• jugadas prohibidas ajedrez - Angel Juri

    https://gigalibros.com/jugadas-prohibidas.html

    Un joven millonario, de repente, y sin desearlo, se encontro con la fama deportiva y con un amor enfermizo dentro de su circulo familiar. Cuando se enamoro de una bella pianista, su vida giro abruptamente.

  • Leyes del ajedrez - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Leyes_del_ajedrez

    El movimiento de las piezas en una jugada debe efectuarse con una sola mano, incluyendo el enroque. Esto supone que si se captura una pieza, esta debe ser ...

  • "El pe�n envenenado" - Ricardo Al�a | Jugadas de ajedrez ...

    https://www.pinterest.es/pin/386957792987579051/

    Libros Prohibidos, Libros De Psicolog�a, Paginas De Libros, Libros De Lectura, Books ... Curioso MATE en 8 jugadas | Trampa muy R�pida de ajedrez.

  • Escuela para aprender Ajedrez - ysifueraunapartida.com

    https://www.ysifueraunapartida.com/cursillo-basico-para-aprender-ajedrez/

    Claro, estas partidas me sirven para saber qu� tipo de jugadas de Ajedrez deber�an estar prohibidas en cada fase del juego (le tengo que dedicar un art�culo ...

  • Los 5 mejores libros de ajedrez para jugadores de club - The ...

    https://thezugzwangblog.com/los-5-mejores-libros-de-ajedrez-para-jugadores-de-club/

    Todo el mundo pierde ocasionalmente partidas de ajedrez, pero con demasiada frecuencia perdemos una partida debido a jugadas que, en nuestro fuero interno, ...

  • Mil y una partidas ( de ajedrez) - Galileo Libros

    https://galileo.cl/literatura/997-mil-y-una-partidas.html

    Selecci�n de partidas durante dos siglos de historia, las mejores figuras extranjeras con sus jugadas maestras y los momentos m�s impactantes y definitivos ...

  • El Libro De Jugadas | MercadoLibre.com.ar

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    La Apertura Espa�ola Jugada A Jugada - Libro Ajedrez. 3099 pesos$3.099 ... Libro: Jugadas Prohibidas (edici�n Espa�ola). 5399 pesos$5.399. Env�o gratis ...

  • Cuatro bodas por amor (Damas y libertinos 3) de Stephanie Laurens

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    Cuando Max Rotherbridge, duque de Twyford, supo que, junto con el titulo y las propiedades de su tio, acababa de heredar la custodia de cuatro jovenes ricas y casaderas, se quedo estupefacto.

  • La serpiente de Essex de Sarah Perry

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    Senalada como libro del ano por la cadena de librerias Waterstones y numero uno en la lista de libros mas vendidos del Sunday Times, La serpiente de Essex tambien fue finalista del Costa Award 2016 y seleccionada para los premios Wellcome Book y el Baileys 2017.

  • Deseo concedido de Megan Maxwell

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    Si algo tiene claro Lady Megan Philiphs es que ningun hombre doblegara su caracter y su voluntad. Acostumbrada a cuidar y velar por la seguridad de sus hermanos, Megan es una joven intrepida, de bello rostro moreno, a la que le divierten los retos y no le asusta el sonido del acero.

  • El pequeno zoologico de Robert Walser

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    Las sorprendentes historias de animales recopiladas en este personalisimo bestiario demuestran una vez mas la independiente modernidad del gran autor suizo.El tratamiento de los seres vivos en la obra de Robert Walser no se distingue por la humanizacion o el anhelo del estado salvaje, sino que supone mas bien una reflexion ludica, aunque en absoluto inofensiva, sobre los lazos del hombre con las criaturas, que a menudo le acompanan como vecinos mudos e indefensos a los que, en su calidad de amo, se ve obligado a mandar o justificar.

  • Homicidium de Jerusalem Elizondo

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    Clara Schafer, una joven y novata investigadora, recien incorporada al Grupo de Delitos Civiles y Politicos de la Policia Foral de Navarra, recibe el aviso de un asesinato en las ruinas romanas de Santa Criz, una ciudad romana semidesenterrada por los arqueologos.
    La inspectora tendra que hacer frente a una serie de crimenes cuyas victimas tienen un nexo en comun, su trabajo en la Universidad Publica de Navarra. En sus pesquisas contara con importantes aliados, pero no todo sera lo que parece, ni el caso resultara tan sencillo, en una investigacion contrarreloj por descubrir a la persona culpable antes de que siga asesinando.
    Homicidium se desarrolla en torno a la universidad y a la arqueologia romana en Navarra, en una trama compleja, que combina las acciones policiales con los asuntos mas oscuros del mundo universitario, creando un ambiente de intriga y sospecha sobre las motivaciones de los personajes.

  • La tierra a la que llamo hogar de Do Pons Ruiz

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    En un tiempo preterito, gracias a la nobleza y el clero, la Inglaterra medieval vive amparada bajo los mandatos del honor y la valentia.

  • Alas para volar de Miriam Prados

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    Volver a Madrid fue un sueno en si: perderme en sus calles, entre la multitud, sentarme en una cafeteria a leer un guion y vivir sus noches llenas de vida, tambien de recuerdos. Habia cosas a las que todavia no conseguia acostumbrarme, como llamar a ese estudio en el que vivia hogar o el sentimiento de soledad que a veces me invadia; no obstante, al final del dia siempre sentia que era el lugar en el que queria estar, y aunque aun se me escapase el trabajo, estaba recuperando aquella parte de mi en una ciudad que, sin saberlo, guardaba promesas. El tiempo que paso fue... revelador. Echaba en falta a los mios, especialmente a Lucas, quien casi todos los dias que llamaba me preguntaba cuando iba a volver y siempre le contestaba que pronto. Se me rompia un poco el corazon cada vez que lo escuchaba, pero el cambiaba de tema al momento y me contaba cualquier cosa a la que yo prestaba total atencion. Oscar y Nuria se las apanaron bastante bien, mi cunada pidio una reduccion de jornada que le permitia pasar mas tiempo con el nino y, a su vez, invertir en lo que una vez dejo aparcado: su trabajo como maquilladora profesional. Candela me echaba de menos como la que mas, habia venido a visitarme unas tres veces desde que me fui. Cada vez estaba mas cansada de su trabajo, era algo que hacia por inercia, pero aun le daba miedo apostar por algo diferente, algo que ella realmente quisiera hacer. Por otra parte, estaba aprendiendo a respetarse y quererse un poco mas, a dedicarse tiempo y crecer, era algo que admiraba de ella. En cuanto a Hugo, sabia que estaba bien, me lo dijo en algun mensaje que intercambiamos y Candela, que se refugio mucho en el cuando me fui, me aseguraba que asi era. La boda seguia hacia delante y con ello sus planes de futuro. ?Que si lo echaba de menos? Mentiria si dijese que no, sin embargo, es como si sintiera que ambos lo estabamos haciendo bien, quiza porque estabamos creando una calma ficticia, imaginaria, antes de volverla a romper. Capitulo 1 <> Me desperece y remolonee un rato en la cama mientras me llegaba el olor a cafe recien hecho. Matias era una de esas personas que preferian la cafetera italiana y que el olor a cafe tostado inundase la casa antes que someterse a un cafe de capsula. Por si os lo estais preguntando, no, Matias y yo no teniamos una relacion seria, simplemente intentabamos fluir, haciamos cosas juntos de vez en cuando y lo pasabamos bien. Yo diria que nos entendiamos en muchos aspectos, y aunque nunca me presiono ni saco el tema de conversacion mas que algun comentario al aire, se que a el le gustaria que siguiesemos fluyendo mas... a menudo. Algo como dejar mi cepillo de dientes en su casa y viceversa para no cargar con una bolsa cada vez que haciamos planes, pero yo lo tomaba como un paso mas, me asustaba y tiraba balones fuera. A veces, cuando la conversacion se acercaba, maniobraba con un beso y conseguia que nos olvidasemos de ello. Decidi levantarme de la cama y me fui directa al bano a poner en orden mi pelo y lavarme los dientes. Cuando estuve, volvi a mi habitacion, agarre la camisa de Matias para cubrir parte de mi desnudez y me la puse. Sali al salon, lo encontre con un pantalon liviano de pijama, apoyado en la barra de la cocina mientras consultaba su movil. Dejo de mirarlo en cuanto noto mi presencia y esbozo una de esas sonrisas descaradas con las que lograba que me sonrojase. --Buenos dias, Bella Durmiente --dijo apartando su cafe a un lado y colocandome entre sus piernas. Me saludo con un beso casto en los labios y me apoye en el hueco de su cuello--. Vaya, ?te has levantado retozona? Ronronee acariciando su piel con la punta de mi nariz y me estrecho aun mas contra si. --Matias... ?Que haces aqui conmigo? Todavia me lo sigo preguntando. Lo hacia porque el era un hombre pragmatico, profesional, detallista y un amante de categoria mientras yo... Yo era un desastre que vivia de ahorros y pequenos trabajos a la espera de que ocurriese un milagro. --Alejandra... --Levanto mi cara y me miro con esos ojos de un profundo azul--. Me siento bien contigo, ya te lo he dicho mil veces. --Mirate y despues mirame a mi. Por favor, es como si yo fuera la Sirenita macarra y tu el principe Eric con un palacete convertido en atico. Matias se rio y nego con la cabeza, divertido. --Olvidate de los mil motivos que te alejan de mi y piensa en los que te acercan. --?A parte del sexo? --A parte del sexo. Me quede pensativa y me mordi el labio. El sabia que yo era de las que cocinaban los sentimientos a fuego lento, muy, muy lento, especialmente cuando aun no habia olvidado a quien ya sabemos. Eso de que un clavo saca a otro clavo es mentira, ni lo saca ni lo sustituye, solo hace de ese vacio algo mas llevadero. --Tengo que entrar a trabajar en un rato, ?me devuelves mi camisa? --Ni hablar, me queda mejor que a ti. --Nos reimos y le rodee el cuello con mis brazos para acercarlo y juntar mis labios con los suyos en un beso que, segundos despues, dejo de ser inocente. --?Me vas a hacer quitartela? --Me miro con lascivia y mordio mi labio inferior. --Te espero en la ducha. --Me fui tras guinarle un ojo y lo deje terminando aquella taza de cafe. Las mananas de lunes eran, como decirlo, un asco. Olivia, mi amiga y agente, decidia que era dia de vernos para hacer cosas de provecho y asi poder localizar los castines que estaban abiertos. Llegue tarde a aquel Starbucks, tarde y atontada, para que negarlo, el agua y los orgasmos de buena manana eran un somnifero mas que un chute de energia y una patada en el culo. Cuando entre la localice en una de las mesitas con dos comodos sillones, ya que soliamos hablar largo y tendido. Olivia y yo nos conocimos cuando ambas estabamos terminando nuestras carreras, vino al musical que se estreno en mi promocion y se ofrecio desde un primer momento a ser mi agente. Recuerdo que me dijo que iba a parecerme algo de locos, pero que sin conocerme ya creia en mi. Poco despues comenzamos a trabajar juntas y no tardamos en depositar la confianza de la una en la otra, el problema fue que un tiempo despues... Bueno, ya sabeis lo que paso. Por eso, en cuanto volvi a Madrid no dude en llamarla. Me sorprendi cuando me conto que durante varios anos ella tampoco trabajo de agente, se habia dedicado a hacer varios cursos, le encantaban los idiomas, y acabo trabajando como profesora en una academia hasta que se quedo embarazada. Le propuse que volviesemos a trabajar juntas, yo necesitaba una agente y ella vio la oportunidad de volver a retomar todo aquello que una vez dejo y que echaba de menos, asi que volvimos a conectar en una especie de tandem que se extendia mas alla de lo profesional. --Buenos dias, Oli. ?Como esta mi pequenaja? --pregunte acariciando su ya abultada barriga. --Me ha dado una noche horrible, no pienso comer mas chocolate despues de las doce, le gusta demasiado, y lo peor es que me lo hace saber en forma de patadas --se lamento--. No aprendo. --Dile a Ivan que te lo esconda. Eso si, luego no lo amenaces de muerte si no te lo da. Nos reimos, me escape a la barra a pedir nuestros cafes y volvi minutos despues sentandome frente a ella y tendiendole su descafeinado. --?A que se debe hoy tu retraso? --Matias..., ya sabes. Olivia dibujo una sonrisa comprensiva. --Lo intenta. --Y lo aprecio. De verdad, lo hago, aunque aun me cuesta... --Me frote la sien y mire a Olivia --. Es como si sintiera que no es el mejor momento, pero cuando estamos juntos todo va bien. --Piensas demasiado, Ale, tanto que parece que no eres consciente de que no solo Matias lo esta intentando, sino que tu tambien. --Acaricio mi mano en un gesto carinoso y saco su agenda en la que tenia apuntadas mil fechas en un monton de colores a cual mas fluorescente. Estuvimos hablando de ese anuncio en el que participe, de la campana de publicidad que hice con una marca de zapatos y, en especial, de las audiciones fallidas a las que me presente desde que volvi. Le exprese un poco ese desaliento que me agitaba cuando algo se me resistia hasta que, finalmente, ambas nos recordamos que este mundo era asi de incierto, parecia que no cabian las seguridades en el. --Ayer publicaron una nota de prensa. Al parecer van a hacer una adaptacion de la pelicula Por primera vez. No se si sabes cual es, yo la vi hace anos y la verdad es que me gusto. --?Cuando es la audicion? --El dieciocho de mayo --contesto mientras subrayaba la fecha. --En poco mas de un mes... --Di un sorbo a mi cafe y rasque nerviosa ese carton que lo rodeaba. --Tienes que intentarlo, Ale. Yo confio en ti, si no ?que iba a hacer aqui con un bombo de cinco meses? Me hizo sonreir y asenti. Olivia se habia convertido en ese apoyo que necesitaba alli, ella me rescataba cuando me invadian sensaciones poco amables que me hacian dudar de lo que era capaz. Habian pasado muchos anos desde que nos vimos por ultima vez, pero decia que nada de lo que yo era habia cambiado, que seguia teniendo esa luz por la que desde que nos conocimos sintio que tenia que acompanarme ya que, segun ella, iba a llegar alto y lo queria ver. Cuando salimos de la cafeteria dimos un paseo por la Gran Via, me obligo a entrar en una de esas tiendas que tenia cositas en miniatura y a la que no se podia resistir. Cada vez que ibamos salia con algo para Alma, aquella vez fue un conjunto playero de lo mas mono. --Ay, Alma, tu madre no tiene remedio. --No puedo esperar a verla con estas cositas. Voy a esconder la bolsa, como Ivan vea que le compre algo mas me echa de casa. --Tienes muy poca fuerza de voluntad. --Ni te lo imaginas. Tan poca que mira como acabe aquella noche. --Miro hacia su barriga y me rei. Anduvimos hasta la estacion de metro y nos despedimos alli, prometiendole que la llamaria para comer un dia de esa semana. Al llegar a casa recogi todo lo que no me dio tiempo por la manana y me sente en el sofa mientras esperaba a que el suelo se secara. Mi telefono comenzo a sonar apoyado en la barra de la cocina, tuve que saltar del sofa a la silla, apoyar las rodillas en la pequena mesa y estirar uno de mis brazos hasta que lo alcance. --?Si? --respondi con la respiracion agitada. --?Te he chafado un polvo? No me digas que te he chafado un polvo. --No, mas bien ha sido un intento de <>. --Un dia de estos me llaman diciendo que te has roto la crisma por ahi. --Hoy no ha sido el dia, sali victoriosa. --Nos reimos y volvi al sofa--. ?Ya es tu hora del almuerzo? --Podria decirse que si. Mire el reloj y agite la cabeza.

