• khaled hosseini libros - Khaled Hosseini

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    Superando con creces el rotundo exito de Cometas en el cielo, la segunda novela de Khaled Hosseini salto de inmediato al primer puesto en todos los paises donde se ha publicado. Nueva demostracion del asombroso instinto de gran narrador de que goza el autor, el libro cuenta la conmovedora historia de amistad entre dos mujeres afganas de origenes muy dispares, cuyos destinos se entrelazan por obra del azar y de las convulsiones que ha sufrido Afganistan en los ultimos treinta anos. Hija ilegitima de un rico hombre de negocios, Mariam se cria con su madre en una modesta vivienda a las afueras de Herat. A los quince anos, su vida cambia drasticamente cuando su padre la envia a Kabul a casarse con Rashid, un hosco zapatero treinta anos mayor que ella. Casi dos decadas mas tarde, Rashid encuentra en las calles de Kabul a Laila, una joven de quince anos sin hogar. Cuando el zapatero le ofrece cobijo en su casa, que debera compartir con Mariam, entre las dos mujeres se inicia una relacion que acabara siendo tan profunda como la de dos hermanas, tan fuerte como la de madre e hija. Pese a la diferencia de edad y las distintas experiencias que la vida les ha deparado, la necesidad de afrontar las terribles circunstancias que las rodean, hara que Mariam y Laila vayan forjando un vinculo indestructible que les otorgara la fuerza necesaria para superar el miedo y dar cabida a la esperanza.

  • Todos los libros del autor Hosseini Khaled

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  • KHALED HOSSEINI | Casa del Libro

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    Nuevos libros de KHALED HOSSEINI ; mil soles esplendidos-9788498382327 · MIL SOLES ESPLENDIDOS ; cometas en el cielo (edicion limitada a precio especial)- ...

  • Khaled Hosseini: Libros - Amazon.es

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  • Selección Libros Khaled Hosseini y opinión | Fnac

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    Cometas En El Cielo, . Khaled Hosseini - Normal en español (Libro). Oferta especial. 15,20€ 16 ...

  • Khaled Hosseini - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    Khaled Hosseini (en persa: خالد حسینی, pronunciado: Jáled Hosseini; Kabul, Afganistán, 4 de marzo de 1965) es un escritor en lengua inglesa y médico ...

  • Descubre los 3 mejores libros de Khaled Hosseini › 2022

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    Top 3 novelas recomendadas de Khaled Hosseini · Cometas en el cielo · Mil soles espléndidos · Y las montañas hablaron · Deja un comentario Cancelar la respuesta.

  • Khaled Hosseini: libros y biografía autor - Lecturalia

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    Escritor afgano nacionalizado estadounidense, Khaled Hosseini creció y estudió en los Estados Unidos debido a que su padre, diplomático afgano, ...

  • hosseini, khaled - Quelibroleo - Descubre tu próxima lectura ...

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  • Para mi desgracia, mi jefe de Vega Manhattan

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    Alicia no veia la hora de que su contrato terminase, trabajar con Iker Vidal era un verdadero suplicio. Ese hombre disfrutaba desquiciandola y ella... Ella no tenia paciencia para mantener la boca cerrada.
    Lo que Iker sentia era un poco mas complicado, esa mala pecora lo iba a volver loco.
    Aunque ambos mantenian las distancias, parecia que no era suficiente para evitar que sus mas ocultos deseos salieran a la luz.

  • Crimenes Exquisitos, Vicente Garrido; Nieves Abarca de

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    El cuerpo de Lidia Naveira, una joven de la alta sociedad corunesa, aparece flotando en el estanque de Eiris recreando la famosa Ofelia de Millais.
    ?Que relacion tiene este crimen con el macabro asesinato acontecido meses antes en la Abadia de Whitby?
    La inspectora Valentina Negro, con ayuda del famoso criminologo Javier Sanjuan, liderara una investigacion que la llevara a colaborar con Scotland Yard, en una oscura trama a caballo entre A Coruna y Londres.
    Lo que nadie puede llegar a sospechar es que en la vertiginosa cuenta atras para atrapar al asesino, deberan enfrentarse a las obsesiones mas inconfesables de la sociedad actual.

  • Filthy Coach (Chicos malos 6) de Amy Brent

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    ?Que es lo mejor de ser famoso?, me pregunta la gente a menudo. Suponen que tener toneladas de dinero en el banco o una flota de coches exoticos en la entrada de tu mansion de cincuenta habitaciones, o la adoracion de millones de fans, que hace que a una estrella le tiemblen los dedos de los pies. Mentira. Lo que mas me gusta de ser famoso, si es que se me puede seguir llamando asi, son las seguidoras: esas senoras, algo ligeras de cascos, que te chupan la polla por debajo de la mesa en un club nocturno, o que te follan hasta la saciedad en una caseta del bano de un estadio de futbol durante el descanso. Hay groupies de todas las edades y colores, de todas las formas y tamanos, todas dispuestas a aceptar lo que quieras darles. En la boca, en el cono, en el culo; lo que sea. Para ellas siempre es lo mismo y para mi tambien. Hay una cosa que se debe comprender de ellas, que no tienen nada que ver contigo; al menos no con tu verdadero yo. Todo se relaciona con tu <> famoso, el personaje publico que creen conocer, el que ven en la television o en las revistas. No se tiran o se la chupan al famoso por satisfaccion sexual, sino para presumir ante sus amigas groupies. <>, seria su conversacion. Piensalo, ?cuantas mujeres pueden decir con sinceridad que se han follado a un quarterback de la Liga de Futbol Americano, en el vestuario del equipo durante el descanso de un partido de los playoffs del campeonato nacional? Solo una que yo sepa. Y lo se porque fui yo el que se la follo. No recuerdo su nombre, pero se llevara esos derechos de jactancia a la tumba. Nadie la creera cuando cuente la historia, pero no importa porque ella sabe en su corazon que es verdad. Cuando se es famoso, independientemente del motivo, las seguidoras forman parte del juego. Mick Jagger tiene una fila de ocho kilometros de veinteaneras excitadas, dispuestas a follar con el, aunque sea mas viejo que el Guardian de la Cripta y parezca que se esta descomponiendo ante nuestros ojos. Los cantantes, los actores, los deportistas, los multimillonarios, todos tienen sus fans. Incluso los asesinos psicopatas tienen mujeres preparadas para tener sexo con ellos. Charles Manson sigue recibiendo cartas de amor de mujeres que quieren tener un hijo suyo, a pesar de que lleva cuarenta y cuatro anos encerrado en la carcel por asesino en serie. Los dos hermanos Menendez se casaron despues de ir a la carcel por matar a tiros a sus padres. El puto OJ Simpson consiguio mas conos despues de matar a su mujer y a su amiga. Las groupies no pueden controlarse, hay que comprender que eso forma parte del encanto y del peligro. Son como sabuesos. Te olfatean alla donde vayas, siempre al acecho de un nombre conocido al que poder tirarse, chupar o follar, para luego colgarlo en Facebook o presumir ante sus amigas de a que famoso tuvieron en algun agujero de su cuerpo. Diablos, en realidad no hace falta ser una gran estrella para que se sientan atraidas como las abejas por la miel. O las moscas a la mierda. Solo hay que mirarme. Soy un tipo guapo, pero no soy millonario; al menos, ya no. Soy mas popular por lo que solia ser que por lo que soy ahora. Con los anos, he notado una degradacion de la sensualidad de las fans que se me acercan. Tal vez sea eso. La calidad de la seguidora disminuye en proporcion directa a la disminucion del nivel de fama. Cuando eres Sammy Carson, el quarterback titular de un equipo de futbol universitario clasificado a nivel nacional, o Sam Carson, el quarterback franquicia de un equipo de la AFL, que juega en la television cada dos domingos por la noche, la calidad de la admiradora es increiblemente alta. Pero cuando eres Sam Carson, el ex quarterback cuyo brazo de lanzar se destrozo en un accidente de coche, lo que practicamente puso fin a tu carrera como jugador de la noche a la manana, y tienes que dedicarte a ser entrenador solo para mantener un pie en el juego, las seguidoras bajan a la mitad. No me quejo. Incluso las pocas que me admiran estan mucho mas buenas que las que siguen a la mayoria de los chicos del monton. Se dan revolcones con cuatro o cinco conos y son felices de conseguirlos. En los deportes profesionales, las groupies estan por todas partes y juegan en todos los niveles del futbol. Cuando yo era el pasador titular de los Nassau College Buccaneers, las animadoras solian hacer cola fuera del vestuario para ver con cual pasaba la noche. Algunos dias, me llevaba a dos o tres a casa, lo que cabreaba al resto del equipo porque se quedaban con mis sobras. Lo siento, amigos. Tal vez podais conseguir que una de ellas os la chupe en el autobus de vuelta a casa. Si no, podeis abriros camino en el grupo de ex alumnos que estarian encantados de llevarse a un jovencito a la cama. Yo soy la estrella y escojo primero. !Si no os gusta, que os den por culo! Cuando me reclutaron en los New York Thunder, las mujeres comenzaron a surgir de la nada para estar conmigo. Al convertirme en el quarterback titular del equipo, salia con una mujer diferente cada noche y tenia que tomarme un dia libre, de vez en cuando, para dar un descanso a mi pobre polla. Incluso ahora, como entrenador de los Troyanos de Atlanta, con cuarenta y dos anos de edad, todavia me admiran. <>, me preguntan con los ojos muy abiertos y riendose. <>, respondo con amabilidad. <>. Asi fue, mas o menos, la conversacion que mantuve cuando sali de Atlanta por la Interestatal 16 para orinar. Tambien eche gasolina a mi Land Rover, de camino a la casa de playa de mi jefe en Hilton Head, Carolina del Sur. La chica que estaba detras del mostrador tendria unos treinta y cinco anos, llevaba el pelo tenido de rojo y tenia un buen par de tetas. Me miro y me reconocio enseguida. --Hola, ?no eres Sam Carson? Sonrei y movi la cabeza. --Lo soy. --Soy Janine --dijo con un marcado acento sureno. Paso la lengua por sus carnosos labios--. Me encantan los Troyanos de Atlanta. Apuesto a que estaras muy guapo ahi abajo, en la banda, con los auriculares puestos. --Esperemos que si. --Suspire, senalando con la cabeza hacia los surtidores de gasolina y anadi--: He puesto treinta y cinco de gasolina. Puse los dos paquetes de seis cervezas en el mostrador y le mostre mi tarjeta de credito para que me cobrara. Ella la ignoro, me miro con ojos sonadores y fruncio los labios. Bingo. Alerta de una groupie. Volvi a meter la tarjeta de credito en la cartera y sonrei. --Entonces, ?quieres que te firme las tetas o algo asi? Eso fue todo lo que necesite. Ella se acerco al mostrador sin decir nada mas. Paso por delante de mi para cerrar la puerta principal y luego me llevo a la habitacion trasera. La incline sobre una pila de cajas de cerveza y me la tire por detras. El suyo no era el cono mas estrecho en el que la habia metido, pero funciono. Diez minutos mas tarde, estaba de vuelta en la carretera con un tanque lleno de gasolina y dos paquetes de seis de cervezas; todo por cuenta de la casa. Ya lo dije. Las fans son jodidamente increibles. Capitulo 2 Allie Winston Tarde casi cinco horas en mitad de un intenso trafico en la interestatal. Iba desde mi loft, en el centro de Atlanta, hasta la casa de playa de mi padre en Hilton Head Island, justo en la costa de Carolina del Sur. Fue un viaje lento, pero disfrute de la paz y la tranquilidad del largo trayecto. Estaba deseando disfrutar de la soledad de un largo fin de semana en la playa. Era viernes por la tarde y no tenia que volver a la oficina hasta el martes. Pensaba pasar todos los dias con la unica compania de varias botellas del mejor Chardonnay de mi padre y la ultima novela de John Grisham. Ni siquiera me iba a llevar un ordenador. Iba a ser la primera vez que me desconectara en anos. De acuerdo, no estaria totalmente alejada de las redes. Tenia mi iPhone, pero no se podia esperar que una chica se desconectara de golpe. Me prometi a mi misma que no navegaria por Internet ni responderia a ninguna llamada que no fuera de mi padre o de Darcy, mi asistente en Atlanta. Ella enviaria un mensaje de texto al 911 si se incendiaba la oficina y solo me avisaria si se convertia en un infierno que no podia apagar. Mi padre, que era el dueno del equipo de futbol profesional de los Troyanos de Atlanta, estaba en Los Angeles en una reunion, asi que no esperaba saber nada de el hasta la semana siguiente. Sinceramente, si no viera, hablara o tuviera noticias de otro ser humano en los proximos tres dias, me pareceria bien. Una vez que sali del horror que es el trafico de Atlanta y llegue a la Interestatal 16 este, acelere mi Audi, puse el ultimo CD de Bruno Mars y cante a todo pulmon. Me sentia muy bien, como si dejara atras el mundo y todos sus problemas, al menos durante unos dias. Conduje sin zapatos y con las ventanillas bajadas. Me encantaba la sensacion del viento acariciando mi cara y azotando mi larga melena rubia. Era primavera en Georgia. El aire era calido y humedo, pero la brisa era fresca y refrescante cuanto mas me acercaba al oceano. Mire por las ventanillas laterales y di un suspiro de felicidad. El mundo habia vuelto a ser verde, despues de un invierno aburrido que me dejo muy necesitada de un descanso. Lo llamo descanso en lugar de vacaciones porque si no me alejo de vez en cuando para descomprimirme, soy capaz de romper cosas en la cabeza de la gente. Llevo bastante bien el estres, pero de vez en cuando me afecta. Soy asesora de imagen y relaciones publicas para una de las principales empresas de marketing deportivo del pais, con sede en Atlanta. Trabajo sobre todo con deportistas profesionales que juegan en el sureste, incluidos los que juegan en el equipo de mi padre, los Troyanos de Atlanta. Es un oficio estresante, pero me encanta y no puedo imaginarme haciendo otra cosa. Trabajo con mi padre sin tener que rendirle cuentas porque es mi cliente, no mi jefe. No me gustaria que fuera de otra manera. Le quiero mucho, pero nunca podria estar a sus ordenes. Puede ser un poco abusivo, como dice que hay que serlo si se quiere triunfar en el despiadado mundo del deporte profesional. Papa no me estresa, al menos, desde que soy una adulta que ha demostrado que puedo cuidar de mi misma. Mi ansiedad la produce mi vida personal; sobre todo, la larga lista de gilipollas que se cuelan en mi cama y en mi corazon. Suelen ser autenticos idiotas que tienen miedo al compromiso, o que ya estan liados con alguien y se han olvidado de decirmelo, o son delincuentes convictos que huyen de la policia, o son homosexuales que quieren experimentar con mujeres. Incluso pueden ser todo lo anterior. No bromeo, es tal y como lo cuento. El ultimo imbecil que ha pasado por mi vida ha sido Brett, el hermano pequeno de un ex amigo --antes era un amigo-- que estaba deseando conocerme, follar conmigo, robarme la tarjeta de debito y vaciar mi cuenta corriente. Al final, la broma fue para el. Mi banco retiene, en el acto, el dinero que sobrepasa una cantidad determinada; de modo que el bueno de Brett solo escapo con cien dolares y mi eterno desprecio. No me habria importado tanto el robo si el sexo hubiera sido bueno, pero los recien nacidos podian mantener la ereccion mas tiempo que Brett. La cocaina provoca ese problema y le llaman <>. ?Quien lo diria? Aparte aquellos pensamientos sobre el despreciable culo de Brett y gire por la interestatal 278. Estaba a menos de treinta minutos de la casa con vistas a una playa privada, en el lado del oceano de Hilton Head Island. Me moria de ganas de descorchar una botella de vino y hundir los pies en la arena. Un fin de semana a solas era exactamente lo que necesitaba para recuperar la cabeza.

