• julio gude - Julio Gude

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    El inexpugnable muro de Trump, finalmente levantado en la totalidad de la frontera entre Estados Unidos y Mexico, ha arrancado la esperanza para cualquier ciudadano latinoamericano de encontrar una vida mejor emigrando hacia el norte. Ahora un hecho sobrecogedor provocara que la sociedad estadounidense busque huir hacia tierras meridionales, pero ?que pasa cuando tu propio medio de defensa se convierte en una trampa mortal?

  • Libros y Ebooks de Julio Gude - Amazon.es

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  • Julio Gude: Libros - Amazon.es

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  • Libros gratis de Julio Gude en EPUB - Mundo EPUB

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  • Frontera Alterada - Julio Gude - PDF • Descargar Libros Gratis

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    Sin lugar a dudas, era el mes de julio, no ya por la cuenta a la que sometía su desdichada rutina o por lo que le indicara la pantalla de su reloj de plástico ...

  • Antonio Gude - Mundochess

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    Inicio · Libros · Autores · Antonio Gude · Autores · Adrew Soltis · Albéric O'kelly · Alejandro Oliva · Aleksandr Kotov · Aleksandr Kotov ...

  • Todos los libros del autor Julio Mendez

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  • ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE HISTOIRA DEL AJEDREZ ...

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    ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE HISTOIRA DEL AJEDREZ, GUDE, ANTONIO, 19,95€. Mates inmortales, magistrales estrategias, jugadores de leyenda: Judit Polgár, ...

  • Eso No Estaba En Mi Libro De Historia Del Ajedrez - Gude

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    Mates inmortales, magistrales estrategias, jugadores de leyenda: Judit Polgár, Greco, Bobby Fischer, los duelos entre Karpov y Kasparov, las hazañas de los ...

  • Eso No Estaba En Mi Historia De Ajedrez - Agapea

    https://www.agapea.com/Antonio-Gude/ESO-NO-ESTABA-EN-MI-HISTORIA-DE-AJEDREZ-9788417229672-i.htm

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  • ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE HISTORIA DEL AJEDREZ ...

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    ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE HISTORIA DEL AJEDREZ, GUDE FERNÁNDEZ, VENTURA ANTONIO, 19,95€. Mates inmortales, magistrales estrategias, jugadores de leyenda: ...

  • C de cenicienta de Kris Buendia

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    No creo en los cuentos de hadas. Pero si en la maldad de las que fueron alguna vez mis hermanastras. Las tres trabajamos para la misma empresa: Graysson Publicity. Ellas como ejecutivas y yo… muy lejos de ser una.
    Mona, mi mejor amiga quiso ser el Hada madrina por una noche, y asi como cenicienta, yo no buscaba un principe, solamente queria un vestido nuevo y una noche libre. Pero no fue una noche cualquiera. El senor G me ha confundido con una de sus modelos y se ha encaprichado conmigo.
    Mis hermanas van a odiarme si se enteran y el senor G tambien si llega a descubrir que: uno, no soy modelo, y dos… que soy la chica que limpia el suelo de su compania.

  • Hackers en guerra (El genio de Vervaeck 1) de Claudio Hernandez

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    Internet tambien tiene sus profesias, Allan Vervaeck, un vidente famoso de la decada del cincuenta, pronostico: la aparicion de un hombre que dominaria la Informatica como nunca nadie y que tanta seria la diferencia entre el y el resto de los hombres, que tendria el poder para crear y destruir; una mente capaz de causar el desequilibrio tecnologico, alguien que podria llevar a la humanidad a dar un gran salto o sencillamente destruirla.
    El submundo tecnologico lo ha denominado “El Genio de Vervaeck”
    Daniel camina sobre arenas movedizas, . es hacker, y esta en guerra con M.A.R.Y.N., una compania productora de armamento no convencional (armas de radiofrecuencia, satelitales, microfonos ultrasensibles, luces estroboscopicas, robots, aviones no tripulados, nanotecnologia, sistemas de hardware y software para control de armamento, software de seguridad, etc.) responsable de la muerte de sus padres.

  • El gran miedo de James Harris

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    La historiografia sobre el gran terror de los anos treinta en la Union Sovietica se ha dividido entre quienes han responsabilizado principalmente a Stalin y quienes han buscado lineas de continuidad respecto de una actuacion tipica del ejercicio del poder en Rusia y/o han hecho recaer las culpas sobre la sociedad en general y la cupula bolchevique en particular. El profesor James Harris, discipulo directo de autores comprometidos con la segunda interpretacion como Arch Getty o Sheila Fitzpatrick, se situa en la corriente de responsabilidad compartida. Dentro de ella, sin embargo, da un paso mas alla y a traves de documentacion original otorga un nuevo sentido a la expresion <>, convirtiendolo en un concepto bidireccional. Es decir, a la de nicion clasica como eufemismo de la gran purga incorpora el terror real que la cupula bolchevique tenia --a veces fundadamente, a veces sin base alguna-- a ser derrocados, saboteados y/o asesinados.

  • Maleza de Daniel Ruiz

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    Nadie dijo que la vida fuera facil. Pero lo es mucho menos en Balseras, barrio de la periferia. Un nino huerfano busca al asesino de su perro Bruto, con la ayuda de su primo y otros amigos, miembros de una banda que a pesar de su juventud conocio tiempos mejores. Un comercial del sector de los electrodomesticos se topa en una de sus habituales carreras nocturnas con una mano amputada de mujer, y decide, contra cualquier asomo de cordura, llevarsela a casa. Un disminuido psiquico trabaja en el mantenimiento de una comunidad de vecinos de alto nivel, donde vive la nina Sonia, por la que estaria dispuesto a dejarlo todo. Tres historias salvajes y extranamente liricas, que confirman a Daniel Ruiz como gran narrador.