  • El fruto del honor de Elif Shafak

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    La historia de una familia kurdo-turca que se traslada a Londres en los anos 70 sirve de motor narrativo para contar el dificil encaje de tradiciones distintas.

  • Necesito que me odies de Josh Alfredo

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    Me detengo en la casa y respiro hondo. Se ve exactamente igual que en las imagenes, un edificio cuadrado gris. Nada de eso es atractivo, pero esto es lo mejor que pude encontrar. Tampoco queria juzgar un libro por su portada, o en este escenario el edificio por su exterior. No fui aceptado en mi primera preferencia universitaria, ni en la segunda, ni siquiera en la tercera. Se que tiene todo que ver con mis bajas calificaciones y la falta de asistencia. La unica universidad que me dio una oferta fue Westshore, mi cuarta y ultima preferencia. Son dos horas de mi ciudad natal. No es que sea estupido o no pueda lograr mejores resultados. Fui el mejor estudiante de mi clase antes de que el universo decidiera arruinarme. Despues de eso, no me importo. Fue mi padre quien me convencio de salir de la ciudad y comenzar de nuevo. Es mas facil decirlo que hacerlo. Los dos sabiamos que, si me quedaba en esa ciudad, nunca dejaria de culparme por la muerte de mi madre. Es como si los ultimos dos anos de mi vida fueran borrosos. Hago todo lo posible para bloquear los recuerdos dolorosos, pero todavia me encuentro llorando en silencio en mi almohada de vez en cuando. La extrano mucho. La universidad comienza el lunes y solo decidi que iba a asistir hace una semana. No pude conseguir un dormitorio en tan poco tiempo; Estaban todos llenos. Tampoco me puedo permitir alquilar un departamento por mi cuenta, asi que me encontre mirando anuncios en la pagina de Facebook de la universidad. Me acerco a la puerta principal, todavia no llevo mis maletas por si esta es la casa equivocada, pero estoy seguro de que no lo es. Una pequena nina de cabello castano abre la puerta y recuerdo que se llama Olivia. Hemos estado hablando sobre mensajes de texto durante unos dias y es bueno ponerle una cara a un nombre. Rezo para que esto no fuera una especie de casa de fraternidad. “Eres Carlotta, ?verdad?” ella pregunta con una sonrisa y me estremezco al escuchar mi nombre. No es que no me guste mi nombre completo, sino la unica persona que solia llamarme que ahora esta muerta. Entonces, supongo que se podria decir que preferiria no escucharlo. “Calla”, la corrijo y me obligo a sonreir para no parecer grosera. “Genial, llamame Liv”, dice ella. Sus rizos rebotan sobre sus hombros con cada movimiento. “?Necesitas ayuda con tus maletas?” Ella continua. Ella se ve bien. “Si, claro”, estoy de acuerdo. Por lo que me dijo por mensaje de texto, mi habitacion estaria arriba, al otro lado del pasillo. Afortunadamente, la habitacion ya esta amueblada con lo basico, como una cama y un escritorio, pero tuve que traer ropa y libros de casa que me durarian todo un ano universitario. “!Zach!” Ella llama y un chico alto y rubio aparece detras de ella. El planta un beso en su mejilla y Olivia se rie. “Este es mi novio Zach”, dice ella, y el me sonrie. “Zach, este es nuestro nuevo companero de casa, Calla. Se amable”, advierte, y lo veo poner los ojos en blanco. “Siempre soy amable, ?por quien me tomas?” Zach pregunta en broma y vuelve su atencion hacia mi. “Es un placer conocerte, Calla”, extiende una mano como un caballero. Lo tomo y el me da un ligero apreton antes de soltarlo y envolver sus brazos alrededor de Olivia. Olivia y Zach parecen una linda pareja y, por alguna razon, mis pensamientos parecen correr hacia Asher. Mi ex novio, que tambien asiste a la misma universidad que yo este ano. Rompimos hace unos meses. Queria ser despreocupado y soltero para la universidad. No lo culpo, pero todavia hay una parte de mi que desea que las cosas fueran diferentes. El es una de las pocas personas que estuvieron alli para mi a traves de la muerte de mi madre. Tal vez eso fue una gran parte de por que nos separamos. Empuje a todos lejos. Queria estar solo, todo el tiempo. Como que de alguna manera eso arreglaria todo. Sabia que me estaba castigando, pero eso de alguna manera me hizo sentir mejor. Entro con una caja en los brazos y miro a mi alrededor. Los suelos son de madera y frio. Al instante me encuentro esperando que este lugar tenga calefaccion. El unico compromiso con la comodidad es la vieja alfombra peluda en la sala de estar y eso tambien ha visto dias mejores. Sin embargo, para mi sorpresa, de alguna manera parece hogareno. “?Son solo ustedes dos? ?El anuncio decia tres companeros de casa?” Pregunto, por pura curiosidad. “Tambien esta Ace. El no estara aqui hasta el lunes”, dice ella. “Por lo general se mantiene solo, su habitacion esta aqui abajo”, senala a la puerta en la esquina lejos de todo. “Estoy tan contento de que estes aqui, no me podria imaginar vivir solo con ninos”. Liv arrugo la nariz con disgusto y solte una pequena carcajada. Despues de que me ayudan a llevar mis cosas a mi habitacion, me dan una llave de la casa y me explican algunas cosas. Compartire un bano con ellos, esta frente a mi habitacion. Puedo traer a cualquiera mientras no sean chicos del Ashworth Collage, aparentemente, son el enemigo. No entiendo, pero estoy de acuerdo de todos modos, porque de todos modos no voy a traer a ningun tipo aqui. Eso definitivamente no esta en mi lista de tareas pendientes. Liv se va para dejarme acomodarme y dice si necesito algo para hacerle saber. Puedo decir que nos llevaremos bien y espero que todos por aqui sean tan amables como ella. Mi habitacion es mucho mas grande de lo que esperaba y me alegro de haber encontrado este lugar. Mis companeros de casa parecen normales e incluso podria hacer buenos amigos aqui. Desempaco mi ropa colocando lo que necesita colgar en el armario y el resto en la comoda pequena. Coloco mis libros en el suelo cerca del pequeno escritorio y suspiro. No se como seria la universidad y eso me pone un poco nervioso. Echo un vistazo por la ventana y me pregunto de quien era esta casa y por que querrian alquilarla a estudiantes universitarios. La vista desde mi habitacion es algo magica, siempre me encanto el otono y esa fue una de las pocas cosas que aun no ha cambiado. El aire es fresco, justo como me gusta, pero los arboles estan en llamas. Sonrio ante el infierno cerca de mi ventana y recuerdo como mi madre siempre me reganaba por traer hojas a la casa. Haria cualquier cosa por volver a escuchar su voz y verla. Ella no merecia lo que le sucedio y todo fue mi culpa.