  • Proveedores de almas de Oscar Brizuela Bello

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    La vida de un apacible pueblo agricola de Indiana se ve sacudida violentamente por un tragico acontecimiento que alterara la convivencia de sus habitantes. La muerte de dos personas en el atraco al banco de la ciudad deja al Sheriff Atkinson una herida que no puede cicatrizar. Senalado por sus vecinos, emprendera un viaje al pasado para liberar sus demonios y redimirse ante su pueblo. En su camino surgiran dudas que le haran tambalearse entre dos mundos: el nuestro, y el del mas alla.

  • Volver a casa – Yaa Gyasi de Yaa Gyasi

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    Primera novela de la escritora estadounidense de origen ghanes Yaa Gyasi, la trama de esta cautivante historia de hondo calado humano se desarrolla en la costa suroccidental de Africa -la actual Republica de Ghana- y en Norteamerica desde el siglo XVIII hasta la presente. Hijas de una misma madre y de padres pertenecientes a dos etnias distintas, Effia y Esi son dos hermanas de sangre que nunca llegaran a conocerse. Sus caminos estan irremediablemente destinados a separarse: asi, mientras Effia es obligada a casarse con un gobernador ingles y a residir en una fortaleza junto a la costa, Esi es capturada y enviada como esclava al sur de Estados Unidos. La narracion va trazando, pues, el devenir de las dos ramas de la familia, protagonistas de conmovedoras historias de afliccion, esperanza y superacion en el marco de una serie de relevantes acontecimientos historicos: las guerras tribales, el negocio del cacao, la llegada de los misioneros, la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850, la Gran Migracion Negra, la lucha por los derechos civiles y el renacimiento de Harlem en los anos veinte, hasta llegar a la epidemia de heroina de los setenta.

  • Una tarta de manzana llena de esperanza de Sarah Moore Fitzgerald

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    Esta es una historia maravillosa, hermosa y conmovedora que habla de esperanza y de tartas de manzana. Pero en este libro no encontraras tartas de manzana normales y corrientes. Encontraras tartas magicas. En cuanto las pruebes, el mundo te parecera muy diferente. Las cosas empezaran a cambiar y, cuando hayas tomado un trozo, sentiras que todo va a salir bien.

  • El Informe Krinar de Anna Zaires

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    Dos anos desde la invasion. No me podia creer que ya hubieran pasado dos anos desde la invasion, y que todavia no supieramos casi nada sobre los alienigenas que habian tomado el control de la Tierra. Frustrada, me quite las gafas y me frote los ojos, al notar el cansancio de haber estado mirando la pantalla del ordenador todo el dia. Durante las ultimas dos semanas, desde que decidi ponerme a mi misma a prueba escribiendo un articulo de investigacion sobre los invasores, habia escudrinado hasta la ultima linea de informacion disponible en internet, y lo unico que tenia eran rumores, una serie de relatos poco fiables de testigos oculares, algunos videos pixelados de YouTube y las mismas preguntas sin respuesta que al principio. Dos anos despues del Dia K, los K, o los krinar, como ellos preferian hacerse llamar, suponian un enigma casi tan grande como cuando llegaron. Mi ordenador hizo un ruidito que me saco de mi ensimismamiento. Al mirar la pantalla vi que era un e-mail de mi editor. Richard Gable queria saber cuando tendria el articulo sobre los cachorros siameses que le debia. Al menos no era otro de esos correos electronicos tipo <> de mi madre. Suspire y me frote los ojos de nuevo, intentando evitar distraerme pensando en los chiflados de mis padres. Ya era bastante malo que mi carrera todavia no hubiese despegado. No tenia ni idea de por que todos los reportajes de pacotilla acababan siempre en mi mesa. Habia sido asi desde que empece en el periodico, tres anos atras, y ya estaba mas que harta de ello. A los veinticuatro, tenia casi tanta experiencia en escribir sobre noticias reales como un estudiante en practicas. !A la mierda!, habia decidido el mes anterior. Si Gable no queria asignarme trabajo de verdad, yo misma encontraria una historia. ?Y que otra cosa habia que fuese mas interesante o controvertido que los misteriosos seres que habian invadido la Tierra y convivian ahora con los humanos? Si podia descubrir algo, cualquier cosa, que fuese cierta sobre los K, eso me ayudaria a avanzar mucho en demostrar que era capaz de manejar historias de mas relevancia. Me puse las gafas de nuevo y escribi un correo rapido a Gable, solicitandole un par de dias mas para terminar el articulo de los cachorros. Mi excusa fue que queria entrevistar al veterinario y me estaba costando ponerme en contacto con el. Por supuesto, era mentira. Habia entrevistado al veterinario y al dueno en cuanto me pasaron el encargo… pero queria evitar que me mandaran otro articulo de segunda durante unos dias. Asi tendria tiempo para explorar un tema interesante que me habia encontrado en mi investigacion de ese dia: los llamados clubs-X. --Hola, pequena, ?tienes planes para esta noche? Al oir aquella voz conocida, levante la vista y sonrei a Jay, mi companero de trabajo y mi mejor amigo, quien acababa de entrar en mi minuscula oficina. --No --dije alegremente--. Voy a ponerme un poco al dia con el trabajo y luego vagueare apoltronada en el sofa. El exhalo un suspiro dramatico y me lanzo una mirada de fingido reproche. --Amy, Amy, Amy… ?Que vamos a hacer contigo? Es viernes por la noche, ?y tu vas a quedarte en casa? --Todavia me estoy recuperando del fin de semana pasado -- dije con una sonrisa cada vez mas amplia--. Asi que no creas que puedes volver a arrastrarme a salir tan pronto. Una noche de fiesta al mes al estilo de Jay es suficiente para mi. La fiesta al estilo de Jay era una experiencia unica que consistia en multiples chupitos de vodka al principio de la noche, seguidos de varias horas de ir de club en club, rematadas con una cena/desayuno en un restaurante coreano de los que abren las veinticuatro horas. No le mentia al decirle que todavia me estaba recuperando… la combinacion de vodka y comida coreana me habia causado tal resaca que mas bien se habia parecido a un mal caso de intoxicacion alimentaria. Apenas fui capaz de salir arrastrandome de la cama el lunes para ir a trabajar. --Oh, vamos --intento engatusarme, con una mirada igual que la de un cachorro en sus ojos castanos. Sus tupidas pestanas, su cabello rizado y sus finos rasgos hacian de Jay alguien casi demasiado lindo para ser un tio. De no ser por su constitucion musculosa, habria parecido afeminado. Sin embargo, la cuestion era que asi el atraia a mujeres y hombres por igual… y disfrutaba de ambos sexos con identico entusiasmo. --Lo siento, Jay. Otra semana sera. --Lo que de verdad necesitaba ahora era concentrarme en mi articulo sobre los K… y en los clubs secretos que supuestamente frecuentaban. Jay dejo escapar otro suspiro. --Muy bien, como quieras. ?En que estas trabajando ahora mismo? ?En el articulo de los cachorros? Titubee. Todavia no le habia hablado a Jay acerca de mi proyecto, sobre todo porque no queria quedar como una estupida si no podia encontrar una buena historia. A Jay tampoco le encargaban muchos articulos jugosos, pero a el no le importaba tanto como a mi. Su objetivo en la vida era divertirse, y todo lo demas, incluida su carrera periodistica, iba en segundo lugar. Opinaba que la ambicion era algo que solo era util con moderacion y no se esforzaba mas de lo estrictamente necesario. --Es solo que no quiero ser un vago total… por mis padres, ya sabes --me habia explicado una vez, y esa afirmacion resumia perfectamente su actitud frente al trabajo. Yo, por otro lado, queria algo mas que simplemente no ser una vaga. Me molestaba que el editor hubiera echado un vistazo a mi cabello rubio cobrizo y a mis rasgos de muneca, y me hubiera encasillado de forma permanente en la seccion de noticias triviales. Habria creido que Gable era un sexista, de no ser porque habia hecho lo mismo con Jay. Nuestro editor no discriminaba a las mujeres; solo hacia suposiciones sobre las capacidades de las personas basadas en su apariencia. Al final decidi confiar en mi amigo y le dije: --No, no es el articulo de los cachorros. En realidad, he estado investigando para un proyecto propio. Las cejas perfectamente delineadas de Jay se elevaron. --?Si? --?Has oido hablar alguna vez de los clubs-X? --pregunte, echando un vistazo rapido a nuestro alrededor para asegurarnos de que nadie nos oiria. Por suerte, las oficinas que rodeaban la mia estaban vacias en su mayor parte, con solo un becario trabajando a la otra punta de la planta. Eran casi las cuatro de la tarde de un viernes, y la mayoria de la gente habia encontrado una excusa para salir pronto aquella tarde de verano. Jay abrio mucho los ojos. --?Clubs-X? O sea: ?los clubs para xenos? --Si. --Mi corazon latio mas deprisa--. ?Has oido hablar de ellos? --?No seran esos sitios a los que van a ligar con los K los que estan locos por los aliens? --Aparentemente. --Le sonrei--. Acabo de enterarme hoy mismo de que existen. ?Conoces a alguien que haya estado en uno? Jay fruncio el ceno, una expresion que parecia fuera de lugar en su rostro normalmente alegre. --No, en realidad no. Es decir, siempre hay eso del <>, pero nadie que yo conozca en persona. Asenti. --Vale. Y tu conoces a medio Manhattan, asi que esos clubs, si existen, son un secreto celosamente guardado. ?Te imaginas el reportaje? --En mi mejor voz de locutora, enuncie dramaticamente --: ?Clubs nocturnos alienigenas en el corazon de la ciudad de Nueva York? !El New York Herald les cuenta las ultimas noticias sobre los K! --?Estas segura de que es buena idea? --Mi amigo parecia esceptico--. He oido que esos clubs estan cerca de los Centros K. ?Estas diciendo que hay alguno en la ciudad de Nueva York? --Creo que si. Hay ciertos rumores online sobre un club en Manhattan. Quiero encontrarlo y ver de que va todo eso. --Amy... no se si es una gran idea. --Para mi sorpresa, Jay parecia mas inquieto que emocionado, y su ceno tan poco caracteristico se hizo aun mas pronunciado--. No querras meterte con los K. --Nadie quiere meterse con ellos, y por eso todavia no tenemos mucha informacion suya. --Mi anterior frustracion volvio. Me molestaba que todos se mostraran tan intimidados aun por los invasores--. Lo unico que pretendo es escribir un articulo objetivo con datos sobre ellos. Especificamente, sobre sitios que presuntamente frecuentan. Seguro que eso esta permitido. En este pais todavia existe la libertad de prensa, ?verdad? --Tal vez --dijo Jay--. O tal vez no. Personalmente, creo que hacen desaparecer cualquier informacion que no quieren que se haga publica. Antes lo normal era que lo que se subia a internet se quedara alli para siempre, pero ahora ya no es asi. --?Crees que podrian eliminar mi articulo de alguna manera? -- pregunte preocupada, y Jay se encogio de hombros. --No tengo ni idea, pero si yo fuera tu, me concentraria en el articulo de los cachorros y me olvidaria de los K. E las ocho de la tarde cuando me tope con ello: una mencion sobre la ubicacion de uno de los clubs-X en un foro de sexo poco conocido. Estaba enterrada en medio de la larga, y bastante improbable, narracion de la experiencia sexual de un tipo con un grupo de K. El sentimiento de extasis que aquel hombre describia me sonaba sospechosamente parecido a un subidon causado por las drogas, aunque habia historias similares esparcidas por toda la red, dando lugar a todo tipo de rumores sobre los invasores… incluido el del vampirismo. Yo no me los tragaba, aunque claro, gracias a la obsesion de mi madre por las teorias de la conspiracion mas descabelladas, yo desconfiaba de los rumores por naturaleza. Me gustaban los hechos: por eso mismo habia estudiado periodismo en vez de dedicarme a escribir ficcion. Segun el relato de ese hombre, habia ido al club justo despues de cenar en el Meatpacking District. Nombraba el restaurante donde habia cenado, y luego escribia que el club estaba justo al otro lado de la calle. Y asi, sin mas, habia conseguido una pista. Me levante de un salto, agarre el bolso y sali corriendo de la oficina, saludando con la cabeza al conserje al pasar. Parecia que mi noche de viernes estaba a punto de ponerse mucho mas interesante.

  • El olor de los dias felices de Marta Gracia Pons

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    Barcelona, 1928. Anna Exposito es una joven huerfana que ha crecido en la Casa de la Misericordia. Su aficion por el cine, las revistas femeninas y la cosmetica han hecho de ella una muchacha independiente que quiere disfrutar de la vida. A su salida del orfanato, empieza a trabajar como dependienta en una drogueria donde conoce el arte de la persuasion y las ultimas novedades en articulos de belleza. Cuando por casualidad descubre la fotografia de una mujer que podria ser su madre, emprende una busqueda que la llevara por diferentes lugares, desde Sant Feliu de Guixols y Madrid hasta la exotica Filipinas. Durante un camino lleno de dificultades y sorpresas, Anna se convertira en una de las primeras mujeres publicistas de la epoca.

  • Alicia en el pais sin wifi de Nina Minina

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    Alicia Trevi vive su particular vida de GLAMUR en Madrid. Pronto estrenara pelicula, esta mas delgada que nunca, goza de una privilegiada tarifa de datos que satisface su NOMOFOBIA y, ademas, se esta tirando al GUAPAZO nacional del momento.
    ?Que mas podria desear? Lo tiene todo.

  • Los dos viajes de Evita de Angeles Blanco

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    La increible existencia de Eva Peron, una mujer inolvidable que desato pasiones alla por donde fue Cuando Eva Peron llego a Espana por primera vez en 1947, en plena gloria y siempre rodeada de enormes multitudes convocadas por el regimen de Franco, no podia ni imaginar que su regreso a Madrid se daria muchos anos despues en unas circunstancias completamente distintas y penosas. Porque Evita volvio a nuestro pais en un segundo viaje, pero esta vez dentro de un ataud. Angeles Blanco novela las extraordinarias aventuras vitales y mortales de esta mujer unica cuyo carisma levanto amores y odios a partes iguales a lo largo de toda su existencia.