  • Kwan. En la lista (TZK Systems 2) de Nq Palm

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    California, Estados Unidos. En la actualidad. o utilice el avion de la compania para desplazarme a California, preferia dejarlo para Zev; seguia en su luna de miel particular y estaba seguro de que en algun momento decidiria viajar con su chica y el hijo de ambos. Habian vuelto hacia pocos dias de Tasmania, aun asi, no les queria dejar sin el medio de transporte, al fin y al cabo, toda mi vida habia viajado en aviones comerciales, no necesitaba transporte privado y tampoco habia ningun viaje de negocios programado. Alquile un todoterreno en el aeropuerto internacional de Sacramento, nada mas aterrizar, y me desplace hacia la direccion que me habia dejado escrita la persona anonima, en la carta que recibi en mi oficina de TZK Systems. La idea era aterrizar en Los Angeles y buscar la ubicacion de ese otro laboratorio clandestino que habia descubierto Hache, pero decidi desviar los planes. Tal vez, esa chica sabia algo y yo lo unico que adivine es que era una mujer. Takeshi y Zev no conocian la existencia de ese anonimo y estaba seguro de que se cabrearian si supieran que estaba acudiendo, solo y desarmado, al encuentro de alguien que bien me podria estar tendiendo una trampa. Pero habia algo muy personal en aquellas letras, algo que me hacia dejar a un lado mi desconfianza hacia el projimo y dar un paso al frente. Sobrepase el cartel de carretera, el cual anunciaba mi llegada a Roseville, y continue hacia Newcastle por la I-80E. Decidi detenerme antes en Loomis para tomar un cafe y estirar las piernas, aun me quedaban unos kilometros por recorrer hasta llegar a Auburn: el lugar de encuentro. Entre en la cafeteria que estaba atestada, la mayoria eran hombres y, a juzgar por los camiones que habia en la entrada, debia ser un lugar habitual para detenerse a desayunar. El sitio era estrecho y largo, con una barra a la derecha y mesas a la izquierda, dejando un pasillo bastante ajustado en medio, olia a cafe recien hecho y a comida. Tome asiento cerca del acceso a los banos y una chica joven, demasiado para estar en un lugar asi, se acerco y me sirvio un cafe largo. --?Que va a ser? --pregunto, casi sin levantar la vista de la pequena libreta que saco del bolsillo de su uniforme rojo, con unas grandes letras amarillas con el nombre de la cafeteria y una pequena placa, que colgaba de un imperdible, con el suyo; se llamaba Glenda. --Desayuno continental, gracias. Asintio y saque el sobre con la carta, que llevaba doblado y guardado en la cartera, para leerla de nuevo. A la atencion del senor Kwan North: Querido senor North, me dirijo a usted para pedirle una cita en persona. No puedo desplazarme a Atlanta, aunque me gustaria, pero temo levantar sospechas si lo hago, ya que creo que me vigilan. Soy alguien que trabajaba en el laboratorio de una farmaceutica, soy tecnica clinica con conocimientos de hematologia e inmunologia, que tuvo acceso a informacion confidencial. Investigue por mi cuenta, ya que lo que vi capto mi atencion. Descubri que habia cierta persona involucrada en asuntos gubernamentales de alto secreto y su nombre, senor North, aparecio en una lista. Despues vi en la television la caida de cierto senador y ate cabos. Comprendere que no quiera reunirse conmigo. Aun asi, estare el sabado a las cuatro de la tarde en la direccion que le escribo a continuacion... Ese ya no era mi apellido, asi que era cierto que esa persona habia visto algo sobre mi en algun documento, tambien estaba el hecho de que trabajaba en un laboratorio. Eso era lo que habia despertado mi interes. Deje de darle vueltas cuando Glenda me planto un plato con tres huevos fritos, cuatro tortitas, bacon y un gran bote de sirope de fresa. --?Cafe o zumo? --Cafe, gracias. Guarde de nuevo la carta y empece a masticar sin dejar de observar a los otros comensales, nadie parecia haberme seguido y ninguno de ellos me prestaba atencion. Solo un par de mujeres me observaron y sonrieron desde dos mesas mas alla. Termine de engullir y saque un par de billetes para dejarlos sobre la mesa, Glenda estaria contenta con la propina. Le hice una senal con la cabeza a modo de despedida, ella estaba al otro lado de la barra, y sali del local. Al entrar en el todoterreno mire la hora, solo eran las diez de la manana. Tenia previsto llegar hasta el lugar indicado y recorrer el entorno, quedarme con los rostros y asegurarme de que ninguno de ellos permanecia mas tiempo de lo habitual en aquel espacio. Mi telefono movil estaba apagado, Zev y Tak se cabrearian, pero no estaba dispuesto a dejar ningun rastro sobre el camino que habia tomado. El vehiculo no llevaba GPS, asi lo habia pedido al alquilarlo; aunque estaba seguro de que disponia de algun dispositivo de seguimiento, muchas empresas de alquiler de vehiculos lo hacian; pero eso no me preocupaba, necesitarian una orden judicial para rastrearme y, para entonces, ya habria hablado con mis socios. Casi una hora mas tarde llegue a Auburn. Estacione en la zona comercial en la que habiamos quedado y me dirigi a pie hasta el bistro que la chica me habia nombrado en la carta. No entre, sino que di la vuelta alrededor y camine por la zona. Una tienda de deportes, un centro comercial y mas alla una pista de baloncesto. A parte del restaurante, no habia mucho mas. Volvi al coche a buscar mi cazadora de cuero, estabamos dejando el verano atras y se notaba mas por estas latitudes. Auburn quedaba a una buena altura sobre el nivel del mar. Enclavado cerca de las montanas, los pinares llegaban hasta donde alcanzaba la vista. Finalmente me sente a esperar y puse la calefaccion. En la radio sonaba Is This Love de Whitesnake, me quede mirando la pantalla y cambie de emisora. Los coches iban y venian y, despues de las horas que llevaba alli, ya habia ubicado los que eran de los trabajadores y los que solo estaban de paso. A las cuatro menos cuarto mi atencion se centro en la entrada del restaurante. Habian hecho cambio de turno y solo vi a un par de asiaticos y a un tipo negro con cara de estar hasta los huevos de cargar cajas del camion de reparto a, lo que supuse, era la entrada de la cocina, que estaba a unos diez metros de la principal. Una pareja con un bebe, dos chicos de unos veinte anos y un matrimonio de avanzada edad entraron al cabo de un rato. Tambien paso una patrulla de la policia y sus ocupantes accedieron, aunque se quedaron en la barra. Ya era casi la hora y no creia que ninguno de ellos fuera mi contacto. Pare la calefaccion, tenia gasolina, pero no era cuestion de arriesgar. Baje y entre, ya volvia a tener hambre. Pedi un sandwich en la barra, cerca de los polis que charlaban con el dueno del local, y me sente en una de las mesas en cuanto me sirvieron, al lado de las grandes cristaleras. *** Aparque enfrente de la tienda de deportes, no sabia quien era Kwan North y, aunque me habia planteado que podia ser peligroso, necesitaba saber que habia de cierto en los videos que habia copiado y escondido en un lugar seguro. Llegaba cinco minutos tarde, pero lo preferia asi. Pasee tranquilamente hasta el restaurante y me alivio ver un coche de policia estacionado delante de la entrada. Si no me gustaba la pinta del tal Kwan, saldria de alli deprisa o pediria ayuda en caso de necesitarla. Me recoloque el bolso que llevaba al hombro, por encima del abrigo, y entre. Salude a Maxi, el dueno del restaurante, y me sente en uno de los taburetes escuchando 100 Ways de Jackson Wang. Los polis me echaron un vistazo y me saludaron. Hacia solo tres anos que trabajaba en la farmaceutica a las afueras del pueblo, pero en ese tiempo todos me conocian y tambien al bruto de mi exnovio, Zack. Un neandertal recien salido de las cavernas al que no desenmascare hasta que fue demasiado tarde. Ahora el tenia una orden de alejamiento y yo un problema cada vez que salia de casa o de trabajar, siempre estaba alerta. Su tendencia a presentarse en el momento menos indicado o a invadir mi apartamento, me llevo a poner una denuncia y el cabreo que el llevaba encima era monumental. Pero me daba igual, tenia que mirar por mi integridad fisica. Al fin y al cabo, nunca me habia puesto la mano encima, lo suyo era un problema de celos y un gran afan por apartarme de todo y de todos; por no hablar de lo irascible que se habia vuelto en los ultimos meses. Hasta que un dia me canse y le deje. --Aqui tienes, Joyce, siento lo del cierre de la farmaceutica --me animo Maxi, sirviendome el zumo de tomate de siempre. --Buscare otro trabajo, ya estoy en ello. --Eso es bueno. ?Quieres comer algo? --ofrecio solicito. --No, gracias. He quedado con un amigo de la universidad. Inconscientemente, estaba buscando la manera de que alguien supiera que tenia una cita por si pasaba algo, los polis tambien estaban atentos a mis palabras. Los tenia vistos, pero nunca habia hablado con ellos. Preferia que pensaran que ya conocia al chico a que dedujeran que estaba a punto de encontrarme con un desconocido. Me tomarian por una cabeza hueca. Estaba bebiendo mi zumo cuando un chico negro con unas largas rastas, que habia estado observandonos, se levanto y vino hacia mi. Era alto, corpulento y muy atractivo. Su rostro era anguloso, perfecto, como si lo hubieran cincelado los antiguos griegos. Sus ojos oscuros, clavados en los mios, no me dejaron en ningun momento. Era guapo, muy guapo. Y solo podia ser el. Lo reconoci al acercarse, habia visto su imagen. --?Joy? --pregunto con voz grave, acortando mi nombre y sorprendiendome con un beso en la mejilla--. Supongo que despues de estos anos no me has reconocido, soy Kwan. Mi mente se quedo en blanco durante unos segundos, pero me obligue a reaccionar. --Lo siento, Kwan. Estas muy cambiado --logre articular. --Tu tambien, llevas el pelo mucho mas largo y, sin esas horribles gafas de pasta que llevabas, estas mucho mas guapa. ?Que? La madre que lo pario. ?Que se estaba inventando? --Gracias, supongo --conteste entrecerrando los ojos--. A ti tambien te quedan mejor las rastas que el estilo afro que solias lucir... junto a los brackets. Vi un atisbo de sonrisa, pero el tal Kwan se mantuvo firme y siguio serio. --Vamos, tenemos que ponernos al dia. --Ofrecio su mano para ayudarme a bajar del taburete y la acepte con una sonrisa, que debia parecer mas bien una mueca, aunque se la solte en cuanto toque suelo. Caminamos juntos hasta el fondo del local, dejando atras mi zumo, y un miedo atroz se apodero de mi. A su lado yo era muy poca cosa, mi metro sesenta y cinco se veia muy ridiculo frente a su estatura. Solo con una de sus manos podia romperme el cuello. Debi aminorar la marcha ante tal pensamiento, porque se detuvo y se acerco a mi oido. --Tranquila, soy inofensivo --susurro. <>, pense ironica. Aunque llevaba una cazadora encima de la camisa oscura, se podia apreciar la amplitud de sus hombros y podria asegurar que su brazo era del tamano de mi muslo, tal vez mas ancho. --Te gusta ir al gimnasio, ?eh? --Valiente idiotez para decir, pero queria romper el hielo. --Algo asi. Me mostro el asiento y el se sento enfrente, al otro lado de la mesa. --Bueno, ahora que hemos revivido viejos tiempos, me gustaria que me hablaras de lo que encontraste. No pude evitar sonreir, el hombre pretendia que me sintiera comoda. El problema era que ahora, que lo tenia delante, me estaba costando hablar de lo que habia hallado en aquel pendrive. --No se por donde empezar, vas a pensar que soy una ladrona o algo por el estilo. Junto las manos sobre la mesa y entrelazo los dedos. --No suelo juzgar a la gente. --Es un alivio. Saco el sobre que le habia enviado, desplego la carta sobre la mesa y lo senalo con un dedo. --?Como diste conmigo? --Es una larga historia. Asintio y volvi a reparar en su rostro, en esos ojos oscuros e insondables y en esos labios gruesos que me hacian pensar en cosas que no debia. ?Tan necesitada estaba? L Capitulo dos a vi entrar y ni siquiera la tuve en cuenta como candidata a ser mi informante, solo admire sus largas piernas y su bonito rostro. Su cabellera azabache, en largas ondas, caia sobre su espalda y esos grandes ojos de color azul oscuro, en contraste con su piel clara, me dejaron anclado a ella, estudiando su sonrisa y sus gestos. Pero sus palabras... trabajaba en una farmaceutica, y el vistazo que echo a su alrededor buscando a alguien; me hizo prestar atencion. Reparo en mi un momento, pero continuo buscando, imagine que conocia a aquellas personas del restaurante y por eso dijo que tenia una cita con un companero de universidad. Lo cierto era que, ademas de preciosa, habia sido muy aguda y su mente reacciono deprisa, desconcertandome. Mientras esperaba a que ordenara sus ideas, pedi un par de cafes. --Trabajaba en una farmaceutica, como te dije en el correo que te envie: la Farmaceutica Olof. Me dedicaba al control de calidad en el laboratorio, junto a otras dos personas --comenzo --. Hace tiempo que nos hacian unos enormes encargos y todos eran sedantes, oxicodona... opiaceos en su mayoria. --Entiendo. --Un dia se presento un hombre y pregunto por el jefe tecnico, mi superior. Cuando fui a buscarlo empezaron una discusion, algo sobre un retraso en los pedidos. Mi jefe me pidio que saliera de la oficina, pero debido al alto volumen de sus voces en la airada conversacion, pude escucharlo todo. --?Y que es lo que oiste? --Le pagarian el triple al propietario de la farmaceutica si solamente trabajaba para ellos, pero para eso tenian que modificar algunas formulas. Junte las cejas, no terminaba de entender que tenia que ver eso conmigo. --Solo vi al senor Olof una vez, era ruso... --?Era? --inquiri cortandola. Cerro los ojos un instante y despues enfrento mi mirada. --Murio la semana pasada; tuvo un accidente de coche. Segun los rumores, iba borracho y perdio el control. Tuve claro en ese momento que Joyce no creia que eso hubiera ocurrido asi. --Al dia siguiente del accidente --continuo--, nuestro jefe tecnico nos insto a recoger todo el laboratorio, el hizo copias de los archivos de los ordenadores y despues los destruyo. --?Por que? ?Que escondia? --No lo tengo muy claro, pero ha desaparecido y nos ha dejado sin trabajo. --Lo siento. Saco un pendrive del bolso y lo dejo sobre la mesa cubriendolo con la mano, despues lo deslizo, sin descubrirlo, hasta la mia. --Te advierto que tengo un duplicado a buen recaudo --dijo seria, aunque note cierto temblor en su voz. --?Por que confias en mi? Ni siquiera me conoces. Desvio la mirada hacia el exterior. --Porque vi lo que hay en su interior y tal vez no debi hacerlo. Se le cayo a Alex, asi se llamaba mi superior. Fui la ultima en salir y lo encontre en el suelo, al lado de la puerta. Iba a devolverselo, pero su coche ya no estaba y, como ya te he dicho, ha desaparecido; no esta en su casa ni contesta al telefono. Lo tuve durante dos dias y, al saber que el laboratorio habia cerrado definitivamente en Auburn, lo busque y lo conecte a mi ordenador portatil. Seguia perdido, aunque deduje que lo que habia en el dispositivo, tenia que ver conmigo. --?Era todo legal? Quiero decir, ?tenias contrato? Parecio sorprenderse. --Por supuesto, pero me temo que Olof firmo alguna clausula que despues no cumplio. Vi el miedo en los ojos de Alex aquel dia. Eso no pintaba bien. --?Que hay en estos archivos? --inquiri mirando mi mano, donde tampoco dejaba a la vista el dispositivo. --Unas instalaciones que nunca habia visto y tu. Imagenes y video. --Su mirada no conectaba con la mia, sino que se fijaba en sus manos--. Informacion sobre ti y TZK Systems. Pense que tenias derecho a saber que eso circulaba... --Y decidiste hacer de buena samaritana --la corte. Mierda. Me molestaba que esa chica me hubiera podido ver en mis peores momentos. --Gracias, me ocupare del asunto --anadi aseptico--. ?Como puedo localizarte? Saco una tarjeta del bolso, me la entrego y la guarde en el bolsillo de los vaqueros sin mirarla. --Un consejo: destruye esa copia, puedes tener muchos problemas. Abrio los ojos con sorpresa, pero reacciono rapidamente. --Otro para ti: huye --dijo en voz baja, tal vez pensando que no la oiria. Me levante y la deje alli, pague los cafes en la barra y sali del restaurante sintiendo que aquella chica tan bonita sabia mas de mi que yo de ella. Tak, Zev y yo sabiamos que nos tenian localizados, aunque no podian tocarnos. Pero que imagenes nuestras circularan por ahi, era algo a lo que aun no nos habiamos enfrentado. Todo era alto secreto y confiabamos en que quemarian unas pruebas que los pondrian en tela de juicio, por muy conectados que estuvieran con el gobierno. Arranque el coche, pero no me fui muy lejos, queria saber donde vivia Joyce Temple, ya que en su tarjeta de visita solo ponia su nombre y apellido, numero de telefono y profesion. Diez minutos despues estaba siguiendola hasta que se detuvo en un moderno bloque de apartamentos en el centro de Auburn.