  • Preston y Lisa (Hermanos Sullivan 3) de Abril Camino

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    --?Que voy a hacer sin ti, mi pequena Lisa Simpson? Lisa sonrio ante el comentario de Emily. Desde que tenian uso de razon, su mejor amiga la habia torturado con el apodo de la celebre empollona de los dibujos animados amarillos. En aquella calida tarde de primavera, sentadas en el sofa del apartamento que habian compartido durante casi siete meses, habria permitido que Emily le llamara como quisiera. Estaban celebrando una pequena fiesta de despedida. Despedida, porque hacia ya algunos dias que Emily se habia mudado a vivir con su flamante novio, Travis Sullivan. Y pequena, porque ambas se habian negado a invitar a nadie mas. Con casi una botella de vodka compartida, varias bolsas de patatas fritas de diferentes sabores a medio comer y un par de cigarrillos que Lisa guardaba para emergencias festivas, parecia que habia llegado el turno de ponerse sentimental. --?Que que vas a hacer? Follar como una loca con el chulazo de tu novio y acabar la carrera cuanto antes para darme un sobrino. Eso es lo que vas a hacer. --?No vas un poco deprisa? --?Yo? Te recuerdo que te has ido a vivir con el despues de tres semanas de relacion. --?Crees que me estoy equivocando? ?O que te estoy dejando colgada? --!No! !Claro que no! A ninguna de las dos cosas. Travis es fantastico, te va a tratar como a una reina. Y yo no creo que tarde demasiado en encontrar a otra companera de piso. --Pero tu dejaste toda tu vida en Boston para venir aqui a vivir conmigo, y ahora yo me marcho. --!Deja de torturarte, Emily, por Dios! Nos vamos a ver casi a diario. No pienso permitir que Travis Sullivan te acapare, tonta. --?De verdad no estas molesta? --Que noooo... Em, ?tu sabes lo que me alegro de que hayas encontrado a un hombre que te hace feliz? ?Es que te olvidas de todo lo que hemos pasado juntas? -- La voz de Lisa se quebro un poco. El alcohol y los recuerdos eran los claros culpables. --?Y tu que, Lis? ?Cuando vas a encontrar tu a alguien que te haga feliz? --!Aaaah, no! !Esto si que no! No voy a aguantar un sermon en tu fiesta de despedida. --Ya esta bien de tomartelo a broma, Lisa. Tienes que dejar de disfrazarte. --Emily... No quiero que nos peleemos en tu ultimo dia aqui. --Ni yo. Pero no soporto ver como te escondes del mundo. --No me escondo del mundo, Em, no me cabrees. Tengo un monton de amigos en la facultad, salgo con las chicas de vez en cuando... Hasta he socializado con los Sullivan, pese a que queria matar a dos de ellos hace menos de un mes. --Tienes que buscar ayuda, Lisa. Esto ya no tiene gracia. Mirate. Por Dios santo, !si estas buenisima! --se burlo Emily, senalando a su amiga. El aire acondicionado de su apartamento llevaba semanas estropeado, asi que habian tenido que aligerarse de ropa para celebrar aquella pequena reunion. Con un short blanco de algodon y una camiseta a juego atada bajo su pecho, el cuerpo de Lisa presentaba una version que nadie mas que Emily conocia. O, al menos, que nadie habia visto en los ultimos cinco anos. Lisa se apresuro a soltar el nudo de su camiseta, dejando que le cayera languida hasta las caderas, mientras emitia un sonoro bufido que habria asustado a cualquiera. A cualquiera menos a Emily, claro, que no solo la conocia lo suficiente como para saber que era inofensiva, sino que no cejaba jamas en su empeno de hacerla entrar en razon. --?Es que nunca vas a entender que lo ultimo que quiero en este mundo es estar buena? --Lisa, por favor. Aquello ya paso. Han pasado cinco anos, joder. --Emily... --Lisa reunio fuerzas para hablar; los nervios se le habian quedado atravesados en la garganta--. Aquello nunca pasara. || Una semana despues del traslado definitivo de Emily, Lisa se encontraba ante el tablon de anuncios de la escuela de Leyes de Columbia, tratando de hacer un hueco a su cartel. Mas le valia que apareciera alguien pronto o tendria que buscarse un trabajo para pagar la parte del alquiler de la que Emily se habia hecho cargo hasta entonces. Sus padres se habian ofrecido a aumentar el dinero mensual que le pasaban, pero Lisa preferia solucionar el problema de la companera de piso cuanto antes. Cuando empezo a recular para comprobar el efecto que producia su cartel en medio de aquella marana de anuncios, sintio que su talon se clavaba con fuerza en el pie de otra persona. --!!Ah, joder!! --chillo a su espalda una voz que le resulto conocida. Cuando se giro, se encontro cara a cara con Preston Sullivan, el hermano gemelo de Travis. --Lo siento, lo siento, lo siento --se disculpo, acalorada. Ella no era alumna de aquella universidad, pero no podia evitar morirse de verguenza tras su involuntario ataque a uno de los profesores. --?Laura? --Lisa. --?Que? --Que me llamo Lisa. --?No eres Laura, la amiga de Emily? --No. --Le sonrio--. Soy Lisa, la amiga de Emily. --Vaya. Mierda, perdona. No soy muy bueno con los nombres. --Ya veo. --Lisa senalo el pie de Preston--. ?Te he hecho dano? --No, que va. No te preocupes. --Pues gritaste como una nina. --?Eh? Ah... ya, ya. Es solo que me pillaste por sorpresa. --Vale. --?Estudias aqui? --No, estudio Informatica en la Universidad de Nueva York[1]. He venido a Columbia a colgar los carteles porque es la facultad mas cercana al piso. --?Estas buscando companero de piso? --Companera. --Ah, ya. --Si supieras de alguien interesado, ?podrias comentarselo a Emily, por favor? --!Claro! --Bueno, Peter, ya nos veremos por ahi --se despidio Lisa, guardando el resto de carteles en su maletin de cuero de forma apresurada. --Preston. --?Que? --Que me llamo Preston --respondio el con una gran sonrisa. --Lo siento. Yo tampoco soy muy buena con los nombres. --Le devolvio la sonrisa y se marcho por donde habia venido. Ya llegaba bastante tarde a la cita para comer con Emily en el restaurante de comida organica favorito de su amiga. Lisa cruzo la seccion de Broadway que atraviesa el campus de Columbia a toda la velocidad que le permitia el peso de su maletin. La parte incomoda de estudiar una carrera que le apasionaba era cargar con el portatil como un apendice mas del propio cuerpo. Echo un vistazo por el enorme ventanal del restaurante y arrugo la nariz con un poco de fastidio al divisar a Travis sentado junto a Emily. Se sintio asquerosamente egoista por un instante. Emily era su mejor amiga desde que tenia uso de razon. Habia sufrido una adolescencia horrible, postrada primero en una cama, y despues en una silla de ruedas. Habia superado todos sus complejos y miedos -algo cuya dificultad Lisa comprendia mejor que nadie- y se habia enamorado de un hombre encantador, que la trataba tan bien que ni siquiera Lisa tenia nada que objetar. Pero no podia evitar echar de menos las comidas de chicas a solas. Egoista, si, sin duda. --Perdon, perdon, perdon. Llego tardisimo, lo se. He tenido una manana de locos. --No te preocupes, nosotros acabamos de llegar --la disculpo Emily. --!Cono, Peter! --espeto Lisa en cuanto levanto la vista y se encontro de frente con el gemelo de Travis, del que se habia despedido apenas un cuarto de hora antes. --Laura... Travis y Emily se miraron con incomprension, justo antes de que a Lisa y a Preston les diera un pequeno ataque de risa. --No voy a preguntar --dijo Travis, entornando los ojos hacia su hermano. --Mejor. || Preston y Travis se pelearon por compartir la parte de los postres a la que renunciaron Lisa y Emily. Por mucho que las chicas hablaran maravillas de aquel restaurante tan moderno, los gemelos Sullivan seguian siendo unos buenos chicos del oeste que solo quedaban satisfechos despues de comer unas cuantas libras de proteina animal. Preston se repantigo lo mejor que pudo en aquella incomoda silla de diseno y analizo de arriba abajo a Lisa. No es que estuviera interesado en ella - !Dios lo librara!-, pero habia costumbres que iban ligadas al ADN de cada uno y la de repasar a cualquier mujer que se le pusiera delante era intrinseca a el. El aspecto de la amiga de Emily era terrorifico. Era bastante alta, mas que la propia Emily, pero no podria adivinarse su cuerpo ni con la vision de un superheroe, ya que siempre lo escondia tras capas y capas de ropa deportiva. Y ropa deportiva no eran, ni por asomo, tops de licra y mallas ajustadas. No. Eran chandales informes y sudaderas masculinas. Llevaba el pelo, de un color indeterminado entre el marron y el negro, mas corto que el propio Preston. No prestaba especial atencion a la depilacion, ya que siempre tenia sobre el labio superior una sombra de vello que, incomprensiblemente, parecia ser pelirrojo. Tenia los ojos claros, verde azulados, pero jamas la habia visto sin unas espantosas gafas redondas de montura metalica. Completaban el conjunto unos brackets metalicos que serian la pesadilla de cualquier adolescente y una cadena al cuello de la que colgaba una llave USB con forma de pinguino. Si todas las mujeres fueran asi, seria sencillisimo para Preston cumplir la promesa que habia hecho semanas atras a su asesor de campana de no volver a meterse en lios de faldas. Por desgracia, no lo eran, y el sabia que aquella promesa iba a ser muy dificil de cumplir. II --Una mas y me marcho, Preston. Emily va a matarme. --Por Dios santo, Trav, no seas calzonazos. Empiezas a parecerte a Parker... --No digas tonterias --rebatio Travis, como si le hubiese mentado al diablo--. ?Vas a ir a casa en las vacaciones de primavera? --No creo. Me apetece hacer una escapada a Londres para ver a mis amigos. La vuelta a Nueva York fue tan precipitada que de algunos ni siquiera pude despedirme. Ni de algunas... --Preston sonrio, al tiempo que indicaba a la camarera con un gesto de su mano que les sirviera otras dos copas y, con una sonrisa, que estaria disponible para lo que ella dispusiera. --No vas a cambiar nunca, ?no? --!Ojala! Me va a tocar cambiar dentro de poco. Mi asesor de campana me obliga a portarme bien. --Preston, ?tu estas seguro del paso que vas a dar? ?No seria mejor que siguieras dando clase y meterte en politica dentro de unos anos? --Es que el momento es ahora. Todo el partido quiere hacer una campana para modernizarse, sobre todo en la costa este. Y yo parezco la persona adecuada. Les gusta el hecho de que haya vivido en Europa, que tenga experiencia en derecho internacional, tambien una cuestion de imagen... --O sea, que te quieren por guapito --se burlo Travis. --No es eso, listo. Es por la edad, mas que nada. Quieren venderme como el futuro congresista mas joven del pais. --?Y como vas a llevar lo de portarte bien? --Pues mal. Lo que peor llevare, seguro. --Preston exhalo un suspiro resignado--. Asi que tendre que aprovechar el tiempo hasta que mi cara empiece a salir en la prensa. Travis se distrajo consultando el movil lo que a el le parecieron cinco segundos. Suficientes para que Preston invitara a sentarse con ellos a dos amigas que debian de ser, como minimo, modelos de Victoria's Secret . Cuando volvio en si de la sorpresa, la mano de una de ellas reptaba por su muslo, dejando muy claras sus intenciones. La cara de Emily se represento en su cabeza como si se hubiese hecho corporea alli mismo, lo que le hizo sonreir. Se levanto, le guino un ojo a su hermano y empezo a despedirse. --Senoritas, las dejo en buena compania. Yo tengo que irme. --!Oh! !Que pena! --dijo una de ellas, con tono tan impostado que hizo que Travis deseara estar ya en el taxi. --Mi querido hermano gemelo es un hombre emparejado. Vais a tener que conformaros conmigo. --Preston fingio un puchero. Travis puso los ojos en blanco y trato, sin exito, de contener la risa, cuando escucho aquella tecnica tan burda, incluso para Preston. --Adios, Preston. Nos vemos manana. A las ocho, ?de acuerdo? --?Manana? --Cena en Harlem. ?Recuerdas? --Pues, si no me lo llegas a recordar, ni de cona... Nos vemos alli. --Choco un puno con su hermano y, a continuacion, se dirigio a sus dos companeras de mesa--. Bueno, senoritas, ?sabeis que tengo un piso en Brooklyn con unas vistas fantasticas de la ciudad? Las risas de Travis aun se escuchaban mientras se subia al taxi camino del apartamento que compartia con Emily en Hell's Kitchen. || --Dios mio, esto esta increible, Amy --comento Lisa, con la boca medio llena. Los tres hermanos Sullivan, junto a Emily, Amy y la propia Lisa llevaban ya mas de una hora degustando las delicias de la cocina afroamericana. --?Verdad que si? El restaurante es de un amigo de mi madre. Han abierto hace poco tiempo. --?Y tu madre trabaja aqui? --pregunto Emily. --Si. Ahora que Katie vive ya con nosotros de forma casi definitiva, puede permitirse los horarios. --?Todo listo para la boda? ?No te has arrepentido aun de casarte con este imbecil? --se burlo Preston, ganandose un punetazo de Parker en el hombro. --Iremos a Arizona en las vacaciones de primavera para dejarlo todo cerrado --los informo Amy, riendose todavia de la indignacion de su novio. --Estais completamente locos. --Dejalos en paz, Preston. Que tu le tengas aversion al amor, no significa que ellos esten locos por casarse. --?Quien mas opina que hay que estar mal de la cabeza para casarse antes de los veinticinco? --pregunto Preston, medio en broma, medio en serio, al tiempo que levantaba la mano para emitir su voto. Todos se rieron, entre otras cosas porque Preston tenia, desde nino, la capacidad para reirse de todo y de todos sin que nadie se ofendiera. Solo Lisa alzo su mano tambien, ganandose una sonrisa radiante de Preston y un pequeno vuelco interior al ver que el le lanzaba un beso y un guino desde el otro lado de la mesa. La proxima boda de Parker y Amy monopolizo la conversacion de las chicas, y los planes de despedida de soltero, la de los chicos, pero la cabeza de Lisa estaba muy lejos de aquella mesa. ?Por que le habia afectado ese beso de broma de Preston? Hacia cinco anos que no recibia ningun tipo de atencion por parte de un hombre, y eso era justo lo que deseaba. Que nadie la mirara, que nadie se sintiera atraido por ella, pasar inadvertida. Y, ahora, ante la primera muestra de afecto, incluso en aquel tono frivolo, se estremecia por dentro. Parker y Travis debian de estar muy interesados en la despedida de soltero para no darse cuenta de que Preston tenia la mente en otro lugar. Sabia que el coqueteo era inherente a su comportamiento, pero no tenia ningun sentido haberse puesto tonto con Lisa. Llevaban cerca de un mes coincidiendo con frecuencia, y cada vez le caia mejor aquella chica. Sus hermanos siempre habian bromeado con que era imposible que Preston tuviera una amiga, porque tardaria apenas unas horas en llevarsela a la cama. Lisa parecia desafiar aquella afirmacion, por mucho que Preston se avergonzara de que el motivo fuera su aspecto fisico. Y, ahora, de repente, le lanzaba un beso, le guinaba un ojo y se comportaba como si de verdad estuviera intentando acostarse con ella. --Entonces, ?Las Vegas? --escucho, como a lo lejos, a su hermano Travis. --Las Vegas. Sin duda. --Preston retomo el contacto con el mundo real, y se le hizo la boca agua al pensar en lo que Las Vegas podria ofrecerles en esa despedida de soltero. --Por cierto, Preston, ?te tiraste ayer a las dos rubias del bar? --Pseeee... Un caballero no habla de esas cosas. --O sea, que si. --Parker se echo a reir, al tiempo que alcanzaba un paquete de cigarrillos del bolsillo de su cazadora y le hacia un gesto a Preston para que lo acompanara fuera. Hacia una noche excelente, asi que salieron a la calle en manga corta. Los seis ojos femeninos siguieron cada uno de sus movimientos, desde los tatuajes de Parker tensandose sobre los musculos de sus brazos hasta las largas piernas de Preston enfundadas en unos vaqueros que le quedaban como un guante. --Hola, chicas... Sigo aqui --protesto Travis entre risas--. !Emily! !Al menos tu, mirame a mi! --No seas bobo, no estabamos mirandolos a ellos --se defendio su novia, apoyando, carinosa, la cabeza sobre su hombro. Lisa y Amy ni siquiera hicieron amago de justificarse. En la calle, Preston trataba de convencer a Parker para salir esa noche. --No puedo. Es la primera vez que dejamos a Katie con una canguro, y quiero ver que tal le ha ido. --Eres todo un padre de familia --se burlo Preston, encendiendo el cigarrillo que le habia ofrecido su hermano. --Si, no te lo voy a negar. Tu puedes reirte, pero yo estoy encantado. --Ya lo se. Sabes que te lo digo de broma, ?verdad? --Claro que si. --Parker le sonrio--. Y tu, ?que rollo te traes con Lisa? --?Yo? ?Con Lisa? --?Era cosa suya o su voz se habia agudizado unos cuantos tonos?--. Nada, joder. Hemos coincidido un monton de veces con Travis y Emily, y me cae muy bien, pero nada mas.