  • Tentacion Pasion Frenesi. Serie completa de Dylan Martins

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    Mire la hora en el movil ya que tenia la sensacion de que era mas tarde y de que el despertador habia fallado. Senti alivio al comprobar que solo eran las seis y media de la manana y hasta media hora despues no tenia que sonar. Me quede mirando la foto de mi hija Lucia, tan bonita y sonriente. La echaba de menos ya que vivia con su madre Cata, de la que me habia divorciado dos anos atras cuando la pequena solo tenia cuatro. Cata no es que me pusiera las cosas dificiles con nuestra hija, sino que las hacia imposibles. No colaboraba para que reinara la armonia por el bien de lo que teniamos en comun. Mi ex mujer era modelo. Trabajaba para una de las firmas de moda mas importantes a nivel internacional y vivia en Tenerife, pero siempre andaba viajando entre Paris y Londres. A la pequena la dejaba con sus padres con los que yo no tenia relacion. Me la entregaban cuando correspondia ella, o en su defecto la ninera de la nina, Lia. El problema residia en que a mi me tocaba un fin de semana de cada dos, cuatro dias en Semana Santa, un mes en verano y una semana en las fiestas de Navidad, pero, aunque ella estuviera fuera un mes, era incapaz de permitirme recoger a la nina y llevarla conmigo. Yo sentia que Cata preferia dejarla en manos de su cuidadora antes que con su padre. Era una persona toxica y se habia empenado en intentar joderme la vida. Su actitud me dolia hasta el infinito porque mi hija Lucia era mi mayor tesoro y hubiera dado lo que no tenia por poder pasar mas tiempo con ella. Sin embargo, y de la forma mas injusta del mundo, parecia que esa posibilidad cada vez era mas inalcanzable para mi. La mia era una vida estable, bastante buena. Habia heredado la empresa de mi padre la cual yo dirigia, "Financiera Montalvo". Tenia contratados a tres asesores financieros, a una asesora laboral y a la recepcionista, ademas de una empresa que se encargaba de la limpieza de las oficinas. habia fallado. Senti vivia con su madre dirigia, "Financiera sta, ademas de una Mi casa era la que yo habia elegido, de una sola planta, una gran terraza, mil metros de terreno de jardin con palmeras, zona de copas, piscina y tumbonas. En honor a la verdad en ella todo era precioso. Por mi parte, ser meticuloso formaba parte de mi ADN y habia encargado la construccion de cada zona interior y exterior con mucho mimo. Si tuviera que elegir una zona de mi casa que especialmente quedo a mi gusto, destacaria la cocina, confortable y amplia, con sus cincuenta metros cuadrados, los mismos con los que contaba el salon. Capitulo aparte merecia mi dormitorio, al que consideraba mi santuario, con vestidor y bano. A el habia que anadir tres dormitorios mas con sus correspondientes banos y esa terraza amplia y ancha donde pasaba mucho tiempo, ya que el clima de la isla invitaba a disfrutarla. Yo la tenia de lo mas chill out, todo en madera y con unos comodos sillones que sugerian descanso y tertulia. Tenia todo lo que deseaba, pero habia estudiado mucho y trabajaba desde joven con mi padre, aprendiendo todo lo que pude de el, hasta que se jubilo. Al verme preparado, me dejo a cargo de la financiera, asi que me sentia bien con mi vida, pero me faltaba lo mas importante, mi pequena Lucia, la nina de mis ojos. Sali de la cama ya que me estaba empezando a agobiar con esos pensamientos y mirando la cara de mi pequena como fondo de pantalla del movil. Soy partidario de cambiar de chip cuando algun sentimiento te sobrepasa y eso era lo que me estaba ocurriendo en ese momento. Me prepare un cafe y me sente sobre la mesa de piedra de mi cocina. Tenia esa mania, asi que alli estaba, mas temprano de lo normal, disfrutando de esa primera taza, del relax de no ir con prisas. En mi cabeza no cabia como algunas personas saltaban practicamente de la cama al trabajo. Yo de siempre he necesitado mi tiempo. Ir despertando poco a poco y entrando en sintonia con el dia. El estres es un concepto que llevaba intentado evitar toda la vida, en la medida de lo posible. Revise algunos correos desde el movil y fui descartando segun la importancia. Mas tarde responderia a los que debia hacerlo desde el despacho. Los demas contenian pura informacion y no necesitaban respuesta. prendiendo todo lo taba ocurriendo en Un rato despues me vesti y me fui hacia el jardin donde tenia a un lado el aparcamiento. Cogi mi coche, puse la radio y me dirigi al trabajo escuchando las noticias. Disfrutaba mucho de las vistas de mi casa al trabajo. Aquel trayecto, unido al buen tiempo reinante, eran como una especie de soplo de aire fresco que me ayudaba a incorporarme a la ardua jornada, pues si algo me sobraba era trabajo. Mis oficinas estaban en la decima planta de un edificio comercial mirando al mar en Puerto de la Cruz. En el interior se ubicaban los despachos de los trabajadores. La recepcion amplia a la entrada, todo muy iluminado y predominando los cristales opacos con el logo de la empresa. Los distintos despachos situados a los lados de un amplio pasillo y el mio al final, ocupando todo el largo del local. Despues de la marcha de mi padre, habia acometido una reforma integral para darle al negocio un renovado aspecto, modernizandolo. Finalmente, habia quedado totalmente a mi gusto y me mostraba encantado con el resultado. Llegue al parking del edificio y subi al ascensor hasta mis oficinas. Carlota la recepcionista me recibio sonriente. -- Buenos dias, Alexis. -- Buenos dias, guapa. ?Alguna novedad? -- Ninguna, recuerda que a las nueve tienes la entrevista para el puesto de contable. -- Es verdad, lo habia olvidado -- negue mientras caminaba hacia mi despacho y saludaba a los trabajadores que ya estaban en sus despachos con las puertas abiertas. Nuestro contable habia tenido un problema grave de salud y se le habia concedido la prejubilacion, asi que ahora necesitaba alguien que fuera capaz de llevar todo el trabajo que hacia el. Realmente lo necesitaba para preparar facturas y entregarlas a Elba, nuestra asesora laboral que tambien trabajaba en las oficinas. Carlota aparecio por mi despacho con un cafe. Siempre lo hacia por la manana. A pesar de que tenia cafetera con lgo me sobraba era capsulas en mi despacho, a ella le gustaba llevarme el primero. -- Gracias, guapa. -- Un placer -- sonrio mientras cerraba la puerta. Era simpatica, predispuesta, amable. Se notaba que era una persona muy feliz. Ademas, estaba loca con su hija Martina de cinco anos y con su marido al que amaba, Tony, un policia local de Puerto de la Cruz. Llevaba conmigo desde que cumplio los veinticinco, diez anos atras. En aquel momento aun estaba en manos de mi padre la direccion de la empresa. Si de algo podia presumir era de un gran equipo a mi lado y de que el buen rollo imperaba en mi negocio. Eso era algo que aprendi de mi padre: la importancia de rodearme de gente competente que ademas supiera aceptar las criticas constructivas. Uno de mis mayores logros consideraba que era el hecho de que, aunque yo fuera el jefe, disfrutaba escuchando las opiniones de mi equipo, que a menudo aportaba puntos de vista de lo mas interesantes que quizas yo no hubiera visto a priori. Me tome el cafe mientras respondia todos los emails para despues ponerme a revisar los expedientes mas importantes que estabamos tramitando en la empresa. Un rato mas tarde Carlota me aviso de que la chica a la que tenia que entrevistar ya estaba en la sala. Habia llegado puntual, asi que le dije que la recibiria sobre la marcha. Dos golpes en la puerta por parte de Carlota y abrio, alargando su mano para que la chica pasara. -- Buenos dias -- me levante y le extendi la mano -- Mi nombre es Alexis. -- Buenos dias, senor Montalvo -- me nombro por mi apellido ese que tenia claro cual era -- Soy Olivia Palma -- sonreia apretando su mano con seguridad y mirandome a los ojos. Le invite a sentarse y le ofreci un cafe, pero declino la invitacion, ya que no le apetecia. Se mostraba segura, nada nerviosa, convincente y preparada. Habia estudiado la carrera de Contabilidad y posteriormente varios masteres, a pesar de solo tener veintiocho anos. Por otra parte, desprendia clase y personalidad. Era preciosa, rubia con una melena larga y lisa, ademas de simpatica y correcta. A todas luces, se me antojo como la candidata idonea. Le comente las condiciones y no dudo en aceptar, ademas de transmitirme su predisposicion para incorporarse inmediatamente. Llame a Carlota para que le ensenara su despacho y le presentara a Elba, la asesora laboral de la empresa y la voz en todos los temas fiscales. La idea era que se pudiera incorporar al dia siguiente. Lo cierto es que aquello me alegro mucho, pues lo de perder el tiempo haciendo una entrevista de trabajo tras otra era algo que me solia molestar bastante. En cualquier caso, era una cuestion en la que no podia delegar pues formaba parte de mis obligaciones. La manana transcurrio en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me vine a dar cuenta ya era la hora de salida de todos nosotros, ya que trabajabamos en una jornada continua de ocho a tres. Aquello era algo que tuve en mente de toda la vida y que tambien cambie cuando mi padre se jubilo. Soy de los que piensa que mejor calidad que cantidad y que una manana bien aprovechada valia por un dia entero en la oficina con la mente mas dispersa. Como colofon de la jornada me dirigi al bar de la planta baja del edificio. Alli estaban dos de mis asesores financieros, Fernando y Daniel. Fernando siempre comia algo en el bar ya que a su mujer le absorbia mucho tiempo su tienda de ropa y no volvia hasta por la noche. No tenian hijos, pero formaban un matrimonio muy consolidado. Daniel tenia cuarenta y cinco anos. Todo un mujeriego, soltero, un guapeton de esos que tenia a media isla loca, pero no se casaba con nadie. -- Hombre, el jefe -- bromeo Fernando. de trabajo tras otra -- El jefazo -- dijo Daniel. -- Necesito una cerveza -- voltee los ojos. -- ?Mal dia? -- No, Daniel, pero hoy estoy con el tema de Lucia un poco mal. Creo que cada dia me pesa mas. -- ?Cuando te toca? -- pregunto Fernando. -- Este fin de semana, pero parece que los dias no pasan. -- Ya estamos a lunes, el viernes llega volando. -- Espero, eso espero -- cogi la cerveza que me habia puesto el camarero al verme aparecer por la barra. Pedi unas tapas. Ese dia habia avisado a Fina, la mujer que me llevaba la casa por las mananas, de que no me dejara nada para almorzar, como hacia la mayoria de los dias. De ese modo, solo tendria que haberme dejado preparada la cena antes de marcharse al mediodia. Se incorporo un poco mas tarde Davinia, otra de mis asesoras financieras. Con treinta y tres anos, era muy graciosa, la alegria de la oficina, siempre amenazando a sus companeros con demandarlos por pesados. Por supuesto lo hacia de broma, pero lo decia porque su pareja, Sergio, era abogado. Ambos llevaban un tiempo conviviendo. Aquello era como una familia. Todos llevaban desde el comienzo de su carrera alli, pues habian entrado para sustituir a algunos veteranos pertenecientes a la plantilla de mi padre que se iban a jubilar y al final quedamos los jovenes, como decia mi madre. Estuve tapeando con ellos y charlando. Cuando nos quisimos dar cuenta, el reloj marcaba las cinco de la tarde, hora del cafe. Despues nos despedimos hasta el dia siguiente. Me fui hacia mi casa, me meti en la ducha y me puse comodo. Queria pasar la tarde trabajando en un expediente que necesitaba tener listo para el dia siguiente. No solia llevarme trabajo a casa a no ser que fuera necesario. Tiempo atras, cuando tenia la suerte de convivir con mi pequena Lucia, la tarde procuraba dedicarsela a ella. Una de las cosas que mas echaba de menos era darle la merienda y llevarla al parque a jugar. Llamaba poderosamente mi atencion que los que eran mis mejores recuerdos tambien eran los que mas me azotaban, pues de vez en cuando caia preso de la melancolia cuando revivia mentalmente esas imagenes. A la hora de la cena me comi el salteado de verduras que me habia dejado Fina listo para calentar. Aquella mujer era una joya, de mi total confianza. Llevaba la casa como si fuera suya y jamas habiamos tenido un desencuentro de ningun tipo. Consideraba que era suerte total porque me permitia desentenderme de todo lo que tuviera que ver con las cuestiones domesticas. Me acoste temprano ya que me gustaba descansar bien. Para hacer locuras ya estaban los fines de semana que no estaba con mi Lucia. Puse la radio, solia dormir escuchando las noticias internacionales y la tenia programada para que se apagara a la hora. No llegaba nunca ni a los treinta minutos cuando ya estaba en el septimo sueno.

  • El color de las mareas de Mikel Alvira Palacios

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    Se llamaba Beatriz Tussaud y no se caso con el amor de su vida. Con esta frase arranca esta novela, y tambien el manuscrito a traves del cual el enigmatico senor Joaquin revela a Nuria la verdadera historia de su tatarabuela y de cuantos conforman el sorprendente atlas de su familia. Una mirada puede ser el paso a un mundo infinito, dice mas adelante. Y es que la vida de Beatriz parecia encarrilada hasta que la mirada de Marcel Hugarte lo cambio todo. El color de las mareas es la historia de amor de Beatriz y Marcel, que discurre de 1898 a 1948, y que Nuria reconstruye mediante una investigacion que, por momentos, confiere al relato aires de thriller. Cincuenta anos en los que se registran crimenes, pasiones inconfesables, giros del destino y, sobre todo, la evidencia de que las relaciones humanas son siempre fascinantes.

  • La batalla de Teruel de David Alegre Lorenz

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    La batalla de Teruel, por su magnitud y virulencia, constituyo un punto de inflexion en la Guerra Civil espanola. Esta obra ofrece, a traves de la experiencia de civiles y combatientes, testimonios orales y documentacion de archivo, una vision inedita y novedosa sobre uno de los acontecimientos belicos clave de la guerra en Espana.

  • Connor (Mia 3) de A.g. Keller

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    Connor Blair siempre ha estado rodeado de lujos, excentricidades y un aparente carino. Hace ocho anos necesito del apoyo y comprension de sus padres, los duenos de la cadena de supermercados Bronty, que al saber de lo que se trataba no dudaron ni un segundo en darle la espalda. Despues de todo Connor ha vuelto a Nueva York con un solo proposito, terminar de conquistar el corazon de Mia, una relacion que apenas comienza cuando ella lo acepto como su novio. Hay muchas cosas que Mia desconoce y que Connor no se atreve a confesarle por temor a perderla y, cuando cree que nada puede salir mal, aparecera en sus vidas la unica persona que tendra el poder de estropearlo todo. Sembrando la duda en su corazon, empujandola a tomar una decision que podria cambiar el destino de los dos. ?Quieres saber lo que Connor no se atrevio a contarle?

  • Me vuelves Loco con solo una Mirada (Casados 1) de Olivia Saint

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  • La aventura de sonar despiertos de Silvia Sancho

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    Todos me advirtieron de que no debia enamorarme de Sergio: nuestros amigos comunes, mi propia experiencia, hasta el mismo. Sergio llevaba la palabra <> escrita en los caracteristicos frunces de su ceno. Era un espiritu libre, indomable, salvaje. Su magnetismo era tan grande como su falta de compromiso. Con Sergio parecia imposible alcanzar la estabilidad que tanto habia buscado, mi sonado final feliz. El solo estaba dispuesto a ofrecerme dudas, calor entre las piernas y un empleo en su agencia, uno que nunca debi aceptar. No era una buena idea entregar mi corazon a un hombre asi, pero el resto del cuerpo. ?Es de ilusos creer que una aventura puede cambiarte la vida por completo?

  • Trece Fantasias 1 (STEEL) de Rose Gate

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    El libro que pondra a prueba si eres capaz de abrir tu mente hacia el sexo.

  • La otra lepra, Chufo Llorens de Chufo Llorens

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    La otra lepra es la historia de dos familias en la segunda mitad del siglo XX, un fresco historico lleno de claroscuros, una indagacion en los rincones del corazon humano, en los limites del odio y el sufrimiento.