  • El peligro que nos une de Priscila Serrano

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    El: Impenetrable.
    Ella: Dulce.
    El: Inmaduro.
    Ella: Tierna.
    Jason se fue con su padre anos atras. Penso que su vida seria diferente de lo que en realidad fue. El cambio de ciudad y de ambiente, fueron su perdicion
    Al volver, cree tenerlo todo controlado, hasta que se encuentra con todo cambiado. Su madre volvio a casarse y tendra que convivir con dos adolescentes. Su hermana Mina y Abby.
    Abby, Abby, Abby. Siempre Abby.
    Es tan dulce, tan buena, tan, tan, tan apetecible.
    ?Como afrontara su nueva vida?

  • Jamas te olvidare (Generacion 2) – Elisabeth M.S de Elisabeth M

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    SEGUNDA ENTREGA DE LA TRILOGIA GENERACION SINOPSIS: Minerva es una guerrera del rock. Conocida por su caracter fuerte, extrovertido y poco corriente. Al superar una de las etapas mas complicadas en su vida toma la decision de terminar con su pareja. No podia seguir manteniendo una relacion de excesos, toxica y carente de amor. Dominik es un tecnico de sonido notable. Un tipo tranquilo, sensato y enamoradizo. Cuando ve a Minerva por primera vez en el escenario queda hechizado. Su embrujo le conduce a perseguirla para conseguir fundirse en el calor de sus brazos. ?Lograra Dominik seducirla? ?Podra Minerva volver a enamorarse?

  • Una apuesta indecorosa de Hilda Rojas Correa

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    Margaret Croft, condesa de Swindon, ha sido apostada por su esposo, para poder recuperar el dinero perdido un juego de cartas.
    Para escandalo de todo el mundo, lord Swindon, no gano. Y ella no lo sabe.
    Michael Martin, conocido granuja, truhan y libertino, ha construido su reputacion y fortuna, jugando al whist en todas las mesas de juegos disponibles en Londres. Y su ultima adquisicion es, nada mas y nada menos, que lady Swindon.
    Y, a pesar de que su fama lo precede, nada es lo que parece.
    Dicen que el azar es el retorcido y caprichoso hermano del destino. ?Que se puede hacer cuando el, es quien baraja las cartas?
    Pues, el deber de todo granuja es jugar y arriesgarlo todo por ganar la apuesta… Aunque sea indecorosa.

  • Amor tormentoso de Marta Escudero

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    Mi nombre es Sarah, y he pasado la mayor parte de mi vida sintiendome incomprendida, como si no pudiera encajar en ningun sitio. La universidad hubiese sido terrible para mi, de no haber sido por Luca, el apuesto chico que se fijo en la muchacha retraida.

  • Cuidado con lo que deseas de Tierra Salvaje

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    Antonio anhela una vida como la que tiene su jefa, tanto que, en algunos momentos, desearia ser ella. Dicen que si deseas algo con muchas ganas, se cumple. Antonio lo vivira de primera mano, descubriendo asi, todos los secretos que esconde su jefa.

  • La busqueda de Charlotte Link

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    Varias adolescentes desaparecidas, un cadaver en los pantanos y ninguna pista…

  • Las conspiraciones contra Hitler de Danny Orbach

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    En 1933, Adolf Hitler se convertia en canciller de Alemania. Apenas un ano despues, todas las formaciones politicas, excepto el partido nazi, habian sido ilegalizadas, la libertad de prensa era tan solo un recuerdo y el poder de Hitler se hacia imparable. Sin embargo, el regimen nazi vio como se urdian numerosas conspiraciones que trataron de acabar con aquella creciente tirania, desde las protagonizadas por lobos solitarios como el carpintero Georg Elser hasta la celebre Operacion Valquiria. Este libro cuenta en detalle las reuniones secretas, las crisis de conciencia, el diseno de los planes y la ejecucion de atentados con los que militares, maestros, politicos y diplomaticos -algunos antisemitas y reaccionarios; otros, comprometidos idealistas- no dudaron en arriesgar la vida para acabar con la del Fuhrer.

  • Comienzo sin ti de Macarena Moya Solis

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    A l bajar del avion respiro profundo, saco su movil de su cartera y se percato al encenderlo que tenia llamadas perdidas de los padres de John y de su padre, <> Lo primero que hizo al llegar al hotel, fue llamar a su padre. --?Que locura hiciste, Selene? --Papa, estoy haciendo lo que John me pidio, me dejo una grabacion, el sabia que intentaria sufrir escuchando nuestras canciones, sin embargo, lo que sono en el equipo de musica fue su voz, pidiendome un tiempo fuera, que saliera y es lo que hago. --?Pero a Escocia? Un tiempo fuera, hubiese sido tan factible aqui en Hampton o en otro estado. --El me dijo, sabia que yo queria volver a este lugar, hice lo que mi esposo queria. --Bien -suspiro- cuidate, ?ok? Por favor... si necesitas algo, me llamas y voy para alla. --Papa, estoy bien y nada sucedera, solo conocere este lugar en la maravillosa compania de Aiden. --Cuidate, y nos envias fotos. --Todos los dias. Te amo papa... nos vemos. Despues de cortar, llamo a la mama de John, para avisarle que todo estaba bien y que no habia enloquecido, sino, que seguia las instrucciones de su esposo, si, porque John es y sera a pesar de la ausencia, su esposo. De pronto se encontro pensando en Arthur, ?por que dijo eso? ?Es que se habia vuelto loco? O es porque penso que se llevaria para siempre a su ahijado, sin embargo, diciendo eso, solo lograba alejarla, ?como podia ser capaz de decir algo asi? Sobre todo, el, un hombre que es tan volatil y mujeriego como ninguno que conocio antes. De seguro que solo lo dijo bromeando. Si, definitivamente eso debio ser. Fue lo que se repitio una y otra vez. Despues de darle un bano a Aiden y darse uno ella, durmieron toda la noche. Ahora comenzaba la aventura, recorrer esa maravillosa ciudad y todas sus atracciones. El dia comenzo con un recorrido por la ciudad, coloco a Aiden en su carriola para dar inicio a su visita, como solo era un bebe, durmio todo el camino, siendo lo mejor que pudo ocurrir, ya que, Selene pudo apreciar las maravillas arquitectonicas con la que Aberdeen recibe a sus visitantes. El dia fue provechoso, pudo recorrer lugares maravillosos como el museo The Talbooth que en el siglo XVII fue una prision, cuando Aiden desperto, lo llevo hasta el museo maritimo, sin embargo, fue ella la que disfruto de todo, Aiden es tan solo un bebe que no puede apreciar bien todo su encanto, a pesar de su corta edad, le prometio en ese momento, que cuando tuviese la edad, volverian para recorrer ese majestuoso lugar. Terminando su paseo de ese dia en la catedral St. Machar's. Despues de cenar, ambos durmieron toda la noche. Al despertar, por la manana, le dio un bano que disfruto enormemente, lo preparo para salir otra vez, fijandose que su telefono tenia mas de diez llamadas perdidas de Arthur, sostuvo su movil en las manos un momento, quiso por un momento llamarlo, sin embargo, no lo hizo, sus palabras al despedirse de ella en el aeropuerto la detuvieron. Colocando a Aiden en el coche, volvieron a salir por la ciudad. Por la tarde paso a un lindo restaurant cerca de la costa, la brisa marina la hizo despejar su mente, respondio unos correos de Mark donde pedia ayuda, desesperado. Resolvio los problemas de la oficina, envio unas fotografias a los padres de John y a sus padres, tambien un mensaje a Annabelle, aunque nada para Arthur, seguia consternada por lo que dijo. Mientras estaba en el restaurant, conocio a una joven muy simpatica que se acerco hasta su mesa.--Hola, mi nombre es Elsbeht - saludo, estirando su mano para saludar, asi que Selene la tomo. --Hola, es un gusto, soy Selene. --?americana? - pregunto en su acento escoces aun mas marcado que las demas personas. --Si, de New York. --Ayer te vi paseando por varios lugares, soy guia turistica, estoy con un grupo. ?Andas sola? --Si, vine sola, yo... necesitaba cambiar de lugar. --Escogiste un lugar muy lejos, ?escapabas de alguien?, ?quizas un esposo abusador? - interrogo ella sin tapujos, hablaba como si la conociera de toda la vida. --No, para nada, mi esposo fue un gran hombre. --?Fue?… Lo lamento - se disculpo abatida. --No te preocupes, todo esta bien. --Entonces, ?andas de viaje para soportar la pena?... ?es eso? --Si, algo asi. --Me agradas mucho, fue algo a primera vista, te gustaria acompanarnos, vamos a varios lugares muy hermosos y asi no estas sola. --No, gracias, te lo agradezco, ahora voy al hotel a descansar, hemos caminado mucho. --Pero deberias ir con nosotros manana, vamos a resolver el misterio del monstruo del lago Ness. ?Vienes?… Vamos, te gustara el lugar y no estaras sola, estar solo no es bueno para el alma. Miro a la joven y por un momento penso que John la habia enviado para que no deambulara sola por toda Escocia. A simple vista, le parecio una buena muchacha, acepto su invitacion y le dejo su telefono para coordinar desde donde salian en el bus hasta el lago. Elsbeht se despidio de Selene gritando <> lo que causo mucha risa en Selene. Vio como dirigia el grupo que subio a un bello bus de dos pisos. Cuando regresaba al hotel, paso por una antigua libreria, donde lo primero que compro fue una guia de Aberdeen, luego un libro que llamo mucho su atencion, tambien compro un cuaderno de tapa de terciopelo, como un diario, que asemejaba ser muy antiguo, que fue lo que mas le gusto. Una vez que llego al hotel, escribio lo que habia vivido estos dias, sus recorridos lo que sentia respecto a John, lo simpatico que fue el encuentro con Elsbeth. Luego de pasear a Aiden en sus brazos, lo dejo acostado y ella se sento en su balcon a mirar las luces de la noche, su telefono sonaba, era Arthur, no podia dejar de hablarle para siempre, era el padrino de su hijo. Asi que, tomo el movil y digito aceptar en la pantalla. --Hola [?] pronuncio escuetamente. --Selene, por fin, ?por que no contestaste mis llamados? --?Que hora es alla Arthur? Quiero saber. --?Como?… ?La hora? ...Son las cuatro de la tarde. --Aqui son las nueve y las luces de la ciudad brillan de una manera maravillosa. --?Como estas Selene? ?Como esta Aiden? Tu padre los extrana mucho, me vino a ver a la oficina el otro dia. Ya regresaron a Hampton otra vez. --?Si?... Es lo mejor, la ciudad no es para mama. --?Estas bien? [?] pregunto suavizando su voz. --Si, estamos perfecto, hemos recorrido la cuidad y manana voy con un grupo al lago Ness. --?Que grupo, Selene?… No puedes andar con desconocidos... puede ser peligroso. --Te hubiese gustado la muchacha Arthur, es muy linda, una colorina joven, muy atractiva, estaba dirigiendo un grupo de turistas y como me vio sola, me invito - le menciono lo de la mujer para ver que sucedia con el, pero no fue lo que esperaba. --Selene, por favor, ten cuidado con quien andas y no lleves a Aiden a cualquier lugar, podria enfermar. --No le sucedera nada. --No dejes mis llamadas sin atender, por favor. --Esta bien [?] ninguno menciono lo del aeropuerto y fue lo mejor - Ahora voy a darme un bano, manana voy al lago Ness y sera espectacular, te enviare fotos. --Ten cuidado, hablamos despues... Adios, Selene. --Adios, Arthur. Arthur con su movil en la mano, camino por la oficina, estaba preocupado, Selene estaba muy lejos, le habia confesado como un tonto que la amaba, sin embargo, al parecer ella no lo creyo o solo le resto importancia a lo que decia. Sentia que la distancia lo desgarraba por dentro, lo unico que tenia de ella era la fotografia que compro, una que guardaba con gran recelo. Sintio atraccion por ella desde la primera vez que la vio, sin embargo, John se puso por delante y obtuvo su amor, no sentia rabia ni nada, sabia que John fue merecedor del amor de Selene, quizas a su lado ella solo hubiese estado una noche, para no dejar de ser ese seductor indomable que todos conocian, no obstante, ya no podia continuar asi, la queria para el, queria sentirla cerca, queria poder deleitarse con sus labios, con su cuerpo, se odiaba por sentir eso por ella, ya que su amigo llevaba muy poco muerto, aunque John le pidio que la cuidara, porque sabia lo que el sentia por Selene, era como tener su permiso, pero no, aun no podia intentar nada con Selene, eso solo la alejaria de su lado y seria para siempre. Personas maravillosas Ll ego a tiempo para subir al bus, en el viajaban matrimonios, parejas de amigos, hasta unas hermanas gemelas que hacian todo juntas, hasta viajar, por supuesto, compartir novio no estaba en lo que querian hacer juntas, lo dejaron muy en claro. El viaje fue largo hasta el lago, cuando Aiden desperto y comenzo a llorar, paso por todos los brazos posibles dentro del bus. La gente fue muy carinosa, y de todas partes del mundo. Asi fue como llegaron hasta Inverness, el lago Ness es un lugar maravilloso, y muy extenso, incluso pudo visitar los restos de ruinas del castillo Urquhart, un lugar que la cargo de energias positivas y grandes sensaciones, poder recorrer ese lugar, pasar sus manos por la pared, sintiendo las voces de los que ahi habitaron alguna vez, imaginando sus vidas, todo fue magico, fantastico, por decir lo menos. El viento daba en su rostro, vio que ahora una pareja, un matrimonio adulto paseaba a Aiden cerca de ella, de seguro despues de este paseo estaria acostumbrado a estar cargado en los brazos, miro el agua, rodeada por unas majestuosas montanas. No pudo evitar pensar en John, saco su movil viendo las fotografias que guardaba de el, sonrio al verlo tan guapo, ambos lucian felices en cada imagen. Ahora, ella no lograba sacar el dolor de su corazon, aunque lo trataba en todo momento, vivir con dolor es agotador y estresante. Solo deseaba poder tenerlo entre sus brazos o estar ahi junto a el, contemplando ese maravilloso lugar. No sabe por que, pero marco el numero del telefono del departamento en New York, cuando sono la contestadora cerro sus ojos dejando derramar unas lagrimas de dolor, la voz de John contestaba, <> oirlo fue un duro golpe, sin embargo, no podia evitar atormentarse con eso cada dia. Lo extranaba demasiado. --?Sabes? Cuando quede viuda, tenia solo cuarenta anos, mas de los que tu tienes ahora, estaba sola con dos hijos, mi esposo enfermo y murio, crei que nunca mas podria vivir, que no podria nunca mas sentir lo que senti por mi amado Peter. Duele mucho tiempo, a pesar de ello, puedes salir adelante, se puede, la vida pondra delante de ti un hombre tan maravilloso como el que perdiste, no dejes de verlo, por tu dolor puedes estar cegada y dejarlo pasar, no lo hagas. Miro a su lado y habia una mujer de unos setenta anos, que viajaba en el bus, al oirla hablar Selene no pudo evitar llorar con mucho dolor, la mujer la rodeo con sus brazos consolandola, como una madre lo hace con su hija. Le pidio que llorara, que no guardara nada en su corazon, almacenar el dolor solo provoca mas dolor, debemos soltar todo y continuar con nuestra vida. Luego de calmarse y llorar todo lo que tenia dentro, Selene se sento con su hijo en brazos para comer algo y conversar con Mary, la mujer que le dijo esas profundas palabras. --Eres joven, y tu esposo murio muy joven tambien, fuiste feliz, atesora eso, sin embargo, debes continuar. Aun es muy pronto para comenzar otra vez, pero cuando sea tu tiempo, lo sabras. --Siento que nunca podre amar otra vez. --Pero lo haras, tranquila, lo haras. --Gracias por conversar conmigo, has sido una gran ayuda, y disculpa por mojar tu hombro con mis lagrimas. --Para eso estamos, y es necesario sacar esas lagrimas a veces, es bueno. No hagas lo que yo hice, al ano que murio mi esposo, conoci un hombre, era un buen hombre, lo se, no obstante, me negue a estar con el, porque pense que no era tiempo, porque no estaba bien, por cientos de cosas. Espero por mi un tiempo, sin embargo, todos merecen vivir, y el se fue, ahora yo estoy aqui con setenta y tres anos, sola, mis hijos tienen sus vidas, y yo aqui, sola. No hagas eso, no lo hagas, vive, eres una mujer hermosa, se ve que eres una buena persona. No te dejes hundir por la pena, vive tu duelo, para que despues vivas tu vida. Las sabias palabras de Mary le llegaron al corazon, se sento con ella en el viaje de regreso, resulta que Mary era de Londres, y le dio su telefono y direccion para que cuando viajase otra vez, pudiese visitarla, ademas era una mujer muy moderna y conectada, le dio su Facebook e Instagram para estar en contacto hasta cuando pudieran verse otra vez.