  • La vida al fin y al cabo, Fernando Garcia Lobo de Fernando Garcia Lobo

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  • La alegria del orden en la cocina de Roberta Schira

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    <La magia del orden haber cambiado su vida; y entre ellas estoy yo. Sin embargo, me di cuenta de que en su libro faltaba casi siempre un espacio: la cocina, la estancia en la que exprimo mi pasion por todo aquello que rodea a la comida: convivir, compartir, cuidar de nosotros a traves del cuidado a los demas.>>
    Roberta Schira

  • Cazados de Meagan Spooner

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    Bella conoce el bosque de la Bestia como nadie. A pesar de haberse criado lejos de la cabana de su padre, con la elite aristocratica de la ciudad, Bella sabe que el bosque guarda muchos secretos, y que su padre es el unico que ha estado cerca de descubrirlos. Asi que cuando este pierde su fortuna, y Bella y sus hermanas se mudan a las afueras del pueblo, ella se alegra. Alli no tiene la presion de quedar bien con los nobles, ni de casarse con un hombre rico. Sin embargo, cuando su padre desaparece en el bosque, Bella toma la determinacion de encontrar a la criatura con la que el estaba obsesionado y se adentra en el territorio de la Bestia: un valle maldito, un castillo en ruinas y un mundo de criaturas que solo perviven en los cuentos de hadas. Un universo que le puede traer tanto la ruina como la salvacion. ?Quien sobrevivira: la Bella o la Bestia?

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • La fragilidad del crisantemo de Jose Vicente Alfaro

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    Dos hermanos pequenos se sumergen en la profundidad del bosque en busca de lena, cuando una extrana criatura alada se materializa ante sus aterrorizados ojos...

  • Quemalo: Que comer cuando tienes que perder peso rapido. – Haylie Pomroy de Haylie Pomroy

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    La autora de La dieta del metabolismo acelerado, exito instantaneo de ventas, vuelve con este original titulo que ataca problemas especificos de perdida de peso con fundamentos cientificos.

  • Se busca amor de Lee Vincent

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    ?Alguna vez has encontrado el amor sin buscarlo?

  • Un dia para no olvidar de Dylan Martins

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    Un guino de amor a todas esas lectoras que comparten un momento conmigo.
    Por todas y cada una de vosotras…
    El amor en el dia de San Valentin en esta variedad de relatos.