  • La noche de los regalos (Fuego y hielo 2.8) de Mike Lightwood

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    --?Y a ti que te ha parecido? --le pregunto a Sergio cuando salimos de la sala del cine. Ha estado totalmente callado desde que terminaron los creditos. Permanece en silencio durante unos segundos mas antes de contestar. Por un momento, su rostro esta inexpresivo, como si estuviera tratando de asimilar demasiada informacion de golpe. Pero, entonces, abre mucho los ojos y su boca se curva en una enorme sonrisa, la misma que conozco tan bien. --!Ha sido una puta pasada! --exclama al fin, para sorpresa de nadie--. !La mejor pelicula que he visto en toda mi vida! --Ya empezamos --dice Pablo, poniendo los ojos en blanco. --La misma cantinela de siempre --se queja Sara. Pero Sergio no da muestras de haberlos escuchado siquiera. --De verdad, !es que ha sido increible! --continua con entusiasmo, ganandose miradas divertidas de la gente que hay a nuestro alrededor--. ?Habeis visto cuando consigue el tridente y aparece detras de la cascada? ?Y cuando Black Manta utiliza los rayos laser? !Y EL PUTO PULPO TOCANDO EL TAMBOR! O sea, living. --?Siempre se pone asi de entusiasmado? --pregunta Dario, con una risita nerviosa. El no esta tan acostumbrado a venir al cine con nosotros como para saber como se pone. --Y a veces es todavia peor --le respondo--. Siempre que vemos alguna de superheroes, se pone histerico. Ni te imaginas como se puso cuando fuimos a ver Justice League e Infinity War. --Dejame adivinar: lloro con Spider-Man. --Lloro con Spider-Man --confirmo--. Como un bebe. --!?Y la escena del vino?! --grita Sergio, ajeno al resto de la conversacion.--. ?Hola? ?Visteis cuando Mera utilizo sus poderes hidroquineticos para convertir el vino en armas? Me cago en todo, !que puta pasada de pelicula! --Oye, que estabamos todas alli, chiqui --le recuerda Sara entre risitas, poniendole una mano sobre el hombro mientras salimos del cine.--. Claro que lo vimos. Aunque ni confirmo ni desmiento que Mera me haya puesto un poco cachonda. --?Normal? --dice Guille--. Creo que la bisexualidad se ha acabado para mi. Ahora soy hetero para siempre. Lo siento, Pablo. --!Oye! --se queja el, dandole un golpe en el hombro. Un segundo despues, se rie--. Bueno, en realidad yo tambien me he hecho un poco hetero por ella. --!Y Nicole Kidman! --continua Sergio, entusiasmado--. ?Visteis como repartia hostias al principio? Madre mia, !que pedazo de pelicula! ?Cuando volvemos? Por supuesto, ya sabia que esa pregunta no tardaria en llegar: siempre que vemos alguna pelicula nueva de superheroes en el cine, no tarda mas de diez minutos en preguntar cuando podemos volver a verla. Si me dieran un euro por cada vez que hemos repetido pelicula... bueno, en realidad no tendria nada porque me lo habria gastado todo en el cine. --!Y cuando se escapan en la nave de Mera! !Y el traje que llevaba antes en plan medusa! Madre mia, !es que me casaba con ella cinco veces! La conversacion continua de ese modo mientras seguimos caminando, con el gritando mucho, muy entusiasmados, y nosotros riendo mucho. --Oye, chicos, nosotros nos bajamos aqui --dice Fer cuando llegamos a la estacion. --?No os quedais un ratito? --le pregunto esperanzado, mirando tambien a Dario --. Aunque sea media horita para tomar algo... Dario niega con la cabeza. --No puedo. El proximo tren sale en quince minutos, y para el siguiente falta mas de una hora. Siendo la noche de Reyes, prefiero llegar pronto a casa para estar con mi abuela. Es tradicion. --Si, yo tambien tengo que estar en casa pronto --anade Fer. --Bueno, vale. Es una de las cosas que han cambiado desde que vivo en la ciudad: ya no puedo pasar tanto tiempo con el, ni tampoco con Dario. Y, aunque me duele tener que separarme de ellos y vernos mucho menos que antes, lo cierto es que no se me ocurriria cambiar jamas mi vida de ahora por la que tenia antes. --Oye, Sergio, ?puedes venir un momento? --le pregunta Fer, que esta un poco alejado de nosotros. Sergio se acerca a mi amigo mientras yo los miro, extranado. ?De que tendran que hablar esos dos ahora? Seguro que estan tramando algo, y no creo que sea nada bueno. --Eh... Oscar, queria contarte una cosa --dice rapidamente Dario, que probablemente este en el ajo--. ?Te importa si...? Deja la frase inconclusa, y tira de mi mano hasta alejarme unos metros de donde se encuentran los demas. --?Que te pasa? --pregunto con el ceno fruncido--. --Es queeeee... --comienza, alargando mucho la <>. Enrojece ligeramente antes de continua --. Es que me gusta un chico. --Ah. Vale. --Sonrio al darme cuenta de lo nervioso que parece al respecto y de lo mono que lo hace estar ese hecho. Si, sin duda esto explica la que acaban de montar: Dario queria estar a solas conmigo para contarmelo--. Sabes que podrias habermelo dicho antes en cualquier momento sin tener que compincharte con Fer, ?verdad? Nadie se habria extranado de que nos fueramos a hablar solos. El traga saliva, mirando con nerviosismo por encima de mi hombro. Probablemente este tratando de comprobar si alguno de nuestros amigos esta pendiente de la conversacion. De verdad que esta adorable cuando se pone asi. Es tan distinto al Dario cerrado y hurano de hace un par de anos que no puedo evitar sonreir otra vez. --Si, bueno... Pero no dice nada mas. --?Y bien? ?Quien es? --Pueeeeees... un chico nuevo del insti --dice, todavia mirando a los demas. Hay una chispa de emocion en sus ojos oscuros--. Llego a principio de curso, y es superguapo, y... Oye, que da igual. --?Como que da igual. --Si, que da igual. Mejor te lo cuento otro dia, ?vale? Que no quiero perder el tren. Y, sin decir mas palabra, se aleja de mi y se dirige hacia Fer, que ya ha terminado su supuesta charla con Sergio. --Pues... vale --le digo al aire, y echo a caminar hacia ellos. Se despiden de nosotros con la habitual ronda de abrazos y, como siempre, me dejan a mi para el final. El primero en abrazarme es Fer, con uno de esos abrazos suyos que huelen a hogar, a paz. El unico abrazo que me reconfortaba cuando nada mas lo hacia, y todavia hoy me sigue evocando las mismas sensaciones de seguridad que entonces. Cuando se separa, es Dario quien se acerca a mi, aunque su abrazo es diferente. Todavia hay una especie de nerviosismo por parte de los dos, como si aun no hubieramos averiguado como comportarnos juntos. Despues de todo lo que paso y de lo que ha habido entre nosotros, tanto bueno como malo, el proceso ha sido dificil. Pero lo llevamos bien. --En fin, pasadlo bien, chicos --dice Fer--. !Y que tengais muchos Reyes! --!Igualmente! --contestamos mientras se alejan. Por suerte, el momento de la despedida ha bastado para que Sergio se olvide un poco de la pelicula. Y, con un poco mas de suerte, tal vez todavia pase media horita o asi hasta que vuelva a sacar el tema. Espero. --?Adonde vamos? --pregunta Pablo--. Yo tampoco quiero llegar muy tarde a casa. --Nos tomamos algo donde siempre y nos vamos --propongo--. ?Vale? Todos aceptan, asi que nos abrimos camino hasta nuestro bar favorito, a solo un par de manzanas de la estacion. Es pleno invierno y se trata de una noche fria, asi que estoy tiritando dentro de mi abrigo y deseando llegar lo antes posible. Pero no es tarea facil: en estas fechas, el centro de la ciudad esta lleno de gente, asi que avanzar cuesta mucho mas de lo que habiamos supuesto. Sin embargo, no me quejo. La ciudad ya me gusta siempre, sobre todo comparandola con el lugar donde vivia antes. Pero, con las luces de Navidad encendidas por todas partes, es todavia mas bonita. Se respira magia. Y tambien un poco contaminacion, para que enganarnos. Una vez dentro del bar, nos limitamos un refresco, sin nada de alcohol. Despues de todo, tan solo vamos a pasar un ratito aqui. Ya habra momento de salir de fiesta en otra ocasion. --?Creeis que Mera podria controlar tambien los refrescos? --pregunta Guille, distraido, en cuanto nos sirven nuestras bebidas. --!Obviamente! --salta Sergio, con entusiasmo renovado--. Si puede controlar el vino, por supuesto que puede controlar tambien el refresco. --Joder, Guille --le reprende Pablo, apartandose de la frente unos rizos pelirrojos--. Ahora que se habia callado por fin... --Has abierto la caja de los truenos --anade Sara, negando con la cabeza. --Cuidado con lo que dices de truenos --le digo en voz baja para que solo ella pueda oirme--. A ver si le va a dar por hablar tambien de Thor