  • Corazones para siempre (Corazones Traicioneros 5) de Kira Freitas

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    Corazones para siempre: El diario de Alec

  • La teoria imperfecta del amor de Julie Buxbaum

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  • Mientras suenas (Rancho Triple K 4) de Laia Sinclair

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    Hannah Summer ha estado enamorada durante toda su vida de Mac Rayne y ni el tiempo ni la distancia han conseguido hacer que lo olvide. Cuando Mac regresa a Cascade para ocupar la plaza de sheriff, cree tener una oportunidad, pero el comportamiento distante de Mac y una monumental pelea con sus padres, hacen que Hannah decida tomar las riendas de su vida y dejarlo todo atras para perseguir su sueno.
    Pero Mac tambien esta enamorado de Hannah, aunque un oscuro secreto de su pasado, que lo reconcome y lo averguenza, lo ha mantenido apartado de ella.
    ?Sera capaz Mac de superar sus miedos e ir a buscarla para declararle su amor? ?Conseguira convencerla de que le de una segunda oportunidad? Y Hannah, ?podra perdonarle todo el dolor que le ha causado? ?Sera capaz de volver a confiar en el?

  • La Vendedora de Deseos de Andrew Hesber

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    Existe un lugar distante, uno en donde las estrellas son solo el brillo de enormes faros coronando islas. Las ciudades terrenos flotantes como barcos a la deriva. Y el cielo, un mar multicolor e infinito. Alli, en medio de ese sin fin, viven nuestras dos protagonistas: Isbel y Arlette.Isbel siempre ha sonado con dejar atras su vida en los suburbios de La Ciudadela y comenzar una nueva en el nivel superior, donde la contaminacion jamas podria alcanzarla. Cuando un misterioso noble se cruce en su camino y le ofrezca su fortuna a cambio de participar en un peligroso plan, se embarcara en un viaje lleno de peligros y traiciones que podria cambiarlo todo para siempre. Arlette, sin embargo, es la peligrosa Dama Sanguinaria, una temida Pirata del Firmamento, que esta segura de que la leyenda de la Vendedora de Deseos es real. Empujada por sus demonios internos y rota por el recuerdo de un amor perdido, surcara el Cielo Infinito y se enfrentara al propio destino con tal de ver cumplido su unico deseo: revivir al amor de su vida.

  • Recuerdame quien soy de Gisela Moon

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    a su vida y acaba de sufrir un divorcio complicado que la ha marcado de una manera dificil de digerir. Guiada por su pilar mas fuerte, su abuela Marina, decide mudarse por un tiempo a la casa en la que se crio su abuela en plena montana, en la Pontevedra mas profunda.Ella, junto con su amado companero Lor, un pastor aleman imponente de pelo largo, viviran ambos una de las experiencias mas enriquecedoras de sus vidas.Con lo que ella no cuenta al hacer este viaje para alejarse de todo y de todos, es con la reaparicion de un viejo amigo de su mas pequena infancia, el que en un primer momento no consigue recordar.Y es que, a veces, es necesario desaparecer para asi poder resurgir y reconectarse nuevamente con uno mismo, con una raiz fuerte e imperecedera.Gisela Menendez nace en Asturias hace treinta y cinco anos. Cantante y violinista de profesion se muda ya hace unos anos a Galicia. Se enamora de ella en todos los sentidos: aqui conoce a su actual marido y, recientemente abren un restaurante juntos en un paraje montanoso impresionante. Publica ahora su primera novela inspirada en este precioso lugar que ha tenido el placer de conocer.

  • No puedo evitar enamorarme de ti de Anabel Botella

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  • Un geo para mi body de Sandra Bree

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  • A mis pies de Candis Benitez

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    Celine Walton, una mujer de caracter fuerte, exitosa a la par de hermosa, tuvo que cambiar radicalmente su forma de ser, encerrando su corazon en una fortaleza donde no pudieran destrozarlo nuevamente, negandose la oportunidad de amar.Tiene a todo el mundo a sus pies, haciendo solo su voluntad, y no ha permitido que ningun hombre la haga perder la cabeza al punto de pensar en un futuro juntos.Zacharias Raimond -Zac-, llega a su vida como un huracan que arrasa con todo a su paso.

  • Secretos de un hombre despiadado de Cathy Williams

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    Poder, riqueza y una hermosa mujer a su disposicion...