  • El quinto infierno (Doble o nada 2) de Veronica Sauer

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    Llueve a cantaros. Llueve tanto que mi visibilidad es practicamente nula. Disminuyo la velocidad, y finalmente me detengo a un lado de la carretera, con las balizas encendidas para que otro conductor no me lleve por delante. Es muy peligroso conducir en estas condiciones, y por suerte aun me queda algo de cordura como para darme cuenta. Apoyo la cabeza en el volante, frustrada, confundida. Mi GPS interior parece que ha dejado de funcionar. Hace diez minutos parecia conducirme hacia ese sitio exacto en el que mi alma iba a encontrar lo que andaba necesitando. Pero ahora no logro encontrarme con esa Ana segura de que la felicidad tenia un nombre. El nombre de un hombre. ?Que me esta pasando? No se si es por la lluvia o que, pero siento que la melancolia se apodera de mi. Me siento abrumada, realmente perdida. Estiro el brazo y agarro mi celular. Activo el GPS pero no logro ubicar ni mi propia localizacion. Tal vez este diluvio sea el causante de que la senal sea tan debil. Tan debil como yo. Llueve fuera del auto, y tambien llueve dentro, porque tengo las manos mojadas. Empapadas por mis propias lagrimas. No se por que lloro en realidad. Es cierto que la carta que lei hace unos momentos me impacto tanto que senti que se me abria la cabeza y se me partia el corazon. Tambien es verdad que estoy sola y estresada en extremo, y que la relacion que entable con un hombre me tuvo y me tiene a mal traer. Pero no soy de las que lloran. !Casi nunca lloro y en la ultima semana lo he hecho ya dos veces! La primera vez fue por una tonteria; una caida de sistema en el banco fue la gota que colmo un vaso que hace rato rebosaba. En ese momento me puse histerica, pero ahora ademas estoy triste. Esta es mi segunda vez, y no tengo muy claro los motivos pero presiento que esta falsa ilusion de estabilidad de los ultimos dias, ya no regresara. Estaba bien, estaba inspirada. El guion de mi novela venia fluyendo y eso me traia un gran alivio. La carta de Hernan me trastorno. La verdad me dio en plena cara y no me lo esperaba. "...Supongo que estaras en lo de tus padres, escribiendo el guion. Lo entiendo, pero me duele haber recibido un correo generico como despedida. Espere inutilmente que me llamaras en Nochebuena, en Navidad... Intente ser paciente y esperar, pero ya no puedo mas. Me dejaste porque no supe manejar mis culpas, y porque asocie ese castigo que tanto necesitaba a nuestra actividad sexual. Tenias razon, lo admito. Pero el haberte perdido es otro castigo que sin duda merezco, pero no puedo soportar. Simplemente no puedo... Tengo la esperanza de que si te cuento por que me siento asi, me entiendas y vuelvas a mi. Tal vez no como antes, pero de alguna forma te quiero en mi vida. Me resultaba dificil contarte estando frente a frente, pero por escrito es mas sencillo. Ana, lo de Tincho no fue precisamente un accidente, y yo tuve la culpa. Esa fue la mayor cagada de mi vida... Siempre quise ser como el. Lo envidie desde que tengo memoria y creo que aunque resulte extrano aun lo sigo haciendo. Mi primo es lo que se dice un "loco lindo". Tiene una gran personalidad, se caga en todo y en todos. Cuando yo era un nino y el un joven algo descontrolado, ya lo admiraba. Era como un dios para mi... Para mi y para todos, incluso para mi vieja, mis abuelos. Arranco mal la vida. El padre murio en un accidente de transito, cuando el era un bebe. La madre, antes de que terminara primaria, de leucemia. Y aun asi, Tincho jamas bajo los brazos. Mi abuela Marta lo adora. Lo crio ella, y no tiene empacho en decirle a todo el mundo que el es su orgullo y su motivo para seguir viviendo aun habiendo perdido a su unico hijo varon tragicamente. Mi madre... Bueno, mi madre parece estar enamorada de su propio sobrino. Puedo decir que me acompana en la culpa llenandolo de atenciones, pero lo cierto es que desde que tengo memoria lo idolatra. Lo critica todo el tiempo, pero lo adora. Adoracion es lo que resume lo que Tincho despierta en todos los que conozco. Vos apenas lo conoces, pero si lo hubieras tratado mas tambien hubieras sucumbido a su encanto. La cuestion es que Tincho es la oveja negra de la familia, pero tambien el preferido. Es un sonador, un bohemio... Estudio lo que quiso, hizo siempre lo que quiso. Puso un boliche, un negocio de venta de tablas de surf, tuvo una granja avicola. Viajo por todo el mundo, y siempre andaba feliz, exactamente igual que ahora. Pero yo no. Me esmere todo lo que pude, te lo juro. Pense que portandome bien me querrian tanto como a el, pero el ser huerfano tenia sus ventajas. Bueno, soy injusto al pensar en algo tan horrible, y lo cierto es que Tincho no necesita ni ser huerfano ni ser discapacitado para despertar esa clase de simpatia, ese carino, haga lo que haga. Cuando me di cuenta de que portarme bien no funcionaria, comence a portarme mal. Te lo resumo asi: me fui a El quinto infierno, su chacra de Rocha, a festejar su cumpleanos numero treinta. Quise ser como el, y me salio mal. El no se metia en lios, y yo si. Hay gente con la que no se juega, pero eso lo aprendi tarde. Fue un fin de semana de drogas y alcohol. Yo tenia dieciocho anos, y no media las consecuencias de mis actos, asi que me meti en un antro de mala muerte. Se armo lio y cuando quise acordar me encontre con un revolver delante de la cara. Despues todo paso como en camara lenta. El tipo gatillo sin asco. Martin se puso adelante mio con las manos en alto. Yo me asuste y retrocedi. Mi primo se llevo el balazo. La bala le perforo varios organos internos y se alojo en la medula. Estuvo muerto clinicamente durante tres minutos en la intervencion quirurgica que finalmente le salvo la vida. Pero perdio lo que mas amaba: su libertad. Y fue todo culpa mia. No quiero recordar mas, Ana. Lo peor vino despues pero no me da el valor ni para ponerlo por escrito. Tenias razon cuando me dijiste que era un cobarde, ya lo ves...Nunca mas me sali de la raya. Fui mas correcto que antes, mas complaciente, mas docil, mas infeliz. Y a pesar de que Tincho se agarro con unas y dientes a la vida y a la felicidad, yo jamas pude siquiera aspirar a ella hasta que te conoci. Prefiero pensar que puedo tener tu amor algun dia, pero en el fondo se que no me lo merezco. Y esta vez, no sera mi primo quien me quite el privilegio, sino yo mismo. Ahi tenes la verdad que me pediste. ?Me podras comprender mejor ahora? No soy un enfermo, Ana. Solo necesito que me quieras" Solo necesita que lo quiera. Eso esta claro; lo que no lo esta, es lo que yo necesito. Hace un rato crei saberlo. Despues de leer la carta agarre mi bolso y me meti en el auto. Pense que la carta era en si una revelacion, una especie de senal luminosa que me indicaba el camino a seguir. Hace un rato la tenia clara, pero ahora no estoy tan segura... En este momento mas bien siento que es la excusa perfecta para actuar en concordancia con mis deseos. Deseos que ya tenia, por supuesto, pero parece que el reconocerlos, el reencontrarme con ellos me hace mucho mal. No se que hacer, perdi el rumbo. ?Que es lo que iba a buscar casi con desesperacion? Y un sollozo se me escapa de la garganta cuando me doy cuenta de que lo que mi alma anda necesitando es un verdadero amor. Reflexiones Agotadas las lagrimas regreso a la choza. Me preparo un te, y enciendo un cigarrillo. Mi estado de animo no es el mejor. Recostada en la mesada de la cocina miro mi notebook como si dentro de ella estuviese la respuesta todas las preguntas que ni siquiera me atrevo a formularme. Suspiro, y me obligo a ponerme en accion. Tengo que terminar de guionar la escena de la pelea en el Obelisco antes de que termine este dia. Cuando desbloqueo la maquina me encuentro con el mail de Hernan. Claro, es lo ultimo que vi antes de salir corriendo como una posesa en busca de... De lo que no puedo tener. No puedo evitar releerlo. La primera parte no me sorprendio, porque el propio Martin me lo conto. Y tambien Hernan me fue dando indicios, uno tras otro. Si, me cierra todo... La culpa es el eje de esta historia, no hay duda. Ese Hernan "nene bueno" es el que yo conozco y el que me inspiro a hacerle esa propuesta de la que ahora me averguenzo. ?Como se me pudo ocurrir pedirle a un tipo que sea mi esclavo sexual? Encima tiene quince anos menos... La pre-menopausia me ha puesto demasiado creativa. Hay algo en todo esto que si me sorprende: la envidia de Hernan. Es una mezcla de celos y admiracion a la vez. Martin representa para el mucho mas de lo que esta dispuesto a reconocer, infinitamente mas que un recordatorio de su falta. Su falta... La verdad. No se por que en algun momento interprete que "el accidente" se trataba de un accidente de transito. Intuia que Hernan podia ser el conductor, y de ahi ese sentimiento de culpa que solo encontraba un retorcido alivio cuando yo le hacia dano. Jamas me espere... violencia. La cagada mas grande de la vida de Hernan, la unica vez que se salio de la raya, termino arruinandole la vida a Martin. Y de pronto me encuentro pensando en el video de Martin. "Si estas vivo, podes ser feliz", decia al pie. Una unica certeza me da fuerzas para poner las manos en el teclado y hacer lo que tengo que hacer: a Martin Lasalle, no le arruina la vida nadie. La carta que le escribire a Hernan sera por lo menos ambigua. No es el momento ni de hacerle preguntas ni de jugar con su psiquis en un seudo analisis inconducente. Prefiero tomar esto como una catarsis, y darle un poco de consuelo, pero sin comprometerme demasiado. Ha sido muy movilizante para mi enterarme de la verdad. Tanto, que por un momento senti que esa carta me estaba marcando el camino a seguir para encontrar la felicidad. La lluvia barrio con mi entusiasmo, por no llamarle locura transitoria, y ahora aqui estoy, intentando estar a la altura de las circunstancias, pero sin alentar algo que no se si estoy dispuesta a continuar. Con la cabeza a punto de estallar de tanto pensar, comienzo a escribir. "Me hago cargo de que mi subita partida sin ninguna explicacion no fue adecuada. Es que estoy pasando por un momento tenso, Hernan. El compromiso que asumi con la productora y la editorial me estaba agobiando, y no tenia ni tiempo ni fuerza para mas. Me obligue a alejarme de todo para poder cumplir. Desde que estoy en la playa, todo ha comenzado a fluir mejor y estoy un poco mas tranquila, pero solo un poco. Tu carta me impresiono mucho. Aun me tiene muy impresionada, lo confieso. Ahora entiendo muchas cosas, y compruebo que no estaba errada mi intuicion de que te sentis culpable y en nuestra forma de relacionarnos encontraste algo de alivio. No se que decirte, Hernan. Supongo que habras ido a terapia, que habras agotado todos los recursos para sentirte mejor. Si te sirve de consuelo, yo lo sigo considerando un accidente y no creo que Martin te eche la culpa. Y sobre todo estoy segura de que a pesar de haber perdido mucho, no perdio lo mas importante: las ganas de vivir. Y tampoco la libertad. Ya lo hablaremos en otro momento, mas tranquilos. Espero que termines bien el ano y que comiences el que sigue, mejor aun. " Ni siquiera la releo. Pongo enviar y cierro el correo de inmediato con el firme proposito de no corresponderle si me vuelve a escribir. Lo que menos necesito ahora es un tira y afloje con Hernan... Porque se que querra que retomemos esta relacion que ahora que se toda la verdad, se me antoja mas enfermiza que nunca. Jamas pense que los tres nos encontraramos en este espiral de culpa y celos. ?Los tres? Mi mente no cesa en su empeno de incluir a Martin en mi vida. Es lo primero que pense cuando termine de leer la carta de Hernan. "Quiero estas ganas de vivir, quiero a este hombre muy cerca de mi. Quiero su altruismo, quiero esa clase de amor". Como si estuviera en trance, agarre mi bolso y sali a buscarlo a la lluvia. Diez minutos despues, no tenia claro lo que estaba haciendo ni por que lo hacia. Ni siquiera sabia donde mierda estaba El quinto infierno... No solo mi GPS se descontrolo por la lluvia, tambien lo hizo mi brujula interior que de pronto me dejo sin rumbo. El miedo me paralizo. Martin Lasalle sigue siendo un misterio para mi, aun sabiendo la verdad. ?De donde saca su motivacion, y esa alegria que se refleja en sus ojos? ?Como es posible que alguien sea tan resiliente? "Porque ya lo era antes. Porque no hay nada que pueda quitarle esa luz" pienso otra vez conmovida. Martin me confunde sin siquiera estar presente. Me abruma, y me deja con ganas de... mas. Quiero conocerlo mejor, pero soy consciente de que nuestro ultimo contacto no fue del todo amigable, y que mis intentos de retomar no fueron bien recibidos. Pienso que esta muy cerca, y unas ganas locas de ir a buscarlo me invaden. Miro de reojo mi bolso... Solo tengo que poner El quinto infierno en el GPS y conducir. Por la ventana se ve una arcoiris gigante... ?Y si...? No, no tiene sentido. No se donde me sale esta necesidad, pero si hay algo que no deseo encontrar son mas problemas de los que ya tengo. Uno de ellos es este puto guion. El otro, se llama Hernan.