  • Vestida de corto de Marie Gauthier

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    Cuando llego, la casa estaba vacia. Felix entro rapido, con la bolsa al hombro. A partir de entonces, tendria que comer, dormir y vivir ahi, a pesar de que no conocia a nadie en la casa. Subio sus cosas al piso de arriba, tal como el hombre le habia indicado, y al bajar se detuvo en mitad de la escalera. Las paredes, los ruidos, le resultaban extranos. Pero aun se oia el motor del coche en el patio. Su madre, antes de marcharse, se habia puesto a hablar con el hombre. Pero nada importante estaba en juego ahi fuera. Solo un par de manos que se estrechaban. Lo importante era que el coche iba a arrancar de nuevo. A decir verdad, Felix y su madre no se habian despedido. Ella ya nunca lo perseguia para darle un beso. Ya no hacian esas cosas. Ni siquiera lo buscaba con la mirada. Habian llegado a buen puerto y todo estaba bien. Ella se habia entretenido hablando un poco y luego Felix habia oido el portazo al salir. Se sentia un poco perdido porque nunca habia estado en ese pueblo. Pero si lo habian dejado alli, ya vendria alguien a buscarlo. Unos dias antes, le habian pedido que rellenara unos formularios y le habian dado esperanzas sobre su futuro. En todo caso, las compras con su madre, los dias de lluvia y los largos ratos de espera dentro del coche en el aparcamiento de los grandes almacenes habian terminado. Seguro que esa especie de desazon acabaria desapareciendo. Nunca mas tendria que avergonzarse de ella. La precipitada huida de su madre habia barrido de golpe la casa familiar llena de ninos. Al fin podria respirar. Una vez hubo aplastado la colilla con el pie, el hombre del patio le dijo que regresaria mas tarde para ocuparse de el. Vio como una chica alta de cabello claro y despeinado pasaba por delante sin decir palabra. Poco despues, volvio donde estaba el y le enseno la cocina; el salon, con el sombrio aparador; la mesa rustica; el sofa de terciopelo raido. En el piso de arriba solo habia habitaciones contiguas, un bano y un aseo. Antes de escabullirse, en el pasillo de arriba, le dijo: --Me llamo Gil. --Felix penso que podria vivir bajo el nuevo techo, sentirse a gusto en aquella casa extrana, olvidar la suya, olvidar a sus padres. Seria una visita sin identidad, procedente de ninguna parte y con una bolsa y un papel en el bolsillo como unico equipaje. Aprovecharia el hecho de no tener ya pasado alguno. Su vida comenzaria a partir de ahora. Queria salir de la infancia, alejarse de aquellos a quienes habia conocido hasta entonces, deshacer los vinculos. El hombre, que apenas habia intercambiado unas palabras con su madre, no le habia preguntado gran cosa, ni siquiera con el paso de los dias. Tenia la cara redonda, el cabello abundante y los ojos claros. De pie en la cocina, el ancho cinturon de cuero le cenia el polo al vientre. Llevaba un pantalon marron y una chaqueta de tela gruesa color tabaco. Era musculoso, un poco recio y tenia la mirada dulce y brumosa. Sonreia de buena gana. Despues de comer, se fumaba un Gitanes Mais y la colilla se le iba moviendo de un lado a otro del labio inferior mientras farfullaba trozos de frases entre calada y calada. Se servia a voluntad en una copa vino blanco que bebia de dos tragos, antes de enjuagarla con el dorso del dedo y colocarla en el escurridor. Felix se quedaba mirando fijamente la colilla porque esperaba alguna indicacion sobre el trabajo que tenia que hacer. Quiza deberia intuir alguna instruccion en aquellos balbuceos. Apoyado en la pared, el senor de la colilla exhalaba el humo haciendo anillos hasta que, por fin, aplastaba el cigarrillo en el cenicero de cristal que habia en un rincon del aparador. En la cabeza de Felix, todo estaba un poco confuso. Lo habian metido alli porque no sabian muy bien que hacer con ese cuerpo torpe de adolescente. Todo el mundo opinaba que estaba hecho para el exterior. La orientadora le habia sugerido que hiciera unas practicas como aprendiz. Por eso Felix se encontraba en casa de esa gente. Iba a descubrir el trabajo al aire libre. Se suponia que el tipo de la colilla le iba a ensenar un oficio. Al principio, lo que mas le ensenaba era el bar. Por la manana se pasaban un rato, y ya entrada la tarde, se quedaban mas tiempo. Habia momentos divertidos con algo de emocion: los parroquianos, las copas, la alegria de estar juntos. Dentro hacia un calor sofocante. El alcohol que iba llegando cambiaria las cosas, traeria algo nuevo. Los hombres del mostrador no dejaban de bromear, siempre estaban abrazandose y diciendo cosas que solo ellos comprendian. Borborigmos. Imposible saber si se trataba de algo verdaderamente importante. Si versaba sobre la vida o el pueblo, si concernia al aprendiz. Felix se preguntaba si realmente estaba alli para aprender algo. Esas misas en voz baja en la barra del bar lo sumian en la duda. Quiza, simplemente, lo estaban poniendo a prueba. No parecia nada serio. Los hombres se reian de el porque aun parecia un nino. Pero el tambien se reia, incluso de las bromas mas inciertas. Como sabia que el vino lo tumbaba, fingia. Apenas mojaba los labios al llevarse el vaso a la boca. Le gustaba. Quiza su futuro consistia en eso, en beber vino blanco en el bar. Al subir a la camioneta, el senor de la colilla le pedia que se sentara a su derecha y le repetia que deseaba ensenarle el oficio. De hecho, le ordenaba que quitara las flores marchitas del monumento a los caidos, que barriera los escalones del ayuntamiento, que llevara de aqui para alla unos bidones grasientos que olian a gasolina. Despues de dar las instrucciones, el senor de la colilla se dormia en un banco. Pero eso, con la gorra puesta, no se veia. Felix ignoraba cuanto tiempo iba a permanecer lejos de sus padres. No habia nada previsto para su regreso. Habia aterrizado en esa casa solo parcialmente ocupada, al fondo de cuyo pasillo habia una puerta, y detras, un gran vacio. Y esa gente no hacia nada al respecto. Quiza una antigua granja se abria hacia el patio. Las casas viejas suelen conservar trazas algo dudosas, como esas manchas de aceite en las paredes, que dejan entrever vidas pasadas y mas bien inquietantes. Senales de peleas, cosas vagamente siniestras. En el techo habia una marca de sangre de un color desvaido por el tiempo, justo encima de la cabeza de Felix. Ahi es donde viven los fantasmas, donde luchan cada noche a lamparazos de petroleo. Felix dormia contra ese vacio, sin saber lo que habia dentro. De madrugada, las vigas crujian, la piedra rechinaba. Pero de algun modo, la casa, vasta, maciza e inmensa, se enfrentaba a todo eso. Felix nunca habia dormido en un sitio tan grande. No sabia muy bien donde estaba. Una manana temprano, mientras esperaba al senor de la colilla sin saber por cuanto tiempo, abrio la nevera para ver lo que habia dentro. Se sintio tentado por las natillas, pero supo resistir. Frente a la ventana pasaban camiones volquete cargados de gravilla. --De la empresa del Emilio --habia dicho el senor de la colilla. Hacian un ruido terrible durante todo el dia. A Felix le entraron ganas de volver a su habitacion. Como estaba en calcetines, resbalo en el suelo de madera barnizado, erro el escalon y la escalera se puso a gemir. Acto seguido aparecio el perro. La chica se lo habia presentado como una mezcla de no se sabia muy bien que. Felix se entendia bien con los perros, uno siempre puede entenderse bien con un perro. Dodo lo miraba con unos ojos negros y humedos. Habria agradecido que alguien lo sacara. Pero Felix no tenia ninguna intencion de pasearlo, de enfrentarse a la luz que ya a esa hora resultaba asfixiante, asi que lo puso a correr por el interior de la casa. Lo pico, lo excito, le metio un calcetin hecho una bola en la garganta, luego lo retiro, se lo lanzo. Intentaba que se pusiera agresivo, pero el perro retomaba su aire sumiso con una gran rapidez. Al bostezar, mostraba unos dientes blancos y desprendia un olor a croquetas. Era un pedazo de pan. Felix podia lanzarle cualquier cosa. Despues de jugar, se tumbaron en la cama. El perro se enrosco como si fuera un gato. Felix, tambien. Gil era un poco mayor que el. No paraba ni un instante. Salia, volvia a entrar dando portazos. Podia desplazarse con los ojos cerrados. Se ocupaba de todos los quehaceres de la casa, pero no hablaba mucho. Se apartaba el cabello de la cara y se lo ponia detras de la oreja con un pequeno mohin. Tenia los ojos azules, las piernas finas. Felix nunca habia visto unas piernas tan bonitas. Tenia una manera muy suya de moverse, recta y agil a un tiempo, pero con algo mas que latia ahi, enmaranado. Felix imaginaba su cuerpo bajo la ropa y, mientras ella ponia agua a hervir para la pasta, se preguntaba que aspecto tendria en la banera. El cuarto de bano era humedo, caluroso, olia bien despues de que ella saliera. Por la noche oia como ella subia la escalera, acariciaba al perro, se acostaba. No era el vino blanco del bar, ni la tierra en los zapatos, ni el monumento a los caidos que limpiaba una y otra vez lo que le gustaba a Felix. Era otra cosa. Le gustaba escuchar las idas y venidas de la chica con el perro detras, resoplando con la boca abierta. Felix se preguntaba si regresaria pronto, despeinada, si lo aceptaria en la casa. Hoy hacia fresco, a pesar del calor que hacia fuera. La aguja pequena y la grande estaban a punto de moverse, ya se acercaba la hora de la comida. Al volver, Gil solia descalzarse para ponerse unas alpargatas de un rojo descolorido. Tambien le gustaba ir descalza. A Felix le encantaba el susurro de sus pasos sobre la madera, sobre las baldosas. La contemplaba desde un peldano de la escalera, sentado con los brazos cruzados. De repente, la tenia delante. Con los ojos clavados en los suyos. Felix se sentia desamparado. La mirada de esa chica tenia algo. Nunca sabia que estaba mirando exactamente: la ropa de trabajo, las botas, las manos. Ella nunca preguntaba nada, no decia nada. Al parecer, con su actitud le otorgaba un lugar en la casa. Luego, con gran rapidez, subia a su habitacion para volver a bajar al cabo de un momento. Esa agitacion demostraba que estaba enredada en cosas mas importantes. Al principio, como Gil se ponia una blusa clara, Felix creyo que aun iba a la escuela. Pero no llevaba cartera ni se dirigia hacia la parada del autobus. Caminaba con seguridad por mitad de la calle. Tenia, sin duda, una vida fuera de la casa. Le debian de ocurrir un monton de cosas durante el dia porque por la tarde el atuendo de colegiala ya no tenia la frescura que Felix advertia por las mananas. La blusa, ligeramente arrugada, nada tenia ya de uniforme. Y cuando Gil volvia a bajar de su habitacion, aparecia emperifollada con baratijas, brazaletes y lazos de colores, sombra de ojos y pintalabios. Felix se preguntaba si iba a salir, si regresaria tarde. La presencia del sofa, de aspecto macizo, lo tranquilizaba. En realidad, trabajaba en el super que habia al final de la calle de los comercios. Por la manana, entraba temprano. El jefe le habia pedido que llevara zapatos blancos para trabajar, asi que se habia comprado unos Scholl en la farmacia. El modelo de zueco playero le habia encantado. Le dijeron que eran buenos para el calor y para la gente que pasaba muchas horas de pie. El encargado le exigia que los llevara siempre muy limpios. Con aquella blusa del super, demasiado grande para ella, Gil estaba muy guapa. Hacia bien su trabajo, la limpieza, todo lo que le pedian. Pasaba la fregona por el suelo de la tienda, ordenaba los pasillos, mantenia muy limpia la caja registradora. Sabia teclear y dar el cambio, pero era el encargado quien se ocupaba de cobrar. En cuanto a ella, con tal de que fuera guapa y pulida, con tal de que limpiara bien y llegara puntual, ya era suficiente. El tiempo pasaba rapido ordenando. Solo cuando llegaba la afluencia de clientes del mediodia se daba cuenta de la hora que era ya. Antes de cerrar, el jefe la hacia pasar primero y despues echaba la llave. Le decia: --Hasta luego. --Alli no se quitaba la blusa, en la que llevaba cosida la etiqueta de la tienda. Lo hacia despues, para ponerse el delantal antes de meterse en la cocina, puesto que era la unica mujer de la casa. Regresaba a preparar la comida, siempre cocinaba ella. No reparaba en las largas jornadas. No conocia el cansancio. Ahora Felix ya sabia adonde iba. La veia marcharse por la manana, volver a mediodia, marcharse de nuevo y regresar por la tarde. Siempre era lo mismo, para aquellos que se fijaban. El encargado lleva una camisa blanca de manga corta, tiene brazos gruesos de hombre, manos de hombre. Un cuello esbelto. Un cinturon de cuero negro le cine el pantalon de pinzas, bien planchado, de color beis claro, que moldea unas nalgas lisas como tablas y se abre en unos zapatos de punta lustrados a la perfeccion. Bellos y elegantes zapatos que rechinan sobre las baldosas del suelo de la tienda. Los pelos de las manos le llegan hasta las munecas. En la mano izquierda, lleva un reloj; en la derecha, una pulsera de plata grabada con la inscripcion <>. Cuando levanta un poco el brazo, se le ve la piel blanca y carnosa de las axilas. Cuando va a alcanzar algo de un estante de los de arriba, por la camisa entreabierta se adivina una mata de pelo que forma una especie de agujero negro. De cerca huele a desodorante, y mas de cerca, a sudor. El encargado tiene el cabello brillante, el cuerpo nervudo, solido. Nada sobresale. Los musculos pectorales, un poco marcados, revisten importancia a la camisa. En el cuello lleva una cadena a juego con la pulsera. Los dos botones desabrochados de la camisa confirman una actitud desenvuelta. Siempre adopta la misma postura, con las manos en las caderas, para supervisar la tienda, vigilar los pasillos, hablar con los clientes, con su empleada. Pero cuando se siente observado, baja los brazos. Su despacho esta encima de la carniceria, protegido por un cristal que da al supermercado. Alli se mira a menudo. Tambien en la vitrina del aparador de las pilas, o en el pequeno espejo resquebrajado que cuelga de la pared del almacen. Por si hay que alisar un mechon, asegurarse del brillo de los ojos negros, de la linea del bigote. Quiere que todo este ordenado, sin falta. Hay que mantener ese cuerpo, esa tienda. Tiene cuadernos, registros, un ordenador. La boca fina y larga se le humedece cuando habla con los clientes, los proveedores, los repartidores. Almacena la mercancia, organiza las promociones, procura que todo resulte atractivo, fresco. Un vistazo de reojo a la vitrina y ya esta disponible, concentrado. La cantidad de articulos, el tintineo de la pulsera, el suelo fregado con lejia, el ventanal, el pantalon, la camisa de manga corta son, para Gil, algo magico. Poseen algo inmutable, reconfortante. Aunque Gil seguia viendo el autobus escolar en la parada, lleno de chicas con falda, ya no se montaba en el. Habia empezado a trabajar y descubierto cierta realidad al mirar unas revistas que habia birlado en un cobertizo. La ausencia de ropa la habia llevado a conocer la libertad de los cuerpos. De noche, muy tarde, habia puesto la television para observar a los animales en la naturaleza. Queria saber como era y lo habia visto. Las escenas mas brutales no la habian amedrentado. Un perro y una perra habian pasado por delante de sus narices enganchados, como perdidos, aullando lo mucho que les dolia el vientre. Caminaban aturdidos, de lado, sin saber adonde ir. Gil queria comprender que era eso, estar preparada, sumergirse en ese dolor, experimentarlo. A pesar de la paciencia que empleo en espiar, lo unico que alcanzo a oir fueron gritos y gemidos. La gente no se deja ver. A ella no le habria importado que la vieran. Le habria gustado tanto sorprender a una pareja al fondo de un granero lleno de heno... Desde luego, podia imaginar facilmente el vaiven de las nalgas. Las revistas y las peliculas, con sus mujeres desnudas, sus excentricos atuendos, sus posturas eroticas, le habian dado informacion, habian cambiado un poco el semblante de su propio mundo. Esas imagenes, en realidad, eran mucho mas violentas que la vision de los animales copulando. Sin embargo, en aquellas fotos no habia sufrimiento. Cuerpos desnudos que llenaban paginas y paginas de revistas, se agitaban en la television, pero, a fin de cuentas, todo quedaba interrumpido. Las revistas se cerraban, la pelicula terminaba, alguien entraba en la habitacion. Se instauraba entonces un tiempo muerto, algo insaciable, inalcanzable. Pero Gil habia podido ver como era. A ella no la enganaban ni los animales, ni las revistas, ni la television.

  • Dulce como la miel de Susan Wiggs

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    Isabel Johansen, una reputada chef criada en la apacible poblacion de Archangel, habia decidido transformar su hogar en una exclusiva escuela de cocina, un lugar unico al que otros sonadores, como ella, pudieran acudir para aprender el arte culinario. La hacienda de Bella Vista, salpicada de huertos de manzanos, frondosos jardines y colmenas, era el lugar ideal para el proyecto de Isabel. y tambien el lugar perfecto para olvidar su pasado.

  • Armas de titanes de Tim Ferriss

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    Durante dos anos Tim Ferriss realizo entrevistas en profundidad a mas de doscientos destacados personajes para su podcast The Tim Ferriss Show. Este libro recoge las rutinas, trucos, consejos, ejercicios y tacticas que estos triunfadores le contaron.

  • Hermana de Sue Fortin

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    Muchas familias tienen secretos y estan dispuestas a lo que sea por mantenerlos, pero ?donde esta el limite?

  • Falso nueve de Philip Kerr

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    Que el futbol sea un deporte no implica que haya que jugar limpio. Scott Manson, entrenador de futbol, esta buscando trabajo, pero en el actual mundo del futbol, plagado de estrellas, no le va a resultar facil encontrarlo. El puesto de entrenador que le ofrecen en Shanghai resulta no ser sino un elaborado timo, y los del F. C. Barcelona no quieren contratarle como entrenador, sino como detective. Por lo visto, una de las estrellas del Barca ha desaparecido y Scott tiene un mes para dar con ella. Mientras sigue el rastro del futbolista desde Paris a Antigua, Scott se topa con hombres corruptos y con mujeres retorcidas, y descubre lo podrido que esta el corazon de tan bello deporte.

  • Cervantes & compania de Ignacio Padilla

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    Ignacio Padilla nos entrega un libro de ensayos escrito a lo largo de los ultimos 15 anos con pasion, erudicion y enorme sentido del humor. ?Cuales fueron las principales aportaciones de Shakespeare y Cervantes? ?Que pasaria si nos atrevieramos a comparar los alcances de cada uno? ?Como construirian a sus personajes, por ejemplo, y cuantas de esas tecnicas siguen vigentes en nuestros dias, influenciando incluso a la cultura popular? Y sobre todo, ?en que medida hemos reducido a un cliche nuestro conocimiento de ambas obras, indispensables para comprender cabalmente lo humano? Haciendo hincapie en su devocion hacia Cervantes, Ignacio Padilla nos invita a examinar la obra de este autor espanol y cuanto perdemos si evitamos el contacto con ella.

  • Castigo de Ferdinand Von Schirach

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    Basada en casos reales, Crimenes, la primera obra del jurista aleman Ferdinand von Schirach, ganadora del prestigioso Premio Kleist y uno de los mayores exitos de los ultimos anos en Alemania, fascino y conmovio por la honestidad y lucidez con que planteaba la busqueda de la verdad en los procesos criminales. Culpa, una coleccion de punzantes miniaturas sobre el insondable comportamiento humano, merecio de nuevo el elogio de la critica y los lectores. Ahora, Von Schirach vuelve a convertir doce casos de su dilatada trayectoria profesional en sendas piezas de orfebreria literaria que tratan, con su aguzado instinto narrativo y su particular sentido del humor, las consecuencias penales y morales del castigo.

  • 4 3 2 1 de Paul Auster

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  • La quinta victima de Lucila Castro Diaz

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    A veces no hace falta dormir para sufrir de pesadillas, Mateo es un joven periodista que se obsesiona con capturar a un famoso asesino en serie. Cuando aparece el cadaver de la quinta victima, Mateo comienza a sufrir visiones y pesadillas en las que puede ver con los ojos del asesino. Por azar del destino su vida se entrelaza con la de Angela, una mujer que padece de psicosis, con una familia muy poco normal.

  • Supera tu pasado de Francine Shapiro

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    Tanto si hemos experimentado pequenos contratiempos o grandes traumas, todos estamos influenciados por nuestros recuerdos y por experiencias que puede que no recordemos o que no comprendamos del todo. Supera tu pasado ofrece tecnicas practicas que desmitifican la condicion humana y dan nueva fuerza a los lectores que deseen tomar las riendas de su vida. Shapiro, la creadora del EMDR (desensibilizacion y reprocesamiento por medio de movimientos oculares), explica la ciencia del cerebro en palabras que todos podemos entender, a la vez que ofrece ejercicios que los lectores pueden hcer en casa para entender sus respuestas automaticas y conseguir un cambio real.

  • Union sin amor de Christine Rimmer

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    La reservada y majestuosa Irina Lukovic era la perfecta ama de llaves. Hasta que se entero de que iba a ser enviada de vuelta a su tierra destrozada por la guerra. Asi que Caleb Bravo le propuso la solucion ideal; una por la que podian seguir viviendo juntos… !El guapo soltero se le declaro!Irina no podia creer que el superficial magnate renunciara a su libertad por ella. Pero ahora que eran oficialmente marido y mujer, subitamente anhelaba ser su esposa en todo el sentido de la palabra.

  • El bosque de los hombres olvidados de M. G. Aranguren

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    Una historia que te atrapara desde el principio y que no podras dejar de leer hasta el final ?Puede el pasado hacerse presente?Esto es lo que acaban preguntandose todos cuando Aurora acude a la policia para denunciar la desaparicion de su marido. Una extrana cita y un cadaver tendran en jaque a toda la policia de la ciudad. ?Debe el dolor causado quedar impune? El inspector al cargo de la investigacion descubre que el hombre asesinado sometio a sus companeros de clase, siendo solo unos ninos, a humillaciones y vejaciones dificiles de olvidar.Unos meses antes, un grupo de exalumnos asiste a una cena organizada por Aurora. En dicha velada, la victima comparte mesa y mantel con algunos de los damnificados por su crueldad. De esta forma, lo que a priori se presentaba como una reunion cordial entre viejos amigos, acaba convirtiendose en un pequeno acto de venganza. El inspector Ponce debe resolver un caso complejo en el que nada es lo que parece y donde lo razonable, se vuelve impredecible.

  • Diario de un Cuerpo de Erika Irusta

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    Diario de un cuerpo es un texto intimo y de una sinceridad extraordinaria. Ilumina infinidad de aspectos ocultos de los estadios por los que pasa el cuerpo femenino a lo largo del ciclo menstrual. El libro tiene la capacidad liberadora de hacernos ver como normal aquello que hasta hoy era entendido como un estorbo o una debilidad.