  • Al suelo (Enredos con la ley 4) de Ruth M. Lerga

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    Natalia Miralles miraba con rencor hacia la puerta cerrada de su despacho. Desde esa manana habia fuera un policia nacional justo al otro lado, en pie, quieto. Al parecer, estaba <>. O lo que era lo mismo para ella, vigilandola, fiscalizando cada uno de sus movimientos. A ver, que tampoco era que necesitase esconder una plantacion de marihuana en su casa ni tenia la intencion de cargarse a alguno de sus exnovios y meterlo en el maletero del coche… Pero, !por favor!, que debia avisar incluso cuando iba a hacer pis, como en el colegio. Era incomodo, era un engorro y, segun el conseller de Politica Territorial, Obras Publicas y Movilidad --su jefe directo--, era tambien estrictamente necesario hasta que la licitacion de la nueva Ciudad Universitaria se realizase y adjudicase. Era eso o que atrapasen a un pirado que, hasta donde ella sabia, se dedicaba a enviarle amenazas de muerte sobre el plan urbanistico que en breve saldria a licitacion. !Ey!, y que al senor amenazador le molestaba todo de lo que tuviera que ver con el proyecto: quien se presentaria, segun lo poco que se habia apostado o que los propios despachos de arquitectura habian filtrado; el lugar en el que se construirian las nuevas universidades, el destino para el terreno de las antiguas; el precio maximo con el que el pirado especulaba !porque es que ni siquiera se habia decidido todavia! Vamos que, para su acosador, Natalia no habia dado pie con bola. Bueno, para su acosador oficial, si tenia que especificar quien la acosaba, porque, ademas del tarado que enviaba cartas a la Conselleria, estaba el segundo peloton de acosadores personales, <>: los tres escoltas que la guardarian manana, tarde y noche; aun tenia que decidir quien era, como en la serie de los ochenta, el listo, quien el guapo y quien el loco. Los fines de semana serian grupos de Seguridad Ciudadana, significara eso lo que significase, e irian rotando. Habia decidido que los de los sabados y domingos serian M.A., esto era, Mas Azules, por el color de sus uniformes. Sus hermanas la habian llamado encantadas con el hecho de que la protegieran y, ademas, que lo estuviera por --literalmente-- hombretones <>. Para ella no era tan dificil de entender su disgusto: no le gustaban las legumbres, no le gustaba ir en bicicleta y no le gustaban los policias. Manias suyas. --?Que tal las vacaciones? --le pregunto la enesima companera que entraba en su despacho aquella manana a saludarla. No eran tan popular. Era obvio, por tanto, que iban a ver al poli buenorro ubicado a la entrada de su despacho, un tal Puig. Si los otros dos, el de la tarde y el de la noche, eran igual de guapos, iba a tener una procesion infinita de mujeres peregrinando hasta ella dia si, dia tambien. --Marineras --respondio--. Estuve una semana fondeada en Formentera, aprovechando que mis padres no iban a usar el velero, y despues me fui de crucero por las islas griegas. No le diria que habia sido un crucero de solteros, tampoco tenia por que pregonarlo y, ademas, se habia sentido en una especie de High School Musical, como si todos los pasajeros se hubieran rehormonado como en el instituto. --Que envidia, yo me fui al pueblo de mi novio, en la meseta… Y estuvo diez minutos contandole menudencias antes de marcharse y dejarla trabajar. Natalia estudio Arquitectura en la Universidad Politecnica. El mejor amigo de la infancia de su padre era Francisco Camps, quien, ademas de apadrinarla en la pila bautismal, acabo, con los anos, convirtiendose en el Muy Honorable Presidente de la Generalitat Valenciana. Asi que, cuando la crisis la dejo sin trabajo, le ofrecio un empleo. Tres anos despues era la maxima responsable de Obras Publicas, solo por debajo del conseller. Lo increible fue que, cuando el Partido Popular perdio las elecciones, el socialista Ximo Puig la confirmase en su puesto, siendo el suyo un cargo de confianza. Era una privilegiada. Volvio la vista a los terrenos que tenian que urbanizar, al enorme mapa colgado en la pared, en plena avenida Blasco Ibanez. El campus universitario de la Universidad de Valencia, el primero de los tres de la ciudad, se proyecto en 1908, aunque dada la inestabilidad politica de las siguientes cuatro decadas no fue terminado hasta finales de los cuarenta. Eran varios los edificios senoriales, como el de la Facultad de Medicina, ademas de la Biblioteca o el Rectorado, los que componian la primera zona academica que tuvo la ciudad. Estaba situada, junto con otros dos campus mucho mas modernos y algo apartados de la gran avenida, en la entrada norte, el unico acceso <> a Valencia que quedaba, en el sentido de que no tenia municipios adheridos, junto al campo de futbol del Valencia, el Mestalla. Los atascos solian ser importantes por la manana, a la hora de entrada de los estudiantes, y a la salida si coincidia con que habia partido entre semana, momento en el que conducir por la zona era una condena, asi que habia llegado el momento de sacar las facultades --el estadio tambien, pero esa era una cuestion municipal-- a la zona de los campus nuevos, y eso requeria de dos proyectos diferentes y una inyeccion de capital importante que implicaria trabajo para mucha gente. La Ciudad de las Artes y las Ciencias costo mil cien millones y este proyecto llevaba el mismo camino. La Ciudad Universitaria se habia convertido en <> de los grandes estudios de arquitectura, tanto nacionales como internacionales, que querian dejar su sello en una ciudad que, con los anos, se habia ido modernizando y engalanando. Ahi era donde entraba Natalia: seria la encargada de redactar los pliegos, de valorar los proyectos y senalar los validos e, incluso, aconsejar cual debia ser el elegido. Y un jodido pirado la habia tomado con ella. Volvio a fijar los ojos en la puerta, con rencor, y despues miro el reloj. En cuanto acabase lo que tenia en la mesa bajaria a comer, sus tripas le advertian de que necesitaban nuevo combustible para seguir rindiendo. *** --?Te preparo un cafe? Todavia tienes diez minutos. Miro el reloj: pasaban cinco minutos de la una y media. --En breve muchos entraremos o saldremos del trabajo y el paseo de la Pechina estara hasta arriba de trafico. Prefiero ir con tiempo. Pero gracias, mama. Juanjo, de profesion subinspector Rios, comenzaba esa tarde en su nuevo puesto en Valencia despues de mas de dos anos trabajando en Castellon. Se habia acostumbrado a vivir solo e ir a su ritmo, comer en casa de su madre se le hacia extrano. Pero, un par de meses antes, Carmen habia tenido una recaida de su enfermedad de corazon y el habia solicitado el traslado de inmediato. Sus padres, ambos, eran mayores y, a pesar de que tenia otros tres hermanos y constituian una familia bien avenida, queria estar cerca y ayudar, asi que habia aceptado el primer puesto que le habian ofrecido, en el servicio de Escolta, a la espera de que surgiese algo que le gustase mas. Era el unico Rios sin pareja, asi que, por el momento, comeria con ellos a diario y se aseguraria de que todo fuera como debia. Es decir, bien. El resto tambien se turnaba para que estuvieran bien atendidos y acompanados el mayor tiempo posible. Su padre estaba muy orgulloso de la labor de hijos de sus chicos; su madre, en cambio, se sentia agobiada con tanta atencion, acostumbrada como habia estado desde siempre a preocuparse por ellos, no a ser cuidada

  • Hugo de Jenny Del

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    Mi vida en Torrejon de Ardoz no era muy distinta de la de cualquier otra chica de mi edad. Aunque vivia en aquel rincon del este de la Comunidad de Madrid, naci en Barcelona y alli me habia criado, pero a mi padre, militar, le destinaron de un dia para otro a aquella localidad. Por tanto, tuvimos que levantar el campamento y desplazarnos la familia al completo, es decir, mis padres, mi hermano Andreu y yo. Para mi, que me encontraba en plena adolescencia y era la persona mas feliz del planeta en aquel barrio cercano a Las Ramblas donde tenia todas mis amistades, el traslado supuso un verdadero mazazo. Como es logico, de nada me sirvio el recurso del pataleo y, aunque esa nueva ciudad no fuese santo de mi devocion, con el pasar del tiempo me fui acostumbrando a ella. A mis veintisiete anos, me ganaba la vida trabajando como camarera los fines de semana en un famoso bar de tapas del centro de Torrejon. En el terreno sentimental, tambien estaba "asentada" ya. Llevaba tres anos conviviendo con Alfredo, mi novio desde hacia algo mas de once anos. Nos habiamos conocido en el instituto en que los dos estudiabamos y desde el primer momento surgio una quimica especial entre nosotros. Nunca fui muy buena estudiante que digamos, pese a lo cual termine el Bachillerato e hice la selectividad. No obstante, ya no quise continuar con los estudios, cosa que a mis padres sento como un jarro de agua fria. Para mi madre sobre todo, mas que un jarro de agua fria, la noticia represento una verdadera tragedia. Parece que todavia estoy viendo su cara cuando solte la bomba en casa. --Mara, hija, mia, !no me digas eso! --Lo siento, mama, pero yo no me veo estudiando una carrera. --?Pero por que? Cerebro tienes como cualquiera. --Porque no. Quiero buscarme un trabajo de lo que sea para empezar a ganar dinero ya. --Pero vamos a ver, carino, ?te falta a ti algo en casa? --Que no, mama, que no es eso. Pero que a mi los libros no me van y yo no quiero seguir estudiando, punto. --Pues tu dime a mi de que vas a trabajar con la edad que tienes, sin estudios ni experiencia de nada. ?Que quieres? ?Ponerte a limpiar escaleras? --Pues mira, no se me van a caer los anillos. --!Ay, por favor! !Que pena, con lo que tu vales, hija! Estudia, aunque sea peluqueria, o yo que se, algo, Mara, por el amor de Dios... --Y bueno, si tuviese que trabajar limpiando, ?que pasaria? Eso no tiene nada de malo. --Claro que no, carino, todo trabajo es digno, de eso no cabe duda. Pero dime tu a mi si es lo mismo trabajar tranquilamente sentada en una silla descansando las espaldas como tu prima Adela, que partiendote los lomos con la fregona. --Bueno, ya veremos que hago... --Bendito sea Dios, Mara, piensatelo, hija... A duras penas logro convencerme para que me metiese en la escuela de hosteleria, pero tampoco hizo carrera de mi en ese plano. A los seis meses me aburri y lo deje. Ahora bien, mientras yo daba bandazos, Alfredo continuaba devorando los libros por los dos, de modo que a sus veintiun anos ya tuvo en sus manos el diploma de Enfermeria. Con su brillante expediente academico y su "espabilaera" en todos los aspectos, no le costo mucho conseguir trabajo en un hospital de Madrid. Por mi parte, tuve trabajillos sueltos durante esos anos como cajera y como pinche de cocina en algun que otro restaurante. Eran currillos de los que me iba largando por "h" o por "b", pero cuando Alfredo me propuso alquilar un piso para irnos a vivir juntos, entendi que debia tomarme la vida mas en serio y dejar de comportarme como una ninata. A pesar de que su sueldo nos alcanzaba sobradamente para tirar para adelante, yo queria ganarme el mio para contribuir con los gastos y costearme mis caprichos. Otras faltas tendre, pero jamas he sido una floja. Llevabamos ya un par de anos conviviendo cuando por mediacion de Aurelio, un vecino del bloque de mis padres con el que me llevaba de maravilla, pase de mi ultimo empleo como dependienta en una perfumeria a entrar a trabajar en la barra de la cafeteria de Josue. Con ese tipo de trabajos me sentia mas identificada. Josue no era mala gente. Otra cosa era Rosana, una de mis dos companeras. Ella trabajaba alli a turno completo y parece que no le hizo mucha gracia mi llegada. Siempre sospeche que ella y nuestro jefe, que estaba casado, andaban liados, si bien nunca pude comprobar mis sospechas. La muy capulla no desaprovechaba ocasion para pincharme, y yo, que habia sido la ultima mona en llegar, no queria entrarle al trapo para no tener una gresca gorda con ella que pudiera costarme el empleo, puesto que ya me habia dado cuenta del fervor que le tenia Josue. --Mira, Mara, --me comento Aurelio cuando le conte una de sus constantes faenas --"andando yo caliente, riase la gente", decia la pobre de mi abuela, que en paz descanse. --Ya, pero es que a veces me dan ganas de darle un guantazo y estamparla contra la pared. --Y todo lo que tu quieras. Pero conozco a Josue y te garantizo que no va a consentir ningun numerito entre sus empleados. --Pues por eso me estoy conteniendo, que, si no, ya te diria yo a ti... Aurelio tenia cincuenta anos y la vida no le habia tratado bien. Era un guardia civil mallorquin prejubilado por una lesion en la espalda, estaba divorciado de una alemana de armas tomar y su unica hija, injustamente, no le hablaba desde hacia un siglo. Sin embargo, tenia un caracter tan agradable y tan templado que a mi me encantaba escucharle hablar y que habia hecho que le convirtiera en mi eterno confidente. En cuanto a mi Alfredo, tambien era una buena persona, no lo negare. Nunca me ponia pegas a nada. Si queria salir una noche por ahi a mi aire con mis amigas, pues bien. Que queria cogerme un avion y plantarme en Barcelona para pasarme dos o tres dias entre semana en casa de mi tio Adria, el unico hermano de mi madre y que acababa de enviudar, pues bien tambien. Ese era precisamente el problema; que todo aquello me estaba dando que pensar que no tenia tanto interes por mi como pretendia aparentar. Seguro que muchos diran que soy injusta, que, encima de que me daba total libertad, me quejo. Pero no he terminado. Al principio de nuestra convivencia, ibamos juntos a todas partes; al cine, a pasear o al teatro, cosa que nos encantaba a los dos...En cambio, ultimamente no estaba muy por la labor de los planes en comun. Incluso en la cama le veia inapetente y eso ya me estaba mosqueando mas. --?Te ocurre algo? --le pregunte una noche mientras cenabamos. --?A mi? ?Por? --mi pregunta le pillo fuera de juego, a juzgar por su cara de asombro. --Si, claro, a ti. Que yo sepa, no estoy hablando con el vecino. --Pues no se a que te refieres. Estoy bien. --A ver, Alfredo. De un tiempo a esta parte, te veo un tanto apatico. Casi no salimos juntos a ningun lado... --Mara, carino, no te preocupes. Es solo que estoy cansado, el curro en el hospital se ve muy bonito desde fuera, pero tambien tiene lo suyo. "Yo no puedo entender como en tan poco tiempo has cambiado tanto". Eso le decia la de Pimpinela al otro en la cancion "Como le digo" cuando le interrogaba a causa de lo mismo y el se justificaba tambien con la cuestion laboral.