  • La danza de la muerte (Inspector Pendergast 6) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    Un nuevo y trepidante thriller del agente Pendergast.

  • Promesa negra (Obsidiana 3) de Victoria Quinn

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    Lo habia dejado todo por Rome.
    La mujer sin la que no podia vivir.
    Pero ?podria cumplir mi promesa y darle la espalda a todo?
    ?De verdad podria renunciar a ser un dominante?
    ?O la arrastraria conmigo a la oscuridad fuera como fuera?

  • La mujer desnuda de Armonia Somers

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    Que nadie se sienta incapaz de leer esta novela. Al reves, que todo el mundo se atreva a acercarse a ella. Saldriamos ganando. Siempre he odiado los prologos y tambien esas pequenas introducciones de diez o quince minutos a cargo de los criticos con las que se presenta en la television la emision de determinadas peliculas. Considero que la buena ficcion, tanto literaria como audiovisual, merece que nos adentremos en el universo que recrea completamente desarmados, como si se tratara de un sueno en el que nos reconocieramos de pronto, sin proteccion ni antecedentes, al habernos quedado dormidos. Esa es la unica manera de que el mensaje de la obra impacte en nosotros y nos hiera, para devolvernos despues a la realidad que habitamos minimamente transformados. Pocas cosas hay mas valientes que enfrentarnos a la mentira sin armadura. Asi que bienvenidos a este sueno, el que en La mujer desnuda, publicada por primera vez en 1950, Armonia Somers (Uruguay, 1914-1994) describe para el lector; un viaje a medio camino entre el erotismo y el terror, tanto el uno como el otro nada maniqueos, mimbres de un ejercicio que no persigue ensenar, sino descubrir, y que para ello impone una condicion no negociable: la supresion de todos los filtros de percepcion adquiridos. Rebeca Linke acaba de cumplir treinta anos y, para celebrarlo e interrogarse acerca de lo que el acontecimiento supone, decide pasar la noche en una finca que linda con un inmenso y oscuro bosque. Alli, nada mas llegar y ante la dificultad para conciliar el sueno, mientras contempla el paisaje nocturno a traves del estor que ciega a medias la ventana de su habitacion, decide cortarse la cabeza y, tras colocarsela de nuevo sobre los hombros, aventurarse desnuda al exterior. Este es el planteamiento de partida de una historia cimentada sobre tres conceptos que adquieren entre sus paginas la categoria de simbolos: la cabeza, el cuerpo y el bosque; tres estrellas brillantes que, como los mechones bien cepillados de una trenza, Somers entreteje con un notable sentido del ritmo y una interesante influencia de su tiempo --la lectura nos remitira desde el inicio al estilo onirico de los relatos de Clarice Lispector y a El bosque de la noche (1936), de Djuna Barnes, pero tambien a la crudeza del cine mas experimental de Bunuel, que tiene su maximo exponente en El perro andaluz (1929), y al terror que William Hope Hodgson supo ligar como nadie a las formas y colores de la naturaleza en La casa del confin de la tierra (1908). Empecemos por la cabeza y esa decapitacion casi involuntaria, mas instintiva que consciente, y al fin y al cabo reversible, sin la que Rebeca no hubiera podido comenzar su periplo. ?Que significa? ?No representa acaso una especie de bautismo, el rito con el que Armonia Somers le regala a su personaje --y por extension a su mirada de autora y a la nuestra de indiscretos voyeurs -- un nuevo principio limpio de connotaciones y experiencias previas? Y es que esa es, sin duda, una de las pretensiones mas loables de La mujer desnuda, su ansia de <>, de vaciar nuestro cerebro (y no hay manera mas grafica de hacerlo que la decapitacion) para permitir luego, al recuperarlo, que lo previamente percibido nos impresione otra vez, desintoxicado del conocimiento anterior y el prejuicio, incluido el propio cuerpo, como le sucede a Rebeca al reencontrarse con el tras la traumatica y reparada amputacion: <>. Encierran las primeras paginas de la novela de Somers un interes por dejar en la puerta de la ficcion, sin permiso para participar de la misma, todo atisbo de convencion social, porque esa es la unica estrategia para liberar al lector de las ataduras morales, los miedos y la culpa y regalarle la historia como un campo de pruebas donde experimentar sin autocensurarse interpretaciones no previstas, en este caso sobre el sexo, el odio y las fronteras del deseo no solo fisico, sino tambien mental. Es en este punto de la narracion cuando el cuerpo entra en escena, la figura desnuda y libre de Rebeca Linke se adentra en el bosque y se convierte en una provocacion para todo aquel que se cruza en su camino y, a diferencia de la mirada de la protagonista y de nuestra propia mirada, no ha sido bendecido con la bula de la autora para percibir la humanidad sin tamiz. Ante estos perfiles encadenados a la realidad, construida con un peso de milenios, Rebeca se rebela y adopta una actitud que interpela y provoca, que desafia: <>. ?Por que nos cuesta aceptar a quien, a pesar de no hacer dano a nadie, se niega a actuar segun unas reglas a menudo incomprensibles, asumidas simplemente por la costumbre y la conveniencia de la imitacion? El cuerpo de Rebeca es un grito; un grito en el siglo XXI, desde el que leemos la novela, y un grito aun mas fuerte en el ecuador del siglo XX, momento en el que el texto se publico para, con o sin intencion, reivindicar la identidad fisica de la mujer y combatir la tendencia a ocultar y condenar la belleza ante el temor de las sensaciones que suscita; un gran error. Armonia Somers nos dice en La mujer desnuda que no hay mas que un modo de alcanzar el equilibrio emocional, cierta felicidad, si es que esta existe; y es partiendo de la incomodidad e interrogandonos acerca de las pulsiones que acentua en nuestro interior la presencia absoluta del otro. En este sentido, hombres y mujeres somos victimas, y la novela va un paso mas alla del feminismo para situarse en un plano de denuncia universal y proponer una liberacion del pensamiento que, aunque preso durante mas de mil anos, tiene el poder de desprenderse de las cadenas en un segundo si, como en un conjuro, damos con las palabras adecuadas, por que no, magicas: <>. Como el aceite en el agua, como un revulsivo, asi es como el cuerpo de Rebeca, que ademas de tentar experimentara el frio de la amenaza a cada paso, se introduce en el bosque, que es el mundo y nuestra ultima estrella. Alli, donde todos los personajes son el mismo, el lenador y su mujer, los gemelos y el cura, el aficionado a las intrigas y el misterio, y el caballo..., alli es donde habitamos, inmersos en la oscuridad. El bosque es nuestro entorno, nuestra conciencia dormida, un lugar que carece de sentido si no estamos dispuestos a convertirlo en escenario de la batalla. Porque el conocimiento es una guerra continua.

  • Decidida a matar de John Nicholl

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    Los cazadores se convierten en presa

  • Mas que un sueno de Susana Rodriguez

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    Mas que un sueno.
    Cubrir la vida del famoso actor no sera lo unico que hara cambiar a Sofia. El que hasta ahora era su amor platonico, se convierte en algo muy real cuando la periodista tiene el encargo de seguir cada uno de sus pasos. Pero esa historia de amor no sera bien vista por todos, hay quien intentara alejarlos.
    Sofia no se da por vencida y lucha porque Johan se mantenga a su lado, una vez que el amor se ha convertido en realidad, no esta dispuesta a perder.

  • Travis y Emily (Hermanos Sullivan 2) de

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    Travis Sullivan no tenia intencion de enamorarse. Acababa de regresar a Nueva York, tenia un nuevo trabajo y pensaba pasar en el gimnasio cada minuto de su tiempo libre. La vida de Emily no ha sido facil. Ha estudiado, ha hecho amigos y ha logrado, al fin, ser feliz. Pero jamas se ha enamorado. Y tiene tantas ganas de hacerlo como empeno en evitarlo. Cuando Travis y Emily se encuentran, sera inevitable que el amor surja entre ellos. Tan inevitable como un pasado maldito que los dos darian cualquier cosa por cambiar.