  • Las voces de Carol de Clara Penalver

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  • Quiereme siempre de Nuria Gago

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    A Lu, que lleva dos anos en Paris, le han roto el corazon por tercera vez y decide volver a Barcelona para aclarar sus ideas.
    Su madre le busca un trabajo de cuidadora sin consultarle y cuando la recoge en el aeropuerto, la lleva directamente a casa de Marina: ochenta y seis anos, viuda y pendiente siempre de su hermana Maria, enferma de alzheimer. Lo que empieza siendo una convivencia forzosa se convierte para las dos en un pequeno oasis en el que recuperaran la alegria y el control de sus vidas.
    Quiereme siempre habla sobre la importancia de ayudarnos los unos a los otros, sobre la soledad de nuestros mayores, sobre como la musica puede abrir puertas que ya nadie encuentra y, sobre todo, de como el humor, el amor y la valentia de mirar hacia adentro pueden salvarnos.

  • Una vez en Paris de Diana Palmer

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    Aunque Pierce estaba fuera de su alcance, Brianne no podia imaginarse entregandose a ningun otro hombre y, menos aun, al socio corrupto de su padrastro. Obsesionado con Brianne desde su primer encuentro, Philippe Sabon no se detendria ante nada con tal de conseguirla. Cuando pidio su mano a su padrastro con la excusa de unir la riqueza de las dos familias, solo la intervencion de Pierce podria salvarla de un destino peor que la muerte…

  • La increible historia de… la abuela ganster de David Walliams

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    Esta es la historia de Ben y de su abuela, !una ancianita con un secreto super emocionante! Humor y aventuras de la mano del autor numero 1 en Inglaterra.

  • Juegos prohibidos 4, Emma M. Green de Emma M. Green

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  • Urian de Adrian Blake

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    Mi nombre es Urian… aunque no siempre me he llamado asi. Por mi trabajo de fotografo de moda vivo rodeado de mujeres increibles, pero ninguna logra captar mi atencion… porque solo me importa ella. Olivia es la duena de mis pensamientos… aunque lo nuestro sea imposible. Soy un angel caido, condenado a vagar por el mundo sin encontrar el amor por no seguir unas reglas que me parecian ridiculas. Pero ahora algo ha cambiado. hay algo en Olivia que me hace tener esperanzas, y quizas… solo quizas, aun haya salvacion para un alma atormentada como la mia.

  • Te averguenzas de mi de Sophie Saint Rose

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    Julianne Ryder miro la fachada del restaurante y forzo una sonrisa apartando un mechon rubio de la cara. El nuevo corte de pelo por la nuca, haria que esos dias le sacaran un monton de fotos. --Ahi los tiene, senorita. -- dijo el chofer divertido. --Es parte del trabajo, Jim. Su chofer desde hacia tres anos, la miro sonriendo--No se como lo soporta. Que siempre esten pendientes de usted. --Es acostumbrarse. Mi madre era famosa y me han sacado fotos toda la vida. -- miro su reloj de oro, que le habia regalado una gran firma y le dijo mirandolo con sus ojos verde esmeralda-- En hora y media pasa a buscarme. Tengo una sesion... --En el Soho, lo se. Lori me pone al dia todas las mananas. Puso los ojos en blanco al hablar de su agente, que era una autentica tirana y se echo a reir sin poder evitarlo-- Te ha enviado el horario al movil, ?verdad? --Puntualmente a las seis y media de la manana. Riendo salio del coche y varios paparazzi se acercaron sacandole fotos -- ?Es cierto que estas saliendo con Will Tarner? Se detuvo asombrada mirando a Carlos, uno de los fotografos que la conocia de toda la vida-- ?Pero que dices? ?Con un jugador de baloncesto? Por Dios, si mido uno sesenta y cinco. Las fotos quedarian fatal. Los chicos se echaron a reir y ella les guino un ojo entrando en el restaurante y busco con la mirada a su amiga Debra, que se suponia que estaba esperandola. El maitre se acerco a toda prisa-- Senorita Ryder, es un placer tenerla de nuevo con nosotros. Menudo pelota, pero aun asi forzo una sonrisa-- Gracias. ?Ha llegado mi acompanante? --Me temo que todavia no. Que extrano. Debra siempre era muy puntual --Muy bien, ?y mi mesa? -- pregunto al ver que el hombre se la quedaba mirando como un tonto. --Oh, si. Por aqui. Julianne le siguio hacia una mesa. Al ver el traje gris y el pelo moreno de Dan Feldman sonrio divertida, porque al lado de su mesa comia su presa favorita. Ignorando al maitre, se acerco a el por detras y le tapo los ojos con las manos, sorprendiendo al tipo que tenia delante. Juguetona se acerco a su oido y susurro-- ?Adivina quien soy, guapo? --Ya he visto los paparazzi en la puerta, Anne. Sabia que llegarias en cualquier momento. -- respondio el ironico sujetando sus manos y apartandolas como si no quisiera que le tocara. Julianne disimulo su disgusto por su trato. Siempre era borde con ella. Y cuanto mas lo era, ella mas le fastidiaba comportandose como una diva. -- ?Y como sabias que estaban ahi por mi? En esta ciudad hay muchos famosos. --Julianne puso morritos mirando sus ojos azules-- Carino, ?no me vas a presentar? El hombre se habia levantado como si fuera de la realeza mirandola embobado. Debia tener la edad de su padre y ella sonrio encantadoramente-- Julianne Ryder. --Es un honor. -- dijo el hombre sonriendo mientras le cogia la mano y se la besaba como si estuvieran en el siglo dieciocho-- Milton Browning. --Oh, senor Browning. Mi padre me ha hablado mucho de usted. -- le guino un ojo -- Me ha dicho que tiene un drive impresionante. El hombre se sonrojo encantado-- Greg siempre tan amable. --Un dia tenemos que echar un partido. -- dijo divertida mirando a Dan que ni se habia molestado en levantarse de la mesa -- ?Verdad Dan querido, que soy buena jugadora? -- ?Sabes lo que es un drive? No mostro que estaba irritada porque pensaba que era estupida -- Tiene algo que ver con pelotitas blancas y palos largos, ?verdad? El senor Browning se echo a reir-- Si, algo tiene que ver. Estare encantado de jugar con usted. --Debo decirle a papa que lo organice. --miro a Dan fijamente y vio su pelo negro impecablemente peinado-- Carino, te has cortado el pelo. -- hizo pucheros mirando sus ojos azules que estaban mucho mas oscuros porque estaba enfadado. Como el noventa por ciento del tiempo que pasaba con ella -- Sabes que me gusta un poco mas largo. --Lo mismo digo. -- respondio molesto-- Y ahora si nos disculpas, estabamos hablando de negocios. --Como siempre. --dijo riendose sin ganas para volver a mirar a su acompanante-- ?No es aburrido hablar siempre de lo mismo, cuando hay temas mucho mas apasionantes? --Tiene toda la razon, senorita Ryder. --Oh, llameme Julianne o Anne como hace Dan. -- ?Le gustaria sentarse con nosotros? Vio el pelo rojo de Debra que llegaba en ese momento y le miro con pena-- No quiero molestarles, estan hablando de negocios. Ademas, ahi esta mi amiga Debra. -- cuando el hombre miro a su amiga, abrio los ojos como platos pues era una de las actrices mas prometedoras del momento -- ?La conoce? --No tengo el honor... Debra se detuvo a su lado y suspiro --Siento llegar tarde. Me ha costado aparcar. --Esto es Nueva York, cielo. Todo el mundo va en taxi. Su amiga fruncio el ceno al oirla hablar con ese tono estupido y al mirar a sus acompanantes se dio cuenta lo que estaba pasando-- ?Y no mostrar mi Porsche? ?Para que me lo he comprado? Dan gruno sentado en su mesa y Debra sonrio dandole un golpe en la espalda-- !Hola, tio! ?Como te va? --Debra, deja que te presente al encantador amigo de mi padre, el senor Browning. --Un placer. -- dijo el besandole tambien en la mano --Tiene un talento increible. --Que amable. --Bueno, nosotras nos vamos para que hablen de acciones y esas cosas. --miro a Dan-- Carino, te perdiste la cena del sabado, pero te perdono. La fulmino con sus ojos azules-- Tenia otros compromisos. --Seguro que serian de lo mas interesantes. -- dijo insinuando que era un aburrido de primera -- Pasenlo bien, senores. --Julianne. -- dijo el amigo de su padre mirandolas con adoracion mientras se alejaban. --Vaya, vaya. -- susurro Debra acercandose a su mesa-- Parece que quiere hacerte desaparecer de la faz de la tierra. Cuando se sentaron Julianne le guino un ojo haciendola reir-- Es una pena. Hoy le he fastidiado poco. --Este juego que llevas con el, un dia te pasara factura. --Debra se sento dando la espalda a Dan, mientras que ella le veia de frente. Al ver que Dan las observaba, le lanzo un beso y el apreto los labios-- ?Sabes que hay rumores sobre que tienes algo con el? Julianne se echo a reir maliciosa-- Y a el le revientan. Su amiga se echo a reir mirandola admirada-- ?Has sido tu? --Esta saliendo con una pija de Park Avenue, que es hija de un senador. --Entiendo. ?Y a ella no le sentaran mal esos rumores? --Eso espero. -- cogio la carta sonriendo a la camarera -- Una botella de champan. --Por supuesto. ?Dom Perignon? --Si, ese es perfecto. Debra sonrio-- ?Que celebramos? --Mi nueva linea de maquillaje. Y un contrato de cinco millones de dolares. Debra grito levantandose de la silla y la abrazo llamando la atencion de todo el mundo, mientras ella se echaba a reir. Cuando se calmo, se sento en su silla ignorando a los cotillas, mientras que Julianne miro sin querer a Dan, que las observaba con el ceno fruncido. Seguramente porque habian llamado la atencion, cosa que odiaba. --Cuentamelo todo. -- dijo su amiga. --Pues se han puesto en contacto con Lori para el contrato hace dos semanas y lo acabo de firmar. Una linea de maquillaje con mi nombre y mi imagen, por supuesto. --Por supuesto. Ire a la presentacion. --Mas te vale. -- se echaron a reir porque Julianne habia apoyado en todo a Debra y su amiga lo sabia. -- ?Sigue mirando? --Pues si. --cogio su copa de champan y le dio un sorbito -- Con esos frios ojos azules, que te traspasan el alma. ?Sabes que el otro dia le dijo a mi padre que deberia meterme en un centro de reposo, a ver si podian ayudarme? -- ?Ayudarte a que? --pregunto asombrada. --A ser normal. Debra jadeo indignada-- ?Y que dijo tu padre? --Que era de lo mas normal que hubiera salido asi, viviendo en el ambiente en que me habia criado. --Bien dicho. --Y despues se echo a reir en su cara, diciendo que seguramente ganaba mas que el con lo que considera mi disipada vida. --Eso lo dudo. --Y mi padre tambien, pero le habia molestado el comentario. El hecho es que le quiere mucho y le considera el hijo que nunca tuvo. -- bebio otro sorbito de champan y al ver llegar a la camarera le tendio la carta-- Ensalada de la casa. -- ?El alino aparte? --Si, por favor. --Yo quiero raviolis de queso. Esos tan ricos con parmesano. --Julianne gimio-- ?Que? No trabajo hasta dentro de dos semanas. --Voy a hacerme actriz. -- ?Pero que dices? Eres una celebrity. Todo lo que haces, es noticia. Las marcas se te rifan y te pagan locuras por asistir a eventos o aparecer en portadas. --Que bien me vienes para subirme la moral. -- ?Que haces por la tarde? Porque queria ir al cine. --Tengo una sesion para la portada de Glam Style. Algo muy sexy y con plumas. -- se encogio de hombros-- O eso me ha dicho Lori. -- ?Otra portada? Te odio. Julianne se echo a reir-- Venga, tu tambien has salido. --Si, pero se olvidan de mi en cuanto estreno. --Vaya mentira. -- la mirada de Dan la estaba poniendo nerviosa y sin darse cuenta se metio el cabello tras la oreja. --Te gusta. Miro los ojos azules de su amiga-- ?Estas loca? --Te gusta mucho. Por eso le fastidias y te comportas como una nina mimada cuando esta presente. -- gruno bebiendose el resto de la copa y la camarera se la lleno de inmediato-- Cuidado o en esa sesion van a flipar contigo. --Solo bebere otra. Y no es cierto. --Claro que lo es. Todavia recuerdo cuando le conociste. ?Tenias dieciocho? -- Julianne la fulmino con la mirada-- ?No quieres recordar lo que dijiste? Es guapisimo. -- dramatizo su amiga, llevandose las manos al pecho-- Y tiene unos ojos... --Era una cria y estupida ademas. --Taaannn inteligente. --Cierra el pico. Debra se echo a reir-- Pero cuando volviste de las vacaciones de verano, ya era imbecil y un creido. --Me lleva ocho anos y pensaba que era una cria. Cometi un error. Su amiga la miro con pena-- Nunca me dijiste que ocurrio en los Hamptons ese verano. --Nada. Simplemente que me vio con un amigo en la piscina y desde ese dia piensa que soy un puton o algo asi. Debra abrio los ojos como platos-- ?Que? Chasqueo la lengua-- Pues...-- gimio antes de seguir-- Habia ido a una fiesta con unos amigos y bebi un poco. -- ?Cuanto es un poco? --Tenia un pedo que alucinas. Nunca en la vida me sento peor la bebida. Debra la miro con la boca abierta-- Si tu nunca te emborrachas. --Es que la experiencia fue tan buena, que se me quitaron las ganas, te lo aseguro.

  • Gabinete ?de crisis? de Yanira Garcia

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    !Hola! Permitanme que me presente. Mi nombre es Vega y mi vida ha sido una completa locura los ultimos meses. Sali huyendo de Madrid --por razones que prefiero no contar--, y me vine a Barcelona donde mi amiga Melissa lleva viviendo un tiempo. Me he instalado en un edificio muy chulo. ?Lo malo? Mi vecino. Es un perfecto Adonis hecho realidad. !Vamos! Que yo se lo pediria a los Reyes Magos, Papa Noel y a mi padre por mi cumpleanos, peeerooooo, tiene un cartel en la frente colgado que pone: <>. ?Que como lo se? Pues porque soy psicologa y entiendo de esas cosas...
    ?Que? !Si! Soy psicologa, y encima, !me encanta serlo! Puede que suene a tipico topico pero me desenvuelvo bien rodeada de problemas y situaciones diferentes.

  • La ideologia invisible de Javier Benegas

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    "Nos enfrentamos a un nuevo y temible totalitarismo, una ideologia invisible, liquida y polimorfica que desborda las tradicionales fronteras ideologicas. Un monstruo con vida propia que apela a las emociones y no a la razon, a las ensonaciones y no a la realidad, que promete proporcionar aquello que cada uno desee, aunque sea una identidad imposible. Incrustado dentro del propio poder, compra voluntades, proporciona prebendas a quienes son sus complices y castiga con la muerte civil a quienes lo desafian.

  • Luz de gas de Llisbeth Cavey

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    Valentina, solitaria e introvertida, tiene su primera oportunidad laboral como psicologa en la clinica de salud mental “Las Golondrinas” Un nuevo horizonte se abre ante ella y la esperanza, que creia perdida, vuelve a anidar en su interior.
    Alli conoce a alguien muy especial, dotado de un carisma y atractivo unico: Adrian Cabano. Solo hay un inconveniente para entablar una relacion con el, y es que es un interno. El mas peligroso y temido del lugar.
    Desde el primer momento, ella ve algo que los demas no ven en el y pronto corrobora sus sospechas. Algo turbio planea sobre la institucion acechando a los pacientes, y Valentina se propone descubrirlo. ?Te atreves a acompanarla en esta aventura?