  • Nada de Carmen Laforet

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    Andrea llega a Barcelona, con una maleta llena de libros, para estudiar letras. Sus ilusiones chocan de inmediato con el ambiente de tension y violencia que reina en casa de su abuela. El sordido microcosmos familiar y la fragil cordialidad de sus relaciones universitarias, centradas en la luminosa Ena, acaban convergiendo en un dialogo dramatico.

  • Sexo, alcohol, paracetamol y una imbecil (Cate Maynes 0) de Clara Asuncion Garcia

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    Coleccion de relatos de la detective privada Cate Maynes.

  • Un Camino Sin Rumbo de Alexandra Martinez

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    Una historia de drama y ciencia ficcion escrita por Alexandra Martinez, ganadora del 3 deg Galaxy of Book Awards 2017, en la red social para escritores y lectores: Wattpad. Te llevara a vivir una espectacular aventura, en ella, su protagonista Ana, tras haber sido secuestrada por desconocidos, se encuentra perdida en un extrano y despiadado mundo, donde conoce a Leon, un chico que se convertira en su amor y rival, durante una lucha a muerte, para finalmente descubrir un experimento cientifico terrible que lograra explicar cada uno de los desgarradores momentos y le conducira a un desenlace en el cual la aventura apenas comienza: Un Camino Sin Rumbo.

  • Cicatrices de la memoria de Sealtiel Alatriste

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  • La Curandera de Carlos Valdelagua

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    Francisca, curandera y orgullosa de serlo, no tiene problemas viviendo de la mendicidad, el engano, y sus trucos de adivinacion. Y aunque la Inquisicion esta empezando a mostrar signos de decadencia, cualquier sanadora podria ser acusada de brujeria.

  • Mientras sonries de Laia Sinclair

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    Todo ocurrio con demasiada rapidez. Estaba frente a Alvaro Ojeda, calibrandolo con los ojos, cuando vi esa sonrisa suya que ya me habia puesto los pelos de punta cuando la habia visto en las fotos que el teniente me habia ensenado casi un ano antes. --?Quieres probar la mercancia? --me dijo, y sus ojos oscuros relampaguearon un instante--. Adelante, no te cortes. Echate unas rayitas, invita la casa. Habia sido un duro y largo camino llegar hasta aqui, un camino que me habia costado un ano de mi vida. Alvaro era el mayor narcotraficante de Boston, un distribuidor a gran escala. No trataba con los camellos a pie de calle, sino con otras mafias y bandas a las que les hacia llegar el material para que ellos la distribuyeran. Trataba directamente con los carteles colombianos y hacia de intermediario, llevandose un buen porcentaje por el trabajo. Si conseguiamos quitarlo de la ecuacion, el movimiento de cocaina se detendria y durante mucho tiempo las calles de Boston estarian limpias. Y si teniamos suerte y lo convenciamos para testificar, quiza podriamos desmantelar la mayoria de mafias y bandas de la zona. Me habia costado mucho acercarme hasta el para conseguir este encuentro cara a cara, meses de trabajo y de hacerme pasar por una narcotraficante dispuesta a gastar mucho dinero para conseguir buen material hasta ganarme su confianza y que accediera a reunirse conmigo. El trato era millonario, y le deje bien claro a su subalterno, con quien habia estado haciendo negocios hasta aquel momento, que no iba a ceder en mi demanda: queria hacer el trato directamente con Alvaro Ojeda. Los millones que iban a moverse esta noche, bien valian que el estuviera presente. --No suelo cagar donde como --le solte, en mi mas puro estilo de chica dura--. Las drogas hacen que el ser humano pierda el control de si mismo, y a mi me gusta mantener siempre el control. Estabamos en las afueras de Boston, en medio de un descampado oscuro rodeado por naves industriales. La unica iluminacion que teniamos eran los faros de nuestros propios coches, y la luz difuminada que llegaba, mas mal que bien, de las calles adyacentes donde se amontonaban los almacenes y las fabricas. --Una chica sensata. --Alvaro volvio a sonreir, y tuve que hacer un esfuerzo por no echar a correr. Siempre me pasaba lo mismo. Desde que habia entrado en el Departamento de Narcoticos de la policia de Boston, todos se maravillaban por mi sangre fria, y por la facilidad que tenia de meterme en el papel de una narcotraficante dura como el acero. ?La verdad? Cada vez que tenia que <> con uno de estos hijos de puta, temblaba por dentro. Era como si una alarma chillona me gritara en la cabeza <>. Pero no lo hacia. Me quedaba alli, quieta como un roble en mitad de un campo, cumplia con mi parte, y acababamos enchironando al sospechoso con un buen punado de cargos y pruebas en su contra. Pero esa noche todo se fue a la mierda. --?Sabes que? No me fio una mierda de las zorras como tu. --Me repaso de arriba abajo con ojos encendidos, como si me desnudara, y se paso la lengua por los labios--. No me fio una mierda --repitio. Aquello se estaba yendo al carajo, asi que improvise. No podia permitir que el tio dudara de mis intenciones, ni del personaje que estaba interpretando. Me acerque a el en dos zancadas, con las manos bien separadas del cuerpo para que ningun gatillo facil de los que lo acompanaban, pensara que tenia la intencion de hacerle dano a su jefe, o se desataria un infierno que me costaria la vida. Me quede a dos centimetros de su nariz, y lo mire con los ojos destilando frialdad. --Me importa una mierda que no te fies de mi --le espete siseando, recalcando con dureza la palabra mierda--. Mis credenciales estan limpias, yo tengo el dinero, tu la mercancia, y vamos a hacer negocios. No intentes joderme, Alvaro. El sonrio de medio lado. He de reconocer que si el tio no fuese pura escoria, quiza si dejaria que me jodiera un rato. Era guapo, del tipo latino, como yo, con el pelo oscuro y los ojos de un color chocolate muy apetecibles. Con el cuerpo musculoso, parecia un atleta de triatlon. Pero era pura escoria, y yo no me acostaba con ratas. --Eso es precisamente lo que estoy intentando, nena --me susurro--. Siempre les hago una prueba a mis compradores, ya sabes, para asegurarme que no son polis encubiertos. Normalmente me conformo con que se pongan hasta el culo de coca, pero en tu caso... --Me volvio a repasar de arriba abajo, senti su mirada acariciandome, desnudandome, mientras se pasaba la lengua por los labios. Solo le faltaba echar a babear--. En tu caso, --repitio. Me miro fijamente los labios y tuve que esforzarme por no apretarlos, y seguir manteniendo esa postura relajada, como si aqui no estuviera pasando nada fuera de lo normal, que por regla general, hacia que ellos tambien se confiaran--. Me conformare con que le hagas un buen trabajito a mi pequeno Dick Tracy. Al principio no lo entendi, hasta que comprendi el juego de palabras. El muy cabron queria una mamada. --?Asi, en frio? --le segui el juego--. ?Sin una cita previa? Soy una chica tradicional, no me van esas cosas. --Sonrei, coqueta, y di unos pasos atras para poner distancia entre ambos--. Pero despues de una buena cena, quien sabe... El se echo a reir con desgana y yo tuve la compulsion de gritar el codigo rojo que haria que todo el descampado se llenara de polis, pero aprete la mandibula y pude contenerme porque todavia no habia pasado nada por lo que pudieramos encerrar a aquella rata de cloaca y tirar la llave. --Asi que eres una chica tradicional... En ese caso, nena, estamos perdiendo el tiempo. Se giro e hizo un gesto con la mano a sus secuaces, cuatro hombres gigantes como armarios empotrados, con grandes bultos bajo los sobacos que me indicaban claramente el tipo de material que escondian alli: armas grandes, potentes, de las que la revientan a una de un disparo. --!Espera! --grite. No quise parecer desesperada, pero mi voz sono como un graznido--. He venido a hacer negocios, no a venderme como una puta en un burdel. ?Es que una mujer no puede mantener su dignidad? Se giro para mirarme, a medio camino de su coche. --No me gustas, princesa de hielo --solto con desprecio--, a pesar de todos tus antecedentes y de lo que la gente dice de ti. El lugar de una mujer esta en la cama con las piernas abiertas, para que su hombre pueda follarla bien, y no aqui, intentando comprar la mierda que vendo. La feminista que hay en mi se revoluciono al oir esas palabras, pero me mordi la respuesta sarcastica que asomaba a mis labios. Tenia un papel que interpretar, y debia cenirme a el. --Quiza cuando encuentre al hombre adecuado me convertire en una idiota babeante --conteste bromeando--, pero hasta que ese dia llegue, una chica tiene derecho a buscarse la vida. --Quiza el hombre adecuado esta aqui delante de ti. --Abrio los brazos, senalandose a si mismo --. Un hombre capaz de ponerte en tu lugar, que es de rodillas y con la boca abierta. ?Quieres hacer negocios conmigo? Ya sabes que tienes que hacer. Joder. Mierda. El tio no iba a bajarse del burro. --No lo hagas --susurro una voz a mis espaldas. Mike. Joder. Me habia olvidado completamente de el. Mike era mi companero y mi respaldo. En cada encuentro, se mantenia unos pasos por detras de mi, metido en su papel de secuaz y guardaespaldas. Nunca hablaba, y a veces incluso llegue a pensar que ni siquiera respiraba, siempre en un segundo plano y casi invisible a pesar de su estatura y corpulencia. --Debo hacerlo --conteste entre dientes. Alvaro seguia con la mirada fija en mi, esperando mi respuesta, sabiendo que habia ganado esa partida. --Nita, joder --exclamo Mike, y me agarro del brazo. Los ojos de Alvaro relampaguearon, y entonces se desato el infierno. Empezo con un leve reconocimiento en los ojos del narco, un fruncimiento imperceptible de su frente y una orden dada con voz fria. --Matadlos. No se que vio Alvaro en la estampa que formabamos Mike y yo alli, con mi brazo sujeto por su fuerte mano, enmarcados por las luces de los coches, en mitad del descampado, bajo el cielo oscuro de aquella noche desastrosa, pero lo que vio no le gusto nada y decidio cortar por lo sano. Todo ocurrio como en camara lenta y, al mismo tiempo, como en una de esas peliculas mudas que van mas rapido de lo normal. Alvaro se giro y se dirigio a su coche mientras sus secuaces sacaban las armas. Mike me empujo con fuerza para sacarme de la linea de tiro mientras desenfundaba y gritaba. Yo cai golpeandome el hombro y la cabeza contra el suelo. Las balas silbaron. Grite <>, que era el codigo que haria que los policias apostados en las calles adyacentes, o escondidos dentro de las naves industriales, cayeran sobre el descampado como un enjambre de abejas furiosas. Rode sobre mi misma y saque mi arma. Dispare, furiosa, sin ver realmente a donde. Algo me emborronaba la vision, y ante mi solo veia bultos que se movian sin ton ni son. Gritos. Maldiciones. Intente levantarme y algo impacto en mi pierna, haciendo que doliera como mil demonios, como si el infierno se hubiera apoderado de ella. Cai de nuevo, sin dejar de disparar, apretando la mandibula para no gritar. Me pase la mano por la cara, intentando despejar los ojos. Algo caliente y humedo la empapo. Entonces llegaron. El descampado se lleno de los uniformes oscuros del SWAT, de las luces azules y rojas de los coches, y todo acabo tan rapido como habia empezado. --?Mike? --grite, o por lo menos eso es lo que crei. La realidad fue que mi voz a duras penas salio por la boca mas que como un susurro. Me levante, cojeando, y arrastre la pierna hasta donde, unos segundos antes, habia estado Mike, dispuesto para protegerme. Todavia seguia alli. Por lo menos, lo que quedaba de el.