  • El senor del Eden (Serie Eden 4) de Olga Salar

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    Camilla no ha tenido una vida facil. Ademas, su don la ha alejado de las personas, logrando que huya del contacto fisico que tanto la perturba. No obstante, cuando conoce a Sam siente que puede ser ella misma sin temor a sufrir.
    El problema es que Sam tiene sus propios demonios y, por fin, ha decidido luchar contra ellos.

  • Inevitablemente enamorados de Patty Love

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    Janice Stone no tiene tiempo para pensar en el amor, entre sus estudios, las practicas en el hospital y su trabajo de camarera no para un segundo quieta, pero, cuando Jack Lefkowitz irrumpe en su vida, empieza a plantearse que tal vez eso de tener novio no suene tan mal. Sin embargo, no sera tan facil como pensaba, y menos aun, cuando conozca a su excentrica suegra. Por si tres no son ya una multitud, un atractivo y descarado companero de trabajo aparecera en escena para tambalear todavia mas los felices planes de la pareja.

  • El diario de una bastarda (Diarios nobles 1) de Maria Isabel Salsench Olle

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    Alice Smith es una bastarda y no soporta que se lo digan. Ha vivido siempre a la sombra de sus perfectas hermanas reconocidas por la sociedad y lo unico que desea es llevar una vida tranquila lejos de las habladurias. Por fin encuentra la paz en Francia o eso piensa hasta que… un hombre muy apuesto y de ojos plateados le hace pedir perdon de rodillas, humillandola en publico.
    Ese sera el inicio de una rivalidad en la que Alice buscara recobrar su dignidad. Sin embargo, lo que no espera es enamorarse en el camino…
    Hugo Silvery es un acaudalado noble de origen ingles que se ha instalado en Francia para dejar correr sus vicisitudes lejos de la reprobacion de su padre. No soporta a la gente de clases inferiores y asi se lo demuestra a Alice, a la que considera poco mas que una campesina, pero no contaba con que ella fuera la mujer mas hermosa que habia visto nunca. Y sera la belleza femenina lo que le hara dificil despreciarla por ser una bastarda.

  • Amigos carinosos de J.f. Jimenez

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  • Variaciones enigma de Andre Aciman

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    La nueva y mejor novela del autor de Llamame por tu nombre.

  • Pagar por los pecados de Carolina Ortigosa

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    Eva Abrams es una joven estudiante que vive en un barrio tranquilo de Wisconsin, y toda su existencia esta condicionada por las creencias de su religiosa familia.
    Aunque a pesar de todo, su fe no es lo que se dice... ciega.
    Hasta ahora, casi lo unico que le ha importado es sacar buenas notas y marcharse a la universidad, lejos de un padre controlador con poca tolerancia hacia el fracaso.
    Eva hace lo posible por estar a la altura, sin embargo, cuando descubre que esos principios se incumplen a la ligera, todo cambia. Si antes las cosas eran dificiles, se volveran imposibles en su hogar; y, fuera de el, tambien hay peligros acechando. Sera toda una sorpresa para Eva descubrir lo que ocultan en su interior personas muy cercanas.
    Se dice que las tragedias nunca vienen solas, y parece que un pecado trae consigo otro.

  • Volver a mi de Laura Miranda

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    ?Donde queda la PASION cuando
    todo en la vida es rutina y deber?
    ?Es posible VOLVER a empezar?
    ?Se puede volver a VIBRAR POR AMOR? Volver a mi retrata la vida de una mujer que cumplio todos los mandatos sociales: ser profesional, esposa y madre, pero que a fuerza de lograr los suenos ajenos olvido los propios. A veces, perderse es la unica forma de encontrarse.

  • Raquel (Y llegaste tu 1) de Merche Diolch

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    Raquel es una joven timida e introvertida que comparte piso con su prima Monica. Su vida se desarrolla entre sus clases y la biblioteca donde trabaja como becaria para ganar algo de dinero y puede hacer lo que mas le gusta en la vida: estar rodeada de libros.

  • Eres mi paraiso de Barb Capisce

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    Eric Artinian, argentino, ejecutivo junior de una importante multinacional, atado a sus ambiciones. Vera Di Lorenzo, venezolana, fotografa independiente, un espiritu libre y honesto.

  • Sin ver atras de Carolina Mendez

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    Kara tiene un pasado del que no se siente muy orgullosa. Hacer sentir miserables a las personas es algo de lo que esta profundamente arrepentida, pero la vida tiene maneras de hacerte pagar todo lo que haces, y Kara no es la excepcion a esta regla.

  • Un puto runner de Javier Gurb

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    Ketamina, hachis, extasis, LSD… Los ositos de gominola del doctor Van der Zwaanswijk -un pseudocurandero senil con aires de cientifico- contienen mas droga que azucar por cada cien gramos de producto.
    Empujado por el odio y la incontrolable sed de venganza que alberga en su interior, Frank comete una serie de errores que marcaran inexorablemente su destino: el primero es dejarse engatusar por aquel estrafalario doctor con pinta de chaman trastornado; el segundo, tragarse hasta diez ositos magicos del tiron, y el tercero, cruzarse en el camino de los hermanos Contreras, una saga de sicarios profesionales -y lo que es peor, vocacionales- que no descansaran hasta darle caza, en una dramatica, surrealista y sangrienta carrera hacia el abismo.

  • El secreo de marcos de Rafael Nieto Rio

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    *A partir de 10 anos*
    La vida de Marcos transcurre tranquila. Se divierte en el recreo, juega de defensa suplente de futbol sala. hasta que un dia tropieza con un portal al territorio magico de Alistea y su apacible existencia da un vuelco espectacular. Un guerrero elfo, al que le encantan dos cosas de nuestro mundo (una de ellas es el chocolate con churros) se convertira en su canguro. Ambos deberan resolver un enigma por las calles de Madrid con la ayuda de un vecino jubilado, recorreran Alistea en una carrera contrarreloj.y descubriran un secreto estremecedor.

  • Con mucho amor y mucho limon de Irene Mendoza

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  • Mil noches sin ti 1 de Federico Moccia

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    Tras un parentesis en Rusia, para Sofia ha llegado el momento de poner orden a su vida sentimental. Ya no puede seguir huyendo de su pasado, de la soledad de su matrimonio, ni de la historia pasional y rota con Tancredi, y decide regresar a Roma. En un viaje a Sicilia para visitar a sus padres, descubrira un secreto familiar que le afectara profundamente. Mientras tanto, Tancredi sigue todos sus pasos; es un hombre enamorado que nunca se ha rendido a la primera. Pero Sofia no confia en el. ?Acabaran reencontrandose?

  • Sean Cote es provocador de Iris T. Hernandez

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    Aparecio sin mas. Recuerdo perfectamente aquel dia. Estaba en su despacho porque Jeff me habia pedido que, por favor, los ayudara. Al principio no me parecio una mala idea, pero eso fue porque no sabia quien era Sean Cote, el desconocido que esperaba a mi espalda sin yo saberlo.

  • Damas Asesinas de Tori Telfer

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    Al hablar sobre los criminales mas letales de la historia, siempre pensamos en Jack el Destripador, Ted Bundy o John Wayne Gacy. De hecho, en 1998, el FBI afirmo que las asesinas en serie <>. Pero ?que hay de la infame condesa Erzsebet Bathory --apodada <>--, de Mary Ann Cotton --virtuosa del <>--, de Darya Nikolayevna Saltykova --<>--, de Nannie Doss --<>--, de Alice Kyteler --<>-- o de Kate Bender --<>--? Ingenioso y provisto de un enfoque que arrincona las explicaciones faciles (<>, <>, <>) y los topicos machistas (<>), este esclarecedor estudio glosa las actividades agresivas y predatorias que las mujeres mas letales nos han legado para la posteridad. Una sugerente compilacion de damas letales, dotada de un vitriolico humor negro, que rescata del olvido a catorce maestras del crimen que hicieron de lo sangriento un arte: horneando deliciosos pasteles con sorpresa, manejando el cuchillo con habilidad mortal o administrando sibilinos venenos a prueba de autopsia.

  • Mia en silencio (Confesiones en la noche 2) de Marion Marquez

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    Francis Laughton, conde de Welltonshire, no ha tenido una vida facil. A pesar de todo, desde su infancia ha aprendido a enfrentar las adversidades con sabiduria y un increible optimismo. Es por esa razon que reconoce su interes por los mas debiles, hasta el punto de ser incapaz de ignorar la desgracia ajena. Melanie Hefferman, hija de un antiguo vizconde, es una joven envuelta en un pasado demasiado oscuro para que alguien se atreva a traerlo a luz. Ignorada por los ojos de la mayoria, se ha refugiado en la soledad... hasta que se encuentra con el. Francis estara decidido a quitarle la mascara y hacerla hablar, no importando que tenga que soportar y a que deba recurrir, incluso, casarse con ella.

  • Por ti…Hare lo que sea! de Lucia Gonzalez Lavado

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    Solo una palabra puede expresar lo que paso el siete de junio en una celebracion de alumnos de secundaria y es: !Tragedia! Un secreto que todos los implicados quieren guardar hasta el dia de su muerte, el cual, al parecer, esta mas cercano, pues el pasado ha regresado y lo hace en forma de venganza. Tras dos anos fuera de su ciudad natal, Cameron regresa tras el suicidio de su hermana Claire y alli se reencuentra con Elle, la hermana menor del que fuera su mejor amigo y tambien su primer amor. El pasado es un fantasma del que no se puede escapar, ha regresado sediento de sangre, y no parara hasta estar saciado.

  • Sirens 5 de

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    Historia y mundo creado por Lena Valenti y Valen Bailon.
    El despertar de Thot ha llegado en la eclosion de la guerra.
    La Dama de Min mas poderosa del Universo tiene las claves para que el atlante mas soberano consiga detener la destruccion de un plan orquestado con milenios de antelacion.
    Pero nada les va a preparar para verse de nuevo y enfrentar sus miedos, y sus multiples cicatrices.
    ?Puede la responsabilidad primar por encima del unico y verdadero amor?
    ?Deberia la mujer mas poderosa de todos los tiempos someterse por el bien de las demas civilizaciones?
    Las batallas se ganan con la estrategia, pero la guerra la vence el mas apasionado.
    Con Semiasas provocando el caos en el exterior, la vida humana y el equilibrio de la Galaxia esta en manos del atlante mas sabio y hermetico, y de la Emperatriz de las Min.
    ?Quien claudicara y clavara antes la rodilla?

  • Palidez y otros relatos de Rafa Ron

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    Erotismo, sadismo, dolor y placer se entrelazan en los relatos de Rafa Ron, que abren la puerta a un mundo en el que nada es lo que parece y en el que lo que es puede resultar demasiado incomodo.