  • La marca del inquisidor de Marcello Simoni

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    Roma, 1624.
    Se descubre el cadaver de un hombre aplastado en una prensa tipografica. Un investigador cuyo pasado es un misterio, que utiliza metodos cientificos y es experto en demonologia y brujeria, se hace cargo de la investigacion.

  • Alguien Que No Soy (Mi eleccion 1) de Elisabet Benavent

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  • Llamaras un domingo por la tarde de Javier Cid

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    Rosa Montero

  • Mater familias de Lindsey Davis

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    Celebrar una subasta en julio es un craso error. ?Quien queda en Roma entonces? Los que pueden escapar han huido ya a sus retiros campestres en regiones mas frescas de Italia. Los demas yacen en su lecho de muerte o se han quedado aqui para esquivar a sus parientes. Es inutil intentarlo. A todo el mundo se le pega la tunica al cuerpo; el sudor resbala por los cuellos grasientos. A los mozos de cuerda se les caen las cosas y se marchan resoplando con fastidio. Los vendedores vacilan y los compradores no cumplen. Los rotulos se pierden. Los pagos, idem. Los perros pululan y ahuyentan a los compradores. Mas tarde, alguien senala que no se llego a colgar ningun anuncio de la subasta en el Foro. Los subastadores de la competencia no se molestan en regodearse por tus pobres ingresos: hace demasiado calor. Mi padre posee una casa de subastas y en plena canicula se refugia en su villa junto al mar. Sus empleados mantienen el negocio familiar renqueando. Siempre es una epoca tranquila. No cambio nada en el ano de los consules Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino, salvo que antes de una venta en julio, nuestros empleados hallaron un cadaver. * * * Me encontraba en Roma. Habia estado en la costa, obligada por mi madre, <>, decia ella, durante una enfermedad que estuvo a punto de matarme. Ella me llevo a la finca familiar, al sur de Ostia. Despues de tres semanas de agobiantes cuidados, estaba impaciente por regresar. Un amigo me habia encontrado medio muerta en mi vivienda de Roma y amablemente me habia salvado la vida, de modo que queria agradecerselo, y me parecio que ya me hallaba lo bastante recuperada para la vida urbana. A lo mejor estas pensando que ese amigo y yo eramos amantes. Pues te equivocas. Habia un dia de viaje hasta Roma por la Via Ostiense. Lo hice en un carro destartalado y fue agotador. Entre en mi silenciosa y sofocante vivienda del Aventino sintiendome demasiado debil. Guarde cama dos dias, alimentandome de una cesta de exquisiteces enviada por mi madre. Sola y triste, comia con deleite recostada en los cojines, convaleciente. No tenia apetito, pero en otro tiempo habia vivido en la calle pasando hambre. Detestaba desaprovechar comida. En poco tiempo habia lamido hasta el ultimo plato de ensalada de aspic. Tendria que valerme por mi misma, o volver con mis padres arrastrandome ignominiosamente. Ni hablar. Aun asi, los quiero. Me adoptaron cuando era una adolescente desesperada e infestada de piojos, una adolescente dificil a la que trataron con lealtad y afecto, cuando otros no quisieron saber nada de mi. Habian convertido un alma perdida de la lejana Britania en una hija romana bastante normalita. Ahora era una viuda independiente de veintinueve anos, pero aun asi habia tenido que lloriquear y protestar para que me dejaran regresar a Roma, montando una pataleta igual que mis hermanas pequenas cuando querian sandalias nuevas. <>, habian exclamado mis padres burlonamente. Asi que ahora tenia que atenerme a mi afirmacion de que ya estaba bien. Consegui ponerme una tunica con esfuerzo. Baje lentamente por un tramo de escalera exterior hasta una galeria. Esta estructura medio podrida, que llaman escalera de incendios, era inaccesible para la mayoria de inquilinos. Discurria alrededor del vacio patio interior, una vieja lavanderia ahora abandonada. Vivia en el edificio del Aguila, en la plaza de la Fuente: una de las numerosas casas de viviendas oscuras, desvencijadas y apestosas donde los romanos pobres y miserables, la mayoria, soportamos lo que pasa por ser vida. El edificio estaba dividido en un monton de viviendas deficientes y era proclive a despedir olores nauseabundos. Lamento decir que pertenecia a mi padre, lo que no anadia lustre a su reputacion, que ya era bastante mala por su trabajo de investigador privado. A la gente le asombraba que tuviera suficiente dinero para poseer un edificio, pero parecian entenderlo cuando se enteraban de que tambien era subastador, profesion que se relaciona con la riqueza. Yo tambien era investigadora. La opinion publica era aun mas dura conmigo, porque una mujer respetable debe quedarse en su casa todo el dia. Deberia estar tejiendo en mi telar en un refinado atrio, o pegando a mi joven esclava o fornicando con un porteador de literas en lugar de mi marido. Que tonteria. <> era una palabra obscena para mi madre, mis hermanas y yo. Tampoco poseia ninguna joven esclava, y hacia diez anos que mi marido habia muerto. Yo trabajaba, aunque no lo pareciera en ese momento. * * * Descendi por la empinada escalera, deteniendome cada poco. Siempre era conveniente andarse con cuidado en aquel edificio por si una parte se derrumbaba. ?Quien quiere una espalda rota y el pelo estropeado? Me estaba probando a mi misma. Si me sentia debil, tenia una habitacion junto a la galeria del primer piso, donde podia tumbarme en un viejo divan para recobrar fuerzas. Tambien podia gritar hasta quedarme ronca, lo que quizas haria aparecer a Rodan, el portero del edificio. Si le daba instrucciones claras y algo de calderilla, iria en busca de ayuda. No fue necesario. Logre llegar a la galeria. Me sentia mejor de lo que esperaba. La gelatinosa ensalada de aspic tiene muchas bondades. Por muy molesta que estuviera Helena Justina por mi marcha, sabia como dejarme claro que seguia necesitando una madre. Yo era la mas alocada de sus cuatro testarudos hijos, pero no iba a permitir que me esfumara. Me apoye en lo que pasaba por barandilla, descargando el peso con cautela. Un liquen especialmente desagradable indicaba las zonas podridas. Si se tocaba, la mano se manchaba de un limo gris verduzco. Su textura era aun peor que los excrementos de paloma, de los que tambien habia en abundancia. Por una vez, Rodan estaba a la vista. Era un antiguo gladiador, pero sus cicatrices se debian a cobrar alquileres entre pobres violentos mas que a sus luchas en la arena. El viejo, una bola de grasa, estaba en el porche discutiendo, su reaccion habitual a cualquier peticion. Su interlocutor era un recadero al que reconoci de la casa de subastas de mi padre. Los observe. Los mensajeros en Roma estan acostumbrados a las discusiones, pero Ciro, permanecia en silencio, dejando que la inutil agresividad de Rodan le resbalara. Si Ciro habia venido de la Saepta Julia, donde estaba la oficina, la caminata habia sido larga y coronada por una empinada ascension al Aventino. Se estaba tomando un respiro por si tenia que dar media vuelta y regresar sin cumplir con su mision. La pulcritud del mensajero contrastaba con la fea cabeza afeitada de Rodan y las manchas de sudor de su andrajosa tunica. Ciro tenia cuarenta y tantos anos, el pelo corto, calzaba sandalias con cordones y vestia una tunica blanca, floja por el calor pero no sucia. Era delgado, pero no por pasar hambre. Mi padre aun recordaba lo que significaba la pobreza, asi que era un patron justo. Tampoco machacaba a sus empleados con palizas asiduas, al contrario que muchos otros en nuestra ciudad supuestamente civilizada. Rodan tambien era un empleado de mi padre, pero era un caso perdido. Llame a Ciro. Al verme, Rodan se metio en su apestoso cubiculo. Ciro cruzo el patio y alzo la mirada hacia el primer piso, donde estaba yo. Mareada aun, intentaba no tambalearme. --!Flavia Albia! Nos habian dicho que estabas en casa. --Parecia aliviado de haberme encontrado--. ?Sabes si tu padre vendra pronto a la ciudad? --Lo siento, Ciro, estamos en julio. Falco sale en un bote cada dia, con una mano pegada a una cana de pescar y la otra a una calabaza llena de vino. --?Pican los peces? --No; simplemente esta alli con un absurdo sombrero, sumido en ensonaciones. Pero de vez en cuando desembarca con una estatua muy hermosa que asegura haber encontrado flotando en la corriente... Esta emulando a su propio padre. --A menudo mi abuelo volvia a casa remando despues de pasar el dia en el agua, con un pequeno esquife a remolque lleno de esplendidas obras de arte griegas <>. Que estupenda forma de evitar los aranceles de importacion para un subastador. Con los ojos muy abiertos y absoluta desfachatez, Gemino podia hacer que la historia sonara casi creible. El personal de la casa de subastas sabia que mi padre me otorgaba la autoridad para actuar en su nombre, de modo que le ofreci mi colaboracion. --Ciro, tendras que conformarte conmigo. ?En que puedo ayudarte? El se encogio de hombros. --Oh, nada que no podamos solucionar nosotros, pero el capataz de los mozos ha pensado que debiamos decirselo al patron. Resulta que estan preparando la venta de los Calixto. Uno de los muchachos levanto la tapa de un cofre grande..., y se encontro con un cadaver acurrucado en su interior. Eso me revivio. Le dije que llamara a una silla de manos y que lo acompanaria. II La mejor manera de soportar un trayecto en silla de manos es cerrar los ojos, aferrarse a una parte que no este demasiado astillada y meditar sobre el significado de la vida. Por lo general evito la filosofia, pero necesitaba apartar mis pensamientos de los porteadores que me llevaban dando tumbos. Corrian cuesta abajo por el escarpado Aventino, que tiene malas calzadas y la pendiente de una hipotenusa, haciendome temer lo peor. ?Que es esto? ?Una mujer que habla de hipotenusas? Bueno, cuando Falco y Helena me adoptaron, me dieron una educacion de lo mas generosa, que yo absorbi como si fuera un nuevo manjar. La devore hasta que supe mas que la mayoria de mujeres y tambien muchos hombres. Consulto textos como si tal cosa y escribo mis propias notas; cuando quiero alardear, las escribo en griego. A veces incluso con los acentos correspondientes. Otra cuestion es que Apolonio, el camarero jefe del Astrologo, nuestra pesima fonda local, habia ensenado geometria. Desde que le habian obligado a abandonar la ensenanza anos atras, habia servido grandes cantidades de adulterado vino de Falerno en la taberna de mi tia, esperando a que mejoraran las circunstancias para poder abrir una nueva escuela a pie de calle. Bajo el reinado del actual emperador, Domiciano, eso no iba a ocurrir. La gente no malgasta dinero en educacion para sus hijos cuando un tirano puede hacerlos ejecutar en cuanto se hagan mayores. Intenta disertar sobre Euclides con el carcelero en una celda para condenados a muerte: el muy estupido te azotara hasta que apenas puedas ir tambaleandote hasta los leones. De modo que, gracias a mis padres y a un camarero, llegue colina abajo y hasta el Campo de Marte meditando sobre triangulos. Por lo demas, rogue que no aparecieran perros callejeros y los porteadores me dejaran caer. O echaran a correr. Eso seria peor. Como sea, me transportaron sana y salva hasta la Saepta Julia, una elegante casa de cambio de dos plantas con galerias, en la que mi padre, como su padre antes que el, tenian alquilado un almacen para sus antiguedades mas valiosas. Arriba tambien tenian una oficina donde amontonaban toda la basura que no podian vender, un lote de cosas horrorosas a las que estupidamente les habian tomado carino. Era uno de esos edificios grandiosos tan propios de Roma. Nuevo aun, combinaba su coste desorbitado con la belleza y la funcionalidad, si es que alguien recordaba su funcion original. Habia sido un centro de votacion, pero los emperadores no podian arriesgarse a aceptar la democracia, asi que ya no se celebraban autenticas elecciones. En lugar de votar, ahora los hombres acudian alli para dejarse ver, y tambien a comprar joyas para sus amantes a fin de que estas se pavonearan. Aunque ya no era necesaria para fines politicos, Domiciano habia costeado una lujosa reconstruccion de la Saepta despues de que un gran incendio arrasara la zona durante el reinado de su hermano Tito. Tito apenas habia durado un par de anos. Algunos creian que era cosa de Domiciano. En mi familia no deciamos nada porque insultar a Domiciano equivalia a un suicidio. El decia que era un dios, asi que todos nos habiamos vuelto profundamente religiosos. Con suerte, los autenticos dioses o algun humano furioso se encargarian del monstruo que nos gobernaba. Los adivinos charlatanes que profetizaban cuando moriria Domiciano proliferaban tanto como los vendedores de ajos. En ocasiones, el adivino era lo bastante bueno como para verlas venir, y se las piraba. Pero en general Domiciano acababa enviandolos a la muerte... junto con muchas otras personas, un par de las cuales probablemente habian conspirado para asesinarlo. Alguien acabaria por realizar la hazana. En el aire se olia a complot. * * * Ciro me condujo a la oficina, donde me deje caer en un trono de piedra que llevaba tantos anos en la casa de subastas que nadie queria venderlo, ni siquiera cuando algun idiota con infulas monarquicas ofrecia dinero en efectivo y su propio transporte. El trono era uno de los muchos articulos que habia rescatado del fuego mi primo Gayo, quien, al iniciarse el incendio, primero habia sacado todas las existencias y solo despues habia regresado a la Saepta para salvar vidas. Habia perdido la suya al derrumbarse el amplio tejado de madera de cedro. Yo apreciaba a Gayo. Despues de su heroico deceso, lo cierto era que ya no me gustaba ir alli. Ese dia mi intranquilidad duro poco. En cuanto me sente, el capataz de los mozos, Gornia, me informo de que el cadaver estaba, en realidad, en el portico de Pompeyo. Alli era donde se iba a celebrar la subasta de Calixto. Yo habia pasado por delante de camino a la Saepta. Los romanos se distinguen tambien por hacerte perder el tiempo. No es mi estilo. Yo soy agil y organizada. Ahorro energia. Por los dioses, sobre todo cuando aun estoy recuperandome de una virulenta disenteria. Sin embargo, se que no debo mostrarme impaciente, porque con esta gente irritante solo se consigue empeorar las cosas. Mi silla de manos se habia ido, asi que les pedi que me consiguieran otra. El portico quedaba a la vuelta de la esquina, caminando un corto trecho, motivo por el que la familia Didio lo preferia para las subastas, pero yo me sentia molida. Los empleados sabian que habia estado muy enferma, hecho que habia provocado una tormenta familiar. Asi pues, Gornia, que esos dias tenia tambien el aspecto apergaminado de un espectro del inframundo, dijo que llamaria a nuestro carretero Felix y su mula Coces; ellos me llevarian al monumento de Pompeyo en su carreta de reparto. Acepte. A Felix nunca le habia caido bien, pero era un buen carretero. Y Coces era un primor. En Roma, la mayor parte del transporte rodado esta prohibido durante el dia. Felix llevaba siempre un tablon y unos cubos sucios en la carreta para parecer un albanil, pues estos tienen permiso. * * * Felix sabia que yo tenia prisa, asi que callejeo tranquilamente como un guia turistico. En lugar de doblar la esquina y recorrer el corto trecho, dio un amplio rodeo por el Panteon y las Termas de Agripa. El gentio que suele pulular por alli nos entorpecia una y otra vez, obligandonos a ir a paso de tortuga. Por fin llegamos al teatro de Pompeyo, que se encuentra en el extremo opuesto del enorme y bullicioso complejo, y luego avanzamos despacio pegados a uno de los laterales hasta que al final me dejo frente a una entrada, practicamente en el mismo sitio del que habiamos partido. !Gracias, Felix! El monumento a Pompeyo tambien lo habia reconstruido Domiciano tras el incendio. Todo nuevo gobernante debe meterle mano a la ciudad segun su gusto y poner su nombre en grandes inscripciones. Si quiere parecer aun mas benevolente, gasta su propio dinero en nuevos proyectos, o afirma hacerlo. Imagino que en el erario publico hay funcionarios que conocen la verdad. El portico tenia su esplendido anfiteatro de piedra en un extremo, bajo el alto templo dedicado a Venus Victoriosa; detras se extendia un vasto jardin rodeado por un peristilo, por donde paseaba la gente a la sombra de los platanos, y, como todo el mundo sabe, unas grandes letrinas publicas en el lugar mancillado por el asesinato de Julio Cesar cuando se dirigia a una sesion del Senado. Para la mentalidad romana (bueno, la mentalidad cerril del emperador Augusto), el lugar del crimen era demasiado horrible para que pudiera usarse de nuevo como curia. Se conmemoraba asi a Bruto y Casio, hasta donde era legal recordarlos, con unas buenas letrinas. Mi padre, republicano hasta la medula, mascullaba a veces que la gente deberia recordar que no solo habian sido Bruto y Casio quienes habian apunalado valientemente a Cesar, sino tambien otros sesenta senadores opuestos a la dictadura, a los que, sin embargo, se habia olvidado. Teniamos que hacerlo callar. Cualquier espia podia denunciarlo a Domiciano por hablar de dagas. Los usuarios de las letrinas podian contemplar el amplio jardin rodeado de bonitas columnas. En un extremo habia una galeria de estatuas griegas tras esplendidas cortinas de brocado de oro. Se trataba de uno de los pocos lugares donde las mujeres podian pasearse en publico solas. Y asi, los hombres podian echar una relajante meada y luego observar a las mujeres que contemplaban las desnudas estatuas griegas y sacaban ideas. No era extrano que el portico de Pompeyo fuera tan popular. A los romanos les encantaba acudir alli y pasear por el peristilo. Ademas de la galeria de arte, habia tiendas para explorar. Las zonas abiertas se utilizaban para reuniones publicas, incluyendo subastas. Mi abuelo preferia el portico para sus ventas: segun el, no tenia nada que ver con el hecho de que fuera un legendario mujeriego. Mi padre, hombre felizmente casado, perpetuo la practica porque el portico se encontraba a una comoda distancia de la Saepta Julia. Que yo supiera, jamas habia aparecido un cadaver mientras se preparaba un catalogo de articulos. Me alegre al ver que el cofre se encontraba al aire libre. Era grande, rectangular y reforzado, del tipo que tienen los ricos en casa para guardar sus enseres de valor. Los mas presuntuosos lo colocan en el atrio, a fin de impresionar a las visitas en cuanto entran en la casa. Nuestros empleados holgazaneaban a la sombra entre arbustos ornamentales, algunos comiendo panecillos rellenos. No son faciles de intimidar, pero me fije en que todos se mantenian alejados del cofre. Lo habian cubierto con una gruesa tela que se parecia sospechosamente a las esplendidas cortinas doradas de la galeria de arte. Lo habian hecho para mitigar el efecto del sol sobre el cuerpo en descomposicion, pero en cuanto me vieron llegar apartaron la tela. Era una pieza con imponentes herrajes que se sostenia sobre cuatro recias patas. Los cierres parecian muy resistentes. Me pregunte por que querria alguien venderlo, a menos que estuviera en la ruina, y no era eso lo que habia oido sobre los Calixto, hombres de negocios muy conocidos. Entonces observe que las partes de madera mostraban huellas de haber sido danadas por el fuego. El personal me ofrecio mostrarme el cadaver. Aunque yo no habia expresado queja alguna por haberlos encontrado comiendo en horario de trabajo, repare en que guardaban sus viandas y adivine lo que ocurria. Lo que aguardaba en el cofre era repugnante; habian apostado a que vomitaria. Bueno, eso me sirvio de aviso. Con una sena indique que levantaran la tapa, al tiempo que me armaba de valor. Mire el interior, vi todo lo que necesitaba ver, oli el espantoso hedor y luego hice gestos perentorios. El mozo cerro la tapa de un golpe y retrocedio rapidamente entre arcadas. Yo reprimi un grito, logrando a duras penas conservar una postura digna. Un ataque agudo de disenteria constituye un buen entrenamiento para el autodominio.