  • La Lista de L. Moone

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    Tras casi cuatro anos con Jeff, todo se derrumba. Me encuentro soltera, asustada, pero tambien liberada de algun modo. En vez de enredarme en otra relacion enfermiza, mi mejor amiga Sally me ayudo a centrarme. Me pasaria los proximos meses “buscandome a mi misma” sexualmente. Asi es como nacio La Lista.

  • Belgravia, Julian Fellowes de Julian Fellowes

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    La nueva novela del creador de Downton Abbey.

  • Los colores del incendio de Pierre Lemaitre

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    El impacto que produjo en Francia la publicacion de Nos vemos alla arriba -Premio Goncourt 2013 y mas de dos millones de ejemplares vendidos- supero con creces la enorme resonancia que suele acompanar a uno de los galardones mas prestigiosos de la literatura europea. El publico y la critica se rindieron ante la frescura, la plasticidad y la viveza de una prosa en apariencia ligera que, como en los mejores folletines decimononicos, alimenta una trama envolvente y compleja en la que campan unos personajes que despiertan la curiosidad y estimulan la imaginacion.

  • La rubia de hormigon (Harry Bosch 3) de Michael Connelly

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    Harry Bosch se enfrenta a un juicio interpuesto por la familia de Norman Church. Anos atras, estando de servicio, Bosch mato a Church, a quien creia culpable de una serie de asesinatos. Todos los indicios indicaban que tras este se ocultaba un asesino en serie apodado ?el Fabricante de Munecas?, un hombre que maquillaba como munecas a sus victimas, la mayoria de ellas prostitutas. La viuda de Church sigue insistiendo en la inocencia del que fuera su marido y su abogada alega tener pruebas que ofrecen una coartada a Church para uno de los asesinatos que en su dia le imputaron. El hallazgo de un nuevo cadaver con el sello de Church, pero cometido tras la muerte de este, complica aun mas las cosas para Bosch, quien tendra que enfrentarse a la presion del juicio mientras intenta resolver un caso que pone a prueba la credibilidad del departamento de policia.

  • Buscandote a ti (En busca de… 1) – Jennifer Probst de Jennifer Probst

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    Con Buscandote a ti arranca la irresistiblemente sensual nueva saga romantica de Jennifer Probst, la autora de la serie <>.

  • El Elixir de Jasmine (Flor 1) de Phavy Prieto

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  • Vino para principiantes de Juan Carlos Ortega

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    Mi estilo de ensenanza para el aprendizaje y disfrute del vino se puede resumir en la frase “Romanticismo si, Esnobismo no”. Con ella quiero decir, que me encanta toda la parte pasional que envuelve el vino y que le da ese aire, a veces misterioso, que invita a adentrarse en este mundo de conocimiento y placer.
    Aplico un enfoque sencillo y practico de ilustracion, que lo llevara de la mano, paso a paso, por el extenso mundo del vino.
    Dejo de lado el enfasis que le dan algunos eruditos, el cual convierte al vino en un campo de especialistas que solo puede ser disfrutado por personas con un nivel elevado de conocimiento. Respeto su posicion, mas no la comparto.
    “Todo influye y nada es determinante”, con esta frase de mi propia cosecha, quiero expresar que todos podemos disfrutar del vino desde que nos iniciamos en el, independientemente del nivel de conocimientos que tengamos.

  • Los planificadores de Un-su Kim

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    Lo importante no es quien dispara, sino quien esta detras del que aprieta el gatillo.

  • El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez

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    Despues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales <> se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles.

  • Una novia para el jeque de Lynne Graham

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    Paso de ser una mujer en apuros… a una princesa por conveniencia.

  • Juego de conquista (Hermanas Withler 02), Silvia Garcia Ruiz de Silvia Garcia Ruiz

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  • Altagracia de Rafaela Asuncion

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    Altagracia piensa como mujer, y como mujer siente y padece. El amor le llega temprano y luchara por el pase lo que pase, aun a costa de enfrentarse a la familia.

  • Pyongyang de Hernan Vanoli

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    Cuentos de ciencia ficcion politica y biologica por uno de los autores jovenes que mas agitan la escena literaria argentina.

  • Los chicos malos las prefieren morenas de Paola Noguera Franco

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    Diana y Fabrizio, el noviazgo dorado teen de Buenos Aires rompe su compromiso. Y en medio de su pena, ella comete un desliz, entregandole su virginidad a Alexander Francois.
    Hay tres detalles fundamentales aqui: primero que Alex y Fabrizio son primos ; segundo, que Alex es el mayor casanova de la ciudad y tercero; que todos son amigos y van al mismo colegio.
    Diana ahora se encuentra atrapada en las nuevas sensaciones que le produce su mujeriego amigo y la sensacion de comodidad que tenia con Fabrizio ?que eleccion tomara?
    Un peligroso juego de seduccion y mentiras desarrollado en medio de la elite de la mas alta sociedad de Buenos Aires.

  • Cascara de nuez de Ian Mcewan

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    Asi que aqui estoy, cabeza abajo dentro de una mujer. Aguardo con los brazos pacientemente cruzados, aguardo y me pregunto dentro de quien estoy, que hago aqui. Los ojos se me cierran con nostalgia cuando recuerdo que iba a la deriva en mi bolsa corporal translucida, flotaba en suenos dentro de la burbuja de mis pensamientos a traves de mi oceano particular de volteretas a camara lenta, chocando suavemente contra los limites transparentes de mi encierro, la membrana acogedora que vibraba, mientras las amortiguaba, con las voces de unos conspiradores de una ruin empresa. Esto fue en mi juventud despreocupada. Ahora, totalmente invertido, sin un milimetro de espacio para moverme, con las rodillas apretadas contra el vientre, mis pensamientos, al igual que mi cabeza, estan muy ocupados. No me queda otro remedio que tener la oreja pegada dia y noche contra las sanguinolentas paredes. Escucho, tomo notas mentalmente y estoy preocupado. Oigo conversaciones intimas sobre un designio mortifero y me aterra lo que me espera, lo que podria arrastrarme. Estoy inmerso en abstracciones, y solo las relaciones que proliferan entre ellas crean la ilusion de un mundo conocido. Cuando oigo <>, cosa que nunca he visto, imagino una especie de suceso mental que se acerca mucho a <>, cosa que tampoco he visto nunca. Me considero inocente, exonerado de lealtades y obligaciones, un espiritu libre, a pesar de mi exiguo habitaculo. No hay nadie que me contradiga ni me reprenda, no hay nombre o direccion anterior, no hay religion ni deudas ni enemigos. En mi agenda, si existiera, solo figura mi proximo nacimiento. Soy, o era, a pesar de lo que dicen ahora los genetistas, una pizarra en blanco. Pero una pizarra porosa, escurridiza, que no serviria para un aula ni para el tejado de una casa de campo, una pizarra que se escribe a si misma a medida que crece cada dia y se va llenando. Me considero inocente, pero al parecer formo parte de una intriga. Mi madre, bendito sea su corazon incesante que chapotea ruidoso, parece estar implicada. ?Parece, madre? No, esta. Estas. Estas implicada. Lo he sabido desde mi principio. Dejame evocar aquel momento de creacion que llego con mi primer concepto. Hace mucho, muchas semanas, mi surco neural se cerro para convertirse en mi medula espinal y muchos millones de neuronas jovenes, trabajadoras como gusanos de seda, hilaron y tejieron con la estela de sus axones la esplendida tela dorada de mi primera idea, un concepto tan simple que ahora se me escapa en parte. ?Aquello era yo? Demasiado vanidoso. ?Aquello era ahora? Excesivamente dramatico. ?Entonces era algo que precedia a ambas cosas y las contenia, una sola palabra forjada por medio de un suspiro o un desmayo mental de aceptacion, de puro ser, algo como… esto? Demasiado preciosista. Asi que, acercandome mas, mi idea era Ser. O si no, su variante gramatical, es. Este fue mi concepto primigenio y ahi esta la cuestion crucial: es. Nada mas. En el sentido de Es muss sein. El comienzo de la vida consciente era el fin de la ilusion, la ilusion del no-ser y la erupcion de la realidad. El triunfo del realismo sobre la magia, del es sobre el parece. Mi madre esta implicada en la intriga y por ende yo tambien, aunque mi papel pudiera consistir en frustrarla. O en vengarla, si yo, un cretino reacio, llego demasiado tarde.

  • El sucesor de Concha Alvarez

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  • Virtualmente perfecto (Amor virtual 1) de Azaroa Sanchez

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    Elisa vive por y para su trabajo. Por casualidad, lee uno de los articulos del reconocido periodista Edward Parker, convirtiendolo en su obsesion. Daniel tiene todo lo que puede desear: es el periodista mas importante de un reconocido periodico ingles, y ademas disfruta del anonimato que le proporciona su seudonimo: Edward Parker. Ella se enamora de el leyendo sus escritos; El de ella leyendo sus palabras. El destino se encargara de unir sus caminos. ?Es posible amar a alguien leyendo lo que escribe?

  • La Cita de Angel Buendia Esparcia

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    Dos personas, una mesa, dos asesinatos. Esa escena se esta repitiendo en distintas zonas de Madrid y lleva de cabeza a los agentes. Los casos se relacionan con los vividos por Kreine, una reputada detective de la ciudad Condal, que tendra que revivir su pasado para poder entender el presente. Pasado y presente se entrelazan, para mostrarnos una obra nueva y fresca y donde se invita a los lectores a ponerse en la piel de cualquiera de los personajes y establezcan por supuesto su juicio ante sus actuaciones.

  • ?Bailamos? de Noni Garcia

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    Alejandra no podia creer que aquel coche se hubiera saltado la senal, que tuviera que estar de baja algunos meses, que no pudiera bailar y, mucho menos, que su medico y cirujano fuera Salvador, el insoportable hermano de Ivan, su mejor amigo y pareja de baile.
    Salvador siempre habia mantenido lejos de el a Alejandra, alguien que le atrajo desde el dia que la conocio, una nina de papa ante la que no pensaba sucumbir, ya que con una tuvo suficiente.
    Pero ni Alejandra es lo que aparenta, ni Salvador es el hombre insufrible que parece ser.
    Un accidente, una mujer valiente, un hombre con miedo a sufrir, una recuperacion que los une sin remedio y.
    ?Podra un baile unirlos para siempre?

  • Deseo confuso de Amy Meyer

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    Amanda es una chica joven que nunca ha mantenido relaciones sexuales. Hugo, un chico mayor que ella, se enamora perdidamente de su inocencia hasta el punto que decide cambiar su vida con tal de tenerla.
    Todo parece ir muy bien hasta que Hugo decide presentarla a sus padres y Amanda es reconocida como la amante del padre de Hugo. Sin embargo, hay algo que no encaja, la amiga del padre de Hugo murio ocho meses atras y era mayor que la dulce chica.
    ?Son la misma persona la dulce chica virgen que descubre el sexo con Hugo y la mujer madura que mantuvo relaciones sexuales con su padre?