  • La herencia de Agneta de Corina Bomann

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    Una esplendida finca en el sur de Suecia se convierte en el escenario de los acontecimientos del vertiginoso siglo XX, protagonizados por varias mujeres de una misma familia.

  • Instantaneas de Claudio Magris

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    El lector encontrara aqui textos breves capaces de capturar lo que tiende a escurrirse entre los dedos, de retratar con perspicacia y acidez comportamientos humanos, de observar el mundo con una sofisticada mezcla de humor, melancolia, bondad y sabiduria. El resultado es un ramillete de deliciosas miniaturas en las que asoman temas, personajes y situaciones variopintos: la ciudad de Trieste; un episodio comico vivido en la Galeria Leo Castelli de Nueva York que ilustra las imposturas del arte de vanguardia; el modo ridiculo en que Thomas Mann se entera del inicio de la Segunda Guerra Mundial; los editores que imponen finales felices a los autores a los que publican; el secreto motivo por el que una conferencia muy erudita y potencialmente soporifera se llena a rebosar; los congresos culturales y el sexo; la soledad de las parejas...

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • Breve tratado del corazon de Ana V. Clavel

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  • Cautiva de Laura Lago

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    Ella era la hija de mi peor pesadilla. Mi mayor enemigo.
    Una muneca de porcelana, joven y facil de seducir.
    Facil de seducir si eres un macho alfa, lider de la mayor mafia de Estados Unidos, tienes abdominales de acero y estas acostumbrado a tomar lo que quieres, cuando quieres y como quieres. Y en ese momento Marco la queria a ella.

  • El regalo Perfecto (La Profesional 4) de Kris Buendia

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    No soy un hombre alegre que le guste compartir con los demas. Y mucho menos compartir a mi familia con tanta gente aun asi sea nuestra propia familia. Mientras veo dormir a mi mujer, me pregunto lo siguiente: ?Podria ser mas feliz? Pense que esta clase de gloria no existia, o que yo era una persona que estaba muy lejos de serla. Lo unico que se es que cada dia soy feliz con ella y mi hijo. Son mios, es mi imperio, por lo que respiro cada dia. Muy pronto sera noche buena y se cual es el regalo perfecto, mi esposa me ha estado insistiendo sobre una cosa desde que nuestro hijo cumplio tres. Eso fue hace dos anos, pero es porque he estado evadiendo el tema porque me rehuso a negociar sobre ello. Hablando de regalos. ?Que le regalarian a alguien que lo tiene todo? Creo que mi mujer y yo estamos metidos en un grave problema. La amo y quiero hacerla feliz siempre; como lo soy yo desde que la escuche cantar y me atrapo con su valentia y belleza de mujer. Es una promesa que le hice a ella y a la vida misma: Toda una vida. En todas las posiciones posibles.

  • Sabor a chocolate de Christian Martins

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    Los ojos azules de Harding Wayne me siguen pareciendo igual de hipnotizantes que aquella primera vez que me cruce con ellos. El problema es que, segun transcurre el tiempo, esa hipnosis empeora notablemente. Harding, ahora mismo, es mi obsesion. Me gustaria que fuera de otra manera. Me gustaria poder controlar mis sentimientos hacia el y que todo resultase mas sencillo. Pero no puedo hacerlo. Se podria decir que, nada mas verle, senti un flechazo directo. Puede que suene un poco cursi hablar de amor a primera vista; pero si no es asi, ?como voy a describirlo? Pude sentir esa quimica indescriptible al instante. Despues esa conexion, la atraccion sexual... Y ahora que le conozco, todo es mucho mas intenso. Porque el me encanta. Esa forma que tiene de sonreir ironicamente, como se acentua su respiracion cuando comienza a quedarse dormido y esos pequenos ronquiditos que se le escapan de madrugada. No puedo evitar mirarle cuando esta distraido. Y supongo que son los detalles mas insignificantes los que han provocado que sienta por el algo mas que una mera atraccion sexual. Su forma de peinarse la melena hacia atras con los dedos, como frunce el ceno cuando las cosas se complican y, sobre todo, su humildad. Puede que Harding Wayne sea la persona mas inteligente que he conocido jamas. Puede no, lo es. Harding Wayne es la persona mas inteligente que he conocido en mi vida. Y lo mejor de todo, es que el ni siquiera es consciente de ello. Se piensa que ha llegado a ser profesor tan joven gracias a su esfuerzo, pero la realidad es otra muy diferente. Estoy tumbada en la cama, a su lado. Son la una y cuarto de la madrugada. Despues de hacer el amor, nos hemos quedado charlando sobre todo y nada, y antes de que hubiera ocasion se ha quedado dormido. Y si, supongo que me apena despertarle. Ambos debemos madrugar al dia siguiente y nuestros fugaces y secretos encuentros nocturnos comienzan a pasar factura. Esta cansado. No duerme demasiado y la culpable soy yo. Le acaricio suavemente el antebrazo, pero no se despierta. Sonrio. Me gustaria que lo nuestro fuera algo mucho mas serio, pero he decidido conformarme con lo que tenemos. Ademas, el proximo ano Harding se marchara a otra universidad y yo tendre que retomar mi vida sin el. Tendre que continuar mi camino y olvidarle, me guste o no. --Deberia marcharme... --susurro en voz baja. Ultimamente no estoy demasiado centrada en mis estudios y eso ha conllevado a que la primera criba de examenes sea un fracaso total. Solamente he aprobado uno de los controles; y no me siento orgullosa al admitir que ha sido con un suficiente raspado. Harding abre los ojos. Mi guapo profesor de ojos azules me dedica una sonrisa y yo creo que estoy a punto de derretirme. Le devuelvo el gesto. --?Dices algo...? --murmura adormilado. --Que deberia irme --repito, esta vez empleando un tono de voz mas normal--. Se nos esta haciendo tarde. Estira el brazo para atraerme hacia el. Me envuelve con sus brazos y desliza sus dedos por mi vientre desnudo, entreteniendose ligeramente en mi ombligo. --No quiero que te marches... --Manana hay clase --le recuerdo. Y no se lo recuerdo por mi gran sentido de la responsabilidad, no. Sino porque manana tendremos que salir de su apartamento en hora punta y se que lo ultimo que quiere es que alguien pueda vernos juntos. A mi tampoco es algo que me entusiasme demasiado, porque se que un encontronazo de ese tipo significaria, de forma directa, el fin de nuestra relacion Su mano asciende aun mas hasta terminar filtrandose por debajo de mi sujetador. Jadeo cuando masajea mi pecho. Sus ojos azules estan fijamente clavados en mi, y esa mirada tan intensa me hace sentirme, por un momento, avergonzada. Despues gana el placer y cualquier atisbo de verguenza queda en un segundo plano. Suelta el sujetador y libera mis pechos. Comienza a tocarlos, tirando de mis pezones suavemente. --Si sigues asi no podre marcharme... --ronroneo, juguetona. --Quizas no quiera que te marches. Me encanta escucharle decir eso. Sonrio. El tambien sonrie. Continua masajeando mis senos y yo, involuntariamente, comienzo a mover las caderas. Voy sintiendo como el fuego inunda mis entranas, instalandose con fuerza en mi bajo vientre. Quiero mas. Siempre quiero mas. Mi deseo por Harding Wayne es insaciable. Baja una de las manos y la introduce en mis braguitas. Yo, sin pensarmelo, hago lo mismo con sus boxers. El ya esta duro, erecto y preparado. Y eso hace que el calor que siento sea mucho mas intenso. --Me encantas... Cierro los ojos cuando vuelve a repetirmelo. "Le encanto". Introduce un dedo en mi interior mientras yo masajeo su ereccion. Jadeo mas. Harding tiene la capacidad de volverme loca, de hacerme perder el control en muy pocos segundos. Despues de tantos anos de relacion con Derek, por fin he descubierto lo que es la pasion. Introduce dos dedos en mi interior sin dejar de pellizcar mis pezones. Yo, muerta de placer, me muerdo el labio inferior procurando no gritar... Pero soy incapaz. !Por Dios! Son la una de la madrugada... ?Que van a pensar los vecinos de Harding? "Deja de preocuparte por esas tonterias, Bridie, y disfruta", me dice una voz en mi interior. Y decido hacerle caso. El entra y sale, masajeandome el clitoris, mordiendome los pezones, restregandose contra mi y haciendome perder la cabeza. Mis jadeos ya son gritos de placer. Pronuncio su nombre de forma desesperada, ansiosa por recibir mas... y mas... y mas. Harding se detiene. Sus ojos azules, que aun siguen clavados en mi, me dedican una sonrisa traviesa. Si, mi guapo profesor tiene la habilidad de sonreir con la mirada. Sujeta mis manos, colocandolas sobre mi cabeza, y se desliza lentamente hasta quedar sobre mi. Me besa. Nuestras lenguas comienzan un frenetico baile, entrelazandose sensualmente mientras su miembro recorre externamente mi humedad antes de penetrarme de una estocada. Grito de placer. Grito su nombre. Me encantaria gritarle que me vuelve loca, que quiero sentirle cada noche, que adoro su forma de besar, que me enloquece como me hace el amor... Pero no me atrevo. Asi que simplemente grito su nombre. --Harding... Harding... ?Como no voy a tener cada parte de su cuerpo grabada en mi mente si nadie, jamas, me habia hecho sentir semejante placer? Entra y sale de mi interior, cada vez mas rapido, mientras me besa salvajemente el cuello. Noto una ligera presion y me revuelvo incomoda por si ha podido dejarme una marca de chupon. Pero, ?que mas da? No le debo explicaciones a nadie y es absurdo preocuparme por esas tonterias cuando tengo, sobre mi, al hombre mas atractivo con el que he sonado jamas. Las embestidas cada vez son mas fuertes. Siento como su respiracion se entrecorta aceleradamente y sospecho que esta a punto de llegar al orgasmo. Harding desliza una mano a mi sexo y, sin dejar de penetrarme, comienza a masajear mi clitoris. !Ay, Dios! Acelera el ritmo de ambas cosas. Siento como el fuego que arde en mis entranas me abrasa con tanta fuerza, que creo que en cualquier momento me desmayare aqui mismo. Pero en lugar de perder el conocimiento, exploto. Grito su nombre, agarro su antebrazo sin importarme clavarle las unas y le atraigo con todas mis fuerzas hacia mi. Y eso, ese pequeno gesto, hace que el tambien estalle de placer. Se queda sobre mi unos instantes antes de hacerse a un lado. Nos miramos. Ambos estamos sudorosos y agotados, pero sonreimos. Estoy a punto de levantarme, pero Harding deja caer su brazo sobre mi vientre, inmovilizandome. --?Tienes prisa? Me rio como una nina pequena.