tambien sabes que un consejero me dijo "hecho el amor, hecha la trampa" y al pie de la letra sigo ese consejo cruel. "El que no arriesga no gana" dijiste, "el que arriesga puede morir por amor" te dije, y comprendiste que no iba a ser yo. El que cubra tu cuerpo en noches de frio. El que te regale rosas sin espinas, El que aparte de ser sexo sea un amigo, El que derroche... amor en cada esquina. Me gusta... pienso. Dulce y acida, creo que aplica en mi vida. Desde mi ultima relacion seria, me prometi que ya no mas. Las mujeres de hoy, solo quieren comodidad, un respaldo, y ser tratadas como princesitas... !un sponsor! Definitivamente no soy el principe azul de los cuentos infantiles, si me tuviera que identificar con alguno de los integrantes de los cuentos... creo que podria ser el ogro Shrek o el lobo feroz de Caperucita. No el principe. !Nunca el principe! Finalmente llego al edificio donde vive mi madre, y en el departamento superior mi padre con Sofia y mi hermanita Sol. Con la enfermedad de mama debilitando dia a dia su salud, Sofia en un admirable y noble gesto, indico que la queria cerca. Ellas se hicieron muy buenas amigas en cuanto se conocieron, y cuando nacio Solcito, Sofi encontro en mi madre una consejera y fiel amiga. Ellas dos junto a Victoria se hicieron inseparables, muchos no entendian esa relacion tan extrana entre la ex y la actual mujer de mi padre, pero para ellos era algo muy normal y poco les importo el que diran. Mudaron sus pertenencias al departamento que se encontraba libre, un piso por debajo al de ellos. Mi pequena hermana Sol saltaba de alegria por tener a su titi cerca. Sol es el fruto del amor entre mi padre y Sofia, y es la luz de mi madre. Una chispa de alegria y amor en este dificil momento. La pequena diablilla de dos anos y medio, adora pasar horas con ella. --Tia Anita... me "leyes" un cuento --. Acostumbra decir. --Leer --la corrige mama, y ambas rien cuando la pequena imita su tono de voz... "Leeeer" Subo hasta su piso, y nuevamente me falta el aire. !Sensacion de mierda! Siempre lo mismo. Contener las ganas de arrodillarme y depositar mi cara en su regazo para llorar. Se que no puedo. Se que soy un hombre de 29 anos que debe tragar sus lagrimas para no preocupar mas a su madre. Pero me cuesta. Es como subir una pendiente al rayo del sol. Se me seca la boca, mi frente transpira, mi corazon late a mil por horas y mis ganas de resignarme al agotamiento son fuertes. Tomo aire y entro en el departamento. El olor que hay de antisepticos y alcohol no se ira mas de mi memoria. Es nauseabundo y triste. ?Hay olores tristes?… si, este lo es claramente. No hay olor a hogar... nada de aroma a pan recien horneado ni a lavanda, como lo habia antes. No. Solamente olor a hospital y muerte. Penumbras y silencio. Sofia sale a mi encuentro con una cara que no me gusta nada. Ella siempre tiene una sonrisa para mi, y palabras positivas. Pero esta vez su cara muestra algo que no me gusta nada... en ella denoto ?compasion? --?Donde esta Sofi? --En su dormitorio Juani. No se encuentra bien. El doctor no sabe si trasladarla o no. Ya no quiere hacerla sufrir mas. En este momento le esta pasando un calmante. <<"Ya no quiere hacerla sufrir mas">> Esas palabras !no!... !esas putas palabras no por Dios!, las cuales desee no escuchar nunca, estaban sonando. !Mi mama!… !mi viejita linda! --!Noooo! --grito con furia. Sofia con cara de preocupacion toma mi mano entre las suyas. Y habla con firmeza.

  • Algo muy grande de Kattie Black

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    Amber lo tiene todo: es joven, guapa, caprichosa, y vive en un apartamento con vistas a Central Park. Tras una discusion con su padre, Amber huye a San Francisco, pero pronto se vera envuelta en una aventura inesperada junto al hombre que debe devolverla sana y salva a su hogar: Eric, un mercenario rudo, con poca paciencia, malhablado y sexy. Unidos por las circunstancias, los dos se embarcaran en un viaje trepidante a traves de las carreteras de Estados Unidos que sacudira los cimientos de sus vidas.

  • Un amor inesperado de Victoria Evans

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    Arabella deja su tranquilo pueblito costero ingles para aceptar el puesto de institutriz en el castillo de un duque portugues recientemente viudo. Un hombre tirano, autoritario acostumbrado a gobernar en su propiedad como un antiguo senor feudal y sin embargo, el magnetismo de ese caballero hechizara a la jovencita hasta hacerle perder la cabeza casi por completo…