  • Una noche en el paraiso de Lucia Berlin

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  • Guerrera Ardiente de Laura Cruz

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    Lloth, reina de la oscuridad, mejor conocida como la reina arana, habia logrado despertar de un profundo sueno, en el cual se habia sumido durante algunos siglos. Este, habia sido el castigo que habia recibido, por llevar la destruccion hacia la tierra de los elfos de la luz. Todos habian recobrado fuerzas, inclusive, los humanos, habian participado en esta contienda, la cual, tenia como unico destino, suprimir todo el peligro que representaba el poder de esta hechicera. La reina arana, era conocida por ser ambiciosa, codiciosa y lujuriosa, tenia un apetito tremendo por el sexo y el poder descomunal. Siempre habia tenido una necesidad incontrolable de mantener bajo su pie, a todos controlados, sumisos y obedientes ante sus deseos, ya que, era una mujer caprichosa, hermosa, pero con un alma tan oscura, que era capaz de hechizar a cualquiera, convirtiendolo rapidamente en su subdito. La reina Lloth, habia seducido a muchos hombres a lo largo de la historia, tanto asi, que habia logrado conquistar al rey Bernardo, lider de los humanos, quien casi le habia entregado su poder, pero Tredel, rey de los elfos, habia conseguido intervenir antes de que esto fuese demasiado tarde. El elfo de la luz, siempre se habia caracterizado por tener una vision mucho mas clara del futuro, una sensacion de prediccion y una magia increible, que podia superar inclusive en algunos aspectos la propia magia de la reina Arana. La gran batalla, se habia desatado en el reino de Rattnar, un lugar, que siempre habia sido codiciado por Lloth, la cual, sabia que al controlar la tierra de la luz, tendria dominio sobre todos los reinos. Rattnar era un lugar hermoso, un lugar de sueno, donde el sol, alumbraba con sus rayos hermosos cada manana, alimentando la vida y generando una paz enorme, que era inigualable en ninguna parte del planeta. Los elfos, tenian bajo su poder una gran cantidad de artefactos magicos, tesoros, riquezas y armamentos poderosos, que habian sido arrebatados de las manos de los grandes monstruos y bestias, que habian tratado de aflorar desde el mismo infierno, pero estos, luchando en una batalla tras otra, habian logrado reunir un arsenal de artefactos magicos que no podian estar en manos de cualquiera. Esto, habia llevado a la codiciosa reina Lloth, a ascender cada vez mas en sus ansias de poder controlar todos estos elementos que podrian significar su dominio total. La guerra definitiva, como la habian llamado, habia terminado despues de que muchos elfos hubieran muerto, bajo el liderazgo de las tropas oscuras de Lloth y el rey Tredel. Estos, eran los dos lideres mas poderosos que se encontraban en el campo de batalla, totalmente dispuestos a defender en contra de cualquier enemigo sus propios ideales. Pero mientras todos reunian fuerzas para luchar contra Lloth, esta parecia burlarse de todos como si se trataran de bufones, ya que, ella podia utilizar solo un porcentaje minimo de su poder y superarlos. Pero Tredel, tenia un arma secreta, un hechizo profundo que era capaz de condenar a un sueno infinito a Lloth. Ella sabia perfectamente que no podrian hacerle nada, aquellos hombres combinados con los elfos y algunos humanos unidos, habian utilizado toda su furia y habilidades para combatirla, pero el rey Tredel, habia ordenado que no se le hiciera un dano grave, ya que, la queria con vida. Un romance en el pasado, los habia mantenido muy enamorados, pero las diferencias de caracter, las formas diferentes de ver el mundo y la codicia distorsionada de la mente de Lloth, habia hecho que Tredel se enfocara en objetivos totalmente distintos. Este, quiza habia sido uno de los peores errores cometidos por el rey, ya que, dejarla con vida, era algo absolutamente peligroso, un riesgo para la raza entera, ya que, siempre existia la posibilidad de que esta reina arana, tarde o temprano despertara nuevamente. Algunos anos habian pasado, desde que habia sido condenada al sueno infinito, esta, en medio de la pelea, habia sufrido un trance absolutamente profundo del cual, no habia podido escapar, todos, la habian llevado hacia la fosa mas profunda de la tierra, y alli, debia permanecer sepultada durante toda la eternidad. Pero este mito, a lo largo de los anos, fue generando muchos mas curiosos, cada vez eran mas los que sentian una necesidad de buscar a la reina Arana y despertarla, sobre todo, los elfos oscuros, aquellos sobrevivientes que lucharon azulado y que habian sido desterrados hacia el abismo, un lugar desolado, donde nadie debia ir jamas si no querian sufrir los torturas y persecuciones de los elfos oscuros. Estos, habian sido alejados de la fosa, el lugar donde habia sido enterrada la reina Arana, pero uno de ellos, iria mas alla de los limites, y despues de mucho tiempo de exploracion, investigacion y busqueda, finalmente habia conseguido su objetivo. Erond, uno de los elfos oscuros mas letales que hubiese nacido jamas, habia iniciado su propio viaje personal de descubrimiento, finalmente, habia encontrado un objetivo en su vida, y para el, la unica opcion era regresarle la vida a la reina arana. No sabia cuales serian las implicaciones, pero sabia que alli estaba su verdadero futuro. Muchas veces, Erond habia intentado formar parte de las tropas de Rattnar, pero este, debido a su corazon codicioso, habia sido rechazado por los comandantes de las tropas. En venganza, sabia que debia buscar a un poder equivalente al del rey Tredel, asi que, despues de indagar, supo que al despertar a la reina arana, encontraria un contendiente nuevo que posiblemente despertaria con toda su furia para destrozar el reinado de Tredel. Habian pasado muchos siglos, el rey se habia hecho viejo y estaba cansado, asi que, habia entregado su control a su unica hija, la princesa Galadriel, la cual, llevaba muy bien las cosas en el reino de Rattnar. La busqueda hacia la fosa, habria permitido que Erond finalmente se encontrara frente a frente con la tumba de la reina arana, y despues de movilizar una gran roca y pronunciar el conjuro maldito, finalmente la habia despertado. Aquella mujer espectacular, de cabellos amarillos abundantes, labios rojos, rostro perfilado, grandes senos, curvas espectaculares, y una sensualidad tremenda, finalmente habia vuelto a la vida. -- ?Quien ha sido el honorable elfo que me ha despertado? Se escucho en toda la caverna, mientras la hermosa reina arana peinaba su cabello. -- Mi amada Reina Lloth. Es un placer para mi presentarme ante ti. Soy Erond, hijo de Perr. Estoy aqui para regresarle nuevamente la libertad que te arrebataron injustamente. -- Debo agradecerte de la unica manera en que puedo pagarle a un hombre, mi estimado Erond. Ven aqui, no puedo verte con claridad. Permiteme observarte. -- Dijo la reina. Erond, quien se encontraba inclinado, se puso de pie, y lentamente comenzo a avanzar hacia la espectacular mujer, la cual, habia sido descrita muchas veces por las leyendas, pero no se imaginaba que fuese tan espectacular. Realmente era una mujer que podia dejar a un hombre sin aliento, despampanante, bella, imponente, pero esta, parecia estar un poco cansada, de hecho, acababa de despertar de un sueno de duracion de siglos, por lo que, necesitaba alimentarse de la energia de algun elfo poderoso. Pero esta, no tenia intenciones de asesinar a Erond, de hecho, estaba muy agradecida por el hecho de que este hubiese puesto su vida de por medio en medio de esta exploracion para poder encontrarla. La reina, sabia que en el corazon de Erond habia una gran utilidad, y esta, sentia que podia utilizar la a su favor, empleando al propio Erond como un canal para poder materializar toda la maldad que ella podia hacer, emanar desde las profundidades del abismo. -- Eres un hombre muy hermoso, Erond. ?Puedo besar tus labios? -- Dijo la mujer mientras peinaba el cabello blanco del elfo oscuro. Los dedos de aquella mujer, se perdieron entre los y los ojos grisaceos del guerrero, el cual, la miraba directamente a sus ojos rojos, los cuales, parecia mirarlo directamente hacia su alma. Era una mujer absolutamente exotica, extrana, quiza intimidante, pero el se mantuvo siempre firme, dispuesto a enfrentar las consecuencias de lo que habia hecho. Pero parecia que recibiria un premio, ya que, la reina Arana, estaba sumamente agradecida por lo que habia hecho aquel hombre. Lo tomo de la mano, despues de darle un beso apasionado en el cual, su lengua, habia paseado por todo el interior de su boca y finalmente, lo habia llevado a deshacerse de sus ropas. Ella simplemente queria poseer el cuerpo del guerrero, que la complaciera, habia sido un largo tiempo de sueno, asi que, tras despertar, lo unico que deseaba, era que la llenaran de placer. -- Mi reina, no se si esto sea correcto. -- Dijo el intimidado guerrero. -- Has venido especialmente para despertarme de un sueno maldito, que debia mantenerse durante toda la eternidad. Ven a mi, puedo darte un placer que nunca antes habias conocido. Sentiras mi cuerpo y nunca podras renunciar a la conexion que habra entre nosotros. -- Dijo la reina, antes de lamer su cuello y morderlo. -- ?Realmente me crees digno de poder disfrutar de tu apasionada lujuria, mi reina? -- Tienes un espiritu fuerte, aguerrido y letal, asi que, permiteme a mi tomar la decision de si eres digno o no. Aquello, fue suficiente para dejar muy en claro que la reina seria quien llevaria el control de aquel encuentro. Tomo a Erond de una manera muy fuerte, y despues de acariciarle el pene durante algunos segundos, besando continuamente sus labios, aquel elfo estaba tan excitado, que ya no podria contenerse ante la necesidad de follarla. Habia dejado que esta mantuviese el control de absolutamente todo en aquel encuentro, pero ya su excitacion habia superado sus propios limites, asi que, Erond la tomo por el cabello y comenzaron a besarse de una manera salvaje, sabiendo hacia donde los dirigia aquella interaccion. Tenia que saciar su sed, Erond tenia unas ganas increibles de follarla, era un apetito descomunal que se fue haciendo cada vez mas incontrolable. La necesitaba, y aquella mujer, se fue desnudando poco a poco, deshaciendose de su traje de cuero, el cual, cayo al suelo, exponiendo un cuerpo espectacular que era una delicia con solo verlo. -- !Contempla! Todo mi cuerpo sera para ti. Podras devorarme limitaciones. Soy tuya, me has ganado, Erond, hijo de Perr. Pero esto, tendra un precio, y quiero que me garantices tu lealtad. En esas condiciones, Erond y no podia negarse ante nada de lo que pudiese proponerle esta mujer. Era la reina mas poderosa de los elfos oscuros, una diosa de maldad, la cual, se estaba ofreciendo a el sin ninguna condicion, mas que la lealtad. Si queria follarla, si queria tenerla entre sus brazos, penetrarla, y hacerle el amor de una manera salvaje, tenia que acceder a todo lo que dijera. Era un momento crucial, pero el propio Erond, estaba poniendo su alma en juego. -- He atravesado los peores sufrimientos y dolores para llegar hasta aqui, mi reina. No voy a retroceder un solo paso, estoy dispuesto a llegar hasta las ultimas circunstancias si es necesario. Permiteme tenerte, y nunca mas me separare de ti. -- Dijo Erond. La reina lo llevo directamente al suelo, y tras tenerlo en posicion horizontal, se acomodo justo sobre el, se ubicaron ambas manos en su cadera, mientras su cono, humedo, jugoso y mojado, estaba latiendo de deseo por ser penetrado una vez mas.