  • Odisea de Javier Negrete

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    Cuando sus dedos empunaron el arco, Odiseo cerro los ojos un instante y respiro hondo. Tal vez, si el y sus companeros triunfaban, futuros poetas cantarian una cancion sobre los heroes que se enfrentaron a los dioses. Probablemente esos versos mezclarian mentiras y verdades, como las mezclaban los relatos que el mismo les habia contado a la bella Nausicaa y a su padre sobre la cueva del ciclope, la isla de la maga Circe o el descenso a los infiernos.
    Pues el combate que los siete estaban a punto de librar no era solo cuestion de venganza, sino, por encima de todo, de supervivencia.
    Y no unicamente la suya, sino la de toda la raza humana.
    El unico consuelo era que, si fallaba, no quedaria nadie sobre la faz de la ancha Gea para cantar el fracaso de Odiseo.

  • Tentaciones Peligrosas (Peligrosa 1) de Nerea Vara

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    Gracias a la numerosa fortuna que sus padres les dejaron, Wendy y Rick han podido vivir sin problemas. Ella es rechazada por la universidad a la que pretendia ir, asi que decide que ya es hora de volver a San Francisco, tras cuatro anos estudiando en Paris. Su hermano lleva una vida llena de vicios. Es dueno de un concesionario de vehiculos y le sobra el dinero. Cuando Wen le dice que quiere volver a casa, se alegra por volver a tenerla cerca pero no por los problemas que pueda causarle.

  • El dia de la duquesa de Sarah Maclean

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    Malcolm Bevingstoke, duque de Haven, ha pasado los tres ultimos anos en una soledad obligada, pagando el precio de un error imposible de arreglar y anorando al amor que ha perdido para siempre.
    Sin embargo, el ducado no espera; el titulo necesita un heredero, lo que significa que debe ponerse a buscar una esposa.
    Solo hay un problema, que ya tiene una.

  • Corazones para siempre (Corazones Traicioneros 5) de Kira Freitas

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    Corazones para siempre: El diario de Alec

  • La ultima bruja de Northern Hills de Sarah Wall

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    Hemos perdido recientemente a una persona parte fundamental de la familia: mi suegro fallecio el pasado mes de noviembre de 2020 tras una encarnizada lucha por la vida. Era el primero en leerse mis historias en cuanto estas veian la luz. Aun guardo su ultimo mensaje sobre lo que le parecio !Anda, Lucia!, el ultimo libro que pudo leer. Siempre me apoyaba en mis locuras. Han sido treinta y un anos juntos. Un hombre, al que no solo me unio un lazo familiar, sino tambien laboral durante anos. Con el aprendi muchas cosas de la vida. Su filosofia de vida era extranamente moderna para la epoca que le toco vivir y estaba dotado de un gran sentido del humor, aunque el dolor apareciera hace anos para trastocar su existencia. Para ti, Jaume, no podia ser de otra forma. Sempre et portare al cor. SOMOS LAS NIETAS DE TODAS LAS BRUJAS QUE NO PUDISTE QUEMAR (frase popular) La caza, tortura y persecucion de brujas fue en ese momento historico una manera de control social del cual se valio el Estado aliado con la Iglesia durante la epoca de la Inquisicion. Es de comun conocimiento que la caza de brujas fue un gran genocidio humano. De esto y de alguna cosa mas va esta historia. Prologo Las leyendas sobre las brujas del medievo constituyen un tema que ha llegado hasta la actualidad cargado de misterio y misticismo. Son muchos los poderes que se les atribuyen a estas mujeres, provocando que sean objeto de veneracion o, simplemente, sean utilizadas como cabeza de turco por una sociedad aterrada por sucesos que no tenian explicacion. Sea como sea, la realidad que envuelve estos hechos ha dado lugar a sorprendentes historias dignas de ser contadas. De esta forma, Sarah ha sabido aunar en esta novela el pasado magico de aquella epoca con la incredulidad actual. ?Es posible que fuera verdad todo lo que ha llegado a nuestros dias? ?Hay algo mas que folklore en esas leyendas? Es por ello que, aunque La ultima bruja de Northern Hills es una novela de fantasia, se presentan los eventos y personajes de tal forma que bien podrian ser reales, pues es facil imaginar todas las situaciones que nos relata. En cuanto a Sarah, debo decir que es una persona maravillosa a quien he tenido la suerte de conocer y, poco a poco, ir creando una amistad sincera y descubrir a una mujer tan fuerte y magica como la protagonista de esta novela, en la cual comprobaras como su pluma te envuelve entre las letras y te hace vivir y sentir las historias como si tu mismo fueras el protagonista. Si ya has leido algo de su autoria, sabes a que me refiero, y si aun no lo has hecho, te aseguro que vas a disfrutar de cada pagina que pases de este libro. Por eso, adelante, lee lo verdaderamente importante: La ultima bruja de Northern Hills. Clara Delgado Capitulo 1 Londres, 2019 --!Mira, George! Dios, ?ves ese bulto? !Parece una persona! --Aunque andaba corto de vista, diviso sin duda alguna lo que parecia un cuerpo humano. Charles paseaba con su inseparable amigo, George, por el impresionante Holland Park, uno mas de los increibles parques publicos del oeste de Londres, situado en uno de los distritos mas distinguidos de la ciudad. Lugar que fue alguna vez parte de los terrenos de Cope Castle, una gigantesca mansion Jacobina construida a principios del siglo XVI. Desde que estaban jubilados no habia dia que no dejaran de acercarse por el increible bosque silvestre del lugar, muy temprano, en cuanto abrian las puertas. Merodear y dar de comer a los patos era su aficion mas destacada tras dejar sus trabajos. No solian tener sobresaltos mientras practicaban esa rutina diaria. Ese dia, sin embargo, ambos se llevaron un gran susto al ver el cuerpo de una chica, inconsciente y completamente empapada, muy cerca de uno de los estanques. Con decision, el anciano saco su movil del bolsillo y llamo a emergencias a la vez que George, medico jubilado, intentaba saber mas del estado de la joven que no movio ni un solo musculo de su escualido cuerpo durante todo el rato en que el la estuvo observando mientras se acercaba a socorrerla. --Esta en parada, Charles. !Que se den prisa, por Dios bendito! El antano doctor, puso a la desconocida en posicion decubito dorsal y comenzo a realizar las maniobras de reanimacion. Se agotaba, pues ya no era un jovencito. Al poco rato, aunque a el le parecieron siglos, la muchacha empezo a expulsar agua por la boca y abrio los ojos. Respiraba ya, aunque con dificultad, intentando atrapar una gran bocanada de aire que le oxigenara los pulmones y la devolviera a este mundo. La chica, que no aparentaba mas que unos veintipocos anos, miro a su alrededor intentando comprender donde estaba sin exito. --Joven, ha tenido usted un accidente. Enseguida viene una ambulancia. No se preocupe. -- George intento tranquilizarla mientras ella le miraba con extraneza. No sabia que hacia alli. --?Cual es su nombre? ?Recuerda que le ha pasado? --pregunto Charles que ya oia como se acercaban las sirenas de las ambulancias. --?Donde estoy? --balbuceo con los ojos entreabiertos. --En Holland Park. No te preocupes, los sanitarios vienen de camino. Dinos a quien podemos llamar para avisar de a donde te llevan. --No se... quien... Estoy muy confusa... --susurro, y noto sus parpados muy pesados como si fuera a perder la consciencia de nuevo. --George, no veo ningun movil cerca ni tampoco un bolso, seguramente lo habra perdido o se lo han robado. No sabemos ni quien es, y ella parece no recordar nada. Podria tratarse de amnesia --intervino de nuevo Charles. --Es normal. Probablemente se haya golpeado la cabeza o haya vivido alguna experiencia traumatica... En el hospital se encargaran de avisar a las autoridades. --No te duermas, monada. --Charles le dio unos suaves cachetes, que mas bien parecieron unas caricias a cualquiera de sus nietas, con la finalidad de que el color volviera a sus mejillas. Llego la ambulancia y la policia. Los agentes y los sanitarios se hicieron cargo de la mujer. --Han hecho ustedes un gran trabajo, le han salvado la vida --agradecio uno de los medicos que se acerco al lugar. Los jubilados se fueron en cuanto la ambulancia se alejo con la desorientada desconocida. Ambos con una sensacion satisfactoria, aunque les hubiera gustado saber mucho mas sobre esa mujer de palido rostro. **** --Mujer; veintitantos; constantes debiles, aunque ahora estable. Parece que ha sufrido un atraco, y todo indica a que alguien ha intentado ahogarla. Puede que haya sido agredida sexualmente. Unos ancianos le han salvado la vida. --El sanitario se abria paso a toda prisa por el largo pasillo que llevaba a urgencias desde el aparcamiento de ambulancias--. Esta hipotermica, aunque hemos conseguido que su temperatura corporal suba a 34,1 grados. Segun colocaban a la muchacha encima de la cama de urgencias, tres doctores intervenian como en un buen concierto, cada uno al cargo de un instrumento vital para la pieza y sabiendo que hacer, tocando en harmonia. --Ha mejorado la oxigenacion --intervino de nuevo el paramedico--, pero no sabemos cuanto tiempo ha podido estar sumergida, aunque la encontraron fuera del agua, aun no se sabe como, posiblemente salio ella misma con su ultimo aliento. --Okey, ya nos encargamos --indico el doctor Welles, que acababa de entrar en un turno intenso que duraria veinticuatro horas. Le pusieron calor para que su temperatura se pareciera mas a la que hay que tener en este mundo para sobrevivir. En febrero, en Londres hace bastante frio y con las ropas empapadas era normal estar hipotermica. Efectuaron un primer examen fisico, una radiografia de torax y la medicion de los gases en sangre. Se sorprendieron al comprobar que todo estaba medianamente en orden en el organismo de la chica que, asimismo, iba cogiendo color; sin embargo, esta no se acordaba de nada; ni nombre, ni domicilio, ni telefonos de allegados... Ademas, apenas hablaba. Supusieron que habia acudido a una fiesta tematica o algo similar pues sus ropas parecian sacadas del medievo: un largo traje de color rojo como su cabello y de un tejido que recordaba al terciopelo; mangas de murcielago y escote cerrado a caja. En la parte central, abotonadura con piedras brillantes de color granate. Era muy elegante para ser un disfraz; sin embargo, se podian encontrar de ese estilo en algunas tiendas exclusivas de la localidad, por lo que imaginaron que la chica del pelo de fuego era de buena familia, no una vagabunda ni una drogadicta que viviera en uno de los barrios conflictivos de la ciudad. Entre sus pocas pertenencias, un colgante que representaba un extrano, aunque bello simbolo que, sin ser expertos, pensaron era de bisuteria de alta gama. Era lindo, pero llevaba demasiadas piedras como para ser verdadero y, sobre todo, para que pasara desapercibido a los que le robaron el bolso y sus otras posesiones, que no aparecian por ningun lado. Welles la ingreso, mayormente, para hacerle mas pruebas. Un escaner y un TAC como minimo. El hecho de que no recordara nada podria indicar un golpe, aunque en su cabeza no hubiera ninguna evidencia externa a primera vista, o bien que se tratara de un hecho traumatico que quisiera olvidar. Era una incognita. El caso es que la bella muchacha no recordaba ni su nombre. Mientras esperaban los resultados, trabajaron codo con codo con la policia que estaba investigando su caso: quiza hubiera alguna denuncia por desaparicion que encajara con su perfil. Los agentes llegaron al hospital para intentar tomar declaracion a la misteriosa desconocida.

  • Arcanum ilimitado de Brandon Sanderson

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